aquel 18 de marzo de 1938

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Aquel 18 de marzo de 1938 Un rayo en cielo sereno ADOLFO GILLY El presidente Lázaro Cárdenas del Río lee el decreto de expropiación petrolera en el balcón central de Palacio Nacional, durante la magna manifestación de apoyo, el 23 de marzo de 1938Foto AGN/Fondo Enrique Díaz Este relato de los sucesos del día de la expropiación petrolera en México, 18 de marzo de 1938, es el capítulo 5 de mi libro El cardenismo - Una utopía mexicana , Era, México, 2001, 384 pp. (2ª reimpresión: 2013), pp. 57- 64. Para facilitar su lectura en La Jornada , se omiten aquí las referencias y notas al pie de página que aparecen en el volumen de Ediciones Era. A.G. A Carmen Aristegui, en solidaridad.

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Aquel 18 de marzo de 1938Un rayo en cielo serenoAdolfo Gilly

El presidente Lzaro Crdenas del Ro lee el decreto de expropiacin petrolera en el balcn central de Palacio Nacional, durante la magna manifestacin de apoyo, el 23 de marzo de 1938Foto AGN/Fondo Enrique DazEste relato de los sucesos del da de la expropiacin petrolera en Mxico, 18 de marzo de 1938, es el captulo 5 de mi libroEl cardenismo - Una utopa mexicana, Era, Mxico, 2001, 384 pp. (2 reimpresin: 2013), pp. 57-64. Para facilitar su lectura enLa Jornada, se omiten aqu las referencias y notas al pie de pgina que aparecen en el volumen de Ediciones Era. A.G.A Carmen Aristegui, en solidaridad.La reunin de gabinete en la cual el presidente Lzaro Crdenas anunci la decisin de expropiar a las empresas petroleras y obtuvo su aprobacin tuvo lugar el viernes 18 de marzo de 1938 a las 20 horas. Eduardo Surez, el secretario de Hacienda, refiri en sus memorias su participacin en esa reunin. Dice que das despus de su conversacin con el Presidente, a la salida de la entrevista que tuvieron el 7 de marzo con los representantes de las empresas petroleras, precisamente el da 18 de marzo,el seor Presidente me cit para que me presentase en su domicilio particular en Los Pinos. Esper un poco en la antesala y vi salir al seor licenciado Lombardo Toledano, secretario de la Confederacin de Trabajadores de Mxico, y a los lderes del Sindicato Petrolero. Enseguida el seor Presidente me invit a que lo acompaara en su automvil a que diramos algunas vueltas por el Bosque de Chapultepec, para ponerme al tanto de lo que haba determinado que deba hacerse y para que nos reunisemos posteriormente con los miembros del gabinete presidencial, a quienes tena reunidos en el Palacio Nacional.Durante el trayecto me pidi que explicara en su nombre al Consejo de Ministros todos los esfuerzos que se haban hecho para llegar a un acuerdo con los trabajadores de la industria petrolera y con las empresas; que la huelga estaba ya causando muy serios trastornos a la economa nacional y que no poda continuar as por tiempo indefinido pues, como yo saba, la industria y los transportes de Mxico se movan principalmente con productos del petrleo y que la huelga, de prolongarse algunos das ms, tendra la consecuencia de paralizar la economa nacional; que en vista de la intransigencia de las compaas para negociar, no le quedaba ms remedio que expropiar los bienes de las compaas petroleras en su integridad, y que ya haba dado instrucciones a la Secretara de Economa Nacional para que se preparasen los efectos correspondientes.Llegamos a Palacio, y en el saln de Consejo de la Presidencia de la Repblica el seor general Crdenas me dio la palabra para exponer lo que habamos hablado en nuestro paseo por el Bosque de Chapultepec. Todos los ministros aprobaron la resolucin tomada, y el decreto de expropiacin fue firmado ah mismo por el seor Presidente y refrendado por el seor don Efran Buenrostro, secretario de Economa Nacional, y por m, en mi carcter de secretario de Hacienda.En ese momento, 18 de marzo a la tarde, eran por lo menos tres los secretarios de Estado al tanto de la decisin del Presidente: uno, el general Mgica, con quien la discuti el 9 de marzo y a quien encarg al da siguiente preparar el manifiesto a la nacin que sera ledo esa noche; los otros dos, informados ese 18 de marzo con anterioridad a la reunin de gabinete, el secretario de Hacienda, Eduardo Surez, encargado de presentar el informe en dicha reunin, y el secretario de Economa, Efran Buenrostro, encargado de preparar las medidas administrativas. Parece lgico suponer que a esa altura el secretario de la Defensa Nacional, Manuel vila Camacho, tambin estaba al tanto de la decisin que Crdenas comunicara en esa reunin.El viernes 18 de marzo Crdenas anot en susApuntesestas pocas lneas:En el acuerdo colectivo celebrado hoy a las 20 horas comuniqu al Gabinete que se aplicar la ley de expropiacin a los bienes de las compaas