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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
TESINA DE GRADO
SUBCOMANDANTE INSURGENTE MARCOS
1994 - 2014
20 AÑOS DE GUERRILLA COMUNICACIONAL
Alumna: Foti, Yanina
DNI: 29.656.823
yaninafoti@yahoo.com.ar
Tutor: Gómez, Rodolfo
rodogomez1969@gmail.com
Octubre 2014
2
ÍNDICE
Agradecimientos …………………………………………………………………….. 4
Introducción: Las armas y las palabras …………………………………………... 7
1. El México indígena ………………………………………………………………. 10
1.1. Breve reseña histórica
1.2. El artículo 27 de la Constitución de 1917 y su reforma
1.3. El indígena en la modernidad
2. Chiapas ……………………………………………………………………………. 31
2.1. ¿Por qué en Chiapas?
2.2. De la teología de la liberación al alzamiento en armas
3. El EZLN ……………………………………………………………………………. 41
3.1. La historia
3.2. Cronología: los 15 días del movimiento armado
3.3. Caracoles zapatistas bajo el lema “Mandar obedeciendo”
4. El subcomandante Marcos ……………………………………………………… 61
4.1. Marcos antes de Marcos
4.2. “Zapata vive, la lucha sigue!”
4.3. Sus personajes literarios
4.4. El uso de los símbolos
4.5. Posdatas
4.6. Marcos después de Marcos
5. La guerrilla simbólica …………………………………………………………….. 81
5.1. Un puente entre ambos mundos: la circularidad
3
6. Conclusión …………………………………………………………………….…. 95
7. Bibliografía ………………………………………………………………………. 101
8. Anexo …………………………………………………………………………..… 104
4
AGRADECIMIENTOS
Al Subcomandante Marcos, a quién fue y a quién será desde ahora, por la certeza de
que las palabras calan más hondo que las balas y que son los hombres simples los que
cambian, desde abajo y a la izquierda, el curso de la historia.
A México, por sus pasiones y sus luchas.
A esta carrera, por las discusiones, los textos, los profesores, los compañeros (y los
bares aledaños) que me formaron y me hicieron lo que soy. A la Universidad de
Buenos Aires, por haberme dado una educación de calidad y gratuita.
A Rodolfo Walsh, porque sin su inspiración y ejemplo, hoy sería médica, contadora o...
abogada (quizás).
A mis padres, por la vida. A mi familia, por todo el amor.
A mis amigos, por preguntarme incondicionalmente todos los días durante tres años
“¿y tu tesina?”. A los del lado de allá y a los del lado de acá. Por quererme, cuidarme y
acompañarme siempre.
A Tomás, por toda la ayuda y el aliento para que, finalmente, hoy esto llegue a su fin.
A Carpi, Agos, Enzo, Fede y Lau, que ayudaron en la etapa final y a destiempo.
A Nico, por todos esos años, por todas esas horas.
A Rodolfo Gómez, por aceptar desde un principio el difícil desafío de ser, a la distancia,
tutor de esta tesina.
5
A Eduardo,
por los días juntos en tierras aztecas
por enseñarme a amar a su país como si fuese el mío
7
INTRODUCCIÓN
“El discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas
o los sistemas de dominación,
sino aquello por lo que y por medio de lo cual se lucha,
aquel poder del que quiere uno adueñarse.”
Michel Foucault, “El orden del discurso”
Con esta misma cita Rafael Sebastián Guillén Vicente, estudiante de la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenzó su
tesis de Licenciatura. Varios años después, Guillén se convertiría en el Subcomandante
Marcos, portavoz y líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el
movimiento de insurrección indígena que se levantó en armas el primero de enero del
1994 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Once días después el EZLN abandonó
las armas para inaugurar, en pleno auge del neoliberalismo y anticipándose a los
movimientos antiglobalización, la lucha por el discurso.
“Para vivir, morimos”, afirman los zapatistas. Es por ello que, luego de veinte
años de desempeñarse como vocero del EZLN, de lograr que el conflicto en Chiapas y
su rostro lleguen a todos los rincones del mundo, de capturar la atención de la prensa
nacional e internacional, de ganarse el respeto y la admiración de intelectuales y
artistas, el Subcomandante Marcos anunció su muerte:
“No habrá entonces casa-museo o placas de metal en donde nací y crecí. Ni
habrá quien viva de haber sido el subcomandante Marcos. Ni se heredará su
nombre ni su cargo. No habrá viajes todo pagado para dar pláticas al
extranjero. No habrá traslado ni atención en hospitales de lujo. No habrán
viudas ni hereder@s. No habrá funerales, ni honores, ni estatuas, ni museos,
ni premios, ni nada de lo que el sistema hace para promover el culto al
8
individuo y para menospreciar al colectivo.
El personaje fue creado y ahora sus creadores, los zapatistas y las zapatistas,
lo destruimos.“ (...)
Esta tesina es producto de un viaje realizado al sur de México, durante el mes
de diciembre de 2004. Allí pude visitar el caracol (comunidad zapatista autónoma) de
Oventic, en la zona de los Altos de Chiapas, habitado principalmente por grupos
tzotziles y tzeltales, recorrer sus instalaciones, conocer a su gente y entrevistar a la
“Junta del Buen Gobierno”, conformada por representantes zapatistas elegidos por los
Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) quienes, entre otras varias
funciones, reciben, guían y atienden a la sociedad civil y prensa nacional e
internacional que visita los caracoles. Ese mismo año, el EZLN festejaba el 20
aniversario de su fundación y el décimo de su vida pública.
Antes del viaje y más aún después de él, seguí con mucho interés las
novedades que venían del sur mexicano, empecé a vincularme con las redes de
solidaridad con Chiapas, a leer los diarios de México y a juntar cada comunicado del
EZLN que encontraba. Eso se imbricaba constantemente con el desarrollo de mi
carrera universitaria, con el recorrido de autores y temas, que cada año iban creciendo
en número y complejidad. Fue así como empecé a comprender y analizar al EZLN
desde una perspectiva comunicacional, a cruzarlo con lo que estaba aprendiendo en la
facultad, a pensarlo también desde una perspectiva sociológica y geopolítica, gracias a
los estudios subalternos y a los debates poscoloniales que comenzaron a surgir en
base a éstos en América Latina a finales de los años noventa.
Esta tesina se basa en la siguiente hipótesis:
En un contexto de profundización del neoliberalismo en México, el zapatismo
desde el 12 de enero de 1994 utiliza los medios masivos de comunicación para
combatir además desde el plano social, político y militar, también desde el campo
simbólico, convirtiéndose así en la primera guerrilla comunicacional mundial. Para ello
fue imprescindible el papel de su vocero, el Subcomandante Marcos, como “traductor”,
9
que articulando la lengua de los pueblos indígenas y la lengua culta occidental, creó un
nuevo tipo de discurso político, con aportes de la literatura y poesía.
El aspecto más revolucionario del EZLN es haber comprendido que, luego de la
caída del muro de Berlín y en pleno auge del neoliberalismo, la lucha por el capital
simbólico no se da únicamente en el campo de batalla “militar”, sino además en el
campo discursivo y quien la gane, lograra imponer su definición -léase, hegemonía- del
mundo social. En palabras de Bourdieu se trata de: “el campo de tomas de posición
ideológica que reproduce, bajo una forma transfigurada, el campo de las posiciones
sociales” (Bourdieu, 1973).
Este trabajo propone abordar al EZLN como una guerrilla no convencional que
surge como respuesta al neoliberalismo más voraz y que se afianza como uno de los
más importantes movimientos anti globalización del siglo XXI, con la paradoja de que
para ello utiliza y se vale de los medios de comunicación. Resiste adaptándose a los
cambios, incorporando las nuevas tecnologías y abriendo sus territorios autónomos a la
comunidad nacional e internacional.
La fortaleza del EZLN se basa en su estrategia de comunicación. A diferencia de
las guerrillas tradicionales del siglo XX, clandestinas y foquistas, el EZLN irrumpió en
las cámaras de televisión y se abrió y extendió a través de los “aguascalientes” y
posteriores “caracoles”, allí donde “el pueblo manda y el gobierno obedece”,
universalizando su lucha y planteando un nuevo modelo de sociedad.
Si bien el alzamiento en armas fue el hecho que captó la atención nacional e
internacional y le brindó importancia ante el gobierno federal, lo que aseguró su
permanencia y el apoyo multitudinario de los mexicanos y luego de la sociedad
internacional, fue su decisión de negociar la paz y comenzar su lucha desde el
discurso.
10
Este trabajo se plantea los siguientes objetivos:
Dar cuenta del contexto “concreto”, económico, político, social y cultural-
comunicacional que dio origen al EZLN y que hizo que éste surgiera al sur de México.
Analizar el rol y la importancia del Subcomandante Marcos como líder y portavoz
del EZLN, a partir de los múltiples “simbolismos” creados por el personaje y de sus
discursos.
Analizar cómo a partir del momento en que el EZLN depone las armas para
iniciar un periodo de lucha simbólica y pacífica, inaugura un nuevo tipo de lenguaje en
relación con la política, que se retroalimenta con los aportes de la lengua letrada y la
indígena.
Para ello, esta tesina propone abordar tres núcleos temáticos:
1) México: la relación del Gobierno del Estado Nacional con los pueblos originarios
a lo largo del tiempo.
2) El Ejército Zapatista de Liberación Nacional: las causas de su surgimiento, su
lucha al interior de México (caracoles) y la universalización de sus demandas.
3) El Subcomandante Marcos: su papel como vocero, su estrategia
comunicacional, sus simbologías y discursos.
El armado de este trabajo supuso, en primer lugar, una exploración bibliográfica
sobre la temática, basada principalmente en los discursos y comunicados del EZLN a lo
largo de sus veinte años de vida pública (1994-2014), publicados principalmente en el
diario La Jornada de México y en el portal web del movimiento. Esos textos se
complementaron con las entrevistas a Marcos y a otros zapatistas, y con el aporte de
fuentes secundarias, como el análisis y la opinión de periodistas, escritores e
intelectuales y la bibliografía publicada al respecto. Asimismo, la observación
participante, el cuaderno de notas y la entrevista realizadas durante mi estadía en
Chiapas sirvieron como puntapié para esta tesina.
A partir de esto, se delimitó un marco metodológico que responda a los tres
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núcleos temáticos propuestos:
Par dar cuenta de la situación indígena en México, se utilizaron los conceptos de
“Colonialidad del poder” (Aníbal Quijano, 2000) para referirse a la explotación a la que
continúan siendo sometidos los pueblos originarios al interior de las estructuras
sociales, políticas y culturales de América Latina. Asimismo, el concepto de
“descolonización” (Ramón Grosfoguel y Santiago Castro-Gómez, 2008) desde donde
se intentará demostrar por qué el EZLN es un modelo de descolonización y
democratización social del poder. Y el concepto de “transmodernidad” (Enrique Dussel,
1994) como salida para la descolonización, como proyecto emancipador de la lógica
colonialista que se reproduce en el eurocentrismo aún vigente en América Latina, y
fundamentalmente en la noción de democracia.
A su vez, se tendrá en cuenta la crítica al concepto de “significante vacío”
(Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, 1987) que realizan Ramón Grosfoguel y Santiago
Castro-Gómez, para afirmar que los zapatistas concretan ese “giro decolonial” del que
hablan los autores, mediante su propuesta de nuevas formas de hacer política.
Por último, se analizará a través de John Holloway (2001) y Atilio Borón (2002)
el proyecto de creación de una nueva sociedad, de una nueva forma de democracia
que plantea el zapatismo en los caracoles y mediante su lema “Mandar obedeciendo”.
Se mencionará también la discusión entre ambos autores en torno a la relación del
nuevo modelo político que propone el EZLN con el Estado Nación.
Por otra parte, para dar cuenta del núcleo temático del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional se realizará, a partir del estudio de varias fuentes bibliográficas, un
recorrido histórico del zapatismo, desde su surgimiento hasta la actualidad. Esto resulta
fundamental para poder comprender sus diversas etapas y con ello, el desarrollo y
modificación de su discurso y estrategia comunicacional. Se utilizará el concepto de
Gramsci (1919) de Consejo de Fábrica para realizar un paralelismo con los caracoles
(territorios autónomos rebeldes) como nuevas formas representativas para la
emancipación de las clases subalternas así como el concepto de Pablo González
Casanova (2003) que define a los caracoles como proyectos de “pueblos gobierno”.
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Para desarrollar el núcleo temático sobre el Subcomandante Insurgente Marcos,
se realizará un recorrido por la historia del personaje desde su surgimiento hasta su
muerte. Posteriormente, se hará un análisis de sus características, discursos y
simbologías, que serán replanteados en el último capítulo a partir de los conceptos de
“culturas híbridas” (García Canclini, 1997), el aporte de la microhistoria italiana con
Carlo Ginzburg (1981) a través del personaje de Menocchio como articulador entre la
lengua letrada y popular; así como también el concepto de “circularidad” de Bajtin
(1987) y “hegemonía cultural” (Gramsci, 1972) buscando explicitar los procesos de
interacción que se dan en la combinación y retroalimentación de culturas. Por último, se
utilizará el concepto de “signo” como arena de lucha de clases” (Voloshinov, 1930), de
“campo” y “poder simbólico” (Bourdieu, 1977), de “usos” en De Certau (1979) y “uso
adaptativo” en Sarlo (1994), para dar cuenta de la definición de “guerrilla
comunicacional” con la que se caracteriza en este trabajo al zapatismo.
Por último, en la conclusión se retomará la cita de Foucault de su libro “El orden
del discurso” (1992) que fue planteada en la introducción.
A fin de concretar dicho abordaje se utilizará una metodología de corte
interpretativo y hermenéutico que permita analizar las fuentes primarias a partir de un
análisis teórico- histórico de fuentes secundarias, proponiendo un nuevo punto de vista
sobre el objeto de estudio. Esto responde a los aportes del filósofo Wilhelm Dilthey al
concepto de hermenéutica, quien con un enfoque más cercano a la fenomenología de
Alfred Schütz, se vuelca a una interpretación hermenéutica basada en el previo
conocimiento de los datos históricos y filosóficos de la realidad que busca comprender.
Según Dilthey, toda comprensión es histórica y es por ello que toda concepción del
mundo debe ser juzgada y analizada desde su contexto histórico. El sentido de textos,
acontecimientos, experiencias nos es dado en el contexto en el que están inmersos y la
comprensión de lo particular se da en la comprensión de la totalidad. No es inductiva ni
deductiva, sino circular.
Se utilizará el esquema de ensayo, lo que permitirá un abordaje teórico-histórico
a partir de diversos autores y conceptos en el marco de la realidad contemporánea
13
mexicana, a fin de proponer un nuevo punto de vista sobre la cuestión zapatista.
Es importante mencionar que en el presente trabajo no se intenta desvincular el
componente armado del accionar del EZLN, sino tener siempre presente que fue un
movimiento de insurrección que se alzó en armas declarando la guerra al ejército
federal y pidiendo la renuncia del gobierno corrupto de Carlos Salinas de Gortari. Se
considera condición necesaria para el “neozapatismo” la mayor adhesión posible de la
sociedad civil, ya que no tenían suficientes armas y combatientes para mantener una
guerra con el Ejército federal.
Es por ello que, después de recibir una respuesta negativa de la sociedad a la
continuación del conflicto armado, decidieron negociar con el gobierno y firmar la paz el
12 de enero. Si bien ese momento se puede identificar como el fin de la guerra, lo
cierto es que el Ejército federal, a lo largo de los años y de los distintos gobiernos que
sucedieron a Salinas de Gortari, continuaron con el ataque armado a las comunidades
zapatistas en la selva Lacandona, ya lejos de las cámaras y de los medios de
comunicación.
Es por ello que es importante aclarar que, aunque a lo largo de la tesina se tome
al EZLN como guerrilla discursiva, como un movimiento con una producción literaria de
gran belleza retórica, poética y de un magnífico humor satírico, desde el primero de
enero de 1994 a esta parte fueron asesinadas miles de personas en Chiapas, entre
ellos niños. Miles de zapatistas muertos en combate, fusilados, torturados; mujeres de
las comunidades indígenas fueron violadas por el Ejército federal que se instaló allí, y
tantos otros miles que mueren por el olvido y la negligencia, asediados por el hambre y
enfermedades que serían fácilmente curables, si tuvieran acceso a un centro de salud
o a medicinas.
La guerra existió y de una manera u otra sigue existiendo; de ninguna manera se
pretende negar esa realidad de sangre y muerte. El Ejército Zapatista de Liberación
Nacional es su consecuencia, y la decisión de levantarse en armas ese año nuevo les
costó más de 100 compañeros muertos: ellos y tantos otros dieron la vida, que era lo
único que tenían, para salir del olvido al que son sometidos desde hace quinientos
años. “Quién nos negará el sagrado derecho de vivir y morir como hombres y mujeres
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dignos y verdaderos, ¿quién?” (Subcomandante Marcos, 1/1/1994). Ellos, como alguna
vez dijo Emiliano Zapata, prefirieron morir de pie a vivir arrodillados.
En sus primeros años, los zapatistas manifestaron su intención de derrocar al
gobierno entrante de Ernesto Zedillo e instaurar la reforma agraria, tal como lo
mencionó en su discurso en el Zócalo de México el Subcomandante Marcos, en el
marco de La Otra Campaña en 2006:
“Vamos a quitarle Telmex a Slim y todo lo que tiene se lo vamos a quitar y lo
van a manejar los trabajadores, los telefonistas, los empleados de esos
comercios.
Vamos a quitarle a los terratenientes la tierra y la van a trabajar los
campesinos, con buenos precios para sus productos, sin transgénicos, sin
químicos, como de por sí trabajamos la tierra los campesinos.
Vamos a quitarle la escuela a los funcionarios mediocres, corruptos e idiotas
que las tienen y se las vamos a entregar a los universitarios.
Vamos a quitarles los bancos a los banqueros, vamos a quitarles la industria
a los grandes propietarios y vamos a quitarles los gobiernos a los malos
gobernantes y vamos a tomarlos nosotros… a huevo!” (Subcomandante
Marcos, 2006).
Con el transcurso del tiempo, continuó la dura crítica al poder político de turno, pero ya
no llamó a derrocarlo. Como se demostrará en los siguientes capítulos, el EZLN se fue
modificando en esta “retroalimentación” de culturas, y en consecuencia, fue
modificando paralelamente su discurso.
Los zapatistas hacen una rebelión retomando los lemas y los símbolos de la
revolución zapatista de 1911, pero ya no quieren cambiar el orden establecido, sino
que pretenden resistir, se sublevan y se mantienen organizados para persistir en un
país que los niega y los olvida.
En 20 años de vida como portavoz del EZLN, el Subcomandante Marcos logró
que “los de arriba” lograran mirar a “los de abajo”, pero ya no desde arriba, sino de
frente. Ya no con desprecio o lástima, sino con respeto. Que el mundo posara los ojos
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sobre el sur de México, que los latinoamericanos nos planteemos qué hicimos con
nuestros pueblos originarios, a los que no solo les quitamos la tierra sino que también
les negamos el derecho a existir.
El Subcomandante Marcos murió para que su compañero Galeano viva, para
que a partir de ahora sea el Subcomandante Insurgente Moisés, un indígena, el
portavoz; para que ya no se necesiten más puentes que comuniquen el mundo
zapatista y el mundo letrado.
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1. El México indígena
Figura 1: Mapa de los pueblos indígenas de México
México es el segundo país más poblado de América Latina, luego de Brasil, con
112.336.538 habitantes, de los cuales el 11% proviene de pueblos originarios. La
mayor parte de dicha población habita en el sur del país. El 5% de los pueblos
originarios mantiene aún su lengua nativa y el 7% no habla español. A diferencia de
otros países de América Latina como Guatemala o Bolivia, cuya población es
mayoritariamente indígena, México es en la actualidad un país mestizo de raza y
sincrético en cultura y religión, en constante puja entre su pasado indígena y la
dominación española.
17
`
Figura 2: Territorios indígenas de México
El 60% de la población indígena, aproximadamente 6,02 millones de personas,
habita en municipios indígenas (se consideran como tales aquellos municipios en los
cuales la población indígena supera el 40% del total), mientras el resto, es decir 4.2
millones, habita en municipios donde su representación proporcional es minoritaria.
Fundamentalmente esto se debe a la gran migración interna a las grandes ciudades.
Las poblaciones indígenas están presentes en una cuarta parte de las localidades del
país y en todas las entidades federativas. El 82.6% de los municipios indígenas están
en condición de alta o muy alta marginación.
Desde 1992, México se reconoció como una Nación pluricultural. Sin embargo,
gracias al diálogo que se inicia desde 1995 entre el Gobierno federal de México y el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en febrero de 1996 se firman los Acuerdos
de San Andrés Larrainzar sobre Derechos y Cultura Indígena, con el compromiso de
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impulsar el reconocimiento en la Constitución Nacional de los derechos de los pueblos
indios a partir de “la conformación de un orden jurídico nutrido por la pluriculturalidad,
que refleje el diálogo intercultural, con normas comunes para todos los mexicanos y
respeto a los sistemas normativos internos de los pueblos indígenas.”
Este acuerdo se presentó como el instrumento a través del cual los pueblos
originarios legitimen sus demandas de reconocimiento de sus derechos. Un marco de
autonomía, en el que puedan decidir sus propias formas de organización social,
política, económica y cultural. Que el Estado mexicano tome en cuenta sus
particularidades culturales, el derecho sobre sus tierras y el acceso a sus recursos
naturales; estableciendo el derecho de las comunidades indígenas a ejercer una
participación directa en la vida política nacional por medio del reconocimiento de sus
autoridades tradicionales y formas propias de elección, así como también el acceso a
una educación bilingüe e intercultural. No obstante, el Estado mexicano olvidó estos
acuerdos una vez firmados y los distintos gobiernos del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) se negaron a cumplir con lo pactado.
Posteriormente, estas demandas fueron recogidas en la propuesta de reformas
constitucionales sobre derechos y cultura indígena elaboradas por la Comisión de
Concordia y Pacificación (COCOPA) en noviembre de 1996, aceptada por el EZLN, el
movimiento indígena nacional y una gran parte de la sociedad civil. La propuesta de la
COCOPA tardó cinco años en ser presentada, tuvo que esperar que el Partido
Revolucionario Institucional (PRI) pierda las primeras elecciones desde 1929 y
gobierne el Partido Acción Nacional (PAN). Luego de casi 70 años de gobiernos
priistas, el entonces electo Presidente de la República, Vicente Fox Quesada,
presentó esta propuesta el 5 de diciembre del año 2000 ante el Senado de la
República. Sin embargo, los legisladores de la Cámara de Senadores aprobaron el 26
de abril de 2001 un dictamen de reformas constitucionales en materia de derechos
indígenas, muy diferente de la iniciativa presentada por el Ejecutivo, que fue
posteriormente aprobada por la Cámara de Diputados y los Congresos estatales.
Finalmente, el 18 de julio de 2001, el Congreso Permanente realizó el cómputo y
declaró la aprobación de la reforma constitucional.
19
En 2001, la reforma constitucional llevó a la aceptación de nuevos derechos de
los pueblos indígenas, entre ellos el reconocimiento como pueblos indígenas a la
autoadscripción, a la aplicación de sus propios sistemas normativos, a la preservación
de su identidad cultural, a la posesión de la tierra, a la consulta y la participación,
como también a acceder plenamente a la jurisdicción del Estado y al desarrollo. No
obstante, tampoco nada de esto fue puesto en práctica al día de hoy.
“Como nuestra última esperanza, después de haber intentado todo por poner en
práctica la legalidad basada en nuestra Carta Magna, recurrimos a ella, nuestra
Constitución, para aplicar el Artículo 39 Constitucional que a la letra dice: «La
soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo el poder
público emana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene, en
todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno. (...).”
Nosotros somos producto de 500 años de lucha.” (Subcomandante Marcos, 1994)
anunció el EZLN en la Primera Declaración de la Selva Lacandona. Cuando irrumpió
en el contexto del México de los años 90, la realidad para los pueblos originarios no
era muy distinta a la que causó la sublevación de Emiliano Zapata en 1911, ni la del
movimiento independentista de 1831.
1.1. Breve reseña histórica
Tenochtitlán, capital del imperio mexicano, fue tomada por Hernán Cortés y su
séquito en 1521, quienes la convirtieron en la capital de la Nueva España. Cortés llegó
a tierras mexicanas en 1519 junto a 450 soldados. Llegó a un punto al que llamo Vera
Cruz. El mito cuenta que los mexicanos aceptaron a Cortés porque creyeron que era
Quetzalcóatl, uno de sus principales dioses, cuyo regreso a México había sido
profetizado para exactamente ese año.
