analisis de coyuntura egipto ii
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COMPILADO Y EDITADO POR: GILMA ALICIA
BETANCOURT M
ANALISIS DE COYUNTURA EGIPTO
II
ARTICULACIÓN DE LA COYUNTURA
El gobierno de Mubarak
Egipto en crisis
La primavera Arabe
EL GOBIERNO DE MUBARAK
Como presidente. En 1982 se recupera el Sinaí y
Mubarak será reelegido en 1987. Establece de
nuevo relaciones diplomáticas con los países
árabes y reingresa en la OPEP pero la Guerra de
Irak volverá a alejar a Egipto -por su apoyo a la
coalición liderada por Estados Unidos- de buena
parte de sus vecinos, y a la denuncia de su
política por la Organización para la Liberación de
Palestina.
Mubarak supera en 1995 un atentado preparado
por Islamistas sudaneses e incrementa aún más su
política de represión del terrorismo de corte
islámico que había costado la vida del Presidente
Sadat.
Tras el atentado de Luxor de 17 de noviembre de 1997, la política penitenciaria egipcia cambia con una extensión de las ejecuciones que hace intervenir a la comunidad internacional y Amnistía Internacional sin éxito. Los atentados islamistas se repiten después en Sharm el-Sheij en 2005.
Los atentados, unidos al efecto de
los del 11 de septiembre de 2001
en Estados Unidos, llevó al país a
una crisis en los ingresos por
turismo especialmente grave.
El gobierno de Mubarak acometió
la creación de un valle paralelo al
del Nilo para crear una gran zona
agrícola en el desierto occidental,
por medio de la construcción
del canal de Toshka.
EGIPTO EN CRISIS
CORRUPCIÓN
EXPLOCIÓN
DEMOGRAFICA
CRISIS ECONÓMICA
CRISIS RELIGIOSA
SEGUNDO GOLPE DE
ESTADO
CORRUPCIÓN
En 2010, Transparencia Internacional en su Índice de Percepción de Corrupción, situó a Egipto en el lugar 98, con una calificación de 3,1; basado esto en el grado de corrupción tanto gubernamental como empresarial. Siendo 10,0 la ausencia de corrupción y 0,0 la total y más extrema corrupción.
EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA
La población, que en 1950 era de unos 20 millones y hacia 1980 de unos 44 millones, alcanzó en 2009 los 83 millones de habitantes. La mayor parte de los egipcios habitan en la ribera del río Nilo en una superficie de 40 000 km², la única zona fértil del país.
CRISIS RELIGIOSA
Egipto es un país en el que confluyen varios
credos religiosos, muchos de los cuales incorporan
las vías de hecho de carácter violento dentro de
sus prácticas, esto ha hecho que la cuestión
política no pueda deslindarse de la religiosa.
La crisis se debe principalmente a la intención de
los grupos salafistas de intervenir en la
constitución gubernamental y en el regimiento del
pais. Estos grupos de matriz fundamentalista han
apoyado y hostigado a los Hermanos musulmanes
en sus pretensiones políticas, ayudando a la
extrapolación religiosa centrada en la Yihad
Entre los síntomas de la crisis religiosa se cuentan:
Atentado a la iglesia cristiana de Alejandría: El día
de Año Nuevo fue detonado un artefacto explosivo
en las afueras de una iglesia, matando a 23 personas
e hiriendo a otras 97. Esto provocó protestas por
parte de la comunidad cristiana, a la que también se
sumaron algunos musulmanes, que derivaron en
condenas al régimen de Mubarak.
En Egipto hubo al menos seis
casos de inmolación conocidos.
Entre ellos, un hombre fue
detenido cuando intentaba
prenderse fuego en el centro
de El Cairo. Abdou Abdel-
Moneim Jaafar, de 49 años de
edad, dueño de un restaurante,
se inmoló delante del
Parlamento egipcio.
CRISIS ECONÓMICA
La estructura económica de Egipto se halla
fuertemente lesionada, los desafíos para alcanzar
una economía saludable son inmensos.
