aquiles tragico - revista de la universidad de méxico · 2014-02-22 · engendrado por la palabra...

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ii UNIvERSIDAD DE MEXICO POT Hu.beTtv BATIS y los personajes vivos ... Pero es verdad que los qui'ero tan sólo para incorporarlos en historias ... Fran<;oise Mallet y las gárgolas y la máscaras de horror de Carnaval; las qui- meras que rondan con sus cuerpos defor- mes. Fran<;oise Mallet y su espíritu me- dieval, duro y terrorífico, compuesto con actos inexorables de pureza y orgullo. espíritu lleno de fantasmagorías, de in- congruentes enanos, elfos saltarines, ca- ritas risueñas y diabólicas que se ven en las ig-lesias góticas. Fnm<;oise Mallet re- presenta un espíritu extrañamente con- tradictorio. Es a la vez medieval y fla- menca, hosca y dulce, llena de imagina- ciones torturadas y grotescas, barrocas y fuera de nuestro siglo moderno. Trabaja como un artesano incansable, como uno de esos viejecitos con sus anteojos sobre la nariz, qu'e se ven en los grabados de Daumier, y rehuye asimismo las conse- cuencias de su trabajo (éxito, populari- dad) como aquella joven extraña que curaba gente a base de hierbas y pociones, joven embrujadora que tan bien describe George Sand en una de sus obras ... En verdad, Fran<;oise Mallet debería haber vivido en el siglo XIII. La imaginamos con una pluma larguísima, escribiendo sig-ilosamente con su cofia puntiaguda sobre la cabeza, encerrada en una torre, entre adustos y preciosos manuscritos en- rollados. TRAGICO miento antiguo. Aquel hombre -poeta- logró su propósito: el engendro resultó preciso y luminoso. Todos reconocie- ron en el producto, plasmado por fin, a aquel que entreveían en su propio pensa- miento. Vivió Aquiles, pasó nuevas si- tuaciones emotivas y se encadenó al juego y a la actuación de sus pasiones intensa y magistralmente. Como personaje realizó el ideal artístico griego: fue un compues- to de inteligencia y de energía, de ra- zón práctica. de sentimiento del honOl" al cuidado del bien individual; hizo su- yas, en el espíritu, las fogosas pasiones nacionales, y, en la carne. la perfe,cción. Pero el triunfo mayor de Aquiles fue A/ maestro A/fo11so Reyes I "'a [lrallde.':ll dr 1m ¡'()J1lbre !(n.1orecido por los dioses" l ___J AQUILES nicería. El trabajo bien hecho es ya un "mensaje" en sí. Y si un autor tiene una concepción de la vida original que trans- mitir, tanto mejor ... -¿ Puede usted traerme un retrato mo- ral de su persona? -Soy "flamande" y por consecuencia, bastante ordenada y busco siempre la limpieza y la abundancia, los colores y las materias. Soy un poquito violenta, a veces insociable y muchas veces desagra- dable ... Sufro en las entrevistas ... El defecto que más odio: la avaricia, la es- trechez de espíritu. La cualidad que pre- fiero: la generosidad en todos los sentidos de la palabra ... Cuando escribo, tan sólo pienso en la novela que llevo en la mente ... Nunca pienso en 10 futuro, en la bomba atómica y esas cosas. ¿ Con qué me entretengo? Haciendo horribles muc- cas y organizando concursos con mi hijo, que también hace unas muecas dignas de consideración ... Los dos vivimos en un mundo imaginario de fantasmas, muecas, y horribles caritas, y voces rarísimas ... Me encantan los desfiles de carnaval con sus máscaras (los hay muy bellos en Flandes) los trajes de fantasía, y las "gargouilles" (a lo mejor por eso no tengo razón en no asistir a las reuniones 1iterarias ... ) Me encanta contarme a mi misma, y contarle a mi niño, historias, de brujas en las que creo un poco. Pero me gusta también el mundo de la calle U N PERSa N AJE heroico, epopéyico, cuasi-divo, reflejo de una naciona- lidad