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El Gleyzer

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Hace cerca de un año, en el último plenario de 2011, nos poníamos metas claras, las cuales serian fundamentales para nuestros próxi-mos desafíos. Hace casi 12 meses El Gleyzer se decía a si mismo cuales eran los objetivos a alcanzar para lograr consolidar las bases de lo que seria un nuevo estadío de nuestro desarrollo. Repasando las páginas de este anuario y apelando a la memoria estamos en condiciones de afirmar que hemos cumplido con lo que nos planteamos y que estamos preparados para embarcarnos en la profundización de nuestro desarrollo político, incorporando nuevos campos de disputa.

Las elecciones de este año en Vene-zuela fueron el evento político más importante del continente de los últimos años, ya que puso en debate cuestiones de relevancia en la dispu-ta por la liberación y la soberanía de nuestros pueblos. Los sectores económicos y los sectores más conservadores de la región, articula-dos y conducidos por Estados Unidos depositaron en la elección de Capriles una gran esperanza. Derro-tar a Chávez no era relevante solo para los sectores económicos vene-zolanos, lo era fundamentalmente para los sectores más conservadores

de la región. De la misma manera que la campaña, la elección y el triunfo de Chávez fue gran un avance para todos los pueblos del continente. Un avance y la confirmación que para llevar adelante un proceso de transformación estructural de la sociedad es necesaria una fuerza política, social y cultural que tenga la capacidad y la voluntad de hacerlo.

En paralelo la Argentina vivió un año con dificultades en lo económico, producto de la crisis de los países centrales, que llevó al gobierno a tomar algunas decisiones antipopulares como la reducción de la obra publica, congelamiento del piso para el pago de ganancias, regulación de la compra de dólares, estancamiento de planes y beneficios sociales y ley de ART, entre otras. Al mismo tiempo tomó algunas medidas importantes para regular mejor el mercado y la producción, y lograr mantener alto el nivel de empleo y consumo, en esa sintonía se inscribe la estatización del 51% de YPF, la puesta en marcha del plan de cons-trucción de viviendas Pro.Cre.Ar. y la quita del ultimo aguinaldo para el pago de ganancias. Sin dudas el balance para el gobierno este año ha sido negativo desde el punto de vista del desarrollo económico.

Las elecciones del próximo año obligan al gobierno a retomar rápido la iniciativa política si quiere seguir soñando con una reforma constitucional. Tarea difícil, ya que no solo cuentan con las dificultades propias, sino que su propio marco de alianzas empieza a resquebrajarse pensando en el 2015. Gobernadores, intendentes, diputados y sindicalistas del justicialismo encuadrados hoy con el gobierno empiezan a ver que el kirchne-rismo no esta en capacidad de resolver su sucesión y comienzan a desprenderse. En paralelo no existe fuerza propia que pueda ser la estructura material que sostenga al gobierno en un escenario profundización de las medidas populares que genere, ruptura y disputa con los bloques de poder. El kirchnerismo se acordó tarde de construir su propia fuerza política. Tal vez no pudo o tal vez no quiso. Hoy está atado a su propia estruc-turación, y los intereses particulares de quienes la integran, sean estos dirigentes políticos, empresarios o sindicalistas. Es una incógnita si tendrá una actitud de ruptura con las estructuras más conserva-doras y avanzará en una política progresiva o negociará con ellas y mantendrá una actitud pendular.

Tanto el proceso venezolano, como el de nuestro propio país, desde diferentes ángulos, nos confirman que todo proceso de transformación, si este se pretende estructural, requiere de una fuerza política que puede llevarlo adelante. Una fuerza que responda a los intereses de los secto-res populares y que allí encuentre su agenda. Una fuerza que no

esté atada al empresariado parasitario que destruyó nuestra industria, ni atado a referencias políticas y sindicales que no tuvieron problemas en vender las condi-ciones laborales y de vida de los trabaja-dores. Una real transformación de nuestra patria requiere de una fuerza política que

se plantee el desafío de construir una materialidad distinta a la de quienes entregaron el país. Que no quede atrapada en discusiones electoralistas de coyuntura, pero que sea conciente de la necesidad de construir y disputar en todos los escenarios de la vida política. Una fuerza política que nazca de lo mejor de la tradición de nuestro pueblo y de nuestras organizaciones y que tenga la potencia y vocación de transformarlo todo.

