análisis microscópico de las diferencias entre las fibras
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IIBCEAnálisis microscópico de las diferenciasentre las fibras nerviosas periféricas deratones wt y Trembler J portadores deCharcot-Marie-Tooth tipo 1E encondiciones ad libitum y bajo untratamiento de restricción calórica.Tutora: Dra. Alejandra Kun Co- Tutor: Dr. Miguel Calero
Estudiante: Mariana Bresque Toledo
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Índice
Abreviaciones……………………………………………………………………………………….........3-4
Resumen………………………………………………………………………………..…………...............5
1. Introducción, antecedentes Generales y específicos…………………………………………….……6-31
1.1. Unidad estructural y funcional del Sistema Nervioso Periférico (SNP):La fibra nerviosa…………………………………………………………………………………….........6-7
1.2. Origen y desarrollo de las células gliales y fibras del Sistema NerviosoPeriférico………………………………………………………………………………………...……….7-8
1.3. Mielinización, regulación génica y función mielínica……………………………………………...8-12
1.4. Organización polarizada de la fibra nerviosa. ……………………………………………..……...12-16
1.5. Cito-arquitectura de la fibra nerviosa……………………………………………………………...17-18
1.6. Importancia de la interacción entre CS y axón………………………………………….…...……….19
1.7. Neuropatías y síndrome Charcot Marie Tooth. …………………………………………….……..20-23
1.8. Modelos animales de CMT1A y E. …………………………………………………………….….23-24
1.9. La proteína mielínica periférica PMP22. ……………………………………………….…….…..25-27
2. Antecedentes Específicos……………………………………………………………….…….…..…28-31
3. Hipótesis, Objetivo General y Objetivos específicos………………………………….…….………32-33
3.1. Hipótesis…………………………………………………………...……………….……....................32
3.2. Objetivo general………………………………………………………………………….…………...32
3.3. Objetivos específicos…………………………………………………………………….…….….32-33
4. Materiales y Métodos………………………………………………………………………….…….34-44
4.1 Estrategia experimental………………………………………………….……………………...……..34
4.2 Cuidado y mantenimiento de los animales.…………………….………..……….……………………35
4.3 Grupos Experimentales.…………………………………………………...……………………….35-36
4.4 Extracción y obtención de nervios ciáticos. ………………………….……………………….………36
4.5 Fijación y preparación de nervios ciáticos. ……………………….………………………….……36-37
4.6 Inmunohistoquímica. …………………………………………………………………….……...…37-38
4.7 Microscopia………………………………………………………….……………………..………38-39
4.7.1 Microscopía Óptica Confocal y cuantificación………….……................................………………..38
4.7.2 Microscopía Óptica convencional y cuantificación. …….……….…………………………............39
4.7.3 Microscopía Electrónica. . ……………………………….……….................................……….......39
4.8 Análisis Estadísticos………………………………………….…………………………………….…40
4.9. Detalle metodológico para objetivos específicos……………………………………………........40-44
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5. Resultados………………………………………………………………………….……..…..….….45-63
5.1. Evaluar la expresión de la proteína PMP22 en agregosomas perinucleares asociados al citoesqueletode Vimentina y PMP22 total, en CS de fibras nerviosas periféricas wt y TrJ alimentadosAL…………………………………………………………….…………………………….…..……...45-49
5.2. Evaluar cambios metabólicos en CS de fibras nerviosas de ratones wt y TrJ alimentados AL,consecuencia de la presencia de agregados, focalizándonos en la activación de las vías autofagica-lisosomal……………………………………………………………………….…………….....….….50-52
5.3. Evaluar el tratamiento de RC analizando las fibras nerviosas periféricas de ratones wt y TrJ, sometidosa este tratamiento, con los parámetros analizados en los objetivos 2 y 3.………………………………………………………………………………………………….….......52-53
5.4 Estudiar la cantidad, morfología y tamaños de núcleos de las CS en las fibras nerviosas periféricas deratones wt y TrJ alimentados AL y bajo RC………………………….…….…...……………………..53-54
5.5. Estudiar la citoarquitectura en las fibras nerviosas periféricas de ratones wt y TrJ, alimentados AL ysometidosa RC.…………………………………………………..………………………….…………54-58
5.6. Analizar la morfología y estructura de la mielina en las fibras mielínicas wt y TrJ AL. En comparacióncon estos, se estudiaran los cambios en la mielina en respuesta al tratamiento deRC…………………………………………………………………………………………….………..59-60
5.6. Analizar cualitativamente la ultraestructura de la fibra nerviosa TrJ y wt AL y bajoRC………………………………………………………………………………………..……..…..…58-59
Discusión……………………………………………………………….………………………..….…64-81
6.1 Los perfiles de expresión de PMP22 en los nervios TrJ difieren de los wt y ambos cambiandrásticamente en respuesta a la RC………………………………………………………………….…64-67
6.2 Las rutas autofágica-lisosomal se encuentran alteradas en los nervios TrJ y responden al tratamientoincrementando su flujo en ambos genotipos……………………………………………….……....…..67-70
6.3 La cantidad de núcleos de CS en el genotipo TrJ es mayor que en wt y existe una tendencia a ladisminución con el tratamiento…………………………………………………………….………………70
6.4 La citoarquitectura de la fibra nerviosa es genotipo específico y modulable por el tratamiento deRC………………………………………………………….............................................................…..71-76
6.5 La morfología y estructura de las fibras mielínicas de ambos genotipos AL responden a la RC,incrementando su grosor y confirmando la activación de la ruta autofagica-lisosomal….…………………………………………….……………………………………...……....76-77
6.6 La RC como herramienta terapéutica………………..………………………….……..….………..78-79
6.7 Conclusiones finales y perspectivas……………………..………………………..…………....…..80-81
ANEXO I: Rutas de re plegamiento y degradacióncelular.……………………………………………………………………………................................82-86
7. Referencias………………………………………………………………………………..…..…......87-97
8. Agradecimientos…………………………………………….……………………………………....98-99
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Abreviaciones
SN: Sistema Nervioso
SNP: Sistema Nervioso Periférico
SNC: Sistema Nervioso Central
CS: Células de Schwann
PsCS: Precursores de las CS
SCI: CS inmaduras
NRG1-III: Neuregulina 1 tipo III
MET: Microscopía Electrónica de Transmisión
MEC: Matríz extracelular
NR: Nodo de Ranvier
MAG: Glicoproteína asociada a mielina
ISL: Incisuras de Schmidt-Lanterman
P0: Proteína 0
MBPs: Proteínas de unión a la mielina
PMP22: Proteína periférica de la mielina
CMT: Charcot-Marie-Tooth
VCN: Velocidad de conducción nerviosa
HNPP: Neuropatía hereditaria con sensibilidad a la presión
TrJ: Trembrer J
RM: Rapamicina
AF: Ácido fórmico
DRGs: Ganglios de raíz dorsal.
RC: Restricción Calórica
AL: Alimentación ad libitum
wt: genotipo salvaje
CMT1E: Charcot-Marie-Tooth tipo 1 E
PA: Potencial de acción
HSP: del inglés Heat Shock Proteins.
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mTOR: del inglés mammalian target of rapamycin
CEUA: Comisión de Ética en el Uso de Animales
IIBCE: Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable
TA: Temperatura Ambiente
BI: Buffer de incubación
PMT: fotomultiplicador-
LC3: del inglés Microtubule-associated protein 1A/1B-light chain 3
LAMP1: del inglés Lysosomal-associated membrane protein-1
Nf-68: Neurofilamento 68
F-actina: Microfilamentos polimerizados
TrkC: Receptor tirosin-kinasa tipo C
Ub: Ubiquitina.
MT: Microtúbulos
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Resumen:
Dentro del heterogéneo grupo de las neuropatías hereditarias periféricas humanas, las
alteraciones en el gen codificante de la Proteína de Mielina Periférica 22 (PMP22)
constituyen más del 50%. Charcot-Marie-Tooth 1E (CMT1E), ubicada dentro de este
grupo por su sustitución L16P, es una neuropatía desmielinizante, que afecta
inicialmente la célula de Schwann (CS) y finalmente el axón y la fisiología toda de la
fibra nerviosa. En el modelo murino Trembler-J (TrJ), utilizado para estudiar CMT1E,
la patología manifestada se asocia a dificultades en el plegamiento de PMP22 así como
agregación y acumulación en agregosomas perinucleares. En este contexto la vía
autofágica-lisosomal se observa espontáneamente incrementada, favoreciendo la
eliminación de agregados. De estos antecedentes se desprende la siguiente pregunta
¿Puede ser la estimulación de la autofagia un recurso terapéutico en estas afecciones
neurodegenerativas incurables?
Con la realización de esta tesis, utilizando la estrategia de la Restricción Calórica (RC)
como inductor autofágico, se evaluaron las consecuencias del tratamiento en la fibra
nerviosa. Para ello se estudió inicialmente la biología básica de la fibra en condiciones
normales (wt) y neurodegenerativas crónicas (TrJ). Se logró caracterizar los agregados
proteicos de PMP22 y junto a éstos se analizó la expresión de la proteína PMP22
citoplasmática. Adicionalmente se evaluó el metabolismo de degradación de los
agregados en la CS analizando la ruta autofagica-lisosomal. Por último, se evaluó la
cito-arquitectura de la fibra nerviosa mediante el análisis de sus 3 principales
componentes: microfilamentos, filamentos intermedios y microtúbulos. Estos resultados
fueron complementados con el análisis de la estructura mielínica mediante la evaluación
de parámetros morfométricos así como, de la ultraestructura de la fibra nerviosa. Una
vez establecidos los datos y condiciones basales para ambos genotipos con un régimen
de alimentación ad libitum, se estudiaron las consecuencias del tratamiento de RC
atendiendo cada uno de los aspectos antes mencionados.
Los análisis se realizaron utilizando abordajes de inmunodetección cualitativa y
cuantitativa (microscopía confocal), morfométricos (microscopía óptica, luz transmitida)
y ultraestructurales (microscopía electrónica).
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Introducción y Antecedentes Generales:
El Sistema Nervioso (SN) constituye uno de los sistemas más complejos y relevantes para
el funcionamiento de nuestro organismo. Clásicamente se ha destacado el rol del su
unidad básica, la neurona, para el correcto funcionamiento. Sin embargo en la actualidad
se le ha dado a la glía, considerada tradicionalmente como el “pegamento” que unía a las
células operativas del SN, un lugar de similar importancia en el mantenimiento y
funcionamiento de este sistema.
La clasificación principal divide al SN en: encéfalo y medula espinal que constituyen en
SN Central (SNC), y los nervios periféricos que comunican estos centros con el resto del
cuerpo constituyendo el SN Periférico (SNP). Este último presenta neuronas sensitivas
que conectan los receptores sensitivos con circuitos de procesamiento en el SNC y
neuronas motoras con dos componentes: axones motores que conectan encéfalo y médula
con los músculos esqueléticos (división motora somática) y axones que inervan músculo
liso, cardíaco y glándulas (división motora visceral o autónoma). El origen del SN
vertebrado deriva principalmente de las células de tubo neural que darán lugar al SNC y
las células de la cresta neural que dan origen a las células neuronales y gliales del SNP
(Jessen & Mirsky, 2005). En la presente tesis profundizaremos en conceptos estructurales,
funcionales y moleculares concernientes al SNP.
I.- Unidad estructural y funcional del Sistema Nervioso Periférico (SNP): la fibra
nerviosa.
Los nervios periféricos se componen de numerosas fibras nerviosas que comunican los
centros nerviosos con el resto de los órganos del cuerpo. El axón y todas las CS que lo
acompañan en su trayectoria desde el cono de arranque hasta las proximidades de las
terminales nerviosas constituyen la fibra nerviosa. Las neuronas y las células gliales
interactúan en el SNP, con una proporción significativamente mayor de glías (Quintes et
al., 2010). La presencia de las CS rodeando, aislando y manteniendo los territorios
axonales forma parte de una respuesta evolutiva que ha vuelto más eficiente y veloz la
transmisión del impulso nervioso. Así, la fibra nerviosa constituye una unidad
estructural y funcional; compuesta por CS y axón, cuya organización es esencial para
la propagación del potencial de acción, la conducción saltatoria y la integridad funcional
del axón (Salzer, 2003; Salzer et al., 2008 y Simons & Trotter, 2007). El desarrollo de la
misma requiere una de las más complejas interacciones entre diferentes tipos celulares
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(Simons & Trotter, 2007), hecho que se manifiesta cuando cualquiera de sus dos
componentes se ven afectados como en las neuropatías hereditarias periféricas, tal como
describiremos más adelante.
II.- Origen y desarrollo de las células gliales y fibras nerviosas del Sistema Nervioso
Periférico.
En el desarrollo temprano del SNP, las células de la cresta neural migran en dirección
ventral para generar principalmente los ganglios sensoriales de la raíz dorsal y sus glías
así como las neuronas y glías del SN autónomo. De estas células migratorias surgen los
precursores de las CS (PsCS) y posteriormente las CS inmaduras (CSI). Estas células
surgen durante el período embrionario murino entre el día 12-13. Ambas células
transitorias presentan una dependencia paracrina con el axón, del cual dependen para la
migración, sobrevivencia y proliferación. Esta dependencia asegura que sus proporciones
sean adecuadas para la formación de las futuras fibras nerviosas (Jessen & Mirsky, 2005;
Pereira et al., 2012). Mientras esto ocurre a nivel de gliogénesis, los axones que formarán
los nervios periféricos se encuentran emitiendo prolongaciones axonales que buscan
contactar sus tejidos blanco, para posteriormente inervarlos. Durante este proceso, el axón
y los PsCS se encuentran en íntimo contacto.
Continuando con la gliogénesis, entre el día 14-15 de gestación, los PsCS pasan a ser CSI
encerrando grupos de axones, entre los que seleccionarán aquellos que eventualmente
mielinizarán, así como con los que establecerán vínculos amielínicos. En este momento,
las CS han adquirido la capacidad de auto-regular su supervivencia mediante la
segregación autocrina de un grupo de factores de sobrevivencia tales como el Factor de
Crecimiento IGF2 (del inglés Insulin Growth Factor 2), Neurotrofina 3 NT3 (del inglés
Neurotrophin3), entre otros (Meier et al., 1999). Finalmente, cerca del nacimiento, las
CSI pasarán a ser CS maduras, cuyo destino dependerá del diámetro del axón al cual están
asociadas. Aquellas CS que contactan grandes axones (>1µm) se diferencian en CS
mielinizantes y las que contactan axones de pequeño calibre permanecen en surcos de las
CS en un estado no mielinizante o amielínico formando los llamados “sacos de Remak”
(Sherman & Brophy, 2005). El determinante de esta diferenciación parece ser la cantidad
de Neuroregulina 1 tipo III (NRG1-III) expresada por el axón y no el diámetro axonal
per se (Simons & Trotter, 2007). En el esquema de la Figura 1 se detallan las transiciones
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celulares que ocurren en desarrollo del linaje de las CS (Jessen & Mirsky, 2005; Pereira
et al., 2012).
Figura 1.El linaje de las CS. Desde su desarrollo hasta su diferenciación, ocurren una sucesión de eventoscelulares que determinan que las CS pasen por estados transicionales que incluyen: la transición de célulasmadre migratorias de la cresta neural hacia la formación de PsCS, la transición desde PsCS hacia laformación de CS inmaduras y finalmente, transición de CSI a CS maduras pro-mielinizantes o nomielinizantes. Imagen tomada de Jessen & Mirsky, 2005.
Cuando se da la unión entre CS pro-mielinizantes y axón, se activan cascadas moleculares
que llevarán al comienzo de la mielinización. A través del proceso conocido como
selección radial o “radial sorting”, previo a la mielinización, cada CS selecciona el axón
que envainará, para establecer la típica relación 1:1 de las CS maduras mielinizantes en
el SNP (principal diferencia con la mielinización del SNC). De esta manera, las fibras
nerviosas periféricas presentan una CS para cada segmento internodal (entre los nodos),
pudiendo un axón periférico estar envainado por miles de CS a lo largo de su longitud.
III.- Mielinización, regulación génica y función mielínica:
La mielinización se produce durante un período prolongado en las tres primeras semanas
de vida en roedores y durante un período que se inicia en la vida embrionaria y termina
con la pubertad en humanos (Berthold et al., 2005). Su comienzo ocurre luego del
establecimiento de la polaridad celular por señales extrínsecas axonales, donde el
complejo Par-3 (miembro de la familia de proteínas adaptadoras Par) se localiza en la
membrana glial interna adyacente al axón (membrana adaxonal). Allí, actúa en la
adhesión al axón reclutando el receptor de Neurotrofina 75 (p75NTR). Se forma así un
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complejo bicelular que participa del establecimiento de la polaridad celular, necesaria
para el comienzo de la mielinización (Chan et al., 2006). Luego de esto, ocurre la
mielinización, proceso de múltiples pasos en el que una CS adhiere a un axón, su
membrana interna crece ajustándose a su circunferencia, extendiéndose longitudinal y
radialmente a medida que avanza el desarrollo, para posteriormente rodearlo totalmente
y plegarse en torno a él. La membrana de la CS forma repliegues concéntricos y
espiralados rodeando el axón de 10-100 veces (Quarles et al., 2006). El diámetro del
axón está en relación con el espesor de esta vaina, es decir, con el número de vueltas de
la membrana de la CS. Mantienen así una relación aproximadamente constante: el
diámetro del axón es 0,6 veces el diámetro de la fibra. Una vez enrollada, ocurre la
extrusión de citoplasma (con excepción de los bordes) y compactación mielínica,
resultando en la organización multilaminar propia de la mielina (Webster, 1993; Salzer.,
1997). La figura 2 muestra como es la organización de las láminas de mielina observadas
a nivel ultraestructural mediante Microscopía Electrónica de Transmisión (MET), la
mielina aparece como una estructura laminar que se observa como líneas oscuras
(electrondensas) y claras (translucidas) alternadas que se disponen en espiral alrededor
del axón.
Figura 2. Micrografía electrónica de la mielina. En la fotografía A se observa la típica alternancia entrelas zonas electrondensas (señaladas con flechas) y traslúcidas (cabezas de flechas) de la mielina compacta.Imagen tomada de King R, 2013. En en el panel izquierdo B se observa una microscopía electrónica de lamielina compacta a mayor aumento, donde se observan las laminas alternadas conocidas como intraperíodo(que es en realidad una doble lamina) y la linea densa principal. En el panel derecho B se observa como esla ubicación de las principales proteinas mielinicas: P0 formando tetrameros, PMP22 formando dimeros yMBP monomeros. Támbien se indican los glicolípidos galactocerebrosido y sulfátido. Se indica además elgrosor de las bicapas lipídicas, asi como los espacios intra y extracelulares. Imagen tomada de Scherer &Arroyo, 2002.
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A nivel de regulación génica, la mielinización de las CS en el SNP está bajo un estricto
control transcripcional, post- transcripcional y epigenético. El control transcripcional
incluye varios factores de transcripción, cuyo eje de activación principal pasa por Sox10
(del inglés SRY-related HMGbox-10) que activa Oct6 (del inglés octamer-
bindingtranscriptionfactor-6). Sinérgicamente ambos factores inducen la expresión de
Krox20 (Egr2) (del inglés early growth response-2), el cual activa la expresión de
algunos genes mielínicos, suprime inhibidores de la mielinización y mantiene el estado
mielinizante (Jagalur et al., 2011; Mirsky et al., 2008). Consistente con su rol central,
Sox10 también participa en la progresión de la mielinización y su mantenimiento.
Además de los factores de transcripción mencionados previamente, en la Figura 3 A
podrán encontrar otros factores que también participan del proceso (coloreados en azul).
Junto a estos activadores coexisten una serie reguladores negativos con menor
participación, como Notch y c-Jun que participan en la desmielinización mediada por
injurias provocando la desdiferenciación de las CS. Sox2, Id4 y Id2 participarían también
como reguladores negativos de la mielinización (Figura 3 A blanco y amarillo).
A nivel epigenético la activación de NF-kB (del inglés nuclear factor of k light
polypeptide gene enhancer in B cells) mediada por NRG1-III parece ser crucial para la
mielinización (Limpert & Carter, 2010). Apoyando estos resultados, la desacetilación de
NF-kB por las histonas desacetilasas HDAC1 y HDAC2 promovería la activación del
gen Sox10 (promoviendo la mielinización). Otros estudios reportaron que también Sox10
podría reclutar HDAC1 y HDAC2 a regiones regulatorias no solo del gen Sox10 sino
también de Krox20, actuando nuevamente en la promoción mielínica. La figura 3 B
esquematiza lo descrito respecto a este nivel de regulación.
Finalmente, algunos micro ARNs funcionarían como reguladores transcripcionales
participando en la mielinización periférica. Se ha visto que la deleción de Dicer en CS
causa el detenimiento de la diferenciación y la promoción del estado pro-mielinizante
(Pereira et al., 2010; Pereira et al., 2012). Otras mutaciones en la misma molécula llevan
a defectos en la selección radial, incrementos en la proliferación y apoptosis en el
desarrollo postnatal (Yun et al., 2010; Bremer et al., 2010). Además de esto, se ha visto
que a consecuencia de estas alteraciones, la integridad axonal se ve comprometida
indicando efectos a nivel de las interacciones CS-axón que mantienen la integridad de la
fibra (Pereira et al., 2010). Se propone que podrían participar en la supresión de
inhibidores de la mielinización desplazando el equilibrio entre inhibidores y activadores
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a favor de los reguladores positivos (Pereira et al., 2010). En la figura 2B se esquematiza
lo descrito respecto a este nivel de regulación.
Además de estos mecanismos de regulación propios de las CS, el resto de los
componentes de la fibra nerviosa periférica participan activamente en la regulación
mielínica. Brevemente recordaremos la NRG1-III, cuya expresión es axonal y su rol es
clave activando la mielinización de las CS mediante la unión con ErbB2–ErbB3 (del
inglés erythroblastic leukemia viral oncogene homolog-2/3) (Birchmeier & Nave, 2008).
Además, participa controlando el grosor mielínico en función del calibre axonal. Sobre la
NRG1-III existen complementariamente mecanismos de proteólisis que mediante el
clivaje de NRG1-III regulan la mielinización y modulan así la cantidad de proteína
funcional. Esto puede repercutir sobre la mielinización tanto activándola como
inhibiéndola (La Marca et al., 2011).
