Ángel c. colmenares e. - la jerarquÍa eclesiástica y el autoritarismo

LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA Y EL AUTORITARISMO El domingo 13 de mayo del año en curso el representante de ese consorcio mundial llamado Iglesia Católica, en verdad imperio ideológico, financiero y comercial con sede en el Vaticano, Joseph RATZINGER, pronunció un discurso en la sesión inaugural de los trabajos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Brasil. En esa intervención el representante del Estado vaticano --cuyo territorio forma parte del Estado italiano-- dio una versión idílica del genocidio perpetrado por Europa contra las etnias originarias de este Continente:

Pero, ¿qué ha significado la aceptación de la fe cristiana para los pueblos de América Latina y del Caribe? Para ellos ha significado conocer y acoger a Cristo, el Dios desconocido que sus antepasados, sin saberlo, buscaban en sus ricas tradiciones religiosas. Cristo era el Salvador que anhelaban silenciosamente. Ha significado también haber recibido, con las aguas del bautismo, la vida divina que los hizo hijos de Dios por adopción; haber recibido, además, el Espíritu Santo que ha venido a fecundar sus culturas, purificándolas y desarrollando los numerosos gérmenes y semillas que el Verbo encarnado había puesto en ellas, orientándolas así por los caminos del Evangelio. En efecto, el anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña. Las auténticas culturas no están cerradas en sí mismas ni petrificadas en un determinado punto de la historia, sino que están abiertas, más aún, buscan el encuentro con otras culturas, esperan alcanzar la universalidad en el encuentro y el diálogo con otras formas de vida y con los elementos que puedan llevar a una nueva síntesis en la que se respete siempre la diversidad de las expresiones y de su realización cultural concreta. [Itálicas nuestras, ACCE]

El presunto dueño absoluto de la verdad (de allí el principio de infalibilidad papal) mintió acerca de una historia muy conocida y en algunos aspectos bien documentada:

"Con Valdivia entraron, en 1541, un cura y 3 clérigos: Diego Pérez, Juan Lobo y Rodrigo González Marmolejo. El primero se volvió poco tiempo después al Perú con una regular fortuna, habiendo vendido a Valdivia al contado los bienes que tenía en Chile. Juan Lobo, que era a la vez un esforzado guerrero, tuvo encomienda de indios y beneficiaba lavaderos de oro, y fue uno de los que prestaba dinero a Valdivia en sus apuros para enviar a pedir nuevos socorros al Perú. Rodrigo González Marmolejo primer cura y más tarde primer obispo de Santiago, tuvo también encomienda de indios, y tenía crianza de caballos, que le daba buen provecho, y fue además uno de los prestamistas de Valdivia en varias ocasiones". [Del genocidio contra los Mapuches] “La provincia de Sancta Marta era tierra donde los indios tenían muy mucho oro, porque la tierra es rica y las comarcas, y tenían industria de cogello. Y por esta causa, desde el año de mil y cuatrocientos y noventa y ocho hasta hoy, año de mil y quinientos y cuarenta y dos, otra cosa no han hecho infinitos tiranos españoles sino ir a ella con navíos y saltear y matar y robar aquellas gentes por roballes el oro que tenían, y tornábanse en los navíos que iban en diversas y muchas veces, en las cuales hicieron grandes estragos y matanzas y señaladas crueldades, y esto comúnmente a la costa de la mar y algunas leguas la tierra dentro, hasta el año de mil y quinientos y veinte y tres. El año de mil y quinientos y veinte y tres fueron tiranos españoles a estar de asiento allá”. [Bartolomé DE LAS CASAS, “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”]

LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA Y EL AUTORITARISMO ÁNGEL C. COLMENARES E. MAYO 23 DE 2007 PÁGINA 2 DE 11

Por cuanto nada de lo dicho por un personaje de esa jerarquía puede considerarse casual o emotivo, partamos de su necesaria identificación. RATZINGER fue [foto derecha], en su juventud, miembro de las Juventudes Hitlerianas (Hitlerjugends), cuya motivación básica era entrenar a futuros superhombres arios y soldados que sirvieran fielmente al Tercer Reich cuando fueran adultos. Y para esos fines hubo apoyo decidido de la jerarquía eclesiástica. En la foto abajo a la izquierda, el Arzobispo Cesare ORSENIGO, Nuncio Papal en Berlín, celebrando el cumpleaños de HITLER en abril de 1939

Y en la foto de abajo a la derecha vemos al mismo representante del Vaticano en amena reunión con el ministro de propaganda nazi Joseph GOEBBELS.