Haber profundizado el desarrollo en los barrios donde ya estábamos, sumado a nuevos trabajos en tres barrios mas de la ciudad, haber desembarcado con fuerza en la Universidad y en los colegios secundarios, haber construido un centro de políticas publicas, haber abierto una radio mas, haber realizado diversas campañas reclamando una política distinta en materia de lo publico y haber construido mayores niveles de organización y construcción en cada rincón en el que hemos estado es parte del insumo que nos permite darle materialidad a nuestros sueños. Todo lo hecho hasta acá es parte de una tarea indispensable para la construc-ción de una sociedad distinta: darle vida a una fuerza política que sea capaz de transformarlo todo. Ese camino que venimos transitando hace rato, junto a otros, debe adquirir nuevas formas y asumir nuevos objeti-vos. La disputa en lo electoral en este sentido se convierte en trascendente. Podemos y debemos ir allí a darle más densidad a esta idea política. Las elecciones del próximo año deben ser nuestro próximo desafío, para seguir avanzando en el camino de

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A principios de este año comenzaron a funcionar oficialmente los primeros consejos consultivos de las 15 comunas que compo-nen la Ciudad. Luego de la reforma constitu-cional de 1994 que estableció la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires se dió origen a un proceso de descentralización que estable-cía en el art 127 a las comunas como “unida-des de gestión política y administrativas”.

Estos nuevos espacios de gestión descentra-lizados sólo tendrán sentido si implican una democratización de las decisiones políticas dando lugar al protagonismo popular en, por ejemplo, definiciones presupuestarias. El gobierno de la Ciudad ha hecho y hace lo imposible para que esto no suceda con dos estrategias claras por un lado ahogarlas económicamente y por el otro ningunearlas políticamente. Es por ello que desde el Gleyzer salimos con una campaña por toda la ciudad con la consigna ¿Y dónde está la plata

de los barrios? , poniendo como ejes princi-pales: la transferencia total y completa de las competencias correspondientes a cada comuna, el reconocimiento como jurisdiccio-nes y la asignación del presupuesto aproba-do a fin del año pasado(más de 170 millones, alrededor de 11 millones y medio por comuna) del cual ,a pesar de ser escaso, todavía no fue ejecutado un solo peso

La campaña conto con radios abiertas, movilizaciones a diferentes Cgp, y principal-mente con mesas en distintos puntos de la Ciudad para charlar con los vecinos y vecinas acerca de la importancia de que se ejecute inmediatamente dicho presupuesto, de forma participativa para poder establecer colectiva-mente cuales son las principales necesida-des de cada barrio.

Por otra parte desde El Gleyzer participamos activamente de las instancias comunales

como los consejos consultivos, las comisiones de cultura, vivienda, educación, juventud, las secreta-rias institucionales, administrativas entre otras, convencidos de que las comunas pueden ser una herramienta de transformación de la realidad de nuestros barrios siempre y cuando no las conside-remos un fin en sí mismas, sino como un medio para articular experiencias populares, potenciar las luchas y unificar acciones de organizaciones y vecinos. Hemos empezado el año activamente en las comunas 5(Boedo-Almagro), 4(P.Patricios, Pompeya, Barracas, La boca) 3(San Cristóbal, Blavanera) y luego expandiéndonos a la 6(Caballito), 7(Flores, Parque Chacabuco) y 8 (Villa Soldati, Lugano y Villa Riachuelo). Algunas de las propuestas que hemos trabajado con cientos de vecinos y organizaciones sociales y culturales

* Voz y voto los mayores de 14 años para poder incorporar a los más jóvenes y a los centros de estudiantes, ya que son espacios fundamentales de la comunidad educativa y en la lucha por la defensa de una educación pública,

* Voz y voto a los trabajadores de la comuna aunque su domicilio real se encuentre en otra o incluso fuera de la ciudad de Buenos Aires, porque conocen la realidad en la que trabajan todos los días y son protagonistas fundamentales de ella.

* Participación sin restricciones de los Centros Culturales, que no tienen una ley que los contem-ple, y de colectivos barriales, ya que son ámbitos de participación genuina de cientos de vecinos.

