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LA PROMOCIÓN Y DIMENSIÓN DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN MÉXICO: UN ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS, 2010-2017

“LA PROMOCIÓN Y DIMENSIÓN DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN

MÉXICO: UN ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS, 2010-2017”

Documento Metodológico


Índice

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................... I

1.- JUSTIFICACIÓN DE LA IMPORTANCIA DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN. ................ X

2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN. ................................................................................ XVI

3. PLANTEAMIENTO Y DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA. ............................................. XVIII

4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN. ................................................................................ XXVIII

5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE REFERENCIA. .............................................. XXIX

6. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS. ......................................................................................... LIV

7.- PRUEBA EMPÍRICAS O CUALITATIVAS DE LAS HIPÓTESIS. ................................... LV

CONCLUSIONES Y NUEVA AGENDA DE INVESTIGACIÓN. ........................................ LXXIV

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA. ......................................................................................................... XCIV


I

INTRODUCCIÓN

Ante la crisis social, económica y política a nivel mundial provocada por la

implementación de políticas públicas de carácter neoliberal, y de su implementación

forzada en los países capitalistas caracterizados por economías dependientes y

atrasadas, lo que solo consiguió profundizar la crisis social y humana que significa

la pobreza; es por esto que se vuelve indispensable la búsqueda de alternativas de

organización de la producción en países como México, que permitan ofrecer a la

mayor parte de la población no solo la supervivencia, sino la satisfacción plena de

sus necesidades básicas, así como elevar y potenciar su bienestar.

A lo largo de la historia, en especial a partir de la Revolución Industrial que significó

una nueva forma de explotación social, ahora bajo la imagen del hombre asalariado

que perdura hasta nuestros días, se han generado diversos movimientos originados

de la clase trabajadora y de distintos movimientos sociales que en la búsqueda de

nuevas y mejores oportunidades buscan alcanzar un mayor desarrollo, tanto

individual como para sus familias.

A raíz de estos movimientos, se han formado diferentes asociaciones sociales

basadas en principios solidarios como: los sindicatos, las sociedades cooperativas,

los fondos de empleados, las fundaciones, significan nuevas formas de organizar la

producción favoreciendo el logro de sus objetivos; estas nuevas formas de

organización productiva identifican al sistema o sector socioeconómico conocido

como “economía social y solidaria”, basada en las relaciones de cooperación y

solidaridad para la conformación de un sistema de procesos y actividades

productivas con un fin preponderantemente social y orientada al bienestar común,

y que incide en un área geográfica determinada, en su organización interna

prevalecer la democracia participativa y la equidad en la repartición de los beneficios

obtenidos entre la misma comunidad.


II

La economía social y solidaria puede ser vista como una forma de inclusión en la

que los socios logran tener participación, no sólo en la generación de riqueza, sino

en los beneficios de ésta. Ello en contraposición con el modelo económico

actualmente imperante, cuyas características implican la explotación las clases

populares. Aunque pareciera que el surgimiento de la economía social y solidaria

es reciente, en realidad sus orígenes se sitúan en el siglo antepasado, donde su

principal manifestación en plena Revolución Industrial, surge como una respuesta

para hacer frente a las carencias y abusos a que eran sometidos los trabajadores

de las incipientes fábricas. Condiciones que, asimismo, fueron agravándose

conforme se consolidaba y extendía el sistema de producción capitalista.

La dinámica de explotación inaugurada con la proceso de industrialización, se ha

perpetuado hasta el día de hoy y que ha llevado a que esta forma de organizar la

economía, y aun ha retomado intensidad en tiempos recientes ante la inminente

desmesura de la ideología dominante que coloca el énfasis en la supervivencia del

más poderoso y el interés individual, que se traducen en un aumento cada vez

mayor de la desigualdad económica y social, caracterizada por situaciones como la

falta de empleos y oportunidades que permitan a los trabajadores satisfacer aunque

sea mínimamente sus necesidades más básicas de manera digna. Existe así, un

malestar económico generalizado, producto del modelo globalizador neoliberal que,

para asegurar las ganancias y beneficio de unos cuantos, minimiza el papel de las

personas, reduciéndolas a la condición de mano de obra barata, padeciendo día a

día condiciones de pobreza y marginación.

Dado a lo anterior, la presente investigación tiene alta relevancia al ser dichas

organizaciones el primer impulso al desarrollo del modelo de economía social y

solidaria alternativa, proponiendo una forma de entender el desarrollo, de forma

distinta al camino que tradicionalmente ofrecen los modelos basados en el

capitalismo manejado por los sectores público y privado. Asimismo, deseamos

mostrar cómo estas organizaciones alternas, más que una solución de simple

subsistencia y limitado éxito, conforma toda una nueva manera de pensar y actuar


III

en la economía capitalista, en tanto aboga por la inclusión productiva en ésta, de

los sectores más desprotegidos y vulnerables de la población, quiénes se ven

ampliamente beneficiados al pasar del último nivel de interés en la toma de

decisiones, al primero. Lo anterior se logra al crear la oportunidad de asumir el

control de la propiedad de los medios de producción, así como el control de la

creación y operación de empresas cuyo objetivo es la producción de bienes de

interés y beneficio social, además del uso de los rendimientos obtenidos para

fomentar el desarrollo comunitario. Circunstancia que significa una alternativa a la

pobreza en tanto se fundamenta en la creación y fomento de las capacidades

productivas de los sectores vulnerables.

De esta manera, tenemos que la economía social y solidaria puede ser interpretada

no sólo como una propuesta más, si no se convierte en una herramienta de

desarrollo que facilita la inclusión de grupos más desprotegidos a través de la

creación y desarrollo de opciones productivas, sino como otra forma de hacer

economía que, en lugar de generar grupos de desposeídos y marginados, ajenos al

desarrollo económico; los incluye, dando a todas las personas la oportunidad no

sólo de contar con un trabajo bien remunerado, sino de participar en la generación

de una riqueza y desarrollo equitativos. De ahí que, además de ser un motor para

el progreso, el modelo de economía social y solidaria pueda pensarse como un

contrapeso para el capitalismo, que si bien, ha generado avances y tecnología,

también ha polarizado a la sociedad en ricos y pobres.

Junto a las organizaciones que integran la llamada economía social y solidaria,

existen diversas alternativas que se han desarrollado, y aunque en general, todas

ellas comparten un mismo fin; sí se pueden diferenciar por sus características,

personalidad jurídica y propósitos; entre estos conceptos podemos encontrar a las

siguientes: economía social, economía solidaria, economía colaborativa, economía

del trabajo, economía agraria y economía popular.


IV

A la par de estas búsquedas, se han desarrollado también nuevas formas de

organización social para contribuir al bienestar de aquellos grupos vulnerables que

carecen de los servicios básicos para la vida como alimentación, salud, vivienda,

educación, etc. y que han sido abandonados por el Estado. Algunos de estos

organismos creados por iniciativa social, conforman a las llamadas fundaciones, las

asociaciones civiles y las instituciones de asistencia, quienes tienen como objetivo

la beneficencia social. No obstante, se ha observado que este tipo de instituciones

sólo sirven como intermediarias u operadoras de programas de asistencia social

mediante la búsqueda de donativos para la resolución inmediata de problemas, es

decir, a corto plazo y no proporcionan las herramientas necesarias que lleven a

estos grupos a ser sostenibles a largo plazo y obtener su propio desarrollo integral.

Actualmente, existen diversos tipos de fundaciones alrededor del mundo sin estar

reconocidas oficialmente, la clasificación variará dependiendo de la de la literatura

que atiende a diversos criterios según el autor. Las clasificaciones más comunes de

estas organizaciones son: fundaciones comunitarias, fundaciones empresariales,

fundaciones independientes, fundaciones familiares, fundaciones operativas, entre

otras. Lo cierto es que todos estos tipos de fundaciones comparten ciertas

características en común, como la relación con la filantropía y el altruismo que tienen

sus orígenes desde tiempos prehispánicos; la toma de decisiones por un patronato

que se encarga de dirigir a la fundación; el fin social; obtener sus recursos de un

patrimonio propio o de donaciones por parte de terceros; las prácticas asistenciales

ya sea apoyando programas sociales, canalizando recursos u operando sus propios

programas de asistencia social y; sobre todo, sus orígenes.

En México, a pesar de que no se tiene registro de las organizaciones que participan

de la economía social, dado que plenamente como no es una figura reconocida

legalmente, se sabe que, en las comunidades prehispánicas se realizaban algunas

formas de organización social basadas en la cooperación y la solidaridad para el

bienestar de la comunidad, asimismo, se organizaban para que cuando algún

miembro de la misma comunidad tuviera alguna necesidad urgente por enfermedad,


V

se le pudieran brindar los recursos necesarios para que saliera de su situación. Uno

de dichos ejemplos son las fundaciones las cuales, con la llegada de los españoles,

en la Conquista, las obras de beneficencia tomaron una nueva forma en la Nueva

España al ser administradas por una Iglesia que tenía como objetivo evangelizar a

los indígenas y someterlos a su poder. A raíz de ello se crearon diversos centros de

beneficencia y con el paso del tiempo se establecieron las fundaciones. La primera

institución creada para tales fines fue el Monte de Piedad en el siglo XVIII, seguido

por la Fundación Concepción Beistegui, Montepío Luz Saviñón, Fundación Rafael

Dondé, entre otras; la mayoría de ellas perduran hasta nuestros días, sin embargo,

en la normatividad mexicana existe un vacío respecto a este tipo de organizaciones

que es necesario complementar para que exista una mejor regulación, manejo y

funcionamiento de las mismas.

Asicomo en México, se ha buscado formar economías solidarias en América Latina

también es fuente de nuevas alternativas. Las experiencias de, Brasil, Argentina,

Chile, nos abren enormes campos de estudio y debate, gracias a los diversos

intentos de construcción, que en medio de contradicciones y disputas, buscan crear

espacios propios, espacios de libertad y soberanía. Sin duda son grandes desafíos

que estas experiencias afrontan, pero resulta alentador que la acompañan amplios

debates sobre la manera en que se integran mejor al desarrollo.

Estos tipos de organizaciones pueden tener propósitos netamente económicos, sin

embargo, buscan como objetivo principal mejorar las condiciones de vida del

hombre de forma individual o colectiva, a través de acciones en conjunto y basadas

en la solidaridad. Según la Asociación Cooperativa Internacional (2012) a nivel

mundial las economías solidarias, unos de los grupos más grandes dentro de la

economía social, cuentan con casi 1,000 millones de socios y generan 100 millones

de empleos, un 20% más que las firmas multinacionales y las ventas de las 300

“empresas”.


VI

Ante esto Consideramos además que la economía ejercitada por el Estado y la de

mercado no sólo han quedado rebasadas por las necesidades esenciales de la

población sino que incluso dichos modelos pueden llegar a contraponerse, hemos

decidido profundizar en la teoría solidaria dado que sus propuestas apuestan por la

generación de riqueza socialmente necesaria, su distribución equitativa, la inversión

sustentable y la democratización del desarrollo humano, en comparación con otro

tipo de organizaciones que solo buscan una determinada renta.

Por ello hemos dividido la investigación en cuatro capítulos para un mejor desarrollo

del tema del sector de la economía solidaria.

En el primer capítulo: se abordan la definición de conceptos o términos que son

fundamentales para la comprensión del presente trabajo, particularmente

“socialismo” y “capitalismo”, que conforman perspectivas históricamente

antagónicas y que contemplan el desarrollo económico, y sus problemas, de

maneras igualmente opuestas. Se analiza también lo relativo a los sectores

financieros que actualmente imperan en el sistema del mundo. Posteriormente, se

realiza un análisis de los saldos económicos en México, con el fin de adentrarnos

en el contexto nacional. En esta sección, se percibe cómo derivado del actual

modelo económico, se ha generalizado e intensificado la pobreza, la desigualdad

derivada, entre otras razones, por la disminución del poder económico de las

familias. Por último, se hace referencia a la economía social y solidaria, destacando

sus principales características e importancia de su desarrollo.

En el segundo capítulo: Nos adentraremos en la explicación del sistema financiero

en México. Una de las necesidades básicas y primordiales determinante del

desarrollo económico de cualquier Nación, siempre ha sido la forma de captar

recursos, no sólo públicos, sino también privados, con la finalidad de alcanzar un

desarrollo sano en su economía. Para que de ahí puedan surgir recursos

económicos encaminados en apoyar las diferentes políticas de desarrollo

económico en el Estado, llámese economías de solidaridad, cooperativas, etc. Sin


VII

olvidar claro esta los diferentes obstáculos que puede llevar a culminar dicha tarea,

como es un sistema neoliberal que es lo contrario a las economías solidarias.

Para el tercer capítulo: Abordaremos el marco normativo que gravita y rige todo tipo

de grupos sociales que pretender formar grupos de ayuda económica como son: las

economías solidarias, las cooperativas, los grupos financieros, las fundaciones, etc.

Se presentan los aspectos teóricos de las fundaciones, brindando una breve

introducción para conceptualizar el término. Asimismo, se analizan los antecedentes

de las fundaciones en México y en el mundo para su mejor comprensión y se

explican los diferentes tipos de fundaciones existentes y sus características. Se

realiza un análisis de las fundaciones específicamente en México para puntualizar

el marco jurídico que las regula, con el fin de observar si existe un punto de

comparación con otras fundaciones y organizaciones internacionales que han

fungido como modelo de las economías solidarias alternativas contribuyendo al

desarrollo social y económico de los países. Ya después de analizar varios ejemplos

de los tipos de fundaciones pretendemos demostrara que las fundaciones en México

pueden contribuir como un modelo de economía social y solidaria al desarrollo

económico y social del país.

En el cuarto capítulo: se muestra la situación actual de la economía social y solidaria

en México, mostrando la normatividad que actualmente tiene en nuestro país.

Seguidamente, se aborda la importancia de este sector tanto en México como en el

mundo. En este mismo punto se destaca a manera de ejemplo de casos exitosos

dos cooperativas que operan en México con el objetivo de resaltar la importancia y

trascendencia de las empresas sociales. Asimismo, se resaltan las condiciones que

se deben llevar a cabo para que la economía social y solidaria pueda tener un mayor

y mejor desarrollo. Como también retomaremos diversos artículos de la constitución

política mexicana encaminados a mejorar la formación y el respaldo a este tipo de

economías solidarias como es el artículo 25, 27 y 123 que buscan dar mayor apoyo

y seguridad al demandante para obtener sus objetivos claros que es mejorar su

estándar de vida. Por último, y en relación al punto anterior en el que se destaca


VIII

que un factor que ha impedido el buen desarrollo ha sido precisamente el

desconocimiento tanto a nivel educativo, gubernamental y social de lo que es la

economía social y solidaria.

El diseño de la investigación es de naturaleza cualitativa, no experimental,

descriptiva y observacional, es decir, se han identificado y descrito los principales

elementos y características que definen el origen y devenir histórico de la situación

de la economía social y solidaria, para lo cual, se requirió la consulta y revisión de

fuentes y bases de datos del pasado; en particular se utilizó los elementos que

ofrecen las fuentes bibliográficas y hemerográficas disponibles, proponiendo una

visión crítica sobre el material seleccionado para evitar cualquier sesgo ideológico.

Debe señalarse que las fuentes bibliográficas consultadas se encuentran

adecuadamente registradas en el apartado Bibliografía, pese a que en algunos

casos no se consideraron para la integración en el cuerpo de la investigación, sin

embargo, facilitaron elementos para contrastar, validar o refutar la información

obtenida en otras fuentes.

Asimismo, en cuanto al diseño de la investigación se encuentra el haber sido de

carácter retrospectivo y transversal, dado que se trabajó con información obtenida

con anterioridad al proyecto y con fines ajenos al trabajo de investigación, así como

el que se mide una sola vez las variables en un momento determinado.

De esta manera el tipo de estudio se caracteriza por ser de tipo exploratorio, el cual

permite “preparar el terreno” para investigaciones posteriores de mayor profundidad

y con objetivos más precisos, conforme a la definición que indique Movimiento

Ciudadano como línea de profundización y donde requiera análisis más puntuales,

con el fin de ofrecer a simpatizantes, militantes y ciudadanía en general, elementos

de juicio para definir su postura política – ideológica sobre este tema.


IX

En este sentido, el diseño de la investigación busco ante todo allegarse de una

visión integral de las variables, actores y circunstancia que rodean la falta de control

y dirección del sector social de la economía y que dan cauce para la definición de

una política de estado, distinguiendo su problemática y las áreas de oportunidad

para insertarse como elemento de desarrollo y justicia social.

En esta parte, se realizó una revisión exhaustiva de la bibliografía y fuentes

disponibles con el fin de discernir el material que atendiera de mejor manera el

objetivo y propósito encomendado para la investigación, en este sentido, fue

necesario prescindir de algunas de ellas en razón de la dificultad manifiesta de

acceder al material y también debido a que la profundidad y contenido del material

difería sustancialmente del perfil definido para la investigación. No obstante, se

integró una base de datos bibliográficos que pudiera ser útil para futuras

investigaciones, conforme la línea de investigación definida con Movimiento

Ciudadano.


X

1.- JUSTIFICACIÓN DE LA IMPORTANCIA DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN.

La aplicación de medidas en los últimos 30 años por parte del Estado mexicano

relativas al fomento y desarrollo económico de carácter neoliberal, dejo una

herencia sumamente decepcionante, la cual no cumplió con la promesa de elevar

el nivel de bienestar y modernizar la estructura productiva. Lo que tenemos con

certeza es una condición de profunda desigualdad social y productiva que deriva en

un modelo de desarrollo débil y desarticulado.

Resultado del proceso de reforma al estado, éste ha visto disminuida su capacidad

y facultades reales de intervención para atender las necesidades más apremiantes

en materia de provisión de servicios básicos a la población más vulnerable en

materia de salud, alimentación y educación. En este sentido, un gran número de

empresas, principalmente internacionales, han comenzado a sustituir a estos a

través de una participación compensatoria en sectores y tareas específicas, a través

de entidades filantropía primero, y más recientemente, por medio de las acciones

de Responsabilidad Social Empresarial.

Las organizaciones que integran la economía social y solidaria se ven a sí misma

como una opción factible para conducir el desarrollo de los sectores mayoritarios

del país durante el siglo que comienza; sin embargo, se observa con las evidencias

históricas que dan cuenta de una situación muy distinta, con los antecedentes de

las cooperativas oficiales que se integraron en diversos sectores productivos y que

desaparecieron dejando tras de sí desánimo y temor de que vuelva a suceder.

No obstante, para un grupo de organizaciones, dicha contaminación no ha mermado

su convicción de ofrecer al pueblo un esquema educativo, que promueve la

autogestión, potencializa los recursos existentes en una comunidad, y ha

demostrado –en particular en el sector de servicios financieros- que puede actuar

con los estándares de calidad de la empresa privada, pero sortear mejor los

momentos de crisis en el mercado por la fidelidad y solidaridad de sus asociados.


XI

De esta manera, el concepto de subsidiaridad del Estado liberal, por el cual el

Estado "no debería ocuparse de lo que la sociedad puede hacer por sí misma,

reservándose su compromiso en cuatro grandes campos: Salud, Justicia, Seguridad

y Educación." ésta siendo ampliamente superado por la dinámica social. Por lo que

la intervención de iniciativas independientes al Estado, que atienden necesidades

específicas viene ganando terreno y exigen de las agencias y organismos estatales

nuevos esquemas que faciliten y fomenten su desarrollo.

Las cifras oficiales sobre la situación social en la última década en México dan

cuenta de que el modelo económico prevaleciente, se ha caracterizado por ser

excluyente e inequitativo, representando para el país tasas crecientes de población

que sobrevive en condiciones de pobreza y abandono, muy lejos de los beneficios

que concentran los grandes propietarios industriales y financieros.

Ante el discurso económico dominante, que plantea de manera implícita como

irremediable la supuesta dicotomía entre crecimiento económico y desarrollo social,

al prevenir que las fuerzas naturales del mercado, es decir un régimen de libre

competencia definida por la supervivencia del más fuerte, es incompatible con una

recuperación en el corto plazo de los niveles salariales y por lo tanto del nivel de

vida de amplias capas de la población; por lo que en consecuencia es necesario

esperar a que esta bonanza económica, de la que disfrutan unos cuantos, se

“derrame” al resto de la sociedad; en donde la producción enfocada a cubrir la

demanda externa olvida la satisfacción de las mínimas necesidades de un mercado

interno reducido, anárquico y desarticulado.

Como alternativa a esta visión reduccionista cobran relevancia algunas de las

propuestas de lo que ha dado en llamarse el tercer sector o el sector social de la

economía integrado principalmente por los esfuerzos organizacionales, educativos

y productivos que realizan organizaciones de la sociedad civil y cuyos esfuerzos van

encaminados a las capas sociales de escasos recursos y atender la demanda local

de productos y servicios.


XII

El principio o fundamento de la economía de solidaridad o actividades del tercer

sector es que la introducción de niveles crecientes y cualitativamente superiores de

solidaridad en las actividades, organizaciones e instituciones económicas, tanto a

nivel de las empresas como en los mercados y en las políticas públicas, incrementa

la eficiencia micro y macroeconómica, a la par de generar un conjunto de beneficios

sociales y culturales que favorecen a toda la sociedad.

Dentro del sistema social prevaleciente, la empresa es la entidad económica por

excelencia, es el motor de desarrollo económico. Como parte fundamental de un

sistema las organizaciones sociales no se desarrollan de manera aislada. Al ser

entidades vivas y dinámicas, son vulnerables e impactan al resto del sistema.

Este universo de organizaciones se encuentra integrado entre otras, por

asociaciones con fines altruistas, sociedades civiles con fines económicos,

fundaciones, y en especial sociedades cooperativas y mutualistas; es en estas

últimas propuestas donde se puede encontrar una alternativa viable de organización

económica que en base a principios democráticos e igualitarios propugna por el

desarrollo de sus asociados y su entorno social y cultural.

El avance de estas organizaciones en los últimos años es innegable por lo que es

necesario volver a ponderar su trascendencia para conocer cuál será el papel que

estas organizaciones tendrán en el desarrollo de una economía más equilibrada y

un desarrollo social más armónico.

En este sentido, nuestro interés se centra en las organizaciones cooperativas que

han desarrollado el servicio financiero como estrategia para promover la

organización y el desarrollo de sus asociados, es relevante plantearse esta

investigación dado que en la actualidad el sector se haya en un proceso de

renovación y redefinición de su naturaleza a la luz de la relativamente recientemente

aprobada Ley de Ahorro y Crédito Popular, por lo que es relevante estimular su

papel y mediar sus alcances para corroborar el papel que deberán de cumplir estas


XIII

organizaciones en el marco de la reforma a la estrategia de desarrollo social para

miles de familias mexicanas que sufren de grandes carencias y la falta de

alternativas de sustento económico que enfrenta el país.

Este se originó en Norteamérica a partir de los años 70. Adquirió cierto ímpetu y

alcanzó a Europa a fines de los años 80, extendiéndose al anillo del pacífico,

América Latina, África y otras regiones durante la década de los 90s, en este sentido

existe consenso en que las empresas reciben de la sociedad una serie de bienes y,

a su vez, lo retribuyen al pagar impuestos, pero esto no es suficiente, deben ir más

allá de las obligaciones legales.

El concepto de responsabilidad social se acuñó a nivel internacional

aproximadamente hace una década con el objeto de que las empresas estuvieran

conscientes del rol que deben desempeñar en la sociedad.

Por ello el presente estudio busca proveer de un marco mínimo de referencias para

la caracterización, comprensión y análisis del tercer sector en México, que permita

la difusión sobre la necesidad de incluir en el debate nacional la agenda de reformas

al marco jurídico e institucional que otorgue viabilidad, claridad y transparencia a su

operación.

La presencia y generalización de esquemas y actividades de financiamiento popular

es inminente, y lejos de lo que pudiera pensarse, es parte importante de la actividad

cotidiana de amplios sectores sociales considerados de escasos recursos,

demostrando lo erróneo del concepto tradicional sobre la falta de “cultura financiera”

de estos sectores y su incapacidad para constituirse como generadores de fondos

de ahorro y sujetos de crédito.

Las cifras oficiales sobre la situación social en México dan cuenta de que el modelo

económico prevaleciente, se ha caracterizado por ser excluyente e inequitativo,

representando para el país tasas crecientes de población que sobrevive en


XIV

condiciones de pobreza y abandono, muy lejos de los beneficios que concentran los

grandes propietarios industriales y financieros.

Ante el discurso económico dominante, que plantea de manera implícita como

irremediable la supuesta dicotomía entre crecimiento económico y desarrollo social,

al prevenir que las fuerzas naturales del mercado, es decir un régimen de libre

competencia definida por la supervivencia del más fuerte, es incompatible con una

recuperación en el corto plazo de los niveles salariales y por lo tanto del nivel de

vida de amplias capas de la población; por lo que en consecuencia es necesario

esperar a que esta bonanza económica, de la que disfrutan unos cuantos, se

“derrame” al resto de la sociedad; en donde la producción enfocada a cubrir la

demanda externa olvida la satisfacción de las mínimas necesidades de un mercado

interno reducido, anárquico y desarticulado.

Como alternativa a esta visión reduccionista cobran relevancia algunas de las

propuestas de lo que ha dado en llamarse el sector de las microfinanzas integrado

principalmente por los esfuerzos organizacionales, educativos y productivos que

realizan organizaciones de la sociedad civil y cuyos esfuerzos van encaminados a

las capas sociales de escasos recursos y atender la demanda local de servicios

financieros.

Este universo de organizaciones se encuentra integrado entre otras, por

asociaciones con fines altruistas, sociedades civiles con fines económicos,

fundaciones, y en especial sociedades cooperativas y mutualistas; es en estas

últimas propuestas donde se puede encontrar una alternativa viable de organización

económica que en base a principios democráticos e igualitarios propugna por el

desarrollo de sus asociados y su entorno social y cultural.

El avance de las organizaciones que desarrollan acciones de microfinanciamiento

en los últimos años es innegable, aún más cuanto es impulsada por la formalización

de la Ley de Ahorro y Crédito Popular, y ha permitido la integración al sector de la


XV

iniciativa social y privada. Este creciente interés promueve la revisión del papel que

le corresponde, por lo que es necesario volver a ponderar su trascendencia para

conocer el papel que estas organizaciones tendrán en el desarrollo de una

economía más equilibrada y un desarrollo social más armónico.

En este sentido, nuestro interés se centra en las organizaciones cooperativas que

han desarrollado el servicio financiero como estrategia para promover la

organización y el desarrollo de sus asociados, es relevante plantearse esta

investigación dado que en la actualidad el sector se haya en un proceso de

renovación y redefinición de su naturaleza a la luz de la relativamente recientemente

aprobada Ley de Ahorro y Crédito Popular, por lo que es relevante estimular su

papel y mediar sus alcances para corroborar el papel que deberán de cumplir estas

organizaciones en el marco de la reforma a la estrategia de desarrollo social para

miles de familias mexicanas que sufren de grandes carencias y la falta de

alternativas de sustento económico que enfrenta el país.

La historia, estructura, organización y principios ideológicos con los que operan las

organizaciones del sector de la economía social y solidaria en México son

pertinentes en sus propósitos, y consistentes en su estructura organizacional y

operativa con la promoción social y económica de los sectores sociales de escasos

de recursos, con ello se colocan como una alternativa factible para conseguir un

desarrollo social más equilibrado e incluyente.


XVI

2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN.

Describir y explicar la forma en que se ha venido integrando el sector de la

Economía Social y Solidaria en México, con el propósito de establecer las diversas

restricciones que enfrenta el diseño e instrumentación de políticas públicas

enfocadas al desarrollo, consolidación y legitimidad de este sector; así como

establecer sus posibilidades y desarrollo.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Explicar los principales rasgos que definen la actuación de las

organizaciones que participan en este sector.

Examinar los distintos modelos de empresas sociales y cooperativas que

operan en México.

Explorar la experiencia internacional en materia de economía social y

solidaria.

Explicar los instrumentos y programas implementados por el gobierno federal

en materia de fomento a las organizaciones integrantes de la Economía

Social.

Realizar una revisión crítica del diseño institucional, instrumentación y

operación de estas organizaciones como un instrumento de transformación

social y de combate a la pobreza.

Evaluar la correspondencia entre las políticas, programas y acciones

emprendidos en los últimos años por el estado mexicano para el

establecimiento un marco normativo promotor de estas iniciativas.


XVII

Explicar los principales elementos que definen la actuación de las entidades

reconocidas parte de la Economía Social y Solidaria.

Describir el impacto reciente en el sector respecto a la implementación por el

estado mexicano de las políticas y acciones de regulación del sector.

Examinar la presencia y experiencia de estas organizaciones a nivel mundial,

definitorio de mejores prácticas operativas y normativas en el sector.

Proyectar el papel e importancia que la estructura social creada en el

contexto de las empresas con sentido social pueda seguir teniendo en el

futuro, para orientar cambios sociales relevantes en materia ideológica y de

práctica social.


XVIII

3. PLANTEAMIENTO Y DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA.

Haciendo un análisis del contexto político, económico y social en el cual surgieron

las organizaciones que reconocemos integrantes de la economía social y solidaria,

identificamos que muchas de ellas se orientan a la solución de problemas

económicos por lo que es recurrente el desarrollo de estas organizaciones

orientadas a la satisfacción de necesidades materiales y es una de las primeras

expresiones empresariales de lo que hoy se llama la economía social, se podría

partir de un supuesto para definir las condiciones objetivas de crecimiento de la

Economía Social: si el mercado, o la sociedad en general, no estableciera barreras

que impidieran el acceso libre de todos los ciudadanos a sus diversos campos

económicos, es probable que no se hubiese desarrollado la Economía Social. Es

decir, si fuera fácil para todos los ciudadanos acceder a un puesto de trabajo, a una

vivienda o desarrollar su capacidad adquisitiva es casi seguro que no existirían

empresas asumidas por los trabajadores, ni cooperativas de trabajo o de consumo

o de viviendas, o cualquier otra forma de organización similar.

Este tipo de empresas surge como solución a una dificultad impuesta por una

realidad económica que tiende a excluir, o a poner barreras de entrada en su

entorno, a ciertos grupos de personas. Por tanto, la Economía Social nace como

una reacción a la exclusión social o económica de factores básicos para la vida. Es,

en su principio, una reacción defensiva que busca la satisfacción de básicos

materiales.

Pero además, es una reacción colectiva que no es posible realizarla de manera

individual. La Economía Social es siempre colectiva. Se reacciona con los otros para

integrarse en el esquema económico del que se siente la amenaza de exclusión.

Esta reacción colectiva exige también el respeto a la disciplina y a las normas

impuestas por el grupo. Se reacciona con los otros y, además, de manera

equilibrada e igualitaria. No se reacciona diferenciando el esfuerzo de cada uno, o

sobrevalorando el de uno por encima del de otros. La condición es que ese esfuerzo


XIX

esté equilibrado y sea semejante en todos. De forma que en el proyecto que se

construye la responsabilidad sea compartida, como los beneficios que comporta.

Por esto se llaman sociedades de personas, pues éstas prevalecen sobre la

estructura del capital o de la participación en él, que es el criterio dominante en el

resto de sociedades.

Es aquí, bajo el concepto de sociedades de personas, donde se ubica la Economía

Social y, con ella, su fuerza. Es un concepto de solidaridad que se concreta

necesariamente en una realidad empresarial construida para hacer algo concreto

en beneficio de un colectivo. Por ser una realidad empresarial, los mecanismos del

mercado y las exigencias de la economía actúan como valor educativo que fuerza

necesariamente a la eficacia.

No es, pues, una reacción que se apoye solo en las ideas. Es crear una alternativa

económica. La Economía Social reacciona para neutralizar lo que se siente como

amenaza o como exclusión, creando riqueza y compitiendo en el mercado al igual

que cualquier otra empresa. Se apoya financieramente en los ahorros personales.

Lo que da al proyecto una mayor exigencia de viabilidad y de eficacia. Es tan fuerte

este concepto que se podría afirmar que la manera de posicionarse la Economía

Social es desde la generación de empresas colectivas, que se comprometen en la

realización de riqueza para todos sus integrantes repercutiendo en el entorno social

en forma de generación de empleo. Es decir, tan solo en la medida en que se genera

riqueza colectiva y se crea empleo se hace Economía Social.

En este contexto cabe mencionar como el Comité Consultivo de Cooperativas,

Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones de la Unión Europea define los valores

de la Economía Social. Este Comité define dichos valores en los siguientes

términos:


XX

Primacía del hombre y del objeto social sobre el capital. En este sentido se

llaman empresas de personas, sin que esté influida esta libertad por ningún

tipo de discriminación.

Adhesión voluntaria y abierta. Es lo que se ha llamado siempre libertad para

entrar o salir.

Control democrático por sus miembros desde los órganos de gobiernos

correspondientes. Es la consecuencia lógica de ser propiedad colectiva.

Conjunción de los intereses de los miembros, usuarios y del interés general.

Defensa y aplicación del principio de solidaridad y de responsabilidad.

Autonomía de gestión e independencia de los poderes públicos.

Aplicación de los excedentes al objeto social mediante su reinversión o

distribución, según los deseos de sus miembros, para creación de empleo, de

actividades, de nuevas empresas, retorno sobre capitales invertidos, servicio

a los miembros, actividades socioculturales, etc. Es decir, que nadie se

enriquece individualmente, sino que el resultado se utiliza en beneficio de la

colectividad.

Sin duda alguna las cooperativas constituyen una parte muy importante de la

Economía Social. Sin embargo, en general durante muchos años, y por diversas

razones en cada país, han estado desvinculadas a las otras organizaciones que

forman parte de este sector económico. El movimiento cooperativo ha sufrido una

especie de proceso entrópico que lo ha llevado a concentrarse en sus propios

problemas y a veces con una visión de muy corto plazo.

El mundo actual, hoy más que nunca, exige que las cooperativas rompan con ese

pasado y asuman el liderazgo del sector de la Economía Social. Es por ello que, por

su ideología, sus valores y principios y su nivel organizativo, el movimiento

cooperativo puede, siempre y cuando sus líderes así lo quieran, ser la punta de

lanza de este sector de la economía nacional llamado a jugar un rol protagónico en

el siglo XXI.


XXI

Pese a la presencia de elementos del cooperativismo en México con más de 500

años de antigüedad, ya que encontramos tareas que fácilmente podríamos

identificar como basadas plenamente en relaciones de solidaridad, cooperación y

ayuda mutua, como el Tequio y la mano vuelta.

En este sentido, el cambio social por el que propugnan estas organizaciones se le

relaciona con la eficacia, en donde también al elemento educativo se le asigna una

función de incremento de los niveles de concientización, dentro de los elementos

que componen la organización, como dentro de la comunidad en general, en la cual

se encuentra inmersa, lo que deberá traducirse en modificaciones de la estructura

de poder al quedar al descubierto la causalidad de la problemática político social

que afecta sus relaciones económicas.

El presente reporte de investigación, busca contribuir a delinear los primeros

alcances de los principios doctrinarios, políticas, estrategias y acciones

desarrolladas por estas organizaciones en el país, de esta manera se buscó recabar

evidencia empírica susceptible de ser sistematizada, para que al conjugarse con

otras investigaciones pudiera ser puesta a prueba en una situación que se acercara

en lo posible, a una situación generalizable en lo tocante a identificar los

mecanismos e instrumentos utilizados por estas organizaciones para incidir el

dinámica de las sociedades en que se hayan inmersas; contribuyendo de esta forma

a la integración de un cuerpo teórico, que permitiera valorar las potencialidades

reales de estos en los cambios sociales.

Aunque ciertamente la cantidad de vertientes en que se han desdoblado dichas

organizaciones complican la definición de una sola política marco para todo el

sector, es necesario establecer una serie de principios éticos y de supervisión que

favorezcan su transparencia y fomente la rendición de cuentas sobre las

subvenciones recibidas, basta con recordar que una buena parte de estas

organizaciones reciben donaciones directas de organismos públicos y privados de


XXII

fomento y que en contraprestación suelen emitir recibos deducibles de impuestos,

por lo que de manera indirecta dichos recursos son públicos.

Sin embargo, lejos de proponer una estrategia que involucre la persecución o recelo

de la autoridad a estas iniciativas, debe de insistirse en una normatividad que

coloque como primacía su consolidación y la rendición de cuentas, procesos

autogestionarios a nivel macro y micro, y en general, el cumplimiento eficaz de sus

objetivos.

En el análisis del cooperativismo existente en México que aquí se expresa, se

intenta dar una respuesta a las interrogantes planteadas anteriormente, en función

del modelo de desarrollo adoptado por el país en sus diferentes mementos

históricos. Por lo que la contribución especifica de este trabajo, se circunscribe a la

elaboración de una topología del cooperativismo existente en la actualidad; ya que

no se puede hablar de un solo cooperativismo universal y atemporal en la realidad

mexicana, debido a que aun cuando se parte de una base filosófica común,

históricamente el cooperativismo ha sido conformado por diferentes corrientes

teóricas ideológicas, las cuales han posibilitado su subsistencia y determinado o

restringido su posibilidad y potencialidad de ser en algún momento, una alternativa

de cambio en las esferas económica, política y educativa para aquellos sectores

que han sido marginados del desarrollo social.

La pretensión de este estudio es exploratoria-descriptiva y su valor, exclusivamente

documental para permitir fincar una estrategia coherente y consistente con los

propósitos del partido en cuanto buscar estrategias de desarrollo social alternativo,

viables y sustentables al modelo económico prevaleciente.

En este sentido dentro de los cuestionamientos centrales sobre el sector se

encuentra el de la capacidad y permanencia de estos centros productivos, factor

que se explica dado el enfoque social que efectúan al proveer de alternativas de

empleo y servicios a sus asociados.


XXIII

La intención será promover y proponer espacios de desarrollo de estas

organizaciones que busquen no sólo el crecimiento de las fuerzas productivas, sino

hagan hincapié en el aspecto educativo y de transformación que persigue el

cooperativismo.

Por ello es relevante integrar un marco de referencia que permita conocer la

naturaleza y especificidad de este sector que está llamado a tener una participación

cada vez más relevante en la dinámica social de nuestro país, con el fin de promover

el diseño de políticas específicas que tome en cuenta las principales restricciones

que enfrentan estas organizaciones, así como, fomentar y respaldar la necesaria

contraloría social para evitar abusos y simulación en sus actividades, alentando el

debate y generando el consenso social necesario sobre la urgencia de atender,

rápida y eficazmente esta problemática.

El protagonismo adquirido por el tercer sector en el campo de las políticas sociales

y, en ese marco, la compleja articulación de relaciones con el estado y entre las

propias organizaciones que la integran, justifican su estudio, pensando en la

posibilidad de potenciar su participación como actores capaces de favorecer la

ampliación de la ciudadanía y la participación.

Durante los últimos años del siglo pasado, se ha visto una inclinación natural de las

organizaciones no gubernamentales orientadas a proveer opciones de desarrollo a

los sectores más pobres del país, hacia la provisión de servicios financieros básicos

como son el ahorro y crédito, como una manera de generar recursos

autosustentables que permita que en el mediano plazo la superación de las

condiciones de vida de estos sectores.

De esta manera la existencia de una cultura financiera en los sectores pobres es

evidente: necesitan y utilizan diversos servicios financieros, como depósitos y

préstamos, por la misma razón que todo el mundo, para aprovechar una buena


XXIV

oportunidad, hacer reformas en la casa, enfrentar un gasto grande o solucionar una

emergencia. Durante siglos, han recurrido a fuentes de financiamiento muy

distintas. Aunque en su mayoría no tienen acceso a bancos ni otras instituciones

financieras formales, en casi todos los países en desarrollo abundan prestamistas,

cooperativas de ahorro y crédito y mutuales de seguros. Los pobres también pueden

echar mano a otros activos: ganado, materiales de construcción o dinero debajo del

colchón. Un agricultor pobre puede dar en prenda la próxima cosecha para comprar

abono a crédito.

Sin embargo, desde el punto de vista del costo, el riesgo y la comodidad, los

servicios financieros para los pobres suelen ser limitados. El dinero debajo del

colchón lo puede robar alguien o desvalorizarse con la inflación. No se puede

cuartear una vaca y venderla de a poco cuando se necesita un poco de efectivo.

Ciertos tipos de crédito, sobre todo de prestamistas, son sumamente costosos. Las

asociaciones de ahorro y crédito rotatorio son poco seguras y no suelen ser muy

flexibles en cuanto al monto ni al plazo de los depósitos y los préstamos. Las

cuentas de depósito exigen un mínimo y pueden ser estrictas en cuanto a las

extracciones.

Las instituciones formales por lo general exigen garantías de préstamo fuera del

alcance de la mayoría de los pobres.

Frente a ese vacío, en las últimas tres décadas han surgido instituciones

microfinancieras (IMF) que atienden a clientes de pocos ingresos. En un principio,

la mayoría funcionaba como organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro

y con vocación social. Inventaron técnicas de crédito: en vez de garantías

prendarias, reducían el riesgo mancomunando garantías, valorando el ingreso del

hogar o limitando los primeros préstamos a sumas pequeñas. La experiencia ha

demostrado que los pobres devuelven fielmente los préstamos sin garantía y están

dispuestos a absorber el costo total de otorgarlos: para ellos, el acceso es más

importante que el costo.


XXV

Los pobres necesitan y utilizan una amplia variedad de servicios financieros, como

cuentas de depósito, seguros y transferencias de fondos a sus familias en el

extranjero. Ahora sabemos que es posible brindar esos servicios a largo plazo y con

rentabilidad, y a veces a gran escala. De hecho, las instituciones microfinancieras

bien administradas pueden superar a los bancos comerciales tradicionales desde el

punto de vista de la calidad de sus carteras. En algunos países, las instituciones

microfinancieras líderes son más rentables que el banco comercial local más

próspero.

En momentos de caos, el microfinanciamiento ha sido más estable que la banca

comercial. La crisis de 1997, por ejemplo, golpeó las carteras de los bancos

comerciales indonesios, pero el reembolso de los préstamos de los 26 millones de

microclientes del Bank Rakyat Indonesia apenas se redujo. Durante la reciente crisis

bancaria de Bolivia, las carteras de las IMF se vieron afectadas, pero mucho menos

que las de los bancos comerciales.

Cientos de instituciones han demostrado que es posible ofrecerle servicios

sostenibles a gran escala, pero aun así la mayoría es frágil, depende mucho de los

donantes y tiene pocas probabilidades de crecer o independizarse. Son únicamente

las organizaciones profesionales y financieramente sólidas las que tienen

posibilidades de competir para ganar, conseguir préstamos comerciales, estar

habilitadas para recibir depósitos, y crecer en escala e influencia. Para lograr su

máximo potencial, el microfinanciamiento debe dejar de ser un servicio

especializado en los países en desarrollo y pasar a integrarse plenamente al núcleo

de su sistema financiero.

En ninguna otra parte del mundo se ha progresado tan rápidamente con la

comercialización de las microfinanzas que en América Latina. Hace algunos años,

las microfinanzas eran exclusivamente el campo de organizaciones sin fines de


XXVI

lucro y sociedades cooperativas. Hoy en día, los bancos comerciales proporcionan

el 29 por ciento de los fondos destinados a las microempresas.

Las organizaciones no gubernamentales (ong) que se han transformado en

instituciones financieras autorizadas, junto con otros intermediarios financieros con

licencia especial, proporcionan otro 45 por ciento. Para algunos, esta tendencia

representa la entrada de las microfinanzas en su etapa final: la provisión de servicios

financieros a los pobres a una escala masiva por empresas comerciales.

Los pobres necesitan y utilizan diversos servicios financieros, como depósitos y

préstamos, por la misma razón que todo el mundo: para aprovechar una buena

oportunidad, hacer reformas en la casa, enfrentar un gasto grande o solucionar una

emergencia. Durante siglos, han recurrido a fuentes de financiamiento muy

distintas. Aunque en su mayoría no tienen acceso a bancos ni otras instituciones

financieras formales, en casi todos los países en desarrollo abundan prestamistas,

cooperativas de ahorro y crédito y mutuales de seguros. Los pobres también pueden

echar mano a otros activos: ganado, materiales de construcción o dinero debajo del

colchón. Un agricultor pobre puede dar en prenda la próxima cosecha para comprar

abono a crédito.

Sin embargo, desde el punto de vista del costo, el riesgo y la comodidad, los

servicios financieros para los pobres suelen ser limitados. El dinero debajo del

colchón lo puede robar alguien o desvalorizarse con la inflación. No se puede

cuartear una vaca y venderla de a poco cuando se necesita un poco de efectivo.

Ciertos tipos de crédito, sobre todo de prestamistas, son sumamente costosos. Las

asociaciones de ahorro y crédito rotatorio son poco seguras y no suelen ser muy

flexibles en cuanto al monto ni al plazo de los depósitos y los préstamos. Las

cuentas de depósito exigen un mínimo y pueden ser estrictas en cuanto a las

extracciones.


XXVII

Frente a ese vacío, en las últimas tres décadas han surgido instituciones

microfinancieras (IMF) que atienden a clientes de pocos ingresos. En un principio,

la mayoría funcionaba como organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro

y con vocación social. Inventaron técnicas de crédito: en vez de garantías

prendarias, reducían el riesgo mancomunando garantías, valorando el ingreso del

hogar o limitando los primeros préstamos a sumas pequeñas. La experiencia ha

demostrado que los pobres devuelven fielmente los préstamos sin garantía y están

dispuestos a absorber el costo total de otorgarlos: para ellos, el acceso es más

importante que el costo.

Los pobres necesitan y utilizan una amplia variedad de servicios financieros, como

cuentas de depósito, seguros y transferencias de fondos a sus familias en el

extranjero. Ahora sabemos que es posible brindar esos servicios a largo plazo y con

rentabilidad, y a veces a gran escala. De hecho, las instituciones microfinancieras

bien administradas pueden superar a los bancos comerciales tradicionales desde el

punto de vista de la calidad de sus carteras. En algunos países, las instituciones

microfinancieras líderes son más rentables que el banco comercial local más

próspero.


XXVIII

4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN.

¿Cuáles son las características que distinguen al modelo de organización

que propone la economía social y solidaria?

¿Cuál ha sido la génesis de la economía social y solidaría en México?

¿Cómo se integra el marco normativo que regula las operaciones de estas

organizaciones? ¿Es consistente con el objetivo de alentar su consolidación

y desarrollo?

¿Cuál debe ser el papel que le corresponde al estado mexicano respecto a

estas organizaciones?

¿Cuál ha sido las estrategias de políticas públicas del gobierno mexicano en

cuanto a la promoción y regulación del sector?

¿Cuáles son los principales sectores productivos en los que se han

desenvuelto estas organizaciones, en cuáles han encontrado mejores

condiciones de desarrollo?

¿Existen mecanismos asociados a las políticas públicas del estado mexicano

relativas al seguimiento y promoción de estas organizaciones?

¿Cuál ha sido la experiencia internacional respecto a los mecanismos del

estado utilizados para la promoción y supervisión del sector?

¿Cuál es el valor de la cooperativa en tanto formador e integrador social?

¿Se puede cuantificar los costos sociales y económicos asociados a la falta

de formalización y reconocimiento de estas organizaciones?

¿Cuál es el origen del recelo de la autoridad a la operación de este tipo de

organizaciones?

¿Cuáles son los factores de éxito asociados a las organizaciones más sólidas

y longevas?

¿Cuáles son los efectos positivos - negativos se han observado en las

comunidades y zonas donde operan estas organizaciones?

¿Intervención directa del estado o autonomía, hasta donde se debe

intervenir?


XXIX

5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE REFERENCIA.

1.1. Sistemas económicos o modos de producción.

Para comprender el fenómeno de estudio que estamos por comenzar a analizar es

primordial englobar bajo el concepto de economía social y solidaria considerar el

desarrollo de los diversos sistemas económicos, o modos de producción que han

existido a lo largo de la historia hasta la conformación del capitalismo actual,

calificado como globalizado y neoliberal. En este capítulo se abordará la explicación

general de los sistemas económicos y la descripción sobre la conformación de la

economía social y solidaria, su concepto, características y evolución histórica, tanto

en el mundo como en México. Finalmente, se revisan algunas organizaciones que,

creadas bajo los principios característicos de esta economía, sirven como ejemplos:

“Como lo expresa Méndez Morales, el modo de producción de una sociedad

“[e]s la forma en que los hombres se han organizado históricamente para

satisfacer sus necesidades. Es la forma en que los hombres se han organizado

para producir, distribuir y consumir los bienes y servicios que satisfacen sus

necesidades” (p. 38).

Los modos de producción que han existido históricamente son: comunidad primitiva,

modo asiático de producción, esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo; a

continuación, se explica cada uno de ellos.

1.2. Comunidad primitiva- modo asiático de producción.

Esta es la primera forma de organización de los seres humanos para la satisfacción

de sus necesidades básicas donde los hombres subsistían mediante la recolección

de frutos, la caza y la pesca; dependían totalmente de la naturaleza. Se participaba

colectivamente en la producción a efecto de distribuir los bienes entre la comunidad.

Al tener la economía un carácter comunitario, no había espacio para diferenciar


XXX

clases sociales, que no existían, las relaciones eran de cooperación y ayuda mutua.

La producción se orientaba a obtener lo necesario para satisfacer las necesidades

básicas inmediatas; era una sociedad de autoconsumo en donde aún no se

generaba excedente económico. (Todo lo que sobra de la producción una vez

satisfechas las necesidades del productor directo”) (Méndez Morales, 2014, p. 41).

Con el paso del tiempo y el aprendizaje que la necesidad de subsistir les había

proporcionado, se mejoraron los instrumentos de producción (instrumentos de caza)

lo que originó la división natural y social del trabajo, donde los hombres y niños se

dedicaban a la producción y las mujeres a la distribución; asimismo, unos se

dedicaban a caza y pesca y otros, a la agricultura y el pastoreo. Conforme la

economía y la sociedad fueron evolucionando y especializándose en el trabajo,

aumentó la producción, lo que permitió generar excedentes económicos que se

intercambiaban a través del trueque. La propiedad colectiva pasó a ser propiedad

familiar para finalmente convertirse en propiedad privada de los medios de

producción.

Las clases sociales surgieron como consecuencia de la apropiación del excedente

económico por unos cuántos, generándose un periodo de transición entre la

comunidad primitiva y el esclavismo o en su caso, hacia el modo de producción

asiático.

Modo Asiático de Producción

Este modo de producción se distingue por ser un sistema donde la producción era

más desarrollada que en la comunidad primitiva; se basaba en la agricultura

sedentaria y en la ganadería, lo cual permitió que existiera propiedad comunitaria

de la tierra y otros instrumentos de producción, así como producción generalizada

de excedente. Surge una clase dominante, la de los sacerdotes y guerreros, que

explotaban al hombre en forma colectiva; es decir, cuando había guerras, la


XXXI

comunidad vencedora explotaba a la comunidad vencida para que éstos trabajaran

las tierras de la primera comunidad y pagaran tributos.

En este modo de producción existía un soberano, que era el representante de toda

la comunidad y recibía el nombre de déspota, personificaba a todos los miembros

de la comunidad y se encargaba de cobrar los tributos y exacciones que las

comunidades sometidas debían pagar, por esa razón también se le llamaba régimen

despótico-tributario. (p. 42, cursivas del autor).

1.3. Esclavismo, Feudalismo; Capitalismo, Socialismo

Esclavismo

Este modo de producción se desarrolló en culturas como la egipcia, la babilónica, la

fenicia, la griega y la romana. Su base era la producción realizada por el hombre

explotado; es decir, el esclavo. La apropiación de los medios de producción

incluyendo al hombre dio paso a la conformación de dos clases sociales: los

esclavistas y los esclavos, siendo los primeros los propietarios del excedente

económico. En este modo de producción, “[…] aparece y se desarrolla la propiedad

privada de los medios de producción, incluyendo al esclavo.” (p. 43).

Los esclavistas pudieron dedicarse a ciencias como la filosofía, la astronomía y las

matemáticas dando pie a un florecimiento cultural y a la domesticación de nuevos

cultivos (trigo, avena y mijo); a la construcción, la ganadería y otras tecnologías. El

máximo esplendor del sistema esclavista se encuentra en Grecia y posteriormente

en el Imperio Romano, sin embargo, es también ahí donde comienza el fin de este

sistema; las precarias condiciones de los esclavos provocaron múltiples rebeliones

y luchas que les permitieron liberarse y obtener fracciones de tierra para el cultivo a

cambio de un tributo. En este reparto se encuentran los primeros indicios del

sistema feudal.


XXXII

Feudalismo

Este sistema tuvo su apogeo durante la Edad Media europea, mismo que se

caracterizó por una expansión territorial constante de algunos países europeos, lo

que propició que los jefes militares de los pueblos conquistadores repartieran tierras

a sus súbditos leales. Quienes antes eran esclavos, convertidos en este sistema en

campesinos, buscaban la protección de estos jefes militares generándose dos

clases principales: el señor feudal y el siervo.

El feudo es una “[porción de tierra perteneciente al señor feudal, quien ejercía gran

poder económico y político sobre sus tierras, y las entregaba a los siervos para que

las cultivaran a cambio de una renta o tributo.” (2014, p. 45).

Esa renta o tributo se entregaba en especie, cuando los siervos proporcionaban una

parte de su cosecha al señor feudal o; en trabajo, cuando los siervos labraban las

tierras de los señores feudales. Ya en una etapa más avanzada y que pudiera

considerarse de transición al modo de producción conocido como capitalismo, el

tributo adoptó la forma de un pago de renta mediante la moneda.

El trabajo del siervo se dividía en dos partes; el trabajo necesario, en el cual el siervo

labraba sus tierras para cosechar lo que se requería para satisfacer sus

necesidades y las de su familia y; el trabajo adicional o excedente, donde el siervo

trabajaba sus tierras o las del señor feudal como pago de renta.

En este sistema sólo se producía lo necesario para la satisfacción de necesidades

del feudo; era un sistema cerrado. El excedente en forma de renta se lo apropiaba

el señor feudal y no había comercio generalizado sino hasta finales de este modo

de producción cuando los artesanos y comerciantes organizaron su producción en

talleres artesanales situados a las orillas de los feudos (burgos, antecedentes de las

ciudades) generando excedentes materiales y económicos. Es entonces cuando se

da la transición al capitalismo.


XXXIII

Capitalismo

Los cambios que se dieron en la última etapa del feudalismo constituyeron la

transición a una nueva estructura económica dominante que se conoce como

capitalismo. Ante el aumento de producción en los centros artesanales se

desarrollaron las mercancías; es decir, los (“objetos que se producen con el fin de

intercambiarlos o venderlos” p. 47), ampliando el desarrollo comercial. Se generalizó

la producción de mercancías con el fin de obtener ganancias, lo que contribuyó a la

acumulación del capital y el desarrollo de mercados locales y regionales. Gracias a

los descubrimientos geográficos fue posible desarrollar aún más el comercio dando

pie a construir un mercado mundial. “Un elemento importante para entender la

transición del feudalismo al capitalismo lo constituyeron las revoluciones burguesas,

que acabaron con el poder de los señores feudales e instauraron el poder de la

burguesía.” (Ibídem p. 47).

Durante el capitalismo, la producción de mercancías ha tenido un amplio desarrollo

pasando por diversas etapas; la primera, la producción mercantil simple, que se

basaba en la producción artesanal; la segunda, la manufactura (hecho con la mano),

en donde se da la especialización de tareas por parte de los trabajadores, se

aumenta la producción y se disminuyen los costos; la tercera y última, la producción

maquinizada en donde aumenta la especialización del trabajo y comienza la

repartición de actividades para aumentar la productividad y disminuir los costos. La

aplicación de operaciones repetitivas del trabajador y de las herramientas trajo como

consecuencia la máquina, que se encarga de realizar dichas operaciones

repetitivas. El desarrollo de la máquina se dio sobre todo a partir de la Revolución

Industrial (siglos XVIII y XIX). La máquina ha seguido evolucionando hasta llegar a

la automatización y la computarización en los procesos productivos, que siguen

basándose en el principio de la maquinaria: realizar operaciones repetitivas. (Óp.

Cit. p. 48).


XXXIV

Existen dos fases históricas del capitalismo: la libre competencia y el imperialismo

(Méndez Morales, 2014). (En la literatura se puede encontrar a diversos autores que

señalan otras fases del capitalismo como A. Dabat, quien menciona las cinco fases

de este modo de producción; 1. El capitalismo industrial a pequeña escala; 2. El

capitalismo industrial; 3. Capitalismo monopolista-financiero; 4. Capitalismo

corporativo-tecnocrático y; como fase actual del capitalismo, 5. Capitalismo

informático. Para profundizar en el tema, consultar su obra “El mundo y las

naciones” (1993)) La primera abarca del S. XVI al último tercio del S. XIX y se

caracteriza por la competencia entre el capitalista fundamentado en los costos y la

calidad de los productos de cada uno. La segunda, que abarca hasta nuestros días,

es una fase “[…] dominada por los monopolios, la concentración del capital y el

dominio de las fuentes de materias primas. Los monopolios y los países se reparten

el mundo.” (p. 49, cursivas añadidas)

Las características principales del capitalismo, en ambas fases, son:

• Hay propiedad privada sobre los medios de producción.

• Las clases fundamentales son los capitalistas y los obreros asalariados,

quienes venden su fuerza de trabajo a los primeros.

• De la relación de ambas surge el capital.

• Las relaciones sociales de producción son de explotación.

• La forma de explotación es la plusvalía extraída del trabajo de los obreros,

misma de la que se apropia el capitalista.

• Existe la producción generalizada de mercancías.

• La finalidad del capitalista es la obtención de ganancias.

• Cada capitalista decide todo sobre su proceso productivo.

• La inflación y el desempleo son inherentes al funcionamiento del sistema

capitalista.

• El desarrollo económico de la ciudad y del campo es desigual.

Socialismo


XXXV

Es un “[…] modo de producción desarrollado en el siglo XX como consecuencia del

rompimiento de las relaciones sociales capitalistas.” (Ibídem p. 51), una alternativa

para resolver los problemas sociales ocasionados por el sistema capitalista. En

1917 Rusia adoptó este modelo y posteriormente otros países como China siguieron

sus pasos; aunque no logró una plena consolidación, si tiene un papel importante

en la historia de la humanidad.

Las principales características de este modo de producción, de acuerdo con Méndez

Morales, son:

• Hay propiedad social sobre los medios de producción. Puede ser estatal,

cooperativa o asumir otra forma.

• Las clases sociales tienden a desaparecer.

• Existen relaciones de cooperación y ayuda mutua, como en la comunidad

primitiva.

• Ya no hay explotación del hombre por el hombre.

• Se desarrolla excedente económico, pero se distribuye en la sociedad.

• Se producen satisfactores en vez de mercancías.

• Su fin es la satisfacción de necesidades sociales.

• Hay una planificación central de la producción.

• No hay crisis económicas y por lo tanto no existe más desempleo ni inflación.

• El desarrollo de la ciudad y del campo tiende a la armonía.

• El socialismo representa la transición hacia un modo de producción superior

que sería el comunismo.

1.4. Economía actual.

El sistema económico o modo de producción en el que nos encontramos

actualmente es el capitalismo neoliberal, imperialista o monopolista; es decir, en la

segunda fase del capitalismo.


XXXVI

Con base en lo expuesto por Méndez, esta modalidad capitalista se fundamenta en

la mercantilización; es decir, en el intercambio de mercancías y servicios, así como

en su internacionalización para la integración del mercado mundial que muchos

llaman globalización.

Durante la Revolución Industrial se desarrollaron nuevas tecnologías y maquinarias

que generaron la marginación del hombre en las fábricas y lo convirtieron en un

medio de producción más; ante esta situación, los dueños de los medios de

producción, quienes poseían el excedente económico, intentaron compensar a los

obreros mediante un pago a cambio de las horas trabajadas en la fábrica: un salario.

Sin embargo, esta retribución salarial en comparación con las horas trabajadas no

era equitativa y no les permitía satisfacer sus necesidades ni las de sus familias. La

inconformidad e indignación de los obreros ocasionó diversos movimientos que

buscaban mejorar las condiciones laborales que, al tener éxito, lograron la reducción

de horas laborales y el aumento de salarios.

No obstante, han pasado ya tres siglos desde entonces y el ideal que dio origen al

capitalismo y que pretendía que la situación económica y personal mejorara, a nivel

mundial, sólo ha beneficiado a unos cuantos; el resto de la población continúa en

situación de pobreza, las condiciones laborales son, en su mayoría, precarias, el

desempleo aún existe, la inflación sube, pero los salarios siguen siendo insuficientes

para satisfacer las necesidades básicas de los individuos. No conforme con ello, las

grandes empresas se han encargado de explotar los recursos naturales de los

países capitalistas dependientes y atrasados (Méndez Morales, 2016, p. 8), se han

generado políticas y tratados que impiden el crecimiento de estos países, pero

favorecen a las grandes potencias, se ha incentivado la competencia entre

empresas y entre los mismos trabajadores ocasionando un espíritu individualista y

egoísta; la lucha entre clases sociales es cada vez mayor.


XXXVII

Como menciona Méndez (2016), las características principales de esta fase

imperialista son:

• La concentración de la producción y del capital, creando monopolios que

dominan la economía de los países.

• La fusión del capital bancario con el industrial creando el capital financiero,

donde sólo unos cuántos son los dueños y se encargan de dominar la

economía mundial.

• La exportación de capitales a través de las inversiones extranjeras y los

movimientos financieros entre países buscando ganancias más elevadas y

rápidas.

• Las grandes potencias se reparten el mundo.

• La formación de asociaciones internacionales monopolistas capitalistas que

se reparten el mundo. Se refleja con el dominio económico que ejercen las

empresas transnacionales y que ha permitido la expansión del imperialismo.

“El capitalismo ha logrado sobrevivir más de cinco siglos a pesar de ser un sistema

complejo y contradictorio que genera grades desigualdades sociales y que favorece

el desarrollo de unos cuantos empresarios y financieros que dominan la vida

económica de los países.” (Méndez Morales, 2015, p. 51).

Este modelo capitalista neoliberal nace con el llamado Consenso de Washington

(1989), aplicado en Chile durante el mandato de Pinochet (1974-1990); en Inglaterra

con Margaret Thatcher (1979-1990) y; en Estados Unidos durante el periodo de

Ronald Reagan (1981-1989). En México, este modelo, ha sido aplicado desde 1983

y los resultados han sido evidentes, destacando el bajo crecimiento de la economía

nacional. (Méndez 2016), señala que el crecimiento promedio anual del PIB de 1983

a 2016 fue apenas de 2.1%, cifra considerada baja con respecto a las cifras

históricas que rebasaban el 6%5. (Para el cuarto trimestre de 2017, el crecimiento

del PIB fue apenas del 1.5% de acuerdo con INEGI).


XXXVIII

Asimismo, señala que tanto el sector agropecuario como el industrial crecen a tasas

muy bajas y han sido abandonados por el Estado, pues en el sector agropecuario,

el crecimiento promedio anual fue apenas del 1.7 %, cifra que indica la falta de

producción de alimentos y materias primas para el mercado interno. Esta situación

ha traído consecuencias fatales, tanto económicas como sociales, para la gente que

vive en el campo y que esa es su fuente de subsistencia. La situación es aún peor

considerando que el 25% de la población vive en el campo.

Por otra parte, el crecimiento del sector industrial presenta casi los mismos

resultados que el sector agropecuario, con un promedio, de 2.21%. El crecimiento

industrial durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) fue apenas del 0.96%

revelando un estancamiento en el sector.

El sector servicios, conformado por el comercio, almacenamiento, comunicaciones

y transportes, servicios financieros, seguros y bienes inmuebles y; servicios

comunales, sociales y personales, es el que más crecimiento ha tenido con un 2.6%

promedio al año, no obstante, el porcentaje de crecimiento se considera bajo, al

igual que en los otros sectores, por el conjunto de actividades que lo integran.

De continuar aplicando el modelo neoliberal depredador en nuestro país, las

consecuencias negativas se agudizarán, especialmente en la esfera social y

ecológica y mantendrán bajos ritmos de crecimiento económico que beneficiarán a

pocos mexicanos, lo que mantendrá en la pobreza a millones de mexicanos.

(Méndez Morales, 2016, p. 345).

Considerando las cifras presentadas por Méndez (2016), las políticas neoliberales

han favorecido a las grandes empresas transnacionales, dejando de lado la

producción y transformación de productos para el mercado nacional, afectando a

personas que viven en el sector rural o que se dedicaban a ello; han dañado los

recursos naturales con los que cuenta el país apropiándose de ellos para obtener

sus materias primas, mientras tanto, continúa la comercialización de mercancías de


XXXIX

estas grandes empresas y los bajos salarios para los obreros mexicanos

provocando además, salida de capitales del país.

Así el autor puntualiza los principales retos que el país deberá afrontar si se quieren

revertir los efectos negativos de más de 30 años de políticas neoliberales:

• Incluir los tres aspectos de la sustentabilidad; lo económico, lo ecológico y

social.

• Mejorar las condiciones sociales, laborales y ambientales de la población

más vulnerable.

• Mejorar las condiciones laborales para llegar al empleo digno y decente.

• Mejorar la educación.

• Mejorar la salud de todos los habitantes del país.

• Propiciar la seguridad ciudadana.

Ante estos retos el mismo autor propone un nuevo modelo económico que camine

hacia la sustentabilidad misma que es necesaria para que las futuras generaciones

puedan mejorar también sus condiciones de vida.

Aunque el término de sustentabilidad no se plasma en la economía social y solidaria,

ni en sus principios, fines o valores, es un sinónimo al conglomerar todo lo que esta

economía quiere lograr: un compromiso con el medio ambiente, mejorar la

economía y el nivel de vida de la sociedad y, el compromiso entre la misma sociedad

para que se trabaje solidariamente satisfaciendo las necesidades básicas

(educación, trabajo, salud, seguridad, alimentos, etc.) que les permitan una mejor

calidad de vida.

En síntesis, el capitalismo en la fase de imperialismo neoliberal, por sus mismas

características, está en constante crisis y ante esta situación ha sido necesaria la

búsqueda de alternativas viables al sistema, dando paso a la creación de

organizaciones que funcionen con bases diferentes en todo su proceso económico,


XL

desde la producción hasta la repartición equitativa de los beneficios. Basadas en la

cooperación y la solidaridad, estas organizaciones dan cabida a una economía

alternativa que puede ser una nueva salida a un modo de producción como el

capitalismo.

1.5 Conceptualización y caracterización de las economías alternativas.

En la búsqueda de alternativas a un sistema económico que presenta muchos

problemas, aparecen a lo largo de la historia un sinfín de movimientos y de

organizaciones que buscan solventar las necesidades de los seres humanos y

mejorar su calidad de vida dando paso a lo que podría ser un nuevo modo de

producción; la economía social y solidaria. Es importante presentar una

conceptualización de las economías alternativas al capitalismo y sus características

a efecto de entender a qué se refiere la economía social y solidaria.

El concepto de economías alternativas al capitalismo se ha dado de diferentes

maneras dependiendo el país o región en donde se consolidan proyectos de este

tipo, así como de sus principales características. A estas economías se les ha

nombrado: Economía popular; Economía del trabajo; Economía Colaborativa;

Economía social; Economía solidaria; Economía social y solidaria; que, si bien todas

ellas buscan un sentido solidario y pretenden elevar el nivel de vida de la sociedad,

no son sinónimos. A continuación, se explican dos características de este modo

económico junto con sus principales características.

1.5.1 En el mundo

Como hemos estado analizando se ha abordado el desarrollo de los modos de

producción en los que el hombre se ha organizado de diferentes maneras para

satisfacer sus necesidades. Primero, en la comunidad primitiva, el hombre satisfacía

sus necesidades con los recursos que le ofrecía la naturaleza y convivía con ella en

armonía. Conforme se fue estableciendo como un hombre sedentario, se dio origen


XLI

al Modo Asiático de Producción, en el que se da la explotación de una comunidad

por otra. Nace también el esclavismo, donde ya el hombre explotaba a sus

semejantes y empiezan las diferencias de clases, siendo sólo una quien dominaba:

los esclavistas; ante esta situación surgen las primeras rebeliones por parte de los

esclavos dando fin a este modo de producción y permitiendo el paso al feudalismo.

En el feudalismo la forma de explotación cambia; a los siervos (antes esclavos) se

les otorgaba una porción de tierra donde vivir y donde cultivar para satisfacer sus

necesidades básicas, sin embargo, estaban obligados a trabajar esas tierras y pagar

una renta al señor feudal. Con la especialización de oficios, los siervos comienzan

a formar sus talleres de artesanos en los burgos y a producir excedentes

económicos permitiendo la comercialización de los mismos y capitalizando sus

bienes; así surge el capitalismo donde la explotación del hombre por el hombre

vuelve a sufrir cambios, ahora bajo la forma de trabajo asalariado que produce la

plusvalía de la cual se apropian los capitalistas. Sin embargo, fue durante este

último modo de producción, que comienzan los movimientos más fuertes que dan

pauta a la consolidación de proyectos sociales alternativos que son la base de la


Durante la Revolución Industrial, el hombre pierde importancia en la producción al

ser sustituido por máquinas que producían más y en menor tiempo; repercutiendo

negativamente en las condiciones laborales de los obreros. Con ello se generaron

movimientos obreros que buscaban contrarrestar esta situación.

Las nuevas fábricas surgidas con la Revolución Industrial necesitaban grandes

cantidades de obreros. La falta de regulaciones legales acerca del trabajo fabril dio

lugar a formas abusivas de explotación de la mano de obra, que fueron contestadas

con el sindicalismo.

Las primeras formas de organización sindical aparecieron en Inglaterra. Las Trade

Unions lucharon por los derechos de los trabajadores: aumentos salariales,


XLII

reducción de la jornada de trabajo, mejora de las condiciones laborales y control

legal de los abusos en el trabajo y sobre todo de mujeres y niños. (Gobierno Vasco,

2017).

Los sindicatos fueron la respuesta a la explotación laboral que surgió a raíz de la

Revolución Industrial. Estos sindicatos estaban conformados por obreros que

buscaban mejorar sus condiciones laborales como la reducción de horas de trabajo,

el aumento salarial y la erradicación de los abusos o explotación que se daba hacia

mujeres y niños. Los sindicatos son una forma de organización que permanece

hasta nuestros días.

Durante el siglo XIX se fortaleció el capitalismo y con ello, la polarización social.

Como afirma Orellana (2007), ahí es donde tuvo origen la economía social y

solidaria, pues surge el cooperativismo como respuesta a la convulsión económica

y social imperante. Así se dio comienzo a nuevas ideas y caminos que le permiten

al hombre imaginar y construir un campo de solidaridad, cooperación y justicia

social.

[…] con la aparición de pensadores como Robert Owen y Charles Fourier a la

cabeza, surge la corriente cooperativista y socialista que -basada en los

conocimientos de los teóricos de la economía burguesa- plantearon sus aportes

principales en contra de las afirmaciones de esta clase burguesa.

Esta corriente de pensamiento cooperativista y solidario partió de la crítica a la

economía capitalista para afirmar que la sociedad capitalista no le permite al hombre

la realización plena ni el logro de la felicidad, pues la mayor parte de las personas

eran excluidas del sistema de capital en el cuál sólo unos pocos logran

empoderamiento y desarrollo. (Moncayo Muñoz y Villalobos Garrido, 2016, p. 78).

Robert Owen es considerado como el padre del cooperativismo (junto con Charles

Fourier), el fundador del socialismo utópico inglés que predicaba la doctrina de la


XLIII

fraternidad humana. (Ideología filosófica basada en la unión y buena

correspondencia entre hermanos o entre los que se tratan como tal). Owen defendía

la posibilidad de desarrollar un sistema económico alternativo basado en la

cooperativa para sustituir el sistema capitalista por otro más justo que evitara

problemas en su país. Creía que los obreros debían unirse para crear una nueva

realidad europea.

En 1829, Owen crea la Asociación Británica para la Promoción de la Ciencia

Cooperativa y para 1832 ya existían 500 sociedades cooperativas de distribución y

producción. Pone en marcha la “Bolsa Nacional de Cambio Equitativo del Trabajo”

con sede en Londres donde las cooperativas vendían sus productos recibiendo a

cambio más billetes de trabajo que sustituían al dinero, sin embargo, este proyecto

fracasó. En 1833 crea un sindicato nacional, mismo que fue disuelto por presión de

los patronos y en 1835 anunció “Un nuevo mundo moral”, un periódico que intentaba

propagar sus ideas. Ese mismo año intentó fundar una ciudad comunitaria en

Queenwood que tampoco tuvo éxito. (Wikipedia, 2017)

No obstante, logró difundir sus ideas y fue la inspiración de diversos movimientos

como mencionan Moncayo y Villalobos (2016).

En 1844 seguidores del movimiento cooperativo de Owen crearon en Inglaterra la

primera cooperativa de consumo denominada la sociedad de los justos pioneros de

Rochdale, impulsando la estrategia del cooperativismo como fuente de desarrollo

alternativo al alcance de los obreros y sus familias. Este grupo cooperativo consolidó

de manera formal los primeros principios cooperativos […] (Óp. Cit. p. 79).

También Toledo (2015) en su libro, menciona el movimiento de Rochdale que surge

en 1844 en Inglaterra en donde se consolidó la primera cooperativa con 28

trabajadores de la industria textil que decidieron, al ser despedidos, fundar su propia

sociedad, llamada “Sociedad Equitativa de Pioneros de Rochdale”. El objetivo de

esta sociedad era la implementación de un modelo productivo cimentado en la


XLIV

colaboración como una alternativa al binomio patrón-trabajador, y en la solidaridad

como un sustituto a la explotación laboral.

Estos movimientos surgen como una respuesta a las condiciones infrahumanas que

se vivían en las fábricas a raíz de la Revolución Industrial, como menciona

Hernández López (2017):

La crudeza de las condiciones sociales en Inglaterra de la primera mitad del siglo

XIX, descritas por Marx y Engels en diferentes obras, derivaron en la formulación

marxista de la lucha de clases para la superación histórica del capitalismo por la vía

revolucionaria el cooperativismo sostiene principios de igualdad y horizontalidad en

las relaciones de producción y gestión, representando otro antecedente

fundamental a la organización de empresas productivas alternativas a la capitalista.

(Ibídem, p. 9 y 11).

Según el curso básico de Economía Solidaria en Colombia (2005), los antecedentes

históricos de la economía solidaria se encuentran en el mutualismo como (Corriente

de pensamiento atribuida a Pierre-Joseph Proudhon en donde se propone que la

propiedad de los medios de producción pueda ser individual o colectiva siempre y

cuando el intercambio de bienes y servicios sea equitativo con el trabajo. (Wikipedia,

2018) herramienta diseñada para que las personas logren acceso a algún bien o

servicio, al cual no pueden acceder por sí mismos, a través de la ayuda mutua y,

posteriormente, con la cooperativa de los pioneros de Rochdale.

Los pioneros de Rochdale (27 hombres y una mujer), deciden organizar con

recursos propios un almacén cooperativo asumiendo cada uno el compromiso de

aportar una modesta suma de dinero para el ahorro. Con el paso del tiempo, la

cantidad de asociados aumentó a 40, lo que permitió recaudar el suficiente dinero

para rentar la planta baja de un local e inaugurarlo el 21 de diciembre de 1844. En

ese local, los asociados eran dueños y trabajadores y comercializaban los productos

que ellos mismos fabricaban bajo un sentido de colaboración y solidaridad.


XLV

El Congreso Internacional del Cooperativismo reunido en Londres (1895) creó la

Alianza Cooperativa Internacional, organismo que adoptó los principios planteados

en Rochdale (1844) y los convirtió en un dogma del movimiento cooperativista por

muchos años. Estos principios son:

• Membresía abierta y voluntaria

• Control democrático de los miembros

• Participación económica de los miembros

• Autonomía e independencia

• Educación, formación e información

• Cooperación entre cooperativas

• Compromiso con la comunidad (Moncayo Muñoz y Villalobos Garrido, 2016).

Estos antecedentes permitieron el desarrollo del cooperativismo en algunas

regiones de Europa y América Latina. En Alemania, durante el siglo XX, la economía

se vio afectada a causa de la destrucción que generaron las guerras obligando al

país a buscar formas de fortalecer la economía, entre ellas, la economía social.

“Terminada la Segunda Guerra Mundial, varios de los académicos fueron parte del

régimen y fortalecieron la economía social de mercado, esto a fines de 1948, dando

paso a una estabilización de la moneda.” (Ramos Castro, 2015, p. 5).

En América desde las comunidades indígenas y previo a la Conquista existe una

historia de trabajo comunitario que era denominado de diferentes maneras como

fue la minga, una organización de trabajo colectivo para construir obras o realizar

labores agrícolas que beneficiaban a toda la comunidad; el convite, un sistema

donde todos participaban con trabajo en una obra para el beneficio de uno de los

miembros del grupo; mano prestado, que se refería al trabajo del grupo o de uno de

los miembros del grupo en la tierra de uno de ellos, que luego el beneficiado retribuía

con trabajo en la tierra del otro; la faena, un sistema para realizar obras de

beneficencia común en el que cada miembro aporta jornadas de trabajo de medio


XLVI

día; el waki, una organización colectiva de trabajo para cultivar la tierra en la que se

utilizan semillas de propiedad común y se divide la cosecha por surcos; el ayni, un

sistema de préstamos pactados para mutuo beneficio de jornadas de trabajo

agrícola, que se pagan en posteriores oportunidades y; el pasanacu, un fondo

comunitario al que sus miembros hacen aportes iguales, se utiliza para atender

calamidades familiares graves. (DANSOCIAL, 2005).

En los pueblos andinos las comunidades indígenas se organizaban en Ayllus donde

el vínculo económico es la tierra, de propiedad común lo mismo que los animales y

los instrumentos de trabajo. (Centro Canadiense de Estudios y Cooperación

Internacional, 2008).

A finales del siglo XIX surgen las primeras cooperativas de crédito españolas

(Vargas-Manchuca Salido, 2016), y en Colombia en 1899, se crean las “Sociedades

de socorro mutuo” y las “Natilleras” predecesoras de los fondos de empleados.

También en el siglo XX, la economía social y solidaria tuvo su apogeo en Colombia.

En 1904 el General Rafael Uribe y más tarde en 1916, el Ministro de Agricultura,

Benjamín Herrera, propusieron al Gobierno y al Congreso de la República, los

planes cooperativos para el fomento de producción agropecuaria. Posteriormente,

en 1920, el padre Adán Puerto difundió las ideas cooperativas y de ayuda mutua

ocasionando que la Iglesia católica se sumara con la promoción de fondos de auxilio

mutuo, cooperativas y precooperativas. Esta situación despertó el interés del

Ministro de la industria, quien en 1927 presentó una propuesta orientada a fomentar

la constitución de cooperativas de producción y consumo. Sin embargo, es hasta

1931 cuando se adopta el término de Economía Solidaria incluyéndolo en la ley; en

1959 aparece el cooperativismo, la consolidación y expansión de mutuales,

cooperativas y fondos de empleados. El cooperativismo tiene un gran auge en los

años sesenta y setentas del siglo XX promovido por los sindicatos como estrategia

para mejorar los ingresos de las familias de los trabajadores.


XLVII

En Brasil, la economía social y solidaria, surge durante las últimas décadas del siglo

XX como alternativa para el mejoramiento de ingresos económicos de la población

y se asumen entonces, por parte del Estado, los incentivos económicos. Se crea

una secretaría técnica para la ejecución de políticas públicas y las universidades

participan como entidades cooperantes. (Ramos Castro, 2015) Por otro lado, en

Perú la economía social y solidaria nace como un movimiento político para

sensibilizar a la clase política. En Ecuador la economía social y solidaria se fortalece

alrededor de 1970 con las iniciativas de parroquias eclesiásticas para comercializar

en la ciudad lo que se producía en sus tierras, promoviendo el comercio justo.

En la mayoría de los países, la economía social y solidaria surge como un

movimiento para construir alternativas que permitan mejorar el nivel de vida de los

trabajadores. En algunos países como Colombia, Alemania y Ecuador, se ha

consolidado más este sistema y han servido de ejemplo para que, paulatinamente,

otros países vayan adoptando estos principios y formas de organización.

15.2. En México.

La tradición histórica prehispánica refiere formas de organización colectiva y

cooperativa, principalmente bajo la figura del calpulli o barrio en el que se

organizaban las comunidades en aras de ser, además de entramados familiares,

colectivos de trabajadores especializados. De aquella época, se conocen figuras

como el tequio.

La palabra tequio, es la castellanización del término náhuatl tequitl, que significa

brindar un servicio como tributo; […] obligación del trabajo comunal para la obra

pública […] Entre los aztecas era una obligación colectiva de los pueblos

conquistados, principalmente para obras públicas, y en su mecánica la familia era

quien comunitariamente decidía qué persona o personas iban a cumplir con la

cantidad de trabajo prescrito. (Izquierdo, 1998, pp. 427-428; citado por Méndez

Cruz, 2015, p. 283).


XLVIII

Durante la época prehispánica y de la Colonia también existían otras formas de

organización donde se mostraba un sentido de solidaridad y beneficio para la

comunidad como las manovueltas que era una forma de intercambio de trabajo más

ligada a cuestiones de agricultura; la gozona, una forma de colaboración a nivel

familiar y; la guelaguetza que se refiere al apoyo social relacionado a eventos como

bodas, bautizos o fiestas y que también funcionaba (y funciona) cuando algún

miembro de la comunidad tenía (tiene) problemas. Los mexicas, por ejemplo, se

organizaban para que, en caso de enfermedad, epidemia o pérdida de cosecha por

inundaciones o sequías, se pudiera donar alimentos a quienes los necesitaban,

mismos que se tomaban de los Petracalli. (Almacenes donde se guardaban los

frutos). En estas situaciones también se deja ver el sentido solidario.

La llegada de los españoles significó una ruptura de los paradigmas dominantes

antes de la Conquista en los aspectos sociales, económicos, políticos, culturales y

religiosos, no obstante, se rescataron algunas tradiciones que se adaptaron a la

visión de los conquistadores y permitieron que figuras como el ejido (Tierras que,

en México, eran dotadas a un grupo de personas para su establecimiento,

explotación y beneficio común). se mantuvieran en la Colonia y subsistieran hasta

épocas recientes. (SEDESOL, 2014)

Los pósitos fueron otra figura funcional en la época de la Colonia.

[…] eran almacenes comunales en los que los indígenas depositaban el producto

de sus cosechas, en prevención de malas temporadas. Con ello tenían derecho a

recibir lo necesario para el sustento propio y de sus familias, en tiempo de escasez.

Otro ejemplo de cooperativismo primitivo mexicano fueron los pueblos hospitales,

fundados por el obispo Vasco de Quiroga, en Michoacán, alrededor de 1550, que

sirvieron para atenuar el disgusto de los tarascos contra las acciones del

conquistador Nuño de Guzmán. (Confecoop, 2017).


XLIX

El Mutualismo se utilizó en México como un medio para que los seres humanos

pudieran elevar su nivel de vida. Durante el siglo XIX los artesanos mexicanos

formaron cooperativas para realizar ventas en común. Estas formas asociativas se

encuentran presentes en la actualidad. (SEDESOL, 2014).

En 1873, a 30 años del movimiento histórico de los Pioneros de Rochdale, nació en

México la primera cooperativa de producción, formada por sastres, a la que

siguieron otras, de carpinteros y sombrereros. En 1876, los obreros ferroviarios de

la Estación Buenavista del Distrito Federal constituyeron la primera sociedad

cooperativa de consumo. Así nacen las primeras cooperativas en México, que

obtienen reconocimiento legal en 1889, cuando en el Código de Comercio se les

reconoce como “unidades económicas, con características de organización y

funcionamiento diferentes a las de la empresa privada.” Al iniciarse el siglo XX, las

actividades cooperativas en nuestro país eran escasas y poco significativas y no

tuvieron avances en esa época. Los largos años de dictadura del presidente Porfirio

Díaz habían adormecido y frenado los ideales cooperativos. Un antecedente

revolucionario del cooperativismo es el “Centro Mutuo Cooperativo de México”,

cuyos miembros eran decididos partidarios de don Francisco I. Madero. Por esa

razón, al triunfar la Revolución Mexicana, el movimiento cooperativo obtuvo su

anhelada oportunidad de avance y expansión. Durante la época postrevolucionaria,

de 1911 a 1926, el cooperativismo empezó a crecer, a pesar de no existir todavía

un marco jurídico propio. Por todo el país surgieron cooperativas dedicadas a la

pesca, transportes, artes gráficas, consumo y servicios diversos. El cooperativismo

mexicano reiniciaba así su trayectoria histórica, al buscar alcanzar planos

superiores por tanto tiempos anhelados. (Confecoop, 2017).

La primera Ley Cooperativa en México, se promulgó en 1927 con el presidente

Plutarco Elías Calles, instituyendo el marco jurídico para el cooperativismo. Con el

paso del tiempo, algunos presidentes subsecuentes realizaron reformas a esa ley

con la intención de mejorar y eliminar sus deficiencias, como fue el caso del

presidente Abelardo L. Rodríguez (1932-1934), el presidente Lázaro Cárdenas


L

(1934-1940) quien, además, promulgó la Ley General de Sociedades Cooperativas

y más adelante, Felipe Calderón (2006-2012) quien fomentó el desarrollo de la

economía social y solidaria al establecer una ley que fue aprobada y que contiene

los principios y normas regulatorias de esta economía.

Estas medidas tomadas por los presidentes dieron pauta a que la legislación

cooperativista se instaurara en México, sin embargo, en términos más generales,

es decir, de la economía social y solidaria, el avance ha sido lento; es decir, la

creación de empresas de este tipo ha sido poca.

Marco de referencia.

CAPITULO I: El origen de la rectoría del estado sobre la economía social y solidaría

(Un breve recuento histórico de la economía compartida)





1.5 Conceptualización y caracterización de las economías alternativas.

1.5.1 En el mundo

15.2. En México.

1.6. Las organizaciones de la economía social y solidaria.

1.7. Ejidos.

1.7.1. Organizaciones de trabajadores.

1.7.2. Sociedades cooperativas.

1.8. Ejemplos de organizaciones de la economía social y solidaría

1.9 El sector público

1.10. El desarrollo del estado: breve recuento.

1.11. ¿Qué entendemos como política económica?

1.12. La aparición de las micro finanzas herramienta de inclusión financiera.

1.13. ¿Qué es el sistema financiero en México?


LI

1.13.1. El sector financiero de ahorro y crédito popular en nuestro país hacia la

inclusión financiera.

1.13.2. Los historiales.

1.13.3. Un breve recorrido por la legislación aplicable

CAPITULO II: El modelo Neoliberal y el sistema financiero en México.

2.1 El modelo neoliberal.

2.2 Neoliberalismo e intervención del Estado Mexicano.

2.3 Saldos económicos en México: Ingreso, pobreza y desigualdad.

2.4 Economía social y solidaría. Importancia de su desarrollo.

2.4.1 Economía social

2.4.2 Economía solidaría.

2.4.3 Economía social y Economía solidaría

2.5 La organización del sistema financiero mexicano

2.6 La comisión nacional para la protección y defensa de los servicios financieros.

2.7 El Banco de México.

2.7.1 El organismo regulador del sub-sistema.

2.7.2 Los organismos controladores de grupos financieros

2.7.3 Las instituciones otorgantes de crédito.

2.7.4 Las sociedades financieras de objeto limitado u objeto múltiple

2.7.5 Las organizaciones encargadas de la actividad auxiliar de crédito

2.7.6 El buró de crédito o sociedades de información crediticia.

2.8 Las instituciones del mercado de valores: la bolsa mexicana, las sociedades de

inversión

2.9 Las sociedades que operan como intermediarios en las operaciones bursátiles.

2.10 La comisión Nacional de seguros y finanzas.

2.11 La rama de seguros, finanzas, afores. Las siefores

2.12 Las instituciones encargadas de la banca de desarrollo.

2.13 El sector popular de la banca en México.

2.13.1 La norma reguladora del ahorro y crédito popular, la norma reguladora de las

sociedades cooperativas.


LII

2.13.2 Bansefi.

2.13.3 Las sociedades financieras populares y las sociedades cooperativas

dedicadas al ahorro y préstamo

CAPITULO III: Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo

mexicano y las fundaciones como organización de la economía social y solidaria en

México, como fundamento del buen vivir

3.1 Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo

3.2 Operación y desarrollo de las figuras solidarias.

3.3 Expectativas sobre su funcionalidad.

3.4 Superar la coyuntura para crear y expandir el modelo.

3.5 Las fundaciones como organizaciones de la economía social y solidaria

3.6 ¿Qué son las fundaciones?

3.7 Evolución histórica de las fundaciones: en el mundo y en México.

3.8 Marco normativo de las fundaciones en México. A nivel Federal y Estatal

3.9 Ejemplo de fundaciones modernas y su funcionamiento.

3.9.1 Nacional Monte de Piedad, Monte Luz Saviñón, Fundación Rafael Dondé,

Fundación John Langdon Down, Fundación Caritas,

3.10 Prácticas de la economía social y solidaria como fundamento del buen vivir

3.11. El papel del Estado Nación.

3.12 La noción de hegemonía subalternidad

3.13 La contra-hegemonía subalterna

3.14. La economía solidaria como economía moral

CAPITULO IV: Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México

(economía social y solidaria) tanto en el trabajo como en su marco jurídico que la

respaldan

4.1 Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México.

4.2 Situación actual de la economía social y solidaría en México.

4.2.1 Artículo 25 constitucional y la ley de la economía social y solidaría.

4.2.2 El instituto nacional de la economía social.


LIII

4.3. La economía social y solidaría, y su importancia en México. Casos exitosos de

cooperativas en México.

