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Antropología Social y Cultural “El negocio de la muerte” 9 MUY BIEN PRESENTADO, TANTO EN EL ESQUEMA DE PRESENTACIÓN COMO EN LA FORMA DE TRATAR LOS DISCURSOS Y LAS RELACIONES CON LOS TEXTOS. SE PODRÍAN HABER UTILIZADO MAS CONCEPTOS Y TEXTOS DE LA BIBLIOGRAFÍA. LOS QUE ESTAN UTILIZADOS ESTAN BIEN APLICADOS. MUY BUENO EL AJUSTE DE LOS OBJETIVOS CON LO QUE EFECTIVAMENTE HICIERON. O SEA LA COHERENCIA. Alumnos:

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Antropología Social y

Cultural “El negocio de la muerte”

9

MUY BIEN PRESENTADO, TANTO EN EL ESQUEMA DE PRESENTACIÓN COMO EN LA

FORMA DE TRATAR LOS DISCURSOS Y LAS RELACIONES CON LOS TEXTOS.

SE PODRÍAN HABER UTILIZADO MAS CONCEPTOS Y TEXTOS DE LA BIBLIOGRAFÍA. LOS

QUE ESTAN UTILIZADOS ESTAN BIEN APLICADOS.

MUY BUENO EL AJUSTE DE LOS OBJETIVOS CON LO QUE EFECTIVAMENTE HICIERON.

O SEA LA COHERENCIA.

Alumnos:

Profesores: Adrián Bonaparte y Ofelia Tellechea

Comisión: 4 y 5

Año: 2015

Introducción

Presentación del tema y objeto de estudio:

La mercantilización de la muerte es un tema que forma parte de la vida en el

sistema capitalista. Al morir un ser querido, cada persona se ve ante un dilema el cuál

debe resolver: qué hacer con el fallecido. Ante ello, hay varias empresas diseñadas

para brindar diferentes servicios, que evitan que los familiares tengan que encargarse

directamente de determinadas actividades en un momento particular, además de no

estar capacitados para realizarlas.

Como sostiene Analía C. Abt en El hombre ante la muerte: Una mirada

antropológica, “a partir del siglo XIX y hasta nuestros días la muerte está invertida, se

niega el duelo, se rechaza a los difuntos; el hombre ya no es dueño de su muerte y

recurre a los profesionales para organizar los diferentes ritos”.

Esto lleva a la sociedad argentina actual a recurrir a las casas funerarias para

solicitar el tratamiento de sus muertos. Según Abt, el tratamiento que recibe el cadáver

cambia según las épocas, lugares y situaciones sociales del difunto; y pueden

clasificarse según su ejecución: inhumación, inmersión, cremación y exposición.

La relación entre el mercado y la muerte no es propia de la modernidad, sino

que prácticas de este tipo se remontan a la Edad Media, cuando la Iglesia Católica

vendía indulgencias a la comunidad con la promesa de librarlos de todos los pecados

cometidos, con el propósito de que puedan descansar en paz.

En la Argentina, los cementerios privados, como último eslabón de la

mercantilización de la muerte, se crearon a principios de 1980. En la actualidad, ya

son más de 300 y se vinculan con otros servicios ofrecidos por las casas velatorias

que surgieron con anterioridad: tales como el traslado del cuerpo y de la familia,

trámites legales correspondientes y organización del ritual funerario, asi también como

el tratamiento del cadáver, entre otros.

Para analizar esto, delimitamos nuestro objeto de estudio específicamente en

aquellas empresas privadas que brindan servicios fúnebres en la Ciudad de La Plata.

De esta manera, buscamos obtener información de primera mano de los lugares

donde se producen las transacciones comerciales entre quienes brindan el servicio y

los familiares que lo solicitan.

A su vez pretendemos indagar en el oficio de los representantes de dichas

casas funerarias con el objetivo de problematizar aquellas prácticas comerciales en

torno a la muerte. Puesto que consideramos que los oficios en general poseen un gran

valor cultural dado su saber, su conocimiento técnico, su tradición y costumbre. En

nuestro caso, buscamos indagar en base a las entrevistas realizadas en su espacio de

trabajo, cuáles son sus responsabilidades, tareas y concepciones que tienen sobre lo

que hacen. Por más que esta descripción parezca una tarea obvia, comprender un

oficio requiere cierto extrañamiento del mismo, para librarse de prenociones y

entender su relevancia, su contexto y su valor dentro de la sociedad.

