trabajo colaborativo wiki 4 febrero 27 2012
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El DESARROLLO SOCIAL y EL DESARROLLO LOCAL FRENTE A LA
GLOBALIZACIÓN
Julie Andrea Gil-Luis Bernardo Cañón-Yulieth Guerrero- Néstor Horacio Ruiz1
Introducción
Este texto hace un análisis de los planteamientos y la relación entre el desarrollo
social y humano y el desarrollo local frente a las políticas macroeconómicas
neoliberales. Se parte de la conceptualización del desarrollo social y humano
como un nuevo paradigma de desarrollo, y del desarrollo local como estrategia de
sostenibilidad económica desde el ámbito territorial, sin embargo se comprende
que estos dos tipos de desarrollo no están en coherencia con los postulados del
sistema capitalista, especialmente con los que tienen que ver con el llamado
capitalismo salvaje y las tendencias aperturistas, que en contextos como el
latinoamericano lesionan profundamente un posible desarrollo humano, estas
imposiciones económicas dentro de la globalización entendida como un proceso
mundial que afecta todas las dimensiones sociales, humanas, políticas, culturales,
ideológicas y económicas de un territorio, como conclusión final se hacen algunos
apuntes respecto a la relación del desarrollo local vs los tratados de libre
comercio, como un ejemplo de las medidas económicas impuestas en Colombia.
Desarrollo social y humano
El desarrollo a escala humana (Max-Neef, 1998) se refiere a la satisfacción de las
necesidades humanas fundamentales, la deprivación de éstas se evidencia en el
surgimiento de patologías de carácter económico como algunas de las que
estamos viviendo hoy: hiperinflación, deuda externa, falta de empleo, y de carácter
político como la utilización del miedo, los eufemismos, la violencia, la
1 Estudiantes de la Maestría en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente. Modalidad Virtual Universidad de Manizales. 2012
1
marginalización y el exilio. Por tanto la satisfacción de estas necesidades
fundamentales se refiere a las personas y no a los objetos o a los conceptos
abstractos, por tanto involucran lo que Manfred Max Neef llama las necesidades y
los satisfactores; según el autor, las necesidades son aquellas estáticas, finitas,
clasificables y universales como: subsistencia, protección, afecto, entendimiento,
participación, ocio, creación, identidad y libertad, que están en relación con el
hombre consigo mismo, con el grupo social y con el medio ambiente; los
satisfactores, en cambio varían de acuerdo a las condiciones históricas y sociales.
Para que exista un desarrollo social y humano, debe partirse de que es necesario
que exista un cambio en la racionalidad económica imperante, que las prácticas
democráticas fomenten soluciones coherentes a las necesidades del hombre y
que exista una articulación equitativa entre seres humanos, naturaleza y
tecnología, lo personal y los social, los componentes micros y macros de la
sociedad, la planificación y la autonomía, la sociedad civil y el estado. El desarrollo
social y humano según Amartya Sen (2000) se entiende como un conjunto de
libertades humanas, como un proceso de expansión de dichas libertades
sustantivas reales que disfruta la gente y que implican entre otras: oportunidades
económicas, libertades políticas, poderes sociales y salud y educación; el disfrute
de libertades sustantivas tiene que ver con lo que llama los funcionamientos, las
capacidades y los valores (Sen, 2011): los funcionamientos son las cosas que los
seres humanos logran ser o hacer al vivir, las capacidades son las combinaciones
alternativas de esos funcionamientos, y los valores son los aspectos de la vida que
tienen ponderaciones positivas. Desde la perspectiva cultural el desarrollo social y
humano esta referido a alcanzar el más alto grado de despliegue de las
potencialidades del ser humano, las condiciones sociales, culturales e históricas
que le permiten desplegar dichas potencialidades y al proceso en general
mediante el que una persona puede ‘ser’ tanto en los aspectos individuales como
colectivos. Siguiendo a Sen, las Naciones Unidas promueven el “Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo”, para este programa el desarrollo social y
humano comprende un proceso global que implica aspectos como el índice de
desarrollo humano que mide el nivel de capacidades humanas y libertades que
2
disfruta el hombre, estas incluyen: esperanza de vida al nacer, tasa de
alfabetización adulta, tasa de matricula en educación y renta real, es importante
señalar que el programa declara que no existe vínculo entre desempeño y
crecimiento económico con los logros en la salud, la educación y el progreso
humano.
El desarrollo social y humano a la luz de la globalización
Si bien el desarrollo social y humano implica volver la mirada al ‘ser’ como centro
de lo que lo rodea, no tanto bajo una visión antropocéntrica en la que es el hombre
el que domina, manipula y utiliza su medio, sino que es necesario entender el
desarrollo humano como el fin de todos los demás desarrollos, ya que es el
hombre aquel que debe gozar de las libertades y las capacidades, es el hombre el
motor del conocimiento; sin embargo es también, en el actual sistema económico,
el más afectado, el que más sufre, incluso el más abandonado, de manera que la
identidad de este ser afectado por la globalización, está fragmentada, puesto que
en el momento histórico coyuntural actual, las cultura, las identidades, las
relaciones sociales, etc., están al borde, bien sea de caer en total decadencia, o
de resolver sus particularidades desde una mentalidad poco sostenible en un
futuro.
La actual pérdida de la identidad y el desazón se general se convierten
actualmente en apatía, y en el olvido del propio hombre de sí mismo, todo esto
enmarcado dentro de los sistemas político-económicos hegemónicos que han
trasladado las cualidades naturales del ser a 'entes' macro, como la economía, la
globalización, la sociedad del conocimiento, la trasculturalización, etc.,
La principal crítica a la globalización, viene de las posturas que defienden el
desarrollo social y humano que ven que la globalización trae entre otros un nuevo
fascismo global que coexiste con sociedades aparentemente democráticas y que
opera en términos de: - exclusión social mediante luchas territoriales por grupos
armados legales e ilegales, - fascismo de la inseguridad, mediante la promoción
del miedo colectivo al ‘otro’ al diferente, y – fascismo financiero a través de la
3
marginación de regiones y países que incumplen las directrices del F.M.I
(Escobar, 2005, pág. 28). Igualmente Escobar (2005, pág. 29) afirma que la
globalización hegemónica busca imponer el dominio unipolar de los Estados
Unidos , que con el fin de afirmar su poder , ha puesto en práctica todo su aparato
militar, económico, político y regulador, con objetivos como: despejar regiones
para facilitar la inversión y el capital transnacional, fomentar la expansión de la
economía de libre mercado, imponer normas como los libres mercados, las
democracias ‘aparentes’, y las nociones culturales de consumo, en últimas para
imponer el proyecto capitalista neoliberal.
