un arma de doble filo: la incidencia de la ideología
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Un arma de Doble Filo:
La incidencia de la ideología bolivarianaen la política de Venezuela hacia
Colombia durante el gobierno de HugoChávez Frías
Presentada por Natalia CarrizosaDirigida por Arlene TicknerUniversidad de Los AndesFacultad de Ciencias SocialesDepartamento de Ciencia PoliticaNoviembre de 2002
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Facultad de Ciencias SocialesUniversidad de los AndesMonografia de grado en Ciencia PoliticaAutor: Natalia CarrizosaDirectora: Arlene TicknerLectores: Dora Rothlisberger y Gabriel Murillo
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Un arma de Doble Filo:
La importancia de la ideología bolivariana en la política de Venezuela haciaColombia durante el gobierno de Hugo Chávez Frías
Introducción....................................................................................................................... 4Sección I: La ideología bolivariana en Venezuela.......................................................... 6
Aproximación teórica...................................................................................................... 6Ideas y valores bolivarianos .......................................................................................... 12El culto a Bolívar en el imaginario venezolano ............................................................ 20
Sección II: El bolivarismo de Chávez............................................................................ 29El poder moral............................................................................................................... 31Oligarquía y pueblo ....................................................................................................... 32C. Afinidades con la izquierda ...................................................................................... 36D. Panamericanismo e integración................................................................................ 39E. Choques con Estados Unidos.................................................................................... 43
Sección III: Implicaciones para las relaciones con Colombia..................................... 45A. Función cohesionadora de la ideología bolivariana ................................................. 46B. Una visión romántica de la guerrilla y del conflicto ................................................ 49C. El distanciamiento frente a la “oligarquía” colombiana ........................................... 58
Conclusión........................................................................................................................ 61Bibliografía ...................................................................................................................... 65
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Introducción
Después de Estados Unidos, Venezuela es el país con el que Colombia mantiene sus
relaciones económicas y políticas más importantes. Los dos países son sólidos impulsores
de la idea de crear un mercado común suramericano y comparten una extensa frontera
que los une. Sin embargo, las relaciones bilaterales, que deberían ser excelentes para
asegurar el buen funcinamiento del comercio bilateral y la solución conjunta de
problemas como las migraciones, el contrabando, el tráfico de armas y droga, los
desplazamientos forzados y los problemas de seguridad en los estados fronterizos, están
lejos de serlo. Los encontrones nunca han faltado desde que las dos naciones se
consolidaron como independientes en 1830 hasta el punto que en un tiempo se temió una
guerra por cuenta del conflicto de demarcación territorial del Golfo de Venezuela.
En los últimos años el diferendo limítrofe ha dejado de ser una fuente de discordia,
pero a pesar de ello los problemas de seguridad relacionados con el conflicto armado
interno de Colombia se han transformado en la nueva fuente constante de
entorpecimiento de la armonía diplomática. Así, desde que Hugo Chávez Frías, un
exgolpista populista y sui generis, asumió el poder tras lograr una de las votaciones más
altas de la historia de su país, el tema del golfo no ha vuelto a tocarse casi nunca y sin
embargo, los altibajos en las relaciones entre Colombia y Venezuela se han vuelto más
intensos. Este trabajo buscará explicar la importancia de una variable hasta ahora
inexplorada en la persistente tensión diplomática entre las dos naciones: la ideología
bolivariana. A mi juicio, esta explicación podría servir para enriquecer la comprensión de
las causas de malestar en la relación de ambos países, un paso indispensable para pensar
en posibles soluciones al problema.
Se me ocurrió trabajar esta variable explicativa porque los hechos que han
marcado la relación bilateral entre Colombia y Venezuela durante el gobierno de Chávez
a menudo van acompañados de alusiones a Simón Bolívar. En un comienzo esto hizo que
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me preguntara por la importancia y el papel que tienen las ideas de Bolivar asumidas por
el presidente venezolano en su formulación de la política exterior hacia Colombia. Sin
embargo, al investigar un poco más el tema, descubrí que la ideología bolivariana es
también un elemento fundamental para la identidad nacional venezolana desde mucho
antes de que Chávez llegara a la escena política, lo que me hizo pensar que también por
esa vía de la identidad se podía encontrar una forma de incidencia de la ideología en la
política exterior de venezuela hacia Colombia .
Para sustentar la intuición de que existía dicha incidencia y para intentar describir
en qué podía consistir, me remití a la literatura teórica sobre ideas, identidad, y creencias
en la política exterior y encontré varias teorías que podrían aplicarse a mi caso concreto
de estudio. Luego estudié la importancia de la ideología bolivariana en la construcción de
la nacionalidad venezolana para sorprenderme de encontrar elementos que explicaban en
parte el distanciamiento viceral entre Venezuela y Colombia, en la medida en que la
identidad nacional mediada por una especie de culto a Bolívar se construye con
referencia a un otro que es ajeno a esa identidad. Ese otro es Colombia, o más
exactamente, la élite gobernante colombiana.
El primer aparte de mi monografía tratará justamente el tema de la ideología
bolivariana en el imaginario nacional venezolano. Para empezar haré una breve
aproximación teórica para comprender a que fenómeno me refiero cuando uso términos
como ideología, mito o culto político, en el contexto de las relaciones internacionales.
También haré una exposición de los principales rasgos de la ideología de Bolívar a partir
de los textos del Libertador y algunos comentadores. Finalmente me referiré a la
construcción institucional de un culto a Bolívar que determinará todos los aspectos de la
vida Venezolana, entre ellos: la forma como se perciben los venezolanos, sus ideales y
valores, su identidad nacional y la percepción que de Colombia se han formado.
En el segundo aparte me centraré en el presidente Chávez y el bolivarismo que le
es propio. La idea será sacar una serie de rasgos de su ideología que tendrán incidencia en
las turbulentas relaciones con Colombia. Entre estos elementos se cuentan la asociación
que establece entre la idea de “poder moral” de Bolívar y la lucha contra la corrupción y
la clase política tradicional venezolana; La división chavista, también fundamentada en
Bolívar, entre la oligarquía y el pueblo, Las afinidades de su pensamiento con la lucha de
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la izquierda contra cierto tipo de liberalismo que tiene sus raíces en la Ilustración. Y su
relectura del panamericanismo bolivariano.
En el tercer apartado intentaré explicar algunos pocos hechos de la política
exterior de Chávez hacia Colombia a partir de las conclusiones parciales de las dos
primeras secciones. La idea es tratar de acercarse, de una forma por supuesto incompleta
y humilde, a la explicación de porqué las relaciones binacionales han sido tan
contradictorias y difíciles en el período de gobierno del presidente Chávez. Para ello se
buscarán alusiones veladas o literales al bolivarismo o elementos del culto popular a
Bolívar en las declaraciones de Chávez y de algunos otros actores . La hipótesis que al
final se tratara de probar es que la ideología bolivariana juega un doble papel en la
política de Venezuela hacia Colombia: Por un lado se apela al panamericanismo y los
ideales de unión de Bolívar para generar un sentimiento de fraternidad que justifica la
búsqueda de integración económica. Pero, por otro lado, el bolivarismo de Chávez
también termina alejando a los dos gobiernos. Ambos terminan actuando en función de
dos visiones contrarias del conflicto interno colombiano, de la guerrilla y del
narcotráfico, lo que hace que muchas veces sus posiciones sean irreconciliables.
Sección I: La ideología bolivariana en Venezuela
Aproximación teórica
Para lograr mi propósito me centraré en el enfoque de las ideas, imágenes e identidad
en la política exterior. Aunque en una aproximación más realista podría pensarse que
estas consideraciones ideológicas inciden poco o nada en la formulación e
implementación de políticas externas, la verdad es que cada vez son más los autores que
reconocen la importancia de las ideas en el plano de la política internacional. Judith
Goldstein y Robert O. Keohane en su libro Ideas and Foreign Policy1 distinguen tres
tipos de ideas y tres formas en que las ideas pueden afectar la política exterior. Las ideas
pueden ser “visiones de mundo”, que son visiones totalizantes de la realidad, cómo es el
caso de las religiones; “creencias de principios”, que son creencias acerca de lo que es
bueno o malo en un sentido moral o “creencias causales” que establecen ciertas
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relaciones de necesidad entre dos fenómenos que se suceden en el tiempo. Todas ellas
llegan a afectar la política externa por diferentes vías: Pueden actuar como mapas de
camino entre varias opciones alternativas. También pueden actuar como “pegamento de
coaliciones” al poner de acuerdo sobre una política a un grupo que comparte ciertas
ideas. Por último, pueden llegar a quedar plasmadas en instituciones que afectan la
política exterior.
Sobre la ideología propiamente dicha y su relación con las relaciones internacionales
está la obra de Alan Cassels, quien en Ideology & International Relations in the Modern
World (1996) rastrea el papel desempeñado por diferentes ideologías durante dos siglos
de la historia de las relaciones internacionales. Cassels parte de una reflexión sobre la
ideología de la revolución francesa y termina analizando problemáticas tan
contemporáneas como el resurgimiento del fundamentalismo religioso y sus
implicaciones para las relaciones internacionales.
De la obra de Cassels tomaré además el concepto de ideología que aquí manejaré.
Según él, esta palabra comenzó a ser utilizada durante la Revolución Francesa “para
caracterizar las creencias de ciertos filósofos antimetafísicos que seguían a Locke y
Condillac al sostener que todo el conocimiento deriva de la sensación.”2 Estos filósofos
pretendían usar la revolución para construir una sociedad ideal basada en estos
conocimientos empíricos y esperaban que la revolución política fuera el escenario
apropiado para hacerlo. En su repudio a conocimientos metafísicos los ideólogos eran
particularmente críticos del papel que desempeñaban la religión y la iglesia como guías
morales de la sociedad y pretendían que la ideología cumpliera esta función. Es en este
sentido en que se suele definir a la ideología como “religión secularizada”.
Más adelante en la historia del concepto de ideología su uso fue revivido con un
nuevo matiz por el marxismo. Esta vez, la ideología dejó de entenderse como un saber
antimetafísico o científico y surgió la definición de ideología como “falsa conciencia”.
Cassels explica que para Marx la realidad estaba compuesta primordialmente de
condiciones materiales, como la propiedad de los medios de producción que son las que
1 Goldstein, Judith y Keohane, Robert O. Ideas And Foreign Policy: Beliefs, Institutions, And PoliticalChange. Itaca y Londres: Cornell University Press, 1993, pp. 3-30.2 Cassells, Alan. Ideology And International Relations In The Modern World. Londres y Nueva York:Routledge. 1996, p. 1.
8
estructuran la sociedad. Marx llamaba a estas condiciones materiales “estructura”,
mientras que a la moralidad, la religión, y la ley que están en la superficie, las llamaba
“superestructura”. Según Cassels “para describir el conjunto de supuestos intelectuales y
actitudes comportamentales asociadas a la superestructura Marx se apropió de la palabra
ideología” 3.
En buena medida este aporte ha hecho que se suela concebir a la ideología como una
forma de conocimiento mítico más que científico de la realidad. Los mitos, son una forma
de discurso que no tiene pretensiones de verdad, pero que responde a preguntas tan
fundamentales para entender el imaginario político de una cultura cómo: ¿cuál es el
origen de la sociedad?, ¿a qué ideal se debería aspirar? ...etc. De allí que el análisis
político de la ideología muchas veces se confunda con un análisis de los mitos o cultos
políticos como sucede con el caso del mito bolivariano. De la explicación de Cassels nos
interesa sobre todo la definición de ideología como forma de regulación o dominación
política, como religión cívica y como mito. Que, como veremos a continuación, son
elementos fundamentales del culto bolivariano en Venezuela.
Pero para entender mejor la concepción de ideología en cuanto mito político y la
incidencia de estos mitos en las políticas y la identidad nacional existen autores que
analizan el tema más específicamente. André Reszler estudia por ejemplo los principales
mitos políticos de los últimos dos siglos de la historia moderna 4 y al final realiza una
teoría del mito político. Para él éste es:
Un cuento o una fábula simbólica que aclara un númeroilimitado de situaciones más o menos análogas a partir deun acontecimiento histórico o de un acontecimiento quetendría lugar en el origen del tiempo (el illo tempore delorden social, del fenómeno civilizador). Este cuento, estahistoria dramática tiene un valor prescriptivo, ciertamentepragmático. Su función consiste en reforzar el prestigio dela tradición (o destacar el “valor” de la voluntad del cambioque dramatiza)5...
3 Ibid., p.2.4 Reszler, André. Mythes Politiques Modernes. París: Presses Universitaires de France, 1981.5 Ibid., p.219.
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Toda la teogonía griega es un ejemplo de estos mitos con valores prescriptivos. La
diferencia entre este tipo de historias y las que tienen pretensiones de verdad (y que en
esta medida son más científicas) se pueden ver si se comparan las cosmogonías de los
poetas griegos con las de filósofos presocráticos como Parménides o Tales de Mileto.
Según Reszler aunque el mito se diferencia de la ideología que es “una representación
global teórica y “científica” del pasado, el presente o el futuro de las sociedades en
función de un sistema de ideas, opiniones y creencias constructivista”6, en los momentos
de crisis ambos órdenes totalizantes suelen coincidir. Como éste es el caso de la ideología
bolivariana en Venezuela (que es ideología en su expresión más culta y mito en su
expresión más popular) la teorización acerca de los mitos políticos también es válida para
acercarnos a ella.
Rezler distingue a su vez los mitos fundadores de los mitos revolucionarios. Los
primeros se refieren a los “hechos fundadores de la ciudad, las leyes proclamadas de una
vez por todas por un legislador con poderes sobrenaturales”7. En esta categoría el autor
clasifica al mito americano de “los padres fundadores”. El segundo tipo son los mitos
revolucionarios, que según Reszler son más propios de la época moderna. Éstos
“consideran al futuro, -lo desconocido, la creatividad prometéica de un hombre que
vendrá- como la sola trascendencia real”8. Dentro de esta lógica la regeneración buscada
necesita de una destrucción de la sociedad presente. Estas dos categorías pueden aplicarse
también al mito bolivariano.
Para Reszler, los mitos modernos suelen integrarse en un discurso de apariencia
científica, son “laicizados” y “fragmentados”. Además, son “colectivizados” en la medida
en que “rara vez tienen por héroe al individuo triunfante”. Esta última característica no es
compartida por la ideología bolivariana que a mi parecer sí parte del arquetipo
premoderno del héroe épico. Otra característica de los mitos modernos estudiados por
Reszler es que ya “no son el producto de una actividad inconsciente” sino creaciones
artificiales de autores que persiguen fines políticos por medio de ellos. En el caso de la
ideología bolivariana puede en cambio decirse que existen ambos casos. En el nivel
popular todavía hay algo de inconsciencia mientras que en las manifestaciones más cultas
6 Ibid., p. 220.7 Ibid., p. 210.
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y en la política estatal referente al culto hay intenciones políticas bastante claras por parte
de la elite gobernante, del partido o del presidente de turno, de mantenerse en el poder.
Fernán González también se ocupa del tema de los mitos políticos antes de entrar
a analizar el proyecto político de Bolívar y cita otros autores que refuerzan la idea de que
este tipo de mitos son claves en la constitución de un sentimiento de pertenencia a una
comunidad. Para González, al igual que para Reszler, la estructura mítica de pensamiento
también continúa existiendo en la sociedad moderna. Por ejemplo, la historia moderna
sigue operando con el arquetipo mítico de la creación de un pueblo por un individuo que
representa a Dios. “En las culturas más secularizadas, el héroe reemplaza al santo
enviado de Dios: los grandes hechos de la historia se deben a la excepcional irrupción de
una personalidad extraordinaria, más constituidora de la historia que constituido por
ella”9. González cuenta, por ejemplo que, “La historia tradicional usada como un
instrumento de identidad nacional, regional o grupal, o sea como mito es considerada por
Gusdorf como más sutil y eficaz que la historia científica”10. Con esto queda dibujado un
camino (la enseñanza de la historia tradicional) por medio del cual las ideologías bajo la
forma de mitos consolidan la identidad nacional y mantienen el orden social. Tal
consideración explicaría por ejemplo el empeño de Chávez en realizar una reforma
educativa “bolivariana” para que los niños venezolanos se eduquen dentro de los ideales
del libertador.
Según González esta función que Gusdorf encuentra en la historia mitificada tiene
que ver con la función política de los mitos “que no buscan satisfacer la necesidad
racional de conocimiento sino la necesidad existencial de orientación ante el mundo y la
sociedad”. Aunque el autor aclara inmediatamente que no siempre el mito es integrador
sino que “en ocasiones sirve para mantener la esperanza de destrucción del status quo
existente en la sociedad y para movilizar fuerzas con esa finalidad”11. Esta aclaración
hace perfecto eco a la clasificación de Reszler entre mitos fundadores y los mitos
revolucionarios. Los primeros son integradores mientras que los segundos son
desintegradores. González termina su breve análisis de los mitos políticos señalando
8 Ibid., p. 211.9 González, Fernán. “El proyecto político de Bolívar: mito y realidad” en Para leer la política II. Bogotá:Cinep, 1997, p.10.10 Ibid., p. 11.
