anatomia del pancreas
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Anatomia topografica y descriptiva del pancreasTRANSCRIPT
Antonio M. Paredes Ramírez I.E.S. La Fuensanta Córdoba
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TEMA 6
PÁNCREAS
Antonio M. Paredes Ramírez I.E.S. La Fuensanta Córdoba
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1. ANATOMÍA
Se trata de una víscera glandular de situación retroperitoneal (Fig. 1), que
produce dos tipos de secreciones, una endocrina y otra exocrina. Envolviendo al
páncreas encontramos una fina capa de tejido conjuntivo laxo de la que salen
prolongaciones
hacia el interior de
la víscera,
dividiéndola en
lóbulos.
Está formada
por multitud de
estructuras
glandulares mixtas
unidas entre sí por
tejido conjuntivo.
Se encuentra
situado en la parte
superior y media del
abdomen en las
zonas del epigastrio e hipocondrio izquierdo, extendiéndose desde el duodeno hasta el
bazo.
En el páncreas se distinguen tres porciones: cabeza, cuerpo y cola. La cabeza se
encuentra enmarcada por el duodeno y es la parte más voluminosa (Fig. 2). El cuerpo y
la cola se prolongan hacia el hipocondrio izquierdo donde la cola entra en contacto con
el bazo.
El conducto excretor fundamental, denominado conducto pancreático, o
conducto de wirsung, se
inicia a nivel de la cola y
recoge la secreción del
resto de los canalículos
intrapancreáticos. El
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conducto pancreático desemboca junto con el colédoco, en el duodeno a través de la
ampolla de Vater. Existe otro conducto excretor, el conducto de Santorini, que se
origina del conducto pancreático principal y se extiende desde la cabeza del páncreas
hasta el duodeno.
2. FISIOLOGÍA.
El páncreas tiene como ya hemos dicho dos funciones, una exocrina y otra
endocrina.
2.1. Función exocrina.
La función exocrina consiste en la secreción del jugo pancreático al duodeno
para que prosiga la digestión de los alimentos que han salido del estómago, por lo que
ésta función debe estar regulada para que coincida con la salida del material gástrico al
duodeno. El mecanismo regulatorio se pone en marcha cuando unas células que se
encuentran en la mucosa intestinal, son estimuladas por el contenido ácido del
estómago. Éstas células secretan dos hormonas que pasan a sangre y llegan al páncreas
y hacen que éste secrete iones bicarbonato y enzimas que intervienen en la digestión.
Éstas enzimas son: amilasa, lipasa, tripsina, quimiotripsina, (éstas dos son
secretadas en sus formas inactivas (tripsinógeno y quimiotripsinógeno, que se activan al
entrar en contacto con el jugo intestinal), carboxipeptidasas y nucleasas. Éstas enzimas
intervienen en la digestión de glúcidos (amilasa), lípidos (lipasa), proteínas (tripsina y
quimiotripsina) y ácidos nucleicos (carboxipeptidasas y nucleasas).
2.2. Función endocrina.
La función endocrina tiene lugar en los islotes de Langhergans en los que se
produce insulina, glucagón y somatostatina, que tiene como función regular la glucemia
de la sangre.
La insulina es secretada en reacción a la hiperglucemia, por las células beta,
como la que es resultado del consumo de alimentos ricos en carbohidratos. Sus dos
acciones principales son:
Estimular la captación de glucosa en varios tipos de células.
Disminuir el nivel de glucosa sanguínea.
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Ésta disminución del nivel de glucosa se logra cuando la insulina estimula la
conversión de glucosa en los hepatocitos y miocitos, y también incitando la síntesis de
lípidos en el tejido adiposo.
Las acciones del glucagón son contrarias a las de la insulina. Es secretado por
las células alfa. El glucagón aumenta el nivel de glucosa sanguínea el estimular la
formación de éste carbohidrato a partir del glucógeno almacenado en los hepatocitos. La
liberación del glucagón es inhibida por la hiperglucemia.
La somatostatina es una neurohormona peptídica y neurotransmisor o
neuromodulador, son secretadas por las células delta. Su nombre proviene de su primera
acción descubierta como hormona hipofisiotrópica hipotalámica, que inhibe la
liberación de hormona del crecimiento. Sin embargo, se sabe que la somatostatina
inhibe la liberación de otras hormonas, como insulina, glucagón e incluso de la propia
somatostatina.
