apreciaciones para introducirnos en el taller educativo

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“Apreciaciones para introducirnos en el taller educativo.” Página 1 de 3 Apreciaciones para introducirnos en el taller educativo.” Sosa Osores, H. D (2014 – Mayo/2014): “Apreciaciones para introducirnos en el taller educativo.”, Documento de circulación interna destinado a los Talleristas del Taller “Inserción al Mundo Laboral”. EPJA. San Miguel de Tucumán – Tucumán. Para introducirnos en este espacio educativo, lo haremos primeramente preguntándonos ¿a qué nos referimos con la palabra o término taller? Siguiendo a Arnobio Maya Betancourt (2007) en su libro titulado el “Taller educativo”, diremos que, de forma general, “es el lugar donde se hace, se construye o se repara algo. Así, se habla de taller de mecánica, taller de carpintería, taller de reparación de electrodos domésticos, etc.” Ahora bien, para ser más precisos y relacionar este término con la actividad educativa, diremos que “el taller es un ámbito de reflexión y de acción en el que se pretende superar la separación que existe entre la teoría y la práctica, entre el conocimiento y el trabajo y entre la educación y la vida, que se da en todos los niveles de educación, desde la enseñanza primaria hasta la universitaria.” 1 “… tiempo- espacio para la vivencia, la reflexión y la conceptualización; como síntesis del pensar, el sentir y el hacer. Como el lugar para la participación y el aprendizaje." 2 Ezequiel Ander Egg, (1986) en su libro Hacia una Pedagogía Autogestionaria.” menciona que “En lo sustancial el taller es una modalidad pedagógica de aprender haciendo. Los conocimientos se adquieren en una práctica concreta que implica la inserción en la realidad que constituirá el futuro campo de acción profesional de los estudiantes (…) por eso en el taller la enseñanza, más que algo que el profesor transmite a los alumnos, es un aprendizaje que depende de la actividad de los alumnos movilizados en la realización de una tarea concreta. El profesor, ya no enseña en el sentido tradicional; es un asistente técnico que ayuda a aprender. Los alumnos aprenden haciendo y sus respuestas o soluciones podrían ser, en algunos casos, más válidas que las del mismo profesor." Por lo anterior, se puede comprender claramente que en un taller todos participan en la construcción del conocimiento, construcción que integra saberes científicos, míticos, vulgares, etc. Y así se puede comprender que aquí la comunicación no es un proceso lineal que pueda ser reducida a la relación causa-efecto o estímulo-respuesta que caracteriza a la educación bancaria 3 , 1 ANDER-EGG, E. (1986): “Hacia una Pedagogía Autogestionaria.”, Buenos Aires: Editorial humanistas. 2 GONZÁLEZ CUBERES, Ma. T. (1997): “El taller de los talleres.”, Buenos Aires: Talleres Gráficos de Indugraf. 3 Término que se refiere a una forma de caracterizar a la educación tradicional como proceso por el cual el profesor deposita los contenidos en el estudiante sin que medie cuestionamiento alguno.

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Es importante promover el valor del/la estudiante como sujeto cognoscente que en cuya biografía y experiencia fue adquiriendo distintos conocimientos que pueden aportar a la construcción del conocimiento; en la construcción del conocimiento,es propicio implementar como metodología el Taller Educativo el cual abordamos de forma introductoria en este documento.

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“Apreciaciones para introducirnos en el taller educativo.”

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“Apreciaciones para introducirnos en el taller educativo.”

Sosa Osores, H. D (2014 – Mayo/2014): “Apreciaciones para introducirnos en el

taller educativo.”, Documento de circulación interna destinado a los Talleristas del

Taller “Inserción al Mundo Laboral”. EPJA. San Miguel de Tucumán – Tucumán.

Para introducirnos en este espacio educativo, lo haremos primeramente preguntándonos ¿a qué nos referimos con la palabra o término taller? Siguiendo a Arnobio Maya Betancourt (2007) en su libro titulado el “Taller educativo”, diremos que, de forma general, “es el lugar donde se hace, se construye o se repara algo. Así, se habla de taller de mecánica, taller de carpintería, taller de reparación de electrodos domésticos, etc.”

Ahora bien, para ser más precisos y relacionar este término con la actividad educativa, diremos que “el taller es un ámbito de reflexión y de acción en el que se pretende superar la separación que existe entre la teoría y la práctica, entre el conocimiento y el trabajo y entre la educación y la vida, que se da en todos los niveles de educación, desde la enseñanza primaria hasta la universitaria.”1

“… tiempo- espacio para la vivencia, la reflexión y la conceptualización; como síntesis del pensar, el sentir y el hacer. Como el lugar para la participación y el aprendizaje."2

Ezequiel Ander Egg, (1986) en su libro “Hacia una Pedagogía Autogestionaria.” menciona que “En lo sustancial el taller es una modalidad pedagógica de aprender haciendo. Los conocimientos se adquieren en una práctica concreta que implica la inserción en la realidad que constituirá el futuro campo de acción profesional de los estudiantes (…) por eso en el taller la enseñanza, más que algo que el profesor transmite a los alumnos, es un aprendizaje que depende de la actividad de los alumnos movilizados en la realización de una tarea concreta. El profesor, ya no enseña en el sentido tradicional; es un asistente técnico que ayuda a aprender. Los alumnos aprenden haciendo y sus respuestas o soluciones podrían ser, en algunos casos, más válidas que las del mismo profesor."

