antonio gramsci, ernesto guevara: dos momentos de la filosofía de la praxis

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  • 8/14/2019 Antonio Gramsci, Ernesto Guevara: Dos momentos de la filosofa de la praxis.

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    ANTONIO GRAMSCI, ERNESTO GUEVARA : DOS MOMENTOS DE LAFILOSOFIA DE LA PRAXIS *

    Jaime MASSARDO**

    Para el Che, el marxismo era ante todo la filosofia de la praxis escribe Michael Lwy

    enLa pense de Che Guevara.1 Esta afirmacin que confirma por lo dems toda la

    obra del Che,2 inscribe el imaginario poltico de Ernesto Guevara en las tradiciones del

    pensamiento crtico que conciben la actividad humana sensible, la praxis, como el

    demiurgo que hace posible la transformacin de la vida social, o, para decirlo en un

    lenguage que no por no estar a la moda es menos riguroso, que la situan en el centro de

    la posibilidad de la revolucin. Inspiradas por textos de juventud de Marx y, en

    particular, por las Tesis sobre Feuerbach,3 dirigidas a la vez contra el materialismo del

    siglo XVIII y contra el subjetivismo idealista,4 esas tradiciones encuentran un hito

    constitutivo esencial en la reflexin que Antonio Gramsci vierte en los Quaderni del

    carcere.5 Guevara no conoci los Quaderni..., o, al menos, no existen en sus escritos

    vestigios de su lectura, los que, por lo dems, aparecen en su primera traduccin

    castellana en Buenos Aires, cuando el Che est en la Sierra Maestra, a la cabeza de lasegunda columna del Ejrcito Rebelde.6 Sin embargo, la reflexin de Guevara en torno a la

    filosofa de la praxis se anuda a la de Gramsci a travs de una serie de elementos que

    * Comunicacin presentada al XXI Congreso de Sociologa latinoamericano para una democracia sinexclusiones, organizado por la Asociacin Latinoamericana de Sociologa, ALAS, en So Paulo, del 31deagosto al 5 de septiembre de 1997.

    ** Socilogo, historiador, profesor de la Universidad de Lille III e investigador asociado al CNRS.

    1 Cf. LWY, Michael, La pense de Che Guevara, 2di tion, Paris, Syllepse, 1997, p. 43

    [Existen quince ediciones en castellano].2 Cf., Obra revolucionaria, 9dition, Mexico, Era, 1980.

    3 Cf., LABICA, Georges, Karl Marx. Les Thses sur Feuerbach, Paris, PUF, 1987.

    4 Cf., SANCHEZ VAZQUEZ, Adolfo, Filosofa y economa en el joven Marx, Mxico, Grijalbo,1978.

    5 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, Edizione critica dellIstituto Gramsci a cura deValentino Gerratana, Torino, Einaudi, 1977.

    6 GRAMSCI, Antonio,El materialismo histrico y la filosofa de Benedetto Croce, traduccin deIsidoro Flaumbaum, Prlogo de Hctor P. Agosti, Lautaro, Buenos Aires, 1958.

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    ponen en evidencia el hecho que ambos comparten aspectos esenciales de la misma

    cultura poltica. En las lneas que siguen nos proponemos examinar algunos de estos

    aspectos, intentando al mismo tiempo mostrar las circunstancias polticas que los

    rodean.

    La reflexin de Gramsci a propsito de la filosofa de la praxis se inscribe en la

    riqueza de la larga tradicin del debate italiano, debate al que los trabajos de

    Giambattista Vico,7 ese primer verdadero filsofo de la historia de la poca

    moderna 8 que haba sostenido con energa contra Descartes el valor del mtodo

    propio del conocimiento histrico 9 y del cual Marx hace el elogio en un conocido pie

    de pgina de Das Kapital,10 haban abonado el terreno. Sin querer reconstruir aqu

    pasos que escapan al propsito de estas lineas, recordaremos brevemente que, en marzo

    de 1890, voluntaria o involuntariamente, Friedrich Engels va a suministrar una pieza

    fundamental a la discusin italiana a propsito de la actividad humana sensible

    enviando a Antonio Labriola un ejemplar de la tercera edicin de su Ludwig Feuerbach

    und der Ausgang der klassischen deutschen Philosophie,11 comportando en su apndice

    les Tesis sobre Feuerbach,12 notas de un valor inapreciable 13 que, adems segn

    el propio Engels, contienan el germen genial de la nueva concepcin del mundo .14

    Labriola, que haba estudiado a Feuerbach entre 1866 y 1869,15 lee apasionadamente el

    7 Cf. VICO, Giambattista,La scienza nuova, introduzione e note di Paolo Rossi, terza edizione,Milano, Rizzoli, 1988.

    8 HORKHEIMER, Max, Dbuts de la philosophie bourgeoise dans lhistoire ,Les dbuts de laphilosophie bourgeoise dans lhistoire, Paris, Payot, s/d., p. 113.

    9 Cf., CASSIRER, Ernest, Lobjet de la science de la culture , Logique des sciences de laculture. Cinq tudes, Paris, Les ditions de Cerf, 1991, p. 84.

    10 CF., MARX, Karl,El Capital, tercera edicin, Mxico, Siglo XXI, p. 453.

    11 Cf. ENGELS, Friedrich, Ludwig Feuerbach und der Ausgang der klassischen deutschenPhilosophie, Stuttgart, J. H. Dietz, 1888 ; traduction castillane :Marx Engels, Obras escogidas,Mosc, Progreso, 1976, Vol. III., pp. 353-395.

    12 Cf. LABRIOLA, Antonio, Lettere a Engels, Roma; Rinascita, 1949.

    13 Cf. ENGELS, Friedrich,Marx Engels, Obras escogidas, editio citato, p. 354.

    14Ibdem.