Adicionalmente, las interacciones entre CS-axón impactan en la mielinización,
encontrándose en este contexto tanto a Necl4 (del inglés nectin-like protein-4) que
mediante su interacción con Necl-1 promueve la mielinización (Maurel et al., 2007;
Spiegel et al., 2007) como a MAG (del inglés myelin-associatedglycoprotein) que
presenta un rol importante en el mantenimiento de la estructura axonal, impidiendo el
brotamiento. Finalmente, la presencia de una lámina basal rodeando las CS es un
prerrequisito crucial para la mielinización (Schachner, M & Bartsch, 2000). El contacto
con la matríz extracelular (MEC) mediado por receptores específicos, permite que las CS
integren las señales de crecimiento y diferenciación con la dinámica del citoesqueleto
promoviendo de esta forma la mielinización y el mantenimiento mielínico (Pereira et al.,
2012). Las lamininas mediante su unión a β1 integrinas y receptores de distroglicanos
influencian la selección radial, y en estadios posteriores, la organización nodal e
internodal (Feltri & Wrabetz, 2005; Yang et al., 2005). Se ha postulado igualmente, en
nervios de rata el rol del colágeno XV vinculado a la lámina basal, en la modulación de
la mielinización (Rasi et al., 2010).
La principal función de la mielina es servir como aislante y facilitar la propagación de la
señal a través del axón, conservando la energía y el espacio. Los potenciales de acción
generados en el segmento inicial del axón se regeneran en los nodos de Ranvier (NR),
haciendo más rápida y eficiente la propagación del impulso nervioso (Salzer, 1997; Poliak
& Peles, 2003). Su rol en el mantenimiento de la integridad axonal es fundamental,
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regulando el diámetro axonal, el espaciamiento y fosforilación de neurofilamentos y
agrupando canales de Na+ en NR (Simons & Trotter, 2007).
Figura 3. Regulación de la mielinización a nivel transcripcional, epigenético y post-transcripcional.En a se observan los posibles mecanismos implicados en la regulación transcripcional. En b se observa laregulación epigenética y mediante miARNs. Los mecanismos están explicados en el texto. Imagen tomadade Pereira et al., 2012.
IV.- Organización polarizada de la fibra nerviosa:
Las CS mielinizantes y las fibras nerviosas son extremadamente polarizadas, morfológica
y molecularmente. Un evento clave durante el proceso de mielinización es que todas las
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moléculas de adhesión, canales iónicos y proteínas asociadas al citoesqueleto que se
encuentran expresadas uniformemente en la fibra nerviosa, se redistribuyen hacia
distintas regiones o dominios a medida que avanza la mielinogénesis. Al formarse la
mielina, se determinan dominios específicos: las regiones de la fibra nerviosa rodeadas
de mielina se denominan internodos, entre los que se ubican los NR. Esta sucesión de
dominios constituye la polaridad longitudinal de la fibra nerviosa, en la cual las CS
contiguas se estructuran en torno al NR, flanqueándolo con las uniones paranodales, los
juxtaparanodos e internodos. Coincidente con esta polarización, una vez finalizada la
mielinización, la membrana interna de la CS (adaxonal) y el axolema (membrana del
axón) quedan en estrecho contacto y se organizan transversalmente estableciendo una
polaridad radial donde la membrana glial externa está en contacto con la lámina basal y
MEC y la interna con el axolema y el citoesqueleto submembranoso (Salzer, 2003; Poliak
& Peles, 2003).
Profundizando en la polaridad longitudinal, los NR son puentes entre las CS
mielinizantes de aproximadamente 1µm de longitud donde el axolema está enriquecido
en canales de Na+ dependientes voltaje (principalmente Nav1.6), cuya función es
regenerar el potencial de acción (PA) y comunicarlo al próximo nodo (Hille, 2001). Los
NR están cubiertos por interdigitaciones (microvillis) del citoplasma abaxonal de las CS
(externo a la mielina), las cuales establecen un íntimo contacto con el axolema nodal. Los
microvillis están enriquecidos en el complejo de señalización ERM (Ezrin, Radixin y
Moesin). Flanqueando los NR, en los paranodos, se hallan una serie de uniones axo-
gliales especializadas que promueven la adhesión entre el axón y las glías, y constituyen
una barrera a la difusión lateral de los canales iónicos nodales. Más allá de los paranodos,
se encuentran los juxtaparanodos que quedan debajo de la primera porción de mielina
compacta y están enriquecidos en canales de K+1.1 y 1.2, los cuales participarían durante
la repolarización del potencial de acción. Por último llegamos al dominio más grande el
internodo, cuya ubicación es bajo la mielina compacta donde puede tener 1mm de largo
o más en fibras adultas del SNP (Abe et al., 2004). Esta región mantiene un espacio
periaxonal uniforme, el cual esta alterado por ejemplo en las zonas donde los axones
contactan con las incisuras. Allí se recapitularían los complejos proteicos presentes en
paranodos y juxtaparanodos (Peles & Salzer, 2000).
Cada dominio contiene un único set de moléculas de adhesión entre las membranas de la
CS y el axón. Estas moléculas de adhesión establecen contacto con el citoesqueleto
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submembranoso, mediante complejos proteicos, con lo que se da estabilidad a cada
dominio (Susuki & Rasband, 2008).
Figura 4. Organización y composición de los distintos dominios de las fibras mielínicas periféricas.Una sección longitudinal de la fibra nerviosa es esquemáticamente ilustrada en el panel superior, en ella seindica en azul la región nodal que es contactada por los microvillis que provienen de las membranasexternas de las CS, en verde las uniones entre los bucles paranodales y la membrana axonal a nivel delparanodo, en violeta el juxtaparanodo y finalmente en naranja el internodo. El cuadro inferior, indica lasprincipales proteínas de cada dominio que participan en el establecimiento de las uniones que mantienenestructurados los dominios, incluyendo los expresados por las CS, axón, citoesqueleto axonal y canalesiónicos axonales. Imagen tomada de Salzer et al., 2008.
Respecto de la polaridad radial, profundizaremos en ella en la región del internodo,
donde las membranas plasmáticas de ambas células están separadas por una distancia
constante (12–13 nm) (Oguievetskaia et al., 2006). Si bien la identificación de las
moléculas que participan en el ensamblaje de ambas membranas no es extensa, MAG
(glicoproteína asociada a mielina) ha sido una de las primeras proteínas descritas allí. Su
función es actuar en la promoción de interacciones iniciales uniendo la primer capa de
mielina alrededor de los axones (mesaxón interno), actuando con diferentes componentes
en el desarrollo ulterior de la mielina, encontrándose también en las Incisuras de Schmidt-
Lanterman (ISL) (Trapp, 1990). Además de MAG, se han descrito a la familia Necl de
moléculas de adhesión (Necl, por su nombre en inglés Nectin like), las cuales presentarían
roles claves en la relación axo-glial internodal, promoviendo la diferenciación y
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mielinización de la CS, así como participando en la organización del internodo y las ISL
(Sakisaka & Takai, 2004).
Siguiendo la fibra en sentido radial, luego del espacio entre axón-mielina, sigue la región
mielínica. Según el grado de compactación, la mielina puede ser dividida en dos regiones
estructural y funcionalmente distintas que determinan dos subdominios: mielina
compacta y mielina laxa. La primera región, cuya función es el aislamiento, inhibe
completamente el intercambio de iones durante la conducción nerviosa. La mielina
compacta tiene una composición que incluye principalmente colesterol y esfingolípidos
así como galactocerebrosidos y sulfatidos (Suter & Scherer, 2003). Una proporción
menor se compone de proteínas, cuyas cantidades rondan: proteína 0 (P0) (50%),
proteínas de unión a la mielina (MBPs) (25%) y la proteína periférica de la mielina
(PMP22) (5-7%), entre otras de menor proporción. La glicoproteína P0 es una proteína
integral de membrana cuyo rol es unir las láminas mielínicas adyacentes a intervalos
espaciales regulares. Las MBPs, se ubican en la cara citosólica de la membrana glial
participando en la formación de la mielina y en la reducción de la capacitancia del
internodo. Por último, PMP22 es una proteína integral de membrana, cuya importancia
funcional es relevante en el desarrollo de desórdenes hereditarios en el SNP, tal como se
describirá más adelante. En la figura 2 se muestra como es su disposición en la mielina
compacta.
Las regiones de mielina laxa están presentes en los bucles paranodales, en ambos
extremos de una misma CS, contiguos a las regiones nodales y en las ISL. Estas últimas
son regiones de mielina laxa internodal que discontinúan longitudinal y transversalmente
la mielina compacta. En la mielina laxa se expresan Caderinas y Cateninas (uniones
adherentes), Conexina32 (uniones comunicantes) y Claudinas (uniones cerradas)
además de MAG (Trapp, 1990). Las ISL pueden considerarse canales citoplasmáticos
espiralados que se extienden desde las superficies abaxonales hacia las regiones más
internas, cuya presencia es necesaria para expandir y mantener la estructura mielínica del
internodo y comunicar las regiones peri-mielínicas gliales entre sí (Cajal, 1928;
Robertson, 1958; Hall & Williams, 1970 y Ghabriel & Allt, 1987). La función y el
rol biológico de las ISL no han sido completamente elucidados, clásicamente se ha
postulado que están involucradas en el crecimiento, mantenimiento y metabolismo
mielínico especialmente en aquellos internodos remielinizados donde su frecuencia se
encuentra incrementada (Cajal, 1928). Otras hipótesis, sugieren que actuarían como un
16 | P á g i n a
atajo citoplasmático para sustancias que atraviesan la mielina desde regiones más
externas hacia las más internas (Singer & Salpeter, 1966; Singer & Green, 1968; Singer
et al., 1972; Rawlins, 1973). Se propone que estos “atajos” parecen estar destinados al
tránsito de “maquinaria” de síntesis (ribosomas, ácidos nucléicos), para sustentar el
mantenimiento de la propia CS y la mielina y quizás también el del axón (Kun et al.,
2007, Kun et al., 2012a).
Fuera de la mielina, sigue una región de citoplasma externa a la CS que se encuentra en
contacto con la membrana externa y en comunicación con el núcleo de la CS.
Envolviendo la CS y la fibra nerviosa toda, se encuentra la MEC. Esta última consiste en
una malla tridimensional compuesta principalmente por proteínas y carbohidratos.
Generalmente se ubica en los espacios intersticiales de los tejidos, presentando roles en
la migración, proliferación y diferenciación celular, así como brindando soporte y
regulando la comunicación intercelular (Gonzalez-Perez et al., 2013). En la fibra
periférica, la lámina basal (capa de la MEC) es secretada principalmente por las CS
maduras, y está compuesta principalmente por Colageno del tipo IV, laminina,
fibronectina y nidógenos (Bryan et al., 2012). Como ya hemos mencionado, la MEC
mediante las lamininas y el colágeno, participa activamente en el desarrollo de la fibra
nerviosa periférica. Las primeras regulan proliferación, sobrevivencia y dinámica del
citoesqueleto de actina de las CS; todos procesos esenciales para la selección radial y la
mielinización. El colágeno y sus receptores por su parte promueven la adhesión, su
extensión y mielinización de las CS junto al crecimiento de las neuritas (Chernousov et
al., 2008). Además de participar en el desarrollo de la fibra, presenta funciones
importantes en los procesos de reparación y regeneración (Bryan et al., 2012),
influenciando distintas facetas de la regeneración. La fibronectina por ejemplo, se vería
incrementada atrayendo a las CS la zona de regeneración (Mathews et al., 1995;, Baron-
Van Evercooren et al., 1982; Ahmed & Brown, 1999). Las lamininas tendrían un rol en
promover la regeneración regulando el crecimiento axonal (Zhang et al., 2003; Chen &
Strickland, 2003). Conjuntamente, el nidógeno se vería incrementado luego de injurias
(Lee et al., 2007) y parecería ser necesario para la extensión de las neuritas. Otros
componentes adicionales se han visto modulando la regeneración (Bryan et al., 2012) y
formando parte de la batería de respuestas de la fibra nerviosa a injurias.
Por fuera de la lámina basal se encuentra una capa de tejido conectivo denominado
endoneuro, que recubre cada fibra.
17 | P á g i n a
V.- Cito-arquitectura de la fibra nerviosa:
El citoesqueleto constituye una compleja red tridimensional de filamentos proteicos
encargados de proveer estructura, determinar la morfología celular, ubicar los distintos
organelos celulares, organizar y realizar el movimiento celular, así como formar los rieles
sobre los cuales ocurre el transporte intracelular. Lejos de constituir una estructura rígida,
es un sistema muy dinámico que se encuentra fuertemente regulado. En la fibra nerviosa
periférica el citoesqueleto de ambas células se desarrolla por separado. Sin embargo, una
vez establecida la unidad funcional y estructural entre ambos tipos celulares, parecerían
modularse recíprocamente.
En etapas tempranas del desarrollo, el citoesqueleto posee una activa participación en
ambos componentes de la fibra nerviosa. En neuronas, células altamente polarizadas,
ocurren procesos de establecimiento de polaridad y especificación del axón. En sus
proyecciones se da una puja entre desarrollarse en el futuro axón o en dendritas y son los
elementos del citoesqueleto, particularmente los filamentos de actina y microtúbulos, así
como sus proteínas motoras asociadas y sus mutuas interacciones, los cuales determinarán
la identidad final de cada proyección (Stiess & Bradke, 2011). Tal como se detalla en la
figura 5, en el transcurso de la formación del axón, el citoesqueleto neuronal sufre una
intensa actividad de reordenamiento.
Figura 5. Mecanismos de polarización neural. En el curso de la polarización neronal, el citoesqueletosufre una serie de reordenamientos que incluyen: (a) El citoesqueleto de actina se vuelve más dinámico enel cono de crecimiento de una neurita y continúa en este estado (b) hasta que se establece el futuro axón(c). Cambios similares ocurre a nivel de la tubulina, sobre la cual se localiza la Kinesina 1. Imagen tomadade Witte & Bredke, 2008.
Al parecer, una distorsión local de la estabilidad del citoesqueleto de actina impediría la
obstrucción y protrusión de los microtúbulos, con un consecuente impedimento del
crecimiento dendrítico y favorecimiento del desarrollo de un axón (Bradke et al., 1999).
Una vez establecida la neurita que se transformará en axón, los microtúbulos protruyen y
18 | P á g i n a
se estabilizan. Posiblemente el centrosoma se posicione en la base del futuro axón
temprano en el desarrollo, promoviendo la polarización del citoesqueleto de
microtúbulos. Otros autores, proponen un cambio en el orden de los acontecimientos,
postulando que una breve estabilización local de los microtúbulos sería el determinante
para que una neurita tome el rol de axón (Witte et al., 2008). De esta forma, la dinámica
de la polimerización de la actina junto a la estabilización de los microtúbulos orquestan
la polarización neuronal (Witte & Bradke, 2008).
Por su parte, las CS deben polarizar su citoplasma externo y formar distintos dominios:
las bandas de Cajal y trabéculas y las aposiciones, placas o parches (Ramón & Cajal,
1933). Estos últimos deben su nombre a su apariencia en micrografías electrónicas e
inmunotinciones respectivamente (Sherman et al., 2001; Albrecht et al., 2008). En la
figura 6 se pueden observar los mismos mediante distintas técnicas. El primer dominio
está constituido fundamentalmente por actina filamentosa y microtúbulos, los cuales una
vez compacta la mielina formarán canales citoplasmáticos que funcionaran como vallas
restringiendo la localización de los segundos dominios. En estos últimos se localiza
específicamente la Distrofina 2 (DRP2 del inglés distrophin related protein 2), la cual a
través de uniones con otras proteínas enlaza a la fibra con su MEC (Saito et al., 1999;
Yamada et al., 1996). En la fibra nerviosa en formación, estas rutas citoesqueléticas
presentes tanto en el citoplasma axonal como en el glial, son imprescindibles para el
transporte hacia la terminal sináptica y el mantenimiento del axón, así como el
direccionamiento de moléculas hacia dominios gliales distantes para la formación de la
mielina. Por intermedio de ellas se asegura una correcta transmisión nerviosa en la
terminal, elongación de la CS y síntesis mielínica (Kidd et al., 1994; Trapp et al., 2004).
Figura 6. Fibras longitudinales donde se observan las bandas de Cajal a nivel de las CS. Las bandasprotoplasmáticas transversales del panel a fueron tenidas con plata por Ramón y Cajal. En b se puedenobservar fibras marcadas con Falloidina (verde) y DRP2 Distrofina 2 (rojo). El citoplasma de las CS seexcluye de las regiones marcadas para DRP2. En c se observa la marcación citoplasmatica de S100. Imagentomada de Court et al., 2004.
19 | P á g i n a
VI.- Importancia de la interacción entre CS y axón:
Como ya hemos visto, el desarrollo de las fibras mielínicas periféricas requiere una
compleja interacción entre CS y neuronas. Señales axonales regulan la proliferación,
supervivencia y diferenciación de CS y al mismo tiempo participan en la determinación
del grosor mielínico. Mientras tanto, las señales gliales regulan el citoesqueleto,
transporte axonal y son requeridas para la supervivencia neuronal (axonal). Como fruto
de esta unión celular interdependiente, existe una óptima relación entre el diámetro
axonal, el grosor mielínico y el tamaño internodal, lo cual lleva a una velocidad de
conducción nerviosa máxima (Poliak & Peles, 2003).
Cuando, por diferentes causas (envejecimiento, cambios metabólicos agudos o crónicos,
injurias puntuales o permanentes, mutaciones, etc), el equilibrio funcional y estructural
axón-glia se altera, las consecuencias inmediatas reflejan la responsabilidad integrada de
ambos tipos celulares (CS y axón) en el mantenimiento de la fibra nerviosa. Como
consecuencia del desplazamiento de este equilibrio, la expresión génica, la distribución
de marcadores dominio específicos, la estructura de la mielina y de la fibra nerviosa toda
pueden verse alterados. Así, ambas células parecen compartir mecanismos de regulación
que involucran y vinculan sus respuestas celulares tanto en condiciones normales como
neurodegenerativas (Maier et al., 2002; Niemann et al., 2006).
La importancia de esta relación se manifiesta claramente en las neuropatías periféricas
hereditarias con mayor predominio, Charcot-Marie-Tooth (CMT) (Sahenk, 1999). Las
alteraciones moleculares que determinan los múltiples subtipos de esta última, tienen su
origen genético en mutaciones que afectan tanto a proteínas intrínsecas de CS, como de
las neuronas cuyos axones constituyen la fibra nerviosa. Sin embargo, las diferencias
entre sus formas desmielinizantes y axonales no son del todo claras (Maier et al., 2002).
Mientras las causas genéticas que determinan las CMT son heterogéneas, la mayoría de
las formas presentan manifestaciones clínicas que resultan de la degeneración y pérdida
de axones distales y generalmente el tiempo hace que confluyan en axonopatías
funcionales. Este hecho evidencia una compleja e interconectada participación de CS y
axones en el fenotipo resultante de la patología. Por este motivo, numerosos
investigadores han intentado comprender los caminos de señalización y los mecanismos
por los cuales las alteraciones en la CS influencian la relación glía-axón, tanto en el
desarrollo de la fibra nerviosa como en su establecimiento en individuos adultos.
20 | P á g i n a
VII.- Neuropatías y síndrome Charcot Marie Tooth
Las neuropatías constituyen enfermedades neurológicas con un amplio espectro de signos
clínicos. Sus causas pueden ser extremadamente variadas incluyendo factores genéticos
así como no genéticos. Dentro de las neuropatías hereditarias periféricas, el síndrome
CMT, ha sido uno de los subgrupos donde más se ha profundizado en los mecanismos
que la subyacen (Shy et al., 2005; Nave et al., 2007). CMT, fue descrita por primera vez
en 1886 (Charcot & Marie, 1886; Tooth, 1886) y constituye la neuropatía periférica
humana que reúne los desórdenes hereditarios más frecuentes del SNP afectando a sus
principales células: CS, neuronas sensitivas y motoras, así como la relación entre ambas.
Se hereda habitualmente en forma autosómica dominante aunque también existen formas
recesivas y ligadas al cromosoma X (Giambonini-Brugnoli et al., 2005; Russo et al.,
2011). Clásicamente se ha dividido a estos desordenes en 2 grandes grupos con un similar
fenotipo clínico, distinguiéndose las CMTs primariamente desmielinizantes o
Schwannopatias (CMT1), definidas por una reducción en la velocidad de conducción
nerviosa (VCN) y las primariamente axonales o axonopatías (CMT2), con VCN normales
y potenciales evocados sensoriales y motores de reducida amplitud (Nave et al., 2007). A
pesar de esta clasificación inicial, en consonancia con el avance en el conocimiento
genético en los últimos años, se han identificado 53 loci y 36 genes específicos
relacionados con diferentes tipos de CMTs, surgiendo así una clasificación más amplia
de estas afecciones (en la Figura 7 se muestra una de las posibles clasificaciones de lasa
CMTs). A pesar de que los datos epidemiológicos de CMT son difíciles de obtener, se
estima la prevalencia de este trastorno en 1/3300 (Bird, 2013), siendo la más común de
las neuropatías periféricas de origen genético.
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Figura 7. Los gráficos muestran la clasificación de tipos de CMTs extraída de NCBI Bookshelf GeneReviews, Charcot-Marie-Tooth Hereditary Neuropathy, basada en patrones de herencia y genéticamolecular. Así, CMT1 se corresponde con anormalidades mielínicas, CMT2 con axonopatías, IF o formaintermedia, incluye individuos con una combinación de axonopatía y mielinopatía, CMT4, puede seraxonopatía o mielinopatía, y CMTX es una axonopatía con cambios mielínicos secundarios. Dentro delgrupo de las CMT1A, los 6 subtipos son clínicamente indistinguibles, diferenciándose únicamente en basea la alteración genética que lo provoca. Así, CMT1A y 1E son generadas por alteraciones genéticas en elgen de PMP22, CMT1B por mutaciones en P0, CMT1C por mutaciones en el liposacárido inducido por elTNF, CMT1D por la proteína 2(P2) de respuesta temprana al crecimiento y por último, CMT1F/2E poralteraciones en los neurofilamentos livianos. Datos tomados de Bird, 2013.
Las neuropatías producen degeneración progresiva de los nervios periféricos, llevando a
inestabilidad mielínica. Esto resulta en afecciones motoras y sensoriales, cuyas
manifestaciones clínicas principales son amiotrofia, debilidad muscular, déficit motor
progresivo en miembros inferiores y posteriormente superiores. Además puede generar
deformidades en pies y manos, lo cual se conoce clínicamente como pie cavo y mano en
garra. Los déficits sensoriales y el dolor son menos prominentes en CMT en relación con
otras neuropatías (Shy et al., 2005; Nave et al., 2007). La edad en la cual aparecen las
manifestaciones clínicas es variable dependiendo de las distintas formas, pero suele ser
entre la primera y la tercera década de vida. La evolución clínica es crónica y lentamente
progresiva. El esquema de la figura 8, ilustra como a pesar de los distintos orígenes
genéticos y los diferentes signos clínicos, todas las CMT parecen confluir en un mismo
camino patológico.
