arquitectura defensiva enmascarada. el portal de massalavés. · vestigios. tras su recuperación a...

6
1 APROXIMACIÓN HISTÓRICA La reconquista cristiana de las tierras valencianas re- sultó un proceso de relativa brevedad, debido entre otras causas, a la escasa resistencia de las fuerzas islámicas en la mayoría de los asedios y a la estrate- gia emprendida por Jaime I que optó por los acuer- dos frente a la invasión. (Gómez-Bayarri 2003, Vol. III, 175). La integración de la población árabe en la configuración del Reino de Valencia, se entiende como uno de los principales motivos del éxito de la reconquista al tiempo que favoreció la pervivencia de la mano de obra musulmana, hasta su definitiva expulsión, en la primera década del siglo XVII. No obstante, las insurrecciones fueron constantes tras la cruzada, especialmente en la zona del río Júcar, límite defensivo islámico en la toma de la par- te septentrional del reino y principal foco de revuel- tas e inseguridades en los años posteriores del repar- to cristiano. En tiempos de dominación islámica, la alquería de Massalavés, Maçal-hauézin o parador de los Hauézin (Llorens 1976, 55), contó con una población dedicada fundamentalmente a la agricultura, guarnecida por una construcción defensiva, de la que todavía existen vestigios. Tras su recuperación a manos cristianas fue otorgada por privilegio real a la estirpe de los Milá, originándose la baronía de Massalavés, señorío cristiano de población fundamentalmente árabe. Si bien, no gozó de estabilidad en su gestión, transmi- tiéndose a diversos señores feudales durante los tres siglos posteriores, hasta la noticia de la reclamación de los Milá en 1493 (Llorens 1976, 64-78). Tales inestabilidades, sociales y de gestión, sumadas a las fortuitas catástrofes naturales, como los des- bordamientos habituales del río Júcar, justificarían la construcción de la nueva fortificación de Massa- lavés, aprovechando los restos de la torre árabe, así como las múltiples intervenciones de reparación y de reforma que tuvo el recinto en sus primeros momen- tos de existencia. Las fortificaciones, como construcciones de carac- terísticas singulares en cuanto a su implantación y diseño respecto al resto de tipos arquitectónicos, re- sultaban incómodas y costosas de mantener cuando su utilidad carecía de sentido. Podía ocurrir su aban- dono, convertidas en canteras que aceleraban su de- gradación, aprovechándose únicamente su materiali- dad. Podían, en otros casos, reutilizarse, por su conveniente ubicación como soporte de otras edifi- caciones, incluso de nuevas fortalezas. Arquitectura defensiva enmascarada. El portal de Massalavés. Ignacio Matoses Ortells Arquitecto y Arquitecto Técnico, Valencia, España RESUMEN: En ocasiones la arquitectura defensiva, en el devenir de los tiempos se adaptaba para su rehabili- tación a nuevos requerimientos funcionales. Dichas intervenciones podían llegar a modificar la tipología exis- tente generando tipologías superpuestas que obviaban la naturaleza de los monumentos. Así ocurrió en el por- tal de Massalavés, construcción defensiva que fue reformada asimilando sus características tipológicas a las de una vivienda tradicional, enmascarando los elementos propios de su naturaleza. El edificio fue utilizado durante el siglo XX como ayuntamiento, quedando en estado de abandono tras su desocupación. Una reciente intervención, cuya finalidad era la reparación del edificio para albergar nuevos usos, ha propiciado el estudio de las técnicas constructivas con las que se edificó, la sillería, la tapia calicostrada y la mampostería encajona- da, descubriéndose elementos ocultos de alto valor patrimonial. La comunicación tratará de realizar una aproximación histórica y constructiva del edificio explicando las intervenciones realizadas para fomentar su conocimiento y difusión.

