aquiles tragico - revista de la universidad de méxico · 2014-02-22 · engendrado por la palabra...
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iiUNIvERSIDAD DE MEXICO
POT Hu.beTtv BATIS
y los personajes vivos ... Pero es verdadque los qui'ero tan sólo para incorporarlosen historias ...
Fran<;oise Mallet y las gárgolas y lamáscaras de horror de Carnaval; las quimeras que rondan con sus cuerpos deformes. Fran<;oise Mallet y su espíritu medieval, duro y terrorífico, compuesto conactos inexorables de pureza y orgullo.espíritu lleno de fantasmagorías, de incongruentes enanos, elfos saltarines, caritas risueñas y diabólicas que se ven enlas ig-lesias góticas. Fnm<;oise Mallet representa un espíritu extrañamente contradictorio. Es a la vez medieval y flamenca, hosca y dulce, llena de imaginaciones torturadas y grotescas, barrocas yfuera de nuestro siglo moderno. Trabajacomo un artesano incansable, como unode esos viejecitos con sus anteojos sobrela nariz, qu'e se ven en los grabados deDaumier, y rehuye asimismo las consecuencias de su trabajo (éxito, popularidad) como aquella joven extraña quecuraba gente a base de hierbas y pociones,joven embrujadora que tan bien describeGeorge Sand en una de sus obras ... Enverdad, Fran<;oise Mallet debería habervivido en el siglo XIII. La imaginamoscon una pluma larguísima, escribiendosig-ilosamente con su cofia puntiagudasobre la cabeza, encerrada en una torre,entre adustos y preciosos manuscritos enrollados.
TRAGICO
miento antiguo. Aquel hombre -poetalogró su propósito: el engendro resultópreciso y luminoso. Todos reconocieron en el producto, plasmado por fin, aaquel que entreveían en su propio pensamiento. Vivió Aquiles, pasó nuevas situaciones emotivas y se encadenó al juegoy a la actuación de sus pasiones intensay magistralmente. Como personaje realizóel ideal artístico griego: fue un compuesto de inteligencia y de energía, de razón práctica. de sentimiento del honOl"al cuidado del bien individual; hizo suyas, en el espíritu, las fogosas pasionesnacionales, y, en la carne. la perfe,cción.Pero el triunfo mayor de Aquiles fue
A/ maestro A/fo11so Reyes
I"'a [lrallde.':ll dr 1m ¡'()J1lbre !(n.1orecido por los dioses" l
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AQUILES
nicería. El trabajo bien hecho es ya un"mensaje" en sí. Y si un autor tiene unaconcepción de la vida original que transmitir, tanto mejor ...
-¿ Puede usted traerme un retrato moral de su persona?
-Soy "flamande" y por consecuencia,bastante ordenada y busco siempre lalimpieza y la abundancia, los colores ylas materias. Soy un poquito violenta, aveces insociable y muchas veces desagradable ... Sufro en las entrevistas ... Eldefecto que más odio: la avaricia, la estrechez de espíritu. La cualidad que prefiero: la generosidad en todos los sentidosde la palabra ... Cuando escribo, tan sólopienso en la novela que llevo en lamente ... Nunca pienso en 10 futuro, enla bomba atómica y esas cosas. ¿ Con quéme entretengo? Haciendo horribles muccas y organizando concursos con mi hijo,que también hace unas muecas dignas deconsideración ... Los dos vivimos en unmundo imaginario de fantasmas, muecas,y horribles caritas, y voces rarísimas ...Me encantan los desfiles de carnaval consus máscaras (los hay muy bellos enFlandes) los trajes de fantasía, y las"gargouilles" (a lo mejor por eso notengo razón en no asistir a las reuniones1iterarias ... ) Me encanta contarme a mimisma, y contarle a mi niño, historias,de brujas en las que creo un poco. Perome gusta también el mundo de la calle
UN PERSa N AJE heroico, epopéyico,cuasi-divo, reflejo de una nacionalidad cantada para siempre, es el
objeto de mis reflexiones. Concebido enboca de los hombres, sólo alcanzó a serengendrado por la palabra de uno. Y alverlo, todos los demás lo reconocieron como genuino y se 10 apropiaron: Aquiles.
