arquitectura medieval - universidad nacional de … · figura c ^ • mapa de ... coo n su entorn...
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Universidad Nacional seccional manizales
ARQUITECTURA MEDIEVAL fundamentos socialesf políticos, económicos y filosóficos
Patricia Noguera de E.
A G O S T O DE 1984
TABLA DE CONTENIDOS
INTRODUCCION pag
1. ANALISIS HISTORICO DE LA EDAD MEDIA 1
1.1. POSICION AHISTORICA 3
1.2. POSICION ROMANTICA k
v 1.3. POSICION DIALECTICA . .. 5
-2. ANTECEDENTES SOCIOPOLITICOS Y ARQUITECTONICOS DE LA EDAD
MEDIA 8
2.1. CAIDA DE ROMA 10
2.2. LLEGADA DE LOS BARBA POS 10
2.3. LA ROMA CRISTIANA ANTERIOR A LA CAIDA 11
2.3*1« Cristianismo y política 13
2.3.2. Cristianismo y cultura 13
r 3. POLITICA, ECONOMIA Y APTE DESPUES DE LAS INVASIONES BAR-
BARAS 16
, 3.1. GENESIS DEL CASTILLO MEDIEVAL 16
,3.2. SIGNIFICADO DEL CASTILLO MEDIEVAL 17
•3.3. DESAPARICION DE LA ARISTOCRACIA CIUDADANA 18
• 3.4. DECADENCIA DE LA CIUDAD IMPERIAL Oh/NA Y APOGEO DE LA
CIUDAD MEDIEVAL 20 / - k. ISLAMISMO EN EUROPA. SIGLO VII 24
/¿,.l. PROBLEMAS CREADOS POR LOS ARABES EN EUROPA 25
IV
1 4.2. UNIFICACION DE SÜPOPA CON BASE EN LA PELIGIO?. CRIS "IANA 26
¿+.3. AL 3;JC ,'.::TPC DE DOS CULTIPAS 29
ü.3.1. Arquitectura Islámica en Eiropa y su simbología 29 4.3.2. Un nuevo modelo de vivienda para Europa y para Hispa-
noamérica 32
5. SURGIMIENTO EN EUPOPA DE UN GRAN IMPERIO 37
5.1. LA RELIGION, UN MECANISMO DE UNIFICACION 37
5.2. LA EDUCACION ECLESIASTICA 38
5.3. LAS INSTITUCIONES MONASTICAS 41
5.4. CULTURA Y ARTE 43
5.4.1. Cultura 43 5.4.2. Arte 44 5.4.3. Arquitectura 44
6. NUEVAS INVASIONES BARBARAS E- EL SIC-LC X 49
6.1. CISMA POLITICO 49
6.2. VULNERABILIDAD DE EUROPA 51
6.3. LOS NORMANDOS I UNA NUEVA EUROPA 52
6.3.1. Evolución económica y nueva tecnología 54 6.3.2. Evolución cultural 60 6.3.3. "volución urbanística 68
7. NACI?- I E K T C DE UN N, EVO ESTILO 75
7.1. F UN DA MEE T A CIOE FILOSOFICA DEL GOTICO 76
7.1.1. Tomás de Aquino 77 7.1.2. Francisco de Asis y Domine-o de Suzmán 77
7.2. EL GOTICO Y LA NUEVA SOCIEDAD 79-/ 7.3. EL GOTICO/? LAS NUEVAS TECMCAS CO.. :TR JCtIVAS SO
'7.4. C NOL!.>'. i:...-,S 06
BIBLIOGRAFIA 89
V
LISTA DE FIGURAS
FIGURA 1. Planta basilica! romana. Basilica de Pompeya, planta esquemática. Esquema de planta basili-cal paleocristiana.
Pag 15
FIGURA 2 . Castillo medieval. Los muros medievales de Carcasona.
18
FIGURA 3 . Ciudad imperial romana. Plano de Roma en la época de Constantino.
19
* IGURA 4 . Arquitectura bizantina. Planta de Santa Sofia. Santa Sofía. Vista exterior.
20
FIGURA c ^ • Mapa de Austrasia. 24
FIGURA 6 . Arquitectura árabe. " ausoleo del ^ah Mahal. 28
FIGURA 7 . Planta de una vivienda árabe. Casa en Damsco. 28
FIGURA • Planta ce la catedral de Santiago de Compos-tela.
29
FIGURA 9 . Planta de catedral románica: Sainte- Foy de Conques.
31
-'TGURA 1 0 . Planta de la iglesia de Cluny III. Bóveda de arista. Bóveda de cañón.
34
"IGURA 1 1 . Esquema de contrafuertes. Contrafuertes y arbo-tantes de fines del siglo XIII.
72
FIGURA 1 2 . Vitrales del gótico. Vitral de la catedral de Gloucester. Estilo perpendicular. (s.XIV).
72
FIGURA 1 3 . Planta de catedral gótica. Planta de la catedral de ^eims iniciada en 1211.
74
FIGURA 1 4 . Esquema de catedral gótica: Chartres (Francia)
VI
88
INTRODUCCION
Dada la experiencia de carácter interdisciplinario que se ha ve-
nido realizando en la carrera de arquitectura, de la Universidad
Nacional sede Manizales, específicamente en el área de historia
y que ha consistido en que estas cátedras sean diccadas por un ar-
quitecto y un humanista de tal manera que en el estudio de esta
materia se trabaje haciendo un ensamblaje entre el aspecto formal
del análisis arquitectónico con el aspecto conceptual del análisis
socioeconómico, he decidido como profesora humanista dentro del á-
rea de historia realizar el presente ensayo sobre los fundamentos
sociales, políticos, económicos y filosóficos ce los cuatro esti-
los arquitectónicos más sobresalientes de la Edad Media: Bizanti-
no, Islámico, Románico y Gótico.
Este ensayo reco-ila una serie de lecturas, apuntes par clase,
documentos e ideas propias, sobre la edad rr.edia y el hecho arqui-
tectónico, que han formado parte del material particular para la
realización de 1 a cátedra. Busca también convertirse con las de-
bidas sugerencias de los compañeros profesores v estudiantes de
la materia/' en un texto resumen que a la vez que sintetiza de al-
guna manera la relación entre la evolución arauitectónica y la
evolución social en la Europa medieval, puede servir de base pa-
VII
ra la realización, mucho más completa, documentaba y detallada
de un texto ^uía para la cátedra de Historia IV, realizado por un
grupo interdise i-linario.
Les limitaciones de este trabajo, son las mismas de los campos di-
ferentes que toca la historia de 1- arquitectura. Sin embargo, y
para tratar de obviar las limitaciones que existen en el desarro-
llo de este ensayo, dentro del campo del análisis formal, estruc-
tural arquitectónico, me asesoré de estudiantes y profesores ar-
quitectos para que al menos pudiesen quedar esbozadas ciertas lí-
neas comparativas de análisis arquitectónico y formal dentro del
camco conceptual.
La metodología era oleada para la realización de este ensayo, fué
la recopilación de datos e ideas por medio de lecturas, discusio-
nes, mesas redondas, confer ncias dictadas ror los compañeros ar-
quitectos y estudios bibliográficos. Luego, y siguiendo un orden
hasta cierto punto cronológico, ordené estos datos para darles
coherencia y redacté sucesivos borradores que leíaos varias veces
fueron complementados, corregidos y reorganizados, para dar como
resultado final este trabajo.
La finalidad ./que persigo es que este texto sea utilizado ror los
estudiantes de historia IV, cuyo programa es la evoca de la edad
media; por esta razón he tratado de que el vocabulario sea senci-
llo pero adecuado al nivel; he buscado así mismo, ilustrar con
imá.?enes los puntos que creo fundamentales dentro de los temas a- •
VIII
nalizados, de manera q e haya una relación entre la imagen y el
discurso, la imagen como resultado del discurso, y este como ba-
se de la imagen: por esto también busqué realizar una clara conceo-
tualización y explicar algunos términos que pueden ser desconoci-
dos para algunos estudiantes. Es mi deseo que este trabajo sirva
como punto de apoyo para los estudiantes dado que su función es
eminentemente didáctica y espero que al ser leído, sea comrlemen-
tado y criticado con seriedad de tal manera que sea el punto de
partida de otra serie de trabajos de este estilo, que son funda-
mentales dentro de la búsqueda de un meyor rigor investigativo
que existe dentro de la universidad, y que ésta actualmente se em-
peña en desarrollar.
Suiero finalmente agradecer la gran colaboración, tanto intelec-
tual como material de mi esposo y amigo Jorge Echeverri, y mis
queridos amigos y colaboradores Carlos Felipe Mejía y Jorge Her-
nán Valencia, lo mismo que a los estudiantes y compañeros de cá-
tedra que en una u otra forma han tenido que vor con la realiza-
ción de este trabajo.
IX
1. ANALISIS HISTORICO DE LA EDAD MEDIA
Uno de los problemas epistemológicos más profundos que ha tenido
el hombre, es el problema del conocimiento. Es tal vez el motor
que ha movido la historia, siempre tomando domo panto de partida
la realidad, es decir, la constante interrelaci&n entre el hom-
bre y el mundo que lo rodea. Un conocimiento erréneo o superfi-
cial de la realidad, nunca nos llevará a un concepto claro, ob-
jetivo y auténtico de ella.
En nuestro caso concreto, la realidad en cuesti&n es la realidad
hist&rica, que debe ser vista como una relación constante entre
el sujeto y el objeto que hacen la historia. En este sentido, "la
realidad no es pues, algo estático, sino que vive en un movi-
miento permanente que lleva a establecer diversas relaciones que
le den vida y sentido"."*"
Pero, ¿cuáles son los 'caminos' para conocer la realidad? A tra-
vés de todas las épocas de la historia del hombre, se ha visto
como éste ha querido conocerse a sí mismo, conocer los misterios
del mundo, y explicarlos.
^"LOPEZ, José Oscar. La toma de conciencia. Kanizales, Universi-dad Nacional de Colombia, 1982. pag. 14.
1
Los caminos que el hombre ha tomado son m<iples y complejos,
además de que son el reflejo de sus necesidades e intereses his-
tóricos.
Un camino ha sido la experimentación, el contacto con el 'obje-
to' de estudio, relacionándolo con su entorno y explicándolo por
medio de leyes desde su origen hasta su fin tiltimo.
Otro camino ha sido el del desarrollo de la idea, dándole expli-
cación por si misma, aislada del contexto natural o material,
negando incluso la identidad de lo material, explicándolo sólo
como concretización transitoria o pasajera de la idea.
También se ha utilizado como camino para conocer y explicar la
realidad, el de interrelacionar la idea con la materia, sin ne-
gar la necesidad de las dos, pero yuxtaponiendo la idea como
'principio' o esencia fundamental del ser de la materia.
El camino filosóficamente inverso al anterior, es explicar la
realidad del hombre interrelacionando el devenir del pensamiento
con el devenir material, en forma inseparable, pero fundamentan-
do el pensamiento en las transformaciones materiales. Sin que
esa fundamentación niegue la libertad del pensamiento de propo-
ner cambios materiales.
Los dos dltimos caminos corresponden a los planteamientos filo-
sóficos de Hegel y de Marx respectivamente, el primero con su
2
explicación idealista dialéctica de la historia, el segundo con
su explicación materialista dialéctica de la historia.
De los caminos anteriormente planteados ha dependido el grado de
explicación y profundización de la historia como quehacer funda-
mental del hombre. Como este trabajo quiere hacer una fundamenta-
ci6n social y política a la par que económica de los estilos Ro-
mánico, Bizantino, Gótico e Islámico en la arquitectura, es me-
nester enfrentar el camino o los caminos que metodológicamente
vamos a seguir para dar tal fundamentación. Y antes que todo, se
debe partir de la base de que existen diversas posiciones en tor-
no a la importancia y trascendencia de la Edad Media dentro del
desarrollo de la historia y en particular dentro del desarrollo
de la historia de la arquitectura.
1.1 POSICION ¿HISTORICA
Para algunos historiadores, la Edad Media no significó para el
hombre más que una 'noche oscura', donde hubo un estancamiento
del progreso material, tecnológ ico y c i entífico. Niegan la nece-
sidad de que se hubiera dado esa época, lo que a su vez nos hace
pensar en que la historia se puede dividir en épocas, donde una
nada tiene que ver con la otra. Donde ademas, los acontecimien-
tos no tienen un desencadenamiento unos en otros, sino que per-
fectamente se pueden estudiar aislados.
La posición de estos historiadores, en nuestro concepto, es sim-
3
plista y cae en el esquematismo. Quince siglos de devenir humano
en los que se desarrollan acontecimientos tan importantes para
la historia de Occidente como son, entre otros, las invasiones
bárbaras en el siglo V, las invasiones musulmanas en los siglos
VII y X, las invasiones normandas, vikingas y hüngaras en el X,
la formación del Imperio Carolingio, las guerras de las cruza-
das, la aparición de los burgos y el renacimiento humanista y
científico... Quince siglos en los que se da un desarrollo del
arte y de la arquitectura de profundo significado a nivel esté-
tico, filosófico y tecnológico no pueden ser negados tan fácil-
mente.
1.2. POSICION ROMANTICA
Una segunda posición, contraria a la anterior, es la de añorar
la Edad Media como una época donde se impusieron una serie de
valores éticos y morales que el hombre de hoy ya no 'respeta' en
absoluto. Admirarla desde esa perspectiva. Es esta entonces, una
posición positivista en lo referente a las exigencias que hace
el positivismo lógico sobre cómo debe ser el comportamiento del 2 hombre en la sociedad, desde el punto de vista moral . Cae tam-
2 El positivismo lógico fue un movimiento del carácter filosófico
que se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX y que tiene por objeto proponer una organización adecuada de la sociedad europea, básicamente con dos elementos: el queha-cer científico y la formulación de leyes sobre comporta-miento social, y la exigen o la de un comportamiento personal de una 'tica basada en los valores feudales. Augusto Comte es uno de 1 os rincinales exponentes de esta filosofía.
k
bién en un romanticismo, en el sentido de anhelar el pasado, de
acuerdo con el refrán que dice "todo tiempo pasado fué mejor"
1.3. POSICION DIALECTICA
La tercera posición, que es la que se tratará de fundamentar en
este trabajo, es la que ha dado el materialismo dialéctico como
método de análisis de la historia. Se parte de que la historia
es una concatenación progresiva donde todos los elementos con-
llevan a la concepción total de un momento o época determinados.
Concibe que en el estudio de la historia no se puede eliminar
un aspecto o época de ella, porque se destruiría la posibilidad
de conjunto.
