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QHAPAQ AN, ARQUITECTURA VERNCULA Y DEL INKA EN EL SALVADOR, REGIN DE ATACAMA. RECONOCIMIENTOS INICIALES Carlos Gonzlez G.1 y Catherine Westfall2 RESUMEN Se presenta el reconocimiento preliminar de los restos arquitectnicos de un tramo de 4 km del Qhapaq an existente en el Cerro Indio Muerto, El Salvador, Regin de Atacama. Asimismo, se expone ampliamente el marco terico que se est utilizando para estudiar las manifestaciones arquitectnicas del camino, comenzado por las distinciones sintcticas y algunas consideraciones semnticas iniciales. Se procuran distinguir aportes vernculos y del Inka3, como las posibles significaciones sociales y culturales durante el domino del Tawantinsuyu en la localidad. Palabras Claves: Qhapaq an, arqueoarquitectura, restos arquitectnicos vernculos y del Inka, El Salvador. ABSTRACT On-going preliminary research of architectural remains localized on a 4 km long segment of the Qhapaq an on Indio Muerto Hill at El Salvador, in the Atacama Region of Chile, is presented. The theoretical framework employed in this architectural study as well as its syntactic distinctions and initial semantic considerations are also proposed. Finally, tentative divisions between local and Incan architecture and their social and cultural implications, once the Tawantinsuyu domain of the locality took place, are also hypothesized. Key Words: Incan road system, Architectural archaeology, local and Incan architectural remains, El Salvador, Chile. Introduccin Entre los aos 2003 y 2006 se efectuaron registros arqueolgicos superficiales y de conservacin en un tramo de 4 km del Qhapaq an de El Salvador, Regin de Atacama (Figuras 1 y 2) (Gonzlez et al. 2004, Westfall y Castells 2004, Westfall y Gonzlez 2004, Gonzlez y Westfall 2005, Gonzlez 2006, Gonzlez y Westfall 2006, Westfall et al. 2006), reconocido por Iribarren y Bergholz (1972-1973) y luego por puntuales estudios (Hermosilla 2000, Snchez 2000, Cervellino 2002, Vsquez et al. 2003), previos a nuestra intervencin. Estos trabajos se desarrollaron dentro del Sistema de Evaluacin de Impacto Ambiental (Ley 19.300), generados por Divisin Salvador de Codelco-Chile, puesto que el tramo se encuentra en sus instalaciones, emplazado a 2600 m de altura en el faldeo oeste del Cerro Indio Muerto, a 5 km al sureste de El Salvador. De esta manera, retomamos los estudios pioneros de Iribarren y Bergholz, que determinaron la filiacin incaica de un tramoArquelogo. Ilustre Municipalidad de Diego de Almagro. E-mail: [email protected]. Arqueloga. Taguatagua Consultores. E-mail: [email protected] 3 Inka con k se utiliza con el Sapaq Inka, el gentilicio quechua inka, una caracterstica poltica y una concreta materialidad; mientras la grafa c se ocupa con el gentilicio espaolizado incaico.2 1

mayor, incluidos los 4 km, abarcando desde el Juncal por el norte hasta Mina Galleguillos por el sur (op. cit.: 252), refirindose a la cermica y a las estructuras arquitectnicas. Tanto en esa sntesis (Ibd.) y en las observaciones de Cervellino (op. cit.) -que ubica 6 sitios en el camino de El Salvador-, el tratamiento hacia los restos inmuebles ha sido descriptivo, remitiendo sus funciones al tamao y a categoras etnohistricas (tambos, tambillos y tambitos), sin distinguir entre construcciones vernculas y del Inka, obviando posibles reocupaciones. Ellas seran esclarecidas con futuras excavaciones, consideradas como medidas de compensacin cuando Codelco ample sus explotaciones mineras y se enajenen 300 m de camino prehispnico en un sector altamente obliterado, segn una Resolucin de Calificacin Ambiental, acordada con el Consejo de Monumentos Nacionales. En este contexto, nuestra investigacin en el tramo comprendi: 1) anlisis micromorfolgico (Trombold 1991) (Westfall y Gonzlez op. cit.), desde el Tnel de Ventilacin N 3 por el norte y la ruta C-13 por el sur (coordenadas UTM: 443257 E-7096793 N y 441423 E7093375 N), en un ancho de 300 m a cada lado, recabando informacin en direccin nortesur mediante prospeccin pedestre; 2) registro de 24 sitios arqueolgicos inditos adyacentes o prximos a la ruta4; 3) medidas de conservacin y reconstitucin esttica (Westfall et al. op. cit.); 4) implementacin de cierres perimetrales con carteles en los sitios aledaos al camino; y 5) polticas educativas para Divisin Salvador, la comunidad local y otros mbitos (Gonzlez op. cit., Gonzlez y Westfall 2006).