A la izquierda, mujeres alemanas en vestimentas tradicionales celebrando la investidura de Ludwig MULLER como Obispo de la Iglesia

del Reich. Jerarcas eclesiásticos alemanes saludando según ritual nazi.

Joseph RATZINGER en 1943, militante de las Hitlerjugends y efectivo de una unidad antiaérea alemana.


Mientras en Alemania la jerarquía eclesiástica se identificaba con el autoritarismo feroz de HITLER, otro tanto sucedía en países como España, donde la ensotanada jefatura formó parte activa del régimen fascista. Francisco FRANCO Y BAHAMONDE fue llamado “Caudillo de España por la gracia de Dios” y para su glorificación el Estado español acuñó monedas como la que se reproduce.

En la foto se ve a FRANCO y a su esposa, acompañados por el cardenal primado PLA Y DANIEL y su cohorte de representantes, en el Palacio Real en 1958. Y no se diga que las manifestaciones en pro del fascismo por parte de la jerarquía católica fueron fenómenos individuales o comportamientos desviados. No. Era parte de una política aprobada y bendecida

por el Vaticano.

FRANCO, EL GENERAL QUEIPO DEL LLANO Y EL ARZOBISPO ILLUNDAIN EN EL PALACIO EPISCOPAL DE SEVILLA


Al interior de la iglesia, sin embargo, como en todo lugar donde se halla presente la lucha de clases sociales, se mueven corrientes, grupos y tendencias contra las cúpulas. Y una de esas manifestaciones fue la llamada Teología de la Liberación, no por casualidad practicada y defendida por sacerdotes en contacto con campesinos, obreros y habitantes de pueblos depauperados. La jerarquía vaticana se propuso frenar ese impulso y una de sus medidas iniciales fue aislar al padre Pedro ARRUPE, general de la Compañía de Jesús, quien fue sustituido en 1980 por un “hombre de confianza” de Roma, Paolo DEZZA. Arma decisiva para reprimir a los sacerdotes ligados a las luchas populares fueron los procesos iniciados por la Congregación para la Doctrina de la Fe (organismo sucesor del Santo Oficio o Santa Inquisición), en cuya dirección estuvo el cardenal Joseph RATZINGER desde 1981. Y mientras los sacerdotes de diversas congregaciones que se habían implicado en las luchas de los sectores dominados de la sociedad eran investigados, amenazados y reprimidos por la moderna inquisición, ¿qué sucedía en América Latina? En 1973 en Chile es derribado el gobierno de Salvador ALLENDE por militares estrechamente ligados al gobierno de los Estados Unidos, hecho que fue apoyado y celebrado por la jerarquía eclesiástica chilena. Es de recordar que ya en 1962 y en 1971, tanto el cardenal Silva HENRÍQUEZ como la Conferencia Episcopal afirmaban que “con el triunfo del comunismo en Chile, la iglesia y todos sus hijos no pueden esperar sino persecución, lágrimas y sangre”, en una campaña terrorista que buscaba --sin lograrlo-- llenar de miedo a los sectores populares e impedir el triunfo de ALLENDE, a quien como socialista de inspiración marxista acusaban de futuro violador de los derechos fundamentales “de las personas, la sociedad y la iglesia”. El mismo día del golpe, cuando las fuerzas militares y policiales comenzaron a perseguir y asesinar, uno de los caídos fue el sacerdote español Juan ALSINA, quien era Encargado de Personal del Hospital “San Juan de Dios” en Santiago, y participaba en el Movimiento Obrero de Acción Católica (MOAC). No obstante, a unos quince días del golpe militar, la Junta Militar encabezada por PINOCHET recibió visita del Comité Permanente del Episcopado, cuyos miembros fueron a expresar “sus sentimientos de respeto y de aprecio a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile y agradecerles las deferencias que han tenido con los obispos las nuevas autoridades a lo largo del país”; y los obispos chilenos ofrecieron además “su colaboración en la obra de reconstrucción del país y en particular en la tarea de pacificación de los espíritus y en todo lo que significa afianzar y desarrollar las conquistas de los trabajadores”.


