anne carson poemas

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Ese estado de flujo Anne Carson En el esfuerzo que uno hace por hallar su camino entre los contenidos de la memoria (insiste Aristóteles) es útil el principio de asociación: «pasar rápidamente de un punto al siguiente. Por ejemplo de leche a blanco, de blanco a aire, de aire a húmedo, tras lo cual uno recuerda el otoño en el supuesto de que esté tratando de recordar esa estación». O suponiendo, amable lector, qué no estés tratando de recordar el otoño sino la libertad, un principio de libertad que existió entre dos personas, pequeño y salvaje, como son los principios, pero ¿cuáles son aquí las reglas? Como él dice, la locura puede ponerse de moda. Pasar entonces rápidamente

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Page 1: Anne Carson Poemas

Ese estado de flujo

Anne Carson

En el esfuerzo que uno hace por hallar su camino entre los contenidos de la memoria

(insiste Aristóteles)

es útil el principio de asociación:

«pasar rápidamente de un punto al siguiente.

Por ejemplo de leche a blanco,

de blanco a aire,

de aire a húmedo,

tras lo cual uno recuerda el otoño en el supuesto de que esté tratando de recordar

esa estación».

O suponiendo,

amable lector,

qué no estés tratando de recordar el otoño sino la libertad,

un principio de libertad

que existió entre dos personas, pequeño y salvaje,

como son los principios, pero ¿cuáles son aquí las reglas?

Como él dice,

la locura puede ponerse de moda.

Pasar entonces rápidamente

de un punto al siguiente,

por ejemplo de pezón a duro,

de duro a cuarto de hotel,

de cuarto de hotel

Page 2: Anne Carson Poemas

a la frase encontrada en una carta que escribió en un taxi el día que se cruzó con

su mujer

que iba caminando

por la otra acera, pero ella no le vio, se dirigía

-así de ingeniosas son las combinaciones de ese estado de flujo que llamamos

nuestra historia moral, acaso no son tan claras, casi como las fórmulas matemáticas

salvo que están escritas en el agua-

al juzgado

a presentar los documentos para el

divorcio, una frase como

qué sabor entre tus piernas.

Tras lo cual mediante esta facultad absolutamente divina, la «memoria de las

palabras y las cosas»,

uno recuerda

la libertad.

¿Es eso yo? grita irrumpiendo el alma.

Almita, pobre animal incierto:

cuidado con este invento «siempre útil para aprender y vivir»

como dice Aristóteles, Aristóteles,

que no tenía marido,

rara vez menciona la belleza

y es probable que de muñeca pasara rápidamente a esclava cuando trataba de

recordar esposa.

Page 3: Anne Carson Poemas

Mimnermos: pinturas cerebrosexuales

fr. 1

¿Qué es la vida sin Afrodita?

Parece un hedonista incorregible cuando pregunta insinuando la respuesta.

Hasta la empuñadura en la cesta de miel—¿o si no

muerte? pues sí

es dulce nadar dentro de ella el nado

secreto

De hombres y mujeres pero (no) entonces

el pelaje de la noche se endurece sobre ella (no) entonces vendas

con costras de olor a viejo (no) entonces

cuenco ennegrecido ni brote ni niños ni mujeres ni sol ni

esporas (no) en (no) todo cuando

Dios ni rudopavonearse nada cierra

su puño sobre ti

fr. 2

Todos nosotros como hojas

Compara (siguiendo a Homero) la vida del hombre con las hojas.

Todos como hojas en el horror de serlo:

primavera—

un gastado rebote de oro y estás ahí.

¿Ves el sol?—Lo hice yo.

Cuando joven. Las Parcas azotando sus colas en un rincón.

Pero (déjame pensar) ¿no fue en un hotel en Chicago

donde tuve el primero de esos—mi cuerpo saliendo de la

Page 4: Anne Carson Poemas

pieza

curvo en un trámite mortal

y yo en el techo como desapareciendo—

pinturas cerebrosexuales las llamaba?

En el tiempo en que (por así decirlo) pintaba.

¿Te acuerdas

del chocolate curiosamente maravilloso que compramos en

(como se decía entonces) Berlín Oriental?

fr. 3

No importa cuán bello haya sido antes

Ver acercarse la vejez.

Sí hermosa hoy es para siempre ahora ¿qué es esa sombra

abriendo

todos tus desde dónde de dedos de niño?

fr. 4

A Tithonos (don de Dios)

Para el pobre Tithonos

Ellos (por una parte) hicieron sus frías lágrimas inmortales

y olvidaron decirle

que sus ojos no lo eran.

fr. 5

Un repentino sudor indecible se desliza por mi piel

Él mira, quizás culpando.

Sudor. No es más que sudor. Pero me gusta mirarlos.

La juventud es un sueño donde voy todas las noches

y despierto con este pequeño ramo de arterias saltándome

en la mano

Page 5: Anne Carson Poemas

Es duro, querida mía, ser enviado más allá de sus fronteras

Llevando una piedra en cada ojo.

fr. 6

Que haya verdad entre tú y yo

Pese a profesar el culto de la juventud y el placer, no desconoce la preocupación moral.

En el cruce de la frontera todo lo que podía oír era tu pulso

y el viento peinándome el hueso del oído como antimateria.

fr. 8

Porque lo que le toca en parte al sol es laborar todos sus días

El aguarda el mito.

Mira: arriba cada hueso cada cielo cada día cada tú—

Él sube urdiendo Su

camino arriba lóbulos azules del océano va

lanzado por el ya mañana rosarepentino

de alguien va montando Su lecho de oro con bordes de día va

rasando

países del sueño de oeste a este hasta repentino

rosasdetuvo el ya principio

de alguien abre el reverso del reloj: Él

entra.

fr. 11

Me sobrevenga la muerte

Él canta sobre los cumpleaños.

Ninguna enfermedad ningún campo de hambre aplanado por el sueño solo un golpe en la puerta

a la edad de tres veces veinte: acabado.

fr. 12

Page 6: Anne Carson Poemas

Cuando las montañas se zambulleron de perfil

Habla de Colofón, colonizada desde el continente.

…Cuando las montañas se zambulleron de perfil desde Pilos

vinimos a Asia en barcos

hacia Colofón cincelamos nuestro camino

nos sentamos como nudos difíciles de desatar

entonces desde ahí

hicimos un tajo en río rojo de la tarde y

conquistamos Esmirna

para Dios.

fr. 13 (a)

Así ellos desde el lado del rey

Ve moverse a los guerreros.

Así ellos desde el lado del rey cuando recibieron la orden

se apresuraron—cubiertos por sus propios escudos cóncavos.

fr. 14

Ninguno como él

Contempla la memoria.

Ninguno semejante:

entre los toros embistiendo ninguno semejante en los funestos flancos de

Hermos.

Ninguno.

Los ancianos que lo vieron, vieron los extremos de la fuente.

Aguijoneó a Dios.

Dicen que su columna vertebral venía directamente del sol.

fr. 15

Page 7: Anne Carson Poemas

Las palabras lo atormentan.

..en público las palabras formaban un amasijo dentro de él.

fr. 16

Atormentado.

…siempre la dura caja de las palabras querían.

fr. 22

Media luna

Se despierta temprano.

La media luna a través de los pinos en la madrugada

aguda como el torso de una muchacha

fr. 23

¿Por qué lo entristece el movimiento?

…un cojo conoce el acto sexual mejor que nadie…