Figura 1. El Salvador en la Regin de Atacama. Figura 2. Tramo de camino incaico estudiado (marcado por la lnea blanca).4

El concepto ruta corresponde a un itinerario o derrotero de un viaje, de naturaleza abstracta, y una va se define como el conjunto de expresiones camineras tangibles (Berenguer et al. 2005: 14).

Desde el ao 2006 comenzamos a sistematizar la data arquitectnica del tramo, por ello en este trabajo presentamos una aproximacin inicial sobre el tema, detallando antes el marco terico-metodolgico propuesto, con la exposicin sumaria del modelo semitico arquitectnico. Por ltimo, se dan a conocer los avances investigativos sobre los restos arquitectnicos del Qhapaq an de El Salvador. Con estos antecedentes, revisamos ahora los referentes tericos y metodolgicos del trabajo que se encuentra en desarrollo. Marco terico-metodolgico Concebimos a las construcciones del pasado como activos testimonios sociales y monumentos con valor arqueolgico, como eventos de cultura material social, simblicamente constituidos (Gallardo 1990: 69), resultantes de procesos de significacin. En esta perspectiva, la arquitectura es una definida materialidad productora de signos de una sociedad, representando visual y semiticamente una realidad y un acto de comunicacin (Eco 1999: 280). En consecuencia, proponemos la factibilidad de aplicar un anlisis semitico a las creaciones arquitectnicas de cualquier especificacin temporal, social y cultural. Desde aqu surgi la alternativa de analizar con la semitica de la arquitectura las creaciones incaicas y locales, aproximndonos a las denotaciones y connotaciones de aquellas obras, y cmo estos aspectos actan dentro del proceso de dominio incaico, entendiendo que el mbito conectivo de los significados de la connotacin, le corresponde a la ideologa (Barthes 1970). En este contexto, se investigar la arquitectura por sus especificaciones formales, espaciales y perceptivas, correspondientes a las morfologas, los diseos y las percepciones visuales de las construcciones, integrndolas en un anlisis semitico tridico, estudiando las funciones semiticas de estas obras y su incidencia en un proceso de comunicacin visual entre el estado incaico y las poblaciones locales. De esta manera, se espera definir su influencia en las relaciones sociales, en un sistema de significacin ideolgica y en la estructuracin de un espacio de dominio incaico construido socialmente, develando sus particularidades y contrastacin con el paisaje5 cultural local. Por lo anterior, el monumento arquitectnico se define como un signo con implicancias significativas que ordena un espacio cultural, constituyendo una construccin que posee valor artstico, arqueolgico, histrico, etc. (Diccionario Esencial 1997: 741). De all que el monumento sea un producto artificial, socialmente intencionado, explicito, espacialmente visible y perdurable (Criado 1991), independiente de su tamao. Esto lleva a asumir que una edificacin es un documento histrico de carcter arqueolgico, que debe ser estudiado con una metodologa arqueolgica (Maana et al. 2002: 20). La semitica de la arquitectura pretende ordenar los signos arquitectnicos y unificar problemticas de comunicacin y significacin en torno a las obras arquitectnicas. Por consiguiente, y desde una semitica tridica, el signo arquitectnico presenta: el representamen o signo, que representa otra cosa; el interpretante, como la idea del signo en la mente de quien la percibe, correspondiendo a una definicin conceptual y a un efecto del significado; y el objeto, aquello representado por el signo, en trminos referenciales a una5