* Instalación del Circuito Cultural comunal “Luis Alberto Spinetta”, esta iniciativa busca potenciar la participación social, el fomento de los artistas independientes y la producción artística comunita-ria, es de carácter intercomunal y ya fue aprobado

por unanimidad por la junta comunal de Boedo y Almagro como proyecto vinculante que contará con fondos para su desarrollo, contemplará un registro para la difusión de los trabajadores de la cultura., y una agenda con espectáculos gratuitos.

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El Surco fue el primer centro cultural que abrimos, en 2005, con la idea de apostar al desarrollo de una nueva alternativa política y cultural que creciera en la Ciudad.

Hoy, luego de siete años, contamos con la Biblioteca Popular Paulo Freire, más de diez talleres artísticos, varietés y ciclos culturales semanales. Además, realizamos actividades vinculadas a educación popular, como apoyo escolar, taller de radio para niños y adolescen-

tes y recreación en la Plaza de Boedo y, desde hace varios meses, en la de Almagro.

Con la idea de dar lugar a nuevas voces, en 2010 apostamos al desarrollo de un medio de comunicación alternativo y creamos FM Boedo 88.1, donde hoy se transmiten tres tiras diarias institucionales y más de 35 programas independientes.

El Surco-(Boedo-Almagro - Comuna 5)

En la Comuna 5 integramos las secreta-rías de Prensa y Comunicación, Adminis-trativa e Institucional. También formamos parte de la comisión de Educación y Cultura, desde donde impulsamos iniciati-vas como el recientemente aprobado Circuito Cultural Spinetta, que busca potenciar la participación social, fomentar a los artistas independientes e incentivar la producción artística.

Durante 2012 avanzamos a paso firme sobre la consolidación del trabajo territo-rial y la profundización de los vínculos generados con los vecinos, la comuna y las diferentes organizaciones del barrio. De esta forma, fortalecimos las instancias de participación y crecimos en cada uno de los debates y actividades de las que formamos parte.

Son muchos los logros que tuvimos en estos años de trabajo. Nuestras metas son cada vez más grandes y nuestro compromiso es cada vez más fuerte.

Queremos seguir superándonos día a día y sabemos que podemos hacerlo.

El Surco sigue creciendo en la Ciudad a la par de El Gleyzer, con mucha historia y mucho trabajo pero, sobre todo, con mucho por venir.

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En nuestro tercer año, desde el Centro Social y Cultural La Brecha nos consolidamos como la expresión del desarrollo territorial de El Gleyzer en la Comuna 4. En este espacio, la organización alcanzó una fuerte referencia a través del Bachillerato Popular Raymundo Gleyzer, donde cerca de 50 estudiantes y 30 docentes adquieren conocimiento cotidiana-mente mediante la educación popular.

año, a partir de la lucha conjunta con la Coordinadora de Bachilleratos Populares, obtuvimos el reconocimiento oficial, que nos permite entregar títulos y becas. Además, impulsamos un espacio semanal de apoyo escolar y recreación para chicos y adolescen-

tes

Apostamos a las comunas como espacios de descentralización y participación política en los barrios. Es por eso que intervenimos activamente en el consejo y las secretarías que comenzaron a funcionar este año. En este sentido, desde el lugar que ocupa El Gleyzer como presidente suplente de la Secretaría de Acción Social, Vivienda y Deporte, logramos profundizar el vínculo con las problemáticas más acuciantes de la comuna, que padece los indicadores socia-les más alarmantes de la Ciudad y, paradóji-camente, es una de las más postergadas por

La Brecha -(Parque Patricios - Comuna 4)

Bachillerato Popular Raymundo Gleyzer

la política pública del Gobierno porteño.

Este desarrollo que llevamos adelante en el territorio de la Comuna 4 demuestra que pudimos asumir el desafío de seguir creciendo y profundizando nuestro camino en la lucha de ideas, con la organización comunitaria y la cultura popular como herramientas

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Este primer año de La Bisagra fue de mucho crecimiento ya que desarrollamos distintos espacios de intervención en el barrio y los consolidamos con la participación de los vecinos. Llevamos adelante prácticas en el área de educación popular a través de apoyo escolar y recreación, y realizamos un taller de respoteria junto a las madres.

