arquitectura palacial emiral en el enclave del templo de diana

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55 FICHA TÉCNICA Fecha: Abril de 1999 (1ª fase), Marzo de 2001 (2ª fase). Ubicación del solar: Recinto monumental del Templo de Diana (Foro de la Colonia). Nº registro: 7014. Promotor: Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida. Dimensiones: La documentación se limitó a la planta de un edificio del que se conocen unos 50 m 2 . Cronología: Romana (Fundacional-V), Tardoantigua (V- VIII), Altomedieval (VIII-IX), Califal-Taifa (X-XI). Usos: Templo, cantera, vertedero, área palacial, viviendas, calle. Palabras claves: Intramuros. Palacio emiral, vertedero tar- doantiguo, vivienda y silos islámicos. Equipo de trabajo: Dibujante: Valentín Mateos; Topógrafo: Javier Pacheco; Operarios especializados: Luis Hidalgo, Moncho Rodríguez, Pedro Ruíz y Julián Benítez; Arqueólogo: Miguel Alba. Arquitectura palacial emiral en el enclave del Templo de Diana Documentación arqueológica realizada frente a la fachada del Templo de Diana MIGUEL ALBA CALZADO [email protected] EDIFICIO PALACIAL VIVIENDAS VIVIENDAS CANTERA CANTERA CANTERA VERTEDERO TEMPLO FORO MEDIEVAL S. X - XIII ALTOMEDIEVAL : EMIRAL S. IX TARDOANTIGUO S. VI - VII S. V ROMANO S. I - V MODERNO Y CONTEMPORÁNEO MEDIEVAL CRISTIANO XIII ¿PALACIO? DIAGRAMA OCUPACIONAL

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Page 1: Arquitectura palacial emiral en el enclave del Templo de Diana

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FICHA TÉCNICA

Fecha: Abril de 1999 (1ª fase), Marzo de 2001 (2ª fase).Ubicación del solar: Recinto monumental del Templo de

Diana (Foro de la Colonia). Nº registro: 7014.Promotor: Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida.Dimensiones: La documentación se limitó a la planta de un

edificio del que se conocen unos 50 m2.Cronología: Romana (Fundacional-V), Tardoantigua (V-

VIII), Altomedieval (VIII-IX), Califal-Taifa (X-XI).

Usos: Templo, cantera, vertedero, área palacial, viviendas,calle.

Palabras claves: Intramuros. Palacio emiral, vertedero tar-doantiguo, vivienda y silos islámicos.

Equipo de trabajo: Dibujante: Valentín Mateos; Topógrafo:Javier Pacheco; Operarios especializados: Luis Hidalgo, MonchoRodríguez, Pedro Ruíz y Julián Benítez; Arqueólogo: MiguelAlba.

Arquitectura palacial emiral en el enclave del Templo de Diana

Documentación arqueológica realizada frente a la fachada del Templo de Diana

MIGUEL ALBA [email protected]

EDIFICIO PALACIAL

VIVIENDAS

VIVIENDAS

CANTERA

CANTERA

CANTERA

VERTEDERO

TEMPLO FORO

MEDIEVAL S. X - XIII

ALTOMEDIEVAL : EMIRAL S. IX

TARDOANTIGUO

S. VI - VII

S. V

ROMANO S. I - V

MODERNO Y CONTEMPORÁNEO

MEDIEVAL CRISTIANO XIII

¿PALACIO?

DIAGRAMA OCUPACIONAL

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Plano de situación.

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INTRODUCCIÓN

Si bien el Consorcio centra su actividad arqueoló-gica en las excavaciones preventivas de los solarespendientes de edificación, también tiene entre susobjetivos la investigación de los recintos monumen-tales integrados en el casco urbano. Por ello, entre laslíneas de actuación programadas para cada año, secontempla la de atender a la documentación paulati-na de los monumentos excavados mucho tiempoatrás que por lo general precisan revisión, recavar unainformación más completa y deducir su diacronía enlas etapas posteriores al mundo romano. Tales datosno sólo van encaminados a la puesta en valor de losmonumentos de cara a su presentación al público,también, y sobre todo, a aproximarnos con mayorfiabilidad al conocimiento de Mérida como un sóloyacimiento que encierra fragmentos de una secuenciahistórica de dos milenios, que pueden resultar para-digmáticos para entender la realidad arqueológica deotros núcleos urbanos de la Península.

