trabajo de metodos y tecnicas d estudio
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UNIVERSIDADES EN EL SIGLO XXI
I. INTRODUCCIÓN
En los albores del nuevo siglo, se
observan una demanda de educación
superior sin precedentes, acompañada
de una gran diversificación de la
misma, y una mayor toma de
conciencia de la importancia
fundamental que este tipo de
educación reviste para el desarrollo
sociocultural y económico y para la
construcción del futuro, de cara al cual las nuevas generaciones deberán estar
preparadas con nuevas competencias y nuevos conocimientos e ideales.
La educación superior comprende "todo tipo de estudios, de formación o de
formación para la investigación en el nivel post-secundario, impartidos por una
universidad u otros establecimientos de enseñanza que estén acreditados por
las autoridades competentes del Estado como centros de enseñanza superior";
se enfrenta en todas partes a desafíos y dificultades de diferente índole y; a su
vez, debe hacer frente a los retos que suponen las nuevas oportunidades que
abren las tecnologías, que mejoran la manera de producir, organizar, difundir y
controlar el saber y de acceder al mismo.
Dado el alcance y el ritmo de las transformaciones, la sociedad cada vez tiende
más a fundarse en el conocimiento, razón de que la educación superior y la
investigación formen hoy en día parte fundamental del desarrollo cultural,
socioeconómico y ecológicamente sostenible de los individuos, las
comunidades y las naciones. Por consiguiente, y dado que tiene que hacer
frente a imponentes desafíos, la propia educación superior ha de emprender
la transformación y la renovación más radicales que jamás haya tenido por
delante.
II. CONCEPTO DE UNIVERSIDAD
Institución de enseñanza superior con potestad reconocida para otorgar grados
académicos.
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En la acepción original del término, una facultad la componía un grupo de
estudiantes que se reunían para compartir instalaciones académicas y
alojamiento. Cada facultad era parte integrante de una corporación llamada
universidad, palabra que constituía una abreviatura de la expresión latina
universitas magistrorum et scholarium (gremio o unión de maestros y
estudiantes), organizada para el beneficio mutuo y la protección legal de este
colectivo. En la actualidad, una facultad puede ser independiente o estar
asociada a una universidad, y se observan varios modelos: islámica, inglesa,
francesa, española, estadounidense, alemana, latinoamericana, japonesa,
china, etc.
III. UNIVERSIDADES MÁS
ANTIGUAS
Muchas civilizaciones antiguas tuvieron
centros de altos estudios.
En China se encuentra la más antigua universidad registrada, la Escuela
Superior (Shang Hsiang), imperial durante el período Yu (2257 a.C. -
2208 a.C.).
La actual Universidad de Nankín se remonta a la Academia Central Imperial de
Nanking, fundada en el año 258.
La Universidad de Hunan (Changsha) es continuidad, incluso geográfica, de
la Academia Yuelu fundada en el año 976.
La Universidad de Takshashila, fundada en Taxila (Pakistán) alrededor del siglo
VII a.C., entregaba títulos de graduación.
La Universidad de Nalanda, fundada en Bihar (India), alrededor del siglo V a.C.,
también entregaba títulos académicos y organizaba cursos de post-grado.
En Grecia, Platón fundó la Academia en el año 387 a. C., que fue, junto con el
Liceo de Aristóteles, escuelas avanzadas de filosofía.
IV. UNIVERSIDADES ESTADOUNIDENSES
Algunas universidades estadounidenses utilizan la
denominación college (Boston College, Dartmouth College, Canisius College,
etc.) o Instituto (Instituto de Tecnología de Massachusetts, Instituto de
UNIVERSIDAD DE HUNAN (CHINA)
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Tecnología de Georgia, Instituto de
Tecnología de California, etc.) en vez de
Universidad.
Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-
1945), Estados Unidos es una
superpotencia y ante el declive temporal
de Europa, miles de intelectuales y
científicos alemanes emigran.
Por su gran poder económico, atrae ilustrados profesionales de cualquier país,
la llamada "fuga de cerebros" (brain drain). Las ciencias naturales e
informáticas se dan a alto nivel, en institutos como el MIT de Massachussets,
de gran rentabilidad.
Actualmente reúne algunas de las mejores universidades del mundo.
V. HOMOLOGACIÓN Y CONVALIDACIÓN DE ESTUDIOS DE SISTEMAS
EDUCATIVOS EXTRANJEROS A SUS EQUIVALENTES ESPAÑOLES
DE EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
La homologación de títulos obtenidos y de estudios cursados conforme a
sistemas educativos extranjeros por los títulos equivalentes españoles de nivel
universitario, es el reconocimiento de su validez oficial en España. La
homologación de estos títulos supone el reconocimiento del grado académico
de que se trate, habilita para continuar estudios en otro nivel educativo español,
en su caso, e implica el reconocimiento de los efectos profesionales inherentes
al título español de referencia, cuando se trate de títulos que habilitan para su
ejercicio.
La convalidación de estudios extranjeros de educación universitaria supone la
declaración de la equivalencia de aquellos con los correspondientes españoles,
a efectos de continuar estudios en un Centro docente español.
Requisitos Generales
Documentos oficiales
Todos los documentos que se aporten a estos procedimientos deberán
ser oficiales y estar expedidos por las autoridades competentes para
ello, de acuerdo con el ordenamiento jurídico del país de que se trate.
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Legalización de los documentos expedidos en el extranjero
No se exige ningún tipo de legalización para los documentos expedidos
en Estados miembros de la Unión Europea o signatarios del Acuerdo
sobre el Espacio Económico Europeo:
Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Eslovaquia,
Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda,
Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Liechtenstein,
Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido, República
Checa, Rumanía y Suecia. También Suiza, por acuerdo bilateral con la
U.E.
En los demás casos, los documentos expedidos en el extranjero que
quieran hacerse valer en estos procedimientos deberán estar
debidamente legalizados con arreglo a las siguientes condiciones:
Documentos expedidos en países que han suscrito el Convenio de
la Haya de 5 de octubre de 1961: es suficiente con la legalización única
o "apostilla" extendida por las Autoridades competentes del país.
Documentos expedidos en países que han suscrito el Convenio
Andrés Bello: deberán ser legalizados por vía diplomática (el
procedimiento elimina el último trámite de la legalización ordinaria).
(Cuando el país sea también firmante del Convenio de La Haya, se
podrá utilizar el procedimiento establecido por éste, más sencillo).