En el plano cultural ampliamos la oferta de talleres, dándole espacio a los artistas para que puedan expresarse. Además, abrimos OIE Radio, el segundo medio de comunica-ción de El Gleyzer, por donde ya pasaron por numerosos dirigentes estudiantiles, políti-cos, artistas, comerciantes y vecinos de la

comuna. Por otro lado, seguimos desarrollan-do el espacio de vivienda y, con mucha fuerza, el de adolescentes que ya tiene su propio programa radial.

Hicimos festivales y difundimos nuestras actividades en la calle hablando con los vecinos, convencidos de que esa es la única forma de generar poder popular. También participamos de todas las instancias comuna-les (de las comisiones de trabajo, la mesa promotora y los consejos consultivos), donde llevamos adelante debates en el marco de una campaña cuyo objetivo fue exigir que Gobierno de la Ciudad entregue el presupues-to a las Comunas, que actualmente el macris-

La Bisagra -(San Cristobal - Comuna 3)

mo intenta deliberadamente destruir desfi-nanciandolas y sacándoles competencias.

Generamos condiciones para que La Bisagra empiece a avanzar en el proyecto del Jardín Comunitario Mafalda. Armamos la propuesta pedagógica, vinculándonos con otros jardines y, sumando docentes, vamos proyectando para 2013 esta nueva herra-mienta que permitirá vincular a muchas familias, producto de la gran carencia de

Jardines en la Ciudad.

En la Comuna 3, El Gleyzer continua creciendo a través del trabajo barrial que llevamos adelante desde La Bisagra.

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Con el Grupo de trabajo Barrial Charrúa comenzamos el año 2012 con la puesta en marcha de un proyecto que tiene como eje principal trabajar actividades recreativas, educativas y deportivas que intensifiquen los vínculos entre los chicos del barrio, y donde se gesten valores de solidaridad y compañe-rismo.

Con la idea de avanzar sobre estas premi-sas, organizamos un torneo de fútbol popular como un espacio deportivo donde los niños se sientan parte de un grupo y planifiquen su propia manera de jugar. En la plaza del barrio llevamos a cabo actividades recreativas para generar un ámbito que fomente el intercam-

bio de prácticas colectivas. Además, realiza-mos apoyo escolar mediante un seguimiento particular y grupal en el proceso de aprendiza-je.

Luego de más de cuatro años de trabajo territorial, pudimos saldar una deuda pendien-te: tener nuestro propio local en el barrio. Estamos convencidos de que con la apertura del “Centro Social y Cultural Charrúa” vamos a profundizar el vínculo con los vecinos mediante la creación de talleres artísticos-culturales, actividades recre-educativas y festivales que fomenten la cultura barrial. Además, vamos a llevar adelante charlas-debate sobre proble-máticas específicas del barrio e implementar

Charrúa-(Soldati -Comuna 8)

una asesoría legal para concienti-zar a los vecinos sobre cuáles son sus derechos.

Nuestro nuevo local es la repre-sentación material de El Gleyzer en Charrúa. Sabemos que se trata de un gran paso adelante, que nos va a permitir tener un verdadero anclaje y una identidad propia en la zona sur de la Ciudad.

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En junio abrimos el Centro Cultural y Social La Senda con el objetivo de profundizar el desarrollo territorial de El Gleyzer en la Ciudad. En estos primeros meses de trabajo, generamos diversas propuestas para el barrio desde las áreas de educación popular y cultura, con talleres y presentaciones artísti-cas. Además, en noviembre inauguramos la primera salita de salud de El Gleyzer.

En lo referido a educación realizamos talleres de recreación y apoyo escolar para los chicos

del barrio y, los sábados, trabajamos con jóvenes en situación de judicialización y que, actualmen-te, viven en el Hogar Curapaligüe.

Desde el área de cultura, nos constituimos como un nuevo espacio en el que los artistas de la Ciudad encuentran un lugar donde mostrar sus producciones. Además, impulsamos una coope-rativa a partir de la cual funcionan más de diez talleres y que promueve presentaciones conjun-tas desde La Senda para los vecinos.

La Bisagra -(San Cristobal - Comuna 3)

En el marco de la Comuna 7 apostamos a la descentralización y participación política de los barrios. Participamos de los Consejos Consultivos, integramos la Red de Puntos Verdes y encabeza-mos actividades desde la Comisión de Trata, Prostitución y Género.