Los mexicanos defendieron su ciudad y su imperio con los pocos medios que
tenían frente a las fortalezas españolas, pero eventualmente se rindieron a causa del
hambre y la falta de agua, provocada por los invasores, al cercar la ciudad el 13 de
agosto de 1521. Cuauhtémoc, último emperador azteca, fue tomado como rehén y
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ejecutado por la tropa española, mientras que los mexicanos que sobrevivieron al
ataque (aproximadamente 240.000 murieron en combate) fueron convertidos en
esclavos.
Los pueblos nahuas-aztecas peregrinaron 165 días hasta encontrar el lugar
donde fundar Tenochtitlán que, según las instrucciones de su dios Huitzilopochtli, debía
ser un lago con un islote en el cual había una roca y sobre ella un nopal, y sobre éste
último un águila reposada con las alas extendidas hacia el sol. Allí precisamente lo
vieron y fundaron la capital del imperio mexicano. Actualmente, en el zócalo capitalino
(la iglesia principal del centro de México DF) uno puede recorrer las ruinas de
Tenochtitlan, aquellas que fueron rescatadas desenterrando lo que los españoles
habían ocultado para enterrar una cultura, una resistencia, un imperio. Lo curioso es
que la majestuosa iglesia que los españoles construyeron se está hundiendo varios
centímetros cada año debido a que, precisamente, fue construida sobre el lago de
Texcoco, tal como había indicado Huitzilopochtli. Dilemas de la historia o realismo
mágico latinoamericano, pero lo cierto es que se pronostica que el zócalo capitalino se
hundirá definitivamente en unos años.
Con la colonización comenzó un proceso de desvalorización y explotación de los
pueblos originarios que se mantiene hasta el día de hoy. En este proceso el color de
piel es un factor de exclusión para los verdaderos dueños de la tierra, que al mismo
tiempo que fueron expulsados de ella, también fueron obligados a trabajarla para darle
sus ganancias al hombre blanco, en situaciones de explotación y trabajo inhumanas.
Varios siglos después, esta situación se mantuvo bajo el poder de distintos
gobiernos. En particular el Porfiriato (como se conoció a la dictadura de Porfirio Díaz
1876-1911) hizo que esta situación se agudice. En el último período de este régimen, la
población en todo el país era de aproximadamente 15 millones, de los cuales 11
millones eran campesinos que sobrevivían con salarios que iban entre los 25 y 30
centavos diarios. Las condiciones de estos variaban dependiendo la región del país,
siendo el sur de México la región más afectada, llegando a registrar condiciones
extremas de esclavitud.
El pueblo mexicano aplaudió la renuncia del dictador en mayo de 1911, quien
dejó al país todas las causas necesarias para que se produzca una revolución. El
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porfiriato enriqueció a un pequeño número de familias a costa de la explotación de los
campesinos, dejando un país con una enorme brecha social y con todos sus recursos y
empresas en manos extranjeras (particularmente de Estados Unidos e Inglaterra). En
1910 el porcentaje de familias sin tierra representaba el 96,9% de la población total del
país.
Ante la posibilidad de un cambio político, dos corrientes principales se fueron
gestando con vistas a las elecciones: el Partido Nacional Antirreeleccionista y el Partido
Democrático, así como un nutrido grupo revolucionario cuyo principal interés era
quitarle poder a Porfirio Díaz.
En las elecciones de noviembre de 1911 salió elegido Francisco Madero, quien
no logró conciliar un acuerdo con los otros líderes revolucionarios. Entre ellos Emiliano
Zapata, quien el 28 de noviembre lanzó el “Plan de Ayala”, en el que exigía que las
tierras concentradas en haciendas sean devueltas a su pueblo y la continuación de la
lucha revolucionaria. En 1912 comenzaron los primeros repartos de tierras. Victoriano
Huerta, al mando del Ejército Federal reprimió las manifestaciones revolucionarias con
un saldo de 2.000 muertos, destituyó a Madero y se autoproclamó presidente el 19 de
febrero de 1913. Cuatro días después, ordenó asesinar al presidente Madero y al
vicepresidente de este.
Los revolucionarios estaban divididos en tres grupos. Los villistas, liderados por
Pancho Villa con un programa político no muy definido; los zapatistas, liderados por
Emiliano Zapata que se basaban en los principios formulados en el Plan de Ayala; y los
carrancistas, liderados por Venustiano Carranza y vinculados a la burguesía.
Carranza, en ese momento gobernador de Coahuila, no reconoció al gobierno
de Huerta y proclamó el 26 de marzo de 1913 el “Plan de Guadalupe”, bandera
constitucionalista que se apoyaba en la formación de un Ejército constitucionalista, al
que se sumó Pancho Villa en el norte. Mientras tanto Zapata dominaba el sur y el este
del país. Las tropas constitucionalistas, formadas por campesinos y gente del pueblo,
derrotaron al Ejército Federal en todo el territorio del país y, finalmente, Huerta
presentó la renuncia el 15 de julio.
Villa inició levantamientos en el norte del país, mientras que Zapata realizaba
repartos de tierras en Morelos y decretaba algunas medidas para consolidar la reforma
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agraria y las conquistas sociales logradas. No obstante, ambos líderes fueron
perseguidos y obligados a replegarse en las montañas.
En septiembre de 1916 Carranza convocó a un Congreso Constituyente en
Querétaro, donde elaboró la Constitución de 1917 que contemplaba algunas de las
reformas económicas y sociales defendidas por la revolución. Fue elegido presidente
de la República y asumió el cargo el 10 de mayo de 1917. Por su parte, Zapata
mantuvo su insurrección en el Sur, hasta su muerte, causada por una emboscada el 10
de abril de 1919. En tanto, Villa tuvo el mismo destino, un año después, durante el
gobierno de Álvaro Obregón.
Ese fue el fin de la revolución y, por ello, en México se la recuerda como la
“revolución traicionada” o la “revolución inconclusa”. Recién en 1934, el entonces
presidente Lázaro Cárdenas decidió retomar las peticiones hechas por Zapata y
redistribuir las tierras agrícolas en el marco de una reforma agraria. Hasta 1992, el
reparto de tierras fue política de Estado en México.
“Durante el largo período que se extiende de 1911 a 1992 se entregaron a los
campesinos algo más de 100 millones de hectáreas de tierras, equivalentes a
la mitad del territorio de México y a cerca de las dos terceras partes de la
propiedad rústica total del país. Según las Resoluciones Presidenciales de
dotación de tierras, se establecieron unos 30 000 ejidos y comunidades que
incluyeron 3,1 millones de jefes de familia, aunque según el Censo
Agropecuario de 1991 se consideraron como ejidatarios y comuneros 3,5
millones de los individuos encuestados. A fines del siglo XX, la propiedad
social comprendía el 70 por ciento de los casi 5 millones de propietarios
rústicos y la mayoría de los productores agropecuarios de México”. (Warman,
2003)
Sin embargo, la reforma agraria no logró los resultados esperados. Las tierras
que fueron entregadas a los pueblos originarios eran tierras alejadas de los recursos
principales: tierras poco fértiles en lugares que no tenían acceso al agua o zonas sin
electricidad y de difícil acceso como la Selva Lancandona.
23
Es así como la reforma agraria, al igual que la revolución, quedó inconclusa.
1.2. El artículo 27 de la Constitución de 1917 y su reforma
El 5 de febrero de 1917 fue promulgada en la Ciudad de Querétaro la nueva
Constitución, que sigue vigente al día de hoy. Dicha carta magna fue el marco legal en
el que nació el Estado revolucionario mexicano. La independencia de México no había
traído importantes cambios relacionados a la propiedad de la tierra, que seguía en
manos de los hacendados. Pero la nueva Constitución política, promulgada durante el
gobierno de Venustiano Carranza, dio el marco legal necesario para reconocer el
reclamo de las comunidades campesinas y grupos étnicos y su derecho a la tierra.
El artículo 27 se refería al reparto de la tierra y fue la materialización de un largo
proceso que comenzó con la lucha armada iniciada por Madero en 1910. En él, la
nueva carta magna recogió las demandas sociales, políticas y económicas que habían
dado sustento ideológico a la lucha armada.
El proceso de discusión y elaboración de esta carta magna incluyó a distintas
fuerzas del espectro político de esa época, ya que entre los constituyentes había
posiciones del más extremo radicalismo como del conservadurismo. Sin embargo,
cualquiera que fuese la posición política de los constituyentes, todos eran leales a
Carranza.
Con respecto a los zapatistas, para Carranza no merecían su opinión, no valían
la pena. “El zapatismo no es reacción ni es nada”, sentenció para explicar por qué les
negaba un lugar en la Constituyente, así como también a los viejos maderistas e
intelectuales que se habían unido a Pancho Villa y Zapata.
Entre las principales disposiciones de este artículo, caben destacar:
● La propiedad de aguas y tierras corresponden originalmente a la nación, con lo
cual el Gobierno dictará las medidas pertinentes para distribuirlas y
conservarlas.
● La nación es la encargada del dominio y explotación de los recursos naturales.
24
● Se declaran nulas todas las asignaciones y expropiaciones de tierra llevadas a
cabo de manera ilegal.
● Se prohíben los latifundios.
● Se protege la integridad de las tierras de los grupos indígenas.
● La ley, considerando el respeto y fortalecimiento de la vida comunitaria y de los
ejidos y comunidades, protegerá la tierra para el asentamiento humano y
regulará el aprovechamiento de tierras, bosques y aguas de uso común y la
provisión de acciones de fomento necesarias para elevar el nivel de vida de sus
pobladores.
● La ley, con respeto a la voluntad de los ejidatarios y comuneros para adoptar las
condiciones que más les convengan en el aprovechamiento de sus recursos
productivos, regulará el ejercicio de los derechos de los comuneros sobre la
tierra y de cada ejidatario sobre su parcela. Asimismo, establecerá los
procedimientos a través de los cuales ejidatarios y comunitarios podrán
asociarse entre sí con el Estado, con terceros y, otorgar el uso de sus tierras; y,
tratándose de ejidatarios, transmitir sus derechos parcelarios entre los miembros
del núcleo de población; igualmente fijará los requisitos y procedimientos
conforme a los cuales la asamblea ejidal otorgará al ejidatario el dominio sobre
su parcela. En caso de enajenación de parcelas se respetará el derecho de
preferencia que prevea la ley.
● Dentro de un mismo núcleo de población, ningún ejidatario podrá ser titular de
más tierra que la equivalente al cinco porciento del total de las tierras ejidales.
En todo caso, la titularidad de tierras en favor de un solo ejidatario deberá
ajustarse a los límites señalados en la fracción XV.
De esta manera, el artículo 27 fue la fundación legal de la distribución de las
tierras comunes llamadas ejidos. El derecho a éstos pertenece a la comunidad para
siempre. Aunque familias puedan controlar parcelas para generaciones, la tierra no se
puede vender y legalmente pertenece a la comunidad, no al individuo. Varios ejidos
tienen también parcelas de tierra dedicadas al uso comunal.
En 1992, el Presidente Carlos Salinas de Gortari modificó dicho artículo y puso
25
fin al compromiso histórico que México tenía con la reforma agraria. La distribución de
la tierra fue uno de los mayores logros de la revolución de 1917 y en 1992, los ejidos ya
formaban casi la mitad de la tierra campiña de México.
La nueva versión de la norma se promulgó el 6 de enero de 1992 y más tarde la
Ley Agraria y la Ley Forestal. Pero la crisis de 1994 hizo que finalmente no se apliquen
los programas compensatorios.
Si bien la reforma estipulaba que la iniciativa y la libertad para promover el
desarrollo rural pasaba a manos de los productores rurales y de sus organizaciones, le
quitaba al Estado y al gobierno la facultad para planear, dirigir y controlar la producción
en zonas rurales. El presidente perdía las facultades relativas al reparto de tierra que le
habían permitido intervenir en las decisiones de los eijidos. La nación dejaba de ser
propietaria jurídica de las tierras sociales y la propiedad de ésta pasaba a los eijidos.
Los límites máximos de la propiedad particular individual, establecidos en 1946,
se mantuvieron; pero a diferencia de lo estipulado por la legislación anterior, se
pudieron crear, con propósitos agropecuarios, sociedades mercantiles dotadas de
tierras de una extensión 25 veces superior a las tierras de propiedad particular
individual.
Esta reforma fue impulsada a su vez como respuesta a la insistencia de Estados
Unidos de cara a la firma del Tratado de Libre Comercio. La reforma de este artículo
fue el cambio más importante de los cientos que se produjeron en esta ley. La
“desterritorialización” de la clase campesina tuvo sus orígenes en los años setenta
cuando desde el gobierno se comenzaron a abandonar planes y proyectos en áreas
rurales en favor de un proceso de industrialización. Este proceso hizo que varios
campesinos dejen sus tierras para comenzar a trabajar como mano de obra en el
sector de la maquila, la cual gozaba de un gran crecimiento.
El embate del capitalismo condenó a las fincas chiapanecas al olvido y su
posterior desaparición, a causa del gran incremento de las maquilas en México y pese
a todas la legislación laboral, ambiental y fiscal existente:
“En el anticuado sistema de la finca, la tierra era primero, lo que obligaba al
finquero a buscar y atraer su mano de obra. Pero, con el principio de la
26
"deslocalización" neoliberal (o traslado de la empresa a miles de kilómetros
de su ubicación primitiva, pero siempre en zonas fronterizas), la maquila es
móvil: en respuesta a los golpes de un mercado de por si caprichoso, puede
empacar fácil su maquinaria ligera y trasladarla a otra zona periférica en la
primera bodega desafectada que encuentra, y captar en beneficio propio el
desempleo que siembran las sacudidas de la economía. Fuera de esta
diferencia de peso, todos los modales de la maquila son los de la finca.”
(Diario La Jornada, 6/1/2002)
En un contexto como el descrito, la modificación del artículo fue el
desencadenante del alzamiento en armas. Al año siguiente, algunas comunidades
zapatistas en Chiapas se organizaron en consultas populares en torno a la pregunta
“¿Debe el EZLN levantarse en armas?” La mayoría respondió: “Sí”.
1.3. El indígena en la modernidad y el papel del EZLN: del colonialismo al
decolonialismo.
Aníbal Quijano acuña el concepto de “colonialidad del poder”, según el cual
luego de la independencia formal, cuando el control del poder político jurídico pasó del
Estado imperial al Estado independiente, el poder siguió estando en manos de una élite
política y económica blanca, que mantuvo por diversos medios el control y la
explotación de los pueblos originarios en el interior de las estructuras sociales, políticas
y culturales.
Con las masacres de la colonización, se instala un nuevo régimen socio-cultural
en América Latina. El exterminio fue doble. Por una parte, el genocidio de los pueblos
originarios y, por otro, la eliminación de su sistema cultural a través de la destrucción
de sus templos, sus dioses, sus tradiciones, su lengua y su historia. En la cosmovisión
de estos pueblos, la historia es circular y no lineal; es por eso que aunque hayan
pasado 500 años desde la conquista, para ellos esa historia no terminó, sino que no
hace más que volver a comenzar.
A partir del momento de la colonización, el poder en manos del hombre blanco
27
comenzó a producir un proceso de homogeneización, a partir de la instauración a
fuerza de violencia y muerte, de un único sistema cultural, el suyo, en el que podía
imponer su lengua y religión.
El zapatismo propone en México - y representa a nivel internacional - un modelo
del proceso de descolonización y democratización social del poder. Para desarrollar el
concepto de descolonización, cabe destacar el trabajo de Ramón Grosfoguel y
Santiago Castro-Gómez “El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica
mas allá del capitalismo global”, en el cual se afirma que la decolonialidad se manifesta
en la subversión de los universalismos abstractos que se producen en el seno de la
modernidad, que funcionan como elemento de cohesión e homogeneización del Estado
moderno a través de términos como “progreso” y “democracia”.
Ambos autores hablan de un universalismo abstracto en dos sentidos:
epistémico (en el que el sujeto de la enunciación es abstracto y se encuentra vaciado
de cuerpo y contenido y de su localización desde donde produce conocimiento) y el
enunciado (en el que el conocimiento se abstrae de toda determinación espacio-
temporal y pretende ser eterno). En este sentido, Hegel viene a revolucionar esta
teoría, al situar al sujeto de la enunciación en un contexto histórico universal, y de esta
manera, historizar las categorías filosóficas.
Para Grosfoguel y Castro Gómez, el universalismo abstracto es intrínseco al
“racismo epistémico” cuando la razón universal y la verdad solamente pueden provenir
de un sujeto blanco, europeo, masculino y heterosexual.
La salida que ellos plantean a esto es el concepto de “transmodernidad” de
Enrique Dussel. La “transmodernidad como proyecto utópico descolonizador”, como un
diálogo horizontal liberador en oposición al monólogo vertical de Occidente: “el hombre
occidental no puede imponer su noción de democracia a los pueblos no europeos. Esto
no representa un llamado a buscar soluciones fundamentalistas o nacionalistas a la
colonialidad del poder global. Es un llamado a buscar, en la diversidad epistémica y la
transmodernidad, una estrategia o mecanismo epistémico hacia un mundo
descolonizado transmoderno, que nos mueva más allá de los fundamentalismos del
tipo eurocentrista primermundista y del tipo eurocentrista tercermundista.” (Dussel,
2007). El concepto de transmodernismo se diferencia de posmodernismo, ya que para
28
los autores, éste último es solamente una crítica eurocéntrica del eurocentrismo, que
reproduce todos los problemas de la modernidad/colonialidad.
En este sentido, los autores critican el concepto de significante vacío de Ernesto
Laclau y Chantal Mouffe (1987), por el cual “los procesos de formación de hegemonía
se constituyen cuando un sujeto particular se convierte en significante vacío, a través
del cual todos los particulares se identifican y lo imprimen de sentido, estableciendo
cadenas de equivalencias entre si, y creando simultáneamente cadenas de diferencia
contra un enemigo común. Este bloque de poder contra-hegemónico es siempre
hegemonizado por un particular, que se convierte en representante de todas las formas
de opresión contra un enemigo común, pero que no incorpora cada particularidad en si
misma, sino que las disuelve en el universal abstracto del significante vacío,
representativo del sujeto particular que articula las cadenas de equivalencia entre los
oprimidos” (Grosfoguel, Castro-Gómez, 2008).
Según esta crítica, el problema de esta teoría es que se recae en un
universalismo abstracto eurocéntrico, en donde un particular se erige en representativo
de todos los particulares. De esta manera, la democracia liberal occidental se erige
como la representativa de todas las democracias, como la única legítima, no
reconociendo ningún otro sistema o forma: “Las formas de alteridad democrática son
rechazadas a priori (...) la democracia debe ser reconceptualizada en una forma
transmoderna para poder decolonizarla de su forma liberal occidental, es decir, de la
forma racializada y capitalista de la democracia occidental” (Grosfoguel, Castro-Gómez;
2008).
Ahora bien, luego de la aclaración propuesta por nuestro marco conceptual,
podemos preguntarnos ¿por qué se presenta al zapatismo como modelo del proceso
de descolonización y democratización social del poder? Precisamente porque el
zapatismo instauró esa “otra” manera de hacer política: el “andar preguntando”, que
surge del concepto indígena tojobal de democracia, y que representa el extremo
contrario al concepto occidental judeocristiano del “andar predicando”. De ahí el lema
zapatista “mandar obedeciendo”, por el cual el que manda obedece y el que obedece
manda.
Los zapatistas no parten de un universal abstracto (significante vacío) para luego
29
convencer de ello a todos los mexicanos, sino que parten de un diálogo crítico
transmoderno para articular un programa de lucha universal, que incluya la diversidad
epistémica y las demandas particulares de todos los oprimidos de México. Es así como
los zapatistas concretan ese “giro decolonial” del que hablan los autores, en “esa otra
forma de hacer política, en la que, partiendo de cosmologías indígenas del sur de
México, proponen formas alternas de práctica política” (Grosfoguel, 2008).
Para John Holloway, el zapatismo es el ejemplo de cómo se puede romper con
la lógica del capital a partir de la creación de un espacio con una lógica “otra”, que ellos
concretan a través de la construcción de territorios autónomos bajo el lema “mandar
obedeciendo” y de la creación de radios comunitarias, escuelas y hospitales: “La única
forma de pensar la revolución es en términos de esos espacios o momentos que se
pueden concebir como grietas en el tejido social de la dominación capitalista. La única
forma de pensar la revolución es en términos de creación, multiplicación y expansión
de esas grietas, porque ellas se mueven, son dinámicas.” (Lobo Suelto, 7/10/2012). Es
por ello que se puede afirmar que, para este autor, el proceso de descolonización se da
a partir de un proceso de ruptura con el capitalismo, en el cual lo nuevo del zapatismo
reside en su proyecto de “cambiar el mundo sin tomar el poder”. Para el autor, ”el gran
aporte de los zapatistas ha sido romper el vínculo entre revolución y control del Estado
(...) han dicho que si la revolución a través del Estado no es posible, entonces tenemos
que pensar en la revolución de otra manera. Tenemos que romper la identificación de
la revolución con la toma del Estado, pero no debemos abandonar la esperanza de la
revolución, porque esta esperanza es la vida misma” (Holloway, 2001). En
consecuencia el autor establece que el zapatismo abre una nueva vía a la posición de
la izquierda tradicional, la cual se mantiene fija en una visión estadocéntrica de la
revolución. Lo novedoso del EZLN es que disuelve las relaciones de poder, a partir de
su lema “Mandar obedeciendo”, rompiendo el vínculo entre revolución y Estado.
Esta hipótesis de Holloway fue criticada por Atilio Borón, quien manifestó que “es
el propio capitalismo el que ha ido adoptando cada vez más un patrón estadocéntrico
de organización” (Borón, 2001). Este autor se interroga sobre la viabilidad de un
proyecto histórico de creación de una nueva sociedad, que pueda prescindir de un
dispositivo estratégico como el Estado. “Y si así fuera, ¿por qué el EZLN está aún
30
esperando la sanción de una legislación que le otorgue plena autonomía a las
comunidades indígenas, siendo que la estrategia de transformación “desde abajo” de
los zapatistas cuenta con un impresionante grado de legitimidad? ¿No es este un
reconocimiento práctico de que pese a la retórica antiestatista el Estado nación sigue
siendo un componente crucial de los capitalismos contemporáneos?” (Borón, 2001).
La discusión entre ambos autores se resuelve cuando Holloway sostiene que lo
que diferencia a la lucha del zapatismo es que esa es y será asimétrica con respecto a
la lucha por el capital. Esto significa que el hecho de plantearse esa lucha como
antipolítica se debe a que lo político es intrínsecamente parte de la relación del capital.
Y también significa que su carácter antipolítico es experimental y, como tal, puede
equivocarse y volver a formularse: “la gran belleza del movimiento zapatista es que han
evitado las „imprescindibles mediaciones políticas‟, que nos han sorprendido una y otra
vez, y que nos han enseñado que la lucha tiene que ser experimental, creativa,
asimétrica”, concluye el autor.
No obstante, considero que a medida que fue pasando el tiempo y que los
sucesivos gobiernos ignoraron las verdaderas demandas zapatistas o sancionaron
leyes que nunca llevaron a la práctica, el EZLN fue cada vez más prescindiendo del
estado y buscando una legitimidad alternativa a éste. Prueba de ello fue la creación de
los caracoles, nombre por el que se conoce a los territorios zapatistas autónomos, (los
cuales serán explicados más adelante en detalle), en donde el movimiento logró hacer
valer las leyes y los derechos que el gobierno nacional les negó durante 500 años.
31
2. Chiapas
2.1. ¿Por qué en Chiapas?
Chiapas se encuentra en el sureste de México, limita al norte con el estado de
Tabasco, al oeste con Veracruz y Oaxaca, al sur con el Océano Pacífico y al este con
Guatemala.
Figura 3: Mapa de Chiapas
Es el octavo estado más grande de la república mexicana. Se conforma de 118
municipios que se distribuyen en nueve regiones: Centro, Altos, Fronteriza, Frailesca,
Norte, Selva, Sierra, Soconusco e Istmo-Costa. Sus principales ciudades son
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TuxlaGutiérrezz (capital del Estado), San Cristóbal de Las Casas, Tapachula,
Palenque, Comitán y Chiapa de Corzo.