Deberán presentarse en:
Ministerio de Educación del país de origen para títulos y certificados de
estudios.
Ministerio correspondiente para certificados de nacimiento y
nacionalidad, en el Ministerio de Asuntos Exteriores del país donde se
expidieron dichos documentos.
Representación diplomática o consular de España en dicho país.
Documentos expedidos en el resto de los países: deberán legalizarse
por vía diplomática. Para ello, deberán ser presentados en:
Ministerio de Educación del país de origen para títulos y certificados de
estudios y en el Ministerio correspondiente para certificados de
nacimiento y nacionalidad.
Ministerio de Asuntos Exteriores del país donde se expidieron dichos
documentos.
Representación diplomática o consular de España en dicho país.
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Los documentos expedidos por Autoridades diplomáticas o
consulares de otros países en España deben legalizarse en el
Ministerio Español de Asuntos Exteriores.
Traducción de los documentos expedidos en el extranjero
El artículo 36.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común, señala que la lengua de los procedimientos
tramitados por la Administración General del Estado será el castellano.
En consonancia con ello, las normas reguladoras de estos
procedimientos exigen que los documentos expedidos en el extranjero
que deseen hacerse valer en los mismos vayan acompañados de
traducción oficial al castellano (cuando no estén expedidos en ese
idioma)
La traducción oficial podrá hacerse:
Por Traductor jurado, debidamente autorizado o inscrito en España.
Por cualquier Representación diplomática o consular del Estado Español
en el extranjero.
Por la representación diplomática o consular en España del país de que
es ciudadano el solicitante o, en su caso, del de procedencia del
documento.
VI. DESAFÍOS DE LAS UNIVERSIDADES LATINOAMERICANAS EN EL
SIGLO XXI
El cierre o el comienzo de un siglo particularmente cuando se trata de un
nuevo milenio es tiempo oportuno para reflexionar con amplia
perspectiva sobre el futuro que nos espera y que a la vez nos desafía.
El conocimiento y sus aplicaciones productivas, la ciencia y la
tecnología, serán cada vez más el motor principal del desarrollo
económico y social en todas las regiones del mundo; por lo que, hay que
hacer posible lo necesario, y la universidad es en ello insustituible.
El más dinamizador de los factores en el siglo XXI será el conocimiento,
y eso les da a la ciencia y a la tecnología una centralidad motora en todo
el proceso de desarrollo, que no tienen en otras visiones de ese
fenómeno.
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Para ello, se ha creído pertinente identificar algunos de los retos que
tendrá la educación superior en el siglo XXI, para conformarlos como un
decálogo para la acción, o como una visión de las tareas fundamentales
del quehacer universitario, que sugiere que esos desafíos son también
deberes que se deben cumplir.
1. Reto de construir una sociedad justa basada en el conocimiento
Posiblemente sea el desafío que más englobe a nuestras universidades
en el siglo XXI.
América Latina ha sido un verdadero laboratorio de teorías y experiencias desde el final de la segunda guerra mundial. Los cambios económicos de todos conocidos, en los años 90, parecen haber alcanzado cierto grado de estabilidad económica, después de la gran crisis de la deuda ocurrida en los 80 y, junto a ella, se han establecido nuevos mecanismos de integración, modernización del Estado y apertura al resto del mundo.
No obstante los logros alcanzados, el proceso de cambio en América
Latina ha dejado sin resolver un problema crucial: la pobreza extrema,
asociada a la peor distribución del ingreso en todas las regiones del
mundo.
No cabe duda de que las universidades, «conciencias críticas y
creadoras» de nuestras sociedades, deberían contribuir mucho más a la
creación de modelos propios de reforma que de verdad fueran eficaces
para resolver nuestro enorme problema de pobreza y desigualdad.
Por otra parte, el hecho más característico de la sociedad contemporánea es que cada vez más depende del conocimiento. No sólo la producción y el uso de aparatos complejos, como computadoras, instrumentos de telecomunicación, herramientas de laboratorio y maquinaria industrial implican ahora un considerable grado de conocimiento, sino también los procesos productivos de todo lo que consumimos y empleamos día a día. Lo mismo ocurre con nuevos conceptos que son ahora claves para la competitividad en los mercados internacionales, tales como calidad total, entrega a tiempo, automatización, producción flexible y productos hechos a la medida de las necesidades de cada usuario. Estos conceptos no pueden hacerse realidad de forma competitiva sin tecnologías sofisticadas, cuyo soporte fundamental es el conocimiento científico.
Con el advenimiento de las biotecnologías y la próxima «era genética» del siglo XXI, esta tendencia se agudizará sin duda en el futuro; la capacidad de producir y usar conocimiento será considerada crecientemente como el recurso de mayor importancia de las naciones y como el aspecto determinante de su productividad.
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Lamentablemente, nuestra región es muy débil en el campo de la capacidad para trabajar con el conocimiento y para utilizarlo agregando valor a nuestra producción económica. En este nuevo siglo, la única forma en que podremos aumentar la productividad sostenidamente, cerrar las brechas sociales, mantener altas tasas de crecimiento económico, crear nuevos empleos mejor remunerados y ser competitivos a escala mundial, es afrontando en serio el tema del conocimiento, tan asociado a la educación superior.
Equidad y conocimiento son, entonces, las dos grandes asignaturas pendientes de nuestra región, que deberían fundirse indisolublemente en el quehacer universitario latinoamericano.
2. Afianzar la identidad cultural iberoamericana en un mundo
globalizado
La función universitaria de preservación, difusión y creación de cultura
incide profundamente en la concepción y valoración de sí mismas de las
respectivas sociedades, mientras las publicaciones universitarias, la
conceptualización de fenómenos y valores, la creación de discursos,
modos de pensamiento y entornos intelectuales impactan continuamente
la conciencia colectiva. La literatura, las artes, la elaboración histórica,
los modelos de enseñanza, la filosofía, las concepciones de la divinidad,
todas las ciencias y las técnicas, los paradigmas de sociedad, las
valoraciones éticas, la política y las leyes, son afectados por lo que
ocurre y lo que deja de ocurrir en esas instituciones, cuyo secreto de
supervivencia milenaria tiene mucho que ver con la importancia de su
impacto en la cultura de las sociedades. Estas instituciones son, pues,
una parte insustituible del acervo y de la identidad cultural de las
naciones, y no vale enjuiciar su labor con los reducidos parámetros de
una disciplina limitada.