11
algunas características clave para nuestra comprensión del mito bolivariano. Por ejemplo
nos remite a García Pelayo, para quien los mitos pueden originarse en la imaginación
pero también pueden “tener como punto de partida personajes, acontecimientos o
estructuras históricas a los que se concibe de manera que no corresponden a la
realidad”12. Además el mito tiende a embellecer o satanizar a los personajes y esto ocurre
sobre todo en “los momentos conflictivos de la historia”13
Otro punto de contacto entre el universo de las ideas y las relaciones
internacionales nos lo dan los autores que tratan el tema de la identidad, o visión propia,
y las relaciones internacionales. En la explicación de Cassels se le otorgaba un papel muy
importante al nacionalismo como una forma de ideología y en la explicación del mito
político se observó su función integradora de comunidades de pertenencia, pero para
aclarar esto es menester referirnos a otros autores que tratan el tema de forma más
específica. Así, la identidad nacional, la pertenencia a una comunidad nacional, puede
entenderse con el concepto de “comunidad imaginada” de Benedict Anderson14. Para
Anderson, los lazos que hacen que un conjunto de individuos sientan que pertenecen a
una comunidad no son reales, pues en realidad los miembros no se conocen entre sí, sino
imaginarios.
Según Fernán González, la socialización política de los miembros de estas
comunidades imaginarias suele expresarse por medio de ritos y símbolos y “Esta
identidad colectiva puede expresarse en el seguimiento y la admiración de determinados
personajes políticos actuales o pasados”15. Teniendo en cuenta estos elementos teóricos
empieza a verse como la ideología bolivariana, en especial en la forma de culto o religión
cívica en que, como se verá, suele manifestarse en Venezuela, puede comprenderse como
un elemento cohesionador de la nacionalidad en tanto que comunidad imaginada.
Aunque la obra de Anderson no establece relaciones entre la identidad y las
relaciones internacionales, sus ideas siempre han sido importantes por ejemplo, para
explicar el origen del nacionalismo en la Alemania nazi. Y si aceptamos que este
11 Ibid., p. 12.12 Ibid., p. 12.13 Ibi.d, p.13.14 Anderson, Benedict. Imagined Communities: Reflections On the Origin And Spread Of NationalismLondres: Verso, 1983.
12
nacionalismo explica en parte el pangermanismo como política exterior, entonces no es
muy difícil imaginarse cómo los componentes ideológicos de la identidad nacional
pueden incidir en la política exterior de un país. En otros autores la relación entre
identidad nacional y política exterior sí se pone de manifiesto. William Bloom, por
ejemplo, explica desde un enfoque más psicológico cómo las ideas o imágenes que
componen la identidad personal y la identidad nacional desencadenan una dinámica que
influye en las relaciones internacionales de un Estado al buscar potenciar la cohesión
nacional.
Ideas y valores bolivarianos
Cuando hablamos de la ideología bolivariana no nos referimos a las ideas originales
que Simón Bolívar profesó en su obra escrita, ni a lo que verdaderamente estaba
pensando el prócer más allá de cualquier reinterpretación posterior. En realidad, la
ideología bolivariana es una construcción posterior, y en este sentido no tiene cabida la
discusión de si en realidad Chávez es o no fiel al pensamiento de su ídolo. Sin embargo,
para entender la especificidad de esa construcción ideológica alrededor de la figura de
Bolívar comenzaremos por exponer sumariamente las principales características de las
ideas y valores tradicionalmente asociados a Simón Bolívar. Para ello seguiremos
algunos escritos de Bolívar y algunos análisis históricos y conceptuales del pensamiento
y la figura del libertador.
A las ideas de Bolívar se las suele situar en la compleja dialéctica entre ilustración y
romanticismo. El influjo de las ideas que florecieron con la revolución francesa y el fin
de las monarquías absolutas de Inglaterra y Francia es claro en la historia del libertador,
quien según nos cuenta la introducción a la recopilación Escritos Políticos16, viajó al
viejo mundo de adolescente, donde terminó de educarse dentro de las ideas en boga en el
momento, particularmente las de los autores de la ilustración. Sin embargo, la
introducción también hace hincapié en la fuerte influencia de Rousseau, quien aunque es
parte de la ilustración, posee rasgos románticos innegables.
15 González, Fernán. “Aproximación a la Configuración política de Colombia” en Para leer la Política I.,Bogotá: Cinep, 1997, p.1.16 Bolívar, Simón. Escritos Políticos. Madrid: Alianza Editorial, S.A, 1969.
13
En Bolivarismo y Filosofía Latinoamericana17, después de constatar que las ideas de
la emancipación suramericana se relacionan con los ideales de la ilustración francesa,
Arturo Roig contrapone a esto la influencia romántica de Bolívar presente en su constante
crítica al ala radical del liberalismo de la Ilustración, el jacobinismo. Además, para Roig
existe una clara influencia romántica en discursos como “el juramento en el monte
sacro”. Según este comentador tal componente romántico ha incidido en la visión de
héroe que nos ofrece la historiografía clásica. Así mismo, Fernán González se basa en
obras de Bolívar como el Manifiesto de Cartagena, La carta de Jamaica, el Mensaje al
Congreso de Angostura y el Discurso al congreso de Bolivia para mostrar que el
libertador se opone a la creencia básica del liberalismo ilustrado según la cual a partir de
la libre confluencia de intereses individuales se llega al bien general. En cambio, dice
González de Bolívar que
Su concepción del Estado es mucho más activa, mucho máscercana a Rousseau que al optimismo de la ilustración,aunque Bolívar discrepa de Rousseau pues consideraba quela naturaleza crea a los hombres desiguales y la sociedad y elEstado deben compensar esa desigualdad. Para Bolívar, es lasociedad la que hace desiguales a los hombres y el Estadodebe corregir las desigualdades.18
En esta cita queda bastante clara la posición intermedia del pensamiento de
Bolívar con respecto a la dialéctica ilustración-romanticismo. Así, si bien es cierto que
Bolívar es un crítico del liberalismo radical ilustrado, en sus escritos se perciben
constantemente, aunque reinterpretados, los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. La
carta de Jamaica, además de poseer un supuesto carácter profético constantemente
promulgado, es un claro grito de libertad en contra de la opresión Española. En ella se
pinta a España “esa inmensa monarquía” como los Europeos ilustrados con frecuencia
pintaban al régimen monárquico. Figuras como “ya hemos visto la luz” y “se han roto las
cadenas”19 nos recuerdan a los ideólogos de la revolución francesa.
17 Roig, Arturo. Bolivarismo y Filosofía Latinoamericana . Quito: Facultad Iberoamericana de CienciasSociales, 1984.
18 González, Fernán. “El proyecto político de Bolívar: mito y realidad” en Para leer la política II. Cinep,Bogotá, 1997, p. 26.19 Bolívar, Simón. Escritos Políticos. Madrid: Alianza Editorial, 1968, p.63.
14
Las ideas de igualdad y fraternidad también se perciben claramente en la segunda
carta de Jamaica, cuando después de que Bolívar habla de las diferentes razas del
continente americano (relato que sin embargo está lejos de ser libre de prejuicios raciales)
concluye que “todos los hijos de la América española, de cualquier color o condición que
sean, se profesan un afecto fraternal recíproco que ninguna maquinación es capaz de
alterar.”20
Pero aunque estas ideas fundamentales para las democracias contemporáneas
están presentes en la obra de Bolívar, a mi juicio es anacrónico y excesivo equiparar la
interpretación bolivariana de las ideas de la Ilustración con los ideales de las llamadas
“democracias pluralistas” de hoy. Al tratar de realizar estas operaciones se termina por
ejemplo hablando del autoritarismo de la constitución de Bolivia o se le reprocha a
Bolívar su insistencia en la necesidad de la tutela inglesa en la política internacional. Un
mejor camino para comprender la naturaleza de las ideas y valores asociados a este tipo
de propuestas nos lo dan Germán Carreras y Fernán González cuando insisten en el
realismo y la practicidad de las ideas políticas de Bolívar. O Arlene Tickner y Oscar
Mejía cuando explican parte del origen del presidencialismo latinoamericano basándose
en las ideas de Bolívar.
Germán Carreras insiste por ejemplo en que en Bolívar predominó la condición de
político realista y que lejos de ser un visionario que desde el comienzo previó cómo se
desarrollaría la emancipación, tuvo que vivir un largo aprendizaje a lo largo de su vida,
aunque la historiografía tradicional se ha afanado en desconocer estas características al
considerarlas una suerte de limitación a la figura mítica del héroe. Carreras argumenta a
favor de la tesis del “largo aprendizaje de un político realista”21 tomando el ejemplo del
cambio de su posición con respecto a los fundadores de la primera república de
Venezuela. En el Manifiesto de Cartagena Bolívar postula como causas de la reconquista
de Venezuela, la existencia de un gobierno tolerante y una administración
descentralizada. Y no se abstiene de culpar a los caudillos que fundaron la primera
república Venezolana de 1811 a 1812 diciendo por ejemplo:
20 Ibid., p. 89.21 Carreras, Germán. El culto a Bolívar. Bogotá: 3ª edición Universidad Nacional de Colombia,1987, pp.73-83.
15
Los códigos que consultaban nuestros magistrados no eranlos que podían enseñarles la ciencia práctica de gobierno,sino los que han formado ciertos buenos visionarios que,imaginándose repúblicas aéreas han procurado alcanzar laperfección política presuponiendo la perfectibilidad del linajehumano. Por manera que tuvimos filósofos por jefes,filantropía por legislación, dialéctica por táctica y sofistas porsoldados.22
Pero al poco tiempo de su llegada a Caracas en 1813 Bolívar “comprende que su
criterio no es generalmente admitido, de ninguna manera e invita a los letrados a opinar
sobre la organización del nuevo Estado”23 Cuando esta segunda república también
fracasa Carreras cita algunos pasajes de la obra de Bolívar en los que éste comienza a
defender a los caudillos que antes condenó. Así, en el Manifiesto de Capúrano Bolívar
dice
Es una estupidez atribuir a los hombres políticos lasvicisitudes que el orden de las cosas produce en los estados,no estando en las esferas de las facultades de un general omagistrado contener en un momento de turbulencia, dechoque y de divergencia de opiniones el torrente de laspasiones humanas que agitadas por el movimiento de lasrevoluciones se aumentan en función de la fuerza que lasresiste
Si se compara esta cita con la primera, no deja de sorprender el cambio de opinión
con respecto a los fundadores de la Primera República. Al mismo tiempo se percibe que
se trata de un aprendizaje bastante aterrizado y realista que según Fernández se hace
también patente en el congreso de Angostura.
Lo anterior se revela también en la explicación que el autor hace del desarrollo de
las ideas constitucionales del libertador. González también cita el ejemplo de la posición
de Bolívar frente a los caudillos regionales. Según él el cambio en la posición de Bolívar
estuvo marcado por el fracaso de la primera revolución venezolana, un hecho crucial en
el pensamiento del libertador “que lo lleva al profundo convencimiento de que es
22 Bolívar, Simón. El pensamiento Político del Libertador. Bogotá: Instituto colombiano de estudiosHistóricos, 1995, p. 9.
16
imposible aplicar literalmente las ideas del liberalismo europeo a la realidad americana y
de que es necesario el apoyo de las masas y sus caudillos para triunfar.” Este desencanto
y reconocimiento de la realidad propia de las naciones liberadas explica la insistencia
cada vez más rotunda en la necesidad de un poder centralizado y unitario que a menudo
es referido como el autoritarismo de Bolívar. González expone además otro ejemplo en
relación con el realismo de Bolívar que Carreras apenas enuncia. Se trata de la posición
de Bolívar con respecto a la esclavitud. Según González “la experiencia del exilio en
Haití y el influjo personal de Pethion le ayudarán a descubrir el problema de la esclavitud
negra, del que Bolívar no era consiente hasta entonces”
Otra gran pista para entender las ideas de Bolívar y su supuesto autoritarismo nos
la dan Arlene Tickner y Oscar Mejía cuando explican el origen de la “dictadura
democrática” una figura muy propia de la cultura política latinoamericana. Según Tickner
y Mejía ésta “no es otra cosa que la utilización del poder absoluto para garantizar la
supervivencia institucional, la unidad nacional y la defensa de las clases desfavorecidas
que se hallaban a merced de los caudillos regionales”24.Ellos se sitúan en el contexto de
las luchas internas entre federalistas y centralistas que caracterizaron la historia de todos
los países recién liberados. En esta pugna Bolívar siempre se situó a favor del
centralismo, a diferencia de las élites regionales que buscaban con el federalismo
conservar su poder. Bolívar, en cambio, aunque creía en los valores democráticos que
arriba hemos enunciado, consideraba que las naciones americanas necesitaban de:
(...) un aparato gubernamental estable y fuerte consideradonecesario para prevenir la anarquía en una región que carezcade autoridad central, y creado a través del establecimiento deun ejecutivo fuerte, incluso vitalicio como lo proponefinalmente en la constitución de Bolivia, de corte paternal,dada la inmadurez política de los nacientes pueblos que sepaeducarlos paulatinamente para la libertad sin ser absolutista25
Esta explicación se opone a la tradicional crítica de que con su defensa al
centralismo y al ejecutivo fuerte lo que Bolívar buscaba era un poder ilimitado para él. En
23 Carreras, Germán. Op.Cit., p. 79.24 Mejía, Oscar y Tickner, Arlene Cultura y Democracia en América Latina. Bogotá: M&T editores, 1992,p. 217.25 Ibid., p.217.
17
cambio, el libertador buscaba consolidar una nación unitaria que no cayera en la anarquía
de pequeñas oligarquías regionales separatistas. Pero lo más interesante de este análisis
de la ideología bolivariana es que confirma con las misma ideas de Bolívar la tesis de que
la ideología bolivariana busca consolidar la unión nacional y el orden político de los
pueblos liberados, entre ellos Venezuela.
Otro elemento clave de la ideología bolivariana es el Panamericanismo, que es la
búsqueda de unión entre los países latinoamericanos. En éste Panamericanismo de
Bolívar hay una reinterpretación muy rica y novedosa en contenido del ideal de
fraternidad entre ciudadanos de la Ilustración. Pero los ideales panamericanos no se
agotan en los ideales ilustrados. lo novedoso y específico del integracionismo de Bolívar
es que éste le agrega los ingredientes de la identidad americana, cierto recelo frente a la
Gran Alianza y Norteamérica y la necesidad muy realista del tutelaje inglés.
No olvidemos que Bolívar, además de pensador, fue un estadista, y como
estadista formuló y llevó a la práctica una política exterior, una política determinada por
el bolivarismo, en cuanto determinada por sus ideas como individuo. Mauricio Báez, en
un resumen muy sumario de la política exterior de Venezuela desde sus inicios, analiza
esta política exterior de Bolívar.26 Báez asegura que el fraccionamiento social y la
debilidad institucional de la Venezuela de final del siglo XIX hicieron que los objetivos
en el plano externo de los hombres que surgen como triunfadores de la contienda bélica
en Venezuela son “lograr la legitimación de la nueva nación” y “asegurar su
independencia por medio de una guerra de independencia que permita la destrucción de
los focos de poder español localizados principalmente en Sur- América”27. Esta política
culminará en la victoria de Ayacucho.
Pero además, nos cuenta Báez que Simón Bolívar, con el fin de garantizar
políticamente la independencia lograda militarmente, busca acuerdos de cooperación
entre las naciones liberadas, y propone la creación de un “frente común” para la defensa
ante cualquier agresión de alguno de los miembros de este frente de países liberados, y un
compromiso para con los ideales republicanos. Estos ideales tendrían como fin contener
la posible anarquía fruto de los desórdenes sociales que se siguen del ocaso del dominio
26 Báez, Marcelino. “La Política exterior de Venezuela” en Puig, Juan Carlos. América Latina: PolíticasExteriores Comparadas. Quito: Facultad Iberoamericana de Ciencias Sociales, pp, 536-554.
18
español. Así pues, con el propósito de asegurar la independencia de España y defender
los ideales republicanos, Bolívar busca el apoyo de Inglaterra e invita a este país a
participar en el congreso de Panamá. Según Báez con esto “Bolívar persigue la creación
de un equilibrio hemisférico”28. Esta política exterior que tendía a maximizar la
cooperación entre las nuevas naciones, no cristalizó a pesar de Bolívar. Y después de que
Bolívar desaparece de la escena política, la política exterior de Venezuela estuvo marcada
por un fuerte aislamiento. Sin embargo, es ese el espíritu que Chávez dice perseguir en su
política exterior, por lo que es de vital importancia registrarlo aquí.
Por último, cuando hablo de la ideología Bolivariana también estoy incluyendo
las características comúnmente asociadas al libertador. Así, es preciso decir que del
personaje de Bolívar los principales rasgos destacados por la historiografía, la literatura y
la tradición popular, son su imagen de militar, de estadista, de revolucionario y de
hombre de letras. A su imagen de militar ha contribuido una abundante literatura que lo
ha plasmado como héroe épico29 y entre los militares de América, la alusión a Bolívar es
un recurso casi tan importante como la alusión a la patria (Pensemos por ejemplo cuantos
batallones llevan su nombre). Para entender la especial relación entre la imagen de
Bolívar y los militares Venezolanos, que lo han hecho una especie de patrón, quizás
podamos compararla con la que sostienen los transportadores colombianos con la Virgen
del Carmen. En Venezuela, país donde los militares han ejercido una influencia muy
importante en la política exterior es lícito pensar que también por esa vía indirecta la
ideología Bolivariana ha determinado la política exterior de Venezuela hacia Colombia.