    15 Cf., LABRIOLA, Antonio, Lettere a Engels [14 marzo 1894], ed. cit., pp. 141-143..

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    texto de Engels y las Tesis...,16 y se puede anotar aqu que su acercamiento a la

    concepcin materialista de la historia data de esos meses.17 La gravitacin de Labriola en

    la formacin del socialismo italiano, su participacin en el debate Democrazia e

    socialsimo, organizado por la revista Critica sociale, as como sus intercambios conFilippo Turati el que, en el Congreso de Gnova har suyas las posiciones

    programticas de Labriola se desarrollan, por otra parte, en relacin ntima con una

    concepcin de la revolucin que porta las marcas de esos textos.18 En abril de 1895, bajo

    la influencia todava del mismo impulso intelectual y poltico, Labriola escribe a

    Benedetto Croce en la poca discpulo y amigo invitndolo a suscribirse a la

    revista Devenir Social, cuyo primer nmero ira a aparecer pronto en Pars y donde

    contaba publicar una serie de artculos. Esos mismos artculos formarn parte, poco

    tiempo despus, de sus conocidos Saggi sulla concezione materialistica della storia.19

    El impacto que stos alcanzan parece tal que Croce ubicar en esas fechas el

    nacimiento del marxismo terico en Italia .20 Sus dos primeros tirages en lengua

    italiana, editados por el propio Croce junio y octubre de 1895,21 sern seguidos

    por un segundo Saggi...,22 que contribuir a reforzar su influencia. 23 Ser en ese clima

    16 Cf. CROCE, Benedetto, Vie et morte du marxisme thorique en Italie (1895-1900) , Laphilosophie comme histoire de la libert. Contre le positivisme, Textes choisis et prsents parSergio Romano, Paris, Ed. Du Seuil, 1983.17 Cf., POGGI, Stefano,Introduzione a Labriola, Bari, Laterza, 1982.18 Sulla funzione esercitata da Labriola, prima et dopo il congresso di Genova, per promuovere esviluppare una conscienza marxista nel socialismo italiano, molto stato scritto e unanime oggi il riconoscimento dellinfluenza decisiva che egli ha esercitato su Turati nei mesi cruciali dellaconstituzione del partito , SBARBERI, Franco, Il marxismo di Antonio Labriola ,Introduzione aAntonio Labriola, Scritti filosofici e politici, Torino, Einaudi, 1976, p. xlvi.19 Cf. LABRIOLA, Antonio, Saggi sulla concezione materialistica della storia , Antonio

    Labriola, Scritti filosofici e politici, ed. cit. pp. 467-857.20 CROCE, Benedetto, Vie et morte du marxisme thorique en Italie (1895-1900) , ed. cit. , p.88.21 Cf. LABRIOLA, Antonio, In memoria del manifesto dei comunisti , ,Antonio Labriola,Scritti filosofici e politici, ed. cit., Vol. II, pp. 469-530.22 Cf. LABRIOLA, Antonio, Del materialismo storico, dilucidazione preliminare , ,AntonioLabriola, Scritti filosofici e politici, ed. cit.,Vol. II, pp. 531-657.23 Cf., GERRATANA, Valentino, Acerca de la fortuna de Labriola ,Investigaciones sobre lahistoria del marxismo, Traduccin castellana de Francisco Fernndez Buey, Barcelona, Grijalbo,1975, Vol. I, pp. 185-213.

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    intelectual que, en mayo de 1897, Labriola, escribiendo a Georges Sorel cartas que

    constituiran un tercer Saggi..., hablar de la filosofa de la praxis como el meollo[il

    midollo]del materialismo histrico .24 En el mismo momento, Giovanni Gentile,

    polemizando con Labriola y con Croce, va a publicar Una critica del materialismostorico 25 que ser seguido dos aos ms tarde por La filosofia della prassi, verdadera

    traduccin crtica de la Tesis sobre Feurbach que entrarn desde entonces de cuerpo

    entero en el debate italiano.26Los dos trabajos de Gentile sern editados, en 1899, en un

    solo volumen bajo el ttulo de La filosofia di Marx. Studi critici, 27 obra que, como lo

    recuerda Robert Paris,28 Croce recomendaba a sus lectores en el prefacio a la primera

    edicin deMaterialismo storico ed economia marxistica.29Intentando al mismo tiempo

    limpiar los instrumentos del pensamiento crtico de las aristas positivistas y cientistas

    inscrustadas a veces fuertemente por el socialismo de la II y la III Internacional,30

    Gramsci va a reconstruir, tanto con los actores de este debate como con otros

    interlocutores,31 una suerte de dilogo, el cual, enriquecido por su intensa actividad

    poltica militante, ira a alimentar su propia elaboracin de la filosofa de la praxis.

    Margini,32La rivoluzione contro il Capitale ,33Il nostro Marx,34Utopia,35 muestran

    24

    Cf. LABRIOLA, Antonio Discorrendo di socialismo e di filosofia Scritti filosofici e politici, ed. cit., Vol. II, p. 702.25 GENTILE, Giovanni, Una critica del materialismo storico , Studi storici, ano VI, 1897, pp.379-423.26 Cf. CROCE, Benedetto, Vie et morte du marxisme thorique en Italie (1895-1900) ,ed. cit.

    27 Cf. GENTILE, Giovanni, La filosofia di Marx. Studi critici, Pisa. Spoerri, 1899.

    28 Cf. PARIS, Robert, La formacin ideolgica de Jos Carlos Maritegui, Mxico,Cuadernos Pasado y Presente, n92, 1981, p. 126.29 Cf., CROCE, Benedetto, Materialismo storico ed economia marxistica. 10e ed. Bari,

    Laterza, 1961.30 El Marx que interesa al joven socialista de extrema izquierda, fundador de LOrdine Nuovoescribe Andr Tosel, no es el de los socialistas reformistas, los tericos de las leyesnecesarias de la economa que se completan con un suplemento de tica kantiana. Es el filsofo dela vida y de la rebelin contra el dato... , TOSSEL, Andr, Le Marx actualiste de Gentile etson destin , estudio introductorio a La philosophie de Marx, de Giovanni Gentile, traduccinfrancesa, , Ed. Ter, Mauvezin, 1995, p. xv.31 Cf., RAGIONIERI, Ernesto, Il marxisme e lInternazionale, Roma, Reuniti, 1972.

    32 GRAMSCI, Antonio, Scritti Giovanili. 1914-1918, Torino, Einaudi, 1975, pp. 82-87.33 GRAMSCI, Antonio, Scritti Giovanili. 1914-1918, ed. cit., pp. 149-153.

