Ángel rama. la tecnificación narrativa

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tr,¿t tccnificación narrativa ANCEL RAMA La pulsión internaciona!: las técnicas Nunca se afirmará suficientemente que la nucva narrativa latinoamericana es un movimiento, más que una estética, por Io cual ad- mite pluralcs orientaciones dentro de un rico abanico artfstico c ideológico que se estructura sobre los dos ejes que ordenan la producción literaria del continente: uno horizontal que registra la acción de las diver- sas áreas culturales regionales en que está dividid¿ América Latina y otro vertical que permite visualizar las estratificaciones socio-culturales que se producen en cada una de las áreas. Esa nueva narrativa tiene su periodo germinal desde el vanguardismo de los veinte cuando se formula cn oposición a los patrones de la novela regionalista, se consolida en los treinta y los cuarenta amparada por Ia fuerte urbanización que presencia la implantación de las editoriales-culturales que diseñan un primer cir- cuito global de comunicación interna y alcanza su eclosión en los cin- cucnta y los sesenta al contar con el apoyo de un acrecido nuevo público que procura respuestas a los conflictos que vive el continente en la cir- cunstancia de su mayor integración al mercado -econórr^ico, tócuico, social, ideológico- del mundo. Esa nueva narrativa sigue la curva cle dcsarrollo de la nueva sociedad y testimonia su acrecentada complejiclacl, sus variadas proposiciones y sus tensiones y conflictos. Su signo, por lo fanto, es esa misma complejidad y esa variedad de soluciones, Io qLrc sc lraduce en una pluralidad de estéticas que compiten entre y qrrc scr.árr defendidas de manera exclusivista, como las únicas aceptablcs, por. quicnes las cjcrcitan y los críticos que las apoyan, al]nquc cuando cllas sc¿in, para una vision totalizadora dcl fen{rnrcno, sr,rlo segnrentos, corr nl¿ryor o Írenor incidcncia, dcntro clcl conjunto. La cosrnovisión r.eali.stt y la fantástica, ln atcrrción rcf r:rr:rrr:iirl :r l;r lristttlia y su ncpación, cl nranc.irl clt: ltr lcn¡',rur t:rrll;r y llr rccrr¡rcr irt.i/ll rlt. lrabl:r ¡to¡tulitr, l;t cx¡trcsivirtlrtl t:xislcrrtirrl v l:r irrr¡rlrsilrilirl:rrl olrjt,tivlrrrtr, cs()s ()[)ucslos t:oltvivir irrr tk:ltlrr rlt.l rnovilr¡icnlo t.lt vll i:rtll:,i¡r:¡l I'l trtirrlt llrUtrr.ryrlt lr,),rl¡ ll;r l¡r¡lrll,,rlolr.r rrllrr¡rt¡lr. l¡r,.rttilr.t¡lr,l¡lrrr,, N¡,¡,/irr¡rr¡r tttltttttl())t\ /ltt¡,t¡r¡¡,1¡¡¡¡1¡¡ttuI(t\ t,tl /¿/(r¡ltrl (Nl('.\¡(o, l¡)lll) I tt Lttt,,t tItÚtlttt tlt ltttt¡t,il I rtltrttt (l t:t¡rklrll, iir¡rl,lr;ul¡r, l,/X.r) V I,r ,rpirrrrrl.r ,rllr ¡i,l rrr¡lrrr ll,¡rlrr ¡lr t,,,, titttt.lttlqtlili,t¡¡ tit¡ltl¡t!<¡lrr'r (lltrcrrr¡r Atr,.\, ( llltAl, l,rli.)) lri rllltrlrrr lrlr|¡rlrr,lr- l,¡ l¡illliotte¿t Aylrt:rrtlr0 (( iilt(;t\) y irrtt¡,tlt¡t( rrlc ¡rrrrlr.,;rrr rlr lr¡ I llilvr lrtrl;r,l ,1,, l\l tr vl,r¡lrl ./ ,.ti

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Page 1: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

tr,¿t tccnificación narrativa

ANCEL RAMA

La pulsión internaciona!: las técnicas

Nunca se afirmará suficientemente que la nucva narrativalatinoamericana es un movimiento, más que una estética, por Io cual ad-mite pluralcs orientaciones dentro de un rico abanico artfstico cideológico que se estructura sobre los dos ejes que ordenan la producciónliteraria del continente: uno horizontal que registra la acción de las diver-sas áreas culturales regionales en que está dividid¿ América Latina y otrovertical que permite visualizar las estratificaciones socio-culturales que seproducen en cada una de las áreas. Esa nueva narrativa tiene su periodogerminal desde el vanguardismo de los veinte cuando se formula cnoposición a los patrones de la novela regionalista, se consolida en lostreinta y los cuarenta amparada por Ia fuerte urbanización que presenciala implantación de las editoriales-culturales que diseñan un primer cir-cuito global de comunicación interna y alcanza su eclosión en los cin-cucnta y los sesenta al contar con el apoyo de un acrecido nuevo públicoque procura respuestas a los conflictos que vive el continente en la cir-cunstancia de su mayor integración al mercado

-econórr^ico, tócuico,social, ideológico- del mundo. Esa nueva narrativa sigue la curva cledcsarrollo de la nueva sociedad y testimonia su acrecentada complejiclacl,sus variadas proposiciones y sus tensiones y conflictos. Su signo, por lofanto, es esa misma complejidad y esa variedad de soluciones, Io qLrc sclraduce en una pluralidad de estéticas que compiten entre sí y qrrc scr.árrdefendidas de manera exclusivista, como las únicas aceptablcs, por.quicnes las cjcrcitan y los críticos que las apoyan, al]nquc cuando cllassc¿in, para una vision totalizadora dcl fen{rnrcno, sr,rlo segnrentos, corrnl¿ryor o Írenor incidcncia, dcntro clcl conjunto.

La cosrnovisión r.eali.stt y la fantástica, ln atcrrción rcf r:rr:rrr:iirl :r l;rlristttlia y su ncpación, cl nranc.irl clt: ltr lcn¡',rur t:rrll;r y llr rccrr¡rcr irt.i/ll rlt.lrabl:r ¡to¡tulitr, l;t cx¡trcsivirtlrtl t:xislcrrtirrl v l:r irrr¡rlrsilrilirl:rrl olrjt,tivlrrrtr,cs()s ()[)ucslos t:oltvivir irrr tk:ltlrr rlt.l rnovilr¡icnlo t.lt vll i:rtll:,i¡r:¡l

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Page 2: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

30 I-A TECNIFICACION NARRATIVA

dosificaciones, por lo cual singularizan parcialidades. Algutras clc ellas

son más capaces que otras para expresar los ptlntos rnás agudos de la

nuevasituación,peroaunenesecasodeberánscrvistasdentrodel[un-.ioru-i"nt. general de una estructura extraordinariamente dinámica,

relacionadas dialécticamente con otras parcialidades' "Toda la estructura funciona entre dos polos opuestos que desde los

origenes de América Latina han fijado su campo de fuerzas' los que han

ido* evolucionando según las circunstancias histÓricas: e[ interna-

cionalista, que registra las sucesivas pulsiones externas que se distinguen

por su variabilidad, ya autÓctonas, ya acriolladas de larga data' Son'

Ltur, ¿"trotninaciones modernizadas y conYencionales de energlas

que han sido denominadque no cesamos de enco

sularismo, civilizacióncatolicismo Y Positivismo' cosmo

historia de tal dicotomla es variada, a veces finge un isóc¡ono ritmo pen-

dular,avecesentreveraSuSrasgos,yenelúltimosiglosigueundesarro-.llo acelerado que "oi..rpoti"

ai expansionismo planetario de las

metrópolis cultuiales externas, lo que ha reforzado la acción del polo in-

ternacionalista cuyo impacto sobre Nuestra América ha sido brusco en

dos ocasiones: a partii de 1870, cuando se reestructuran los estados

europeos, pocos años después que Estados Llnidos se ha unificado bajo

la llnea éctnOmica del n-orte, y a partir de 1945, al iniciarsc la- larga

posguerraquehageneradounaredistribucióndelosimpcriosdeoc-

"i¿át. concediéndole la primacía a Estados Unidos'

La pulsión externa adquiere mayor fuerza en cste segundo tnomento

po, oü.u de la revolución técnológica que recmplaza en térnrinos incom--parablemente

superiores a la revolución inclustrial que alimentó la

pulsiOn del prirner momento a fines del XIX' Para tlsar url cjemplo del

.o-po infoimativo, no hay compa ación cntrc el cf'ccto quc la invcnción

de la linotipo, el tcndido de cables submarinos y la constitttción dc agen-

cia.s intcrnácionales tuvo sobre el periodismo latinoarncricano de I'irrcs cle

siglo y el conquistado por la telcvisión, Ia trasrnisiÓn por satélitcs y la

¿ñecta "*punriór,

de.evistas gráficas clcspuós cle 1945' La inciclencia itr-

ternacional, que tiene su principal campo de acciÓn cn l¿t cconolttía' sc

vio favorecidá por las conquistas de la revolución tccncllÓgica, y trrnqtlc

tuvo diferentes grados de pcnetración cn las disliiltas ítrcas

latinoamcricanas, no dejó ninguna sin tocar, provocanclo in¡¡entcs t cttro-

ciones,Tal potencia abarcadora tiene un equivalente igualmer.rte global cn cl

campo liierario donde se constituyó .tt rrt .eq,t.timiento de tecnilicaciÓn

de üs letras, paraielo al que comenzÓ a cumplirsc en las rcstantes

ANCI]I, RAMA

clisciplinas intelectr-ralcs. Fuc una incidcncia básica y general que tocó atodas las parcialidadcs dc lu ttucva narrativa y cltrc por lo tanto puede

verse como uno de los marcos tlofiniclorcs dcl mttvirnicltto y rto

simplemente como un rasgo de algunas de las cstótica,s cn quc sc sutr-divide. En el horizonte de los narradores, las tócnicas aparccieron conrouna eventualidad de renovación y de mejor adecuación a los mcnsajcsque pretendian trasmitir y, (desde la entrega alborozada a la utilizacióncautelosa) dispusimos de variadas respuestas a una misma pulsión, tanadmirada como codiciada. Lo importante del nuevo elemento fue laamplitud de su acción que permite revisar en conjunto el movimiento a [abúsqueda de su significación profunda, aunque habrá que verlo sobretodo en el sector que le concedió primacia, operando una auténticasacralización de las tócnicas. Concomitantemente, fue ese el aspecto quellamó con más fuerza la atención del lector y sobre el cual rotó ladefinición del boom, tanto para quienes lo aceptaron como para quieneslo rechazaro¡. El modo extremado en que fueron absorbidas las técnicasnarrativas nuevas hizo que adquirieran un relieve estentóreo dentro delas obras literarias y que por €so tuvieran mayor impacto sobre los lec-tores.

Un escritor que a fines del XIX, en la primera pulsión internacionalprofunda, hizo su singularidad del manejo de un instrumental aprcndidoen la poesía francesa, hablo de Rubén Dario, muy pronto descubrió queese recurso que provocaba indignaciones, rechazos, vilipendios, erajustamente el que le abria las puertas de la popularidad porque tenia unaincidencia acentuada sobre el imaginario de las gentes comunes, constitu-yéndose en la vla merced a la cual un poeta de minorlas se transformabaen un poeta de mayorías. En el próloga a Cantos de vida y esperqnza qrepublica en el apogeo de su fama, dice apaciblemente algo que no ha sidosuficientemente atendido: <<La forma es lo que primeramente toca a lasmuchedumbres>. Iniciaba entonces lo que él llamaria su período<sincerista>, donde sus recursos formales habrían de adquirir una ter-sura y adecuación armoniosa mayores sin que por eso desaparecieran,pero habian sido ellos los que en su manifestación rabiosa le abrieran, através de un clamoroso escándalo, las puertas del imaginario de lasrnuchcdumbres.

La atención por Ias tócnicas significó desde el comienzo, en la segun-da pulsión interndcional de este siglo, el interós por las obras vanguar-clistas europcas de cntre ambas gucrras, dondc aparecieron como laoriginal cstructtrración dc urta tarnbién original cosmovisión. El conoci-nlicnto dc ese nratcrial se inícia entrc los pocos cscritores que ttrattejabanlcnguas cxtranjeras (dc Oswald de Andrade a Viccnle Huidobro) y sc

acrecienta cntre quicnes conviven a modo dc <lost gencration>hispanoamericana el movimiento curopeo: Miguel Angcl Asturias, Alejo

3t

Page 3: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

32 LA TECNIFICACION NARRATIVA

Carpentier, Jorge Luis Borges. Su acciÓn se amplia a partir de lo.s años,

cuar€nta en que las recién fundadas editoriales argentinas, Losada,

sudamericana, Emecé, comienzan la serie sistemática de traducciones:Aldous Huxley, Virginia Woolf, André Gide, Franz Kafka y Ia primera

edicion en español del U/ysses de Joyce, junto a William Faulkner,Ernest Hemingway, y muy pronto Thomas Wolfe, Carson McCullers.'Truman Capote, etc. Desarraigadas de las obras europeas originarias, las

técnicas fueron manejadas como simples sistemas de composición,de un uso general e indiscriminado. Lejos del

:" lTffi"x Jii"?':'-""' -X?':: *Ja'::"#?: :li

elementos neutrales, sin forzosos vínculos con la materia, una suerte de

campo paralelo de universal aplicabilidad Y, Por lo tanto, un bien

mostrenco que aunque tenfa padres reconocibles carecía de registro de:

patente.No se trata de un comportamiento propio de fos latinoamericanos,

sino que tiene largos antecedentes en el pensamiento europeo si

atendemos a los razonamientos de Arnold Toynbee acerca del inicial

fracaso de la predicación jesuita en China cuando introdujeron el cañÓn

asociado a la necesidad de un cambio religioso, en oposiciÓn al sistema

aplicado desde el XIX que se limita a la introducción del cañón y de los

festantes implementos técnicos desgajándolos de toda aparencial doc'

trina pero urpnAolos al se¡vicio de una reestructuraciÓn de la sociedad

colonizada qüe se suelda marginalmente a los poderes rectores centrales

de las metrópolis. El éxito de la tecnica en todo el universo desde el XIXobedece a esta aparencial neutralizaciÓn que no dejó de estatuif conflic-tivos desequilibrlos en las lejanas regiones sobre las que actuaba y que a

su yez fue confirmada pOr la conducta de las poblaciones colonizadasque aceptaron esta situacion de hecho y procuraron invertir su signo. En1870 se presencia en el Uruguay una revolución rural que lue

denominada <<revolución de las lanzas>> porque en la misma fecha en que

lOs cañOnes alemanes bombardeaban ParÍs seguia manejando un instru-mento anterior a la conquista española; el gobierno le puso fin con la in-troducción de los fusiles remington, los cuales ya iueron usados por los

sectores rurales en su próxima insurrección.En el prólogo que en 1964 escribi para una sumaria antologla de la

nueva literatura (narrativa y poesía de América Latina) que publiqué en

el semanario Marchq de Montevideo y que creo es el primer intento de

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ANCELRAMA 33

reunir una muestra de sus ya cntonces importantes aportaciones'anOtécomo rasgo principal la prcocupación tócnica que las distingula dentro

del cauce del vanguardismo internacional en curso:

Et periOdo se inicia con una actitud netamente experitnentalistir,recogiendo por primera vez en América Latina la influcnci¿r

vanguardista europea y norteamericana (.'.) lo que explica las téc-

nicas de composicion de las cosss y el de[irio, primer libro de Enri-que Molina, o Pedro Pdrumo, la única novela de Juan Rulfo, oTierrq de nadie de Juan Carlos Onetti, o la creación del grupo

<Mandrágora>> chileno, en especial Braulio Arenas.'

Ese experimentalismo coexistia entonces o procuraba un pacto con

una tendencia que llamarlamos <latinoamericanistaD, respondiendo

todavia a la proposición hecha por los mayores del continente (Pablo

Neruda, Cesar Valtejo) de conjugar la vanguardia artística con lavanguardia polltica, propuesta que ya habla registrado una escisión con-

siderable en la narrativa con la opción únicamente experimental yfantástica que

conjunto queAlejo Carpenten el clima delos nuevos narradores surgidos hacia 1955, entre los que cuentan Rosario

Costellanos, Carlos Fuentes, Garcla Márquez, Cepeda Zamudio,Salvador Garmendia, Martinez Moreno, José Donoso, Adriano

González Leon, Mario Benedetti, Mario Vargas Llosa, Augusto Roa

Bastos, David viñas. sus obras iniciales justificaban ia conjunción de

vanguardias, e¡r mayor o menor grado, que no se percibían comoopuestas. De aht que en ese ensayo yo dijera:

Señalamos ya la nueva influencia norteamericana, que se inten-

sifica en toda América a partir de 1939, y que corresponde al in-greso de los grandes escritores vanguardistas, conjuntamente con el

vanguardismo europeo que en América comienza a funcionartardiamente. Simultáneamente existe una toma de conciencia de

responsabilidades humanas y sociales' que se hereda del perlodo

rosado del antifascismo de los treinta, pero sin la desbordada e in-

l. Marcha, Ailo XXVI, No. 1217, 2a. secci6n, Montevideo, 7 de agosto de 1964-

2. al-a gcneración hispanoatnericana de nte<.lio siglo; una generación creadora>>, Morcha,número citado, p. 2, en.sayo ahora recogido en Aurora Ocampo, comp., I'a crflica de la

novela iberoanericano contemporónea, MtxiCo, Univcrsidad NaCional Autónoma dc Mé-

xico, 1971, pp. 11-2).

