APUNTES PREPARADO CON FINES ACADÉMICOS PARA EL CURSO DE

INTRODUCCION A LA ARQUITECTURA UNIVERSIDAD DE LOS LAGOS - CAMPUS PUERTO MONTT

A.A 2018

profesor

GIAN PIERO CHERUBINI ZANETEL

Imagen portada

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POS MODERNISMO.

Las primeras reacciones al movimiento moderno se tuvieron en los años setenta del siglo XX, al constatar que algunos dogmas asumidos por el racionalismo habían fallado o estaban equivocados. La ejecución de techos planos o sin pendientes o fachadas solo estucadas producía el envejecimiento prematuro de los edificios. Los nuevos materiales no eran aislantes térmicos, por lo que se requería grandes cantidades de energía para la calefacción o para el acondicionamiento del aire. Sobre todo, después del embargo petrolero árabe de 1973, el consumo energético se transformó en un tema sensible para la cultura moderna. A esto se agrega que la novedad de esta arquitectura, con una fuerte tendencia a la homogenización cultural, se había agotado tempranamente por el uso indiscriminado al que había sido sometido, por lo que resulta obvio que la cultura arquitectónica haya sentido la necesidad de superar el Movimiento Moderno, desligándose de las ataduras formales y teóricas que había impuesto, de manera tal que todo parecía posible porque ya no había referencias ni códigos comunes. Entonces no fue por casualidad que a este nuevo movimiento se le dio el nombre de “Posmodernismo”.

Uno de los aspectos fundamentales para entender el posmodernismo es el de reconocer y aceptar la diversidad como contrapartida a la idea de homogeneidad. De esta manera se ponen en duda la existencia de valores absolutos en el pensamiento en favor de construir una sociedad multicultural y tolerante, sentando las bases para la aceptación social de la diversidad cultural y de los diferentes modos de vida, lo que ha facilitado la revalorización y el rescate de las identidades locales y de las expresiones arquitectónicas, como metodología y acción profesional.

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En el ámbito de la arquitectura cobraron importancia las experiencia italiana del funcionalismo historicista propuesto por Saverio Muratori (1910-1973), la arquitectura de inspiración orgánica de Eero Saarinen (1910-1961), en especial el terminal de la TWA en Chicago, o la arquitectura participativa con las experiencias de Ralph Erskine (1914-2005) en Inglaterra y de Lucien Kroll (1927- ) en Bélgica.

El pos modernismo planteó el tema de la nostalgia como una respuesta para recobrar la riqueza de la vida, reconduciendo la arquitectura hacia una adherencia a la memoria y al pasado.

Según Charles Jenks, el movimiento moderno tiene como fecha de “fallecimiento” el 6 de marzo de 1972, cuando se demolieron los edificios del barrio residencial de Pruitt-Igoe, ubicados en Saint Louis en Missouri. Estos edificios fueron construidos el año 1952 de acuerdo al proyecto elaborado por Minori Yamasaki, quien además proyectó el World Trade Center de Nueva York. En principio Yamasaki había propuesto un conjunto formado por edificios de diferente altura. Pero debido a su alto costo, fueron dejados en 33 edificios de once pisos de altura, ubicados en un sitio de 23 hectáreas. El proyecto incluía pequeños departamentos con cocina americana. Los ascensores se detenían solo en el segundo, quinto, octavo y onceavo piso, forzando a los usuarios a utilizar las escaleras. En los pisos de detención de los ascensores se proyectaron amplios pasillos en donde se ubicaron espacios de uso común como lavanderías y dormitorios. Estos espacios fueron rápidamente ocupados por delincuentes, lo que junto a la decisión de entregar los departamentos a gente pobre con poca instrucción, produjo que el conjunto no fuese jamás ocupado en su totalidad. En diciembre de 1971 la autoridad estatal ordenó la demolición, después de desalojar a sus habitantes. Para Jenks este hecho representó el fracaso de los postulados del movimiento

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moderno que planteaba la reivindicación del hombre a través de la arquitectura y que tuvieron su paradigma en la “ville radieusse” de Le Corbusier.

Bajo la denominación del Posmodernismo confluyeron experiencias muy diferentes entre ellas, para conformar un pensamiento heterogéneo pero coherente en su oposición al movimiento moderno.

En Europa la revisión posmoderna se dio en contextos urbanos y culturales claramente constituidos, lo que produjo una valorización del contexto como definición del volumen y la historia como orientación de la forma, con una fuerte componente académica.

La Bienal de Venecia del año 1978 fue un momento clave para su aceptación. La propuesta llamada “Roma Interrotta” (Roma interrumpida) en donde se la propuso a 12 arquitectos recomponer cada una de las doce láminas del plano de Roma ejecutado por Giovanni Battista Nolli en 1748, dejándolos en total libertad para proponer un nuevo debate sobre la ciudad y la arquitectura, lo que se acentúo con la itinerancia de la muestra. Dos años más tarde en la Bienal de 1980, Paolo Porthoghesi organizó la muestra internacional en torno a la “Strada novísima” en donde pidió a cada arquitecto que proyectara la fachada de su muestra. Esta instancia constituyó una primera etapa de sistematización crítica, en donde además se expusieron las experiencias de la nueva cultura arquitectónica.

Entre los arquitectos europeos destacó Aldo Rossi quien privilegió las figuras básicas, aquellas formas tempranas de la vivienda y del mobiliario, las que combina como un “rompecabezas del recuerdo”. Consideraba que los edificios son autónomos por lo que era importante su relación con el entorno inmediato y con la ciudad. Sus ideas las plasmó en el libro “La arquitectura de la ciudad”.