La preocupación de su progenitor aldarle vida fue conformarlo de acuerdocon la tradición exigente y nimia. con lafi,cción y el escenario de la creencia común, y, al mism6 tiempo, hacerlo eternamente nuevo sin discordar del pensa-
escritora la victoria de los seres humanos ... La victoria y la suficiencia, tantoen la maldad como en la bondad... yesto nos parece extraño, ya que "el bienno siempre deja huella e~ el .cam1110; elmal, en cambio, arrastra 111evI~ablementesus consecuencias" ... Fran<;olse Malletestaba una vez en una iglesia en una misade Gallo en donde todas las señoras ylas familias elegantes se habían. instaladoen los primeros bancos. Fran<;olse ilalletestá en contra de los pecados salvados, osalvaguardados, por el dinero ? por elnivel social. En contra de los tIbIOS Cjuese agarran de la in?ulgencia de DIOspara seguir en su.s tIbIezas. En contra delas actitudes. del talso honor y de la falsanobleza. En contra de los que se pescande su posición social para seguir en supecado. Fran<;oi.se ~all~t no cree e~ ;U11Dios dulce y 1111senCOrdlOsO, del pel don,y 110 quiere dobla.r la cabeza. Dura, sola,nueva intacta e ll1atacable no cae en lahipoc:esía y en lo farisa~co... En laiglesia, en la degant~ mIsa. de Gallo,donde susurraban vestIdos, pIeles y elegantes misales, ella ha rezado: "Dios mí?110 me perdone usted nada. No me dejeparecerme a aquéllos. hía hasta el fondodel corazón mismo del mal, antes que parecerme a aquéllos. N o n~e p,erdone uste~mis ofensas, porque yo jamas perdonareninguna. Déjeme entera y fuerte c?molo soy, y si fallara yo en 10 que qUIeroobtener de mí misma, castígueme tant?como esté en su poder, porque rehusar?siempre vuestra indulgencia ..." N o estapor demás decir que la autora es orgullosa, y que no sabe que la ver~aderafuerza se halla justamente en la 1~1dulgencia y en la dul.zura: .. Pero c?ntll1uemas nuestro cuestlOnano: Fran<;01se Mallet, ¿ a qué atribuye usted su ~ito?
_ Tan sólo llamo éxito el momento enque un autor, mirando tras sí, percibeque ha realizado la mayor parte de suobra, y que ha progresado constantemeJ:.1tehacia 10 que quería expresar y que -111
cidentalmente- tiene la audiencia del público . .. Ve usted que me doy muchosaños de trabajo antes de llegar a 10 quese llama un éxito. antes de haber logradolo que me propongo ....
--¿ Qué opina del movimiento de. autores jóvenes, al cual pertenece. edlt~~ospor Julliard? ... ¿ Le gusta este eXltodesmesurado?
-Encuentro todos estos éxitos prematuros muy peligrosos para autores jóvenesque muchas veces podrían. dar más, .daralgo mejor aún. y cuya vIda d.e escntorse ve truncada por todo el rUIdo hechoalrededor de su primera obra. Después deun éxito sensacional, todos quieren producir, escribir en masa, y dentro de lacantidad, se pierde la calidad ...
- Personalmente, ¿por qué escribeusted?
-Escribo porque c r e o sinceramenteque es la cosa para la cual tengo la mayor facilidad y las mejores dotes ... Además, he escrito siempre. A los doce años,va escribía novelas ...
-¿ Pero cree usted que es valioso ·~s
cribir, como un deporte para el cual setiene facilidad. o cree usted en los escritores que tienen un "mensaje que comunicarles a los hombres"?
-A la edad dc doce años, C'scribía yode seguro por escribir, pero tampococreo que tenía un mensaje que comunicarles a los hombres ... Después, nuncahe pensado en "escribir" en ese aspecto.No quiero a las gentes que saborean sutrabajo, tanto en literatura como en car-
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(R. 1 Idem.)
332 -j Salud, gente de Zeus. Jllellsajeros Im'IIIanos!