Page 4: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

,i.i rJ

t34

En los quince años transcurridos el experimentalismo ha seguido

una evolución acelerada y ha contribuido a Ia escisiÓn del movimientonarrativo, sobre todo en aquellos casos que, dentro del linaje borgiano,

acometieron la ruptura con la histOria y se prevalieron de una/apresuraday algo simplis gia del estructuralismo para sus

ejercicios de c ha sido visto con escepticismo yaun con sarca es que se encuentran en el inicio

de la renovación técnica de la narrativa. Ya en l9?3 se dieron a conocer

Es muy curioso lo que sucede ahora con los escritores

latinoamericanos. El noventa por ciento de los que interesan son de

izquierda y hay que suponer que abogan por una mayor comunica-ción entre esc¡itor y lector; sin embargo, con ese absurdo abuso de

las técnicas están haciendo -o hay peligro de que hagan- una

literatura de incomunicación.

LA TECNIFICACION NARRATIVA

genua confianza en los buenos sentimientos que también signó a ese

movimie nto.'

Por el camino de la exageraciÓn técnica se llega a una in. .

comunicación y pienso que el escritor debe fnndamentalmentecomunicarse con el resto de los hombres. De 1o contrario su obrapierde el verdadero interés.r

Es posible que, si aun viviera, un crltico como Manuel Pedro

González, que ya arremetiera contra los tectricisnros de Pedro Púrqmo,

adujera que esos polvos trajeron estos lodos y atrte las crlticas de quienes

abrieron el camino rcnovador-evocara la historia del imprudente criado

con la escoba mágica. Más aún si sc considera que en las inicialcs pro-

puestas a favor de una renovaciÓn técnica a fines de los años treinta, el

mismo Onetti polemizaba con los comisarios de la izquierda que

defendian el contenidismo social ignorando todos los restantes aspectos

dc Ia escritura artística. Probablemente haya sido Onetti e[ primero que

3, Op. cll., p.21.4. Fueron incluidos en et libro de Joaquin Neyra, Erneslo S¿Íbalo, Bucnos Aircs,

Ministerio de Cultura y Educación, i973'5. Opiniones recogidas por Jorge Ruffinelli, en Juan Carlos Onetti, Requiem paro

Faulkner y otros artículos, Montevideo, Arca-Calicanto, 1975, p. 199'

ANCiEL RAMA 35

expresaotente plantca cl problcma de la incorporaciÓn técnica, en tér-minos que definen la conccpciÓn que tcnla dcl punto, los ctrales han sidohomologados posteriormente por los dcmás tltlrra<lorcs de su gcncritciÓn

y por los integrantes de las siguientcs, con cl agrcgado dc c¡trc clr las

mismas fechas lo están poniendo en práctica los narradot'cs mayorcs

(Asturias, Carpentier, Borges) que estaban en comunicaciÓn cstrecha con

las fuentes europ€as.

Un largo monodiáIogo con Etrropa

Antes de examinar las propuestas de los escritores acerca de Ia téc-

nica es oportuno recordar que toda modificnciÓn de la sociedad se

traduce en una paralela modificación de los órdenes literarios que se

ajustan a una cosmovisiÓn ¡enovada que forzosarnente trgnsita pormecanismos expresivos adecuados. Salvo en los regímenes autoritariosque intponen cánones estéticos -caso

de la Unión Soviética- las muta-

ciones estilísticas son lo propio de la historia de la cultura, siendohabitualmente las que detectan anticipadamente los cambios €n curso

dentro de la sociedad. Por lo tanto, la congelaciÓn de cualquie¡ <<forma

literaria>> resulta a la postre en un arcaismo o una mera manifestaciónepigonal, pero además, en cualquier perlodo de la historia, conviven en

pugna diversas soluciones que testimonian las proposiciones contrariasque operan dentro de la sociedad, con mayor aspereza en el siglo actualmerced a la futuridad incesante que propone el vanguardismo'

De ahi que sea evidente que €n los centros urbanos desarrollados de

América Latina no se pueda escribir ya como lo hicieron Gallegos o

Azuela, y quizás ni siquiera como Asturias o CarPentier, sin que esta

comprobaciÓn reste nada a la excelencia de las obras de esos narradorespues ellas no son meras ilustraciones de estéticas pasadas' El arte no se

mide por su ubicación en la cronologÍa. Pero en la instancia renovadora,los escritores que pretendían expresar las nuevas circunstancias de la exis-

tencia latinoamericana, encontraron en las técnicas europeas una ayudaeficaz y en los modelos regionalistas un enemigo a vencer' por lo cual se

<.lefinieron contra estos y a favor de aquellas, viéndolas como neutralesinstrumentos de trabajo.

Sobre las <<curiosas imitaciones y los curiosos desencuentros entreIos escritorcs latinoamericanos quc se esfuerzan pot recoger la lecciÓn ex-tranjera> me expresé con dctallc cn un largo ensayo de 1964 cuyos tér-¡ninos podria repetir porque creo quc hun sido confirmados en el periodo

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Page 5: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

36 I,A'I'IJ( ;NI[ICAC]ION N AI{I(A'I'IVA

transcurrido. o Partiendo de que laS técnicas ll() soll ncutrales, tti

desglosables me ntcnitlosi> dc los obras,

sinJ que son los oncn los escritores para

elaboiar esa uni arte, no dejaba sin ern-

la lectura de las soluCiones encontradas pol un escritOr extranjero,podría decirse que la pasión de esa lectura por parte del escritor

iatinoamericano obedecía a su deslumbrado reencuentro, gracias a ella,

con una $Luación propia, la cual adquirla un modo de expresarse

cabalmente en la renovada técnica que el extranjero habia desarrollado.

No de otro modo cuenta carpentier que los ritmos de Stravinsky lola música negra de ReglaY no de otro modo unaescubrieron en William

una realidad extraor-dinariamente similar a la de la sociedad sureña norteamericana que no

en balde tiene puntos de contacto basales con las sociedades

latinoamericanas. Va en 1956 habia descubierto James Irby la presencia

de Faulkner en Lino Novás Calvo, Juan Carlos Onetti, José Revueltas y

la Tierra de nadie (1941) de Onetti hasla La región mds lransparenle(1958) cle Fuentes, en los narradores que pretendlan abarcar la totalidad

urbana de sus recientes capitales macrocéfalas.Fuera de esa eventualidad, en la cual las técnicas aparecian como

buenos conductores de circunstancias propias, Se encontraba la vasta

zona de peligro donde la atracción de las formas conduce a mimetismos

hueros, escasamente significativos por carencia de auténticas vivencias

que las justifiquen. De ahi una exhortaciÓn cautelosa, que €n el citado

ensayo formulaba asl:

6. <<Diez problemas para el novelista lalinoamericano¡l en revista Casa de las Américos

No.26, octubre-noviembre 1964, pp.3-43. Hasido reproducido como libro independicntepor Editorial Sintesis 2.000, Caracas, 1972'

7 . James lrby, La influencio de Williqm Faulkner en cualro narrodoreshispanoamerica¡os, México, UNAM, I 956.

ANCDL RAMA 37

La irsu lrción clc Unir actitUd acltrlta Por parte del noveliSta

latino¿rmcricano, raclicar'í¿r cn l¿t distinciÓn stltil cntre los valores

propios, indepenclientes, clc las tÓcnica,s o sistcmas, comQ exlrrcsiÓn

áe determinadas situaci'nes histórico-culttlr¿tlcs y pof cndc

económico-soc ciÓn dc los clcmcutos

de esas técnica tuaciones pro¡rias, lo

que no quiere de una inserción del

escritor en un

I:: ''¡

8. Enstyo citado, P. 2[l'

Page 6: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

38 LA T[,CNII?ICA.CION NARRATIVA

primer contraste entre cultura rutal y cultura urbalra: micntras Ia

primera se pertrecha en la herencia combinada de naturalisn.ro y rnodcr-nismo, la segunda maneja el ultraismo y cl futurismo, pcro ambas cn-

caran el mismo proyecto historizador representándolo en diversos

niveles. Esa unidad es la que facilitÓ el tránsito de Alejo Carpentier, en-

tre Ecué-Yqmba-O (1931)y El reino de esle mundo (1949), porque conti-nuando en el campo histórico se desplazó de lo que podriamos llamar la

intrahistoria, como se definió en Macunaíma de Mario de Andrade o in-cluso en Los siete iocos dostoiewskianos de Robert Arlt, a los aconteci-mientos históricos universales en los cuales habria cabido participación a

Latinoamerica, edificando su na¡rativa como un puente cultural entre

América Latina y Europa gracias a la progresiva comunicacion in-tegradora que acarreó la expansion europea. Aquí ya no son ex-

blusivamente los temas de la cultura milenaria europea como en Darlo,sino los hechos histÓricos que de ella procedieron pero que contaron con

una participación, generalmente involuntaria, por parte de AméricaLatina, los que maneja el narrador. Y lo curioso radica en que esta ins-talación, que aunque siendo histórica y refiriéndose a América Latinaexige tener en cuenta la cultura europea de donde procede la pulsión, se

traslada del campo temático al campo estilistico e incide sobre las opera-ciones centrales que construyen técnicamente el texto, haciendo que tam-bién Carpentier vuelva por los fueros del barroco.

En su ensayo <Problemática de la actual novela latinoamericana¡>o

Carpentier afirma que <el legítimo estilo del novelista latinoamericanoactual es el barroco>. Más curioso que la afirmaciÓn, solo cierta para unscctor de la narrativa presente, no para toda, es la fundamentación, pues

ella deriva de que presupone un lector extranjero que no conoce los

elementos componentes de la realidad americana. La necesidad de incor-porar a europeos, norteamericanos y el mund<¡ todo como lectores de lanovela latinoamet'icana, evitando al mismo tiernpo el régimen de

<glosarios> con que concluian las novelas regionalistas, lleva a Carpen-tier a proponcr una escritura barroca (aunque más bien quiere decirp<;rmenorizada) que proporcione <la sensación del color, la densidad, el

peso, el tamaflo, la textura, el aspecto del objeto> desconocido por los

extranjeros. Quizás pocos textos ilustren mejor esa minoridad en que se

ha sentido el escritor latinoamericano respecto al modo desetrvuelto de

operar que ha tenido una cultura dominante como la europea, que se for-mulaba para si misma soberanamente y abandonaba a los marginales del

mundo el trabajo de comprenderla con su propio esfuerzo. Los ejemplosque utiliza son transparentes:

9, Tientos y diferencias, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1964,

AN(;EL RAMA 39

Lir lralaLrrrr ¡rlno bastu pilra mostrAl'ncls cl pino; Lt palabra ¡talrneru[rasia par.zr clcfi.ir, rtrostlar', la ¡talrne'it. pero la palal>ra ceiba

-nornbrc de urr árbol ¿rrrrcricarrt¡ ul quc los tlctlr()s ctlll¡ttrtls Ilitllt¿tn

<la madre de IOS árbOles))- no bastit ¡rala c¡trc llts gt'rttcs tlc tllt':tsral de esc ltrbol gigitrrtcsctr,

as cdadcs, sagratlo Por claralelas, ofrecen a[ vientos para el hombre como in-

capaces de todo mecimiento'>r'¿

Ante esta minusvalia de una cultura que es solo regional y no universal

como la europea en que se habla de pino o palmeta, el narrador debe

acometer una tarea técnica esmerada para que el lector ajeno pueda

paipar, valorar y sopesar las cosas propias:

Esto solo n certera de varios ad-

jetivos, o, adjetivación de ciertos

substantiv oceso metafÓrico' Si se

anda con en este caso- el Pro-

lo que era un pino nevado cuando aquel latinoamericano jamás

habia visto un pino ni tenía noción de cÓmo era la nieve que lo

nevara. tt

10. Op. c¡1., Montevidco, Arca, 1970 (2a edición ampliada), p 35'

ll, Op. cit. pp.36y 31 .

,. ::

Page 7: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

40 LA TECNIFICACION NARRATIVA

la recepción de las obras literarias, partiendo de una cultura marginal a

las grandes metrópolis, explica la fundamentación que hace Carpentierde [a escritura barroca, (la cual podria hallatse con más precisiÓn en

otras causas) y nos revela cuán agudamente incide el polo internacionalen las especlficas técnicas de la escritura narrativa.

Dentro del segundo momento correspondiente al perÍodoista y dentro dei mismo esfuerzo para coordinarpropio y lo ajeno' que es su nota distintiva, se

que elude esta vla de la hisÍorizaciÓn que practica

Carpentier y encuentra [a armonía apelando al concepto de arquetipos.

En vez de apropiarse de los materiales concretos de la cultura europea ala manera modernista dariana y en vez de buscar el ligamen con Europa alravés de los puntos históricos comunes, reconoce la existencia de ar-quetipos, presuntamente universales según lo proponian la antropologíay la psicologia europeas, los que tendrian su encarnación propia en

América Latina, tan legítima como la europea y tan dignificada como

ella, Este manejo de los arquetipos tuvo una versiÓn altamente enraizadaen las circunstancias americanas en la obra de Miguel Angel Asturias. Su

apoyo teórico se encuentra en la concepcion antropolÓgica de Lévy-

Bruhl y sobre todo en el psicoanálisis junguiano que continuarían abaste-

ciendo a diversos narradores hasta Julio Cortázar y aun Carlos Fuentes,

los que operan <Ientro de sus premisas a despecho de las correcciones in-tloclucidas por l-óvi Strauss, aunque parcialmente traten de asumir

algunas cle sus propuestas estmcturales. Con todo, quien alcanza la ver-

sión paroxlstica de los arquetipos será Jorge Luis Borges, para lo cual se

clcscnrbarazará radicalmentc de la historia y operará con toda libertad en

el campo de los universales. Abandonando un perlodo que alguna vez

adjetivó como <folklórico>, elaborará las imágenes abastecidas por el in-consciente sin cuidarse de cual es su encarnaciÓn local, razonando que

ésta surgirá por añadidura como fatalidad igualmente preconsciente ycntrcgándose a un irrestricto y gozoso manejo de las técnicas desarrolla-clas en Europa y a una reinvenciÓn sobre ellas. La nota de libertad que

clistingue a sus textos, colindante con el ámbito lúdico en que los diseña,

evoca la solución dariana que habla logrado la armonla de los elementos

discordes, aunque ya no supeditada a la admiración por la culturamilenaria sino a su manejo dentro de una totalidad indiscriminada: el

compadrito y la lotería Ce Babilonia.Pero el tercer momento de esta svolución presenciará la escisión en

que la técnica asume plenamente su carácter neutral, de uso indistinto,con la simultánea preservación de un ámbito temático propio, exclusivodel latinoamericano. Tendremos dos planos nitidamente diferenciados,uno de tipo universal y otro regional, y el narrador se moverá

simultaneamente en los dos, siendo ta obra de arte la resultante en la cual

ANCEL RAMA

se conjugan.

El ¡nodelo operativo.

Creo que fue Juan Carlos Onetti quien formuló inicialmcrrtc" cst¿t

concepción y lo hizo dentro de la polémica que en la década rosacla delantifascismo opuso a los propugnadores de la nueva escritura artisticacon los partidarios def arte social. La observación de Onetti es de 1939 yno casualmente contemporánea de su descubrimiento de los friossistemas de prestación de las urbes latinoamericanas (Buenos Aires)donde surgirJan los <hombres sin fe>> a quienes consagró su novela Tierrade nadie.

importar de alli (de Europa) lo que no t€nemos -técnica, oficio,

seriedad* pero nada más que eso, Aplicar estas cualidades anuestra realidad y confiar en que el resto nos sera dado porañadidura. Claro que de toda esta descuidada crítica nada se rela-ciona con los escritores de izquierda que -por imperio de sunobleza, desinterés y modestia- han desdeflado los bizantinismosde estilo y técnica. Ninguna culpa les cabe. Es cierto que podrianhabernos dado algún Salambó, uno que otro Hsmlet, tres o cuatroCrimen y casligo. Pero supieron preferir el poner su pluma, Under-wood y cerebros al servicio de la raza, las clases y los pueblosoprimidos.'r

Resulta indicial de la problemática general en la cual se inscribe laproposición onettiana, la terminología económica con la cual se expresa,refiriéndose a <<importaciones> estrictamente reducidas a las indispen-sables que no se poseen internamente para aplicarlas a una realidad pro-pia, confiando con optimismo en los resultados positivos de este cruza-miento. Equivale a la muy pregonada doctrina de sustituciÓn de importa-ciones que se diseñó en varios puntos del contiente a la sombra de lasegunda guerra mundial, cuando las metrÓpolis encontraron dificultadesen abastecer como antes las necesidades latinoamericanas y se invirtiÓtemporariamente el saldo favorable de la balanza de cambios, situaciónque duró hasta el boom económico de la guerra de Corea. El optimismode este período que presenció un desarrollo acelerado, que permitió la

12. <Cultura uruguayaD, artlculo publica<iocu Morcha clc Morrtcvldr:o, cl 4 dc agosto dc

1939, recogido actualmentc er Requícrrt ¡tora Fuulknu .y olros artículos.ll. Op. cit., P.24.