La zona que nos ocupa se comenzó a excavar enlos años setenta y no se terminó hasta comienzos delos años ochenta, seguidas de varias publicacionesque se centraron en los vestigios romanos, funda-mentalmente dedicados al Templo de Diana en parti-cular y sobre el Foro de la Colonia en general (Álva-rez, 1976, 1982 y 1991). En el lugar donde debíaemplazarse la escalinata de acceso al podium, habíanaparecido unos muros de sillares de difícil interpreta-ción funcional y cronológica, por lo que se hallabaninéditos. Gracias a la documentación registrada en laexcavación de Morería (Alba, 1997: 295 y fig. 8) sepudo establecer un paralelo constructivo con el edifi-cio frente al templo. De este modo se efectuó unaprimera toma de datos en 1999, cuyos resultadosserían presentados en el congreso celebrado enMérida sobre Visigodos y Omeyas, un debate entre laAntigüedad Tardía y la Alta Edad Media (Mateos y Alba,2001: 160-162). De forma casi simultánea, en elmismo año de la publicación del congreso, aparecendos trabajos complementarios, uno sobre la secuen-cia de los edificios emirales de Morería (Alba, 2001)y otro sobre las tipologías cerámicas asociadas a talesconstrucciones (Alba y Feijoo, 2001), a los que remi-timos para dar contexto y mayor solidez a las argu-mentaciones del presente informe.

A comienzos del 2001, la dirección del Consorciodecide asumir un proyecto de revalorización integraldel templo de Diana y su entorno, fundamentado enel tratamiento especial que instaba el plan de ordena-ción urbana para todo el espacio del Foro de laColonia. Con motivo de los informes previos al plansobre potenciabilidad y actuaciones propuestas, pro-cedimos a una toma de datos pormenorizada sobre eledificio emiral que nos ocupa, mediante la redacciónde fichas de unidades estratigráficas de su estructuray de la sección del terreno que quedó sin excavar bajola Calle Sta. Catalina. La excavación se limitó a pun-tos muy concretos que no habían sido tocados en losaños setenta y ochenta. En total se registraron 48unidades estratigráficas, englobadas la mayor parte en3 actividades, con amplio predominio de las unidadesde tipo estructural frente a la de niveles de tierra porlas condiciones ya argumentadas.

Otra finalidad que perseguíamos era elaboraruna planimetría detallada de lo ya conocido y de lasnovedades incorporadas con la excavación, pues enel Consorcio a penas se contaba con un croquis quereducía la totalidad del edificio a dos dependencias;sin más datos sobre su posible continuidad. Conmayor precisión se había realizado la planimetría deltemplo y su en torno en el año 1995, firmada por eltopógrafo del Ayuntamiento D. Diego Jiménez porencargo del director del Museo D. José María Álva-rez, hecha pública por primera vez en el año 2003(Álvarez y Nogales, 2003: 175 y 97), que nos servi-rá de apoyo gráfico a este informe y muestra lo quese conocía entonces del edificio retomado para suestudio.

A partir de la puesta en marcha del proyecto delForo, impulsado por la directora científica Mª delMar Lozano Bartolozzi y considerado prioritario porel Consorcio durante los años siguientes, los trabajosarqueológicos serán dirigidos por Félix Palma (coor-dinador de documentación del Consorcio y respon-sable del proyecto Foro), a quien corresponde pre-sentar una investigación detallada de los restos roma-nos, por lo que aquí sólo serán mencionados más quepara ubicar el edificio emiral. Por último, fruto delrenovado interés por la zona se ha publicado unmonográfico sobre el templo de Diana con las con-clusiones de los trabajos arqueológicos realizados enlos años setenta y ochenta, junto con los materiales

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EDIFICIO EMIRAL

TEMPLO DE DIANA

TEMENOS

ZONA DE LA

ESCALINATA

DEL TEMPLO

PODIUM

EXEDRA

PLAZA

*

*

*

*

*

*

TEMPLO DE DIANA

PUNTOS INTERVENIDOS

*

N E

SO

LÁMINA 1Planimetría precedente (de Diego Jiménez en Álvarez y Nogales, 2003: 175) y puntos de intervención en 2001 -con indicaciones nuestras-.

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escultóricos, arquitectónicos y epigráficos rescatados(Álvarez y Nogales, 2003), donde se refieren lasestructuras romanas sobre las que se asientan los res-tos altomedievales objeto de nuestra atención.

Así pues, la presente aportación va limitada por elalcance de unas intervenciones muy puntuales en unazona ya excavada y por cotejar unos perfiles estrati-gráficos, a la espera de que en un futuro pueda levan-tarse toda la calle de Sta Catalina (asunto aceptadopor la Concejalía de Obras en el año 2001) para res-catar una parte mayor del edificio y proseguir ladocumentación que habrá de ofrecer una secuenciamás precisa.

DESARROLLO DE LA EXCAVACIÓN

Los trabajos se limitaron a la documentación deledificio del que se conocían sólo dos dependencias(de 4,55 m x 5,15 m una, y 3,75 m x 5,15 m la otra)sacado a la luz en las excavaciones acometidas dosdécadas atrás, en el frontal del templo, donde seemplazaría su escalinata (lám. 2). Del acceso al tem-plo a penas restan indicios de su cimentación pues ensu lugar aparecieron unos gruesos muros de sillaressin adscripción funcional y cronológica, que eviden-ciaban ser posteriores al mundo romano.

