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TRASTORNOS DE ANSIEDAD EN LA
INFANCIA: UNA PROPUESTA DE
INTERVENCIÓN A TRAVÉS DEL
MINDFULNESS
TRABAJO FIN DE GRADO
AUTORÍA: Regalado Rodríguez, Sara.
DIRECCIÓN: Antonio Agirre, Iratxe.
2019-2020
RESUMEN
El trastorno de ansiedad es un problema psicológico muy común en la actualidad; sin
embargo, la mayor parte de la sociedad desconoce cuáles son sus causas y consecuencias,
sobre todo en la etapa infantil, concretamente en las edades comprendidas entre 2 y 6 años,
debido a la escasa información que hay al respecto. La intención de este trabajo es dar a
conocer al futuro profesorado, así como a los que están en activo, el por qué los niños y niñas
sufren ansiedad en la infancia, ofrecerles herramientas para poder detectarla en el aula y
tratarla a través de un plan de acción o terapia, y así evitar que sus consecuencias se agraven
en la vida adulta. Primeramente, se realiza un análisis conceptual sobre el término ansiedad,
así como de la etiología, la prevalencia y la tipología del trastorno. Posteriormente, se dan a
conocer las consecuencias emocionales y la repercusión que tiene a nivel académico, y se
facilita un sistema de detección de la ansiedad en el aula. Seguidamente, se muestra la
concomitancia con otros tipos de trastornos en la infancia, se señalan los criterios de
diagnóstico para determinar el tipo de ansiedad que padecen y se explican las principales
terapias de tratamiento. Para finalizar, se analizan diversas propuestas de intervención del
mindfulness en Educación Infantil y se diseña un taller para disminuir la ansiedad en los
niños y niñas de 2 a 3 años a través de esta técnica de meditación.
Palabras clave: ansiedad, educación emocional, terapias de tratamiento, mindfulness,
Educación Infantil.
LABURPENA
Antsietate-nahasmendua arazo psikologiko arrunta da gaur egun; hala ere, gizartean
gehiengoak ez dakizki zein diren bere arrazoi eta ondorioak zeintzu, batez ere haurtzaroan,
zehazki 2 eta 6 urte bitarteko adinetan, honen inguruko informazio gutxi dagoelako. Lan
honen asmoa da etorkizuneko irakasleei eta jardunean daudenei haurrek pairatzen duten
antsietatearen zergatia azaltzea da, baita ikasgelan detektatzeko tresnak eskaintzea eta ekintza
edo terapia-plan baten bidez tratatu ahal izateko; horrela, ondorioak helduaroan larriagotu ez
daitezen. Lehenik eta behin, antsietate terminoari buruzko analisi kontzeptuala egiten da,
baita nahasmenduaren etiologia, prebalentzia eta tipologiari buruzkoa ere. Segidan, ondorio
emozionalak eta maila akademikoan duten eragina ezagutarazten dira, eta ikasgelan
antsietatea hautemateko sistema bat errazten da ere. Jarraian, haurtzaroko beste nahaste mota
batzuekin bat datorrela erakusten da, pairatzen duten antsietate mota zehazteko diagnostiko-
irizpideak adierazten dira eta tratamendu-terapia nagusiak azaldu ere. Amaitzeko, Haur
Hezkuntzako mindfulness-ean esku hartzeko hainbat proposamen aztertzen dira eta 2 eta 3
urte bitarteko haurren antsietatea murrizteko tailer bat diseinatzen da meditazio-teknika
honen bidez.
Hitz gakoak: antsietatea, heziketa emozionala, tratamendu-terapiak, Haur Hezkuntza.
ABSTRACT
Anxiety disorder is a very common psychological problem nowadays. However, most
of society does not know what its causes and consequences are, especially in childhood,
specifically in the ages between 2 and 6 years old due to the scarce information available in
this regard. The aim of this work is to show to future teachers, as well as those who are
currently working, why children suffer from anxiety in childhood, together with tools so that
they are able to detect it in the classroom and treat it through a plan of action or therapy, and
thus, prevent its consequences from worsening in adult life. First, a conceptual analysis is
carried out on the term anxiety, as well as on the aetiology, prevalence and typology of the
disorder. Subsequently, the emotional consequences and the impact it has on an academic
level are shown, and a system for detecting anxiety in the classroom is provided. Then, the
concomitance with other types of disorders in childhood is shown, as well as the diagnostic
criteria to determine the type of anxiety they suffer; followed by the explanation of the main
treatment therapies. Finally, several proposals for mindfulness intervention in Early
Childhood Education are analysed and a training workshop is designed to reduce anxiety in
children from 2 to 3 years old through this meditation technique.
Keywords: anxiety, emotional education, treatment therapies, mindfulness, Early
Childhood Education.
ÍNDICE
1. Marco Teórico…………………………………………………………………...1
1.1. Definición…………………………………………………………………...1
1.1.1. Concepto de Ansiedad………………………………………………..1
1.1.2. Tipología……………………………………………………………...3
1.2. Consecuencias y Repercusión………………………………………………5
1.3. Manifestación del Trastorno en el Aula…………………………………….6
1.4. Concomitancia con Otros Tipos de Trastornos Relacionados con la Ansiedad
en la Infancia………………………………………………………………....8
1.5. Criterios de Diagnóstico……………………………………………………...9
1.6. Principales Terapias en el Tratamiento de la Ansiedad Infantil……………..10
2. Método…………………………………………………………………………….12
2.1. Objetivos……………………………………………………………………...12
2.2. Instrumentos………………………………………………………………….13
2.3. Participantes………………………………………………………………….13
2.4. Instrumentos, Procedimiento y Análisis……………………………………...14
3. Resultados………………………………………………………………………...14
3.1. Comparación Cualitativa de Diversas Propuestas de Intervención Basadas en
el Mindfulness………………………………………………………………..14
3.2. Resultados Objetivo 2………………………………………………………...15
4. Discusión…………………………………………………………………………..17
4.1. Valoración de la Comparación Realizada de Intervenciones Basadas en el
Mindfulness…………………………………………………………………..18
4.2. Valoración de la Propuesta de Intervención Creada………………………….19
4.2.1. Aportaciones al Ámbito Socioeducativo………………………………20
4.2.2. Reflexión Personal sobre el TFG……………………………………...21
5. Referencias Bibliográficas……………………………………………………….23
Anexos………………………………………………………………………………..29
1. Prevalencia de los Trastornos de Ansiedad más Frecuentes en preescolares…29
2. Comportamientos y Conductas en el Aula de los Niños y Niñas con Diferentes
Tipos de Ansiedad……………………………………………………………29
3. Temores de los Niños y Niñas Según el Momento Evolutivo…………………34
4. Criterios de Diagnóstico para el Trastorno de Ansiedad por Separación……..35
5. Criterios de Diagnóstico para el Mutismo Selectivo…………………………..36
6. Criterios de Diagnóstico para la Fobia Específica……………………………..36
7. Criterios de Diagnóstico para el Trastorno de Ansiedad Social……………….37
8. Criterios de Diagnóstico para el Trastorno de Pánico………………………….38
9. Criterios de Diagnóstico para la Agorafobia…………………………………...39
10. Criterios de Diagnóstico para el Trastorno de Ansiedad Generalizada………40
11. Rúbrica………………………………………………………………………..41
12. Taller Aprendiendo a Meditar………………………………………………...44
INTRODUCCIÓN
En la edad preescolar de dos a cinco años, la incidencia de casos de los trastornos de
ansiedad oscilan el 10% y el 20% (Franz et al., 2013). Es un dato alarmante si se tienen en
cuenta las consecuencias negativas que posee la ansiedad en el desarrollo de los pequeños y
las pequeñas. Éstos trastornos influyen en sus actividades familiares, sociales, escolares, así
como en el autoconcepto, en la autoestima y en el funcionamiento interpersonal (Feldman,
2008; Méndez, 2012; Ruiz y Lago, 2005). Por otro lado, las personas que lo sufren sienten
una inmensa infelicidad, y si no se detecta a tiempo puede desencadenar en depresión y
aumentar el riesgo de suicidio. He elegido este tema para la realización del Trabajo de Fin de
Grado debido a que yo misma sufro ansiedad desde hace aproximadamente 8 años, y sé de
primera mano lo difícil que es sobrellevar las tareas y actividades de la vida diaria. Cuando
tienes ansiedad te cuesta levantarte cada mañana, acudir a la escuela o a la universidad,
relacionarte con la gente y cumplir con los deberes o entregas. Llevas tanto tiempo teniendo
unas creencias negativas de tu persona que provocan que tu estado emocional se desmorone,
la motivación por aprender disminuya, y en consecuencia, el esfuerzo descienda en picado.
Así pues, entras en una espiral de emociones negativas, que hace que no te plantees objetivos
y que cada vez te escondas más y más del mundo que te rodea. Normalmente, la persona
ansiosa no exterioriza los síntomas que este trastorno le provoca, es decir, las personas de
alrededor no se dan cuenta que está teniendo un ataque de ansiedad a no ser que la
sintomatología sea muy grave; de hecho, simplemente piensan que es una persona tímida o
reservada, sin saber que realmente está sintiendo en su interior una explosión de emociones
(e.g., tristeza, inseguridad, sensación de no pertenencia) que van acompañadas de múltiples
síntomas (e.g., dolor de cabeza, náuseas, palpitaciones, sudoración, temblores, parestesia,
etc.). Por otro lado, el hecho de que la incidencia de los trastornos de ansiedad en la infancia
sea tan alto, deja mucho que desear a cerca de la educación emocional que se les está
ofreciendo por parte de las familias y las escuelas. Sabemos que los primeros años de vida de
una persona son los más importantes; es aquí cuando se van a formar las bases afectivas y
sociales que garantizarán un buen desarrollo y crecimiento en todos los ámbitos. Las
emociones son reacciones a la información que se recibe continuamente, el cómo las
percibamos y vivamos depende del tipo de creencias de cada persona y de las experiencias
previas. Por lo tanto, mediante este trabajo me gustaría hacer reflexionar al profesorado y a
las familias a cerca de los problemas que conlleva sufrir ansiedad, en parte, en consecuencia
de no haber recibido una educación emocional adecuada. Por este motivo, mi propuesta de
intervención para reducir la ansiedad en los niños y niñas está centrada en el mindfulness.
Esta técnica de meditación tiene multitud de beneficios, los cuáles se explican a lo largo del
trabajo, y nos ayuda a lograr la habilidad de autorregulación emocional. Ésta habilidad busca
el control de las emociones, que no tiene nada que ver con reprimirlas, sino con la capacidad
de controlar los impulsos y sentimientos hasta llegar a un punto de equilibrio; cuando tu
mente cambia, todo tu mundo cambia.
Así pues, el trabajo se estructura en tres partes. La primera consiste en la
contextualización del tema principal, la ansiedad, basándose en una fundamentación teórica y
en una revisión bibliográfica. En la parte segunda, en el método, se exponen cinco
intervenciones de mindfulness en Educación Infantil, recogiendo los beneficios y progresos
logrados en este campo, y se diseña un taller de mindfulness para disminuir la ansiedad en
niños y niñas de 2 a 3 años. Por último, se realiza el análisis de los cinco documentos
seleccionados y de la propuesta de intervención creada, junto con las aportaciones al ámbito
socioeducativo y la reflexión personal sobre el TFG.
1
1. MARCO TEÓRICO
1.1. Definición
1.1.1. Concepto de Ansiedad
La ansiedad es una respuesta natural que se da ante una situación de peligro o
amenaza, y es completamente normal sentirla en determinadas edades y momentos, en los
que pensamos que nuestra integridad o éxito está amenazado (Amaro, 2009). Ahora bien, esta
respuesta adaptativa se convierte en trastorno cuando no se produce como respuesta a un
estímulo o cuando su magnitud y duración es desmesurada. Así pues, la persona que lo sufre
siente una falta de control ante ella, que merma su salud emocional (Américo, 2005).
Además, en lo que respecta al concepto de ansiedad, existe una gran confusión
terminológica, debido a la utilización de otros términos relacionados con ella o con las
experiencias emocionales concordantes, como es el caso de la angustia, estrés, miedo o
nervios (González-Martínez, 1993). A continuación, se hará hincapié las diferencias entre
unos y otros.
Los términos angustia y ansiedad son empleados indistintamente, pero su
diferenciación se debe al nivel de sufrimiento que provoca en el individuo (Sarudiansky,
2013). En la angustia predominan los síntomas físicos, la sensación de opresión se produce en
el área epigástrica, y se acompaña de tristeza y de dificultad para respirar; es el grado más
adelantado de la ansiedad. Por su parte, en la ansiedad predominan los síntomas psíquicos, es
un estado apenado e intranquilo, donde la sensación de falta de respiración y presión en el
área precordial es inminente (Berrios, 2008).
Por otro lado, para sentir estrés es indispensable que haya una demanda o amenaza, y
en la ansiedad éstas son subjetivas. La ansiedad puede formar parte del estrés, integrando la
respuesta fisiológica de defensa, en cambio, el estrés no siempre está asociado con el
trastorno (Américo, 2005). A su vez, a pesar de tener manifestaciones parecidas, el miedo se
revela ante estímulos presentes, mientras que la ansiedad anticipa peligros futuros,
inesperados e incluso inexistentes, y se acompaña de un aumento de la actividad del sistema
nervioso simpático, la frecuencia cardiaca, la presión arterial, la respiración, y la tensión
muscular; añadiendo temblores, poliurias o diarreas (Sierra et al., 2003).
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Américo (2005) indica que, en el pasado, los trastornos de ansiedad solían
considerarse relacionados exclusivamente con conflictos intrapsíquicos. Actualmente se
acepta que en su origen participan factores biológicos, psicodinámicos, sociales, traumáticos
y de aprendizaje. Muchos de los trastornos tienen su origen en desequilibrios neuroquímicos
influenciados genéticamente; otros están asociados a conflictos intrapsíquicos o se pueden
explicar mejor por el efecto de estresores o conductas aprendidas; sin embargo, es la
combinación de estos factores lo que más cercanamente se encuentra en su etiología.
La ansiedad proviene de zonas específicas del tallo cerebral (i.e., núcleos del Rafé,
locus ceruleus), y en los factores neurobiológicos se produce una disfunción del sistema
serotoninérgico, relacionado con la adrenalina y la serotonina, que pueden generar estados
emocionales tranquilizantes o lo contrario (Sánchez y Marqueta, 2014). También está
implicado el sistema GABA, que minimiza el estrés y la ansiedad, pero cuando éste es bajo o
sufre una alteración, los niveles de estrés y ansiedad aumentan (Navas y Vargas, 2012).
En referencia a los factores biológicos, Ruiz y Lago (2005), afirman que, la genética
desempeña un papel destacado en el origen de algunos trastornos de ansiedad, sobre todo en
el trastorno de pánico y el trastorno obsesivo compulsivo. También, la presencia de síntomas
depresivos en la madre o la ansiedad de tipo fóbico en el padre son considerados factores de
riesgo para el desarrollo de la fobia social en los hijos e hijas (Sánchez y Marqueta, 2014).
Por otra parte, Franco et al. (2014), destacan que, en los factores ambientales se
incluye el estilo de crianza, los vínculos, el apego, y el clima familiar. De esta manera, las
familias que adoptan una baja disciplina o un bajo afecto causan mayores alteraciones
emocionales y conductuales en sus hijos e hijas. Así pues, sus niños y niñas presentan
mayores problemas de atención y del sueño, conductas agresivas e introversión que los que
aplican alta disciplina. De este modo, los familiares que otorgan una autonomía apropiada,
con ciertas normas, límites y apoyo emocional, ayudan en el logro de un desarrollo social
adecuado, que se traduce en seguridad e independencia de los niños y niñas. Además, la
familia que se compromete menormente en la crianza, así como la que se distribuye el rol
desproporcionalmente, es decir, que uno de los progenitores asume más responsabilidad en
las tareas de cuidado que el otro, da lugar a la ansiedad. Mismamente, Ruiz y Lago (2005),
aseguran que, la sobreprotección que ejercen las familias en las criaturas promueve que éstas
se sientan indefensas, que estén en peligro si no se encuentran con las figuras de apego en las
situaciones difíciles, y esto, interfiere en el desarrollo del autoconcepto. Igualmente, un clima
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familiar desfavorable, dónde hay malos tratos, problemas económicos, o consumo de
sustancias nocivas para la salud, generan un clima de inseguridad que contribuyen al
desarrollo de la ansiedad.
Al mismo tiempo, los traumas son otro factor causante de ansiedad. Éstos pueden
estar asociados, por ejemplo, a accidentes graves, a desastres naturales, a abusos físicos,
emocionales o sexuales, o a pandemias. Éstas situaciones generan una emoción negativa o un
miedo de gran intensidad que produce un daño duradero en el individuo. Por lo tanto, sufrir
traumas durante la infancia contribuye al padecimiento de enfermedades mentales (Navas y
Vargas, 2012).