Por lo anterior, se puede comprender claramente que en un taller todos participan en la construcción del conocimiento, construcción que integra saberes científicos, míticos, vulgares, etc. Y así se puede comprender que aquí la comunicación no es un proceso lineal que pueda ser reducida a la relación causa-efecto o estímulo-respuesta que caracteriza a la educación bancaria3,

1 ANDER-EGG, E. (1986): “Hacia una Pedagogía Autogestionaria.”, Buenos Aires: Editorial

humanistas. 2 GONZÁLEZ CUBERES, Ma. T. (1997): “El taller de los talleres.”, Buenos Aires: Talleres

Gráficos de Indugraf. 3 Término que se refiere a una forma de caracterizar a la educación tradicional como proceso por

el cual el profesor deposita los contenidos en el estudiante sin que medie cuestionamiento alguno.

“Apreciaciones para introducirnos en el taller educativo.”

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sino que por el contrario, la comunicación será comprendida como un proceso, como una red multidimensional, donde varios procesos se dan simultáneamente y donde nosotros, seres humanos, construimos sentido-interpretamos desde nuestro propio mundo, desde nuestra cotidianidad.

Así, el proceso comunicativo será siempre con el otro, de este modo el mensaje se construye siempre en la tensión entre quien lo emana y el otro que lo comprende. Este proceso requiere necesariamente tres tipos de acciones que no pueden disociarse por cuanto un mismo sujeto las realiza permanentemente, pero que metodológicamente se pueden distinguir así:

producción (creación, selección y combinación de signos)

transmisión (distribución, circulación, proyección, recorridos, proyectos)

percepción (lectura, apropiación, comprensión, interpretación), todos esenciales en la construcción del mensaje.

Ahora, nos centraremos en los objetivos generales buscados en todo taller, para ello continuaremos citando a Betancourt (1996) quien nos menciona algunos de los siguientes:

Promover y facilitar una educación integral e integrar, de manera simultánea, en el proceso de aprendizaje el aprender a aprender, a hacer y a ser.

Realiza una tarea educativa y pedagógica integrada y concertada entre docentes, alumnos, instituciones y comunidad.

Superar en la acción la dicotomía entre la formación teórica y la experiencia práctica, benéfica tanto a docentes o facilitadores como a alumnos o miembros de la comunidad que participen en él.

Superar el proceso de educación tradicional en el cual el alumno ha sido un receptor pasivo, bancario, el conocimiento, diríamos en términos de Fraire, y el docente un simple transmisor teorizador de conocimientos, distanciado de la práctica y de las realidades sociales.

Facilitar que los alumnos o participantes en los talleres sean creadores de su propio proceso de aprendizaje.

Permitir que tanto el docente o facilitador como el alumno o participantes se comprometan activamente con la realidad social en la cual está inserto el taller, buscando conjuntamente con los grupos las formas más eficientes y dinámicas de actuar en relación con las necesidades que la realidad social presenta.

Producir un proceso de transferencia de tecnología social a los miembros de la comunidad.

Superar la distancia comunidad-estudiante y comunidad-profesional.

Aparece por primera vez en la obra Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, educador brasileño (Recife,

19 de septiembre de 1921 — San Pablo, 2 de mayo de 1997)

“Apreciaciones para introducirnos en el taller educativo.”

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Posibilitar la integración interdisciplinaria.

Al hablar de taller es necesario también mencionar los principios que deberían orientarlo, entre ellos podemos incluir los enunciados por Betancourt citando a Ezequiel Ander Egg:

Eliminación de la jerarquía docente-alumno preestablecida e incuestionable.

Relación docente-alumno en una tarea común de cogestión, superando la práctica paternalista del docente y la actitud pasiva y meramente receptora del alumno.

Superación de las relaciones competitivas entre los alumnos por el criterio de la producción conjunta grupal.

Formas de evaluación conjunta docente-estudiantil en relación con la forma cogestionada de la producción de la tarea.

Redefinición de roles: el rol docente como orientador y catalizador del proceso de cogestión; el rol alumno como base creativa del mismo proceso.

Control y decisión sobre la marcha del proceso didáctico-pedagógico por sus naturales protagonistas, es decir, docente y alumnos, bajo formas organizadas que el propio docente-estudiantil decida.

Y se menciona lo anterior para promover el valor del estudiante como sujeto cognoscente que en su biografía y experiencia fue adquiriendo distintos conocimientos que puede aportar a la construcción del conocimiento. Esto teniendo en cuenta dos premisas esenciales, una hace referencia a que la inteligencia es patrimonio universal de todos los seres humanos; la segunda expresa que el desarrollo de un proyecto de vida individual no es un acto de solitarios sino social. (BETAONCURT. 1996)

Pero en esta labor que incluye la participación protagónica estudiante-profesor, no solo se busca integrar la teoría con la práctica sino también fomentar la reflexión acerca de lo que se hace, de cómo se hace y de por qué se hace.

Bibliografía:

ANDER-EGG, E. (1986): “Hacia una Pedagogía Autogestionaria.” Editorial humanistas. Buenos Aires.

BETANCOURT, A. M. (2007): “El taller educativo.” (Segunda Edición). Cooperativa Editorial Magisterio. Bogotá, Colombia.

FREIRE, P. (2005): “Pedagogía del oprimido.” (Segunda Edición). Siglo XXI Editores S.A. de C.V México.

GONZÁLEZ CUBERES, Ma. T. (1997): “El taller de los talleres.”, Talleres Gráficos de Indugraf. Buenos Aires.