análisis de las estelas romanas de vigo

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Estudio de las estelas descubiertas en el año 1953, realizado por el profesor FRANCISCO JAVIER GONZÁLEZ GARCÍA.

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DEUTSCHES ARCHOLOGISCHES INSTITUTABTEILUNG MADRID

MADRIDER MITTEILUNGEN 51 2010

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FRANCISCO JAVIER GONZLEZ GARCA

HBITO EPIGRFICO, DECORACIN PLSTICA E INTERACCINCULTURAL EN EL NOROESTE HISPANO EN POCA ROMANAANLISIS DE LAS ESTELAS FUNERARIAS DE VIGO (PONTEVEDRA)

2010 Deutsches Archologisches Institut / Ludwig Reichert Verlag, WiesbadenDer Autor/die Autorin hat das Recht, fr den eigenen wissenschaftlichen Gebrauch unvernderte Kopien von dieser PDF-Datei zu erstellen bzw. das unvernderte PDF-File digital an Dritte weiterzuleiten. Auerdem ist der Autor/die Autorin berechtigt, nach Ablauf von 24 Monaten und nachdem die PDF-Datei durch das DeutscheArchologische Institut der ffentlichkeit kostenfrei zugnglich gemacht wurde, die unvernderte PDF-Datei aneinem Ort seiner/ihrer Wahl im Internet bereitzustellen.

MADRIDER MITTEILUNGENerscheint seit 1960

MM 51, 2010 VIII, 573 Seiten mit 185 Abbildungen und 12 Tafeln

Herausgeber:

Erste Direktorin Zweiter Direktor

Deutsches Archologisches Institut, Abteilung Madrid, Calle Serrano 159, E-28002 Madrid

Wissenschaftlicher Beirat:

Achim Arbeiter, Gttingen Mara Eugenia Aubet, Barcelona Patrice Cressier, Lyon CarlosFabio, Lissabon ngel Fuentes, Madrid Mara Paz Garca-Bellido, Madrid Antonio Gilman,Northridge/USA Pierre Moret, Toulouse Salvador Rovira, Madrid Markus Trunk, Trier Gerd-Christian Weniger, Mettmann

2010 Deutsches Archologisches Institut/Ludwig Reichert Verlag, WiesbadenISBN:978-3-89500-753-8 - ISSN: 0418-9744Gesamtverantwortlich: Deutsches Archologisches Institut, Redaktion der Abteilung MadridLayout und Satz: Taravilla Impresores, MadridBildbearbeitung: Elisa Puch, Deutsches Archologisches Institut, Abteilung MadridHerstellung und Vertrieb: Ludwig Reichert Verlag, Wiesbaden (www.reichert-verlag.de)Alle Rechte, insbesondere das Recht der bersetzung in fremde Sprachen, vorbehalten.Ohne ausdrckliche Genehmigung ist es auch nicht gestattet, dieses Buch oder Teile daraus aufphotomechanischem Wege (Photokopie, Mikrokopie) zu vervielfltigen oder unter Verwendung elektronischerSysteme zu verarbeiten und zu verbreiten.Printed in GermanyImprim en AllemagnePrinted on fade resistant and archival quality paper (PH 7 neutral) - tcf

FRANCISCO JAVIER GONZLEZ GARCA

HBITO EPIGRFICO, DECORACIN PLSTICAE INTERACCIN CULTURAL EN EL NOROESTE HISPANOEN POCA ROMANA. ANLISIS DE LAS ESTELASFUNERARIAS DE VIGO (PONTEVEDRA)

En las presentes pginas ofrecemos una reflexin sobre la introduccin del hbito epigrfico y el proceso de asimilacin, adopcin y asuncin de la cultura romana por parte de la poblacin indgena del Noroeste peninsular. Para ello nos servimos del conjunto epigrfico aparecido en Vigo (Pontevedra, Espaa) y de otras piezas lapidarias, geogrficamente prximas, que presentan rasgos estilsticos muy afines y que por ello se han podido englobar dentro del Grupo o Estilo epigrfico Ras Bajas. Este trabajo tiene como finalidad establecer, a travs de un replanteamiento de mtodo del estudio del material epigrfico centrado en el significado social y cultural de las piezas, una hiptesis sobre el origen y cronologa del grupo epigrfico de Vigo y del grupo de las Ras Bajas en general. Para ello, en primer lugar, nos centraremos en la realizacin de ese replanteamiento de mtodo para, a continuacin, tras ofrecer una aproximacin a la historia de la investigacin y presentar las caractersticas del grupo vigus y la arqueologa de la zona, proceder a la exposicin y desarrollo de nuestra hiptesis.

