ampliando la visión para formar valores en lo cotidiano

16
1 Ampliando la visión para formar valores en lo cotidiano Dra. Chilina León de Viloria 1 Alguna vez te has preguntado por qué asistes todos los años a estas Jornadas y conservas sus memorias. Qué te lleva a iniciar proyectos con un entusiasmo que parece disminuir ante obstáculos que escapan a tu control. Por qué será que a mayor desarrollo científico y tecnológico parece que nos alejamos del bienestar humano y su realización plena. Por qué le ha costado tanto a la humanidad poner en práctica los lineamientos sobre valores que nos legaron los primeros filósofos. Cómo podemos enfrentar la tarea evolutiva de la adultez de formar en valores a nuevas generaciones en la compleja sociedad actual. Son muchas las interrogantes que surgen en este polémico tema, pero es aun mayor la sensación de impotencia y la desesperanza que nos embarga cuando, como padres, docentes o especialistas, queremos formar en valores a nuestros niños, niñas y adolescentes. El gran reto es encontrar vías que ayuden a superar esta desesperanza. De hecho, hay muchos logros en el tema, entre ellos: a) la realización de estas Jornadas por años consecutivos, b) el interés de profesionales en diplomarse en la especialidad, c) la continua búsqueda de estrategias que demandan padres y docentes para cumplir con su misión formadora y d) la creciente cantidad de trabajos de investigación documental, básica y aplicada que se realizan en el marco de diferentes disciplinas, reconociendo todas que sus aportes son parcelados, pues estamos ante un tema interdisciplinario, cuyo eje organizador no puede ser otro que el proceso constructivo de desarrollo humano integral, en el marco de su realidad sociocultural. De hecho, los valores en acción son el termómetro que mide la funcionalidad de la conducta humana, la cual es producto de las condiciones biológicas e historia personal de cada persona, la calidad de sus ambientes familiar, escolar/laboral y comunitario, la formación que recibió durante sus años de formación y, las decisiones que toman tanto los niños, niñas y jóvenes en desarrollo, como sus adultos significativos, especialmente padres y docentes (León, 2007) quienes afortunadamente hoy tienen mayor 1 Profesora de la Universidad Católica Andrés Bello. Asesores de Desarrollo Integral. sc.

Upload: documentoseducacionenvalores

Post on 06-Nov-2015

18 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 1

    Ampliando la visin para formar valores en lo cotidiano

    Dra. Chilina Len de Viloria1

    Alguna vez te has preguntado por qu asistes todos los aos a estas Jornadas y

    conservas sus memorias. Qu te lleva a iniciar proyectos con un entusiasmo que parece

    disminuir ante obstculos que escapan a tu control. Por qu ser que a mayor desarrollo

    cientfico y tecnolgico parece que nos alejamos del bienestar humano y su realizacin

    plena. Por qu le ha costado tanto a la humanidad poner en prctica los lineamientos sobre

    valores que nos legaron los primeros filsofos. Cmo podemos enfrentar la tarea evolutiva

    de la adultez de formar en valores a nuevas generaciones en la compleja sociedad actual.

    Son muchas las interrogantes que surgen en este polmico tema, pero es aun mayor la

    sensacin de impotencia y la desesperanza que nos embarga cuando, como padres, docentes

    o especialistas, queremos formar en valores a nuestros nios, nias y adolescentes.