Por otra parte Martín- Barbero argumenta que la globalización trae un modelo de
sociedad de mercado que presenta una sociedad dual, caracterizada por ser
terciaria, informatizada, desregulada, poco conflictual, poco negociadora en la que
existe un divorcio entre estado y sociedad, una política dual incapaz de mediar
entre la identidad y la economía, en la que el individuo está frustrado, desconfiado
e impotente ante su realidad, por lo que su identidad como ‘ser’ está amenazada,
y en la que existe una disolución del sentido social que es sustituido por un mundo
de mercados de flujos y redes, lo que provoca que la sociedad sea excluyente
social y culturalmente en la que no existe contrato social (relación trabajo-capital y
estado) y en la que los individuos están tensionados, desagarrados, confundidos e
incoherentes. (Martín-Barbero, 2004)
Por otra parte con la globalización también llegan las políticas flexibilizadoras del
trabajo que presentan un modelo de trabajo caracterizado por el empleo terciario y
precario, la flexibilidad laboral, y un nuevo estatuto social del trabajador que
funciona bajo la lógica de la rentabilidad empresarial, la premisa de la
competitividad, que fragmenta, rompe y quiebra la seguridad social y entre otras,
la precarización del trabajador ya que su experiencia laboral y académica no son
tenidas en cuenta. La globalización como parte de la amalgama que pregona la fe
ciega en la tecnología, impone un concepto sobre ésta, en el que el sujeto cumple
una función de operario y por lo tanto tiene una autoconciencia problemática, es
obligado a ser responsable y eficiente pero sin ninguna certeza sobre su futuro,
percibe corporalmente pero sus relaciones son discontinuas, atemporales,
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fragmentadas, no reales y media sus relaciones por la tecnología, lo que en
muchos casos promueve una subjetividad sin identidad y ficcional. (Martín-
Barbero, 2004, págs. 19, 20)
En términos concretos y refiriéndonos al contexto latinoamericano las cifras sobre
pobreza e indigencia en América Latina son escandalosas, es asombroso que se
esté pensando como meta reducir porcentualmente en dos puntos la indigencia,
cuando en el mundo actual es inmoral aceptar que existen millones de personas
en esta condición. “Según las últimas estimaciones disponibles para los países de
América Latina, correspondientes al año 2007, la incidencia de la pobreza alcanza
a un 34,1% de la población de la región. De este porcentaje, quienes viven en
condiciones de pobreza extrema o indigencia representan un 12,6%. Estas cifras
significan que en 2007 hubo 184 millones de personas pobres, incluidos 68
millones de indigentes.” (CEPAL, 2008, pág. 10).
América Latina sigue estando al margen de las economías de punta y bastante
distante de llegar a competir con las grandes potencias. Existe un gran déficit en
inversión social, especialmente en educación, lo que día a día incrementa la
brecha entre países pobres y ricos. El ‘bono demográfico’ solo es una posibilidad
en tanto las condiciones de educación y de inversión social mejoren
sustancialmente, pues es claro que el segmento de la población que más excluido
se encuentra es la juventud. Sin embargo las posibilidades de tener condiciones
sociales más favorables se desdibujan en tanto se siguen implementando las
políticas neoliberales del capitalismo salvaje que solo conducen a incrementar las
condiciones de exclusión de la población latinoamericana. Según el CEPAL:
dado que los más pobres sufren carencias en la mayoría de los aspectos
socialmente constitutivos de inclusión, no es extraño que manifiesten
percepciones y sentimientos de exclusión con mayor intensidad que los no
pobres. En rigor, las percepciones y sentimientos de soledad, impotencia y
desorientación son mayores entre los latinoamericanos que residen en
hogares con menos bienes y que tienen menores niveles educativos. A su
vez, las percepciones de exclusión no solamente se vinculan con la
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precariedad material. La adscripción a minorías étnicas discriminadas, la
falta de participación en las instituciones convencionales y el aislamiento
social también se correlacionan con mayores grados de exclusión
percibida. (2008, pág. 22)
Existe además una baja cobertura en seguridad social ligada a la informalidad del
empleo ya que
la proporción de trabajadores por cuenta propia y familiares no
remunerados en el total de ocupados puede tenerse en cuenta para
identificar personas en situación de empleo vulnerable, ya que esas
categorías de trabajadores tienen menos probabilidad de tener acceso a la
protección social. Los trabajadores en situación vulnerable no cuentan con
protección social y redes de seguridad para protegerse en épocas de baja
demanda laboral y con frecuencia no pueden ahorrar lo suficiente para
hacer frente a esa situación y evitar caer en la pobreza. (CEPAL, 2008, pág.
33)
En general el informe de la CEPAL sobre Pobreza en América Latina sintetiza a
partir de cifras e indicadores la realidad Latinoamericana en torno a la pobreza; el
informe establece cifras sobre pobreza, indigencia, escaso acceso a condiciones
laborales, poca cobertura de la seguridad social, precios de los alimentos, e
impacto de la crisis económica global en las economías locales. Estos indicadores
más allá de reflejar las escandalosas cifras de pobreza hablan también de las
condiciones de exclusión a las que son sometidas las mayorías y de las
percepciones de las personas frente a temas como la soledad, la falta de
participación y la desorientación. Dentro del informe son destacables los
indicadores del pobre y vulnerable mercado laboral en América latina (urbano y
rural), así como las condiciones marginales que se asocian a éste como la escasa
protección social a la población, y las escasas oportunidades en el mercado para
los jóvenes y las mujeres. Finalmente las condiciones de exclusión de la población
traen como consecuencias serios problemas de violencia que se agudizan en
tanto la desigualdad, la falta de empleo, la segregación, etc., son características
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propias de la pobreza. En general los indicadores del informe de la CEPAL
reflejan el resultado de la aplicación de un modelo económico basado en la
propiedad privada, de manera más o menos continua en el tiempo y en la
profundidad de su aplicación acorde con los diferentes matices de los gobiernos
imperantes en diferentes momentos históricos de América Latina: los mas
ortodoxos, escudados casi siempre en dictaduras o similares, y los mas suaves, si
así se les puede llamar, con las vestiduras de lo social, pero que igualmente dan
los mismos resultados.