CLASIFICACIÓN DE CMT:
PMP221A
1B
1C
1E
1D/1F/2E/others
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Figura 8. Ruta común para patogénesis de CMT. Las neuropatías desmielinizantes son clínicamentediferentes de las axonopatías según criterios genéticos y electrofisiológicos. Ya sea por las presencia dealteraciones genéticas en las CS que resultan en déficits en la formación y mantenimiento mielinico (1) oen dificultades para mantener la integridad axonal (2); la disfunción glial suele perturbar la integridadaxonal tanto las neuropatías desmielinizantes como las axonopatías, haciendo que confluyan en un caminopatológico común (3). Figura tomada de Nave et al., 2007.
CMTs de tipo 1.
Las neuropatías desmielinizantes (CMT1), mielinopatías, presentan mutaciones que
alteran la integridad estructural de la mielina, representando del 40 al 50% de las CMTs.
Dentro de este grupo, alteraciones en el gen de PMP22 constituyen el 85% (Bird, 2013).
Fenotípicamente, se identifican las CMT1 por la pérdida de masa y debilidad muscular,
electromiograma con muestras de signos espontáneos de denervación muscular así como
pérdida axonal. La desmielinización altera la distribución de los canales iónicos axonales,
lo cual repercute en la regeneración y la propagación de potenciales de acción, resultando
en la reducción en la VCN (Salzer et al., 2008). Esta disminución aparece aún antes que
los signos clínicos, sirviendo en el diagnóstico precoz de la enfermedad.
Histológicamente, los detalles relevantes son: desmielinización segmental,
remielinización paranodal e hiperplasia concéntrica de la vaina de mielina (imágenes en
“bulbo de cebolla”).
CMT1A es un desorden autosómico dominante causado por una duplicación en el
cromosoma 17p11.2-12, de un segmento de ADN que contiene al gen de PMP22 entre
otros genes. Este grupo incluía además, los casos de CMT1 generados por mutaciones
puntuales en el gen de PMP22, sin embargo actualmente se los ha clasificado dentro de
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un nuevo subtipo, CMT1E (Bird, 2013; Li et al., 2013a). Los pacientes CMT1E presentan
fenotipos clínicos que no se distinguen de los pacientes con otros subtipos de CMT1. Las
mutaciones puntuales conocidas en PMP22 incluyen: 44 sustituciones aminoacídicas
provocadas por cambios de base, 14 deleciones, 2 inserciones, 1 translocación recíproca,
varias mutaciones en sitios de empalme así como sustituciones de una base en el exón1A
no codificante y en la región 3´ UTR (Fig. 9). Con solo unas pocas excepciones, las
mutaciones en PMP22 se heredan de forma autosómica dominante (Russo et al., 2011).
Dada la variabilidad fenotípica de los pacientes, el diagnóstico definitivo de CMT1E debe
acompañarse del análisis genético de PMP22. Clínicamente presentan los mismos
síntomas ya mencionados anteriormente. Se cree que CMT1E posee un mecanismo de
ganancia de función tóxica diferente al mecanismo presente en portadores de
duplicaciones (Giambonini-Brugnoli et al., 2005).
Figura 9. Estructura del gen de PMP22 y su proteína. En A se representa esquemáticamente el gende pmp22 humano con sus 6 exones. El exón 1a contiene el transcirpto expresado en las CS y el 1b el quese expresa en las células no neurales. En B se muestra una representación esquemática de la topología dela proteína donde se observan los dominios intra y extracelulares, asi como los 4 dominios transmembrana.En ella se muestran además varias de las mutaciones que generan tanto CMT1A y E entre otras neuropatíascausadas por alteraciones en PMP22. Figura tomada de Nave et al., 2007.
VIII.- Modelos animales de CMT1A y E:
Los modelos animales son muy útiles para estudiar los procesos fisiopatólogicos de las
neuropatías periféricas. Al mismo tiempo pueden ser de gran utilidad para el ensayo de
nuevos fármacos y aproximaciones terapéuticas. En relación a las mutaciones en el gen
24 | P á g i n a
de PMP22 que generan diversas neuropatías, existen modelos específicos para cada una
de las causantes genéticas incluyendo duplicaciones, deleciones y mutaciones puntuales
(Russo et al., 2011).
Mucho de lo que se conoce de la patogénesis de CMT1E ha sido derivado del estudio en
dos modelos murinos: Trembler y Trembler J (Suter et al., 1992; Valentijn et al., 1992).
En particular, nuestro grupo de trabajo cuenta con el modelo Trembler J (TrJ), el cual
surgió en 1979 en el Laboratorio Jackson (USA) y ha sido instalado y mantenido desde
el año 2008 en el Bioterio del Instituto de Investigaciones Clemente Estable (IIBCE). Los
TrJ presentan como características fenotípicas parálisis espásticas y un temblor
generalizado, los cuales estarían causados genéticamente por una mutación puntual
autosómica semi-dominante, identificada en el gen de pmp22. Esta mutación se ubica en
el cromosoma 11 de ratón, el cual presenta regiones de síntenia conservada con el
cromosoma 17 humano (Buchberg et al., 1989). Como consecuencia de ella, ocurre una
modificación del primer dominio transmembrana de la proteína final, provocando el
reemplazo de una Leucina por una Prolina en el residuo 16 (L16P). Esto impide el normal
plegamiento de la proteína y modifica su inserción en la membrana, afectando sus
interacciones extra o intracelulares consigo misma, así como con otras moléculas (Suter
et al., 1992; Quarles et al., 2006). Esta proteína no solo pierde la capacidad de plegarse
correctamente, sino que adquiere un efecto tóxico para la CS (Tobler et al., 2002; Myers
et al., 2008). Los hallazgos patológicos encontrados en sus nervios incluyen disminución
marcada de la mielinización del axón con perfiles de degeneración axonal, excesiva
proliferación de CS y una lámina basal redundante (Henry et al., 1983), entre varias otras
alteraciones que surgen a consecuencia directa e indirecta del déficit genético.
Este modelo ha sido señalado en la literatura como un modelo válido para el estudio de
neuropatías hereditarias periféricas, imitando características patológicas de los pacientes,
exhibiendo una afección severa de la mielina y una disfunción del SNP muy similar a lo
que se reporta en humanos nacidos con las mismas mutaciones (Valentijn et al., 1992;
Fortun et al., 2005; 2007). Modela además, el comportamiento y fenotipo histopatológico
del trastorno, lo cual incluye la presencia de agregados citoplasmáticos de proteína
(Notterpek & Tolwani, 1999).
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IX.- La proteína mielínica periférica PMP22:
Mutaciones generadas en el gen de PMP22 son responsables de más del 50% de los casos
de CMT, incluyendo la duplicación heterocigota del gen, lo cual resulta en CMT1A, su
deleción que origina la neuropatía hereditaria con sensibilidad a la presión (HNPP) y
mutaciones puntuales que provocan CMT1E (en la Figura 9 se muestran algunas de ellas).
Estas patologías asociadas a alteraciones genéticas en PMP22, irrumpen la organización
de la melina y a consecuencia, la integridad del axón.
Arquitectura del gen: Inicialmente PMP22 fue aislado de fibroblastos murinos NIH3T3
como uno de los genes específicos cuya expresión se incrementaba en el arresto o G0 del
ciclo celular. Al deprivar a estas células de suero, la expresión de PMP22 se veía
incrementada (Manfioletti et al., 1990; Schneider et al., 1988). Homologo al gen gas3,
fue descrito el transcripto SR13, aislado del nervio de ratas cuya expresión disminuye en
la fase aguda luego de una injuria. Así, gas3/SR13, fue más tarde caracterizado como un
solo gen, cuya expresión originaba a PMP22 (Welcher et al., 1992; Snipes et al., 1992).
En el genoma humano, el gen de pmp22 se localiza en el cromosoma 17p11.2 y consiste
en 40 kb que incluyen 6 exones conservados en humanos y roedores (Fig. 9 a). Dos exones
(Ex1a y Ex1b) se transcriben alternativamente, generando 2 transcriptos del gen que
difieren en su región 5’ no traducida. Posiblemente habrían dos promotores diferentes que
regularían la expresión de cada transcripto. De hecho, se han aislado 2 transcriptos
diferentes (CD25 y SR13) en ratas y se han hallado transcriptos homólogos a ellos en
humanos y ratones (Welcher et al., 1992). La región codificante del gen va desde el exon2
al exon5 (Fig. 9a). Los transcriptos de PMP22 se expresan difusamente durante los
estadios embrionarios, incluso en el SN. Su expresión es relativamente baja en el SNC,
incrementando en núcleos motores de los nervios craneales y en las neuronas espinales,
sin embargo los transcriptos y la expresión de los mismos son abundantes en las CS de
los nervios periféricos (Parmantier et al., 1995; VandeWetering et al., 1999; Jetten &
Suter, 2000; Roux et al., 2004; Ohsawa et al., 2006).
Estructura proteica: PMP22 es una pequeña proteína integral de membrana de 22 kDa
que incluye 4 dominios transmembrana, dos bucles extracelulares y uno citoplasmático
(Fig. 9 b). Ambos extremos terminales están expuestos al citoplasma y se cree que el
primer bucle extracelular mediaría interacciones homofílicas con PMP22 y el segundo
mediaría interacciones heterofílicas con P0 (Hasse et al., 2004.). Este modelo estructural
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ha sido cuestionado postulándose modelos estructurales alternativos con 3 y 2 dominios
transmembrana (Sakakura et al., 2011). La proteína presenta además una N-glicosilación
en el aminoácido Asn 41 (Taylor et al., 2000; D'Urso & Müller, 1997).
Diversidad funcional: Si bien su más alta expresión ocurre en la CS, donde participa en
la iniciación de la mielinización y se localiza luego en la mielina compacta cumpliendo
un rol estructural, se han descrito variados roles para esta proteína no relacionados con
los mencionados, hecho que indica su versatilidad funcional. Dentro de estos últimos, se
plantea un rol de PMP22 en la proliferación celular y la supervivencia (Schneider et al.,
1988). En este sentido, se ha observado que tanto la sobreexpresión como una menor
expresión de PMP22, influencian la proliferación con consecuencias que fluctúan en
función del modelo utilizado, etapa de la vida del mismo, tipo de estudio (CS in vivo o in
vitro), entre otros (Li et al., 2013a). En cuanto al relacionamiento de PMP22 con la
apoptosis, se ha señalado que alteraciones genéticas en el gen de PMP22, resultan en una
apoptosis incrementada de CS en cultivo, mielinizantes en ratones y en humanos, lo cual
implicaría su participación en las vías de señalización apoptóticas. La apoptosis sólo se
ha evidenciado en CS envejecidas in vivo, al parecer, células deficientes en PMP22
presentan consecuencias más leves que aquellas que sobre-expresan o presentan
mutaciones puntuales en la proteína. El mecanismo por el cual PMP22 estaría involucrado
en la muerte celular es aún incierto y no sólo podría estar presente en las CS, sino que se
plantean nuevas interrogantes en relación a qué rol juega PMP22 en el balance detención
celular versus muerte (Attardi et al., 2000; Li et al., 2013a).
En otro plano, ha sido descrita la participación de esta proteína en las uniones celulares y
en las interacciones con la MEC. En este sentido, por su homología aminoacídica con la
Claudina-1, PMP22 ha sido considerada como un miembro de la familia de Claudinas.
De hecho, co-localiza con proteínas de la zonula ocludens-1 y con claudinas en células
epiteliales. Al mismo tiempo, parece formar un complejo con α6β4 integrina, presente en
la lámina basal de la CS, la cual mediaría la interacción de PMP22 con la MEC (Li et al.,
2013a).
Metabolismo de PMP22 y formación de agregados: PMP22 presenta mayormente una
estructura en α-hélice con baja estabilidad termodinámica que en estado nativo es
propensa a agregarse (Tobler et al., 2002; Snipes et al., 1992). Así, el 80% de la proteína
neo-sintetizada es degradada rápidamente por el proteasoma, presumiblemente debido a
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su mal plegamiento (Notterpek et al., 1999; Yamada et al., 2003). Este comportamiento
proteico afecta en especial a células metabólicamente activas, como las CS, las cuales son
particularmente sensibles a la acumulación de proteínas dañadas (Rangaraju et al., 2008).
Las CS wt, parecieran lograr un equilibrio funcional en el cual participaría activamente
la ruta de degradación proteasomal, permitiendo degradar el exceso de PMP22.
Sin embargo, en presencia de alteraciones genéticas en pmp22, este hecho pasa a cobrar
importancia con consecuencias sobre la homeostasis celular. En los casos donde existen
más copias del gen, la síntesis de la proteína es mayor, lo cual provocaría naturalmente
una proporción mayor de proteína destinada a la degradación, debido al exceso “genético”
(Fig. 10 A). Cuando la proteína esta mutada, alterando su conformación y dinámica de
plegamiento, falla en su intento de incorporarse a la membrana, generando acumulación
citosólica y disminuyendo la cantidad de proteína destinada a formar mielina (Fig. 10 B).
En ambos casos la fracción destinada a la degradación esta incrementada, hecho que hace
que ambas mutaciones confluyan en un mismo problema metabólico. Este consiste en la
saturación del proteasoma, acumulación de la proteína a lo largo de la vía de secreción y
a la formación agregados perinucleares/centrosómico-proximales (Notterpek et al., 1999;
Ryan et al., 2002; Rangaraju et al., 2008). Así, estos procesos celulares contribuyen al
proceso desmielinizante patológico (Fortun et al., 2006).
Figura 10. Síntesis de PMP22, saturación del proteasoma y formación de agregados en modelos de duplicaciones y mutacionespuntuales. En A se representa en proceso de síntesis de PMP22 en CS con sobreexpresión, cuando la proteína sale del RER, unaporción sigue el camino hacia el Golgi y luego a la membrana, donde realiza su función estructural. Sin embargo el 80% de la proteínano logra plegarse correctamente por lo que es sustrato del proteasoma. Debido al exceso genético, este porcentaje se encuentramultiplicado, hecho que sobresatura el proteasoma y desemboca en la aparición de pequeños agregados, que formaran el agresomaperinuclear. En B se observa la situación generada por mutaciones puntuales en el gen de PMP22. Al igual que en el modelo anterior,la proteína sana va hacia la membrana vía RER- Golgi, en tanto que la PMP22 portadora de la mutación puntual es incapaz de plegarsecorrectamente y también sobresatura el proteasoma, llevando a la formación de agresomas. Figura tomada y modificada de Rangarajuet al., 2008.
28 | P á g i n a
X. Antecedentes específicos:
Los agregados proteicos constituyen un tipo particular de cuerpo de inclusión
citoplasmático, llamado agresoma o agregosoma, que se forman cuando el proteasoma
es inhibido o saturado. Su acumulación y ensamblaje es un proceso que ocurre en varios
pasos y mediante el cual pequeños agregados son transportados vía microtúbulos hacia
regiones cercanas al centrosoma, donde finalmente se formará la inclusión final (Johnson
et al., 1998, Fortun et al., 2005, 2007). Cuando se habla de agresomas, generalmente nos
referimos a complejos oligoméricos de proteínas mal plegadas o desplegadas que se
estructuran como un complejo amorfo, insoluble y metabólicamente estable bajo
condiciones fisiológicas. Los agresomas son encapsulados por filamentos intermedios
que pueden ser neurofilamentos en neuronas así como vimentina y keratina en células no
neurales (Kopito, 2000). El encapsulamiento promueve estabilidad a la estructura y
previene interacciones no específicas (Hyttinen et al., 2014). El esquema de la figura 11
muestra cómo se da el proceso de agregación.
Figura 11. Agregación, formación de agresomas y autofagosomas. El proceso comienza con elnacimiento de proteínas que no logran plegarse correctamente. Estas son asistidas por HSPs que intentancolaborar con el plegamiento, si no lo logran entonces los péptidos serán marcados para su degradaciónmediante Ub. Luego, formarán oligomeros con proteínas en la misma situación y más adelante multímetros.Estos pequeños agregados, se trasladarán hacia sitios pericentriolares, donde se unirán a otros,incrementando su tamaño Finalmente estos serán rodeados de filamentos intermedios, formando elagresoma. Cuando son secuestrados por un autofagosoma seguirán la ruta de degradación medianteautofagia. Figura tomada de Hyttinen et al., 2014.
Existen varias patologías que se asocian a la formación de agregados, dentro de las cuales
se encuentra CMT1E. En esta, el desplazamiento del equilibrio entre las
síntesis/plegamiento de PMP22 y su degradación hacia la formación de agregados,
influye en la patogénesis de la neuropatía, aunque no está del todo claro como lo hace.
29 | P á g i n a
Como consecuencia de este desequilibrio, CMT1E presenta como sello celular
característico la presencia de agregados proteicos de PMP22. Al igual que en las biopsias
de nervios de pacientes, los agregados de PMP22 en ratones TrJ, sugieren como ya se ha
mencionado: deficiencia de plegamiento y menor capacidad degradativa del proteasoma,
una reducida tasa de recambio de PMP22, la acumulación de otros substratos
ubiquitinizados y la activación de la respuesta autofágica (Fortun et al., 2003, 2005,
2006).
Al igual que en otras patologías con formación de agregados proteicos, una forma de
recuperar la homeostasis celular es estimulando la actividad de las HSP (del inglés Heat
Shock Proteins). CS en cultivo pre-tratadas para incrementar los niveles de HSPs reducen
la formación de agregados de PMP22 previa inhibición del proteasoma (Fortun et al.,
2007). Alternativamente, la re-dirección de los substratos del proteosoma hacia la
autofagia mediada por la degradación lisosomal, puede constituir otra vía de recuperación
homeostática. (En el Anexo I, se profundiza sobre la autofagia). Así, se ha visto que en
modelos de neurodegeneración la estimulación de la autofagia reduce el porcentaje de
células con inclusiones y protege contra la toxicidad neuronal (Ravikumar et al., 2004).
Particularmente, la inducción autofágica en nervios neuropáticos ha representado una vía
para la eliminación de agregados proteicos. Espontáneamente la formación de
agregosomas en CS en cultivo se asocia con la biogénesis de autofagosomas. Esto sugiere
la existencia de un mecanismo compensatorio a una actividad proteasomal comprometida
(Fortun et al., 2006). Estudios en CS in vitro demuestran que en condiciones de
inhibición química del proteasoma y potenciación autofágica (mediante la deprivación de
nutrientes), pocas CS forman agregados proteicos y adicionalmente reducen sus
substratos poli-ubiquitinizados (Fortun et al., 2007).
A pesar de que la activación espontánea de la autofagia en las neuropatías con presencia
de agregados ha sido observada, esta activación basal no parece cumplir con el requisito
de prevenir la formación de los agregados (Fortun et al., 2007) e incluso esta respuesta
parece decaer con el envejecimiento (Cuervo et al., 2005). Así, la potenciación de esta
vía celular de degradación alternativa, es un punto crítico en el desarrollo de distintas
estrategias terapéuticas que apuntan a revertir la situación celular generada por la
mutación en PMP22. El desarrollo de agentes farmacológicos que estimulen esta ruta
podría proveer aproximaciones terapéuticas para los desórdenes de acumulación de
proteínas. En este sentido se ha utilizado la Rapamicina (RM), conocido inhibidor de
30 | P á g i n a
mTOR (del inglés mammalian target of rapamycin), para la inducción autofágica en
varios tipos celulares incluso CS y ganglios de la raíz dorasal (DRGs). Estos estudios
demostraron in vitro la capacidad de RM de potenciar la autofagia y reducir la cantidad
de sustratos poli-ubiquitinizados, mejorando la capacidad mielínica de las CS C22 y TrJ
(Rangaraju et al., 2008).
Finalmente, la realización de estudios in vivo que fomenten la activación de la autofagia
así como la activación de chaperonas se ha llevado adelante utilizando el paradigma
nutricional del Ayuno Intermitente. Estos estudios demostraron que la intervención
nutricional permite incrementar la autofagia, suprimir la formación de agregados y
estimular la formación de mielina en el modelo TrJ (Madorsky et al., 2009). A pesar de
estos beneficios reportados, nuestro grupo no pudo repetir esos resultados (Bresque,
2012). Los ratones sometidos a estos tratamientos no mostraron mejoras a nivel
locomotor, ni cambiaron sus perfiles de expresión de PMP22 en nervios ciáticos.
Además, el tratamiento nutricional utilizado alterna un día de alimentación con un día de
ayuno, lo cual desde nuestra perspectiva dificultaría la aplicación a la terapéutica humana.
Quizás, otros tratamientos menos estresantes para el organismo, tales como una leve
Restricción Calórica (RC), podrían generar similares resultados y acercarse a la
terapéutica aliviando el déficit patológico. La reducción en el contenido calórico
constituye uno de los métodos más ampliamente aceptados para el enlentecimiento de las
alteraciones asociadas con la edad, preservando la arquitectura molecular de los axones
mielinados así como la función de las CS (Rangaraju et al., 2008). Considerando esto,
trabajos anteriores realizados por nuestro grupo (Bresque, 2012), se han focalizado en la
implementación de RC como tratamiento de estimulación autofágica en el modelo de
CMT1E, TrJ.
Anteriormente, hemos realizado un tratamiento de RC durante 26 semanas. Para ello
debimos analizar la ganancia de peso de los animales en condiciones ad libitum (AL)
estableciendo diferencias en la ganancia de peso entre los animales de genotipos salvaje
(wt) y TrJ al final del mismo (wt=31,02 ± 0,81g; TrJ=25,22 ± 0,29; p<0,0001). Estas
diferencias no se correspondieron con distintas medias de consumo de alimento durante
el transcurso del tratamiento. En respuesta al tratamiento de RC, la disminución de la
ingesta calórica fue claramente reflejada en la disminución del peso corporal de los
ratones de ambos genotipos. Ambos responden a la RC con una etapa de drástica
31 | P á g i n a
disminución del peso corporal, período de adaptación, seguida de una de período de
estabilidad en el peso, período de mantenimiento. A pesar de ello, antes de alcanzar este
umbral, los ratones TrJ mostraron un disminución de peso corporal semana a semana,
más marcada que los ratones wt, sugiriendo que el genotipo TrJ muestra mayor
susceptibilidad al tratamiento RC que el wt.