El factor psicodinámico, por su parte, tiene que ver con la respuesta defensiva que
adopta el individuo ante una situación que la considera peligrosa y amenazante, es decir, es
un impulso natural. En la ansiedad, lo que sucede es que esa respuesta instintiva de defensa
no se exterioriza, pues no es una amenaza real, sino subjetiva, y esto provoca que la persona
presente la sintomatología del trastorno. En relación con esto se encuentran los factores
cognitivos y conductuales; la ansiedad se produce por los pensamientos constantes de
amenaza, lo que provoca desestabilidad emocional y una infravaloración de las capacidades
personales. Estos comportamientos también se pueden imitar o aprender de otras personas
(Navas y Vargas, 2012).
En cuanto a la prevalencia, los trastornos de ansiedad oscilan entre el 10% de la
población mundial; siendo más precisos, el 5.3% afecta a la sociedad en entornos africanos,
mientras que en los países europeos lo hace en un 10.4% (Alonso et al., 2018). Centrándose
en la edad preescolar de dos a cinco años, la incidencia de casos alcanza el 10% y el 20%
(Franz et al., 2013), siendo las fobias, la ansiedad social, la ansiedad por separación y el
trastorno de ansiedad generalizada los trastornos que más casos tienen (Alonso et al., 2018).
En el Anexo 1 se detalla la prevalencia de los trastornos más frecuentes en edad
infantil, donde podemos ver que la ansiedad por separación es la más significativa.
1.1.2. Tipología
A continuación, se indican los principales tipos de ansiedad que pueden aparecer en la
etapa infantil, según la clasificación del DSM-V (2014):
4
Trastorno de Ansiedad por Separación. Es el miedo o preocupación excesiva a
perder o separarse de las figuras de apego; sienten la necesidad de conocer dónde se
encuentran, por miedo a que su bienestar se vea afectado, o a la muerte de éstas. Además,
muestran negación a salir, estar o dormir solos y solas, debido al temor que tienen a perderse,
a ser secuestrados y secuestradas, o a sufrir un accidente.
Mutismo Selectivo. Los niños y niñas con mutismo selectivo, a pesar de hacerlo en
otras situaciones, tienden a no hablar cuando se encuentran ante interacciones sociales en las
que existe una expectativa para que lo haga. Se caracterizan en que en ocasiones participan en
juegos o momentos sociales en los que no es necesario hablar, y emplean medios no verbales,
por ejemplo, gruñir, señalar o escribir. La timidez, el miedo a la humillación, el aislamiento,
las manifestaciones compulsivas, la negatividad, o el control son algunas de las
características asociadas a estos y estas infantes.
Fobia Específica. Es el miedo o ansiedad intensa que provocan determinados
estímulos fóbicos, por ejemplo, los animales, volar, ir a la escuela, o la oscuridad. A menudo,
los niños y niñas que sufren fobias específicas evitan activamente el contacto con las
situaciones u objetos fóbicos, ya que tienden a sobrestimar el peligro que realmente
conllevan.
Trastorno de Ansiedad Social (Fobia Social). Es el miedo o ansiedad a actuar de una
manera determinada o de exponer síntomas de ansiedad en interacciones sociales en las que
pueden ser juzgadas y juzgados o examinados y examinadas (e.g., hablar con desconocidos,
beber o comer en público), y en actuaciones (e.g., dar una charla) frente a otros individuos,
debido al temor a ser evaluados y evaluadas negativamente o a ser rechazados o rechazadas
por sus iguales. Generalmente, las situaciones sociales se evitan, pero en los y las infantes
con fobia social sólo de actuación no rehúyen las demás circunstancias.
Trastorno de Pánico. Se trata de ataques de pánico repentinos y repetidos que se
producen debido a un objeto desencadenante o sin razón aparente. El miedo y malestar es
intenso en cuestión de minutos y aparecen cuatro o más de los siguientes síntomas:
palpitaciones, sudoración, temblor, dificultad para respirar, sensación de ahogo, dolor en el
tórax, náuseas, mareo, escalofríos o sensación de calor, parestesias o despersonalización,
miedo a perder el control o miedo a morir.
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Agorafobia. Es la aparición de ansiedad o miedo en las siguientes dos o más
situaciones: utilización del transporte público, hallarse en espacios cerrados, hallarse en sitios
abiertos, estar en medio de una multitud, o estar fuera de casa solo o sola. Los niños y niñas
con este trastorno intentan evitar activamente estas situaciones si no están acompañadas o
acompañados, ya que consideran que escapar puede ser difícil o no van a contar con ayuda
cuando aparezcan los síntomas de tipo pánico.
Trastorno de Ansiedad Generalizada. Es la ansiedad o inquietud desmesurada que se
produce durante al menos seis meses y que se asocia como mínimo a uno de los siguientes
síntomas: inquietud, facilidad para cansarse, dificultad para concentrarse, irritabilidad,
tensión muscular, problemas de sueño.
Trastorno Obsesivo Compulsivo. Las niñas y los niños presentan compulsiones,
comportamientos o pensamientos repetitivos con el fin de reducir la ansiedad y el malestar.
Piensan que realizando ciertos rituales (e.g., lavarse las manos continuamente, conteo
constante u ordenar objetos) la amenaza o peligro va a disminuir (Vallejo, 2001).
Trastorno de Estrés Postraumático. Es la ansiedad que se produce después de haber
vivido un acontecimiento traumático (e.g., muerte de un familiar, maltrato, abuso, desastre
natural, accidente, enfermedad). El infante o la infanta puede sufrir de forma directa el
suceso, estar presente cuando le ha sucedido a otra persona, o tener conocimiento de ello.
Entre los síntomas se incluyen los siguientes: tener pesadillas y dificultad para conciliar el
sueño, irritabilidad, ataques de ira y rabia, ausencia de emociones positivas, asustarse con
facilidad, miedo y tristeza intensa, sentimiento de desprotección, o revivir la situación
constantemente. Además, los niños y niñas con estrés postraumático evitan los recuerdos,
pensamientos, lugares, personas, objetos o situaciones que se asocian con el suceso
traumático.
1.2. Consecuencias y Repercusión
Los niños y niñas que se hallan en la etapa de preescolar viven multitud de cambios a
nivel neurológico y ambiental. Es por ello que, la presencia de trastornos de ansiedad tiene
consecuencias negativas en su desarrollo e influyen negativamente tanto en sus actividades
familiares (e.g., irritabilidad con los familiares, llantos, rabietas, problemas del sueño),
sociales y escolares, como en el autoconcepto, en la autoestima y en el funcionamiento
interpersonal (Feldman, 2008; Méndez, 2012; Ruiz y Lago, 2005). Por otro lado, si la
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ansiedad no se detecta y se trata a una edad temprana, esta perdurará en la adolescencia y en
la vida adulta, provocando problemas emocionales de mayor magnitud, por ejemplo, la
depresión (Cole et al., 1998). Además, padecer ansiedad o depresión durante un largo periodo
hace que se vea el futuro de manera incierta y se sienta una honda infelicidad que aumenta el
riesgo de suicidio (Csóti, 2011).
A nivel académico, la ansiedad también tiene repercusiones. Yerkes-Dobson (1908)
afirma que, la atención, la memorización y el procesamiento de la información están
relacionados con los estados emocionales. La ansiedad provoca una baja activación del
aprendizaje, los y las infantes tienen una creencia negativa de sí mismos o mismas, de sus
capacidades y de sus expectativas, que no corresponden con la realidad. Cuando las pequeñas
y los pequeños no tienen confianza en sus capacidades académicas, no se retan y no tienen
metas, porque creen que no las van a conseguir; y esto se traduce en un descenso del
esfuerzo, del interés y de la motivación, que es esencial para lograr el éxito académico. Tras
esto, el niño o niña entra en una espiral de emociones negativas que hacen que piense que no
encaja en la escuela, e incluso deje de realizar tareas que antes sí conseguía, es decir,
aumentan sus experiencias relacionadas con el fracaso, disminuye su motivación intrínseca, y
aumenta la ansiedad académica.
También hay que tener en cuenta que una niña ansiosa o un niño ansioso no posee
grandes habilidades sociales, son solitarias y solitarios, y pasan desapercibidas o
desapercibidos en el aula, por lo que tienen dificultades para integrarse en el colegio (Del
Barrio y Carrasco, 2009). Su actitud retraída y poco sociable induce a que no expongan su
opinión en clase y a que no hagan amistades con facilidad (Salaníc, 2014). Esto es un
problema grave, ya que, como mencionan Furrer y Skinner (2003), la sensación de
pertenencia y la participación en el centro son esenciales para alcanzar el éxito escolar.
1.3. Manifestación del Trastorno en el Aula
Como se ha visto en el apartado anterior, la ansiedad tiene consecuencias en la
escuela, en el aprendizaje y en la socialización; esto provoca que su integración en el centro
se vea afectada y que disminuya su capacidad de disfrute y motivación en la realización de
tareas. Normalmente, estos niños y niñas pasan desapercibidos y desapercibidas en clase,
pero realizan determinadas acciones o poseen comportamientos que alertan al profesorado
(Csóti, 2011). Por tanto, he considerado necesario producir un sistema que facilite a los
maestros y maestras la detección de la ansiedad (Véase Anexo 2).
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En éste se adjuntan varias tablas donde se recogen los principales comportamientos y
conductas que tienen las niñas y niños en el aula, en función del tipo de ansiedad que
padecen. Primeramente, me centro en el mutismo selectivo, en el cual las principales señales
de alarma son la ausencia de interacción verbal, la evitación de contacto físico y la escasa
participación, entre otras (Cortés et al., 2009). Las pequeñas y los pequeños que tienen
ansiedad por separación se enferman frecuentemente, tienen miedo a estar solas y solos, y se
niegan a separarse de sus familias u objetos de apego (Del Barrio y Carrasco, 2009; Eisen y
Schaefer, 2005). Hernández et al. (2010) y Rodríguez et al. (2003) destacan que el trastorno
obsesivo compulsivo se caracteriza por la repetición de determinadas acciones, la
preocupación excesiva por el orden o la limpieza, y por las comprobaciones continuas. Por
otro lado, Guerrero y Balsera (2005), señalan que, el niño o niña con fobia escolar evita
acudir a la escuela, presenta una imagen negativa de sus capacidades, siente malestar y tienen
miedo a ser ridiculizados o ridiculizadas por sus iguales. La ansiedad generalizada, por su
parte, se manifiesta por la preocupación excesiva, la tensión muscular, el cansancio constante
y por la dificultad para concentrarse (Csóti, 2011; DSM-V, 2014). Csóti (2011) explica que,
cuando se padece de estrés postraumático se actúa de manera defensiva ante cualquier
estímulo desconocido, se tiene baja autoestima y se revive la experiencia traumática en los
juegos, dibujos y diálogos. Por último, menciono el ataque de pánico y agorafobia, que se
exterioriza por falta de control, inseguridad, miedo a los lugares pequeños, cerrados o donde
hay mucha gente, y por evitación de situaciones sociales donde se ve expuesto o expuesta
(Csóti, 2011; Hernández et al., 2010).
A la hora de identificar los trastornos de ansiedad en el centro educativo, también se
estima importante saber que los miedos infantiles cambian en función de la edad, el sexo y el
nivel socioeconómico (Toledo et al., 2000). A su vez, los miedos evolucionan según el
desarrollo cognitivo y las interrelaciones ambientales (Sarason y Sarason, 1996).
Como dice Penosa (2017), el género en la infancia no condiciona fundamentalmente
la probabilidad de tener ansiedad, en comparación con etapas posteriores de desarrollo. A
pesar de ello, otros autores afirman que, las niñas de preescolar poseen mayores niveles de
ansiedad que los niños, relacionados, sobre todo, con el miedo por la integridad física, la
separación y la fobia escolar (Broeren y Muris, 2008; Edwards et al., 2010; Franz et al.,
2013). Esto es debido a que las niñas se desarrollan, social y emocionalmente, con más
facilidad. A partir de la adolescencia tiende a predominar en las mujeres, debido a los niveles
sistémicos de hormonas (Valderrama, 2016).
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Como se ha comentado previamente, la edad es otra variable a tener en cuenta, y
siguiendo esta apreciación se pueden distinguir dos subtipos de ansiedad, la normal y la
patológica (Rodríguez-Sacristán, 2009). La ansiedad normal es aquella que nos pone en
estado de alerta y que está relacionada con los miedos comunes; al ser dominada abastece
habilidades y estrategias para afrontarla. La ansiedad patológica, en cambio, se produce
porque el individuo no ha logrado adquirir las herramientas de afrontamiento, es decir, el
miedo, que antes era normal, se ha convertido en patología. De acuerdo a esto, en el Anexo 3
se indican los temores comunes según el desarrollo evolutivo. Comienzan a los dos años de
edad con el miedo a las personas extrañas, y a partir de los 10 años de edad temen hablar en
público, los daños físicos, las relaciones sociales y las catástrofes naturales.
1.4. Concomitancia con Otros Tipos de Trastornos Relacionados con la Ansiedad en la
Infancia
El desarrollo de los hijos e hijas se ve influenciado por las conductas y relaciones de
los padres y madres. Como dicen Asili y Kristel (2003), el estado de ánimo, las situaciones, y
los conflictos parentales se reflejan en los hijos e hijas. Hay que tener en cuenta que, las
mujeres divorciadas tienden a padecer una mayor ansiedad que los hombres después del
divorcio, y esto repercute en el niño o niña. Además, Pons-Salvador y del Barrio (1995)
indican que la ansiedad que padecen los y las infantes pertenecientes a una familia
divorciada, está relacionada con los conflictos que se producen entre los parientes después de
la separación, y de las veces que ven al padre que no posee la custodia. La separación
conlleva cambios económicos, sociales, personales y familiares; cuando un niño o niña se
desarrolla en una familia unida, tiene más probabilidad de recibir apoyo y protección, pero
cuando se produce una ruptura, viene consigo una desorganización y cambios que le afectan.
Las criaturas padecen sentimientos de culpa por la separación, se sienten responsables y
temen ser rechazadas o abandonadas por la familia; a su vez, se sienten obligadas a elegir
entre uno de los dos familiares. Por otra parte, el trastorno de ansiedad generalizada, la fobia
específica (e.g., a la oscuridad, a los fantasmas), la depresión y la fobia escolar están
asociados al trastorno de ansiedad por separación (Bados, 2005). Los niños y niñas con
ansiedad son más vulnerables hacia los miedos debido a la afectividad negativa (Valiente,
2001).
Por otro lado, años atrás, se consideraba que, la ansiedad y la depresión no tenían
relación, y eran dos trastornos diferentes. A día de hoy, estos dos trastornos presentan una
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gran concomitancia (Esparza y Rodríguez, 2009). Así pues, algunos autores afirman que,
normalmente, quien padece de ansiedad, también posee síntomas depresivos, y al revés
(Vallejo et al., 2002). Esto es debido a que presentan una etiología y factores de riesgo
comunes (González et al., 2004).
1.5. Criterios de Diagnóstico
En este apartado se expondrán los criterios diagnósticos, es decir, el conjunto de
síntomas que debe presentar un niño o niña para determinar el tipo de ansiedad que padece. A
continuación, se realizará un breve resumen de los Anexos del 4 al 10, dónde se efectúa una
descripción más detallada. Para ello, se han utilizado los criterios diagnósticos del DSM-V
(2014). No obstante, las maestras y maestros no pueden hacer un diagnóstico exhausto, es
necesario recurrir a un profesional si se observan señales del trastorno.
Primeramente, se cita la sintomatología del trastorno de ansiedad por separación, en la
que se destaca la preocupación o el miedo excesivo a separarse de las figuras de apego por
temor a perderlos o perderlas o a que les ocurra una desgracia. Estos niños y niñas tienen
habitualmente pesadillas relacionadas con el tema de la separación (e.g., raptos, pérdidas).