    El gran reto es encontrar vas que ayuden a superar esta desesperanza. De hecho,

    hay muchos logros en el tema, entre ellos: a) la realizacin de estas Jornadas por aos

    consecutivos, b) el inters de profesionales en diplomarse en la especialidad, c) la continua

    bsqueda de estrategias que demandan padres y docentes para cumplir con su misin

    formadora y d) la creciente cantidad de trabajos de investigacin documental, bsica y

    aplicada que se realizan en el marco de diferentes disciplinas, reconociendo todas que sus

    aportes son parcelados, pues estamos ante un tema interdisciplinario, cuyo eje organizador

    no puede ser otro que el proceso constructivo de desarrollo humano integral, en el marco de

    su realidad sociocultural. De hecho, los valores en accin son el termmetro que mide la

    funcionalidad de la conducta humana, la cual es producto de las condiciones biolgicas e

    historia personal de cada persona, la calidad de sus ambientes familiar, escolar/laboral y

    comunitario, la formacin que recibi durante sus aos de formacin y, las decisiones que

    toman tanto los nios, nias y jvenes en desarrollo, como sus adultos significativos,

    especialmente padres y docentes (Len, 2007) quienes afortunadamente hoy tienen mayor

    1 Profesora de la Universidad Catlica Andrs Bello. Asesores de Desarrollo Integral. sc.

  • 2

    conciencia de su importante papel, lo que necesitan es identificar cmo enfrentar las

    amenazas que atentan contra su misin.

    Si bien hay logros, tambin hay limitaciones que obligan a unir esfuerzos, entre

    ellas: a) el soporte cientfico tcnico est atomizado, pues los aportes provienen de

    diferentes paradigmas, disciplinas, teoras y realidades, con hallazgos dispersos que se

    agravan ante el impacto de la relatividad cultural y la complejidad del desarrollo humano,

    b) con frecuencia el tema de los valores se aborda desde una perspectiva curativa, con foco

    en los problemas que aquejan a la humanidad, y no desde la necesaria perspectiva

    preventiva, con foco en la calidad de formacin que ofrecen los padres y docentes a las

    nuevas generaciones, quienes tienen la misin de identificar y canalizar a tiempo las

    conductas inadecuadas de sus nios, nias y adolescentes, c) el tema necesita concrecin en

    lo cotidiano para que los adultos significativos puedan cumplir su misin formadora en el

    mundo de antivalores que nos rodea, d) hay muchas experiencias aplicadas pero pocas

    oportunidades para compartirlas y construir, entre todos, una panormica que incluya todas

    las aristas que estn presentes en el tema de la formacin en valores en nuestro pas y e)

    desafortunadamente padres y docentes todava no han entendido que sus hijos y/o alumnos

    son un proyecto de vida compartido y por ello estn llamados a unir esfuerzos con un norte

    comn: potenciar su desarrollo integral, para lo cual deben acordar estrategias que

    contribuyan a minimizar el impacto de las amenazas que los rodean y aprovechar las

    oportunidades que les brinda su familia, escuela y comunidad.

    En este captulo esperamos contribuir con el tema de la formacin en valores en

    condiciones adversas. Las crisis son oportunidades cuando sabemos navegar en aguas

    turbulentas y adoptamos una postura positiva que facilite ver luz al final del tnel a fin de

    vislumbrar metas que orienten la accin cotidiana. La gran interrogante es cmo

    organizarnos para que familia, escuela y comunidad unan sus esfuerzos y avancen, cual

    gaviotas, en una misma direccin. Sin duda, los acelerados avances cientfico-tcnicos del

    siglo XX perdieron de vista el eje de su saber: el bienestar humano, tal como concluyen

    diversos expertos en una publicacin de la UNESCO (Bind, 2000). Ya Vygotsky (1978)

    desde 1927, planteaba la necesidad de darle coherencia a los conocimientos cientficos, han

  • 3

    pasado treinta aos y todava no hemos logrado ofrecer un organizador que adopte como su

    eje al proceso constructivo de desarrollo humano integral (Len, 1997, 2003, 2007). Desde

    la psicologa del desarrollo y escolar, es fcil constatar como hemos acumulado muchos

    conocimientos (Parke y otros,1994) que requieren organizacin para hacer ms efectiva la

    prctica profesional en la compleja realidad social donde cumplimos funciones.