La historia demostró cómo fue “reconstruido” Chile por los criminales de la Junta Militar, tan respetados y apreciados por la jerarquía eclesiástica chilena y sobre todo los resultados de la tarea de “pacificación de los espíritus”. En Argentina los militares dan un golpe de Estado en 1976 y de inmediato comienzan las persecuciones, torturas, asesinatos y desapariciones, a lo cual se suma el robo de niños pues a las víctimas de prisión y desaparición les quitaban los hijos nacidos en cautiverio y los daban a los amigos --militares y civiles-- del gobierno. La jerarquía eclesiástica fue decidida colaboradora de los criminales, a quienes incluso antes del golpe justificaban en sus homilías y declaraciones, como lo hizo monseñor Victorio BONAMIN, Vicario General del Ejército, el 23 de septiembre de 1975, cuando expresó: "¿No querrá Cristo que algún día las Fuerzas Armadas estén más allá de su función? El Ejército está expiando la impureza de nuestro país... los militares han sido purificados en el Jordán de la sangre para ponerse al frente de todo el país..." En la foto de la derecha vemos al prelado BONAMIN en franco intercambio de saludos y sonrisas con el general VIDELA, representante de la Junta Militar argentina, quien era considerado “un buen cristiano” por la jerarquía eclesiástica de ese país.

A la izquierda el cristiano general VIDELA sumido en profundo rapto místico luego de recibir la comunión de manos de uno de sus cómplices. En mayo de 1977, por iniciativa del general VIDELA, la Conferencia Episcopal Argentina recibió a los generales VIOLA, jefe de Estado Mayor del Ejército; JÁUREGUI y MARTÍNEZ (responsables de los servicios de inteligencia) y luego de la reunión

Monseñor Ildefonso SANSERRA DE SAN JUAN informó a la prensa: “… los señores militares nos informaron con amplitud sobre la situación actual del país en el marco de la actividad defensiva y ofensiva contra la guerrilla subversiva, que se nos ha impuesto desde adentro y afuera de nuestro territorio… al término de la exposición de los generales hubo un intercambio de ideas en un clima verdaderamente cristiano y patriótico..."


En diciembre de 1977, Monseñor Victorio BONAMÍN en una conferencia en la Universidad Nacional del Litoral dijo, en plena justificación del baño de sangre que sufría Argentina: "Es una lucha por la República Argentina, por su integridad, pero también por sus altares... esta lucha es una lucha en defensa de la moral, de la dignidad del hombre, es una lucha en defensa de Dios... por ello pido la protección divina en esta guerra sucia en que estamos empeñados…” El 15 de mayo de 1976 la Conferencia Episcopal argentina, siguiendo su línea de clara complicidad con las ejecutorias de la Junta Militar, expone:

“...hay que recordar que sería fácil errar con buena voluntad contra el bien común si se pretendiera que los organismos de seguridad actuaran con pureza química de tiempos de paz, mientras corre sangre cada día, que se arreglaran los desórdenes, cuya profundidad todos conocemos, sin aceptar los cortes drásticos que la situación exige; o no aceptar el sacrificio, en aras del bien común, de aquella cuota de libertad que la coyuntura pide, o que se buscara con pretendidas razones evangélicas implantar soluciones marxistas…”

Y cuando los militares fueron sometidos a juicio [foto derecha] por los crímenes cometidos, sus fieles empurpurados salieron en su defensa y esa vez correspondió a Monseñor Antonio José

PLAZA, Arzobispo de La Plata [foto izquierda], quien el 21 de mayo de 1985 declaró acerca del juicio a los ex - comandantes: "... es una revancha de la subversión y una porquería. Se trata de un Nüremberg al revés, en el cual los criminales están juzgando a los que vencieron al terrorismo..."