Paisaje cultural es un producto socio-cultural creado por la objetivacin, sobre el medio y en trminos espaciales, de la accin social tanto de carcter material como imaginario (Criado 1999: 5).

idea o fundamento (Peirce 1986, 1987). La participacin de un signo en la semiosis proceso donde un signo funciona como algo- se determina por el anlisis semitico. Esto que puede parecer de perogrullo no es tal, puesto que la existencia de objetos no necesariamente implica una semiosis, ya que no todo signo refiere a un objeto existente (Morris 1994: 29), como lo prueban los relatos mticos con seres fantsticos. En el caso peirceano, la semiosis no presenta lmites, puesto que un interpretante concatena un signo con otros, sucesivamente, en la vida social, en una semiosis ilimitada (Eco 2000: 117-120). Asimismo, Morris (op. cit.) gener tres dimensiones analticas: Sintctica (aquello que representa); semntica (aquello que est representado); y pragmtica (o las reglas de uso que rigen en cada contexto de interpretacin); factibles de integrar con la data arqueolgica. La metodologa comprende un anlisis formal, con la definicin de la forma y organizacin del diseo arquitectnico, relacionando la forma con los elementos de la arquitectura (Trabucco 1996) y su aporte al espacio construido; mientras que la organizacin espacial procura especificar la forma geomtrica bsica del espacio construido, para determinar el diseo de las edificaciones. Adems, el anlisis contempla la configuracin estratigrfica muraria y espacial, el patrn de emplazamiento, la articulacin interna -proyectndose hacia las probables funciones sociales-, las condiciones de visibilidad y visibilizacin y los patrones de movimiento y accesibilidad (Maana et al. op. cit.). Dentro de lo formal, el anlisis espacial describe los niveles espaciales que inciden en los factores organizativos internos, como sus relaciones con otros espacios construidos y los principios ordenadores, como los criterios de emplazamiento, entre otros (Ching 1995). En resumen, el anlisis formal comprende: 1) descripcin formal (emplazamiento, relaciones constructivas, elementos y composicin arquitectnica); 2) descripcin de las relaciones espaciales (modo de relacin, forma y sistema de organizacin; y 3) definicin de forma bsica (la idea del diseo constructivo), forma especfica (correspondiente al resultado de la manipulacin de la forma bsica), y modelo concreto hipottico de la organizacin espacial de la construccin. Igualmente, se analizar la arquitectura desde la perspectiva de la percepcin, ya que la organizacin del espacio responde a cuestiones formales y principios arquitectnicos, ajustndose al orden perceptivo de sus constructores (Maana et al. op. cit.), considerndose los anlisis de circulacin (direccin y sentido, modos de acceso, recorrido y forma interna del espacio); visibilidad (dominio visual en un espacio construido a travs del movimiento) y visibilizacin (identificacin del orden y organizacin perceptiva de manera esttica). Instrumentalmente, se ocupar la ficha arquitectnica de Castro y colaboradores (1993), adems del manual de Ching (op. cit.). Relacin sumaria del modelo semitico de Meissner y colaboradores (2000)6 Metodolgicamente, se prosigue con la aplicacin de este modelo, que analiza semnticamente la arquitectura, atendiendo a la relacin directa con el medio cultural generativo y su contextualizacin histrica, definindose los anlisis: 1) sincrnico, con laPor restricciones de espacio, en otra oportunidad se expondr con mayor detenimiento el modelo y su aplicabilidad concreta en un tramo de camino mayor en Atacama, diverso arquitectnicamente hablando.6

descomposicin y clasificacin sintctica, semntica y pragmtica; y 2) diacrnico, con la obra en el contexto cultural, geogrfico e histrico. El modelo comprende a la arquitectura como una entidad totalizada, posibilitando su desarticulacin sistemtica en estructuras independientes por un proceso de adscripcin a un especfico sistema; procedimiento que reconoce signos adscritos a la estructura configuradora, espacialidad configurada y, si es posible, a sus relaciones interdependientes. Complementan la propuesta, los signos del espacio configurado o elementos de la composicin arquitectnica (Trabucco op. cit.), integrando los signos de la estructura y la espacialidad configuradora, con relacin a las determinantes sintcticas, semnticas y pragmticas, deduciendo los cdigos arquitectnicos presentes. En este sentido, se presenta el signo arquitectnico del modelo (Meissner et al. op. cit.: 170):Tabla 1.Signo arquitectnico: Intrprete Significante Significado Interpretante Sintctica Semntica Pragmtica Plano de expresin Plano de significacin Plano de utilizacin