    Las ciencias humansticas y sociales han de alinear esfuerzos parcelados con base en un

    organizador comn que posea apoyo cientfico-tcnico y ofrezca herramientas para que

    padres y docentes puedan cumplir con la misin formadora de nuevas generaciones. Solo

    as podrn acompaar, en forma intencional y consciente, al proceso constructivo de

    desarrollo integral de sus infantes, nios y adolescentes. Estamos convencidos que padres y

    docentes necesitan guas, como una referencia de tipicidad para: a) identificar la diversidad

    de sus hijos/alumnos, b) actuar en su Zona de Desarrollo Prximal (Vygotsky, 1978) y c)

    mejorar la calidad de los procesos prximos (Bronfebrenner y Ceci, 1994) que impactan el

    desarrollo de nuevas generaciones. Pero, Cmo vincular conocimientos tan dispersos?

    Cmo construir un puente ms claro entre ciencia, investigacin y accin?

    Ofrecemos una alternativa producto de una amplia y variada experiencia profesional: el

    Modelo Integrador de Desarrollo Humano (Len, 2007), el cual coloca como eje

    organizador al ciclo vital, representado por cuatro Modelos Octogonales: niez,

    adolescencia, adultez y vejez. Los dos primeros corresponden a los perodos adquisitivos,

    all se sientan las bases de la conducta humana y se adquieren competencias que hemos

    organizado en ocho reas interrelacionadas: fsica, motora, sexual, cognitiva, afectiva,

    social, moral y lenguaje. Cada rea se representa mediante una seleccin de secuencias que

    describen el proceso de adquisicin, desde que la competencia se inicia hasta que se

    consolida, con base en indicadores de complejidad creciente que sirven como gua para que

    especialistas, padres y docentes puedan acompaar el proceso constructivo del desarrollo de

    sus nios, nias y jvenes, con respeto a su diversidad. Los otros dos modelos

    corresponden a los perodos ejecutivos de adultez y vejez, cuando actuamos acorde a lo que

    adquirimos en los aos de formacin e integramos durante la adolescencia, mediante un

    repertorio conductual que organizamos en ocho dimensiones interrelacionadas: salud,

  • 4

    laboral, pareja, profesional, familia, amigos, espiritual y econmica, impregnadas todas por

    la comunicacin, dimensin clave para lograr funcionalidad en adultez y servir como un

    modelo adecuado para las nuevas generaciones.

    Los logros de estos cuatro grandes perodos del ciclo vital se concatenan los unos con

    los otros, en el marco de la realidad sociocultural. Por ello, los Modelos Octogonales estn

    enmarcados por una figura hexagonal, que representa las polticas pblicas sociales

    internacionales que se ponen en marcha para garantizar la calidad de vida, en coherencia

    con los derechos humanos internacionales: vivienda, empleo, salud, educacin, recreacin y

    seguridad. En pases desarrollados el soporte de esta estructura son las polticas de estado,

    pero como pas en vas de desarrollo, el soporte de este modelo venezolano contempla la

    interaccin entre tres actores fundamentales: las polticas de estado a nivel municipal, la

    organizacin comunitaria local y la calidad de vida familiar, contexto clave para potenciar

    el desarrollo humano integral. La Figura 1 reproduce el Modelo Integrador de Desarrollo

    Humano al cual llegamos despus de haber trabajado durante 30 aos con el Modelo

    Octogonal Integrador de Desarrollo Infantil (Len, 1987-2003), pues los nios llegan hasta

    donde los andamian sus adultos significativos y les permite la calidad de vida que les

    ofrecen sus padres en el marco de la realidad del pas.

