CUESTIONARIO

¿Cuál es el deber de cada adventista del séptimo día en cuan-to a proveer medios para mantener sus escuelas?

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¿Qué comparación se establece entre nuestros deberes para con nuestros hijos y el que tenemos para con los extraños?

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¿Cuán vasta debería ser la provisión de escuelas para nuestros hijos?

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¿Qué principio bíblico se aplica para costear nuestras escue-las?

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Defina la responsabilidad de los padres y miembros de la iglesia en cuanto a la educación cristiana de los niños de la iglesia.

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¿De qué fondo es justo pagar a los profesores de teología en nuestras escuelas secundarias?

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¿Que responsabilidad tiene la asociación o misión para con nuestras escuelas?

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¿Cuál es la principal garantía de una escuela en cuanto al apoyo financiero?

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Indique algunos de los resultados por establecer precios muy bajos para los gastos escolares.

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¿Qué se debe hacer cuando los precios establecidos son dema-siado bajos para hacer frente a los gastos de la escuela?

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¿Cuál debiera ser la actitud del director de la escuela en cuanto a las deudas?

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Establezca para nuestras escuelas un sistema de dirección finaciero capaz de excluir deudas.

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“Debemos esquivar las deudas como esquivaríamos la lepra”. (Id. p. 421)

“En la creación de edificios escolares, en su equipo y en cada pormenor de su administración debe practicarse la más estric-ta economía”. (Id. p. 412).

“Como individuos y como administradores de las ins-tituciones del Señor tenemos necesariamente que su-primir todo lo que tenga carácter ostensivo y ajustar nuestros gastos dentro del estrecho círculo de nuestros ingresos”. (Id. p. 414).“Nuestra economía jamás ha de ser de la clase que lleva a proporcionar comidas escasas. Los alumnos deben tener abundancia de alimentos saludables. Pero que aquéllos que estén encargados de cocinar recojan los residuos para que nada se pierda”. (Ibid.).“La obra de la escuela debiera inspeccionarse varias veces al año”. (Id. p. 421). “La luz que el Señor me ha dado es que hombres entendidos, hombres de aptitudes para las finanzas, visiten nuestras escuelas en cada país y tomen nota de la situación financiera”. (Ibid.).“Hombres aptos para las finanzas debieran revisar las cuentas una, dos o tres veces por año, para comprobar la verdadera situación de la escuela. Y ver que no exis-tan los enormes gastos que tendrán por resultado la acumulación de deudas. Debemos esquivar las deudas como esquivaríamos la lepra”. (Ibid.).

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“Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo, no se apartara de él.” (Prov. 22:6).

“No hay nada de mayor importancia que la educación de nuestros niños y jóvenes”. (Consejos para los ma-estros, p. 157).

“¿Darán los miembros de la iglesia recursos para adelantar la causa de Cristo entre otros y dejarán de paso a sus propios niños fomentar la obra y servicio de Satanás?”. (La Educación Cristiana p. 421, e. 1928).

“Aunque debemos hacer esfuerzos fervientes para las masas que nos rodean y hacer avanzar la obra en los campos extranjeros, ningún caudal de trabajo en este ramo puede sernos una disculpa por descuidar la edu-cación de nuestros niños y jóvenes”. (Consejos para los maestros, p. 157).

“En todas nuestras iglesias debiera haber escuelas y en éstas, maestros que sean misioneros”. (Id. p. 160)

“En las localidades donde los creyentes son pocos, que dos o tres iglesias se unan con el fin de levantar un edi-ficio modesto como escuela de iglesia”.. (Testimonios, Vol. VI, p. 109).“Dondequiera que haya algunos observadores del sá-bado, los padres deben unirse para proveer un lugar apropiado para una escuela diurna donde sus niños y jóvenes puedan ser instruidos. Deben emplear un ma-estro cristiano que, como misionero consagrado, edu-que a los niños de tal manera, que los induzca a llegar a ser misioneros”. (Consejos para los Maestros, p. 166).

“Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los más débiles y no agradarnos a nosotros mismos”. (Rom. 15:1).

“Tomen todos parte en los gastos. Repare la iglesia en aquellos que deban recibir sus beneficios estén asis-tiendo a la escuela. Se debe ayudar a las familias po-bres. No podemos llamarnos verdaderos misioneros si descuidamos a aquéllos que obligan nuestra responsa-bilidad, que se hallan en la edad más crítica y que ne-cesitan nuestra ayuda para obtener el conocimiento y la experiencia que los capacite para el servicio de Dios”. (La Educación Cristiana, p. 421, e. 1928).“Es un principio evangélico que todos los miembros de nuestras iglesias cooperen con los gastos de la escue-la. Todos pagan diezmos para mantener el ministerio. Todos deben igualmente participar de los gastos que se incurren de la educación cristiana que queremos dar a nuestros hijos”.