Venid, no es wlpa vuestra. .n: vnest-rosoberano
por Briseida os envía. j Potroelo. ha:;/(I salirtú el de esti-rpe de Zeus, JI entl'1'g1ll(l C1l sus
'IIIanos!y (l/Ite los bienhadados dioses sedllle
testigos,y ante todos los hOJllbres ." el rey des
alentadosi al hora del desastre quiere contar cml
lIIigo.
atribuye a cobardía su dignidad. Entoncesla ira se desborda: ya saca la rabiosa espada, mas el cielo le ataja el brazo, yPalas Atenea logra calmarlo. Homerosondea admirablcmente la profundidad dela herida: nada dará mejor la idea de laenergía ele Aquiles que la calma aparentecon que se deja arrebatar a Briseida, unavez que ha decidido la venganza. Gravemente, causando turbación en los heraldos de Agamenll1ón que esperaban resistencia, dice tl-iunfante:
Pero. en seguida, consciente de su valorjusto, pues que si él falta nada podránlos aliados aqueos, fulmina su negativa acontinuar luchando. No se irá a Grecia,pero su presencia será pasiva y su. ~ontinente grave. No hay derecho a ca]¡fl~arde enfermiza esta venganza en el AqUilesagredido, porque no se ~onvierte ~n agresor por respeto a las Clrcunstannas y alrango del contrario.
En la segunda escena. siguiendo la cólera de Aquiles, encontramos la mismag-I-andeza de ánimo y la furia duplicada.El Aquiles de la Ernbajada olvida la aparente debilidad del de la D·isputa. Somosespectadores de un contraste sorprendente: la noble cortesia del recibimiento quehace a los enviados de Agamemnón, seestrella un instante después con la pasiónexasperada a las primeras palabras. Arrogancla benévola al aceptarlos. colérico recuerdo de la injusticia. Todas las fuerzasde su naturaleza se sublevan alrededordel centro que domina su pensamiento.Cuando Agamcmnón le dcvueln' su honra se muestra inflexible. N i la voz deFénix, su nutricio, logra debilitar su negativa. Aquiles se imagina sentado en elpuente de su negra n.ave, rodeado de sushombres, presenciando con Patrocb laderrota ck las huestes de su ofensor.Ve las demás naves incencliadas, y lasarenas de la playa enrojecer de sangre, y
(R. 1 Traducción de A. Reyes.)
.1'1/. trá!Jica participación el! el destino de dos pueblos"
Habrá que ver el desarrollo de la pasión de Aquiles:
Las naves helenas, ancladas frente alas costas troyanas, mecen la orgía af rodisíaca de los guerreros con las esclavascapturadas. Vcnidos a rescatar a la griega,se dan una tregua azorados por la belleza de las extranjeras. En una de lasnaves, el de los pies ligeros se recuesta,divertido por las gracias de Briseida lade la faz gustosa. Patroclo, el amigo, tañesu música monorítmica, sin definirse porel lamento o la canción. Mientras, la diosa Tetis sonríe ante la gozosa inactividaddel hijo.
De pronto, el acaecer instiga el suceso:Agamemnón es obligado a restituir aCriseida, la hija del sacerdote troyano,elegida en el reparto elel botín. Despechado, arrebata a Aquiles la mujer COIl
que le han premiado. Tetis obtiene deZeus la promesa de que los griegos Intriunfarán sobre Troya hasta que Aquilesse vengue del ultraje. El despojado. conun desplante de orgullo, piensa en negarse a parÜcipar en el combate en tantono se satisfaga su ira. A la vez irascibley moderado, con dignidad heroica. demuestra al rey- su injusticia, y se prometeun resarcimiento. Y ante la amenaza delenemigo, cargado de fuego, dispara el insulto:
150 Y Aquiles el de los pies ligeros, C01l sombríoy to·rva faz estaba ·mirándolo y decía:-j Oh codicia, oh descaro! N o sé cómo te
esc1/chal!la,f tropas que conduces}' o tllS órdenes
Itlchal!.
157 Mas por ti, el engreído, !l?lis:'1II0S colllplarientes
br,indar a lvIeneloo desqttite en SI! decoro,plegándonos, joh cara de pe-rro!, a tus
deseos.Andate pues con t-iento y nunca o/'1'Ienacescon qlÚanlle la honra que 'lile dan los aqueosni el pago u/erecido.
170 De esta vu.elvo o Ft ía, qlu con lIJ11choprefiero
zarpar rWllbo a la Imlria en lIli (amo velero,a servir tlt soberbia, 3' 110 hay glo'ria
ninglmaen qtte a lIli costa lIledres y acrezcas lit
. fortuna.