  • 5

    Figura 1. El Modelo Integrador de Desarrollo Humano (Len, 2007. pgina

    363)

    Es de destacar que durante la adolescencia, perodo transitorio entre la niez y la

    adultez, las reas infantiles dan paso a las dimensiones de desempeo psicosocial del

    adulto, formando entre s ocho lneas de desarrollo. Como se observa en la Figura 2, cuatro

    de ellas permiten alcanzar la competencia y el xito acadmico o laboral y las otras cuatro

    la felicidad y el ajuste personal social que todos merecemos. En la base de estas ocho lneas

    de desarrollo est la interaccin entre una serie de procesos y subprocesos evolutivos que

    explican los cambios y la estabilidad a lo largo del ciclo vital, los cuales organizamos en:

    biolgicos, motores, sexuales, cognitivos, afectivos, sociales, morales y lingisticos. Por

    razones de espacio, en este artculo nos enfocaremos en la lnea del desarrollo moral -

    espiritual, la cual da paso a la necesaria trascendencia a lograr durante la vejez.

  • 6

    Figura 2. Lneas de Desarrollo Humano Integral . Len, 2007. pgina

    Este Modelo es til para abordar el tema de la formacin en valores pues permite

    incorporar, cual regleta de electricidad, los avances de diferentes disciplinas, tpicos,

    dimensiones del ser humano y contextos de desarrollo que impactan el tema de los

    valores en la complejidad del mundo moderno. Es de destacar, que si bien nuestro tema

    se ubica predominantemente en la dimensin moral-espiritual, hay intervencin de

    procesos cognitivos, afectivos, sociales, sexuales y lingsticos cuya jerarqua

    representamos, siguiendo la direccin de las agujas del reloj en la Figura 3.

  • 7

    Figura 3. Intervencin de procesos evolutivos en el tema de valores.

    En el estudio cientfico del rea desarrollo moral: aprende valores, destacan los aportes

    de las teoras de Freud (1903), Bandura (1963), Piaget (1952), Kohlberg (1964), Kay

    (1975,1976), Hoffman (1992), y Fowler (1981). Todas ellas abordan el proceso de cambios

    por el que pasa el ser humano hasta construir un sistema personal de valores que gua su

    conducta, le permite adaptarse a la sociedad y lograr la trascendencia espiritual que

    necesitamos los seres humanos al cerrar el ciclo vital. La revisin de los aportes de estos

    autores confirma las limitaciones que argumentamos en prrafos anteriores, con relacin a

    que los avances disciplinares no ofrecan estrategias para la practica cotidiana, de hecho la

    mayora de ellos se limita al estudio del juicio moral, alejndose de la conducta cotidiana

    que acompaan padres y docentes. Autores ms recientes como Carol y Rest (1992),

    proponen para el tema un enfoque de procesos que abarca cuatro etapas, las cuales facilitan

    comprender la conducta moral durante la rutina diaria. Len (2007) lo resume en:

    1. Reconocimiento y sensibilidad ante un evento determinado, ya que es necesario, en

    primer lugar, reconocerlo como problema moral, para luego juzgarlo y tener el valor

    de actuar en concordancia.

    2. Juicio moral o capacidad para decidir cul es la conducta a seguir ante un dilema o

    evento, que previamente se ha reconocido como de ndole moral.

  • 8

    3. Valor moral o capacidad para generar un plan de accin que se apoya en un juicio

    previo y mantenerlo a pesar de las influencias externas. Por ejemplo, sobornos.

    4. Conducta moral o ejecucin de la accin moral cnsona con el juicio previamente

    establecido, con base en la escala de valores que construye cada persona durante la

    adolescencia y lo acompaa a lo largo de la vida.

    El desarrollo moral exige completar este proceso, esto es, pasar por las cuatro etapas

    que proponen los autores, de all que en el Proyecto MOIDI organizamos los procesos que

    estn en la base de la conducta moral en las categoras de sensibilidad y empata, juicio

    moral, valor moral y comportamiento moral y definimos el rea de desarrollo moral como,

    Proceso de interiorizacin de normas morales familiares, escolares

    y socioculturales, que despus de una elaboracin personal, el nio

    transforma en su sistema de valores. (Len, 2007. p.84)