Globalización y desarrollo
En las últimas tres décadas, fueron implantadas a nivel global las políticas
económicas y financieras de los países desarrollados (las grandes potencias
económicas en cabeza de Estados Unidos), estas políticas se promovido sin tener
en cuenta la autonomía, la independencia y la libertad de la mayoría de estados,
aspectos relacionados con las redes económicas, los flujos de inversión y
financiamiento, la flexibilidad laboral, el predominio del sector financiero sobre
cualquier otro sector, la concentración del desarrollo económico en los países más
desarrollados, el auge de las empresas multi y transnacionales, la fe ciega en la
tecnología, la liberalización financiera y del comercio, la privatización, la
imposición de una fuerte disciplina fiscal, etc. El llamado fenómeno de la
globalización, ha traído serias consecuencias a gran parte del mundo, es evidente
que la actual crisis ha mostrado la desventura de la globalización que empieza con
la economía pero que incide fuertemente en aspectos sociales, culturales,
políticos, ideológicos, etc. y que impactan decisivamente en los territorios.
La globalización también ha traído un nuevo modelo basado en la competitividad,
que se apoya casi exclusivamente en la capacidad tecnológica de los países, lo
que ha contribuido al detrimento de las economías tercermundistas que están
cada vez más lejos de alcanzar estándares de productividad científica y
tecnológica. En ese orden de ideas la globalización ha aumentado las diferencias
7
entre países desarrollados y no desarrollados con claras desventajas económicas
para los últimos como:
1) El deterioro constante de los términos de intercambio de productos
básicos con relación a productos manufacturados.
2) La creciente productividad de la producción agrícola en la mayoría de las
economías desarrolladas, que condujo al descenso de los pecios y a una
demanda decreciente en los mercados mundiales.
3) El cambio tecnológico que ha conducido a la substitución gradual de las
materias primas tradicionales por productos sintéticos y materiales
avanzados. (Maestría en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, 2011,
pág. 4)
El concepto de la globalización, referido especialmente a la economía, es claro en
enfatizar que en el mundo actual no se puede hablar de economía en el ámbito de
países como entes individuales, sino como la suma de redes, flujos y procesos
que trascienden las fronteras. Sin embargo es claro que estos procesos no se dan
en igualdad de condiciones en la geografía mundial, si no que por el contrario se
privilegian los sectores de los países más desarrollados vs la marginalización de
otros. La globalización afecta a todos los niveles de la vida social, bien sean
económicos, políticos o culturales, en tal sentido la globalización impacta los
territorios en sus estructuras sociales más profundas. Dentro del nuevo orden
mundial de la globalización, se destaca la fe ciega en la tecnología producto de la
llamada ‘sociedad del conocimiento’, este aspecto hace que en los países menos
desarrollados se aumente la brecha del desarrollo aún más, puesto que están en
desventajas frente a los avances tecnológicos, a la producción industrial y a la
investigación científica y tecnológica; por tanto en términos de competitividad se
presenta una relación asimétrica entre unos y otros países. Por lo tanto es
necesario ver los procesos de globalización dentro de una amplia perspectiva
socio-económica, si bien, algunos la ven como una realidad inevitable, en la que
deben entrar todas las naciones, es claro que las recientes crisis económicas
plantean grandes interrogantes, en primer lugar sobre la soberanía de los pueblos
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y las condiciones de extrema pobreza que vive la mayor parte de la población
mundial, y por otra, los grandes excesos de los bancos, las burbujas inmobiliarias
y los esfuerzos de los países por rescatarlos. Igualmente la globalización como
suma de procesos que afectan directamente a los territorios no solo trae consigo
consecuencias económicas, sino culturales e ideológicas, estos dos aspectos
determinantes en las construcciones de identidad, se ven severamente afectados
y manipulados por quienes tienen la hegemonía económica.
La globalización como estrategia del sistema económico mundial impone a las
sociedades la obligación a ser cada vez más dependientes a una conducta de
consumo asociada, entre otras a los procesos y campañas de comunicación y
divulgación que le permiten a los propietarios de los medios de producción, llegar
a niveles de adiestramiento de la demanda que les da la posibilidad de avanzar
hacia un consumo basado en atender las ‘necesidades’ creadas y ciertamente
suntuarias, que garantizan el que se brinden rendimientos económicos a las
multinacionales, pasando por encima en la mayoría de los casos de las
condiciones y pautas culturales de las personas y de la oferta local de productos.
Por ende la globalización ha trascendido lo meramente económico y ha filtrado las
esferas de lo social, cultural y político afianzándose en aquellos países que son
potencialmente mercados para estas empresas de carácter mutinacional. Estos
procesos han estado acompañados de las tecnologías de las comunicaciones que
adiestran a los consumidores y les enseñan acerca de la necesidad, consumo y
uso de un producto determinado, de esta forma el conocimiento y la generación de
valores agregados que cada vez es más costoso son claves en el actual desarrollo
económico.
Las políticas económicas ligadas a la globalización traen como consecuencia un
mayor desarrollo en aquellas regiones que están dotadas de los mejores niveles
en cuanto a recursos naturales y físicos, así mismo permite que en los países
desarrollados en donde se concentran facilidades en términos de conectividad y
comunicaciones se generen polos de desarrollo: grandes ciudades que poseen los
mayores niveles de poder económico y político en el planeta, y es desde donde se
9
jalona el desarrollo financiero que mueve la economía mundial , tal es el caso del
llamado eje económico conformado por Nueva York, Londres y Tokyo. Sin
embargo frente a estos escenarios de riqueza y poder se encuentra otra cara de la
moneda donde se pueden encontrar países y regiones considerados perdedores
frente a la aplicación de este modelo de globalización, como ejemplo cercano
están los países de América latina que se han convertido en simples proveedores
de recursos en donde las comunidades y la sociedad en general ven, como
gracias a estos procesos se desarrollan sectores como la minería, que no deja
ningún desarrollo regional y muy por el contrario atrae otras problemáticas de
diferente índole en lo ambiental, social y económico. De esta forma en nuestros
países se configura una creciente marginalidad quedando rezagados en el acceso
y generación de conocimiento, herramienta clave para el desarrollo en el presente
siglo.