cantada para siempre, es el objeto de mis reflexiones. Concebido en boca de los hombres, sólo alcanzó a ser engendrado por la palabra de uno. Y al verlo, todos los demás lo reconocieron co- mo genuino y se 10 apropiaron: Aquiles. La preocupación de su progenitor al darle vida fue conformarlo de acuerdo con la tradición exigente y nimia. con la fi,cción y el escenario de la creencia co- mún, y, al mism6 tiempo, hacerlo eterna- mente nuevo sin discordar del pensa- escritora la victoria de los seres huma- nos ... La victoria y la suficiencia, tanto en la maldad como en la bondad... y esto nos parece extraño, ya que "el bien no siempre deja huella el .cam1110; el mal, en cambio, arrastra sus consecuencias" ... Fran<;olse Mallet estaba una vez en una iglesia en una misa de Gallo en donde todas las señoras y las familias elegantes se habían. instalado en los primeros bancos. Fran<;olse ilallet está en contra de los pecados salvados, o salvaguardados, por el dinero ? por el nivel social. En contra de los tIbIOS Cjue se agarran de la in?ulgencia de DIOs para seguir en su.s tIbIezas. En contra de las actitudes. del talso honor y de la falsa nobleza. En contra de los que se pescan de su posición social para seguir en su pecado. Fran<;oi.se no cree ;U11 Dios dulce y 1111senCOrdlOsO, del pel don, y 110 quiere dobla.r la cabeza. Dura, sola, nueva intacta e ll1atacable no cae en la hipoc:esía y en lo En la iglesia, en la mIsa. de Gallo, donde susurraban vestIdos, pIeles y ele- gantes misales, ella ha rezado: "Dios mí? 110 me perdone usted nada. No me deje parecerme a aquéllos. hía hasta el fondo del corazón mismo del mal, antes que pa- recerme a aquéllos. No p,erdone mis ofensas, porque yo jamas perdonare ninguna. Déjeme entera y fuerte c?mo lo soy, y si fallara yo en 10 que qUIero obtener de misma, castígueme tant? como esté en su poder, porque rehusar? siempre vuestra indulgencia ... " N o esta por demás decir que la autora es orgu- llosa, y que no sabe que la fuerza se halla justamente en la gencia y en la dul.zura: .. Pero c?ntll1ue- mas nuestro cuestlOnano: Fran<;01se Mal- let, ¿ a qué atribuye usted su _ Tan sólo llamo éxito el momento en que un autor, mirando tras sí, percibe que ha realizado la mayor parte de su obra, y que ha progresado constantemeJ:.1te hacia 10 que quería expresar y que -111- cidentalmente- tiene la audiencia del pú- blico . .. Ve usted que me doy muchos años de trabajo antes de llegar a 10 que se llama un éxito. antes de haber logrado lo que me propongo .... --¿ Qué opina del movimiento de.auto- res jóvenes, al cual pertenece. por Julliard? ... ¿ Le gusta este eXlto desmesurado? -Encuentro todos estos éxitos prema- turos muy peligrosos para autores jóvenes que muchas veces podrían. dar más, .dar algo mejor aún. y cuya vIda d.e escntor se ve truncada por todo el rUIdo hecho alrededor de su primera obra. Después de un éxito sensacional, todos quieren pro- ducir, escribir en masa, y dentro de la cantidad, se pierde la calidad ... - Personalmente, ¿ por qué escribe usted? -Escribo porque c r e o sinceramente que es la cosa para la cual tengo la ma- yor facilidad y las mejores dotes ... Ade- más, he escrito siempre. A los doce años, va escribía novelas ... -¿ Pero cree usted que es valioso cribir, como un deporte para el cual se tiene facilidad. o cree usted en los escri- tores que tienen un "mensaje que comu- nicarles a los hombres"? -A la edad dc doce años, C'scribía yo de seguro por escribir, pero tampoco creo que tenía un mensaje que comuni- carles a los hombres ... Después, nunca he pensado en "escribir" en ese aspecto. No quiero a las gentes que saborean su trabajo, tanto en literatura como en car-