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    ya, como precoces intuiciones, los hitos de esta elaboracin, que, a partir de 1929 ser

    vertida en los Quaderni...,.36

    La reflexin a propsito de la filosofa de la praxis que realiza Ernesto Guevara

    encuentra sus races en fuentes ms difciles de precisar. La cultura poltica delmovimiento obrero argentino, sin duda el ms organizado de Amrica Latina hasta la

    Primera Guerra Mundial, haba estado fuertemente marcado por la presencia de rasgos

    libertarios deslizados seguramente entre los equipajes de los emigrantes italianos y

    espaoles, pero tambin, conjuntamente, por el sello del positivismo que desde fines

    del siglo XIX se introduca desde Buenos Aires hacia todo el continente bajo la cobertura

    del socialismo cientfico .37 Al interior de ste haba habido, por otra parte, al igual

    que en Italia, algunos debates, como el llevado a cabo, en 1908, entre Enrico Ferri y Juan

    Bautista Justo.38 Nada de todo esto parece sin embargo haber dejado huellas precisas en

    la formacin de Guevara, 39 que asiste regularmente al liceo en Crdoba y a la Facultad

    de Medicina en Buenos Aires, donde se inscribe en marzo de 1947. Traspasada como

    toda su vida por la lucha contra el asma, la juventud del Che, se desenvuelve ms bien en

    ese clima de tranva y vino tinto 40 de una Argentina en la que la sociedad toma

    posicin a favor o en contra de los vnculos oficiales y oficiosos del gobierno con la

    Alemania nazi. Nacido en el seno de una familia liberal, republicana y luego

    antiperonista, el joven Guevara viaja por Amrica Latina lo que parece haber jugado en

    su formacin un papel determinante41 y muestra su simpata por las corrientes

    34 GRAMSCI, Antonio, Scritti Giovanili. 1914-1918, ed. cit., pp. 217-221.35 GRAMSCI, Antonio, Scritti Giovanili. 1914-1918, ed. cit., pp. 280-287.

    36 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit.

    37 Cf., MASSARDO, Jaime, La rception dEngels en Amrique latine , Friedrich Engels,savant et rvolutionnaire, Paris, PUF, 1997, pp. 217-228.38 Cf.,Revista Socialista Internacional, Vol. I, n 1, Buenos Aires, 1908.39 Parece significativo, por ejemplo, que, Guevara haya ledo por primera vezDas Kapital, en latraduccin de Wenceslao Roces publicada en Mxico por el Fondo de Cultura Econmica y nohable nunca de la primera traduccin castellana que haba hecho, en 1898, Juan Bautista Justo,lider histrico del movimiento obrero en Argentina y, adems, mdico, como l.40 PIERO, (cantante popular argentino), Mi viejo .41 Cf., GUEVARA, Ernesto, Un diario per un viaggio in motocicletta, Milano, Feltrinelli, 1992.

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    Guevara haba conocido Sbato desde su infancia53 y ms tarde mantiene

    correspondencia con l,54 por lo tanto, una alusin, una imagen, una palabra sobre

    Gramsci no deben ser descartadas de esos intercambios. Luego, Anbal Ponce, autor que

    como dice Roberto Massari,55

    habra jugado un papel en el redescubrimiento querealiza el Che del humanismo del joven Marx y del cual un texto clave,Humanismo

    burgus y humanismo proletario, ser publicado en Cuba en 196256 quizs por

    iniciativa del propio Che 57 pero, adems doble pista o espejo invertido, fuente de

    inspiracin para algunos militantes comunistas argentinos entre ellos, Jos Aric,

    los cuales, precedidos por Hctor Agosti, van a descubrir,58 traducir y, a partir de 1958,

    publicar a Gramsci.59 Finalmente, un eslabn que vale la pena retener la investigacin

    debe mostrar todava en que grado,60 el que est constitudo por la obra de Jos Carlos

    Maritegui, el alma gemela del joven sardo como dice poticamente Osvaldo

    Fernndez,61 que, en junio de 1921, haba sido el primero en citar a Gramsci en

    53 Cf., KALFON, Pierre, Che. Ernesto Guevara, une lgende du sicle, Paris, Editions du Seuil,1997.54

    Cf., Ernesto Che Guevara, Escritos y discursos, La Habana, Editorial de Ciencias Polticas,1985, vol. IX, pp. 375-377.

    55 MASSARI, Roberto, Che Guevara, pensiero e politica dellutopia, Roma, Erre emme edizioni,1993, p. 389.56 Cf., PONCE, Anibal, Humanismo burgus y humanismo proletario, La Habana, ImprentaNacional, 1962.

    57 MASSARI, Roberto, Che Guevara, pensiero e politica dellutopia, ed. cit., p. 101.

    58 Hctor P. Agosti fue, de hecho, en los aos 50 nos dice Jos Aric, el punto deagregacin de un movimiento tendencialmente gramsciano , ARICO, Jos,La cola del diablo,Gramsci en Amrica Latina, Caracas, Nueva Sociedad, 1988, p. 21.

    59 GRAMSCI, Antonio, El materialismo histrico y la filosofa de Benedetto Croce, ed. cit. ;, Los intelectuales y la organizacin de la cultura, traduccin de Ral Sciarreta, Lautaro,Buenos Aires, 1960 ; , Literatura y vida nacional, traduccin de Jos Aric, prlogo deHctor P. Agosti, Lautaro, Buenos Aires, 1961 ; ,Notas sobre Maquiavelo, sobre polticay sobre el Estado moderno, prlogo, traduccin y notas de Jos Arico, Lautaro, Buenos Aires,1962 .60 Para nosotros, la cuestin esencial que es necesario determinar y que, obviamente, sobrepasa loslmites de estas lneas, debe plantearse en trminos de cul Maritegui conoci Guevara.61 FERNANDEZ, Osvaldo, Tres lecturas de Gramsci en Amrica Latina , Gramsci, actualidadde su pensamiento y de su lucha, Santiago de Chile, Roma, Claudio Salemi, tipografo editore,1987, p. 212.