Upload: dinhnguyet

Post on 11-Nov-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1 APROXIMACIÓN HISTÓRICA La reconquista cristiana de las tierras valencianas re-sultó un proceso de relativa brevedad, debido entre otras causas, a la escasa resistencia de las fuerzas islámicas en la mayoría de los asedios y a la estrate-gia emprendida por Jaime I que optó por los acuer-dos frente a la invasión. (Gómez-Bayarri 2003, Vol. III, 175). La integración de la población árabe en la configuración del Reino de Valencia, se entiende como uno de los principales motivos del éxito de la reconquista al tiempo que favoreció la pervivencia de la mano de obra musulmana, hasta su definitiva expulsión, en la primera década del siglo XVII. No obstante, las insurrecciones fueron constantes tras la cruzada, especialmente en la zona del río Júcar, límite defensivo islámico en la toma de la par-te septentrional del reino y principal foco de revuel-tas e inseguridades en los años posteriores del repar-to cristiano. En tiempos de dominación islámica, la alquería de Massalavés, Maçal-hauézin o parador de los Hauézin (Llorens 1976, 55), contó con una población dedicada fundamentalmente a la agricultura, guarnecida por

una construcción defensiva, de la que todavía existen vestigios. Tras su recuperación a manos cristianas fue otorgada por privilegio real a la estirpe de los Milá, originándose la baronía de Massalavés, señorío cristiano de población fundamentalmente árabe. Si bien, no gozó de estabilidad en su gestión, transmi-tiéndose a diversos señores feudales durante los tres siglos posteriores, hasta la noticia de la reclamación de los Milá en 1493 (Llorens 1976, 64-78). Tales inestabilidades, sociales y de gestión, sumadas a las fortuitas catástrofes naturales, como los des-bordamientos habituales del río Júcar, justificarían la construcción de la nueva fortificación de Massa-lavés, aprovechando los restos de la torre árabe, así como las múltiples intervenciones de reparación y de reforma que tuvo el recinto en sus primeros momen-tos de existencia. Las fortificaciones, como construcciones de carac-terísticas singulares en cuanto a su implantación y diseño respecto al resto de tipos arquitectónicos, re-sultaban incómodas y costosas de mantener cuando su utilidad carecía de sentido. Podía ocurrir su aban-dono, convertidas en canteras que aceleraban su de-gradación, aprovechándose únicamente su materiali-dad. Podían, en otros casos, reutilizarse, por su conveniente ubicación como soporte de otras edifi-caciones, incluso de nuevas fortalezas.

Arquitectura defensiva enmascarada. El portal de Massalavés.

Ignacio Matoses Ortells Arquitecto y Arquitecto Técnico, Valencia, España

RESUMEN: En ocasiones la arquitectura defensiva, en el devenir de los tiempos se adaptaba para su rehabili-tación a nuevos requerimientos funcionales. Dichas intervenciones podían llegar a modificar la tipología exis-tente generando tipologías superpuestas que obviaban la naturaleza de los monumentos. Así ocurrió en el por-tal de Massalavés, construcción defensiva que fue reformada asimilando sus características tipológicas a las de una vivienda tradicional, enmascarando los elementos propios de su naturaleza. El edificio fue utilizado durante el siglo XX como ayuntamiento, quedando en estado de abandono tras su desocupación. Una reciente intervención, cuya finalidad era la reparación del edificio para albergar nuevos usos, ha propiciado el estudio de las técnicas constructivas con las que se edificó, la sillería, la tapia calicostrada y la mampostería encajona-da, descubriéndose elementos ocultos de alto valor patrimonial. La comunicación tratará de realizar una aproximación histórica y constructiva del edificio explicando las intervenciones realizadas para fomentar su conocimiento y difusión.

Figura 1. Jérica, torre romana transformada en campanario mudéjar. Foto F. Sánchez. Existe una inmensa casuística de elementos fortifi-cados transformados en edificaciones de diversos usos, ya fueran torres defensivas adaptadas en vi-viendas, castillos rehabilitados como santuarios, to-rres vigía como campanarios (Fig. 1), murallas utili-zadas como medianeras… Las alteraciones podían ser de tal envergadura que llegaran a ocultar cualquier elemento característico de la fortaleza, haciéndola irreconocible, oculta bajo las circunstancias arquitectónicas del nuevo uso. El castillo de Massalavés también experimentó va-rias fases constructivas durante su historia. Su per-manencia se produce bajo una irreconocible aparien-cia de vivienda tradicional, enmascarando las señas de su pasado defensivo (Fig.2). Como ya se ha di-cho, en su origen fue torre de alquería, adaptando tras la reconquista sus estructuras para construir un recinto fortificado, del que formaba parte el portal. Más tarde sirvió como palacio de la Baronía del lina-je de los Milá que alcanzó cierta relevancia social por sus aportaciones a la corona y al emparentar con la Santa Sede (Llorens 1976, 86).