Por último, hay datos de que la secreción de insulina y glucagón es influida por
la actividad del sistema nervioso autónomo. Las actividades secretoras de las células de
alfa y beta pancreáticas son moduladas por la estimulación simpática.
3. HISTOLOGÍA.
El parénquima pancreático está formado por tejido glandular exocrino y tejido
glandular endocrino. El tejido glandular exocrino está compuesto por numerosas células
glandulares, dispuestas radialmente alrededor
de un conducto excretor, formando acinos,
(Fig.3) éstos acinos secretan sus sustancias a
un sistema de conductos excretores que
progresivamente van aumentando su calibre y
modificando sus epitelios.
Una característica del tejido
pancreático es que en la parte media de un
acino a menudo existe un núcleo que
pertenece a células conocidas como
centroacinares, se advierte que éstas células
son estructuras terminales del sistema de
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conductos, invaginadas en el interior del acino, disposición que es propia y única del
páncreas.
Cada acino está formado por un grupo irregular de células secretoras que drenan
hacia un conducto diminuto, no secretor. Estos pequeños conductos drenan hacia
conductos de tamaño mayor progresivamente. Los conductos pequeños están revestidos
por un epitelio cúbico simple que se transforma en cúbico estratificado en los conductos
de mayor calibre.
Cuando aumentan de tamaño, los conductos están recubiertos por una capa de
tejido conectivo denso que se hace cada vez más gruesa y la pared del conducto
pancreático contiene musculatura lisa.
A mayor aumento, los acinos pancreáticos aparecen formados por células de
forma piramidal que proyectan sus vértices hacia la luz de un pequeño conducto. Sus
núcleos se localizan basalmente y están rodeados por citoplasma basófilo, rico en RER;
las porciones apicales de las células están repletas de gránulos secretores eosinófilos de
cimógeno. Los conductos excretores más pequeños se unen con la luz de los acinos y en
el centro de éstos se ven frecuentemente células que revisten los conductos, las células
centroacinares, y se reconocen por su núcleo poco teñido y su citoplasma escaso y
pálido.
Los conductos pancreáticos son:
Conducto intercalar: es el que sale del acino, esta compuesto por
epitelio cúbico aplanado.
Conducto intralobulillar: formado por la unión de varios conductos
intercalares, ésta constituido por epitelio cúbico simple o cilíndrico bajo.
Conducto interlobulillar: aparecen de la unión de varios conductos
intralobulillares, ésta compuesto por epitelio cilíndrico bajo.
Conducto de wirsung y Santorini: están formados por un epitelio
cilíndrico simple con algunas células caliciformes.
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El tejido glandular endocrino lo componen los islotes de Langerhans, que son
acúmulos de distribución amplia de células
secretoras de hormonas (Fig. 4).
Entre las células que secretan
hormonas, dispuestas en forma de cordones
anastomóticos, se advierten innumerables
capilares fenestrados con cantidad mínima de
tejido conectivo laxo.
Dando soporte a los tejido glandulares
y epiteliales encontramos tejido conectivo
dispuesto en trabéculas.
Los islotes de Langerhans están formados por grupos de células secretoras
sostenidas por una red fina de reticulina y por numerosos capilares fenestrados. Cada
islote está rodeado por una fina cápsula reticular. Las células endocrinas son pequeñas y
poseen un citoplasma granular poco teñido; por el contrario, las células grandes de los
accinos pancreáticos que los rodean se tiñen intensamente.
El páncreas endocrino posee células secretoras de tres tipos: alfa, beta y delta,
que segregan glucagón, insulina y somatostina respectivamente. En las preparaciones
con HE, estos tipos celulares son indistinguibles entre sí y se necesitan técnicas
especiales de tinción para diferenciarlos.
4. CITOLOGÍA NORMAL.
Las células pancreáticas normales son de dos tipos principales: las células de los
acinos exocrinos y las células derivadas del revestimiento canalicular. Las células de los
islotes aparecen con muy poca frecuencia y son difíciles de identificar. Las muestras
obtenidas por punción también pueden contener células epiteliales de origen gástrico o
intestinal, células mesoteliales y, ocasionalmente hepatocitos.
1) Células acinares: las células acinares a menudo forman pequeños
conglomerados densos, que suelen disponerse en estructuras esferoidales. Éstas células
son de tamaño uniforme y bastante pequeñas, poseen abundante citoplasma granular y
núcleos redondeados pequeños con cromatina fina regularmente distribuida.