Y el 23 de octubre “La Nación” informaba: "Todos se sintieron llamados por el Papa. Festejo en la Nunciatura: El presidente Menem y el nuncio apostólico Ubaldo Calabresi brindaron con champaña por los trece años del papado de Karol Wojtyla. A cincuenta metros del sillón Luis XV en el que hablaban los dos, los ex presidentes Videla y Viola mantenían un diálogo junto a los ventanales de la Nunciatura. En el mismo salón conversaban Leopoldo Galtieri, Basilio Lami Dozo y Emilio Massera. La senadora Saadi conversaba con el obispo Jorge Casaretto y, después, con Gerardo Sofovich..."

Todo un rosario en familia... En El Salvador había sido nombrado Obispo un sacerdote llamado Óscar Arnulfo ROMERO GALDÁMEZ, quien a pesar de haber mantenido una actitud de sumisión a la superioridad, luego de su investidura exteriorizó algunos cambios, entre ellos la práctica del contacto directo con habitantes de barrios y zonas campesinas en vez de alternar con los sectores dominantes, quienes a través de un gobierno autoritario reprimían y asesinaban a mansalva con el apoyo y la asesoría policial y militar del gobierno de los Estados Unidos.


En ocasión del asesinato del sacerdote Rutilio GRANDE, quien fue abatido junto a dos acompañantes, todo el episcopado asistió a la misa de sepelio y en la homilía el padre ROMERO dijo estar de acuerdo con la línea pastoral del padre GRANDE, a la cual calificó de auténtica, ante el asombro de los obispos. Monseñor ROMERO fue asesinado mientras oficiaba una misa y luego de ese crimen, cometido por bandas militares y policiales, otros sacerdotes, monjas y seglares comprometidos con las luchas populares sufrieron violación y muerte. Por cierto, uno de los “asesores” de las fuerzas represivas salvadoreñas era el terrorista Luis POSADA CARRILES, quien operaba desde la base aérea de Ilopango bajo órdenes directas de John NEGROPONTE.

Ejemplos como estos son lamentablemente abundantes, y podemos nombrar a los sacerdotes Camilo TORRES y Domingo LAÍN, quienes se incorporaron a las guerrillas en Colombia y cayeron en la lucha. Miguel WOODWARD IRIBARRI, Wilfredo ALARCÓN FERRADA, Juan ALSINA HURTÓS (asesinados por militares chilenos); Gerardo POBLETE FERNÁNDEZ (torturado a muerte en Iquique); Antonio LLIDÓ MENGUAL (desaparecido); André JARLAN POURCEL (asesinado en Chile el 4 de septiembre de 1984 en su casa durante una protesta); Etienne Marie Luis PESLE DE MENIL

(desaparecido en Temuco) y Omar Roberto VENTURELLI LEONELLI (desaparecido en Temuco) Los sacerdotes irlandeses Pedro DUFAU, Alfredo LEADEN y Alfie KELLY, y los seminaristas de origen gallego Salvador BARBEITO y Emilio BARLETTI, fueron hallados muertos el 4 de julio de 1976 en la parroquia de San Patricio, Buenos Aires, con decenas de disparos en sus cuerpos. Los culpables nunca fueron hallados pero autoridades de la Comisaría de la zona señalaron que el crimen habría sido perpetrado por efectivos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionaba una cárcel clandestina. El miércoles 4 de agosto de 1976, meses después de instalada la dictadura militar, el Obispo Enrique Ángel ANGELELLI fue asesinado en la ruta que une a Chamical con la ciudad de La Rioja, capital de dicha Provincia. Las autoridades militares se refirieron al mismo como un accidente de tránsito. Ya el 18 de julio del mismo año, también en La Rioja, habían sido asesinados los sacerdotes Gabriel LONGUEVILLE y Carlos de Dios MURIAS, muy cercanos al Obispo, así como también el laico Wenceslao PEDERNERA, asesinado impunemente en su humilde vivienda y delante de su familia.