Por último, abrimos la primera Salita de Promoción de Salud Comunitaria. Este espacio de desarrollo social tiene el objetivo de transformar de manera cualitativa la vida de los vecinos del barrio y apuesta a promover un bienes-

tar integral físico, psicológico, ambiental y político.

Desde La Senda asumimos la tarea de continuar creciendo y sumar nuestra participación política en las comunas, profundizando y poniendo en práctica los conocimientos adqui-ridos desde la experiencia de El Gleyzer como organización.

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Hace poco más de tres meses empezamos a trabajar en un nuevo barrio, ubicado en el Bajo Flores: el Juan XXIII. Se trata de un complejo habitacional que limita con el barrio Rivadavia, el barrio Illia y la villa 1.11.14 y que es producto de un proyecto inconcluso de la década del ´70 que dejó abandonadas zonas descampadas y a medio construir, donde hoy viven cerca de 600 familias.

Iniciamos nuestra tarea con el armado de un espacio de educación para chicos y adolescentes en el Club Social y Deportivo Miraflores, ubicado en el barrio, que estuvo abandonado durante más de cinco años y que, desde hace uno, volvió a abrir sus puertas de la mano de un grupo de vecinos que se propuso recuperarlo.

Desde El Gleyzer estamos acompañando este proceso mediante el desarrollo de clases de apoyo escolar y recreación en la semana, con perspectivas de seguir creando diferentes espacios, tanto artísticos como de educación y comunicación, que aporten a la contención, reflexión, participación y organización de los vecinos.

Con el Colectivo de Trabajo Barrial Bajo Flores seguimos trabajando en los barrios, creciendo y apostando a una sociedad igualitaria, inclusiva y justa.

JUAN XXIII –Bajo Flores- Comuna 7

bajo�[email protected]

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Desde este espacio creemos que una herra-mienta política sustentada en la igualdad y el poder popular debe reflexionar sobre las asime-trías y mecanismos de control que operan actualmente en materia política, social y cultural bajo el modelo de dominación entre los sexos y sus configuraciones del poder en un sistema heteropatriarcal, donde prevalece la opresión de la mujer y otras identidades de género para asegurar el sostenimiento y reproducción de la lógica imperante.

En este sentido, establecemos estrategias que apunten a la deconstrucción de los mecanismos de opresión configurados por un sistema de producción capitalista y patriarcal. Sabemos que es necesario pensar y cuestionar los princi-pios básicos sobre los cuales descansa nuestra sociedad: la explotación de la fuerza de trabajo a partir de la división de clase y sexo. En El Gleyzer, construir un área denominada “género” nos permite combatir estos mecanismos machistas a partir de acciones concretas desde nuestra militancia territorial.

Este año profundizamos nuestras discusiones en temas como patriarcado, aborto, trata de personas, salud sexual, violencia e identidades de género. Además, el 8 de marzo realizamos intervenciones concretas; el 1 de noviembre luchamos en las calles por el Aborto Libre, Legal, Seguro y Gratuito; el 10 de noviembre estuvimos presentes en el Día del Orgullo LGTTTBI y el 25 del mismo mes participamos del Día por la No Violencia hacia las Mujeres. También apoyamos la Sanción de la Ley de Identidad de Géneros y el Fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre Aborto No Punible, y nos manifestamos en el Hospital Ramos Mejia en el caso de Aborto No Punible que el Macris-mo incentivó para su no realización.

Por otro lado, creamos una Salita para la Promoción de la Salud Comunitaria, en donde las consejerías pre y post aborto serán el eje central de un proyecto de atención e información

en materia de salud para los barrios más margina-dos de la Ciudad.

Desde nuestro espacio ponemos en práctica una perspectiva marxista que incorpore la contempora-neidad del feminismo actual y sus discusiones en términos de aportes a la construcción de un proyec-to político. Nuestro objetivo es motorizar discusio-nes que nos permitan consolidar una idea política, que combine elementos teóricos y prácticos en relación a la liberación de todos los modos de opresión existentes.

El CePoP es un espacio construido por El Gleyzer para elaborar diagnósticos y propuestas de cara a consolidar un progra-ma político para la Ciudad. Una herramienta dedicada a conocer y pensar nuestro territo-rio inmediato de acción: la Ciudad de Buenos Aires.

