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PREVALENCIA DE OBESIDAD Y CONSUMO DE NUTRIMENTOS EN ESCOLARES DE ONCE
AÑOS DEL MUNICIPIO DE CAJEME. OCTUBRE 2005-JULIO 2006.
INSTITUTO TECNOLÓGICO DE SONORA DEPARTAMENTO DE BIOTECNOLOGÍA Y CIENCIAS
ALIMENTARIAS
TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADO EN TECNOLOGÍA DE ALIMENTOS
PRESENTA
LAURA MARÍA LÓPEZ LUGO VICTOR ERVEY RÓMAN IBARRA
CD. OBREGÓN, SONORA MARZO DE 2007
INSTITUTO TECNOLÓGICO DE SONORA Departamento de Biotecnología y Ciencias Alimentarias
El presente trabajo se realizó en el Departamento de Biotecnología y Ciencias
Alimentarias bajo la dirección de la M. en C. Ana María Rentería Mexía y con
la co-dirección de la M. en C. Laura E. Gassós Ortega. Además la asesoría
metodológica y estadística proporcionada por el M. en C. José de Jesús
Balderas Cortés.
Este trabajo de investigación formó parte del proyecto financiado por el
CONACYT Sonora denominado “Evaluación del potencial deportivo y su
formación en edades escolares del sur de Sonora” clave SON-2004-CO2-023.
COMITÉ REVISOR
Asesor:
M. en C. Ana María Rentería Mexía
Revisores:
M. en C. Laura E. Gassós Ortega
M. en C. Ruth Gabriela Ulloa Mercado
M. en C. Nidia Angélica Meza Rubio
i
DEDICATORIA LAURYTTA
A mi papá: Me haz enseñado que tengo la capacidad para lograr cualquier
meta que me proponga, haz hecho de mi una mujer segura y siempre haz
creído en mi, pusiste la semilla de la superación constate, que rápido pasa el
tiempo recuerdo cuando aprendía a escribir, tenia que hacer las cosas 1000
veces hasta que saliera lo mejor posible y ahora trato de hacer todo lo mejor
que puedo. Gracias porque a pesar de todo, me haz dicho que el amor es lo
más hermoso que nos pueda pasar.
A mí mamá: Siempre apoyándome, enseñándome a ser una mujer de palabra
y una mujer honrada, siempre haz querido lo mejor para mi, hemos pasado por
tantas experiencias de las cuales he aprendido tanto y me haz hecho soñar
pero con los pies en la tierra, con bases, diciendo camina no corras que te
puedes caer y si te caes levántate, que talvez lo peor que te pueda pasar hoy
es lo mejor que te pueda pasar mañana. Se cautelosa y siembra lo que quieras
cosechar.
A mis amigos: en especial a chipi-chipi, que en todo momento me a
comprendido y apoyado, a mis amigas Grisel, Dianita, Helen; con las que he
vivido algunos meses y los cual nos haría como hermanitas ó mosqueteras,
tengo muchos recuerdos que nunca serán borrados, Xoxo, Leslie, Rosa, Edlyn,
Adrianita, claro que no me olvido de ustedes también las quiero mucho y
espero seguir compartiendo con ustedes muchos momentos.
Les dedico este trabajo a ustedes, porque a ustedes me debo se lo agradezco
profundamente; pero también claro que este trabajo me lo dedico a mi y les
quiero decir que siempre estas empezando de nuevo y aprender yo creo que
es lo mejor que nos puede pasar, así que me doy la bienvenida al resto de mi
vida.
ii
DEDICATORIA ERVEY
A MIS PADRES: Les dedico este paso mas en mi formación educativa, por
haberme apoyado en todo momento, por sus ejemplos de perseverancia y
constancia que me han permitido ser una persona de bien, por que me
enseñaron a tener coraje para salir adelante, por creer en mi, pero sobre todo
por su amor.
A MIS MAESTROS: Por ser modelos de sabiduría, por su permanente
disposición de ayuda, por transmitirme el conocimiento desinteresadamente,
por brindarme sus acertados consejos y sugerencias.
A MIS AMIGOS: Por haberme ofrecido su ayuda incondicional y desinteresada,
por haber estado conmigo en momentos buenos y malos, sobre todo a una
personita que quiero mucho y que ha estado a mi lado en este corto tiempo
entusiasmándome para llevar a cabo mis propósitos y metas, obviamente mi
novia.
iii
AGRADECIMIENTOS LAURYTTA A DIOS: por proveerme de salud para poder concluir esta etapa de mi vida y
además de brindarme a mis padres de los cuales te estoy infinitamente
agradecida; en uno depositaste la mitad de lo que yo necesitaba y en el otro la
otra mitad, son tan diferentes ambos, pero son el complemento ideal, que yo
necesite para lograr lo que ahora soy.
A MIS PADRES: para mí, son los mejores que pueden existir en el mundo,
gracias por apoyarme y enseñarme a desenvolverme adecuadamente.
A MI HERMANO BEBE: hemos compartido tanto juntos, y aunque me hagas
enojar tanto yo te quiero mucho, y espero que el presente trabajo te sirva de
guía para que veas que si yo pude claro que tu también. Supérame!!!
A MIS MAESTROS: muy especialmente a mi asesora M. en C. Ana María
Rentería Mexía, muchas gracias por su apoyo en todo momento, es de verdad
admirable su entrega día a día a su trabajo. A mis revisores M. en C. Laura E.
Gassós Ortega, M. en C. Ruth Gabriela Ulloa Mercado y M. en C. Nidia
Angélica Meza Rubio; por su tiempo para la adecuada realización de la
presente investigación. Además a todos los maestros que contribuyeron a mi
formación académica; Anacleto Félix, Olga Campas y como olvidarme de un
excelente maestro Raúl Holguín.
A MIS AMIGOS Y COMPAÑEROS DE LA CARRERA: Que atravez de mi
estancia en ITSON hicieron más placentera esta etapa. Por todos los que
contribuyeron en este trabajo pero en especial a Raymundo Orduño, Yelitza
Maldonado y Minerva Ríos. Ervey; me enseñaste lo difícil que es trabajar en
equipo, pero que con positivismo y una buena actitud todo se puede lograr.
A DOÑA ROSA: a la cual le tengo un especial cariño, gracias por siempre estar
preocupándose por mi.
iv
AGRADECIMIENTOS ERVEY
A DIOS: Porque me diste la oportunidad de vivir, por haberme permitido llegar
hasta este punto, por los triunfos y momentos difíciles y porque me concediste
terminar un proceso más en mi vida.
A MIS PADRES: Que se lo merecen más que yo por haberme apoyado tanto
moral como económicamente, por los consejos y valores que me han
infundado, por haber estado conmigo durante el transcurso de mi carrera
universitaria, pero sobre todo por guiarme por el camino del estudio.
A MIS MAESTROS: Ana Maria Rentaría, por asesorarme y dedicarme horas
de su tiempo, Olga Campas, Raúl Holguín, y todos aquellos que participaron en
mi formación, gracias por su gran apoyo y motivación para la culminación de
mis estudios y para la elaboración de esta tesis.
A MIS COMPANEROS Y AMIGOS: Que me apoyaron durante mi formación
profesional, en especial Sergio, Elvia, David, Edgar y mi compañera de tesis,
Laura López por haberme apoyado y aguantado, pero sobre todo por haber
tenido paciencia y entusiasmo al realizar la investigación.
vii
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla Pag. 1 Criterios de clasificación del percentil de índice de masa
corporal (IMC) para niños y adolescentes, ajustados por sexo y
edad…………………………………………………………………...
20
2 Características antropométricas de escolares de 11 años de
Cajeme, Sonora………………………………………………………
25
3 Patrón de consumo de alimentos de niños de 11 años de
Cajeme, Sonora (n =123)…………………………………………..
29
4 Patrón de consumo de alimentos de niñas de 11 años de
Cajeme, Sonora (n = 140)………………………………………….
30
5 Valor energético total de escolares de 11 años de Cajeme, Sonora………………………………………………………………….
32
6 Consumo promedio de energía y macronutrimentos de
escolares de 11 años de Cajeme, Sonora………………………..