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    Amrica Latina.62 Si bien no existen referencias a Maritegui en los escritos del Che, su

    figura, an heterodoxa para el marxismo oficial,63 ha debido ser aludida en sus

    conversaciones con el doctor Pesce, militante comunista que conoce en Lima durante uno

    de sus viajes por Amrica Latina64

    y con el que tiene largas conversaciones y a quienllama el maestro .65 O con Hilda Gadea, su compaera, peruana y militante de la

    Alianza Popular Revolucionaria Americana, APRA, con quien Guevara vive en la

    Guatemala de Arbenz, donde ella haba llegado como refugiada poltica.66 Adems, las

    fuentes de la filosofa de la praxis de Maritegui son tambin italianas. Una Italia donde

    haba desposado una mujer y algunas ideas 67 y donde, teniendo como teln de fondo

    la vertiginosa dinmica de Consigli de fabbrica y deLOrdine Nuovo 68 y pronto la del

    ascenso del fascismo, 69 va a aproximarse a la obra de Marx a partir de una clave

    radicalemente historicista, en el centro de la cual encuentra la nocin depraxis.70 El Marx

    de Maritegui es importante recordarlo aqu, era, pues, el Marx de la Tesis sobre

    Feuerbach,71 las que Giovanni Gentile haba comentado enLa Filosofia di Marx..., y que

    Croce recomendaba a sus lectores en el prefacio a la primera edicin de Materialismo

    62 Cf., MARIATEGUI, Jos Carlos, La prensa italiana ,El Tiempo, Lima, 10 de julio de 1921[Fechado en Roma en junio del mismo ao]63 Cf. ARIC, Jos, Maritegui y los orgenes del marxismo latinoamericano, Cuadernos Pasadoy presente N 60. Mexico, 1978.64

    Cf., GUEVARA, Ernesto, Un diario per un viaggio in motocicletta, ed. cit.65 Cf., KALFON, Pierre, Che. Ernesto Guevara, une lgende du sicle, ed. cit.66 Cf., GADEA, Hilda, Che Guevera, ao decisivos, Mexico, 1972.67 MARITEGUI, Jos Carlos, Carta a Samuel Glusberg [10 janvier 1927 ], Jos Carlos Maritegui. Correspndencia., Lima. Amauta, 1984, p. 331.68 Cf. MELIS, Antonio, J.C. Maritegui, primo marxista d'Amrica Critica Marxista, n2.

    Roma, marzo/apprile 1967 pp.132-157.69 Cf., PARIS, Robert,Histoire du fascisme en Italie, Paris, Maspero, 1962.70 Cf., FERNANDEZ, Osvaldo,Maritegui o la experiencia del otro, Lima, Amauta, 1994.71 En Lima, en Defensa del marxismo, en 1928, Maritegui escribe que las proposiciones queMax Eastman copia de las Tesis sobre Feuerbach en su libro La science et la rvolution no lebastanpara percatarse del sentido absolutamente novedoso y revolucionario de la utilizacin de ladialctica en Marx [MARITEGUI, Jos Carlos, Defensa del marxismo , Obras, La Habana,1982, Vol. I, pp.149-150]. Esta referencia a la Tesis..., la primera a nuestro conocimiento enun texto latinoamericano, muestra la presencia en el aparato conceptual de Maritegui de unadimensin terica y poltica cuyo origen debe ser buscado en las races de su itinerario intelectual.

    Ella abre, en consecuencia, la posibilidad de una nueva lectura de la revolucin en Amrica Latina.

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    storico..., Pieza clave en la recepcin latinoamericana de la filosofa de la praxis, el

    eslabn mariateguiano tiene, adems, la virtud de aproximar a los ojos del observador las

    circunstanciaspolticas que vinculan el movimiento que precede la elaboracin de

    Gramsci y de Guevara en relacin con el problema que nos ocupa . Impregnado de esehistoricismo radical que haba formalizado en su contacto con el debate italiano,

    trabajando siempre desde la identidad entre sujeto y objeto de conocimiento, vale decir

    entre filosofa e historia, sin que en ningn momento su aparato terico metodolgico

    deviniera exterior a su objeto,72 Maritegui explora la formacin social peruana a partir de

    una dimensineminentementepoltica,73 la que le lleva a deslindarse, primero del APRA

    74 y despus de la Internacional Comunista.75 Las circunstancias en las que,

    respectivamente, Gramsci y Guevara elaboran la filosofa de la praxis, muestran, del

    mismo modo que las de Maritegui, lapreeminencia de lo poltico.

    Si bien es cierto que Gramsci en su carta de octubre de 1926 al Comit Central

    del PCUS, no expresaba todava, probablemente, ms que una sincera preocupacin por

    el hecho que ste, a travs de la lucha interna, estaba destruyendo su propia obra 76 o,

    como escribe Antonio Santucci, por el hecho que la mayora del Comit Central del

    PCUS poda arrasar y tomar despus medidas excesivas con la minoria derrotada,

    como en efecto ocurrio despus bajo Stalin ,77 no es menos cierto que una cierta

    72 Nos permitimos sugerir aqu algunos de nuestros trabajos sobre el tema. Cf., MASSARDO,Jaime, El marxismo de Maritegui ,Dialctica, Anne XI, n 18, Escuela de Filosofa y Letrasde la Universidad Autnoma de Puebla, septiembre de 1986, pp.89-101 ; , Laoriginalidad del pensamiento de Jos Carlos Maritegui Anuario mariateguiano, ao V, n 5,Lima, Amauta, 1993, pp. 160-166 ; , Maritegui et Iglesias , Solar, EstudiosLatinoamericanos, Revista de la Sociedad Latinoamericana de Estudios sobre Amrica Latina yel Caribe, Santiago de Chile, 1996, pp. 4353.73

    Todo este trabajo dice Maritegui en la advertencia a los Sept essais... no es sino unacontribucin a la crtica socialista de los problemas y de la historia del Per , MARIATEGUI,Jos Carlos, Sept essais dinterprtation de la ralit pruvienne, Prface de Robert Paris, Paris,Maspero, 1968, p. 31.

    74 Cf., Prface de Robert Paris Sept essais dinterprtation de la ralit pruvienne, op. cit.,pp. 7-30.

    75 FLORES GALINDO, Alberto,La agona de Maritegui, Madrid, Revolucin, 1991.

    76 GRAMSCI, Antonio, Lettere 1908-1926, a cura di Antonio Santucci, Torino, Einaudi, 1992,p. 459.77 SANTUCCI, Antonio, Gramsci, Roma, Tascabile Economici Newton, 1996, p. 62.

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    distancia ha debido dibujarse en l la informacin aqu tiene naturales lagunas78

    frente a la poltica de la Internacional Comunista, en la medida en que, entre

    interrogatorios y traslados,79 comienza a conocer los resultados del IX Plenum del

    Ejecutivo realizado en febrero de 1928 y que anunciaba ya el viraje y la adopcin dela lnea clase contra clase ,80 que el VI Congreso formalizar cinco meses despus.

