amplificadores wifi plc

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La banda ancha basada en fibra o cable empieza a ser habitual en los hogares españoles. Según cifras de septiembre de 2015 de la CNMC (Comisión Nacional los Mercados y la Competencia), hay 2,6 millones de domicilios conectados a Internet mediante fibra óptica. Y con esta tecnología, las velocidades que llegan a nuestros domicilios pueden alcanzar los 300 Mbps de velocidad de bajada (Mega bits por segundo, o los comúnmente denominados “megas”), con velocidades de 100 Mbps como habituales para estas modalidades de conexión. De todos modos, para aprovechar por completo esta velocidad, hay que disponer de una red doméstica capaz de manejar estas conexiones de banda ancha. Y de hecho, no siempre es fácil que los dispositivos conectados de nuestro hogar se beneficien de los 300 Mbps o de los 100 Mbps de la fibra o el cable usando la conectividad del router que proporciona la operadora. Una de las alternativas que hay para mejorar la conexión en casa es la tecnología PLC (Power Line Communications), como el dLAN 1200+ WiFi ac de Devolo. A través de la instalación eléctrica del hogar la recepción de Internet es mayor. La letra pequeña del WiFi Las tecnologías de comunicaciones WiFi dependen de diferentes elementos para su correcto funcionamiento. La teoría habla de diferentes estándares de redes inalámbricas, como Wifi 802.11a/b/g/n o más recientemente 802.11ac. Y con cada estándar está asociada una velocidad máxima de transferencia de datos. Para 802.11b, esta velocidad máxima era de únicamente 11 Mbps. Para g se llegaba a 54 Mbps (108 Mbps en modo “turbo”) y posteriormente, con WiFi 802.11n se llegaba a 300 Mbps (600

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La banda ancha basada en fibra o cable empieza a ser habitual en

los hogares españoles. Según cifras de septiembre de 2015 de la

CNMC (Comisión Nacional los Mercados y la Competencia), hay

2,6 millones de domicilios conectados a Internet mediante

fibra óptica. Y con esta tecnología, las velocidades que llegan a

nuestros domicilios pueden alcanzar los 300 Mbps de velocidad

de bajada (Mega bits por segundo, o los comúnmente

denominados “megas”), con velocidades de 100 Mbps como

habituales para estas modalidades de conexión.

De todos modos, para aprovechar por completo esta velocidad,

hay que disponer de una red doméstica capaz de manejar estas

conexiones de banda ancha. Y de hecho, no siempre es fácil que

los dispositivos conectados de nuestro hogar se beneficien de

los 300 Mbps o de los 100 Mbps de la fibra o el cable usando la

conectividad del router que proporciona la operadora.

Una de las alternativas que hay para mejorar la conexión en casa

es la tecnología PLC (Power Line Communications), como

el dLAN 1200+ WiFi ac de Devolo. A través de la instalación

eléctrica del hogar la recepción de Internet es mayor.

La letra pequeña del WiFi

Las tecnologías de comunicaciones WiFi dependen de diferentes

elementos para su correcto funcionamiento. La teoría habla de

diferentes estándares de redes inalámbricas, como Wifi

802.11a/b/g/n o más recientemente 802.11ac. Y con cada

estándar está asociada una velocidad máxima de transferencia

de datos.

Para 802.11b, esta velocidad máxima era de únicamente 11 Mbps.

Para g se llegaba a 54 Mbps (108 Mbps en modo “turbo”) y

posteriormente, con WiFi 802.11n se llegaba a 300 Mbps (600

Mbps con técnicas especiales). La versión más reciente de WiFi

es la de tipo “ac”, con hasta 1.733 Mbps.

Pero estas son solo velocidades teóricas y máximas, que

únicamente se consiguen si tanto el router como el dispositivo

que conectemos a la red WiFi soportan la misma tecnología y

si se cuenta con un número de antenas suficientes para manejar

todo el ancho de banda que ofrece la tecnología MIMO (Multiple

Input, Multiple Output). Básicamente, MIMO emplea varias

antenas, cada una de ellas con una velocidad máxima de

transferencia teórica. Con múltiples antenas, se suman las

velocidades de cada una de ellas para conseguir velocidades

agregadas mayores.

Del número de antenas de un router WiFi depende que obtengamos mayor o menor velocidad de transmisión. Cada antena, dependiendo de qué tipo de WiFi se trate, \"tiene\" una velocidad y la tecnología MIMO permite sumar las velocidades de cada antena para conseguir un ancho de banda total mayor.