Figura 2. La Casa de la Vila. Foto extraída del libro: Villa y Baronía de Masalavés. Autor desconocido. Adquirido el título de Villa por privilegio real en el siglo XVI y tras la carta puebla en el siglo XVII, existen varias referencias del uso del castillo como lugar de reunión del consejo general de la Vila (Ma-doz 1987, Vol II, 21; Llorens 1976, 133), preludio de su ulterior transformación como Casa de la Vila, en 1889, al extinguirse la Baronía de Massalavés con la supresión en España de los señoríos feudales en 1838.

2 DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO

El estado del edificio en el momento de la interven-ción ya vaticinaba la existencia de la edificación primigenia, al manifestarse, con la pérdida del reves-timiento en el nivel primero del frente, una fábrica de sillería caliza, con acceso construido en arco de sillería ligeramente apuntado, cegado para la inser-ción de un hueco adintelado. Estos elementos resul-taban impropios de una edificación cuyos parámetros correspondían con los de una vivienda tradicional entre medianeras: casa de dos niveles, con cubierta

Figura 3. Alzado de la Casa de la Vila antes del inicio de las obras. Foto I. Matoses. inclinada a dos aguas, fachada de corta longitud per-forada con huecos de composición simétrica y cons-truida con técnicas sencillas y materiales económicos (Fig.3). En el interior, en el nivel inferior existe una bóveda, de cañón apuntado, desplazada del eje de simetría del edificio y que descansa sobre muro de tapia cali-costrada, trasdosado por un tabique de construcción moderna. En el alzado posterior hay otro arco apun-tado de sillería, de mayor dimensión que el descrito en el alzado principal y cegado también parcialmente con sillares reutilizados, permitiendo un hueco adin-telado que da paso a una escalera exterior, de factura moderna, que comunica con las estancias superiores. Dichas estancias superiores, con accesos indepen-dientes desde la escalera, estaban cubiertas por te-chumbre de madera, cañizo y yeso. La estructura, re-suelta con cerchas de madera apoyadas en los muros, había colapsado parcialmente debido a la falta de trabajos de conservación. La intervención arqueológica desveló muchos de los interrogantes planteados en las visitas iniciales. En el nivel inferior, se descubrió el pavimento origi-nal y los elementos auxiliares del acceso, como el rastrillo. Pero de más interés fue el hallazgo de un pequeño espacio, entre el muro de tapia calicostrada y el muro de medianera. Tenía una escalera que daba

Figura 4. Imagen del interior tras la eliminación del revesti-miento de la tapia, aspillera seccionada por ventana. Foto I. Matoses.

acceso al nivel superior desde una puerta de arco de medio punto situada en el alzado interior, cegada con sillares reutilizados. Junto a otra puerta de la que se conocen los arranques de las jambas, delimitaba muy probablemente la estancia que Pascual Madoz men-ciona que sirvió como calabozo en la etapa en la que el edificio fue empleado como sede del consejo ge-neral de la Vila (Madoz 1987, Vol II, 21). Desgraciadamente, una desacertada decisión, justifi-cada en la búsqueda de estratos inferiores, propició la eliminación de la escalera medieval, que había llegado hasta nuestros días. En el nivel superior la intervención arqueológica descubrió, en contra de las hipótesis iniciales, que la construcción medieval alcanzaba dicho nivel, ejecu-tado con muro de tapia de argamasa de cal y mam-puestos. En sus muros aparecieron las aspilleras, que habían sido cegadas, resultando dos de ellas seccio-nadas en la apertura de las ventanas modernas (Fig. 4). La puerta del balcón y la de acceso al nivel superior, ambas situadas en los ejes de simetría de los alzados exterior e interior, se construyeron sobre huecos pre-existentes resueltos con arcos de medio punto de roscas de ladrillo. Bajo los restos de la techumbre impropia, se distin-guían en los paramentos los mechinales de forjados