Trabajo, globalización, y neoliberalismo
En un rápido recorrido histórico sobre algunos modelos económicos que han
conceptualizado ‘el capital de trabajo’ del ser humano, Milano, Elias (2004)
presenta un panorama abierto sobre como el trabajo del hombre ha ido de más a
menos en el modelo capitalista; de las teorías que consolidaron el modelo fordista
a partir del cual surgió el llamado ‘Estado de Bienestar’, y como posteriormente
con las crisis de este modelo surgieron nuevas teorías del capital: las neoliberales
que han llevado a la sociedad al modelo actual de flexibilidad laboral. El
mencionado autor explica paulatinamente el surgimiento de las teorías de la
organización del trabajo como la de Taylor que posteriormente junto con los
postulados fordistas, irían formulando los conceptos de organización científica del
trabajo, que incluían entre otros la jerarquización, la pérdida de autonomía laboral,
la segmentación del trabajo y el control del tiempo de los trabajadores. Sin
embargo aún con estas características el modelo fordista dio origen al llamado
‘Estado de Bienestar’ que a partir de los postulados keynesianos se estructura
como modelo de regulación en contra de la autonomía de los asalariados, el
10
mencionado autor dice: “El Estado de Bienestar persigue entonces, recuperar el
control sobre la clase obrera y neutralizar la autonomía política que ésta había
alcanzado, logrando diluirla como clase y reconstituyéndola en las nociones de
pueblo o ciudadanos” (Milano, 2004, pág. 3). Luego de la crisis de los 70, se
establecen las políticas de flexibilización laboral, surgidas del arremetimiento
neoliberal, en el que se reducen al mínimo las condiciones de contratación laboral
en pro de un estatus para la ‘economía’, medidas con las que se pierde toda
caracterización del trabajo colectivo, como consecuencia se observa la desmejora
sustancial de las condiciones laborales, y se logra, por tanto, el desentendimiento
estatal y el privilegio de los grandes grupos económicos, lo anterior trae como
consecuencias la segmentación y precarización de la fuerza de trabajo. Tal como
Milano: “En definitiva, el reacomodo capitalista iniciado a mediado de la década de
los setenta ha incrementando la precariedad de las condiciones de vida de la
mayoría de la población, en el marco de un derrumbe de los derechos colectivos
como instrumentos clásicos de lucha de los trabajadores para lograr mejores
niveles de vida” (2004, pág. 16)
En conclusión, del modelo taylor fordista al neoliberal, existen una serie de
condiciones laborales que poco a poco se fueron perdiendo en aras de mantener
un supuesto equilibrio económico. El sistema capitalista que encontró en el Estado
de Bienestar la manera de regular la relación obrero sindical con el empresario
dentro de un contexto social ‘aceptable’, en el que se lograba mantener el círculo
virtuoso del trabajo, la inversión, el consumo y la ganancia, al parecer no pudo
mantenerse después de las crisis petroleras y desencadenan en las últimas
décadas del siglo XX la perversa política económica neoliberal, con su programa
bandera de la flexibilización laboral, en la que con argumentos falaces sobre el
libre mercado y la libre decisión del trabajador para resolver sus relaciones
laborales en pro de una mejor situación, se cae en el precipicio de la depreciación
del trabajo y de la precariedad de las relaciones laborales, con las respectivas
consecuencias en la escasa protección social por parte del estado y en las
condiciones indignas de trabajo. En América latina especialmente víctimas de la
implantación de estas medidas hemos visto después de los 80, como en países
11
como Chile, México y Colombia las brechas entre los pobres y quienes tienen en
el poder económico son cada día más grandes. Es así porque:
El discurso ideológico y político del neoliberalismo privilegia formas de
relaciones laborales individuales, cuestionando toda intervención estatal en
el establecimiento de normas colectivas de contratación. Los neoliberales
obvian de manera deliberada, el hecho de que en el sistema capitalista
realmente existente, el dueño de los medios de producción tiene
superioridad de condiciones, no sólo por poseer los medios de producción
sino también por contar con una legislación y unas políticas estatales {…},
que se corresponden con la lógica de la acumulación capitalista. (Milano,
2004, pág. 18)
En lo concerniente a América Latina:
los datos muestran claramente que los mercados laborales de la región no
han logrado cumplir con el papel de puerta de entrada universal a los
sistemas de protección social. La situación es particularmente compleja en
las zonas rurales y entre los ocupados del sector informal, aunque cabe
destacar que tampoco los trabajadores urbanos en empleos formales
cuentan con protección garantizada. Asimismo, si bien se observan tasas
de afiliación de los ocupados parecidas entre hombres y mujeres, al
considerar toda la población en edad de trabajar y no solamente a los
ocupados, la brecha contributiva de género es significativa: solo el 15% de
las mujeres participan de los sistemas de seguridad social, en comparación
con el 25% de los hombres. (CEPAL, 2008, pág. 28)
Elias Milano concluye categóricamente:
El que amplios sectores de la población mundial sean sometidos a
condiciones precarias de trabajo nos coloca en una inaceptable situación de
apartheid social, cuya existencia sólo es posible debido a la debilidad
política y a la ausencia de instancias organizativas en estos sectores. En
segundo lugar, la cotidianidad de estos sectores, que fundamentalmente
trabajan en áreas informales de la economía, ha ido conformando una
12
‘cultura de la sobrevivencia’ caracterizada por la sumisión ante el temor al
despido o a la represión policial, y en el caso de los trabajadores
temporales por la expectativa de trabajar en algún momento. (2004, pág.
18)
El desarrollo local: ¿estrategia frente a la globalización?
Las condiciones económicas del mundo actual, en el que imperan las grandes
potencias económicas, hace notar como los sectores líderes del momento son los
financieros, tecnológicos y de comunicaciones. En esta perspectiva de
concentración del poder económico surgen entonces algunas apuestas por el
desarrollo territorial y local, que dentro del marco general de la economía pueden
entenderse como oportunidades para algunos territorios, pero también pueden ser
factores de exclusión, acaparamiento e incluso marginalización.