En base al trabajo de campo realizado, proponemos responder los siguientes

interrogantes: ¿Qué dicen sobre su trabajo?, ¿Qué se dice de la muerte?, ¿Qué se

dice del muerto?, ¿Qué se dice de la casa velatoria?, ¿Cómo son las oficinas

comerciales de dichas casas velatorias? ¿De qué manera se produce la venta de los

servicios a los allegados del muerto?, ¿Qué prácticas admiten? Y ¿Qué clases

sociales solicitan sus servicios?

Unidad de estudio: Las casas funerarias “Betti” y “Galliano e Hijos”. Así también

como sus respectivas páginas webs, entre otros medios de difusión.

Unidad de análisis: Los encargados de brindar los servicios fúnebres de dichas

empresas, los representantes Gustavo Alberdi y Alejandro Mandarano.

Marco teórico:

Para realizar el desarrollo del trabajo utilizamos en base a determinados

autores, los siguientes conceptos:

Desde la definición de Germán Ferro Medina publicada en la Guía de

observación etnográfica y valoración cultural: santuarios y oficios, el oficio es una

“forma muy antigua de transformar las condiciones materiales, de aprovechar los

recursos existentes en pro de satisfacer las necesidades básicas de una sociedad y

otras suntuarias, y generalmente cumpliendo un papel muy dinámico, de soporte, de

desarrollo económico y de construcción y de aportador de identidad a las sociedades a

las que pertenece”.

Según Claudia Patricia Vélez Zapata en su trabajo Hacia una humanización de

la empresa funeraria, “la empresa funeraria presencia la muerte de los otros bajo una

perspectiva económica, lo que la puede tentar a percibir que recibe un objeto, un

insumo, una mercancía, cegando el reconocimiento del otro, ya cadáver, en su calidad

de sujeto y, por tanto, merecedor de un trato digno”.

Nos resulta indispensable la utilización del concepto de clases sociales. Para

ello retomamos la teoría de las clases sociales de Karl Marx, donde las define como un

conjunto de personas con similares intereses económicos como consecuencia de la

relación directa con los medios de producción. Para ampliar esta visión, es pertinente

tener en cuenta que la clase y la profesión forman parte de uno de los tres

componentes básicos de la identidad propuesta por Moreno, desarrollada en su teoría

sobre matriz cultural. En ella propone que este componente básico y estructural, hace

que cada persona tenga una posición distinta y opuesta a la de otros en el sistema de

clases.

De la misma manera, nos resulta imprescindible retomar los conceptos de

habitus y campos culturales trabajados por Pierre Bourdieu. Por su parte, la

concepción de campo nos remite de nuevo a las clases: “Las clases sociales no se

diferencian sólo por su participación en la producción –tema clásico en el análisis

marxista– sino también por su diferenciación en el consumo, por el modo en que

participan en los distintos campos de la vida social, la manera de apropiarse de los

bienes educacionales, artísticos, científicos, de la moda, el papel que juega lo

simbólico en esta apropiación contribuyen a configurar las diferencias entre las clases”

(García Canclini, 1985: 37). En el campo específico que comprende a los rituales

funerarios, la clases se distinguen por medio de los servicios que eligen para velar a

sus muertos, tales como el tipo de cementerio, casas velatorias a las que asisten,

calidad del cajón, modelo de coche fúnebre que transporta al difunto por la ciudad,

entre otros consumos posibles en este campo. En este aspecto, aquello que cada

clase va a sentir como necesario, está programado por lo que Bourdieu denomina

habitus. Al respecto, García Canclini explica que el habitus es un sistema de

estructuras estructuradas, “porque el habitus que cada uno lleva dentro ha sido

estructurado desde la sociedad, no es engendrado por uno mismo”, y sostiene que las

mismas están predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes en el sentido

de que “son estructuras que van a organizar nuestras prácticas, la manera en que

vamos a actuar en la sociedad”, sistematizando el conjunto de las prácticas de cada

persona y de cada grupo.