El ultraje se ha ensartado cn su ánimoirascible, y ahí se quedará fijo. El, invulnerable a los dardos, ha sido heridode injuria. La leyenda aporta un hecho:Agamel11nón, acrecentando la injusticia,
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elevar consigo a su artesano -fuera uno,fueran varios-; lo que, en opinión deAristóteles, le yalió ser Homero, con superioridad excelsa sobre los demás poetas, fue el trafique de la acción. Comoconsecuencia, gracias a esa progenie homérico-popular, Aquiles vivió con naturaleza tan simple, y su conflicto activofue tan sencillo y tan majestuoso. El croquis de su comienzo responde al coloridochispeante de su culminación. Como clásico, Aquiles triunfa por su individualidad y su realeza de carácter. Nunca podrá ser catalogado por los formulistas,porque es hombre definido y propio entodo su valor. La historia querrá apropiárselo sabiendo que jamás logrará conseguirlo; su verdad m o 1- a 1 alumbrarásiempre por sí misma, sin necesidad debúsquedas, ni análisis, casi sin reflexión.
La épíca se centraliza siempre en unhecho. Sin embargo. la g-uerra troyana essólo el pretexto de la Ilíada. La narración dependiente de los hechos es, porejemplo, el alma de la Eneida, de la misma Odisea. Pero en el poema de Aquiles-Aquileida querrían llamarlo algunosel interés no está sujeto exclusivamente
. a los acontecimientos. N o existe en él lapreocupación de urdimbre y tramas queapresen al contemplador de Aquiles. Nose usan enredos, traiciones, contrariedades sino como elementos de accidente,casi primitivos. La grandeza y sublimidadde un hombre favorecido de los dioses,con su trágica participación en el destinode dos pueblos, forman el primer planode la escena; atrás, sólo como complemento, aparece la lucha de los dioses ylos hombres pugnando por alcanzar susintereses. El poema es sólo el último capítulo de la vida de Aquiles, antes de sue.pílogo; ({terminará el pOe1na -hace notar C. M. Bowra, Tradition and desit]1'lin the lliad- y aún la guerra estará ¿ndecüa". Es, pues, el resultante de las pasiones del héroe lo único que importa enesta epopeya. Viene a ser algo más de lodefinido por Voltaire en su limitaciónal género: "un recitado en verso de aventuras heroicas". (Ensayo sob/'e la poesíaépica. )
Aquiles surge entre el digladiar de brazos divinos y humanos, y su orgullosabel1eza opaca la contienda. Se mueveAquiles en su 'atmósfera pseudo divina.pseudo humana: cuando se muestra sereno es por la conciencia de su superioridad, por la melancolía de la muerte quesabe cercana; cuando inquieto, son laamistad-amor y el odio-enemistad los fuetes de su actividad humana; y siempreen su grandeza se perfila el Olimpo.
La pasión de Aquiles es la energía quediríge su amor: l1ámese amor a Patroclo,llámese odio a Agamemnón. Dante lo vioasí: Aquille, che per mnore al fine COlll
batteo ..., amistad y odio encontrado;,:ira contra amor, amor venciendo a laira. Pasión enorme la suya, responsáblede enormes acontecimientos. Influirá enel destino histórico, en la desgracia ceTroya; desgarrará a la mujer Andrómaca, matará a Héctor el fatalista, a Patrocla el amigo; causará el castigo delamor de Paris y Helena, premio del victorioso; influirá en la decisión de losdioses, y le condenará a él mismo al llanto, al crimen, a la propia muerte. Poramar será culpable de ira salvaj e; por haber amado recibirá dolor. y por habersufrido por amor merecerá odiar con laviolencia y la rabia con que lo hizo. Supasión es sublime porque es fautora degrandezas.
CART A DE INGLA TERRA
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se regocija con placer sádico-masoquista,ya que la derrota de los griegos no deJaría de derrotarlo a él mismo. Es el seg-undo paso en la tragedia. Homero nodeja que su héroe abandone su resentimiento a la primera oportunidad. Parahacerlo salir de su obstinación se necesita más que una Briseida, más que unAgamemnón con toda su realeza humillado, más que una posible derrota asus compañeros de armas, más que eldeseo de gloriosas honras militares: sóloPatroc1o, el amig-o, el amor al que lehan matado p'Üelrá ha'cerk cambiar ladi rección de su cólera. La tragedia moral se ahonda con este despl-eciar lassatisfacciones que pretende hacer el soberano, con este rechazar las súplicasde los amigos. Parece que Aquiles seapartara de su camino; lleGa a faltar alrespeto debido a los dioses.