Creemos que una organización que preten-de llevar adelante una transformación estructural de su territorio debe conocer las acciones y omisiones del Estado que lo gestiona, que es el que debe garantizar el cumplimiento de todos los derechos y nece-sidades de manera justa e igualitaria para todas las personas. En este sentido, trabaja-mos en la elaboración de propuestas de intervención tendientes a prefigurar la socie-dad que queremos.

Desde El Gleyzer entendemos que las proble-máticas actuales son estructurales y tienen una raíz sistémica e histórica que requiere de una verdadera transformación. Pero, también, sabemos que el Estado es un espacio de dispu-ta y que para elaborar intervenciones viables es necesario conocer los mecanismos que sostie-nen la estructura actual y las formas reales que existen de intervenir en ella.

Para una transformación real no basta con elaborar consignas nuevas o retomar las viejas y trilladas. Es preciso conocer aquello que creemos necesario transformar y elaborar políticas efectivas y eficientes sobre ello.

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En 2012 creamos el Colectivo Artístico de El Gleyzer, integrado por un grupo de artistas de diferentes disciplinas que sentían la necesidad de fusionarse y crear un arte consciente y organizado.

Creemos en el arte como una herramienta de significado e ideología. Al transitar el proceso artístico nos damos cuenta de la importancia que tiene la organización colectiva de nuestro traba-jo. En este sentido, a través de discusiones y debates, ponemos en común criterios ideológi-cos, organizativos y estéticos, donde la forma tiene tanta importancia como el contenido.

Todas las expresiones artísticas surgen de un contexto social y un proceso histórico. El escenario que nos ofrece el Gobierno de la Ciudad refleja censura, clausura e imposibilidad de acción. Es por ello que, además de repudiar las políticas culturales elitistas que se implemen-tan en la actualidad, sentimos la necesidad de fortalecer el compromiso de practicar nuestras actividades para ofrecer arte popular y expresar-nos en todos los barrios.

Nuestra perspectiva como grupo de trabajo es lograr mayor compromiso social a través del arte expresado en los territorios y llevar a cabo discu-siones enriquecedoras, producto de las prácti-cas político-artísticas que desarrollamos cotidia-namente para aportar a una cultura verdadera-mente popular.dad.

Convencidos de la decisión política de expandir nuestro trabajo en la Ciudad, el camino que recorrimos este año nos llevó a emprender desarrollos en nuevos terrenos. Después de la llegada de El Gleyzer a la UBA, formamos El Gleyzer Secundarios.

Empezamos como corriente llevando adelante la campaña “Tengo dieciséis, quiero votar” donde militamos en más de veinte colegios a favor de la ampliación de derechos electorales para los jóvenes de 16 y 17 años. Esta iniciativa continuó en el marco del aniversario de la Noche de Los Lápices, una fecha de lucha para los estudiantes, donde reivindicamos la tradición y las ideas de los compañeros desapareci-dos con una columna nutrida de jóvenes de distintos colegios.

Durante el conflicto que llevó a los estudian-tes secundarios a tomar la mayoría de los colegios de la Ciudad, decidimos ser parte activa del reclamo y apoyar fuertemente el movimiento, convencidos de que nuestra tarea en el nivel medio es aportar a las discu-siones y favorecer la participación. En este contexto, realizamos charlas-debate en varios de los colegios tomados, con el objeti-vo de aportar a la lucha y organización de los secundarios. Además, junto a El Gleyzer UBA, realizamos una charla con la consigna “Juventud y Educación en la Ciudad” en la que hicimos un balance sobre la situación estudiantil. Por último, llevamos adelante el festival “Por una educación pública construi-da por todxs” del que participaron compañe-ros de colegios secundarios de toda la Ciudad.

Desde El Gleyzer Secundarios vamos a seguir trabajando para conformar un

movimiento sólido, que represente al estudiantado y que sea reconocido como actor político en la disputa que desde diferen-tes sectores de la comunidad educativa llevamos adelante para construir una educa-ción para todos, formadora de sujetos críticos y revolucionaria.

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Los estudiantes de El Gleyzer llegamos a la facultad con la convicción de que la cultura popular y el traba-jo territorial son fundamentales para la transforma-ción de la realidad social. Estamos dando los primeros pasos para conformar una nueva corriente universitaria, que apueste a romper la falsa barrera entre la cultura y la política, entre el adentro y el afuera. Creemos que es necesa-rio recuperar una universidad pública y popular, que tenga un rol trascendental y aporte a las necesida-des de nuestro pueblo.En este sentido, comenzamos un nuevo camino donde las charlas con cada compañero de curso, los debates, las acciones colectivas y la sociabilización crítica del conocimiento son nuestros pilares para transitar las facultades, sin muros ni aislamientos.