    Fruto ante todo del juego de contradicciones internas en la Internacional, la nueva lnea

    poltica que por lo dems conducir en poco tiempo al movimiento comunista al

    aislamiento,81 guardaba escasa relacin con la situacin italiana, la que demandaba ante

    todo una poltica unitaria y amplia frente al fascismo. Aunque Gramsci fuera bastante

    legalista en relacin con el partido,82 y que, detenido desde noviembre de 1926, su

    margen de accin fuera extraordinariamente reducido, la aplicacin de la nueva lnea de la

    Internacional en Italia no poda sino empujarlo para permanecer coherente con l

    mismo y con las Tesis de Lyon que haban salido de su pluma,83 a asumir

    polticamente su discrepancia. Por otra parte, la direccin del partido italiano, despus de

    algunos debates internos, iba a alinearse con la Internacional. Como consecuencia de ello,

    el 9 de junio de 1930, Alfonso Leonetti, responsable de la prensa clandestina, Paolo

    Ravazzoli, responsable del trabajo sindical y Pietro Tresso, responsable de organizacin,

    todos camaradas cercanos a Gramsci,84 son excludos de su Comisin Poltica. Gramsci,

    78 Cf., SPRIANO, Paolo, Gramsci en carcere e il partito, Roma, Editiri Riuniti, 1991.

    79 Cf., FIORI, Giuseppe, Vita di Antonio Gramsci, Bari, Laterza, 1989.

    80 Cf., PARIS, Robert, La tattica classe contro classe , Problemi di storia dellInternazionalecomunista, a cura di A. Agosti, Torino, Einaudi, 1974, pp. 151-192.

    81 Cf., FRANK, Pierre,Histoire de la Internationale communiste (1919-1943), Paris, La Brche,1979.

    82 Cf., FIORI, Giuseppe, Vita di Antonio Gramsci, ed. cit.

    83 Cf., GRAMSCI, Antonio, La situazione italiana e i compiti del PCI ,La costruzione delpartido comunista 1923-1926, quinte edizione, Torino, Einaudi, 1978, pp. 488-513.

    84 La proximidad de Leonetti en relacin a Gramsci parece bastante fuerte; Vase, por ejemplo,LEONETTI, Alfonso, Antonio Gramsci se meurt de faim ,La Correspondance Internationale,Anne VII, n 98, 24 septembre 1927, p. 1389. Robert Paris dice, por otra parte que PietroTresso avait t recrut personnellement par Gramsci . PARIS, Robert, Introduction aux Cahiersde prison , Paris, Gallimard, 1996, p. 25.

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    que no est convencido que todo va bien ,85 conoce la noticia el 16 de junio, en la

    Casa penale di Turi, a travs de la visita de su hermano Gennaro.86 Seis meses despus

    inicia una serie de conversaciones con un grupo de camaradas del partido que logra

    encontrar durante las caminatas por el patio de la crcel. Gramsci repite que el trabajode educacin poltica que est haciendo entre los camaradas, deba conducirlo a crear un

    nucleo que podra aportar al partido una contribucin ideolgica ms sana .87 Esas

    conversaciones se interrumpen dos semanas despus 88 y, probablemente, debe haber

    sido ese el momento de la fractura. Pietro Tresso escribir ulteriormante que, al menos

    desde 1931 y hasta 1935, la ruptura moral y poltica de Gramsci con el partido

    stalinisado era completa .89

    Durante 1961, bajo la direccin de Anastasio Mansilla, Ernesto Guevara organiza

    en La Habana un seminario sobre Das Kapital ese monumento a la inteligencia

    humana ,90 para los cuadros del Ministerio de la Industria. Pierre Kalfon cuenta que,

    en 1972, Orlando Borrego le haba confiado que fue durante el curso de ese seminario

    que el Che comenz a cuestionar la praxis del sistema socialista .91 Aunque esto

    parezca plausible, incluso probable, la crtica de Guevara a la poltica de los partidos

    comunistas latinoamericanos, que desde haca largo tiempo navegaban en las aguas

    tranquilas de la coexistencia pacfica parece comenzar a perfilarse bastante antes,

    probablemente despus de la experiencia guatemalteca de 1954. Vinculado al campo

    socialista por las necesidades prcticas de la revolucin cubana y, adems, es cierto,

    porque en Amrica Latina resonaban de una cierta manera todava gloriosos los ecos de

    85 GERRATANA, Valentino, Prefazione a GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., p.xxiv.86 Cf., FIORI, Giuseppe, Vita di Antonio Gramsci, ed. cit., p. 291.

    87 LISA, Athos, Discusion poltica con Gramsci en la crcel Apndice de Los usos deGramsci, de Juan Carlos Portantiero, Mexico, Cuadernos pasado y presente n 54, 1977, p. 379.88 FIORI, Giuseppe, Vita di Antonio Gramsci, ed. cit., p. 297.

    89 BLASCO, O. [Pietro Tresso], Gramsci (un grand militant est mort...) ,La lutte ouvrire,Paris, anne II, n 44, 13 mai 1937. Citado por Robert Paris, Introduccn aux Cahiers de prison,ed. cit.,., p. 27.90 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 576.

    91 Entrevista de Orlando Borrego con Pierre Kalfon, La Habana, 1972. Cf., KALFON, Pierre,Che. Ernesto Guevara une l ende du sicle ed. cit. . 338.