La imagen de Simón Bolívar como revolucionario ha sido explotada sobre todo por la
izquierda latinoamericana. José Consuegra Higgins, por ejemplo, no tiene ningún reparo
en decir que las ideas económicas de Bolívar se adelantaron a las de Marx. 30 Consuegra
también censura el neoliberalismo, mecanismos como la certificación y el imperialismo
Estadounidense desde los ideales de Bolívar. Así mismo, Andrés Roig, en su análisis más
filosófico del bolivarismo, dice de Bolívar un cliché con el que se suele describir a la
27 Ibid., p. 538.28 Ibid., p. 540.29 “Bolívar Militar” en Cuevas, Francisco (comp.). Bolívar: Homenaje en el sesquicentenario de sufallecimiento. Bogotá: Tecer Mundo, 1980, pp.309-335.30 Consuegra, José. Las Ideas Económicas de Simón Bolívar, Ediciones Universidad Simón Bolívar,Barranquilla, 1982.
19
filosofía de Marx: “Bolívar con su práxis y con las ideas que constituyen esa misma
práxis se nos presenta invirtiendo la filosofía de la historia imperial de la que el propio
filósofo alemán [Hegel] fue uno de sus más elocuentes expositores”31. La imagen de la
inversión de la filosofía “imperialista” de Hegel hacia una filosofía práctica es clásica
entre los comentaristas de Marx cuando explican por ejemplo lo que Marx hace en La
ideología Alemana. Por demás, el concepto de “praxis” es tomado de Marx (ver Las tesis
sobre Feuerbach y La ideología Alemana). Este emparentamiento de la ideología
Bolivariana con las ideas políticas de izquierda y los ideales marxistas en general, nos
servirá para entender el bolivarismo de Chávez, su acercamiento a los grupos guerrilleros
Colombianos que también se dicen Bolivarianos y su oposición a políticas hemisféricas
lideradas por los Estados Unidos.
La lectura de izquierda o marxista de la ideología de Bolívar no es nueva. Fernán
González hace un recuento de las principales líneas de este tipo de interpretación de la
ideología de Bolívar en “el proyecto político de Bolívar: Mito y Realidad”. González
incluye dentro ésta línea las obra de Liévano Aguirre, Shulgoski y Pidival en lo
relacionado con la política internacional de Bolívar. Según él, “Liévano contrapone los
ideales de integración hispanoamericana al Panamericanismo de los Estado Unidos”32.
González explica que en Cátedra Bolivariana Shulsgoski muestra que el recelo de
Bolívar con los Estados Unidos es mutuo ya que embajadores estadounidenses como
Tudor, Poinsett y Harrison emprenden una campaña contra el proyecto integracionista de
Bolívar. En la misma línea, Pidival “presenta a Bolívar como precursor del
antiimperialismo, casi como un antecesor de Fidel Castro”33. Como mostraré más
adelante, el chavismo también establece un puente entre el imperialismo español de la
época de Bolívar y el imperialismo estadounidense contemporáneo.
31 Roig, Arturo. Bolivarismo y Filosofía Latinoamericana. Quito: Facultad Iberoamericana de CienciasSociales, 1984.32 González, Fernán. “El proyecto político de Bolívar: mito y realidad” en Para leer la política II, Bogotá:Cinep, 1997 p. 20.33.Ibid., pp. 21-22.
20
El culto a Bolívar en el imaginario venezolano
Pero antes de entrar a hablar de Hugo Chávez y la forma como estas ideas o la
exégesis que de ellas hace el mandatario han incidido en las políticas que ha
implementado, es bueno mostrar que dicha relación no nace con Chávez. A la par con la
consolidación de la nación venezolana desde el siglo XIX se fue creando un canal
fundamental por medio del cual la ideología bolivariana ha incidido siempre en casi todo
aspecto de la vida política venezolana. Nos referimos, por supuesto, al “Culto a Bolívar”
del que habla el título del libro de Germán Carreras Damas. Se trata de un culto político
que guarda las características rituales y simbólicas de los mitos políticos referidos en la
introducción pero que es característico de la cultura Venezolana y que parte de las ideas y
la figura de Bolívar ya sean reales o imaginarias que constituye una parte fundamental de
la identidad propia del venezolano. Y en la medida en que determina la imagen propia de
los venezolanos, tendrá implicaciones en la forma como ven lo que no es propio como el
resto del mundo.
Existe suficiente evidencia de la existencia del culto bolivariano en la historia
política venezolana anterior al chavismo como para asegurar que la ideología Bolivariana
es más que la plataforma ideológica de un sólo individuo. Así lo manifiesta Inés Quintero
cuando afirma que “todos los mandatarios venezolanos han hecho uso de Bolívar. Todos
los 24 de julio, invariablemente, hay sesión solemne en el Congreso, visita al Panteón,
ofrenda floral, misa en la Catedral y exégesis a su obra.” 34 más adelante veremos como
estas conmemoraciones, celebraciones de fechas simbólicas y ritos cívicos son uno de los
canales fundamentales en que diferentes gobiernos de Venezuela han buscado
institucionalizar un culto que cumple importantes funciones políticas para ellos.
Con respecto a cómo los mandatarios venezolanos anteriores a Chávez han usado la
figura de Bolívar, Quintero cita varios hitos. Para empezar, está la función reconciliadora
de la decisión del congreso en 1842 de repatriar los restos del libertador que José Antonio
Páez presentó al pueblo venezolano como un logro de su gobierno. Para Germán Carreras
Damas este hecho también es un hito fundamental en la historia de la construcción del
34 Quintero, Inés. “Del Bolívar para todos al Bolívar para Chávez” en El Universal, 28 de noviembre de1999. http://www.analitica.com/bitblioteca/iquintero/bolivar_chavez.asp .
21
culto. A mi modo de ver este hecho responde a una necesidad del gobierno de Venezuela
de desresponsabilizarse de la horfandad en que se sentía el pueblo venezolano desde la
disolución de la Gran Colombia. El pueblo había perdido a su padre Bolívar que se opuso
siempre al separatismo de Páez y los caudillos regionales. Y por ello los restos del
libertador se encontraban en Santa Marta, y no en Caracas, como pedía su testamento.
Así que buscando una reconciliación simbólica con el “hijo de Caracas” desde 1830
comienza una enardecida campaña para repatriar los restos del libertador. Por ejemplo, en
una carta datada de 1839 el General Soublette, entonces vicepresidente de Venezuela
escribe al congreso de la nueva Granada:
La exageración de los partidos que nublaron los últimosdías de aquel hombre singular, ha desaparecido, y aunqueVenezuela, a pesar de su política, se construyó enRepública desmembrándose de Colombia, hoy que goza elfruto de los eminentes y heroicos servicios que consagró laindependencia, justo es que tribute a su memoria loshonores que le son debidos35
Por eso cuando después de muchas negociación los restos son por fin repatriados
el suceso se convierte en una de las más importantes celebraciones patrióticas de
Venezuela. Cuarenta años después se esta fecha, Antonio Guzmán Blanco, uno de los
caudillos rectores de la política venezolana por más de veinte años crea el Panteón
Nacional y en 1886 preside la más fastuosa celebración del nacimiento de Bolívar de la
historia venezolana. Así mismo, Eleazar López Contreras inventó las Sociedades Cívicas
Bolivarianas para mantener vivo el recuerdo del Libertador. Marcos Pérez Jiménez
construyó el paseo de Los Próceres y institucionalizó la Semana de la Patria. Carlos
Andrés Pérez, a quien Chávez intentó derrocar con un Golpe de Estado, recorrió el
mundo promoviendo un nuevo orden económico internacional que pretendía dar
cumplimiento al sueño integracionista del Libertador. Luis Herrera Campíns presidió la
apoteosis del bicentenario en 1983. La inauguración del Metro de Caracas y los Juegos
Panamericanos constituyeron la máxima ofrenda al prócer de la patria. . Por último,
Rafael Caldera, que terminó simbolizando todo lo que el movimiento de Chávez
pretendía destruir, también se consideraba bolivariano y se le escuchaba dando
35 Matos-Hurtado, Belisario (comp.). Documentos Relativos a la Exhumación y traslado de las cenizas delLibertador. Bogotá: Editorial Kelly, 1944.
22
testimonios acerca de la omnipresencia del culto: “difícilmente se podrá encontrar en la
historia el caso de otro pueblo tan identificado con la gloria de un hombre como
Venezuela lo está en el amor de la gloria de Bolívar”36
Esta omnipresencia de Bolívar en la vida política llega incluso a asumir delirantes
facetas, como se deduce de la siguiente cita de Quintero:
Bolívar ha sido útil para la promoción del turismo,campañas conservacionistas, la lucha contra la corrupción.Se le ha vendido como periodista, promotor de la industriatextil, pionero de la zona franca y el libre comercio y figuraemblemática de la campaña nacional de sustitución deimportaciones en la que, con el ceño fruncido yconminatorio, decía a los venezolanos ...¡consume lo quetu Venezuela produce!!! Los gremios, las institucionespúblicas y privadas, los partidos políticos, lasorganizaciones sindicales y empresariales, en susaniversarios, acuden a la plaza Bolívar a dejar testimoniode admiración y respeto al creador de la nacionalidad37
Quizás este tipo de manifestaciones abrumantes y obvias de la existencia de un
culto a Bolívar en la sociedad venezolana son suficientes para que Germán Carreras
Damas en su libro El culto a Bolívar no se preocupe por probar que tal culto existe. El
sencillamente presupone su existencia y se concentra en el estudio de su naturaleza y su
desarrollo histórico.
Carreras explica que el mito bolivariano fue gestado al calor de la guerra de
independencia que deja a Venezuela destrozada y muy lejos del ideal prometido por los
libertadores. Cuando nace la primera República ésta empieza a ser percibida como un
resultado decepcionante: Para empezar, más de un tercio de la población había muerto en
la guerra de independencia y la estructura social y económica de la colonia habían
quedado bastante dañadas. Además después de la proclamación de la constitución
federalista de 1811 comienza la guerra civil entre centralistas y federalistas que dura
cinco años. Según Carreras Damas esta insatisfacción y este desaliento son una condición
clave para el florecimiento del culto bolivariano. El culto permitió equilibrar el saldo
36 Carreras, Germán. El culto a Bolívar. Bogotá: 3ª edición Universidad Nacional de Colombia, 1987, p.274.37 Quintero Inés. Op.Cit.
23
adverso del proceso emancipador al presentarse como una búsqueda continuada de la
libertad, igualdad y fraternidad que no llegaron con la independencia. Esta idea es
favorecida por la obra y el pensamiento de Bolívar pues ejemplifican perfectamente
“desde la ciega y sincera convicción inicial hasta la amarga desilusión final, pasando por
un accidentado trayecto de captación y análisis de las razones de tan desdichado tránsito”38Así, a partir de unos resultados que no fueron los prometidos queda abierta la
esperanza, la desilusión se mitiga con la idea de que con la independencia y la guerra se
avanzó apenas en una etapa del proceso hacia los ideales emancipadores. Por medio de
este proceso ideológico los gobernantes quedan libres de la culpa de la insatisfacción
social, de modo que el culto se convierte el un recurso ideológico de la burguesía, clase
que se benefició con la independencia para mantener el estatus quo.
Carreras argumenta esto diciendo que la experiencia republicana se presentó en
un momento de crisis estructural de la sociedad heredada de la colonia. Tal crisis tuvo
expresión en la luchas por la libertad de esclavos y en la lucha por la igualdad de pardos
contra la elite blanca terrateniente y comercial. Pero la finalidad de la guerra de
independencia era sobre todo el beneficio y pleno usufructo de la burguesía terrateniente
y comercial, y estos movimientos en lucha contra ella, que durante los primeros
momentos de la república exigían el cumplimiento de lo prometido por la causa
emancipadora amenazaban el “sentido histórico” de la emancipación. Es decir, el
cumplimiento de los objetivos de la burguesía. De allí la necesidad de esta clase de
reestructurar el orden necesario para su propia estabilidad y beneficio. Pero para ello
tenía que responder de alguna forma a las aspiraciones populares, que se tornaban más
peligrosas con la floración del caudillismo. Pero no disponían de otros instrumento sino
del ideal emancipador personificado en la figura de Bolívar.
Según Carreras, fue la historiografía tradicional la que estructuró y llevó a su más
pleno esplendor el culto de Bolívar, al dedicarse a exaltar los valores asociados a la figura
histórica del libertador. Pero el motivo de este enaltecimiento, sobre todo desde la batalla
de Ayacucho, no está en el romanticismo literario de los historiadores de la época sino en
una necesidad histórica de orden social y político. Así, la labor de los historiadores va
38 Carreras, Germán. Op.Cit., p.43.
24
conscientemente encaminada a la construcción de un culto que desde el comienzo y hasta
nuestros días sigue teniendo la función de “disimular un fracaso y suplir un desengaño”39.
Pensando en esto la clase gobernante dispone todo para que el culto que había dado
fuerzas a la lucha independentista regrese a la vida pública venezolana. La fecha que
marca este acontecimiento de la historia de las ideas de Venezuela es el repatriamiento de
los restos del libertador el 17 de Diciembre de 1842.
Para algunos, con la separación de la gran Colombia, en Venezuela decae por un
momento el gran estatus que el héroe había adquirido. Según John V. Lombardi en el
proceso de disolución de la Gran Colombia se llega incluso a renegar de él y sólo más
tarde, ante la necesidad de consolidar una identidad nacional propia, pero sobre todo,
ajena a la española, se presencia un renacer del mito simbolizado la repatriación de los
restos. “Los fundadores de Venezuela no desearon nada de Bolívar en vida, sólo una
década después de su muerte sus compatriotas decidieron resucitar a su héroe”40 Carreras
muestra una versión diferente de este alejamiento inicial. Según él, durante la disolución
el culto sigue vigente en el sentimiento popular venezolano. “En rigor jamás había
desaparecido de la escena” 41.
En este punto hay en la explicación de Carreras una pista invaluable para explicar
cómo es que la ideología Bolivariana contribuyó a la consolidación de la percepción
propia de los venezolanos por contraposición con la percepción que fueron construyendo
de los colombianos. Esto es clave para entender la enemistad apasionada que por tanto
tiempo se percibe en las relaciones entre los dos países y que claramente ha incidido en la
política exterior de Venezuela hacia Colombia. Recordemos que habíamos visto como
Bolívar, quizás influenciado por un alejamiento romanticista de los ideales de la
Ilustración, censuraba el liberalismo radical de corte jacobinista que según él, no servía a
la realidad de América. Ahora bien, según Carreras, el movimiento anticolombiano que
resultó en la separación de Venezuela de la Gran Colombia y la disolución de esta última,
se gestó al amparo de los ideales de la revolución, que no eran diferentes de los de
Bolívar. Así, dice Carreras:
39.Ibid p.44.40 Lombardi, John. “history of our leaders: The Bolivar legend” en http://jvlone.com/bolivar2e.html .41 Carreras, Germán. Op.Cit., p. 287.
25
(...) llama la atención del historiador que todo el manejopolítico e ideológico que condujo a la disolución de laRepública de Colombia se operase bajo la égida de unareivindicación intransigente de los principios invocados porla acción revolucionaria desde sus comienzos, hasta elpunto de que el propio Páez que personificó la rupturaaparecía en sus actos oficiales como una parodia -a vecesridícula- de aquel fundador de cuya sombra no pudo librasejamás, y la lucha contra los postulados culminantes de lapolítica de Bolívar se libró al amparo de las que seconsideraban las metas de la revolución, las cuales, ensustancia no diferían mucho de las que alentaba el propioBolívar, hasta 1928. 42
Según Carreras la reacción anticolombiana iba dirigida fundamentalmente contra
la estructura liberal anticlerical y reformadora de los congresos de Colombia, la cual
alarmaba a la elite venezolana que estaba constituida fundamentalmente de una burguesía
terrateniente y comercial. En esta medida, el desconocimiento de la autoridad de Bolívar
no se debía a una inconformidad de los caudillos regionales con sus principios políticos,
pues como muestra Carreras en cuanto la tutela de Bolívar desapareció, la fuerza
disgregadora amenazó con acabar con el orden deseado por la burguesía, y el “gran
acierto de la burguesía terrateniente y comercial más que del propio Páez consistió en
reivindicar el programa de Bolívar”43 .
Pero aquí nosotros por lo dicho anteriormente, podemos ir más lejos y considerar
que la separación de Venezuela no sólo no se contradice con los postulados de Bolívar,
sino que en buena medida se siguió de estos, en particular, de la oposición de Bolívar al
liberalismo radical. La identidad nacional de Venezuela se construye pues, en parte, con
base en el conservadurismo (real o imaginario) de Bolívar y a Colombia los venezolanos
recién separados la empiezan a percibir como contraria a su identidad, relacionándola con
los ideales liberales más radicales. Tal forma de ver las cosas tiene un eco en la creencia,
bastante popular en Colombia, de que la génesis del conservatismo político se encuentra
en Bolívar, un venezolano, mientras que se ve al padre del liberalismo, en Santander. La
interpretación que acabamos de hacer, aunque quizás simplifique en demasía la realidad
42 Ibid p.46.43 Ibid p.49.
26
de la identidad nacional de ambos países y tal vez no corresponda a las percepciones
actuales, muestra claramente como la identidad nacional de Venezuela se construye de
entrada, por oposición a sus vecinos de la Nueva Granada, hoy Colombia, y esto por
incidencia de la ideología bolivariana.