A partir de la superficie resultante de la excava-ción precedente (ue 0), una vez limpia de los aportesefectuados por la erosión del corte del terreno, seprocedió a hacer el desglose de unidades estructura-les que componían la parte visible del edificio, altiempo que se efectuaba la excavación en los siguien-tes puntos :

-Zona 1ª, en lado Este del edificio (bajo la calleSta. Catalina); se efectuó el recorte de la sección delterreno e identificación de las unidades estratigráficasdel perfil.

-Zona 2ª, interior Sur del edificio, donde queda-ban por excavar el fondo de dos silos abiertos en laroca.

-Zona 3ª, lado Oeste exterior del edificio, dondehabía quedado un nivel de vertedero (visible tambiénen la zona 1ª) que colmataba oquedades dejadas porlas estructura frontal del templo romano una vez quehabía sido expoliado de materiales constructivos.

-Zona 4ª, lado Norte exterior del edificio, en lafosa de fundación intacta del edificio altomedieval.

La descripción de la parte visible de la planta deledificio (A 1) corresponde como se ha apuntado ados dependencias que suman 11,93 m de longitud y7,05 m de anchura (lám. 2). La fábrica es por com-pleto de sillares, ocasionalmente retallados para ajus-tarlos entre sí y recortados en su mayoría en módulosasequibles al trabajo manual sin ayuda de máquinas.Van unidos con cal y trabados en el interior de cadamuro con colocación aleatoria a soga o tizón, sillarcon sillar, hasta alcanzar un grosor medio de 94 cm(99 cm donde más), bien adaptados, con lo que ape-nas precisa en el interior de materiales de relleno paraocupar los huecos, salvo muy localizadamente en quese recurre a cantos de río y abundante argamasa. Seda la particularidad en un paramento del muro ue 7de varias piezas de sillería dispuestas en vertical,

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LÁMINA 2Vista general de los restos del edificio emiral frente al podium del

Templo de Diana.

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mientras que en el muro ue 5 son todos tizones losque ocupan el ancho del muro (visible en ambosparamentos) aunque en los otros muros hay un pre-dominio de la colocación a soga, con cuñas en verti-cal y horizontal de cantos de río y fragmentos demármol (procedentes del enlosado veteado del foro).Las juntas entre los sillares de los paramentos llevanun encintado de argamasa, inclusive la parte no visi-ble por ser cimentación, que donde se ha perdidomuestra el retalle de algunos bloques para adaptarlos.

Todo el material de la obra es reutilizado, en sumayoría sillares romanos, alguno almohadillado y conlos orificios característicos de las gafas para asirlos,además de otras piezas heterogéneas incorporadas ala fábrica, perdida su función original, como unumbral o escalón, molduras, una dovela y múltiplesfragmentos de la pavimentación del Foro convertidosen calzos y en las referidas cuñas de mármol. La par-

ticipación de los canteros se limitó a preparar laspuertas, retallar los sillares ocasionalmente para ajus-tar la fábrica y despiezar algunos bloques romanos ensillares menores. El trabajo se llevó a cabo al pie deobra pues apareció abundante jabre en el relleno dela fosa de fundación.

La característica más llamativa de la planta es quedispone de contrafuertes exteriores (ue 9 a 19 y 48).Son de traza -con tendencia- cuadrangular (50 cm x63 cm; 49 cm x 59 cm; 66 cm x 50 cm; 65 cm x 57cm; 70 cm x 56 cm, etc) ligados a todos los murosperimetrales (lám. 6). Guardan una equidistancia aco-modada por tramos, de forma que median 2,05 m enlos de los de muros ue 5 y 3, y 2,45 m en ue 4, entanto que en otro segmento están separados 2,35 m y1,75 m. Se debe a que responden a un patrón queestablece su emplazamiento en los límites exterioresde las habitaciones y un tercero centrado e interme-dio respecto a los esquineros. Por ello no hay una

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LÁMINA 4Contrafuerte y paramento con encintado, cuñas y retalle de

los sillares.

LÁMINA 3Detalle de la fábrica.

LÁMINA 5Bloques retallados para ajustarlos.

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LÁMINA 6Plano con las unidades estratigráficas más relevantes.