Por tanto, la Edad media, como cualquier época de la historia,
fué necesaria ;ara el devenir del hombre. Fué el resultado de
una serie de fenómenos de orden social, económico y político que
transformaron la cultura, la filosofía y la ciencia anteriores.
Aún más, la edad media fué el resultado del conflicto de estos
órdenes, que relacionados entre sí, dieron origen a la caida del
esclavismo en Europa, generaron su decrepitud y su transforma-
ción en un nuevo orden social, económico y político que se ha
Romanticismo es un movimiento de carácter artístico 'ero que trasciende a muchas de las actividades del hombre. Se gene-ra principalmente en el siglo XIX y tiene ;or objeto la búsqueda de la libertad de expresión, la a.ioranza de la na-turaleza, el retorno a la paz bucólica y s la tranquilidad
llamado feudalismo, y que es uno de los modos de producción más
importantes que se.desarrollan en la Edad Media y que su evolu-
ción posterior se constituye en el origen del capitalismo.
La Edad Media es además una época que desarrolla una cultura fun
damentalmente eclesiástica, hilvanada toda por la fe, la cateque
sis y la expansión espiritual y temporal del poder religioso.
Esto lo puede hacer la Iglesia por el poder económico que tiene,
ya que se ha constituido como la primera señora feudal del mundo
occidental. Esta supremacía económica le da a la Iglesia, duran-
te muchos siglos, un completo dominio sobre el desarrollo de la
cultura, el arte y un tiro de ciencia, lo mismo que sobre la po-
lítica y el pensamiento del hombre occidental.
La arquitectura refleja tal situación haciéndose monumental, pe-
sada, sólida, con un trabajo interior de la luz que lleva al
hombre a fijar su vista en una serie de puntos claves (por ejem-
plo el altar, lug^r donde se desarrolla el sacrificio de la Eu-
caristía) como es el caso de le arquitectura románica; o por el
contrario, haciéndose liviana, diáfana, iluminada, con un eje
vertical que hace a los hombres mir-r al cielo, como es el caso
de la arquitectura gótica.
De cómo vamos a relacionar en este trabajo la resultante arqui-
tectónica medieval, con los fundamentos de la economía, y de la
de la viua pastoril, como rechazo al apogeo de la ciudad industria"1 iz-da
politica, en el medioevo, es el objetivo de este trabajo, 'rata-
remos de que esta relación no se quede solamente en el aspecto
conceptual sino que también pueda pasar al aspecto formal.
7
2 ANTECEDENTES SOCIOPOLITICOS Y ARQUITECTONICOS
DE LA EDAD MEDIA
Tomaremos como punto de partida, para 'delimitar' la Edad Media,
dos aspectos muy importantes, correlacionados entre sí de una
manera dialéctica. Son estos, las invasiones de los bárbaros
-pueblos venidos del norte de Asia y del noreste de Europa- y la
caída del imperio romano.
Hasta el siglo V d.c. se habían desarrollado en Europa una serie
de culturas, civilizaciones ;e grsn poder y creatividad como la
egipcia, que había llegado 8 ser todo un gran imperio tributario
esclavista, y la griega, que definió los cánones de la cultura
de occidente r.c-sta nuestros alas. Después de la caída oel impe-
rio macedónico, continuador natural de los griegos, se desarro-
lló el magnífico y terrible imperio romano, dentro del cual se
sucedieron en el mundo mediterráneo hechos ton trascendentales
como la creación de la re\,fJb • ica romana, la dinastía de los Cé-
sares y de innumerables eir rr'dres que luchrron sicm-re por la
defensa del poder absoluto y tiránico de Roma sobre el resto del
mundo, y la aparición del Cristianismo.
17
Roma era el centro del mundo. La creciente centralización del im-
perio hizo de Roma un paraíso para unos, un infierno para otros,
pero para todos un verdadero mito. Nadie que se preciara realmen-
te podía dejar de visitar a Poma y todos los caminos hacia ella
conducían. La ciudad desarrolló una arquitectura donde por ejem-
plo, interrelacionaba la columna griega con el arco etrusco, para
dar a entender que en su arquitectura se reflejaba tanto la cul-
tura griega como la civilización etrusca. Vitruvio, ya en el si-
glo I, escribió un "tratado de la arquitectura" obra en la cual
hacia todo un análisis de los órdenes clásicos griegos, y del or-
den compuesto, queriendo de esta manera sistematizar los estilos
clásicos griegos y su relación con el estilo romano.
Ful entonces la ciudad de Roma, en la época del apogeo del impe-
rio (siglos I y II d.c.) totalmente significativa, desde el punto
de vista arquitectónico y urbanístico, no solo para las demás
ciudades del imperio, sino para las épocas venideras. El trazado
ortogonal de sus calles, sus plazas, sus edificios civiles y sus
templos, que h^bía sido tomado del modelo clásico griego, sirvió
de arquetipo en la inspiración crolingia, otoniana, y posterior-
mente en el renacimiento, en la época moderna y la contemporánea.
Finalmente es necesario hacer énfasis en el hecho de que Roma en
la época del antiguo imperio fue el centro del mundo porque era
el centro del poder y le ella salía la irradiación cultural, po-
lítica, económica y social del resto del imperio y tal vez del
mundo. 9
2.1. CAIDA DE ROMA
Hacia la ciudad que se ha constituido en el centro del mundo se
¿irisen los pueblos bárbaros que mencionamos arriba, pero en el
momento en que se dirigen a Roma, la ciudad está prácticamente
acabada. El ^oder se le ha salido de las manos. La ambición de
dominio se ha hecho común en todos aquellos que presencian de
cerca y ac'.úan en las decisiones gubernamentales. Unos a otros en
el seno del gobierno se exterminan para no correr el riesgo de
perder. Quedan los más astutos, los más sagaces. Parece que
triunfan. Pero hacia afuera, Roma ha descuidado sus provincias.
Los representantes del poder imperial han tobado determinaciones
unilaterales, sin consultar con el eje central; los ejércitos,
conformados la mayoría por prisioneros de guerra 6 por mercena-
rios, han perdido la mística, el amor al imperio. En general, el
pueblo romano se ha dado cuenta de la corrupción interna de los
principales estamentos del -oder, de los gobernantes que dilapi-
dan el dinero de los impuestos aue el mismo pueblo paga, en fies-
tas descomunales, orgiásticas, consecuencia de la degradación hu-
mana causada POP el exceso de por¡er.
2.2. LLEGADA DF. LOE 3 EE/,:-;CS
La coyuntura descrita en el numeral anterior que, según mi con-
cepto, es una de las orine i ¡síes causas ce la caída del imperio
romano, es aprovechada por los "eclo1- del noreste, quienes de-
10
seosos de llegar al Mediterráneo han iniciado su avance en b&s-
queda de tierras de mayor fertilidad y de vias para el comercio
y la navegación. Han llegado a principios del siglo V a las fron-
teras norteñas del imperio y han pasado estas fronteras, con la
complicidad muchas veces del ejército romano que esté cansado de
defender un imperio del cual no. disfruta absolutamente ning&n be-
neficio.
Es entonces la decadencia interna del imperio, la corrupción del
poder y la necesidad de los pueblos bárbaros de llegar al Medi-
terráneo y de dominar a Roma* lo que hace que sea invadida, in-
cendiada y destruida como metrópoli y que tras su caida y destru£
ci&n se caiga el imperio romano de occidente.
2.3 LA ROMA CRISTIANA ANTERIOR A LA CAl-A
Salamente un fenómeno, a la vez religioso y político hace que la
cultura romana prevalezca en occidente y determina que sea la
generadora de una cierta unidad entre los pueblos con herencia
romana, de la b&squeda de una nueva cohesión política y de la
creación de estilos artísticos y arquitectónicos que, a la vez
que tienen cariz religioso, representarán en el futuro (siglo
YIII en adelante) el poder. Este fenómeno es el cristianismo.
En los primeros siglos de su aparición, el cristianismo fué un
fenómeno que amenazaba el poder de la Roma imperial. Planteaba
una serie de principios y normas de vida que iban en contra de
los desafueros y abusos que a diario cometían los emperadores ro-
manos. Jesús y sus sucesores fueron tomados por los altos mandos
del poder romano como sus competidores demagogos, que con sus
planteamientos doctrinarios sobre la igualdad entre los hombres,
Ir necesidad de justicia y de amor, convencían a las clases des-
poseídas, es decir, a los miles de esclavos y trabajadores explo-
tados brutalmente por el imperio.
Los cristianos fueron perseguidos, apedreados, difamados, encar-
celados y torturados durante varios años pero, paradójicamente,
su fama crecía como una llama e incendiaba los corazones de todos
los pobres del imperio. Finalmente algunos patricios y hombres
con cierto poder, comprendieron también el mensaje de la doctri-
na de Cristo e ingresaron también y en forma casi clandestina, en
la nueva religión. El cristianismo fué penetrando en el imperio
y dejando a los imperios sin artas, al punto que los emperadores
romanos de finales del siglo III temían ya ñor su -restigio y •
por su poder si serían persigu'-ndo a los cristianos.
Finalmente, y como culmen de esta apoteosis del cristianismo,
Constantino en el siglo IV, no solo legaliza ls presencia de la
religión cristiano en el imperio, sino que la convierte en la re-
ligión • ;el estado romano, por medio del edicto de ".¡antes en el
año 33? d.c. Con ésta legalización del cristianismo podemos de-
cir o ue comenzó una nueva era prrs su desarrollo en el mundo oc-
c Ldental.
12
2.3.1. Cristianismo y política
Con la oficialización de la religión cristiana como religión del
estado, Poma adquiere de nuevo un poder y una importancia como
capital del imperio que estaba perdiendo a grandes pasos. Se re-
vitaliza el poder político, pues los cristianos de toda Europa
entran a hacer parte de los ejércitos del imperio, se cumple el
sueño de muchos europeos de conocer a Roma que se había converti-
do para todos casi en un mito. Hay una reacción de gratitud hacia
el emperador por haber salvado a los cristianos de más persecu-
siones y el imperio ..-¡israo se encarga de catequizar y cristiani-
zar a los que ahora se llamarán bárbaros, y de consolidar su po-
der por medio de ls unidad religiosa.
2.3*2. Cristianismo y cultura
Todas las actividades de orden cultural como las letras y las
artes se comienzan a desarrollar en torno a la defensa de la fé
cristiana. Aunque no se conocen trabajos de orden literario so-
bre éste tópico por el incendio de '"orna, se s-'be sin embargo que
numerosos poetas y escritores romanos cristianos, dedicaron lar-
gas meditaciones acerca de la fé. La escultura se inspirará en
los numerosos mártires que el mismo poder produjo y er; los per-
sonajes de la biblia ó en los perseguidores de Cristo.
Los templos cristianos imitarán entonces los edificios civiles
13
romanos y serán construidos siguiendo parámetros similares sobre
todo en lo que corresponde a la planta. Es decir, la planta ba-
silical cristiana será una imitación de la planta basilical ro-
mana (ver figura 1). Los lugares de reunión y de liturgia de los
cristianos dejarán de estar en la oscuridad de las catacumbas y
saldrán a la luz. Dejarán de ser los subterráneos ubicados de ma-
nera que no fueran encontrados por los ejércitos romanos y que
les servían de lugares de reunión, de sitio de liturgia y de se-
pultura de los muertos cristianos y empezarán a ser majestuosos
templos que se convertirán en los modelos de la arquitectura me-
dieval cristiana.
14
FIGURA 13
¡F * *
4 * * m * u ti * n 3
PLANTA BASILICAL ROMANA.
BASILICA OC POMPE YA, PLANTA ESQUE NATICA
1 •
1 4 J -
M:::m:-n-zm
- ESQUEMA DE PLANTA BASILICAL PALEOCRISTIANA.
15
3 POLITICA, ECONOMIA Y ARTE
DESPUES DE LAS INVASIONES BARBARAS
La llegada de los bárbaros a Europa durante el siglo V y la cai-
da del imperio romano marcan el inicio de una nueva época en to-
dos los órdenes y determinan una serie de consecuencias que hacen
de la arquitectura, del arte y de la concepción urbanística una
serie de novedades determinantes en el desarrollo de occidente.
3.1 GENESIS DEL CASTILLO MEDIEVAL
Desde mediados del siglo V, Europa entra en un caos político bas-
tante marcado. No existe en este momento un poder que centralice
o dirija las acciones. No hay cohesión. Pequeras comarcas gober-
nadas por príncipes bárbaros, bastante primitivos en algunas as-
pectos, o por principes cristianos, son el espectáculo deprimente
de la Europa dividida. El único factor de unión entre las comar-
cas cristianas es cierta dependencia del papa que, a su vez, de-
pende politicamente de Bizancio, capital del imperio romano de
oriente. Europa vivirá entonces, aproximadamente dos siglos de
división total, casi insalvable, en la que además el comercio,
la economía urbana, las ciudades y puertos esclavistas sobre el
Mediterráneo, el mercado de numerosos productos suntuarios trai-
dos de lejanas tierras de oriente vía Bizancio, quedaron reduci-
dos casi a cero, dando motivos para que los terratenientes, gran-
des patricios del caído imperio romano, se refugiaran en sus tierras
y dedicaran sus casas de campo a vivienda permanente, con algunas
adaptaciones arquitectónicas, que les permitieran además defender-
se de los bárbaros por una parte, y de los esclavos insurrectos por
la otra, pues muchos, aprovechando la situación de caos, se libe-
raron y tomaron serias represalias contra sus explotadores.
Grandes murallas pesadas y resistentes, rodearon las antiguas ca-
sas de veraneo de los patricios, que a su vez crecieron un tanto
para albergar los nuevos habitantes permanentes., lo cual las fué
convirtiendo en castillos- fortalezas impenetrables.
3.2. SIGNIFICADO DEL CASTILLO MEDIEVAL
Los esclavos no se insurreccionaron ni se liberaron; continuaron
al servicio vitalicio de su señor, pero dentro de una estructura
de relación. En el nuevo concepto de asentamiento permanente del
terrateniente en su casa de veraneo, se les entregó una parcela
de tierra para que la explotaran y con el producto sobrevivieran
y cagaran tributos en especie o, algunas veces en moneda. 31 se-
ñor en su nueva situación económica, no tiene la fluidez para sos-
tener el tren de esclavos. En su situación sedentaria además no
los necesita. Se construyeron entonces, dentro de la fortaleza,
17
simples y sencillas viviendas para los siervos con sus familias,
y espacios dedicados a la manufactura de algunos -roductos de
primera necesidad, de uso diario, lo mismo que bodegas . e alma-
cenamiento de ,roductos escasos en ciertas estaciones del año.
