tres ratones ciegos
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Tresratonesciegos,clásicothrillerdeAgathaChristieescritoen1952yllevadoalteatrocongranéxito,narraunaextraordinariasecuenciadecrímenesquetienenlugarenunacasadehuéspedesdeestilovictoriano.Enunafríanochedeinvierno,vanllegandoalamansiónlosinquietantesinquilinosquevanapasarunfindesemanaenella.Ante lamuertedeunodeellos, llega la policía y mediante su interrogatorio hace que la casa se convierta en unaratonera.
Contieneademásunaseriederelatoscortosdeintriga.
AgathaChristie
TresratonesciegosHérculesPoirot-28
ePubr1.0Hechadelluvia29.11.14
Títulooriginal:ThreeBlindMiceandOtherStoriesAgathaChristie,1950Traducción:C.PerairedelMolino
Editordigital:HechadelluviaePubbaser1.2
LIBROPRIMERO
TRESRATONESCIEGOS
GuíadelLector
En un orden alfabético convencional relacionamos a continuación los principales personajes queintervienenenestaobra:BOYLE:Señorademedianaedad,hospedadaenlapensióndelosDavis.CASEY:Porteradelacasanúmero74delacalleCulver.DAVIS(Giles):Comandantedemarinaretiradoydueñodeunacasadehuéspedes.DAVIS(Molly):Jovenesposadelanterior.HOGBEN:InspectordelapolicíadeBerkshire.KANE:Sargentodetective.LYON:MujerasesinadaensudomiciliodelacalleCulver.METCALF:Mayordelejército,huéspeddelosDavis.PARAVICINI:OtrodeloshospedadosenlapensióndelosDavis.PARMINTER:InspectordeScotlandYard.TROTTER:Sargentodepolicía.WREN(Cristóbal):Joven,tambiénhuéspeddelosDavis.
Cancióninfantilinglesa
ThreeBlindMiceThreeBlindMiceSeehowtheyrunSeehowtheyrunTheyallrunafterthefarmer’swifeShecutoftheirtailswithacarvingknifeDidyoueverseesuchasightinyourlifeAsThreeBlindMice?
Traducción:
Tresratonesciegos.Tresratonesciegos.Vedcómocorren.Vedcómocorren.Vantraslamujerdelgranjero;lescortóelraboconuntrinchante.¿VisteisnuncaalgosemejanteaTresratonesciegos?
Prólogo
Hacíamuchofrío,yelcielo,encapotadoygris,amenazabanieve.Unhombreenfundadoenunabrigooscuro,conunabufandasubidahastalasorejasyelsombrerocaladohastalosojos,avanzóporlacalleCulverysedetuvoanteelnúmero74.Apretóeltimbreylooyóresonarenlosbajosdelacasa.
LaseñoraCasey,quesehallabafregandolosplatosmuyatareada,dijoamargamente:—¡Malditotimbre!Nuncaledejaaunaenpaz.Jadeando,subiólosescalonesdelsótanoparaabrirlapuerta.Elhombre,cuyasiluetaserecortabacontraeloscurocielo,lepreguntóconvozronca:—¿LaseñoraLyon?—Segundopiso—informólaseñoraCasey—.Puedeustedsubir.¿Leespera?Elhombreafirmólentamenteconlacabeza.—¡Oh!Bueno,subayllame.Leobservómientrassubíalaescalera,cubiertaporunaalfombraraída.Mástardedijoquelehabía
producidouna«extrañaimpresión».Peroenaquellosmomentossólopensóquedebíasufrirunfuerteresfriadoquelehacíatemblardeaquellaforma…cosanadaextrañaconaqueltiempecito.
CuandoelhombrellegóalprimerrellanodelaescaleracomenzóasilbarsuavementelatonadilladeTresratonesciegos.
CapítuloI
1
Molly Davis dio unos pasos hacia atrás en la carretera para admirar el letrero recién pintado de laempalizada:
MONKSWELLMANORCasadeHuéspedes
Hizoungestodeaprobación.Realmenteteníaunaspectomuyprofesional.Otalvezpudieradecirsecasi profesional, ya que la última a de Casa bailaba un poco y el final de «Manor» estaba algoapretujado;pero,enconjunto,Gileslohizomuybien.Eramuyinteligente.¡Sabíahacertantascosas!Mollynocesabadedescubrirnuevasvirtudesensuesposo.Hablabatanpocodesímismoquesólomuylentamenteibaconociendosustalentos.Unexmarinosiempreesunhombre«mañoso»,sedecía.
Puesbien,Gilestendríaquehacerusodetodossustalentosensunuevaaventura,yaqueningunodelosdosteníalamenorideadecómodirigirunacasadehuéspedes.Peroeradivertidoylesresolvíaelproblemadealojamiento.
HabíasidoideadeMolly.CuandomuriótíaCatalinaylosabogadosleescribieroncomunicándoleque le había dejado Monkswell Manor, la natural reacción de ambos jóvenes fue vender aquellapropiedad.Gileslepreguntó:
—¿Quéaspectotiene?YMollyhabíacontestado:—Oh, es una casona antigua, llena de muebles victorianos, pasados de moda. Tiene un jardín
bastantebonito,perodesdelaguerraestámuydescuidado;sóloquedóunviejojardinero.Demodoquedecidieronvenderla,reservándoseúnicamenteelmobiliarioprecisoparaamueblaruna
casitaounpisitoparaellos.Pero en el acto surgieron dos dificultades. En primer lugar no se encontraban pisos ni casas
pequeñas,yensegundolugartodoslosmuebleseranenormes.—Bueno—decidióMolly—,tendremosquevenderlotodo.Supongoquelacomprarán.Elagentelesaseguróqueenaquellosdíassevendíacualquiercosa.—Es muy probable que la adquieran para instalar un hotel o casa de huéspedes, en cuyo caso
pudieraserquesequedaranconelmobiliariocompleto.Porfortunalacasaestáenmuybuenestado.Lafinada señorita Emory hizo grandes reparaciones y la modernizó precisamente antes de la guerra yapenassehadeteriorado.Oh,sí,seconservamuybien.
YentoncesfuecuandoaMollyseleocurriólaidea.—Giles—ledijo—,¿porquénolaconvertimosnosotrosencasadehuéspedes?Alprincipiosuespososeburlódeella,peroMollysiguióinsistiendo.
—Noesnecesarioquetengamosamuchagente…porlomenosalprincipio.Esunacasafácildellevar; tieneaguafríaycalienteen losdormitorios,calefaccióncentralycocinadegas.Ypodríamostenergallinasypatosquenosproporcionaríanhuevos,yplantarverdurasenelhuerto.
—Yquiénharíatodoeltrabajo…Esmuydifícilencontrarservicio.—Oh, lo haremos nosotros. En cualquier sitio en que vivamos tendremos que hacerlo, y unas
cuantaspersonasmásnorepresentanmuchomás trabajo.Cuandohayamosempezadopodemoshacerquevengaunamujeraayudarnosenlalimpieza.Consólocincopersonasquenospagasensieteguineasporsemana…
Mollyseabismóenoptimistascálculosmentales.—Yademás,Giles—concluyó—,seríanuestrapropiacasa.Connuestrascosas.Ymeparecequesi
nonosdecidimosporesto,vamosatardarañosenencontrarotrositiodondevivir.Gilestuvoqueadmitirqueaquelloeracierto.Habíanpasadotanpocotiempojuntosdespuésdesu
agitadomatrimonio,queambosestabandeseososdeinstalarsuhogaryaperdurable.Asíesqueelgranexperimentopasóaserpuestoenpráctica.Publicaronanunciosenlosperiódicos
delalocalidadyelTimesdeLondres,obteniendovariasrespuestas.Yaqueldíaprecisamenteibaallegarelprimerodesushuéspedes.Gileshabíasalidotempranoenel
coche para tratar de adquirir variosmetros de alambrada que había pertenecido al Ejército y que seanunciabaenventaalotroladodelcondado.Mollytuvoqueirandandohastaelpuebloparahacerlasúltimascompras.
Loúnicomaloeraeltiempo.Durantelosdosúltimosdíashabíasidoextremadamentefrío,yahoracomenzaba a nevar. Molly apresuróse por el camino mientras espesos copos se fundían sobre elimpermeable y su rizoso y brillante cabello. El parte meteorológico había sido en extremodescorazonador:erandeesperarintensasnevadas.
Pero que no se helaran las cañerías. Era una lástima que fueran a salirlesmal las cosas cuandoacababan de empezar. Miró su reloj. ¡Ya más de las cinco! Giles ya habría vuelto… y se estaríapreguntandopordóndeandabaella.
—Tuvequevolveralpuebloacompraralgunascosasquehabíaolvidado—lediría.Yélpreguntaría:—¿Máslatasdeconserva?Siemprebromeandoporeso;enlaactualidadsudespensaestababienprovistaparacasosdeapuro.Yahora,pensóMollymirandoalcielopreocupada,parecíaquelosapurosibanapresentarsebien
pronto.Lacasaestabavacía.Gilesaúnnohabíaregresado,Mollyfueprimeroalacocina,yluegosubióa
revisar losdormitoriosreciénpreparados.LaseñoraBoyle,en lahabitaciónsur, lade losmueblesdecaoba.ElmayorMetcalf,enelcuartoazul,deroble.ElseñorWren,enelalaeste,eneldelmirador.Todoseranbonitos…y¡quésuertequetíaCatalinatuvieraunsurtidotanespléndidoderopasdecama!Molly ahuecó un edredón y volvió a bajar. Era casi de noche, y la casa le pareció de pronto muysilenciosayvacía.Eraunacasasolitaria,situadaadosmillasdelpueblo.Adosmillas…,pensóMolly,decualquierparte.
A menudo se había quedado sola en la casa…, pero nunca hasta aquel momento tuvo aquellasensacióndesoledad…
Lanievebatíablandamentecontralospanelesdelaventana,produciendounsusurroinquietante…¿YsiGiles nopudiera regresar?…¿Y si la capadenieve fuese tan espesaquenodejara avanzar el
automóvil?¿Ysituvieraquequedarseallísola…talvezdurantevariosdías?Contempló la cocina, grande y confortable, que parecía reclamar una cocinera rolliza que la
presidieramoviendolasmandíbulasrítmicamentealcomerpastelesybebertémuycargado,teniendoaunladodelamesaaunamadellavesentradaenaños,alotrounadoncellasonrosadayenfrenteunafregona que las miraría con ojos asustados. Y en vez de eso, allí estaba ella sola. Molly Davis,representandounpapelqueaúnnoencontrabamuynatural.Todasuvida,hastaaquelmomento,parecíairreal…lomismoqueGiles.Estabarepresentandounpapel,sólorepresentando…
UnasombrapasóantelaventanayMollysesobresaltó…Undesconocidoseacercabaquedamente.Mollyoyóabrirlapuertalateral.Eldesconocidosedetuvoenelumbral,sacudiéndoselanieveantesdepenetrarenaquellacasavacía.
Ydeprontosetranquilizó.—¡Oh,Giles!—exclamó—.¡Cuántomealegrodequehayasvuelto!
2
—¡Hola,cariño!¡Buentiempecito!¡Cielos,estoycongelado!Golpeóelsueloconlospiesysefrotólasmanos.Automáticamente,Mollycogióelabrigoqueélhabíaarrojado,comodecostumbre,sobreelarcón
deroble,ylocolgóenlaperchaluegodesacardesusbolsilloslabufanda,unperiódico,unovillodecordelyelcorreodelamañana.Dirigiéndosealacocina,dejótodoaquelloencimadelamesaypusolaollasobreelfogóndegas.
—¿Conseguistelaalambrada?—lepreguntó—.Hastardadomucho.—Noeradelaqueyoquiero.Nonoshubieraservidoparanada.¿Ytúquéhasestadohaciendo?Me
refieroaquenohabrállegadonadietodavía.—LaseñoraBoylenovendráhastamañana.—PeroelmayorMetcalfyelseñorWrentendríanquehaberllegadohoy.—ElmayorMetcalfhaenviadounapostaldiciendoquenopodrállegarhastamañana.—Entonces a cenar sólo tendremos al señorWren. ¿Cómo te lo imaginas?Yo como funcionario
públicoretirado.—No,creoqueesunartista.—Enesecaso—repusoGiles—,serámejorquelecobremosunasemanaporadelantado.—Oh,no,Giles;traeequipaje.Sinopaganosquedaremosconél.—¿Ysi luegoresultaqueconsistesóloenpiedrasenvueltasenpapeldeperiódico?Laverdades,
Molly, que no tenemos lamenor idea de cómo llevar este negocio.Espero que no se den cuenta denuestrainexperiencia.
—SeguroquelaseñoraBoylelodescubre—dijoMolly—.Esdeesaclasedemujeres.—¿Cómolosabes?¡Siaúnnolahasvisto!Molly le volvió la espalda, y extendiendounperiódico sobre lamesa fue a buscar unpedazode
quesoycomenzóarallarlo.—¿Quéesesto?—quisosabersuesposo.—Puesseráunexquisitopasteldequesogalés—leinformó—.Migadepanypatatachafada,ysólo
unpoquitíndequesoparajustificarsunombre.—Eresunacocineraestupenda—dijoGilesconadmiración.—¿Túcrees?Sólopuedohacerunacosaauntiempo.Eselhacervariasalavez,loquedemuestra
tenermuchapráctica.Eldesayunoeslopeor.—¿Porqué?—Porquesejuntatodo…huevosconjamón…caféconleche…lastostadas.Lalechesesale,ose
quemanlastostadas…Eljamónsecarbonizaoloshuevossecuecendemasiado.Hayquevigilarlotodoconlavelocidaddeungatoescaldado.
—Tendré que espiarte mañana por la mañana, sin que tú te des cuenta, para contemplar esaencarnacióndelgatoescaldado.
—Yahierveelagua—dijoMolly—.¿Quieresquellevemoslabandejaalabibliotecayescuchemoslaradio?NotardaránendarnoticiasdePrensa.
—Ycomopareceserquevamosapasarlamayorpartedeltiempoenlacocina,veoquetendremosqueinstalarunaparatoaquítambién.
—Sí.¡Québonitassonlascocinas!Éstameencanta.Creoqueeslomásbonitodelacasa…consumesa… la vajilla… y la sensación de grandeza que da esta enorme cocina económica… aunque,naturalmente,mealegrodenotenerquecocinarconella.
—Supongoquedebeconsumirenundíanuestraracióndecombustibledetodounaño…—Casi seguro.Pero piensa en las cosas que se asaban aquí…solomillos de ternera y piernas de
cordero.Grandes calderos en losque sepreparabamermelada caserade fresas con librasy librasdeazúcar. ¡Qué época tan agradable la victoriana… y qué cómoda! Fíjate en los muebles de arriba,grandes,sólidosybastanteadornados…,pero¡oh!,comodísimos;ampliosarmariosparalamucharopaquesesolíatener.Yentodosloscajones,queseabrenycierranconunafacilidadextraordinaria.¿Teacuerdasdeaquelpisitomodernoquenosalquilaron?Todoseatascaba…laspuertasnocerraban,ysisecerraban,luegonopodíanabrirse.
—Sí,esoeslomalodelascasasmodernas.Siseestropeanestásperdido.—Bueno,vamosaescucharlasnoticias.Las noticias consistieron principalmente en tristes pronósticos sobre el tiempo, el acostumbrado
puntomuertodelosasuntosdepolíticainternacional,discusionesenelParlamentoyunasesinatoenlacalleCulver,enPaddington.
—¡Bah!—dijo Molly, desconectando la radio—. Sólo miseria. No voy a escuchar otra vez lasrecomendacionesparaqueeconomicemoscombustible. ¿Quées loqueesperan?¿Quenosquedemoshelados?Nocreoquehayasidounaciertoinaugurarnuestracasadehuéspedeseninvierno.Debimoshaberesperadohastalaprimavera.—Yagregóenotrotonodevoz—:Quisierasaberquéaspectoteníaesamujerquehanasesinado.
—¿LaseñoraLyon?—¿Sellamabaasí?Mepreguntoquiénlaasesinóyporqué…—Talveztuvieraunafortunaescondidadebajodeunladrillo.—Cuandosedicequelapolicíaestádeseandointerrogaraunhombreque«sevioporlavecindad»,
¿significaelloqueéleselpresuntoasesino?—Porlogeneralcreoquesí.Essimplementeunmododedecirlo.Laagudavibracióndeltimbreleshizosobresaltarse.—Eslapuertaprincipal—dijoGiles—.¿Seráelasesino?—agregóamododechiste.
—Enunacomedia,desdeluego,losería.Dateprisa.—DebedeserelseñorWren.Ahoraveremosquiéntienerazón,sitúoyo.
3
ElseñorWrenentróacompañadodeunramalazodenievey,todoloqueMollypudodistinguirdesupersona,desdelapuertadelabiblioteca,fuesusiluetarecortándosecontraelblancomundoexterior.
«Quéparecidosson todos loshombrescivilizados»,pensóMolly.Abrigooscuro,sombrerogrisyunabufandaalrededordelcuello.
Gilescerrólapuerta,mientraselseñorWrensequitabalabufandayelsombreroydejabalamaletaenelsuelo…todoellosinparardehablar.Teníaunavozaguda,casimolesta,ylavozdelrecibidor,lerevelócomounhombrejoven,decabellosrubios,tostadoporelsol,ylosojosclaroseinquietos.
—Muymalo,demasiadomalo—decía—.Elinviernoingléshallegadoasupuntoculminante…yhayquesermuyvalienteparahacerlecara.¿Noleparece?HetenidounviajeterribledesdeGales.¿Esusted la señoraDavis? ¡Encantado!—Molly sintió sumanoaprisionadaenunamanohuesuda—.Escompletamentedistintadecomolahabíaimaginado.YomelasuponíacomolaviudadeungeneraldelEjército indio… muy triste… una verdadera rinconera victoriana… y es celestial… sencillamentecelestial…¿Tienen floresde cera? ¿Oavesdelparaíso?Oh, este lugarmeva a encantar.Temíaquefuera demasiado anticuado… muy, muy… Manor. Y es maravilloso, auténticamente victoriano.Dígame,¿tienenalgunodeesosaparadoresdecaoba…decaobarojizacongrandesfrutastalladas?
—Puesadecirverdad—dijoMolly,casisinalientoanteaqueltorrentedepalabras—,sílotenemos.—¡No!¿Puedoverloenseguida?¿Estáaquí?Su velocidad era desconcertante. Ya había hecho girar el pomo de la puerta del comedor y
encendidolaluz.Mollylesiguióconscientedelamiradadesaprobadoradesumarido.ElseñorWrenpasósusdedoslargosyangulososporelricotrabajodetalladelmacizoaparador,
lanzandoexclamacionesapreciativas.—¿Notienenunagranmesadecaoba?¿Cómoesquehanpuestotodasesasmesitaspequeñas?—Pensamosqueloshuéspedeslopreferiríanasí—repusoMolly.—Querida,claroquetienetodalarazón.Mehabíadejadollevardemiamoralaépoca.Claroque
detenerlagranmesahabríaquesentarasualrededoralafamiliaadecuada.Unpadresevero,conunagran barba… una madre prolífica, once niños; una torva institutriz y alguien llamado «pobreEnriqueta…»laparientepobrequeeslaayudadetodosysesientemuyagradecidaporquelehandadocobijo.Mirenesachimenea…imagíneselasllamasquelamenelhogarquemandolaespaldadelapobreEnriqueta.
—Lesubirélamaletaalahabitación—dijoGiles—.¿Lahabitacióndelalaeste?—Sí—repusoMolly.ElseñorWrensalióalvestíbulomientrasGilessubíalaescalera.—¿Esunacamacondosel?—preguntó.—No—repusoGilesantesdedesaparecerenunrecododelaescalera.—Meparecequenovoyaserdelagradodesuesposo—dijoelseñorWren—.¿Dóndehaestado?
¿EnlaMarina?
—Sí.—Me lo figuraba. Sonmuchomenos tolerantes que en el Ejército y las fuerzas aéreas. ¿Cuánto
tiempollevancasados?¿Estáustedmuyenamoradadeél?—Talvezdesearáustedsubiraversileagradasuhabitación.—Sí.Perdón.Heestadoalgoimpertinente.Perolaverdadesquequierosaberlo.Quierodecir,que
esinteresanteconocerlavidadelosdemás,¿noleparece?Merefieroaloquesientenypiensan,noaloquesonyaloquehacen.
—SupongoqueustedeselseñorWren—dijoMolly.Eljovensequedócortado.—Pero¡quétonto…!Nuncasemeocurreaclararlascosasprimero.Sí,yosoyCristóbalWren…no
sería.MispadreseranunaparejamuyrománticayesperabanqueyollegaraaserarquitectoyporesolesparecióunabuenaideallamarmeCristóbal…Deesemodoyateníamuchoganado.
—¿Yesustedarquitecto?—preguntóMolly,incapazdeocultarsuregocijo.—Sí,losoy—repusoelseñorWren,triunfante—.Porlomenosestoymuycercadeserlo.Todavía
noheterminadolacarrera.Perolaverdadesquesoyunbuenejemplodeundeseoqueporunavezsecumplió.Y si quiere que le diga la verdad,me temo que ese nombreme servirá de estorbo.NuncallegaréaserunCristóbalWren.Noobstante,losNidosPrefabricadosdeCrisWrenpuedequelleguenatenerfama.
GilesbajabalaescalerayMollydijo:—Ahoraleenseñarésuhabitación,señorWren.Cuandobajóalcabodeunosminutos,Gileslepreguntó:—Bueno,¿lehangustadolosmueblesderoble?—Teníatantasganasdedormirenunacamacondoselqueledielcuartorosa.Gilesgruñóalgoqueterminabaen«esejovencargante».—Escúchame,Giles—Mollyadoptóunaexpresiónsevera—.Estonoesunareunióndeinvitados,
sinounnegocio.Ytegusteono,CristóbalWren…—Nomegusta—lainterrumpióGiles.—…tienesqueaguantarte.Nospagasieteguineasalasemanayesoestodoloqueimporta.—Silaspaga,sí.—Sehacomprometidoapagarlas.Tenemossucarta.—¿Ylehasllevadotúlamaletahastalahabitaciónrosa?—Lahallevadoél,naturalmente.—Muygalante.Peronotehubierascansadocargandoconella.Desdeluegonoesprobablequeesté
llenadepiedrasenvueltasenpapeles.Estanligeraquemeparecequedebeestarvacía.—¡Chist!Ahíviene—dijoMollyavisándole.CristóbalWrenfueacompañadoalabibliotecaquepresentabaunbonitoaspectoconsusbutacones
y el hogar de la chimenea encendido.Molly le dijo que la cena se servía al cabo demedia hora, ycontestandoasuspreguntasleexplicóquedemomentoéleraelúnicohuésped.
—Enestecaso—dijoCristóbal—,¿lemolestaríaquefueraalacocinaaayudarla?Puedohacerunatortilla,simelopermite—ofrecióparaqueMollyaccediera.
AsífuecómoCristóbalsemetióenlacocinayluegolesayudóasecarlosplatosylosvasos.Mollysedabacuentadequetodoaquellonoacreditabaaunacasadehuéspedesformal…yaGiles
nolehabíagustadonada.Oh,bueno,pensóMollyantesdequedarsedormida:mañana,cuandoesténlos
demás,serádistinto.
CapítuloII
1
La mañana llegó acompañada de un cielo oscuro y nieve. Giles se mostraba preocupado, y Mollydesanimada.Conaqueltiempotodoibaaresultarextremadamentedifícil.
La señora Boyle llegó en el taxi de la localidad pertrechado con cadenas en las ruedas, y elconductorlediomalasnoticiassobreelestadodelacarretera.
—¡Vayanevadaquevaacaerantesdelanoche!—profetizó.YlapropiaseñoraBoylenocontribuyóadesvanecerelpesimismoreinante.Eraunamujeralta,de
aspecto desagradable, voz campanuda y ademanes autoritarios. Su natural agresividad se habíaacrecentadoconelcargodegranutilidadmilitarquedesempeñódurantelaguerra.
—Dehaberimaginadoqueestonoestabaenmarcha,nuncasemehubieraocurridovenir—dijo—.PenséqueeraunaCasadeHuéspedesdebidamenteestablecida.
—Notieneporquéquedarsesinoesdesuagrado,señoraBoyle—dijoGiles.—No,desdeluego,ynopiensohacerlo.—Talvezprefieraquellameauntaxi,señoraBoyle—continuóGiles—.Lascarreterastodavíano
están bloqueadas. Si es que ha habido algúnmalentendido, lomejor será que vaya a otro sitio.—Yagregó—:Tenemostantospedidosdehabitacionesquepodremosalquilarlasuyasindificultad…Porciertoquevamosaelevarelpreciodelapensión.
LaseñoraBoylelelanzóunamiradaaplastante.—Desdeluegoquenovoyamarcharsesinhaberprobadoantescómoesestesitio.¿Puededarme
una toalla de bañomás grande, señoraDavis?No estoy acostumbrada a secarme con un pañuelo debolsillo.
GileshizounamuecaaMollyaespaldasdelaseñoraBoyle.—Querido,hasestadomagnífico—dijoMolly—.¡Cómolehasparadolospies!—Laspersonasagresivasenseguidaseamansancuandoselastrataconsupropiamedicina—dijo
Giles.—¡Oh,Diosmío!—exclamóMolly—.MepreguntoquétalsellevaráconCristóbalWren.—Puesmal—dijoGiles.Ydesdeluego,aquellamismatardelaseñoraBoyleledecíaaMollyconevidentedesagrado:—Esunjovenmuyparticular.ElpanaderoconaspectodeunexploradordelÁrtico,lestrajoelpan,advirtiéndolesquetalvezno
pudieraefectuarelpróximoreparto.—Todosloscaminosseestáncerrandoconlanieve—lesanunció—.Esperoquetenganprovisiones
suficientesparaaguantarunosdías.—¡Oh,sí!—contestóMolly—.Tenemosgrancantidaddelatasdeconserva.Aunqueserámejorque
mequedeconmásharina.Recordabavagamentequelosirlandeseshacíanunpanllamadodesoda.Encasodellegaralopeor,
talvezellapudierahacerlo.Elpanaderotambiénlestrajolosperiódicos,yMollylosextendiósobrelamesadelacocina.
Lasnoticiasdelextranjerohabíanperdidoimportancia.EltiempoyelasesinatodelaseñoraLyonocupabanlaprimerapágina.
SehallabacontemplandolaborrosareproduccióndelrostrodeladifuntacuandolavozdeCristóbalWrendijoasusespaldas:
—Uncrimenbastantebajo,¿noleparece?Unamujerdeaspectotanvulgaryensemejantecalle.¿Noesverdadquetrasestopuedeescondersecualquierhistoria?
—Notengolamenorduda—dijolaseñoraBoyleconunbufido—dequeesamujerhatenidoelfinquemerecía.
—¡Oh!—ElseñorWrenvolviósehaciaellaconfingidointerés—.Demodoqueustedloconsiderauncrimenpasional,¿verdad?
—Nohedichonadadeeso,señorWren.—Pero fue estrangulada, ¿no es así? Quisiera saber… —dijo extendiendo sus manos largas y
blancas—loquedebesentirsealestrangularaalguien.—¡Porfavor,señorWren!Cristóbalacercóseaellabajandolavoz.—¿Hapensadousted,señoraBoyle,loquedebeexperimentarsealserestrangulado?LaseñoraBoylevolvióaexclamar:—¡Porfavor,señorWren!Mollyleyóenvozaltayapresurada:
«Elhombreque lapolicíaestádeseandointerrogar llevaunabrigooscuroyunsombreroclaro,esdemedianaestaturaysecubreelrostroconunabufandadelana».
—Enresumen—concluyóCristóbalWren—,tieneigualaspectoqueotrocualquiera—Rió.—Sí—dijoMolly—;queotrocualquiera.
2
EnsudespachodeScotlandYard,elinspectorParminterdecíaalsargentodetectiveKane:—Ahorarecibiréaesosdosobreros.—Sí,señor.—¿Quéaspectotienen?—Declasehumilde,perodecentes,yreaccionesbastantelentas.Parecenformales.—Bien—dijoelinspectorParminter.Ydoshombresvestidosconsusmejorestrajesymuynerviososfueronintroducidoseneldespacho.
Parminterlesclasificódeunasolaojeada.Eraunexpertoenconseguirtranquilizaralagente.—DemodoqueustedescreenteneralgunasinformacionesquepudieranserútilesenelcasoLyon
—lesdijo—.Hansidomuyamablesalvenir.Siéntense.¿Quierenfumar?Aguardóaqueencendieranloscigarrillos.—Haceuntiempoterrible.
—Cierto,señor.—Bien,ahora…veamosdequésetrata.Losdoshombressemiraronazoradosalverllegadoelmomentodifícildehacerelrelato.—Veamos,Joe—dijoelmásgrandote.YJoecomenzóahablar.—Ocurrióasí,sabe.Noteníamosniunacerilla.—¿Dóndefueeso?—EnlacalleJarman…Estamostrabajandoenlacalzada…enlasconduccionesdegas.ElinspectorParminterasintióconlacabeza.Mástardepasaríaadetallarexactamenteeltiempoyel
lugar.LacalleJarmansehallabacercadelacalleCulver,dondeseregistrólatragedia.—Noteníanustedesniunacerilla—repitióparaanimarleacontinuar.—No.Había terminadomi caja y el encendedor deBill no quiso funcionar, así que le dije a un
sujetoquepasaba:«¿Podríadarnosunacerilla,señor?»Nocreaqueentonceshicieranadadeparticular.Sólopasabaporallí…comomuchosotros…ysemeocurriópedírselaaél.
Parminterasintiódenuevo.—Bueno;nosdiounacaja,sindecirnada,Billledijo:«¡Quéfrío!»,yélselimitóacontestarcasien
un susurro: «Sí, desde luego».Yopenséquedebía estarmuy resfriado.Llevaba labufandahasta lasorejas. «Gracias, señor», dije devolviéndole sus cerillas, y semarchó tan de prisa que cuandomedicuenta de que le había caído algo era ya demasiado tarde para llamarle. Era una libretita que debiócaérseledelbolsilloalsacarlascerillas.«¡Eh,míster!»,legrité.«Selehacaídoalgo».Pero,alparecer,nomeoía,yatodaprisadoblólaesquina,¿noescierto,Bill?
—Sí—repusoelaludido—,comounconejoescurridizo.—FueendirecciónaHarrowRoad,yyanopudimosalcanzarle a lavelocidadque iba;de todas
formaseraunpoquitíntarde…ytotalporunlibritodenotas…,noeslomismoqueunacarteraoalgoasí…, tal vezno fuese importante. «Extraño sujeto», dije aBill. «El sombrero caladohasta losojos,abrigoabrochadohastaarriba…comolosladronesdelaspelículas».¿Noescierto,Bill?
—Esoesloquemedijiste.—Escuriosoquelodijera,aunqueentoncesnopensénadamalo.Sóloquetendríaprisaporllegara
sucasa,ynoseloreproché.¡Conelfríoquehacía!—Desdeluego—convinoBill.—Asíqueledijeaéste:«Echemosunvistazoaestalibretitayveamossitieneimportancia».Bueno,
señor,ylohice.«Sólohayunpardedirecciones»,dijeaBill«CalleCulver,74,yotradeunManordelasafueras».
Joeprosiguiósuhistoriaconciertogusto,ahoraquehabíacogidoelhilo.—«CalleCulver,74—dijeaBill—.Estoestáalvolverlaesquina.Cuandoterminemoseltrabajo,
pasamospor ahí…»,y entoncesvi unaspalabras escritas al principiode lapágina. «¿Quées esto?»,preguntéaBill.Yélcogióellibritodenotasyleyó:«Tresratonesciegos»,medijo,yeneseprecisomomento…sí,enaquelmismomomento,oímosunavozdemujerquegritaba:«¡Asesino!»,unpardecallesmásabajo.
Joehizounapausaparaquesurelatoimpresionaramás.—YledijeaBill:«Oye,vesaverquépasa».Yalcabodeunratovolviódiciendoquehabíaun
montóndegenteylapolicíayqueunamujersehabíacortadolayugularohabíasidoestrangulada,yquefuelapatronaquienlaencontróygritóllamandoalapolicía.«¿Dóndehasido?»,lepregunté.«En
lacalleCulver.»«¿Quénúmero?»,lepregunté,ymedijoquenosehabíafijado.Billcarraspeó,escondiendolospies,avergonzado.—Yyodije:«Iremosaasegurarnos»,ydescubrimosqueeraelnúmero74.«Talvez»,dijoBill,«esa
direccióndelalibretitanotenganadaqueverconesto».Peroyolecontestéquetalvezsí,ydetodasmanerasdespuésdeconsiderarlobienydehaberoídoquelapolicíadeseabainterrogaraunhombrequehabía salido de aquella casa a aquella hora, vinimos para preguntar si podíamos ver al caballeroencargadodeesteasunto,yestoyseguroyesperonohaberlehechoperdereltiempo.
—Hanobradomuybien—dijoParminter—.¿Yhantraídoesalibretita?Gracias.Ahora…Suspreguntasfueronprecisasyprofesionales.Obtuvoellugarexacto,lahora,datos…Loúnicoque
noconsiguiófue ladescripcióndelhombrequehabíaperdido la libretita.Peroencambio lehicieronotra de una patrona presa de un ataque de histerismo, y de un abrigo abrochado hasta arriba, unsombrerocaladohastalasorejasyunbufandaocultandolapartebajadelrostro,unavozqueerasólounsusurro,unasmanosenguantadas.
Cuando losdoshombressehubieronmarchado,permaneciócontemplandoaquel librito,quedejóabiertosobrelamesa…yqueiríaaldepartamentocorrespondienteparaquecomprobasensihabíaenélhuellasdigitales.Masahorasuatenciónsehallabaconcentradaenaquellasdosdireccionesyenlalíneadeletrasmenudasescritasalprincipiodelapágina.
VolviólacabezaalentrarelsargentoKane.—Venga,Kane,ymireesto.Kanelanzóunsilbidoalleerporencimadesuhombro:—¡Tresratonesciegos!Bueno,quemeaspen…—Sí—Parminterabrióuncajónysacómediahojadepapelquepusoencimadelamesajuntoal
libritodenotas,yquehabíasidohalladoprendidoconunalfilerenlasropasdelamujerasesinada.Enelpapelseleía:
Ésteeselprimero.
Ydebajoundibujoinfantildetresratonesyunfragmentodepentagramaconunasnotas.Kanesilbólatonadillapordebajo.—Tresratonesciegos.Vedcómocorren…—Muybien.Ésaeslatonadilladelafirma.—Estonto,¿verdad?—Sí—Parminter frunció el ceño—. ¿No hay la menor duda acerca de la identificación de esa
mujer?—No,señor.Aquítieneustedel informedelashuellasdactilares.LaseñoraLyon,comosehacía
llamar,eraenrealidadMaureenGreeg.HacedosmesesquesaliódeHollawaydespuésdecumplirsucondena.
Parminterdijopensativo:—FuealacalleCulver74,haciéndosepasarporMaureenLyon.Devezencuandobebíaunpocoy
sesabequellevóaunhombreasucasaunparotresdeveces.Nodemostrótemeranadanianadie,yno hay razón para que se creyera en peligro. Este hombre llama a la puerta, pregunta por ella y lapatrona le dice que suba al segundo piso. No es capaz de describirle; dice únicamente que era de
estaturamedianayalparecerunfuerteresfriadolehabíahechoperderlavoz.Ellavolvióalosbajosynooyónadaque lehicieraentrarensospecha.Nisiquiera leoyósalir.Diezminutosmás tardefueasubirleuna tazade té a la señoraLyony la encontróestrangulada.Ésteno fueunasesinato fortuito,Kane.Habíasidotodocuidadosamenteplaneado.
Hizounapausayagregódeimproviso:—QuisierasabercuántascasasdehuéspedeshayenInglaterraquesellamenMonkswellManor.—Puedequesólohayauna,señor.—Esoseríatenerdemasiadasuerte.Peroaverígüelo.Nohaytiempoqueperder.Losojosdelsargentoseposaronen lasdireccionesde la libretita.CalleCulver,74,yMonkswell
Manor.Ydijo:—¿Demodoqueustedcree…?—Sí.¿Yustedno?—leatajóParminter.—Podríaser.MonkswellManor…ahoraque…,¿sabequejuraríaquehevistoesenombreescrito
enalgunaparteúltimamente?—¿Dónde?—Eso es lo que trato de recordar…Aguarde unmomento…En un periódico…Última página.
Aguarde… Hoteles y Casas de Huéspedes… Un momento, señor… era uno atrasado. Estabaresolviendoelcrucigrama…
Saliócorriendodelahabitación,regresandotriunfantealpocorato.—Aquílotiene,señor.Mire.Elinspectorsiguióladireccióndeldedoíndicedelsargento.—MonkswellManor.Harplender,Berks.Descolgóelteléfono.—PóngameconlapolicíadelcondadodeBerkshire.
CapítuloIII
1
Con la llegada del mayorMetcalf, Monkswell Manor comenzó a funcionar tan normalmente comocualquier negocio enmarcha. ElmayorMetcalf no resultaba tan solemne como la señora Boyle, niexcéntrico como CristóbalWren. Era un hombre demediana edad, impasible, de aspectomarcial yapuesto,quehabíarealizadolamayorpartedesuserviciomilitarenlaIndia.Pareciósatisfechoconsuhabitación y elmobiliario, y aunque él y la señora Boyle no se habían conocido hasta entonces, elmayorhabíatenidoamistadconvariosprimosdeaquélla,delaramadelosYorkshire,enPoonah.Suequipaje,consistenteendospesadasmaletasdepieldecerdo,aplacótodoslosrecelosdeGiles.
A decir verdad, Molly y Giles no tuvieron mucho tiempo para hacer comentarios sobre sushuéspedes.Prepararonentrelosdoslacena,lasirvieron,cenarondespuésellosyfregaronlosplatos.ElmayorMetcalfelogióelcaféyGilesyMollyseacostaronrendidos,perosatisfechos…paralevantarsecercadelasdosdelamadrugadaparaatenderlasinsistentesllamadasdeltimbre.
—¡Malditasea!—bufóGiles—.Llamanalapuerta.¿Quédiablos…?—Dateprisa—repusoMolly—.Veaver.Dirigiéndoleunamiradadereproche,Gilesenvolvióseensubatínybajólaescalera.Mollyleoyó
descorrerelcerrojoyluegounmurmullodevocesenelvestíbulo,eimpulsadaporlacuriosidadsaliódelacamayfueamirardesdeloaltodelaescalera.Abajo,enelrecibidor,Gilesayudabaaunbarbudodesconocidoasacudirselanievedelabrigo.Variosfragmentosdesuconversaciónllegaronhastaella.
—¡Brrr!—Tiritabaelextraño—.Misdedosestán tanheladosqueno lossiento.Ymispies…—Golpeóelsueloconellos.
—Entreaquí—Gilesleabriólapuertadelabiblioteca—.Estámáscaliente;serámejorqueesperemientraslepreparosuhabitación.
—Hetenidomuchasuerte—dijoeldesconocido.Mollysiguiómirandoporentrelosbarrotesdelabarandilladelaescaleraypudoveraunanciano
debarbanegraycejasmefistofélicas.Unhombrequesemovíaconlaligerezadeunjovenapesardelascanasdesussienes.
Giles cerró la puerta de la biblioteca tras él y subió a toda prisa.Molly abandonó su puesto deobservación.
—¿Quiénes?—quisosaber.Gilessonrió.—OtrohuéspedparanuestraCasadeHuéspedes.Sucochehavolcadoenlanieve.Consiguiósalir
de él y se ha abierto camino como ha podido por la carretera (está soplando una fuerte ventisca,escucha)yvionuestroletrero.Dicequefuecomolarespuestaaunaplegaria.
—Y,¿creesqueescomoesdebido?—Querida,noesunanocheapropósitoparaqueandenporahílosrateros.—Esextranjero,¿verdad?—Sí.SellamaParavicini.Visucartera…Casicreoquelaenseñóadrede…,atiborradadebilletes.
¿Quéhabitaciónledamos?
—Elcuartoverde.Estáyadispuesto.Sólotenemosquehacerlacama.—Meimaginoquetendréquedejarleunpijama.Lohaabandonadotodoenelautomóvil.Dijoque
tuvoquesalirporlaventanilla.Mollyfueenbuscadesábanas,almohadasytoallas.Mientrashacíanlacamaatodaprisa,Gilesle
dijo:—Lanevadaesmuydensa.Vamosaquedarbloqueadosporlanieveycompletamenteaislados.En
ciertomodoresultaemocionante,¿nocrees?—Nolosé—repusoMollypreocupada—.¿Túcreesquesabréhacerpandesoda?—Puesclaroquesí.Túentiendesmuchodecocina—ledijosufielmarido.—Nuncaheintentadohacerpan.Puedeserdurootierno,peroesalgoquenoslotraeelpanadero
cadadía.Perosiquedamosbloqueadosnopodrávenir.—Ni él ni el carnicero, ni el cartero. No recibiremos periódicos y es probable que se corte el
teléfono.—¿Sólonosquedarálaradioparaadvertirnosloquedebemoshacer?—Detodasmaneras,tenemosluzpropia.—Debo poner en marcha el motor mañana mismo. Y hay que conservar la calefacción a toda
potencia.—Mefiguroqueelpróximoenvíodecarbónnollegaráenunoscuantosdíasynosquedamuypoco.—¡Oh,quécontratiempo,Giles!Presientoquelovamosapasarmuymal.DateprisaytraeaPara…
comosellame.Yomevuelvoalacama.AlamañanasiguienteseconfirmaronlospronósticosdeGiles.Lanievealcanzóunaalturadecinco
pies,yelvientolaarremolinabacontralapuertayventanas.Todavíaseguíanevando.Elmundoexteriorsehabíavueltoblanco,silencioso,yenciertomodo…amenazador.
2
LaseñoraBoyle se sentóadesayunar.Nohabíanadiemásenel comedor.Acababande retirarde lamesa contigua el servicio del mayorMetcalf, y la del señorWren estaba dispuesta todavía para elalmuerzo.Porlovisto,unosehabíalevantadoantesyelotroloharía
después.LaseñoraBoyleera laúnicaquesabíaque lasnueveenpuntoes lahoraadecuadaparadesayunar.
LaseñoraBoylehabíaterminadolaexcelentetortillaeibadandocuentadelastostadasconayudade sus dientes blancos y fuertes. Estaba descontenta y defraudada. Monkswell Manor no era niremotamente como ella lo había imaginado.Esperaba haber podido organizar partidas de bridge consolteronasquesedejaranimpresionarporsuposiciónsocialyporSUSrelaciones,yalasquepodríainsinuarlaimportanciaysecretosdesusserviciosprestadosdurantelaguerra.
El término de la guerra había dejado a la señora Boyle anclada, como lo estaba, en una playadesierta.Siemprefueunamujeractiva,quehablabasincesardeeficienciayorganización,locualhabíaevitado que la gente le preguntara si era una buena y eficiente… organizadora. Las actividades deguerralehabíanvenidocomoanilloaldedo.Habíadirigido,animadoypreocupado,adecirverdad,amucha gente sin concederse ni unminuto de descanso.Y ahora, toda aquella vida excitada y activa
había terminado.Volvíaasuvidaprivadaysuantiguavidaagitadayanoexistía.Sucasa,quehabíasido requisadaporelEjército,necesitabaser reparadaypintadadearribaabajoantesdequepudieravolver a habitarla, y la dificultad de encontrar servicio la hacían insuperable. Sus amigos se habíandesperdigado, y aunque algún día encontraría su puesto demomento era cosa de dejar transcurrir eltiempo. Un Hotel o una Casa de Huéspedes le pareció la mejor solución, y por eso resolvió ir aMonkswell.
Miróasualrededorcondisgusto.—Debieronhabermedichoqueestabanempezando—dijoparasusadentros.Apartóelplato.Enciertomodo,elhechodequeeldesayunoestuvieraperfectamentepreparadoy
servido,conbuencaféymermeladacasera,lecontrariabatodavíamás,yaquelaprivabadeunlegítimomotivo de queja. Asimismo, su cama eramuy cómoda, con sábanas bordadas y almohada blanda ysuave.AlaseñoraBoyleleagradabaelconfort,perotambiénelpoderencontrardefectos.Yestoúltimotalvezfuerasupasiónmásarraigada.
La señora Boyle, levantándosemajestuosamente, salió del comedor cruzándose en la puerta conaquelextraordinario jovendecabellos rojos,queaquellamañana lucíaunacorbatadecuadros,verderabioso…unacorbatadelana.
«Absurda—díjoselaseñoraBoyle—.Completamenteabsurda».Yelmododemirarla aquel jovenconel rabillodeaquellosojosclaros… también ledisgustaba.
Habíaalgomolesto…,extraño…enaquellamiradaligeramenteburlona.«Nomeextrañaríaquefueseundesequilibradomental»,continuódiciéndosemistressBoyle.Ysaludándoleconunaligerainclinacióndecabeza,paracorresponderasuextravagantereverencia,
entróenelespaciososalón.¡Québutaconesmáscómodos…sobretodoeldecolorderosa!Seríamejorqueleshicieracomprenderdesdeahoraqueaquéllaibaasersubutaca.Pusosulaborsobreella,amododeseñalyfueaapoyarlamanosobrelosradiadores.Susojosbrillaronconarrogancia.Yateníaalgodequéquejarse.
Miróporlaventana.Vayauntiempomalo…malísimo.Bueno,nosequedaríamuchotiempoallí…amenosquellegara
másgenteyempezaraadivertirse.Un montón de nieve cayó desde el tejado produciendo un ruido ahogado. La señora Boyle se
estremeció.—No—dijoenvozalta—.Nomequedarémuchotiempoaquí.Alguienrió…,risitadefalsete,haciéndolevolverlacabeza.EljovenWrenlacontemplabadesdela
puertaconaquellaextrañaexpresióntancaracterísticaenél.—No—ledijo—.Nocreoqueduremuchoaquí.
3
ElmayorMetcalfayudabaaGilesaquitarlanieveamontonadaantelapuertaposterior.EramuydiestroenelmanejodelapalayGilesnocesabadeprodigarfrasesdeelogioygratitud.
—Esunbuenejercicio—dijoelmayorMetcalf—.Debierahacerseadiario.Yasabeustedqueelloayudaaconservarlalínea.
Demodoqueelmayoreraunamantedelejerciciofísico.Gileslohabíatemidodesdequeleoyópedirquelesirvieseeldesayunoalassieteymedia.
Comosileyerasupensamiento,Metcalfledijo:—Suesposahasidomuyamablealprepararmeeldesayunotantemprano,hasidounplacerpoder
tomarunhuevoreciénpuesto.Giles se había levantado antes de las siete a causa de las exigencias de lamarcha del hotel. En
compañía de Molly estuvo cociendo los huevos, preparando el té, y arreglando el comedor y labiblioteca.Todoestabalimpioydispuesto.Gilesnopudodejardepensarquedehabersidounhuéspedde su propio establecimiento, nadie le hubiera sacado de la cama en unamañana semejante hasta elúltimomomentoposible.
No obstante, el mayor se había levantado, almorzando y deambulando por la casa pletórico deenergíaybuscandoenquéentretenerse.
«Bueno—pensóGiles—,haymuchanievequequitar».Dirigióle una mirada de soslayo. La verdad era que no resultaba un hombre fácil de clasificar.
Reservado,demedianaedad,ymiradaextrañayobservadora.Unhombrequenodejabatraslucirnada.Giles sepreguntóporquéhabría ido aMonkswellManor.Probablemente le acababande licenciar yestaríasinocupación.
4
ElseñorParaviciniapareciómástarde.Habíatomadocaféyunatostada,unfrugaldesayunoeuropeocontinental.
CuandoMollyselosirvió,tuvounasorpresaalverlelevantarseyhacerleunaexageradareverenciamientraslepreguntaba:
—¿Esustedmiencantadorapatrona?¿Meequivoco?Mollyledijolacónicamentequeestabaenlocierto.Aaquellashorasnoteníahumorparagalanteos.«¿Yporquétodoelmundotienequedesayunaradistintahora?—selamentabaaliramontonando
losplatosenlafregadera—.Resultamuymolesto».Unavezlavadosycolocadosenelescurreplatoscorrióahacerlascamas.Aquellamañananopodía
esperarlaayudadeGiles.Teníaqueabrircaminohastalacasitadelacalderayelgallinero.Mollyhizolascamasatodamarchaylomejorquepudo,estirandolassábanasyremetiéndolaspor
losladoslomásdeprisaposible.Estababarriendoelsuelodeunodeloscuartosdebañocuandosonóelteléfono.Molly experimentó primero una sensación de contrariedad porque interrumpían su trabajo, pero
luego sintió alivio al pensar quepor lomenos seguía funcionando el teléfono, y bajó corriendoparaatenderlallamada.