Algunas posturas sobre el desarrollo y la globalización, mencionan el desarrollo
local como una posibilidad y una capacidad de los territorios frente o incluso
dentro de la globalización. En esta visión del desarrollo el territorio aparece como
un factor vital y definitivo en las diferentes escalas del mismo, puesto que la
globalización afecta directamente a los territorios y a las empresas, u
organizaciones que allí se encuentran. En ese sentido el desarrollo local surge
como un nuevo paradigma de desarrollo que se fortalece en la medida que toma
de su territorio elementos particulares para promoverlos dentro de todo el círculo
económico. El desarrollo local es importante como modelo porque gestiona a partir
de lo propio diferencias que le permiten ser competitivo en un mercado más
global, sus fortalezas están en el arraigo territorial, el conocimiento del entorno, y
el desarrollo de capacidades particulares, así como en el trabajo en red y la
capacidad de innovación. Así la nueva geografía económica que presenta la
globalización, permite también que los procesos regionales y territoriales estén
encadenados a procesos más globales, pues todo se relaciona, de manera que el
territorio local es una parte de una gran red y su valor radica justamente en que es
un factor de estructura social y cultural local. Igualmente en un territorio se
13
presentan condicionantes sociales y culturales que favorecen o no, procesos de
desarrollo, por esto la historia de los pueblos es clave a la hora de considerar
modelos asociativos o de otra índole: de esta forma la confianza entre unos y otros
pueden facilitar y favorecer procesos de alianzas productivas, uso de recursos,
etc., en últimas es el tejido social y sus valores fundamentales ejes para el
desarrollo de un territorio. Así mismo dentro del desarrollo local se considera que
el mercado como única estrategia no logra por si mismo el desarrollo de la
innovación en un territorio dado, y que por lo tanto es necesario que exista una red
que comprenda lo institucional, social, ambiental, político y cultural que permita
valorar lo local.
Esto permite el desarrollo de sistemas productivos basados en la existencia de
medios innovadores, para “hablar de desarrollo hay que dejar de lado los
agregados macroeconómicos y pasar a hablar del territorio como un actor, como
un activo. Por consiguiente se tiene que insertar en el diálogo al territorio
incorporando además un enfoque donde todos los actores, el medio ambiente, sus
organizaciones y sus estrategias estén presentes” (Alburquerque, 2004, pág. 2)
En el desarrollo local, menciona Alburquerque, si bien es importante determinar
los componentes productivos debe además existir un empoderamiento de la
gestión pública, la cooperación publico privada y las posibilidades particulares del
entorno.
Para que el desarrollo local se articule al círculo del desarrollo deben existir
estrategias de protección del mismo, entre otras lo que se llama ‘discriminación
positiva’ que consiste en privilegiar la micro y pequeña empresa, procurando que
cumplan los estándares de calidad y competitividad. Las teorías sobre el
desarrollo local toman importancia, especialmente en Latinoamérica en donde el
grueso de la producción está en manos de economías locales y territoriales, ya
que “la inmensa mayoría de las actividades productivas en América Latina tienen
lugar en ámbitos locales, protagonizadas por la micro y pequeña empresa lo que
demuestra la magnitud y la relevancia de la producción local y la importancia por
tanto de las políticas de fomento de este tipo de empresas” (Alburquerque, 2004,
pág. 4), además “en América Latina el número de establecimientos considerados
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como micro y pequeña empresa formal representa el 96,2% del total y ocupa a un
57% de la población empleada.” (Alburquerque, 2004, pág. 4)
Según Francisco Alburquerque, es necesario tener en cuenta el desarrollo local
como la base del desarrollo y no como un rezago del mismo.
La importancia de la micro y pequeña empresa en un territorio está dada entre
otros porque estos establecimientos actúan como elementos de amalgama social
y económica y por tanto “forman un capital nacional, un capital interno, cuyos
dueños viven y trabajan en los distintos ámbitos territoriales, algo que podríamos
considerar como un capital local que constituye la base sobre la cual se puede
sentar un proyecto de desarrollo económico y social interno más equilibrado.”
(Alburquerque, 2004, pág. 4)
Como estrategia necesaria para potenciar el desarrollo local, dentro de escalas
macroeconómicas es fundamental introducir innovaciones pero no solamente las
relacionadas con la tecnología como avances tecnológicos y tecnología de la
comunicación, sino también se hacen necesarias innovaciones de carácter
organizacional, de gestión, de inversión en formación de recurso humano, de real
acceso a las redes de información, entre otras.
El desarrollo local como estrategia territorial de desarrollo es parte esencial del
concepto de desarrollo siempre y cuando encuentre sus capacidades de
competitividad, estas capacidades pueden potenciarse desde la inversión, el
conocimiento de propio, el fortalecimiento de la inversión, el apoyo tecnológico, al
investigación y la innovación; no es posible el desarrollo local sin infraestructura de
servicios de apoyo al mismo, sin inversión social, sin el desarrollo de capacidades
tecnológicas. Es obvio que desde el desarrollo local no se puede competir en
igualdad de condiciones con el desarrollo global, pero si se puede potenciar su
efecto en tanto existan mecanismos estructurales desde el estado que le permitan
situarse en la red macro de la economía.
Alburquerque concluye: “Desarrollo local, capital humano, educación, nutrición,
salud, mujer no son sólo políticas sociales, son políticas de desarrollo. Si en la era
de la información el capital humano es el elemento crucial entonces debemos
contemplarlo como una preinversión imprescindible para desarrollo. No se trata
15
únicamente de algo propio de las políticas sociales es, como decimos, un activo
central necesario para acometer cualquier planteamiento de desarrollo. (2004,
pág. 10)
Dentro de la conceptualización del desarrollo local, Alburquerque presenta dos
argumentos importantes, el primero tiene que ver con entender las pequeñas y
medianas empresas como un capital social, cultural y patrimonial de un territorio;
ya que en medio de las políticas macroeconómicas, muchas veces se ha visto la
desprotección del sistema frente a este tipo de empresas que tristemente
desaparecen por falta de oportunidades para competir en el mercado macro. El
segundo argumento es aquel que dice que el desarrollo local no sólo se basa en el
desarrollo de aspectos endógenos, si no que debe tener la capacidad de tomar
elementos, condiciones, experiencias externas y apropiarlas en pro de su propio
fortalecimiento, es decir que el desarrollo local involucra aspectos físicos
territoriales y logísticos, pero que necesariamente debe comprender también
elementos conceptuales que potencialicen sus capacidades frente al desarrollo
global.