A otro nivel, la respuesta obtenida al tratamiento de 5 meses de RC permite afirmar una
tendencia a un mejor desempeño locomotor de ratones TrJ. El análisis de la respuesta
locomotora se realizó mediante la utilización del Rotarod. Estudios previos indican que
modelos transgénicos de CMT1A presentan dificultades severas para la realización de
este complejo test de coordinación motora y balance (Sereda et al., 1996; Passage et al.,
2004). A pesar de ello, luego del tratamiento, se observaron mejoras locomotoras en los
ratones TrJ medidas como un incremento del 30% en el tiempo de permanencia sobre la
barra giratoria. Adicionalmente, hemos observado una aparente disminución cualitativa
de la cantidad de PMP22 en fibras nerviosas de ratones TrJ y una redistribución de su
señal. Junto a estos resultados se detectó también una modulación en las alteraciones en
los microfilamentos de actina presentes en la fibra, las cuales deben analizarse con mayor
profundidad. Al momento, estos estudios nos han permitido observar una respuesta
diferencial al tratamiento de RC que debe continuar evaluándose a diversos niveles para
poder inferir beneficios y adversidades del tratamiento a nivel de la fibra nerviosa
periférica.
El manejo del modelo durante estos años nos ha brindado la posibilidad de profundizar
en el conocimiento de la mielinopatías e identificar características de las mismas no
descriptas en la literatura (Rosso et al., 2010; Kun et al., 2012 a y 2012b; Rosso et al.,
2012). A pesar de modelar a un grupo reducido de pacientes, los estudios en este modelo,
han revelado hallazgos críticos concernientes a la naturaleza de la disfunción generada
por alteraciones en el gen de PMP22. Conocer los alcances y limitaciones del modelo nos
permite identificar sus bondades para el estudio de procesos fisiológicos específicos. En
este sentido, creemos que el modelo es muy adecuado para abordar la temática de la
formación de agregados proteicos y las consecuencias celulares que estas inclusiones
provocan tanto para pacientes CMT1E, así como para otras patologías en cuyo desarrollo
la formación de agregados proteicos juegue un rol preponderante. Esta temática será
abordada en la siguiente tesis.
32 | P á g i n a
3. Hipótesis, Objetivo General y Objetivos específicos:
3.1 Hipótesis:
CMT1E presenta un fenotipo patológico generado parcialmente por la presencia de
agregados de PMP22 cuyas manifestaciones afectan la fibra nerviosa en su conjunto. La
potenciación de las rutas autofágica-lisosomal (mediante RC), podría contribuir a la
degradación de los agregados de PMP22 y a una subsecuente remodelación de la cito-
arquitectura de la fibra nerviosa.
Para demostrar esta hipótesis nos planteamos el siguiente objetivo general:
3.2 Objetivo general:
Contribuir a la caracterización de las fibras nerviosas mielínicas periféricas en
condiciones normales y de neurodegeneración crónica, analizando la presencia de PMP22
en agregosomas en la célula de Schwann y su implicancia metabólica y estructural sobre
la citoarquitectura de la fibra y la estructura de la mielina. Asímismo, pretendemos
caracterizar la respuesta de degradación de los agregosomas frente a la potenciación de
la autofagia por RC.
3.3 Objetivos específicos
Para cumplir con el objetivo general se proponen las siguientes metas:
1) Evaluar la expresión de la proteína PMP22 en agregosomas perinucleares asociadosal citoesqueleto de Vimentina y PMP22 total, en CS de fibras nerviosas periféricas wty TrJ alimentados ad libitum (AL).
2) Evaluar cambios metabólicos en CS de fibras nerviosas de ratones wt y TrJ
alimentados AL, consecuencia de la presencia de agregados, focalizándonos en la
activación de las vías autofagica-lisosomal.
3) Evaluar el tratamiento de RC analizando las fibras nerviosas periféricas de ratones wt
y TrJ, sometidos a este tratamiento, con los parámetros analizados en los objetivos 2
y 3
33 | P á g i n a
4) Estudiar la cantidad, morfología y tamaños de núcleos de las CS en las fibras
nerviosas periféricas de ratones wt y TrJ alimentados AL y bajo RC.
5) Estudiar la citoarquitectura en las fibras nerviosas periféricas de ratones wt y TrJ,
alimentados AL y sometidos a RC.
6) Analizar la morfología y estructura de la mielina en las fibras mielínicas wt y TrJ de
animales alimentados AL. En comparación con estos, se estudiaron los cambios en la
mielina en respuesta al tratamiento de RC.
7) Analizar cualitativamente la ultraestructura de la fibra nerviosa TrJ y wt AL y bajo
RC.
34 | P á g i n a
4. Materiales y Métodos
4.1 Estrategia experimental.
Nuestra estrategia experimental consistió en el diseño y ejecución de un tratamiento
de restricción energética durante 26 semanas en una población de ratones wt y
portadores de la neuropatía periférica CMT1E (TrJ). Posterior a este tratamiento se
evaluaron los efectos del mismo en nervios ciáticos, a nivel molecular y celular,
atendiendo sus consecuencias en las CS, axón y en la fibra nerviosa periférica. Se
estudiaron en estos el metabolismo de los agregados (formación y degradación), la
citoarquitectura glial y axonal de la fibra nerviosa y la estructura de la mielina. Los
análisis se realizaron utilizando abordajes moleculares (microscopía confocal
cualitativa y cuantitativa), morfométricos (microscopía óptica, luz transmitida) y
ultraestructurales (microscopía electrónica). El esquema de la figura 4.1 explica cómo
se realizó la evaluación del tratamiento.
Figura 4.1. Diseño experimental. Luego de 26 semanas de tratamiento fueron extraídos los nerviosciáticos de ratones wt y TrJ en condiciones AL y RC para su procesamiento y posterior evaluación. Seutilizaron 3 abordajes especificados en el esquema.
35 | P á g i n a
4.2 Cuidado y mantenimiento de los animales.
Para la realización de esta tesis se utilizaron ratones de la colonia Trembler J (B6.D2-
Pmp22<Tr-J>/J) (Jackson Lab., USA) de genotipo salvaje wt y heterocigota TrJ para la
mutación puntual del gen que codifica para PMP22. Todos los ratones de la colonia fueron
identificados mediante numeración y genotipado siguiendo los criterios establecidos en
Rosso et al., 2010. El mantenimiento de la colonia así como la eutanasia de los ratones
fue realizado en estricto acuerdo con las normas del Comité de Ética en el Uso de
Animales (CEUA) del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE)
bajo las regulaciones establecidas en la ley nacional de experimentación animal N°18611.
4.3 Grupos Experimentales.
Los ratones se mantuvieron hasta su novena semana de vida en condiciones de
alimentación AL (Madorsky et al., 2009). A partir de esta fecha, fueron asignados a uno
de dos grupos experimentales con diferentes tratamientos nutricionales: un grupo con
acceso AL al alimento y otro bajo condiciones de RC. Ambos tratamientos fueron
aplicados durante 26 semanas en ratones machos wt y TrJ (n=4 para cada genotipo y
tratamiento). En el transcurso del tratamiento AL se determinó la media de consumo
diario de alimento para cada genotipo y luego, considerando esta media de consumo, se
aplicó un porcentaje de reducción sobre ella para administrar el alimento en RC. El
tratamiento RC consistió en alimentar a los ratones diariamente, con una cantidad
porcentualmente menor de la media de consumo diario de ración en condiciones AL. Así
mismo, el porcentaje de reducción fue incrementado paulatinamente con el tiempo de
tratamiento. Se aplicó un 5% de restricción en las 4 primeras semanas, seguido por
disminuciones del 5% cada 2 semanas hasta alcanzar el 20% de restricción. Luego de
alcanzado este porcentaje de reducción algunos ratones volvieron a estados de restricción
menores de forma de evitar caídas drásticas del peso corporal y desnutriciones. El
esquema de la figura 4.3 muestra como ocurrió el avance del tratamiento para ratones de
ambos genotipos.
Los ratones se pesaron una vez por semana obteniéndose registros de peso corporal para
cada genotipo en cada tratamiento. Estos resultados constituyeron parte de los resultados
36 | P á g i n a
obtenidos en mi tesis de grado, donde podrán encontrar más información y análisis de los
mismos.
Figura 4.3. Desarrollo temporal de la RC. El grafico esquematiza cómo se desarrolló el avance deltratamiento de RC en ambos genotipos y durante 26 semanas.
4.4 Extracción y obtención de nervios ciáticos.
Una vez finalizados los tratamientos los ratones fueron sacrificados por medio de
dislocación cervical y se procedió a la extracción de ambos nervios ciáticos. Para ello se
ubicó al ratón en posición decúbito ventral y se le practicó una sección a nivel de la parte
inferior de la región glútea y femoral posterior, realizando posteriormente una incisión
longitudinal paralela al eje del fémur, en la aponeurosis que separa los músculos abductor
mayor y el biceps crural. Se abre una cavidad entre ambas masas musculares, en el fondo
de la que se encuentran el nervio ciático que se observa como una cinta de
aproximadamente 1mm de grosor de color blanco brillante. Una vez identificado se
secciona primero el extremo más distal y luego el más proximal a la columna vertebral
procurando incluir la mayor cantidad del nervio.
4.5 Fijación y preparación de nervios ciáticos. Los nervios ciáticos extraídos
destinados a criosecciones fueron fijados por inmersión en paraformaldehído al 3% en
PHEM (2mM Hepes, 60mM Pipes, 10mM EGTA, 2mM MgCl2, pH 7,4) durante 16 hs a
4°C. Luego de 6 sucesivos lavados, las muestras se incubaron en sacarosa 30% en PHEM
a 4°C hasta que el tejido igualó la densidad del medio. Posteriormente, el tejido se incluyó
37 | P á g i n a
en medio de inclusión y se realizaron criosecciones de 12µm de espesor en criostato
(SLEE medical®). Las criosecciones se mantuvieron a -20°C. Los nervios ciáticos
destinados al procesamiento para análisis morfológicos y ultraestructurales fueron fijados
por inmersión en glutaraldehído 2,5% en PHEM durante 1 h. Luego se realizó una post-
fijación y tinción en Osmio 1% en PHEM durante 16 hs a 4°C. Posteriormente, las
muestras fueron deshidratadas sucesivamente en concentraciones crecientes de etanol
hasta llegar al 100%. Finalmente, las muestras fueron incluidas en concentraciones
crecientes de resina epóxica (Fluka Chemika) hasta alcanzar el 100%. Los bloques se
dejaron polimerizando durante 24 hs a 45°C seguido de otras 24 hs a 60°C. Las secciones
de los bloques se realizaron en ultramicrótomo (Power Tome XL), obteniéndose
secciones transversales semi-finas (1 µm) para microscopía óptica y finas (70 nm) para
microscopía electrónica.
4.6 Inmunohistoquímica.
Para el análisis de las criosecciones se utilizaron técnicas de inmunotición indirecta y/o
marcado con sondas fluorescentes. En todos los casos se utilizaron anticuerpos
monoclonales y policlonales comerciales que se detallan en la Tabla I. Además se utilizó
un anticuerpo anti-ribosomas producido y caracterizado en nuestro laboratorio (Kun et
al., 2007). Para visualizar la marcación del anticuerpo primario se utilizaron anti-
anticuerpos comerciales conjugados a fluorócromos en distintas longitudes de onda
(detallados en la Tabla I). Procediendo con la realización de la inmunohistoquimica, las
criosecciones fueron permeabilizadas con Triton X-100 al 0,1% en PHEM durante 10
minutos a Temperatura Ambiente (TA), previo al bloqueo de los grupos aldehídos y
cetonas libres con borohidruro de sodio al 0,1% en agua durante 20 minutos a TA. Luego
se bloquearon las uniones inespecíficas con suero normal de cabra al 5% en buffer de
incubación (BI)(Glicina 150mM, BSA 1%, en PHEM) durante 30 minutos a 37°C.
Posteriormente, los cortes fueron incubados 16 hs a 4°C con anticuerpos específicos. El
exceso del anticuerpo primario se lavó con BI seguido de una incubación durante 45
minutos a 37°C con anticuerpos secundarios y/o sondas fluorescentes. El exceso de
anticuerpos secundarios fue removido para finalmente, luego de sucesivos lavados,
realizar el montaje con medio de montaje ProLong Antifade (Invitrogen). Se realizaron
incubaciones con anticuerpo secundario en ausencia de anticuerpo primario como control
de señal inespecífica.
38 | P á g i n a
Tabla I. Anticuerpos específicos, anti-anticuerpos y sondas utilizadas. Se indica además procedenciay concentración de trabajo.
Anticuerpos específicos, anti-
anticuerpos y sondas
fluorescentes
Procedencia y Marca Concentración de trabajo
PMP22 Rabbit ab61220, Abcam 1:500
PMP22 Rabbit ab15506, Abcam 1:500
LAMP1 Rabbit ab24170, Abcam 1:200
LC3 Rabbit ab64781, Abcam 1:100
Β-Tubulina Rabbit ab6046, Abcam 1:200
MAG Mouse ab89780, Abcam 1:100
Vimentina Mouse ab8978, Abcam 1.100
Tubulina Acetilada T7451, Sigma 1:1000
Neurofilamento 68 Chiken ab72997, Abcam 1:500
Falloidina 543 A22283, Invitrogen 1:150
Falloidina 633 A22284, Invitrogen 1:150
Dapi D1306, Invitrogen 1:1000
Goat anti-Mouse Alexa 488 A11029, Invitrogen 1:1000
Goat anti Rabbit Alexa 546 A11035, Invitrogen 1:1000
Goat anti Rabbit Alexa 633 A10523, Invitrogen 1:1000
Goat anti Chicken 633 ab72997, Abcam 1:500
4.7 Microscopía
4.7.1 Microscopía Óptica Confocal y cuantificación.
Las criosecciones de nervio ciático inmunomarcadas fueron visualizadas y registradas en
el microscopio confocal FV300 y Microscopio Leica TCS SP5 II. Las condiciones de
confocalidad y ajuste de parámetros (fotomultiplicador-PMT-, intensidad de laser,
profundidad de imagen, etc) utilizadas fueron las mismas para los registros de cada
anticuerpo para todas las condiciones (genotipo y tratamiento). La adquisición de las
imágenes se realizó en una misma sesión confocal para evitar el decaimiento de la señal.
Las cuantificaciones de las intensidades de las señales para cada anticuerpo se realizaron
utilizando el software Image J. El esquema presentado en la figura 4.7.1 A explica cómo
se procedió para la toma de fotografías y análisis de las mismas.
39 | P á g i n a
4.7.2 Microscopía Óptica convencional y cuantificación.
Los cortes semi-finos de nervio ciático, previamente incluidos en resinas epóxicas, fueron
teñidos con Azul de Toluidina y visualizados por luz transmitida en el microscopio
confocal FV300. Las imágenes obtenidas se procesaron utilizando el software Image J.
El esquema de la figura 4.7.1 A explica cómo se procedió para la toma de fotografías y
análisis de las mismas.
Figura 4.7.1. Diagrama explicativo que indica cómo se procedió para la toma de datos y análisis deimágenes.
4.7.3 Microscopía Electrónica.
Los cortes finos de nervio ciático (70nm) fueron contrastados con Acetato de Uranilo al
8,5% en alcohol al 50%. Se incubaron a 37°C durante 30 minutos para posteriormente
realizar lavados sucesivos en alcohol 50% y agua. Las imágenes fueron tomadas en el
Microscopio Electrónico Jeol 100CX II del IIBCE.
40 | P á g i n a
4.8 Análisis Estadísticos.
Los datos fueron analizados mayormente utilizando el test ANOVA de dos vías y para
la realización de comparaciones específicas se utilizó el Test post hoc Scheffe. Se
consideraron diferencias significativas a partir de p-valores menores a 0.05. Se utilizó el
programa STATISTICA para realizar las comparaciones.
4.9. Detalle metodológico para objetivos específicos:
4.9.1 Para cumplir con la identificación de las formas de PMP22 agregada
correspondientes al objetivo específico 1, fue necesaria la utilización de un agente
desenmascarante (en nuestro caso, ácido fórmico, AF). La utilización de este último
permitió la visualización de estructuras resistentes a su acción, tal como sucede con los
agregados proteicos. Este protocolo fue adaptado del protocolo de desenmascaramiento
utilizado por Kitamoto y cols, 1987. El protocolo de desenmascaramiento (incubación
con AF al 70%) fue optimizado mediante la realización de una cinética de acción que
incluyó incubaciones de 5, 10 y 15 segundos con AF 70% sobre las criosecciones.
Posteriormente, se procedió con la inmunomarcación indirecta con PMP22. Se utilizó un
control sin ácido fórmico, así como un marcador de citoesqueleto que permitió contrastar
los efectos del tratamiento desenmascarante. Finalmente se seleccionó el tiempo de
exposición que mejor se ajustó al balance entre desenmascaramiento/destrucción del
tejido.
El análisis de la intensidad de señal del anticuerpo PMP22 luego de la acción del AF se
realizó seleccionando regiones de interés (ROIs) en dominios perinucleares de las CS. Se
seleccionaron al menos 80 ROIs por condición, en las cuales se cuantificó la densidad de
fluorescencia del marcador PMP22 en las regiones donde la señal persistía luego del
tratamiento con AF (Fig. 4.9.1 A).
Esta metodología fue posteriormente comparada con la cuantificación de la señal de otro
anticuerpo contra PMP22 sin previo desenmascaramiento, la cual fue cuantificada
seleccionando ROIs en regiones internodales de la fibra nerviosa (excluyendo nodos, ISL
y núcleos). El largo de estos se mantuvo constante mientras el ancho coincidía con el
ancho de la fibra nerviosa analizada. Una vez tomados los datos, estos se normalizaban
en función del ancho de cada fibra, considerando como 100% el ancho total y asignando
a cada valor un porcentaje con respecto al inicio. Esta normalización y la marcación con
algunos anticuerpos específicos de dominios axonales y gliales nos permitió determinar
41 | P á g i n a
qué porcentajes se correspondían con qué regiones de la fibra nerviosa y así evaluar y
comparar la intensidad de fluorescencia de diferentes marcadores en regiones gliales y
axonales (Fig. 4.9.1 B).
La implementación de ambas técnicas de marcaje de PMP22 permitió la evaluación de
los agregados resistentes a la acción del AF, así como la distribución de la señal y su
intensidad a lo largo de los distintos dominios presentes en la fibra nerviosa periférica.
Complementando los resultados obtenidos luego del tratamiento con AF también se
procedió a la cuantificación de la señal del marcador de Vimentina (método Fig. 4.9.1 B)
el cual se encuentra rodeando los agregados de PMP22 (Johnston et al., 1998; Notterpek
et al., 1999).
4.9.2 Para cumplir con la evaluación de los cambios metabólicos en CS de fibras
nerviosas wt y TrJ planteados en el objetivo específico 2, se analizó la activación de las
vías de autofagia y degradación lisosomal mediante la realización de inmunomarcaciones
indirectas contra los marcadores específicos LC3 y Ribosomas (autofagia) y LAMP1
(lisosoma). El análisis de la señal de los marcadores se realizó en regiones perinucleares
siguiendo la metodología explicada en Fig. 4.9.1 A.
4.9.3 Para cumplir con la evaluación de los objetivos 1 y 2 en fibras nerviosas wt y TrJ
bajo RC, es decir objetivo específico 3, se realizó la inmunomarcación para PMP22 con
el tiempo determinado en el objetivo 1 y PMP22 sin desenmascaramiento previo.
También se analizó la marcación de Vimentina en las mismas regiones. A su vez se
utilizaron los marcadores específicos LC3, Ribosomas y LAMP1. Las imágenes se
analizaron y cuantificaron en regiones perinucleares siguiendo la metodología explicada
en Fig. 4.9.1 A.
42 | P á g i n a
Figura 4.9.1. Métodos de cuantificación de la intensidad de fluorescencia utilizados para comparar lasseñales de fluorescencia de los distintos marcadores. En A se muestra el método de cuantificación elegidopara una región específica y en B se muestra otro método que permite cuantificar diferentes regiones en lafibra nerviosa.
4.9.4 Para el estudio de la cantidad de núcleos, tamaño y estructura, objetivo específico
4, se evaluaron los núcleos de varias fibras nerviosas para cada condición experimental
mediante la marcación de los mismos con Dapi. Posteriormente se realizó la
cuantificación analizando los núcleos que se ubicaban alrededor de fibras nerviosas. El
procesamiento de las imágenes para la obtención de los datos consistió en generar una
imagen binaria, la cual permitió la selección automática de los núcleos para
posteriormente determinar su cantidad, cuantificar su área y perímetro. Se utilizó un filtro
que permitió la exclusión de núcleos menores a 15 μm2 y mayores que 120 μm2. Aquellos
núcleos que aparecían superpuestos no fueron cuantificados. Respecto de la
cuantificación de núcleos se realizó relacionando éstos con la cantidad de fibras nerviosas
presente en cada imagen.
43 | P á g i n a
4.9.5 Para cumplir con la determinación de la citoarquitectura glial y axonal, objetivo
específico 5, se evaluó la estructura de los componentes del citoesqueleto mediante
inmunomarcación indirecta con anticuerpos específicos para los marcadores de
citoesqueleto: Tubulina (β-tubulina y Tubulina Acetilada), Actina (Falloidina) y
filamentos intermedios (Neurofilamentos livianos) en ambos genotipos y tratamientos.
Posteriormente se realizó la cuantificación analizando los distintos dominios de la fibra
nerviosa periférica tal como se explica en la Fig. 4.9.1 B. Respecto de los microtúbulos
se utilizó la relación Tub. Acetilada/BetaTubulina de forma de medir la cantidad de
tubulina estabilizada. La marcación con falloidina nos permitió también observar y
cuantificar los microfilamentos polimerizados excluyendo la actina monomérica.
4.9.6 Para cumplir con el objetivo específico 6 que incluyó la evaluación de las
diferencias en la mielina de nervios ciáticos de ratones wt y TrJ en condiciones AL y en
respuesta a RC, se analizaron parámetros morfométricos. Estos incluyeron: grosor
mielínico o área mielínica, distribución de diámetros de fibras mielínicas en nervio
ciático, factor g y densidad de fibras mielínicas.