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Habitualmente es posible observar nucleolos pequeños pero bien definidos. Es poco
frecuente que las células acinares se encuentren aisladas.
2) Células epiteliales canaliculares: estas células aparecen en
conglomerados o láminas
grandes o pequeñas (Fig. 5). En
ocasiones, se aspira el epitelio de
conductos enteros. El tamaño, la
forma y la disposición de las
células epiteliales canaliculares
dependen del calibre de los
conductos excretores en los que
se originan. Las células de los
conductos pequeños son de
forma cúbica y a veces se disponen en pequeñas estructuras tubulares. Las células de
los conductos mayores suelen ser cilíndricas con abundante citoplasma ligeramente
vacuolado de límites bien definidos, éstas células, cuando se las observa de perfil,
forman una lámina en la cual las células cilíndricas están paralelas una respecto a la
otra, ésta forma es denominada en forma de empalizada, y, cuando se hallan aplanadas,
adoptan un patrón típico en panal de abejas. Los núcleos de las células epiteliales
canaliculares son esféricos, de tamaño uniforme y poseen una cromatina finamente
granular y nucleolos minúsculos.
3) Células de los Islotes de Langerhans: no se observan en los frotis
normales
5. PATOLOGÍA PANCREÁTICA NO NEOPLÁSICA.
5.1. Pancreatitis.
Se emplea el término pancreatitis para describir enfermedades pancreáticas
provocadas por agresiones a las células acinares que causan la liberación y activación de
enzimas y resultan en necrosis e inflamación de la glándula y de los tejidos adyacentes,
en especial el adiposo. La forma más severa es la pancreatitis hemorrágica aguda que
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aparece con bastante frecuencia en los individuos alcohólicos. Sin embargo, las causas
inmediatas de la pancreatitis no son siempre claras. La pancreatitis aguda puede seguir
una evolución rápida y fatal o ser crónica con reagudizaciones en el transcurso de varios
años. Además de la necrosis del tejido pancrático, que puede determinar la aparición de
pseudo quistes, a secuela más característica de la pancreatitis es la necrosis grasa con la
producción de jabones cálcicos que se pueden detectar en las imágenes radiológicas. Se
han descrito tres tipos de necrosis del tejido pancreático.
Necrosis periductal: la necrosis afecta a las células acinares adyacentes
a los conductos. Éste tipo se observa en casos debidos a obstrucción biliar, asociada
sobre todo a cálculos biliares y alcohol.
Necrosis perilobulillar: la necrosis afecta a la periferia de los lobulillos.
Su patogenia se debe a la mala vascularización de esa zona, que provoca necrosis
acinar. Éste tipo se observa en el shock y la hipotermia.
Necrosis panlobulillar: la necrosis afecta a todo el lobulillo
pancreático. Puede producirse por diseminación de una necrosis perilobulillar inicial, o
ser panlobulillar desde el principio.
5.1.1. Pancreatitis aguda.
La pancreatitis aguda es una enfermedad debilitante que se caracteriza por una
elevación marcada de las concentraciones séricas de amilasa (Fig. 6), (Fig. 7).
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En la pancreatitis aguda se produce una necrosis de la grasa pancreática a cargo
de los enzimas lipolíticos. La consecuencia de este ataque saponificador es la
adquisición de una coloración rosácea de los adipositos con núcleo mal diferenciado.
Dispersos por el tejido pueden apreciarse diversos focos de inflamación aguda con
PMN.
5.1.2. Pancreatitis subaguda y crónica.
Las pancreatitis subaguda y crónica se caracterizan por una reacción reparativa
en las áreas de necrosis por consiguiente, es posible evidenciar tejido de granulación,
atrofia de los acinos y fibrosis con dilatación de los conductos (Fig. 8), (Fig. 9). Estos
conductos a menudo contienen un exudado proteináceo y células inflamatorias. Con
frecuencia, las células epiteliales de los conductos presentan una hiperplasia con cierta
atipia. No es común que aparezca metaplasia pavimentosa del revestimiento epitelial de
los conductos pequeños. En raras ocasiones, existe una fibrosis difusa con proliferación
de los conductos que puede imitar histológicamente a un adenocarcinoma bien
diferenciado de tipo escirro (cáncer duro con notable predominio de tejido conjuntivo).
Se estima que es el resultado de pancreatitis agudas recidivantes, la mayoría
probablemente subclínicas. Es más frecuente en alcohólicos que en pacientes con
litiasis.