En Chiapas habitan las siguientes etnias: Tzeltal, Tzolzil, Ch´ol, Tojol-Al`bal,
Zoque, Chuj, Kanjobal, Mam, Jacalteco, Mochó, Cakchiquel y Lacandón o Maya
Caribe, es decir, 12 de los 62 pueblos indígenas reconocidos en México.
Figura 4: Distribución de los pueblos indígenas en Chiapas
Chiapas es uno de los estados con más población indígena de México. El 30%
de sus habitantes se concentra fundamentalmente en dos regiones: Los Altos, que son
las sierras alrededor y al norte del centro colonial de San Cristóbal de Las Casas, y la
Selva Lacandona, las tierras bajas del este de Chiapas y los valles que se forman entre
ellas (Las Cañadas).
La población indígena que allí habita pertenece en su mayoría a la civilización
maya, por su lengua y su cultura. Están emparentados con los mayas de Yucatán y los
33
de Guatemala, muchos de los cuales huyeron a Chiapas escapando de las masacres
del Ejército guatemalteco. Las lenguas que allí se hablan son el tzotzil, tzeltal, chal y
tojolabal.
A principio de los noventa en la Selva Lacandona había aproximadamente 200
mil personas divididas en más de 200 comunidades. Nueve de cada diez son indígenas
y de ellos, más de la mitad son tzeltales.
El Estado de Chiapas aporta la quinta parte del petróleo, casi la cuarta parte del
gas y la mitad de la energía hidroeléctrica que produce México. Sin embargo,
paradójicamente allí un tercio de la población no tiene acceso a la red eléctrica, la
mitad carece de agua potable, cuatro quintas partes no están cubiertas por el seguro
social, dos tercios siguen una dieta por debajo de los mínimos nutricionales
establecidos internacionalmente y otra tercera parte no sabe ni leer ni escribir. Sólo uno
de cada 100 alumnos llega a la universidad y la tasa de mortalidad supera en un 40% a
la de los habitantes de la capital. Asimismo, en Chiapas se encuentran desplegados
aproximadamente la mitad de los efectivos del Ejército Federal mexicano y su objetivo
es “disolver una guerrilla” que hizo una rebelión armada de 11 días hace 20 años.
El Subcomandante Marcos, un año antes de la insurrección del primero de enero
se dedicó a escribir una guía de turismo poco convencional sobre Chiapas :
“Por miles de caminos se desangra Chiapas (…) materias primas, miles de
millones de toneladas, fluyen a los puertos mexicanos, a las centrales
ferroviarias con caminos diversos (…) pero con el mismo destino: el imperio.
La cuota que impone el capitalismo al sureste de este país rezuma como
desde su nacimiento: sangre y lodo. (...) se llevan el gas y el petróleo y dejan,
a cambio, el sello capitalista: destrucción ecológica, despojo agrario,
hiperinflación, alcoholismo, prostitución y pobreza. (…) La bestia no está
conforme y extiende sus tentáculos a la selva Lacandona. Las brechas se
abren a punta de machetes, los empuñan los mismos campesinos que
quedaron sin tierra por la bestia insaciable (…) También por el café desangra
Chiapas. Más de cien mil toneladas de café (el 35% de la producción
nacional) salen del estado para engordar las cuentas bancarias de la bestia.
(…) el segundo saqueo en importancia es el ganado (…) las vacas son
34
pagadas hasta en mil cuatrocientos pesos el kilo en pie a los ejidatarios
empobrecidos, y revendidas por coyotes hasta en diez veces multiplicado el
valor que pagaron”.
“El tributo que cobra el capitalismo a Chiapas no tiene paralelo en la historia.
El 55 por ciento de la energía nacional de tipo hidroeléctrico proviene de ese
estado, y aquí se produce el 20 por ciento de la energía total de México. Sin
embargo, sólo un tercio de las viviendas chiapanecas tiene luz eléctrica”.
Chiapas cuenta con casi un millón de indígenas sobre una población de tres
millones y medio de habitantes, lo que representa la mayor concentración de población
autóctona en México después del estado de Oaxaca. Casi una tercera parte de los
indígenas chiapanecos no habla español y la tasa de analfabetismo allí es la más
elevada en el país.
Continúa Marcos:
“En Chiapas mueren cada año 14.500 personas. Es el más alto índice de
mortalidad del país. ¿Las causas? Enfermedades curables como: infecciones
respiratorias, enteristis, parasitosis, amibiasis, paludismo, salmonelosis,
escabiasis, dengue, tuberculosis pulmonar, oncocercosis, tracoma, tifo, cólera
y sarampión. Las malas lenguas dicen que la cifra supera los quince mil
muertos al año, porque no se lleva el registro de las defunciones en las zonas
marginadas, que son la mayoría del estado”.
Luego de la crisis política que llevó al movimiento estudiantil a realizar el “„68
mexicano” -como lo definió Carlos Fuentes-, que culminó con la masacre en la Plaza de
Tlatelolco, comenzó una lucha contra los caciques en las comunidades indígenas,
principalmente entre los chamulas.
Entre 1950 y 1970 se duplicó la población del municipio de Ocosingo, el mayor
de la región, y en la década del „80 creció un 56%. Allí renacieron tradiciones
comunitarias y de organización. En los años setenta se detectó en Chiapas la
existencia de grandes reservas de petróleo, lo que hizo que el gobierno y las
inversiones extranjeras vuelvan la vista hacia el sur, e inviertan mucho dinero en
35
infraestructura para extraer del estado las riquezas naturales. Los beneficios de esta
nueva explotación jamás llegaría a los indígenas.
En los años ochenta los movimientos de lucha por la tierra en Chiapas
perdieron, además, la batalla legal y la posibilidad de ser reconocidos por el Estado.
Durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) se expidieron en Chiapas el
75% de los certificados de inafectabilidad de propiedades agrícolas concedidos desde
1934.
“Desde 1974 Chiapas es una región incendiada y desalojada, aún cuando
durante veinte años esta pequeña guerra haya sido silenciosa y silenciada.
(…) Ese ciclo se inició a partir de marzo de 1974, cuando cuarenta soldados
del 46 Batallón incendiarion las veintinueve chozas de San Francisco, en
Altamirano”. (García de León)
En julio de 1980, al mando del general Absalón Castellanos, quien entre 1982 y
1988 sería gobernador del estado, el Ejército atacó el poblado tzeltal de Wolochán, en
Sibacá. Doce indígenas fueron asesinados e incinerados en el lugar. Wolochán fue
borrado del mapa y sus habitantes huyeron a poblados cercanos o a la selva. El
siguiente es el relato de un testigo que describe la matanza:
“Y usaron un aparato desconocido para mi, una ametralladora. Una bomba
suena y estalla, y así va desparramándose por las casas. Es una cosa
espantable y así fue como sucedió. Todos nos dimos a la fuga porque no
respondimos al fuego. Varios compañeros nuestros quedaron muertos, una
mujer quedó tendida. Muchos heridos, aún entre las criaturas. Pobres niños y
pobres mujeres: salieron como puercos de sus casas, cubiertas todas de lodo
(…) éramos tratados como viles perros, ahí mismo se encontraban los
finqueros. El acuerdo era claro, el dinero surtió sus efectos, ya que el dinero
fue el que hizo venir a los soldados de Wolochán” (idem).
En 1982 y 1987, según Amnistía Internacional, 814 campesinos fueron asesinados en
México, la mayoría ellos eran miembros de organizaciones independientes. El 75 por
ciento de estos asesinatos tuvieron lugar en estados con alta población indígena y con
36
alta conflictividad agraria: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Michoacán y Veracruz.
Para la mayoría del millón de indígenas que vive en Chiapas, la base de la
economía y la cultura se define por el acceso a la tierra y la posibilidad de cultivar maíz
y café. En 1990, el 67% del maíz cultivado en ejidos y comunidades agrarias iba al
mercado y sólo el 33% era destinado al consumo personal. El retiro del Inmecafé
(Instituto Mexicano del Café) en 1989, la contracción drástica de los créditos estatales,
la elevación de los costos de producción en relación con los precios por la
sobrevaluación del peso y la caída del precio internacional del café de hasta un 50%
provocaron un desastre entre los pequeños productores chiapanecos. Miles de ellos
abandonaron el cultivo entre 1989 y 1993, asentándose en las barriadas, en la periferia
de las ciudades de la región, en las zonas de colonización en La Selva Lacandona y
Las Cañadas.
En Chiapas, gracias al impulso del obispo de San Cristóbal de las Casas,
Samuel Ruiz, la Iglesia Católica asumió la orientación de la Teología de la Liberación,
tomó en cuenta los problemas socio-económicos de la región y promovió la conciencia
y la acción política no violenta. En 1974 la iglesia diocesana impulsó, en el aniversario
del nacimiento de Bartolomé de las Casas, la celebración en San Cristóbal de las
Casas del Congreso Indígena, que fue la primera manifestación pública indígena. La
experiencia terminó con la represión del poder estatal mexicano.
Las condiciones de un alzamiento estaban dadas en Chiapas como en ningún
otro estado de México, no sólo por su alto porcentaje de población indígena, su
explotación económica y su alto grado de pobreza, sino también por los distintos
grupos marginados que habían buscado refugio en Chiapas en los últimos 30 años. A
ellos se sumaron los sobrevivientes y herederos de las organizaciones armadas
desmanteladas por el poder estatal en la década del setenta y los movimientos
sociales, movimientos de liberación, modernización y desarrollo que tenían gran
conocimiento de las comunidades indígenas.
37
2.2. De la Teología de la Liberación al alzamiento en armas
La cuestión religiosa en Chiapas tiene sus inicios en la historia precolombina
compartida con Guatemala. Durante la colonia, las comunidades indígenas
conquistadas buscaban hacer perdurar sus mitos y honrar a sus dioses como manera
de resistir a la religión católica impuesta por sus conquistadores Esto derivó en un
sincretismo maya-católico.
Cuando Chiapas se separó de Guatemala y pasó a formar parte de México -
poco después de la Declaración de la Independencia de 1821- mantuvo su unidad
cultural, pese a ser parte de destinos políticos distintos. En ambos países, en manera y
tiempos distintos, las políticas liberales de la segunda década del siglo XIX provocaron
el repliegue del clero y revueltas emancipadoras indígenas. La primera de ellas se llevó
a cabo en Chiapas en 1867-1869 por pueblos tzotziles, liderados por un maestro
mestizo de la Ciudad de México.
Dentro del contexto del Concilio Vaticano II (1962), la Conferencia Episcopal
Latinoamericana de Medellín, Colombia (1968) y las demandas de los comunidades
indígenas se generó una discusión acerca de la orientación de la acción misionera en
regiones asediadas por el hambre y la pobreza:
“La Iglesia y la Palabra de Dios nos han dicho cosas para salvar nuestra
alma, pero no sabemos cómo salvar nuestros cuerpos. Mientras trabajamos
por la salvación nuestra y de los demás sufrimos hambre, enfermedad,
pobreza y muerte.” (Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Situación
General del Estado de Chiapas, 1979).
A escala global, la Iglesia estaba cambiando a la par del mundo y exigía un
nuevo orden mundial. Las crisis económicas, las guerrillas en América Latina y los
movimientos de emancipación no escapaban a un cierto grupo de la Iglesia Católica
que, basados en la “Pedagogía del Oprimido” de Paulo Freire, las teorías del sacerdote
Leonardo Boff y Camilo Torres, marcaron el inicio de lo que se dio a conocer como la
Teología de la Liberación.
38
En México, el personaje central de este movimiento fue monseñor Samuel Ruiz,
el obispo de San Cristóbal de Las Casas desde 1960 y oriundo de Guanajuato. Ruiz, a
quien los indígenas llaman j´tatic (nuestro padre), comenzó a formar parte de la
Teología de la Liberación cuando entró en contacto por primera vez con la realidad
chiapaneca por su participación activa en la Conferencia de Medellín. Bajo su dirección,
la diócesis emprendió la construcción de una “iglesia encarnada con rostro indígena”
que se basó en escuchar las demandas y problemas de las comunidades, en vez de
impartir las enseñanzas dictadas por la jerarquía eclesiástica sin tener en cuenta las
diferencias socioculturales.
La consecuencia de esta “teología indígena” es que por primera vez los pueblos
originarios adquieren confianza en sí mismos; es la primera vez que sus demandas son
escuchadas, que tienen fe en poder cambiar su realidad, en decidir su propio destino.
En palabras de Yvon Le Bot, esto le brinda a las comunidades indígenas “la forma de un
nos-otros que en ese combate (re) construye su identidad y su diferencia. A lo que asistimos es
al surgimiento de un sujeto colectivo. Sobre ese terreno germinará el zapatismo trayendo
consigo la división, ciertamente, pero también una dimensión religiosa menos explícita, más
discreta que la teología de la liberación. Los zapatistas heredan, sin embargo, las mismas
exigencias éticas y la misma búsqueda de historicidad”.
“Nosotros nos liberamos pero sin teología”, afirmó Marcos. Con una base social
dada por la nueva corriente del catolicismo, otra de las causas que preparó el terreno
para la revuelta fue la creación en 1975, como consecuencia del Congreso Indígena de
San Cristóbal de las Casas, de la Unión de Ejidos-Quiptic ta lecubtesel (expresión
tzeltal que significa “nuestra fuerza para la liberación”). La “Quiptic” fusionó las
dimensiones económicas, sociales, culturales y religiosas de la región,
homogeneizando la lengua, el tzeltal, la religión, el catolicismo renovado y su
organización social. Para Marcos, la Quiptic revestía un carácter radical y era tierra
fértil para la futura constitución de un comunitarismo armado.
A finales de los años setenta se produjo un enfrentamiento por el control de la
Quiptic entre líderes indígenas ligados a la diócesis y un grupo maoísta afiliado a la
organización Política Popular-Línea Proletaria. Ese conflicto culminó en 1983 con la
salida de los líderes maoístas y con el establecimiento de la primera célula del EZLN -
que surge de las Fuerzas de Liberación Nacional- en un lugar perdido en el fondo de la
39
Selva Lacandona. De orientación castro-guevarista, este grupo revolucionario
reivindicaba la guerrilla foquista y la historia insurreccional mexicana. A raíz del
debilitamiento del movimiento indígena y a partir del recrudecimiento de la represión y
de los conflictos externos, el EZLN toma contacto por primera vez con las comunidades
locales para formar grupos de autodefensa ante la creciente fragmentación del
movimiento social y la retirada de los grupos maoístas. Pero los zapatistas habían
elegido la vía armada y, por eso, fueron desplazados de la dirección de los Quiptic, que
en 1988 fueron transformados en la Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC). Tres
años después, formaron la Alianza Nacional Campesina Independiente Emiliano
Zapata (ANCIEZ).
En 1992, el año que marca el aniversario 500 de la invasión de los españoles a
América, tres manifestaciones en Chiapas anuncian el levantamiento armado:
● El 7 de marzo centenares de indígenas choles del norte de Chiapas emprenden
una marcha hacia la capital contra la reforma del artículo 27 de la Constitución y
contra la sistemática política de olvido del que siguen siendo víctimas.
● El 10 de abril, en el aniversario de la muerte de Emiliano Zapata, miles de
indígenas se manifiestan en distintos lugares de Chiapas por estos mismos
reclamos y contra el TLC que el gobierno estaba negociando con Canadá y
Estados Unidos.
● El 12 de octubre 10.000 indígenas, la mitad de ellos pertenecientes al ANCIEZ,
celebran “500 años de Resistencia” con una marcha en la ciudad de San
Cristóbal, durante la cual derriban una estatua de Diego de Mazariegos,
fundador de esa ciudad y símbolo de la dominación.
Estas son las diversas causas y los hechos que influyeron y prepararon el
escenario para que el EZLN surgiera en Chiapas y no en otro estado de México.
Asimismo estas causas explican porque un movimiento armado con una base
universitaria hizo suyas las demandas de las comunidades indígenas retomando los
símbolos de la revolución traicionada de 1910. En los próximos capítulos se retomarán
los orígenes del EZLN en más detalle.
Para Enrique Dussel, “Chiapas es una interpelación ética profunda, desde lo
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hondo de la historia de toda la modernidad. Toca a América Latina desde su sustancia,
pero toca igualmente a Europa recordándole el genocidio cumplido en el siglo XVI, el
primer holocausto de la modernidad, los 15 millones de indígenas muertos, los 14
millones de esclavos africanos vendidos. Situaciones éticas que convocan a la
corresponsabilidad solidaria con los oprimidos, los pobres, los excluídos”. Por eso,
entiendo que lograron ese anclaje tan especial en la sociedad civil y en la comunidad
internacional, que les permitió universalizar su lucha y proponer la paz con el Estado
mexicano.
41
3. El EZLN
"No morirá la flor de la palabra... Podrá morir el rostro oculto
de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino
desde el fondo de la historia y de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder.
Nosotros nacimos de la noche,
en ella vivimos, moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más:
para todos aquellos que hoy lloran la noche; para quienes se niega el día;
para quien es regalo la muerte; para quienes esta prohibida la vida. Para todos la luz; para todos todo.
Para nosotros la alegre rebeldía; para nosotros nada.
Nuestra lucha es por el respeto al derecho
a gobernar y gobernarnos y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos;
nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar,
y el mal gobierno opone cárceles y tumbas. Nuestra lucha es por la vida,
y el mal gobierno oferta muerte como futuro. Nuestra lucha es por la justicia,
y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos. Nuestra lucha es por la historia,
y el mal gobierno propone olvido. Nuestra lucha es por la paz,
y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.
Techo, Tierra, Trabajo, Pan, Salud, Educación, Independencia, Democracia, Libertad.
Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los quinientos años,
estas son hoy nuestras exigencias. Para todos la luz; para todos todo.
Para nosotros la alegre rebeldía; para nosotros nada.
Aquí estamos: somos la Dignidad Insurrecta,
el corazón olvidado de la patria."
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3.1. La historia
El zapatismo de 1994 surge de tres componentes principales: un grupo político
militar, un grupo de indígenas politizados y el movimiento indígena de la selva.
El grupo político militar es una organización marxista-leninista, similar en sus
características militares a las organizaciones guerrilleras de liberación nacional de
Centro y Sudamérica. Ellos planteaban enfrentar al poder a través de una guerra
popular para instaurar un gobierno socialista con vistas a implantar una dictadura del
proletariado y un régimen comunista. Para ellos la lucha pacífica estaba agotada y era
necesario enfrentar al poder a través de las armas para alcanzar el estadio final del
comunismo.
Una “guerrilla universitaria”, en palabras de Marcos, cercana al foco guerrillero
que pretendía con su accionar crear conciencia e incorporar a otros grupos a la lucha
armada. Era una organización clandestina, compuesta en su mayoría por profesores
universitarios, estudiantes, profesionales, ingenieros y médicos de clase media; no
había en ella ningún indígena y pocos campesinos. Eran aproximadamente una docena
de personas y su concepción se basaba en una polarización de los elementos de la
sociedad mexicana que eventualmente desembocaría en una guerra civil. Por un lado,
el Estado y, por el otro, el pueblo.
La idea principal de este grupo no era desencadenar la guerra, sino estar listos
para cuando la guerra estalle, para cuando el ejército federal ataque y, por ello, creían
importante dotar al pueblo de un grupo armado con el cual defenderse de ese mal
gobierno.
Al referirse a este componente, Marcos afirmó que “este grupo adopta una
distancia necesaria respecto de la posición del campo socialista. El campo socialista
siempre operó en sus relaciones con México, con una indefinición, una vaguedad que
le servía al Estado mexicano para sostener su política exterior. Todas las
organizaciones armadas de Centro y Sudamérica con las que entramos en contacto
antes del „94 nos respondieron con el mismo argumento central: la revolución era
posible en cualquier parte del mundo, menos en México”.
En la composición universitaria del grupo había profesores de gran prestigio,
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maestros con gran dominio de la historia de México, grandes investigadores que
podían estar en puestos de poder en cualquier universidad del mundo, pero sin
embargo estaban en la clandestinidad.
Esta organización que se preparaba para la guerra dejó el legado de su cercanía
con otras organizaciones político-militares de América latina, de las que retomaron
símbolos, conceptos, discursos que vienen en sus orígenes de la liberación nacional
castro-guevarista. En palabras del Subcomandante Marcos: “pensábamos que el
socialismo en México pasaba necesariamente por la liberación nacional. Para nosotros
era un Estado neocolonial, dominado por el imperio norteamericano y, necesariamente,
para transitar a la democracia y al socialismo era necesaria la liberación nacional. De
ahí que los fundadores tomen el nombre de Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Y la contradicción entre los aportes exteriores y la historia nacional se resuelve
recurriendo a los nombres de Hidalgo, Morelos, Guerrero, Zapata”.
El componente indígena fundador se dividía en dos grupos. Por un lado, los
indígenas que el subcomandante Marcos definió como “élite, indígenas politizados, con
gran capacidad organizativa, con una experiencia de lucha política muy rica”, con
participación en organizaciones políticas de izquierda y que piensan que la única salida
a sus problemas de tierras y condiciones de vida y derechos es la violencia. Gente con
cultura política y con una conciencia nacional. Por otro lado, estaban los indígenas
aislados, el indígena de la selva, “marginado culturalmente, inhibido, chingado”. En este
momento histórico, ambos grupos entran en contacto y coinciden en que es necesario
preparar un ejército regular para enfrentar la lucha armada contra el poder.
Para la preparación de este ejército, los indígenas buscaron un lugar de difícil
acceso donde poder organizarse y entrenarse sin peligro a ser detectados. El lugar
elegido fue la Selva Lacandona. “Hay lugares donde no llega el gobierno, no llegan las
guardias blancas, no llegan los finqueros, no llegan carreteras; tampoco llegan los
indígenas porque son zonas muy apartadas, ¡no llega ni Dios! Ahí se puede hacer, si
es que quieren hacerlo, pero es una zona muy difícil. Ni nosotros vivimos ahí”, comentó
Marcos. Así es como un grupo entró, se instaló en la Selva Lacandona y en noviembre
de 1983 fundó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El campamento se llamó La Pesadilla porque cuando mandaron a un explorador
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a conocer el lugar les dijo que era muy bonito, que tenía un río y árboles frutales y que
se podía cazar. “Un sueño”, dijeron y cuando llegaron a conocerlo se sorprendieron:
“¿es un sueño? No, es una pesadilla!”
Los primeros años en la selva (1983-1985) fueron relatados como una real
pesadilla: no tenían el apoyo de los pueblos ni de las comunidades locales. La logística
demoraba porque llegaba desde la ciudad y se hacía subterránea hasta que llegaba a
los campamentos. “Era subterránea incluso en las comunidades, o sea, nosotros
pasábamos por todos esos pueblos sin que nos vieran, de noche, escondidos. A veces
nos perseguían porque decían que éramos robavacas, o bandidos o brujos”
(Subcomandante Marcos, 1997).
En varias entrevistas que fueron posteriormente realizadas a los miembros
fundadores del EZLN, todos coincidieron en afirmar que fueron años de mucha soledad
y aislamiento, de aprender a vivir en la montaña y aprender a pelear con formación
militar autodidacta y sin apoyo exterior. “Nosotros aprendimos guerrilla en los manuales
de los Rangers, de los Marines, de los Siespos, de los Seals y de todos los aparatos
del tipo comando militar que hay en el ejército norteamericano y en la OTAN”.
En 1985 eran sólo ocho personas contra cuerpos del ejército que alcanzaban los
15.000 y 20.000 hombres. En ese tiempo el mayor desafío era sobrevivir en la
montaña. “Todos nos decían que íbamos al fracaso rotundo”, afirmaron.
El primer contacto que los saca del aislamiento se da entre las comunidades y
los indígenas del primer grupo, la antes llamada “élite politizada”. Ellos ya llevaban
varios años viviendo en la montaña y eso para los indígenas significaba mucho, ya que
nadie se animaba a ello, no sólo por los peligros, sino también por lo que representan
la noche y la montaña en su tradición cultural. Este grupo indígena politizado comenzó
a hablar con los jefes de las comunidades indígenas que conocen sobre la posibilidad
de una lucha armada. Esos primeros contactos se dan en el marco de varios ataques
de las guardias blancas y de hechos represivos en el norte de Chiapas y en la selva, lo
que ayuda a convencer a los grupos indígenas de la necesidad de formar una
autodefensa.
En ese primer contacto con los jefes de las comunidades indígenas se logró un
acuerdo tácito de cooperación, de ayuda mutua, en el que unos enseñaban a pelear y
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los otros ayudaban a obtener abastecimiento y a transportar sus cosas. “Se da una
especie de relación de intercambio en la que también empieza a haber un intercambio
político y cultural. El choque, para nosotros, es que teníamos que hablar la lengua”
(Subcomandante Marcos, 1997). Tuvieron que aprender no sólo el dialecto, sino
también el manejo del lenguaje, de los símbolos, lo que representan las cosas, lo que
representaba el sentido del símbolo en la comunicación de estas comunidades.