4.3.1 Importancia económica de la economía social y solidaria en el mundo y México

4.3.2 La sociedad cooperativa pascual.

4.3.3 La sociedad cooperativa La Cruz Azul.

4.4 Condiciones para el buen funcionamiento y desarrollo de la economía social y

solidaria en México.

4.5 Propuesta para un acercamiento a la economía social y solidaria en México

4.5.1 Creación de la asignatura: Economía social y solidaría en la Licenciatura

4.6. Las cooperativas de trabajo: emprendimiento económico como la columna

vertebral de la economía solidaria

4.7 Cooperativas de trabajo y emprendimiento económico.

4.8 Prácticas.

4.9 Racionalidad

4.10 Algunas experiencias Latinoamericanas en torno a la economía solidaria.

4.11 Semblanzas de las garantías individuales consagradas en la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos

4.12 Las garantías sociales consagradas en los artículos 27 y 123 constitucionales.

4.13 Los artículos 25 y 26 de nuestra constitución que rige la economía nacional.

4.14 Los artículos 6, 35, 36, 39 y 41 constitucionales que sustentan la democracia

en México

Conclusiones

Bibliografía


LIV

6. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS.

Hipótesis

Las entidades que integran la economía social y solidaria han demostrado ser una

opción viable, autónoma y sustentable para el fomento del desarrollo regional y

particularmente de la población considerada de escasos recursos, sin embargo no

ha existido una política pública consistente de fomento y regulación que permita su

crecimiento y consolidación, prevaleciendo esfuerzos desarticulados en materia de

promoción social y regulación económica para estas organizaciones, por lo que la

política pública hacia el sector se caracteriza, más por incipientes intentos asociados

a una estrategia reactiva, que una acción deliberada y debidamente articulada.

Hipótesis secundarias

1) El sector de la economía social y solidaria enfrenta la presencia de

organizaciones que amparadas por la nula intervención estatal y

favoreciéndose de un tratamiento fiscal especial, omiten en su organización

los principios que le dan originalidad y sustento a su forma de organización,

con lo cual certifican la actitud de la autoridad respecto a mantener una sana

distancia del sector ante la imposibilidad práctica de ejercer el debido control

y la alta sensibilidad social que tienen dichas organizaciones.

2) El estado mexicano mantiene el tema de la promoción y regulación del sector

de la economía social y solidaria alejada de la agenda de gobierno, y por lo

tanto de sus políticas públicas, conforme se desprende del escaso desarrollo

del cuerpo institucional y normativo con los que cuenta para el fomento y

regulación del sector, por lo que las organizaciones terminan por asumir los

costos de una fallida estructura de supervisión.


LV

7.- PRUEBA EMPÍRICAS O CUALITATIVAS DE LAS HIPÓTESIS.

Hipótesis central

Las entidades que integran la economía social y solidaria han demostrado

ser una opción viable, autónoma y sustentable para el fomento del desarrollo

regional y particularmente de la población considerada de escasos recursos,

sin embargo no ha existido una política pública consistente de fomento y

regulación que permita su crecimiento y consolidación, prevaleciendo

esfuerzos desarticulados en materia de promoción social y regulación

económica para estas organizaciones, por lo que la política pública hacia el

sector se caracteriza, más por incipientes intentos asociados a una estrategia

reactiva, que una acción deliberada y debidamente articulada.

Para comprobar la hipótesis central que guio esta investigación se desarrolló en

primer lugar (capítulo 1) un marco teórico y conceptual basado en una perspectiva

social que inicia con los principios que establece la necesidad de contar por parte

del estado de una intervención normativa, necesaria en un primer momento para

discernir la naturaleza de estas organizaciones que surgen de la ciudadanía para la

satisfacción de determinadas necesidades en las propias comunidades. Estas

actividades se encuentran vinculadas al apego voluntario a una doctrina que implica

una serie de principios societarios que definen a estas organizaciones, y es con este

hecho que se pueden distinguir de aquellas que solo marginalmente pretenden

ofrecer algún beneficio a la comunidad, con acciones que se enmarcan en una

responsabilidad social empresarial; Dicha identificación es relevante en tanto

establece la forma en que el estado intervendrá en el ordenamiento y promoción de

dichas organizaciones, y con ello se da un reconocimiento explícito de la relevancia

y potencialidad de estas organizaciones que se han erigido como un paradigma que

viene a fortalecer la convivencia democrática que permite abordar los problemas

sociales de una manera más integral y equitativa.


LVI

En este sentido, hacemos una revisión especial respecto a las acciones

emprendidas en el ámbito de la que podemos identificar como banca popular, la

cual se sustenta en los planteamientos que hace la doctrina cooperativa, y donde el

estado ha manifestado particular interés en desarrollar y mantener un cuerpo

normativo especializado, lo cual favorece establecer parámetros de acción del

estado cuando pretende favorecer y evaluar la situación de estas organizaciones en

términos de su apego a prácticas consistentes con su propósito social. Asimismo,

al ser un enfoque democrático por naturaleza encaja perfectamente con el periodo

que se abarca: el México democrático del año 2000 a la fecha.

En el capítulo 1 expusimos precisamente la relación que existe entre los principios

educativos y formativos de la economía social y solidaria que conducen a dichas

organizaciones que pertenecen a diversos ámbitos de la vida social, como es la

promoción democrática, el combate a la pobreza y la promoción de la producción

social. Ámbitos en los cuales se desarrollan políticas que tienen como finalidad

promover el principio de la equidad y desarrollo regional.

La hipótesis central quedó corroborada con la información presentada en los

capítulos 2 y 3. En el segundo capítulo, presentamos las principales características

del modelo de desarrollo que identificamos como neoliberalismo, para establecer la

manera en que la implementación de dichas políticas resultaron contrarios al interés

mayoritario, particularmente en el sistema financiero, donde se profundizo la

desigualdad, así como la pauperización de amplias capas de la población que

fueron materialmente excluidas del desarrollo.

De esta manera se presenta la revisión de una serie de mecanismos jurídico-

institucionales a nivel nacional, que promueven el desarrollo de prácticas

consistentes con el desarrollo de las organizaciones que integran la economía

social. Para el caso de los mecanismos jurídico-institucionales en el ámbito

financiero, se presentaron instrumentos institucionales que ha generado el Estado

mexicano, como el Banco de México y el Banco Nacional de Servicios Financieros,


LVII

los cuales han incidido a través de pactos, convenios, convenciones y programas

de acción. Asimismo, se desarrollaron los principios de las organizaciones

cooperativas auspiciados por la ACI y diversos organismos internacionales.

En el ámbito nacional, hicimos una selección de documentos legales como

doctrinarios de las organizaciones, desde la Constitución Política hasta leyes y

programas específicos. También se abordaron diversas instancias como

Confederaciones nacionales y extranjeras, y organizaciones promotoras.

De esta forma, las afirmaciones a las que hacen referencia la hipótesis central

quedó corroborada al enfrentar estos datos sobre los mecanismos jurídico-

institucionales, y con una serie de indicadores que fueron elegidos para evaluar los

mecanismos que utiliza es estado mexicano para apoyar a estas organizaciones y

promover la participación y e inclusión social que permiten estas organizaciones.

De esta manera presentamos información empírica sobre tres grandes rubros:

1) La situación general del sector, como un primer acercamiento a la situación de

estas organizaciones en el país. Los indicadores utilizados fueron: cobertura,

demográficos, grado de organización, sustentabilidad, educativos y laborales.

2) La participación política y presencia pública en la sociedad mexicana.

Desde un enfoque centrado en el cumplimiento de los principios en los que se

sustenta las organizaciones de la economía social y solidaria, la presencia

sustantiva de estas organizaciones dentro de la política pública se sustenta en el

ideal democrático, según el cual la incorporación activa del sector –en tanto

institución que facilita la participación y el desarrollo social- en el proceso de toma

de decisiones que profundiza la democracia.

Los indicadores utilizados para evaluar la importancia de esas organizaciones

en México fueron: la incorporación de las propuestas que surgen del sector y


LVIII

fueron incorporadas en el modelo de regulación para estas organizaciones, así

como la presencia en el debate sobre las reformas a su marco normativo; nivel

de organización sectorial, presencia en foros y congresos de carácter

internacional, etc.

Para comprobar la hipótesis central que guio esta investigación se desarrolló en

primer lugar (capítulo 1) un marco teórico y conceptual basado en la perspectiva de

mejores prácticas, en este sentido se identificaron las particularidades que asumen

las organizaciones con objetivos sociales versus la organización tradicional. Dicha

perspectiva conceptual ha dado lugar a una serie de principios elementales que

comparten este tipo de organizaciones, la cual se ha erigido como un paradigma de

las entidades orientadas al desarrollo social, con autonomía y surgidas de la

iniciativa de las comunidades, permitiendo abordar los problemas sociales de una

manera integral y fundamental, ya que considera las experiencias, necesidades e

intereses, tanto de la población beneficiada, como el de las instituciones

promotoras.

En este sentido, los planteamientos de este enfoque son para nosotros los más

adecuados para evaluar la situación de las entidades que integran la economía

social y solidaria en México, al hacer uso de una muy particular metodología para

garantizar la participación y superación social de los integrantes, resolver sus

necesidades, con alto contenido social y democrático que encaja perfectamente con

el periodo de análisis en México.

En el capítulo 2 expusimos la relación que existe entre el concepto de las finanzas

populares, y los diversos ámbitos donde destacan como una herramienta para el

desarrollo social, local y comunitario, en razón de su intrínseco objetivo de

superación de la pobreza y la exclusión. Ámbitos en los cuales se desarrollan

políticas que tienen como finalidad promover el principio de la equidad y justicia

social.


LIX

La hipótesis central quedó corroborada con la información presentada en los

capítulos 2 y 3. En el segundo capítulo, presentamos una selección de

organizaciones que operan en México, subrayando la experiencia de las

fundaciones y el camino seguido para su reconocimiento a través de mecanismos

jurídico-institucionales, tanto a nivel internacional como nacional, que promueven el

desarrollo de estas opciones. Para el caso de los mecanismos jurídico-

institucionales a escala mundial, se presentaron diversas experiencias

internacionales, que dan cuenta del éxito que han tenido estas organizaciones en

diversos países.

En este sentido, no ha existido una política pública consistente de fomento y

regulación que permita su sano desdoblamiento en cobertura y alcances al que hace

referencia la hipótesis central quedó corroborada al enfrentar estos datos sobre los

mecanismos jurídico-institucionales y programáticos, con la baja sobrevivencia de

estas organizaciones y el constante recelo a la regularización y organización, dado

que estos esquemas han respondido a indicadores que fueron trasladados de otro

tipo de intermediarios y no son pertinentes para fomentar la ampliación de la

cobertura y alcance de estas organizaciones.

Hipótesis secundaria 1

1) El sector de la economía social y solidaria enfrenta la presencia de

organizaciones que amparadas por la nula intervención estatal y

favoreciéndose de un tratamiento fiscal especial, omiten en su organización

los principios que le dan originalidad y sustento a su forma de organización,

con lo cual certifican la actitud de la autoridad respecto a mantener una sana

distancia del sector ante la imposibilidad práctica de ejercer el debido control

y la alta sensibilidad social que tienen dichas organizaciones.

Esta hipótesis se comprobó con la revisión del caso de las cooperativas que

participan en el sistema financiero, donde se pudo constatar que la presencia de


LX

organizaciones arribistas que fingen ante la autoridad su verdadera naturaleza

societaria, con el fin de obtener ventajas normativas y fiscales, sin embargo gracias

a que al acercamiento de la autoridad y la presencia de las organizaciones en el

desarrollo de los instrumentos jurídicos específicos en materia de regulación y

acompañamiento a nivel a nivel nacional: como son cambios en la Constitución

Política y el Ley de Organizaciones Cooperativas con sus respectivas reformas. Si

bien dichos instrumentos fueron diseñados y modificados para garantizar y dar

certeza jurídica a la ciudadanía, las cifras expuestas muestran que dichos

instrumentos han tenido el efecto de fortalecer las organizaciones y evitar fraudes

que finalmente afectan al sector. En mayor medida afectadas por la presencia de

organismos “fantasmas” que arriban bajo el objetivo de conseguir alguna ventaja

económica.

Los indicadores utilizados para evaluar la relevancia de estas organizaciones en

México fueron: el apego a los principios de solidaridad social por las organizaciones,

estructura de gobierno centrada en el socio-dueño de las empresas, entre otros.

Esta hipótesis se comprobó con la presentación de los casos de éxito en materia de

organizaciones, como son las Fundaciones y organizaciones cooperativas, los

cuales proveen de una pauta de acciones que podemos considerar como mejores

prácticas; observando que el apego a dichos principios de actuación resulta en la

consecución de los objetivos sociales, como lo es el desarrollo de las economías

regionales.

Si bien los instrumentos que ha desplegado el estado mexicano fueron diseñados y

modificados para garantizar y promover el desarrollo del sector en beneficio de las

comunidades de menores recursos; las cifras expuestas no muestran que dichas

acciones hayan trascendido aún en la reactivación económica local.


LXI

Los indicadores utilizados para evaluar el impacto económico de la actividad en las

economías locales fueron indirectos, referidos a los grados de cobertura y alcance

que reportaron las organizaciones, siendo aún poco relevantes.

Hipótesis secundaria 2

2) El estado mexicano mantiene el tema de la promoción y regulación del

sector de la economía social y solidaria alejada de la agenda de gobierno, y

por lo tanto de sus políticas públicas, conforme se desprende del escaso

desarrollo del cuerpo institucional y normativo con los que cuenta para el

fomento y regulación del sector, por lo que las organizaciones terminan por

asumir los costos de una fallida estructura de supervisión.

Esta hipótesis se corroboró con la información expuesta en los apartados del

capítulo 1 y 2 del presente trabajo, donde se establece la participación del estado

en la promoción del correspondiente marco normativo y con los datos duros

expuestos en el capítulo 3, a partir de los cuales se demuestra que la situación de

vulnerabilidad e incipiente desarrollo de estas organizaciones tiene su origen en la

ausencia que el estado ha demostrado en relación a sus promoción y desarrollo.

Materializada sobre todo, en términos de la ausencia de políticas públicas explicitas,

pero también de recursos públicos. Los elevados índices de desigualdad en las

condiciones de mercado, una normatividad agobiante, la imposibilidad de acceso a

ciertos campos como la educación son prueba de que nuestro país se encuentra

aún muy alejado de un modelo de desarrollo que aliente y respete las iniciativas

ciudadanas autónomas.

En consecuencia, al inicio del capítulo 3 se presenta una radiografía de estas

organizaciones en México revisando las principales características que estas

organizaciones presentan en el caso mexicano, así como indicadores sobre la

población atendida, cobertura, figuras societarias, en particularidad de las

fundaciones, en tanto organizaciones civiles.


LXII

Asimismo, se corroboró con la información expuesta en los apartados de los

capítulos 3 y 4 sobre los mecanismos puestos en juego por el estado mexicano, en

particular con los datos duros expuestos en el capítulo 3, a partir de los cuales se

demuestra que la situación de estas organizaciones, se encuentra muy alejados del

potencial que podrían significar en el desarrollo de opciones productivas y la

superación de las condiciones de vida de amplios sectores sociales. Los elevados

índices de desigualdad en las condiciones de ingresos, del acceso a ciertos campos

de educación y los niveles de igualdad son prueba de que nuestro país se encuentra

aún muy alejado de un desarrollo equilibrado y equitativo.

En consecuencia, al inicio del capítulo 3 se presenta una radiografía de los

elementos de sustentabilidad para estas organizaciones, así como las principales

amenazas y debilidades utilizando los indicadores de cobertura, alcance,

financieros, entre otros.

Objetivo General Objetivos

específicos Preguntas Hipótesis Desarrollo

Describir y explicar la forma en que se ha venido integrando el sector de la Economía Social y Solidaria en México con el propósito de establecer las diversas restricciones que enfrenta el diseño e instrumentación de políticas públicas enfocadas al desarrollo, consolidación y legitimidad de este sector; así como establecer sus posibilidades y desarrollo.

Explicar los principales rasgos que definen la actuación de las organizaciones que participan en este sector.

Examinar los

distintos modelos de empresas sociales y cooperativas que operan en México.

Explorar la

experiencia internacional en materia de economía social y solidaria.

¿Cuáles son las características que distinguen al modelo de organización que propone la economía social y solidaria? ¿Cuál ha sido la génesis de la economía social y solidaría en México? ¿Cómo se integra el marco normativo que regula las operaciones de estas organizaciones? ¿Es consistente con el objetivo de alentar su consolidación y desarrollo?

Las entidades que integran la economía social y solidaria han demostrado ser una opción viable, autónoma y sustentable para el fomento del desarrollo regional y particularmente de la población considerada de escasos recursos, sin embargo no ha existido una política pública consistente de fomento y regulación que permita su crecimiento y consolidación, prevaleciendo

CAPITULO I: El origen de la rectoría del estado sobre la economía social y solidaría (Un breve recuento histórico de la economía compartida) 1.1. Sistemas económicos o modos de producción. 1.2. Comunidad primitiva- modo asiático de producción. 1.3. Esclavismo, Feudalismo; Capitalismo, Socialismo 1.4. Economía actual. 1.5 Conceptualización y caracterización de las economías alternativas. 1.5.1 En el mundo 15.2. En México. 1.6. Las organizaciones de la economía social y solidaria. 1.7. Ejidos.


LXIII

Explicar los instrumentos y programas implementados por el gobierno federal en materia de fomento a las organizaciones integrantes de la Economía Social.

Realizar una

revisión crítica del diseño institucional, instrumentación y operación de estas organizaciones como un instrumento de transformación social y de combate a la pobreza.

Evaluar la

correspondencia entre las políticas, programas y acciones emprendidos en los últimos años por el estado mexicano para el establecimiento un marco normativo promotor de estas iniciativas.

Explicar los

principales elementos que definen la actuación de las entidades reconocidas parte de la Economía Social y Solidaria.

¿Cuál debe ser el papel que le corresponde al estado mexicano respecto a estas organizaciones? ¿Cuál ha sido las estrategias de políticas públicas del gobierno mexicano en cuanto a la promoción y regulación del sector? ¿Cuáles son los principales sectores productivos en los que se han desenvuelto estas organizaciones, en cuáles han encontrado mejores condiciones de desarrollo? ¿Existen mecanismos asociados a las políticas públicas del estado mexicano relativas al seguimiento y promoción de estas organizaciones? ¿Cuál ha sido la experiencia internacional respecto a los mecanismos del estado utilizados para la promoción y supervisión del sector? ¿Cuál es el valor de la cooperativa en tanto formador e integrador social? ¿Se puede cuantificar los costos sociales y

esfuerzos desarticulados en materia de promoción social y regulación económica para estas organizaciones, por lo que la política pública hacia el sector se caracteriza, más por incipientes intentos asociados a una estrategia reactiva, que una acción deliberada y debidamente articulada. El sector de la economía social y solidaria enfrenta la presencia de organizaciones que amparadas por la nula intervención estatal y favoreciéndose de un tratamiento fiscal especial, omiten en su organización los principios que le dan originalidad y sustento a su forma de organización, con lo cual certifican la actitud de la autoridad respecto a mantener una sana distancia del sector ante la imposibilidad práctica de ejercer el debido control y la alta sensibilidad social que tienen dichas organizaciones.

1.7.1. Organizaciones de trabajadores. 1.7.2. Sociedades cooperativas. 1.8. Ejemplos de organizaciones de la economía social y solidaría 1.9 El sector público 1.10. El desarrollo del estado: breve recuento. 1.11. ¿Qué entendemos como política económica? 1.12. La aparición de las micro finanzas herramienta de inclusión financiera. 1.13. ¿Qué es el sistema financiero en México? 1.13.1. El sector financiero de ahorro y crédito popular en nuestro país hacia la inclusión financiera. 1.13.2. Los historiales. 1.13.3. Un breve recorrido por la legislación aplicable CAPITULO II: El modelo Neoliberal y el sistema financiero en México. 2.1 El modelo neoliberal. 2.2 Neoliberalismo e intervención del Estado Mexicano. 2.3 Saldos económicos en México: Ingreso, pobreza y desigualdad. 2.4 Economía social y solidaría. Importancia de su desarrollo. 2.4.1 Economía social 2.4.2 Economía solidaría. 2.4.3 Economía social y Economía solidaría 2.5 La organización del sistema financiero mexicano 2.6 La comisión nacional para la protección y defensa de los servicios financieros. 2.7 El Banco de México.


LXIV

Describir el

impacto reciente en el sector respecto a la implementación por el estado mexicano de las políticas y acciones de regulación del sector.

Examinar la

presencia y experiencia de estas organizaciones a nivel mundial, definitorio de mejores prácticas operativas y normativas en el sector.

Proyectar el

papel e importancia que la estructura social creada en el contexto de las empresas con sentido social pueda seguir teniendo en el futuro, para orientar cambios sociales relevantes en materia ideológica y de práctica social.

económicos asociados a la falta de formalización y reconocimiento de estas organizaciones? ¿Cuál es el origen del recelo de la autoridad a la operación de este tipo de organizaciones? ¿Cuáles son los factores de éxito asociados a las organizaciones más sólidas y longevas? ¿Cuáles son los efectos positivos - negativos se han observado en las comunidades y zonas donde operan estas organizaciones? ¿Intervención directa del estado o autonomía, hasta donde se debe intervenir?

El estado mexicano mantiene el tema de la promoción y regulación del sector de la economía social y solidaria alejada de la agenda de gobierno, y por lo tanto de sus políticas públicas, conforme se desprende del escaso desarrollo del cuerpo institucional y normativo con los que cuenta para el fomento y regulación del sector, por lo que las organizaciones terminan por asumir los costos de una fallida estructura de supervisión.

2.7.1 El organismo regulador del sub-sistema. 2.7.2 Los organismos controladores de grupos financieros. 2.7.3 Las instituciones otorgantes de crédito. 2.7.4 Las sociedades financieras de objeto limitado u objeto múltiple 2.7.5 Las organizaciones encargadas de la actividad auxiliar de crédito 2.7.6 El buró de crédito o sociedades de información crediticia. 2.8 Las instituciones del mercado de valores: la bolsa mexicana, las sociedades de inversión 2.9 Las sociedades que operan como intermediarios en las operaciones bursátiles. 2.10 La comisión Nacional de seguros y finanzas. 2.11 La rama de seguros, finanzas, afores. Las siefores 2.12 Las instituciones encargadas de la banca de desarrollo. 2.13 El sector popular de la banca en México. 2.13.1 La norma reguladora del ahorro y crédito popular, la norma reguladora de las sociedades cooperativas. 2.13.2 Bansefi. 2.13.3 Las sociedades financieras populares y las sociedades cooperativas dedicadas al ahorro y préstamo CAPITULO III: Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo mexicano y las fundaciones como organización de la economía social y


LXV

solidaria en México, como fundamento del buen vivir3.1 Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo 3.2 Operación y desarrollo de las figuras solidarias. 3.3 Expectativas sobre su funcionalidad. 3.4 Superar la coyuntura para crear y expandir el modelo. 3.5 Las fundaciones como organizaciones de la economía social y solidaria 3.6 ¿Qué son las fundaciones? 3.7 Evolución histórica de las fundaciones: en el mundo y en México. 3.8 Marco normativo de las fundaciones en México. A nivel Federal y Estatal 3.9 Ejemplo de fundaciones modernas y su funcionamiento. 3.9.1 Nacional Monte de Piedad, Monte Luz Saviñón, Fundación Rafael Dondé, Fundación John Langdon Down, Fundación Caritas, 3.10 Prácticas de la economía social y solidaria como fundamento del buen vivir. 3.11. El papel del Estado Nación. 3.12 La noción de hegemonía subalternidad 3.13 La contra-hegemonía subalterna 3.14. La economía solidaria como economía moral CAPITULO IV: Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México (economía social y solidaria) tanto en


LXVI

el trabajo como en su marco jurídico que la respaldan 4.1 Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México. 4.2 Situación actual de la economía social y solidaría en México. 4.2.1 Artículo 25 constitucional y la ley de la economía social y solidaría. 4.2.2 El instituto nacional de la economía social. 4.3. La economía social y solidaría, y su importancia en México. Casos exitosos de cooperativas en México. 4.3.1 Importancia económica de la economía social y solidaria en el mundo y México 4.3.2 La sociedad cooperativa pascual. 4.3.3 La sociedad cooperativa La Cruz Azul.4.4 Condiciones para el buen funcionamiento y desarrollo de la economía social y solidaria en México. 4.5 Propuesta para un acercamiento a la economía social y solidaria en México 4.5.1 Creación de la asignatura: Economía social y solidaría en la Licenciatura 4.6. Las cooperativas de trabajo: emprendimiento económico como la columna vertebral de la economía solidaria 4.7 Cooperativas de trabajo y emprendimiento económico. 4.8 Prácticas. 4.9 Racionalidad 4.10 Algunas experiencias Latinoamericanas en


LXVII

torno a la economía solidaria. 4.11 Semblanzas de las garantías individuales consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 4.12 Las garantías sociales consagradas en los artículos 27 y 123 constitucionales. 4.13 Los artículos 25 y 26 de nuestra constitución que rige la economía nacional. 4.14 Los artículos 6, 35, 36, 39 y 41 constitucionales que sustentan la democracia en México

Contrastación de 1er. Hipótesis secundaria

Objetivo General Objetivos específicos

Preguntas Hipótesis Desarrollo

Describir y explicar la forma en que se ha venido integrando el sector de la Economía Social y Solidaria en México con el propósito de establecer las diversas restricciones que enfrenta el diseño e instrumentación de políticas públicas enfocadas al desarrollo, consolidación y legitimidad de este sector; así como establecer sus posibilidades y desarrollo.

Explicar los principales rasgos que definen la actuación de las organizaciones que participan en este sector.

Examinar los

distintos modelos de empresas sociales y cooperativas que operan en México.

Explorar la

experiencia internacional en materia de economía social y solidaria.

Explicar los

instrumentos y programas

¿Cuáles son las características que distinguen al modelo de organización que propone la economía social y solidaria? ¿Cuál ha sido la génesis de la economía social y solidaría en México? ¿Cómo se integra el marco normativo que regula las operaciones de estas organizaciones? ¿Es consistente con el objetivo de alentar su consolidación y desarrollo? ¿Cuál debe ser el papel que le corresponde al estado mexicano

El sector de la economía social y solidaria enfrenta la presencia de organizaciones que amparadas por la nula intervención estatal y favoreciéndose de un tratamiento fiscal especial, omiten en su organización los principios que le dan originalidad y sustento a su forma de organización, con lo cual certifican la actitud de la autoridad respecto a mantener una sana distancia del sector ante la imposibilidad práctica de ejercer el debido control y

CAPITULO I: El origen de la rectoría del estado sobre la economía social y solidaría (Un breve recuento histórico de la economía compartida) 1.1. Sistemas económicos o modos de producción. 1.2. Comunidad primitiva- modo asiático de producción. 1.3. Esclavismo, Feudalismo; Capitalismo, Socialismo 1.4. Economía actual. 1.5 Conceptualización y caracterización de las economías alternativas. 1.5.1 En el mundo 15.2. En México. 1.6. Las organizaciones de la economía social y solidaria. 1.7. Ejidos. 1.7.1. Organizaciones de trabajadores. 1.7.2. Sociedades cooperativas.


LXVIII

implementados por el gobierno federal en materia de fomento a las organizaciones integrantes de la Economía Social.

Realizar una

revisión crítica del diseño institucional, instrumentación y operación de estas organizaciones como un instrumento de transformación social y de combate a la pobreza.

Evaluar la

correspondencia entre las políticas, programas y acciones emprendidos en los últimos años por el estado mexicano para el establecimiento un marco normativo promotor de estas iniciativas.

Explicar los

principales elementos que definen la actuación de las entidades reconocidas parte de la Economía Social y Solidaria.

respecto a estas organizaciones? ¿Cuál ha sido las estrategias de políticas públicas del gobierno mexicano en cuanto a la promoción y regulación del sector? ¿Cuáles son los principales sectores productivos en los que se han desenvuelto estas organizaciones, en cuáles han encontrado mejores condiciones de desarrollo? ¿Existen mecanismos asociados a las políticas públicas del estado mexicano relativas al seguimiento y promoción de estas organizaciones? ¿Cuál ha sido la experiencia internacional respecto a los mecanismos del estado utilizados para la promoción y supervisión del sector? ¿Cuál es el valor de la cooperativa en tanto formador e integrador social? más sólidas y longevas? ¿Cuáles son los efectos positivos - negativos se han observado en las comunidades y zonas donde

la alta sensibilidad social que tienen dichas organizaciones.

1.8. Ejemplos de organizaciones de la economía social y solidaría 1.9 El sector público 1.10. El desarrollo del estado: breve recuento. 1.11. ¿Qué entendemos como política económica?1.12. La aparición de las micro finanzas herramienta de inclusión financiera. 1.13. ¿Qué es el sistema financiero en México? 1.13.1. El sector financiero de ahorro y crédito popular en nuestro país hacia la inclusión financiera. 1.13.2. Los historiales. 1.13.3. Un breve recorrido por la legislación aplicable CAPITULO II: El modelo Neoliberal y el sistema financiero en México. 2.1 El modelo neoliberal. 2.2 Neoliberalismo e intervención del Estado Mexicano. 2.3 Saldos económicos en México: Ingreso, pobreza y desigualdad. 2.4 Economía social y solidaría. Importancia de su desarrollo. 2.4.1 Economía social 2.4.2 Economía solidaría. 2.4.3 Economía social y Economía solidaría 2.5 La organización del sistema financiero mexicano 2.6 La comisión nacional para la protección y defensa de los servicios financieros. 2.7 El Banco de México. 2.7.1 El organismo regulador del sub-sistema. 2.7.2 Los organismos controladores de grupos financieros.


LXIX

operan estas organizaciones? ¿Intervención directa del estado o autonomía, hasta donde se debe intervenir?

2.7.3 Las instituciones otorgantes de crédito. 2.7.4 Las sociedades financieras de objeto limitado u objeto múltiple 2.7.5 Las organizaciones encargadas de la actividad auxiliar de crédito 2.7.6 El buró de crédito o sociedades de información crediticia. 2.8 Las instituciones del mercado de valores: la bolsa mexicana, las sociedades de inversión 2.9 Las sociedades que operan como intermediarios en las operaciones bursátiles. 2.10 La comisión Nacional de seguros y finanzas. 2.11 La rama de seguros, finanzas, afores. Las siefores 2.12 Las instituciones encargadas de la banca de desarrollo. 2.13 El sector popular de la banca en México. 2.13.1 La norma reguladora del ahorro y crédito popular, la norma reguladora de las sociedades cooperativas. 2.13.2 Bansefi. 2.13.3 Las sociedades financieras populares y las sociedades cooperativas dedicadas al ahorro y préstamo CAPITULO III: Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo mexicano y las fundaciones como organización de la economía social y solidaria en México, como fundamento del buen vivir 3.1 Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo 3.2 Operación y desarrollo de las figuras solidarias.


LXX

3.3 Expectativas sobre su funcionalidad. 3.4 Superar la coyuntura para crear y expandir el modelo. 3.5 Las fundaciones como organizaciones de la economía social y solidaria 3.6 ¿Qué son las fundaciones? 3.7 Evolución histórica de las fundaciones: en el mundo y en México. 3.8 Marco normativo de las fundaciones en México. A nivel Federal y Estatal 3.9 Ejemplo de fundaciones modernas y su funcionamiento. 3.9.1 Nacional Monte de Piedad, Monte Luz Saviñón, Fundación Rafael Dondé, Fundación John Langdon Down, Fundación Caritas, 3.10 Prácticas de la economía social y solidaria como fundamento del buen vivir.3.11. El papel del Estado Nación. 3.12 La noción de hegemonía subalternidad3.13 La contra-hegemonía subalterna 3.14. La economía solidaria como economía moral

Contrastación de 2ª. Hipótesis secundaria

Objetivo General Objetivos específicos

Preguntas Hipótesis Desarrollo

Describir y explicar la forma en que se ha venido integrando el sector de la Economía Social y Solidaria en México con el

Explicar los instrumentos y programas implementados por el gobierno federal en materia de fomento a las organizaciones

¿Cuál debe ser el papel que le corresponde al estado mexicano respecto a estas organizaciones? ¿Cuál ha sido las estrategias de

El estado mexicano mantiene el tema de la promoción y regulación del sector de la economía social y solidaria alejada

CAPITULO III: Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo mexicano y las fundaciones como organización de la economía social y


LXXI

propósito de establecer las diversas restricciones que enfrenta el diseño e instrumentación de políticas públicas enfocadas al desarrollo, consolidación y legitimidad de este sector; así como establecer sus posibilidades y desarrollo.

integrantes de la Economía Social. Realizar una revisión crítica del diseño institucional, instrumentación y operación de estas organizaciones como un instrumento de transformación social y de combate a la pobreza. Evaluar la correspondencia entre las políticas, programas y acciones emprendidos en los últimos años por el estado mexicano para el establecimiento un marco normativo promotor de estas iniciativas. Explicar los principales elementos que definen la actuación de las entidades reconocidas parte de la Economía Social y Solidaria. Describir el impacto reciente en el sector respecto a la implementación por el estado mexicano de las políticas y acciones de regulación del sector.

políticas públicas del gobierno mexicano en cuanto a la promoción y regulación del sector? ¿Cuáles son los principales sectores productivos en los que se han desenvuelto estas organizaciones, en cuáles han encontrado mejores condiciones de desarrollo? ¿Existen mecanismos asociados a las políticas públicas del estado mexicano relativas al seguimiento y promoción de estas organizaciones? ¿Cuál ha sido la experiencia internacional respecto a los mecanismos del estado utilizados para la promoción y supervisión del sector? ¿Cuál es el valor de la cooperativa en tanto formador e integrador social? ¿Se puede cuantificar los costos sociales y económicos asociados a la falta de formalización y reconocimiento de estas organizaciones? ¿Cuál es el origen del recelo de la

de la agenda de gobierno, y por lo tanto de sus políticas públicas, conforme se desprende del escaso desarrollo del cuerpo institucional y normativo con los que cuenta para el fomento y regulación del sector, por lo que las organizaciones terminan por asumir los costos de una fallida estructura de supervisión.

solidaria en México, como fundamento del buen vivir 3.1 Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo 3.2 Operación y desarrollo de las figuras solidarias. 3.3 Expectativas sobre su funcionalidad. 3.4 Superar la coyuntura para crear y expandir el modelo. 3.5 Las fundaciones como organizaciones de la economía social y solidaria 3.6 ¿Qué son las fundaciones? 3.7 Evolución histórica de las fundaciones: en el mundo y en México. 3.8 Marco normativo de las fundaciones en México. A nivel Federal y Estatal 3.9 Ejemplo de fundaciones modernas y su funcionamiento. 3.9.1 Nacional Monte de Piedad, Monte Luz Saviñón, Fundación Rafael Dondé, Fundación John Langdon Down, Fundación Caritas, 3.10 Prácticas de la economía social y solidaria como fundamento del buen vivir.3.11. El papel del Estado Nación. 3.12 La noción de hegemonía subalternidad 3.13 La contra-hegemonía subalterna 3.14. La economía solidaria como economía moral CAPITULO IV: Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México (economía social y solidaria) tanto en el trabajo como en su marco jurídico que la respaldan


LXXII

Examinar la presencia y experiencia de estas organizaciones a nivel mundial, definitorio de mejores prácticas operativas y normativas en el sector. Proyectar el papel e importancia que la estructura social creada en el contexto de las empresas con sentido social pueda seguir teniendo en el futuro, para orientar cambios sociales relevantes en materia ideológica y de práctica social.

autoridad a la operación de este tipo de organizaciones? ¿Cuáles son los factores de éxito asociados a las organizaciones más sólidas y longevas? ¿Cuáles son los efectos positivos - negativos se han observado en las comunidades y zonas donde operan estas organizaciones? ¿Intervención directa del estado o autonomía, hasta donde se debe intervenir?

4.1 Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México. 4.2 Situación actual de la economía social y solidaría en México. 4.2.1 Artículo 25 constitucional y la ley de la economía social y solidaría. 4.2.2 El instituto nacional de la economía social. 4.3. La economía social y solidaría, y su importancia en México. Casos exitosos de cooperativas en México. 4.3.1 Importancia económica de la economía social y solidaria en el mundo y México 4.3.2 La sociedad cooperativa pascual. 4.3.3 La sociedad cooperativa La Cruz Azul. 4.4 Condiciones para el buen funcionamiento y desarrollo de la economía social y solidaria en México. 4.5 Propuesta para un acercamiento a la economía social y solidaria en México 4.5.1 Creación de la asignatura: Economía social y solidaría en la Licenciatura 4.6. Las cooperativas de trabajo: emprendimiento económico como la columna vertebral de la economía solidaria 4.7 Cooperativas de trabajo y emprendimiento económico. 4.8 Prácticas. 4.9 Racionalidad 4.10 Algunas experiencias Latinoamericanas en torno a la economía solidaria. 4.11 Semblanzas de las garantías individuales


LXXIII

consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 4.12 Las garantías sociales consagradas en los artículos 27 y 123 constitucionales. 4.13 Los artículos 25 y 26 de nuestra constitución que rige la economía nacional. 4.14 Los artículos 6, 35, 36, 39 y 41 constitucionales que sustentan la democracia en México


LXXIV

CONCLUSIONES Y NUEVA AGENDA DE INVESTIGACIÓN.

Más allá de nuestra percepción sobre la pertinencia o no del modelo organizacional

que proponen las organizaciones que integran el sector de la economía social y

solidaria, la realidad es que estas organizaciones tienen sustento por su éxito en

resolver necesidades específicas de las comunidades donde se encuentran

asentadas, así como en la legitimidad y valor social que les otorgan sus integrantes.

La presencia y generalización de esquemas y actividades comunitarias y societarias

es inminente, y lejos de lo que pudiera pensarse, es parte importante de las

cotidiana de amplios sectores sociales de escasos recursos, demostrando lo

erróneo del concepto tradicional de las políticas públicas que con un carácter

paternalista pretenden sustituir la voluntad e iniciativa de estos sectores sociales.

Basta con recordar que ya en el pasado se ha planteado una supuesta dicotomía

entre la forma de producción del capitalismo y del socialismo como sistemas

económicos antagónicos que, echando mano de sus propios postulados, teorías,

preceptos y métodos, encaran de muy distinta manera los problemas de la

productividad, el trabajo, la explotación laboral, la división del trabajo, y la

generación y apropiación de la plusvalía, con el propósito de crear una mejor vida

para las personas. Sin embargo, estas organizaciones sociales presuponen una

respuesta dentro del capitalismo, sistema que ha evidenciado que, lejos de resolver

los problemas económicos que enfrenta la sociedad, en su afán por generar

enriquecimiento a cualquier costo, ha llegado al extremo de deshumanizar al

trabajador y reducirlo al papel de mera mercancía. Asimismo, tenemos que el

modelo capitalista prácticamente se convierte en la antítesis de los modos de

organización comunitarios, al favorecer únicamente los intereses particulares de los

dueños de los medios de producción, a diferencia del socialismo donde se habla de

la propiedad de los medios de producción y su organización centralizada por parte

del Estado. Ante esta realidad, ha surgido estas alternativas organizaciones que si


LXXV

bien no resuelven todos los complejos problemas económicos, si permite una

distribución de los beneficios de la producción y el consumo de forma más equitativa

aportando un tinte más humano al respecto, toda vez, que coloca al ser humano, y

al bienestar común, como objetivos primarios.

De esta manera, aunque dentro del sistema capitalista de producción, se propone

un esquema de propiedad y de organización social, que identificamos como

economía social y solidaria, esta se caracteriza bajo la forma de muy diversas y

diferentes agrupaciones (cooperativas, sociedades mutualistas, fundaciones, etc.)

pero que comparten favorecer a los más desprotegidos a través de mejorar la

distribución de la propiedad y sus beneficios por lo tanto un nuevo esquema de

distribución de la riqueza.

La actual situación de México, demuestra la necesidad de buscar alternativas de

desarrollo, después de los magros resultados obtenidos a través de los instrumentos

que propone el enfoque neoliberal, se observa cómo los saldos en materia de

ingreso, pobreza y desigualdad no son nada alentadores. Las cifras muestran una

importante agudización de la desigualdad en la población mexicana.

De esta manera, la reforma al modelo del “desarrollo estabilizador”, se distingue por

un franco retroceso en la participación y rectoría del estado en la actividad

económica, la liberación comercial y financiera, y la recomposición productiva; ésta

última singularizada por la promoción de un modelo secundario-exportador que

otorga un lugar preponderante en la dinámica económica a aquellas empresas y

actividades ligadas al mercado externo.

De este modo, se pudo apreciar que dicha reforma ha traído dentro de sus

principales consecuencias: agudizar la dependencia de recursos externos para el

financiamiento de las actividades productivas y los recurrentes déficits comerciales,

la falta de profundidad y eficacia de los agentes económicos para ocupar los

espacios que abandonó el Estado en cuanto al fomento productivo y regulación


LXXVI

económica, así como un acelerado proceso de concentración del ingreso y

achicamiento del mercado interno.

En efecto, no obstante, los resultados alcanzados en materia de inflación y

liberalización comercial, las reformas al esquema de desarrollo han tenido como

consecuencia una fuerte dilación de la actividad productiva que ha afectado

negativamente los niveles de empleo e ingreso de la mayor parte de la población.

Este fenómeno agudizado por la tendencia a mantener los salarios deprimidos como

elemento de control de la inflación y la tendencia regresiva en la distribución de los

ingresos ha actuado en favor de la contracción del mercado interno, por lo que el

aspecto dinámico de la economía se ha concentrado en aquellas ramas industriales,

y en especial empresas, orientadas al mercado externo y aquellas que se benefician

de la estructura oligopólica del mercado interno.

La potencialidad explosiva de tal situación quedo de manifiesto al revertirse en 1994

la tendencia en la entrada de capital extranjero que había servido para financiar el

creciente déficit en la balanza de pagos, y que al modificarse el sentido del flujo de

recursos externos puso en aprietos el sostenimiento de la paridad cambiaría que no

tardo en derrumbarse con los resultados enumerados.

Así, tenemos que la reforma estructural que había sido proclamada, lejos de

resolver los añejos problemas en cuanto a la dependencia y fragilidad de la actividad

económica respecto al sector externo, la volvió más profunda y determinante, dado

que al optar por sacrificar el mercado interno, restringiendo la demanda en aras de

contener la inflación, combinado con un nivel de tasas de interés elevado con el fin

de mantener la entrada de capital externo, provocó severos daños a la estructura

productiva.

El resultado está a la vista, la combinación del fenómeno inflacionario y la

vulnerabilidad del tipo de cambio ha redundado en diluir los esfuerzos de los


LXXVII

agentes productivos al retraer el mercado interno por la vía de constantes

reducciones a la actividad productiva, y por lo tanto en el ingreso y el empleo.

De esta forma, al día de hoy México presenta más pobreza y desigualdad debido,

entre otros factores, a los bajos ingresos de las familias. Relacionado a lo anterior,

podemos afirmar que, sin duda, el sector de la sociedad que más ha padecido los

embates de los postulados capitalistas es el de los trabajadores que, lejos de ser

beneficiados por las ganancias económicas, los adelantos tecnológicos, la

distribución del ingreso y otros cambios socio-económicos impulsados por el

capitalismo, han sido relegados a la condición de mano de obra de bajo costo, y

consumidores de productos innecesarios, al tal punto de convertirse en sociedades

de consumo, manteniendo así en funcionamiento el mercado. Se trata así de un

sector que, bajo la tutela de las grandes empresas y relaciones sociales del

capitalismo, vive en una perenne situación de precariedad que se ha profundizado

a términos humanamente escandalosos, manteniendo a los trabajadores en una

situación de constante desventaja. En respuesta a ello, las alternativas

organizacionales de carácter comunitario se han extendido, convirtiéndose en un

elemento muy importante y crítico de la economía de mercado, siendo sus

aportaciones básicas para el surgimiento y en su caso perfeccionamiento de

modelos alternativos de trabajo en los que se incluyeran, de manera efectiva, los

intereses y necesidades de los trabajadores, convirtiéndolos así en agentes activos

y orientadores de la producción de riqueza.

La gran diversidad de esquemas organizacionales orientados al sector social que

se manifiestan a nivel mundial tienen como sustancia común el uso cotidiano de

acciones basadas en conceptos de ayuda mutua y reciprocidad. México, como lo

hemos podido constatar, no es ajeno a este tipo de manifestaciones, y es en

particular en el sector de las cooperativas donde se vive el más singular, serio e

independiente esfuerzo para integrar a esta parte de la población en el uso solidario

de los recursos y sus potencialidades como detonadores de un desarrollo social y

económico más equilibrado.


LXXVIII

Dichas instituciones han sufrido con seguridad momentos sumamente difíciles al

concretarse el buscado reconocimiento legal, dado que el tránsito hacia la

formalización institucional, es decir ahora como Sociedades de Ahorro y Préstamo,

ha significado actuar con urgencia en una profunda reforma de sus organizaciones

con la profesionalización de sus cuadros dirigentes y administrativos, el

saneamiento financiero y operativo, y la consecuente modernización tecnológica.

Asimismo, el análisis de estas alternativas de organización debe de partir de la

consideración sobre la forma que la división del trabajo donde, entre otras cosas,

se postula una sistematización en el proceso productivo, aumentando los grados de

especialización del trabajador a fin de hacer más eficientes los procesos, pero a su

vez alejando la percepción de explotación que sufre la persona. El objetivo de la

producción no es otro más que lograr una mayor productividad en una menor

cantidad de tiempo, quedando de lado las aspiraciones humanas relativas al

trabajador. En ese orden de ideas, podemos decir que el modelo neoliberal ha

contribuido de manera negativa en el aspecto laboral y en las relaciones laborales

que se integran alrededor de las organizaciones productivas, al imponer

condiciones que no han hecho sino polarizar a la sociedad entre ricos poseedores

de los medios de producción (favorecidos con mayores dividendos y

oportunidades), y pobres que poseen solo su capacidad laboral (que cuentan con

pocas posibilidades reales de mejorar su situación al estar atrapados en un círculo

vicioso de bajos salarios y subsistencia precaria).

De esta manera, si bien no podemos negar que el modelo neoliberal ha propiciado

la intensificación y perfeccionamiento del proceso productivo, como son los

adelantos tecnológicos que han supuesto mejoras en la vida de las sociedades en

general, también debemos decir que sus medidas han significado la marginalización

e indefensión del sector laboral de la mayoría de los países en los que sus políticas

se han implementado. Lo anterior se ha materializado en las cadenas globales de

producción, que ante la búsqueda de la maximización del beneficio y al sistematizar


LXXIX

la producción, ha provocado que cada vez se creen menos empleos, y que los que

se crean, tengan las mínimas prestaciones y salarios bajos. Una condición que, de

nuevo, hace necesaria la búsqueda y adopción de modelos de desarrollo y consumo

alternativos, como la economía social y solidaria. Misma que, según vimos, ha

cobrado significativa fuerza en los últimos años en respuesta al malestar

generalizado derivado de la marginación y la falta de oportunidades a los que el

sistema condena a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Asimismo, las experiencias exitosas relativas a la promoción y desarrollo del sector

social de la economía en este nuevo mundo globalizado, ha significado también que

ningún país puede permanecer ajeno a las nuevas condiciones de intercambio

social, político y económico, lo cual los hace participes tanto de los beneficios, como

a las consecuencias del modelo neoliberal imperante. A lo largo de su historia,

nuestro país ha sufrido también los efectos perniciosos que trae consigo la

economía de mercado. Mismos que, en el caso de las condiciones de vida de los

trabajadores, no han hecho sino agravar las condiciones de rezago y explotación

previas, presentes en las diferentes etapas de desarrollo del país, incluyendo la

época prehispánica, el periodo colonial (donde el trabajo en las minas representa

de los peores episodios de explotación), el siglo XIX (cuando el trabajo no estaba ni

siquiera regulado de manera legal de cara a la llegada del capitalismo industrial a

nuestro país), y el porfirismo (caracterizado por la llegada de empresarios de origen

extranjero y nacional que, con el aval del régimen, perpetuaron la explotación laboral

en el campo y en la ciudad). Como hemos visto en la presente investigación, no

será sino hasta la promulgación de la Constitución de 1917, y como resultado de las

demandas sociales levantadas durante la lucha armada, cuando tenga lugar uno de

los mayores logros en cuanto a los derechos laborales: la inclusión del Artículo 123,

que recoge las aspiraciones de una población sometida, en su mayoría, a

condiciones de explotación y rezago, sin las mínimas oportunidades de acceder a

un mejor nivel de vida.


LXXX

Con todo lo antes expuesto, y después de constatar en nuestra investigación como

las reformas neoliberales y sus postulados, no hacen más que incrementar la

pobreza y limitar las oportunidades de crecimiento y bienestar de amplias capas de

la población. Así mismo observamos que esta situación incide afectando

negativamente a la sociedad, al reducir a los trabajadores a simples mercancías,

tenemos que una alternativa viable, real y efectiva para poder hacer frente a las

consecuencias desastrosas del modelo capitalista y el neoliberalismo, se encuentra

precisamente en la economía social y solidaría, entendida como aquella forma de

hacer economía que no se identifica -ni desconoce por otro lado- con los sectores

público y privado, y que se basa en el desarrollo colectivo de los grupos que han

estado históricamente rezagados y mantenidos al margen del desarrollo y beneficio

de la riqueza. A través de sus postulados, encontramos que la economía social y

solidaria ayuda a reivindicar a los grupos vulnerables, los beneficios que

históricamente no han tenido en cuanto a la producción y distribución equitativa de

la riqueza, siendo los muchos ejemplos prácticos de su aplicación en organizaciones

como cooperativas, la demostración empírica de que pueden ser una vía posible

para fomentar el desarrollo y crecimiento que combatan los niveles de pobreza y

desempleo que afecta a la mayoría de las economías occidentales.

Por eso se propone a la Economía Solidaria, como una alternativa al modelo vigente

en crisis, la cual la podemos definir como: “un grupo de personas, que en algún

momento de su vida, deciden mejorar sus condiciones de vida o mejorar algún

problema en común de su comunidad y se encuentran sustentados en principios

como la cooperación, la solidaridad, la ayuda mutua, la reciprocidad, etc., y que no

solo buscan el beneficio económico, sino además buscan hacer cualquier tipo de

bien personal a su comunidad”

Hay también que reconocer, que el concepto de economía solidaria atraviesa por

una cierta actitud utópica sobre la validez de sus conceptos y definiciones. Por

ejemplo, la heterogeneidad de las formas productivas que pertenecen a dicho sector

complica el desarrollo de políticas públicas integrales, que además de garantizar el


LXXXI

apego a los propósitos de las organizaciones, sirve como acciones de promotoras

de su fortalecimiento y sustentabilidad.

En ejemplo es Brasil, donde existe una importante presencia de cooperativas, en el

sector informal, los pescadores, las comunidades indígenas y los quilombos, todas

ellas caracterizadas por organizaciones endebles y muy alta vulnerabilidad. En

México, mientras tanto contamos con este tipo de organizaciones en ámbitos como

las cooperativas, los ejidos, comunidades, organizaciones de trabajadores.

A diferencia de otras experiencias asociativas del pasado, que fueron poco a poco

reduciéndose solamente al ámbito político o lo económico, las nuevas estrategias

de las organizaciones que integran la economía solidaria buscan ser un modelo

integral y alternativo de organización social de la producción pero que en su objetivo

más profundo aspira a reemplazar a la civilización del capital por la civilización del

trabajo.

De esta manera, encontramos que en nuestro modelo de Economía Social y

solidaria se distingue como un caso de institucionalización de arriba hacia abajo, es

decir, desde el Estado a la sociedad, que se encuentra con el doble obstáculo de

un estado burocrático y resistente a las nuevas políticas y una sociedad sin

suficientes prácticas organizacionales que puedan mantener su autonomía,

evitando asumir las consignas y el papel que dicta el poder del estado. Es decir, no

tiene su origen en las luchas sociales relativas a la conquista de derechos y la

apropiación de activos, sino que fue titulado por las organizaciones del Estado lo

que significa una constante intervención y desvió de los fundamentos societarios un

de las iniciativas autónomas que encuentran cabida en la economía Solidaría, o bien

son resultado de crisis económica como el caso reciente de Argentina.

De esta forma en México, aunque se han logrado avances significativos en esta

materia, como es la creación del Instituto Nacional de Economía Social, así como la


LXXXII

creación de leyes específicas para su regulación como son la reforma al artículo 25

Constitucional, la Ley de Economía Social y Solidaria, entre otras.

Sin embargo, aún faltan para el caso mexicano diversos factores que deben

evolucionar. En primer lugar, dichas estrategias deberán partir en consideración a

las condiciones socio económicas en nuestro país. Esto implica reconocer que, a

más de 30 años de la instauración del modelo neoliberal en nuestro país, los

resultados no han sido alentadores, y así lo demuestran los datos económicos, que

las mismas instituciones del Estado dan a conocer.

Entre los datos que ponen en evidencia el deterioro se encuentran: el crecimiento

económico, la pobreza va en aumento y los salarios a la baja, al igual que el empleo,

y si estos empleos existen son mal pagados, mientras que la concentración de la

riqueza en el 1% de la población, mientras que la mayoría sufre miseria. Sumado a

esto los problemas sociales en el país van en aumento la inseguridad, en particular

el narcotráfico, el que lejos de ser un fenómeno aislado se constituye en un factor

más contrario al desarrollo social del país.

En este sentido, tan solo en el año 2013 la OCDE emitió un informe titulado

“Panorama de la Educación 2013” donde señala que México tiene alrededor de 7

millones de los mal llamados “ninis”, es decir personas que se encuentran fuera de

la estructura productiva del país, y en este mismo sentido, es el tercer país con los

porcentajes más altos de jóvenes de ese rango de edad, sólo detrás de Turquía e

Israel.

Ante esto es necesario implementar en la sociedad mexicana un modelo más amplio

que involucre los objetivos de crecimiento y desarrollo, ya que, al crear una mayor

paridad en la capacidad económica de los habitantes, traerá consigo un equilibro en

el crecimiento del País. Como sustento de lo anterior, hemos presentado y analizado

casos de éxito que demuestran el alcance que, en términos económicos y sociales,

que tienen el modelo de economía social y solidaria, comprobando no sólo su


LXXXIII

viabilidad y solidez, sino también su potencial para mejorar condiciones como la

generación de empleos, el reparto de la riqueza, y la inclusión productiva de los

marginados a la economía. En concreto, nos hemos referido a los casos de la

Cooperativa Pascual y de la Cooperativa Cruz Azul que, a pesar de las

circunstancias adversas que suelen caracterizar a la situación económica y política

de nuestro país, han demostrado, con datos cualitativos y cifras realmente

satisfactorias, que la economía social y solidaria constituye una alternativa contra la

explotación laboral característica del sistema capitalista, demostrando que en lo que

respecta a la distribución de los beneficios de la producción son repartidos de

manera más equitativa, además de la ventaja de la construcción de empatía y

solidaridad social. Después de hacer un estudio tanto histórico como comparativo,

tenemos que la economía social y solidaria basada en cooperativas, se nos

presenta como una alternativa real, efectiva y plausible de inclusión económica a la

para los sectores público y privado, que además cuenta con los elementos

suficientes en términos de calidad y eficiencia económica para hacer frente a la

situación de exclusión resultado de la economía de mercado imperante en nuestros

días, y de ese modo convertirse en una oportunidad de generar una mejor

distribución de la riqueza y mejores niveles de ingreso y de vida. Sin embargo,

también se demostró que, aunque existen casos de éxito como los analizados,

también es una realidad que la economía social y solidaria aún se nos presenta

como un sector débil e incipiente, que no ha logrado un desarrollo óptimo, no solo

porque se encuentran indefensas ante las empresas privadas o trasnacionales, pero

también manifiestan debilidades estructurales que las alejan de su naturaleza

societaria colocándolas en riesgo inminente.

Como se analizó en el transcurso de la investigación, identificamos que son diversas

las razones por las que este sector de la economía no ha tenido el éxito deseado

como factor de desarrollo aun cuando se nos presenta como una alternativa real de

inclusión económica. Entre ellos están la falta de políticas públicas para el desarrollo

de esta figura societaria, en razón de la falta de interés del Estado hacia esta forma

de hacer economía, así como desconfianza de la población para emprender y crear


LXXXIV

empresas sociales. Sin embargo, una de las razones que, de alguna forma propicia

a las anteriores, es que, en términos generales, hay un desconocimiento casi total

acerca de lo que es la economía social y solidaria en México. Desconocimiento por

parte del Estado, de la sociedad e incluso, de las instituciones de educación

superior. Por ello sentimos que, a pesar de ser la economía social y solidaria una

alternativa viable para el desarrollo y crecimiento del país, debido a su

desconocimiento, no se ha posicionado como un factor para potenciar el desarrollo.

En este orden de ideas, así como el capitalismo neoliberal ha significado el

desarrollo acelerado de las capacidades productivas, el avance tecnológico y

proporcionar fuentes de empleo, también es cierto que la mercantilización voraz de

todas las cosas ha traído la agudización de la pobreza en muchas regiones del

mundo, ocasionando que muchas veces las personas no tengan acceso a servicios

básicos de salud, educación, agua, alimentación, vivienda, etc. Al no poder

satisfacer necesidades básicas, el círculo virtuoso de la economía se altera en los

países en desarrollo, afectando también el nivel de bienestar y el ejercicio de los

derechos fundamentales. Esto se ve reflejado en los altos índices de inflación, el

bajo crecimiento del producto interno bruto, así como en el estancamiento de la

producción nacional. Actualmente en México, vivimos una economía que poco a

poco se va centrando en la provisión de servicios, y donde los sectores de la

producción y de la transformación se han visto estancados desde hace varias

décadas y prácticamente todo lo que consumimos es de producción externa.

Ante estas situación de pauperización y precariedad social en la mayor parte de la

población, ha sido necesaria la búsqueda de nuevas formas de apoyo o nuevos

modelos que permitan un desarrollo integral de la sociedad; una de estas

búsquedas se basa precisamente en el desarrollo de modelos que constituyan una

alternativa al capitalismo sin excluirse de él y que proporcione el bienestar

comunitario a través de cambios en la organización, procesos y actividades

productivas; otra forma de apoyo social es mediante organismos sin fin de lucro que

permitan brindar apoyos (ya sea de servicios o de recursos materiales) a la sociedad


LXXXV

para que puedan elevar su calidad de vida. La primera de estas búsquedas ha

resultado, entre otras alternativas, en la denominada economía social y solidaria; la

segunda hace referencia a las fundaciones quienes fungen como intermediarias

entre quienes pueden ser donantes y aquellos grupos desvalidos que necesitan

asistencia social.

En el caso de las fundaciones, se distinguen en diferentes categorías según sus

características y propósitos, sin embargo, todas comparten un mismo fin en común,

la beneficencia y la asistencia social sin fin de lucro, así como también comparten

un origen histórico basado en el altruismo y la filantropía.

Sin embargo, debe destacarse que estas obras de beneficencia tienen como

debilidad partir del supuesto que la obra social hecha por privados resulta superior

a la que realiza el gobierno, esto no es necesariamente cierto a no contar con un

marco normativo y medidas de supervisión específicas de dichas actividades. Dado

que, pese a la buena intención, ya que apoyan a la resolución de problemas de

manera inmediata, no existe evidencia que lo haga también a largo plazo; es decir,

son un parche a situaciones que deben resolverse de fondo. Actualmente las

fundaciones son sólo intermediarias, otras tantas como las empresariales,

constituidas por grandes empresas, cumplen con un doble objetivo que no refleja

su buena intención, sino que se presta a grandes controversias, al contar con sus

fundaciones y orientar con demasiada laxitud grandes cantidades de dinero

(muchas veces donaciones realizadas por parte de personas físicas) que es una

manera de evadir impuestos o deducir grandes cantidades de dinero incrementando

sus utilidades. Existen otras fundaciones que, aunque se encuentren consolidadas

en otra tipificación, utilizan estas donaciones y recursos para aumentar su propio

patrimonio, sin contribuir de alguna manera a la satisfacción de las necesidades de

la sociedad y; algunas otras, al actuar con total opacidad y sin control

gubernamental pueden ser pantallas para cubrir los ingresos ilícitos de ciertas

organizaciones, como puede a ser el lavado de dinero.


LXXXVI

Con base en este análisis, establecemos una primera línea de acción en materia de

políticas públicas:

Establecer un modelo de supervisión y regulación de las fundaciones, en

particular, pero que pudiera ser aplicable a Organizaciones de la Sociedad

Civil y Asociaciones Civiles, que considere partir de la premisa que sus

actividades son consideradas como actividades de interés público;

estableciendo criterios de implementación y certificación de buenas prácticas

tanto en el tema de la transparencia y la rendición de cuentas, haciendo

consistentes las distintas normativas que se aplican a organizaciones de

distinta naturaleza societaria pero que coinciden en la ejecución de

determinadas actividades, rumbo a identificar legalmente la naturaleza de su

actividad para funcionar de acuerdo con la ley, obteniendo como resultado las

fundaciones con actividades sociales y solidarias.

De esta manera, una fundación social y solidaria será una entidad independiente

sin fin de lucro, con personalidad jurídica propia, constituida como una asociación

civil o una institución de asistencia privada, que puede o no poseer un patrimonio

propio, dedicada a realizar actividades productivas para la satisfacción de

necesidades de una comunidad basándose en el intercambio para la obtención de

los bienes producidos y cimentada en relaciones de cooperación, solidaridad y

equidad que permitan el desarrollo integral de todos los miembros de la comunidad.

A su vez puede fungir como procuradora de fondos o como intermediaria.

De esta forma se debe insistir que las entidades que integran la economía social y

solidaria son agentes que se enfocan en una comunidad en específico, en donde

prevalezca el sentido de cooperación, solidaridad y equidad. Este tipo de

organizaciones pueden realizar actividades productivas para satisfacer las

necesidades de la comunidad, sin embargo, al no poder especular comercialmente

ni tener un fin de lucro, la obtención de los bienes producidos debería realizarse

mediante el intercambio. Asimismo, pueden ser procuradoras de fondos al buscar


LXXXVII

las donaciones para su operación o para canalizarlas a otras fundaciones sociales

y solidarias que operen en otras comunidades y también podrán fungir como

intermediarias al buscar servicios básicos de salud, educación, etc., para la

comunidad a cambio de una parte proporcional de los bienes producidos. Es

relevante establecer la necesidad de incorporar dentro su forma organizacional la

predilección por una rentabilidad social que se armoniza con el desarrollo de flujos

de efectivo que garanticen su autosuficiencia y permanencia.

De esta forma reconocemos, que pese a la diversidad de enfoques y organismos

que integran la economía social y solidaria en México, para que se implemente un

marco normativo más pertinente es necesario superar los obstáculos y limitantes

intrínsecas a la propia diversidad de organizaciones y actividades, así como tratar

de imponer soluciones a las mismas. Estas limitantes y mejoras son:

1. En México, ya existe una regulación sobre la promoción de la economía

social y solidaria, así como de los organismos que la integran, sin embargo,

presenta importantes omisiones y de acciones explicitas en materia de apoyo

al desarrollo de las organizaciones, lo que impide que los nuevos

emprendedores y las organizaciones puedan apuntalar su desarrollo al no

reconocer apropiadamente sus principios, características y bases de

funcionamiento para sus organizaciones.

2. Así mismo, en la misma ley no se encuentra la obligación del estado de

acompañar y promover el desarrollo de estas organizaciones a través de la

coordinación de acciones, desarrollo de investigaciones y la captación de

información relevante.

En este sentido, se encuentra la 2ª. Propuesta específica de acción en

materia de políticas públicas.


LXXXVIII

Establecer el Centro Nacional de Investigación de la Economía Social y

Solidaria, el cual tendrá como principal tarea la reunión del saber

nacional en materia de investigación de este sector con la integración,

resguardo y desarrollo de bases de datos con información y el análisis

académico y de organizaciones promotoras de este sector; dicho

centro tendrá como primera tarea diseñar y desarrollar el primer Censo

Nacional de organizaciones de la Economía Social y Solidaria; así como

reactivar el Observatorio Nacional.

La integración de documentos, así como el ordenamiento y clasificación de

la información sobre los organismos que se consideran de la economía social

y solidaria, necesario para su constitución, administración y regulación.

3. En muchos países existe evidencia de que la regulación sobre las

fundaciones que se encuentran realizando asistencia social, permite su

adecuado funcionamiento y contribución al desarrollo social del país.

4. Se debe insistir en el reconocimiento formal de que las operaciones de estas

organizaciones no puedes ser considerados bajo el régimen fiscal aplicable

a las organizaciones con fines lucrativos, por lo que debe apegarse en la Ley

del Impuesto Sobre la Renta con un régimen similar al considerado para las

Asociaciones Civiles o las Instituciones de Asistencia Privada.

5. El contexto de pobreza y desigualdad creado por el neoliberalismo, el Estado

mexicano concentró sus esfuerzos para paliarlo en los programas sociales.

Estos programas pasarían de la creación de desarrollo a los obsequios de

dinero y el reparto periódico de despensas, lo que significó que el gobierno

dejaba de combatir la pobreza para en su lugar intentar contenerla y

administrarla. Con instrumentos como el PRONASOL y el PROGRESA el

Estado se convirtió en un benefactor infinito y sus beneficiarios en un lastre

para los contribuyentes. Estos programas y sus sucesores han sido acusados


LXXXIX

en más de una ocasión de ser logísticas gubernamentales para articular,

legitimar y beneficiar electoralmente al partido político en turno.

6. Es evidente el fracaso de la política económica del Estado mexicano en su

combate a la pobreza, pues como se mencionó en este trabajo de

investigación, en los últimos 50 años la pobreza no sólo no disminuyó, sino

que incluso se incrementó llegando a alcanzar a más del 50% de la población

mexicana.

7. En México, se desprende que; la normatividad mexicana carece de

elementos jurídicos suficientes para otorgar certidumbre al sector social, toda

vez que no desarrolla eficientemente los conceptos principales de la

Economía Solidaria, incluso no ofrece una definición de la misma.

En cambio, podemos concluir con algunos de los beneficios y oportunidades que

significa el desarrollo de organizaciones que integran la economía social y solidaria.

A través de la vinculación y organización de los distintos elementos que componen

a la Economía Popular, la Economía Solidaria se ha propuesto la composición de

núcleos económicos regionales destinados a la producción de bienes y servicios

socialmente necesarios; de tal forma que esas actividades propicien una mayor

generación de empleos e ingresos coadyuvando en la mejora de las condiciones de

vida de las personas que concurren en este sector.

La Economía Solidaria no se contrapone estrictamente al sistema económico

capitalista, si no pretende sustituir los principios de la competencia y las directrices

de la toma de decisiones, pudiendo sobrevivir en su interior aun pese a la

agresividad de los mercados, la desigualdad en las condiciones para la competencia

y la diferencia de objetivos entre las empresas capitalistas y las organizaciones

económicas solidarias, por lo cual es necesario propiciar una regulación ad hoc para

este sector.


XC

En México se publicó la Ley de Economía Social y Solidaria (LESS) en el año 2012,

la cual tiene por objeto establecer mecanismos para fomentar el desarrollo,

fortalecimiento y visibilidad de la actividad económica del sector social de la

economía, así como el fortalecimiento de la democracia y la equitativa distribución

del ingreso, sin embargo su impacto ha sido reducido fomentando medidas que

resultan positivas en cuando su visualización pero insuficientes y por lo demás

contradictorias para la madurez de las organizaciones.

En este sentido, estos puntos pueden formar parte de diversas líneas de

investigación que permitan que exista más información y regulación sobre el tema.

Al haber mayor regulación en la normatividad mexicana en relación con la economía

social y solidaria y las instituciones de asistencia social, se podrían evitar diversas

prácticas de corrupción y laxitud en las organizaciones, en especial, porque la

mayoría de estas organizaciones trabaja en gran parte con apoyos

gubernamentales constituidos con los impuestos que deben pagar las personas

físicas o bien, con donativos por parte de las mismas personas y, por lo tanto, debe

haber un mayor cuidado y observación sobre estos fondos y su destino.

Por último, queda hacer hincapié en que si la sociedad no hace conciencia y

recupera los valores perdidos; el sentido de comunidad y de solidaridad y de apoyo

al vecino y, por el contrario, mantiene un sentido egoísta en donde no importa

cuántas cabezas tenga que pisar para enriquecer su patrimonio, ningún modelo

socioeconómico alternativo, organización social o actividades e, instituciones de

asistencia social o programas gubernamentales, lograrán contribuir en su desarrollo

integral y elevar su calidad de vida. Para que cualquier tipo de alternativa social

funcione se debe empezar en la escuela, el trabajo y la casa, enseñando con el

ejemplo a los primos, sobrinos, hijos o hermanos a que la ayuda mutua es

importante, que no se deben dejar de lado los valores que conforman el patrimonio

humano y que son la base para que pueda tener un desarrollo pleno y alcanzar su


XCI

felicidad; el cambio sólo será posible cuando cada individuo de la sociedad así lo

quiera y se logre entonces alcanzar el bienestar común.

De esta manera establecemos que la tercera línea de acción en materia de agenda

de gobierno o política pública debiera ser:

Fortalecer el desarrollo institucional, entendido no solo como las normas

formales como son las leyes, sino también, las reglas informales y el

andamiaje organizacional que le dan soporte y sentido a las actividades que

desarrollan los agentes que integran estas entidades, en este sentido, la

reforma a la Ley debe contemplar la constitución de un Órgano Superior de la

Economía Social y Solidaria, de carácter público y autónomo, sustentado en

la representación de las organizaciones y cuyo carácter coadyuvante se

sustente en procesos de legitimidad a partir de los mismo criterios que

dominan en la organizaciones que integran el sector.

Un ejemplo de la lógica y beneficios que aporta una organización tiene que ver con

el éxito obtenido con la experiencia en el sector de las finanzas populares y la

experiencia a nivel internacional sobre la importancia y carácter de los sistemas

solidarios, y dentro de ellos las cooperativas de ahorro y crédito, ha demostrado la

eficacia de las organizaciones sociales.

A partir de ello, como parte concluyente del presente estudio se pueden identificar

la concreción de varias tareas de reflexión, que podríamos delimitar en dos

temáticas generales sobre la importancia y perspectivas de desarrollo para el sector

a partir de las tareas pendientes en el marco institucional y la consiguiente reforma

operativa y organizativa de las instituciones, todo ello en el marco de generación de

políticas de supervisión orientadas a su fomento y consolidación.

Efectivamente subsisten aún importantes dudas e incertidumbre respecto a la

viabilidad de estas organizaciones puedan ocupar con la debida eficacia y


XCII

profundidad, conformando una red de auténticas organizaciones de carácter

popular, no obstante, su demostrada experiencia y capacidad alcanzada como

cooperativas para operar en el mercado de servicios financieros informales.

Sobre esta materia es urgente se destinen una mayor cantidad de esfuerzos

gubernamentales, académicos y profesionales para facilitar al sector su tránsito a la

formalidad, dada la inminente necesidad y rentabilidad social existente en cuanto la

dotación de servicios financieros de ahorro, crédito y servicios de pagos eficaces

para amplios sectores de la población que se han mantenido tradicionalmente al

margen -y en sentido estricto han sido prácticamente expulsados- del sector

financiero formal con las previsibles consecuencias en cuanto a los márgenes de

seguridad y sustentabilidad del patrimonio personal y familiar de dichos sectores.

En este sentido, los esquemas organizacionales se apoyarán en una metodología

acertada que logra ir adecuándose conforme a las necesidades del entorno, ejemplo

de ello fue su desdoblamiento en cuanto la organización regional: transitando desde

Comisiones Regionales de Vigilancia, Federaciones que corresponden a divisiones

políticas y de ahí a Federaciones Regionales más adecuadas con las condiciones

geográficas y grados de desarrollo sociocultural de las comunidades.

Como lo pudimos constatar, el tránsito de su status de informalidad al ejercicio pleno

de los derechos y obligaciones que les otorga el reconocimiento legal, ha tenido que

sortear un gran número de obstáculos que tienen que ver, entre otras cosas, con

las propias inercias del sector en materia de flexibilidad operativa y cierto grado de

laxitud en las operaciones con sus socios, así como la estrechez y falta de

comprensión de la autoridad con respecto a la diversidad y maleabilidad

característica del sistema informal.

Además de ello, la política de supervisión de la autoridad ha carecido de estrategias

consistentes en términos de una supervisión prudencial que atienda a una lógica de

asistencia y apoyo para la profundización y profesionalización de sus operaciones,


XCIII

y que al contrario ha tendido más a una actitud de férreo control y cumplimiento de

la reglamentación, sin atender la propia diversidad y flexibilidad con la que venía

operando el sector, y que por supuesto, complica su homogenización y

regularización sin poner en riesgo la existencia misma de las propias

organizaciones, lo que se ha reflejado en la alta mortandad y fragilidad demostrada

en el sistema.

En este sentido parece valioso revalorar -y también readecuar- algunos de los

principios cooperativistas con los cuales han venido operando: revisar el status de

integración y retiro voluntario y sin restricciones de sus socios, asegurar

organizaciones con instrumentos de gobierno democráticos, participación equitativa

de los socios en la toma de decisiones respecto a la operación de las

organizaciones, pago de intereses al capital que tiendan a favorecer al socio,

evitando el pago de intereses alejados de las condiciones y resultados específicos

de cada institución, distribución de los excedentes de operación privilegiando el

fortalecer la posición financiera de la organización; sin olvidar el alto contenido

educativo que debe acompañar su accionar cotidiano para la creación de ambientes

favorables de ayuda y compromiso mutuo, así como la generación de pautas de

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1983.

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“LA PROMOCIÓN Y DIMENSIÓN DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN

MÉXICO: UN ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS, 2010-2017”

Desarrollo de la Investigación


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN. ................................................................................................................. 1

CAPITULO I: El origen de la rectoría del estado sobre la economía social y solidaría (Un breve recuento histórico de la economía compartida) .......................................... 10

1.1. Sistemas económicos o modos de producción. ................................................. 10

1.2. Comunidad primitiva- modo asiático de producción. ........................................ 10

1.3. Esclavismo, Feudalismo; Capitalismo, Socialismo ............................................ 12

1.4. Economía actual. .................................................................................................... 16

1.5. Conceptualización y caracterización de las economías alternativas. .............. 21

1.5.1 En el mundo ...................................................................................................... 21

1.5.2. En México. ........................................................................................................ 28

1.6. Las organizaciones de la economía social y solidaria. ...................................... 31

1.7. Ejidos. ..................................................................................................................... 34

1.7.1. Organizaciones de trabajadores. ................................................................... 35

1.7.2. Sociedades cooperativas. .............................................................................. 37

1.8. Ejemplos de organizaciones de la economía social y solidaría ........................ 39

1.9 El sector público ..................................................................................................... 45

1.10. El desarrollo del estado: breve recuento. .......................................................... 47

1.11. ¿Qué entendemos como política económica? .................................................. 49

1.12. La aparición de las micro finanzas herramienta de inclusión financiera. ...... 51

1.13. ¿Qué es el sistema financiero en México? ........................................................ 54

1.13.1. El sector financiero de ahorro y crédito popular en nuestro país hacia la inclusión financiera. .................................................................................................. 58

1.13.2. Los historiales. .............................................................................................. 60

1.13.3. Un breve recorrido por la legislación aplicable .......................................... 66

CAPITULO II: El modelo Neoliberal y el sistema financiero en México. ...................... 77

2.1 El modelo neoliberal. .............................................................................................. 77

2.2 Neoliberalismo e intervención del Estado Mexicano. ......................................... 82

2.3 Saldos económicos en México: Ingreso, pobreza y desigualdad. ..................... 88

2.4 Economía social y solidaría. Importancia de su desarrollo. ............................... 92

2.4.1 Economía social ............................................................................................... 93

2.4.2 Economía solidaría. .......................................................................................... 96


2.4.3 Economía social y Economía solidaría .......................................................... 97

2.5 La organización del sistema financiero mexicano ............................................ 102

2.6 La comisión nacional para la protección y defensa de los servicios financieros. .................................................................................................................. 103

2.7 El Banco de México. ............................................................................................. 104

2.7.1 El organismo regulador del sub-sistema. .................................................... 105

2.7.2 Los organismos controladores de grupos financieros. ............................. 106

2.7.3 Las instituciones otorgantes de crédito. ..................................................... 107

2.7.4 Las sociedades financieras de objeto limitado u objeto múltiple ............. 107

2.7.5 Las organizaciones encargadas de la actividad auxiliar de crédito .......... 109

2.7.6 El buró de crédito o sociedades de información crediticia. ....................... 115

2.8 Las instituciones del mercado de valores: la bolsa mexicana, las sociedades de inversión ................................................................................................................. 115

2.9 Las sociedades que operan como intermediarios en las operaciones bursátiles. .................................................................................................................... 118

2.10 La comisión Nacional de seguros y finanzas. .................................................. 119

2.11 La rama de seguros, finanzas, afores. Las siefores ........................................ 119

2.12 Las instituciones encargadas de la banca de desarrollo. ............................... 121

2.13 El sector popular de la banca en México. ......................................................... 124

2.13.1 La norma reguladora del ahorro y crédito popular, la norma reguladora de las sociedades cooperativas. ............................................................................ 124

2.13.2 Bansefi. .......................................................................................................... 126

2.13.3 Las sociedades financieras populares y las sociedades cooperativas dedicadas al ahorro y préstamo ............................................................................ 127

CAPITULO III: Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo mexicano y las fundaciones como organización de la economía social y solidaria en México, como fundamento del buen vivir .................................................................... 134

3.1 Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo ............. 134

3.2 Operación y desarrollo de las figuras solidarias. .............................................. 135

3.3 Expectativas sobre su funcionalidad. ................................................................. 141

3.4 Superar la coyuntura para crear y expandir el modelo. .................................... 148

3.5 Las fundaciones como organizaciones de la economía social y solidaria ..... 151

3.6 ¿Qué son las fundaciones? ................................................................................. 164

3.7 Evolución histórica de las fundaciones: en el mundo y en México. ................ 167

3.8 Marco normativo de las fundaciones en México. A nivel Federal y Estatal .... 178

3.9 Ejemplo de fundaciones modernas y su funcionamiento. ................................ 189


3.9.1 Nacional Monte de Piedad, Monte Luz Saviñón, Fundación Rafael Dondé, Fundación John Langdon Down, Fundación Caritas, ......................................... 189

3.10 Prácticas de la economía social y solidaria como fundamento del buen vivir. ...................................................................................................................................... 197

3.11. El papel del Estado Nación. .............................................................................. 200

3.12 La noción de hegemonía subalternidad ........................................................... 203

3.13 La contra-hegemonía subalterna ....................................................................... 209

3.14. La economía solidaria como economía moral ................................................ 212

CAPITULO IV: Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México (economía social y solidaria) tanto en el trabajo como en su marco jurídico que la respaldan ......................................................................................................................... 225

4.1 Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México. ..................... 225

4.2 Situación actual de la economía social y solidaría en México. ........................ 226

4.2.1 Artículo 25 constitucional y la ley de la economía social y solidaría. ....... 226

4.2.2 El instituto nacional de la economía social. ................................................ 229

4.3. La economía social y solidaría, y su importancia en México. Casos exitosos de cooperativas en México. ....................................................................................... 231

4.3.1 Importancia económica de la economía social y solidaria en el mundo y México ...................................................................................................................... 232

4.3.2 La sociedad cooperativa pascual. ................................................................ 233

4.3.3 La sociedad cooperativa La Cruz Azul. ........................................................ 235

4.4 Condiciones para el buen funcionamiento y desarrollo de la economía social y solidaria en México. .................................................................................................... 238

4.5 Propuesta para un acercamiento a la economía social y solidaria en México ...................................................................................................................................... 246

4.5.1 Creación de la asignatura: Economía social y solidaría en la Licenciatura................................................................................................................................... 246

4.6. Las cooperativas de trabajo: emprendimiento económico como la columna vertebral de la economía solidaria ............................................................................ 251

4.7 Cooperativas de trabajo y emprendimiento económico. .................................. 256

4.8 Prácticas. ............................................................................................................... 258

4.9 Racionalidad .......................................................................................................... 262

4.10 Algunas experiencias Latinoamericanas en torno a la economía solidaria. . 270

4.11 Semblanzas de las garantías individuales consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos .............................................................. 278

4.12 Las garantías sociales consagradas en los artículos 27 y 123 constitucionales. ......................................................................................................... 280


4.13 Los artículos 25 y 26 de nuestra constitución que rige la economía nacional. ...................................................................................................................................... 285

4.14 Los artículos 6, 35, 36, 39 y 41 constitucionales que sustentan la democracia en México ..................................................................................................................... 290

CONCLUSIONES. ............................................................................................................ 296

BIBLIOGRAFÍA. ............................................................................................................... 316


1

INTRODUCCIÓN.

Ante la crisis social, económica y política a nivel mundial provocada por la

implementación de políticas públicas de carácter neoliberal, y de su implementación

forzada en los países capitalistas caracterizados por economías dependientes y

atrasadas, lo que solo consiguió profundizar la crisis social y humana que significa

la pobreza; es por esto que se vuelve indispensable la búsqueda de alternativas de

organización de la producción en países como México, que permitan ofrecer a la

mayor parte de la población no solo la supervivencia, sino la satisfacción plena de

sus necesidades básicas, así como elevar y potenciar su bienestar.

A lo largo de la historia, en especial a partir de la Revolución Industrial que significó

una nueva forma de explotación social, ahora bajo la imagen del hombre asalariado

que perdura hasta nuestros días, se han generado diversos movimientos originados

de la clase trabajadora y de distintos movimientos sociales que en la búsqueda de

nuevas y mejores oportunidades buscan alcanzar un mayor desarrollo, tanto

individual como para sus familias.

A raíz de estos movimientos, se han formado diferentes asociaciones sociales

basadas en principios solidarios como: los sindicatos, las sociedades cooperativas,

los fondos de empleados, las fundaciones, significan nuevas formas de organizar la

producción favoreciendo el logro de sus objetivos; estas nuevas formas de

organización productiva identifican al sistema o sector socioeconómico conocido

como “economía social y solidaria”, basada en las relaciones de cooperación y

solidaridad para la conformación de un sistema de procesos y actividades

productivas con un fin preponderantemente social y orientada al bienestar común,

y que incide en un área geográfica determinada, en su organización interna

prevalecer la democracia participativa y la equidad en la repartición de los beneficios

obtenidos entre la misma comunidad.


2

La economía social y solidaria puede ser vista como una forma de inclusión en la

que los socios logran tener participación, no sólo en la generación de riqueza, sino

en los beneficios de ésta. Ello en contraposición con el modelo económico

actualmente imperante, cuyas características implican la explotación las clases

populares. Aunque pareciera que el surgimiento de la economía social y solidaria

es reciente, en realidad sus orígenes se sitúan en el siglo antepasado, donde su

principal manifestación en plena Revolución Industrial, surge como una respuesta

para hacer frente a las carencias y abusos a que eran sometidos los trabajadores

de las incipientes fábricas. Condiciones que, asimismo, fueron agravándose

conforme se consolidaba y extendía el sistema de producción capitalista.

La dinámica de explotación inaugurada con la proceso de industrialización, se ha

perpetuado hasta el día de hoy y que ha llevado a que esta forma de organizar la

economía, y aun ha retomado intensidad en tiempos recientes ante la inminente

desmesura de la ideología dominante que coloca el énfasis en la supervivencia del

más poderoso y el interés individual, que se traducen en un aumento cada vez

mayor de la desigualdad económica y social, caracterizada por situaciones como la

falta de empleos y oportunidades que permitan a los trabajadores satisfacer aunque

sea mínimamente sus necesidades más básicas de manera digna. Existe así, un

malestar económico generalizado, producto del modelo globalizador neoliberal que,

para asegurar las ganancias y beneficio de unos cuantos, minimiza el papel de las

personas, reduciéndolas a la condición de mano de obra barata, padeciendo día a

día condiciones de pobreza y marginación.

Dado a lo anterior, la presente investigación tiene alta relevancia al ser dichas

organizaciones el primer impulso al desarrollo del modelo de economía social y

solidaria alternativa, proponiendo una forma de entender el desarrollo, de forma

distinta al camino que tradicionalmente ofrecen los modelos basados en el

capitalismo manejado por los sectores público y privado. Asimismo, deseamos

mostrar cómo estas organizaciones alternas, más que una solución de simple

subsistencia y limitado éxito, conforma toda una nueva manera de pensar y actuar


3

en la economía capitalista, en tanto aboga por la inclusión productiva en ésta, de

los sectores más desprotegidos y vulnerables de la población, quiénes se ven

ampliamente beneficiados al pasar del último nivel de interés en la toma de

decisiones, al primero. Lo anterior se logra al crear la oportunidad de asumir el

control de la propiedad de los medios de producción, así como el control de la

creación y operación de empresas cuyo objetivo es la producción de bienes de

interés y beneficio social, además del uso de los rendimientos obtenidos para

fomentar el desarrollo comunitario. Circunstancia que significa una alternativa a la

pobreza en tanto se fundamenta en la creación y fomento de las capacidades

productivas de los sectores vulnerables.

De esta manera, tenemos que la economía social y solidaria puede ser interpretada

no sólo como una propuesta más, si no se convierte en una herramienta de

desarrollo que facilita la inclusión de grupos más desprotegidos a través de la

creación y desarrollo de opciones productivas, sino como otra forma de hacer

economía que, en lugar de generar grupos de desposeídos y marginados, ajenos al

desarrollo económico; los incluye, dando a todas las personas la oportunidad no

sólo de contar con un trabajo bien remunerado, sino de participar en la generación

de una riqueza y desarrollo equitativos. De ahí que, además de ser un motor para

el progreso, el modelo de economía social y solidaria pueda pensarse como un

contrapeso para el capitalismo, que si bien, ha generado avances y tecnología,

también ha polarizado a la sociedad en ricos y pobres.

Junto a las organizaciones que integran la llamada economía social y solidaria,

existen diversas alternativas que se han desarrollado, y aunque en general, todas

ellas comparten un mismo fin; sí se pueden diferenciar por sus características,

personalidad jurídica y propósitos; entre estos conceptos podemos encontrar a las

siguientes: economía social, economía solidaria, economía colaborativa, economía

del trabajo, economía agraria y economía popular.


4

A la par de estas búsquedas, se han desarrollado también nuevas formas de

organización social para contribuir al bienestar de aquellos grupos vulnerables que

carecen de los servicios básicos para la vida como alimentación, salud, vivienda,

educación, etc. y que han sido abandonados por el Estado. Algunos de estos

organismos creados por iniciativa social, conforman a las llamadas fundaciones, las

asociaciones civiles y las instituciones de asistencia, quienes tienen como objetivo

la beneficencia social. No obstante, se ha observado que este tipo de instituciones

sólo sirven como intermediarias u operadoras de programas de asistencia social

mediante la búsqueda de donativos para la resolución inmediata de problemas, es

decir, a corto plazo y no proporcionan las herramientas necesarias que lleven a

estos grupos a ser sostenibles a largo plazo y obtener su propio desarrollo integral.

Actualmente, existen diversos tipos de fundaciones alrededor del mundo sin estar

reconocidas oficialmente, la clasificación variará dependiendo de la de la literatura

que atiende a diversos criterios según el autor. Las clasificaciones más comunes de

estas organizaciones son: fundaciones comunitarias, fundaciones empresariales,

fundaciones independientes, fundaciones familiares, fundaciones operativas, entre

otras. Lo cierto es que todos estos tipos de fundaciones comparten ciertas

características en común, como la relación con la filantropía y el altruismo que tienen

sus orígenes desde tiempos prehispánicos; la toma de decisiones por un patronato

que se encarga de dirigir a la fundación; el fin social; obtener sus recursos de un

patrimonio propio o de donaciones por parte de terceros; las prácticas asistenciales

ya sea apoyando programas sociales, canalizando recursos u operando sus propios

programas de asistencia social y; sobre todo, sus orígenes.

En México, a pesar de que no se tiene registro de las organizaciones que participan

de la economía social, dado que plenamente como no es una figura reconocida

legalmente, se sabe que, en las comunidades prehispánicas se realizaban algunas

formas de organización social basadas en la cooperación y la solidaridad para el

bienestar de la comunidad, asimismo, se organizaban para que cuando algún

miembro de la misma comunidad tuviera alguna necesidad urgente por enfermedad,


5

se le pudieran brindar los recursos necesarios para que saliera de su situación. Uno

de dichos ejemplos son las fundaciones las cuales, con la llegada de los españoles,

en la Conquista, las obras de beneficencia tomaron una nueva forma en la Nueva

España al ser administradas por una Iglesia que tenía como objetivo evangelizar a

los indígenas y someterlos a su poder. A raíz de ello se crearon diversos centros de

beneficencia y con el paso del tiempo se establecieron las fundaciones. La primera

institución creada para tales fines fue el Monte de Piedad en el siglo XVIII, seguido

por la Fundación Concepción Beistegui, Montepío Luz Saviñón, Fundación Rafaél

Dondé, entre otras; la mayoría de ellas perduran hasta nuestros días, sin embargo,

en la normatividad mexicana existe un vacío respecto a este tipo de organizaciones

que es necesario complementar para que exista una mejor regulación, manejo y

funcionamiento de las mismas.