En la figura 4.9.5 A se muestra como se cuantificaron el área mielínica y factor g. Para
tomar estas medidas fue necesario procesar las imágenes en Image J previo a la
cuantificación. El procesamiento incluyó la transformación de la imagen a 16 bit y el
ajuste del umbral para obtener una imagen binaria. Esto permitió la selección de ROIs de
manera semi-automática (Romero et al., 2000). Una vez seleccionados éstos y tomadas
las medidas, las mismas fueron contrastadas con la imagen original de forma de descartar
posibles artefactos. Los histogramas de frecuencia de los diámetros fueron realizados
tomando los valores de diámetros de los registros del área y asumiendo circularidad en
las fibras. El grosor mielínico o área mielínica se determinó restando el área del axón al
área total de la fibra. El factor g se determinó usando la siguiente fórmula: diámetro del
axón/ (diámetro axón + mielína) y tomando el diámetro mayor en ambos casos como
criterio. Para la obtención de la distribución de diámetros, área mielínica y factor g se
tomaron alrededor de 600 medidas por condición.
La cuantificación de la densidad de fibras mielínicas se realizó utilizando el método de
las 3 ventanas en las imágenes sin procesar siguiendo lo establecido en la tesis de Rosso,
2008 (Fig. 4.9.5b). Tres ventanas de 100µm2 fueron utilizadas por imagen y dentro de
ellas se cuantificaron las fibras.
44 | P á g i n a
Figura 4.9.6a. Esquema explicativo de cómo se procesaron las imágenes para la cuantificación del ÁreaMielínica y factor g.
Figura 4.9.6b. Esquema explicativo del método de cuantificación de 3 ventanas. Imagen tomada de la Tesisde Rosso, 2008.
4.9.7 Para la evaluación de la ultraestructura de la fibra nerviosa TrJ y wt mediante
microscopía electrónica, objetivo específico 7, se analizó la misma cualitativamente
explorando la presencia y organización de agregosomas alrededor de los núcleos,
vacuolas autofágicas y la estructura de la mielina en ambos genotipos en condiciones AL
y RC.
45 | P á g i n a
5. Resultados
5.1 Evaluar la expresión de la proteína PMP22 en agregosomas perinucleares
asociados al citoesqueleto de vimentina y PMP22 total, en CS de fibras nerviosas
periféricas wt y TrJ alimentados AL.
La expresión de PMP22, fue analizada en dos condiciones: a) PMP22 formando
agregados resistentes al AF y b) PMP22 total.
a) Para determinar las condiciones del tratamiento con AF, se trabajó con iguales
concentraciones de ácido, poniéndose a punto los tiempos de desenmascaramiento para
lograr visualizar las formas perinucleares agregadas de PMP22. Tal como se detalló en la
sección anterior se utilizaron tiempos de 5, 10 y 15 segundos, los resultados se muestran
en la figura 5.1.1.
Las imágenes con el tratamiento durante 5 segundos comienzan a mostrar algunas señales
discretas alrededor de los núcleos (Fig. 5.1.1 A). Al analizar la relación dominio
perinuclear/fibra (P/F) no se hallaron diferencias significativas entre ambos grupos
genotípicos (Fig. 5.1.1 B). A los 10 segundos se observa una clara marcación alrededor
de los núcleos en ambos genotipos, sin embargo la marcación para las fibras TrJ es mayor
(wt: 10,5 ± 0,8; TrJ: 20,82 ± 1,4). Al cuantificar la relación se observó un significativo
incremento en las fibras TrJ, el cual se debe principalmente al incremento de la intensidad
de señal alrededor de los núcleos (Fig. 5.1.1 C). Finalmente a los 15 segundos se observa
una clara marcación de los agregados en ambos genotipos, las fibras TrJ presentan un
incremento de la señal perinuclear y un aumento de la señal en toda la fibra, en tanto en
wt el incremento es exclusivamente en la región perinuclear. Como consecuencia, el
tratamiento de 15 segundos de AF muestra la disminución de la relación P/F TrJ sobre la
P/F wt (Fig. 5.1.1 D). En base a estos resultados se creyó conveniente para evaluar los
agregosomas perinucleares, trabajar con tiempos de desenmascaramiento con AF de 10
segundos.
Otro parámetro evaluado fue la relación entre la cantidad de núcleos que presentaban
marcación de PMP22 luego del desenmascaramiento sobre cantidad de núcleos totales
(Tabla IIA). No se hallaron diferencias entre ambos genotipos en condiciones AL, pero
si cierta tendencia de incremento en el genotipo TrJ.
46 | P á g i n a
Figura 5.1.1 Cinética de desenmascaramiento de agregados de PMP22 con AF. A: Las imágenes secorresponden a proyecciones máximas de criosecciones de nervio ciático inmunomarcadas para PMP22(rojo) y Dapi (blanco) wt y TrJ tratadas previamente durante 5, 10 y 15 segundos con AF. B, C y D: Losgráficos representan las medias de la relación P/F de intensidad de fluorescencia de PMP22 para ambosgenotipos. Los asteriscos indican diferencias de * p<0,05 y ** p<0,001 entre genotipos dentro de cadatratamiento.
*
A B
C
D
47 | P á g i n a
Los agregosomas perinucleares en las CS se han descrito como un sello intracelular del
metabolismo patológico de CMT1E. En este sentido, el tratamiento con AF permitió
cuantificar las estructuras resistentes que se unían al anticuerpo contra PMP22 y que
nosotros consideramos agregados. El análisis de la señal muestra que su ubicación se
corresponde mayoritariamente con regiones perinucleares. Comparando la señal entre
ambos genotipos AL, es evidente una mayor intensidad alrededor de núcleos TrJ respecto
a los wt (Fig 5.1.2 B). Estos resultados se confirman mediante la cuantificación de la
señal, donde la intensidad TrJ se encuentra incrementada en un 50% con respecto a la wt
(wtAL: 16,24 ± 1,05 UA vs TrJAL: 25,74±1,33 UA; p<0.001) (Fig 5.1.2 D).
b) La evaluación de la intensidad de señal de PMP22 total (sin desenmascaramiento con
AF) nos permitió visualizar la distribución de la proteína en los diferentes dominios de la
fibra nerviosa. Si bien su señal no es exclusiva de dominio gliales, nos acotaremos a
analizar esta región de la fibra. La ubicación celular de la proteína una vez sintetizada y
plegada, corresponde a regiones mielínicas, donde cumple su rol estructural, sin embargo,
no se observa señal del anticuerpo en estas regiones. La distribución de la señal a nivel
de dominios gliales, se localiza principalmente en el citoplasma externo de la CS. Se
observa además, una acumulación de la señal alrededor de los núcleos en las CS de fibras
nerviosas TrJ (Fig 5.1.2 A). Tal como se observa en las imágenes de la Fig. 5.1.2 y
confirman las cuantificaciones, la intensidad de PMP22 en dominios gliales es
significativamente mayor en CS de ciáticos TrJ (wtAL: 20,62 ± 0,29 UA vs TrJAL:
28,96±0,72 UA; p<0.001), con un incremento aproximado del 30% (Fig 5.1.2 C).
48 | P á g i n a
Figura 5.1.2 Distribución e intensidad de PMP22 y de agregados de PMP22 en la CS. A: El panelsuperior muestra proyecciones máximas de imágenes de criosecciones de nervio ciático inmunomarcadaspara PMP22 (verde) wt y TrJ en condiciones AL y RC. Ax indica dominios axonales, CS dominios glialesy N indica núcleos. B: En el panel inferior se muestran criosecciones previamente desenmascaradas conAF wt y TrJ en condiciones AL y RC, donde se observa principalmente señal del anticuerpo PMP22 (rojo)alrededor de los núcleos. En el panel inferior izquierdo de cada foto se seleccionaron núcleosrepresentativos de cada condición. C: El gráfico representa la media de intensidad de fluorescencia dePMP22 en dominios gliales para ambos genotipos AL y bajo RC. D: El gráfico representa la media deintensidad de fluorescencia de PMP22 en dominios perinucleares AL y bajo RC. Los asteriscos indicandiferencias de * p<0,05 y ** p<0,001 entre genotipos dentro de un tratamiento y las cruces † p<0,05 y ††p<0,001 entre tratamientos dentro de un mismo genotipo.
Media de intensidad de PMP22 en dominiosgliales
Media de intensidad de PMP22 desenmascaradaen dominios perinucleares
A
B
C
DwtAL TrJAL wtRC TrJRC
wtAL TrJAL wtRC TrJRC
49 | P á g i n a
En acuerdo con los resultados obtenidos mediante el desenmascaramiento de las
criosecciones y marcación con PMP22, también se evaluó la señal de Vimentina en los
dominios perinucleares. Tal como se observa en las imágenes de la Fig.5.1.3 A, ambos
genotipos presentan cierta colocalización de las señales de PMP22 y Vimentina. Esta
colocalización es mayor en los individuos TrJ. Complementando las imágenes, la
cuantificación permitió observar niveles de fluorescencia de Vimentina 6 veces mayores
alrededor de los núcleos TrJ en comparación con los wt (wtAL: 4,21 ± 0,65 UA vs TrJAL:
26,27±1,25 UA; p<0.001) (Fig 5.1.3 B). Debido a que la cuantificación de la señal se
realizó con un desenmascaramiento previo de AF, la señal persistente se encuentra
asociada a la región periférica de los agregados.
Figura 5.1.3. Vimentina y PMP22 desenmascaradas. A: El panel superior muestra proyeccionesmáximas de imágenes de criosecciones desenmascaradas con AF de nervio ciático inmunomarcadaspara Vimentina (verde), PMP22 (rojo) y la superposición de ambas imágenes (amarillo) para losgenotipos wt (arriba) y TrJ (abajo) en condiciones AL. La tinción con Dapi (blanco) indica los núcleos.Las flechas indican regiones alrededor de los núcleos donde hay colocalización de ambas señales. B:El gráfico representa la media de intensidad de fluorescencia de Vimentina en dominios perinuclearespara ambos genotipos AL y bajo RC. Los dobles asteriscos indican diferencias ** p<0,001 entregenotipos dentro de un mismo tratamiento y las cruces indican diferencias †† p<0,001 entre lostratamientos para el mismo genotipo.
05
1015202530
wt Al TrJ Al wt CR TrJ CR
ϮϮ
Media de intensidad de Vimentinadesenmascarada alrededor de la CS
**
**
A
B
wtAL TrJAL wtRC TrJRC
50 | P á g i n a
5.2 Evaluar cambios metabólicos en CS de fibras nerviosas de ratones wt y TrJ
alimentados AL, consecuencia de la presencia de agregados, focalizándonos en la
activación de las vías autofagica-lisosomal.
Las diferencias metabólicas entre ambos genotipos en condiciones AL fueron evaluadas
utilizando marcadores de la ruta autofágico-lisosomal. El análisis se realizó utilizando los
marcadores LC3 (del inglés Microtubule-associated protein 1A/1B-light chain 3)
usualmente utilizado para evaluar actividad autofágica y LAMP1 (del inglés Lysosomal-
associated membrane protein-1) utilizado como indicador lisosomal. El análisis de los
marcadores se realizó principalmente en regiones perinucleares de las CS para ambos
genotipos en condiciones AL y RC (Fig. 5.2.1 C y E). Inicialmente se evaluó la relación
entre la cantidad de núcleos que presentaban marcación de LC3+ o LAMP1+ sobre
cantidad de núcleos totales (los núcleos clasificados dentro de los grupos LC3+ o
LAMP1+ eran aquellos que presentaban señal del marcador en al menos ¾ de la región
perinuclear, ver resultados en Tabla II B y C). No se hallaron diferencias entre ambos
genotipos en condiciones AL. Del análisis cualitativo de las imágenes se aprecian
diferencias en la marcación de LC3, pero no en la de LAMP1. Al cuantificar estas señales
encontramos intensidades mayores de LC3 en CS de ratones TrJ respecto a los wt (wtAL:
8,3 ± 0,3 UA; TrJAL: 16,9 ± 0,8 UA; p<0,001) (Fig. 5.2.1 D. Respecto a la cuantificación
de la señal de LAMP1 no se encontraron diferencias entre los genotipos en condiciones
AL (wtAL: 8,1 ± 0,5 UA; TrJAL: 8,3 ± 0,3 UA) (Fig. 5.2.1 F).
La evaluación de la señal de Ribosomas alrededor de los núcleos se realizó con una doble
función. Por un lado permite la evaluación de la ribofagia glial y por otro permite
indirectamente observar la actividad de síntesis de proteínas en las CS. Las imágenes
sugieren una mayor marcación en las CS wt respecto a las TrJ, dato que se confirma con
la cuantificación de la señal (wtAL: 26,96 ± 1,54 AU; TrJAL: 13,02 ± 0,72 AU; p<0,001).
51 | P á g i n a
Med
ia d
e in
tens
idad
de
Rib
osom
as
Med
ia d
e in
tens
idad
de
LC3
Med
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P1
A C E
B D F
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JRC
wtA
LTr
JAL
wtR
CTr
JRC
wtA
LTr
JAL
wtR
CTr
JRC
Fig
ura
5.2.
1E
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al.A
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E:
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mo
geno
tipo.
52 | P á g i n a
Tabla II. Cantidad de núcleos PMP22, LC3 y LAMP1 sobre núcleos totales en criosecciones de
nervio ciático expresado en porcentaje (%).
5.3 Evaluar el tratamiento de RC analizando las fibras nerviosas periféricas de ratones
wt y TrJ, sometidos a este tratamiento, con los parámetros analizados en los
objetivos 2 y 3.
Las figuras y los gráficos de este objetivo específico ya se han presentado anteriormente
(Fig, 5.1.1, 5.1.2, 5.2.1 y tabla II), sin embargo corresponde a este objetivo específico
su análisis. Los resultados previos en condiciones AL muestran un panorama en el cual
encontramos un incremento en la intensidad de fluorescencia de agregados de PMP22 y
de PMP22 en general, asociado a mayor señal de LC3 y menor de Ribosomas en las CS
de las fibras nerviosas periféricas TrJ respecto al wt. LAMP1, sin embargo, no mostró
una expresión diferente asociada en relación al genotipo.
En respuesta al tratamiento de RC, cuando evaluamos las estructuras resistentes a la
acción del AF, observamos una disminución marcada de la señal de PMP22 en regiones
perinucleares en ambos genotipos (wtRC: 11,0 ± 0,37 UA; TrJRC: 13,7 ± 0,69 UA),
desapareciendo las diferencias entre ellos (Fig 5.1.2 B y D). Siguiendo en la misma línea,
hay una drástica disminución de la intensidad de Vimentina en ambos genotipos alrededor
de los núcleos bajo RC, que avalan la disminución de los agregados (wtRC: 2,78 ± 0,45
UA; TrJRC: 7,85 ± 0,84 UA; p<0,001) (Fig. 5.1.2 B). En concordancia con estos
resultados, la expresión de PMP22 en dominios gliales mostró una expresión más discreta
y puntiforme de PMP22, con disminución de los grandes agrupamientos citoplasmáticos
presentes en los ratones TrJ AL. Al cuantificarse esta señal se observa una disminución
notoria en la intensidad en ambos genotipos, que acerca sus diferencias (wtRC: 14,51 ±
0,22 UA; TrJRC: 17,11 ± 0,20 UA; p<0.05).
La respuesta en la señal de LC3 a la RC consistió en un incremento discreto en su
intensidad de señal en ambos genotipos (wtRC: 20,5 ± 0,9 UA, p<0,001; TrJRC: 21,6 ±
Tratamientos y
GenotiposwtAL TrJAL wtRC TrJRC
(A) Núcleos PMP22+ 22,1 ±3,6 30,1±3,9 12,6±3,1 15,8±3,5
(B) Núcleos LC3+ 18,0 ±7,4 24,0±8,9 24,4,±11,5 33,4±3,6
(C) Núcleos LAMP1+ 57,8 ±15,5 70,0±11,4 74,3,±14,9 83,0±9,4
53 | P á g i n a
0,9 UA; p<0,05). Este incremento es menos evidente en el genotipo TrJ, sin embargo no
hay diferencias genotípicas en la respuesta al tratamiento (Fig 5.2.1 C y D).
La intensidad de LAMP1 sufrió un incremento en ambos genotipos (wtRC: 12,2 ± 1,2
UA, p<0,001; TrJRC: 17,4 ± 1,4 UA; p<0,001), mostrando los individuos TrJ una
respuesta más robusta con el tratamiento de RC (Fig 5.2.1 E y F).
Ambos genotipos responden disminuyendo la intensidad de fluorescencia de Ribosomas
en regiones perinucleares en respuesta a la dieta restringida (wtRC: 10,3 ± 0,64UA,
p<0,001; TrJRC: 6,12 ±0,33 UA; p<0,001), a pesar de ello siguen manteniendo las
diferencias genotípicas (p<0,05) (Fig.5.2.1 A y B).
5.4 Estudiar la cantidad, morfología y tamaños de núcleos de las CS en las fibras
nerviosas periféricas de ratones wt y TrJ alimentados AL y bajo RC.
A pesar de que ya se han presentado varias imágenes donde se muestra la señal de Dapi,
en este objetivo nos enfocamos particularmente en su estudio. El análisis inicial consistió
en determinar la existencia de una relación entre el número de núcleos y el genotipo, en
condiciones AL, tal como se ha reportado en la literatura (Henry, 1983). En nuestro caso,
se observó que el número de núcleos respecto al número de fibras es 3 veces mayor en
TrJ que en wt (wtAL: 1,1 ± 0,1; TrJAL: 3,3 ± 0,4; p<0,001). Luego del tratamiento de
RC se observó una disminución no significativa en los nervios TrJ y un aumento en los
wt respecto del tratamiento AL (wtRC: 1,5 ± 0,4; TrJRC: 2,9 ± 0,3; p<0,05) (Fig.5.4.1
B). A pesar de ello, las diferencias entre genotipos en condiciones de RC son menores
que las observadas en condiciones AL. La figura 5.4.1 muestra los núcleos de cada
genotipo bajo cada tratamiento, así como los datos mencionados.
Respecto de las dimensiones de los núcleos, considerando el área y el perímetro, no se
encontraron diferencias genotípicas ni efectos del tratamiento. Sólo las fibras wt
incrementaron levemente su área (Fig.5.4.1 C).
54 | P á g i n a
Figura 5.4.1 Análisis de cantidad y dimensiones de los núcleos. A: Las imágenes se corresponden conproyecciones máximas de criosecciones de nervio ciático marcadas con Falloidina (rojo) y Dapi (blanco)wt y TrJ en condiciones AL y RC. B: El gráfico representa la media de cantidad de núcleos por fibranerviosas para ambos genotipos AL y bajo RC. C: Los asteriscos indican diferencias de * p<0,05 y **p<0,001 entre genotipos dentro de un tratamiento y las cruces †† p<0,001 entre tratamientos dentro de unmismo genotipo.
5.5 Estudiar la citoarquitectura en las fibras nerviosas periféricas de ratones wt y TrJ,
alimentados AL y sometidos a RC.
Para llevar adelante este análisis se evaluaron distintos componentes del citoesqueleto.
Microfilamentos. Para el análisis de los microfilamentos se estudió la distribución de los
mismos con la utilización de una sonda (Falloidina) que se une al microfilamento
polimerizado y se observa en la figura 5.4.1A. En condiciones AL la intensidad de señal
de Falloidina es mayor en las fibras TrJ tanto en dominios gliales como axonales (CS:
wtAL: 14,05 ± 0,16 UA; TrJAL: 18,65 ± 0,26 UA; p<0,001 y Ax: wtAL: 16,30 ± 0,17
UA; TrJAL: 30,78 ± 0,41 UA; p<0,001) (Fig.5.5.1 B). Si comparamos las relaciones entre
ambas señales medidas a la misma altura de la fibra (excluyendo nodos, ISL y núcleos)
se observa que la intensidad en los dos dominios no varía notoriamente en el genotipo
wt (Relación intensidad CS/Ax=1,16) pero si lo hace en los TrJ (Relación intensidad
CS/Ax=1,65). La respuesta al tratamiento de RC del citoesqueleto de actina parece ser
genotipo específica: mientras las fibras wt disminuyen su intensidad en ambos dominios
(CS: wtRC: 8,31 ± 0,07 UA p<0,001 y Ax: wtRC: 10,79 ± 0,09 UA p<0,001), la fibras
05
10152025303540
wt AL TrJ AL wt RC TrJ RC
Área y Perímetro de núcleos
Área Perímetro
0,00,51,01,52,02,53,03,54,0
wt AL TrJ AL wt RC TrJ RC
Relación Núcleos/ Número de Fibras
***
ϮϮ
A
B C
Fallo
idin
a/ D
api
55 | P á g i n a
TrJ muestran un incremento de la intensidad en dominios gliales y una disminución en
dominios axonales (CS: TrJRC: 20,91 ± 0,42 UA p<0,001 y Ax: TrJRC: 25,64 ± 0,52
UA p<0,001) (Fig.5.5.1 B). A pesar de presentar diferentes respuestas al tratamiento de
RC, al evaluar la relación intensidad de fluorescencia de actina en CS/Ax, se observa una
homogeneización de la respuesta de ambos genotipos (Relación intensidad CS/Ax
wt=1,29 y TrJ=1,22).
Figura 5.5.1 Distribución de microfilamentos en las fibras mielínicas periféricas del nervio ciático.A: Las imágenes se corresponden con proyecciones máximas de criosecciones de nervio ciático marcadascon Falloidina (rojo) wt y TrJ en condiciones AL y RC. Las flechas indican ISL en todas las condiciones.B: El gráfico representa la media de intensidad de fluorescencia de Fall en dominios gliales y axonales paraambos genotipos AL y bajo RC. Los asteriscos indican diferencias de ** p<0,001 entre genotipos dentrode un tratamiento y las cruces †† p<0,001 entre tratamientos dentro de un mismo genotipo.
Distribución de intensidad de F-Actina en la fibramielínica en condiciones AL y RC
Dominio glial Dominio axonal
wtAL TrJAL wtRC TrJRC
B
A
56 | P á g i n a
Filamentos Intermedios. Otro aspecto evaluado fueron los filamentos intermedios,
complementando el análisis de la expresión de vimentina, en relación a los agregosomas
perinucleares (figura 5.1.2). Nos enfocamos en el análisis de la expresión de los
neurofilamentos, mediante el estudio de su subunidad menor (Neurofilamento 68, Nf-68).
Estas imágenes no se lograron tomar con los mismos valores de PMT, debido a que no se
encontró un valor que permitiera la visualización correcta de este marcador para todas las
condiciones. Para observar la expresión de este marcador en condiciones de RC, se debió
incrementar el valor del PMT, lo cual indicó inicialmente una disminución en su
expresión. Por este motivo se evaluó la intensidad en condiciones AL y luego en RC. Si
bien el Nf68 es un marcador neuronal, en nuestro grupo ya se ha observado marcación de
este anticuerpo en regiones gliales y aquí observamos también marcación glial.