Los indígenas de la guerrilla urbana comenzaron a hablar con sus familias,
indígenas tzetzales, tzotziles, choles, tojolabales y eventualmente estas familias
decidieron enviar a sus hijos más jóvenes a la montaña a hacerse guerrilleros. Esta
decisión introdujo el ingrediente indígena dentro del grupo político-militar y, un tiempo
después, permitió que los indígenas sean mayoría sobre ladinos y mestizos.
Cuando se dan los primeros contactos con las comunidades ya existe un
componente indígena que funciona como traductor. Ellos ya tenían una conciencia
política, una perspectiva de lucha “y ya han asimilado de alguna forma ese bagaje
político-cultural que la organización construyó antes; lo han digerido y han producido
algo nuevo. Es eso nuevo lo que permite el contacto con las comunidades, lo que
permite que el pacto de convivencia se convierta en una relación política y la
construyen como una relación orgánica” (Subcomandante Marcos, 1997). Ese
contenido, ese “algo nuevo”, es la idea de un mundo más justo.
En los primeros contactos, el EZLN se encontró frente a una realidad distinta, un
mundo para el cual no tenía respuesta. Comprendió que no es lo mismo la palabra
revolución para un proletario, un campesino, un estudiante, que para un indígena. “La
virtud de esta organización militar está en reconocer que no tenía respuesta y que
debía aprender. Esa es la primera derrota del EZLN, la más importante y la que lo
marcará de ahí en adelante”. A partir de ese momento se empieza a dar un proceso de
transformación del EZLN que pasa de ser “un ejército de vanguardia revolucionaria a
un ejército de las comunidades indígenas, un ejército que es parte de un movimiento
indígena de resistencia, dentro de otras formas de lucha”, “el EZLN a la hora en que se
imbrica con las comunidades, pasa a ser un elemento más dentro de toda esa
resistencia, se contamina y es subordinado a las comunidades. Las comunidades se lo
apropian y lo hacen suyo, lo colocan bajo su férula” (Ybon le Bot, 1997).
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En la segunda mitad de los años ochenta (87-88), los contactos con las
comunidades todavía eran muy esporádicos. Recién en 1989 se da el cambio, cuando
en la montaña ya hay más de cien combatientes profesionales. La gente de los pueblos
comienza a ir a las montañas, a los campamentos, a las fiestas del EZLN y, a partir de
esto, la mayoría de los pueblos de la Selva y de Los Altos empieza a simpatizar con el
zapatismo y a integrar sus filas.
En 1988 se dan tres hechos importantes (serán debidamente analizados en el
capítulo IV) que llevaron a las comunidades a convencerse de que no había esperanza
por fuera de la lucha armada: la reforma de Salinas de Gortari al artículo 27, en la que
cancela el reparto agrario, el fraude de 1988 contra el cardenismo y la caída de los
precios del café.
En 1992, luego de una gran marcha por un nuevo aniversario del 12 de octubre
en San Cristóbal (en la que aproximadamente 10 o 15 mil indígenas recordaron los 500
años de la conquista de América), se hizo una consulta en las comunidades de las
cuatro etnias, entre 400 y 500 comunidades, para saber quiénes apoyaban la guerra y
quienes no. La mayoría optó por la guerra y, por eso, a finales de ese año, la
comandancia del EZLN empieza a residir en las jefaturas de las comunidades,
conformando lo que se pasa a llamar el Comité Clandestino Revolucionario Indígena.
En 1993 se reúnen por primera vez los jefes indígenas y los comandantes de
cada etnia para plantear el carácter general de la guerra y para acordar los trabajos
conjuntos, ya como una guerra indígena pero con demandas nacionales. Las
principales banderas son: democracia, libertad y justicia. En palabras de Marcos: “Esto
de que la guerra es nacional no significa que se lucha por la toma del poder, sino por el
cambio a un sistema democrático; significa igualdad en la lucha política y la apertura
del espacio de la lucha civil y pacífica. Para los indígenas en concreto, pero en general
para todos los mexicanos. Hay que recordar que una parte del EZLN, la que se define
como organización político-militar, llega a las armas porque ve canceladas todas las
vías de lucha política pacífica” (Ybon Le Bot, 1997).
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3.2. Cronología: Los 15 días del movimiento armado
30 de diciembre de 1993: Un grupo armado se apodera del poblado de San Miguel.
31 de diciembre de 1993: El noticiero de la estación XEUE de Tuxla Gutiérrez informa
de un bloqueo de la carretera a Ocosingo por grupos armados.
1 de enero de 1994: En las primeras horas del año, centenares de personas, en su
mayoría indígenas, toman la ciudad de San Cristóbal de las Casas y las poblaciones de
Las Margaritas, Altamirano, Ocosingo y Chanal. El grupo armado que se da en conocer
como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) declara la guerra al Ejército
mexicano, reclama un gobierno de transición y expone los motivos de la rebelión en un
comunicado difundido a los medios masivos de comunicación.
A las 16 llegan al poblado de Oxchuc, a 36 kilómetros de San Cristóbal, unos 300
integrantes del EZLN. Saquean diez oficinas públicas y dos son incendiadas junto con
14 viviendas particulares.
Los tres obispos de Chiapas se pronuncian en contra de la violencia.
2 de enero: El EZLN llega a Ocosingo, libera a 179 presos del penal de San Cristóbal,
secuestra al general y ex gobernador del estado de Chiapas, Absalón Castellanos, y
enfrenta al ejército en una zona militar.
El gobierno pide a Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal de las Casas, que medie en el
conflicto.
3 de enero: El EZLN abandona las cabeceras municipales de Oxcuch y Abasolo
después de haber incendiado edificios oficiales. Se registran enfrentamientos en Chapa
de Corzo, a 16 kilómetros de la capital del estado, en el poblado de Ocosingo, y
miembros del EZLN toman las instalaciones del hospital de Altamirano, en donde eran
atendidos varios guerrilleros heridos. Un auto en el que viajaban periodistas es baleado
en San Cristóbal y un reportero resulta herido. Además, dos socorristas son heridos y
dos ambulancias, dañadas.
4 de enero: El Ejército mexicano envía 10.000 soldados a la zona de conflicto y
bombardea el sur de San Cristóbal. En Ocosingo se encuentran cinco cadáveres de
miembros del EZLN fusilados, mientras que el gobierno reporta 93 muertos y la Iglesia,
unos 400. El EZLN derriba un helicóptero militar en Altamirano y abandona el poblado
48
después de demoler el palacio municipal, al mismo tiempo que el secretario de
Desarrollo Social, Carlos Rojas, llega a San Cristóbal, acompañado por el gobernador
de Chiapas. La Conferencia del Episcopado mexicano advierte al gobierno que “lo
sucedido en Chiapas no es un hecho simplemente de violencia ni de contenido
exclusivamente político. Es la voz del pueblo que sufre y que todos debemos saber
escuchar e interpretar”.
5 de enero: Setenta tanques del Ejército entran a la zona del conflicto, mientras los
bombardeos aéreos del Ejército continúan golpeando el sur de San Cristóbal. Cerca del
cuartel de Rancho Nuevo es atacada una combi, en la que mueren cinco civiles, entre
ellos una nena de ocho años, y periodistas de la agencia de noticias France Press, y de
los canales de televisión Mira y Univisión son agredidos. La Central Independiente de
Obreros y Campesinos (CIOAC) denuncia la detención de cinco de sus líderes por
parte del Ejército y advierte que desconoce su paradero. Por medio de un comunicado,
el gobierno denuncia que el EZLN es “un grupo radical, que se conforma por una
dirigencia profesional de origen extranjero e indígenas campesinos, mal armados,
algunos menores de edad”. La Secretaría de la Defensa Nacional ya habla de 61
rebeldes asesinados y 34 detenidos, y la Comisión Permanente del Congreso de la
Unión acuerda crear una comisión para participar de la resolución del conflicto, que es
conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Auténtico de la Revolución
Mexicana (PARM), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido
Revolucionario Institucional (PRI).
6 de enero: Retenes militares impiden que la gente, inclusive los periodistas, salgan de
San Cristóbal. Se denuncia en Comitán el asesinato de dos civiles por parte del
Ejército, mientras el EZLN entra a Huixtán y destruye instalaciones públicas. La
población Chamula de Tzontehuitz, en tanto, es bombardeada por ocho aviones del
Ejército.
7 de enero: Estalla un coche bomba en el estacionamiento de un centro comercial en
la ciudad de México y deja cinco heridos, mientras se registra un enfrentamiento en
Navenchauc, a 60 kilómetros de San Cristóbal de las Casas, en el que mueren al
menos siete efectivos militares del Ejército mexicano. Ya se habla de 61 muertos del
EZLN y 106 detenidos, y el grupo armado mantiene ocupada la población Guadalupe
49
Tepeyac del municipio de Las Margaritas.
8 de enero: El presidente Salinas crea una comisión especial para Chiapas. Se
registran explosiones en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, cerca de torres de alta
tensión, además de un estallido de granada en el Palacio Federal de Acapulco.
Asimismo, la CIOAC informa al presidente de la CNDH sobre la detención y tortura de
16 indígenas chiapanecos en las instalaciones de la Policía Judicial de Tuxla Gutiérrez.
9 de enero: Estallan en el Estado de México tres bombas, que dañan una torre de
electricidad, pero ninguna organización se adjudica el atentado. En tanto, se reanudan
los enfrentamientos en Ocosingo.
10 de enero: Renuncia el secretario de la Gobernación y en su lugar se designa a
Jorge Carpizo, y el presidente Salinas de Gortari nombra a Manuel Camacho como
comisionado por la paz y la reconciliación en Chiapas. El EZLN libera al ex gobernador
Absalón Castellanos y la PGR informa sobre “otros 30 nuevos detenidos” en Chiapas,
con lo que ascienden a 88 las personas detenidas desde el levantamiento del primero
de enero. En Londres, Amnistía Internacional manifiesta su preocupación por lo
ocurrido en Chiapas e informa que enviará una delegación a México.
11 de enero: Manuel Camacho llega a San Cristóbal, acompañado del obispo Samuel
Ruiz, y propone una salida política de tres pasos: una tregua, un diálogo y la realización
de cambios necesarios para la región. La Dirección de Radio, Televisión y
Cinematografía (RTC) solicita a los medios transmitir la propuesta gubernamental y
referirse a los rebeldes como grupo armado.
12 de enero: El presidente Salinas anuncia un cese al fuego y promete que “el Ejército
responderá sólo si es atacado”, así como también adelanta que “los que hayan
participado por presión o desesperación (en el levantamiento) y que ahora acepten la
paz y la legalidad encontrarán el perdón”. Se abre el paso a Comitán y Ocosingo, y en
una marcha multitudinaria en Ciudad de México se demanda que el gobierno federal
reconozca como interlocutor legítimo al EZLN, que éste responda cuando el gobierno
lo llame a negociar, que el gobierno nacional y el EZLN reconozcan a Samuel Ruiz
como agente de diálogo y, finalmente, que el Ejército facilite la solución pacífica del
conflicto,
La delegación de Organismos Civiles de Derechos Humanos y de observadores
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internacionales, constituidos en Misión de Paz, informa que ha obtenido pruebas sobre
presuntas violaciones de derechos humanos y denuncia que el acceso a la Cruz Roja a
los lugares de conflicto ha sido bloqueado.
13 de enero: Miembros de la Comisión Nacional de Derechos Humanos visitan los
poblados que ocupó el EZLN para verificar cómo fueron tratados sus habitantes. En
tanto, la jerarquía católica de México demanda al gobierno de Salinas una paz “de
fondo, duradera y de justicia”. Representando a 113 organizaciones de Los Altos, la
zona fronteriza y la zona selva y norte de Chiapas, más de 300 indígenas demandan al
gobierno federal un cese total e inmediato del fuego, la desmilitarización de las
poblaciones, el repliegue del Ejército, la amnistía para quienes se hayan sumado a las
filas del EZLN, el reconocimiento de éste como fuerza política y la construcción de la
paz. Además, reclaman que la ONU nombre una comisión que investigue las
violaciones a los derechos humanos de los pueblos indígenas en Chiapas en su
próxima Asamblea General.
14 de enero: Manuel Camacho acepta a Samuel Ruiz como mediador del conflicto y
anuncia que están preparadas las líneas para un proceso de negociación del conflicto y
que todo planteo o denuncia que se reciba por medio de él será “inmediatamente
considerado”. Mientras tanto, la CNDH recibe 231 solicitudes de desaparecidos, el
Ejército sobrevuela la zona en busca de guerrilleros y ONG‟s internacionales solicitan al
gobierno mexicano que informe sobre los muertos, heridos y desaparecidos.
15 de enero: El obispo Samuel Ruiz informa que aún no tuvo contacto con el EZLN,
mientras la CNDH investiga la existencia de una fosa común con cadáveres,
encontrada en Ocosingo. Amnistía Internacional y otras organizaciones que trabajan en
la defensa de los derechos humanos llegan finalmente a la zona a investigar.
3.3. Caracoles zapatistas bajo el lema “Mandar obedeciendo”
Bajo el lema “lento pero avanzo”, los caracoles se crearon en 2003 y son
espacios comunitarios autónomos de resistencia. En palabras del Subcomandante
Marcos, son “una pequeña parte de ese mundo al que aspiramos, hecho de muchos
mundos. Como puertas para adentrarse a las comunidades y para que las
51
comunidades salgan, como ventanas para vernos dentro y para que veamos fuera;
como bocinas para sacar lejos nuestra palabra y para escuchar la del que lejos está.
Pero sobre todo para recordarnos que debemos velar y estar pendientes de la
cabalidad de los mundos que pueblan el mundo".
Figura 5: Dibujo en una casa del caracol de Oventic
Luego del incumplimiento del gobierno de los Acuerdos de San Andrés, los
zapatistas en vez de retomar las armas decidieron construir territorios autónomos
rebeldes. Se trata de redes autónomas de pueblos autónomos, articuladas,
coordinadas y autogobernadas bajo un “otro” sistema alternativo y una “otra” lógica de
poder, definida como “mandar obedeciendo”.
52
Figura 6: Mapa de la ubicación de los caracoles
Los caracoles zapatistas, como lo indica el mapa, son cinco: 1) La Realidad, 2)
Morelia, 3) La Garrucha, 4) Roberto Barrios, 5) Oventic.
Aquí una breve descripción de cada uno de ellos:
1) La Realidad (denominado “La Pesadilla” en sus inicios): “Mar de los caracoles de
los mares de nuestros sueños”. Es la sede de La Junta del Buen Gobierno Selva
Fronteriza. Allí viven zapatistas tojobales, tzeltales y mames, y agrupa a los
municipios autónomos de General Emiliano Zapata, San Pedro Michoacan,
Libertad de los Pueblos Mayas y Tierra y Libertad. Está ubicado en el corazón
de la Selva y se extiende desde Marqués de Comillas, la región de Montes
Azules y todos los municipios fronterizos con Guatemala, hasta Tapachula.
2) Morelia: “Torbellino de nuestras palabras”. Es la sede de la Junta del Buen
Gobierno Tzots Choj, está integrada por zapatistas tzeltales, tzotziles y
tojobales, abarca los territorios de los municipios gubernamentales de Ocosingo,
Altamirano, Chanal, Oxchuc, Huixtan, Chilon, Teopisca y Amatenango del Valle.
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También llamado “Corazón del arcoiris de la esperanza”, agrupa a lo municipios
autónomos de Comandanta Ramona, Lucio Cabañas y 17 de noviembre.
3) La Garrucha: “Resistencia hacia un nuevo amanecer”. Es la sede de la Junta de
Buen Gobierno Selva Tzeltal, que abarca los municipios autónomos de
Francisco Gomez, San Manuel, Francisco Villa y Ricardo Flores Magon.
4) Roberto Barrios: “El caracol que habla para todos”, integrado por zapatistas
choles, zoques y tzeltales, y la sede de la Junta del Buen Gobierno Zona Norte
de Chiapas. Abarca desde Palenque hasta Amatan, agrupando los municipios
autónomos de Vicente Guerrero, Del trabajo, Akabalnà, Dignidad, La Paz, Benito
Juarez, Francisco Villa, Rubén Jaramillo y Campesino
5) Oventic: “Corazón céntrico de los zapatistas delante del mundo. Resistencia y
rebeldía por la humanidad”. Está integrado por indígenas tzotziles y tzeltales, y
allí tiene la sede la Junta de Buen Gobierno Altos de Chiapas. Abarca los
municipios gubernamentales de los Altos de Chiapas y se extiende hasta Chiapa
de Corzo, Tuxla Gutiérrez, Berriozabal, Ocozocuatla y Cintalapa. Agrupa los
municipios autónomos de San Andres Sakamchén de los Pobres, San Juan de
la LIbertad, San Pedro Polho, Santa Catarina, Magdalena de la Paz, 16 de
febrero y San Juan Apóstol Cancuc.
El antecedente de los caracoles son los Aguascalientes, palabra con la que se
conoció a los centros de expansión política y cultural, de intercambio entre el EZLN y
sus bases, y con la sociedad mexicana y mundial. Creados el 8 de agosto de 1994, a
pocos meses de la primera aparición pública del EZLN, su nombre rememora la ciudad
donde se realizó la histórica Convención de Aguascalientes en 1914, durante la
Revolución Mexicana, que reunió a lo mejor de las distintas fuerzas que por entonces
luchaban contra la dictadura de Porfirio Díaz.
El primer Aguascalientes fue creado en pleno corazón de la Selva Lacandona,
cerca de la comunidad tojobal de Guadalupe Tepeyac, en el Municipio de Las
Margaritas. Se creó para que sea la sede de la Convención Nacional Democrática,
organizada por el EZLN el 6 de agosto de 1994. Allí, en sólo 27 días, los zapatistas
aunaron sus energías para construir un espacio que albergue a los 6.000 participantes
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de la convención que llegaron de todo el mundo. El espacio contó con una sala de
prensa, una biblioteca y varios espacios para dormir.
En febrero de 1995, el entonces presidente Zedillo mandó a destruir el
Aguascalientes, pero luego de varios meses de esfuerzo y ayuda éste resurgió
multiplicado por cinco. Cinco nuevos Aguascalientes, cinco bibliotecas en plena selva y
cinco centros de intercambio cultural entre personas de todo el mundo. Ante la
violencia del Estado federal, la respuesta zapatista fue la expansión y la paz.
Sin embargo, años más tarde, el Subcomandante Marcos anunció la muerte de
los Aguscalientes, cansados de las limosnas de la sociedad civil que no siempre los
trataban con respecto. Sus ejemplos fueron concretos: a las comunidades llegaban
computadoras inservibles, medicinas caducas, ropa extravagante, zapatos que les
faltaba su par. Además, ONGs y organismos internacionales, sin consultar ni conocer a
las comunidades, elaboraban proyectos de desarrollo en los que les imponían objetivos
y plazos. Esta lógica asistencialista chocaba con la concepción zapatista, según la cual
la pobreza es una lección de dignidad y no un reclamo de lástima.
Con el final de los Aguascalientes, el EZLN buscaba poner fin a las limosnas y a
los paternalismos de la sociedad civil y de las instituciones. Asimismo, Marcos anunció
que si el gobierno federal no cumplía con los Acuerdos de San Andrés firmados, ellos
sí lo harían en los territorios de Chiapas que estaban bajo su control. Y así avanzaron,
en la construcción de espacios en los que se respetaran sus leyes, sus derechos y
particularidades. Y así nacieron los caracoles:
“Dicen aquí que los más antiguos dicen que otros más anteriores
dijeron que los más primeros de estas tierras tenían aprecio por la figura del
caracol. Dicen que dicen que decían que el caracol representa el entrarse al
corazón, que así le decían los más primeros al conocimiento. Y dicen que
dicen que decían que el caracol también representa el salir del corazón para
andar el mundo, que así llamaron los primeros a la vida. Y no sólo, dicen que
dicen que decían que con el caracol se llamaba al colectivo para que la
palabra fuera de uno a otro y naciera el acuerdo. Y también dicen que dicen
que decían que el caracol era ayuda para que el oído escuchara incluso la
palabra más lejana. Eso dicen que dicen que decían. Yo no sé. (...) Durante
55
varias horas estos seres de corazón moreno han trazado, con sus ideas, un
gran caracol. Partiendo de lo internacional, su mirada y su pensamiento ha
ido adentrándose, pasando sucesivamente por lo nacional, lo regional y lo
local, hasta llegar a lo que ellos llaman "El Votán, el guardián y corazón del
pueblo", los pueblos zapatistas. Así, desde la curva más externa del caracol
se piensan palabras como "globalización", "guerra de dominación",
"resistencia", "economía", "ciudad", "campo", "situación política", y otras que
el borrador va eliminando después de la pregunta de rigor: "¿está claro o hay
pregunta?". Al final del camino de fuera hacia dentro, en el centro del caracol
sólo quedan unas siglas: "EZLN". Después hay propuestas y se dibujan, en el
pensamiento y en el corazón, ventanas y puertas que sólo ellos ven (entre
otras cosas, porque aún no existen). La palabra dispar y dispersa empieza a
hacer camino común y colectivo. Alguien pregunta "¿Hay acuerdo?" "Hay",
responde afirmando la voz ya colectiva. De nuevo se traza el caracol, pero
ahora en camino inverso, de dentro hacia fuera. El borrador sigue también el
camino inverso hasta que sólo queda, llenando el viejo pizarrón, una frase
que para muchos es delirio, pero para estos hombres y mujeres es una razón
de lucha "un mundo donde quepan muchos mundos". Más despacito, una
decisión se toma.” (Subcomandante Marcos, 2003).
56
Los caracoles como proyecto de “pueblos gobierno” (como los definió Pablo
González Casanova) funcionan en red con los otros caracoles y municipios autónomos,
coordinados por las Juntas del Buen Gobierno y con mandatos controlados desde la
base. Son conducidos democráticamente por las mismas comunidades, con cargos sin
remuneración y con trabajos rotativos para el bien colectivo. Se basan en la
construcción de una nueva cultura de poder, bajo los principios de “andar preguntando”
y “mandar obedeciendo”.
Las Juntas del Buen Gobierno (JBG) están compuestas por delegados de los
Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) y supervisadas por el CCRI-CG
(Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General). Son el primer
órgano formal de administración de los municipios autónomos, cada una de ellas tiene
una sede material y sus funciones son: resolver los problemas de la comunidad,
contrarrestar los desequilibrios en el desarrollo de los municipios, mediar en los
conflictos entre municipios, recibir denuncias por violaciones a los derechos humanos y
otras temáticas, y ser un puente entre los zapatistas y la comunidad civil nacional e
internacional. Además, las JBG deben supervisar y promover los proyectos y las tareas
comunitarias en los municipios autónomos, vigilar el cumplimiento de las leyes
zapatistas, atender a la sociedad civil y a los representantes de la prensa que visitan
los caracoles, realizar proyectos productivos y realizar investigaciones e informes sobre
el estado de los municipios.
El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General (CCRI-CG),
garantiza su funcionamiento, evita actos de corrupción, intolerancia, injusticia, y recibe
todos los reclamos que haya contra el buen funcionamiento de los caracoles. Estos
últimos se rigen bajo lo establecido en los Acuerdos de San Andrés y su existencia
reivindica el derecho del pueblo mexicano a crear sus propias formas de gobierno, tal
como está establecido en el artículo 39 de la Constitución Nacional:
“Nuestros Municipios Autónomos son legales, están amparados en el artículo
39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que es la
máxima ley de los mexicanos y dice que el pueblo tiene en todo momento
57
derecho a decidir su forma de gobierno, y nosotros hemos decidido
gobernarnos en los Municipios Autónomos como parte de la república
mexicana. No queremos separarnos de México ni tampoco ser parte de otro
país, estamos ejerciendo nuestros derechos como mexicanos que somos y
que seguiremos siendo siempre. La existencia de los Municipios Autónomos
fue aceptada por el Gobierno Federal y Estatal en los Acuerdos de San
Andrés y por lo tanto son legales de acuerdo a la Carta Magna y a los
Acuerdos de San Andrés”
En los caracoles se privilegian la construcción de centros de salud y escuelas, y se
capacitan promotores de salud para realizar campañas de higiene y prevención en las
comunidades, además de campañas de alfabetización. Considero importante destacar
algunos de los logros concretos de los caracoles en estos once años de existencia:
“600 promotores y promotoras de salud, 500 casas de salud comunitarias con
botiquines de medicinas básicas de farmacia y de herbolaria; 1 clínica-
hospital con quirófano, consultorio dental, laboratorio de análisis clínicos, un
área de oftalmología y otra de ginecología, laboratorio de herbolaria, farmacia
y cuartos de hospitalización; 2 hospitales; 8 clínicas municipales, 1 de ellas
con consultorio dental, laboratorio de análisis clínicos y ambulancia; 4 clínicas
municipales que ofrecen consulta gratuita y, cuando hay, medicina también
gratuita; laboratorio de herbolaria y casa de alimentos conservados para 300
mujeres yerberas, hueseras y parteras capacitadas; promotores y promotoras
en agroecología y veterinaria.