El páncreas se encuentra aumentado de consistencia, es nodular y tiene atrofia
de lobulillos y desaparición de islotes de Langerhans (insuficiencia pancreática
exocrina, diabetes mellitas). Los conductos se hallan dilatados, con material proteináceo
en el lumen que tienden a calcificar. Hay además psudoquistes e infiltración linfocitaria
y plasmocitaria intersticial.
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5.1.3. Citología.
El material aspirado varía en lo relativo a la celularidad pero ésta suele ser
escasa. Los frotis contienen células inflamatorias y en ocasiones células epiteliales. La
cantidad y el tipo de células inflamatorias dependen del estadio de la enfermedad. En la
pancreatitis subaguda, predominan los neutrófilos y los macrófagos. En los frotis de la
pancreatitis crónica, los linfocitos y las células plasmáticas constituyen el principal
componente celular. A veces, los frotis contienen pequeños fragmentos de tejido de
granulación con capilares y numerosas células plasmáticas. Las células epiteliales de
origen canalicular se observan con mayor frecuencia que las células acinares. Las
células epiteliales habitualmente forman conglomerados cohesivos pero pueden
presentar discreta anisocariosis e hipercromasia nuclear. Se debe distinguir entre éstas
células y las neoplásicas del adenocarcinoma bien diferenciado, una tarea que no
siempre resulta sencilla. La ausencia de grandes nucleolos prominentes y de células
neoplásicas aisladas debe orientar hacia un método diagnóstico de tipo conservador.
5.2. Pseudoquistes.
Los pseudoquistes se relacionan, por lo general, con un episodio de pancreatitis
aguda. Se forman cuando las áreas de necrosis que aparecen en el curso de una
pancreatitis aguda, se rodean de una cápsula de tejido conectivo. Los pseudoquistes se
hallan repletos de detritus líquidos o semisólidos o de un líquido claro. Es posible
encontrar pseudoquistes de diversos tamaños, en ocasiones muy grandes, que contienen
hasta varios cientos de mililitros de líquido. Los pseudoquistes pueden ser
asintomáticos. Su naturaleza quística puede determinarse mediante la tomografía
computerizada o la ecografía.
5.2.1. Citología.
La aspiración del líquido de un quiste pancreático grande puede poseer
importancia tanto diagnóstica como terapéutica. Tras la aspiración del líquido, el quiste
se colapsa y el paciente puede experimentar un alivio inmediato de su sintomatología. A
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menudo no se produce reacumulación líquida. El sedimento del líquido suele ser
acelular o posee solamente unas pocas células inflamatorias. Debe hacerse diagnóstico
diferencial con los tumores quísticos, que veremos más adelante.
5.3. Fibrosis quística.
La fibrosis quística es la más importante de las enfermedades genéticas
pediátricas. Es muy frecuente y a
menudo mortal en la niñez y al principio
de la vida adulta. Se trata de un trastorno
generalizado del proceso secretor de
todas las glándulas exocrinas que afecta
tanto a las glándulas secretoras de moco
como a las glándulas sudoríparas ecrinas
de todo el cuerpo.
Enfermedad hereditaria en la que
no solamente se afecta el páncreas sino también las glándulas serosas y mucosas.
La fibrosis quística consiste en la secreción de un moco con una viscosidad
anormal que provoca la obstrucción de los conductos orgánicos, responsable de la
mayoría de las características clínicas de ésta enfermedad, como las infecciones
pulmonares, la insuficiencia pancreática,
etc.
Histológicamente el páncreas
muestra, a pequeño aumento, una
alteración de la estructura normal del
lobulillo, que se caracteriza por la
existencia de bandas de tejido conjuntivo
(Fig. 10). Los conductos de excreción se
hallan muy dilatados y han
experimentado una transformación quística, al igual que los acinis y los conductos de
distribución (Fig. 11). En el interior de los quistes encontramos una secreción
homogénea o estratificada. El tejido intersticial es muy abundante y atraviesa los
lobulillos de forma absolutamente irregular.
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6. PATOLOGÍA PANCREÁTICA NEOPLÁSICA.