33
7 Consumo promedio de micronutrimentos de escolares de 11 años de Cajeme, Sonora………………………..............................
34
viii
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura Pag. 1 Distribución de sobrepeso y la obesidad por región y sexo
en el ámbito nacional………………….………………………
9
2 Distribución de los escolares por escuela de procedencia.. 24
3 Distribución de escolares de 11 años de edad en Cajeme,
Sonora, según el IMC………………………………………….
26
4 Comparación de la distribución del IMC entre niños y
niñas de 11 años de edad en Cajeme, Sonora.…………….
27
5 Consumo de energía de escolares de 11 años en relación
con su IMC. ……………………………………………..
35
6 Hidratos de carbono (% energía) consumidos por
escolares de 11años en relación con su IMC……………….
36
7 Grasa (% energía) consumida por escolares de 11 años
en relación con su IMC. ……………………………………….
37
8 Proteínas (% energía) consumida por escolares de 11
años en relación con su IMC………………………………….
38
v
ÍNDICE
DEDICATORIA…………………………………………………………………. i
AGRADECIMIENTOS………………………………………………………….. iii
ÍNDICE DE TABLAS…………………………………………………………… vii
ÍNDICE DE FIGURAS………………………………………………………….. viii
RESUMEN……………………………………………………………………….
ix
I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………….. 1
1.1. Antecedentes……………………………………………………………. 1
1.2. Planteamiento del problema ………………………………………….. 2
1.3. Justificación……………………………………………………………… 2
1.4. Objetivos…………………………………………………………………. 4
1.4.1. Objetivo general………………………………………………… 4
1.4.2. Objetivos específicos…………………………………………….. 4
1.5. Hipótesis………………………………………………………………….
5
II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN………………………………………… 6
2.1. La epidemia de la obesidad…………………………………………… 6
2.1.1. Definiciòn de obesidad…………………………………………... 6
2.1.2. Prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños………………. 7
2.1.3. Epidemiologìa de la obesidad…………………………………... 8
2.1.4 Diagnóstico de obesidad en niños………………………………. 10
2.2 Complicaciones asociadas con la obesidad………………………….. 12
2.3. Tratamiento no farmacológico de la obesidad en niños…………….
15
III. MATERIALES Y MÈTODO………………………………………………... 17
3.1. Implicaciones èticas de la investigaciòn……………………………… 17
3.2. Participantes…………………………………………………………….. 17
3.3. Tamaño de la muestra………………………………………………….. 17
3.4. Càlculo del índice de masa corporal………………………………….. 19
vi
3.5. Consumo de alimentos por recordatorio de 24 h……………………. 21
3.6. Estimación de consumo de energìa y nutrimentos………………….. 22
3.7. Anàlisis estadístico………………………………………………………
22
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÒN …………………………………………... 24
4.1. Distribuciòn por escuela de procedencia…………............................ 24
4.2. Estimacion de la prevalencia de sobrepeso y obesidad……………. 25
4.3. Patrón de consumo de alimentos……………………………………... 28
4.4. Consumo de energía y nutrimentos……...…………………………… 31
4.5. Relación de energía y macronutrimentos con respecto a su IMC….
35
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES……………………………. 40
LITERATURA CITADA………………………………………………………... 42
ANEXOS………………………………………………………………………… 49
RESUMEN
El objetivo del presente estudio fue calcular la prevalencia de obesidad en
escolares de 11 años por medio de técnicas de evaluación antropométrica y
dietaria, para su comparación con la IDR. Se evaluaron 263 sujetos: 123 niños
(46.76%) y 140 niñas (53.23%), que acudían a escuelas de diferentes sectores
socioeconómicos del municipio de Cajeme. Al realizar el diagnóstico
antropométrico se encontró que un 24.71% (considerando ambos sexos)
presentaron obesidad. La evaluación dietaria indicó que los alimentos mas
consumidos fueron refresco (65.81% y 61.43%), leche (59.83% y 47.86%) y
frituras (59.83% y 49.29%) en niños y niñas, respectivamente. El consumo de
energía fue 2020.86±784.43 kcal/d en niños y 1877.14±588.44 kcal/d en niñas; El
porcentaje de energía proporcionada por hidratos de carbono fue 51.33±10.85% y
53.51±10.33%; con respecto a proteínas de 14.39±3.76% y 14.09±4.02%;
finalmente grasa con 34.73±8.62% y 33.24±8.67%, en niños y niñas,
respectivamente. En ambos sexos, se presentó una distribución energética de
consumo inadecuada para hidratos de carbono, adecuada para proteínas y
excesiva para grasa de acuerdo a la ingesta diaria recomendada. La correlación
del consumo de energía total y por macronutrimentos respecto al IMC fue baja. A
partir de la problemática encontrada de obesidad y sobrepeso es recomendable la
educación nutricional, comenzando por las escuelas y el hogar. Esta
problemática se puede atacar de una manera preventiva, fomentando más el
deporte por medio de programas, así como los buenos hábitos alimenticios.
CAPITULO I. INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
1.1. Antecedentes
El sobrepeso y la obesidad, por su naturaleza genética y ambiental, pueden
expresarse en cualquier época de la vida, aunque la adolescencia representa un
periodo crucial por los cambios biológicos, socioculturales y conductuales, que
pueden afectar la nutrición y el crecimiento. La Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y Alimentación reportó recientemente, que más de 300 millones
de personas en el mundo padecen sobrepeso y obesidad (FAO, 1997).
Se desconoce la cifra global de sobrepeso en adolescentes pero su estudio resulta
relevante puesto que cerca de una quinta parte de la población mundial tiene entre
10 y 19 años. En México, 10.5 millones de habitantes son adolescentes, de los
cuales aproximadamente 29% sufren sobrepeso u obesidad, siendo mayor la
prevalencia en mujeres (Rivera, 2000). La Encuesta Nacional de Nutrición de 1999
(ENN-99) y la Encuesta Nacional de Salud (ENSA-2000), reportaron cifras de
sobrepeso y obesidad en mujeres adolescentes de 27 y 32%, respectivamente.
El sobrepeso en la adolescencia es factor de riesgo para obesidad en edad adulta.
La obesidad está asociada con enfermedades como hipercolesterolemia, intolerancia
a la lactosa, diabetes, enfermedad cardiaca, hipertensión, y algunas formas de
cáncer. Se han reportado asociaciones entre el sobrepeso, la alimentación y la
actividad física (Casanueva y Morales, 2001).
CAPITULO I. INTRODUCCIÓN
2
La búsqueda de identidad en los adolescentes se acompaña de cambios en el estilo
de vida y por ende modificaciones en los hábitos alimentarios, por lo que es común
que en la adolescencia se afecten éstos últimos. Con respecto a los hábitos
alimentarios y la adolescencia, las situaciones ambientales inadecuadas que existen
alrededor de la comida pueden ayudar a desarrollar los llamados trastornos o
desórdenes de la alimentación.
La valoración nutricional debe formar parte en la vida cotidiana de los infantes y
adolescentes, por medio de métodos de evaluación y orientaciones nutricionales. Es
importante tomar en cuenta todas las medidas de seguridad para que este problema
se reduzca a la mínima cantidad, en el área del municipio de Cajeme.
1.2. Planteamiento del problema
¿Cuál es la prevalencia de obesidad que presentan los escolares de 11 años en el
municipio de Cajeme y su relación con el consumo de energía?
1.3. Justificación
La obesidad en los niños y adolescentes empieza a ser un gran problema de salud
que concierne a toda la comunidad. México ocupa el segundo lugar entre los países
de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con los
mayores índices de sobrepeso y obesidad, lo cual pone al país en un estado de
alerta debido a la situación que este padecimiento trae consigo en lo que respecta a
la salud. México está sólo por debajo de Estados Unidos, y es un problema que se
extiende a 30% de los niños, lo cual es todavía más grave porque existe el riesgo de
que desde temprana edad desarrollen enfermedades como diabetes e hipertensión
arterial.