Mil delegados y promotores y promotoras de educación, en 13 centros de
capacitación, 7 de los cuales pertenecen al programa educativo
„Organización para la Nueva Educación Autónoma Indígena por la Paz y la
Humanidad‟, donde se estudia Producción, Educación política, Educación
artística, Cultura, Lecto-escritura, Salud, Deportes, Matemáticas, Historia y
Lenguas (español y materna), materias elaboradas por 200 educadores y
educadoras de los 7 MAREZ que conforman el Caracol de Morelia; 200
escuelas comunitarias en resistencia, una con biblioteca; 8 escuelas
58
secundarias, 1 perteneciente al Sistema Educativo Rebelde Autónomo
Zapatista de Liberación Nacional (SERAZLN), donde se estudia Lenguaje y
comunicación, Matemáticas, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales,
Humanismo (filosofía del zapatismo), Lengua materna (tzotzil) y Producción, y
como parte de la graduación se hacen tareas de agroecología, educación en
primarias, apoyo a oficinas de comercialización, trabajo en farmacias,
etcétera, en el Caracol de Oventic; 1 Centro Cultural de Educación
Tecnológica Autónoma Zapatista.
Tres bodegas de abastecimiento que atiende a cientos de tienditas
comunitarias, zapatistas y no zapatistas; cooperativas autónomas de café
orgánico, bordados, artesanías; talleres de tecnología en zapatería; Centro de
Comercio Nuevo Amanecer; auditorios; 1 café internet „Cyber-pozol‟; cafetería
„El paliacate‟; una casa editorial, Ediciones Autónomas en Rebeldía, 1 sistema
de medios de comunicación autónomo, con estación de radio regional y taller
para elaboración de video; y, transmitiendo en la frecuencia de 6.0 megahertz
en la banda de los 49 metros de onda corta, „Radio Insurgente, la voz de los
sin voz. Voz oficial del EZLN‟; que se escucha en Guatemala, El Salvador,
Nicaragua y el resto de Centroamérica”. (Gloria Muñoz Ramírez, 2013)
No hay ningún análisis posterior que pueda aportar más que la elocuencia de las
cifras proporcionadas. No obstante, considero relevante agregar la importancia
simbólica que tienen estos caracoles como bastiones de la revolución y la resistencia,
no sólo al interior de las comunidades, sino (y en eso radica su particularidad) también
hacia afuera, al invitar a la sociedad civil nacional e internacional a visitarlos,
organizando allí eventos y actividades.
Cuando Marcos presenta a los caracoles y los define como “puertas para
adentrarse a las comunidades y para que las comunidades salgan”, se refiere a ese
carácter multiplicador y propagador de los caracoles, que contrarresta con las guerrillas
foquistas latinoamericanas del siglo XX, que luchaban desde la clandestinidad y el
silencio, en territorios hostiles y nunca fijos, sin estructuras que perduren en el tiempo y
de las que pueda sacar provecho a largo plazo las comunidades que atravesaban e
59
influían en su lucha.
El objetivo de los caracoles zapatistas es, no sólo hacer cumplir los Acuerdos de
San Andrés, sino también poder articular la organización local indígena con un proyecto
alternativo en lo local. En otras palabras, “un mundo donde quepan todos los mundos”.
Con una “otra” lógica de poder, en la que “el pueblo manda y el gobierno obedece”, y
que instaure una forma de resistencia en la lucha contra el capitalismo.
Puede hacerse un paralelismo entre los caracoles y los consejos de fábrica de
Torino, la experiencia que Gramsci propuso entre 1919 y 1920. Para el intelectual
sardo, los consejos eran la estructura básica de una democracia auténtica, contraria al
capitalismo y a las instituciones parlamentarias tradicionales. El órgano que garantiza la
democracia proletaria y ayuda a erigir un nuevo tipo de gobierno, con el que se
identifique y en el que se represente al conjunto de la clase:
“La fuerza del consejo consiste en el hecho de que está estrechamente unido a la
conciencia de la masa obrera, es la conciencia misma de la masa obrera que
quiere emanciparse con autonomía, que quiere afirmar su libertad de iniciativa en
la creación de la historia: toda la masa participa en la vida del consejo y siente que
es algo gracias a esta actividad.” (Gramsci, 1920).
El intelectual italiano destaca también la pretensión del “universalizar toda
rebelión” para darle valor y dimensión a la masa explotada y tiranizada, representada
en el consejo. Basado en la idea de solidaridad y soberanía popular, el consejo, en
palabras de Gramsci “es el modelo del estado proletario. Todos los problemas que son
inherentes a la organización del estado proletario son inherentes a la organización del consejo.
Tanto en uno como en otro el concepto de ciudadano decae y es sustituido por el concepto de
compañero (...)”. La clase obrera se constituye así en la célula del nuevo poder
proletario, consolidando una nueva democracia radical que luche contra la explotación
y la alienación: “...la clase obrera se constituye en cuerpo orgánico determinado, como célula
de un nuevo estado, el estado obrero, como base de un nuevo sistema representativo, el
sistema de los consejos”.
Esta propuesta de nuevas formas representativas para la emancipación de las
clases subalternas que propuso Gramsci es, a mi entender, lo que retomaron los
60
zapatistas a partir de la creación de los caracoles. Allí se propone una nueva relación
entre democracia y representación política, en la que las clases subalternas,
explotadas, tiranizadas y olvidadas vuelvan a tener una representación (y participación)
contraria a la propuesta por el capitalismo, que los identifique y desde la cual puedan
luchar por sus intereses de clase.
Esto se puede ejemplificar claramente en el caso del zapatismo con los lemas
“preguntando caminando” y “mandar obedeciendo”, que son los pilares de la
organización de los caracoles y que se basan en cosmovisiones de los pueblos
originarios. Estas cosmovisiones responden a otro concepto de organización: una
política en la que se escucha en vez de hablar, en la que para avanzar se consulta y en
la que las decisiones se toman de manera horizontal, con el consenso de todos y sin la
subordinación de las mayorías que obedecen los mandatos de unos pocos.
61
4. El Subcomandante Marcos
“Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, resistiendo, explotando, diciendo "¡ya basta!" Todas las
minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los
eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos."
Subcomandante Insurgente Marcos
¿Quién es el Subcomandante Marcos? Tras un pasamontañas, un hombre al
que se adivina mestizo y de mirada expresiva contesta “Marcos no existe, nació muerto
el 1 de enero (de 1994)”. Desde ese día los servicios de inteligencia y los medios de
comunicación le dieron a ese personaje variadas identidades: desde combatiente de
las guerrillas centroamericanas hasta hijo ilegítimo de un secretario de gobernación.
Para las comunidades indígenas zapatistas Marcos es hijo de un gringo
integrado a una comunidad maya que tuvo dos gemelos antes de regresar a su país
con una mujer indígena; ella murió poco después y él también. El padre dejó a sus
gemelos como herencia una gran cantidad de dinero para que cumplan su voluntad de
educarse en Suiza. Cuando cumplieron seis años un mensajero llegó a la selva para
llevárselos, años más tarde uno de los gemelos murió y el otro regresó a su pueblo,
donde la gente lo reconoció como uno de los suyos.
Para el entonces presidente Zedillo, Marcos es Rafael Sebastián Guillén
Vicente. En un mensaje televisado en febrero de 1995 con la intención de “destruir el
mito”, Zedillo rebeló la supuesta “verdadera” identidad del subcomandante y su ficha
personal (1.75 metros de altura, piel blanca, cabello castaño oscuro, ojos marrón claro,
nariz aguileña), ordenando al Ejército a penetrar en la zona, desarticular la guerrilla y
arrestar a Marcos, quien tuvo tiempo de reubicarse en una zona de difícil acceso, cerca
del poblado de La Realidad. El mito, lejos de destruirse, recobró fuerza con
manifestaciones en la ciudad de México, París, Roma y Madrid bajo la consigna
“¡Todos somos Marcos!”
El nombre Marcos se refiere al personaje principal del libro El cumpleaños de
Juan Angel de Mario Benedetti y también a la costumbre de las organizaciones
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político-militares de tomar el nombre de compañeros muertos como forma de
mantenerlos vivos. Marcos era la persona que le daba clases de historia al Sub antes
de ser Sub, alguien que conocía muy bien toda la historia de México “eso se lo sabía
muy bien, tenía un dominio muy impresionante y con él viajaba yo cuando íbamos de
un lado a otro de la República, viajes muy largos, de carretera. Había que estar
hablando para no dormirse en el volante y entonces me platicaba mucho de la historia
de México. Finalmente lo mataron y yo tomé su nombre” (Subcomandante Marcos,
1997).
4.1 Marcos antes de Marcos
Rafael Sebastián Guillén Vicente nació el 19 de junio de 1957 en el puerto de
Tampico, Tamaulipas, México. Era el cuarto de ocho hermanos de una familia católica
de comerciantes de muebles de la pequeña burguesía. Educado con los jesuitas
durante la secundaria, sus allegados dicen que fue un excelente estudiante y buen
compañero.
Sus trabajos de estudiante de filosofía, en principal un ensayo suyo que data de
1980, muestran una gran influencia de Althusser, Poulantzas y fundamentalmente
Foucault. Aficionado al arte y ensayo y lector voraz de los poetas españoles del la
Generación del 27, de García Márquez, Vargas Llosa y Mario Benedetti.
Egresado de la Universidad Autónoma de México (UNAM) en Filosofía y Letras,
profesor de estética de la imagen en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM),
Rafael Guillén tras vivir unos meses en París abandonó todos sus vicios de estudiante
post mayo francés y regresó a México, dice, dejando atrás “los muertos necesarios
para entender que había que irse para regresar de otra forma, ya sin rostro, ya sin
nombre, ya sin pasado, pero otra vez por esos muertos”. A su vuelta a México
desapareció unos meses para viajar a Chiapas y observar la situación de los indígenas,
dos años después informó a su familia que se quedaría a vivir allí con las distintas
comunidades que habitaban la selva. En 1984 entró para quedarse definitivamente en
Lacandona.
Marcos desmiente ser Rafael Guillén, y quizás no lo sea. En una entrevista le
63
preguntaron porqué niega ser éste y respondió: “Porque no lo soy, pero ya con
éste…primero son problemas estéticos, ¡me arruinó la correspondencia femenina! Eso
si es verdad. Era más atractivo cuando no decían que era ése. Por otra parte, es
tentador, porque sí tiene un curriculum interesante como para decir, bueno, voy a ser
ése, con esa trayectoria. No, es cuestión de principios, ¡tengo que convencer a mis
admiradoras que no soy tan feo! Realmente la campaña fue más fuerte y no he podido
recuperar mi sex appeal”. Para el sociólogo francés Yvon Le Bot, “reducir a Marcos al
individuo Rafael Guillén es como reducir a Pancho Villa a Doroteo Arrango”. Marcos es
una creación colectiva, es producto de un itinerario colectivo.
4.2 “Zapata vive, la lucha sigue”
“Cuentan los más viejos entre los viejos de las comunidades que hubo un tal Zapata que se
alzó por los suyos y que su voz cantaba, más que gritar: ¡Tierra y Libertad! Y cuentan estos
ancianos que no ha muerto, que Zapata ha de volver.”
La primera vez que Marcos apareció en público iba a caballo y con el pecho
cruzado de cananas, la imagen sorprendió a todos los mexicanos y los remitió a una
imagen anclada en la historia de este país: la de Emiliano Zapata, líder del Ejército
Libertador del Sur en la Revolución Mexicana. La imagen-símbolo de Zapata lo muestra
a caballo, vestido de charro y con cananas en el pecho. Con esa imagen quedó
plasmado en el imaginario universal, inmortalizado en el arquetipo del buen
revolucionario.
64
Figura 7: Izquierda: foto de Emiliano Zapata / Derecha: foto Subcomandante Marcos
Esa primera imagen de Marcos fue más contundente que sus discursos: resumía
todos los atributos de aquel líder que murió por sus ideales en una revolución
inconclusa. El EZLN no sólo retoma el nombre de Zapata sino que se representa con
todos los símbolos que se le atribuyen a éste, vuelve a enarbolar la bandera de esa
lucha olvidada, de un pueblo olvidado, bajo el lema “Ya basta!” y “Nunca más un
México sin nosotros”.
El 11 de marzo del 2001 Marcos sacó a la calle a los zapatistas nucleados en el
EZLN y a millones de mexicanos en una marcha que reprodujo el itinerario seguido por
Zapata en 1914. La interminable caravana de indígenas que participaron en la marcha
con los rostros tapados por pasamontañas, cantaban alegremente y durante horas de
su recorrido “Zapata vive, la lucha sigue”. “La marcha sobre México es, sobre todo, un
símbolo, puede ser una marcha armada, puede ser una marcha pacífica. La idea es
pasar de la cuestión solamente chiapaneca e indígena a la cuestión nacional”, anunció
el Subcomandante. La travesía comenzó en diciembre del 2000 en la selva Lacandona.
Recorrió en el transcurso de 3000 kilómetros 12 estados de la República Mexicana
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hasta el Distrito Federal, donde el 11 de marzo de 2001 con una multitudinaria
manifestación en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México (más conocida
como el Zócalo), los zapatistas hicieron su entrada triunfal coronada con un discurso
del Subcomandante Marcos.
Su “Marcha por la dignidad indígena (Marcha por el color de la tierra)” fue
comparada por los intelectuales con la “Marcha de la sal” que realizó en 1940 el
Mahatma Gandhi. “Venimos a pedirte humildemente, respetuosamente, que nos
ayudes. Que no permitas que vuelva a amanecer sin que esa bandera tenga un lugar
digno para nosotros los que somos el color de la tierra”, así concluía Marcos su
discurso.
4.3 Sus personajes literarios
● Don Durito de Lacandona
“Durito pone entonces un vaso con agua sobre la mesita, hecha de palos y amarrada con bejuco, y dice:
„El Poder nos dice, por ejemplo, que tenemos que elegir entre ser optimistas o pesimistas. El pesimista
ve el vaso medio vacío, el optimista ve el vaso medio lleno. Pero el rebelde se da cuenta que ni el vaso
ni el agua que contiene, le pertenecen y que es otro, el poderoso, el que lo llena y lo vacía a su antojo. El
rebelde, por un lado, ve la trampa; pero también ve el manantial de donde sale el agua.”
Cuando Marcos no habla por Marcos, habla con Don Durito. Su álter ego es un
escarabajo que se proclama “Caballero Andante de la Selva Lacandona” y tiene a
Marcos de escudero. Ambos dialogan como el Quijote y Sancho Panza sobre política,
mujeres y diversos temas. Octavio Paz calificó a Durito de “invención literaria
memorable”.
En el prólogo de un libro sobre Durito, el nóbel de literatura José Saramago
escribió:
“Marcos vino al mundo para aprender, y tanto ha aprendido que ha sido capaz
de percatarse cuánto se puede aprender de escarabajos, esos bichitos
extraños que andan rasando el suelo, que fuman, que fácilmente ven mal,
que cuando no escriben sueñan con saber escribir, que tienen fantasías,
66
devaneos, imaginaciones, que así como tienen miedo tienen coraje, que se
cubren con una hoja porque el cielo todavía no es seguro, Esos bichos que
llevan un caparazón que se llama piel, y otro que se llama honra, y otro que
se llama dignidad. Esa humanidad de los Duritos que viven en la Selva
Lacandona, esos hombres y esas mujeres que nunca tendrán que pedir
amparo contra el olvido porque ya son, ellos, lo mejor de la memoria futura de
México.”
Don Durito es la excusa de Marcos para discutir sobre verdad y poder, para
hacer textos que hablen de neoliberalismo y que sean divertidos e inventivos, por ello
busca un escarabajo muy letrado y especialista en la materia para intercambiar
opiniones que van desde el monopolio económico de los medios de comunicación a los
ojos de una “comandanta”, todos ellos con una profunda sensibilidad e un inmenso
sentido del humor.
Don Durito de Lacandona hizo su primera aparición en 1995 en una conferencia
en la UNAM donde Marcos fue contratado para redactar una ponencia por la cual se le
había pagado honorarios que serían donados al sindicato huelguista de los obreros de
la FIAT, en Italia. Marcos, con orden de captura, no pudo presentarse y envió en su
lugar a su amigo Durito, quien aclaró (en una carta enviada):
“Yo, señor mío, soy un caballero andante y los caballeros andantes no
podemos dejar de socorrer al necesitado, por más narizón y delincuente que
sea el desvalido en cuestión. Así que acepté de buen grado otorgar la ayuda
que se me demandaba y por eso le escribo yo y no el Sup``.
En julio de 1996, con el propósito del Primer Encuentro Internacional Pro
Humanidad y contra el Neoliberalismo, la ponencia zapatista fue elaborada por Durito.
Allí proponía que para derrotar al neoliberalismo había que globalizar el uso de
pantuflas en vez de botas para cruzar el lodo, repartir peines para fabricar armónicas
con un pedazo de papel seda y cepillos de dientes para rascarse la espalda:
"Las pantuflas demuestran que la lógica y las botas no sirven para nada,
cuando de soñar y bailar se trata. Los peines demuestran que para la música
67
y el amor todo es un pretexto. Los cepillos de dientes demuestran que se
puede ser diferente y ser iguales" dijo Don Durito "Baile, música, placer y
conciencia del otro, éstas son banderas por la humanidad y contra el
neoliberalismo. El que no lo entiende es, seguro, porque tiene un cartón por
alma".
Con la invención literaria de Durito, se puede señalar en los discursos y
manifiestos del EZLN una intertextualidad con el Don Quijote de la Mancha de Miguel
de Cervantes; ambos, el escarabajo y Don Quijote, son personajes excéntricos y de
una sabiduría extravagante.
Relata el Subcomandante Marcos (Sancho Panza) cómo se convirtió en su
escudero:
“Durito ha dicho todo de corrido y con notable entonación. De pie sobre una
piedrita, y enarbolando en la diestra mano una ramita que, según supe luego,
era una espada, Durito ha volteado a mirarme cuando dijo aquello de „¡Oh tú,
escudero mío, agradable etcétera!‟. Yo volteo a mis espaldas por ver si se
refiere a alguien más, pero no hay nadie. – Sí, tú –dice Durito señalándome
con su ramita. –Tú serás mi escudero. – ¿Yo? –digo visiblemente
sorprendido.
Durito no hace caso de mi pregunta y sigue: – Además, no es una ramita…
Es una espada … la única, la mejor …¡Excalibur! –dice blandiendo la ramita”
A través de su papel de escudero, Marcos se presenta como un subordinado del
escarabajo, logrando de esta manera en su creación literaria contrarrestar su
protagonismo dentro del movimiento, invirtiendo a través su personaje su superioridad
en subordinación. De líder del movimiento a escudero de un escarabajo.
Otra de las características que Marcos busca en sus personajes literarios es la
imagen del antihéroe, en contraposición también con su imagen de héroe anónimo
enmascarado que monta a caballo y defiende los derechos de los desprotegidos. En
sus textos literarios, Marcos se describe como un narizón, dormilón, que no llega a
68
tiempo a los lugares, que no cumple con los plazos que le ponen los periódicos, que no
tiene éxito con las mujeres, panzón y con un estado físico muy por debajo del de sus
compañeros.
En una entrevista dice Marcos: “Durito satiriza o ridiculiza el esquematismo del
Marcos urbano, universitario (…) cuando platica que me caigo, que me canso subiendo
a la loma. La burla muestra también que no somos tan heroicos ni tan superhombres”.
Es allí donde manifiesta que sus características de intelectual de la ciudad y mestizo le
estorban en la selva, son esos rasgos (precisamente los que le critican los medios de
comunicación y el poder) el mayor impedimento para poder tener las mismas
habilidades que los indígenas. Marcos a través de sus personajes reniega de ello, de
su papel de líder, intelectual y mestizo.
● El Viejo Antonio
Cuando Marcos habla de la historia del EZLN se refiere al Viejo Antonio como un
personaje real que parece un personaje literario, como el traductor en el primer
contacto entre ellos y las comunidades. Fue el primer enlace entre ambos.
El Viejo Antonio, cuenta el Sub, muere en junio de 1994 y él lo conoció diez años
antes: “nos topamos con él en la época que estábamos aislados; nos extraviamos, nos
perdimos a la orilla de un río, el que pasaba muy cerca de su pueblo; su pueblo estaba
muy adentro de la selva, entonces nos encontramos y no supimos qué decir”(…)”luego
nos volvimos a encontrar y empezó este trato. Inicialmente, el sueño de un guerrillero
era encontrar a un campesino y explicarle la política y convencerlo. Entonces comienzo
a hablarle de la historia de México, del zapatismo y él me responde con la historia del
Votán y del Ik´al. El primer pueblo que tomamos en 1985, o sea, el primer pueblo al que
entramos ya como zapatistas, es el del Viejo Antonio. Y ahí, el actúa como una especie
de traductor, como explicandonos que es lo que éramos y lo que debíamos ser”
(Subcomandante Marcos, 1997).
Para Marcos la importancia del Viejo Antonio es la de ser el puente que permite
a los guerrilleros de montaña llegar a las comunidades, papel que luego el Sub retoma
69
con el fin de comunicar al mundo indígena con el mundo urbano. “Es el Viejo Antonio el
que da los elementos indígenas que tiene el lenguaje zapatista cuando se dirige hacia
fuera. Yo soy un plagiario…” dice.
4.4 El uso de los símbolos.
Para referirnos al uso e importancia
de la simbología en el EZLN es necesario
aludir a su símbolo distintivo: el
pasamontañas.
La simbología del pasamontañas funciona
como una máscara, en lo físico y en lo
discursivo, para esconder la verdadera
identidad de Marcos, sus rasgos que lo
diferencian de lo indígena como narrador y
como guerrillero, respondiendo al principio
según el cual en el EZLN no son los indígenas los que aprenden e intentan pensar y
actuar como mestizos, sino los mestizos los que aprenden e intentan pensar y actuar
como indígenas.
Contó Marcos en una entrevista que el origen del pasamontañas se definió días
antes del levantamiento de enero, cuando él propone: ´Usemos pasamontañas.
Nuestra fuerza va a seguir el esquema zapatista de ser combatientes de noche y
campesinos de día”. Y luego explica: “como nuestra guerra es una guerra de medios de
comunicación, hay que ganar la batalla en los medios. Tenemos que mostrarnos pero
al mismo tiempo tenemos que ocultarnos. Está la paradoja de que nosotros, para
mostrarnos, nos escondemos en un pasamontañas, y para escondernos nos quitamos
el pasamontañas``
El símbolo del pasamontañas es fundamental en la creación del personaje del
líder del EZLN. Hay un famoso video que circula por You Tube, llamado “El
Subcomandante Marcos sin pasamontañas” en el cual le dice a un periodista que le va
Figura 8: Subcomandante Marcos
70
a dar una foto suya sin pasamontañas y que luego se lo va a quitar.
Primero toma un pequeño espejo con el cual refleja al público, le da un golpecito
con su dedo índice y dice “la foto” y luego baja la cabeza y comienza a sacarse el
pasamontañas, la cabeza que sube (ya sin pasamontañas) es la de un niño indígena,
luego la de un hombre mayor, luego una mujer y así sucesivamente ciudadanos de
distintas clases sociales y colores de piel, en montaje, que sonríen al sacarse el
pasamontañas. De fondo suena la canción de Manu Chao "Para tod@s todo” con la
voz del Subcomandante leyendo el Manifiesto Zapatista en náhuatl.
En consecuencia, se puede interpretar que Marcos es todos, que no hay solo un
rostro debajo del pasamontañas sino varios rostros, de diferentes orígenes,
nacionalidades y colores. Que la máscara es aquello que anula la identidades
particulares, somos todos uno: la minoría oprimida, los silenciados, los indígenas, los
olvidados. No importa quién sea Marcos, él es el reflejo del espejo, el hombre de los mil
rostros.