Por otro lado, se resisten a acudir a la escuela y poseen síntomas físicos (e.g., dolor de
cabeza, dolor de estómago, náuseas y vómitos) debido a la intensidad de la preocupación
(anexo 4). Después se especifican los criterios de diagnóstico para el mutismo selectivo, entre
los que se encuentra el fracaso a hablar cuando hay cerca personas extrañas o que no son de
su entorno más cercano. Normalmente, emplean expresiones faciales o movimientos de la
cabeza o las manos para comunicarse, aún conociendo el lenguaje hablado. A continuación se
exponen los miedos que presentan los infantes con fobia específica hacia un objeto o
situación determinada (e.g., volar, alturas, animales), que causan deterioro vida diaria y
malestar significativo. La ansiedad que padecen es muy intensa y evitan a toda costa
exponerse ante los estímulos u objetos fóbicos. Posteriormente, se mencionan los síntomas
del trastorno de ansiedad social, entre los que destaca el miedo a exponerse a situaciones en
las que puede ser juzgado o juzgada, por ejemplo, en las interacciones sociales o actuaciones
delante de personas. Si realizamos una comparación entre el mutismo selectivo y la ansiedad
social, podemos destacar que los niños y niñas con mutismo selectivo solamente hablan con
sus padres o madres; mientras que las niñas y niños con ansiedad social sí que hablan con
otras personas, pero les aterra exponerse ante un grupo grande de individuos, y cuando lo
hacen presentan síntomas físicos (e.g., palpitaciones, sudoración, temblor). Seguidamente, se
10
hace referencia al trastorno de pánico, caracterizado por la aparición repentina de miedo
intenso, sucede de la nada, y no existe ningún peligro real o aparente que lo provoque. Este
conlleva una serie de síntomas (e.g., palpitaciones, sudoración, náuseas y parestesia). Por
otro lado, la agorafobia es el miedo o evitación a determinadas situaciones, en las que es
difícil escapar debido a la multitud de gente o al espacio limitado o muy amplio. Los niños y
las niñas temen que les aparezcan síntomas de tipo pánico y que nadie pueda ayudarlos o
ayudarlas. Este miedo tiene que durar seis o más meses para que sea considerado como
agorafobia. Por último, se recogen los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada.
Durante un mínimo de seis meses, los y las infantes sufren de manera continuada y excesiva
sobre aspectos de su vida (e.g., la escuela, las amistades, la familia).
1.6. Principales Terapias en el Tratamiento de la Ansiedad Infantil
La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado su eficacia en el tratamiento de
la ansiedad infantil, y por ello, actualmente, es la terapia de primera elección (Barrett, 2000;
Ollendick y King, 1994). La TCC se caracteriza por emplear un conjunto de estrategias y
técnicas en función de las necesidades del niño o niña que padece, en este caso, trastorno de
ansiedad. Partiendo de las fortalezas de los y las infantes, se pretende lograr el afianzamiento
de la tolerancia y la sensibilización de conceptos, ayudándolos y ayudándolas a conseguir la
autorregulación necesaria para calmarse. Por medio de la neuropsicología, las relaciones
interpersonales y el entorno en el que se desarrollan los niños y niñas, se trabaja el
razonamiento, el proceso de relacionar y regular la información y el comportamiento. Así
pues, la TCC permite abordar el área conductual y cognitiva (Martínez et al., 2019). A
continuación, se explicará brevemente las tres olas de terapias de conducta que ha habido a lo
largo de los años.
Tal y como alude Pérez (2006) la Terapia de 1ª Generación o Primera Ola se ubica en
la década de 1950 y se basa en el comportamiento humano y en los principios científicos que
focalizan la causa de los problemas psicológicos en las leyes del condicionamiento y del
aprendizaje. Dentro de este movimiento hallamos las teorías del aprendizaje social, que hacen
hincapié en la influencia social y en la capacidad autorregulatoria de los individuos. Por su
parte, la Terapia de 2ª Generación se sitúa en torno a 1970. Esta sostiene que las causas de los
problemas emocionales y conductuales son las cogniciones (i.e., las creencias, pensamientos,
expectativas y atribuciones); y defiende que si la causa del comportamiento es el
pensamiento, se ha de modificar el pensamiento para cambiar la conducta. (Pérez, 2006;
Mañas, 2007). Por último nos encontramos con la tercera generación de la terapia (TGT),
11
situada en la década de 1990, pero no dada de alta hasta 2004. Según Hayes (2004), la TGT
es un acercamiento empírico enfocado en los principios del aprendizaje, y sensible al
contexto y a los procesos psicológicos. Además, considera más adecuado adquirir estrategias
flexibles de cambio basadas en la experiencia y en el contexto, en lugar de eliminar
drásticamente los problemas; Pérez (2006) lo considera así como una reorientación de la vida.
Así pues, se puede decir que integrando esas estrategias en sus vida, los niños y niñas están
aceptándose psicológicamente y reconociendo, tanto los valores propios, como los del
terapeuta que los y las acompaña durante el proceso. Esta aceptación se debe también a
asuntos vinculados con la espiritualidad (Mañas, 2007). Actualmente, las principales terapias
de tercera generación son las siguientes: la terapia de aceptación y compromiso; la
psicoterapia analítica funcional; la terapia de conducta dialéctica; la terapia integral de pareja;
la terapia de activación conductual; la terapia de reducción del estrés basada en la atención
plena; y la terapia cognitiva basada en mindfulness. Estas terapias permiten entender que los
síntomas que producen los trastornos psicológicos son desmesurados.
Una vez expuesta la historia de las terapias de conducta, nos centramos en las técnicas
cognitivo-conductuales. Existen más procedimientos, pero a continuación, se mencionan los
más habituales y en los que me voy a basar para realizar la propuesta de intervención:
Técnicas de Autocontrol. Permiten que los niños y niñas controlen la expresión de
sus sentimientos y emociones, adaptándolas al lugar y al momento en el que se encuentran.
Para ello, es necesario que sepan dominar la frustración, y que conozcan cuáles son las
diferentes emociones, para que logren comprenderlas y expresarlas de la mejor manera
posible (Cruz, 2014).
Técnicas de Relajación y de Respiración. Estas técnicas ayudan a los y las infantes a
desarrollar su inteligencia emocional, y a reconocer la ansiedad, sabiendo cómo responder
ante ella. Además, permiten disminuir la tensión muscular y mental, mejorar los problemas
de sueño, mejorar la memoria y la concentración, aumentar la confianza en sí mismos y
mismas, y obtener un estado de bienestar general (Ruiz, 2016).
Técnicas de Resolución de Problemas. Posibilitan que los niños y niñas hagan frente
a las diferentes situaciones complicadas que les suceden en su día a día de manera
constructiva, abordando el problema y tomando la decisión más apropiada (Aznar, 2014).
12
Técnicas de Habilidades Sociales. Ayudan a los pequeños y las pequeñas a adquirir
estilos de comportamiento (e.g., hacer y recibir cumplidos, expresar sentimientos positivos y
negativos, iniciar, mantener y finalizar conversaciones, hacer y rechazar peticiones, y hacer y
afrontar críticas) (Caballo et al., 2015).
Tras la exposición de las diferentes olas de terapia de conducta y las técnicas
cognitivo-conductuales más habituales, el trabajo se va a centrar en el mindfulness como
herramienta para combatir y controlar la ansiedad. Así pues, los objetivos de este trabajo
serán analizar las distintas propuestas de intervención del mindfulness que se han llevado a
cabo en Educación Infantil, y diseñar una propuesta de intervención para disminuir la
ansiedad en niños y niñas de Educación Infantil a través del mindfulness. Tal y como afirma
Simón (2007), el mindfulness es una técnica de relajación que nos permite ser conscientes de
lo que ocurre en cada momento. Gracias a esta práctica adquirimos una plena autoconciencia
de nuestra mente, desarrollamos la concentración y logramos un estado de calma y serenidad.
Por consiguiente, mejora nuestra capacidad de comprender la realidad tal y como es, a nivel
interno y externo. Bisquerra y Hernández (2017), señalan que el mindfulness nos permite
vivir íntegramente en el momento presente y disfrutar de la vida plenamente. Practicando
mindfulness como filosofía de vida, procesamos los estímulos que recibimos y contemplamos
los pensamientos y emociones con cierto margen, manteniendo la mente en orden y
alcanzando así una visión de nuestra persona y de los y las demás con perspectiva y sosiego
(Simón, 2014). Según Mañas et al. (2014), el mindfulness promueve múltiples beneficios,
como: aumento de la concentración, disfrutar del momento presente, aceptar nuestras
emociones, sentimientos, impresiones y conductas, incremento del bienestar, disminución de
la ansiedad, el estrés y la depresión, mejora de la respiración, regulación de las emociones,
mejora de las relaciones personales, y relajación, entre otras.
2. MÉTODO
2.1. Objetivos
Una vez presentada la fundamentación teórica de este TFG, en este apartado se
presentarán y analizarán los siguientes objetivos:
1. Analizar las propuestas de intervención del mindfulness en Educación Infantil. Para
ello se va dan a conocer las distintas aplicaciones de técnicas de mindfulness en
educación infantil y se recogen los beneficios y progresos logrados en este campo.
13
2. Diseñar una propuesta de intervención para disminuir la ansiedad en niños y niñas de
Educación Infantil a través del mindfulness.
2.2. Instrumentos
En cuanto al primer objetivo, el instrumento empleado es una rúbrica compuesta por
cinco documentos referentes a propuestas de intervención de mindfulness realizadas en
Educación Infantil. Los artículos seleccionados se han leído en profundidad y la información
de los mismos se ha organizado en 8 ítems: ámbito de aplicación, población, objetivos,
instrumentos empleados, técnicas cognitivo-conductuales empleadas, generación a la que
pertenece y efectividad.
Respecto al segundo objetivo, se utiliza como instrumento el taller aprendiendo a
medita , centrado en el mindfunless y enfocado al primer ciclo de Educación Infantil. Éste se
describirá con mayor precisión en el apartado de resultados.
2.3. Participantes
En referencia al objetivo 1, en el documento 1 (García, 2016), los y las participantes
son 20 alumnos y alumnas del aula de 2 a 3 años de un colegio de Sevilla. Los niños y niñas
de esta clase poseen diferentes características personales y diferentes formas de reaccionar a
distintas situaciones, pero sin necesidades educativas especiales. Seguidamente, en el
documento 2 (Tébar y Parra, 2015), la muestra de estudio está formada por 25 alumnos y
alumnas de entre 5 y 6 años del C.P. Benjamín Palencia de Albacete, procedentes
mayormente de familias con nivel socioeconómico y cultural medio-alto. Además, ninguno ni
ninguna de los niños y niñas presenta necesidades específicas de apoyo educativo. A
continuación, el documento 3 (Arrojo, 2016) se centra en el alumnado de 5 años del centro
Luis Rosales de Granada, caracterizándose por un nivel socioeconómico y cultural medio-
alto. La siguiente muestra relativa al documento 4 (Puentes, 2018), se compone de 71 niños y
niñas entre 3 y 6 años mayoritariamente autónomos, del CEIP Blai Bonet de Santanyí y de Es
Llobards, en las Islas Baleares. Debido a sus diferentes nacionalidades, es un grupo rico en
diversidad. Para finalizar, el documento 5 (París, 2018) toma como participantes a un grupo
de 15 alumnos y alumnas de un centro de Educación Infantil y Primaria de un municipio rural
de la provincia de Palencia, en la edad comprendida entre 3 y 4 años.
Por otro lado, en el objetivo 2, es decir, en el diseño de la propuesta de intervención
para disminuir la ansiedad en niños y niñas de Educación Infantil a través del mindfulness, no
14
existen participantes, dado que no se ha puesto en práctica. Sin embargo, debido a que la
mayoría de intervenciones hasta ahora se han realizado en el segundo ciclo, la propuesta que
he diseñado se dirige al alumnado del primer ciclo de infantil, concretamente a los niños y
niñas de entre 2 y 3 años. Por tanto, para el proyecto se tienen en cuenta las características
psicológicas de los pequeños y las pequeñas de esta edad. No obstante, pueden modificarse y
ser aplicadas a otras edades.
2.4. Instrumentos, Procedimiento y Análisis
Para recabar la información del objetivo 1, se ha realizado una búsqueda completa de
las propuestas de intervención de mindfulness en educación infantil, desde la base de datos
Google Scholar. Los descriptores empleados para la búsqueda han sido mindfulness,
intervención, y educación infantil. Con esta búsqueda lo que se ha pretendido es encontrar las
intervenciones de mindfunless aplicadas a las aulas de educación infantil, para tener una
visión más global y conocer sus posibilidades y beneficios en el ámbito escolar. De este
modo, para la selección de documentos se fundamentan los siguientes criterios de inclusión:
a) aquellos que estudien mindfulness aplicado únicamente a niños y niñas hasta los seis años,
b) que los textos estén disponibles a texto completo y d) escritos en lengua castellana.
Tras la selección de cinco documentos que cumplen estos criterios, se procede a la
lectura de los textos completos y a la organización de la información en una rúbrica (véase
Anexo 11). Así, en primer lugar, se extrae información sobre la edad y las características de
los y las participantes. Seguidamente se procede a analizar el ámbito de aplicación, la
población, los objetivos y los instrumentos empleados. Posteriormente, se examinan las
técnicas cognitivo-conductuales empleadas y la generación a la que pertenecen. Finalmente,
se comprueba la efectividad de las intervenciones.
Para proceder al objetivo 2, se tiene en cuenta el material del proyecto Siente, cuya
fundadora es Gurutze Díez Rodrigo (Díez, s.f.).
3. RESULTADOS
3.1. Comparación Cualitativa de Diversas Propuestas de Intervención Basadas en el
Mindfulness
Tras analizar los cinco documentos seleccionados (véase Anexo 11), se observa que
las propuestas de intervención de mindfulness en Educación Infantil que aparecen (todas ellas
15
enfocadas al segundo ciclo, excepto una), persiguen objetivos similares, tales como:
introducir técnicas de relajación y fomentar la autorregulación emocional; conocer las
emociones básicas; lograr el conocimiento personal; reducir la ansiedad y el estrés; potenciar
la relación consigo mismos y mismas y con la sociedad; tomar conciencia de la respiración y
de sus cuerpos; desarrollar la creatividad, la atención y la memoria, reconocer sus propias
emociones y las de sus compañeros y compañeras; aumentar la autoestima y el bienestar del
alumnado; y conseguir un equilibrio emocional (Arrojo, 2016; García, 2016; París, 2018;
Puentes, 2018; Tébar y Parra, 2015). Las técnicas cognitivo-conductuales empleadas en las
intervenciones son: las técnicas de relajación y de respiración, técnicas de autocontrol,
técnicas de habilidades sociales y técnicas de resolución de problemas. Para ello, los autores
y las autoras de los documentos proponen una serie de actividades a través de juegos con los
que el alumnado medita y se introduce al mindfulness, centrando la atención en la
respiración, en las emociones, en el cuerpo y en el mundo que los y las rodea. Además, a
tenor de la información proporcionada, las cinco intervenciones son efectivas, es decir, logran
prácticamente la consecución de todos los objetivos marcados. No obstante, la diferencia
radica en los instrumentos empleados. García (2016), emplea como instrumento un taller que
consta de una serie de actividades mindfulness agrupadas en 19 sesiones; Tébar (2016),
utiliza el semáforo de las emociones y un cuestionario de evaluación de las actividades;
Arrojo (2016) un cuestionario inicial y una evaluación continua y final; Puentes (2018) un
taller que consta de una serie de actividades mindfulness y yoga y una evaluación a partir de
la observación participante; finalmente, París (2018) emplea como instrumentos la
observación directa, una escala de ordenación, un cuestionario, una entrevista con las familias
y una evaluación continua.
3.2. Resultados Objetivo 2
Para dar respuesta al segundo objetivo se ha diseñado la unidad didáctica aprendiendo
a meditar, que consta de 6 sesiones de mindfulness para reducir la ansiedad en los niños y
niñas de 2 a 3 años. La propuesta de intervención se puede realizar en el transcurso de seis
semanas, incorporando una sesión por semana. Es importante que las sesiones se realicen en
un ambiente de tranquilidad, en el que el alumnado se sienta relajado y cómodo;
preferiblemente en el aula habitual. Además, esta intervención tiene como base principal el
juego, con la finalidad de que se sientan motivados y motivadas y participen de manera
activa. A continuación, se realiza una breve descripción de las actividades planteadas. Para
ver la unidad didáctica con más detalle, incluidos los objetivos, competencias y contenidos,
16
de acuerdo al Decreto 236/2015 de País Vasco, que se pretende lograr con cada actividad,
consultar Anexo 12.
Antes de comenzar cada sesión se realiza una actividad de meditación consciente
durante 15 minutos. Se colocan en posición de meditación, es decir, con las piernas cruzadas
y la espalda recta, cogen aire a través de la nariz, y al expulsarlo repiten varias veces el
mantra I’m happy, I’m good. Posteriormente, los niños y niñas hacen un círculo tumbados
boca arriba y la profesora o el profesor les guía su respiración, a la vez que se escucha de
fondo una canción mindfulness. El docente o la docente les recuerda que cuando cogen aire
su tripa se hincha y al expulsarlo se deshincha. Luego, les pone un objeto (e.g., pluma,
peluche, botella de plástico vacía) en la tripa, y les explica que tienen que sentir como se
mueve el objeto cuando cogen y expulsan el aire por la boca. Después, con los ojos cerrados,
toman conciencia de su inhalación y exhalación y se sienten más relajados. Mientras, un
voluntario o voluntaria puede hacer masajes a sus iguales o utilizar una pluma para acariciar
el cuerpo.