CAPITULO I. INTRODUCCIÓN
3
Los niños realizan 70% menos actividad que los infantes de hace 30 años y tienen
70% de probabilidades de mantener su condición en la edad adulta. Hay muchos
riesgos y complicaciones debidos a la obesidad. Las consecuencias físicas incluyen:
un aumento en el riesgo de enfermedades del corazón, la alta presión de la sangre,
diabetes, problemas al respirar y dificultades al dormir (Rivera, 2000)
Es preocupante el rápido aumento del sobrepeso y la obesidad en la última década y
la elevada proporción de mujeres con adiposidad central. Deben emprenderse
acciones para prevenir y controlar la obesidad, problema que ha adquirido
dimensiones epidémicas y está incidiendo en el aumento de diabetes, hipertensión,
problemas cardiovasculares y otras enfermedades crónicas no transmisibles
(Academia Mexicana de Pediatría 1997).
Es por ello que se debe estudiar más a fondo los aspectos involucrados en el
desarrollo de la obesidad, sobre todo en niños, los cuales llegarán a ser adultos y su
calidad de vida puede verse disminuida a causa de este problema. Por otro lado si un
niño presenta obesidad, es posible que toda su vida sea obeso, junto con los
problemas asociados. Esta investigación se enfocó a la determinación del porcentaje
de obesidad en los niños de 11 años en el municipio de Cajeme, para que a partir
de estos indicadores se den soluciones al problema. De lo contrario, este
padecimiento aumentaría cada día más, lo cual ocasionaría más gastos de salud a
la comunidad.
Este estudio de investigación formó parte de un proyecto multidisciplinario del
Instituto Tecnológico de Sonora, el cual se denomina “Evaluación del potencial
deportivo y su formación en edades escolares en el sur de Sonora”. Este proyecto
presenta factibilidad económica por estar aprobado y financiado por el CONACYT
con clave SON-2004-C02-023. También es de factibilidad social y de pertinencia en
la comunidad ya que actualmente se está destinando gran presupuesto económico a
la solución de las enfermedades que la obesidad ha traído consigo, es aquí donde se
CAPITULO I. INTRODUCCIÓN
4
debe de actuar de manera preventiva, ya que el beneficio para la sociedad es mayor
cuando las acciones están destinadas a prevenir que corregir.
1.4. Objetivos
1.4.1. Objetivo general
Calcular la prevalencia de obesidad en escolares de 11 años del municipio de
Cajeme y su relación con el consumo de energía, por medio de las técnicas
antropométrica y dietaria, para el diseño de soluciones estratégicas de orientación
nutricional.
1.4.2. Objetivos específicos
1. Obtener el tamaño de la muestra y la distribución de los sujetos según el
tipo de escuela de procedencia por medio de un muestreo estratificado por
conglomerados.
2. Calcular el índice de masa corporal de escolares de 11 años del municipio de
Cajeme por medio del programa Epi-Info, para la estimación del grado de
obesidad, por sexo.
3. Establecer el patrón de consumo de alimentos de los escolares a través de la
técnica del recordatorio de 24 h, para la diferenciación de los hábitos de
alimentación por sexo.
4. Evaluar el consumo de energía y macronutrimentos de los escolares por
medio de tablas de composición de alimentos, para la comparación con la
Ingestión Diaria Recomendada.
CAPITULO I. INTRODUCCIÓN
5
5. Relacionar el índice de masa corporal de los escolares con el consumo de
energía por los diferentes macronutrimentos, a través de un análisis de
correlación, para el establecimiento de la interdependencia entre las variables. 1.5 Hipótesis
Existe una relación directamente proporcional entre el consumo de energía por grasa
e hidratos de carbono y el índice de masa corporal de escolares de 11 años de edad
del municipio de Cajeme, con un índice de correlación mayor a 0.5.
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
CAPÍTULO II
MARCO DE LA INVESTIGACIÓN 2.1. La epidemia de la obesidad
2.1.1. Definición de obesidad La obesidad puede definirse como una enfermedad compleja multifactorial que
resulta de la interacción entre el genotipo y el medio ambiente. Sin embargo, en la
actualidad aún se desconoce con exactitud como y por que ocurre (Méndez-Sánchez
y col., 2002). Otro concepto que se tiene de la obesidad es el exceso en la cantidad
de grasa o tejido adiposo que se acompaña de una elevación en la relación peso-
talla (Holgado y col., 2002). Un concepto más simple es que la obesidad es el
resultado de un aumento de la masa corporal normal esperado en relación de
ganancias de estatura debido a la adquisición progresiva e inadecuada del tejido
graso (Calzada y col., 2003). El sobrepeso, en cambio, puede corresponder ya sea a
un exceso de grasa corporal o una estructura esquelética grande, y una masa
corporal grande o ambos aspectos.
La amplia aceptación mundial de un índice de masa corporal (IMC, relación de peso
en kg entre la estatura en m2) mayor o igual a 30 kg/m2 en adultos denota obesidad y
tiene sus ventajas; sin embargo, algunos estudios han utilizado puntos de corte por
arriba o por abajo del mencionado índice. En México la Norma Oficial para el manejo
integral de la obesidad establece la existencia de la obesidad en los adultos cuando
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
7
existe un IMC mayor a 27 kg/m2 y en una población de talla baja cuando este IMC es
mayor a 25 kg/m2 (SSA, 1998).
2.1.2 Prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños Desde hace aproximadamente 20 o 30 años se ha informado que la obesidad es el
trastorno nutricional más frecuente durante la infancia y la pubertad en las
sociedades desarrolladas e industrializadas. Sin embargo, en los últimos 10 años su
incidencia y prevalencia en los países y comunidades en vías de desarrollo muestran
incrementos muy disparados (Calzada y col., 2003).
La prevención de la obesidad constituye un aspecto prioritario para la salud pública,
algunos estudios epidemiológicos demuestran que hasta un 45% de los varones y un
38% de las mujeres presentan algún grado de sobrepeso u obesidad en diversos
países. Estas razones sugieren que el sobrepeso y la obesidad constituirán un
problema muy importante para la salud pública en el presente siglo y se convertirán
en epidemia (Holgado y col., 2002).
La mayor parte de los países europeos occidentales presenta una prevalencia en
torno al 30% y en Estados Unidos superior al 35%. En el caso de la obesidad infantil,
en Estados Unidos los datos del Estudio Nacional de Salud y Nutrición muestran que
el 11% de los niños y adolescentes son obesos y el 14% están en riesgo de serlo
(Plazas, 2001; Moreno y Foz., 2003).
Asimismo, la OMS informó que entre 20 y 30% de los niños en edad escolar
presentan obesidad y en nuestro país que la prevalencia se encuentra entre el 5 y
10%. Estas cifras se acompañan de un aumento en la prevalencia de diabetes en
edades mas tempranas (Méndez-Sánchez y col., 2002).
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
8
Las estadísticas de salud en México han experimentado un desarrollo sumamente
importante en las dos décadas recientes. Dentro del marco nacional de encuestas de
salud, las cuatro regiones en que se suele dividir al país, para su análisis geográfico,
tienen características socioeconómicas, ambientales y geográficas similares y se
encuentran compuestas de la siguiente forma (Sepúlveda., 1990).
1. Región norte: Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua,
Durango, Nuevo León, Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas.
2. Región centro: Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco,
México, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Tlaxcala.
3. Ciudad de México.
4. Región sur: Campeche, Chiapas, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla,
Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Al comparar las prevalencias de sobrepeso y obesidad por región del país utilizando
la Encuesta Nacional de Salud 2000 (ENSA, 2000), encontramos que el norte se
mantiene con la mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad (figura 1). Sin embargo,
la región sur, que se caracterizaba por su menor prevalencia de obesidad, mostró
condiciones prácticamente similares (Olaiz., 2003).
2.1.3. Epidemiología de la obesidad
Algunas definiciones de epidemiología la consideran como el estudio de la aparición
de enfermedades y de otras características relacionadas con la salud en poblaciones
humanas y animales. Los epidemiólogos estudian la frecuencia de las enfermedades
y la variación de dicha frecuencia en distintos grupos de personas; es decir, estudian
la relación causa-efecto entre exposición y enfermedad (Merletti, 1992).