La nueva situación crea un habitat que es reflejo y síntesis de
la estructura socioeconómica de la sociedad de ese tiempo. Si
miramos cualquier castillo feudal de esa época, vamos a poder
leer claramente y sin lugar a ambigüedades cómo era su sociedad:
la necesidad de refugio, la pobreza en los materiales de cons-
trucción que denotaba a su vez el escaso comercio y, en general,
el autoabastecimiento en cualquier orden, incluso el espiritual,
ya que cada feudo tenía su tem-lo, muestran cómo era la socioe-
conomia feudal (ver figura 2).
3.3. DESAPARICION D 1:1 LA ARISTOCRACIA CIUDADANA
La tenencia de la tierra se va convirtiendo en la principal fuen-te de riqueza de los «.otentados y de la iglesia que, aunque está pasando por una gran crisis espiritual por la aparición de nue-vas teorías frente a los dogmas incuestionables, predica la sal-vación del alma, el cercano final del mundo, la conversión al cristianismo, el desdeño por lo. bienes materiales, la espiri-tualización total del hombre- hecho que se refleja fundamental-mente en el arte primitivo cristiano- y la Táctica de la cari-
18
*dad cristiana, que consiste en dar limosna, y en pagar diezmos
a la misma iglesia, justos diezmos eran pagados en especies y la
tierra era uno de los regalos que más empieza a apreciar el pa-
pado. Pero mientras Bizancio continúe con la hegemonía del co-
mercio en Oriente con la centralización del poder económico y
político, Roma y el papado no podrán reponerse del golpe de las
invasiones. Por ello Roma, de alguna manera, tiene que volver a
adquirir el poder, aunque sea lentamente, y el arma es el cris-
tianismo y el dominio espiritual de la Iglesia.
Todas estas situaciones, hasta cierto punto caóticas, en Europa
occidental cristiana, confluyen en la desaparición casi total de
una aristocracia ciudadana, cosa que no sucedió en Bizancio, don-
de los terratenientes tenían que poseer una casa en la ciudad de
Constantinopla, y por tanto, la ciudad no deja de ser centro de
actividad económica, política y cultural.
3.4 DECADENCIA DE LA CIUDAD IMPERIAL ROMANA Y APOGEO DE LA CIU-
DAD MEDIEVAL
La decadencia de ese tipo de ciudad (ver figura 3) -núcleo, cen-
tro de una actividad económica de carácter comercial, mercanti-
lista, la metrópoli al estilo de Alejandría, en la época de Ale-
jandro Magno, de Roma imperial, con sus trazados ortogonales,
con sus arcos conmemorativos, sus columnas escultóricas, como la
de Trajano, sus obeliscos, traídos de Egipto conquistado, con
20
sus edificios civiles, sus plazas, sus circos y sus innumerables
espacios creados para dar respuesta a una necesidad social- la
decadencia de este tipo de ciudad da cabida a otro estilo nuevo,
campestre, alejado lo más que se pueda un núcleo de otro, que-
riendo ebstaculizar la llegada en vez de facilitarla , queriendo
encerrarse cada familia en su núcleo, en vez de abrirse... es
esta la nueva 'ciudad' medieval, hasta cierto punto tranquila,
sosegada, podríamos decir pasiva, quieta, en contraposición con
las ampulosas ciudades de la antigüedad grecorromana.
La Iglesia, tanto en oriente como en occidente, aunque de manera
diversa, se erige como la dueña y señora del mundo. En Bizancio
(Ver figura 4) es la primera institución del estado, que es fun-
damentalmente teodrático. En occidente, es la fiscal .que nombra,
critica, decide o dirime nombramientos de emperadores y reyes.
k.ISLAMISMO EN EUROPA. SIGLO VII
La 'tranquilidad' y el caos político de Europa occidental se ven
cuestionados en el siglo VII con la llegada de los musulmanes o
sarracenos, casi todos árabes, al sur de Europa. Estos venían de
la península arábiga, región desértica y bastante inhóspita, au-
sente de lluvias y de ríos. Los árabes, mercaderes por excelen-
cia, habían conformado una religión basada en las predicaciones
de Mahoma, árabe y también comerciante, que a mediados del s. VI
d.c. reunió una gran masa de seguidores de su doctrina, entre
cuyos postulados estaba la creencia en un solo Dios, que él lla-
maba Allah, la vida espiritual, ascética, la practica de las vir-
tudes como la abstinencia, el ayuno, la oración, la castidad, la
prudencia y la necesidad de predicar y convertir o islamizar a
todo el orbe. Esa es la tarea que vienen a cumplir los árabes en
el siglo VII en Europa» Pero también vienen buscando una salida
al Mediterráneo, tierras fértiles, no desérticas como las suyas,
y el dominio religioso y político de todo el mundo, cuya búsque-
da continúa hasta hoy.
Su expansión desde principios del siglo VII, había lleg-do hasta
los confines de Persia, Asia Menor, India, Irán, Irak, Egipto y
ahora llegaban a Europa. Su objetivo era dominarla. Mahoma ya
había muerto, pero sus sucesores, no solo querían hacer cumplir
su voluntad de islamizar a todo el mundo sino que habían mezcla-
do también intereses políticos, geográficos y por ende económi-
cos a su empresa.
El mundo musulmán era bien diferente al de Europa occidental
cristiana. Una de sus mayores semejanzas e~a la de tener una re-
ligión monoteísta y que despertaba el fanatismo entre sus adeptos.
Las guerras por la religión han sido siempre violentas, sangrien-
tas, duras, porque el impulso afectivo de la fe es también dema-
siado fuerte.
4.1 PROBLEMAS CREADOS POR LOS ARABES EN EUROPA
Los cristianos y los musulmanes nunca se pudieron entender, por-
que el deseo de dominio total de su religión era en ambos eviden-
te. Al igual que el idioma había unificado en parte, junto con la
religión, al pueblo árabe, el latín y la religión cristiana ha-
bían contribuido a que no se viniera a pique definitivamente y
en forma irreparable, el mundo de Europa occidental.
La presencia de los musulmanes en Europa era nociva para los po-
deres establecidos del cristianismo, que además de no tener mu-
cha fuerza política, no tenían ninguna fuerza militar, ni mate-
rial. Europa, y Roma, se sienten sostenidas en un hilo, ante la
25
presencia de loa árabes. Si europa estaba desanida politicamente,
los árabes tenían todos el mismo ideal político religioso. Si la
fe cristiana y el papado estaba en crisis, los árabes estaban
convencidos de su fe, fanatizados por la doctrina y decididos a
islamizar por doquier. Europa cristiana tenia que hacer algo pa-
ra salvaguardar el poco poder temporal que tenía, y los restos
que a&n quedaban de un gran imperio, como había sido el imperio
romano. Es preciso complementar este punto con la siguiente cita
que nos da un testimonio de lo que los árabes hicieron en Europa:
los Srafces no tenían ejércitos muy numerosos -10.000 era el máximo de hombres que componían un ejército- pero sin embargo, lograron en los siglos VII y VIII, extenderse desde el extremo de España y el norte de Africa hasta el Indo, uniendo en una civilización con caracteres comunes el próximo oriente con la cuenca del Mediterráneo y al-canzando los países del Indico y del Asia central en unas cuatro generaciones. Los árabes aclimataron en Es-paña, Egipto, Sicilia, productos exóticos como la caña de azúcar, el arroz, la morera para la cria del gusano de seda, y frutales como el naranjo y el limonero. Desa-rrollaron asi mismo, una gran actividad comercial, marí-tima y terrestre, explotaron los materiales preciosos, importaron oro del Sudán, y lo acuñaron, marfil africano esclavos negros o eslavos, algodón de la India, pieles de Asia central, armas de occiciente, y realizaron pin-gües negocios.
4.2 UNIFICACION DE EUROPA CON BASE EN LA RELIGION CRISTIANA
Como anunciamos arriba, Europa, contra viento y marea se ve abo-
cada a tomar una posición como continente, como vestigio de un
antiguo imperio y como representante de una religión, ante el
^LOS FUNDAMENTOS DEL SIGLO XX, Biblioteca básica Salvat, # 94 segunda parte, pag 90.
26
enemigo árabe.
Es Pipino de Heristal, mayordomo del palacio de Austrasia (ver
figura 5), grande y poderoso feudo situado en la región de los
francos, quien logra reunir un gran ejército y con la venia pa-
pal, y la total adhesión de Roma a su empresa, envia una serie
de tropas, entre las que se destacan los ejércitos comandados
por Carlos Martel, uno de los hijos bastardos de Pipino de Heris-
tal, que atacarán a los musulmanes y detendrán su expansión; al
mismo tiempo se realizará la más grande unificación de Europa
cristiana, después del antiguo imperio romano; con los éxitos de
Pipino de Heristal y de su hijo Carlos Martel, se consolida de
nuevo, no solo el poder del palacio de Austrasia sobre el resto
de Europa, sino la alianza de éste con el papa Gregorio II, y en
él, con todo el poder de la Santa Sede. Alianza que cada vez más
fuerte, permite que en el año 751 Pipino sea elegido rey de los
francos, siendo ungida su frente con el óleo santo por San Boni-
facio, haciendo sagrada la calidad de monarca.
Los mismo sucede, cuando Carlomagno, hijo legítimo de Pipino, es
nombrado emperador en el año 800, el día de Navidad. La ceremonia
se realiza en la basílica de San Pedro, de Roma, y recibe la dia-
dema siendo aclamado como emperador de los romanos. Dos años más
tarde, Bizancio reconoce oficialmente la restauración del imperio
de occidente. RENACE EL IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE, y Carlomagno
busca que su grandeza sea como ">a del antiguo imperio romano.
?.7
4.3. AL ENCUENTRO DE DOS CULTURAS
El hecho de cae hayan sido detenidos los musulmanes en su ascenso
hacia Europa central y norte, no quiera decir que estos no hayan
permanecido en Europa, rendientes de una coyuntura, un momento de
debilidad de los ejércitos del imperio reestablecidos por su causa,
para arremete1" y conquistar toda Europa. Además, su presencia en
Europa significó para la cultura occidental una se.^ie de transfor-
maciones, una serie de aportes, una cantidad de novedades, como
fueron entre otros, los nuevos vocablos tomados por los europeos
del árabe, una serie de costumbres, su actividad comercial que
no cesó durante FU permanencia en Europa y que mantuvo movimiento
en puertos sobre el Me iterráneo, lo mismo que en puertos conti-
nentales.
Pero el aborte que más nos interesa denotar aquí, es el arquitec-
tónico, que se noto perfecta ente en la arquitectura árabe pre-
sente en España y e- la aro uitect ira mozárabe: cristiana a la
manera árabe. ( í . ) .
4.3.1. Arquitectura islárni 05 er. Europa <j su. simbol ogia
Cada uno de los o." m e ios de lo;- edif ici o?, musulmanes tiene, al
igual que cualquier erppci srr:u.L t ec t ón i c o , una explicación de
carácter conceptual, teniendo c orno base el hecho de que el con-
cepto es el renul tgdo dpi dovenir de la real.i dad.
29
FIGURA IO
MAUSOLEO DE TAJ MAHAL AGRA
-ARQUITECTURA ARABE
FIGURA 7
\ \
\ ' \ / y ' \
\
\ / \ /
\ / h / \
/ \ \
\ / \ / y / \
-PLANTA DE UNA VIVIENDA ARABE. -CASA EN DAMASCO . 30
Por ejemplo, la necesidad de agua en el pueblo frabe se refleja
en las diversas áreas destinadas a la presencia del agua, dentro
del espacio arquitectónico. Se encuentran fuentes en el centro
de los patios, pequeños canales creados y dirigidos por los mis-
mos constructores, que recuerdan a cada paso la necesidad mate-
rial del agua y también su función religiosa, espiritual, de pu-
rificación que ejerce, simbólicamente, este precioso líquido.
La necesidad existencial del hombre, de tener un centro, siempre
como referencia individual y social, se refleja en la arquitec-
tura, en especial en la vivienda de cualquier época y sociedad.
Dice Norberg-Schulz^ que "si el 'centro del mundo', pues, desig-
na una meta ideal p&blica o un'paraíso perdido', la palabra 'ho-
gar' tiene también un significado íntimo y más concreto. Nos dice
simplemente que el mundo personal de cada hombre tiene su centro"
y agrega este arquitecto que el centro de referencia es necesa-
rio para el hombre pues "representa *lo conocido' en contraste
con el 'desconocido' y algo terrible mundo circundante. Es el
punto donde tomo posición como ser pensante en el espacio, el
punto donde 'mora' y 'vive' en el espacio". Norberg-Schulz re-
cuerda aquí la famosa afirmación de Arquímedes: "¡Dadme un punto
de apoyo y moveré el mundo!"
^NORBERG-SCHULZ, Cristiani Existencia, Espacio y Arquitectura. Barcelona: editorial Blume, 1975« pag* 22.
31
4»3*2 Un nuevo modelo de vivienda para Europa y para Hispanoa-
mérica
En la arquitectura árabe que se encuentra en España, todas las
habitaciones se sitúan alrededor de un patio rectangular , en
cuyo centro .hay una pila, o una fuente, que da frescura y re-
cuerda la importancia en el ambiente del agua. La importancia
de la fuente en el espacio urbano de España llegó a ser tan fuer-
te que en el siglo XX uno de los mayores poetas españoles, Anto-
nio Machado (1375-1939) hace de la fuente uno de sus temas cen-
trales de inspiración:
Misterio de la fuente, en ti las horas sus redes tejen de invisible hiedra; cautivo en ti mil tardes soñadoras , el símbolo adoré de agua y de piedra...
Son considerables en número las poesías de Machado en que apare-
ce la fuente, con todas sus manifestaciones posibles: fuente de
jardín, con su taza de mármol casi siem-re, o de iedra. Califi-
ca esta agua de clara -su adjetivo predilecto-, riente, muerta,
cantora, borbollante, de alegre y de triste monotonía, de clara
'.armonía (sic), de bellos espejos; la llamará repetidas veces
cristal. Las fuentes dicen leyendas antiguas, tristezas de amores 7
y de penas...
^MACHADO, Antonio. Soledades. Madrid, Taurus, 1969. Pag 73. 7 Para un estudio jnás detenido de este aspecto, ver el estudio de
ECHEVERRI, Jorre y N O G U E R A , Patricia. Temas centrales de la poesía Antonio Machado. Inédito, 1973, USTA.