De igual forma, el concepto de hegemonía es transversal cuando hablamos de

clases sociales. La hegemonía es entendida por García Canclini, “como un proceso de

dirección política e ideológica en el que una clase o sector logra una apropiación

preferencial de las instancias de poder en alianza con otras clases, admitiendo

espacios donde los grupos subalternos desarrollan prácticas independientes y no

siempre ‘funcionales’ para la reproducción del sistema” (Gramsci con Bourdieu.

Hegemonía, consumo y nuevas formas de organización popular, 1984) En este

aspecto, las prácticas hegemónicas en relación a los ritos funerarios que se dan en

nuestra sociedad, se realizan por casas velatorias. Por eso, retomamos la teoría de la

muerte invertida desarrollada en el texto de Analía Abt, donde se especifica que en la

actualidad existe un fuerte rechazo hacia la muerte. Esa razón es la causa de que se

contraten a terceros, ajenos a la familia, para que realicen todos los tratamientos y

actividades en relación cadáver.

García Canclini define al consumo como “los procesos sociales de apropiación

de los productos, y por tanto la lucha de las clases por participar en la distribución y

hacer presentes sus derechos en la planeación social. En este sentido, el consumo es

mucho más que el repertorio de actitudes y gustos catalogados por las encuestas

funcionalistas de mercado y opinión, o que el área donde se completa el proceso

productivo, donde ‘se realiza el producto’, como decía Marx” (García Canclini, 1984).

Por lo tanto el consumo es el lugar en el que se dan los conflictos entre clases,

originados por la desigualdad. Es también un concepto clave que atraviesa la vida

cotidiana, desde el cual podemos entender las prácticas y nociones que organizan el

comportamiento de diferentes sectores, sus mecanismos de adhesión a la cultura

hegemónica o distinción grupal, de subordinación o resistencia.

Objetivo general: Indagar sobre la concepción de la muerte que tienen los

representantes de la casa velatoria en base a la mercantilización de la misma de

acuerdo a nuestro objeto de estudio.

Objetivos específicos:

1- Indagar sobre las particularidades que pueden aportar el análisis étnico y de clase

social en las prácticas y representaciones sobre la muerte en base a las entrevistas

realizadas.

2- Indagar sobre la concepción de la muerte construida en los sitios webs y medios

gráficos, donde las empresas velatorias publicitan sus servicios.

3-Hacer una descripción de las oficinas comerciales de “Casa Betti” y “Galliano e

hijos”.

Marco metodológico:

- Entrevista estructurada a los representantes de Casa Betti (Gustavo Alberdi) y

Galliano e Hijos (Alejandro Mandarano) con el fin de conocer sus puntos de

vista y concepciones en cuanto a nuestro objeto de estudio. Las entrevistas

fueron realizadas en las salas comerciales de dichas empresas, que son sus

respectivos espacios de trabajo. En un principio costó que los entrevistados se

extrañen de su oficio y consideren las particularidades de sus prácticas, no

obstante, pudimos obtener respuestas complejas y relevantes para cumplir con

los objetivos de nuestro trabajo.

- Observaciones no participantes con la intención de describir el espacio físico

de ambas casas funerarias y el personal de las mismas. Estas se llevaron a

cabo en las oficinas comerciales de Casa Betti y Galliano e Hijos, para indagar

en la disposición de los objetos y de la decoración en dichos espacios, entre

otros aspectos que nos resultaran relevantes para la comprensión de las

transacciones comerciales que se realizan allí.

- Relevamiento de datos tanto en sitios webs y medios gráficos. Estos fueron

facilitados por los representantes en las entrevistas, y nos resultaron útiles para

comprender los sentidos de cada empresa entorno a la muerte, el muerto y el

duelo de los clientes que solicitan sus servicios.

- Extrañamiento durante la realización del trabajo de campo para distanciarnos

de una práctica hegemónica en la sociedad, que no nos es ajena ni exótica.