Así, la obesidad se puede estudiar desde dos posibles enfoques: considerar la
obesidad en sí misma como el problema de la salud pública y buscar sus causas o
bien, considerar la obesidad como factor de riesgo de otros efectos y mortalidad
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
9
atribuibles a la obesidad. Este segundo enfoque es el más interesante desde el punto
de vista de la salud pública y es el que tradicionalmente la epidemiología ha
dedicado los mayores esfuerzos. No obstante la creciente epidemia de obesidad en
los países occidentales así como la transición epidemiológica en los países en
desarrollo ha hecho que los determinantes de la obesidad se hayan convertido
también en un tema de mucho interés para la epidemiología analítica en estos
últimos años (Holgado y col., 2002).
Figura 1. Distribución del sobrepeso y la obesidad por región y sexo en el ámbito nacional. Fuente: ENSA, 2000
A medida que la obesidad se va generando aparecen mecanismos que tienden a
perpetuarla y, por lo tanto, a mantenerla hasta la vida adulta. Los factores que
contribuyen a esta situación son múltiples, algunos bien caracterizados y otros mal
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
10
conocidos. El espectro de determinantes es amplio en el desarrollo de la obesidad
(Calzada y col., 2003) y entre los factores determinantes de obesidad están: sexo y
edad, factores conductuales, geográficos, socioeconómicos, étnicos, genéticos y
ambientales, trastornos de la homeostasis, nutricionales u hormonales o ambos,
anomalías metabólicas en el propio adiposito, etc. La literatura revisada sugiere que
existen tres factores críticos para el desarrollo de la obesidad y sus complicaciones:
la gestación y la infancia temprana, la etapa de rebote de tejido adiposo y la
adolescencia. En la niñez temprana, la obesidad puede estar relacionada con
patrones de disfunción familiar (Plazas, 2001).
Las mujeres obesas suelen dar a luz bebes con mas grasa que las no obesas, los
bebes son mas propensos a la obesidad cuando el aumento de peso en la mama fue
mas de 18 kg. Los niños con sobrepeso pueden ser más propensos a sufrir
problemas de salud. Todo niño que presente la siguientes características pueden
llegar a ser obesos en la vida adulta: macrosomía neonatal, peso bajo al nacer,
obesidad en ambos padres, antecedentes en los familiares de primer grado, hijos
únicos o familia con tres o menos hijos, ambos padres trabajan, niños que no
desayunan pero consumen una colación en la escuela, actividades sedentarias
(Calzada, 2003).
2.1.4. Diagnóstico de obesidad en niños
El diagnóstico del estado nutricio se establece con la medición y la evaluación de los
indicadores directos e indirectos que se observan en el niño, la familia de éste y la
comunidad en donde habita, a fin de identificar las desviaciones de su situación
nutricia-alimentaria en la salud y en la enfermedad. Un propósito fundamental de esta
valoración diagnóstica es detectar las diferentes manifestaciones del síndrome de
mala alimentación, como son: la desnutrición proteico calórica (DPC), las deficiencias
nutrimentales específicas, la obesidad y el consumo de las dietas lesivas (Vázquez,
1998).
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
11
El diagnóstico del estado nutricio se logra por medio de la evaluación adecuada de
ciertos indicadores específicos que, para facilitar su análisis, se han dividido en dos
grupos:
a) Indicadores indirectos: éstos incluyen la situación demográfica, política y
socioeconómica, la producción y la disponibilidad de alimentos, así como los hábitos
culturales de la comunidad o de la región. En la familia se debe investigar el gasto
que se destina para la alimentación de cada miembro de la familia, los antecedentes
dietéticos y los hábitos alimentarios (Vázquez, 1998).
b) Indicadores directos: uno de ellos es la evaluación clínica. Este indicador tiene, por
diferentes razones, ciertas limitaciones para establecer el diagnóstico del estado
nutricio en la infancia. Otro indicador directo es la evaluación antropométrica. Los
indicadores antropométricos son relativamente fáciles, reproducibles, económicos,
cuantificables y son tan útiles en la evaluación de un paciente en el hospital como en
los estudios de campo, evalúan diferentes momentos del crecimiento físico y de la
composición corporal.
Para el escrutinio general e individual del estado de nutrición, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) ha insistido en la importancia de los indicadores
antropométricos directos como: peso al nacer, peso para la edad, talla para la edad,
peso para la talla y circunferencia del brazo (Vázquez, 1998). Estos se pueden
comparar con gráficas estándares para determinar si los individuos están
manteniendo su patrón o vector de crecimiento (Spear, 2001).
Con respecto a la obesidad, desde el punto de vista evolutivo el organismo tiene una
mayor capacidad para acumular grasa, con la finalidad de asegurar la supervivencia,
durante el tercer trimestre de la gestación, la etapa neonatal, desde los seis meses
hasta los dos años de vida. En tanto que para garantizar la reproducción de la
especie se estimula el aumento de la reserva energética durante la pubertad
(particularmente en mujeres) y en los años siguientes a la menarca (Sánchez-Castillo
y col., 2002).
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
12
Existen tres períodos críticos para el desarrollo de la obesidad y sus complicaciones.
El primero corresponde a la infancia precoz; el segundo ocurre entre los 5-7 años
(período de rebote de la adiposidad) y el tercero corresponde a la adolescencia. La
obesidad provoca hiperplasia de células y cuando se inicia en estos períodos
aumenta el riesgo de su persistencia y complicaciones (Charney, 1998).
Si bien la vigilancia del crecimiento en cada uno de estos periodos permiten
reconocer una ganancia de peso mayor de la esperada para la estatura, que de no
resolverse facilitará el desarrollo de la obesidad, la definición y el diagnóstico de
obesidad en niños y adolescentes son difíciles y controvertidos, sobre todo porque la
cantidad de masa grasa varía de acuerdo a la raza o incluso la etnia, sexo, edades y
estado de desarrollo puberal. Para determinar si hay obesidad es necesario contestar
las siguientes preguntas: ¿existe sobrepeso? ¿La adiposidad es excesiva? ¿El tejido
adiposo que se localiza alrededor de las visceras abdominales es causa de
alteraciones? (Calzada y col., 2003).
Existe un grupo de investigadores teóricos y prácticos que propone una visión
diferente sobre la obesidad en la niñez. De manera general se puede resumir su
posición de la siguiente manera: mientras la visión tradicional considera la obesidad
como una condición no saludable que puede y debe prevenirse y tratarse, y la meta
es la pérdida de peso de un balance negativo de energía, la nueva visión afirma que
el problema no es la obesidad en sí, sino un grado de obesidad que resulta anormal
para la persona (Plazas, 2001).
2.2 Complicaciones asociadas con la obesidad Los niños con sobrepeso y obesidad deben considerarse de alto riesgo para
desarrollar hiperinsulinemia y dislipidemia si tienen enfermedades de primer grado
con diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial sistémica, hipercolesterolemia o
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
13
hiperinsulinemia, enfermedad vascular cerebral. Si hay obesidad deben investigarse
alteraciones ortopédicas e hipertensión arterial (Coyote, 2003).
Otro problema o enfermedad que se puede presentar en las personas con obesidad
son las alteraciones respiratorias agudas por obesidad, enfermedad grave con alta
mortalidad, aunque también puede que exista la obesidad y no tener dificultad
respiratoria (obesidad simple). No se conoce claramente por que algunos obesos
tienen falla respiratoria, pero participan en ello el síndrome de amnea del sueño, el
aumento progresivo de peso y el envejecimiento. Desde hace tiempo se ha
considerado por ser lógico que una obesidad central, con predominio en tórax y
abdomen, repercutirá más sobre la función respiratoria. Sin embargo, las
demostraciones empíricas son difíciles de encontrar.
La presencia de ciertos factores y hábitos de riesgo desarrollados durante la niñez y
la adolescencia incrementa de forma notable la probabilidad de desarrollar ciertas
enfermedades en la vida adulta. Por un lado, el peso corporal y el índice de masa
corporal elevados durante la infancia y adolescencia están asociados
significativamente a niveles altos de insulina, lípidos y presión arterial en adultos
jóvenes. Por otro lado, las patologías relacionadas con los factores de riesgo
incluyen: dislipidemia y aterosclerosis (Bercedo y col., 1998).