Llegóalabibliotecacasisinalientoydescolgóelauricular.—¿Sí?Unavozllena,conunligeroacentodelpaís,preguntó:—¿MonkswellManor?—Sí.AquílaCasadeHuéspedesMonkswellManor.
—¿PodríahablarconelcomandanteDavis,porfavor?—Ahoranopuedeponersealaparato—dijoMolly—.YosoylaseñoraDavis.¿Quiénlellama,por
favor?—ElinspectorHogben,delapolicíadeBerkshire.Mollysequedósinrespiración.—Oh,sí…es…,¿sí?—SeñoraDavis,sehapresentadounasuntobastanteurgente.Noquierodecirmuchoporteléfono,
peroheenviadoalsargentodetectiveTrotterasucasaalaquellegarádeunmomentoaotro.—Peronoloconseguirá.Estamosbloqueadosporlanieve…completamenteaislados.Loscaminos
estánintransitables.Lavoznoperdiósuseguridad.—Trotterllegaráahídetodasmaneras—ledijo—.Hagaelfavordeadvertirasuesposoparaque
escuche con toda atención lo queTrotter tiene que decirle y que siga sus instrucciones sin lamenorreserva.Esoestodo,señoraDavis.
—Pero,inspectorHogben,qué…Masyahabíacortadolacomunicación.EraevidentequeHogben,unavezdichotodoloquetenía
quedecir,dabaporterminadaalconferencia.Mollycolgóelauricularyvolviósealmismotiempoqueseabríalapuerta.
—¡Oh,Giles,yaestásaquí,querido!Gilestraíanieveenloscabellosylacarabastantetiznadadecarbón.Parecíasudoroso.—¿Quéteocurre,cariño?Hellenadodecarbóneldepósitoyheentradoleña.Ahorairéalgallinero
yluegoaecharunvistazoalacaldera.¿Teparecebien?¿Quéesloquepasa,Molly?Parecesasustada.—Giles,eralapolicía.—¿Lapolicía?EltonodeGilesexpresabaasombro.—Sí,nosenvíanuninspector,sargento,oalgoparecido.—Pero¿porqué?¿Quéhemoshecho?—No lo sé. ¿Tú crees que será por aquellas dos libras demantequilla que nos hicimos traer de
Irlanda?Gilesteníaelceñofruncido.—Nomehabréolvidadodesacarlalicenciadelaradio,¿verdad?—No. Está en el escritorio. Giles, la señora Bidlockme dio cinco de sus cupones pormi viejo
abrigo de tweed. Supongo que esto está prohibido…, pero yo lo encuentro perfectamente justo. Yotengo un abrigomenos, así que, ¿por qué no voy a tener los cupones?Oh, querido, ¿qué otra cosahabremoshecho?
—Elotrodíatuveunpequeñoencontronazoconelcoche…Perofueculpadelotro.Sinlamenorduda…
—Debemoshaberhechoalgo—gimióMolly.—Lo malo es que prácticamente todo lo que uno hace hoy en día es ilegal —dijo Giles
apesadumbrado—.Poresosiempresetieneciertasensacióndeculpabilidad.MeimaginoqueseráalgorelacionadoconelasuntodelaCasadeHuéspedes.Probablementeparaejercerdefondistasdebehaberunaseriederequisitosqueobservar,delosquenisiquieratenemosidea.
—Yocreíqueloúnicoqueimportabaeraloreferentealabebida.Ynohemosservidonadaanadie.
Porotraparte,¿porquénohabríamosdeadmitirhuéspedesennuestrapropiacasadelamaneraquemásnosagrade?
—Losé.Parecelomásnatural,perocomotedigo,hoyendíatodoestámásomenosprohibido.—¡Oh, Diosmío!—suspiróMolly—. ¡Ojalá no hubiéramos emprendido este negocio! Vamos a
estar varios días bloqueados por la nieve, todos se pondrán de mal humor y se comerán nuestrasreservasdeprovisionesynoséloqueserádenosotros.
—Anímate,cariño—repusoGiles—.Estamospasandounmalmomento,perotodosearreglará.Labesóenlafrentedistraídoysoltándolaagregóenotrotonodevoz:—¿Sabes,Molly,que,pensándolobien,debeseralgodebastanteimportanciaparaqueenvíenaun
sargentoapesardelanieve?Hizoungestoseñalandohaciaelexteriorydijo:—Debetratarsedealgomuyurgente.SemiraronperplejosyenaquelmomentoabrióselapuertadandopasoalaseñoraBoyle.—¡Ah,estáustedaquí,señorDavis!—dijolareciénllegada—.¿Sabequeelradiadordelsalónestá
fríocomoelmármol?—Losiento,señoraBoyle.Andamosalgoescasosdecarbóny…LaseñoraBoyleleatajóconrudeza.—Pagosieteguineasalasemana…,sieteguineas.Ynoestoydispuestaahelarme.Gilessepusocomolagranayrepusoescuetamente:—Procuraréremediarlo.Cuandosaliódelaestancia,laseñoraBoylevolvióseaMolly.—Sinolemolestaqueselodiga,señoraDavis,creoquetienehospedadoensucasaaunjovenmuy
particular…Susmodales…,suscorbatas…,¿ynuncasepeina?—ESunjovenarquitecto,quehahechounagrancarrera—dijoMolly.—Leruegomeperdone,pero…—CristóbalWrenesarquitectoy…,—Déjeme hablar, mi querida joven. Naturalmente que sé quién es sir Cristóbal Wren. Era
arquitecto.FuequienconstruyóSanPablo.—Yome refiero a este otroWren. Sus padres le llamaronCristóbal porque esperaban que fuera
arquitecto.Yloes…bueno,ocasiloes.—¡Hum!—gruñólaseñoraBoyle—.Amímepareceestounahistoriabastanteextraña.Yodeusted
haríaalgunasaveriguacionesacercadesupersona.¿Quéesloquesabedeél?—Tantocomodeusted,señoraBoyle…esdecir,quetambiénmepagasieteguineasalasemana.Y
en realidad eso es todo lo quenecesitamos saber, ¿no le parece?Ypor lo que amí respecta, nomeimportaquemishuéspedesmegusteno…—MollymirófijamentealaseñoraBoyle—,nomegusten.
LaseñoraBoyleenrojeciódecoraje.—Esusted jovenysinexperienciaydebieraagradecer losconsejosdealguienquesabemásque
usted.¿Yquémedicedeeseextranjero?¿Cuándohallegado?—Amedianoche.—Vaya.Esmuycurioso.Noesunahoramuycorriente.—Negarseaadmitira losviajerossería ircontra la ley,señoraBoyle.—Yagregóentonomenos
agresivo—:Talveznosepaeso.—TodoloquepuedodeciresqueeseParavicini,ocomosellame,meparece…
—¡Cuidado,cuidado,queridaseñora…!CuandosehabladelruindeRoma…LaseñoraBoylepegóunsaltocomosiacabaradeveralmismísimodiablo.ElseñorParavicinique
acababa de entrar silenciosamente en la habitación sin que ellas se dieran cuenta, rió, frotándose lasmanosconademánsarcástico.
—Mehaasustadousted—ledijolaseñoraBoyle—.Noleheoídoentrar.—Para eso he entrado de puntillas—repuso el señorParavicini—.Nadiemeoye nunca entrar o
salir.Loencuentromuydivertido.Algunasvecesoigocosasyesotambiénmedivierte.—Yagregóentonomásbajo—:Ynuncaolvidoloqueoigo.
LaseñoraBoyledijoenvozdébil:—¿Deveras?Voyabuscarmilabor…ladejéenelsalón.Ysalióatodaprisa.MollysequedócontemplandoalseñorParaviciniconexpresiónausente.Élse
leacercóandandoasaltitos.—Miencantadorapatronaparecepreocupada—yantesdequeMollypudieraevitarlolebesóenla
mano—.¿Quéesello,queridaseñora?Mollyretrocedió.Noestabaseguradequeleagradaraaquelindividuoquelamirabacomounviejo
sátiro:—Estamañanasehacetodobastantedifícilacausadelanieve—ledijoconligereza.—Sí—ElseñorParavicinivolviólacabezaparamirarporlaventana—.Lanievelocomplicatodo,
¿noescierto?Oalcontrario,lohacetodomuyfácil.—Noseaquéserefiere.—No—repusoélpensativo—.Haymuchascosasqueustedignora.Porejemplo,meparecequeno
sabegrancosadecómoadministraryregirunacasadehuéspedes.Mollyalzólabarbilla.—Confiesoqueescierto…,perotenemosintencióndesaliradelante.—¡Bravobravo!—Después de todo —la voz de Molly demostraba una ligera ansiedad—, no soy tan mala
cocinera…—Sindudaalgunaesustedunacocineraencantadora—repusoelseñorParavicini.«¡Quémolestosresultanlosextranjeros!»,pensóMolly.TalvezmísterParavicini leyera suspensamientospues el caso fueque susmodales cambiarony
hablósosegadoymuyserio.—¿Puedodarleunpequeñoconsejo,señoraDavis?Ustedysuesposonodebieronsertanconfiados.
¿Tienenalgunareferenciadesushuéspedes?—¿Escostumbreobtenerlas?—Mollyparecióalgoazorada—.Yocreíquelagenteacudía…yeso
bastaba.—Siempreesaconsejablesaberalgodelaspersonasqueduermenbajonuestrotecho—seinclinó
par darle unos golpecitos en el hombro con aire ligeramente amenazador—. Tómeme a mí comoejemplo.Aparecíamedianochediciendoquemicochehabíavolcadoacausadelaventisca.¿Quésabedemí?Nadaenabsoluto.Ytalveztampocosepanadadeningunodelosotroshuéspedes.
—La señora Boyle…—comenzó a decir Molly, más se detuvo al ver a la aludida entrar en laestanciaconsulabordepuntoenlamano.
—Elsalónestádemasiadofrío.Mesentaréaquí.—Ysedirigióhacialachimenea.ElseñorParaviciniseleadelantóconsuandarpeculiar.
—Permítamequeaviveelfuego.YMollysesorprendió,lomismoquelanocheanterior,antelajovialelasticidaddesupaso.Había
observadoquesiempreprocurabaconservarsedeespaldasalaluzyahora,alarrodillarseanteelfuego,comprendiólarazón.ElrostrodelseñorParavicinimostrábaseinteligentemente«maquillado».
De modo que el viejo estúpido quería parecer más joven de lo que era, ¿verdad? Pues no loconseguía.Representabasuedad,einclusomás.Sólosupasofirmeresultabaunacontradicción.Ytalveztambiénesoestuvieracuidadosamentecalculado.
LesacódesuensimismamientolabruscaaparicióndelmayorMetcalf.—SeñoraDavis.Metemoquelascañerías…de…er…—bajólavoz—delsótanoesténheladas.—¡Oh,Diosmío!—gimióMolly—.¡Quédía!¡Primerolapolicíayahoralascañerías!ElseñorParavicinidejócaerelatizadorconestrépito.LaseñoraBoylesuspendiósulabor.Molly,
quemirabaalmayorMetcalf,quedóextrañadadesurepentinainmovilidadylaindescriptibleexpresiónde su rostro… como si hubiera dejado de experimentar emociones y no fueramás que una talla demadera.
—¿Hadicholapolicía?Mollytuvoconcienciadequetrassuimpasibilidadaparentesedesarrollabaunaviolentaemoción.
Pudierasertemor,precauciónosorpresa…,peroescondíaalgo.Aquelhombrepodíaresultarpeligroso.Volvióahablar,estavezentonodesimplecuriosidad:—¿Quéesesodelapolicía?—Han telefoneado—dijoMolly— hace muy poco rato, para decir que van a enviar aquí a un
sargento—Miróporlaventana—.Peroyonocreoqueconsigallegar—dijoesperanzada.—¿Por qué nos envían a un policía?—Dio un paso hacia ella, pero antes de queMolly pudiera
contestarpalabra,seabriólapuertayentróGiles.—Estecarbónparecedepiedra—dijocontrariado.Luegoagregó—:¿Ocurrealgo?ElmayorMetcalfvolviósederepentehaciaél:—Hesabidoquevallegarlapolicía.¿Porqué?—¡Oh, no tenga cuidado!;—repuso Giles—. Nadie puede llegar hasta aquí. Hay cinco pies de
nieve.Loscaminosestánbloqueados.Noesposiblequeseacerquenadie.Yenaquelmomentodierontresgolpecitosenlaventana.
CapítuloIV
1
Todossesobresaltaron,yduranteunossegundosnoconsiguieronlocalizarlaprocedenciadelallamada,que llegaba hasta ellos como un aviso fantasmal.Hasta que, con un grito,Molly señaló la ventana,dondeunhombregolpeabaconlosnudillosenelmarco,ytodosseexplicaronelmisteriodesullegadaalverquellevabapuestoslosesquíes.
Lanzandounaexclamación,Gilescruzólaestanciaparaabrirlaventana.—Gracias,señor—dijoelreciénllegado,queteníaunavozalegreyunrostromuymoreno—.Soy
elsargentodetectiveTrotter—presentóseélmismo.LaseñoraBoylelemirócondisgustoporencimadesulabordepunto.—Noesposiblequeseayasargento—dijomirándoledesaprobadoramente—.Esusteddemasiado
joven.Eljoven,queporciertoloeramucho,parecióofenderseydijoentonoligeramentemolesto:—Nosoytanjovencomoparezco,señora.SusojosrecorrieronelgrupohastadetenerseenGiles.—¿EsustedelseñorDavis?¿Puedoquitarmelosesquíesydejarlosenalgunaparte?—Desdeluego,vengaconmigo.Cuandolapuertadelvestíbulosehubocerradotrasellos,laseñoraBoyledijoconacritud:—¿Paraesopagamoshoyendíaanuestrospolicías?¿Paraquesediviertanpracticandodeportesde
invierno?ParavicinisehabíaacercadoaMollyylepreguntó:—¿Porquéhaenviadoabuscaralapolicía,señoraDavis?Ella retrocedió un tanto bajo la firmeza y malignidad de aquella mirada. Aquél era un nuevo
Paravicini,yporunosinstantesMollysintiómiedo.—¡Perosiyonoheavisado!—dijocondesmayo.YentoncesCristóbalWrenentróporlapuerta,muyexcitado,diciendoconvozpenetrante:—¿Quiénesesehombrequehayenelvestíbulo?¿Dedóndehasalido?Esprecisosermuyvaliente
paravenirconestetiempo.LavozdelaseñoraBoylesedejóoírporencimadelentrechocardesusagujasdecrochet.—Puedequelocreaono,peroesehombreesunpolicía.¡Unpolicía…esquiando!Su tono parecía expresar que había llegado el quebrantamiento de la gradación entre las clases
sociales.—Perdóneme,señoraDavis,¿podríautilizarunmomentoelteléfono?—Desdeluego,mayorMetcalf.ElmayorsedirigióalaparatomientrasCristóbalWrendecíaconsuvozchillona:—Esmuyguapo,¿nolesparece?Siemprehecreídoquelospolicíastienenungranatractivo.—Oiga…oiga…—ElmayorMetcalfgritabairritadoporelauricular.VolvióseaMolly—.Señora
Davis,esteteléfono,estámuerto,completamentemuerto.—FuncionabamuybienhacesólounmomentoYo…
Lainterrumpiólarisaestridente,casifrenética,deCristóbalWren.—Demodoqueahoraestamoscompletamenteaislados.Esdivertido,¿verdad?—Yonoleveolagracia—repusoelmayorMetcalf.—Niyo,desdeluego—dijolaseñoraBoyle.Cristóbalcontinuabariendoacarcajadas.—Setratadeunchistedemipropiedad—dijo—.¡Chitón—sellevóelíndicealoslabios—,que
vieneel«poli»!GilesentrabaenaquelmomentoconelagenteTrotter.Esteúltimosehabíalibradodelosesquíesy
sacudidolanieve,yllevabaenlamanounagranlibretayunlápiz.—Molly —dijo Giles—, el sargento Trotter quiere hablar unos momentos con nosotros dos
reservadamente.Mollylessiguiófueradelaestancia.—Pasemosalgabinete—invitóGiles.Fueronalareducidahabitaciónsituadaalfondodelvestíbuloquebautizaronconestenombre.El
sargentoTrottercerrólapuertaconsumocuidado.—¿Quéesloquehemoshecho?—preguntóMolly,inquieta.—¿Hecho?—ElsargentoTrotterlamirósonriente—.¡Oh!—agregó—.Nosetratadeeso,señora.
Lamentohaberdadolugaraunmalentendido.No,señoraDavis,esalgodistintoporcompleto.EsmásbienuncasodeproteccióndelaPolicía,nosésimecomprendenustedes.
Comonoleentendieronlomásmínimo,losdoslemiraroninterrogantes.ElsargentoTrottersiguióhablando:—Escon relacióna lamuertede la señoraLyon.LaseñoraMaureenLyon,que fueasesinadaen
Londreshacedosdías.Talvezlohayanleídoustedesenlosperiódicos.—Sí—dijoMolly.—LoprimeroquequierosaberessiustedesconocíanalaseñoraLyon.—Jamáslahabíaoídonombrar—dijoGiles,yMollymurmuróunaspalabrasparaacompañarleen
sunegativa.—Bien,yamelofiguro.Peroadecirverdad,Lyonnoeraelverdaderonombredelainterfecta.La
Policía teníasu fichacon lashuellasdactilares,demodoquepudieron identificarla sindificultad.Suverdadero nombre era Greeg; Maureen Greeg. Su fallecido esposo, John Greeg, fue un granjeroresidenteenLongridgeFarm,nomuylejosdeaquí.EsposiblequeustedeshayanoídohablardelcasoLongridgeFarm.
En laestancia reinabael silenciomásabsoluto.Sóloseoíaelgolpeamortiguadode lanievequeresbalabadeltejado.
Trotteragregó:—TresniñosevacuadossealojaronencasadelosGreegenLongridgeFarmen1940.Unodeesos
niñosfallecióaconsecuenciadeabandonoymalos tratos.Elcasoarmómuchoalboroto,y losGreegfueroncondenadosapresidio.Greegescapócuandolellevabanalacárcel,robóunautomóvilysufrióun accidentedurante el intentodeburlar a la policía.Murió en el acto.La señoraGreeg cumplió sucondenayfuepuestaenlibertadharáunosdosmeses.
—Yahorahasidoasesinada—dijoGiles—.¿Quiénsuponenquelamató?PeroelsargentoTrotternoerapartidariodelasprisas.—¿Recuerdaelcaso,señor?—quisosaber.
Gilesnegóconlacabeza.—En1940yoeraguardiamarinayservíaenelMediterráneo.TrotterdirigiósumiradaaMolly.—Yo…yorecuerdohaberoídoalgo—dijoMollybastanteinquieta—.Pero¿porquésedirigeusted
anosotros?¿Quétenemosqueverconesto?—Puesporqueesposiblequecorranpeligro,señoraDavis.—¿Peligro?—Gilesestabaasombrado.—Ocurre lo siguiente, señor.Cerca del lugar del crimen se recogió un librito de notas en el que
habíaapuntadasdosdirecciones.Laprimera:calleCulver,74.—¿Allídondefueasesinadaesamujer?—dijoMolly.—Sí,señoraDavis.Laotradirecciónera:MonkswellManor.—¿Qué?—Mollyexteriorizósuasombro—.Peroesoesextraordinario.—Sí.PoresoelinspectorHogbenconsiderónecesarioaveriguarsiustedesconocíanlarelaciónque
pudieraexistirentreustedes,oestacasa,yelcasoLongridgeFarm.—Ninguna…,absolutamenteninguna—repusoGiles—.Debetratarsedeunacoincidencia.—ElinspectorHogbennoloconsideraasí—dijoelsargentoTrotterconamabilidad—;yhubiera
venidoélenpersonadehaberlesidoposible.Debidoalestadoatmosférico,yporseryounesquiadorexperto,mehaenviadoamíparaqueaverigüetodoloreferentealaspersonasquehabitanestacasa,yque debo transmitir por teléfono, y para que tome las medidas que considere necesarias para laseguridaddetodos.
Gilesexclamóconacritud:—¿Seguridad?Perohombre,¿esquecreequevanaasesinaraalguienaquí?—No quisiera asustar a su esposa —dijo Trotter—, pero eso es precisamente lo que teme el
inspectorHogben.—¿Yquérazonespuedentener…?GilesseinterrumpióyTrotterprecisó:—Esoesloquehevenidoaaveriguar.—Perotodoestoesunalocura.—Sí,señor.Yprecisamenteporqueesunalocura,resultapeligroso.—Hayalgomásquetodavíanonoshadicho,¿verdad,sargento?—preguntóMolly.—Sí, señora. En la parte superior de la hoja del librito de notas habían escrito: «Tres Ratones
Ciegos», y prendido en las ropas del cadáver de la mujer asesinada se encontró un papel con laspalabras:«Ésteeselprimero»,undibujodelostresratonesyunpentagramaconlatonadillainfantil«TresRatonesCiegos».
Mollycantóporlobajo:
TresRatonesCiegos,¡Vantraslamujerdelgranjero!Vedcómocorren.les…
Seinterrumpió.—¡Oh,eshorrible…horrible!Erantresniños,¿verdad?
—Sí, señora Davis. Un muchacho de quince años, una niña de catorce y el niño de doce, quemurió…
—¿Quéfuedelosotrosdos?—Creo que la niña fue adoptada, pero no hemos conseguido dar con su paradero. Elmuchacho
tendráahoraunosveintitrésaños.Hemosperdidosurastro.Sedicequesiemprefueunpoco…raro.AlosdieciochoañossealistóenelEjército,paradesertarmástarde.Desdeentoncesnosehasabidodeél.ElpsiquiatradelEjércitodiceque,desdeluego,noesnormal.
—¿YustedcreequehayasidoélquienasesinóalaseñoraLyon?—preguntóGiles—.¿Yqueesunmaniáticohomicidaquepuedeveniraquíporalgunarazóndesconocida?
—Supongo que debe haber alguna relación entre alguno de los que viven aquí y el caso deLongridgeFarm.Unavezhayamosestablecidoestarelación,podremosprevenirnos.Usteddeclaraquenotienenadaqueverconesecaso,¿verdad?Yustedlomismo,¿eh,señoraDavis?
—Yo…oh,sí…,sí…—¿Quierendecirmeexactamentequiéneshabitanenestacasa?Ledieronlosnombres.LaseñoraBoyle,elmayorMetcalf.CristóbalWren…YelseñorParavicini.
Elsargentolosfueanotandoensulibreta.—¿Criados?—Notenemoscriados—repusoMolly—.Yesomerecuerdaquedebosubirapelarpatatas.Ysaliódelahabitaciónatodaprisa,TrottermiróaGiles.—¿Quésabeusteddeesaspersonas?—Yo…nosotros…—Giles hizo una pausa antes de agregar con calma—: La verdad es que no
sabemosnadadeellos,sargento.LaseñoraBoyleescribiódesdesuhoteldeBournemouth.ElmayorMetcalf desde Leamington. Míster Wren desde un hotel particular de South Kessington. El señorParavicinisurgiódelanada…omejordicho,deentrelanieve…Suautomóvilhabíavolcadoacausadela ventisca, cerca de aquí. No obstante, supongo que tendrá tarjetas de identidad, cartilla deracionamientooalgunodeesospapeles.
—Yaloaveriguaremos,desdeluego.—Enciertomodoesunasuertequehaga tanmal tiempo—dijoGiles—.Asíelasesinonopodrá
llegarhastaaquí,¿noleparece?—Talveznoleseanecesariovenir,señorDavis.—¿Quéquieredecir?—repitió.ElsargentoTrottervacilóunosinstantesyluegodijo:—Tenemosqueconsiderarqueesposiblequeyaestéaquí.Gileslemirósorprendido.—¿Quéquieredecir?—repitió.—LaseñoraGreegfueasesinadahacedosdías.Y todossushuéspedeshanllegadoaquídespués,
¿verdad,señorDavis?—Sí,perohabíanreservadohabitación…algúntiempoantes…todos,exceptoParavicini.ElsargentoTrottersuspiró.Suvozdenotabacansancio.—Estoscrímenesfueronplaneadosdeantemano.—¿Crímenes?¡Perosisólosehacometidouno!¿Porquéestátansegurodequehayadehaberotro?—Lohabrá…No;esperoevitarlo.Peroseintentará,estoysegurodeello.
—Pero entonces…, si está en lo cierto—Giles hablómuy excitado—, sólo hayunapersonaquepuedeserelasesino.Laúnicaquetienelaedadprecisa:CristóbalWren.
2
ElsargentoTrotterentróenlacocina.—SeñoraDavis—dijo aMolly—,me agradaría que pudiera usted acompañarme a la biblioteca.
Quisierainterrogarlesatodos;elseñorDavishasidotanamabledeiraprevenirles…—Muy bien…, pero déjeme que termine de pelar las patatas… Algunas veces desearía que sir
WalterRaleighnolashubieradescubiertonunca…ElsargentoTrotterguardósilencioyMollyagregóparadisculparse.—Laverdadesquetodomeparecefantástico…—Noesfantástico,señoraDavis.Setratadehechos.—¿Tieneustedladescripcióndelhombre?—preguntóMollyconcuriosidad.—Deestaturamediana,másbiendelgado, llevabaunabrigooscuroysombrerogris;hablabacon
vozapenasperceptibleysecubríaelrostroconunabufanda.Yave…podríasercualquiera.—Hizounapausa y agregó—:Hay tres abrigos oscuros y tres sombreros grises colgados en el vestíbulo, señoraDavis.
—NocreoqueningunodemishuéspedesvinieradeLondresprecisamente.—¿No, señoraDavis?—Ycon unmovimiento rápido el sargentoTrotter dirigióse al aparador y
cogióunperiódico.—ElEveningStandarddel19defebrero.Dehacedosdías.Alguienlohatraídoaquí,señoraDavis.—¡Quéextraño!—sorprendióseMollyaltiempoqueunaligeralucecitabrillabaensumemoria—.
¿Cómopuedehaberllegadoeseperiódico?—Nodebejuzgarsiemprealaspersonasporsuapariencia,señoraDavis.Laverdadesqueustedno
sabenadadelagentequetieneensucasa.Esomedaaentenderqueustedesdossonnuevosenestenegocio.
—Sí,escierto—admitióMollysintiéndosedeprontomuyjoven,tontaeinexperta.—Ytalveztampocollevenmuchotiempodecasados.—Sólounaño—Sesonrojóligeramente—.¡Fuetodotanrápido…!—Amoraprimeravista—dijoelsargentoTrotterconsimpatía.Mollynofuecapazdeenfadarse.—Sí—dijo,añadiendoamododeconfidencia—:Hacíaquincedíasquenosconocíamos…Sus pensamientos volaron a aquellos catorce días de noviazgo vertiginoso. No habían existido
dudas…Enaquelmundopreocupado,deconfusiónynerviosismo,sehabíarealizadoelmilagrodesumutuoencuentro…Unaligerasonrisacurvósuslabios.
Volvióalarealidad,bajolamiradaindulgentedelsargentoTrotter.—Suesposohanacidoporestaregión,¿verdad?—No—repusoMolly,distraída—.EsdeLincolnshire.Sabíamuypocascosasde la infanciay juventuddeGiles.Suspadreshabíanmuertoyélevitaba
hablardesuniñez.Mollysuponíaquedebíasermuydesgraciadodeniño.
—Permítamequeledigaquesonustedesmuyjóvenesparadirigirunnegociocomoéste—dijoelsargento.
—¡Oh,nolosé!Yotengoveintidósañosyademás…SeinterrumpióalabrirselapuertayentrarGiles.—Todo está dispuesto. Ya les he puesto en antecedentes—anunció—. Espero que le parecerá a
ustedbien,¿verdad?—Esoahorratiempo—repusoTrotter—.¿Estápreparada,señoraDavis?
3
CuandoelsargentoTrotterentróenlabibliotecaoyósimultáneamentecuatrovoces.LamásagudaychillonaeraladeCristóbalWren,quedeclarabaquenoibaapoderdormiraquella
noche,quetodoeraemocionanteyporfavor,porfavor,pedíaqueledieranmásdetalles.Amododeacompañamiento,laseñoraBoyleafirmabaconvozgrave.—Estoesunaafrenta…¡Valienteproteccióntenemos…!LaPolicíanotienederechoadejarquelos
asesinosandensueltosporelpaís.ElseñorParaviciniaccionabaelocuentementeconambasmanosysuspalabrasquedabanahogadas
por la voz de la señoraBoyle.De vez en cuando podían oírse las frases tajantes delmayorMetcalfpidiendo«pruebas».
Trotteralzólamanoytodos,aunmismotiempo,enmudecieron.—¡Gracias!—lesdijo—.ElseñorDavisacabadehacerlesunresumendelmotivodemipresencia.
Ahoradeseosaberunacosa,unasolacosaypronto.¿QuiéndeustedestienealgoqueverconelcasodeLongridgeFarm?
ElsilenciocontinuóinalterableycuatrorostrosimpasiblesfijaronsusmiradasenelsargentoTrotter.Los rasgos de las emociones de momentos antes: indignación, histeria, curiosidad…, se habíandesvanecidodeaquellossemblantes.
ElsargentoTrottervolvióahacerusodelapalabra,estavezconmásapremio.—Porfavor,entiéndame.Tenemosrazonesparacreerqueunodeustedescorrepeligro…peligrode
muerte…¡Tengoqueaveriguarquiénes!Nadiehablónisemovió.AlgosemejantealairaalterabaahoralavozdeTrotter.—Muybien…Lesinterrogaréunoporuno.¿SeñorParavicini?UnasonrisaapenasperceptibleaparecióenloslabiosdemísterParavicini,quienalzólasmanosen
ungestodeprotesta.—¡Perosiyosoyunextrañoenestaregión,señorinspector!Nosénada,nadaenabsoluto,delos
sucesoslocalesaqueserefiereusted.Trotter,sinperdertiempo,prosiguió:—¿SeñoraBoyle?—Laverdad,noveoporqué…,quierodecir…,¿porqué tendríayoquever en tandesagradable
asunto?—¿SeñorWren?
—Poraquelentonceserayounniño—repusoCristóbalconvozestridente—.Nisiquierarecuerdohaberoídonuncahablardeello.
—¿Yusted,mayorMetcalf?—Loleíenlosperiódicos—repusoconbrusquedad—.EntoncesyoestabaenEdimburgo.—¿Esoestodoloquetienenquedecir?Denuevoreinóelsilencio.Trotterexhalóunsuspirodedesesperación.—Siunodeustedesesasesinado—lesdijo—,noculpenanadie,sinoaustedesmismos.Ydandomediavueltaabandonólabiblioteca.
CapítuloV
1
—Amigosmíos—exclamóCristóbal—. ¡Quémelodramático!—agregó—: Esmuy apuesto, ¿no lesparece?Yo admiro a los policías. Tan enérgicos y decididos. Este asunto esmuy emocionante.TresRatonesCiegos.¿Cómodicelacanción?
SilbólatonadillaporlobajoyMollyexclamóinvoluntariamente:—¡Oh,no!Élgirandoenredondo,seechóareír.—Pero,querida—ledijo—,eslatonadillademifirma.Nuncamehabíantomadoporunasesinoy
mevoyadivertirmucho.—¡Tonterías!—ledijolaseñoraBoyle—.Nocreounapalabradetodoesto.EnlosojosdeCristóbalbrillabaunalucecitatraviesa.—Peroaguarde,señoraBoyle—bajólavoz—,hastaqueyomedeslicepordetrásdeustedyapriete
mismanosalrededordesugarganta…MollyretrocedióinvoluntariamenteyGilesdijoenojado:—Estáustedenojandoamiesposa,Wren,ydetodasformasesunabromamuypesada.—Noescosadebroma—dijoMetcalf.—¡Oh,puesclaroquesí!—repusoCristóbal—.Estoesprecisamente…labromadeunloco.Por
esoresultatanfúnebre.Miróasualrededoryvolvióaecharseareír.—¡Sipudieranverlascarasqueponen!Y,dandomediavuelta,abandonólahabitación.
2
LaseñoraBoylefuelaprimeraenrecobrarse.—Esunjovenneuróticoymuymaleducado—dijo.—Mecontóqueestuvoenterradocuarentayochohorasduranteunataqueaéreo—explicóelmayor
Metcalf—.Meatrevoaasegurarqueesoexplicamuchascosas.—Lagentesiempreencuentraexcusasparadejarsellevardelosnervios—dijolaseñoraBoylecon
acritud—.Estoy seguraquedurante laguerrayopasé tanto comocualquier otroymis nervios estánperfectamente.
—Talvezestotengaqueverconusted,señoraBoyle—exclamóMetcalf.—¿Cómodice?ElmayorMetcalfseexpresótranquilamente:—Creoqueen1940estabaustedenlaOficinadeAlojamientodeestedistrito,señoraBoyle—Miró
aMolly,queinclinólacabezaenseñaldeasentimiento—.Esasí,¿noesverdad?
ElrostrodelaseñoraBoylesepusorojodeira.—¿Yqué?—desafióconlavozylamirada.—UstedfuelaqueenvióalostresniñosaLongridgeFarm.—Laverdad,mayorMetcalf,noveoporquéhedeser responsablede loocurrido.Losgranjeros
parecíanbuenagenteysemostrabandeseososdealojaralosniños.Nocreoquepuedanculparmeenestesentido…oqueyosearesponsable.
Suacentosequebró.Gilesintervino,preocupado.—¿PorquénoselodijoalsargentoTrotter?—Estonoleimportaalapolicía—replicólaseñoraBoyle—.Puedocuidardemímisma.—Serámejorquevigilecontodocuidado—dijoelmayorMetcalfsinalterarse,yéltambiénsalió
apresuradamentedelaestancia.—Claro—murmuróMolly—,ustedestabaenlaoficinadehospedaje…Recuerdo…—Molly,¿túlosabías?—Gileslamirabafijamente.—Ustedvivíaenlagrancasaqueluegoincautaron,¿noesverdad?—Larequisaron—precisólaseñoraBoyle—;ylaarruinaronporcompleto—agregóconamargura
—.Estádevastada.Fueunainiquidad.Y entonces el señor Paravicini comenzó a reír. Echó la cabeza hacia atrás, riendo sin el menor
disimulo.—Perdónenme —consiguió decir—; pero es que todo esto resulta muy divertido. Me estoy
divirtiendo…sí,meestoydivirtiendoengrande.EnaquelmomentoentrabaenlahabitaciónelsargentoTrotterydirigióunamiradadecensuraal
señorParavicini.—Celebroquetodosseencuentrentandivertidos—dijo,molesto.—Le ruegoquedisculpe,querido inspector,y lepidoperdón.Estoyestropeandoel efectode sus
gravesadvertencias.ElsargentoTrotterseencogiódehombros.—Hice cuanto pude por aclarar la situación—dijo—.No soy inspector, sino sólo sargento. Por
favor,señoraDavis,quisierahablarporteléfono.—Perdóneme—repitióParavicini—.Yamevoy.Yabandonólabibliotecaconsuandarfirmeyairoso,queyallamaralaatencióndeMolly.—Esuntipoextraño—dijoGiles.—Podríaseruncriminal—repusoTrotter—.Nomefiaríaniunpelodeél.—¡Oh!—exclamóMolly—.¿Ustedcreequeél…?Perosiesdemasiadoviejo…¿Onoloes?Se
maquilla… bastante, y su andar es seguro. Tal vez pretenda parecer viejo. Sargento Trotter, ¿ustedcree…?
ElsargentoTrotterdirigióleunaseveramirada.—No iremos a ningunaparte con teorías inútiles, señoraDavis—se acercó al teléfono—.Ahora
deboinformaralinspectorHogben.—Nopodrácomunicar—leadvirtióMolly—.Nofunciona.—¿Qué?—Trottergiróenredondo.Ylaalarmadesuacentolesimpresionó.—¿Nofunciona?¿Desdecuándo?
—ElmayorMetcalfintentóhablarantesdequeustedllegara.—Peroantesfuncionabaperfectamente.¿NorecibióelmensajedelinspectorHogben?—Sí.Supongo…quedesdelasdiez…lalíneasehabrácortado…porlanieve.ElrostrodeTrotterseensombreció.—Mepregunto—dijo—sipuedenhaberlacortado.Mollysobresaltóse.—¿Ustedlocreeasí?—Voyaasegurarme.Yabandonóatodaprisalaestancia.Gilesvacilóunosinstantesyalfinsaliótrasél.Mollyexclamó:—¡Cielosanto!Casieslahoradecomer.Debodarmeprisa…onotendremosnadaquellevarnosa
laboca.YcuandosalíadelabibliotecalaseñoraBoylemurmuró:—¡Qué chiquillamás incompetente! Y qué casa ésta.No pagaré siete guineas por esta clase de
cosas.
3
ElsargentoTrotter,inclinado,repasabaloscablestelefónicosypreguntóaGiles:—¿Hayalgúnaparatosupletorio?—Sí,arriba,ennuestrodormitorio.¿Quierequevayaamirarallí?—Sí,hagaelfavor.Trotter abrió la ventana e inclinóse hacia el exterior, barriendo la nieve del alféizar.Giles corrió
escaleraarriba.
4
ElseñorParavicinisehallabaenelsalón.Dirigiósealpianodecolayloabrió.Unavezhubotomadoasientoeneltaburete,comenzóatocarsuavementeconundedo.
TresRatonesCiegosVedcómocorren…
5
CristóbalWrenestabaensuhabitación,yyendodeunladoaotrosilbabasuavemente…Deprontosusilbidocesó.Sentóseenelbordedelacamayescondiendoelrostroentrelasmanos
comenzóasollozar…murmurandoinfantilmente:—Nopuedocontinuar…Luegosuexpresióncambió,yponiéndoseenpieenderezóloshombros.—Tengoquecontinuar—dijo—.Tengoqueacabarconello.
6
Gilespermanecíajuntoalteléfonodesudormitorio,queeraalavezeldeMolly.Inclinósepararecogeralgosemiocultoentrelasfaldasdeltocador:eraunguantedesuesposa,yal levantarlodesuinteriorcayó un billete de autobús, color rosa… Giles contempló su trayectoria hasta el suelo, mientrascambiabalaexpresióndesurostro.
Podíanhaberletomadoporotrohombrecuandosedirigióalapuertacomounsonámbulo,yunavezlahuboabiertopermanecióunosinstantescontemplandoelpasilloendirecciónalrellanodelaescalera.
7
Molly terminódepelar laspatatasy lasechóenunaollaquecolocósobreel fogón.Miródentrodelhorno.Todoestabadispuesto,segúnsuplan.
Encimadelamesadelacocinayacíaelejemplardedosdíasatrás,elEveningStandard.Fruncióelceñoalverlo.Siconsiguierarecordar…
Deprontosellevólasmanosalosojos.—¡Oh,no!—exclamó—.¡Oh,no…!Bajó lentamente susmanos contemplando la cocina como si fuera un lugar extraño… tan cálida,
cómodayespaciosa,conelsabrosoaromadelosguisos.—¡Oh,no!—repitiócasisinaliento.Ytambiénconelandarlentodeunasonámbuladirigiósealapuertaquedabaalvestíbulo.Laabrió.
Lacasaestabaensilencio…sóloseoíaunligerosilbido…Aquellacanción…Molly se estremecióvolviendoa la cocinapara echarotrovistazo.Sí, todoestaba enordeny en
marcha.Unavezmásfuehacialapuerta…
8
ElmayorMetcalfbajólentamentelaescalera.Aguardóunoinstantesenelvestíbulo,luegoabrióelgranarmariosituadodebajodelaescaleraysemetiódentro.
Todoestabatranquilo.Noseveíaanadie.Eraunabuenaocasiónparallevaracaboloquesehabía
propuestohacer…
9
EnlabibliotecalaseñoraBoyleconectólaradio.Estabatodavíaenfadada.Laprimeraemisoraquesintonizóestabalanzandoaléterunacharlasobreelsignificadoyorigende
lasmelodíasinfantiles.Loúltimoqueesperabaoír.Giróelcuadranteconimpacienciayunapastosavozleinformó:
—La psicología del miedo debe ser comprendida. Supongamos que usted se halla solo en unahabitaciónyseabreunapuertaensilencioasuespalda…
Ylapuertaseabrió.LaseñoraBoyleexperimentóunviolentosobresalto.—¡Oh,esusted!—dijo,aliviada—.¡Quéprogramasmásestúpidos!¡Noconsigoenmodoalguno
encontrarnadadignodeoírse!—Yonomepreocuparíaporeso,señoraBoyle.—¿Yquéotracosapuedohacersinoesescuchar laradio?—preguntó—.Encerradaenestacasa
conunposibleasesino…Aunquenoesquemecreaesamelodramáticahistorianiporunmomento…—¿No,señoraBoyle?—Pues…¿quéquieredecir…?El cinturón de un impermeable se arrolló tan rápidamente en torno a su cuello que apenas pudo
comprenderloqueleocurría.El tonode la radio fueelevadohastaelmáximo.Elconferenciantesobre lapsicologíadelmiedo
siguiólanzandosusopinionesporlashabitaciones,ahogandolossonidosentrecortadosproducidosporlaseñoraBoyleensuagonía.
Quenohizomuchoruido.Elasesinoeramuyexperto.
CapítuloVI
1
Estaban todos reunidos en la cocina.Sobre el fogóndegas la olla depatatas hervía alegremente.Elsabrosoaromadelasadoquesalíadelhornoeramásfuertequenunca.
Cuatroseresasustadossemiraronunosaotros:elquinto,Molly,pálidaytemblorosa,sorbíaunvasodewhisky,queelsexto,elsargentoTrotter,lehabíaobligadoabeber.
ElpropiosargentoTrotter,consu rostrograveycontrariado,contemplabaa los reunidos.Habíantranscurrido sólo quince minutos desde que los terribles gritos de Molly les atrajeran a todos a labiblioteca.
—Acababadeserasesinadacuandoustedllegójuntoaella,señoraDavis—ledijo—.¿Estáseguradenohabervistouoídonadacuandocruzóelvestíbulo?
—Oísilbar—dijoMollyconvozdébil—,peroesofueantes.Creo…noestoysegura…creohaberoídocerrarunapuerta…precisamentecuandoyo…cuandoyo…entrabaenlabiblioteca.
—¿Quépuerta?—Nolosé.—Piense,señoraDavis…tratederecordar…,¿arriba,abajo,aladerechaoalaizquierda…?—Nolosé,yaselohedicho—exclamóMolly—.Nisiquieraestoyseguradehaberoídoalgo.—¿Esquenopuededejardeacosarla?—dijoGiles,furioso—.¿Novequeestánerviosa?—Estoyinvestigandouncrimen,señorDavis…Leruegomeperdone,comandanteDavis.—Noutilizomitítulodeguerraenningunaocasión,sargento.—Perfectamente, señor—Trotter hizo una pausa, como si hubiera tocado un punto delicado—.
Comoibadiciendo,estoyinvestigandouncrimen.Hastaahoranadiehatomadoesteasuntoenserio.LaseñoraBoyletampoco.Noquisodarmeciertainformación.Todosustedeshanhecholomismo.Bien,laseñoraBoylehamuertoy,amenosque lleguemosal fondode todoesto…ypronto,puedequehayaotramuerte.
—¿Otra?¡Tonterías!¿Porqué?—Porque…—repusoelsargentoTrotterconvozgrave—erantresratoncitosciegos…—¿Una muerte por cada uno? —preguntó Giles, extrañado—. Pero tendría que existir alguna
relación…quierodecir,otrarelaciónconaquelcaso.—Sí,tienequehaberla.—Pero¿porquéhadehaberotrocrimenaquí?—Porquesólohabíadosdireccionesenellibritodenotas.Habíasólounaposiblevíctimaenlacalle
Culver,74.Yahamuerto.PeroenMonkswellManorhayuncampomásamplio.—Tonterías,Trotter.Seríaunacoincidenciacasiimprobablequesehubieranreunidoaquíporazar
dospersonasrelacionadasconelcasodeLongridgeFarm.—Dadasciertascircunstancias,noseríamuchacasualidad.Piénselo,señorDavis.Sevolvióhacialosotros.—Ya tengo sus declaraciones de dónde estaba cada uno de ustedes cuando la señora Boyle fue
asesinada.Voyarepasarlas.¿Usted,señorWren,estabaensuhabitacióncuandooyógritaralaseñora
Davis?—Sí,sargento.—SeñorDavid,¿ustedseencontrabaensudormitorioexaminandoel teléfonosupletorioquehay
allí?—Sí—repusoGiles.—ElseñorParavicinisehallabaenelsalóntocandoelpiano.Apropósito,¿noleoyónadie,señor
Paravicini?—Tocabamuypiano,muypiano,sargento,ysóloconundedo.—¿Quéesloquetocaba?—TresRatonesCiegos, sargento—Sonrió—.Lomismoque el señorWren silbaba en el pisode
arriba.Latonadillaquetodosllevamosmetidaenlacabeza.—Esunacanciónhorrible—dijoMolly.—¿Y qué me dice del cable telefónico? —quiso saber Metcalf—. ¿Lo habían cortado
intencionadamente?—Sí,mayorMetcalf.Precisamentejuntoalaventanadelcomedor…acababadelocalizarlaavería
cuandogritólaseñoraDavis.—¡Peroesoesunalocura!¿Cómoesperaelcriminalpodersalirconbiendetodoesto?—preguntó
Cristóbalconvozestridente.Elsargentolecontemplófijamenteunosinstantes.—Tal vez eso no le preocupe mucho —dijo—. O es posible que se crea demasiado listo para
nosotros. Los asesinos son así. Nosotros tenemos un curso de psicología en nuestro aprendizaje. Lamentalidaddeunesquizofrénicoesmuyinteresante.
—¿Nopodríamossuprimirlaspalabrasinnecesarias?—preguntóGiles.—Desdeluego,señorDavis.Sólohaydosdeellasquenosinteresandemomento.Unaesasesinato
ylaotrapeligro.Noshemosdeconcentrarsobreesaspalabras.Ahora,mayorMetcalf,permítamequeaclaresusmovimientos.Dicequeestabaustedenelsótano…,¿porqué?
—Echandounvistazo—repusoelmayor—.Miréenelinteriordeesearmarioquehaydebajodelaescalerayentoncesviunapuerta,laabrí,habíauntramodeescalonesylosbajé.Tieneustedunsótanomuybonito—dijodirigiéndoseaGiles—.Parecelabienconservadacriptadeunviejomonasterio.
—No se trata de buscar antigüedades,mayorMetcalf. Estamos investigando un crimen. ¿Quiereescucharunmomento,señoraDavis?Dejaréabiertalapuertadelacocina—Ysalió.Oyósecerrarunapuertaconcuidado—.¿Esesoloqueoyóusted,señoraDavis?—preguntóalreaparecer.
—Yo…creoquefuealgoasí.—Eralapuertadelarmariodedebajodelaescalera.Podríaserqueelasesino,trasmataralaseñora
Boyle,seretiraraporelrecibidor,yaloírlasalirdelacocinaserefugiaraenestearmarioycerraralapuerta.
—Enesecasoestaránsushuellasenelinteriordelarmario—exclamóCristóbal.—Ytambiénlasmías—dijoelmayorMetcalf.—Cierto—repusoelsargentoTrotter—.Peronoshadadounaexplicaciónsatisfactoria,¿verdad?
—agregóentonomásbajo.—Escuche,sargento—intervinoGiles—,admitoqueustedeselencargadodeaclararesteasunto,
peroéstaesmicasa,yenciertomodomesientoresponsabledelaspersonasquesehospedanaquí.¿Nopodríamostomarciertasmedidasdeprecaución?
—¿Talescomo…?Diga,digausted,señorDavis.—Bien,paraserfranco,habríaquearrestaralapersonaqueaparececomoprincipalsospechoso.YGilesmirófijamenteaWren.
2
Wrenadelantóse,exclamandoconvozaguda:—¡Noesverdad!¡Noesverdad!Todosestáncontramí…Todoelmundoestásiemprecontramí.