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Page 1: AQUILES TRAGICO - Revista de la Universidad de México · 2014-02-22 · engendrado por la palabra de uno. Y al verlo, todos los demás lo reconocieron co mo genuino y se 10 apropiaron:

iiUNIvERSIDAD DE MEXICO

POT Hu.beTtv BATIS

y los personajes vivos ... Pero es verdadque los qui'ero tan sólo para incorporarlosen historias ...

Fran<;oise Mallet y las gárgolas y lamáscaras de horror de Carnaval; las qui­meras que rondan con sus cuerpos defor­mes. Fran<;oise Mallet y su espíritu me­dieval, duro y terrorífico, compuesto conactos inexorables de pureza y orgullo.espíritu lleno de fantasmagorías, de in­congruentes enanos, elfos saltarines, ca­ritas risueñas y diabólicas que se ven enlas ig-lesias góticas. Fnm<;oise Mallet re­presenta un espíritu extrañamente con­tradictorio. Es a la vez medieval y fla­menca, hosca y dulce, llena de imagina­ciones torturadas y grotescas, barrocas yfuera de nuestro siglo moderno. Trabajacomo un artesano incansable, como unode esos viejecitos con sus anteojos sobrela nariz, qu'e se ven en los grabados deDaumier, y rehuye asimismo las conse­cuencias de su trabajo (éxito, populari­dad) como aquella joven extraña quecuraba gente a base de hierbas y pociones,joven embrujadora que tan bien describeGeorge Sand en una de sus obras ... Enverdad, Fran<;oise Mallet debería habervivido en el siglo XIII. La imaginamoscon una pluma larguísima, escribiendosig-ilosamente con su cofia puntiagudasobre la cabeza, encerrada en una torre,entre adustos y preciosos manuscritos en­rollados.

TRAGICO

miento antiguo. Aquel hombre -poeta­logró su propósito: el engendro resultópreciso y luminoso. Todos reconocie­ron en el producto, plasmado por fin, aaquel que entreveían en su propio pensa­miento. Vivió Aquiles, pasó nuevas si­tuaciones emotivas y se encadenó al juegoy a la actuación de sus pasiones intensay magistralmente. Como personaje realizóel ideal artístico griego: fue un compues­to de inteligencia y de energía, de ra­zón práctica. de sentimiento del honOl"al cuidado del bien individual; hizo su­yas, en el espíritu, las fogosas pasionesnacionales, y, en la carne. la perfe,cción.Pero el triunfo mayor de Aquiles fue

A/ maestro A/fo11so Reyes

I"'a [lrallde.':ll dr 1m ¡'()J1lbre !(n.1orecido por los dioses" l

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AQUILES

nicería. El trabajo bien hecho es ya un"mensaje" en sí. Y si un autor tiene unaconcepción de la vida original que trans­mitir, tanto mejor ...

-¿ Puede usted traerme un retrato mo­ral de su persona?

-Soy "flamande" y por consecuencia,bastante ordenada y busco siempre lalimpieza y la abundancia, los colores ylas materias. Soy un poquito violenta, aveces insociable y muchas veces desagra­dable ... Sufro en las entrevistas ... Eldefecto que más odio: la avaricia, la es­trechez de espíritu. La cualidad que pre­fiero: la generosidad en todos los sentidosde la palabra ... Cuando escribo, tan sólopienso en la novela que llevo en lamente ... Nunca pienso en 10 futuro, enla bomba atómica y esas cosas. ¿ Con quéme entretengo? Haciendo horribles muc­cas y organizando concursos con mi hijo,que también hace unas muecas dignas deconsideración ... Los dos vivimos en unmundo imaginario de fantasmas, muecas,y horribles caritas, y voces rarísimas ...Me encantan los desfiles de carnaval consus máscaras (los hay muy bellos enFlandes) los trajes de fantasía, y las"gargouilles" (a lo mejor por eso notengo razón en no asistir a las reuniones1iterarias ... ) Me encanta contarme a mimisma, y contarle a mi niño, historias,de brujas en las que creo un poco. Perome gusta también el mundo de la calle

UN PERSa N AJE heroico, epopéyico,cuasi-divo, reflejo de una naciona­lidad cantada para siempre, es el

objeto de mis reflexiones. Concebido enboca de los hombres, sólo alcanzó a serengendrado por la palabra de uno. Y alverlo, todos los demás lo reconocieron co­mo genuino y se 10 apropiaron: Aquiles.