Principales tumores pancreáticos:
A) Páncreas exocrino:
• Benigno: Cistoadenoma
• Maligno: Adenocarcinoma; cistoadenocarcinoma
B) Páncreas endocrino:
• Tumores benignos y malignos de los Islotes de Langerhans
• Nesidioblastomas (insulinotas)
6.1. Tumores quísticos.
Los tumores quísticos suelen localizarse en el cuerpo o la cola y son masas
indoloras de crecimiento lento. Algunos son neoplásias quísticas multiloculadas llenas
de secreciones mucinosas (tumor quístico mucinoso) y parecidas a su homólogo
histológico del ovario. La única forma de distinguir la forma totalmente benigna
(cistadenoma mucinoso) de la maligna (cistadenocarcinoma) es el estudio histológico
tras extirpar por completo la lesión, generalmente por pancreatectomía distal. Un tumor
quístico infrecuente que contiene secreciones serosas (adenoma microquístico) es casi
siempre benigno.
6.2. Carcinoma de páncreas.
Los pacientes con carcinoma pancreático por lo general están entre la quinta y
séptima década de la vida. Los dos tercios de estos tumores se localizan en la cabeza del
páncreas y pueden invadir y comprimir los conductos de wirsung y Santorini y el
colédoco, causando de ésta manera ictericia obstructiva y una dilatación de la vesícula
biliar. Los carcinomas del cuerpo o de la cola del páncreas raramente producen síntomas
precoces y suelen ser descubiertos en estadios avanzados. La mayoría de los carcinomas
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pancreáticos se originan a partir de los acinos. Los carcinomas de células canaliculares
son adenocarcinomas de diversos grados de diferenciación. Los carcinomas bien
diferenciados se componen de estructuras pseudocanaliculares revestidas por una o dos
capas de células cúbicas, que a veces presentan sólo una atipia mínima. Los carcinomas
moderadamente diferenciados forman estructuras pseudocanaliculares y
pseudoglandulares revestidas por un epitelio estratificado cuyas células componentes
poseen características que se
reconocen fácilmente como malignas
(Fig. 12), (Fig. 13).
Los carcinomas de células
canaliculares poco diferenciados
constan de láminas sólidas y cordones de
células neoplásicas de diversos tamaños. Los
carcinomas de células canaliculares a menudo
se caracterizan por extensa reacción
desmoplásica y fibrosis. En ocasiones, es
posible apreciar una ancha zona de pancreatitis crónica rodeando al tumor. El carcinoma
de células gigantes, el carcinoma adenoescamoso, el carcinoma mucinoso, el
cistadenoescamoso papilar y el carcinoide son variantes poco frecuentes del carcinoma
de células canaliculares.
Microscópicamente, los carcinomas acinares se caracterizan por sus nidos
sólidos compuestos de células pequeñas que poseen abundante citoplasma granular bien
definido; éstos se asemejan a las células de los acinos normales. Los carcinomas
anaplásicos, que a veces se encuentran en el páncreas, se observan constituidos por
células fusiformes grandes o por células pequeñas similares a las del carcinoma de
células en grano de avena (oat cell).
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6.2.1. Citología.
Carcinoma bien diferenciado: en general, los frotis de los carcinomas bien
diferenciados poseen gran cantidad de células epiteliales. Las células se agrupan
densamente y tienden a formar grandes conglomerados y láminas aplanadas.
En los conglomerados, los núcleos son esferoidales, bien formados y de tamaño
uniforme con nucleolos pequeños pero evidentes. Por lo general, no se observa
amoldamiento nuclear. A primera vista, los conglomerados celulares se asemejan a
aquellos del epitelio canalicular normal. Existen, sin embargo, diferencias sutiles que
contribuyen al diagnóstico. El diámetro de los núcleos y nucleolos de las células
neoplásicas es aproximadamente dos veces mayor que el de las células normales.
Además, un examen cuidadoso del frotis generalmente permite hallas células
(obviamente malignas) dispersas que aparecen aisladas o formando conglomerados.
Estas células suelen ser de tamaño significativamente mayor que el de las células
canaliculares normales, su forma es cúbica o cilíndrica y se caracterizan por sus núcleos
de diversos tamaños, contornos irregulares, hipercromasia importante y nucleolos
únicos o múltiples bien evidentes. La observación de figuras mitóticas también apoya el
diagnóstico de tumor maligno.
Como pauta práctica, es aconsejable comparar el tamaño de las células
neoplásicas y sus núcleos con cualquier célula pancreática normal que también se halle
presente en el frotis. De otro modo, los eritrocitos o los linfocitos, que invariablemente
aparecen en el material aspirado, también proporcionen un parámetro de medición útil.