Exactas:Creemos que la facultad debe replantearse su rol como educadora de científicos y apuntar a la formación de sujetos cuyas inquietudes se correspondan con la resolución de los proble-mas más urgentes. Trabajamos sobre las problemáticas socio-ambientales propias de la Ciudad y, especial-mente, las vinculadas a la disposición de residuos sólidos urbanos y la contaminación. Para ello, armamos un grupo de investigación cuyo objetivo es elaborar aportes científicos para las problemáticas específicas de la zona sur de la Ciudad.

CBC:Realizamos actividades y debates con el objeti-vo de pensar y repensar las problemáticas de la Universidad y del CBC: ¿Qué rol tenemos como estudiantes del CBC dentro de la UBA? ¿Cuál es la función real del CBC? ¿Es un filtro o su objetivo es otro?Estos interrogantes fueron los disparadores que nos motivaron a iniciar nuestra militancia en este espacio y que nos impulsan a continuar trabajando.

Filosofía y Letras: Llevamos a cabo tres charlas debate: en el marco de la campaña “Un 5 % para la cultura” invitamos a la Sala Alberdi a referentes del CEMAD, la UMI y MECA para debatir cómo construir una política cultural integradora y popular en la Ciudad. También realizamos un encuentro sobre la educación popular, organización y territorios. Además, junto con El Gleyzer Secundarios, debatimos el estado de la educación e identificamos el rol de la juventud en la actualidad.Cerramos el año con la consolidación de un colectivo de trabajo que se involucró en problemáticas como el nuevo edificio, las cesantías a docentes y el sistema de becas y las militó dentro de la facultad.

Sociales:Desarrollamos una actividad en la que identificamos falencias en las políticas públicas culturales de la Ciudad y destacamos la importancia de los espacios independientes para construir una verdadera cultura popular. Organizamos una charla-debate en la que se reflexionó sobre la crisis habitacional y la necesidad de una política pública integral de vivienda que termine con el negocio inmobiliario, y otra sobre el proceso histórico boliviano y las perspectivas y desafíos actuales para la región. Problemáticas como las cesantías docentes, la unifica-ción de las sedes en 2013 y la reforma de los planes de estudio de las carreras Trabajo Social y Comunicación Social fueron algunos de los ejes que atravesaron nuestras discusiones.

Psico:La mirada de los estudiantes de Psicología es importan-te para trabajar sobre los conflictos que se presentan a nivel individual, grupal y comunitario en los niños y adolescentes. Por eso, a través de nuestro primer boletín invitamos a los estudiantes a participar de las actividades que realizamos desde El Gleyzer en los talleres de Educa-ción Popular y en la Salita de Atención Primaria para la Salud. La salud es uno de los ámbitos donde las problemáticas de género se ven más agudizadas. Es por eso que resulta imprescindible generar medidas concretas que apunten a la igualdad de acceso a la salud integral de mujeres, adolescentes, travestis, transexuales, lesbia-nas y gays. Creemos que es fundamental, como futuros profesionales, contar cada vez con mayor cantidad y diversidad de herramientas mediante las cuales poda-mos trabajar críticamente en el campo social.

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* Jornadas de educación popular

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El acceso a una vivienda digna es uno de los derechos básicos de las personas. Por eso, junto a la organización Juventud Rebelde- Rebelión, elaboramos un Plan Integral de Vivienda que busca dar respuesta al déficit habitacional que existe en la Ciudad. Creemos que es necesario pensar solucio-nes estructurales a largo plazo y que somos las organizaciones sociales las que debemos dar la disputa por un rol activo del Estado en tanto planificador de políticas públicas que garanticen el amplio acceso a la vivienda.