Ahoraustedesquierenecharmelaculpa.Esunapersecución…unapersecución…—Cálmese,muchacho—ledijoelmayorMetcalf.—Tranquilícese,Cris—Mollyacercóseaél—.Nadieestáencontrasuya.Dígalequenohaynada
deeso,sargento.—Nosotrosnoechamoslaculpaanadie—repusoelsargentoTrotter.—Dígalequenovaaarrestarle.—Novoyaarrestaranadie.Parahacerlonecesitopruebas.Ynolashay…porahora.—Creoquetehasvueltoloca,Molly—exclamóGiles—,yustedtambién,sargento.Hayunasola
personaquereúnalascaracterísticasdelasesinoy…—Aguarda,Giles,espera—interrumpiósuesposa—.¡Oh,cálmate!SargentoTrotter…,¿puedo…
puedohablarunmomentoconusted?—Yomequedo—dijoGiles.—No,vete,porfavor.ElrostrodeGilesestabasombríoypresagiabatormentacuandohabló.—Noséloquetehapasado,Molly.Ysiguióalosotrosfueradelahabitación.—Digausted,señoraDavis,¿quéesello?—SargentoTrotter, cuandousted nos habló del caso deLongridgeFarm, nos dio a entender que
debíaserelhermanomayorel…responsabledetodoesto.Peronolosabeconcerteza,¿verdad?—Así es, señora Davis. Pero la mayoría de posibilidades, se inclinaban hacia ese lado…,
desequilibriomental,desercióndelEjército…ésefueelinformedelpsiquiatra.—Oh,ya,yporconsiguientetodoparecíaindicaraCristóbal.Yonocreoquehayasidoél.Debede
haberotras…posibilidades.¿Esqueaquellosniñosnoteníanfamilia…padres,porejemplo?—Sí.Lamadrehabíamuerto,peroelpadreestabasirviendoenelextranjero.—Bueno.¿Yquéhaydeél?¿Dóndeseencuentraahora?—Notenemosinformes.Obtuvolosdocumentosdedesmovilizaciónelañopasado.—Ysielhijoeraundesequilibradomental,elpadretambiénpudoserlo.—Esposible.—Demodoqueelasesinopudieraserdemedianaedad,omásbienviejo.Recuerdequeelmayor
Metcalf se asustó mucho cuando le dije que había telefoneado la policía. Y realmente estabaatemorizado.
—Créame, por favor, señora Davis —dijo el sargento Trotter con calma—. No he dejado deconsiderar todas las posibilidades desde el principio.El joven Jim…el padre, e incluso la hermana.
Podríahabersidounamujer,¿sabe?Nohepasadonadaporalto.Puedoestarseguroenmiinterior…,perono lo sé…todavía.Esmuydifícil conocer todo lo referente a los demás…sobre todo en estostiempos.LesorprenderíaloqueseveenelDepartamentodePolicía.Principalmenteenmatrimonios.Bodasrápidas…casamientosdeguerra…Sinexplicarelpasado…Sinhablardefamilia,niamistades.Lagenteaceptalapalabradeundesconocidocomoartículodefe.Siunindividuodicequeespilotodeaviación,omayordelejército…lachicalecreeapiesjuntillas…yalgunasvecestardaunoodosañosendescubrirqueesunempleadodeunBancoquesehafugadoyquetieneesposaehijos…oqueesundesertordelejército…opeor.
Hizounapausaycontinuó:—Séperfectamenteloqueestápensando,señoraDavis.Sóloquierodecirleunacosa.Elasesinose
estádivirtiendo.Esoesdeloúnicoqueestoyseguro.Ysedirigióhacialapuerta.
3
Mollyquedóseinmóvilmientrassentíaardersusmejillas.Alcabodeunosinstantesavanzólentamentehaciaelfogónysearrodillóparairaabrirlapuertadelhorno.Elaromasabrosoyfamiliaralegrósuánimo. Era como si de pronto volviera a encontrarse en el mundo amable de la rutina cotidiana.Guisar…cuidardelacasa…lavidaordinariayprosaica…
Desdetiempoinmemoriallasmujereshanpreparadolosalimentosparaloshombres.Elmundodepeligros…y locuras sedesvaneció.Lamujer, en su cocina, se encuentra a salvo…completamente asalvo.
Abrióselapuerta.Mollyvolviólacabeza,viendoentraraCristóbalWrencasisinaliento.—¡Cielos!—exclamóCristóbal—.¡Quédesorden!¡Alguienharobadolosesquíesdelsargento!—¿Losesquíesdelsargento?Pero¿quiénhapodidoser?—La verdad es que no puedo imaginarlo… quiero decir, que si el sargento decidíamarcharse y
dejarnos,supongoqueelasesinodebierasentirsesatisfecho.Enfin,quenotienesentido,¿noleparece?—Gileslospusoenelarmariodedebajodelaescalera.—Bueno,puesyanoestánallí.Esalgoextraño,¿verdad?Rióalegremente.—El sargento está furioso…Y culpa al pobre mayorMetcalf…, que sostiene que no se fijó si
estabanonocuandomiródentrodelarmariojustamenteantesdequemataranalaseñoraBoyle.Trotterdicequedebióhaberlonotadoforzosamente—Cristóbalbajólavoz—.Siquieresabermiopinión,creoqueesteasuntoestáempezandoadesmoralizaraTrotter.
—Nosestádesmoralizandoatodosnosotros—replicóMolly.—Amíno.Loencuentroestimulante.¡Estandeliciosamenteirreal!…—Nodiríaeso…sihubierasidoustedquienlahubieseencontrado.MerefieroalaseñoraBoyle.
Sigorecordándola…Noconsigoolvidarlo…Surostro…hinchadoycárdeno…Seestremeció.Cristóbalacercóseaellaylepusounamanosobreelhombro.—Losé.Soyunestúpido.Losiento.Noquiseentristecerla.UnsollozoahogóseenlagargantadeMolly.
—Haceunosmomentostodoparecíacomoantes…estacocina…,elprepararlacomida…—Hablódeunmodoconfusoeincoherente—.Y,depronto,todo…volviódenuevo…comounapesadilla.
Había una curiosa expresión en el rostro de CristóbalWren mientras contemplaba con marcadaatenciónalajoven.
—Yacomprendo—ledijo—.Bueno,serámejorquemevaya…ynolaentretenga.CuandoCristóbalteníayalamanoenelpomodelapuerta,lajovenexclamó:—¡Nosemarche!Élsevolvió,mirándolainterrogadoramente,yregresóasuladodespacio.—¿Lohadichodeveras?—¿Elqué?—Quenoquierequememarche.—Sí,yaselohedicho.Noquieroestarsola.Tengomiedodequedarmesola.Cristóbalsentósejuntoalamesa.Mollyabrióelhornoycambiódeestanteelpasteldecarne.—Esoesmuyinteresante—dijoCristóbalenvozbaja.—¿Elqué?—Elquenotemaquedarseasolas…conmigo.Notienemiedo,¿verdad?Mollymoviólacabeza.—No,notengomiedo.—¿Porquénotienemiedo,Molly?—Nolosé…yono…—Y,noobstante,soylaúnicapersonaquereúnelascaracterísticasdelasesino.—No—repusoMolly—.Existenotras…posibilidades.Heestadohablandodeellounosmomentos
conelsargentoTrotter.—¿Yestádeacuerdocontigo?—Porlomenosnoestáendesacuerdo—dijolajovendespacio.Ciertaspalabrasvolvíanamartillearsucerebro.Especialmentelaúltimafrase:«Séperfectamentelo
que está pensando, señora Davis». Pero ¿lo sabía? Es posible que lo supiera. También dijo que elasesinoestabadisfrutando…¿Eracierto?
YpreguntóaCristóbal:—Túnoteestásdivirtiendoprecisamente,¿verdad?Apesardeloqueacabasdedecirme.—¡Cielos, no! —repuso Cristóbal mirándola, sorprendido—. ¡Qué cosas tan chocantes se te
ocurren!—Oh,noescosamía,sinodelsargentoTrotter.¡Leodio!Mehametidocosasenlacabeza…cosas
quenosonverdad…quenopuedenserverdad.Secubrióelrostroconlasmanos,peroCristóbalselasapartósuavemente.—Escucha,Molly,¿quéestodoesto?Elladejóquelasentaraenunasillajuntoalamesadelacocina.LosmodalesdeCristóbalyano
erannimorbososniinfantiles.—¿Quétepasa,Molly?—ledijo.Lajovenlemirólargamente.—¿Cuántotiempohacequeteconozco,Cristóbal?¿Dosdías?—Pocomásomenos.Estáspensandoqueparahacertanpocotiemponosconocemosbastantebien.—Sí…esextraño,¿verdad?
—Oh, no lo sé…Existe una corriente de simpatía entre nosotros. Posiblemente porque ambos…hemosluchadocontraella.
Noerapregunta,sinoafirmación,yMollylapasóporalto.Preguntóenvozmuybaja:—TunombreverdaderonoesCristóbalWren,¿verdad?—No.—¿Porqué…?—¿Porquéheescogidoése?Oh,meparecióbastanteingenioso.Enelcolegiosolíanburlarsedemí
llamándomeCristóbalRobin.Robin…Wren…mefiguroquefueporasociacióndeideas.—¿Cuáles,pues,tuverdaderonombre?Cristóbalrepusoconvoztranquila:—Nocreoqueteinterese…Nosignificaríanadaparati…Nosoyarquitecto.Enlaactualidadsoy
undesertordelejército.PorunmomentoenlosojosdeMollybrillóunrelámpagodealarma.Cristóballocomprendióasí.—Sí—continuó—. Igual que nuestro asesino desconocido. Ya te dije que yo era el único que
coincidíaconsudescripción.—Noseastonto—replicóMolly—.Nohecreídonuncaquefueseselasesino.Continúa…háblame
deti…¿Quéimpulsosfueronlosquetehicierondesertar?¿Losnervios?—¿Terefieresaquesentímiedo?No.Porextrañoqueparezca,noestabaasustado…esdecir,no
másasustadoque losotros.Gozaba famade tenermucho templeanteel enemigo.No; fuealgobiendiferente.Fuepor…pormimadre.
—¿Tumadre?—Sí…verás;murióduranteunataqueaéreo.Quedósepultada.Teníanquedesenterrarla.Nosélo
que se apoderódemí cuandomeenteré…supongoque estabaunpoco loco.Pensé…quemehabíaocurrido a mí… Sentí que debía regresar a casa en seguida… y sacarla yo mismo… No puedoexplicarlo…fue todo tanconfuso…—Ocultóel rostroentre lasmanosy siguióconvozahogada—:Anduvedeunladoaotrodurantemuchotiempo,buscándolaaella…oamímismo…nosé.Yluego,cuandomimenteseaclaró,tuvemiedoderegresar…sabíaquenuncaconseguiríaexplicarlo…ydesdeentonces…nosoyabsolutamentenadie.
Quedómirándolaconelrostrocontraídoporladesesperación.—Nodebespensarasí—ledijoMolly—.Puedesvolveraempezar.—¿Esqueacasoesposible?—Puesclaro…eresmuyjoven.—Sí,peroyaves…hellegadoalfin.—No—insistiólajoven—.Nohasllegadoalfin,sólolopiensas.Yocreoquetodoelmundosiente
esasensaciónunavezenlavidaporlomenos…quehallegadosufinyquenopuedencontinuar.—Túlahastenido,¿verdad,Molly?Debeserasí,puesdeotromodoesdesuponerquenohablarías
comolohaces.—Sí.—¿Quétepasóati?—Puesloqueamuchagente.Estabaprometidaaunpilotodeaviación…ylomataron.—¿Nohubonadamásqueeso?—Supongoquehayalgomás.Sufríunrudogolpecuandoeraniña…ymepredispusoapensarque
todoenlavidaera…horrible.CuandomurióJackseconfirmómicreencia,profundamentearraigada,dequetodoeracruelytraicionero…
—Comprendo…Yluego,supongo—dijoCristóbalsindejardemirarcongranfijezayobservarla—queaparecióGiles.
—Sí—Cristóbalvio lasonrisa tierna,casi tímida,quetemblabaensus labios—.LlegóGiles…yvolvíasentirmefelizysegura.¡Giles!
Lasonrisadesapareciódesuslabios.Seestremeciócomosituvierafrío.—¿Quéteocurre,Molly?¿Quéesloquetemes?Porqueestásasustada,¿noesasí?Lajovenasintióconlacabeza.—¿YesalgoreferenteaGiles?¿Algoquehadichoohecho?—NoesGiles,enrealidad,sinoesehombrehorrible.—¿Quéhombrehorrible?—Cristóbalestabasorprendido—.¿Paravicini?—No,no;elsargentoTrotter.—¿ElsargentoTrotter?—Sugiriendo cosas… cosas ocultas… provocándome terribles ludas acerca de Giles…
pensamientosquenuncacruzaronpormimente.¡Oh,leodio…leodio!Cristóbalalzólascejassorprendido.—¿Giles?¡Giles!Sí,claro,élyyosomosdelamismaedad.Amímeparecemuchomayor,perome
figuroquenodebeserlo.Sí,Giles tambiéncoincideconlascaracterísticasdelasesino.Peroescucha,Molly, todo esto es una tontería. Giles estaba aquí contigo el día que esa mujer fue asesinada enLondres.
Mollynocontestó.Cristóballamirabaextrañado.—¿Noestabaaquí?Mollyhablócasisinaliento.Suspalabrasfueronunsusurroincoherente.—Estuvofueratodoeldía…conelcoche…fuealotroextremodelacomarcaparacompraruna
alambradaquevendíanallí…porlomenosesofueloquedijo…yesloquepensaba…hasta…hasta…—¿Hastaqué?LentamenteMolly alargó la mano para señalar la fecha del ejemplar delEvening Standard que
cubríapartedeltablerodelamesadelacocina.Cristóbalmiróydijo:—EslaedicióndeLondresdehacedosdías.—EstabaenelbolsillodelgabándeGilescuandoregresó.Debió…debióhaberestadoenLondres.Cristóbalseextrañó.MiródenuevoelperiódicoyluegoaMolly,yfrunciendoloslabioscomenzóa
silbar aunque se interrumpió de pronto. No quería silbar aquella tonadilla precisamente en aquellosmomentos,yescogiendosuspalabrasconsumocuidadoyevitandomiraraMollyalosojos,dijo:
—¿Quéesloquesabesde…Giles?—¡No!—exclamó la joven—. ¡No!Eso es lo que eseTrotter dijo…o insinuó.Que lasmujeres
solemosignorarlotododelhombreconquiennoscasamos…especialmenteentiempodeguerra.Queaceptamossiempre…todoloquenoscuentan…
—Supongoqueesoescierto.—¡No digas eso tú también! No puedo soportarlo. Es porque estamos todos trastornados.
Creemos…creemosquecualquiersuposiciónfantástica…¡Noescierto!Yo…Sedetuvosinterminarlafrase.Lapuertadelacocinaacababadeabrirse.
EntróGilesconexpresiónsombría.—¿Lesheinterrumpido?—preguntó.Cristóbalseapartódelamesa.—Estoytomandounascuantasleccionesdecocina—dijo.—¿Deveras?Escuche,Wren; los téte-a-téte no son prudentes en losmomentos presentes.No se
acerquemásalacocina,¿mehaoído?—¡Oh!,peroseguramente…—Noseacerqueamiesposa,Wren.Ellanovaaserlapróximavíctima.—Eso—atajóCristóbal—esprecisamenteloquemepreocupa.Sihubointenciónensuspalabras,Gilespareciónodarsecuenta.—Soyyoquiendebovigilaraquí.Sécuidardemipropiaesposa.¡Fuera!Mollydijoconvozclara:—Porfavor,vete,Cristóbal.Sí…,márchate.Elmuchachodirigiósehacialapuertasinprisa.—Nomeirémuylejos—SuspalabrasibandirigidasaMollyyteníanunsignificadodefinitivo.—¿Quieremarcharsedeunavez?Cristóbalsoltóunarisitainfantil.—Yamevoy,comandante.LapuertacerrósetrasélyGilessevolvióparaenfrentarseconsumujer.—¡PoramordeDios,Molly!¿Esquetehasvueltoloca?¡Estaraquíencerradaytantranquilacon
unpeligrosomaniáticohomicida!—Noes…—Cambiólafrasecomenzada—.Noespeligroso.Detodasmanerasestoyprevenida…
ypuedocuidardemímisma.Gilesriódemalagana.—TambiénpodíalaseñoraBoyle.—¡Oh,Giles!¡No!—Losiento,querida,peroyaestoyharto.¡Esecondenadomuchacho!Nocomprendoquéesloque
vesenél.Mollyrepusodespacio:—Medalástima.—¿Tecompadecesdeunlunáticohomicida?Mollyledirigióunamiradaindescifrable.—Puedosentircompasióndeunlunáticohomicida—repuso.—YtambiénllamarleCristóbal.¿Desdecuándoostuteáis?—¡Oh,Giles!Noseasridículo.Hoyendíatodoelmundosetutea.Túlosabes.—¿Alosdosdíasdeconocerse?Perotalvezhayamásqueeso.PuedequeconocierasaCristóbal
Wren,elextrañoarquitecto,muchoantesdequevinieraaquí.Esposiblequefuerastúquienlesugirieralaideadevenir.¿Oesqueloplaneasteislosdos?
—Giles,¿tehasvueltoloco?¿Quéesloqueinsinúas?—PuesqueCristóbalWreneraunantiguoamigotuyoyqueestáisenbastantebuenasrelaciones…
cosaquehasprocuradoocultarme.—Giles,¡debesestarloco!—Supongoqueinsistirásendecirquenolehabíasvistonuncahastaelmomentoenquepusolos
piesenestacasa.Peroesbastanteextrañoqueseleocurrieraveniraunlugartanapartadocomoéste,¿noteparece?
—NoloesmásqueseleocurrieraigualtambiénalmayorMetcalf…yalaseñoraBoyle.—Sí… yo creo que sí… He leído que esos maniáticos que hablan solos sienten una atracción
especialhacialasmujeres.Yparececierto.¿Cómoleconociste?¿Cuántohacequeduraesto?—¡Eresabsurdo,Giles!NohabíavistonuncaaCristóbalWrenhastaquevinoaquí.—¿No fuiste aLondreshaceunpardedíasparaponerosde acuerdoy encontraros aquí comosi
fueseisdosdesconocidos?—Giles,sabesperfectamentequenoheestadoenLondresdesdehacealgunassemanas.—¿No?Estoesmuyinteresante—Sacóelguantedesubolsilloyselotendió—.Ésteesunodelos
guantesquellevabasanteayer,¿noescierto?EldíaqueyofuiaSailhamacomprarlaalambrada.—EldíaquetúfuisteaSailhamacomprarlaalambrada—repitióMollyconfirmeza—.Sí,llevaba
esosguantescuandosalí.—Dijiste que habías ido al pueblo. Si sólo fuiste hasta allí, ¿qué es lo que hace esto dentro del
guante?Yconunademánacusadorleenseñóelbilleterosadodelómnibus.Seprodujounsilenciosoangustioso.—FuisteaLondres—insinuóGiles.—Estábien—repusoMollyalzandolabarbilla—.FuiaLondres.—Paraencontrarteconesetipo.—No,nofuiaeso.—Entonces,¿aquéfuiste?—Demomentonovoyadecírtelo,Giles.—Esoquieredecirquevasatomartetiempoparainventarunabuenahistoria.—Creoque…¡teaborrezco!—Yonoteodio…—repusoGilesdespacio—.Perocasiquisieraodiarte…Medoycuentadeque…,
nosénadadeti…quenoteconozco…—Yosientolomismo—replicóMolly—.Eres…eressólounextraño.Unhombrequemiente…—¿Cuándotehementido?Mollyechóseareír.—¿Creesquemetraguélahistoriadequeibasacompraresaalambrada?…Tútambiénestuvisteen
Londresaqueldía.—Supongoquedebisteverme.Ynotuvistelasuficienteconfianzaenmí…—¿Confianzaenti?Nuncavolveréafiarmedenadie…Ningunode los dos había notadoque se abría la puerta con sigilo.El señorParavicini carraspeó
desdeelumbral.—Esviolentoparamí—murmuró—;pero¿nocreenqueestándiciendopeorescosasdeloqueessu
intención?Unoseacaloratantoenestasdisputasdeenamorados…—Disputasdeenamorados…—repitióGilesconsorna—.¡Tienegracia!—Desde luego, desde luego—replicó Paravicini—. Sé lo que siente. Yo también pasé por ello
cuandoerajoven.Peroloquevineadecirlesesqueelinspectorinsisteenquevayamostodosalsalón.Alparecertieneunaidea.
ElseñorParaviciniriódivertido.
—Seoyedecirconfrecuencia…que lapolicía tieneunapista…esosí,pero¿una idea?Lodudomucho.NuestrosargentoTrotteresunsargentoentusiastayconcienzudo,masnolecreosuperdotadointelectualmente.
—Vetú,Giles—dijoMolly—.Yotengoquevigilarlacomida.ElsargentoTrotterpuedepasarsesinmí.
—Hablandodecomida—intervinoelseñorParavicini,acercándoseaMolly—,¿haprobadoalgunavezhigadillosdepolloservidossobrepantostadobiencubiertodefoie-grasyunalonjadetocinomuydelgadayuntadademostazafrancesa?
—Oh,ahoraapenasseencuentrafoie-gras—repusoGiles—.Vamos,señorParavicini.—¿Quierequemequedeconustedylaayude?—Ustedsevieneconmigoalsalón,Paravicini—leatajóGiles.Paravicinirióporlobajo.—Suesposotemeporusted.Esmuynatural.Noseavienealaideadedejarlaasolasconmigo…
portemoramistendenciassádicas…,nolasdeshonrosas.Tendréqueobedeceralafuerza.Einclinándosegraciosamentelebesólaspuntasdelosdedos.Mollydijoviolentamente:—¡Oh,señorParavicini!Estoysegura…—Esustedmuyinteligente,joven—contestóaGilessinhacercasodeMolly—.Noquierecorrer
ningúnriesgo.¿Acasopuedoprobarle…austed,oalinspector…quenosoyunmaniáticohomicida?No,nopuedo.Esascosassondifícilesdeprobar.
Comenzóatararearalegremente.Mollyseexasperó.—Porfavor,señorParavicini…nocanteesahorriblecanción.—¿Tresratonesciegos?¿Conqueeraeso?Semehavenidoalacabezasindarmecuenta.Ahoraque
mefijo,esunatonadillahorrenda.Notienenadadebonita,peroalosniñoslesgustanesascosas.¿Lohanotado?Eseritmoesmuyinglés…,elladocruelybucólicodelpuebloinglés.Lescortóelraboconun trinchante.Claroqueaunniñono legustaría eso…Podría contarlesmuchascosasacercade lospequeñuelos…
—No,porfavor—dijoMollycondesmayo—.Creoqueustedtambiénescruel—Suvozadquirióuntonodehisterismo—.Ustedríe…ysonríe…escomoungatojugandoconunratón…jugando…
Seechóareír.—¡Cálmate,Molly!—rogóGiles—.Ven,vamostodosalsalón.—Trotterdebeestarimpaciente.Noimportalacomida.Uncrimenesalgomuchomásimportante.—Noestoymuydeacuerdoconusted—dijoParavicinimientraslesseguíaconsuandarsaltarín—.
Alcondenadoamuertesiempreselesirveunaopíparacomidacuandoestáencapilla…Esloquesehacesiempre.
4
CristóbalWren se unió a ellos en el recibidor y Giles frunció el ceño. El joven dirigió unamiradaansiosaaMolly,peroésta,conlacabezamuyalta,siguióandandosinmirarle.
Entraron casi enprocesiónpor la puerta de la sala.El señorParavicini cerraba lamarcha con su
andarsaltarín.El sargento Trotter y el mayor Metcalf les aguardaban en pie. El mayor presentaba un aspecto
abatidoyTrotterestabasonrojadoynervioso.—Muy bien —les dijo el sargento cuando entraron—. Quería verles a todos. Quiero poner en
prácticaciertoexperimento…paralocualnecesitosucooperación.—¿Tardarámuchorato?—quisosaberMolly—.Tengobastantequehacerenlacocina.Despuésde
todo,tenemosquecomeraalgunahora.—Sí—replicóTrotter—.Locomprendo,señoraDavis,perohaycosasmásurgentesquelacomida.
LaseñoraBoyle,porejemplo,yanonecesitacomer.—Laverdad,sargento—intervinoelmayorMetcalf—,mepareceunmodomuycrudodecomentar
lascosas.—Losiento,mayorMetcalf,peroquieroquetodoscolaboren.—¿Haencontradoyasusesquíes,sargentoTrotter?—preguntóMolly.Eljovenenrojeció.—No, señora Davis; pero puedo decir que tengo mis sospechas de quién los ha cogido, y sus
motivos.Nopudodecirmásporelmomento.—No lodiga,por favor—suplicóParavicini—.Siemprehepensadoque las explicacionesdeben
dejarseparaelfinal…yasabeparaeseexcitanteúltimocapítulo.—Estonoesunjuego,señor.—¿No?Ahoracreoqueseequivoca.Consideroqueestoesunjuego…paraalguien.—Elasesinoseestádivirtiendo—murmuróMollyenvozbaja.Tocioslamiraronsorprendidos.—SólorepitoloquemedijoelsargentoTrotter.Elaludidonopareciómuysatisfecho.—Nome parece bien que el señor Paravicini hable del último capítulo como si se tratara de un
misterioemocionante—dijo—.Estoesreal…Algoqueestásucediendo.—Mientrasnomesucedaamí…—dijoCristóbal.—Concretemos, señores—intervinoelmayorMetcalf—.El sargentovaadecirnosclaramenteel
papelquedebemosrepresentar…Trotteraclarósugarganta.Sutonosevolvióoficial.—Hacepocomehicieronustedesciertasdeclaracionesrelacionadasconsusrespectivasposiciones
en elmomento en que tuvo lugar lamuerte de la señoraBoyle. El señorWren y el señorDavis sehallabanensusdormitorios.LaseñoraDavissehallabaenlacocina.ElmayorMetcalfenelsótano,ymísterParaviciniaquí,enestahabitación.Éstasson lasdeclaracionesquehicieronustedes.No tengomedioalgunodecomprobarlas.Puedenserverdad…onoserlo.Parahablarconclaridad…cuatrodeestasdeclaracionessonciertas…,perounaesfalsa.¿Cuál?
Gilesdijoconacritud:—Nadieesinfalible.Alguienpuedehabermentido…poralgunaotrarazón.—Lodudo,señorDavis.—¿Pero cuál es su idea? Acaba de confesar que no tiene medio de comprobar nuestras
declaraciones.—No,perosupongamosquetodostenganquerealizarsusmovimientosporsegundavez.—¡Bah!—replicóelmayorMetcalfdespectivamente—.Reconstruirelcrimen.Valienteidea.
—No se trata de la reconstrucción del crimen, mayor Metcalf, sino de los movimientos de laspersonasenaparienciainocentes.
—¿Yquéesperaconseguirconeso?—Meperdonarásinoselodigoporelmomento.—¿Asíqueustedquiererepetirloocurrido?—preguntóMolly.—Másomenos,señoraDavis.Hubounsilencio…enciertomodoviolento.«Esunatrampa—pensóMolly—.Esunatrampa,peronocomprendocómo…»Podía haberse pensado que había cinco culpables en aquella habitación, en vez de uno y cuatro
inocentes.Todosdirigíanfurtivasmiradasaljovensonrienteysegurodesíqueexponíasuplan.Cristóbalexclamóconvozaguda:—Peronocomprendo…nopuedocomprender…quéesloqueesperadescubrir…consólohacer
querepitamosloquehicimosantes.¡Mepareceunatontería!—¿Loes,señorWren?—Naturalmente, haremos lo que usted diga, sargento—repusoGiles despacio—.Cooperaremos.
¿Debemosrepetirexactamenteloquehicimosantes?—Sí,debenrepetirtodossusactos.LaligeraambigüedaddesufrasehizoqueelmayorMetcalflemirarainquisitivamentemientrasel
sargentoTrotterproseguía:—ElseñorParavicininosdijoqueestabasentadoalpianotocandociertatonadilla.SeñorParavicini,
¿seríatanamablededemostrarnosloquehizo,contodaexactitud?—Desdeluego,miqueridosargento.Paravicinidirigióseconsuandarcaracterísticohastaelpianodecolaytomóasientoeneltaburete.—Elmaestrotocarálarúbricamusicaldeunasesino—anunció.Sonrientey conademanes exagerados fue tocandoconun solodedo la tonadilladeTresRatones
Ciegos.«Estádisfrutando—pensóMolly—.Seestádivirtiendo…»Enlaampliahabitaciónlasapagadasnotasprodujeronunefectocasiimpresionante…—Gracias,señorParavicini—dijoelsargentoTrotter—.¿Debocreerquetocóesacancióndeesta
mismamanera…enlaocasiónanterior?—Sí,sargento,exactamenteasí.Larepetítresveces.ElsargentoTrottervolviósehaciaMolly.—¿Tocaustedelpiano,señoraDavis?—Sí,sargentoTrotter.—¿Podríainterpretaresamelodía,tocándolaexactamentecomolohahechoelseñorParavicini?—Desdeluego.—Entoncespóngasealpianoyestépreparadaparahacerlocuandoledélaseñal.Mollyparecióasustarseuntanto.Luegodirigióselentamentehaciaelpiano.—Volveremosarepresentarcadapapel…,peronoesnecesarioquelohaganlasmismaspersonas.—No…noleveolapunta—dijoGiles.—Pueslatiene,señorDavis.Esunmediodecomprobarlasdeclaracionesoriginales…ymeatrevo
adecirquesobretodounaenparticular.Ahora,porfavor,voyaasignarlessuspapeles.LaseñoraDavissequedaráaquí…alpiano.SeñorWren,¿quierehacerelfavordeiralacocina?Echeunvistazoala
comida.SeñorParavicini,¿querrásubiralahabitacióndelseñorWren?Allípuedeejercitarsustalentosmusicales.TresRatonesCiegos,comolohizoél.MayorMetcalf,vayaustedalahabitacióndelseñorDavisyexamineelteléfono.Yusted,señorDavis,¿quieremirarelinteriordelarmariodelrecibidoryluegobajaralsótano?
Seprodujounembarazososilencio.Luegoloscuatrosedirigieronalapuertaperezosamente.Trotterlessiguióyvolviéndosedijoporencimadesuhombro:—Cuentehastacincuentayluegoempieceatocar,señoraDavis.Antesdequelapuertasecerraratrasél,lajovenpudooírlavozdelseñorParavicinidiciendo:—Nuncahubieracreídoquelapolicíafueratanaficionadaalosjuegosdesalón.
5
Cuarentayocho,cuarentaynueve,cincuenta.Molly,obedientesedispusoatocar…Ydenuevolacrueltonadillaencontróecoenelampliosalón…
TresRatonesCiegos…Vedcómocorren…
Mollysintióquesucorazón iba latiendocadavezmásdeprisa.ComohabíadichoParavicinierauna melodía horrenda y obsesionante. Poseía toda la infantil incomprensión hacia la piedad, queresultabatanterroríficaparalosadultos.
Desde arriba y muy apagadas llegaban las notas de la misma tonadilla, que silbaba ParavicinirepresentandoelpapeldeCristóbalWren.
Depronto, en la habitación contigua comenzó a sonar la radio.El sargentoTrotter debía haberlaconectado…Entonces,eraélquienrepresentabaelpapeldelaseñoraBoyle…
Pero¿porqué?¿Quéibaaconseguircontodoaquello?¿Dóndeestabalatrampa?Porquelahabía…seguro,nocabíalamenorduda.
Unacorrientedeairefríoledioenlanuca.Mollyvolvióseextrañada.¿Esquesehabíaabiertolapuerta? ¿Habría entrado alguien en la habitación?No, el salón estaba vacío,mas de pronto sintiósenerviosa… asustada. ¿Y si entraba alguien? Supongamos que el señor Paravicini se acercarasigilosamentealpianoysuslargosdedosapretaranyapretaran…
—¿Demodoqueestátocandosupropiamarchafúnebre,queridaseñora?¡Felizidea…!—Tonterías…noseasestúpida…noimaginescosas…Además, leestásoyendosilbar.Lomismo
queéldebeoírteati.¡Casi apartó los dedos de las teclas al ocurrírsele que nadie había oído tocar a Paravicini! ¿Era
aquéllalatrampa?¿Seríaposiblequenohubieraestadotocando?Entonceshabríapodidoestarnoenelsalón,sinoenlabiblioteca…estrangulandoalaseñoraBoyle.
Sehabíamostradomolesto,muymolesto,cuandoTrotterledijoaellaquetocara,ysehabíahechofuerteenasegurarlocalladamentequefuedesgranandolamelodía,dandoaentenderquetalveznoseoyera desde el exterior de la estancia. Y si esta vez oía alguien… entonces, Trotter tendría lo quedeseaba…lapersonaquehabíamentidotandeliberadamente.
Seabrió lapuertadel salón,yMolly,queesperabaverapareceraParavicini, casi lanzóungrito.PeroerasóloelsargentoTrotterquienentróprecisamentecuandotocabalatonadillaporterceravez.
—Gracias,señoraDavis—ledijo.Parecíamuysatisfechodesímismo,ysusgestoseranrápidosyseguros.Mollyapartólasmanosdelteclado.—¿Yatieneloquebuscaba?—lepreguntó.—¡Sí,desdeluego!—Suvozsonabatriunfal—.Tengoexactamenteloquedeseaba.—¿Qué?¿Quiénhasido?—¿Noseloimagina,señoraDavis?Vamos…ahorayanoestandifícil.Apropósito,simepermite
decirlo,hasidoustedmuytonta.Mehadejadoqueignoraraquiénibaaserlaterceravíctimaycomoresultadohacorridoustedunseriopeligro.
—¿Yo?Noséloquemequieredecir.—Quiero decir que no ha sido sincera conmigo, señora Davis. Ustedme ha ocultado algo… lo
mismoquehicieralaseñoraBoyle.—Sigosincomprender.—Oh, claro que sí. Cuando yo mencioné el caso de Longridge Farm usted lo conocía ya
perfectamente.Oh,sí, losabíayestabapreocupada.Yfueustedquienconfirmóque laseñoraBoyleestuvo en laOficina deAlojamiento en esta parte del país.Usted y ella vivieron en esta región.Demodoquecuandoyoempecéapreguntarmequiénseríalaterceravíctimaprobable,enseguidapenséenusted,quenoquisoconfesardebuenasaprimerasqueconocíaelcasodeLongridgeFarm.Lospolicíasnosomostanciegoscomoparecemos.
Mollydijoenvozbaja:—Ustednomecomprende.Yonoqueríarecordar.—Lacomprendomuybien—Suvozadquirióotro tono—.SunombredesolteraeraWainwright,
¿noescierto?—Sí.—Yesustedalgomayordeloquedice.En1940cuandoocurriólodeLongridgeFarm,ustederala
maestradelcolegiodeAbbeyvale.—¡No!—¡Oh,sí,señoraDavis!—Ledigoquenoerayo.—Elniñoquemurió se lascompusoparaenviarleunacarta.Robóel sello.En lacarta suplicaba
ayuda…asucariñosamaestra.Esobligacióndelaprofesoraaveriguarporquélosalumnosnoacudenalaescuela.Ustednolohizo.Niprestóatenciónalacartadeaquelpobrediablo.
—¡Basta!—AMollyleardíanlasmejillas—.Estáustedhablandodemihermana.Ellaeramaestra,y no es que hiciera caso omiso de la carta. Estaba enferma… con pulmonía. No vio la carta hastadespuésdelamuertedelniño.Esolatrastornómucho…,muchísimo…eramuysensible.Peronotuvolaculpa.Yesporeso,porquelotométanapecho,quenuncahepodidosoportarquemelorecordasen.Siemprehasidocomounapesadillaparamí.
Mollysecubrióelrostroconlasmanos.Cuandolasapartó,Trotterlamirabafijamente:—De modo que era su hermana… Bueno, después de todo…—Sus labios se curvaron en una
extrañasonrisa—.Esonoimportamucho,¿verdad?Suhermana…mihermano…Sacóalgodesubolsillo.Ahorasonreíasatisfecho.
Mollymirabaelobjetoqueelsargentoteníaenlamano.—¡Creíquelapolicíanousabarevólver!—exclamó.—La policía, no…—repusoTrotter—. Pero ¿sabe?, yo no soy policía. Soy Jim. El hermano de
Jorge.Ustedpensóqueerade lapolicíaporque telefoneédesdeelpuebloy ledijeque ibaavenirelsargentoTrotter.Cortéloscablestelefónicosdelexteriordelacasacuandolleguéparaquenopudieravolverallamaralpuestodepolicía…
Mollyvioquenodejabadeapuntarleconelrevólver.—Nosemueva,señoraDavis…ynogrite…oapretaréelgatilloenelacto.Seguíasonriendo.YMolly,horrorizada,comprendióqueeraunasonrisa infantil.Ysuvozse iba
volviendoladeunniño.—Sí.SoyelhermanodeJorge.JorgemurióenLongridgeFarm.Aquellamujernosenvióallíyla
esposadelgranjerofuecruelconnosotrosyustednoquisoayudarnos…atresratoncitosciegos.Dijequelamataríacuandofueramayor.Nohepensadoenotracosadesdeentonces.
Fruncióelceño.—Sepreocuparonmuchopormíenelejército…aquelmédiconocesabadehacermepreguntas…
Tuvequemarcharme…Temíaquemeimpidierarealizarmisproyectos.Peroahorayasoymayor.Ylaspersonasmayorespuedenhacerloquelesagrada.
Mollyintentórecobrarse.«Háblale—sedijo—.Distraesumente».—Pero,Jim,escuche.Nuncaconseguiráescapar.Surostrovolvióaensombrecerse.—Alguienhaescondidomisesquíes.Noconsigoencontrarlos—rió—.Peromeatrevoaasegurar
que todo irá bien. Es el revólver de su esposo. Lo cogí de su cajón.Así pensarán que fue él quiendisparócontrausted.Detodasformas…nomeimportamucho.Hasidotodotandivertido.¡Imagínese!¡LacaraquepusoaquellamujerdeLondrescuandomereconoció!¿Yestaestúpidadeestamañana?
Hastaellos,conimpresionanteefecto,llegóunsilbido.AlguiensilbabalatonadilladeTresRatonesCiegos.
Trottersesobresaltó…mientrasunavozgritaba:—¡Alsuelo,señoraDavis!Mollydejósecaeren tantoqueelmayorMetcalf,saliendodedetrásdelsofáquehabía juntoa la
puerta,seabalanzabasobreTrotter.El revólversedisparó…y labala fuea incrustarseenunade laspinturasalóleoquetantoapreciabalafinadaseñoraEmory.
Momentos después se armó un barullo de mil demonios. Entró Giles seguido de Cristóbal yParavicini.
ElmayorMetcalf,queseguíasujetandoaTrotter,hablóconfrasesentrecortadas:—Entrémientrasustedestabatocando…ymeescondídetrásdelsofá…Heestadopersiguiéndole
desdeelprincipio…esdecir,sabíaquenoeraagentedelapolicía.Yosoypolicía…elinspectorTanner.Me puse de acuerdo conMetcalf para venir en su lugar. Scotland Yard consideró conveniente quevigiláramos este lugar.Ahora…muchacho—se dirigió amablemente al ahora dócil Trotter—, vas avenirconmigo…,Nadieteharádaño.Estarásmuybien.Tecuidaremos…
—¿Jorgenoestaráenfadadoconmigo?—No,Jorgenoestaráenfadado—repusoMetcalf.—Estálocoderemate,¡pobrediablo!
Salieronjuntos.ElseñorParavicinitocóaCristóbalWrenenelbrazo.—Ustedtambiénvaavenirconmigo—ledijo.GilesyMolly,alquedarsesolos,semiraronalosojos…fundiéndoseenunabrazocariñoso.—Querida,¿estásseguradequenotehahechodaño?—No,no.Estoyperfectamente,Giles.Mehesentidotanconfundida.Casilleguéapensarquetú…,
¿porquéfuisteaLondresaqueldía?—Querida,quisecomprarteunregaloparanuestroaniversario,queesmañana,ynoqueríaquelo
supieras.—¡Quécasualidad!YotambiénfuiaLondresacomprarteunregalosinqueteenteraras.—Heestadoterriblementecelosodeeseneuróticoestúpido.Debohaberestadoloco…perdóname,
cariño.SeabriólapuertayentróParaviciniconsuandarcaracterístico.Llegabaresplandeciente.—¿Interrumpolareconciliación…?¡Quéescenamásencantadora…!Perodebodecirleadieu.Vaa
venirun jeepde lapolicíayhepedidoqueme llevenconellos.—InclinóseparasusurraraloídodeMolly con misterio—: Es posible que encuentre algunas dificultades en un futuro próximo…, peroconfíoenpoderarreglarlas,ysirecibieraustedunacaja…conunpavo…digamos,unpavo,algunaslatasdefoie-gras,unjamón…algunasmediasdenylon…,¿eh…?Bueno,sepaqueseloenvíoconmismayores respetosaunadamita tanencantadora.SeñoraDavis,michequeestáencimade lamesadelrecibidor.
YtrasdepositarunbesoenlamanodeMolly,salióporlapuerta.—¿Mediasdenylon?—murmuró la joven—.¿Foie-gras? ¿Quién es ese señorParavicini? ¿Papá
Noel?—Mefiguroqueesuntipoquesededicaalmercadonegro—repusoGiles.CristóbalWrenasomólacabezaporlapuerta.—Amigosmíos,esperonohaberlesmolestado,peroenlacocinasehueleterriblementeaquemado.
¿Puedohaceralgo?Conungritodeangustiayexclamando:«¡Mipastel!»,Mollysaliócorriendodelaestancia.
LIBROSEGUNDO
OTRASHISTORIAS
Unabromaextraña
—Yésta—dijoJuanaHeliercompletandolapresentación—eslaseñoritaMarple.Comoeraactriz,supodarlelaentonaciónalafrase,unamezcladerespetoytriunfo.Resultaba extraño que el objeto tan orgullosamente proclamado fuese una solterona de aspecto
amable y remilgado. En los ojos de los dos jóvenes que acababan de trabar conocimiento con ellagracias a Juana, se leía incredulidad y una ligera decepción. Era una pareja muy atractiva; ella,CharmianStraud,esbeltaymorena…él,eraEduardoRossiter,ungiganterubioyafable.
Charmiandijoalgocortada:—¡Oh!,estamosencantadosdeconocerla.MassusojosnocorroborabantalespalabrasylosdirigióinterrogadoresaJuanaHelier.—Querida—dijoéstarespondiendoalamirada—,esmaravillosa.Dejádselotodoaella.Tedijeque
latraeríaaquíyesohehecho—DirigiósealaseñoritaMarple—.Ustedloarreglará.Leseráfácil.LaseñoritaMarplevolviósusojosdeuncolorazuldeporcelanahaciaelseñorRossiter.—¿Noquieredecirmedequésetrata?—ledijo.—Juanaesamiganuestra—intervinoCharmian,impaciente—.Eduardoyyoestamosenunapuro.
Y Juana nos dijo que si veníamos a su fiesta nos presentaría a alguien que era… que haría… quepodría…
Eduardoacudióensuayuda.—Juananosdijoqueeraustedlaúltimapalabraensabuesos,señoritaMarple.Losojosdelasolteronaparpadearondeplacer,masprotestóconmodestia:—¡Oh, no, no! Nada de eso. Lo que pasa es que viviendo en un pueblecito como vivo yo, una
aprende a conocer a sus semejantes. ¡Pero la verdad es que ha despertado usted mi curiosidad!Cuéntemesuproblema.
—Metemoqueseaalgovulgar…Setratadeuntesoroenterrado—explicóEduardoRossiter.—¿Deveras?¡Puesmeparecemuyinteresante!—¿Sí?¡ComolaIsladelTesoro!Nuestroproblemacarecededetallesrománticos.Nohayunmapa
señaladoconunacalaveraydostibiascruzadas,niindicacionescomoporejemplo…,«cuatropasosalaizquierda; dirección noroeste». Es terriblemente prosaico… Ni tan solo sabemos dónde hemos deescarbar.
—¿Lohaintentadoya?—Yodiríaquehemosremovidodosacrescuadrados.Todoelterrenolohemosconvertidocasien
unhuerto,ysólonosfaltadecidirsisembramoscolesopatatas.—¿Podemoscontárselotodo?—dijoCharmianconciertabrusquedad.—Puesclaro,querida.—Entoncesbusquemosunsitiotranquilo.Vamos,Eduardo.Yabriólamarchaendirecciónaunasalitadelsegundopiso,luegodeabandonaraquellaestancia
tanconcurridayllenadehumo.Cuandoestuvieronsentados,Charmiancomenzósurelato.—¡Bueno,ahíva!LahistoriacomienzacontíoMathew,nuestrotío…omejordicho,tíoabuelode
losdos.Eramuyviejo.Eduardoyyoéramossusúnicosparientes.Nosqueríaysiempredijoqueasumuerterepartiríasudineroentrenosotros.Bien,murió(elmesdemarzopasado)ydejódispuestoquetododebíarepartirseentreEduardoyyo.Talvezporloquehedicholeparezcaaustedalgodura…no
quierodecirquehizobienenmorirse…losdoslequeríamos…,perollevabamuchotiempoenfermo.Elcasoesqueese«todo»quenoshabíadejadoresultóserprácticamentenada.Yeso,confranqueza,fueungolpeparalosdos,¿noescierto,Eduardo?
ElbuenodeEduardoasintió:—Habíamoscontadoconello—explicó—.Quierodecirquecuandounosabequevaaheredarun
buenpuñadodedinero…,bueno,nosepreocupademasiadoenganarlo.Yoestoyenelejército…ynocuento con nadamás, aparte demi paga… y Charmian no tiene un real. Trabaja como directora deescena de un teatro… cosa muy interesante…, pero que no da dinero. Teníamos el propósito decasarnos,perononospreocupabalapartemonetaria,porqueambossabíamosquellegaríaundíaenqueheredaríamos.
—¡Yahoraresultaquenoheredamosnada!—exclamóCharmian—.Loqueesmás,Ansteys…quees la casa solariega, y que tanto queremos Eduardo y yo, tendrá que venderse. ¡Y no podemossoportarlo!PerosinoencontramoseldinerodetíoMathew,tendremosquevenderla.
—Charmian,túsabesquetodavíanohemosllegadoalpuntovital—dijoeljoven.—Bien,hablatúentonces.EduardovolviósehacialaseñoraMarple.—Veráusted—dijo—.AmedidaquetíoMathewibaenvejeciendosevolvíacadavezmássuspicaz,
ynoconfiabaennadie.—Muy inteligente por su parte —replicó la señorita Marple—. La corrupción de la naturaleza
humanaesinconcebible.—Bueno,talveztengaustedrazón.Detodasformas,tíoMathewlopensóasí.Teníaunamigoque
perdiótodosudineroenunBanco,yotroquesearruinóporconfiarensuabogadoyélmismoperdióalgo en una compañía fraudulenta. De este modo se fue convenciendo de que lo único seguro eraconvertireldineroenbarrasdeoroyplatayenterrarloenalgúnlugaradecuado.
—¡Ah!—dijolaseñoritaMarple—.Empiezoacomprenderalgo.—Sí.Susamigosdiscutíanconél,haciéndoleverquedeestemodonoobtendríainterésalgunode
aquelcapital,peroélsosteníaqueesonoleimportaba.«Eldinero—decía—hayqueguardarloenunacajadebajodelacamaoenterrarloeneljardín».Ycuandomurióeramuyrico.Poresosuponemosquedebióenterrarsufortuna.Descubrimosquehabíavendidovaloresysacadograndessumasdedinerodevezencuando,sinquenadiesepaloquehizoconellas.Peropareceprobablequefielasusprincipioscompraraoroparaenterrarloyquedartranquilo—explicóCharmian.
—¿Nodijonadaantesdemorir?¿Nodejóningúnpapel?¿Ounacarta?—Estoeslomásenloquecedordetodo.Nolohizo.Habíaestadoinconscientedurantevariosdías,
perorecobróelconocimientoantesdemorir.Nosmiróalosdos,serió…,conunarisitadébilyburlona,ydijo:«Estaréismuybien,parejadetortolitos».Yseñalándoseunojo…elderecho…nosloguiñó.Yentoncesmurió…
—Seseñalóunojo—repitiólaseñoritaMarple,pensativa.—¿Sacaalgunaconsecuenciadeesto?—preguntóleEduardoconansiedad—.Amímehacepensar
enelcuentodeArsenioLupin.Algoescondidoenunojodecristal.PeronuestrotíoMathewnoteníaningúnojodecristal.