petroleras por su actitud rebelde, habiendo sido aprobada la decisin del Ejecutivo Federal.A las 22 horas di a conocer por radio a toda la Nacin el paso dado por el Gobierno en defensa de su soberana, reintegrando a su dominio la riqueza petrolera que el capital imperialista ha venido aprovechando para mantener al pas dentro de una situacin humillante.Crdenas no registra discusin alguna en esa reunin: simplemente, poco antes de leer el manifiesto redactado por Mgica,comunical gabinete que sera aplicada la ley de expropiacin y su decisin fue aprobada. El decreto de expropiacin fue redactado mientras el Presidente lea el mensaje a la nacin. En su formulacin participaron el secretario particular del Presidente, Ral Castellano el secretario de Hacienda, Eduardo Surez, el jefe del Departamento del Trabajo, Antonio Villalobos, y el consejero de la Presidencia, Enrique Caldern.* * *Era viernes en la noche. El Presidente mexicano haba ganado un fin de semana de ventaja. En sus clculos entraba la sorpresa, y por lo tanto una respuesta ms lenta que lo necesario de la otra parte. El anuncio, en efecto, tom desprevenidos a los corresponsales extranjeros, a las embajadas y a los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaa. Betty Kirk, corresponsal deThe Christian Science Monitor, lo refera pocos aos despus:La noche de las expropiaciones agarr durmiendo a los corresponsales extranjeros. Habamos vivido semanas de intenso trabajo informando, hecho por hecho, el gran juego del Capital Extranjero versus Mxico. Habamos cubierto las huelgas, las manifestaciones obreras, las decisiones de la Suprema Corte, el desafo y las amenazas de las compaas, la audacia coherente del Presidente. Pero a las seis de la tarde del 18 de marzo de 1938, pensamos que el juego estaba concluido cuando las compaas sacaron un ltimo viraje y aceptaron pagar los 26 millones de pesos de aumento decretados por los tribunales. Esto era una aplastante victoria para el gobierno, que registramos en nuestros despachos, y luego, distendidos, nos fuimos a jugar.Algunos fueron al cine, otros a su casa, pero la mayora de nuestro grupo tena un coctel de despedida ofrecido por Mig y Sheldon Tower en la terraza del Hotel Majestic. No s quin tuvo primero la noticia, pero recuerdo vvidamente que Johnny McKnight, de la Asociated Press, abandon la fiesta misteriosamente despus de una llamada desde su oficina. Eran unos minutos despus de las diez. A las diez el presidente Crdenas haba anunciado por radio que su gobierno estaba expropiando a las empresaspor necesidad nacional. La poltica de apaciguamiento por parte del capital extranjero haba llegado demasiado tarde.* * *En su autobiografa Josephus Daniels, el embajador de Estados Unidos, dice que se enter de la expropiacin a travs de los corresponsales extranjeros:Estaba yo sentado en mi estudio en la embajada en la tarde del 18 de marzo de 1938, cuando representantes de la prensa estadounidense y mexicana llegaron a la embajada y pidieron verme. Estaban excitados y sorprendidos, y yo tambin qued sorprendido cuando me dijeron que esa misma tarde, momentos antes, el Presidente Crdenas haba anunciado por radio un decreto expropiando las propiedades de las compaas petroleras estadounidenses y britnicas en la Repblica, acusndolas deconspiracincontra Mxico.Las memorias de Daniels, salvo en el elemento sorpresa, no coinciden exactamente con los recuerdos de Bobbie MacVeagh, empleada de la embajada y esposa del segundo secretario, John MacVeagh. En marzo de 1946, antes de que Daniels publicara sus memorias, Bobbie MacVeagh le envi una extensa carta recordando lo que pas en la Embajada en los das de la expropiacin petrolera. En las ltimas horas de una tarde, escribe Bobbie, su esposo Jack respondi al telfono y, con cierta sorpresa,escuch decir a Jim Stewart, el cnsul general:Por favor, enciendan la radio y dganme qu est pasando. Una de mis empleadas consulares me acaba de telefonear que encendi su radio y escuch al Presidente Crdenas expropiar las compaas petroleras. Yo no tengo radio pero s que ustedes tienen. Encindanlo. Jack corri a hacerlo y, por supuesto, el Presidente Crdenas estaba pronunciando un discurso anunciando la expropiacin de las compaas petroleras.Jack rpidamente telefone al embajador Daniels y le dijo que encendiera su radio en tal nmero del dial, sin tener en cuenta el hecho de que el seor Daniels hablaba poco espaol y que Crdenas estaba casi al final de su discurso.El seor Daniels, sin embargo, sintoniz justo a tiempo para escuchar la totalidad de la excelente traduccin inglesa del discurso del Presidente Crdenas que el gobierno mexicano haba tenido la buena idea de ofrecer. Este fue el primer conocimiento que tuvo la embajada de que la suerte realmente estaba echada, y yo siempre he