1. Replanteando el estudio del material epigrfico

Desde hace mucho tiempo se viene afirmando que el hbito epigrfico, comprendido no slo como la aparicin de epigrafa latina en las diversas reas conquistadas por Roma, sino tambin como la posterior evolucin de dicha prctica con el paso del tiempo, es un claro signo de romanizacin1. En el Noroeste peninsular, la simple aparicin de la estela ya supone, de por s, un claro testimonio del proceso de aculturacin de la poblacin indgena por la cultura romana, pues se trata de una tradicin monumental desconocida con anterioridad en esta rea de la Pennsula, del mismo modo en que tampoco se tiene constancia de enterramientos que, con fiabilidad, se puedan datar en poca prerromana.En el caso de estas regiones estamos, por tanto, ante una prctica romana que pas a ser asumida por las poblaciones indgenas. No obstante, el papel que se debe conceder a las poblaciones autctonas en dicho proceso tiene que ser, necesariamente, mucho ms activo de lo que, hasta la fecha, se ha venido haciendo. Hasta hace unas dcadas, la investigacin siempre consider a las poblaciones aculturadas por Roma como meros receptores pasivos del influjo procedente de una civilizacin superior, admitiendo, errneamente, la existencia de una cultura romana estndar que era adoptada por cada una de esas poblaciones como consecuencia de su conquista e integracin dentro del mundo romano. En realidad, la romanizacin, ms que como un proceso de asimilacin, aculturacin o convergencia cultural, se debe comprender en trminos de creacin de sistemas estructurados de diferencias, pues, como bien ha indicado Hingley, la cultura romana, was a common culture shared by widely spread group of governing elites, but one that always and everywhere, vulnerable to alternative readings.[] Evidently, in creating its local version of Roman identity that was relevant to its own concerns, each regional elite culture represented a deviant discourse, at least to a degree. The requirement for this local version of the culture to be recognizable (and acceptable) to elite groups based elsewhere within the locality, province and empire will have regulated the degree to which such local cultures diverged from broader concepts of what it was to be Roman.Las poblaciones conquistadas del Noroeste peninsular deben ser consideradas, por tanto, como agentes activos en el proceso de asimilacin y adecuacin de esas prcticas romanas dentro de la nueva cultura galaico-romana que, surgida como consecuencia de la conquista e integracin de estas regiones dentro del Imperio romano, dichas poblaciones estaban generando. Las estelas funerarias, por tanto, son un tipo de objeto totalmente nuevo para la cultura indgena y adems incorporan otra innovacin, desde el punto de vista de la comunicacin, como es la escritura. Se trata de los primeros documentos escritos del Noroeste peninsular, rea totalmente grafa hasta la conquista romana. Dada la novedad del objeto en s y de parte de su contenido, debemos suponer que la aceptacin de esta prctica por parte de la poblacin autctona debi llevar aparejado todo un proceso de adaptacin del monumento en s, de su decoracin y del texto que en l figuraba. Adaptacin que podemos considerar como increblemente exitosa si atendemos al hecho, indicado por Tranoy, de que el 75% de los epitafios conservados en el Noroeste se realizaron sobre estelas. Detengmonos as pues, en primer lugar, en precisar las caractersticas del grupo epigrfico vigus, para a continuacin realizar un anlisis de la informacin que podemos extraer de las estelas de Vigo, a partir de estos planteamientos de mtodo.