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    octubre, su sensibilidad de mdico, su contacto durante sus viajes por el continente con

    los pobres de la ciudad y el campo as como el descubrimiento de sus potencialidades y

    de sus gigantescas contradicciones sociales, no podan sino dificilmente compatibilizarse

    la crisis de los misiles de octubre de 1962 no debe haber realmente contribudotampoco a convencerle de las bondades de la estrategia del socialismo expresada en la

    poltica exterior de la URSS con la coexistencia pacfica , corolario de la idea de que

    el socialismo no poda, por el momento, realizarse sino en un solo pas , mientras que

    los trabajadores latinoamericanos deban esperar, o, peor que eso, ponerse a disposicin

    de una burguesa nacional que nadie nunca ha logrado todava encontrar en el

    continente. La revolucin cubana, con la que se compromete en Mxico desde 1955,

    viene a otorgarle un punto de apoyo : ella muestra el caracter socialista que asume

    necesariamente la revolucin en Amrica Latina. Guevara, que pensaba que en esta

    Amrica morena, taciturna y explotada, es practicamente imposible hablar de

    movimientos de liberacin dirigidos por la burguesa 92 porque entre el dilema pueblo

    o imperialismo las dbiles burguesas nacionales elijen el imperialismo y traicionan

    definitivamente sus pases ,93 encontrar en ella un anclaje que reforzar la dimensin

    poltica de su crtica.94 Esta, al igual que la de Gramsci, va encontrar un sedimento

    terico en la lectura de los textos de juventud de Marx, particularmente de los

    Manuscritosde 1844...,95 los que va a citar en febrero de 1964 96 y en los cuales va a

    subrayar la categora de conciencia esencial en la manera de plantear el problema

    92 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 565

    93 Ibdem.

    94 El tema muestra, de paso, la identidad poltica entre Maritegui y Guevara. Rechazando la

    nocin de semi-colonia con la cual la Internacional Comunista pero tambin la InternacionalSocialista analizaba Amrica Latina, Maritegui pensaba que Elayllu, la clula del Estado delos incas, tiene todava la vitalidad necesaria para volverse la clula del Estado socialista moderno y que la experiencia colectiva desarrollada en Tawantinsuyu representa el punto de apoyo de eseproyecto socialista .Para l, las costumbres comunitarias del socialismo de los incas, constituan ese factor incontestable que le da su particularidad a nuestro problema agrario : la supervivenciade las comunidades y de los elementos de socialismo prctico en la agricultura y en la vida de losindios , MARITEGUI, Jos Carlos, Sept essais dinterprtation de la ralit pruvienne, ed.cit., p. 60.

    95 Cf., MARX, Karl, Manuscritos econmico-filosficos de 1844 ,Marx, escritos de juventud,Mxico, FCE, 1982, pp. 555-668.

    96 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., . 578.

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    97 la que, junto a una nocin de voluntad, van a venir a constituir el aspecto

    determinante de la dimensin irreductible de la actividad humana sensible. Toda la

    construccin de la filosofa de la praxis de Ernesto Guevara se engarza en torno a este

    punto : su opcin por los estmulos morales, el nfasis en la integridad militante eincluso la formacin del hombre nuevo , encuentran en la voluntad y en la apropiacin

    conciente del mundo, la clave de su realizacn. Marx se preocupaba tanto de los hechos

    econmicos como de su traduccin en el espritu. El llamaba a eso un hecho de

    conciencia 98 dir Guevara, y si el comunismo olvida los hechos de conciencia, puede

    ser un mtodo de reparticin, pero no es ms una moral revolucionaria .99 Conciencia

    que estimula la voluntad para crear las condiciones necesarias para la revolucin, porque

    no son sus propias contradicciones las que, agotadas todas las posibilidades, hacen

    saltar el sistema 100 y es necesario evitar volverse nuevos expectadores de la ola

    revolucionaria que nace en el seno del pueblo ,101 nuevos expectadores que como

    deca Gramsci juegan el papel de un desgraciado actuario que registra las operaciones

    que realizan espontaneamente las masas .102 Voluntad puesta en el centro de la

    posibilidad de la revolucin porque sta se hace a travs del hombre, pero el hombre

    tiene que forjar da a da su espritu revolucionario .103 Pero voluntad cuidadosa tambin

    de reconocer los lmites sociales, pues la velocidad de la guerrilla es la de su hombre

    ms lento , y porque, a veces es la revolucin la que hace los revolucionarios 104 o

    pgina traducida por Gramsci en la crcel son los hombres los que hacen la

    97 Ibdem.

    98 Entrevista con Jean Daniel, Lexpress, 25 juillet 1963, p. 9. Citada por Michael Lwy, Lapense de Che Guevara, ed. cit., p. 89.

    99 Ibdem.

    100 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 630.

    101 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 566.102 GRAMSCI, Antonio, Il partito comunista , LOrdine Nuovo 1919-1920, a cura deValentino Guerratana e Antonio A. Santucci, Roma Einaudi,1987, p. 660.103 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 638.

    104 TAIBO II, Paco Ignacio, ESCOBAR, Froiln, GUERRA, Flix, Lanne o nous ntionsnulle part, extraits du journal dErnesto Che Guevara en Afrique, Paris, Editions Mtailie, 1995,

    . 140.

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    historia pero en circunstancias que ellos no elijen 105. Conciencia y voluntad que, a su

    turno, encuentran su fuente primera en la que es, probablemente, la ms irreductible de

    las expresiones de la actividad humana sensible, que encuentra su dios oculto en el

    amor, porque, dice Guevara a Carlos Quijano, director de la revista Marcha, enMontevideo an a riesgo de parecerle ridculo, djeme decirle que el verdadero

    revolucionario est guiado por grandes sentimientos de amor 106 y es imposible

    pensar un revolucionario autntico sin esta cualidad.107 Con todo, el punto de fractura,

    el deslinde poltico de Guevara no ser evidente sino hasta el retorno de su viaje a Mosc

    en noviembre de 1964. Desde entonces y durante los tres aos que le quedan por vivir,

    la conviccin de la necesidad de construir una nueva dimensin, lase una refundacin

    de la poltica revolucionaria parece presidir su actividad. En ese momento dir que la

    investigacin marxista avanza por un camino peligroso. Al dogmatismo intransigente de

    la poca de Stalin le ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y lo que es ms trgico

    es que ocurre lo mismo en todos los aspectos de la vida de los pueblos socialistas .108

    Ahora el paso estaba dado. Las circunstancias van a precipitarse...

    Si la ruptura de Gramsci con la Internacional no asume una forma orgnica y el

    estado actual de la investigacin no lo muestra, sta se vuelve perfectamente visible,

    en el plano de la reflexin poltica que impregna, en filigrana, los Quaderni...,. La

    filosofa de lapraxis nos dice Gramsci es el historicismo absoluto, la mundanizacin

    y la terrenalidad del pensamiento, un humanismo absoluto de la historia. Es siguendo

    esta lnea que es necesario actualizar el filn de una nueva concepcin del mundo .109

    No se trata solamente aqu de una simple precisin filosfica. La afirmacin de Gramsci

    forma parte de las Osservazioni e note critiche su un tentativo di Saggio popolare di

    105 MARX, Karl, Prlogo a la Contribucin a la crtica de la economa poltica ,Marx Engels,Obras escogidas, ed. cit., p. 518. Gramsci en la crcel traduce el texto del alemn. Cf.,GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., p. 2359.