Cuando Marcos salió en escena, en el levantamiento de 1994, lo hizo ocultando
su rostro bajo el pasamontañas, figura del héroe anónimo a la manera de Batman o los
encapuchados del Popol Vuh “identidad fugada de los rebeldes”, según Juan Villoro.
Al principio comenzó teniendo la función utilitaria de esconder su rostro, de
ocultar su identidad (su cabeza tenía un alto precio para el gobierno federal) y crear
una imagen en la que los olvidados puedan identificarse “cualquier mexicano puede
enfundarse en un pasamontañas de éstos y ser Marcos, volverse quien soy”. El
pasamontañas es un espejo para que los mexicanos se descubran, se interroguen, se
cuestionen y se reconstruyan, se reinventen: “Cualquier mexicano puede enfundarse
un pasamontañas de éstos y ser Marcos, volverse quien soy yo”
Paralelamente a esta definición, Marcos siempre relacionó el pasamontañas al
olvido del poder y de la sociedad hacia los pueblos originarios mexicanos: “el
pasamontañas señala que el gobierno no miraba a los indígenas cuando se mostraban,
y ahora que se ocultan si los ve”, dijo en una entrevista (Monsivais, 2011). Para que los
vieran, tuvieron que taparse el rostro.
71
Asimismo, es importante mencionar otros símbolos utilizados por los zapatistas y
en particular por Marcos:
● La bandera del EZLN: es una estrella roja en un fondo negro. Retoma los
colores socialistas y de las distintas banderas de los movimientos
revolucionarios y de emancipación del siglo XX.
● Boina con estrella: símbolo inconfundible en cada foto del Che Guevara desde
su lucha y vida en Cuba.
● Los dos relojes: “Con un reloj llegué a esa selva y el otro es de cuando empezó
el alto el fuego. Cuando las dos horas coincidan significa que se acabó el
zapatismo como ejército y que siguen otra etapa, otro reloj y otro tiempo”,
explicó Marcos (Revista Cambio, 2001).
● Estrella: lema de la concepción indígena, el hombre y las cinco partes –la
cabeza, los brazos, los pies- y del socialismo.
● Espejos: “los espejos son para tallarlos. Los cristales son para romperlos… y
cruzar al otro lado”. Dijo el Subco en un relato donde cuenta cómo él mismo tuvo
que atravesar el espejo y descubrir al Otro,
● Lema: “Vivir por la patria, morir por la libertad”, es una frase de Vicente
Guerrero, su grito de guerra.
● Pipa: Inseparable como el pasamontañas, hace referencia a ésta en la mayoría
de sus relatos literarios y uso en todas sus entrevistas televisivas.
4.5 Posdatas
Son una característica significativa de todos los discursos del Subcomandante
Marcos las posdatas. En cada una de sus cartas y manifiestos se puede observar la
misma estructura en el texto:
Vale. Salud y ( ….. )
Desde las montañas del sureste mexicano
72
Subcomandante Insurgente Marcos
México, ….. de ……..
P.D.- …
Algunos ejemplos:
● PD: No se acaben el churrasco, porque siempre me dejan la pura salsa chimichurri. Con
el mate pueden proceder a discreción, pero no se acaben las empanadas. Nos vemos
luego en la calle de Corrientes para echarnos una cascarita de futbol y tararear un
tango, porque la memoria también se guarda con el juego, la música y el baile (Carta a
la digna Argentina, 24 marzo 2011).
● P.D. QUE ACLARA INNECESARIAMENTE.- Tampoco tenemos cuenta de twiter ni
facebook, ni correo electrónico, ni número telefónico, ni apartado postal. Los que
aparecen en la página electrónica son de la página, y estos compas nos apoyan y nos
mandan lo que reciben, así como ellos mandan lo que enviamos. Por lo demás,
estamos en contra del copyright, así que cualquiera puede tener su twiter, su facebook,
o como se diga, y usar nuestros nombres, aunque, claro, ni somos ni nos representan.
Pero, según me han dicho, la mayoría de ell@s aclaran que no son quienes se supone
que son. Y la verdad es que nos divierte imaginarnos la cantidad de insultos y mentadas
(que no son de menta), que han recibido y recibirán, originalmente dirigidas al
ezetaelene y/o a quien esto escribe (Ellos y Nosotros, febrero 2013)
● P.D.- Ya se ve que no estábamos pensando enjugar fútbol. Bueno, no sólo. Porque
algún día jugaremos contra el Intemazionale de Milano. Nosotros o lo que quede de
nosotros (“Esto no es una carta de despedida, aunque a ratos lo parezca”, 2005)
● P.D. QUE REITERA.- Ya sé que ya lo saben, pero conviene que lo recuerden: no les
tenemos miedo. Ah, y no somos los únicos.
● P.D. QUE, GENEROSA, OFRECE A LOS MALOS GOBIERNOS UN MANUAL DE 10
PASOS (ojo: de fácil lectura, no espantarse), PARA IDENTIFICAR A UN ZAPATISTA Y
SABER SI PUEDE DECIR O NO QUE “SE TIENEN CONTACTOS CON EL EZLN”:
1.- Si pide dinero o proyectos a cualquiera de los 3 niveles de gobierno, NO ES
ZAPATISTA.
73
2.- Si establece un canal de comunicación directo sin anunciarlo antes
públicamente, NO ES ZAPATISTA.
3.- Si pide hablar o habla directamente con cualquiera de los 3 niveles de gobierno
sin anunciarlo antes públicamente, NO ES ZAPATISTA.
4.- Si quiere un cargo, nombramiento, homenajes, premios, etc., NO ES
ZAPATISTA.
5.- Si tiene miedo, NO ES ZAPATISTA.
6.- Si se vende, rinde o claudica, NO ES ZAPATISTA.
7.- Si se toma muy en serio a sí mismo, NO ES ZAPATISTA.
8.- Si no provoca escalofríos al verlo, NO ES ZAPATISTA,
9.- Si no da la sensación de que dice más con lo que calla, NO ES ZAPATISTA.
10.- Si es un fantasma de los que se desvanecen, NO ES ZAPATISTA.
(Subcomandante Marcos, 2012).
Sus posdatas se caracterizan por ser numerosas y largas. La mayoría de las
veces a pie de página se pueden encontrar cuatro o cinco posdatas consecutivas y de
una extensión más importante que el mismo comunicado. Llegando a lanzar un
comunicado donde solamente hay posdatas:
APAGANDO EL FUEGO CON GASOLINA (posdatas a la carta gráfica)
11 de enero del 2013.
P.D. PARA VUESTRAS ILUSTRÍSIMAS PERSONAS.- ¿Así que no saben de
quiénes se habla ahí, quesque porque no ven televisión? Ok, ok, ok, son tod@s
ustedes muy erudit@s y nada que ver con la cultura de los nacos, pero…
¿tampoco saben quién es Umberto Eco?
74
P.D. DE CULTURA DEPORTIVA GENERAL.- Lionel Messi, argentino; juega fútbol
en el equipo español Barcelona; cuando no hace comerciales de pan de marca, es
sospechoso de, como el añorado Memín Pingüín, tener un chicle en el botín,
porque se le queda pegado el esférico y sólo se separa cuando lo derriban (a
Messi, se entiende) o cuando el balón “yace en el fondo de las redes”. ( l...Y) o le
voy a los Jaguares de Chiapas, en México, y alInternazionale de Milán, en Italia
(leo que los acaban de golear, debe ser por culpa de la camiseta que usan como
visitantes). Pero los zapatistas nos mantenemos firmes, somos como los
verdaderos aficionados de Pumas (saludos a la Rebel), que siguen ahí manque no
obste para que conste; etc., etc. Sí, ya sé que van a decir que el fútbol es el opio
de los pueblos y que por qué promuevo la enajenación, la incultura, bla, bla, bla,
bla. (...)
Las posdatas de Marcos se hicieron más recurrentes a fines de los noventa y
desde principios del 2000, ya que los primeros comunicados eran literariamente “más
serios” debido a la situación de violencia y marginalidad que estaba atravesando el
EZLN. A lo largo de los años, el lenguaje de los comunicados fue avanzando (en cuanto
a crítica satírica de la clase política) e integrando elementos del lenguaje de los pueblos
originarios y a la vez un estilo de escritura cada vez más característico del
subcomandante Marcos, sarcástica e irónico.
Es allí donde podemos encontrar el humor y la crítica más despiadada al poder.
El mensaje subliminal que se desprende del chiste es la rebeldía y la crítica a la clase
política. Todo ello desde un humor satírico, inteligente pero simple, claramente
comprensible para todas las clases sociales y todas las nacionalidades. Se retomará
asimismo en el próximo capítulo el tema del humor en los discursos y comunicados del
EZLN.
4.6. Marcos después de Marcos.
"Pensamos que es necesario que uno de nosotros muera para que Galeano
viva. Así que hemos decidido que Marcos debe de morir hoy", dijo el Subcomandante
75
Marcos en un comunicado el 24 de mayo de 2014, con el que se despedía de su cargo
como portavoz del EZLN. Años atrás en una entrevista había afirmado que “Marcos
nació para morir”;
Evitando el destino trágico de los líderes revolucionarios latinoamericanos de los
que el Sub se inspira, y el patetismo de los revolucionarios cuya ideología y coherencia
no resiste el paso de los años, el Subcomandante Marcos decidió morir.
Y Marcos murió para que con su nombre muera su mito y viva el nombre de un
compañero muerto en manos de paramilitares: Galeano. Marcos nació con el nombre
de un compañero caído y murió tomando el nombre de otro. Lo que significa no sólo
que en estos veinte años de vida la política de violencia y asedio de los diferentes
gobiernos federales para los zapatistas no ha mermando, sino asimismo que (lejos de
lo que la “opinión pública” y varios intelectuales afirman) esto no significa la muerte del
EZLN, sino una nueva etapa.
En el comunicado que Marcos emitió el 8 de mayo de 2014, ante la muerte de su
compañero Galeano, el Subcomandante afirmó “Fueron el dolor y la rabia los que nos
hicieron desafiarlo todo y a todos hace 20 años. Y son el dolor y la rabia los que ahora
nos hacen calzarnos de nuevo las botas, ponernos el uniforme, fajarnos la pistola y
cubrirnos el rostro.Y ahora colocarme la vieja y ajada gorra con las 3 estrellas rojas de
cinco puntas”. Y termina con una posdata: “Otra P.D.- Si me piden que resuma nuestro
trabajoso andar en pocas palabras serían: nuestros esfuerzos son por la paz, los
esfuerzos de ellos son por la guerra” (Subcomandante Marcos, 2014).
Galeano fue asesinado en una emboscada el 2 de mayo en el territorio de La
Realidad, solo y desarmado, fue abatido por 15 paramilitares. Su cuerpo tenía síntomas
de golpes y 3 tiros, el último en la cabeza fue el que lo mató. De su muerte, el EZLN
culpa a las direcciones de la llamada CIOAC-Histórica, el Partido Verde Ecologista
(nombre con el que el PRI gobierna en Chiapas), el Partido Acción Nacional (PAN), el
Partido Revolucionario Institucional (PRI), y al gobierno del Estado de Chiapas.
Galeano era José Luis Solís López, líder indígena integrante de la Junta de Buen
76
Gobierno “Hacia la Esperanza” y maestro en una base de apoyo zapatista. Participó
junto a su hermano en la toma de los Municipios de Comitán y Las Margaritas ese 1 de
enero de 1994. Su hermano murió ese mismo día en combate. Su cuerpo fue
encontrado con las orejas y lengua cortadas.
Cuando el EZLN decidió guardar las armas, Galeano se propuso como maestro.
Marcosescribióo sobre él en una carta a Eduardo Galeano: “El maestro que llevaba tu
nombre, Eduardo, no era combatiente ni andaba armado: enseñaba, dialogaba,
convencía con la palabra, tal vez llevaba al hombro tu último libro, “Los hijos de los
días”, así como Juan Gelman llevaba al hombro la mañana. Es la garantía, dura pero
segura, de que con estos hijos de los días no podrán y, por duros que sean estos
tiempos, ellos y los hijos de sus hijos prevalecerán y vivirán” (Subcomandante Marcos,
“Mataron a Galeano, el zapatista”, 2014).
La decisión del Subcomandante Marcos de anunciar su muerte, se da luego de
un periodo de inactividad mediática. Portavoces de la derecha política e intelectual,
hablaban de una renuncia o posible enfermedad terminal del líder del EZLN, que lo
habían alejado de la vida pública. Lo cierto es que la muerte de Galeano fue un motivo
más que importante para que Marcos vuelva a escena y anuncie su muerte voluntaria.
A continuación, se analizarán algunos fragmentos de su último comunicado,
“Entre la luz y la sombra”:
“En la madrugada del día primero del primer mes del año de 1994, un ejército
de gigantes, es decir, de indígenas rebeldes, bajó a las ciudades para con su
paso sacudir el mundo.
Apenas unos días después, con la sangre de nuestros caídos aún fresca en las
calles citadinas, nos dimos cuenta de que los de afuera no nos veían.
Acostumbrados a mirar desde arriba a los indígenas, no alzaban la mirada para
mirarnos.
Acostumbrados a vernos humillados, su corazón no comprendía nuestra digna
rebeldía.
Su mirada se había detenido en el único mestizo que vieron con pasamontañas,
77
es decir, que no miraron.
Nuestros jefes y jefas dijeron entonces:
“Sólo lo ven lo pequeño que son, hagamos a alguien tan pequeño como ellos,
que a él lo vean y por él nos vean”.
En esta parte del largo comunicado, Marcos alude a la creación del personaje el
1 de enero de 1994, durante la irrupción armada del EZLN. Como se mencionó
anteriormente, la estrategia de que sea un blanco letrado el portavoz de un movimiento
indígena y que cubra su rostro con pasamontañas para esconder estas características,
se debe precisamente a que el gobierno federal anteriormente nunca reparo sobre las
demandas indígenas. Los conflictos en Chiapas fueron recurrentes desde los años
setenta a esta parte, pero jamás ocuparon las tapas de los diarios hasta ese 1 de
enero.
“Empezó así una compleja maniobra de distracción, un truco de magia terrible y
maravillosa, una maliciosa jugada del corazón indígena que somos, la sabiduría
indígena desafiaba a la modernidad en uno de sus bastiones: los medios de
comunicación.
Empezó entonces la construcción del personaje llamado “Marcos”.
(...)
El caso es que el SupMarcos pasó de ser un vocero a ser un distractor.
(...)
Marcos un día tenía los ojos azules, otro día los tenía verdes, o cafés, o miel, o
negros, todo dependiendo de quién hiciera la entrevista y tomara la foto. Así fue
reserva en equipos de fútbol profesional, empleado en tiendas departamentales,
chofer, filósofo, cineasta, y los etcéteras que pueden encontrar en los medios de
paga de esos calendarios y en diversas geografías. Había un Marcos para cada
ocasión, es decir, para cada entrevista. Y no fue fácil, créanme, no había
entonces wikipedia y si venían del Estado Español tenía que investigar si el
corte inglés, por ejemplo, era un corte de traje típico de Inglaterra, una tienda de
abarrotes, o una tienda departamental.
Si me permiten definir a Marcos el personaje entonces diría sin titubear que fue
una botarga.
78
Digamos que, para que me entiendan, Marcos era un Medio No Libre (ojo: que
no es lo mismo que ser un medio de paga)”.
Luego, Marcos se refiere a la construcción del personaje y a la utilización que
hizo el zapatismo de los medios de comunicación y cómo eso fue utilizado por ellos
para dar a conocer su movimiento armado. Marcos aquí es nombrado como un
personaje que pasa a convertirse en un producto de marketing como tantos otros, con
características físicas, nombres y profesiones que varían según la época y el receptor.
Se considera importante destacar asimismo la idea de Marcos como “distractor”,
como eso está ligado de cierta manera a lo que se comentó anteriormente sobre la
modificación del discurso del EZLN a lo largo de los años, y como en una primera etapa
las posdatas no eran tan recurrentes por el carácter “serio” de sus discursos iniciales
que luego fueron dando lugar a la ironía y el sarcasmo. Ya que durante el periodo de
paz, Marcos desarrolló una guerrilla retórica, dándole mucha importancia al lenguaje y
a la poesía que integró a la dimensión política.
Ante la muerte de Galeano en territorio zapatista, el EZLN vuelve a retomar el
discurso serio de sus comienzos. Cómo ser sarcástico ante un hecho tan terrible?. Si
bien el personaje sobrevivió a numerosos asesinatos (como la Matanza de Acteal,
1997) y variadas manifestaciones de violencia hacia los miembros de las comunidades,
destrozos de la infraestructura de los caracoles, etc. Con la matanza de Galeano, esto
parece llegar a su fin, inaugurando una nueva etapa discursiva y quizás también
política del EZLN, donde el Subcomandante Insurgente Moisés tiene el liderazgo.
Como Marcos aclara al final de su carta, la sociedad civil y la clase política
empezaron a mirarlos. Ellos salieron a las calles y encontraron a la gente, largas
manifestaciones de ciudadanos mexicanos que los apoyaron y los apoyan.
Intelectuales, músicos, artistas, líderes políticos de todo el mundo visitaron Chiapas
buscando al personaje, y lo encontraron y lo adoraron. Si Marcos se despide es porque
el pasamontañas ya no es necesario, porque ahora tienen que ver más allá de él y de
su personaje. Ver y comprender que detrás de ellos hay un paradigma de cambio que
busca, propone y concretiza un modelo de sociedad distinta, convocando a una
79
resistencia global contra el neoliberalismo.
“Así fue hasta la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, la más audaz y la
más zapatista de las iniciativas que hemos lanzado hasta ahora.
Con la Sexta al fin hemos encontrado quien nos mira de frente y nos saluda y
abraza, y así se saluda y abraza.
Marcos, el personaje, ya no era necesario.
(...)
El personaje fue creado y ahora sus creadores, los zapatistas y las zapatistas,
lo destruimos.
(...) Lo llevarán de la mano sombra el guerrero y lucecita para que no se pierda
en el camino, Don Durito se irá con él, lo mismo que el Viejo Antonio.
No lo extrañarán las niñas y niños que antes se juntaban para escuchar sus
cuentos, pues ya son grandes, ya tienen juicio, ya luchan como el que más
por la libertad, la democracia y la justicia, que son la tarea de cualquier
zapatista.
El gato-perro, y no un cisne, entonará ahora el canto de despedida.
Y al final, quienes entiendan, sabrán que no se va quien nunca estuvo, ni muere
quien no ha vivido.
Y la muerte se irá engañada por un indígena con el nombre de Galeano en la
lucha, y en esas piedras que han colocado en su tumba volverá a andar y a
enseñar, a quien se deje, lo básico del zapatismo, es decir, no venderse, no
rendirse, no claudicar.
(...)
Compas:
Dicho todo lo anterior, siendo las 0208 del 25 de mayo del 2014 en el frente de
combate suroriental del EZLN, declaró que deja de existir el conocido como
Subcomandante Insurgente Marcos, el autodenominado “subcomandante de
acero inoxidable”.
Eso es.
Por mi voz ya no hablará la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Vale. Salud y hasta nunca… o hasta siempre, quien entendió sabrá que eso ya
no importa, que nunca ha importado.
80
Desde la realidad zapatista.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, 24 de mayo del 2014.”
P.D.1.- ¿“Game is over”
P.D.2.- ¿Jaque Mate?
P.D.3.- ¿Touché?
P.D. 4.- Ahí se ven, raza, y manden tabaco.
P.D. 5.- Mmh… así que esto es el infierno… ¡Ése Piporro, Pedro, José Alfredo! ¿Cómo? ¿Por machistas? Nah, no lo creo, si yo nunca…
P.D.-6.- O sea que como quien dice, sin la botarga, ¿ya puedo andar desnudo?
P.D. 7.- Oigan, está muy oscuro acá, necesito una lucecita.
81
5. La guerrilla simbólica
“El futuro del zapatismo está en el lenguaje (...)
según sea el futuro de su palabra, será el futuro del EZLN”
(Subcomandante Marcos, 1996).
Como se mencionó, lo que se intenta analizar en este trabajo, es la
particularidad del EZLN como primer movimiento revolucionario anti capitalista, post
neoliberalista e indígena, que universaliza su lucha, depone las armas y utiliza los
medios masivos de comunicación para combatir desde el campo simbólico,
convirtiéndose así en la primera guerrilla comunicacional mundial.
Para ello, fueron de relevancia distintos factores, principalmente el apoyo de la
sociedad civil nacional e internacional, de intelectuales, artistas y líderes de políticos de
la izquierda mundial. La causa indígena, presente en los calendarios de postergaciones
de todos los gobiernos nacionales, interpela directamente a la moral de la sociedad
civil, recordándoles el olvido del que son cómplices. Pero fundamentalmente, el papel
del Subcomandante Marcos como líder y vocero.
Cuando Marcos afirma que el futuro del EZLN esta en el lenguaje, quiere decir
que desde ese dia 12 cuando decidieron enfundar las armas, enterrar a sus muertos y
volver a la selva y a las comunidades, el zapatismo se vale, se mantiene vivo y lucha,
desde el lenguaje, con la palabra.
Y es así como periódicamente nos llegan comunicados, videos y discursos de
ese líder encapuchado y sus secuaces, desde esa “otra” parte del mundo, “desde las
montañas del sureste mexicano”, diciendo que siguen vivos y luchando, que no los
olviden.
Y es a lo largo de esos veinte años de vida del Subcomandante Marcos que
podemos ver los diferentes registros y modificaciones que fue sufriendo su discurso,
dependiendo del contexto político de México y la situación de amenaza y peligro de las
comunidades indígenas y de los zapatistas en general.
Como se mencionó, una de las características más relevantes del EZLN a nivel
discursivo, es la integración de la poesía y la cosmovisión simbólica indígena del
82
lenguaje, al discurso político. Así como también la incorporación de elementos de la
literatura (como se citó en el caso de Cervantes), jugando continuamente con el cruce
de ambas lenguas y retomando palabras y símbolos de la revolución mexicana de
1910.
Estas integraciones a un lenguaje nuevo “otro” zapatista, se fueron dando a lo
largo de los años, y particularmente, a finales de la década de los noventa y principios
del 2000, cuando el zapatismo se fue consolidando en los caracoles, expandiéndose y
creando un nuevo tipo de sociedad, con educación zapatista y medios de comunicación
propios.
Como Marcos contó en varias entrevistas, el desafío comunicacional fue
fundacional del movimiento, ya que desde un principio cuando los primeros guerrilleros
llegaron a la selva y encontraron por primera vez a las comunidades indígenas que la
habitaban, se dio un choque de culturas, de lenguaje y de concepciones políticas que el
EZLN resolvió desde la circularidad, creando un lenguaje “otro”, “híbrido” (García
Canclini, 1997).
A partir de ese momento se empieza a dar un proceso de transformación del
EZLN que pasa de ser un ejército de vanguardia revolucionaria a un ejército de las
comunidades indígenas, un ejército que es parte de un movimiento indígena de
resistencia, dentro de otras formas de lucha.
De esa lucha, simbólica y pacífica, surge la necesidad de crear un nuevo
lenguaje que los represente, y lo hacen con los aportes culturales de las comunidades
originarias. Es un lenguaje híbrido, circular, con aportes de la lengua letrada y la
indígena.
A nivel político, el problema principal era cómo explicar un análisis de la realidad
nacional en palabras que lo entendieran en otra cultura, cómo trabajar con palabras
como modo de producción, lucha de clases, etc, ya que la cultura indígena asimila todo
a través de los símbolos. Para ello, fue necesario adaptar los símbolos y de esa
manera, transformó el discurso.
Es por ello que se afirma que el neozapatismo inaugura un nuevo manejo del
lenguaje en relación a la política, incorporando elementos del pensamiento simbólico
83
propio de la cultura de los pueblos indígenas de raíces mayas. Asimismo modifica el
lenguaje forzado que usaban los indígenas para expresarse en lengua dominante, un
lenguaje que no les era propio, que no los representaba; y crea un lenguaje nuevo,
surgido de esta reinterpretación, de esta resignificación.
Asimismo, y como parte de su estrategia de comunicación, adopta dos registros
discursivos completamente distintos si su receptor son las comunidades y la sociedad
civil, o el poder político.