Ramírez Ospina, Duván afirma que el desarrollo local
implica un proceso de cambio socio-económico, político y cultural de
carácter sostenido; un proceso que, además, se encuentra territorialmente
localizado, y cuya finalidad última es el progreso de la región local, de la
comunidad regional o local y, por supuesto, de cada persona que pertenece
a ella. Lo anterior significa: crecimiento económico, distribución y
redistribución de la riqueza, mejoramiento de las condiciones de vida,
equidad de género y cuidado del medio ambiente; pero también apropiación
del espacio local y de sus posibilidades de desarrollo, lo cual implica el
desarrollo de condiciones políticas e institucionales que faciliten la
participación social en los distintos ámbitos de la vida local, la
democratización de las instancias de gobierno, el fortalecimiento del tejido
social y de las culturas que allí viven; esto no es otra cosa que procesos
16
continuos y armónicos de acumulación de capital físico acompañado de
acumulación de capital humano y capital social. (Ramírez, 2006, pág. 70)
El anterior concepto se deriva de las diferentes definiciones del trabajo del
hombre, especialmente de las más recientes (Sen, Rifkin, Putnam, Colleman) que
lo han definido como capital humano y social. En este orden de ideas, el concepto
de competitividad ligado al de territorio, comprende aspectos referidos al
desarrollo local y a la necesidad de establecer relaciones entre los diferentes
niveles económicos: micro, meso, macro y meta, en las que es de suma
importancia el dialogo y a la potencialización de las características de cada uno de
estos niveles, especialmente del micro, en el que el desarrollo local y la relación
con el territorio son definitorios de muchas de las economías, por ejemplo, en
Latinoamérica. Ramírez Ospina, Duván concluye que la acumulación de
diferentes capitales, como el humano, el físico y el social, son claves en el
desarrollo del territorio por que:
el capital humano que contribuye al desarrollo y acumulación del
conocimiento, el capital físico que permite la aplicación del conocimiento
acumulado al mejoramiento de los procesos económicos y al mejoramiento
de las condiciones de vida de la población y el capital social por medio de la
institucionalidad que garantiza la gobernabilidad, el respeto a los derechos
de propiedad, la existencia de una reglas de juego conocidas y respetadas
por toda la comunidad. (Ramírez, 2006, pág. 75)
Igualmente González, Carlos Humberto (2006) plantea el argumento de la
importancia del desarrollo local como estrategia de competitividad, esto ligado al
desarrollo territorial y a los conceptos sobre la construcción de subregiones y
geografía económica que procuran valorar los desarrollos regionales como ejes
del desarrollo global, y no como residuos del sistema económico. De manera que
la competitividad desde el desarrollo local toma fuerza en tanto, se formula a partir
de las potencialidades del territorio y de las capacidades locales de innovación y
gestión, puesto que “la competitividad no está sólo basada en infraestructura, ni
esta restringida a los sistemas de producción económica, sino también en los
recursos intangibles y en el capital intelectual de la sociedad, en el capital
17
organizacional que contienen los sistemas sociales y las instituciones”. (González,
2006, pág. 93)
Dentro de los conceptos de desarrollo regional la competitividad es vista más que
como un problema de competencia, como el desarrollo de capacidades de las
personas, las organizaciones y el territorio mismo, teniendo en consideración
todos los aspectos de la sociedad y no solamente el aspecto económico. De
manera que “las variables sobre las cuales gira el crecimiento endógeno son el
capital humano, la gestión del conocimiento y la construcción de infraestructura.”
(González, 2006, pág. 92). En el desarrollo local, la construcción y valorización de
las subregiones es importante porque la región trasciende la geografía mediante
las relaciones que es capaz de formar en pro de su propia gestión del desarrollo.
Es así que la subregión se entiende como un “segmento de un territorio mayor que
tiene como contenido las interacciones entre actores sociales, ambiente natural,
transacciones económicas y desarrollo productivo” (González, 2006, pág. 103)
Es importante tener en cuenta que para comprender el desarrollo local inserto
dentro de un territorio y dotado de características geográficas determinantes en la
concepción de las potencialidades de las subregiones es necesario, según
González (2006, págs. 107,108) tener una suma de diferentes capitales como se
muestra en el siguiente cuadro:
Cuadro 1. “Tipos de capital que intervienen en el desarrollo local y que potencian la competitividad”
Tipo de Capital Características AsociadasCapital Cultural Mentalidades, Sentidos, Significados, Identidades, Representaciones
simbólicas. Capital Intelectual
Capital intangible, estructuras, relaciones, capacidad de aprendizaje y gestión del conocimiento.
Capital Social: Relaciones e interacciones, transacciones y negociaciones, organizaciones sociales, tejido social, confianza. Acciones colectivas, cívicas y solidarias. Asociatividad.
Capital Humano.
Capacidades y destrezas de las personas para solucionar los problemas, emprendimiento para el desarrollo tecnológico, social y económico, actitud mental colectiva positiva y autónoma.
Capital Físico – Natural.
Dotaciones naturales del territorio, ecosistemas, capacidades geográficas.
Capital Político Compromiso de los actores sociales, empresariales y políticos en coherencia con el contexto
Capital Institucional
Organizaciones sociales e instituciones inteligentes. Sistemas de regulación, control y transacción
Fuente: Elaboración de los autores a partir del texto ““La competitividad desde la perspectiva de construcción de subregión” de Carlos Humberto González
18
Otro aspecto del desarrollo local lo explican Marleny Cardona y Carlos Andrés
Cano (2006) al explorar las relaciones que se dan entre el territorio, la sociedad, la
geografía, y el desarrollo empresarial. En tal sentido es claro que las
organizaciones empresariales están asentadas en un territorio y que sus
decisiones deben ser coherentes con el entorno, pues claramente lo impactaran y
tendrán allí su principal eco, por tanto en la localización territorial, pueden
encontrar las firmas muchas estrategias de competitividad frente al mundo global,
como un punto de la gran red económica así como en el entender la geografía
como un elemento activo y que provee posibilidades de innovación en el ámbito
local del desarrollo. Así:
La localización espacial ofrece ganancias por productividad, asociadas con:
1) la reducción de costos de información, costos de innovación y de
adaptación de nuevos métodos de producción, y de comercialización, 2) la
reducción de costos de reclutamiento y formación de mano de obra, y, 3)
obtención de externalidades positivas por el aprovechamiento de mano de
obra formada en empresas de los competidores cuando deciden
relocalizarse. (Acevedo Cardona & Cano Gamboa, 2006, pág. 143)
La geografía económica se entiende entonces como “la localización de la
producción en el espacio; es decir, la rama de la economía que se preocupa de
dónde ocurren las cosas” (Acevedo Cardona & Cano Gamboa, 2006, pág. 145),
para el desarrollo local es importante entender la geografía económica por varias
razones, la primera porque para una economía es indispensable conocer donde se
asientan las actividades productivas, la segunda para comprender las relaciones
entre economías locales y globales, y la tercera porque en las regiones hay un
amplio campo de estudio que puede generar conocimiento.