El grupo epigrfico de Vigo: hallazgo, caractersticas, cronologa

El conjunto epigrfico de Vigo (Pontevedra, Espaa) procede, en su mayor parte, del hallazgo realizado en 1953 en la calle Pontevedra, en el sector de la ciudad conocido como El Arenal, de 30 piezas (1 ara funeraria, 19 estelas completas, 3 incompletas, 2 remates de estela y 5 fragmentos sueltos); el lote est constituido en su mayora por estelas monolticas de grandes dimensiones que oscilan entre los 236 y 275 cm de altura, con una anchura de entre 59 y 71 cm y un grosor que va de los 17 a los 19 cm. En la actualidad slo se conservan 23 ejemplares, al haber desaparecido algunas de las estelas incompletas, de los fragmentos sueltos o de los remates (CIRG II, 101, n.os 3867). Se trata de un conjunto epigrfico que apareci arqueolgicamente descontextualizado, pues haban sido reutilizadas para formar con ellas, utilizando sus caras no trabajadas, el enlosado de un camino. Es probable que todas las estelas hayan formado parte de la misma necrpolis y que su ubicacin original hubiese estado en las proximidades del rea en que fueron descubiertas; as parece indicarlo, al menos, la aparicin de una necrpolis en la calle Hospital no.5, prxima al lugar del hallazgo anterior y en la que tambin se descubri el resto de una estela de similares caractersticas a las descubiertas en 1953. La epigrafa viguesa, adems de por las piezas arriba mencionadas, tambin cuenta con el ara descubierta en Alcabre (CIRG II n. 68) y con una nueva ara funeraria, de caractersticas similares a CIRG II n 38, descubierta en la zona del Arenal. La datacin del conjunto epigrfico vigus de la zona del Arenal se vino fijando, desde el trabajo de Juli, en el siglo III d.C., probablemente en la primera mitad, pero dada la ausencia de contexto arqueolgico, se ha partido de criterios paleogrficos y epigrficos que, para el caso gallego, no resultan muy fiables. Una datacin similar ofrece Rodrguez Colmenero para las estelas CIRG nos. II 39, 40 y 48 quien, basndose en criterios paleogrficos, fundamentalmente en la similitud entre algunas de sus letras y las de los miliarios de Maximino, las sita cronolgicamente en el segundo tercio del siglo III d.C. Sin embargo, estas dataciones se han visto modificadas como consecuencia del avance de la actividad arqueolgica en Vigo. La aparicin, en la necrpolis de Hospital 5, de tumbas de incineracin datables en el siglo III d.C. que sellan tumbas de inhumacin, como aquella en la que apareci el fragmento de estela antes mencionado, ha llevado a algunos autores a datar algunas de las piezas epigrficas viguesas en los siglos I o II d.C., o en el siglo II d. C. Por lo que respecta a la autora de estas piezas, todas ellas parecen haber sido realizadas en Vigo por talleres locales. Juli considera que fueron obra de un mismo taller, mientras que para Acua Castroviejo la autora pudo recaer en varios talleres emparentados. Una orientacin similar ha adoptado Rodrguez Colmenero quien eleva el nmero, si no de los talleres, s al menos el de las tradiciones epigrfico-decorativas en las que se puede organizar el conjunto vigus, a 6 subgrupos distintos: Aras-estelas; Estelas sin decoracin; Estela de Maritimus (sin decoracin y quizs vinculable con el grupo anterior); Estelas con decoracin geomtrica y astral incisa (entre las que se incluiran las dos estelas con motivos triangulares); Estelas hbridas (con representaciones de figuras geomtricas y humanas); Estelas con representaciones humanas. Los textos del conjunto epigrfico vigus, en cuanto a su estructura, presentan ciertas similitudes con los de la Meseta norte. La onomstica de los epgrafes manifiesta la presencia de una poblacin indgena fuertemente romanizada, con ejemplos de individuos con tria nomina, con nombres formados por dos elementos o con un nico nombre. Predomina la onomstica de tipo latino y aparecen tambin nombres indgenas propios del sector septentrional de la Pennsula; igualmente, tambin es probable que est documentada la presencia de individuos de origen servil, a juzgar por sus nombres de origen griego. As pues, estamos ante un grupo epigrfico bastante homogneo, formado por individuos que, en muchas ocasiones, proceden de fuera de Gallaecia, tal y como sucede con los miembros de la familia cluniense que aparecen en CIRG II nos. 39, 40 y 48. Este hecho ha llevado a algunos autores a defender la posibilidad de que la mayora de los individuos que aparecen en este grupo epigrfico, pese a que no lo hagan constar en los textos de los epgrafes respectivos, sea de origen cluniense, con excepcin del cileno de CIRG II n. 51, estela que presenta unas caractersticas diferentes al resto de las piezas.La presencia de estos individuos clunienses en el asentamiento romano de Vigo ha sido explicada de diversas formas. Juli consideraba que la frecuente presencia, fuera de su lugar de origen, de individuos procedentes de Clunia en la Hispania romana se debera a que disfrutaban de una exencin en los munera en toda aquella localidad que no fuese su ciudad de origen, de ah el inters por dejar constancia de su origo. Esta hiptesis, como seal Haley, no parece muy acertada si tenemos en cuenta, para el caso vigus, que se trata de un centro de poblacin que careca del status municipal. Garca Merino seala la posibilidad de que la presencia de clunienses se deba al exceso de poblacin de dicha localidad, lo que los habra llevado a emigrar, y considera que su aparicin en Vigo se debe a la necesidad de cuadros administrativos y tcnicos, o de trabajadores especializados que demandara el asentamiento romano de Vigo.Tranoy y Haley han apuntado la vinculacin existente entre la presencia de emigrantes clunienses y las actividades mineras. En este sentido, atendiendo a los datos que nos aporta el registro arqueolgico de Vigo, en el que se constata, desde el siglo III d.C., la explotacin de salinas en la zona del Arenal y a la posible datacin de este conjunto epigrfico en el siglo II d.C., podemos suponer que la llegada de poblacin cluniense al asentamiento romano vigus pudo venir motivada por la puesta en explotacin de dicho recurso mineral. La poblacin de origen cluniense, as pues, pudo haber estado compuesta tanto por simples trabajadores como por los gestores o responsables de la explotacin de las salinas viguesas, mucho ms probable a juzgar por su onomstica, que delata que se trataba de ciudadanos romanos o de individuos muy romanizados. Todo parece indicar, adems, que este asentamiento de clunienses en Vigo fue definitivo, es decir, que no se trat de una presencia temporal de corta duracin; as, al menos, parece indicarlo el hecho de que las lpidas viguesas de los clunienses nos hablan de la presencia de una familia que se desplaza con sus mujeres, hecho que parece apuntar hacia el carcter definitivo del desplazamiento migratorio.Este carcter de desplazamiento definitivo, as como la posible vinculacin del grupo cluniense con la explotacin de las salinas, nos permite descartar, para el caso aqu estudiado, otra de las hiptesis planteadas para explicar la frecuente presencia de individuos procedentes de Clunia y de Uxama en diferentes reas de la Pennsula Ibrica, aquella que defiende que dichos movimientos de poblacin seran temporales y estaran vinculados con la prctica de la ganadera trashumante por parte de los clunienses y los uxamienses. En contra de esta hiptesis habla, en mi opinin, no slo ese posible carcter definitivo de la migracin de clunienses a Vigo, sino tambin el escaso papel que el rea en que actualmente se alza la ciudad pontevedresa pudo tener desde el punto de vista de los movimientos trashumantes de ganadera. No obstante, la explotacin de las salinas por parte de un grupo de clunienses s podra estar vinculada, adems de con el aprovechamiento de la sal para las conservas de pescado de las distintas factoras de la zona de la ra de Vigo o de otras reas, con la necesaria utilizacin de la sal por parte de la ganadera, en general, y de la trashumante, en particular. No sera extrao que si la tradicin ganadera trashumante estaba tan arraigada en Clunia y Uxama, como defiende dicha hiptesis, una parte de la sal extrada de las salinas de Vigo por individuos de origen cluniense, se dedicase a cubrir las necesidades de la cabaa ganadera de esa zona de Celtiberia.

Precedentes en la investigacin de las estelas de Vigo

Ninguna de las ideas que hemos apuntado en el primer apartado del presente artculo ha sido aplicada, hasta la fecha, a los estudios dedicados al grupo epigrfico de Vigo. Los distintos investigadores que han trabajado sobre este conjunto de estelas, simplemente han venido prestando atencin al anlisis de los motivos decorativos, centrndose, de ese modo, en llegar a determinar cules son sus orgenes (mediterrneo, romano o indgena) y establecer si tenan algn significado simblico o si, simplemente, se trataba de meras decoraciones. Este inters por los aspectos decorativos de las piezas viguesas vino determinado, en gran medida, por el hecho de que su riqueza plstica constitua su principal originalidad. As, por ejemplo, existe cierto acuerdo en que el origen delos motivos astrales debe ser indgena. El indigenismo de las piezas se plasmara, incluso, en la tcnica de talla que, bsicamente, se trata de una tcnica incisa que, junto con la aparicin de motivos que derivan del trabajo en madera y el uso del relieve plano, pone de manifiesto que se trata de una tradicin tcnica indgena. La presencia de motivos decorativos autctonos, que acabamos de sealar, en algn caso aparece matizada en mayor o menor medida, tal y como hace, por ejemplo, Rodrguez Colmenero, quien considera que los motivos supuestamente indgenas tambin pueden ser fruto dela asimilacin y fusin de influjos externos, mediterrneos en muchos casos. Este ltimo aspecto, el de los influjos externos sobre la plstica de las estelas viguesas, es otro de los temas en que parece coincidir la investigacin. Todos los autores sealan la presencia de influjos decorativos forneos, romanos en gran medida, reinterpretados dentro de la tradicin autctona del Noroeste. La discrepancia es mayor en lo que respecta al significado de esta decoracin, oscilando los puntos de vista desde el valor estrictamente decorativo que le concede Juli a los motivos ornamentales de las estelas viguesas que,en su opinin, estaran vacos de cualquier tipo de simbolismo funerario, hasta el marcado significado simblico funerario que tienden a concederles otros autores que las interpretan como smbolos referentes al transito hacia el Ms All o a la vida ultraterrena.