En primer lugar, durante la primera semana, se introduce al alumnado en la educación
emocional a través de la actividad llamada la caja de las emociones. Esta tiene una
temporalización de 30 minutos y se realiza en asamblea. Consiste en una caja con diferentes
pelotas de colores dentro. Cada una representa una emoción, cinco en concreto (alegría,
tristeza, enfado, amor, y miedo). Tienen que reconocer qué emoción es, mientras se explica
qué sucede en el cuerpo cuando las sentimos, y en qué momentos pueden aparecer. Después,
han de clasificar las emociones, introduciendo la pelota en la caja correspondiente. Cada caja
tiene una foto de una persona representando una de las emociones anteriormente
mencionadas; de esta manera es más fácil que asocien la pelota con la emoción. En la
actividad 2 representa las emociones, los niños y las niñas se sientan delante del espejo, y la
o el docente les dice al oído una situación cotidiana (e.g., te rompen tu juguete favorito, suena
tu canción favorita, tienes que dormir solo o sola, lees un cuento). Tienen que expresar frente
al espejo la emoción que les produce esa situación, con mímicas, poniendo caras, gritando,
bailando, etc. La duración aproximada son 20 minutos. A continuación, durante la sesión 3, la
profesora o el profesor ponen canciones alegres, tristes, relajadas, de enfado o de miedo. El
alumnado tiene que expresar mediante el baile las emociones que le produce esas canciones
durante 15 minutos. Posteriormente, en la actividad ¿qué es esto?, sentados en círculo y con
los ojos vendados, el o la docente pasa de manera individual distintos materiales que emiten
una fragancia característica, alimentos de sabor variado que han de probar, objetos con
17
distintas texturas, y objetos que producen un sonido característico. Los niños y las niñas
tienen que adivinar y decir en voz alta de qué se trata, utilizando para ello el olfato, el gusto,
el tacto o el oído. Por otro lado, durante la sesión 5 ¡cuidado con el globo!, el alumnado se
pone en grupos de dos personas. Cada grupo tiene un globo hinchado que no se debe explotar
ni caer. El adulto o la adulta indica dónde debe estar el globo (e.g., espalda con espalda, culo
con culo, cabeza con cabeza, tripa con tripa) y el movimiento que tienen que hacer (e.g.,
saltar, andar, correr, reposo). Por último, en la actividad 6 yoga, de manera individual y por
parejas, los y las infantes realizan las diferentes posturas de yoga indicadas por el o la
docente, a la vez que toman el control de su respiración. Después es el turno de los pequeños
y las pequeñas, en el que han de inventar posturas.
De manera complementaria, al finalizar cada sesión, se realiza la actividad ¿cómo nos
hemos sentido?. Los niños y niñas expresan los sentimientos y emociones que han
experimentado durante la actividad mediante el baile, el dibujo o el lenguaje. Para ello, se
organizan tres rincones en el aula: el rincón de la música, el rincón del arte, y el rincón de la
asamblea.
Por otra parte, teniendo en cuenta que las aulas de hoy en día son heterogéneas y que
en ellas coexisten lenguas de orígenes diversos, es necesario adaptar la propuesta de
intervención al multiculturalismo para que ningún alumno ni alumna se sienta excluido o
excluida. Según Coelho (2005), si el alumnado no conoce la lengua vehicular, es importante
que el profesorado sea capaz de transmitir inputs, realizar frases sencillas y con buena
entonación, para que sean capaces de adquirir los conocimientos a través de la voz. Se puede
proponer también la existencia de la figura del embajador, es decir, un niño nativo o niña
nativa se encargará de ayudarle en la medida de sus posibilidades. Con esto se logra la
adquisición de actitudes colaborativas como la solidaridad, el respeto, la inclusión, el
reconocimiento y la responsabilidad.
4. DISCUSIÓN
De acuerdo a los objetivos planteados para este estudio, es esencial valorar los datos
obtenidos y llevar a cabo una reflexión sobre el propio proceso de la investigación. Para ello,
en primer lugar se discute sobre las observaciones que se han realizado de las propuestas de
intervención de mindfulness llevadas a cabo en Educación Infantil (objetivo 1). Por otro lado,
se discute en torno a los resultados del objetivo 2, valorando la programación didáctica
18
planteada y teniendo en cuenta las características psicológicas de los niños y niñas del primer
ciclo de Educación Infantil.
4.1. Valoración de la Comparación Realizada de Intervenciones Basadas en el
Mindfulness
A lo largo de los talleres planteados en los cinco documentos analizados se puede
observar que todos ellos, excepto uno, están orientados al segundo ciclo de Educación
Infantil. Esto se debe a que los niños y niñas comprendidos y comprendidas entre las edades
de 3 y 5 años poseen un mayor control corporal y una lateralidad más definida. En
consecuencia, son capaces de ejecutar la mayoría de las actividades que solicitan un buen
desarrollo de la motricidad fina y gruesa (Berger, 2007). Además, poseen una mayor
capacidad de atención, de planeación, de organización de las actividades, y una mayor
coordinación de los sentidos, de los procesos de memoria, del habla y de la escucha que
enedades previas (Lenroot y Giedd, 2006). Por otro lado, el alumnado de estas edades va
desarrollando conciencia sobre las emociones (e.g., celos, empatía, prejuicios) y una mayor
autoconciencia emocional, consiguiendo un autoconcepto positivo. Así pues, son más
críticos y críticas con su persona, y desarrollan emociones como el orgullo, la autoestima, la
culpa y la vergüenza (Berger, 2007).
Por otra parte, todas las intervenciones toman como base principal el juego, el cual es
un derecho fundamental de los niños y niñas que contribuye al desarrollo integral del
alumnado. Asimismo, es una de las actividades básicas y primarias de la primera infancia
que permite que se sientan más motivados y motivadas, así como más participativos y
participativas (Romero y Gómez, 2008).
Igualmente, las actividades están orientadas, sobre todo, a la meditación, la cual,
según Moll (2015), es muy importante para estar conectados y conectadas con nuestras
emociones. A través de esta técnica se concibe un equilibrio entre la emoción y la respuesta
que se da a esa emoción.
No obstante, como limitación se puede decir que únicamente se han utilizado
documentos cuyas intervenciones se han realizado en el ámbito nacional. Por lo tanto, si se
hubiesen analizado también artículos internacionales, se podría tener una visión más global a
cerca de las técnicas de mindfulness y de sus beneficios en el ámbito socioeducativo de
Educación Infantil.
19
4.2. Valoración de la Propuesta de Intervención Creada
La propuesta de intervención no se ha llevado a cabo en ningún centro educativo
debido a la coincidencia de la realización del TFG con la pandemia del Covid-19. De todos
modos, se va a valorar los problemas y limitaciones de la unidad didáctica aprendiendo a
meditar, en caso de que se hubiese realizado en condiciones normales, sin tener en cuenta el
Covid-19 y sus restricciones.
En primer lugar, conviene destacar que son muy pocos los centros que incorporan el
mindfulness en el curriculum educativo, por lo tanto, sería una propuesta novedosa y factible,
teniendo en cuenta la importancia que se da hoy en día a la educación emocional. Además, el
material que se emplea para la realización de las actividades es asequible a todos los públicos,
y solamente se ha de tener ganas y motivación por parte de toda la comunidad educativa.
En cuanto a la curiosidad que va a suscitar esta técnica se parte con ventaja, puesto
que los niños y niñas del primer ciclo de Educación Infantil son curiosos por naturaleza, por
lo que van a disfrutar con mayor facilidad del momento presente. Sin embargo, las
actividades en las que el movimiento es escaso, pueden llevar más tiempo del que se ha
marcado, ya que lo más seguro es que les cueste permanecer en reposo. En consecuencia,
algunos de los niños o niñas perderán la atención e intentarán distraer a sus compañeros y
compañeras. En este caso, el profesorado ha de ser imaginativo, para dar respuesta a las
necesidades, y solucionar los imprevistos que puedan surgir. Para ello, es importante realizar
las actividades mediante juegos y canciones, con la finalidad de captar la atención del
alumnado. Otro problema que podría surgir durante las sesiones está relacionado con los
conflictos entre los iguales al ejecutar las tareas en parejas. La profesora o el profesor debe de
prestar atención al comportamiento de los niños y niñas, y evitar actitudes de dominio o
discriminación. Todos y todas han de ser tratados de la misma manera, de acuerdo a sus
necesidades específicas, pero en igualdad de condiciones y en términos de equidad.
Por último, cabe mencionar el tratamiento de las lenguas. Seguramente nos
encontremos en el aula a niños y niñas que no sepan el idioma vehicular que se emplea en el
aula, y por ello conviene que el educador o educadora utilice el dialecto local, construyendo
puentes entre la lengua de casa y la de la escuela. Para que los y las infantes construyan su
lengua y logren una correcta unión de las piezas del lenguaje, la persona adulta debe de
hablar con claridad, ofreciendo un lenguaje claro y tranquilo. En adición, ha de ser una figura
de apoyo para el alumnado, y ayudarles y ayudarlas en todo lo posible en la asimilación de
20
las normas y rutinas que tienen que realizar. Como se ha mencionado, también conviene
ofrecer la figura del embajador o embajadora, para que se sientan incluidos e incluidas en el
grupo social.
4.2.1. Aportaciones al ámbito socioeducativo
Primeramente, destacar que el taller aprendiendo a meditar está dirigido al primer
ciclo de Educación Infantil, concretamente a los niños y niñas de 2 a 3 años. Esto se debe a la
necesidad de aportar al profesorado herramientas para integrar el mindfulness a las aulas del
primer ciclo, debido a que la mayoría de las investigaciones y propuestas realizadas en
España están enfocadas a edades posteriores. A través de la propuesta de intervención, se
pretende reducir la sintomatología que produce la ansiedad en los más pequeños y pequeñas,
y ofrecerles recursos y herramientas para que puedan controlarla.
Las sesiones se centran en la técnica del mindfulness, ya que como expone Nhat
(2015), el nos ayuda a enfrentar los retos de la vida de manera armoniosa. Además, produce
efectos positivos en la persona, tales como: la mejora de la calidad de aprendizaje académico,
emocional y social; la gestión del sufrimiento, el logro de paz, comprensión y compasión; la
mejora de la comunicación y la atención, y la disminución del estrés y de la ansiedad. Por
tanto, esta práctica trae consigo beneficios a nivel físico y emocional (Stahl et al., 2010). En
cierto modo, el midnfulness ayuda a ver las cosas desde una perspectiva más amplia y a
aceptar las emociones negativas como parte de nosotros o nosotras. Esta aceptación permite
conseguir una relajación inmediata con nuestra persona. (Schoeberlein y Sheth,
2012).Asimismo, favorece el incremento de la creatividad, la externalización de las
emociones y la mejora de la autorregulación (Hooker y Fodor, 2008):
Además, el taller contiene actividades diversas, con las que se trabajan las emociones,
las capacidades sensoriales, el movimiento, el ajuste corporal, la escucha activa, la atención,
la comunicación lingüística y las relaciones afectivas. Como resultado, se logra un
conocimiento y desarrollo de sí mismo o misma, y con las personas y el mundo que los y las
rodea. De este modo, se educa de manera integral, desarrollando las capacidades tanto
cognitivas, físicas, lingüísticas, morales, afectivas y emocionales (Bisquerra, 2000). Así se
contribuye a la educación de personas formadas en valores y emociones.
21
4.2.2. Reflexión Personal sobre el TFG
Cuando tuve que elegir la temática del TFG no dude ni un solo momento en que
quería hacerlo sobre la ansiedad. Yo misma padezco ansiedad desde hace aproximadamente 8
años y sé en primera persona lo que significa tener este trastorno, y lo difícil que resulta
controlarlo. Nunca había sido capaz de dar el paso y buscar ayuda profesional, pensaba que
yo misma lo podía superar, sin ayuda de nadie. Este año, desde el comienzo de la
universidad, mis niveles de ansiedad aumentaron considerablemente, hasta el punto de no
querer acudir a las clases, debido a los constantes ataques de pánico que tenía cada vez que
debía exponer delante de la gente o simplemente, al estar rodeada de mis compañeros y
compañeras. Mi corazón comenzaba a latir fuertemente, hasta el punto de no poder respirar,
los mareos y el dolor de cabeza incrementaban cada segundo, sentía que no era yo, estaba
desbordada y solo quería huir de clase, alejarme de los estímulos que me provocaban
ansiedad. Esta situación era muy difícil de llevar y me recordaba a cuando tenía 15 años, a
cuando esta pesadilla comenzó. Sinceramente, pensé en dejar la carrera, no quería afrontar
mis miedos, simplemente quería desparecer por una temporada, en casa se estaba muy
cómoda y no pasaba nada malo, eso pensaba. Gracias a mi familia me di cuenta que quería
luchar contra la ansiedad, que era el momento de vencer mis inseguridades y de ser feliz por
fin, no quería echar a perder tres años de universidad y dejar atrás el sueño que toda mi vida
he querido lograr. Así pues, comencé a ir a terapia psicológica y a la vez empecé a realizar el
TFG. La elección del tema se debe a que no quiero que mis futuros alumnos y alumnas estén
en la misma situación en la que estoy yo, y también, para descubrir por qué me sucede esto.
Me ha ayudado como persona y como futura docente, he descubierto que el origen de mi
ansiedad se debe al poco afecto que he tenido cuando era pequeña, que hubiese ido mejor si
me hubiesen escuchado cuando estaba mal, si mis familiares hubieran hablado conmigo
cuando lo único que quería era no salir de casa, cuando dejé de lado a mis amigos y amigas
porque no era capaz de entablar relaciones sociales. Me he convertido en una persona fría,
retraída y poco sociable, y no es fácil sentirse de esta manera; por eso cuando sea docente
pondré todo mi empeño en escuchar a mi alumnado, en ser un apoyo emocional para ellos y
ellas, para darles lo que yo no tuve. A veces es difícil percatarse de que una persona sufre
ansiedad, puesto que los síntomas no se suelen exteriorizar, cada persona los siente en su
interior, pero los demás no se dan cuenta a no ser que sean muy graves. Por consiguiente,
decidí crear un sistema para facilitar la detección del trastorno en el aula de infantil, si
comenzamos a trabajar desde pequeños y pequeñas la ansiedad, los problemas psicológicos
22
no se agravarán en la vida adulta y se conseguirá un desarrollo integral. El hecho de que haya
utilizado el mindfulness como técnica para reducir la ansiedad se debe a mi psicóloga, ella
me recomendó la meditación para conocerme a mi mí misma y para relajarme en los
momentos ansiosos. Si se medita frecuentemente es cierto que la sintomatología se reduce,
dado que nos sentimos mejor con nuestra persona y por ende, nuestra vida comienza a
equilibrarse. La meditación es de gran ayuda para disfrutar del momento presente, para ser
conscientes de qué es lo que nos provoca ansiedad y entender que las emociones negativas
también forman parte de las personas, pero que no nos han de vencer.
Para finalizar, me gustaría decir que aunque es cierto que el TFG me ha ayudado a
conocerme un poco más y a entender el origen y las consecuencias que tiene la ansiedad en
los niños y niñas, no he disfrutado del proceso como me habría gustado hacerlo. Solamente
quería terminar el trabajo, ya que cada vez que comienzo algo, lo quiero terminar, y no
disfruto del trayecto. Cada vez se me hacía más pesado sentarme en la silla y comenzar a
redactar, me frustraba, me agobiaba y me creaba más y más ansiedad. Sin embargo, aquí
estoy, escribiendo las últimas líneas del trabajo, orgullosa del esfuerzo que he realizado y
feliz de poder ayudar al profesorado y a los niños y niñas que sufren ansiedad.
23
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29
ANEXOS
ANEXO 1
Prevalencia de los Trastornos de Ansiedad más Frecuente en Preescolares
Trastornos Prevalencia
Trastorno de ansiedad por separación
Fobia Social
Trastorno de ansiedad generalizada
Trastorno obsesivo compulsivo
Fobia especifica
1.2 – 4 %
0.3 – 2.3 %
0.7 – 5 %
0.3 %
5%
Nota. Modificada de Ford et al. (2003).
ANEXO 2
Comportamientos y Conductas en el Aula de los Niños y las Niñas con Mutismo Selectivo
Salvo en ocasiones determinadas, no responde a las preguntas que le hace el
profesorado.
Emplea medios no verbales para comunicarse, eg., gruñir o señalar.
Participa en los juegos con sus compañeras/os, pero no habla.
Participa en los juegos con sus compañeras/os, pero no habla.
No participa oralmente en las actividades del aula, pero sí las realiza, e.g., pintar,
escribir, construir, repasar, etc.
Generalmente, no interactúa verbalmente con sus iguales.
Evita el contacto físico.
La familia indica que en casa habla con normalidad.
Comprende las advertencias del profesorado.
Atiende a las explicaciones y establece contacto visual con profesor/a; no obstante,
cuando se le pregunta, aparta la mirada o agacha la cabeza.
Presenta rigidez corporal y facial.