A este proceder metodolgico, se incorporarn los datos arqueolgicos de los sitios, con la informacin de las excavaciones, los aportes cermicos, lticos, fechados, entre otros, cuando ellos estn disponibles, para contar con un marco histrico cultural e informacin conductual que pueda contrastarse con la data arquitectnica. Hasta el momento, se posee un registro superficial de los sitios y se ha dado comienzo al anlisis formal de la arquitectura. De este modo, se resumen a continuacin los primeros antecedentes arquitectnicos que hemos recabado en el Camino del Inka de El Salvador.

Sntesis de los restos arquitectnicos del Qhapaq an de El Salvador (ver Tabla 2) Las caractersticas del tramo estudiado, a lo largo de todo su desarrollo, permiten su inclusin dentro de la categora de caminos informales (Trombold 1991), por la existencia de una despejada senda (sensu Berenguer et al op. cit.), de un ancho promedio de 40 cm (Figura 3); solamente un angosto enlace de Sal 20 con la ruta, presenta una delimitacin lateral por piedras. De los 24 sitios consignados en el tramo, 16 presentan restos arquitectnicos, en su mayora asociados directamente a la ruta, salvo los aleros rocosos Sal 167, Sal 17 y Sal 24, y el taller ltico Sal 22, distantes 300 a 500 m del trazado vial. En trminos sintcticos, los sitios con arquitectura exhiben formas diversas (irregulares, subcirculares, etc.) (Figura 4), reducido tamao (menores a 4 m de dimetro en el caso de las estructuras circulares y subcirculares)- a excepcin del sitio Sal 9-, muros pircados de baja altura, aproximadamente 0.50 m de altura (considerando colapsos interiores y exteriores), predominando la hilera simple, sin argamasa y prcticamente sin hiladas, con exiguas definiciones rsticas, correspondiendo a estructuras uni y birecintuales de factura expeditiva. Las estructuras estn aisladas y adosadas a bloques errticos. Slo Sal 9 presenta planta ortogonal con dos estructuras rectangulares contiguas, de mediano tamao y muros dobles con relleno. Prcticamente todos los sitios, salvo Sal 9 en un quebrada, se localizan en sectores planos del Cerro Indio Muerto, en cerros islas o estribaciones, con7

Los sitios de El Salvador llevan la abreviatura Sal y un nmero correlativo a partir del 1.

excelentes condiciones de visibilidad hacia el llano y la cordillera. Por su parte, en Sal 3, Sal 10 y Sal 20 se consignaron cimientos de hitos pila. Mientras que pisos despejados abiertos y un hito tronco-cnico de 70 cm de dimetro (Figura 6), se ubicaron en un abra de Sal 6-7-8, junto a mineral de cobre molido, cermica Tarda y pequeos fragmentos de conchas, concordando con los pasos tradicionalmente ritualizados (Nez 1999: 182).

Figura 3. Camino del Inka en el tramo estudiado. Figura 4. Sitio Sal 5, con estructura subcircular. En su interior se recolect superficialmente cermica Diaguita III.

Piques

Sal 9

Figura 5. Sal 9 y piques. Figura 6. Hito caminero inka en abra o portezuelo, Sal 6-7-8.