Periodizacin y grupos estilstico-epigrficos del conjunto de Vigo: una hiptesis explicativa de la creacin del estilo Ras Bajas

Si prestamos atencin a algunos de los datos que nos ofrecen las estelas, creo que podemos llegar a delimitar, todava ms, su cronologa y periodizacin, as como ciertos rasgos de la evolucin de su estilo artstico.De un total de 32 estelas, 16 de ellas nos ofrecen textos legibles y que, por tanto, pueden ser analizados. Dentro del total de todo el conjunto, 22 piezas, contando tambin los fragmentos, presentan motivos decorativos y slo 10 carecen de decoracin. El inters de las piezas no decoradas viene dado por el hecho de que en 3 se nos indica, explcitamente, el origen cluniense de los individuos. La presencia, en aquellas lpidas que ofrecen textos legibles, de dedicacin a los Dioses Manes nos ofrece otro indicio, si bien muy general, que nos permite establecer una delimitacin cronolgica, pues, como sabemos, estas dedicaciones se generalizan en Gallaecia a partir del siglo II d.C. Las piezas dedicadas a los Dioses Manes son las siguientes: CIRG II nos. 38, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 50, 52, 53, 68 y NAA; por su parte, carecen de dicha dedicacin los epgrafes CIRG II nos. 39, 40, 47, 48, 49 y 51, ausencia que podemos considerar como probable indicio de su ms temprana realizacin. Si entrecruzamos estos datos tenemos, por tanto, que el conjunto epigrfico vigus se caracterizara por un reducido nmero de piezas, probablemente las ms antiguas, que carecen de decoracin y de dedicacin a los Dioses Manes, y que coinciden con las es-telas de los clunienses, conjunto al que, desde ahora, denominaremos como Grupo epigrfico A (figs. 1 ac). Frente a este pequeo grupo contamos con otro, mucho mayor, formado por todas aquellas piezas decoradas y con dedicaciones a los Manes al que, a partir de ahora, denominaremos como Grupo epigrfico C (figs. 3 ac; 4 a. b),

Fig. 1 ac Grupo A. Museo Quiones de Len. Vigo. a CIRG II, 39; b CIRG II, 40; c CIRG II, 48.

entre ellas, las dos aras funerarias y la estela aparecida en Alcabre estaran dando pruebas de la existencia de otro taller, tradicin o moda epigrfica que, muy probablemente, sea coetnea o ligeramente posterior a la actividad del taller o talleres que produjeron las estelas viguesas del Grupo C. Entre estos dos grupos podemos establecer la existencia de un tercero que podramos considerar como de transicin y que denominaremos Grupo epigrfico B (figs. 2ac), formado por las piezas nos. CIRG II 42, 47, 49 y 51:CIRG II n.42 (fig. 2 a) es una estela dedicada a Maritimus. La indicacin, en dicha pieza, de su fallecimiento in peregre nos puede estar indicando que se trataba de un individuo forneo del asentamiento romano de Vigo o que con este epgrafe nos encontramos ante el cenotafio de un habitante del Vigo romano fallecido fuera de su lugar de origen. Se trata de una estela sin decoracin, formada slo por el texto, el campo epigrfico y la moldura que encierra a este ltimo, que recuerda, quizs incluso quiere copiar, a las estelas del Grupo A, si bien los dos remates laterales de su parte superior y su distinta factura la diferencian de las otras piezas viguesas no decoradas y la vinculan con piezas del grupo C. Esta ltima pieza, no obstante, parece documentar, por parte de quien la encarg, un deseo de vincularse con una tradicin epigrfica dentro del grupo vigus, distinta a la de las estelas del Grupo C. Deseo de diferenciacin que, en caso de que Maritimus fuese un individuo no originario del asentamiento romano de Vigo, se podra explicar recurriendo a las mismas razones que expondremos ms adelante (ver apartado 5 del presente trabajo) al hablar de las piezas del Grupo A.Fig. 2 ac Grupo B. Museo Quiones de Len.Vigo. a CIRG II, 42; b CIRG II, 47; c CIRG II, 49