"En este país de 84 millones de habitantes, una
persona de cada cuatro vive por debajo del
umbral de la pobreza y sobrevive gracias al
trigo subvencionado", que viene del extranjero,
explica Sébastien Poncelet, analista del gabinete
de consejo francés Agritel.
Las últimas estadísticas muestran una fuerte
progresión del desempleo, que llegó al 13,2%
de la población activa contra el 8,9% de hace
tres años. Y muchos consideran que estas cifras
no reflejan la realidad, que sería todavía peor.
Al final de junio, el Banco Central egipcio no tenía
más que US$14.900 millones de reservas de
cambio (contra 36.000 al comienzo de
2011), que sólo le sirven para pagar tres meses de
importaciones.
Los fondos del Golfo podrían permitir al país
seguir importando durante los próximos meses
productos básicos, en particular trigo, o
carburantes como el gasóleo.
Pero la inyección de fondos del Golfo no es una
solución a largo plazo: no hace tanto que el país
recibió miles de millones de dólares de Catar que
sirvieron como remiendo.
A corto plazo, la ayuda financiera del Golfo -
US$5.000 millones de Arabia Saudí, 4.000
millones de Kuwait y 3.000 millones de los
Emiratos- aporta un balón de oxígeno.
Las negociaciones desde hace dos años con el
Fondo Monetario Internacional (FMI) para un
préstamo de US$4.800 millones parecen
eternizarse, ya que por el momento el país no
tiene un gobierno completo ni un plan de
reformas para someterle.
Comenzó con
la revolución
tunecina. Sin
embargo, Noam
Chomsky considera
que las protestas de
octubre de 2010 en
el Sahara
Ocidental fueron el
punto de partida de
las revueltas.
Son unas revueltas sin precedentes en el mundo árabe,ya que si bien en la historia de éste ha habido numerosas revoluciones laicas y republicanas, hasta ahora éstas se habían caracterizado por nacer a partir de golpes de Estado militares y dar paso a gobiernos en cierta medida autoritarios con o sin apoyo popular
Tanto que los acontecimientos actuales se
caracterizan por un reclamo democrático, y de
una mejora sustancial de las condiciones de vida.
Por la naturaleza de sus protestas (libertades
democráticas, cambios políticos, económicos y
sociales
RELACIÓN COYUNTURA - ESTRUCTURA
Con el segundo golpe militar en dos años Egipto
vuelve a la normalidad; a estar gobernado por el
Ejército. La historia contemporánea del país ha
estado marcada por dos fuerzas adversarias,
aunque en ocasiones hayan podido colaborar: la
milicia y la Hermandad Musulmana.
El Ejército egipcio es una
creación de Mehmet Alí de
comienzos del siglo XIX,
gracias a cuyas victorias obtiene
el país la independencia de facto
del Imperio Otomano, aunque
solo para convertirse en 1878
en protectorado británico. Un
maestro de escuela, Hassan el
Banna, funda en 1928 la
Hermandad.
Entre 1954 y 1970 el coronel
Gamal Abdel Nasser ensaya un
socialismo antimarxista y
pasablemente laico, con
aspiraciones de no
alineamiento. La Hermandad es
severamente reprimida por un
Gobierno que, tras la
nacionalización del Canal en
1956, no tolera competidores.
El Banna ha muerto en 1949 y la ejecución en
1966 del gran teórico radical de la organización,
Sayid Qutb, da simbólicamente nacimiento al
yihadismo, entre el que se reclutarán futuros
terroristas. La Hermandad parece tener dos
almas; una compatible con la democracia, y otra
que aspira a la revolución islámica universal.
Nasser muere en 1970,
extenuado por la inabarcable
derrota ante Israel en 1967 y
la segunda versión
revolucionaria naufraga en el
desastre. Sus sucesores, Sadat
y Mubarak, ambos generales,
juegan al escondite con la
Hermandad: ahora te
consiento, ahora te encarcelo
hasta que la pretensión de
este último de hacer que
le suceda su hijo enciende
la mecha de una
insurrección popular en
2011 que, sin el golpe de
gracia propinado por los
militares, jamás habría
triunfado.