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ALDO ROSSI - EDIFICIO DE VIVIENDA EN KOCHSTRASSE BERLIN E IMÁGENES PARA EL PROYECTO DEL TEATRO DEL MUNDO

Una de las constantes individualizables en las distintas experiencias del post modernismo, fue el gusto por las citas. La historia de la arquitectura, así como había sucedido con los revivals históricos de la segunda mitad del siglo XIX, volvió a ser un contenedor de formas. Pero, a diferencia de cuanto sucedió en el siglo XIX, se usaron con mayor libertad y creatividad compositiva, de tal manera que, más que copiadas eran citadas. El gusto por estas citas tuvo interpretaciones distintas. Mientras los arquitectos americanos la utilizaron de manera burda y caricaturesca, como Charles Moore y Robert Venturi, los arquitectos europeos, con una cultura histórica más rigurosa, la usaron de una manera más sutil y meditada, como fue el caso de James Stirling. La arquitectura de James Stirling tuvo dos etapas. En la primera manifestó su adhesión a los postulados del movimiento moderno, al funcionalismo y en especial a la relación entre arquitectura e ingeniería, tradición inglesa que se remonta a las experiencias de grandes naves para invernaderos desarrolladas por John Paxton en el siglo XIX. Es esta etapa uso volúmenes claros, materiales austeros que la enmarca dentro del brutalismo arquitectónico. La segunda

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etapa la inició a principios de la década de los setenta del siglo XX, influenciado por una arquitectura más atenta al contexto, tanto histórico como espacial en que se ubican las obras. Sus edificios perdieron unidad formal, pero ganaron en heterogeneidad y fragmentación. Se transformó en un collage de formas y materiales, en donde a su espontánea creatividad unió una gran libertad en el uso del color. A pesar de esto su obra no perdió coherencia, ni elegancia.

JAMES STIERLING

Otra constante de la experiencia posmodernista fue el culto a la expresión gráfica, en especial al dibujo de proyectos, los que algunos llamaron “arquitectura dibujada”, convirtiéndose, en algunos casos en un hecho más importante que la obra construida. A tal punto que en 1980 Michael Graves recibió uno de los 37 premios otorgados a artistas y escritores que entrega la American Academy and Institute of Arts and Letters, otorgado no por la calidad de su obra construida, sino que, por la calidad pictórica de sus dibujos, sus teorías y su estatus de docente.

Una característica de la postura teórica de la oficina de Robert Venturi, John Rauch y Denisse Sott Brown fue la búsqueda apasionada por integrar tanto la arquitectura culta

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como la popular, incluso justificando los excesos, postura que Venturi justificó plenamente en el libro “Complejidad y Contradicción en Arquitectura”, en donde desarrolló una forma de proyectar inclusiva, que permite la contradicción y la ambigüedad dentro de la complejidad formal de una obra, planteando que el proyecto se debe abrir a una realidad múltiple en significados.

ARQUITECTURA DIBUJADA: FARGO MOORHEAD CULTURAL BRIDGE DE MICHAEL GRAVES Y COMPOSICIÓN ARQUITECTÓNICA DE

FRANCO PURINI

Jerarquía, multifuncionalidad, convencionalismo, adaptación, distorsión, simetría alterada, yuxtaposición, dualidad, inflexión, son palabras de un nuevo vocabulario proyectual que acepta la diversidad formal y compositiva dentro de un mismo edificio, en donde el concepto de espacio residual le permite distorsionar la relación espacial entre interior y exterior, para adaptar la funcionalidad de un edificio a su relación con el exterior, completando el proceso de proyectación del funcionalismo que plantea el proyecto que se hace de adentro hacia afuera y por lo tanto la forma exterior era el resultado de la disposición interior, agregando el concepto de adaptación de la obra al contexto, es decir que la forma del edificio debe ser la resultante de su interacción

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con el entorno, enfatizando de esta forma la inserción urbana de los proyectos.

POS MODERNISMO EUROPEO

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ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA.

Entre los desarrollos de la arquitectura contemporánea destacan cuatro líneas de investigación que exploran nuevas experiencias en el uso del espacio.

Estas parten de la idea de inclusión desarrollada por el movimiento posmodernista, haciendo referencia a la historia y el contexto, lo que facilitó el camino a la aparición de nuevas ideas las que se encuentran entre posturas clásicas y racionales y otras más románticas y atentas a los sentidos, entre lo que el pensador alemán Wilhelm Worringer llamó abstracción y empatía.

Estas dos formas de acercarse al arte, y a la cultura en general han orientado a los arquitectos a través del tiempo y han permitido dar forma a la historia de la arquitectura, cuya expresión a través del tiempo más que indicar exclusividad, señala el predominio y la inclinación de la sociedad hacía una de ellas.

HIGH TECH.

La arquitectura de alta tecnología incorpora las posibilidades de las últimas tecnologías disponibles convirtiéndolas en un discurso arquitectónico y estético. Es una acentuación de la estética de la máquina, planteada por el movimiento moderno, que celebraba la confianza depositada en la técnica, exacerbando la diferencia entre sistema estructural soportante y forma de cierre y límite del espacio, o elemento soportado.

Propone que la arquitectura está formada por un sistema de componentes que interactúan. Estos son piezas o elementos singulares, partes o equipos y sistemas o conjunto

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de piezas y partes que son autosuficientes. Todos estos elementos concurren al funcionamiento del edificio en su capacidad de acoger cómodamente las actividades humanas.