Además, en las redes WiFi, la distancia entre el router y los

dispositivos conectados, así como la disposición de las paredes,

muebles, o techos influye en la velocidad efectiva que

podemos disfrutar. Otra circunstancia que influye en la velocidad

real que se puede conseguir a partir de una red WiFi es la

abundancia de redes inalámbricas en nuestro entorno, sean de los

vecinos o de oficinas, y que pueden provocar interferencias.

Con una app (WiFi Network Analyzer) para analizar los detalles de las redes WiFi se puede ver gráficamente cómo la distancia afecta a la calidad de la transmisión. A la izquierda, la conexión (en verde) a dos metros del router. A la derecha, la misma conexión a unos cinco metros, pero en la planta de abajo donde se comprueba que apenas sí llega señal.

Otro aspecto que hay que tener en cuenta es el que se refiere a

las limitaciones inherentes a este tipo de comunicaciones

inalámbricas: la velocidad que se publicita para los diferentes

tipos de redes WiFi (a/b/g/n/ac) incluye no sólo los datos de

Internet, sino también códigos de control, corrección de errores o

información propia de los protocolos de comunicaciones

empleados, que en total suponen hasta un 60% del total del

ancho de banda.

Para 802.11n, por ejemplo, los 300 Mbps (teóricos), se quedan en

unos 120 Mbps "útiles". Para 802.11ac, en sus modalidades de

funcionamiento más frecuentes como son las de 866 Mbps o 1300

Mbps (teóricos), sí que podemos aprovechar de un modo

adecuado una conexión de banda ancha, pero solo si estamos a

corta distancia del router y si nuestros dispositivos son

compatibles. La realidad del WiFi, salvo que estemos cerca del

router y usando la tecnología más reciente 802.11ac, es que, aun

teniendo contratada una conexión de banda ancha por fibra o

cable, no siempre podremos aprovechar por completo todos sus

“megas”.

Los repetidores WiFi

Para solventar las carencias de las redes inalámbricas se

empezaron a comercializar los repetidores WiFi. En principio son

una propuesta lógica y con sentido, pero se trata de una

tecnología que no siempre resulta óptima. Funcionan

“enganchándose” a la red WiFi que queremos amplificar, actuando

de puente entre el router y los dispositivos ubicados en zonas

alejadas del mismo.

Pero esta conexión presenta algunas carencias. La primera, que si

el repetidor está muy alejado del router, la señal que se va a

“amplificar” vendrá limitada por la calidad de la señal que le

llegue. Es decir, los repetidores no pueden hacer milagros, y si les

llega una señal WiFi degradada, amplificarán una señal WiFi

degradada.

Por otro lado, si ya de por sí la señal WiFi necesita añadir códigos

de control y redundancia, al incorporar un repetidor, se introduce

otro elemento más que añade complejidad a los protocolos de

transmisión, perjudicando parámetros como la latencia de la red.

Es decir, cuando enviamos y recibimos datos a través de una red

WiFi que pasa por un repetidor, el trasiego de datos entre el

ordenador y el router se hace más lento.

Los cables de red, una solución no

siempre realista

En la práctica, la forma más robusta y estable de aprovechar una

conexión de banda ancha, especialmente cuando está alejada del

router, es usando un cable de red Ethernet que vaya directamente

desde el router de comunicaciones de nuestra red local hasta el

dispositivo que queremos conectar. Los cables llevan la conexión

de Internet sin verse tan perjudicados por la distancia como

WiFi, pero no siempre es realista “tirar” cable por toda la casa.

Y además hay dispositivos que no integran conector Ethernet,

tales como móviles, tabletas o incluso portátiles convertibles y 2

en 1.

La tecnología PLC (Power Line Communications) es una solución

de compromiso interesante que permite usar el cableado de la

instalación eléctrica de la casapara llevar Internet a ubicaciones

donde el WiFi no llegaría de un modo óptimo. En este caso, se

necesita instalar un dispositivo PLC que “inyecte” la señal de

Internet en la instalación eléctrica a través de un enchufe

convencional, y otros dispositivos PLC que la “extraigan” en la

habitación donde se quiera hacer llegar la señal de Internet.

Un dispositivo PLC se conecta al router donde llega la conexión de banda ancha e \"inyecta\" la conexión de Internet en los cables de electricidad de la casa. El resto de dispositivos PLC se encargan de \"extraer\" esta conexión de Internet para llevarla a los dispositivos repartidos por otras estancias de la casa.