Al dirigirse al primer grupo mencionado, utiliza recursos de la lengua indígena,
con simbologías, aportes del género literario y haciendo referencia al mundo encantado
propio de las lenguas originarias, como en el siguiente ejemplo:
"En cada surco de piel que se nace en el rostro de los grandes abuelos se
guardan y se viven los dioses nuestros. Es el tiempo de lejos que se llega
hasta nosotros. Por el tiempo camina la razón de nuestros antepasados. En los
viejos más viejos hablan los grandes dioses, nosotros escuchamos. Cuando las
nubes se acuestan sobre la tierra, apenas agarradas con. sus manitas de los
cerros, entonces se bajan los dioses primeros a jugar con los hombres y
mujeres, cosas verdaderas les enseñan. Poco se muestran los dioses
primeros, traen cara de noche y nube. Sueños son que soñamos para ser
mejores.
Por los sueños nos hablan y enseñan los dioses primeros. El hombre que no se
sabe soñar muy solo se queda y esconde su ignorancia en el miedo. Para que
pudiera hablar, para que pudiera saber y saberse, los primeros dioses
enseñaron a los hombres y mujeres de maíz a soñar, y nahuales les dieron
para que con ellos caminaran la vida.
Los nahuales de los hombres y mujeres verdaderos son el jaguar, el águila y el
coyote. El jaguar para pelear, el águila para volar los sueños, el coyote para
pensar y no hacer caso del engaño del poderoso.
En el mundo de los dioses primeros, los que formaron el mundo, todo es
sueño. Es la tierra que vivimos y morimos un gran espejo del sueño en el que
viven los dioses. Viven todos juntos los grandes dioses. Parejos están. No hay
84
quiénes arriba y quién abajo. Es la injusticia que se hace gobierno la que
descompone el mundo y pone a unos pocos arriba y a unos muchos abajo. No
así en el mundo. El mundo verdadero, el gran espejo del sueño de los dioses
primeros, los que nacieron el mundo, es muy grande y todos se caben parejos.
No es como el mundo de ahorita que chiquito lo hacen para que los pocos se
estén arriba y los muchos se estén abajo. El mundo de ahora no es cabal, no
es un buen espejo que refleje el mundo de sueños donde viven los dioses
primeros.
Por eso los dioses regalaron a los hombres de maíz un espejo que se llama
dignidad. En él los hombres se ven iguales y se hacen rebeldes si no son
iguales. Así empezó la rebeldía de nuestros primeros abuelos, los que hoy se
mueren en nosotros para que vivamos” (“La Historia de los sueños”, 1995)
Por otra parte, cuando se dirige al poder político, lo hace con sarcasmo e ironía,
como se explicó en el apartado sobre posdatas, o como lo demuestra el siguiente
ejemplo:
(...) “Señor Álvarez, su fracaso no debe buscarlo en nosotros, ni siquiera en el
poco profesionalismo de su nada inteligente servicio de inteligencia (aunque
ahora sabe que fueron y son unos sinvergüenzas). ¿A quién se le ocurre que
un zapatista, cualquiera de nosotros, acudiría a un gobierno de criminales para
pedir ayuda si estuviera enfermo? ¿Quién puede pensar racionalmente que los
zapatistas se alzaron por dinero?
Sólo la mentalidad de conquistador demodé (cuyo mejor ejemplo es Diego
Fernández de Cevallos) que les inculcan en su partido político, Acción
Nacional, pudo haberles permitido tragarse con entusiasmo esa rueda de
molino” (...).
“Y no conforme con eso, invita usted, a la presentación de ese libro, a Felipe
Calderón Hinojosa, borracho de sangre y alcohol, que no sólo balbuceó
incoherencias, también distribuyó a los medios la versión estenográfica. Claro
que los medios cobraron doble: no por publicarla, sino por no publicarla, puesto
85
que hacía patente el estado de ebriedad de quien profirió esas palabras. Creo
que ahora es claro que Felipe Calderón Hinojosa mintió hasta el último minuto
y que es una invención descarada lo que señala en su último informe de
gobierno. El único acercamiento que tuvo su gobierno con “representantes y
mandos del EZLN” fue el de sus ejércitos, policías, jueces y paramilitares”. (
(Carta del Subcomandante Marcos a Luis H.Álvarezz, 31 de diciembre
del 2012).
A fines de los 90, en las comunidades chiapanecas se empieza a descubrir
quién era zapatista por su forma de hablar, incluso para explicar la política y la guerra.
Y estos cambios se vieron representados no solamente en el interior de las
comunidades, sino también en los comunicados y discursos del EZLN.
Los primeros comunicados emitidos en 1994 reflejaban el carácter combativo de
guerrilla armada con el que irrumpieron en la escena pública, con un lenguaje similar a
las guerrillas de liberación latinoamericanas de los años 60 y 70. No obstante, a lo largo
del primer año, esto se fue modificando dando paso a un lenguaje circular,
retroalimentado por los elementos indígenas (y su cosmovisión “otra” del lenguaje), la
izquierda tradicional y la sociedad civil: “debemos seguir buscando dentro de nosotros
mismos y dentro de las relaciones creadas un lenguaje que no nos haga perder el
puente con la sociedad que logramos construir en los dos últimos años”, afirmó el
Subcomandante Marcos (1996).
Analizar al EZLN como una “guerrilla comunicacional” que lucha desde el campo
simbólico como propone la hipótesis, supone el concepto de “signo como arena de la
lucha de clases” (Voloshinov, 1930), donde se integra la lucha ideológica al plano del
discurso.
Para el autor ruso, todo lo ideológico es sígnico y todo lo sígnico es ideológico,
es por ello que el signo es la arena de la lucha de clases, donde los diferentes grupos
“combaten” para mono acentuar el signo, que es dinámico y multi acentuado,
imponiéndole un único sentido posible.
86
“En la palabra se ponen de manifiesto los innumerables hilos ideológicos que
traspasan todas las zonas de la comunicación social (...), capaz de registrar todas las
fases transitorias imperceptibles y fugaces de las transformaciones sociales”
(Voloshinov, 1930). Y es por medio de la palabra que el EZLN combate y resiste, desde
el centro mismo de los medios de comunicación que buscan monopolizar la palabra,
mono acentuar el signo, reproduciendo una lógica de poder y un modelo de país que
los excluye.
Continuando con el concepto de guerrilla comunicacional, cabe mencionar el
término de “campo” de Pierre Bourdieu, definido como “espacios estructurados de
posiciones (o de puestos), cuyas propiedades dependen de su posición en esos
espacios y pueden ser analizadas independientemente de las características de sus
ocupantes» (Bourdieu, 1969).
El autor menciona diversos campos: el campo intelectual, el campo político, el
campo del arte, el campo de la filosofía, el campo religioso, como “el sistema de
posiciones que ocupan esos agentes en la política o en la cultura” (Bourdieu, 1969).
Los campos se caracterizan por no poder determinar sus fronteras por fuera de
éstos, por su autonomía (están regidos por su propio sistema de leyes) y
principalmente por mantenerse o transformarse a causa de los enfrentamientos entre
las fuerzas que lo constituyen. Todo campo es un lugar de lucha con el objeto de
alcanzar la autoridad.
. «La estructura del campo –dice Bourdieu– es un estado de relaciones de fuerza
entre los agentes o las instituciones comprometidas en la lucha o, si se prefiere, de la
distribución de capital específico que, acumulado en el curso de las luchas anteriores,
orienta las estrategias ulteriores. Esta estructura, que está en el principio de las
estrategias destinadas a transformarla, es ella misma un juego: las luchas en las que el
campo es el lugar tienen por desafío el monopolio de la violencia legítima (autoridad
específica) que es la característica del campo considerado; es decir, en definitiva, la
conservación o la subversión de la estructura del capital específico” (Bourdieu, 2002).
Para el autor, es necesario estudiar el concepto de campo a partir de tres
momentos diferentes “internamente conectados”: el primero, es la posición de un
87
campo en relación al campo de poder; el segundo, es la estructura objetiva de las
relaciones entre las posiciones ocupadas por los agentes o instituciones que se
encuentran en lucha en ese campo; y el tercero, los habitus de los agentes, “los
diferentes sistemas de disposiciones que ellos han adquirido a través de la
interiorización de un determinado tipo de condiciones económicas y sociales y que
encuentran en su actuación en el campo una ocasión más o menos favorable para
actualizarla” (Bourdieu, 1969).
En esa concepción del campo como lugar de lucha para la legitimidad, se da
asimismo una lucha por el “poder simbólico” entendido como “poder de constituir lo
dado por la enunciación, de hacer ver y de hacer creer, de confirmar o de transformar
la visión del mundo, por lo tanto el mundo (...). El poder simbólico no reside en los
“sistemas simbólicos” sino que se define en y por una relación determinada entre los
que ejercen el poder y los que lo sufren, es decir, en la estructura misma del campo
donde se produce y se reproduce la creencia” (Bourdieu, 1977).
Entendiendo el mismo como el poder de legitimar una creencia o subvertirla, el
poder simbólico es una forma transformada, transfigurada de otros tipos de poder como
el político o el económico. Es por ello, que al afirmar que el EZLN es una guerrilla
comunicacional, se busca demostrar, como se menciona en la hipótesis, que desde el
12 de enero de 1994 basó su lucha en el campo comunicacional, para luchar desde el
poder simbólico por un modelo “otro” de sociedad.
Por otra parte, y a fin de retomar el análisis sobre la utilización de los medios de
comunicación por parte de un movimiento “antiglobalización”, es necesario mencionar
el concepto “usos” de Michel De Certau, para el cual es la manera de utilizar los
sistemas impuestos lo que “constituye la resistencia a la ley histórica de un estado de
hecho y a sus legitimaciones dogmáticas”.
De Certau utiliza el término “usos” para referirse a las acciones que tienen su
formalidad y su inventiva propias. De esta manera, podemos decir que el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional subvierte el fin de los medios masivos de
comunicación (específicamente de internet, que se desarrolló como una herramienta de
globalización) no desde el rechazo o la transformación sino empleándolo para su propio
88
beneficio, para dar a conocer a la sociedad mexicana la existencia de una revuelta
zapatista en el siglo XX;
En palabras de De Certau: “mil maneras de hacer/deshacer el juego del otro, es
decir, el espacio instituido por otros, caracterizan la actividad, sutil, tenaz, resistente, de
grupos que, por no tener uno propio, deben arreglárselas en una red de fuerzas y de
representaciones establecidas” (1979).
Beatriz Sarlo (1994) retoma a De Certeau con su concepto de “uso adaptativo”,
en el cual la naturaleza del uso es su desvío. El consumidor popular tiene el poder de
transformar los objetos y las prácticas que se le suponen, con tácticas y trayectorias
que no están inscriptas en el uso institucional previsto para los objetos y bienes
simbólicos. Esto responde a la ruptura del círculo de manipulación “porque todo objeto
encierra en su uso la posibilidad de tácticas opuestas a las de sus fines estratégicos:
los débiles deben continuamente convertir a sus propios fines fuerzas que le son
ajenas” (Sarlo, 1994).
De esta manera, podemos decir que el EZLN rompe el círculo de manipulación
en el desvío de su uso de los medios masivos de comunicación para su propio
beneficio. Cabe destacar que la fecha de su irrupción pública coincide con el desarrollo
de redes de internet como medio masivo de comunicación para los ciudadanos de
México.
5.1. Un puente entre ambos mundos: la circularidad.
Para el éxito de esta estrategia comunicacional, fue imprescindible el papel de
Marcos, como un puente entre ambos mundos, entre ambos lenguajes. Es el blanco
letrado, mediador necesario para acceder a los secretos de los vencedores, apropiarse
de sus armas y volverlas contra éstos.
La estrategia de Marcos fue la de entrar en los grupos indígenas, ser parte de
ellos, conocerlos, entender su lenguaje, su simbología y encontrar las palabras para
traducir ello en un lenguaje tal que lo comprendan los grupos dominantes y la sociedad.
Se convierte en un puente entre las dos lenguas que cohesiona el EZLN en sus
89
comunicados y discursos: la “culta” occidental y la de los pueblos originarios del México
precolombino. Desarrolla e instaura un lenguaje híbrido, que combina y alterna
continuamente la lengua popular con la lengua culta.
Como se mencionó, al llegar a la selva, Marcos tuvo que traspasar dos barreras
comunicacionales: en principio la que atañe al interior de la organización (comunicación
interna) y luego (y donde reside la particularidad del movimiento) la comunicación
externa, hacia la sociedad nacional e internacional
La primera hace referencia a los inconvenientes de comunicación entre los
guerrilleros que habían llegado a la selva y los pueblos que la habitaban: la mayoría de
los combatientes no hablaba la lengua de las comunidades. Tuvieron que aprender no
sólo el dialecto, sino también el manejo del lenguaje, lo que representaba el sentido del
símbolo en la comunicación.
Marcos afirmó que cuando entró por primera vez en Chiapas percibió que la
concepción política del EZLN chocaba con las concepciones políticas de las
comunidades indígenas, los cuales tenían una concepción basada en la lucha por la
tierra y el siginifcado de ella. Para estas comunidades, la tierra no es solo el medio de
subsistencia, o el lugar donde habitan, la tierra es también su universo cultural.
Por otro lado, no era sólo la política la causa de ese “choque cultural”. En
palabras de Marcos “no sólo nos enfrentamos a las lenguas indígenas, sino también
con su manejo y con la forma de apropiación del español. Los indígenas no se apropian
de conceptos, sino de palabras”, con mucho apego al significado de las cosas y al uso
de imágenes “teníamos que aprender ese otro manejo del lenguaje para poder
comunicarnos con ellos, y ellos con nosotros”, afirmó.
En su libro “El queso y los gusanos” (1981) Carlo Ginzburg, precursor de la
microhistoria italiana, se interroga sobre la cultura de las clases subalternas, también
llamada cultura popular, a partir del ejemplo de un molinero Domenico Scandella
(Menocchio), que vivio y murio en el anonimato, condenado a la hoguera por orden del
Santo Oficio, acusado de hereje y blasfema por hacer una lectura “otra” de la Biblia.
La particularidad de Menocchio es precisamente la de ser un campesino que
90
representa a un sector pobre y oprimido, pero que sabe leer y escribir. Lo cual le
otorgaba la ventaja de poder acceder a los libros, poder discutir e interactuar con las
clases dominantes, teniendo como base la cultura y los conocimientos orales de las
clases populares.
Es por ello que Menocchio realizó una lectura de la Biblia distinta de la
hegemonía que la Iglesia quería imponer. El consideraba que en un principio todo era
caos, y que al pasar el tiempo se formó una masa, como cuando se hace el queso con
la leche y que en ella se formaron gusanos, que fueron ángeles y de ahí salió Dios.
Para Ginzburg, Menocchio es el precursor del hombre moderno.
El autor habla de la persistencia en la historia de una concepción aristocrática de
la cultura, afectada asimismo por el carácter oral de la cultura popular que imposibilita
al historiador a tomar contacto con las fuentes directas y es por ello que el único medio
que tiene para investigarla, son los textos escritos por la cultura dominante. Es así que
el autor afirma que lo testimonios que nos llegan de la cultura popular, están siempre
mediados por “filtros intermedios deformantes”.
“La mala conciencia del colonialismo se cierra de este modo con la mala
conciencia de la opresión de clase. Con ello se ha superado, al menos
verbalmente, no ya el concepto anticuado de folklore como mera cosecha de
curiosidades, sino incluso la postura de quienes no veían en las ideas,
creencias y configuraciones del mundo de las clases subalternas más que un
acervo desordenado de ideas, creencias y visiones del mundo elaboradas por
las clases dominantes quizás siglos atrás. Llegados a este punto, se plantea la
discusión sobre qué relación existe entre la cultura de las clases subalternas y
la de las clases dominantes. ¿Hasta qué punto es en realidad la primera
subalterna a a segunda? O, por el contrario, ¿en qué medida expresa
contenidos cuando menos parcialmente alternativos? ¿Podemos hablar de
circularidad entre ambos niveles de culta? (Ginzburg, 1981).
Para retomar, se considera importante mencionar lo analizado anteriormente del
papel de Marcos como puente entre ambos mundos, ambas culturas y hacer un
paralelismo con la figura de Menocchio en la Italia de la Inquisición. La riqueza y
91
particularidad que caracteriza a ambos es la retroalimentación de culturas, el aporte de
una cultura a la otra, la “circularidad”, que permite al autor italiano afirmar que la cultura
popular no está ajena a la cultura dominante ni viceversa, sino que se da
constantemente una retroalimentación entre ambas.
En el caso de Menocchio, hay dos grandes acontecimientos que hacen posible
que esto suceda:
“La imprenta le otorga la posibilidad de enfrentar los libros con la tradición oral
en la que se había criado y le provee de las palabras para resolver el
conglomerado de ideas y fantasías que sentía en su fuero interno. La Reforma
le otorga audacia para comunicar sus sentimientos al cura del pueblo, a sus
paisanos, a los inquisidores, aunque no pudiese, como hubiera deseado,
decírselo a la cara al papa, a los cardenales, a los príncipes.”
En el caso del Subcomandante Marcos, esos acontecimientos son a nivel
técnico: el advenimiento de internet y las TICs, que permitieron que los discursos y
comunicados que el EZLN escribía en el medio de la selva Lacandona, llegaran a la
sociedad civil y prensa nacional e internacional el mismo dia y sin exponer a sus
emisores al peligro de ser “lanzados a la hoguera”. Y, a nivel político: la firma del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) que entraba en vigencia el
día de la irrupción pública del EZLN y que condenaba al país a la profundización del
más cruel neoliberalismo, con grandes consecuencias económicas y sociales para las
clases más desfavorecidas.
Ante esto Marcos, un intelectual blanco, se consolidó como líder y portavoz de
un movimiento indígena, creando un nuevo lenguaje retroalimentado de ambos
registros, con una influencia recíproca (Bajtin, 1987) de ambas culturas. Esa
“circularidad” fue necesaria para que los intelectuales y los indígenas pudieran
comprenderse e iniciar una lucha juntos. Y en ello, fue imprescindible el papel del
Subcomandante Marcos como mediador, como traductor y puente entre ambos
mundos.
92
El concepto de “circularidad cultural” que se mencionó, remite a Gramsci (1972)
y Bajtin (1987). Se desprende de la teoría de “Hegemonía cultural” del marxista italiano,
para el cual la hegemonía como “formación y superación continua de equilibrios
inestables entre los intereses del grupo fundamental y de los grupos subordinados”
(Gramsci; 1978) no es estática, sino que está en permanente negociación entre los
dominantes y las clases subordinadas. La circularidad cultural es esa interacción que
se da en la resistencia, esa combinación y retroalimentación de culturas.
Bajtin retoma este concepto y analiza el carnaval como núcleo de la cultura
popular, como segunda vida del pueblo, y lo hace desde la obra de Rabelais (1532,
1534) y el concepto de “realismo grotesco” (Bajtin, 1987). Para este autor, en las
manifestaciones del carnaval se representa la visión del mundo de la cultura popular,
que se contrapone y se rebela a la concepción dogmática y seria de la cultura
dominante.
En esa parodia “grotesca”, el aspecto revolucionario se da por medio del humor
y la sátira. Es a partir de éstos que las clases populares enfrentan las estructuras de
poder establecidas. El carnaval es espacio donde se invierten los significantes
“hegemónicos”, en un juego de “revuelta de semiosis”, de ambigüedad de significados
que sirve como terreno para la lucha política.
Esta concepción del humor en Bajtin, de la risa como integradora y liberadora y
del carnaval como revolucionario por sus funciones satíricas, la retoma posteriormente
Burke en su texto “El triunfo de la cuaresma” (1978), para quien el carnaval en la edad
media era el símbolo de resistencia de la clases populares, de la cultura popular
tradicional, ante el avance de la Iglesia durante la Reforma protestante.
Esto puede asimismo pensarse desde la cultura popular en México. Luego de la
llegada de los españoles en Tenochtitlán, la manera de resistir para los pueblos
originarios era la fiesta. A lo largo del tiempo, la cultura festiva de los pueblos
originarios siguió cumpliendo esa función. Se puede citar como máximo ejemplo de
ello, la fiesta del dia de los muertos que se realiza todos los años, la noche del 1 de
noviembre y que finaliza al día siguiente. En el caso del EZLN, puede aplicarse al
carácter humorístico y satírico de sus discursos, y fundamentalmente de sus posdatas,
93
que fueron analizadas en el capítulo anterior y que se basan en la burla al poder
político.
Para finalizar, se considera pertinente agregar a lo dicho anteriormente, el
concepto de “culturas híbridas” propuesto por García Canclini (1990) y según el cual a
partir de la modernización se anula la pretensión de autonomía de los bienes “cultos” y
“populares”, ya que ambos comienzan a estar cruzados por múltiples mediaciones. La
consecuencia de ello es la democratización cultural.
Según este autor, en México y en Latinoamérica se da generalmente una
relación fluida entre los pueblos originarios y la modernidad, lo que quiere decir que
estos pueblos reformulan algunas de sus tradiciones con elementos que se apropian de
la modernidad: «las tecnologías comunicativas y la reorganización industrial de la
cultura no sustituye las tradiciones, ni masifican homogéneamente, sino que cambian
las condiciones de obtención y renovación del saber y la sensibilidad» (García Canclini
1990).
Canclini estudia los procesos de hibridación, las “estrategias de reconversión
económica y simbólica de los sectores populares”. En palabras del autor:
“El análisis empírico de estos procesos, articulados a estrategias de
reconversión, muestra que la hibridación interesa tanto a los sectores
hegemónicos como a los populares que quieren apropiarse los beneficios de la
modernidad. A veces, los grupos subalternos recurren a técnicas y
procedimientos políticos tradicionales, incorporan de un modo híbrido o típico,
lo moderno, como estrategia de supervivencia frente a las políticas económicas
y culturales que los perjudican. Pero las fórmulas mixtas surgen también de
protestas y negociaciones, por lo cual la modernización, la actual globalización
-y en general toda la política hegemónica no pueden ser entendidas sólo como
imposición de los fuertes sobre los débiles. Los estudios sobre hibridación han
desacreditado a los enfoques maniqueos que oponían frontalmente a
dominadores y dominados, metropolitanos y periféricos, emisores y receptores,
y, en cambio; muestran la multipolaridad de las iniciativas sociales, el carácter
oblicuo de los poderes y los préstamos recíprocos que se efectúan en medio
de las diferencias y desigualdades” (García Canclini, 1997).
94
Como ejemplo de ésto, podemos mencionar la utilización de los medios masivos
de comunicación por parte del EZLN. Cómo un ejército revolucionario, un movimiento
de insurrección indígena antiglobalización, utilizó desde sus comienzos internet como
herramienta de lucha, lo que le valió el nombre, según algunos intelectuales; de
“ciberguerrilla”.
95
6. Conclusión
En un contexto donde se nos intentaba convencer que la historia había
terminado y que sólo quedaba un único sistema político-económico posible, la irrupción
del EZLN en América Latina fue una bocanada de aire puro, la esperanza de que no
todo está perdido y que, desde abajo, se puede pensar una manera “otra” de sociedad
y democracia: participativa, horizontal, que incluya a los excluídos y que corra el velo
eurocentrista que no nos permite verlos.
Es por ello que en la elección de los núcleos temáticos se privilegió el análisis
extensivo político-económico la historia de México en relación a los pueblos originarios,
buscando dar cuenta de cómo un país con esa riqueza de etnias, de culturas y
saberes, edifica el Museo Nacional de Antropología más importante de Latinoamérica
mientras paralelamente ignora que los productores de esos bienes culturales siguen
vivos, afuera de los museos y templos, reclamando su lugar en un país que los olvida
La situación económica de Chiapas es la razón por la cual el EZLN existe. No es
sólo el despojo de la tierra, es peor aún, es la burla de un unipartidismo corrupto que
reforma leyes que fueron ganadas por históricas luchas campesinas. Es el dilema de
uno de los estados más ricos del país donde sus habitantes son los más pobres. La
contradicción que cotidianamente sus ciudadanos mueran de hambre, teniendo el
alimento que brota en la tierra que les robaron.
Como Enrique Dussel afirmó, Chiapas es una interpelación ética profunda y es
por ello que se puede comprender el gran anclaje que el EZLN tuvo, no sólo a nivel
nacional, sino principalmente en líderes de izquierda, intelectuales, artistas y en la
sociedad mundial. Y en eso fue imprescindible el rol del Subcomandante Marcos .
Gran estratega de la comunicación, el “Sub” logró subvertir el uso de los medios
de comunicación para ponerlos al servicio de la lucha del EZLN, y eso es
particularmente difícil en un país como México, donde la monopolización de la
96
comunicación está en manos de los empresarios más ricos del país (y por cierto del
mundo) que privilegian las telenovelas conocidas mundialmente y los programas de
entretenimiento. Marcos entró en los estudios de Televisa, en el “prime time” con su
pipa y su pasamontañas, ironizando sobre los políticos de turno, diciendo que el
presidente y su séquito son un grupo de corruptos y explicando por qué los zapatistas
existen.