    Hay poca investigacin sobre desarrollo moral en nuestro pas que arrojen

    hallazgos tiles para padres y docentes. En consecuencia, para contribuir a llenar este vaco

    y como parte del Proyecto MOIDI: Estudio descriptivo comparativo del desarrollo infantil

    integral en una muestra de nios y nias de diferentes edades, niveles socioeconmicos y

    regiones del pas (Len, 2001-2006) incorporamos la evaluacin del desarrollo moral desde

    un mes de nacido y hasta los doce aos. Donde, despus de dos estudios de acuerdo entre

    jueces expertos y una serie de estudios para validar las 72 secuencias de desarrollo infantil,

    (Len, 2003) describimos el proceso constructivo del desarrollo moral con base en cuatro

    secuencias que abarcan las cuatro etapas del proceso moral descritas por Carrol y Rest

    (1992): sensibilidad, evala el reconocimiento de un evento como moral desde los 6 meses

    de edad ; bueno-malo, aborda el tema del juicio moral desde los 7 meses; autocontrol,

    explora como el nio adquiere el valor moral a partir de los 22 meses, y finalmente,

    cooperar-competir, explora la conducta moral desde el primer ao. Los indicadores de estas

    cuatro secuencias, publicados en Secuencias de Desarrollo Infantil Integral (Len, 2007),

    se ofrecen como una gua para apoyar a los padres y a los docentes en su crucial misin

    como formadores de valores.

  • 9

    Sin pretender hacer una presentacin exhaustiva de nuestros hallazgos, es

    interesante compartir con los lectores la distribucin de las puntuaciones del nivel de

    desarrollo integral y por rea en una muestra aleatoria de casi 800 nios y nias

    venezolanos que han formado parte del Proyecto MOIDI hasta el momento(Len, 2007a).

    Los datos cuantitativos los representamos mediante grficos de caja y bigote, donde la caja

    representa la distribucin de las puntuaciones entre los Percentiles (P) P25 y P75,

    identificando el P50 mediante una lnea negra; el bigote superior corresponde al P90 y el

    bigote inferior al P10. En nuestro trabajo, las puntuaciones 0 corresponden a la presencia de

    los indicadores esperados para la edad de cada participante en el estudio, las puntuaciones

    positivas representan las fortalezas en el desarrollo infantil y las puntuaciones negativas las

    debilidades en el desarrollo de cada nio o nia. En la Figura 4 se muestra como el nivel de

    desarrollo integral que obtuvimos arroj resultados discretamente por debajo de los

    esperados para la edad (ltima caja y bigote). Al segregar los datos por las ocho reas que

    contempla el Modelo Octogonal Integrador de Desarrollo Infantil encontramos

    variaciones tanto en la ubicacin del P50 como en el rango de las puntuaciones obtenidas.

    El nivel de desarrollo moral que obtuvimos (caja y bigote destacada por el valo y la lupa)

    alcanz un P50 por debajo de lo esperado y una distribucin con tendencia a valores

    negativos, con unos pocos nios por encima de P90 y muchos ms por debajo de P10.

    Figura 4.Proyecto MOIDI: Distribucin de las puntuaciones de desarrollo integral y por

    rea

  • 10

    Al diferenciar el nivel de desarrollo obtenido por las cuatro secuencias que

    ubicamos predominantemente en el rea moral, observamos en la Figura 5 como el patrn

    de puntuaciones obtenidos se mantuvo constante, con unos pocos nios por encima de P90

    y muchos ms por debajo de P10.

    Figura 5. Proyecto MOIDI: Distribucin de puntuaciones en las Secuencias del

    Desarrollo moral

    Al segregar estas puntuaciones de desarrollo moral entre infantes, preescolares y

    escolares, la Figura 6 muestra como a medida que aumenta la edad empeoran las

    puntuaciones, con un P50 por debajo de lo esperado en la secuencia que describe la

    conducta moral: cooperar-competir, evidenciando la necesidad de formar en valores a las

    nuevas generaciones desde edades tempranas.