Los aqueos obtienen nuevos triunfos.Por un momento parece que los diosesestán otra vez con ellos, corno queriendopremiar la buena voluntad de Agamemnón en volver a la amistad de Aquiles;como queriendo castigar la insolen(ia deéste. Pero Zeus está decidido a cumplirsu promesa a Tetis: la gloria de su hiioquedará en pie, y su hon'Ür quedará sinmancha. Agamemnón es herido de flechay le traen a las naves. Zeus aparta lavista del campo de batalla para no arrepentirse de su promesa; se distrae en elamor, momento que aprovecha Posidónpara venir secretamente a ayudar a losdesfavorecidos. El padre de los diosesse duerme, pero al despertar sólo Ayaxqueda defendiendo las naves de las teasincendiarias de Héctor, y viene a ayudarlo. Patroc1o se decide a combatir; Aquilesmismo le ayuda a prepararse al combate,le presta su armadura, exhorta "a sus mirmidones a que le acompañen, pero él sequeda aferrado a su ira. Los dioses noescuchan la oración por el amigo: Héctorle acribilla y se lleva la armadura deAquiles corno trofeo.
El dolor de la pérdida enfurece aAquiles, la cólera le vuelve loco y leacicatea a ir a retar a Héctor en combate. La violencia le lleva a una degradación, sólo la venganza le arrastra alcombate contra la inocencia: mata a Licónindefenso y le rehusa sepultura. La conmoción ha revuelto hasta la última profundidad de su espiritu. V saca a relucirnuevos y maravillosos ciementos de sucarácter: su valor, su confianza en símismo. su resolución inquebrantable anteel destino, y sobre todo, su sacri ficio ardiente al sentimiento, que le es como unar"eligión. No es esto algo nuevo: es elmismo odio al enemigo y el mismo amoral amigo con una nueva tonalidad apasionada. Aparece hambriento en el combate,casi salvaie: no sabe de compasión. Hacehuir a Héctor alrededor de las murallas,le mata, y aún no calma su furia. Permitea las huestes ultrajar el cadáver del troyano, y él mismo, a la vista de la esposaque todo 10 ontempla desde la ñ1Uralla.ata el cuerpo a su carro y 10 arrastrafustigando despiadadamente a los caballos. Pretenderá echar los despojos al?s perros... ,pero los ,dioses le prevIenen.
Aquiles ha vengado al amigo a costade un alto precio: lo que podría llamarser su heroica caballerosidad tantas veces demostrada en el combate. Sacrificaa los rehenes como víctimas de sacrificiosobre el ara donde Patroclo va a serconsumido. Pero nadie le ha ayudado asalir de su exasperación, nadie le ha
tendido la mano para volver en sí de sudolor. La tragedia está repleta y no puede estallar: es inmensa porque no puedesatisfacer al vengador. Se ha quedadosin amigo, está descontento de todo, yse ha declarado la guerra a sí mismo.Silencioso y férreo dirige las exequiasde Patroclo hasta que la ternura le ganala voluntad:
"Regadas de lágrimas quedaron las (/1'enas ylas a-rmadltras de todos los glterrel'OS; AqltilesrOlllen:::ó cl fltneral lalllento poniendo las 11IatlOShOlllúidas sobre el pecho del difunto: -j Aléqra.te porque te he tll,llIpt:elo todas las vengm¡:::0-:; que tc prollleticra! ... Logral'on o'l'rastrarlohasta la tienda de Agalllelllnón por ver si 10qraban quitarle las lIIanchas de sangre )' polvo,pera él se negó, micntras 110 pusiera el cadáverCH la. pira" no levantara el túmulo y no se COl'tam la cabelfera cn seíial del gran pesar .quejamás sent'ir'Í'a en .IU v:da. Y ftlC'se a germr !!o'ril!as del estru.endoso mar, donde no t01'doen vencerle el sueiio: entonces v~'no el m'ÍseroPa:tl'oclo a ree/amarle: -Dltenlles y 1IIe olvidas, Lntiérrallle cuanto antes para que puedapasar las p.llertas del Orco )' entrar en elHades. NUl1C<1 más vo/¡'c'relllos a charlas de 10.1'a.migos separadamente. Te encargo que no deies 1IIandado sepult01' tus huesos leJOS de 10.1':míos . .. QtÚSO Aquiles abrazarle, pel'o Patl'o:e/o se alejó dando alaridos: disipóse cual SI/tIese humo. eamo :fOl/o:Ja ,~tn padre qU~11larldolos huesos de su ht]o l'eC'ICtl, casado, a:st sol/o:::aba A q,lliles anastrándose en torno de la pira,gim"iendo sin cesar ..."