Los diputados redactan una Constitución más
islamista de lo que place a Occidente, mientras
que para contentar al Ejército se le reconocen
atribuciones de Estado dentro del Estado.
Lo que se ha levantado contra Morsi es una
amalgama de islam nacional —terminología de
Sami Naïr—, tradicionalmente moderado, que se
asusta ante las ínfulas dictatoriales del presidente;
la capa más occidentalizada, liberal y laica de la
sociedad; un islam ultraconservador, el salafismo
que, pese a todo, ve en la Hermandad un obstáculo
para el triunfo del verdadero islam; y siempre los
militares, sin los que no puede haber revolución ni
contrarrevolución triunfantes en Egipto.
Esas tres revoluciones confluyen hoy como si
fueran una sola, pero en conflicto consigo misma,
y con alineamientos partidistas que invitan a una
confusión extrema. Entre los alzados contra
Morsi figuran prominentemente los
descendientes del fracasado liberalismo de la
primera revolución
una izquierda posnasserista que puede reclamarse
de la segunda revolución protagonizada por el
Ejército en los años cincuenta; pero también el
islamismo radical que acompañó al presidente en
la tercera y actual acometida. El islam nacional,
finalmente, parece dividido en este último
episodio revolucionario tanto a favor como
contra Morsi.
RELACIÓN DE FUERZAS
EJERCITO VRS HERMANDAD
EJERCITO VRS FRENTE DE SALVACIÓN
EJERCITO VRS SALAFISTAS
FRENTE DE SALVACIÓN VRS HERMANDAD
FRENTE DE SALVACIÓN VRS SALAFISTAS
TAMAROT VRS EJERCITO Y GOBIERNO PROVISIONAL
AL AZHAR Y LA IGLESIA ORTODOXA COPTA VRS EL
EJERCITO Y EL GOBIERNO PROVISIONAL.
COMUNIDAD INTERNACIONAL VRS CONFLICTO EGIPCIO.
EJERCITO VERSUS HERMANDAD
El ejercito dispone de legitimidad y fuerza, además
de que cuenta con el respaldo tanto de la socied
civil como de la comunidad internacional y
especialmente del gobierno de los EE.UU de ahí
que la hermandad tenga las de perder, pese a que
puede generar inestabilidad interna.
EJERCITO VRS FRENTE DE SALVACIÓN
El ejercito opera al margen del control de
cualquier fuerza política, ha nombrado un nuevo
presidente , el juez Adli Mansur, quien emitio
un decreto en el que se atribuye poderes casi
absolutos y marca plazos electorales sin
consultar con el frente de salvación.
EJERCITO VRS SALAFISTAS
Nur se ha convertido en la fuerza política con
mayor capacidad de influencia sobre las
autoridades.
De hecho, el Gobierno interino ha hecho
concesiones a los salafistas. Se echó atrás, por
ejemplo, retroceder en el nombramiento de el
Baradei, como primer ministro.
Tras la masacre que tuvo lugar el pasado día 8, sin
embargo, los portavoces de Nur anunciaron
que se retiraban de las negociaciones para formar
el Gobierno de transición.
La decisión generó preocupación entre las nuevas
autoridades, que consideran que el apoyo del
extremista Nur es fundamental para sostener una
imagen de unidad nacional frente a los Hermanos
Musulmanes y evitar que se entienda el
levantamiento del 30 de junio como una revuelta
contra el islam.
El gobierno nombro como primer ministro al
economista y exministro de Finanzas Hazem el
Beblawi, de bajo perfil político, al que el partido
no se opuso.
SALAFISTAS VRS HERMANDAD
Desde el punto de vista del yihadismo, los salafistas
tradicionales, es decir, aquellos favorables a la
predicación no violenta y particularmente los
predicadores próximos a las autoridades saudíes
como Ibn Bazy Ibn 'Uthaymin, son traidores al
servicio de los Estados Unidos.
Por otro lado,
critican
encarnizadamente a
los Hermanos
Musulmanes, que
son rechazados
debido a su fe laxa y
a su participación
en los mecanismos
políticos.