—No—dijolaseñoritaMarplemeneandolacabeza—.Nosemeocurrenada,demomento.—¡Juana nos dijo que usted nos diría en seguida dónde teníamos que buscar! —se lamentó
Charmian,contrariada.
—Nosoyprecisamenteunaadivina.—LaseñoritaMarplesonreía—.Noconocíasu tío,ni sé laclasedehombrequeera,nihevistolacasaqueleslegónisusalrededores.
—¿Ysivisitaseaquellolosabría?—preguntóCharmian.—Bueno,laverdadesqueentoncesresultaríabastantesencillo—replicólaseñoritaMarple.—¡Sencillo!—repitióCharmian—.¡VengaustedaAnsteysyveasidescubrealgo!Talveznoesperabaque laseñoritaMarple tomaraenseriosuspalabras,pero lasolteronarepuso
conpresteza:—Bien, querida, es usted muy amable. Siempre he deseado tener ocasión de buscar un tesoro
enterrado. ¡Y además en beneficio de una pareja de enamorados! —concluyó con una sonrisaresplandeciente.
—¡Yahavistousted!—exclamóCharmiancongestodramático.Acababanderealizarel recorridocompletodeAnsteys.Estuvieronen lahuerta,convertidaenun
campo atrincherado. En los bosquecillos, donde se había cavado al pie de cada árbol importante, ycontemplaron tristemente lo que antes fuera una cuidada pradera de césped. Subieron al ático,contemplando los viejos baúles y cofres con su contenido esparcido por el suelo.Bajaron al sótano,donde cada baldosa había sido levantada. Midieron y golpearon las paredes y la señorita Marpleinspeccionótodoslosmueblesqueteníanopudieranteneralgúncajónsecreto.
Sobre unamesa había unmontón de papeles…, todos los que había dejado el fallecidoMathewStraud. No se destruyó ninguno y Charmian y Eduardo repasaban una y otra vez… las facturas,invitacionesycorrespondenciacomercial,conlaesperanzadedescubriralgunapista.
—¿Cree usted que nos hemos olvidado de mirar en algún sitio? —le preguntó Charmian a laseñoritaMarple.
—Meparecequeyalohanmiradotodo,querida—dijolasolteronamoviendolacabeza—.Talvezsimepermitísdecirlo,habéismiradodemasiado.Siemprehepensadoquehayque tenerunplan.EscomomiamigalaseñoritaEldritchqueteníaunadoncellaestupendaqueencerabaellinóleumalasmilmaravillas,peroeratanconcienzudaqueinclusoenceróelsuelodelcuartodebaño,ycuandolaseñoraEldritchsalíadeladucha,laalfombritaseescurrióbajosuspies,ytuvotanmalacaídaqueserompióunapierna.Fuemuydesagradable,puesnaturalmente,lapuertadelcuartodebañoestabacerradayeljardinerotuvoquecogerunaescalerayentrarporlaventana…congrandisgustodelaseñoraEldritch,queeraunamujermuypudorosa.
Eduardoremovióseinquieto.—Porfavor,perdóneme—apresuróadecirlaseñoritaMarple—.Siempretengotendenciaasalirme
porlatangente.Peroesqueunacosamerecuerdaotra,yalgunasvecesmeresultaprovechoso.Loquequisedeciresquetalvezsiintentáramosaguzarnuestroingenioypensarenunlugarapropiado…
—Piénselousted,señoritaMarple—dijoEduardo,contrariado—.Charmianyyotenemoselcerebroenblanco.
—Vamos, vamos.Claro…esunadurapruebaparaustedes.Si no les importavoy a repasarbienestospapales.Esdecir,sinohaynadapersonal…nomegustaríaquepensaranustedesquememetoenloquenomeimporta.
—Oh,puedehacerlo.Perometemoquenovaaencontrarnada.Sentósealamesaymetódicamentefuemirandoelfajodedocumentos…yclasificándolosenvarios
montoncitos.Cuandohuboconcluidosequedómirandoalvacíodurantevariosminutos.
Eduardolepreguntó,nosinciertamalicia:—¿Ybien,señoritaMarple?MissMarpleserehizoconunligerosobresalto.—Leruegomeperdone.Estosdocumentosmehanservidodegranayuda.—¿Hadescubiertoalgoimportante?—¡Oh!,no,nadadeeso.Perocreoqueya séquéclasedehombreera su tíoMathew…bastante
parecidoamitíoEnrique,queeramuyaficionadoalasbromas.Unsolterónsinduda…mepreguntoporqué…¿talvezacausadeundesengañoprematuro?Metódicohastaciertopunto,peropocoamigodesentirseatado…,comocasitodoslossolterones.
AespaldasdelaseñoritaMarple,CharmianhizoungestoaEduardoquesignificaba:«Estálocadeltodo».
MissMarpleseguíahablandodesudifuntotíoEnrique.—Eramuy aficionado a las charadas—explicaba—.Para algunas personas las charadas resultan
muy difíciles y les molestan. Un mero juego de palabras puede irritarles. También era un hombrereceloso.Siemprepensabaqueloscriadoslerobaban.Yalgunasveceseraverdad,aunquenosiempre.Se convirtió en suobsesión.Hacia el finde suvidapensóque envenenaban su comida, y senegóacomerotracosaquehuevospasadosporagua.Decíaquenadiepodíaalterarelcontenidodeunhuevo.Pobre tíoEnrique, ¡era tan alegre en otros tiempos!Le gustabamucho tomar café después de cenar.Solíadecir:«Estecaféesmuynegro»,yconelloqueríasignificarquedeseabaotrataza.
EduardopensóquesioíaalgomássobretíoEnriquesevolveríaloco.—Le gustaban mucho las personas jóvenes —proseguía la señorita Marple—, pero se sentía
inclinadoaatormentarlosunpoco…nosésimeentenderán…Solíaponerbolsasdecaramelosdondelosniñosnopudieranalcanzarlas.
Dejandoloscumplidosaunlado,Charmianexclamó:—¡Meparecehorrible!—¡Oh, no, querida!, sólo era un viejo solterón, y no estaba acostumbrado a los pequeños. Y la
verdadesquenoeranadatonto.Acostumbrabaaguardarmuchodineroenlacasa,yteníaunesconditeseguro. Armaba mucho alboroto por ello… diciendo lo bien escondido que estaba. Y por hablardemasiado,unanocheentraronlosladronesyabrieronunboqueteenelescondrijo.
—Leestuvomuybienempleado—exclamóEduardo.—Peronoencontraronnada—replicólaseñoritaMarple—.Laverdadesqueguardabasudineroen
otraparte…detrásdeunoslibrosdesermones,enlabiblioteca.¡Decíaquenadielossacabanuncadeaquelestante!
—Oiga, es una idea —le interrumpió Eduardo, excitado—. ¿Qué le parece si miráramos en labiblioteca?
Charmianmeneólacabeza.—¿Crees que no he pensado en eso? El martes pasadomiré todos los libros cuando tú fuiste a
Portsmouth.Lossaquéunoporunoylossacudí.Tampocoenlabibliotecahaynada.Eduardo exhaló un suspiro y levantándose de su asiento se dispuso a deshacerse con tacto de su
insoportablevisitante.—Hasidoustedmuyamablealintentarayudarnos.Sientoquenohayaservidodenada.Comprendo
quehemosabusadode su tiempo.Noobstante…sacaré el cocheypodráalcanzar el trende las trestreinta…
—¡Oh!—repuso la señoritaMarple—, pero antes tenemos que encontrar el dinero, ¿verdad?Nodebedarseporvencido,señorRossiter.Silaprimeraveznotieneéxito,hayqueintentarlootrayotra,yotravez.
—¿Quieredecirquevaacontinuarintentándolo?—Puesparahablarconexactitud—replicólasolterona—todavíanoheempezado.Primerosecoge
laliebre…comodicelaseñoraBeetonensulibrodecocina…unlibroestupendo,peroterriblementeimposible…lamayoríadesusrecetasempiezandiciendo:«Setomaunadocenadehuevosyunalibrademantequilla».Déjemepensar…,¿pordóndeiba?Oh,sí.Bien,yatenemos,porasídecirlo,nuestraliebre,quees,naturalmente,eltíoMathew,yahorasólonosfaltadecidirdóndepodríahaberescondidoeldinero.Puedequeseabiensencillo.
—¿Sencillo?—seextrañóCharmian.—Oh,sí,querida.Estoyseguradequehabráutilizadoelmediomásfácil.Uncajónsecreto…ésaes
misolución.Eduardodijoconsequedad:—Nopuedenguardarsemuchoslingotesdeoroenuncajoncitosecreto.—No,no,claroqueno.Peronohayrazónparacreerqueeldinerofueseconvertidoenoro.—Élsiempredecía…—¡Ymi tíoEnrique siemprehablabade suescondrijo!Por esocreo firmementeque lodijopara
despistar.Losdiamantespuedenesconderseconfacilidadenuncajónsecreto.—Peroyalohemosmiradotodo.Hicimosvenirauntécnicoparaqueexaminaselosmuebles.—¿De veras, querida?Hizo ustedmuy bien.Yo diría que el escritorio de su tío es el lugarmás
apropiado.¿Esaquélqueestáapoyadocontralapared?—Sí.Voyaenseñárselo.Charmianseacercóalmuebleyloabrió.Ensuinterioraparecieronvarioscasillerosycajoncitos.
Luego,accionandounapuertecitaquehabíaenelcentro,tocóunresortesituadoenelinteriordelcajónde la izquierda, El fondo de la caja del centro se adelantó y la joven la sacó dejando un huecodescubierto.Estabavacío.
—¿Noescasualidad?—exclamólaseñoritaMarple—.MitíoEnriqueteníaunescritorioigualqueéstesóloqueerademaderadenogalyésteesdecaoba.
—Detodasmaneras—dijoCharmian—,comopuedeustedver,aquínohaynada.—Meimagino—replicólaseñoritaMarple—queeseexpertoquetrajeronustedesseríajoven…,y
nolosabíatodo.Lagenteeramuymañosaparaconstruirsusescondrijosenaquellostiempos.Aveceshayunsecretodentrodeotrosecreto.
Yquitándoseunahorquilladeentresuscuidadoscabellosgrises,laenderezóyapretóconellaunpuntodelacajasecretaenelqueparecíahaberundiminutoagujerotalvezproducidoporlacarcoma,ysin grandes dificultades sacó un cajón pequeñito.En él apareció un fajo de cartas descoloridas y unpapeldoblado.
EduardoyCharmianseapoderarondelhallazgo.Eduardodesplegóelpapelcondedostemblorosos,maslodejócaerconunaexclamacióndedisgusto.
—¡Unarecetadecocina!¡Jamónalhorno!¡Bah!Charmianestabadesatandolacintaquesujetabaelfajodecartas.Ysacandounaexclamó:—¡Cartasdeamor!—¡Qué interesante!—exclamó la señoritaMarple—.Talveznos explique la razóndequeno se
casarasutío.Charmianleyó:
«MiqueridoMathew,deboconfesartequeel tiemposemehahechomuy largodesdequerecibí tu última carta. Trato de ocuparme en las distintas tareas que me fueronencomendadas, ymedigoamenudo loafortunadaque soyalpoder ver tantaspartesdelglobo,aunquebienpocopensaba, cuandome fuiaAmérica,que ibaaviajarhastaestaslejanasislas».
Charmianhizounapausa.—¿Dóndeestáfechadoesto?¡Oh,enHawai!
«Cielos, estos nativos están todavíamuy lejos de ver la luz. Viven semidesnudos y en unestado completamente salvaje; pasan la mayor parte del tiempo nadando o bailando, yadornándose conguirnaldas de flores.El señorGray ha conseguido convertir a algunos,peroesunatareadifícilyélysuesposasesientenmuydescorazonados.Yoprocurohacerloquepuedoporanimarle,masyotambiénmesientotristeamenudoporlarazónquepuedesadivinar,queridoMathew.Laausenciaesunadurapruebaparauncorazónenamorado.Tusrenovadaspromesasdeamormecausarongranalegría.Ahoraysiempretepertenecerámicorazón,queridoMathewyserésiempretuya,
BettyMartin.
P.D.:DirijomicartaanuestramutuaamigaMatildeGraves,comodecostumbre.EsperoqueelCieloperdoneestesubterfugio».
Eduardolanzóunsilbido.—¡Unamisionera!ConqueésefueelamordetíoMathew.Mepreguntoporquénosecasaron.—Alparecerrecorriócasitodoelmundo—dijoCharmianexaminandolasmisivas—.Mauricio…
todaclasedesitios.Probablementemoriríavíctimadelafiebreamarillaoalgoasí.Unarisadivertidalessobresaltó.LaseñoritaMarpleloestabapasandoengrande.—Vaya,vaya—dijo—.¡Fíjenseenestoahora!Estabaleyendoparasílarecetadejamónalhorno,yalversusmiradasinterrogadoras,prosiguióen
vozalta:
«Jamónalhornoconespinacas.Setomaunpedazobonitodejamón,rellénesededientesdeajoycúbraseconazúcarmoreno.Cuézaseafuegolento.Servirloconunbordedepurédeespinacas».
—¿Quéopinandeesto?—Yocreoquedeberesultarunasco—dijoEduardo.—No,no,tienequeresultarmuybueno…,pero¿quéopinandetodoesto?
—¿Usted cree que se trata de una clave… o algo parecido? —exclamó Eduardo con el rostroiluminadoy cogiendo el papel—.Escucha,Charmian, ¡podría ser! Por otra parte, no hay razónparaguardarunarecetadecocinaenunlugarsecreto.
—Exacto—repusolaseñoritaMarple.—Yaséloquepuedeser…unatintasimpática—dijoCharmian—.Vamosacalentarlo.Enciende
unabombilla.Perohechalaprueba,noaparecióningúnsignodeescriturainvisible.—Laverdad—dijomissMarple,carraspeando—,creoqueloestáncomplicandodemasiado.Esta
recetaessólounaindicaciónporasídecir.Segúnmiparecer,sonlascartaslosignificativo.—¿Lascartas?—Especialmentelafirma.MasEduardoapenaslaescuchaba,ygritóexcitado:—¡Charmian! ¡Ven aquí! Tiene razón…Mira… los sobres son bastante antiguos, pero las cartas
fueronescritasmuchosañosdespués.—Exacto—repusolaseñoritaMarple.—Sólosehatratadodequeparezcanantiguas.ApuestoaqueelpropiotíoMathewlohizo…—Precisamente—leconfirmólasolterona.—Todoestoesunengaño.Nuncaexistióesamisionera.Debetratarsedeunaclave.—Misqueridosamigos…nohaynecesidaddecomplicartantolascosas.Sutíoenrealidaderaun
hombremuysencillo.Queríagastarlesunapequeñabroma.Esoestodo.Porprimeravezlededicarontodasuatención.—¿Quéesexactamenteloquequiereusteddecir,señoritaMarple?—preguntóCharmian.—Quierodecirqueenesteprecisomomentotieneustedeldineroenlamano.Charmianmiróelpapel.—Lafirma,querida.Ahíesdondeestálasolución.Larecetaessólounaindicación.Ajos,azúcar
morenoylodemás,¿quéesenrealidad?Jamónyespinacas.¿Quésignifica?Unatontería.Asíqueestábienclaroqueloimportantesonlascartas.Yentoncessiconsideranloquesutíohizoantesdemorir…guiñarlesunojo,segúndijeronustedes.Bien…eso,comoven,lesdalapista.
—¿Estáustedloca,oloestamostodos?—exclamóCharmian.—Sinduda,querida,debehaberoídoalgunavezlaexpresiónqueseempleaparasignificarquealgo
noescierto,¿oesqueyanoseutilizahoyendía?TengomásvistaqueBettyMartin.Eduardosusurrómirandolacartaqueteníaenlamano:—BettyMartin…—Claro, señorRossiter.Comousted acaba de decir, no existe…no ha existido jamás semejante
persona.Lascartasfueronescritasporsutío,ymeatrevoaasegurarquesedebiódivertirdelolindo.Como usted dice, la escritura de los sobres es mucho más antigua… en resumen, los sobres nocorrespondenalascartas,porqueelmatasellodeunadeellasdatade1851.
Hizounapausayrepitióconénfasis.—Milochocientoscincuentayuno.Yesoloexplicatodo,¿verdad?—Amínomedicenadaabsolutamente—repusoEduardo.—Puesestábienclaro—replicólaseñoritaMarple—.Confiesoquenosemehubieraocurrido,ano
serpormisobrino-nietoLionel.Esunmuchachoencantadoryunapasionadocoleccionistadesellos.Sabetodoloreferentealafilatelia.Fueélquienmehablódeciertossellosrarosyrarísimos,ydeun
nuevohallazgoquehabíasidovendidoensubasta.Yahorarecuerdoquemencionóuno…,de1851de2céntimosycolorazul.Creoquevaleunosveinticincomildólares.¡Imagínese!Mefiguroquelosdemástambién serán ejemplares raros y de precio. No dudo de que su tío los compraría por medio deintermediariosytendríabuencuidadoen«despistar»,comosediceenlosrelatosdedetectives.
Eduardolanzóungemidoy,sentándose,escondióelrostroentrelasmanos.—¿Quéteocurre?—quisosaberCharmian.—Nada.EssólodepensarqueanoserporlaseñoritaMarple,pudimoshaberquemadoesascartas
paranoprofanarlosrecuerdossentimentalesdenuestrotío.—¡Ah!—replicólaseñoritaMarple—.Esoesloquenopiensannuncaesosviejosaficionadosalas
bromas.RecuerdoquemitíoEnriqueenvióasusobrinafavoritaunbilletedecincolibrascomoregalodeNavidad.Losmetiódentrodeunafelicitaciónquepegódemodoqueelbilletequedaradentroyloescribióencima:«Concariñoymismejoresaugurios.Estoestodoloquepuedomandarteesteaño».Lapobre chica se disgustómucho porque le creyó un tacaño y arrojó al fuego la felicitación. Y claro,entonceséltuvoquedarleotrobillete.
LossentimientosdeEduardohaciatíoEnriquehabíansufridouncambioradical.—MissMarple—dijo—, voy a buscar una botella de champaña; brindemos a la salud de su tío
Enrique.
Elcrimendelacintamétrica
Asiendo el llamador, la señorita Politt lo dejó caer sobre la puerta de la casita. Luego de un breveintervalollamódenuevo.Elpaquetequellevababajoelbrazoleresbalóuntantoalhacerlo,ytuvoquevolver a colocarlo en su sitio. En aquel paquete llevaba el nuevo vestido de invierno de la señoraSpenlow,decolorverde,dispuestoparalaprueba.DelamanoizquierdadelaseñoritaPolittpendíaunabolsadesedanegra,queconteníalacintamétrica,unacericodealfileresyunpardetijerasgrandesyprácticas.
LaseñoritaPolitteraaltaydelgada,denarizpuntiaguda,labiosfinosycabellosgrises.Vacilóunosmomentos antes de llamar por tercera vez. Mirando al final de la calle, vio una figura que seaproximabarápidamenteylaseñoritaHartnell,jovialycurtida,consuscincuentaycincoaños,legritóconsuvozpotenteygrave:
—¡Buenastardes,señoritaPolitt!Lamodistarespondió:—Buenas tardes, señorita Hartnell —su voz era extremadamente suave y moderada. Había
comenzado a trabajar como doncella en casa de una gran señora—. Perdóneme—prosiguió—, pero¿sabeporcasualidadsiestáencasalaseñoraSpenlow?
—Notengolamenoridea.—Esbastanteextrañoquenocontesteamisllamadas.Estatardeteníaqueprobarleelvestido.Me
dijoqueviniesealastresymedia.LaseñoritaHartnellconsultósurelojdepulsera.—Ahoraesunpocomásdelamedia—contestó.—Sí.Hellamadoyatresveces,peronocontestanadie;poresomepreguntabasinohabríasalidoy
habráolvidadoqueteníaqueveniryo.Porlogeneralnoseolvida,yademásqueríaestrenarelvestidopasadomañana.
La señoritaHartnell atravesó la puerta de la verja y llegó al jardín para reunirse con la señoritaPolitt.
—¿YporquénolehaabiertoGladys?—quisosaber—.Oh,no,claro,esjueves…essudíalibre.MefiguroquelaseñoraSpenlowsehabráquedadodormida.Meparecequenoconsigueustedhacergranruidoconesechisme.
Yalzandoelllamadorlodescargócontodassusfuerzas.Rat-tat-tat-taty,ademásgolpeólapuertaconlasmanos.Tambiéngritóconvozestentórea:
—¡Eh!¿Nohaynadieahídentro?Noobtuvorespuesta.—Oh, yo creo que la señora Spenlow debe de haberse olvidado y se habrá ido—murmuró la
señoritaPolitt—.Volverécualquierotrorato.—Tonterías—replicó la señorita Hartnell con firmeza—. No puede haber salido. Yo la hubiera
encontrado.Voyaecharunvistazoporlasventanasparaversidaseñalesdevida.Y riendo con su habitual buen humor, para indicar que se trataba de una broma, miró
superficialmenteporlaventanamáspróxima,puessabíaquelosseñoresSpenlownoutilizabanaquellahabitación,yaquepreferíanlasalitadelaparteposterior.
Apesardeserunamiradasuperficialconsiguiósuobjetivo.EsciertoquelaseñoritaHartnellnoviosignosdevida.Al contrario, a travésde la ventanadistinguió a la señoraSpenlow tendida sobre las
alfombra…ymuerta.—Claro que—decía la señoritaHartnell contándolo después—procuré no perder la cabeza.Esa
criatura,laseñoritaPolitt,nohubierasabidoquéhacer.Tenemosqueconservarlaserenidad—ledije—.Ustedquédeseaquíyyo iréabuscar al alguacilPalk.Ellaprotestódiciendoquenoqueríaquedarsesola,peronolehiceelmenorcaso.Hayquemantenersefirmeconesaclasedepersonas.Lesencantaarmaralboroto.Demodoquecuando ibaamarcharme,enaquelprecisomomento,elseñorSpenlowdoblabalaesquinadelacasa.
LaseñoritaHartnellhizounapausasignificativa,permitiendoasuinterlocutoraquelepreguntaraimpaciente:
—Dígame:¿quéaspectotenía?LaseñoritaHartnellprosiguió:—Confranqueza,¡inmediatamentesospechéalgo!Estabademasiadotranquilo.Nosesorprendiólo
másmínimo.Ypuedeusteddecirloquequiera,peronoesnaturalqueunhombrequeoyedecirquesumujerestámuertanoexterioricelamenoremoción.
Todoelmundotuvoquedarlelarazón.La policía también.Yno tardaron en averiguar cuál era su situación después de lamuerte de su
esposa,descubriendoqueellaeraricayquetodosudineroiríaapararamanosdelviudograciasauntestamentohechoatodaprisapocodespuésdelmatrimonio,cosaquedespertógeneralessospechas.
LaseñoritaMarple,lasolteronaderostroafable(ysegúnalgunosdelenguaafilada),quevivíaenlacasa contigua a la rectoría, fue interrogada muy pronto… a la media hora del descubrimiento delcrimen.ElalguacilPalk,conunalibretadenotasparadatos,ledijo:
—Sinolemolesta,señora,tengoquehacerleunaspreguntas.LaseñoritaMarplerepuso:—¿AcercadelasesinatodelaseñoraSpenlow?Palksesorprendió.—¿Puedopreguntarlecómoseenteródeello?—Porelpescado.La respuesta fue perfectamente inteligible para el alguacil, quien supuso con gran acierto que el
repartidordelpescadolehabríallevadolanoticiaalmismotiempoquelamerluzaolassardinas.—Fueencontradaenelsuelodelasalaestrangulada—continuólaseñoritaMarple—,posiblemente
conuncinturónmuyestrecho;perofueraloquefuese,nohaaparecido.—¿CómoesposiblequeFredseenteredetodo…?—comenzóadecirPalk.LaseñoritaMarplelointerrumpió.—Llevaunalfilerenlasolapa.Palksemiróellugarindicado.—Dicen:«Verunalfilerycogerlo,ytodoeldíatendrásbuenasuerte».—Esperoqueseaverdad.Yahoradígame,¿quéesloquequeríadecirme?Elalguacilseaclarólagargantayconairedeimportanciaconsultósulibreta.—ElseñorArturoSpenlow,esposodelainterfecta,haprestadodeclaración.ElseñorSpenlowdice
quealasdosymedia,segúnsuscálculos,letelefoneólaseñoritaMarpleparapedirlequefueraaverlaalastresycuarto,puesteníaprecisióndeconsultarlealgo.Dígame,señorita,¿escierto?
—Desdeluegoqueno—repusolaseñoritaMarple.—¿NotelefoneóalseñorSpenlowalasdosymedia?
—Niaesahoranianingunaotra.—¡Ah!—exclamóPalk,retorciéndoseelbigoteconsatisfacción.—¿QuémásdijoelseñorSpenlow?—Segúnsudeclaración,élvinoaquíatendiendoasullamada,ysaliódesucasaalastresydiez,y
quealllegar,ladoncellalecomunicóquelaseñoritaMarple«noestabaencasa».—Esoescierto—replicó lasolterona—.Élvinoaquí,peroyomeencontrabaenunareunióndel
InstitutoFemenino.—¡Ah!—volvióaexclamarPalk.—Dígame,alguacil,¿sospechaustedacasoqueelseñorSpenlowhayadadomuerteasuesposa?—Nopuedoasegurarnadaenestemomento,peromedalaimpresióndequealguien,sinmencionar
anadie,selasquieredardemuylisto.—¿ElseñorSpenlow?—preguntólaseñoritaMarple,pensativa.LeagradabaelseñorSpenlow.Eraunhombredelgado,depequeñaestatura,dehablarmesuradoy
convencionalyelcolmodelarespetabilidad.Parecíaextrañoquehubieraidoaviviralcampo,pueseraevidentequehabíapasadotodasuvidaenlaciudad,yconfiósusrazonesalaseñoritaMarple.
—Desde joven tuve deseos de vivir en el campo—le dijo—y tener un jardín demi propiedad.Siempreme gustaronmucho las flores.Ya sabe,mi esposa tenía una floristería. Es donde la vi porprimeravez.
Unsimplecomentario,peroquedejabaadivinarelidilio:UnaseñoraSpenlowmuchomásjovenyhermosa,conunfondodeflores.
NoobstanteelseñorSpenlow,enrealidad,nosabíanadaacercadelasflores…nidesemillas,poda,épocadeplantación,etc.Sóloteníaunaimagenensumente…la imagendeunacasitaconunjardínrepletodefloresdebrillantescoloresydulcearoma.Lepidióqueleinstruyera,yfueanotandoensulibretitatodaslasrespuestasdelaseñoritaMarple.
Eraunhombrede ademanes reposados.Y tal vezpor eso la policía se interesópor él cuando suesposa fue encontrada asesinada. A fuerza de paciencia y perseverancia averiguaron muchas cosasrespectoaladifuntaseñoraSpenlow…yprontolosupotambiéntodoSaintMaryMead.
LafinadaseñoraSpenlowhabíacomenzadosuvidacomocamareradeunagrancasa,quedejóparacasarse con el segundo jardinero, y con él puso una tienda de flores en Londres. El negocio habíaprosperado,peronoasíel jardinero,quealpoco tiempoenfermóymurió.Suviuda llevóadelante latiendaytuvoqueampliarla,puesnocesabadeprosperar.Luegolahabíatraspasadoamuybuenprecioyvolvióaembarcarseenunsegundomatrimonio…conelseñorSpenlow,unjoyerodemedianaedad,quehabíaheredadounnegocioreducidoydecadente.Pocodespuéslovendieron,yendoaviviraSaintMaryMead.
La señora Spenlow era unamujer bien educada.Los beneficios del establecimiento de flores loshabía invertido…«con ayuda de los espíritus», según explicaba a todo elmundo.Y éstos le habíanaconsejadoconinesperadoacierto.
Todas sus inversiones resultaronmagníficas. Sin embargo, en vez de afianzarse en sus creencias«espiritistas»,laseñoraSpenlowabandonólassesionesylosmédiums,yseentregórápidamente,perodecorazón,aunaoscurareligiónconafinidadesindiasquesebasabaenvariasformasdeinspiracionesprofundas. No obstante, cuando llegó a Saint Mary Mead, se adscribió temporalmente a la iglesiaanglicana. Pasaba muchos ratos con el vicario, y asistía a los oficios religiosos con asiduidad. Eraparroquianadeloscomerciosdelalocalidadyjugabaalbridgeenlasreuniones.
Unavidamonótona…,sencilla.Yderepente…elcrimen.ElcoronelMelchett,jefedepolicía,habíamandadollamaralinspectorSlack.Slack era un tipo positivista. Cuando tomaba una resolución, no se volvía atrás, y ahora estaba
segurodesushipótesis.—Fueelesposoquienlamató,señor—declaró.—¿Ustedcree?—Estoy completamente seguro. Sólo tiene que mirarlo. Es culpable como el mismo diablo. No
demuestralamenorpenaoemoción.Volvióalacasasabiendoquesumujerestabamuerta.—¿Ynohubieraintentadoporlomenosrepresentarelpapeldemaridodesconsolado?—Élno,señor.Estádemasiadosegurodesímismo.Algunoscaballerosnosabenfingir.—¿Algunaotramujerensuvida?—preguntóelcoronelMelchett.—Nohepodidodarconelrastrodeninguna.Claroqueestehombreesmuylisto.Sabe«despistar».
Yocreoqueestabahartodesuesposa.Ella teníaeldineroymeparecequeeradecarácterdifícildesoportar.Asíqueasangrefríadecidiódeshacersedeellayvivircómodamentesoloyasusanchas.
—Sí,supongoquepuedehabersidoéseelcaso.—Puedeustedestarsegurodequefueasí.Trazósusplanescontodocuidado.Fingióunallamada
telefónica…Melchettleinterrumpió:—¿Nohanpodidocomprobarlallamada?—No,señor.Esosignificaque,obienhanmentido,oquefuehechadesdeunteléfonopúblico.Los
únicosteléfonospúblicosdelpueblosoneldelaestaciónyeldeCorreos.DesdeCorreosnollamó.LaseñoritaBladevea todoelqueentra.Enelde laestación, talvez.Hayun trenque llegaa lasdosyveintisieteyaesahorasevebastanteconcurrida.Pero loprincipalesqueéldicequefue laseñoritaMarplequienlollamó,yeso,desdeluego,noescierto.Lallamadanofuehechadesdesucasa,yellaestabaenelInstitutoFemenino.
—¿Ynohabrápasadoporaltolaposibilidaddequealguienquitaradeenmedioalmarido…parapoderasesinaralaseñoraSpenlow?
—Se refiere a TedGerard, ¿verdad?He estado investigando…, pero tropezamos con la falta demotivos.Élnoibaaganarnada.Sinembargo,esunindeseable.Ytieneunbuennúmerodedesfalcosensuhaber.
—EsmiembrodelGrupoOxford.—Nodigoquenoseaunequivocado.Noobstante,élmismofueaconfesárseloasupatrón.Dijo
queestabaarrepentidoycomenzóadevolvereldinero.Ynodigoquenofueraunaartimaña…pudopensarquesospechabanydecidirrepresentarlacomedia.
—Tieneustedunamentalidadmuyescéptica,Slack—dijoelcoronelMelchett—.Apropósito,¿hahabladoustedconlaseñoritaMarple?
—¿Quétieneellaqueverconesto,señor?—Oh,nada.Peroyasabe…oyecosas…¿Porquénovaacharlarunratoconella?Esunaanciana
muyinteligente.Slackcambiódetema.—Queríapreguntarleunacosa,señor:encasadeRobertAbercrombie,dondeladifuntatrabajaba,
hubounrobodeesmeraldas…quevalíanunafortuna.Noaparecieron.Heestadocalculando…ydebiósercuandoestabaallílaseñoraSpenlow,aunqueentoncesseríacasiunaniña.Nocreeráqueestuviera
complicada en el robo, ¿verdad, señor? Spenlow, como ya sabe, era uno de esos joyeros de víaestrecha…
—Nocreoquetuvieranadaquever—repusoMelchettmeneandolacabeza—.EntoncesnisiquieraconocíaaSpenlow.Recuerdoelcaso.Laopiniónpolicíacafuequeelhijodelacasa,JimAbercrombie,estabamezclado en el asunto…Era un jovenmuy gastador. Tenía unmontón de deudas, que pagóprecisamentedespuésdeocurridoelrobo…ElviejoAbercrombiedificultóunpocolascosas…yquisodistraerlaatencióndelapolicía.
—Erasólounaidea,señor—dijoSlack.
LaseñoritaMarplerecibióalinspectorSlackconsatisfacción,sobretodoalsaberqueloenviabaelcoronelMelchett.
—Vaya,laverdad,elcoronelMelchettesmuyamable.Nosabíaquemerecordaba.—Meindicóelcoronelquevinieraaverla,pues,sinduda,sabíatodoloqueocurreenSaintMary
Mead,quevalgalapena.—Esmuyamable,perolaverdadesquenosénadaenabsoluto.Quierodecir,conrespectoaeste
crimen.—Perosabeloquesemurmura.—Oh,claro…,peronovaunaarepetirsimpleshabladurías.—Ésta no es una conversación oficial —dijo Slack queriendo animarla—, sino una charla en
confianza,porasídecir.—¿Yquiereustedsaberloquedicelagente…seaonoverdad?—Esoes.—Bien,pues,desdeluego,sehablayseimaginamucho.Lasopinionessedividenendoscampos
opuestos, no sé sime comprende. Para empezar, hay personas que creen que ha sido elmarido. Enciertomodo,unmaridoounaesposa,eselsospechosomásnatural,¿nocree?
—Esposible—repusoelinspectorconprecaución.—Lavidaencomún…yasabe…ymuyamenudolapartemonetaria.Heoídodecirquequientenía
eldineroeralaseñoraSpenlowyquesuespososebeneficiaconsumuerte.Enesteperversomundo,suposicionesmenoscaritativasamenudoestánjustificadas.
—Sí,entraenposesióndeunabonitasuma.—Poreso…parecemuyverosímilquelaestrangulara,salieraporlapuertaposterioryvinieraami
casa a través de los campos, para preguntar por mí con la excusa de haber recibido una llamadatelefónica: luego regresar y descubrir que su mujer había sido asesinada durante su ausencia…Naturalmente,conlaesperanzadequeachacaranelcrimenacualquierladrónovagabundo.
—Yañadiendoaesolapartemonetaria…ysiúltimamentenosellevabanmuybien…—continuóelinspector.
—¡Oh,perosisellevabanmuybien!—interrumpiólaseñoritaMarple.—¿Losabeacienciacierta?—¡Si se hubieran peleado lo sabría todo el mundo! La doncella, Gladys Brent, hubiera hecho
circularlanoticiaportodoelpueblo.—Talveznolosupiera—dijoel inspectorsingranconvencimiento…yrecibiendoacambiouna
sonrisacompasiva.—Y luego tenemos la opinión del otro campo—prosiguió la señoritaMarple—:TedGerad.Un
jovenmuysimpático.Creoqueelaspectopersonaltienemuchaimportanciasobrelosdemás.¡Nuestroúltimovicarioprodujounefectomágico!Todaslasmuchachasibanalaiglesia…porlatardeyporlamañana.Ymuchasmujeresyamayoresdesplegaronunadesacostumbradaactividad…;¡ladezapatillasquelehicieron!Alpobrehombreleresultabamuyviolento.Pero…¿dóndeestaba?Oh,sí,hablabadeesejoven,TedGerad.Claroquesehahabladodeél.Veníaaverlamuyamenudo.Apesardequelapropia señora Spenlowme dijo que era miembro de un movimiento religioso que llaman el GrupoOxford.Creoquesonmuysincerosyesforzados,ylaseñoraSpenlowsesintiómuyimpresionada,
LaseñoritaMarpletomóunpocodealientoantesdeproseguir.—Yestoyconvencidadequenohayrazónparacreerquehubieraalgomásqueeso,peroyasabe
ustedcómoeslagente.MuchaspersonasopinanquelaseñoraSpenlowsedejóembaucarporesejoven,yqueleprestómuchodinero.Yespositivamenteciertoquelovieronenlaestaciónaqueldía…Eneltrendelasdosveintisiete.Perohubierasidomuysencilloparaélapearseporelladocontrarioysaltarlacercaynopasarporlaentradadelaestación.Deesemodonolohubieranvistoiralacasa.Yclaro,lagenteconsideraqueelatuendodelaseñoraSpenlowera,digamos,bastanteparticular.
—¿Particular?—Sí.Ibaenquimono—laseñoritaMarplesesonrojó—.Esoresultabastantesugestivoparaciertas
personas.—¿Yparaustedresultapositivo?—¡Oh,no,yonolocreo!Amímepareceperfectamentenatural.—¿Loconsideranatural?—Enaquellascircunstancias,sí—lamiradadelaseñoritaMarpleerafríayreflexiva.—Esopudieradarnosotromotivoparaelesposo.Celos—dijoelinspectorSlack.—¡Oh,no!ElseñorSpenlownohubierasentidonuncacelos.Esdeesoshombresquesedancuenta
delascosas.Sisuesposalehubieraabandonadodejándoleunanotaenlaalmohada,élseríaelprimeroenexplicarlo.
El inspector Slack se sintió interesado por el modo significativo con que le miraba. Tenía laimpresióndequetodasucharlapretendíaocultarlealgoqueélnoalcanzabaacomprender.
—¿Haencontradoalgunapista,inspector?—lepreguntólaseñoritaMarpleconciertoénfasis.—Hoyendíaloscriminalesnodejansushuellasdactilaresnipuntasdecigarros,señorita.—Puesyocreo…queestecrimenesanticuado…—¿Quéquieredecirconeso?—preguntóSlackconextrañeza.—CreoqueelalguacilPalkpuedeayudarle—repusolaseñoraMarpledespacio—.Fuelaprimera
personaenacudiral«escenariodelcrimen»,comodicen.
ElseñorSpenlowsehallabasentadoenunasillayparecíaasustado.Dijoconsuvozfinayprecisa:—Claroquepuedoimaginarmeloocurrido.Mioídonoestanfinocomoantes,perooíclaramente
cómounchiquillogritabatrasdemí:«¡Eh,mirenaeseasesino…!»Y…,esomediolaimpresióndequepensabaqueyo…habíamatadoamiqueridaesposa.
LaseñoritaMarple,cortandounarosamarchita,repuso:—Ésaes,sinduda,laimpresiónquequisodar.—Pero¿cómoesposiblequemetieranesaideaenlacabezadeunniño?—Pueslomásprobableesquelaasimilóescuchandolasopinionesdesusmayores—repusomiss
Marple.
—Usted…¿ustedcreedeverdadquelopiensantambiénotraspersonas?—LamitaddeloshabitantesdeSaintMaryMead.—Pero…miqueridaseñora…¿cómoesposiblequeseleshayaocurridounaideasemejante?Yo
queríasinceramenteamiesposa.Aellanoleagradabavivirenelcampotantocomoyoesperaba,peroelestardecompletoacuerdoentodoesunidealinasequible.Leaseguroquehesentidointensamentesupérdida.
—Esprobable.Perosimeperdonalediréquenoloparece.ElseñorSpenlowirguiócuantopudosumenguadafigura.—Miqueridaseñora,hacemuchosañosleíqueunfilósofochino,cuandotuvoquesepararsedesu
adoradaesposa,continuótranquilamentetocandosubatintínenlacalle,comoteníaporcostumbre…;me figuro que debe ser un pasatiempo chino. Los habitantes de aquella ciudad se sintieron muyimpresionadosporsuentereza.
—Mas la gente de Saint Mead ha reaccionado de un modo bastante distinto—dijo la señoritaMarple—.Lafilosofíachinanovaconellos.
—¿Peroustedlocomprende?MissMarpleasintió.—MibuentíoEnrique—explicó—eraunhombreconunextraordinariodominiodesímismo.Su
lemafue:«Nuncaexterioricestuemoción».Éltambiéneramuyaficionadoalasflores.—Estaba pensando que tal vez pudiera colocar una pérgola en el lado oeste de la casa —dijo
Spenlowconciertavehemencia—.Conrosasdeté,ytalvezglicinias…Yhayunaflorecitablanca,enformadeestrella,queahoranorecuerdocómosellama…
—Tengouncatálogomuybonito,confotografías—ledijolaseñoritaMarpleenuntonosemejantealqueempleabaparadirigirseasusobrinitodetresaños—.Talvezleagradarahojearlo.Yotengoqueirahoramismoalpueblo.
Y dejando al señor Spenlow sentado en el jardín con el catálogo, la señoritaMarple subió a suhabitación,envolvióapresuradamenteunvestidoenuntrozodepapelcastaño,ysaliendodelacasa,seencaminó a toda prisa a la oficina de Correos. La señorita Politt, la modista, vivía en una de lashabitacionesdelapartealtadeledificio.
Mas la señorita Marple no subió directamente la escalera. Eran las dos y media, y un minutodespués, el autobús de Much Benham se detendría ante la puerta de la oficina de Correos…constituyendo uno de los mayores acontecimientos de la vida cotidiana de Saint Mary Mead. Laencargadasaldríaatodaprisaarecogerlospaquetesrelacionadosconlapartedeventadesunegocio,puestambiénvendíadulces,librosbaratosyjuguetes.
DurantealgunosminutoslaseñoritaMarpleestuvosolaenlaoficinadeCorreos.Y hasta que la encargada hubo regresado a su puesto, no subió a ver a la señorita Politt para
explicarlequequeríaqueretocarasuviejovestidodecrepégrisylopusieraalamoda,aserposible.Lamodistaleprometióhacercuantopudiera.
El jefe de policía quedó bastante asombrado al saber que la señorita Marple deseaba verlo. Lasolteronaentródisculpándose:
—No sabe cuánto siento molestarlo. Sé que está muy ocupado, pero usted ha sido siempre tanamableconmigo,coronelMelchett,quecreíquedebíaverloaustedenvezdeacudiralinspectorSlack.EnprimerlugarnomegustaríacomplicaralalguacilPalk…Hablandocontodaclaridad,supongoque
élnohabríatocadonadaenabsoluto.ElcoronelMelchettestabaligeramenteextrañado.—¿Palk?EselalguacildeSaintMaryMead,¿verdad?¿Quéesloquehahecho?—Cogió un alfiler. Lo llevaba prendido en su traje y amí seme ocurrió que tal vez lo hubiese
cogidoencasadelaseñoraSpenlow.—Desdeluego.Pero,despuésdetodo,¿quéesunalfiler?Adecirverdad,locogiójuntoalcadáver
delaseñoraSpenlow.AyervinoSlackymelodijo…;mefiguroqueustedloobligóaello.Claroquenodebíahabertocadonada,perocomoledijeya,¿quéesunalfiler?Erasólounsimplealfiler.Deesosqueempleantodaslasmujeres.
—Oh,no,coronelMelchett,ahíesdondeseequivoca.Talvezalosojosdeunhombreparezcaunalfilervulgar,peronoloes.Setratadeunoespecial…muyfino…delosquesecompranporcajasyqueusanespecialmentelasmodistas.
Melchett la miraba mientras se iba haciendo una pequeña luz en su mente. La señorita Marpleinclinóvariasveceslacabezaenseñaldeasentimiento.
—Sí,naturalmente.Amímeparecetodoclaro.Llevabaelquimonoporqueibaaprobarsesunuevovestido,ynadamásabrirlapuerta,laseñoritaPolittdebiódeciralgodelasmedidasylepusolacintamétricaalrededordelcuello…yluegosutareaselimitóacruzarlayapretar…;muysencillo,segúnheoídodecir.Luegosaldríacerrandolapuerta,y,haciendoverqueacababadellegar,comenzóagolpearlaconelllamador.Maselalfilerdemuestraqueyahabíaestadoenlacasa.
—¿YfuelaseñoritaPolittlaquetelefoneóaSpenlow?—Sí.DesdelaoficinadeCorreos,a lasdosymedia…precisamentecuandollegaelautobúsyla
oficinasequedavacía.—Pero,miqueridaseñoritaMarple,¿porqué?Noesposiblecometeruncrimensinmotivo.—Bueno,amímeparece,coronelMelchett,portodoloqueheoído,queestecrimendatademucho
tiempoatrás.YestomerecuerdaamisdosprimosAntonioyGordon.Todo loquehacíaAntonio lesalíabien;encambio,Gordoneraelladoopuesto:perdíaenlascarrerasdecaballos,susvaloresbajaronysusaccionesfuerondepreciadas…Talcomoloveo,lasdosmujeresactuaronjuntas.
—¿Enqué?—En el robo. Hace mucho tiempo. Según he oído eran unas esmeraldas de gran valor. Fueron
robadasporladoncelladelaseñoraylaayudantedecamarera.Porquehayunacosaquetodavíanosehaexplicado…Cuandosecasóconeljardinero,¿dedóndesacaronelcapitalparamontarunatiendadeflores?La respuestaes:desuparteen la…rapiña…creoquees laexpresiónadecuada.Todo loqueemprendió le salió bien.El dinero trae dinero. Pero la otra, la doncella de la señora, debió ser pocoafortunada…y tuvoqueconformarseconserunamodistadepueblo.Luegovolvieronaencontrarse.Todo fue bien al principio, supongo, hasta que apareció en escena Ted Gerard. La señora Spenlowseguía sintiendo remordimiento e inclinación por todas las religiones emocionales. Este joven leapremiaríaparaque«hiciesefrentea loshechos»y«limpiarasuconciencia»,ymeatrevoaasegurarqueestabadispuestaahacerlo.MaslaseñoritaPolittnoloapreciabaasí…sinoquepodíaverseenlacárcelporundelitocometidomuchosañosatrás.Asíquedecidióponerfinatodoaquello.Metemoquehaya sido siempre una mujer perversa. No creo que hubiera movido ni un dedo para impedir queahorcaranalafableyestúpidoseñorSpenlow.
—Podemos… er… comprobar su teoría… si logramos identificar a la señorita Politt como ladoncelladelosAbercrombie—dijoelcoronelMelchett—,pero…
—Serámuysencillo—lotranquilizómissMarple—.Esdeesasmujeresqueconfesaráenseguidaalverse descubierta. Y, ¿sabe usted?, además tengo su cinta métrica. Se… se la quité distraídamentecuandomeestuvoprobandoayer.Cuandolaechedemenosysepaqueestáenmanosdelapolicía…bien,esunamujerignoranteycreeráqueesolaacusadefinitivamente.Noledarátrabajo,seloaseguro—terminó la solterona animándolo, con el mismo tono con que una tía suya le aseguró que no losuspenderíanenlosexámenesdeingresoenSandhurst.Yhabíaaprobado.
Elcasodeladoncellaperfecta
—Ah,porfavor,señora,¿podríahablarunmomentoconusted?Podría pensarse que esta petición era un absurdo, puesto que Edna, la doncellita de la señorita
Marple,estabahablandoconsuamaenaquellosmomentos.Sinembargo,reconociendolaexpresión,lasolteronarepusoconpresteza:—Desdeluego,Edna,entraycierralapuerta.¿Quéteocurre?Trascerrar lapuertaobedientemente,Ednaavanzóunospasosretorciendo lapuntadesudelantal
entresusdedosytragósalivaunpardeveces.—¿Ybien,Edna?—laanimólaseñoritaMarple.—Oh,señora,setratademiprimaGladdie.—¡Cielos!—repusolaseñoritaMarple,pensandolopeor,quesiempresueleresultarloacertado—.
No…¿noestaráenunapuro?Ednaapresuróseatranquilizarla.—Oh,no,señora,nadadeeso.Gladdienoesdeesaclasedechicas.Esporotracosaporloqueestá
preocupada.Haperdidosuempleo.—Losiento.EstabaenOldHall,¿verdad?,conlaseñorita…oseñoritas…Skinner.—Sí,señora.YGladdieestámuydisgustada…vayasiloestá.—Gladdiehacambiadomuyamenudodeempleodesdehacealgúntiempo,¿noesasí?—¡Oh, sí, señora! Siempre está cambiando. Gladdie es así. Nunca parece estar instalada
definitivamente,nosésimecomprendeusted.Perosiemprehabíasidoellalaquequisomarcharse.—¿Yestavezhasidoalcontrario?—preguntólaseñoritaMarpleconsequedad.—Sí,señora.YesohadisgustadoterriblementeaGladdie.La señoritaMarple pareció algo sorprendida.La impresiónque tenía deGladdie, que algunavez
viera tomando el té en la cocina en sus «días libres», era la de una joven robusta y alegre, detemperamentodespreocupado.