MONSEÑOR ROMERO LUEGO DE SER MORTALMENTE HERIDO


En cuanto a Venezuela, nunca la jerarquía eclesiástica tuvo enfrentamientos con los gobiernos (recordemos que Juan Vicente GÓMEZ fue nombrado Caballero de la Orden Piana por el Vaticano en 1916, sin que el episcopado dijera ni pío) y los desacuerdos o pequeños conflictos eran resueltos en sana paz, sobre todo luego de la firma del concordato con la Santa Sed, paso necesario para que el Pacto de Punto Fijo transfiriera el poder decisivo a los partidos políticos. En los años de auge revolucionario, cuando se trató de lograr avances mediante la lucha armada, la iglesia fue cómplice del autoritarismo y de todas las medidas que los gobiernos de AD y COPEI tomaron contra el movimiento revolucionario, desde la expulsión de los maestros y profesores comunistas de sus trabajos hasta los extremos represivos como prestar las iglesias para que la DIGEPOL, el SIFA y las Fuerzas Armadas mantuvieran en ellas a prisioneros, como fue práctica en las zonas rurales. Los campesinos de Lara, Trujillo y Yaracuy deben recordar todavía cómo los curas se reunían con los dirigentes adecos y con funcionarios policiales para coordinar repartos de alimentos provenientes de la “Alianza para el Progreso” y acopiar información para minar así las bases a los grupos de guerrilleros que trataban de actuar en esas zonas. Eran las enseñanzas de los militares estadounidenses, quienes en Viet Nam usaron todo un arsenal de terrorismo contra quienes luchaban por expulsar a sus tropas invasoras, y aquí pusieron en práctica las “técnicas de interrogatorios” más avanzadas, además del lanzamiento de prisioneros desde helicópteros. Y a pesar de los ambientes de inmoralidad muchas veces reinantes, cuando la iglesia debió fijar la pauta según la misión que sus jerarcas dicen tener como norte, siempre hubo muy buena relación entre la mayoría de los obispos y los factores de poder. Durante el gobierno de LUSINCHI, por ejemplo, fue bastante criticada la desmedida injerencia de su amante-secretaria en asuntos del Estado pero nunca, que sepamos, la Conferencia Episcopal se manifestó públicamente al respecto ni llamó a derrocar al gobierno por inmoral. Muy al contrario, la propia amante-secretaria se reunía con jerarcas eclesiásticos y les entregaba cheques con florecientes sonrisas de por medio, como se ve en estas fotos:

MONSEÑOR RAMÍREZ ROA RECIBE DONACIÓN MONSEÑOR FRANCISCO GURUCEAGA RECIBE DONACIÓN


Y cuando ellos no iban a su oficina, pues ella les enviaba los montos correspondientes a las sedes episcopales.

Como dicen que decía Don Francisco DE QUEVEDO Y VILLEGAS: “… poderoso caballero es don dinero”. Pero ahora la jerarquía eclesiástica ha adoptado una posición distinta y por todos los medios intenta el derrocamiento del gobierno nacional, a cuyo fin en abril de 2002 se unió al grupo de militares, empresarios y sindicaleros que logró colocar por unas cuarenta y ocho horas a Pedro CARMONA en la silla presidencial. Aquí vemos a uno de los principales representantes de la jerarquía eclesiástica el 12 de abril de 2002 firmando el infame Decreto mediante el cual CARMONA disolvía todos los poderes públicos, derogaba la Constitución y se autoproclamaba presidente. Poco tiempo después el firmante negaría haberlo hecho, pero ante la evidencia filmada y registrada en fotografías dijo que “había firmado una hoja en blanco”.


Y aquí [foto izquierda] se observa a otro de los miembros del cogollo episcopal en la sede del Ministerio de la Defensa, cuando los autores del golpe militar tenían allí secuestrado al presidente de la República, quien está sentado a su izquierda. A la derecha del obispo [foto abajo] se halla otro cura.

Los jerarcas eclesiásticos han dicho de mil maneras que “ellos no intervienen en política” pero casualmente los hemos visto en momentos y lugares eminentemente políticos y (¡otra casualidad!), donde se toman decisiones políticas de envergadura, como son el Palacio de Gobierno y el Ministerio de la Defensa. ¿Será esa la preocupación de RATZINGER cuando habla de las posibilidades de gobiernos autoritarios en la región?