    525525525525N =

    Cooperar/CompetirAutocontrolBueno/MaloSensibilidad

    6

    4

    2

    0

    -2

    -4

    -6

    -8

    29217060 29217060 29217060 29217060N =

    Perodo del Desarrollo

    EscolaresPreescolarInfante

    4

    2

    0

    -2

    -4

    -6

    -8

    Sensibilidad

    Bueno/Malo

    Autocontrol

    Cooperar/Competir

  • 11

    Figura 6. Proyecto MOIDI: Puntuaciones de las Secuencias del Desarrollo moral por

    perodo

    Al segregar los hallazgos por gnero, la Figura 7 evidencia como la nica secuencia

    donde hay diferencias entre las nias y los nios fue sensibilidad, pues las nias alcanzaron

    mejores puntuaciones que los nios.

    Figura 7. Proyecto MOIDI: Puntuaciones de las Secuencias del Desarrollo moral por

    gnero

    Estos hallazgos no son concluyentes pues es necesario aumentar la muestra a nivel

    nacional al replicar el estudio en todos los estados del pas, pero evidencian la necesidad de

    formar valores desde edades tempranas, pues es all donde se sientan las bases de la

    conducta moral y aun sin percatarnos se van acumulando deficiencias difciles de recuperar

    a medida que aumenta la edad. Pero, Cmo hacerlo? El camino es alinear los esfuerzos de

    la familia, la escuela y comunidad para compensar las amenazas del entorno y superar las

    debilidades identificadas en el repertorio conductual de un nio y sus contextos de

    desarrollo, aunque es de hacer notar que la complejidad de los procesos humanos hacen

  • 12

    poco probable formar a nuestros nios y jvenes en una campana de cristal con coherencia

    absoluta de valores positivos entre estos tres contextos, de all que en nuestra propuesta

    sugerimos ubicar el proceso de desarrollo moral de cualquier persona en una matriz de

    posibilidades que resumimos en la Tabla 1, donde a menor coherencia entre contextos,

    mayor es la necesidad de contar con redes sociales de apoyo capaces de compensar las

    debilidades de las familias/escuelas y minimizar el impacto de las amenazas del entorno.

    FAMILIA ESCUELA COMUNIDAD

    + nuclear + +

    + nuclear + -

    + nuclear y extendida - -

    - apoyo social - -

    Tabla 1. Matriz de relaciones familia, escuela y comunidad

    Si bien la formacin de valores es responsabilidad indeclinable de la familia, la

    escuela juega un importante papel como formadora, no solo de sus alumnos sino de las

    familias que la escogieron para inscribir a sus hijos. El siglo XXI coloca a la escuela frente

    al reto de brindar una atencin pedaggica integral de calidad con equidad que garantice a

    nuevas generaciones la adquisicin de un balance entre los aprendizajes cognitivo-

    acadmicos y socio-afectivos, para lo cual necesitan mejorar la calidad de su gestin

    pedaggica e incorporar dos funciones cruciales: formar a las familias para que acompaen

    con mayor efectividad el proceso del desarrollo integral de sus hijos, con foco en el logro

    de aprendizajes socio afectivos y potenciar las redes de apoyo local como una alternativa

    para canalizar las necesidades que tienen algunos alumnos y familias.

    Ello exige que cada escuela, al hacer el anlisis de las fortalezas, oportunidades,

    debilidades y amenazas que confronta su institucin (anlisis FODA), diferencie

    indicadores, en un continuo de riesgo-proteccin, que impactan la formacin en valores, a

    fin de construir, en forma cooperativa (Minke, 2000) un Proyecto Educativo Integral

    Comunitario (PEIC) que posea una visin humanista e incorpore su misin como

    formadora de valores en alianza con las familias de sus alumnos(as) y miembros de la

  • 13

    comunidad donde se ubica la escuela. Ello obliga a acordar estrategias comunes para

    minimizar el impacto de las debilidades y las amenazas locales, as como fortalecer la red

    social local que brinda apoyo a los alumnos y familias que lo requieran. Es crucial que

    familia y escuela asuman como un proyecto de vida compartido la formacin integral de

    sus hijos y alumnos y utilicen estrategias comunes para manejar las debilidades y amenazas

    que todos confrontan, las cuales resumimos en cinco palabras clave: acordar, modelar,

    acompaar, compartir y razonar.