Para lograrlo, tuvimos en cuenta cada detalle de las oficinas comerciales, sus

representantes y los discursos presentes en la entrevistas y en los sitios webs;

con el propósito de problematizar sus prácticas cotidianas.

- Bidireccionalidad del proceso del conocimiento, que es la retroalimentación

entre conceptos del investigador y referentes de los actores, para llegar a

reflexiones más complejas. Para esto, tuvimos en cuenta los textos estudiados

en la cátedra, y diferentes publicaciones relacionadas a la temática

(desarrolladas en el marco teórico), tanto a la hora de planificar el trabajo de

campo, en su realización y en su respectivo análisis posterior.

Desarrollo

Observaciones de las oficinas comerciales Casa Betti y Galliano e hijos

Servicios Fúnebres

Las oficinas comerciales de dichas casas velatorias comparten ciertas

características que se relacionan directamente con su concepción de la muerte. En

ambas la luz es tenue y cálida, los espacios son reducidos y pueden cerrarse, el

silencio predomina, lo que brinda intimidad a las personas que van a consultar allí.

Estos detalles revelan la noción de las empresas respecto a la instancia de duelo, lo

cual conlleva una actitud de respeto, comprensión y empatía. Esta disposición del

espacio, propicia al cliente comodidad y contención en un momento delicado; la

búsqueda de estas sensaciones no es casual, sino que están pensadas por cada

empresa para convencer a las personas de que contraten los servicios, dejando

implícitos los valores que tendrán al realizar su trabajo.

Asimismo estos espacios no están desprovistos de los aspectos

específicamente comerciales, como por ejemplo, en Casa Betti, arriba de la mesa se

encuentran los formularios para ser completados según las solicitudes de los clientes.

De igual manera, frente a los sillones que corresponden al cliente, hay dos cuadros

con fotos del cementerio parque, publicitando así otros de sus servicios. Por su parte,

debajo del vidrio del mostrador de Galliano e Hijos, los precios de cada servicio están

a la vista del usuario.

Los locales también tienen en común las fachadas, que a pesar de sus

diferencias en cuanto al estilo, comparten la prolijidad y el mantenimiento.

El formato de las mesas no es casual: en Casa Betti, la mesa es redonda, lo

que propone una relación horizontal entre el cliente y el vendedor. En cambio en

Galliano e Hijos, la mesa es rectangular, como un mostrador de cualquier comercio,

por lo que la relación es más distante y rígida.

Publicidad

Ambas casas funerarias publicitan sus servicios a través de sitios webs. Por

medio de frases y discursos construyen una clara imagen empresarial, sin la

necesidad de ocultarlo.

“Somos Galliano e Hijos Servicios Fúnebres, una empresa del sector de las funerarias

a su servicio desde el año 1950”.(http://www.sepeliosgalliano.com)

“(…) Casa Betti es la más antigua de todos los establecimientos comerciales e

industriales de La Plata, con permanencia ininterrumpida por más de 100 años. La

empresa fue adaptándose desde el principio a las necesidades de una ciudad joven y

en pleno crecimiento”. (http://www.jardindelpilar.com.ar)

Aunque se reconocen como comercio, evitan utilizar terminología asociada a

los negocios y prevalecen aquellas destinadas a generar empatía por medio de la

sensibilidad y afectividad con sus potenciales clientes. Para esto ambas casas

funerarias hacen uso de los siguientes conceptos: “calidez en el trato”, “confianza”,

“afecto”, “comprensión”, “servicio eficiente, respetuoso y de gran sensibilidad”.

De igual forma el contenido de los sitios webs da cuenta del público al que se

dirige, enumerando ciertos servicios correspondientes a una clase social determinada.

Por ejemplo desde Galliano e hijos aclaran que las salas velatorias son climatizadas, y

desde Betti que el entorno es privado.

Asimismo no queda de lado la concepción que cada empresa tiene sobre la

muerte y el destino del muerto. Ambos sepelios ven a la muerte como un momento

difícil y trascendental en la vida de los familiares y allegados, y por esta razón

prometen respeto y sensibilidad durante la realización de su trabajo.