Figura 5. Reconstrucción hipotética del portal. Imagen extraída del proyecto museográfico de J. Hidalgo. desaparecidos y los arranques de una bóveda tabica-da, probables coberturas más propias de este tipo de construcciones. El muro de tapia, de argamasa de cal y mampuestos, era la técnica constructiva más utilizada por la mano de obra árabe en la zona del río Júcar.(Hidalgo y Matoses 2012). En este caso, su uso correspondería a la reconstrucción de un volumen anterior, o a la ter-minación de uno inconcluso, con menores recursos económicos. En cuanto a la modulación, el muro se compone por tapiadas de 2,80 m. de longitud aproximada, asimilable a seis codos ma´muní y un metro de de altura, 2 codos ma´muní, trabadas con respecto a las hiladas inferior y superior pero no con las tapiadas de los muros perpendiculares, en cuyos encuentros aparece alternativamente la huella del barzón. La distancia entre mechinales de agujas es de aproximadamente un metro y su forma cuadrada de 0,10 m cada lado, siendo el espesor del muro al-rededor de 0,80 m. Estos datos muestran una puesta de obra algo rudimentaria, con un tapial construido con piezas menos elaboradas (las agujas utilizadas comportaban escaso corte) con respecto a las utiliza-das en la misma zona en época de dominación islá-mica. Además se detecta gran dispersión en las me-didas de los elementos del tapial y un desplazamiento sencillo del cajón para la traba de las tapiadas, signos del empobrecimiento de la técnica.

Figura 6. Imagen del vertido de la argamasa de cal en el tapial construido en el portal. Foto I. Matoses.

3 ANÁLISIS DE LA INTERVENCIÓN

Tras quedar en desuso, con la construcción del nue-vo Ayuntamiento de Massalavés en el año 1975, re-cientemente se decidió realizar una rehabilitación del inmueble como museo de historia. El proyecto carec-ía de estudios previos, herramienta fundamental en esta clase de intervenciones, para el análisis del edi-ficio desde el punto de vista formal, histórico, cons-tructivo, arqueológico…, por tanto no se disponía de la base cognitiva suficiente que permitiese el esta-blecimiento de unos criterios de intervención ade-cuados a los datos analizados (González 1999,54-57). La situación administrativa tampoco era propicia, ya que como suele darse en la mayoría de las restaura-ciones de bienes del patrimonio histórico, la finan-ciación se obtenía mediante subvención de la admi-nistración pública, con plazos y recursos muy ajustados y requisitos muy inconvenientes. Se modificaron las previsiones iniciales, comenzan-do con la finalidad de la actuación, considerándose que era más adecuado, debido a los hallazgos de la fase arqueológica, el destino del edificio como mu-seo de sitio.

Figura 7. Imagen del edificio tras la intervención, con la recu-peración de la cubierta plana. Foto I. Matoses. El objetivo de una intervención en un inmueble del patrimonio histórico condiciona en gran medida el proyecto arquitectónico y la afección de los trabajos sobre el mismo. Por ello es de inmensa importancia la razonada decisión de su uso final, valorando la compatibilidad del mismo con la digna conservación del bien. Se deben evitar de esta manera las inter-venciones abiertas a cualquier uso, donde no se evalúa el mínimo impacto requerido para la implan-tación de la actividad deseada ni la conveniencia de su coexistencia con el edificio. En nuestro caso, el objetivo motivó la elaboración de un proyecto museográfico, realizado por el arquitec-to Javier Hidalgo, que explicara las fases que había experimentado el edificio y el valor de los testimo-nios materiales de cada una de ellas que habían so-brevivido o no, para su mejor comprensión por parte del visitante. La intervención ya no pretendía el acondicionamiento del contenedor de un museo, sino la puesta en valor del contenedor como museo. Una de las decisiones que más condicionaban la ac-tuación era la reconstrucción de la cubierta, colapsa-da por el abandono que había sufrido el edificio. Se tenía que reconstruir y se consideró más conve-niente para el edificio la construcción de una cubier-ta plana, propia del elemento defensivo (Fig.5), fren-te a la cubierta inclinada. Si se hubiera conservado la cubierta inclinada, podía haber surgido la reflexión