Con la repatriación de los restos de Bolívar, el culto revitalizado pasa desempeñar
tres funciones que Carreras nombra (1) factor de unidad nacional, (2) factor de gobierno
y (3) factor de superación nacional.
1. El factor de unidad nacional tiene que ver con que el culto a Bolívar además de
dar a Venezuela identidad por diferenciación con Colombia y España, sirve para darle
unidad política al incipiente proyecto de nación bolivariana. Pero esta tesis no es única de
Carreras, ya hemos visto en la introducción como las ideas bajo la forma de “pegamento
de coaliciones” pueden generar consenso, así como la ideología moderna puede llegar a
cumplir el papel de cohesión y fundamentación social que en otro tiempo la religión
cumplía, o como los mitos políticos están estrechamente relacionados con la identidad
nacional. Gracias a la mistificación de Bolívar los venezolanos se encontraron luchando
por una misma causa, y en este sentido se crea una comunidad de pertenencia, una
“comunidad imaginaria de las que hablábamos en la introducción. Esta función que
acordamos al culto bolivariano concuerda con la idea de Fernán González según la cual
las solidaridades sociopolíticas tienden a expresarse enformas simbólicas y rituales, que muestran la pertenencia aun grupo y la identificación con una especie de comunidadimaginada”. Según González, “esta identidad colectivapuede expresarse en el seguimiento de determinadospersonajes políticos actuales o pasados [...] que sonidealizados y abstraídos de las circunstancias concretas desu época para convertirse en una especie de símbolos omitos que expresan vitalmente la adhesión a una doctrina oconducta política, la pertenencia a una agrupaciónpolítica.44
En este sentido el culto a Bolívar sería un referente clave de la simbología
nacional venezolana que sirve para construir el sentimiento de pertenencia nacional. El ex
presidente venezolano Rafael Caldera afirmó en este sentido: “Bolívar es para nosotros
27
símbolo de la nacionalidad, como pueden serlo la bandera, el himno y el escudo. Mejor
dicho, sin él encontraríamos incompleta la significación de los otros”45.
Plantear la ideología Bolivariana de esta forma es clave para establecer una primera
forma de incidencia de ésta en la política exterior. La relación se hace más evidente al
remitirnos a teóricos de las relaciones internacionales y la política exterior que se centran
en la identidad. William Bloom, por ejemplo, quien parte de un enfoque psicológico
llamado “teoría de la identificación” de la construcción nacional para explicar la política
exterior asegura que existe una “dinámica de la identidad nacional” según la cual
si las imágenes y experiencias que se refieren a eventosinternacionales se le presentan a la masa pública de unamanera en que (1) la identidad nacional se percibe comoamenazada o (2) se presenta la oportunidad de acrecentar laidentidad nacional entonces […] la masa publica nacionalcomo un grupo va a buscar asegurar, proteger y acrecentarsu identidad nacional general. 46
De este planteamiento se sigue por ejemplo que una cierta percepción del entorno
internacional puede poner a funcionar la “dinámica de la identidad nacional” y en esta
medida el gobierno puede manipular estas percepciones o imágenes para movilizar a la
sociedad. O recíprocamente, la misma dinámica puede ser puesta a funcionar por otras
fuentes que pueden llegar a manipular al gobierno y esto puede incidir en su política
exterior.
Así, si en Venezuela al pueblo o al gobierno de turno se les logra presentar un
cierto proyecto de integración económica como la continuación del sueño de Bolívar,
quien, como ya vimos, es un referente simbólico básico de la nacionalidad venezolana, la
dinámica de identificación hace que la masa popular o el gobierno termine luchando por
ese proyecto. De la misma manera, si el gobierno o un grupo de presión (por ejemplo las
FARC) logran presentar una política internacional como el Plan Colombia como opuesto
a los ideales del libertador entonces el pueblo o el gobierno sentirán su identidad
44 González, Fernán. Para leer la políticaI p. 25.45 Carreras, Germán. Op.Cit., p. 274.46 Bloom, William. Personal Identity, National Identity AndIinternational Relations. Cambridge:Cambridge University Press, 1990, p. 79.
28
amenazada y se resistirán a este plan. Con estos ejemplos se empieza a dar un primer
atisbo de cómo la ideología bolivariana puede incidir en la política exterior de Venezuela
hacia Colombia.
2. El bolivarismo como “factor de gobierno” debe entenderse como un instrumento que
puede conceder o restar una cierta legitimidad política. Así, Germán Carreras cuenta que
la apropiación de la ideología bolivariana permite a los partidos políticos venezolanos
desde la primera república presentarse como poseedores de un programa coherente. Por
eso cuando la “vaguedad e incoherencia” del gobierno conservador de Páez llegó a
amenazar incluso los intereses de la burguesía, el liberalismo más radical se presentó
como la verdadera continuación de los postulados del libertador e identificó al
liberalismo conservador como guardianes del pasado colonial. La oligarquía se vio en la
necesidad de apropiarse del programa del libertador, algo que intentó lograr con la
repatriación de los restos de Bolívar en 1840.
Esto puede explicarse con la idea de Bloom de que las facciones políticas suelen competir
entre ellas para apoderarse de la “dinámica de identidad nacional”. En el caso
Venezolano la lucha del partido liberal y el conservador por apropiarse de la figura del
libertador adquiere una gran importancia desde los primeros momentos de la vida
independiente. Los liberales presentan la ideología bolivariana como un ideal incumplido
por el partido conservador. Este último la usa como principio de orden. Dice Carreras que
la figura del prócer se usó como propuesta de solución a los requerimientos sociales,
como unión entre libertad y religión y la unidad con el sector militar. Gracias a Bolívar
el gobierno quedaba desculpabilizado al tiempo que el pueblo quedaba comprometido
con lo que Bolívar deseó.
3. Por último, el culto asume una función de superación nacional “al ofrecer una pauta
ejemplarizadora para estimular el espíritu cívico”47. Gracias al cultivo del culto
bolivariano la causa del fracaso en la búsqueda de los ideales de la emancipación se le
podía imputar al pueblo, en lugar de a la elite gobernante. Pues se trataba de una tesis que
el propio Bolívar había acuñado. Ya hemos visto que Bolívar consideraba que las
29
características de los pueblos americanos no eran las mismas de los pueblos del norte y
en esa medida necesitaban de regímenes más fuertes. Pues los “sacerdotes del culto” que
es como llama Carreras a quienes se han encargado de construir y de proteger la religión
cívica, usaron estos pasajes de Bolívar para argumentar que la culpa del incumplimiento
de los ideales de la independencia estaba en el pueblo y que ésta era una verdad
descubierta por el mismo Bolívar.
Para ello resaltaron ciertos pasajes de la obra de Bolívar en que habla de la necesidad que
tenían sus compatriotas de adquirir ciertos “talentos y virtudes” de otros pueblos. Por
medio de este mecanismo inofensivo para las instituciones, el gobierno queda exculpado
de sus fallas, y se les presenta a los venezolanos un ejemplo para regirse y buscar los
bienes que el Estado no les proporciona. Carreras resume esto muy bien cuando habla de
la “propiedad terapéutica”48 que el mito tuvo y continua teniendo.
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Sección II: El bolivarismo de Chávez
El 4 de febrero de 1992 un hombre de boina roja apareció en la televisión
nacional venezolana durante un minuto y doce segundos. Eso fue todo lo que necesitó
Hugo Chávez Frías, un teniente-coronel venezolano que nadie conocía, para hacerse
famoso en Venezuela y el mundo. En aquella oportunidad se responsabilizó del fallido
golpe de Estado al entonces presidente Carlos Andrés Pérez y llamó a sus compañeros de
rebelión a que depusieran las armas49. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue que
afirmó que “por ahora” los objetivos que se habían planteado no se habían cumplido. Ese
“por ahora” hizo historia y sería recordado como una amenaza, para quienes alcanzaron a
temer una dictadura militar o como un símbolo de esperanza para los venezolanos que
seis años más tarde lo elegirían presidente.
Sin embargo, hubo otro elemento del discurso que debería haber sorprendido
igualmente. En dos oportunidades Chávez usa el calificativo bolivariano: “oigan este
47 Carreras, Germán. Op. Cit. p. 274.48 Ibid., p. 61.49 Chávez, Hugo. http://www.aldeaeducativa.com/aldea/documentos2.asp?which=52 “Palabras del tenientecoronel Hugo Chávez Frías el 4 de febrero de 1992”. Caracas: 1992.
30
mensaje bolivariano” dice al comienzo de la corta alocución; y de nuevo al final cuando
se refiere a su movimiento lo llama “este movimiento militar bolivariano”. En efecto,
luego se haría más que evidente que Hugo Chávez Frías, y sus compañeros golpistas eran
fieles seguidores de la ideología del libertador Simón Bolívar.
Esta base ideológica no fue en modo alguno improvisada. Cuenta Angela Zago en
La Rebelión de los Angeles (1998), que en 1983 Chávez y otros dos militares
preocupados por la situación de crisis y corrupción del país, y convencidos de la
necesidad de rescatar los valores patrios alejándose de ideologías foráneas, crearon el
Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 que lleva este nombre porque ese año se
cumplían 200 años del nacimiento del libertador. Al principio, más que una conspiración
militar parecía una tertulia filosófica de militares interesados en buscar enseñanzas en el
pensamiento del libertador y de otros pensadores venezolanos. Chávez se refiere a esta
época así:
En 1983 el mundo celebraba el bicentenario del nacimientode Simón Bolívar y un pequeño grupo de oficiales se fueentonces agrupando en torno a un movimiento internoapoyado por la corriente bolivariana... Allí descubrimos almaestro Simón Rodríguez, al líder Simón Bolívar y alguerrero Ezequiel Zamora.50 (57)
Siendo Simón Rodríguez un filósofo que fue profesor de Bolívar y le inspiró su
romanticismo y Ezequiel Zamora, un héroe militar del siglo XIX que tenía una idea de la
movilización popular como factor indispensable del triunfo.
La trilogía de personajes aquí citada compone las tres raíces del “el árbol de las
tres raíces”. Este árbol es una metáfora que los integrantes del Movimiento Quinta
República, el partido de Chávez, usan para referirse a su inspiración filosófica. Según
Chávez estas no son las únicas corrientes que nutren el pensamiento del partido, pues,
como un árbol, el movimiento no sólo se alimenta de las raíces sino que respira con las
hojas... etc.51 .Sin embargo, en este trabajo me centraré en el estudio de la incidencia en
Hugo Chávez de la ideología bolivariana únicamente, pues de ella es de la que hay el
50 Zago, Angela. La Rebelión de los Angeles. Caracas: Warp ediciones, S.A, cuarta edición, 1998 p. 57.
31
mayor número de referencias y la que ha tenido más relevancia en las relaciones entre
Colombia y Venezuela.
Cabe aclarar que la discusión de si el presidente de Venezuela falsea o no el
pensamiento del libertador con fines políticos no interesa aquí. De hecho, como se vio
con anterioridad, en la historia de Venezuela las alusiones al libertador siempre han
cumplido una función política. Lo que aquí pretendo es presentar el bolivarismo propio
de Chávez, el sentido y función de las referencias bolivarianas en su discurso y sus
acciones. Tal reflexión deberá permitirme sacar unas conclusiones que se aplicarán a las
relaciones internacionales con Colombia.
El poder moral
Medófilo Medina 52 se detiene con bastante detalle en el análisis de la influencia
de Bolívar en el movimiento de Chávez. Comienza por resaltar la importancia de la idea
del “poder moral” que Bolívar propone en el discurso del Congreso de Angostura. Para
Bolívar era necesario adicionar este cuarto poder al legislativo, ejecutivo y judicial.
Según el libertador, dicho poder estaría destinado a exaltar el imperio de la virtud y
enseñar a los políticos a ser probos e ilustrados. El movimiento bolivariano 200 (MBR-
200), acudirá a esta idea para criticar la corrupción fruto de la renta petrolera. Según
Medina esta corrupción fue determinante en la progresiva deslegitimación de los partidos
políticos tradicionales Alianza democrática y COPEI desde los años setenta.
Chávez toca este tema en su discurso de posesión como presidente, donde culpa
de una serie de crisis que denuncia a “la crisis moral de los años setenta” 53. Así mismo en
el discurso del paseo de los próceres afirma:
Hoy la palabra de Bolívar vuelve a recorrer los campos y lasciudades de Venezuela. Necesitamos Moral, necesitamosLuces, necesitamos unión para poder impulsar el motor de la
51 Medina, Medófilo. El Elegido Presidente Chávez: Un nuevo sistema Político. Bogotá: EdicionesAurora , 2001, p. 38.52 Ibid., p. 3153Chávez, Hugo. http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/toma.asp Discurso de toma de posesión,Caracas: 2 de febrero de 1999.
32
Venezuela que queremos y para dejársela a nuestros hijos, anuestros descendientes54.
Este fundamento bolivariano también queda plasmado en el primer artículo de la
constitución que más adelante Chávez como presidente sacó adelante:
Venezuela se declara República Bolivariana,irrevocablemente libre e independiente y fundamenta supatrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justiciay paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, elLibertador55
La apelación a la moral buscada por Bolívar la usa Chávez sobre todo para
criticar a la elite tradicional venezolana, la por él llamada “cogollocracia” y a toda la
política de caudillos heredada del “pacto de punto fijo”, un acuerdo similar al frente
Nacional de Colombia hecho entre los dos partidos tradicionales venezolanos para
mantenerse en el poder después de que cae la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en
1958. En el chavismo la “moral” bolivariana se convierte en una virtud propia del pueblo
que él representa, que es todo lo opuesto a los valores de la política tradicional y corrupta
de la elite. Por eso la imagen de moral bolivariana es un recurso retórico valioso en la
crítica a la oligarquía Venezolana. Pero este no es el único elemento bolivariano en el que
se apoya esta crítica. Chávez también usará el enfrentamiento histórico de Bolívar a los
caudillos y su crítica al individualismo liberal.
Oligarquía y pueblo
Hemos visto que la concepción que tiene Simón Bolívar de los caudillos cambia
de matiz en el transcurso de sus escritos. Al principio el prócer se enfrenta a ellos y los
culpaba de la reconquista. Pero después terminó reconociendo, de una forma muy
realista, que dada la realidad latinoamericana, los caudillos son un elemento de unión
necesario para las nacientes repúblicas. Sin embargo, Chávez va a utilizar la historia del
enfrentamiento entre Bolívar y los caudillos para criticar a la elite tradicional o
“oligarquía”. Esto queda bastante claro en el discurso con motivo del aniversario 217 del
54Chávez, Hugo. http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/los_proceres.asp “Discurso en El Paseo delos Próceres”, Caracas 2 de febrero de 1999.
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natalicio de Simón Bolívar cuando el Presidente habla frente a la tumba del libertador
cómo si estuviera dirigiéndose a él, y dice:
El año pasado vinimos aquí y todavía estaba vigente, todavíaestaba aunque ya derrumbándose la IV República que selevantó con el signo de la traición a tu idea, a tu espada y a turevolución. La República de la oligarquía, la que vimos aquí,a rendirte honores durante muchos años mancillando tunombre.56
Aquí Chávez se refiere a los dirigentes de gobiernos anteriores que también
visitaban la tumba y usaban el nombre de Bolívar para sus propios fines. Pero lo
interesante es que Chávez, aunque está haciendo lo mismo que los presidentes que lo
precedieron, pretende distanciarse de ellos. Sólo él se consideraría fiel a las ideas de
Bolívar, porque él no hace parte de la oligarquía. ¿Pero cómo argumenta Chávez que la
oligarquía es contraria a los ideales de Bolívar?
Para empezar, Chávez se remite a la historia del enfrentamiento entre el libertador
y los caudillos del siglo XIX. Los caudillos decimonónicos se opusieron a Bolívar en la
medida en que personajes encabezados por José Antonio Páez pujaron por disolver la
Gran Colombia e independizar a Venezuela, y otros caudillos regionales como los
terratenientes venezolanos se opusieron al centralismo deseado por Bolívar y al sueño de
integración continental, y pelearon por implantar el federalismo con el fin de aumentar
su poder, ocasionando lo que se conoció en la región como “la patria boba”. Para
completar, Bolívar fue víctima de la traición de sus compañeros de lucha, los otros
caudillos de la independencia. Gracias al denominador común de “oligarquía” Chávez
establece una continuidad entre estos caudillos y los líderes venezolanos contemporáneos
a los que él se opone.
La oligarquía que te expulsó de aquí para que te fueras amorir a Santa Marta (...). La oligarquía que te traicionó, laoligarquía que te mandó a matar en Bogotá, la oligarquíaque mandó a matar al Mariscal Sucre por ser el primer
55 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.http://www.analitica.com/bitblioteca/anc/constitucion1999.asp.56 Chávez, Hugo. Palabras en el Panteón Nacional el 24 de julio de 2000, día del 217º aniversario delnatalicio de Simón Bolívar http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/24julio2000.asp .
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bolivariano de América, el primer seguidor de su sueño.Esa oligarquía que enterró su sueño el año pasado seguíalevantando todavía banderas.