Tiene sus prolegómenos en la arquitectura gótica en donde se identificó la estética con la estática, es decir la estructura soportante su forma y composición imponía los límites del espacio interior.

Entre las primeras formas en donde se aprecian algunos conceptos propios de esta arquitectura están las obras de John Paxton, en especial en el Christal Palace, construido en 1851 para la Exposición Internacional de Londres. En esta construcción aparecieron los principios de la separación entre estructura y cerramiento, al considerar un esqueleto de acero que soportaba la cubierta y los muros de cristal. Además desarrolló la idea de prefabricación y estandarización, utilizando un módulo de 24 pies, equivalente a 7.31 metros, ya que era la única manera en que el edificio, que ocupaba una superficie de 7,2 hectáreas, se pudiese construir en un plazo de 150 días.

En 1967 Frei Otto desarrolló otro tipo de arquitectura de alta tecnología, en el proyecto para el pabellón alemán de la feria de Montreal, que después usó en las instalaciones del estadio olímpico de Munich. Se trata de una estructura metálica que trabaja por compresión, de la cual pende una membrana textil a manera de cubierta, semejando una carpa de circo.

Alguno de los conceptos que están detrás de este tipo de arquitectura es el uso de estructuras para cubrir grandes luces, con acento en el perfeccionamiento de los detalles técnicos y constructivos. También usan la piel exterior separada y autónoma de la estructura, además de la utilización de sistemas automatizados de circulación como escaleras mecánicas, ascensores, etc. Estos espacios son

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adecuados para salas de exposiciones, oficinas o instalaciones deportivas.

FREI OTTO – ESTRUCTURAS TENSADA EN EL ESTADIO OLIMPICO DE MUNICH

La arquitectura de alta tecnología entró de lleno en el debate arquitectónico en 1971, cuando los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers ganaron el concurso para la construcción del Centro Pompidou en Paris.

Este edificio se transformó en el manifiesto construido de esta arquitectura por dos razones. En primer lugar porque la década de los setenta fue el escenario en el cual comenzaron a manifestarse en todo el mundo las diversas posturas revisionistas y posmodernas que tendían a una actitud crítica y relativizadora de la arquitectura del movimiento moderno. Piano y Rogers retomaron la idea de una arquitectura apoyada en las innovaciones tecnológicas, uno de las motivaciones del movimiento moderno, cuya estructura de acero expresa abiertamente un funcionalismo mecanicista, al mismo tiempo que los recursos tecnológicos fueron deliberadamente utilizados como tema plástico por excelencia, en una actitud expresionista, que se relaciona explícitamente con las utopías de la década anterior. Entre estos destaca, no solo la precición en la ejecución de los

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detalles de las uniones entre elementos, sino que también el hecho de dejar a la vista los componentes de las instalaciones y las circulaciones, organizados entre la red estructural.

RENZO PIANO Y RICHARD ROGER – CENTRO GEORGE POMPIDOU – 1971 - MAQUETA DEL CONCURSO Y MAQUETA DE LA OBRA

CONSTRUIDA

En segundo término porque se refiere a la concepción del museo como un gran contenedor vacío, con el interior moldeable según las necesidades de cada evento, y rodeado por una envoltura tecnológica compuesta por los sistemas técnicos que sirven a ese gran espacio: la piel de vidrio con su vigorosa estructura metálicas de soporte, los conductos y equipos de acondicionamiento de aire y las escaleras mecánicas que conectan los diversos niveles del edificio.

A partir de este edificio, la arquitectura de Renzo Piano, la de Richard Rogers, la de Santiago Calatrava, entre otros arquitectos, han desarrollado distintas manifestaciones estéticas y estructurales de un mismo concepto, evoluciones personales que reflejan el gusto por el uso de buenos materiales y por una construcción sólida, logrando combinar adecuadamente la tecnología con el carácter arquitectónico basado en la preocupación de las necesidades físicas y psicológicas de quien habita lo que se construye.

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Esta postura arquitectónica permitió revalorar las experiencias del ingeniero español Eduardo Torroja Miret y el arquitecto también español Félix Candela, quienes experimentaron con superficies de doble curvatura de hormigón armado de bajo espesor, creando lugares de atractiva espacialidad.

CENTRO OCEANOGRÁFICO DE VALENCIA (1994-2002), OBRA DE FELIX CÁNDELA Y CUBIERTA DEL HIPODROMO DE LA ZARZUELA EN

MADRID(1941) DE EDUARDO TORROJA.

Así mismo, el concepto de alta tecnología, ha sido incorporado a edificios más tradicionales como la carpa que cuelga bajo el Arco de la Defensa de París, construido en 1992, obra de Otto Von Spreckelsen, o el uso de celdas fotovoltaicas en la fachada inteligente del Instituto para el Mundo Árabe, construido también el año 1992, por el arquitecto francés Jean Nouvel, también en París.

DECONTRUCTIVISMO.

En forma simplificada, la arquitectura decontructivista parte de la idea de descomposición de una obra en las partes que la componen, y encuentra su principal fundamento en la

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filosofía del pensador francés de origen argelino Jacques Derrida.