Es por ello que se intentó a lo largo de este trabajo, dar cuenta de la importancia
del poder simbólico, de esa lucha donde unos buscan imponer su sentido (el fin de la
historia) y otros quieren dar cuenta que el signo sigue aún vivo, moviéndose, como el
mundo, como la historia y que todo puede cambiar. Y los zapatistas lograron, en veinte
años de vida, dar cuenta de ello en la práctica y con resultados concretos
El discurso es “aquello por lo que y por medio de lo cual se lucha, aquel poder
del que quiere uno adueñarse” afirmó Foucault. Y la utilización de esta cita al
comienzo del trabajo, busca atravesar los tres núcleos temáticos propuestos y el
sentido mismo de la hipótesis planteada, que define al EZLN como “primera guerrilla
comunicacional mundial”. Si se entiende al discurso como objeto de lucha y
herramienta para luchar por el poder, se puede afirmar que el Subcomandante Marcos
guardó las armas para desenfundar las palabras y librar la guerra en el campo
simbólico.
En relación al primer objetivo planteado por este trabajo: dar cuenta del contexto
-concreto- económico, político, social y cultural que dio origen al EZLN . Se logró
realizar un recorrido por el surgimiento, la historia y las principales características que
consolidaron al zapatismo como uno de los más importantes movimientos anti
globalización mundial. Dando particular relevancia a la formación de « caracoles »
como un nuevo modelo de « pueblo gobierno », que se pone en práctica de manera
concreta y que no es una utopía, sino un modelo distinto de democracia, de sociedad.
Asimismo, el segundo objetivo que se planteó en este trabajo. analizar el rol y la
importancia del Subcomandante Marcos como líder y portavoz del EZLN, abrió el
97
camino a varios aspectos de su personalidad, de su manejo de los símbolos, de su
papel como puente entre ambos mundos (letrado y popular). Y aquí varias preguntas
quedan abiertas para futuras investigaciones. El Subcomandante Marcos es un
personaje fascinante que tiene varias aristas diferentes a analizar desde campos
diversos como la semiología (su manejo del discurso), desde la política (su modelo de
pueblo gobierno), desde la sociología (a través de los estudios subalternos) y desde la
cultura popular (como portavoz de una lengua popular híbrida). Si bien
lamentablemente no se pudo en este trabajo realizar un análisis en profundidad sobre
todos estos aspectos, se intentó dar cuenta, a través de un breve recorrido por ellos, de
la importancia del personaje como portavoz del movimiento.
Por último, en lo relativo al tercer objetivo : analizar cómo el EZLN a través de
una lucha simbólica y pacífica, inaugura un nuevo tipo de lenguaje en relación con la
política, que se retroalimenta con los aportes de la lengua letrada y la indígena; se
considera que el recorrido de autores elegidos (exhaustivo quizás, pero necesario) y el
análisis de las fuentes primarias, lograron dar cuenta de ello a través de dos premisas
básicas : que el signo se entiende como arena de lucha de clases y que la estrategia
utilizada para esta « lucha simbólica » es la circularidad, creando un lenguaje diferente,
« híbrido » con aportes de ambas culturas.
A partir de este análisis, el zapatismo nos lleva a plantear el tema de la
subalternidad y la conocida pregunta de Gayatri Chakravorty Spivak (1985) « ¿Puede
hablar el subalterno ? ». ¿Porqué aún presentado el EZLN como proyecto de
descolonización erigió a un hombre blanco y letrado como el portavoz de un
movimiento de insurrección indígena ?. Esta pregunta estuvo presente desde el inicio
de la investigación, desde la visita al caracol zapatista en el 2004 y se mantuvo a lo
largo de diez años, latente. Al anunciar su muerte como portavoz del EZLN en mayo de
este año, el Subcomandante Marcos dió su respuesta: que sea un indígena (el
Subcomandante Insurgente Moisés) el nuevo líder y vocero del EZLN.
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Marcos muere para matar el culto al individuo y para darle vida a su compañero
asesinado, Galeano. Y así inaugurar una nueva etapa del zapatismo, que será
asimismo una nueva etapa de relación con los medios masivos de comunicación,
porque el movimiento cambió a su interior a lo largo de estos veinte años como lo
hicieron los medios, las redes sociales, la democratización y el acceso a la información.
Retomando la hipótesis de este trabajo :
« En un contexto de profundización del neoliberalismo en México, el zapatismo desde
el 12 de enero de 1994 utiliza los medios masivos de comunicación para combatir
desde el campo simbólico, convirtiéndose así en la primera guerrilla comunicacional
mundial. Para ello fue imprescindible el papel de su vocero, el Subcomandante Marcos,
como “traductor”, que articulando la lengua de los pueblos indígenas y la lengua culta
occidental, creó un nuevo tipo de discurso político, con aportes de la literatura y
poesía»
se puede concluir que, a partir del recorrido de autores, temas y el análisis planteado,
el EZLN fue posible en México, y en Chiapas en particular, por su contexto histórico-
social, político y económico de un país que no ejerce ni respeta la multiculturalidad y es
por eso que, en pleno advenimiento de internet, un ejército de indígenas armados se
tapa el rostro con un pasamontañas y baja de las montañas para pedir que se los mire,
como demanda de inclusión social.
¿Cómo hacer ahora para retener ese « poder simbólico » ? se planteó el EZLN.
¿Cómo lograr que los zapatistas manifiesten sus demandas en los medios de
comunicación sin por ello, obligarlos a utilizar el lenguaje hegemónico que no los
representa ?. ¿Cómo hacer que la sociedad civil entienda su lucha y que ellos
entiendan a la sociedad civil que quiere ayudarlos ?.
Como solución a estas preguntas, el zapatismo universaliza su lucha, crea
territorios autónomos abiertos al mundo, llama a consultas populares y,
fundamentalmente, inaugura un nuevo tipo de lenguaje, circular, híbrido, que se
99
retroalimenta de ambos lenguaje y que representa la cosmovisión de los pueblos
originarios. Y esta creación es producto de un hombre blanco universitario, que es el
portavoz y el fundador de un nuevo lenguaje que, como si fuera poco, es humorístico e
introduce elementos de la poesía y la literatura, modificando el discurso político.
La escritura de Marcos fue elogiada por grandes plumas como el premio nóbel
mexicano de literatura Octavio Paz. Carlos Monsivais, Carlos Fuentes, Manuel
Vazquez Montalbán, Ignacio Ramonet, José Saramago, Noam Chomsky, Gabriel
García Márquez, la Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta Menchú, el cantante
Joaquín Sabina, entre otros.
El futuro del Subcomandante Marcos es, quizás, Galeano. Pero lo importante es
que los puentes ya están creados : dio origen a un nuevo lenguaje y mostró al mundo
que el sur mexicano también existe. Marcos permanecerá en los discursos que
pronunció, en los libros que escribió, en los relatos de Durito y el Viejo Antonio, en cada
intelectual que lo entrevistó, en todos los ensayos que buscaron explicarlo. Pero
también sigue vivo en los territorios autónomos, en sus compañeros que lo conocen de
frente y sin pasamontañas, en la dignidad que les devolvió.
Si Marcos decidió es morir es, como se mencionó, para que no se necesiten
más « interlocutores » que conecten al mundo indígena con el letrado, para que las
comunidades zapatistas sigan trabajando en la creación de una sociedad que los
incluya sin la necesidad de seguir pidiendo el « prime time » a Televisa, sin más
concesiones.
« El zapatismo es el intento de rescatar la revolución de los escombros de la
historia » (Holloway, 2008) y para poder hacerlo, resignificó el concepto de revolución :
sin armas ni guerrillas foquistas, una revolución de la palabra, desde los medios de
comunicación y en pleno auge del neoliberalismo.
Desde todos los campos posibles, hay mucho para aprender de ellos.
Fundamentalmente para los movimientos de emancipación de América Latina es una
100
gran lección para repensar el socialismo, el modelo de democracia y sociedad . Nos
lleva a plantearnos qué pasaría en nuestros pueblos si el que manda nos obedece, y si
el que tiene que obedecer sea a su vez el que manda : un gran desafío para los
políticos que se enquistan en el poder, olvidando que sus altos salarios dependen de la
misma sociedad que explotan e ignoran.
Para resumir, se considera que la lección que el EZLN dio al mundo se basa en :
- su nueva concepción de identidad, que incluye la multiculturalidad de todos las
etnias que componen la Nación mexicana
- un paradigma « otro » de construcción de sociedad, en comunión con la
naturaleza, la vida comunitaria, la salud, el diálogo, la educación y el humor.
- un nuevo modelo de democracia participativa, donde « el que obedece manda y
el que manda obedece »
- la construcción de una nueva sociedad basada en la cultura y en la educación.
Para concluir cabe destacar que, además de su pretensión académica, este
trabajo de más de diez años (que llegó a su fin), busca ser un homenaje a este
personaje que cambió la historia de millones de personas, silenciadas en el anonimato,
muertas de olvido. Al hombre que un día dejó su vida, su nombre y su rostro para
esconderse en la niebla de la selva a pedir que nunca más exista un México sin ellos.
Por renovarnos, en tiempos difíciles la esperanza de que otro mundo es posible.
101
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104
8. Anexo
Nota realizada por la autora en su visita al Caracol de Oventic, zona Los Altos de
Chiapas, en diciembre del 2004 y publicada en:
- Revista Sudestada, Edición nro 56, marzo 2007
- Revista El Corredor Mediterráneo, nro 223, 2007
- Revista ISEL, junio 2006
Autonomía y resistencia: Caracoles Zapatistas.
Oventic está ubicado a una hora de San Cristóbal de las Casas. A unos 3500 metros
de altura, se encuentra allí la Junta del Buen Gobierno del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional. Por su ubicación estratégica para los turistas y los medios de
comunicación, es el corazón céntrico de los zapatistas delante del mundo y unos de los
cinco caracoles de autonomía y resistencia donde el EZLN aplica su lema de “Mandar
obedeciendo”.
“dicen los sabedores de antes, que el corazón de los hombres y mujeres tiene la forma
de un caracol”.
Pared de Oventic
Los zapatistas hablan poco y pausado. Ni bien nos acercamos, nos miran con
desconfianza y esperan a que nosotros les hablemos. Son cordiales, calmos y cautos.
Cuando ingresamos a Oventic vimos a varios de ellos, que distinguimos por el
pasamontañas, todos hacían algo: trabajaban, limpiaban y caminaban de un lado al
otro del caracol. Todo nos hace creer que nada altera la inmensa paz de ese lugar, que
es su refugio en el medio de las montañas, su lugar en este mundo.
Hace no mucho tiempo, tenían que cuidarse más que ahora de los
desconocidos: el ejército irrumpía en territorio zapatista, todos iban armados y
dispuestos a matar y torturar a cuanto zapatista se le cruce en el camino. Ese día se
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escuchaban tiros a lo lejos, un ruido fuerte que no supimos de qué se trataba y que no
cambiaba el quehacer diario y la tranquilidad de Oventic.
Hoy los militares ponen retenes al costado de todos los caminos de Chiapas, son
hombres del ejército que revisan todos los autos que circulan y a todos sus ocupantes.
Camino al caracol nos topamos con unos cuantos. En la ruta, en su mayoría camino
empedrado de cornisa en la montaña, se ven pequeñas cruces de madera, con
nombres. Son en recuerdo de los que murieron en manos del ejército cuando éste
asaltaba pueblos y disparaba a mansalva sobre sus habitantes.
A pocos kilómetros de Oventic hay un cuartel del Ejército Federal, un cuartel
inmenso donde, desconcertados, preguntamos cómo seguir rumbo hasta el pueblo. No
se justifica tanta presencia militar en una zona tan deshabitada y tan desarmada. No
vimos a ningún zapatista con armas y está prohibido consumir drogas y alcohol en su
territorio, dicen que para acabar con el machismo mexicano del hombre que vuelve
borracho a su casa y le pega a su mujer y para evitar que alguno hable de más y
cometa un error. Uno se siente en paz en aquel territorio y con esa gente que lucha
pacíficamente por tener un rostro, un nombre, una dignidad.
Los caracoles zapatistas son municipios autónomos rebeldes que el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional creó en agosto del 2003, reemplazando a los
Aguascalientes (centros de reunión política y cultural), tras el fracaso de los Acuerdos
de San Andrés por la integración y derechos de los pueblos indigenas. Todos ellos se
ubican en distintos pueblos de Chiapas, en el sur de México y a pocos kilómetros de
Guatemala.
Al llegar a la mítica ciudad de San Cristóbal de las Casas, capital de la cultura
chiapaneca, se empiezan a hacer visibles las huellas que el EZLN dejó al tomar, el
1ero de enero de 1994, las instalaciones del Palacio Municipal y edificios públicos del
gobierno estatal y federal. Los austeros bares tienen en sus paredes fotos de Pancho
Villa, Emiliano Zapata y del Subcomandante Marcos. En las tiendas se venden
remeras, posters, llaveros y todo tipo de merchandising del EZLN.
Cuando se llega al Distrito Federal, es imposible imaginar las contradicciones
que ese país preserva para los ojos de quienes nos sorprendemos y fascinamos con su
cultura e historia. Las diferencias hacen pensar que en México cohabitan dos países
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distintos: el del capital financiero y el indígena del sur, donde el tiempo parece estar
detenido en los últimos galopes del caballo de Zapata.
La mágica ciudad de San Cristóbal de las Casas, fue la elegida por los
zapatistas para comenzar su insurrección y gritar por primera vez “Nunca más un
México sin nosotros”. La rebelión duró 11 días, el 12 de enero de 1994 Marcos decidió
abandonar definitivamente el uso de las armas para establecer un diálogo con el
Gobierno Federal. “Luchamos para desaparecer” declaró. “El EZLN lucha para que ya
no sea necesario ser clandestino ni ir armado para pedir democracia, justicia y libertad”.
Allí se encuentra la cultura indígena chiapaneca en su estado puro: en el zócalo
de la ciudad hay un gran mercado donde se venden desde golosinas hasta artesanías,
la Catedral con su fachada de colores devela la antigúedad de esta ciudad y los niños
indígenas, en las calles frías, venden llaveros con zapatistas hechos en lana. Cuando
se los interroga acerca de si vieron a Marcos, lo niegan con la cabeza pero enseguida
nombran en cada uno de sus personajes a los integrantes más nombrados del EZLN.
Esos que desde el corazón de la selva Lacandona luchan por dejarles un mundo mejor.
“La niebla es el pasamontañas de la selva” (Eduardo Galeano).
Para cruzarse con los primeros encapuchados, uno debe continuar camino por
las montañas del sureste mexicano. A más de una hora de San Cristóbal de las Casas
y por camino de cornisa apenas señalizado, se dejan mostrar entre la niebla los
primeros símbolos que distinguen a los territorios zapatistas del resto de Chiapas. Unos
carteles nos anunciaron el ingreso al “territorio zapatista en rebeldía” donde “el pueblo
manda y el gobierno obedece”.
Oventic es el caracol II de la zona de Los Altos, lugar de extrema marginación y
pobreza, habitado por indios tzotziles y lacandones. Allí se puso en práctica el Sistema
Educativo Rebelde Autónomo Zapatista de Liberación Nacional (SERAZLN) y funciona
una de las escuelas más grandes de los territorios autónomos, donde estudian
chiapanecos y extranjeros que vienen desde todas partes de Europa y América Latina
a conocer y solidarizarse con el EZLN.
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El ingreso al caracol se encuentra demorado por una larga reja que atreviesa la
entrada y que anticipa la única calle asfaltada, donde están los principales
establecimientos de Oventic. Nos hicieron esperar más de media hora en la
“Proveduría Che Guevara” (una casita de madera que se encuentra en el ingreso a
Oventik), donde además de vender snacks y gaseosas, se venden “discos
revolucionarios” con discursos del Che, de Marcos, de Fidel Castro o cd´s de música
que van desde José Alfredo Giménez, Ismael Serrano hasta Victor Jara. Allí
entregamos los pasaportes y respondimos algunas preguntas como condición para
poder ingresar. Luego, el encapuchado que nos atiendió, habló durante unos minutos
por su handy, en tzotzil, y leyó a su receptor los datos de los pasaportes
Al observar mi cámara de fotos, me advirtió que no fotografiara a los zapatistas
sin capucha y nos solicitó esperar frente a otra casita que está al lado de ésta y que
tiene pintado en su fachada: “Casa de la Junta del Buen Gobierno. Corazón Céntrico
de los Zapatistas delante del mundo”. En la espera buscamos algo para comer y
pudimos conseguir unas frutas en una tienda que estaba cerca. La altura hacía
invisibles algunos aspectos del paisaje, recubierto por la niebla y el frío comenzaba a
profundizarse con la caída de la tarde. De lejos se veían montañas atravesadas por
nubles y en el fondo, la selva.
En la calle principal hay pocas casitas de madera, todas pintadas a mano,
preservando las tradiciones y colores indígenas. Luego de la proveeduría y Junta del
Buen Gobierno, se encuentra la “Oficina de Mujeres por la dignidad” y al fondo se ve,
desde lejos, la escuela, una cancha de basquet y otra de fútbol. En la entrada, aún se
podía ver a zapatistas ingresando y saliendo del lugar, que saludaron y sonrieron
gentilmente, acostumbrados a la visitas desconocidas. El ambiente allí es de una
inmensa paz y un constante silencio, todos hablan muy suave y en un tono muy bajo
casi en armonía con la tranquilidad que les brinda aquel paisaje en medio de la selva
chiapaneca.
Finalmente, logramos hablar con la Junta del Buen Gobierno, que estaba
ocupada con una pareja de reporteros extranjeros. Los cuatro zapatistas encapuchados
que nos atendieron, dos mujeres y dos hombres, estaban detrás de un escritorio de
madera y hablaban entre ellos en tzotzil antes de responder a las preguntas. Fueron
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muy amables y pacientes, no demostraron apuro en finalizar la charla y se los veía
dispuestos a enfrentar todas nuestras incertidumbres.
En los caracoles zapatistas, todos llevan el payacate (pañuelo) rojo en el cuello,
igual al que tenía Marcos cuando entró por primera vez en San Cristóbal de las Casas.
Botas de combate y el pasamantoñas negro, símbolo con el que se identifica al EZLN
en todo el mundo. “Decidimos esconder nuestro rostro porque antes no nos veian. Los
indios eran invisibles, inexistentes. Paradógicamente, escondiendo nuestros rostros
nos vieron, nos volvimos visibles”. Explica Marcos.
En Oventic hay una clínica central, donde se atiende y se dan remedios de forma
gratuita. Los médicos y los maestros son zapatistas y voluntarios que vienen de todas
partes de México y del mundo. En el aspecto productivo, tienen cooperativas mediante
las cuales se exporta café y el remanente de sus productos de sobrevivencia: “En todos
los caracoles se hace trabajo colectivo para sobrevivir, con familias y compañeros. Se
siembra milpa, hortalizas. Se crían animales (borregos, gallinas). Se practica la
fertilización orgánica de la tierra. Nosotros sobrevivimos del trabajo comunitario, del
cultivo de café (el que exportamos). Tenemos dos Sociedades Cooperativas de los
indîgenas: Mut vitz (Cerro del pájaro) y Ya‟chil Xojobal Chu‟lcha‟n (la nueva luz del
cielo) con certificado de café orgánico y permisos para exportarlo desde el puerto de
Veracruz hacia Italia, Estados Unidos, Francia, España, Suiza e Italia”. Nos explicó uno
de los zapatistas de la Junta del Buen Gobierno.
“Para todos la luz, para todos todo” (Subcomandante Marcos).
Para Marcos, los caracoles son “una pequeña parte de ese mundo a que
aspiramos hecho de muchos mundos. Serán como puertas para entrarse a las
comunidades y para que las comunidades salgan; como ventanas para vernos dentro y
para que veamos fuera; como bocinas para sacar lejos nuestra palabra y para escuchar
la del que lejos está. Pero sobre todo para recordarnos que debemos velar y estar
pendientes de la cabalidad de los mundos que pueblan el mundo”.
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Desde los coracoles, los zapatistas buscan ese otro mundo mejor. Allí ellos
tienen nombre, tienen rostro, tienen voz. Tienen la tierra que un día les robaron, la
justicia que reclaman hace 500 años, la libertad con la que tantas generaciones
soñaron. Los caracoles son su forma de resistir a este planeta globalizado que no les
hace lugar y los ignora. Son su dignidad, su milpa, su rebeldía. Son su campo de
batalla en la guerra cotidiana contra el olvido.
Los tres 1eros de enero del zapatismo.
El día que el EZLN se dio a conocer, 1ero de enero de 1994, entraba en vigencia el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que reunía a México,
Estados Unidos y Canadá. La situación interna del país se encontraba convulsionada
por una serie de acontecimientos que sacudían la administración neoliberalista de
Salinas de Gortari y dejaban entrever los graves problemas del subdesarrollo y
corrupción, que caracterizaban a su gobierno tras 65 años de dominación del Partido
Revolucionario Institucional (PRI).
Los diversos gobiernos priístas, con sus políticas de desarrollo económico y ampliación
de brecha social, ignoraron las terribles condiciones de pobreza y marginación que
afectaban a las regiones del sur, habitadas mayormente por comunidades indígenas
con sus particularidades culturales.
Cuando siete años más tarde el EZLN volvió a salir de la clandestinidad con su
“Marcha por la Dignidad Indígena” en el Distrito Federal, el 1ero de enero de 2001, el
escenario político parecía esperanzador. Tras 72 años de dominación, el PRI había
perdido elecciones ante el Partido de Accion Nacional (PAN) y Vicente FOX asumia la
presidencia prometiendo solucionar “en 15 minutos” el problema indígena. La Marcha
se realizó con el objetivo de abrir un camino al diálogo y la reconciliación con el
gobierno, y establecer vínculos con organizaciones sociales, intelectuales, medios de
comunicación, estudiantes y cuidadanos nacionales e internacionales.
El 25 de abril de 2002, tras cinco años de demora, el Senado aprobó la Ley sobre
Derechos y Cultura Indígenas en una versión retocada que limitaba el marco de la
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autodeterminación y no respondía a las demandas elementales de los zapatistas. El
mismo presidente Fox, reconoció luego que la misma no contemplaba los aspectos
centrales de la autodeterminación indígena y explotación de recursos naturales, así
como el reconocimiento de la democracia, justicia y libertad.
Así quedaron replegados durante tres años, en sus caracoles y con su Junta del Buen
Gobierno que formalizó vinculos con ONG´s nacionales e internacionales y se
dedicó a perfeccionar su educación, sanidad y recursos productivos.
Tres años más tarde y en el marco de la campaña electoral, el 19 de junio del 2005 el
EZLN decretó en todo el territorio rebelde, una “alerta roja general” mediante la cual
cerraron caracoles, disolvieron la Junta del Buen Gobierno, se suspendió la transmición
radial y toda actividad nacional e internacional de los zapatistas. El alerta rojo surgió
como “medida precautoria defensiva” con el fin de llamar a consulta a sus tropas
rebeldes y bases de apoyo acerca del accionar, proyectos y futuro del EZLN. Días más
tarde, con el 98% de la aprobación de las bases zapatistas, anuncian la “Sexta
Declaración de la Selva Lacandona” . Según las palabras de Marcos: “Lo que vamos a
hacer es tomar el pensamiento de la gente sencilla y humilde y tal vez encontramos en
ella el mismo amor que sentimos nosotros por nuestra patria. Y tal vez encontramos un
acuerdo entre los que somos sencillos y humildes y, juntos, nos organizamos en todo el
país y ponemos de acuerdo nuestras luchas que ahorita están solas, apartadas unas
de otras, y encontramos algo así como un programa que tenga lo que queremos todos,
y un plan de cómo vamos a conseguir que ese programa, que se llama programa
nacional de lucha, se cumpla”. Con ese fin, Marcos (ahora llamado Delegado Zero)
recorrió los 32 estados mexicanos, desde La Realidad hasta Tijuana, en su motocicleta
llamada “sombraluz” . El recorrido, comenzó el 01 de enero del 2006 y se suspendió el
03 de mayo por los acontecimientos en San Salvador Atenco, donde la policía
municipal reprimió, violó y asesinó al pueblo, en un conflicto que comenzó con el
desalojo de vendedores de flores en Texcoco y culminó con los episodios de violencia
en Oaxaca que aún no han cesado.
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