La preocupación de su progenitor aldarle vida fue conformarlo de acuerdocon la tradición exigente y nimia. con lafi,cción y el escenario de la creencia co­mún, y, al mism6 tiempo, hacerlo eterna­mente nuevo sin discordar del pensa-

escritora la victoria de los seres huma­nos ... La victoria y la suficiencia, tantoen la maldad como en la bondad... yesto nos parece extraño, ya que "el bienno siempre deja huella e~ el .cam1110; elmal, en cambio, arrastra 111evI~ablementesus consecuencias" ... Fran<;olse Malletestaba una vez en una iglesia en una misade Gallo en donde todas las señoras ylas familias elegantes se habían. instaladoen los primeros bancos. Fran<;olse ilalletestá en contra de los pecados salvados, osalvaguardados, por el dinero ? por elnivel social. En contra de los tIbIOS Cjuese agarran de la in?ulgencia de DIOspara seguir en su.s tIbIezas. En contra delas actitudes. del talso honor y de la falsanobleza. En contra de los que se pescande su posición social para seguir en supecado. Fran<;oi.se ~all~t no cree e~ ;U11Dios dulce y 1111senCOrdlOsO, del pel don,y 110 quiere dobla.r la cabeza. Dura, sola,nueva intacta e ll1atacable no cae en lahipoc:esía y en lo farisa~co... En laiglesia, en la degant~ mIsa. de Gallo,donde susurraban vestIdos, pIeles y ele­gantes misales, ella ha rezado: "Dios mí?110 me perdone usted nada. No me dejeparecerme a aquéllos. hía hasta el fondodel corazón mismo del mal, antes que pa­recerme a aquéllos. N o n~e p,erdone uste~mis ofensas, porque yo jamas perdonareninguna. Déjeme entera y fuerte c?molo soy, y si fallara yo en 10 que qUIeroobtener de mí misma, castígueme tant?como esté en su poder, porque rehusar?siempre vuestra indulgencia ..." N o estapor demás decir que la autora es orgu­llosa, y que no sabe que la ver~aderafuerza se halla justamente en la 1~1dul­gencia y en la dul.zura: .. Pero c?ntll1ue­mas nuestro cuestlOnano: Fran<;01se Mal­let, ¿ a qué atribuye usted su ~ito?

_ Tan sólo llamo éxito el momento enque un autor, mirando tras sí, percibeque ha realizado la mayor parte de suobra, y que ha progresado constantemeJ:.1tehacia 10 que quería expresar y que -111­

cidentalmente- tiene la audiencia del pú­blico . .. Ve usted que me doy muchosaños de trabajo antes de llegar a 10 quese llama un éxito. antes de haber logradolo que me propongo ....

--¿ Qué opina del movimiento de. auto­res jóvenes, al cual pertenece. edlt~~ospor Julliard? ... ¿ Le gusta este eXltodesmesurado?

-Encuentro todos estos éxitos prema­turos muy peligrosos para autores jóvenesque muchas veces podrían. dar más, .daralgo mejor aún. y cuya vIda d.e escntorse ve truncada por todo el rUIdo hechoalrededor de su primera obra. Después deun éxito sensacional, todos quieren pro­ducir, escribir en masa, y dentro de lacantidad, se pierde la calidad ...

- Personalmente, ¿por qué escribeusted?

-Escribo porque c r e o sinceramenteque es la cosa para la cual tengo la ma­yor facilidad y las mejores dotes ... Ade­más, he escrito siempre. A los doce años,va escribía novelas ...

-¿ Pero cree usted que es valioso ·~s­

cribir, como un deporte para el cual setiene facilidad. o cree usted en los escri­tores que tienen un "mensaje que comu­nicarles a los hombres"?

-A la edad dc doce años, C'scribía yode seguro por escribir, pero tampococreo que tenía un mensaje que comuni­carles a los hombres ... Después, nuncahe pensado en "escribir" en ese aspecto.No quiero a las gentes que saborean sutrabajo, tanto en literatura como en car-

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(R. 1 Idem.)

332 -j Salud, gente de Zeus. Jllellsajeros Im­'IIIanos!

Venid, no es wlpa vuestra. .n: vnest-rosoberano

por Briseida os envía. j Potroelo. ha:;/(I salirtú el de esti-rpe de Zeus, JI entl'1'g1ll(l C1l sus

'IIIanos!y (l/Ite los bienhadados dioses sedllle

testigos,y ante todos los hOJllbres ." el rey des­

alentadosi al hora del desastre quiere contar cml­

lIIigo.

atribuye a cobardía su dignidad. Entoncesla ira se desborda: ya saca la rabiosa es­pada, mas el cielo le ataja el brazo, yPalas Atenea logra calmarlo. Homerosondea admirablcmente la profundidad dela herida: nada dará mejor la idea de laenergía ele Aquiles que la calma aparentecon que se deja arrebatar a Briseida, unavez que ha decidido la venganza. Grave­mente, causando turbación en los heral­dos de Agamenll1ón que esperaban resis­tencia, dice tl-iunfante:

Pero. en seguida, consciente de su valorjusto, pues que si él falta nada podránlos aliados aqueos, fulmina su negativa acontinuar luchando. No se irá a Grecia,pero su presencia será pasiva y su. ~on­tinente grave. No hay derecho a ca]¡fl~arde enfermiza esta venganza en el AqUilesagredido, porque no se ~onvierte ~n agre­sor por respeto a las Clrcunstannas y alrango del contrario.