(R. XXIII. Tr2ducción publicada por la UNAM)
La cólera amaina, opacada por el dolor, desahogada por las lágrimas. Homero
Por Irene NICHOLSON
L A LABOR del Consejo de Artes de laGran Bretaña culminó en el mes deabril con cuatro exposiciones que
auspició en Londres, En la sede del propio Consejo se exhiben los dibujos deIngres y las cerámicas de Picasso; en laGalería Tate se exponen las pinturas delMuseo Guggenheim de N ueva York; Yen los salones de la calle Suffolk, unacolección del Museo de Arte Moderno deParís. Parece. pues, el momento oportunoele h3!cer un balance de lo que a travésde la labor del Consejo se ha podido a~)rr
ciar este año en el campo de las artesplásticas.
El verano pasado se exhibieron Cincuenta ARos del Arte Gráfico de Picasso.Después los dibujos de Jean Fran~ois
Millet. ¡No podía haberse ofrecido uncontraste más grande! En seguida exhibió los cuadros de Gaudier-Brzseka ydel pintor romántico inglés Samuel Paimer, y de otros de su círculo, como William Blake.
De Picasso a Picasso se observa lavuelta ele un siglo, más o menos, y laprimera impresión que uno recibe de estas pinturas es el alto grado de eclecticismo del arte moderno, que tiene en Picasso el ejemplo supremo del espírituproteico. El período moderno no tieneestilo; participa de todos los estilos. Yesto es el resultado lógico de la facilidadcon que actualmente se pueden reproducir y distribuir las obras de arte de todaslas épocas. André Malraux ha tratado extensamente este punto, como también elalcance de sus consecuencias. En el dominio del arte, la fácil reproducción delas obras maestras ha dado lugar al mismo
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no quiso dejarlo en ese abismo, y así como se sirvió de él para poner la fuerzade una sola pasión de modo que apareciese todo el hombre, así ahora le ayudaa regenerarse,
En el último acto, antes que caiga eltelón" sobre el Aquiles de la Ilíada, éstese vuelve en sí mismo: entrega el cuerpode Héctor a los troyanos, que ha quedadointacto, preservado por los dioses; concede una tregua para que se le puedanhacer honrosos funerales, Ha yue:to ala i'ntegridad de su nobleza, Por una última vez Homero empuja a su hombre auna situación tentadora, su progenitor sele vuelve a Aquiles demonio: J,) muevea Imitar aun al viejo Príamo cuando vienea recoger el cadáver de su hijo. PeroAquiles se acrisola: el recuerdo de su anciano padre le defiende contra la insidiade la tentación; pronto se muestra con-osiderado y caballeroso.
El amor a los suyos destruye el odio alos que no lo son, Con esto Aquiles vencea Aquiles, Aquiles es ya otra vez Aquiles.Ha matado la pasión y la ha enterradosin funerales al permitir a los troyanoslas exequias de Héctor, Su cólera ha pasado y sólo se promete ahora el triunfoguerrero sobre Troya. Termina aquí deactuar, con estas notas de paz, casi depurificación, al renacer a sí mismo. Es elAquiles de la intensa profundidad humana, asociado a la verdad del sentimientoy de la imaginación.
fenómeno que inquieta a los eeólogos. Encuentran éstos que, a causa de las fáciles comunicaciones del mundo moderno,se introducen accidentalment.: lluevas especies ahí donde no corresponden, y donde pueden causar grandes estragos. As.imismo, el artista mocl'erno recun1.e enbusca de temas o de estilos a Egipto oa la isla de Pascua, a la Francia medievalo a Italia renacentista, al Africa o al México prehispánico. En manos de un artistacomo Picasso, el eclecticismo puede producir una nueva vitalidad, una nueva
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-Boston Muscum of fine Arts1illet- "lIna obra debiera ser entera"
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