Este mismo recurso argumentativo de acusar a los mandatarios de Venezuela de
ser los mismos que un siglo antes se opusieron al sueño de Bolívar y lo expulsaron de su
patria natal se ve también en una cita de Chávez recogida por Angela Zago. En ella el
presidente venezolano afirma:
“Después que muere el proyecto bolivariano se instala laCuarta República. Esta república que está muriendo, unarepública oligárquica, de <<cogollos>> que comenzaron atraicionar, o revertir el proceso, cambiaron la idea deindependencia y la participación de un colectivo por laparticipación de los individuos, por la participación de loscaudillos. Comenzó un mecanismo malévolo de desprecio alcolectivo, de desprecio al populacho, al pueblo ”.57
Pero esta cita toca además ese otro elemento clave del bolivarismo de Chávez que
es la crítica al individualismo y la preferencia por los procesos colectivos. Si en el
discurso de Chávez el reinado de los caudillos y “cogollos” está asociado
irremediablemente con el individualismo, la crítica a ese individualismo propia del
romanticismo de Bolívar se hace patente en las permanentes alusiones del presidente
venezolano al “pueblo”. Chávez presenta su revolución bolivariana como una revolución
del pueblo que quiere revertir el daño hecho por la oligarquía al sueño de Bolívar,
expulsándola del poder. Así, dice casi al final del discurso en el panteón:
Hoy, Padre, la ofensiva revolucionaria de tu pueblo hapuesto en fuga esa oligarquía y aquí te juramos delante detu llama incendiaria, te juramos, Padre, una vez más que nodaremos descanso a nuestra alma ni reposo a nuestrosbrazos hasta que no hallamos echado hasta el últimovestigio de la oligarquía que traicionó tu sueño y destrozóla obra que comenzaste hace doscientos años. Lo juramos.La vida se nos irá en el esfuerzo 58
57 Zago, Angela. Op. Cit., p.52.58 Chávez, Hugo. Palabras en el Panteón Nacional el 24 de julio de 2000, día del 217º aniversario delnatalicio de Simón Bolívar http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/24julio2000.asp .
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Aquí Chávez pretende hablar no como individuo sino en nombre de todo el
pueblo. Y la alusión a Bolívar no es una apelación a las manifestaciones más sofisticadas
y cultas del mito político del libertador sino de esa identificación afectiva mucho más
arraigada en las clases bajas venezolanas, que han hecho del culto a Bolívar una especie
de religión patria. En otros discursos Chávez llega a su vez a establecer otra nueva
equivalencia entre ese pueblo al que él mismo se equipara y Bolívar. Por ejemplo,
durante el discurso que pronuncia para inaugurar la Primera Cumbre de Deuda Social e
Integración dice :
En Venezuela ha despertado Bolívar y Bolívar es el puebloque lleva su bandera, su inspiración y su lucha. Bolívar sehizo pueblo. Hombres como Bolívar no mueren, dejaron suidea, su semilla en nosotros y viven en nosotros, en cadadía, en cada lucha, en cada derrota, en cada victoria, encada frustración, en cada lágrima, en cada sueño59.
Así mismo, Chávez usa la oposición entre el pueblo bolivariano y la oligarquía
antibolivariana para defender a su gobierno de una oposición cada vez más grande.
Gracias a la triple equivalencia Bolívar-pueblo-Chávez quienes se oponen al proyecto de
Chávez automáticamente se convierten en opositores de los ideales bolivarianos, y por
ello, del pueblo. Así, cuando el Presidente habla del paro general del 10 de diciembre de
2001 que fue organizado por empresarios, sindicatos blancos y terratenientes, se refiere a
dos grupos. Quienes organizaron la protesta son “la oligarquía” y quienes se opusieron
“el grupo del pueblo”. En una entrevista con Hans Dietrich afirma:
Yo tengo preocupación por el orden público y he dadoinstrucción para que no se vayan a topar físicamente los dosgrupos; porque sin duda que el grupo del pueblo esmayoritario y el pueblo ha dicho que no está dispuesto adejarse quitar las calles por la oligarquía, que las calles sondel pueblo 60
59 Chávez, Hugo. Discurso en inauguración de la I Cumbre sobre la Deuda Social y la IntegraciónLatinoamericana. http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/deuda_social.asp, 10 de julio de 2001.60 Zago, Angela. Op. Cit., p.52.
36
Este es un típico caso concreto de la función de garantizador de las instituciones
que cumple el mito bolivariano, algo de lo que hablé en las consideraciones teóricas
iniciales cuando me referí a la función del bolivarismo como “factor de gobierno” que
servía, por ejemplo, para concederle legitimidad política a los partidos políticos o al
gobierno de turno. Como la imagen de Bolívar es clave en la consolidación de la
identidad venezolana, es fácil para Chávez establecer una equivalencia entre la
revolución “bolivariana” defendida por él y los ideales del pueblo. Gracias a esta
operación ideológica los opositores del gobierno se convierten en opositores del pueblo.
C. Afinidades con la izquierda
Pero además, la alineación con los ideales comunitarios por encima de los
individuales permite establecer un puente entre el pensamiento de Bolívar y el
pensamiento político de izquierda en Venezuela y América Latina, que también privilegia
el bien colectivo sobre el individuo y al pueblo sobre la oligarquía. En el caso de las
relaciones internacionales, el bolivarismo termina emparentándose con el modelo de la
dependencia y la lucha antiimperialista. Por eso no hay que sorprenderse de que en el
gobierno bolivariano de Chávez tengan un lugar tan importante personajes como José
Vicente Rangel, y que las guerrillas comunistas colombianas se llamen a sí mismas
“bolivarianas” y reconozcan al presidente de Venezuela.
Sobre este fenómeno, Richard Gott61 explica que en un comienzo la visión que la
izquierda latinoamericana tenía de Bolívar era supremamente hostil, pues se lo asociaba
con un típico burgués que sirvió a los intereses de Inglaterra, la potencia de turno. Sin
embargo, Gott relata como esta visión empezó a cambiar en los años sesenta. Los
movimientos guerrilleros venezolanos, así como los movimientos políticos de izquierda
empezaron a mirar hacia los líderes de la independencia para inyectarle a la ideología
marxista ortodoxa una mayor dosis de nacionalismo. Y así:
Cuando Chávez empezó a organizar su conspiración militaren los ochenta e hizo sus primeros contactos con laizquierda revolucionaria encontró que ya hablaban elmismo lenguaje. La resurrección de Bolívar como un
61Gott, Richard. In The Shadow O f The Liberator: Hugo Chávez And The Transformation Of Venezuela.Londres: Verso, 2000.
37
anticipo importante y necesario de cualquier futurarevolución radical fue aceptada por los izquierdistas queconoció62.
Aquí cabe sin embargo hacer una salvedad. Chávez no considera que su movimiento deba
catalogarse como izquierda o como marxista. Él admite que el chavismo bebe de estas
corrientes y no las desprecia, pero también bebe de otras con signo contrario. El insistir
en la relación con la izquierda tiene que ver con un hecho fundamental para entender la
incidencia de la ideología bolivariana en las relaciones con Colombia. Se trata de la
afinidad ideológica que la izquierda colombiana ha encontrado con el bolivarismo de
Chávez.
Medófilo Medina 63, que a mi parecer realiza una lectura de izquierda de Chávez,
también da una pista en este sentido cuando insiste en la importancia que Chávez le da al
papel del libertador en la lucha por la igualdad y la libertad de los esclavos. Según él, al
hacer esto “el chavismo construye puentes con la vertiente más avanzada, desde el punto
de vista social, del movimiento de la Ilustración: el pensamiento de Rousseau” 64.
El matiz rousseauniano o romanticista del bolivarismo de Chávez, puede llegar a
chocar con el neoliberalismo económico. Este partiría del supuesto de la economía
clásica y neoclásica según el cual el hombre es esencialmente egoísta y sus acciones
responden a intereses individuales y no al lugar que ocupa en una comunidad. De hecho,
buena parte de los odios que supieron ganarse Bolívar en su tiempo y Chávez en el suyo,
provienen de ese liberalismo, que tiene su raíz en pensadores ilustrados como Locke y
Adam Smith y se opone al socialismo de Rousseau. Medina lo define de forma un tanto
crítica como “el culto a la libertad absoluta, entendida como libertad individual, la
intangibilidad del derecho a la propiedad privada, las prevenciones contra la tiranía del
derecho de la mayoría”65. La oposición de los gremios industriales y de los hacendados
venezolanos a la “ley de tierras” propuesta por el presidente Chávez, podría considerarse
un ejemplo de esta confrontación.
62 Gott, Richard. Op.cit., p.100.63 Medina, Medófilo. El Elegido Presidente Chávez: Un nuevo sistema Político. Bogotá: Ediciones Aurora,2001.64 Medina, Medófilo. Op. Cit., p.33.65Ibid., p33.
38
Esta afinidad del pensamiento bolivariano con la izquierda nos da un punto de
partida para entender otro elemento clave de la ideología Chavista: la crítica al
neoliberalismo. Del neoliberalismo, que se basa en los presupuestos individualistas de la
teoría económica neoclásica, Chávez critica, por un lado, la falta de moral, que cómo
vimos es uno de los sustantivos favoritos de la retórica bolivariana.
¿Quién hoy levanta la bandera neoliberal? Un grupo deescuálidos. Sí, la seguirán levantando pero seguirán, es unabandera pálida ya. No tiene color. No tiene moral esabandera66
Por otro lado, detrás de la crítica de Chávez se puede ver esa lectura izquierdista
que privilegia los valores sociales o comunitarios por encima de los individuales. Esto se
hace patente en una entrevista que Chávez sostuvo con la periodista venezolana Ángela
Zago justo después de su encarcelamiento por el frustrado golpe de estado de 1992. En
ella, Chávez asegura:
Esos modelos económicos del capitalismo neoliberal querecientemente han recorrido con mucha fuerza todos loscontinentes, como también el de las democraciasoccidentales europeas tienen como consecuencia entre otrasel individualismo. El colectivismo en extremo no funcionó;que el hombre pierda su individualidad, no, tampocofunciona. Pero tampoco funciona el ser individual alejadode los demás: el hombre es un ser social por excelencia.Este signo de individualismo que es viejo y que estásembrado en nuestras sociedades creo que es necesariomodificar67
Por cuenta de este recelo, la solución para acabar con la deuda social interna
tampoco la encuentra Chávez en el neoliberalismo y en este punto llega a ser bastante
agresiva su crítica.
El neoliberalismo salvaje que privatizó hasta la educaciónpública, y si usted no tenía para pagar la matrícula, su niñono entra a la escuela aunque sea pública. Ahí llegamos aquíen Venezuela. Ahora no, eso se eliminó. Claro, hay que
66 Chávez, Hugo. Discurso en inauguración de la I Cumbre sobre la Deuda Social y la IntegraciónLatinoamericana. http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/deuda_social.asp, 10 de julio de 2001.67 Zago, Angela. Op. Cit., p.51.
39
darle más presupuesto a la educación, porque elneoliberalismo vino con aquel cuento de que el Estadotenía que reducirse a su mínima expresión y que un señorinvisible con una mano invisible que llaman el mercadotodo lo arreglaría. No. ¡Tamaño cuento ese! El cuento deldiablo es ese pues, el cuento del diablo.68
Aunque Chávez se ha mantenido en su defensa de la educación pública, resulta
sin embargo curioso que después de lanzar estas críticas tan encendidas contra el
neoliberalismo haya termina aplicando recientemente las medidas económicas más
ortodoxas dentro del neoliberalismo. No sólo eliminó la banda cambiaria, algo muy
relacionado con la idea de “la mano invisible” que tanto critica aquí, sino que redujo
considerablemente el gasto público, lo que parecía imposible hasta el pasado diciembre
cuando prometió que el Estado iba a regalarle de Navidad un tamal a cada venezolano.
Quizás el punto sea que su crítica al neoliberalismo salvaje debe entenderse con un
énfasis en el salvaje y no en el neoliberalismo, o que Chávez ha tenido que matizar su
proyecto por cuenta de la falta de resultados que ha tenido. En todo caso, la crítica al
neoliberalismo sigue siendo un elemento importante y polémico en el manejo de sus
relaciones internacionales
D. Panamericanismo e integración
Dada la crítica al modelo neoliberal, la integración deseada por Chávez para
América va no va a ser la de la globalización económica propugnada por estados Unidos
y los organismos económicos internacionales. Al contrario, en el libro de Medina el
chavismo es definido como un “intento de ofrecer respuesta desafíos la globalización
desde Venezuela y para Venezuela”69. En esta forma de pensar, es comprensible la
importancia del bolivarismo, que como hemos visto tiene un gran poder para articular la
nacionalidad venezolana. La insistencia en buscar raíces propias es un tema recurrente en
la ideología bolivariana, pues para el libertador un grave error de las nacientes repúblicas
fue buscar modelos importados de gobierno. La globalización del sistema neoliberal es
para Chávez un ejemplo de este tipo de modelos importados que no funcionan para los
países hispanoamericanos. La llamada globalización es percibida como un despojo de la
68 Chávez, Hugo.. Discurso en inauguración de la I Cumbre sobre la Deuda Social y la IntegraciónLatinoamericana. http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/deuda_social.asp, 10 de julio de 2001.69 Medina, Medófilo. Op.Cit., p. 36.
40
identidad nacional, así como era percibido el imperialismo político y cultural en la época
de Bolívar. Por eso Chávez dice actuar con el espíritu bolivariano cuando critica el
neoliberalismo o el modelo de globalización deseado por los Estados Unidos. Él asegura
que busca algo diferente. Una democracia diferente, un modelo de integración diferente y
propia del ser latinoamericano y venezolano.
Según Richard Gott70, la meta de Chávez es revivir el sueño de integración
panamericana de Bolívar pero bajo una base diferente: “la integración interna de cada
país”. Esto se ve cuando habla de la necesidad de buscar la unidad nacional y de acabar
con la anarquía que suponen los caciques regionales. Para apoyar esta idea Chávez
también se basa en la oposición del libertador al federalismo. Para Chávez la unión y el
desarrollo económico interno están inherentemente ligados a la unión interna y externa
latinoamericana, como se ve en el Discurso en inauguración de la I Cumbre sobre la
Deuda Social y la Integración Latinoamericana71.
Para Chávez el logro de la revolución social no se puede lograr si no hay
integración. Hacerlo aisladamente sería volver a arar en mar, como dijo Bolívar que le
había sucedido. Pero no se trata del modelo de integración neoliberal sino del
bolivariano. Así se ve cuando dice
Yo seré un pregonero y un acelerador, hasta donde pueda,de los procesos de integración. (...) es el sueño delCongreso de Panamá, de esa Panamá que Bolívar veíacomo los griegos veían al Istmo de Corinto; (...). Esmomento de retomar aquello, es momento de retomar elsueño de unión entre nosotros, de plantearnos una monedapara la América Latina y el Caribe para la próxima décaday busquemos y luchemos por ella; de plantearnos unaconfederación de naciones de esta parte del mundo, deplantearnos una unidad que vaya mucho más allá delintercambio comercial, porque algunos pareciera quetienden o tendemos a quedarnos a veces en el ese visornada más del intercambio comercial; no, la unidad es
70 Ibid . p.99.71 Chávez, Hugo. Discurso en inauguración de la I Cumbre sobre la Deuda Social y la IntegraciónLatinoamericana , http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/deuda_social.asp, 10 de julio de 2001.
41
mucho más allá, mucho más completa, mucho másprofunda. Es la unidad de lo que estuvo unido una vez. 72
A pesar de esta crítica a los que pretenden quedarse en el mero intercambio
comercial, que a todas luces se refiere al modelo de integración neoliberal, es claro con
esta cita que Chávez es un gran defensor de la integración económica suramericana. Por
eso habla de crear una moneda común. Pero ¿de qué tipo de integración se trata? Para
empezar, Chávez no es amigo del modelo de integración del ALCA, que caería para él
dentro del tipo de integración indeseada, a la que se refiere cuando dice: “¿De qué tipo de
integración estamos hablando? ¿De un gran supermercado hemisférico donde lo que
prevalezca sea lo económico? ¿cuánto vale eso y cuánto me vendes tu, y cuánto te vendo
yo? ¿Se trata de esa integración sin alma, sin amor?” La afirmación de que existe un tipo
de integración que no tiene alma se la escuché a Chávez también en un discurso sobre
integración que dio en la Cancillería colombiana en una visita oficial. En esa oportunidad
aseguró que esa alma que le faltaba al ALCA era la ideología de Bolívar. Lo que Chávez
hace con estas afirmaciones es oponer al modelo de integración neoliberal un tipo de
integración deseada por Bolívar en Panamá en la que prevalece lo social, la felicidad, la
moral, la unión. Tan evidente es su intención de establecer una oposición entre el ALCA
y la integración deseada por Bolívar que en la Cumbre del Milenio en Lima propone
como alternativa al ALCA el“ALBA” o alternativa Bolivariana para las Américas, un
modelo sobre el que no ofrece muchos detalles pero que tendría la virtud de responder a
las necesidades específicas de América latina.
Por otras referencias es posible deducir que la integración deseada por Chávez
sería una unión en la que no participaran los Estados Unidos, sino únicamente los Estados
que fueron españoles, como deseaba Bolívar que se hiciera. En Habla el comandante
Chávez promueve esta unión justamente para oponerse al poder de Norteamérica. Según
él, Bolívar fue el único general que tuvo como concepción geopolítica la idea de “unir
72 Chávez, Hugo. http://www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/toma.asp Discurso de toma de posesión,Caracas: 2 de febrero de 1999.