    Acordar, pues la familia construye su proyecto de vida con base acuerdos de la pareja u

    otros significativos en lo relativo a las pautas de crianza que han de orientar su dinmica

    familiar y la escuela, esta obligada por ley a acordar un Manual de convivencia escolar que

    gue la conducta de nios y adultos en el contexto escolar; modelar, pues tanto los padres

    como los docentes tienen que actuar en lo cotidiano en congruencia con lo que le exigen a

    sus hijos y alumnos, ya que este es el mecanismo ms efectivo para ensear y aprender

    valores; acompaar, pues la familia es la nica organizacin social que esta al lado del

    proceso de desarrollo infantil integral a lo largo de los aos y lo andamia para tener hijos

    competentes y felices y la escuela a su vez, es la nica organizacin social con posibilidad

    de monitorear los logros que conducen al xito y a la integracin escolar, con apoyo en el

    perfil de competencias por grado que acuerda el equipo de docentes y directivos; compartir,

    pues es en la vida diaria familiar y escolar donde acontecen la mayora de las situaciones

    morales o amorales que generan creencias y expectativas en los nios, nias y jvenes, las

    cuales se deben expresar en el ambiente caluroso que brindan padres y docentes y, talvez lo

    ms importante, razonar con cada nia, nio y adolescente el impacto de las debilidades y

    amenazas que atentan contra su desarrollo integral y las fortalezas y oportunidades que le

    ofrece su entorno, a fin de ofrecerles estrategias para que salgan fortalecido ante la

    adversidad. Esta es la va para minimizar el impacto del mundo de antivalores que vivimos.

    Este es el norte al que soamos llegar, pero Qu hacer cuando las cosas no funcionan

    de esta manera?. Cuando la familia es funcional y los hijos tienen experiencias negativas en

    la escuela o en el vecindario, con frecuencia lo cuentan en la casa, brindndole a los padres

    una oportunidad para compartir el evento en familia, aplicar nuestras palabras clave y

  • 14

    convertir esa amenaza en una alternativa de formacin. La escuela tambin ofrece mltiples

    oportunidades para compartir experiencias y darles soporte con base en los contenidos

    curriculares, lo que se requiere es un compromiso de directivos y docentes para convertir a

    su escuela en un factor protector de la adquisicin de valores y no en un factor de riesgo,

    como sucede algunas veces, aunque aun en el peor escenario, en toda escuela siempre hay

    al menos una figura positiva, el reto es identificarlas.

    Concluyendo, la clave est en formar un equipo ganador entre padres y docentes con

    estrategias para afrontar el impacto negativo de la sociedad actual. Para ello es necesario

    que unan esfuerzos y construyan el perfil de valores a lograr en sus hijos/alumnos durante

    la infancia, la niez y la adolescencia. Esta es la piedra angular que est faltando para poner

    los valores en accin y sentar las bases para la convivencia humana: Los valores funcionan

    como los nudos de una gran red de pescar que vamos construyendo durante los aos de

    formacin, con base en la adquisicin de los aprendizajes cognitivo acadmicos y socio

    afectivos que logran a partir del ejemplo de sus padres, docentes y de otras personas

    significativas en su entorno natural, la capacidad de imitacin y procesamiento de la

    informacin que surge de sus experiencias cotidianas. De all la necesidad de dar prioridad

    a la formacin en valores durante los aos adquisitivos y fortalecer los vnculos entre

    padres y docentes con base en un proyecto de vida compartido que son los hijos/alumnos

    para formar en valores a las nuevas generaciones, con respeto a su diversidad cultural y

    como lderes de un pas en positivo.