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proyección en línea del muro ue 7 al exterior median-te un contrafuerte, sino que este (ue 15) se emplazafuera de la traza para mantener el ritmo. Por consi-guiente, estos elementos advierten de la distribucióninterior de las dos estancias. Es importante destacarque en el interior del edificio no existen contrafuer-tes, salvo en el citado muro que separa interiormentelas habitaciones (ue 7) donde el elemento ue 20,pudiera tener esa función (61 cm x 63 cm), pero seadosa al muro y no se une con él, lo que sugiere serobra con un sentido diferente (¿pilar, punto de apoyopara una escalera, ...?). En la habitación contigua, unaroza en el muro de 20 x 8 cm, pudo tener un come-tido similar (ue 40). Significativamente tampocoemplean contrarrectos constructivos los muros ue 5,6, 38, 39 y 42, por la misma razón, lo que revela asímismo que delimitan un espacio interior y la conti-nuidad de la planta del edificio hacia el este, por deba-jo de la calle Sta Catalina. Para confirmarlo, la exca-vación siguió a los muros ue 39 y 5, lo que por unlado tuvo como resultado la aparición de la puertaprincipal del edificio (ue 10) que delata el eje de sime-tría de la planta, y por otro averiguar que la parteconocida de ue 5 no era un contrafuerte, sino unpotente muro de carga que proyectaba la continuidaddel edificio bajo la calle Romero Leal.

Estos nuevos datos han sido claves para entenderla planta del edificio. El acceso principal, centrado enla fachada, comunicaba directamente a una sala onave de 4 m de ancho y una longitud aproximada de15 m, como resultado de reproducir la modulaciónde las dos habitaciones laterales y sumar una más, loque nos lleva a que el edificio dispuso de una cabece-ra destacada (precisamente donde los sillares se colo-caron todos a tizón, ver lám. 6).

El edificio conserva hasta tres hiladas superpues-tas de sillares donde su alzado es mayor (1,32 mdonde más) y a penas entre una y dos en casi toda laplanta (con una media de 40 cm de altura), por habersido desmantelado (ue 1). El expolio afectó irregular-mente a la conservación de algunos muros y contra-fuertes, de los que quedan sillares descolocados oausentes. Resta lo que no pudo extraerse por la difi-cultad de ser cimiento. El nivel más alto de la roca, enla parte norte junto al podium, favoreció la conserva-ción de los cimientos mientras que en la zona sur, denivel de tránsito más bajo por causa de corresponder

al espacio abierto de plaza del foro, la conservaciónes peor.

Las puertas documentadas son tres, al menos dosde ellas de idénticas medidas, aunque una pertenece auna estancia y la otra a la entrada principal del edifi-cio (ue 8, 9 y 10). Las jambas poseen mochetas deprotección de la carpintería a cada lado, de modo quesu anchura es de 93 cm en la parte más estrecha y1,28 m en el batiente de la puerta (lám. 6). Lasmochetas, sobresalientes 16 cm a 20 cm, están talla-das ex profeso; en su base no aparecieron indicios delas quicieras. El acceso de la fachada se destacaba conun resalte de medio metro ensanchado del muro, loque servía de enmarque ornamental al vano y le per-mitía prescindir de los contrafuertes. Como ya se haapuntado, en el edificio quedan sillares movidos, enpleno proceso de desmonte, debido a lo cual una de

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LÁMINA 7Detalle de una de las puertas con mochetas talladas.

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las puertas interiores (ue 9) perdió sus jambas, mos-trando una anchura excesiva (3 m) que no concuerdacon los otros dos vanos conocidos.

En relación con el templo (ue 21), el edificio guar-da una separación respecto al podium retranqueado(ue 22) mediante un frente restaurado con sillares, demás de dos metros y medio de alzado (ue 23, con unaparejo muy diferente a A 1). Por otro lado, se super-pone a los restos previamente eliminados del accesoy de la exedra monumental (A 2) del templo, sobre laimpronta de los bloques de cantería que constituíansu alzado, a su vez asociados una cimentación corri-da de hormigón romano abierta en el firme rocosoenrasado (ue 37). Sin embargo, no hay que atribuir alnuevo edificio la destrucción de la escalinata del tem-plo (ue 25), ni de su exedra (ue 43), ni el desmontesistemático del enlosado marmóreo del foro (ue 27),pese a la presencia referida de calzos, pues sobre lasuperficie resultante del expolio (A 3) se acumularonvertidos domésticos formados por cenizas, carbones,huesos y cerámica efectuadas a mano y a torneta,propias de una etapa avanzada visigoda, que sonanteriores a la construcción que nos ocupa.

Pasaremos a continuación a referir los datos reca-bados por la excavación para aproximarnos a la data-ción del edificio, su fundación, vigencia y amortiza-ción, al menos relativa.