Los PLC se suelen vender en forma de “kits” de dos unidades. Una

de ellas se enchufará a una toma de corriente cerca del router de

banda ancha al que a su vez se conectará a través de un cable

de red Ethernet para “inyectar” la señal de Internet en la red

eléctrica. El otro dispositivo PLC se enchufará en otra toma de

corriente cerca de los dispositivos donde se quiera hacer llegar la

señal de Internet.

La forma de conectar los dispositivos al PLC dependerá del

modelo que hayamos comprado. Los hay que sólo tienen una

conexión Ethernet, por lo que tendremos que usar un cable de red

que vaya del PLC a la tele, la consola, el ordenador o el dispositivo

de que se trate. En otros casos, puede haber más de un conector

de red, por lo que podremos tener varios dispositivos online a la

vez. La opción más versátil es aquella en la que el PLC

“remoto” integra tanto conexiones Ethernet como un punto de

acceso WiFi, de modo que tengamos otra red inalámbrica a

nuestra disposición.

Por supuesto, es posible instalar más de dos PLC en una casa,

hasta 6 u 8 dependiendo de la calidad de la instalación eléctrica,

lo único que se necesita es comprar los dispositivos adicionales

por separado en vez de en forma de “kit”.

Las ventajas del PLC

Los dispositivos PLC son muy fáciles de instalar. Prácticamente se

trata de enchufar y listo. En el caso de tener un PLC con punto de

acceso WiFi integrado, la única complicación añadida será la de

configurar los equipos a los que queramos dotar de conexión de

Internet para que accedan a la red WiFi del PLC y no la del router.

Los PLC, en última instancia, son una forma óptima de conectar

equipos tales como consolas de videojuegos o televisores

inteligentes, por ejemplo.

En hogares con muchos equipos conectados, PLC es una forma de

“descargar” las redes WiFi existentes, de modo que no se vean

saturadas por múltiples conexiones inalámbricas simultáneas.

Además, en domicilios con varias plantas son más versátiles

que los repetidores WiFi, que como veíamos antes presentan

algunas debilidades. Especialmente a la hora de decidir dónde

instalarlos. Si muy cerca del router, no aprovecharemos su

potencial para extender el alcance de la red. Si muy lejos, la señal

que amplificarán será de mala calidad y no tendremos un

beneficio en cuanto a rendimiento.

En edificios con varias plantas la tecnología PLC es una solución robusta y versátil que elimina los problemas de alcance de la tecnología WiFi usando el cableado de la instalación eléctrica para transportar la señal de Internet.

En general, los PLC ofrecen conexiones estables y robustas con

buenas métricas de rendimiento. Salvo que la instalación eléctrica

sea muy antigua y tenga varios cientos de metros de tendido, las

redes PLC se comportan mejor que las WiFi con la distancia,

de modo que contamos con más margen de maniobra para llevar

Internet a todos los puntos de la casa.

La seguridad es otro punto en el que no hay que

preocuparse: una red PLC se puede proteger mediante

contraseña, de modo que nadie pueda conectar otro PLC en un

punto de la instalación eléctrica y acceda a Internet sin nuestro

consentimiento.

Aspectos a tener en cuenta con los

PLC

A pesar de que la tecnología PLC presenta numerosas ventajas

para el despliegue de una red local, hay que tener en cuenta

algunos aspectos antes de adoptarla en nuestro hogar. Por

ejemplo, los PLC no se llevan bien con las regletas en las que

hay interruptores y filtros para sobretensiones. La solución es

sencilla, trata de usar los enchufes de pared siempre que sea

posible. En principio "pierdes" un enchufe, pero algunos

fabricantes como devolo tienen PLCs que duplican la toma

eléctrica para evitar esa pérdida.

Por otro lado, cuando se usan electrodomésticos tales como

hornos microondas, lavadoras, o maquinaria que use motores sin

una electrónica de filtrado adecuada (taladros, por ejemplo), la

red PLC puede verse perjudicada por los mismos en forma de

bajada de velocidad o pérdida de la conexión. Un motor introduce

interferencias severas, aunque en la práctica no debería ser un

problema crítico.

Además, como veremos en el siguiente apartado, los dispositivos

PLC, del mismo modo que sucede con la tecnología WiFi, también

introducen códigos de control y corrección de errores que hacen

que no toda la velocidad teórica de su tecnología se

aproveche para la transmisión efectiva de datos. Aunque lo

veremos en el siguiente apartado, existen diferentes generaciones

de PLC, caracterizadas por su velocidad de transmisión. A saber:

14 Mbps, 85 Mbps, 200 Mbps, 500 Mbps, 600 Mbps y 1200 Mbps.

Para los equipos PLC de más velocidad, la instalación eléctrica es

importante que esté en buen estado y sin elementos que

introduzcan interferencias o pérdidas de calidad, como cables

en mal estado, mal aislados o con una incorrecta puesta a

tierra. Este último punto es de especial interés para los equipos

PLC 1200 con tecnología MIMO (Multiple Input, Multiple Output).