Figura 5.5.2 Distribución de Neurofilamento 68 en las fibras mielínicas periféricas del nervio ciático.A: Las imágenes se corresponden con proyecciones máximas de criosecciones de nervio ciático marcadascon Neurofilamento 68 (azul) y βTubulina (verde) wt y TrJ en condiciones AL y RC. B: El gráficorepresenta la media de intensidad de fluorescencia de Nf68 en dominios gliales y axonales para ambosgenotipos AL. C: El gráfico representa la media de intensidad de fluorescencia de Nf68 en dominios glialesy axonales para ambos genotipos RC. Los asteriscos indican diferencias de ** p<0,001 entre genotiposdentro de un tratamiento.
A B
C
Nf68 / β Tubulina
57 | P á g i n a
Se observa una marcación diferente para ambos genotipos. Mientras los wt presentan una
señal casi continua del marcador a nivel axonal, los axones TrJ parecen tener una señal
más particulada (Fig.5.5.2 A y B). La intensidad de fluorescencia mostrada por las fibras
TrJ en regiones gliales es mayor y en dominios axonales es menor respecto a las wt (CS:
wtAL: 19,44 ± 1,52 UA, Ax: wtAL: 285,34 ± 11,48 UA; CS: TrJAL: 69,28 ± 2,67 UA,
p<0,001, Ax: TrJAL: 223,50 ± 11,36, p<0,001). El tratamiento de RC mantiene el perfil
de las intensidades, diferenciándose a nivel axonal con una mayor disminución de la
intensidad de la señal en las fibras TrJ respecto a las wt. A nivel de dominios gliales no
se encontraron diferencias genotípicas bajo RC (CS: wtRC: 76,0 ± 3,40 UA, Ax: wtRC:
313,7 ± 13,5 UA; CS: TrJRC: 74,56 ± 3,37 UA, Ax: TrJAL: 143,45 ± 11,36, p<0,001)
(Fig.5.5.2 C)
Microtúbulos. Para el análisis de los microtúbulos se decidió utilizar la relación entre
intensidad de fluorescencia de Tubulina Acetilada sobre β Tubulina como un indicativo
de la cantidad de tubulina que se encuentra estabilizada. Esta relación fue evaluada través
de los diferentes dominios de la fibra nerviosa. Las imágenes de las superposiciones de
ambos marcadores indican que en condiciones AL las fibras wt presentan una mayor
colocalización entre ambos marcadores respecto a lo observado en el genotipo TrJ
(Fig.5.5.3 A). A su vez, la distribución de la tubulina acetilada en los TrJ es difusa, no
acotándose a dominios específicos, e incluso invadiendo parcialmente regiones
mielínicas. En condiciones de RC, ambos genotipos parecen disminuir mayoritariamente
su intensidad de Tubulina Acetilada y parece observase una mayor colocalización en los
nervios TrJ bajo RC, lo cual podría indicar una mejor estructuración de los microtubulos.
Resultado de la cuantificación de ambas señales y de la relación entre ambas, se observa
una mayor relación en dominios gliales en ambos genotipos en condiciones AL.
Asimismo, las fibras TrJ presentaron una relación significativamente mayor respecto a
las fibras wt en éstos dominios (CS: wtAL: 1,47 ± 0,02; CS: TrJAL: 2,36 ± 0,04;
p<0,001). A nivel axonal no hay diferencias genotípicas (Ax: wtAL: 0,78 ± 0,01; Ax:
TrJAL: 0,92 ± 0,02). En condiciones de RC, las cuantificaciones muestran una
disminución de la relación en ambos genotipos en dominios gliales (CS: wtRC: 1,13 ±
0,03; CS: TrJAL: 1,13 ± 0,02) y un pequeño incremento a nivel axonal en el genotipo
TrJ (Ax: wtRC: 1,24 ± 0,02; Ax: TrJAL: 0,99 ± 0,01; p<0,001).
58 | P á g i n a
Figura 5.5.3 Distribución de microtúbulos en las fibras mielínicas periféricas del nervio ciático. A:Las imágenes se corresponden con proyecciones máximas de criosecciones de nervio ciático marcadas conβ Tubulina (verde) , Tubulina Acetilada (rojo) y la superposición de ambos marcadores wt y TrJ encondiciones AL y RC. Ax muestra dominios axonales, CS dominios gliales. B: El gráfico representa larelación entre la intensidad de fluorescencia de TubAcet / β Tub en dominios gliales y axonales para ambosgenotipos AL y bajo RC. Los asteriscos indican diferencias de ** p<0,001 entre genotipos dentro de untratamiento y las cruces †† p<0,001 entre tratamientos dentro de un mismo genotipo.
Relación entre la intensidad de Tubulina Acetilada / βTubulina en la fibra mielínica
B
A
Dominio glial Dominio axonal
wtAL TrJAL wtRC TrJRC
59 | P á g i n a
5.6 Analizar la morfología y estructura de la mielina en las fibras mielínicas wt y TrJ
AL. En comparación con estos, se estudiaron los cambios en la mielina en
respuesta al tratamiento de RC.
La determinación de los parámetros morfométricos nos permite apreciar los cambios en
la morfología del nervio ciático así como los cambios presentes en las fibras nerviosas
periféricas en todas las condiciones experimentales.
Diámetro de la Fibra. En condiciones AL se observan diferentes perfiles en los
histogramas de frecuencia de los diámetros de las fibras mielínicas para nervios wt y TrJ
(Fig. 5.6.1 A y B). Mientras las fibras wt muestran una distribución bimodal con dos
máximos en los diámetros de 10-12 y 16-18µm, los nervios TrJ presentan una distribución
unimodal con una máxima en diámetros de 6-8µm y una disminución en los diámetros
mayores a estos valores, salvo para las fibras de gran diámetro donde hay un incremento
sobre las wt. Como resultado del tratamiento de RC, ambos genotipos modifican sus
histogramas. Los nervios wt pasan a tener una distribución bimodal más evidente (con
máximos en 10-12 y 18-20µm). Por su parte, los nervios TrJ muestran una distribución
posiblemente unimodal centrada alrededor de diámetros de 10-12µm. Las imágenes
muestran claramente un menor grosor en las fibras TrJ respecto a las wt y parecen indicar
un incremento en el grosor luego del tratamiento (Fig. 5.6.1 C).
Figura 5.6.1 Distribución de diámetros de fibras mielínicas en nervio ciático. A y B: Los gráficoscorresponden a histogramas de frecuencia de diámetros wt (blanco) y TrJ (negro) presentes en nerviosciáticos AL (A) y de ratones sometidos a RC (B). Las fotografías mostradas en C corresponden a cortestrasversales de nervios ciáticos representativas de todas las condiciones experimentales.
Distribución de Fibras MielínicasAL
Distribución de Fibras MielínicasCR
Frec
uenc
ia (%
)Fr
ecue
ncia
(%)
Diámetros de Fibras Mielínicas (µm)
Diámetros de Fibras Mielínicas (µm)
60 | P á g i n a
Factor g. Respecto a este, se observó un incremento en las fibras mielínicas TrJ en
comparación las wt (wtAL: 0,41 ± 0,001 µm; TrJAL: 0,42 ± 0,001 µm; p <0,0001). En
respuesta a RC, disminuyó el factor g, indicando un incremento en el grosor mielínico.
Este incremento es más evidente en el genotipo TrJ (p<0,0001). Las diferencias en el
factor g entre ambos genotipos son menores luego del tratamiento (wtRC: 0,39 ± 0,001
µm; TrJRC= 0,39 ± 0,001 µm; p=0,02) (Fig. 5.6.2 A). En concordancia con estas
medidas, cuando se analizan los resultados de la cuantificación de áreas mielínicas en
diámetros menores a 18 µm, se observa una mayor área ocupada por mielina en las fibras
wt respecto a las TrJ en condiciones AL (wtAL= 89,2 ± 2,02 µm2; TrJAL= 58,66 ± 1,80
µm2; p<0,001). El tratamiento de RC, tiene efectos sobre el área ocupada por la mielina
en el genotipo TrJ, el cual se observó incrementado respecto a TrJ AL (TrJAL= 58,7 ±
1,8 µm2; TrJCR= 69,1 ± 1,4 µm2; p<0,0001) (Fig.5.6.2 B). En relación a la densidad de
fibras mielínicas en el nervio ciático, los resultados indican que hay una mayor presencia
de fibras mielínicas en el genotipo wt respecto al TrJ en condiciones AL (wt= 45,1 ± 2,2
fibras per 100 µm2; TrJ=35,4 ± 1,3 fibras per 100 µm2; p<0,001). Luego del tratamiento
de RC, las diferencias genotípicas se mantienen (wtCR= 51,7 ± 1,4 fibers per 100 µm2;
p<0,05 and TrJCR= 39,5 ± 1,4 fibers per 100 µm2; p<0,001). A pesar de ello, ambos
genotipos incrementan su densidad (p<0,05) (Fig. 5.6.2 C).
Figura 5.6.2 Parámetros morfométricos de fibras mielínicas en nervio ciático. A: Gráfico de mediasde factor g para fibras wt y TrJ AL y RC. B: Gráfico de medias de Área mielínica para fibras wt y TrJ ALy RC. C: Gráfico de medias de densidad de fibras mielínicas wt y TrJ AL y RC. . Los asteriscos indicandiferencias de * p<0,05 y ** p<0,001 entre genotipos dentro de un tratamiento y las cruces † p<0,05 y ††p<0,001 entre tratamientos dentro de un mismo genotipo.
Factor G
Área Mielínica
Densidad de Fibras
A
B
C
61 | P á g i n a
5.7 Analizar cualitativamente la ultraestructura de la fibra nerviosa TrJ y wt AL y bajo
RC.
El análisis de la ultraestructura nos permitió observar con mayor resolución la estructura
de la mielina y confirmar la presencia de estructuras tales como agregosomas y vesículas
de la ruta autofágica-lisosomal, que ya habían sido analizadas mediante la utilización de
marcadores específicos. Asímismo, esta técnica nos permitió observar la ultraestructura
de la MEC, la cual en los cortes semi-finos ya se mostraba diferente para ambos
genotipos.
Las fibras wt y TrJ en condiciones AL mostraron diferencias notorias en sus grosores
mielínicos, donde el genotipo TrJ, tal como se cuantificó en el objetivo específico anterior
y se ha reportado en la literatura, presenta un adelgazamiento mielínico. La figura 5.7.1
ilustra lo mencionado. Además hay una mejor organización mielínica en los nervios wt,
tanto a nivel de la mielina compacta, como a nivel de la mielina laxa (ISL).
Adicionalmente se observó una la lámina basal y MEC bien estructuradas en este último
genotipo. A diferencia de éste, en las fibras TrJ la mielina compacta estaba adelgazada y
la lámina basal expandida se unia a una MEC laxa y mal organizada. Así mismo, se pudo
observar en el genotipo TrJ la presencia de un citoesqueleto glial también más expandido
con presencia de estructuras vesiculares alrededor de la mielina.
62 | P á g i n a
Figura 5.7.1. Las fibras nerviosas periféricas de ratones de genotipo wt y TrJ alimentados AL. Lasfibras nerviosas wt (A y B) muestran una mielina bien organizada tanto en regiones compactas (B, mc)como laxa (A, isl).La lámina basal (lb) y la matriz extracelular (mec) están bien estructuradas en el genotipowt. En las fibras TrJ (C, D y E) la mielina compacta está adelgazada, la lámina basal parece levementehinchada y la matriz extracelular es muy laxa y mal organizada. isl: incisuras de Schmidt-Lanterman; col:colágeno.Las barras representan en A, B, C y D: 250nm; en E: 500nm.
En condiciones de RC, las fibras nerviosas wt presentaron buena estructuración mielínica
a nivel de la mielina compacta y laxa y se observó un incremento de las estructuras
vesiculares a varios niveles, observando presencia de vesículas a nivel glial (no se
muestran en las figuras), axonal y en las fibras amielínicas (Fig. 5.7.2). A diferencia de
esto, las fibras nerviosas TrJ presentaron en general una mejor estructuración mielínica.
A pesar de la disminución observada en la presencia de agregados, aún se observaron
algunos, cuya estructura coincidió con lo reportado previamente presentando un material
denso rodeado por un halo de vimentina a su alrededor (Fortun et al., 2003). Además se
detectan estructuras vesiculares y lo que podrían ser fagoforos y autofagosomas con
distintos grados de maduración (Fig. 5.7.2). La presencia de estructuras que alternan la
mielina compacta y tiene apariencia de semi-incisuras fue un observación frecuente que
también pudo observarse en el genotipo wt, pero siempre en respuesta al tratamiento de
RC.
63 | P á g i n a
Figura 5.7.2. Las fibras nerviosas periféricas de ratones de genotipo wt y TrJ bajo RC. Las fibrasnerviosas wtRC (A y B) muestran una mielina bien organizada tanto en regiones compactas (B) como laxa(A). En las fibras TrJRC a nivel mielínico se observa la mielina aún adelgazada, presencia de agregados (Ay D) y estructuras vesiculares junto a autofagosomas en diferentes estados de maduración (B y C). En (E yF) se observa una estructura que fue frecuentemente observada y podría corresponderse con hemi-incisuras.
A B C
TrJ RC
wt RC
64 | P á g i n a
6. Discusión
La presente tesis de maestría analiza los efectos de un tratamiento de RC leve sobre el
SNP en ratones normales y en condiciones neurodegenerativas crónicas (TrJ). Para llevar
a cabo este análisis inicialmente se debieron determinar las diferencias genotípicas
atendiendo varios aspectos particulares de la fibra nerviosa, tales como la presencia de
agresomas PMP22 en CS y expresión de esta proteína a nivel glíal, niveles basales de
activación de la ruta autofágica-lisosomal y la citoarquitectura de la fibra, incluida la
mielina. Analizados estos, mediante la utilización de diferentes técnicas de microscopía,
logramos determinar las condiciones genotípicas iniciales que nos permitieron
posteriormente evaluar los efectos del tratamiento sobre la fibra nerviosa.
6.1 Los perfiles de expresión de PMP22 en los nervios TrJ difieren de los wt y ambos
cambian drásticamente en respuesta a la RC.
La presencia de agregados proteicos ricos en PMP22 fueron puestos en evidencia en
ambos genotipos, siendo notoriamente mayores en los ratones portadores de la mutación
L16P (TrJ). En este sentido, se observó un incremento del 50% en la intensidad de PMP22
agregada en los TrJ respecto de los wt. La presencia de agregados de menor tamaño e
intensidad de PMP22 en el genotipo wt fue detectada en nuestros estudios. En acuerdo
con estos resultados, se han observado agregosomas de PMP22 en condiciones wt bajo
condiciones de inhibición del proteasoma (Ryan et al., 2002).
El método de evaluación seleccionado para determinar los agregados de PMP22
(digestión con AF), permitió detectar a los 10 segundos las estructuras buscadas en
regiones pericentriolares/perinucleares principalmente en el genotipo TrJ. Si continuamos
la digestión (tratamientos de 15 segundos) observamos al igual que en el tiempo anterior
una intensidad de señal de PMP22 en el genotipo TrJ mayor a la wt, sin embargo se
comienzan a visualizar otras estructuras agregadas dispersas en la fibra nerviosa y no
acotadas al dominio perinuclear. Esto explica el cambio en la relación P/F (intensidad
perinuclear/intensidad de la fibra) observada cuando pasamos de 10 a 15 segundos de
tratamiento. Las estructuras resistentes que aparecen con tratamientos con AF de 15
segundos podrían corresponderse con los pequeños agregados (oligómeros y/o
multímetros). En este sentido, en general la agregación proteica resulta de proteínas que
65 | P á g i n a
se unen en una conformación anormal, llevando a la formación de intermediarios
oligoméricos (Merlini et al., 2001). Estos intermediarios se agregan y pueden madurar en
pequeños agregados proteicos, los cuales, estructurados o no, continúan creciendo y
multimerizando en grandes agregados o inclusiones (Kopito, 2000). Estos grandes
agregados coalescen en los agregosomas o agresomas. Su ubicación es pericentriolar,
conteniendo proteínas mal plegadas, ubiquitinizadas, las cuales serán rodeadas de
filamentos intermedios como vimentina o keratina (Johnston et al., 1998; Kopito, 2000),
como ya hemos señalado.
El criterio utilizado por nosotros para la evaluación de los agregados consistió en buscar
en regiones perinucleares áreas resistentes a la degradación con AF junto a la presencia
de vimentina alrededor de ellos. Los controles realizados con Falloidina no presentaron
señal alguna en ninguno de los tiempos (datos no mostrados), lo cual evidencia la
actividad del AF sobre la estructura de la fibra. Otros investigadores han utilizado otros
criterios como la doble marcación de PMP22 y Ub, ubicación perinuclear, diámetros
mayor a 1 µm y exclusión de ER y Golgi (Notterpek et al., 1999b). Sin embargo, ambos
criterios confluyen en un único resultado, que consiste en una mayor agregación en fibras
nerviosas TrJ respecto de las wt.
Adicionalmente y considerando el halo de vimentina que sostiene a los agregados de
PMP22, fue determinada la señal de vimentina en los dominios perinucleares. Si bien el
tratamiento con AF degrada muchas de las estructuras allí presentes, en concordancia con
los resultados previos de PMP22, encontramos una cantidad de vimentina en las fibras
TrJ 6 veces mayor sobre la wt.
Más allá del incremento en la intensidad de señal de PMP22 en el genotipo TrJ, lo cual
nos habla de la mayor presencia y cantidad de agregados en este genotipo, también se
evaluó si los nervios ciáticos del genotipo TrJ presentaban una mayor proporción de CS
con agregados en relación a los núcleos de CS totales. A pesar de no encontrarse
diferencias significativas en la cantidad de núcleos PMP22+ entre fibras wt y TrJ, si se
observó una tendencia al incremento en fibras TrJ. Esta cantidad de núcleos marcados
para PMP22 disminuyen bajo RC, sin embargo continuamos sin encontrar diferencias
significativas en estos datos. En este sentido creemos que el criterio utilizado fue un
criterio que solo nos permitió cuantificar agregados de gran tamaño y eso influyó en los
resultados obtenidos. De todas formas otros investigadores han observado una cantidad
66 | P á g i n a
aproximada de 28% de agregados perinucleares en nervios adultos TrJ AL (Fortun et al.,
2005), lo cual concuerda con nuestros resultados del 30%.
La utilización de un segundo método de cuantificación de PMP22 permitió cuantificar la
señal en el citoplasma externo de dominios gliales. Estos resultados son coincidentes con
los previos, sin embargo el dominio cuantificado fue otro, lo cual brinda información
adicional. Ambas señales de PMP22 mantienen el mismo perfil encontrando una
disminución en la intensidad de los wt respecto a los TrJ del 30%. Debido a la naturaleza
hidrofóbica de la proteína de membrana y a su función estructural, la misma es sintetizada
en el retículo endoplasmático rugoso, después pasa al Golgi donde es glicosilada y
mediante vesículas llega a la membrana. El análisis de estos resultados permite evaluar la
cantidad de proteína presente en el citoplasma glial. Allí, PMP22 puede estar siendo
asistida para su replegamiento por chaperonas, marcada para la degradación o formando
oligómeros o multímetros. La cuantificación de la proteína en estos dominios así como la
cuantificación de la proteína en agregados de PMP22, pone en evidencia un notorio
incremento y acumulación de la proteína en condiciones TrJ. Estos resultados son
coincidentes con publicaciones previas de nuestro grupo (Kun et al, 2012b; Rosso et al,
2012) así como con reportes de otros investigadores (Notterpek et al., 1999b; Ryan et
al., 2002; Rangaraju et al., 2008). En respuesta al tratamiento de RC, las disminuciones
a nivel de PMP22 resultan evidentes y se observan tanto a nivel de los agresomas como
a nivel citoplasmático. La primera disminución podría relacionarse con incrementos en la
macroautofagia y degradación lisosomal, tal como indican los incrementos en los
marcadores LC3 y LAMP1. En concordancia con estos resultados, los ratones TrJ frente
a un tratamiento de Ayuno intermitente responden disminuyendo la frecuencia de
agregados en un 50% (Madorsky et al., 2009). La disminución a nivel citoplasmático
podría estar indicando otras respuestas al tratamiento que implican tipos alternativos de
autofagia que nosotros aún no hemos evaluado. En este sentido, se ha observado que a
consecuencia de tratamientos de RC también se potencia la respuesta de las HSPs (Selsby
et al., 2005). Estas promueven in vitro el correcto plegamiento y la disminución en la
agregación de PMP22 en modelos de sobrexpresión (Rangaraju et al., 2008). A pesar de
que nuestro modelo es diferente y la PMP22 TrJ portadora de la mutación puntual no
logrará plegarse correctamente, la potenciación de estas chaperonas podría colaborar con
el plegamiento de otras proteínas con las cuales PMP22 dimeriza o multimeriza,
67 | P á g i n a
arrastrándolas hacia los agregados, colaborado así con el mantenimiento de la
homeostasis de la CS.
A pesar de que nos acotamos a analizar la expresión de PMP22 exclusivamente en
dominios gliales, es notoria la presencia de la proteína en dominios axonales. En este
sentido, se ha reportado la expresión de PMP22 en varios tejidos y tipos celulares, e
inclusive se ha descrito la expresión en las neuronas motoras espinales a bajos niveles
durante el desarrollo y la adultez (Parmantier et al., 1995; 1997). Adicionalmente, un
estudio reciente mostró que la sobreexpresión de PMP22 incrementa la pérdida de
neuronas motoras en ratones, sin embargo las deficiencias en esta proteína no alterarían
el número de neuronas motoras jóvenes (Nattkamper et al., 2009). A pesar de haber sido
poco se considerada en la literatura la expresión de PMP22 a nivel axonal, sus cambios
podrían contribuir con el proceso neurodegenerativo de los nervios TrJ. Nuestros
resultados indican que el tratamiento de RC influyó en este dominio disminuyendo
significativamente la intensidad en ambos genotipos (datos no mostrados).
6.2 Las rutas autofágica-lisosomal se encuentran alteradas en los nervios TrJ y
responden al tratamiento incrementando su flujo en ambos genotipos.
El incremento en la intensidad de LC3 en el genotipo TrJ en condiciones AL observado
en nuestros análisis, coincide con resultados previos donde se indica que la presencia de
desmielinización y proteínas dañadas en agregados, induciría la aparición de
autofagosomas rodeando estas estructuras (Notterpek et al., 1997). Complementando esta
información, se han observado perfiles autofágicos numerosos en los nervios TrJ (Fortun
et al., 2003). Asimismo, CS de otros modelos murinos con alteraciones genéticas en
PMP22 (C22, sobreexpresión del gen) muestra una elevada inmunoreactividad para Atg7
(proteína que participa en la formación del autofagososma) y en algunos casos
colocalización con los agregados de PMP22 (Robertson et al., 1999).