Así como en México, se ha buscado formar economías solidarias en América Latina

también es fuente de nuevas alternativas. Las experiencias de, Brasil, Argentina,

Chile, nos abren enormes campos de estudio y debate, gracias a los diversos

intentos de construcción, que en medio de contradicciones y disputas, buscan crear

espacios propios, espacios de libertad y soberanía. Sin duda son grandes desafíos

que estas experiencias afrontan, pero resulta alentador que la acompañan amplios

debates sobre la manera en que se integran mejor al desarrollo.

Estos tipos de organizaciones pueden tener propósitos netamente económicos, sin

embargo, buscan como objetivo principal mejorar las condiciones de vida del

hombre de forma individual o colectiva, a través de acciones en conjunto y basadas

en la solidaridad. Según la Asociación Cooperativa Internacional (2012) a nivel

mundial las economías solidarias, unos de los grupos más grandes dentro de la

economía social, cuentan con casi 1,000 millones de socios y generan 100 millones

de empleos, un 20% más que las firmas multinacionales y las ventas de las 300

“empresas”.


6

Ante esto Consideramos además que la economía ejercitada por el Estado y la de

mercado no sólo han quedado rebasadas por las necesidades esenciales de la

población sino que incluso dichos modelos pueden llegar a contraponerse, hemos

decidido profundizar en la teoría solidaria dado que sus propuestas apuestan por la

generación de riqueza socialmente necesaria, su distribución equitativa, la inversión

sustentable y la democratización del desarrollo humano, en comparación con otro

tipo de organizaciones que solo buscan una determinada renta.

Por ello hemos dividido la investigación en cuatro capítulos para un mejor desarrollo

del tema del sector de la economía solidaria.

En el primer capítulo: se abordan la definición de conceptos o términos que son

fundamentales para la comprensión del presente trabajo, particularmente

“socialismo” y “capitalismo”, que conforman perspectivas históricamente

antagónicas y que contemplan el desarrollo económico, y sus problemas, de

maneras igualmente opuestas. Se analiza también lo relativo a los sectores

financieros que actualmente imperan en el sistema del mundo. Posteriormente, se

realiza un análisis de los saldos económicos en México, con el fin de adentrarnos

en el contexto nacional. En esta sección, se percibe cómo derivado del actual

modelo económico, se ha generalizado e intensificado la pobreza, la desigualdad

derivada, entre otras razones, por la disminución del poder económico de las

familias. Por último, se hace referencia a la economía social y solidaria, destacando

sus principales características e importancia de su desarrollo.

En el segundo capítulo: Nos adentraremos en la explicación del sistema financiero

en México. Una de las necesidades básicas y primordiales determinante del

desarrollo económico de cualquier Nación, siempre ha sido la forma de captar

recursos, no sólo públicos, sino también privados, con la finalidad de alcanzar un

desarrollo sano en su economía. Para que de ahí puedan surgir recursos

económicos encaminados en apoyar las diferentes políticas de desarrollo

económico en el Estado, llámese economías de solidaridad, cooperativas, etc. Sin


7

olvidar claro esta los diferentes obstáculos que puede llevar a culminar dicha tarea,

como es un sistema neoliberal que es lo contrario a las economías solidarias.

Para el tercer capítulo: Abordaremos el marco normativo que gravita y rige todo tipo

de grupos sociales que pretender formar grupos de ayuda económica como son: las

economías solidarias, las cooperativas, los grupos financieros, las fundaciones, etc.

Se presentan los aspectos teóricos de las fundaciones, brindando una breve

introducción para conceptualizar el término. Asimismo, se analizan los antecedentes

de las fundaciones en México y en el mundo para su mejor comprensión y se

explican los diferentes tipos de fundaciones existentes y sus características. Se

realiza un análisis de las fundaciones específicamente en México para puntualizar

el marco jurídico que las regula, con el fin de observar si existe un punto de

comparación con otras fundaciones y organizaciones internacionales que han

fungido como modelo de las economías solidarias alternativas contribuyendo al

desarrollo social y económico de los países. Ya después de analizar varios ejemplos

de los tipos de fundaciones pretendemos demostrara que las fundaciones en México

pueden contribuir como un modelo de economía social y solidaria al desarrollo

económico y social del país.

En el cuarto capítulo: se muestra la situación actual de la economía social y solidaria

en México, mostrando la normatividad que actualmente tiene en nuestro país.

Seguidamente, se aborda la importancia de este sector tanto en México como en el

mundo. En este mismo punto se destaca a manera de ejemplo de casos exitosos

dos cooperativas que operan en México con el objetivo de resaltar la importancia y

trascendencia de las empresas sociales. Así mismo se resaltan las condiciones que

se deben llevar a cabo para que la economía social y solidaria pueda tener un mayor

y mejor desarrollo. Como también retomaremos diversos artículos de la constitución

política mexicana encaminados a mejorar la formación y el respaldo a este tipo de

economías solidarias como es el artículo 25, 27 y 123 que buscan dar mayor apoyo

y seguridad al demandante para obtener sus objetivos claros que es mejorar su

estándar de vida. Por último, y en relación al punto anterior en el que se destaca


8

que un factor que ha impedido el buen desarrollo ha sido precisamente el

desconocimiento tanto a nivel educativo, gubernamental y social de lo que es la


El diseño de la investigación es de naturaleza cualitativa, no experimental,

descriptiva y observacional, es decir, se han identificado y descrito los principales

elementos y características que definen el origen y devenir histórico de la situación

de la economía social y solidaria, para lo cual, se requirió la consulta y revisión de

fuentes y bases de datos del pasado; en particular se utilizó los elementos que

ofrecen las fuentes bibliográficas y hemerográficas disponibles, proponiendo una

visión crítica sobre el material seleccionado para evitar cualquier sesgo ideológico.

Debe señalarse que las fuentes bibliográficas consultadas se encuentran

adecuadamente registradas en el apartado Bibliografía, pese a que en algunos

casos no se consideraron para la integración en el cuerpo de la investigación, sin

embargo, facilitaron elementos para contrastar, validar o refutar la información

obtenida en otras fuentes.

Asimismo, en cuanto al diseño de la investigación se encuentra el haber sido de

carácter retrospectivo y transversal, dado que se trabajó con información obtenida

con anterioridad al proyecto y con fines ajenos al trabajo de investigación, así como

el que se mide una sola vez las variables en un momento determinado.

De esta manera el tipo de estudio se caracteriza por ser de tipo exploratorio, el cual

permite “preparar el terreno” para investigaciones posteriores de mayor profundidad

y con objetivos más precisos, conforme a la definición que indique Movimiento

Ciudadano como línea de profundización y donde requiera análisis más puntuales,

con el fin de ofrecer a simpatizantes, militantes y ciudadanía en general, elementos

de juicio para definir su postura política – ideológica sobre este tema.


9

En este sentido, el diseño de la investigación busco ante todo allegarse de una

visión integral de las variables, actores y circunstancia que rodean la falta de control

y dirección del sector social de la economía y que dan cauce para la definición de

una política de estado, distinguiendo su problemática y las áreas de oportunidad

para insertarse como elemento de desarrollo y justicia social.

En esta parte, se realizó una revisión exhaustiva de la bibliografía y fuentes

disponibles con el fin de discernir el material que atendiera de mejor manera el

objetivo y propósito encomendado para la investigación, en este sentido, fue

necesario prescindir de algunas de ellas en razón de la dificultad manifiesta de

acceder al material y también debido a que la profundidad y contenido del material

difería sustancialmente del perfil definido para la investigación. No obstante, se

integró una base de datos bibliográficos que pudiera ser útil para futuras

investigaciones, conforme la línea de investigación definida con Movimiento

Ciudadano.


10

CAPITULO I: El origen de la rectoría del estado sobre la economía social y

solidaría (Un breve recuento histórico de la economía compartida)


Para comprender el fenómeno de estudio que estamos por comenzar a analizar es

primordial englobar bajo el concepto de economía social y solidaria considerar el

desarrollo de los diversos sistemas económicos, o modos de producción que han

existido a lo largo de la historia hasta la conformación del capitalismo actual,

calificado como globalizado y neoliberal. En este capítulo se abordará la explicación

general de los sistemas económicos y la descripción sobre la conformación de la

economía social y solidaria, su concepto, características y evolución histórica, tanto

en el mundo como en México. Finalmente, se revisan algunas organizaciones que,

creadas bajo los principios característicos de esta economía, sirven como ejemplos:

“Como lo expresa Méndez Morales, el modo de producción de una sociedad “[e]s

la forma en que los hombres se han organizado históricamente para satisfacer sus

necesidades. Es la forma en que los hombres se han organizado para producir,

distribuir y consumir los bienes y servicios que satisfacen sus necesidades” (p. 38).

Los modos de producción que han existido históricamente son: comunidad primitiva,

modo asiático de producción, esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo; a

continuación, se explica cada uno de ellos.


Esta es la primera forma de organización de los seres humanos para la satisfacción

de sus necesidades básicas donde los hombres subsistían mediante la recolección

de frutos, la caza y la pesca; dependían totalmente de la naturaleza. Se participaba

colectivamente en la producción a efecto de distribuir los bienes entre la comunidad.

Al tener la economía un carácter comunitario, no había espacio para diferenciar


11

clases sociales, que no existían, las relaciones eran de cooperación y ayuda mutua.

La producción se orientaba a obtener lo necesario para satisfacer las necesidades

básicas inmediatas; era una sociedad de autoconsumo en donde aún no se

generaba excedente económico. (Todo lo que sobra de la producción una vez

satisfechas las necesidades del productor directo”) (Méndez Morales, 2014, p. 41).

Con el paso del tiempo y el aprendizaje que la necesidad de subsistir les había

proporcionado, se mejoraron los instrumentos de producción (instrumentos de caza)

lo que originó la división natural y social del trabajo, donde los hombres y niños se

dedicaban a la producción y las mujeres a la distribución; asimismo, unos se

dedicaban a caza y pesca y otros, a la agricultura y el pastoreo. Conforme la

economía y la sociedad fueron evolucionando y especializándose en el trabajo,

aumentó la producción, lo que permitió generar excedentes económicos que se

intercambiaban a través del trueque. La propiedad colectiva pasó a ser propiedad

familiar para finalmente convertirse en propiedad privada de los medios de

producción.

Las clases sociales surgieron como consecuencia de la apropiación del excedente

económico por unos cuántos, generándose un periodo de transición entre la

comunidad primitiva y el esclavismo o en su caso, hacia el modo de producción

asiático.

Modo Asiático de Producción

Este modo de producción se distingue por ser un sistema donde la producción era

más desarrollada que en la comunidad primitiva; se basaba en la agricultura

sedentaria y en la ganadería, lo cual permitió que existiera propiedad comunitaria

de la tierra y otros instrumentos de producción, así como producción generalizada

de excedente. Surge una clase dominante, la de los sacerdotes y guerreros, que

explotaban al hombre en forma colectiva; es decir, cuando había guerras, la


12

comunidad vencedora explotaba a la comunidad vencida para que éstos trabajaran

las tierras de la primera comunidad y pagaran tributos.

En este modo de producción existía un soberano, que era el representante de toda

la comunidad y recibía el nombre de déspota, personificaba a todos los miembros

de la comunidad y se encargaba de cobrar los tributos y exacciones que las

comunidades sometidas debían pagar, por esa razón también se le llamaba régimen

despótico-tributario. (p. 42, cursivas del autor).


Esclavismo

Este modo de producción se desarrolló en culturas como la egipcia, la babilónica, la

fenicia, la griega y la romana. Su base era la producción realizada por el hombre

explotado; es decir, el esclavo. La apropiación de los medios de producción

incluyendo al hombre dio paso a la conformación de dos clases sociales: los

esclavistas y los esclavos, siendo los primeros los propietarios del excedente

económico. En este modo de producción, “[…] aparece y se desarrolla la propiedad

privada de los medios de producción, incluyendo al esclavo.” (p. 43).

Los esclavistas pudieron dedicarse a ciencias como la filosofía, la astronomía y las

matemáticas dando pie a un florecimiento cultural y a la domesticación de nuevos

cultivos (trigo, avena y mijo); a la construcción, la ganadería y otras tecnologías. El

máximo esplendor del sistema esclavista se encuentra en Grecia y posteriormente

en el Imperio Romano, sin embargo, es también ahí donde comienza el fin de este

sistema; las precarias condiciones de los esclavos provocaron múltiples rebeliones

y luchas que les permitieron liberarse y obtener fracciones de tierra para el cultivo a

cambio de un tributo. En este reparto se encuentran los primeros indicios del

sistema feudal.


13

Feudalismo

Este sistema tuvo su apogeo durante la Edad Media europea, mismo que se

caracterizó por una expansión territorial constante de algunos países europeos, lo

que propició que los jefes militares de los pueblos conquistadores repartieran tierras

a sus súbditos leales. Quienes antes eran esclavos, convertidos en este sistema en

campesinos, buscaban la protección de estos jefes militares generándose dos

clases principales: el señor feudal y el siervo.

El feudo es una “[porción de tierra perteneciente al señor feudal, quien ejercía gran

poder económico y político sobre sus tierras, y las entregaba a los siervos para que

las cultivaran a cambio de una renta o tributo.” (2014, p. 45).

Esa renta o tributo se entregaba en especie, cuando los siervos proporcionaban una

parte de su cosecha al señor feudal o; en trabajo, cuando los siervos labraban las

tierras de los señores feudales. Ya en una etapa más avanzada y que pudiera

considerarse de transición al modo de producción conocido como capitalismo, el

tributo adoptó la forma de un pago de renta mediante la moneda.

El trabajo del siervo se dividía en dos partes; el trabajo necesario, en el cual el siervo

labraba sus tierras para cosechar lo que se requería para satisfacer sus

necesidades y las de su familia y; el trabajo adicional o excedente, donde el siervo

trabajaba sus tierras o las del señor feudal como pago de renta.

En este sistema sólo se producía lo necesario para la satisfacción de necesidades

del feudo; era un sistema cerrado. El excedente en forma de renta se lo apropiaba

el señor feudal y no había comercio generalizado sino hasta finales de este modo

de producción cuando los artesanos y comerciantes organizaron su producción en

talleres artesanales situados a las orillas de los feudos (burgos, antecedentes de las

ciudades) generando excedentes materiales y económicos. Es entonces cuando se

da la transición al capitalismo.


14

Capitalismo

Los cambios que se dieron en la última etapa del feudalismo constituyeron la

transición a una nueva estructura económica dominante que se conoce como

capitalismo. Ante el aumento de producción en los centros artesanales se

desarrollaron las mercancías; es decir, los (“objetos que se producen con el fin de

intercambiarlos o venderlos” p. 47), ampliando el desarrollo comercial. Se generalizó

la producción de mercancías con el fin de obtener ganancias, lo que contribuyó a la

acumulación del capital y el desarrollo de mercados locales y regionales. Gracias a

los descubrimientos geográficos fue posible desarrollar aún más el comercio dando

pie a construir un mercado mundial. “Un elemento importante para entender la

transición del feudalismo al capitalismo lo constituyeron las revoluciones burguesas,

que acabaron con el poder de los señores feudales e instauraron el poder de la

burguesía.” (Ibídem p. 47).

Durante el capitalismo, la producción de mercancías ha tenido un amplio desarrollo

pasando por diversas etapas; la primera, la producción mercantil simple, que se

basaba en la producción artesanal; la segunda, la manufactura (hecho con la mano),

en donde se da la especialización de tareas por parte de los trabajadores, se

aumenta la producción y se disminuyen los costos; la tercera y última, la producción

maquinizada en donde aumenta la especialización del trabajo y comienza la

repartición de actividades para aumentar la productividad y disminuir los costos. La

aplicación de operaciones repetitivas del trabajador y de las herramientas trajo como

consecuencia la máquina, que se encarga de realizar dichas operaciones

repetitivas. El desarrollo de la máquina se dio sobre todo a partir de la Revolución

Industrial (siglos XVIII y XIX). La máquina ha seguido evolucionando hasta llegar a

la automatización y la computarización en los procesos productivos, que siguen

basándose en el principio de la maquinaria: realizar operaciones repetitivas. (Óp.

Cit. p. 48).


15

Existen dos fases históricas del capitalismo: la libre competencia y el imperialismo

(Méndez Morales, 2014). (En la literatura se puede encontrar a diversos autores que

señalan otras fases del capitalismo como A. Dabat, quien menciona las cinco fases

de este modo de producción; 1. El capitalismo industrial a pequeña escala; 2. El

capitalismo industrial; 3. Capitalismo monopolista-financiero; 4. Capitalismo

corporativo-tecnocrático y; como fase actual del capitalismo, 5. Capitalismo

informático. Para profundizar en el tema, consultar su obra “El mundo y las

naciones” (1993)) La primera abarca del S. XVI al último tercio del S. XIX y se

caracteriza por la competencia entre el capitalista fundamentado en los costos y la

calidad de los productos de cada uno. La segunda, que abarca hasta nuestros días,

es una fase “[…] dominada por los monopolios, la concentración del capital y el

dominio de las fuentes de materias primas. Los monopolios y los países se reparten

el mundo.” (p. 49, cursivas añadidas)

Las características principales del capitalismo, en ambas fases, son:

• Hay propiedad privada sobre los medios de producción.

• Las clases fundamentales son los capitalistas y los obreros asalariados,

quienes venden su fuerza de trabajo a los primeros.

• De la relación de ambas surge el capital.

• Las relaciones sociales de producción son de explotación.

• La forma de explotación es la plusvalía extraída del trabajo de los obreros,

misma de la que se apropia el capitalista.

• Existe la producción generalizada de mercancías.

• La finalidad del capitalista es la obtención de ganancias.

• Cada capitalista decide todo sobre su proceso productivo.

• La inflación y el desempleo son inherentes al funcionamiento del sistema

capitalista.

• El desarrollo económico de la ciudad y del campo es desigual.

Socialismo


16

Es un “[…] modo de producción desarrollado en el siglo XX como consecuencia del

rompimiento de las relaciones sociales capitalistas.” (Ibídem p. 51), una alternativa

para resolver los problemas sociales ocasionados por el sistema capitalista. En

1917 Rusia adoptó este modelo y posteriormente otros países como China siguieron

sus pasos; aunque no logró una plena consolidación, si tiene un papel importante

en la historia de la humanidad.

Las principales características de este modo de producción, de acuerdo con Méndez

Morales, son:

• Hay propiedad social sobre los medios de producción. Puede ser estatal,

cooperativa o asumir otra forma.

• Las clases sociales tienden a desaparecer.

• Existen relaciones de cooperación y ayuda mutua, como en la comunidad

primitiva.

• Ya no hay explotación del hombre por el hombre.

• Se desarrolla excedente económico, pero se distribuye en la sociedad.

• Se producen satisfactores en vez de mercancías.

• Su fin es la satisfacción de necesidades sociales.

• Hay una planificación central de la producción.

• No hay crisis económicas y por lo tanto no existe más desempleo ni inflación.

• El desarrollo de la ciudad y del campo tiende a la armonía.

• El socialismo representa la transición hacia un modo de producción superior

que sería el comunismo.


El sistema económico o modo de producción en el que nos encontramos

actualmente es el capitalismo neoliberal, imperialista o monopolista; es decir, en la

segunda fase del capitalismo.


17

Con base en lo expuesto por Méndez, esta modalidad capitalista se fundamenta en

la mercantilización; es decir, en el intercambio de mercancías y servicios, así como

en su internacionalización para la integración del mercado mundial que muchos

llaman globalización.

Durante la Revolución Industrial se desarrollaron nuevas tecnologías y maquinarias

que generaron la marginación del hombre en las fábricas y lo convirtieron en un

medio de producción más; ante esta situación, los dueños de los medios de

producción, quienes poseían el excedente económico, intentaron compensar a los

obreros mediante un pago a cambio de las horas trabajadas en la fábrica: un salario.

Sin embargo, esta retribución salarial en comparación con las horas trabajadas no

era equitativa y no les permitía satisfacer sus necesidades ni las de sus familias. La

inconformidad e indignación de los obreros ocasionó diversos movimientos que

buscaban mejorar las condiciones laborales que, al tener éxito, lograron la reducción

de horas laborales y el aumento de salarios.

No obstante, han pasado ya tres siglos desde entonces y el ideal que dio origen al

capitalismo y que pretendía que la situación económica y personal mejorara, a nivel

mundial, sólo ha beneficiado a unos cuantos; el resto de la población continúa en

situación de pobreza, las condiciones laborales son, en su mayoría, precarias, el

desempleo aún existe, la inflación sube, pero los salarios siguen siendo insuficientes

para satisfacer las necesidades básicas de los individuos. No conforme con ello, las

grandes empresas se han encargado de explotar los recursos naturales de los

países capitalistas dependientes y atrasados (Méndez Morales, 2016, p. 8), se han

generado políticas y tratados que impiden el crecimiento de estos países, pero

favorecen a las grandes potencias, se ha incentivado la competencia entre

empresas y entre los mismos trabajadores ocasionando un espíritu individualista y

egoísta; la lucha entre clases sociales es cada vez mayor.


18

Como menciona Méndez (2016), las características principales de esta fase

imperialista son:

• La concentración de la producción y del capital, creando monopolios que

dominan la economía de los países.

• La fusión del capital bancario con el industrial creando el capital financiero,

donde sólo unos cuántos son los dueños y se encargan de dominar la

economía mundial.

• La exportación de capitales a través de las inversiones extranjeras y los

movimientos financieros entre países buscando ganancias más elevadas y

rápidas.

• Las grandes potencias se reparten el mundo.

• La formación de asociaciones internacionales monopolistas capitalistas que

se reparten el mundo. Se refleja con el dominio económico que ejercen las

empresas transnacionales y que ha permitido la expansión del imperialismo.

“El capitalismo ha logrado sobrevivir más de cinco siglos a pesar de ser un sistema

complejo y contradictorio que genera grades desigualdades sociales y que favorece

el desarrollo de unos cuantos empresarios y financieros que dominan la vida

económica de los países.” (Méndez Morales, 2015, p. 51).

Este modelo capitalista neoliberal nace con el llamado Consenso de Washington

(1989), aplicado en Chile durante el mandato de Pinochet (1974-1990); en Inglaterra

con Margaret Thatcher (1979-1990) y; en Estados Unidos durante el periodo de

Ronald Reagan (1981-1989). En México, este modelo, ha sido aplicado desde 1983

y los resultados han sido evidentes, destacando el bajo crecimiento de la economía

nacional. (Méndez 2016), señala que el crecimiento promedio anual del PIB de 1983

a 2016 fue apenas de 2.1%, cifra considerada baja con respecto a las cifras

históricas que rebasaban el 6%5. (Para el cuarto trimestre de 2017, el crecimiento

del PIB fue apenas del 1.5% de acuerdo con INEGI).


19

Asimismo, señala que tanto el sector agropecuario como el industrial crecen a tasas

muy bajas y han sido abandonados por el Estado, pues en el sector agropecuario,

el crecimiento promedio anual fue apenas del 1.7 %, cifra que indica la falta de

producción de alimentos y materias primas para el mercado interno. Esta situación

ha traído consecuencias fatales, tanto económicas como sociales, para la gente que

vive en el campo y que esa es su fuente de subsistencia. La situación es aún peor

considerando que el 25% de la población vive en el campo.

Por otra parte, el crecimiento del sector industrial presenta casi los mismos

resultados que el sector agropecuario, con un promedio, de 2.21%. El crecimiento

industrial durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) fue apenas del 0.96%

revelando un estancamiento en el sector.

El sector servicios, conformado por el comercio, almacenamiento, comunicaciones

y transportes, servicios financieros, seguros y bienes inmuebles y; servicios

comunales, sociales y personales, es el que más crecimiento ha tenido con un 2.6%

promedio al año, no obstante, el porcentaje de crecimiento se considera bajo, al

igual que en los otros sectores, por el conjunto de actividades que lo integran.

De continuar aplicando el modelo neoliberal depredador en nuestro país, las

consecuencias negativas se agudizarán, especialmente en la esfera social y

ecológica y mantendrán bajos ritmos de crecimiento económico que beneficiarán a

pocos mexicanos, lo que mantendrá en la pobreza a millones de mexicanos.

(Méndez Morales, 2016, p. 345).

Considerando las cifras presentadas por Méndez (2016), las políticas neoliberales

han favorecido a las grandes empresas transnacionales, dejando de lado la

producción y transformación de productos para el mercado nacional, afectando a

personas que viven en el sector rural o que se dedicaban a ello; han dañado los

recursos naturales con los que cuenta el país apropiándose de ellos para obtener

sus materias primas, mientras tanto, continúa la comercialización de mercancías de


20

estas grandes empresas y los bajos salarios para los obreros mexicanos

provocando además, salida de capitales del país.

Así el autor puntualiza los principales retos que el país deberá afrontar si se quieren

revertir los efectos negativos de más de 30 años de políticas neoliberales:

• Incluir los tres aspectos de la sustentabilidad; lo económico, lo ecológico y

social.

• Mejorar las condiciones sociales, laborales y ambientales de la población

más vulnerable.

• Mejorar las condiciones laborales para llegar al empleo digno y decente.

• Mejorar la educación.

• Mejorar la salud de todos los habitantes del país.

• Propiciar la seguridad ciudadana.

Ante estos retos el mismo autor propone un nuevo modelo económico que camine

hacia la sustentabilidad misma que es necesaria para que las futuras generaciones

puedan mejorar también sus condiciones de vida.

Aunque el término de sustentabilidad no se plasma en la economía social y solidaria,

ni en sus principios, fines o valores, es un sinónimo al conglomerar todo lo que esta

economía quiere lograr: un compromiso con el medio ambiente, mejorar la

economía y el nivel de vida de la sociedad y, el compromiso entre la misma sociedad

para que se trabaje solidariamente satisfaciendo las necesidades básicas

(educación, trabajo, salud, seguridad, alimentos, etc.) que les permitan una mejor

calidad de vida.

En síntesis, el capitalismo en la fase de imperialismo neoliberal, por sus mismas

características, está en constante crisis y ante esta situación ha sido necesaria la

búsqueda de alternativas viables al sistema, dando paso a la creación de

organizaciones que funcionen con bases diferentes en todo su proceso económico,


21

desde la producción hasta la repartición equitativa de los beneficios. Basadas en la

cooperación y la solidaridad, estas organizaciones dan cabida a una economía

alternativa que puede ser una nueva salida a un modo de producción como el

capitalismo.

1.5. Conceptualización y caracterización de las economías alternativas.

En la búsqueda de alternativas a un sistema económico que presenta muchos

problemas, aparecen a lo largo de la historia un sinfín de movimientos y de

organizaciones que buscan solventar las necesidades de los seres humanos y

mejorar su calidad de vida dando paso a lo que podría ser un nuevo modo de

producción; la economía social y solidaria. Es importante presentar una

conceptualización de las economías alternativas al capitalismo y sus características

a efecto de entender a qué se refiere la economía social y solidaria.

El concepto de economías alternativas al capitalismo se ha dado de diferentes

maneras dependiendo el país o región en donde se consolidan proyectos de este

tipo, así como de sus principales características. A estas economías se les ha

nombrado: Economía popular; Economía del trabajo; Economía Colaborativa;

Economía social; Economía solidaria; Economía social y solidaria; que, si bien todas

ellas buscan un sentido solidario y pretenden elevar el nivel de vida de la sociedad,

no son sinónimos. A continuación, se explican dos características de este modo

económico junto con sus principales características.

1.5.1 En el mundo

Como hemos estado analizando se ha abordado el desarrollo de los modos de

producción en los que el hombre se ha organizado de diferentes maneras para

satisfacer sus necesidades. Primero, en la comunidad primitiva, el hombre satisfacía

sus necesidades con los recursos que le ofrecía la naturaleza y convivía con ella en

armonía. Conforme se fue estableciendo como un hombre sedentario, se dio origen


22

al Modo Asiático de Producción, en el que se da la explotación de una comunidad

por otra. Nace también el esclavismo, donde ya el hombre explotaba a sus

semejantes y empiezan las diferencias de clases, siendo sólo una quien dominaba:

los esclavistas; ante esta situación surgen las primeras rebeliones por parte de los

esclavos dando fin a este modo de producción y permitiendo el paso al feudalismo.

En el feudalismo la forma de explotación cambia; a los siervos (antes esclavos) se

les otorgaba una porción de tierra donde vivir y donde cultivar para satisfacer sus

necesidades básicas, sin embargo, estaban obligados a trabajar esas tierras y pagar

una renta al señor feudal. Con la especialización de oficios, los siervos comienzan

a formar sus talleres de artesanos en los burgos y a producir excedentes

económicos permitiendo la comercialización de los mismos y capitalizando sus

bienes; así surge el capitalismo donde la explotación del hombre por el hombre

vuelve a sufrir cambios, ahora bajo la forma de trabajo asalariado que produce la

plusvalía de la cual se apropian los capitalistas. Sin embargo, fue durante este

último modo de producción, que comienzan los movimientos más fuertes que dan

pauta a la consolidación de proyectos sociales alternativos que son la base de la


Durante la Revolución Industrial, el hombre pierde importancia en la producción al

ser sustituido por máquinas que producían más y en menor tiempo; repercutiendo

negativamente en las condiciones laborales de los obreros. Con ello se generaron

movimientos obreros que buscaban contrarrestar esta situación.

Las nuevas fábricas surgidas con la Revolución Industrial necesitaban grandes

cantidades de obreros. La falta de regulaciones legales acerca del trabajo fabril dio

lugar a formas abusivas de explotación de la mano de obra, que fueron contestadas

con el sindicalismo.

Las primeras formas de organización sindical aparecieron en Inglaterra. Las Trade

Unions lucharon por los derechos de los trabajadores: aumentos salariales,


23

reducción de la jornada de trabajo, mejora de las condiciones laborales y control

legal de los abusos en el trabajo y sobre todo de mujeres y niños. (Gobierno Vasco,

2017).

Los sindicatos fueron la respuesta a la explotación laboral que surgió a raíz de la

Revolución Industrial. Estos sindicatos estaban conformados por obreros que

buscaban mejorar sus condiciones laborales como la reducción de horas de trabajo,

el aumento salarial y la erradicación de los abusos o explotación que se daba hacia

mujeres y niños. Los sindicatos son una forma de organización que permanece

hasta nuestros días.

Durante el siglo XIX se fortaleció el capitalismo y con ello, la polarización social.

Como afirma Orellana (2007), ahí es donde tuvo origen la economía social y

solidaria, pues surge el cooperativismo como respuesta a la convulsión económica

y social imperante. Así se dio comienzo a nuevas ideas y caminos que le permiten

al hombre imaginar y construir un campo de solidaridad, cooperación y justicia

social.

[…] con la aparición de pensadores como Robert Owen y Charles Fourier a la

cabeza, surge la corriente cooperativista y socialista que -basada en los

conocimientos de los teóricos de la economía burguesa- plantearon sus aportes

principales en contra de las afirmaciones de esta clase burguesa.

Esta corriente de pensamiento cooperativista y solidario partió de la crítica a la

economía capitalista para afirmar que la sociedad capitalista no le permite al hombre

la realización plena ni el logro de la felicidad, pues la mayor parte de las personas

eran excluidas del sistema de capital en el cuál sólo unos pocos logran

empoderamiento y desarrollo. (Moncayo Muñoz y Villalobos Garrido, 2016, p. 78).

Robert Owen es considerado como el padre del cooperativismo (junto con Charles

Fourier), el fundador del socialismo utópico inglés que predicaba la doctrina de la


24

fraternidad humana. (Ideología filosófica basada en la unión y buena

correspondencia entre hermanos o entre los que se tratan como tal). Owen defendía

la posibilidad de desarrollar un sistema económico alternativo basado en la

cooperativa para sustituir el sistema capitalista por otro más justo que evitara

problemas en su país. Creía que los obreros debían unirse para crear una nueva

realidad europea.

En 1829, Owen crea la Asociación Británica para la Promoción de la Ciencia

Cooperativa y para 1832 ya existían 500 sociedades cooperativas de distribución y

producción. Pone en marcha la “Bolsa Nacional de Cambio Equitativo del Trabajo”

con sede en Londres donde las cooperativas vendían sus productos recibiendo a

cambio más billetes de trabajo que sustituían al dinero, sin embargo, este proyecto

fracasó. En 1833 crea un sindicato nacional, mismo que fue disuelto por presión de

los patronos y en 1835 anunció “Un nuevo mundo moral”, un periódico que intentaba

propagar sus ideas. Ese mismo año intentó fundar una ciudad comunitaria en

Queenwood que tampoco tuvo éxito. (Wikipedia, 2017).

No obstante, logró difundir sus ideas y fue la inspiración de diversos movimientos

como mencionan Moncayo y Villalobos (2016).

En 1844 seguidores del movimiento cooperativo de Owen crearon en Inglaterra la

primera cooperativa de consumo denominada la sociedad de los justos pioneros de

Rochdale, impulsando la estrategia del cooperativismo como fuente de desarrollo

alternativo al alcance de los obreros y sus familias. Este grupo cooperativo consolidó

de manera formal los primeros principios cooperativos […] (Óp. cit. p. 79).

También Toledo (2015) en su libro, menciona el movimiento de Rochdale que surge

en 1844 en Inglaterra en donde se consolidó la primera cooperativa con 28

trabajadores de la industria textil que decidieron, al ser despedidos, fundar su propia

sociedad, llamada “Sociedad Equitativa de Pioneros de Rochdale”. El objetivo de

esta sociedad era la implementación de un modelo productivo cimentado en la


25

colaboración como una alternativa al binomio patrón-trabajador, y en la solidaridad

como un sustituto a la explotación laboral.

Estos movimientos surgen como una respuesta a las condiciones infrahumanas que

se vivían en las fábricas a raíz de la Revolución Industrial, como menciona

Hernández López (2017):

La crudeza de las condiciones sociales en Inglaterra de la primera mitad del siglo

XIX, descritas por Marx y Engels en diferentes obras, derivaron en la formulación

marxista de la lucha de clases para la superación histórica del capitalismo por la vía

revolucionaria el cooperativismo sostiene principios de igualdad y horizontalidad en

las relaciones de producción y gestión, representando otro antecedente

fundamental a la organización de empresas productivas alternativas a la capitalista.

(Ibídem, p. 9 y 11).

Según el curso básico de Economía Solidaria en Colombia (2005), los antecedentes

históricos de la economía solidaria se encuentran en el mutualismo como (Corriente

de pensamiento atribuida a Pierre-Joseph Proudhon en donde se propone que la

propiedad de los medios de producción pueda ser individual o colectiva siempre y

cuando el intercambio de bienes y servicios sea equitativo con el trabajo. (Wikipedia,

2018) herramienta diseñada para que las personas logren acceso a algún bien o

servicio, al cual no pueden acceder por sí mismos, a través de la ayuda mutua y,

posteriormente, con la cooperativa de los pioneros de Rochdale.

Los pioneros de Rochdale (27 hombres y una mujer), deciden organizar con

recursos propios un almacén cooperativo asumiendo cada uno el compromiso de

aportar una modesta suma de dinero para el ahorro. Con el paso del tiempo, la

cantidad de asociados aumentó a 40, lo que permitió recaudar el suficiente dinero

para rentar la planta baja de un local e inaugurarlo el 21 de diciembre de 1844. En

ese local, los asociados eran dueños y trabajadores y comercializaban los productos

que ellos mismos fabricaban bajo un sentido de colaboración y solidaridad.


26

El Congreso Internacional del Cooperativismo reunido en Londres (1895) creó la

Alianza Cooperativa Internacional, organismo que adoptó los principios planteados

en Rochdale (1844) y los convirtió en un dogma del movimiento cooperativista por

muchos años. Estos principios son:

• Membresía abierta y voluntaria

• Control democrático de los miembros

• Participación económica de los miembros

• Autonomía e independencia

• Educación, formación e información

• Cooperación entre cooperativas

• Compromiso con la comunidad (Moncayo Muñoz y Villalobos Garrido, 2016).

Estos antecedentes permitieron el desarrollo del cooperativismo en algunas

regiones de Europa y América Latina. En Alemania, durante el siglo XX, la economía

se vio afectada a causa de la destrucción que generaron las guerras obligando al

país a buscar formas de fortalecer la economía, entre ellas, la economía social.

“Terminada la Segunda Guerra Mundial, varios de los académicos fueron parte del

régimen y fortalecieron la economía social de mercado, esto a fines de 1948, dando

paso a una estabilización de la moneda.” (Ramos Castro, 2015, p. 5).

En América desde las comunidades indígenas y previo a la Conquista existe una

historia de trabajo comunitario que era denominado de diferentes maneras como

fue la minga, una organización de trabajo colectivo para construir obras o realizar

labores agrícolas que beneficiaban a toda la comunidad; el convite, un sistema

donde todos participaban con trabajo en una obra para el beneficio de uno de los

miembros del grupo; mano prestado, que se refería al trabajo del grupo o de uno de

los miembros del grupo en la tierra de uno de ellos, que luego el beneficiado retribuía

con trabajo en la tierra del otro; la faena, un sistema para realizar obras de

beneficencia común en el que cada miembro aporta jornadas de trabajo de medio


27

día; el waki, una organización colectiva de trabajo para cultivar la tierra en la que se

utilizan semillas de propiedad común y se divide la cosecha por surcos; el ayni, un

sistema de préstamos pactados para mutuo beneficio de jornadas de trabajo

agrícola, que se pagan en posteriores oportunidades y; el pasanacu, un fondo

comunitario al que sus miembros hacen aportes iguales, se utiliza para atender

calamidades familiares graves. (DANSOCIAL, 2005).

En los pueblos andinos las comunidades indígenas se organizaban en Ayllus donde

el vínculo económico es la tierra, de propiedad común lo mismo que los animales y

los instrumentos de trabajo. (Centro Canadiense de Estudios y Cooperación

Internacional, 2008).

A finales del siglo XIX surgen las primeras cooperativas de crédito españolas

(Vargas-Manchuca Salido, 2016), y en Colombia en 1899, se crean las “Sociedades

de socorro mutuo” y las “Natilleras” predecesoras de los fondos de empleados.

También en el siglo XX, la economía social y solidaria tuvo su apogeo en Colombia.

En 1904 el General Rafael Uribe y más tarde en 1916, el Ministro de Agricultura,

Benjamín Herrera, propusieron al Gobierno y al Congreso de la República, los

planes cooperativos para el fomento de producción agropecuaria. Posteriormente,

en 1920, el padre Adán Puerto difundió las ideas cooperativas y de ayuda mutua

ocasionando que la Iglesia católica se sumara con la promoción de fondos de auxilio

mutuo, cooperativas y precooperativas. Esta situación despertó el interés del

Ministro de la industria, quien en 1927 presentó una propuesta orientada a fomentar

la constitución de cooperativas de producción y consumo. Sin embargo, es hasta

1931 cuando se adopta el término de Economía Solidaria incluyéndolo en la ley; en

1959 aparece el cooperativismo, la consolidación y expansión de mutuales,

cooperativas y fondos de empleados. El cooperativismo tiene un gran auge en los

años sesenta y setentas del siglo XX promovido por los sindicatos como estrategia

para mejorar los ingresos de las familias de los trabajadores.


28

En Brasil, la economía social y solidaria, surge durante las últimas décadas del siglo

XX como alternativa para el mejoramiento de ingresos económicos de la población

y se asumen entonces, por parte del Estado, los incentivos económicos. Se crea

una secretaría técnica para la ejecución de políticas públicas y las universidades

participan como entidades cooperantes. (Ramos Castro, 2015) Por otro lado, en

Perú la economía social y solidaria nace como un movimiento político para

sensibilizar a la clase política. En Ecuador la economía social y solidaria se fortalece

alrededor de 1970 con las iniciativas de parroquias eclesiásticas para comercializar

en la ciudad lo que se producía en sus tierras, promoviendo el comercio justo.

En la mayoría de los países, la economía social y solidaria surge como un

movimiento para construir alternativas que permitan mejorar el nivel de vida de los

trabajadores. En algunos países como Colombia, Alemania y Ecuador, se ha

consolidado más este sistema y han servido de ejemplo para que, paulatinamente,

otros países vayan adoptando estos principios y formas de organización.

1.5.2. En México.

La tradición histórica prehispánica refiere formas de organización colectiva y

cooperativa, principalmente bajo la figura del calpulli o barrio en el que se

organizaban las comunidades en aras de ser, además de entramados familiares,

colectivos de trabajadores especializados. De aquella época, se conocen figuras

como el tequio.

La palabra tequio, es la castellanización del término náhuatl tequitl, que significa

brindar un servicio como tributo; […] obligación del trabajo comunal para la obra

pública […] Entre los aztecas era una obligación colectiva de los pueblos

conquistados, principalmente para obras públicas, y en su mecánica la familia era

quien comunitariamente decidía qué persona o personas iban a cumplir con la

cantidad de trabajo prescrito. (Izquierdo, 1998, pp. 427-428; citado por Méndez

Cruz, 2015, p. 283).


29

Durante la época prehispánica y de la Colonia también existían otras formas de

organización donde se mostraba un sentido de solidaridad y beneficio para la

comunidad como las manovueltas que era una forma de intercambio de trabajo más

ligada a cuestiones de agricultura; la gozona, una forma de colaboración a nivel

familiar y; la guelaguetza que se refiere al apoyo social relacionado a eventos como

bodas, bautizos o fiestas y que también funcionaba (y funciona) cuando algún

miembro de la comunidad tenía (tiene) problemas. Los mexicas, por ejemplo, se

organizaban para que, en caso de enfermedad, epidemia o pérdida de cosecha por

inundaciones o sequías, se pudiera donar alimentos a quienes los necesitaban,

mismos que se tomaban de los Petracalli. (Almacenes donde se guardaban los

frutos). En estas situaciones también se deja ver el sentido solidario.

La llegada de los españoles significó una ruptura de los paradigmas dominantes

antes de la Conquista en los aspectos sociales, económicos, políticos, culturales y

religiosos, no obstante, se rescataron algunas tradiciones que se adaptaron a la

visión de los conquistadores y permitieron que figuras como el ejido (Tierras que,

en México, eran dotadas a un grupo de personas para su establecimiento,

explotación y beneficio común). se mantuvieran en la Colonia y subsistieran hasta

épocas recientes. (SEDESOL, 2014)

Los pósitos fueron otra figura funcional en la época de la Colonia.

[…] eran almacenes comunales en los que los indígenas depositaban el producto

de sus cosechas, en prevención de malas temporadas. Con ello tenían derecho a

recibir lo necesario para el sustento propio y de sus familias, en tiempo de escasez.

Otro ejemplo de cooperativismo primitivo mexicano fueron los pueblos hospitales,

fundados por el obispo Vasco de Quiroga, en Michoacán, alrededor de 1550, que

sirvieron para atenuar el disgusto de los tarascos contra las acciones del

conquistador Nuño de Guzmán. (Confecoop, 2017).


30

El Mutualismo se utilizó en México como un medio para que los seres humanos

pudieran elevar su nivel de vida. Durante el siglo XIX los artesanos mexicanos

formaron cooperativas para realizar ventas en común. Estas formas asociativas se

encuentran presentes en la actualidad. (SEDESOL, 2014).

En 1873, a 30 años del movimiento histórico de los Pioneros de Rochdale, nació en

México la primera cooperativa de producción, formada por sastres, a la que

siguieron otras, de carpinteros y sombrereros. En 1876, los obreros ferroviarios de

la Estación Buenavista del Distrito Federal constituyeron la primera sociedad

cooperativa de consumo. Así nacen las primeras cooperativas en México, que

obtienen reconocimiento legal en 1889, cuando en el Código de Comercio se les

reconoce como “unidades económicas, con características de organización y

funcionamiento diferentes a las de la empresa privada.” Al iniciarse el siglo XX, las

actividades cooperativas en nuestro país eran escasas y poco significativas y no

tuvieron avances en esa época. Los largos años de dictadura del presidente Porfirio

Díaz habían adormecido y frenado los ideales cooperativos. Un antecedente

revolucionario del cooperativismo es el “Centro Mutuo Cooperativo de México”,

cuyos miembros eran decididos partidarios de don Francisco I. Madero. Por esa

razón, al triunfar la Revolución Mexicana, el movimiento cooperativo obtuvo su

anhelada oportunidad de avance y expansión. Durante la época postrevolucionaria,

de 1911 a 1926, el cooperativismo empezó a crecer, a pesar de no existir todavía

un marco jurídico propio. Por todo el país surgieron cooperativas dedicadas a la

pesca, transportes, artes gráficas, consumo y servicios diversos. El cooperativismo

mexicano reiniciaba así su trayectoria histórica, al buscar alcanzar planos

superiores por tanto tiempos anhelados. (Confecoop, 2017).

La primera Ley Cooperativa en México, se promulgó en 1927 con el presidente

Plutarco Elías Calles, instituyendo el marco jurídico para el cooperativismo. Con el

paso del tiempo, algunos presidentes subsecuentes realizaron reformas a esa ley

con la intención de mejorar y eliminar sus deficiencias, como fue el caso del

presidente Abelardo L. Rodríguez (1932-1934), el presidente Lázaro Cárdenas


31

(1934-1940) quien, además, promulgó la Ley General de Sociedades Cooperativas

y más adelante, Felipe Calderón (2006-2012) quien fomentó el desarrollo de la

economía social y solidaria al establecer una ley que fue aprobada y que contiene

los principios y normas regulatorias de esta economía.

Estas medidas tomadas por los presidentes dieron pauta a que la legislación

cooperativista se instaurara en México, sin embargo, en términos más generales,

es decir, de la economía social y solidaria, el avance ha sido lento; es decir, la

creación de empresas de este tipo ha sido poca.

1.6. Las organizaciones de la economía social y solidaria.

Una vez caracterizadas estas economías alternativas y comprendidas su proceso

histórico, es importante determinar qué organizaciones son reconocidas como parte

de la economía social y solidaria.

Como bien lo expresa Hernández López: “[…] en un entorno moderno, donde “lo

económico” y “lo social” han tendido a separarse, han surgido en diferentes países

y con distintas motivaciones formas de organización económica distintas a la

ortodoxia del mercado conocidas como empresas sociales.” (Óp. cit. 2017, p. 13).

Estas empresas sociales tienen por objeto resolver problemas sociales, económicos

y medioambientales para elevar el nivel de vida de los ciudadanos enfocándose en

problemas que actualmente no concuerdan con los intereses del mercado. En ellas

prevalece la contribución al bienestar social y no la obtención de utilidades.

Ortiz Espejel (2014) considera a las organizaciones sociales como “[…] las

organizaciones […] que tienen la capacidad de proponer de manera consciente

proyectos alternativos al desarrollo y no solo movimientos sociales momentáneos

de reivindicación ante problemáticas coyunturales.” (P. 2)


32

El Programa de Desarrollo Alternativo de Colombia, define a las organizaciones

sociales como:

[…] un conjunto de organizaciones que siendo de iniciativa privada, desarrollan fines

de beneficio colectivo o social y no tienen como fundamento el enriquecimiento o la

posesión y crecimiento del capital económico individual, sino que se inclinan por el

mejoramiento de las condiciones de vida de sus asociados, en el caso de las

organizaciones de economía solidaria, o el mejoramiento de la calidad de vida de

las comunidades, como es el caso de organizaciones solidarias de desarrollo.

(DANSOCIAL, 2005).

En Colombia, se establecen como formas de organización (Ley 454 de 1998), dentro

de la economía social y solidaria: cooperativas, fondos de empleados, asociaciones

mutuales y empresas comunitarias, entre otras.

• Cooperativas: Organizaciones sin ánimo de lucro donde los trabajadores son

simultáneamente aportantes y gestores de la misma. Se crea con el objeto

de producir o distribuir bienes o servicios para satisfacer necesidades de los

asociados y de la comunidad. Según el objeto pueden ser de distribución,

comercialización, trabajo asociado, agropecuarias, de educación, de

transporte o de vivienda. Según los servicios pueden ser especializadas,

multiactivas, integrales, de ahorro y crédito. Se conforma con mínimo 20

asociados y se dirigen por una asamblea y consejo de administración.

• Fondos de empleados: Organizaciones asociativas, de derecho privado, sin

ánimo de lucro que se constituyen por trabajadores asalariados. El número

mínimo de asociados es de diez personas.

• Asociaciones mutuales: Se constituyen democráticamente por personas

naturales, inspiradas en la solidaridad para brindarse apoyo frente a

situaciones adversas y satisfacer necesidades mediante la prestación de

servicios. El número mínimo de asociados es de 25.


33

• Empresas comunitarias: Un grupo de personas que acuerda aportar su

trabajo y otros bienes para el desarrollo de actividades productivas. Se

enfoca en la producción agropecuaria.

De forma similar, la Ley de Economía Social y Solidaria de México establece como

organizaciones dentro de esta economía: ejidos, comunidades, organizaciones de

trabajadores, sociedades cooperativas, empresas que pertenecen mayoritaria o

exclusivamente a los trabajadores y, todas las formas de organización social para

la producción, distribución y consumo de viene y servicios socialmente necesarios.

Se señalan como características generales (H. Congreso de la Unión, 2012, Art.

11):

I. Preeminencia del ser humano y su trabajo sobre el capital;

II. Afiliación y retiro voluntario;

III. Administración democrática, participativa, autogestionaria y emprendedora;

IV. Trabajo en beneficio mutuo y de la comunidad;

V. Propiedad social o paritaria de los medios de producción;

VI. Participación económica de los Asociados en justicia y equidad;

VII. Reconocimiento del derecho a afiliarse como Asociado a las personas que

presten servicios personales en los Organismos del Sector, sobre la base de su

capacitación en los principios y valores del Sector, y el cumplimiento de los

requisitos que establezcan sus bases constitutivas;

VIII. Destino de excedentes a la prestación de servicios de carácter social, al

crecimiento de sus reservas y fondos, y a reintegrar a sus Asociados parte de los

mismos en proporción al uso de los servicios o a la participación en el trabajo del

Organismo del Sector;

IX. Educación, formación y capacitación técnico administrativa permanente y

continua para los Asociados;

X. Promoción de la cultura solidaria y de la protección del medio ambiente entre sus

Asociados y la comunidad;


34

XI. Información periódica de sus estados financieros y de resultados a todos y cada

uno de sus Asociados, a través de los informes a sus órganos de dirección,

administración y vigilancia, así como libre acceso a la información respectiva para

los mismos;

XII. Integración y colaboración con otros Organismos del Sector;

XIII. Compromiso solidario con las comunidades donde desarrollan su actividad, y

XIV. Creatividad e innovación en todos los ámbitos y prácticas de los organismos.

Los principios de las organizaciones de la economía social y solidaria se determinan

en el mismo texto (H. Congreso de la Unión, 2012, Art. 9):

I. Autonomía e independencia del ámbito político y religioso;

II. Régimen democrático participativo;

III. Forma autogestionaria de trabajo;

IV. Interés por la comunidad.

Los valores solidarios de estas organizaciones son, en congruencia con sus

principios, la ayuda mutua, la democracia, equidad, honestidad, igualdad, justicia,

pluralidad, responsabilidad compartida, solidaridad, subsidiariedad, transparencia,

confianza y autogestión (Art. 10).

Si bien es cierto que en México existe esta ley que regula el sector de la economía

social y solidaria en donde se mencionan los organismos considerados como

sociales, sus valores, principios y fines; también es cierto que en la ley no se definen

claramente cada uno de estos organismos como sí se hace en otros países. Las

definiciones se encuentran dispersas en otras normatividades y, su análisis permite

realizar la descripción de algunas de ellas como a continuación se presentan:

1.7. Ejidos.


35

Esta figura se reconoce en la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos:

Se reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población ejidales y

comunales y se protege su propiedad sobre la tierra, tanto para el asentamiento

humano como para actividades productivas.

La ley, considerando el respeto y fortalecimiento de la vida comunitaria de los ejidos

y comunidades, protegerá la tierra para el asentamiento humano y regulará el

aprovechamiento de tierras, bosques y aguas de uso común y la provisión de

acciones de fomento necesarias para elevar el nivel de vida de sus pobladores. La

ley, con respeto a la voluntad de los ejidatarios y comuneros para adoptar las

condiciones que más les convengan en el aprovechamiento de sus recursos

productivos, regulará el ejercicio de los derechos de los comuneros sobre la tierra y

de cada ejidatario sobre su parcela.

Asimismo, establecerá los procedimientos por los cuales ejidatarios y comuneros

podrán asociarse entre sí, con el Estado o con terceros y otorgar el uso de sus

tierras; y, tratándose de ejidatarios, transmitir sus derechos parcelarios entre los

miembros del núcleo de población; igualmente fijará los requisitos y procedimientos

conforme a los cuales la asamblea ejidal otorgará al ejidatario el dominio sobre su

parcela. (Art. 27).

Los ejidos deben funcionar bajo las bases generales para la organización

económica y social. Las tierras ejidales se dividen en tierras para el asentamiento

humano; tierras de uso común y; tierras parceladas.

1.7.1. Organizaciones de trabajadores.


36

Se refiere a las agrupaciones conformadas por trabajadores para el logro del

bienestar social. Dentro de estas organizaciones se consideran las sociedades

mutualistas y los sindicatos.

Las sociedades mutualistas en México se definen y regulan por la Ley de

Sociedades Mutualistas del Distrito Federal, donde se establecen como:

[…] la Asociación Civil […] que agrupa a personas físicas de una misma actividad y

de cualquier sexo, raza, credo, residencia, sin capital fijo, ni fines de lucro, que

tengan por objeto la mutua protección y ayuda a los asociados en caso de

enfermedad, muerte o de ambos casos, así como los daños que puedan sufrir en

su patrimonio, pudiendo practicar, para realizar mejor sus fines sociales, toda clase

de actividades lícitas que tengan por objeto su mejoramiento moral, intelectual y

físico. (Art. 3)

Según lo referido en la ley, estas organizaciones no pueden tener fines de lucro o

utilidades para la sociedad ni para los socios, únicamente podrán obtener los

recursos suficientes para cubrir los gastos que genere su operación y para constituir

las reservas necesarias a fin de cumplir los compromisos derivados de su función.

Estas organizaciones se constituyen al menos por 25 personas y tienen como

finalidades (Ley de Sociedades Mutualistas del Distrito Federal, 2008):

I. Fomentar el espíritu del mutualismo como base medular de la condición humana;

II. Propiciar el mejoramiento intelectual, físico, moral y económico de sus miembros;

III. Pugnar por la educación popular y desarrollo de la cultura;

IV. Impulsar el desarrollo de las Bellas Artes;

V. Orientar a la juventud dentro de los ideales del mutualismo y la democracia, como

formas más propicias para la integración de la personalidad del hombre y de la

conservación de la paz;

VI. Procurar la educación cívica de los ciudadanos;


37

VII. Contribuir al fortalecimiento del patriotismo, honrando en todas sus formas a la

patria y a sus símbolos;

VIII. Adoptar como principio fundamental de su convivencia la neutralidad

institucional, política, religiosa, racial y gremial, y

IX. Otorgar ayuda a los asociados en caso de enfermedad, muerte o de ambos

casos, así como los daños que puedan sufrir en su patrimonio.

Los sindicatos, a su vez, se reconocen en la Ley Federal del Trabajo, donde se

entiende por una asociación de trabajadores o patrones que se constituye para el

mejoramiento, defensa y estudio de sus respectivos intereses (Art. 356). Estas

organizaciones tienen derecho a redactar sus propios estatutos y reglamentos, así

como a administrar libremente sus actividades.

Según el artículo 360 de la Ley Federal del Trabajo:

Los sindicatos de trabajadores pueden ser: I. Gremiales, los formados por

trabajadores de una misma profesión, oficio o especialidad; II. De empresa, los

formados por trabajadores que presten sus servicios en una misma empresa; III.

Industriales, los formados por trabajadores que presten sus servicios en dos o más

empresas de la misma rama industrial; IV. Nacionales de industria, los formados por

trabajadores que presten sus servicios en una o varias empresas de la misma rama

industrial, instaladas en dos o más Entidades Federativas; y V. De oficios varios, los

formados por trabajadores de diversas profesiones. Estos sindicatos sólo podrán

constituirse cuando en el municipio de que se trate, el número de trabajadores de

una misma profesión sea menor de veinte.

El número de personas para su constitución es de veinte trabajadores o tres

patrones por lo menos.

1.7.2. Sociedades cooperativas.


38

En México, la Ley General de Sociedades Cooperativas (Ley General de

Sociedades Cooperativas, 1994) define a estas organizaciones como:

[…] una forma de organización social integrada por personas físicas con base en

intereses comunes y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda

mutua, con el propósito de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a través

de la realización de actividades económicas de producción, distribución y consumo

de bienes y servicios. (Art. 2)

Estas organizaciones pueden constituirse con un mínimo de cinco socios y pueden

dedicarse a cualquiera de las actividades económicas lícitas. Deben regirse por

principios de libertad de asociación y retiro voluntario, administración democrática

de los socios, distribución equitativa de los beneficios, el fomento a la educación

cooperativa y solidaria, respeto a los socios independientemente de sus creencias,

ideologías o preferencias y por la promoción a la cultura ecológica. (Ley General de

Sociedades Cooperativas, 1994)

Las cooperativas pueden ser de consumidores, de productores o de ahorro y crédito

según su objeto (Art. 21):

• Las sociedades cooperativas de consumidores son aquellas que tienen como

objeto obtener artículos, bienes y/o servicios para ellos, sus hogares o sus

actividades de producción.

• Las cooperativas de productores se refieren a aquellas organizaciones cuyos

miembros trabajen en común para fabricar bienes y/o servicios, aportando su

trabajo personal, físico o intelectual.

• En cuanto a las cooperativas de ahorro y préstamo, se refieren a aquellas

organizaciones que tengan por objeto la captación de recursos a través de

depósitos de ahorro de dinero de sus socios y la colocación y entrega de los

recursos captados entre sus mismos socios.


39

Asicomo en México el ejido es otra forma de organización, en algunos países como

Canadá y Francia, se ha intentado adaptar a la fundación como una organización

de la economía social y solidaria por la similitud de sus características con las demás

organizaciones que si se reconocen como sociales.

1.8. Ejemplos de organizaciones de la economía social y solidaría

En el mundo, existen organizaciones que, por sus características ya definidas, se

consideran como organizaciones de la economía social. Atrás quedaron los tiempos

de los pioneros de Rochdale, ahora se ha dado paso a organizaciones más

complejas y con finalidades muy diversas.

Por ejemplo, en Colombia algunas organizaciones consideradas dentro de la

economía social y solidaria son:

• Universidad Cooperativa de Colombia: Es un modelo educativo que nace en

1958,

[…] cuando un grupo de cooperativistas, liderados por los hermanos Henry y Rymel

Serrano Uribe junto con Carlos Uribe Garzón, deciden apostarle al fortalecimiento

de la economía solidaria y en particular al cooperativismo, a partir de la formación

de adultos dentro de esta doctrina. (Universidad Cooperativa de Colombia, 2017).

Esta institución continúa contribuyendo a la formación de jóvenes universitarios. Los

principios y valores de esta universidad están basados en los de la economía social

y solidaria para contribuir en el ámbito social. Algunos de sus principios son:

[…] pertenece al sector solidario, lo cual significa una propiedad social y un sentido

social de sus programas y proyectos dirigidos a una población que, por otros

medios, no tiene acceso a la educación superior. Su finalidad es el desarrollo de


40

potencialidades en las personas que se benefician de los servicios y de los sectores

sociales que tienen necesidades que deben ser satisfechas a través de éstos.

[…]

Tiene entre sus objetivos propiciar la formación de profesionales con criterios

políticos, con la convicción de que la política es la estrategia para canalizar la

participación, es el recurso de expresión de necesidades y aspiraciones, un

mecanismo para tomar decisiones colectivas es, en suma, un camino para repensar

y reestructurar la sociedad para el bien de todos.

[…]

Es una Universidad a la vez nacional y regional, lo que la lleva a conciliar diferencias

en las concepciones sobre lo que se debe hacer en este país, lo que se debe

atender como prioridad y lo que debe ser adoptado como compromiso solidario.

[…]

Cree y practica la Responsabilidad Social Universitaria, asumiendo un compromiso

institucional con el cuidado y promoción de ambientes naturales y sociales sanos y

justos, con un ejercicio profesional y académico ético y responsable con los otros

presentes y futuros y con una convicción de que un mundo mejor e incluyente se

construye con la participación de todos. (Universidad Cooperativa de Colombia,

2017)

Sus valores, se basan en la solidaridad, el respeto mutuo, la equidad y la libertad,

fomentando siempre un espíritu cooperativista y trabajando bajo estas bases.

• Foncomfenalco: Este es un ejemplo de fondos de empleados que también

funciona en Cartagena, Colombia y que, mediante el crédito y el ahorro,

pretende elevar la calidad de vida de sus asociados. Esta organización nace

en agosto de 1984 constituyéndose por trabajadores dependientes.

Al ser una organización de economía social y solidaria, sus valores también están

basados en los principios de la misma, siendo estos la solidaridad, la honestidad, la

equidad, justicia, actitud de servicio y trabajo en equipo. (Foncomfenalco, 2017).


41

En España, a su vez, existen diversas organizaciones de economía social y solidaria

que han contribuido a la creación de una economía alternativa como son:

• Auara: es una marca de agua mineral que destina el 100% de dividendos a

proyectos que favorezcan el acceso a agua potable.

• Nostoc Biotech: se encarga de transformar la agricultura en un proyecto más

sostenible, eliminando los químicos que perjudican la salud de las personas.

• Léstoc: producen y venden muebles, creando empleo para personas con

discapacidad intelectual y contribuyendo al medio ambiente.

• Teixidors: es una cooperativa que busca lograr la integración social e

independencia económica de personas con dificultades de aprendizaje a

través de la creación de telares manuales.

• Eticom: otra cooperativa sin ánimo de lucro que tiene como objetivo ofrecer

servicios de telefonía y acceso a internet con el fin de contribuir al bien

común.

En Japón, se encuentra Teikei, constituida en la década de los sesenta del siglo

pasado, se encarga de conectar directamente a las cooperativas de productores

con los consumidores de alimentos. Este ejemplo constituye una cooperativa de

distribución. (Toledo, 2015).

En México, destacan las cooperativas constituidas por comunidades indígenas,

como en Baja California y Quintana Roo con las cooperativas de pescadores; las

comunidades forestales de selvas tropicales o bosques templados agrupados en

organizaciones como la Unión Nacional de Organizaciones de Forestería Comunal

y las cooperativas productoras de café orgánico bajo sombra. Estos proyectos han

sido resultado del interés de las comunidades por defender sus regiones y sus

recursos de la extracción de empresas capitalistas, quienes afectan su calidad de

vida al apropiarse de dichos recursos. (Toledo, 2015).


42

• El Modelo Cuetzalan: es un consorcio de cooperativas llamado Tosepan

Titataniske, que en náhuatl significa “unidos venceremos”. Este consorcio

agrupa a más de 20 mil familias nahuas y totonacas. Fue constituida con el

fin de “[…] encontrar solución a la carestía de los productos básicos.”

(SEDESOL, 2014)

• Los Productores Orgánicos del Cabo: situados en Baja California del Sur.

Inicia en 1986 con seis agricultores asociados con el objetivo de exportar su

producción a los EEUU. Actualmente se conforma por más de 140 socios,

proporcionando sustento a más de 400 familias y exportando no sólo a

EEUU, sino también a Japón, Singapur, Inglaterra, Canadá y los Emiratos

Árabes. Los beneficios que se otorgan a los socios son: empleo, seguro

social, insumos, plantas, asesoría técnica profesional, tecnificación de su

tierra, crédito y acopio y comercialización del producto. (SEDESOL, 2014)

• La Comunidad Indígena de Nuevo San Juan Parangaricutiro: comunidad

surgida desde 1715 y reubicada después de la erupción del volcán Paricutín

en 1943, cuya organización actual propuso una iniciativa en 1983 que tiene

como objetivo revertir y detener la destrucción de los bosques de la

comunidad, aprovechando la riqueza forestal para aumentar las utilidades

económicas y distribuirlas entre la sociedad para su mayor beneficio,

propiciando así la generación de empleos. (SEDESOL, 2014)

• La Unión de Ejidos y Comunidades General Emiliano Zapata en Durango: se

constituyó en 1976 y se integra por 20 ejidos y comunidades. Esta

organización “[…] busca el manejo integral y sustentable de los recursos

forestales respetando la autonomía de cada socio, así como generar

empresas y fortalecer el arraigo de sus beneficiarios. Produce triplay, madera

aserrada, tablero y moldura, entre otros.” (SEDESOL, 2014)

• Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo en Oaxaca: se

fundó en 1982. Es una organización que se dedica a la producción cafetalera

orgánica. Agrupa aproximadamente a 2600 miembros, vendiendo sus

productos conforme al sistema de comercio justo. Junto a ella encontramos

a la Coordinadora Estatal de Productores de Café de Oaxaca, creada siete


43

años más tarde, que comercializa directamente el café producido por los

socios a nivel nacional e internacional.

• La Sociedad Cooperativa Rural de Compra y Venta en Común y

Comercialización El Grullo ubicada en Jalisco, es otro ejemplo de las

cooperativas con las que se cuentan en México. Se basa en la ayuda mutua

para mejorar las condiciones de vida de los habitantes. “Actualmente cuenta

con un parque vehicular que da servicio a los socios, compra en común de

insumos, macrotienda, laboratorio para análisis de suelo, capacitación

permanente y asistencia médica gratuita, entre muchos beneficios para los

socios.” (SEDESOL, 2014)

• En Baja California se fundó en 1940, la Federación Regional de Sociedades

Cooperativas de la Industria Pesquera de Baja California que integra a once

sociedades cooperativas pesqueras. (Toledo y Ortiz Espejel, 2014)

• Proyecto Quali: es un conjunto de 80 cooperativas que producen amaranto

en la región mixteca bajo métodos mejorados y con un esquema de

transformación agroindustrial y de comercialización regido por la economía

social y solidaria.

• En Chiapas, existe otra cooperativa cafetalera nombrada TS’Umbal Xitalhá.

• En la región maya, existen cooperativas de apicultores bajo el nombre de

Cooperativa Kabi’Tah que se compone por 180 asociados de 15

comunidades. (Toledo y Ortiz Espejel, 2014)

Existen organizaciones que no son formadas por comunidades indígenas, que han

tenido éxito y llevan muchos años funcionando como (SEDESOL, 2014):

• Cooperativa La Cruz Azul, S.C.L., con 132 años de existencia, dedicada a la

producción y comercialización de cementos hidráulicos para construcción. En

Cooperativa La Cruz Azul viven y son educados bajo una misma tradición

cultural donde logran una identidad común, comparten los mismos valores,

creencias, propósitos y aspiraciones, constituyendo un clima ideológico cuyo

esfuerzo está orientado a brindar a sus asociados el mejor servicio para


44

satisfacer sus necesidades económicas y sus aspiraciones sociales.

(Cooperativa Cruz Azul, 2017)

• Sociedad Cooperativa Trabajadores de Pascual, S.C.L., fundada en 1985,

productora, distribuidora y comercializadora de bebidas sin alcohol. Los

valores con los que se guían son la solidaridad, la lealtad, la democracia,

humildad, responsabilidad, imparcialidad, equidad, cooperación, respeto,

igualdad, disciplina, compromiso y la honestidad. (Sociedad Cooperativa

Trabajadores de Pascual, 2017)

• Sociedad Cooperativa Financiera, Caja Popular Mexicana, S.C. de A.P. de

R.L. de C.V., desde 1951. Es una cooperativa de ahorro y préstamo con más

de 60 años de experiencia que contribuye a mejorar la calidad de vida de sus

socios, educando en la cultura del ahorro, en la práctica de la ayuda mutua y

el uso responsable del crédito por medio de sus diferentes productos de

ahorro, crédito e inversión. (Caja Popular Mexicana, 2017).

Los valores de esta organización son la ayuda mutua, responsabilidad, democracia,

igualdad, equidad y solidaridad. Sus principios están basados en los de la economía

social y solidaria, como son: adhesión voluntaria y abierta, gobierno democrático,

participación económica, autonomía e independencia, educación, capacitación e

información, cooperación entre organizaciones sociales y, compromiso con la

comunidad. Se encuentran regulados por una asamblea general de socios, el

consejo de administración y el consejo de vigilancia.

Asicomo se mencionaron estos ejemplos, existe un sinfín de organizaciones de

economía social y solidaria, algunas probablemente en proceso de gestación. En

varios países ya se comienzan a introducir este tipo de prácticas que permiten

elevar el nivel de vida y el bienestar de una localidad.

Con la información revisada se puede observar que, en el caso de México, son más

las organizaciones de economía social y solidaria que se han formado por parte de

grupos indígenas para contrarrestar las carencias de necesidades básicas o buscar


45

la protección de sus recursos naturales favoreciendo el bienestar de la comunidad

bajo la forma de cooperativas. Sin embargo, este tipo de organizaciones deberían

consolidarse aún más en la urbe para generar una consciencia de lo que se podría

realizar y que sean cada vez más las personas que se sumen a este tipo de

proyectos, contribuyendo a la disminución del desempleo que existe en las

ciudades.

En algunos países de Europa, como en España y Francia, existen algunos ejemplos

de organizaciones sociales como son las fundaciones que forman parte de la

economía social y solidaria, aunque se engloban también dentro del tercer sector

que se considera altruista, es decir, las fundaciones cumplen con algunas

características de la economía social y solidaria aunque no existen estudios

profundos sobre su aportación en este tipo de economía, por lo tanto, no se tomaron

como ejemplos de organizaciones de la economía social y solidaria para ejemplificar

el tema en común que nos interesa.

Para efectos de esta investigación y del desarrollo de los capítulos posteriores, el

concepto que se adopta es el de economía social y solidaria que aglutina todos los

conceptos analizados y que define a la misma como:

El sector de la economía […] el cual funciona como un sistema socioeconómico

creado por organismos de propiedad social, basados en relaciones de solidaridad,

cooperación y reciprocidad, privilegiando al trabajo y al ser humano, conformados y

administrados en forma asociativa, para satisfacer las necesidades de sus

integrantes y comunidades donde se desarrollan […] (H. Congreso de la Unión,

2012, Art. 3)

1.9 El sector público

El Estado requiere para cumplir con sus objetivos, una estructura que se ha

denominado como el sector público de la economía, este sector comprende una


46

parte relevante de los recursos económicos de una sociedad, factores productivos

y de la producción que son de apropiación pública, el sector público es la autoridad

formal para tomar decisiones que trascienden a los grupos privados y al mercado,

lo cual le otorga un gran poder e influencia sobre los recursos totales de los cuales

disponen la economía y la sociedad en su conjunto. (Ayala, 2001, p. 83).

El sector público federal comprende el gobierno en sí, con su estructura centralizada

de poder, los órganos administrativos de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial

federales y organismos públicos autónomos. Comprende por lo mismo al Sector

Central y al Sector Paraestatal de control presupuestario directo e indirecto, excluye

la administración de los gobiernos locales (Ibídem) en resumen se puede decir que,

el sector público es el instrumento operativo del Estado, y podemos agregar que

existe una fuerte controversia en cuanto a la eficiencia, tamaño y cantidad de

recursos que se utilizan para mantener a quienes de diversas maneras forman parte

del multicitado sector.

El desarrollo industrial y la rápida urbanización, así como la creciente complejidad y

diversificación de la economía, sociedad y política, requirió de un sector público que

pudiera encarar las necesidades de una sociedad altamente demandante,

originando que las tareas del sector público en el sentido amplio fueran definidas

considerando la problemática de la política y sus objetivos: (Ayala, 2001, p. 92).

La Organización gubernamental: Mantiene y adapta la creación de políticas e

implanta agencias públicas.

Unidad Nacional: Atenúa o evita las tendencias al elitismo y fragmentación sub-

cultural.

Desarrollo Económico: Mantenimiento o recuperación del crecimiento, apoyo a la

inversión y al ahorro.


47

Estabilidad Económica: Combinación satisfactoria en proporción al incremento de

la inflación, mantenimiento de la balanza de pagos y el empleo.

Bienestar Social: Abrir oportunidades de empleo, salud, educación, vivienda y

protección a los vulnerables.

Cabe señalar que por gobierno se entiende el órgano colegiado formado por un

Presidente o Primer Ministro y unos Ministros que la Constitución o la norma

fundamental de un Estado atribuye el poder ejecutivo. El Gobierno, constituye el

centro desde el cual se ejerce el poder político sobre una sociedad. Podría decirse

que tiene una función identificadora de la actividad política, es el núcleo irreductible,

sin el cual parece difícil pensar en la dimensión de la propia política.

La intervención del Estado en la economía en general y particularmente al sector

financiero "formal" deberá aumentar su eficiencia para lograr su objetivo primordial

de equidad, justicia social y bienestar para el conjunto de la sociedad.

1.10. El desarrollo del estado: breve recuento.

En las últimas décadas se ha observado una importante evolución del Estado, de

garantizar la soberanía, otorgar educación gratuita y laica, salud y vivienda, ha

transitado hacia una creciente participación en la mayoría de los mercados, el

energético, el laboral, el agropecuario, importador, exportador, entre otros y el

mercado financiero.

En términos generales al Estado se le atribuyen, entre otras las siguientes

características:(Bobbio, 1983, p. 88).

1. Entidad territorial, se refiere al medio físico que es necesario para la

sustentación del Estado y debe ser una magnitud tal que no convierta en

demasiado pesadas las tareas que el Estado debe afrontar.


48

2. Establecimiento de un poder central suficientemente fuerte. Se logra suprimir

o reducir drásticamente a los antiguos poderes feudales, entre ellos el propio

poder de la iglesia, que se vincula a lo que actualmente llamaríamos el

proyecto de Estado Nacional.

3. Creación de una infraestructura militar, administrativa, financiera y

diplomática. Se desarrolla una burocracia administrativa que trabaja

impersonalmente para el Estado. Burocracia y capacidad financiera se

retroalimentan. La obtención y administración de recursos exige personal

dedicado por completo a estas tareas. La diplomacia se convierte en un

instrumento indispensable para las relaciones con las demás entidades

estatales que constituyen un sistema en su conjunto.

4. Consolidación de la unidad económica. El Estado debe ser capaz de regular

y dirigir la economía en su propio seno, y con respecto al exterior, implantar

un sistema aduanal y normas precisas que controlen la entrada y salida de

bienes

De esta forma podemos reconocer que el Estado es algo más que una Organización

que interviene en la asignación de recursos, también es una institución dotada de

poder económico y político para imponer el marco de obligaciones, regulaciones y

restricciones al intercambio económico, además de contar con empresas

proveedoras de bienes y de instituciones financieras. Entre sus actividades está la

administración de los ingresos, función que consiste en atesorar los recursos de la

nación y crear un fondo de reserva, el cuál es conocido comúnmente como

"Reservas Internacionales de la Nación". Estas reservas son la garantía general de

que el Estado es capaz de cumplir con sus compromisos internacionales y de que

es susceptible de crédito externo.

La determinación del nivel de impuestos y las tarifas que deben pagar los

ciudadanos es función del Estado, las tasas impositivas pueden venir desde el

Congreso (para países con alto grado de centralización) o de los Gobiernos locales

como en el caso de los Gobiernos Federales.


49

De todo lo anterior, resulta claro que la influencia del Estado en el desarrollo

económico, como actor en los mercados y proveedor de bienes y servicios, leyes y

normas, infraestructura y arte.

1.11. ¿Qué entendemos como política económica?

El concepto de Política Económica, según el enfoque, dirección y matiz que se tome

se define como la forma de hacer las cosas, por ejemplo: la economía influye en el

comportamiento de los agentes económicos, especialmente en decisiones de

inversión, ahorro, trabajo y consumo, por lo tanto, la conceptualización que está más

apegada a lo anterior es que, la Política Económica es la Estrategia general que

trazan los gobiernos en cuanto a la conducción económica de un país. Debido al

incremento de la participación del sector público en las economías modernas, y a la

importancia que toda decisión fiscal o monetaria tiene para el conjunto de las

actividades productivas, la política económica se ha convertido en uno de los

elementos centrales de la política en sí.

En ocasiones las directrices pueden parecer contradictorias, por el gran número de

objetivos a los que está dirigida, los gobiernos procuran alentar el crecimiento,

porque ello crea un clima de bienestar general que les proporciona réditos políticos,

así como disminuir el desempleo, eliminar o reducir la inflación y satisfacer las

aspiraciones de diversos grupos de presión que buscan intereses particulares:

sindicatos, asociaciones empresariales, importadores, exportadores, grupos

regionales, etc. Todo esto deriva en que resulte muy difícil encontrar en la actualidad

políticas económicas plenamente coherentes e integradas. (Ibídem)

La Política Económica, contempla una serie de estrategias entre las que destacan:

(Stiglitz, 2004, p. 115).


50

a) La política monetaria, que incluye el control de la emisión de moneda y es

uno de los instrumentos básicos en política económica, pues ella afecta la

inflación y las tasas de intereses. Otro punto crucial es el presupuesto

público, que determina los gastos a realizar y los ingresos que se obtendrán

durante un período determinado: unos gastos mayores que los ingresos

pueden obligar a incrementar el endeudamiento, incurriendo en déficits

fiscales que pueden a su vez llevar al aumento de la emisión monetaria y a

la inflación. El gasto público puede concentrarse en inversiones o en gastos

corrientes, y debe atender generalmente los considerables pagos por la

deuda pública acumulada. El gasto público, por otra parte, incrementa la

demanda agregada, por lo que se constituye en un estímulo al crecimiento y

un factor que tiende a disminuir el desempleo. El nivel del gasto público, por

lo tanto, tiene una influencia directa sobre la inflación y el crecimiento

económico, aunque dicha influencia no es idéntica en cada economía

nacional en particular.

b) Política de impuestos, o sea al tipo de contribuciones que se exigen a las

empresas y a las personas físicas, forman parte de la política fiscal y se

denomina política tributaria. Dado que los impuestos son la principal fuente

de financiamiento de los Estados modernos, la política tributaria debe tener

una relación estrecha con el presupuesto de gastos del Estado. Una carga

excesiva de impuestos tenderá a reducir la actividad económica, eliminando

los incentivos a la inversión, pero unos impuestos muy bajos llevarán con

mayor facilidad a déficits fiscales, provocando así la inflación.

c) Política Comercial, refiere en general, al comercio exterior, pero también a la

producción, distribución, precios y consumo interno, así como, a la política

aduanera.

d) Política de Ingresos, que se basa en el cobro de impuestos, pero incluye otros

factores, los subsidios directos e indirectos, y muchísimos otros aspectos,

entre los cuales no es el menos importante el constituido por las diversas

regulaciones legales que afectan de un modo directo a las actividades

económicas.


51

Otros elementos de la política económica se refieren a la proporción que asumirán

los gastos sociales y a su distribución entre diversos ministerios y programas,

además de la tenencia o no de empresas del Estado, que puede llevar a políticas

de nacionalizaciones o privatizaciones, según los casos.

Aunado a lo anterior, englobadas en la Política Económica, está la responsabilidad

del Estado en la formulación, estrategia y ejecución de la política sectorial. La

intervención gubernamental en el sector rural, ha sido poco eficiente, la persistencia

de las diferentes crisis económicas desde mediados de los sesenta, puede

explicarse, entre otras causas, fundamentalmente por las imprevisibles y

discontinuas políticas gubernamentales en materia de política económica (Suárez,

2005, p. 121). Si bien la economía mexicana ha empezado a crecer y la alternancia

política se ha dado sin conflictos, el rezago social, (particularmente en el campo y

en mayor medida en el sur y agudizada en el sureste del país), sigue siendo la

agenda pendiente del Gobierno.

1.12. La aparición de las micro finanzas herramienta de inclusión financiera.

Las microfinanzas como concepto surgen a principios de los 80's como respuesta a

las dudas y a los resultados de las investigaciones sobre la concepción de créditos

subsidiados por el Estado para agricultores pobres. Las Microfinanzas se definen

como la prestación de servicios financieros a clientes de bajos ingresos, incluyendo

a los auto empleados, esta definición ha evolucionado y actualmente considera

tanto los servicios financieros como intermediación financiera, formación de grupos

de ahorro y como una herramienta para el desarrollo. (Ledgerwood, 2000, p. 93).

Las Instituciones Microfinancieras (IMF) que en los 60's y 70's realizaban sus

operaciones basados en donaciones y subsidios, a finales de 1970 y principios de

1980 reconocen la necesidad de prestar servicios de ahorro a sus clientes, pero

buscando fuentes de financiamiento alternas en los mercados financieros, en vez


52

de depender por completo de los fondos de donantes. (Grupo Consultivo para la

Asistencia de los Pobres, 1996) Al principio, los proveedores de servicios

Microfinancieros eran principalmente Organizaciones No Gubernamentales (ONG)

y otras organizaciones orientadas al desarrollo que querían aportar algo más que

educación informal, asistencia técnica e información a sus grupos objetivo. En los

últimos años, se ha registrado entre estos proveedores informales de crédito una

tendencia a profesionalizarse y convertirse en instituciones reguladas de micro

finanzas.

Las ONGs y otras Instituciones financieras no bancarias abren camino para

desarrollar metodologías de crédito apropiadas para los prestatarios de bajos

ingresos, pero, con excepciones estas instituciones operan únicamente a muy

pequeña escala, otro aspecto que está influyendo en el desarrollo de las Micro

finanzas es la intervención del Estado, los gobiernos de algunos países establecen

reglas y normas específicas para que las Instituciones Microfinancieras (IMF)

puedan ser reguladas. Sin embargo, en muchos casos esta regulación implica que

las IMF no están autorizadas a recibir ahorros o depósitos de sus clientes ni a

prestar otros servicios financieros muy necesarios para los usuarios y las familias,

como seguros de varios tipos, depósitos a plazo y préstamos de emergencia, entre

otros.

Las microfinanzas comprenden microcrédito, prestación de servicios de ahorros,

pensiones, servicios de pago, préstamos para vivienda, seguros, emergencias y

otros préstamos privados, etc. para personas pobres o de bajos ingresos y las

microempresas que estas posean.

El término Institución de MicroFinanzas (IMF) hace referencia principalmente a

todas las instituciones formales y semi-formales, de cualquier tipo, que ofrecen

servicios microfinancieros, como ejemplo podemos citar:


53

1. IMF reguladas: intermediarios financieros sujetos a las reglas y normativas

del gobierno o el Banco Central, pero que, por los montos, tipos de usuarios

y servicios que ofrecen, no son considerados como bancos.

2. Organizaciones no reguladas de microcrédito: cajas, cooperativas y grupos

de ahorro y préstamo dedicados a las microfinanzas.

3. Cooperativas de (ahorro y) crédito y asociaciones de crédito: cooperativas y

asociaciones registradas formalmente, que prestan servicios de

microfinanzas a sus miembros.

4. ONG de desarrollo y otros intermediarios de servicios microfinancieros sin

fines de lucro.

Sin embargo, debemos recordar que el estudio de las Microfinanzas es

relativamente reciente, su campo está siendo explorado y ha comenzado a adquirir

importancia.

Cabe mencionar a manera de señalamiento que en México la Iglesia es el sector

que inicia el establecimiento de cajas de préstamo, en 1775 instala el Sacro y Real

Monte de Piedad en donde sin interés la población recibe préstamos prendarios y

en 1904 se apertura el Monte de Piedad privado Luz Saviñón, la historia de las

Organizaciones de Ahorro y Crédito Popular inicia formalmente en México hacia

1951, año en que apareció la primera Caja de Ahorro Popular. La iniciativa fue del

sacerdote Pedro Velázquez Hernández, quien dos años antes había enviado a dos

sacerdotes a estudiar el movimiento de las Cajas Populares de Canadá y de las

Uniones de Crédito de los Estados Unidos.

Para 1954 existían alrededor de 20 instituciones similares y diez años después, en

1964, se creó la Confederación Mexicana de Cajas Populares, integrada por Cajas,

Federaciones y Confederaciones. Por otra parte, a lo largo de décadas enteras, el

gobierno no participó en esta actividad, ni con políticas de fomento, ni con acciones

para regularla. Hasta 1989 la Comisión Nacional Bancaria y de Seguros realizó

estudios para establecer un marco regulatorio en el Sector de Ahorro y Crédito


54

Popular y, en 1991, se modificó la Ley General de Organizaciones y Actividades

Auxiliares de Crédito para incluir a las Sociedades de Ahorro y Préstamo como

intermediarios financieros regulados, con la única facultad de otorgar créditos a sus

miembros.

En 1993, surgieron las Cajas Solidarias a iniciativa de campesinos beneficiarios de

créditos a la palabra del Programa Nacional de Solidaridad, PRONASOL. Su origen

tuvo el objetivo de motivar el pago de créditos al PRONASOL y con el capital

recuperado formar un intermediario que proporcionara servicios financieros a la

comunidad. Un año más tarde, en 1994, la Ley General de Sociedades

Cooperativas se modificó para incluir a las Cooperativas de Ahorro y Préstamo.

1.13. ¿Qué es el sistema financiero en México?

Antes de abordar este apartado es necesario resaltar que no existe ni sistemática

ni definición legal del sistema financiero, ya que no hay una ley que lo regule en su

conjunto, pues tanto las diversas actividades de intermediación que se dan en el

sistema financiero como las relaciones jurídicas que de estas se derivan son

reguladas por varias leyes. (Díaz, 2009, p. 79).

En este sentido, se comparte la opinión de diversos doctrinarios que consideran que

con sistematización y orden legal pudiera llegar a formularse un código de la

materia, cuya necesidad proviene de la dificultad que en ocasiones representa el

análisis del sector financiero, debido a que las disposiciones normativas financieras

se encuentran dispersas en diferentes cuerpos legales, pues la utilidad de ordenar

elementos bajo un sistema es que simplifica el estudio del derecho y asegura su

conocimiento preciso y completo. Por sistema debemos entender la ordenación de

elementos, en movimiento continuo, elementos que se condicionan y determinan

recíprocamente y son vistos unitariamente (Díaz, 1999, p. 126).


55

De esta forma en la actualidad la organización del sistema financiero mexicano, así

como las diversas acepciones que del mismo existen, son resultado del arduo

trabajo realizado por diversos doctrinarios, algunos de los cuales a continuación

referiremos.

El autor Fernando Hegewisch Díaz Infante, más que dar un concepto de sistema

financiero establece como ésta formado, pues una vez que define al derecho

financiero como un conjunto de normas jurídicas que tienen por objeto regular la

actividad de los diversos entes que intervienen en la intermediación financiera, las

relaciones jurídicas se derivan de ésta y el objeto materia de las mismas. (Díaz,

2009, p.106) agrega que todo lo anterior conforma el sistema financiero.

Sostiene que al estar constituido por un conjunto de leyes orgánicamente vinculadas

- normas especializadas distintas a las normas que regulan la actividad financiera

del estado -el derecho financiero crea un sistema orgánico de entidades y sujetos

que llevan al cabo la intermediación financiera. Para el autor, la actividad financiera

encuentra su fundamento en el concepto de intermediación entendida como el acto

jurídico a través del cual la entidad financiera presta el servicio que, legalmente esté

autorizada a brindar al público demandante del mismo. (Díaz, 2009, p. 86).

En este orden de ideas, el autor Enrique Arias Zamarripa (Arias, 2007, p. 53)

considera que el sistema financiero tiene como objetivo central la intermediación

entre quienes tienen ahorro y los que necesitan crédito.

Para los autores Alfredo Díaz Mata y Luis A. Hernández Almora, el sistema

financiero mexicano es el conjunto de personas y organizaciones, tanto públicas

como privadas, por medio de las cuales se captan, administran, regulan y dirigen

los recursos financieros que se negocian entre los diversos agentes económicos,

dentro del marco de la legislación correspondiente. (Díaz y Hernández, 2009, p. 75).


56

Por su parte los autores Eduardo Villegas Hernández y Rosa María Ortega Ochoa,

señalan que la función de cualquier sistema financiero es canalizar recursos

financieros a quienes los requieren para darles un uso productivo y eficiente.

Además, quienes solicitan estos recursos están dispuestos a pagar a aquellos que

los ofrecen el precio que tienen, con lo que generan riqueza. (Villegas y Ortega,

2002, p.121) Marcos Cueva González considera que el sistema financiero es el

mercado donde las empresas públicas o privadas, o personas físicas canalizan sus

excedentes o buscan satisfacer sus necesidades financieras de crédito. (Cueva,

2006, p.94) En este tenor de ideas, los instrumentos e intermediarios financieros,

junto con los mercados en los que tienen lugar los intercambios de los activos

financieros, constituyen lo que se denomina sistema financiero, cuyo estudio se

refiere al análisis de aquellas vías o canales por los que pasa el ahorro para su

conversión en inversión, desde las unidades de gasto con superávit hasta las

unidades de inversión deficitarias. (Consultado en

http://www.condusef.org.mx/Sistema_Financiero, el 24 de abril de 2006)

El Doctor Jesús de la Fuente Rodríguez proporciona un concepto amplio del sistema

financiero mexicano, al definirlo como el conjunto de: autoridades que regulan y

supervisan; entidades financieras que intervienen generando, captando,

administrando, orientando y dirigiendo tanto el ahorro como la inversión;

instituciones de servicios complementarios, auxiliares o de apoyo a dichas

entidades, de agrupaciones financieras que prestan servicios integrados; así como

otras entidades que limitan sus actividades a información sobre operaciones activas

o prestan servicios bancarios con residentes en el extranjero. (Fuente, 2005, p.125)

De los conceptos anteriores se desprende que el sistema financiero mexicano ésta

integrado por:

A) Autoridades supervisoras y reguladoras, siendo la máxima autoridad la

Secretaría de Hacienda y Crédito Público (S.H.C.P), el Banco de México

(BDM) como organismo autónomo del Estado así como la Comisión


57

Nacional Bancaria y de Valores (C.N.B.V), la Comisión Nacional de Seguros

y Fianzas (C.N.S.F), la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el

Retiro (CONSAR) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de

los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), dentro de este rubro

se incluye al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB);

B) Entidades financieras que componen los sectores bancarios, del mercado

de valores, de organizaciones y actividades auxiliares del crédito, de seguros

y fianzas, de ahorro para el retiro y de ahorro y crédito popular;

C) Agrupaciones financieras que prestan servicios integrados;

D) Instituciones financieras del exterior, filiales de instituciones financieras del

exterior, oficinas de representación de entidades financieras del exterior y

sucursales de bancos extranjeros, y

E) Entidades de servicios complementarios, auxiliares o de apoyo. Además,

cabe agregar que se considera que todo sistema financiero debe lograr la

consecución de tres objetivos, y el grado o medida en que éstos se alcancen

constituye el reflejo de su eficacia:

F) El fomento del ahorro privado, como fuente básica de los recursos de que

nutren su funcionamiento, facilitando que se mantenga con las mayores

garantías posibles.

