Se supone que la irrigación cerebral está dada por la arteria carótida interna y sus ramas, junto con las arterias espinal ventral y basilar, que provienen de caudal en las diferentes especies animales domésticas. En los bovinos y pequeños rumiantes, se unen a ellas ramas que provienen de la arteria maxilar, y que contribuyen al llamado círculo arterioso de wills, o la llamada rete mirabile.

Según Sisson: “La involución de la arteria Carótida interna ha sido estudiada por Tandlar (1899), quien indica que la parte superior disminuye en importancia y llega a ser una banda de tejido conectivo en el adulto, excepto en su parte proximal” o sea que en el animal adulto su luz, al menos disminuye de forma apreciable.

Revisando la Sisson, todos los capítulos de irrigación cerebral son hechos por un tal B.S. NANDA.

Y dice que en la mayoría la irrigación cerebral está dada por las arterias Carótida interna y Basilar, que forman el círculo ya mencionado (en equinos y porcinos). En Rumiantes, sin embargo dice: “…se lleva a cabo, fundamentalmente, a través de la arteria carótida interna y ramas de la arteria maxilar, que forman la rete carotidea… las arterias vertebrales contribuyen muy poco a la irrigación del encéfalo”.

En carnívoros, según la misma fuente “el cerebro está irrigado por dos fuentes principales, la arteria carótida interna y la arteria basilar. La arteria maxilar (interna) proporciona ramas que forman una fuente menor de irrigación como una simple anastomosis con la arteria carótida interna”.