Page 8: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

42 LA TECNIFICACION NARRATIVA

nacionalización de importantes empresas extranjeras (de los petróleos

mexicanos a ios ferrocarriles argentinos) y que abrió fuentes de trabajomás tecnificado contribuyendo a la emigraciÓn rural hacla las ciudades,

se prolongó luego de la guerra por una década larga que ayudó a paliar lacrisis subterránea que desde 1930 se habia instalado en América Latina y

cuya emergencia en los sesenta dio sustento a la agitaciÓn social, Desde la

melancólica perspectiva actual, el período se define como el de las

grandes ilusiones.De hecho, Ia sustituciÓn de importaciones fue un primer paso,

aprovechando Ia coyuntura internacional, en favor de la autonomía' Eldeseo de ésta y la confianza en las propias fuerzas, oscurecieron lapercepción de las limitaciones provenientes del marco dependiente en que

actuaba el continente, el retraso de la economia latinoamericana y el ver-

tiginoso avance que los centros imperiaies cumplirian, a partir de niveles

ya superiores, al desencadenarse la revolución tecnológica. Esta situó en

otros niveles el desbalance, acrecentando, en vez de disminuir, el poder

de la estructurada economía mundial. Todavla en los años treinta el pro-

blema se situaba, para el Rlo de la Plata donde escribla Onetti, en el pro-

cesamiento in situ de las lanas vlrgenes que constituian uno de los impor-tantes rubros productivos del pais, creando una industria ligera para

abastecer la poblaciÓn interna. IrÓnicamente parecia reproducir unasituación tan antigua como la de Espaf,a respecto a Inglaterra hacia1700, fecha en qlo ya las lanas españolas se tcjian en Inglaterra, a la cualse le comprabart iúego para las nccesiclades peninsulares y las de las colo-nias. La sustitución se llevo a cabo combinando la compra de fábricas,produci<Ias cn Inglatcrra o crr Bstados [Jnidos, con el establecimiento de

lcycs protcccionistas c¡trc clc hccho itnplicaban cl financiamiento de la in-clustrializacit'ln ¡ror lit socicclrd tocla. ljl carnbio parecía muy positivo y se

conslituyó cn t¡na banclera clel pensanricnto liberal y progresista, aunqueel rrrargcn tlc lvitncc ¡rotrto ttr<¡stró sus llrnites y el desbalance anterior se

r't:nlili(> u otr rl ttivcl.l,ls ¿rleccionunle quc lal nroclilicaci(rn rcitcrara una que habla conoci-

rlo rr f incs clcl X IX la nlisma árca rioplatcnsc, cuando simultáneamente se

¡lr cscrrcirr cl ilcsu¡ rollo clc ki irlclLrstria frigorifica de carnes y la expansiÓntlt:l nr(rtlcnrisrno li[crario, rcspondiendo a esta primera gran pulsiÓn in-lcr¡rrciorraliz.aclor'a. Sus tór'tttinos registraban todavla menor autonomíaIrrlinoun'rcricarra, daclo que la industria frigorifica y el comerciorcs¡rorrrliun casi exclusivamente a inversiones extranjeras, todo el equipotúcnico proccdla ctcl cxterior y el conjunto estatuia el tipico <modeloopcla(ivo>> quc rcgia el desarrollo de las zonas marginales del planeta, elcr.r¿rl sc crn¡ralentaba, en posicion dependiente, con el <modelo produc-tivo> quc correspondía a los centros industriales, En las primerasmuestras de una co-participación que se haria cada vez mayor dentro del

¡j

. ,,,:.);

ANCEI- RAMA

sistcnra cconórnico univcrserl, ut'tos producían los adelantos industriales ytambién los opcrabatt, f)ar¿r dzrr [ucgo p¿rso a utta scguncta solrrciÓn enquc Ias metrópoli.s producían lcts adclantos i¡tdustrialc.s y las zonas

marginales los operaban al servicio cle sus maletias ¡rrinras. Conlo tliríaOnetti, la técnica venia de Europa, la materia pritna cra lltlcstt'¿t. Cttll cl

agregado, que debe realzarse, de que el producto qlaborado asi sc

destinaba a[ consumo de ia sociedad regional exclusivamente, autrqueaspirando a entrar en el circuito €xportador, al menos respecto a zonasmenos avanzadas en este proceso.

Es obvio que no pueden homologarse los campos económico yartistico, ni postularse que el primero rige genéticamente al segundo,pero ambos enfrentan similares situaciones, marcadas por la ambición de

autonomía, tan notoria en la serie de articulos que Onetti escribiÓ en

1939 y 1940 bajo cl seudónimo Periquillo el Aguador y bajo el reveladortitulo (La piedra en el charco>>'r y tan visible en las expectativas de lospollticos latinoamericanos del perlodo. Habia que lograr la eficacia y Iaplenitud de la producción extranjera, independizándose de su

dominación, y la coyuntura parecía favorable. Ayuda a reponer la visiónque entonces se tenia, una sintesis de estas fallidas esperanzas que

Stanley y Barbara Stein han hecho en su libro:

De 1930 a 1945, la reducción temporal en la capacidad de im-portar bienes de consumo acabados proporcionó u¡i mercado in-terior para las manufacturas nacionales; factores adicionalesfueron la protección arancelaria y el crecimiento demográfico. Lareconstrucción europea de posguerra y las exigencias de la guerrade Corea dieron alas a la creencia de que no era insostenible esperarque las ganacias del comercio intsrnacional proporcionarían fon-dos para financiar proyectos durante mucho tiempo retrasados dedesarrollo industrial y, mediante la mecanización, elevar la produc-tividad agricola. El receso de la influencia económica inglesadespués de 1945 llevó a algunos a concluir que la larga Iucha contrael <imperialismo del libre comercio>> y a favor de la soberaniaeconómica pronto terminaría. ¿De qué otra forma podían inter-pretarse los resultados del nacionalismo econÓmico peronista y laexpropiación por México de las compañlas petroleras extranjeras?Resumiendo, durante los primeros años de posguerra, las cam-biantes condiciones internacionales y nacionales indicaban queAnrérica Latina, en un futuro previsible, alcanzatla un gradoapreciable de autonomia económica creando a escala nacional una

f4. Reuoidos actualmente cn eL rncncionatio llequient para Faulkncr y otros arlículot

43

Page 9: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

I-A ]'ECNI IIICACION NARft.ATIVA

industria de bienes de capital, desarrollando y procesando recursos

Iocales de combustibles, reduciendo la inversión extranjcra y

elevando las tasas locales de ahorro e inversiones, estimulando la

productivídad nosino también en

Tomados en bloqla autonomia ecoperiferia sobre el centro industrial. "

No es éste el lugar de seguir las frustraciones de estas esperanzas y

solo cabrla consultar la serie de publicaciones de la cornisión Económicamedir sus efectos sociales y sus limites en

mla. El último documento en fecha es el in-Enrique Iglesias en la XVIII Reuníon de la

Comisión, en abril de 1979 en Bolivia. /6

A nuestros efectos importa ver cómo ha continuado esta escisión en-

concepción teórica de los narradores'oducción de técnicas extranjeras ni se

enciones en el mismo cauce ' Ias cuales

o sin embargo sigue percibiéndose la

escisión, aunque Ia técnica ya no se adscribe a un centro externo concreto

sino que se la ve come una modalidad det trabajo intelectual, propia del

derccho común internacional. En oposición, la materia conserva una

suerte de privacidacl o interioridad que incluso pafece eludir los es-

quemas clel conocimicnto racional pasibles de colectivizaria.tJn novclista confesaclamente flaubertiano (y no es ocioso recordar

que Flaubcrt itraugura cn la novcla contemporánea la atención por las

t-écnicas lil.erarias) el pcruano Mario Vargas Llosa, apela a una de esas

dicotomlas a la que es afccto, aquí la que opone la racionalidad a la in-

tuici{rn, prrra cxplicar cómo se conjugan las dos lanzaderas que constru-

ycn su obra:

cl elcmcnto racional en reatidad sl desempeña un papel

pre¡ronclerante, poro solamente al nivel de la técnica, del estilo, de

la escritura, pcto ct1 cl dominio de la materia no. En el dominio de

l¿r uratcria hay trn clemento intuitivo que es el que debe predominar

cntcramcntc para que la obra literaria exista, para que la obra

15. 'l'he Colonial fteritqge oJ Latin America, New York, Oxlord University Press, 1970.

Traducción e.spañola de Alejandro Licona, México, Siglo XXl, 1970.

t6. Repotl oI the Execulit)e Secretary lo the Eighteenlá Session of the Commission, LaPaz, Bolivia, l8-26 April 1979. Publicacion mimeográfica de United Nalions Economic

Commission for Latin American, p. 81.

literaria sea auténtica. "

Yargas Llosa ha manejado un pensalnicnto tcórico quc fre-

cuentem¿nte utiliza antltesis marcadas, percibicndo la obra litcraria

como un tenso equilibrio conquistado sobre oposicioncs que el escritor

unce, casi forzándolas, casi venciendo su tendencia centrlpeta, al servicio

de la creación. El funcionamiento contrastado de ambos elementos (ra-

cional e intuitivo) es bien n<.¡torio en su narrativa donde convive un

remozado realista con un artifice técnico extremado, autor de esas

((trampas)), como han sido designadas las de onetti, que trabajan estruc-

turando la materia. A pesar del esfuerzo cgnvergente del autor, las fuer-

zas operantes conservan su autonomia en Ls ciudad y los perros o ert Lu

casqierde, aunque logran una integraciÓn más feliz en Conversación en

la catedral.Má.s expllcito aún ha sido Julio cortázzr. El represcnta plenamente

la actitud vanguardista, según la cual el artista es permanente con-

quistador de ló desconocido, siempre abierto a Las búsquedas y a las

,rrr"uu, incitaciones, siempre e n disponibilidad. En un texto de 1969 afir-ma la total internacionalización de las técnicas literarias que habrían

eonstituido una suerte de gran mercado común de las letras, al que

concurrirlan con el mismo derecho tanto europeos como americanos,

tanto asiáticos como africanos, manejando las mismas fuentes y los

mismos inventos, creando sobre ellos otros nueYos que pasarían a in-

tegrar el acervo común, siendo por lo tanto influidos e influyendo a la

vlz de conformidad con la fuerza y originalidad de sus libres aporta-

clones.Aunque Cortázar lo da como un hecho recientemente adquirido' el

más leve recuento de las letras latinoamericanas muestra la permanente

utilización de las novedades técnicas eufopeas, a las cuales un linaje de

artistas ha sido especalmente proclive desde los orígenes de nuestra

cultura, manejándoias como un bien común, sin propietario reconocido,

lo que a vecesha llevado hasta el plagio. Lo que en el texto deCortázat

aparece como nuevo y recién adquirido es la conciencia de que ese mer-

cado es realmente común, que en él participan en pie de igualdad los

escritores de las antiguas tottut marginales que asf habrlan conquistado

autonomia. El Darió que a fines del XIX decla, y en francés!, <d qui

pourrait-je imiter pour étre original>> vivió muchos años en Paris sin ser

incorporado al mercado internacional (aunque sl al español en una

ll. Reportaje de Elena Poniatowska, <AI fin un escritor que le apasiona escribir, no loque se diga de sus libros>, en Antología minima de Mario Vargas L/oso, Buer,os Aires,

Ticnrpo Contemporáneo, l9ó9.

45ANGELRAMA

Page 10: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

46 LA'TECNIFICACTON NARRAI'IVA

primera conquista de los hisparrlu*.ri.ur,os) y sin que sus estirnables

aportaciones propias, sobre las fuentes técnicas francesas, revirtieransobre el mercado de éstas. El Cortázar que a mediados del XX vive en

Paris siente que está incorporado ya, lo que las traducciones a lenguas

europeas le certifican, y que invenciones como la estructura de Royuelopueden operar sobre los narradores franceses o alemanes. Dice él:

ya no hay nada fortÍneo en las lécnicas literarias porque el empe-

queñecimiento del planeta, las traducciones que siguen casi in-mediatamente a las ediciones originales, el contacto entre losescritores, eliminan cada vez más los compartimentos estancos enque antaño se cumplian las diversas literaturas nacionales' Esto nosignifica que una novela de un autor mexicano se parezca a unanovela de un autor francés, puesto que cada una nace de [a ex-periencia particular, de una <<realidad>> propia ('..); pero los

mecanismos formales que vehiculan estas experiencias han cesado

de ser privilegio de ciertas culturas; el campo experimental es unosolo y sus resultados individuales se propagan con una velocidaddirectamentc proporcional a su importancia y eficacia. "

Lo interesa¡te para nuestra reflexión es que en Cortázar sigue exis-tiendo la escisión elttre uno y ol-ro orden, uno de los cuales es interna'cional y otro regional, uno es común a todos los escritores del mundo yotro solamente a los latinoamericanos, quienes alli alcanzan su

especificidad. Las técnicas derivan su universalidad de su extraordinariamovilidad dentro de las condiciones intercomunicantes del mundopresente, para lo cual ni siquiera hay que esperar, como él indica, a las

inmediatas traducciones, por cuanto el acrecido conocimiento de lenguasextranjeras por parte de los narradores actuales les permite a los

hispanoamericanos, sobre todo cuando están instalados en importantesplazas editoriales extranjeras (como es el caso concreto de Cortázar) el

instantáneo conocimiento de las nuevas aportaciones técnicas que traendesafíos a la literatura. Este cambio de situaciones se ha visto en el cam-po de la crítica académica que ha debido sustituir su rastreo de fuentes(algo más fácil antes por los desequilibrios temporales entre la produc-ción foránea y las adaptaciones hispanoamericanas) por los estudioscomparativos. La circulación universal de las técnicas literarias es

meramente un caso particular en el muy restringido sector de laliteratura, de un comportamiento generalizado de la era industrial que

18. En Lileratura en [a revolución y revolución en la lileralurq, México, Sielo XXI, 1970,que recoge la polémica entre Oscar Collazos, Julio Cortáear y Mario Vargas Llosa.

1.1

1

I

ANGtrI, RAMA 47

han llcvado adclantc los irnpcrios modcrnos y les ha asegurado ladorninació¡ planetaria. C<;nsistc en la clifusión dc invcnciones técnicasnacidas en el seno de determinadas socicdadcs de conforrniclad c()n supcculiar evolución cultural y sus niveles cientifjco-indus(rialcs, la.s cu¿rlesson ofrecidas a las culturas marginales del sistenra bajo la forma de l'ac-tores neutrales que son pasibles de absorción por cualquiera de ellas y lesasegura aparentemente la conquista de una meta del desarrollo similar alde la sociedad productora. Esas incorporaciones reyelan sus limitacionessi se las relaciona con la línea del progreso tecnológico: son muchas ya lassociedades marginales que pueden producir viejos telares; son menospero abundantes las que pueden producir autos; son muchas menos lasque producen centrales termonucleares, menos aún las que constfuyenaviones supersónicos y poquisimas las que consrrüt€n satélites. La cien-cia y la tecnologia que necesitan de una infraestructura altamente desa-rrollada tienden a concentrarse, cosa que podría evadir la literatura porsu carácter artesanal que la religa a arcaicos modelos productivos, aun-que por estar situada en la contemporaneidad no puede menos de serafectada por la circulación universal de las técnicas.