En el desarrollo local “Se trata de hacer participar a los sujetos del desarrollo para
que las políticas se adapten de manera respetuosa a sus deseos y necesidades.”
(Acevedo Cardona & Cano Gamboa, 2006, pág. 146), es decir se trata de un
nuevo modelo en el que el desarrollo de las capacidades propias es indispensable
19
porque cuanta con las particularidades del territorio y las necesidades específicas
de los actores locales.
De manera que la Nueva Geografía Económica como estrategia de competitividad
involucra aspectos como la aglomeración de actividades económicas en lugares
determinados, y plantea que el espacio geográfico no es un actor pasivo e
indiferente en la construcción de la economía sino que su papel activo está dado
porque actúa como aglutinador de procesos y objetos productivos, es el lugar
donde toman forma dichos procesos y reúne y potencializa cambios e
innovaciones. Por lo tanto, el desarrollo de los procesos económicos en una
región debe considerar la existencia de particularidades y especificidades sociales
y culturales de las comunidades, proceso que no puede estar desligado de la
realidad del territorio en cuanto a la existencia en mayor o menor medida de una
oferta de recursos naturales; para esto se debe tener en cuenta que cada región o
localidad asimila procesos productivos y de organización en forma diferente a
otras y que esto se da de esta manera en mayor medida por la particularidad que
se presenta en la historia de vida, de las personas y sus comunidades; esto quiere
decir que el desarrollo local se debe dar a partir de lo ya existente y considerar
que cualquier proceso y/o modelo a implementar debe ser definido aras de
entender e identificar las condiciones adecuadas para la sostenibilidad socio
económica de una región.
Desarrollo local y TLC
Los aspectos más importantes relacionados con las teorías sobre el desarrollo
local, tienen que ver con la territorialidad, la nueva geografía económica, la
localización de las firmas y las múltiples potencialidades de estos conceptos
ligados por ejemplo a contextos muy cercanos como los latinoamericanos y
colombianos. El desarrollo local es visto dentro de estas concepciones como un
eslabón muy importante en el sector productivo, sin embargo esta visión optimista
no establece claramente cual es el papel del desarrollo local dentro de las políticas
económicas neoliberales; ya se ha descrito como existe actualmente una gran
20
segmentación y precarización de la mano de obra y como los países en vía de
desarrollo siguen teniendo altos índices de pobreza y de exclusión, entre otros
aspectos es importante anotar la gran disparidad en investigación, ciencia y
tecnología en la que estamos versus a otros países. Igualmente es importante ver
como la inversión en educación es mínima, y como las reformas, por ejemplo en
Chile, atentan cada vez más contra una educación equitativa y de calidad, en
Colombia vemos que se sigue al pie de la letra este tipo de políticas y que gracias
al movimiento estudiantil se vieron temporalmente frenadas. De manera que el
desarrollo local, por si mismo no puede ser eficaz, sino en la medida en que exista
una orientación política clara del desarrollo, que justamente ponga en la balanza
algo más que el crecimiento macro económico.
En nuestro contexto las posibilidades locales están íntimamente ligadas a las
políticas nacionales, que reglamentan las reglas de juego, redistribuyen ingresos o
regalías y estas están atadas a políticas globales determinadas desde los centros
de poder mundial, desde donde se nos ve, principalmente, como mercados y no
como productores, a no ser de materias primas, que además agotan nuestros
recursos y destruyen nuestro medio ambiente. Por tanto parece complejo el
desarrollo de pequeñas o medianas empresas, cuando las normas de comercio
mundial están diseñadas para favorecer el capital financiero y las transnacionales,
mas aún cuando nuestros países suscriben tratados de libre comercio
absolutamente asimétricos y desiguales.
Como parte de esta reflexión sobre el desarrollo local, la globalización y la
situación en América latina, es importante discutir brevemente algunas de las
consecuencias de los TLC -especialmente el recién aprobado TLC con Estados
Unidos- sobre el desarrollo local en renglones tan importantes para la economía
interna como el agrícola y el lechero.
En Colombia la economía de pequeña escala, aún con su poca tecnificación y
escaso acceso al mercado, cubre las necesidades alimentarias del país en un
40% y en Bogotá, cubren cerca del 60% del consumo (Pesquera & Rodríguez,
2009).
21
Con la firma del TLC, los cálculos de algunos expertos “indican que en los
primeros años de su entrada en vigor, el TLC ocasionaría que cerca de 485.000
hogares, {…} redujeran sus ingresos asociados a actividades agropecuarias,
debido a que se afectaría de manera casi inmediata el 28% de los cultivos de los
pequeños productores y se inviabilizaría gran parte de su actividad pecuaria”
(Acevedo Cardona & Cano Gamboa, 2006, pág. 3). Asociado a la entrada en
aplicación del tratado se espera que se reduzcan sustancialmente los empleos
que actualmente están en manos de jornaleros campesinos y que se reduzca en
general el área cosechada, incrementado la pobreza y con ella los conflictos
derivados como la violencia, el cultivo de drogas ilícitas, y el narcotráfico. El
siguiente cuadro muestra algunas cifras relacionadas con la actividad agrícola
comparada con la vocación de la tierra.