En el perfil de la Calle Sta. Catalina, se apreciacómo con posterioridad al robo del edificio se pro-duce la edificación de viviendas modestas de épocaislámica plena y nuevos aportes de tierra sirvieron de"protección" a los restos que han llegado a nuestrosdías. Sobre la ubicación del edificio ya amortizado seedificaran muros con pies derechos de sillares equi-distantes y alternancia de paños de mamposteríaunida con tierra (ue 34), a tramos de 1,90 m, 1,36 my 1,16 m, y se excavaran al menos dos silos (ue 30 y32) desde un nivel de tránsito (ue 35) muy superior ala superficie de robo dejada por el expolio del edifi-cio. En el perfil de la excavación que quedó comotestigo aledaño a la Calle Sta. Catalina, se adviertecómo estos muros que sirvieron de cantera de silla-res y el que se le superpone con una tipología Califal-Taifa (por analogía con otros conocidos en Morería),continúan sus plantas por debajo de la mencionadacalle. La superficie de amortización (ue 36) es coin-cidente en todo el muro, cuando se originará la calle

Sta. Catalina, tal vez ya en la etapa medieval cristiana(si no antes). En los mencionados silos (de 1,70 m dediámetro y 1,62 m; con colmatación respectiva ue 31y 33) excavados desde niveles superiores al edificioya desaparecido, que no fueron completamente des-enterrados en los años ochenta, aparecieron algunascerámicas que pueden ser asociadas a la etapa pro-puesta para las viviendas islámicas. Se trata de variosfragmentos de jofaina con vidriados de excelentecalidad (amarillos y melados claros) con decoraciónde manganeso, y anillo solero, junto con cerámicaspara agua pintadas con trazos finos y digitados enblanco, y una olla con escotadura poco marcada,pared fina y vidriado interior, datados en el siglo XI.Estos vestigios no delatan la cronología de amorti-zación del edificio, tan sólo la reocupación domésti-ca del lugar cuando ya no quedaban restos emergen-tes de aquel.

En cuanto a los precedentes, bajo los restos soca-vados del bloque de hormigón del relleno de la exe-dra romana (ue 24, de 5 m de longitud, 1,69 m deancho y 1,76 m de altura), en oquedades resultantesde su expolio, se acumularon vertidos de ceniza, hue-sos y cerámicas (ue 29), de las mismas característicasa los contextos que quedan en las secciones del terre-no excavado hasta las calles que son anteriores al edi-ficio. Las cerámicas recogidas nos remiten a la etapavisigoda avanzada, tanto sus morfologías (ollas deborde exvasado y cuello corto, barreños sencillos,dolium de pequeña capacidad, etc.) como sus factu-ras a mano, torneta o tornos de giro lento. Pero hayque tener en cuenta que tales cerámicas pertenecen alos niveles inferiores del vertedero pues los superio-res fueron retirados en la excavación de los añosochenta. Sobre este vertedero se excavaron lascimentacioenes del edificio.

De mayor alcance resultó la excavación de la fosade fundación ue 45 del muro de fachada ue 2, abier-ta en la roca, con una anchura media de 90 cm y unaprofundidad superior a un metro, donde en el relleno(ue 47) se vertió cal sobrante de las mezclas, jabre delretalle y despiece de los sillares, y fue soterrada conaportes procedentes del vertedero tratado más arriba.Algunas de las cerámicas halladas son análogas a lasdel contexto ue 29, pero la mayoría ofrecen una data-ción más amplia, más reciente. Revueltas con las pro-pias de la etapa visigoda avanzada, aparecen otras

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genuinamente emirales (lám. 11 y 12), como las ollascon escotadura, la fuente de borde almendrado, elcántaro y la tinaja de perfil abierto y engobe dealmagra. Estos materiales tienen en común una fac-tura a torno rápido y las peculiares pastas de colorpardo y desgrasante con mica negra brillante, quemarcan la pauta en el siglo IX. El conjunto coincidecon el repertorio de formatos conocido en Mérida(Alba y Feijoo, 2001) al que hay que añadir una escu-dilla inédita (lám. 12). Estos materiales son la prue-ba más fiable para establecer una datación fundacio-nal posterior a la etapa visigoda. No obstante, paraposibilitar un futuro contraste de interpretaciones,han sido respetados como testigos una parte de loscontextos del vertedero tardoantiguo y del rellenode la fosa de fundación, donde podrán hallarse másmateriales.

Por último, los robos de las estructuras romanas(A 3) son anteriores al vertedero de época visigoda,por lo que de acuerdo con lo observado en otrospuntos de la ciudad, cabe proponer una datacióncomprendida desde el siglo V en adelante para laexplotación parcial como cantera de esta parte delForo. La reocupación doméstica en época visigoda delos antiguos ámbitos públicos romanos genera nive-les de basuras y escombreras en los espacios despeja-dos como el presente.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA OCUPACIÓN DEL SOLAR

Las dos dependencias conocidas son sólo unaparte de un edificio con mayor desarrollo en planta.A partir de la simetría que suele caracterizar a lasplantas de construcciones análogas conocidas enMérida, organizadas mediante un eje axial, propone-mos su reconstrucción en la lámina 9. La excavaciónha permitido confirmar la continuidad del edificiobajo las actuales calles de Romero Leal (donde seemplazaría su cabecera) y de Sta Catalina (donde seduplicarían afrontadas las habitaciones conocidas). Elempleo de contrafuertes únicamente al exterior y laaparición de la puerta centrada en la fachada princi-pal, han sido claves para entender la organizacióninterior (duplicada en planta a partir de lo conocido).Sus potentes cimientos, profundos y anchos, fábricade sillares y contrafuertes apuntan a un alzado de dosplantas y al uso de bóvedas en la inferior.