pensado que esa empleada consular mereca una medalla por su devocin a la radio en ese momento.La versin del embajador aparece ms elaborada yoficialdice que estaba en su oficina cuando lleg la noticia, pero el que coincide con el testimonio de la periodista Betty Kirk es el relato vvido y coloquial de Bobbie MacVeagh. ste se corresponde, adems, con el texto del cable urgente que esa misma noche el embajador envi al Departamento de Estado para informar sobre la expropiacin:El propio Presidente Crdenas dio a conocer esta noche una declaracin, que tambin fue difundida por radio en ingls, analizando el impasse en la controversia petrolera e indicando que las propiedades petroleras sern incautadas bajo la ley de expropiacin. Todava no se ha publicado el decreto pero se espera esta noche o maana. Maana a la una se realizar una reunin extraordinaria del bloque del Partido Nacional Revolucionario en el Congreso. Daniels.De Ciudad de Mxico. Sin fecha. Recibido 19 marzo 1938, 02:53 a.m.* * *Cuatro horas despus, a las siete de la maana de ese sbado 19 de marzo, llegaba un escueto telegrama de respuesta del Departamento de Estado a Daniels. Preguntaba si las compaas tenan plazo para apelar y peda que en la informacin sucesiva se tomara en cuentala posibilidad de actividades alemanas, italianas o japonesas, tales como negociaciones para comprar petrleo.En esa primersima reaccin, tal como lo haban previsto diez das antes Crdenas y Mgica, la preocupacin del Departamento de Estado en Washington era ubicar las consecuencias de la medida mexicana dentro de la situacin internacional. Hilando ms fino el significado de esa reaccin, es posible imaginar que la mentalidad de los funcionarios de Estados Unidos se resista a aceptar la posibilidad de que el gobierno de un pas como Mxico se hubiera lanzado solo a la aventura expropiatoria sin tener previas seguridades de alguna otra gran potencia. De uno u otro modo, la pregunta era lgica.Ese sbado 19 de marzo Josephus Daniels envi sucesivos telegramas al Departamento de Estado informando sobre los antecedentes y el desarrollo de la situacin. El domingo 20 de marzo a las 13 horas, en respuesta a las preguntas de Washington del da anterior, telegrafi:En mi opinin, la medida en que el Presidente y el gobierno se han comprometido al hacer esta expropiacin prcticamente elimina la probabilidad de un arreglo en el futuro cercano. Las compaas sienten que la nica posibilidad de arreglo sera si la expropiacin de sus propiedades por el gobierno condujera a una quiebra econmica tan seria que el Poder Ejecutivo de este gobierno cambiara de manos. Esto ltimo no parece probable.El domingo 20 de marzo Josephus Daniels dio una conferencia de prensa. Segn refiere Bobbie MacVeagh:Los periodistas volaron desde Estados Unidos para engrosar las filas de los corresponsales permanentes y se le pidi al embajador Daniels que diera una entrevista a la prensa. Al hacerlo deduzco que se esforz por tomar la situacin en la forma ms calmada posible. Su actitud probablemente fue un tanto malentendida por periodistas ansiosos de encabezados llamativos y esto, combinado con la conocida simpata del seor Daniels por Mxico, llev a los reporteros a describir al embajador como si simpatizara con la accin de Crdenas.* * *Esos periodistas, en efecto, esperaban del embajador una declaracin de enrgica condena a la expropiacin. No la hubo. Al da siguiente,The New York Timestitul la informacin de su corresponsal Frank Klukhohn: Embajador dice que Mxico agarr a Estados Unidos dormido Daniels declara que el Departamento de Estado no saba de las expropiaciones Un rayo en cielo sereno:El embajador Josephus Daniels afirm que a Estados Unidos lo haba agarradocompletamente dormidoel plan del gobierno mexicano para expropiar las compaas petroleras extranjeras. Preguntado si era correcta la impresin mexicana de que Washington haba aceptado de antemano la expropiacin, el seor Daniels respondi:Ni el Presidente Roosevelt ni el secretario de Estado Cordell Hull ni yo sabamos sobre la expropiacin. La impresin general aqu era que habra una incautacin (receivership) por parte del gobierno. La expropiacin fue un rayo en cielo sereno.Mientras tanto, por instrucciones del gobierno los trabajadores y el sindicato estaban tomando las instalaciones a su cargo en todos los campos y oficinas petroleras. Pese a algunos primeros informes alarmistas y a ciertas inevitables fricciones, la operacin se desarroll con calma y diligencia.Los estadounidenses y extranjeros en general han encomiado mucho el trato que recibieron de los trabajadores en relacin con su partida y el retiro de sus efectos personales, inform uno de los funcionarios de la Huasteca Petroleum al cnsul de Estados Unidos en Tampico.AnteriorSiguienteSubir al inicio del texto