Se oficializó como corriente arquitectónica el año 1988 con la exposición en el MOMA de Nueva York dirigida por Philip Johnson y Mark Wigley, llamada “Desconstructive Architecture”. En esta se presentaron trabajos de siete arquitectos: Zaha Hadid, Peter Eisenmann, Frank O. Ghery, Bernard Tshumi, Rem Koolhaas, Coop HimelBlau, y Daniel Liebeskind. Según Wigley, esta arquitectura “representa una sensibilidad diferente en la que el sueño se ha convertido en una especie de pesadilla”. Se caracteriza por la fragmentación y la relatividad lo que supone la ruptura del binomio moderno de forma y función, y en donde la percepción del espacio cobra especial relevancia.

Surgió como una abierta oposición a la arquitectura posmoderna y a la racionalidad del movimiento moderno, transformando a la obra en objeto creador de lugar e identidad, como sucedió con el museo Guggenheim de Bilbao construido en 1998 por Frank O. Gehry.

A partir de la idea de perfección violentada (violated perfection), los arquitectos deconstructivistas trabajan las imágenes transformándolas en una plástica arquitectónica abstracta, con un lenguaje formal que a menudo abandona la geometría clásica, con estructuras que en apariencia desafían la ley de gravedad, en donde la forma muchas veces tiene un carácter provisional y por lo tanto experimental.

Son obras que acogen la funcionalidad, pero donde no interfieran con la forma, cediendo espacio para una excitante plástica arquitectónica con formas descompuestas, plegadas, entrecruzadas e inclinadas, generando una sensación general de desestabilización.

Los protagonistas provienen de experiencias absolutamente diferentes.

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Primero están los que parten de la arquitectura constructivista y suprematista rusa de inicios del siglo XX. Los constructivistas rusos buscaban anular la distinción intelectual y la proyección intelectual, oponiéndose a los planteamientos formalistas de la vanguardia europea.

Arquitectos como Alvin Boyarski, Rem Kolhaas, Saha Hadid, Bernard Tschumi y Daniel Libeskind, plantean que la forma sigue a la ficción (form follows fiction).

Tuvieron un inicio fuertemente teórico, con obras de alta complejidad formal y estructural, y que por las dificultades técnicas no se concretaron. Por ejemplo las primeras obras de Zaha Hadid reflejan su preocupación por la fuerza de gravedad y como liberar la arquitectura de las limitaciones técnicas.

BERNARD TSCHUMI – PARQUE DE LA VILLETE

Bernard Tschumi es el primero en plantear la descomposición como metodología proyectual, en el Parque de La Villete en París. Este parque se organiza con una superposición de diferentes sistemas con interferencias artificiales, en donde hay espacio para el carácter lúdico de la arquitectura. Estos sistemas se organizan en puntos, líneas y superficies. Los puntos son parte de la estructura reticular del parque para lo cual diseñó “les Follies”, que encuentran su

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inspiración en el monumento de Tatlin para la Tercera Convención Comunista de 1917. Pintados de rojo, con una imagen de un volumen incompleto, se ubican en las intersecciones de una malla ficticia. A esta malla se le sobreponen las líneas, que son los senderos, los alineamientos de árboles y las pasarelas que permiten recorrer el parque. Por último, los elementos de superficie son las áreas de césped, los grupos de árboles, y las grandes construcciones como el Museo de la Ciencia y Tecnología o la Ciudad de la Música, ambas del arquitecto Christian de Portzamparc.

Un tercer grupo es el de los arquitectos que partieron del “Cheapscape”, del uso de materiales baratos, de desecho y fáciles de manejar, como listones, chapa metálica ondulada, mallas, etc. El mayor exponente de esta corriente es Frank O. Gehry, quien ha logrado construir una estética propia e inimitable al trabajar la forma y el espacio de una manera escultórica, ya que plantea que un edificio es un objeto tridimensional y por lo tanto es una escultura, concepto que nace de su relación con artistas como Jaspers John, Claes Oldemburg, Robert Rauschemberg y Richard Serra. La ironía y el humor negro usados por algunos artistas conceptuales influyeron su concepción arquitectónica, junto con su postura frente al creciente armamentismo de los años setenta, lo que se reflejó en formas de un carácter agresivo, como un reflejo de la hostilidad reinante.

Su proyecto más célebre es el Museo Guggenheim de Bilbao, construido entre 1991 y 1997.

Al igual que muchas de sus otras obras importantes como el Museo de Arte Frederick R. Weisman (1990-1993) en la Universidad de Minnesota en Minneapolis, el Edificio Nationale-Nederlanden (1992-1996) en Praga o el Experience Music Project (1995-2000) en Seattle, el museo de Bilbao constituye una especie de puerta de entrada a la ciudad.

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Enclavado a orillas del río Nervión, el edificio se acerca a un puente por el que pasa el tráfico que entra y sale de la ciudad, transformándose en una gran escultura. Bajo la apariencia caótica que suscita la contraposición fragmentada de volúmenes con formas curvas revestidas de titanio y grandes muros de cristal, el edificio se organiza en torno a un eje central, el atrio, un espacio vacío monumental coronado por una estructura metálica a través de cuyo lucernario y muros de cristal entra la luz inundándolo todo. En torno a él, un sistema de pasarelas curvas, ascensores acristalados y torres de escaleras conectan las 19 galerías que combinan espacios clásicos de formas rectangulares con otros de proporciones y formas singulares. Esta riqueza y variedad de espacios proporciona a esta obra una versatilidad excepcional.

FRANK O. GHERY – MUSEO GUGGENHEIM - BILBAO

Tanto en el origen del proyecto, destinado a posesionar la ciudad de Bilbao en el contexto internacional, como en la elección del arquitecto, el Museo estaba destinado a convertirse en un monumento del descontructivismo, toda vez que fue pensado y concebido con el propósito principal de ser visto.