    106 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 637.

    107 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 638.

    108 Entrevista de Roberto Guevara con Pierre Kalfon, Buenos Aires, 1994. Cf., KALFON, Pierre,Che. Ernesto Guevara, une lgende du sicle, ed. cit., p. 386.109 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., p. 1437.

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    sociologia que tienen por objeto el texto publicado en Mosc, en 1921, por Nicolas

    Bujarin, el que haba sido un contacto privilegiado de Gramsci con la Internacional. Ella

    debe de ser comprendida entonces incluso si Bujarin haba sido ya desfenestrado,

    como una crtica al sustrato filosfico de la poltica de la Comintern. Dicho de otro modoinsistamos en ello porque en esta frase Gramsci seala una tarea filosfica y

    poltica, se trata de actualizar el filn de una nueva concepcin del mundo . El

    pasaje que acabamos de citar, escrito por Gramsci en la segunda mitad de 1932 vale

    decir en pleno perodo de ruptura moral y poltica con el partido staliniano , debe

    ser ledo en ntima conexin con otro, anterior en algo ms de dos aos lo que muestra

    la persistencia de la problemtica110 y que el mismo Gramsci ir a reelaborar,

    eventualmente despus de su traslado a Formia.111 En esos pargrafos, buscando quizs

    reafirmar un anclaje poltico en las races del debate nacional, Gramsci reivindica no

    era la primera vez,112 la figura de Labriola y, desde un plano ms general, el Marx de

    las Tesis sobre Feuerbach las mismas que en la crcel ir, a guisa de ejercicio, a

    traducir del alemn,113 diciendo que la filosofa de la praxis, que ha sido [ stata]un

    momento de la cultura moderna 114 ergo : no lo es ms, ha determinado o

    fecundado algunas corrientes ,115 cuestin descuidada, ignorada ,116 por los

    ortodoxos por los marxistas oficiales [marxisti ufficiali ]en la versin del

    Quaderno 4 (XIII),117 y cuyo estudio es muy importante ,118 porque la filosofa

    110 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., pp. 421-425.

    111 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., pp. 1854-1864.

    112 En 1925, en el momento de enfrentar el trabajo de la escuela del partido, Gramsci se refiere aLabriola como la nica verdadera excepcin de la tendencia dominante en los estudios del

    marxismo en Italia Cf., GRAMSCI, Antonio, Introduzione al primo corso della scuola internadi partito , La costruzione del partito comunista 1923-1926, ed. cit., pp. 50-57.113 Cf., GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., pp. 2355-2357.114 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., p. 1854.

    115Ibdem.

    116Ibdem.

    117 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., p. 421.

    118 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., p. 1854.

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    de lapraxis ha sufrido una doble revisin ,119 y de un lado, algunos de sus elementos

    han sido absorbidos por ciertas corrientes idealistas e incorporado a ellas (Croce,

    Gentille, Sorel, el propio Bergson) ,120 mientras que, de otro, los pretendidos

    ortodoxos se han identificado fundamentalmente con el materialismotradicional .121 Labriola se distingue de unos y de otros por su afirmacin de que la

    filosofa de lapraxis es una filosofa independiente y original, que tiene en s misma los

    elementos de un desarrollo ulterior capaz de hacer de ella, vale decir, de una

    interpretacin de la historia, una filosofa general .122 La dimensin crtica de estos

    pargrafos de los Quaderni..., no se funda, sin embargo, en ninguna simetra y

    conviene descartar inmediatamente toda tentacin de hacer de ellos una lectura

    geomtrica . Al contrario, el examen del conjunto del texto muestra rapidamente que

    los idealistas no son el blanco de la crtica, puesto que la combinacin con el kantismo

    no ha conocido sino un xito limitado 123 y que, para Gramsci la combinacin que

    cuenta es la que ha tenido lugar con el materialismo tradicional del cual Bujarin es un

    buen represantante, porque, por razones didcticas ,124 la filosofa de la praxis

    ha entrado en combinaciones que la han transformado en una forma de cultura

    ligeramente superior a la cultura popular media, pero absolutamente inadecuada para

    combatir las ideologas de las clases cultas .125 Para Gramsci es necesario entonces

    sustraer la filosofa de lapraxis de ese estado inadecuado y reconstruirla, refundarla

    a partir de los nuevos problemas que plantea la lucha poltica, porque la filosofa de la

    praxis es una filosofa que es tambin una poltica y una poltica que es tambin una

    filosofa ...126 Trabajo arduo, puesto que suscitar un grupo de intelectuales

    119Ibdem.

    120Ibdem.

    121Ibdem.

    122 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., pp. 1854-1855.123 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., p. 1857.

    124Ibdem.

    125Ibdem.

    126 GRAMSCI, Antonio, Quaderni del carcere, ed. cit., p. 1860.

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    independientes no es cosa fcil, ello demanda un largo proceso, con acciones y

    reacciones, adhesiones y disoluciones, y nuevas formaciones fuertemente numerosas y

    complejas .127

    En febrero de 1965, Guevara participa en Alger en el Seminario econmico desolidaridad afroasitica donde va a criticar fuertemente la concepcin que orienta la

    poltica exterior de la URSS hacia los pases neocoloniales . Afirmar all que la ley

    del valor es contraria a la tica cuando rige los intercambios entre pases comprometidos

    en las vias del socialismo ,128 hablar de compartir la tecnologa ,129 demandar

    tcnicos ejemplares 130 y sobre todo insistir en que las armas no pueden ser

    mercancas 131 y que deben ser entregadas de una manera absolutamente gratuita, en

    cantidades necesarias y posibles a todos los pueblos que las pidan para luchar contra el

    enemigo comn .132 Pocas semanas despus, en la misma carta dirigida a Carlos

    Quijano, que aludimos ms arriba carta que ser conocida bajo la forma de un artculo

    tituladoEl socialismo y el hombre en Cuba,133 Guevara va a concentrar, posiblemente

    mejor que ninguna otra parte, su argumentacin sobre las potencialidades de la conciencia

    y de la voluntad, mostrando el encadenamiento ntimo que liga el modus operandus de la

    economa con las formas culturales que les son afines. El ejemplar humano dice en

    ella Guevara est alienado a un invisible cordn umbilical que le liga a la sociedad en su

    conjunto : la ley del valor. Esta actua sobre todos los aspectos de la vida 134 porque la

    mercanca es la clula econmica de la sociedad capitalista 135 y mientras exista, sus

    127Ibdem.