G) Una asignación eficaz de los recursos financieros escasos, es decir, que

todas las necesidades sean satisfechas óptimamente, y los activos sean

adquiridos por los mejores ahorradores posibles; todo ello adecuando

perfiles tanto en plazos como en costes, para poder alcanzar un cúmulo del

capital existente en una economía de la forma más eficaz posible.

H) Actuar con la flexibilidad suficiente para que instituciones, instrumentos y

mercados se adapten a los cambios precisos y obtener los dos primeros

objetivos, contribuyendo al logro de la estabilidad monetaria y financiera y

permitiendo el desarrollo de la política monetaria.

Ya que el propósito de un sistema financiero, es poner en contacto (intermediar) a

las personas que necesitan dinero (demandantes) y a las personas que lo tienen


58

(oferentes), esto es financiamiento, es así que cuando las personas o empresas que

tienen el dinero lo depositan con una institución del sistema financiero se convierte

en ahorro o inversión, que le permiten a la institución financiera dirigirlo con las

personas o empresas que lo necesitan convirtiéndose en financiamiento, esta

colocación de inversión se le dice crédito. Además, cumple con la función de ayudar

a la circulación eficiente del dinero, esto es el sistema de pagos.

Por último, debemos mencionar que diversos autores consideran la existencia de

un sistema financiero formal, constituido por las instituciones autorizadas para este

tipo de funciones por la S.H.C.P. o la C.N.B.V., bajo la supervisión y regulación de

las autoridades financieras, y otro sistema financiero informal o paralelo, que no ésta

regulado ni supervisado por las mismas.

1.13.1. El sector financiero de ahorro y crédito popular en nuestro país hacia

la inclusión financiera.

Los sistemas financieros en las economías actuales tienen un papel primordial para

canalizar los recursos excedentes a las actividades productivas.

Las grandes transformaciones que ha tenido el sistema financiero de México no

podrían ser entendidos sin los antecedentes del entorno económico y financiero que

se vivieron en la década de los 70's, tanto en el ámbito nacional, como en el ámbito

internacional.

La concepción más aceptada de los sistemas financieros es la de intermediar entre

los agentes superavitarios de la economía, que deciden dejar sus recursos en las

instituciones financieras (ahorro financiero), con aquellos agentes deficitarios que

requieren de estos recursos para sus proyectos de inversión (financiamiento).

Formalmente, Ledgerwoods menciona que el sistema financiero incluye todas las

oportunidades de ahorro y financiamiento y las instituciones financieras que proveen


59

oportunidades de ahorro y financiamiento, así como las normas válidas y modos de

comportamiento relacionados con estas instituciones y sus operaciones. Los

mercados financieros son los mercados para los servicios prestados por las

instituciones financieras a los sectores no financieros de la economía (Ledgerwood,

2000, p.97).

Los sistemas financieros se pueden dividir en aquellas instituciones que prestan sus

servicios de forma autorizada y aquellas instituciones que dan sus servicios en la

informalidad. (Krahnen y Schmidt (Krahnen, J., Pieter y Schmidt, H., Reinhard, 1997,

p.103), lo definen como cualquier operación, servicio, mercado o institución de tipo

financiero si su cumplimiento es respaldado por el sistema legal. De lo contrario

puede considerarse informal. No obstante, algunas instituciones no se apegan a

esta definición, como es el caso de las organizaciones no gubernamentales, los

montes de piedad, inclusive se puede dar el caso de instituciones que no estando

en la legalidad puedan cumplir los contratos de sus prestatarios.

Los servicios financieros dentro del sistema financiero formal son más costosos para

las personas de bajos ingresos, en el sentido de que les resulta oneroso trasladarse

a la sucursal, el tiempo, tasa de interés negativas, altas comisiones, por mencionar

las más importantes.

Estas dificultades para la accesibilidad de los servicios financieros en la gente

pobre, hace que exista un mercado informal que capte los recursos y se depositen

en aquellas instituciones no reguladas y supervisadas. Las ventajas de estas

instituciones financieras son la cercanía con la gente de bajos recursos en sus

barrios, sin requisitos complicados y garantías de propiedades, con personas

parecidas y que comparten problemas comunes.

Como ya se señaló, el término de instituciones microfinancieras surge en los años

70's, como respuesta a las críticas de la teoría basada en la oferta. La característica

predominante de las políticas económicas aplicadas es el proporcionar crédito al


60

sector rural de manera subsidiada, política que se implementaría en la mayoría de

los países en vías de desarrollo después de la posguerra. Este tipo de programas

inicialmente dirigidos a los sectores rurales, evolucionaron hacia programas

urbanos vinculados con las pequeñas y medianas empresas, y en general, hacia

sectores vulnerables en la sociedad.

De esta forma podemos definir las microfinanzas como la prestación de servicios

financieros a clientes de bajos ingresos, con actividades microfinancieras que

suelen incluir:

1) Pequeños préstamos, por lo general para capital de trabajo,

2) La evaluación informal de prestatarios e inversiones,

3) Los sustitutos de garantías,

4) El acceso a préstamos repetidos y mayores, tomando en cuenta el historial

crediticio,

5) El desembolso racionalizado y el monitoreo de préstamos, y

6) El ahorro seguro (Ledgerwood, 2000, p.132).

Las acciones de inclusión son desarrolladas por el sector de instituciones

financieras que se dedican a la prestación de ahorro y préstamo (y demás servicios

financieros), principalmente. En México, Incluye a las Cooperativas de Ahorro y

Préstamo (CAP'S), las Sociedades de Ahorro y Préstamo (SAP'S), las Uniones de

Crédito (U.C), las Sociedades Civiles (S.C), las Cajas Solidarias (C.S), las

Sociedades de Solidaridad Social (S.S.S) y aquellas instituciones que no tienen

figura jurídica. Empero, si existe una distinción con las instituciones

microfinancieras, que son aquellas con metodologías nuevas como la conformación

de grupos solidarios.

1.13.2. Los historiales.


61

Las instituciones y los mecanismos de ahorro y crédito popular en el sistema

financiero mexicano, muestran una gran diversidad. Entre las instituciones

financieras formales se destaca a las sociedades de ahorro y préstamo y las uniones

de crédito. No obstante, la mayoría de las instituciones de ahorro y crédito popular

están en la informalidad y no se encuentran reguladas ni supervisadas, como las

cajas populares, las cajas solidarias, las tandas, algunos prestamistas informales y

las sociedades de solidaridad.

Por lo que es conveniente revisar evolución histórica de las instituciones de ahorro

y crédito popular más representativas para mostrar una panorámica de cómo ha

evolucionado el sector popular hasta antes de la expedición de la Ley.

De esta forma podemos encontrar que las primeras expresiones de instituciones

populares se dieron en forma de especie, al respecto comenta Acosta Romero que

los antecedentes en México de la actividad bancaria los podemos encontrar en la

experiencia de “las pósitos” que eran almacenes de granos, que en ocasiones

hacían prestamos de ellos a los campesinos pobres para que la cosecha los pagará

con un interés moderado (Acosta, 2001, p.53).

Con un capitalismo incipiente y en pleno desarrollo, los sistemas financieros apenas

estaban en gestación, por lo que no existieron instituciones formales que se

encargaran de captar los ahorros de manera agregada de la Nueva España. En lo

individual, fueron sacerdotes y misioneros los que se encargaron de organizar las

primeras asociaciones de ahorro y crédito que se dirigían específicamente a los

sectores de bajos ingresos.

Fue el 2 de junio de 1774, que se estableció el Sacro y Real Monte de Piedad de

Ánimas, primera institución prendaría, organizada por Pedro Romero tomando

como base los montes de piedad europeos. Esta institución es el antecedente del

hoy Monte de Piedad, Mansell comenta al respecto que esta fue declarada como

institución de asistencia privada en 1927 y actualmente separado de la iglesia, el


62

Nacional Monte de Piedad es una institución del Distrito Federal sujeta a la

supervisión e inspección de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (Mansell,

2005, p. 68).

Otra institución de asistencia privada no lucrativa prendaría, fue la fundada en 1904

por Luz Saviñón, la cual lleva su nombre "El Montepío Luz Saviñón". Ambas

instituciones aceptan el empeño de productos en buen estado y llevan a cabo sus

actividades con capital e ingresos propios, es decir, no reciben subsidios

gubernamentales.

Con el movimiento de independencia a principios del siglo XIX, México se constituía

como nación independiente. La gran inestabilidad social y política que se vivió en

los próximos 100 años dio como resultado que las actividades bancarias y de los

servicios populares no tuvieran un desarrollo considerable.

Fue hasta 1926, con la Ley de Crédito Agrícola que se preveía la constitución de

sociedades regionales de crédito, origen de las uniones de crédito y que tienen

como intención formar fondos de cuotas periódicas de sus socios y conceder

créditos a los solicitantes. Actualmente, se rigen por la Ley de Organizaciones

Auxiliares y Actividades de Crédito al respecto Mansell señala que la unión de

crédito, como entidad legal, data de 1932, cuando se estableció la Ley General de

Instituciones de Crédito. La primera unión de crédito en México fue la unión de

crédito ganadera, fundada en 1942, en el año 2005 operaban 184 instituciones de

crédito según datos de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público.

De esta forma el movimiento cajista se inició a principios de los 50's, con la primera

caja popular denominada "Caja de León XIII", aunque ya en la Ley Federal del

Trabajo en 1931, se prevén algunos mecanismos de legislación para las cajas de

ahorro popular.


63

Durante los cuarenta años próximos, el sistema de cajas populares se desarrolló,

en general, con buenos resultados, aunque nunca fue reglamentado, supervisado,

ni contaba con un marco jurídico propio. Las cajas populares, por lo general,

operaban en función de su normatividad interna, organizadas como sociedades

cooperativas de capital variable y responsabilidad limitada, en la cual sus miembros

se asocian para ahorrar en común y obtener préstamos.

Las sociedades de ahorro y préstamo tuvieron su origen en 1991, cuando se

adicionó y modificó la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del

Crédito para incluir, en su artículo 3, dicha figura, como una institución no bancaria.

Con esto se daba reconocimiento a las cajas de ahorro, también conocidas como

cajas populares.

Las sociedades de ahorro y préstamo son sociedades de responsabilidad limitada,

con personalidad jurídica y patrimonios propios, de capital variable, no lucrativas,

de duración indefinida en las que la responsabilidad de los socios se limita al pago

de sus aportaciones, autorizadas por la Secretaria de Hacienda y Crédito Público

para la captación de recursos de sus socios. Y al igual que las cajas de ahorro, las

sociedades de ahorro y préstamo se manejan con principios cooperativistas. En el

año 2005, estaban autorizadas diez sociedades de ahorro y préstamo.

Una vez que se expide la Ley de ahorro y crédito popular, se reformaron y derogaron

diversas disposiciones de la Ley General de Organizaciones y Actividades

Auxiliares del Crédito. Se menciona que las entidades interesadas (las sociedades

de ahorro y préstamo, uniones de crédito y las cajas de ahorro y préstamo) en

integrarse al nuevo sector popular, deberán registrarse ante la Comisión Nacional

Bancaria y de Valores, manifestando su nombre, domicilio, denominación, número

de socios y demás requisitos que solicite la comisión.

Con la figura de las sociedades ahorro y préstamo, se realizó un movimiento intenso

para que las cajas adoptaran está figura, y pudieran integrarse al sistema financiero


64

formal, sin embargo, ante los requerimientos legales no fueron aceptadas la mayoría

de las cajas de ahorro. Estas tomaron las siguientes figuras para su funcionamiento:

• Asociaciones Civiles (A.C)

• Las Sociedades Civiles (S.C)

• Las Cooperativas de Ahorro y Préstamo (C.A.P)

• Las Sociedades de Solidaridad Sociales (S.S.S)

• Las Instituciones de Asistencia Privada (I.A.P)

• Las Sociedades de Producción Rural (S.P.R)

• Las Entidades sin Figura Jurídica (S.F.J)

Las Cajas Solidarias toman los fondos destinados del programa nacional de

solidaridad para constituir cajas de ahorro, al respecto Mansell (Mansell, 2005, p.85)

comenta que, desde principios de 1993, las comunidades tienen la opción de utilizar

el capital recuperado para crear una caja de ahorro. La idea es ayudar a movilizar

los ahorros del sector rural y, paralelamente, extender más crédito a los productores

rurales a la vez que se logran índices menores de morosidad e incumplimiento. En

diciembre del 2000, existían 216 Cajas Solidarias en 323 municipios, instalados en

25 Entidades Federativas que atendían a los campesinos productores. A pesar de

tener un origen gubernamental, no se consideraron dentro de ningún marco

regulatorio y supervisor.

La intervención gubernamental en México de servicios financieros a los sectores de

bajos ingresos se da a través de diversos programas, específicamente para el

desarrollo sustentable del sector rural (L.P.E. 2005, p. 25) destacan los siguientes:

1) La secretaria de Agricultura, Ganadería y Recursos Hidráulicos con Alianza

para el Campo, Fondos Regionales de Combate a la Pobreza;

2) PROCAMPO, Sistema Financiero Rural;


65

3) Secretaria de Hacienda y Crédito Público, con Comisión Nacional para el

Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Fondo para el Desarrollo Productivo de

Regiones Marginadas;

4) El banco Nacional de Servicios Financieros como apoyo al Sector popular;

5) La secretaria de economía con el Fondo de Apoyo a la Micro, Pequeña y

Mediana Empresa; Fondo de Microfinanciamiento a Mujeres Rurales; Fondo

Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad, Programa Mujeres

Campesinas, Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario;

6) Secretaria de desarrollo social, con Oportunidades, Programa de Vivienda

Rural.

Las organizaciones no gubernamentales ésta constituido por instituciones de

asistencia privada, cuya área de operación son los sectores de bajos ingresos más

marginados y combaten la pobreza. Se han desarrollado con éxito en diversos

países por todo el mundo con excelentes resultados no sólo en los servicios de

crédito y de ahorro sino también en aspectos económicos como su ocupación y nivel

de ingreso e incluso, en algunos casos, en aspectos sociodemográficos como la

tasa de mortalidad y natalidad.

Entre los ejemplos internacionales más destacados tenemos:

1) Banco Graneen en Bangladesh,

2) Finca;

3) Acción Internacional;

4) Grupo Consultivo de Asistencia a los más Pobres;

5) Bank Rakyat Indonesia.

En México las entidades microfinancieras que destacan son:

1) Fundación para la Asistencia Internacional a Fundación Integral Comunitaria;

2) Centro de Apoyo al Microempresario;


66

3) Fin Común, Servicios Comunitarios;

4) Fundación Dignidad. Apoyo al Desarrollo de la Social;

5) Ahorro y Microcrédito Santa Fe de Guanajuato.

Pero no todo el ahorro se da en las instituciones financieras formales, existe una

parte que se guarda en mecanismos diversos de manera informal es el caso de los

hábitos de ahorro provienen de áreas urbanas y rurales, de persona que manejan

microempresas, son agricultores o pescadores, son empleados del gobierno y del

sector privado. En muchos de estos casos, los hogares de los ahorradores poseen

múltiples formas de ingreso. En estos casos las principales modalidades de este

tipo de ahorro complementario son las siguientes (Mansell, p.79; Conde, p.102 y

Robinson, 2004, p.66):

1) Efectivo.

2) Grano y cultivos comerciales;

3) Animales

4) Oro, plata, joyas y otros valores;

5) Tierras;

6) TANDAS o Roscas;

7) Materias primas; productos terminado y Materiales de construcción

8) Depósitos de recolectores de ahorro o los guarda dineros.

1.13.3. Un breve recorrido por la legislación aplicable

La constitución de un marco legal en el sector popular, surge como una necesidad

derivada de los problemas intrínsecos de las instituciones financieras de este sector,

entre los principales encontramos los siguientes:

• El nacimiento de nuevas figuras de ahorro y crédito popular.

• Quiebra de instituciones financieras populares.

• La falta de supervisión y regulación.


67

Esta problemática que vivía el sector imponía retos importantes para constituir y

poner en orden al sector popular. Entre las prioridades gubernamentales se

convirtieron en objetivos principales el dotar de un marco jurídico al sector popular,

el dar la certidumbre a los depositantes, prestamistas, como a las propias

instituciones financieras populares.

En junio de 2001, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, la Ley de Ahorro

y Crédito Popular (L.A.C.P) y, la Ley Orgánica del Banco de Ahorro Nacional y

Servicios Financieros, S.N.C. que sustituyó al Patronato del Ahorro Nacional, ambos

documentos constituyen los instrumentos jurídicos principales para la organización

del sector popular.

La Ley tiene como objetivo regular, promover y facilitar los servicios y operaciones

financieras de las entidades populares, así como proteger a los agentes

participantes y establecer la supervisión del sector popular. El ahorro y crédito

popular ésta definido en la ley como la captación de recursos en los términos de la

misma L.A.C.P. provenientes de los Socios o Clientes de las Entidades, mediante

actos causantes de pasivo directo o, en su caso contingente, quedando la Entidad

obligada a cubrir el principal y, en su caso, los accesorios financieros de los recursos

captados, así como la colocación de dichos recursos hecha entre los Socios o

Clientes.

Una de las principales dificultades que enfrentaba el sector en los últimos lustros,

era la diversidad de instituciones que nacieron y no estaban supervisadas ni

reguladas por las autoridades financieras gubernamentales. Esta ley marca que el

nuevo sector popular se integrará por las siguientes dos figuras legales:

1. Las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo y

2. Las Sociedades Financieras Populares


68

Que sean dictaminadas favorablemente por una Federación y autorizadas para

operar como entidades de ahorro y crédito popular.

SOCAPS

Las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo se constituyen bajo los

principios, tal y como lo marca la Ley General de Sociedades Cooperativas.

Adicionalmente cumplirán lo marcado en la Ley de ahorro y crédito popular. En

relación a su acta constitutiva y las modificaciones se deberán hacer ante notario

público, contarán con personalidad jurídica y patrimonio propio, será de capital

variable y podrán integrar a una institución fundadora sin fin de lucro para su apoyo

financiero. Estarán integradas por un mínimo de 100 y/o 200 (para entidades de

Nivel I, Nivel II, III y IV respectivamente) socios con interés comunes y sobre la base

de los lineamientos de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua.

Las sociedades financieras populares, son sociedades anónimas con duración

indefinida y domicilio en territorio nacional, que tiene por objeto prestar tanto a sus

socios como clientes las operaciones y servicios de ahorro y préstamo popular.

Ambas figuras tienen por objeto fomentar el ahorro y crédito popular; el facilitar y

apoyar el crédito a sus clientes y/o socios; financiar a las pequeñas y medianas

empresas; así como el bienestar de sus miembros y comunidades. Para organizarse

y funcionar como entidades populares se deberá enviar una solicitud de autorización

a la federación que se encargará de dictaminarla y enviarla a la Comisión Nacional

Bancaria y de Valores para su autorización.

Las entidades populares se afiliarán a una federación para seguir el proceso de

aceptación, en caso de que opten por el régimen de no afiliadas, deberán solicitar

a alguna confederación participar en su fondo de protección, y en caso de que ésta

acepte, la entidad deberá acudir con alguna federación miembro de la confederación

respectiva para que emita el dictamen. La estructura administrativa, que como

mínimo, se integrará por la asamblea general, además de un consejo de


69

administración y un consejo de vigilancia designado por la misma asamblea. Se

designará a un gerente general y un comité de crédito designado por la asamblea.

Las entidades populares tendrán que constituir un fondo social de reserva, un fondo

obra social, y adicionalmente las sociedades cooperativas contarán con un fondo

de educación. El primero, deberá constituirse por lo menos con el 10% de los

excedentes, en el caso de sociedades cooperativas, o de las utilidades en el caso

de las sociedades financieras, hasta alcanzar un monto equivalente a no menos del

10% del capital contable de la entidad; además, deberá estar invertido en valores

gubernamentales de amplia liquidez y sólo será utilizado en caso de afrontar

pérdidas o restituir, en su caso, el capital de trabajo. El segundo fondo, será de

aportaciones anuales medido como porcentaje de los excedentes o utilidades y que

será determinado por la asamblea general. Para las cooperativas, podrá destinarse

a cubrir diversos riesgos como son las enfermedades profesionales y formar fondos

de pensiones; haberes de retiro de socios; primas de antigüedad y para fines

diversos.

Las entidades podrán realizar las operaciones de ahorro y crédito popular según el

nivel de operación que haya propuesto la federación a la cual pertenezcan y haya

sido autorizado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores; se tomarán en

cuenta los siguientes puntos para su nivel de operaciones:

1) Los activos y pasivos;

2) El Número de socios o clientes;

3) El área geográfica de operación; y

4) La capacidad técnica y operativa de la entidad.

Se considera que a un mayor nivel de operaciones se le permite realizar más

operaciones a las entidades y se conservan las operaciones del nivel anterior. En

resumen, las operaciones son las siguientes:


70

Para el nivel de operaciones I.

I.- Recibir depósitos a la vista, de ahorro, a plazo y retirables en días

preestablecidos;

II.- Recibir préstamos y créditos de instituciones de crédito nacionales o extranjeras,

fideicomisos de fomento y organismos e instituciones financieras internacionales,

así como de sus proveedores nacionales y extranjeros;

III.- Recibir créditos de las federaciones a las que se encuentren afiliadas,

IV.-Celebrar, como arrendatarias, contratos de arrendamiento financiero sobre

equipos de infraestructura.

V.-Recibir pagos en moneda nacional, así como recibir en moneda extranjera,

únicamente para abono en cuenta en moneda nacional;

VI.-Constituir depósitos a la vista o a plazo en instituciones de crédito;

VII.-Otorgar préstamos o créditos a corto plazo a sus socios o clientes;

VIII.- Descontar, dar en garantía o negociar títulos de crédito y afectar los derechos

provenientes de los contratos de financiamiento que realicen con sus socios,

clientes o de las operaciones autorizadas con las personas de las que reciban

financiamiento, únicamente con fideicomisos de fomento o con instituciones de

banca de desarrollo.

IX.- Invertir sus excedentes de efectivo, directamente o a través de reportos, en

valores gubernamentales, pagarés con rendimiento liquidable al vencimiento;

X.- Otorgar créditos de carácter laboral a sus trabajadores, y

En el nivel de operaciones II.

1) Emitir órdenes de pago y transferencias en moneda nacional y extranjera;

2) Realizar operaciones con empresas de factoraje financiero;

3) Otorgar préstamos o créditos a corto y mediano plazo a sus socios o clientes;

4) Invertir sus excedentes de efectivo, directamente o a través de reportos, en

títulos bancarios;

5) Prestar servicios de caja de seguridad;


71

6) Ofrecer el servicio de abono y descuento en nómina;

7) Realizar la compraventa de divisas por cuenta de terceros.

Para el nivel de Operaciones III.

A) Otorgar préstamos o créditos a corto, mediano y largo plazo a sus socios o

clientes;

B) Invertir sus excedentes de efectivo, directamente o a través de reportos, en

valores;

C) Realizar inversiones permanentes de capital en sociedades mercantiles, que

les presten servicios auxiliares, complementarios o de tipo inmobiliario;

D) Celebrar, como arrendador, contratos de arrendamiento financiero;

E) Expedir y operar tarjetas de débito, y

En el nivel de Operaciones IV.

1) Emitir títulos de crédito, en serie o en masa, para su colocación entre el gran

público inversionista;

2) Otorgar descuentos de toda clase, reembolsables a plazos congruentes con

los de las operaciones pasivas que celebren;

3) Realizar inversiones en todo tipo de valores;

4) Expedir tarjetas de crédito con base en contratos de apertura de crédito en

cuenta corriente, y

5) Actuar como representante común de los tenedores de títulos de crédito.

Las entidades populares podrán realizar las operaciones pasivas siguientes:

I.- Depósitos a la vista.

II.- Depósitos en cuenta corriente asociados a tarjetas de débito o de crédito.

III.- Depósitos retirables en días preestablecidos.

IV.-Depósitos de ahorro.


72

V.-Depósitos a plazo fijo.

VI.-Asumir obligaciones por cuenta de terceros, con base en créditos concedidos a

través del otorgamiento de aceptaciones, endoso o aval de títulos de crédito.

Las entidades populares podrán realizar las operaciones activas siguientes:

1) Otorgar préstamos o créditos de todo tipo a corto, mediano y largo plazo a

sus socios o clientes.

2) Realizar inversiones en todo tipo de valores.

3) Valores gubernamentales.

4) Títulos bancarios.

5) Valores.

6) Operaciones de descuento con fideicomisos de fomento o con instituciones

de banca de desarrollo.

7) Operaciones de descuento con cualquier persona física o moral nacional o

extranjera.

8) Emitir tarjetas de crédito con base en contratos de apertura de crédito en

cuenta corriente.

El sector popular contará con organismos de integración que se constituyen como

instituciones de interés público, con personalidad jurídica y patrimonio propios,

podrán adoptar cualquier naturaleza jurídica, siempre que no tenga fines lucrativos,

mediante una solicitud de autorización a la Comisión Nacional Bancaria y de

Valores; y son de dos tipos: las federaciones y las confederaciones.

Los organismos de integración podrán realizar las funciones de representante legal

de sus afiliadas; dar asesoría técnica, legal, financiera y capacitación; contratar

créditos a sus integrantes (federaciones y entidades); homologar reglamentos,

trámites y mecanismos operativos; entre los más importantes. También formularán

su reglamento interior, y tendrá que proporcionar a sus afiliadas, la información

sobre los servicios que ofrecen, y sobre el fondo de protección, con el objeto de


73

fortalecer la cultura financiera en general y del ahorro popular en particular, el

conocimiento y desarrollo de sus intermediarios, y el fortalecimiento de esquemas

de financiamiento para individuos; micro, pequeñas y medianas empresas.

Las federaciones se deberán tener cuando menos la solicitud de ocho sociedades,

asociaciones o entidades, su constitución será con la agrupación voluntaria de

dichas organizaciones, y deberá solicitar la autorización a la Comisión Nacional

Bancaria y de Valores. Contarán con un reglamento interior donde se especifique la

admisión, suspensión y exclusión de los afiliados; metodología y reglas adicionales

de supervisión; los derechos y obligaciones de las entidades, la determinación de

las cuotas de aportación, incluyendo el Fondo de Protección; las medidas

correctivas mínimas; los mecanismos de solución entre entidades y los socios y

clientes.

Las federaciones también podrán invertir en el capital social del Banco Nacional de

Servicios Financieros, de una confederación, y, previa autorización de la Comisión

Nacional Bancaria y de Valores, en las Administradoras de Fondos para el Retiro,

en las Sociedades de fondos para el Retiro y en las sociedades operadoras de

sociedades de inversión. En el 2005 se autorizaron los siguientes organismos de

integración:

1) Federación de cajas populares alianza, S.C. de R.L. de C.V.

2) Federación nacional de cajas solidarias, A.C.

3) Federación nacional de cooperativas financieras unisap, S.C. de R.L. de C.V.

4) Federación victoria popular, S.C.

5) Fine servicios, S.C.

6) Fmeac, S.C. de R.L (S.H.C.P)

Las confederaciones se constituirán con la agrupación voluntaria de federaciones,

y deberá estar autorizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Se

constituirán con cuando menos la solicitud de tres federaciones, la confederación


74

formulará su reglamento interior que deberá contener lo relacionado a la forma,

metodología y aportaciones del fondo de protección; los derechos y obligaciones de

las federaciones; de las reglas prudenciales adicionales a la Comisión Nacional

Bancaria y de Valores para las entidades afiliadas y no afiliadas; el programa de

control y corrección interno; y los procesos para las Federaciones en caso de

incumplimiento.

Las confederaciones tendrán las facultades de homologar las políticas de

supervisión auxiliar de sus federaciones, supervisarlas en la prestación de servicios

distintos a la supervisión auxiliar. Además, será el órgano de colaboración del

Gobierno Federal para el diseño y ejecución de los programas que faciliten la

actividad de ahorro y crédito popular. Las confederaciones deberán contar con una

asamblea general que será el órgano supremo, esta deberá tener un representante

por cada federación afiliada, o por una ponderación representativa. A demás,

contará con un consejo de administración el cual nombrará al gerente general, la

vigilancia interna de la confederación estará a cargo de un consejo de vigilancia y

un contralor normativo, de un auditor interno o su equivalente.

El fondo de protección tiene como objetivo primordial el cubrir los depósitos de los

ahorradores en el sector popular, según el nivel de operación en que se encuentre

la entidad. El monto que se considera es de cuatro mil, seis mil, ocho mil y diez mil

unidades de inversión para los niveles de operaciones I; II; III y IV respectivamente.

El fondo de protección también podrá ser utilizado para suministrar apoyos

financieros a las entidades y, excepcionalmente, se otorgará como apoyos

preventivos de liquidez. Será el comité técnico el encargado de calcular

mensualmente el monto de las aportaciones del fondo de protección, evaluar,

revisar y aprobar los movimientos del fondo, así como las bases para nombrar a las

personas de los órganos de las entidades, las formas de pago en caso de la

utilización del fondo.


75

Será la Comisión Nacional Bancaria y de Valores la encargada de supervisar y

regular a las entidades populares, autorizará la operación y la revocación de las

entidades previo dictamen de la federación a la que está adscrita. También, la

Comisión Nacional Bancaria y de Valores, expedirá las reglas de carácter general y

prudencial para el funcionamiento de las entidades populares en referencia a lo que

considere necesario puntualizar.

El Banco Nacional de Servicios Financieros es una institución de apoyo al sector

popular que pretende su desarrollo integral, promoviendo el ahorro, el

financiamiento y la inversión entre sus participantes, así como ofrecer los

instrumentos, servicios y los apoyos financieros necesarios para su fortalecimiento.

En el marco de esta estrategia, el Banco del Ahorro Nacional y Servicios

Financieros, S.N.C. Institución de Banca de Desarrollo (BANSEFI) desarrolla cuatro

tareas fundamentales:

1. Continuar promoviendo el ahorro. Para ello, BANSEFI cuenta con 493

sucursales en toda la República y al 31 de agosto de 2012, se administran

12.2 millones de cuentas, de las cuales, más de 11.9 millones son cuentas de

ahorro, lo que representa la confianza de los ahorradores a la institución.

Además, se participa, entre otros, con los institutos gubernamentales de

vivienda para promover el ahorro como un instrumento que permita acceder al

crédito que ofrecen éstos.

2. Coadyuvar en el proceso de inclusión financiera. BANSEFI promovió junto con

un número creciente de sociedades del Sector, la creación de mecanismos

institucionales para llegar, con más productos y servicios, a un mayor número

de regiones. Con ese propósito se conformó una alianza comercial

denominada L@Red de la Gente, que actualmente es la primera red bancaria

del país y la de mayor cobertura a nivel municipal. Así al 31 de agosto de 2012,

L@Red de la Gente está conformada por 289 intermediarios y cuenta con

2,521 sucursales.


76

Es pertinente señalar que en 2011, se logró la bancarización del 100% de las

familias beneficiarias de Oportunidades. Durante el cuarto bimestre del 2012, se

dispersaron apoyos de manera electrónica a más de 5.7 millones de familias

pertenecientes al Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, de las cuales,

alrededor de 4.7 millones recibieron su apoyo a través de las más de 19,630

terminales financieras que BANSEFI ha dotado principalmente en zonas que

carecen de infraestructura bancaria.

3. Transformar a BANSEFI en el banco de las Organizaciones del Ahorro y

Crédito Popular y Cooperativo contempladas en las Leyes referidas

anteriormente. Una tarea fundamental del banco es servir a estas

organizaciones como banco de desarrollo de segundo piso con servicios que

les permitan mejorar sus ingresos, reducir sus costos y mejorar sus procesos,

así como ampliar la gama de servicios que ofrecen a sus socios y clientes.

4. Coordinar los apoyos que el Gobierno Federal está asignando al sector para

facilitar su transformación y posicionarlo como un componente estratégico del

sistema financiero.

Para poder llevar a cabo el proyecto integral se contará con el financiamiento del

Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo se concretará al mejoramiento

tecnológico y a la capacitación de la supervisión auxiliar. Todo esto en aras de

apoyar una economía más social y solidaria con el pueblo mexicano, en la formación

y dotación de recursos económicos a dichas organizaciones de carácter grupal y

asistencial.


77

CAPITULO II: El modelo Neoliberal y el sistema financiero en México.

2.1 El modelo neoliberal.

Para entender otro rublo de la formación y apoyo hacia la creación de las economías

solidarias es necesario enfocarnos a los conceptos económicos actuales. El

neoliberalismo “fue una respuesta a la crisis de la década de 1970 de estancamiento

inflacionario, que llevó al poder al neoconservadurismo de Thatcher o Reagan,

respectivamente”. (Alejandro Dabat, Jorge Hernández 2015, p. 71). El

neoliberalismo, de conformidad con Cárdenas Gracia, (Jaime Cárdenas Gracia).

Tiene sus fundamentos en la teoría neoclásica de la economía, la cual se desarrolla

en Inglaterra, Estados Unidos y el resto de Europa a finales del siglo XIX y principios

del XX. Para Frei Betto, (Revista Archipiélago, Revista cultural de nuestra América,

Volumen 3, No. 49, UNAM: México, 2005). El neoliberalismo es el nuevo carácter

del viejo capitalismo que, como hemos visto, adquirió fuerza hegemónica en el

mundo a partir de la Revolución Industrial del siglo XIX. En este sentido, para

Astudillo Moya, el neoliberalismo es:

“[Una] doctrina económica que postula el regreso al paradigma de la economía

clásica y al liberalismo del laisez-faire, bajo el ropaje de la economía de la oferta y

el estado mínimo, sostiene que cualquier política que representa intervención del

Estado medra los fundamentos de la libertad política y de la democracia”. (Marcela

Astudillo Moya et. al. óp. cit. p. 19).

El neoliberalismo es una corriente económica que principalmente rechaza los

postulados del Estado benefactor. Para Astudillo Moya el neoliberalismo tiene su

origen en la Universidad de Chicago, la cual está ligada a la Escuela Austriaca de

Economía, que, entre otras cosas, es partidaria del libre mercado. Entre sus más

destacados exponentes se encuentran George Stigler y Milton Friedman, Ronald

Coase y Gary Becker, todos ellos ganadores del Premio Nobel de economía. Para

la citada aurora, el neoliberalismo se relaciona con la teoría neoclásica de los


78

precios y se inclina por el monetarismo, dejando de lado al keynesianismo. (A raíz

de la crisis de 1929 se desarrolló la teoría keynesiana, que postula, entre otras

cosas, la necesidad de la intervención estatal para mejorar el funcionamiento de la

economía de mercado de ahí que desde esa época y hasta 1980 era común que los

Estados intervinieran directamente en la economía, regulando un amplio campo).

En concordancia con ello, para Thomas I. Palley, (Thomas I. Palley, 2005, p. 138),

el neoliberalismo se relaciona principalmente con la Escuela de Chicago la cual,

privilegiada la eficiencia del mercado competitivo, el papel de los individuos en la

determinación de resultados económicos y las distorsiones asociadas con la

intervención y regulación del gobierno en los mercados.

Para I. Palley, existen dos principios críticos del neoliberalismo:

A) La teoría de la distribución del ingreso: respecto a este principio el

neoliberalismo afirma que los factores de producción (trabajo y capital) se

pagan conforme a su valor. Ello se realiza mediante los procesos de oferta y

demanda, por lo cual el pago depende de la escasez relativa de factores

(oferta) y su productividad (que afecta la demanda).

B) La teoría de la determinación del empleo agregado: respecto a este principio,

el neoliberalismo afirma que los mercados libres no permiten que los factores

de producción valiosos (incluyendo al trabajo) se desperdicien. En cambio,

los precios se ajustarán para asegurar la demanda futura y se empleen todos

los factores. Fernando Escalante Gonzalbo, (Alonso Vázquez Moyers) en su

Historia mínima del neoliberalismo, sostiene que el neoliberalismo

normalmente suele asociarse con la década de 1980; en particular, con los

gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. No obstante, el gran

triunfo del programa neoliberal se dio en los años setenta, en el contexto de

la crisis del “Estado de Bienestar”, desgastado en sus principios keynesianos

y después de un periodo de estancamiento e inestabilidad económica,

política y social.


79

Para Ludolfo Paramio, el modelo neoliberal:

…se ha caracterizado por promover el recorte de impuestos, la reducción de los

servicios públicos, el acoso a los sindicatos, y a lo que representan, y por impulsar

la ilusión de que la prosperidad de todos depende de que los más ricos aumenten

sus ingresos, alejándose cada vez más del ingreso medio, y del acceso a través del

mercado a los servicios que en el modelo socialdemócrata de sociedad constituyen

servicios públicos universales. La desigualdad como principio de progreso social

sustituye a la visión de una sociedad cohesionada, con buena calidad de vida para

todos, y capaz de competir económicamente por la inversión en educación, sanidad

e infraestructura. (Citado en Jaime Cárdenas Gracia, óp. cit. p. 8).

Al hablar de neoliberalismo es imprescindible hacer referencia a la crisis económica

de 2008, donde se vieron manifestadas las consecuencias del modelo neoliberal en

una crisis financiera. Parafraseando a Alejandro Dabat, (Alejandro Dabat, et. at. op.

cit. p. 76), la crisis financiera de 2008- 2010 debe ser vista como la expresión del

agotamiento neoliberal como régimen prevaleciente a nivel mundial. Como

contrapartida, también puede verse como el empoderamiento de naciones

emergentes en el escenario internacional (China, el sureste asiático y Rusia, entre

otros), que significa un indicio de la emergencia de un nuevo orden mundial, post-

neoliberal, dentro de un contexto económico, político, cultural conflictivo e incierto.

El agotamiento de la política neoliberal y la actual crisis internacional ha afectado al

mundo en muchos aspectos, sin embargo, esto también ha permitido abrir nuevos

espacios y buscar nuevas alternativas como lo que se conoce como economía

social y solidaria.

De acuerdo con Kenneth Rugoff, la desigualdad en la distribución del ingreso, la

riqueza, y las oportunidades en el mundo, ha sido mayor con el neoliberalismo. Tan

así, que “la participación de los salarios dentro del total del ingreso ha estado

cayendo como resultado de los altos niveles de desempleo, de las menores horas


80

trabajadas a la semana y de los salarios estancados… la desigualdad en la

distribución del ingreso es lo que más amenaza a la estabilidad social en todo el

mundo”. (Alejandro Dabat, et. at. op. cit. p. 76).

En los países conocidos como “periféricos”, la apertura comercial y la desregulación

de los mercados, propias del neoliberalismo, trajeron consecuencias desastrosas

para el empleo, la pequeña empresa o el nivel de vida de los trabajadores y la gran

masa de la población.

En el contexto del modelo neoliberal hay algunas líneas que es necesario precisar,

ya que esto nos ayudará a comprenderlo de mejor manera. Por principio, debemos

establecer que este modelo ha estado presente en muchos otros procesos

históricos y que, aún en la actualidad, hay esbozos de lo que es y lo que fue desde

sus inicios.

Lo anterior queda expresado de la siguiente manera:

• Procurar una estabilización de los precios de los bienes exportados por los

países periféricos para detener el deterioro histórico de los términos de

intercambio.

• Imponer un sistema de tarifas preferenciales para los países en desarrollo,

en especial los más pobres.

• Adoptar mecanismos que favorezcan la transferencia efectiva de tecnología

hacia los países en desarrollo.

• Renegociar la deuda externa de los países más pobres.

• Mejorar los mecanismos de protección comercial para acelerar la

industrialización.

El modelo neoliberal, busca generar esquemas que favorezcan ciertos modelos

económicos a través de la protección de cuestiones como las tarifas preferenciales

o el impulso a países que están en desarrollo (considerando este aspecto en los


81

años 1970), así como el impulso a la industrialización mediante mecanismos de

protección. Sin embargo, hay aquí una cuestión importante: existe la convicción de

que en la economía hay incertidumbre y no sólo riesgos; es decir, hay algo

fundamental, imposible de calcular. Lo anterior como una forma de explicar el

declive de este modelo.

Para Alejando Dabat el neoliberalismo es:

“Una corriente de pensamiento social y económica que retoma y absolutiza los

principios del liberalismo decimonónico, al creer que el mejor mecanismo de

desarrollo humano es la promoción de la propiedad privada absoluta, el libre

mercado, el individualismo a ultranza y el estado mínimo; pero que a diferencia de

su primer antecesor clásico (el liberalismo de Adam Smith), el neoliberalismo actual

es un nuevo tipo de conservadurismo político e individualismo extremo, opuesto

frontalmente a la cooperación social y al intervencionismo estatal a un nivel jamás

visto.” (Alejandro Dabat, et. at. op. cit. p. 71).

En términos generales, debemos comprender que el modelo neoliberal surge como

una respuesta al declive económico de mediados de los setenta, cuando el modelo

keynesiano se revirtió para ser reemplazado por un renacido neoliberalismo que

encontró apoyo en las expresiones sociales y económicas de la época, como la

guerra de Vietnam y los choques de los precios de la Organización de Países

Exportadores de Petróleo (OPEP). En un sentido histórico-social más amplio, “el

neoliberalismo (como ideología e institucionalidad dominante de la revolución

informática y la globalización) provocó una serie de consecuencias catastróficas

para el mundo entero”. (Alejandro Dabat, et. at. op. cit. p. 71).

Finalmente, el renacimiento del neoliberalismo fue impulsado por factores

culturales. En este punto el papel de Estados Unidos fue de gran importancia en el

sentido de que en este país siempre se ha preconizado un gran individualismo,

mismo que fue particularmente alentado por el contexto de la Guerra Fría, durante


82

la cual se promovía una cierta antipatía en contra de las acciones que tenían que

ver con la acción económica colectiva, entonces identificada con el bloque

comunista.

2.2 Neoliberalismo e intervención del Estado Mexicano.

En lo que respecta a México, el modelo neoliberal se implementa o se lleva a cabo

a partir de 1982. En los inicios de este periodo conocido comúnmente como

neoliberalismo, “se privilegia la eficiencia del mercado competitivo, el papel de las

personas en la determinación de resultado y las distorsiones asociadas con la

intervención y regulación gubernamentales en los mercados”. (M. Graillet Juárez).

No está por demás mencionar que la adopción de este modelo llevado a cabo por

el Estado Mexicano se debió en gran medida a contexto mundial que prevalecía en

ese momento. Es decir, fue gracias a las políticas mundiales de los organismos

internacionales de carácter financiero que “recomendaron” los ajustes estructurales

que debían llevarse a cabo en los países en desarrollo. Estas recomendaciones de

los organismos internacionales, a su vez fueron consecuencia de las crisis

económicas de finales de 1982 y 1988.

“…que condicionaron los préstamos a estos países en función de los ingresos que

originaban las exportaciones, el ritmo de crecimiento económico global y la

estabilidad macroeconómica y social.” (Ibídem)

Es en esta coyuntura internacional en la que México presenta un cambio en el

modelo económico a seguir, dando un giro radical ya que después de haber

instrumentos de desarrollo en el sector agropecuario, intervenido el Estado con una

participación activa no sólo en el fomento y promoción de la inversión para el

desarrollo económico, sino además en la propiedad de los medios de producción a

través de las empresas paraestatales se da privilegio al mercado competitivo. De

esta manera, en palabras de Eduardo M. Graillet Juárez se cambia a un nuevo


83

paradigma de corte económico liberal que tiene como característica que las fuerzas

del mercado, la oferta y la demanda, van a ser las que regulen los precios de todo:

las materias primas, los insumos, los productos agrícolas, etc.

Lo anterior trajo como consecuencia que al Estado sólo se le diera un papel como

regulador y a la vez como promotor de desarrollo económico, promoviendo

ampliamente la inversión tanto nacional como extranjera. En el periodo anterior,

caracterizado por una excesiva protección del Estado, desembocó en menores

niveles de competitividad de las empresas nacionales lo que trajo como secuela una

inequitativa distribución de la riqueza lo que fue generando un descontento social,

además un incremento del deterioro de los niveles de vida de la población que se

venía dando a inicios de la década de los setenta, derivado de un crecimiento muy

bajo reoriento la política social. De esta manera, con el objetivo de contrarrestar los

efectos de la deuda de los años 80, como medida se llevó a cabo la implementación

de programas de ajuste estructural, lo que significó nuevamente un cambio más

radical en la política económica y social. En ese sentido:

“…posibilitó la Reforma del Estado, lo cual inicia la tercera etapa de las políticas

sociales en México, caracterizadas por ser más selectivas y diferenciadas al

focalizar y racionalizar los recursos públicos, pero sobre todo, por la atención social

de tipo individualizado ante la hegemonía del modelo de economía abierta.” (Felipe

Torres y Agustín Rojas, Política económica y política social en México:

desequilibrios y saldos. [En línea] En Problemas del desarrollo. Revista

latinoamericana de economía, vol. 46, no. 182, julio-septiembre de 2015, UNAM).

En este orden de ideas, para inicios de los años 90, la política económica con

matices internacionales, delimitaba los alcances de la política social en México lo

que conllevó a que se transformará el contenido social de los programas. Como

ejemplo de lo anterior tenemos el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL)

surgido a finales de los años 80. Este programa buscaba, entre otras cosas, dar

atención a las necesidades más urgentes en cuestión de alimentación, vivienda,


84

educación y salud de la población que se encontraba en situaciones de

vulnerabilidad. En el marco de este programa social, el gobierno pretendió llevar a

cabo proyectos de colaboración con los beneficiarios de este programa. Para lograr

lo anterior, el gobierno llevó a cabo mecanismos de obligaciones y

responsabilidades compartidas.

“A través de ello el gobierno federal aportó recursos técnicos y financieros y los

beneficiados algunos tipos de trabajo como faenas comunitarias. Otro de los

objetivos planteados fue el de mejorar la infraestructura agropecuaria rezagada.”

(Ibídem)

Cabe destacar que este programa, como sus sucesores, “con un enfoque

meramente asistencialista, comenzó a contener la proporción de pobres, pero

pronto se enfrentó a la debilidad económica nacional y el problema volvió a

recrudecerse”. (Zorayda Gallegos, 2017).

Durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León se continúa con el modelo

neoliberal que de cierta forma se había impuesto desde la década de los 80. Al inicio

de su gestión se dio una crisis financiera que puso al país en un periodo de severa

depresión económica. Crisis que se vio reflejada en la falta de dinero, intereses

altísimos, pérdida de empleos, quiebra de empresas sobre todo pequeñas y

medianas. Eduardo M. Graillet Juárez nos dice respecto de este periodo que:

“A partir de los resultados de la crisis de 1994, surgió una nueva propuesta

institucional, es decir, una nueva visión de intervención del Gobierno en puntos

torales de la economía. Se aceleró un proceso de federalización cuyo principal

objetivo fue el de incorporar a los Gobiernos Estatales en el diseño y operación de

las estrategias de los programas de fomento al desarrollo…” (Eduardo M. Graillet

Juárez, op. cit. p. 45).


85

De este modo, para destinar apoyos al sector agropecuario, se llevó a cabo el

Programa Alianza para el Campo. Respecto a las comunidades en extrema

pobreza, en 1997 se crea el Programa de Educación, Salud y Alimentación

(PROGRESA). Este programa, como lo indica su nombre, llevó a cabo políticas

sociales que integró apoyos en educación, salud y alimentación con el objetivo de

formar capital humano dentro de las comunidades más pobres del país.

“El objetivo era romper círculos intergeneracionales de pobreza extrema, asociados

con elevados niveles de desnutrición, mortalidad infantil, deserción escolar y bajas

posibilidades de acceso a la salud. En la práctica no se presentó una opción más

allá de un programa de transferencias focalizadas; de igual manera estuvo sujeto a

evaluaciones periódicas a través de encuestas aplicadas a sus beneficiarios.”

(Felipe Torres y Agustín Rojas, op. cit. p. 43).

Este programa, de igual manera pretendía terminar con el círculo vicioso de pobreza

familiar que se vivía en México. No se debe menospreciar que su amplia cobertura

sus apoyos en alimentación, salud y educación resultaron en un primer momento

eficientes, no obstante, no logró proveer de herramientas a largo plazo para que las

personas lograran romper ese estigma de pobreza. Respecto a esto, Yaschine,

considera que:

“A largo plazo se buscaba que estas personas que eran niños cuando inició el

programa pudieron tener en el futuro mejores condiciones que las que tenían sus

padres y evitar la reproducción de la pobreza de una generación a otra, pero esto

ha tenido limitaciones”, advierte. Para resolver de fondo el problema de la pobreza

se necesita que haya una propuesta de política pública integral que incorpore

acciones en el ámbito económico para generar crecimiento y mejores empleos.”

(Zorayda Gallegos, op. cit).

Durante los gobiernos panistas la situación económica no difirió mucho de sus

antecesores. Las políticas económicas llevadas a cabo por Vicente Fox Quezada y


86

Felipe Calderón Hinojosa no fueron disimiles de las anteriores. Es más, las

continuaron y las profundizaron. Tan es así que durante sus gestiones se llevó a

cabo un escaso crecimiento económico, una disminución de la competitividad,

además de:

“…poca generación de empleos formales, una disminución en los salarios reales y

una escasa inversión, pero un importante incremento en el gasto en fuerzas

armadas y aun aumento en la violencia en todo el país, en aras de la lucha en contra

del narcotráfico”. (Felipe de Jesús Padilla Aguilar, 2016).

De esta manera, con la alternancia política que se llevó a cabo en 2000 y con el

Partido Acción Nacional en el poder, el programa Progresa se transformó y dio paso

a lo que se llamó Oportunidades. Este se expandió hacia localidades semiurbanas

y urbanas. El programa Oportunidades, continuó en el Gobierno de Felipe Calderón.

En 2012 con la llegada nuevamente del PRI al gobierno, Oportunidades cambió de

denominación en 2014 a Prospera. La política social del gobierno actual llevó a cabo

una nueva estrategia:

“…en 2013 se instrumentó la Cruzada nacional contra el hambre para atender a

siete millones de personas en pobreza extrema alimentaria. Es decir, individuos que

no pueden adquirir una canasta básica al mes. A casi tres años de haberse puesto

en marcha, la cruzada ha sido un fracaso rotundo, afirma Esquivel, debido a que no

hubo un diagnóstico inicial ni contó con estrategias bien definidas.” (Zorayda

Gallegos, op. Cit.).

Sin pretender entrar de lleno a cada uno de los programas sociales, sino más bien

visualizar cómo ha sido la intervención del Estado en su afán de reducir la pobreza,

puesto que no es el objetivo de este trabajo, podemos concluir este apartado

afirmando que los programas sociales llevados a cabo por el gobierno federal para

abatir la pobreza han operado con diversas fallas en su implementación y desarrollo

a lo largo de los años lo que no ha permitido abatir la pobreza y la desigualdad de


87

raíz. La solución, por lo tanto, no está en políticas sociales y económicas

asistencialistas que sólo resuelvan el problema momentáneamente, sino en

promover realmente el desarrollo del capital humano, incentivar la creatividad y

crear fuentes de empleo dignas que permitan a las familias más pobres salir de su

estado de pobreza.

Entre otras cuestiones, estos programas no han estudiado correctamente a la

población objetivo, hay una deficiente coordinación de acciones y no hay evidencias

o parámetros que garanticen el acceso real y efectivo a la alimentación y demás

derechos sociales. Finalmente, Gerardo Esquivel, académico del Colegio de México

y especialista en temas de desigualdad, expone que actualmente las cifras de

pobreza no son diferentes a las de 1992, aun y cuando se destinan mayores

recursos para su atención. Para este autor:

“Esto se debe a dos factores: programas sociales que no resuelven los problemas

de fondo de los beneficiarios y una ausencia de crecimiento económico. “El

problema es que el programa presupone que una vez que la gente tenga mejores

niveles educativos y de salud se va a insertar al mundo laboral y eso es lo que no

está pasando”. No hay, expone, suficientes fuentes de empleo ni trabajos bien

remunerados.” (Zorayda Gallegos, op. Cit).

Como se puede observar, la preocupación del Estado no ha sido precisamente la

de poner en práctica una política de desarrollo social y económico participativa que

tenga como objetivo principal disminuir el número de personas en situación de

vulnerabilidad. El tema de la pobreza no ha sido tratado como un asunto a erradicar,

sino ha sido tratada como un problema que se debe administrar y contener, más no

erradicar. Lo que nos confirmara que la intervención del Estado como lo ha venido

haciendo hasta ahora no ha resuelto el problema de raíz. Es por ello por lo que en

este trabajo apostamos por un desarrollo de la economía social y solidaria vista

como una alternativa a la economía de corte neoliberal y una herramienta útil, real

y efectiva para combatir la pobreza y crear mejores condiciones de vida y trabajo


88

para los sectores populares principalmente. Es por ello que deben llevarse a cabo

estrategias dirigidas a una economía social que permita transitar del asistencialismo

a construir fórmulas que permitan salir adelante a quienes hoy están en situación

de pobreza.

2.3 Saldos económicos en México: Ingreso, pobreza y desigualdad.

La desigualdad en México es una situación que ha prevalecido a lo largo de la

historia sin que hasta el momento se haya encontrado una solución real y efectiva.

Las trasformaciones que se han venido dando a lo largo del tiempo, de orden político

y económico no han disminuido o aminorado el problema de la desigualdad, el cual

se manifiesta en marginación, exclusión, falta de oportunidades y pobreza de una

buena parte de la población, las políticas públicas que se han venido

instrumentando para hacer frente a la pobreza, al menos en lo que se refiere al

periodo de la Revolución a la fecha, no muestran signo de un desarrollo o avance

para disminuir por lo menos la pobreza y desigualdad. Narro Robles, Moctezuma

Navarro y de la Fuente Stevens, respecto a la pobreza y desigualdad nos dicen lo

siguiente:

“Desigualdad y pobreza van de la mano, pero no son lo mismo. El concepto de

desigualdad económica, que da pie a la desigualdad social, alude a la forma en que

se reparten (sic) la riqueza y el ingreso nacional entre los diversos sectores de la

población. La pobreza representa, por su parte, la carencia de ingresos suficientes,

pero también de bienes y servicios, y puede llegar incluso al extremo de expresarse

como la imposibilidad de obtener los alimentos necesarios para vivir.” (José Narro

Robles, et. Al).

En México, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de

Desarrollo Social (CONEVAL) estima que existen más de cincuenta millones de

personas en situación de pobreza por ingresos. Cabe destacar que el CONEVAL

para determinar el nivel de pobreza toma en cuenta seis factores determinantes.


89

Estos factores son el ingreso, rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso

a seguridad social, calidad y espacios de vivienda, acceso a la alimentación y grado

de cohesión social. De la cifra anterior, se calcula que al menos nueve millones

viven en condiciones de pobreza extrema.

En lo referente a la desigualdad, en una comparación a nivel global, México ocupa

la posición 108 entre 134 naciones. La desigualdad ha afectado no sólo a la

población en situación de pobreza, sino incluso aquellos que se encuentran en

situaciones intermedias. Algunos países han implementado políticas económicas

para combatir la pobreza que viven sus poblaciones, sin embargo, en México tales

medidas destinadas a combatir la pobreza y la desigualdad no han dado los

resultados esperados. Es por esta razón, que este trabajo, como lo hemos venido

expresando, apostamos por impulsar un desarrollo real y efectivo de la economía

social y solidaria. Descalabros y desafíos de la política social en México, como

estrategia a los problemas de ocupación, desigualdad, pobreza y marginación de

nueva parte de la población mexicana.

Para justificar que la economía social y solidaria provee de los elementos necesarios

para hacer frente a la situación de desigualdades en México, no podemos basarnos

en simples especulaciones, por esta razón, nos basamos en cifras que demuestran

que las actuales políticas económicas más que favorecer y crear un ambiente de

crecimiento y desarrollo, por el contrario, han polarizado las desigualdades

haciendo más ricos a los que más tienen y más pobres a los que menos tienen de

ahí que sea necesario fomentar el desarrollo de la economía social y solidaria en

todas sus vertientes.

La situación de desigualdad y pobreza en que se encuentra buena parte de la

población, impide que esta pueda prepararse, desarrollarse e insertarse en el

mundo laboral. Las políticas económicas la globalización y la industrialización han

creado un ambiente en el que es complicado poder encontrar fuentes de empleo

que estén bien remuneradas y permitan el desarrollo de las personas. Como hemos


90

dicho, las políticas económicas y sociales además de no reducir las diferencias

económicas y sociales, no han contribuido a reducir los altos niveles de pobreza. El

tema de la desigualdad no sólo en México sino a nivel global ha sido uno de los

temas más debatidos sobre todo en la economía abordándola desde el ingreso y la

riqueza. Sin embargo, para Jorge Eduardo Navarrete respecto de la desigualdad:

“Deben examinarse otras dimensiones de la desigualdad económica: riqueza o

patrimonio, salarios y remuneraciones, y oportunidades, entre ellas, así como la

persistencia intergeneracional de la desigualdad” (Jorge Eduardo Navarrete, p. 46).

No obstante, en este apartado nos concentraremos en las cifras económicas

referentes a México, para, a partir de esos datos enfatizar la importancia que la

economía social y solidaria reviste como detonante para una mejor distribución de

la riqueza y del ingreso a partir de la inclusión de la población vulnerable a la

economía y además como un sector generador de empleos. Si bien la economía

social y solidaria no es un tema nuevo ni en la teoría ni en la realidad, no se ha fijado

como una forma real para hacer frente a los rezagos del sistema económico en que

vivimos. Lo anterior, puede ser, entre otras cuestiones, a la falta de información

económica al alance de la población, de políticas y normativas que fomenten su

desarrollo. Las cifras o saldos económicos nos darán una idea clara y precisa de

que el modelo actual no ha dado los resultados esperados en cuanto al combate a

la pobreza.

En lo referente a la distribución del ingreso, tenemos que, de conformidad con los

resultados arrojados por la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares

(ENIGH) de 2010, el promedio de ingreso mensual por familia en México era de 12

mil 163 pesos.

“Si distribuimos a todas las familias mexicanas en 10 grupos iguales, ordenadas

según su ingreso desde las que menos percibieron hasta las que más percibieron

—lo que se conoce como “ordenar por deciles”—, tenemos que el 10% más pobre,


91

es decir el primer decil, tuvo una percepción media de 2 mil 149 pesos mensuales.

En el otro extremo, el 10% de las familias más ricas — el decil más alto— tuvo una

percepción promedio de 41 mil 927 pesos mensuales, casi 20 veces más que los

más pobres”. (Miguel del Castillo Negrete Rovira, 2016).

En relación con los países miembros de la Organización para la Cooperación y el

Desarrollo Económicos (OCDE), México es el que revela la mayor distancia entre

las familias que menos ganan y las que más ganan, por arriba de Chile, Israel,

Turquía y Estados Unidos. Lo que nos demuestra que México es un país muy

desigual en materia de ingresos. Desafortunadamente, esta desigualdad no es

nueva. Históricamente, México ha sido un país con altos índices de desigualdad.

Medido por medio del Índice de Gini, cuya medida de desigualdad económica

utilizada a escala mundial, toma el valor cero cuando existe una perfecta igualdad

en la distribución de los ingresos y uno cuando hay una perfecta desigualdad.

De lo anterior podemos concluir que los altos índices de desigualdad en México han

tenido importantes implicaciones en el desarrollo del país, pues al haber

desigualdad se ve limitado el crecimiento económico respecto de la reducción de la

pobreza. De acuerdo con Miguel del Castillo Negrete Rovira:

“La desigualdad se amplía en México por el incremento en el ingreso del 30% más

rico, que suma 8.7 millones de familias. Los ingresos de este grupo representaron,

en 2010, 83% del total. (El http://archivo.estepais.com/site/2012/la-distribucion-del-

ingreso-en-mexico/ [Consulta: mayo 2017]). Resto de la población no solo tiene

cada vez una menor participación en la economía nacional; los pesos que gana le

alcanzan para menos bienes y servicios cada año”. (Miguel del Castillo Negrete

Rovira, op. Cit)

Por último, el CONEVAL señala que en México del total de la población

aproximadamente 62 millones de personas tienen ingresos menores a la línea de

bienestar. Esta cifra representa más de la mitad de la población y representa una


92

cifra mayor comparada con la de 2012. Los porcentajes en las últimas décadas de

disminución de la pobreza han sido mínimos. De acuerdo con Gregorio Vidal:

“En materia de concentración del ingreso considérese que 30% de los hogares

obtiene 9% del ingreso, mientras 30% con mayor ingreso concentra 63.3%. Un dato

más: 50% de menor ingreso percibe 20% del total, mientras 10% que encabeza la

pirámide tiene 36.3%. La desigualdad en el ingreso es otra característica en el

funcionamiento de la economía del país.” (Gregorio Vidal, 2017).

2.4 Economía social y solidaría. Importancia de su desarrollo.

Respecto al origen de la economía social, éste se encuentra en las asociaciones

populares y las cooperativas, donde surgió como una respuesta de ciertos grupos

sociales que se encontraban en una situación vulnerable y en estado de indefensión

ante otros poderes económicos. Lo anterior cuenta asimismo con un primer

antecedente en la forma de grupos de autoayuda surgidos en los siglos XVIII y XIX

como una forma de contrarrestar los efectos perniciosos de la sociedad industrial.

De esta manera, “las cooperativas, las sociedades de socorros mutuos y las

sociedades de resistencia reflejaron las tres direcciones que tomó este impulso

asociativo”. (José Luis Monzón Campos y Rafael Chávez Ávila, La economía social

en la Unión Europea, Informe elaborado para el Comité Económico y Social Europeo

por el Centro).

Hacia 1830 el economista liberal francés Charles Dunoyer publicó su Tratado de

economía social, en el cual, entre otras cuestiones, defendía el enfoque moral de la

economía; sin embargo “la gran mayoría de los economistas sociales se enfocaron

en el pensamiento económico liberal y los principios del laissez-faire que el

capitalismo incipiente iba a consolidar”. (José Luis Monzón Campos y Rafael

Chávez Ávila. op. cit. p. 15).


93

Ulteriormente, entre 1830 y 1860 se consolidó en Francia el desarrollo de la escuela

de pensamiento cuya perspectiva hoy día identificamos como “economía social”

basada en cooperación mutua, y cuyos autores, en su mayoría, se encuentran

influidos por T. R. Malthus y S. de Sismondi, dedicados a analizar todas las fallas

de mercado que pudieran provocar desequilibrios en la economía. Pese a haber

sido desplazada por el capitalismo durante casi un siglo, podemos decir que hoy día

la economía social ha visto un resurgir en Europa, donde se ha observado un

incremento considerable de la economía solidaria basada en cooperativas mutuas

y asociaciones producto de iniciativas ciudadanas destinadas, justamente, a la

corrección de los graves desequilibrios económicos y sociales producto del sistema

capitalista. La economía social y solidaria reviste de tal importancia hoy día que se

ha convertido en una tendencia cuyo impacto ha sido tal, “que se está reflejando en

propuestas legislativas destinadas a impulsar las entidades de este sector”.

(Gerardo Hernández Martínez)

2.4.1 Economía social

En cuanto al concepto de economía social y solidaria, no existe un consenso

generalizado sobre su interpretación exacta, ni en el campo teórico-académico, ni

muchos menos en el normativo. (Gerardo Aranda Orozco y Andrés Ponce de León

Rojas).

Como veremos más adelante, muchos autores incluso se refieren a esta forma de

economía como “economía del tercer sector”, dado cierto nivel de independencia y

de características propias que lo diferencian de los otros dos grandes sectores

tradicionales: el público y el privado. Para Luciano Martínez Valle “la economía

social es todavía una teoría en construcción la cual recoge la vertiente teórica que

pone de relieve las limitaciones de la teoría del desarrollo centrada únicamente en

el crecimiento económico y que plantea un nuevo rol de la economía como ciencia,

más articulada con la sociedad y en dialogo fructífero con otras ciencias sociales”.

(Luciano Martínez Valle), según la autora Graciela Lara:


94

“…la economía social nace en el siglo XIX como una forma de respuesta a las

carencias propiciadas por la economía de mercado, por la economía de mercado,

en búsqueda de satisfacer necesidades insatisfechas por el mercado, mediante

movimientos que buscan relacionar la solidaridad y empatía social con las

actividades económicas”. (Graciela Lara Gómez, México, 2009).

Asimismo, de acuerdo con Humberto A. Peña Fuentes:

“Tradicionalmente, la economía social se ha agrupado en tres grandes familias. Las

cooperativas, las mutuales y las asociaciones, guardando todas ellas características

económicas, además de compartir una identidad y un fuerte compromiso con la

sociedad que las genero”. (Graciela Lara Gómez, Op. Cit).

En el ámbito internacional, el Comité Consultivo de la Comisión Europea de las

Cooperativas, Mutualidades Asociaciones y Fundaciones (CMAF), estableció las

características comunes del conjunto de organizaciones que conforman la

economía social con el objetivo de diferenciarlas de las empresas privadas o de

capitales. Purificación Morgado Panadero, (Purificación Morgado Panadero, 2006,

p. 44) Junta establece en su libro que tales características son:

1. Adhesión voluntaria y abierta: quiere decir que cualquier persona que así lo

desee y siempre que cumpla ciertos requisitos puede formar parte de una

cooperativa.

2. Gestión democrática por parte de los socios: de tal forma que los órganos de

control de la cooperativa van a estar formados por los propios socios y serán

ellos los que tomen las decisiones.

3. Participación económica de los socios: a través de este mecanismo es posible

que se abone a los socios un interés por las aportaciones realizadas.

4. Autonomía e independencia: se trata de esta manera de primar la autonomía

de las cooperativas, no sólo respecto a otros entes privados.


95

5. Educación, formación e información: mediante un fondo destinado a estos

objetivos, las cooperativas se comprometen a educar y a formar a sus socios

y empleados.

6. Cooperación entre las cooperativas: mediante esta cooperación se permite a

las cooperativas que se asocien y actúen conjuntamente en una economía de

mercado.

7. Interés de la comunidad: se trata del principio por excelencia que tiene que ver

con lo que se denomina economía social.

De acuerdo con Juan Carlos Pérez y Mendiguren, y Enekoits Etxezarreta, el término

economía social cuenta, a pesar de todo, con una amplia tradición literaria. Para

ellos el término economía social integra a tres tipos de agrupaciones que

tradicionalmente son consideradas como entidades representativas de su espíritu:

las cooperativas, las sociedades mutualistas, y las asociaciones.

Lo anterior otorga así carta de naturaleza legal a la existencia de empresas no

capitalistas (Laville, 2013) o a-capitalistas (Draperi, 2013), en cuanto que

organizaciones democráticas que no condicionan la capacidad de decisión ni de

percepción de beneficios al capital aportado por cada miembro. Esta definición ha

sido institucionalizada en ciertos países hasta llegar a un nivel legislativo. Así por

ejemplo en el caso español, la Ley 5/2011 de Economía Social recoge las ideas

principales de esta definición, pero incorporando algunos matices no menores en

su articulado. De hecho, y en consonancia con la propuesta del CIRIEC, se apuesta

por una formulación más laxa y más dinámica de la economía social “que prescinde

de criterios jurídicos y administrativos y se centra en el análisis de comportamiento

de Todas y cada una con características propias que sirven no solo para identificar

claramente a aquellas empresas dedicadas a la economía social, sino también para

diferenciarlas de las empresas públicas o privadas. Por último, de acuerdo con José

Luis Monzón, de la Confederación Empresarial sobre Sociedades Laborales en

España, “es preciso dejar en el pasado la concepción de que la economía social es

una solución de subsistencia para algunos sectores económicos deprimidos, más


96

bien debe ser observada al mismo nivel que los sectores público y privado”.

(Humberto Adán Peña Fuentes, Op. cit. p. 35)

2.4.2 Economía solidaría.

En cuanto a la economía solidaria, para algunos autores de acuerdo con lo expuesto

por Peña Fuentes, “representa una nueva generación de la economía social,

proveniente, principalmente de iniciativas de la sociedad civil y de los movimientos

sociales, que posteriormente tendrán la participación del Estado”. (Humberto Adán

Peña Fuentes, p. 35). A su vez, la Alianza por un Mundo Responsable, Plural y

Solidario (Polo Socioeconómico), la ha definido como:

“…el conjunto de actividades de la producción, distribución y consumo que

contribuyen a la democratización de la economía, gracias a compromisos

ciudadanos tanto a escala local como global. Engloba las distintas formas de

organización que la población utiliza para crear sus propios recursos de trabajo a

para acceder a bienes y servicios de calidad, en una dinámica recíproca y solidaria

que supedita los intereses individuales al interés colectivo.” (Economía solidaria,

Alianza por un mundo responsable, plural y solidario, Asamblea final del 9 al 16 de

junio de 2001, p. 2).

La economía social es vista, así como una alternativa de desarrollo, o bien como

otra forma de hacer economía que involucra a los sectores más vulnerables en tanto

propone un modelo “basado en una economía plural que reconoce el papel del

Estado y el mercado, pero también el de la sociedad civil, por lo cual implica el

debate y el dialogo social”. (Mario Mendoza Arellano et. al., Reformas necesarias

para una economía social en México, [En línea]. Centro de Estudios Sociales y de

Opinión Pública, Cámara de Diputados: México, 2007, p. 10) Asimismo, su objetivo,

de acuerdo con Peña Fuentes, es “nulificar la exclusión, marginalidad y

discriminación”, para lo cual se deben “propiciar acciones encaminadas a estimular

la capacidad creativa e innovadora de los individuos organizados, potenciar el


97

capital humano y la participación social, satisfacer necesidades y aspiraciones

comunes y favorecer la autoestima, proporcionando seguridad a la comunidad

mediante el desarrollo conjunto de actividades económico sociales”. (Humberto

Adán Peña Fuentes, Op. cit. pp. 35 y ss) Por su parte, para Mendiguren y

Etxezarreta, la economía solidaria es entendida como:

“…un conjunto heterogéneo de enfoques teóricos, realidades socio-económicas, y

prácticas empresariales que, desde el último cuarto del siglo XX, viene

desarrollando un creciente sentido de pertenencia a una forma diferente de entender

el papel de la economía y los procesos económicos en las sociedades

contemporáneas”. (Juan Carlos Pérez y Mendiguren y Enekoits Etxezarreta, Op. cit.

p. 127).

Para estos autores tampoco existe una definición generalmente aceptada de lo que

es la economía solidaria; no obstante, y a pesar de las discrepancias que ello puede

acarrear, existe cierto consenso en relación con el carácter multidimensional del

término, lo que se resume en tres dimensiones, a saber:

1. Dimensión teórica: la cual se interesa en construir un paradigma alternativo

sobre la economía, partiendo de la crítica al paradigma convencional,

proponiendo un enfoque con bases epistemológicas y ontológicas diferentes.

2. Propuesta política de transformación social: que vaya hacia un modelo

socioeconómico alternativo basado en formas de sociabilidad no capitalista.

3. Organización basada en la democracia, la autogestión y el empresariado

colectivo: mediante esas características, la economía social puede adoptar

diferentes formas organizativas y formas jurídicas, sin desprenderse del

tejido social que es de donde emergen.

2.4.3 Economía social y Economía solidaría


98

Citando a Peña Fuentes, las dos posturas o términos expuestos previamente, no

deben ser vistos como antagónicos. Por el contrario, resultan complementarios toda

vez que, aun con sus diferencias, ambos colocan a las personas en el centro de

cualquier relación económica, y enfatizan la necesidad de “contar con una fuerte

convicción democrática que se ejerce en la participación activa de la base, un

funcionamiento fundado en valores y principios”. (Humberto Adán Peña Fuentes,

Op. cit. p. 36). En palabras de Mario Humberto Hernández López, la economía

social y solidaria “ha comenzado a extenderse en los años recientes en diferentes

latitudes, como resultado de un hecho nítido: el malestar económico”. (Mario

Humberto Hernández López, Op. cit. p. 60). Un malestar generalizado que,

podemos decir, se expresa en la conflictividad social, la desigualdad, y la carencia

de oportunidades para generar mejores ingresos.

La economía social y solidaria representa por sí misma una nueva forma de

organización dentro de la economía social, “proveniente, principalmente, de

iniciativas de la sociedad civil y de los movimientos sociales, que posteriormente

tendrán la participación del Estado, sin embargo, también se considera que algunos

actores han utilizado el término para desmarcarse de la economía social,

dirigiéndose hacia una pluralidad de formas de actividad económica, y no hacia la

transición a una economía de mercado.” (Humberto Adán Peña Fuentes, Op. cit. p.

35) Para Boris Marañón, citado por Hilda Caballero, la economía social y solidaria,

está formada por “aquellas organizaciones populares colectivas que buscan

resolver sus necesidades materiales emprendiendo acciones de trabajo e ingreso,

mediante relaciones sociales que, a decir del coordinador, parten de la construcción

de comunidad desde otros códigos y representaciones, propios de la economía

solidaria, en los que cobra importancia la igualdad, la reciprocidad, el sentido de

comunidad, la autoridad colectiva, y la sustentabilidad, en lugar de la explotación, la

dominación, la discriminación, el deterioro y el agotamiento ambiental.” (Hilda

Caballero, 2013).


99

Para Hernández López la economía social y solidaria es entendida como “aquella

forma de economía que no participa de la economía basada en la propiedad privada

orientada al lucro por medio de la maximización de beneficios y la minimización de

costos”. De la misma forma, continua el referido autor, “la economía social tampoco

pertenece al sector público o gubernamental, sino que responde a una modalidad

cuya propiedad y control reside en la sociedad civil, por lo que con frecuencia se le

denomina economía del “tercer sector”. (Mario Humberto Hernández López, Op. cit.

p. 60).

Asimismo, nos dice: “ante la búsqueda de alternativas de organización económica,

han surgido diversas experiencias que pretenden rebasar los límites de la economía

convencional, lo que se manifiesta en diferentes categorías para nombrar a la

economía social, se le llama tercer sector de la economía, economía del tercer

sector, economía de interés general, economía sin fines de lucro, economía con

enfoque moral, otra economía, entre varias denominaciones más”. (Mario Humberto

Hernández López, Op. cit. p. 14).

Así, una de las principales características de esta forma de economía es la

siguiente:

“…que brota como producto de la necesidad social por crear alternativas a una

problemática económica común a un grupo social, la cual concita el interés colectivo

por la agrupación entre iguales para producir, comerciar o consumir”. (Mario

Humberto Hernández López, Op. cit. p. 15) En tanto, para Gerardo Aranda Orozco,

y Andrés Ponce de León Rojas, la economía social y solidaria es:

“…el conjunto de empresas privadas organizadas formalmente, con autonomía de

decisión y libertad de adhesión, creadas para satisfacer las necesidades de sus

socios a través del mercado, produciendo bienes y servicios, asegurando o

financiando, y en las que la eventual distribución de la entre los socios de beneficios

o excedentes, así como la toma de decisiones, no están ligados directamente con


100

el capital o cotizaciones aportados por cada socio, correspondiendo un voto a cada

uno de ellos”. (Gerardo Aranda Orozco y Andrés Ponce de León Rojas, Op. cit)

Comeau, Boucher, Malo y Vaillancourt, citados por Lara Gómez, (Graciela Lara

Gómez, citada en Peña Fuentes, Humberto Adán, Op. cit. p. 36) proponen definir la

economía social como “un conjunto de mecanismo sociales impulsados por la

sociedad civil que adopta formas contractuales para intentar resolver las brechas

existentes entre las aspiraciones y necesidades no satisfechas, por una parte, y las

reglas institucionalizadas que prevalecen en la sociedad, por la otra”.

La Declaración de Lima de 1997, define a la economía social como “la actividad

económica que llevan a cabo organismos del sector social, basados en la toma

democrática de decisiones, la propiedad social de los recursos la distribución

equitativa de beneficios entre sus integrantes y el compromiso social en favor de la

comunidad”, además, continúa, “coloca a la persona humana al centro del desarrollo

económico y social”. (Economía social). De igual manera, el objetivo de la economía

social y solidaria es “el fortalecimiento de la capacidad de autoayuda en los grupos

desfavorecidos de la población a través de promoción de microempresas, pequeños

créditos, educación, ayuda a los pequeños campesinos entre otros”. (Economía

social, Instituto Nacional de la Economía Social, INAES, Op. cit).

En nuestro país, y aterrizando el objeto de estudio de este trabajo, tenemos que,

legalmente, a este sector de la economía se le denomina Sector Social de la

Economía, se encuentra regulado por un marco que abarca desde la Constitución,

hasta leyes reglamentarias. Asimismo, este sector de la economía agrupa en

nuestro país a “toda forma de organización orientada a la producción,

comercialización y consumo de bienes o servicios, caracterizada por formas de

propiedad social y cuya gestión se realiza de manera colectiva. Los agentes de la

economía social construyen vínculos con base en la solidaridad y el trabajo

asociativo. El fin último de estas organizaciones es la generación de bienestar para

sus socios y sus comunidades. Las características del Sector Social de la Economía


101

permiten que a través de este se construyan mecanismos de inclusión productiva,

laboral y financiera fundados en el interés colectivo, convirtiéndolo en un sector

estratégico para alcanzar un México próspero”. (Gerardo Hernández Martínez, Op.

cit. p. 11).

La economía social, siguiendo a Hernández Martínez “es un sistema que implica un

tipo de iniciativas colectivas que privilegian la generación de bienestar colectivo por

medio de la rentabilidad económica. Está constituido por organismos sociales

dotados de personalidad jurídica con una organización interna que les permite

autonomía del resto de los actores económicos y la toma de decisiones que les

permite el control y organización de sus actividades, a través de sus órganos

democráticos de gobierno”. (Ibídem).

Así las cosas, el sector social de la economía funciona como un sistema de tipo

socioeconómico formado por organismos de propiedad social, fundados en

relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad, en donde se da

preponderancia al trabajo y a las personas, además de estar conformados y


integrantes y comunidades. “La multiplicación del capital es valorada, pero sólo

como un medio para la generación de empleo y bienestar para las personas”.

(Gerardo Hernández Martínez, Op. cit. p. 11).

Para Susana Presta, la economía social y solidaria “plantea una especial relevancia

en tanto posibilidad de proyectos de vida alternativos, o bien, por ejemplo, el planteo

de lazos solidarios como fundamento de una economía de la vida en la cual el

criterio básico son las necesidades y la reproducción de la vida”. (Susana PRESTA,

El gobierno de lo posible. Economía social y solidaria, sujetos y poder, en Revista

Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Nueva Época, Año LXI, número 227) De

la misma forma, nos dice que la economía social y solidaria:


102

“…se trata de una corriente de pensamiento y acción que tiene muchas vertientes

históricas y en general, pero no siempre, se ubica como parte de la crítica no

funcional del contexto social y económico contemporáneo. La corriente a la que nos

adscribimos conceptualiza el problema económico (…) como el de lograr un sistema

de instituciones que orientan las prácticas de producción, distribución, circulación y

consumo de modo que se asegure el sustento de todos, lo que equivale a la

eliminación de la pobreza y sus causas.” (Ibídem).

José Luis Coraggio establece que la economía social y solidaria no se propone de

ninguna manera prescindir del mercado visto como un mecanismo de coordinación

del complejo sistema económico, pero trata de institucionalizar una “economía con

mercado, no de mercado”. (Ibídem) En relación con la afirmación anterior, la

economía social y solidaria tenemos que es necesario distinguirla como aquella

forma de hacer economía que no participa de la economía basada “en la propiedad

privada orientada al lucro por medio de la maximización de beneficios y la

minimización de costos y que ni tampoco pertenece al sector público o

gubernamental, sino que responde a una modalidad cuya propiedad y control reside

en la sociedad civil”. (Mario Humberto Hernández López, op cit. p. 60).

2.5 La organización del sistema financiero mexicano

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público es la máxima autoridad y ejerce

funciones de supervisión y vigilancia a través de tres comisiones nacionales, que

subdividen al Sistema Financiero Mexicano en tres subsistemas:

El subsistema bancario y de valores, En cuanto a las instituciones tradicionales

está integrado por instituciones de crédito de banca múltiple y de banca de

desarrollo, organizaciones auxiliares del crédito, actividad auxiliar del crédito,

sociedades financieras de objeto limitado (sofoles) y de objeto múltiple (sofomes),

el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros, fideicomisos del Gobierno

Federal para el fomento económico, bolsa de valores, bolsa de derivados, empresas


103

calificadoras, casas de bolsa, Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles,

sociedades de inversión, sociedades operadoras de sociedades de inversión y el

S.D. Indeval. Ahora pueden incluirse además las sociedades cooperativas de ahorro

y préstamo, las federaciones y confederaciones que las agrupan y las financieras

populares, integrantes del sistema financiero popular.

Todos estos organismos supervisados por la Comisión Nacional Bancaria y de

Valores (C.N.B.V).

El subsistema de seguros y fianzas, integrado por instituciones de seguros,

sociedades mutualistas e instituciones de fianzas, organismos supervisados por la

Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (C.N.S.F).

El subsistema de ahorro para el retiro, integrado por administradoras de fondos

para el retiro (afores) y sociedades de inversión especializadas en fondos para el

retiro (Siefores), supervisadas por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para

el Retiro (CONSAR).

Existe una cuarta comisión: la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de

los Servicios Financieros (Condusef), que aunque no vigila ni supervisa algún sector

del Sistema Financiero Mexicano, proporciona seguridad a los usuarios del mismo.

2.6 La comisión nacional para la protección y defensa de los servicios

financieros.

La Condusef inició sus funciones el 19 de abril de 1999. De acuerdo con la Ley de

Protección al Ahorro Bancario tiene como objetivo promover, asesorar, proteger y

defender los intereses de los usuarios del Sistema Financiero Mexicano, actuar

como árbitro en los conflictos que surjan y sean sometidos a su jurisdicción y

promover una situación de equidad entre los usuarios del Sistema Financiero

Mexicano y las instituciones financieras.


104

Las tres funciones principales de la Comisión son:

1. Orientar a los usuarios de los servicios financieros.

2. Conciliar las controversias que surjan entre éstos y las instituciones

financieras.

3. Fungir como árbitro.

Citaremos referencia de Villegas y Ortega (Ortega y Villegas, 2001, p.89) para

estudiar la estructura y las funciones que desarrollan los organismos integrantes del

Sistema Financiero Mexicano.

2.7 El Banco de México.

El Banco de México, de fundamental importancia, es una institución autónoma

cuyas disposiciones y funciones son base de la actividad económica en México, ya

que regula los cambios y la intermediación. Su fundamento se encuentra en el

artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que señala:

El Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus

funciones y en su administración. Su objetivo prioritario será procurar la estabilidad

del poder adquisitivo de la moneda nacional, fortaleciendo con ello la rectoría del

desarrollo nacional que corresponde al Estado. Ninguna autoridad podrá ordenar al

banco conceder financiamiento.

No constituyen monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva,

a través del banco central en las áreas estratégicas de acuñación de moneda y

emisión de billetes. El banco central, en los términos que establezcan las leyes y

con la intervención que corresponda a las autoridades competentes, regulará los

cambios, así como la intermediación y los servicios financieros, contando con las

atribuciones de autoridad necesarias para llevar a cabo dicha regulación y proveer


105

a su observancia. La conducción del banco estará a cargo de personas cuya

designación será hecha por el Presidente de la República con la aprobación de la

Cámara de Senadores o de la Comisión Permanente, en su caso; desempeñarán

su encargo por periodos cuya duración y escalonamiento provean al ejercicio

autónomo de sus funciones; sólo podrán ser removidas por causa grave y no podrán

tener ningún otro empleo, cargo o comisión, con excepción de aquéllos en que

actúen en representación del banco y de los no remunerados en asociaciones

docentes, científicas, culturales o de beneficencia. Las personas encargadas de la

conducción del banco central, podrán ser sujetas de juicio político conforme a lo

dispuesto por el artículo 110 de esta Constitución. (Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos, 2005, p. 106).

La naturaleza, finalidades y funciones del banco central mexicano se encuentran en

el capítulo I de su propia Ley (Ley del Banco de México, 2000 p.1-26).

El Banco de México es el principal organismo del Sistema Financiero Mexicano que

actúa como regulador de la masa monetaria y los tipos de cambio, como banco de

reserva y acreditante de última instancia, al prestar servicios de tesorería al

Gobierno Federal, del cual también es asesor, y al operar con los organismos

internacionales, especialmente con el Fondo Monetario Internacional. Con esto sus

disposiciones afectan a la actividad económica en general.

2.7.1 El organismo regulador del sub-sistema.

Es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con

autonomía técnica y facultades ejecutivas de acuerdo a su propia Ley que tiene por

objeto supervisar y regular a las entidades financieras bancarias y bursátiles,

buscando mantener y fomentar el equilibrio de este subsistema a través de su

estabilidad y buen funcionamiento, para proteger el interés de los ahorradores

inversionistas (especuladores). También debe supervisar y regular a todas aquellas


106

personas que realicen las actividades previstas en las leyes relativas al sistema

financiero.

Las entidades financieras que supervisa y regula son: sociedades controladoras de

grupos financieros, instituciones de crédito, bolsas de valores, casas de bolsa,

sociedades de inversión, almacenes generales de depósito, uniones de crédito,

arrendadoras financieras, empresas de factoraje financiero, sociedades

cooperativas de ahorro y préstamo, sociedades financieras populares, casas de

cambio, sociedades financieras de objeto limitado y de objeto múltiple, organismos

de soporte bursátiles, emisoras de valores, sociedades de información crediticia, y

todas las instituciones y fideicomisos públicos que realicen actividades financieras,

respecto de las cuales la Comisión ejerza facultades de supervisión. Además, a

través de las federaciones y confederaciones se auxiliará en la supervisión a las

sociedades cooperativas de ahorro y préstamo y a las sociedades financieras

populares.

2.7.2 Los organismos controladores de grupos financieros.

Es la empresa dueña de cuando menos el cincuenta y uno por ciento del capital de

las instituciones financieras que conforman a un grupo financiero y que debe tener

el control de la asamblea de accionistas de todas las empresas integrantes del

grupo. De hecho, su objeto es adquirir y controlar acciones de las empresas que lo

integran, nunca realizar las actividades que desarrollan cada una de ellas. La Ley

para Regular a las Agrupaciones Financieras, señala en su artículo 7 que las

instituciones que conforman un grupo financiero deben ser una sociedad

controladora, además de algunas de las entidades financieras siguientes: almacén

general de depósito, arrendadora financiera, empresa de factoraje financiero, casa

de cambio, institución de fianzas, institución de seguros, sociedad financiera de

objeto limitado, casa de bolsa, institución de banca múltiple, así como por sociedad

operadora de sociedades de inversión.


107

2.7.3 Las instituciones otorgantes de crédito.

La Ley de Instituciones de Crédito (Ley de Instituciones de Crédito, 1990 p.1-71)

(L.I.C) señala en sus artículos primero y segundo qué es el servicio de banca y

crédito y cuáles son las instituciones que pueden ofrecerlo y con base en esto se

señala que existen bancos múltiples y bancos de desarrollo, los primeros

constituidos como sociedades anónimas y los segundos como sociedades

nacionales de crédito. Los bancos múltiples son intermediarios financieros

indirectos ya que captan recursos del público ahorrador a través de certificados de

depósito, pagarés, etc., reconocidas como operaciones pasivas y otorgan diferentes

tipos de créditos o también llamadas operaciones activas.

Con esto están cumpliendo la función primordial de cualquier intermediario

financiero: canalizar los recursos financieros de los participantes que tengan

excedentes de dinero a aquellos participantes que los necesiten y tengan la

posibilidad de pagar un interés por su uso, además de reembolsarlos en tiempo y

forma para que el banco a su vez los regrese a los depositantes en el momento en

que le sean requeridos.

De este concepto se desprende que un banco idealmente transforma los recursos

que capta en créditos. Esto no se puede cumplir siempre y en muchas ocasiones el

banco simplemente capta los recursos financieros y gracias al uso discrecional que

puede dar a los mismos los invierte en instrumentos de deuda gubernamentales.

El Sistema Bancario Mexicano está definido en el artículo tercero de esta misma

Ley y señala que está integrado por Banco de México, las instituciones de banca

múltiple, las instituciones de banca de desarrollo, Bansefi y los fideicomisos públicos

constituidos por el Gobierno Federal para el fomento económico.

2.7.4 Las sociedades financieras de objeto limitado u objeto múltiple


108

Las sociedades financieras de objeto limitado encuentran su antecedente en la

historia bancaria mexicana ya que desde sus inicios y hasta 1970, existió en México

la banca especializada. En ese año se permitió la aparición de los grupos bancarios

no formales y finalmente este concepto desapareció en 1976 con la aparición de la

banca múltiple.