La nmero 47 (fig. 2 b), caracterizada por presentar decoracin pero carente de dedicacin a los Dioses Manes, es un epgrafe dedicado a Unclitus por Atimeta, se trata de una pieza que, por su factura, se asemeja mucho al Grupo C pero que, al mismo tiempo y por la importancia que en ella tiene el texto y su reducida decoracin, un simple creciente lunar realizado mediante grabado que ocupa el campo superior de la pieza, tambin recuerda las estelas del Grupo A. Similitud que se extiende, incluso, al formulario epigrfico abreviado pues utiliza, al igual que las piezas del grupo A, la frmula HSE, as como una variante de STTL que aparecen en las estelas de los clunienses: OTTL.La nmero 49 (fig. 2 c) es una dedicacin a Oculatius, encargada por Flaccus, hijo de Flavio. Estamos ante una pieza totalmente decorada, similar a las del Grupo C pero que carece de dedicacin a los Manes, lo que la empareja con el Grupo A. Creo que, en el caso de estas tres piezas (nos. 42, 47 y 49) estamos, claramente, ante situaciones de transicin dentro de la evolucin del hbito epigrfico en el asentamiento romano de Vigo. Seran soluciones intermedias entre la tradicin epigrfica inicial, representada por las estelas de los clunienses, y los epgrafes del Grupo C.La pieza n 51, de difcil lectura, es una estela dedicada a un individuo de origen cileno cuyo nombre resulta difcil de leer, as como el resto del texto; pieza que, segn Baos Rodrguez, presenta unas caractersticas distintas a las del resto de la epigrafa viguesa, en tanto que la decoracin astral, un creciente lunar, aparece con los cuernos hacia abajo, a diferencia de lo que sucede en el resto de las piezas viguesas en las que se representa esta forma. Teniendo en cuenta estos datos, podemos ver cmo el grupo epigrfico vigus parece estar dando cuenta de dos tradiciones diferentes, una de ellas consistente en la realizacin de piezas con abundante decoracin y otra caracterizada por la ausencia de motivos ornamentales. Atendiendo a la cronologa que, de acuerdo con el contexto arqueolgico de los hallazgos ms recientes, se le puede atribuir a este grupo epigrfico (siglo II d.C.), vemos cmo la introduccin del hbito epigrfico en Vigo parece haber tenido lugar en la misma poca en que se produce el mximo auge de la manifestacin epigrfica en todo el Imperio, que slo comienza a descender con posterioridad al reinado de Septimio Severo, teniendo su punto ms bajo en el segundo tercio del siglo III d.C. Estaramos, adems, ante los primeros epgrafes producidos en esta zona, no se conoce ningn otro que con seguridad podamos considerarlo anterior. Estos datos coinciden muy bien con el contexto arqueolgico del asentamiento romano de Vigo que tiene su momento de mayor auge en el siglo II d.C., cuando se cree que el primitivo embarcadero del sector del Arenal recibi a la poblacin del castro de Vigo y de otros asentamientos indgenas de la zona, abandonados desde estas fechas, y se convirti en centro de explotaciones industriales, bsicamente las salinas.Considero que la definicin de estos tres grupos epigrficos dentro del conjunto vigus es de gran importancia para el establecimiento del estilo o grupo epigrfico Ras Bajas, en especial a partir de la constatacin de diferentes sub-estilos dentro del Grupo C. La creacin de un estilo decorativo epigrfico propio necesit, en toda lgica, de un perodo de tiempo para la adaptacin de los canteros locales a esa nueva forma de expresin plstica y para la creacin de un repertorio propio de motivos decorativos. Se trata, a fin de cuentas, de un proceso similar al que se produjo en otras reas del Imperio, como la Gallia, en las que la escultura slo se adopt, a lo largo del siglo I, en las reas ms romanizadas, como la Narbonense o Germania, y lo hizo adoptando unas formas claramente romanas, de tal modo que fuera de estas dos regiones el monumento funerario esculpido era, en la Galia, excepcional. El desarrollo de estilos provinciales en la Galia slo se produjo a partir de los siglos II y III, cuando se generaliz un arte funerario regional con originalidad propia y entraron en regresin las formas artsticas clsicas de la Narbonense.Fig. 3 ac Grupo C. Museo Quiones de Len.Vigo. a CIRG II, 41; b CIRG II, 43; c CIRG II, 52.

Esta situacin de desarrollo de un estilo propio se manifiesta, en el caso del grupo vigus, con total claridad en los epgrafes de transicin (Grupo B) y, sobre todo, en el Grupo C cuyos epgrafes, una vez establecido un estilo clsico, comienzan a evolucionar y a introducir variaciones en su configuracin, tal y como se puede ver, por ejemplo, en la introduccin de las nuevas formas de remate o en la aparicin de la figura humana en las decoraciones de las estelas. La evolucin estilstica del Grupo C de Vigo se podra, por tanto, haber adecuado al siguiente esquema: podramos establecer un primer momento, formado por la pieza n. 41 (fig. 3 a) que presenta, simplemente, texto y motivos astrales (similares a los de la pieza de transicin n. 57 que, como sabemos, a su vez comparte motivos con otra pieza de transicin: la n. 49); la forma clsica de las estelas viguesas la ofreceran los nos.43 (fig. 3 b), 45 y 50, con motivos astrales y arqueras; el tercer grupo se caracterizara por la aparicin de un nuevo tipo de remate, redondeado con acrteras, que se debe interpretar como una variante del remate redondeado clsico; la evolucin de este ltimo subgrupo se podra establecer del siguiente modo: la pieza ms antigua quizs sea la n. 52 (fig. 3 c) en la que los motivos decorativos astrales clsicos del estilo Ras Bajas se combinan con la novedad de la introduccin de la figura humana a la que las arqueras sirven como marco arquitectnico, los nos.46 (fig. 4 a) y 56, ambas muy similares, se diferencian ya, mucho ms, de las formas clsicas en lo referente a los motivos astrales en ellas representados; la ltima etapa estara representada por la estela n. 44 (fig. 4 b) en la que la figura humana ocupa el primer campo de la estela, reservado hasta ese momento para las representaciones astrales, representndose, en el segundo, las arqueras; esta pieza, adems, a diferencia de las restantes presenta una decoracin geomtrica, a base de un sogueado a ambos lados del primer campo epigrfico de la estela y de una cadena de crculos en todo el reborde superior de la lpida; por otra parte, la columna sobre la que descansan los dos arcos del segundo campo es, a diferencia de lo que sucede con el resto de las columnas de las arqueras de las estelas viguesas, una columna torsa o salomnica; se trata, por tanto, de una pieza con una mayor carga decorativa que manifiesta un gusto mucho ms cuidado por la decoracin y, por ello, un savoir faire mucho mejor que el resto de las piezas del grupo.A partir de estas constata-ciones podemos considerar, por tanto, que el asenta-miento romano de Vigo fue un centro importante para el desarrollo del estilo epi-grfico Ras Bajas. Dicho estilo, fruto directo de la actividad de diversos talle-res locales galaicos, estara representado por una serie de hallazgos epigrficos que se reparten por el litoral meridional de la provincia de A Corua y la costa de la provincia de Pontevedra, y que presentan unas carac-tersticas decorativas y compositivas generales que se caracterizan por las gran-des dimensiones de las pie-zas, el remate de forma cir-cular y la frecuencia de una decoracin a base de moti-vos astrales, rosetas o Fig. 4 a. b Grupo C. Museo Quiones de Len.Vigo.a CIRG II, 46; b CIRG II, 44.