32
Violst Le Duc hace una descripción de una vivienda árabe, o al
estilo árabe, situada en Palermo:
Esta residencia... está constituida por varias plantas sus muros enteramente organizados por medio de silla-res de piedra. Entre los jardines que rodean la vivien áa por tocios lados -que es otro de los elementos pre-sentes en la arquitectura árabe en Europa- se puede observar segfrn la costumbre mora, ligeros edificios que ubicados s escasa distancia del edificio principal contienen los baños, las cocinas, las dependencias destinadas a la servidumbre y los pórticos, extendidos sante las celdas que sirven de alojamiento a los foras-teros. *. la amplia portada ifcrinda acceso a un vestíbulo de sentido muy alargado, en cuyos extremos figuran dos habitaciones una destinada al criado asignado perma-nentemente al servicio de los visitantes, y la otra oficia de antesala de los locales de recibo. Las dos habitaciones que siguen a cada uno de estos locales, se destinan a aposentos de la familia. En el centro de la composición, existe una vasta sala que comunica con el exterior a través de un vano que enfren-ta a la portada. Su planta afecta la forma aproximada de cruz griega y-está techada con sistema de bóveda. En el centro del pavimento , un surtidor de mármol vierte una pequeña cascada de agua, que por medio de un canal, se distribuye en cuatro r-lbercas. (ver fi-gura 7)
En las descripciones que continúa haciendo Le Duc, hace énfasis
en la presencia de canales de agua que est an presentes en casi
todo el edificio, y en los jardines, la resencia fresca de la
naturaleza que en la península arábiga era bastante pobre, y que
por reacción está presente en toda vivienda mora. Uno de los apor-
tes que trajeron los españoles a América, fué esa forma de vivien-
da que podemos encontrar, con algunas pequeras variantes, en in-
numerables casas, como la casa de la moneda de Santa fé de Bogotá
o LE DUC, Violet. Historia de la habitación huma'na. Buenos Aires,
Editorial Víctor Leru, 1945. Pags. 309 y 310 ( i'l subrayado es nuestro)
33
el convento Ecce Tromo en Villa de Leyva, el convento de San Fran-
cisco en Bogotá, y en general las casas conventuales construidas
durante la colonia.
Hasta ocuí es bueno apreciar cómo un fenómeno religioso, político,
eonómico, como fueron las invasiones árabes a Europa, generó
transformaciones en las construcciones arquitectónicas, fundamen-
talmente en las regiones donde más permanecieron ellos. En el sur
de Europa, y en España donde lograron penetrar posteriormente
(siglo X) se encuentran hechos arquitectónicos tanto árabes como
el caso de le Alhssifora, como de imitación árabe como el el caso
de Santiago de Compórtela, que testimonian sobre ésta influencia
tanto en el aspecto formal coto espacial (ver figura 8).
55
5 SURGIMIENTO EN EUROPA DE UN GRAN IMPERIO
Pero, mientras los árabes presentes en Europa, ejercen todos este
cúmulo de influencias, la unificación política, de que hablamos
en el capítulo anterior, cada vez se estructuraba más. En el año
800, CarloMagno era nombrado emperador de los romanos, y de nuevo
como en los tiempos del gran imperio romano, un poderoso ejército
enfrentaba tenazmente a los 'bárbaros', deteniendo su avance ha-*
cia el interior de Europa, mientras se acentuaba la preocupación
por crear de nuevo, vínculos de unidad real entre aquellas comar-
cas que durante más de dos siglos habían estado aisladas unas de
otras.
Es así como Carlomagno y sus desdendientes se empeñan en crear
mecanismos de unificación tales como el idioma, la cultura, la
religión, la educación... explicaremos brevemente cómo se impu-
sieron estos mecanismos y cómo se logró así renovar los ideales
del viejo imperio romano.
5.1 LA RELIGION, UN MECANISMO DE UNIFICACION
Es la religión católica, romana, la que de nuevo empieza a ganar
numerosos adeptos, por medio de exposiciones costeadas por Roma y
el imperio que tienen como objetivo catequizar, evangelizar y
bautizar a los pueblos bárbaros, es decir, no cristianos. Al la-
do de esta misión catequética existía una misión militar, que se
encargaba de recuperar los lugares santos, los tesoros de la
Iglesia perdidos en el momento de las invasiones, misión reali-
zada por soldados cristianos, que además de ser elevados muchas
veces al catálogo de los santos católicos, por sus proezas, reci-
bían numerosos estímulos de orden temporal, como tierras y rique-
zas y un mejor rango social. Es bueno aquí tener en cuenta que
del palacio de Austrasia, de donde había salido Carlomagno, de-'
pendía un reino bárbaro, no cristiano, pero que al cristianizar-
se se había constituido como uno de los 'modelos' de la moral y
la ética escolásticas.
5.2 LA EDUCACION ECLESIASTICA
Y con la expansión desmesurada de la religión y de la fe, fué ne-
cesaria la creación de escuelas teológicas, donde los madres de
la Iglesia se dedicaran a fundamentar los dogmas, los principios
las doctrinas y en general la religión católica. Esta actividad
que se desarrolló junto con el arte litúrgico fundamentalmente
en los monasterios, como el de Cluny, llegó a todo su esplendor
en el siglo IX.
Cluny se convirtió en modelo tonto arquitectónico (ver figura 9)
como espiritual . La orden benedictina, fundamentada en la regla
de San Benito que exigía una vida rigurosa que iba de la oración
, la meditación y la lectura de textos sagrados al tra bajo mate-
rial e intelectual. En la orden existían categorías de trabajos
siendo realizados los intelectuales por los monjes de mayor aseen
dencia noble, y los manuales por los de menor ascendencia noble.
Las labores agrícolas eran realizadas por siervos quienes renta-
ban las tierras episcopales y rendían tributo al señor feudal,
que en este caso era el abad.
Con el transcurso del tiempo, la orden benedictina fundada hacia
el siglo V y que era la ánica vigente en Europa y la abanderada
dentro de la vida monástica, comenzó a caer e.n una serie de de-
sórdenes e inmoralidades. Era por tanto, necesaria una reforma
dentro de la orden misma
que restableciera el antiguo espíritu y la piedad desapa-recida. La reforma partió de Cluny, una casa benedictina de Borgoña fundada a principios del s. X y su idea ini-cial consistía en acabar con la disgregación e indepen-dencia en que hablan vivido hasta entonces los benedic-tinos. . .9
Con esta re-forma se logró reunir a los diversos monasterios y ca-
sas religiosas con un mínimo de jerarquía para mantener la disci-
plina . Con la obra de San Odón y San Mayolo, los siguientes aba-
des de Cluny, adquirió la orden de San Benito nuevo esplendor y
llegó a producirse un gran renacimiento monástico. Recordemos que
^HISTORIA DEL ARTE SALVAT. México: impresora y editora mexicana, 1979. Tomo 4, pag. 9.
• 40
Cluny había sido fundado por el duque Guillermo de Aquitania,
hacia el año 909."Viollet Le duc copia el testamento del duque
de Aquitania haciendo el debido honor a quien habla fundado
aquella casa desde la cual el arte francés dtobia irradiar por
toda Europa"10.
Con la importancia que adquiere Cluny como centro metropolitana
de todos los monasterios, la Iglesia puede cumplir mejor su pa-
pel de educadora que en la época carolingia se le había impues-
to ya, por medio de la reforma sobre la vida monástica y de
otro tipo de reformas, cuyos principios, proclamados en los tres
concilios que entre 742 y 744 se celebraron sucesivamente en
Austrasia y Neustria, se habían tratado de seguir al pie de la
letra, hasta llegar al siglo X, en el que todas las institucio-
nes eclesiásticas estaban ya, por entonces, renovadas, y la
Iglesia medieval definitivamente fundada.
Como conclusión podemos decir que el monasterio, como lugar y
modelo de la vida medieval seria otro vehículo de dominio y di-
fusión del imperio carolingio.
5.3 LAS INSTITUCIONES MONASTICAS
Los monasterios benedictinos por excelencia son los germánicos,
10HISTORIA DEL ARTE SALVAT. Idem pag 9
41
en los cuales se desarrollan tendencias anglosajonas del mona-
quisino, es decir, que los abades no fueron, como lo hubiera de-
seado san Benito, directores sedentarios de comunidades cerradas
sino apóstoles que dirigían la evangelización y dependían direc-
tamente de la Santa Sede. Por otra parte, entre las actividades
monásticas los estudios fueron adquiriendo prioridad sobre el
trabajo manual. Pipino y Cario Magno se esforzaron por mantener
la prosperidad de los monasterios, disfrutando las comunidades
monásticas de una situación desahogada. El patrimonio de señorío
rústico liberaba a los monjes de la necesidad de trabajar, y
siendo los abades escogidos entre la alta nobleza, y enviados
muchas veces a misiones administrativas importantes, los monaste-
rios se convirtieron en asilo de cultura y primer laboratorio del
renacimiento intelectual y artístico, hecho que coadyuvó a la
prosperidad del imperio carolingio. La riqueza y el poder de las
órdenes monásticas, como es el caso de Cluny, hicieron que no so-
lo se -iidiera extender el monacato, sino que sus edificios se
constituyeron en los mejores modelos de la cristiandad occidental,
mayores y mejores aún que las propias basílicas de los apóstples
en Poma.
Se refleja, como ya dijimos arriba, todo el poder monástico caro-
lingio en la arquitectura. Veamos el oroceso:
La pequeña iglesia primitiva del duque Guillermo, cons-truida ba.jo el abad Bernardo, ya había sloo sustituida por la llamada Cluny II, edificada ent-e 955 y 1000 pe-ro ésta fué destruida a su vez para levantar Cluny III (ver figura 10), con arreglo a un r-lan colosal a partir
i+2
de 1088. 1 1
5-4 CULTURA Y ARTE
Hemos enunciado hasta ahora tres mecanismos de unificación del
imperio carolingio a saber: la religión, la educación eclesiásti-
ca y las instituciones monásticas, a través de las cuales se pu-
do mantener el poder político. Estos tres mecanismos institucio-
nales crearon a su vez e hicieron parte de un nuevo desarrollo
de la cultura, del arte, y por tanto de la arquitectura.
5.4.1 Cultura
Los reyes carolingios reviver, la formaci'n cultural romana, vol-
viendo a imponer el latin como el idioma oficial y la literatura
romana como la mas importante, vero, y como es obvio, refractada
del arte cristiano. "La po-"--* de Lr-r L o.r--"no se- conforme con reci-
bir de segunda mano, lo herencia íe - '-n 1 guedad. . . La época ca-
rolingia busca con preferencia imitar actitudes grandiosas,
hinchadas y orgullos-3 ^e los -• • m*-.r: .•, j>ero no halla, sin embar-
go, acceso a la antigüedad más "ue •• tr-vós do a forma refríe-
tada riel arte cr;ptiano..."1^
1:LHI3T0?IA DEL ARTE JAL'/aT . I -e.:.. ag. II
12HAUSEP, Arnold. Madrid, Gu- d
Historia siripi oe 1. a, 19tcK Toso I,
te" arte.
5.4.2 El arte
Del aspecto anterior se desprende el arte como forma también de
unificación por medio de la creación de un estilo grandioso, so-
lemne, poderoso, que reflejará, por un lado, la gran herencia de
la Roma imperial y por otro, la austeridad de los materiales da-
da por la filosofía ética del momento y por la ausencia de co-
mercio de materiales de construcción: este estilo es el llamado
Románico.
Al respecto nos dice Hauser:
el arte carolingio superó, sin embargo, el estilo orna-mental plano de la época de las invasiones consiguiendo por ejemplo, reproducir el cuerpo humano en su especia-lidad tridimensional, rasgo que recuerda por sí, más a la antigüedad clásica que a la cristiana. Pero en con-traste con el punto meramente decorativo de la época de las invasiones, en el arte carolingio encontramos una concepción artística figurativa, y por otra parte, en oposición al arte cristiano primitivo, encontramos tam-bién aquí, una concepción en parte ilusionista. Este arte, renueva no solo el sentido estatuario y monumen-tal, sino también la visión pictórica e impresionista de los antiguos.13
5.4.3 La arquitectura
Podemos deducir entonces, que el arte y la arquitectura carolin-
gios , fueron una mezcla del arte y la arquitectura grecorromanos
con el arte cristiano primitivo. Pero que de todas maneras no se
quedaron en un simple eclecticismo formal, sino que constituye-
1"HAUSER, Arnold. Idem, pag 5
44
ron los orígenes de los que fueron posteriormente el arte y la
arquitectura románicos.
La arquitectura románica que se desarrolla posteriormente al
imperio carolingio tiene caracter isticas formales y espaciales
propias y exflicatiTas del momento histórico en que se desa-
rrolla. Como primera medida, resaltaremos su pesadez que da una
sensación de inmovilidad, reflejo de una visión del mundo de-
terminista y finalista; las ideas fundamentales sobre las cua-
les se mueve el hombre de los siglos VIII, IX y X ligadas a tal
reflejo, son las del fin del mundo y la esperanza pasiva del más
allá.
Como segunda medida tenemos que resaltar su tosquedad de mate-
riales, producto de una época donde el comercio es exiguo y como
tercer punto, el trabajo de la luz que tiene como finalidad crear
penumbra en los lugares menos importantes del templo e iluminar
los lugares mas imt ortantes.
Es bueno anotar aquí que el término 'catedral' en el período ro-
mánico se debió a que en el momento en que se disolvieron las
cortes carolingias, por el enriquecimiento desmesurado de muchí-
simos vasallos, los lugares de reunión y de creación artística
o cultural se centralizaron en las catedrales imperiales, "edi-
ficios imponentes y poderosos,,lí+ (ver figura 10)
1/fHAUSEP, Arnold. Idem, pag 2k2
e x p r e s i ó n de un Oder i l i m i t a d o y de unos medios inago-taeles. Se l e s na l l a m a d o f o r t a l e z a s de Dios, y r e a l m e n -t e son g r a n d e s , f i r m e s , y macizas, como l o s castillos y f o r t - , lezas la época, y demasiado r r a n d e s '"ara los f i n e s e i s n o s . P o n no f u e r o n c o n s t r u i d o s cara l o s fieles, si-no |7~ra I s g l o r i a de Dios y s i r v e n l o mismo que l a s c o n s -••"Ueciones s a g r a d a s de l a n t i c u o o r i e n t e , para simboli-znr id S&prema autoridad.1-
Como s e ve e n t o n c e s , l a c a t e d r a l r ománi ca es más un s í m b o l o de
p o d e r que un e d i f i c i o para b e n e f i c i a r a l hombre . Es 1-. e x p r e s i ó n
p a r a d ó j i c a m e n t e de l a r e a l i d a d h i s t ó r i c a ".ero f u e r a de su r e a l i d a d .