Ednaproseguía:—¿Sabeusted,señora?OcurrióporloqueinsinuólaseñoritaSkinner.—¿QuéesloqueinsinuólaseñoritaSkinner?—preguntólaseñoritaMarpleconpaciencia.EstavezEdnalapusoalcorrientedetodaslasnoticias.—¡Oh,señora!Fueungolpe terribleparaGladdie.Desaparecióunode losbrochesde laseñorita
Emiliay,claro,anadielegustaqueocurraunacosasemejante;esmuydesagradable,señora.YGladdielesayudóabuscarpor todaspartesylaseñoritaLaviniadijoqueibaa llamara lapolicíayentoncesapareciócaídoenlapartedeatrásdeuncajóndeltocador,yGladdiesealegrómucho.
»Y al día siguiente, cuando Gladdie rompió un plato, la señorita Lavinia le dijo que estabadespedidayquelepagaríaelsueldodeunmes.YloqueGladdiesienteesquenopudoserporhaberrotoelplato,sinoquelaseñoritaLavinialotomócomopretextoparadespedirla,cuandoelverdaderomotivo fue la desaparición del broche, ya que debió pensar que lo había devuelto al oír que iban allamar a la policía, y eso no es posible, puesGladdie nunca haría una cosa así.Y ahora circulará lanoticiayesoesalgomuyserioparaunachica,comoyasabelaseñora.
LaseñoritaMarpleasintió.Apesardenosentirningunasimpatíaespecialpor larobustaGladdie,estaba completamente segura de la honradez de la muchacha y de lo mucho que debía haberlatrastornadoaquelsuceso.
—Señora—siguióEdna—,¿nopodríahaceralgoporella?Gladdieestáenunmomentodifícil.—Dígalequenosea tonta—repuso laseñoritaMarple—.Siellanocogióelbroche…de locual
estoysegura…,notienemotivosparainquietarse.—Perosesabráporahí—repusoEdnacondesmayo.—Yo… er…, arreglaré eso esta tarde—dijo la señoritaMarple—. Iré a hablar con las señoritas
Skinner.—¡Oh,gracias,señora!
OldHalleraunaantiguamansiónvictorianarodeadadebosquesyparques.Puestoquehabíaresultadoinalquilableeinvendible,unespeculadorlahabíadivididoencuatropisosinstalandounsistemacentralde agua caliente, y el derecho a utilizar «los terrenos» debía repartirse entre los inquilinos. Elexperimento resultóunéxito.Unaanciana ricay excéntricaocupóunode lospisos con sudoncella.Aquella vieja señora tenía verdadera pasión por los pájaros y cada día alimentaba a verdaderasbandadas.Unjuezindioretiradoysuesposaalquilaronelsegundopiso.Unaparejadereciéncasados,el tercero,yel cuarto fue tomadodosmesesatráspordos señoritas solteras,yadeedad, apellidadasSkinner.Los cuatrogruposde inquilinosvivíandistantesunosdeotros, puestoqueningunode ellosteníanadaencomún.Elpropietarioparecíahallarsemuysatisfechoconaquelestadodecosas.Loqueéltemíaeralaamistad,queluegotraequejasyreclamaciones.
LaseñoritaMarpleconocíaatodoslosinquilinos,aunqueaningunoafondo.LamayordelasdoshermanasSkinner,laseñoritaLavinia,eraloquepodríallamarseelmiembrotrabajadordelaempresa.La más joven, miss Emilia, se pasaba la mayor parte del tiempo en la casa quejándose de variasdolenciasque, según laopinióngeneralde todoSaintMaryMead, eran imaginarias.Sólo la señoritaLaviniacreíasinceramenteenelmartiriodesuhermana,ydebuengradoibaunayotravezalpuebloenbuscadelascosas«quesuhermanahabíadeseadodepronto».
SegúnelpuntodevistadeSaintMaryMead,silaseñoritaEmiliahubierasufridolamitaddeloquedecía,yahubieseenviadoabuscaraldoctorHaydockmuchotiempoatrás.Perocuandoselosugeríancerrabalosojosconairedesuperioridadymurmurabaquesucasonoerasencillo…quelosmejoresespecialistasdeLondreshabíanfracasado…yqueunmédiconuevoymaravillosolateníasometidaauntratamientorevolucionarioconelcualesperabaquesusaludmejorara.Noeraposiblequeunvulgarmatasanosdepuebloentendierasucaso.
—Yyoopino—decíalafrancaseñoritaHartnell—quehacemuybienennollamarle.ElqueridodoctorHaydock,consucampechanería,ibaadecirlequenolepasanadayquenotieneporquéarmartantoalboroto.¡Yleharíamuchobien!
Sinembargo, laseñoritaEmilia,haciendocasoomisodeuntratamientotandespótico,continuabatendidaen losdivanes, rodeadadecajitasdepíldorasextrañas,yrechazandocasi todos losalimentosquelepreparaban,ypidiendosiemprealgo…porlogeneraldifícildeencontrar.
Gladdieabrió lapuertaa laseñoritaMarpleconunaspectomuchomásdeprimidode loqueéstapudoimaginar.Enlasalita,unacuartapartedelantiguosalón,quehabíasidodivididoparaformarelcomedor, la sala, un cuarto de baño y un cuartito de la doncella, la señoritaLavinia se levantó parasaludaralaseñoritaMarple.
Lavinia Skinner era una mujer huesuda de unos cincuenta años, alta y enjuta, de voz áspera yademanesbruscos.
—Celebroverla—ledijoa la solterona—.LapobreEmiliaestáechada…nose sientemuybienhoy.Esperoquelarecibaausted,esolaanimará,peroalgunasvecesnosesienteconánimosdevera
nadie.Lapobrecillaesunaenfermamaravillosa.LaseñoritaMarplecontestóconfrasesamables.Elservicioeraeltemaprincipaldeconversaciónen
SaintMaryMead,asíquenotuvodificultadendirigirlaenaquelsentido.¿Eraciertoloquehabíaoídodecir,queGladdieHolmes,aquellachicatanagradableytanatractiva,selesmarchaba?MissLaviniaasintió.
—Elviernes.Lahedespedidoporquelorompetodo.Nohayquienlasoporte.LaseñoritaMarplesuspiróydijoquehoyendíahayqueaguantartanto…queeradifícilencontrar
muchachasdeservicioenelcampo.¿EstababiendecididaadespediraGladdie?—Sé que es difícil encontrar servicio —admitió la señorita Lavinia—. Los Devereux no han
encontradoanadie…,peronomeextraña…siempreestánpeleando,noparandebailar jazzdurantetoda la noche… comen a cualquier hora…, y esa joven no sabe nada del gobierno de una casa.¡Compadezco a su esposo! Luego los Larkin acaban de perder a su doncella. Claro que con eltemperamentodeesejuezindioquequiereelChotaHarzicomoéldice,alasseisdelamañana,yelalborotoquearmalaseñoraLarkin,tampocomeextraña.Juanita,ladoncelladelaseñoraCarmichael,es la única fija…aunque yo la encuentromuy poco agradable y creo que tiene dominada a la viejaseñora.
—Entonces,¿nopiensarectificarsudecisiónconrespectoaGladdie?Esunachicamuysimpática.Conozcoatodalafamilia;sonmuyhonrados.
—Tengomisrazones—dijolaseñoritaLaviniadándoseimportancia.—Tengoentendidoqueperdióustedunbroche…—murmurólaseñoritaMarple.—¿Porquiénlohasabido?Supongoquehabrásidoellaquienselohadicho.Confranqueza,estoy
casi seguraque fueellaquien locogió.Y luego,asustada, lodevolvió;pero, claro,nopuededecirsenadaamenosdeque seestébien seguro—Cambióde tema—.VengaustedaveraEmilia, señoritaMarple.Estoyseguradequeleharámuchobienunratitodecharla.
LaseñoritaMarplelasiguióobedientementehastaunapuertaalacualllamólaseñoritaLavinia,yunavez recibieron autorización para pasar, entraron en lamejor habitación del piso, cuyas persianassemiechadas apenas dejaban penetrar la luz. La señorita Emilia hallábase en la cama, al parecerdisfrutandodelapenumbraysusinfinitossufrimientos.
Laescasa luzdejabaverunacriaturadelgada,deaspecto impreciso,conunamarañadepelogrisamarillento rodeando su cabeza, dándole el aspecto de un nido de pájaros, del cual ningún ave sehubierasentidoorgullosa.Seolíaaaguadecolonia,abizcochosyalcanfor.
Conlosojosentornadosyvozdébil,EmiliaSkinnerexplicóqueaquéleraunodesus«díasmalos».—Lo peor de estar enfermo—dijoEmilia en tonomelancólico—es que uno se da cuenta de la
cargaqueresultaparalosdemás.LaseñoritaMarplemurmuróunaspalabrasdesimpatía,ylaenfermacontinuó:—¡Laviniaestanbuenaconmigo!Lavinia,querida,noquisieradarteestetrabajo,perosipudieras
llenarmi botella de agua caliente como amíme gusta…Demasiado llename pesa…y si lo está amediasseenfríainmediatamente.
—Losiento,querida.Dámela.Telavaciaréunpoco.—Bueno,yaquevasahacerlo, talvezpudierasvolveracalentarelagua.Supongoquenohabrá
galletasencasa…no,no,no importa.Puedopasarmesinellas.Conunpocode téyuna rodajitadelimón…¿no hay limones?La verdad, no puedo tomar té sin limón.Me parece que la leche de estamañanaestabaunpocoagria,yporesonoquieroponerlaenelté.Noimporta.Puedopasarmesinté.
Sóloqueme siento tandébil…Dicenque las ostras sonmuynutritivas.Tal vez pudiera tomar unaspocas…No…no…Esdemasiadodifícilconseguirlassiendotantarde.Puedoayunarhastamañana.
Laviniaabandonólaestanciamurmurandoincoherentementequeiríaalpuebloenbicicleta.LaseñoritaEmiliasonriódébilmenteasuvisitanteyvolvióarecalcarqueodiabadarquehaceralos
quelarodeaban.AquellanochelaseñoritaMarplecontóaEdnaquesuembajadanohabíatenidoéxito.
Se disgustó bastante al descubrir que los rumores sobre la poca honradez de Gladdie se ibanextendiendoporelpueblo.EnlaoficinadeCorreos,laseñoritaKetherbyleinformó:
—MiqueridaJuana,lehandadounarecomendaciónescritadiciendoqueesbiendispuesta,sensatayrespetable,peronohablanparanadadesuhonradez.¡Esomeparecemuysignificativo!Heoídodecirqueseperdióunbroche.Yocreoquedebehaberalgomás,porquehoydíanosedespideaunasirvientaamenosqueseaporunacausagrave.¡Estandifícilencontrarotra…!LaschicasnoquiereniraOldHall. Tienen verdadera prisa por volver a sus casas en los días libres.Ya verá usted, las Skinner noencontraránanadiemás,ytalvezentoncesesahipocondríacatendráquelevantarseyhaceralgo.
Grande fue el disgusto de todo el pueblo cuando se supo que las señoritas Skinner habíanencontrado nueva doncella pormedio de una agencia, y que por todos conceptos era unmodelo deperfección.
—Tenemosbonísimasreferenciasdeunacasaenlaquehaestado«tresaños»,prefiereelcampoypidemenosqueGladdie.Laverdadesquehemossidomuyafortunadas.
—Bueno, laverdad—repuso la señoritaMarple, aquienmissLaviniaacababade informaren lapescadería—.Parecedemasiadobuenoparaserverdad.
YenSaintMaryMeadse fue formando laopinióndequeelmodelo searrepentiría enelúltimomomentoynollegaría.
Sinembargo,ningunodeesospronósticos se cumplió,y todoelpueblopudocontemplar a aqueltesoro doméstico llamado Mary Higgins, cuando pasó en el taxi de Red en dirección a Old Hall.Tuvieronqueadmitirquesuaspectoerainmejorable…eldeunamujerrespetable,pulcramentevestida.
Cuando la señoritaMarple volvió de visita a Old Hall conmotivo de recolectar objetos para latómboladelvicariato,leabriólapuertaMaryHiggins.Era,sindudaalguna,unadoncellademuybuenaspecto.Representabaunoscuarentaaños,teníaelcabellonegroycuidado,mejillassonrosadasyunafigura rechonchadiscretamentevestidadenegro,condelantalblancoycofia…«elverdadero tipodedoncellaantigua», como luegoexplicó la señoritaMarple,yconunavozmesuraday respetuosa, tandistintaalaaltisonanteyexageradadeGladdie.
LaseñoritaLaviniaparecíamenoscansadaquedecostumbre,aunqueapesardeelloselamentódenopoderconcurriralatómboladebidoalaconstanteatenciónquerequeríasuhermana;noobstanteleofreciósuayudamonetariayprometiócontribuirconvarioslimpiaplumasyzapatitosdeniño.
LaseñoritaMarplelafelicitóporsumagníficoaspecto.—LaverdadesqueselodeboprincipalmenteaMary.Estoycontentadehabertomadolaresolución
dedespedira laotrachica.Maryesmaravillosa.Guisamuybien,sabeservir lamesa,ytieneelpisosiemprelimpio…,dalavueltaalcolchóntodoslosdías…yseportaestupendamenteconEmilia.
LaseñoritaMarpleapresuróseapreguntarporlasaluddeEmilia.—Oh, pobrecilla, últimamente ha sentidomucho el cambio de tiempo. Claro, no puede evitarlo,
peroalgunasvecesnoshacelascosasalgodifíciles.Quierequeselepreparenciertascosas,ycuandoselasllevamos,dicequenopuedecomerlas…yluegolasvuelveapediralcabodemediahora,cuandoya
sehanestropeadoyhayquehacerlasdenuevo.Eso representa,naturalmente,mucho trabajo…,peropor suerte a Mary parece que no le molesta. Está acostumbrada a servir a inválidos y sabecomprenderlos.Esunagranayuda.
—¡Cielos!—exclamólaseñoritaMarple—.¡Vayasuerte!—Sí,desdeluego.MeparecequeMarynoshasidoenviadacomolarespuestaaunaplegaria.—Casime parece demasiado buena para ser verdad—dijo la señoritaMarple—.Yo de usted…
bueno…yoensulugariríaconcuidado.LaviniaSkinnerpareciónocaptarlaintencióndelafrase.—¡Oh!—exclamó—.Leaseguroqueharétodoloposibleparaqueseencuentreagusto.Nosélo
queharíasisemarchara.—Nocreoquesemarchehastaquesehayapreparadobien—comentólaseñoritaMarplemirando
fijamenteaLavinia.—Cuandonosetienenpreocupacionesdomésticas,unosequitaungranpesodeencima,¿verdad?
¿QuétalseportalapequeñaEdna?—Puesmuybien.Claroquenotienenadadeextraordinario.NoescomoesaMary.Sinembargo,la
conozcoafondo,puestoqueesunamuchachadelpueblo.Alsaliralrecibidorseoyólavozdelainválidaquegritaba:—Esas compresas se han secado del todo… y el doctor Allerton dijo que debían conservarse
siemprehúmedas.Vayadéjelas.Quiero tomaruna tazade téyunhuevopasadoporagua…quesólohayacocidotresminutosymedio,recuérdelo.YvayaadeciralaseñoritaLaviniaquevenga.
LaeficienteMary,saliendodeldormitorio,dirigiósehaciaLavinia.—LaseñoritaEmilialallama,señora.YdichoestoabriólapuertaalaseñoritaMarple,ayudándolaaponerseelabrigoytendiéndoleel
paraguasdelmodomásirreprochable.LaseñoritaMarpledejócaerelparaguasyalintentarrecogerloselecayóelbolsodesparramándose
todosucontenido.Mary,todaamabilidad,laayudóarecogervariosobjetos…unpañuelo,unlibritodenotas,unabolsitadecueroanticuada,doschelines,trespeniquesyunpedazodecaramelodementa.
LaseñoritaMarplerecibióesteúltimoconmuestrasdeconfusión.—¡Oh,Diosmío!,debehabersidoelniñodelaseñoraClement.Recuerdoqueloestabachupandoy
mecogióelbolsoyestuvojugandoconél.Debiódemeterlodentro.¡Quépegajosoestá!—¿Quierequelotire,señora?—¡Oh,sinolemolesta…!¡Muchasgracias…!Mary se agachó para recoger por último un espejito, que hizo exclamar a la señoritaMarple al
recuperarlo:—¡Quésuertequenosehayaroto!YabandonólacasadejandoaMarydepiejuntoalapuertaconunpedazodecaramelodementaen
lamanoyunrostrocompletamenteinexpresivo.Durantediez largosdías todoSaintMaryMead tuvoquesoportareloírpregonar lasexcelenciasdeltesorodelasseñoritasSkinner.
Alundécimo,elpuebloestremecióseantelagrannoticia.¡Mary,elmodelodesirvienta,habíadesaparecido!Nohabíadormidoensucamayencontraronla
puertadelacasaabiertadeparenpar.Semarchótranquilamente,durantelanoche.¡Y no era sóloMary lo que había desaparecido! Sino además, los broches y cinco anillos de la
señoraLavinia;ytressortijas,unpendentif,unapulseraycuatroprendedoresdemissEmilia.Eraelprimercapítulodelacatástrofe.LajovenseñoraDevereuxhabíaperdidosusdiamantes,que
guardabaenuncajónsinllave,ytambiénalgunaspielesvaliosas,regalodebodas.Eljuezysuesposanotaron ladesaparicióndevarias joyasyciertacantidaddedinero.La señoraCarmichael fue lamásperjudicada.Nosólolefaltaronalgunasjoyasdegranvalor,sinoqueunaconsiderablesumadedineroqueguardabaensupisohabíavolado.Aquellanoche,Juanahabíasalidoysuamateníalacostumbredepasearporlosjardinesalanochecerllamandoalospájarosyarrojándolesmigasdepan.EraevidentequeMary,ladoncellaperfecta,habíaencontradolasllavesqueabríantodoslospisos.
HayqueconfesarqueenSaintMaryMeadreinabaciertamalsanasatisfacción.¡LaseñoritaLaviniahabíaalardeadotantodesumaravillosaMary…!
—Y,total,haresultadounavulgarladrona.Aestosiguieroninteresantesdescubrimientos.Mary,nosólohabíadesaparecido,sinoquelaagencia
quelacolocópudocomprobarquelaMaryHigginsquerecurrióaellosycuyasreferenciasdieronporbuenas,eraunaimpostora.LaverdaderaMaryHigginseraunafielsirvientaquevivíaconlahermanadeunvirtuososacerdoteenciertolugardeCornwall.
—Ha sido endiabladamente lista—tuvo que admitir el inspector Slack—.Y si quieren sabermiopinión,creoqueesamujertrabajaconunabandadeladrones.HaceunañohubouncasoparecidoenNorthumberland.Nolacogieronnipudorecuperarselorobado.Sinembargo,nosotrosloharemosalgomejor.
ElinspectorSlackeraunhombredecaráctermuyoptimista.Noobstante,ibantranscurriendolassemanasyMaryHigginscontinuabatriunfalmenteenlibertad.
EnvanoelinspectorSlackredoblabalaenergíaqueleeracaracterística.La señoraLaviniapermanecía llorosa, y la señoritaEmilia estaba tan contraída e inquieta por su
estadoqueenvióabuscaraldoctorHaydock.ElpuebloenteroestabaansiosoporconocerloqueopinabadelaenfermedaddemissEmilia,pero,
claro,nopodíanpreguntárselo.Sinembargo,pudieron informarsegraciasal señorMeek,elayudantedel farmacéutico,que salíaconClara, ladoncellade la señoraPrice-Ridley.Entonces se supoqueeldoctorHaydocklehabíarecetadounamezcladeasafétidayvaleriana,quesegúnelseñorMeek,eraloquedabanalosmaulasdelEjércitoquesefingíanenfermos.
Pocodespuéssupieronque laseñoritaEmilia,carentede laatenciónmédicaqueprecisaba,habíadeclaradoqueensuestadodesaludconsiderabanecesariopermanecercercadelespecialistadeLondresquecomprendíasucaso.DijoquelohacíasobretodoporLavinia.
Elpisoquedóporalquilar.Varios días después, la señorita Marple, bastante sofocada, llegó al puesto de la policía de MuchBenhampreguntandoporelinspectorSlack.
Al inspector Slack no le era simpática la señoritaMarple, pero se daba cuenta de que el jefe dePolicía,coronelMelchett,nocompartíasuopinión.Porlotanto,aunquedemalagana,larecibió.
—Buenastardes,señoritaMarple.¿Enquépuedoservirla?—¡Oh,Diosmío!—repusolasolterona—.Veoquetieneustedmuchaprisa.—Haymuchotrabajo—replicóelinspectorSlack—;peropuedodedicarleunosminutos.—¡Oh, Diosmío! Espero saber exponer con claridad lo que vengo a decirle. Resulta tan difícil
explicarse,¿no locreeustedasí?No, talvezustedno.Pero,compréndalo,nohabiendosidoeducadaporelsistemamoderno…,sólotuveunainstitutrizquemeenseñabalasfechasdelreinadodelosreyes
deInglaterrayculturageneral…DoctorBrewer…, tresclasesdeenfermedadesdel trigo…pulgón…añublo…y,¿cuáleslatercera?,¿tizón?
—¿Havenidoahablarmedeltizón?—preguntóleelinspector,enrojeciendoactoseguido.—¡Oh,no,no!—apresurósearespondermissMarple—.Hasidounejemplo.Yquésuperfluoes
todoeso,¿verdad…?,peronoleenseñanaunoanoapartarsedelacuestión,queesloqueyoquiero.SetratadeGladdie,yasabe,ladoncelladelasseñoritasSkinner.
—MaryHiggins—dijoelinspectorSlack.—¡Oh, sí! Ésa fue la segunda doncella; pero yome refiero aGladdieHolmes…, unamuchacha
bastante impertinente y demasiado satisfecha de sí misma, pero muy honrada, y por eso es muyimportantequeselarehabilite.
—Queyosepanohayningúncargocontraella—repusoelinspector.—No;yaséquenoselaacusadenada…,peroesoaúnresultapeor,porqueyasabeusted,lagente
se imagina cosas. ¡Oh, Dios mío…, sé que me explico muy mal! Lo que quiero decir es que loimportanteesencontraraMaryHiggins.
—Desdeluego—replicóelinspector—.¿Tieneustedalgunaidea?—Puesadecirverdad,sí—respondiólaseñoritaMarple—.¿Puedohacerleunapregunta?¿Nole
sirvendenadalashuellasdactilares?—¡Ah!—repusoelinspectorSlack—.Ahíesdondefuemáslistaquenosotros.Hizolamayorparte
deltrabajoconguantesdegoma,segúnparece.Yhasidomuyprecavida…,limpiótodaslasquepodíahaberensuhabitaciónyenlafregadera.¡Noconseguimosdarconunasolahuellaentodalacasa!
—Ysilastuviera,¿leserviríandealgo?—Esposible,señora.PudieraserquelasconocieranenelYard.¡Noseríaéstesuprimerhallazgo!LaseñoritaMarpleasintiómuycontentayabriendosubolsosacóunacajadetarjetas;ensuinterior,
envueltoenalgodones,habíaunespejito.—Eseldemimonedero—explicó—.Enélestánlashuellasdigitalesdeladoncella.Creoqueestán
bienclaras…puestoqueantestocóunasustanciamuypegajosa.Elinspectorestabasorprendido.—¿Lasconsiguióapropósito?—¡Naturalmente!—¿Entonces,sospechabayadeella?—Bueno,¿sabeusted?,mepareciódemasiadoperfecta.YasíselodijealaseñoritaLavinia,pero
no supo comprender la indirecta. Inspector, yo no creo en las perfecciones. Todos nosotros tenemosnuestrosdefectos…yelserviciodomésticolossacaarelucirbienpronto.
—Bien—repusoelinspectorSlack,recobrandosuaplomo—.Estoysegurodequedeboestarlemuyagradecido.EnviaréelespejoalYardyaverquédicen.
Se calló de pronto. La señoritaMarple había ladeado ligeramente la cabeza y le contempló confijeza.
—¿Yporquénomiraalgomáscerca,inspector?—¿Quéquieredecir,señoritaMarple?—Esmuydifícildeexplicar,perocuandounoseencuentraantealgofueradelocorriente,nodeja
denotarlo…Apesardequeamenudopuedenresultarsimplesnaderías.Hacetiempoquemedicuenta,¿sabe?MerefieroaGladdieyalbroche.Ellaesunachicahonrada;nolocogió.Entonces,¿porquéloimaginóasí la señoritaSkinner?MissLavinianoes tonta…,muyal contrario. ¿Porqué tenía tantos
deseosdedespediraunachicaqueeraunabuenasirvienta,cuandoestandifícilencontrarservicio?Esomeparecióalgofueradelocorriente…,yempecéapensar.Pensémucho.¡Ymedicuentadeotracosarara!LaseñoritaEmiliaesunahipocondríaca,peroes laprimerahipocondríacaquenohaenviadoabuscar en seguida a uno u otromédico. Los hipocondríacos adoran a losmédicos. ¡Pero la señoritaEmilia,no!
—¿Quéesloqueinsinúa,señoritaMarple?—Pues que las señoritas Skinner son unas personasmuy particulares. La señoritaEmilia pasa la
mayorpartedeltiempoenunahabitaciónaoscuras,ysiesoquellevanoesunapeluca…¡mecomomimoñopostizo!Yloquedigoesesto:queesperfectamenteposiblequeunamujerdelgada,pálidaydecabellosgrisessea lamismaque la robusta,morenaysonrosada…puestoquenadiepuededecirquehaya visto alguna vez juntas a la señorita Emilia y aMary Higgins. Necesitaron tiempo para sacarcopiasdetodaslasllaves,yparadescubrirtodoloreferentealavidadelosdemásinquilinos,yluego…huboquedeshacersedelamuchachadelpueblo.LaseñoritaEmiliasaleunanocheadarunpaseoporelcampoyalamañanasiguientellegaalaestaciónconvertidaenMaryHiggins.Yluego,enelmomentopreciso, Mary Higgins desaparece y con ella la pista. Voy a decirle dónde puede encontrarla,inspector…¡EnelsofádeEmiliaSkinner…!Miresihayhuellasdactilares,sinomecree,peroveráquetengorazón.Sonunpardeladronaslistas…esasSkinner…sindudaencombinaciónconunvendedordeobjetosrobados…ocomosellame.¡Peroestaveznoseescaparán!Novoyaconsentirqueunadelasmuchachasdelalocalidadseaacusadadeladrona.GladdieHolmesestanhonradacomolaluzdeldíayvaasaberlotodoelmundo.¡Buenastardes!
LaseñoritaMarplesaliódeldespachoantesdequeelinspectorSlackpudierarecobrarse.—¡Cáspita!—murmuró—.¿Tendrárazón,acaso?NotardóendescubrirquelaseñoritaMarplehabíaacertadounavezmás.ElcoronelMelchettfelicitóalinspectorSlackporsueficaciaylaseñoritaMarpleinvitóaGladdiea
tomar el té con Edna, para hablar seriamente de que procurara no dejar un buen empleo cuando loencontrara.
Elcasodelaviejaguardiana
—Bueno—dijoeldoctorHaydockasupaciente—.¿Quétalseencuentrahoy?LaseñoritaMarplelesonrióbeatíficamentedesdelasalmohadas.—Supongoqueestoymejor—admitió—;peromesientoterriblementedecaída.Nopuedodejarde
pensarquehubierasidomuchomejorquehubiesemuerto.Despuésdetodo,soyunaanciana.Nadiemequiereniseacuerdademí.
EldoctorHaydocklainterrumpióconsuhabitualbrusquedad.—Sí, sí; la reacción típica después de este tipo de gripe. Lo que usted necesita es algo que la
distraiga.Untónicomental.LaseñoritaMarplesonriómoviendolacabeza.—Yloqueesmás—continuóeldoctorHaydock—.¡Hetraídoconmigolamedicina!Ypusoungransobreencimadelacama.—Esloquenecesita.Laclasederompecabezasquelapondrábuena.—¿Unrompecabezas?—LaseñoritaMarpleparecíainteresada.—Esunpequeñotrabajoliterario…—dijoeldoctorenrojeciendountanto—.Intentéconvertirloen
unahistoria.Éldijo,elladijo,lachicaPensó…,etcétera.Loshechosdelrelatosonciertos.—Pero¿porquédicequeesunrompecabezas?—preguntólaseñoritaMarple.—Porqueustedtienequeencontrarlasolución.—Élsonrió—.Quieroversiesustedtaninteligente
comosiemprehademostradoserlo.Ydichoestosedespidió.LaseñoritaMarplecogióelmanuscritoycomenzóaleer.
***—¿Ydóndeestálanovia?—preguntólaseñoritaHarmonentonojovial.
TodoelpuebloestabadeseosodeveralaricayjovenesposaqueHarryLaxtonsehabíatraídodelextranjero. La impresión general era que Harry…, un jovenmalvado e incorregible…, había tenidomuchasuerte.TodoelmundoexperimentósiempreunsentimientodeindulgenciahaciaHarry.Inclusolospropietariosdelasventanasvíctimasdelusodeuntiradorsintierondisiparsesuindignaciónantelaexpresiónarrepentidadelmuchacho.Habíarotocristales,robadoenloshuertos,cazadoconejosenlosvedadosymástardecontrajodeudas,yseenredóconlahijadelestanquero…,peroluegoladejóyfueenviado a África… y el pueblo, representado por varias solteronas maduras, murmuró, indulgente:«¡Ah,bueno!¡Excesosdejuventud!¡Yasentarálacabeza!»
Yahora,elhijopródigohabíavuelto…,noen ladesgracia, sinoenplenoéxito.HarryLaxtonse«hizobueno».Desarraigósusvicios,trabajódefirme,yporfincontrajomatrimonioconunajovencitaanglo-francesaposeedoradeunaconsiderablefortuna.
Harry pudo haber decidido vivir enLondres o comprar una finca en algún condado de caza queestuvierademoda,masprefirióregresaraaquellapartedelpaísqueeraunhogarparaél.Ydelmodomásromántico,adquiriólaspropiedadesabandonadasdeDowerHousedondetranscurrierasuniñez.
Kingsdean House había permanecido sin alquilar durante cerca de sesenta años, cayendogradualmenteen ladecadenciayabandono.Unviejoguardiány suesposahabitabanenunalade lacasa. Era una mansión grandiosa e impresionante, cuyos jardines estaban invadidos por espesavegetaciónentrelaqueemergíanlosárbolescomoseresencantados.
DowerHouseeraunacasaagradableysinpretensionesqueduranteañostuvoalquiladaelmayorLaxton,padredeHarry.Cuandoniño,elmuchachohabíavagadoporlaspropiedadesdeKingsdeany
conocíapalmoapalmolosintrincadosbosques,ylapropiacasa,quesiemprelefascinó.HaciavariosañosquemurieraelmayorLaxton,yporesosepensóqueHarryyanoteníalazosque
loatrajeran…y,sinembargo,volvióalhogardesuniñezyllevóaélasuesposa.LaviejayarruinadaKingsdeanHousefuedemolida,yunejércitodecontratistasyobreroslareconstruyeronenbrevísimotiempo. La riqueza consigue verdaderas maravillas. Y la nueva casa, blanca y rosa, surgióresplandecienteentrelosárboles.
Luego acudió un pelotón de jardineros, a los que siguió una procesión de camiones cargados demuebles.
Lacasaestabalista.Llegaronloscriados,yporúltimounlujosísimoautomóvildepositóaHarryyasuesposaantelapuertaprincipal.
Todoelpuebloapresuróseavisitarle,ylaseñoritaPrice,dueñadelamayorcasadelalocalidad,yqueseconsiderabalanúmerounoensociedad,enviótarjetasdeinvitaciónparaunafiesta«enhonordelanovia».
Fueungranacontecimiento.Variasseñorasestrenaronvestidos,ytodoelmundosesentíaexcitadoycurioso,ansiandoconoceraaquellacriatura¡Decíanquesemejabasalidadeuncuentodehadas!
LaseñoritaHarmon,lasolteronafrancaybonachona,lanzóinmediatamentesupregunta,mientrasse abría paso a través del concurrido salón, y miss Brent, otra solterona delgada y agriada, le fueinformando.
—¡Oh, querida, es encantadora! Y tan educada y joven. La verdad, una siente envidia al ver aalguiencomoellaquelotienetodo:buenapresencia,dineroyeducación…,esdistinguidísima,nadadevulgar…¡ytieneaHarrytanenamorado…!
—¡Ah!—exclamólaseñoritaHarmon—.Llevanmuypocotiempodecasados.—¡Oh,querida!¿Deverascrees…?—Loshombressonsiemprelosmismos.Elquehasidounalegrevividor,losiguesiendosiempre.
Losconozcobien.—¡Diosmío!,pobrecilla.—LaseñoritaBrentparecíamuchomássatisfecha.—Sí, supongo que va a tener trabajo con él. Alguien debiera avisaría. ¿Sabrá algo de su vida
pasada?—Meparecemuypocodigno—dijolaseñoritaBrent—quenolehayacontadonada.Sobretodo
habiendosólounafarmaciaentodoelpueblo.Puesto que la en otro tiempo hija del estanquero estaba ahora casada con el señor Edge, el
farmacéutico.—Seriamuchomásagradable—dijolaseñoritaBrent—quelaseñoraLaxtontrataseconBootsen
MuchBenham.—MeatrevoaasegurarqueelmismoHarryselopropondrá—repusomissHarmon,convencida.Ydenuevocruzaronunamiradasignificativa.—Pero,desdeluego,yocreoqueelladebierasaberlo—concluyólaseñoritaHarmon.
***—¡Salvajes! —dijo Clarice Vane indignada, a su tío, el doctor Haydock—. Algunas personas soncompletamentesalvajes.
Éllamirabaconcuriosidad.Eraunamuchachaalta,morena,bonita,ardienteeimpulsiva.Susgrandesojoscastañosbrillabande
indignaciónaldecir:
—Todasesasarpías…diciendo…insinuandocosas…—¿SobreHarryLaxton?—Sí,acercadesuaventuraconlahijadelestanquero.—¡Oh, eso…! —El doctor encogióse de hombros—. La mayoría de los hombres han tenido
aventurasdeestaíndole.—Naturalmente.Y todo ha terminado.Así, ¿por qué volver a ello y sacarlo a relucir al cabo de
tantosaños?Escomoloscuervos,quesecebanenloscadáveres.—Querida,yocreoqueésaesunasimpleopinióntuya.Tienentodostanpocodequéhablar,que
tiendenasacaralaluzpasadosescándalos.Perosientocuriosidadporsaberporquétepreocupatanto.ClariceVanemordióseellabioyenrojeció,antesderesponderconvozvelada.—¡Parecen…tan felices!Merefieroa losLaxton.Son jóvenesyestánenamorados,y lavida les
sonríe. Aborrezco pensar que puedan destrozar su felicidad con cuchicheos, indirectas y todas esasbestialidadesdequesoncapaces.
—¡Hum!Comprendo.—Acabo de hablar con él —continuó Clarice—. ¡Es tan feliz y está tan excitado, ansioso y…
emocionado…porhaberpodidorealizarsudeseodereconstruirKingsdean!Pareceunniño.Yella…bien,supongoquenohahechonadamaloentodasuvida.Siemprehatenidodetodo.Túlahasvisto.¿Quéopinasdeella?
Eldoctornada respondiódemomento.Paraotraspersonas,LuisaLaxtonpodíaserunmotivodeenvidia.Unaniñamimadaporlafortuna.Aélsóloletrajolamemoriaunacanciónpopularqueoyeramuchosañosatrás«Pobreniñarica…»
***—¡Uf!—Eraunsuspirodealivio.
Harryvolviósedivertidoparamirarasuesposa,mientrassealejabandelafiestaensuautomóvil.—Querido,¡quéreunióntanespantosa!Harryechóseareír.Sí, bastante. No te importe cariño. Ya sabes, tenía que suceder. Todas esas viejas solteronasme
conocen desde que era niño, y se hubieran sentido terriblemente decepcionadas de no haber podidocontemplartebiendecerca.
Luisahizounamueca.—¿Tendremosquetrataramuchas?¿Qué? ¡Oh, no!, vendrán a verte, tú les devuelves la visita y ya no necesitas preocuparte más.
Puedestenerlasamistadesquegustes,aquíodondesea.Luisapreguntóalcabodeunpardeminutos:—¿Nohayningúnlugardediversiónporaquícerca?—¡Oh,sí!Elcondado.Aunqueesposiblequetambiénteparezcaalgoaburrido.Sóloseinteresan
porbulbos,perrosycaballos.Claroquepuedesmontar.Esotedistraerá.EnEllingtonhayuncaballoquequieroqueveas.Esunanimalmuyhermoso,perfectamenteadiestrado,notieneelmenorvicioyesmuyfogoso.
ElcocheaminorólamarchaparatomarlacurvaycruzarlaverjadeKingsdean.Harryapretóconfuerzaelvolanteylanzóunjuramentoalverunafiguragrotescaplantadaenmediodelaavenida,yquepor suerte consiguió esquivar a tiempo.La aparición siguió en elmismo sitio,mostrándole un puñocrispadoylanzandomaldiciones.
LuisaseasiódelbrazodeHarry.—¿Quiénesesa…esahorriblevieja?—EslaviejaMurgatroyd.Ellaysumaridoeranlosguardianesdelaantiguacasa.Vivieronenella
durantecercadetreintaaños.—¿Porquétehaamenazadoconelpuño?Harryenrojeció.—Ella…,bueno,estádolidaporqueheechadoabajolacasa.Claroquerecibióunaindemnización.
Sumaridomurióhacedosañosydesdeentonceslapobremujerestáalgotrastornada.—¿Está…,estáenlamiseria?Las ideas de Luisa eran vagas y en cierto modo melodramáticas. Los ricos siempre evitan
enfrentarseconlarealidad.—¡Cielosanto,Luisa,quéocurrencia!Yoleotorguéunapensión,naturalmente,ybuena.Lebusque
nuevoalojamientoydemás.—¿Entoncesporquéobraasí?—preguntóLuisa,extrañada,Harryhablafruncidoelentrecejo.—¡Oh!,¿cómovoyasaberlo?¡Locuras!Adorabaaquellacasa.—Peroeraunaruina,¿verdad?—Claro que si…, se estaba cayendo…, el tejado se hundía…, era peligroso. De todas maneras
supongoquesignificabaalgoparaella.¡Habíavividotantotiempoaquí…!¡Oh,nolosé!Creoquedebeestarloca.
—Creo…quenoshamaldecido—dijoLuisainquieta—.Oh,Harry,ojalánolohubierahecho.ALuisa leparecíaquesunuevacasaestabaenvenenadapor lafiguramalévoladeaquellavieja loca.Cuandosalíaensuautomóvil,montabaacaballo,paseabaconlosperros,siempreencontrabaaaquellamujer esperándola. Encorvada, con un astroso sombrero sobre sus greñas grises, y murmurando suletaníadeimprecaciones.
Luisahabla llegadoacreerqueHarry teníarazón…,que laviejaestaba loca.Sinembargo,aquelestadodecosaslacontrariaba.LaseñoraMurgatroydnuncaibaalacasa,niamenazabaconcretamente.Elrecurrira lapolicíahubierasidoinútil,yHarryLaxtoneracontrarioaemplearesemedio,yaque,según él, aquello habría de despertar las simpatías del pueblo hacia la vieja.Tomó aquel asunto conmuchamástranquilidadqueLuisa.
—No te preocupes, cariño. Ya se cansará de estas tonterías. Probablemente sólo quiere poner apruebanuestrapaciencia.
—No,Harry.Nos…¡nosodia!Medoycuenta.Ynosmaldice.—Noesunabruja,querida,aunqueloparezca.Notetorturesporunacosaasí.Luisaguardabasilencio.Ahoraquesehabíadisipadoelajetreodelainstalación,sentíasemuysola,
ycomoenunlugarperdido…EllaestabaacostumbradaavivirenLondresylaRiviera,ynoconocíanigustabade lavidaenelcampo. Ignoraba todo lo referentea jardinería,exceptoelcapítulo final:«Elarreglodelasflores».Nolegustabanlosperros,ylamolestabansusvecinos.Cuandomásdisfrutabaera montando a caballo, algunas veces con Harry, y otras, sola, si él estaba ocupado por la finca.Galopabaporlosbosquesyprados,disfrutandodeaquelbellopaisajeydelhermosocaballoqueHarryle había comprado. InclusoPríncipeHall, que era un corcel castaño muy sensible, acostumbraba aencabritarseyrelincharcuandopasabaconsuamaantelafigurasiniestradelaviejaencorvada.
UndíaLuisasearmódevalor.Habíasalidodepaseo,yalpasarante laseñoraMurgatroyd,hizo
comoquenolaveía,perodeprontodandomediavueltafuederechahaciaellaylepreguntócasisinaliento:
—¿Quéleocurre?¿Quéesloquepasa?¿Quéesloquequiere?Laancianaparpadeó.Teníaunrostroagitanadoymoreno,conmechonesdecabellosgrises,como
alambres,yojoslegañososydemirarinquieto.Luisasepreguntósibebería.Hablóconvozplañideraynoobstanteamenazadora.—¿Pregunta qué es lo que quiero? ¡Vaya! Pues lo queme han arrebatado. ¿Quiénme arrojó de
KingsdeanHouse?Yovivíenelladurantecercadecuarentaaños.Fueunamalajugadasacarmedeallíyesolestraerámalasuerteaustedyaél.
—Perotieneustedunacasitamuybonitay…Laviejaleinterrumpióalzandolosbrazos,ygritó:—¿Y eso amí quéme importa?Esmi casa lo que quiero, ymi chimenea junto a la queme he
sentadodurantetantosaños.Yencuantoaustedyél,ledigoquenoencontraránfelicidadenlanuevacasa. ¡La tristeza negra pesará sobre ustedes! Tristeza,muerte ymimaldición. ¡Ojalá se coman losgusanossuhermosorostro!
Luisapusosucaballoalgalopemientraspensaba:«¡Tengoquemancharmedeaquí!¡Debemosvenderlacasa,ysalirdeaquí!»Yenaquelmomentolasoluciónlepareciómuyfácil,maslaincomprensióndeHarryladesconcertó
porcompletoaloírledecir:—¿Marcharnos? ¿Vender la casa… por las amenazas de una vieja loca?Debes haber perdido el
juicio.—No,noloheperdido…,peroella…,ellameasusta.Séquevaaocurriralgo.HarryLaxtonrepuso,ceñudo:—DejaalaseñoraMurgatroydenmismanos.¡Yolaarreglaré!
Unabuena amistad se había ido desarrollando entreClariceVaney la joven señoraLaxton.Las dosmuchachaseranaproximadamentedelamismaedad,aunquemuydistintasensusgustosymanerasdeser. En compañía deClarice, Luisa conseguía tranquilizarse. Clarice era tan competente, parecía tansegura de simisma, que Luisa le contó lo de la señoraMurgatroyd y sus amenazas, pero su amigaparecióconsideraraquelasuntocomomásmolestoqueotrascosas.
—Esunatontería—ledijo—.Aunque,laverdad,deberesultarmuyenojosoparati.—¿Sabes, Clarice? Algunas veces me siento verdaderamente asustada, y mi corazón late a una
velocidadterrible.—¡Ah, tonta!, no debes consentir que te deprima una cosa así. Pronto se cansará esa vieja y os
dejaráenpaz.LuisaguardósilencioduranteunosminutosyClaricelepreguntó:—¿Quéteocurre?Luisatardóencontestar,ysurespuestafuecomoundesahogo.—¡Aborrezcoeste lugar!¡Odioelviviraquí!Losbosquesylacasa,elhorriblesilencioquereina
porlasnochesyelextrañogritodelaslechuzas.Oh,ylagenteytodo.—Lagente.¿Quégente?—Lagentedelpueblo.Esassolteronaschismosasquetodolofiscalizan.—¿Quéesloquehanestadodiciendo?—quisosaberClarice.—Nolosé.Nadadeparticular.Perotienenunamentalidadmezquina.Cuandosehablaconellasse
comprendequenohayqueconfiarennadie…,ennadieenabsoluto.—Olvídalas—dijoClariceapresuradamente—.Notienenotracosaquehacersinochismorrear.Y
todoocasitodoloquedicenloinventan.—Ojalánohubieravenidonuncaaestesitio.PeroaHarry legusta tanto…—suvozsedulcificó
haciendoqueClaricepensara:«¡Cómoleadora!»—Debomarcharmeya—dijoderepente.—Haréqueteacompañenenelcoche.Vuelvepronto.Luisa sintióseconsoladacon lavisitade suamiga.Harry semostró satisfechoalencontrarlamás
contentaydesdeentonceslaanimóparaqueinvitaraaClaricemásamenudo.Undíaledijo:—Tengobuenasnoticiasparati,querida.—Oh,¿dequésetrata?—MehelibradodelaMurgatroyd.TieneunhijoenAméricaylohearregladotodoparaquevayaa
reunirseconél.Lepagaréelpasaje.—¡Oh,Harry,cuántomealegro!Creoque,despuésdetodo,esmuyposiblequellegueagustarme
Kingsdean.—¿Quellegueagustarte?¡Perosiesellugarmásmaravillosodelmundo!Luisaseestremecióligeramente.Nopodíalibrarsetanfácilmentedesutemorsupersticioso.
Si lasdamasdeSaintMaryMeadhabíanesperadodisfrutarelplacerde informara lanoviasobreelpasado de su marido, vieron frustradas sus esperanzas a causa de la rápida intervención de HarryLaxton.
LaseñoritaHarmonyClariceVanesehallabanenlatiendadelseñorEdge,launacomprandobolasdenaftalinaylaotraunpaquetedebicarbonato,cuandoentraronHarryLaxtonysuesposa.
Tras saludar a las dosmujeres,Harrydirigióse almostrador para pedir un cepillo dedientes.Deprontoseinterrumpióamediafraseexclamandocalurosamente:
—¡Vaya,vaya,mirenquiénestáaquí!YodiríaqueesBella.La señora Edge, que acababa de salir de la trastienda para atender a la clientela, le sonrió
alegremente mostrando su blanca dentadura. Había sido una joven morena muy hermosa, y aúnresultabaunamujeratractiva,apesardehaberengordado.Susgrandesojoscastañosestabanllenosdeexpresiónalresponder:
—Sí;soyBella,señorHarry,yestoymuycontentadevolveraverle,despuésdetantosaños.Harryvolvióseasumujer.—Bellaesunaantiguapasiónmía,Luisa—ledijo—.Estuvelocamenteenamoradodeellamucho
tiempo,¿noescierto,Bella?—Esoesloqueusteddecía—repusolaseñoraEdge.Luisa,riendo,exclamó:—Miespososesientemuyfelizalvolveraveratodassusviejasamistades.—¡Ah!—continuólaseñoraEdge—,nonoshemosolvidadodelseñorHarry.Pareceuncuentode
hadaselquesehayacasadoyconstruidounanuevacasasobrelasruinasdeKingsdeanHouse.—Tiene ustedmuybuen aspecto y estámuyguapa—dijoHarry, haciendo reír a la señoraEdge
quienpreguntócómodeseabaelcepillodedientes.Clarice,viendolamiradacontrariadadelaseñoritaHarmon,díjoseparasusadentros:«¡Bienhecho,Harry!Hasdescargadosusescopetas».
EldoctorHaydockdecíaasusobrinaconrudeza:—¿Qué son esas tonterías que circulan acerca de la viejaMurgatroyd… que si amenaza con el
puño…quesimaldicealnuevorégimen…?—Nosontonterías.Esbiencierto.YestomolestabastanteaLuisa.—Dile que no necesita tomarlo así. Cuando los Murgatroyd eran los guardianes de Kingsdean
Housenocesabandequejarseniunminuto.YsólosequedaronallíporqueMurgatroydbebíaynoeracapazdeencontrarotroempleo.
—Selodiré—replicóClarice—,peromeparecequenovaacreerte.Esaviejaestálocaderabia.—Nolocomprendo.QueríamuchoaHarrycuandoésteerapequeño.—¡Oh, bueno!—repuso Clarice—. Pronto nos libraremos de ella. Harry le paga el pasaje para
América.Tresdíasmástarde,Luisacayódelcaballoquemontabaymurió.