Además en niños (independientemente del género) la acumulación de grasa siempre
es androide, por lo que su asociación con resistencia a la insulina es difícil de
demostrar. La adiposidad abdominal se correlaciona con las alteraciones metabólicas
y cardiovasculares secundarias a la obesidad. La hiperinsulinemia es una anomalía
subyacente probable que explica el conocido síndrome plurimetabólico: hipertensión
arterial, intolerancia a la glucosa e hipertrigliceridemia con disminución de las HDL
(lipoproteínas de alta densidad, por sus siglas en inglés) (Pérez-Padilla y col., 2002).
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
14
La obesidad también puede desarrollar problemas psicológicos y sociales; entre los
principales están: aislamiento social, presión psicológica y disminución de
habilidades. Todo esto dificulta que los niños obesos se involucren en el desarrollo
de los deportes y otras actividades físicas. Lo mas preocupante de la obesidad en la
niñez es que continúe en la edad adulta, en esa etapa está bien establecida la
relación entre obesidad y enfermedades crónicas degenerativas, causas principales
de morbilidad, mortalidad y discapacidad (Plazas, 2001).
Los factores psicológicos son evidentemente matizados por la cultura social y
tolerabilidad en que las personas están inmersas. La discriminación es evidente y va
mas allá de las miradas burlonas, incluye en los obesos mórbidos, no encontrar
medios de transporte, sillas de su tamaño, no pasan por las puertas y llegan a
quedar confinados a su casa habitación (Baker y Belfer., 2002).
Al igual que el núcleo psicopatológico de este trastorno es la intensa preocupación
por el peso y la imagen corporal, con un miedo morboso a engordar. La
preocupación por la imagen corporal se expresa de distintas formas: tristeza ante la
ganancia de peso, gran sensibilidad ante pequeños cambios en el mismo deseo
intenso de perder peso e incluso repercusión en la forma de vestirse con ropa amplia
que dificulte ver a la figura. Además de los síntomas descritos aparecen otras
manifestaciones psicopatológicas tales como alteraciones de la efectividad e
impulsividad (Holgado y col., 2002).
Finalmente, el niño obeso sufre tanto social como psicológicamente, en muchos
lugares donde el cuerpo delgado es objeto de admiración, hasta los niños pequeños
aprenden a asociar la obesidad con fealdad. Esta actitud le impone al niño obeso una
carga que puede llevarlo a perder la estimación propia y a sentirse inferior por toda la
vida. Para que un niño pierda peso es importante modificar los comportamientos
relacionados con su alimentación y alentar la actividad física (Edell, 1992).
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
15
2.2.1 Tratamiento no farmacológico de la obesidad en niños
La obesidad por sí misma no requiere tratamiento farmacológico, los niños obesos
que presentan alteraciones secundarias, pueden recibir una terapia farmacológica
pero ésta debe ser decidida y vigilada por un médico especializado (Coyote, 2003).
En el caso de niños obesos los expertos se pronuncian en contra de una gran
restricción energética, ya que se corre el riesgo de afectar su crecimiento y su
desarrollo.
Si el exceso de peso causa alteraciones es recomendable modificar las conductas
alimentarias y disminuir la ingestión energética siempre y cuando se cubra el
requerimiento de energía para su edad. La meta de la terapia dietética para los niños
obesos es mantener el peso o reducir su ritmo de ganancia. Si el peso se mantiene
mientras la estatura aumenta, el porcentaje de grasa disminuirá sin comprometer la
masa muscular y el crecimiento (Plazas, 2001).
Toda dieta debe ser balanceada en calidad y cantidad, esto es importante ya que se
debe de cubrir los nutrimentos que los niños necesitan. Para recordar con facilidad
las proporciones de los alimentos recomendados, se han propuesto diferentes
modelos, dentro de los cuales se encuentra, por ejemplo la pirámide de alimentación
en E.U. y el plato del bien comer en México (Camacho y col., 1999). La alimentación
debe de basarse en guías de consumo de nutrimentos adecuados para diversas
edades.
También se deben restringir actividades sedentarias a dos o menos horas al día, por
lo que es conveniente que en las escuelas disminuyan las tareas para la casa a no
más de 2 horas al día; indicar actividades físicas diarias, previa evaluación cardiaca
pulmonar y ortopédica para mejorar el esfuerzo físico; aumentar el metabolismo
energético y prevenir las alteraciones de postura de manera paulatina. Preparar y
apoyar al paciente y a su familia para el cambio de hábitos, estimular el desarrollo
social, desarrollar y fortalecer la autoestima y autonomía de auto control y abordar
CAPITULO II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN
16
los aspectos psicológicos y sociales involucrados en la presencia y mantenimiento de
la obesidad.
Otra opción que se menciona es realizar programas de difusión a través de medios
masivos de comunicación, realizar ejercicio de gasto energético moderado así como
estar enterados acerca de los beneficios biológicos, nutricionales y sociales que
favorecen la implementación del ejercicio (Calzada y col., 2003).
El crecimiento durante los años escolares de 6 a 12 años de edad es lento pero
constante y es paralelo a un aumento constante en el consumo alimentario. Además
de pasar la mayor parte del día en la escuela es probable que el niño también
comience a participar en clubes y actividades de grupo, deportes y programas
recreativos. Las amistades y otros contactos sociales adquieren más importancia.
Con excepción de los casos graves la mayor parte de los problemas de conducta
relacionados con el alimento se han resuelto para esta edad y el niño disfruta de
comer para aliviar el hambre y obtener satisfacción social (Mahan y Escott, 2001).
Es recomendable distribuir la ingestión de alimentos de acuerdo al nivel de actividad
física. Como norma general por la mañana es cuando el niño desarrolla mayor
actividad física e intelectual por lo que es fundamental el desayuno (Spear, 2001). En
la alimentación de los escolares no deben faltar alimentos suministradores de
energía para el crecimiento y capaces de regular todas las funciones orgánicas
(Cervera y col., 2004). También se recomienda para toda la población la medición de
talla y peso de forma periódica; debe de evitarse que las personas se sometan por su
cuenta a tratamientos muy rigurosos que no pregonicen el mantenimiento de la
pérdida ponderal con el tiempo. Incluir en los programas de educación (desde pre-
escolar hasta preparatoria) el cuándo, por qué, y cómo se implementa una
alimentación balanceada e incluir en manera obligatoria el estudio de la obesidad en
el programa académico de la licenciatura en medicina y áreas afines (Calzada y col.,
2003).
CAPITULO III. MATERIALES Y MÉTODO
CAPÍTULO III
MATERIALES Y MÉTODO
3.1 Implicaciones éticas de la investigación.
Atendiendo los principios éticos sobre trabajos de investigación con seres humanos
se diseñó un documento donde los participantes del presente estudio firmaron un
consentimiento escrito según los principios de la declaración de Helsinki.
3.2 Participantes.
Esta investigación es de tipo transversal, descriptiva y se llevó a cabo en niños
escolares de nivel socioeconómico (similar y/o medio y/o bajo), inscritos en las
primarias del sector público y privadas del Municipio de Cajeme, seleccionándose
sujetos de ambos sexos de 11 años.
3.3 Tamaño de la muestra. Se llevó a cabo la compilación de los nombres de los alumnos inscritos en las
escuelas primarias y secundarias de Cd. Obregón del ciclo escolar 2005-2006. Con
la información recopilada se formó una base de datos la cual se utilizó para
determinar el tamaño de la muestra en este proyecto de investigación.
CAPITULO III. MATERIALES Y MÉTODO
18
En la base de datos se registraron un total de 45,412 alumnos de educación primaria
de los cuales el 10.92% estaban en escuelas particulares, el 77.3 % en escuelas
oficiales normales y el 10.46% en escuelas clasificadas como marginales y rurales.
En las escuelas secundarias se registró un total de 17,782 alumnos de los cuales el
9.15% estaban en escuelas particulares, el 63.1% estaban registrados en escuelas
estatales normales, el 13.56% en escuelas oficiales marginales, y el 14.24% en
escuelas oficiales rurales.
Debido a las diferencias de las características físicas que pudieron existir entre los
alumnos de los diversos grados (por la diferencia de edades), sexos y a las posibles
diferencias entre los alumnos de las escuelas particulares, estatales (y dentro de
éstas a las posibles diferencias entre marginales y rurales) se utilizó un muestreo
estratificado de acuerdo a los siguientes factores.