En la segunda escena. siguiendo la có­lera de Aquiles, encontramos la mismag-I-andeza de ánimo y la furia duplicada.El Aquiles de la Ernbajada olvida la apa­rente debilidad del de la D·isputa. Somosespectadores de un contraste sorprenden­te: la noble cortesia del recibimiento quehace a los enviados de Agamemnón, seestrella un instante después con la pasiónexasperada a las primeras palabras. Arro­gancla benévola al aceptarlos. colérico re­cuerdo de la injusticia. Todas las fuerzasde su naturaleza se sublevan alrededordel centro que domina su pensamiento.Cuando Agamcmnón le dcvueln' su hon­ra se muestra inflexible. N i la voz deFénix, su nutricio, logra debilitar su ne­gativa. Aquiles se imagina sentado en elpuente de su negra n.ave, rodeado de sushombres, presenciando con Patrocb laderrota ck las huestes de su ofensor.Ve las demás naves incencliadas, y lasarenas de la playa enrojecer de sangre, y

(R. 1 Traducción de A. Reyes.)

.1'1/. trá!Jica participación el! el destino de dos pueblos"

Habrá que ver el desarrollo de la pa­sión de Aquiles:

Las naves helenas, ancladas frente alas costas troyanas, mecen la orgía af ro­disíaca de los guerreros con las esclavascapturadas. Vcnidos a rescatar a la griega,se dan una tregua azorados por la be­lleza de las extranjeras. En una de lasnaves, el de los pies ligeros se recuesta,divertido por las gracias de Briseida lade la faz gustosa. Patroclo, el amigo, tañesu música monorítmica, sin definirse porel lamento o la canción. Mientras, la dio­sa Tetis sonríe ante la gozosa inactividaddel hijo.

De pronto, el acaecer instiga el suceso:Agamemnón es obligado a restituir aCriseida, la hija del sacerdote troyano,elegida en el reparto elel botín. Despe­chado, arrebata a Aquiles la mujer COIl

que le han premiado. Tetis obtiene deZeus la promesa de que los griegos Intriunfarán sobre Troya hasta que Aquilesse vengue del ultraje. El despojado. conun desplante de orgullo, piensa en ne­garse a parÜcipar en el combate en tantono se satisfaga su ira. A la vez irascibley moderado, con dignidad heroica. de­muestra al rey- su injusticia, y se prometeun resarcimiento. Y ante la amenaza delenemigo, cargado de fuego, dispara el in­sulto:

150 Y Aquiles el de los pies ligeros, C01l sombríoy to·rva faz estaba ·mirándolo y decía:-j Oh codicia, oh descaro! N o sé cómo te

esc1/chal!la,f tropas que conduces}' o tllS órdenes

Itlchal!.

157 Mas por ti, el engreído, !l?lis:'1II0S colllpla­rientes

br,indar a lvIeneloo desqttite en SI! decoro,plegándonos, joh cara de pe-rro!, a tus

deseos.Andate pues con t-iento y nunca o/'1'Ienacescon qlÚanlle la honra que 'lile dan los aqueosni el pago u/erecido.

170 De esta vu.elvo o Ft ía, qlu con lIJ11choprefiero

zarpar rWllbo a la Imlria en lIli (amo velero,a servir tlt soberbia, 3' 110 hay glo'ria

ninglmaen qtte a lIli costa lIledres y acrezcas lit

. fortuna.