Doshombresquerepartíanelpanconuncarretónfueronlostestigosdelaccidente.VieronaLuisacruzar la verja, y a la vieja que aguardaba fuera amenazarla con el puño y gritando. El caballo seencabritó,yluegolanzósealgalopedesenfrenadoporelcamino,arrojandoalaamazonaporencimadelasorejas.
Unodelospanaderosquedójuntoalafigurainanimadasinsaberquéhacer,mientrassucompañerosedirigíaalacasaenbuscadeauxilio.
Harry Laxton salió a todo correr, con el rostro descompuesto. La colocaron en el carretón parallevarlahastalacasa,dondemuriósinrecobrarelconocimientoyantesdequellegaraelmédico.
(FindelmanuscritodeldoctorHaydock).Cuandoaldíasiguiente llegóeldoctorHaydock,notóconsatisfacciónquelasmejillasde laseñoritaMarpleteníanuntinterosado,hallándoladecididamentemuchomásanimada.
—Bueno—ledijo—,¿cuálessuveredicto?—¿Ycuáleselproblema?—replicólaseñoritaMarple.—Oh,miqueridaseñora,¿esquetengoquedecírselo?—Supongo que se trata de la extraña conducta de la vieja guardiana. ¿Por qué se conduciría de
aquellaextrañamanera?Alagenteledueleversearrojadadesusantiguoshogares,peroaquellanoerasu casa propia… y solía lamentarse y refunfuñar cuando vivía en ella. Sí, desde luego, resultamuycurioso.Apropósito,¿quéfuedelavieja?
—SelargóaLiverpool.Elaccidentelaasustó.Secreequeallíesperaríasubarco.—Todomuyconveniente…paraalguien—repusolaseñoritaMarple—.Sí;creoqueelmisteriode
laConductadelaGuardianapuedeserresueltofácilmente.Soborno,¿nofueasí?—¿Cuálessusolución?—Puessinoeranaturalenellaelcomportamientodeaquelmodo,debíaestar«representandouna
comedia»,comopuededecirse,yesosignificaquealguienlepagóparaquelohiciera.—¿Ysabeustedquiénfueesealguien?—Oh,meparecequesí.Metemoquetambiénestavezelmóvilhasidoeldinero.Heobservadoque
loshombressiempre,salvoexcepciones,tiendenaadmirarelmismotipodemujer.—Nolacomprendo.—Todocoincide.HarryLaxtonadmirabaaBellaEdge,morenayvivaracha.Lasobrinadeusted,
Clarice,pertenecealmismotipo.MaslapobrecitaesposadeLaxtoneracompletamentedistintarubiaydulce…,opuestaasu ideal.Demodoquedebiócasarseconellaporsudinero,y laasesinó…por lo
mismo.—¿Hadichoustedlaasesinó?—Mepareceuntipocapazdeunacosaasí.Atractivoparalasmujeresysinescrúpulos.Meimagino
quequisoconservareldinerodesuesposayluegocasarseconsusobrinadeusted.EsposiblequelevieranhablandoconlaseñoraEdge,peroyonocreoqueleinteresaraya…,aunquemeatrevoadecirquepudodarleaentenderquesíparasusfines.Supongoquenolecostaríadominarla.
—¿Ycómolamató,segúnusted?La señorita Marple estuvo mirando al vacío durante algunos segundos con sus soñadores ojos
azules.—Estuvomuybientramado…coneltestimonioademásdelosrepartidoresdelpan.Ellosvierona
lavieja,yclaro,elsustodelcaballo,peroyomeimaginoqueconcualquiercosa…,talvezuntirador…,solía tenermucha puntería con el tirador. Sí, pudo dispararle en el precisomomento que cruzaba laverja.Naturalmente,elcaballoseencabritóarrojandodelasillaalaseñoraLaxton.
Seinterrumpióconelceñofruncido.—Lacaídapudomatarla,peroLaxtonnopodíatenerlaseguridadabsolutadeelloyalpareceresde
esoshombresquetrazansusplanescontodocuidadosindejarningúncabosuelto.Alfinyalcabo,laseñoraEdgepodríaproporcionarlealgoapropósitosinqueseenterarasumarido.Sí;creoqueHarrydebióteneramanoalgunadrogapoderosa,paraadministrárselaantesdequeustedllegara.Despuésdetodo, si una mujer se cae del caballo sufriendo graves heridas y luego fallece sin recobrar elconocimiento,bueno…cualquiermédiconoveríaenellanadaanormal,¿noescierto?Loatribuiríaalgolpe.
EldoctorHaydockasintióconlacabeza.—¿Porquésospechóusted?—quisosaberlaseñoritaMarple.—Nofuedebidoamiclarividencia—contestóeldoctorHaydock—,sinoalhecho tansabidode
queelasesinosehallatansatisfechodesuinteligenciaquenotomalasprecaucionesdebidas.Cuandoyo dirigía unas frases de consuelo al atribulado esposo, éste se arrojó sobre el sofá para representarmejorsucomediayselecayódelbolsillounajeringuillahipodérmica.Apresurósearecogerlacontalexpresióndesustoquecomencéahacercábalas.HarryLaxtonnotomabadrogas,gozabadeperfectasalud. ¿Qué es lo que estaba haciendo con una jeringa de inyecciones? Practiqué la autopsia… yencontréestrofanto.Lodemásfuesencillo.EncontramosestrofantoenlacasadeLaxton,yBellaEdge,interrogada por la policía, confesó habérselo proporcionado. Y por fin la vieja señora MurgatroydadmitióqueHarryLaxtonlahabíainstigadoarepresentarlacomediadelasamenazas.
—¿Quétallohasoportadosusobrinadeusted?—Puesbastantebien.Sesentíaatraídaporesesujeto,peronohabíallegadomáslejos.Elmédicorecogiósumanuscrito.—Muchísimasgracias,señoritaMarple…,ydémelasamípormireceta.Ahorayavuelveusteda
serlamismadeantes.
Eltercerpiso
—¡Puesnolaencuentro!—dijoPat.Yconelceñofruncidorevolvióimpacienteenelchismedesedaqueellallamabasubolsodenoche.
Losdosjóvenesylaotramuchachalaobservaronconansiedad.SeencontrabanantelapuertacerradadelpisodePatriciaGarnett.
—Esinútil—exclamóPat—.Aquínoestá.¿Yahoraquévamosahacer?—¿Quéeslavidasinunallave?—murmuróJimmyFaulkener.Eraunjovendepequeñaestaturayanchodeespaldas,deojosazulesdealegreexpresión.—Nobromees,Jimmy.Estoesserio.—Vuelveamirar,Pat—dijoDonovanBayley—.Debedeestarahí.Teníaunavozpastosayagradablequehacíajuegoconsutipomorenoydelgado.—Siesquelatrajiste—intervinolaotramuchacha,MildredHope.—Pues claroque la traje—replicóPat—.Creoqueos la di a unodevosotros—sevolvió a los
jóvenesconademánacusador—.LedijeaDonovanquemelaguardara.Peronoibaaencontrarunaescapatoriatanfácilmente.DonovanlonegórotundamenteyJimmyle
respaldó.—Yomismovicómolametíasentubolso—dijoJimmy.—Bueno,entoncesunodevosotroslaperderíaalrecogermibolso.Semehacaídounpardeveces.—¡Unpardeveces!—exclamóDonovan—.Lohasdejadocaerlomenosunadocena,yademáslo
olvidasteentodaslasocasionesposibles.—Loquenocomprendoescómodiablosnosehaperdidotodoloquellevasdentro—dijoJimmy.—Elcasoes…,¿cómovamosaentrar?—quisosaberMildred.Eraunamuchachamuysensible,aunquenotanatractivacomolaimpulsivaeimpertinentePat.Loscuatropermanecieronantelapuertacerradasinsaberquépartidotomar.—¿Y no podría ayudarnos el portero? —sugirió Jimmy—. ¿No tiene una llave maestra o algo
parecido?Patmeneólacabeza.Sólohabíadosllaves.Unaestabaenelinteriordelpisocolgadaenlacocinay
laotraestaba…,odebieradehaberestado…,enelcondenadobolso.—Sipor,lomenosvivieraenlaplantabaja,podríamosromperelcristaldeunaventanaoalgoasí
—lamentósePat—.Donovan,¿notegustaríaserunladrónescalador?Elaludidorechazóenérgicamente,aunqueconeducación,semejanteidea.—Uncuartopiso…seríacasiunentierroasegurado—dijoJimmy.—¿Ylaescaleradeincendios?—sugirióDonovan.—Nolahay.—Pues debiera haberla —replicó Jimmy—. Un edificio de cinco pisos debe tener escalera de
incendios.—Esodigoyo—repusoPat—.Peroconesonoganamosnada.¿Cómovoyaentrarenmipiso?—¿Ynohayunaespeciedeascensorsuplementario?—dijoDonovan—.Esoschismesenlosqueel
tenderohacesubirlascolesdeBruselasylacarnepicada.—Elascensordelservicio—repusoPat—.¡Oh,sí!,perosóloesunmontacargasenformadecesta.
¡Oh,esperad…,yasé!¿Yelascensordelcarbón?—Vaya—dijoDonovan—,esunaidea.
Mildredhizounaobservacióndescorazonadora.—Estará cerrado—dijo—.Me refiero a que estará corrido el pestillo por la parte interior de la
cocinadePat.—Nolocreas—replicóDonovan,—Eso no ocurre en la cocina de Pat —exclamó Jimmy—. Pat nunca cierra con llave ni corre
cerrojos.—Nocreoqueestécerrado—dijoPat—.Estamañanasaquéelcubodelabasura,yestoysegurade
nohabercerradodespués,puestoquenovolvíaacercarmeporallí.—Bueno—intervinoDonovan—,puesesonosvaa resultarmuyprovechosoestanoche,perode
todasmaneras,Pat,permítemequeteaconsejeabandonesestacostumbrequetedejaamerceddelosladronesnoescaladores.
Pathizocasoomisodelareprimenda.—Vamos—exclamócomenzandoabajaratodaprisaloscuatrotramosdeescalera.Losdemásla
siguieron,yPat lescondujoaun sótanooscuro, aparentemente llenodecochecitosdeniño,y luego,atravesando la puerta de la escalera de los pisos, los guió hasta el ascensor derecho…que en aquelmomentoestabaocupadoporuncubodebasura.Donovanloquitódeallíysubiéndosealaplataformaocupósulugar,arrugandolanariz.
—Es algomolesto—observó—.Pero ¿qué importa? ¿Voy a emprender solo esta aventura o hayalguienquequieraacompañarme?
—Yoirécontigo—dijoJimmy.YsecolocóalladodeDonovan.—Esperoqueelmontacargaspuedaconmipeso—añadiósingranconvencimiento.—Nopuedespesarmuchomásqueuna toneladadecarbón—replicóPat,quenuncaestuvomuy
fuerteenpesosymedidas.—Detodasmanerasprontoloaveriguaremos—contestóDonovanalegrementetirandodelacuerda.Yenmediodeunruidochirriantelosdosmuchachosdesaparecierondelavista.—Estetrastometeunruidoinfernal—observóJimmymientrassubíanenplenaoscuridad—.¿Qué
pensarálagentedelosotrospisos?—Supongo que creerán que se trata de fantasmas o ladrones—repusoDonovan—.Tirar de esta
cuerdaesuntrabajopesado.Elporterotrabajamuchomásdeloqueyocreía.Oye,Jimmy,viejoamigo,¿vascontandolospisos?
—¡Oh,no!Meheolvidado.—Bueno,puesyosíloshecontado.Ahorapasamoseltercero.Elsiguienteeselnuestro.—YahorasupongoquedescubriremosquePatcerrólapuertaalfinyalcabo—gruñóJimmy.Mas sus temores eran infundados. La puerta de madera retrocedió ante una ligera presión y
DonovanyJimmypenetraronenladensaoscuridaddelaarregladacocinadePat.—Debimos traer una linterna para realizar este trabajo nocturno —dijo Donovan—. O yo no
conozcoaPat,otodoestaráporelsuelo,yvamosatropezarconlamardecacharrosantesdeconseguirllegarhastaelinterruptordelaluz.Notemuevas,Jimmy,hastaqueyoencienda.
Prosiguióavanzandocautelosamentey lanzóunamaldicióncuandounaesquinade lamesade lacocinaseleincrustóenlosriñones.Diovueltaalinterruptoryvolvióamaldecirenplenaoscuridad.
—¿Quéocurre?—lepreguntóJimmy.—Quelaluznoseenciende.Mefiguroquesehabráfundidolabombilla.Aguardaunminuto.Iréa
darlaluzdelasalita.Lasaladeestarsehallabaalotroextremodelpasillo.JimmyoyócómoDonovanabríalapuertay
fueron llegandohasta él diversas exclamacionesde contrariedad.Decidióse a avanzar tambiénpor lacocina.
—¿Quépasa?—Nolosé.Porlanocheparecequelashabitacionesestánembrujadas.Todoestárevuelto.Lassillas
ymesasseencuentrandondemenoslopiensas.¡Oh,diablos!¡Aquíhayotra!Pero en aquel preciso momento Jimmy encontró el interruptor y encendió la luz. Un segundo
despuéslosdoshombressemiraronlocosdehorror.AquellahabitaciónnoeralasalitadePat.Sehabíanequivocadodepiso.Paraempezar,aquellaestanciaestabacasicomounasdiezvecesmásllenademueblesqueladePat,
locualexplicabaelpatéticoasombrodeDonovanal tropezarrepetidamenteconsillasymesas.Enelcentrohabíaunagranmesaredondacubiertaconuntapeteysobreellaunmontóndecartas.
—SeñoraErnestinaGrant—susurróDonovan,leyendounodelosnumerosossobres—.¡Oh,Diosnosayude!¿Túcreesquenoshabráoído?
—Seráunmilagroqueno tehayaoído—repuso Jimmy—.Con tusvociferacionesyelmododetropezarconlodo…Vamos,poramordeDios,salgamosdeaquícuantoantes.
Apagaron la luzy regresarondepuntillashastaelascensor. Jimmyexhalóunsuspirodealivioalverseotravezenlaoscuridaddelmontacargassinmásaccidentes.
—Me gustan las mujeres que tienen el sueño profundo. Grant ha ganadomuchos puntos en miconsideraciónconsumododevivir.
—Ahora comprendo —dijo Donovan— por qué nos hemos equivocado de piso. Y es que nocontamosquehabíamosarrancadodesdeelsótano—tiródelacuerdayelmontacargasfuesubiendo—.Estavezacertaremos.
—Lo deseo de todo corazón —exclamó Jimmy al penetrar en otra cocina en tinieblas—. Misnerviosnosoportanmuchosgolpescomoéste.
Masyanoexperimentaronningúnotrosobresalto.A laprimera tentativaseencendió la luzde lacocinadePat,yunminutodespuésabríanlapuertaprincipaldelpisoparadejarentraralasjóvenesqueaguardabanfuera.
—Habéistardadomucho—refunfuñóPat.—Hemos tenido una aventura —dijo Donovan—. Podíamos habernos visto en la comisaría de
policíacomodosmalhechorespeligrosos.Pathabíaentradoenlasalita,dondetrasencenderlaluzdejócaerelchalenelsofá,yescuchócon
vivointeréselrelatoquehizoDonovandesusaventuras.—Celebro que no os descubriera—comentó—. Estoy segura de que es una vieja gruñona. Esta
mañanarecibíunanotasuya…,queríaverme…parahablarmedealgo…,supongoquedemipiano.Lagentequenopuedesoportarelpiano,nodebieravivirenunpiso.Oye,Donovan, tehasheridoenlamano.Latienescubiertadesangre.Vealavarte.
Donovansemirólamanosorprendidoysaliódelahabitación.AlcabodeunosinstantesseleoyóllamaraJimmy.
—Hola—dijoelotro—,¿quéteocurre?Notehabrásheridodecuidado,¿verdad?—Nomehehechoelmenordaño.HabíaalgoextrañoeneltonodeDonovanquehizoqueJimmylemirarasorprendido.Donovanle
tendiólamanoypudocomprobarqueenellanohabíaelmenorrasguño.—Esextraño—dijoJimmyconelentrecejofruncido—.Teníasmuchasangre.¿Dedóndehasalido?Yprontocomprendióloquesuamigohabíapensadoya.—¡PorJúpiter!Debedeserdelpisodeabajo.Secallóalpensarloqueaquellopodíasignificar.—¿Estássegurodequeerasangre?—preguntó—.¿Noseríapintura?Donovandenegóconlacabeza.—Erasangre—repusoconunestremecimiento.Semiraronmientrasselesocurríalamismaidea.FuelavozdeJimmylaqueseoyóprimero.—Oye—dijo sin gran convencimiento—. ¿Tú crees que debíamos bajar…otra vez…y echar…
una…ojeada?Paraversitodoestáenorden,claro.—¿Ylaschicas?—Nolesdiremosnada.Pathaidoaponerseundelantalparaprepararnosunatortilla.Estaremosde
vueltaantesdequesepercatendenuestrasalida.—Oh,bueno, vamos—repusoDonovan—.Supongoquedebemoshacerlo.Me atrevo a asegurar
quenohaocurridonadadeparticular.Massuspalabrascarecíandeconvicción.Penetraronenelmontacargasybajaronaltercerpiso.Esta
vezseabrieroncaminoporlacocinaconmuchamenosdificultad,yunavezmásencendieronlaluzdelasalita.
—Debedehabersidoaquí—dijoDonovan—cuando…cuandomemanché.Notoquénadadelacocina.
Miró a su alrededor. Jimmy hizo lo propio y ambos fruncieron el ceño. Todo aparecía limpio yordenado.
DeprontoJimmysobresaltándoseviolentamente,asiódelbrazoasucompañero.—¡Mira!DonovansiguióladirecciónqueleindicabaJimmyyasuvezlanzóunaexclamación.Pordebajo
del borde de las pesadas cortinas de pana, sobresalía el pie de unamujer calzada con un zapato decharol.
Jimmyseacercóa lascortinasy lasapartóviolentamente.Bajoel repechode laventanayacíaelcuerpodeunamujer,juntoauncharcooscuroyviscoso.Estabamuerta,sobreellonocabíalamenorduda.Jimmyestabaapuntodeintentarincorporarla,cuandoDonovanledetuvo.
—Serámejorquenolohagas.Nodebestocarnadahastaquelleguelapolicía.—Lapolicía.¡Oh,tienesrazón!¡Quéasuntotandesagradable,Donovan!¿Quiéncreesquees?¿La
señoraErnestinaGrant?—Probablemente.Detodasmaneras,sihayalguienmásenelpisoseestámuyquietecito.—¿Yquévamosahacerahora?—quiso saber Jimmy—.¿Saliry llamara lapolicíao telefonear
desdeelpisodePat?—Creoqueesmejor llamarprimero.Veamos,podemossalirpor lapuertaprincipal.Nopodemos
pasarnoslanochesubiendoybajandoenesemontacargasmaloliente.Jimmyseavinoaello,peroalsalirdelpisovaciló.—Escucha,¿nocreesquedebiéramosquedarnosunodenosotros…sóloparavigilar…hastaque
lleguelapolicía?—Sí;meparececonveniente.Sitútequedas,yoiréatelefonear.
YsubiócorriendoalpisodePat.Éstasalióaabrirleconelrostroarreboladoyundelantalcoquetón.Estabamuybonitaysusojosseagrandaronporlasorpresa.
—¿Tú?Pero,cómo…Donovan,¿quéesesto?¿Ocurrealgo?Éllecogióambasmanos.—Todovabien,Pat…sóloquehemoshechoundescubrimientomuypocoagradableenelpisode
abajo.Unamujer…muerta.—¡Oh!—Contuvoelaliento—.¡Quéhorrible!¿Lehadadounataqueoalgoasí?—No,parece…,bueno…,parecequehasidoasesinada…—¡Oh,Donovan!—Perdonaquetelohayadichotanbrutalmente—continuabareteniendoentresusmanoslasdela
muchacha.¡QueridaPat…,cómolaadoraba!¿Lequerríaella?Algunasvecescreíaquesí.Otrastemíaque JimmyFaulkener…, el recuerdo de Jimmy esperando pacientemente abajo, le hizo sobresaltarseconunsentimientodeculpabilidad—.Pat,querida,debemostelefonearalapolicía.
—Monsieurtienerazón—susurróunavozasusespaldas—.Yentretanto,mientrasaguardamossullegada,talvezyopuedaprestarlesunaligeraayuda.
Losdosjóvenes,quehabíanpermanecidohastaentoncesenlapuertadelpiso,salieronalrellano.Unafigurabajabalaescalerayentróensucampovisual.
Inmóvilescontemplaronalhombrecillodefierosbigotesycabezaenformadehuevo,quelucíaunespléndidobatínyzapatillasbordadasyqueseinclinabagalantementeantePatricia.
—Mademoiselle—ledijo—.Yosoy, talvezustedya losepa,el inquilinodelpisodearriba.Meencantavivirenloalto…,porelaire…,ypodervertodoLondres.ToméestepisobajoelnombredeseñorO’Connor,peronosoyirlandés.Minombreesotroyporellomeatrevoaponermeasuservicio.Permítame.
YconunanuevainclinaciónversallescasacóunatarjetatendiéndoselaaPat.—HérculesPoirot.¡Oh!—Contuvoelaliento—.¿ElseñorPoirot?¿Elgrandetective?¿Ydeveras
quiereayudarnos?—Ésaesmiintención,mademoiselle.Heestadoapuntodeofrecerlemiayudahaceyaunbuenrato.Patmiróleextrañada.—Losoídiscutirsobrecómopoderentrarenelpiso,yyo,quesoyunexpertoencerraduras,sinla
menordudahubierapodidoabrirleslapuerta.Peronoquisehacerlo,temerosodequeluegosospecharausteddemíymetomaseporunvulgarespadista.
Patseechóareír.—Ahora,monsieur—dijoPoirotaDonovan—,leruegoquevayaatelefonearalapolicía.Mientras
tanto,yoiréalpisodeabajo.Pat le acompañó y encontraron a Jimmy montando guardia. La muchacha le explicó quién era
Poirot,yJimmypusoalcorrientedesusaventurasaldetective,quiénleescuchabacontodaatención.—¿Diceustedquelapuertadelmontacargasestabaabierta?Entraronenlacocina,perolaluznose
encendió.Ymientrashablabadirigiósealacocinayaccionóelinterruptor.—Tien! Voilá ce qui est curieux! —dijo al encenderse la luz de la pieza—. Ahora funciona
perfectamente.Mepregunto…Se llevó un dedo a los labios y escuchó. Un ligero rumor rompía el silencio…, el ruido
inconfundibledeunsonororonquido.
—¡Ah!—exclamóPoirot—.Lachambrededomestique.Ycruzandolacocinadepuntillasylareducidadespensa,abriólapuertadeuncuartitoyencendióla
luz.Aquellahabitacióneraunaespeciedeperreradestinadaporelconstructordelpiso,paraacomodaraunserhumano.Estabacasi totalmenteocupadaporunacamaenlaquedormía,conlabocaabiertayroncandoapaciblemente,unajovendemejillassonrosadas.
Poirotapagólaluzantesderetirarse.—Nosehadespertado—dijo—.Dejémosladormirhastaquelleguelapolicía.Volvieronalasalita,dondeDonovanrápidamenteunióseaellos.—Lapolicíallegaráenseguida—lesnotificó—.Nodebemostocarnada.Poirotasintió.—Notocaremosnada,sólomiraremos.Dirigiósealaotrahabitación.MildredhabíabajadoconDonovanyloscuatrojóvenessequedaron
enlapuertamirandoaPoirotcongraninterés.—Loquenoentiendoesesto—dijoDonovan—.Yonomeacerquéalaventana…demodoque,
¿cómoesposiblequememancharalamanodesangre?—Mi joven amigo, la respuesta salta a la vista. ¿De qué color es el tapete de la mesa? Rojo,
¿verdad?,ynohaydudadequeustedapoyaríalamanoencima.—Sí,escierto.¿Eseso…?—seinterrumpió.Poirotasintióinclinándosesobrelamesaeindicandoconsumanounamanchaoscura.—Aquífuedondesecometióelcrimen—dijo—.Luegotrasladaronelcadáver.Después irguiéndose miró lentamente a su alrededor. No se movía ni tocaba nada, pero, sin
embargo, los cuatro que lo observaban sintieron como si cada objeto de aquel lugar comunicara sucerebroasumiradaperspicaz.
HérculesPoirotasintióconlacabezacomosisesintierasatisfecho,ydejóescaparunligerosuspiro.—Yacomprendo—dijo.—¿Quéesloquecomprendeusted?—preguntósorprendidoDonovan.—Comprendoloquesindudayaadvirtieron…queestahabitaciónestáabarrotadademuebles.Donovansonriótristemente.—Tropecé lomío—confesó—.Claro, todo estaba endistinto sitioque en casadePat yno supe
abrirmecamino.—Notodo—dijoPoirot.Donovandirigióleunamiradainterrogadora.—Quierodecir—dijoPoirot,disculpándose—queciertascosasestánsiempreenelmismositio.En
unmismoedificiodepisos,lapuerta,lasventanasylachimenea…estánigualmentesituadasenunpisoqueenotro.
—¿Nocreeustedqueanalizademasiado?—intervinoMildredmirandoaPoirotconligeraironía.—Hayquehablarsiemprecontodaexactitud.Es…,¿cómodiríayo…?,unamaníaenmí.Seoyeronpasosenlaescalerayentrarontreshombres.Eranuninspectordepolicía,unsargentoy
elmédicoforense.Elinspector,reconociendoaPoirotlesaludócongrandeferencia.Luegovolviósealosdemás.
—Quieroquetodosustedesprestendeclaración—comenzó—,peroenprimerlugar…Poirotleinterrumpió.—Unapequeñaproposición.Trasladémonosalpisodearribaymademoisellenosharáloquetenía
planeado hacer…, una tortilla. Yo siento verdadera pasión por las tortillas. Luego, monsieurl’inspecteur,cuandohayaterminadoaquí,subeustedareunirseconnosotrosynosinterrogaatodosaplacer.
AsíquedóacordadoyPoirotsubióconlosjóvenes.—Señor Poirot—le dijo Pat—; es usted un hombre encantador, y yo voy a hacerle una tortilla
estupenda.Laverdadesquemesalenmuybien.—Esoesbueno.Unavezanduveenamoradodeunainglesaqueseparecíamuchoausted…,pero
quenosabíaguisar.Demodoquetalvezestuvedesuerte.HabíaunligeromatizdetristezaensuvozyJimmyFaulkenerlemiróconcuriosidad.NoobstanteyyaenelpisodePat,mostrósesatisfechoydivertidoylatristetragediaocurridaenel
departamentoinferior,fuecasiolvidada.Latortillahabíasidoconsumadaymuyelogiada,cuandoseoyeronlospasosdelinspectorRice,que
entrabaacompañadodeldoctor.Elsargentosequedóenelpisodeabajo.—Bien,monsieurPoirot—ledijo—.Todoparececlaroyevidente,peroapesardeelloesposible
quenoscuestedarconelculpable.Quisierasabercómofuedescubiertoelcrimen.Entre Donovan y Jimmy le pusieron al corriente de los acontecimientos de aquella noche. El
inspectorvolviósehaciaPatparareprenderla.—Nodebieradejarabiertalapuertadelmontacargas,señorita.—Novolveréahacerlo—repusoPatconunestremecimiento—.Alguienpodríaentraryasesinarme
comoaesapobremujerdeabajo.—¡Ah!,peronoentraronporahí—dijoelinspector.—¿Quiereexplicarnosloquehadescubierto?—pidióHérculesPoirot.—Nosésidebierahacerlo…,perotratándosedeusted,señorPoirot…—Précisément—dijoPoirot—.Yestosjóvenes…,serándiscretos.—De todas maneras los periódicos lo divulgarán en seguida —continuó el inspector—. Y en
realidad,noesunsecreto.Bien,lamujerquehasidoencontradamuertaeslaseñoraGrant.Elporterolahaidentificado.Unamujerdeunostreintaycincoaños.Estabasentadaalamesayledispararonconunapistolaautomáticadepococalibre,probablementealguienqueestabasentadoanteella.Cayóhaciadelanteyporesomanchóeltapetedesangre.
—¿Ynadieoyóeldisparo?—preguntóMildred.—Dispararon con silenciador.No, nadie pudo oírlo.Apropósito, ¿oyeron ustedes el chillido que
lanzó la doncella al saber que su ama estabamuerta?No, eso demuestra la imposibilidad de que seoyeraeltiro.
—¿Yladoncellanotienenadaquedecir?—preguntóPoirot.—Erasunochelibre,yteníaunallave.Regresóaesodelasdiez,todoestabaensilencioypensó
quesuamasehabíaacostado.—¿Nomiróenlasalita?—Sí,entrólascartasquehabíanllegadoenelcorreodelamañana,masnoviendonadaanormal…,
nimás,nimenos,lomismoquelosseñoresFaulkeneryBayley.Elasesinohabíaescondidoelcadáverdetrásdelascortinas.
—Todoelloresultabastantecurioso,¿noleparece?A pesar de que Poirot habló en tono amable, su observación hizo que el inspector le mirara
frunciendoelceño.
—Noquerríaquesedescubrieraelcrimenhastaquetuvieratiempodeemprenderlahuida.—Talvez…,esposible…perocontinúeloqueestabadiciendo.—Ladoncellasalióalascinco.EldoctorhadeterminadoquelaseñoraGrantllevabamuerta…unas
cuatroocincohoras,¿noesasí?Elforense,queeraunhombredepocaspalabras,secontentóconmoverlacabezaafirmativamente.—Yahorasonlasdocemenoscuarto.Yocreoquepuedecalcularselahoraconbastanteexactitud.Sacóunaarrugadahojadepapel.—Encontramos esto en el bolsillo del vestido de la interfecta.No teman tocarlo.No hay huellas
digitales.Poirotalisóelpapelypudoleerestaspalabrasescritasamáquinayconletrasmayúsculas:
—Undocumentomuycomprometedorparadejarloolvidado—dijoelinspector—.Talvezpensaraqueellalohabríadestruido,porquetenemospruebasdequeelasesinoesmuycuidadoso.Encontramosdebajodelcadáverlapistolaconquecometióelcrimen…ytampocoteníahuellasdigitales:lahabíanlimpiadocuidadosamenteconunpañuelodeseda.
—¿Cómosabequefueconunpañuelodeseda?—preguntóPoirot.—Porque lo encontramos —repuso el inspector triunfante—. A última hora, cuando el asesino
corriólascortinas,debiócaérseleinadvertidamente.Yletendióungranpañueloblancodesedademuybuenacalidad.Nofueprecisoqueleindicaseel
nombrebordadoenelcentroconseisletrasclarasymuylegibles.—JohnFraser.—Esoes—repusoelinspector—.JohnFraser…J.F.lasinicialesdelanota.Conocemoselnombre
delapersonaquehemosdebuscar,ymeatrevoaasegurarquesiaveriguamosalgunascosassobreladifunta,ysalenareluciralgunasdesusamistades,notardaremosenestarsobrelapista.
—Mepregunto…—dijoPoirot—.No,moncher,creoquenovaasertanfácilencontrarasuJohnFraser.Esunhombreextraño…,cuidadoso,puestoquemarcasuspañuelosylimpialapistolaconqueha cometido el crimen…y almismo tiempo descuidado, ya que pierde su pañuelo y no recoge unacomprometedoracartaquepuedeacusarle.
—Sepondríanerviosoconlasprisas—dijoelinspector.—Esposible—repusoPoirot—.Sí;esposible.Y,¿nolevieronentrareneledificio?—Aesahoraentraysaletodaclasedegente.Estascasassonmuygrandes.Supongoqueninguno
deustedes—sedirigióaloscuatrojóvenes—leveríansalirdelpiso.Patnegóconlacabeza.—Salimosantes…,aesodelassiete.—Ya.—ElinspectorsepusoenpieyPoirotleacompañóhastalapuerta.—Comounpequeñofavor…¿podríaexaminarelpisodeabajo?—Desdeluego,señorPoirot.Conozcolaopiniónquetienendeustedenjefatura.Ledaréunallave.
Tengo dos. No hay nadie. La doncella se ha ido a casa de unos parientes, pues estaba demasiadoasustadaparaquedarsesola.
—Gracias.PoirotregresópensativoalasaladePat.
—¿Noestáustedsatisfecho,señorPoirot?—preguntóJimmy.—No,loestoy.—¿Quéesloque…,bueno,lepreocupa?—dijoDonovanmirándoleconcuriosidad.Poirot no respondió, y guardó silencio durante un par de minutos, como si meditara. Luego se
encogiódehombros.—Voyadespedirmedeusted,mademoiselle.Debedeestarfatigada.Hatenidoqueguisarmucho…,
¿eh?Patrió.—Sólolatortilla.Nohicelacena.DonovanyJimmyvinieronabuscarnosyfuimosaunpequeño
restaurantedelSoho.—Yluego,sinduda,iríanalteatro.—Sí.Aver«LosojoscastañosdeCarolina».—¡Ah!—exclamóPoirot—.Debieranhabersidolosojosazules…,losojosdemademoiselle.Hizounagalanteinclinación,ydioleunavezmáslasbuenasnoches,lomismoqueaMildred,que
sequedabaallíapasar lanoche,yaquePathabíaconfesadocontodafranquezaquenoeracapazdequedarsesolademomento.
Los dos hombres acompañaron a Poirot. Cuando se disponían a despedirse de él, una vez en elrellano,eldetectivelesdijo:
—Mis jóvenes amigos,me oyeron decir que no estaba satisfecho…,Eh bien, es cierto…, no loestoy. Ahora voy a bajar a hacer unas pequeñas averiguaciones por mi cuenta. ¿Les gustaríaacompañarme?
SupropuestafueaceptadaenelactoyPoirotabriólamarchahaciaelpisotercero.Alentrar,nosedirigióalasalita,comolosotrosesperaban,sinoquefuederechoalacocina.Enunhueco,debajodelafregadera,habíaungranbidónmetálico.Poirotlodestapóeinclinándosesobreélcomenzóaescarbarensucontenidoconlaenergíadeunferozterrier.
JimmyyDonovanlecontemplabanuntantosorprendidos.Deprontoconunaexclamacióndetriunfoselevantó,alzandoensumanóunabotellitatapadacon
uncorcho.—Voilá!Encontréloquebuscaba.Laolfateódetenidamente.—Estoyenrhumé…tengounconstipadodecabeza…Donovancogió labotellitayolióa suvez, sinpercibirnada.Demodoque lequitóel tapóny la
acercóasunarizantesdequeelgritodealarmadePoirotpudieracontenerle.Inmediatamentecayóalsuelocomountronco.Poirot,abalanzándosehaciaél,consiguióaminorarel
golpe.—¡Imbécil!—exclamó—.Vayaocurrencia,quitareltapón.¿Esquenosehafijadoconquécuidado
lahecogidoyo?Monsieur…Faulkener…,¿verdad?¿Seríatanamabledetraermeunpocodecoñac?Hevistounabotellaenlasalita.
Jimmysaliócorriendo,perocuandoregresó,Donovanestabasentadoydiciendoquesesentíabien,ytuvoqueescucharunpequeñodiscursodelseñorPoirotacercadelanecesidaddeandarconcuidadoalolordeposiblessustanciasvenenosas.
—Creoquevoyairmeacasa—dijoDonovanponiéndoseenpie—.Esdecir,sinomenecesitaya.Todavíameencuentroalgoextraño.
—Desde luego —replicó Poirot—. Es lo mejor que puede usted hacer. El señor Faulkener sequedaráconmigounrato.
Acompañó a Donovan hasta la puerta y saliendo al rellano estuvo hablando en él durante unosminutos.CuandoalfinvolvióaentrareneldepartamentoencontróseaJimmydepieenelsaloncitoymirandoasualrededorconextrañeza.
—Bueno,señorPoirot—ledijo—,¿quéhacemosahora?—Nada.Estecasoestáterminado.—¿Qué?—Ahora…losétodo.—¿Porestabotellitaquehaencontrado?—Exacto.Poresabotellita.—No consigo sacar nada en claro. Por alguna razón veo que no está satisfecho con las pruebas
contraJohnFraser,quienquieraqueseaesehombre.—Quienquieraquesea—repitióPoirotdespacio—,siesqueesalguien,cosaquemesorprendería.—Nolecomprendo.—Essólounnombre…esoestodo…,unnombrecuidadosamentebordadoenunpañuelo.—¿Ylacarta?—¿Sefijóustedenqueestabaescritaamáquina?¿Porqué?Selodiré.Dehabersidomanuscrita
hubieranpodidoreconocer laescritura,yunacartaescritaamáquinaesmásfácildeidentificardeloqueustedimagina…,perosilahubieraescritounauténticoJohnFraserestasdoscosasnolehubieranimportado. No; fue escrita a propósito y puesta en el bolsillo de la difunta para que nosotros laencontrásemos.NoexistenadiellamadoJohnFraser.
Jimmylemirabainterrogador.—Demodo—prosiguióPoirot—quevolvíalprimerpuntoquemechocó.Meoyóusteddecirque
ciertas cosas están situadas en el mismo lugar en todos los pisos de un mismo edificio. Y di tresejemplos.Pudehabernombradootromás…elinterruptordelaluz,estimadoamigomío.
Jimmyseguíamirándolesincomprender.Poirotfueexplicándose.—SuamigoDonovannoseacercóalaventana…,fuealapoyarlamanoenestamesacuandosela
manchódesangre.Yyomepreguntéenseguida,¿porquélaapoyóahí?¿Quéesloqueestabahaciendorondando por esta habitación a oscuras? Porque recuerde, amigo mío, que el interruptor de la luzeléctrica está en todas partes en el mismo sitio…, junto a la puerta. Entonces, cuando entró en lahabitación,¿porquénobuscóenseguidaelinterruptorparadarlaluz?Esoeralomásnormalylógico.Segúnél,quisoencenderlaluzdelacocinayestabaestropeada.Noobstante,yohecomprobadoquefuncionaperfectamente.Portanto,¿esqueentoncesnoleinteresabaquesehubieraencendido?Enesecaso se hubieran dado cuenta en seguida de que se habían equivocado de piso, y no hubiera habidomotivoparaentrarenlahabitación.
—¿Adóndequiereiraparar,señorPoirot?Nocomprendo.¿Quéquieredecir?Poirotlemostróunllavín«Yale».—Esto.—¿Lallavedeestepiso?—No,monami, la llavedelpisodearriba.La llavede laseñoritaPatricia,queelseñorDonovan
Bayleylequitódelbolsodurantelanoche.—Pero…,¿porqué…,porqué?
—Parbleu!Parapoderhacer loquedeseaba…,entrar enestepisoaprimerahorade la tarde sindespertarsospechasparaasegurarsedequelapuertadelmontacargasnoestabacerrada.
—¿Dedóndehasacadoustedesallave?—Acabodeencontrarla…—Poirotsonrióabiertamente—endondelahebuscado…enelbolsillo
delseñorDonovan.Esabotellitaquesimuléencontrarfueunaartimaña,yelseñorDonovancayóenlatrampa.Hizo loqueyoesperabaquehiciera…destaparlayoler sucontenido…clorurodeestilo,unanestésico instantáneo.Eso ledejó inconscienteduranteunossegundos,queera loqueyonecesitabaparasacardesubolsillounpardecosasqueyosabíaestabanallíprecisamente.Esta llaveesunadeellas…yencuantoalaotra…
Sedetuvouninstanteantesdecontinuar.—Asudebido tiempo interroguéal inspectorparaconocerelmotivodequeel cadáverestuviera
escondido tras las cortinas. ¿Para ganar tiempo? No, había algo más. Y por eso me acordé de unacosa…,delcorreo,amigomío.Elcorreodelatardequellegaalasnueveymediaaproximadamente.Digamosqueelasesinonoencontróloqueesperaba,peroesealgopudollegarmástardeporcorreo.Entoncesdebíavolver…,peroelcrimennodebíaserdescubiertoporladoncella,puesenesecasolapolicía tomaríaposesióndelpiso,yporesoescondeelcuerpodetrásde lacortina.Yladoncella,sinsospecharnada,dejalascartassobrelamesa,comodecostumbre.
—¿Lascartas?—Sí,lascartas.—Poirotsacóalgodesubolsillo—.Estoeslaotracosaquesaquédelbolsillodel
señorDonovanmientrassehalla inconsciente.—Ymostróunsobreescritoamáquinaydirigidoa laseñoritaErnestinaGrant—.Peroquieropreguntarleunacosa,señorFaulkener,antesdeleerestacarta.¿EstáustedenamoradodemademoisellePatricia?
—Laquieroconlocura…peronuncaconfiéenquemecorrespondiera.—¿PensóqueestabaenamoradadelseñorDonovan?Esposiblequehubieraempezadoainteresarse
porél…,perosólofueunprincipio,amigomío.Ustedeselencargadodehacerlaolvidar…yestarasuladoenlosmomentosdifíciles.
—¿Difíciles?—Sí, difíciles. Haremos todo lo posible por nomezclar su nombre en esto, pero será imposible
conseguirloporcompleto.Yasabequeellafueelmotivo.Ylealargóelsobre.Desuinteriorcayóunpapel.Lacartaerabreveyestabaescritayfirmadapor
unconocidoabogado.Decíaasí:
Queridaseñora:
Eldocumentoquemeincluyeestáenregla,yelhechodequeelmatrimoniotuvieralugarenunpaísextranjeronoloinvalidaenningúnsentido.
Suyoafectísimo,etcétera…
Poirot desplegó el documento.Era un certificadodematrimonio deDonovanBayleyyErnestinaGrant,fechadoochoañosatrás.
—¡Oh, Dios mío! —exclamó Jimmy—. Pat dijo que había recibido una carta de esa señorapidiéndolequefueraaverla,peronoimaginósiquieraquefueranadaimportante.
Poirotasintió.—ElseñorDonovanlosabía…,vinoaverasuesposaaquellatardeantesdesubiralpisodearriba.
(Extraña ironíadejar que esa infortunadamujer viniera a vivir almismoedificiode su rival…)Y laasesinóasangrefría…yluegofueadivertirseconustedes.Sumujerdebiódecirlequehabíaenviadoencertificadodematrimonioasuabogadoyqueaguardabasurespuesta.Sindudaélquisohacerlecreerquesumatrimonionoeradeltodoválido.
—Donovanestuvodemuybuenhumordurante toda lanoche.SeñorPoirot, ¿no lehabrádejadoescapar?
—Notieneescape—repusoeldetective—.Notema.—EsenPatenquienpiensoprincipalmente—replicóJimmy—.¿Creeusted…quenoleafectará
mucho?—Monami,esoescosasuya.Tienequehacerlavolveraustedyolvidar. ¡Nocreoque le resulte
muydifícil!
LasaventurasdeJohnnieWaverly
—Tienequecomprenderlossentimientosdeunamadre—repitiólaseñoraWaverly,quizáporsextavezymirandosuplicanteaPoirot.Nuestropequeñoamigo,siemprecomprensivoanteunamadreapurada,tratódetranquilizarlaconungesto.
—Puesclaro,claro;lacomprendoperfectamente.ConfíeenPapáPoirot.—Lapolicía…—comenzóadecirelseñorWaverly.Suesposadespreciólainterrupción.—Yonoquierosabernadamásdelapolicía.¡Confiamosenellos,ymiraloquehaocurrido!Pero
heoídohablartantodelseñorPoirotydelascosastanmaravillosasqueharealizado,quepresientoqueéltalvezpuedaayudarnos.Lossentimientosdeunamadre…
Poirot,conungestoelocuente,apresuróseaevitarotrarepetición.LaemocióndelaseñoraWaverlyeraauténtica,ycontrastabaconsucarácterduroyáspero.CuandosupoqueeralahijadeunimportantefabricantedeacerosdeBirminghamquesehabíaabiertocaminohastalaactualposición,comprendióquehabíaheredadomuchasdelascualidadespaternas.
El señorWaverlyeraunhombregrandotey jovial.Depieycon laspiernasmuyseparadas teníatodoelaspectodeuncampesinohacendado.
—Supongoqueestáenteradodetodo,¿verdad,señorPoirot?Lapreguntaeracasisuperflua.Durantevariosdíaslosperiódicospublicaronampliasinformaciones
acercadelsensacionalraptodelpequeñoJohnnieWaverly,detresañosdeedadyherederodeMarcusWaverly,WaverlyCourt,Surrey,unadelasfamiliasmásantiguasdeInglaterra.
—Desdeluego,conozcolosdetallesmásimportantes,peroleruegoquevuelvaacontarmetodalahistoria,monsieur,ysinolvidarsedenada,porfavor.
—Bien.Creoqueelprincipiodetodoestofuelacartaanónimaquerecibíhacediezdías…(¡quédesagradablessonlosanónimos!)yquenoteníanipiesnicabeza.Elqueescribíameexigíalaentregade veinticinco mil libras…, ¡veinticinco mil libras, señor Poirot!…, y me amenazaba con raptar aJohnnieencasocontrario.Naturalmente,arrojéelanónimoalcestodelospapeles.Cincodíasdespuésrecibí otra carta por el estilo: «Si no paga, su hijo será secuestrado el veintinueve». Eso fue elveintisiete.Adaestabamuyalarmada,peroyonoquisetomarenserioelasunto.¡Malditasea!,estamosenInglaterra.Nadievaporahíraptandoniñosparaconseguirunrescate.
—Desdeluego,noesmuycorriente—repusoPoirot—.Continúe,monsieur.—Bien.Adanomedejabaenpaz…demodoque,aunqueconsiderándolounatontería,puseelcaso
enmanosdeScotlandYard.Noparecierontomarlomuyenserio,inclinándoseapensarcomoyo,quedebía tratarse de una broma. El día veintiocho recibí la tercera carta. «No ha pagado. Su hijo seráraptadomañanaalasdocedelmediodía.Ysurescatelecostarácincuentamillibras».VolvíaScotlandYard.Estavezparecieronalgomás impresionados.Se inclinabanapensarqueaquellascartas fueronescritasporunlunático,yqueeraprobablequealahoraseñaladahubieraalgúnintentodesecuestro.Measeguraronquetomaríantodaslasprecaucionesparaevitarlo.ElinspectorMcNeilconlasfuerzasconvenientesiríanaWaverlyalamañanasiguienteparacuidardeello.
»Volvíacasamuchomástranquilo.Noobstante,diordendequenodejaranentraraningúnextraño,y de que nadie saliera sin mi consentimiento. Transcurrió la tarde sin novedad, mas a la mañanasiguientemiesposaseencontrabaseriamenteenferma.Asustado,enviéabuscaraldoctorDarkens.Alparecer, los síntomas que apreció le sumieron en unmar de confusiones y pude comprender lo que
pasabaporsumente.Measeguroquelaenfermanocorríapeligro,peroquetardaríaunoodosdíasenrestablecerse.Alvolveramihabitacióntuvelasorpresadeencontrarunanotaprendidaenmialmohadaescritaconlamismaletraquelasotrasyconteniendosólotrespalabras:“Alasdoce”.
»Confieso,señorPoirot,queenaquellosmomentoslovitodorojo.Alguienquevivíaenmipropiacasateníaqueverenello.Reuníatodosloscriadosylespusedevueltaymedia.Nuncaseacusanunosaotros;fuelaseñoraCollins,damadecompañíademiesposa,quienmeinformódequehabíavistoalaniñeradeJohnniesalirdecasaaprimerashorasdelamañana.Laatosiguéapreguntasyconfesó.Habíadejadoalniñoconotradelasdoncellaspara iravera…unhombre.¡Asívanlascosas!Negóhaberprendidolanotaenmialmohada…Esposiblequedijeralaverdad;nolosé.Medicuentadequenopodía correr el riesgo de que la propia niñera formara parte del complot.Uno de los criados estabacomplicadoenél.Alfin,perdidoeldominiodemisnervios,losdespedíatodos,incluyendoalanurse.Lesdiunahorapararecogersuscosasysalirdelacasa.
ElrostroyadeporsíencarnadodelseñorWaverlysepusodosvecesmásrojoalrecordarsupasadoarrebato.
—¿Nofuealgoimprudente,monsieur?—sugirióPoirot—.Porquedeesemodopudoustedayudarasusenemigoscontodaefectividad.