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Los padres tienen una doble responsabilidad en la educación de sus hijos: a) La responsabilidad natural de progenitores; b) la responsabilidad espiritual -como cristianos y miembros de iglesia-.

(1) Todos los miembros de la iglesia tienen res-ponsabilidad por la educación espiritual de los niños de la iglesia. De ahí que se ha vuelto un principio evan-gélico el que todos los miembros de la iglesia deben participar en los gastos hechos para la educación de los niños en la iglesia.

“Ha sido dada clara luz en cuanto a que aquellos que ministran en nuestras escuelas enseñando la Palabra de Dios, explicando las Escrituras, educando a los alumnos en las cosas de Dios, deben ser sostenidos con el diezmo. Hace mucho tiempo que fue dada esta instrucción y recientemente ha sido repetida vez tras vez”. (La Educación Cristiana, p. 419, Edición 1928).

“Se debería emplear a los ministros más capaces como Profesores de Biblia en nuestros colegios. Los que sean elegidos para realizar esta tarea deben ser muy dedica-dos al estudio de la Biblia y tener una profunda expe-riencia cristiana. Se salario debe ser pagado con dinero de diezmos”. Testimonios Vol. VI, p. 134).

“Nuestras asociaciones dirigen su mirada a nuestros colegios en busca de obreros educados y bien preparados, por lo que debieran prestar a los colegios el auxilio más generoso e inteli-gente”. (La Educación Cristiana, p. 419, Edición 1928).

“Dado que la Asociación o Misión está compuesta de las iglesias de su territorio, tenemos aquí la prueba de otro principio de cooperación, puesto que la Asociación o Misión ayuda a las escuelas de los fondos que recibe de la iglesia”.

“La cantidad cobrada por la enseñanza, pensión y residencia debiera bastar para el pago de los sueldos del personal docente, para surtir la mesa con abundancia de alimentos saludables y nutritivos, para conservar el moblaje de las habitaciones, para preparar constantemente el edificio y hacer frente a otros gas-tos corrientes que sean necesarios”. (Id. p. 415).

Una manera simple y eficaz de seguir las instrucciones es establecer los distintos precios para comida y habi-tación correspondiendo cada una a los propios gastos. Queda, pues el dinero entrado para pago de la escue-

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la, juntamente con el dinero del diezmo (con el cual se paga generalmente al profesor de Biblia), para pagar el sueldo a los profesores. Cualquier pago hecho del diezmo debe ser siempre autorizado por la Asociación o Misión y pagado por ella y no por el director de la es-cuela, a menos que tenga autorización de la Asociación o Misión.

“Leyendo las instrucciones presentadas en La Educación Cris-tiana, páginas 415-417, De. 1928, vemos lo siguiente en cuan-to a las pensiones escolares muy bajas:

Eso trae “dudas desalentadoras” para la escuela.Eso “induce a la gente a exigir precios proporcional-mente bajos en nuestras escuelas” y como resultado contraigan dudas.Resulta en la aglomeración en un solo lugar de un nú-mero demasiado grande de alumnos y de familias.

“Siempre que sea necesario elevar los precios en alguna es-cuela, sométase primeramente a los protectores de la institu-ción, mostrándoles que los precios han sido fijados demasiado bajos y que, como resultado, las deudas se acumulan sobre la escuela entumeciendo y estorbando así su obra. El aumentar debidamente los precios de enseñanza disminuirá posiblemen-te la asistencia; pero una gran asistencia no debiera causar tanto regocijo como el estar libre de deudas”. (La Educación Cristiana, p. 416, Edición 1928).“No se deben dejar acumular las deudas año tras año. La clase de educación más alta que pueda darse es la de evitar las deudas tanto como se evitaría la enfermedad. Cuando pasa un año tras otro y no hay señales de que la deuda disminuya, sino de que aumenta más bien, ha de hacerse un alto. Digan los administradores: Nos negamos a dirigir la escuela por más tiempo a no ser que se idee algún sistema seguro. Será mejor, mucho mejor, cerrar la escuela hasta que los administradores aprendan la ciencia de hacerla marchar sobre bases de solven-cia. Por causa de Cristo, como pueblo escogido de Dios, poneos a la tarea y estableced un sólido sistema financiero en nuestras escuelas”. (Id. p. 415).

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