  • 15

    Referencias

    Bind, J, (2000). Claves para el siglo XXI. Ediciones UNESCO- Barcelona: Editorial

    Crtica.

    Bronfenbrenner, U y Ceci, S.J. (1994). Nature-nurture reconceptualized in developmental

    perspective: A Bioecological Model. Psychological review,101,568-586.

    Carroll, A. y Rest, T. (1982). Moral development. En Wolman (Ed.). Handbook of

    Developmental Psychology. New York: Prentice Hall.

    Freud, S. (1903).The basic writing of Sigmund Freud. New York: Random House.

    Fowler, J. (1981). Stages of faith: the Psychology of Human Development and the quest for

    meaning. New York: Harper Collins Publishers.

    Hoffman, A. (1992). Moral development. En Bornstein y Lamb (Eds.) 3th Ed..

    Developmental psychology. An advanced textbook. Baltimore: Lawrence Earlbaum ass.

    Kay, W. (1975).La educacin moral. Buenos Aires: Ateneo.

    (1976). Desarrollo moral. Buenos Aires: Ateneo.

    Kohlberg, L. (1964). Development of moral character and moral ideology. En Hoffman y

    Hoffman (Eds.). Review of child development research. Vol. 1. New York.Russell Stage.

    Len, C. (1992). El Modelo Octogonal Integrador de Desarrollo Infantil: Sus implicacin

    para evaluacin e intervencin a nivel de prevencin primaria y secundaria. Analogas.

    1994,1, 96-111.

    (1993). Aproximaciones metodolgicas de las Secuencias MOIDI. Trabajo

    presentado en el XXIV. Congreso Iberoamericano de Psicologa. Santiago: Chile

    (1995/1997/1999/2000). Secuencias de desarrollo infantil. Caracas: Publicaciones

    Universidad Catlica Andrs Bello.

    (1997). Vygotsky y la promocin del desarrollo infantil integral: El Proyecto

    MOIDI, una alternativa venezolana. Cuadernos UCAB. Educacin. pp. 109-121. Nmero 1.

    Mayo 1999

    (1996/1998). Cmo estimular las diferencias individuales en los nios. Caracas:

    Universidad Catlica Andrs Bello. (2003). Proceso de validacin del Modelo Octogonal

    integrador del Desarrollo infantil. Etapa I. Trabajo Doctoral no publicado. Universidad

    Catlica Andrs Bello. Caracas, Venezuela.

    (2006). Informe final Proyecto S1-2000000516. FONACIT. Estudio

    descriptivo, comparativo y relacional del desarrollo infantil integral en una muestra de

    nios y nias de diferentes edades, niveles socioeconmicos regiones de Venezuela.

    (2007a) Estudio descriptivo, comparativo y relacional del desarrollo infantil

    integral en una muestra de nios y nias de diferentes edades, niveles socioeconmicos y

    regiones de Venezuela. I Etapa. Disponible en http://www.revistaorbis.org.ve/7/Art4.pdf.

    Ao 3/N7/julio 2007

  • 16

    (2007b) Secuencias de Desarrollo Infantil Integral. Caracas: Publicaciones UCAB

    Minke, K. (2000). Preventing School Problem and Promoting School Success Through

    Family-School-Community Collaboration. En Preventing school problems, promoting

    school success. Bethesda: NASP Publication

    Parke, R, Ornstein, P y Zahn-Waxler, C (1994). A century of developmental psychology.

    Washington D:C: American Psychological Association.

    Piaget , J. (1952). The origins of intelligence in children. New York: International

    University Press.

    Vygotsky, L. (1927). El significado histrico de la crisis en psicologa. Una investigacin

    metodolgica, en Vygotsky (Trad. Alvarez y del Ro.) Vol. I Obras escogidas. Madrid:

    MEC. (1978). Mind in Society. Cambridge. MA: Harvard University Press.