—Nosemeocurrió—dijoelseñorWaverlymirandoconfijezaaldetective—.Miintencióneraquese fueran todos. Telegrafié a Londres para que me enviaran nuevo servicio aquella misma tarde.Entretanto,sólohabíadospersonasenlacasaenquienespoderconfiar:lasecretariademiesposa,missCollins,yTredwell,elmayordomo,quehaestadoconmigodesdequeyoeraniño.
—YesaseñoritaCollins,¿cuántotiempollevaconustedes?—Sólo un año —repuso la señora Waverly——. Es una secretaria incomparable y también ha
resultadounamadellavesmuyeficiente.—¿Ylaniñera?—Latenemosdesdehaceseismeses.Presentóinmejorablesreferencias.Detodasformas,nuncame
agradóapesardequeJohnnielaadoraba.—Sinembargo,mefiguroquecuandoocurriólacatástrofeyasehabíamarchado.SeñorWaverly,
¿quieretenerlabondaddecontinuar?ElseñorWaverlyapresuróseaobedecer.—ElinspectorMcNeilllegóaesodelasdiezymedia.Entoncesloscriadosyasehabíanmarchado,
y se declaró muy satisfecho con los arreglos hechos. Había dejado varios hombres apostados en elparque,guardandotodaslasentradasquepudieranllevarhastalacasaymeaseguróquesitodoaquelloeraunaburlacogeríaalmisteriosocorresponsal.
»Fui a buscar a Johnnie y con el inspector nos refugiamos en una habitación que llamamos laCámaradelConsejo.Elinspectorcerrólapuertaconllave.Hayungranrelojylasmanecillasseñalabancasilasdoce.Nopuedonegarqueestabamásnerviosoqueungato.DeprontoelrelojcomenzóasonaryyoestrechéaJohnniecontramipecho.Teníalasensacióndequeelsecuestradoribaacaerdeltecho.Aldarlaúltimacampanadaoyóseunagranconmociónfuera…,gritosycarreras.Elinspectorabriólaventanayelsargentoseacercócorriendo.
»—Yalotenemos,señor—jadeó—.Estabaocultoentrelosarbustos.»Salimos corriendo a la terraza, donde dos agentes sujetaban a un individuomal vestido que se
debatía en un vano afán de escapar.Uno de los policías estaba abriendo un paquete que acababa dequitaralprisionero.Conteníaunpocodealgodónhidrófiloyunabotelladecloroformo.Aquellome
hizoarder la sangre.Había ademásunanotadirigida amí.Laabrí: decía lo siguiente: “Debióhaberpagado.Ahoraelrescatarasuhijolecostarácincuentamillibras.Apesardetodassusprecauciones,hasidosecuestradoalasdocedelveintinueve,comoyoledije”.
»Soltéunarisotadadealivio,peroalmismotiempooíelruidodeunmotordeautomóvilyungrito.Volvílacabeza.PorlaavenidayendirecciónaSouthLodgecorríauncochegrischatoylargoatodavelocidad.Elconductor fuequiengritó,peronoeraeso loquemehizoestremecerdehorror,sino lavistadelosrizosrubiosdeJohnnie,queestabasentadoasulado.
»Elinspectorlanzóunamaldición.«—Elniñoestabaaquíhacesólounminuto—exclamórepasándonosconlavista—.Todosnosotros
estábamosallí,yo,Tredwell,laseñoritaCollins.»—¿Cuándolevioustedporúltimavez,señorWaverly?—mepreguntó.»Traté de recordar. Cuando el sargento nos llamó, salí corriendo con el inspector, olvidando a
Johnnie.Yentoncesoímosunsonidoquenos sobresaltó, elde lascampanasdel relojdelpueblo.Elinspector extrajo de su bolsillo el suyo con una exclamación. Eran exactamente las doce. Comoimpulsadosporunresorte,corrimosalaCámaradelConsejo;elrelojmarcabalahoraydiezminutos.Alguienlohabíaadelantadodeliberadamente,porquenuncaseadelantaoatrasa.Esunrelojperfecto.
El señorWaverlyhizounapausa.Poirot, sonriente,enderezóconelpieunaalfombritaqueaquelpadrenerviosohabíaladeado.
—Un problema muy grave, oscuro y encantador—murmuró el detective—. Lo investigaré consumoplacer.Laverdadesquefueplaneadoámerveille.
LaseñoraWaverlymiróleconreproche.—Pero¿ymihijo…?—gimoteó.Poirotapresuróseamodificarlaexpresióndesurostroydarledenuevoexpresióndesimpatía.—Estáasalvo,señora,ynohasufridoelmenordaño.Leaseguroqueesosmalandrineslecuidarán
muybien.¿Novequeparaelloseselplato…,no,lagallinadeloshuevosdeoro?—Señor Poirot, le aseguro que sólo cabe hacer una cosa… pagar. Al principio opinaba lo
contrario…,¡peroahora…!Lossentimientosdeunamadre…—Perohemosinterrumpidolahistoriademonsieur—apresuróseaexplicareldetective.—Supongoqueelrestodebeconocerloperfectamenteyagraciasalosperiódicos—repusoelseñor
Waverly—.ClaroqueelinspectorMcNeilavisóinmediatamenteporteléfonodandoladescripcióndelautomóvilydelhombre,yalprincipioparecióque todo ibaa terminarbien,yaqueuncochede lasmismascaracterísticas,conunhombreyunniño, fuevistoenvariospueblos,marchando,alparecer,conrumboaLondres.Sedetuvieronencierto lugarypudieronobservarqueelniño llorabayestabamuy asustado y temeroso de su acompañante. Cuando el inspectorMcNeil me anunció que habíandetenido aquel automóvil y a sus ocupantes, casi me pongo enfermo de la alegría. Ya sabe lo queocurrióluego.ElniñonoeraJohnnieyelhombreeraunautomovilistaempedernido,muyaficionadoalosniños,quehabíarecogidoaunpequeñueloenlascallesdeEdenswell,unpueblosituadoaquincemillasdenosotros,yleestabadandounpaseo.Graciasalaestúpidaseguridaddelapolicía,todoslosdemás rastros habían desaparecido. De no haber perseguido con tanta insistencia a aquel cocheequivocadamente,hubierapodidoencontraralniño.
—Cálmese,monsieur.LapolicíaesunCuerpodehombresinteligentesyarriesgados.Suerrorfuemuynatural, ya que el ardid estabamuybien tramado.Y en cuanto al hombre que capturaron en elparque, tengoentendidoquesudeclaraciónhaconsistidoenunanegativaconstante. Insisteenque la
notayelpaquetelefueronentregadosparaserllevadosaWaverlyCourt.Elhombrequeselodio,lepagóconunbilletedediezchelines,prometiéndoleotrosdiezsi loentregabaexactamentea lasdocemenosdiez.Teníaqueacercarsealacasaporelparqueyllamaralapuertalateral.
—Nocreoniunasolapalabra—declarólaseñoraWaverlyconvalor—Esunasartadementiras.—En verité es una historia bastante floja —dijo Poirot, pensativo—. Pero por ahora no han
conseguidosacarlenadamás.Tengoentendidoquetambiénhizociertaacusación.MiróinterrogadoramentealseñorWaverly,quevolvióaenrojecer.—EseindividuotienelapretensióndequeTredwelleselhombrequeledioelpaquete.«Sóloque
ahorasehaafeitadoelbigote».¡Tredwell,quehanacidoenmihacienda…!PoirotsonrióLigeramenteantelaindignacióndelhidalgocampesino.—No obstante, usted mismo sospecha que alguien íntimamente ligado a su casa tiene que ser
cómplicedelrapto.—Sí,peronoTredwell.—¿Yusted,señora?—preguntóPoirotvolviéndosedeimprovisohacialadama.—NopudoserTredwellquienledieraelpaquete…,siesquealguienlohizo,cosaquenocreo…
Esehombredicequeselodieronalasdiez,yalasdiezTredwellsehallabaconmiesposoenelsalóndefumar.
—¿Pudodistinguirelrostrodelhombrequeconducíaelautomóvil,monsieur?—Estabademasiadolejosparapoderverlelacara.—¿SabesiTredwelltienealgúnhermano?—Tuvovarios,perohanmuertotodos.Alúltimolomataronenlaguerra.—Todavía no estoy muy familiarizado con los parques de Waverly Court. Dice usted que el
automóvilibaendirecciónaSouthLodge.¿Hayalgunaotraentrada?—Sí;laquellamamosEastLodge.—Esextrañoquenadievieraentrarelcocheenelparque.—Existeunderechodepasoporuncaminoquedaaccesoalacapilla.Muchosvehículospasanpor
ahí.Ese hombre debió detener el coche en un lugar conveniente y correr hasta la casa precisamentecuandoseacababadedarlaalarmaytodalaatenciónestabaconcentradaenotraparte.
—Amenos que ya estuviera dentro de la casa—susurró Poirot—. ¿Hay algún sitio donde pudoesconderseconseguridad?
—Bueno,ciertoesquenoregistramosdeantemanolacasa.Noloconsiderénecesario.Supongoquepudohaberseescondidoencualquierparte,pero¿quiénpudodejarleentrarenlacasa?
—Ya llegaremos a eso más tarde. Cada cosa a su tiempo… y seamosmetódicos. ¿Existe algúnescondite especial en la casa?WaverlyCourt es unamansión antigua, y algunas veces estos lugarestienen«AgujerosSecretos»,comoselesllama.
—¡Cielos,existeunAgujeroSecreto!Seentraporunodelospanelesdelvestíbulo.—¿CercadelaCámaradelConsejo?—Precisamentealladodelapuerta.—Voilá!—Peronadieloconoce,exceptomiesposayyo.—¿YTredwell?—Bueno…,esposiblequehayaoídohablardeél.—¿LaseñoritaCollins?
—Nuncalohemencionadoensupresencia.—Bien,monsieur, ahora loquedebohaceres ir aWaverlyCourt. ¿Leparecebienquevayaesta
tarde?—¡Oh!Tanprontocomoleseaposible,porfavor,monsieurPoirot—exclamólaseñoraWaverly—.
Leaestounavezmás.Ypusoensusmanoslaúltimamisivadelenemigo,quehabíallegadoaWaverlyaquellamañanay
queseapresuraronaremitiraPoirot.Enellasedabaindicacionesexplícitasparaefectuarlaentregadeldineroyfinalizabaconlaamenazadequeelniñopagaríaconsuvidacualquiertraición.Eraevidente:laseñoraWaverly luchabaentreelamoraldineroysus instintosmaternalesy,naturalmente,estabanganandoestosúltimos.
PoirotdetuvounosmomentosalaseñoraWaverlyaespaldasdesuesposo.—Madame, dígame la verdad, por favor. ¿Comparte la confianza que su esposo tiene en el
mayordomoTredwell?—Notengonadacontraél,señorPoirot.Nocomprendodequémodopuedeestarmezcladoeneste
asunto,pero…,bueno,nuncamehagustado…,nunca.—Otracosa,madame,¿puededarmeladireccióndelaniñeradelpequeño?—NetherallRoad14,Hammersmith.Nosupondráusted…—Yonunca supongo.Sólo…empleomis células grises.Y algunasveces…, sólomuydevez en
cuando…,semeocurrealgunaidea.Poirotacercóseamíunavezhubocerradolapuerta.—De modo que a madame nunca le ha gustado el mayordomo. Eso es interesante, ¿verdad,
Hastings?Decidínopreguntarlenada.Poirotmehaengañado tantasvecesqueahorameandoconcuidado.
Siempremetiendealgunatrampa.Después de una toilette bastante complicada salimos en dirección a Netherall Road. Tuvimos la
suertede encontrar en casa a la señorita JessieWhiters; una agradable jovendeunos treintay cincoaños,muyeficiente.Nopudeimaginármelamezcladaenaquelasunto.Estabaresentidaporelmodoenque había sido despedida, aunque admitiendo que había obrado mal. Estaba prometida a un pintordecoradorquecasualmentesehallabaenlavecindaddeWaverlyycorrióaverleencuantoseleofrecióla ocasión, lo cual resultaba bastante natural. Yo no acababa de comprender a Poirot. Todas suspreguntas me parecieron poco acertadas. Se referían principalmente a la vida cotidiana enWaverlyCourt.Yomesentíamolestoymealegrécuandoalfinsedecidióamarchar.
—Monami,secuestraresuntrabajofácil—observómientrasparabauntaxienHammersmithRoadparaquenosllevaraaWaterloo—.Eseniñopudoserraptadoconlamayortranquilidadcualquierdíatranscurridoenlosúltimostresaños.
—Noveoqueesonosayudemucho—observéconfrialdad.—Aucontraire, conesoadelantamosmuchísimo…Hastings,yaqueseempeñaenusaralfilerde
corbata,porlomenospóngaseloenelcentroexacto.Enestosmomentoslollevaunadieciseisavapartedeunapulgadatorcidohacialaderecha.
WaverlyCourt era una bonitamansión antigua recientemente restaurada con gusto y cuidado.ElseñorWaverly nosmostró laCámara delConsejo, la terraza y todos los lugares relacionados con elcaso.Alfin,arequerimientodePoirot,presionóunresorteenlapared,cosaquehizocorrerunpanel,yporunestrechopasilloentramosenelAgujeroSecreto.
—Yaveusted—dijoWaverly—.Aquínohaynada.Lareducidahabitaciónestabacompletamentevacía,yelsueloaparecíaescrupulosamentebarrido.
MereuníconPoirot,quecontemplabaatentamenteunashuellasenunrincón.—¿Quélepareceesto,amigomío?Veíansecuatromarcasmuyjuntas.—Laspisadasdeunperro—exclamé.—Deunperromuypequeño,Hastings.—Unpomeranian.—Máspequeño.—¿Ungrifón?—insinué.—Máspequeñotodavíaqueungrifón.UnaespeciedesconocidaenelKennelClub.Lemiré.Surostroresplandecíadeentusiasmoysatisfacción.—Teníarazón—murmuró—.Sabíaqueestabaenlocierto.Vamos,Hastings.Alregresaralvestíbuloelpanelcerróseanuestraespaldayunajovensaliódeunapuertadelpasillo.
ElseñorWaverlynospresentó.—LaseñoritaCollins.La señoritaCollins tendría unos treinta años de edad, y sus ademanes eran rápidos y despiertos.
Teníaloscabellosrubiosyusabagafassinmontura.AunaindicacióndePoirotentramosenunaalegrehabitaciónendondela interrogóacercade los
criadosyespecialmentedeTredwell.Admitióquenoleagradabaelmayordomo.—¡Sedatantaimportancia…!—explicó.LuegopasaronatratardelacomidaquetomaralaseñoraWaverlylanochedeldíaveinticinco.La
señoritaCollinsdeclaróqueellahabíacomidolomismoensusalitadearribayquenosesintiómal.CuandoyamarchabaledijeaPoirot:—Elperro.—¡Ah!,síelperro.—Sonrióabiertamente—.¿Tienealgúnperro,porcasualidad,señorita?—Haydosperdiguerosenlasperreras.—No;merefieroaunperropequeño,dejuguete.—No,nohayninguno.Poirotladejómarchar.Luego,presionandoeltimbre,mehizoobservar:—EsamademoiselleCollinsmiente.Esprobablequeensucasoyohicieralomismo.Ahoraveamos
almayordomo.Tredwelleraunindividuomuydigno.Contósuhistoriaconperfectoaplomo,queeraexactamente
lamismaqueladelseñorWaverly.ConfesóconocerelAgujeroSecreto.CuandosehuboretiradotropecéconlamiradainquisitivadePoirot.—¿Quéleparecetodoesto,Hastings?—¿Yausted?—preguntéamivez.—¡Quéprecavidosehavuelto!Nuncalefuncionaránlascélulasgrises,amenosquelasestimule.
¡Ah!,peronolevoyameterprisa.Saquemosjuntosnuestrasdeducciones.¿Quépuntonosparecemásdifícil?
—Hayunacosaquemechoca—dije—.¿Porquéelhombreque raptóalniño tuvoquehuirporSouthLodgeenvezdeirporEastLodge,dondenadielehubieravisto?Noloveomuyclaro.
—Esunbuenpunto,Hastings,excelente.Yhacejuegoconotro.¿PorquéavisaralosWaverlyde
antemano?¿Porquénoraptaralniñosencillamenteyluegoexigirelrescate?—Porqueesperabaobtenereldinerosinverseobligadoaentrarenacción.—¿Ynoresultababastantedifícilqueentregaseneldineroporunasimpleamenaza?—Ytambiénquisoconcentrarlaatenciónenlasdocedelmediodía,demodoquecuandoelhombre
gancho fuese cogido, él pudiera salir de su escondite y largarse con el niño sin que nadie se dieracuenta.
—Locualnoalteraelhechodeque trataradecomplicaralgoqueerabiensencillo.Denohaberespecificadoeldíanilahora,nadahubierasidomásfácilqueaguardarsuoportunidadyllevarseelniñoenunautomóvilcualquierdíadelosqueéstesalíaconsuniñera.
—Sí…,sí—admitípococonvencido.—Enresumen.¡Seharepresentadoestafarsadeliberadamente!Ahoraenfoquemoslacuestióndesde
otroángulo.Todotiendeaseñalarlaexistenciadeuncómpliceenlamismacasa.Puntonúmerouno:elmisteriosoenvenenamientoenlaseñoraWaverly.Puntonúmerodos:lanotaprendidaenlaalmohada.Puntonúmerotres:eladelantarelrelojdiezminutos…,tododentrodelacasa.Hayundetalleadicionalenelquetalveznohayaustedreparado.NohabíapolvoenelAgujeroSecreto.Habíasidobarridoconunaescoba.
»Tenemos cuatro personas en la casa. (Podemos excluir a la niñera, puesto que no pudo haberbarrido el Agujero Secreto, aunque sí realizar los otros tres puntos). Cuatro personas: el señor y laseñora Waverly, Tredwell, el mayordomo, y la señorita Collins. Empezaremos por esta última. Notenemosgrancosaencontra,exceptoquesabemosmuypocodeella,queesunamujermuyinteligenteyquellevasólounañoenlacasa.
—Usteddijoquemintióenlodelperro—lerecordé.—¡Ah,sí,elperro!—Poirotsonriódeunmodopeculiar—.AhorapasemosaTredwell.Hayvarios
factoressospechososcontraél.Enprimerlugar,eldetenidodicequefueTredwellquienleentregóelpaqueteenelpuebloylodiceseguro.
—PeroTredwellpuedeprobarsucoartadaparaestepunto.—Incluso así, pudo haber envenenado a la señoraWaverly y prendido la nota en la almohada,
adelantarelrelojybarrerelAgujeroSecreto.Porotraparte,nacióyhasidoeducadoalserviciodelosWaverly.Pareceimposiblequeaúltimahoratuvieraparteenelraptodelhijodelacasa.¡Estonoesunapelícula!
—Bien…,¿entonces?—Debemos proceder lógicamente, por absurdo que parezca. Primero considerar brevemente a la
señoraWaverly.Peroellaesrica,eldineroessuyo.Fuesudineroelquevolvióalevantarlahacienda.Nohabríarazónparaquehicieseraptarasuhijoycobrarsupropiodinero.Encambiosuesposoestáenunaposiciónmuydistinta.Sumujeresrica.Noeslomismoquesilofueraél…Enresumen,tengolaligera impresión de que la dama no esmuy aficionada a repartir su dinero, a no ser por una causajustificada.PeropuedeverseenelactoqueelseñorWaverlyesunbonviveur.
—¡Imposible!—exclamé.—No tanto. ¿Quién despidió a los criados? El señor Waverly. Él pudo escribir los anónimos,
envenenarasuesposa,adelantarlasmanecillasdelrelojyestablecerunamagníficacoartadaparasufielayudanteTredwell.ElmayordomonuncatuvosimpatíaporlaseñoraWaverly.Esfielasuamoyestádeseosodeobedecer ciegamente todas susórdenes.Fueron trespersonas:Waverly,Tredwell y algúnamigodeWaverly.Éseeselerrorquecometiólapolicía;noinvestigarmásafondoacercadelhombre
queconducíaelautomóvilgrisconunniñoquenoeraelquebuscaba.Éseeraeltercerhombre.Recogeaunchiquilloalpasarporelpueblo,unniñoderizosrubios.EntraenWaverlyporEastLodgeysaleporSouthLodgeenelmomentopreciso, saludandocon lamanoygritando.Nopuedendistinguirsurostro ni el número de lamatrícula del coche ni por lo tanto tampocover al niño.Entonces deja unrastrofalsohastaLondres.Entretanto,Tredwellharealizadosupartepreparandoelpaqueteyhaciendoquelollevaraunsujetodeaspectosospechoso.Suamopuedepresentarunabuenacoartadaenelcasodequeelhombreloreconociera,apesardelbigotepostizoqueutilizó.YencuantoalseñorWaverly,tanprontocomooyóelalborotoquesearmaenelexterioryelinspectorsalecorriendo,rápidamenteescondealniñoenalgúnAgujeroSecretoysiguealpolicíaaljardín.Mástarde,cuandoelinspectorsehamarchado,ylaseñoritaCollinsnopuedeverle,leesfácilsacaralniñoyllevarloensuautomóvilaunlugarseguro.
—Pero¿yelperro?—pregunté—.¿YlamentiradelaseñoritaCollins?—Esohasidounapequeñabromamía.Lepreguntésihabíaalgúnperrodejugueteenlacasaydijo
queno…,perosindudahayalgunos…enelcuartodelniño.ElseñorWaverlypusoalgunosjuguetesenelAgujeroSecretoparahacerqueJohnnieseentretuvieraynogritara.
—SeñorPoirot—ElseñorWaverlypenetróenlaestancia—.¿Hadescubiertoalgo?¿Tienealgunaideadedóndehanllevadoalniño?
Poirotlealargóunpedazodepapel.—Aquíestáladirección.—¡Perosiestáenblanco!—Porqueesperoqueustedlaescriba.—¿Quédiab…?—ElrostrodeWaverlytornóseescarlata.—Lo sé todo,monsieur. Le doy veinticuatro horas para devolver al niño. Su ingenuidad correrá
parejas con la tarea de explicar su reaparición.De otromodo la señoraWaverly será informada delexactodesarrollodelosacontecimientos.
ElseñorWaverly,dejándosecaersobreunasilla,escondióelrostroentrelasmanos.—Estáconmiviejanodriza,aunasdiezmillasdeaquí.Sehallacontentoybiencuidado.—No tengo lamenorduda.Deno considerarle a ustedunpadrede corazón, no le ofrecería esta
oportunidad.—Elescándalo.—Exacto. Su nombre es antiguo y honorable. No vuelva a mancharlo. Buenas noches, señor
Waverly.¡Ah!Apropósito,unconsejo.¡Noseolvidenuncadebarrerenlosrincones!
Latartadezarzamoras
HérculesPoirot se encontrabacenandocon suamigoEnriqueBenningtonenGalante,unrestaurantesituadoenKing’sRoad,Chelsea.AlseñorBenningtonleagradabalaatmósferatranquiladelGalanteysucomidasencillaynetamente«inglesa»yno«unconjuntodecomplicadosrevoltijos».
Molly, la simpática camarera, le saludó como a un viejo conocido. Se preciaba de recordar losgustosypreferenciasdesusclientesencuestionesgastronómicas.
—Buenasnoches,señor—ledijomientraslosdoshombresseacomodabanenunamesa—.Tienenustedessuerte,haypavorellenodecastañas…essuplatofavorito,¿verdad?¡EinclusounestupendoquesoSilton!¿Tomaránprimerosopaopescado?
Unavezresuelta lacuestiónde laminutay lasbebidas,elseñorBenningtonreclinósehaciaatrásconunsuspirodealivioydesdoblólaservilletamientrasMollysealejaba.
—¡Esunabuenachica!—dijoentonodeaprobación—.Habíasidounabelleza…,solíaposarparalospintores.Tambiénentiendedecocina…yesoesmuchomásimportante.Porlogenerallasmujeressabenpocodeeso.Haymuchasquecuandosalenconunsujetódesuagradonoseenterannideloquecomen.Pidenloprimeroquevenenlalista.
HérculesPoirotasintióconlacabeza.—C’estterrible.—Loshombresnosomosasí,graciasaDios—exclamóelseñorBenningtoncomplacido.—¿Nunca?—Bueno,talvezcuandosomosmuyjóvenes—concedióBennington—.¡Cachorritos!Losjóvenes
dehoyendíasontodosiguales…,carecendeinteligenciaydevigor.Yonolessirvodenada…yellosamí…tampoco.¡Talveztenganrazón!¡Peroaloírleshablarunocreeríaquenadietienederechoavivirdespuésde los sesenta!Por sumodode comportarse, nomeextrañaríaque ayudaran a susparientesancianosasalirdeestemundo.
—Esposiblequelohagan—dijoPoirot.—Deboconfesarqueesustedmuymalpensado.Todoesetrabajopolicíacohaminadosusideales.Eldetectivesonrió.—Noobstante—dijo—,resultaríainteresantehacerunaestadísticadelasmuertesaccidentalesde
personasquehancumplidolossesenta.Leaseguroqueselevantaríanalgunassospechascuriosasensuimaginación…Perohablemos,amigomío,desuspropiosasuntos.¿Cómoseportaelmundoconusted?
—¡Anda todo revuelto! —exclamó Bennington—. Eso es lo que le ocurre al mundo actual:demasiadaconfusiónydemasiadapalabrería.Lapalabreríasirveparadisimularlaconfusión.Comounasalsa fuerte y aromática disimula que el pescado no esté demasiado fresco.Amí deme un filete delenguadocomoesdebidoynonecesitoponerlesalsa.
YenaquelmomentoMolly,sonriente,selosirviótalcomodeseaba.—Ustedconoceexactamentemisgustos,Molly.—Ustedvienemuyamenudoporaquí,¿verdad?Asínoesextrañoqueyolosconozca.—¿Esquelaspersonassiemprepidenlasmismascosas?—preguntóPoirot—.¿Nolesgustavariar
algunasveces?—Los caballeros no. A las damas les gusta la variedad…, pero los caballeros piden siempre lo
mismo.—¿Quéledije?—gruñóBennington—.¡Lasmujeressonunascoenloqueacomidaserefiere!
Miróasualrededor.—Elmundoesmuycurioso.Fíjeseeneseextrañosujetodelabarbasentadoeneserincón.Molly
puededecirlequevienetodoslosmartesyjuevesporlanoche…desdehacecercadediezaños.Esunaespecie de símbolo en este local. No obstante, nadie conoce su nombre, ni dónde vive, ni a qué sededica.Esbastanteextrañosisepiensabien.
Cuandolacamareratrajolasracionesdepavoledijo:—VeoquetodavíasigueviniendoNuestroViejoPadreTiempo.—Todoslosmartesyjueves,señor.¡Peronosabeustedquelasemanapasadavinoenlunes!¡Casi
measusté!Creíquemehabíaequivocadodefechayquedebíasermartessinqueyolosupiera.Perovolvióaldíasiguiente…,demodoqueellunesdebióhacerunextra,porasídecirlo.
—Unainteresantedesviacióndesuscostumbres—murmuróPoirot—.Quisieraconocerlasrazonesquelamotivaron.
—Puessiquieresabermiopinión,creoqueestabaalgopreocupado.—¿Porquélocreeasí?¿Porsusmodales?—No, señor…,no fueronprecisamente susmodales.Estaba tranquilo como siempre.Nuncadice
másque«Buenasnoches»alentraryalsalir.No,fueporloquepidió.—¿Loquepidió?—Supongoquesevanareírdemí.—Mollyenrojeció—.Perocuandosellevadiezañossirviendoa
uncaballeroseconocensusgustosaldedillo.Nopodíasoportarlasgrasasylaszarzamoras,ynuncalevitomarlasopaespesa…,¡peroaquellunesporlanochepidiósopadetomatebienespesa,unachuletaconriñonesytartademoras!¡Parecíacomosinosupieraloqueestabapidiendo!
—¿Sabequeloencuentroaltamenteinteresante?—dijoHérculesPoirot.Mollyledirigióunamiradaagradecidaantesdealejarse.—Bueno,Poirot—dijoEnriqueBenningtonconuna risita—.Vamosaverquédeduccionessaca.
Hágalolomejorquesepa.—Prefierooírprimerolassuyas.—¿QuierequehagadedoctorWatson,eh?Puesqueelviejofueaveralmédicoyésteleaconsejó
quecambiaraderégimen.—¿Y le recomendó que tomara sopa de tomates espesa, una chuleta con riñones y tarta de
zarzamora?Nopuedoimaginaraningúnmédicoquehagaeso.—¿Nolocree?Alosmédicosselespuedeocurrircualquiercosa.—¿Esésalaúnicasoluciónqueseleocurre?—Bien,ahoraenserio.Supongoquesóloexisteunaposibleexplicación.Quenuestrodesconocido
amigoestababajolosefectosdeunafuerteemoción.Sehallabatanpreocupadoquenisediocuentadeloquepedíaoestabacomiendo.
Rióantesupropiainsinuación.—Noiráadecirmeahoraqueyasabeexactamenteloquepasabaporsuimaginación.Talvezpiense
queestabatramandocometeruncrimen.Volvióareír.Poirotpermanecióserio.Teníaqueadmitir,dijo,queenaquellosmomentoshallábaseseriamentepreocupadoyqueteníael
presentimientodequealgoibaaocurrir.Suamigoleaseguróquetalideaerafantástica.
***TressemanasmástardeHérculesPoirotyBenningtonvolvieronaencontrarse.Estavezsuencuentrotuvolugarenel«metro».
Sesaludaronconunainclinacióndecabezayseagarraronadosasideroscontiguosparamantenerelequilibrio. En Piccadilly Circus quedaron unos asientos libres en un extremo del coche…, un lugartranquilodondenadiepodíamolestarlos.
—Apropósito—dijoelseñorBenningtoncuandoseacomodaron—.¿RecuerdaaquelviejoqueibaalGalante?Nomeextrañaríaquehubierapasadoaunmundomejor.Haceunasemanaquenoapareceporallí;Mollyestámuypreocupada.
LosojosdePoirotrelampaguearon.—¿Deveras?—dijo—.¿Deveras?—¿Recuerdaqueyodijequetalvezhablaidoaverunmédicoyqueéstelepusoadieta?Lodela
dietaesunatontería,desdeluego…,pero¿ysideverasfueaconsultarunmédicoyloqueledijeralepreocupó?Esoexplicaríaelquepidieraloprimeroquevieraenlaminuta,sindarsecuentadeloquehacía.Esmuyprobablequeelsobresaltosufridoselellevaradeestemundoantesdeloprevisto.Losdoctoresdebíanandarconmuchocuidadoaldecirciertascosasasuspacientes.
—Porlogenerallotienen—repusoHérculesPoirot.—Ésta es mi estación—dijo el señor Bennington levantándose—. Hasta la vista. Y pensar que
nuncasabremosnisiquieraquiéneraeseindividuo…nicómosellamaba.¡Extrañomundo!Yseapeóatodaprisa.HérculesPoirot,conelceñofruncido,noparecíaopinarquefueratanextraño.VolvióasucasaydiociertasinstruccionesasufielcriadoJorge.
***HérculesPoirotdeslizósudedoporuna listadenombres.Erael informede lasmuertesocurridasenciertaárea.
Alfinsuíndicesedetuvo.—EnriqueGascoigne,69.Probaréprimeroéste.A última hora del día,Hércules Poirot se personó en la clínica del doctorMacandrew enKing’s
Road.Macandreweraunescocésaltoypelirrojoderostrointeligente.—¿Gascoigne?—dijo—.Sí, es cierto.Eraunpájaromuyexcéntrico.Vivía enunade esas casas
viejas y abandonadas que van siendoderruidas para construir bloques de viviendasmodernas.No lehabíaatendidoanteriormente,perolehabíavistodevezencuandoysabíaquiénera.Fueellecheroelquediolavozdealarma.Lasbotellasdelechecomenzaronaamontonarseantesupuerta.Alfinallosvecinosdelacasacontiguallamaronalapolicía,quederribólapuertayloencontraron.Sehabíacaídoporlaescalera,rompiéndoseelcuello.Llevabapuestaunabataviejaconuncordónraído…conelquebienpudoenredarse.
—Yacomprendo—repusoHérculesPoirot—.Fuemuysencillo…,unaccidente.—Esoes.—¿Teníaalgúnpariente?—Un sobrino. Solía venir a verle una vez almes. Se llamaRamsey, JorgeRamsey. También es
médico.ViveenWimbledon.—¿CuántotiempollevabamuertoelseñorGascoignecuandoustedlevio?—¡Ah!—dijoeldoctorMacandrew—.Pasamosa los trámitesoficiales.Por lomenoscuarentay
ochohorasynomenosdesetentaydos.Leencontramoslamañanadeldía6.Actualmentepodemosaproximarnos aúnmás. Llevaba una carta en el bolsillo… escrita el día tres… y conmatasellos deWimbledon de aquellamisma tarde…, debió recibirla cerca de las nueve y veinte de la noche. Elloestablecelahoradesufallecimientodespuésdelasnueveyveintedelanochedeldíatres,yconcuerdacon el contenido del estómago y los procesos de la digestión.Había comido unas horas antes de sumuerte.Yo lo examiné lamañana del día 6 y su estado era el que le correspondía de habermuertosesentahorasantes…cercadelasdelanochedeldía3.
—Todopareceencajarbastantebien.Dígame,¿cuándofuevistoporúltimavez?—EnKing’s Road, a eso de las siete de la tardemismo día 3, jueves, y cenó en el restaurante
Galantealassieteymedia.Pareceserquesiemprecenabaallílosjueves.—¿Noteníaotrosparientes?¿Sólounsobrino?—Tenía un hermano gemelo. Su historia es bastante curiosa. No se habían visto durante años.
Cuando Enrique era joven llevaba camino de llegar a ser artista…malísimo. Parece ser que el otrohermano, Antonio Gascoigne, se casó con una mujer muy rica y dejó el arte… por lo que los doshermanos se enfadaron. Creo que no volvieron a verse. Pero por extraño que parezca,murieron elmismodía.El otromellizomurió a launade la tardedel día3.Conozcoel casodeotroshermanosmellizos quemurieron elmismo día… ¡y en distintas partes delmundo! Probablemente sólo es unacoincidencia…
—¿Ylaesposadelhermano,vive?—No,murióhacevariosaños.—¿DóndehabitabaAntonioGascoigne?—Tenía una casa en Kessington Hill. Por lo que me ha dicho el doctor Ramsey, vivía casi en
completareclusión.HérculesPoirotasintiópensativo.Elescocéslecontemplóextrañado.—¿Qué es lo que está pensando, señor Poirot?—preguntó de improviso—.He contestado a sus
preguntascomoeramideberdespuésdeversuscredenciales.Peroestoyenlamáscompletaoscuridadporloquerespectaaestevulgarasunto.
—Un caso sencillo demuerte por accidente, eso es lo que usted dijo. Lo que yo pienso es biensencillo…queleempujaron.
EldoctorMacandrewpareciósobresaltarse.—Enotraspalabras,¡asesinato!¿Tienealgoenquebasarseparaafirmareso?—Oh,no—replicóPoirot—.Esunasimplesuposición.—Debedehaberalgo…—insistióelotro.Poirotnorespondió.—SiesdeRamsey,elsobrino,dequiensospecha,nomeimportadecirlequeseequivoca.Ramsey
estuvo jugandoalbridgeenWimbledondesde lasochoymediahastamedianoche.Esodijeronen lainvestigaciónpracticada.
—Yesdesuponerquelocomprobaron—murmuróPoirot—.Lapolicíaesmuycuidadosa.—¿Tieneustedalgocontraél?—preguntóeldoctor.—Nosabíaniqueexistierahastaqueustedmelohadicho.—Entonces,¿sospechadealgúnotro?—No,no.Noeseso.Setratadequeelhombreesunanimaldecostumbre.Esoesmuyimportante.
YlamuertedelseñorGascoignenoconcuerdaconesto.Yave,todoestáequivocado.—Laverdad,noloentiendo.HérculesPoirotsepusoenpie,sonriendo,yeldoctorleimitó.—Sinceramente—dijoesteúltimo—,noveonadasospechosoenlamuertedeEnriqueGascoigne.—Soyunhombreobstinado—repusoPoirotextendiendolasmanos—.Unhombreconunaidea…y
sinnadaenquebasarla.Apropósito.¿EnriqueGascoignellevabadientespostizos?—No,sudentaduraseconservabaenperfectoestado.Cosamuyapreciableasuedad—¿Yloscuidababien…losteníablancosybrillantes?—Sí.Mefijéprecisamenteeneso.—¿Noselehablandescolorido?—No.Nocreoquefumara,siesoesaloqueserefiere.—Noquisedeciresoprecisamente…erasóloundisparoalargadistancia…queesprobablequeno
déenelblanco.Adiós,doctorMacandrew,ygraciasporsuamabilidad.Poirotsedespidiódelmédico.—Ahora—sedijoalhallarseenlacalle—aporeldisparoalargadistancia.Penetró en el Galante y se sentó en la misma mesa que en la otra ocasión compartiera con
Bennington.LamuchachaqueservianoeraMolly.—Segúnledijolanuevacamarera,Mollyestabadevacaciones.
EranprecisamentelassieteyHérculesPoirotnotuvodificultadenentablarconlajovenundiálogoacercadelviejoGascoigne.
—Si—leexplicólacamarera—.Estuvoviniendoañosyaños,peroningunadenosotrassabíamoscómosellamaba.Leímosenelperiódicolavistadelacausaytraíaunafotografíasuya.«Oye—ledijeaMolly—¿noesnuestroViejoPadreTiempo…?»,comosolíamosllamarle.
—Cenóaquílanochedesumuerte,¿verdad?—Sí.Eldía3,jueves.Siempreveníalosjueves.Martesyjueves…puntualcomounreloj.—Supongoquenorecordaráloquetomóparacenar.—Déjemepensar.Esoes, sopadearroz sazonadaconcurryy ternera…o¿tomócordero…?,no,
ternera,esoes,tartadezarzamorasyqueso.¡Ypensarquealvolverasucasasecayóporlaescalera!Dicenquelacausadebiódeserelcordóndeshilachadodesubatín.Claroquesustrajeseransiempreundesastre…anticuados y raídos, pero no obstante tenía cierto aire… como si fueraalguien. Oh, aquítenemosclientesdetodasclases,ymuyinteresantes.
Semarchóhacialacocina,yPoirotcomiósesulenguado.***
Armadoconlarecomendacióndeciertopersonajeimportante,HérculesPoirotnoencontródificultadenhablarconeljefedepolicíadeldistrito.
—UnpersonajecuriosoeseGascoigne—comentó—.Un individuoexcéntricoysolitario;massufallecimientoparecehaberdespertadograninterés.
Elpolicíamirabaconcuriosidadasuvisitante.HérculesPoirotescogiósuspalabrasconsumocuidado.—Hay ciertas circunstancias relacionadas con su muerte, monsieur, que hacen necesaria una
investigacióndelcaso.—Bien,¿enquépuedoayudarle?—Creoqueustedtienelafacultaddeordenarquelosdocumentosqueentranenestacomisaríasean
conservados o destruidos… según usted juzgue conveniente. En el bolsillo del batín de EnriqueGascoignefueencontradaunacarta,¿noesasí?
—Asíera.—¿Eradesusobrino,eldoctorJorgeRamsey?—Exacto.Lacartafuepresentadaeneljuicioparaayudarafijarlahoradeladefunción.—¿Todavíalaconserva?HérculesPoirotaguardóansiosamentelarespuestaAlsaberquepodríaexaminarlaexhalóunsuspirodealivio.Cuandoalfinlatuvoensupoder,laestudióconcuidado.Habíasidoescritaconplumaestilográfica
yconletraapretada.Decíalosiguiente:
QueridotíoEnrique:
Lamento decirte que no tuve éxito con lo tocante a tío Antonio. No demostró el menorentusiasmo por que vayas a verle, y no quiso contestar a tu ofrecimiento de olvidar lopasado. Naturalmente que se encuentra muy enfermo, y su inteligencia comienza aextraviarse.Yodiríaquesufinestápróximo.Apenasparecíarecordarquiéneres.
Sientohaberfracasado,peropuedoasegurartequelohicelomejorquesupe.
Tusobrinoquetequiere,
JORGERAMSEY.
Lacartaestabafechadaeltresdenoviembre.Poirotexaminóelmatasellosdelsobre…lascuatroymediadelatarde.
—Estáenorden…,¿verdad?—murmuró.***
Supróximoobjeto fueKingstonHill.Tras algunas dificultades quevenció gracias a su insistencia yoptimismo,pudoobtenerunaentrevistaconAmeliaHill,cocinerayamadellavesdelfinadoAntonioGascoigne.
Al principio mostróse recelosa y poco comunicativa, pero la encantadora genialidad de aquelextranjeroderaroaspectonotardóensurtirsuefecto,ylaseñoraAmeliaHillcomenzóaablandarse.
Y sin darse cuenta se encontró, como muchas otras mujeres, contando sus cuitas a un oyentesimpáticodeverdad.
DurantecatorceañoshabíaestadoalcuidadodelacasadelseñorGascoigne.Ynoerauntrabajofácil. ¡Vayaqueno!Muchasmujereshubieran sucumbidobajo las cargasqueella tuvoque soportar.Aquelpobrecaballeroeraunexcéntricoynolodisimulaba.Tanapegadoasudinero…enélerayaunaespeciedemanía…yera tanricocomoelquemás.Pero laseñoraHill lehabíaservidofielmente,ysoportaba sus rarezas, y era natural que esperase por lo menos un recuerdo. Pero nada… ¡nada enabsoluto!Sóloaparecióunviejotestamentoenelquelodejabatodoasuesposa,yencasodequeéstafallecieseantesqueél,asuhermanoEnrique.Untestamentohechoañosatrás.¡Noerajusto!¡Ynolomerecía!
Poco a poco Poirot fue apartándola del tema más importante para ella: su codicia insatisfecha.¡Desde luego era una injusticia cruel! No podía culparla por sentirse herida y extrañada. Era bien
tacaño. Inclusosedecíaque rehusóaayudara suúnicohermano.Eraprobableque la señoraHill losupiera.
—¿EraesoporloquefueaverleeldoctorRamsey?—preguntólaseñoraHill—.Sabíaqueeraporcosasdesuhermano,perocreíquesóloqueríanreconciliarse.Estabanreñidoshacíaaños.
—TengoentendidoqueelseñorGascoignesenegóaellorotundamente—dijoPoirot.—Esoescierto—repusolasenoraHillasintiendoconlacabeza—.«¿Enrique?—dijoconvozdébil
—.¿QuélepasaaEnrique?Nolehevistodesdehaceaños,ni lodeseo.EseEnriquesiemprequierepelea».Sólodijoeso.
LaconversaciónvolvióagirarentornoaldescontentodelaseñoraHillylainconmovibleactituddelabogadodelseñorGascoigne.
Conciertadificultad,HérculesPoirotlogróalfindespedirseinterrumpiéndolabruscamente.Ydeestemodo,pocodespuésdelahoradecenar,llegóaElmcrestDorsetRoad,Wimbledon,donde
sealzabalaresidenciadeldoctorJorgeRamsey.Eldoctorestabaencasa.HérculesPoirotfueintroducidoenelconsultorio,yeldoctorRamsey,que
evidentementeacababadelevantarsedelamesa,notardóenrecibirle.—Novengoaquemevisite,doctor—ledijoeldetective—.Ytalvezmivenidaaestacasatenga
algodeimportante…,peroprefierohablarclaroysinrodeos.Nomegustaelmétodoqueempleanlosabogados,contantospreámbulosycircunloquios.
Sin duda había despertado el interés de Ramsey. Era un hombre demediana estatura,muy bienrasurado, de cabellos castaños, aunque con las pestañas casi blancas, lo cual daba a sus ojos unaexpresióntriste.Susademaneseranrápidosyposeíaciertosentidodelhumor.
—¿Abogados?—preguntó alzando las cejas—. ¡Odio a esos individuos!Ha despertado ustedmicuriosidad.Siénteseporfavor,señor.
Poirotinclinósehaciadelanteengestoconfidencial.—Muchosdemisclientessonmujeres—dijo.LasblancascejasdeRamseysealzaron.—Esnatural—repusoeldoctorJorgeRamseyconunligeroparpadeo.—Es natural, como usted dice—convino Poirot. A las mujeres les desagrada la policía oficial.
Prefierenlasinvestigacionesprivadas.Nolesgustahacerpúblicossusasuntos.Hacepocosdíasvinoaconsultarmeunaanciana.Estabapreocupadaporsuesposo,conelquellevabaenfadadamuchosaños.Suesposoeratíodeusted,elfinadoseñorGascoigne.
—¿Mitío?¡Quétontería!Suesposamurióhacemuchísimosaños.—NomerefieroasutíodonAntonioGascoigne,sinoasuotrotío,donEnriqueGascoigne.—¿TíoEnrique?¡Perosinoestabacasado!—¡Oh,síqueloestaba!—exclamóPoirot,mintiendosinelmenorempacho—.Notengolamenor
duda.Esaseñorainclusotrajoelcertificadodematrimonio.Esmentira—exclamóJorgeRamseyconelrostrorojocomolascerezasmaduras—.Nolocreo.Es
ustedunfarsante.—Quélástima,¿verdad?—dijoPoirot—.Hacometidouncrimenpornada.—¿Uncrimen?—LavozdeRamseysequebró,ysusojosclarosexpresaronterror.—A propósito —continuó Poirot—. Veo que ha vuelto a comer tarta de zarzamoras. Es una
costumbreimprudente.Laszarzamoraspuedenestarllenasdevitaminas,peroresultanmortalesenotrosentido.Enestaocasióncreoquehanayudadoaponerlasogaalrededordelcuellodeunhombre…de
usted,doctorRamsey.***
—¿Sabe,monami?Dondeseequivocóustedfueensudeducciónfundamental—deciaHérculesPoirotinclinado plácidamente sobre la mesita y dirigiéndose a su amigo—. Un hombre bajo una gravedepresión moral no escoge esa ocasión para hacer algo que no hubiera hecho antes. Sus reflejoshubiesenseguidolarutinaaqueestabanacostumbrados.Unhombrepreocupadoporalgopudierabajara cenar enpijama…,pero sería su pijama…no el deotra persona.Unhombreque aborrece la sopaespesa,lacarneconmuchagrasaylaszarzamoras,deprontopidelastrescosas~mismanoche.Usteddice que porque está pensando en otra cosa. Pero yo le digo que un hombre absorto en suspreocupacionesordenaríaautomáticamentequelesirvieranloquesolíatomarmásamenudo.Ehbien,entonces,¿quéotraexplicacióncabe?
»Luegomedijoustedqueaquelhombrehabladesaparecido.Habíadejadodeacudirunmartesyunjueves por primera vez durante años. Eso todavía me gustó menos. Una extraña hipótesis fueformándoseenmimente.Desercierta,aquelhombrehablamuerto.Hicemisaveriguaciones.Yhabíamuerto…, con unamuerte cuidadosamente preparada.En otras palabras, el pescadomalo habla sidodisimuladoafuerzadesalsa.
»FuevistoenKing’sRoadaesode lassieteyvinoacenaraquía lassieteymedia…doshorasantesdesumuerte.Todoconcuerda…laspruebasdelcontenidodelestómagoylacarta.¡Demasiadasalsa!
»Suadoradosobrinoescribiólacarta,suadoradosobrinotieneunacoartadaperfectaparalahoradeladefuncióndeltío.Unamuertesencilla…unacaídaporlaescalera.¿Simpleaccidente?¿Oasesinato?Todoelmundo,alenjuiciarelcasodesdediferentespuntosdevista,seinclinaporloprimero.
»Suadoradosobrinoeselúnicopariente.Suadoradosobrinoheredará…,¿peroesquehayalgoqueheredar?Eltíoerapobre.
»Perohayunhermano.Unhermanoque se casó conunamujer rica y que vive en unahermosamansiónenKingstonHill,demodoque,alparecer,sumujeralmorir,ledejótodosudinero.Vealasconsecuencias…laesposaricadejatodosudineroaAntonio,AntonioselodejaaEnrique,yeldinerodeEnriquevaapararamanosdeJorge…Unacadenacompleta.