Lo que en estos y otros juicios sobre Ia universalidad técnica noaparece mencionado, provocando cierta perplejidad, es de dónde hansalido esas técnicas literarias que desde Flaubert hasta los vanguardistaseuropeos del XX, pasando por Mallarmé y los simbolistas, depararon unrico conjunto de invenciones que fueron cronológicamente anteriores alas de los latinoamericanos que de ellas arrancaron para sus propiasaportaciones, instalándose en ese mercado común internacional. Es ob-vio que tales invenciones han sido anteriores a las latinoamericanas, esobvio también que fueron ellas las incitadoras, y lo único nuevo que hasido aducido, dentro de un clima de exaltación que ha dejado pocoespacio a la prueba objetiva, es que las aportaciones hechas en décadasrecientes por los latinoamericanos son enteramente originales respecto alos modelos extranjeros y revierten sobre la literatura universal institu-yendo modelos a seguir.

Como los europeos no contaton con la pre-existencia de esosmodelos incitadores, es forzoso convenir que sacaron de sí mismos las in-venciones técnicas, como ya prueba abundantemente el epistolario deFlaubert en el XIX. Si procuráramos una investigación genéticaposiblemente no encontráramos otra posibilidad que inquerir en la queTynianov hubiera llamado la serie social (que por ende es económica e in-dustrial) cuya evolución es estrictamente paralela a la de los enriqueci-mientos técnicos del úttimo siglo, descubriéndonos por lo tanto quehabria sido en la experiencia de su propia realidad cambiante donde losnarradores encontraron las incitaciones que los condujeron a una cre-ciente tecnificación de la literatura, de mo.do que en eltos la materia y la

Page 11: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

48 I,A TECNIFICACION NARRATIVA

irv:rncc (ccnolÓgico, I'ucron luego capaces de producir' en algunos puntos

tlcl c<¡ntincntc, la.s rnáquinas nccesarias para esos procesos y desde en-

tonccs h¿rt1 vivido en una doble tensiÓn a medida que tambiérr se incor-

nicas, sobre el cual se ejercen las influencias de las dos esferas secantes

ANCEL RAMA

que en él se intcrccptan, la externa y [a interna, consagrando esta deman-

da de alta eficiencia tÓcnica en ull ttivcl urlivcrsal para opcrar instrumen-tos afinados de elaboraciÓn clc 1¿r tllatcria rcgiqnal. La litcratt¡ra no estfdesgajada dc ese Sector, sino que lo acompalla, lo exprcs:t cn su cont¡llcjidad, en sus tensiones y en sus contradicciones, y aulr ¡roclria agrcg¿trsc

que en la medida en que va a la búsqueda de un público arnplio (couro cs

"l "uro reciente de la narrativa) se adecúa a las dimensiones promediales

del sector, inclinándose a uno u otro lado de donde vienen las pulsiones,

manuel wallerstein está et desplazamiento de las culturas como ocupa-

ciones a ias culturas corno espacios que acarrea la configuraciónplanetaria:

While, in an empire, the political structure tends to link culturewith occupation, in a world-economy the political structure tends

to link culture with spatial location- The reason is that in a world-economy the first point of political pressure available to groups is

the local (national) state structure. culture homogenization tends

to serve the interests of key groups and the pressures build up tocreate cultural-national identities. tt

El hecho de que la mayor complejidad de la sociedad moderna y de

la tecnología avanzada, haya relegado a la mayoria de la poblaciÓn mun-dial al rango de operadores de artefactos que son producidos por una pe-

queña minoria, no permite sin embargo confundir Ias caracteristicas de

ambos tipos de sociedades. La existencia del modelo productivo técnico

contribuye ¿ rlación-para-sí y genera una

apreciable ca extienden a la sociedad e in-fluyen en su o trabaja dentro de la Órbita

cultural prop de tal manera que asegura la

conservación de la identidad aun en los casos de saltOs bruscos, e incor-pora a sus nuevas modalidades a amplios conjuntos de la población, sino

a todos. El modelo operat¡vo técnico en cambio, trabaja sobre una

19. [mrnanuel Wallerstein, The Modern World-System, Capitalisr Agriculture and lhe()rigint of lhe European World Economy in lhe Sixleen(h Century, New York, Acadernic

Prcss,1976.

49

Page 12: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

LA TECNIFICACÍON NARRA'IIVA

autonomia ilusoria, dispone de frágiles bases que lo exponen a in-

seguridades o a completas destrucciones y tiende a disgregar Ia evol¡ciÓn

armónica del cuerpo social, fraccionándola y alejando unos sectores de

otros. Pero sobre todo padece de una fatal crisis de identidad porque vive

sobre contradicciones y opuestos, viéndose obligado el grupo dirigcnte arearticular todo el sistema cultural, local. Con ingentes dificultades, por

cuanto la mayoria social carece de bases reales sobre las cuales asentar

esas transformaciones y deriva a una extremada y enrarecida

ideologización.El modelo operqtivo técnico tiene un desarrollo casi secular en el

continente pues se remonta al period o limitamos a

su expresión técnica y lo vemos bajo de culturas se

remontaría a los origenes de la Amé ha permitido

una evolución, de la cual sintetizamos algunos tramos páginas atrás, que

ha abierto ricas ilusiones pefo también considerables ftustraciones.

Quizás ción del con-

tinente, una forma de

homolo ladas, Ia cual,

toda ve vía de ia tec-

nificación y a la vez una ruptura tambión avanzada dentro del cuerpo

social. sitrración quc cn la producciÓn latinoamericana remeda otragcner:rl quc lra irguclizado la conflictualidad del campo literario en el

rur¡ncl.t irici¡strializacltt actual, clonde el sisLema productivo literario viene

enfrc¡rtanclo ipsalvablcs clifictlltadcs para iusertarse en el sistema produc-

tivo cle Ia socicclad y ha rcfluiclo tracia enquistamientos que le parecen

apropiaclos pírra resguarclar identidad y autonomia, ciertas paroxisticas

formas dc autonomizar al texto literario respecto a todqs Sus contextos

cvadicnclo la capaciclad rcferencial de [a lengua y de Ia escritura,

¡rertenecen a csta conllictualidad asumida por la literatura europea y

rrortcamcr.iclrna (aunque cn ósta en mucho menor grado), la cual ha

t,cniclo ya inciclcncia sobre las letras latinoamericanas,?'

Ilr¡siones y realidadcs de la tecnificación.

Las técnicas aparecen dentro del cuerpo iiterario de diversas

tüaneras, clc lal ¡nodo que su práctica no siempre está ajustada a la teoría

exptícita y llega a veces hasta a invalidarla, sobre todo en ese sector

univcrsalizado de Ia cultura latinoamericana que practica con tanto

20. La rclación de esta ((autonomla> con la cvicción polltica ha sido estudiada por Jean

Franco en un brillante enSayo, <Modernización, resistencia y revolución. La producción

literaria de los aIIos sesenta> en Escritura, II, 3, Caracas, enero-junio 1977.

ANCJEI- I{AMA 5l

dc.scnlaclo cl sincrctisr.no, cl aco¡tio libórrirno clc les más diversas y hasta

contradictorias inf'lucncias y su r¡ani¡ltrlación inrplovisada y subietiva.

Es conveniente una cauta desconfiitrtza ¡rlra los rtlanificstos y ttll ox¿tlll0l)

independiente de las obras que ellos amparan.si lo normal es que las técnicas aparez.can como ['uncioncs y, ctt lt>s

casos de más acentuada visibilidad, como operadores, [a litcratura con

temporánea ha presenciado su lo cual puede

p.tiibitt. el matiz sacralizado utilización en

cliversos escritores, parte al fin mporáneo por

la <bella macchina> que aparece desgonzada de su utilidad y fun-cionalidad y asumida como una realidad autÓnoma. Todos los narrado-res latinoamericanos del cuarto de siglo transcurrido se han abastecido

en el nuevo arsenal técnico pero [o han manejado de diversos modos que

se ajgstan a su mayor o menor confianza en la capacidad referencial del

discurso literario y a los momentos diversos de su producción, porque,

como eS habitual, deslumbramientos iniciales con los recursos técnicos

dieron paso a una util da' Ha habidoquienes han utilizado ciente traslado

de utr lugat a otro, símbolo de la

modernidad, cambia én quienes lo

decoraron con fetratos familiares, diversas etiquetas, monitos infantiles,imágenes de santos, cortinas de alcoba y Iuces parpadeantes como una(garconni¿re)) adolescente.

En todos los casos d.e exaltada absorciÓn de nuevas técnicas, la nor-ma fue que la <forma>> se designara a s[ misma, presentándose osten-

siblernente como un objeto independiente que se autonombraba y

posiblemente inspirada en los < Lumiére que

a principios de siglo proyectaro la llegada del

tr"n u iu ..ta.iÓn ferroviaria, ant€ entre el

recurso técnico con el cual organiza el discurso literario y la historia que

a través de él cuenta. No solo el cliscurso adquiere una máxima

visitriliclacl, reclaman<lo sobre si la atenciÓn del lector y guiándola hacia

la aprccizrciÓn clc las solucioncs particulares merced a las cuales el autor

2l . (iut:¡¡u ¡!t'l li<'nrpo. ln',t relttlos.v una novclu. (El ca¡nino dc Santiago, Viaje a la

scrrrilla, Scrrrcj¡rtfu n la nochc, Iil acoso), México, Contpaflia Cenel'al de Ediciones, 1958.

Page 13: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

s',) l.A't l1( :Nll'l('A('l( lN NAI( ltA l'lVA

nizadas.

mación o en la superposició¡ rlan am-

bigua la percepción de los dat asos que

muestra Los adíoses (1954) s e llega a

Para uns tumba sin nombre 1 Llosa se

registra un pasaje semejante, dentro de una atenciÓn siempre aguda por

lailaboración técnica del discurso, pero que entre La cssa verde y Con-

tersación en [a catedral abandona recursos derivados de escamoteos o in-

formaciones erradas manejadas voluntariamente, para atender con una

atención sostenida el decurso de su historia.

AN(;|l,l(Atvl A 5l

Iuictrlo li.crtit;0 tlt: llt:; t¡lrt¿ts. l'clo tlt'l lttisllt0 ttttltlo clttc' cOlnO ya apUn-

tAniOsi, ltr illll0cluct;i(rlr tlc ttrtlt tt:cttic¡t :ll)ílt('¡llL:lltotllc tlCtltral cn las

r-Cgi<lncs nr.lrgiualcs tlcl ¡.¡lttrrclit C.s cl ctlllticttzr) tlc t¡tt:l rcar'liCtllaCitln tle l¿r

s<_tcicdacl que [a cmpirrcnl¿l y palcialttrctrtc la ltsctttcja a la soc'i<:tl:tt[ Ptrr-

ductora de esa técnica, también podrla sospcchalsc c¡ttc las lÓcltic:ts

universalcs qüe son adaptadas a la narrativa y aplicadas tt tttra ulatct i:r

latinoamericana conducen sutihnente a una transformación de ésta den-

tio de patrones igualmente universales. Al menos eso se desprende de

una observación de Alejo Carpentier sobre los rasgos que tendrla la

temática latinoamericana en las obras de los renovadores contem-

poráneos de la narrativa. No solo percibe que ha habido una

modificación técnica sino también una modificacion en el tratamiento

del <personaje>r narrativo:

(irupo que se produce en un momento determinado' con obras

desprovincializádas y obras que tienen una Yigencia universal, por-

qo"ro.tbuenasdetécnica,soninteresantesdetécnica'sonmoder-nas de técnica, y porque tratan temas americanos casi en todos los

casos.Temasa*.'i.u''o''conunaaperturadevisiónSobreelmun.do de las ideas, sobre el mundo, sobr€ las cosas en general' con una

universalizaciÓn de los personajes que hace que esos personajes

puedan ser entendidos fuera del ámbito hispanoparlante'"

Del mismo modo que, al nivel del estilo, para carpentier la escritura

barroca seria la consecuencia del afán de internacionalizaciÓn del narra-

dor latinoamericano, al nivel de [a materia ella seria el hallazgo del hom-

bre universal que hay en todo latinoamericano' con lo cual la incor-

poración de loi mecanismos aparentemente neutrales de la técnica con-

"loirtu revelando su verdadera naturaleza, a saber, universalizadora y

homogenizadora, aunque dentro de una evolución gradual y matizada

que cónsentirÍa toda suerte de estados intermedios' En ellos seguirían

iientificándose muchos narradores, junto con su público. (de ahl la

defensa de esa materia propia, interna, singularizadora) en tanto que

otros asumirían plenamente las resultantes porveniristas de las reglas de

juego adoptadas.Pero tanto en esos primeros que asumen la situación intermedia del

pro".ro de universalización, como, paradÓjicamente, también -en los

iegundos que son absorbidos por su futuro, se registran múltiples

,eJistencias- que actúan por debajo de sus confesas posiciones doc-

22- tlfirrttución Iitcrt¡ ia unterieoni.slu, c-aracas, tldicioncs dc la lracultad de Humanidades

y Iiducnción, 1978, P 29-

Page 14: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

54 LA TECNIFICACION NARRATIVA

significantes Paraexperiencias con laa los Productos

truían significados

irracionales. E incluso cuando se abordan estas desconexiones del sen-

amcncanas.La misma coartada realista es perceptible en el uso de otro recurso

surrcalista, el <maravilloso)), por parte di Alejo Carpentier, que incluso

I¡ rebautiza como <<real-maravillosor> oponiéndolo a su formulaciónesclerosada en la poesía francesa nacida de una voluntariedad en que,

para ó1, <los taumaturgos se hacen burócratas>r' Al margen de lo que

fuccla habcr clc ccrtcro en esta crítica, fue evidente que los surrealistas

1r"¡,".r.* trutaron dc <vivir> la experiencia de to maravilloso, asumiendo

<estaclos llmites> que en algunos casos lindaron con la locura y lantucrte. llls otro el cclmportamiento de carpentier quien lto asume esta

vivc¡rcia sino que se limita a describir a quienes la poseen integralmente o

sea a las poblaciones supersticiosas de América Latina que conceden an-

cho mrrgcn ¿r clementos irracionales, mágicos o maraüllosos, los que

autótrtic¿rnrente creen que operan en el mundo. La simpatla que mue.stra

para estas invéstigaciones de la realidad que evaden los parámetros ra-

cionalistas dc la sociedad industrial y que son la rica herencia de las

sociedadcs marginales, nada retacea a las articulaciones narrativas

rcalistas que pone en funcionamiento en su escritura, las cuales lo religan

al linaje -realista

crítico de la novela europea y aún a la tradición

Se trata de una doble posición respccto a la lnateria literaria que

puede extenderse a los ¡rroclos dc la lcctura. lis cl caso de la <tabla> de

iectura doble que Cortázar propone para Rayucla y quc yu ¿tllanclonará

plicidad del leclor latinoamericano y reavivar sus capacidades libremente

asociativas sostenidas por la pervivencia infantil de los juegos'

De otro modo puede pesquisarse en la resistencta pata abandonarse

al plurisemantismo que practica tesoneramcnte la nucva escritura narra-

tiva. Juan Carlos Oñetti ha creado un enigma cn torno a su novela Zn.rcrftico Luchting,

s que ha instituidode los narradorcs,lector descubrir y

que daria la clave legítimaPero quizás la más nadora resistencia, sea la

representadá por el rech invenciones técnicas muy

caiacterísticas de las letras caso más tipico que lo ocu-

rrido con el <<nquveau rbmanD francés que ha pretextado la única

unanimidad que pueda percibirse entre los escritores latinoamericanos,

El análisis de las obras de los narradores del último cuarto de siglo cer-

tifica la pluralidad de vias estéticas e ideolÓgicas que siguen, incluso den-

tro del frupo reducido de los que habitualmente componen el llamado

tto, que por vlas muy diferentes ha coincidido con los narradores

franceses en el uso de algunas técnicas objetivistas.Esta unanimidad ha provocado la sorpresa dcl critico alcmán

Günter W. Lorenz que iilterrogÓ a nlt¡cltos narraclorcs latinOamcricanos

ANGEL RAMA

dccimonónica.

ti

#

Page 15: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

t

LA TECNIFICACION NARRATIVA

caracterizados por su decidida investigación de las técnicas literarias, en-

contrando en todos la misma franca oposición al ((nouveau roman)):'r

De ahi, talvez, el menosprecio, el enojo, que siempre les provoca

hablar del <<nouveau roman), ese (<silogismo de la decadencia

europeaD (Sábato), <<lo único que Europa aún está en condicionesde dar¡r (Vargas Llosa), <<la ridicula manipulación del idioma>(Guimaraes Rosa), <<esa literatura que desampara al hombre, que lo

traiciona>> (Roa Bastos). Esta posición crítica frente al <nouveauromanD produce una impresiÓn extraña, sobre todo cuando se con-

sidera que en Latinoamérica han surgido algunas obras que son

precisamente ejemplo esclarecedor de la búsqueda de <nuevas>> for-mas narrativas. '?/

La encuesta de Lorenz podría extenderse, con los mismos tesultados, a

casi todos los narradores contemporáneos. Algunos de ellos, como

Ernesto Sábato, han dedicado largos ensayos a refutar las proposiciones

de Robbe Grillet'r en quien ha visto un camino peligroso para laliteratura latinoamericana; otros, como Carlos Fuentes, han adscripto el

((nouveau roman)) a una prolongaciÓn del realismo burgués y de sus pro-

cedimientos, caracterlsticos de la etapa neocapitalista. Onetti ya en 1966

tomaba pie cn mis crlticas a la literatura uruguaya por su escaso afán ex-

perirnentalista, a difcrcncia dc lo quc estaba ocurriendo en las artes

visuales, para <dar una voz de alerta> contra <<la tozuda voluntad de

complicar las cosas, de complicar la novela mediante fáciles recursos a

confusiones cronológicas, a innecesarios entreversos de diálogos y p€nsa-

mientos>>26 y en una entrevista se oponía frontalmente a la escuela del

<(nouveau roman)):

No me interesan (los novelistas como Robbe-Grillet). Creo que

ellos trabajan la literatura como una disciplina de laboratorio y en

un sentido totalmente intelectual tratando de hacer una novela ob-

23. Cünter Lorenz, DialoeVerlag, 1970,

mit Lsteinamenko, Tübingen und Basel. Horst Erdman

24, Traducción española, Dirilogo con América Latíns, Valparalso, Ediciones Unive¡-

sitarias, 1972.25, En El escritor y sus fontasmas, Buenos Aires, Aguilar, 1963 y en Tres oproximaciones

a [a lilerqtura de nueslro liempo: Robbe-Gtillet, Borges, Sartre, Santiago, Editorial Univer-

sitaria, 1968. Sobre el tema el trabajo de Ana María de Rodríguez, La creación corregida:

estudio comparalivo de Ia obra de Ernesto Sáboto y Alain Robbe-Grillet, Caracas, Univer-

sidad Católica Andres Bello, 1976.26, <(Reflexiones literariasr> (Acción, Montevideo, l3 de noviembre de 19ó6) reproducidoen Requiem para Fsulkner y otros artícutos,

ANCEI, RAMA

jctiva, casi fotográfica. Lo curioso cstá en qire por esa vía de unsupuesto objctivismo tan sólo hatr llcgado a un casi com¡rleto sub-jetivismo. Han hccho de la tócnica Io mlts irn¡rortante y cs ncccsitriotener claro que la técnica es tan solo ull instrutnctlto dcl ct¡¿tl tlcbchacerse el mejor uso, sin llegar a convertit'lo en el astt¡rto cctltr¿tl clc

la creación."