En 1993 estas financieras especializadas renacieron con la publicación en el Diario

Oficial de la Federación el día 14 de junio, de las reglas generales a las que deberán

sujetarse las sociedades financieras. Estas reglas tienen su fundamento en la

fracción IV del artículo 103 de la Ley de Instituciones de Crédito en el que se

menciona que ninguna persona, física o moral, podrá captar directa o

indirectamente recursos del público en el territorio nacional, mediante actos

causantes de pasivo directo o contingente, obligándose a cubrir el principal y en su

caso, los accesorios financieros de los recursos captados.

De aquí nace la posibilidad de que se formen sociedades financieras de objeto

limitado (Sofol o sofoles) o múltiple (Sofomes), así como sociedades anónimas que

tienen por objeto captar recursos provenientes de la colocación de valores inscritos

en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios (R.N.V.I) y otorgar créditos para

determinada actividad o sector. En 2006 fue cuando se autorizó la operación de las

sociedades financieras de objeto múltiple (Sofom) y la gran diferencia es que

pueden otorgar créditos para diferentes actividades o sectores.

Para que las Sofoles no infringieran la Ley también se señala que con la autorización

por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público podrán captar recursos

provenientes de la colocación de instrumentos inscritos en el R.N.V.I.

La aparición de las sofoles y las sofomes aumentó la posibilidad de financiamiento

adicional en México, convirtiéndose en una importante alternativa para el sector

hipotecario. Ahora existe además la perspectiva de la bursatilización o titulización,


109

que en esencia consiste en colocar en bolsa los créditos otorgados y así permitir a

las sofoles o sofomes continuar financiando específicamente al sector hipotecario.

Al finalizar junio del 2010, existían ya 71 sofoles; cinco en el sector automotriz,

nueve en créditos personales, 30 hipotecarias, y 27 empresariales. Hay que decir

que a su vez el sector de sofoles dirigidas al sector empresarial, se forma por firmas

que atienden subsectores muy específicos; hay ocho enfocadas al rubro

agroindustrial, 11 al de pequeñas y medianas empresas (pymes), dos al de

maquinaria y equipo, una al de educación, y cuatro a intermediarios o distribuidores.

También cabe señalar que las perspectivas para estas empresas, específicamente

en el sector hipotecario, son muy atractivas pues el déficit habitacional en México

es de 4.3 millones de viviendas y el crecimiento de la demanda por estas es de 1

millón al año, en tanto la oferta crece entre 0.9 y 1.1 millones de viviendas. Estas

empresas que iniciaron en México, prácticamente con la crisis de 1994-1995,

tomaron la ventaja del mercado que los bancos abandonaron y posteriormente los

bancos reaccionaron, no otorgando crédito hipotecario sino adquiriendo sofoles y

con esto desarrollando a la banca especializada.

2.7.5 Las organizaciones encargadas de la actividad auxiliar de crédito

Para el año 2010 la Ley de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito

reconocía la existencia de cinco tipos de organizaciones auxiliares del crédito y una

sola actividad auxiliar del crédito que para poder operar en México requieren

autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, excepción hecha de

las uniones de crédito que requieren autorización de la Comisión Nacional Bancaria

y de Valores. La actividad auxiliar del crédito es la compra-venta habitual y

profesional de divisas. Las cuatro formas de organización auxiliar del crédito

existentes en México son:

• Almacenes generales de depósito;


110

• Empresas de factoraje financiero;

• Arrendadoras financieras; y

• Uniones de crédito.

Por sus características y en una orientación de nuestro Sistema Financiero

Mexicano hacia un esquema de banca universal, las tres primeras pueden

pertenecer a un grupo financiero. Las uniones de crédito no, debido a que son

asociaciones de personas con objetivos financieros complementarios entre y para

los socios mismos, que además tienden a conformarse como Sociedades

Cooperativas de Ahorro y Préstamo.

Los Almacenes Generales de Depósito.

La Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito

(L.G.O.A.A.C.) define en su artículo 11 a los Almacenes Generales de Depósito, así

como su objeto.

De esta forma los almacenes generales de depósito en esencia realizan las

siguientes actividades:

• Expedir certificados que señalen las características de la mercancía

depositada.

• Acompañar estos certificados con bonos de prenda, útiles para obtener

créditos prendarios. Este tipo de crédito no es muy útil pues aun y cuando se

certifica la calidad de la mercancía depositada, no se fija el precio. Puede

darse el caso en que la mercancía que constituye la garantía, no cubre el

importe del crédito y la institución que otorgó el préstamo, ya sea el almacén

o un banco, no lo cobre o tenga dificultad para hacerlo.

• El poder servir adicionalmente como almacén fiscal en tanto se pagan los

aranceles o permisos de importación. Esta característica permite que la


111

mercancía que pasa por México sea considerada como si no hubiera

ingresado y puede ser enviada a otro país.

Las Arrendadoras Financieras.

A través de un contrato, la arrendadora financiera adquiere un bien que otorga en

arrendamiento financiero a una persona física o moral llamada arrendataria. En

virtud de este contrato se tiene el uso o goce a un plazo forzoso y a cambio de esto

paga una serie de rentas o parcialidades que cubren el valor de los bienes más la

carga financiera. Al vencimiento del contrato el arrendatario puede optar por

cualquiera de las opciones señaladas en el artículo 27 de la L.G.O.A.A.C.:

• Comprar los bienes a un precio inferior a su valor de adquisición, previamente

fijado en el contrato y en caso contrario, el precio debe ser inferior al valor de

mercado a la fecha de compra.

• Prorrogar el plazo para continuar con el uso o goce temporal, pagando una

renta inferior a los pagos periódicos que venía haciendo; y

• Participar con la arrendadora financiera en el precio de la venta de los bienes

a un tercero.

En el contrato podrá convenirse la obligación de la arrendataria de adoptar, de

antemano, alguna de las opciones antes señaladas, siendo responsable de los

daños y perjuicios en caso de incumplimiento. La arrendadora financiera no podrá

oponerse al ejercicio de dicha opción.

Como se deduce de estos conceptos, a través del arrendamiento financiero las

empresas encuentran una alternativa de financiamiento que les permite, a través

del pago de rentas periódicas utilizar un bien, preferentemente mueble, para

continuar con su actividad productiva. La arrendataria es quien escoge a los

proveedores de los bienes y este financiamiento es tan flexible que pueden llegar a

emplear lo que se conoce como arrendamiento ficticio (sale & léase back), que


112

consiste en vender a la arrendadora el bien y tomarlo en arrendamiento financiero.

También puede ser utilizado como un incentivo para algunos empleados a los

cuales se les permite el uso de un vehículo y al final del contrato se les vende,

utilizando la tercera opción del arrendamiento financiero.

La Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito

(L.G.O.A.A.C) en su artículo 24 define las operaciones que pueden realizar las

arrendadoras financieras y en su artículo 29 sus obligaciones.

Alma Alicia García Saldaña (García, 2008, p.152) nos señala cuatro modalidades

dentro del arrendamiento financiero:

• Arrendamiento Financiero Neto. Es aquel en el que el arrendatario cubre

todos los gastos de instalación, seguros, mantenimiento, daños, impuestos,

reparaciones, etc., como sucede en el arrendamiento de maquinaria.

• Arrendamiento Financiero Global. Es lo contrario al anterior, es decir todos

los gastos mencionados corren por cuenta del arrendador financiero quien

los repercute en el monto de las rentas pactadas. Ejemplo: arrendamiento de

computadoras.

• Arrendamiento Financiero Total. Es aquel que permite al arrendador

recuperar con las rentas pactadas en el plazo forzoso, el costo total del activo

arrendado más el interés del capital invertido. Ésta es una de las

características fundamentales del arrendamiento financiero.

• Arrendamiento Financiero Ficticio. También conocido como venta y

arrendamiento posterior. Consiste en que el propietario de un bien lo vende

a una compañía arrendadora, para que ésta a su vez se lo arriende con su

respectivo derecho de opción de compra al término del contrato. De esta

manera el propietario original no pierde la utilización del mismo y obtiene

dinero en efectivo que puede ser empleado en otras opciones del negocio.

Empresas de Factoraje Financiero


113

El factoraje financiero son operaciones que consisten en que una empresa de

factoraje, llamada factor, compra a un cliente, llamado cedente, que es proveedor

de bienes y servicios, su cartera vigente formada por saldos de clientes, facturas,

listados, contra-recibos y documentos por cobrar, con un descuento.

Una vez realizada la operación, el cedente debe notificarla a sus clientes para que

le paguen al factor. El primer problema que pueden enfrentar las empresas de

factoraje es no haber realizado un estudio de crédito adecuado. Es común que le

den más énfasis al estudio de crédito del cedente que a las características de la

cartera que están "comprando" y quien va a pagar no es el cedente sino el deudor

del cedente. Un segundo aspecto que el factor debe observar es que la cartera que

compra provenga de operaciones normales, propias del negocio del cedente.

El factor puede realizar operaciones de factoraje con recurso, es decir si el deudor

no paga, puede acudir con el cedente a cobrar.

Existe el factoraje a proveedores, en este caso si el cedente es una empresa

pequeña, puede acudir con la empresa grande a ofrecer operaciones de factoraje,

pactando con la empresa grande el pago de las cuentas con sus proveedores y

acudiendo con sus proveedores a ofrecerles la compra de su cartera.

A pesar de que en México el factoraje financiero se remonta a muchos años de

antigüedad, fue el 3 de enero de 1990 cuando apareció publicado en el Diario Oficial

de la Federación el decreto mediante el cual se institucionalizó la existencia de estas

organizaciones auxiliares del crédito.

Los fundamentos legales de las empresas de factoraje financiero se encuentran en

el Capítulo Ill-Bis, artículos 45-A y 45-B de la Ley General de Organizaciones y

Actividades Auxiliares del Crédito (L.G.O.A.A.C).


114

Las Uniones de Crédito.

Es un organismo creado como sociedad anónima de capital variable, gracias a la

concesión otorgada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Los socios que

integran a la unión de crédito pueden ser personas físicas o morales y la unión

puede operar en el ramo agropecuario, industrial, comercial o ser mixto si se dedica

a dos o más de las actividades señaladas. En el artículo 41 de la L.G.O.A.A.C. se

señalan los requisitos de constitución y en los artículos 39 y 40 las ramas y las

actividades que pueden realizar.

Las Casas de Cambio de Divisas.

El artículo 81 del título quinto de la Ley General de Organizaciones y Actividades

Auxiliares del Crédito describe la única actividad auxiliar del crédito: la compra venta

habitual y profesional de divisas dentro del territorio nacional. Las Casas de Cambio

pueden realizar con divisas las siguientes operaciones:

• Compra y venta de billetes, así como piezas acuñadas en metales comunes,

con curso legal en el país de emisión.

• Compra y venta de cheques de viajero denominados en moneda extranjera.

• Compra y venta de piezas metálicas acuñadas en forma de moneda.

• Compra de documentos a la vista denominados y pagaderos en moneda

extranjera, a cargo de entidades financieras hasta por un monto equivalente

no superior a tres mil dólares de los Estados Unidos de América por

documento. Estos documentos sólo pueden venderlos a instituciones de

crédito y casas de cambio.

De acuerdo al artículo 20 de la Ley Orgánica del Banco de México divisas son

billetes y monedas metálicas extranjeros, depósitos bancarios, títulos de crédito y

toda clase de documentos de crédito, sobre el exterior y denominados en moneda

extranjera, así como, en general, los medios internacionales de pago.


115

Las casas de cambio tienen una serie de requisitos y prohibiciones señaladas en

los artículos 82 y 87-A- de la Ley.

2.7.6 El buró de crédito o sociedades de información crediticia.

El Buró de Crédito es la empresa que tiene como objetivo concentrar y proporcionar

información respecto al perfil de crédito de personas físicas a las empresas afiliadas,

siempre que lo soliciten.

El perfil de crédito hace referencia al historial crediticio de las personas que tienen

o han tenido algún crédito. Esta información se proporciona a instituciones de

crédito, a organizaciones auxiliares del crédito y a empresas comerciales que

requieren de esta información para evaluar solicitudes de crédito de manera más

objetiva.

2.8 Las instituciones del mercado de valores: la bolsa mexicana, las

sociedades de inversión

El fundamento del mercado de valores lo constituyen las bolsas de valores que son

señaladas en la Ley del Mercado de Valores. En México existen dos: la Bolsa

Mexicana de Valores, S.A. de C.V. (B.M.V.) para el mercado de activos financieros

de contado y el Mercado Mexicano de Derivados, S.A. de C.V. (Mexder) para las

operaciones del mercado de productos derivados.

La Bolsa Mexicana De Valores.

Es la Sociedad Anónima de Capital Variable que con concesión de la Secretaría de

Hacienda y Crédito Público es el eje del mercado accionario en México. Tiene por

objetivo dar transparencia y liquidez al mercado de valores al facilitar que sus

socios, las casas de bolsa, realicen las operaciones de compra y venta ordenadas


116

por sus clientes, hacer viable el financiamiento a las empresas y gobierno a través

de la colocación primaria de títulos en el mercado y proveer el medio para que los

tenedores de títulos registrados en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios

intercambien sus valores. En esencia proporcionar los servicios, los medios y la

infraestructura necesaria para que la emisión, colocación y comercio de valores

inscritos en dicho Registro se lleve a cabo de manera eficaz y eficiente.

La Bolsa Mexicana de Valores (B.M.V.) no compra ni vende valores, facilita la

realización de estas operaciones que son llevadas a cabo por sus accionistas, las

casas de bolsa. Cada casa de bolsa es propietaria de una acción de la B.M.V. y al

ser socio de esta institución puede llevar a cabo estas operaciones.

También calcula diferentes índices, siendo el principal el índice de Precios y

Cotizaciones (I.P.C.). Este número expresa un valor abstracto, como cualquier

número índice en cuanto a que no se paga ninguna moneda por él y representa, en

función de los precios de una muestra de acciones cotizadas en la B.M.V., un valor

útil en cuanto sea comparado con otros valores. Esta muestra se revisa

bimestralmente y está integrada por 35 emisiones, más o menos, de acciones de

empresas que operan en diferentes sectores de la economía.

La Bolsa Mexicana de Valores también hace público el índice México o Inmex, que

se calcula con una muestra de 20 a 25 emisoras con los más altos niveles de

bursatilidad. Cada emisora no puede exceder del 10% en la ponderación del Inmex

y la muestra se revisa semestralmente.

Además, la bolsa publica índices sectoriales que representan el comportamiento

bursátil de las acciones de empresas de ciertos sectores o industrias de la

economía. Los índices sectoriales que calcula la bolsa son:

• Extractiva

• Transformación


117

• Construcción

• Comercio

• Comunicaciones y Transporte

• Servicios

• Varios

Otras publicaciones importantes que tiene la Bolsa son:

• Boletín Bursátil Sección Mercado de Capitales

• Boletín Bursátil Sección Mercado de Dinero y Metales

• Información Financiera Trimestral

• Información sobre Asambleas

• Avance Financiero

• Indicadores Bursátiles

• Indicadores Financieros

• Resumen Bursátil

• Mercado para la Mediana Empresa Mexicana (Mmex)

• Inversión y Finanzas

• Anuario Bursátil de la Bolsa Mexicana de Valores

• Anuario Financiero de la Bolsa Mexicana de Valores

Las Sociedades de Inversión.

De acuerdo a la Ley de Sociedades de Inversión, una sociedad de inversión es una

sociedad anónima que tiene por objeto la adquisición de valores y documentos

seleccionados de acuerdo al criterio de diversificación de riesgos, con recursos

provenientes de la colocación de las acciones representativas de su capital social

entre el público inversionista. (Ley de Sociedades de Inversión, 2001).

La sociedad de inversión cumple cuatro objetivos éticos fundamentales:


118

• Fortalece y descentraliza el mercado de valores.

• Permite el acceso del pequeño y mediano inversionista al mercado de

valores.

• Promueve la democratización del capital.

• Contribuye al financiamiento de la planta productiva.

Además, podemos señalar que en México existen tres tipos de sociedad de

inversión:

1. La sociedad de inversión en instrumentos de deuda.

2. La sociedad de inversión de renta variable.

3. La sociedad de inversión de capitales

2.9 Las sociedades que operan como intermediarios en las operaciones

bursátiles.

Una casa de bolsa son empresas organizadas como sociedad anónima de capital

variable que cuentan con concesión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público

otorgada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores puede operar como

agente de valores, como intermediario directo en la operación bursátil.

De esta forma las casas de bolsa son intermediarios autorizados para realizar

intermediación en el mercado bursátil. Se ocupan de las siguientes funciones:

1. Realizar operaciones de compra-venta de valores;

2. Brindar asesoría a las empresas en la colocación de valores y a los

inversionistas en la constitución de sus carteras;

3. Recibir fondos por concepto de operaciones con valores, y realizar

transacciones con valores a través de los sistemas electrónicos de la BMV,

por medio de sus operadores


119

2.10 La comisión Nacional de seguros y finanzas.

Es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con

autonomía técnica y facultades ejecutivas de acuerdo a su propia Ley cuya misión

es garantizar a los usuarios de los seguros y las fianzas, que los servicios y

actividades que las instituciones y entidades autorizadas realizan, se apeguen a lo

establecido por las leyes. (Consultado en www.cnsf.org.mx, el 15 de octubre 2008).

Las entidades financieras que supervisa y regula son las instituciones de seguros,

las sociedades mutualistas y las instituciones de fianzas.

2.11 La rama de seguros, finanzas, afores. Las siefores

Es la empresa que se obliga mediante la celebración de un contrato, en el momento

de su aceptación y mediante el cobro de una prima, a resarcir un daño o pagar una

suma de dinero al ocurrir la eventualidad prevista en ese contrato.

Debe destacarse que en el sector asegurador mexicano existe la Asociación

Mexicana de Instituciones de Seguros que agrupa a las instituciones de seguros

autorizadas para operar en México y que tiene por misión promover el desarrollo

sano, tanto del seguro, como de las empresas de seguros. Sus principales funciones

son promover la cultura del seguro, capacitar a los miembros del sector asegurador

y brindar apoyo técnico a las empresas asociadas.

La importancia de la función del seguro se da al redistribuir las aportaciones de

menor cuantía para pagar o cubrir indemnizaciones cuantiosas a los afectados. La

posibilidad de cubrir estos siniestros la logran al administrar adecuadamente sus

carteras de inversión.

La ley que ampara el funcionamiento de las instituciones de seguros y las

sociedades mutualistas es la Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas


120

de Seguros. Sus últimas modificaciones importantes se publicaron en el Diario

Oficial del 3 de enero de 1997.

La Rama de Fianzas.

Las instituciones de fianzas se definen como la empresa que se obliga mediante la

celebración de un contrato a cumplir al acreedor la obligación de su deudor en caso

de que éste no lo haga, todo esto mediante el cobro de una prima.

Por lo que, los que intervienen son:

• El fiado, el deudor principal y por quien se obliga la institución afianzadora.

• El beneficiario, el acreedor ante quien se garantiza la obligación del fiado.

• El obligado Solidario, persona física o moral que aparece en algunos casos

complementando las garantías aportadas por el fiado.

• El fiador, institución de fianzas concesionada por el Gobierno Federal para

expedir fianzas a título oneroso.

Las Afores.

Las afores administran los ahorros de los trabajadores y les pueden cobrar cuotas

fijas y comisiones con cargo a sus cuentas y aportaciones voluntarias de acuerdo

con las reglas de carácter general expedidas por la CONSAR y tienen prohibido

emitir obligaciones, gravar su patrimonio, otorgar garantías y adquirir el control de

empresas, lo anterior con el fin de salvaguardar el patrimonio de los trabajadores.

Las Siefores.

Estas son las empresas en las que se invierten los ahorros de los trabajadores, y

de las cuales son accionistas. Su objeto exclusivo es invertir los recursos


121

provenientes de las cuentas individuales que reciban en los términos de las leyes

de seguridad social, pero también invirtiendo los recursos de las administradoras.

Para organizarse y operar como sociedad de inversión se requiere autorización de

la CONSAR, quien la otorgará discrecionalmente, oyendo la opinión de la Secretaría

de Hacienda y Crédito Público, siempre y cuando los solicitantes que presenten

propuestas satisfagan los requisitos previstos en la Ley.

Deben estar constituidas como sociedades anónimas de capital variable, no utilizar

en su denominación expresiones en idioma extranjero o el nombre de alguna

asociación política o religiosa y su administración debe estar a cargo de un consejo

de administración en los términos que establece la ley.

Su capital social variable está constituido por los recursos que los trabajadores

invierten. Este capital proviene del ahorro que realizan en las cuentas individuales

depositados en las afores. Las sociedades de inversión deben contar con un comité

de inversión cuyo objeto es determinar la política y estrategia de inversión y la

composición de los activos de la sociedad, así como designar a los operadores que

ejecuten la política de inversión.

2.12 Las instituciones encargadas de la banca de desarrollo.

Es la banca orientada al desarrollo de cierto sector o promoción de ciertas

actividades que son de interés nacional como el desarrollo industrial, el desarrollo

del sector agropecuario, del comercio exterior, el financiamiento a la infraestructura

o a las fuerzas armadas.

Esta banca ha sido cuestionada en múltiples ocasiones y de hecho se ha planteado

su desaparición en México para permitir que estas actividades sólo las lleve a cabo

el sector privado o bien una fusión con la que se podría lograr mayor eficiencia en

su gestión. Para fortuna de México esto no ha ocurrido y de hecho es impensable


122

que pudiera existir un banco privado que realizara todas las actividades que lleva a

cabo la banca de desarrollo o que pudiera crearse un banco de desarrollo múltiple

que funcionara con una mejor gestión como, por ejemplo.

• Nacional Financiera, S.N.C. (Nafin). Institución fundada en 1934 durante el

gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas y cuyo objeto fue fomentar el

desarrollo del Sistema Financiero Mexicano. Actualmente su objeto es

fomentar el desarrollo industrial.

• Banco Nacional de Comercio Exterior, S.N.C. (Bancomext). Fue constituido

en 1937 y su objeto fue financiar y promover el comercio exterior de bienes

y servicios. Actualmente su objeto es, de acuerdo con su Ley Orgánica, el

financiar el comercio exterior del país, así como participar en la promoción

de dicha actividad. (Ley Orgánica del Banco Nacional de Comercio Exterior).

• Financiera Rural. (Finrural, antes Banrural). En realidad, esta institución es

producto de la fusión de tres instituciones: el Banco Nacional de Crédito

Agrícola, fundado en 1926, El Banco Nacional de Crédito Ejidal fundado en

1935 y el Banco Nacional de Crédito Agropecuario, fundado en 1965 en lo

que fue el Banco Nacional de Crédito Rural que desapareció el 27 de

diciembre de 2002. Su objeto es, de acuerdo con su Ley Orgánica, impulsar

el desarrollo de las actividades agropecuarias, forestales, pesqueras y todas

las demás actividades económicas vinculadas al medio rural, con la finalidad

de elevar la productividad, así como de mejorar el nivel de vida de su

población. (Ley Orgánica de Financiera Rural).

• Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, S.N.C. (Banobras). Se creó

en 1933, como Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas, S.A.

De acuerdo con su Ley Orgánica tiene por objeto financiar o refinanciar

proyectos de inversión pública o privada en infraestructura y servicios

públicos, así como coadyuvar al fortalecimiento institucional de los gobiernos

federal, estatal y municipal, con el propósito de contribuir al desarrollo

sustentable del país. (Ley Orgánica del Banco Nacional de Obras y Servicios

Públicos).


123

• Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, S.N.C. (Banjército). Se

creó en 1946 con el objetivo de proporcionar los servicios bancarios al

personal de las fuerzas armadas. De acuerdo con su Ley orgánica tiene por

objeto otorgar apoyos financieros a los miembros del Ejército, Fuerza Aérea

y Armada mexicanos. (Ley Orgánica del Banco Nacional del Ejército, Fuerza

Aérea y Armada).

Es pertinente mencionar lo que señala María de Jesús Lozano y María Luisa Valle

en su artículo el Futuro de la Banca de Desarrollo (Consultado en

http://www.banobras.qob.mx/NRADEA7467D04E/151/bancadesarrollo.pd, el 12 de

enero 2008) en el que citan al Banco Interamericano de Desarrollo respecto al papel

que debe asumir este tipo de banca, al señalar que el Banco Interamericano de

Desarrollo ha identificado cuatro áreas estratégicas en donde la banca de desarrollo

tiene un papel que asumir como es:

• La reforma del estado: Existe la necesidad de consolidar los sistemas

democráticos como condición fundamental para ejecutar políticas públicas.

La banca de desarrollo, además de modernizarse, debe ser instrumento de

apoyo al sector privado en aquellas áreas en que la banca privada no

participa.

• El desarrollo social y la reducción de la pobreza: Aquí hay una

oportunidad para mejorar el capital social, a partir de la generación de más

trabajo, más ahorro y más educación. El desarrollo social debe ser prioridad

de los gobiernos en los tres niveles.

• La competitividad: En un mundo globalizado promover la competitividad es

la base de un crecimiento económico sostenible y condición del desarrollo

social. Esto implica un uso más eficiente de los recursos de capital. La banca

de desarrollo debe empezar por si misma a ser competitiva para poder

apoyar la asimilación y el desarrollo de tecnología en los diversos ámbitos en

donde incide, de manera especial apoyando a las zonas rurales y urbanas,


124

desarrollando instrumentos y acercando los servicios financieros a aquellos

sectores que hoy no tienen acceso al crédito.

• La integración regional: La integración de América Latina, no sólo se refiere

a lo económico, en donde se ha avanzado, MERCOSUR, Grupo Andino,

Mercado Común Centroamericano, el Caricom y el ALCA, sino a la

cooperación regional en otros campos como la educación y la salud. La

banca de desarrollo debe explorar las posibilidades de integración en acción

regional de esta banca.

Resulta relevante para nuestro tema de estudio la presente cita pues el BID

identifica cuatro áreas estratégicas fundamentales para el desarrollo de las

sociedades cooperativas de ahorro y préstamo: el desarrollo social y solidario, la

reducción de la pobreza, la competitividad y la integración regional.

2.13 El sector popular de la banca en México.

El sistema de banca popular en México está integrado por Bansefi, sociedades

cooperativas de ahorro y préstamo, sociedades financieras populares, federaciones

y confederaciones, todas estas organizadas en función de la Ley de (Consultado en

http://www.financierarural.qob.mx/portal/index.html, el 12 de enero 2009). Ahorro y

Crédito Popular que señala el marco en que se desenvuelven y por la Ley General

de Sociedades Cooperativas que brinda la posibilidad de existencia a las

sociedades cooperativas de ahorro y préstamo. El Banco del Ahorro Nacional y

Servicios Financieros, S.N.C. como institución líder y de respaldo a este sistema,

las sociedades financieras populares como uno de los dos tipos de institución que

pueden llevar a cabo la actividad de banca popular y las sociedades cooperativas

de ahorro y préstamo como las instituciones con el potencial para mexicanizar a la

banca mexicana y servir de palanca al desarrollo del crédito en México.

2.13.1 La norma reguladora del ahorro y crédito popular, la norma reguladora

de las sociedades cooperativas.


125

La Ley de Ahorro y Crédito Popular, tiene su base en el artículo 71 de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos que señala el derecho de iniciar leyes o

decretos compete, entre otros al Presidente de la República, a los Diputados y

Senadores al Congreso de la Unión y a las Legislaturas de los Estados.

Las iniciativas presentadas por el Presidente de la República, por las Legislaturas

de los Estados o por las Diputaciones de los mismos, pasarán desde luego a

comisión. Las que presentaren los diputados o los senadores se sujetarán a los

trámites que designe el Reglamento de Debates.

En el año de 2001 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley de Ahorro

y Crédito Popular que es un instrumento jurídico-legal que tiene por finalidad regular,

promover y facilitar el servicio de captación de recursos y colocación de crédito por

parte de las entidades de ahorro y crédito popular; la organización y funcionamiento

de las Federaciones y Confederaciones en que aquéllas voluntariamente se

agrupen; regular las actividades y operaciones que las entidades de ahorro y crédito

popular realicen con el propósito de lograr su sano y equilibrado desarrollo y

proteger los intereses de quienes celebren operaciones con dichas entidades.

También debemos considerar que la Ley en su artículo 8 señala que las leyes

supletorias o complementarias se deben aplicar en materia de ahorro popular.

La Norma Regulatoria de las Sociedades Cooperativas.

La ley de Ahorro y Crédito Popular, tiene por objeto regular la organización y

funcionamiento de las sociedades cooperativas. Sus disposiciones son de interés

social y de observancia general en el territorio nacional, entendiendo por

organismos cooperativos, a las uniones, federaciones y confederaciones que

integren las sociedades cooperativas, y como sistema cooperativo, a la estructura

económica y social que integran las sociedades cooperativas y sus organismos. La


126

Ley define lo que es una cooperativa y respetando los principios cooperativos

también los incluye en su texto. Dadas estas definiciones, las sociedades

cooperativas de ahorro y préstamo son reguladas por esta Ley.

Es importante que la Ley respete los principios cooperativos internacionales, pero

además en su artículo 21 fracción III señala el fundamento que da existencia a las

sociedades cooperativas de ahorro y préstamo. Este artículo señala que estas

también forman parte del Sistema Cooperativo las siguientes clases de sociedades

cooperativas:

1. De consumidores de bienes y/o servicios;

2. De productores de bienes y/o servicios, y

3. De ahorro y préstamo.

Además, el artículo 33 complementa al 21 señalando que Las sociedades

cooperativas que tengan por objeto realizar actividades de ahorro y préstamo se

regirán por esta Ley, así como por lo dispuesto por la Ley de Ahorro y Crédito

Popular.

Es así que estas dos leyes son los fundamentos legales directos de las

Cooperativas de Ahorro y Préstamo y estas cooperativas tendrán que operar en

relación directa con el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros.

2.13.2 Bansefi.

La relación que Bansefi mantiene con el sector de ahorro popular y el objetivo del

mismo se define en su capítulo I artículos 2 y 3 de su Ley Orgánica (Ley Orgánica

del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros).

Bansefi es la entidad responsable de promover el ahorro popular y orientarlo en

general al desarrollo nacional y regional. Es el fertilizante que ayudará a que de


127

cada semilla sembrada (cooperativa de ahorro, economías solidarias y préstamo o

sociedad financiera popular) brote fruto (crecimiento y desarrollo regional).

Lo anterior se complementa con lo señalado en el artículo 7 que señala los objetivos

y operaciones de la institución.

El artículo 47 de la Ley de Instituciones de Crédito señala que la Banca de Desarrollo

realizará las operaciones señaladas en el artículo 46 fracciones I y II para facilitar a

los beneficiarios de sus actividades el acceso al servicio de banca y crédito y

propiciar el hábito del ahorro y el uso de los servicios que ofrece el Sistema Bancario

Mexicano. Por lo demás puede realizar todas las operaciones que realizan las

instituciones de crédito. Las fracciones I y II se refieren a recibir depósitos bancarios

de dinero y a aceptar préstamos y créditos.

2.13.3 Las sociedades financieras populares y las sociedades cooperativas

dedicadas al ahorro y préstamo

En el artículo 2 la Ley de Ahorro y Crédito Popular señala cuáles son las

instituciones que conforman el Sistema de Ahorro y Crédito Popular, las sociedades

cooperativas de ahorro y préstamo y las sociedades financieras populares que sean

dictaminadas favorablemente por una Federación y autorizadas para operar como

entidades de ahorro y crédito popular, en los términos de esta Ley; por las

Federaciones que estén autorizadas por la Comisión Nacional Bancaria y de

Valores para ejercer las funciones de supervisión auxiliar de las entidades referidas,

así como por las Confederaciones autorizadas por la propia Comisión para que

administren sus respectivos fondos de protección.

Además, define a las sociedades financieras populares como aquéllas que operan

conforme a la Ley General de Sociedades Mercantiles y conforme a la Ley de Ahorro

Popular. En los artículos 41 a 46 se señalan específicamente las características de


128

las sociedades financieras populares como sociedades anónimas que pueden

prestar servicios a socios y a clientes en los términos del ahorro y crédito popular.

La Ley señala en su artículo 36 las actividades que pueden efectuar, y dentro de

estas podemos destacar las siguientes:

• Recibir depósitos a la vista, de ahorro, a plazo, retirables en días

preestablecidos y retirables con previo aviso; recibir préstamos y créditos de

instituciones de crédito, de fideicomisos públicos o de organismos e

instituciones financieras internacionales;

• Recibir créditos de las Federaciones a las que se encuentren afiliadas; recibir

o emitir órdenes de pago y transferencias en moneda nacional o en moneda

extranjera para abono en cuenta en moneda nacional;

• Realizar, por cuenta de sus socios o clientes, operaciones con empresas de

factoraje financiero; emitir títulos de crédito para ser colocados entre el gran

público inversionista; otorgar préstamos o créditos a sus socios o clientes;

• Invertir en valores; expedir tarjetas de crédito con base en contratos de

apertura de crédito en cuenta corriente;

• Prestar servicios de caja de seguridad; ofrecer el servicio de abono y

descuento en nómina;

• Expedir y operar tarjetas de débito y tarjetas recargables;

• Prestar servicios de caja y tesorería;

• Realizar la compra-venta de divisas por cuenta de terceros;

• Inversiones en el capital social de la Federación a la que se encuentren

afiliadas y/o en el capital social de Bansefi y previa autorización de la

Comisión, realizar inversiones en acciones de administradoras de fondos

para el retiro, sociedades de inversión especializadas en fondos para el retiro

y sociedades operadoras de sociedades de inversión sin que en este último

caso asuman el control de manera individual;

• Promover entre sus socios o clientes, las acciones de las sociedades de

inversión operadas por las sociedades operadoras de sociedades de


129

inversión en que participan y promocionar la afiliación de trabajadores a las

Afores en cuyo capital participen.

Las entidades únicamente podrán recibir depósitos de los Gobiernos Federal,

Estatal o Municipal, ya sea a través de sus sectores central o paraestatal.

En resumen, lo que la Ley autoriza es una financiera, en este caso con la palabra

adicional de "popular", el equivalente a una sociedad financiera que obtiene

recursos de las aportaciones de sus socios y de préstamos, transformando estos

recursos en créditos.

Las Sociedades Cooperativas Dedicadas al Ahorro y Préstamo.

La Ley de Ahorro y Crédito Popular define a las instituciones base de este sistema

en su artículo 3 y señala como cooperativa a las sociedades constituidas y que

operen conforme a esta Ley y la Ley General de Sociedades Cooperativas, que

tengan por objeto realizar exclusivamente operaciones de ahorro y préstamo.

Señala también que tendrán por objeto el ahorro y crédito popular que facilita a sus

miembros el acceso al crédito; apoyar el financiamiento de micro, pequeñas y

medianas empresas y, en general, propiciar la solidaridad, la superación económica

y social, y el bienestar de sus miembros y de las comunidades en que operan, sobre

bases educativas, formativas y del esfuerzo individual y colectivo.

De esta forma se define cuáles son las instituciones que pueden utilizar los términos

referentes a ahorro y crédito popular al señalar que las palabras entidad de ahorro

y crédito popular, sociedad financiera popular, sociedad cooperativa de ahorro y

préstamo, caja rural o cualquier otra que exprese ideas semejantes en cualquier

idioma, sólo podrán ser usadas en México en la denominación de las entidades que

sean autorizadas en términos de la Ley.


130

Dentro de estos conceptos queda claro que las sociedades cooperativas de ahorro

y préstamo son intermediarios financieros que reciben recursos de sus

cooperativistas a los cuales les hacen préstamos y la Ley las define específicamente

en sus artículos 38 a 40.

En términos de la ley, las Sociedades cooperativas de ahorro y préstamo deben

constituir los fondos sociales de reserva con el 10% de los excedentes hasta

alcanzar al menos el 10% del capital contable. Mientras que deberán mantener un

fondo de obra social, el cual debe constituirse con la aportación anual que resulte

de aplicar el porcentaje determinado por la asamblea general sobre los excedentes.

Este fondo se destinará a la realización de obras sociales o a reservas para cubrir

los riesgos y enfermedades profesionales y formar fondos de pensiones y haberes

de retiro de socios, primas de antigüedad, gastos médicos y de funeral, subsidios

por incapacidad, becas educativas para los socios y sus hijos, guarderías infantiles,

actividades culturales y deportivas y otras prestaciones de previsión social.

La administración de la entidad financiera debe ser ejercida por la asamblea

general, el consejo de administración, el consejo de vigilancia o comisario, el comité

de crédito y un gerente general o directo.

El consejo de administración tendrá entre 5 miembros y 15 miembros, quienes

actuarán por un periodo máximo de hasta cinco años con posibilidad de una sola

reelección. El cincuenta por ciento de los miembros del consejo deberá ser electo

cada mitad del periodo que en su caso determine la Entidad. En caso de que el

consejo esté integrado por un número impar de personas, éstos serán electos de

acuerdo a lo que determine la cooperativa en sus bases constitutivas tomando en

consideración lo antes señalado.

Las facultades del consejo de administración son: establecer las políticas generales

de administración y de crédito; crear los comités necesarios para el desarrollo de la

cooperativa; autorizar los reglamentos que propongan los comités respectivos o los


131

que el consejo determine; elaborar y aprobar los manuales de administración y

operación, además de los programas de actividades; autorizar las operaciones que

así lo requieran; aprobar presentar ante la asamblea general los estados financieros

del ejercicio; presentar informe a la asamblea; atender las observaciones del

consejo de vigilancia o comisario; nombrar al director o gerente general y en caso

necesario removerlo; otorgar poderes generales o especiales al director o gerente

general; autorizar los contratos que las Entidades celebren con terceros con los que

tengan nexos patrimoniales y acordar la emisión de obligaciones subordinadas.

El director general o gerente, además de poder asistir a las sesiones del consejo de

administración, con voz, pero sin voto, ejecutará las políticas establecidas por el

consejo de administración, por el comité de crédito o su equivalente y los demás

comités operativos. Preparará y propondrá el presupuesto anual; informará

mensualmente sobre la situación financiera al consejo de administración;

presentará al consejo de administración los estados financieros para su aprobación;

representará a la Entidad en los actos determinados por el consejo de

administración; aplicará y hará aplicar los reglamentos y manuales operativos y

mantendrá actualizados los libros y registros contables y sociales de la Entidad.

El comité de crédito debe integrarse por entre 3 y 7 personas encargadas de

analizar y en su caso aprobar las solicitudes de crédito de los clientes.

El consejo de vigilancia o el comisario será el encargado de supervisar el

funcionamiento interno de la Entidad y el cumplimiento de sus estatutos, políticas,

lineamientos y de las disposiciones aplicables. En el caso del consejo de vigilancia,

estará integrado por entre 3 y 7 personas y sus obligaciones están contempladas

en el artículo 30 de la Ley.

Los consejeros fungirán por un periodo de hasta cinco años con posibilidad de una

sola reelección y deberá ser electo el cincuenta por ciento de los miembros del

consejo cada mitad del periodo que en su caso determine la Entidad. En caso de


132

que el consejo esté integrado por un número impar de personas, éstos serán electos

de acuerdo a lo que determine la Cooperativa en sus bases constitutivas tomando

en consideración lo antes señalado. Las mismas restricciones serán aplicables en

el caso del comisario.

En cuanto a la operación es importante recalcar que el artículo 33 lleva a sociedades

cooperativas de ahorro y préstamo a operar dentro de los parámetros del mercado

financiero ya que establece la obligación de no celebrar operaciones en las que se

pacten condiciones y términos que se aparten significativamente de las prácticas

del mercado que de manera general aplican las Entidades del mismo tipo, ni

tampoco podrán otorgar créditos distintos de los que correspondan a su objeto

social o al nivel de operaciones que les hubiere asignado la Comisión.

Cabe hacer mención del hecho de que tanto las sociedades financieras populares

como las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo se agrupan en

federaciones que pueden auxiliar a la C.N.B.V. en sus actividades de supervisión.

Más allá de lo señalado las federaciones son importantes pues permiten la

agrupación voluntaria de las entidades y además las federaciones se agrupan en

confederaciones que deben estar autorizadas por la C.N.B.V. para administrar el

fondo de protección.

La importancia de las federaciones y confederaciones se puede fundamentar con

base en las siguientes actividades señaladas en el artículo 52 de la ley:

• Fungir como representantes legales de sus afiliadas ante personas,

organismos, autoridades e instituciones tanto nacionales como extranjeras;

• Prestar entre otros, los servicios de asesoría técnica, legal, financiera y de

capacitación;

• Contratar créditos con el objeto de canalizarlos a las Federaciones y

Entidades afiliadas que lo requieran;


133

• Promover la superación y capacidad técnica y operativa de sus afiliadas, así

como de sus empleados, y

• Homologar, en lo procedente, reglamentos, trámites y mecanismos

operativos, así como sistemas contables e informáticos.

Podrán además integrar bases de datos para dar seguimiento al comportamiento

crediticio de los acreditados de las Entidades, la calificación de riesgos, y en general

el funcionamiento de las Entidades para el cumplimiento de su objeto, debiendo

abstenerse de proporcionar información para fines distintos de los antes

mencionados.

En adición a lo anterior, las Federaciones podrán invertir en el capital social del

Bansefi, en el de una Confederación, y, previa autorización de la Comisión, en el de

Administradoras de Fondos para el Retiro, Sociedades de Inversión Especializadas

en Fondos para el Retiro y Sociedades Operadoras de Sociedades de Inversión.


134

CAPITULO III: Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco

normativo mexicano y las fundaciones como organización de la economía

social y solidaria en México, como fundamento del buen vivir

3.1 Inclusión de las figuras sociales y solidarias en el marco normativo

Como hemos analizado en los capítulos anteriores sobre la organización, formación

y apoyo económico a las economías sociales y solidarias en México y en el resto

del continente, así como hemos descrito de forma concreta todos aquellos aspectos

y conceptos que hemos considerado rescatables y necesariamente actualizables en

el marco jurídico mexicano sobe este tema, ahora explicaremos con fundamentos

jurídicos sobre los derechos y obligaciones de tales organizaciones. Tal

actualización debe llevarse a cabo a propuesta de la Comisión de Fomento

Cooperativo y Economía Social de la Cámara de Diputados mediante una iniciativa

de reforma a la Ley de Economía Social y Solidaria.

La reforma tendría por objeto adicionar y modificar a la LESS de tal forma que dotara

a la ciudadanía de las figuras necesarias e indispensables para la solidarización de

los procesos económicos del sector social; es decir, para la transformación de los

procesos productivos, distributivos, acumulativos y de consumo descritos en el

párrafo VII del Artículo 25 Constitucional.

Reafirmando, la economía social no es un sinónimo de la Economía Solidaria, es

decir, no toda economía social es solidaria pero sí toda economía solidaria es

economía social. Para solidarizar a la economía social, resulta necesario vincular a

todos sus elementos y actores económicos con los principios y valores que encierra

la solidaridad en sí misma para de ahí partir hacia su desarrollo. Esa vinculación

depende entonces de las figuras mencionadas a lo largo de los capítulos anteriores

y de qué manera concreta son como:


135

1. Una clara definición de la Economía Solidaria.

2. Una específica definición del acto económico solidario.

3. El establecimiento de un Sistema Alternativo de Intercambio Solidario (SAIS)

A continuación, se describirán todas y cada una de las figuras arriba señaladas, su

forma de operación, así como el importante papel que cada una de ellas desempeña

en el desarrollo de una Economía social y Solidaria en el país.

3.2 Operación y desarrollo de las figuras solidarias.

Una auténtica Ley de Economía Social y Solidaria debe incluir una definición que

nos indique no solo lo que es una economía social sino también lo que debemos

entender por Economía Solidaria. Definir a ésta última es entonces una tarea

importante para efectos técnicos de la Ley pero también para brindar certeza y

seguridad a todos aquellos actores que de forma individual o colectiva convergen

en éste sector día con día.

Existen distintas definiciones que han sido aportadas por organismos

gubernamentales, instituciones internacionales y organizaciones sociales. Entre

todas ellas es posible distinguir una que creemos es lo bastante amplia y precisa

para poder emplearla en el presente estudio y se trata de la conceptualización que

hace la LEPS y SFPS (Ley de Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero

Popular y Solidario de Ecuador) en su artículo primero; mismo que habla de la

economía popular y solidaria como una forma de organización económica en la que

sus integrantes, de forma individual o colectiva, organizan y desarrollan procesos

de producción, intercambio, comercialización, financiamiento y consumo de bienes

y servicios, para satisfacer necesidades y generar ingresos, (Es decir, que la

finalidad de las operaciones desarrolladas en la Economía Solidaria debe atender a

la satisfacción de necesidades pero al mismo tiempo a la acumulación de riqueza

que les permita a los actores y organismos del sector elevar su calidad de vida.

Crítica y analiza comparado de la Ley de Economía Social y Solidaria (LESS)


136

basadas en relaciones de solidaridad, reciprocidad y cooperación, privilegiando al

trabajo y al ser humano como sujeto y fin de su actividad […] en armonía con la

naturaleza por sobre la apropiación, el lucro y la acumulación de capital. (Que a la

letra dice: “ Art. 1.- Definición.- Para efectos de la presente Ley, se entiende por

economía popular y Solidaria a la forma de organización económica, donde sus

integrantes, individual o colectivamente, organizan y desarrollan procesos de

producción, intercambio, comercialización, financiamiento y consumo de bienes y

servicios, para satisfacer necesidades y generar ingresos, basadas en relaciones

de solidaridad, cooperación y reciprocidad, privilegiando al trabajo y al ser humano

como sujeto y fin de su actividad, orientada al buen vivir, en armonía con la

naturaleza, por sobre la apropiación, el lucro y la acumulación de capital”)

La definición citada brinda un panorama lo suficientemente amplío al Estado

permitiéndole emitir cánones sobre el sentido que deben guardar las acciones y

actos para poder ser considerados parte de la Economía Solidaria, ya que vincula

directamente a las actividades económicas con valores y principios que en su

conjunto forman una deontología económica, misma que propicia el equilibrio y

además un marco legal que los ampara del modelo empresarial capitalista. Así la

legislación asegura que ningún sistema se contraponga de manera inmediata al

otro, por el contrario, les permite coexistir sistémicamente en el contexto que supone

la economía nacional.

Si con ésta deontología (Entendiendo a la deontología como el elemento que

establece los principios y valores que encierra la definición de la Economía Solidaria

como mínimos éticos y morales para la actividad económica, generando lazos de

apoyo que no sólo regeneran el tejido social, sino que lo llevan también a su

renovación y a la instalación de responsabilidades sociales. Crítica y analista

comparado de la Ley de Economía Social y Solidaria (LESS) económica

ampliáramos el Artículo 3 de la LESS, la inercia del acto nos obligaría a definir un

instrumento que hiciera posible el tránsito de la retórica y el discurso a la realidad y


137

la materialización de los valores descritos anteriormente; es decir, se tendría que

proceder a la definición del acto económico solidario.

El acto económico solidario, para ser entendido a la perfección, debe ser

diseccionado en tres partes:

• Como acto jurídico

• Como acto económico

• Como acto solidario

Cada una de estas partes cumple con un papel indispensable en la funcionalidad

de una Economía Solidaria. Como acto jurídico modifica la realidad, limita la

actividad a un fin lícito y está revestido de formalidad, el imperio y la protección del

Estado1 (El acto jurídico es el hecho, humano, voluntario o consciente y lícito, que

tiene por fin inmediato establecer entre las personas relaciones jurídicas, crear,

modificar o extinguir derechos y obligaciones. El acto jurídico produce una

modificación en la realidad dada la investidura que le provee su incorporación a un

régimen jurídico. (Gutiérrez y González Mariano, México 1996, p. 15).

Como acto económico refleja el esfuerzo que los individuos efectúan en Pro- de la

obtención de bienes y/o servicios que les permita satisfacer sus necesidades. (Se

define como el esfuerzo voluntario y racional de los individuos orientado a la

obtención de bienes y servicios para la satisfacción de sus necesidades, así es

contemplado por la Teoría Económica de Karl Marx) Como acto solidario materializa

toda la escala de principios, valores e intenciones que los individuos han

interiorizado a través de la educación y la moral del entorno social y familiar. (Se

refiere al accionar de unidad basado en metas o intereses comunes. Así mismo, se

refiere a los lazos sociales que unen a los miembros de una sociedad entre sí, cuya

conducta socialmente aceptada proviene de la congruencia con los cánones

morales establecidos, que en nuestro caso, apelarán a la deontología económica.

(Razeto Migliario Luis, 2005, p. 132).


138

El acto económico solidario es entonces la acción que permite transformar esa

realidad en la que los seres humanos ejecutan su labor (mediante trabajo) de

obtener los satisfactores necesarios para su subsistencia en base a los principios y

valores morales de aceptación general que rigen la comunidad a la que se hallan

circunscriptos, lo que lo hace claramente distinto al acto económico capitalista en el

que la dinámica esta preestablecida y definida unilateralmente por el empresario

capitalista y la rentabilidad de las actividades productivas, distributivas,

acumulativas y de consumo.

Al ser el acto económico solidario un elemento dinámico definido y acotado por la

definición de Economía Solidaria, requiere al igual que la economía, de las

relaciones sociales para subsistir como herramienta vinculante entre las partes que

tengan a bien celebrarlo. El acto económico solidario no es capaz de sobrevivir en

el sistema productivo o de mercadeo capitalista, éste solo puede ser llevado a la

práctica en un sistema alternativo que cuente con controles, supervisión y

acompañamiento, lo que hace necesaria su regulación.

Esa regulación da paso al “Sistema de Intercambio Alternativo Solidario” cuya base

es precisamente el acto económico solidario. El Sistema de Intercambio Alternativo

Solidario (SIAS) debe entenderse como el conjunto de actividades y operaciones

económicas que tienen como base, objeto y fin la realización de un acto económico

solidario.1 (Es necesario reiterar que el acto económico solidario está sujeto a la

definición y acotación que se haga de la Economía Solidaria, lo que trae como

consecuencia que el SIAS también se encuentre sujeto a la configuración que al

respecto se haga)

Será en el SIAS donde se concentre la actividad económica del sector solidario

procurando que sea un espacio para desarrollar empresas e industrias solidarias

autosuficientes.


139

El Artículo 11 de la Ley para el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular

describe al SIAS como ese conjunto de actividades económicas y solidarias a las

que hemos hecho referencia, añadiendo que para poder ser consideradas como

tales, las actividades y operaciones realizadas al interior del sector no deberán

hacer uso de moneda de curso legal y mucho menos de prácticas de carácter

financiero como el cobro de intereses o comisiones. (Requisitos indispensables para

adherirse a la figura del consumidor; pertenecer al SIAS, producir y consumir dentro

de su estructura) También encierra un segundo elemento bastante interesante

cuando emite una limitante a la actividad económica solidaria restringiéndola a la

figura de los “consumidores”.

Los consumidores son todas aquellas personas que producen y consumen bienes

y/o servicios de manera voluntaria en los Sistemas Alternativos de Intercambio

Solidario. Los consumidores tienen la capacidad de generar economías locales y

regionales.

Como ya lo hemos descrito anteriormente, la legislación mexicana limita la

participación en el sector económico social a todas aquellas entidades en razón de

su estructura y no de su finalidad. Resulta entonces urgente y necesario revisar el

Artículo 4 de la normativa mexicana para estudiar una futura incorporación del

concepto que representan los consumidores, pues siendo personas con estructura

física y finalidades sociales, actualmente están siendo excluidas sistemáticamente

del sector social y solidario.

Finalmente, el SIAS otro elemento valioso que consiste en el Mercado Alternativo

Solidario (MAS). El MAS se encuentra conceptualmente conformado por: un

mercado solidario como espacio de convergencia para los organismos del sector

(Es el sistema de intercambio de bienes y/o servicios con valores mutuamente

equivalentes que no requiere de algún otro sistema de compensación o mediación

para las partes, el trueque directo (Espacio público y físico destinado a la reunión

de los y las consumidoras cuya finalidad es facilitar el intercambio de bienes y/o


140

servicios de forma constante y periódica e indirecto (Es el sistema de intercambio

de bienes y/o servicios con valores mutuamente distintos que requieren de algún

otro sistema de compensación o mediación entre las partes, que al no poder ser

resuelto mediante dinero de curso legal, debe ser dirimido a través de los

facilitadores de pago) como operación fundamental y por el sistema básico de los

facilitadores de pago. (Es el instrumento que permite y facilita (valga la redundancia)

el intercambio de bienes y/o servicios actuando como un sistema de compensación

que permite equilibrar las transacciones para las partes que tienen a bien celebrar

el trueque.

En conjunto, cada uno de los elementos del MÁS ofrece un sistema de

comercialización solidario que permite a los consumidores obtener los bienes y

servicios necesarios para su subsistencia, así como la generación de un excedente

que les permita a mediano plazo incrementar su calidad de vida.

También ofrece la pauta para activar económicamente a las clases menos

favorecidas, propiciando el punto de quiebre para elevar significativamente la

producción a nivel nacional pero sobre todo, para cambiar el paradigma en el que

viven millones de seres humanos en México y su relación de progreso con el Estado;

es decir, que el MAS en relación con las otras figuras solidarias mencionadas tienen

la capacidad de modificar la forma en la que el Estado año con año invierte miles

de millones de pesos sin obtener resultados positivos en el combate a la pobreza y

el sub-desarrollo, pues el activar económicamente a los sectores más pobres, la

cantidad de recursos que necesitaran año con año podrían ser menores.

Es necesario reiterar que la única forma de terminar con la pobreza es generando

riqueza y adjudicando ésta a aquellos que la propiciaron.

Sólo de ésta forma los hijos de éstas generaciones legarán a las próximas un futuro

de esfuerzo, de valores, de progreso y de humanidad. Sólo así los desposeídos


141

dejarán de ser susceptibles a la manipulación política y económica del Estado-

empresarial.

De ésta forma aspiraran algún día los hombres a ser libres y vivir en armonía y no

cuando ya no quede nada que arrebatarle a sus semejantes, pues trabajar y estudiar

en fraternidad son las únicas vías que nos conducirán a hacer posible algún día la

máxima de Don Benito Juárez: “entre los individuos, como entre las naciones, el

respeto al derecho ajeno, es la paz”.

3.3 Expectativas sobre su funcionalidad.

La Solidaridad en la economía mexicana es un hecho que actualmente resulta

imposible de negar. Si bien no es posible determinarla en cuestión de su densidad

en los procesos económicos nacionales, si es posible identificarla en la cualidad de

muchos de ellos.

México al igual que América Latina cuenta con un antecedente relativamente

mediato en el que la economía capitalista no siempre estuvo presente. Los usos y

costumbres de los pueblos indígenas dieron forma a relaciones específicas de

producción, distribución, consumo y acumulación de bienes y servicios durante la

época precolombina. Estas formas (independientes a su sistema de gobierno), se

vinculaban con una actividad sustentable que les llevaba a producir únicamente lo

que se necesitaba, pues ya fuera por la adversidad de las condiciones que

presentaba el entorno o por las fluctuaciones políticas de la época, en la América

del Anáhuac todos los sujetos mantenían una subsistencia condicionada al

equilibrio entre las fuerzas productivas y las capacidades regeneradoras de la

naturaleza. No fue sino hasta la llegada de los españoles al continente americano,

que el paradigma fue modificado para alterar la balanza productiva.

Con el arribo de los españoles el entorno se intervino política y económicamente

para adecuarlo a las necesidades de una oligarquía jerárquica cuyo máximo


142

exponente eran personajes sacados de los cuentos de ficción: el rey y la reina.

(Creer que hay seres que nacieron para mandar y otros para obedecer, es una

concepción típica de los países europeos, especialmente para la monarquía

española, que se asume como la máxima forma de organización del poder desde el

S. III DC. Disponiendo de mano de obra a través del trabajo esclavo, primero les

cambiaron a los nativos la religión, luego les cambiaron el nombre, el lenguaje y

finalmente la forma de subsistir.

El rumbo de los acontecimientos históricos modificaría también esa forma de

sobrevivir. Vendría el desarrollo del feudalismo, luego la instalación de la industria

capitalista y posteriormente el desarrollo de lo que ahora conocemos como medios

y fuerzas de producción. Ya en los primeros capítulos se explica cómo el capitalismo

(subdesarrollado en México) fue objeto de las políticas neoliberales que ampliaron

la brecha de la desigualdad entre ricos y pobres, haciéndole conocer al mundo

márgenes de pobreza que nunca antes se habían registrado (ni siquiera en la época

de la esclavitud romana) y paralelamente fortunas que ni el mismo Rey Salomón se

hubiera imaginado.

Pero existieron algunos grupos y poblaciones que no representaron utilidad ni

rentabilidad alguna, hecho por el cual fueron relegados y olvidados por el proyecto

de la modernidad. Esos grupos se las han tenido que arreglar como pueden. Han

desplegado, como Luis Razeto lo describe, auténticas estrategias de sobrevivencia

en las que combinan diariamente los valores, usos y costumbres heredados por sus

padres y abuelos con los precarios medios que disponen para satisfacer sus

necesidades y que en muchas de las ocasiones constan únicamente de su fuerza

de trabajo o una pequeña parcela de tierra que le es arrendada por un capataz en

pleno Siglo XXI. (Tal y como lo describe Alan Knight, 1986).

Aún con la discriminación, el maltrato, el fascismo gubernamental, el terrorismo de

Estado y el neoliberalismo económico en su contra, estos grupos han trascendido

en el espacio-tiempo trayendo consigo sus experiencias, sus valores, sus principios


143

y su cosmogonía reflejándolos en su forma cotidiana de hacer economía que no

coincide con los esquemas del neoliberalismo y en consecuencia les impide

satisfacer sus necesidades más elementales como salud, educación y alimentación.

Con todo esto intentamos plantear que el modelo económico neoliberal está

diseñado para excluirlos y en el mejor de los casos, aprovecharse unilateralmente

de su esfuerzo. Las cosas no son menos adversas para quienes habitan las

ciudades. Millones de jóvenes y adultos se encuentran en situación de desempleo,

las condiciones laborales cada vez son más raquíticas, así como la calidad de vida,

lo que impacta negativamente al núcleo familiar y repercute subsecuentemente en

la sociedad. (Negrete Prieto y Leyva Parra, Datos y Espacio, México, 2013).

Consideramos que a través de la LESS los mexicanos en su papel de ciudadanos

pueden mejorar sus condiciones de vida y contribuir al abatimiento de la pobreza en

México, que según informes del INEGI en 2016 ha alcanzado a más de 50 millones

de personas.

Actualmente el aparato político y su maquinaria electoral hablan de mecanismos

jurídicos que “hacen posible” el empoderamiento político del ciudadano, pero la

ciudadanía nunca podrá alcanzar su emancipación política sino ha logrado primero

su independencia económica. La Economía Solidaria es entonces la herramienta de

justicia ciudadana y humana que promete generar las condiciones para adquirirla.

En ella, la cultura del trabajo es un factor trascendental considerado como la forma

en la que el ser humano debe obtener los satisfactores necesarios para su

subsistencia y acceder a los bienes y servicios disponibles, no una actividad

mediante la cual unos se aprovechan de otros. Cuando el trabajo es visto de ésta

última forma sólo puede embrutecer al hombre positiva y negativamente. A

continuación, lo explicamos.


144

Quien tiene que trabajar largas jornadas (Actualmente la legislación mexicana

permite más de 8 horas de trabajo a través de la “jornada discontinua”, justificada

en los Artículos 62, 63 y 64 de la LFT, sin contar a los llamados “jornaleros agrícolas”

quienes son contratados en el país de forma irregular y puestos a trabajar bajo

condiciones infrahumanas, “por lo menos de seis dólares al día lleva consigo una

mente y un espíritu embrutecido y fatigado que lo hacen abandonar

simultáneamente la lucha por cualquier aspecto que tenga que ver con el porvenir,

centrando su trabajo y sus esfuerzos tan solo en “el aquí y ahora”.

Bajo ese modelo el campesino y el obrero trabajan excesivas jornadas que no se

traducen en la mejora de su calidad de vida. Si bien México cuenta con un artículo

(123 Constitucional) que norma las mínimas condiciones laborales para los

trabajadores, no resulta difícil decir que dichos mínimos son vulnerados

cotidianamente por los empleadores de mano de obra llegando incluso a

presentarse casos de explotación.

Ante ello, la única respuesta consiste en generar tantas alternativas de desarrollo

como sea posible. Con la Economía Solidaria es posible alcanzar la

democratización de la actividad económica del sector social; es decir, se puede

lograr que las decisiones y las acciones de la gente trabajadora repercutan

directamente sobre sus condiciones de vida.

Por ello proponemos que sea a través del trabajo y no del asistencialismo como el

Estado cumpla con su obligación de desarrollo y redistribución de la riqueza.

Con la Economía Solidaria también es posible obtener bienestar y desarrollo. Sus

elementos y principios garantizan sustentablemente la educación, la salud, el

alimento, el vestido y la vivienda; no de forma paternalista sino horizontal, de igual

a igual, produciendo la conciencia social en la que niños, jóvenes, adultos y

ancianos saben el trabajo requerido para poner un plato de sopa en la mesa, pues

uno no puede comprender lo que no conoce.


145

En semejanza al dicho de Rosa Luxemburgo: “o solidarizamos nuestro sistema

económico o nos entregamos a la barbarie”.

La Economía Solidaria es un concepto amplio, incluyente y versátil capaz de

adaptarse a las necesidades, denuncias y objetivos de los distintos sectores

sociales, los cuales pueden o no estar afectados por la pobreza; es decir, la

Economía Solidaria no es una tan sólo una “economía de pobres”, prueba de lo

anterior son las comunidades virtuales que han comenzado a ejercitarla a través de

la Internet. En México existen más de 100 comunidades virtuales que practican el

trueque en redes sociales, específicamente a través de Facebook. (Cada uno de los

llamados “Grupos de Trueque” cuenta con al menos con 8,000 participantes y una

enorme cantidad de artículos en circulación que van desde semillas, alimentos y

aparatos electrodomésticos hasta servicios técnicos y profesionales) Estas

comunidades han proliferado en todos los Estados de la república con la siguiente

dinámica:

1. Los usuarios exhiben los artículos o servicios que están dispuestos a

intercambiar mediante fotografías y descripciones que textualmente detallan

el origen, el tipo y el estado que guardan los bienes o las características y

condicionantes bajo las cuales ofrecen determinado servicio.

2. Publican periódicamente lo que necesitan y lo que están dispuestos a dar a

cambio.

3. Una vez que las partes se reconocen como tenedores de un objeto deseado

u ofertantes de un servicio requerido, ambos acuerdan una cita y concretan

personalmente el intercambio.

Para localizar estos grupos basta con teclear la siguiente leyenda en el buscador de

Google o preferentemente en el de Facebook: “Grupo de Trueque…” continuado de

la comunidad o región del país en la que uno se encuentre. Ejemplo: “Grupo de

Trueque Distrito Federal”. Inmediatamente aparecerán decenas de opciones que


146

permiten a los usuarios determinar cuál es el que más se ajusta a sus necesidades

y a sus expectativas.

El ingreso y el intercambio de bienes y servicios en estos grupos son considerados

actos de buena fe, aunque siempre existe el riesgo de que una de las partes no lo

haga o no lo entienda así, por lo que en ocasiones los productos intercambiados no

cumplen con las características previamente señaladas o lo que es igual, los

participantes pueden llegar a ser víctimas de un robo o una estafa.

Es justamente esa necesidad de certidumbre que tienen los participantes la que

puntualiza la obligación del Estado de reconocer la existencia de estos actos y

legislar al respecto. Resalta también que Facebook como plataforma electrónica, al

igual que muchas otras que han existido, es propensa a desaparecer en algún

momento, por lo que la regulación de los Sistemas Alternativos de Intercambio

Solidario no pueden quedar supeditados a la existencia o no de estas herramientas

virtuales, generando una segunda obligación para el Estado consistente en

proporcionar los espacios físicos que hagan las veces de éstas plataformas en el

intercambio de bienes y servicios.

Según el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (CCCFG) (Información

desprendida del estatuto del “Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini” y

que fue consultada en la siguiente dirección electrónica:

http://www.centrocultural.coop/) México cuenta con aproximadamente 15,000

Sociedades Cooperativas en las que se agrupan más de 5 millones de mexicanos.

Si bien el número de personas y de cooperativas es pequeño en relación a la

población total, el dato nos demuestra que existen las suficientes voluntades para

poder echar a andar proyectos con las características que aquí se proponen. La

balanza se hace favorable cuando se toman en cuenta las organizaciones

económicas de carácter social que existen y nacen por toda América Latina.


147

Si bien no es el momento ni el lugar para llevar a cabo un balance del sector social

en su conjunto, sí podemos asegurar que existen elementos generacionales para

poder desarrollarlo.

Las adiciones y modificaciones que proponemos pueden incentivar a los jóvenes a

encontrar un destino distinto al del trabajo asalariado. Las comunidades indígenas

pueden encontrar en la definición de Economía Solidaria una forma de desarrollo

amigable con sus usos y costumbres. México es el país con el mayor número de

grupos indígenas en todo el mundo, (Fernández, M. José, 2009, P. 15). Se aclara

que la afirmación considera la abundancia de grupos indígenas en cuestión de

diversidad y no densidad poblacional lo que representa una oportunidad para

rescatar, conservar y difundir sus raíces.

En claro contraste, pero no en sentido contradictorio, México es también uno de los

países con mayor actividad en las redes sociales, lo cual aunado al abaratamiento

de las tecnologías y al desarrollo de espacios físicos para el intercambio solidario,

podrían constituir la base suficiente para la activación económica de la población.

Existen muchos detractores del modelo económico que aquí se ha estudiado. Se

argumenta que la sociedad no cuenta con espíritu más solidario que su instinto por

la competencia. No obstante, la equivocación de estas posturas se hace evidente

cada vez que la ciudadanía es llamada a la cooperación ante las catástrofes

naturales, la cual se materializa a través de toneladas de alimentos, medicinas y

demás bienes y servicios que la sociedad está dispuesta a compartir con los más

necesitados.

En la LESS descansan muchas esperanzas, deseos y anhelos, pero nada debe ser

mayor a los esfuerzos que se dediquen para terminar con la pobreza en nuestro

país. Existen claros casos de incongruencia en los que el sentido común puede

representar una solución, pues mientras hay millones de profesionistas

desempleados también hay miles de escuelas que necesitan de profesores


148

altamente preparados y capacitados. (INEGI, “Resultados de la Encuesta Nacional

de Ocupación y Empleo 2014”, México, 2014 p. 2).

La LESS es un instrumento que debe ayudar a paliar la pobreza y la desigualdad

en México. Se espera que con ella pueda construirse un modelo económico

3.4 Superar la coyuntura para crear y expandir el modelo.

Existen algunas personas que ven a la historia como un cúmulo de personajes que

vivieron durante cierto tiempo y que a lo largo de su vida tomaron determinadas

decisiones. Existen también quienes consideran que la historia no es más que un

conjunto de situaciones y contextos azarosos en los que los personajes históricos

pudieron ser sustituidos fácilmente por otros. Pero también existen aquellos que

piensan que la historia, en cuestión de sus acontecimientos políticos y sociales,

guarda una estrecha relación con la evolución y el desarrollo de los medios y las

fuerzas de producción. De acuerdo con éste pensamiento sustentado por el

materialismo histórico, las leyes son mecanismos empleados por la clase dominante

para legitimar sus acciones y perpetuar los privilegios que como clase en el poder

tiene, de ahí que el derecho sea dinámico y cambiante, pues la lucha de clases se

mantiene siempre activa y constante.

Basados en éste último criterio, la Ley es un factor fundamental para perpetuar o

modificar las condiciones de vida que imperan en el país. La lógica del presente

sistema económico-político es compleja pero no difícil de entender, pues

simplemente en el nadie puede ganar sin que alguien haya perdido antes.

En un sistema de esta naturaleza la ley ha sido objeto de múltiples análisis que le

han modificado hasta dejarla como un instrumento carente de objetividad y

completamente al servicio de quienes la crean. En ello tuvo mucho que ver el

positivismo recalcitrante pues estuvo tan ocupado en la sistematización que no

tenían tiempo ni intención de sentarse a reflexionar sobre lo que estaba haciendo:


149

perpetuar un estereotipo económico a través de la norma. (Bobbio Norberto, 1965,

pp. 32-62).

En su intento de sistematización, elaboró protocolos que ante la incompetencia de

los servidores públicos estos fueron adoptados como dogmas para la administración

del poder. Los programas sociales fueron desde entonces articulados en base a la

celebración de elecciones y a la manipulación de la opinión pública.

En ese estereotipo estatal dominado por doctrinas como la Monroe y posteriormente

la de Truman, lo más importante era retener el control de la sociedad. Es por eso

que al actualizarse la ley lo que muchas veces se hace es reproducir e incrementar

el control y las condiciones de desigualdad que existían ya desde ese entonces, lo

cual no resulta sorprendente si consideramos que en la legislatura mexicana existen

200 diputados plurinominales que nada tienen que ver con la esencia de la

democracia aún en su carácter representativa. (Las diputaciones plurinominales se

encuentran reguladas en el Artículo 52 de la CPEUM, Artículo en el que se indica

que de 500 diputados sólo 300 son electos de forma popular y democrática, en tanto

que el resto son concesiones que se hacen a los partidos políticos).

Si se entiende el argumento anterior se comprende entonces la disociación que

existe entre el órgano encargado de la creación de normas y la población que está

obligada a cumplirlas y obedecerlas.

No es coincidencia que México para años venideros (se contabilizaran 53.3 millones

de pobres en el territorio nacional) (Recopilación de indicadores sobre la pobreza

en México”, CONEVA L, México, 2013). Aquellas que han involucrado la

modificación de los Artículos 25, 26, 27, 28, 73 y 123 Constitucionales, entre otros

haya duplicado su presupuesto en materia de seguridad incrementando el número

de efectivos policiales y militares sin que ello signifique la disminución de los índices

delincuenciales.


150

Sistemáticamente la corrupción ha sido uno de los principales problemas del Estado

mexicano, lo cual ha facilitado a los consejos multinacionales la filtración de los tres

niveles de gobierno para alcanzar los consensos suficientes en el dictado de

políticas públicas a su favor Con las reformas estructurales afectando a la

Constitución. Las transnacionales obtuvieron recursos naturales, infraestructura,

mano de obra capacitada y barata, así como un marco jurídico ambiental bastante

flexible.

Sí algún día la población mexicana evoluciona en su idiosincrasia, se dará cuenta

de que el presente siglo fue el del saqueo, la perdida de conquistas laborales, pero

también el de la pasividad. Notará que contaba con todas las herramientas para

solucionar los problemas sociales, pero unánimemente prefirió no hacerlo. Porqué

hacerlo le significaría cuestionar porqué el rico es rico y porqué el pobre es pobre,

pero no sólo en los libros o en las aulas sino también en los principales tribunales

del país.

La contraparte de ese discurso es el que ofrece la Economía Solidaria ya que

propone crear relaciones económicas a partir de la conciencia, de la educación, de

la igualdad y la democracia, cuestiona porque es necesario competir si en conjunto

las comunidades pueden satisfacer sus necesidades esenciales. La sociedad, en

pleno Siglo XXI debe entender que el único dinero que pueden tener es el que

provenga legítimamente del trabajo y nada más. En ese plano la clase trabajadora

debe asumirse como tal, como una clase que no debe esperar concesiones sino

organizar conquistas, una clase que no roba pero que si castiga a quien lo hace

porque tiene la suficiente calidad moral para poder hacerlo.

Sólo cuando la clase trabajadora se asuma y se comporte como tal, sólo en ese

momento serán ilegítimos los ordenamientos que perpetúan el sistema de

dominación clasista. Cuando los trabajadores apaguen la televisión, cuando

comiencen a leer libros, cuando dejen de traicionarse entre sí, sólo en ese momento


151

podrá reformularse una sociedad que verdaderamente garantice por igual vivienda,

salud, educación, trabajo, vestido, calzado, alimento y democracia.

De lo contrario, de continuar con éste ritmo las próximas generaciones no serán

capaces de discernir entre lo que hay y lo que pudo haber sido. Es necesario trabajar

en el proyecto que propone la LESS.

La moral auténtica es aquella que se identifica y se genera a partir de la consciencia,

porque es a partir de ella que se pueden transformar las fuerzas y relaciones

productivas e institucionalizar la transformación en leyes que la respalden y la

garanticen. El descontento y la indignación solo son útiles cuando están

organizados.

3.5 Las fundaciones como organizaciones de la economía social y solidaria

En este párrafo se comparará la definición de las fundaciones con la de economía

social y solidaria a fin de analizar qué tipo de fundación, dependiendo de sus

características, se adecua más al concepto de este tipo de economía. También se

comparan las características estipuladas por las leyes referentes a la economía

social y solidaria con el objetivo de analizar y comprender si las asociaciones civiles

o instituciones de asistencia privada, de acuerdo con sus objetivos, funcionamiento

y características, pueden ser parte de esta economía, proponiendo que se integren

dentro de este marco jurídico para su mejor regulación y funcionamiento.

Por último, se realizará la propuesta de un nuevo tipo de fundación que, de acuerdo

con su funcionamiento y características, pueda ser incluido como un organismo de

la economía social y solidaria.

Se observa que la economía social y solidaria es un sistema socioeconómico,

mientras que la fundación es una forma de organización entre individuos que buscan

el bienestar común y la satisfacción de necesidades de una comunidad o de una


152

sociedad. Por su concepto, la fundación, al igual, que este tipo de economía busca

la satisfacción de grupos vulnerables por lo que su fin es preponderantemente social

y no económico o lucrativo. Mientras que la economía social y solidaria fomenta

prácticas de cooperación y solidaridad, las fundaciones fomentan las prácticas de

enseñanza, asistencia, cultura, etc., mismas que se logran a través de la

cooperación y la solidaridad de unos hacia otros, como lo son los voluntarios que

ofrecen su tiempo y recursos para enseñar, asistir o educar a personas vulnerables.

En ambas concepciones se busca que la sociedad mejore sus condiciones de vida,

en las fundaciones mediante la donación de bienes y recursos destinados a un fin

y; en la economía social y solidaria propiciando que se implementen procesos

productivos por la misma comunidad que les ayude a satisfacer sus necesidades

con la participación de la misma. Al tener prácticamente el mismo fin, las

fundaciones podrían fungir como organizaciones de la economía social y solidaria,

siempre y cuando más allá de buscar la donación de bienes y recursos, también

enfocaran sus esfuerzos en enseñar a los grupos vulnerables estas actividades

productivas donde todos participen y obtengan beneficios tanto personales como

colectivos.

Es necesario hacer hincapié en que las denominadas fundaciones, en México, se

constituyen no como tal sino como asociaciones civiles, fideicomisos o instituciones

de asistencia privada, por lo que es necesario realizar una comparación también

entre la definición de economía social y solidaria y estos organismos a fin de

ubicarlas dentro de su funcionamiento de acuerdo con el marco jurídico mexicano.

El concepto de economía social se refiere a un sistema socioeconómico que busca

el bienestar común mediante la implementación, es importante precisar que, aunque

tanto en la fundación como en la economía social y solidaria prevalece un fin social,

en la primera no puede tenerse un fin lucrativo, mientas que, en la segunda sí puede

existir el fin de lucro de procesos productivos en una comunidad que permita el

desarrollo económico y social de la región, en donde todos los participantes puedan

tomar decisiones acerca de estos procesos. Por su parte la asociación civil es una


153

forma de organización donde se reúnen varios individuos que comparten un mismo

fin que puede ser cualquiera siempre y cuando sea lícito y que satisfaga

necesidades tanto individuales como colectivas. A pesar de que esta asociación,

por concepto, no busca precisamente el beneficio social, sí busca que el fin no sea

preponderantemente económico, por lo que se debe recordar que las fundaciones

se pueden constituir como tal. Por lo mismo, la Asociación Civil puede llegar a formar

parte de la economía social y solidaria bajo la forma de instituciones que busquen

el beneficio social y que no tengan un fin de lucro como son las fundaciones. Las

demás instituciones en donde el fin de lucro sea preponderante o que no

precisamente contribuyan al bienestar común, no formarían parte de este tipo de

economía.

En cuanto a los fideicomisos, al tratarse de una figura más general, pueden ser

constituidas por las fundaciones, sin embargo, no precisan de un análisis

comparativo con el concepto de economía social y solidaria, pues en general su

concepto se refiere en mayor parte a un contrato en el que se transmiten bienes o

derechos para el cumplimiento de un fin en específico. Por supuesto, dicho fin

podría ser en beneficio de la sociedad, no obstante, no específica que deba de serlo.

Es decir, son únicamente mecanismos legales, por lo que, al tratarse de una

fundación, fungiría como tal y no como una organización destinada a implementar

procesos productivos o actividades que propicien el desarrollo de una comunidad o

de la sociedad. Por lo tanto, el fideicomiso no comparte las características de la


Por último, es indispensable comparar el concepto de Instituciones de Asistencia

Privada con la economía social y solidaria a fin de comparar, al igual que en los

conceptos anteriores, sus definiciones para determinar si este tipo de instituciones

pueden formar parte de la economía social y solidaria.

Resulta necesario aclarar que el comparativo entre las formas de constitución

(asociación civil, fideicomiso e institución de asistencia privada) y la economía social


154

y solidaria es importante, pues al final una fundación se constituye bajo una de estas

formas independientemente de su tipo y por lo tanto se deben apegar a las leyes

que regulan a estas organizaciones y sólo bajo estas leyes, se podría estipular si

también forman parte de las leyes que rigen a la economía social y solidaria en el

país.

Las Instituciones de Asistencia Privada son organizaciones que al igual que la

economía social y solidaria tienen como propósito el bien común al asistir a grupos

vulnerables mediante diversas formas de apoyo, sin embargo, este tipo de

organizaciones sólo se reconoce por ley en la Ciudad de México, mientras que la

economía social y solidaria se rige por leyes federales que emanan de la Carta

Magna. Las Instituciones de Asistencia Privada pueden ser fundaciones o

asociaciones siempre y cuando tengan un fin social y no lucrativo y sus actividades

se enfoquen en lo que la ley reconoce como asistencia social. Aunque en estas

instituciones, los bienes sean de propiedad particular, también se promueven

actividades que favorezcan el desarrollo social.

De acuerdo con los conceptos referidos y analizando los párrafos anteriores, son

las fundaciones las que más se apegan a las características de la economía social

y solidaria siempre y cuando se constituyan como Asociaciones Civiles o como

Instituciones de Asistencia Privada, aunque ésta última solo trata a las fundaciones

en la Ciudad de México. Sin embargo, aun cuando la definición de la fundación en

términos generales es la que más se apega a la economía social y solidaria, existen

diferentes tipos de ellas, por lo que es necesario comparar cada tipo de fundación y

sus características con las de la economía social y solidaria para acotar el análisis.

A continuación, se presentan algunas de las figuras en donde se realiza el

comparativo entre ambas instituciones.

Cabe mencionar que, para efectos de este trabajo, la clasificación que se toma para

el análisis es la realizada por Expok (2009) por abarcar, en su mayoría, los tipos de


155

fundaciones existentes en México; las comunitarias; empresariales; independientes;

familiares; operativas y; otros tipos de fundaciones.

La fundación comunitaria comparte muchas de las premisas que caracterizan a la

economía social y solidaria, sobre todo al enfocarse en un área geográfica

determinada buscando el desarrollo económico de la comunidad para la satisfacción

de necesidades prevaleciendo el fin social sobre el fin de lucro y elevando la calidad

de vida de un área específica, sin embargo, a diferencia de la economía social y

solidaria, la fundación como organización no incentiva directamente los procesos

productivos para que la comunidad sea sostenible, sino que mediante recursos y

las fundaciones empresariales, a pesar de buscar el beneficio social y no contar con

un fin de lucro, es el tipo de fundación que menos compagina con las características

de la economía social y solidaria al estar conformadas por altos directivos de

empresas en su patronato, mismos que se encargan de tomar las decisiones a

diferencia de este tipo de economía que involucra a la misma comunidad para la

toma de decisiones de manera democrática sobre los procesos productivos. A su

vez, la fundación empresarial sirve como intermediaria entre las empresas y las

iniciativas sociales que buscan el bienestar común, mientras que la economía social

y solidaria es un sistema en donde los integrantes de una comunidad se vuelven

sostenibles mediante las actividades productivas por sí solos.

Es sabido que al constituir este tipo de organizaciones de asistencia social, las

empresas tienen ciertas consideraciones fiscales como la deducción de impuestos

por las donaciones realizadas y en muchos casos, por las donaciones que la

sociedad aporta y que son adoptadas por las mismas empresas como si ésta

hubiera proporcionado el donativo, como es el caso de Teletón, en donde la mayoría

de las personas realiza un donativo que permite que Televisa deduzca una gran

cantidad de impuestos al año. Por lo mismo, el fin “social” de las fundaciones

empresariales se ve tergiversado con este doble propósito, por lo que no

precisamente pueden formar parte de la economía social y solidaria.


156

También existen otras fundaciones como las familiares, las operativas, las

independientes y otras que se analizan a continuación.

Las fundaciones familiares fungen como intermediarias entre donantes e

instituciones no lucrativas, a diferencia de los otros tipos de fundaciones, se

constituyen con donativos de una familia o de un individuo, mientras que, en la

economía social y solidaria como un sistema, se propicia la participación de los

integrantes de una comunidad para que conformen sus propios procesos de

producción y tomen decisiones de forma democrática sobre ellos. Aunque este tipo

de fundación tampoco tiene fin de lucro y promueve la resolución de problemas

sociales, las decisiones las toma un patronato y como ya se mencionó, únicamente

sirven como intermediarias, por lo cual no podría formar parte de las organizaciones

que se reconocen en este sistema socioeconómico.

Estas fundaciones funcionan solamente como intermediarias canalizando los

donativos a instituciones no lucrativas y a pesar de que no tienen un fin de lucro y

buscan el bienestar social también difieren de las características de la economía

social y solidaria al no proponer u operar nuevas formas de producción u actividades

que permitan a la sociedad ser sostenibles y aunque pueden propiciar la resolución

de problemas al financiar a instituciones no lucrativas que apoyen iniciativas

sociales, su fin es más fungir como intermediarias, por lo que no son similares a las

organizaciones que conforman el sistema socioeconómico definido como economía

social y solidaria.

Existe un tipo de fundaciones que sí operan programas sociales que favorecen la

sostenibilidad de la comunidad y son las operativas, a continuación, se analizan las

diferencias y similitudes de las características de éstas con las de la economía social

y solidaria.

Al estar constituidas por individuos o familias de la sociedad, este tipo de

fundaciones busca el beneficio social promoviendo y operando programas de


157

carácter social, a su vez cuentan con un patrimonio propio, en diversos casos, que

les permite ser sostenibles, sin embargo, también buscan obtener fondos de otras

fuentes para financiar sus programas. Al contar con estas características, este tipo

de fundaciones es otra que también se apega a las características de la economía

social y solidaria, aunque no se refiere a un área geográfica específica, si busca

promover que la sociedad opere programas que sean para su propio beneficio al

igual que en la economía social y solidaria que busca la participación democrática

de los integrantes de la comunidad en los procesos y actividades productivas para

que los beneficios sean repartidos de forma equitativa y puedan satisfacer sus

necesidades y elevar su nivel y calidad de vida. Asimismo, existen otros tipos de

fundaciones que se analizan a continuación.

Al igual que las fundaciones independientes, este tipo de fundaciones también

fungen como intermediarias entre los donantes y las instituciones no lucrativas y a

pesar de que no cuentan con un fin de lucro y buscan el beneficio social, no realizan

ninguna actividad directa que permita a las comunidades o grupos vulnerables ser

sostenibles por sí mismos a largo plazo, por lo que tampoco podrían formar parte

de las organizaciones de la economía social y solidaria.

Una vez analizadas las características de los tipos de fundaciones en comparación

con las características de la economía social y solidaria, se puede inferir que las

fundaciones que más se apegan a las cualidades o características de un sistema

que busca el bienestar común mediante actividades y procesos productivos que les

permitan ser sostenibles y elevar su calidad y nivel de vida mediante la obtención y

repartición equitativa de beneficios, son la fundación comunitaria y la operativa.

En cuanto a la fundación comunitaria, la principal característica que más conjuga

con las de la economía social y solidaria es que se refiere a un área geográfica

específica para promover el bienestar de la misma y elevar su calidad de vida

mediante la promoción y evaluación de proyectos sociales que resuelvan los

problemas de la misma comunidad. Por su parte, la fundación operativa, se acopla


158

a este sistema debido a que opera directamente programas sociales buscando que

la comunidad o el grupo vulnerable puedan ser sostenible a largo plazo,

característica que es premisa fundamental de la economía social y solidaria.

Una combinación de ambas fundaciones junto con algunos cambios operativos,

podrían formar una organización que contenga las características y forme parte de

la economía social y solidaria en México.

Ahora bien, es fundamental realizar un análisis comparativo entre las fundaciones

comunitarias y operativas y las características, principios y prácticas estipuladas por

la Ley de Economía Social y Solidaria a las cuáles se deben apegar los organismos

que formen parte de ella para reafirmar si es posible que este tipo de organizaciones

sean conformadas y reguladas dentro de este sistema. Sin embargo, cabe aclarar

que la presente investigación tiene como propósito el estudio y análisis de la

posibilidad de que la economía social y solidaria sea como un organismo más que,

mediante su adecuada administración, pueda contribuir al desarrollo social del país

y, no una propuesta meramente legal sobre el vacío que existe en relación a las

fundaciones dentro de la ley.

Para este análisis se parte de que la ley a nivel federal reconoce a las asociaciones

civiles en el Código Civil como organismos que promueven y realizan, entre otras

actividades, las de beneficencia y las de asistencia social definidas a grandes

rasgos como las acciones realizadas para la modificación y el mejoramiento de las

circunstancias de carácter social permitiendo así el desarrollo integral de los

individuos. A este tipo de actividades de asistencia social tienen derecho aquellos

individuos o familias que se encuentren en condición de desventaja ya sea física,

mental, jurídica o socialmente. En la Ley de Asistencia Social, el Estado se

compromete a promover e impulsar la creación de asociaciones, fundaciones y otras

instituciones similares que con sus propios recursos o donaciones presten dichos

servicios.


159

En la Ley Federal de Fomento a las Actividades realizadas por Organizaciones de

la Sociedad Civil, se hace referencia a las actividades de beneficencia social,

mismas que también pueden realizar las asociaciones civiles en temas relacionados

con la alimentación, actividades cívicas, desarrollo de pueblos indígenas, equidad

de género, atención a personas con discapacidad, salud, educación, cultura, entre

otras. A su vez en esta ley se estipula que las instituciones que realicen estas

actividades gozan de ciertos beneficios, lo cual incentiva una vez más la creación

de estos organismos. Por su parte, en la Ciudad de México en específico, se cuenta

con la Ley de Instituciones de Asistencia Privada que regula a dichos organismos,

mismos que como ya se observó durante el desarrollo de este capítulo puede ser

nombradas fundaciones al igual que en el caso de Asociaciones Civiles.

Para efectos del sistema socioeconómico tratado como economía social y solidaria,

se concluye que tanto las Instituciones de Asistencia Privada como las Asociaciones

Civiles pueden llegar a formar parte del sistema siempre y cuando se dé una

combinación de las fundaciones comunitarias y operativas, sin embargo, al ser las

fundaciones por su constitución, entidades sin fin de lucro, se encuentran un poco

limitadas para cumplir con los requisitos de este sistema socioeconómico, pues al

no tener especulación comercial, los beneficios obtenidos sólo pueden cubrir la

parte de operación de estas entidades. Revisando las características del

mencionado sistema, lo que sí pueden hacer es satisfacer las necesidades

principales de la comunidad mediante relaciones de intercambio, cooperación,

solidaridad y equidad. También cabe aclarar que dentro de la Ley de Economía

Social y Solidaria, se reconocen a las comunidades y a todas las formas de

organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios

socialmente necesarios, por lo que estas entidades, una vez más, podrían formar

parte de este sistema, apoyados por el Estado para su operación y crecimiento,

sería necesario conjuntar ciertas características y modificar algunos aspectos para

crear una fundación que cumpla con todas estas características en beneficio de la

sociedad y que trabaje bajo las bases de la economía social y solidaria.


160

A continuación, se presenta una propuesta de una fundación que pueda formar

parte de la economía social y solidaria y trabajar bajo sus principios en favor del

bienestar social del país con base en lo revisado y propuesto que recibe por nombre

“Fundación Social y Solidaria”.

Fundación social y solidaria

Esta fundación debe caracterizarse por ser operativa e intermediaria a la vez, es

decir, por operar programas de actividades y procesos productivos, que permitan a

la comunidad satisfacer sus necesidades sin contar con un fin de lucro y basándose

en el intercambio de actividades o productos para apegarse al principio de la

economía social y solidaria de producir solamente lo necesario para la satisfacción

de necesidades. A su vez, podrán fungir como intermediarias al obtener donativos

y también al buscar el apoyo de instituciones que puedan ofrecer servicios gratuitos

a la comunidad a cambio de una cantidad proporcional de los bienes producidos.

Una entidad independiente sin fin de lucro, con personalidad jurídica propia,

constituida como una asociación civil o una institución de asistencia privada, que

puede o no poseer un patrimonio propio, dedicada a realizar actividades productivas

para la satisfacción de necesidades de una comunidad basándose en el intercambio

para la obtención de los bienes producidos y cimentada en relaciones de

cooperación, solidaridad y equidad que permitan el desarrollo integral de todos los

miembros de la comunidad. A su vez puede fungir como procuradora de fondos o

como intermediaria.