La función cultural de las universidades tiene una especial importancia
en un mundo globalizado que, a través de otras influencias, tiende a la
masificación mimetizante de la expresión cultural y a la correspondiente
pérdida de identidad de los conglomerados humanos. La rica pluralidad
de la globalización sólo se puede realizar desde la especificidad del
sentido de cada grupo que la integra, y éste sólo lo otorgan aquellas
cosas que valoran cada colectividad y las propias manifestaciones de su
vida, es decir, la propia cultura. La tensión entre globalización y
particularización, tan importante en el mundo del futuro, sólo puede ser
creadora y pacífica a través de la compatibilización de diferentes
expresiones culturales, a las que la educación superior tiene tanto que
aportar.
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3. Transformar los sistemas educativos de la región
Cada vez más, se ha ido generalizado que la educación es crucial para
el crecimiento económico, clave para mejorar la equidad social y
necesaria para la participación de los ciudadanos en la vida política de
todos los países. Sin embargo, persisten problemas de baja cobertura en
muchas zonas y, sobre todo, uno grave referido a la baja calidad de la
educación, que está además asociado a la estratificación social y tiene,
por tanto, una imbricación profunda con el problema de la equidad. Es
más, en virtud de la expansión de la matrícula en las últimas décadas, el
gran problema de equidad educativa en la región ya no radica tanto en el
acceso cuanto en la diferencia abismal de calidades entre la educación
de los niños ricos y los niños pobres.
El punto focal de una reforma educativa en la región debe ser la
elevación significativa y generalizada de la calidad de la educación.
Los mecanismos para evaluar y certificar honestamente la calidad de la
educación tienen mucha importancia para todos los niveles y
modalidades de la misma. Si resulta tan importante, ¿qué es la calidad
de la educación? La calidad es un concepto multidimensional que se
refiere tanto al producto de la educación como a los recursos y procesos
que lo producen; tanto al nivel absoluto de sus resultados como a los
incrementos generados en el proceso; tanto a elementos cognoscitivos
como a elementos éticos del aprendizaje. No existe esa calidad si no hay
avance cognoscitivo de los educandos. También es esencial la
transmisión de valores, como pueden ser los asociados a la
responsabilidad individual, el respeto a los derechos humanos, la
solidaridad y la protección del ambiente, entre otros.
A ese proceso pueden y deberían contribuir mucho las instituciones de
educación superior, con maestros bien preparados, con modelos
didácticos eficaces, con diseños y revisiones pertinentes de las
currículas, con textos y otros materiales educativos de buena calidad,
con ensayos de nuevos medios tecnológicos que demuestren su buen
uso, con investigaciones que iluminen los problemas, con desarrollo
experimental e imaginación creadora para encontrarles soluciones, y
tantas cosas más que sólo pueden venir de una educación superior que
sea, ella misma, también de alta calidad.
4. Prolongar la educación durante toda la vida
Queda claro que el desarrollo tecnológico continuamente hace obsoletas
las anteriores formas de trabajar, ya que, con el avance, muchas de las
destrezas, especialmente las manuales, pueden ser sustituidas por
máquinas.
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Lo anterior enfatiza la necesidad de la educación continua, o bien, si se
prefiere, la conveniencia de un sistema reiterado de formación y
capacitación para toda la vida, como el propuesto por el conocido
Informe Delors. Este sistema dividiría la educación a que toda persona
tendría derecho y obligación en dos períodos: uno inicial, de educación
general, que pusiera las bases de todo lo que viene después, y otro
posterior que la persona podría elegir de diversas maneras según su
conveniencia, fragmentándolo en varios lapsos breves a lo largo de la
vida, o estudiando por más tiempo en un plan de mayor contenido, u otro
posiblemente vinculado a cambios drásticos en la ocupación. Para todo
esto tiene particular importancia lo antes dicho sobre los sistemas de
acreditación, es decir, la evaluación y certificación confiables de calidad.
Lo más interesante de esta y de otras posibilidades alternativas es que
romperían con la idea de que hay un tiempo para estudiar, otro para
trabajar y otro para esperar la muerte; y sustituirían esas secuencias por
una sola vida de estudio y praxis (práctica) continuamente alternados.
Sin duda que ello es también más cercano a las exigencias del
desarrollo tecnológico contemporáneo. Aportar constructivamente a tal
sistema del futuro es uno de los grandes retos de la educación superior
en el siglo XXI en todo el mundo.
5. Emplear eficazmente los nuevos medios tecnológicos
Las nuevas tecnologías de la información y de las telecomunicaciones
ofrecen un potencial enorme de transformación de los sistemas
educativos de todo el mundo, todavía no realizado. La promesa de las
nuevas tecnologías es la de ampliar considerablemente las fronteras, es
decir, la de romper las barreras de espacio, tiempo, cultura y condición
socioeconómica que limitan la educación de cualquier persona, y la de
emplear recursos y experiencias que hasta hace poco eran inaccesibles
para el aprendizaje.
En la educación del futuro será más importante aprender a aprender que
memorizar contenidos específicos, la búsqueda y el uso de la
información para resolver problemas que la transmisión de datos, los
métodos activos y personalizados que los pasivos y estandarizados.
Todo ello puede cambiar también la concepción y la realidad de lo que
significa ser maestro: de transmisor de conocimientos a facilitador del
proceso de aprendizaje, que aprende continuamente él mismo.
Las nuevas tecnologías podrían permitir el desenvolvimiento de sistemas
de aprendizaje paralelos al sistema educativo formal que ahora
conocemos.
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Sin embargo, no hay que olvidar que los nuevos medios tecnológicos
son justamente eso: medios, que por sí mismos no pueden transformar
la educación y que pueden emplearse bien o mal. Hay también algunas
cautelas sobre este tema, relativas a la relación costo/eficacia y a
posibles efectos sobre la equidad educativa del empleo de los medios,
que no es el caso discutir aquí, pero que deberían observarse y
estudiarse. Sobre todo, hace falta ensayar, analizar los resultados, hacer
desarrollo experimental e ir generalizando lo que mejor funcione. Nadie
mejor que las instituciones de educación superior para hacer esas
cosas.
6. Hacer buena investigación científica y tecnológica
El desarrollo científico y tecnológico del mundo es un fenómeno de
rápida acumulación de conocimiento y de generación y difusión de sus
aplicaciones productivas, que se logra mediante una actividad
sistemática de alto nivel de uso de las capacidades de la mente,
conocida como investigación y desarrollo experimental.