Consejos de compra

A la hora de comprar un PLC hay que tener en cuenta algunos

factores. En primer lugar, te encontrarás con varios tipos de PLC.

Por ejemplo, PLC 200, PLC 500, PLC 600, o PLC 1200. El número

que acompaña a PLC es la velocidad máxima de transmisión en

Mbps (o “megas”) que se puede obtener con ese PLC concreto. A

mayor velocidad, mejor.

Existen distintos estándares para la tecnología PLC (también puedes encontrar como sinónimo el término HomePlug y HomePlug AV para designar este estándar) caracterizados por la máxima velocidad teórica que se puede alcanzar con cada uno de ellos. El máximo a día de hoy es PLC 1200.

Puedes pensar que para una conexión de banda ancha de fibra o

cable de hasta 300 Mbps te bastaría con un PLC 500, pero en la

práctica, y como sucedía con el WiFi, la velocidad efectiva

máxima empleada para transmitir datos, será de un 40% del

total aproximadamente.

Es decir, para un PLC 500, con una instalación eléctrica en

buenas condiciones, la velocidad efectiva que aprovecharemos

para enviar y recibir imágenes, vídeos, documentos o cualquier

otro tipo de datos en Internet será de unos 200 Mbps. Por este

motivo, las propuestas perfectas para aprovechar las conexiones

de banda ancha de fibra o cable, son las de tipo PLC 1200, que se

quedan en unos 480 Mbps teóricos como velocidad efectiva.

Si no es vital tener toda la velocidad y te conformas con una

fracción, puedes usar un PLC 200 o PLC 500 y gastar algo menos

de dinero.

En cuanto a las modalidades para conectar tus dispositivos a

Internet usando tecnología PLC, básicamente tienes tres

opciones: PLC con una conexión Ethernet, PLC con varias

conexiones Ethernet y PLC con conexiones Ethernet y WiFi. La

más versátil y la que te da más flexibilidad es la que integra WiFi y

Ethernet. Es más cara, pero a cambio soluciona de un plumazo

prácticamente todas las necesidades de conectividad que

pudieras tener.

La conexión Ethernet de los dispositivos PLC puede ser de tipo Ethernet 10/100 o Ethernet 10/100/1000 (Gigabit Ethernet). Lo suyo es que sea de tipo Gigabit Ethernet, especialmente en los dispositivos PLC 1200.

Llegados a este punto, recuerda dos cosas: la conexión

Ethernet, que sea de tipo Gigabit 10/100/1000, y la WiFi, que

sea 802.11ac a ser posible. Con la de tipo 802.11ac cuentas tanto

con redes inalámbricas en las bandas de 2,4 GHz y 5 GHz, lo cual

facilita la conexión de todo tipo de equipos de red y a la máxima

velocidad posible.

Otro detalle importante es que el PLC tenga duplicada la toma

eléctrica. De ese modo podremos conectar otros equipos en el

enchufe sin perder una (a veces preciosa) toma de corriente.

También es conveniente que el fabricante ofrezca una

aplicación de configuración para la red PLC fácil de usar.

Como decíamos, una instalación PLC no suele dar problemas, pero

con una aplicación de software visual e intuitiva podremos

actualizar el firmware, administrar las contraseñas para la

encriptación de las comunicaciones, gestionar el punto de acceso

WiFi, o monitorizar las velocidades de las conexiones entre los

diferentes PLC instalados.

Devolo dLAN 1200+ WiFi ac

De todas las soluciones de conectividad PLC del momento

actual, una de las propuestas que conjugan todos los

elementos deseables en un PLC es el dLAN 1200+ WiFi ac de

Devolo. Integra toma de enchufe, WiFi ac y WiFi n, tecnología PLC

1200, así como dos tomas de red Ethernet de tipo Gigabit.

También cuenta con una excelente aplicación de gestión para

Windows, Linux y Mac, Devolo Cockpit, para configurar la red de

dispositivos PLC y realizar tareas de mantenimiento de un modo

intuitivo y visual.

Este kit de conectividad PLC 1200 + WiFi 802.11ac ofrece soluciones para prácticamente todas las necesidades de conectividad de los hogares con conexiones de banda ancha.