42
todas estas tierras balcanizadas de la América Latina para oponerse al imperio del
Norte”73
Por otro lado, si la unión no debe ser únicamente económica, faltaría ver en qué
otros aspectos debería haber tal integración. Chávez se refiere a realizar una
confederación de Estados latinoamericanos para sacar ventajas por ejemplo en el
tratamiento de la deuda externa. En otras oportunidades y citando a Norberto Ceresole,
quien descarta la posibilidad de usar como eje de la integración a los mares porque éstos
son “de los imperios” Chávez habla de una “integración física de Sur América por
dentro”74 que siga el eje de las cuencas del Mar de Plata, el Amazonas y el Orinoco,
donde hay grandes reservas de petróleo.
Todo sería un proyecto de integrar el continente a lo largode tres países: Venezuela, Brasil y Argentina con susramificaciones. Una integración por dentro, física, depoblaciones, barcos que naveguen, vías férreas que salganperpendicular u oblicua por el continente con un proyectode desarrollo complementario de nuevo tipo, pasando porlo político75.
Más adelante Chávez también sugiere una integración militar. “Se trataría de unir
las distintas fuerzas armadas en un cuerpo armado latinoamericano”76, dice. Pero según
varios artículos de prensa colombianos el rechazo del modelo de integración liderado por
Estados Unidos también se puede leer como que Chávez quiere una revolución en la que
él mismo sea el centro supremo. Como si se tratara de una reformulación venezolana de
la doctrina Monroe. De estas ínfulas napoleónicas también se acusó en su tiempo a
Bolívar, (recordemos la idea del dictador democrático como un sol alrededor del cual gira
todo). Por eso para mí no es tan descabellado pensar que Chávez quiera seguir también en
ese punto los pasos de su héroe. Aunque Chávez ha negado que quiera exportar su
revolución bolivariana a otros países, su tono mesiánico (sin hablar de los escándalos que
ha producido su ambivalente política hacia Colombia) parece traicionarlo. Lo que me
73 Blanco, Agustín. Habla el Comandante: Venezuela del 04F-92 al 06D-98. Caracas: Universidad Centralde Venezuela, tercera edición, 1998, p. 99.74 Ibid., p. 113.75 Ibid., p. 113.76Ibid., p. 114.
43
parece en todo caso interesante subrayar es que de existir esas intenciones, serían
perfectamente consecuentes con la ideología bolivariana de Chávez.
E. Choques con Estados Unidos
Uno de los elementos más controvertidos de la ideología de Chávez tiene que ver
con su lectura del antiimperialismo de Bolívar. Ya habíamos visto que el Libertador
expresaba reservas sobre el apoyo estadounidense a las recién liberadas colonias, pues lo
veía como una amenaza para la independencia. Así, en 1829, un año antes de su muerte,
Bolívar advierte de una forma que hoy parece premonitoria: «Los Estados Unidos
parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias en nombre de
la libertad»77. Chávez a menudo va a retomar estas reservas así como el discurso contra
el imperialismo español para referirse al “imperialismo” de las potencias actuales. Estas
críticas unidas a su posición frente al neoliberalismo y la relación de su pensamiento con
la izquierda han puesto en alerta a la potencia, la prensa alcanzó en un momento a ver en
el Presidente venezolano a un Fidel Castro en potencia.
Según Medófilo Medina no es sorprendente que hubieran existido desencuentros
con Washington dado el propósito independiente en cuanto a política internacional del
presidente venezolano y su convicción en el principio de autodeterminación78. Cuenta
Medina que los Estados Unidos ha expresado malestar por nombramientos como los de
José Vicente Rangel y Luis Miquilena. Así mismo, relata que desde 1997, cuando Chávez
estaba haciendo campaña electoral para la presidencia, el embajador estadounidense en
Caracas le negó la visa para visitar los Estados Unidos. Más tarde el Departamento de
Estado apoyó a la oposición de Chávez que se alió con el Congreso venezolano en el
enfrentamiento de éste último con la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por
Chávez. Medina también cita las amenazas estadounidenses de retirar empresas
extranjeras en marzo de 2000 por motivos de seguridad común y el descontento del
gobierno venezolano con la evaluación de derechos humanos.
77 Bolivar, Simón. “Carta de Simón Bolívar al encargado de negocios británicos”. Guayaquil, 5 de agostode 1829.78 Medina, Medófilo. Op. Cit., p. 184
44
Más recientemente, Estados Unidos se indignó con las visitas de Chávez a países
del Medio Oriente a cuyos gobiernos se acusa de patrocinar terroristas. Con las visitas al
presidente de Irak Saddam Hussein y al de Libia Muammar Gaddafi Chávez buscaba
crear un consenso entre los países productores de petróleo para subir los precios de este
producto. Sin embargo, en la actual dinámica de guerra mundial contra el terrorismo
liderada por estados Unidos, han sido interpretadas como afrentas a la potencia.
Otro punto de choque entre los dos países tiene que ver con la concepción misma
de lo que es una democracia. Así, cuenta Medina que a comienzos de 2000 el
Departamento de Estado norteamericano expresó una opinión adversa hacia los
referendos, elecciones y plebiscitos. Según Carlos Romero79 detrás de estas reservas hay
dos concepciones de la democracia en pugna. Chávez defendería una democracia directa
opuesta a la democracia representativa que necesita de la mediación de los partidos. Por
eso se refiere a la democracia liberal como un modelo que está muriendo. “En cuanto al
concepto de democracia liberal, creo que pasó su tiempo y es un fenómeno que se
presenta en algunos países con picos más altos que otros”80. Pero el problema con la
democracia plebiscitaría es que caería en lo que se suele denominar la “autarquía
plebiscitaría”, una forma de autoritarismo en la que al pueblo sólo se le deja la opción de
contestar “si” o “no” a los designios presidenciales, que no tendrían que pasar por el
escrutinio de la rama legislativa ni conformarse con la constitución.
Para los Estados Unidos las críticas de Chávez a la democracia liberal son graves.
En especial, teniendo en cuenta que el presidente las ha hecho en encuentros bastante
polémicos con Fidel Castro o en su visita a China. Por eso muchos las interpretan como
un rechazo del sistema democrático. Sin embargo, teniendo en cuenta que Chávez se
apoya a menudo en la idea de Bolívar de que la realidad latinoamericana no debe copiar
modelos importados, entre ellos el de la democracia europea o norteamericana, creo que
la explicación de Carlos Romero de las dos concepciones de la democracia es más
acertada.
79 Romero, Carlos.“El Antioccidentalismo de Chávez” en Venezuela Analítica, 22 de junio de 2000.80 Blanco, Agustín. Op. Cit., p.121.
45
El objetivo final de mi trabajo será mostrar que estos elementos del bolivarismo
de Chávez tienen enormes implicaciones para las relaciones con Colombia. Por ejemplo,
a partir de la idea del poder moral como bandera anticorrupción y crítica de la oligarquía
se pueden entender varios comentarios que Chávez ha hecho sobre la “oligarquía
colombiana”. La lectura de izquierda de los ideales de Bolívar será fundamental para
estudiar las relaciones de Chávez con la izquierda colombiana y sus afinidades con una
guerrilla que también se dice bolivariana. Así mismo, el Panamericanismo y el
anticolonialismo tiene implicaciones para el manejo de la política de integración
económica regional, su crítica del plan Colombia y su involucramiento en el conflicto
interno colombiano.
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Sección III: Implicaciones para las relaciones con Colombia
Ya vimos que la ideología bolivariana es un elemento fundamental de la identidad
nacional venezolana. Venezuela se constituyó en nación independiente al separarse de la
Nueva Granada el 27 de febrero de 1830 y esto marcó una forma de identidad por
oposición al otro. Sin embargo, con esta separación los caudillos regionales venezolanos
se rebelan contra el deseo del Libertador de unión de la Gran Colombia, lo que genera en
el pueblo de Venezuela un sentimiento de horfandad. El padre de la patria siguió siendo
un referente básico de la cohesión nacional y en aras a su propia estabilidad, la clase
gobernante venezolana no podía permitir que se la perciba como culpable de parricidio.
De ahí que los dos partidos que se formaron emprendieran una lucha para traer los restos
del libertador de vuelta a Venezuela. Se trató en realidad de la lucha por abanderarse
como quienes le devolvieron el padre de la patria al pueblo venezolano. Por ello la
repatriación de los restos del libertador es un acontecimiento tan importante en el
imaginario nacional venezolano. Es como si con el hecho se hubiera reconocido que
Bolívar era más de Venezuela que de Colombia.
Esta identidad por diferenciación explica en parte que las relaciones entre las dos
naciones independientes nunca hayan sido fáciles. Por muchos años el tema de la
delimitación de aguas marinas fue el principal motivo de desencuentros. En 1987 el
46
diferendo tuvo a los dos países al borde de la guerra. De unos años para acá la agenda
binacional ha cambiado81. Por un lado, la globalización de la economía plantea nuevos
retos. Así, el crecimiento del comercio binacional y la búsqueda de una integración
económica regional se han convertido en dos temas imperativos que requieren de unas
buenas relaciones diplomáticas entre los dos vecinos. Por otro lado, la escalada del
conflicto armado colombiano ha generado problemas para Venezuela, que tiene que
enfrentar incursiones de grupos armados, extorsiones y un flujo de refugiados cada vez
mayor82.
En este contexto, la ideología bolivariana de Chávez ha incidido en las relaciones
con Colombia de dos formas fundamentales, aunque en algún sentido contradictorias. Por
un lado, el presidente venezolano apela al valor cohesionador del mito cuando habla de
integración económica o cuando necesita reparar los numerosos malentendidos que han
surgidodentro del marco de su relación con Colombia. Por otro lado, su bolivarismo actúa
como un lente a través del cual ve a la guerrilla, a la clase política nacional, y al conflicto
en conjunto. El problema de esta visión es que no concuerda con la del gobierno
colombiano y en cambio, es bastante cercana a la de la guerrilla, lo que ha generado una
gran cantidad de choques entre los dos gobiernos. A continuación tomaré algunos
episodios que han marcado la política exterior de Chávez hacia Colombia donde se ven
claramente estos dos papeles de la ideología bolivariana.
A. Función cohesionadora de la ideología bolivariana
Desde antes de que Chávez se juramentara como presidente de Venezuela, el
componente cohesionador de la ideología bolivariana incidió en su relación con
Colombia. Así, su primera visita a Colombia en calidad de presidente electo estuvo
cargada de elementos del culto a Bolívar que tenían la función de generar empatía entre
las dos naciones. La visita, que inicialmente estaba pensada para una fecha posterior, se
81 Nasi, Carlo y Obregón, Liliana. “El nuevo rumbo de las relaciones colombo/venezolanas en 1989: Unaaproximación” en Colombia Internacional No. 8. Oct- Dic. 1989, pp.3-11.
82 Para una revisión exhaustiva de la evolución de la relación bilateral ver: Ramírez, Socorro. Colombia-Venezuela. Agenda común para el siglo XXI. Bogotá: IEPRI, 1999.
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adelantó para el 18 de diciembre de 1998, día en que se celebraba el aniversario 168 de la
muerte del libertador. La ciudad escogida fue Santa Marta, y el lugar, la Quinta de San
Pedro Alejandrino, donde murió el Libertador.
En aquella oportunidad se realizó una ceremonia conmemorativa en la que
Chávez y Pastrana presentaron ofrendas a la tumba del prócer. Chávez prometió ayuda
para mediar en el proceso de paz al tiempo que declaraba: “como bolivariano soy amigo
de Colombia”83. Así mismo, ya hemos visto que el bolivarismo de Chávez hace una
relectura del panamericanismo bolivariano en términos de crear un bloque de países
latinoamericanos para enfrentar unidos los retos de la globalización. Esto se ve cuando
durante la ceremonia, Chávez afirma: “Colombia y Venezuela deben seguir la huella del
libertador y hacer realidad la integración” 84. Cabe decir que en la medida en que ese
sueño de Bolívar es interpretado como un tipo de integración diferente del ALCA y de la
globalización neoliberal, y que preferiblemente no incluye a Estados Unidos, puede
decirse que la ideología bolivariana no sólo sirve para legitimar a los ojos del pueblo
venezolano el imperativo de integración con el vecino, sino que da las bases de cuál tipo
de integración es la que se debe buscar.
Así mismo, la ideología bolivariana ha sido un referente importante en los
momentos de reconciliación después de malentendidos o roces diplomáticos con
Colombia. El 5 de mayo del 2000, después de que el gobierno colombiano había
manifestado malestar por la insistencia de Hugo Chávez de reunirse con la guerrilla sin
consultar antes a Bogotá, así como por sus declaraciones con respecto a su pretendida
“neutralidad” frente al conflicto, el estatuto de beligerancia de la guerrilla y sus crítica al
Plan Colombia, los presidentes volvieron a reunirse en la histórica ciudad de Santa Marta
para mejorar las mancilladas relaciones. En esa oportunidad firmaron el “compromiso de
Santa Marta”, un documento encaminado al fortalecimiento de los mecanismos de
integración, la reactivación de las comisiones negociadoras limítrofes y a la construcción
de la paz. Durante el encuentro Chávez dijo que se sentía "feliz y lleno de vida por estar
en Santa Marta, pues, además de la significación histórica que la ciudad posee, se está
abogando por la paz y reiterando la disposición que se tiene a cooperar en función de la
83 “Chávez apoya proceso de paz en Colombia” en El Espectador. Bogotá: diciembre 18 de 1998.84 “No vine a llorar por Bolívar” en El tiempo. Bogotá: diciembre 18 de 1998.
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integración.”85 A su vez, Pastrana felicitó a Chávez por su labor facilitadora en el
acercamiento con el ELN. Al final del encuentro, el canciller Guillermo Fernández de
Soto declaró que las relaciones binacionales estaban viviendo “un momento estelar”86.
La apelación a la ideología bolivariana también le ha servido a Chávez para desligar
sus relaciones con el gobierno de Pastrana que según él son buenas, de las críticas que
hacen los medios colombianos por sus supuestos tratos con la guerrilla. Así, en el
programa número 65 del programa radial dominical “Aló Presidente” que se realizo el 18
de marzo de 2001, que se realizó en vísperas de una reunión del Grupo de los Tres en
México, Chávez dice:
Pronto debemos vernos para ratificar nuestra amistad,nuestra hermandad y las relaciones de paz de cooperación yde acercamiento entre Colombia y Venezuela. Entrenuestros gobiernos, entre nuestroa pueblos, y entre losdiversos sectores. Esto echa por tierra derrota y entierra laspretensiones de sectores que uno a veces no entiende. Aveces uno ve titulares que dicen que si van a romperColombia y Venezuela por yo no sé que caso... No, no , no.Más allá de los problemas que ocurran hay una voluntadinquebrantable de hermandad, de paz, de cooperación entredos pueblos hermanos. Colombia y Venezuela. Bueno,Bolívar. ¿Dónde nació Bolívar y dónde murió Bolívar? ¿Lacampaña admirable dónde se planificó y con qué recursosse hizo? La campaña del cruce de los Andes y la liberaciónde Nueva Granada cómo se hizo? Y luego Carabobo yluego quienes hicieron la campaña del sur hacia Ecuador yhacia el Perú? Colombianos y venezolanos. Neogranadinosy venezolanos. Estamos profundamente unidos. Del mismobarro de la misma cuna, la misma idea bolivariana deunión. Y estamos llamados a ser parte en este siglo XXIque apenas comienza de este bloque de naciones deSuramérica, del caribe de Centroamérica, de la Américalatina.87
En esta cita es más clara que nunca la apelación a la función cohesionadora de la
ideología bolivariana en las relaciones entre Venezuela y Colombia. La ideología
85 “Suscrito Compromiso de santa Marta” en Venezuela Analítica. Caracas: 5 de mayo de 2000.http://www.analitica.com/va/internacionales/noticias/1322141.asp86 “Las relaciones entre Colombia y venezuela en su mejor momento” en Venezuela Analítica. 31 de marzode 2000.87 Transcripción hecha por mi cuenta de una alocución que se puede encuentrar en:http://www.fonvis.gov.ve/alo/alopresi.html .
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bolivariana se usa como un referente común de los dos pueblos. Se habla de “países
hermanos” en la medida en que el padre de la patria, Bolívar es el mismo que liberó a las
dos naciones del yugo español.
B. Una visión romántica de la guerrilla y del conflicto
Sin embargo, parece que la ideología bolivariana de Chávez no lo acerca tanto del
gobierno colombiano como a la guerrilla de este país. Ya habíamos visto que el
romanticismo rousseauniano presente en las ideas de Bolívar permitía una lectura de
izquierda de la ideología bolivariana que ha sido asumida por Chávez y por la izquierda
latinoamericana. Los grupos guerrilleros colombianos también comparten esta visión, y
en esa medida tienen una base ideológica común con el presidente Chávez. Se sabe que
antes de ser presidente, Chávez estuvo en Colombia en una reunión que discutía la
posibilidad de crear un movimiento político internacional bolivariano en el que
participaron personalidades de la izquierda colombiana como el representante a la cámara
por el M-19 Gustavo Petro88, pero también algunos voceros políticos de la guerrilla. Así
mismo, cuando Chávez ganó las elecciones presidenciales de su país, tanto el ELN como
las FARC, grupos armados de izquierda que también se dicen seguidores de la ideología
de Bolívar, celebraron su triunfo con alusiones al bolivarismo de Chávez. Según el
comandante y fundador del ELN Ramiro Vargas:
El pensamiento de Bolívar está vigente en América Latina.Chávez viene rescatando ese pensamiento que nosotroscompartimos. La integración de los pueblos y la luchacontra el imperialismo, por ejemplo, son ideas bolivarianasque rescata Chávez y que son coincidentes con nuestrapropia política89.