Agresa F a u s c e r que
l a i g l e s i a de Santa Sofía ( t e n í a c iaría morí t e d irnensione za e s t a b a fundao.n en c i e r t - j
c a s p u e s era ] a i c~ 1 p s i a r r i ñ o r o l i t a . Las i . ' l e s i a s rom? e n c u e n t r a n en el me jor de 1 des t r a n q u i l a s , cues er. el r r a n u e s o 1 uda' ,es .
por ejem-lo1» (ver figura s enormes, pero su ^ranee-medida, en razones -réc ci-
ño Lpal de una ^etró;oli eos-nicas, pon el contrario, se os car'OS en pequeñas ciuua-occidente ya no existían
Es e n t o n c e s una razón de r - - - r ec onnmico , our-l es 1*-. l e n i t ud
del feudalismo- d o m i n i ' territorial, r i q u e z a 0ue dá i r .dUp?ncen-
s c*.••;;-ar ^ue dan o n i r e n a l
r e n e r a i es ün á r t e s i m p l e ,
c 1 ' '• o 1 í t i c s v e c o n
e s c i o r orr, ' n i c o . £
; un j.m-LCe- ' oe
arts román1c7
•i e f o r r e s e s t i l i z a d a s i somot r i e a s , e m f.r-~-d o m i n i o c a r a c t e r
r • j i g i os o , en e l que l o es i r ; t y Lo t e m p o r a l d e c i r s e
que no e s t á n s e p a r a d o s , -.;&:; no r e he p o d i d o d i s t i n g u i r cuá"1 era
U finali dee •io eclesiástica como tr\ . • • n , pero •r> r* ! r. v> t c r c
lf- - T' '
se intuye que era P\> instrumento de ^roraganda de la iglesia rae-
ileval. Y ahí está ése carácter educativo que se ha tratado de
e>-'lícar. Su misión sólo podía c on^istir en insnirar a las masas
un e--íritu solemne y religioso, pero bastante indefinido. Pode-
mo; citar aquí la descri-cion de Cluny III, edificada en 1088:
"11 templo tenía un larguísimo atrio ó nártex con tres naves, vasto •or sí sólo como una gran iglesia; después, por una i:uerta decorada con innumerables esculturas, se entraba en la basílica de cinco naves, con dos transep-tos, cada uno con varios ábsides ó canillas y un gran co-ro en el fondo, también con otros ábsides pequeños y gi-róla... A cada lado de la* uerta del nártex había dos grandes campanarios cuadrados con su flecha, el uno des-tinado a archivo y el otro a encierros ó prisión de la abariía. La nave central, inmensa, estaba cubierta con bó-veda de medio punto; las 'laterales con bóveda de arista.
Recordemos que Sluny fué rrodel o <;«= ios monasterios románicos en el
siglo VI.
I7.:t;: * ot?t pei
6 NUEVAS INVASIONES BARBARAS EN EL SIGLO X
La plenitud del feudalismo, la consecuente disolución de las cor-
tes csrolingias, el dominio (5-mnipotente de los terratenientes y
de la Iglesia, la presencia de un rey que reinaba pero que no
gobernaba porque ya no tenía casi riqueza -dominios territoriales-
hicieron que el imperio carolingio se fuera a pique.
6.1 CISMA POLITICO
Uno de los últimos reyes francos, Ludovico Pió, formado total-
mente dentro de la caridad y la justicia cristianas, para tener
contentos a sus tres hijos, "vaciló enore el deseo de preservar
la unidad del imperio y Is preocupación por respetar las anti-
guas costumbres familiares legando a cada uno de sus hijos una 18
porción igual de la herencia". Este hecho llevó a la discordia
a los hijos contra el padre y a los hermanos entre sí, discordia
que dió como resultado una pérdida general del poder del imperio,
el enriquecimiento de la nobleza, cue servían a los hijos de
Ludovico y que vendían su fidelidad al mejor postor, hasta que
l3HISTORIA GENE~-;AL DE La'¿ C1VI1IZACIONES. La ed.- d media. Tomo 3 pag 156
finalmente, en el año 843» por el tratado de Verdún, la Europa
occidental quedS definitivamente dividida en reinos indepen-
dientes:
Separados por fronteras de orientación meridiana, cada uno de éstos quedó formado por una de las tres regio-nes cuya autonomía conservara Car1omagno: Aquitania, Baviera e Italia, y por una parte de las provincias francas. Así nacieron el reino de los francos del oes-te, cuyos limites fueron marcados por el Escalda, el Mosa, el Saona, y los montes Cevennes; el reino de los francos del este, más allá del Phin y de los Alpes; y un estado intermedio alargado desde el mar del Norte a la Italia del sur, que contenía las dos ciudades im-periales: Soma, capital del imperio romano de occiden-te, y Aquisgrán, capital del imperio carolingio. Esta última porción de territorio era la del emperador, pe-ro su dignidad no le valía más que una autoridad comple-tamente teórica. °
A su vez, estos tres reinos tuvieron evoluciones diferentes: la
institución monárquica fué más duradera en el reino de oriente,
por ser m's reciente, mientras que en el reino medio, la disolu-
ción territorial continuó, por la gran independencia y poder de
marqueses, condes y rte^s vasallos q ;o deseat-? < una total auto-
nomía política.
Esta disgregación del i -nerio no .ejó 5e p e5" j udic ar la unidad de
la iglesia, ya que numerosos arzobispos fueron independizándose
de la instilación -ontificia "r^.na, dir5 rida r-.or el papa Nico-
lás I q uien trató ae defende- su roder, * or -icdio de leyes pon-
tificias, pero ca1 e-itridc e "o-pn;- ol estado romano, de
19Idem, pag. 1'?-"!!-
0
poder feudal, se sumió progresivamente en la más profunda de las
decadencias.
6.2. VULNERABILIDAD DE EUROPA
Los acontecimientos anteriores hacen a Europa del siglo X, más
vulnerable a las invasiones de los pueblos bárbaros, que desde los
cuatro puntos cardinales amenazan desde hace siglos la estabili-
dad de Europa. Algunos de éstos pueblos venían del norte, como
es el caso de los normandos, otros venían del sur como es el ca-
so de los musulmanes. Pero también del oriente de donde venían
por ejemplo los Húngaros.
La coyuntura estaba dada: Europa estaba de nuevo dividida, sin
ejércitos, sin cohesi&n política... era el momento ideal para
arremeter de nuevo contra Europa cristiana. De las invasiones de
los sarracenos dirá el historiador Edouart Perroy:
En el siglo VIII los ejércitos francos habían detenido el empluje musulmán, y luego, progresivamente, hicieron retroceder al islam más allá de los Pirineos, la marca hispánica mantenida vigorosamente por una dinastía de jefes militares... constituyó un bastión muy eficaz: la caballería árabe no penetró nunca más en Aquitania. Pero el mar quedaba libre. Desde España y el Kagreb, los piratas musulmanes ocuparon primero las islas del Mediterráneo occidental, las Baleares, Córcega a par-tir del año 806, luego Sicilia, metódicamente conquistada entre 827 y 902. Desde ellas lanzaron expediciones de saqueo sobre todas las costas cristianas: Niza en 810, Marsella en 8 3 8 , Arlés en 342, Roma en 846, la Apulia, la Campania, fueron sucesivamente asoladas. En los últi-mos años del siglo IX, un grupo de aventureros sarra-cenos se estableció permanentemente en la corte de Mau-res, infiltrándose por los alpes, y cortando las rutas
51
entre Italia y las galias, exigieron rescate a tres gene-raciones de traficantes y p e r e g r i n o s . 2 0
6 . 3 LOS NORMANDOS Y UNA NUEVA EUROPA
Pero sin lugar a dudas, las invasiones más importantes para los
cambios que a partir del siglo X se dieron en la Europa cris-
tiana, fueron las normandas. Estos pueblos eran seminómades, ha-
bitantes de zonas de latitudes altas, con intensos fríos y vera-
nos más cortos que en la Europa Meridional. Por tanto, hablan
desarrollado diversos métodos para el cultivo de la tierra, la
recolección y almacenamiento de los productos, demanera que en
los cortos veranos y primaveras alcanzasen a surtir todo el cú-
mulo de necesidades primarias. Además, hablan desarrollado sis-
temas sofisticados de navegación, incluyendo el transporte sobre
la nieve, pues sus ríos y mares se congelan durante mucha parte
del año.
Su mentalidad, dada la situación geográfica, ya descrita, y las
condiciones materiales, era eminentemente práctica y empírica,
pues necesitaban sacarle el mayor provecho a la tierra, en el
menor tiempo posible, y con el mejor resultado. Eran hábiles
también como militares, pues su permanente caminar en busca de
mejores tierras, les había hecho enfrentarse a numerosos pueblos.
Por tanto, el desarrollo de las armas, era también bastante no-
torio, y mucho más eficaz, con respecto a las armas de los ejér-
20IBIDEM. Pag 159 52
citos de la Europa cristiana
siglo X, eran nulos.
Sus religiones, politeístas,
el desarrollo de las fuerzas
trabajo material, para poder
que en la Europa continental
fectamente del autoconsumo y
que en el momento de la invasión,
no fueron nunca un impedimento en
productiTas, pues la necesidad del
abastecerse, era mucho más marcada
cristiana, donde se podía vivir per
subsistir con un comercio exiguo.
Los normandos eran en general hombres muy activos, que no sola-
mente había desarrollado la agricultura y la pesca, sino también
el comercio, inevitable, por su pobreza de productos, y que de
hecho los mantenía en contacto con comerciantes cristianos del
mar del norte, conociendo así la prosperidad de las regiones
francas y anglosajoñas.
Cuando los normandos detectan la situación de debilidad de Euro-
pa cristiana
abandonaron el trueque, se apoderaron violentamente de las riquezas, robaron los esclavos, el oro y la plata, y enbusca de nuevos botines, llevaron adelan-te sus incursiones. En primer lugar asolaron las cos-tas, las de Frisia a partir de 810, las de Inglaterra y las proximidades de la desembocadura del Sana, lue-go dejando el canal, saquearon Noirmountier hacia 820, las de Inglaterra y las proximidades del país vasco en 859; rodearon la peníncula Ibérica, saquearon va-rios puertos del Atl'antico (La Coruña, Lisboa y tam-bién Sevilla( y entraron en el Mediterráneo. Cuando nada quedaba para saquear en las costas, avanzaban hacia el interior remontando los ríos, y er. ocasiones dejando sus embarcaciones ara convertirse en jinetes. Nada ilustra mejor el proceso de su penetración que el lar-go éxodo de los monjes de san Phillibert que huyendo
61
ante ellos, abandonaron el monasterio de Noirmutir an-tes del año 819 y, después de haber buscado en vano la tranquilidad en refugios cada vez más alejados del mar, no encontraron seguro asilo más que en Tournus, a ori-llas del Saona, en 8?5. 2 1
6.3.1* Evoluci&n económica y nueva tecnología
Si bien la Europa cristiana después de las invasiones quedó su-
mergida en un terrible caos, por las luchas contra los bárbaros,
el abandono de los monasterios, la destrucción de numerosos cas-
tillos, templos y obras de arte, y la pérdida de cohesión polí-
tica, a medida que se fueron consolidando los nuevos reinos nor-
mandos, ya fuera independientemente de Poma ó a .heridos a ella,
se fué dando una mezcla cultural, política, religiosa e incluso
racial, que fué mucho más notaria en las regiones más afectadas
por la presencia de estos pueblos, como *'ueron las islas británL
cas, el norte de la Galia y la Provenza.
Gracias a los contactos que se establecieron, se amplió la comunidad crsitiana: muchos vikingos que habían asi-milado en ultramar algunos elementos del cristianismo los llevaron a Escandinavia, uonoe se mezclaron con cre-encias paganas; la época de la fé mezclada, precedió a la de la conversión definitiva, favorecida por los sobe-ranos Harold de Dinamarca y Olaf de Noruega. Las invasio-nes estimularon así mismo los intercambios comerciales; la transición entre la piratería y los trueques pacíficos se hizo insensiblemente y los campamentos permanentes de Normandos en los intervalos entre las hostilidades, eran también lugares de feria; la circulación comercial en el mar del Eorte, un tanto aminorada al empezar los ataques violentos, no tardó en florecer de nuevo. Por último cier-tas regiones asistieron al establecimiento de loo vi-in-
21HI3T0:-'IA GE. ERAL DE LAS CIVILIZACIONES, op. cit. pag. 160
gos, bajo formas diversas: dominio de pescadores y de transportistas limitaron a los puertos y a las costas en Irlanda. Colonias agrícolas en Inglaterra del norte implantación de una aristocracia militar que se impuso a los indígenas en la proximidades del Sena. Y ésta úl-tima Normandía tenía que convertirse muy pronto en una de las provincias más vigorosas de Occidente, lo que prue-ba la fecundidad d~ la aportación e s c a n d i n a v a . 2 2
En Inglaterra, fué definitivamente más marcado éste aporte. Se
instauraron numerosos reinos bárbaros normandos, que comenzaron
a desarrollar ana intensa actividad económica y comercial. La
pesca en el mar del Norte, la ganadería en las fértiles tierras
de ricos pastos, la agricultura y la navegación para el comercio,
fueron formas evidentes de progreso material de éstos pueblos,
que aplicando su filosofía pragmática transformaron de manera ra-
dical los ideales y las costumbres lo mismo que la economía del
pueblo inglés.
Este es uno de los hechos que explica el por qué Inglaterra to-
mó la delantera en el campo del cominio marítimo y comercial en
Europa, y cómo ésto concluyó con la colonización de los Estados
Unidos de América, y las revoluciones burguesa e industrial in-
glesas, que conmovió en el siglo XVII les pilares de la Europa
feudal.
6.3.1.1. Renacimiento económico
22HI3T0KIA G „ . A L DE LAS CIVILIZA C ¿ 0.1 ES , or. cit. oag. 163
55
Pero explicitemos un poco más ésta evolución económica. Como con-
secuencia de las invasiones normandas, el comercio tomó de nuevo
un auge creciente, y aunque en los siglos anteriores, se habla
visto seriamente detenido, por las restricciones éticas y morales
de la iglesia feudal, por las sucesivas guerras, la arbitrariedad
de la ley privada, y en general por la economía de subsistencia
y autoconsumo del feudalismo, después de las invasiones, se ció
un renacimiento económico, que incluyó el rescate del comercio.
Es cierto que la moneda era escasa, y que llegó un momento en que
se tenia por su valor material, no por su valor de uso ó cambio,
p^ro también es cierto que ésta no desapareció en la época ante,
rior al imperio Carolingio, y que muchos siervos, pequeños arte-
sanos, vendían parte de los productos que les sobraban y así a-
tesoraban monedas.