Tabla 2. Evidencias inmuebles consignadasSitioSal 1

EstructuraE.1 E.2 E.3 E.4 E.5 E.6 E.7 E.1 E.1 (Hito) E.1 E.2 E.1 E.2 E.1 E.2 E.3 E.4 E.5 E.6 E.7 E.8 E.9 E.10 E.11 E.12 E.13 E.14 E.15 E.1 E.2 E.1 (Hito) E.2 (Hito) E.3 E.4 E.5 E.1 E.2 E.3 E-4 E.A E.B E.1 E.1 E.1 E.1 E.1 E.2 E.3 E.4 E.5 (Hito) E.1 E.2 E.1 E.2 E.3 E.4

Morfologa plantaOvoidal Subcircular Subcircular Irregular (muro) Circular Subcircular Irregular Irregular (muro adosado a bloque ) Circular (cimiento) Subcircular (forma de S) Arco (muro adosado a bloque) Irregular (muro adosado a bloque) Subcircular Subrectangular Subrectangular Subrectangular Subcircular Irregular Irregular Irregular Arco Arco Irregular Subcircular Subcircular Subrectangular Irregular (muro) Arco Rectangular Rectangular Circular (cimiento) Circular (cimiento) Arco Arco Subcircular Arco Arco Arco Arco Arco Arco Subrectangular Subcircular Subcircular (adosada a bloque) Subcircular (adosada a bloque) Subcircular Rectangular Subrectangular Subcircular Circular (cimiento) Rectangular (adosada a bloque) Subrectangular Subcuadrangular Subrectangular (adosada a bloque) Subcircular? Ovoidal

HileraSimple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Doble Doble

Vano1 puerta

OrientacinNE

Sal 2 Sal 3 Sal 4 Sal 5 Sal 6-7-8

1 puerta 2 puertas 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta

NO SO y NE SO NE N NE E N E SE SO NO

Sal 9 Sal 10

1 puerta 1 puerta

SO NO

Sal 12

Sal 13 Sal 14 Sal 15 Sal 19 Sal 20

Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Doble Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Simple Colapsada Doble

1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta 1 puerta

E E SE SE NO NO NO E E N

1 puerta

NO

Sal 21 Sal 23

1 puerta

S

Discusin y comentarios A partir del registro superficial de los sitios y del tramo, las recolecciones y los datos iniciales del anlisis arquitectnico formal8, se sintetizan en esta seccin planteamientos histrico-culturales sobre las construcciones camineras, postulando preliminarmente algunas de sus significaciones. Asimismo, se presentan determinaciones arqueolgicas, como que el camino del Cerro Indio Muerto corresponde a la continuacin de la ruta troncal incaica proveniente del Salar de Atacama (Niemeyer y Rivera 1983, Hyslop y Rivera 1984), recuperndose en el tramo la siguiente cermica diagnstica: nimas I, Ayquina, Diaguita III, Inka-La Paya, Inka Cusqueo y Saxamar. Por lo tanto, se poseen testimonios del uso de la ruta desde nimas, que luego se formaliza con el dominio inka. Sin embargo, su activacin debi ser anterior, por la alfarera Formativa atacamea de la MLT, anexada despus al camino inka (Gonzlez y Westfall 2005). Si nos basamos en la tradicional tipologa arquitectnica inka (Kendall 1976, Gasparini y Margolies 1980, Raffino 1981, entre otros), no sera posible adscribir la mayora de las estructuras al accionar incaico. Sin embargo, no objetamos que grupos caravaneros incaizados las hayan generado, puesto que en 22 de los 24 sitios se ubicaron evidencias prehispnicas, entre ellas Tardas, remitindose la cermica nimas slo a Sal 4, posiblemente el nico sitio de construccin verncula; tampoco descartamos la reutilizacin de estructuras, lo cual sera respondido por las excavaciones. Por otro lado, es significativa la disposicin estratgica de prcticamente todas las estructuras a la vera de un camino claramente incaico, presentando conspicua cermica Tarda y Cusquea. En consecuencia, consideramos que la mayora de las estructuras seran de poca inka, ocupadas como refugios temporales o parapetos, sin dejar de lado un uso ritual, por su concentracin en el mencionado cerro. Apoyara lo anterior Sal 20, ubicado en un cerro isla a 125 m al este del trazado vial, con estructuras en su cumbre, sendas formalizadas, un hito, conchas marinas, ausencia de piques mineros y de asentamientos, configurando un espacio con una ordenacin significativa, probablemente ritual e inka. El sitio Sal 9, con definiciones ortogonales, muros dobles, sello de cermica al parecer Tardo y piques cercanos, sustentara tambin la impronta del Tawantinsuyu; al igual que los hitos camineros del tramo. Morfolgicamente, los sitios y el camino de El Salvador, concuerdan con hallazgos presentes en el Qhapaq an del Alto Loa (Berenguer et al. op. cit.) y del Salar de Atacama hacia el sur (Niemeyer y Rivera op. cit.), conformando una identidad arquitectnica dentro de la vialidad incaica del desierto atacameo. La adscripcin de la mayora de los restos arquitectnicos al Perodo Tardo, pone en tela de juicio el postulado que en zonas de baja densidad demogrfica local, como en El Salvador, la impronta constructiva inka debiera presentar mayor pureza con respecto a zonas ms densamente pobladas (Berenguer et al. op. cit.), no sustentndose en la localidad por las pequeas construcciones presentes. Incluso la instalacin inka ms pura (a partir de un RPC), el Tambo de La Sal, se encuentra a 16 km al suroeste de El Salvador, alejado de la produccin minera del Cerro Indio Muerto, a diferencia de lo observado en El Abra,La aplicacin del marco terico-metodolgico, con la prosecucin del anlisis formal, espacial y de la percepcin, como del modelo semitico arquitectnico, se encuentra en desarrollo.8