La investigación y desarrollo experimental no sólo es lo que produce
nuevos conocimientos y técnicas, sino también lo que contribuye a la
formación de profesionales creativos. Los estudiantes de ahora deberán
desempeñarse en un contexto caracterizado por la rápida evolución de
todas las disciplinas, así como por la creciente interdependencia y
fertilización cruzada de las mismas y la necesidad de enfrentar y resolver
problemas nuevos que nadie pudo prever en el curso de su formación
inicial.
La misión de cada universidad, es preparar profesionales que sean
realmente capaces de resolver los problemas del futuro. Es verdad que
no todos los niveles, contenidos y formas de la docencia exigen hacer
investigación y desarrollo experimental y que hay escuelas docentes que
no la practican, pero un país donde ninguna de sus instituciones
educativas hace investigación de buena calidad es, sencillamente, un
desastre de postración e impotencia, con incalculables repercusiones
negativas para su futuro.
La educación superior forma y determina la calidad del recurso
fundamental de la investigación y desarrollo experimental y las
actividades productivas de alto valor agregado. Además, crea gran parte
del conocimiento básico, acumula masas críticas interdisciplinarias de
recursos que, generalmente, son las mayores de un país, afecta a todo
el ambiente en que se realiza la producción intelectual e incide sobre el
desempeño de los otros niveles de la enseñanza. Las instituciones
educativas pueden jugar directamente un papel importante en el
desarrollo tecnológico. Todo esto tiene una especial importancia para
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nuestra región, donde las universidades poseen, de hecho, una
proporción muy alta de toda la capacidad de investigación y desarrollo
experimental de los respectivos países.
7. Vincular a las universidades con las empresas
De manera genérica, las empresas existen en cualquier sociedad para
producir bienes y servicios que satisfagan necesidades humanas. En la
medida en que dicha producción requiere conocimientos y habilidades
que son creados en y por las universidades, en última instancia la
cooperación entre ambos tipos de entidades redunda en un mayor nivel
de satisfacción de necesidades de la sociedad y de sus miembros.
Las condiciones actuales exigen, como condición de éxito y
supervivencia, que las unidades productivas de la región aprendan a
utilizar mejor el conocimiento y que las universidades ayuden más a las
empresas a afrontar justamente ese reto.
La gran ventaja de esa relación para la empresa es el aumento de su
productividad y competitividad. Las universidades pueden obtener
ingresos y la correspondiente diversificación de sus finanzas;
experiencia práctica de los académicos; pasantías de estudiantes en
empresas y ejecución de tesis de grado con apoyo empresarial;
aprovechamiento de capacidad subutilizada; mayor conocimiento de la
realidad nacional, inserción en el medio y oportunidad de contribuir a la
solución de problemas de desarrollo. No obstante las grandes ventajas
para ambas, la cooperación entre universidad y empresa requiere que
cada una respete el ámbito de la otra y sea fiel a sus propias funciones.
8. Resolver el problema del financiamiento universitario
La educación superior tiene aspectos de los llamados bienes públicos, y
también que favorece a determinados individuos y empresas en forma
de bien privado.
Por otro lado, los estudios universitarios incrementan de tal forma los
ingresos personales de sus beneficiarios directos que muchas veces ello
compensa con creces todos los costos de esos estudios. Este es un
beneficio privado que frecuentemente favorece a personas que ya se
encuentran en estratos económicos medios y a veces altos de nuestros
países. Los beneficios privados para otros individuos y empresas,
derivados de todas las actividades universitarias, suelen ser muy
apreciables y a veces espectaculares. Este carácter mixto de la
educación superior de ser a la vez bien público y privado, conduce a dos
grandes principios.
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Sólo el Estado puede hacerse cargo de los costos de un bien público en
la más ortodoxa de las teorías de la hacienda pública. Por ello, hay que
afirmar con claridad que el Estado tiene la responsabilidad ineludible de
financiar la educación superior, en cuanto ello es indispensable para
asegurar los beneficios para toda la sociedad que este nivel de la
educación puede y debe producir. Naturalmente, las finanzas públicas
tienen límites y hay muchas otras necesidades públicas insatisfechas.
Pero las continuas sugerencias o insinuaciones de que el Estado
debería reducir su prioridad en el financiamiento de la educación
superior justamente suscita una firme oposición en los sectores
universitarios, porque se origina una incomprensión desvalorizante de lo
que las universidades pueden aportar a la sociedad, los costos reales de
ello y la importancia para nuestros países de que lo hagan bien.
Es necesario sostener con igual claridad que no sólo el Estado tiene
responsabilidades financieras en esta materia. Las universidades deben
emplear con la mayor honestidad y eficiencia los recursos públicos que
reciban, rendir cuentas estrictas de ello a la sociedad mediante los
mecanismos que esta establezca, y diversificar todo lo posible sus
propias finanzas, incorporando pagos razonables de los beneficiarios
directos por los beneficios privados que estos reciban de la universidad.
9. Contribuir a la integración de América Latina
Es demostrable en teoría económica del comercio internacional que los
espacios económicos amplios no sólo permiten aprovechar economías
de escala que no están al alcance de países pequeños y aislados, sino
que pueden conducir a un mayor grado de especialización y eficiencia
productiva que las que son posibles en economías reducidas y cerradas.
El poder negociador para cualquier transacción o logro de condiciones
adecuadas en la escena internacional es proporcional a las fuerzas que
respalden determinada posición, y que esta consideración se hace cada
vez más importante al constituirse en el mundo grandes bloques de
poder económico, ante los cuales cualquier país latinoamericano resulta
demasiado débil.
Más allá de las ventajas económicas, de las semejanzas de lengua,
religión, costumbres y visiones de la vida, la identificación con un todo
que los latinoamericanos sentimos diferente al resto del mundo, las
viejas utopías de su historia que conforman las aspiraciones de sus
pueblos y la misma unidad geográfica de la región, apuntan todas a
constituir una gran patria latinoamericana, cuyo anhelo han expresado
siempre los grandes ciudadanos y los poetas visionarios de nuestros
respectivos terruños: Bolívar, Morazán, San Martín, Darío, Neruda y
Martí, entre tantos.
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Las universidades pueden y deberían contribuir a la integración de
América Latina en el siglo XXI en una doble vertiente: la de su propia
colaboración pragmática y fraternal y la integración de sus países
mediante investigaciones que faciliten la tarea.