Escuelas primarias:
Grado de primero a sexto.
Sexo, masculino y femenino.
Clasificación: Particular, estatal normal, estatal marginal y estatal rural y marginal.
Con un total de estratos: 48
Escuelas secundarias:
Grado de primero a tercero.
Sexo, masculino y femenino.
Clasificación: Particular, estatal normal, estatal marginal y estatal rural.
Con un total de estratos: 24
Adicionalmente, debido a las facilidades que representaba el obtener las mediciones
de un grupo completo de estudiantes, se consideró que las unidades de muestreo
fueron los grupos de estudiantes del mismo grado dentro de una escuela, de tal
forma que se tuvo un muestreo estratificado con conglomerados.
CAPITULO III. MATERIALES Y MÉTODO
19
A través del muestreo establecido el estudio estuvo conformado por 2371 sujetos
correspondiendo a 263 de 11 años, representando el 11.09 % de la muestra de
estudio. Los participantes de la presente investigación fueron 123 niños
representando el 46.76% y 140 niñas representando el 53.46%, todos ellos
estudiantes de quinto y sexto grado de primaria.
3.4 Cálculo del índice de masa corporal.
Se evaluó el estado nutricio de los niños de 11 años por medio del indicador índice
de masa corporal (IMC), el cual fue calculado dividiendo el peso actual en kg entre
estatura en m2 (SSA, 2000). El diagnóstico fue clasificado por tablas de percentiles
de la OMS (WHO, 1995) ajustadas por edad y género, según los criterios de los
Estados Unidos, utilizando las tablas del National Center for Health Statistics (ver
anexo 2) y de la National Center for Chronic Disease Prevention and Health
Promotion (2000). Las tablas se pueden consultar en las siguientes URL :
http://www.cdc.gov./nchs/data/nhanes/growthcharts/set2clinical/cj41l073.pdf
http://www.cdc.gov/nchs/data/nhanes/ growthcharts/set1clinical/cj41l024.pdf
Con el paquete computacional Epi-Info Versión 3.2, 2004, que utiliza los estándares
internacionales del NCHS (2000) y con la fecha de nacimiento, fecha de medición,
sexo (F/M), peso y estatura se calculó el IMC y el valor del percentil del IMC, ambos
ajustados por sexo y edad. Se consideraron los siguientes criterios según los
percentiles correspondientes en la tabla 1 (Academia Mexicana de Pediatría, 2002,
citado en Barrón, 2003).
CAPITULO III. MATERIALES Y MÉTODO
20
Tabla 1. Criterios de clasificación del percentil de índice de masa corporal (IMC) para niños y adolescentes, ajustados por sexo y edad.
Valor de corte del percentil Categoría del estado nutricio
Valor debajo del percentil 3 (< a 3) Bajo peso
Valor igual o superior al centil 3 e igual o menor al centil 75 (> 3 y < 75)
Normal
Valor superior al percentil 75 (>75) Sobrepeso
Valor superior al percentil 85 (>85) Obesidad
Valor superior al percentil 97 (>97) Obesidad grave
Fuente: Academia Mexicana de Pediatría (2002), citado en Barrón (2003).
La medición de peso y talla fue realizada siguiendo las técnicas de procedimientos
recomendados por la OMS que a continuación se describen (ver anexo 4).
Peso corporal. Para el peso se utilizó una báscula portátil marca AND weighting
modelo FG-150KB con capacidad máxima de 150 kg y precisión de 0.1 g. Cada día
antes de comenzar las mediciones se verificaba la precisión de la báscula. Durante la
medición la báscula se encontraba en una superficie plana, horizontal y firme para
ser equilibrada y nivelada en cada lugar donde se colocaba. Las mediciones se
realizaron teniendo al sujeto con el mínimo de ropa, y sin cintos, lentes, suéter,
chamarras u otras prendas diferentes al pantalón o falda, blusa o camisa y ropa
interior, además de prestar un cuidado especial para evitar objetos en los bolsillos.
Los sujetos se pesaron sin zapatos o tenis y cuidando que los pies estuvieran en una
posición central y simétrica con la plataforma de la báscula, manteniendo además las
manos a los costados.
CAPITULO III. MATERIALES Y MÉTODO
21
Talla. Para la medición de la talla, se utilizó una cinta métrica metálica graduada en
cm la cual se instrumentó como equipo de medición el estadiómetro. Los sujetos se
colocaron de pie de manera que los talones estuvieran ligeramente unidos y
guardando un ángulo de 45º. Los brazos se mantuvieron a los ostados y colgando
libre y naturalmente a lo largo del cuerpo, mientras que la cabeza permaneció en el
plano de Frankfort (paralela al piso). Los talones, glúteos, espalda y parte posterior
de la cabeza se posicionaron en contacto con el instrumento, haciendo coincidir la
línea mediosagital del cuerpo con la línea media del instrumento. En el caso de
niñas, fueron despojadas momentáneamente de los accesorios que sujetaban el
cabello, así como de peinados que obstruían la medición.
3.5 Consumo de alimentos por recordatorio de 24 h.
Para el estudio de consumo de nutrimentos se utilizó como instrumento de medida la
encuesta dietaria recordatorio de 24 h (Sanjur y Rodríguez, 1997). Éste instrumento
es considerado eficaz para determinar el patrón de ingesta de alimentos en estudios
poblacionales (ver anexo 3).
Los niños fueron entrevistados por alumnos de la carrera de alimentos previamente
entrenados en la aplicación de la encuesta y quienes preguntaron sobre el consumo
de alimentos en las 24 h previas a la entrevista (ver anexo 4). Un día de la semana
se seleccionó al azar entre martes a viernes. La descripción de los alimentos
consumidos incluía también aquellos que comúnmente se ingieren entre horas como
frituras, bocadillos y bebidas, además de los ingredientes principales de algunos
platillos que se preparan en forma particular. Para obtener las porciones consumidas,
la entrevista se apoyó con fotografías y modelos de alimentos. Asimismo se
mostraron vasos, tazas y cucharas previamente calibradas según las
recomendaciones de Sanjur y Rodríguez (1997).
CAPITULO III. MATERIALES Y MÉTODO
22
Con el análisis de los datos del recordatorio de 24 horas se estableció el patrón de
consumo de alimentos, el cual fue calculado obteniendo la frecuencia de cada
alimento consumido, entre el total de los individuos, con esto se obtuvo el porcentaje
de cada tipo de alimento.
3.6. Estimación del consumo de energía y nutrimentos
Los datos colectados fueron introducidos en el software escolar Nutrisys que
contiene la base de datos de las Tablas de Composición de Alimentos en el Noroeste
de México, proporcionadas por el Centro de Investigación en Alimentación y
Desarrollo, A.C. de Hermosillo, Sonora (Juvera y col., 1990). Con ello se calculó el
consumo de energía (en kcal/d) y macronutrimentos.
Los macronutrimentos se reportaron como el porcentaje de consumo en referencia al
porcentaje que representaron del valor energético total, %VET. Para esto se
multiplicó los gramos de proteína, carbohidratos y grasa consumidos por 4, 4 y 9
kcal/g, respectivamente; posteriormente se dividió entre el consumo energético total
y se multiplicó por 100, como se muestra a continuación.
% VET = (g macronutrimento x kcal/g x 100
Energía total consumida
Se calculó el porcentaje de adecuación (%A) con respecto a las Ingestiones Diarias
Recomendadas (IDR) para población mexicana publicadas por el Instituto Nacional
de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (2001). El cálculo se realizó con el
consumo promedio de cada nutrimento específico dividido entre el valor de la IDR y
posteriormente se multiplicó por 100.
CAPITULO III. MATERIALES Y MÉTODO
23
% A = Consumo promedio de nutrimento X 100
Valor de IDR
3.7. Análisis estadístico
Se llevó a cabo un análisis estadístico descriptivo de las variables antropométricas
estudiadas, para lo cual se creó una base de datos en el programa Microsoft Excel
2000, y se calcularon porcentajes, medias y desviación estándar. Además se
analizaron las diferencias significativas de las variables entre mujeres y hombres.
