Argumento legal a favor del aborto.

A pesar de que Puerto Rico en comparación con el resto del mundo tiene un índice de

abortos bajo, ¿no merece cada mujer tener la libertad de decidir sobre su propio embarazo sin la obligación de que un médico haga una previa indicación terapéutica sobre la necesidad y conveniencia del aborto? Con este tipo de restricciones legales solo obligan a las mujeres que

desean abortar, a que arriesguen su salud con procedimientos no-médico inseguros, y ponen en riesgo su propia libertad si las leyes las juzgan como criminales. ¿No aboga nuestra constitución

por la protección a la intimidad? Lo hace. El trascendental caso de "Roe vs Wade" alteró las leyes de los Estados Unidos desde 1973 hasta el presente e hizo legal el aborto en los EE.UU. Bajo el seudónimo de Roe, una mujer logró derrocar leyes que criminalizaban el aborto y abogó

por el derecho de cada cual a su privacidad, que como concluyó la Corte Suprema, incluye la decisión individual de cada mujer de continuar o interrumpir su embarazo.

Por otra parte, ya legalizado el aborto en EE.UU. y en Puerto Rico la estigmatización social y la prevalente oposición de grupos tanto políticos como religiosos ubicaba el aborto como

un mal que al ser despenalizado acabaría con la familia. En el reciente estudio del Instituto Guttmacher, U.S. abortion rates hits lowest level since 1973 (2014), se presentó claramente que aunque en los primeros años luego de haberse despenalizado el aborto en 1973 los reportes de

abortos legales aumentaron, desde 1980 estas cifras han disminuido significativamente (de 29.3 % a 16.9%). Se ha encontrado que más parejas optan por usar anticonceptivos o muchas veces, el

mismo estado hace inaccesible (ya sea física o socialmente) el acceso a clínicas de abortos. A diferencia de EE.UU., en México, luego de un año de la despenalización del aborto las cifras de este no aumentaron ni disminuyeron. La diferencia fundamental se observó en el descenso de la

tasa de mortalidad de mujeres que se realizaban abortos en la capital del país, como revela el documento presentado en el Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM: Aborto

y derechos de las mujeres: A un año de la despenalización. En esta ciudad particular hay una relación directa entre la seguridad y la legalidad de un aborto. Entre 1990 a 2005 se registraron 1,537 muertes de mujeres a causa de abortos, lo que representa el 7.2 por ciento de todas las

muertes durante este periodo; para 2005, el aborto era la quinta causa de muerte materna en el país. Esto definitivamente tiene que ser un llamado de atención para todos los opositores de esta

práctica, que le dan más importancia a la vida del nonato que a la vida de la mujer.

Otro punto importantísimo a favor del aborto es que como se señalan las estadísticas de

México de finales de 2007 presentadas por la especialista en ginecología y obstetricia por la Universidad de Triestre, Italia y directora general del Ipas México (2007) la liberación de leyes

de aborto favorecen las prácticas seguras del mismo; esto resultó en una disminución importante en el número de muertes de mujeres en estos procedimientos. A pesar de esto, en el estudio realizado por Azzize, Y., Pheterson, G., Aborto Ilegal Seguro: Un Estudio Entre Islas del Caribe

Nororiental, realizado en islas del caribe nororiental se encontró que cuando existe el aborto seguro a pesar de las prohibiciones, el acceso a servicios y atención de alta calidad se ven

comprometidos por altos costos, tabúes sociales y aislamiento de los médicos. Esto afirma la existencia de una práctica segura aún no sea legal. También resaltó que el gran mal en estas sociedades es desinformación: “La información existente sobre el aborto en el Caribe no sólo no

es confiable, sino que es parcial y sesgada, debido a la exclusión de países no independientes de documentos internacionales, a una falta de información sobre aborto seguro en contextos

criminales, así como a ignorancia sobre redes de servicios entre islas”. Lo interesante de la investigación es cómo los profesionales poco a poco solidifican su labor en abortos seguros a

pesar que históricamente, esto solía ser peligroso para la salud de la madre pero en estos casos se demostró que no siempre es necesaria una ley para asegurar el buen trabajo.

Entonces, ¿en qué momento es colectivamente admisible que el Estado intervenga en la decisión de una mujer a ser madre o no? ¿En qué momento se tiene que aceptar que un médico,

muy probablemente ajeno por completo a la vida de la paciente, decida si esta puede abortar o no? Definitivamente es y tiene que ser siempre un hecho fundamental si la mujer que desee

abortar considera que es conveniente y necesario para ella completar su embarazo. Porque será ella la responsable de cuidar, amar, educar, alimentar, guiar y proteger a esa criatura, y no los médicos, ni los jueces ni los abogadores pro-vida que estigmatizan la mera contemplación de

realizar un aborto, pero luego del parto no tienen ningún interés en ese niño o niña. Solo luchan porque la criatura nazca, pero no se ocupan de que sea feliz, amado, bien tratado y sobre todo,

deseado.