arqueras, de las que tambin puede entrar a formar parte la figura humana. Se tratara, como se ha indicado en diversas ocasiones, de un estilo decorativo que, pese a su carcter singular, tambin presenta evidentes vinculaciones con otras tradiciones decorativas del Noroeste peninsular, como el grupo salmantino-zamorano, los talleres del Tras-os-Montes portugus o las producciones de Len y Astorga. Algunas de estas formas decorativas, como, por ejemplo, los motivos astrales, se pueden vincular con posibles influencias clsicas, pasadas, evidentemente, por el tamiz de la cultura indgena. Las hiptesis tradicionales sobre el origen de los motivos decorativos astrales, que oscilaba entre la defensa de su origen oriental o su consideracin como motivos de origen autctono o norteafricano pre-pnico, tiende a considerarse desde hace tiempo, para el caso de la Galia, como el resultado de una influencia externa, introducida por los romanos, que fue utilizada por las poblaciones indgenas para manifestar sus propias ideas y sentimientos.Creo que es, precisamente, en este sentido en el que se deben interpretar los motivos astrales en la epigrafa funeraria galaica, cuya habitual presencia bajo la forma de lunas, soles, rosceas, estrellas, etc. slo se explica si, tras ella, se esconde una creencia indgena, recuerdo, quizs, de una primitiva religin astral que algunos autores han querido ver tras algunas noticias de las fuentes clsicas (como las que nos ofrece Estrabn 3, 4, 16). Lo cierto es que ste no es el nico aspecto en que se manifiesta la mentalidad indgena en el grupo de estelas de Vigo. La representacin, en ste, de la figura humana tambin da prueba, como indic Tranoy, de una clara influencia local que rebasa el aspecto meramente decorativo y escultrico para manifestarse, tambin, en algunos de los antropnimos que aparecen en los textos epigrficos de Vigo y en la propia estructura de los mismos que, con excepcin de las lpidas referidas a los individuos de origen cluniense, presenta una organizacin anmala, en la que primero aparece el dedicante y luego el difunto.