El pronóstico para esta amalgama revolucionaria de signos tan distintos tiene que ser hoy reservado. El Ejército desata la represión contra la Hermandad, y si esta no puede competir como cualquier otra fuerza en las constituyentes que la milicia anuncia para febrero de 2014, las elecciones serán solo una farsa
Los salafistas han respaldado a Morsi como
candidato presidencial, y en noviembre
apoyaron a la Constitución impulsada por la
Hermandad.
Al verse alejados del poder durante ese
Gobierno, Nur y los otros partidos salafistas se
sintieron traicionados, hasta el punto de
sumarse a la oposición laica en las protestas del
pasado día 30 y de apoyar al golpe militar que
destituyó al presidente y a la hoja de ruta
impuesta por el Ejército.
Tras la masacre que tuvo lugar el pasado día 8, sin
embargo, los portavoces de Nur anunciaron que se
retiraban de las negociaciones para formar el
Gobierno de transición.
FRENTE DE SALVACIÓN VRS
HERMANDAD
Son viejos antagonistas, para los representantes
del frente la Hermandad es la directa
responsable de los disturbios y de la crisis
actual del país, la acusan de querer promover
una guerra civil.
FRENTE VRS SALAFISTAS
El frente se muestra proclive a las alinazas con
los partidos salafistas a los que considera mucho
más honestos que a los hermanos musulmanes,
no obstante los salafistas se muestran reacios a
aceptar la representación política del frente.
TAMAROT VRS MILITARES
La nueva declaración constitucional decretada por
Al Mansur ha desagradado a los miembros de
Tamarod, que en principio habían apoyado al
golpe. El movimiento criticó que el texto incluya
algunas provisiones de corte salafista incluidas en
la Constitución suspendida.
En un comunicado
dijo que esa orden
ejecutiva sienta las
bases “para una nueva
dictadura”, porque
“establece que los
principios de la sharíay
sus normas, doctrina,
jurisprudencia y
fuentes” son la base de
la legislación.
Así, habían hecho un llamamiento a sus
simpatizantes para que rompieran el ayuno del
pasado día 10, el primer día del Ramadán, con
grandes concentraciones de apoyo a la
deposición de Morsi. Sin embargo, sólo
lograron reunir a unos pocos miles de personas
en la plaza de Tahrir - en contraste con las
protestas anteriores al golpe, a las que
acudieron al menos 17 millones de
manifestantes.
AL AZHAR Y LA IGLESIA ORTODOXA
COPTA VRS EL GOBIERNO
PROVISIONAL
Al Tayeb y el papa de la iglesia ortodoxa copta,
Tawadros II, las dos máximas autoridades del
país, han bendecido las protestas y la
consecuente asonada militar. Mientras Al Sisi
leía el comunicado de la destitución del
presidente Mohamed Morsi en la televisión
pública, ambos aparecieron sentados a su lado.
Analistas creen que Al
Azhar será un actor clave
en los aspectos religiosos
del juego político en el
periodo post Morsi. A los
coptos también les viene
bien aliarse con el
Estado, ya que
constituyen una minoría
religiosa.
Tawadros II, que asumió el cargo hace menos de
un año, se aproxima paulatinamente a la política
y, tras el golpe, se ha reunido con el Baradei y Al
Tayeb.
LA DISYUNTIVA
El golpe de Estado no soluciona nada, es más,
va a radicalizar estos conflictos; los militares
no podrán imponer una dictadura porque hay
una revolución en curso. Lo peor que podría
ocurrir sería una alianza, frente a la represión,
entre los salafistas del partido Nur y los
Hermanos Musulmanes. Sería una situación
dramática para el pueblo egipcio y la
estabilidad en toda la región.
La otra vía es sencilla: que los militares devuelvan
el poder al pueblo con elecciones legislativas
rápidas y que los islamistas acepten la constitución
de un gobierno de unidad nacional en torno a un
programa de salvación pública. Pero hoy, nada es
menos seguro que esta vía de la razón.