El ultraje se ha ensartado cn su ánimoirascible, y ahí se quedará fijo. El, in­vulnerable a los dardos, ha sido heridode injuria. La leyenda aporta un hecho:Agamel11nón, acrecentando la injusticia,

UNIVERSIDAD DE MEXICO

elevar consigo a su artesano -fuera uno,fueran varios-; lo que, en opinión deAristóteles, le yalió ser Homero, con su­perioridad excelsa sobre los demás poe­tas, fue el trafique de la acción. Comoconsecuencia, gracias a esa progenie ho­mérico-popular, Aquiles vivió con natu­raleza tan simple, y su conflicto activofue tan sencillo y tan majestuoso. El cro­quis de su comienzo responde al coloridochispeante de su culminación. Como clá­sico, Aquiles triunfa por su individua­lidad y su realeza de carácter. Nunca po­drá ser catalogado por los formulistas,porque es hombre definido y propio entodo su valor. La historia querrá apro­piárselo sabiendo que jamás logrará con­seguirlo; su verdad m o 1- a 1 alumbrarásiempre por sí misma, sin necesidad debúsquedas, ni análisis, casi sin reflexión.

La épíca se centraliza siempre en unhecho. Sin embargo. la g-uerra troyana essólo el pretexto de la Ilíada. La narra­ción dependiente de los hechos es, porejemplo, el alma de la Eneida, de la mis­ma Odisea. Pero en el poema de Aquiles-Aquileida querrían llamarlo algunos­el interés no está sujeto exclusivamente

. a los acontecimientos. N o existe en él lapreocupación de urdimbre y tramas queapresen al contemplador de Aquiles. Nose usan enredos, traiciones, contrarieda­des sino como elementos de accidente,casi primitivos. La grandeza y sublimidadde un hombre favorecido de los dioses,con su trágica participación en el destinode dos pueblos, forman el primer planode la escena; atrás, sólo como comple­mento, aparece la lucha de los dioses ylos hombres pugnando por alcanzar susintereses. El poema es sólo el último ca­pítulo de la vida de Aquiles, antes de sue.pílogo; ({terminará el pOe1na -hace no­tar C. M. Bowra, Tradition and desit]1'lin the lliad- y aún la guerra estará ¿n­decüa". Es, pues, el resultante de las pa­siones del héroe lo único que importa enesta epopeya. Viene a ser algo más de lodefinido por Voltaire en su limitaciónal género: "un recitado en verso de aven­turas heroicas". (Ensayo sob/'e la poesíaépica. )

Aquiles surge entre el digladiar de bra­zos divinos y humanos, y su orgullosabel1eza opaca la contienda. Se mueveAquiles en su 'atmósfera pseudo divina.pseudo humana: cuando se muestra sere­no es por la conciencia de su superio­ridad, por la melancolía de la muerte quesabe cercana; cuando inquieto, son laamistad-amor y el odio-enemistad los fue­tes de su actividad humana; y siempreen su grandeza se perfila el Olimpo.

La pasión de Aquiles es la energía quediríge su amor: l1ámese amor a Patroclo,llámese odio a Agamemnón. Dante lo vioasí: Aquille, che per mnore al fine COlll­

batteo ..., amistad y odio encontrado;,:ira contra amor, amor venciendo a laira. Pasión enorme la suya, responsáblede enormes acontecimientos. Influirá enel destino histórico, en la desgracia ceTroya; desgarrará a la mujer Andró­maca, matará a Héctor el fatalista, a Pa­trocla el amigo; causará el castigo delamor de Paris y Helena, premio del vic­torioso; influirá en la decisión de losdioses, y le condenará a él mismo al llan­to, al crimen, a la propia muerte. Poramar será culpable de ira salvaj e; por ha­ber amado recibirá dolor. y por habersufrido por amor merecerá odiar con laviolencia y la rabia con que lo hizo. Supasión es sublime porque es fautora degrandezas.

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CART A DE INGLA TERRA

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se regocija con placer sádico-masoquista,ya que la derrota de los griegos no de­Jaría de derrotarlo a él mismo. Es el se­g-undo paso en la tragedia. Homero nodeja que su héroe abandone su resenti­miento a la primera oportunidad. Parahacerlo salir de su obstinación se nece­sita más que una Briseida, más que unAgamemnón con toda su realeza humi­llado, más que una posible derrota asus compañeros de armas, más que eldeseo de gloriosas honras militares: sóloPatroc1o, el amig-o, el amor al que lehan matado p'Üelrá ha'cerk cambiar ladi rección de su cólera. La tragedia mo­ral se ahonda con este despl-eciar lassatisfacciones que pretende hacer el so­berano, con este rechazar las súplicasde los amigos. Parece que Aquiles seapartara de su camino; lleGa a faltar alrespeto debido a los dioses.