El edificio de nueva planta es unitario y se pro-yectó exento en relación al antiguo templo, de modoque, por un lado, el acceso principal comunica alespacio lateral del podium, donde parece que habríauna zona abierta o patio, y por otro lado su fachadase separa lo suficiente del frontal (4,55 m) como paradejar un paso semejante al ancho de las calles de laurbe antigua.

¿Cabe atribuir el desmantelamiento completo de laescalinata del templo a causa de emplazar el nuevoedificio? No parece que así fuera, pues quedan indi-cios del contexto de vertedero tardoantiguo colma-tando el negativo de las estructuras romanas expolia-das. Por consiguiente, el templo ya habría perdido suacceso con anterioridad. En este sentido hay que lla-mar la atención sobre la restauración de sillares que seacomete en el nuevo plano de fachada para habilitar

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LÁMINA 8Fosa de fundación.

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LÁMINA 9Reconstrucción de la planta del edificio.

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los restos del templo a un nuevo uso, previsiblemen-te residencial y bien defendido, tal vez ya reutilizadocomo palacio en época visigoda. Las ventajas dellugar, céntrico preeminente y elevado, "desde el quese atalayase" la ciudad son referidas por Moreno deVargas en el siglo XVII (1987: 79), cuando porentonces era casa señorial, pero esas mismas venta-jas habrían sido una constante en la reutilización deledificio romano gracias a lo cual ha llegado hastanuestros días. El aprovechamiento del podium, biencomo continuidad de un edificio palacial ya en épocavisigoda o bien creado para este fin en la etapa emi-ral, al que se suma el emplazamiento del edificio quenos ocupa, sustentan la hipótesis de un complejopalacial con varias construcciones concentradas eneste punto privilegiado de la ciudad, que bien pudie-ron alojar al gobernador omeya. Por lo demás lazona posee una fuerte carga simbólica, como perpe-tuación legítima del poder heredado por derechos deconquista, en la línea a los argumentos dados sobrela reutilización de materiales de arquitectura decora-tiva romana y de época visigoda (Cressier, 2001: 323;Valdés 1995: 295), solo que aplicado también allugar.

En conclusión, asociamos este edificio de nuevaplanta con el que existiese sobre el templo (jerárqui-camente el más importante) y otros que puedan apa-recer en las inmediaciones, como el que cuenta concimentaciones de 1,55 m de grosor superpuesto a lapiscina ritual del témenos (Palma, 2003: 432), for-mando parte de un complejo palacial de obras con-secutivas, es decir, no necesariamente coetáneas en sucreación pero sí finalmente en su uso.

Los datos estratigráficos apuntan a que el nuevoedificio se construye con posterioridad al expolio dela escalinata del templo y de su exedra, y al de unaporte importante de vertidos domésticos de épocavisigoda, cuando hay un predominio de cerámicaselaboradas a torneta o torno bajo, característico de laVII y buena parte de la VIII centuria (Alba, 2003 yAlba y Feijoo 2003), con presencia de cerámica emi-ral en la fosa de cimentación (Alba y Feijoo, 2001).En cuanto a la constatación de su amortización, losrestos de una vivienda califal o taifa que se le super-pone cuando ya había sido desmantelado y los mate-riales cerámicos relacionados con los silos, indicanque ya en el siglo X u XI no existía. Luego, la vigen-

cia del edificio pudiera restringirse a la etapa emiral,dentro de la novena centuria.

A partir de su sistema constructivo y de la coyun-tura histórica más favorable que trasmiten las fuentessobre la capital de la Marca Inferior, la datación delnuevo edificio, se podría llevar desde finales del sigloVIII a las primeras décadas del IX, en tiempos de losemires Hisham I (788-796) o de Al-Hakam I (796-822), cuando las ciudades reciben un notable impul-so y hay una implantación efectiva del poder en lascentros urbanos de más relieve en época visigodacomo Toledo o Mérida. Hay que destacar que entiempos de Abderramán I, su hijo Hisham fue gober-nador de Mérida hasta su nombramiento como emir,por lo que resulta factible la creación entonces de unanueva arquitectura. Sin embargo, la cerámica aporta-da por la fosa de fundación apunta a una cronologíadel s. IX (no tan temprana como el siglo VIII, salvoque las características ollas de escotadura aparezcanya con anterioridad al siglo IX).