“En América Latina y el Caribe, igual que en otras regiones, se ha evolucionado hacia la democracia, aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias o sujetas a ciertas ideologías que se creían superadas, y que no corresponden con la visión cristiana del hombre y de la sociedad, como nos enseña la Doctrina social de la Iglesia. Por otra parte, la economía liberal de algunos países latinoamericanos ha de tener presente la equidad, pues siguen aumentando los sectores sociales que se ven probados cada vez más por una enorme pobreza o incluso expoliados de los propios bienes naturales”.

Como es sencillo colegir, a la máxima representación del clero, vale decir al Estado Vaticano, les atraen mucho los autoritarismos de uniforme cuando van ligaditos a la propiedad privada, al empresariado y, mucho mejor, al gobierno estadounidense. Ello los sume en contradicciones insolubles como la siguiente: Si los guía la “visión cristiana del hombre y la sociedad”, ¿cómo se explica que los sacerdotes defensores de los más débiles, de los explotados y oprimidos, quienes se han venido agrupando bajo la consigna de la Teología de la Liberación, sean perseguidos y reprimidos por el Estado Vaticano?


Y no se trata de “cosas del pasado”, sino de un presente muy actual.

Pongamos como ejemplo a Jon SOBRINO, teólogo jesuita doctorado en Alemania, quien por hallarse en el exterior escapó de la masacre del 16 de noviembre de 1989, cuando militares y policías salvadoreños asaltaron la casa de los jesuitas en la UCA [Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”], dando muerte a seis de ellos y a dos mujeres. Autor fecundo de libros y artículos, ha desarrollado temas de cristología, eclesiología y espiritualidad de la liberación.

Contra él la Congregación para la Doctrina de la Fe (antes el Santo Oficio, que como referimos era dirigida por RATZINGER) en Roma ha emitido una sanción por la cual el actual arzobispo de San Salvador, Fernando SÁENZ LACALLE, un español miembro del Opus Dei y general de brigada del Ejército salvadoreño (fue obispo militar), le ha prohibido enseñar y publicar en centros eclesiales católicos, lo cual significa también que perderá el nihil obstat (visto bueno eclesiástico) a sus obras. Para culminar copiamos parcialmente un trabajo firmado por Nancy ESCOBAR CARDOSO el 13 de enero de 2005, cuyo texto completo puede ser leído en el sitio http://www.opuslibros.org/prensa/poder_opusdei_sucesionpapa.htm

“Los hilos. Los expertos coinciden en que el poder está en los sectores más ultraconservadores de la Iglesia: la Congregación para la Doctrina de la Fe y el Opus Dei. Dziwisz, es afín a estas congregaciones, que manejan con él la agenda del Papa y dirigen la política a favor de un regreso al pasado más dogmático y sin el menor interés por modernizar la Iglesia y adecuarla a los cambios y a las sensibilidades y problemas sociales de los últimos tiempos", opina el teólogo español Juan José Tamayo. Ratzinger es su cabeza visible. Su poder está demostrado, entre otras cosas, por la actividad de El Vaticano por limpiar el pasado de la Inquisición. Ratzinger ordenó el año pasado la reapertura del caso contra Galileo, condenado por afirmar que la Tierra giraba alrededor del sol, para defender a la Iglesia pese a que el Papa ya había pedido perdón en 1992. Pero el poder del Opus Dei es aún mayor. Sus figuras más representativas son el cardenal Herranz, encargado de aplicar la ley en la Santa Sede, y el portavoz Navarro-Valls. La Obra cuenta con otros puestos claves dentro de la Iglesia en Roma y muchos analistas piensan que Dziwisz y Sodano, se han sumado al Opus Dei”.

De acuerdo a ese análisis, el grupo de poder eclesiástico se resume así:

RATZINGER HERRANZ NAVARRO-VALLS DZIWISZ SODANO Solo nos queda repetir con Miguel de CERVANTES: “Tienes que desconfiar del caballo por detrás de él; del toro, cuando estés de frente; y de los clérigos, por todos lados.”

Ángel c. colmenares e. - la jerarquÍa eclesiástica y el autoritarismo

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