Mediante los discursos expresados en sus páginas, revelan el concepto de la

muerte invertida que se tiene en la actualidad. Esta concepción planteada por Analía

Abt, en base a los estudios de E. Menéndez y P. Ariès, considera que a partir del siglo

XIX hasta nuestros días, el hombre rechaza a sus difuntos, negando el duelo. Por esta

misma razón, recurre a profesionales para que se hagan cargo de los diferentes

rituales según la etnia del solicitante. Gracias a esto, las empresas velatorias forman

parte del modelo hegemónico vinculado a los ritos funerarios en nuestra sociedad. Son

conscientes de esa necesidad imperante de que otros se encarguen de los distintos

servicios y lo expresan en sus discursos.

“Lo asistimos en ese momento triste y difícil para que usted no tenga que preocuparse

de ningún trámite. Hacemos más fáciles los momentos difíciles. Nos sentimos

orgullosos de contar con su confianza para brindar el último homenaje a su ser

querido”. (Galliano e Hijos)

“Usted está atravesando un momento difícil. Y, a pesar del dolor, sus seres queridos

están confiando en usted para que tome una decisión importante para todos. Somos

concientes de ello. Queremos ayudarlo a encontrar la paz y la serenidad que su familia

merece”. (Casa Betti)

Además de la folletería propia que ambas casas le brindan tras la consulta a

los usuarios, tienen su propio espacio en los medios gráficos locales El Día y Hoy.

Esta práctica funciona como un homenaje e invitación a la comunidad para acompañar

el fallecimiento de un ser querido, pero es también una manera de distinción social que

tienen los allegados, al mencionar las casas funerarias en las cuales velan a sus

muertos.

Oficio de sus representantes

Los representantes de Casa Betti y Galliano e Hijos, se dedican a tratar

directamente con los clientes. En sus oficinas comerciales los reciben para acordar los

tipos de servicios que ofrecen y sus costos. Allí orientan al cliente en la elección de los

servicios, que comprenden: el retiro del cuerpo, la elección del ataúd, el armado de

sala, tanatopraxia, coordinación de vehículos y los horarios con el cementerio, trámites

del registro civil, municipalidad y cementerio.

Según explican ellos no es una situación simple, pero sin embargo es

necesaria para que se produzca el acuerdo entre las partes. No es sencilla porque las

transacciones se dan en simultáneo al proceso de duelo, que en palabras de Abt

representa el comienzo de una etapa de transformación en la relación con el difunto.

“En este sentido, podemos decir que los muertos no están jamás en su sitio, sino que

siguen obsesionando a los sobrevivientes. Durante el período del duelo, los deudos

deben aprender a integrar a la vida cotidiana la materialidad del cadáver, además de

imponérseles deberes especiales en esta lúgubre etapa” (Analía Abt, 2004).

“Hay que respetar los momentos de dolor que puedan tener, de congoja; es un

momento muy especial y hay que respetarlo. Aunque hay gente que reacciona

violentamente. Agresiva en todo momento, con lo que le querés brindar, con lo que no

le querés brindar, con el precio, con el no precio; hay quienes te das cuenta que están

fuera de sí y en un momento tenés que ponerle los puntos. Otros que no saben qué

hacer, algunos están bien plantados y a otros los tenés que empezar a llevar porque

no saben para que lado agarrar”. (Gustavo Alberdi, representante de Casa Betti)

“Es delicado. Tenés ser muy sutil y entender todo. Estás acá, brindándole el servicio y

tenés que entender que ellos están dolidos. Y en ese tramo también hablar un poco de

dinero”. (Alejandro Mandarano, representante de Galliano e Hijos)

El proceso de duelo también es complejo porque en los familiares y allegados

del muerto, se produce lo que Abt denomina angustia de muerte, es decir, se les

presenta una amenaza constante a la vida y se presentifica la finitud de su existencia.