Se calculó la ingestión media y la desviación estándar de la energía total y
macronutrimentos, obtenidos de los alimentos consumidos. Estos resultados fueron
comparados con el IDR correspondiente a sexo y edad (INCMyNSZ, 2001). Además
se analizó la correlación entre el IMC y el consumo de energía y macronutrimentos
de los escolares, para observar la interdependencia de las variables. Se analizaron
las diferencias significativas de las variables a través de análisis de varianza por
sexo, en el programa statgraphics plus versión 5.1.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
CAPÍTULO IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
4.1 Distribución por escuela de procedencia En la presente investigación se analizó una muestra de 263 escolares dentro de la
categoría de 11 años de edad, los cuales 123 fueron niños (46.76%) y 140 niñas
(53.23%), estos sujetos asistían a las escuelas del sector tanto público como privado,
ubicadas en Cd. Obregón, Sonora.
La distribución por tipo de escuela de los participantes se muestra en la figura 2, la
cual abarcó un 87% en escuelas públicas y un 13% en escuelas privadas.
87%
PRIVADAS, 13%
PÚBLICASPRIVADAS
PÚBLICAS,
Figura 2. Distribución de los escolares por escuela de procedencia.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
25
4.2 Estimación de la prevalencia de sobrepeso y obesidad
En la tabla 2 se presentan las variables medidas en los escolares (promedio y
desviación estándar), así como el cálculo del IMC.
Tabla 2. Características antropométricas de escolares de 11 años de Cajeme, Sonora.
Variable Niños n = 123
Niñas n = 140
Edad (años) 11.45±0.30 11.48±0.30 Edad (meses) 137.38±3.57 137.75±3.64 Peso (kg) 43.29±13.30 44.52±10.90 Estatura (m) 1.46±0.08a 1.48±0.07b IMC (kg/m2) 20.07±4.93 20.22±4.18
a, b Los superíndices diferentes por fila indican diferencia estadísticamente significativa por sexo (p<0.05).
Se puede apreciar en la tabla 2 que el promedio de las variables medidas fueron muy
similares entre los niños y niñas. Por ejemplo el IMC de los niños fue en promedio de
20.07±4.93 kg/m2 y las niñas de 20.22 ±4.18 kg/m2, lo cual indicó que no existe
diferencia significativa; solo en la variable estatura se encontró una diferencia
significativa siendo 1.46±0.08 en niños y 1.48±0.07 en niñas. (p<0.05).
En un estudio realizado en el estado de Sonora en el periodo de octubre de 2002 a
junio de 2003 donde se eligieron 17 municipios, con una muestra total de 360 niños
escolares entre 9 y 11 años, dió como resultado un IMC de 17.2±0.1 (Ramírez-
López y col., 2005), en comparación con nuestra investigación en el municipio de
Cajeme las niñas muestran un resultado de 20.22±4,18 y los niños 20.07±4,93,
según estos resultados se puede apreciar que el municipio de Cajeme tiene un IMC
mas elevado en comparación con el reportado por dichos autores en la totalidad del
estado de Sonora.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
26
En la figura 3 se puede observar la distribución de los sujetos como grupo según el
IMC, en donde se obtuvieron las siguientes categorías en orden descendente, en la
mayoría de los escolares (49.81%) el IMC fue normal, siguiendo obesidad con un
24.71%, obesidad grave con un 12.93%, posteriormente se encontró sobrepeso con
un 9.51% y por último se encontró bajo peso con un 3.04%
0102030405060
IMC (kg/m2) de niños y niñas
Por
cent
aje
de in
divi
duos
IMC GENERAL 3.04 49.81 9.51 24.71 12.93
bajo peso normal sobrepeso obesidad obesidad graveF
Figura 3. Distribución de escolares de 11 años de edad en Cajeme, Sonora, según el IMC.
En la figura 4 se presenta el comportamiento del IMC comparando las niñas con los
niños, en donde se obtuvo un porcentaje ligeramente mayor en niños en la categoría
de normalidad con un 50.41%, el cual para las niñas fue de 49.29%. Con respecto a
obesidad se obtuvo un patrón muy similar con un 24.39% y 25% en niños y niñas
respectivamente. En tercer lugar obtuvimos obesidad grave donde los niños tienen
14.63% y las niñas tienen 11.43% Posteriormente se encontró en los niños un
sobrepeso de 8.13% y las niñas 10.71%, por último se encontró bajo peso en los
niños con 2.44% y las niñas con un 3.57%.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
27
En un estudio realizado por Hernández y col. (1999) con 1, 415 niños de entre 5 y 11
años, en la región norte del país según la Encuesta Nacional de Nutrición de 1999
se encontró que la prevalencia en obesidad encontrada fue del 28 %, mientras que
la encontrada en el presente investigación fue de 24.71%, por lo que ambas son
prevalencias semejantes. Con respecto a sobrepeso se encontró un 33.45% mientras
este estudio en escolares de 11 años fue de 9.51%, donde podemos observar que
existe un porcentaje muy elevado en la muestra de los autores comparado con el de
la presente investigación.
0
20
40
60
IMC(kg/m2) de niños y niñas
Por
cent
aje
de in
divi
duos
IMC NIÑAS 3.57 49.29 10.71 25 11.43
IMC NIÑOS 2.44 50.41 8.13 24.39 14.63
bajo peso normal sobrepeso obesidad obesidad grave
Figura 4. Comparación de la distribución del IMC entre niños y niñas de 11 años de edad en Cajeme, Sonora.
En otro estudio realizado en Uruguay (Pisabarro y col., 2002) con niños de 9-12 años
y factores contribuyentes a obesidad, mediante una muestra representativa nacional
de 886 niños de 9-12 años (449 niños y 437 niñas). De los niños estudiados en dicha
investigación, un 74% clasificó como normal, mientras que en la presente
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
28
investigación realizada en el municipio de Cajeme se obtuvo 49.81% en niños y
niñas; 17% sobrepeso en el estudio realizado en Uruguay diferente a lo encontrado
en la presente muestra con un 9.71 % por lo que podemos observar que se presenta
una diferencia del 7.29% mayor en Uruguay. Se reportó un 9% en rangos de
obesidad en contraste en este estudio se obtuvo 24.71%, es decir los niños del
municipio de Cajeme han sobrepasado con una diferencia considerable el porcentaje
de sobrepeso a obesidad, lo cual marca la diferencia en su IMC y sus hábitos
alimenticios.
En el estudio realizado (Pisabarro y col., 2002) no hubo diferencias significativas en
el IMC entre ambos sexos (p=0,29), similar a los resultados de la presente
investigación mostrados en la tabla 2.
4.3 Patrón de consumo de alimentos
En la tabla 3 se encuentra el resultado obtenido del patrón de consumo de alimentos,
donde en primer lugar se obtuvo el consumo de refresco con 65.81%. El consumo de
éste, como el de bebidas azucaradas, aumenta el riesgo de que un niño pueda sufrir
de obesidad y sobrepeso (UCCE, 2002). En segundo lugar están el consumo de
leche con un 59.83%, al igual que las frituras con un 59.83%, mientras que en tercer
lugar estuvieron las tortillas de maíz con un 58.12 %, y en cuarto lugar con un 53.83
% de consumo el huevo, por ultimo en quinto lugar los frijoles con 49.57%. Por otro
lado se puede observar que las verduras quedaron hasta el octavo lugar con un
44.44% y las frutas hasta el lugar número 17 con un 21.37%.
Con respecto a frutas y vegetales se encuentran en el patrón de consumo después
de los primeros 5 lugares, en los niños aparece hasta el octavo lugar por consumo de
vegetales y en las niñas hasta el décimo lugar en forma de jugo. En un estudio
realizado en niños de 10 a 14 años en Buenos Aires, Argentina (Castañola y col.,
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
29
2004) por la técnica del recordatorio del día siguiente se encontraron resultados
similares al estudio presente donde el consumo de frutas y vegetales indica que el
67.1% no ingirió ninguna porción de vegetales o frutas y solo el 1.2%, 5 porciones o
mas.
Tabla 3. Patrón de consumo de alimentos de niños de 11 años de Cajeme, Sonora (n =123).