Por si fuera poco, a la funcionalidad como punto de acceso

WiFi ac, se añade la de repetidor WiFi. Una opción muy

inteligente de gran utilidad si, por ejemplo, queremos usar el dLan

1200+ WiFi ac en el salón para conectar la consola, la tele o un

dispositivo multimedia como pueda ser un Apple TV mediante

cable para "descargar" la conexión WiFi de dispositivos, y al

mismo tiempo, el router de Internet está cerca del PLC de modo

que resulte más interesante que haga de repetidor WiFi que de

punto de acceso.

Un escenario típico de uso de un PLC. En el caso del Devolo dLan 1200+ ac también se podría usar como repetidor WiFi en el caso de que el router de banda ancha estuviese instalado suficientemente cerca del PLC como para que la señal WiFi llegase con buena calidad.

La aplicación Devolo Cockpit es una herramienta excelente para

gestionar nuestros dispositivos PLC. Permite modificar sus

parámetros de funcionamiento, o realizar tareas de

mantenimiento como la actualización del firmware.

La aplicación Devolo Cockpit muestra de un modo gráfico las conexiones entre los dispositivos PLC y permite configurar sus opciones de funcionamiento o actualizar el firmware cuando haya nuevas versiones.

Con un kit de prueba del Devolo dLan 1200+ WiFi ac realizamos

medidas de velocidad con una conexión de banda ancha de 120

Mbps de bajada y 12 Mbps de subida. Los resultados fueron

satisfactorios en tanto en cuanto pudimos aprovechar

prácticamente toda la velocidad del proveedor de Internet.

Con un smartphone con WiFi ac, usando el punto de acceso del Devolo dLan 1200+ Wifi ac, conseguimos tasas de velocidad excelentes, con un ping (latencia) muy comedido.

En conjunto, es una propuesta muy coherente y con buenos

argumentos para complementar la conectividad WiFi y

Ethernet que tengamos en casa a partir del router que nos

haya instalado el proveedor de servicios de Internet (o a partir

del router que hayamos comprado nosotros).

Escenarios de uso

PLC es una tecnología que encaja perfectamente en escenarios

de uso domésticos que de otro modo no serían fáciles de

resolver. Por ejemplo, en un salón con un televisor smart y una

consola de videojuegos, donde además nos conectemos con

tabletas o smartphones, un PLC con WiFi y conexiones Ethernet es

ideal. Las conexiones de cable permiten llevar Internet a la consola

y la tele sin tener que preocuparse de configurar red inalámbrica

alguna, y el punto de acceso WiFi ofrecerá una conexión óptima

para las tabletas, móviles y ordenadores sin conexión Ethernet,

por ejemplo.

Otro escenario de uso que ya mencionamos antes es el de casas

con varias plantas. En este escenario, la conexión WiFi se verá

debilitada por la distancia o la presencia de suelos y paredes.

En este caso, los PLC con Ethertet y WiFi pueden ser unos “hub”

perfecto para las diferentes plantas de la vivienda. Y se puede

complementar con otros PLCs sin WiFi para equipos puntuales

tales como el PC en la habitación de estudios o el despacho.

Para casas con varias plantas, la tecnología PLC es prácticamente imbatible como medio para llevar Internet a lugares alejados del router de banda ancha.

Otro posible escenario, para usuarios avanzados, y en el caso de

que tengamos un router que no usemos, es el de adquirir un PLC

sin WiFi y usar el router de modo que la conexión de Internet

provenga del PLC a través de Ethernet, para llevarla al router

(en modo "neutro") y a partir de ahí desplegar la red WiFi en el

punto de la casa que queramos. Pero esta opción requiere de

conocimientos técnicos por encima de la media, así como de

espacio para instalar otro aparato más con sus cables

correspondientes, lo cual no siempre es estético ni óptimo.

También se puede usar PLC como un sustituto del cable Ethernet

aunque el router de banda ancha no esté muy alejado de los

dispositivos que vayamos a conectar. En este caso, PLC servirá

para "descongestionar" el espectro inalámbrico y conectar

mediante cable Ethernet dispositivos tales como impresoras de

red, consolas, smart TVs, dispositivos Android TV o Apple TV o

equipos tales como cadenas de sonido o barras de sonido.

Se pueden comprar adaptadores PLC individuales para extender la red si con el que viene con el kit no es suficiente para cubrir toda la casa.

El Devolo dLAN 1200+ WiFi ac tiene un precio de 189,90 euros

para el kit de inicio, que incluye el adaptador y un dLAN 1200+.

dLAN 1200+ WiFi ac también puede comprarse por separado para

expandir una red existente. El precio recomendado del adaptador

individual es de 129,90 euros.