Es ese término -objetivismo- aún a pensar de su ambigüedad, el

que mueve la oposición y es lo que él trasunta de peligro parala libre ex-pansión de la subjetiüdad, io que parece desencadenar la emotivaresistencia de los narradores latinoamericanos. Coartarfa una de las

tendencias más visibles y raigales de Ia nueva narrativa: Ia hedónicaeclosión de un subjetivismo que se posesiona del mundo, traduciéndoloen términos fuertemente impregnados por la vivencia personal, y el con-comitante emocionalismo o sensuatismo que irriga los asuntos, persona-jes, situaciones, proporcionándolos al lector dentro de un erizado climaexistencial. La influencia que algunos poetas de acento personalisimohan tenido sobre los jóvenes narradores que a partir de ellos hanelaborado linajes (es en Cuba la herencia deLezama Lima en Cabrera In-fante, Pablo Armando Fernández, Reinaldo Arenas y aun Severo Sar-duy; en Chile Ia herencia de Pablo de Rokha en Carlos Droguett, cnAlfonso Alcalde, en Enrique Lafourcade y aun en José Donoso) apuntaa este reinado del subjetivismo lírico que ha absorbido a la narrativa,plegándola a sus meandros expresivos. El hedonismo que rige ese (placerdel texto> que circula por Fuentes, por Cortázar, por Garcia Ponce, porDonoso o que de un modo visceral y casi doloroso irrumpc en Revueltas,en Vargas Llosa, en Viñas, en Sábato, o alimenta la <nueva ola> mexica-na, de Sáinz y Agustln, revela una tendencia ampliamente cultivada porla nueva narrativa latinoamericana y se extiende por encima de las diver-sas generaciones, vinculándolas a todas. Ya estaba en los maestros in-iciales: en el Asturias entregado a la sensualidad sonora de Ia lengua, en

el Carpentier entregado a la sensualidad concupiscente de los sabores delmundo, en el Mar€chal que respira el gozo de una aprehensión derealidad rec¡én descubierta y aún en el intelectual Borges que edificaconstrucciones a su capricho en que por fugaces instantes el universotodo se pliega a su voluntad. Está hoy en la escritura ardiente de los másjovenes, sc considcrcn hijos de Revueltas, de Arlt o de Cortázar ovuelvan por Ia lección de los poetas. El hallazgo quc mediado el periodose hizo dc los tcnras cróticos francamente expuestos es simple aplicaciónde esta raigal tcnclcrtcia hedonista que arrasa con todos los diques y

21 . Op. .¡t., tt. 2(N.

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Page 16: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

58 LA'IICNI III(]ACION NA ITRATIVA ANCTif ,ITAMA

naccr cr) csas inlinricladcs clolc¡rr'rsas y sabrosas de la sociedadlatinoartrel'icana. Y cuirrttlo un escritor rltrt: licltc tartta y Ir¡r lcrvorosa au-diencia como Cortázar, intellta e¡t 62 tnt¡rtclo ¡ruru arn¡ar ttn:. in-vestigación emparcntada con csas vlas <¡bjctivistrts, cs iture<lirt:rtut:ttlcabandonado por sus lectores, <¡uienes se sienten pcrclitlos crt csc l'r frtuniverso.

A modo de compensación, el narrador latinoamericano apcla con-fiadamente a Ia fantasla. Una imaginación ardiente quc corustruyeuniversos no desvinculados de la realidad pero cargados de ilusorias osoñadas eventualidades, enciende el fervor de los lectores. Este placer dela imaginación ha tenido un campo propicio en el fantástico que, inicial-mente desarrollado por una verdadera escuela bonaerense (Borges,Martfnez Estrada, Bianco, Wilcock, Cortázat, Bioy Casares, Sábato y sularga descendencia), prendió en términos similares dentro de la narrativamexicana pero en todas partes puso su marca, según diversas dosifica-ciones. Las más exitosas fueron las que combinaron un verosímil manejode los datos cotidianos con una verosimil y sobrecogedora ruptura deellos, estatuyendo esa repentina inseguridad que resquebraja el firmepiso sobre el que caminamos rutinariamente. Pero el placer dc la imagi-nación también contó con otro territorio fecundo, el del maravilloso, quemanejaron los narrado¡es del area antillana y los colindantes, desdeCarpentier y Asturias hasta Carcla Márquez, pasando por Cardoza yAragón, Jorge Zalamea, Jacques Stephan Alexis y prolongándose enjóvenes bien distintos como Reinaldo Arenas, Luis Britto Garcla yGermán Espinosa. Es la libertad de Ia imaginación, que se despliega sintrabas, la que aqui seduce a los lectores. Ei atronador éxito de Cien qños

de soledqd, con el excitado regocijo de Remedios la Bella ascendiendorepentinamente al cielo mientras trataba de tender a secff las sábanas,marca el punto óptimo de esta pasión por la libre fantasia, incluso en esapeculiar articulación que fue la clave del éxito de la novela, conjugandola trivial anotacioú realista (Fernanda protestando por la pérdida de sus

sábanas) con la irrupción repentina o inexplicada de lo maravilloso quearrasa con todo y sostiene el júbilo del Iector, que es júbilo derecuperación de su total e irrestricta libertad por encima de cualquier im-posición de la realidad. 'tal cultivo hiperbólico de la imaginación, talreencuentto con el universo pleno de la fantasia, trasunta agudamente lacomposición especílica de la sociedad lalinoamericana y la fuerza que enella alcanzan las tendcncias subjetivas que la irrigan.

Es aleccionantc r'cvisar un comentario privado que esta singularidadhabría nrof ivado cn Elio Vittorini, quien la habría descartado como<basura telirrica>, scgrin cl teslimonio quc ha <Iado Josó Maria Castelletcfl str cns¿ryo interpretativo dc l¿r narrativa latinclamcricana, dondcdcstaca, conlo uno dc sLrs rasgos ostcnsiblcs, <la fantasia corno

¡rrcslut:ioncs, rlcicr-minan las nrutuas concesiones, busCan IOS niveles pro-

¡rici<rs tlc lit cl'icic[cia y sc articulan sobre un proyecto realista paralar:orrrrnitlatl. l)csclc el clcsaprcnsivo y personalista manejo de la ad-

riliilislrut:i(rrr clel ¡:stado por Ios potiticos hasta el voluntarismo idealista

ttl: sr el comPor-(:utti de modos

¡rrivr ntextura de

Itltit n las t-radi-

cigncs rlc la socicdad sgreña norteamericana, donde el honor, la pasión,

cl ¡rccittlo, la hurnillaciÓn, el resentimiento, el deseo y el odio juegan

vitirln-rcnte, está infiltrada aun en aquellos sectores que, rozados por la

inrluslrialización y las estructuras tecnificadas, parecerlan escapar a su

devor¿rntc impcrio. El rechazo que aun los más audaces pesquisadores de

tócnicas literarias oponen a las formas del <nouveau roman> parece

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I

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60 LA TECNIFICACION NARRATTVA

zS'JoséMariaCastellet,ertPanoramadelaaclualliteraturalatinoamericana,Madrid'Fundamentos, 19?1.

ANGEL RAIlIA

Entendámonos. Dccir que el Lnodelo letcnico operettivo se intensificóen la narrativa desdc los años trcinta y cuarcnt¿t, nc'¡ conllcv¿r nrinusvalíarespecto a las obras producidas en ó1. Cornrt cn cl f arnoso <lcb:rtepraguense sobre decadencia y literatura, se trata dc situaL co¡'rccliilD()ntea la creación artistica: ni las obras de Picasso, Musil o Kalka, l)or nlrlsque elaboren la problemática de una sociedad con signos dc decadcnciapueden ser asimiladas a esa decadencia, ni las obras de la rrarrat-ivaIatinoamericana reciente, cuyo esplendor artistico está fuera dediscusión, pueden equipararse a meras operaciones imitativas. Trabajandentro del mode[o técnico operolivo, como la sociedad toda, juegan susrie.sgos, virtudes y desfallecimientos como una imposición de las cir-cunstancias de la hora, pero no son ejemplos de pasividad y entrega.Sobre todo porque, conviene no olvidarlo, el escritor no es un operador,sino un productor y todas Ias notas artesanales que puedan distinguirlono reducen en nada esta cualidad esencial de su trabajo. Tal productorpuede poner a funcionar instrumentos tecnificados qus ha descubierto,pero dentro de un proyecto productivo: acomete construccionesdiferentes y originales, obedece a fuerzas internas (personales yculturales) que son más poderosas que los mismos tecnicismos, por locual puede ocurrir que desvle de su funcionalidad propia a esos instru-mentos, sometiéndolos a insólitas adecuaciones. Esos automóvilestransformados en alcobas rodantes para escándalo de los moder-nizadores a ultranza, dicen mejor la circunstancia y la voluntariedadcreativa, que quienes pasiva y burguesamente sacralizan su impecablemanejo del último modelo sin percibir que están en otro tipo de desenfo-que.

La comparación puede no gustar, pero las operaciones que LéviStrauss ha detectado en el <(bricolage>> de las sociedades primitivas,pueden reencontrarse, transpuestas a otro nivel, en la composiciónliteraria de los narradores latinoamericanos. Quizás ninguno loejemplifique mejor que Jorge Luis Borges por la desaprensiva libertadcon que se mueve dentro de la selva de la cultura internacional, solo com-parable a la que ha testimoniado Lezama Lima. Borges se ha abalanzadosobre los afinados recursos de la ensayistica y de la erudición cont€m-poránea como un salvaje, forzándolos a inveroslmiles y burlescaspiruetas, sacándolos de quicio y transformándolos en recursos narrati-vos. Ha equiparado [a investigación histórico-literaria a las pesquisaspoliciales, la ha desviado de su funcionalidad específica, incluso la haridiculizado introduciénclole elemcntos nrunclanos y con la irrespon-sabilidad (y libcrtad) dc un salvajc, la ha puesto al servicio de una pro-ducción quc la contradicc. ['irrticndo clc la convicción dc sus insulicicn-cias narrativas, ha construiclo cnsayos, llotas bibliográficas o invesliga-cioncs dc fucrrtcs quc se transforrnaron cn cuentos. Simult¿lncarncntc,

6t

Page 18: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

62 LA TECNIFICACION NARRATIVA

tanto él como Lezama Lima, han operado el más alegre confr.rsioni.smoen el campo de los objetos culturales gracias a un libérrimo modo de

aplicar las analogías asociativas, lo que les ha permitido encontrar el<aleph> en el sótano de la casa de un ridículo poeta provinciano o el

misterio de los <vasos griegos> en las prácticas culinarias cubanas.No está en discusión la in¡nensa lectura de ambos ni su inclinación

por la erudición disfrutable, sino la particularidad de su uso de losmecanismos europeos y su entreveramiento de los materiales, pues en

uno y otro caso es su realidad concrela la que queda dibujada' No es unaexclusiva novedad. Vqlviendo algunos pasos atrás, a los años en que se

soldó el pacto colonial del cual vivimos hoy [a intensificación bajo lacobertura tecnificada, puede recordarse el júbilo de <artifice> que em-

briagó a Rubén Darío y en general a los modernistas. Los llevó a unaarriscada adaptación de la métrica francesa del XIX pero paradÓ-jicamente, más que ajustar nuestra poesia al régimen estrictamentemétrico a que había liegado la lirica francesa, procedieron a liberar Iaescamoteada rítmica de la lengua española. Y en el campo temático loscondujo a poetizar la propia incongruencia colonial: pues lo que tenladelante Darío no era el grácil efebo de la estatuaria de Giambologna,sino un mlsero producto de la pacotilla industrial que a [a delicada manoalz.ada del dios habfa agregado un artefacto induslrial para iluminar in-tcriores: ((con un candelabro prcndido en Ia diestra/ volaba el Mercuriodc Juan dc Roloni¿r>.

Sc lta ltcgaclo a justificur cl éxito de la novela latinoamericana en el

cxterior pol .su asccrrso a patroncs técnicos universales en el mismoluonlctr(o cn (lue se produciria un prcsunto decaimiento de [a novellsticadc otrts tcgiottcs curopcas, cn particular Francia, cuando quizás este

razorranricnlo c¡uc ha propucsto Vargas Llosa y ha aceptado Garcia Már-<¡rrcz" ¡'rrrc<ln darse vuella y dccirsc quc ha triunfado gracias a que, a

¡rt:srrt' clc su nrr)tlerniz¿tción, sigue estando vinculada a operaciones tradi-eiorurlcs, incluso ¿r contanlinaciones folklóricas, que todavfa puede

tcs¡ronclcr a las apclcltcias dcl lcctor común que €n cambio no se satisfacecrr los prr'¡rlrrclos v¿lnguar'distas de una narrativa de punta que se adecúa¿rl nr/rs r[gido proccso clc l-ccnificación seguido por las sociedades desarro-lhdas. Podrla cntonccs dccirse que el rclativo éxito de la narrativalatinoanrericana no cstá solo en su modernizaciÓn evidente, sino tam-biún, paradójicamcntc, cn el presuntivo arcaísmo de su cosmovisioi, de

29 l)cclaracioncs recogidas en Mario Vargas Llosa, D[a domingo, Buenos Aries,Anradís, 197 l. Las de Ciarcia Márquez aparecen en la conversación que sostiene con VargasI-losa cn Lo novela en Améríca Latina, Lima, C. Milla Batres, 1968. Curiosamente lulioCortázat , cn su r$puesta a Oscar Collazos (Lileralura en Ia revolucíón , . .) no parece creerque nadie haya afirmado tal cosa.