Otro de los requisitos que deben tener en cuenta en el ejercicio de su trabajo,

es la imagen que dan para con los clientes. En ese sentido, obligatoriamente tienen

que cumplir con ciertas cualidades en relación a su aspecto: aseo personal, prolijidad

que consiste en llevar vestimenta formal con tonalidades oscuras, mantener pelo corto

y el rostro rasurado. Esto se debe a una exigencia de la empresa, que a través de las

características enumeradas pretende construir cierto estatus o distinción, acorde a la

profesionalidad y al respeto que ofrecen a quienes se acercan a solicitar sus servicios.

Para llevar a cabo la tarea más importante de su oficio, que es el diálogo con

los clientes, los representantes se preparan previamente. En el caso de la funeraria

Betti, que dejó de ser una empresa familiar para ser una empresa trasnacional de

capitales norteamericanos, sus representantes, antes de trabajar en la sala de ventas

pasaron por otras áreas. Allí se acostumbraron al trato con las personas, y

posteriormente hicieron cursos de capacitación, orientados a la venta y a la ética

comercial.

Venta de los servicios ofrecidos

En las oficinas comerciales, donde se producen las negociaciones, los

representantes adaptan sus servicios a todo tipo de prácticas y rituales que proponga

cada cliente con respecto a su etnia o cultura. Es decir, si el cliente cuenta con el

dinero necesario para asumir los gastos de cada servicio, la empresa lo concede.

Aunque generalmente son rituales católicos, realizan todo tipo de ellos.

“Adaptamos los rituales a lo que sea. Contamos con un asesor funerario que se

encarga de interpretar y llevarlos a la práctica, para lograr eso se adapta a las

necesidades de los clientes teniendo en cuenta su religión y cultura”. (Alejandro

Mandarano, representante de Galliano e Hijos)

“Hacemos todo tipo de rituales: judíos, japoneses e italianos. Cada uno expresa su

cultura. Es decir, cada uno tiene su forma de llevarlo. Un criollo hoy en día trae a un

familiar muerto, está dos horas y se va. Aunque algunos lo velan más, pero en líneas

generales a las 12 de la noche están cerrando las salas, no por pedido de la empresa

sino por pedido de la familia. Un gringo por ahí -gringo digo un italiano- perdura más

en la parte velatoria. Los peruanos son de celebrar por más tiempo el rito velatorio”.

(Gustavo Alberdi, representante de Casa Betti)

En Casa Betti los costos son variados, por lo que son posibles de pagar a partir

de la clase media.

“Podés hablar de 10 a 350 mil. Estoy hablando de servicios, porque después se

complementa esto con los gastos del cementerio. Lo tradicional es entre 12 y 40 mil

pesos el servicio, y un nicho del cementerio cuesta aproximadamente 3 mil pesos, más

mil de impuestos. Y una parcela de un cementerio privado te sale 18, 30 o 50, eso es

lo que se puede estar manejando. El mantenimiento es posterior, pero existe en todos,

en tierra, en nicho, o sea que si los comparas están más o menos iguales.Hoy en día

es muy común que la gente pobre se vaya a otras empresas por los costos que por ahí

tenemos. Y sí que venga mucha gente de una línea de adquisición distinta. Que no

quiere decir que culturalmente sean mejores”. (Gustavo Alberdi, representante de

Casa Betti)

En cambio Galliano e Hijos, ofrece una gama de servicios que son más

accesibles que los ofrecidos por Betti. Aun así estos servicios resultan impagables

para las clases sociales más bajas de nuestra sociedad.

“A nuestra casa funeraria vienen de todo, pero el ‘bajo bajo’ no porque como no tiene

dinero va al municipal, que es gratuito. Lo que predomina acá es la gente de clase

media, trabajadora. Pero pueden venir médicos, abogados, el que no puede es el de

abajo abajo que va al gratuito. Porque no le da el cuero. Nosotros nos vinculamos con

todos los cementerios, no podemos discriminar, eso lo elige la gente. Aunque lo más

común, por el elevado costo de los cementerios privados, es la cremación o el

cementerio público”. (Alejandro Mandarano, representante de Galliano e Hijos)

Conclusiones

Teniendo en cuenta el trabajo realizado hasta aquí, y por todas las instancias

pasadas, llegamos a las siguientes conclusiones:

Las casas velatorias funcionan como una “empresa de la muerte”, es decir,

hacen del fallecimiento de las personas un importante negocio, destinado a venderle a

los allegados del muerto sus diferentes servicios, tales como el traslado del cuerpo,

trámites burocráticos, selección del ataúd, del cementerio, armado de sala, entre otras.