Entonces la fundación social y solidaria tendrá tres actividades: ser operativa de

actividades productivas realizadas por los integrantes de la misma para contribuir

con la satisfacción de necesidades de la comunidad basándose en el intercambio

de productos; como segunda función podrá ser procuradora de fondos a través de

los donativos proporcionados por terceros, mismos que deberá reinvertir para la

operación de la institución o canalizarlos a otras fundaciones sociales y solidarias


161

que operen en otras comunidades y; por último, podrán ser intermediarias al

contactar con instituciones que estén interesadas en obtener los bienes producidos

para venderlos en otras regiones geográficas del país intercambiándolos por

servicios básicos como salud, educación, alimentación y vivienda para la

comunidad.

Por lo tanto, las características de estas fundaciones deben ser las siguientes:

• Ser una entidad conformada por organismos de propiedad social.

• Que se base en relaciones de solidaridad, cooperación y equidad.

• Donde se privilegie al trabajo y al ser humano.

• Que no tenga fin de lucro pero que se base en el intercambio para la

satisfacción de necesidades.

• Que el patronato se conforme por representantes de una comunidad que

tengan un fin en común.

• Que la parte operativa y administrativa de la fundación se conforme por los

demás integrantes de la misma comunidad.

• Que busque realizar actividades que les permitan satisfacer sus propias

necesidades a largo plazo, como cultivos, ganadería y producción para

consumo propio, fomento a la salud, la educación, la cultura, etc.

• Que se enfoque en una comunidad o área geográfica en específico, sobre

todo en aquellas donde existen más grupos vulnerables.

• Constituirse como una Asociación Civil o Institución de Asistencia Privada,

toda vez que ésta última se dedica a las prácticas de asistencia social.

Asimismo, este tipo de fundaciones deberá apegarse a los fines de la economía

social y solidaria estipulados en la Ley de Economía Social y Solidaria

Reglamentaria del Párrafo Octavo del Artículo 25 de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos, en lo Referente al Sector Social de la Economía (Art.

8):


162

• Promover el desarrollo integral del ser humano

• Contribuir al desarrollo socioeconómico del país. Al no tener un fin de lucro y

producir o realizar sólo lo necesario para satisfacer sus necesidades, podrían

basarse en el intercambio, es decir, fungiendo como intermediarias para que

otras personas con conocimientos y habilidades especializados pudieran

brindarles servicios gratuitos, como por ejemplo de salud, y tomar a cambio

parte de la producción de cultivos por ejemplo, y venderlos posteriormente

en otras áreas geográficas, lo cual aumentaría la producción y consumo

nacional favoreciendo la economía mexicana.

• Fomento a la educación y a la formación

• Contribución a la democracia participativa

• Facilitar el acceso a educación, formación, información, gestión y distribución

equitativa de los beneficios.

• Generar fuentes de trabajo

• Buscar el bienestar social del país

Como principios deberá apegarse a los siguientes estipulados en la misma ley

(Art.9):

Autonomía e independencia del ámbito político y religioso

• Régimen democrático participativo

• Forma autogestionaria del trabajo

• Interés por la comunidad

Sus valores deberán ser (Art. 10):

• Ayuda mutua

• Democracia

• Equidad

• Honestidad


163

• Igualdad

• Justicia

• Pluralidad

• Responsabilidad compartida

• Solidaridad

• Subsidiariedad

• Transparencia

• Confianza

• Autogestión

De igual manera, esta fundación deberá apegarse a las prácticas determinadas por

el artículo 11 de la Ley de Economía Social y Solidaria Reglamentaria del Párrafo

Octavo del Artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

en donde prevalece la participación democrática de la comunidad sobre las

decisiones de las actividades que realizará la misma, el trabajo en beneficio mutuo

y de la sociedad, la afiliación y el retiro voluntario de la fundación, la promoción de

la cultura solidaria y protección al medio ambiente, información periódica de sus

informes financieros y el compromiso con la comunidad.

Se propone que esta fundación se cree con recursos de la misma comunidad y con

apoyo de los programas gubernamentales para el inicio de operaciones. Asimismo,

que se procuren fondos de donaciones que sean destinados al aumento de las

actividades o producción para la satisfacción de necesidades de la misma

comunidad y su sostenibilidad a largo plazo permitiendo el crecimiento de la

comunidad y quizá el apoyo a otras fundaciones sociales y solidarias que se

repliquen en diferentes partes del país.

Ahora bien, es importante mencionar que esta fundación comparte los objetivos de

las empresas sociales y, de acuerdo con la definición de Hernández López (2017,

p. 13) y de Ortiz Espejel (2014, p. 2), se podría definir como una organización social,

sin embargo, de acuerdo con Yunus, se diferencia de ellas en la medida en que la


164

fundación social y solidaria no tiene fin de lucro, por lo tanto, al no percibir beneficios

económicos no puede reinvertirlos en la misma organización, no obstante, se

pretende que los donativos obtenidos sí sean reinvertidos para las empresas

sociales, de acuerdo con Yunus, comparten las mismas características de aquellas

que maximizan beneficios, sin embargo, se distinguen de las mismas una vez que

cuando el capital es recuperado se reinvierten en la misma organización para

maximizar el alcance de beneficios sociales. Para profundizar en el tema de las

empresas sociales consultar (“Un mundo sin pobreza. Las empresas sociales y el

futuro del capitalismo.” (Yunus, 2008). Continuar sus operaciones o bien, como ya

se mencionó, para replicar el modelo en otras comunidades.

También resulta necesario puntualizar que esta fundación, se adaptará al régimen

fiscal establecido en la Ley del Impuesto Sobre la Renta y, por consiguiente, no será

considerada como contribuyente del Impuesto Sobre la Renta, de acuerdo con lo

establecido en el Título III de la misma. (Ley del Impuesto Sobre la Renta, 2016)

Aunque esta propuesta de fundación social y solidaria se apega adecuadamente a

los principios de la economía social y solidaria, sí es necesario poner en práctica

sus operaciones con el objetivo de confirmar si puede llegar a integrarse como parte

de este modelo económico.

A modo de corolario, se determina que sí es posible conformar y adaptar un tipo de

fundación para la resolución de problemas en una comunidad determinada a largo

plazo y no de forma inmediata como se realiza actualmente. Si bien es cierto que

existe un vacío en la normatividad mexicana con relación a las fundaciones, también

es cierto que dependiendo de sus características, fines, principios y prácticas éstas

pueden llegar a formar parte de un sistema que busca el desarrollo no sólo

económico sino social del país.

3.6 ¿Qué son las fundaciones?


165

Para entender mejor el papel de las fundaciones y analizar su contribución, primero

se debe definir ¿qué es una fundación? A continuación, se mencionan diversas

conceptualizaciones.

La Real Academia Española define a la fundación como “una persona jurídica

dedicada a la beneficencia, ciencia, enseñanza o piedad, que continúa y cumple

voluntad de quien la erige” (Real Academia Española, 2017).

Por su parte, el Diccionario Jurídico Mexicano señala que:

Se constituyen a través de un acto unilateral de voluntad mediante el cual el autor

afecta irrevocablemente bienes de su patrimonio para realizar, en forma

permanente, actos de asistencia, de enseñanza, culturales o cualesquiera otros, sin

propósito de lucro ni designación individual de los beneficiarios.

[…]

Están constituidas por tres elementos fundamentales: finalidad, patrimonio y el

patronato. Este último es un órgano de representación y administración dedicado a

la realización de los fines de la institución. (Instituto de Investigaciones Jurídicas,

UNAM, 1996, p. 1502)

Otras definiciones de estas organizaciones son:

• “Entidades con personalidad legal propia que no distribuyen beneficios y

cuyo objetivo principal es el beneficio público” (Rey García y Álvarez

González, 2011)

• “Organizaciones que promueven la realización de obras de interés general

sin fines de lucro” (UQAM, Université de Montréal, Canadá, 2014)

• “Son patrimonios autónomos que se destinan única y exclusivamente al

objeto establecido por sus fundadores. No tienen ánimo de lucro, no tienen

un monto mínimo en su patrimonio y se regulan totalmente por sus estatutos


166

[…]” (DANSOCIAL, 2005)

• “Patrimonio organizado y destinado a un fin altruista lícito que carece de

titular y se le concede personalidad jurídica propia con el objeto de que pueda

cumplir sus fines” (Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 1996, p.

1502)

Y, por último, el European Foundation Centre las define como:

[…] organismos sin ánimo de lucro, independientemente constituidos, con sus

propias fuentes de ingreso y confiables […], provenientes de legados o capital.

Estos organismos tienen su propia Junta que los gobierna, y distribuyen sus

recursos financieros para propósitos educacionales, culturales, religiosos, sociales

u otros beneficios públicos, bien sea apoyando a asociaciones, obras de caridad,

instituciones educativas o personas, o desarrollando sus propios programas.

(Rodríguez, 2015)

Para Unquera B., (2017), las fundaciones se caracterizan por:

1. Sus fines, que se refiere a la satisfacción de necesidades.

2. Sus bienes, mismos que deben ser suficientes para que con sus rentas se

puedan cumplir los fines de la fundación.

3. Se rigen por la voluntad del fundador, ya que él determina los fines, nombra a

los patronos y establece las normas de funcionamiento.

4. Deben estar reconocidas por la ley.

Así, para efectos del presente trabajo se entenderá a las fundaciones como:

persona jurídica que prioriza el beneficio social por encima de la obtención de

utilidades y, cuyas actividades tienen un interés social preponderantemente

asistencialista.


167

La constitución de las fundaciones tiene un origen histórico común, que se revisa

en el siguiente apartado.

3.7 Evolución histórica de las fundaciones: en el mundo y en México.

Las fundaciones se encuentran ligadas al concepto de filantropía y altruismo.

Anteriormente, el altruismo se basaba en la protección de familiares y parientes o

en la hospitalidad ofrecida a extraños y también, en el deseo de los fundadores por

ser recordados y admirados por su generosidad. (La diligencia en procurar el bien

ajeno aun a costa del propio.” (Real Academia Española, 2017).

La Iglesia católica juega también un papel importante en las cuestiones altruistas al

tener como premisa ayudar al prójimo, siendo ellas quienes apoyan con donaciones

a fines caritativos, de ahí es que surge lo que conocemos actualmente como el

diezmo. (Aportar una décima parte de los ingresos o rentas para la beneficencia).

En el mundo

Las fundaciones tienen sus orígenes en el siglo III a.C. (aproximadamente) en

Egipto y Roma. Los egipcios “convivían” con los dioses, es decir, quien gobernaba

el pueblo egipcio era un dios encarnado a través de un faraón. Una vez que el faraón

fallecía, se debía encontrar la forma de preservar su cuerpo y sus recursos tanto

materiales como económicos y así, perpetuar el culto en los templos funerarios sin

depender de sus sucesores. Es gracias a esta tradición que surgen las fundaciones

piadosas, mismas que se encargaban de la administración de los recursos y

procuración de los templos.

Las creencias imperantes durante este periodo de la historia de Egipto suponían la

supervivencia del ka (espíritu) del difunto por medio de la práctica diaria de un ritual

funerario semejante al que recibían en los templos de las pirámides los monarcas

fallecidos.


168

[…]

Estos ritos exigían la realización de ofrendas diarias, en unos casos, y en ocasiones

señaladas, en otros, que consistían en alimentos, bebidas, vestidos y purificaciones

que estaban destinadas a atender las necesidades físicas elementales que, creían

los egipcios, seguían en vigor tras la muerte.

[…]

Para obtener el adecuado abastecimiento de los elementos materiales necesarios

a tales fines era precisa la existencia de unas fincas o dominios que garantizasen

con sus productos el aprovisionamiento perpetuo del culto funerario del difunto.

(Lara Peinado y Martín Valentín, 2009)

El ritual funerario se realizaba en las mastabas (Una tumba egipcia en forma de

pirámide truncada, de base rectangular, que comunica con un hipogeo funerario.”

(Real Academia Española, 2017) que pertenecían a altos cortesanos que en vida

disfrutaron del favor real y de tierras que tenían a concesión para su explotación.

Este conjunto patrimonial […] podría designar el derecho de propiedad privada en

forma de unión personal de los bienes muebles, inmuebles o semovientes al dueño

a quien pertenecían bajo expresiones como ganado del cuerpo de […], mansión del

cuerpo de, etc.

[…]

Esta adscripción especial se formalizaba con el consentimiento real, bajo la forma

jurídica de concesión perpetua […] y por medio de un acto de disposición

organizativa […] que era una de las dos únicas modalidades de disposición que se

podían ejercer por el particular sobre la tierra como bien inmueble. (Lara Peinado y

Martín Valentín, 2009)

En esta adscripción iban incluidas medidas de prohibición y de protección para lo

establecido por el dueño. Este acto era realizado ante un escriba real en un acta,

misma que se registraba en los archivos reales. Se estilaba también el grabar las

iniciales en las capillas funerarias o mastabas con el fin de que los vivientes


169

respetaran la voluntad del fundador. Las fundaciones funerarias surgen mediante

estas adscripciones del patrimonio de las personas para preservar su legado

después de la muerte.

Las fundaciones se fueron vinculando a cultos regionales y a cultos particulares; de

ahí comenzaron a diversificarse las funciones de las fundaciones, compartiendo

recursos entre sí; surgieron fundaciones subsidiarias de otras, etc. Una de las

primeras apariciones de una fundación en el antiguo Egipto, se encuentra en los

Papiros de Abusir atribuidos al faraón Neferirkara (2483 a.C. – 2465 a.C.), cuya

función era la de preservar el culto a los faraones mediante la construcción de

templos y pirámides.

A comienzos del siglo III a.C. surgieron las fundaciones en Grecia y más tarde, en

Roma.

Por lo que hace al mundo greco-latino vemos que las primeras fundaciones, de

carácter privado, se originaron por la decadencia del modelo tradicional de familia

gentilicia o agnaticia que se basaba en el poder político del paterfamilias sobre los

demás miembros de la misma, de tal forma que ante la progresiva desaparición de

este tipo de familia, diluida en el ámbito social de las civitas, el fundador se veía

entonces en muchos casos en la necesidad de construir un patrimonio que se

entregaba, bien a la congregación de libertos del fallecido y de los sucesivos

descendientes de éstos, o bien a un colegio religioso o profesional, para que con

las rentas de dicho patrimonio -fundamental bienes inmuebles o capitales de dinero-

los fiduciarios realizasen los trabajos de conservación del sepulcro donde se

encontraban los restos del benefactor y llevasen a cabo los sacra, es decir, el

conjunto de actos rituales para atender espiritualmente e invocar al genius de aquél.

[…]

Junto a este fin primario funerario pronto se asociaron fines secundarios que

coadyuvaban a una mejor consecución del mismo: así nacieron las fundaciones

religiosas destinadas al mantenimiento de los templos destinados al culto de ciertas


170

divinidades […], las fundaciones agonales, a cargo de las ciudades, destinadas a

hacer posible la celebración de juegos deportivos o de espectáculos para el pueblo

en días señalados en memoria del benefactor, y las fundaciones benéficas mixtas,

es decir, también funerarias pero con la carga de que se repartiese anualmente

dinero o alimentos (generalmente trigo) en el día del natalicio o fallecimiento del

fundador o a propiciar la celebración esos días de banquetes a favor de colectivos

más o menos amplios de miembros del colegio beneficiario de la fundación, o de ex

magistrados y curiales municipales o, incluso, del conjunto de vecinos de la propia

ciudad del fundador. (Blanch Nougués J. M., 2007).

En la documentación revisada no se encuentra información sobre la evolución de

las fundaciones, es hasta el siglo II. d. C., cuando en Roma se establecieron las

fundaciones alimentarias públicas.

Las llamadas fundaciones alimentarias públicas, tal y como fueron organizadas por

TRAJANO en el siglo II d.C. y mantenidas por los sucesivos Príncipes hasta su

decaimiento en el siglo III d.C., consistieron en un vasto programa dirigido por la

Cancillería Imperial en virtud del cual se procedía a la entrega de capitales que el

Fisco “prestaba” a propietarios de fincas rústicas italianas con el fin de que los

intereses del “préstamo”, que se establecían en un tanto por ciento fijo anual que

venía a ser bastante inferior respecto del tipo de interés máximo en préstamos entre

particulares (en torno al 12% anual en época del Principado), se destinasen a

atender la manutención de niños y niñas de familias necesitadas de diversas

ciudades y poblaciones italianas. Las fincas de los propietarios agrarios aceptantes

del programa quedaban por tanto afectas a proporcionar en el futuro y, en principio

sin límite de tiempo, unas rentas destinadas a la consecución de un fin social.

[…]

Las llamadas fundaciones alimentarias públicas surgieron como consecuencia de la

intervención de los príncipes romanos para atender las necesidades de niños de

familias pobres, fundamentalmente en Italia.” (Blanch Nougués J. M., 2007, p. 123

y 124)


171

Durante los primeros siglos de nuestra era (I y II d.C.), ya existían comunidades

cristianas que recibían donaciones con fines benéficos y funerarios, sin embargo,

eran consideradas “collegia illicita”, es decir, no estaban autorizadas para actuar ya

que la Iglesia no estaba reconocida oficialmente. Es hasta el siglo IV d.C., en el año

313, que la Iglesia logra establecerse y consolidarse al ser reconocida oficialmente

en el Edicto de Milán y es a partir de ahí que las comunidades cristianas que se

dedicaban a realizar obras benéficas se establecen como autorizadas para cumplir

con sus objetivos.

A raíz del reconocimiento de estas instituciones y comunidades, aparecen las Piae

Causae, término acuñado en el Siglo VI por Justiniano para designar los

establecimientos y obras de beneficencia, mismas que eran tuteladas por la Iglesia

Católica en la época postclásica y bizantina.

Las piae causae cristianas comprendían masas patrimoniales en forma de edificios,

dependencias, instalaciones, bienes muebles y capitales los cuales podían ser

destinados a la creación de hospitales, orfelinatos, hospederías para forasteros sin

recursos, asilos de ancianos, albergues para pobres sin hogar, casas para recién

nacidos o niños de corta edad abandonados, edificios de asistencia a parturientas,

leproserías, o también otras instituciones de beneficencia[…] (Blanch Nougués J. ,

2008, p. 174)

La Iglesia jugaba un papel importante en las obras de caridad y en la diversidad de

servicios que ofrecían las fundaciones, por lo que comenzó a organizar y a

administrar las fundaciones. Las iglesias locales eran regidas por consejos de

ancianos y auxiliadas por diáconos quienes se hacían cargo de las obras benéficas.

La manera de obtener fondos por parte de la Iglesia eran las donaciones mortis

causa (por causa de muerte) de emperadores o bien, de particulares. El dar mortis

causa caritativa hacia la Iglesia y los pobres se consideraba un acto de devolución


172

de la riqueza que por origen pertenecía a Dios, lo que obligaba al cristiano a donar

o legar una cuota del mismo a la Iglesia o a los pobres (Blanch Nougués J. 2008).

Bajo el imperio de Justiniano (527-565 d.C.), se distinguen dos centros de caridad

o piae causae; el primero administrado por las iglesias o monasterios, y; los

establecimientos que gozaban de una administración y patrimonio autónomo. Entre

los siglos IV y VI, se propagó el cristianismo y con él, se expandieron también los

centros de beneficencia que fueron cobrando su propia autonomía en la

administración, pero sujetos a supervisión de la Iglesia.

Con las primeras cruzadas surgió, en los países anglosajones, regidos por el

Common Law, la figura del Trust o fideicomiso (siglo XII), considerado como:

[…] un negocio jurídico privado, propio de los países del Common Law, utilizado

para la transmisión de bienes o derechos de una persona a otra para que esta última

los administre en su nombre y en beneficio de un tercero o terceros.

[…]

La razón [del desarrollo de los fideicomisos] se encuentra en el interés de los nobles

y caballeros que partían a Tierra Santa para luchar en las cruzadas por proteger sus

bienes y asegurar el disfrute de los mismos por parte de sus familiares. Para ello, el

caballero depositaba su confianza (trust) en otra persona a la que encomendaba la

gestión y administración de sus bienes en favor de su esposa y sus descendientes.

Así, estos últimos podían disfrutar de dichos bienes en su ausencia o en caso de su

fallecimiento. (Traducción jurídica, 2017)

Esta forma de organización (Trust), se rige bajo las bases de las fundaciones al

buscar el beneficio de terceros, encomendando los bienes o derechos a una tercera

persona que se encargará de cumplir el objetivo y satisfacer necesidades.

En la documentación revisada, no se encuentra testimonio de las fundaciones desde

el siglo XII al siglo XIX, sin embargo, se entiende que conforme se expandió la


173

religión católica también se fueron esparciendo por el mundo las obras de

beneficencia y la creación de instituciones que crearan o regularan estos

programas. Es hasta un siglo después (siglo XX), cuando al finalizar las dos guerras

mundiales el poder económico de Estados Unidos contrastaba con la devastación

en algunos países europeos por lo que, en ambos continentes las fundaciones

tuvieron años de auge. En un principio, el fin de las fundaciones estadounidenses

era administrar un fondo patrimonial preestablecido, no obstante, su auge se debió

también y perdura gracias al sistema fiscal y a la cultura social que promueven el

empleo de la riqueza personal para fines caritativos y de beneficencia.

Las primeras fundaciones establecidas en Estados Unidos durante el siglo XX

fueron la Fundación Carnegie establecida en 1910 y, la Fundación Rockefeller en

Nueva York (1913) misma que financiaba la educación, salud, la cultura, el

desarrollo agrícola, entre otras causas, por ejemplo, la “Revolución Verde” (hace

sesenta años), una iniciativa que proporcionaba ayuda a países subdesarrollados

como México, Pakistán y la India. El propósito de esta iniciativa era ayudar a

pequeños agricultores para combatir la hambruna y aumentar la producción de

alimentos en zonas pobres. A raíz de la creación de estas fundaciones y otras que

les siguieron, las políticas se fueron adecuando para impulsar los programas de

ayuda a causa sociales. En la actualidad prevalecen diversas fundaciones

norteamericanas que brindan apoyo a nivel internacional como son Fundación Ford,

Fundación Rockefeller, Fundación Carnegie (Fondo Carnegie para la Paz),

Fundación Gates, Synergos, entre otras. Junto con las fundaciones de apoyo a

programas sociales, también existen una gran cantidad de fundaciones en este país

que apoyan el desarrollo e investigación científica.

Por su parte, el sentido social que prevalece en muchos países europeos provoca

que sus habitantes tengan mejores niveles de vida y, como consecuencia las

fundaciones europeas persiguen fines no tan asistenciales sino más bien

académicos, culturales, de investigación. Algunos ejemplos son: la Fundación

Carlsberg en Dinamarca, misma que es propietaria de los intereses cerveceros de


174

las Carlsberg; Fundación Bertelsman en Alemania; Fundación GlaxoSmithKline y el

Wellcome Trust, dedicadas a investigación médica; Fundación Charities Aid, que

gestionan sus propios programas de investigación, desarrollo y alivio de pobreza.

También encontramos el Centro Francés de Fundaciones y el Consejo de

Fundaciones en España.

Así, aquellas fundaciones con fines funerarios en el antiguo Egipto han

evolucionado hasta convertirse en verdaderos centros de asistencia en diversas

áreas de la vida.

En México

El sentido comunitario de los pueblos prehispánicos es resaltado por Méndez Cruz:

[…] el hombre actuaba de una forma determinada, dictado por la costumbre, que

provocaba un beneficio para la sociedad: ese es el primer constructor de lo justo;

no lo que nos beneficia como individuo, sino lo que nuestro apego a la costumbre

aporta a lo colectivo.” (Méndez Cruz, 2015, p. 269).

Las comunidades prehispánicas se regían por un sentido de justicia basada en la

costumbre, en el deber ser, misma que estaba regida por los dioses y que los llevaba

a colaborar para beneficiar a toda la sociedad y no sólo a uno mismo, pues sabían

que, si la comunidad funcionaba correctamente y obtenía dichos beneficios, cada

individuo obtendría el propio. Sin embargo, no existe registro o crónica sobre la

constitución de fundaciones asistenciales de esa época, como ya se señaló, existían

prácticas como el tequio, las manovueltas, la gozona y la guelaguetza, en donde

prevalecía el sentido de solidaridad y cooperación entre la comunidad. En estas

formas de organización se observa la premisa de las fundaciones actuales; la ayuda

voluntaria para cumplir objetivos o satisfacer necesidades de una comunidad.


175

Es hasta la llegada de los españoles, con un rompimiento de los paradigmas

dominantes, que las fundaciones empiezan a cobrar forma en la Nueva España bajo

la figura de hospitales y colegios, auspiciados por una Iglesia, que veía en esta

labor, la posibilidad de evangelizar a los indígenas y someterlos a su poder.

La primera institución de asistencia benéfica fue el Hospital de Jesús fundado por

Hernán Cortés en 1524 que funcionaba como asilo y como centro para atender

enfermos. En 1525 fue Fray Pedro de Gante quien fundó el Colegio San José de los

Naturales enfocado a la enseñanza de artes y oficios para los indios; más tarde, los

franciscanos fundan el Colegio de Doncellas de Nuestra Señora de la Caridad para

jóvenes indias, mestizas y para criollos huérfanos. Asimismo, Vasco de Quiroga

creó hospicios y casas de cuna. En todos estos centros se enseñaban artes y

oficios.

También se crearon las fundaciones piadosas (Fundaciones dedicadas a la

administración de dotes para obras de beneficencia) Existían específicamente tres

tipos de fundaciones piadosas dependiendo de la intención y de las posibilidades

económicas del donante como lo menciona Gisela Von Wobeser (1989); la primera

eran las capellanías de misas cuyo objetivo era mantener a un capellán y éste

quedaba obligado a decir cierto número de misas al año en memoria del donante;

la segunda eran las fundaciones cuya finalidad era el sostenimiento de una

institución religiosa o de beneficencia, incluían la construcción y equipamiento del

edificio así como la creación de un fondo para gastos de operación y por último; las

donaciones para el sostenimiento del culto.

Comúnmente quien donaba o creaba una fundación piadosa era una persona con

un alto rango social: se veía como una cuestión de estatus dominante y se creía

que por medio de la caridad se lograba la salvación eterna. También podían donar

las instituciones, como las cofradías que manejaban capitales tanto de fundaciones

como de obras pías con fines religiosos. Estas fundaciones, al ser financiadas con

los réditos que producía la inversión en alguna causa, funcionaban como fuentes de


176

crédito; generalmente estaban planeadas para perdurar en el tiempo como

hospitales o asilos y que fueran sostenibles. En su mayoría invertían el capital en

producción o en la adquisición de bienes raíces. Cabe mencionar que las

donaciones se podían realizar de tres maneras: pagando de contado, cediendo

bienes o mediante crédito en donde se cobraba un 5% de interés.

También como fundaciones se consolidaron los conventos cuyo capital provenía de

las dotes que se cobraba a las novicias para su ingreso en el mismo. Ejemplos de

estos conventos fueron los de La Encarnación, La Concepción y Jesús María de la

Ciudad de México y el de Santa Clara en Querétaro.

Posteriormente, el financiamiento otorgado por estas instituciones se centró

únicamente en dos sectores: la producción agrícola y la adquisición de inmuebles

urbanos. La producción agrícola permitía adquirir mayores extensiones de tierras,

equipo y material, así como cubrir gastos de operación. En las zonas urbanas, la

adquisición de inmuebles permitió la construcción de viviendas tanto residenciales

como de comercio.

Otra fundación surgida en la época colonial fue el Monte de Piedad, creado por

disposición de la Cédula Real del 2 de junio de 1774 y concretado hasta 1775. Esta

institución se creó con la noble intención de ayudar a los menesterosos,

reminiscencia de aquellas fundaciones pías ahora enfocadas al otorgamiento de

créditos prendarios.

Con el establecimiento de las Leyes de Reforma (1855-1869) se dio la separación

entre la Iglesia y el Estado, y con ello, el Estado asumió la obligación de “velar” por

la satisfacción de necesidades sociales y la promoción de obras de beneficencia.

En 1861, se decretó la creación de la Dirección General de Beneficencia donde se

pretendía centralizar los servicios hospitalarios y administrar los medios de

beneficencia pública con el fin de convertirlo en un servicio público dependiente del

Estado, misma que se adhiere a la Secretaría de Gobernación hasta 1881 durante


177

el Porfiriato. Surgen entonces fundaciones como: la Fundación Concepción

Beistegui (fundada en 1886), Fundación Patricio Sanz (1893), Casa Hogar Matías

Romero (1901), Montepío Luz Saviñón (1902), Fundación Rafael Dondé (1905) y,

la Fundación Mier y Pesado (1917), entre otras que perduran hasta nuestros días.

De acuerdo con información presentada por el Centro Mexicano para la Filantropía

(CEMEFI), en México existen aproximadamente 175 fundaciones registradas hasta

el año 2016, clasificadas como se señala a continuación

Fundaciones registradas en CEMEFI 2016.

• Fundaciones comunitarias en total 16

• Fundaciones empresariales en total47

• Fundaciones familiares en total 16

• Fundaciones independientes en total 23

• Fundaciones intermediarias en total 15

• Fundaciones internacionales en total 5

• Fundaciones operativas en total 22

• Programas empresariales en total 31 (Fuente: información de CEMEFI, 2016)

La mayor parte de fundaciones que existen en México, son operadas por personas

morales quienes también operan programas de beneficencia social y quienes

pueden deducir impuestos en sus empresas presentando evidencia sobre estos

programas de ayuda social.

A pesar de que los centros de asistencia, fundaciones y proyectos de beneficencia

social tuvieron un notable desarrollo durante el siglo XX; el crecimiento de la

población y las fallas del Estado no han permitido que se atiendan todas las

necesidades de la comunidad dejando a muchos grupos vulnerables en situaciones

precarias y por eso ha sido necesario que personas físicas y/o morales unan sus


178

recursos para crear proyectos privados, organizaciones que sirvan como

intermediarias para atender las necesidades de estos grupos.

3.8 Marco normativo de las fundaciones en México. A nivel Federal y Estatal

Para iniciar el análisis del marco normativo de las fundaciones en México, debe

tenerse presente que éstas adoptan la forma de asociaciones civiles o fideicomisos,

es decir, no se constituyen como fundaciones sino por su denominación.

Según el Diccionario Jurídico Mexicano (1996):

En México sólo están reglamentadas las fundaciones de asistencia a través de la

Ley de Instituciones de Asistencia Privada. Las fundaciones de otros tipos como las

culturales, educativas o científicas, sólo reciben el nombre, pero su constitución se

realiza a través de las figuras de asociación civil o de fideicomisos. (P. 1502)

Así, el primer artículo a comentar es el 9° Constitucional que garantiza la libertad de

asociación:

No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier

objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para

tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión armada, tiene

derecho de deliberar. (H. Congreso de la Unión, 1917)

También de la Carta Magna, debe considerarse el numeral 25 que refiere que es al

Estado a quien corresponde promover el desarrollo nacional y fomentar el

crecimiento económico y la justa distribución del ingreso y la riqueza apoyando a

las instituciones del sector social que se dediquen a la producción, distribución o

venta de bienes para la satisfacción de necesidades.


179

En el párrafo séptimo del mismo artículo, se establece que, conducido por criterios

de equidad social, productividad y sustentabilidad, el Estado deberá apoyar a las

empresas del sector social y privado en beneficio de la sociedad sujetándolas al

cuidado y conservación del medio ambiente.

Se aborda a continuación la regulación de las figuras jurídicas que pueden adoptar

las fundaciones en su constitución.

Por asociación civil se entiende:

Cuando varios individuos convinieren en reunirse, de manera que no sea

enteramente transitoria, para realizar un fin común que no esté prohibido por la ley

y que no tenga carácter preponderantemente económico, constituyen una

asociación. (H. Congreso de la Unión, 1928, Art. 2670)

Es pues la asociación Civil un contrato con las siguientes características (Art. 2670-

2687):

• Debe constar por escrito

• Puede admitir y excluir asociados.

• Se rigen por estatutos.

• Se rigen por una asamblea general quien tiene el poder supremo.

• Los asociados que se separen perderán todo derecho al haber social.

• Los socios pueden vigilar que las cuotas sean destinadas al fin propuesto.

• La calidad del socio es intransferible.

• Las asociaciones pueden extinguirse por consentimiento de la asamblea

general, por haber concluido el tiempo determinado para su duración, por

haber conseguido el fin para el cual fueron creadas, por quedar incapacitadas

para su operación o por la resolución de la autoridad competente.

• En caso de que la sociedad se diluya, los bienes serán aplicados conforme

a los estatutos o a lo que dicte la asamblea general.


180

• Las asociaciones que se dediquen a la beneficencia deben regirse por leyes

especiales.

Acorde con la denominación y características de las asociaciones civiles, las

fundaciones se encuentran dentro de estas organizaciones al ser una institución

creada por un grupo de personas que buscan alcanzar un objetivo en común y sin

un fin de lucro.

Las fundaciones también se pueden constituir bajo la figura de fideicomiso, referido

por la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (Ley General de Títulos y

Operaciones de Crédito, 1932):

En virtud del fideicomiso, el fideicomitente transmite a una institución fiduciaria la

propiedad o la titularidad de uno o más bienes o derechos, según sea el caso, para

ser destinados a fines lícitos y determinados, encomendando la realización de

dichos fines a la propia institución fiduciaria. (Art. 381)

De acuerdo con esta misma ley:

• El fideicomiso debe constar por escrito

• El fideicomisario puede ser designado por el fideicomitente.

• El fideicomiso será válido, aunque se constituya sin señalar a un

fideicomisario, siempre y cuando el fin sea lícito.

• El fideicomitente puede designar varios fideicomisarios para que reciban

provecho del fideicomiso.

• Sólo son fideicomitentes quienes tienen capacidad para transmitir la

titularidad de bienes o derechos.

• Sólo pueden ser instituciones fiduciarias las autorizadas por las leyes

correspondientes.

• Pueden ser objeto de fideicomiso toda clase de derechos y bienes.


181

• El fideicomiso se puede extinguir por la realización del fin por el cuál fue

constituido, por hacerse imposible, por convenio o por revocación y; en este

caso los bienes serán transmitidos al fideicomitente o al fideicomisario según

corresponda.

Marco normativo de las fundaciones a nivel federal

La regulación de las fundaciones a nivel federal, se encuentra determinada en la

Ley de Asistencia Social (Ley de Asistencia Social, 2004), misma que se

fundamenta en las disposiciones de la Ley General de Salud y que tiene por objeto

establecer las bases para la promoción del Sistema Nacional de Asistencia Social

que impulse y coordine la prestación de servicios de asistencia social tanto pública

como privada y la participación de la sociedad en éstos. (Art. 2)

Según esta ley, la asistencia social se entiende como:

[…] el conjunto de acciones tendientes a modificar y mejorar las circunstancias de

carácter social que impidan el desarrollo integral del individuo, así como la

protección física, mental y social de personas en estado de necesidad, indefensión

desventaja física y mental, hasta lograr su incorporación a una vida plena y

productiva. (Art. 3)

Esta ley se enfoca en el fomento de programas sociales para personas que carecen

de una adecuada salud con el fin de contribuir a un desarrollo integral.

Cabe referenciar de este estatuto algunos artículos donde se hace mención de los

grupos sociales que tienen derecho a los programas de asistencia social:

Tienen derecho a la asistencia social los individuos y familias que, por sus

condiciones físicas, mentales, jurídicas, o sociales, requieran de servicios

especializados para su protección y su plena integración al bienestar. (Art. 3)


182

Quienes pueden gozar de la asistencia social preferente son los niños, niñas y

adolescentes, especialmente los que se encuentren en riesgo; las mujeres; los

indígenas en situación vulnerable; los migrantes; los adultos mayores; las personas

con discapacidad o necesidades especiales; los indigentes; los alcohólicos y las

personas fármaco dependientes (Art. 5).

La rectoría de la asistencia social pública y privada corresponde al Estado, el cual,

en forma prioritaria, proporcionará servicios asistenciales encaminados al desarrollo

integral de la familia, entendida como la célula de la sociedad que provee a sus

miembros de los elementos que requieren en las diversas circunstancias de su

desarrollo, y también a apoyar, en su formación y subsistencia, a individuos con

carencias familiares esenciales no superables en forma autónoma. (Art. 5)

Esta ley establece también que compete al Gobierno la promoción de la

participación ciudadana para la planeación, ejecución y evaluación de la asistencia

social, para lo cual también se promoverá la creación de convenios entre los

diferentes grupos sociales para la prestación de servicios de asistencia social (Art.

21).

El Estado, con el objeto de ampliar la cobertura de los servicios de salud de

asistencia social, fincados en la solidaridad ciudadana, promoverá en toda la

República, la creación de asociaciones de asistencia privada, fundaciones y otras

similares, las que con sus propios recursos o con donaciones de cualquier

naturaleza que aporte la sociedad en general y con sujeción a los ordenamientos

que las rijan, presten dichos servicios. (Art. 48)

Las instituciones privadas que presten servicios de asistencia social tienen como

obligaciones:

a) Constituirse de acuerdo con lo estipulado en las leyes aplicables;


183

b) Inscribirse en el Directorio Nacional de Instituciones de Asistencia Social;

c) Cumplir con lo establecido en las Normas Oficiales Mexicanas que se emitan

para la regulación de los servicios de asistencia social y colaborar con las

tareas de supervisión que realice El Organismo, y

d) Garantizar en todo momento el respeto a la dignidad y los derechos humanos

de las personas, familias o comunidades que reciban sus servicios de

asistencia social. (Art. 52)

En estos artículos, se establecen los principios para la contribución al desarrollo

físico y mental de las personas que se encuentran en estado de vulnerabilidad, se

determina quiénes son aquellas personas que están sujetas a estos apoyos a

programas sociales y las instituciones que son apoyadas para el alcance de estos

objetivos. Derivado de esta ley, también se crea el Directorio Nacional de las

Instituciones de Asistencia Social (Art. 56), con el fin de publicitar a las

organizaciones que proveen asistencia los diferentes grupos de la sociedad que son

pertinentes a esta normatividad.

Otra ley federal que regula y fomenta programas de asistencia para el desarrollo

social, es la Ley Federal de Fomento a las Actividades realizadas por

Organizaciones de la Sociedad Civil (Ley Federal de Fomento a las Actividades

realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil, 2004). Esta ley tiene por objeto

propiciar las actividades realizadas por organizaciones de la sociedad civil,

establecer los derechos y obligaciones a las que deben apegarse estas

organizaciones y favorecer el trabajo conjunto entre las organizaciones y las

dependencias estatales (Art. 1).

Algunos artículos que contienen puntos importantes de este estatuto son:

Podrán acogerse y disfrutar de los apoyos y estímulos que establece esta ley, todas

las agrupaciones u organizaciones mexicanas que, estando legalmente

constituidas, realicen alguna o algunas de las actividades a que se refiere el artículo


184

5 de la presente ley y no persigan fines de lucro ni de proselitismo partidista, político-

electoral o religioso, sin menoscabo de las obligaciones señaladas en otras

disposiciones legales. (Art. 3)

Las actividades a las que se refiere el artículo 5 de esta ley, son aquellas dedicadas

a la beneficencia social en temas relacionados a la alimentación, actividades

cívicas, el desarrollo de pueblos indígenas, la equidad de género, atención a

personas con discapacidad, la promoción de derechos humanos, la salud, la

educación, la cultura, el aprovechamiento de recursos naturales, etc.

De acuerdo con la ley (Art. 6), las instituciones que realicen actividades de

asistencia social gozan de ciertos beneficios o derechos, entre los que destacan

para efectos de las fundaciones:

• Acceder a los apoyos y estímulos públicos.

• Gozar de los incentivos fiscales y demás apoyos económicos y

administrativos.

• Recibir donativos y aportaciones.

• Acceder a los beneficios para las organizaciones que se deriven de los

convenios o tratados internacionales.

• Recibir asesoría por parte de dependencias y entidades para el mejor

cumplimiento de sus actividades

• Que se respeten las decisiones tomadas en relación con sus asuntos

internos.

Procedente de esta legislación se crea el Registro Federal de Organizaciones de la

Sociedad Civil con el fin de regular a aquellas instituciones que realicen obras de

beneficencia pública o actividades que contribuyan al bienestar y desarrollo social.

Aunque las fundaciones sólo aparecen por nombre en la Ley de Asistencia Social,

sí se engloban en el tipo de organizaciones de la sociedad civil y programas de


185

desarrollo social que establecen estas leyes ya que se apegan a las características

o fines que las mismas establecen.

Marco normativo de las fundaciones a nivel Estatal

La regulación de las fundaciones en la Ciudad de México se da a través de la Ley

de Instituciones de Asistencia Privada para el Distrito Federal (Ley de Instituciones

de Asistencia Privada para el Distrito Federal, 1998).

Esta ley tiene por objeto regular aquellas organizaciones que lleven a cabo actos de

beneficencia como son las fundaciones y las asociaciones. En esta ley se definen

las instituciones de asistencia privada:

[…] entidades con personalidad jurídica y patrimonio propio, sin propósito de lucro

que, con bienes de propiedad particular ejecutan actos de asistencia social sin

designar individualmente a los beneficiarios. Las instituciones de asistencia privada

serán fundaciones o asociaciones. (Art. 1)

Por asistencia social, en una definición más detallada proporcionada por esta ley,

se entiende:

[…] al conjunto de acciones dirigidas a proporcionar el apoyo, la integración social

y el sano desarrollo de los individuos o grupos de población vulnerable o en

situación de riesgo, por su condición de desventaja, abandono o desprotección

física, mental, jurídica o social. Así como las acciones dirigidas a enfrentar

situaciones de urgencia, fortalecer su capacidad para resolver necesidades, ejercer

sus derechos y, de ser posible, procurar su reintegración al seno, familiar, laboral y

social. La asistencia social comprende acciones de promoción, previsión,

prevención, protección y rehabilitación. (Art. 2)


186

Al ser las fundaciones, organizaciones que buscan ser intermediarias para la

promoción del bienestar social o de la beneficencia social sus actividades o fines,

de acuerdo con la definición anterior, son considerados como de asistencia social y

por lo tanto, deben estar sujetas a esta regulación.

Para efectos de la Ley de Instituciones de Asistencia Privada para el Distrito

Federal, se entienden por fundaciones a “las personas morales que se constituyan,

en los términos de esta ley, mediante la afectación de bienes de propiedad privada

destinados a la realización de actos de asistencia social” (Art. 2). Asimismo, se

señala que este tipo de instituciones se consideran de utilidad pública, es decir, que

gozarán de exenciones, estímulos, subsidios y facilidades administrativas; sólo

aquellas obras de caridad que sean realizadas por una persona (física o moral) con

fondos propios no estarán sujetas a esta ley.

Emanados de esta ley, son de consideración algunos artículos que especifican: Los

fundadores tienen, respecto de las instituciones que constituyan, los siguientes

derechos:

I. Determinar la clase de servicios que han de prestar los establecimientos

dependientes de la institución;

II. Nombrar a los patronos y establecer la forma de substituirlos;

III. Elaborar los estatutos, por sí o por personas que ellos designen, y

IV. Desempeñar durante su vida el cargo de presidente del patronato de las

instituciones, excepto cuando se hallen en los casos del artículo 43 de esta

Ley. (Art. 41)

Así como la ley establece los derechos de los fundadores y patronatos, también sus

obligaciones, entre las que se encuentran (Art. 45):

• Hacer que se cumpla la voluntad del fundador.


187

• Administrar los bienes conforme a los estatutos y vigilar que todas las

organizaciones dependientes de la institución cumplan con la ley.

• Cuidar que las personas que presten los servicios a la institución cuenten con

la capacitación correspondiente para su actividad.

• Cumplir el fin para el que se creó la institución

• Hacer constar en documentos el manejo de recursos monetarios.

• Cumplir los acuerdos dispuestos por la Junta de Gobierno.

• Destinar los fondos de la institución exclusivamente a las actividades

asistenciales que realice la misma.

De esta regulación se deriva la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal,

quien es la encargada de supervisar a todas las instituciones de asistencia privada

y de verificar su adecuado funcionamiento y su apego al reglamento establecido

(Art. 70).

También en Durango se tiene una ley específica para regular a las Fundaciones: la

Ley sobre Fundaciones y Asociaciones de Beneficencia Privada (Ley sobre

Fundaciones y Asociaciones de Beneficencia Privada, 2011), misma que tiene por

objeto la regulación específica de la constitución, obligaciones y derechos de las

Fundaciones y de las Asociaciones. En este documento oficial se establece que

toda persona capaz de hacer donaciones puede destinar sus bienes a fundaciones

u obras de beneficencia (Art. 1) y determina que, para efectos de esta ley, se

entiende como fundación:

[…] el acto entre vivos o testamentario, por el que una persona destina

gratuitamente y a perpetuidad, bienes inmuebles o capitales impuestos o que deban

imponerse sobre inmuebles, a la creación y sostenimiento de establecimientos de

beneficencia, educación o instrucción, observándose las restricciones del artículo

27 de la Constitución general de la República. (Art. 2)


188

Considera como organizaciones de beneficencia, educación e instrucción a todos

aquellos establecimientos que tengan por objeto socorrer a las personas en

situación de desventaja, promover la educación, la salud, la cultura y en general, el

beneficio social (Art. 3).

En los artículos 21 y 22 se señalan las características de una fundación:

Toda fundación constituye una persona civil, capaz de derechos y obligaciones,

dentro de los límites trazados por el fundador y por el objeto de la fundación; y el

Estado no puede ocupar los bienes destinados a las fundaciones legalmente

constituidas, cuyo patrimonio es inviolable. (Art. 21)

Toda fundación legalmente constituida, tiene capacidad para adquirir y aceptar

donaciones y legados, dentro de los límites prescritos por el artículo 27 de la

Constitución de la República. En caso de legado o donación de inmuebles deberán

ser enajenados éstos, inmediatamente, y previo avalúo, e imponerse el producto, o

darle el destino que dispuso el donante o testador. (Art. 22)

Asimismo, determina en el artículo 40 que el Estado tiene la facultad de vigilar la

administración de las fundaciones.

Aunque en esta ley se detallan los puntos relacionados con la administración de las

fundaciones, se puede comparar con las leyes mencionadas que, en esencia, el

fondo es coadyuvar al desarrollo del beneficio social y que las fundaciones,

asociaciones civiles o instituciones de asistencia privada, deben fungir como

intermediarias para canalizar los recursos a proyectos o programas que beneficien

a personas que se encuentran en situación de desventaja apoyadas por el Estado

quien se compromete a fomentar y a facilitar la creación de estos programas.

Como se ha señalado, salvo algunas excepciones, las fundaciones no reciben un

tratamiento específico en la legislación mexicana, lo cual representa un área de


189

oportunidad para que se legisle sobre las actividades, límites, características, e

incluso la organización administrativa de estas organizaciones, para que, en la

medida de lo posible, sean una opción en el marco de la economía social y solidaria.

3.9 Ejemplo de fundaciones modernas y su funcionamiento.

En este apartado se revisan algunas de las fundaciones que existen en la actualidad

en México y su funcionamiento, con el fin de determinar en el siguiente capítulo si

es posible que este tipo de organizaciones formen parte de la economía social y

solidaria.

En México existen algunas fundaciones que llevan más de cien años funcionando y

que se han ido ajustando a las necesidades actuales. Entre ellas hay varios tipos

de fundaciones, como son: comunitarias, empresariales, familiares, etc. Algunas de

ellas también están registradas como Asociaciones Civiles (A.C) y otras como

Instituciones de Asistencia Privada (I.A.P), que como ya se señaló, engloban a estas

organizaciones que son llamadas fundaciones. A continuación, se mencionan

algunas de ellas y su funcionamiento.

3.9.1 Nacional Monte de Piedad, Monte Luz Saviñón, Fundación Rafael Dondé,

Fundación John Langdon Down, Fundación Caritas,

Nacional Monte de Piedad

El Nacional Monte de Piedad fue fundado en 1775 por Don Pedro de Terreros, sin

embargo, es hasta 1836 que se establece en su actual casa matriz ubicada en el

Centro Histórico de la Ciudad de México. Más adelante en 1872 fue nombrada un

establecimiento de beneficencia pública y 118 años después, en 1990, fue

reconocida como una Institución de Asistencia Privada (IAP). Para el 2010 ya

contaba con 226 sucursales y 22 millones de operaciones prendarias.


190

Misión, Visión y Valores del Nacional Monte de Piedad

Misión Visión Valores

Ayudar a quien lo necesite a través del préstamo prendario, servicios financieros y

actividades e inversiones de impacto social. Ser la Institución de Asistencia Privada

más admirada apoyando a 6 millones de familias mexicanas al año. (Conciencia

Social Eficiencia Integridad Pasión por servir Nacional Monte de Piedad (2017)

Esta institución ofrece servicios como el préstamo prendario, servicios financieros e

inversión social, beneficiando a tres millones de familias al año.

El préstamo prendario, es un crédito que se otorga a los clientes a cambio del

empeño de un bien mueble. El monto del crédito se establece conforme el valor del

objeto y se le da al cliente la opción de cubrir el préstamo en mensualidades

pagando un determinado interés. Una vez que el cliente cubra la deuda total, podrá

recuperar el objeto. Esta forma de préstamo funciona para aquellas personas que

necesitan dinero inmediato y que pueden ir cubriendo en mensualidades, sin

embargo, también existe un gran porcentaje de personas que acuden a este crédito

y que, al no poder pagar la deuda total, pierden el bien empeñado. Las inversiones

en proyectos sociales son financiadas con los remanentes del préstamo y de los

servicios financieros. Estos proyectos sociales pueden ser de salud, educación,

vivienda, igualdad de género, alimentación, desarrollo comunitario y económico, con

lo que benefician a otros dos millones de personas anualmente mediante las

instituciones de asistencia o de beneficencia.

Cabe mencionar también que esta institución no sólo es una fuente de crédito para

un sector social con escasos ingresos, sino que también es una oportunidad para

hacerse de productos a precios muy bajos; es decir, la institución, después de un

cierto tiempo, pone en venta los productos u objetos que la gente empeñó y dejó

perder. Estos productos son ofertados a un menor precio en el mercado aparte de


191

que son vendidos de contado o a mensualidades, lo que permite que este sector

social construya un patrimonio propio.

Montepío Luz Saviñón

Es una I.A.P. que también otorga préstamos prendarios. Fue fundada en 1902 por

doña Luz Saviñón bajo la idea de “[…] beneficiar, a través del crédito prendario, a

toda persona que tenga una necesidad de dinero inmediata para que progrese junto

con las personas que la rodean.” (Montepío Luz Saviñón, 2017). Esta institución

también realiza actividades de asistencia social.

Misión y Visión de Montepío Luz Saviñón.

Misión Visión

Otorgar préstamos prendarios a una tasa de interés menor que las organizaciones

privadas. Ser reconocida como la mejor Institución No lucrativa dedicada al

préstamo prendario. (Montepío Luz Saviñón (2017)

El esquema de créditos prendarios también se determina por el valor del objeto que

se empeña, sin embargo, a diferencia de Nacional Monte de Piedad, cuentan con

un servicio de crédito para hacer crecer negocios y cuentan con un seguro para

devolver la prenda al beneficiario en caso de fallecimiento. También en esta

organización se pueden empeñar los autos. El plazo para liquidar la deuda depende

también del valor de la prenda que se empeña.

Esta organización cuenta con sucursales en sólo 10 estados de la República que

son Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán,

Morelos, Puebla, Querétaro, Tlaxcala y Yucatán.

Fundación Rafael Dondé


192

Esta fundación está constituida como una I.A.P. sin fines de lucro. Fue creada en

1905 por Rafael Dondé Preciat quien buscaba ayudar a los más necesitados a

través de la educación.

Misión, Visión y Valores de Fundación Rafael Dondé.


Encaminarse en el desarrollo del potencial de todos los integrantes de la familia

Fundación Dondé: en darle a los niños herramientas para que se reconozcan y

realicen como seres humanos valiosos, únicos y con facultades extraordinarias; y,

en ofrecer soluciones financieras y apoyos que ayuden a mejorar la vida de sus

clientes. Ser una sabia y poderosa comunión de seres valiosos, con un origen y un

destino, entregados al servicio de la humanidad; que sienten y expresan amor por

servir; y que están comprometidos con la libertad, con el amor y con el desarrollo

como seres humanos. Honestidad con responsabilidad

A) Espíritu de servicio Disciplina y perseverancia

B) Trabajo en equipo Gratitud Empatía y respeto a todas las personas

(Fundación Rafaél Dondé 2017)

Fundación Dondé se dedica a impulsar la educación y el desarrollo integral de los

niños mediante módulos educativos Dondé, capacitación y desarrollo humano. Uno

de los objetivos de los módulos educativos Dondé es formar profesionales que

puedan desarrollar herramientas psicosociales que ayuden a niños que habitan en

las zonas marginadas del país.

En cada módulo educativo y en cada escuela Educarte se busca lograr el pleno

desarrollo de los niños mediante la enseñanza de valores que los hagan tener un


193

desarrollo integral que permita mejorar sus condiciones de vida (Fundación Rafaél

Dondé, 2017).

La diferencia entre los módulos educativos y la escuela Educarte, es que los

módulos se establecen en escuelas que acepten el programa de orientación que

ofrece Fundación Dondé para brinda apoyo psicológico y actividades que permitan

el desarrollo de los niños y; las escuelas Educarte son instalaciones propias de

Fundación Dondé que se rigen por la filosofía de la misma. Actualmente, cuentan

con dos escuelas Educarte, una ubicada en Veracruz y la otra en la Ciudad de

México.

Para que cada modelo funcione es necesario que las personas que se encuentran

a cargo reciban capacitación para guiar de manera adecuada a los niños, misma

que ofrece también esta Fundación. Aunado a ello, Fundación Dondé también

ofrece servicios de préstamo y empeño al igual que Nacional Monte de Piedad y

Montepío Luz Saviñón, en donde también se pueden empeñar objetos de valor,

autos y bienes inmuebles. El proceso para obtener un préstamo es el mismo que se

realiza en las otras instituciones. El plazo para la liquidación de la deuda varía desde

los 61 días hasta los 12 meses.

Asimismo, la organización cuenta con un banco que abrió sus puertas hace 25 años

con el objetivo de que cualquier persona pudiera acceder a un préstamo financiero

sin complicaciones. También funciona como intermediaria al otorgar donativos en

efectivo a Instituciones de Asistencia Privada y Asociaciones Civiles que

contribuyan con el desarrollo social.

Fundación John Langdon Down

Es una organización constituida como una asociación civil que brinda atención

educativa, médica y psicológica a personas que tienen síndrome de Down, así como

a sus familias. “Fue creada en la Ciudad de México el 3 de abril de 1972, por la


194

Maestra Sylvia G. Escamilla, y actualmente es la sede de la Escuela Mexicana de

Arte Down y creadora de la cadena de cafeterías “Tres 21 Arte Café”.” (Fundación

John Langdon Down, 2017)

La Maestra Sylvia G. Escamilla, fundó esta institución con “[…] la misión de

promover los derechos humanos, la dignidad y el potencial de las personas con

síndrome de Down para mejorar su calidad de vida.” (Fundación John Langdon

Down, 2017)

Los objetivos específicos de esta Fundación son:

• Brindar educación de calidad adecuada a sus necesidades educativas

especiales, a través de su Programa Educativo Integral.

• Atender a familias del interior de la República Mexicana, a través del

Programa Foráneo.

• Proporcionar actividades deportivas, recreativas y culturales que

enriquezcan y complementen el desarrollo integral.

• Desarrollar habilidades sociales que promuevan la autonomía personal y la

vida independiente.

• Orientar e informar a padres, hermanos, abuelos y otros familiares a través

de la Escuela para Padres.

• Brindar atención médica y psicológica en la Clínica de Síndrome de Down.

• Diseñar, desarrollar e implementar programas de capacitación y

actualización a instituciones públicas y privadas a nivel nacional a través del

Programa de Educación Continua.

• Proporcionar una formación integral en Artes Plásticas a través de la Escuela

Mexicana de Arte Down.

• Organizar y promover eventos académicos, científicos y culturales de

difusión nacional e internacional.

• Desarrollar investigación sobre el tema. (Fundación John Langdon Down,

2017)


195

La organización cuenta con diversos servicios como son el Programa Educativo que

abarca desde la intervención temprana hasta la primaria especial, así como música,

danza, teatro, natación, la escuela de arte, taller de producción de alimentos y el

programa para alumnos foráneos. Otro servicio es la clínica donde se proporciona

atención médica y psicológica a personas con síndrome de Down; también cuentan

con las cafeterías TRES 21 Arte Café que operan personas con síndrome de Down

y; la Escuela Mexicana de Arte Down donde se les enseña arte.

Esta organización es operada también por voluntarios que destinan su tiempo y

recursos al servicio de la comunidad sin recibir un pago a cambio.

Fundación Cáritas

Esta organización es parte de una Red Católica de ayuda social que se encuentra

en más de 200 países. En México fue fundada en 1960, en la Parroquia de San

Miguel Tacubaya. Esta fundación se encarga de atender diversas necesidades de

los sectores más pobres de la sociedad. En la actualidad se constituye por 162

organizaciones católicas.

A nivel internacional, fue fundada en 1897 en Alemania con el fin de promover y

articular iniciativas socio caritativas; fue más tarde, durante el siglo XX, que esta

institución se expandió por todo el mundo. En México la fundó Monseñor Moisés

Ugalde, sin embargo, fue hasta 1985, tras el terremoto que sacudió la Ciudad de

México, que se constituyó la Fundación para el Apoyo de la Comunidad A.C., quien

asumió el papel de Cáritas conformando la FAC-CARITAS en 1988. En 1944 se

refundó Cáritas bajo la figura de Institución de Asistencia Privada.

Actualmente, Cáritas Ciudad de México agrupa a once organizaciones, que han

logrado profesionalizar sus servicios sociales a favor de los pobres y más


196

vulnerables de la sociedad, e interviene en situaciones de desastre en ámbitos local

y nacional. (Cáritas, 2016)

Misión, Visión y Valores de Fundación Cáritas.


Brindar servicios sociales con calidad profesional e identidad eclesial, a personas

excluidas y vulnerables de la Ciudad de México; y fomentar procesos que

desencadenen su participación e inclusión social. Fomentamos al mismo tiempo en

la sociedad una amplia cultura solidaria en la justicia y la fraternidad. Ser vista como

espacio fraterno que propicia el encuentro plural y el diálogo abierto y respetuoso

entre quienes trabajan por la justicia y la fraternidad; Ser considerada como una

Institución cercana a los pobres y excluidos y dispuesta al servicio incondicional y

desinteresado, en favor de ellos; Ser una organización creíble y generadora de

propuestas innovadoras basadas en el Evangelio y con alto nivel de eficacia y

calidad. Cercanía y empatía Disciplina Profesionalismo Sencillez Pertenencia

Autenticidad y transparencia Trabajo Eficacia y excelencia Colaboración (Cáritas

(2016)

Sus objetivos estratégicos son:

• Actuar en los campos en los que tradicionalmente ha intervenido la acción

social de la Iglesia en México, profesionalizando la ayuda humanitaria: en

situaciones de emergencias locales y nacionales; en nutrición y en salud

familiar y comunitaria.

• Brindar atención profesional a grupos vulnerables: situaciones de violencia

intrafamiliar, niños y mujeres indígenas urbanos, jóvenes adictos y personas

en sufrimiento social.

• Dar servicios sociales de educación no formal para jóvenes y ancianos en

sus propios contextos de pertenencia social


197

• Fomentar una cultura de voluntariado que convoque al hecho caritativo y

cristiano.

• Formar voluntarios parroquiales, profesionales y organizaciones que trabajan

en el campo social.

• Documentar las lecciones aprendidas y desarrollar metodologías basadas en

la experiencia obtenida. (Cáritas, 2016)

Esta organización promueve programas de apoyo que se relacionen con la salud,

la alimentación, la formación profesional, atención a grupos vulnerables (indígenas,

migrantes, personas con adicciones, mujeres, etc.), apoyo a adultos mayores. Así

también tienen campañas de voluntariado para que personas que quieran contribuir

al beneficio social se sumen y participen en sus proyectos.

3.10 Prácticas de la economía social y solidaria como fundamento del buen

vivir.

Las complejidades que los procesos constituyentes que han experimentado con

respecto a la realización del Buen Vivir, forman parte de un proceso en transición

de larga duración que se caracteriza actualmente por presentar tensiones y

contradicciones articuladas principalmente por la reproducción de un Estado

regulador con tendencias extractivistas en un entorno global interconectado por las

economías de mercado (Prada, 2011). Gudynas (2011) precisa que dichas

alternativas orientadas desde la institucionalidad del Estado generan procesos en

permanente construcción, de donde se desprenden etapas de ajuste con sus

respectivos éxitos y fracasos envueltas de un aprendizaje colectivo.

La propuesta ético-civilizatoria del Buen Vivir, cimentada en la cosmovisión de los

pueblos, despliega una propuesta integral que niega contundentemente la

reproducción de un “desarrollo alternativo” que continúe recreando la idea del

crecimiento económico como parámetro de bienestar social. Raúl Zibechi (2012)

enfatiza en que la reproducción del Buen Vivir no es equiparable a una serie de


198

derechos ciudadanos y deberes de los Estados. El Buen Vivir se articula dentro y

para las sociedades que aspiran a la realización de una vida integral, una vida digna.

Epistemológicamente, la sociabilidad capitalista ha impuesto la idea colectiva de

que es posible alcanzar niveles de vida “superiores” en relación a los procesos

económicos expresados particularmente con los aumentos cuantitativos de la

producción. El crecimiento del Producto Interno Bruto representa el indicador por

excelencia que determina el potencial de “desarrollo” de un país en un mediano y

largo plazo. Dentro de esta visión, el futuro ineludiblemente se tornará “mejor”. Para

ello es necesario realizar sacrificios en el presente que nos garanticen transitar

hacia un futuro lleno de posibilidades. No obstante, la indolencia de esta visión que

ha sido denominada por Santos (2005) como la razón proléptica se retroalimenta de

la noción “Vivir mejor” que resulta una promesa inalcanzable. La anterior concepción

en nada se asemeja a la visión originaria del “Buen Vivir”.

Una idea fundamental que desliga a ambas visiones se centra en el proyecto

civilizatorio sobre la que reposan cada cual. El “vivir mejor” no cuestiona las

estructuras epistemológicas, políticas, económicas, culturales, sexuales, sociales

etc., sobre las que se despliega la presente sociedad de mercado. Esta postura

considera pertinente la masificación territorial del proyecto civilizatorio moderno que,

apoyado económicamente en el intercambio de valores con su consecuente

extracción de plusvalía, relaciona personas ajenas de sexualidad, raza, género,

territorialidad, clase social, etc. El “vivir mejor” está al alcance de todos y todas

relativizando las estructuras sistémicas que fomentan relaciones jerárquicas de

exclusión y desigualdad social.

Esta estructura epistemológica incapaz de cuestionar el supuesto progreso y

desarrollo occidental, se retroalimenta de la racionalidad del ego cogito cartesiano

que ha configurado una noción de universalidad de la praxis (Grosfoguel, 2008).

Una de las consecuencias de lo anterior, es la reproducción de una geopolítica de

la razón moderna que recrea relaciones imperiales que legitiman un racismo


199

epistémico y biológico. Esta estrategia discursiva ha sido decisiva en el proceso de

negación, silenciamiento y exterminio de las existencias y saberes no inscriptos a la

tipología del “ser” y del “pensar” diseñada por la razón moderno imperial (Díaz,

2017), la cual niega la posibilidad de imaginar -y por ende construir- relaciones

sociales y materiales de otro tipo.

Por otra parte, el Buen Vivir parte de una noción comunitaria articulada por los seres

vivos, los seres humanos y la naturaleza, en donde principios como la solidaridad,

reciprocidad, complementariedad, equidad, autogestión e igualdad juegan un papel

primordial (Prada, 2011).

Vega (2011) considera que el Buen Vivir aspira a una vida digna que recupera la

sabiduría de los pueblos ancestrales, además de fomentar el consumo equilibrado

de las riquezas naturales y el desenvolvimiento de formas de producción creativas

que desencadenan las potencialidades y capacidades imaginarias de las

comunidades.

Dentro de esta propuesta, las prácticas de la economía solidaria-comunitaria

representan una premisa necesaria para la construcción de sociedades más allá de

las pautas capitalistas, radica en señalar las posibilidades y prácticas reales que

permiten fomentar vínculos económicos cuya principal lógica no recaiga en el

carácter lucrativo de los bienes y servicios en un contexto en que la lógica del

mercado se ha derramado a la sociedad en su conjunto. Para cumplir con lo

señalado, se realiza una discusión teórica en donde se enlistan los principales

ejercicios de la llamada economía solidaria, configurados dentro de un proceso de

carácter experimental. En un primer momento se realiza una discusión teórica en la

que sobresale la importancia de implementar una economía moral que aspira a

recuperar los vínculos humanos ahora enajenados por el fetichismo de las

mercancías. No obstante, previo a discutir la potencialidad de los ejercicios de la

economía solidaria trazados en un horizonte emancipador que plantea como

escenario utópico la instauración de una vida no mercantilizada.


200

3.11. El papel del Estado Nación.

La esfera de lo político en las sociedades capitalistas ha estado representada por el

Estado-nación como figura máxima, reduciendo y negando las prácticas y

experiencias políticas reproducidas en los tiempos de la vida cotidiana. La política

hegemónica parte de una epistemología Estado céntrica y de dominación que

legitima a aquellos ejercicios que se desarrollan dentro del marco de la

institucionalidad estatal (Regalado, 2012). En esta medida, Rhina Roux (2002)

considera que la compresión de la política como actividad exclusiva del Estado

forma parte del imaginario moderno configurado occidentalmente entre los siglos

XVI y XX.

Jaime Osorio (2004) considera que una idea generalizada en los debates

académicos contemporáneos de la sociología política y la ciencia política es la

supuesta desintegración del Estado-nación ante la relevancia internacional de

actores políticos como las empresas transnacionales, el capital financiero y bancario

y las Organizaciones no Gubernamentales, por citar algunos ejemplos. No obstante,

es necesario hacer énfasis en la idea de que el Estado continúa ocupando un lugar

central en esta etapa globalizada neoliberal.

Por tanto, el poder político juega un papel crucial. Este es entendido como un

proceso complejo que describe a una red de relaciones sociales que alcanzan su

estado de hegemonía, siguiendo a Gramsci, en función de la fuerza y posición que

logran éstos dentro del Estado nación. Este poder político, compuesto por capas

sociales heterogéneas y en permanente fricción, está condicionado por los distintos

bloques en el poder según cada etapa histórica (Osorio, 2004). Con respecto al

desenvolvimiento actual de la praxis, estamos en condiciones de asentar que dicho

poder político ha tendido a una centralización. Por tal motivo, las transformaciones

y mutaciones sociales en curso no pueden dejar desapercibido el papel y la


201

importancia del Estado, menos aún en los territorios de la periferia sobre los que

recae su poderío en mayor medida.

En trazos generales, el Estado representa una institucionalidad compleja cuya

capacidad primordial radica en hacer expresión de la sociedad en su conjunto, los

intereses de las clases, fracciones y sectores sociales dominantes. Dentro de estas

características sobresalen elementos que reproducen de manera constante el

dominio de clases, así como la concentración de las relaciones de poder. Es

entonces que…

“Hablamos del Estado… para referirnos a una condensación particular de las redes

y relaciones de fuerza en una sociedad, que permiten que se produzca y

reproduzcan relaciones de explotación y dominio.

Desde esta perspectiva, el Estado sintetiza intereses sociales particulares y expresa

el poder de determinados agrupamientos sociales, el de las clases dominantes, por

sobre los intereses de las clases dominadas” (Osorio, 2004 p. 22).

Además…

“El Estado no sólo expresa una correlación de fuerzas en donde predominan los

intereses de las clases dominantes. Es por sobre todo una relación social que crea

fuerza y modifica esas correlaciones a favor de los que dominan” … (Osorio, 2004:

p. 47).

De tales procesos, las supuestas conquistas sociales que se han alcanzado a lo

largo de diversos escenarios históricos como el derecho a huelga, la sindicalización,

el límite de la jornada laboral, etc., representan…

“Conquistas, pero desvirtualizadas y filtradas por la acción estatal” (Osorio, 2004: p

47).


202

A lo largo de las discusiones teóricas del siglo XX, el paradigma de la toma estatal

como mecanismo para transformar a las sociedades ocupó un lugar central. Las

discusiones se tornaban en relación a la dualidad reforma-revolución. En ambos,

ganar el Estado representaba un punto nodal, el centro sobre los que se irradian los

cambios en la sociedad. Sin embargo, John Holloway (2002) considera que ambos

proyectos fracasaron rotundamente a lo largo del siglo XX ya que un factor

fundamental es la capacidad de acción autónoma del Estado-nación. Esta

institución se encuentra determinada y condicionada, entre otras causas, por la

forma en la que el trabajo está organizado en esta sociedad. Dicho de otra forma,

el Estado presenta un componente fetichizado que encubre las relaciones sociales

fomentadas en la realidad.

Sin duda, tales limitantes resultan un aspecto crucial en el análisis sobre el Estado.

Sin embargo, un aspecto fundamental es evitar la reproducción de una serie de

fundamentalismos que “acorten el presente”, pasando por desapercibido los

ejercicios reales y potenciales de transición social que se verifican en nuestras

prácticas cotidianas. Santos (2010) cuestiona la posibilidad del Estado como

dispositivo institucional, normativo e ideológico de la modernidad occidental, de

efectuar cambios profundos cuando lo que se ha observado a lo largo de su devenir

histórico es la estabilidad y permanencia de los mismos mecanismos de exclusión

social sostenidos por distintas clases sociales que han ostentado el poderío político,

económico e ideológico en turno.

Los retos de estas transformaciones no son nada sencillos. Una pregunta

fundamental es cómo transformar radicalmente a una entidad cuyo el objetivo último

solo refundarlo. Una pista podría basarse en la capacidad del Estado como

institución capaz de efectuar una ingeniería social que promueva la lucha por una

nueva hegemonía (Santos, 2010). Aunque este no es el objetivo último de las

construcciones sociales deseadas, es necesario cuestionarnos: En qué medida esta

nueva hegemonía puede resultar parte de estos procesos transitorios de larga


203

duración de Sousa Santos (2010) considera que prevalecen cuatro dimensiones

particulares que caracterizan al actual contexto latinoamericano. Particularmente,

las luchas ofensivas y defensivas junto con las pautas hegemónicas y contra

hegemónicas trazan posibles respuestas sobre la funcionalidad del Estado en las

transformaciones verificadas en la actualidad.

Como ya se ha mencionado, en la región latinoamericana prevalecen luchas

avanzadas en donde el Estado es parte de la solución de muchos procesos. Ejemplo

de ello son los procesos constituyentes de Ecuador y Bolivia. Sin embargo, dentro

del mismo Estado-nación coexisten luchas retrasadas en donde esta institución es

parte del problema. Sin embargo, las luchas ofensivas presentan como potencial

inmediato la realización de cambios importantes en las políticas públicas que

generen una mayor redistribución de la riqueza, mientras que las luchas defensivas

resisten contra la imposición de los poderes estatales y fácticos. Estos dos tipos de

lucha se articulan de manera compleja incluso en países con tendencias de luchas

ofensivas y viceversa.

Con respecto a los procesos hegemónicos y contra hegemónicos, en la región

latinoamericana se ha empleado con éxito el uso contra hegemónico de los

instrumentos políticos del Estado liberal. Es decir, los instrumentos e instituciones

dominantes, cuya función radica en garantizar la reproducción en escala ampliada

de sociedades capitalistas, han sido apropiados por las clases populares que

pugnar por la instauración de un constitucionalismo de nuevo tipo (Santos, 2010).

Por tal razón, resulta pertinente abordar la importancia de las clases subalternas en

la configuración de relaciones sociales distintas de los parámetros liberales.

3.12 La noción de hegemonía subalternidad

Los vínculos sociales hegemónicos cimentados en el paradigma civilizatorio de la

modernidad han promovido una ruptura significativa entre los campos de la

producción-intercambio y lo político-estatal. En esta medida, la irrupción de la


204

“sociedad civil” como esfera de los intereses privados, contraria a la lógica pública

de la esfera estatal, ha promovido la separación de las potencialidades ciudadanas

con respecto de las actividades políticas, validando exclusivamente mecanismos

institucionalizados como las representaciones, elecciones y organizaciones

partidistas. Esta ruptura se cristaliza en el Estado-nación como institución de

dominio social, la cual se desliga de la explotación y la reproducción de clases

sociales recreadas en la esfera económica (Osorio, 2004). Por esta y muchas

razones más, vivimos un proceso de confusión teórica que radica, según Carl

Schmitt (citado en Roux, 2002), en la no distinción de la dimensión abstracta de lo

político y su formación histórica constituida por el Estado-Nación.

Sin embargo, socialmente se han forjado procesos imaginarios que, mediante

rupturas radicales con las prácticas institucionales, presentan como potencialidad la

capacidad de reactualizar, replantear y reinstaurar las relaciones humanas

articuladas en los tiempos convencionales de la vida social, las cuales se

manifiestan mediante procesos complejos y dinámicos recreados a partir de

interrupciones y reanudaciones, fundaciones y refundaciones (Echeverria, 2006).

En este contexto, los vínculos políticos se tejen de las combinaciones complejas de

ambas relaciones; no obstante, el discurso de la cultura política moderna valida

únicamente la primera forma. Por lo tanto, saber, ver y escuchar a los movimientos

sociales que operan al margen y más allá del Estado es uno de los mayores retos

epistémicos (Lenkersdorf, 2008; citado en Regalado, 2012).

Una característica fundamental de la actual sociedad capitalista es la desconexión

de los procesos La separación de las nociones “política estatal” y “política de la

sociedad” se ha acentuado en líneas generales en función del proyecto de la

modernidad que ha reducido el potencial emancipatorio social prometido a su

carácter productivista y político-institucional; sin embargo, dichas nociones

devienen de un proceso histórico occidental que data de la antigua Grecia.


205

Aristóteles (citado en Roux, 2002) consideraba que la política era la actividad

práctica en la que se expresaba la condición humana por excelencia debido a su

capacidad de instaurar una convivencia social posibilitada por los reconocimientos

recíprocos a través del lenguaje. La política configurada con la ética, continúa,

implica un nivel civilizatorio distinto que trasciende el mundo natural y el mundo de

los límites impuestos por las necesidades físicas. Por lo tanto, el “zoon politikon”

representa la condición de ciudadanía por excelencia que destina al ser humano a

vivir en una comunidad política, particularmente en el ejercicio de las funciones

gubernamentales, en la elaboración de las leyes y en la impartición de justicia (La

paradójico de esa comunidad que describía Aristóteles consiste en que pese a que

reproduce una sociabilidad exclusiva del mundo humano, requería de trabajo

esclavo como condición necesaria para la libertad y la actividad política de los otros

(Roux, 2002). (Aristóteles, 1986; citado en Roux, 2002). La “polis” teorizada por

Aristóteles en tanto espacio de autonomía como condición necesaria del desarrollo

de la ciudadanía fue identificada por el discurso moderno liberal en razón de la

propiedad privada.

“Esa asociación entre autonomía y propiedad sirvió para fundamentar, en el tránsito

del absolutismo a la república, la exclusión de los (as) trabajadores (as) y los (as)

pobres de los derechos políticos, el voto censitario y la diferenciación de los

ciudadanos en activos y pasivos: ambos pertenecientes a la comunidad estatal pero

sólo los primeros, los propietarios, con derecho a votar y a ser elegidos” (Roux, 2002

p 237).

En el siglo XVI, época histórica de la construcción de los Estados-nacionales en

Europa occidental, las aportaciones de Maquiavelo (2009) hicieron de la política un

arte, una técnica que tendía a desarrollar una moralidad dictada por el Estado. Los

gobernantes tendrían que ostentar el poder institucional dejando a un lado las

consideraciones subjetivas de tipo moral. Posteriormente, la teoría sistemática de

Hegel representó un punto teórico de ruptura.


206

Ante un contexto histórico-espacial caracterizado por la sociabilidad burguesa en

cuanto comunidad de propietarios privados libres e iguales entre sí, la (ir)

racionalidad que impone la riqueza abstracta en cuanto cúmulo de valores, tenderá

a ser superada de manera dialéctica por una sociedad política que plantea

refuncionalizar e integrar las distintas formas de la vida (forma de vida natural,

económica y política) de manera permanente pero contradictoria. La política

comprimida no obstante a las prácticas de la institucionalidad del Estado, simboliza

el escenario más avanzado de la humanidad, sobre la que avanza la vida real y por

ende los procesos históricos de las sociedades (Echeverría, 1996). Como parte de

esta perspectiva, Atilio Boron (citado en Osorio, 2004) considera que el Estado

burgués se ha asumido, entre otras cuestiones, como la esfera superior de la

etnicidad y racionalidad que dan sustento a la actual hegemonía social

La configuración histórica de la sociedad moderna ha conservado, en trazos

generales, la separación de la esfera de la reproducción material en relación con la

esfera política, haciendo de ésta una actividad especializada ejercida por los

“políticos profesionales” (Roux, 2002).

No obstante, por debajo de los discursos oficiales se articulan de manera oculta

pero activa redes sociales subalternas, (Categoría empleada por Antonio Gramsci

que inicialmente refería a los militares con rango menor. Posteriormente la categoría

se trasladó hacia personas o grupos marginados de las escalas sociales vinculados

con la raza, clase, género, orientación sexual, etnia, religión, clase social, etc.

(Gopal, s.f.e.). Las cuales modifican y condicionan las relaciones de la “política

estatal pura”, resistiendo la mayoría de las veces a las normatividades sociales de

la presente etapa histórico-espacial. La negación de la política estatal como la única

manera de ejercer el derecho político tiende a recuperar y determinar los sentidos y

fines de la vida individual, y por ende de la vida colectiva, negando obedecer bajo

las órdenes emitidas por otro (as) (Roux, 2002). En esta medida, Gramsci (citado

en Gutiérrez Donoso, 2009) resaltaba la necesidad de destruir los prejuicios vertidos


207

por la filosofía oficial, cuya validez se reduce a las actividades realizadas por

intelectuales.

Dipesh Chakravarty, teórico de la Escuela de los Estudios Subalternos, cuestiona

las capacidades de auto-representación históricas, culturales y epistemológicas de

las culturas no-europeas. La imposibilidad de las culturas y territorios de escribir su

propia historia radica en que…

“Europa mantiene la soberanía como el sujeto teórico de todas las historias,

incluyendo las otras historias. Existe una vía peculiar por la cual estas otras historias

tienden a convertirse en variaciones de una meta-narrativa que bien se podría llamar

la historia de Europa” (Chakravarty, 1997; citado en Galindo, 2010 p 6).

Bajo esta postura Gayatri Chakravorty Spivak (1998) denuncia el silenciamiento

estructural hacia lo subalterno dentro de la historia de la modernidad occidental. Las

y los subalternas (os) son sujetos que no ocupan una posición discursiva desde la

que puedan hablar. Prevalece un ocultamiento hacia lo subalterno que no parte del

plano de la existencia sino del plano de la representación ya que bajo los parámetros

de legitimación hegemónica los discursos subalternos carecen de validez científica.

Por tal motivo han emergido dos tipos de representaciones que están operando a la

par: la representación de “hablar a favor de” y la representación vinculada con el

“hablar por”. En ambas formas se recrea la existencia de un sujeto privilegiado

(Spivak, 1998).

“La existencia de un sujeto soberano que puede hablar por sí mismo, pero

“habilitado” por otro más soberano… (Tiende a que) el que hablaría, en todo caso,

ya no sería el oprimido, sino un sujeto libre para la crítica ideológica. De uno u otro

modo, queriendo ofrecer el lugar de la palabra al oprimido no se hace sino reafirmar

su mudez” (Collazo, p. 7).


208

Sin embargo, pese a lo complejo que resulta que los colectivos sociales subalternos

hablen por sí mismos, la riqueza teórica de la categoría empleada inicialmente por

Gramsci radica en la medida en que la noción de “subalternidad” establece una

constructo teórico que exhibe las relaciones enajenadas en el terreno

superestructural. En este sentido Spivak cuestiona…

“¿Cómo poner en la misma balanza a un proletario francés, blanco, hombre,

perteneciente a un sindicato y a una colonizada hindú, de piel oscura, mujer,

analfabeta y sirviente del sirviente? El primero es un explotado, la segunda una

subalterna” (Spivak, 2003; citado en Collazo).

Es por ello que la subalternidad parte de revalidar los conocimientos cimentados por

la “ciencia popular”, por el “sentido común”, en antagonismo a los conocimientos

avalados por los patrones científicos. En este sentido, “la conciencia de clase”

teorizada por el marxismo a lo largo del siglo XX no se recrea bajo aspectos de corte

racionalista enmarcados por las normatividades científicas, sino que se consolida a

través de las expresiones populares como el folklore, las creencias, las opiniones,

los saberes, etc., los cuales ocupan un lugar central en la gestación de rebeldías al

orden institucionalizado. (Bajo la visión de Gramsci, negar la toma del Estado para

modificar a las sociedades no tiene sentido. Siguiendo el pensamiento gramsciano,

Beverly (2010) considera que para que los subalternos puedan acceder al poder, es

necesario consolidar su lucha en partidos políticos. Lo anterior se explica debido a

que Gramsci considera que el subalterno carece de capacidad de “liderazgo

consciente”, necesario para revolucionar las relaciones socioculturales).

Bajo la noción gramsciana, lo “subalterno” engloba a aquellos individuos y grupos

sociales que conforman una comunidad jerárquica subsumida por los procesos

sociales de reproducción humana. Por lo tanto, prevalece una relación de

dominación-sometimiento que se reproduce no sólo en el momento de la

apropiación del trabajo, sino en el socavamiento de la politicidad al negar la

capacidad de los seres humanos de determinar sus formas de organización social


209

(Roux, 2002). Bolívar Echeverría (1995) considera que el valor de la mercancía

capitalista, además de usurpar directamente a la comunidad humana de la

reproducción de sus necesidades de consumo y producción, ha negado las

relaciones sociales de convivencia sustituidas por la “república de las mercancías”

y la “dictadura capitalista”. En este sentido, las sociedades actuales

occidentalizadas están sumidas en una politicidad enajenada que requiere de la

desarticulación y ruptura de los ejercicios de la política institucional para transitar

hacia escenarios más soberanos.

Aun cuando las clases subalternas están inmersas en un juego dialéctico en donde

la hegemonía es una de las estructuras centrales, tales colectivos sociales tienden

a presentar características disgregadas, provisionales y episódicas que no obstante,

representan los puntos nodales en donde las iniciativas autónomas transgreden a

la sociabilidad imperante (Gramsci, 1967; citado en Galindo, 2010). De hecho, el

concepto de subalternidad se construye tratando de entender tanto la subjetividad

erigida por la multiplicidad de los grupos sociales como su potencial de

transformación por medio de la conciencia y la acción política (Roux, 2002).

En otras palabras, el Estado, las élites gobernantes y la sociedad civil -y por ende

las clases subalternas-, recrean una disputa de relaciones de poder que combinan

elementos de coerción y consenso. Es a través de la “hegemonía” donde se

consolida un proceso histórico concreto por el cual una clase logra que sus intereses

sean reconocidos como propios aun cuando vayan en contra de las aspiraciones

subalternas. Sin embargo, la hegemonía se caracteriza por ser un proceso frágil y

precario, en constante renovación, que tiende a ser recreado, defendido y

modificado (Gutiérrez Donoso, 2009). Esta dialéctica resulta fundamental ya que su

transcendencia tiende a trazar puentes hacia la construcción de escenarios utópicos

donde es posible imaginar espacios de equidad y justicia social.

3.13 La contra-hegemonía subalterna


210

Gilly (2006) considera que en las sociedades actuales puede ejercerse dominación

y coerción sin aprobación colectiva, sin hegemonía. Por ende, las y los subalternas

(os) han construido espacios sociales que conforman una cultura popular que

transita del sujeto rebelde individual hacia la socialización de las prácticas y

discursos en resistencia. Dichos espacios que distan del control y vigilancia de las

clases dominantes –los cuales no se limitan a lugares físicos reproducen discursos

ocultos, códigos lingüísticos incomprensibles que se defienden en las “fauces del

poder” (Scott, 2000). La contra-hegemonía subalterna, por tanto, se reproduce en

los espacios y códigos de disidencia que evidencian el carácter transitorio de la

hegemonía imperante conforme se manifiestan políticas y prácticas emancipatorias.

Por esa razón Gramsci (citado en Gutiérrez Donoso, 2009) considera que la cultura

popular representa una cultura de conflicto para las clases dominantes. Una sub-

cultura de la resistencia denominada por James Scott (2000), que necesariamente

es producto de la solidaridad entre los y las subordinados (as).

Como parte de las disidencias efectuadas al carácter social hegemónico, la “política

del pueblo” desdobla procesos históricos en el interior de los marcos dominantes

que tienden a trazar posibles salidas hacia formas más autónomas (No obstante

Gramsci parte que la conquista paulatina de la autonomía se articula mediante la

trayectoria política de los sectores subalternos hacia la sociedad civil, los cuales

disputarán la hegemonía y potencialmente se dirigirán hacia el Estado para

“quebrar” definitivamente a la dominación (Modonesi, 2010). En este marco, un

ejemplo serían las festividades vinculadas con las tradiciones de los pueblos

originarios, las cuales son reproducidas mayoritariamente en las periferias. En estos

espacios, la subversión a la institucionalidad hegemónica juega un papel importante

ya que, aunque se manifiesta de forma codificada, en ciertos momentos transgreden

los órdenes establecidos. Santos (2009) afirma que la cultura barroca

latinoamericana puede considerarse caótica; no obstante, abriga un potencial

emancipador que, articulado con la desproporción, la risa y la subversión,

carnavaliza las prácticas sociales hegemónicas. Es así que, durante el transcurso


211

de las festividades, las relaciones sociales jerárquicas convencionales en un sentido

simbólico no solo se invierten sino son abolidas (Holloway, 2011).

Las fiestas barrocas despliegan un potencial subversivo en la medida en que estas

se alejan de los centros de poder, aun cuando tales sean los promotores. Es por

esta razón que la modernidad capitalista ha declarado una guerra hacia la risa y el

gozo, negando su reproducción, al ser consideradas como conductas frívolas,

impropias, excéntricas y blasfemas (Santos, 2009).

Por lo tanto, la subjetividad barroca teorizada por Bolívar Echeverría (1995)

representa una sociabilidad codificada, considerada por las clases dominantes

como incomprensible, irracional, patológica y perversa (Gilly, 2006). Como parte de

estas subjetividades, el carácter emocional de los grupos marginados ha sido

condenado epistemológicamente por la racionalidad moderna, particularmente

posterior a Descartes, como un obstáculo al progreso del conocimiento y la verdad.

Por lo tanto, las recetas capitalistas y cartesianas no resultan funcionales para

reconstruir personalidades humanas que tengan la capacidad y deseo de

emanciparse socialmente (Santos, 2009). Es entonces cuando la rebeldía

representa un elemento crucial para la transición hacia a las emancipaciones

sociales (Scott, 2000). Rebeldías que para Berverly (2010), tienen que ir más allá

de la toma del Estado ya que este acto convertirá inherentemente a las clases

subalternas en clases dominantes aun cuando se derrote políticamente la clase

hegemónica imperante.

Un ejemplo de estas rebeldías ha sido denominado por Santos (2010) como

“cosmopolitismo subalterno” el cual contempla a la pared capitalista en palabras de

Holloway (2011) a partir de sus contradicciones, sus fisuras y sus grietas, haciendo

visible el conjunto extenso de redes, iniciativas, organizaciones y movimientos que

luchan contra la exclusión económica, social, política y cultural generada en mayor

medida por el capitalismo globalizado, el capitalismo neoliberal, proponiendo la

creación de otras formas de vida, otras formas de solidaridad y cooperación, como


212

en la práctica lo reproduce las cosmovisiones andinas que aspiran a la reproducción

del Buen Vivir. En dichos espacios los ejercicios de la economía solidaria presentan

la configuración de otro tipo de economía que en su mayoría está cimentada por el

apoyo mutuo de las comunidades.

3.14. La economía solidaria como economía moral

La transición histórica-geográfica de una economía con mercado, avalada por el

intercambio de valores de uso, hacia una economía de mercado, apoyada por el

fetichismo de las mercancías como vínculo socializador de los propietarios privados,

ha llegado al extremo de desbordar su lógica a las prácticas sociales, políticas,

culturales, sexuales, raciales, de género, etc., generando una cultura individualizada

en donde las diferencias sociales ahora no son criminalizadas por el aparato estatal

que históricamente ha generado prácticas de terror y violencia, sino que las

prácticas de corte “fascista” son generadas por las mismas sociedades en su

conjunto, atentándose y discriminándose entre sí. (Santos, 2009). En la sociedad

de la competencia mercantil capitalista, cualquier diferencia entre las personas

puede ser motivo de discriminación (Singer, 2008).

Ante ello es urgente superar las sociedades de mercado siendo una posibilidad la

construcción de circuitos de intercambios solidarios como parte de la configuración

de otra forma de observar la economía (de Melo Lisboa, 1995; citado en Guerra,

2004). Lo anterior con el objetivo de reconectar los procesos de producción y

reproducción material y humana para satisfacer de manera más cercana las

necesidades de las sociedades (Coraggio, 2002; citado en Abramovich y Vázquez,

2007).