Cuando tiene que participar verbalmente se muestra intranquilo/a, e.g., se muerde las
uñas, se toca el pelo o mete las manos en los bolsillos.
30
Nota. Modificada de Cortés et al. (2009)
Comportamientos y Conductas en el Aula de los Niños y Niñas con Trastorno de Ansiedad por
Separación
Se enferma frecuentemente.
Niega a separarse de su familia.
Tiene miedo cuando esta solo o sola.
Siente malestar (e.g., mareo, náuseas, ahogo, asfixia).
Preocupación excesiva cuando la familia se retrasa al recogerla/o de la escuela; piensa
que les ha pasado algo malo.
Tiene un objeto, acción, lugar o persona que alivia la ansiedad y con el que se siente
segura o seguro.
No se separa de su objeto de apego, por ejemplo, de su peluche.
Persigue a su persona de apego (e.g., al compañero, compañera, o al profesorado).
Inventa sucesos desastrosos(e.g., accidentes, robos, enfermedades de los familiares).
Rechaza acudir a lugares desconocidos, por ejemplo, a una excursión.
Tiene miedo de atragantarse o vomitar cuando está en el comedor.
La familia informa de que tiene miedo de dormir sola o solo.
Tiene pesadillas repetidas sobre el tema de la separación.
Nota. Modificada de Del Barrio y Carrasco (2009); Eisen y Schaefer (2005).
Comportamientos y Conductas en el Aula de los Niños y Niñas con Trastorno Obsesivo Compulsivo
Repite acciones una y otra vez (e.g., lavarse las manos, limpiar, poner los objetos en
orden).
Tiene pensamientos negativos continuos.
Comprueba varias veces que ha hecho bien las cosas, por ejemplo, que la luz esté
apagada, que haya tirado de la cadena, que un objeto determinado esté en su sitio, entre
otras.
Piensa que algo malo le va a ocurrir si no hace las cosas de una manera determinada.
Se preocupa excesivamente por el orden.
31
Se preocupa excesivamente por la limpieza.
Acumula objetos sin separarse de ellos.
Teme equivocarse.
Tiene miedo a contaminarse.
Teme a la muerte, propia o de sus familiares.
Nota. Modificada de Hernández et al., (2010); Rodríguez et al., (2003).
Comportamientos y Conductas en el Aula de los Niños y Niñas con Fobia Escolar
Evita ir a la escuela.
Evita participar en las actividades o juegos, o ser preguntado.
Es retraído o retraída socialmente.
Presenta una conducta de inhibición.
Intenta huir del colegio.
Tiene rabietas y llantos frecuentemente.
Se siente sola o solo.
Tiene miedo a ser ridiculizado o ridiculizada por sus iguales.
Teme ser castigada o castigado por el profesorado.
Presenta una imagen negativa de sus capacidades intelectuales y académicas.
Posee una relación de dependencia con la madre.
Siente malestar (e.g., dolor de cabeza, taquicardia, náuseas, vómitos, sudoración,
temblor, mareo, opresión en el pecho, dificultad para respirar).
Quiere orinar frecuentemente.
Le cuesta hablar, nudo en la garganta.
Posee problemas para conciliar el sueño.
Nota. Modificada de Guerrero y Balsera (2005)
32
Comportamientos y Conductas en el Aula de los Niños y Niñas con Trastorno de Ansiedad
Generalizada
Se cansa con facilidad.
Presenta dificultad para concentrarse en las actividades o juegos.
La familia informa que tiene problemas para dormir.
Presenta tensión muscular.
Muestra preocupación excesiva.
Posee problemas físicos, taquicardias, temblores y náuseas sin motivo aparente.
Se preocupa excesivamente.
Está inquieto/a.
Muestra irritabilidad.
Evita las tareas en grupo.
Es perfeccionista.
Se preocupa por sus capacidades y desempeño.
Evita acudir a la escuela.
Es una persona tímida.
Teme ser el centro de atención.
Presenta dificultad para hablar delante de la gente.
Se muerde las uña o se toca el pelo frecuentemente.
Es inseguro/a.
Quiere destacar en el aspecto académico, deportivo o social.
Se preocupa por acontecimientos futuros. Nota. Modificada de Csóti (2011); DSM V (2014).
33
Comportamientos y Conductas en el Aula de los Niños y Niñas con Trastorno de Estrés
Postraumático
Muestra un estado constante de terror.
Revive la experiencia traumática en los juegos, dibujos, diálogos y en sus relaciones
sociales.
En ocasiones, muestra agresividad y enojo.
Tiene baja autoestima.
Posee dificultades en sus relaciones.
Está irritable.
Tiene dificultad para concentrarse.
Está siempre en un estado de hipervigilancia.
Ante cualquier estímulo desconocido, actúa de manera defensiva.
Se agobia con facilidad.
Presenta sensación de irrealidad
Tiene ataques de pánico.
Evita situaciones que le recuerdan el suceso traumático.
Nota. Modificada de Csóti ( 2011).
Comportamientos y Conductas en el Aula de los Niños y Niñas con Ataque de Pánico y Agorafobia
Le da miedo estar en lugares pequeños y cerrados.
Le da miedo estar en espacios donde hay mucha gente.
Siente falta de control, no respira adecuadamente, se marea, tiene taquicardias,
temblores y palpitaciones.
Se asusta sin razón aparente.
Tiene dolores de estómago repentinos.
Evita las relaciones sociales.
No quiere ir a la escuela.
34
Muestra inseguridad.
Quiere huir del colegio.
Evita situaciones sociales donde se ve expuesto o expuesta (e.g., excursiones, hablar en
público, subir al autobús escolar).
Presenta síntomas de pánico durante minutos u horas. Nota. Modificada de Csóti (2011); Hernández et al., (2010).
ANEXO 3
Temores de los Niños y Niñas Según el Momento Evolutivo
Edad Miedo a
Antes de los 2 años de edad Las personas extrañas y a perder la base
de sustentación.
4-5 años La separación, los animales y la
oscuridad.
6-7 años Los ladrones, figuras imaginarias, la
oscuridad, la escuela y la separación.
8-10 años Los animales, al daño físico, la escuela y
la muerte.
Más de 10 años Los daños físicos, hablar en público, al
fracaso, las relaciones sociales y las
catástrofes naturales.
Nota.Modificada de Kort (1986); Méndez (2012); Sarason y Sarason (1996).
35
ANEXO 4
Criterios de Diagnóstico para el Trastorno de Ansiedad por Separación
A. Miedo o ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo concerniente a su separación de aquellas personas por las que siente apego, puesta de manifiesto por al menos tres de las siguientes circunstancias: 1. Malestar excesivo y recurrente cuando se prevé o se vive una separación
del hogar o de las figuras de mayor apego. 2. Preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de las figuras de
mayor apego o de que pueden sufrir un posible daño, como una enfermedad, daño, calamidades o muerte.
3. Preocupación excesiva y persistente por la posibilidad de que un acontecimiento adverso (e.g., perderse, ser raptado, tener un accidente, enfermar) cause la separación de una figura de gran apego.
4. Resistencia o rechazo persistente a salir, lejos de casa, a la escuela, al trabajo o a otro lugar por miedo a la separación.
5. Miedo excesivo y persistente o resistencia a estar solo o sin figuras de mayor apego en casa o en otros lugares.
6. Resistencia o rechazo persistente a dormir fuera de casa sin estar cerca de una figura de gran apego.
7. Pesadillas repetidas sobre el tema de la separación.
8. Quejas repetidas de síntomas físicos (e.g., dolor de cabeza, dolor de estómago, náuseas, vómitos) cuando se produce o se prevé la separación de las figuras de mayor apego.
B. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, dura al menos cuatro
semanas en niños y niñas. C. La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social,
académico, u otras áreas importantes del funcionamiento.
D. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental, como rechazo a irse de casa por resistencia excesiva al cambio en un trastorno del espectro autista, delirios o alucinaciones concernientes a la separación de trastornos psicóticos, rechazo a salir sin alguien de confianza en la agorafobia, preocupación por una salud enfermiza u otro daño que pueda suceder a los allegados u otros significativos en el trastorno de ansiedad generalizada, o preocupación por padecer una enfermedad en el trastorno de ansiedad por enfermedad.
Nota: recuperado de “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, de American
PsychiatricAssociation, 2014, Editorial Médico Panamericana.
36
ANEXO 5
Criterios de Diagnóstico para el Mutismo Selectivo
A. Fracaso constante para hablar en situaciones específicas en las que existe expectativa por hablar (e.g., en la escuela) a pesar de hacerlo en otras situaciones.
B. La alteración interfiere en los logros educativos o en la comunicación social.
C. La duración de la alteración es como mínimo de un mes (no limitada al primer mes de escuela).
D. El fracaso para hablar no se puede atribuir a la falta de conocimiento o a la comodidad con el lenguaje hablado necesario en la situación social.
E. La alteración no se explica mejor por un trastorno de la comunicación (e.g., trastorno de fluidez tartamudeo de inicio en la infancia) y no se produce exclusivamente durante el curso de un trastorno del espectro autista, la esquizofrenia u otro trastorno psicótico.
Nota: recuperado de “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, de American
PsychiatricAssociation, 2014, Editorial Médico Panamericana
ANEXO 6
Criterios de Diagnóstico para la Fobia Específica
A. Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación especifica (e.g., volar, alturas, animales, administración de una inyección, ver sangre). Nota: en los niños y niñas, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabieta, quedarse paralizados o aferrarse.
B. El objeto o la situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad
inmediata. C. El objeto o la situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o
ansiedad intensa. D. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantea el objeto
o situación específica y al contexto sociocultural. E. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o
más meses. F. El miedo, la ansiedad o evitación causa malestar clínicamente significativo o
deterioro en lo social u otras áreas importantes del funcionamiento. G. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental,
como el miedo, la ansiedad y evitación de situaciones asociadas a síntomas tipo pánico u otros síntomas incapacitantes (como la agorafobia), objetos o situaciones relacionados con obsesiones (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), recuerdo de sucesos traumáticos (como en el trastorno de ansiedad por separación), o situaciones sociales (como en el trastorno de
ansiedad social).
Nota: recuperado de “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, de
American PsychiatricAssociation, 2014, Editorial Médico Panamericana
37
ANEXO 7
Criterios de Diagnostico para el Trastorno de Ansiedad Social
A. Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones en las que está expuesto/a al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales (e.g., mantener una conversación, reunirse con personas extrañas), ser observado (e.g., comiendo o bebiendo) y actuando delante de otras personas (e.g., dar una charla). Nota: en los niños, la ansiedad se puede producir en las reuniones con individuos de su misma edad y no solamente en la interacción con los adultos.
B. El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen, que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas).
C. La situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad. Nota: En los niños/as, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados, aferrarse, encogerse o el fracaso de hablar en situaciones sociales.
D. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa. E. El miedo o la ansiedad son desproporcionado a la amenaza real planteada por la
situación social y al contexto sociocultural. F. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o
más meses. G. El miedo, la ansiedad o la evitación causa mal estar clínicamente significativo o
deterioro en lo social, laboral, u otras aéreas importantes del funcionamiento.
H. El miedo, la ansiedad o la evitación o se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (e.g., una droga, un medicamento) ni a otra afección medica.
I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explican mejor por los síntomas de otro trastorno mental, como el trastorno de pánico, el trastorno dismórficocorporal o un trastorno del espectro autista.
J. Si existe otra enfermedad (e.g., enfermedad de Parkinson, obesidad,
desfiguración debida a quemaduras o lesiones), el miedo, la ansiedad o la evitación deben estar claramente no relacionados con ésta o ser excesivos.
Especificar si: Solo actuación: si el miedo se limita a hablar o actuar en público.
Nota: recuperado de “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, de American
PsychiatricAssociation, 2014, Editorial Médico Panamericana.
38
ANEXO 8
Criterios Diagnósticos para el Trastorno de Pánico
A. Ataques de pánico imprevistos recurrentes. Un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos y durante este tiempo se producen cuatro (o más) de los síntomas
siguientes: Nota: La aparición súbita se puede producir desde un estado de calma o desde un estado de ansiedad. 1. Palpitaciones,golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca. 2. Sudoración. 3. Temblor o sacudidas.
4. Sensación de dificultad para respirar o de asfixia. 5. Sensación de ahogo. 6. Dolor o molestias en el tórax. 7. Náuseas o malestar abdominal. 8. Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo. 9. Escalofríos o sensación de calor. 10. Parestesia (sensación de entumecimiento o de hormigueo).
11. Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).
12. Miedo a perder el control o de “volverse loco”. 13. Miedo a morir.
Nota: Se pueden observar síntomas específicos en la cultura (e.g., acúfenos, dolor de cuello, dolor de cabeza, gritos o llanto incontrolable). Estos síntomas no cuentan como uno de los cuatro síntomas requeridos.
B. Al menos a uno de los ataques le ha seguido al mes (o más) uno o los dos hechos siguientes: 1. Inquietud o preocupación continua acerca de otros ataques de pánico o de
sus consecuencias (e.g., pérdida de control, tener un ataque al corazón, “volverse loco”).
2. Un cambio significativo de mala adaptación en el comportamiento relacionado con los ataques (e.g., comportamientos destinados a evitar los
ataques de pánico, como evitación del ejercicio o de las situaciones no familiares).
C. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicas de una sustancia (e.g., una droga, un medicamento) ni a otra afección médica (e.g., hipertiroidismo, trastornos cardiopulmonares).
D. La alteración no se puede explicar mejor por otro trastorno mental (e.g., los ataques de pánico no se producen únicamente en respuesta a situaciones
sociales temidas, como el trastorno de la ansiedad social; en respuesta a objetos situaciones fóbicas concretos, como en la fobia específica; en respuesta a obsesiones, como en el trastorno obsesivo-compulsivo; en respuesta a recuerdos de sucesos traumáticos, como en el trastorno de estrés postraumático; o en respuesta a la separación de figuras de apego como en el trastorno de ansiedad por separación).
Nota: recuperado de “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, de American
PsychiatricAssociation, 2014, Editorial Médico Panamericana
39
ANEXO 9
Criterios de Diagnóstico para la Agorafobia
A. Miedo o ansiedad intensa acerca de dos (o más) de las cinco situaciones siguientes: 1. Uso del transporte público (e.g., automóviles, autobuses, trenes, barcos,
aviones). 2. Estar en espacios abiertos (e.g., zonas de estacionamientos, mercados,
puentes). 3. Estar en sitios cerrados (e.g., tiendas, teatros, cines).
4. Hacer cola o estar en medio de una multitud. 5. Estar fuera de casa solo.
B. El individuo teme o evita estas situaciones debido a la idea de que escapar podría ser difícil o podría no disponer de ayuda si aparecen síntomas tipo pánico u otros síntomas incapacitantes o embarazosos (e.g., miedo a caerse en las personas de edad avanzada, miedo a la incontinencia).
C. Las situaciones agorafóbicas casi siempre provocan miedo o ansiedad.
D. Las situaciones agorafóbicas se evitan activamente, requieren de un acompañante o se resisten con miedo o ansiedad intensa.
E. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantean las situaciones agorafóbicas y el contexto sociocultural.
F. El miedo, la ansiedad o la evitación es continua, y dura típicamente seis o mas meses.
G. El miedo, la ansiedad o la evitación causan mal estar clínicamente significativo
o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento. H. Si existe otra afección médica (e.g., enfermedad intestinal inflamatoria,
enfermedad de Parkinson), el miedo, la ansiedad o la evitación es claramente excesiva.
I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental; por ejemplo, los síntomas no se limitan a la fobia especifica, tipo situacional; no implican únicamente situaciones sociales (como en el trastorno de ansiedad social); y no están exclusivamente relacionados con
las obsesiones (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), defectos o imperfecciones percibidos en el aspecto físico (como en el trastorno dismórfico corporal), recuerdo de sucesos traumáticos (como en el trastorno de estrés postraumático) o miedo a la separación (como en el trastorno de ansiedad por separación).
Nota: se diagnostica agorafobia independientemente de la presencia de trastorno de pánico. Si la presentación en un individuo cumple los criterios para el trastorno de
pánico y agorafobia, se asignaran ambos diagnósticos.
Nota: recuperado de “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, de American
PsychiatricAssociation, 2014, Editorial Médico Panamericana
40
ANEXO 10
Criterios de Diagnostico para el Trastorno de Ansiedad Generalizada
A. Ansiedad y preocupación excesiva (anticipación aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).
B. Al individuo le es difícil controlar la preocupación. C. La ansiedad y la preocupación se asocia a uno de los seis síntomas siguientes
(y al menos algunos síntomas han estado presentes durante mas días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses): 1. Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta. 2. Facilidad para fatigarse. 3. Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco. 4. Irritabilidad.
5. Tensión muscular. 6. Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo,
o sueño inquieto e insatisfactorio)
D. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativos o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
E. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (e.g., una droga, un medicamento) ni a otra afección medica (e.g., hipertiroidismo).
F. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (e.g., ansiedad o preocupación de tener ataques de pánico en el trastorno de pánico, valoración negativa en el trastorno de ansiedad social fobia social, contaminación u otras obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, separación de las figuras de
apego en el trastorno de ansiedad por separación, recuerdo de sucesos traumáticos en el trastorno de estrés postraumático, aumento de peso en la anorexia nerviosa, dolencias físicas en el trastorno de síntomas somáticos, percepción de imperfecciones en el trastorno dismórfico temporal, tener una enfermedad grave en el trastorno de ansiedad por enfermedad, o el contenido de creencias delirantes en la esquizofrenia o el trastorno delirante).
Nota: recuperado de “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, de American
PsychiatricAssociation, 2014, Editorial Médico Panamericana.
41
ANEXO 11
1 2 3 4 5
Edad de los
Participantes
2-3 años.
5-6 años.
5 años.
3-6 años.
3-4 años.
Ámbito de
Aplicación
Primer Ciclo de
EI.
Segundo Ciclo
de EI.
Segundo Ciclo
de EI.
Segundo Ciclo
de EI.
Segundo Ciclo
de EI.
Población
España.
España.
España.
España.
España.
Objetivos
Introducir
técnicas de
relajación y
concienciación
plena.
Conocer la
técnica
mindfulness y
sus beneficios a
nivel educativo.
Fomentar la
autorregulación
emocional.
Conocer las
emociones
básicas.
Emplear la
educación
emocional
como
herramienta que
contribuya a un
mejor
conocimiento personal, al
aumento del
bienestar, a
desarrollar
capacidades de
atención, de
calma.
Potenciar la
relación
consigo mismos
y mismas, y con
la sociedad.
Incrementar el
estado de calma
y el nivel de
atención.
Fomentar en el
alumnado una
actitud de
aceptación,
confianza,
paciencia, curiosidad y no
juicio.
Reducir la
ansiedad, la
impulsividad, el
sufrimiento.
Potenciar la
autoconciencia.
Disfrutar el
momento
presente.
Afrontar la vida
de una manera más consciente
y plena.
Observar los
beneficios de
cada una de las
actividades de
práctica de
mindfulness.
Evaluar si las
actividades
resultas
motivadoras en
Introducir en
prácticas de
mindfulness o
atención plena
al alumnado de
Educación
Infantil.
Introducir y
aproximar al
alumnado al concepto de
mindfulness.
Desarrollar la
capacidad de
los y las
infantes de
prestar atención
y ser más
conscientes.
Reducir el
estrés y la
ansiedad que
genera el actual
ritmo de vida al
que se encuentran
sometidos los
niños y niñas.
Proporcionar al
alumnado
habilidades y
técnicas que les
ayuden a
relajarse.
Fomentar la
interacción
social entre el
Aproximar el
estado de
bienestar y
atención plena
al centro
infantil.
Analizar las
técnicas de
Mindfulness y
Yoga como forma de
autorregulación
emocional.
Investigar sobre
la competencia
emocional del
niño o niña en
etapas
tempranas.
Indagar en el
uso de la
relajación para
proporcionar
actividades a la
etapa de educación
infantil.
Enseñar qué es
el Mindfulness,
enseñándoles
técnicas que
puedan usar en
su vida
cotidiana.
Mejorar el
rendimiento
académico y conseguir
aprendizajes
permanentes.
Ser conscientes
del momento
presente y de la
realidad
mediante las
sesiones
programadas.
Reconocer sus
propias
emociones y las
de sus
compañeros y compañeras.
Ser capaces de
gestionar sus
emociones y
controlar su
respiración.
Aplicar las
competencias
clave del
Currículo de
forma integral,
global y
42
Contribuir al
desarrollo
integral de los
niños y las
niñas.
Reducir el
estrés y la
ansiedad del
alumnado y del
profesorado.
Tomar
conciencia de la
respiración.
Aumentar la
autoestima del
alumnado.
Conseguir un
equilibrio
emocional.
Educar en
valores.
los participantes
y si son
adecuadas en
duración para el
alumnado de
tercer curso de
Educación
Infantil.
Aportar
sugerencias
para mejorar el
desarrollo de
las actividades
o sesiones en
próximos estudios.
alumnado.
Fomentar la
conciencia de la
respiración.
Desarrollar la
creatividad, la
atención y la
memoria.
Potenciar el
equilibrio
emocional, el
autocontrol y la
resolución de problemas.
Tomar
conciencia de
su cuerpo y de
las sensaciones
que ahí se
producen.
equilibrada con
el resto de los
contenidos.
Crear una zona
de trabajo en el
aula donde
puedan
practicar las
técnicas sin
ningún tipo de
distracciones.
Participar de
manera activa
en las diferentes actividades
propuestas.
Instrumentos
Empleados
Taller que
consta de una
serie de
actividades
mindfulness
agrupadas en 19
sesiones.
Semáforo de las
emociones para
los niños y
niñas.
Cuestionario de
evaluación de
las actividades.
Cuestionario
inicial.
Evaluación
continua y
final.
Taller que
consta de una
serie de
actividades
mindfulness y
yoga.
Evaluación a
partir de la
observación
participante.
Observación
directa.
Escala de
ordenación.
Cuestionario.
Entrevista con
las familias.
Evaluación continua.
Técnicas
Cognitivo-
Conductuales
Empleadas
Técnicas de
relajación y de
respiración.
Técnicas de
autocontrol.
Técnicas de
habilidades
sociales.
Técnicas de
relajación y de
respiración.
Técnicas de
autocontrol.
Técnicas de
relajación y de
respiración.
Técnicas de
resolución de
problemas.
Técnicas de
autocontrol.
Técnicas de
habilidades
Técnicas de
relajación y de
respiración.
Técnicas de
habilidades
sociales.
Técnicas de
autocontrol.
Técnicas de
relajación y de
respiración.
Técnicas de
resolución de
problemas.
Técnicas de
autocontrol.
Técnicas de
habilidades
43
sociales.
sociales.
Generación a
la que
pertenece
Tercera
Generación.
Tercera
Generación.
Tercera
Generación.
Tercera
Generación.
Tercera
Generación.
Efectividad
El alumnado
aprende a
practicar la
atención plena
y la
concentración
en el momento
presente.
Logran evitar
actuar de forma
impulsiva,
calmándose y
buscando la
mejor forma de actuar ante los
estímulos.
Aprenden a
aceptar sus
emociones
positivas y
negativas.
Mejora el clima
del aula.
Logran la
empatía con sus
iguales.
Éxito en la introducción de
técnicas de
relajación y de
autorregulación
de emociones.
La mayoría de
las actividades
resultan del
agrado de los
niños y niñas.
El alumnado
comprende para
qué sirve el
mindfulness.
Las actividades
proporcionan
un estado de
calma y un aumento del
nivel de
atención.
Las actividades
son
motivadoras
para los niños y
niñas.
Se desarrolla
una mayor
gestión
emocional.
Se incrementa
el estado de calma y el nivel
de atención.
Mejora de la
autoestima.
No hay datos.
Se han
trabajado las
emociones a
través de
técnicas de
relajación.
Tras las
actividades, los
niños y niñas se
encuentran en
un estado de
calma.
Consiguen liberar
tensiones.
Expresan
sentimientos y
emociones a
través del
juego.
Expresan
sentimientos y
emociones a
través de la
palabra.
Son conscientes de la
respiración y la
postura
corporal.
Logran una
buena gestión
de las
emociones.
Cambios en el
comportamiento
del alumnado
más nervioso e
inquieto.
Aumenta la
atención y la
motivación.
Actitud más
participativa.
Los niños y
niñas son
capaces de
encontrar el
estado de
calma,
tranquilidad y
felicidad.
44
ANEXO 12
Aprendiendo a Meditar
ANTES DE LA SESIÓN: MEDITACIÓN CONSCIENTE
Descripción
Se colocan en posición de meditación, es decir, con las piernas cruzadas y la espalda recta, cogen aire a través de la nariz, y al expulsarlo repiten varias veces el mantra “I’m happy, I’m good”. Posteriormente, los niños y niñas hacen un círculo tumbados boca arriba y la profesora o el profesor les guía su respiración,
a la vez que se escucha de fondo una canción mindfulness. El docente o la docente les recuerda que cuando cogen aire su tripa se hincha y al expulsarlo se deshincha. Luego, les pone un objeto (e.g., pluma, peluche, botella de plástico vacía) en la tripa, y les explica que tienen que sentir como se mueve el objeto cuando cogen y expulsan el aire por la boca. Después, con los ojos cerrados, toman conciencia de su inhalación y exhalación y se sienten más relajados. Mientras, un voluntario o voluntaria puede hacer masajes a sus iguales o utilizar
una pluma para acariciar el cuerpo.
Objetivos
Reconocerse como persona diferenciada de las demás y formarse una imagen equilibrada y positiva de sí misma, para construir su propia identidad.
Progresar en el control del cuerpo, desarrollar la percepción sensorial, ajustar el tono, el equilibrio y la coordinación del movimiento a las características del contexto para descubrir sus posibilidades y limitaciones de acción.
Progresar en el desarrollo de actitudes relacionadas con el bienestar emocional y físico para afianzar su seguridad afectiva y disfrutar de las situaciones cotidianas.
Aceptar las pequeñas frustraciones, manifestar una actitud tendente a superar las dificultades que se plantean.
Desarrollar actitudes y hábitos de respeto.
Observar y explorar de forma activa su entorno físico y social, así como mostrar interés por su conocimiento, para desarrollar el sentido de pertenencia al mismo y desenvolverse en él con cierta seguridad y autonomía.
Interiorizar progresivamente las pautas básicas de comportamiento social y ajustar su conducta a ellas para relacionarse con los demás, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
Identificar y tomar conciencia de emociones, sentimientos, y necesidades, para expresarlas con intención comunicativa e y progresivamente ir tomando en cuenta las de las demás personas.
Apropiarse progresivamente y disfrutar de las herramientas comunicativas
45
de los diferentes lenguajes, para representar y expresar necesidades, sentimientos y experiencias de la realidad personal, física y social.
Participar de manera lúdica, creativa y experimental en producciones artísticas.
Competencias
básicas
transversales
Competencia para la comunicación verbal y no verbal.
Competencia para aprender a aprender y para pensar.
Competencia para convivir.
Competencia para la iniciativa y el espíritu emprendedor.
Competencia para aprender a ser.
Competencias
básicas
específicas
Competencia social ycívica.
Competenciaartística
Competencia motriz
Contenidos
Utilización de los sentidos en la exploración del cuerpo y de la realidad exterior y progresiva identificación de las sensaciones y percepciones que se obtienen.
Exploración, progresivo reconocimiento e identificación de algunas de las características y posibilidades del propio cuerpo, tanto global como segmentariamente y de las de las demás personas.
Construcción progresiva y aceptación de su imagen corporal y de la propia identidad.
Manifestación, identificación e inicio de la regulación de sentimientos, emociones, necesidades básicas e intereses propios y ajenos. Aceptación y progresiva búsqueda de ayuda.
Adopción de estrategias que garanticen su propia seguridad afectiva (búsqueda de la mirada de la persona adulta de referencia, demanda de contacto afectivo...).
Iniciación al control y adaptación del tono y la postura a las características del objeto, del otro, de la acción, de la situación y del espacio.
Progresiva confianza en las propias posibilidades motrices. Iniciativa en la acción y curiosidad por aprender nuevas habilidades.
Participación e iniciativa en juegos.
Utilización del juego en la exploración del entorno físico. Construcción de significados y conocimientos a través de la acción sobre el entorno.
46
Exploración, descubrimiento y utilización de las posibilidades comunicativas del propio cuerpo como recurso expresivo.
Desarrollo de las primeras nociones espaciales, rítmicas y temporales a través del movimiento.
Interés por participar en actividades de expresión corporal.
Orientación en los espacios habituales y verbalización de algunas nociones espaciales para explicar la ubicación de sí mismo y/o de los objetos.
Recursos
materiales y
personales
Esterillas, colchonetas, plumas, peluches, botella vacía de plástico. Mantra: https://www.youtube.com/watch?v=UxskFL5mcMI&ab_channel=CirandaCircle
Espacio
Aula habitual.
Temporalización
15 minutos.
Indicadores de
evaluación
No se va a evaluar.
SESIÓN 1: CAJA DE LAS EMOCIONES
Descripción
La actividad se realiza en asamblea.
Consiste en una caja con diferentes
pelotas de colores dentro. Cada una
representa una emoción, 5 en concreto
(alegría, tristeza, enfado, amor, y
miedo). Tienen que reconocer qué
emoción es, mientras se explica qué
sucede en el cuerpo cuando las
sentimos, y en qué momentos pueden
aparecer. Después, han de clasificar las
emociones, introduciendo la pelota en la
caja correspondiente. Cada caja tiene
una foto de una persona representando
una de las emociones anteriormente
mencionadas.
Objetivos
Reconocerse como persona diferenciada
47
de las demás y formarse una imagen equilibrada y positiva de sí misma, para construir su propia identidad.
Progresar en el desarrollo de actitudes relacionadas con el bienestar emocional y físico, para afianzar su seguridad afectiva y disfrutar de las situaciones cotidianas.
Tomar la iniciativa, planificar y secuenciar la propia acción para resolver tareas sencillas o problemas y aumentar el sentimiento de autoconfianza; aceptar las pequeñas frustraciones, manifestar una actitud tendente a superar las dificultades que se plantean, así como buscar en los otros la colaboración necesaria.
Desarrollar actitudes y hábitos de respeto, ayuda y colaboración para autorregular su comportamiento y adaptarlo a las necesidades propias y ajenas, así como evitar actitudes de sumisión o dominio.
Identificar atributos de elementos y colecciones; establecer relaciones de agrupamiento, clasificación, orden y cuantificación para desarrollar el pensamiento científico.
Interiorizar progresivamente las pautas básicas de comportamiento social y ajustar su conducta a ellas para relacionarse con los demás, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
Identificar y tomar conciencia de emociones, sentimientos, y necesidades, para expresarlas con intención comunicativa e y progresivamente ir tomando en cuenta las de las demás personas.
Apropiarse progresivamente y disfrutar de las herramientas comunicativas de los diferentes lenguajes, para representar y expresar necesidades, sentimientos y experiencias de la realidad personal, física y social.
Utilizar y valorar progresivamente la lengua oral para regular la conducta
48
personal y la convivencia.
Comprender los mensajes de otros niños, niñas y personas adultas en las distintas situaciones cotidianas, así como familiarizarse con las normas que rigen estos intercambios para interpretar las intenciones comunicativas.
Competencias básicas transversales
Competencia para la comunicación verbal y no verbal.
Competencia para aprender a aprender y para pensar.
Competencia para convivir
Competencia para aprender a ser.
Competencias básicas específicas
Competencia en comunicación lingüística.
Competencia social y cívica.
Competencia científica.
Contenidos
Utilización de los sentidos en la exploración del cuerpo y de la realidad exterior y progresiva identificación de las sensaciones y percepciones que se obtienen.
Construcción progresiva y aceptación de su imagen corporal y de la propia identidad.
Manifestación, identificación e inicio de la regulación de sentimientos, emociones, necesidades básicas e intereses propios y ajenos.
Iniciación al control y adaptación del tono y la postura a las características del objeto, del otro, de la acción, de la situación y del espacio.
Progresiva confianza en las propias posibilidades motrices. Iniciativa en la acción y curiosidad por aprender nuevas habilidades.
49
Confianza en las propias posibilidades para resolver con ayuda tareas y superar dificultades cotidianas (en algunos casos con ayuda).
Observación de las características y funciones de su entorno social próximo.
Iniciación en la adquisición de pautas elementales de interacción social (esperar turno, compartir a la persona adulta, los espacios, materiales...) incorporando algunas normas de convivencia.
Participación e iniciativa en juegos y asunción progresiva de pequeñas responsabilidades en la vida cotidiana.
Desarrollo progresivo de la comprensión y expresión de la lengua oral para comunicar necesidades y emociones, evocar experiencias y como medio para regular la propia conducta.
Descubrimiento y experimentación de la voz.
Reconocimiento y progresiva utilización de señales extralingüísticas (entonación, gesticulación, expresión facial) para reforzar el significado de la comunicación.
Interés e iniciativa por la expresión oral y el desarrollo de las producciones lingüísticas propias.
Iniciación en el uso de las normas básicas que rigen el intercambio comunicativo (mirar a quien habla, escuchar con atención...).
Establecer correspondencias entre elementos y colecciones.
Recursos materiales y personales
Cajas, fotografías, pelotas/bolas.
Espacio
Aula habitual.
Temporalización
30 minutos.
50
Indicadores de evaluación
Es progresivamente capaz de reconocer, nombrar y ubicar las distintas partes de su cuerpo y las de las demás personas.