Figura 8. Imagen del interior del edificio, con el arco cegado. Foto I. Matoses. sobre su sustitución o no, por tener valores como elemento de la arquitectura tradicional y formar par-te de la historia del edificio, pero ese no era el caso. Para su materialización debían elevarse los muros para nivelar su altura, realizándose con muro de ta-pia de hormigón de cal y mampuestos, recuperados de las excavaciones (fig.6). Para ello se elaboraron muestras del conglomerado para cotejar la textura y tonalidad. No se construyeron los merlones que pro-bablemente formaron la crestería del portal, al no te-ner constancia de su existencia, ni datos sobre su realidad, estimando que su lectura pudiera ser confu-sa. El museo pretendía potenciar su etapa defensiva, más atractiva para la visita, pero sin anular el perio-do que sirvió como Casa de la Vila (Fig.7). En este sentido, se tapiaron las ventanas del alzado principal, para recuperar las aspilleras que habían sido seccio-nadas con su apertura, pero se conservaron elemen-tos que atestiguan su anterior uso, como la bandeja del balcón, el óculo con el año de su adecuación a Casa de la Vila, la caja de caudales empotrada en el primer nivel… Aún así, la falta de especialización por parte de la empresa contratista y de los técnicos directores res-ponsables de la intervención, contribuyó a la pérdida de vestigios de indiscutible valor, como el arranque

de la bóveda tabicada en el último nivel o la escalera medieval antes mencionada. Otro aspecto de la intervención que era importante para la compresión del edificio era la abertura del ar-co posterior, cuyo cegamiento impide la visión del acceso al recinto, fundamental para el entendimiento del portal (Fig 8). No se pudo abrir, por la pertenen-cia del espacio colindante a distinto propietario, quedando para un futuro su adquisición y apertura.

4 CONCLUSIONES El presente artículo, síntesis de un profundo estudio del edificio, pretende la difusión de la experiencia en el Portal de Massalavés, edificio de carácter defensi-vo oculto tras la imagen propia de una vivienda tra-dicional. Además de la aproximación histórica y de la descripción formal y constructiva del edificio, se realiza un análisis crítico de la intervención realiza-da, con el objetivo de que su conocimiento pueda servir de referencia en futuras intervenciones simila-res.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS . Bazzana, A. 1983. Les structures: fortification et habitat, Cas-trum 1. Habitats fortifiés et organisation de l’espace en Médi-

terranée médiévale, Travaux de la Maison de l'Orient, Maison

de l'Orient et de la Méditerranée, Jean Pouilloux. Lyon. Bazzana, A., Guichard, P., Segura Martí, J. M., 1982. Du Hisn

musulman au Castrum Chretien: Le château de Perpun-chent

(Lorcha, province d’Alicante), Mélanges de la casa de Velaz-quez, nº18. Cuchí i Burgos, A. 1996. La técnica tradicional del tapial, Ac-

tas del primer Congreso Nacional de Historia de la Cons-

trucción, Madrid, 19-21 septiembre de 1996, pp. 159-165, Ins-tituto Juan de Herrera, CEHOPU. Madrid. Escalona Molina, M., 2009. Estadal, una aproximación al uni-

verso de la Mensura, Servicio de publicaciones de la Junta de Andalucía. Font Mezquita, F. & Hidalgo Chulio, P., 2009. Arquitecturas

de Tapia, Colegio oficial de Aparejadores y Arquitectos Técni-cos de Castellón. Castellón. Gómez-Bayarri, J. V., 2003. La Valencia Medieval, en la co-

lección Historia general del Reino de Valencia, vol. 3, Real Academia de Cultura Valenciana. Valencia. González Moreno-Navarro, A.1999. La restauración objetiva.

Método SCCM de restauración monumental, Diputación de Barcelona. Barcelona. Hidalgo Mora, J. y Matoses Ortells, I., Rammed earth architec-

ture in the middle course of the river Júcar, en actas de Restapia 2012, International Conference on rammed earth con-servation, Taylor & Francis. Valencia. Madoz, P., 1987. Diccionario Geográfico-Estadístico-

Histórico de Alicante Castellón y Valencia. Ediciones Alfonso el Magnánimo, Valencia. Matoses Ortells, I., 2013. Desvelando el arcano de la ribera

del Júcar, la casa de Sinyent, en construcción con tierra, pasa-

do presente y futuro, actas del IX Congreso de arquitectura de tierra de Valladolid, UVA. Valladolid. López Elum, P., 2002. Los castillos valencianos en la Edad

Media. (Materiales y técnicas constructivas), Biblioteca Va-lenciana. Valencia. Lloréns y Raga, P.L., 1976. Villa y Baronía de Masalavés, Qui-les. Valencia. Sarthou Carreres, C. 1992. Castillos de España, Espasa-Calpe. Madrid. Soler Molina, A., 2009. Massalavés: geografía, historia, patri-monio, Ayuntamiento de Massalavés. Valencia.