Cuadro 2. Relación población rural y explotación de la tierra en actividades agrícolas y ganaderas
Colombia en Cifras
Población rural 11.000.000
Debajo de la línea de pobreza 6 de cada 10
Superficie del país 114 millones de hectáreas
Posibilidad de uso de la superficie 47 millones de hectáreas
Hectáreas utilizadas actualmente 51 millones de hectáreas
Porcentaje utilizado en Ganadería 76%
Porcentaje utilizado en Bosques 15%
Porcentaje utilizado en Agricultura 7%
Tierra con potencial agrícola 21.5
Hectáreas con vocación agrícola explotadas 3.7 millones de hectáreas
Tierra con vocación ganadera 14,2 millones de hectáreas
Hectáreas explotadas para la actividad ganadera 38,7 millones
Personas asociadas a la agricultura de pequeña escala 3.500.000
Numero de hogares que producen para el mercado nal. 738.000
Porcentaje de producción de la economía de pequeña escala
referida a la canasta familiar
40%
Fuente: Elaboración de los autores basados en los datos presentados por (Pesquera & Rodríguez,
2009)
22
Según las cifras anteriores Pesquera y Rodríguez afirman que:
La distribución de la tierra en Colombia es altamente inequitativa. Cálculos
recientes estiman que el 0,5% de los propietarios, poseen el 60% de la
tierra6. Las cifras del IGAC, muestran además una preocupante tendencia
concentradora de la tierra en los últimos años. Las propiedades de más de
200 hectáreas han aumentado de un 47,1% del área en 1984 a un 68,3%
en 2000, y a 76,1% en el año 2005. Mientras que los predios con menos de
tres hectáreas han pasado de representar 2,9% del total de la tierra en 1984
a ocupar el 1,9% en 2005. (2009, pág. 7)
Esta realidad, indica que la explotación de tierra agrícola está desaprovechada, y
que aún así la economía de pequeña escala en la que tienen participación
campesinos, comunidades indígenas y afro descendientes, logra tener una amplia
participación en la producción de alimentos básicos; sin embargo frente al TLC,
esta población se verá seriamente afectada, pues ya incluso la importación de
productos agrícolas del exterior ha aumentado desmedidamente, el sector sufrirá
grandes pérdidas referidas al desempleo y a la reducción sistemática de los
ingresos. De manera que los sectores que más se verán afectados son los
relacionados con la producción de carne de cerdo, leche, carne de pollo, frutas y
hortalizas y la producción de maíz, trigo, frijol y arroz.
Por tanto el TLC firmado con Estados Unidos trae esencialmente efectos
negativos sobre la economía local porque se firmó en condiciones asimétricas e
inequitativas, en tanto las condiciones económicas de los dos países no pueden
bajo ninguna circunstancia ser comparables, ni en producción, ni en subvenciones,
ni en capacidad productora, y si pone en total peligro un aspecto definitivo en la
sociedad como lo es la seguridad alimentaria.
Otro de los sectores que están seriamente afectados por los TLC, es el lechero
que está compuesto por cerca de medio millón de productores (Suárez Montoya,
2010, pág. 59), este será gravemente afectado, pues los tratados se establecieron
en total y completa asimetría, así mientras por ejemplo la Unión europea tiene una
producción 24 veces mayor a la colombiana y exportaciones 60 veces mayores
23
(Suárez Montoya, 2010, pág. 59), en Colombia se liberalizan las condiciones de
importación, mientras en Europa las exigencias sanitarias tienen unos estándares
visiblemente inalcanzables para el sector lechero local, ya que la producción de
leche líquida es el primordial producto del sector lechero colombiano no tendrá
salida en esas condiciones de exigencia y por tanto toda la producción deberá
manejarse a partir de las ya establecidas fabricas pasteurizadoras, afectando
lesivamente la producción local. Por otra parte se privilegian las cuencas
productoras de leche, que estén en las condiciones requeridas para que se
instalen allí grandes multinacionales lecheras, de manera que las microcuencas
lecheras, están destinadas a desaparecer y deberán entonces inclinarse por ‘otra’
solución productiva. El documento CONPES (3675):
… no es más que la implementación de la política pública sectorial, el
desarrollo de productos de dicha política y la expedición de
recomendaciones, concordante con los planes de las poderosas
trasnacionales europeas que vienen a la conquista de un “nuevo mundo”
lácteo. Nada hace en provecho de la protección y la defensa del medio
millón de ganaderos y en particular en el de los dos tercios de ellos que
tienen menos de diez reses, de muchas de las cuales ni siquiera obtienen 5
litros diarios de leche. (Suárez Montoya, 2010, pág. 60)
En general los TLC, no se hacen a partir de condiciones equitativas, en tanto es
claro que existe un país más débil que el otro, por el contrario al país fuerte se le
hacen toda clase de concesiones arancelarias frente a la restricciones sanitarias
que se imponen al país más débil, en este caso Colombia, por tanto
insistentemente la sociedad civil ha declarado las consecuencias funestas de
estos tratados frente al desarrollo de la economías locales, finalmente serán los
más pobres los que terminen más afectados por estos tratados, en el caso de la
leche, por ejemplo “en cuanto a la cadena láctea popular, lo que se ha
dictaminado es su extinción absoluta e inapelable, ya que, en primera instancia, es
la parte más accesible del botín, el eslabón –aparentemente– más vulnerable.
(Suárez Montoya, 2010, pág. 62)
24
Es posible que los ‘modelos’ basados en el desarrollo local, como base para el
desarrollo territorial y tan presentes en Latinoamérica puedan llagar a ser
simplemente una especie de ‘rebusque’, ya que para poder convertirse en
verdaderos motores de las economías nacionales, necesitarían altas dosis de
protección, lo cual es prácticamente imposible en medio de esta economía
globalizada, en la que priman los intereses de los países y las regiones potencias
económicas que imponen las reglas de juego que más convienen a sus intereses
a través de organizaciones económicas internacionales controladas por ellos
mismos (OMC, FMI) o políticas (ONU,OEA).
Se requiere por lo tanto un manejo independiente de nuestras políticas
económicas, lo cual está demostrado que no posible cuando vemos los tratados
de libre comercio firmados por nuestros países.
En conclusión el desarrollo local se ve afectado severamente por las políticas de
liberalización del mercado, específicamente se lesionan renglones muy
significativos de la economía como el agro y la producción lechera y afecta
directamente a la población más pobre del país. En consecuencia frente a las
imposiciones económicas neoliberales, la producción y el desarrollo local, se
quedan sin piso efectivo, pues estas iniciativas solo pueden funcionar en
coherencia con un sistema macro económico imperante. Además de las serias
afectaciones del desarrollo local, los TLC, están en detrimento del patrimonio
cultural, de la herencia histórica, de las producciones simbólicas de los territorios.
Las propuestas de un desarrollo local como potenciador de la economía dentro del
marco global, son cada vez más utopías y menos realidad. El camino avanzado en
las políticas neoliberales está fuertemente despejado y la sociedad civil no ha
generado reales mecanismos de protesta frente a está lógica capitalista que
arrasa con la esencia y la cohesión de los pueblos.
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