ANCEÍ. RAMA 63

sus asuntos y de sus modos opcrativos. El reproche dirigido a la uás exi-tosa novela del movimiento, los Cien uñtt's da solcdad, y trits elln a otracapital cOmO ¿C caSA Verde, por e vidcnciar aI cals ln 1.¡ rc.spce lo ¿ llts tll icr t -

taciones de la narrativa que en esa fecha estaria¡ lnarcad¿ts p6r lilrrtlscomo cambio de piel de Fuentes o 62 modelo pord orntaf tlc (lortilz.l¡'

(son ellos dos los jefes en vista de /a tendencia mode¡nizadola univcr-salista), responde a una ingenua deificaciÓn del modelo técnico operativocuyas insuficiencias no percibe y equivoca el punto de mira de la obra

literaria. ro

Las ilusiones perdidas

La década del setenta viene apareciendo cDmo la de las ilusiones per-didas, con una sucesión de fracasos políticos y econÓmicos que nopareclan previsibles en la aurora esperanzada de los años treinta. Lostímites del modelo técnico operotivo se han puesto a las claras, cues-

tionando todo el proyecto de industrialización. En el citado libro, losStein hablan del <<actual atolladero de Ia industrializaciÓn en la mayorparte de la región, una situaciÓn que algunos observadores han descritocomo 'el fin de la industrialización mediante la sustituciÓn de importa-ciones'))r'y aunque ha habido evaluaciones menos pesimistas y todaviaesperanzadas,rr la intervcnción de Raul Prebisch en el plenario de laConferencia de la CEPAL en la Paz (abrill1979) tuvo algo de redoblefuneral. El cuello de botella a que ha conducido, generando un más

amplio desequilibrio social con la implantación de pequeños núcleos de

sociedades consumidoras en el centro de vastas poblaciones retrasadas,

la imposibilidad de abastecer sus demandas, el encarecimiento de los pro-ductos terminados quc no pueden ser exportados competitivamente y elprogresivo trasiego a las multinacionales de las mismas fábricasoperadoras de materias primas, han creado un estado de escepticismo,han robustecido los argumentos de los estructuralistas que proponenmodificaciones ingenbes del orden económico-social y han establecidouna revisión generalizada de las vlas t¡ansitadas durante estos cuarentaaños.

La evidente y exitosa expansiÓn de la narrativa, que apareciÓ en elplano superior de la cultura como su mejor expresión, ha surgido como

30. Vid Rodrlquez Monegal, <Novedad y anacronismo en Cien años de soledad>> RevíslaNacional de Cultura, Caracas, 1968.

ll- Op. cit., p. l9O.32. Albcrr O, Hirschman, (The Political Economy of lmport-Substituting Industrializa-tion in [.atí¡r Anrerica> en A Biasfor Hope, Essays on Development and Lalin America,New Havcn and London, Yale University Press, 1971.

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LA TECNIFICACION NARRATIVA

-"q= ü¡i'.i:i*l**la::.;+:*""t:'fl-*::,:H:::':3';;:ü;:i' I ,, Rcqu un ,d^r ,:durknpr p ,85

cación. Ya que tomam( -.-^-.^ -i+,.ani^n, I

:l;'"'il,i."J o"*;¡*ir esta nueva situaciÓn:

ANCEI, RAMA 65

64 I Un la prirnera etapa clc aquel tiernpo adoplamos una posición, un

una nor exótica v, sobre ,od-o,- ui^'11*-:.:#X1';:,""',:"'ffiÍfi'"".L1 i :'"',1*:';"#'1:,:i"".'il::l'!llr:l¿J:.il1Jilf;"Li:'::::ll:I

-oue f al vez nueda llamarsc dcr:adcttcia- rlos clblir¿ó ¿t ntorlif ic¿¡rI -que tal vez pueda ilamar.sc tlccaclcttcia- nos obllgó ¿t utorlif icar

I lu fe, el lema, que sintetiza: aquel quc no logrc hircersc clttcnclct cs

.l un idiota. r'tiI

I Et texto es det 66 y corresponde a una alarma que hicieron suya

I varios narradores adultos. en particular los enclavado$ en procesos deI e e considerar en detalle Gulfo.. I e e considerar en detalle (Rulfo,

se hiciero constrrc- I u irrupción pretendidamente ex-doscien- l ió e reiultaban impulsados por eldoscren- J jó ^ e resultaban impulsados por el

'rrirpáou-crici no ll|l1 [ .i.*plo que daban los maestros del vanguardismo, sobré todo Cortázare un <<olus ultra> incesante. Se estaba oresencian-e un <plus ultra> incesante. Se estaba presencian-

da enaj enación del comportamiento vanguardista.sus operaciones comportan tanto la superación deridos como la propia e interna cancelación. Porcomo articulaciones perecederas, aunque Ia obra

méríto a otros sistemas de valoraciónmérito a otros sistemas de valoraciónimpulso vanguardista, corrcurren a

da temporal ha girado y ha desechadoa. Tal sistema autodestructivo es másxpectativa mayor en las técnicas, pueslazo confiere una nota nihiiista a .sus

p.o¿.,..?n",q;;";;;i.¿,.;;r;t"*íffi ffi"Hr1tilJH'iH:""i""1;el básico sistema de comunicación de cualquier obra h'teraria.

El punto culminante de la irrupción vanguardista correspondió alhienio 1967-68 oue al mismo tiempo registró un aparte de aguas rotundo.

serie de invesfioneiones nrre nitidamente romníanserie de investigaciones que nitidamente rompíanonocidos de los autores e incursionaban en tierrasorientadas por dos obras de Fuentes (Cambio dey una de Cortázar (62, modelo para armar) y se

rl es en el mismo bienio que, capitaneada port'\ oños de soledad), se señalá la presencia de una

riil 9uc apunta a otro derrotero obviando laI desmecrrrr vrrrr¡rrrrdiqtr ¡nnnrre sin deier d rrrh¡iar dentro rle Ia moder-

edacl adUlta reconoce que nay olrus ¡srvü I desmesuravanguardistaaunquesindejard Crabajardentrodelamoder-

a tenderse, trav p rob I enq;; FJt";il {--,':, :Tl:li i"lil:',",:',; ¿"J" I i I

Page 20: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

61

:JLA TECNIFICACION NARRAI'I VA

nización: David Viñas (Los hombres de a caballo), Carlos MartínezMoreno (Con las prímeras [uces), Vicente Leñero (El garabato), CarlosDroguett (El compadre), Héctor Rojas Herazo (En noviernbre llega el ar-zobispo), Salvador Garmendia (La mala vida), Adriano Gonzalez León(País porttitil), Germán Garcia (Nanino), Manuel Puig (I,a traición deRita Hayworth).

Asistimos a un desdoblamiento en el mismo momento en que elvanguardismo cumple una drástica penetración de avanzada. Pero estapenetración desemboca en la refluencia a la literatura de élites que elboom habia superado, la reconstitución del laboratorio experimental queya habia tenido su hogar décadas atrás. Es un resultado previsible, perosirve para detectar en qué medida la modernización técnica que extremasus búsquedas encuentra como sostén un círculo estrecho de la sociedadconsumidora, representado por el equipo de cuadros que acompañan elproceso. La apertura que en esas fechas configuran los Cien años desoledad es estrictamente contemporánea de un estrechamiento del campoque de facto abandona las perspectivas del público ampliado en beneficiode un avance sobre la llnea tecnificadora, siendo ella la que comienza apareccr exhausta en el panorama latinoar.nericano.' Ma.s aún; quienes dotan al continentc de este rico abanico de bús-qucdas, no continuan todos el mismo camino. Mientras algunos siguenlesoncrarneutc la nrisnr¿r vía, corno lo cjcmplifica mejor que nadie Carloslftrcntcs, en la ¡rroclrrcción dc Curnpleaños (1969) a 'ferua noslra (1975),<rtr<rs sc rlcticncn. lll f'rt:no parccc quedar seiralado por 62 modelo paratuttttur (l()(>B) a ¡rarlir tlr:l c:ual srrs ¿rutc¡r sc repliega sobre sus anterioressistcrnts cx¡rrc.sivos, ¡>rrblicarrdo varios libros en que los reelaboralrL:uc¡osiln)cnlc, yir clcn(r'o clc la órbita lantástica como en Ia 'de lalitclalr¡nr cr f licu (/,i/,rrt¡ dc Manuel), razonando el fracaso de públicor¡rrc lrrv<r sr¡ rrovclrr crr un irrtcligcntc artlculo de UIlimo round dondeop-lirtriz:¡ solrrc l;rs vt:rrla.jls qrrc la investigación cumplida en dicha novelalcrrtlll¡r solrrc sus ¡lostcliolcs cleaciollcs.

lisc rt:¡llir:grrc cs lurrrbién pcrceptiblc en Mario Vargas Llosa. La('t),tv(r.\tt(¡.itt att lu <:ulcdrel (1969) lo muestra cquilibrando certeramentel;rs llurzrrrlcr:ts corrtl¿rstrtcl¿I¡j co¡r ias que habia compuesto sus novelas;urlcriorcs y, lrrcg,o tlc uua excursión crítica que le hace retornar a laslut:rrlcs l'larrlrcrti¡rnas, agrcga dos titulos Pqntaleón 1t las visiladoras( l97l) y l,u l[u .lLtlin y el e.scribidor (1977) que señalan un claro distancia-n¡it:rrlo con los expcrimcnLos tócnicos y un perlodo de sedimentación desus ir¡lor'laciorres signado por la voz de alarma onettiana: comunicación.

[,a inc<-rrporación o el desarrollo de na¡radores que vuelven sobre losmecAnismos def realismo crítico, sobre todo en un tiempo de conmo-cioncs politicas como las de los setenta, (Antonio Skármeta, Luis RafaelSánchcz, Criselda Gambaro, Plinio Apuleyo Mendoza), asi como la

ANCIIL RAMA

revivisccncia dcl popr.rlisrno quc ticne su lrrc.jol cxl)on(:nle cn la tetralogíade terna indlgena dc Scorza, silvi(r a robusteccr csl¿l sucrlc rlc c:ault:losarcvisión del estado de la narrativa latinr¡arr)cric:rnu.

Dos vanguardias modernizadoras

En un ensayo escrito a comienzos de los setenta r/ llamé la atenciónsobre los perjuicios que para la recta apreciación de la culturalatinoamericana comportaba la simplificación del concepto de vanguar-dia que venia manejando la crítica, la cual Io establecía exclusivamenteen oposición a las corrientes tradicionales o regionalistas. Si así con-seguía conferirle claridad y rotundidad fijan<lo una oposición tajanteblanco/negro, pagaba estas ventajas con un empobrecimiento de lavisión del vanguardismo, cuya pluralidad de caminos era borrada,unificándolos todos bajo su común denominador: Modernizqción.Señalaba entonces que, aunque comparten el mismo signo moder-niza<Ior, no pueden homologarse vías tan categóricamente diferentescomo las que siguieron dos estrictos coetáneos que fueron los inicialesrenovadores de la poesía posmodernista: Vicente Huidobro (1S93) yCésar Vallejo (1892): por lo cual propuse que aceptáramos el funciona-miento de dos vanguardias paralelas dentro de Hispanoamérica.Entendia que esta hipótesis nos permitiria una más precisa visualizaciónde las diferencias existentes entre las áreas culturales latinoamericanaspero sobre todo patentizaria la existencia de dos diálogos culturalessimultáneos que se tramaban ent¡e términos distintos: uno, interno,religaba zonas desequilibradas de la cultura del continente buscandoalcanzar su modernización sin pérdida de los factores constitutivos tradi-cionales, por lo cual procuraba enlazar términos tan dispares comoTrujitlo-Lima-el mundo, y otro, externo, establecía una comunicacióndirecta con los centros exteriores de donde manaban las pulsionestransformadoras a partir de puntos latinoamericanos ya modernizados,lo que se traducia en el enlace Santiago de Chile-Paris-el mundo.

Ambos son diálogos auténticamente americanos, con un desarrollovarias veces secular y aunque sus operaciones pueden €mparentarse den-tro de la clara opclón modernizadora que las rige, sus productos sondistinguibles por los materiales diferentes y las circunstancias diferentesen que trabajan, por la cosrnovisión que reflejan, por la lengua queeligcn y los rccursos artísticos que ponen en funciotramiento. Pero desde

74, En <Mczr-o sccol. di narr¡tiva latinoamcricana>, prólogo a liranco Mo¿¡ni (cclit ),Lalinr¡antt'ricono 75 Narrutori, Fircnzc, Vallccchi, I9?3,2 vo)s., tonro I, p¡r, 1 _72.

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68 I,A TECNIFICACTON NARRA'|IVA

el momento que ambos parten de [a constancia de un desequilibrio que

debe ser resuelto, en ambos la obra de arte aparece como una dinámicacombinación de fuerzas opuestas a las que se le impone la convivencia.Sus apuestas son las que varian: el diálogo interno es integrador, recono-ciendo el peso del pasado; cl externo es futurista, abriéndose a la perspec-

tiva universal.Si nos retrotraemos al comienzo de este ciclo de la vida

latinoamericana que se cumple bajo los términos del pacto neocolonialcelebrado en el último tercio del siglo XIX, el cual correctamente se

denominó <modernismo)) porque presenció la violenta entrada de lamodernización occidental, siendo por lo tanto ese tiempo prístino yoriginario en que las opciones se manifiestan con toda frescura yclaridad, encontraremos formuladas coherentemente ambas vanguardiasen la obra de Rubén Darlo y de José Marti. No hay duda de que los dosproponen la modernización pero son diferentes las circunstancias y lostérminos entre los que se trama el dialogado, porque tambien son biendiferentes las situaciones históricas en que ambos escritores viven y for-mulan sus programas. Entre ellos hay notorios vínculos y tambiénflagrantes disc<¡rdancias, las cuales quedaron registradas no sólo en losasuntos de sus obras sino conjuntanlellte en los rccursos técnicos con que

los sirvieron. Illlos lo sabfan, cosa quc en trada empatió la mutuacstinración. I,a liuga y cstéril ¡rolémica quc han cumplido sus seguidores

¡rara oponerlos, podría rcsolversc con cl recottocimiento de la diversidady clc l:r ¿rutcnticiclad dc las dos vunguarclias modernizadoras que

rutruvit:sun Ll ltislori¿r lrasla Ilucstr'o.s dias dctectando las plurales situa-ciont's crrll rrralcs rlc l:rs lt'cas lutirtoaurcricartas.

l4s:rs <los v:rrr¡irrrr<lilts sc cleterr¡linatl pot su ubicación respecto a los

¡rolos rt'etolcs (llrc rlonlirtatr cl canrpo de fuerzas en una épocat:¡u'lrclcriz.:rtlrr ¡lor'<¡rrc ll tltorlcrttiz¿rción cs impulsada desde el exterior yr:orrsii(rryc llr corrrlicióu no rcchazablc dc toda operación cultural. El ex-It:nro lr¿r sitlo lfirnratlr> <cosmopolita>> rctomando la denominaciÓn que

rrsrrrr¡i(r ¡r;rr';r sf l¿r soeicrl:rd i¡rtclcclt¡al europea de fines del XIX y que usó(:()rff() hiur(l(:r':r lit l'arnosl rcvista inglesa CosmópoIis; al interno he

¡l cl'cr i<lo rlcrronliniu'lo <transcultr¡rador> porque aunque los dosrcs¡rtrrrrlcrr al onrnimoilo ¡rodcr rnodcrnizador de [a hora y en ambos ]alr¿rst: rlcl corrrpor-tanticnl-o cs la capacidad de adaptación, en este últimot:lll sc curn¡rlc dcsde el nivcl clc las culturas profundamente enraizadas enl:r vitla histórica de contincnte tratando de conseguir el máximo de

¡rrcscrvirción dc sus valores en el proceso transformador. De las

dificultatlcs y aspcrczas de esta tarea la mejor ilustración es el grito de

Arguedas, <Yo no soy un acultutado)), pronunciado por quien cumpliótrna auténtica, sutil y delicada tarea de transculturación y murió a causade los desgarramientos que causaba.

ANCNI. RAMA 69

E¡r la cvolucióll clc la rrucvil nurrntiva ltis¡rlrtloatnct'icanir que surge

dcscle los años treinta, o scir cou postcliclad ¡ lr clcl'illici(rn clc llts cltls viirs

vanguardistas que frazan cn la pocsia valle.io y Iltritl¡lrr(), r(:(:llt,()rrtramos la misma polarización quc se va rc¡liticndg ctt l¿ts sttccsiv:ts

generaciones literarias, Y aunque las solucioncs apctrtztclas irr-

áiuidualmente diseñan un abanico variado, con diferentes dosificacioncs

de Ias pulsiones derivadas cle los polos rectores, es posible tipificar con

algunoi nombres las posiciones óptimas, extremas y rotundas. Aceptan-

dJta clasificación por generaciones cada quince años que aplica Fnrique

Anderson Imbert en su lllslorja, trasladándola de las proposiciones de

Julián Marias, podemos trazar un esquema de oposicionos en cada una

de ellas: en Ia primera generación el polo cosmopolita viene representado

por Jorge Luii Borges (1899) y el transculturado; por su estricto contem-

po.aoro Miguel Angel Asturias (i899); en la siguiente, uno lo ocupa

iulio Cortázar (1914) y el otro podrla estar representado por Juan Rulfo(1918), como también por Arguedas (1913); en la tercera el

cosmápolitismo ha tenido su defensor en Carlos Fuentes (1929) v el polo

transculturador es asllmido por Gabriel García Márquez (1928). Es

evidente que esta clasificación, obcdeciendo a líneas cultulales tenden-

ciales, interseca las más variadas posiciones politicas, religiosas o doc-

trinales de los autores en su vida pública, pero en cambio fija campos

coherentes de ias cosmovisiones de las obras concretas y permite inter-

pretar las opciones técnicas y artisticas que ellas formulan de una manera

conjunta y orgánica.La llnea cosrriopolita responde a una expectiva intensamente

añorada por Rubén Dario cuando establece su diálogo con la culturaeuropea (francesa) y avizoraba en el porveni¡ la eventualidad de que el

centro urbanQ más desarrollado con que contaba América Latinapudiera equipararse a los inte¡nacionales: (¡Buenos Aires!

lCosmópolislr concluye exclamando en el prólogo de Prosas profsnas.