Identifica y describe diferencias y semejanzas entre las personas en base a algunas características y cualidades del cuerpo.
Utiliza progresivamente estrategias adecuadas para canalizar situaciones de frustración.
Participa y colabora activamente en distintos tipos de juegos y propuestas de grupo.
Acepta y respeta las normas que rigen algunos juegos sencillos.
Se muestra sensible hacia los estados de ánimo, intereses y preferencias de los demás.
Identifica las características de los grupos sociales de pertenencia.
Identifica y progresa en la diferenciación de los propios sentimientos y emociones.
Se vale de distintas estrategias comunicativas (verbales) para expresar sus necesidades, emociones, vivencias, sensaciones o deseos.
Establece progresivamente relaciones entre los estados de ánimo, sus motivos y consecuencias.
SESIÓN 2: REPRESENTA LAS EMOCIONES
51
Descripción
Los niños y las niñas se sientan delante del espejo, y la o el docente les dice al oído una situación cotidiana (e.g., te rompen tu juguete favorito, suena tu canción favorita, tienes que dormir solo o sola, lees un cuento). Tienen que expresar frente al espejo la emoción que les produce esa situación, con mímicas, poniendo caras, gritando, bailando, etc.
Objetivos
Reconocerse como persona diferenciada de las demás y formarse una imagen equilibrada y positiva de sí misma, para construir su propia identidad.
Progresar en el control del cuerpo, desarrollar la percepción sensorial, ajustar el tono, el equilibrio y la coordinación del movimiento a las características del contexto para descubrir sus posibilidades y limitaciones de acción.
Progresar en el desarrollo de actitudes relacionadas con el bienestar emocional y físico, para afianzar su seguridad afectiva y disfrutar de las situaciones cotidianas.
Tomar la iniciativa, planificar y secuenciar la propia acción para resolver tareas sencillas o problemas y aumentar el sentimiento de autoconfianza; aceptar las pequeñas frustraciones, manifestar una actitud tendente a superar las dificultades que se plantean.
Desarrollar actitudes y hábitos de respeto, ayuda y colaboración para autorregular su comportamiento y adaptarlo a las necesidades propias y ajenas.
Interiorizar progresivamente las pautas básicas de comportamiento social y ajustar su conducta a ellas para relacionarse con los demás, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
Identificar y tomar conciencia de emociones, sentimientos, y necesidades, para expresarlas con intención comunicativa e y progresivamente ir tomando en cuenta las de las demás
52
personas.
Apropiarse progresivamente y disfrutar de las herramientas comunicativas de los diferentes lenguajes, para representar y expresar necesidades, sentimientos y experiencias de la realidad personal, física y social.
Comprender los mensajes de otros niños, niñas y personas adultas en las distintas situaciones cotidianas, así como familiarizarse con las normas que rigen estos intercambios para interpretar las intenciones comunicativas.
Competencias básicas transversales
Competencia para la comunicación verbal y no verbal.
Competencia para aprender a aprender y para pensar.
Competencia para convivir.
Competencia para la iniciativa y espíritu emprendedor.
Competencia para aprender a ser.
Competencias básicas específicas
Competencia social y cívica.
Competencia motriz.
Contenidos
Utilización de los sentidos en la exploración del cuerpo y de la realidad exterior y progresiva identificación de las sensaciones y percepciones que se obtienen.
Exploración, progresivo reconocimiento e identificación de algunas de las características y posibilidades del propio cuerpo, tanto global como segmentariamente y de las de las demás personas.
Construcción progresiva y aceptación de su imagen corporal y de la propia identidad.
53
Manifestación, identificación e inicio de la regulación de sentimientos, emociones, necesidades básicas e intereses propios y ajenos.
Búsqueda y establecimiento de vínculos afectivos tanto con personas adultas como con niños y niñas del entorno escolar. Iniciación en actitudes de empatía.
Iniciación en la adquisición de pautas elementales de interacción social (esperar turno, compartir a la persona adulta, los espacios, materiales...) incorporando algunas normas de convivencia.
Participación e iniciativa en juegos y asunción progresiva de pequeñas responsabilidades en la vida cotidiana.
Iniciación en actividades de juego simbólico para acercarse a la comprensión de su entorno social próximo.
Exploración, descubrimiento y utilización de las posibilidades comunicativas del propio cuerpo como recurso expresivo: movimiento, llanto, sonrisa, grito, tono, expresividad, gesto.
Desarrollo de las primeras nociones espaciales, rítmicas y temporales a través del movimiento.
Interés por participar en actividades de dramatización.
Recursos materiales y personales
Espejo.
Espacio
Aula habitual.
Temporalización
20 minutos.
54
Indicadores de evaluación
Es progresivamente capaz de reconocer, nombrar y ubicar las distintas partes de su cuerpo y las de las demás personas.
Identifica y describe diferencias y semejanzas entre las personas en base a algunas características y cualidades del cuerpo.
Identifica los sentidos y las sensaciones asociadas a cada uno de ellos.
Controla progresivamente el propio cuerpo tanto en movimiento (desplazamientos, marcha, carrera, saltos ), como en reposo (equilibrio, control postural).
Avanza progresivamente en la adquisición de nuevas destrezas.
Utiliza progresivamente estrategias adecuadas para canalizar situaciones de frustración.
Participa y colabora activamente en distintos tipos de juegos y propuestas de grupo.
Utiliza progresivamente estrategias adecuadas para canalizar situaciones de frustración.
Participa y colabora activamente en distintos tipos de juegos y propuestas de grupo.
Acepta y respeta las normas que rigen algunos juegos sencillos.
Identifica y progresa en la diferenciación de los propios sentimientos y emociones.
Se vale de distintas estrategias comunicativas para expresar sus necesidades, emociones, vivencias, sensaciones o deseos.
Progresa en la producción de respuestas cada vez más ajustadas y amplias en la expresión de necesidades, sensaciones o deseos.
55
Establece progresivamente relaciones entre los estados de ánimo, sus motivos y consecuencias.
Comprende las intenciones comunicativas de la persona adulta y/o sus iguales en situaciones de juego.
Participa en actividades de expresión corporal.
SESIÓN 3: BAILE DE LAS EMOCIONES
Descripción
La profesora o el profesor ponen canciones alegres, tristes, relajadas, de enfado o de miedo. Los niños y niñas tienen que expresar mediante el baile las emociones que les producen esas canciones.
Objetivos
Reconocerse como persona diferenciada de las demás y formarse una imagen equilibrada y positiva de sí misma, para construir su propia identidad.
Progresar en el control del cuerpo, desarrollar la percepción sensorial, ajustar el tono, el equilibrio y la coordinación del movimiento a las características del contexto para descubrir sus posibilidades y limitaciones de acción.
Progresar en el desarrollo de actitudes relacionadas con el bienestar emocional y físico.
Tomar la iniciativa, planificar y secuenciar la propia acción para resolver tareas sencillas o problemas y aumentar el sentimiento de autoconfianza.
Desarrollar actitudes y hábitos de respeto.
56
Observar y explorar de forma activa su entorno físico y social, así como mostrar interés por su conocimiento, para desarrollar el sentido de pertenencia al mismo y desenvolverse en él con cierta seguridad y autonomía.
Interiorizar progresivamente las pautas básicas de comportamiento social y ajustar su conducta a ellas para relacionarse con los demás, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
Competencias básicas transversales
Competencia para la comunicación no verbal.
Competencia para aprender a aprender y para pensar.
Competencia para convivir.
Competencia para la iniciativa y espíritu emprendedor.
Competencia para aprender a ser.
Competencias básicas específicas
Competencia social y cívica.
Competencia artística.
Competencia motriz.
Contenidos
Utilización de los sentidos en la exploración del cuerpo y de la realidad exterior y progresiva identificación de las sensaciones y percepciones que se obtienen.
Exploración, progresivo reconocimiento e identificación de algunas de las características y posibilidades del propio cuerpo, tanto global como segmentariamente y de las de las demás personas.
Construcción progresiva y aceptación de su imagen corporal y de la propia identidad.
57
Manifestación, identificación e inicio de la regulación de sentimientos, emociones, necesidades básicas e intereses propios y ajenos.
Iniciación al control y adaptación del tono y la postura a las características del objeto, del otro, de la acción, de la situación y del espacio.
Progresiva confianza en las propias posibilidades motrices. Iniciativa en la acción y curiosidad por aprender nuevas habilidades.
Participación e iniciativa en juegos.
Exploración, descubrimiento y utilización de las posibilidades comunicativas del propio cuerpo como recurso expresivo.
Desarrollo de las primeras nociones espaciales, rítmicas y temporales a través del movimiento.
Interés por participar en actividades de danza y otros juegos de expresión corporal.
Orientación en los espacios habituales y verbalización de algunas nociones espaciales para explicar la ubicación de sí mismo y/o de los objetos.
Recursos materiales y personales
Ordenador o CDs.
Espacio
Aula habitual.
Temporalización
15 minutos.
Indicadores de evaluación
Es progresivamente capaz de reconocer, nombrar y ubicar las distintas partes de su cuerpo y las de las demás personas.
Identifica los sentidos y las sensaciones asociadas a cada uno de ellos.
Controla progresivamente el propio cuerpo tanto en movimiento
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(desplazamientos, marcha, carrera, saltos....), como en reposo (equilibrio, control postural...).
Avanza progresivamente en la adquisición de nuevas destrezas.
Utiliza espacios con adecuada coordi-nación y control.
Muestra iniciativa para emprender nuevas acciones y disfruta con sus progresos.
Utiliza progresivamente estrategias adecuadas para canalizar situaciones de frustración.
Participa y colabora activamente en distintos tipos de juegos y propuestas de grupo.
Utiliza las nociones espaciales para ubicarse a sí mismo y a los objetos.
Realiza, con cierta autonomía, recorridos y actividades en los espacios habituales.
Identifica y progresa en la diferenciación de los propios sentimientos y emociones.
Se vale de distintas estrategias comunicativas (corporales, musicales...) para expresar sus necesidades, emociones, vivencias, sensaciones o deseos.
Establece progresivamente relaciones entre los estados de ánimo, sus motivos y consecuencias.
Participa en actividades musicales y de expresión corporal, tanto de forma individual como colectiva.
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SESIÓN 4: ¿QUÉ ES ESTO?
Descripción
Sentados en círculo y con los ojos vendados, el o la docente pasa de manera individual distintos materiales que emiten una fragancia
característica, alimentos de sabor variado que han de probar, objetos con distintas texturas, y objetos que producen un sonido característico. Los niños y las niñas tienen que adivinar y decir en voz alta de qué se trata, utilizando para ello el olfato, el gusto, el tacto o el oído.
Objetivos
Progresar en el desarrollo de actitudes relacionadas con el bienestar emocional y físico, para afianzar su seguridad afectiva y disfrutar de las situaciones cotidianas.
Tomar la iniciativa, planificar y secuenciar la propia acción para resolver tareas sencillas o problemas y aumentar el sentimiento de autoconfianza; aceptar las pequeñas frustraciones, manifestar una actitud tendente a superar las dificultades que se plantean.
Observar y explorar de forma activa su entorno físico y social, así como mostrar interés por su conocimiento, para desarrollar el sentido de pertenencia al mismo y desenvolverse en él con cierta seguridad y autonomía.
Investigar y experimentar el medio físico e identificar las características de algunos de sus elementos para desarrollar la capacidad de actuar, producir transformaciones en ellos y desarrollar actitudes de interés y respeto.
Identificar atributos de elementos y colecciones; establecer relaciones de agrupamiento, clasificación, orden y cuantificación para desarrollar el pensamiento científico.
Interiorizar progresivamente las pautas básicas de comportamiento social y ajustar su conducta a ellas para relacionarse con los demás, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
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Competencias básicas transversales
Competencia para la comunicación
verbal y no verbal.
Competencia para aprender a aprender y para pensar.
Competencia para convivir.
Competencia para la iniciativa y el espíritu emprendedor.
Competencia para aprender a ser.
Competencias básicas específicas
Competencia en comunicación lingüística.
Competencia científica.
Competencia social y cívica
Competencia motriz.
Contenidos
Utilización de los sentidos en la exploración del cuerpo y de la realidad exterior y progresiva identificación de las sensaciones y percepciones que se obtienen.
Exploración, progresivo reconocimiento e identificación de algunas de las características y posibilidades del propio cuerpo, tanto global como segmentariamente y de las de las demás personas.
Construcción progresiva y aceptación de su imagen corporal y de la propia identidad.
Manifestación, identificación e inicio de la regulación de sentimientos, emociones, necesidades básicas e intereses propios y ajenos. Aceptación y progresiva búsqueda de ayuda.
Iniciación al control y adaptación del tono y la postura a las características del objeto, del otro, de la acción, de la situación y del espacio.
Desarrollo de la capacidad de excluir y aceptar estímulos.
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Confianza en las propias posibilidades para resolver con ayuda tareas y superar dificultades cotidianas (en algunos casos con ayuda). Iniciación en la detección y evitación de algunas situaciones de riesgo.
Exploración de espacios y manipulación de los objetos presentes en ellos mediante los sentidos y las acciones.
Interés por los elementos naturales. Iniciación en la identificación de algunas de sus características.
Desarrollo progresivo de la comprensión y expresión de la lengua oral para comunicar necesidades y emociones, evocar experiencias y como medio para regular la propia conducta.
Descubrimiento y experimentación de la voz.
Reconocimiento y progresiva utilización de señales extralingüísticas (entonación, gesticulación, expresión facial) para reforzar el significado de la comunicación.
Recursos materiales y personales
Flores, especias, incienso, instrumentos musicales, alimentos de sabor variado (e.g., caramelo, limón, pomelo, sal, azúcar, pasa), papel de lija, conchas, arena, plastilina, piedras, cactus, peluche.
Espacio
Aula habitual.
Temporalización
35 minutos.
Indicadores de evaluación
Es progresivamente capaz de reconocer, nombrar y ubicar las distintas partes de su cuerpo y las de las demás personas.
Identifica los sentidos y las sensaciones asociadas a cada uno de ellos.
Establece relaciones entre los sentidos y
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su finalidad.
Controla progresivamente el propio cuerpo.
Avanza progresivamente en la adquisición de nuevas destrezas.
Muestra iniciativa para emprender nuevas acciones y disfruta con sus progresos.
Utiliza progresivamente estrategias adecuadas para canalizar situaciones de frustración.
Participa y colabora activamente en distintos tipos de juegos y propuestas de grupo.
Acepta y respeta las normas que rigen algunos juegos sencillos.
Identifica y discrimina algunas propiedades y atributos de objetos físicos presentes en el entorno.
Establece relaciones entre las cualidades de los objetos (forma, tamaño, peso...) y su comportamiento físico (caer, rodar, flotar, deslizar...).
Utiliza las nociones espaciales para ubicarse a sí mismo y a los objetos.
Participa en interacciones sociales respetando algunas de las normas de cortesía.
Reconoce la necesidad de establecer algunas normas de convivencia.
Identifica y progresa en la diferenciación de los propios sentimientos y emociones.
Se vale de distintas estrategias comunicativas (verbales, corporales) para expresar sus necesidades, emociones, vivencias, sensaciones o deseos.
Progresa en la producción de respuestas cada vez más ajustadas y amplias en la
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expresión de necesidades, sensaciones o deseos.
Establece progresivamente relaciones entre los estados de ánimo, sus motivos y consecuencias.
Utiliza el lenguaje oral para comunicarse en diferentes situaciones y con diferentes interlocutores usando algunas de las convenciones sociales.
Realiza preguntas encaminadas a mejorar la comprensión.
Escucha con atención y respeto lo que expresan otros interlocutores.
Realiza clasificaciones y seriaciones con elementos presentes en el entorno y verbaliza el criterio utilizado.
Experimenta y explora las posibilidades expresivas de los diferentes materiales.
SESIÓN 5: ¡CUIDADO CON EL GLOBO!
Descripción
Los niños y niñas se ponen en grupos de dos personas. Cada grupo tiene un globo hinchado que no se debe explotar ni caer. La profesora o el profesor indica dónde debe estar el globo (e.g., espalda con espalda, culo con culo, cabeza con cabeza, tripa con tripa) y el
movimiento que tienen que hacer (e.g., saltar, andar, correr, reposo).
Objetivos
Reconocerse como persona diferenciada de las demás y formarse una imagen equilibrada y positiva de sí misma, para construir su propia identidad.
Progresar en el control del cuerpo, desarrollar la percepción sensorial, ajustar el tono, el equilibrio y la coordinación del movimiento a las características del contexto para
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descubrir sus posibilidades y limitaciones de acción.
Progresar en el desarrollo de actitudes relacionadas con el bienestar emocional y físico, para afianzar su seguridad afectiva y disfrutar de las situaciones cotidianas.