5. Prctica epigrfica y transformacin cultural

La investigacin, como ya hemos visto, coincide a la hora de afirmar que las pie-zas viguesas son fruto de la actividad de uno o varios talleres locales, encuadrables dentro de la tradicin de las estelas galaico-romanas y, en concreto, dentro del estilo Ras Bajas. Esta adscripcin del material vigus nos obliga a no aceptar como buenas, para todo el grupo epigrfico de Vigo, las afirmaciones realizadas por Baos Rodrguez sobre la calificacin estilstica de dicho conjunto. Creo, a diferencia de Baos, que, en el caso de todas las piezas viguesas, no se puede considerar que estemos antes estelas realizadas en talleres galaico-romanos, para individuos procedentes de fuera de Gallaecia, caracterizados por un mayor refinamiento de sus gustos. Los clunienses, como intentaremos hacer ver, trajeron su propia concepcin epigrfica pero, a diferencia de lo que ha afirmado Baos Rodrguez, no la adaptaron al tipo de monumento galaico romano; del mismo modo, tampoco me parece aceptable afirmar que los individuos procedentes de Clunia, al menos aquellos que, documentalmente sabemos que tenan dicho origen, se hayan adaptado a los usos y formas epigrficas del lugar en el que se asentaron, tal y como Ayan y Lpez Barja indican para el caso de Vigo. La poblacin cluniense asentada en este punto del litoral pontevedrs no tena, muy posiblemente, tradicin epigrfica local a la que adaptarse pues, con toda probabilidad, ella fue la responsable de la introduccin del hbito epigrfico en esta rea y, como consecuencia de ello, de la evolucin de las formas epigrficas galaico-romanas de esta zona. En un primer momento y ante la imposibilidad de poder disponer de piezas estilsticamente similares a las propias de Clunia por la falta de pericia de los canteros autctonos, los individuos de origen cluniense se limitaron a encargar piezas simples, con el texto como elemento fundamental (Grupo A). Con el paso del tiempo, la tcnica de los artesanos locales habra ido mejorando y, de ese modo y a travs de la integracin de toda una serie de motivos decorativos que llegaron a convertirse en caractersticos o tpicos de este tipo de estelas, se desarroll un estilo propiamente local, el estilo Ras Bajas. Entre ambas situaciones se produjeron toda una serie de etapas intermedias (piezas del Grupo B) que van desde la imitacin de las estelas del Grupo A hasta los ejemplares tipo Ras Bajas pero sin dedicacin a los Manes, pasando por piezas caracterizadas por presentar una decoracin muy limitada y un importantsimo papel del texto de la lpida.El juego entre el texto, la decoracin, la dedicacin a los Manes y, como vamos a ver, la presencia del nombre del dedicante junto al nombre del difunto, no parece, en el caso de las estelas viguesas, una simple cuestin de azar. Existen indicios que apuntan a que, a travs de estos elementos, podemos reconocer no slo una evolucin estrictamente estilstica y epigrfica, sino tambin aproximarnos a la evolucin histrica y cultural de este ncleo de poblacin romano.En 14 de esos 16 textos tiles, que como sabemos, son epgrafes funerarios, ya sean estelas o aras, aparecen mencionados tanto el nombre del difunto como el nombre del dedicante. Este tipo de epitafio con presencia del nombre del muerto y del dedicante es, segn Meyer, un claro ejemplo de un derecho especficamente romano. La aparicin de ambos nombres en las lpidas funerarias se comprende si, en primer lugar, tenemos en cuenta que, como ya se ha indicado en varias ocasiones, la epigrafa funeraria romana se debe poner en relacin con el derecho de ciudadana, el testamento y la obligatoriedad, por parte del heredero, de cumplir con la exigencia de erigir un monumento funerario. Dada la limitacin del derecho de testamento a los ciudadanos latinos o romanos, este tipo de monumento epigrfico tambin es, al mismo tiempo, un claro indicio de que el difunto y el heredero podan gozar de estatutos civiles privilegiados. No obstante, tambin podemos pensar que tras dicha prctica epigrfica, se puede esconder un simple deseo de imitacin de una costumbre romana por parte de una poblacin no romana. Sin embargo, cuando la inscripcin nos ofrece el nombre del difunto de acuerdo con una forma claramente romana podemos dar por hecho, segn Meyer, que se trata de un anuncio de que se ha adquirido la ciudadana romana.As pues, la aparicin de epigrafa funeraria en contextos provinciales, como es el caso de Vigo, es un claro indicio de la voluntad, por parte del difunto, de presentarse como romano ante el resto de su grupo. El incremento, dentro del Imperio, de la concesin de la ciudadana romana desde el siglo II d.C. tuvo una clara consecuencia epigrfica, pues provoc un aumento de la produccin de inscripciones como consecuencia del deseo, por parte de toda esta poblacin, de manifestar y dejar constancia de su recin adquirida ciudadana. Cronolgicamente hablando nos movemos en la misma poca a la que, como ya sealamos, apuntaban los datos epigrficos y arqueolgicos que se podan deducir del conjunto vigus.En la epigrafa romana de Vigo, esta presencia del nombre del difunto y de quien encarga la pieza nos vuelve a dejar constancia de algo que ya se haba sealado al hablar del carcter de la onomstica representada en estas piezas: la considerable influencia romana. As pues, en el caso de los individuos recordados en las lpidas viguesas y en el de aquellos que las encargaron, nos encontramos ante un sector de la poblacin claramente romanizada o con un fuerte influjo cultural romano que provoca que la mayora de los individuos que encargan las lpidas funerarias opten por una frmula que pone de manifiesto que se trata de individuos romanos o, al menos, de individuos romanizados que quieren dejar constancia de ese hecho mediante una prctica propia de ciudadanos romanos. Con este tipo de prcticas lo que se pretenda era, en definitiva,marcar las diferencias con respecto a otros sectores de la poblacin mucho menos influidos por la cultura romana o que no eran ciudadanos latinos o romanos.Se trata de una prctica caracterstica de un asentamiento con una poblacin de origen mixto como, a juzgar por los datos del registro arqueolgico, parece haber sido el asentamiento romano que se alz en parte de lo que actualmente es Vigo y que estara compuesto por un pequeo grupo de poblacin fornea que gozara del estatuto de ciudadano romano, como los clunienses, y otros grupos de poblacin romanizada e indgena, aqulla procedente de los asentamientos locales de los alrededores que se abandonan durante el siglo II d.C. En este entorno, el uso de la epigrafa sera, por tanto, una forma de marcar diferencias entre la poblacin romana, la romanizada y la indgena.Tal y como ya he indicado, la funcin principal de la estela era conmemorar, guardar el recuerdo de un muerto y, al mismo tiempo, hacerlo dando cuenta de quin haba sido, de cul haba sido su papel dentro de su comunidad, es decir, dejando clara la identidad del fallecido. De ah el uso del texto que, tal y como seala Woolf, junto con la imagen sirve como elemento que posibilita el recuerdo, en tanto en cuanto que la escritura permite comunicar datos, como, por ejemplo, el nombre del difunto, que resulta imposible precisar slo con imgenes. La escritura, por tanto, ofrece el trasfondo psicolgico que permite comprender la generalizacin del hbito epigrfico.Dentro de un contexto como el que ofrecera el asentamiento romano de Vigo, con una poblacin romana y romanizada minoritaria, resulta totalmente lgico que los