A pesar de encontrar LC3 incrementada en TrJ, no se observaron diferencias
significativas entre los genotipos en condiciones AL en la marcación para LAMP1. Esto
podría indicar un tránsito de la ruta autofágica lisosomal defectivo en el genotipo TrJ (en
la figura 6.2 se observa como es el flujo normal de la ruta autofágica-lisosomal, así como
lo que podría estar sucediendo en nuestro modelo experimental). El incremento en LC3
no correlacionado con un incremento de LAMP1 en TrJ podría estar evidenciando a nivel
68 | P á g i n a
celular un aumento de la cantidad de autofagososmas, los cuales no podrían ser
degradados por mecanismos que desconocemos actualmente y que no ha sido reportados
por otros investigadores.
En desacuerdo con nuestros resultados, otros trabajos muestran un incremento de este
marcador lisosomal en homogeneizados de nervios TrJ respecto a los wt, así como en
C22 (Notterpek et al., 1997; Fortun et al., 2006). En nuestra opinión estas diferencias
podrían deberse, al menos parcialmente, a la metodología utilizada, dado que en la
homogeneización de los nervios entran otros dominios celulares y otras células (axón),
diferentes a las regiones específicas que hemos analizado nosotros.
Figura 6.1. Modelo esquemático mostrando la inducción de la formación del autofagosoma cuando hay unflujo normal en la macroautofágia (A). Se muestran además las vesículas intermediarias aclarando queintermediario indica cada marcador utilizado. Así mismo, en (B) se muestra que sucede cuando el flujo estábloqueado o es limitado, lo que resulta en el incremento del número de autofagosomas. Figura tomada ymodificada de Klionsky et al., 2012.
A pesar del aumento observado a nivel basal en LC3 de CS TrJ, se ha observado que la
activación de la ruta autofágica-lisosomal en nervios adultos neuropáticos es incapaz de
degradar todos los agregados, los cuales tarde o temprano terminarían acumulándose
(Fortun et al., 2003). Por este motivo potenciar aún más esta respuesta puede hacer la
diferencia. Esta activación basal presente en los nervios TrJ puede explicar por qué en
respuesta a RC la intensidad de LC3 TrJ no se incrementa tanto como la wt. A diferencia
69 | P á g i n a
de esto la respuesta lisosomal es más robusta en los TrJ, los cuales en condiciones basales
presentan igual intensidad que los wt.
No se observaron diferencias genotípicas en cuanto a la cantidad de núcleos
inmunomarcados para ambos marcadores. Dado que la respuesta al tratamiento de RC es
sistémica e incluye a todas las células, se esperaba obtener un aumento en la cantidad de
núcleos LC3 y LAMP+. Creemos que la discrepancia entre estos resultados y los
esperados, al igual que en la cuantificación anterior para núcleos PMP22+, pueden ser
consecuencia de un criterio muy estricto a la hora de definir los núcleos positivos para la
señal de cada uno de los anticuerpos.
La marcación para ribosomas es mayor en el genotipo wt respecto al TrJ en condiciones
AL. La disminución en los niveles de intensidad de ribosomas en nervios TrJ, podría
relacionarse con la mayor intensidad de LC3, debido a que el aumento en la autofagia
reduce los niveles de ribosomas (Cebollero et al., 2013). En respuesta al tratamiento de
RC hay una drástica disminución de la cantidad de Ribosomas en ambos genotipos. La
ribofágia que ocurre como consecuencia de la deprivación de nutrientes es un hecho
frecuente. Puede ocurrir de forma selectiva o como consecuencia del secuestro de un
cargo citoplasmático donde azarosamente se encuentren ribosomas. La importancia de la
degradación de los ribosomas durante la restricción de nutrientes radica en generar una
disminución en la traducción proteica, proceso celular que consume grandes cantidades
de energía (Cebollero et al., 2013). A un nivel más general todos los procesos catabólicos
se ven favorecidos frente a los procesos anabólicos. Adicionalmente, el hecho de que los
ribosomas constituyan la mitad de la masa proteica celular, lleva a que la degradación de
estos, represente una de las mayores fuentes de AA durante los tiempos de restricción
(Warner, 1999).
Las disminuciones en la intensidad de PMP22 desenmascarada y sin desenmascarar,
vimentina y ribosomas asociadas al incremento en LC3 y LAMP1 sugieren un incremento
notorio de la ruta autofágica-lisosomal en las CS de ambos genotipos en RC y una
disminución de los agregados de PMP22. A pesar de ello debemos considerar también
que la disminución en la síntesis proteica consecuencia de la RC podría estar
repercutiendo en los resultados, influyendo por lo menos en la cantidad de PMP22
citoplasmática (sin desenmascarar).
70 | P á g i n a
Finalizando esta sección queremos mencionar que idealmente, para realizar un monitoreo
correcto de los sustratos autofágicos sería necesario lograr monitorear la dinámica del
proceso autofágico y verificar cuales sustratos han llegado al lisosoma y cuales son
degradados (Klionsky et al., 2012). En nuestro caso no se pudo realizar una evaluación
de este tipo debido a la naturaleza del diseño experimental, que implicaba la evaluación
del tratamiento una vez finalizado este. Asímismo, estudios de colocalización entre
PMP22, LAMP y LC3, podrían enriquecer y complementar nuestros resultados.
6.3 La cantidad de núcleos de CS en el genotipo TrJ es mayor que en wt y existe una
tendencia a la disminución con el tratamiento.
Se estudió la relación núcleo/número de fibras, con el fin de tener una idea más precisa
del exceso de núcleos en el genotipo TrJ. Los resultados indicaron que el genotipo TrJ
presenta 3 veces más núcleos por fibra que los wt. Este resultado concuerda con resultados
previamente reportados, donde se menciona la presencia excesiva de núcleos de CS en
nervios TrJ a causa de la proliferación excesiva de sus CS (Henry et al., 1983; Li et al.,
2013a). Esto tiene una explicación biológica que radica en que los nervios
desmielinizados las CS pierden contacto con el axón y presentan la capacidad de
desdiferenciarse y proliferar para posteriormente volver a intentar remielinizar el axón
(Jessen & Mirsky, 2005; Notterpek & Tolwani, 1999; Atanasoski et al., 2002). En
respuesta al tratamiento de RC los nervios TrJ pasan a tener una relación entre
núcleo/fibra 2 veces mayor que los wt, por lo cual observamos una tendencia a la baja en
esta relación. Estudios de RC en CS tomadas de ratones de diferentes edades, muestran
que la restricción dietaria mantiene el fenotipo diferenciado de las CS, lo cual resulta en
un efecto beneficioso para el mantenimiento estructural axonal y mielínico que
preservaría la arquitectura funcional de la fibra nerviosa (Rangaraju et al., 2008).
Otros parámetros medidos fueron las dimensiones de los núcleos, donde no se hallaron
diferencias significativas importantes ni entre genotipos, ni entre tratamientos.
71 | P á g i n a
6.4 La citoarquitectura de la fibra nerviosa es genotipo específico y modulable por el
tratamiento de RC.
Como ya hemos mencionado, las CS proveen soporte para la integridad funcional de los
axones mielínicos, regulando su citoesqueleto, su contenido de organelos, los índices de
transporte axonal, entre otros. Bajo condiciones de desmielinización, como ocurre en los
nervios TrJ, alteraciones en las proteínas estructurales tanto del axón como de la mielina
son efectos esperados. En la figura 6.4 se resumen los principales resultados encontrados
a nivel del citoesqueleto en condiciones AL y RC.
Figura 6.4.1. Resumen de los principales resultados encontrados en condiciones AL y RC para ambos
genotipos. En condiciones AL las fibras TrJ presentan una citoarquitectura neurodegenerativa, en la que
cada componente muestra una expresión específica y determinan una citoaquitectura asociada al genotipo
TrJ. El citoesqueleto de la fibra responde al tratamiento de RC con respuestas específicas diferentes para
cada elemento del citoesqueleto e incluso con respuestas dominio-especificas.
Así en condiciones AL y a nivel del citoesqueleto de microfilamentos observamos una
mayor intensidad de microfilamentos polimerizados (F-actina) en los diferentes dominios
de la fibra nerviosa (axonal y glial) TrJ en comparación con las wt. Estos resultados
concuerdan con resultados previos publicados por nuestro grupo donde se observó una
mayor intensidad en dominios gliales específicos (ISL y NR) de la fibra nerviosa
periférica TrJ respecto a la wt (Kun et al., 2012a). En condiciones AL, los niveles
72 | P á g i n a
mayores de F-actina en TrJ podrían explicarse parcialmente por la presencia del receptor
tirosin-kinasa tipo C (TrkC) en nervios ciáticos TrJ adultos. Este último, se expresa en
los nervios ciáticos en crecimiento de ratones wt en estadios de desarrollo, pero no se ha
detectado en nervios adultos wt. TrkC induce la migración de las CS y a través de
cascadas de señalización promueve la polimerización de actina en el desarrollo y bajo
injurias (Liu et al., 2007).
Asimismo, si bien los niveles de polimerización parecen ser equivalentes en los diferentes
dominios de las fibras wt, las fibras TrJ cuentan con un citoesqueleto de microfilamentos
mucho más denso a nivel axonal que a nivel glial. Estos resultados podrían ser
consecuencia de un mecanismo estructural compensatorio que tienda a mantener la
estructura en los nervios TrJ frente al proceso desmielinizante presente en estos nervios.
Desde el punto de vista de la regulación de la expresión de los microfilamentos, el
incremento en las cantidades de actina polimerizada observado puede deberse a: una
mayor síntesis, a una menor degradación del polímero, o una combinación de ambos
procesos. Estos análisis se están llevando a cabo por otra integrante de nuestro grupo (Lic.
Karina Cal).
La respuesta al tratamiento de RC del citoesqueleto de actina es diferente para cada
genotipo. Los ratones wt responden disminuyendo su intensidad en general (dominio glial
y axonal). Los ratones TrJ incrementan su intensidad en dominios gliales y la disminuyen
en el axón. Sin embargo, la relación intensidad de F-actina glía/axón es específica de cada
genotipo en condiciones AL (diferenciándose por su incremento la relación TrJAL) y
estas diferencias tienden a desaparecer bajo RC. Aquí la relación presenta un valor similar
en ambos genotipos. En caso de que la hipótesis planteada previamente respecto al
incremento de la densidad de F-actina a nivel axonal en TrJ con el fin de soportar la
estructura fuese cierta, este mecanismo compensatorio estaría siendo menos utilizado en
RC. Bajo RC se observa una disminución significativa de la intensidad a este nivel. Las
vías por las cuales la restricción alimenticia aplicada, es capaz de influir en los niveles de
F-actina de esta forma, son inciertas. Asímismo, la literatura respecto a la polimerización
de los microfilamentos y la RC es escasa. Más adelante se plantea un posible mecanismo
que podría estimular la polimerización de la actina a consecuencia de la RC.
Los filamentos intermedios fueron evaluados observando la intensidad del
Neurofilamento 68 (Nf68). En condiciones AL hay una menor intensidad axonal en el
73 | P á g i n a
genotipo TrJ, lo que podría evidenciar una menor densidad en sus axones. Este perfil de
densidad genotipo específico se mantiene con el tratamiento de RC donde la intensidad
de Nf68 continúa siendo menor en los axones wt que en los TrJ. Estos resultados podrían
estar relacionados con los procesos de desmielinización presentes en el genotipo TrJ, así
como con sus alteradas relaciones axo-gliales. En acuerdo con esto, se ha observado que
las alteraciones en el gen de nefl afectan el transporte axonal lento y rápido anterógrado,
así como el transporte axonal retrógrado, perturbando la localización y el transporte de la
mitocondria y causando la fragmentación del Golgi, llevando a la neurodegeneración
(Perez-Olle et al., 2002; Brownlees et al., 2002). A pesar de no haber logrado una
cuantificación comparable de este marcador en los diferentes tratamientos, el
impedimento en la comparación indicaría una disminución en su intensidad. Sin embargo,
el perfil genotípico específico a nivel axonal no se modificó con la RC. A este nivel el
tratamiento no parece haber tenido efecto.
A pesar de que los Nf en principio se creían marcadores exclusivamente axonales, nuestro
grupo ha encontrado su expresión a nivel glial tanto en condiciones normales como en el
modelo TrJ. En estos últimos además se ha observado acumulación de la proteína en
dominios perinucleares de la CS así como de su mensajero (Kun et al., 2012b). En este
sentido el perfil de intensidad de Nf68 en condiciones AL (mayor en TrJ que en wt a nivel
glial) cambia con la RC homogeneizando los niveles en ambos genotipos, por lo cual el
tratamiento tendría distintas repuestas en los diferentes dominios de la fibra nerviosa. Los
mecanismos por los cuales la RC logra nivelar estos resultados aún los desconocemos.
A nivel de los microtúbulos (MT), nuestros análisis se han focalizado en observar la
estructuración de estos últimos, utilizando la relación Tubulina Acetilada/β-tubulina. La
acetilación de α-tubulina en la Lys40 es una modificación post-traduccional que regula la
unión a kinesina y dineína, controlando así el transporte de proteínas y orgánulos dentro
de la célula. Asimismo, existe controversia en cuanto al rol funcional de la acetilación de
la α-Tubulina. A pesar de ello, se acepta que los MT acetilados representan una
subpoblación de MT estables (Piperno et al., 1987; Reed et al., 2006; Sadoul et al., 2012),
aunque la acetilación de la tubulina por sí misma no promueve la estabilidad de los MT
(Westermann et al., 2003).
Nuestros resultados en condiciones AL indican mayores niveles de acetilación de la
tubulina a nivel glial que axonal en ambos genotipos, presentando las CS TrJ niveles
74 | P á g i n a
significativamente mayores que las wt. Nuestra interpretación de los resultados es
limitada debido a la poca información concerniente a la acetilación de los MT en las CS,
sin embargo estos resultados nos permiten sugerir la presencia de MT hiper-acetilados a
nivel glial (si comparamos con la acetilación a nivel axonal) en condiciones AL. Estos
resultados hacen acuerdo con los resultados previos donde se indican mayores niveles de
autofagia en el genotipo TrJ. Los incrementos en la acetilación de la tubulina durante la
inducción de la autofagia son explicados por la pérdida de la inhibición de la α-tubulina-
N-acetyltransferasa 1 (α-TAT1), lo cual genera una hiper-acetilación de la tubulina en
respuesta a la limitación de nutrientes (Madeo et al., 2014). Otra hipótesis posible podría
ser que la impronta de la dinámica estructural del citoesqueleto de MT obedece a intensa
actividad celular de ésta célula gigante, involucrada en el mantenimiento mielínico y
axonal. Adicionalmente habría que considerar que en las CS TrJ la estabilización de los
MT podría contribuir compensando estructuralmente a la fibra, de la disminución
mielínica, tal como planteamos ocurriría a nivel axonal con los filamentos de actina. Los
mecanismos celulares que llevarían a esta hiper-acetilación son en nuestro caso todavía
desconocidos. A pesar de ello, parecen dejar en evidencia un desplazamiento del
equilibrio acetilación/desacetilación en favor de la acetilación. El incremento en la
acetilación puede ser resultado de una mayor acetilación (Tubulina acetil transferasa,
αTAT), menor desacetilación (Histona desacetilasa 6, HDAC6 e Histona desacetilasa 2
Sirt2) o ambos procesos. Así, una menor actividad desacetilasa de HDAC6 en estas
células podría también contribuir a la interpretación de nuestros resultados. En efecto,
otros autores han señalado que HDAC6 actúa desacetilando α-tubulina y cortactina, entre
otros sustratos. Como consecuencia de la inhibición de la actividad desacetilasa, se
promueve la estabilización de los MT y se favorece la actividad de la cortactina
interactuando con los filamentos de actina y promoviendo su polimerización (Li et al.,
2013b).
Al mismo tiempo, existe una explicación alternativa y/o complementaria que también
involucra HDAC6. Esta enzima además de su actividad desacetilasa, presenta una función
en el transporte de proteínas ubiquitinizadas hacia el agresoma. Funciona de esta forma,
como un puente entre las dineínas y las moléculas poliubiquitinizadas (Hyttinen et al.,
2014) (Figura 2). Tanto los eventos de formación de agresomas como la autofagia misma,
requieren de un citoesqueleto de MT estable sobre el cual ocurra el tráfico de pequeños
agregados y lisosomas, hacia dominios perinucleares mediante el transporte retrogrado
mediado por dineínas (Iwata et al., 2005; Ryhanen et al., 2011; Hyttinen et al., 2014).
Como ya hemos visto, las CS TrJ presentan agregados proteicos y una autofagia AL
espontáneamente activada, por este motivo HDAC6 podría estar participando del tráfico
de los multímetros o pequeños agregados (poliubiquitinizados), función que requiere un
75 | P á g i n a
citoesqueleto de MT estable. En este sentido el estudio de esta desacetilasa en las CS
podría constituir un interesante abordaje para complementar y explicar los resultados
obtenidos.
Figura 6.2. HDAC6 funciona como el puente entre los sustratos poliubiquitinizados y el motor moleculardineína, a las cuales se une y mediante su movimiento hacia el extremo menos (perinuclear) logra llevarlos sustratos hacia el agresoma. Figura tomada de Hyttinen et al., 2014
Resultado de la RC, el citoesqueleto de los MT se remodela, disminuyendo los niveles de
acetilación a nivel glial en ambos genotipos, a niveles similares a los observados en
condiciones AL a nivel axonal. Los mecanismos por los cuales la RC actúa a este nivel
sobre la fibra nerviosa periférica son desconocidos, pero a consecuencia del aumento de
la autofagia hubiéramos esperado un incremento en la acetilación no observado. A pesar
de que en nuestro modelo se ha postula la RC como un instrumento que permite la
potenciación autofágica mediante el secuestro o inhibición de mTOR (Rangaraju et al.,
2008; Madorsky et al., 2009), también se ha reconocido que en condiciones de
deprivación de nutrientes, se estimula la actividad del grupo de las histonas desacetilasas
(SIRTs), dentro de las cuales se encuentra Sirt2. El hecho de la activación de Sirt2 podría
explicar los resultados antes mencionados, ya que la estimulación de la actividad
desacetilasa de estas enzimas actuaría sobre los microtúbulos desacetilándolos, sin
embargo la actividad y presencia de esta enzima deberá ser estudiada para confirmar la
hipótesis. Adicionalmente la actividad desacetilasa de HDAC6 podría verse
incrementada, así como su actividad de puente entre multímetros poliubiquitinizados y la
dineína, con el fin de que ocurra la degradación de los agregados y la fusión
76 | P á g i n a
autofagosoma-lisosoma. Profundizar en la respuesta a estos resultados estudiando
enzimas acetilasas y desacetilasas de los MT, puede brindar información específica sobre
cuál es el mecanismo que estaría mediando los efectos de la RC en la re-estructuración
de la fibra nerviosa.
6.5 La morfología y estructura de las fibras mielínicas de ambos genotipos AL
responden a la RC, incrementando su grosor y confirmando la activación de la ruta
autofágica-lisosomal.
En los nervios periféricos mixtos, tal como el nervio ciático, axones sensoriales y motores
están rodeados por mielina presentando diámetros que varían entre 1-30 µm (Suderland,
1968). En nuestros estudios se intentó abarcar ese espectro de diámetros encontrándose
en los nervios wt una población de fibras diferente a la TrJ. Mientras el genotipo wt
presenta dos subpoblaciones marcadas, los TrJ presentan sobre todo disminución en las
fibras de calibres medios y grandes, con excepción de los tamaños mayores a 22µm de
diámetro. Esto podría ser una respuesta de las fibras para no disminuir su VCN o
representar axones degenerando.
Las diferencias en el grosor y estructura mielínica entre ambos genotipos en condiciones
AL así como la menor densidad mielínica en los nervios TrJ son evidentes. El
adelgazamiento mielínico de las fibras TrJ queda de manifiesto con su mayor valor de
factor g, así como el de su menor área mielínica. Los cambios histopatológicos de los
nervios TrJ reportados previamente incluyen atrofia de fibras nerviosas, mielinas
delgadas y una lámina basal laxa (Henry et al., 1983). Estos reportes coinciden
parcialmente con nuestros resultados y adicionalmente, concuerdan también con los
signos clínicos observados en pacientes CMT1E (Li et al., 2013a).
Los incrementos del grosor mielínico y densidad de fibras mielínicas TrJ bajo RC,
repercuten en un mejor funcionamiento de la fibra nerviosa. El incremento en el grosor
mielínico se relaciona con la eficiencia en la conducción del PA en la fibra nerviosa, por
lo cual estas mejoras estructurales tienen consecuencias directas sobre la funcionalidad.
Estos resultados además concuerdan con una tendencia a la recuperación motora de los
ratones TrJ observadas previamente en mi tesis de grado
(http://www.bib.fcien.edu.uy/files/etd/pasan/uy24-15528.pdf).
77 | P á g i n a
Por otro lado la observación del corrimiento del histograma de frecuencia de fibras
mielínicas TrJ hacia valores de diámetros menores coincide con la observación de que los
ratones que son sometidos a tratamientos de restricciones en su dieta presentan órganos y
tejidos más pequeños que los de ratones AL (Weindruch & Sohal, 1997). A pesar de esta
disminución en el tamaño, las fibras TrJ bajo RC muestran un proceso de recuperación
de la mielinización, como ya hemos mencionado.
Los análisis de la ultraestructura permiten confirmar los resultados de la microscopía
confocal y óptica. Creemos que en este sentido un análisis más profundo e incluso semi-
cuantitativo nos permitirá afirmar el incremento en la aparición de vesículas tipo
autofágicas, desaparición de inclusiones citoplasmáticas de tamaños diversos así como,
mejoras en la estructuración mielínica en ambos genotipos en respuesta al tratamiento de
RC.
Las observaciones cualitativas obtenidas al momento mostraron la presencia en el
genotipo TrJ en condiciones AL de estructuras densas alrededor de las fibras, así como
vesículas en el citoplasma externo de las CS, que no fueron observadas con la misma
frecuencia en el genotipo wt. Estas observaciones coinciden con lo encontrado por otros
autores en nervios wt, donde estas estructuras están ausentes (Fortun et al., 2006;
Madorski et al., 2009). Coincidente con las medidas y observaciones en los cortes semi-
finos, la mielina se observó adelgazada en los TrJ. En respuesta al tratamiento de RC, se
detectaron autofagosomas con una morfología heterogénea indicando diferentes grados
de maduración así como la verificación de que el proceso autofágico está sucediendo.