Conocemos otros edificios en Mérida (Mateos yAlba, 1999) que hemos interpretado como palacios opalacetes que prestarían un servicio residencial ygubernamental, representativo del poder que ostentanlas élites que participan en la creación (y consolida-ción) del estado Omeya. A este fin sirve la gran estan-cia central, que con 55 m2 (unos 15,30 m de longitudy 3,60 m de anchura) se concibe para recibir a unnúmero importante de personas, en tanto que laspuertas protegidas de las estancias laterales (de 19 y 23m2 respectivamente) le confieren un uso reservado delespacio. El empleo de mochetas en las puertas supo-ne un propósito defensivo o cautelar (¿se guardabandocumentos o cosas de valor?, ¿miedo a revueltas?).Por último, la proximidad y proporción del podiumdel templo y el grosor de los muros, con casi un metrocon robusta fábrica de sillares cimentados en la roca,permiten apuntar la posibilidad de que tal vez dispu-siera de más de una planta en altura. No obstante,aunque ignoramos si existió una conexión en alzadoentre este palacete y el podium mediante un pontónabatible, parece claro que a un nivel inferior se encon-traban comunicados desde un espacio libre másamplio y común.

Su aspecto exterior, a primera vista, recuerda a laarquitectura cultual cristiana, pues es compacta,simétrica, prescinde de patios interiores y es muy

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robusta, pero no su planta, con unos 139 m2 útiles,compartimentada en estancias con accesos indepen-dientes desde una nave central estrecha. Posee unarelación evidente con dos de los edificios excavadosen su totalidad en Morería (Alba, 1997: fig. 8; y2001: 288 y ss). Aquellos también se distribuyen deforma simétrica a partir de un gran salón central, osala de audiencias, a eje del edificio, pero su mayorafinidad se establece con el que posee contrafuertesequidistantes. Ni Sta. Eulalia ni el Xedodochium(Mateos, 1999), por citar dos edificios de época visi-goda bien estudiados, cuentan con contrafuertespero sí que constituyen un recurso habitual en laarquitectura asturiana del siglo IX. Allí está clara-mente asociada al poder en obras promovidas porlos reyes en la fundación de Oviedo; precisamentedurante el siglo que más contactos se produjeronentre los emeritenses y el reino astur en busca dealianzas que alentarán la sedición de la poblacióndescontenta con la presión creciente ejercida porCórdoba.

En el mundo bizantino los contrafuertes exterio-res suelen rematar en arquerías ciegas, mientras queen la arquitectura asturiana suelen alcanzar mediaaltura o llegar casi hasta el tejado, y quedar corona-

dos en talud. Ejemplos de las primeras soluciones,son el Mausoleo de Gala Placidia (Rávena) y en SanFructuoso de Montelios (Braga), y en el segundo,numerosos casos de edificios erigidos en tiempos deAlfonso II (788-842) y de su sucesor Ramiro I (842-860) en la capital astur, como el palacio urbano deOviedo (datado en el año 812) y el palacio rural deSanta María del Naranco (fechado a mediados delsiglo); además de ser una constante en la arquitectu-ra cristiana de la novena centuria, con numerososejemplos como San Miguel de Lillo (mediados delsiglo IX), Santa Cristina de Lena y San Julián de losPrados en Oviedo, la Cámara Santa de Oviedo, etc. yen edificios más tardíos como San Salvador deValdedios o en San Adrián de Tuñón, fundados entiempos de Alfonso III (pueden consultarse en laobra de Fontaine, 1978). El influjo de este tipo dearquitectura presente en Mérida es más probableestablecerla desde Al-Andalus hacia el reino Astur yno al revés. No obstante, habrá que valorar el alcan-ce de conexiones más lejanas, como el papel emisory receptor del imperio carolingio, pues en aquellosterritorios también contamos con fábricas de sillaresretallados, como la iglesia de San Germán enAuxerre y la presencia de contrafuertes exteriores,

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LÁMINA 10Reconstrucción propuesta (según Alba y Feijoo), emparentada con la arquitectura Asturiana Altomedieval.