Los procesos históricos y espaciales legitimados por las esferas hegemónicas han

tendido hacia una “transformación inconclusa” conforme de la utopía del mercado

autorregulado que ha impulsado el desarrollo de las fuerzas productivas y los

vínculos (in)humanos mercantilizados mediante procesos asimilados como


213

naturales e irreversibles. (Sin embargo, aun cuando las instituciones encarnan la

utopía del mercado autorregulado no podrían existir sin aniquilar el material humano

y natural de la sociedad (Polanyi, 1957; en Santos y Rodríguez, 2012). En esta

medida, el proceso histórico de la revolución industrial, como etapa de reproducción

capitalista con epicentro en Gran Bretaña en el siglo XVIII, sustituyó las relaciones

económicas cimentadas por los principios de reciprocidad y redistribución por los

mecanismos desplegados por los mercados (Polanyi, 1989; citado en Prieto, 2006).

La noción “racional” del progreso y crecimiento ilimitado como la vía para alcanzar

el “desarrollo”, medido por los aumentos cuantitativos de la producción, ha

desacreditado las prácticas inherentes a los seres humanos como la reproducción

de “la conciencia efectiva y moral” teorizada por E.P. Thompson (2004), sobre la

que emergen experiencias y acciones distintas a las prácticas del mercado en

función de las costumbres y culturas no mercantiles que niegan la racionalidad

acumulativa (Gilly, 2006).

La dictadura del mercado que actualmente vivimos, forma parte de una lógica

sistémica inmoral que a costa de la fabricación continua de nuevos deseos y

necesidades ha generado un colapso ecológico sin precedente (Laville y García-

Jané, 2009). Socialmente, la lógica capitalista considera que las capacidades y

esfuerzos de las personas son distintas, y por ende desiguales, siendo la libre

competencia el mecanismo que proporciona poder y capital a los individuos más

“capaces” en términos capitalistas (Singer, 2008). Ante tal entorno, se ha asentado

la no existencia de comunidades y redes solidarias de productores y consumidores

que se rebelan contra la norma de producción, circulación y consumo hegemónico.

En respuesta a la economía inmoral que el capitalismo ha emergido, prevalecen

experiencias sociales que fundamentan sus prácticas en vínculos económicos

solidarios que reconocen el valor del trabajo y el derecho de todas y todos a la

obtención de valores de uso para reproducir nuestra existencia (Bartra, 2011). La

solidaridad, por lo tanto, representa el elemento central de los comportamientos

económicos como vínculos sociales reales (Guerra, 2004).


214

En distintas latitudes han emergido prácticas que contravienen los principios

formulados por el mercado y el Estado que, además de emitir propuestas

económicas concretas, tejen proyectos emancipadores viables como mecanismo de

defensa ante el despliegue de la sociabilidad capitalista. Algunas de las propuestas

que niegan la lógica sistémica imperante, aspiran a la consolidación de proyectos

que trasciendan la visión, incluso, del “desarrollo alternativo” que propone

modificaciones y límites al crecimiento, pero no cuestiona la idea del crecimiento en

sí.

Ante ello, las propuestas que pugnan por construir “alternativas al desarrollo”

exploran opciones pos-desarrollistas. En tales espacios participan una infinidad de

organizaciones y movimientos, distantes unos de otros, en donde se reivindican las

diversidades en general, impulsadas por una combinación de activismos locales y

globales (Santos y Rodríguez, 2012).

Como parte de las prácticas alternativas al desarrollo, las relaciones de la economía

solidaria se han conformado a través de redes sociales organizadas de manera

horizontal. En estas redes prevalecen productores y consumidores, es decir

consumidores (Santos y Rodríguez, 2012), conectados no por los poderes

extrasensoriales de las mercancías sino por la interacción solidaria entre personas

que producen, intercambian y consumen los valores de uso necesarios para

satisfacer las necesidades de cada cual.

Aunque una aproximación teórica sobre los alcances y límites de la economía

solidaria ha generado una infinidad de debates con respecto a las posturas

ideológicas que ésta presenta,

Arruda considera que…


215

“(La economía solidaria es) una forma ética, recíproca y cooperativa de producir,

intercambiar, financiar, consumir, comunicar, educar, desarrollarse, que promueve

un nuevo modo de pensar y de vivir. Es necesario resistir al poder del

neoliberalismo, impulsando nuestros propios poderes, empezando por tomar

conciencia de que otro mundo es posible” (2004; citado en Santana Echeagaray,

2008: 159). Santana Echeagaray (2011) considera que la economía solidaria

representa el conjunto de actividades que impulsan una economía alternativa al

capitalismo en donde las ganancias no se acumulan, sino que se comparten entre

la comunidad. En esta medida, la competencia es suplantada por la cooperación y

el individualismo por la comunidad. En sintonía, Luis Razeto (2001; citado en

Santana Echeagaray, 2008) propone catorce puntos que legitiman a la economía

solidaria, en los que destaca las siguientes ideas: La economía solidaria pone en el

centro al ser humano y al trabajo por encima del capital, del dinero y de los

productos; implica la organización comunitaria y de emprendimientos que persiguen

el beneficio compartido y social; se basa en la organización, la solidaridad y el

esfuerzo de los grupos y comunidades partícipes, los cuales operan a través de la

cooperación, la ayuda mutua, la participación, la autogestión, etc.

Aun cuando inicialmente tales prácticas no remplazan al capitalismo, tienen la

posibilidad de desatar sus contenidos emancipadores ya que permiten a las clases

subalternas y grupos sociales excluidos principalmente, construir formas autónomas

y autogestivas de asociación mediante luchas políticas que relegitiman

reivindicaciones históricas (Navarro, 2002; citado en Abramovich y Vázquez, 2007).

De igual forma, dichas prácticas recuperan y reinventan distintas rutas que

conllevan a prácticas y formas de sociabilidad post-capitalistas antes reducidas a

los sistemas centralizados socialistas. En este contexto, la viabilidad de los vínculos

solidarios en la economía requiere de su sobrevivencia a corto y mediano plazo en

función al contexto capitalista, aspirando a la creación de formas de organización

económicas basado en la igualdad, solidaridad y protección al medio ambiente,

desatando las factibilidades y potencialidades emancipatorias (Santos y Rodríguez,

2012).


216

Laville y García Jané (2009) destacan tres formas de observar a la economía

solidaria, distintas una de otra. La primera parte de una postura neoliberal: La

economía solidaria se considera una sub-economía paliativa que convierte a las

personas excluidas de las posibilidades de empleo en empresarios de sus propios

proyectos en función de las circunstancias coyunturales del mercado. La economía

solidaria representa un proceso transitorio en tanto opera el mecanismo de la mano

invisible, que funciona en el momento en que se liberan las rigideces del mercado

debido a la participación activa del Estado, reincorporando a las personas excluidas

en los trabajos asalariados de las empresas capitalistas.

La segunda postura parte de una visión social-demócrata que considera a la

economía solidaria como un aliado del Estado que permitirá corregir las

desigualdades que genera las relaciones capitalistas.(citado en Bartra, 2011)

considera que la economía solidaria representa un “tercer sector” de la economía

que, aunque no excluye al mercado y el Estado, difiere de la lógica del primero en

cuanto a que no reproduce intercambios cosificados por las mercancías y del

segundo por no redistribuir la riqueza para paliar las desigualdades sociales por

considerarlas desde un inicio inmorales). Armando Bartra (2011) considera que el

Estado es la institución capaz de conducir las prácticas de la economía comunitaria

debido a su amplio alcance y su capacidad de regular complejidades de la sociedad

de mercado. Lozano (citado en Abramovich y Vázquez 2007) considera que no hay

posibilidad concreta de favorecer la conformación de un sector de la economía

social si no es sobre la base de una activa intervención estatal, alterando las formas

convenciones de reproducir la economía.

Por otro lado, el economista brasileño Paul Singer (2008) plantea que las prácticas

de la economía solidaria son intentos de la sociedad por resolver la contradicción

entre democracia y capitalismo a favor de la primera. Por esta razón, los vínculos

que se tejen entre la sociedad civil y el Estado potencializan las relaciones de este

tipo de economía. No obstante, es el mismo Bartra (2011) quien realiza una


217

advertencia. Existe el riesgo de que las iniciativas y creatividades horizontales

elaboradas por los hombres y mujeres partícipes en las redes de la economía

solidaria sean sustituidas por la organización en la producción y distribución del

Estado, minando las experiencias creadas por la sociedad.

Finalmente, un tercer enfoque parte de una visión post-capitalista. La economía

solidaria aspira a conectar innumerables redes que, aunque inicialmente no partan

de una ruptura radical inmediata con el sistema capitalista, representan la expansión

de un nuevo sistema económico y político que niega las estructuras sistémicas,

constituyendo un nuevo bloque histórico (Bartra, 2011). En este sentido, Laville y

García-Jané (2009) contemplan a la economía social como el embrión, el

laboratorio, que niega e intenta trascender las relaciones mercantiles capitalistas,

apoyando una pierna sobre la sociedad actual fungiendo un papel de resistencia,

mientras la otra transita alrededor y afuera de las relaciones capitalistas.

Santos y Rodríguez (2012) complejizan el panorama al afirmar que es necesario

emprender reformas e iniciativas que proporcionen credibilidad a las organizaciones

económicas y sociabilidades no capitalistas, aun cuando tales surjan dentro del

sistema. Aunque resulta complejo y en ocasiones contradictorio, es necesario evitar

una especie de fundamentalismo que cierre las puertas a aquellas propuestas que

posibilitan la reproducción de transformaciones graduales en direcciones no

capitalistas que, sin embargo, parten del seno mercantil. Dicho de otra forma, los

ejercicios emancipadores no tienen que recrearse necesariamente fuera de los

márgenes del Estado y del capital, sino que pueden surgir de las contradicciones

estructurales imperantes. Conforme a lo anterior, se pueden recrear vínculos de

resistencia y sobrevivencia dentro de la esfera mercantil capitalista sin que ello

signifique la adhesión y defensa de la misma.

Sin duda, un elemento central de las prácticas de la economía solidaria es la

restitución del comunitarismo a través de la reciprocidad. Por esto motivo, tales

ejercicios no representan una propuesta que legitime crear y masificar los


218

emprendimientos productivos, es decir, no se reduce a la mera formación de

cooperativas y mutuales. Tampoco se limita al tipo de actividades que se realizan,

sino que una de sus riquezas radica en las formas organizativas y de sociabilidad

que se pongan en práctica. En esta medida Abramovich y Vázquez (2007) enlistan

una serie de ejercicios que dan cuenta de estas formas de organización. Sin

embargo, es necesario aclarar que las categorías trazadas están abiertas a las

mutaciones de la praxis: (Organizaciones de Salinas (FUNORSAL) y TEXSAL para

las mujeres artesanas). Aun con diversos enfoques, las cooperativas y las mutuales

representan formas de organización sin fines de lucro en las que se articulan

actividades productivas y/o de servicios cuya lógica dista de otras formas de

organización mercantil como las sociedades anónimas. Aunque el reconocimiento

de las mutuales y cooperativas está en función de los distintos niveles de gobierno,

la potencialidad de dichas organizaciones se fundamenta en la construcción de

ejercicios experimentales que plantean la reproducción de relaciones ético-

productivo-sociales basadas en nociones como la solidaridad, ayuda mutua,

confianza y reciprocidad. (Disponible en

http://www.extension.edu.uy/sites/extension.edu.uy/files/Empresas_recuperadas_

web.pdf#page=15. Consulta:01 de abril de 2013). Ante el contexto de crisis

económico-social que se deriva de la instauración del paradigma neoliberal, una de

las experiencias más significativas para la clase obrera ha sido la toma de empresas

declaradas en quiebra. Dichos ejercicios, la mayoría de las veces avalados por una

conciencia de clase en términos marxistas, son justificadas por la clase obrera

debido a que el cierre de una fábrica no se explica por la saturación de las

necesidades materiales y de trabajo por parte de la sociedad, sino por los procesos

sistémicos que acumulan y concentran los capitales.

Ante este contexto, las fábricas tomadas por los (as) trabajadores (as) continúan

con los procesos productivos, con la diferencia en que la organización social asume

una forma auto gestionada que reparte los beneficios de manera equitativa.


219

Redes de comercio justo: (Las actividades del comercio justo han tendido hacia su

institucionalización y certificación a través de las organizaciones Fairtrade Laballing

Organizations (FLO) y la International Fair Trade Association (IFAT), por mencionar

las más relevantes. Por lo tanto, participar en las redes de comercio justo requiere

del aval de alguna de las organizaciones citadas. Conforme a los datos vertidos por

la IFAT, en enero de 2012 esta organización contaba con 450 miembros, de los

cuales 50 son latinoamericanas (11%). Con respecto a la FLO, en 2011 estaban

registrados 991 productores, de los cuales el 54% son latinoamericanas. El

comercio justo representa una propuesta articulada a mitades del siglo XX que

considera que los intercambios comerciales efectuados entre las economías de

capitalismo avanzado con respecto a las economías de capitalismo dependiente

resultan desiguales y en detrimento de las segundas. Contrario a los postulados de

la economía clásica, Raúl Prebisch (1996) -economista pionero de la Cepal-

argumentaba que las relaciones comerciales realizadas entre países con diferentes

niveles de productividad promovería la expansión de las naciones desfavorecidas

ya que el precio de las materias primas (extraídas principalmente de regiones

dependientes como la latinoamericana) estaría por encima de los precios de las

importaciones manufactureras. Sin embargo, la praxis ha desarrollado un

mecanismo inverso. Los precios han decrecido en paralelo a los bajos niveles de

productividad, generando un deterioro de los términos de intercambio.

Con base en dichas relaciones comerciales, la propuesta del comercio justo

considera que es necesario beneficiar a los productores agrícolas e industriales de

los países del Sur a través de un pago justo por sus actividades. Desde esta visión

se plantea la reproducción de un comercio más equitativo que combata las

desigualdades estructurales emitidas por los mercados internacionales.

Emprendimientos comunitarios y/o familiares: (Dentro de los emprendimientos

comunitarios, dos ejemplos a destacar han adoptado la figura jurídica “Sociedad de

Solidaridad Social”: Mujeres Envasadora de Nopal de Ayoquezco (MENA), La

vulnerabilidad y ruptura de los tejidos sociales reproducidos en distintas zonas


220

rurales y urbanas latinoamericanas, como parte de la crisis compleja en la que

estamos inmersos, se ha contrarrestado con la reproducción de emprendimientos

comunitarios y familiares que plantean que la emisión de proyectos que involucren

a la comunidad no está en función de los programas asistencialistas emitidos por

los distintos niveles de gobierno o por la expansión de las relaciones mercantiles.

Dichos ejercicios buscan la satisfacción de las necesidades básicas de la población,

los cuales plantean un potencial emancipatorio que trasciende en ciertos rubros las

pautas político-económico-sociales institucionalizadas. La diversidad de propuestas

económicas que trazan los emprendimientos familiares y comunitarios contempla

en ocasiones parámetros mercantiles no como un objetivo en sí, sino como un

elemento de sobrevivencia en el corto plazo.

Mercados de multitrueque, dinero comunitario: (En la ciudad de México, la Red de

Multitrueque Tlaloc, encabezada por el arq. Luis López-Llera, representa una de las

propuestas pioneras en este rubro. La Red de Multitrueque Tlaloc nace en 1995, no

obstante, la consolidación de esta experiencia data de ejercicios previos realizados

a partir de la década de 1960 a través de la Asociación Civil Promoción del

Desarrollo Popular. Dentro de este trayecto, el proyecto “La otra bolsa de valores”

resulta una propuesta fundamental que permite articular a diferentes colectivos

sociales y personas que consideran viable y necesario practicar otro tipo de

economía. Actualmente la Red opera a través de reuniones mensuales en donde

se implementa el uso de la moneda “Tlaloc” para realizar los intercambios de bienes

y servicios entre sus miembros Los mercados de trueque y de multitrueque son

espacios sociales en donde los intercambios no están mediados por las relaciones

extrasensoriales del dinero y de las mercancías, sino que dichas relaciones se dan

en múltiples direcciones satisfaciendo las distintas necesidades de la comunidad.

Teóricamente, Lévi-Strauss (Santana Echeagaray, 2008) considera que el mercado

favorece la regeneración del tejido social debido a las transacciones se realizan cara

a cara.


221

Luis López-Llera (Collin Harguindeguy, 2007) refiere que el dinero ha sido un

invento social cuya aspiración radicaba en superar las limitantes de las prácticas de

trueque. Sin embargo, como parte del devenir histórico de las relaciones

capitalistas, el dinero ha sido empleado primordialmente como medio de

atesoramiento y especulación. Sin duda, es necesario regresarle al dinero sus

funciones primarias como el intercambio de valores de uso, dejando atrás los vicios

mercantiles fundamentados en la escasez, el atesoramiento, las deudas, los

intereses, etc. (Santana Echeagaray, 2008).

Las comunidades reconocen su propia moneda y tienen confianza en ella, lo que

significa implícitamente que están confiando unos (as) en otras (os) a través del

crédito mutuo, articulándose colectivamente el beneficio común. Mientras que el

dinero convencional es emitido por el Banco Central de cada país, el dinero

comunitario es respaldado por la creación de medios de subsistencia destinados

para la comunidad a través de su propio trabajo.

Por lo tanto, los mercados de multitrueque y la emisión de dinero comunitario son

expresiones de otra forma de articular la economía que considera valiosos los

vínculos sociales como la confianza, la reciprocidad y la solidaridad, reconocidos no

por su precio, sino por el aprecio que le otorgan las demás personas de una

comunidad (Santana Echeagaray, 2008).

Ferias populares: (La feria Nacional de Productores y Consumidores se realiza de

manera anual en la población de Dolores Hidalgo Guanajuato. Este evento

congrega a más de 200 micros, pequeños y medianos productores, siendo sus

principales organizadores el Centro de Desarrollo Agropecuario (CEDESA) y la Red

Mexicana de Comercio Comunitario. En 2012 se efectuó la 13° edición de la feria

nacional. La moneda de uso común es el “Mezquite Las ferias populares

representan espacios en donde las diferentes expresiones de la economía solidaria,

efectuadas la mayoría de las veces en distintos lugares geográficos, se reúnen con

la idea de intercambiar productos y servicios, además de compartir experiencias,


222

reflexiones, enseñanzas y problemáticas. Este tipo de actividades son consideradas

como festividades que permite conectar distintos ejercicios solidarios y cooperativos

tejiendo redes sociales más numerosas. En tales espacios suelen presentarse

actividades artísticas, culturales, musicales, talleres, ponencias, etc., que fomentan

la articulación de nuevos proyectos. Un aspecto a destacar en este tipo de

actividades es el empleo de monedas comunitarias feriales que sirven como un

facilitador exclusivo del evento.

Bancos comunitarios (Disponible en http://www.slideshare.net/nicomeyer9/breve-

presentacin-del-banco-palmas-fortaleza-brasil-parte-i. Consulta: 01 de abril de

2013) La banca social representa un tipo de entidad financiera que, contrario a los

mecanismos lucrativos de la banca comercial y la de inversión, promueve la emisión

de financiamientos a aquellas actividades que reproducen distintas pautas sociales,

comunitarias, culturales, económicas, ambientales, etc. Debido a que la emisión de

préstamos bancarios ha sido negada a capas crecientes de la población -

declaradas como personas morosas o insolventes-, siendo en el mejor de los casos

la emisión de créditos con altas tasas de interés, la banca social se caracteriza por

emitir microcréditos, préstamos cuyo interés radica en la satisfacción de las

necesidades sociales. Para ello es necesario sustituir lingüísticamente la noción

“tasa de interés”, relacionada como medio de acumulación bancario, por la categoría

“tasa de retorno” que figura como la devolución de una ínfima fracción del dinero

solicitado. Esto, con el único propósito de recrear dicho ejercicio y favorecer el

financiamiento de prácticas solidarias.

Instituciones de capacitación: (El Centro de Desarrollo Agropecuario (CEDESA) es

una asociación civil que data de 1960. Se encuentra ubicada en el municipio de

Dolores Hidalgo, Guanajuato. Una de sus funciones primordiales es la enseñanza

de y capacitación de las comunidades en la articulación de formas productivas

desmercantilizadas, el cuidado y defensa del medio ambiente, el empleo de

medicinas alternativas, etc. La auto-construcción de eco-técnicas representa una de

sus principales propuestas, por ejemplo: Sistemas de cosecha de agua de lluvia,


223

sanitarios secos ecológicos, hornos de adobe, entre otros. Las instituciones de

capacitación representan aquellos espacios en donde se difunden, discuten y

promueven las distintas formas de articular la economía solidaria. Desarraigar los

parámetros mercantiles inherentes de las economías de mercado, representa una

de las principales complicaciones, y a la vez, uno de los desafíos primordiales. La

construcción de aprendizajes reflexivos y críticos requiere cuestionar la emisión

jerárquica y vertical de los conocimientos tejiendo, además de distintos saberes,

aquellas experiencias, prácticas y ejercicios que plantean diversas formas de

construir la economía.

En suma, las prácticas de la economía solidaria aspiran a ser una economía

alternativa que modifica los patrones sociales de producción, distribución y

consumo, reorganizados para la reproducción de la vida en sí. La economía

solidaria plantea superar las desigualdades y jerarquías propias de la estructura y

superestructura de la sociedad capitalista que recrean subordinaciones no sólo

contra la clase trabajadora, sino que se entrecruzan con otras características como

el género, etnia, nacionalidad, raza, orientación sexual, por mencionar algunas.

Dentro de su marco crítico y emancipatorio, las propuestas trans-capitalistas refutan

la imposición de relaciones mercantiles que han derivado formas de producción y

consumo a nivel global no sustentables. Por lo tanto, las construcciones ideológicas

y materiales sobre las que reposan las distintas expresiones de la economía

solidaria representan una etapa experimental que apunta hacia transformaciones

graduales basada en referentes utópicos como la igualdad, equidad, solidaridad y

sustentabilidad ecológica y social (Santos y Rodríguez, 2012). Sin duda, una

economía alternativa implica una sociedad alternativa y viceversa.

Mirar hacia horizontes más allá de lo existente nos permite cuestionar la separación

entre la realidad y la utopía, formulando propuestas suficientemente utópicas para

desafiar el statu quo imperante y suficientemente reales para no ser descartadas

por su inaplicabilidad (Santos y Rodríguez, 2012). No obstante, es necesario

subrayar que el potencial carácter emancipatorio y antisistémico de las propuestas


224

y experiencias descritas resulta frágil en muchas ocasiones si no se articulan con

las distintas experiencias en resistencia reproducidas en distintos planos de la praxis

(Santos y Rodríguez, 2012). La afirmación anterior no quiere dar a entender la

inviabilidad de las prácticas de la economía solidaria. Todo lo contrario. Es

necesario articular procesos de manera integral donde se conecten diferentes

organizaciones, movimientos, comunidades y personas que resisten no solo a la

hegemonía del capitalismo, sino al proyecto civilizatorio de exclusión y desigualdad

social. Este enfoque puede tomar otra dimensión si se sigue la propuesta

metodológica de Santos (2010). La “hermenéutica de las emergencias” resulta la

estrategia metodológica que, aun cuando no renuncia al análisis riguroso y crítico

de tales experiencias, permite ampliar y desarrollar las características y

potencialidades emancipadores de dichos ejercicios con la idea de tornarlos más

visibles y creíbles.


225

CAPITULO IV: Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México

(economía social y solidaria) tanto en el trabajo como en su marco jurídico

que la respaldan

4.1 Condiciones y propuestas para un mejor desarrollo en México.

A lo largo de la presente investigación hemos llevado a cabo un análisis de la forma

en que diversos modelos o sistemas económicos abordan la cuestión de las

economía solidarias, ahora analizaremos esta misma cuestión pero a partir de una

metodología enraizada en el trabajo colectivo y su división, para lo cual hemos

analizado a diferentes autores y sus postulados aunado a un esbozo de la historia

de la división del trabajo que se dio en el devenir de la humanidad, sobre todo, como

hemos dicho, con un marcado énfasis en lo que se refiere a la situación de los

trabajadores con el fin de poder situarnos en la realidad presente y discutir las

consecuencias que, tanto el capitalismo como el neoliberalismo, han dejado,

principalmente respecto a la conquista de ciertos derechos laborales y sobre todo

desigualdad, desempleo, marginación y exclusión de los sectores más

desprotegidos, que es un punto crucial para la formación y desarrollo de las

economías solidarias, como un parte aguas para mejorar la calidad de vida de los

trabajadores. Un amplio panorama que nos es útil para entrar de lleno a la discusión

de la propuesta que fundamenta este trabajo: el reemplazo del modelo capitalista-

neoliberal por una economía de tipo social y solidaria como la representada por las

cooperativas.

En este capítulo desarrollaremos el modelo de economía social y solidaria en

nuestro país, analizando así cuáles son los pormenores teóricos de la economía

social y solidaria, que nos llevan a afirmar su viabilidad como un modelo económico

alternativo que, por minimizar la explotación de los trabajadores, resulta más

adecuado para disminuir las condiciones de pobreza que genera el actual modelo

seguido por la economía mexicana. Como se verá durante el desarrollo del capítulo,

la economía social y solidaria abarca diversas formas de organización económica.


226

De esta manera, tenemos a las sociedades cooperativas, a los ejidos, a las

organizaciones y asociaciones civiles y las fundaciones.

Retomaremos y analizaremos nuevamente lo referente a las cooperativas,

poniéndolas como ejemplo de que a través de esta forma de hacer economía es

posible abatir y combatir algunos rezagos propios del modelo capitalista, entre ellos,

la falta de empleo.

4.2 Situación actual de la economía social y solidaría en México.

Como se ha venido mencionando, en la presente investigación se atenderá lo

relativo a las cooperativas como forma de economía social y solidaria,

especialmente apta para aliviar los problemas económicos de aquellos grupos que

se encuentran en un estado vulnerable. Lo anterior para de alguna manera

ejemplificar, como veremos en el siguiente apartado, cómo esta forma de hacer

economía es posible en el contexto en que estamos. En ese sentido, haremos

alusión a las diversas formas que involucran la economía social y solidaria en

general, y a las cooperativas en particular.

Con base en lo anterior, se hace referencia principalmente al marco legal de las

cooperativas en nuestro país, retomando primeramente la Constitución Política de

los Estados Unidos Mexicanos, (CPEUM) para continuar con las leyes

reglamentarias que hacen alusión al sector social de la economía.

Se señalarán algunos ejemplos de cooperativas que han tenido éxito en nuestro

país a fin de demostrar cómo la economía social y solidaria ha sido efectivamente

una alternativa económica incluyente, capaz de producir riqueza.

4.2.1 Artículo 25 constitucional y la ley de la economía social y solidaría.


227

En nuestro país, las empresas de carácter social encuentran su fundamento

constitucional específicamente en el artículo 25 de la LESS, párrafo octavo, que a

la letra dice:

“La ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización y la expansión de

la actividad económica del sector social: de los ejidos, organizaciones de

trabajadores, cooperativas, comunidades, empresas que pertenezcan mayoritaria o

exclusivamente a los trabajadores y, en general, de todas las formas de

organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios

socialmente necesarios.”

La LESS tiene por objeto “Establecer los mecanismos para fomentar el desarrollo,


economía, así como, definir las reglas para la promoción, fomento y fortalecimiento

de dicho sector como un sistema eficaz que contribuya al desarrollo social y

económico del país, a la generación de fuentes de trabajo digno, al fortalecimiento

de la democracia a la equitativa distribución del ingreso y a la mayor generación del

patrimonio social.” (Gerardo Hernández Martínez, op. cit. p. 9) Así, de manera

adicional, las empresas de carácter social tienen su fundamento legal en la LESS,

Ley reglamentaria del párrafo octavo del artículo 25 de la Constitución Política de

los Estados Unidos Mexicanos, en lo referente al Sector Social de la Economía;

específicamente, en los siguientes artículos:

Artículo 3º. El Sector Social de la Economía es el sector de la economía a que se

refiere el párrafo octavo del artículo 25 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, el cual funciona como un sistema socioeconómico creado por

organismos de propiedad social, basados en relaciones de solidaridad, cooperación

y reciprocidad, privilegiando al trabajo y al ser humano, conformados y


integrantes y comunidades donde se desarrollan, en concordancia con los términos

que establece la presente Ley.


228

Las formas en cómo se constituye la organización de la economía social, o como

hemos dicho, el sector social de la economía para efectos legales está conformado

por las siguientes formas de organización social, de conformidad con el artículo 4

de la Ley:

Artículo 4º. El Sector Social de la Economía estará integrado por las siguientes

formas de organización social:

I. Ejidos;

II. Comunidades;

III. Organizaciones de trabajadores;

IV. Sociedades Cooperativas;

V. Empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores; y

VI. En general, de todas las formas de organización social para la producción,

distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios.

En ese orden de ideas, el artículo 8 de la LESS, hace referencia a los objetivos del

sector social de la economía, SSE (economía social y solidaria):

Artículo 8º. Son fines del SSE:

I. Promover el desarrollo integral del ser humano;

II. Contribuir al desarrollo socioeconómico del país, participando en la producción,

distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios;

III. Fomentar la educación y formación impulsando prácticas que consoliden una

cultura solidaria, creativa y emprendedora;

IV. Contribuir al ejercicio y perfeccionamiento de la democracia participativa;

V. Participar en el diseño de planes, programas y proyectos de desarrollo económico

y social, en términos de la legislación aplicable;


229

VI. Facilitar a los Asociados de los Organismos del Sector la participación y acceso

a la formación, el trabajo, la propiedad, la información, la gestión y distribución

equitativa de beneficios sin discriminación alguna;

VII. Participar en la generación de fuentes de trabajo y de mejores formas de vida

para todas las personas;

VIII. Impulsar el pleno potencial creativo e innovador de los trabajadores,

ciudadanos y la sociedad, y

IX. Promover la productividad como mecanismo de equidad social.

Por último, la LESS establece que los principios de las organizaciones del sector

social de acuerdo con el Artículo 10 son los siguientes:

Artículo 10. Los Organismos del Sector orientarán su actuación en los siguientes

valores:

I. Ayuda mutua;

II. Democracia;

III. Equidad;

IV. Honestidad;

V. Igualdad;

VI. Justicia;

VII. Pluralidad;

VIII. Responsabilidad compartida;

IX. Solidaridad;

X. Subsidiariedad;

XI. Transparencia;

XII. Confianza, y (fracción adicionada)

XIII. Autogestión.

4.2.2 El instituto nacional de la economía social.


230

Con el objetivo de cumplir y hacer efectivas las medidas que establece la

Constitución y la respectiva Ley, se creó el Instituto Nacional de la Economía Social

(INAES). Como antecedentes del INAES, tenemos que en 1991 nace el Fondo

Nacional de Apoyo para las Empresas en Solidaridad (FONAES) el cual, como

resultado de la aprobación de la Ley de la Economía Social y Solidaria, en el año

2012, pasa a ser un órgano desconcentrado de la Secretaria de Desarrollo Social

cuya denominación cambia a INAES y que tiene como objetivo “el desarrollo,

fomento y visibilización (sic) de la economía social en el país”. (S/a, Economía

social, Instituto Nacional de la Economía Social, Op. Cit).

La transición del FONAES al INAES obedeció principalmente a la necesidad de

instrumentar políticas públicas “de fomento al sector con el fin de fortalecer y

consolidar la economía social a través de la participación, capacitación,

investigación difusión y apoyo a los proyectos productivos”.(Ibid) Este organismo de

creación relativamente reciente tiene como reto: “proporcionar a la economía social

como una opción de empleo e ingreso, organizando a la población en condiciones

de exclusión para que construyan de manera activa un futuro mejor. La

capacitación, asesoría, asistencia técnica y financiamiento son sus herramientas”.

(Humberto Adán Peña Fuentes, Op. cit. p. 37) Asimismo, el INAES encuentra su

fundamento legal en el artículo 23 del mismo ordenamiento. Para un mayor

abundamiento transcribimos a continuación los preceptos citados:

Artículo 13. Se crea el Instituto Nacional de la Economía Social como un órgano

administrativo desconcentrado de la Secretaría, el cual contará con autonomía

técnica, operativa y de gestión. El Instituto tiene como objeto instrumentar, como

parte de la Política Nacional de Desarrollo Social, las políticas públicas de fomento

y desarrollo del sector social de la economía, con el fin de fortalecer y consolidar al

Sector como uno de los pilares de desarrollo económico y social del país, a través

de la participación, capacitación, investigación, difusión y apoyo a proyectos

productivos del Sector. La organización y funcionamiento del Instituto, además de

lo previsto en esta Ley, será determinada en términos del Acuerdo.


231

Entre otras funciones, el INAES tiene las siguientes funciones, de acuerdo con el

artículo 14:

• Instrumentar, como parte de la Política Nacional de Desarrollo Social, la

política de fomento y desarrollo del sector social de la economía;

• Propiciar condiciones favorables para el crecimiento y consolidación del

Sector, mediante el establecimiento del Programa de Fomento a la Economía

Social;

• Vigilar el cumplimiento de las disposiciones de la presente Ley;

• Formular y ejecutar programas y proyectos de apoyo público a la promoción,

fomento y desarrollo del Sector;

• Participar en la elaboración, consecución y verificación del Plan Nacional de

Desarrollo, (PND) en términos de lo dispuesto por la Ley de Planeación y

demás disposiciones aplicables a las actividades económicas que

desarrollen los Organismos del Sector. (Para conocer las funciones en su

totalidad se recomienda ver el artículo 14 de la LESS)

De este modo, el INAES concibe a la economía social de la siguiente manera:

Por otra parte, y de conformidad con el “Diagnóstico del Programa de Fomento a la

Economía Social” realizado por la Universidad Iberoamericana de Puebla, en 2013

existían poco más de sesenta mil organismos del sector social de la economía en

México, de los cuales poco más de cuarenta y siete mil correspondían a las figuras

jurídicas a que hacen mención la Constitución y la Ley. (S/a, ABC de la economía

social e INAES, Secretaría de Desarrollo Social, Instituto Nacional de la Economía

Social INAES, México, s/a, p. 14)

4.3. La economía social y solidaría, y su importancia en México. Casos

exitosos de cooperativas en México.


232

Más allá de posturas teóricas, la economía social y solidaria en nuestro país puede

ser una alternativa mediante la cual la gente puede ir saliendo de su situación de

pobreza de una forma permanente y sostenible, “no dependiendo de subsidios,

asistencia social o de las transferencias que brinde el gobierno”. (Humberto Adán

Peña Fuentes, Op. cit. p. 37)

Para sustentar lo anterior, en los siguientes apartados aportamos ejemplos que

demuestran la importancia que, bajo la modalidad de cooperativas, tiene la

economía social y solidaria en México y en el mundo en términos económicos.

4.3.1 Importancia económica de la economía social y solidaria en el mundo y

México

Las cooperativas ejemplifican de manera notable la importancia de la economía

social y solidaria, comenzando por su capacidad de convocatoria a nivel mundial,

que reúne a casi mil millones de socios e incide en la generación de más de cien

millones de empleos, “un 20% más que las firmas multinacionales (2012) y

garantizan el sustento de cerca de un cuarto de la población del mundo”. (S/a, ABC

de la economía social e INAES, Secretaría de Desarrollo Social, Instituto Nacional

de la Economía Social INAES, México, s/a, p. 14).

En lo que se refiere al contexto nacional, tenemos que la importancia económica de

la economía social y solidaria la encontramos reflejada en los siguientes datos:

• La Confederación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Préstamo agrupa a

más de siete millones de socios y suma más de setenta millones de pesos

en transacciones anuales.

• El Consejo Superior del Cooperativismo Mexicano agrupa a 1.5 millones de

cooperativistas de producción y servicios.


233

• Existen 3.5 millones de ejidatarios y comuneros, con 65.3 % de tierras de uso

común y 7.6% de aprovechamiento colectivo de 103 286 659 hectáreas de

las que son dueños, con un potencial de producción muy importante.

• El 10% de la población nacional tiene relación directa e indirecta con

organismos de la economía social.

• Cooperativas exitosas como UNIPRO, en Chihuahua producen 75% del maíz

de ese estado.

• Cooperativas exitosas como Tosepan Kalli se han convertido en agentes

constructores de polos de desarrollo, sacando de la pobreza a más de diez

mil personas en la Sierra Norte de Puebla.

• En México, aunque no existen datos precisos, algunos especialistas calculan

que la economía social cuenta con cincuenta mil empresas asociativas

solidarias, que aglutinan a alrededor de nueve millones de socios,

representando el 18% de la Población Económicamente Activa (PEA), y

contribuyendo con alrededor del 5% del Producto Interno Bruto (PIB).

(Humberto Adán Peña Fuentes, op. cit. p. 37).

4.3.2 La sociedad cooperativa pascual.

Fundada a finales de los años 1930 y principios de los 1940 por Rafael Víctor

Jiménez Zamudio, inició su entrada al mercado con paletas, a las cuales se sumaron

posteriormente agua embotellada en garrafón y los refrescos Pascual y Lulú.

Para los años sesenta, la empresa ya contaba con gran reconocimiento dentro de

la industria refresquera, por lo que logró adquirir instalaciones en el interior de la

República, así como en Estados Unidos y Japón, siendo este período cuando se

lanza igualmente la bebida de frutas Boing, que, a diferencia de Pascual y Lulú, no

contiene gas.

A mediados de esa década, Rafael Jiménez entra en contacto con la empresa sueca

Tetra Pak y logra igualmente la exclusividad para el envasado de Boing, y adquiere


234

la planta norte, cuyas instalaciones pertenecían a la empresa refresquera Canadá

Dry, que cedió igualmente la franquicia para la elaboración y comercialización de

sus productos en México.

En marzo de 1982, la severa crisis económica que atravesaba el país llevó a que,

por decreto presidencial, se incrementaran los salarios en las empresas hasta en

un 30%. Disposición que fue acatada por la mayoría de los empresarios, no así el

dueño de Refrescos Pascual, se negó a otorgar el aumento. Ante esa negativa, un

grupo de obreros de la compañía decidieron emplazar a huelga, parando las dos

plantas el 18 de mayo del mismo año. Como respuesta a esta acción, el 31 de mayo,

el dueño se presentó en las instalaciones de la Planta Sur con órdenes a su gente

de disparar para romper la huelga, resultando de ello dos trabajadores muertos y

diecisiete heridos.

A raíz de ello, Demetrio Vallejo, dirigente del Partido Mexicano de los Trabajadores

guio al Comité de Lucha de los huelguistas durante poco más de un año, tras el

cual, se logró que los trabajadores obtuvieran la titularidad del Contrato Colectivo

de Trabajo y el traspaso del manejo de la empresa, que por ello quedó en régimen

de cooperativa.

Hoy en día la Cooperativa Pascual constituye un ejemplo de la conquista de los

trabajadores, que siguen siendo favorecidos, en tanto las ganancias de la compañía

no se quedan en un solo sector, sino que son repartidas entre cada uno de los

miembros. Algo que no permite el capitalismo, particularmente en su modelo actual,

encaminado a buscar el enriquecimiento de unos cuantos, no de todos; si bien, este

caso demuestra que es posible cambiar el panorama. Al respecto, no está por

demás decir que en la Cooperativa Pascual “hay 4 mil 500 trabajadores en la

cooperativa; que tienen dos plantas de producción: una en San Juan del Río,

Querétaro, y otra en Tizayuca, Hidalgo, y que exportan sus productos a varios

países del continente americano”. (Patricia Muñoz Ríos, Festeja Pascual 35 años

como cooperativa, en La Jornada, martes 6 de junio de 2017, Política).


235

Asimismo, la Cooperativa Pascual, se mantiene como dueña de las marcas Boing,

Lulú y Citrus, logrando exportaciones en 2015 a Estados Unidos, y con planes de

expansión a mercados como Italia, Holanda, Francia y China. (Miguel Pallares

Gómez). Actualmente, genera ventas totales por 3 mil 750 millones de pesos, y

comercializa cuarenta millones de cajas de producto en países como México,

España y Centroamérica. La sociedad Cooperativa Pascual ha obtenidos

certificados relacionado con la excelente calidad de sus productos.

4.3.3 La sociedad cooperativa La Cruz Azul.

Como antecedente de esta cooperativa tenemos al inglés Henry Gibson, quien en

1881 instala en la Hacienda de Jasso, en el estado de Hidalgo, una fábrica de cal

hidráulica, que a la postre sería la factoría de cemento más antigua de México. Pese

a cierto éxito inicial, en 1906, la compañía de Gibson quebró, y pasó a manos de

Fernando Pimentel, que la refunda como “Compañía de Cemento Portland Cruz

Azul”, (Francisco Ballina, op. cit. p. 13) misma que en 1931, y como parte de la

decisión de la asamblea General conformada por los 192 socios fundadores, pasa

al régimen de cooperativa. Bajo éste, las primeras acciones de carácter social tienen

lugar en 1953, cuando se realizan cambios con el fin de mejorar la productividad de

la fábrica en espera de un crecimiento que genere beneficios económicos para

todos los socios y sus familias. “Es durante esta etapa cuando se desarrolla y se

vive realmente la filosofía cooperativista, sus valores y principios, demostrados

congruentemente en el trabajo y vida diarios de todos aquellos trabajadores que

consolidaron y crearon esta gran empresa.” (Cooperativa Cruz Azul 2013).

Como integrante del sector social de la economía, la Cooperativa La Cruz Azul ha

sabido responder a las expectativas del gobierno federal, coadyuvando siempre al

desarrollo integral de la sociedad. No obstante, hay que tener en cuenta que su

historia y desarrollo no han sido fáciles, toda vez que es hasta 1989 cuando se crea

la Fundación Cruz Azul, brazo ejecutor de la política social, encargado de llevar los


236

beneficios económicos a las comunidades de Cruz Azul (Hidalgo) y Lagunas

(Oaxaca), donde se ubican las dos plantas. Asimismo, 1990 es el año en que “nace

un grupo de empresas de diversos ámbitos o ramas mercantiles no necesariamente

relacionadas con la producción del cemento, que se les denominó de desarrollo

horizontal“, surgiendo así “Grupo Cruz Azul” que, bajo el mismo modelo de

cooperativa, crea fuentes de empleo a través de empresas de concreto premezclado

(Concretos Cruz Azul y CYCNA), de fabricación de ropa (Textiles Generación 2000),

de administración de personal (Grupo Azul), de construcción hotelera (Azul Ixtapa),

de servicios educativos (Centro Educativo Cruz Azul, CECA), de comercialización

de productos para la industria de la construcción (Distribuidora Comercial Azul y

Azul Cerámica), así como comercialización de bienes de consumo (Centro

Comercial Cruz Azul y Grupo Comercial Estrella Azul)”. (S/a, El papel social de las

cooperativas, un estudio de caso, XX Congreso Internacional de Contaduría,

Administración e Informática, s/a, UNAM: México, 2015).

Finalmente, Francisco Ballina nos dice lo siguiente:

“A pesar de ser una cooperativa, la Cruz Azul no es una empresa estática, pues en

más de sesenta años ha podido superar obstáculos y dificultades. A cada periodo

de gestión de los diferentes directivos le han correspondido acciones concretas

acordes a las exigencias tecnológicas del proceso de producción.

En función de estas innovaciones, la actual administración de la Cruz Azul ha

logrado el 100% de eficiencia en su capacidad instalada en sus plantas”. (Francisco

Ballina Francisco, ¿Cooperativismo o corporativismo? Una disyuntiva

organizacional mexicana para el siglo XXI).

No está por demás que los productos principales que comercializa esta cooperativa

tienen que ver directamente con la producción de cemento, sin embargo, para

mayor abundamiento, exponemos la totalidad de productos que comercializa esta

cooperativa de manera ilustrativa:


237

Como toda cooperativa, La Cruz Azul no sólo está sustentada en la creación de la

riqueza, sino está constantemente preocupada por el bienestar de la sociedad. La

Cruz Azul ha sido constantemente reconocida por su compromiso con la calidad de

vida de sus trabajadores, además de la vinculación con la comunidad y el cuidado

del medio ambiente. Además de lo anterior, la cultura de la calidad es un rasgo

distintivo de esta empresa, produciendo productos de la más alta calidad, lo cual se

ha visto reflejado en las certificaciones a las que se ha hecho merecedor, entre los

cuales están las siguientes:

En el marco del Primer Encuentro de Economía Social en México, celebrado el 30

de octubre de 2014, el ingeniero Jorge Fernández Rodríguez, de ARR La Cruz Azul,

S. C. L. en su intervención llego a las siguientes conclusiones:

• La integración de Sociedades Cooperativas es la alternativa más viable para

generar empleos a partir de la contribución individual;

• La ONU estima que el sustento diario de más de tres mil millones de personas

(más de la mitad de la población mundial) es facilitado por empresas de

economía solidaria.

• La crisis europea ha sido sorteada favorablemente en gran medida gracias a

estos esquemas de organización que integran al 10% del total de empresas

en la Unión Europea y son responsables del 8% del empleo.

• (Por lo tanto) La Cooperativa, es la figura que ha permitido vislumbrar signos

alentadores y acelerados de recuperación en la economía real en términos

de empleo y reducción de pobreza.

• Es imperante fomentar la integración y desarrollo de Sociedades

Cooperativas, que sean viables y autosuficientes, que demuestren su

potencial para generar oportunidades de empleo, brindar protección y aliviar

la pobreza con medios propios.

• Es necesario que el Poder Legislativo, como el Ejecutivo permitan el fomento

desarrollo y crecimiento de sociedades cooperativas a través de leyes


238

prácticas asimilables y de beneficios fiscales, sin dejar de considerar que el

sector cooperativo y en todo caso el sector social no son puntos de subsidio,

sino en realidad (pueden ser vistos o son) fuentes de ingreso real para

mejorar nuestro México. (Jorge Fernández Rodríguez, Formación y

construcción de las iniciativas cooperativas).

4.4 Condiciones para el buen funcionamiento y desarrollo de la economía

social y solidaria en México.

Como hemos podido observar a lo largo de este trabajo, la economía social y

solidaria se nos presenta dentro de la realidad del neoliberalismo imperante, como

una alternativa favorable que nos permite ir transformando nuestra realidad hacia

una más incluyente y que permita la participación de toda la población en el

crecimiento económico. Sin embargo, la realidad aun nos muestra que los avances,

aunque importantes, no han sido suficientes y la economía social y solidaria sigue

siendo muchas de las veces un tema aún desconocido por la mayoría de la

población.

Además de lo anterior, la mayoría de las cooperativas no muestran un grado de

competitividad aceptable. En muchos de los casos la falta de competencia se debe

a que no pueden ir a la par de las empresas capitalistas. Lara Gómez, en relación

con el tema tratado, propone las siguientes acciones para un fortalecimiento y

adecuado desarrollo de la economía social y solidaria en México. Las cuales

desarrollaremos por la razón que resultan totalmente objetivas, precisas y

puntuales. Al mismo tiempo, las contrataremos con los factores que han impedido

su óptimo desarrollo en México. Además de que nos servirá de base para que en el

siguiente inciso podamos desarrollar y aterrizar algunas propuestas para un mejor

desarrollo de la economía social y solidaria.

De acuerdo con la citada autora, las acciones para el fortalecimiento son: (Graciela

Lara Gómez, et. al. México, 2014. p. 39).


239

1. “A través de las organizaciones que la integran, debe trabajarse activamente

en la visibilidad de la economía social y solidaria; evidenciando la contribución

real que hacen al desarrollo local y destacando que a través de las actividades

que las organizaciones realizan, no sólo se contribuye a la solución de

problemáticas vinculadas con la exclusión y pobreza, sino que las empresas

son capaces de contribuir al desarrollo económico de los países”.

2. Este punto es muy claro, la economía social y solidaria debe ser concebida

como una auténtica alternativa de cara al modelo neoliberal imperante en

nuestra realidad, que como pudimos observar, entre otras secuelas, está la de

crear más desempleo, desigualdad en el ingreso y pésimas condiciones

laborales. Además, la cooperativa debe dejar de ser vista como algo de menor

calidad, se le debe dar la posición que se merece dentro de la economía.

Aunado a lo anterior, muchas de las veces la economía social y solidaria es

vista como economía de los pobres y que por lo tanto no puede ser lucrativa.

3. “Los líderes del sector deben participar activamente a través de

organizaciones que promuevan políticas públicas a favor de la economía social

y solidaria, procurando que los subsectores de mayor o menor presencia se

identifiquen como empresas y organizaciones que pertenecen la a economía

social y solidaria”.

Lo anterior tiene razón de ser debido a que, en nuestro país, de manera lamentable,

el cooperativismo en particular por hablar de un sector de la economía social y

solidaria, -salvo las excepciones que hemos visto- no ha logrado incidir ni jugar un

rol importante en la economía nacional ni ha sido vista como un factor de desarrollo.

Otra de las razones por las que las cooperativas en particular no han logrado ser un

factor de desarrollo importante, es que el cooperativismo no se le ve dentro de la

sociedad mexicana como una alternativa viable de desarrollo social y económico.

Hay un desconocimiento y una falta de confianza hacia el cooperativismo y de los

beneficios que éste puede aportar en la creación de empleos y como factor de

disminución de la pobreza.


240

4. “Que al proveer de recursos humanos y financieros a las empresas sociales y

solidarias se evite que tal financiamiento sea contemplado como acciones

paliativas o filantrópicas para atender la problemática de exclusión y pobreza,

sino más bien como el impulso necesario que debe proporcionarse a este

sector de la economía, al que se le ha venido considerando como un sector

residual”.

Si por parte del Estado existe un desconocimiento y falta de sensibilidad a la hora

de legislar en materia de economía social y solidaria, esto traerá como resultado

que ésta sea considerada como un sector residual. Es por ello por lo que se debe

cambiar la perspectiva que se tiene hacia esta forma de hacer economía. Más que

otorgar apoyos asistencialistas, se deben otorgar apoyos tanto financieros como

técnicos con la expectativa de que son una inversión al desarrollo y no como un

gasto. En nuestra realidad, hay una limitación debido a la ausencia de crecimiento

económico. En cuanto a la financiación de la economía social y solidaria, existen

dificultades para conseguir créditos financieros, lo que sin duda obstaculiza su

desarrollo y expansión.

5. “Debe fortalecerse el esquema filosófico que respalda al sector social y a sus

subsectores, difundiendo la práctica de la solidaridad, esfuerzo común y ayuda

mutua: así como los principios y valores que a través del tiempo han

cohesionado la identidad de organizaciones como las cooperativas.”

La economía social y solidaria debe ser concebida como una alternativa, que

teniendo como base el apoyo mutuo, la inclusión puede a la par de los sectores

públicos y privado, desembocar en un desarrollo y crecimiento económico que

permita al México salir de la pobreza. Se debe, asimismo, ver a la economía social

y solidaria, no sólo como una mera alternativa, sino como un verdadero proyecto de

vida que permita la participación de los sectores más vulnerables en la economía

nacional.


241

Esta forma de hacer economía, debe, entre sus objetivos, tener valores comunes

que permitan una mayor coordinación y eso desemboque en un mayor desarrollo y

crecimiento y no sólo buscar el desarrollo y crecimiento personal. Otra situación que

se debe evitar es ver a las cooperativas, por poner un ejemplo, como medio para

poder obtener recursos del gobierno para fines ajenos a desarrollo de la economía

social y solidaria.

6. “Construir una identidad propia, donde las empresas y organizaciones de la

economía social y solidaria se exterioricen como tales y compartan objetivos

comunes, lo que contribuirá a su fortalecimiento y visibilidad”.

A la economía social y solidaria se le debe de ver en su justa dimensión: una

alternativa real y efectiva que permite el desarrollo y crecimiento y a su vez

contribuye a la generación de empleos en nuestro país. Dentro de las cooperativas,

debe existir la igualdad de oportunidades, pero también de esfuerzos. Debe existir

vinculación entre las diversas cooperativas ya que al compartir las experiencias

tanto buenas como malas, se genera un enriquecimiento mutuo y se aprende de las

experiencias de los demás.

Deben dentro de las cooperativas, existir códigos de conducta y ética que eviten en

la medida de los posible divisionismos internos y pugnas por el control dentro de las

empresas sociales. Se debe de poner todo el empeño y el mejor esfuerzo en las

actividades que se realizan dentro de la empresa social a la que se pertenece. Otro

factor importante es que debe, además de la coordinación entre las diversas

empresas sociales, consumir productos y/o servicios de otras empresas sociales,

debe haber un mercado “intercooperativo”. En general, dentro de la economía social

y solidaria deben existir valores comunes que permitan verla como un proyecto de

vida a largo plazo.


242

7. “El Estado debe asumir su responsabilidad para con sus ciudadanos,

procurando un adecuado desarrollo del sector social de la economía, a través

de políticas públicas que estimulen a las empresas y otras organizaciones que

lo integran y otorgando certeza jurídica de los actos que llevan a cabo,

mediante la promulgación de leyes que recojan las necesidades reales,

reflejando las aspiraciones y requerimientos de los diversos subsectores”.

Sin duda alguna el papel del Estado en cuanto al desarrollo, promoción, estimulo,

capacitación y evaluación de la economía social y solidaria es incuestionable. De

las problemáticas que se han detectado en relación con la economía social y

solidaria, (S/n, Diagnostico Nacional de la Economía Social, Cooperativas de

producción/servicio y empresas mayoritariamente de trabajadores), se tiene que,

entre otras cosas, en Estado sanciona con contribuciones las prestaciones sociales

otorgadas a los socios cooperativistas, esto sin duda genera un obstáculo al

desarrollo de las cooperativas, desestimulando su creación por parte de la

población. Además, como lo habíamos mencionado, existen dificultades al

momento de conseguir créditos financieros que permitan el desenvolvimiento de

este sector. El Diagnostico Nacional de Social muestra que, en cuanto a las

licitaciones, éstas se dan de manera dispareja, en la que compiten cooperativas

contra empresas transnacionales, lo que a todas luces implica una desventaja para

las primeras.

Otra de las fallas de las políticas públicas es la falta de apoyos, tanto técnicos, de

asistencia, capacitación o financieros por parte del gobierno que estimulen o

favorezcan el desarrollo de las empresas sociales existentes o la creación de

nuevas empresas. Lo anterior va estrechamente relacionado con el

desconocimiento por parte del gobierno del funcionamiento y forma de laborar por

ejemplo en el caso de las cooperativas. Por lo tanto, si existe un desconocimiento

generalizado sobre la economía social y solidaria por parte del Estado aunado al

escaso apoyo de éste para su desarrollo, en consecuencia, se traduce en un

retroceso.


243

Respecto de la gestión de trámites relacionados con la economía social y solidaria,

existe en la práctica una tardanza en los tramites que se llevan a cabo ante

instancias gubernamentales no sólo para aquellas empresas sociales que ya están

establecidas, sino para para la creación de nuevas cooperativas. La burocracia en

este sentido no es un factor que favorezca o estimule la creación de nuevas

empresas, al contrario, crea una sensación de desánimo en las personas que tienen

la firme intención de contribuir y crear fuentes de trabajo.

De acuerdo con el Diagnostico citado, las auditorias fiscales son incluso más

rigurosas hacia las cooperativas cuando debería de haber cierta flexibilidad hacia

ellas, sobre todo porque contribuyen al desarrollo económico y a la creación de

empleos. Sin embargo, si existe rigurosidad en las auditorias, sin duda alguna, esto

no contribuye en nada a que las personas se vean estimuladas a crear nuevas

empresas. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de conformidad con

el Diagnostico, no sabe qué tipo de impuestos poner a una cooperativa al momento

de darla de alta.

En cuanto a los trámites administrativos al momento de pretender dar un apoyo o

financiamiento, el gobierno federal cuenta con requerimientos contradictorios, lo que

obstaculiza su otorgamiento en tiempo y forma. Por otro lado, el marco legal de la

economía social y solidaria es considerado como insuficiente lo que conlleva a que

se promueva la informalidad y la falta de identidad del sector. En lo que se refiere a

los gobiernos estatales y municipales, los apoyos que generan para el desarrollo de

este tipo de economía son en general incipientes e insuficientes.

Una situación que hace falta revisar a nivel legislativo es el que se refiere a que en

México la economía social y solidaria no está considerada dentro de los tratados

internacionales, a diferencia de otros países. El hecho de que se incluya en los

tratados comerciales, implicaría un paso importantísimo ya que estimularía la

creación de empresas sociales que no sólo producirían para satisfacer una


244

demanda nacional, sino que estarían estimuladas a exportar hacia otros países, lo

que generaría más ingresos y por supuesto más empleos y mejor pagados.

8. “Debe promoverse la investigación que genere la difusión y conocimiento de

las empresas sociales y solidarias, estimulando la participación de académicos

en la enseñanza e investigación en la temática de la economía social y

solidaria a efecto de generar propuestas con el sustento teórico y empírico tan

necesario para resolver los grandes problemas que atañen a la sociedad.”

Sin duda alguna este punto reviste de una gran importancia. Como hemos venido

argumentando, sobre la economía social y solidaria en general hay un gran

desconocimiento dentro de la población, lo que sin duda genera que no exista un

interés real sobre incursionar en este sector. Es por ello por lo que se debe promover

su investigación, su difusión por diferentes medios para acercar a la población y

convencerla de que este tipo de economía presenta una alternativa que puede

generar ingresos y fuentes de empleo.

En todos los niveles educativos se debería de alguna manera acercar a los

estudiantes para que conozcan desde cortas edades que existen alternativas

viables a la par del modelo neoliberal que permite hacer economía. Sin embargo,

desde un punto de vista personal, es en las universidades en donde se debe

impulsar el conocimiento sobre la economía social y solidaria. Este tipo de economía

debe vislumbrarse como un factor real y efectivo de desarrollo.

9. “Socializar las buenas prácticas y las formas organizacionales exitosas,

facilitara su adopción en otras realidades, constituyendo verdaderos modelos

emergentes para el desarrollo de las comunidades”.

Este punto, al igual que los anteriores, es una condicionante que debe llevarse a la

práctica. En la realidad, de acuerdo con el Diagnostico, no existe una coordinación

o una intercomunicación entre las diversas cooperativas en las que puedan


245

compartir sus experiencias tanto positivas y negativas para crecer y desarrollarse

mejor. No existen actualmente redes de colaboración que permitan a las diversas

formas en las que se desenvuelve la economía social y solidaria exponer sus puntos

de vista, aciertos, errores, experiencias y de esa manera crear un vínculo cercano

entre ellas.

Es necesario, por lo tanto, que se expongan las experiencias de la economía social

y solidaria, no solo de aquellas que han logrado tener éxito incluso más allá de

nuestras fronteras, sino de aquellas que han sido menos favorecidas. Debe haber,

asimismo, además de la suma de experiencias, una suma de esfuerzos donde se

comparta lo propio en beneficio de la comunidad. Ahora bien, para lograr el

acercamiento, la comunicación y la interrelación de experiencias entre las diversas

empresas sociales, es necesario crear una base de datos que permita conocer la

información básica de las empresas sociales como direcciones, productos o

servicios que elabora o produce, número de socios, etc.

El trabajo en red o en conjunto hace más fuerte una economía social y solidaria que

si se trabaja en la individualidad. La interrelación incluso puede fomentar el consumo

entre las propias cooperativas. Es decir, si una empresa social requiere de materias

primas o insumos y otra los produce, se generan cadenas de producción y consumo

entre cooperativas. Sin embargo, para lograr lo anterior, de debe contar con una

base de datos que ayude a la localización de una empresa social que pudiera

proveer de ciertos bienes o servicios.

Lo anterior de acuerdo con el diagnóstico puede incluso hacer que las cooperativas

generen otras cooperativas. Por lo tanto, hace falta una verdadera coordinación que

permita crear una economía social y solidaria sólida y fuerte que haga frente las

políticas económicas neoliberales y alcance a ser lo que pretende: una verdadera

alternativa económica que permita reducir la pobreza y los altos índices de

desempleo en México.


246

4.5 Propuesta para un acercamiento a la economía social y solidaria en México

4.5.1 Creación de la asignatura: Economía social y solidaría en la Licenciatura

Como pudimos observar en el apartado inmediato anterior, existe una diversidad de

condiciones que se deben de dar para que la economía social y solidaria salga

avante. No es una tarea fácil, sobre todo porque el problema para su desarrollo y

crecimiento es, entre otras razones, la falta de un conocimiento acerca de lo que es

la economía social y solidaria. Ese desconocimiento casi total en nuestro país,

genera que lo poco que se sabe de esta forma de hacer economía sea vista con

desconfianza la mayoría de las veces.

Inclusive a nivel gubernamental existe un desconocimiento de esta forma de

alternativa de economía. El desconocimiento de la economía social y solidaria ha

creado un círculo vicioso: ante la falta de conocimiento, aunado a la falta de

acercamiento entre las pocas empresas sociales para hacer un bloque sólido y

fuerte económicamente hablando, hace que el gobierno tenga menos intención de

apoyar este sector. Existe, por tanto, un desconocimiento generalizado del papel

que juega la economía social y solidaria como factor de desarrollo.

En pocas palabras: hace falta una educación y formación educativa en materia de

economía social y solidaria en México. Esta falta de capacitación o conocimiento en

esta materia promueve aún más su desconfianza de crear empresas sociales. Es

necesaria una educación que esté orientada específicamente a la economía social

y solidaria, que permita tener un acercamiento serio y profundo y de ahí saltar a la

creación de empresas de carácter social. La formación de tipo profesional es de

suma importancia para contribuir a un mejor desarrollo de este sector, que al día de

hoy, no se ha apuntalado como un factor real de desarrollo y crecimiento económico

en nuestro país.


247

De acuerdo con el diagnóstico, en nuestro país no existe un modelo educativo

orientado especialmente a investigar, difundir, profundizar preparar profesionales

en materia de economía social y solidaria. Como hemos dicho, existe un

desconocimiento de esta alternativa económica en todos los sectores.

Adicionalmente a lo expuesto, los profesionales en cooperativismo por referirnos

una forma de economía social, son limitados hoy día. Culturalmente no existe el

hábito de fomentar el conocimiento sobre la economía social en México. Por esta

razón, apostamos a que la educación en esta materia es necesaria en todos los

niveles.

Sin embargo, en este apartado propondremos la creación de una asignatura en la

carrera de economía de la UNAM que en un primer momento puede ser de carácter

optativa, y si en un futuro las condiciones, necesidades y circunstancias de la

realidad del país lo requiere, puede pasar a ser obligatoria. Lo anterior se justifica

ante el hecho de que, en términos generales, las universidades se muestran ajenas

al tema no sólo del cooperativismo en particular, sino de la economía social en

general. Los sistemas escolarizados en México no promueven la visión o la

perspectiva de la economía social y solidaria en ninguno de los niveles educativos.

Un hecho es real: la educación en materia de economía social y solidaria es

insipiente. Ahora bien, al no existir una asignatura o materia sobre esta forma de

hacer economía, da como consecuencia que la vinculación entre las universidades

y las empresas sociales sea casi nula. El modelo de educación a nivel nacional,

como podemos ver, es deficiente. No hay una educación en materia de empresas

sociales.

Es por todo lo anterior que, ante la falta de una capacitación o educación en la

materia, en este apartado proponemos la creación de una asignatura dentro de la

carrera de economía que se denominaría precisamente: Economía Social y

Solidaria. Lo anterior se justifica, ya que de una revisión a los planes de estudio de

la carrera de economía en la UNAM tanto en los sistemas escolarizados como

abierto y de educación a distancia que se imparte en los tres campus Ciudad


248

Universitaria, Aragón y Acatlán no existe una materia que haga referencia a la

economía social y solidaria. Cabe resaltar que, en lo que se refiere a la carrera de

economía que se imparte en sistema escolarizado en la Facultad de Estudios

Superiores Aragón, dentro de las asignaturas obligatorias de elección y optativas,

específicamente el en área de economía, pobreza y desarrollo, podemos observar

que hay un acercamiento importante en este rubro, no obstante, no se refieren a la

economía social y solidaria como tal.

Para un mayor abundamiento, transcribimos las materias que consideramos

guardan un acercamiento, más a la economía social y solidaria, al tema de la

pobreza en México y América Latina: (Consejo Académico del Área de las Ciencias

Sociales, Licenciatura en Economía. Plan de estudios de la carrera de economía

[En línea] Facultad de Estudios Superiores Aragón, UNAM: México, 2008. Dirección

URL: https://escolar1.unam.mx/planes/aragon/Econom%EDa-Arag.pdf [Consulta:

mayo de 2017]

Área de Economía, pobreza y desarrollo

0807 08 Economía, pobreza y desarrollo I

0906 08 Economía, pobreza y desarrollo I

0068 06 Evaluación del Impacto de los Programas Sociales contra la Pobreza.

0073 06 Planeación para la Atención a la Pobreza.

0074 06 Pobreza, Políticas Públicas y Sociedad Civil.

0075 06 Pobreza Rural e Indígena en México.

0076 06 Políticas Públicas de Combate a la Pobreza en América Latina y México.

Como podemos apreciar, estas asignaturas muestran un acercamiento a la

problemática de la pobreza en México, sin embargo, algunas de ellas se concentran

en conocer o estudiar las diversas manifestaciones de la pobreza en México y

Latinoamérica, sus características, enfoques y métodos de medición. Por otro lado,


249

otras más se enfocan en aplicar la metodología de los programas sociales y medir

su impacto en el combate a la pobreza.

Otras más diseñan, instrumentan y evalúan programas y políticas que puedan incidir

en la disminución de la pobreza en México. Finalmente, otras se centran en analizar

las políticas dirigidas especialmente al combate de la pobreza, por niveles de

gobierno, su impacto y el papel que juegan otras instituciones de carácter nacional

e internacional, así como las condiciones de pobreza que guardan las poblaciones

rurales e indígenas en México. Es por todo lo anterior que es necesaria una

asignatura, que a la par de las descritas anteriormente, se concentre de manera

específica en la economía social y solidaria.

Estas asignaturas optativas sin duda son relevantes sobre todo para conocer los

grados de pobreza que existen en nuestro país. No obstante, no se enfocan a la

economía social y solidaria considerándola como una alternativa de inclusión

económica frente a la situación de pobreza, marginación y desigualdad imperante

en el país. Por todo lo expuesto, consideramos necesario incluir dentro de las

materias optativas la asignatura Economía Social y solidaria que permita a los

egresados contar por lo menos con las nociones básicas acerca de lo que se refiere

a este sector alternativo económico.

Para llegar a la anterior propuesta, partimos de la idea de que la educación es, en

primera instancia, la mejor fórmula para acercarse al tema de la economía social y

solidaria. Es necesario, por lo tanto, hacer frente a los rezagos en materia de

economía social y solidaria. La realidad nos muestra que el actual sistema educativo

en general, no ha mostrado un interés real por fomentar y promover la visión de este

tercer sector de la economía como también es llamado.

Por ello, apostamos a que, a través de la educación y formación, la sociedad puede

cada vez más tener conocimiento y se vea estimulada a emprender una empresa

de carácter social que le permita ser parte del proceso económico y generar riqueza


250

y crear empleos. De esta manera, con la creación de esta asignatura optativa en un

primer momento, permitirá hacer frente a la escasez de profesionales en el tema.

Además de lo anterior, con el acercamiento a los temas, se podrá estimular la

creación incluso por parte de los universitarios de empresas sociales.

El esquema de la asignatura Economía Social y Solidaria sería el siguiente:

Nombre de la asignatura:

Economía Social y Solidaria Objetivo General:

Ubicar al alumno en el campo de estudio que ofrece la economía social y solidaria.

Al estudiar los elementos básicos y elementales de este sector de la economía, será

capaz de conocer, comprender y proponer a la economía social y solidaria como

una alternativa real, efectiva e inclusiva para hacer frente a la pobreza y la escasez

de empleo en México.

Objetivos Específicos:

1. Analizar en forma crítica la estructura y funcionamiento del sistema capitalista

actual, así como evaluar los resultados del modelo neoliberal en la economía

mexicana, sobre todo en el sector de la generación o pérdida de empleos.

2. Reflexionar acerca de la importancia y trascendencia que significa el

conocimiento, difusión y desarrollo de la economía social y solidaria en el

entorno de la economía nacional.

3. Conocer los principios, valores y características de la economía social y

solidaria.

4. Reflexionar de manera crítica los diversos procesos de producción que se

han dado en México a lo largo de su historia y sus efectos.

5. Conocer experiencias exitosas de la economía social y solidaria no sólo en

México sino a nivel mundial.


251

6. indagar sobre las condiciones y requisitos para un mejor desarrollo de la

economía social y solidaria en México.

4.6. Las cooperativas de trabajo: emprendimiento económico como la

columna vertebral de la economía solidaria

No es exageración en nuestros días afirmar que la mayor parte de los habitantes

del planeta en edad de trabajar lo hacen en situación de precariedad. Es decir, en

condiciones contractuales (además de materiales, físicas, relacionales y semióticas)

mínimas en las que la principal afectada es la estabilidad de los trabajadores, pero

por su puesto existen excepciones.

Entre estos privilegiados se encuentran cada vez más escasos funcionarios

públicos y un conjunto de ejecutivo de alto estándar, que constituyen la crême de la

crême del concierto empresarial.

Esta crisis por la cual atravesamos, ocasionada tras las medidas tomadas para

resolver la crisis de la década de 1970, contempla los siguientes pasos según

Harvey (2010):

La agresión exitosa en contra de los trabajadores y sus instituciones políticas, al

desplazar los excedentes de la fuerza laboral global, implicando cambios

tecnológicos para prescindir de ésta y así acrecentar la competencia. El resultado

se tradujo en una disminución del salario global y la creación de una reserva de

mano de obra disponible cada vez más numerosa que vive bajo condiciones

marginales.

Galaz y Prieto retomando a Gorz, indican que la precarización del trabajo es

consecuencia del paso de un sistema de producción fordista (jerárquico,

estandarizado, repetitivo, a gran escala y de largo plazo) a uno posfordista

(horizontal, diversificado, innovador, a menor escala y a corto plazo). Esta transición


252

ocurrió a mediados del siglo XX, gracias a un desarrollo tecnológico y que posibilitó

la mecanización de muchos procesos productivos.

Bajo este nuevo contexto, la esfera del trabajo se vio enormemente transformada,

debido a la creciente inmaterialización de la labor productiva, es decir que la labor

fue altamente tecnificada y tecnologizada, de modo que su ejecución dejó de

requerir tantas manos humanas, para dar paso a los brazos mecánicos, más

precisos, más rápidos, duraderos y menos conflictivos.

De este modo el trabajo dejo de ser un medio para el desarrollo y la realización

personal, se convierte en un lugar donde la persona deja de ser ella misma para

convertirse en un engranaje del proceso productivo. De ser un instrumento para

conseguir una calidad de vida digna, se va convirtiendo poco a poco en fuente de

falsas y superfluas necesidades.

El trabajo es una de las actividades principales del hombre, en la que ocupa gran

parte de su tiempo y de su vida y ocupa gran parte de su vida no laboral en

preparase para trabajar adecuadamente.

En efecto el trabajo es el medio por el cual se obtiene lo necesario para el sustento

y desarrollo personal y social de hombres y mujeres. Es la fuente de reconocimiento

social en que es objeto y del prestigio que llega a tener, es aquella actividad por la

que las personas se hacen útiles a los demás y a la sociedad.

La realidad en la que vive el trabajo asalariado y dependiente ha significado que los

trabajadores carezcan de medios y recursos necesarios para emprender iniciativas

que les permitan desarrollar sus propios proyectos sociales. Ya que la mayoría de

los hombres ha perdido el control sobre sus propias condiciones de vida por que le

ha transferido al empresario capitalista o al Estado toda iniciativa o capacidad de

emprender.


253

Razeto (2007) parte del punto donde la pobreza humana y con un lento

redescubrimiento del hombre y la mujer que hay en cada uno y por más

empobrecido y excluido que se encuentren y con ello la valorización de las fuerzas

y capacidades propias de hacer y ser, de trabajar y emprender.

Indica que el camino ascendente se inicia con la llegada que en definitivo según

Razeto considera la más poderosa de las fuerzas es; la solidaridad que libera

creando vínculos de organización y de comunidad. Este camino transita por tres

ejes:

El primer camino que analiza el auto es: donde los trabajadores no encuentran

empleo satisfactorio en el mercado laboral, o que buscan otro modo de trabajo en

el que puedan encontrar mejores condiciones para realizarlo. Consiste

concretamente en las experiencias de trabajo autónomo o independiente, mediante

la creación de sus pequeñas unidades económicas.

Otro camino hacia la economía de solidaridad vista desde el punto de trabajo,

consiste en el esfuerzo de quienes aspiran a recuperar la dignidad y la plenitud

humana del trabajo a través de experiencias de trabajo asociativo, en empresas

gestionadas y cooperativas de trabajadores.

Concretamente, se trata que el trabajador vuelva a adquirir capacidades de tomar

decisiones, desarrolle conocimientos de cómo hacer las cosas, recupere el control

y propiedad sobre los bienes materiales y financieros.

Señala que el enriquecimiento del trabajo, condición para su recuperación de

centralidad, requiere el desarrollo de relaciones de cooperación. Ahí se encuentran

los procesos orientados hacia la centralidad del trabajo con los que van hacía la

economía solidaria.


254

Desde muy temprano en la historia de la humanidad los valores de solidaridad,

colectivismo y acción común han estado presentes en la organización económica

de las sociedades, aunque no es hasta el siglo XIX cuando con la formulación de

unos principios y una filosofía surge la doctrina del cooperativismo. El

cooperativismo es democrático y promueve el uso de la propiedad sobre bases

comunitarias y colectivas de servicio social y no personal. La práctica del

cooperativismo no es otra cosa que la práctica de la igualdad, la justicia, ayuda

mutua, esfuerzo propio, honestidad, responsabilidad social, democracia,

constructividad, sacrificio y solidaridad.

Marx señala en el Capital y nos dice que: “la producción capitalista comienza, en

rigor donde el mismo capital individual emplea simultáneamente una cantidad de

obreros relativamente grande, y en consecuencia, el proceso de trabajo amplía su

volumen y suministra productos en una escala cuantitativamente mayor. Donde el

operar de un número de obreros en el mismo espacio y al mismo tiempo, para la

producción del mismo tipo de mercancías y bajo el mismo capitalista, constituye

histórica y conceptualmente el punto de partida de la producción capitalista.”

Nos dice además que; “La forma de trabajo de muchos que, en el mismo lugar y en

equipo, trabajan planificadamente en el mismo proceso de producción o en

procesos de producción distintos pero conexo, se denomina cooperación (MARX

Karl).

Esta cooperación de la cual nos habla Marx presenta características únicas, en un

primer momento según dicho autor esta nueva potencia de fuerzas colectivas surge

de la fusión de muchas fuerzas en una colectiva, generando en los trabajos

productivos, una emulación y peculiar activación de los espíritus colectivos, las

cuales acrecientan la capacidad individual de rendimiento. Además, aunque se

ejecuten simultáneamente y conjuntamente una operación igual o similar, puede

ser, sin embargo, que el trabajo individual de cada uno como parte del trabajo

colectivo represente fases diversas del proceso laboral mismo, recorridas con más


255

rapidez por el objeto de trabajo gracias a la cooperación (es decir este objeto de

trabajo recorre el mismo espacio de en un lapso más rápido).

Al analizar el modo de producción capitalista de producción, donde se deriva la

forma del proceso colectivo de trabajo y que se encuentra condiciona por el carácter

capitalista y por ende es antagónico a este proceso, es decir esta forma de

cooperación capitalista no se presenta como forma histórica particular de la

cooperación sino que la cooperación misma aparece como forma histórica peculiar

al proceso capitalista de producción, como forma que lo distingue específicamente

y constituye el punto de partida de la producción capitalista.

Por último, Marx (2005) lanza la premisa “La cooperación sigue siendo la forma

básica del modo de producción capitalista, aunque su propia figura simple se

presente como forma particular junto a otras más desarrolladas”.

Aunque la asociación y cooperación entre productores y entre consumidores se ha

edificado desde las épocas más remotas de la historia, el cooperativismo en la forma

y con los contenidos que hoy lo distinguen puede ser considerado como un

fenómeno específico del mundo moderno. Sus orígenes históricos coinciden con el

proceso de formación de la economía capitalista y del industrialismo, y su evolución

ha estado estrechamente vinculada a las distintas fases de expansión y crisis de las

economías modernas.

En efecto, el cooperativismo no es un fruto del capitalismo ni una parte de éste, sino

una reacción ante fenómenos sociales y económicos derivados del capitalismo.

Respecto al modo de producción predominante, el cooperativismo se presenta

como una realidad subordinada, contradictoria y alternativa, en el sentido que

explicaremos inmediatamente.

El cooperativismo no se encuentra subordinado al capitalismo, no porque se someta

a su lógica y a sus leyes económicas, sino porque tiene su base social en aquellos


256

sectores sociales que fueron desplazados hacia la periferia por la irrupción de los

nuevos métodos de producción y comercio impulsados por el predominio del capital.

Pero a los emprendedores de este tipo de organizaciones se les tacha de utopistas,

además sabiendo de los valores de la cooperación y de la economía solidaria ya

mencionados con anterioridad no dominan en un sistema de mercado capitalista

dado que la regla “un hombre, un voto”, no es de la empresa.

“El fenómeno cooperativo se presenta, en efecto, como un conjunto de sociedades

y empresas de distintas características y dimensiones, que organizan actividades

económicas de producción, comercialización, erogación de medios financieros, etc.

Se muestra al mismo tiempo como una respuesta al problema social, como un

significativo proceso de agregación y formación de una voluntad colectiva que se

propone transformar la sociedad en sentido democrático, libertario, autogestionario,

solidario. Se manifiesta, además, como un movimiento específicamente cultural, de

difusión molecular y metódica de un conjunto de ideas, valores y normas que

constituyen lo que podemos denominar “estilo o modo de ser cooperativo”, un

particular modo de pensar, de sentir, de relacionarse y de comportarse individual y

colectivo”. (Razeto Milagro Luis, 2002).

La importancia de las cooperativas en la economía solidaria, se presenta debido a

que estas encuentran reciprocidad en principios y valores, como la autogestión, la

solidaridad, la mutualidad, la inclusión social, el cuidado del medio ambiente, etc.

4.7 Cooperativas de trabajo y emprendimiento económico.

Según la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) la define como: “[…] es una

asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer

frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes

por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada”


257

Las sociedades cooperativas son un conjunto de personas que pueden ser amigos,

familiares, vecinos etc., con intereses comunes y basados en principios de

solidaridad, ayuda mutua y reciprocidad, con el propósito de satisfacer necesidades

propias y de la comunidad a través de la producción, distribución y consumo de

bienes y servicios indispensables a las necesidades demandadas en una

comunidad.

Según la Organización de la Naciones Unidas (2009) la define como: “[...] es una

asociación autónoma de personas que se unen voluntariamente para satisfacer sus

necesidades y aspiraciones comunes de carácter económico, social y cultural, por

medio de una empresa de propiedad conjunta y controlada democráticamente.”

Estas voluntades en construir alternativas solidarias y sociales, se apoyan en

principios democráticos, distribuyendo la riqueza equitativamente y conjugando lo

económico y social. Se encuentran relacionadas, por un lado, con los deseos y

valores de aquellas personas que buscan formas de organización socio-económicas

que trasciendan al capitalismo y, por otro, con la necesidad de brindar soluciones

asociativas frente a situaciones de crisis.

Estas son creadoras de empleo, las cooperativas constituyen un factor de desarrollo

local, de cohesión social y de redistribución de la riqueza. Según las experiencias

en los distintos países, su vigencia se encuentra amenazada por un capitalismo

cada vez más competitivo, el individualismo, la pasividad y las dificultades que

supone la construcción de vínculos que sean creadores de articular la solidaridad.

Se entiende por cooperativas de trabajo como: “[…] las formas de organización de

la producción, del control de la actividad laboral y del producto realizado por los

propios trabajadores. Se constituyen en asociaciones voluntarias de trabajadores

que organizan la cooperativa, una empresa de la cual todos son socios y participan

en los procesos decisorios, así como del resultado de la labor colectiva. Estas

cooperativas tienen como principios fundamentales la democracia, la autonomía, la


258

solidaridad y la igualdad social” (CATTANI Antonio D; CORAGGIO José L; Laville

Jean-Louis 2009. p. 99).

Pero es importante señalar y como ya se mencionó, que estos emprendimientos

alternativos, son vistos como empresas, pero sus principales diferencias se detonan

por qué; a primera instancia por la apropiación del trabajo por parte de sus

miembros; están orientadas a su consumidor, ya que se dedican a producir y

distribuir bienes y servicios, orientados por el consumidor.

4.8 Prácticas.

En el curso de su desarrollo histórico y con base a las elaboraciones doctrinarias de

sus teóricos, el cooperativismo ha definido un conjunto de principios que rigen su

funcionamiento y su estructura. Las formulaciones de tales principios han sido

varias, pero coinciden en lo esencial; la más difundida es aquella que se conoce

como “Principios de Rochdale”.

La cooperativa de Rochdale Society of Equitable Pioneers, se basó en siete

principios (que se desglosaran más adelante), esta cooperativa fue la primera en la

historia en ser constituida el 24 de octubre de 1884 (Ballestero, 1983, p.59), en la

localidad de Rochdale (Inglaterra), se conformó por 28 socios y empezó a vender

ese mismo año, en las vísperas de navidad. Los socios fundadores eran todos o

casi todos ellos de la clase obrera.

Esta cooperativa no les unía una militancia política en común, ya que dentro de sus

socios dominaban los socialistas y cartistas, tampoco estuvo vinculada a una iglesia,

partido o sindicato, inclusive se afirma que a través de la experiencia de esta

cooperativa surge el cuerpo doctrinario de las cooperativas actuales y se basan en:

I.-El agrupamiento de personas (una persona = un voto)

II.-La empresa (constitución de una reserva)


259

III.-El impacto de la empresa sobre el agrupamiento de personas (los miembros

deben de capitalizar la empresa)

IV.-La influencia del agrupamiento de personas sobre la empresa (una vez que se

haya constituido la reserva, los excedentes obtenidos de la producción, distribución

y consumo de un bien y/o servicio quedan repartidos en partes iguales entre los

miembros de sus integrantes: ventas, salarios, compras)

V.-Educación cooperativa.

VI.-Neutralidad, política y religiosa.

Dichos principios al pasar el tiempo se han modificado en que algunos autores lo

llaman “principios de teoría social”, como indicadores de la acción humana

tendientes a satisfacer las necesidades universales de los hombres (como genero).

Estos principios se han generalizado y hoy en día se han convertido en principios

universales, en los siguientes.

El de democracia: Este principio funciona en toda interacción humana, según la cual

una persona un voto y nada más uno para toda relación humana, poniendo el

principio de la democracia política, no solo en las relaciones políticas si no en todas

las actividades humanas.

No habría un voto por delegación y por lo tanto no existiría la concentración del

poder en una solo persona o algunas cuantas, a lo que se aspira con este concepto

es la incrementación del grado de participación y de responsabilidad por parte de

cada persona.

Esta democracia cooperativa significa la vigilancia de cualquier asociación queda

distribuida entre los asociados, ya sea económica, social o de cualquier otra clase

manteniéndola descentralizada hasta que los individuos participantes acepten

asumir su responsabilidad.


260

El de voluntariedad: La cooperación adoptada a las asociaciones de personas

significa que los individuos están en libertad de asociarse o no. Es decir que

cualquier asociado puede retirarse en el momento que lo desee, si cuenta con

acciones en la asociación, está en absoluta libertad de pedir que se le devuelva su

inversión en cualquier momento con un previo aviso.

El de autonomía: Se basa en la idea de libertad, que está implícita a la acción de

voluntariedad, encierra el principio de autonomía. La asociación cooperativa se

esfuerza en mantener su identidad como empresa autónoma al no pedir favores al

gobierno o del estado. La autonomía es sinónimo de libertad. El movimiento

cooperativo de a cada ciudadano a participar o no en el movimiento.

Pero las cooperativas no poseen una autonomía absoluta. Su autonomía funciona

dentro de las leyes nacionales e internacionales. Está limitada por las necesidades

humanas, por los descubrimientos científicos y por todos los demás principios

cooperativos, como la democracia, la elección, la equidad, etc.

El de equidad: el trato equitativo significa el trato según el grado de participación y

colaboración en las relaciones humanas. Las cooperativas ponen en práctica el

derecho de igualdad de sus asociados a participar en el organismo y la repartición

equitativa en la acumulación de las utilidades.

Por ejemplo, las asociaciones cooperativas distribuyen la responsabilidad de la

administración, equitativamente y en forma más amplia posible, entre cada uno de

sus asociados, según la experiencia, habilidad y voluntad que tengan para llevar

tareas de la asociación, el fin que se persigue es repartir las responsabilidades entre

todos los asociados, pero no de forma igual, si no equitativamente conforme a sus

aptitudes.


261

El de mutualidad: Se entiende por mutualidad, el trabajo en unión de personas

dignas, en beneficio de todas las demás personas, al cooperar en beneficio de

todos, la gente enriquece individualmente su propia vida.

Este impulso de ego por superarse, llega a su apogeo en el nivel donde utiliza la

cooperación para alcanzar sus metas individuales y colectivas. La mutualidad como

fuerza motriz, no es expresada en la actitud de superación a los demás, si no en la

actitud de superación con los demás para el bien común.

El de universalidad: Quiere decir que lo mismo que las personas o los grupos, hallan

su mayor enriquecimiento en una ambición centrada en sí mismos, si no en trabajar

a favor de metas de importancia universal.

La cooperación universal, no hace distinciones artificiales entre razas, color, credos,

sexos, capacidades diferentes u otras. Pues en virtud que las verdaderas

asociaciones se practican una verdadera neutralidad racial y religiosa destruyendo

así los prejuicios existentes.

El de evolución: La evolución es un proceso de crecimiento y expansión. Significa

que allí dónde se desarrolla la vida, la personalidad se enriquece, los grupos

sociales adquieren un interés común y las cooperativas muestran mayor vigor.

Las cooperativas organizadas como empresas comerciales para el provecho de sus

miembros, resulta un modelo alternativo en estas épocas de dificultades

económicas y deficiencias en los mercados, como grupo de auto ayuda para

personas pobres y marginadas. Promueven y apoyan el desarrollo empresarial

mediante la creación de empleo productivo, el incremento de los ingresos y la ayuda

para reducir la pobreza, al mismo tiempo que favorecen la inclusión social, la

protección social y la promoción de las comunidades. De este modo, al mismo

tiempo que benefician directamente a sus miembros, ofrecen también


262

externalidades positivas para el resto de la sociedad e influyen en la transformación

de la economía.

Los miembros de una cooperativa no son ni demasiados ricos, ni demasiados

pobres. Ya que estas asociaciones se inscriben en sectores o segmentos

relativamente poco rentables y por consiguiente abandonados por el capitalismo.

Profundiza también en el impacto de un funcionamiento como subsistema con

reglas de juego diferente. La cooperativa viene incluso, a seleccionar a sus

miembros según sean sus reglas de juego, en su sector.

Sin embargo, las necesarias adaptaciones al entorno, producto de las restricciones

de una economía que se rige por otro tipo de principios, conducen a promover

cambios parciales en el modelo asociativo, si revisar su cuerpo central y sin volver

explícitamente al proyecto cooperativo, esta situación la podemos observar en

grandes cooperativas de diferentes ámbitos, tan sólo en México podemos observar

a la Pascual, Cooperativa Cruz Azul, que difieren del modelo esencial de asociación

cooperativista, existiendo trabajadores asalariados, para poder competir en este

sistema.

En la medida que este sistema se afiance y las cooperativas se interesen por

asegurar su desarrollo sin preservar sus especificidades, perderán progresivamente

las numerosas ventajas que han sabido desarrollar para responder a los problemas

de desempleo, la exclusión social y las nuevas necesidades sociales y expectativas

de los ciudadanos y su membresía.

4.9 Racionalidad

Dentro de la lógica del modo de producción capitalista, el modo de trabajo puede

verse en dos formas, la primera gira en orden impositivo, destructivo y sin sentido y

por otro lado el hacer como actividad que abarca y crea sentido o significado a través


263

de un proceso consiente y colectivo, a lo que Marx denomina el doble carácter del

trabajo.

En el capitalismo, nuestras relaciones están medidas cuantitativamente, es decir,

están medidas por las relaciones de intercambio, y por lo tanto, medidas por el

dinero. En el trabajo abstracto, la forma de medir esta relación entre

trabajo/producto, es el Tiempo Socialmente Necesario (TTSN), para producir el

producto de nuestras actividades, este TTSN, es lo que genera valor y determina el

grado de intercambio de las mercancías que se venden en el mercado.

Esta forma de hacer trabajo abstracto, se estableció como la forma dominante de

comportamiento, se llevó mediante un proceso largo y violento, esta forma de

trabajar es conocida también como la acumulación originaria.

La forma de medición del trabajo abstracto se da a través del pago de un salario, en

el cual el trabajo es realizado a cambio de este y donde el capitalista se asegura

que el trabajo sea realizado bajo los estándares del mercado y reduciendo los

Tiempos de Trabajo Socialmente Necesarios.

Los salarios del cual nos habla Marx, son en pago por cierta cantidad de trabajo que

se paga por determinada cantidad de trabajo o en otras palabras el valor del trabajo

y este valor es determinado por cierta cantidad de trabajo objetivado que contiene

una mercancía. Ya que el obrero al no tener los medios de producción y el capital

necesario para la fabricación de mercancías sale al mercado a vender lo único que

posee “su mano fuerza de trabajo”

Pero este obrero al vender su mano fuerza de trabajo y al entrar en contacto con la

naturaleza (este último ya sea en forma de materia prima o ya transformado) entra

en un proceso en el que el hombre controla su metabolismo con la naturaleza, es

decir, pone en acción sus brazos, piernas, mente, para la transformación y/o

extracción de la materia prima para transformarla en una mercancía.