Los monarcas carolingios se reocu-aron por acuñar monedas, que
representaran de alguna manera su poder, y que de todas formas,
eran necesarias psra el roco comercio que se desarrollaba en las,
ferias, cada aso.
Pero es neces-rio señalar aquí, cómo, después de 7 as invasiones
bárbaras del siglo }', el comercio tomó un ecisivo viraje hacia
su plenitud. Una de las causas, fué entonces, el hecho de que los
normandos eran grandes navegantes, ."•••"na ; , lo -nismo c ¡? los
árabes. Otra, el keepo de que se iiera .JO ae los ruerzas oro
ductivas, con las innovaciones técnicas aportadas por los norman-
dos.
...En los decenios que preceden al año mil, es cuando se extienden por las reconstruidas campiñas de la cris-tiandad, diversas invenciones técnicas de fecundas conse-cuencias, invenciones antiguas, más cuya aplicación en occidente había sido hasta entonces muy limitada. A de-cir verdad, es imposible seguir de cerca ésta penetra-ción, pués los testimonios directos, los vestigios de los instrumentos ó sus representaciones figuradas son extremadamente raros, difíciles de fechar y los textos a-portan muy pocos detalles. No obstante todo induce a pen-sar que el gran esplendor del occidente "edieval está intimamente ligado a una renovación fundamental de las prácticas agrícolas, a una verdadera revolución con rit-
/ ao de verdad lento, pero que permitiendo producir mayor cantidad de subsistencias con menor trabajo, transtorna las condiciones de la vida e c o n ó m i c a . 2 3
6.3.1.2. Avances técnicos
Entre los adelantos técnicos que se obtienen en ésta época, te-
nemos una mejor utilización de la fuerza motriz de las aguas co-
rrientes, con procedimientos conocidos de antiguo, pero aplica-
dos de nuevo, en occidente, desde el siglo Z. Así se regulan los
cursos de las aguas, derivando acequias, disponiendo áreas de a-
gua, y saltos destinados a accionar molinos de grano ó de aceite.
Estos molinos, liberan la mano de obra ~'el trabajo de preparar
el grano, permitiéndale dedicarse a otras tareas mas productivas.
Es también un avance, el mejoramiento en los métodos de tracción
animal, métodos de enganche del caballo, del yugo del cuey, y de
formas de arado y riego.
23HI:1E0RIA GENERAL EE LAS CIVILIZACIONES, OP. cit.
Con éstas innovaciones técnicas, en el campo de la agricultura,
la producción agrícola mejora sustancialmente; nuevos cereales,
entran a formar parte de la dieta alimenticia. La avena, comien-
za a emplearse en la alimentación humana, y también para los ca-
ballos. Estos a su vez mejoran su condición física, y comienzan
a aventajar al buey, en las labores agrícolas. Se torna en el me-
dio de transporte más apetecido, y se introduce en la guerra, de-
finitivamente. Hay ur. aumento de la población europea, que se ve-
rá eclipsado por las guerras de la religión. Este crecimiento de-
mográfico se debió, como ya dijimos, a las mejoras en la dieta ali-
menticia, ya que la misma extensión de tierra que anteriormente
nutría a mil hombres, ahora va a nutrir a tres ó cuatro mil. Es-
to contribuye a su vez, a la necesidad de nuevas tierras, para ser
explotadas y habitadas. El hombre del siglo X y XI, inicia el des-
monte y roturación de tierras inhabitadas hasta ese momento, ó
baldías, con la colaboración de campesinos y señores rurales. Es-
ta iniciativa, se debe también a que el trabajo para el campesino,
se ha aminorado, y tiene más tiempo que antaño, para cultivar nue-
vas tierras, y ensanchar sus propiedades. Durante el invierno,
el campesino quema las malezas, derriba los grandes árboles de
los bosques, desentierra las raices: en primavera, el matorral se
ha convertido en un gran or?do de siega, que al año siguiente se
podrá labrar y sembrar, y ás tarde plantar con viñedo. De ésta
y otras formas el campesino va creando nuevos hábitats, y a la vez
nuevas formas de producción.
Esta filosofía se reflejó en las nuevas formas artísticas, los
nuevos temas literarios y los nuevos espacios arquitectónicos de
la Europa dividida, e invadida« El arte dejó de ser espiritualiza-
do, desligado- si cabe el término- de la forma, para convertirse
al paso del tiempo, en la expresión de los sentimientos, afectos,
emociones e ideales del hombre. Las formas del románico tardío y
del gótico a partir del siglo XII, tenían mayor movilidad; su ac-
titud humana no era la del hombre espectante, carente de toda po*
sibilidad de ser por si mismo, pleno de nostalgia por el más allá,
temeroso de la justicia implacable de Dios, deseoso de partir hacia
el cielo, de d^pojarse de todo lo humano y material. La actitud
del arte ahora, es la del hombre que se está encontrando consigo
mismo, que está conociendo el valor de la naturaleza que lo rodea,
que comprende que parte de la vida es producir, superarse, inda-
gar sobre las posibilidades infinitas del conocimiento del mundo,
curiosear las formas vegetales, animales y humanas; y expresar
todo ésto en la obra de arte. Esta nueva posición del arte viene
a tener toda su plenitud en el arte renacentista de los siglos
XV y XVI, pero ya aquí, en la baja edad media (siglos XII, XIII y
XIV) es evidente un anticipo de esa plenitud.
.Además, el arte se va liberando de la obligación eclesiástica, y
se permite muchas libertades "profanas", por ejemplo, tomando mu-
chas veces un cariz épico como lo ilustra Hausser:
El placer con que el arte románico tardío puede abismar-se en la ilustración de una materia épica, se manifiesta de la manera más directa en la tapicería de Bayeux, obra que a pesar de estar destinada a una iglesia, manifiesta
59
Muy pronto, los nuevos campos se encuentran alejados de la aldea. Quienes los han conquistado instalan en ellos su vivienda y de ésta manera se van creando nuevas pobla-ciones: con frecuencia, los roturadores acaban por encon-trar en los limites de la jurisdicción los de las aldeas cercanas y el cintur&n de tierras incultas que antes ais-laba por completo las parroquias tienden a reducirse a unos pocos territorios, constituidos por los suelos más ingratos. ^
Los señores territoriales aprovechan también las ventajas de las
nuevas formas de explotación de la tierra, haciendo crecer sus ren-
tas, y dedi^ndo a la explotación agrícola, lo que anteriormente
estaba destinado a "reserva": bosques ó pastoreo.
6.3*2.Evolución cultural.
Junto con la evolución económica que se dá en Europa a partir de
las invasiones normandas, las artes, la literatura y la arquitec-
tura sufrieron también una gran transformación evolutiva*
6.3*2.1. Nueva filosofía y riqueza temática
El arte en general, fué tornándose más humano. Los normandos, em-
píricos por excelencia, degustadores del bienestar material, y usu-
fructuarios al máximo de los bienes de la naturaleza, tenían una
concepción diferente a la idealista cristiana, que había reinado
en el corazón del hombre medieval; ésta concepción era la del cono-
cimiento del mundo, su exploración, la utilidad de sus posibilida-
des, el amor al trabajo material por sí mismo, y para beneficiar
al hombre mismo.
HISTORIA GENERAL DE LAS CIVILIZACIONES, op. cit. pag. 278 6o
una concepción distinta de la del arte eclesiástico. Con un estilo admirablemente fluido, con muy variados episo-dios y con un amor sorprendente por el pormenor realista, narra la historia de la conquista de Inglaterra por los normandos. Se manifiesta en ella una difusa manera de na-rrar los acontecimientos, que anticipa la composición cí-clica del arte barroco marcadamente contrapuesto a los pc-principios de unidad de la concepción artística románica...
Esta liberación del arte de las restricciones eclesiásticas, le dá,
como ya dijimos, má$or fuerza temática, que es complementada con
los viajes que en lo sucesivo realizará el hombre influenciado
por la filosofía normanda; crece el deseo de conocer nuevas tierras,
descubrir y colonizar territorios hasta entonces olvidados, enri-
quecerse y ser libre. Estos viajes, éstas nuevas aventuras, son
también aportes temáticos para el quehacer artístico, literario
y arquitectónico. Estos temas serán unas veces épicos, como es el
caso de los temas inspirados en las guerras de las cruzadas; re-
ligiosos, también por inspiración de los ideales caballerescos de
los cruzados, ó románticos: el deseo de la paz, de la vida pasto-
ril y bucólica, del amor humano.
Con la aparición cada vez más creciente de aventureros y colonos
adquiere un mayor auge el juglar, ó sea aquel hombre de pueblo,
que va por toda Europa en las épocas de feria, ó de burgo en bur-
go cantando a veces de manera burlona, otras romántica, las cos-
tumbres, aventuras e ideales del pueblo.
69
KAUSSER, Arnold., op. cit. cap. IV, numeral 7, pag. 251. ól
Es bueno anotar aquí, como el arte juglaresco, se convertiría pos-
teriormente, en un testimonio histórico y crítico, de las costum-
bres medievales, y que con base en los temas literarios esbozados
por los juglares se inspirarán los escritores humanistas de fina-
de la Edad Media y del Renacimiento. El arte de este momento,
denota en general, una mayor sensibilidad, un mayor acercamiento
a los sentimientos, aflicciones y placeres humanos, anteriormente
reprimidos por la rigurosa moral cristiana.
Como testimonio de ésto, tenemos los manuscritos encontrados cer-
ca al castillo de Bauren, en la región germánica, que contienen
una serie de canciones cuyos versos son cantos al amor carnal, al
vino, a la vida y al placer. Estos versos son anónimos, lo que
sin duda refleja su origen popular. Son los aventureros, los go-
liardos, los vagabundos, ios colonos, los salteadores de caminos,
y en general, los hombres que han renunciado a la servidumbre,
los autores de ésta literatura.
6.3.2.2. Dinero y florecimiento artístico.
La alianza que se va dando poco a poco, entre los intereses de la
burguesía naciente, y de la nobleza * finales del siglo II, la
roturación de nuevas tierras muchas anexadas al dominio inicial,
la irrupción del comercio, sutilmente apoyado por muchos prínci-
pes feudales con la amnistía (no pagar impuestos ni aduanas) en
época de ferias, la afirmación de la moneda ce* o nueva fuente de
opulencia, hacen que er. Europa se despierte ?nía tinamente en las
mentes de la nobleza, y r r i..¡gmer.t<r en la m ^ t e del pueblo, el
ó ?
deseo de enriquecimiento. Ya muchos de los dineros producidos en
las ventas, era absorbido por el erario señorial, por medio de
lajpultirlicaci&n de exacciones, la instituci&n de tallas y de
impuestos en general. Estos dineros enriquecieron tanto a las
instituciones civiles o laicas, como a la iglesia y fueron utili
zados por los eclesiásticos para
...el embellecimiento de los santuarios; con sus capitales emprenden construcciones nuevas, abren talleres de escul-tura y enriquecen las sacristías con nuevos ornamentos. El florecimiento artístico de finales del siglo XII,asi como el desarrollo de la artesanía especializada, particularraen te la de la cantería, están íntimamente relacionadas con el renacimiento de la economóa monetaria.
Esta opulencia se refleja en los monasterios de la Orden de Cluny
sobretodo en su riqueza decorativa:
Los arranques de las bóvedas están avalorados con fajas bellísimas de entrelazados rizos de parra, y los capite-les muestran escenas bíblicas o simbólicas entre capri-chosas espiras de tallos de vid o hiedra estilizados... Pájaros que se persiguen, centauros y leones, profetas y cantores enredados en las espirales de una decoración vegetal. El estilo decorativo de los frisos ornamenta-les, con esculturas menudísimas repletas de pájaros, hombres y animales que se persiguen por entre los rizos de las hojas de la vid (he aquí cómo hay ya una presen-cia de la naturaleza en los temas decorativos religio-sos) fue aplicado no solo en la arquitectura sino tam-bién en los pequeños objetos suntuarios, muebles y pie-zas de orfebrería. ^
También se refleja en la aparición del mecenazgo que se comenzó
26 HISTORIA ti .NEPAL DE LAS CIVILIZACIONES., op. cit. , pSg. 282
27 HISTORIA DEL ARTE SALVAT. México: editora mexicana, 1979.Tomo
IV, pág. 12.
a desarrollar en el siglo XIII, y que llegó a su plenitud en el
XVII.
Los recenas, nobles ó burgueses ricos, arcaron los talentos ar-
tísticos llevando a sus castillos y posteriormente a sus palacios,
a los artistas más afamados, para que trabajaran a su servicio.
5e dá entonces una gran competencia artística lo que aumenta la
producci&n de obras con una gran riqueza temática, y con una ma-
yor libertad, sobre todo en el arte que iba dirigido al gusto bur-
gués. Es clara la difer-ncia que se em :ieza a vislumbrar entre el
tipo de arte que va dirigido a la rrobleza feudal, y el tipo de ar-
te que va dirigido al burgués, l'l primero conserva la austeridad,
la espiritualización de las formas y los valores conceptuales del
arte eclesiástico carolingio, y del románico cieno, mientras que
el otro comienza a incluir temas, formas y técnicas que serán los
precursores de un nuevo estilo. Pero en la medida en que la noble-
za va perdiendo poder económico y 1 a burguesía lo va adquiriendo
con el dominio del comercio,- fundamentalmente por el mar del Nor-
te y el Báltico,- y de la producción manufacturera,- no ya arte-
sanal como es el caso de Holanda e Inglaterra con la producción
pañera,- en ésa medida se va realizando una fusión de gustos es-
téticos, que van consolidando ese nuevo estilo enunciado arriba,
y del que hablaremos en otro cacítulo: el gótico.
72
. .5• 2.3* Reacción cisterciense
?n general la opulencia y la riqueza canto de la burguesía como
ce algunos monasterios y er.isc otad os, hacen que hacia el siglo XII
haya una. nueva reí'orrq »n la orden benedictina, que fundamentalmen-
te va a c. i-.icar el abuso de poder, el orgullo y la riqueza de
Cluny. 23ta reforma se realizó en el monasterio de Citeaux (Cister)
ubicado también en Borgoña, y por iniciativa de San Bernardo, "her-
mano espiritual de Pedro el ermitaño, predicador de la primera cru-
E'l objetivo de esta reforma era vivir del trabajo manual dentro
de una pobreza y humildad evangélicas. Rehusar toda clase de dona-
ciones territoriales, vivir en la soledad y silencio absolutos de-
dicados y la meditación y al tralajo de la tierra ó artesanal,
eran los ideales de los cistercienses. Es a parti" de 1112 cuando
se instaura définit i vaser.te esta nueva orden, que se diseminó rá-
pidamente por toda Eurora, hasta el canto de que . uando murió San
Bernardo, uno de sus fuñe adores, "la orden de Cister ya poseía 343 29 monasterios, y hacia el año 1200 llegaron a la cifra ae o 9 V .