A pesar de tratar con un tema históricamente delicado en la sociedad como lo es la

muerte, las estrategias empleadas por las casas velatorias responden a una lógica del

mercado, cuyo objetivo primordial es la obtención de ganancias. Tal es la rentabilidad,

que incluso capitales extranjeros apuestan a este gran negocio en nuestra ciudad.

Estas lógicas de mercado en relación a la muerte, se evidencian cuando desde las

empresas se adaptan a cualquier tipo de ritos, puesto que el único requisito para

acceder a los servicios que brindan es pagar lo que se pide.

Del mismo modo, damos cuenta que el consumo y la apropiación de dichos

servicios funciona como un símbolo de distinción social, es decir, las clases sociales

que tienen la posibilidad de acceder a estos servicios se diferencian de aquellos que

no pueden hacerlo. A su vez, quienes acceden también se diferencian entre sí, dada la

brecha existente entre los precios que se manejan.

Estas empresas producen y reproducen sentidos comunes en torno a la

muerte: “los rituales funerarios son importantes ya que el muerto descansará en paz y

vivirá por siempre en los recuerdos de sus seres queridos”; “los rituales funerarios no

representan un gasto sino un homenaje digno a un ser querido”; “las decisiones que

tomen los familiares serán únicas y trascendentes en el destino del muerto”.

En cuanto a los representantes de las casas velatorias, podemos precisar que

son empleados y responden por los intereses de las empresas. Ellos deben cumplir

con una serie de pautas establecidas previamente en cuanto a su modo de trabajar y

la imagen que deben dar. Esto sigue en la misma línea de la lógica del mercado

expresada previamente.

Este análisis nos permitió un primer acercamiento a la temática de la muerte

asociada a su mercantilización en nuestra sociedad. A partir de él pueden

desprenderse nuevos objetivos de estudio que lo profundicen aún más, entre ellos:

Indagar en los sujetos que consumen los servicios relevados, por medio

de herramientas metodológicas propias de la antropología, tales como

la perspectiva del actor, problematización del sentido común y

observaciones participantes, entre otras.

Problematizar los mecanismos que mantienen vigentes los sentidos

comunes de las prácticas funerarias hegemónicas.

Relevar el funcionamiento de los cementerios privados locales,

vinculándolos a las casas funerarias que los promocionan.

Investigar el crecimiento histórico de las casas funerarias en nuestra

sociedad.

Determinar la evolución del proceso de muerte invertida hasta la

actualidad, para comprender cuál será la manera de afrontar la muerte

en generaciones futuras.

.

Bibliografía utilizada:

Abt, Analía C. (2004): El hombre ante la muerte. Una mirada antropológica, UNR,

Rosario.

Ferro Medina, Germán (2010): Guías de observación etnográfica y valoración cultural:

Santuarios y oficios. En: Apuntes 23 (1): 56-69.

García Canclini, Néstor (1984): “Gramsci con Bourdieu. Hegemonía, consumo y

nuevas formas de organización popular”. En: Revista Nueva Sociedad, Argentina.

García Canclini, Néstor (1985): Ideología y cultura. Cursos y conferencias. Facultad de

Filosofía y letras, UBA (conferencias 2 y 3).

Guber, Rosana (1991): El salvaje metropolitano, Cap. 3. Legasa. Bs. As.

Moreno, I. (1991): Identidades y rituales, En Antropología de los pueblos de España,

ed. Taurus, Madrid.

Ribeiro, Lins (1999): Descotidianizar. En: Constructores de la otredad. Eudeba. Bs. As.

Tiempo Argentino (2011): “Los cementerios privados mueven 200 millones de dólares

al año”. En: Diario Tiempo Argentino, edición impresa del 2 de octubre de 2011.

Vélez Zapata, Claudia Patricia (2006): Hacia una humanización de la empresa

funeraria, Medellín (Colombia), Universidad Pontífica Bolivariana.