10. Cumplir bien las funciones universitarias tradicionales
Desde la creación de las primeras universidades en Europa, en el siglo
XII, estas instituciones han estado haciendo fundamentalmente lo
mismo: preservar, crear y transmitir conocimientos y cultura, aunque sus
contenidos concretos han variado mucho a través de los siglos. Mientras
estas entidades hagan bien aquello que constituye su misión
fundamental realizar las funciones especializadas del conocimiento y la
cultura de una sociedad, continuarán existiendo indefinidamente, si bien
las formas de su actividad y las disciplinas que cultivan continuarán
cambiando con el tiempo y quizás más rápido ahora que nunca, porque
la revolución científica y tecnológica también está alterando la forma
misma en que se guardan y organizan los contenidos del conocimiento,
así como los instrumentos con que se transmiten y operan.
Es probable que, en el siglo XXI, los libros no sean de papel, que las
experiencias de laboratorio se realicen en todas partes y que las aulas
virtuales, con nuevas formas de interactividad, sustituyan en gran
medida las de ladrillo y cemento. Las universidades que no vean esto y
que no sean capaces de adaptarse a esos y otros cambios previsibles,
probablemente desaparecerán. Pero nada cambiará las funciones
esenciales de la institución.
VII. DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR EN EL
SIGLO XXI: VISION Y ACCION:
UNESCO, Paris 1998
1. Las Misiones: Educar, Formar e investigar.
a. Formar diplomados altamente cualificados y ciudadanos responsables, capaces de atender a las necesidades de todos los aspectos de la actividad humana, ofreciéndoles cualificaciones a la altura de los tiempos modernos, comprendida la capacitación profesional, en las que se combinen los conocimientos teóricos y prácticos de alto nivel mediante cursos y programas que estén constantemente adaptados a las necesidades presentes y futuras de la sociedad.
b. Constituir un espacio abierto para la formación superior que
propicie el aprendizaje permanente.
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c. Promover, generar y difundir conocimientos por medio de la
investigación.
d. Contribuir al pluralismo la diversidad cultural.
e. contribuir a proteger y consolidar los valores de la sociedad.
2. Marco Ético: Rigor Científico e Intelectual.
a. Opinar sobre los problemas éticos, culturales y sociales.
b. Reforzar sus funciones críticas y progresistas mediante un análisis constante de las nuevas tendencias sociales,
económicas, culturales y políticas.
c. Utilizar su capacidad intelectual y prestigio moral para defender y
difundir activamente valores universalmente aceptados.
d. Aportar su contribución a la definición y tratamiento de los problemas que afectan al bienestar de las comunidades, las naciones y la sociedad mundial.
3. Proteger y Consolidar.
a. el acceso a la educación superior no se podrá admitir ninguna discriminación fundada en la raza, el sexo, el idioma, la religión o en consideraciones económicas, culturales o sociales, ni en incapacidades físicas.
b. La equidad en el acceso a la educación superior debería empezar por el fortalecimiento y, de ser necesario, una nueva orientación de su vinculación con los demás niveles de enseñanza, y más concretamente con la enseñanza secundaria.
c. Se debe facilitar activamente el acceso a la educación superior de los miembros de algunos grupos específicos, como los pueblos indígenas, las minorías culturales y lingüísticas, de grupos desfavorecidos, de pueblos que viven en situación de ocupación y personas que sufren discapacidades, puesto que esos grupos, tanto colectiva como individualmente, pueden poseer experiencias y talentos que podrían ser muy valiosos para el
desarrollo de las sociedades y naciones.
4. Vocación Social: Erradicar.
a. La educación superior debe reforzar sus funciones de servicio a la sociedad, y más concretamente sus actividades encaminadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las enfermedades, principalmente mediante un planteamiento interdisciplinario y transdisciplinario para analizar los problemas y las cuestiones
planteados.
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b. La educación superior debe aumentar su contribución al desarrollo del conjunto del sistema educativo, sobre todo mejorando la formación del personal docente, la elaboración de los planes de estudio y la investigación sobre la educación.
c. En última instancia, la educación superior debería apuntar a crear una nueva sociedad no violenta y de la que esté excluida la explotación, sociedad formada por personas muy cultas, motivadas e integradas, movidas por el amor hacia la humanidad
y guiadas por la sabiduría.
VIII. RANKING CON LAS MEJORES UNIVERSIDADES DEL MUNDO
En muchas universidades o institutos de estudio y estadística realizan rankings
para clasificar las universidades en función de numerosos criterios:
Entre los rankings de universidades del mundo destaca el elaborado por el
World Ranking Universities (Estados Unidos), recientemente actualizado. Esta
clasificación ordena las 1000 mejores universidades del mundo en función de
criterios de calidad como el nivel de los estudiantes, el profesorado y los
centros, actividad investigadora, publicaciones, etc., así como el nivel de
impacto web que tienen.
La distribución de las mejores universidades del mundo por país en función de
los criterios dichos anteriormente sería de la siguiente manera:
Puesto Países Nº de universidades Top 800 2011
1 Estados Unidos 330 2 China 65 3 Corea del Sur 55 4 Alemania 44 5 Gran Bretaña 37 6 Italia 28 7 Australia 26 8 Francia 25 9 España 23 10 China 20 11 Países Bajos 18 12 Suecia 17 13 Suiza
11
14 Finlandia 8
16
15 Austria 8 16 Corea del Sur 8 17 Israel 7 18 Noruega 7 19 Bélgica
7
20 Brasil 7 21 Noruega 7 22 Dinamarca 6 23 Nueva Zelanda 5 24 Irlanda 4 25 Sudáfrica 4 26 Taiwán 4 27 Singapur 3 28 México 3 29 Rusia 2 30 Grecia 2 31 Hungría 2 32 Venezuela 2 33 Polonia 2 34 India 2 35 Argentina 1 36 Chile 1 37 Colombia 1 38 Perú 1 39 Egipto 1
Fuente Wikipedia
IX. ACREDITACIÓN
a) ¿Qué se entiende por acreditación?
La acreditación universitaria es el resultado de un proceso de evaluación
y seguimiento sistemático y voluntario del cumplimiento de las funciones
universitarias de una institución de educación superior (IES), que permite
obtener información fidedigna y objetiva sobre la calidad de las
instituciones y programas universitarios que desarrolla.
Permite certificar ante la sociedad, la calidad de los recursos humanos
formados y de los diferentes procesos que tienen lugar en una institución
educativa.