Carcinomas moderadamente y poco diferenciado: en los frotis, la mayoría de
las células neoplásicas se disponen en conglomerados laxos de diversos tamaños o
aparecen aisladas. Las células que forman los conglomerados presentan agrupamiento,
superposición y amoldamientos nucleares. En ocasiones, es posible observar
conglomerados pseudoglandulares
(Fig. 14). Las células neoplásicas
poseen un citoplasma pálido mal
definido y grandes núcleos
hipercromáticos irregulares con la
cromatina distribuida en grumo
grueso. Con frecuencia se aprecian
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nucleolos prominentes de grandes dimensiones. Los núcleos aislados a menudo se
hallan desprovistos de citoplasma o rodeados sólo por restos citoplasmáticos. Las
células del carcinoma pancreático moderadamente diferenciado se reconocen fácilmente
como malignas. En ocasiones, los frotis de estos casos también poseen algunos
conglomerados de células normales de origen canalicular, que se caracterizan por sus
núcleos más pequeños y su cromatina delicada uniformemente distribuida. En los frotis
de éste tipo, las diferencias entre las células neoplásicas y las normales son bien
aparentes y facilitan el diagnóstico.
Los carcinomas poco diferenciados (incluyendo a los raros carcinomas que se
originan en los acinos pancreáticos), se caracterizan por sus células neoplásicas de
diversos tamaños. En los muy poco frecuentes carcinomas de células pequeñas, las
células neoplásicas pueden hallarse dispersas. El diagnóstico diferencial con un linfoma
radica en la identificación de conglomerados celulares pequeños y amoldamiento
celular. A veces, las células neoplásicas son muy grandes y en ocasiones
multinucleadas. En éste grupo de tumores la correlación entre citología e histología es
muy pobre puesto que cuando la aspiración confirma la sospecha clínica radiológica o
ecográfica de cáncer, muchos de éstos pacientes ya no son operados.
6.3. Tumores de células de los islotes de Langerhans.
Los tumores de las células insulares son neoplásias comparativamente raras que
se localizan con mayor frecuencia en el cuerpo o la cola del páncreas. Se originan a
partir de cualquiera de los subtipos de células insulares y pueden poseer actividad
hormonal o no hacerlo. Los tumores de células insulares secretores de hormonas pueden
pertenecer al grupo de tumores APUD capaces de producir una gran variedad de
hormonas polipeptídicas y ciertas aminas. No es infrecuente observar una asociación
entre los tumores de células insulares y otras neoplásias endocrinas semejantes de otros
órganos, como el carcinoma medular de tiroides y el feocromocitoma de la médula
adrenal.
Según el tipo de hormona secretada, los tumores de células insulares pueden
asociarse con una gran variedad de alteraciones clínicas, como la hipoglucemia, el
síndrome de glucagonoma, el síndrome de Zollinger-Ellison y el síndrome compuesto
por diarreas acuosas, hipocaliemia y aclorhidria.
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Histológicamente, los tumores a menudo semejan islotes de Langerhans
normales. Las células neoplásicas pequeñas adoptan un patrón sólido, trabecular,
cordonado o rosetoide. A veces, entre las células malignas pequeñas aparecen células
grandes aisladas con grandes núcleos hipercromáticos atípicos. Por lo general, existe
una íntima relación entre las células neoplásicas y los capilares. Aunque habitualmente
estos tumores son de crecimiento lento, no es posible pronosticar su comportamiento
sobre la base de sus características histológicas o citológicas y pueden producirse
metástasis en los ganglios linfáticos del páncreas y en el hígado.
6.3.1. Citología.
Por lo general, las células son pequeñas, de un a tamaño aproximadamente tres
veces mayor que el de los linfocitos. Algunas son semejantes a células plasmáticas
grandes por su citoplasma basófilo más o menos ovalado y núcleo excéntrico. Ésta
característica se observa a veces en los tumores de la serie APUD, como el carcinoma
medular de tiroides. Se pueden observar núcleos desnudos con cromatina uniforme y
nucleolos pequeños.
En ocasiones se pueden ver frotis en los cuales se aprecia una asociación de
células pequeñas y algunas grandes, marcadamente atípicas en los carcinomas
medulares de la glándula tiroides y en los carcinoides.
6.4. Tumores metastásicos del páncreas.
Los carcinomas de estómago. Mama, pulmón, riñón y próstata, el melanoma
maligno y, en ocasiones, otras tumores son capaces de producir metástasis en el
páncreas.