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En Chile, el Instituto de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso se encuentran entre los primeros que se alejaron de la plástica moderna, planteando una arquitectura que se fundaba en la pobreza fundamental del subdesarrollo, realizando una arquitectura comprometida y con una fuerte carga poética.

PETER ESISENMANN

Por último, están los arquitectos que trabajan con retículas y mallas espaciales desplazadas, como el caso de Peter Eisenmann, quién desde la década de los ochenta, ha mantenido una búsqueda arquitectónica, primero como académico y después como arquitecto de libre ejercicio, interactuando prolíficamente con el filósofo francés Jacques Derrida. En sus primeras obras destaca la diferenciación entre estructura soportante y estructura visual, las que articula en mallas tridimensionales que gira unas respecto a las otras para acentuar esta diferencia. En su obra, como un resultado de la separación entre exterior e interior, tanto el sujeto como el objeto se vuelven superfluos, y son reemplazados por el movimiento del cerramiento y por la distancia, apareciendo y desapareciendo a medida que se avanza.

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MINIMALISMO.

A fines del siglo XX, un grupo de arquitectos coincidió en el desarrollo de formas arquitectónicas caracterizadas por su simplicidad geométrica y formal, usando materiales industriales, y realizadas con gran precisión, tanto en su construcción como en el diseño de sus detalles constructivos.

El término minimalismo fue usado por primera vez el año 1965, por el crítico de arte Inglés Richard Wollheim para referirse a la reducción radical y racionalista promovida por las nuevas tendencias artísticas del momento. Desde ese momento empezó a ser considerado como una alternativa en el ámbito del arte, llegando a la arquitectura a fines de la década de los ochenta del siglo pasado, en principio con el diseño de algunas tiendas de ropa, caracterizadas por la sencillez, los espacios amplios con pocos objetos para la venta, el color blanco, el uso de luz fría y poco mobiliario. En estas tiendas se aprovechó la tradición expositiva de las galerías de arte, en donde los objetos a la venta, en cierta medida adquieren el aura de objetos de arte.

La arquitectura minimalista puede ser definida como la perfección que un espacio o un objeto arquitectónico adquiere, cuando ya no es posible mejorarlo por sustracción, lo que produce una apariencia de pobreza en el diseño de los objetos minimalistas.

Esta es una cualidad que se alcanza cuando cada detalle, cada unión y cada componente de la arquitectura han sido reducidos a lo esencial. Es el resultado de la omisión de aquello que no es primordial.

El minimalismo entrega un sentido de liberación, una opción para entrar en contacto con la esencia de la existencia, alejada de las distracciones de lo trivial. Claridad y

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simplicidad son dimensiones que van más allá de lo puramente estético, al ser consideradas como el reflejo de algo innato, de una sensibilidad filosófica hacia la naturaleza, de la armonía, de la razón y de la verdad.

En este caso, la simplicidad es una dimensión moral que implica desintereses y desarraigo. Definir la simplicidad no es fácil. Se trata de una cualidad esquiva, cuya definición, realizada por diferentes culturas que se han interesado en su atractivo a través de los siglos, no es suficiente para entender su esencia. De hecho hay varias cualidades que conducen a la simplicidad.

Un ejemplo está en las composiciones basadas en largas repeticiones de elementos. En este caso la repetición rítmica produce un sentido de orden.

La geometría pura es otra cualidad que permite un acercamiento fácil a la simplicidad. Alejada de la complejidad, las formas ideales, como el cubo, la esfera, los conos o las pirámides, crean e el espectador un sentido de calma y reposo.

Hay también formas estructurales, como los reticulados en donde es posible ver belleza en su ley de configuración. También hay materiales cuya naturaleza los incorpora en el ámbito de la simplicidad. Como ejemplo estás los ladrillos, que permiten crear espacios que no son indiferentes a la estética del material.

La simplicidad no es lo mismo que el pensamiento utilitario o pragmático. De hecho la abstracción depende del dominio de la destreza de la representación a través del diseño. La simplicidad es difícil de alcanzar, y es fruto del pensamiento paciente, de la precisión del conocimiento y del cuidado en la ejecución de la obra. Por lo tanto el minimalismo es el resultado de una creativa y avanzada forma de pensamiento intelectual.

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La búsqueda de la simplicidad tiene una larga tradición que se remonta a la arquitectura del antiguo Egipto y a la de la antigüedad clásica griega. Fray Angélico escribió en el siglo XII que “la verdadera sabiduría consiste en estar contento con poco”. Cuatrocientos años más tarde, Ludwig Wittgensteins escribió que “la diferencia entre un buen arquitecto y un mal arquitecto está en que el mal arquitecto sucumbe ante cada tentación, mientras un buen arquitecto las resiste”. Esta idea aplicada al pensamiento arquitectónico minimalista se refiere a que hay que evitar y desechar los caprichos formales.

En la edad media la orden cisterciense en su aspiración por crear una forma sencilla de cristiandad, reflejó esta idea en la forma de vida de los monjes y en la forma de los monasterios que construyeron. Hicieron de la pobreza una virtud. Vivían en celdas idénticas y sin posesiones personales. Cada convento fue construido con la misma planta, usando las mismas restricciones en el uso de materiales y formas. Solo usaban piedras desnudas y sin adornos ni estucos. Color, diseño y ornamentos eran considerados lujos banales que distraían al devoto en su contemplación de Dios. El resultado de estas restricciones está presente en los monasterios de Le Thonoret en Provence, o en Fountains Abbey en Yorkshire. Son ejemplos que muestran la capacidad que poseen estas restricciones para producir obras maestras de arquitectura, llenas de paz, dignidad y monumentalidad, lo que refleja la profunda fe de sus constructores.