Estudios anteriores muestran como resultado de un tratamiento de ayuno intermitente,
perfiles que incluyen vacuolas con membranas aisladas, dobles o múltiples membranas y
autofagosomas maduros (Madorski et al., 2009), los cuales coinciden parcialmente con
nuestras observaciones. A pesar de la presencia de estas estructuras vacuolares, se
observó así mismo la persistencia de agregados en el genotipo TrJ. La aparición de las
hemi-incisuras con una alta frecuencia en el genotipo TrJ, pero también en menor
proporción en el wt, podría ser un signo indicador de fenómenos de remielinización ya
observados en períodos embrionarios y de regeneración nerviosa (Ghabriel & Allt, 1979;
Ghabriel & Allt ,1980).
78 | P á g i n a
6.6 La RC como herramienta terapéutica
La capacidad celular para prevenir la acumulación de proteínas en agregados va
decayendo con el envejecimiento celular, lo cual facilita el desarrollo de las diferentes
enfermedades neurodegenerativas. Así, la presencia de agregados proteicos intracelulares
es un sello celular de una amplia variedad de desórdenes neurológicos incluyendo las
taupatías, sinucleopatías, entre otros, dentro de los cuales se incluye CMT1E. En el
estudio de una terapia para esta última se ha focalizado esta tesis.
En respuesta a la presencia de proteínas dañadas o desnaturalizadas, primariamente las
células acuden al sistema de las chaperonas, las cuales tienden a normalizar los daños
proteicos inducidos y prevenir la formación de agregados. Seguido a esto, si este proceso
de reparación no es exitoso, el sistema Ub-proteasoma tomará el control para degradar
las proteínas dañadas. Si ambos mecanismos fallan, entonces se induce la agregación
proteica, la cual se ve acompañada espontáneamente de la presencia de autofagosomas,
como indicador de una consecuente macroautofagia. Adicionalmente otros tipos de
autofagia como la mediada por chaperonas y LAMP2 podrían verse inducidas. De esta
forma, las patologías antes mencionadas que confluyen en la formación de agregados, son
objeto de fallas en los sistemas de degradación anteriormente mencionados.
A pesar de que la relación entre la agregación y la patogénesis no resulta evidente, varios
estudios han demostrado que la eliminación de los mismos permite la reversión
sintomática, aliviando la disfunción celular y potenciando la recuperación en los
diferentes desordenes neurodegenerativos (Yamamoto & Simonsen, 2011). En particular
en el SNP, la pérdida mielínica asociada al envejecimiento de los nervios y el organismo,
se correlaciona con la pérdida de funcionalidad del SNP. Asimismo, tanto la pérdida
mielínica como el decaimiento de las defensas celulares contra la acumulación proteica,
se ven exacerbadas en CMT1E. En esta neuropatía periférica crónica los mecanismos de
reparación celular están continuamente activados intentando re-establecer el equilibrio
funcional de la fibra nerviosa.
En este sentido se ha reportado que intervenciones en la dieta disminuyen la pérdida
axonal, mostrando efectos benéficos en la arquitectura de las fibras mielínicas que
incluyen la expresión y localización de proteínas tanto gliales como axonales,
preservando así el desempeño locomotor (Rangaraju et al., 2008; Madorsky et al., 2009).
79 | P á g i n a
Nuestros resultados confirman y complementan lo antes mencionado, revelando que la
implementación de un tratamiento leve de RC en fibras nerviosas periféricas atenúa
significativamente el fenotipo neurodegenerativo del modelo TrJ. Si bien se observó una
sensibilidad mayor al tratamiento en los ratones TrJ (ver Tesis de grado Bresque 2012),
estos resultados se acompañan de una tendencia a una mejor performance locomotora.
Esta mejora funcional podría estar asociada a los cambios morfológicos que presentaron
las fibras periféricas, incluyendo disminución de los agregados proteicos, incrementos de
la ruta autofágica-lisosomal, tendencia a la diferenciación de las CS de los nervios TrJ,
remodelación de la citoarquitectura glial y axonal, incrementos en la densidad de fibras
mielínicas, grosor mielínico, mejor estructuración de la vaina, entre otros.
Al momento, las terapias que existen para el tratamiento de las neuropatías CMT se
distinguen entre aproximaciones terapéuticas que tratan la causa primaria de la patología
(por ejemplo corrigen la expresión del gen mutante) de aquellas en las que el foco se hace
en el camino patológico final de los trastornos CMT, fomentando la neuroprotección. Así,
se utilizan como herramientas terapéuticas los antagonistas de progesteronas, la vitamina
C, las neurotrofinas y la eritropoyetina (EPO) Alternativamente, tomando en cuenta los
beneficios que se le otorgan al potenciamiento de la autofagia en la prevención y cura de
los procesos neurodegenerativos centrales y periféricos, los investigadores y las
compañías farmacéuticas se han abocado activamente en la obtención de diferentes
aproximaciones para inducir la autofagia (Nave et al., 2007).
En contrapartida a esto, los tratamientos de restricciones en la dieta constituyen un grupo
de tratamientos simples, sanos y no costosos para regular la autofagia sistémicamente en
la mayoría de los tejidos. Beneficios adicionales en la salud general, se han asociado al
tratamiento de RC, tales como la extensión de la vida y la protección contra enfermedades
cardiovasculares, diabetes, cáncer así como otras enfermedades neurodegenerativas
(McCay et al., 1935; Weindruch & Walford, 1988; Colman et al., 2009). Nuestros
resultados y los resultados del ayuno intermitente en el SNP, indican que las cambios
nutricionales pueden afectar profundamente la estructura de la fibra nerviosa, logrando
beneficios que no solo incluyen este sistema, sino que repercuten sobre todo el organismo.
80 | P á g i n a
6.7 Conclusiones finales y perspectivas
1.- El tráfico de la proteína PMP22 se ve alterado en el genotipo TrJ, lo cual es puesto de
manifiesto mediante la formación de agregados e intermediarios oligoméricos
citoplasmáticos. Éstos fueron evaluados mediante microscopía confocal cuantitativa
donde se observaron incrementados. La RC actúa disminuyendo la presencia de la
proteína a ambos niveles. Estos estudios podrían complementarse mediante WB
evaluando fracciones insolubles de la disgregación de nervios periféricos. Asimismo, se
podrían explorar distintos tiempos de tratamientos con AF que permitan evaluar formas
intermedias de agregación, que no han sido considerados en este estudio.
2.- La ruta autofágica-lisosomal se ve alterada en el genotipo TrJ, indicando un
incremento en la presencia de autofagosomas que no parece verse acompañada de un
incremento a nivel de lisosomas. Apoyando este incremento se observa también una
disminución en el contenido de ribosomas. Estudios bioquímicos, evaluación de otros
marcadores tales como mTOR, LAMP2, catepsina D, entre otros, reafirmarían estas
observaciones. Asimismo, la realización de estudios que permitieran ver degradación de
PMP22 in vivo e incluso estudios de colocalización podrían reforzar estos análisis.
3.- Las disminuciones en la intensidad de PMP22 desenmascarada y sin desenmascarar,
junto a las de vimentina y ribosomas asociadas al incremento en LC3 y LAMP1 sugieren
un incremento notorio de la ruta autofágica-lisosomal en las CS de ambos genotipos en
RC y una disminución de los agregados de PMP22. Los mismos experimentos propuestos
anteriormente podrían complementar estos análisis.
4.- El número de núcleos por fibra es una constante asociada al genotipo que disminuye
levemente en el genotipo TrJ bajo RC. Análisis de la cantidad de CS proliferantes y
apoptóticas mediante la utilización de marcadores específicos podrían ayudar a
complementar estos resultados.
5.- El citoesqueleto del genotipo TrJ se ve profundamente influído por los procesos
neurodegenerativos que influyen a cada uno de sus componentes afectando
diferencialmente a cada uno de los dominios de la fibra nerviosa periférica. El
citoesqueleto de la fibra responde al tratamiento de RC con respuestas específicas
diferentes para cada elemento del citoesqueleto e incluso con respuestas dominio-
especificas. Los mecanismos y las vías por las cuales la disponibilidad energética incide
81 | P á g i n a
sobre los diferentes componentes del citoesqueleto difieren en función del contexto
genético. Análisis bioquímicos, el análisis de proteínas motoras, estudios con
estabilizadores y desestabilizadores, así como con enzimas que modifiquen post-
traduccionalmente a los componentes del citoesqueleto mencionados, podrían ser útiles
para la comprensión y profundización de estos resultados.
6.- La estructura de las fibras TrJ se asocian a hipo-mielinizacion y lámina basal
redundante, así como presencia de agregados en las CS y frecuentes estructuras
vacuolares. Todos estos parámetros fueron confirmados. En respuesta al tratamiento de
RC, todos estos parámetros cambian, observándose principalmente incrementos en el
grosor mielínico, indicadores de remielinización junto a autofagosomas en diferentes
estados de maduración. Para mejorar estos resultados el incremento mielínico se podría
confirmar haciendo fraccionamiento subcelular y evaluación de proteínas mielínicas en
fracciones enriquecidas en mielina, separación de estructuras insolubles para evaluar
agregados, y análisis cuantitativos mediante MET.
82 | P á g i n a
ANEXO I: Rutas de re plegamiento y degradación celular.
La expresión, plegamiento, función y degradación proteica son procesos estrictamente
regulados en pos de la homeostasis celular. Cuando este equilibrio se desplaza, la
acumulación de proteínas en agregosomas es un hecho frecuente que ofrece las
condiciones apropiadas para el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, que en
algunos casos son llamadas proteinopatías o agregopatías (Sherman & Goldberg, 2001;
Zerovnik, 2010).
Las proteínas mal plegadas o agregadas son generalmente asistidas por chaperonas, tales
como HSPs (Hsp27, Hsp40, Hsp60, Hsp70, Hsp90, etc) así como por complejos de
chaperonas que típicamente incrementan la eficiencia o la velocidad de plegamiento,
estabilizando regiones particulares y previniendo interacciones no específicas,
reduciendo así la probabilidad de agregación (Hyttinen et al., 2014).
Si aún así, el plegamiento falla, entonces el péptido será destinado a la degradación
mediante su marcaje con Ubiquitina (Ub). El sistema Ubiquitina-proteasoma y el
sistema de chaperonas constituyen los mecanismos de defensa celular inicial contra la
acumulación de proteínas mal plegadas. El proteasoma es un complejo multi-catalítico de
26S que permite la degradación de proteínas (Goldberg, 2003). Su estructura es similar a
la de un barril, estando formada por un núcleo catalítico 20S y dos subunidades
reguladores 19S en la parte superior e inferior. Estas últimas presentan múltiples sitios
que reconocen los sustratos ubiquitinizados, moviéndolos hacia el núcleo del barril para
su degradación. Para ser destinadas al complejo proteasomal, las proteínas deben sufrir
una modificación post-traduccional de ubiquitinación que es producto de una cascada
secuencial de reacciones enzimáticas que incluyen activadores, enzimas conjugadas y
ligasas (Komander & Rape, 2012). En la figura 1 se muestra como ocurre el proceso de
ubiquitinación. Consecuencia de esta cascada, la Ub, polipéptido de 76AA, se une
covalentemente a sustratos que serán reconocidos por el proteasoma.
El sistema Ub-proteasoma degrada entre el 80-90% de las proteínas incluyendo proteínas
de vida corta, anormales, desnaturalizadas y/o dañadas. El producto final de degradación
consiste en pequeños péptidos (3-25AA) que posteriormente serán degradados por
peptidasas en AA para su reutilización (Lilienbaum, 2013).
83 | P á g i n a
Figura 1. Sistema ubiquitin proteosoma (SUP). La unión covalente de la Ub al sustrato ocurre a travésde la acción secuencial de tres enzimas E1, E2 y E3. Primero, la Ub es activada por E1 en un proceso querequiere ATP. El segundo paso consiste en transferir la Ub al centro activo del E1, con la liberación deAMP. Luego la Ub activada es transferida a E2 a través de una reacción de trans-tioesterificación. En elpaso final, se requiere la actividad de enzimas ligasas E3 que se unen al sustrato y catalizan la transferenciade la Ub activada de E2 al sustrato a través de la formación de una unión isopeptídica covalente. Figuraextraída de http://slideplayer.us/slide/574582/
Continuando con las rutas de degradación, si los sistemas anteriores fallan aún queda una
ruta degradativa alternativa, la autofagia. Esta última, es un evento celular constitutivo
que incluye múltiples pasos que van desde la degradación de diversos cargos
citoplasmáticos celulares secuestrándolos en autofagosomas, hasta su subsecuente fusión
con lisosomas (Klionsky & Emr, 2000). Esta respuesta está muy conservada entre
especies y se activa ante diferentes estímulos.
La autofagia ha emergido en los últimos tiempos como un proceso celular crítico
importante en la homeostasis metabólica permitiendo a las células remover y reciclar
eficientemente los constituyentes celulares, así como prevenir la acumulación de
proteínas y organelos dañados (Alirezaei et al., 2011). Además se ha catalogado como
una ruta celular importante para la adaptación a condiciones de estrés (como la
deprivación de nutrientes), donde mediante la catálisis de los productos de degradación
generaría energía y bloques para la construcción o síntesis de nuevas moléculas
(Cebollero et al., 2012). Estudios recientes han mostrado que la autofagia en neuronas es
un mecanismo protectivo que enlentece el avance de los desórdenes neurodegenerativos
y su inhibición se asocia con la neurodegeneración (Martinez-Vicente & Cuervo, 2007).
Como ya hemos mencionado la autofagia puede ser utilizada para la limpieza de los
componentes celulares y organelos defectuosos, removiendo las proteínas mal plegadas,
84 | P á g i n a
atacando los organismos infecciosos, procesando antígenos, suprimiendo tumores y
controlando el crecimiento celular, entre otros (Figura 2).
Figura 2. Diferentes roles celulares de la autofagia. Figura tomada dehttp://www2.iib.uam.es/rescalante_lab/Sitio_web/Investigacion.html
El sistema Ub-proteasoma y la autofagia tienen varios elementos de interacción, y parecen
trabajar cooperativamente y complementariamente en la degradación y reciclaje celular
(Lilienbaum, 2013).
La autofagia puede ser clasificada en 3 grandes grupos:
1. Microautofagia, mediante la cual la membrana del lisosoma forma pequeñasinvaginaciones con material citoplasmático que es llevado dentro del lumenlisosomal donde es degradado.
2. Autofagia mediada por chaperonas (CMA del inglés chaperone mediatedautophagy), la cual implica la importación directa a través de un transportador dela membrana lisosomal de sustratos que contienen el motivo KFERQ y sonreconocidas por un grupo específico de chaperonas.
3. Macroautofagia, proceso mediante el cual constituyentes citoplasmáticos puedenser secuestrados en un compartimento delimitado por una doble membrana,autofagosoma. Este se fusiona posteriormente con el lisosoma donde se degradasu contenido o formará un anfisoma que se fusiona con vesículas de la rutaendocítica.
Generalmente cuando se habla de autofagia, mayormente nos estamos refiriendo a la
macroautofagia. Los compartimentos autofágicos incluyen: el fagoforo que secuestra el
cargo (pre-autofagosoma), el autofagosoma, el anfisoma (generado por la fusión del
85 | P á g i n a
autofagosoma con los endososmas) y el autolisososma (generado por la fusión de
autofagosoma o anfisoma con el lisosoma). En la figura 3 se muestran algunos de ellos.
La formación del autofagosoma es un proceso complejo y altamente regulado que
requiere la presencia de varias proteínas relacionadas a la autofagia Atg (resultado de la
expresión de los genes Atg, del inglés autophagy-related genes). Estas proteínas Atg
forman complejos funcionales que median las principales etapas de la macroautofagia:
nucleación, expansión y maduración (Figura 3).
Figura 3. Resumen esquemático de la macroautofagia. Los pasos tempranos (nucleación y expansión)requieren las siguientes proteínas: complejo Atg1/unc-51 ULX, Vps34/ fosfatidilinositol-3-quinasa claseIII (PI3K, del inglés) Complejo I, la proteína transmembrana Atg9 y su maquinaria cíclica asociada TGNy las 2 proteínas tipo Ubiquina Atg12 y LC3 (el homologo mamífero de Atg8) y sus sistemas conjugados.La maduración de los autofagosomas involucra la fusión de diferentes compartimentos endocíticos(endosomas tempranos, cuerpos multi-vesiculares y endosomas tardíos) para formar anfisomas quecontienen tanto el contenido del autofagosoma como el de endosomas. Alternativamente pueden fusionarsedirectamente con los lisosomas. Finalmente el material citoplasmático secuestrado será degradadoresultando en macromoléculas recicladas que podrán ser reutilizadas por la célula.
El origen de la membrana del autofagosoma no está claro aún, sin embargo se cree que
podría originarse tanto del retículo endoplasmático, como el Golgi y/o las mitocondrias
(Reggiori, 2006). El mecanismo y regulación de la nucleación del autofagosoma aún no
se ha comprendido completamente, pero al parecer la inhibición de mTOR es crítica para
evocar la respuesta autofágica mediante la deprivación de nutrientes. En condiciones ricas
de nutrientes, mTOR (serina/Treonina kinasa) fosforila el complejo ULK1 inhibiendo su
función y previniendo la formación del autofagosomas. Cuando la actividad mTOR es
86 | P á g i n a
inhibida (mediante deprivación de nutrientes o Rapamicina) el complejo ULK se
desfosforila activándose para la formación de las membranas autofágicas (Neufeuld,
2010; Yamamoto & Simonsen, 2011).
Si bien antes se pensaba que la macroautofagia inducida por la deprivación de nutrientes
era un proceso no selectivo, estudios recientes han demostrado que puede ser un proceso
selectivo mediante el secuestro de determinadas estructuras que van desde proteínas a
organelos específicos en células de mamíferos (Olzmann, 2008; Cebollero et al., 2011;
Yamamoto & Simonsen, 2011). Los mecanismos involucrados en la selección de un cargo
específico, constituyen un área de intenso estudio en la actualidad. Así, ha surgido una
clasificación nueva dentro de la autofagia que incluye: autofagia no selectiva y selectiva.
Durante la primera, un volumen de citoplasma que puede incluir organelos o no, es
secuestrado dentro del autofagosoma. En el segundo, un cargo específico es
exclusivamente rodeado autofagosomas, y este tiene un tamaño coincidente con el cargo
y un menor contenido citoplasmático (Kraft et al., 2009). Se ha postulado que los
mecanismos implicados en la selectividad incluyen un receptor, que sería reconocido por
el autofagosoma o reclutaría la maquinaria Atg. Por otro lado, también se ha postulado
que la Ub podría funcionar como una molécula de señalización para alguno tipo de
autofagia selectiva en eucariotas superiores (Kraft et al., 2010).
Algunos ejemplos de la autofagia selectiva lo constituye la degradación selectiva de los
agresomas o agregosomas, conocida como agrefagia o agregofagia, la cual estaría dada
por la presencia del receptor p62 junto a la proteína adaptadora Alfy (Yamamoto &
Simonsen, 2011). Otro es la ribofagia, la cual se cree que ocurre antes que otros procesos
selectivos y estaría dada por la presencia de Ubp3 y su cofactor Bre5 (Kraft et al., 2008),
aunque también se ha visto que Ubp3 influencia la ubiquitinación de Atg19 (Baxter et al.,
2005).
87 | P á g i n a
7. Referencias
A
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7. AGRADECIMIENTOS
Luego de varios meses de escritura y sobre todo de análisis de datos para la redacción de
esta tesis, así como otros más de cursos, mesada, presentaciones en congresos y más, me
toca redactar la parte final de la tesis.
Realmente no tengo más que palabras de agradecimiento para todos los seres vivos que
han convivido durante el transcurso de la tesis a mi alrededor, con especial énfasis en
aquellos más cercanos y que han sobrellevado conmigo en estos dos años y medio, la
carrera literal por realizar una tesis de Maestría en los tiempos estipulados. Gracias a
todos ellos por haberme permitido cumplir la meta personal que significaba terminar la
tesis en este tiempo, resignando muchas veces sus deseos personales y empujándome para
lograrlo.
En primer lugar quiero agradecer a mi Tutora, la Dra. Alejandra Kun, con quien desde
hace 6 años vengo trabajando y compartiendo parte de la vida. En mi tesis de grado le
agradecí por contagiarme su amor por la ciencia y al día de hoy continua haciéndolo igual
que antes. Haberme formado durante estos años a su lado ha significado para mí un gran
crecimiento y agradezco enormemente su generosidad y paciencia así como su
comprensión frente a todos los eventos que hemos compartido. Millones de Gracias!
Por supuesto mis compañeros de laboratorio que me han acompañado también durante
todo este proceso haciéndome invaluables aportes tanto en mi vida académico como en
mi vida real. Gonzalo, Carlitos, Karina Carlos P, Monica, y los Coyitas, gracias totales!
También agradezco al Jefe del DPAN, al Boli por abrirme las puertas de su laboratorio y
que junto a Coya, siempre han estado atentos y dispuestos a ayudar! Gracias!
A Miguel Co-tutor por sus aportes y haberme recibido en su laboratorio en España,
gracias!
Agradezco por supuesto a mi Flia y amigos que me bancan todas y cada una de mis
ausencias, debido a esta loca idea de terminar rápido y hacer mil cosas al mismo tiempo.
Mil gracias por seguirme queriendo igual!
A mi pareja que más que nadie se ha bancado mis ausencias, salidas tardes, llevarme,
traerme, esperar, nervios y más nervios, tristezas y alegrías, pocas vacaciones y siempre
con tareas pendientes, gracias!!! Prometo q mi doctorado no será así!!!
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Agradezco también a la ANII que me ha permitido realizar esta tesis en tiempo record,
debido a su no financiamiento. Pero más agradezco a la CAP, que me ha financiado
durante los últimos meses para terminar mi tesis.
Agradezco también a CSIC y PEDECIBA que gracias a su financiación he podido
comprar los reactivos necesarios para avanzar con mi tesis.
Agradezco al Tribunal, casi todos elegidos por sus aptitudes y confiando en que realizaran
valiosos aportes a mi tesis. Además por la generosidad de aceptar una tesis a esta altura
del año donde todos estamos deseosos de no tener más actividades, gracias!
Por último, agradezco al Instituto que desde su humildad y grandeza, me ha inspirado con
su espirito luchador a intentar seguir creciendo y formándome como científica, y con él a
todos los compañeros cercanos y no tan cercanos, con los que me cruzo diariamente en
esta hermosa institución y desde su sonrisa o indiferencia han pasado por mis días y mi
vida durante todos estos años.
Gracias infinitas!