Es el reconocimiento formal y público otorgado a una institución
académica en virtud del grado en que dicha institución o dentro de ésta,
una o más de sus unidades, carreras o programas han logrado avances
significativos en el cumplimiento de su misión y objetivos declarados, y
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satisface un conjunto acordado de criterios, indicadores y estándares de
pertinencia y calidad.
En la medida en que crecen y se diversifican las actividades y ofertas
educacionales, investigativas y de extensión de una institución
universitaria se hace indispensable que existan y operen efectivamente
mecanismos de control, cohesión y confiabilidad pública respecto de
ellos. Esta necesidad tiene su máxima expresión en el sistema de
acreditación.
b) Propósito, características y dimensiones de la acreditación
universitaria
El propósito central de la acreditación es promover y estimular el
continuo mejoramiento y determinar si una institución académica posee
calidad a nivel general o respecto de una o más de sus carreras o
programas educativos, si es capaz de demostrar que progresa de
manera continua y sistemática, con el empleo de estrategias,
procedimientos y recursos adecuados para el logro de su misión y sus
objetivos, cumpliendo razonablemente con los criterios y normas de
calidad establecidos.
La acreditación no es permanente, sino que se otorga por un periodo
que puede variar entre 5 y 10 años, a partir del cual puede ser renovada
o retirada, sobre la base de los resultados obtenidos en el proceso de
revisión o verificación efectuado.
Consecuentemente, la acreditación universitaria se concibe como un
mecanismo mediante el cual, la comunidad educativa establece y
mantiene su autorregulación, y garantiza a los usuarios directos e
indirectos de los servicios que ofrece, su integridad, pertinencia y
calidad, en niveles que la hagan merecedora de la confianza y el respeto
público.
La gran meta de la universidad latinoamericana es responder a una triple
misión:
Hacer socialmente relevante su capacidad de creación cultural, de
innovación científica y tecnológica y de formación de recursos
humanos.
Extender, por equidad, los conocimientos generados y acumulados
en la institución a sectores amplios de la sociedad.
Asegurar la excelencia por el mantenimiento y la mejora de la
calidad de la enseñanza, investigación y extensión.
c) Evaluación institucional o autoevaluación
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La evaluación institucional o autoevaluación constituye un instrumento de gran capacidad para mejorar la calidad de una IES. Permite detectar los puntos fuertes y débiles o áreas a mejorar. Es un proceso de aprendizaje continuado y una mejora constante de la universidad Permite valorar:
La forma en que la institución se aproxima a las metas preestablecidas y cómo procede para el completo desarrollo de la producción y distribución del conocimiento.
La docencia, la investigación y los servicios. El desarrollo en comparación con sí misma.
La evaluación universitaria, evaluación institucional o autoevaluación, corresponde a un conjunto de prácticas, métodos, conocimientos bien diversificados y progresivamente desarrollados en el transcurso de los años, con el objeto de dar respuesta a una necesidad específica: la de una mejor gestión de la universidad.
Evaluar una universidad quiere decir, emitir un juicio de valor a propósito de la pertinencia y la razón de ser de sus objetivos, su grado de cumplimiento y la forma en que han sido alcanzados.
La evaluación institucional es una actividad de investigación y análisis, realizada por los propios agentes universitarios, destinada a verificar el nivel de logros que está alcanzando la institución, sus unidades o programas, de acuerdo con su razón de ser, y determinar además los elementos que están actuando en la indicación de menor o mayor capacidad de estos logros. Esta investigación conlleva un informe autoevaluativo que es prerrequisito y documento base para la realización de la evaluación externa.
Para los dirigentes universitarios, la evaluación institucional constituye una herramienta esencial con el fin de garantizar patrones de calidad académico-científica, indispensables para la planificación y definición de políticas estratégicas y la gestión. También permite rendir cuentas a la sociedad sobre el desempeño de la universidad en la utilización del financiamiento gubernamental y el cumplimiento de su misión pública.
La autoevaluación es un proceso interno de planificación, identificación, análisis crítico y prospectivo sobre la evolución y desarrollo académico alcanzado por la institución en una profesión. Se busca por lo tanto interpretar y valorar, mediante un proceso participativo, dialogal, reflexivo y crítico, el estado de avance de una carrera universitaria en los diversos aspectos que en conjunto definan el funcionamiento y su estructura, en la consolidación, validación y comunicación del conocimiento que le es propio. Tal sistema conlleva un proceso de carácter cíclico que verifica la pertinencia de metas, estrategias, asignación de recursos y compromisos de gestión efectiva. Es organizado y conducido por sus propios integrantes, a la luz de las circunstancias de la institución: objetivos, alcances, metas y medios.
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Como primer paso para la acreditación universitaria, la autoevaluación es un modo de concebir la acción educativa en el que la comunidad académica de la carrera revisa su misión, reorganiza sus recursos, evalúa sus resultados y se autorregula. Asimismo se provee de información confiable que da testimonio del grado de cumplimiento de los objetivos. Contribuye además, a desarrollar una comunidad académica más sólida que comparte compromisos institucionales y forma profesionales altamente competitivos para un mercado de trabajo que demanda una serie de atributos tales como una excelente preparación en ciencias básicas y tecnologías básicas lo que debe traducirse, en la habilidad para desarrollar la capacidad técnica, creatividad, facilidad para interactuar interdisciplinariamente, capacidad de síntesis, alto grado de responsabilidad y conducta ética, así como también la habilidad para el manejo de los aspectos económicos de la profesión, y la conciencia y compromiso social.
Por otro lado, son elementos de la calidad de una carrera, sus insumos, el proceso, los resultados, que permiten valorar el impacto que tiene en la sociedad. La calidad de una carrera se fundamenta principalmente en los procesos de enseñanza y aprendizaje, es decir, considerando a éste como el núcleo o corazón de un programa bajo el supuesto de que sus resultados determinan la calidad del graduado, sus valores y los ideales del deber ser y de su desempeño profesional.
Un requisito esencial para el éxito de la autoevaluación es que los actores involucrados directamente en las actividades específicas que se valoran, sean quienes lleven a cabo este proceso de análisis y reflexión.
El proceso de autoevaluación es fundamental e imprescindible para que cualquier carrera pueda acceder al proceso de acreditación, ya que aporta información, juicios, criterios y procedimientos de cumplimiento de las normas, base necesaria para satisfacer los estándares de calidad y lograr el reconocimiento público. El incremento de la calidad de las carreras es una aspiración de desarrollo tanto individual como colectiva, y es vista como un desafío, una necesidad y un compromiso con el que se responsabilizan los estudiantes, el personal docente, la carrera y la institución.