Los aqueos obtienen nuevos triunfos.Por un momento parece que los diosesestán otra vez con ellos, corno queriendopremiar la buena voluntad de Agamem­nón en volver a la amistad de Aquiles;como queriendo castigar la insolen(ia deéste. Pero Zeus está decidido a cumplirsu promesa a Tetis: la gloria de su hiioquedará en pie, y su hon'Ür quedará sinmancha. Agamemnón es herido de flechay le traen a las naves. Zeus aparta lavista del campo de batalla para no arre­pentirse de su promesa; se distrae en elamor, momento que aprovecha Posidónpara venir secretamente a ayudar a losdesfavorecidos. El padre de los diosesse duerme, pero al despertar sólo Ayaxqueda defendiendo las naves de las teasincendiarias de Héctor, y viene a ayudar­lo. Patroc1o se decide a combatir; Aquilesmismo le ayuda a prepararse al combate,le presta su armadura, exhorta "a sus mir­midones a que le acompañen, pero él sequeda aferrado a su ira. Los dioses noescuchan la oración por el amigo: Héctorle acribilla y se lleva la armadura deAquiles corno trofeo.

El dolor de la pérdida enfurece aAquiles, la cólera le vuelve loco y leacicatea a ir a retar a Héctor en com­bate. La violencia le lleva a una degra­dación, sólo la venganza le arrastra alcombate contra la inocencia: mata a Licónindefenso y le rehusa sepultura. La con­moción ha revuelto hasta la última pro­fundidad de su espiritu. V saca a relucirnuevos y maravillosos ciementos de sucarácter: su valor, su confianza en símismo. su resolución inquebrantable anteel destino, y sobre todo, su sacri ficio ar­diente al sentimiento, que le es como unar"eligión. No es esto algo nuevo: es elmismo odio al enemigo y el mismo amoral amigo con una nueva tonalidad apasio­nada. Aparece hambriento en el combate,casi salvaie: no sabe de compasión. Hacehuir a Héctor alrededor de las murallas,le mata, y aún no calma su furia. Permitea las huestes ultrajar el cadáver del tro­yano, y él mismo, a la vista de la esposaque todo 10 ontempla desde la ñ1Uralla.ata el cuerpo a su carro y 10 arrastrafustigando despiadadamente a los caba­llos. Pretenderá echar los despojos al?s perros... ,pero los ,dioses le pre­vIenen.

Aquiles ha vengado al amigo a costade un alto precio: lo que podría llamar­ser su heroica caballerosidad tantas ve­ces demostrada en el combate. Sacrificaa los rehenes como víctimas de sacrificiosobre el ara donde Patroclo va a serconsumido. Pero nadie le ha ayudado asalir de su exasperación, nadie le ha

tendido la mano para volver en sí de sudolor. La tragedia está repleta y no pue­de estallar: es inmensa porque no puedesatisfacer al vengador. Se ha quedadosin amigo, está descontento de todo, yse ha declarado la guerra a sí mismo.Silencioso y férreo dirige las exequiasde Patroclo hasta que la ternura le ganala voluntad:

"Regadas de lágrimas quedaron las (/1'enas ylas a-rmadltras de todos los glterrel'OS; AqltilesrOlllen:::ó cl fltneral lalllento poniendo las 11IatlOShOlllúidas sobre el pecho del difunto: -j Alé­qra.te porque te he tll,llIpt:elo todas las vengm¡­:::0-:; que tc prollleticra! ... Logral'on o'l'rastrarlohasta la tienda de Agalllelllnón por ver si 10­qraban quitarle las lIIanchas de sangre )' polvo,pera él se negó, micntras 110 pusiera el cadáverCH la. pira" no levantara el túmulo y no se COl'­tam la cabelfera cn seíial del gran pesar .quejamás sent'ir'Í'a en .IU v:da. Y ftlC'se a germr !!o'ril!as del estru.endoso mar, donde no t01'doen vencerle el sueiio: entonces v~'no el m'ÍseroPa:tl'oclo a ree/amarle: -Dltenlles y 1IIe olvi­das, Lntiérrallle cuanto antes para que puedapasar las p.llertas del Orco )' entrar en elHades. NUl1C<1 más vo/¡'c'relllos a charlas de 10.1'a.migos separadamente. Te encargo que no de­ies 1IIandado sepult01' tus huesos leJOS de 10.1':míos . .. QtÚSO Aquiles abrazarle, pel'o Patl'o:e/o se alejó dando alaridos: disipóse cual SI/tIese humo. eamo :fOl/o:Ja ,~tn padre qU~11larldolos huesos de su ht]o l'eC'ICtl, casado, a:st sol/o­:::aba A q,lliles anastrándose en torno de la pira,gim"iendo sin cesar ..."