La polémica planteada por Adolf Loos en los inicios del siglo XX, quien identificó la ornamentación con el delito, fue también un elocuente llamado al refinamiento de la simplicidad.

Mies van der Rohe fue uno de los grandes maestros de la arquitectura del movimiento moderno. Preocupado por el

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objeto y su configuración espacial, convirtió la arquitectura en algo simple y lleno de significado.

El minimalismo también se encuentra en la arquitectura japonesa, especialmente aquella basada en una pobreza voluntaria, asumida como principio moral y estético, que aboga por una vida de quietud, alejada de lo mundano, valorando la belleza de la simplicidad y la austeridad, y buscando la serenidad y la trascendencia en toda su expresión. Estos conceptos plantean que el exceso de posesiones y consumo es una carga que empobrece la vida, en vez de enriquecerla. Se trata de una filosofía que da a la pobreza un sentido de libertad.

En la actualidad la obra de Herzog y de Meuron ha logrado conjugar la emoción en el uso de los materiales con la claridad y simplicidad de las formas geométricas, creando una arquitectura llena de vitalidad.

SOUTA DE MOURA – 1984 – 1989 – CROQUIS PARAUNACASA EN ALGARVE

El portugués Souta de Moura y el español Alberto Campos Baeza plantean una arquitectura de claras formas geométricas de color blanco, lo que proviene de una

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depuración de las enseñanzas del movimiento moderno y de la tradición vernácula mediterránea.

El japonés Tadao Ando, apela a la práctica de la abstracción y a la reducción de la arquitectura a hechos geométricos, de clara lectura, usando subdivisiones del cuadrado, del rectángulo y del círculo, dando gran importancia al emplazamiento, el clima y la realidad histórica y cultural de la obra. Para Ando la arquitectura es el lugar donde el hombre y su entorno natural se encuentran, por eso la naturaleza es muy importante en su obra. Además transmite en ella la espiritualidad japonesa y su particular relación con el entorno natural cargado de sutiles significados. Su obra se caracteriza por el manejo sobrio y maestro de conceptos como tradición y modernidad, apertura e intimidad, naturaleza y artificio y luz y sombra.

El arquitecto suizo Peter Zumthor hijo de un maestro ebanista, recibió de él el respeto por el trabajo manual y la pasión por una ejecución delicada y de calidad propia de la artesanía. En sus inicios aprendió a usar los materiales respetando sus características propias. A pesar de esto la materialidad de sus obras está determinada por el lugar, la luminosidad del mismo y la dimensión de la construcción. Los edificios proyectados por Zumthor son de gran claridad y sencillez y tratan de ubicarse en el entorno sin causar estridencias. Su obra abarca desde la rusticidad premeditada y artesanal de la Iglesia de San Benedict, construida en 1989, hasta la solides de los baños termales de Graubründen en Vals en Suiza.

El arquitecto norteamericano Steven Holl trabaja con formas simples y ordenamientos sobre la base de trazados reguladores. En la casa Stretto utilizó el tema “Música para cuerdas, percución y celesta” de Bela Bartok, como elemento básico en la estructuración formal. Así como un “Stretto” es la superposición de temas musicales, en esta vivienda los

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espacios se entrelazan unos con otros, bajo el rigor de una composición ajustada a la sección áurea.

STEVEN HOLL – 2007 – AMPLIACION DEL MUSEO ATKINS EN KANSAS CITY

Otros arquitectos que han experimentado con este tipo de arquitectura son, en Italia, Campi y Pessina, quienes enfrentan el problema de la modernidad de una manera ingenua, partiendo de problemas reales, en vez de una postura académica.

Por su parte, Dominique Perrault apela a la geometría precisa y definida, a las líneas simples y funcionales, junto a un uso predominante del vidrio y de las transparencias. En general privilegia un orden que emana de pequeñas intervenciones, de gestos que definen el espacio para hacerlo aprovechable.

INMATERIALES JAPONESES.

A fines del siglo XX el desarrollo de las tecnologías asociadas a la producción de vidrios y cristales más

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resistentes, reforzados, con características especiales y también con el desarrollo de sistemas de conexión, permitió la aparición de formas arquitectónicas que ponen en la discusión la configuración de los límites físicos del espacio arquitectónico y como este mediatiza la relación entre interior y exterior. A esto se suman las cubiertas de teflón, las estructuras metálicas, las pantallas y paneles de aluminio pulido, materiales tratados con gran precisión, los que forman un conjunto de elementos constructivos que se articulan para desmaterializar la arquitectura, en donde cobra importancia ideas como la fluidez espacial, trasparencias, fugacidad, ligereza inmaterial entre otros, logrando traspasar los límites entre realidad y ficción.

Desde el punto de vista teórico han exaltado la sociedad de consumo y de la información, llegando a reformular la esencia de la ciudad y del espacio público, llegando a considerar la ciudad como un medio de comunicación.

Este tema de arquitectura tiene sus prolegómenos en la casa denominada “U-White”, un proyecto que el arquitecto japonés Toyo Ito hizo para su hermana viuda y sus dos sobrinos. En este proyecto, que se caracteriza por un espacio curvado que fluye sin límites precisos, se concentró en las superficies que al ser curvas enfatizan la presencia de la materia de la arquitectura, es decir del espacio y sus cualidades, más allá de la función que acoge.