No contaba con ta fatalidad americana de esta percepciÓn que muy pron-

to se le haria visible desde su instalación en Europa, develándole [a ínsita

condiciÓn latinoamericana de su proyecto cosmopolita. rr Exactamente

en la misma fecha en que aparece Azul.'., José Martí tazoÍa como un<<dolor> la extraña situación del escritor latinoamericano que él ve,

certeramente, como un componente doble que puede regularse

simultáneamente sobre dos ejes, uno externo y otro interlo, porque de

hecho participa de ambos. Del mismo modo que tiene una cabeza y un

cuerpo, ctc igual modo actúa Sobre dos campos culturales desemejantes.

15. He cxaminadq cl tcnra cn cl prÓlogo ¿r Rutrén Darío, 1il tnundo dt /¿r.ss¡¡crÍos, San

Juan, F-ditorial [Jnivcrsitaria, l9?1.

Page 22: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

]0 LATECNIFICACIONNARRATIVA

Más que proceder a censuras, Marti testimonia una auténtjca congoja,vista una discordante situación que en su tiempo se mostraba comomucho más contradictoria que actualmente y que colocaba ar escritor enuna situación de impotencia para poder expandir plenamente suscapacidades. Es un texto admirabre que transparenta el padecimiento delg-roli9 Martl pero que él trae a colación para definii ra situación deHeredia:

Porque es dolor de los cubanos y de todos los hispanoamericanos,que aunque hereden por el estudio y aquilaten con su talentonatural las esperanzas e ideas del universo, como es muy otro el quese mueve bajo sus pies que el que llevan en la cabeza, ná denen am_biente ni raices ni derecho propio para opinar sobre las cosas quemás les conmueven e interesan, y parecen ridiculos e intrusos si, deun paÍs rudimentario, pretenden entrarse con gran voz por rosasuntos de la humanidad, que son los del día eriaquellos pueblosdonde no están en ras primeras retras como nosotros, sino en todasu animación y fuerza. Es como ir coronado de rayoí y carzado deborcegules. Este es de veras un doror mo¡tal y un motivo de tristezainfinita.,"

Martl no extrae más consicleraciones y .se limita a reconocer laclolorosa siluación. podrra rrabcr rccorociclo que csos dos vastos mundosculturalcs uo son clrtcra'ente ajenos ciescre er rno¡nento que coinciden encletcrninudos incrividLr..s, p.r obra clc quicncs ras <<esperinzas e ideas delrr.ivcrso>> sc haccn lcgf tirnarncrrt" o,r,".iaun", como abundantemente haprobado ln historia c.n la incorporción de los <corpus>r doctrinares queacilrrearou ingcnfcs rnodificaciones dc las sociedaáes del continente ytarnhié'con lu irc.rporació., en ere momento intensa, de las aporta-r:i..cs dc ln cicrciu y ra f.écnica €uropeas y norteamericana que rlvoru-t'i'rrurfu¡r l¿rs c,rrclicio'es tre vida. Los cscritores, y no sólo ellos sinorrr¡l.id.s grur)oli intclcctualcs y profcsionales, se sitúin en la intersecciónrlc l.s tl.s ca.rp()s crrrturulcs q*c, ¿tu'que comportan vastas extensionesc:rrlcrarr¡cnre di.sfruilcs, tambión cuentan con un espacio en que se super-r)()rrcrr. t)n iliagr:rnra ro representarfa como dos grandes círculos;i;",.rrtc'sccall, perrnitiénclclrcs a los hombres q'e ocupan ese sector común racl.blc

'¡roción: o incli^arse al centro externo cumpliendo una moder-ttizaciór¡ c.snroporita o inclinarse hacia el centro inteino cumpliendo unattt.clcrn ización transculturadora. Movimientos, ambos, q,r. oo i mplican

l(r. Artlculo publicado en E! Ec.on.omista Americano, New york, iulio de lggg, recogidocn Nuestra América, Caracas, BibliotecaAyacucho, íill ,p.zos.

ANCiF]I, RAMA 7I

equivalcncia corl trnfvocas posicioncs polfticas o sociitlc.s, cotro algunavez se ha aducido: cu cl cosmopolitis¡no han podido coirtcidir tanto losdesarrollistas partidarios del libre juego cle las nlttltinaciotlalcs ctllnogrupos revolucionarios contestatarios que l-anltrión ptocttt rbatt ltr

modernización violenta; en la transculturación han ¡rodiclo coirlciclir scc-

tores conservadores retardatarios con nacionalismos revolucionarios.La evolución que ha seguido ese diagrama que representamos

gráficamente por los dos circulos secantes, ha sido la de una inten-sificación constante en cada una de sus tres partes componentes, a lolargo de etap4s de creciente desarrollo. Si ha sido cada vez mayor Iapulsión externa y cada vez más altamente tecnificada, ha sido tambiénacelerado el progreso del clrculo interno que ha demostrado ampliaplasticidad cultural. Pero lo más notorio ha sido la ampliación del sectormedio en que se superponen ambos círculos, el cual ha crecido propor-cionalmente de modo más rápido. Es allí donde están mayoritariamentelas ciudades latinoamericanas, es alll donde están los centros in-dustriales, es alli donde están los institutos educativos y los complejosaparatos administrativos y es alli donde está el público de los nuevos na-rradores que ha asegurado el boom de ventas, aunque es indicial de sus

tendencias básicas el éxito arrollador que ha prestado recientemente a las

obras de Garcia Márquez resp€cto al éxito solo estimable que ha con-cedido a las de Carlos Fuentes, pues ello apunta a cuales son sus pro-blemas mayores y a quienes afectan.

Esta ampliación del sector intermedio puede proporcionar una ima-gen engañosa. De hecho disimula que el desequilibrio originario cntreambos polos del campo de fuerza, lejos de atemperarse y disolverse, se

ha venido ampliando con los años y eso constituye el nudo de todos losconflictos latinoamericanqs. La distancia entre los puntos extremos de

amtios círculos es mucho mayor actualmente, por [o cual las opcionesque venia haciendo la modernización litera¡ia en cualesquiera de sus

orientaciones y que básicamente tendian a equilibrar las partes dentro delos márgenes que consentla el sector secante, han entrado en una tensiónextremada que pone en peligro el sistema mismo. Su efecto es impulsarhacia un lado u otro las tendencias vanguardistas para que se plieguenmás estrictarnente a las pulsiones discordantes de los polos o, lo quepuede sef más pernicioso, reemplazarlas por otras fuerzas: elcosmopolitismo podrfa dejar paso a la presencia foránea directa; latransculturación al rigorismo conservador tradicional. Todo el sistemaha adquirido una cualidad chirriante que no hace sino trasuntar las con-tradicciones operativas. Por lo mismo, los escritorcs, e.sas plitcasgiratorias quc sc ajustan sobrc las partes dcl sistcm¿, cttcucntran mcnoresmárgenes dc maniobra y mayores dificultadcs para crrnrplir los proccsosde transición.

Page 23: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

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]2 LATECNIFICACIONNARR,dTIVA

El polo cosmopolita ha tenido su maestro cn Jorge Luis Borges, talcomo lo celebró provocativamente Etiembe en su artículo <Un homme atuer: Jorge Luis Borges cosmopolite> desde 1952:" <Je ne vois personnequi se hasarde a considerer dans Borges, ce qui m'en parait I'un des plusséduisants aspects: la perfection de l'esprit cosmopolite>."

Los efectos de esta asunción pueden investigarse cn las dos caras quepresenta, derivadas de su peculiar instalación: la que mira hacia el in-terior, o sea hacia los problemas que ello puede generar en la elaboraciÓnde la obra literaria y la que mira hacia el exterior, hacia la recepción quele puede caber en el mundo. La primera situación Ia ha examinadolúcidamente el mismo Borges en un brillante texto, <El escritor argentinoy la tradición)) en que contestó a la artillerla de los nacionalistas. Dada laorientación de estos ataques, donde se argumentaba sobre el color local,como en la época romántica, o sobre el compromiso social, como en laépoca regionalista, Borges pudo fácilmente reivindicar el derecho delescritor a la cultura toda del universo y a los más variados dioramas, in-cluyendo los exóticos qu€ en él han convivido no solo con algunos na-cionales sino también folklóricos. Pero más importante y más llamativo,es el resultado de su análisis de un ejemplo concreto, su cuento <Lamucrte y la brújula)), porque si de él se desprencliera una norma' ellaaptrntaria a qr¡c sll plena asunción de la realidad circundante se pro-ducirla cn tórulinos simbólico.s u onlricos y en todo caso enmascarados.Vistr la frecuencia con quc sc rcgistra esta solución en los escritores de su

linajc, rrrás quo un cjcmplo particular liliable en la estética nietzscheanacle la uláscaru, est:triarnos antc una ttpcración de la que es elemento cons-tilutivo la :rsunció¡r de I cosnropolitismo que caracteristicamenteclcs¡llicga una rcd dc cntr¿rmadr)s valores, mas soñados que reales. Pues

luunca sc lcpitirá srrficicntcrnente que el cosmpolitismo no es unalrunsposición a lo forálreo sino cl cstablecimiento de un orden universaldcrrlr<r dcl cual sc irju.stan los factores extraídos de las más diversascrrltrrt'¡rs 1)att servir a un proyccto que se desprende de aada una de ellas yclc los cnluccs quc clcntro dc cllas fija, proyecto que, por lo demás, estál.nlulnrcrtlc sigttaclo por Ia re.stricta cultura dentro de Ia cual es urdido."

l,a ot¡a situación es la quc aticnde a la recepción de la obra en el

3'7 - I'ublicatlo cn 'lbntps Modernes [ParlsJ, No. 83, setiembre 1952, recogido en Hygidned^' l(llrer;. Litt¿ralure dégogée, Paris, Callimard, 1955.3ll. A parlir dc csta fiasc, usada como eplgrafe, Michel Berveiller procedió a unasistcnrá(ica investigación sobre Borges que condujo a su libro Le cosmopo[ilisme de JorgeI.uis llorges, Paris, Didie¡, 1973.39. <<El escritor argentino y la tradición> en Obras complelas, Buenos Aires, Emecé,1974, pp.267-74. Borges concluye asl su explicación: <(porque rne habia abandonado alsucño, pude lograr. al cabo de tantos años, Io que antes busqué en vano>.

ANC]I.]I, RAMA 73

las coordenadas intelectuales del país:

surtout avec la littérature frangaise'"

40.SiIviaMolloy'I',otti.ffusiondelalilléruturehisponoomérituineenFrclnceouXXesié.r'l¿,, l)arls, Prcsscs [Jnivctsitaircs dc Irratrcc, [972'41. O¡'. cit., p.216.42. <lfara urtit ¡roélicrl cn I o l'orrt:, ll, irrlio-scticnrbrc l9-54'

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14 LA TECNIFICACION NARRATIVA

habla sido restringido gradualmente por la ciencia, refloreció cn laliteratura impulsado por el movimiento surrealista que en él vio lo propiode la creación artistica y está en la base de esa libertad intuicionista para

establecer relaciones y correspondencias que prescinde de prueba y fun-damentación y muy frecuentemente opera a partir de los datosprimarios. Nada que facilite más el establecimiento de Ia red de vincula-ciones del cosmopolitismo que esta libertad asociativa, pero si al mismotiempo aceptamos qu€ se trata de una percepción en ia que cuenta el pun-

to focal de cual sc parte, debe tenerse en cuenta csta declaraciÓn delautor formulada agresivamente porque el tema, como allf dice, <me irri-ta y me exalta>¡: <Y Cortázar salió de su rincón e hizo una obra que cada

unL juzgará como quiera, pero que está basada, justamente, en el hecho

de haber salido de su rincón, dc haberse ido a otro lado y desde allá hacer

lo suyo.>"En la tercera generación ha sido Carlos Fuentes quien ha argumen-

tado sobre las ventajas del cosmopolitismo, vinculándolo expresamentecon las circunstancias de la hora cultural latinoamericano dentro de su

percepción global de las modificaciones que vienen produciéndose en el

mundo. Su afiliación a la corriente se ha visto intcnsificada a mediadoscle l<¡s años scscrita, cuando destruyc lo que había escrito de la triloglainiciada con Lr¡.r bucnu.s conciencias y crlc¿rra la novcla quc llevará elsirlhólico |itt¡lo Cantbio dc pic:l, basarncnto dc rtn nuevo ciclo de in-vcsli¡r,tción rlc lirrrnas nat'rativas- lls tanrbién dc 1966 csta declaración:

Yo r'rco t¡uc llr litcrulltr¿r nortcamclicarta es lo que es gracias a lapcrspct livrr g:rrr:rcl:t llor los etnigrados, y la literaturalirti¡ro¿u¡rr:r ic:lrr¡r cr¡ ¿lcucr al 1o ser-á larnbión. Pero sc sigue critican-rlo lrl ll:u¡r:rrlo tosrtro¡rolilisrlo y sc siguc ejemplificando la criticat:orr l);tr'lr¡. Sc rros olvicla que t¿rmbién en el cosmopolitismo hay unalrs¡rirrrt'i(rrr urrry rrt¡estra, rnuy valedera, muy cierta, muy concreta,rtu(: cs lir tlc rro dcbilitarnos cr.r el aislamiento, la de romper este

irisllrrricuto (luc lr()s tlisrninuye y encontrar toda una serie de corres-

¡rorrttt:rrc:ils y rlc alirrrtacirlnes cn las relaciones abiertas de lat'rr[[rt¡;t. /r

l)clr'{rs rlc cstas trcs gcncraciones se encuentran jóvenes narradores

4.1- (itrstnvo Lrris C¿rrrcra, Nuevos viejos preguntos q Julio Corlózar, Caracas, Edicionesdc li'r lfacultad dc Hunranidades y Educación, 1978. Ta¡nbién José Donoso ha considerado.su lrrslado, su <tlescmbotellamiento>r ha dícho, como clave de su nueva c¡eación fuera delpais, scgírn explica cn su Hisloria personal del boom, tsarcclona, Anag"aña, 1972.44. Carlos Fuentes, <Situación del ssc¡ito¡ en América Latina>, diálogo con E. RodríguezMonegal, cn Mundo N¿¡evo, julio, 1966.

ANC]EL I{¡\IVIA 75

c¡ue ejercitirn las rttislu¿rs ccrortlcrr¿rclus, ¡uolxtlrlcrtrcttlc con tlrr¿t <lescn-

voltura mayor que la quc tuvicrort itticillrttt:lttc los cit'rtr¡rltls t'illttlos,pero a esta altUra de Str CvOluCiÓtr, cl cosrnOp<tlilisrrro y:r tttt ¡rrtt:tlt't'ttt't -

rrarse en la simple adscripción a las técnicas, cn ct¡rtlsiciótt ¿r lrt rn:tlcrirtque para una mayoría de narradores siguiÓ sictrdo privativu y lcgiortlrl,porque su peculiar tendencia a Ia universalización de los valorcs of'rcciÓ

como una lógica consecuencia una instalaciÓn plena y adulta en u¡latemática universal, en una peripecia universal, en unos personajes

universales. La mencionada referencia de Carpentier sobre Ia <univer-salización de los personajes> latinoamericanos, abria el camino a mane-jar personajes igualmente (universalizados)) pero procedentes de cual-quier punto del planeta, eventualidad que estaba impllcita en el pro-grama cosmopolita del <<modernismo> del siglo pasado (los cuentos

franceses de Darlo, la evocación de los paisajes franceses en Desobremesa de José Asunción Silva, -El ernbruio de Sevilla de CarlosReyles) y que ahora adquiere una soberanía irrestricta en las invencionesde Borges, Permitirá relatos memorables como (El perseguidor>> de Cor-tázar y buena parte de sus cuentos y novelas, implicará vastas reconstruc-ciones históricas como el Bomarzo de Manuel Mujica l áinez, El arpa yla sombra dc Alejo Carpentier, la empinada construcciÓn de Terra nostrade Carlos Fuentes, libros que en otras circunstancias y niveles repiten el

afán de Enrique Larreta en La gloriq de don Ramiro, y se exlenderá a lostextos de Sarduy entre los jóvenes.