Alto Loa, con una integracin entre distintiva arquitectura y los piques mineros explotados en poca inka (Salazar 2002). Por otro lado, no se poseen hasta el momento antecedentes para asimilar las estructuras del tramo a categoras como tambillos (Niemeyer y Rivera op. cit.) o tambitos (Cervellino op. cit.), porque sus depsitos aun no estn determinados, como tampoco su funcionalidad, pudiendo incluso corresponder a jaranas o paskanas caravaneras (Nielsen 1997) preincaicas, coherentes con la acentuada ocupacin del Intermedio Tardo atacameo de la MLT (Gonzlez y Westfall op. cit). Igualmente, las definiciones arquitectnicas de tambillo, tambito y chasquiwasi, tampoco estn fundamentadas en trminos arqueolgicos, pese a los aportes de Hyslop (1992), primando slo el criterio de proximidad al camino y sus reducidas dimensiones, insuficientes para precisar sus distinciones. Otra opinin en torno a las estructuras pequeas vinculadas a la ruta inka, son considerarlas como puestos de vigilancia, porque se emplazan en lugares de gran visibilidad, observando el trfico (Vitry 2000). Si bien es una posibilidad, se destaca la coercin y una perspectiva militar, olvidando que el Inka ms all de un control, genera su propia espacialidad en trminos sociales (Acuto 1999), siendo la arquitectura, el camino y los restos muebles sobre el trazado, los sellos institucionales incaicos denotativos. Por consiguiente, postulamos que las obras del tramo que adscribimos al Tawantinsuyu, conforman una arquitectura connotativa y mnemotcnica del poder del Inka, independiente del tamao y de la ausencia de monumentalidad, articulndose radicularmente desde el Qhapaq an, sacralizando y resemantizando el espacio de un distrito minero como El Salvador. Agradecimientos: A Divisin Salvador de Codelco-Chile y a la conservadora Carmen Castells. REFERENCIAS CITADAS Acuto, F. 1999. Paisaje y dominacin: La constitucin del espacio social en el Imperio Inka. Sed Non Satiata. Teora Social en la Arqueologa Latinoamericana Contempornea: 33-75. Ediciones del Tridente, Buenos Aires. Barthes, R. 1970. La semiologa. Editorial Tiempo Contemporneo, Buenos Aires. Berenguer, J., I. Cceres, C. Sanhueza y P. Hernndez 2005. El Qhapaqan en el Alto Loa, norte de Chile: un estudio micro y macromorfolgico. Estudios Atacameos 29: 7-39. Castro, V., F. Maldonado y M. Vsquez 1993. Arquitectura del Pukara de Turi. Boletn Museo Regional de La Araucana 4, T. II: 79-106. Cervellino, M. 2002. Informe de Complementacin a lnea de base Arqueolgica del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Damiana de Divisin Salvador, Comuna de Diego de Almagro, Provincia de Chaaral, Regin de Atacama. Estado de Conservacin del Camino, Pozos de

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