En un princi; io los carácter * s ticas de las cons.tr :cciones cister-
cienses, fueron totos-ente contrarias b 1rs 3e las • obstrucciones
h I S T O R I A I H L A •-••I E S ^ L V / T , O-, c i t . PAR:. 1 4 S G ' Ibidem.
cluniasences: si los monasterios de Cluny eran de una gran rique-
za escultórica y decorativa, los monasterios de Cister serían se-
veros, austeros y sin ninguna distracción para la meditación. De-
cía san Bernardo:
para uué sirven éstos follajes con mil monstruos entre-lazados: éstas figuras de sátiros y de centauros, tantas molduras con fieras y adornos, en los cuales la imagina-ción del monje se distrae de su piedad y se aparta de la pobreza evangélica enseñada oor san benito.
La presencia de los normandos en la región de Eorgoña, había ya
influido poderosamente en las transformaciones espirituales de
que estamos hablando. Cister refleja ése nuevo pensamiento tal
vez "práctico", si cabe el término, de los normandos con respec-
to a la utilidad de su arquitectura. En Cister, al inicio por lo
menos, se refleja ése deseo de darle funcionalidad a los espacios
funcionalidad en éste caso religiosa. !".r. 1*> cita anterior se refl
ja el deseo de &an Bernardo, de -i ue loo espacios de los monaste-
rios tuvieran ante todo una función -ráctica y no un deleite esté
tico. En cuanto al trabajo agrícola y artesanal que se impone en
la forma de vida ci.sterciense, se ve también de una manera clara
el aporte normando del amor al trabajo por sí mismo y por su uti-
lidad. En el caso de Cister, -<1 trabajo dá gloria a Dios y además
er una forma de oración y de evitar el recado. ace del monje un
ser humilde, laborioso y productivo económicamente, lo cual con-
traria la espiritualidad, de Clur.y, donde el monje es im^roducti-
3 CHIS .CHIA DEL AklE '.EIVAT, cp. cit. pag. lq
vo económicamente, y donde si l e dá gloria a Dios es más ror :.e-
dio de los actos litúrgicos que del trabajo manual 5 agrícola.
Sin embargo, desee el punto se vista arquitectónico Cister no se
pudo ir.aependi.zar totalmente del modelo cluniasence; la gran aba-
día de Slairvaux 5 Claraval fundada por el mismo san "ernardo en
1115, resultó insuficiente ante le expansión O.isterciense y hacia
11.33, se inició la construcción de una nueva abadía, de gran ex-
tensión.
En ella se mantenía la disposición general de 1 os ante-riores monasterios benedictinos, con su claustro central, la iglesia a un lado, la sala capitular en el otro, en el tercero el refectorio, y en el cuarto las dependen-cias agrícolas. Además fuera de éste c on junto monu:. en-tal, se hallaban aún otros dos claustros, nomos, moli-nos de grano y aceite, hospedería y casa del abad, amén de edificios destinados a oratorios y habitaciones pa-ra los obreros y camresinos den en lentes del cenoeio.-^1
Esta reunión, cada ver. más acentuada, de l estilo cistercier.se ex -
tremadamente sobrio, y e s t i:a cTen i aeense ext"emadamente opu-
lento, d i o corno r e s u t a o o un v:ev- e s t i l e , n 'e como ya dijimos
tuvo su origen en orgor.s y nenaré el a e. v n imi >:-nt o de los mé
t o d o s de la arquitect ur» " ' 1 : 0 2 : - :e " ' e e v e n i r mas tarde. Además
hizo o ue "la e s c u e l a ; e arqui. r ec ra r e " á n i ca r o^goñona fuera una
de las más avanzada - ee tocas las s e s i o n e ' ' f r a n c e s a s ; desde el si
gl o XI empleaba e l a r c o a entapo • i " b.óveda " or arista aunque
s i n aristones"""' ' v e r ; ' i . ' . ;re 1"))
31HISTe-TA did dil.dil, o-, cit. pag. la i'? .. . . LDtaem
Caeremos dejsr aquí planteado el concepto evolutivo del románico
al gótico: es un concepto que se fundamenta en varios aspectos
ya de alguna manera explicados en los capítulos precedentes. Esos
asrectos en resuden son:
- Las invasiones normandas y su concepción -ráctic" del mundo.
- El renacimiento comercial y su anorte técnico, material y lucra-
tivo.
- El apogeo de Cluny y la reacción cisterciense.
- Las transformaciones filosóficas sufridas en el seno de la teo-
logía, hecho que explicaremos en el capitulo dedicado a la fun-
damentación filosófica del gótico.
Por ahora pasamos a un último punto que tiene que ver directamer.*
te con una nueva concepción urbanística de lo ciudad después de
las invasiones bárbaras del sirio X y paralela renacimiento co-
mercial.
6.3.3» Evolución urbanística
Con el auge del comercio, se d' rápidamente un." evolución nó so-
lo de las ciudades sino :e los 03 riño:: "up conectaron los más im-
portantes puertos. T a • rpn uennia do mercaderes a los burgos
- lugares destinados o^ i r i n a l n v" l e v ra re :'ugi o y defensa de los
invasores- h i z o que se f :erar. o o b s t r u y e n ! o n '».ves lugares de asi-
lo, oor l o general alreded zr do1 burgo a n t i c u o . /. éfi tos 1 ugares
se les dió o] nombre de f o^is-b-^rgus, es deci 1 " , de burdos de las
afueras ó arrabales, le.nri — rpnne, en su Historia Económica y
y Social de la Edad Media dice:
Así nacieron al lado de las ciudades eclesiásticas ó de las fortalezas feudales, aglomeraciones mercantiles cuyos habitantes se dedicaban a un género de vida en perfecto contraste con la que llevaban los hombres del interior del recinto. "
Pero poco a poco, el burgo nuevo iba tomando mayor importancia
que el burgo antiguo. Toda persona que compartiera la actividad
de mercader, comenzó a llamarse burguesa, extendiéndose después
el término a toda persona que no fuera de origen noble, pero que
tuviera cierta libertad económica. La actividad desarrollada den
tro de los nuevos burgos, generó a su vez una serie de espacios,
no ya dedicados a la defensa como en el mundo antiguo, sino a fa
cilitar las actividades comerciales. Plazas, lugares de almacena
miento de productos, e incluso los primeros bancos, con carácter
depositario de capitales tanto en moneda como en especie, fueron
construidos muy cerca de los caminos de acceso. En la actualidad
podemos ver perfectamente, como muy cerca de los antiguos casti-
llos medievales ó monasterios están las ciudades de la era moder
na, con sus industrias, edificios, y autopistas que nos dicen de
la necesidad creciente de comunicación comercial.
6.3.3.1. Conformación urbanística del burgo.
El portus ó forum, plaza espaciosa donde cada semana se realiza-
ba un mercado, era uno de los lugares centrales. Sus calles esta
-^PIPEENE, Penri. Eistoria Económica y Social de la Edad Media. Bogotá: Fondo de Cultura Económica. 1975 pg. 33- 39.
69
ban pobladas de albergues, tanto para los habitantes de paso, co-
mo para los residentes allí. Estas calles se alineaban seg&n los
ejes principales de circulación y las casas, cuya planta baja se
abría por un amplio vano a la calle de más tránsito, denotaban
ya la aglomeración reciente.
Fijémonos aquí, como existe una diferencia entre los burgos nue-
vos que acabamos de describir, y los burgos antiguos. Pirenne los
describe de la siguiente manera:
Constan generalmente de una muralla de piedra, rodeada por un foso (por su carácter defensivo), y en la que se abren varias puertas. Se ha exigido a los villanos (habitantes de las villas), de los alrededores que tra-bajen en su conservación. En su interior reside una guar-nición de caballería. Un torreón sirve de habitación al señor del lugar; una iglesia de conónigos satisface las necesidades del culto; en fin hay granjas y graneros pa-ra almacenar los granos... El burgo laico, lo mismo que la ciudad eclesiástica subsisten pues únicamente gracias a la tierra. No tienen ninguna actividad económica pro-pia. Ambos corresponden a la civilización agrícola, y no oponiéndose a ella, antes bien, se podría decir que sirven para defenderla.34
Estableciendo éstas diferencias entre el burro antiguo y el nue-
vo, podemos ver claramente córr.o son las actividades de tipo eco-
nómico las que generan una serie de espacios dentro de la ciudad
medieval, espacios que a su vez denotan las diferencias sociales,
la estructura política, y los diferentes gustos estéticos.
Las vías de acceso, deben ser cada vez más eficientes, los cami-
nos más cortos y en mejores condiciones, mientras que los edifi-
^PIRENNE, H. op. cit. pag. 37
70
cios religiosos van siendo relevados poco a poco por los edifi-
cios de carácter civil, donde se mueven los estamentos de la ban-
ca, la industria, la economía y la política. Pero ésta evolución
es lenta y dura varios siglos en estructurarse. Sin embargo se
inicia en este periodo de la baja edad media.
Las calles interiores del burgo van dirigidas a la plaza principal,
donde cada semana se realiza el mercado, 6 donde anualmente se re-
alizan las ferias. Al paso del tiempo, estas calles van haciéndo-
se cada vez más espaciosas, más directas, hasta el punto de que
en la ciudad contemporánea, que es el resultado complejo de esa
evolución, y con el progreso veloz de los medios de transporte,
las calles son interminablemente largas, y dedicadas más a permi-
tir un mejor acceso del comercio, que al encuentro del hombre con
el hombre.
6.3.3.2. Conformación social del burgo
Los habitantes de los nuevos burgos, pertenecen a las más diver-
sas y variadas clases sociales y grupos étnicos. Pero todos, de
una forma u otra tienen una actividad económica comün que los ho-
mogeniza y los constituye en una nueva clase social llamada bur-
guesía, cuyos miembros están especializados en el comercio y la
artesanía.
Dentro de ésta clase social naciente se producen a su vez discri-
minaciones sociales por causa de ascendencia familiar, ó de dife-
71
rencias de capitales. Se pueden distinguir entonces los siguien-
tes tipos: aventureros, que eran por lo general hijos menores de
villanos que tenían a su cargo una numerosa familia, por lo cual
tenían que abandonar la villa e irse de abadía en abadía solici-
tando la limosna para el sustento. Se contrataban con los campe-
sinos en la época de las cosechas 6 de las vendimias, é se alis-
taban como mercenarios en las tropas feudales en tiempos de gue-
rra.
El tipo más característico es el de los mercaderes que andaban
con frecuencia por tierra, río y mar, y de puerto en puerto, ofre-
ciendo sus productos tanto agrícolas como arttsanales dentro de
una gran libertad. Por lo general dentro de éstos mercaderes ha-
bía gran n&mero de judíos y árabes, pero también pequeños terra-
tenientes expropiados por la iglesia por medio del pago de tri-
butos en tierra, 6 por un gran señor feudal.
Pero también dentro de los mercaderes había un grupo que sobre-
salía por su gran capacidad y espíritu de empresa; por su deseo
de aventurarse sin temor a nada, por nuevas tierras. Este grupo
es el de los mercaderes de Flandes, Inglaterra, Escocia y Dina-
marca. Pecordemos aquí que éstas fueron las regiones más afecta-
das durante las invasiones normandas, pero son las regiones de
las que ahora salen los mas importantes comerciantes, y las que
posteriormente van a dominar la banca y la industria textil.
72
6,3*3»3« Beneficios y perjuicios de la nueva ciudad.
Con el desarrollo de las ciudades burguesas, se dio albergue en
ellas a forreas más libres de pensar y de obrar. Esto incluso,
'jo«stituy6 un problema jurídico para los habitantes de los feu-
dos y rara los mismos habitantes de las ciudades burguesas, por-
q u e
las ciudaaes se desenvolvieron en un régimen de privile-gio 5 de mayor libertad y surgió un auténtico derecho ciu-dadano en contradicción con el feudal, que amparaba a sus habitantes y a quienes se acogían a sus muros, huidos del campo, para gozar de la situación de privilegio que éstas le ofrecían.35
Además, con la afluencia creciente de las gentes que comenzaron
abandonar los campos para venirse a las ciudades, surgió cierto
tipo de malestar social, como por ejemplo el hacinamiento, el
desempleo, la delincuencia, además e problemas higiénicos y de
insalubridad.
Se aglutinaron numerosas viviendas pero también numerosas ideolo
gías. Costumbres diversas y cosmopolitismo, hacen de éstas ciuda
des centro de renovación cultural y de rescate del sentido de la
libertad, de la pluralidad de ideas y principios. Todo gira indu
dablemente en torno a la reorganización económica, en contraste
con la organización dominial; la opulencia de unos y la pobreza
de otros, se mide a q u í por la cantidad de capitales y por el do-
minio del comercio, mientras que en el señorío se mide por el li
-^SALVAT editores. Los Fundamentos del siglo XX. Biblioteca bási ca Salvat. 1971. N°94 pag. 94.
73
naje y las tierras. Sin embargo, y corno ya lo habíamos enunciado,
en el burgo se dan ciertas diferencias sociales también por lina-
je, corno resultado de la herencia dominial, que durante siglos ha-
blo croado conciencia de clase. Esta herencia dominial se refleja
en el hecho de que los grandes banqueros burgueses prefieren ha-
cer préstamos alos nobles ya empobrecidos que a los mismos burgue--
ses. Esto se debía al anhelo implícito de los banqueros de obte-
ner títulos nobiliarios a cambio de dinero. De todas maneras, la
nobleza continuaba dominando políticamente, mientras que la bur-
guesía adquiría el dominio econ&mico y pugnaba por obtener el po-
lítico comprando títulos.
Posteriormente, hacia el siglo XVII en Inglaterra y el XVIII en
Francia, la burguesía fundamentada en la filosofía de la ilustra-
ción y del racionalismo, demostrarla que no era comprando títu-
los nobiliarios, sino haciendo una revolución capitalista, como
obtendría el poder político.
Pero ahora pasemos a un último capítulo en el cual nos preocupare-
mos por hacer una fundamentación filosófica, social y tecnológi-
ca del estilo gótico, que se dá como evolución del romano y como
resultado de las circunstancias históricas ya analizadas.