Si la asunción de las técnicas como instrumentos universales yneutrales constituyó el punto de partida, la evolución posterior dioprueba de la intima vinculación que ellas manifiestan con un perspeg-

tivismo internacional. La utilización de los escenarios, personajes ytemas de cualquier lugar del mundo, el manejo de una materia prima in-ternacional, fue mera consecuencia lógica y legltima de la absorción delas técnicas foráneas. La legitimidad de esta libre incorporación de

materiales no deja sin embargo de llamar Ia atenciÓn sobre la fuerza de

atracción que cumple el polo externo en un periodo de creciente tensióndel sistema literario, la cual no hace sino reproducir la Lensión delorganismo socia[ latinoamericano.

Es una curva evolutiva que aun puede tener instancias más audaces yarriscadas, por aplicación dc [a fterz.a atractiva que lo.s imperios cen-

trales ejercen sobre la.s zonas marginales, tanto en los camposcconómicos como en los culturales. En los siglos pasados hubo variosejenrplos de incorporación ¡rlcna dc los c.scritorcs marginales a los cen(ros metropolilanos pero en nttestra é¡roca ello se lt¿t acrcccniado: c[ nlc-jor cjcrnplo 1o proporciorla Vl¿rdinrir Nabokov qrtc srtstituyc su lctrgttaoriginaria, cl ruso, p<,rr cl inglés, cn las trovells clc stl pcríodonorteantericano, (ransfQrnración profr.rtrda cle la qtlc htrsta ahora solo

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76 LATECNIFICACION NARRATIVA

tenemos un ejemplo en la narrativa latinoamericana contemporánea,representado por el narrador argentino Juan Rodolfo Wilcock que se in-corporó a las letras italianas.

La tendencia cosmopolita, que ha tenido en Buenos Aires, más que

en la Argentina, uno de sus enclaves privilegiados, por obvias y cono-cidas razones derivadas de la composición aluvional y muy reciente de

su sociedad que se desarrolló en estrecho contacto con las fuenteseuropeas, alcanzó en la obra de este excelente narrador de la generación

de herederos de Borges (Bioy Casares, Bianco, Cortázar) su puntoculminante. A través de ese puente transitó hacia su incorporación in-tegral, no diria yo a una suerte de internacional de las letras, sino a otracultura de las plurales en que se divide el universo. Ha sido en las filas delcosmopolitismo donde se hizo objeto de reparos y agravios a la lenguaespañola entablándole un verdadero juicio que difiere, por el grado deintensidad, del que le incoaran los modernistas. Muchos de estoshubieran preferido escribir en francés (y torpes ejemplos nos han dejado)pero tuvieron conciencia clara de que <mi esposa es de mi tierra>> y pro-cedieron a la renovación de la lengua, volviendo por las riquezasacumuladas en su largo desarrollo, en espccial por las invcnciones delperíodo manierista a las que sumaron un número no demasiado elevadodc palabras y formas sintácticas galicadas. En este segundo proceso a lalengua quc ha siclo capitancado por Borges, el ideal lingüístico estuvorcprcscntaclo por el inglós quc ya l-ra clejado su cuota de anglicismos en elcspaflol pero que sobtc todo se ejcrció cn la linea de una depuración,agilidacl y expresividad quc ya estaba prevista en la lengua culta y

clisci¡rlinada clc un grurr his¡ranista americano, Alfonso Reyes. Es este unt:tt¡rlfulo cxtcr¡so y conrplejo cn que siguen resonando los argumentosadelantados cn los años vcintc sobre los idiomas nacionales americanos,

¡relo dontlc sc rnezclan junto a las profestas por las formas esclerosadasclcl uso lil.crario dcl cspañol, visibles incapacidades para posesionarselrr(ogruhnente dc la lcngua en lo que estas palabras implican: capacidaddc reelatroración e invención conslante de sus pautas, de acuerdo a losinrugiuarios rcgionalcs. Carpentier, que pudiendo haber pasado alfrancés, optó por la conservación de la lengua, como la inmensa mayoriadc los narradores, reconoció la existencia de esbozos de lenguas na.cionalcs quc sin embargo son capaces de intercomunióación continental,las cuales funcionan dentro de un evidente sistema hispánico.

Curiosamente, el abandono de la lengua natal, que siempre ha se¡-vido para cstablecer las fronteras dentro de las cuales se forja unaliteratura especifica, permite avizorar al cosmopolitismo como el pro-ducto de una determinada cultura, como un sueño supranacional alimen-tado desde una restricta comarca nacional. Sin duda se le puede seguirsoñando desde e[ seno de otra cultura y aun se le puede reconocer como

ANGEL RAMA 71

irrstrurnc¡rto prc.sto l)ara cl tránsito clc lcngttas, pcro la transposiciÓnidiomática dcl cscritor, quc cs ttna clc stts cvcnltrrtlicllrclcs nrayorcs, nodesemboca en el internacionalis¡no sino clcntlo cle tltru ¡rrtvirrcia crrlltrl'ulde las muchas en que se subdivide el planeta, Por csa vía rto sc alcitltz¡t litcategorfa supranacional sino la desdeñada categorla tlaci<¡tral, salvtl t¡tttr

se sustituye una por otra. Aparte de las diferencias de sabores propiosque presentan, de sus tradiciones peculiares y de sus niveles de desarro-llo, esas culturas también se distinguen por el diferente poder que ejercensobre el resto del planeta, de ahl que la atracción se haya ejercido hacialas regiones centrales del planeta.

Es aqui donde adquiere su pleno significado la polémica que

sostuvieron Julio Cortázar y José Maria Arguedas, representantes clarosde los dos polos que rigen los comportamientos artlsticos de la nuevanarrativa. Para deslindar su posición, Arguedas atudió a esa paradojalsituación en que desemboca el cosmopoliiismo y que consiste en la insta-lación en una de las provincias culturales del mundo, ya sea la de otranación, como ocurrió en el caso de Wilcock, ya sea en la provincia de Io<<supranacional> que no es menos cerrada por el hecho de que sus valoressean extraidos de múltiples fuentes y sean distintos a los nacionales:<<Todos somos provincianos, don Julio. Provincianos de las naciones yprovincianos de lo supranacional, que es también una csfera, un cstratobien cerrado, el del <<valor en sl>> como usted con mucha felicidadseñala. >r

rr'

Aunque ambos discrepen en la valoración de estos diversos órdenes,los dos coinciden en reconocer que tanto urlo como el otro son igualmen-te válidos para sostener una producción artistica de alto nivel, con lo cualel dilema no remite a la consecución de lo bello, que como es bien sabidopuede alcanzarse plenamente dentro de los marcos de cualquier culturasea cual fuere su naturaleza y nivel, sino a los modos diferentes que

asume lo bello según las culturas en que nace y al radio público en quepuede ejercer su acción persuasiva. En el caso concreto que nospreocupa, remite a cuáles mecanismos técnicos asumen unos y otrossistemas culturales, cuáles son y de dónde proceden.

El polo transculturador del vanguardismo también acomete lamodernización, también se hace cargo de la herencia universal, tambiénprocura abastecerse en el almacén técnico externo, pero como debeatender primariamente a la cultura tradicional sobreviviente o acan-tonada en vcrdaderas regiones defensivas del continente, es a parlir de

éstas y de sus singularidades que elabora los productos que son colocados

45- <lrrcvilirblc co¡rrcntario n unas idca-s dc Julio (lortázar> cn El C-on¡ercio, Lima, Idc.junio dc 1969.

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/ó L,\'I'ECNIFICACION NARRA'I'I VA AN(Ih,I- RAMA

originalidadcs del vanguatdisuro frattsctrlttrrador quc l'ija la distancia en

que sc sitúa rcspecto a la narrativa tegiolral L:tly()s itstllllos sirt crtrbargoprolonga. También aqul clrcontra¡nos novcla tlo la ticrrlt y llutttritlczit y

personajes rurales y aun indios con sus iuvariablcs costtttnt:r'cs, ¡lct'o ltrsingular radica en que esos materiales no son incot'¡tclrados tnetanlc¡rtccomo asuntos que sirven a una demostraciÓn, sino percibidos a través dclas estructuras cognosctivas que corresponden a la visión interna de esos

hombres. Se produce un desplazamiento de la simple órbita temáticafascinadora, pero vista desde fuera (en Gallegos , en Icaza, en el propioRivera), a la visión interior que se tiene de ella y que por lo tanto se asien-ta en los mecanismos de la percepción de los objetos y del universo y noen esos objetos y en ese universo. Es representativa de esta unicidad, lareiterada afirmación del estrecho vínculo entre cécnicas y materia traba-jada que aparece en ios narradores de la transculturación: desde la crÍticade Onetti a <los escritores que se limitan a utilizar nuevas técnicas sin que

estas respondan al contenido>>r'hasta la rotunda aseveración de Sábato<Para rni la técnica debe resultar como qonsecuencia de la realidad que se

va indagando>>t', pasando por el modo en que Garcia Márquez remite lasindagaciones técnicas a su aplicabilidad al descubrimiento de la peculiarrealidad latinoameriana: <Yo creo que tenemos quc trabajar en in-vestigaciones del lenguaje y de formas técnicas dcl relato a lin de quc

toda esta fantástica realidad latinoamericana forme parte de nucstroslibros y que [a literatura latinoamericana corresponda a la vidalatinoamericana donde suceden las cosas más extraordinarias todos losdias... > ro

Si una de las tendencias globales del vanguardismo consistió cn cl

abandono de la lengua escrita literaria trasladándola a los registros delhabla, operando simultáneamente la absorción de la historia por el

discurso personal, dicho o pensado, este común denominador se escindeenr una via que lo sitúa en el nivel consciente del escritor ir'.corporando el

cultismo junto al coloquialismo, la crltica junto a la descripción, la infor-mación histórica junto al popularismo y otra via que lo sitúa en el nivelpeculiar del personaje, dentro de su imaginario, su terminologfa y su sin-taxis: es Ia narración oral la que rige múltiples cuentos de Rulfo o inundasu novela Pedro Páramo hasta absorberla totalmente en el discurso de

Juan Preciado y más acuciosamentc es lo que le permite a GuimaraesRosa forjar la estructura narrativa que aparece como Ia articulaciÓnliteraria de los sistemas del cuento ora[. Enfrentados a situaciones

47, Rcquienr paru I urtlkner... ¡r. 201.4lJ (ii(rrilo por L<lvcluck cn ('olt.tt¡ttio,tttltrr lo ¡tove lu hispunLturtttritann, Móxico, l'czon-tlc, I 967

49. Mrrio Vargas l,losl Ciabr icl ('irrrcla Mllrtlucz c¡ La novcla ttt Anéúcu Lulina.

en cl andarivel rnodernizador mediante operaciones transcultrrradolas-'o

Este trabajo fue condicionado por acciÓn

o, dicho dL otro mod.o, por los ele n a los

escritores nacidos en elias. Mient ajaron

desde las más desarrolladas ciudades de América Latina que mantienen

46. Vid mi ensayo <Los procesos de transculturación en la narrativa Iatinoamericanau,

separata de la ReVis¡a cte L,iteratura Hisptnoamericala, No. 5, Escuela de Letras, Univer-

sidad del Zulia, Maracaibo, abril 1974.

Page 27: Ángel Rama. La tecnificación narrativa

RI I A lli('Nll l('A('l( )N NAI(l(,4 llvA /\N(;1,.1 lt^f\,l^ tll

:ll)<¡y:t llt l;rrt::r tlt.l t'st:lilol, t'tttit¡ut'r ii'lttl,rl;r, ttlotlt'trlizlttltlOlir, graCiaS a

r.;¡ Vitslíl crrllr¡itl lirlll(llslit:ll illlt'llt:tr:iolt¡tl ll:;tt r'rl t'vitlt'lrlt: t'll tllt rCla(O

nti-rgistral,<(ltlaclellrorreur¡(<Ic('ttrlttttlrllttiltltlo¡ttlt'lrt(':rltrtt'ltttitv('l$al tradttcc la ilrtclcctual rllrc sirvc ¡titt-u clutrrlrttt los ttliltl:; y' sc olrt'rr'couro el instrutucntal dc análisis dc I¿r nratcria l)l irrr:t-

En cstOs ejemptos podenlos rastrcar esa eventtlaliclad cle ¡¡ít lrlodcrnización de las técnicas que se apoya en la indagación dc las t'orrnas que

adopta una materia interna, la latinoamericana, que no se encuentra en

la concepción internacionalizadora del cOsmopolitisrno. Es cierto que

estos transcultu¡adores recibieron esa influencia externa, que se

educaron en las aportaciones técnicas del gran empuje modernizador

europeo y norteamericano del siglo, e incluso es posible pensar que esa

lección les abrió los ojos sobre el mejor modo de indagar dentro de su

m€dio. Pero a partir de tales incitaciones, que debieron a la vanguardia

de entre ambas guerras, procuraron encontrar sistemas equivalentes

autónomos, procuraron, como los mae$tros externos' una nueva recon-

sideración de su medio cultural que los provcyera de técnicas renovadas

ajustadas a é1. Ellas, además, conservaron íntima conexión con lamat€ria que elaboraban puesto que ambas procedían del mismo marco

cultural, lo que hizo que las técnicas no adquirieran una visibilidad ex-

tremada ni fueran designadas casi en oposiciÓn a la materia. Por eso el

linaje de estos narradores transculturadt'¡rcs no es el qlle ofrece inven-

ciones estentÓreas, ni aun en cl caso de los Cien allos dc solcdad,

recibidos por los colombianos conlo Ia divertida narración de lo con-

sabido y por los latinoamericanos co(llo la acuilaciÓn justa clc experietr-

cias archiconocidas que adquirieron su exprcsión literaria. trs posible qrre

se diga en adelante <<garciamarquezco)) para designarlas'Dentro de este esquema de ordenaciÓn de prácticas literarias ocupa

un lugar curioso Mario Vargas Llosa, sobre todo en sus primeras obras,

En ellas conyive el mayor esfuerzo de recuperación interna de la ex-

periencia latinoamericana con el mayor esfuerzo de adaptación

cosmopolita, vinculándoselos con una €xtremada tensión que det€cta su

voluntad de escritor. Parecería un propÓsito de engarzar los dos polos, a

pesar de sus chirriantes colisiones, para no perder nada de ninguno de

etlos. Es un proyecto en curso, que ha dado paso a una búsqueda más

armónica, pero en cuyo cimiento se encuentra laque para este peruano se han mostrado las dos co

cultural de su pais, de su área andina. Hablandocional sobre el <Papel del escritor en América Latina>>, decia estas

palabras quc de[inen la conflictu¿rlidad sobre la cual rota su propia obra:

l,sta rnirñana trcmos Oido cxpo.siciones mrry itrtcrc.santes sobre los

problcmas quc l.llantca al cscritor la cra electrÓnica. Los escl'itorcs

so. Pero esas articulacioncs son las nacidas de una praxis concreta en un

meclio rcal, ellas son los instrumentos que organizan una determinada

discurso mitobais inerenteslo cual tantoarmónicamcn

50.48fl.

Alfredo Bosi, Ilisfori¿ concisa de Iiteraturo brasiteira, Sao Paulo, cultriz, 1972, p.

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l.A II( I'lll'lt ¡\t l('l'l hl ,'\lili,\IlV,\

|(.rilitl|()], (:,lIiltrrt; illlty l('l()t; rIr r':.r):; lil()l)l('ilt:il, litt ticrlr¡',r ttlltlr¡,Io,; ¡rrolrlcrrt:rii:t (lt¡( tlrlrt'¡¡¡,1:; ('lllt(:ltl:tttt(ts l)ctl(ll(:(('ll:¡ llt lirl;rtl tlr'

I'ictlrlt."

l)roblcrrr¡s clc la liclacl dc Picdra y lécnicas narr.ativas de la Er¿r lllec-tr.órrica er)tlatl en pugna en La cas(l verde, siÍr poder equilibrarse y es eSO

lo quc de la invenciÓn de Vargas Llosa, laoriginal r, la asunciÓn del conflicto que se hace

al nivel el plano en que coinciden problemas y

técnicas es la lengua narratiYa (que no el lenguaje) su proyecto implicauna modernización de la óptica corr que reconoce una realidad fijada, laque entonces aparece corno un sistema de develación. De hecho laescritura consigna una Protesta.

Invertido sobre este caso se encuentra et de quien ha aportado lasolución narrativa técnica más original o al menos la más alejada de las

frecuentadas fuentes vanguardistas europeas: es el Macedonio Fernándezque escribió el Museo de ls Novels de Ia Eterna quc vino a aparecer'pórtur.ram"nte, en 1967, en el centro mismo dc ta ampliaciÓn dcl p(rblico

lector, aunque sin conquistar mayor atenciÓn por partc dc lc¡s lcctores dc

la nueva novcla.

Mundo Nuevo, No. 5, novicnibre 1966.