Los objetivos de la autoevaluación son:
Determinar la medida del cumplimiento de los objetivos propios de la institución.
Conocer el estado de funcionamiento de los factores de factibilidad que inciden en el logro de los objetivos.
Indagar con más o menos precisión sobre la capacidad real y potencial de logros de la institución.
Disponer de información confiable para regular a tiempo las estrategias de desarrollo institucional.
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Informarse del estado del desarrollo y calidad de los diferentes procesos institucionales: educacionales, investigativos y de extensión.
Informarse del estado y funcionamiento de las instalaciones y servicios que brinda la institución.
Informarse del estado de los recursos humanos, materiales y financieros y su uso.
Relacionarse con el mundo exterior local, nacional e internacional. Identificar fortalezas y debilidades y determinar oportunidades y
amenazas. Proveer a las autoridades superiores en relación con la situación
global de la institución, de la información que se estime necesario deba conocer.
Comparar el mejoramiento institucional logrado en cuanto a capacidad de consecución de las metas, por periodos de tiempo, sobre la base de los recursos humanos y financieros razonablemente asignados a la institución.
Plantear soluciones alternativas en la búsqueda de la eficiencia interna y la eficacia institucional.
Por tanto, la autoevaluación de una carrera es un proceso que conlleva cambios a corto, mediano y largo plazos y contribuye a que la institución reflexione y evalúe el grado de cumplimiento de su misión, las metas y objetivos derivados de ésta, a conocer el éxito honesta y realmente, a explorar modos y medios para mejorar la eficiencia y efectividad tanto educativa como operativa, y a prepararse mejor para responder a las cambiantes y crecientes demandas de la sociedad a la que sirve.
El proceso de evaluación institucional debe estar orientado hacia un triple objetivo:
Mejorar la calidad de la educación superior que desarrolla. Mejorar la gestión universitaria. Rendir cuentas a la sociedad.
d) Beneficios de una acreditación
Permite la aceptación y reconocimiento de resultados de
inspecciones, ensayos y calibraciones.
Garantiza la seriedad e idoneidad de un certificado o informe de
resultados.
Garantiza que los organismos de certificación que están acreditados
trabajan en forma equivalente.
Requisito para comercio internacional.
Ayuda a las autoridades reglamentarias en sus prácticas regulatorias.
Mejora la calidad de los servicios.
Importante herramienta de mercadeo.
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X. ¿ESTÁ LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA ACREDITADA?
Ya hemos mencionado la importancia que tiene la acreditación para
cualquier institución, ya sea pública o privada; y bueno, la Universidad
Nacional de Cajamarca no es la excepción; sin embargo, nuestra casa
superior de estudios aún no lo está. Pero cabe mencionar que se
encuentra en proceso según el siguiente documento:
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA
OFICINA GENERAL DE DESARROLLO ACADÉMICO
“REGLAMENTO DE LA UNIDAD TÉCNICA DE EVALUACIÓN Y
ACREDITACIÓN - UTEA”
Cajamarca, octubre del 2008
REGLAMENTO
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
Art. 1º. Definición.
El presente reglamento norma conceptos, estructura y funciones de la Unidad
Técnica de Evaluación y Acreditación - UTEA, de la Universidad Nacional de
Cajamarca.
Art. 2º. Objetivo.
La Unidad Técnica de Evaluación y Acreditación - UTEA, es el órgano
responsable de organizar los procesos de autoevaluación, acreditación y
certificación a nivel institucional y de sus componentes, depende
jerárquicamente de la Oficina General de Desarrollo Académico, conforme a lo
establecido en el Artículo 369° del Reglamento General.
Art. 3º. Finalidad.
La UTEA tiene como finalidad asegurar óptima calidad en la formulación de
diseños y propuestas educativas de evaluación interna y externa, con
propósitos de acreditación y certificación.
Art. 4º. Base Legal:
√ Constitución Política del Perú.
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√ Ley 23733. Ley Universitaria.
√ Ley 28740. Ley del SINEACE.
√ DS 018-2007-ED. Reglamento del SINEACE.
√ Estatuto de la Universidad.
√ Reglamento General de la Universidad.
√ Reglamento de Organización y Funciones de la UNC
√ Reglamento de la Oficina General de Desarrollo Académico.
√ Plan de Desarrollo Estratégico de la Universidad.
CAPÍTULO II
FUNCIONES Y ESTRUCTURA DE LA UTEA
Art. 5º. Funciones.
a. Elabora su Plan de Funcionamiento y Desarrollo.
b. Elabora la Guía de Autoevaluación y Planes de Mejora de la
Universidad Nacional de Cajamarca.
c. Diseña (elaborar, instrumentar y evaluar) el sistema de evaluación orientado
a lograr la acreditación institucional como totalidad y de sus componentes.
d. Elabora las bases y lineamientos conforme se estructuren los procesos de
evaluación de la universidad.
e. Propone las guías institucionales para esquematizar la autoevaluación y
evaluación con fines de acreditación en todos los programas de la universidad.
f. Orienta la formulación de los estándares y criterios sobre las bases
establecidas en el CONEAU y de acuerdo a las políticas de la Universidad.
g. Elabora y presenta informes periódicos, según los plazos establecidos a la
Oficina General de Desarrollo Académico y ésta informará al Vicerrector
Académico y Rector de la Universidad
Nacional de Cajamarca.
Art. 6º. Estructura:
√ Jefatura de la UTEA.
√ Secretaría Académico-Administrativa
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√ Comisión Central de Autoevaluación con fines de Acreditación.
√ Comisiones de Autoevaluación y Evaluación Externa de las
Facultades y Escuela de Postgrado
√ Comisiones Consultivas.
Art. 7º. Jefatura de la UTEA.
La jefatura de la UTEA está a cargo de un Docente Ordinario con grado
académico de Maestro o Doctor, con experiencia acreditada en el Área de
Evaluación y Calidad Educativa, propuesto por el Director de la Oficina General
de Desarrollo Académico, designado mediante Resolución Rectoral de Consejo
Universitario, por un periodo de tres años renovables.