Para liberar la planta de una rígida simetría desplazó la puerta hacía uno de los lados, de esta manera logró un interior de gran fluidez, en contraposición al patio interior rigidizado por la geometría.

Por un lado el hormigón en bruto del exterior refuerza el aspecto estático y firme de la construcción, mientras la iluminación natural entregada por dos ventanas, y por

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aberturas cenitales, junto con los muros blancos crean un espacio abstracto y metafísico que plantea una reflexión acerca del interior, no solo del espacio, sino que también de la vida.

En un acto de absoluta consecuencia la casa fue demolida cuando los hijos crecieron, la familia se dispersó y cambiaron sus requerimientos espaciales.

Estas ideas de continuidad y su relación con los límites del espacio, son replanteadas en la Mediateca de Sendai, en donde Toyo Ito, propone la idea de la fluidez del interior creando una superposición de espacios, cada uno de alturas diferentes, conectados en vertical por un sistema de aperturas circulares que contienen tanto las circulaciones verticales como conexiones visuales.

WHITE U EN NAKANO (1975-76) - TOYO ITO

La ubicación de estos volúmenes verticales, de diámetros caprichosos y ubicados sin un orden preciso en toda su extensión permiten un conjunto variable de lugares de diversas características según su posición, limitados por una altura homogénea y cuya relación con el exterior está mediatizada por muros de cristal que proyectan el exterior hacía el interior.

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En este proyecto logró que el espacio fluya sin un orden preestablecido por toda la planta en donde los únicos elementos fijos son las relaciones verticales, cuyo tamaño y posición no se corresponden absolutamente en cada planta, ya que son como algas ancladas al suelo que se mecen suavemente con el movimiento de las corrientes marinas.

MEDIATECA DE SENDAI (1997-2000) - TOYO ITO

La arquitectura de Toyo Ito va más allá de los límites del espacio, ya que se ha ido configurando en torno a la constatación de una realidad contradictoria entre la permanencia y la no permanencia, y como en este juego dialéctico es acogida la actividad humana. Una de estas contradicciones stá en la verificación de que las comunicaciones y el establecimiento de lazo de unión entre personas, que antaño se realizaba en la calle, en el barrio o en la plaza, se ha trasladado a los medios de comunicación de masas, como la televisión y a los interpersonales como la telefonía celular y la vasta red de Internet, las que cambian incesantemente, lo cual hace que la base material de la ciudad empiece a perder significado. En este contexto esboza la idea de cómo resolver la contradicción de proyectar y construir un edificio real, destinado a permanecer en el tiempo, en una realidad que se encuentra en constante cambio. Pero además plantea otra condición que es como hacer arquitectura sobre

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una base que está perdiendo su calidad de realidad espacial y que se está transformando en algo inmaterial. En su búsqueda por reducir esta contradicción, frente al primer problema, plantea la necesidad de lograr crear una “arquitectura ficticia imaginaria o similar a una imagen de video”. Para la segunda contradicción sugiere la necesidad de una arquitectura efímera y provisional. Pero toda esta nueva arquitectura, que conlleva una nueva visión del espacio habitable, no significa que esta deba ser transformada en una “imagen virtual” o que haya que construir edificios efímeros, sino que más bien se trata de pensar en cómo materializar esta concepción de un espacio ficticio y efímero como si fuera un hecho real y permanente.

Estos temas que rondan la arquitectura de Ito, tratan de un viejo problema arquitectónico que tiene que ver con el grado de obsolescencia de las creaciones arquitectónicas en función del cambio de los usos y costumbres de los usuarios, en definitiva de los cambios culturales. Problema que con el desarrollo de la tecnología de las comunicaciones aumenta en forma creciente y que para Toyo Ito se refleja, entre otras cosas en el hecho que mientras antaño la reunión de la familia en la casa se realizaba en torno al calor del hogar, hoy en día se hace en torno a la televisión o en torno a los electrodomésticos.

Kazuyo Sejima trabajó en el estudio de Ito entre 1978 y 1986. En este periodo de tiempo se empapó del espíritu de la arquitectura de Ito, lo que le sirvió de base para iniciar un nuevo camino en la exploración arquitectónica. En 1987 se asoció con Ryue Nishisawa para formar el estudio Sejima Nishisawa Arquitectos conocido por la sigla SANAA. En su obra trabajan con los límites del espacio buscando crear atmósferas cargadas de sugerencias. Pero no solo concentran su esfuerzo en este hecho sino que exploran de que manera el límite físico del espacio se convierte en el elemento a través

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del cual se establece la relación entre el interior y el exterior de un edificio; del modo en cómo se establece esa relación, es como se caracteriza el espacio, tanto interior como exterior, creando “atmósferas” diversas, y en este sentido, la transparencia es casi tan importante como la no transparencia, lo que no necesariamente significa opacidad.

KASUYO SEJIMA RYUE NISHISAWA. CASA M. PLANTA PRIMER PISO Y PATIO.

La obra de Sejima retoma la dialéctica entre las costumbres en constante cambio, acogida por una arquitectura que no se transforma con la rapidez con que se transforma la vida. Además su arquitectura de casas, en donde plantea estos conceptos, tiene aquella característica de intimidad propia de la tradición japonesa, la que lleva a extremos insospechados.