264

Este desgaste que realiza el obrero al extraer y/o transformar la materia supone

para el capitalista un costo de producción asequible a los costos que representa una

máquina, este costo de producción representado por el obrero, es pagado a este

por medio de un salario, el cual sirve para cubrir los gastos del desgaste físico que

realizó el obrero en la fabricación de estos objetos, es decir compra “mercancías”

para que se siga subsistiendo y siga reproduciéndose.

El salario pagado muchas de las veces en el sistema capitalista, guiado por la oferta

y la demanda del precio de la mano de obra no corresponde con lo dictado por el

mercado, pues ya que muchas ocasiones no corresponden con el costo de la

reproducción del obrero, es decir no existe mercancía más barata que la mano de

obra.

Este valor de la fuerza de trabajo según Marx, está determinado por el valor de los

medios de subsistencia que habitualmente necesita el obrero medio y la masa de

estos medios es una cantidad constante según una época determinada y una

sociedad dada y lo que realmente varía es el valor de esta masa.

Es decir, lo que en realidad varía son los costos de desarrollo del obrero medio, ya

que este depende por una parte del modo de producción donde se desarrolle, y por

otra parte de la naturaleza de la mano de obra, es decir depende en gran medida

de si es hombre o mujer, madura o inmadura. Este empleo de la fuerza de trabajo

diferentes está condicionado por el modo de producción lo que ocasiona grandes

diferencias en los costos de reproducción de la familia obrera y en el valor del trabajo

del varón adulto.

Por lo tanto, lo que determina nuestra forma de actuar, en el sistema capitalista es,

el trabajo abstracto, debido a que esta sociedad no se encuentra formado por el

Estado, ni por lo monopolios, ni por la acción consiente de los capitalistas, sino por


265

la interacción ciega de una multiplicidad de trabajos sin sentido y por la necesidad

constante de reducir los TTSN, para la producción de mercancías.

Así Marx lanza la premisa “no es el hombre lo que determina su ser social, por el

contrario, es su ser social lo que determina al hombre”, es por eso que sin duda la

abstracción o la forma de hacer el trabajo afecta a la forma de nuestra existencia

social ya que nos guían a la idea que la orientación al progreso es medida

cuantitativamente y esta es la forma aceptada de pensar en el sistema capitalista.

Es por eso, que se requiere de una transformación en la forma de hacer el trabajo,

viéndolo desde una lógica diferente al sistema capitalista, y esta opción sería la

forma del trabajo concreto o útil, es decir, mide cualitativa la forma del trabajo y que

es común en todas las sociedades e indispensables para asegurar la reproducción

de la vida.

Cuando el obrero vende su mano-fuerza de trabajo -, lo que realmente le vende es

un “valor de uso”, le vende por lo tanto su función, un trabajo útil determinado: un

trabajo de zapatero, de hilandero, etc., este trabajo puede ser visto como aquel que

crea valor y es una propiedad que la diferencia de otras mercancías. Lo que se

busca es revertir el flujo de nuestro que hacer, haciendo cosas que simplemente

nos gusten o por que las podemos considerar importantes. Esta lucha constante en

contra del trabajo abstracto se da todo el tiempo y en muchas partes y no solo se

da en los lugares de trabajo, sino a demás fuera de ellos en las múltiples formas de

rechazar la forma de trabajo abstracto y crear otra cosa. Marx (2005) señala “Lo que

diferencia unas épocas de otras no es lo que se hace, sino cómo, con medios se

hace”.

Las cooperativas de trabajo tienen en su seno, la economía popular, la cual parte

de la Unidad Domestica (UD) y es la forma elemental de organización micro-socio-

económica propia del trabajo, estas unidades domesticas pueden generar

extensiones de su lógica de reproducción mediante asociaciones, comunidades


266

organizadas, redes formales e informales de diverso tipo consolidando

organizaciones socioeconómicas dirigidas a mejorar las condiciones de

reproducción de vida de sus miembros.

Para situar la lógica de la Economía Popular (sociedad, comunidad, etc.) en la

construcción de otra economía, cabe destacar que este sector más allá que los

emprendimientos económicos informales, sean rurales o urbanos, y que se

distinguen por su forma de organización básica como por su lógica contrapuesta a

la del capital. En su alcance más amplio, la Economía Popular es la economía de

los trabajadores, sus familias y comunidades primarias y, como ya se dijo, su lógica

no es acumular sin medida si no la obtención de medios para la reproducción de la

vida en las mejores condiciones posibles. Esto se diferencia en varios aspectos del

sector formal orientado por el tipo ideal de las empresas capitalistas.

Coraggio (2013) destaca que la unidad de organización económica no es el

emprendimiento o microempresa si no la Unidad Domestica (UD: familia,

comunidad), que desarrolla estrategias cuyo sentido y fuerza intrínseca está dado

por la reproducción de la vida de sus miembros, y cuya principal fuente es la

efectivización de sus capacidades de trabajo, determinado como útil desde esa

perspectiva y no desde la rentabilidad de un supuesto “capital”. Destaca que el

fondo (hablando monetariamente) de trabajo de las UD sea central como fuente

directa o indirecta de satisfactores, no implica que no cuente con otros recursos de:

tierra o suelo urbano, vivienda y locales, herramientas y utensilios, maquinas, etc.,

así como de ahorros. Por otro lado, combina la producción para el autoconsumo con

una intensa participación en los mercados.

Estas organizaciones pueden atender diversos sectores de la reproducción de la

vida (sindicatos, asociaciones de productores autónomos, cooperativas de

autogestión de servicios, redes de abastecimiento abaratando el costo de la vida,

movimientos reindicativos de recursos-tierra, vivienda, servicios de salud, de

educación, etc.- asociaciones barriales, o tener un significado más holístico y


267

abarcativo de toda la sociedad: movimientos ecologistas, de derechos humanos ,

de género, de incidencia y control de políticas de estado, etc.

Las Unidades Domesticas de producción, se encuentran formada por una o más

personas o grupos ligados por relaciones de parentesco o algún grado de afinidad.

Las relaciones de producción, intercambio y distribución, a nivel interno de cada UD,

son variables en su conformación concreta, dependiendo en buena medida de los

valores e instituciones en que están insertas. Entre estas unidades puede haber

relaciones de intercambio regidas por la cooperación utilitaria, la reciprocidad

centralizada, la reciprocidad generalizada o la identificación comunitaria, como

también la fuerte competencia entre comunidades o individuos.

También pueden ser contrapartida funcional del capital, como generadora y

reproductora a bajo costo de la fuerza de trabajo asalariado ya que pueden competir

con otras UD’s para colocar a sus miembros y como consumidora de sus

mercancías.

Dependiendo del contexto donde se localicen las Unidades Domesticas, adquieren

formas, donde se pueden destacar las siguientes:

Como trabajo de reproducción, que es complementado con los medios de

producción (tierra, maquinaria, insumos, capital) para producir medios de

autoconsumo, para la reproducción material y simbólica de la vida. Tales el caso del

trabajo doméstico y el trabajo comunitario, ninguno de los dos asume una forma

mercantil. Sin embargo, el trabajo doméstico-comunitario, de producción para el

autoconsumo, abarca actividades tan necesarias para las economías nacionales

como, por ejemplo, la producción básica de los alimentos, de vivienda o de

infraestructura local, así como el trabajo de cuidado.

También se puede ver como trabajo mercantil, ya sea produciendo de manera

autónoma mercancías para su venta o revendiendo mercancías para mediante el


268

precio obtenido, comprar en el mercado otros medios de vida, insumos o medios de

producción. Como trabajo independiente asalariado, donde las capacidades de

trabajo son empleadas a empresas capitalistas u otros empleadores públicos o

privados a cambio de un salario, con el que la UD compra en el mercado medios de

vida para la reproducción de sus miembros o insumos y medios de producción para

realimentar a otras formas. En efecto, la fuerza de trabajo, aunque se contrata en el

mercado como una mercancía, no puede reproducirse como las mercancías, del

mismo modo que no es posible producir la naturaleza. Por otro lado, la no

valorización monetaria del trabajo de reproducción permite reducir o mantener los

salarios bajos que, si fuera el único medio para la obtención de medios de vida,

serían insuficientes para mantener para mantener la vida de gran parte de la

población, esto se ve reflejado en los indicadores de pobreza e indigencia incluso

expost de aplicación de políticas gubernamentales enfocadas a combatir la pobreza.

Los sistemas capitalistas más desarrolladas, al expandir las formas empresariales,

subsumen el trabajo bajo formas de subordinación mercantil o asalariamento,

separando al trabajador de los medios de producción (emigración, desaparición del

artesanado, la pequeña minería, etc.) y presionando para que la mujer se incorpore

al mercado de trabajo, asumiendo una doble jornada, en ocasiones en condiciones

de sobre-explotación, llegando a incluir a los hijos en la producción o en la

agricultura familiar.

En trabajo comunitario o de organización colectiva, participando en acciones

conjuntas para mejorar directamente o indirectamente las condiciones de

producción o reproducción de conjuntos de UD asociadas más o menos

formalmente.

Pero, la Unidad Domestica no sólo atiende formas de organización económica.

Supone un esquema de reproducción socio-cultural, representada por la familia que

tiene como espacio el hogar y por otra parte a la economía privada, localizada en el

espacio laboral.


269

La cultura y lo valores que se reproducen en estos espacios, distinguen a estos en

la esfera pública, que tiene como sujeto al ciudadano que entra en relación con la

autoridad y el mercado.

Dentro del seno familiar, se forma a este sujeto, ya que es criado bajo los principios

y valores que funda la aquella Institución llamada “familia”, y es por eso que las

Unidades Domesticas, como forma fundamental de organización y como base de la

organización de la sociedad donde se deberán enseñar los principios de la

Economía Solidaria.

Es decir, más allá de la forma de organización económica, las UD también servirán

de “escuelas” transformadoras de sujetos, ya que desde pequeños se deberán

inculcar valores como los de solidaridad, reciprocidad, trabajo en equipo,

mutualidad, el respeto a la naturaleza, etc.

Pues se sostiene que la economía actual carece de valores, más aún cuando a los

jóvenes se les dice que son más ellos los que carecen de estos. Los valores

identificados principalmente con los que enseña la tradición religiosa están

relacionados con la ética y cuestiones más elevadas. Pero también la solidaridad

es un valor, como la cooperación, la equidad o a la justicia. Pero los valores son

algo más terrenal, indican aquello que se les concede valor.

Por eso moldear de la forma correcta y valorada de la conducta, es parte de la

cultura. La cultura es aquello que se aprende para para vivir en una sociedad, para

convivir y que se aprenden desde niños, como hábitos a través de mecanismos de

sanción y estimulo, de lo que está bien o de lo que hace de la forma incorrecta.

Cuando Collin (2014) retoma a Geertz define a la cultura con la fórmula: ver, juzgar,

actuar, es decir la cultura enseña a ver y cómo actuar y es aquí donde entran los


270

valores terrenales, que son sencillamente a las cosas que le damos valor, las que

juzgamos como buenas y deseables, Collin pone un ejemplo:

“Un niño entra a una casa y la ve y dice: no hay libros; lo hace porque en su casa

los libros son valorados. Otra persona no vería la ausencia de libros y tal vez

percibiría la ausencia de televisión”

Lo que Collin nos quiere decir, es que las cosas que valoramos son culturales, y

que en nuestra sociedad aprendemos a concederle valor a las cosas que no lo

tienen, que en realidad son superfluas, y consecuentemente, han perdido valor otras

que son imprescindibles. Si queremos cambiar la sociedad, habremos de empezar

por modificar las cosas que valoramos.

4.10 Algunas experiencias Latinoamericanas en torno a la economía solidaria.

Pasando por el proceso brasileño, si bien había antecedentes previos, su fase de

potenciamiento en la resistencia de los excluidos ante la dictadura militar, y

posteriormente ante el modelo neoliberal, un papel destacado en este proceso lo

tuvieron en las Comunidades Eclesiásticas de Base inspiradas por la Teología de la

liberación.

En los 90s son ya protagonistas importantes el Movimiento de los Sin Tierra y las

empresas recuperadas. El Partido del Trabajo, que gana las elecciones en 2002,

había incorporado la economía solidaria en su plataforma política y, por demanda

de las organizaciones sociales, se crea la Secretaría de Economía Solidaria.

Simultáneamente se creó el Consejo Nacional de Economía Solidaria (CNSE) como

órgano consultivo y propositivo.

Pero la característica distintiva de Brasil es la conformación previa de un movimiento

de ecosol, institucionalizado bajo el nombre de Foro Brasileño de Economía


271

Solidaria (FBES), que hoy incluye a tres actores: los emprendimientos económicos

solidarios, los promotores de la sociedad civil y los gestores públicos.

Tanto la Secretaría como el FBES se han ido descentralizando, generando

estructuras locales y estatales que se articulan con las instancias nacionales. Las

estancias estatales y municipales, más cercanas a la población objetivo han

interpretado estas políticas como asistencialistas y de corto plazo.

Otra característica de los programas públicos ha sido lograr que la vocación de

lograr que la política para la Ecosol sea transversal, como se intenta mostrar

sumando las acciones en el ámbito de los diversos ministerios que pueden

relacionarse con la Ecosol, si bien parece lejana la posibilidad de que el gobierno

nacional asuma efectivamente la Ecosol como una línea prioritaria y acuerde crear

un Ministerio de Economía Solidaria como lo propone la FBES. Las dificultades para

lograr una ley de economía solidaria expresa una resistencia por parte del Estado

en reconocerla como vía permanente de desarrollo.

Sin embargo, se han ganado batallas importantes, y el discurso de la SENAES va

más allá de la política social compensatoria y propone a la Ecosol como una forma

alternativa de organización de los procesos económicos.

El crecimiento que la economía solidaria ha tenido en los últimos años en Brasil se

ha dado en el campo institucional, preparado desde los movimientos sociales del

pueblo trabajador. Estos movimientos desempeñaron un papel estratégico durante

el régimen militar, en la lucha por la vuelta a la democracia.

El auge de su movilización política se dio entra la gran campaña de las elecciones

directas de 1984 y la notable movilización social durante la elaboración de la

Constitución Federal, entre 1986 y 1988. Muchos de los derechos sociales incluidos

en la Constitución, como la reforma agraria, el reconocimiento del derecho de la

propiedad colectiva del suelo por comunidades indígenas y quilombolas, la libertad


272

de iniciativa para las cooperativas, entre otros, constituyen importantes conquistas

del pueblo trabajador, sobre las cuales se apoyan las luchas por la economía

solidaria. Estos movimientos encontraron en la economía solidaria la posibilidad real

de salir de la miseria mediante el fortalecimiento de diferentes formas de trabajo

asociado.

La relación entre sociedad civil y Estado en el campo de las luchas sociales, en que

se inserta la economía solidaria, se da a través de acciones comunes que atienden

a los propósitos de los movimientos sociales y a los objetivos de la economía estatal,

fijados periódicamente en instrumentos legales como el Plan Pluri Anual (PPA) y la

Ley de del Presupuesta Anual (LOA).

Esta negociación que se da en el campo de la economía solidaria se da entre

representantes de la sociedad y el Estado, proviniendo representantes de ambos

lados, muchas veces, de los movimientos sociales que optaron por la economía

solidaria. Se trata, por lo tanto, de negociaciones entre personas que optan los

mimos principios pero que (debido a las posiciones que ocupan) pueden fácilmente

tener opiniones bastante divergentes sobre los problemas a enfrentar y las

soluciones para el mismo. Esto puede significar, en muchos de los casos, que la

negociación no debe comenzar por concesiones para reducir las diferencias entre

propuestas, sino más bien por el intercambio de ideas que lleven a una

aproximación de opiniones divergentes.

En el caso argentino durante la última década han surgido numerosas estrategias

de recuperación o generación de nuevas fuentes de trabajo, empresas recuperadas,

emprendimientos asociativos, redes de comercio solidario y de moneda social,

iniciativas de asambleas barriales o de movimientos de desocupados.

En un primero momento la gran mayoría de estas experiencias surgen como

respuestas ante la crisis.


273

Durante la dictadura militar (1976-1983) interrumpió en las estrategias de desarrollo

en aquel país el modelo de desarrollo e industrialización implementado hasta ese

momento, lo que derivó en una profunda transformación regresiva de la estructura

social.

Durante los años noventa, en la administración de Carlos Menem, se profundiza el

modelo neoliberal y con rapidez y extensión inusitadas se llevan a cabo un conjunto

de reformas estructurales: ajuste del Estado, privatizaciones de empresas públicas,

apertura económica (comercial y de capitales), desregulación de los mercados etc.

Durante este periodo se promueve la Ley de Convertibilidad, donde se estableció

un tipo de cambio fijo (1 peso= 1 dólar), esto dificulto gravemente la competitividad

de la producción y aceleró la desindustrialización, extranjerización y concentración

del aparato productivo. Este esquema pudo ser sostenido en un primer momento

mediante la entrada permanente de dólares que mediante una primera etapa fue

sostenida mediante la privatización de las empresas públicas y luego por el

creciente endeudamiento externo.

Ante esta rigidez del sistema cambiario se impulsó la competitividad de la economía

a través de una mayor flexibilización de la fuerza de trabajo que permitiera bajar el

costo laboral. Esta flexibilización se dio de hecho, debido a que el aumento

acelerado de la desocupación provocó una notable precarización de los empleos

existentes: pero luego se institucionalizó a partir de un conjunto de leyes y decretos

de flexibilización salarial.

Esto dejó como saldo, la reducción de muchas empresas y la desaparición de otras

tantas. Los procesos de recuperación de empresas se producen a partir de la

quiebra o abandono de unidades productivas, en su mayoría empresas pequeñas y

medianas que, en el marco de las leyes de flexibilización laboral, redujeron sus

planteles o reemplazaron parte de éstos por contratos temporales, como una forma

de adaptar procesos de trabajo a las fluctuaciones de la demanda.


274

Simultáneamente, el deterioro ocupacional y económico de los hogares puso de

manifiesto la necesidad de obtener nuevas fuentes de ingreso para garantizar la

reproducción de vida de sus integrantes. Con mayor frecuencia se combinaron los

intentos de incorporación de las mujeres y los hijos al mercado laboral, la inserción

a programas gubernamentales y el impulso de actividades productivas auto

gestionadas.

En el cambio de siglo encontró a la Argentina en el momento más profundo de la

crisis: cada vez mayores niveles de desempleo, pobreza y desigualdad se

manifestaban también en la extensión y profundización de los conflictos sociales.

La salida de la convertibilidad, se realizó a finales de 2001, lo que produjo una

maxidevaluación del peso del más del 300% y la emergencia de un nuevo proceso

inflacionario, profundizaron el ya complicado panorama laboral e inicialmente

agudizaron la caída del empleo. Esta medida afectó gravemente a los trabajadores

y a los pequeños ahorristas y beneficio a grandes grupos de empresarios, por la

liquidación de sus deudas bancarias y a los poseedores de dólares fugados al

exterior.

Con el gobierno de Néstor Kirchner iniciado en mayo de 2003 implementó nuevos

programas de promoción de emprendimiento productivos asociativos, dirigidos a los

trabajadores insertos en los planees asistenciales, pero también orientados a

apoyar y ampliar las estrategias de trabajo de trabajo auto gestionado de los

sectores populares. Uno de estos programas fue el “Plan Manos a la Obra” y que

otorga subsidios para maquinarias, materias primas e instalaciones, junto con

diversas capacitaciones para los integrantes de los proyectos productivos.

Ante la premisa de que la crisis del empleo será prolongada, el nuevo gobierno creo

una nueva política social que desemboca en la incorporación, de la denominada

economía social. Se va institucionalizando la “política social de la economía social”,


275

focalizada en los sectores pobres y/o con problemas de empleo y dirigida a su

inclusión en el mercado.

Es importante hablar sobre el peso de dos formas de organización nacidas en

Argentina y las cuales tienen un gran peso hasta nuestros días, nos referimos a los

Emprendimientos Asociativos Mercantiles (EAM) y a las Empresas Recuperadas

(ER).

Los EAM son emprendimientos conformados por grupos de trabajadores que

cooperan produciendo conjuntamente bienes y servicios para venderlos en el

mercado y obtener ingresos monetarios. Agrupan a trabajadores que forman parte

de distintos hogares, es decir, no se incluyen a los emprendimientos familiares,

cuyos trabajadores conviven en el mismo hogar.

Se tratan pues de actividad de baja complejidad, que se pueden iniciar con una muy

baja inversión inicial: se pueden iniciar con ahorros propios o de familiares para

comprar materias primas o alguna herramienta o partir de algún tipo de crédito o

subsidios de cualquier índole. Se tratan pues de trabajos pocos calificados, donde

cualquier trabajador puede incorporarse, aunque no tenga experiencia previa o

conocimientos específicos vinculados a la actividad.

Estos tipos de emprendimientos producen bienes destinados al consumo final y

venden en sus propios barrios o localidades, donde compiten con empresas más

grandes que logran costos más bajos por unidad de producto, esta intensa

competencia reduce los márgenes de ganancia de los EAM ya que deben de fijar

los precios de venta conforme los precios de mercado. Adicionalmente la mayoría

de estos emprendimientos, operan fuera de los marcos legales vigentes en el país,

lo que los restringe ciertos accesos segmentos del mercado de mayor poder

adquisitivo y así como a la posibilidad de ser proveedores del Estado.


276

Otro tipo de emprendimiento surgido de la gran crisis y en particular de la pérdida

de empleo son las Empresas Recuperadas (ER). Surgen a partir de la desaparición

de una unidad productiva preexistente y de lo consecuente ruptura de las relaciones

laborales. Los trabajadores desplazados conforman una nueva organización para

continuar con la actividad productiva de la empresa anterior o desarrollar nuevas

actividades, dándose una forma de organización participativa.

La mayoría de estas empresas recuperadas adoptan la forma legal de cooperativa

de trabajo, ya que se trata de una forma jurídica de rápida constitución, con costos

menores y cuyos principios y pautas se adecuan a las características de la nueva

organización.

Los primeros antecedentes de empresas recuperadas datan a principios de los

noventas. Posiblemente provocadas por el incremento del quiebre de empresas,

aumentaron las experiencias de recuperación y comienza a identificarse como una

práctica posible, que se transmite a otros trabajadores de empresas en crisis.

Durante el 2001 se crean y fortalecen agrupaciones y movimientos de empresas

recuperadas que se constituyen en espacios colectivos de deliberación y

organización. Ya para el 2003 las recuperaciones de empresas adquieren cierta

legitimidad, que vino de la mano del reconocimiento por parte del Estado y sus

instituciones, que tibiamente comenzaron a apoyar estas estrategias.

Algunas acciones que se dieron como apoyo fueron la capacitación y asistencia

técnica, parte de maquinaria y equipo, financiamiento a través de subsidios y en

menor medida de créditos ya que si bien estos apoyos fueron dados por el gobierno

nacional y los municipios, los fondos necesarios para iniciar la actividad, en la

mayoría de los casos provinieron de los propios trabajadores, de familiares y

vecinos.


277

En el caso de Chile la historia corre por el mismo camino. Con la llegada de la

dictadura militar (1975-1989), tuvo como consecuencia la involución del movimiento

cooperativo, causado por las medidas de represión, eliminación o control de

movimientos populares.

Por su parte, la entrada del modelo neoliberal, la crisis de 1975 y luego la de 1982

influyeron en el movimiento cooperativo. En este periodo el movimiento cooperativo

sufrió una serie de reformas marcados por dos corrientes: aquellos que incentivaron

su inserción económica en plena liberación económica y aquellos que tenían como

foco reestablecer las relaciones con movimientos cooperativos internacionales e

reintegrarse nuevamente al proceso de democracia.

A partir del retorno de la democracia en 1990, se caracterizó por la autonomía del

sector cooperativo y el poco interés en el tema por parte del Estado chileno. Esto

puede ser observado con la modificación de la Ley General de Cooperativa donde

el primer trámite constitucional ingresó al Congreso en noviembre de 1992 y 10 años

más tarde fue promulgada (Ley No19.832)

Según el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo (2014), respecto de las 952

cooperativas vigentes y activas, se aprecia que las más comunes son las de

servicios representando el 55.7% del total, seguido de las Agrícolas, Pesqueras y

Campesinas de un 28.1% y por último de las cooperativas de trabajo con un 14.1%.

Hacia finales del 2013, las sociedades cooperativas activas declararon como socios

a casi 1 millón 738 mil personas, es decir cerca del 20.7% de la fuerza laboral en el

país, concentrándose el mayor número de socios en las cooperativas de ahorro y

préstamo con cerca del 75.6%.

Otro aspecto importante a recalcar, es que la mayoría de socios que integran a las

cooperativas son mujeres ya que ocupan el 52% y estas representan el 41.1% de

la fuerza laboral y el 40.9% del total de los ocupados.


278

4.11 Semblanzas de las garantías individuales consagradas en la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos

En el devenir de nuestra historia jurídica ha existido imprecisión y confusión con el

concepto de garantías, el cual es asimilado al concepto de derechos fundamentales.

Lo anterior, se puede apreciar claramente en lo señalado por Jesús Rodríguez y

Rodríguez; “la parte relativa a los derechos humanos en algunos de los textos

fundamentales más representativos, que han regido en México, va desde la

enumeración pura y simple, bajo el título “De la igualdad, seguridad, propiedad y

libertad de los ciudadanos” (Capítulo V, artículos 24–20 del Decreto Constitucional

de Apatzingán de 1814), hasta su denominación como “derechos del hombre y del

ciudadano” (artículo 30 del Acta Constitutiva y de Reformas de 1847), “garantías

individuales” (sección quinta artículos 30 – 79 del Estatuto Orgánico Provisional de

1856), nuevamente “derechos del Hombre” (capítulo I título primero artículos 1 – 29

de la Constitución Federal de 1857), y una vez más “garantías individuales” (mismo

capítulo, título y artículos de nuestra constitución en vigor)”. (Rodríguez y Rodríguez,

Jesús. México. 1981. p. 13).

La teoría de los derechos del hombre, en 1916, sin duda alguna queda en el pasado

formando parte de la historia jurídica de nuestro país.

En 1916, la corriente humanista por su gran preocupación hacia los grupos más

desprotegidos, sustituyó al sistema liberalista que se practicaba hasta esa fecha.

Es por lo que nuestra Constitución otorga Garantías Individuales, así como

Colectivas o Sociales; las primeras se dirigen a las personas en particular, sin

importar raza, sexo, nacionalidad, color de piel, religión o edad; las segundas se

dirigen a las mayorías como son: las clases trabajadoras, campesinas, o más


279

desprotegidas de nuestra sociedad, para garantizarles así, un mínimo de bienestar,

en su nivel de vida y en su nivel social.

Al respecto, Daniel Moreno, comenta: “La teoría de los derechos del hombre ha

sufrido serios quebrantos y en 1916, al reunirse el Congreso de Querétaro, aunque

el positivismo había sido bastante atacado en México, una nueva tesis de orden

filosófico; el materialismo dialéctico, había combatido al individualismo.

En nuestros días, de profundos cambios y trastornos sociales, una nueva corriente

humanista, con graves preocupaciones colectivas, ha sufrido el antiguo y egoísta

concepto del liberalismo.

Sin embargo, nuevas formas dictatoriales han abatido al mundo y aún países

considerados como invulnerables a la tiranía, por su cultura y elevada civilización,

han caído víctimas de nuevas formas dictatoriales.

Por ello independientemente de la distinción de: Humanismo Burgués y Humanismo

Proletario; en todos los ámbitos intelectuales y en todos los círculos donde hay una

preocupación por los problemas humanos, se sostiene ampliamente que el

reconocimiento del respeto a los intereses sociales no implica la desaparición del

respeto a la personalidad humana”. (Moreno, Daniel A. México. 1993. Página 283).

En este sentido es relevante la distinción que efectuó Jorge Carpizo al señalar lo

siguiente: “mientras que los derechos del hombre son ideas generales y abstractas,

las garantías son su medida, son ideas individualizadas y concretas”. (Carpizo,

Jorge. México. 1979. Página 154)

Los derechos fundamentales del hombre; son aquello que la garantía protege,

asegura y preserva.


280

Los derechos humanos a través de la historia se han definido como el conjunto de

prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, indispensables para su

desarrollo integral.

Consideramos que estos derechos o prerrogativas deben ser garantizados por el

Estado y reconocidos en sus leyes. Las características fundamentales de los

derechos humanos consisten en que son: A) universales; en virtud de que les

pertenecen a todas las personas sin importar su sexo, edad, nacionalidad, raza,

color de piel, posición social o económica, ideología política o religiosa. B)

incondicionales; no se pueden cancelar o restringir, excepto cuando se afecta a

derechos de terceros o a los intereses de la colectividad. C) inalienables e

imprescriptibles; al ser intransferibles y al no perder su vigencia en el transcurso de

la vida de todo hombre.

Las Garantías Individuales consagradas en los primeros veintinueve artículos de

nuestra Constitución, incluyen los derechos humanos y se pueden definir como el

conjunto de facultades y prerrogativas que le corresponden al hombre por su misma

naturaleza.

Las Garantías Individuales tutelan y protegen bienes jurídicos como son la vida, la

libertad, la dignidad, la igualdad, la seguridad jurídica y la propiedad entre otros; las

Garantías Individuales que consagra la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos, son extensas, pero aun así, no es limitativo cualquier derecho inherente

al ser humano es susceptible de protección; aunque los mecanismos específicos no

estén perfectamente definidos, existe la posibilidad de recurrir al amparo de la

justicia federal.

4.12 Las garantías sociales consagradas en los artículos 27 y 123

constitucionales.


281

Daniel Moreno, comenta: “El Constitucionalismo Social quedó plasmado en los

artículos 27 y 123 de la nueva carta política; vino a establecer la defensa de dos

grandes sectores de las clases marginadas; el proletariado del campo: peonaje y

labriegos explotados durante cuatro siglos, y el gran sector de la clase trabajadora

de la incipiente industria.

El artículo 27 además daría origen a una nueva rama jurídica: el derecho agrario;

en tanto que el 123 sería la base para la expedición de las leyes laborales de los

Estados que se federalizaron en el año de 1931, en la Ley Federal del Trabajo,

expedida por el Congreso de la Unión en este mismo año, a iniciativa del presidente

Don Pascual Ortiz Rubio.

Respecto a uno de los más grandes problemas nacionales, como le llamó Don

Andrés Molina Enríquez, el de la tenencia de la tierra, el Código Agrario y diversas

Leyes de Crédito y en torno a los que después se llamó la reforma agraria,

funcionaron las leyes de esa nueva rama del derecho mexicano”. (Moreno, Daniel

A. Op. Cit. Página 256).

Daniel Moreno, en una forma amplia y general nos comenta en su punto de vista,

en donde la recae a nuestra Constitución lo social, y señala así, el artículo 27 y 123

de nuestra Carta magna; pero omitió señalar la importancia que tiene el artículo

tercero y el artículo quinto; los cuales dieron las bases al constitucionalismo social.

Por otro lado, Alberto Trueba, comenta: “La primera revolución político social de

este siglo esencialmente burguesa, pero con resplandores sociales es, sin lugar a

dudas, la nuestra.

Proclamó las necesidades y aspiraciones del pueblo mexicano, especialmente del

proletariado del campo y urbano, hasta plasmarlas jurídicamente en la Constitución

de 1917, en cuya trama resalta un reluciente programa de reformas sociales

convertido en estatus o normas de la más alta jerarquía jurídica.


282

La teoría social de nuestra Constitución, emerge de los siguientes documentos:

• Plan del Partido Liberal de 1 de Julio de 1906

• Plan de San Luis Potosí de 5 de octubre de 1910

• Plan de Ayala del 25 de noviembre de 1911

• Plan Orozquista de 25 de marzo de 1912

• Decreto de Adiciones al Plan de Guadalupe de 12 de diciembre de 1914

• Ley de 6 de enero de 1915 y pacto celebrado entre el Gobierno

Constitucionalista y la Casa del Obrero Mundial de 17 de febrero de 1915.

Estos documentos contienen la esencia social de nuestra revolución; liberar a las

masas de la dictadura política y económica y de la esclavitud en el trabajo; proteger

a determinados grupos humanos, campesinos, artesanos, obreros y en general,

transformar la vida de nuestro pueblo hacia metas de progreso social.

La mexicanidad de estos postulados es evidente, aunque la ideología social de los

mismos, es de contenido universal con particularidades en cada país”. (Trueba

Urbina Alberto. México. 1971. Página 50).

El constitucionalismo social no se dio en forma espontánea, sino que se fue fincando

en forma paulatina y con bases sólidas durante el transcurso de la revolución; esto

a través de los grandes y más importantes documentos, leyes y tratados que se

suscribieron durante ese conflicto armado; los constitucionalistas se pudieron dar

cuenta de las necesidades y de la verdadera problemática que se vivía en nuestro

país.

Fue así que estos constitucionalistas llegaron al Congreso Constituyente de 1917,

con toda la experiencia que les había llegado la revolución; por lo que su visión a

los problemas sociales se encontraban aún muy frescos; situación que les permitió


283

dotar a la constitución de un verdadero contenido social con normas jurídicas

protectoras de las clases sociales más necesitadas.

A lo anterior, Miguel de la Madrid, señala: “La incorporación al texto constitucional

de los derechos sociales fue, sin duda, la aportación más original y de mayor

trascendencia que realizó la asamblea constituyente de Querétaro.

Con ello la Constitución Mexicana replanteó en la teoría constitucional la doctrina

de los derechos del hombre y afirmó una nueva tesis sobre los fines del Estado.

Hemos dicho ya en otra ocasión que el artículo 123 junto con el 27 significan; un

renacimiento del constitucionalismo como instrumento protector de la libertad y la

dignidad de la persona humana, ésta importante innovación es mérito principal del

Congreso Constituyente”. (De la Madrid Hurtado, Miguel. México. 1986. Página

104).

En forma práctica, Miguel de la Madrid, señala que la mayor innovación que el

Congreso Constituyente plasmó en nuestra Constitución fue el contenido social, si

tomamos en cuenta el proyecto que Carranza Propuso a los constituyentes, nos

daremos cuenta de que este carece de todo contenido social, este proyecto que

presentó el señor Carranza se limitó a transcribir la Constitución de 1857,

haciéndole éste modificaciones sin importancia.

Lo que sí es claro, es que el contenido social de nuestra Carta Magna se tomó de

los hechos y los movimientos sociales que se dieron desde antes de 1910 y hasta

1917, junto con sus testimonios jurídicos, mismos que fueron recopilados por los

constituyentes de Querétaro, en estos documentos y hechos históricos se

encontraban los sueños y anhelos de todo un pueblo.

Por otro lado, los derechos sociales implican por ello no ya una abstención del poder

público como el caso de los derechos individuales, sino un contenido positivo, una

obligación de actuar para el Estado con el objeto de vigilar la libertad y la equidad


284

en las relaciones laborales y de fungir como árbitro entre las fuerzas de la

producción, con el objeto también de asegurar su equitativo equilibrio.

De la revolución constitucionalista Mario de la Cueva comenta: “Esta dejó de ser un

movimiento puramente político y se transformó en una revolución social: su nueva

idea del derecho y de la justicia no se refería a la forma del Estado ni a la manera

de estructurar los poderes públicos, menos aún simple cambio de gobernantes, sino

a los grandes problemas de la economía, de la propiedad y del trabajo.

Cuando se dio lectura al proyecto de Constitución, los diputados de la revolución se

miraron perplejos los uno a los otros, por la pobreza de algunas nuevas

disposiciones y porque no daba satisfacción a ninguna de las promesas

revolucionarias.

Los diputados de la revolución no aceptaron la idea del -Estado espectador-, ni las

tesis del dejar hacer y dejar pasar absoluto. Este principio de la no intervención del

Estado en la vida económica y social que proviene del pensamiento de la escuela

económica liberal y de las exigencias de la burguesía, ya iba en decadencia en

Europa y aún en los Estados Unidos del Norte.

En la Constitución de 1917, se hizo presente el proletariado como una clase social

y como un factor social de poder, la historia de sus luchas se remonta al principio

de la vida comunitaria, pero nunca había logrado el trabajo que se reconocieran y

se generalizaran sus derechos, ni había alcanzado la categoría de un factor real de

poder dentro de la Constitución y del Estado.

Los artículos 27 y 123 contienen el pensamiento social de la nueva Constitución,

son lo propio de ella, lo que determina su originalidad atribuyéndole la cúspide de

nuestra historia constitucional, en ellos alcanzó su realización el pensamiento social

que se gestó en la guerra de independencia y luchó a mediados de siglo con la

postura individualista y liberal.


285

No queremos decir que la historia este cerrada los artículos 27 y 123 fueron el ideal

social de un siglo, pero nacieron y lucharon dentro de un mundo, que ésta a su vez

en transformación, tampoco desaparecerán en el futuro pues en ellos hay algo

eterno, que los coloca por encima de las doctrinas y de los sistemas políticos: el

trabajo es un valor fundamental y ha de prestarse siempre en condiciones que

aseguren a los hombres la dignidad y el bienestar”. (De la Cueva, Mario. México.

Tomo III, La Política. 1962. Página 36).

Mario de la Cueva, nos da una semblanza sistematizada de cómo fue; en una forma

clara y práctica, que a nuestra Constitución se le dio el carácter social, con el fin de

brindar protección a las clases que más lo necesitaban.

Lo social en nuestra Constitución no se dio en forma espontánea, ni fue mérito de

la inspiración de los constituyentes de 1917; sino fue la solución jurídica a la

protección de los derechos y anhelos de un pueblo oprimido y reprimido por una

dictadura inhumana, asimismo se dio mediante una lucha armada que exigía un

cambio en el trato social y que este cambio fuera beneficio para todas las clases

que integran y cohabitan en la sociedad.

4.13 Los artículos 25 y 26 de nuestra constitución que rige la economía

nacional.

Consideramos relevante precisar que en el Congreso Constituyente de 1917, no

participaron miembros del antiguo régimen, ni huertistas, ni zapatistas, o villistas.

Pero dentro del seno de la asamblea, surgieron dos grupos: El carrancista o

moderado, de ideología liberal más o menos ortodoxa, y en el de los radicales o

jacobinos, que propugnaba por la creación de un Estado fuerte y propulsor de las

reformas sociales.


286

En este sentido Mario de la Cueva comenta: “La revolución de 1910 planteó como

exigencia imperativa el derecho de todos los hombres a participar en los beneficios

de la vida comunitaria, a conducir una existencia humana, justa y digna y a la

consecuente creación de un mundo político y jurídicamente nuevo.

El Congreso constituyente de Querétaro se benefició con cierta característica que

le distingue de las asambleas de 1824 y 1857, estas últimas fueron una pugna

colosal de factores reales de poder, representados por los diversos partidos políticos

que se formaron en aquellas dos etapas de nuestra historia, en tanto, que en 1917

la revolución triunfante defendía un programa unitario.

En 1917 tuvo lugar la más grande de las batallas parlamentarias a propósito de los

derechos del hombre: de ella salió la nueva y primera declaración de derechos

sociales de la historia, que habría de transformar la esencia del derecho

constitucional y que daría a la constitución ese sentido individualista y social

mediante el cual los constituyentes de Querétaro quisieron garantizar la libertad

humana y asegurar la realización de un mínimo de justicia social”. (De la Cueva

Mario. Op. Cit. p. 29 y 30).

Los integrantes del congreso de Querétaro de 1916-1917, tenían presente en su

memoria la problemática que se dio antes y durante del porfiriato, estos

constituyentes en su totalidad revolucionarios, sabían perfectamente cuales eran

los anhelos de todos los mexicanos, asimismo todos los constituyentes estaban

verdaderamente capacitados para cumplir con su papel a la perfección; en muchos

puntos estuvieron de acuerdo y la discusión fue mínima, casi de trámite.

No así en los puntos más sobresalientes, en los cuales incidían los elementos claves

de una concepción general de la sociedad. La polémica de fondo siempre aplicó el

alcance de la intervención del Estado en la materia sobre la cual se legislaba. Motivo

por el cual resulta claro y evidente del porque los artículos 25 y 26 de nuestra


287

Constitución por un lado otorgan al Estado mexicano diversas facultades y por otro

lado le imponen innumerables obligaciones.

El artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, otorga

al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y

sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y

que, mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa

distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la

dignidad de los individuos, grupos y clases sociales.

En lo precisado en el párrafo anterior, podemos apreciar claramente el criterio que

estableció el Congreso Constituyente de 1917; al no aceptar la idea de un Estado

espectador. Los constituyentes de 1917 no aceptaron la corriente ideológica

proveniente del pensamiento de la Escuela Económica Liberal; el cual se puede

resumir en la no intervención del Estado en la vida económica y social del país.

Este artículo le impone al Estado mexicano, una doble función; la primera, lo hace

intervenir a fin de que conduzca y oriente el desarrollo de la Nación, la segunda, lo

hace intervenir como un ente económico más, dentro de los procesos productivos

al señalar que el Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad

económica nacional, y llevará al cabo la regulación y fomento de las actividades que

demande el interés general, en cuanto a la primera función. Respecto de la segunda

función, señala que al desarrollo económico nacional concurrirán, con

responsabilidad social, el sector público, el sector social y el sector privado, sin

menoscabo de otras formas de actividad económica que contribuyan al desarrollo

de la Nación.

El artículo que nos ocupa señala los lineamientos que deberán observar y respetar

las leyes reglamentarias que de éste emanen; al precisar que estarán a cargo del

sector público de manera exclusiva, las áreas estratégicas que señala el artículo 28


288

de nuestra Carta Magna, obligando al Estado mexicano a mantener en todo

momento la propiedad y el control sobre los Organismos que se establezcan.

Atendiendo al interés público y al uso, en beneficio general, bajo criterios de equidad

social y productiva, el Estado apoyará e impulsará a las empresas tanto del sector

social, como a las empresas del sector privado.

Las leyes que reglamenten este artículo; deberán establecer claramente los

mecanismos que permitan facilitar la organización y expansión de la actividad

económica del sector social, de los ejidos, de las organizaciones de trabajadores,

de las cooperativas, de las comunidades, de las empresas que pertenezcan

mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores y, en general, de todas las formas

de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y

servicios socialmente necesarios.

Otro aspecto fundamental que debe ser observado por las leyes reglamentarias al

artículo 25 constitucional, es que deberán alentar, proteger y estimular, la actividad

económica que realicen los particulares promoviendo y regulando las condiciones

necesarias para que el desenvolvimiento del sector privado contribuya

categóricamente al desarrollo económico nacional.

Los constituyentes de 1917, con la tendencia de consolidar un Estado participativo

y regulador; mediante el artículo 26 de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos, faculta al Estado Mexicano y también lo obliga a organizar y desarrollar

una planeación económica que imprima solidez, dinamismo permanencia y equidad;

que otorgue a la nación independencia y democracia política, social y cultural.

La planeación debe ser democrática porque en ella se deben incluir y deben

participar todos y cada uno de los diversos sectores sociales, también deberá

contener las aspiraciones y demandas de la sociedad para incorporarlas a esa

planeación y a los programas de desarrollo.


289

De igual forma, faculta y obliga al Ejecutivo Federal a elaborar el plan nacional de

desarrollo, al que deberán estar sujetos en forma obligada, todos y cada uno de los

programas de la Administración Pública Federal.

Lo anterior, se comenta en forma enunciativa y no limitativa, textualmente el artículo

26 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala:

“Artículo. 26.- El Estado organizará un sistema de planeación democrática del

desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y equidad al

crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política,

social y cultural de la Nación.

Los fines del proyecto nacional contenidos en esta Constitución determinarán los

objetivos de la planeación. La planeación será democrática. Mediante la

participación de los diversos sectores sociales recogerá las aspiraciones y

demandas de la sociedad para incorporarlas al plan y los programas de desarrollo.

Habrá un plan nacional de desarrollo al que se sujetarán obligatoriamente los

programas de la Administración Pública Federal…”.

En él se precisa que en las leyes reglamentarias que de él emanen se deberá

facultar al Ejecutivo Federal a fin de que éste señale y establezca los procedimientos

de participación y de consulta popular que deberán prevalecer en el Sistema

Nacional de Planeación Democrática.

Faculta al Ejecutivo de la Federación para emitir leyes reglamentarias donde se

establezcan los criterios, la instrumentación, el control y la evaluación del plan y de

los programas de desarrollo.


290

Contempla que el Estado Mexicano, a fin de que cumpla con las obligaciones que

en éste artículo se señalan, contará con un Sistema Nacional de Información

Estadística y Geográfica cuyos datos serán considerados oficiales.

Para la Federación, los Estados que integran la Federación, el Distrito Federal y los

Municipios.

Este Sistema estará a cargo de un organismo que tendrá la responsabilidad de

normar, coordinar y regular sus funciones, Entidad que contará con autonomía

técnica y de gestión, personalidad jurídica y patrimonio propios, con las facultades

necesarias para regular la captación, procesamiento y publicación de la información

que se genere y deberá proveer sobre su observancia.

Señala que ese organismo tendrá una Junta de Gobierno la que se integrará por

cinco miembros, uno de los cuales fungirá como Presidente de ésta y del propio

organismo; miembros que designará el Presidente de la República con la

aprobación del Senado. Precisando algunos de los requisitos que deberán observar

los aspirantes a miembros de esa Junta de Gobierno.

La Ley que reglamente al Sistema Nacional de Información Estadística y

Geográfica, establecerá las bases de su organización y funcionamiento de acuerdo

con los principios de accesibilidad a la información, transparencia y objetividad.

Independientemente de que estos artículos se ubican dentro del capítulo primero,

del título primero de nuestra Constitución, titulado “De las Garantías Individuales”;

en estricto sentido no consagran garantía individual alguna; su observancia no

puede ser exigida por algún medio legal, al tratarse de disposiciones que señalan

obligaciones al Ejecutivo Federal.

4.14 Los artículos 6, 35, 36, 39 y 41 constitucionales que sustentan la

democracia en México


291

El artículo 6º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga la

garantía individual de libertad de expresión al precisar que la manifestación de las

ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, exceptuando

los casos en que se ataque a la moral, a los derechos de terceros, se provoque

algún delito o se perturbe el orden público.

Lo relevante de este artículo es el derecho a la información que en él se contempla

y obliga al Estado a garantizarlo. Al señalar que toda persona, sin necesidad de

acreditar interés alguno o justificar su utilización, tendrá acceso gratuito a la

información pública.

En virtud de lo anterior el Estado en todos sus niveles de gobierno está obligado a

actuar con transparencia, a rendir cuentas, a conservar y proporcionar a la

ciudadanía la información pública con que cuentan y a respetar la privacidad y

protección de datos personales entre otras cosas.

Estos elementos son la base fundamental en la construcción de las democracias

modernas, en donde la ciudadanía y el público en general deben estar informados

de lo que hace el gobierno y cómo lo hace, con el propósito de que conozcan,

evalúen y califiquen la gestión de sus gobernantes; y puedan participar en forma

responsable e informada en las decisiones públicas y privadas o personales que les

conciernen.

El artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos enumera

las prerrogativas del ciudadano señalando las siguientes:

“I. Votar en las elecciones populares;

II. Poder ser votado para todos los cargos de elección popular, y nombrado para

cualquier otro empleo o comisión, teniendo las cualidades que establezca la ley;


292

III. Asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en los

asuntos políticos del país;

IV. Tomar las armas en el Ejército o Guardia Nacional, para la defensa de la

República y de sus instituciones, en los términos que prescriben las leyes; y

V. Ejercer en toda clase de negocios el derecho de petición”.

Se debe entender como prerrogativa la facultad, el privilegio, la gracia o la exención

que se concede a los mexicanos que cuentan con la calidad de ciudadanos.

La primera fracción establece la capacidad que tienen los ciudadanos mexicanos

de elegir mediante su voto en forma libre y directa a sus representantes políticos en

los tres niveles de gobierno. Los electores deciden como se conformará su gobierno

y ese gobierno determinará las políticas a seguir durante su gestión.

No se debe perder de vista que el voto o sufragio es la expresión de la voluntad

popular o del pueblo que otorga un derecho vital que permite la existencia de un

sistema democrático, pero también conlleva el deber que tienen los ciudadanos para

con la sociedad a la que pertenecen.

La fracción marcada con el número dos romano, contiene la facultad con que

cuentan los ciudadanos mexicanos para ser votados (propuestos) a ocupar cargos

de elección popular, especificados en los tres niveles de gobierno, así como en la

legislación vigente. Esta fracción otorga un derecho y conlleva obligaciones para los

ciudadanos.

En ella también se establece el derecho que tienen los ciudadanos mexicanos para

poder ser nombrados a ocupar empleos o comisiones dentro de la administración

pública en los diferentes niveles de gobierno que no son de elección popular; pero


293

no los obliga a aceptarlos o a desempeñar ese empleo comisión, puesto que el

artículo 5º de nuestra Constitución señala que a nadie se le puede obligar a efectuar

un trabajo contra su voluntad.

En la tercera fracción del artículo en estudio, se reitera parte de lo señalado por el

artículo noveno Constitucional; que consagra el derecho de asociación como

exclusivo de los ciudadanos mexicanos; cuando se trate de asuntos políticos. Dando

así origen político al sistema pluripartidista que existe en nuestro país.

Consideramos que el objetivo de lo preceptuado en el artículo 36 de nuestra

Constitución, es respaldar, fortalecer y promover el buen funcionamiento del

régimen democrático y representativo, adoptado por México.

Dentro de la primera fracción del artículo precisado en el párrafo anterior,

encontramos las bases para llevar registros de datos estadísticos, que permitan el

desarrollo efectivo y democrático de los procesos electorales en los distintos niveles

de gobierno. Lo anterior es así, con la elaboración de padrones electorales, la

determinación de todos y cada uno de los distritos electorales dentro del territorio

nacional y el conteo de los votos; podremos determinar sobre la confiabilidad o no

de los resultados de una elección. Elección que solo puede ser confiable si se

cuenta con un registro de datos estadísticos que permitan establecer la residencia

de los electores, situación que se da, con la obligación que tienen todos y cada uno

de los ciudadanos mexicanos de inscribirse en el registro nacional de ciudadanos y

de votar en el distrito electoral que le corresponda, lo anterior, en términos de la

fracción tercera.

En la fracción cuarta del artículo en comento, se obliga a los ciudadanos mexicanos

a desempeñar los cargos de elección popular en la Federación o en los Estados,

según hayan sido electos; como excepción a lo señalado en el artículo 5º.

Constitucional, debiendo prevalecer la voluntad popular. Con el mismo criterio que

antecede se obliga a los ciudadanos mexicanos a desempeñar los cargos concejiles


294

en el municipio de su residencia y a cumplir con sus obligaciones electorales y de

jurado.

El artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos, reconoce

que la soberanía de la nación reside esencial y originalmente en el pueblo y se

instituye esencialmente para beneficio de éste. Desde el punto de vista interno la

soberanía es el poder supremo que tiene el pueblo y que por medio de la decisión

de la voluntad general éste puede transformarse como mejor convenga a la

colectividad. Desde el punto de vista externo es la convicción de cada Estado en no

reconocer a ningún otro como superior a él; lo anterior, se traduce en la igualdad y

en la libertad de las naciones en sus relaciones con otras donde debe prevalecer un

ambiente de respeto y dignidad.

Este artículo le reconoce al pueblo el derecho de alterar o modificar su forma de

gobierno; cuando una generación no se encuentre conforme con su estructura

jurídica, política o con sus instituciones, puede adecuarlas a las nuevas

circunstancias y aspiraciones generadas por la colectividad, lo anterior debe

realizarlo a través de los mecanismos señalados en la Constitución.

El artículo 41 de nuestra Constitución señala que el pueblo ejerce su soberanía por

medio de los Poderes de la Unión y precisa que la renovación de los poderes

Legislativo y Ejecutivo se realizará mediante elecciones libres, auténticas y

periódicas. Advierte que los partidos políticos son entidades de interés público y

tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática,

contribuir a la integración de la representación nacional y como organizaciones de

ciudadanos hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de

acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio

universal, libre, secreto y directo. Asimismo, señala las reglas generales que las

Leyes reglamentarias a este artículo deben considerar en lo que respecta al

financiamiento de los partidos políticos.


295

En él y específicamente en su apartado A, queda señalado que el Instituto Nacional

Electoral será la única autoridad que administrará el tiempo que corresponda al

Estado en radio y televisión destinado a sus propios fines y al ejercicio del derecho

de los partidos políticos nacionales señalando las reglas generales que deberán

tomar en cuenta las Leyes reglamentarias que se establezcan para este fin.

También precisa que las elecciones federales son una función estatal que se

realizará a través de un organismo público autónomo denominado Instituto Nacional

Electoral, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propios, en cuya integración

participan el poder Legislativo de la Unión, los partidos políticos nacionales y los

ciudadanos en los términos que ordenen las Leyes reglamentarias; los principios

rectores de este Instituto serán la certeza, legalidad, independencia, imparcialidad

y objetividad.

Y además señala que a fin de garantizar los principios de constitucionalidad y

legalidad de los actos y resoluciones electorales las Leyes reglamentarias

establecerán un sistema de medios de impugnación en los términos señalados por

nuestra Constitución.

El sistema de medios de impugnación dará resolución a las distintas etapas de los

procesos electorales y garantizará la protección de los derechos políticos de los

ciudadanos de votar, ser votados y de asociación.


296

CONCLUSIONES.

Más allá de nuestra percepción sobre la pertinencia o no del modelo organizacional

que proponen las organizaciones que integran el sector de la economía social y

solidaria, la realidad es que estas organizaciones tienen sustento por su éxito en

resolver necesidades específicas de las comunidades donde se encuentran

asentadas, así como en la legitimidad y valor social que les otorgan sus integrantes.

La presencia y generalización de esquemas y actividades comunitarias y societarias

es inminente, y lejos de lo que pudiera pensarse, es parte importante de las

cotidiana de amplios sectores sociales de escasos recursos, demostrando lo

erróneo del concepto tradicional de las políticas públicas que con un carácter

paternalista pretenden sustituir la voluntad e iniciativa de estos sectores sociales.

Basta con recordar que ya en el pasado se ha planteado una supuesta dicotomía

entre la forma de producción del capitalismo y del socialismo como sistemas

económicos antagónicos que, echando mano de sus propios postulados, teorías,

preceptos y métodos, encaran de muy distinta manera los problemas de la

productividad, el trabajo, la explotación laboral, la división del trabajo, y la

generación y apropiación de la plusvalía, con el propósito de crear una mejor vida

para las personas. Sin embargo, estas organizaciones sociales presuponen una

respuesta dentro del capitalismo, sistema que ha evidenciado que, lejos de resolver

los problemas económicos que enfrenta la sociedad, en su afán por generar

enriquecimiento a cualquier costo, ha llegado al extremo de deshumanizar al

trabajador y reducirlo al papel de mera mercancía. Asimismo, tenemos que el

modelo capitalista prácticamente se convierte en la antítesis de los modos de

organización comunitarios, al favorecer únicamente los intereses particulares de los

dueños de los medios de producción, a diferencia del socialismo donde se habla de

la propiedad de los medios de producción y su organización centralizada por parte

del Estado. Ante esta realidad, ha surgido estas alternativas organizaciones que, si

bien no resuelven todos los complejos problemas económicos, si permite una


297

distribución de los beneficios de la producción y el consumo de forma más equitativa

aportando un tinte más humano al respecto, toda vez, que coloca al ser humano, y

al bienestar común, como objetivos primarios.

De esta manera, aunque dentro del sistema capitalista de producción, se propone

un esquema de propiedad y de organización social, que identificamos como

economía social y solidaria, esta se caracteriza bajo la forma de muy diversas y

diferentes agrupaciones (cooperativas, sociedades mutualistas, fundaciones, etc.)

pero que comparten favorecer a los más desprotegidos a través de mejorar la

distribución de la propiedad y sus beneficios por lo tanto un nuevo esquema de

distribución de la riqueza.

La actual situación de México, demuestra la necesidad de buscar alternativas de

desarrollo, después de los magros resultados obtenidos a través de los instrumentos

que propone el enfoque neoliberal, se observa cómo los saldos en materia de

ingreso, pobreza y desigualdad no son nada alentadores. Las cifras muestran una

importante agudización de la desigualdad en la población mexicana.

De esta manera, la reforma al modelo del “desarrollo estabilizador”, se distingue por

un franco retroceso en la participación y rectoría del estado en la actividad

económica, la liberación comercial y financiera, y la recomposición productiva; ésta

última singularizada por la promoción de un modelo secundario-exportador que

otorga un lugar preponderante en la dinámica económica a aquellas empresas y

actividades ligadas al mercado externo.

De este modo, se pudo apreciar que dicha reforma ha traído dentro de sus

principales consecuencias: agudizar la dependencia de recursos externos para el

financiamiento de las actividades productivas y los recurrentes déficits comerciales,

la falta de profundidad y eficacia de los agentes económicos para ocupar los

espacios que abandonó el Estado en cuanto al fomento productivo y regulación


298

económica, así como un acelerado proceso de concentración del ingreso y

achicamiento del mercado interno.

En efecto, no obstante, los resultados alcanzados en materia de inflación y

liberalización comercial, las reformas al esquema de desarrollo han tenido como

consecuencia una fuerte dilación de la actividad productiva que ha afectado

negativamente los niveles de empleo e ingreso de la mayor parte de la población.

Este fenómeno agudizado por la tendencia a mantener los salarios deprimidos como

elemento de control de la inflación y la tendencia regresiva en la distribución de los

ingresos ha actuado en favor de la contracción del mercado interno, por lo que el

aspecto dinámico de la economía se ha concentrado en aquellas ramas industriales,

y en especial empresas, orientadas al mercado externo y aquellas que se benefician

de la estructura oligopólica del mercado interno.

La potencialidad explosiva de tal situación quedo de manifiesto al revertirse en 1994

la tendencia en la entrada de capital extranjero que había servido para financiar el

creciente déficit en la balanza de pagos, y que al modificarse el sentido del flujo de

recursos externos puso en aprietos el sostenimiento de la paridad cambiaría que no

tardo en derrumbarse con los resultados enumerados.

Así, tenemos que la reforma estructural que había sido proclamada, lejos de

resolver los añejos problemas en cuanto a la dependencia y fragilidad de la actividad

económica respecto al sector externo, la volvió más profunda y determinante, dado

que al optar por sacrificar el mercado interno, restringiendo la demanda en aras de

contener la inflación, combinado con un nivel de tasas de interés elevado con el fin

de mantener la entrada de capital externo, provocó severos daños a la estructura

productiva.

El resultado está a la vista, la combinación del fenómeno inflacionario y la

vulnerabilidad del tipo de cambio ha redundado en diluir los esfuerzos de los


299

agentes productivos al retraer el mercado interno por la vía de constantes

reducciones a la actividad productiva, y por lo tanto en el ingreso y el empleo.

De esta forma, al día de hoy México presenta más pobreza y desigualdad debido,

entre otros factores, a los bajos ingresos de las familias. Relacionado a lo anterior,

podemos afirmar que, sin duda, el sector de la sociedad que más ha padecido los

embates de los postulados capitalistas es el de los trabajadores que, lejos de ser

beneficiados por las ganancias económicas, los adelantos tecnológicos, la

distribución del ingreso y otros cambios socio-económicos impulsados por el

capitalismo, han sido relegados a la condición de mano de obra de bajo costo, y

consumidores de productos innecesarios, al tal punto de convertirse en sociedades

de consumo, manteniendo así en funcionamiento el mercado. Se trata así de un

sector que, bajo la tutela de las grandes empresas y relaciones sociales del

capitalismo, vive en una perenne situación de precariedad que se ha profundizado

a términos humanamente escandalosos, manteniendo a los trabajadores en una

situación de constante desventaja. En respuesta a ello, las alternativas

organizacionales de carácter comunitario se han extendido, convirtiéndose en un

elemento muy importante y crítico de la economía de mercado, siendo sus

aportaciones básicas para el surgimiento y en su caso perfeccionamiento de

modelos alternativos de trabajo en los que se incluyeran, de manera efectiva, los

intereses y necesidades de los trabajadores, convirtiéndolos así en agentes activos

y orientadores de la producción de riqueza.

La gran diversidad de esquemas organizacionales orientados al sector social que

se manifiestan a nivel mundial tienen como sustancia común el uso cotidiano de

acciones basadas en conceptos de ayuda mutua y reciprocidad. México, como lo

hemos podido constatar, no es ajeno a este tipo de manifestaciones, y es en

particular en el sector de las cooperativas donde se vive el más singular, serio e

independiente esfuerzo para integrar a esta parte de la población en el uso solidario

de los recursos y sus potencialidades como detonadores de un desarrollo social y

económico más equilibrado.


300

Dichas instituciones han sufrido con seguridad momentos sumamente difíciles al

concretarse el buscado reconocimiento legal, dado que el tránsito hacia la

formalización institucional, es decir ahora como Sociedades de Ahorro y Préstamo,

ha significado actuar con urgencia en una profunda reforma de sus organizaciones

con la profesionalización de sus cuadros dirigentes y administrativos, el

saneamiento financiero y operativo, y la consecuente modernización tecnológica.

Asimismo, el análisis de estas alternativas de organización debe de partir de la

consideración sobre la forma que la división del trabajo donde, entre otras cosas,

se postula una sistematización en el proceso productivo, aumentando los grados de

especialización del trabajador a fin de hacer más eficientes los procesos, pero a su

vez alejando la percepción de explotación que sufre la persona. El objetivo de la

producción no es otro más que lograr una mayor productividad en una menor

cantidad de tiempo, quedando de lado las aspiraciones humanas relativas al

trabajador. En ese orden de ideas, podemos decir que el modelo neoliberal ha

contribuido de manera negativa en el aspecto laboral y en las relaciones laborales

que se integran alrededor de las organizaciones productivas, al imponer

condiciones que no han hecho sino polarizar a la sociedad entre ricos poseedores

de los medios de producción (favorecidos con mayores dividendos y

oportunidades), y pobres que poseen solo su capacidad laboral (que cuentan con

pocas posibilidades reales de mejorar su situación al estar atrapados en un círculo

vicioso de bajos salarios y subsistencia precaria).

De esta manera, si bien no podemos negar que el modelo neoliberal ha propiciado

la intensificación y perfeccionamiento del proceso productivo, como son los

adelantos tecnológicos que han supuesto mejoras en la vida de las sociedades en

general, también debemos decir que sus medidas han significado la marginalización

e indefensión del sector laboral de la mayoría de los países en los que sus políticas

se han implementado. Lo anterior se ha materializado en las cadenas globales de

producción, que ante la búsqueda de la maximización del beneficio y al sistematizar


301

la producción, ha provocado que cada vez se creen menos empleos, y que los que

se crean, tengan las mínimas prestaciones y salarios bajos. Una condición que, de

nuevo, hace necesaria la búsqueda y adopción de modelos de desarrollo y consumo

alternativos, como la economía social y solidaria. Misma que, según vimos, ha

cobrado significativa fuerza en los últimos años en respuesta al malestar

generalizado derivado de la marginación y la falta de oportunidades a los que el

sistema condena a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Asimismo, las experiencias exitosas relativas a la promoción y desarrollo del sector

social de la economía en este nuevo mundo globalizado, ha significado también que

ningún país puede permanecer ajeno a las nuevas condiciones de intercambio

social, político y económico, lo cual los hace participes tanto de los beneficios, como

a las consecuencias del modelo neoliberal imperante. A lo largo de su historia,

nuestro país ha sufrido también los efectos perniciosos que trae consigo la

economía de mercado. Mismos que, en el caso de las condiciones de vida de los

trabajadores, no han hecho sino agravar las condiciones de rezago y explotación

previas, presentes en las diferentes etapas de desarrollo del país, incluyendo la

época prehispánica, el periodo colonial (donde el trabajo en las minas representa

de los peores episodios de explotación), el siglo XIX (cuando el trabajo no estaba ni

siquiera regulado de manera legal de cara a la llegada del capitalismo industrial a

nuestro país), y el porfirismo (caracterizado por la llegada de empresarios de origen

extranjero y nacional que, con el aval del régimen, perpetuaron la explotación laboral

en el campo y en la ciudad). Como hemos visto en la presente investigación, no

será sino hasta la promulgación de la Constitución de 1917, y como resultado de las

demandas sociales levantadas durante la lucha armada, cuando tenga lugar uno de

los mayores logros en cuanto a los derechos laborales: la inclusión del Artículo 123,

que recoge las aspiraciones de una población sometida, en su mayoría, a

condiciones de explotación y rezago, sin las mínimas oportunidades de acceder a

un mejor nivel de vida.


302

Con todo lo antes expuesto, y después de constatar en nuestra investigación como

las reformas neoliberales y sus postulados, no hacen más que incrementar la

pobreza y limitar las oportunidades de crecimiento y bienestar de amplias capas de

la población. Así mismo observamos que esta situación incide afectando

negativamente a la sociedad, al reducir a los trabajadores a simples mercancías,

tenemos que una alternativa viable, real y efectiva para poder hacer frente a las

consecuencias desastrosas del modelo capitalista y el neoliberalismo, se encuentra

precisamente en la economía social y solidaría, entendida como aquella forma de

hacer economía que no se identifica -ni desconoce por otro lado- con los sectores

público y privado, y que se basa en el desarrollo colectivo de los grupos que han

estado históricamente rezagados y mantenidos al margen del desarrollo y beneficio

de la riqueza. A través de sus postulados, encontramos que la economía social y

solidaria ayuda a reivindicar a los grupos vulnerables, los beneficios que

históricamente no han tenido en cuanto a la producción y distribución equitativa de

la riqueza, siendo los muchos ejemplos prácticos de su aplicación en organizaciones

como cooperativas, la demostración empírica de que pueden ser una vía posible

para fomentar el desarrollo y crecimiento que combatan los niveles de pobreza y

desempleo que afecta a la mayoría de las economías occidentales.

Por eso se propone a la Economía Solidaria, como una alternativa al modelo vigente

en crisis, la cual la podemos definir como: “un grupo de personas, que en algún

momento de su vida, deciden mejorar sus condiciones de vida o mejorar algún

problema en común de su comunidad y se encuentran sustentados en principios

como la cooperación, la solidaridad, la ayuda mutua, la reciprocidad, etc., y que no

solo buscan el beneficio económico, sino además buscan hacer cualquier tipo de

bien personal a su comunidad”

Hay también que reconocer, que el concepto de economía solidaria atraviesa por

una cierta actitud utópica sobre la validez de sus conceptos y definiciones. Por

ejemplo, la heterogeneidad de las formas productivas que pertenecen a dicho sector

complica el desarrollo de políticas públicas integrales, que además de garantizar el


303

apego a los propósitos de las organizaciones, sirve como acciones de promotoras

de su fortalecimiento y sustentabilidad.

En ejemplo es Brasil, donde existe una importante presencia de cooperativas, en el

sector informal, los pescadores, las comunidades indígenas y los quilombos, todas

ellas caracterizadas por organizaciones endebles y muy alta vulnerabilidad. En

México, mientras tanto contamos con este tipo de organizaciones en ámbitos como

las cooperativas, los ejidos, comunidades, organizaciones de trabajadores.

A diferencia de otras experiencias asociativas del pasado, que fueron poco a poco

reduciéndose solamente al ámbito político o lo económico, las nuevas estrategias

de las organizaciones que integran la economía solidaria buscan ser un modelo

integral y alternativo de organización social de la producción pero que en su objetivo

más profundo aspira a reemplazar a la civilización del capital por la civilización del

trabajo.

De esta manera, encontramos que en nuestro modelo de Economía Social y

solidaria se distingue como un caso de institucionalización de arriba hacia abajo, es

decir, desde el Estado a la sociedad, que se encuentra con el doble obstáculo de

un estado burocrático y resistente a las nuevas políticas y una sociedad sin

suficientes prácticas organizacionales que puedan mantener su autonomía,

evitando asumir las consignas y el papel que dicta el poder del estado. Es decir, no

tiene su origen en las luchas sociales relativas a la conquista de derechos y la

apropiación de activos, sino que fue titulado por las organizaciones del Estado lo

que significa una constante intervención y desvió de los fundamentos societarios un

de las iniciativas autónomas que encuentran cabida en la economía Solidaría, o bien

son resultado de crisis económica como el caso reciente de Argentina.

De esta forma en México, aunque se han logrado avances significativos en esta

materia, como es la creación del Instituto Nacional de Economía Social, así como la


304

creación de leyes específicas para su regulación como son la reforma al artículo 25

Constitucional, la Ley de Economía Social y Solidaria, entre otras.

Sin embargo, aún faltan para el caso mexicano diversos factores que deben

evolucionar. En primer lugar, dichas estrategias deberán partir en consideración a

las condiciones socio económicas en nuestro país. Esto implica reconocer que, a

más de 30 años de la instauración del modelo neoliberal en nuestro país, los

resultados no han sido alentadores, y así lo demuestran los datos económicos, que

las mismas instituciones del Estado dan a conocer.

Entre los datos que ponen en evidencia el deterioro se encuentran: el crecimiento

económico, la pobreza va en aumento y los salarios a la baja, al igual que el empleo,

y si estos empleos existen son mal pagados, mientras que la concentración de la

riqueza en el 1% de la población, mientras que la mayoría sufre miseria. Sumado a

esto los problemas sociales en el país van en aumento la inseguridad, en particular

el narcotráfico, el que lejos de ser un fenómeno aislado se constituye en un factor

más contrario al desarrollo social del país.

En este sentido, tan solo en el año 2013 la OCDE emitió un informe titulado

“Panorama de la Educación 2013” donde señala que México tiene alrededor de 7

millones de los mal llamados “ninis”, es decir personas que se encuentran fuera de

la estructura productiva del país, y en este mismo sentido, es el tercer país con los

porcentajes más altos de jóvenes de ese rango de edad, sólo detrás de Turquía e

Israel.

Ante esto es necesario implementar en la sociedad mexicana un modelo más amplio

que involucre los objetivos de crecimiento y desarrollo, ya que, al crear una mayor

paridad en la capacidad económica de los habitantes, traerá consigo un equilibro en

el crecimiento del País. Como sustento de lo anterior, hemos presentado y analizado

casos de éxito que demuestran el alcance que, en términos económicos y sociales,

que tienen el modelo de economía social y solidaria, comprobando no sólo su


305

viabilidad y solidez, sino también su potencial para mejorar condiciones como la

generación de empleos, el reparto de la riqueza, y la inclusión productiva de los

marginados a la economía. En concreto, nos hemos referido a los casos de la

Cooperativa Pascual y de la Cooperativa Cruz Azul que, a pesar de las

circunstancias adversas que suelen caracterizar a la situación económica y política

de nuestro país, han demostrado, con datos cualitativos y cifras realmente

satisfactorias, que la economía social y solidaria constituye una alternativa contra la

explotación laboral característica del sistema capitalista, demostrando que en lo que

respecta a la distribución de los beneficios de la producción son repartidos de

manera más equitativa, además de la ventaja de la construcción de empatía y

solidaridad social. Después de hacer un estudio tanto histórico como comparativo,

tenemos que la economía social y solidaria basada en cooperativas, se nos

presenta como una alternativa real, efectiva y plausible de inclusión económica a la

para los sectores público y privado, que además cuenta con los elementos

suficientes en términos de calidad y eficiencia económica para hacer frente a la

situación de exclusión resultado de la economía de mercado imperante en nuestros

días, y de ese modo convertirse en una oportunidad de generar una mejor

distribución de la riqueza y mejores niveles de ingreso y de vida. Sin embargo,

también se demostró que, aunque existen casos de éxito como los analizados,

también es una realidad que la economía social y solidaria aún se nos presenta

como un sector débil e incipiente, que no ha logrado un desarrollo óptimo, no solo

porque se encuentran indefensas ante las empresas privadas o trasnacionales, pero

también manifiestan debilidades estructurales que las alejan de su naturaleza

societaria colocándolas en riesgo inminente.

Como se analizó en el transcurso de la investigación, identificamos que son diversas

las razones por las que este sector de la economía no ha tenido el éxito deseado

como factor de desarrollo aun cuando se nos presenta como una alternativa real de

inclusión económica. Entre ellos están la falta de políticas públicas para el desarrollo

de esta figura societaria, en razón de la falta de interés del Estado hacia esta forma

de hacer economía, así como desconfianza de la población para emprender y crear


306

empresas sociales. Sin embargo, una de las razones que, de alguna forma propicia

a las anteriores, es que, en términos generales, hay un desconocimiento casi total

acerca de lo que es la economía social y solidaria en México. Desconocimiento por

parte del Estado, de la sociedad e incluso, de las instituciones de educación

superior. Por ello sentimos que, a pesar de ser la economía social y solidaria una

alternativa viable para el desarrollo y crecimiento del país, debido a su

desconocimiento, no se ha posicionado como un factor para potenciar el desarrollo.

En este orden de ideas, así como el capitalismo neoliberal ha significado el

desarrollo acelerado de las capacidades productivas, el avance tecnológico y

proporcionar fuentes de empleo, también es cierto que la mercantilización voraz de

todas las cosas ha traído la agudización de la pobreza en muchas regiones del

mundo, ocasionando que muchas veces las personas no tengan acceso a servicios

básicos de salud, educación, agua, alimentación, vivienda, etc. Al no poder

satisfacer necesidades básicas, el círculo virtuoso de la economía se altera en los

países en desarrollo, afectando también el nivel de bienestar y el ejercicio de los

derechos fundamentales. Esto se ve reflejado en los altos índices de inflación, el

bajo crecimiento del producto interno bruto, así como en el estancamiento de la

producción nacional. Actualmente en México, vivimos una economía que poco a

poco se va centrando en la provisión de servicios, y donde los sectores de la

producción y de la transformación se han visto estancados desde hace varias

décadas y prácticamente todo lo que consumimos es de producción externa.

Ante estas situación de pauperización y precariedad social en la mayor parte de la

población, ha sido necesaria la búsqueda de nuevas formas de apoyo o nuevos

modelos que permitan un desarrollo integral de la sociedad; una de estas

búsquedas se basa precisamente en el desarrollo de modelos que constituyan una

alternativa al capitalismo sin excluirse de él y que proporcione el bienestar

comunitario a través de cambios en la organización, procesos y actividades

productivas; otra forma de apoyo social es mediante organismos sin fin de lucro que

permitan brindar apoyos (ya sea de servicios o de recursos materiales) a la sociedad


307

para que puedan elevar su calidad de vida. La primera de estas búsquedas ha

resultado, entre otras alternativas, en la denominada economía social y solidaria; la

segunda hace referencia a las fundaciones quienes fungen como intermediarias

entre quienes pueden ser donantes y aquellos grupos desvalidos que necesitan

asistencia social.

En el caso de las fundaciones, se distinguen en diferentes categorías según sus

características y propósitos, sin embargo, todas comparten un mismo fin en común,

la beneficencia y la asistencia social sin fin de lucro, así como también comparten

un origen histórico basado en el altruismo y la filantropía.

Sin embargo, debe destacarse que estas obras de beneficencia tienen como

debilidad partir del supuesto que la obra social hecha por privados resulta superior

a la que realiza el gobierno, esto no es necesariamente cierto a no contar con un

marco normativo y medidas de supervisión específicas de dichas actividades. Dado

que, pese a la buena intención, ya que apoyan a la resolución de problemas de

manera inmediata, no existe evidencia que lo haga también a largo plazo; es decir,

son un parche a situaciones que deben resolverse de fondo. Actualmente las

fundaciones son sólo intermediarias, otras tantas como las empresariales,

constituidas por grandes empresas, cumplen con un doble objetivo que no refleja

su buena intención, sino que se presta a grandes controversias, al contar con sus

fundaciones y orientar con demasiada laxitud grandes cantidades de dinero

(muchas veces donaciones realizadas por parte de personas físicas) que es una

manera de evadir impuestos o deducir grandes cantidades de dinero incrementando

sus utilidades. Existen otras fundaciones que, aunque se encuentren consolidadas

en otra tipificación, utilizan estas donaciones y recursos para aumentar su propio

patrimonio, sin contribuir de alguna manera a la satisfacción de las necesidades de

la sociedad y; algunas otras, al actuar con total opacidad y sin control

gubernamental pueden ser pantallas para cubrir los ingresos ilícitos de ciertas

organizaciones, como puede a ser el lavado de dinero.


308

Con base en este análisis, establecemos una primera línea de acción en materia de

políticas públicas:

Establecer un modelo de supervisión y regulación de las fundaciones, en

particular, pero que pudiera ser aplicable a Organizaciones de la Sociedad

Civil y Asociaciones Civiles, que considere partir de la premisa que sus

actividades son consideradas como actividades de interés público;

estableciendo criterios de implementación y certificación de buenas prácticas

tanto en el tema de la transparencia y la rendición de cuentas, haciendo

consistentes las distintas normativas que se aplican a organizaciones de

distinta naturaleza societaria pero que coinciden en la ejecución de

determinadas actividades, rumbo a identificar legalmente la naturaleza de su

actividad para funcionar de acuerdo con la ley, obteniendo como resultado las

fundaciones con actividades sociales y solidarias.

De esta manera, una fundación social y solidaria será una entidad independiente

sin fin de lucro, con personalidad jurídica propia, constituida como una asociación

civil o una institución de asistencia privada, que puede o no poseer un patrimonio

propio, dedicada a realizar actividades productivas para la satisfacción de

necesidades de una comunidad basándose en el intercambio para la obtención de

los bienes producidos y cimentada en relaciones de cooperación, solidaridad y

equidad que permitan el desarrollo integral de todos los miembros de la comunidad.

A su vez puede fungir como procuradora de fondos o como intermediaria.

De esta forma se debe insistir que las entidades que integran la economía social y

solidaria son agentes que se enfocan en una comunidad en específico, en donde

prevalezca el sentido de cooperación, solidaridad y equidad. Este tipo de

organizaciones pueden realizar actividades productivas para satisfacer las

necesidades de la comunidad, sin embargo, al no poder especular comercialmente

ni tener un fin de lucro, la obtención de los bienes producidos debería realizarse

mediante el intercambio. Asimismo, pueden ser procuradoras de fondos al buscar


309

las donaciones para su operación o para canalizarlas a otras fundaciones sociales

y solidarias que operen en otras comunidades y también podrán fungir como

intermediarias al buscar servicios básicos de salud, educación, etc., para la

comunidad a cambio de una parte proporcional de los bienes producidos. Es

relevante establecer la necesidad de incorporar dentro su forma organizacional la

predilección por una rentabilidad social que se armoniza con el desarrollo de flujos

de efectivo que garanticen su autosuficiencia y permanencia.

De esta forma reconocemos, que pese a la diversidad de enfoques y organismos

que integran la economía social y solidaria en México, para que se implemente un

marco normativo más pertinente es necesario superar los obstáculos y limitantes

intrínsecas a la propia diversidad de organizaciones y actividades, así como tratar

de imponer soluciones a las mismas. Estas limitantes y mejoras son:

1. En México, ya existe una regulación sobre la promoción de la economía

social y solidaria, así como de los organismos que la integran, sin embargo,

presenta importantes omisiones y de acciones explicitas en materia de apoyo

al desarrollo de las organizaciones, lo que impide que los nuevos

emprendedores y las organizaciones puedan apuntalar su desarrollo al no

reconocer apropiadamente sus principios, características y bases de

funcionamiento para sus organizaciones.

2. Así mismo, en la misma ley no se encuentra la obligación del estado de

acompañar y promover el desarrollo de estas organizaciones a través de la

coordinación de acciones, desarrollo de investigaciones y la captación de

información relevante.

En este sentido, se encuentra la 2ª. Propuesta específica de acción en

materia de políticas públicas.


310

Establecer el Centro Nacional de Investigación de la Economía Social y

Solidaria, el cual tendrá como principal tarea la reunión del saber

nacional en materia de investigación de este sector con la integración,

resguardo y desarrollo de bases de datos con información y el análisis

académico y de organizaciones promotoras de este sector; dicho

centro tendrá como primera tarea diseñar y desarrollar el primer Censo

Nacional de organizaciones de la Economía Social y Solidaria; así como

reactivar el Observatorio Nacional.

La integración de documentos, así como el ordenamiento y clasificación de

la información sobre los organismos que se consideran de la economía social

y solidaria, necesario para su constitución, administración y regulación.

3. En muchos países existe evidencia de que la regulación sobre las

fundaciones que se encuentran realizando asistencia social, permite su

adecuado funcionamiento y contribución al desarrollo social del país.

4. Se debe insistir en el reconocimiento formal de que las operaciones de estas

organizaciones no puedes ser considerados bajo el régimen fiscal aplicable

a las organizaciones con fines lucrativos, por lo que debe apegarse en la Ley

del Impuesto Sobre la Renta con un régimen similar al considerado para las

Asociaciones Civiles o las Instituciones de Asistencia Privada.

5. El contexto de pobreza y desigualdad creado por el neoliberalismo, el Estado

mexicano concentró sus esfuerzos para paliarlo en los programas sociales.

Estos programas pasarían de la creación de desarrollo a los obsequios de

dinero y el reparto periódico de despensas, lo que significó que el gobierno

dejaba de combatir la pobreza para en su lugar intentar contenerla y

administrarla. Con instrumentos como el PRONASOL y el PROGRESA el

Estado se convirtió en un benefactor infinito y sus beneficiarios en un lastre

para los contribuyentes. Estos programas y sus sucesores han sido acusados


311

en más de una ocasión de ser logísticas gubernamentales para articular,

legitimar y beneficiar electoralmente al partido político en turno.

6. Es evidente el fracaso de la política económica del Estado mexicano en su

combate a la pobreza, pues como se mencionó en este trabajo de

investigación, en los últimos 50 años la pobreza no sólo no disminuyó, sino

que incluso se incrementó llegando a alcanzar a más del 50% de la población

mexicana.

7. En México, se desprende que; la normatividad mexicana carece de

elementos jurídicos suficientes para otorgar certidumbre al sector social, toda

vez que no desarrolla eficientemente los conceptos principales de la

Economía Solidaria, incluso no ofrece una definición de la misma.

En cambio, podemos concluir con algunos de los beneficios y oportunidades que

significa el desarrollo de organizaciones que integran la economía social y solidaria.

A través de la vinculación y organización de los distintos elementos que componen

a la Economía Popular, la Economía Solidaria se ha propuesto la composición de

núcleos económicos regionales destinados a la producción de bienes y servicios

socialmente necesarios; de tal forma que esas actividades propicien una mayor

generación de empleos e ingresos coadyuvando en la mejora de las condiciones de

vida de las personas que concurren en este sector.

La Economía Solidaria no se contrapone estrictamente al sistema económico

capitalista, si no pretende sustituir los principios de la competencia y las directrices

de la toma de decisiones, pudiendo sobrevivir en su interior aun pese a la

agresividad de los mercados, la desigualdad en las condiciones para la competencia

y la diferencia de objetivos entre las empresas capitalistas y las organizaciones

económicas solidarias, por lo cual es necesario propiciar una regulación ad hoc para

este sector.


312

En México se publicó la Ley de Economía Social y Solidaria (LESS) en el año 2012,

la cual tiene por objeto establecer mecanismos para fomentar el desarrollo,


economía, así como el fortalecimiento de la democracia y la equitativa distribución

del ingreso, sin embargo su impacto ha sido reducido fomentando medidas que

resultan positivas en cuando su visualización pero insuficientes y por lo demás

contradictorias para la madurez de las organizaciones.

En este sentido, estos puntos pueden formar parte de diversas líneas de

investigación que permitan que exista más información y regulación sobre el tema.

Al haber mayor regulación en la normatividad mexicana en relación con la economía

social y solidaria y las instituciones de asistencia social, se podrían evitar diversas

prácticas de corrupción y laxitud en las organizaciones, en especial, porque la

mayoría de estas organizaciones trabaja en gran parte con apoyos

gubernamentales constituidos con los impuestos que deben pagar las personas

físicas o bien, con donativos por parte de las mismas personas y, por lo tanto, debe

haber un mayor cuidado y observación sobre estos fondos y su destino.

Por último, queda hacer hincapié en que si la sociedad no hace conciencia y

recupera los valores perdidos; el sentido de comunidad y de solidaridad y de apoyo

al vecino y, por el contrario, mantiene un sentido egoísta en donde no importa

cuántas cabezas tenga que pisar para enriquecer su patrimonio, ningún modelo

socioeconómico alternativo, organización social o actividades e, instituciones de

asistencia social o programas gubernamentales, lograrán contribuir en su desarrollo

integral y elevar su calidad de vida. Para que cualquier tipo de alternativa social

funcione se debe empezar en la escuela, el trabajo y la casa, enseñando con el

ejemplo a los primos, sobrinos, hijos o hermanos a que la ayuda mutua es

importante, que no se deben dejar de lado los valores que conforman el patrimonio

humano y que son la base para que pueda tener un desarrollo pleno y alcanzar su


313

felicidad; el cambio sólo será posible cuando cada individuo de la sociedad así lo

quiera y se logre entonces alcanzar el bienestar común.

De esta manera establecemos que la tercera línea de acción en materia de agenda

de gobierno o política pública debiera ser:

Fortalecer el desarrollo institucional, entendido no solo como las normas

formales como son las leyes, sino también, las reglas informales y el

andamiaje organizacional que le dan soporte y sentido a las actividades que

desarrollan los agentes que integran estas entidades, en este sentido, la

reforma a la Ley debe contemplar la constitución de un Órgano Superior de la

Economía Social y Solidaria, de carácter público y autónomo, sustentado en

la representación de las organizaciones y cuyo carácter coadyuvante se

sustente en procesos de legitimidad a partir de los mismo criterios que

dominan en la organizaciones que integran el sector.

Un ejemplo de la lógica y beneficios que aporta una organización tiene que ver con

el éxito obtenido con la experiencia en el sector de las finanzas populares y la

experiencia a nivel internacional sobre la importancia y carácter de los sistemas

solidarios, y dentro de ellos las cooperativas de ahorro y crédito, ha demostrado la

eficacia de las organizaciones sociales.

A partir de ello, como parte concluyente del presente estudio se pueden identificar

la concreción de varias tareas de reflexión, que podríamos delimitar en dos

temáticas generales sobre la importancia y perspectivas de desarrollo para el sector

a partir de las tareas pendientes en el marco institucional y la consiguiente reforma

operativa y organizativa de las instituciones, todo ello en el marco de generación de

políticas de supervisión orientadas a su fomento y consolidación.

Efectivamente subsisten aún importantes dudas e incertidumbre respecto a la

viabilidad de estas organizaciones puedan ocupar con la debida eficacia y


314

profundidad, conformando una red de auténticas organizaciones de carácter

popular, no obstante, su demostrada experiencia y capacidad alcanzada como

cooperativas para operar en el mercado de servicios financieros informales.

Sobre esta materia es urgente se destinen una mayor cantidad de esfuerzos

gubernamentales, académicos y profesionales para facilitar al sector su tránsito a la

formalidad, dada la inminente necesidad y rentabilidad social existente en cuanto la

dotación de servicios financieros de ahorro, crédito y servicios de pagos eficaces

para amplios sectores de la población que se han mantenido tradicionalmente al

margen -y en sentido estricto han sido prácticamente expulsados- del sector

financiero formal con las previsibles consecuencias en cuanto a los márgenes de

seguridad y sustentabilidad del patrimonio personal y familiar de dichos sectores.

En este sentido, los esquemas organizacionales se apoyarán en una metodología

acertada que logra ir adecuándose conforme a las necesidades del entorno, ejemplo

de ello fue su desdoblamiento en cuanto la organización regional: transitando desde

Comisiones Regionales de Vigilancia, Federaciones que corresponden a divisiones

políticas y de ahí a Federaciones Regionales más adecuadas con las condiciones

geográficas y grados de desarrollo sociocultural de las comunidades.

Como lo pudimos constatar, el tránsito de su status de informalidad al ejercicio pleno

de los derechos y obligaciones que les otorga el reconocimiento legal, ha tenido que

sortear un gran número de obstáculos que tienen que ver, entre otras cosas, con

las propias inercias del sector en materia de flexibilidad operativa y cierto grado de

laxitud en las operaciones con sus socios, así como la estrechez y falta de

comprensión de la autoridad con respecto a la diversidad y maleabilidad

característica del sistema informal.

Además de ello, la política de supervisión de la autoridad ha carecido de estrategias

consistentes en términos de una supervisión prudencial que atienda a una lógica de

asistencia y apoyo para la profundización y profesionalización de sus operaciones,


315

y que al contrario ha tendido más a una actitud de férreo control y cumplimiento de

la reglamentación, sin atender la propia diversidad y flexibilidad con la que venía

operando el sector, y que por supuesto, complica su homogenización y

regularización sin poner en riesgo la existencia misma de las propias

organizaciones, lo que se ha reflejado en la alta mortandad y fragilidad demostrada

en el sistema.

En este sentido parece valioso revalorar -y también readecuar- algunos de los

principios cooperativistas con los cuales han venido operando: revisar el status de

integración y retiro voluntario y sin restricciones de sus socios, asegurar

organizaciones con instrumentos de gobierno democráticos, participación equitativa

de los socios en la toma de decisiones respecto a la operación de las

organizaciones, pago de intereses al capital que tiendan a favorecer al socio,

evitando el pago de intereses alejados de las condiciones y resultados específicos

de cada institución, distribución de los excedentes de operación privilegiando el

fortalecer la posición financiera de la organización; sin olvidar el alto contenido

educativo que debe acompañar su accionar cotidiano para la creación de ambientes

favorables de ayuda y compromiso mutuo, así como la generación de pautas de

comportamiento que tiendan a fortalecer los lazos de compromiso de los individuos

con la comunidad y de ésta con el individuo, además de establecer mecanismos

que aseguren la cooperación entre las organizaciones.


316

BIBLIOGRAFÍA.

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solidaria en la Argentina” en Estudios Fronterizos, vol. 8, núm. 15. Disponible en

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“la promociÓn y dimensiÓn de la economÍa social y ...la promociÓn y dimensiÓn de la economÍa...

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