    128 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., pp. 490-491.

    129GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 492.

    130Ibdem.

    131GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 495.

    132Ibdem.

    133 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., pp. 627-639.

    134 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 629.135 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 630.

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    efectos se harn sentir sobre la organizacin de la produccin y sobre la conciencia ,136

    sobre una conciencia en la que pesan fuerte los residuos de una educacin

    sistemticamente orientada hacia el aislamiento del individuo 137 Carta extraa y

    terrible a la vez ,138

    escrita en El Cairo, durante la primera quincena de marzo de 1965,pocas semanas antes de transformarse en Tat y de emprender la lucha en el Congo, vale

    decir en una disposicin poltica radical, llena de confianza en las posibilidades de la

    revolucin, su textura va a venir a recuperar el hilo que une las Tesis sobre Feuerbach y

    losManuscritos..., del joven Marx, reapropindose de conviccin de que el conocimiento

    de nuestra ubicacin objetiva en el proceso productivo, en nuestra relacin con el trabajo,

    nos otorga la posibilidad de conocernos a nosotros mismos y de conocer nuestra relacin

    con el mundo y de que, a partir de este conocimiento, surge la posibilidad de transformar

    las relaciones sociales existentes a travs de la praxis y, en consecuencia, la posibilidad

    de superar la alienacin, porque la ltima y ms importante ambicin revolucionaria es

    ver al hombre liberado de su enajenacin ,139 por lo cual simultneamente con la base

    materal hay que hacer el hombre nuevo dice Guevara.140 Economa y cultura, sujeto y

    objeto del conocimiento, filosofa e historia, teora y praxis, en apretada dialctica

    reencuentran, en esta carta a Carlos Quijano, su identidad largo tiempo extraviada por el

    marxismo oficial. Ella tiene tambin algo de testamento poltico, de tercera va o de

    llamado a la urgente necesidad de una refundacin comunista que se anuncia de una

    manera elptica a travs de la crtica del realismo socialista. El capitalismo en cultura ha

    dado todo de s y no queda de l sino el anuncio de un cadver maloliente ; pero por qu

    pretender buscar en las formas congeladas del realismo socialista la nica receta

    vlida ? .141 Crtica que apunta otro horizonte terico, moral, humano, poltico,

    cultural ; crtica que muestra que es preciso volver a empezar, partir otra vez de cero,

    136Ibdem.137Ibdem.138 KALFON, Pierre, Che. Ernesto Guevara, une lgende du sicle, ed.cit., p. 405.

    139 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 633.

    140 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 631.

    141 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 636.

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    refundar,142 porque debemos convenir en que todava estamos en paales y es preciso

    dedicarse a investigar todas las caractersticas primordiales del perodo antes de elaborar

    una teora econmica y poltica de mayor alcance ,143 ya que el escolasticismo ha

    frenado el desarrollo de la filosofa marxista e impedido el tratamiento sistemtico deeste mismo perodo, cuya economa poltica no se ha desarrollado , 144 Texto

    premonitorio, destinado a erguirse como fundamento de lo que para Guevara ser el

    hombre del siglo XXI, el que debemos crear ,145 la carta de Guevara a Quijano,

    permanecer durante largo tiempo como una referencia de la poltica revolucionaria.

    Muchos sobresaltos asechan la humanidad antes de su liberacin definitiva dir

    todava Guevara en otro lugar, pero, estamos convencidos, sta no podr producirse

    sin un cambio radical de estrategia de las principales potencias socialistas. Ese cambio

    ser el producto de la presin inevitable del imperialismo o de una evolucin de las

    masas de esos pases o de un encadenamiento de factores ? La historia nos lo dir. En

    cuanto a nosotros, aportamos nuestro modesto grano de arena temiendo que la empresa

    sobrepase nuestras fuerzas .146

    Treinta aos nos separan hoy de la desaparicin de Ernesto Che Guevara y

    sesenta de la de Antonio Gramsci. A pesar del tiempo y de la distancia, el discurso del

    Che en Alger tiene todava un cierto perfume de la carta de Gramsci a la direccin del

    PCUS ; noviembre de 1964 el de noviembre de 1930, y el hombre nuevo el de la

    reforma moral e intelectual . Como en un simtrico interludio, el reencuentro de los

    temas sugere, detalles ms, detalles menos, un imaginario dilogo entre los hombres.

    Quizs porque, al precio de sus vidas ambos alertarn contra la debacle. Quizs porque

    ambos mostrarn con el ejemplo que como deca Aric, el lmite del pensamiento

    142 Mi sono convinti deca Gramsci che anche quando tutto o pare perduto, bisognarimettersi tranquillamente allopera, ricominciando dallinizio ,Lettere del carcere, ed. cit. , p.117.

    143Ibdem.

    144 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 634.

    145 GUEVARA, Ernesto, Obra revolucionaria, ed. cit., p. 636.

    146 Citado por Janette Habel como, Oeuvre indits. Source : Manuscrit de Carlos Tablada .Cf., HABEL, Janette, Che Guevara : de lthique dans le combat politique , prefacio aLapense de Che Guevara, de Michael Lwy, ed. cit., p. 8.

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    no expresa otra cosa que el lmite de la capacidad de transformar 147 Quizs tambin

    porque el momento que hoy vivimos, en este fin de siglo decepcionante, demande una

    tarea semejante. El hecho es que el testimonio militante de Gramsci y de Guevara

    permanecen como referencias actuales, vivas, ntegras, para lo que maana nos depare elcamino... En lo que concierne a estas lneas, el examen de las circunstancias que,

    respectivamente, han llevado a Antonio Gramsci y a Ernesto Guevara a deslindarse

    polticamente de las tradiciones del movimiento comunista, muestra una analoga

    esencial : la necesidad de la crtica de la poltica y de la refundacin comunista a partir

    de la reconstruccin de la filosofa de lapraxis.

    en Pars, verano de 1997.