individuos romanos o aquellos ya influidos por la cultura romana deseasen marcar, a travs de prcticas culturales tpicamente romanas, como el uso de estelas funerarias, sus diferencias con el resto de la poblacin, sobre todo cuando uno se encuentra en tierra extraa, tal y como habra sido el caso de los clunienses desplazados a Vigo. Se trata de una prctica que se reconoce tambin en otras reas del Imperio romano, tal y como, ha sealado Hope para Britannia con respecto a los epgrafes de legionarios, soldados auxiliares y mujeres de soldados que, a travs de sus respectivas inscripciones funerarias, estaban sealando, en el caso de los legionarios, su superioridad, desde el punto de vista de los derechos ciudadanos, sobre los soldados auxiliares, en el caso de estos ltimos, su deseo de alcanzar la ciudadana y, en el de las mujeres de los soldados, el reconocimiento, aunque fuese post-mortem, de un matrimonio legtimo que les haba sido legalmente denegado en vida.Atendiendo a estos principios, los epgrafes de los clunienses tendran como funcin, adems de servir de lpida sepulcral, actuar como marcadores del estatus, posiblemente ciudadano, como se deduce del uso de tria nomina, de esta familia o grupo de poblacin. En este caso, la decoracin no sera precisa para marcar la diferencia con respecto al resto de los habitantes del asentamiento. La propia presencia de la estela, monumento desconocido para la tradicin indgena del Noroeste peninsular, vendra a establecer la distincin entre esta poblacin cluniense y la poblacin indgena. Con relacin a la poblacin romanizada no ciudadana, sera el texto el que estara marcando la diferencia y dando cuenta de la identidad del difunto al expresar, en palabras, aquello que difcilmente se poda expresar en imgenes, es decir, el carcter ciudadano del muerto. Con esta afirmacin no pretendo decir que toda la poblacin romanizada del Vigo romano estuviese alfabetizada. Sabemos, para otras reas de la Pennsula, que los niveles de alfabetizacin eran bastante bajos, quizs entre el 510% de la poblacin o incluso, como sostiene Curchin, un poco superior a esa ltima cifra. Lo realmente cierto es que, como ya hemos mencionado, la estructura de los textos de los epgrafes de los clunienses se adecua mucho mejor a la forma habitual de las inscripciones funerarias, hecho que, de por s, se podra interpretar como la consecuencia de una mayor y mejor alfabetizacin por parte de los clunienses que encargaron dichas piezas.Parece, por tanto, que los clunienses asentados en el Vigo romano, pese a la falta de tradicin epigrfica local que les permitiese realizar estelas conformes con su gusto y con la tradicin local de la que procedan o, quizs, aprovechndose de dicha falta, desarrollaron un estilo epigrfico que les permita cumplir a la perfeccin con las dos finalidades de este tipo de monumento: conmemorar y dar clara cuenta de la identidad del muerto dentro de ese caleidoscpico mundo que, desde el punto de vista de los estatus personales, fue el mundo romano.En el caso de la epigrafa romana de Vigo, se asiste, por tanto, a un juego entre monumento, texto e imagen que vara con el paso del tiempo. En primer lugar, la distincin viene sealada por los dos elementos que, en s, suponen una novedad dentro del Noroeste peninsular: la introduccin del uso de monumentos funerarios y la escritura con ellos vinculada. En segundo lugar, junto al monumento y al texto, cobra importancia la decoracin, que sirve a la poblacin romana y romanizada para sealar sus diferencias con respecto a los grupos de origen indgena, a travs de la creacin de un estilo lapidario propio con un corpus plstico caracterstico. Se trata, por tanto, de un hbito tpicamente romano que nunca lleg a cuajar fuertemente entre la poblacin indgena menos romanizada, tal y como parece indicar el bajo nmero de piezas existente, la onomstica representada en las mismas y los anlisis que acabamos de desarrollar. No se puede responsabilizar de esta situacin de escasez de epgrafes, tal y como se ha hecho para otras zonas del Imperio, a la falta de piedra en la que realizar los monumentos pues, para el caso vigus y gallego en general, la epigrafa funeraria se encuentra realizada, en su mayor parte, sobre piedra local, recurso mineral altamente disponible en todo el territorio galaico. La prueba evidente del escaso nmero de inscripciones en esta rea nos la ofrece la extensin de la superficie total de los asentamientos indgenas del rea de Vigo y a su abandono, ya mencionado, a partir del siglo II d.C. A partir de estos datos podemos suponer una poblacin considerable para el asentamiento romano de Vigo y su entorno, poblacin muy superior, evidentemente, a la que aparece mencionada en los 32 epgrafes atestiguados en esta zona hasta la fecha. Esta baja proporcin, entre los posibles pobladores del rea y el nmero total de inscripciones descubiertas, permite plantear la hiptesis de que la poblacin menos romanizada, que sera el grueso de los habitantes del ncleo(-s) de poblacin romano(-s) ubicados en el rea en la que actualmente se alza la ciudad de Vigo, apenas habran adoptado el hbito epigrfico. Soy plenamente consciente, como ha sealado Mann, de que las inscripciones en piedra no ofrecen noticias sobre la poblacin total de un rea sino que, simplemente, nos dicen algo acerca de las personas que, en esa zona, usaron inscripciones en piedra. No obstante, la ausencia de material epigrfico en el rea de Vigo resulta muy significativa y creo que da pie a pensar en una baja aceptacin, por parte del grueso de la poblacin local indgena, de la prctica y del hbito epigrficos.Como ya indiqu, la difusin del hbito epigrfico en este sector de la costa gallega coincide bastante bien, en lneas generales, con la cronologa de la expansin del uso epigrfico en todo el Imperio. Pero, qu podemos decir con relacin al momento en que dicha prctica se abandon en este asentamiento romano? El registro arqueolgico de Vigo testimonia otro proceso, la aparicin de villae perifricas al asentamiento romano, datadas a partir del siglo III d.C. y que, en muchos casos, parecen vinculadas a factoras de salazn. En estos asentamientos, con excepcin de la pieza de Alcabre que se interpreta como vinculada con una de esas villae, no han aparecido materiales epigrficos. Este hecho se puede deber al descenso que, desde el siglo III d.C., conoci la prctica epigrfica. No obstante, la presencia de estos asentamientos perifricos al ncleo de poblacin romano original ha sido interpretada como la prueba de que los sectores de poblacin ms romanizados abandonaron, en esta poca, el asentamiento vigus para instalarse en los alrededores. Pues bien, este cambio en la poblacin de los grupos de elite tiene, en opinin de Woolf, mucho que ver con la progresiva desaparicin de los monumentos epigrficos, sealada por McMullen, que tiene lugar durante el siglo III.Para Woolf, la desaparicin de la epigrafa pblica en el mundo romano fue paralela, durante este perodo, al desarrollo de unas prcticas totalmente nuevas, que vinieron a sustituirlas como formas de manifestacin de la identidad, si bien, en este caso, se trata de manifestaciones privadas de riqueza y status, como, por ejemplo, las grandes residencias urbanas o rurales. Es probable, por tanto, que esta situacin tambin se haya dado en el asentamiento romano de Vigo, asimilando as, a este respecto, la evolucin socio-cultural de este sector del NW peninsular durante poca imperial a los mismos parmetros que parecen regir el conjunto del Imperio.