Art. 8º. Funciones de la Jefatura de la UTEA.
a. Organiza el Sistema de funcionamiento de la UTEA.
b. Coordina la elaboración del Plan de Funcionamiento de la Unidad.
c. Propone la conformación de las Comisiones Consultivas.
d. Coordina acciones con todas las unidades académicas y administrativas de
la Universidad, en el marco de los objetivos del presente reglamento.
e. Diseña un sistema de difusión de los procesos de evaluación.
f. Organiza actividades de Asesoría y Capacitación para todas las
Unidades, en lo que se refiere a Autoevaluación y evaluación con fines de
acreditación.
g. Prepara informes periódicos a solicitud del Director de la OGDA.
Art. 9º. Secretaría académico – administrativa.
La Secretaría Académico–Administrativa como órgano de apoyo, está bajo la
conducción de un Docente Ordinario que acredite experiencia en el área de
evaluación, designado por el Director de la OGDA a propuesta del Jefe de la
UTEA, por dos años renovables.
Art. 10º. Funciones.
a. Organiza el funcionamiento de la Secretaría de la UTEA.
b. Participa en las reuniones de la Comisión Central con voz, y firma con el Jefe
las actas de sesiones de la Comisión Central.
c. Organiza el archivo y trámite documentario de la UTEA.
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d. Cumple con otras funciones que le encomiende el Jefe de la
UTEA.
Art. 11º. Comisión Central de Autoevaluación.
La Comisión Central de Autoevaluación con fines de acreditación está
integrada por: el Jefe de la UTEA quien la preside, un representante de cada
Facultad designado por el Consejo de Facultad respectivo, un representante
Docente de la Escuela de Posgrado designado por su Consejo Directivo,
representantes del Tercio Estudiantil a propuesta del Tercio de Consejo
Universitario y un representante del Estamento Graduado; designados por dos
años renovables, y en calidad de invitados: un representante del Sindicato de
Docentes, uno del Sindicato de Trabajadores Administrativos y uno de la
Federación Universitaria.
Art. 12º. Atribuciones y funciones de la Comisión Central de
Autoevaluación.
a. Aprueba los lineamientos de política de la evaluación con fines de
acreditación de la Universidad, de acuerdo a su visión, misión y fines.
b. Aprueba el Plan de Funcionamiento y Desarrollo de la Unidad propuesto por
el Jefe de la UTEA.
c. Aprueba los planes operativos formulados por el Jefe de la UTEA.
d. Aprueba la constitución de las Comisiones Consultivas.
e. Diseña la formulación teórica de los estándares y criterios usados por la
universidad a nivel de su totalidad y de sus componentes.
f. Aprueba el informe anual de las actividades de la UTEA.
g. Resuelve las situaciones no previstas en el Reglamento dando cuenta a la
Oficina de Desarrollo Académico, a través del Jefe y éste informará al
Vicerrector Académico y al Rector.
Art. 13º. Comisiones de Autoevaluación y Evaluación Externa de las
Facultades y Escuela de Postgrado.
La UTEA solicita a las Facultades, Escuelas u otras unidades, la designación
de Comisiones de Autoevaluación y Evaluación Externa con fines de
Acreditación. Están constituidas por 03 docentes ordinarios, un alumno y un
graduado.
Art. 14º. Funciones de las Comisiones de Autoevaluación y Evaluación
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Externa de las Facultades y Escuela de Postgrado.
a. Formular su Plan de Trabajo
b. Establecer su propia estructura organizacional a fin de cumplir con las
políticas de evaluación con fines de acreditación, en el marco de las normas
establecidas por la UTEA.
c. Organizar e implementar el proceso de evaluación y acreditación de la
unidad a la que representan.
d. Orientar las acciones de evaluación y acreditación en la unidad a su cargo.
Art. 15º. Comisiones Consultivas.
Las Comisiones Consultivas son integradas por especialistas designados por
los Decanos a petición del Jefe de la UTEA, según las áreas que sean
necesarias.
Art. 16º. Funciones de las Comisiones Consultivas.
a. Asesora al Jefe de la UTEA, en función a los requerimientos.
b. Se reúne en forma oportuna cada vez que sea convocada por el Director de
la UTEA.
c. Presenta oportunamente los informes requeridos.
d. Emite opiniones técnicas, de acuerdo a la naturaleza de las áreas
establecidas.
Art. 17º. Comisiones de asesoría y consultoría.
De acuerdo a sus necesidades, la UTEA podrá requerir de asesores y
consultores externos, previa aprobación del rectorado, a propuesta del Director
de la OGDA.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
PRIMERA: Las Facultades, Escuelas Académico Profesionales, Escuela de
Posgrado y otros organismos administrativos adecuan sus estándares, de
acuerdo a los esquemas y orientaciones técnicas de la UTEA, promoviendo
mecanismos de coordinación con entidades similares del país o del extranjero.
SEGUNDA: Los procesos de Autoevaluación de las Facultades, Escuelas
Académico Profesionales, Escuela de Posgrado y otros programas son
independientes, puesto que son unidades operativas y la UTEA es el órgano
técnico de orientación.
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TERCERA: Las unidades académicas y administrativas que han iniciado
procesos de Autoevaluación, deberán adecuarse al presente Reglamento en un
plazo no mayor a noventa días.
Cajamarca, 29 octubre del 2008
NOTA:
UTEA La Unidad Técnica de Evaluación y Acreditación - UTEA, es el órgano
responsable de organizar los procesos de autoevaluación, acreditación y
certificación a nivel institucional y de sus componentes, depende
jerárquicamente de la Oficina General de Desarrollo Académico,
conforme a lo establecido en el Artículo 369° del Reglamento General.
La UTEA tiene como finalidad asegurar óptima calidad en la formulación
de diseños y propuestas educativas de evaluación interna y externa, con
propósitos de acreditación y certificación.
La encargada de esta área es la Dra. Marina Violeta Estrada Pérez
(mestrada@unc.edu.pe).
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BIBLIOGRAFÍA
www.wikipedia.com
www.google.com
www.youtube.com
Página principal de la Universidad Nacional de Cajamarca: http://www.unc.edu.pe/documentos/general/Reglamento%20Unidad%20de%20
Evaluación%20y%20acreditación.pdf
Página principal del Dr. Ramón Abarca Fernández: http://www.ucsm.edu.pe/rabarcaf/
http://www.educacion.es/educacion/universidades/educacion-superior-universitaria/titulos/homologacion-titulos/homologacion-titulos-
universitarios.html
http://www.tuabogadodefensor.com/01ecd193df148a228/Homologtitulos.html
http://www.riseu.unam.mx/documentos/acervo_documental/txtid0050.pdf
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