En los últimos años, el boom de la construcción se contrapuso con un 26% del déficit habitacio-nal. Acceder a un alquiler implica cada vez más requisitos y pagarlo demanda más del 40% de nuestros salarios; los créditos hipotecarios nunca fueron una opción firme para el acceso a la vivienda propia y más de 150.000 inmue-bles se encuentran vacíos y son usados como reserva de valor. A esto se suma que el Gobier-no de la Ciudad no tiene voluntad política de solución: un alto porcentaje del presupuesto destinado al área de vivienda es subejecutado y los programas habitacionales son escasos y no solucionan el problema de fondo.

Durante el mes de julio, cuando iniciamos la campaña, miles de vecinos se acercaron a las más de 250 mesas ubicadas en las 15 comu-nas y escucharon nuestra propuesta cuyos principales ejes son la creación de un impues-to a la vivienda ociosa, la regulación del mercado de alquileres, la urbanización de villas y asentamientos precarios, la creación de un Fondo para la construcción de vivien-das en la zona sur de la ciudad, la regulación de hoteles familiares y la creación del Ministe-rio de Vivienda.

Desde el Gleyzer estamos convencidos que la vivienda es un derecho que no se negocia y, como tal, no puede ser entendido desde una lógica especulativa basada en la rentabilidad. Esta campa-ña fue nuestro punto de partida para seguir desarro-llando proyectos orientados a generar políticas públicas integrales e inclusivas que mejoren la calidad de vida de los vecinos de la Ciudad.

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El 30 de Junio realizamos el festival “Un 5 para la cultura” en el Parque Centenario, en donde más de cuatro mil vecinos apoyaron nuestra propuesta para que el Gobierno de la Ciudad destine un 5% de su presupuesto total al área de Cultura.

Desde El Gleyzer estamos convencidos que el fomento de la cultura es una expresión fundamental para que cada uno de los barrios de la Ciudad tenga su propia identidad y para el desarrollo de sus artistas. Sin embargo, actualmente el Ejecutivo porteño destina sólo el 3,1% de su presupuesto, del cual un alto porcentaje es destinado a la realización de megafestivales y grandes eventos, que reciben 6 veces más presupuesto que los programas cultura-les de los barrios.

El proyecto, que presentamos en la Legisla-tura porteña, se basa en tres ejes principa-les:

* Gestionar de manera descentralizada la cultura para su desarrollo en los barrios.

* Crear la ley de centros culturales y promo-ver su financiamiento, entendiéndolos como espacios fundamentales para la participa-ción de los vecinos y la producción artística

* Crear un registro de artistas independien-tes y un fondo de incentivo que reconozca su rol fundamental en la cultura.

Creemos que, además de aumentar el presupuesto, es necesario avanzar hacia una política cultural territorial descentralizada, pública y popular, de revalorización del espacio público y de su uso comunitario no mercantil, y de gestión participativa desde y para los barrios.

Desde nuestros inicios, la cultura fue uno de los motores que impulsan nuestro desarrollo en la Ciudad, a través del trabajo que realizamos en cada uno de los centros culturales y sociales. En este sentido, “Un 5 para la cultura” fue un proyecto ambicioso que logramos concretar con el apoyo de miles de personas y que fue el puntapié inicial de una serie de iniciativas destinadas a fomentar la cultura en los barrios.

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El sábado 3 de noviembre realizamos una Caravana Cultural que comenzó en Av. Direc-torio y Carabobo y se trasladó hasta San Juan y Entre Ríos para pedir Que vuelva la cultura a los barrios y que el Gobierno de la Ciudad.

Durante toda la jornada, los vecinos disfruta-ron de shows de música en vivo, clown, teatro, magia, malabares, murga y juegos para todos los niños que se acercaron desde los diferentes barrios del sur de la Ciudad.

Esta iniciativa permitió que miles de vecinos se sumen al reclamo para que el Gobierno porte-ño modifique la política cultural que lleva adelante desde que asumió su gestión. En ese sentido, desde El Gleyzer, y en el marco de la campaña “Un cinco para la cultura”, nacida en junio de este año con un festival que reunió a más de cuatro mil personas en el Parque Centenario, es que impulsamos las propuestas

que le dieron vida a esta caravana: que se destine un 5% del total del presu-puesto al área de Cultura, la creación de un registro de artistas indepen-dientes y de un fondo de incentivo para la producción artística y cultural, y la implementación de un marco legal que reconozca a los centros culturales y sociales, que vienen desarrollando actividades culturales, educativas, sociales, deportivas y comunicacionales en los barrios de la Ciudad.

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