Por eso no debe extrañarnos que Chávez tenga una visión de la guerrilla colombiana
mucho más positiva que la de cualquiera de sus predecesores. Prueba de ello son sus
reiteradas manifestaciones de “neutralidad” frente a las dos partes en conflicto. Tal idea
se opone al tradicional tratamiento que le daban los mandatarios venezolanos a la
88 Grillo, Andrés. “Internacional Bolivariana” en Semana.3 de julio de 2000.
50
guerrilla, que entonces era calificada de “enemigo común”. El nuevo trato a la guerrilla
desencadenó fuertes choques con el gobierno colombiano en los primeros meses del
mandato de Hugo Chávez. Las declaraciones más famosas fueron las siguientes:
Venezuela va a conservar la neutralidad como principiobásico fundamental. Sólo así, siendo verdaderamenteneutrales, como un réferi de boxeo, es que podemos tener lamoral para interceder en el conflicto. No somos nienemigos del Gobierno, ni de la guerrilla de Colombia. Esees un conflicto interno y nosotros no podemos tenerinjerencia 90.
Para muchos en Colombia, la afirmación era escandalosa, ya que con ella el presidente
Chávez ponía al mismo nivel un gobierno legítimamente constituido y los grupos
subversivos que pretenden desestabilizarlo. Aún así, Chávez se mantuvo en su posición y
a los tres días empezó a asumir un tono casi agresivo:
Queremos que termine la pelea, pero no permitiremos queninguna fuerza armada penetre nuestro país. Nos duelemucho esa guerra, pero no aceptaremos que una patrulla decombate de Colombia incursione nuestro territorio. Igual ledigo a las fuerzas armadas guerrilleras, a las que exigimosque no hagan ni una sola acción en nuestro territorio porqueles responderemos91.
En esta cita ya Chávez ni siquiera parece estar poniendo a los dos actores al mismo nivel
sino que la amenaza va dirigida en primer lugar al ejército colombiano y en segunda
medida (“igual le digo a las fuerzas guerrilleras”) a la guerrilla. Sin embargo, fue una
declaración del 11 de marzo en respuesta a acusaciones de que con sus intervenciones
anteriores Chávez le estaba dando estatuto de beligerancia a la guerrilla, la que terminó
generando una reacción de censura por parte del gobierno colombiano. En esa
oportunidad Chávez dijo:
89 “Dialogo con el enemigo” en Punto Final , 2 de junio de 2000.http://www.puntofinal.cl/000602/esptxt.html .90Suárez, Gitanjali. “Relaciones intermitentes en tiempos de cambio y Paz” en www.unionradio.com.ve ,15de septiembre de 1999.91 Ibid.
51
El Gobierno venezolano mantiene su neutralidad en elconflicto de Colombia, pero podemos cambiar de posición.Si en este momento me agreden, puedo actuar en funciónde defensa de la soberanía. Eso es soberanía yautodeterminación de los pueblos. Tenemos una posiciónneutral, sin darle beligerancia a la guerrilla. Ha sido elmismo Gobierno colombiano, la gestión de AndrésPastrana, en su búsqueda de paz, la que le dio beligeranciay estatuto político a la guerrilla. ¡Ya basta!, son 50 años deguerra; queremos paz''.
Bogotá calificó las declaraciones como una intromisión en sus asuntos internos y, en
aparente represalia, suspendió, escasas horas antes de lo previsto, un encuentro entre
Chávez y Pastrana en la zona fronteriza. Sin embargo, Chávez terminó explicando que el
estaba usando la palabra beligerancia de una manera coloquial y no en el sentido jurídico.
El gobierno colombiano aceptó las explicaciones y calificó el incidente como una
“cordial discrepancia” 92Sin embargo, Chávez no retrocedió en su posición de
neutralidad, que como ya se vio, implica un distanciamiento en la visión que tiene el
gobierno colombiano de la guerrilla.
Este distanciamiento siguió latente, aunque se hacía presente en las constantes
críticas de Chávez al Plan Colombia. Dicha discrepancia desencadenaría la mayor crisis
diplomática entre las dos naciones durante el período estudiado. Ocurrió a finales de
noviembre de 2000 cuando unos emisarios de las FARC fueron invitados a un foro sobre
el Plan Colombia que se realizaba en la Asamblea Nacional venezolana. Al embajador
colombiano en Caracas, Germán Bula Escobar, no se le avisó a tiempo que estos curiosos
invitados expondrían sus argumentos en contra del Plan, y terminó cancelando su
presencia a última hora. El presidente de Colombia exigió explicaciones a las autoridades
del vecino país y llamó a consultas a Bula el 24 de noviembre.
La respuesta de Caracas fue que el Congreso había actuado independientemente
del ejecutivo y que el Presidente Chávez no había tenido nada que ver en el asunto. Sin
embargo, para Colombia seguía siendo sospechoso que el Gobierno de Venezuela hubiera
permitido la expedición de visas para los subversivos y que se les hubiera dado un
52
tratamiento de invitados especiales con un dispositivo de seguridad enorme a cargo de la
policía política DISIP. Tras una serie de críticas a Chávez por parte del presidente de la
Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Colombia y de
otros personajes de la política y los medios de comunicación colombianos, el presidente
venezolano arremetió contra sus detractores y habló de una “rancia oligarquía
colombiana” que no deseaba la paz. Al final la crisis no terminó estallando, y el 1 de
Diciembre los presidentes de ambos países, que se encontraban reunidos en México,
declararon que el impasse había sido superado. A pesar de ello, ninguna de las dos partes
cedió, en la medida en que el Plan Colombia terminó implementándose tal como se había
previsto y Chávez continuó criticando su componente militar. Así mismo, la sensación de
que Chávez apoyaba a la guerrilla colombiana ya nunca más pudo disiparse. A
continuación mostraré que la ideología bolivariana jugó un papel fundamental en este
incidente.
Con anterioridad se vio cómo esta ideología explicaba el distanciamiento de Chávez con
respecto al neoliberalismo y al modelo de integración del ALCA. En ambos casos se
dejaba entrever un antiimperialismo estadounidense que se fundamentaba en las críticas
al liberalismo, en el Panamericanismo y otros elementos de la ideología bolivariana.
También vimos que este alejamiento se traducía dentro de la política exterior en una
búsqueda de autonomía que le había valido roces con la potencia en relación con sus
visitas a líderes como Muamar Gadaffi y Sadam Hussein al poco tiempo de ocurrido el
ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001.
Ese antiimperialismo y esa búsqueda de una política exterior autónoma también han
tenido implicaciones para las relaciones de Venezuela con Colombia. Chávez se negó
ante Estados Unidos a dejar que aviones antidrogas sobrevolaran su territorio aludiendo a
dicha autonomía. Así mismo, no ha tenido ningún problema en manifestar su desacuerdo
frente al Plan Colombia cada vez que ha tenido la oportunidad. Para Venezuela éste es
percibido como una peligrosa injerencia estadounidense en América Latina. De allí que
Chávez compare con frecuencia el plan de cooperación antidrogas con la intervención
armada estadounidense durante la guerra de Vietnam.
92“Cordial discrepancia” en El nacional . Caracas: 12 de marzo de 1999. http://www.el-nacional.com/L&F/archive/result.asp?file=c%3A%5Cnacional%5Cnacionalfront%5Cl%26f%5Carchive%5
53
En mayo de 2000 el Presidente se había referido al Plan en una rueda de prensa con
corresponsales extranjeros diciendo:
Lo que me preocupa, y así lo planteo, es la militarizaciónde un conflicto que para mí y mucha gente no tienesolución militar. Eso de que se metan helicópteros, 40 o 60,asesores, tropas, pudiera ser un paso hacia lavietnamización 93
Con ello Chávez dejó en claro que la única salida que le veía al conflicto era la
negociación y de paso se enfrentó al parecer del gobierno de los Estados Unidos al
equiparar el Plan Colombia al funesto precedente de la guerra de Vietnam.
El considerar que la negociación política es la única alternativa para salir del conflicto
armado y que el Plan Colombia es en cambio un entorpecedor de la paz, es una visión
bastante diferente a la que empezaba a imperar en Colombia. En su primer año de
gobierno, el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, hizo del proceso de paz su bandera
de gobierno y se dedicó a hacer “diplomacia para la paz” en busca de ayuda extranjera
para llevar a cabo la negociación. Pero poco a poco esa “diplomacia para la paz” se fue
convirtiendo en una diplomacia para la guerra contra el narcotráfico. La tesis de que la
guerrilla era una especie de cartel de las drogas, algo que en un comienzo Pastrana
negaba, empezó a funcionar como argumento para que el congreso estadounidense se
decidiera a aprobar el plan de ayuda económico y militar.
El giro se contradecía con la visión de Chávez, quien continuó criticando al Plan
Colombia. Un mes antes del altercado por el incidente en la Asamblea Nacional
venezolana, Chávez, que se encontraba en Brasilia en la primera cumbre de presidentes
suramericanos para tratar temas de integración, expresó su preocupación frente al
componente militar del plan Colombia. Según él, la militarización del conflicto podría
hacer que éste desbordara las fronteras colombianas y afectara a los países vecinos por
cuenta de la ola de refugiados que desencadenaría. En esa oportunidad también usó la
C1999%5C03%5C12%5Cpa2s4%2Ehtm&rest=colombia .93 “ Chávez: El conflicto en Colombia no tiene solución militar” en El Universal, Caracas: agosto, 2000http://128.241.247.116/archive/result.asp?file=d:\www\nacional\home\archive\2000\05\26\pa2s3.htm&rest=vietnamizaci%F3n .
54
palabra “vietnamización” 94 para referirse a lo que podría producirse con una eventual
llegada de tropas estadounidenses al país vecino.
Para Aníbal Romero, analista político de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela,
esta comparación con Vietnam tendría que ver con una “imagen cuasi romántica que el
presidente y el canciller se empeñan en sostener respecto de las FARC y el ELN”95 que
para él es errónea, pues se trata de actores políticos criminalizados que atentan con sus
acciones contra los intereses de los venezolanos. Según él: la guerrilla vietnamita
“representaba una voluntad nacional de resistencia con sólidas raíces históricas; tenía un
fin político y gozaba de sustancial apoyo popular” 96 .
Esta imagen de la guerrilla vietnamita, no tiene nada que ver con la que tiene el
gobierno colombiano de la guerrilla local. En Colombia la visión predominante no es tan
romántica como en los años 60 y al conflicto colombiano se lo ve como una lucha del
Estado contra unos movimientos armados sin ideales que se enriquecen de la guerra y del
narcotráfico. En cambio, aunque Chávez no equipara explícitamente la guerrilla
colombiana al Ejército de Liberación de Vietnam, sus declaraciones referentes a su
neutralidad frente a las partes y su insinuación de la “beligerancia” que el gobierno
colombiano había entregado a la guerrilla, revelan una visión de ésta que encajaría en esa
imagen romántica denunciada por Romero. Esto se hace más claro a la luz de otro aparte
de la alocución del 18 de marzo de 2001 de “Aló presidente” que ya cité. A partir de
algunas de sus afirmaciones se puede deducir que para Chávez la guerrilla colombiana es
equiparable con la guerrilla zapatista, que goza de un reconocimiento moral internacional
bastante importante y que además defiende un bolivarismo alabado por él. Así, le dice al
canciller Mexicano Jorge Castañeda:
Mira Jorge, también nosotros estamos muy contentos, muycontentos por la política y el plan y la apertura y las
94“Venezuela’s Chávez warns Colombia could become another Vietnam” en CNN.com, Agosto 30 de 2000http://www.cnn.com/2000/WORLD/americas/08/30/brazil.chavez.vietnam.ap/.95 Romero, Aníbal. “Venezuela ante el plan Colombia” en El Nacional, Caracas, 29 de noviembre de 2000http://128.241.247.116/archive/result.asp?file=d:\www\nacional\home\archive\2000\11\29\pa7s1.htm&rest=vietnam .96Romero, Anibal “Venezuela frente al Plan Colombia” en El Nacional, Caracas: 29 de noviembre de 2000http://128.241.247.116/archive/result.asp?file=d:\www\nacional\home\archive\2000\11\29\pa7s1.htm&rest=vietnam .
55
conversaciones y todo este acercamiento al ejércitozapatista, esta corriente indígena que surgió, por ciertoestando nosotros en prisión, surgió este proceso que nos hatenido siempre preocupados pero pendientes y estamos aquía la orden apoyamos plenamente al gobierno del presidenteFox (...)Y Nosotros, así como abogamos por la paz enMéxico y nos da mucho gusto que el subcomandanteMarcos haya salido de la selva de Las Candonas y hayamarchado como marcharon hace varios años hacia laciudad de México sin mayores problemas de violencia ninada(...)igual nos alegra en el caso Colombiano. La paz. Esel único camino, no la violencia ni la guerra ni lasintervenciones militares ni la vía militarista para solucionarconflictos que tiene profundos.. Ya lo decía Castañeda:esos conflictos tienen una raíz social. Porque así comonosotros oíamos hace unos momentos clamar a Marcelo y aDavid, clamar como están clamando desde hace años porjusticia… Bueno, en otras partes no tienen tanta pacienciacomo los nuestros han tenido. No? Han tenido paciencia,han aguantado masacres...etc. En otras partes se van a lasarmas para solucionar los problemas. Y eso ha pasado aquítambién en otras ocasiones. Ya lo sabemos, yo lo sétambién un poco. Pero gracias a Dios las armas quedanatrás y las usamos sólo para estar preparados y defendernuestro territorio (...) pero sólo en función de defensa. Noes la guerra la vía, ni son las armas. Está demostrado: Enesta nueva etapa del continente es la paz es la integración,es la unión. Por eso seguimos abogando y apoyando elproceso de paz que también con tanta audacia hacontribuido a impulsar este joven amigo, colega, elPresidente Pastrana.97
De esta larga exposición se puede deducir además que Chávez considera que al
igual que la guerrilla zapatista, la guerrilla colombiana es una expresión de descontento
social que no encuentra más camino que las armas para hacerse oír. Él mismo se
identifica con la guerrilla cuando dice “yo lo sé también un poco” refiriéndose a su
intento de golpe de Estado. Cuando habla de que la vía militarista no es la solución usa el
mismo lenguaje que cuando critica al Plan Colombia, y no deja abierta la posibilidad
ética de que el ejército colombiano derrote militarmente a la guerrilla, algo que para el
gobierno colombiano no es descartable. Al final de la cita Chávez establece una
97 Transcripción hecha por mi cuenta de una alocución que se puede encuentrar en:http://www.fonvis.gov.ve/alo/alopresi.html .
56
equivalencia entre esa paz y los clásicos valores bolivarianos de integración y unión
latinoamericanas.
Esa visión de la guerrilla y del conflicto se traduce por ejemplo en que la posición
de Chávez frente al Plan Colombia sea más afín a la de las FARC que a la posición
institucional del gobierno de Pastrana. Los puntos de coincidencia con la guerrilla se
hicieron más evidentes que nunca durante el episodio de noviembre. Así, en la
intervención de la vocera de las FARC e hija de Manuel Marulanda, Olga Lucía Marín en
el simposio que tanta polémica ocasionó, se pueden vislumbrar varios supuestos y
alusiones explícitas a la ideología bolivariana que se encuentran igualmente en el
discurso del presidente venezolano. Por un lado, la denuncia del imperialismo es una
piedra angular de toda su intervención que comienza con estas palabras:
"Las FARC-EP no estamos ni pensamos estar en guerra con ninguno de los países
bolivarianos y latinoamericanos. Somos hermanos y nuestro enemigo es el imperio"98.
Con esta frase queda establecida una oposición entre el imperialismo estadounidense y la
hermandad de los países bolivarianos, algo que ya habíamos visto en el discurso chavista.
La ideología bolivariana sirve aquí para establecer una identidad latinoamericana por
paternidad común, como mostré que hacía Chávez en el programa número 65 de Aló
presidente o en los encuentros de Chávez y Patrana en Santa Marta. Pero sobre todo, se
establece una identidad por exclusión de los Estados Unidos. Los colombianos y los
venezolanos son hermanos en tanto enemigos del imperio. En esta medida quedan
excluidos de dicha identidad quienes aún siendo venezolanos o colombianos apoyan el
Plan Colombia, que es una forma de imperialismo contraria a los ideales de Bolívar.
Esto se hace aún más evidente cuando después de explicar que el Plan Colombia
responde a la necesidad de Estados Unidos de reposicionar su fuerza militar en la región,
Marín agregó:
Apoyar el Plan es abrirle el camino a una mayorintervención del imperialismo, con peligros de unainvasión directa, sobre nuestros destinos y nuestras
98 “Las FARC no estamos en Guerra contra ningún país bolivariano” en El Universal, Caracas: 23 denoviembre de 2000.
