Valencia, 09 de Agosto de 2010

Análisis sobre Maniobras de Guerra Espiritual

Nivel: Liderazgo.

Yajaira de Ramírez

CAPITULO 1

Orándole al señor como hizo Eliseo para que abra sus ojos espirituales, para que entiendan que nuestra lucha no es solamente en las fuerzas humanas, que las armas de nuestras milicias son poderosas en Dios para que despierten a ese sueño espiritual y puedan tener discernimiento espiritual y ver como los ha rodeado y está listo para ir contra ellos.

Todo cristiano mediante Jesucristo es victorioso, pero todos como creyentes combatimo0s en una guerra contra fuerzas espirituales malinas, luchando personalmente contra el pecado.

CAPITULO 2

Se insta a la iglesia a obedecer la verdad cristiana que había oído al creer en Cristo. Creciendo en el conocimiento del Señor y no abandonar las verdades fundamentales acerca de Dios.

A sí mismo en nosotros como creyentes confesar nuestro pecado y arrepentirnos, la confesión tiene el propósito de liberarnos para que disfrutemos de la comunión con Cristo, esto implica no seguir pecando debemos orar pidiendo fortaleza para derrotar la tentación.

Bondad de Dios; Romanos 2: 4.

Dios en su bondad retarda su juicio para darnos tiempo a arrepentirnos de la forma equivocada en que vivimos.

La motivación de Pablo a las iglesias a arrepentirse a cambiar, el arrepentimiento trae consigo restauración, la cuidad de Nínive se arrepintió como repuesta al mensaje de Jonás, reconociendo la verdad de Dios. Al oír la palabra, podemos reconocer que tenemos necesidad de arrepentirnos y reconocer nuestra necesidad del Señor en nuestra Vida.

CAPITULO 3

Dios padre, es el Señor de los ejércitos por lo tanto cuando aclamamos a él, él libra las batallas por nosotros y Jesús fue enviado a la tierra para perdonar los pecados de los hombres, ya que en su muerte venció al pecado y triunfo sobre las fuerzas del mal.

El espíritu santo escudriña la mente humana; la voluntad del espíritu santo nos guía al negarnos o concedernos permiso para ciertas acciones.

CAPITULO 4

Daniel tuvo la visión de la batalla entre poderes sobrenaturales del bien y del mal, en ella recibe visión de la gran batalla entre el pueblo de Dios y los que quieren destruirlo. Dios nos puede confortar como lo hizo con Daniel que ante la visión del ángel, se sintió débil y sin fuerzas. Daniel oró y ayuno por los pecados de su nación y clamo misericordia, la repuesta de Dios se dio, pero fue entorpecida por fuerzas opositoras.

La oración puede ser desafiada por fuerzas malignas, nosotros debemos orar previamente y con regularidad, esperar la repuesta de Dios llegara en el momento oportuno mi hogar estará siempre abierto a quien quiera o necesite de nosotros.

CAPITUPO 5

Génesis 3:1, 4, 5.

La estrategia de Satanás, es tentar a todos para alejarnos de Dios, Satanás nos tienta para que nos entreguemos a su estilo de vida (nos amoldemos al mundo), pero debemos resistir la tentación: orando, pidiendo fuerzas para resistirla, apartarnos, decir no cuando nos consta que algo NO es correcto, debemos considerar todo lo que Dios nos ha dado y seamos agradecidos a Dios.

Satanás ya no tiene poder de nuestra vida, Jesús lo venció y le quitó toda autoridad, la única autoridad es la que nosotros le damos, pero en Jesús tenemos poder y autoridad sobre Él.

CAPITULO 6

Dios permitió que un espíritu atormentara al Rey Saúl por su desobediencia, esto demostraría el poder de Dios en el mundo espiritual. Hay principies malignos que gobiernas naciones, espíritus religiosos, familiares, mentirosos, impuros que son enemigos de Dios y son derrotados por Dios para que nosotros reconozcamos y veamos su poder.

Dios permite el mal por lo tanto tiene control sobre él. Dios ofrece ayuda para superar el mal, tiene Dios poder absoluto sobre el mal.

CAPITULO 7

El ignorar nuestros pecados y no tomar la decisión de no apartarnos de ellos revela que no dejamos que el Espíritu Santo transforme y guía nuestra vida. El pecado te seduce o lleva a las pasiones cardanes, que te llevan a muerte espiritual.

La voluntad del Espíritu Santo esta en oposición a nuestros deseas pecaminosos, o sea son dos bandos en batalla o guerra espiritual. Nuestros deseos perversos, destructivos, egocéntricos, posesivos, a única forma de ser libre de ellas es perderle a Dios que nos ayude a vivir en el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad. Estos frutos son rasgos del carácter que se encuentran en Cristo.

Cada día debemos entregar nuestra vida a Dios, ya su control siendo guiados por el espíritu Santo para sobreponernos de ellas nuestra, única vía a la libertad de nuestros deseos hacia el mal, es por medio del poder del Espíritu Santo, él es mucho más fuerte y debemos depender de él y su sabiduría.