7k
7. NACIMIENTO DE UN NUEVO ESTILO
La sociedad del siglo XII se ha renovado. Existe en todos los hom-
bres una sed inagotable de reafirmaci&n individual. El hombre se
siente libre y superior a la naturaleza que lo rodea.
Los monarcas quieren reafirmar su grandeza y poderío. La iglesia
sufre contradicciones ideológicas, pero a la vez llega a la ple-
nitud del esplendor material.
Los burgueses se rodean de toda clase de placeres, producto de
su habilidad para enriquecerse. Los humanistas comienzan a resca-
tar por medio de su pintura, literatura 5 cualquier arte, algunos
valores humanos que tiempo atrás fueron antivalores: la sensibi-
lidad, el erotismo, el placer estético, la libertad sin "límites",
la afirmaci&n del sujeto. Los más críticos se encuentran dentro
de los artistas 5 los religiosos, que concientes de las exigencias
evangélicas protestan contra los abusos del poder eclesiástico y
contra su riqueza material.
Los fil&sofos empiezan a buscarle un nuevo sentido a los dogmas
de fé de la iglesia, para defenderla de las herejías. Los bárba-
7 p
ros musulmanes han dejado su huella ideológica, con la ttaducción
y rescate de las teorías griegas sobre el conocimiento del cono-
cimiento, las matemáticas y la astronomía*
Todos éstos movimientos, contradictorios dentro de 6sta sociedad
pluralista, buscan ir a las fuentes, ya sea del evangelio, de los
documentos de filosofía griega, 5 del arte.
La sociedad se prepara para la revolución renacentista. Dentro
de ésta preparación hace su irrupción el gótico, que es el resul-
tado del perfeccionamiento de técnicas constructivas, decorativas
y de diseño y cálculos ingenieriles.
7.1. FUNDAMENTACION FILOSOFICA DEL GOTICO
Por la influencia filosófica de los normandos ya explicada en ca-
pítulos anteriores, se va transformando el pensamiento dualista
cristiano de europa occidental. La nueva actitud que el hombre
del siglo XIII tiene ante el mundo, busca ser explicada filosó-
ficamente. Este ha descubierto que la razón es un arma con la
cual se pueden explicar los misterios de la naturaleza, pero tam-
bién los misterios de la fé, que durante la alta y lena edad me-
dia, fueron vedados de entender.
El hombre ha descubierto, asi mismo, que para poder explotar la
naturaleza y enriquecerse, debe conocerla; crece entonces en el
hombre el deseo de preguntarse por el origen de las cosas e in-76
el aso sobre su propio origen.
Pensadores como Tomás de Aquino, D
Asís, encuentran en la naturaleza,
e-i la, una fuente de santidad, Cada
medio de ella a Dios.
mingo de Guzrnán, Francisco de
en el conocimiento y amor a
uno a su modo busca llegar por
7.1.1. Tomás de Aquino
Por medio de sus obras filosófico-teolóricas como la famosa Summa,
rescata el pensamiento n^istotélico y ~or tanto la razón, la.ló-
gica, el formalismo y las vías materiales del conocimiento. Rei-
vindica la materia, lo sensible, lo aprehensible por medio de los
sentidos, como una primera etapa del conocimiento dentro del as-
censo al Conocimiento. +eestablece no solo p.a a el momento, sino
para las generaciones venideras su posición racional y lógica.
La ordenación adecuada del conocimiento, y la aceotaci&n de solo
aquello que se pueda explicar por medio de la razón. Enfrenta una
racionalización de la teología, pora • oie-l.? constituir - orno es-
tructura lógica de ~ensa^iento y hacerla aceptable por tanto a
las raentes calculadoras del momento.
7.1.2. Francisca de Asís y Domingo de "U7,mán
Puscan en la naturaleza no un medio <'-e explicación filosófica •
de la existencia de Dios, como lo hacía '"omás ,;e Aquino, ó un ca-
mino del conocimiento, sino un éxtasis donde sin preguntarse por
qué, c&mo 6 cuándo, descubren la presencia la grandeza y el amor
de Dios. Para ellos Dios no es ése juez implacable que juzgaría
a los hombres del año 1000, sino Bios-amor. Leen y viven el evan-
gelio según san Juan, de donde principalmente se inspiran para
transformar la imagen de Tes&s-juez en Jes&s-amor,
Estos religiosos fundan comunidades nuevas, con un espíritu de
profunda pobreza, de renuncia a todos los lujos y comodidades ma-
teriales, con un deseo de peregrinaje constante haciendo la cari-
dad y predicando el evangelio del amor.
Véase aquí, c&mo son éstas comunidades u órdenes mendicantes la
cara opuesta del Cluny y a&n de Oister, que a pesar de su inicial
protesta ante la opulencia y el despilfarro cluniacense, cayó a
la larga en una actitud, más de contemplación que de acción evan-
gélica.
Las comunidades mendicantes, como así se les llamó a la orden
franciscana y dominicana, representaron ya en el siglo XII y XIII,
la vanguardia de una espiritualidac nueva, diferente, con base en
la humildad, la acción, la evangelización, y la pobreza. La igle-
sia feudal comenzaba a verse seriamente criticada y golpeada en
el fondo de su ideología. Es en este morr.ento una institución de-
cadente internamente, el abuso de poder anuncia su deterioro. Su
debilidad no le permite otra cosa que aejar el paso libre, aun-
que no del todo, a la irrupción de todas éstas formas nuevas de
pensamiento pues de no hacerlo así hubiera sucumbido inevitable-78
mente.
Por ésta razón en los siglos XIV XV y XVI, se dan en Europa una
serie de movimientos revolucionarios dentro de la ciencia, el ar
te y 1? religión, que conformarán el renacimiento.
Dos elementos podemos extraer entonces de los movimientos espiri
tuales y filosóficos del siglo XIII: EL RACIONALISMO y EL NATURA
LI3X0. Estos elementos van a estar presentes de alguna manera en
las formas góticas. El racionalismo extraido entonces de la filo
sofía de Tomás de Aquino, y el naturalismo, extraído de las nue-
vas estructuras espirituales y científicas del hombre de la baja
edad media. A este naturalismo hay que sumarle como conclusión,
la sensibilidad y el humanismo.
7.2. EL GOTICO Y LA NUEVA SOCIEDAD
El surgimiento de la burguesía como clase social con gran poder
económico, hace que ella imponga una serie de criterios nuevos
en el arte y la arquitectura.
Los templos y las catedrales, abren sus puertas definitivamente
al pueblo, le permitan estar en sus recintos sagrados, hecho que
en el románico se daba en casos muy esporádicos y de manera tran
sitoria.
79
La iluminación aumenta inmensamente, hiriendo la sensibilidad del
hombre, llegando a sus sentidos con mensajes pictóricos donde la
naturaleza se une a los hechos bíblicos. Luz y formes se mueven
armónicamente llevando a que los hombres deten;an su mirada en
puntos estratégicos que recuerdan ya sea los dogmas principales
de la fé, los sacramentos ó los principios apocalípticos; en la
misma medida en que el vitral gótico jabsorve la mirada del hombre,
las catedrales se elevan dando una sensación diáfana, volátil,
liviana, contraria a las sensaciones románicas.
Los hombres que buscan a Dios, ya no miran solamente "arriba" con
una actitud contemplativa, de espera interminable, sino que miran
al frente para descubrir que en la naturaleza, como decía Francis-
co de Asís, también está Dios, y en cala hombre se refleja no so-
lo la Pasión sino también la Resurrección de Jes&s.
El vitral cada vez más amplio, más nítido; el deambulatorio, las
tres naves claramente diferenciadas, el coro, el espacio para el
organum, y de otro lado su gran altura, sus agujas indicando y
queriendo llegar al cielo, son la muestra más bella, potente y
magnifícente de la necesidad de la irlenia de, en primer término
mantenerse firme en el poder espiritual y tem oral del mundo oc-
cidental; y en segundo término, abrirse a la nuev- mentalidad de
los hombres.
7.3. EL GOTICO Y LAS NUEVAS " EC ICAS SOKT:?TC?TVAS
Retrocedamos ahora un poco aa análisis que ya habíamos planteado
üe las iglesias y monasterios cluniacenses de estilo románico, y
las cistercienses, que siguiendo el modelo de Cluny, evoluciona-
ron del románico monacal al gótico. Ya en la iglesia de Gauz&n,
en C-] uny, los cistercienses redujeron y simplificaron la planta
a tros naves y un sólo transepto. Otro tipo de iglesias cistercien-
ses, introdujeron el ábside rectangular, contrario al de la igle-
sia antes mencionada, que es de ábside circular.
Las naves de la iglesia estaban ya desde la planta, dispuestas para ser cubiertas por bóvedas por aris-ta (ver figura 10), al menos en las naves laterales como se puede ver en Poblet, que tiene aún la nave cen-tral de cañón corrido, (ver figura 10)... en las igle-sias de planta con ábside circular, los pequeños ele-mentos trapezoidales de la giróla delante de las capi-llas están cubiertos también con bóveda por arista, de modo que el conjunto de una iglesi cisterciense COBO la de Veruela queda ya subdividido en tramos cru-zados por nervios ó aristones diagonales, lo mismo que veremos más tarde en las catedrales góticas.
Como vemos, ya en éste estilo cisterciense avanzado existen cier-
tos elementos fundamentales del gótico, oólarr.ente, y desde el pun-
to de vista de la técnica constructiva, faltan los contrafuertes
(ver figura 11), para contrarestar los empujes de las bóvedas.
Estos aparecerán más tarde y tendrán como función ejercer una
fuerza contraria a la presión de los arcos del interior y permi-
elevar bóvedas de piedra ae una altura y de una ampli-tud antes desconocidas,- y al mismo tiempo- abrir en
^HISTORIA DEL AFT'i 3ALVAT. or. cit. rag. ?1
81
FIGURA 13
-ESQUEMA CONTRAFUERTES
- CONTRAFUERTES Y ARBOTANTES DE FINES DEL SIGLO XIII .
FIGURA 12
-VITRALES DEL GOTICO.
-VITRAL DE LA CATEDRAL DE
GLOUCESTER. ESTILO PERPEN.
DICULAR. ( S . X I V ) .
82
los muros grandes ventanales (ver figura i?). -;n los edificios cistercienses apenas hay contrafuertes, que faltan en aosoluto en Poblet, ó se reoucen a pilastras en -/eruela.^7
I os .monasterios cistercienses que se levantan en Italia, como el
de san Galgano en Toscana y cuya iglesia, en ruinas hoy, y levan-
taca en 1218 se convirtió en centro de difusión de las formas se-
mióticas, aunque guardaba el modelo de Claraval, de las bóvedas
borgoñonas, con arcos torales apuntados y bóvedas por arista.
Lo mismo podemos deci" de las iglesias de Poblet y Yeruela en Es-r
paña, los 1-3 monasterios construidos en Inglaterra, los kO en Ale-
mania y los 11 austríacos.
Las técnicas de construcción cistercienses se expandieron por toda
Europa:
De estos monjes cistercienses a pr en di.--ron los arquitec-tos laicos de las iglesias góticas y así la aparición de las magníficas catedrales góticas rxórdicas ya no pa-rece Pan misteriosa, (ve" figura"-lo '
Y la diferencia entre la mecánica constructiva clásica románica,
y la gótica, es que la primera es estática, esto es, el sistema
de oponer peso contra fuerza, mientras que la segunda es dinámica
o sea el sistema de oponer empuje contra empuje. Por ésto, una
iglesia gótica es un sistema tan complicado, que todas las partes
del edificio están totalmente relacionadas entre sí, de manera
que al alterar una de ellas se altera la totalidad»
37HIST .RIA DEL AHT... SALVAT. op. cit. pág. 21 3bIBIDEM. pág 23.
83
Pero no sólo son los procedimientos constructivos lo que carac-
teriza el nuevo estilo gótico, sino la técnica de ornamentación
por la utilizaci&n, no ya de formas redondeadas, pertenecientes
al clásico románico, sino formas convexas de complicación infi-
nita, que buscan producir efectos de luz y sombra al interior
del edificio. Además los temas y elementos de representación or-
namental, son flora y fauna del país lo que denota una vez más
el naturalismo y la b&squeda de las formas dinámicas.
7.4. CONCLUSIONES
Por su origen, a este estilo se le tildó de g&tico, pues se pen-
saba que provenía de los godos. Pero al demostrarse que no era
esta su Cínica fuente originaria y que además, y ante todo, era
la resultante de un proceso evolutivo de nuevas técnicas construc-
tivas y de nuevas formas de ver el mundo, también se le llamó o-
jival y se empezó a discutir acerca del lugar en que se habían
comenzado a inventar estas formas admirables de los portales, bó-
vedas, magníficos sistemas de iluminación y grandes empujes y con-
trafuertes. Para unos, el estilo ojival venia de oriente, para o-
tros de los bárbaros germánicos; pero es sin duda, y como hemos
querido demostrarlo, una evolución de la técnica constructiva de
las escuelas borgoñonas y románicas cistercienses, y la represen-
tación más propia de un régimen monárquico dentro de un feudalis-
mo que ha iniciado su recta final hacia la decadencia.
86
Dentro de ese ámbito de despertar de la sensibilidad, el gótico
ejerce su función de una manera magistral. Esta función no solo
se ve claramente, como ya lo hemos dicho, en el manejo de la luz
y la sombra o en el decorado o en las agujas que se elevan hacia
el cielo, sino en las sensaciones sonoras que se producen en su
interior. Es una gran caja de resonancia, donde cada sonido, se
eleva al infinito y colma todos los rincones del espacio. Dice
Jehudi Menuhin, uno de los más grandes violinistas de nuestro tiem-
po, y a propósito de un decorado esculpido en bajorelieve en el
pórtico de una catedral gótica:
... en este pórtico, se esculpió un conjunto instrumental del medioevo. En la c&spide del arco, vemos un antiguo ins-trumento de teclado para dos ejecutantes: uno giraba la manivela mientras el otro tocaba. También se presentan ta-ñedores de viola y cuerdas pinzeadas... algunos músicos pa-recen transfigurados por la música que producen. Esa mú-sica debió tener una magnífica resonancia en esta hermo-sa catedral, una de las más antiguas de la época gótica.39 (ver figura 14).
59MENUHIN, Jehudi. La M&sica del Hombre. ^ondo Educativo Intera-mericano, S.A. Bogota 1981. pag. 53.
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Impreso en los Talleres del Centro de Publica-ciones de la Universidad Nacional de Colombia Seccional Manizales. Agosto de 1984.
Carátula: Arq. Cesar Moreno Gómez Dibujos : Arq. Jorge H. Valencia