En la casa M, realizada para un ejecutivo de la industria de la música, ubicada en Shibuya, un barrio exclusivo de Tokio, excavaron todo el sitio para concentrar en el subterráneo los recintos de la casa, mientras en el nivel que da a la calle ubicaron el estacionamiento, la pieza de invitados y el dormitorio. Para poder iluminar y ventilar la casa, esta se organizó en torno a un patio de diez metros de largo, tres metros de ancho y cinco metros de altura, que

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separa la vivienda en dos, a la vez que sirve de nexo entre las partes. Este patio se ilumina por medio de un lucernario compuesto por elementos metálicos pintados de color blanco y por una pared revestida con metal perforado que se encuentra a la altura de la calle. A su vez el patio está limitado por paneles de vidrio y policarbonato traslucido de una sola altura, lo que procura iluminación a los recintos interiores, además de dar luz difusa al patio durante las horas de oscuridad. En los lados cortos del patio un pasillo en un extremo une la casa mientras en el otro se ubica un muro de hormigón blanco. Un solo árbol, un Cornus florida, ubicado en un extremo del patio, suaviza el rígido esquema formal con su forma y con su reflejo en los paños de vidrio y policarbonato.

Sejima busca una arquitectura reposada y sencilla, pero a la vez de gran fuerza expresiva. La libertad del movimiento, la comunicación fluida entre exterior e interior, la intimidad, son palabras de su vocabulario formal que busca la creación de atmósferas interiores sugerentes, en donde hay una preocupación especial por los detalles que se pasan por alto, por aquello que es apenas visible.

La dicotomía planteada por Ito es reconsiderada por Sejima en relación a la función y como esta determina la forma, así como la manera en que la forma puede sugerir otras funciones, de manera tal que el uso se transforme en una circunstancia temporal, y por lo tanto, puede cambiar, mientras el espacio permanece como una constante inalterable. En este sentido piensa que el arquitecto se ocupa de la geometría de los volúmenes, de la forma específica y sus conexiones.

En el Pabellón de Cristal ubicado en Toledo, Estados Unidos, destinado a la exposición de objetos de vidrios, lograron, con un edificio con todos sus muros de cristal, que la experiencia se disuelva en una evanescencia formal y

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material, que pasa de la total transparencia a la más absoluta opacidad, la que aparece y desaparece gracias a la atracción de los reflejos de luz en los cristales producidos por el paso de una nube o la agitación del viento, efecto que puede involucrar el propio reflejo del observador. Con este hecho trasladan el peso y la solidez desde los aspectos tectónicos del material a la inmaterialidad de la luz como material que se activa y desactiva, según la posición del observador, considerando el vacío como un material que define la forma. Con esta obra lograron convertir el aire, el sol y el clima en materiales de construcción, deshaciéndose de sus características específicas, hasta alcanzar un verdadero estado de vacío que constantemente se diluye.

El arquitecto Kengo Kuma busca hacer desaparecer los límites de la obra para que esta se funda con el entorno ya sea natural o urbano. Y es del entono de donde toma los materiales de cada construcción como piedra, bambú, tierra, madera, ente otros, los que son trabajados con la más alta tecnología. Esta postura nace de un rechazo a la utilización de materiales sintéticos, sin renunciar a las conquistas tecnológicas, en especial a los de la electrónica.

El juego de llenos y vacíos de luces y sombras son elementos básicos en su arquitectura. Mientras los primeros permiten establecer las relaciones con el entorno, con el paisaje, lo segundo permite alterar la esencia de los materiales de construcción.

ARQUITECTURA DE LA SUPRAMODERNIDAD

Hoy en día la globalización es la culminación de este proceso de movimiento y cambio continuo al que está sometido nuestro quehacer y el de todo el planeta, momento

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que también está destinado a transformarse, en este proceso de “culturización” del mundo, entendiendo la cultura como la manera en que se manifiesta, o se realiza, el quehacer transformador del hombre, tanto teórico como práctico.

El mundo de hoy, de la globalización, según Marc Augé, está caracterizado por la transformación acelerada de la realidad, a ritmos que se vuelven vertiginosos.

BIBLIOTECA NACIONAL DE FRANCIA EN PARIS. CONSTRUIDA EN 1995. ARQUITECTOS DOMINIQUE PERRAULT, GAËLLE LAURIOT-PROVOST

Estos se manifiestan en tres aspectos. El primero es la modificación de la percepción del tiempo, como una sobreabundancia, en donde el exceso de información en “tiempo real” produce la pérdida de significado del acontecimiento histórico, así como una necesidad de encontrarle sentido a la vida y a la historia.

El segundo aspecto es un redimensionamiento de la idea del espacio, en donde ha cambiado la escala de apreciación del mismo. El planeta se ha vuelto pequeño y

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cercano, tanto por la digitalización de las comunicaciones de masas, como por el aumento de la velocidad de los medios de transporte, produciendo una multiplicación de las referencias icónicas. A esto se suma el crecimiento de las concentraciones urbanas y el movimiento de población lo que ha traído como consecuencia la multiplicación de los “no lugares”, o lugares de la transitoriedad, los que no logran constituirse en algo importante para la existencia de las personas.

El tercer aspecto trata de la revalorización del individuo a partir de esta nueva relación con el espacio y del tiempo, producto de la tendencia a la homogeneización. La individualización, el rescate de las identidades locales, la búsqueda de diferenciarse, son parte de este aspecto.

Todo esto ha traído como consecuencia la perdida de significado del entorno, del concepto de lugar y de la identidad, produciendo un imaginario abstracto, universal, neutro e indefinido, el cual, por supuesto está en transformación.

El territorio es dinámico y receptor de una actividad humana que por esencia también es dinámico.