(R. XXIII. Tr2ducción publicada por la UNAM)

La cólera amaina, opacada por el do­lor, desahogada por las lágrimas. Homero

Por Irene NICHOLSON

L A LABOR del Consejo de Artes de laGran Bretaña culminó en el mes deabril con cuatro exposiciones que

auspició en Londres, En la sede del pro­pio Consejo se exhiben los dibujos deIngres y las cerámicas de Picasso; en laGalería Tate se exponen las pinturas delMuseo Guggenheim de N ueva York; Yen los salones de la calle Suffolk, unacolección del Museo de Arte Moderno deParís. Parece. pues, el momento oportunoele h3!cer un balance de lo que a travésde la labor del Consejo se ha podido a~)rr­

ciar este año en el campo de las artesplásticas.

El verano pasado se exhibieron Cin­cuenta ARos del Arte Gráfico de Picasso.Después los dibujos de Jean Fran~ois

Millet. ¡No podía haberse ofrecido uncontraste más grande! En seguida exhi­bió los cuadros de Gaudier-Brzseka ydel pintor romántico inglés Samuel Pai­mer, y de otros de su círculo, como Wil­liam Blake.

De Picasso a Picasso se observa lavuelta ele un siglo, más o menos, y laprimera impresión que uno recibe de es­tas pinturas es el alto grado de eclecti­cismo del arte moderno, que tiene en Pi­casso el ejemplo supremo del espírituproteico. El período moderno no tieneestilo; participa de todos los estilos. Yesto es el resultado lógico de la facilidadcon que actualmente se pueden reprodu­cir y distribuir las obras de arte de todaslas épocas. André Malraux ha tratado ex­tensamente este punto, como también elalcance de sus consecuencias. En el do­minio del arte, la fácil reproducción delas obras maestras ha dado lugar al mismo

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no quiso dejarlo en ese abismo, y así co­mo se sirvió de él para poner la fuerzade una sola pasión de modo que apare­ciese todo el hombre, así ahora le ayudaa regenerarse,

En el último acto, antes que caiga eltelón" sobre el Aquiles de la Ilíada, éstese vuelve en sí mismo: entrega el cuerpode Héctor a los troyanos, que ha quedadointacto, preservado por los dioses; con­cede una tregua para que se le puedanhacer honrosos funerales, Ha yue:to ala i'ntegridad de su nobleza, Por una úl­tima vez Homero empuja a su hombre auna situación tentadora, su progenitor sele vuelve a Aquiles demonio: J,) muevea Imitar aun al viejo Príamo cuando vienea recoger el cadáver de su hijo. PeroAquiles se acrisola: el recuerdo de su an­ciano padre le defiende contra la insidiade la tentación; pronto se muestra con-osiderado y caballeroso.

El amor a los suyos destruye el odio alos que no lo son, Con esto Aquiles vencea Aquiles, Aquiles es ya otra vez Aquiles.Ha matado la pasión y la ha enterradosin funerales al permitir a los troyanoslas exequias de Héctor, Su cólera ha pa­sado y sólo se promete ahora el triunfoguerrero sobre Troya. Termina aquí deactuar, con estas notas de paz, casi depurificación, al renacer a sí mismo. Es elAquiles de la intensa profundidad hu­mana, asociado a la verdad del sentimientoy de la imaginación.

fenómeno que inquieta a los eeólogos. En­cuentran éstos que, a causa de las fá­ciles comunicaciones del mundo moderno,se introducen accidentalment.: lluevas es­pecies ahí donde no corresponden, y don­de pueden causar grandes estragos. As.i­mismo, el artista mocl'erno recun1.e enbusca de temas o de estilos a Egipto oa la isla de Pascua, a la Francia medievalo a Italia renacentista, al Africa o al Mé­xico prehispánico. En manos de un artistacomo Picasso, el eclecticismo puede pro­ducir una nueva vitalidad, una nueva

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-Boston Muscum of fine Arts1illet- "lIna obra debiera ser entera"

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