57
patrias, rompe el equilibrio militar y apunta a liquidar elproceso inédito de la revolución bolivariana venezolana. 99
Aquí Marín pretende establecer la misma equivalencia que establece Chávez entre
quienes se oponen a él (los enemigos de su revolución bolivariana) y quienes se oponen a
los ideales del libertador. En este caso se usa la idea del “imperialismo” para establecer
dicha continuidad. Una continuidad que cuando se examina tiene algo de juego retórico:
Bolívar fue antiimperialista en la medida en que luchó por la independencia del yugo
español y también en cuanto alertó acerca de la necesidad de buscar la unión y una
autonomía con respecto a otras potencias. A esta unión apuntaría la expresión “nuestros
destinos”. Sin embargo, Marín saca de contexto esta idea de imperialismo para referirse
al “imperialismo” estadounidense actual, que no es propiamente un imperialismo
colonial, sino un tipo de relación económica y de poder que guarda ciertos rasgos
análogos al imperialismo contra el que se enfrentó Bolívar. Así, las FARC llaman
“imperialismo” a la política de ayuda estadounidense del Plan Colombia. Al hacerlo
convierten a sus defensores (entre otros al gobierno colombiano) en supuestos enemigos
de los ideales de Bolívar, y de ahí retoman la equivalencia establecida por Chávez entre
enemigos de los ideales bolivarianos y enemigos del proyecto chavista o “revolución
bolivariana”. Pero la utilización de la ideología bolivariana no se detiene aquí. Teniendo
en cuenta la fuerza integradora de que goza el mito bolivariano en Venezuela, las FARC
apuntan en últimas a presentar el Plan Colombia como una amenaza no sólo a las
instituciones estatales venezolanas sino a la identidad nacional del vecino país, al
imaginario de “patria” al que también se refieren.
Yo creo que este tipo de mensajes, llenos de saltos lógicos y analogías sacadas de
contexto no buscan convencer racionalmente al gobierno venezolano de que el Plan
Colombia atenta contra sus intereses estratégicos. Lo que pretenden es despertar una
racionalidad mítica o religiosa que puede llegar a ser mucho más poderosa. Un discurso
como el de las FARC toca los fundamentos más profundos del imaginario patrio
venezolano. En el discurso se pueden ver elementos tradicionales del culto a Bolívar
como el antiimperialismo, el Panamericanismo, la imagen de revolucionario de Bolívar,
99 “Las FARC no estamos en Guerra contra ningún país bolivariano” en El Universal, Caracas: 23 denoviembre de 2000.
58
la moral, la preferencia por el colectivo o “la patria” sobre los intereses individuales, la
promesa de un sueño por cumplir que implica la posibilidad de superación nacional, la
crítica a la oligarquía…etc. De acuerdo a la exposición que realizamos del culto a Bolívar
en Venezuela y de los elementos del bolivarismo propio de Chávez es comprensible que
el discurso de las FARC cale en Chávez y en la clase popular venezolana de una forma
que a la elite tradicional de ambos países le queda difícil entender.
C. El distanciamiento frente a la “oligarquía” colombiana
En Colombia pareció que algunos trataron de contrarrestar esta referencia tan poderosa
intentando distanciar la política de Chávez de los ideales de Bolívar. Así, el senador y
vicepresidente de la dirección gubernamental del Partido Conservador, Omar Yépez,
calificó al presidente venezolano como un mandatario "hostil", y denunció su
"intromisión" en los asuntos de Colombia diciendo: "Me temo que estamos, por primera
vez en más de 180 años, ante un presidente poco confiable en las relaciones
históricamente hermanables que nos dejó Simón Bolívar" 100. Pero estas críticas no
hicieron más que exacerbar el desfase entre Chávez y la clase gobernante colombiana.
La respuesta que dio Chávez a las críticas que aparecieron en el diario El
Nacional de Caracas el 26 de noviembre en su acostumbrado programa dominical “Aló
Presidente”, fueron fulminantes:
Lo que está pasando en Colombia es que una oligarquía, laoligarquía colombiana, que es heredera directa, directa, deesa misma oligarquía que estuvo detrás de Santander, queconspiró contra el proyecto bolivariano y mandó a matar,allá en Bogotá, nada más ni nada menos que al Libertadorde América, y lo echaron, y lo persiguieron, hasta queBolívar delirando ya, llegó a Santa Marta y lanzó aquellafrase en delirio “vámonos de aquí muchachos, lleven miequipaje a bordo de la fragata. Esta gente no nos quiere”.Eso dijo Bolívar delirando una noche en fiebre. Claro, él serefería no al pueblo de Colombia, que lo adoraba, y que loadora todavía y que lo adorará por los siglos de los siglos.El se refería a una cúpula oligárquica que no representa
100 “Chávez es un peligro para la región por su permisividad con la guerrilla” en El Nacional 26 denoviembre de 2000 http://www2.el-nacional.com/archive/result.asp?file=d:\www\nacional\home\archive\2000\11\26\pa2s1.htm&rest=Ch%E1vez .
59
para nada la opinión del hermano pueblo colombiano. Yesto se está presentando de nuevo, y así lo digo anteVenezuela, ante Colombia y ante el mundo: Una ranciaoligarquía colombiana que está también dándolecontinuidad a aquellas acciones antibolivarianas de 1830.Una oligarquía colombiana que no entiende de paz, unaoligarquía colombiana que pareciera no querer la paz, unaoligarquía colombiana que tiene buena parte de las culpasde la tragedia que está viviendo el hermano pueblo deColombia. Una oligarquía que ha sido incapaz de darlesalidas al pueblo de Colombia. Así lo denuncio y no le voya responder de manera personal a ningún oligarca deColombia. Le respondo con el amor más grande al pueblode Colombia.101
Ya mostré cómo Chávez utiliza la ideología bolivariana en su discurso contra la
oligarquía venezolana y cómo establece una equivalencia entre los caudillos que
traicionaron al libertador en el siglo XIX y quienes se oponen a su “revolución
bolivariana” en el siglo XXI. Para él, se trata de la misma entidad: la oligarquía que se
opone al pueblo. Esta misma operación ideológica se encuentra presente en esta
alocución radial. La diferencia es que ahora no se establece una continuidad entre los
caudillos venezolanos que renegaron de Bolívar y la oligarquía de la cuarta república
venezolana, o los opositores al régimen chavista, sino entre los caudillos colombianos
que conspiraron para matar a Bolívar y la oligarquía colombiana actual. Es decir, los
congresistas, medios de comunicación y expresidentes colombianos que critican a
Chávez. Pero en esta alocución se apela a un nuevo elemento del mito bolivariano que es
el sentimiento de orfandad generado por el hecho de que el libertador no hubiera muerto
en su patria luego de que Venezuela se separa de la Gran Colombia. Ya he mostrado
gracias a la obra de Germán Carreras (1987) cómo la separación no tuvo que ver con un
rechazo del pueblo venezolano a Bolívar o a sus ideales de unión, sino más bien a un
rechazo del jacobinismo imperante en la clase gobernante de Colombia que los caudillos
venezolanos, más conservadores, veían con malos ojos. En esta medida la culpa de dicha
orfandad recaería sobre la clase gobernante colombiana y gracias a la intemporalidad de
que goza el concepto de “oligarquía”, sobre la clase gobernante colombiana actual. En la
racionalidad del mito bolivariano las culpas se heredan por siglos enteros y no conocen
101 Chávez, Hugo. Aló presidente 26 de Noviembre de 2000
60
de fronteras, como se ve en el hecho de que por más de un siglo los sectores en pugna de
la clase gobernante venezolana sigan acusándose unos a otros de traicionar el espíritu
bolivariano. Así mismo, aunque los venezolanos se apropiaron de la ideología bolivariana
en la construcción de una identidad propia el bolivarismo tiene un claro referente
latinoamericanista y en esta medida es una ideología presente en todos los países
liberados por el prócer. Estas características le permiten a Chávez establecer
equivalencias entre la oligarquía venezolana que él desterró y la colombiana que sigue en
el poder.
Así lo hace cuando arremete contra los medios de comunicación colombianos,
que gracias a esa idea de “oligarquía” también terminan volviéndose enemigos de los
ideales de unión de Simón Bolívar.
¿Quiénes manejan los medios de comunicación enColombia? Esa misma oligarquía colombiana que noencuentra eco aquí en Venezuela, porque nosotros echamosa esa vieja oligarquía venezolana adeca. Pero hay sectoresde la oligarquía colombiana conspirando contra la unión denuestros pueblos102.
Por otro lado, en la alocución se logra ver como la visión de la realidad
colombiana que tiene Chávez termina casando perfectamente con la visión de la guerrilla.
Cuando culpa por el conflicto a la oligarquía que no quiere la paz y dice que “ha sido
incapaz de darle salida al pueblo colombiano” e insinúa que la guerrilla pelea porque la
oligarquía ha excluido de la escena política al pueblo, parece estar repitiendo la misma
argumentación de la guerrilla colombiana. En esta coincidencia la ideología bolivariana
juega un papel de primer rango. Así, en 1999 cuando las FARC celebraron la elección de
Chávez le enviaron un “saludo bolivariano” y explicaron que en su lucha se nutrían del
ideario de Simón Bolívar103. El hecho fue interpretado por la agencia ANNCOL, que
http://www.fonvis.gov.ve/alo/antes_2000.html .102“La oligarquía colombiana está detrás de las acciones que buscan impedir la paz” en El Nacional:Caracas, 27 de noviembre de 2000 http://www2.el-nacional.com/archive/result.asp?file=d:\www\nacional\home\archive\2000\11\27\pd2s1.htm&rest=Ch%E1vez .103 Reyes, Raúl. “Victoria de Hugo Chávez duro golpe al bipartidismo venezolano- colombiano” enANNCOL, Diciembre 8 de 1998 http://home.swipnet.se/~w-34817/981209-saludo-chavez.html .
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difunde los comunicados de las FARC, como un golpe al bipartidismo o a la oligarquía
de ambos lados de la frontera:
Para el movimiento guerrillero colombiano, la victoriaelectoral de Hugo Chávez, domingo pasado, fuecaracterizado como una victoria para uno de los mejores hijosde la patria del libertador Simón Bolívar. Para elbipartidismo colombiano-venezolano, la elección fue lo peorque hubiera podido pasar(...)La perspectiva política en estaregión de América Latina se ha vuelto sumamente interesantey podría ser una fuerte presión política hacia la oligarquíacolombiana que ahora no ha querido tolerar ninguna fuerzapolítica afuera liberales-conservadores.104
Comparemos esta cita con la transcripción de “Aló Presidente” en la que Chávez
comparaba el proceso de paz colombiano al adelantado por Fox con la guerrilla zapatista
en donde explicaba que cuando el pueblo clama por justicia y no es atendido la paciencia
se acaba y la solución son las armas. Comparémolo también con el programa del 26 de
noviembre, cuando dice que la oligarquía colombiana es culpable del conflicto en cuanto
no le ofrece salidas al pueblo. Ambas comparaciones dejan en claro que la idea de
Chávez del conflicto coincide con la de las FARC. Para él, al igual que para ellas, las
causas objetivas de la guerra son la pobreza, la inequidad social, el abandono del Estado,
la falta de canales políticos para hacer oír la voz del pueblo que en cambio se ve
reprimida por un sistema político excluyente y por ello tiene que recurrir a la guerra. Yo
creo que las FARC son muy conscientes de estas analogías entre su discurso y e de Hugo
Chávez y las utilizan para buscar legitimidad internacional.
************************************************************************
Conclusión A mi modo de ver, la política de Chávez hacia Colombia, ha estado marcada por
la ideología bolivariana desde le comienzo de su gobierno. Por un lado, él apela
constantemente al valor de cohesión y de sustentación de una comunidad de pertenencia
que posee el mito, pero no ya limitándose a una sola nación sino buscando generar un
sentimiento de pertenencia a una comunidad binacional. Esto se ve por ejemplo en las
104 Reyes, Raúl. “Victoria de Hugo Chávez duro golpe al bipartidismo venezolano- colombiano” enANNCOL, Diciembre 8 de 1998 http://home.swipnet.se/~w-34817/981209-saludo-chavez.html .
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alusiones a los ideales de unión latinoamericana de Simón Bolívar que apuntan a utilizar
la imagen de padre de la patria que tiene el libertador en ambos países. Pero los
problemas de esta pretensión son varios. Por un lado, desconoce varios elementos de la
naturaleza del culto bolivariano en Venezuela. Este culto tiene un fuerte componente
disociador frente al país vecino en la medida en que los políticos venezolanos del siglo
XIX que lo alimentaron para mantenerse en el poder, no podían renegar de los ideales del
Libertador, así que ayudaron a que se creara la sensación de que la oligarquía colombiana
era la culpable del distanciamiento y que habían sido los caudillos colombianos, por su
jacobinismo, quienes habían traicionado las ideas de Bolívar, e incluso habían traicionado
directamente al libertador. Así mismo, el panamericanismo bolivariano tiene un fuerte
componente antimorteamericano que es muy problemático de asumir en el contexto
internacional actual. Venezuela, por su poder petrolero puede oponerse con mayor
facilidad a algunas directrices estadounidenses, pero a Colombia, que depende
enteramente de la potencia, le queda mucho más difícil asumir el panamericanismo
bolivariano en su plena significación.
Por otro lado, la ideología bolivariana ha llegado a asumir una función
disociadora entre los dos gobiernos que ha sido explotada por la guerrilla colombiana.
Así, la ideología se convierte, por un lado en un poderoso recurso de las FARC para
despertar la simpatía de Chávez. Por otro lado, en una especie de filtro con el que el
presidente venezolano termina observando el conflicto colombiano y que le permite
establecer relaciones entre la “oligarquía” venezolana que dice haber derrotado y la
oligarquía colombiana que critica su posición frente al Plan Colombia. Este filtro le da
una visión del conflicto colombiano cercana a la de la guerrilla y opuesta a la del
gobierno colombiano. Para él, el enfrentamiento de unas guerrillas que se dicen
comunistas y bolivarianas y que pelean contra una oligarquía tradicional y un gobierno en
el que sólo hay cabida para los dos partidos tradicionales, es similar a su situación como
revolucionario bolivariano. Por eso Chávez Establece equivalencias que para él son
obvias pero que para el gobierno del país vecino no lo son. Ya vimos que en Colombia la
visión que empieza a primar cada vez con mayor fuerza es la que considera a la guerrilla
como un grupo terrorista sin ideales, que se enriquece del narcotráfico y que no tendría
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ninguna base social de apoyo de no ser por el uso de la fuerza. La prueba de ello es que
finalmente el gobierno de Pastrana terminó rompiendo el proceso de paz con la FARC y
en las elecciones del 2002 los colombianos eligieron presidente a Alvaro Uribe Vélez, el
candidato más guerrerista de la contienda electoral. La inconmensurabilidad de visiones
entre Chávez, que observa el conflicto a través del lente de su bolivarismo y el gobierno
colombiano, hace que ninguna de las partes termine cediendo en los puntos de
distanciamiento y que los choques en la relación bilateral sigan ocurriendo, a pesar de
que desde el punto de vista de los intereses económicos lo más útil sería evitar estas
confrontaciones.
Recientemente, cuando la élite empresarial y otros sectores de la clase alta y
media de la sociedad venezolana realizaron un Golpe de Estado al presidente Chávez que
puso por menos de un día en el poder al empresario Jorge Carmona, el distanciamiento
del Gobierno colombiano con Chávez se hizo bastante evidente. La jugada era netamente
anticonstitucional y antidemocrática, y, sin embargo, la cancillería colombiana se
apresuró a dar muestras de simpatía al nuevo gobernante. Más recientemente aún,
Colombia le dio asilo político a Carmona, con lo que se vio que la clase política
colombiana tiene más afinidades con la oposición y los conspiradores venezolanos que
con el presidente electo. Estos hechos me hacen pensar incluso que el delirio de Chávez
de que existe una conspiración de la oligarquía colombiana en su contra, no es tan
descabellado. La ideología, por supuesto, es sólo uno de muchos elementos que explican
los roces. Por dar un ejemplo, en la política exterior de Venezuela hacia Colombia
también incide una aproximación militarista a los problemas. Sin embargo, lo curioso de
la ideología bolivariana es que ha sido falsamente entendida como un elemento de
aproximación, y no como un elemento de discordia.
El problema de recurrir a la ideología bolivariana como un elemento de contacto
entre ambos gobiernos es que con ello se están desconociendo todas las implicaciones de
esta herramienta. Por esta vía Chávez termina teniendo mucho más que ver con la
guerrilla colombiana que con la clase gobernante. Para mí, el sustrato mítico bolivariano
con el que se ha tratado de nutrir la política de integración económica entre las dos
naciones, no es quizás el mejor fundamento de entendimiento, y habría que buscar otros
caminos. Antes de estudiar la incidencia de la ideología bolivariana en las relaciones
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encontré un estudio sobre la importancia de la música llanera en el acercamiento de las
dos naciones. Sin haberlo leído me pareció risible. Hoy, sin embargo, creo que la música
llanera puede ser un elemento de acercamiento mucho mejor que la ideología bolivariana.
Esta última es un arma de doble filo: se usa para generar un sentimiento de hermandad
entre los dos pueblos, pero genera una crisis de percepciones contrapuestas insuperable
entre los dos Gobiernos.
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