—Todomuybienenteoría—dijoelseñorBennington—.Pero¿cómocomprobarlo?—Unavezsesabe…,porlogeneralseconsigueloqueunodesea.Enriquemuriódoshorasdespués
deunacomida.Alrededordeesogiratodoestecaso.Perosupongamosqueesacomidanofueralacena,sino el almuerzo. Póngase en el lugar de Jorge. Jorge quiere tener dinero… a toda costa. AntonioGascoigneestáagonizando…,perosumuertenobeneficiaaJorge.SidineropasaráaEnrique,quetalvez puede vivir muchos años todavía. De modo que Enrique debe morir también… y cuanto antesmejor…, pero sumuerte debe tener lugar después de la deAntonio, y almismo tiempo Jorge debeprocurarse una coartada. La costumbre de Enrique de cenar regularmente en cierto restaurante dosnochesporsemanalesugierecuálvaasersucoartada.Comoesunindividuocauteloso,primeroensayasu plan. Y se hace pasar por su tío la noche de un lunes, cenando como era de costumbre, en elrestauranteencuestión.
»Todovacomounaseda,yleaceptancomoasutío.Sesientesatisfecho.SólotienequeesperaraquesutíoAntoniodémuestrasdefinitivasdequererabandonarestemundo.Yllegalaocasión.Escribeunacartaasutíolatardedeldosdenoviembre,perolafechaeltres.Vienealaciudadlatardedeldíatres,vaaverasu tíoyponesuplanenacción.Unfuerteempujónyalláva tíoEnrique…escaleras
abajo.»Jorgebuscalacartaquehaescritoylameteelbolsillodelbatíndesutío.Alassieteymediaestá
en elGalante, con barba y cejas postizas, todo completo. Sin duda todos vieron con vida aEnriqueGascoignealassieteymedia.Luego,unametamorfosisrápidaencualquierlavabopúblicoyelregresoensuautomóvilya todamarchahaciaWimbledon,donde juegaalbridge.Lacoartadaperfectamuybienestudiada.
ElseñorBenningtonlecontemplafijamente.—Pero¿yelmatasellosdelacarta?—¡Oh,esoesbiensencillo!Estabafalsificado.Cambiaroneldosporuntres.Nosenotaba,amenos
quesesupiera.Yporúltimo,estánlaszarzamoras.—¿Zarzamoras?—Elpasteldezarzamorasodemoras,comoprefiera.Jorge,comopuedeustedcomprender,noera
lobastantebuenactor.Secaracterizócomosutío,andabacomosutíoyhablabacomosutío,peroseolvidócomercomosutío,ypidiólosplatosquemáslegustaban.
»Las zarzamorasmanchan los dientes…y los del cadáver no lo estaban, a pesar de queEnriqueGascoignecomiópasteldezarzamorasenelGalanteaquellanoche.Ynoseencontrarontampocoensuestómago.Lopreguntéestamañana.YJorgehasidolobastantetontocomoparaconservarlabarbayelrestodelmaquillaje.¡Oh!Haymuchaspruebassisebuscanbien.Fuiavisitarleyleaturdí.¡Ésefuesufin! A propósito, había vuelto a comer zarzamoras. Es muy goloso… y se preocupa mucho de lacomida.Ehbien,suglotoneríalecolgará,amenosqueyoestémuyequivocado.
Unacamareralestrajodosracionesdetartadezarzamoras.—Lléveselas—dijoelseñorBennington—.¡Hayqueandarconmuchocuidado!Tráigameunpoco
detartademanzana.
Detectivesaficionados
EldiminutoseñorSatterhwaitemirabapensativoasuanfitrión.Laansiedadentreaquellosdoshombreserabiencuriosa.Elcoroneleraunsencillocampesinocuyaúnicapasión laconstituíaeldeporte.Laspocas semanas que se veía obligado a vivir en Londres, las pasaba muy a disgusto. El señorSatterhwaite, en cambio, era un pájaro de ciudad… una autoridad en cocina francesa, vestidosfemeninos y conocía todos los escándalos más recientes. Su afición predilecta era el estudio de lanaturalezahumana,yeraunexpertoensuespecialidad…deespectadordelavida.
Porlotanto,yalparecer,elcoronelMelroseysuamigodiferíanbastante,yaqueelcoronelnoseinteresabapor los asuntosde sus semejantes,y sentíaverdaderohorrorpor todaclasedeemociones.Eran amigos principalmente porque ya sus padres lo habían sido. Además conocían a las mismaspersonas,ysusopinionesacercadelosnouveauxricheseranretrógradas.
Eran casi las siete y media. Los dos hombres se hallaban sentados en el cómodo despacho delcoronel,quienrefería,conelentusiasmodetodocazador,unabatidaacaballoquesecorrióelinviernoanterior.ElseñorSatterthwaite,cuyosúnicosconocimientossobreequinosconsistíanenlasvisitasalascuadras,losdomingosporlamañana,comoescostumbreenlasantiguascasasdecampo,leescuchabaconsucortesíahabitual.
EltimbredelteléfonointerrumpióaMelrose,quedirigiéndosealamesasedispusoacontestaralallamada.
—Diga,sí…HablaelcoronelMelrose.¿Quédiceusted?Suaspectocambió…haciéndosemássecoyoficioso.Ahorahablabaelmagistrado,noeldeportista.Escuchóunosmomentosyalcabodijo,lacónico:—Estábien,Curtis.Iréenseguida.Dejóelteléfonoenlahorquillayvolviósehaciasuinvitado.—ElseñorJamesDwightonhasidoencontradoasesinadoensubiblioteca.—¿Qué?Satterthwaiteestabasorprendido…emocionado.—DeboiraAlderwayenseguida.¿Quiereustedvenirconmigo?ElseñorSatterthwaiterecordóentoncesqueelcoronelerajefedepolicíadelcondado.—Sinohedeestorbarle…—Enabsoluto.EraelinspectorCurtisquienhatelefoneado.Esunindividuohonradoybonísimo,
peronodemasiado listo.Celebraréquemeacompañe,Satterthwaite.Tengo la impresióndequevaaresultarunasuntopocoagradable.
—¿Hancogidoyaalculpable?—No—repusoMelrosebruscamente.ElseñorSatterthwaitepercibióunaligerareservaenlotajantedesunegativa,ytratódevolverasu
memoriatodoloquesabíadelosDwighton.El finadosir James fueunancianoorgullosodeademanesbruscos.Unhombrequedebiócrearse
enemigosmuyfácilmente…frisabaenlossesenta…,teníaloscabellosgrises,elrostrosonrosado…yfamadesermuytacaño.LuegopasóaladyDwighton.Suimagenaparecióensumente,joven,esbeltayaureolada por sus cabellos cobrizos. Recordó asimismo varios rumores, insinuaciones, ciertoscomentarios.Demodoqueeraporeso…porloqueMelroseparecíatanmalhumorado.Serehizo…seestabadejandollevaruntantodesuimaginación.
CincominutosdespuéselseñorSatterthwaitetomabaasientojuntoasuanfitrióneneldosplazasdeesteúltimo.
Elcoroneleraunhombretaciturno.Habíanrecorridounamillaymediaantesdequehablara.—Supongoqueustedlesconoce—dijoderepente.—¿AlosDwighton?Claroquelosconozco.Aélcreoqueleviunavez,aellamuyamenudo.—¿Esqueexistíaacasoalguienqueélnoconociera?—Unamujermuybonita—dijoMelrose.—¡Hermosisíma…!—rectificóelseñorSatterthwaite.—¿Ustedcree?—Untiponetamenterenacentista—declaróSatterthwaiteacalorándoseporeltema—.Laprimavera
pasadaactuóenunadesusfuncionesbenéficas…matinées,yasabe,ymesorprendiómuchísimo.Notiene nada de moderna… es una pura reliquia. Se la puede imaginar en el palacio Doge, o comoLucreciaBorgia.
El coronelhizounvirajebruscoy el señorSatterthwaite tuvoque interrumpirsebruscamente.Sepreguntaba que fatalidad había puesto el nombre de Lucrecia Borgia en su boca. En aquellascircunstancias…
—Dwightonnohabrásidoenvenenado,¿verdad?—preguntódeimproviso.Melroselemiródesoslayoconciertacuriosidad.—Quisierasaberporquélopregunta—ledijo.—¡Oh,no…nolosé!Semeacabadeocurrir.—Puesno—replicóMelrose—.Siesquequieresaberlo,lediréquelegolpearonenelcráneo.—Conunobjetocontundente—murmuróSatterthwaitemoviendolacabeza.—Nohablecomolosdetectivesdelasnovelas,Satterthwaite.Ledieronenlacabezaconunafigura
debronce.—¡Oh!—exclamóSatterthwaite,yvolvióaguardarsilencio.—¿SabealgodeunsujetollamadoPaulDelangua?—preguntóMelrosealcabodeunosminutos.—Sí.Esunjovenbienparecido.—Esocreoquedebenpensarlasmujeres—gruñóelcoronel.—¿Noesdesuagrado?—No.—Puesyohubierasupuestolocontrario.Montamuybien.—Comoelforasteroenlosrodeos.Estállenodetrucosymonerías.El señor Satterthwaite contuvo una sonrisa. El pobreMelrose era tan británico en sus puntos de
vista…encambioél,conscientedelossuyostancosmopolitas,deplorabasuactitudantelavida.—¿Haestadoporaquí?—preguntó.—EstuvoenAlderwaycon losDwighton.Corren rumoresdeque sir James ledespidióhaceuna
semana.—¿Porqué?—Leencontróhaciéndoleelamorasumujermefiguro.¿Quédía…?Frenóviolentamente,masnoconsiguióevitarelchoque.—Hay crucesmuy peligrosos en Inglaterra—dijoMelrose—.De todasmaneras, ese tipo debió
habertocadoelclaxon.Nosotrosvamosporlacarreteraprincipal.Meimaginoquelehabremoshechomásdañonosotrosaélqueélanosotros.
Saltóalsuelo.Unhombreseapeabatambiéndelotrovehículo.VariosfragmentosdeconversaciónllegaronhastaSatterthwaite.
—Creoquehasidoculpamía—decíaeldesconocido—.Peronoconozcomuybienestapartedelpaís,ynohayningunaseñalqueadviertaqueporaquísesalealacarreteraprincipal.
El coronel, ablandado, le contestó en el mismo tono amistoso. Los dos se inclinaron sobre elautomóvildeldesconocidoparaexaminarloencompañíadelchofer.Laconversacióngirósobretemastécnicos.
—Será cosademediahora—dijo el desconocido—.Peronoquiero entretenerle.Celebroque sucochenohayasufridoningúndesperfecto.
—Adecirverdad…—comenzóelcoronel,mastuvoqueinterrumpirse.El señor Satterthwaite, con gran excitación, se apeó con la agilidad de un pájaro y tendió
calurosamentesumanoaldesconocido.—¡Es usted! Creí reconocer su voz—declaró excitado—. ¡Qué casualidad! ¡Qué extraordinaria
casualidad!—¿Eh?—exclamóelcoronelMelrose.—ElseñorHarleyQuin.Melrose,estoysegurodequemehaoídohablarmuchasvecesdelseñor
Quin.El coronel Melrose no pareció recordarle, pero contempló la escena mientras su amigo seguía
charlando.—Nolehevisto…desde…déjemepensar…—Desdelanocheaquella,enlasCampanillasdeArlequin—repusoelotrotranquilamente.—¿LasCampanillasdeArlequin?—seextrañóelcoronel.—Esunataberna—explicóelseñorSatterthwaite.—¡Quénombretancuriosoparaunataberna!—Es una muy antigua —replicó el señor Quin—. Recuerdo que hubo un tiempo en que las
CampanillasdeArlequíneranmáscorrientesqueahoraenInglaterra.—Supongoquesí;sindudaquetieneustedrazón—lecontestóMelrose.Parpadeó.Poruncuriosoefectodeluz…debidoalosfarosdeunodeloscochesylaslucesrojas
posterioresdelotro…elseñorQuinparecíaestarvestidocomoArlequín.Peroerasólounacosadelaluz.
—Nopodemosdejarle abandonadoenmediode la carretera—continuóel señorSatterthwaite—.Véngaseconnosotros.Haysitiodesobraparatres,¿noescierto,Melrose?
—¡Oh,desdeluego!Perolavozdelcoronelnodemostrabaelmenorentusiasmo.—Elúnicoinconvenienteesnuestrodestino,¿verdad,Satterthwaite?Elaludidosequedódeunapieza.Lasideasacudíanrápidamenteasucerebro.—¡No,no!—exclamó—. ¡Debídehaberloadivinado!Nohasidounacasualidadelencontrarnos
estanocheenestecruce,señorQuin.ElcoronelMelrosemirababoquiabiertoasuamigo,quelocogiódelbrazo.—¿Recuerdaloqueleconté…denuestroamigoDerekCapel,sobreelmotivodesusuicidio,que
nadiepodíaponerenclaro?FueelseñorQuinquienresolvióesteproblema…igualquemuchosotros.Sabevercosasqueestánahí,peroquenoseven.Esmaravilloso.
—MiqueridoSatterthwaite,meestáustedazorando—dijoel señorQuin, sonriendo—.Recuerdo
queesosdescubrimientoslosrealizóusted,ynoyo.—Serealizaronporqueustedestabaallí—repusoSatterthwaitecongranconvencimiento.—Bueno—dijo el coronel Melrose, aclarando su garganta—. No debemos perder más tiempo.
Vamos.Sesituóanteelvolante.NoleagradabademasiadoelentusiasmoquedemostrabaSatterthwaitepor
aqueldesconocido,perocomonopodíaobjetarnada,sudeseoerallegarcuantoantesaAlderway.ElseñorSatterthwaitehizosentarseasuamigoenelcentroyél sesituó juntoa laventanilla.El
automóvilerabastanteancho,ylostrescabíansingrandesapreturas.—¿Demodoqueleinteresanloscrímenes,señorQuin?—preguntóelcoronel,tratandodehacerse
simpático.—No;precisamenteloscrímenes,no.—¿Qué,entonces?—Preguntemos al señorSatterthwaite. ¡Es tan buen observador!—repuso el señorQuin con una
sonrisa.—Puedoestarequivocado—replicóSatterthwaite—;perocreoqueelseñorQuinseinteresaporlos
amantes.Enrojecióaldecirlaúltimapalabra,queningúningléspronunciasintenerplenaconcienciadeella.
Satterthwaiteladejóbrotardesuslabiosdisculpándoseycomoentrecomillas.—¡Cielos!—exclamóelcoronel.AquelamigodeSatterthwaiteparecíabastanteextraño.Lemiródereojo.Suaspectoeranormal…
unjovenalgomoreno,perosinparecerextranjero.—Yahora—dijoSatterthwaiteconimportancia—debocontarletodoelcaso.Estuvo hablando durante diez minutos. Allí, sentado en la penumbra y corriendo a través de la
noche,sintióunaenervantesensacióndepoder.¿Quéimportabaquesólofueraunsimpleespectadordelavida?Teníapalabras,eradueñodeellas,eracapazdeformarconellasunrelato…unrelatoextrañoyrenacentista,enelquelaprotagonistaeralabellaLauraDwightonconsusblancosbrazosycabellosdefuego…ylasombríafiguradePaulDelangua,aquieneslasmujeresencontrabanatractivo.
TodoelloenelescenariodeAlderway…Alderway,quesealzabadesdelostiemposdeEnriqueVII;segúnalgunos,desdeantes.Alderway,queerainglésdecorazón,consussetosrecortados,sugranero,yelviverodondelosmonjescriabancarpasparalaabstinenciadelosviernes.
ConpocasfrasesbiendichasdefinióasirJames,unDwightonauténticodescendientedelviejodeVittons,quetiempoatráshabíasacadomuchodinerodelatierraencerrándoloencofresdemadera,quecuando llegaron las malas épocas y todos se arruinaron, los dueños de Alderway nunca sufrieronpobreza.
Por fin el señor Satterthwaite dejó de hablar. Sentíase seguro de la atención de sus oyentes, yaguardólaspalabrasdeelogio,quenosehicieronesperardemasiado.
—Esustedunartista,señorSatterthwaite.—Lohehecholomejorquesé.—Elhombrecillomostrábasehumildederepente.Hacíavariosminutosquehabíandejadoatráslaverjadelafinca.Ahoraelcochesedetuvoantela
entradayunagentedepolicíabajóatodaprisalosescalonespararecibirles.—Buenasnoches,señor.ElinspectorCurtisestáenlabiblioteca.—Muybien.Melrosesubiólaescalinataseguidodelosotrosdos.Cuandolostreshombrescruzabanelamplio
vestíbulo, un anciano mayordomo asomó la cabeza por una de las puertas, con ademán receloso.Melroselesaludó.
—Buenasnoches,Miles.Esunasuntomuydesagradable.—¡Ytanto,señor!—repusoelaludido—.Apenaspuedocreerlo,seloaseguro.¡Pensarquealguien
hayapodidogolpearasíamiamo…!—Sí,sí—repusoMelrose,atajándole—.Luegohablaréconusted.Penetróenlabiblioteca,dondeuninspectorrobustoydeaspectomarciallesaludóconrespeto.—Es muy desagradable, señor. No he tocado nada. No hemos encontrado huellas en el arma.
Quienquieraquehayasido,sabíabiensuoficio.El señor Satterthwaitemiró el cuerpo yacente sobre lamesa escritorio, y apresuróse a desviar la
vista.Lehabíangolpeadodesdeatráscontalfuerzaquelehablanpartidoelcráneo.Lavisiónnoeraagradable…
Elarmaestabaenelsuelo…unafiguradebroncedeunospiesdealtura,conlabasemanchadayhúmeda.ElseñorSatterthwaiteinclinósesobreellaconverdaderacuriosidad.
—¡UnaVenus!—dijoentonobajo—.¡DemodoquehasidoderribadoporVenus!Yencontrómuypoéticasureflexión.—Lasventanasestabantodascerradasyconlospestilloscorridosporelinterior—dijoelinspector.Hizounapausasignificativa.—Esoreducelossospechososaloshabitantesdelacasa—repusoeljefedelapolicía,demalagana
—.Bueno…,bueno;yaveremos.Elcadáveraparecíavestidoconpantalonesbombachos,yjuntoalsofáveíaseapoyadounsacolleno
depalosdegolf.—Acababa de llegar del campo de golf—explicó el inspector, siguiendo la mirada del jefe de
policía—.Eso fue a las cincoy cuarto.Elmayordomo le trajo el té.Más tarde llamóa su ayudadecámaraparaqueletrajeralaszapatillas.Porloquesabemos,elvaletfuelaúltimapersonaquelevioconvida.
Melroseasintió,volviendoadedicarsuatenciónalamesaescritorio.Muchosdelosaccesoriosquehabíasobreellahabíansidovolcadosorotos,yentretodosresaltaba
ungranrelojdeesmalteoscurocaídosobreunodesusladosenelmismocentrodelamesa.Elinspectorcarraspeó.—Esosíquepuedellamarsesuerte,señor—dijo—.Comoustedve,estáparadoalasseisymedia.
Esonosdalahoradelcrimen.Muyconveniente.Elcoronelnodejabademirarelreloj.—¡Muyconveniente,comousteddice!—observó—.¡Demasiado!Nomegustaesto,inspector.Volvióseamiraralosotrosdos.SusojosbuscaronlosdelseñorQuin.—¡Malditasea!—exclamó—.Estádemasiadoclaro.Yasabeustedaquémerefiero.Lascosasno
sucedenasí.—¿Serefiereaquelosrelojesnocaendeestemodo?—murmuróelseñorQuin.Melrose lemiró unos instantes, y luego al reloj, que tenía el aspecto patético e inocente de los
objetos conscientes de pronto de su importancia. Con sumo cuidado el coronel Melrose volvió acolocarlosobresuspatas,ydioalamesaunviolentoempujón.Elrelojsetambaleósinllegaracaer.Melroserepitiólaembestida,yconciertadesganaymuylentamenteelrelojcayóalfinhaciaatrás.
—¿Aquéhoradescubrieronelcrimen?—quisoSaberMelrose.
—Aesodelassiete,señor.—¿Quiénlodescubrió?—Elmayordomo.—Vaya a buscarle—ordenó el jefe de policía—. Le veré ahora. A propósito, ¿dónde está lady
Dwighton?—Sehaacostado,señor.Sudoncelladicequeestámuypostradayquenopuedeveranadie.MelroseasintióconunainclinacióndecabezayCurtisfueenbuscadelmayordomo.ElseñorQuin
contemplaba pensativo la chimenea, y el señor Satterthwaite siguió su ejemplo. Estuvomirando loshumeantes troncos durante un par deminutos hasta que sus ojos percibieron algo que brillaba en elhogar.Inclinándoserecogióuntrocitodecristalcurvado.
—¿Deseabaverme,señor?Eralavozdelmayordomo,todavíatemblorosayvacilante.ElseñorSatterthwaitedeslizóelpedazo
decristalenunbolsillodesuchalecoysevolvió.Elancianosehallabadepiejuntoalapuerta.—Siéntese—leindicóeljefedepolicíacontodaamabilidad—.Estáustedtemblando.Supongoque
debedehabersidoungolpeparausted.—Desdeluego,señor.—Bien,noleentretendrémucho.¿Creoquesuamoentróaquídespuésdelascinco?—Sí,señor.Meordenóqueletrajeraeltéalabiblioteca.Después,cuandovinearetirarelservicio,
mepidióqueenviaraaJennings…essuayudadecámara,señor,desdehacetiempo.—¿Quéhoraera?—Pues…lasseisydiez,señor.—Sí…,¿yluego?—Lepaséel recadoaJennings,señor.Ynofuehasta lassietequevineacerrar lasventanasya
correrlascortinascuandovique…Melroseleinterrumpió.—Si,si,nonecesitarepetirlo.¿Notocaríaustedcuerpoocualquierotracosa?—¡Oh!No,desdeluegoqueno,señor.Fuilomásdeprisaquepudehastaelteléfonoparallamara
lapolicía.—¿Yluego?—LedijeaJuanita…esladoncelladeSuSeñoría,señor,quefueraacomunicárseloaSuSeñoría.—¿Nohavistoalaseñoraentodalanoche?ElcoronelMelrosehizo lapreguntacomoalazar,peroelseñorSatterthwaiteadivinó laansiedad
queescondíansuspalabras.—No,señor.SuSeñoríahapermanecidoensushabitacionesdesdequeocurriólatragedia.—¿Lavioustedantes?Todospudieronobservarlavacilacióndelmayordomoantesdecontestar.—Pues…puesyo…laviunmomentobajandolaescalera.—¿Entróensuhabitación?ElseñorSatterthwaitecontuvolarespiración.—Creo…creoquesí,señor.—¿Aquéhorafueeso?Podría haberse oído caer un alfiler. ¿Conocía aquel anciano la importancia de su respuesta?, se
preguntabaelseñorSatterthwaite.—Seríancercadelasseisymedia.ElcoronelMelroseaspiróelaireconfirmeza.—Esoestodo,gracias.EnvíenosaJennings,elayudadecámara,¿quiere?Jennings acudióprontamente.Eraunhombrede rostro alargado, andar felinoy cierto aire astuto
misterioso.Unhombre,pensóelseñorSatterthwaite,capazdeasesinarasuamo,detenerlacompletaseguridad
denoserdescubierto.EscuchóávidamentelasrespuestasquedabaalaspreguntasdelcoronelMelrose;masalparecersu
historiaerabienclara.Habíabajadoasuamounaszapatillascómodas,llevándosesuszapatos.—¿Quéhizousteddespués,Jennings?—Volvíalahabitacióndeloscriados,señor…—¿Aquéhoradejóasuamo?—Debíanserpocomásdelasseisycuarto,señor…—¿Dóndeestabaustedalasseisymedia,Jennings?—Enlahabitacióndeloscriados,señor.ElcoronelMelroseledespidióconunademánymiróaCurtiscongestointerrogador.—Escierto,señor.Lohecomprobado.Estuvoen lahabitacióndeserviciodesde lasseisyveinte
hastalassiete.—Eso le deja al margen —dijo el jefe de policía con cierta contrariedad—. Además, no tiene
motivos.Semiraron.Llamabanalapuerta.—¡Adelante!—invitóelcoronel.Aparecióunadoncellamuyasustada.—Simelopermite.SuSeñoríahaoídoqueelcoronelMelroseestabaaquíyquisieraverle.—Desdeluego—replicóMelrose—.Iréenseguida.¿Quieremostrarmeelcamino?Masunamanoapartóaun ladoa lamuchacha.Unafiguracompletamentedistintaaparecióenel
umbraldelapuerta.LauraDwightonparecíaunserdeotromundo.Ibavestidaconuntrajedetardedebrocadocolorazul.Suscabelloscobrizospartidossobrelafrente
le cubrían las orejas. Consciente de su estilo propio, ladyDwighton nunca consistió cortárselo y lollevabarecogidosencillamenteenlanuca,ylosbrazosaldescubierto.
Conunodeellosseapoyabaenelmarcodelapuertayelotropendíajuntoasucuerpo,sujetandounlibro.Parecía,pensóSatterthwaite,unaMadonadeteladelprimitivoitaliano.
ElcoronelMelroseacercóseaella.—Hevenidoadecirle…adecirle…Suvozeraricaybienmodulada.ElseñorSatterthwaiteestabatanabsortoeneldramatismodela
cenaquehabíaolvidadosurealidad.—Porfavor,ladyDwighton…Melrose extendió su brazo para sostenerla y la acompañó hasta una pequeña antesala contigua,
cuyasparedesestabanforradasdesedadescolorida.QuinySatterthwaitelessiguieron.Ellasedejócaerenunaotomana,recostándosesobreunalmohadón,conlospárpadoscerrados.Lostreslaobservaron.Deprontoabriómucholosojosyseincorporóhablandomuydeprisa.
—¡Yolomaté!Esoesloquevineadecirle.¡Yolehematado!Hubounsilencioangustioso.ElcorazóndelseñorSatterthwaiteseolvidódelatir.—LadyDwighton—atajóMelrose—,hasufridoustedunrudogolpe…estáalterada.Nocreoque
sedécuentadeloquedice.¿Sevolveríaatrásahora…mientrasestabaatiempo?—Séperfectamenteloquedigo.Fuiyoquiendisparó.Dosdelospresenteslanzaronunaexclamaciónahogada.Elterceronohizoelmenorruido.Laura
Dwightoninclinósetodavíamáshaciadelante.—¿Nolocomprenden?Bajéydisparé.El libroque llevabaen lamanocayóal suelo,yde su interior saltóuncortapapelesen formade
puñal con la empuñadura cincelada. Satterthwaite lo recogiómecánicamente, depositándolo sobre lamesa,mientraspensaba:«Esunjuguetepeligroso.Conestopodríamatarseaunhombre».
—Bueno…—la voz de Laura Dwighton denotaba impaciencia—, ¿qué es lo que van a hacer?¿Arrestarme?¿Llevarmedeaquí?
ElcoronelMelroseencontróalfinsuvoz,conciertadificultad.—Lo que acaba de decirme esmuy serio, ladyDwighton. Debo rogarle que permanezca en sus
habitacioneshastaque…hagalosarreglospertinentes.Ellasepusoenpietrasasentirconunainclinacióndecabeza.Parecía,alasazón,muydueñadesí,
graveyfría.Cuandosedirigíaalapuerta,elseñorQuinlepreguntó:—¿Quéhizoustedconelrevólver,ladyDwighton?Unasombradedesconciertopasóporsusojos.—Yo…lodejécaeralsuelo.No,creoquelotiréporlaventana…¡Oh!Ahoranomeacuerdo.Pero
¿quéimporta?Apenassabíaloqueestabahaciendo.Peroesonoimporta,¿verdad?—No—repusoelseñorQuin—.Nocreoqueimportemucho.Ledirigióunamiradadeperplejidadmezcladaconalgoquebienpudoseralarma.Luego,volvióla
cabezaysaliódelaestanciacondecisión.Satterthwaitesalióatodaprisatrasella,comprendiendoquepodíadesmayarseencualquiermomento,peroyahablasubidolamitaddelaescalerasindarmuestrasdesuanteriordebilidad.LaasustadadoncellasehallabaalpiedelaescaleraySatterthwaiteordenóentonoautoritario:
—Vigileasuseñora.—Sí,señor—lamuchachasedispusoasubirtraslafiguraazul—.Oh,porfavor,señor,¿noirána
sospechardeél?—¿Sospechardequién?—DeJennings,señor.¡0h,señor,desdeluego,esincapazdehacerdañoaunamosca!—¿Jennings?No,claroqueno.Vayaycuidedesuseñora.—Sí,señor.Lamuchacha subió la escalera a toda prisa y Satterthwaite volvió a la estancia que acababa de
abandonar.ElcoronelMelrosedecíaacaloradamente:—Bueno,estoyhechounmardeconfusiones.Aquíhayalgomásde loquesevea simplevista.
Es…escomoesastonteríasquelasheroínashacenenmuchasnovelas.—Esirreal—convinoSatterthwaite—.Comounaescenadeteatro.
—Sí, usted admira el drama, ¿no es cierto? Es usted un hombre que sabe apreciar una buenarepresentación.
Satterthwaitelemirabafijamente.Enelsilenciooyóseunalejanadetonación.—Parece un disparo—dijo el coronelMelrose—. Habrá sido alguno de los guardianes. Eso es
probablementeloqueellaoyó,ytalveznobajaseaver.Nisehabráacercadoaexaminarelcuerpoyporesohallegadoresueltaalaconclusión…
—ElseñorDelangua,señor.Eraelmayordomoquienhablahabladorespetuosamentedesdelapuerta.—¿Eh?—exclamóMelrose—.¿Cómo?—ElseñorDelanguaestáaquí,señor,yaserposiblequisierahablarconusted.—Hágalepasar.Momentos después, Paul Delangua apareció en la entrada. Como el coronel Melrose habla
insinuado,hablaenélunaireextranjero…lafacilidaddemovimientos,surostrohermosoymoreno,ysusojos tal vezunpocodemasiado juntos… ledabanun aspecto renacentista.Él yLauraDwightonrecordabanlamismaépoca.
—Buenasnoches,caballeros—dijoDelanguaconunaligerareverenciaalgoteatralyafectada.—Ignoroquéasuntosletraenporaquí,señorDelangua—dijoMelrosetajante—,perosinotienen
nadaqueverconelquetenemosentremanos…Delangualeinterrumpióconunacarcajada.—Alcontrario—apuntó—,tienenmuchoqueverconesto.—¿Quéquieredecir?—Quiero decir—continuóDelangua con toda tranquilidad— que he venido a entregarme como
causantedelamuertedesirJamesDwighton.—¿Sabeustedloqueestádiciendo?—inquirióMelrosemuyserio.—Medoyperfectacuenta.Losojosdeljovenestabanfijosenlamesa.—Nocomprendo.—¿Porquémeentrego?Llámeloremordimiento…ocomomásleagrade.Ledidefirme…deeso
puedeestar seguro.—Señaló lamesa—.Veoque tieneahíelarma,unaherramientamuymanejable.LadyDwightontuvoeldescuidodedejarladentrodeunlibroyyolacogíporcasualidad.
—Unmomento—cortóel coronelMelrose—.¿TengoqueentenderqueustedadmitehaberdadomuerteaSirJamesconesto?
Ylevantóelcortapapeles.—Exacto.Entrépor laventana.Élmedaba laespalda.Fue todomuysencillo.Memarchéporel
mismositio.—¿Porlaventana?—Porlaventana,claro.—¿Aquéhora?Delanguavacilaba.—Déjemepensar…estuvehablandoconelguardián…esoseríaalasseisycuarto.Oídarelcuarto
enelcampanariodelaiglesia.Debióser…bueno,pongamosalasseisymedia.Unatorvasonrisaaparecióenloslabiosdelcoronel.
—Exacto, jovencito—asintió—.Lasseisymediaes lahora.Talvezya lohablaoído.¡Peroesteasesinatoesmuyparticular!
—¿Porqué?—¡Haytantaspersonasquesedeclaranculpables!—dijoelcoronelMelrose.Todospercibieronsurespiraciónanhelante.—¿Quiénmáslohaconfesado?—preguntóconvozqueenvanoquisohacersefirme.—LadyDwighton.Delanguaechólacabezahaciaatrás,riendo.—No es de extrañar que lady Dwighton está nerviosa —dijo con ligereza—. Yo de usted no
prestaríaatenciónasuspalabras.—Nopiensohacerlo—repusoMelrose—;perohayotracosaextrañaenestecrimen.—¿Quécosa?—Pues… ladyDwighton confiesahaberdisparadocontra sir James, yusteddiceque le apuñaló,
peroyaveque,porfortunaparalosdos,nofuenimuertodeundisparonideunapuñalada.Leabrieronelcráneodeungolpe.
—¡Cielos!—exclamóDelangua—.Peronoesposiblequeunamujerhayapodido…Sedetuvomordiéndoseellabio.Melroseasentía.—Seleeamenudo—explicó—;peronuncaviqueocurriera.—Elqueunpardejóvenesestúpidosseacusendeuncrimenquenohancometido,tratandocada
unodeellosdesalvaralotro—dijoMelrose—.Ahoratenemosqueempezarporelprincipio.—Elayudadecámara—exclamóSatterthwaite—.Esamuchacha…entoncesnoleprestélamenor
atención.Hizounapausabuscandopalabrasconqueexplicarse.—Teníamiedodequesospecháramosdeél.Debedehaberunmotivoquenosotrosignoramosyella
conoce.El coronelMelrose, con el ceño fruncido, hizo sonar el timbre.Cuando atendieron a su llamada,
ordenó:—HagaelfavordepreguntaraladyDwightonsitienelabondaddevolverabajar.Esperaronensilencioquellegara.AlavistadeDelanguasesobresaltó,alargandounamanoparano
caerse.ElcoronelMelroseacudiórápidamenteensuayuda.—Noocurrenada,ladyDwighton.Nosealarme.—Nocomprendo.¿QuéestáhaciendoaquíelseñorDelangua?Delanguaacercóseaella.—Laura…Laura,¿porquélohiciste?—¿Hacerqué?—Losé.Fuepormí…,porquepensabasquehabía sidoyo…Despuésde todo, supongoqueera
naturalquelopensaras.¡Eresunángel!ElcoronelMelrosecarraspeó.Eraunhombrequeaborrecía lasemocionesysentíahorrora tener
quepresenciaruna«escena».—Simelopermite,ladyDwighton,lediréqueustedyelseñorDelanguahantenidosuerte.Elseñor
Delanguaacabadellegarparaconfesarserautordelcrimen…Oh,nosepreocupe,¡élnohasido!Peroloquenosotrosqueremossabereslaverdad.Bastadevacilaciones.Elmayordomodicequeustedentróenlabibliotecaalasseisymedia…,¿escierto?
LauramiróaDelangua,quehizoungestoafirmativo.—Laverdad,Laura—ledijo—.Esoesloquequeremossaber.—Hablaré.DesplomósesobreunasillaqueSatterthwaitesehabíaapresuradoaacercarle.—Vineaquí.Abrílapuertadelabibliotecay…Se detuvo y tragó saliva. Satterthwaite, inclinándose, le dio unas palmaditas en la mano para
animarla.—Sí—ledijo—,sí.¿Quéviousted?—Miesposoestabatendidosobrelamesaescritorio.Visucabeza…,lasangre…¡Oh!Secubrióelrostroconlasmanos.Eljefedepolicíainclinósehaciadelante.—Perdóneme,ladyDwighton.¿PensóqueelseñorDelangualehabíamatadodeuntiro?Asintió,conungesto.—Perdóname,Paul—suplicó—.Perotúdijiste…,dijiste…—Quelematarlacomoaunperro—repusoelaludido—.Lorecuerdo.Esofueeldíaquedescubrí
quetemaltrataba.Eljefedepolicíaprocuróquenoseapartarandelacuestión.—Entonces debo entender, lady Dwighton, que usted volvió a subir… y no dijo nada. No
necesitamospreguntarsusrazones.¿Notocóelcuerponiseacercóalamesaescritorio?Lauraseestremeció.—No,no.Salídeallícorriendo.—Ya,ya.¿Yquéhoraeraexactamente?¿Lorecuerda?—Eranlasseisymediaenpuntocuandovolvíamihabitación.—Entoncesalas…digamos,alasseisveinticinco,SirJamesyaestabamuerto.—Eljefedepolicía
miróalosotros—.Esereloj…erauntruco,¿verdad?Yalosospechábamos.Nadamásfácilquecorrerlasmanecillasparaobtenerlahoradeseada;perocometieronelerrordehacerlecaerdecostado.Bueno,eso reduce los sospechosos al mayordomo y al ayuda de cámara y no puedo creer que fuera elmayordomo.Dígame,LadyDwighton,¿teníaJenningsalgúnresentimientocontrasuesposo?
Lauraseapartólasmanosdelrostro.—Pues…Jamesmedijoestamañanaquelehabíadespedido.Lehabíasorprendidorobando.—¡Ah! Ahora nos vamos acercando. Jennings hubiera sido despedido sin conseguir buenos
informes.Cosamuydesagradableparaél.—Usteddijo algoacercadeun reloj—inquirióLauraDwighton—.Siquiereusted saber lahora
exacta…quedaunaposibilidad…Jamesllevaríaenelbolsillosurelojdejugaralgolf.¿Noesposiblequetambiéndejasedefuncionaralrecibirelgolpe?
—Esunaidea—repusoelcoronel,despacio—.Perometemoque…¡Curtis!Elinspectorasintió,comprendiendolaordenrápidamente,antesdeabandonarlaestancia.Volvióal
cabodeunminuto.Enlapalmadelamanotraíaunrelojitodeplatatrabajadocomolaspelotasdegolf,deesosquelosjugadoresllevansueltosenelbolsillo,enunióndealgunaspelotas.
—Aquí lo tiene, señor —anunció—; pero dudo que le sirva de mucho. Estos relojes son muyfuertes.
Elcoronellotomóyseloacercóaloído.—Detodasformas,parecequesehaparado—advirtió.Apretóelcierredelatapaconsupulgaryalabrirsevioqueelcristalestabaroto.
—¡Ah!—exclamósatisfecho.Laagujaminuteraseñalabaexactamentelasseisycuarto.
***—Esunoportoexcelente,coronelMelrose—decíaelseñorQuin.
Eran las nueve ymedia y los tres hombres acababan de despachar una opípara cena en casa delcoronelMelrose.ElseñorSatterthwaiteestabamuyanimado.
—Teníayorazón—dijo—.Nopuedenegarlo,señorQuin.Ustedaparecióayernocheparasalvaraunaparejadejóvenesabsurdosqueestabanapuntodemeterlacabezaenunlazo.
—¿Quiényo?—repusoelseñorQuin—.Desdeluegoqueno.Yonohicenada.—Tal como fueron las cosas, no fue preciso—convino Satterthwaite—; pero pudo haberlo sido.
NuncaolvidaréelmomentoenqueladyDwightondijo:«Yolematé».Nuncavienelteatronadanilamitaddedramático.
—MesientoinclinadoaparticipardesuopiniónmisterQuin.—Nunca hubiera dicho que esas cosas ocurrieran fuera de las novelas—repitió el coronel por
enésimavezaquellanoche.—¿Ysuceden?—preguntóelseñorQuin.—¡Maldición!Haocurridoestamismanoche…—Perdonen —intervino el señor Satterthwaite—. Lady Dwighton estuvo magnífica, realmente
magnífica,perocometióunaequivocación.Nodebióhaber llegadoa laconclusióndequesuesposohabíamuertodeundisparo.Delmismomodo,Delangua fueun tontoal suponerquedebíanhaberleapuñalado, sólo porque dio la casualidad de que el puñal estaba en la casa ante nosotros. Fue unacasualidadqueladyDwightonlobajarajuntoconellibro.
—¿Lofue?—preguntóelseñorQuin.—Ahorabien,siambossehubieranlimitadoadecirquehabíanmatadoasirJames,sinespecificar
cómo…—prosiguióSatterthwaite—,¿cuálhubiesesidoelresultado?—Quepudieranhaberlecreído—replicóelseñorQuinconunaextrañasonrisa.—Todoestoescomounanovela—dijoelcoronel.—Yodiríaquedeahísacaronlaidea—contestóelseñorQuin.—Esposible—convinoSatterthwaite—.Lascosasqueunohaleídovuelvenalamemoriadelmodo
másextraño.MiróalseñorQuin.—El reloj resultaba sospechoso desde el primermomento—continuó—.Uno no debiera olvidar
nuncalofácilqueesadelantaroretrasarlasmanecillas.ElseñorQuinasintióconlacabezamientrasrepetía:—Adelantar—dijo,ytrasunapausaagregó—:Oretrasar.Ensuvozhabíaciertotonoinsinuante,ysusojosmiraronfijamentealseñorSatterthwaite.—Lasadelantaron—dijoSatterthwaite—.Esolosabemos.—¿Sí?—insistióelseñorQuin.—¿Quiereusteddecirque retrasaronel reloj?—lepreguntóSatterthwaitemirándole fijamente—.
Peroesonotienesentido.Esimposible.—Noes,amiparecer,imposible—murmuróelseñorQuin.—Bueno…absurdo.¿Quéventajatendría?—Sóloparaalguienquetuvieraunacoartadaparaesahora,supongo.
—¡Cielos!—exclamóelcoronel—.ÉsaeslahoraenqueeljovenDelanguadijoestarhablandoconelguardián.
—Lorecalcóconinterésespecial—dijoSatterthwaite.Semiraronmutuamente.Tenía la extraña sensaciónde que la tierra se hundía bajo sus pies.Los
hechostomabanunnuevogiro,presentandofacetasinesperadas.YenelcentrodeaquelcalidoscopioaparecíaelrostrosonrientedelseñorQuin.
—Peroentalcaso…—comenzóMelrose.ElseñorSatterthwaiteterminólafrase.—Resultatodoalrevés…,aunqueigual.Elmismoplan…sóloquecontraelayudadecámara.¡Oh,
peronopuedeser!Estoesunimposible.¿Porquéacusarsedelcrimen?—Sí—dijoelseñorQuin—.Hastaentoncesustedhabíasospechadodeellos,¿noesasí?Suvozcontinuódiciendo,plácidaysoñadora:—Usteddijoqueeracomoalgosacadodeunanovela,coronel.Deahíprocedesuidea.Esloque
hacen siempre el héroe inocente y la heroína. Naturalmente, eso le hizo a usted pensar que eraninocentes…porlafuerzadelatradición.ElseñorSatterthwaitenohacesadodedecirqueparecíacosade teatro. Los dos tenían razón.No era real.Han estado diciendo eso tantas veces, sin saber lo quedecían.Hubierancontadounahistoriamuchomásverosímilsihubieranqueridoquelescreyesen.
Losdoshombreslemiraronestupefactos.—Han sido muy inteligentes —prosiguió Satterthwaite con voz lenta—. Diabólicamente
inteligentes. Y yo he pensado en otra cosa. El mayordomo dijo que entró a las siete a cerrar lasventanas…demodoqueesperabaqueestuvieranabiertas.
—DeestemodoentróDelangua—dijoelseñorQuin—.MatóasirJamesdeunsologolpe,ydeacuerdoconladyDwightonpusoenprácticaloqueamboshablanplaneado…
MiróaSatterthwaitecomoanimándoleparaquereconstruyeralaescena.Yesohizo.—Dieronungolpealrelojylodejaroncaerdecostado.Sí.Luegoatrasaronelotroyloestrellaron
contraelsuelo,paraestropearlo.Delanguasalióporlaventanayellalacerrópordentro,perohayunacosaquenoentiendo.¿Porquépreocuparseporelrelojdebolsillo?¿Porquénoatrasarsencillamenteeldemesa?
—Eraalgodemasiadoevidente—dijoelseñorQuin—.Cualquierahubierapodidocomprenderquesetratabadeunengaño.
—Peroelpensarenelotroeracosabastanteproblemática.Pues…,¿nofuepuracasualidadelqueresolviésemosbuscarlo?
—¡Oh, no!—replicó el señor Quin—. Recuerde que fue ladyDwighton quien lo sugirió. Y sinembargo—prosiguió—, la única persona que pudo pensar en el reloj era el ayuda de cámara. Ellossuelensabermejorquenadieloquesusamosllevanenlosbolsillos.Dehaberatrasadoelrelojdelamesa, es probable que el valet hubiera atrasado a su vez el de bolsillo. Esa pareja no comprende lanaturalezahumana.NosoncomoelseñorSatterthwaite.
Elaludidomoviólacabeza.—Estabaequivocado—murmuróhumildemente—.Creíquehablaaparecidoustedparasalvarles.—Yeso hice…—dijo el señorQuin—. ¡Oh!No a ese par… sino a los otros. ¿No se fijó en la
doncella?Noibavestidadebrocadoazul,nirepresentabaunpapeldramático,peroenrealidadesunamuchachamuybonita,ycreoqueestámuyenamoradadeeseJennings.Esperoqueentreustedesdospodránsalvarledelahorca.
—Notenemosningunaprueba—dijoelcoronelMelroseconpesadumbre.ElseñorQuinsonrió.—ElseñorSatterthwaitelatiene.—¿Yo?Elaludidoestabaperplejo.—Usted tiene lapruebadequeel relojno se rompió.Noesposible romperel cristaldeun reloj
comoéstesinabrir la tapa.Inténteloyverá.Alguiencogióelreloj, loabrióy,despuésdeatrasarloyromper el cristal, volvió a cerrarlo y a colocarlo en donde estaba. Ellos no se fijaron, pero falta unpedacitodecristal.
—¡Oh!—exclamóSatterthwaite,introduciendolamanoenunbolsillodesuchalecoparasacarunfragmentodecristalcurvado.
Aquélerasumomento.—Con esto—dijo el señor Satterthwaite, dándose importancia— salvaré a un hombre de morir
ahorcado.
AGATHACHRISTIE(Torquay,ReinoUnido,1891-Wallingford,id.,1976).Fueunaautorainglesadelgéneropolicíaco,sindudaunadelasmásprolíficasyleídasdelsigloXX.HijadeunprósperorentistadeNueva York que murió cuando ella tenía once años de edad, recibió educación privada hasta laadolescencia y después estudió canto en París. Se dio a conocer en 1920 conElmisterioso caso deStyles. En este primer relato, escrito mientras trabajaba como enfermera durante la Primera GuerraMundial, aparece el famoso investigadorHércules Poirot, al que pronto combinó en otras obras conMissMarple,unaperspicazseñoradeedadavanzada.
En1914sehabíacasadoconArchibaldChristie,dequien sedivorcióen1928.Sumidaenuna largadepresión,protagonizóunadesapariciónenigmática:unanochedediciembrede1937sucocheaparecióabandonadocercadelacarretera,sinrastrosdelaescritora.Oncedíasmástardeseregistróenunhotelcon el nombre de una amante de su marido. Fue encontrada por su familia y se recuperó tras untratamiento psiquiátrico. Dos años después se casó con el arqueólogo Max Mallowan, a quienacompañó en todos sus viajes a Irak y Siria. Llegó a pasar largas temporadas en estos países; esasestanciasinspiraronvariosdesuscentenaresdenovelasposteriores,comoAsesinatoenlaMesopotamia(1930),MuerteenelNilo(1936)yCitaconlamuerte(1938).
Laestructuradelatramadesusnarraciones,basadaenlatradicióndelenigmapordescubrir,essiempresimilar,y sudesarrolloestáen funciónde laobservaciónpsicológica.Algunasdesusnovelas fueronadaptadasalteatroporlapropiaautora,ydiversasdeellashansidollevadasalcine.EntresustítulosmáspopularesseencuentranAsesinatoenelOrient-Express (1934),MuerteenelNilo (1937)yDieznegritos (1939).Ensuúltimanovela,Telón (1974), lamuertedelpersonajeHérculesPoirotconcluyeunacarreraficticiadecasisesentaaños.
Agatha Christie ha tenido admiradores y detractores entre escritores y críticos. Se le acusa de
conservadurismoyde exaltaciónpatrióticade la superioridadbritánica.Pero se reconoce también suhabilidadparalarecreacióndeambientesruralesyurbanosdelaprimeramitaddelsigloXXdelaislainglesa, su oído para el diálogo, la verosimilitud de lasmotivaciones psicológicas de sus asesinos, einclusosuradicalescepticismorespectodelanaturalezahumana:cualquierapuedeserunasesino,hastalamásapacibledamadeuncuidadojardínderosasdeKent.
AgathaChristie fue tambiénautora teatraldeéxito,conobrascomoLaratonera (1952)oTestigodecargo (1953). Utilizó un seudónimo, Mary Westmacott, cuando escribió algunas novelas de cortesentimental,sindemasiadoéxito.En1971fuenombradaDamadelImperioBritánico.
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