Tomar la iniciativa, planificar y secuenciar la propia acción para resolver tareas sencillas o problemas y aumentar el sentimiento de autoconfianza; aceptar las pequeñas frustraciones, manifestar una actitud tendente a superar las dificultades que se plantean, así como buscar en los otros la colaboración necesaria.
Desarrollar actitudes y hábitos de respeto, ayuda y colaboración para autorregular su comportamiento y adaptarlo a las necesidades propias y ajenas, así como evitar actitudes de sumisión o dominio.
Observar y explorar de forma activa su entorno físico y social, así como mostrar interés por su conocimiento, para desarrollar el sentido de pertenencia al mismo y desenvolverse en él con cierta seguridad y autonomía.
Interiorizar progresivamente las pautas básicas de comportamiento social y ajustar su conducta a ellas para relacionarse con los demás, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
Competencias básicas transversales
Competencia para la comunicación verbal y no verbal.
Competencia para aprender a aprender y para pensar.
Competencia para convivir.
Competencia para la iniciativa y el espíritu emprendedor.
Competencia para aprender a ser.
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Competencias básicas específicas
Competencia en comunicación lingüística.
Competencia científica.
Competencia social y cívica
Competencia motriz.
Contenidos
Utilización de los sentidos en la exploración del cuerpo y de la realidad exterior y progresiva identificación de las sensaciones y percepciones que se obtienen.
Exploración, progresivo reconocimiento e identificación de algunas de las características y posibilidades del propio cuerpo, tanto global como segmentariamente y de las de las demás personas.
Construcción progresiva y aceptación de su imagen corporal y de la propia identidad.
Manifestación, identificación e inicio de la regulación de sentimientos, emociones, necesidades básicas e intereses propios y ajenos. Aceptación y progresiva búsqueda de ayuda.
Adopción de estrategias que garanticen su propia seguridad afectiva.
Iniciación al control y adaptación del tono y la postura a las características del objeto, del otro, de la acción, de la situación y del espacio.
Progresiva confianza en las propias posibilidades motrices. Iniciativa en la acción y curiosidad por aprender nuevas habilidades.
Confianza en las propias posibilidades para resolver con ayuda tareas y superar dificultades.
Búsqueda y establecimiento de vínculos afectivos. Iniciación en actitudes de empatía.
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Participación e iniciativa en juegos y asunción progresiva de pequeñas responsabilidades en la vida cotidiana.
Observación y exploración de espacios y manipulación de los objetos presentes en ellos mediante los sentidos y las acciones.
Utilización del juego en la exploración del entorno físico.
Exploración, descubrimiento y utilización de las posibilidades comunicativas del propio cuerpo como recurso expresivo: movimiento, llanto, sonrisa, grito, tono, expresividad, gesto.
Desarrollo de las primeras nociones espaciales, rítmicas y temporales a través del movimiento.
Orientación en los espacios habituales y verbalización de algunas nociones espaciales para explicar la ubicación de sí mismo y/o de los objetos.
Recursos materiales y personales
Globos.
Espacio
Aula habitual.
Temporalización
15 minutos.
Indicadores de evaluación
Es progresivamente capaz de reconocer, nombrar y ubicar las distintas partes de su cuerpo y las de las demás personas.
Identifica y describe diferencias y semejanzas entre las personas en base a algunas características y cualidades del cuerpo.
Identifica los sentidos y las sensaciones asociadas a cada uno de ellos.
Establece relaciones entre los sentidos y su finalidad.
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Controla progresivamente el propio cuerpo tanto en movimiento (desplazamientos, marcha, carrera, saltos....), como en reposo (equilibrio, control postural...).
Avanza progresivamente en la adquisición de nuevas destrezas.
Utiliza espacios y materiales con adecuada coordinación y control en la realización de actividades.
Muestra iniciativa para emprender nuevas acciones y disfruta con sus progresos.
Utiliza progresivamente estrategias adecuadas para canalizar situaciones de frustración.
Participa y colabora activamente en distintos tipos de juegos y propuestas de grupo.
Acepta y respeta las normas que rigen algunos juegos sencillos.
Se muestra sensible hacia los estados de ánimo, intereses y preferencias de los demás.
Evita progresivamente actitudes de sumisión y dominio.
Identifica y discrimina algunas propiedades y atributos de objetos físicos presentes en el entorno.
Utiliza las nociones espaciales para ubicarse a sí mismo y a los objetos.
Realiza, con cierta autonomía, recorridos y actividades en los espacios habituales.
Identifica las características de los grupos sociales de pertenencia.
Reconoce la necesidad de establecer algunas normas de convivencia.
Identifica y progresa en la diferenciación de los propios
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sentimientos y emociones.
Establece progresivamente relaciones entre los estados de ánimo, sus motivos y consecuencias.
Comprende las intenciones comunicativas de la persona adulta y/o sus iguales en situaciones de juego.
Experimenta y explora las posibilidades expresivas de los diferentes materiales.
SESIÓN 6: YOGA
Descripción
De manera individual y por parejas, el alumnado realiza las diferentes posturas de yoga indicadas por el o la docente, a la vez que toman el control de su respiración. Después es el turno de los pequeños y las
pequeñas… ¡a inventar posturas!.
Objetivos
Reconocerse como persona diferenciada de las demás y formarse una imagen equilibrada y positiva de sí misma, para construir su propia identidad.
Progresar en el control del cuerpo, desarrollar la percepción sensorial, ajustar el tono, el equilibrio y la coordinación del movimiento a las características del contexto para descubrir sus posibilidades y limitaciones de acción.
Progresar en el desarrollo de actitudes relacionadas con el bienestar emocional y físico, para afianzar su seguridad afectiva y disfrutar de las situaciones cotidianas.
Tomar la iniciativa, planificar y secuenciar la propia acción para resolver tareas sencillas o problemas y aumentar el sentimiento de autoconfianza; aceptar las pequeñas frustraciones, manifestar una actitud tendente a superar las
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dificultades que se plantean, así como buscar en los otros la colaboración necesaria.
Desarrollar actitudes y hábitos de respeto, ayuda y colaboración para autorregular su comportamiento y adaptarlo a las necesidades propias y ajenas, así como evitar actitudes de sumisión o dominio.
Observar y explorar de forma activa su entorno físico y social, así como mostrar interés por su conocimiento, para desarrollar el sentido de pertenencia al mismo y desenvolverse en él con cierta seguridad y autonomía.
Interiorizar progresivamente las pautas básicas de comportamiento social y ajustar su conducta a ellas para relacionarse con los demás, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
Establecimiento de las nociones espaciales básicas, rítmicas y temporales a través del movimiento.
Ajuste corporal y motor ante otras personas, espacios, tiempos y objetos de diferentes características con finalidad expresiva o comunicativa.
Competencias básicas transversales
Competencia para la comunicación verbal y no verbal.
Competencia para aprender a aprender y para pensar.
Competencia para convivir.
Competencia para la iniciativa y el espíritu emprendedor.
Competencia para aprender a ser.
Competencias básicas específicas
Competencia social y cívica.
Competencia artística
Competencia motriz.
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Contenidos
Utilización de los sentidos en la exploración del cuerpo y de la realidad exterior y progresiva identificación de las sensaciones y percepciones que se obtienen.
Exploración, progresivo reconocimiento e identificación de algunas de las características y posibilidades del propio cuerpo, tanto global como segmentariamente y de las de las demás personas.
Construcción progresiva y aceptación de su imagen corporal y de la propia identidad.
Manifestación, identificación e inicio de la regulación de sentimientos, emociones, necesidades básicas e intereses propios y ajenos. Aceptación y progresiva búsqueda de ayuda.
Adopción de estrategias que garanticen su propia seguridad afectiva (búsqueda de la mirada de la persona adulta de referencia, demanda de contacto afectivo...).
Iniciación al control y adaptación del tono y la postura a las características del objeto, del otro, de la acción, de la situación y del espacio.
Progresiva confianza en las propias posibilidades motrices. Iniciativa en la acción y curiosidad por aprender nuevas habilidades.
Confianza en las propias posibilidades para resolver con ayuda tareas y superar dificultades cotidianas.
Búsqueda y establecimiento de vínculos afectivos tanto con personas adultas como con niños y niñas del entorno escolar. Iniciación en actitudes de empatía.
Observación de las características y funciones de su entorno social próximo.
Participación e iniciativa en juegos y asunción progresiva de pequeñas
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responsabilidades en la vida cotidiana.
Observación y exploración de espacios.
Utilización del juego en la exploración del entorno físico.
Desarrollo progresivo de la comprensión y expresión de la lengua oral para comunicar necesidades y emociones, evocar experiencias y como medio para regular la propia conducta.
Descubrimiento y experimentación de la voz.
Reconocimiento y progresiva utilización de señales extralingüísticas (entonación, gesticulación, expresión facial) para reforzar el significado de la comunicación.
Interés e iniciativa por la expresión oral y el desarrollo de las producciones lingüísticas propias.
Iniciación en el uso de las normas básicas que rigen el intercambio comunicativo (mirar a quien habla, escuchar con atención...).
Exploración, descubrimiento y utilización de las posibilidades comunicativas del propio cuerpo como recurso expresivo.
Interés por participar en actividades de expresión corporal.
Orientación en los espacios habituales y verbalización de algunas nociones espaciales para explicar la ubicación de sí mismo y/o de los objetos.
Recursos materiales y personales
Esterillas o colchonetas
Espacio
Aula habitual o gimnasio.
Temporalización
30 minutos.
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Indicadores de evaluación
Es progresivamente capaz de reconocer,
nombrar y ubicar las distintas partes de su cuerpo y las de las demás personas.
Identifica y describe diferencias y semejanzas entre las personas en base a algunas características y cualidades del cuerpo.
Identifica los sentidos y las sensaciones asociadas a cada uno de ellos.
Establece relaciones entre los sentidos y su finalidad.
Controla progresivamente el propio cuerpo tanto en movimiento como en reposo.
Avanza progresivamente en la adquisición de nuevas destrezas.
Utiliza espacios con adecuada coordi-nación y control.
Muestra iniciativa para emprender nuevas acciones y disfruta con sus progresos.
Utiliza progresivamente estrategias adecuadas para canalizar situaciones de frustración.
Participa y colabora activamente en distintos tipos de juegos y propuestas de grupo.
Acepta y respeta las normas que rigen algunos juegos sencillos.
Se muestra sensible hacia los estados de ánimo, intereses y preferencias de los demás.
Evita progresivamente actitudes de sumisión y dominio.
Utiliza las nociones espaciales para ubicarse a sí mismo y a los objetos.
Realiza, con cierta autonomía, recorridos y actividades en los espacios habituales.
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Identifica las características de los grupos sociales de pertenencia.
Reconoce la necesidad de establecer algunas normas de convivencia.
Identifica y progresa en la diferenciación de los propios sentimientos y emociones.
Se vale de distintas estrategias comunicativas para expresar sus necesidades, emociones, vivencias, sensaciones o deseos.
Progresa en la producción de respuestas cada vez más ajustadas y amplias en la expresión de necesidades, sensaciones o deseos.
Establece progresivamente relaciones entre los estados de ánimo, sus motivos y consecuencias.
Escucha de forma activa y comprende distintos tipos de textos orales.
Realiza preguntas encaminadas a mejorar la comprensión.
Comprende las intenciones comunicativas de la persona adulta y/o sus iguales en situaciones de juego.
Experimenta y explora las posibilidades expresivas corporales.
Participa en actividades de expresión corporal tanto de forma individual como colectiva.
Adaptación a características individuales
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DESPUÉS DE LA SESIÓN: ¿CÓMO NOS HEMOS SENTIDO?
Descripción
Al finalizar la sesión, los niños y niñas expresan los sentimientos y emociones que
han experimentado durante la actividad mediante el baile, el dibujo o el lenguaje. Para ello, se organizan tres rincones en el aula: el rincón de la música, el rincón del arte, y el rincón de la asamblea.
Objetivos
Reconocerse como persona diferenciada de las demás y formarse una imagen equilibrada y positiva de sí misma, para construir su propia identidad.
Progresar en el control del cuerpo, desarrollar la percepción sensorial, ajustar el tono, el equilibrio y la coordinación del movimiento a las características del contexto para descubrir sus posibilidades y limitaciones de acción.
Progresar en el desarrollo de actitudes relacionadas con el bienestar emocional y físico para afianzar su seguridad afectiva y disfrutar de las situaciones cotidianas.
Aceptar las pequeñas frustraciones, manifestar una actitud tendente a superar las dificultades que se plantean.
Desarrollar actitudes y hábitos de respeto.
Observar y explorar de forma activa su entorno físico y social, así como mostrar interés por su conocimiento, para desarrollar el sentido de pertenencia al mismo y desenvolverse en él con cierta seguridad y autonomía.
Interiorizar progresivamente las pautas básicas de comportamiento social y ajustar su conducta a ellas para relacionarse con los demás, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
Identificar y tomar conciencia de emociones, sentimientos, y necesidades, para expresarlas con intención
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comunicativa e y progresivamente ir tomando en cuenta las de las demás personas.
Apropiarse progresivamente y disfrutar de las herramientas comunicativas de los diferentes lenguajes, para representar y expresar necesidades, sentimientos y experiencias de la realidad personal, física y social.
Utilizar y valorar progresivamente la lengua oral para regular la conducta personal y la convivencia.
Comprender los mensajes de otros niños, niñas y personas adultas en las distintas situaciones cotidianas, así como familiarizarse con las normas que rigen estos intercambios para interpretar las intenciones comunicativas.
Adoptar una actitud abierta hacia la comunicación.
Participar de manera lúdica, creativa y experimental en producciones artísticas.
Competencias básicas transversales
Competencia para la comunicación verbal y no verbal.
Competencia para aprender a aprender y para pensar.
Competencia para convivir.
Competencia para la iniciativa y el espíritu emprendedor.
Competencia para aprender a ser.
Competencias básicas específicas
Competencia en comunicación lingüística.
Competencia social y cívica.
Competenciaartística.
Competencia motriz.
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Contenidos
Utilización de los sentidos en la
exploración del cuerpo y de la realidad exterior y progresiva identificación de las sensaciones y percepciones que se obtienen.
Exploración, progresivo reconocimiento e identificación de algunas de las característica y posibilidades del propio cuerpo, tanto global como segmentariamente y de las de las demáspersonas.
Construcción progresiva y aceptación de su imagen corporal y de la propia identidad.
Manifestación, identificación e inicio de la regulación de sentimientos, emociones, necesidades básicas e intereses propios y ajenos. Aceptación y progresiva búsqueda de ayuda.
Adopción de estrategias que garanticen su propia seguridad afectiva (búsqueda de la miradade la persona adulta de referencia, demanda de contacto afectivo...).
Iniciación al control y adaptación del tono y la postura a las características del objeto, del otro,de la acción, de la situación y del espacio.
Progresiva confianza en las propias posibilidades motrices. Iniciativa en la acción y curiosidad por aprender nuevas habilidades.
Iniciación en la coordinación y control de las habilidades manipulativas de carácter fino.
Confianza en las propias posibilidades para resolver con ayuda tareas y superar dificultades cotidianas (en algunos casos con ayuda). Iniciación en la detección y evitación de algunas situaciones de riesgo.
Búsqueda y establecimiento de vínculos afectivos tanto con personas adultas como con niños y niñas del entorno escolar. Iniciación en actitudes de empatía.
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Observación de las características y funciones de su entorno social próximo.
Iniciación en la adquisición de pautas elementales de interacción social (esperar turno, compartir a la persona adulta, los espacios, materiales...) incorporando algunas normas de convivencia.
Participación e iniciativa en juegos y asunción progresiva de pequeñas responsabilidades en la vida cotidiana.
Observación y exploración de espacios y manipulación de los objetos presentes en ellos mediante los sentidos y las acciones.
Desarrollo progresivo de la comprensión y expresión de la lengua oral para comunicar necesidades y emociones, evocar experiencias y como medio para regular la propia conducta.
Descubrimiento y experimentación de la voz.
Reconocimiento y progresiva utilización de señales extralingüísticas (entonación, gesticulación, expresión facial) para reforzar el significado de la comunicación.
Interés e iniciativa por la expresión oral y el desarrollo de las producciones lingüísticas propias.
Iniciación en el uso de las normas básicas que rigen el intercambio comunicativo (mirar a quien habla, escuchar con atención...).
Exploración, descubrimiento y utilización de las posibilidades comunicativas del propio cuerpo como recurso expresivo.
Desarrollo de las primeras nociones espaciales, rítmicas y temporales a través del movimiento.
Interés por participar en actividades de
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expresión corporal.
Orientación en los espacios habituales
Exploración sensorial y utilización de diversos materiales. Descubrimiento de algunas características de los mismos.
Recursos materiales y personales
Música, ordenador, cds, pinceles, folios o
cartulinas blancas, pintura, rotuladores.
Espacio
Aula habitual.
Temporalización
15 minutos.
Indicadores de evaluación
No se evalúa.
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