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como en la iglesia de Germigny-des-Prés (cerca deSaint Benoît sur Loire), recogidas en el estudio deXavier Barral (2002). E idéntica reflexión cabe plan-tearse, con mayor fundamento, en los territoriosomeyas extrapeninsulares. En la cultura irania y engeneral en el mundo persa sasánida, existía una tra-dición de siglos de arquitectura palacial (compactosvolúmenes, empleo de bóvedas, plantas cuadradas orectangulares, ordenadas y en trama...) que influye enel mundo bizantino (Ortega, 1993: 269). Ambascorrientes sirven de inspiración a la arquitecturapalacial Omeya en ciudades o desperdigadas por elterritorio, sirvan de referencia para el primer caso elKasr Amman (antigua ciudad de Philadelphia) ejem-plo de arquitectura palacial, compacta y simétrica,con contrafuertes y sillería retallada (Stierlin, 2002:80) o los denominados "palacios del desierto" enJordania donde existe la mayor concentración deconjuntos palaciales omeyas (Asad y Bisheh, 2000:109- 139). Por su parte, la arquitectura bizantina rea-lizada en la antigua Capadocia posee manifestacionesque sorprendentemente recuerdan a lo que se estáhaciendo aquí, como las denominadas "Binkir kilise"("las mil y una iglesias"), robustas, con aparejos desillares retallados, arcos de herradura, empleo debóvedas y de ventanas geminadas o triples(Krautheimer, 1984: 191, fig. 125 y 126) que sugierenvías de conexión (directas, indirectas) entre oriente yoccidente que dan una idea de la complejidad delmundo altomedieval, frecuentemente subestimadoen comparación al romano.

Otra peculiaridad ausente en la arquitectura visi-goda de Mérida es el empleo del aparejo de sillaresretallados. Si bien es cierto que esta técnica se da eniglesias tradicionalmente consideradas de época visi-goda como Sta Comba de Bande (Orense) o en SanPedro de la Nave (Zamora), recientes investigacionesproponen retrasar sus fábricas después del año 711(Caballero, 2000). En tanto que es una de las caracte-rísticas de obras "mozárabes" o "prerrománicas"como Sta María de Melque (Toledo), San Millán de laCogolla, San Miguel de la Escalada, Sta Cristina deBarriosuso (Burgos), San Miguel de Celanova(Orense) y en San Miguel de Olérdola (Barcelona),entre otras -pueden verse imágenes de sus aparejosen la recopilación de Fernández Arenas (1972)-.Significativamente, los retoques para ajustar los silla-

res también están presentes en la arquitectura asturia-na del siglo IX, como las citadas Sta María delNaranco y Sta Cristina de Lena (Oviedo). Por último,un rasgo novedoso, como es el acceso principalsobresaliente, destacado en fachada, lo encontramostambién en San Miguel de Lillo.

En conclusión, el edificio estudiado no es uncaso único ni aislado en Mérida, es un ejemplo másde arquitectura palaciega, con una función polivalen-te de tipo representativo, administrativo y político.La capital de la Marca Inferior cuenta con numero-sas construcciones de gran porte asignadas a la etapaemiral, construidas en la zona perimetral intramuros(en una banda de seguridad creada en la octava cen-turia) y en los enclaves más céntricos y con fuertesimbolismo como el Foro de la Colonia (como elque nos sirve de muestra) y el llamado "ForoProvincial". Hoy por hoy conforman el mayor con-junto de arquitectura civil de la Península, aunquenecesariamente habrán de aparecer también enCórdoba, Toledo y Zaragoza. Se trata de un fenó-meno nuevo que se materializa en esquemas arqui-tectónicos y plantas sin paralelos locales en las eta-pas romanas y visigoda. Sus heterogéneos sistemasconstructivos resultarán claves para aportar nuevasargumentaciones al debate centrado hoy, casi exclu-sivamente, en la arquitectura religiosa que conven-cionalmente conocemos como "mozárabe" o pre-rrománica (Caballero, 2000 y 2003) para deslindarlade la de época visigoda (Arbeiter, 2003).

TRATAMIENTO DE LOS RESTOS

En el año 2001, en reunión mantenida con elequipo de la Gerencia de Plan Especial deUrbanismo y el concejal de obras del Ayuntamiento,el equipo técnico del Consorcio propuso excavartoda la calle Sta. Catalina para realzar la visión delTemplo de Diana y recuperar una parte más ampliadel edificio emiral. La propuesta fue bien acogidapues al no haber vecinos en la zona se pueden elimi-nar las conducciones que surcan el subsuelo de lacalle, en tanto que el tránsito peatonal hacia la calleSta. Eulalia podía ser restablecido mediante unapasarela. El asunto quedó pendiente hasta que sereuniesen los fondos necesarios para abordar los tra-bajos.

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CONTEMPORÁNEO XX

TARDOANTIGUO : VISIGODO

ROMANO ALTOIMPERIAL

ALTOMEDIEVAL: EMIRAL S. IX

MEDIEVAL ISLAMICO S. X - XIII

S. VI - VIII

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MEDIEVAL CRISTIANO (?) XIII

Diagrama de unidades estratigráficas y actividades.

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LÁMINA 11Materiales emirales hallados en la fosa de fundación (asa con graffiti, cuenta vítrea de collar, piezas para agua y dos ollas con escotadura).

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LÁMINA 12Materiales emirales hallados en la fosa de fundación (cántaro, escudilla, fuente y barreños).