Alimento %
consumo Alimento %
consumo 1. Refresco 65.81 16.Chocolate en polvo 23.93 2. Leche 59.83 17. Fruta f 21.37 3. Frituras 59.83 18. Chorizo 18.80 4. Tortilla maíz 58.12 19. Aderezo 16.24 5. Huevo 53.85 20. Dulces 16.24 6. Frijoles 49.57 21. Picantes 16.24 7. Tortilla harina 49.57 22. Arroz blanco 10.26 8. Verdura a 44.44 23. Hot dog 7.69 9. Bebidas b 42.74 24. Galletas dulces 6.84 10. Queso c 42.74 25. Galletas salada, ritz 5.98 11. Caldos d 41.88 26. Pizza 5.98 12. Embutidos 34.19 27. Spaghetti 5.98 13. Carne preparada 33.33 28. Atún 5.13 14. Pan e 33.33 29. Papas fritas 5.13 15. Cereal 32.48 30. Pollo rostizado 5.13
a. Brócoli, aguacate, papas, lechuga, tomate, zanahoria, calabaza, cilantro, cebolla, chile verde, elote, limones, apio, pepino b. Jugo de frutas, jugo de arándanos, manzana, jugo de uva, de piña, horchata, limonada, jugo naranja, jugo de mango, cebada, gatorade, kool aid, pau pau, clight c. Fundido, amarillo, fresco d. Fideo, queso, cocido, de pollo, albóndigas, de res e. Pan de dulce y pan blanco f. Plátano, papaya, mandarina, manzana, sandía, pera En la tabla 4 del patrón de consumo de alimento de las niñas tenemos en primer
lugar las tortillas con un 65%, en segundo lugar el consumo de refresco con un
61.43%, en tercer lugar el consumo de frituras con el 49.29%, en cuarto lugar el
consumo de leche con 47.86% y en quinto lugar golosinas con 40.71%.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
30
Tabla 4. Patrón de consumo de alimentos de niñas de 11 años de Cajeme, Sonora (n = 140).
Alimento % consumo Alimento % consumo 1. Tortilla 65 16. Pan 21.43 2. Refresco 61.43 17. Caldo d 21.43 3. Frituras 49.29 18. Lácteos e 19.29 4. Leche 47.86 19. Galletas 15 5. Golosinas 40.71 20. Tacos f 11.43 6. Fríjol 37.86 21. Mollete 11.43 7. Carne 34.29 22. Bebidas 11.43 8. Carnes frías a 32.14 23. Sándwich 10.71 9. Huevo 30.71 24.Quesadilla 10 10. Jugo 27.86 25. Torta 9.29 11. Pastas 27.86 26. Pollo 9.29 12. Fruta b 26.43 27.Tostadas 8.57 13. Cereal 26.43 28. Pescado 7.14 14.Verdura c 25 29. Licuado 7.14 15. Papa 22.14 30. Hot dog 2.86
a. Jamón, salchichas, tocino b. Pera, plátano, pepino, mandarina, manzana c. Tomate, pepino, cilantro, chile, calabaza, papas, lechuga, cebolla d Albóndigas, cocido, de res, fideos e. Yogurt, mantequilla, queso f. De carne asada, de cochinita En un estudio realizado en el Estado de Nuevo León (Ramos y col,, 2005) sobre el
patrón de consumo de alimentos, se obtuvo, que en primer lugar se encuentra el
huevo con el 67.05% de las familias, en segundo lugar la tortilla de maíz blanco con
el 66.62%, en tercer lugar los refrescos de cola con el 64.38%, en cuarto lugar el fríjol
con 59.36%, en quinto lugar la leche pasteurizada con el 56.83%, y el aceite de
cártamo con el 50.61%.
En comparación con los resultados obtenidos en la presente investigación se obtuvo
en primer lugar el consumo de refresco en el caso de los niños, en cambio en las
niñas como primer lugar se obtuvo el consumo de tortillas. En ambas investigaciones
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
31
los datos muestran que el refresco y las frituras siguen siendo un alimento de
preferencia dentro de la alimentación de los niños escolares en la región del norte de
México; por otro lado se encuentra la tortilla, la leche y huevos dentro de los primeros
lugares, los cuales son alimentos básicos para el desarrollo de las funciones del
organismo en los escolares así como el desarrollo y las capacidades para el
aprendizaje (García,1998), esto puede ser un indicador positivo dentro de la
alimentación de los niños escolares.
En otro estudio realizado en niños escolares de 6 a 12 años en México (Valdez y col.,
2004), donde los resultados fueron, en primer lugar la leche con un 68%, en segundo
lugar la tortilla de maíz con un 47%, en tercer lugar las golosinas con 38%, en cuarto
lugar los frijoles con 35% y en quinto los huevos con 25%. Este patrón de
alimentación muestra claramente que los alimentos consumidos por los niños
escolares del municipio de Cajeme tienen una gran similitud, dentro de los primeros 5
lugares de los alimentos mas consumidos, solo cabe mencionar que sigue estando
en los primeros lugares alimentos como las golosinas, que realmente no son tan
recomendables dentro del la alimentación de un niño.
Dentro de los alimentos mas importantes que se deben de consumir se encuentran el
huevo, la proteína que este contiene posee un valor biológico más cercano al ideal
(95%); le siguen las carnes, los pescados y la leche, con un valor biológico de 75 %
(Nicolás, 2001), y se puede observar que solo el huevo se encuentra dentro de los
primeros 5 lugares de preferencia en este estudio.
4.4. Consumo de energía y nutrimentos En la tabla 5 se muestra la distribución del valor energético total (% VET) de los
macronutrimentos en niños y niñas, de acuerdo a la distribución de energía que
deben aportar cada uno de estos.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
32
Tabla 5. Valor energético total de escolares de 11 años de Cajeme Sonora.
Nutrimento Niños
n = 123 Niñas
n = 140 Carbohidratos (%VET) 51.33±10.85 53.51±10.33 Proteína (%VET) 14.39±3.76 14.09±4.02 Grasa (%VET) 34.73±8.62 33.24±8.67
La ausencia de superíndices representa la carencia de diferencia estadísticamente significativa por sexo (p<0.05).
Con respecto al consumo de hidratos de carbono los niños presentaron una
distribución energética de 51.33±10.85% y en las niñas de 53.51±10.33%, con
respecto a las proteínas los niños tienen un porcentaje de consumo de 14.39±3.76 y
las niñas un porcentaje de 14.09±4.02, finalmente en lo que respecta a grasa los
niños presentan un porcentaje de 34.73±8.62 y las niñas un porcentaje de
33.24±8.67. De acuerdo a los resultados anteriores tanto niños como las niñas
presentan una adecuada distribución energética en el consumo de proteínas (14% de
acuerdo ala IDR), en cambio la distribución en el consumo energético de
carbohidratos se encuentran ligeramente por debajo de la IDR (55-60%) finalmente
con respecto al consumo de lípidos esta por encima de la IDR (25 -30%). No se
encontró diferencia estadísticamente significativa en las variables medidas entre los
niños y las niñas.
En la tabla 6 se presentan los resultados por sexo respecto a la energía consumida y
los macronutrimentos. Se observa que los niños tienen un promedio de consumo de
energía expresado en Kcal/d de 2020.86±784.43 mientras que las niñas tienen un
promedio de 1877.14±588.44. En un estudio realizado en Sao Paolo Brasil de niños
entre 11 y 17 años (Doratioto y col., 2001), obtuvieron 2733.87 ± 891.52 y las niñas
2197.23 ± 825.68 kcal/d los cuales presentan resultados mas elevados de consumo
de energía en comparación con los niños del municipio de Cajeme.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
33
En lo que respecta a hidratos de carbono los niños consumieron 260.97±116.71 g/d y
las niñas consumieron 250.17±89.16 g/d, no se encontró diferencia significativa
(p>0.05); En grasa los niños consumieron 78.18±37.35 g/d, y las niñas consumieron
69.91±29.47 g/d; con respecto a proteína los niños consumieron 71.60±30.44 g/d y
las niñas 65.83±28.41 g/d. Se observó que las niñas tuvieron un menor consumo de
macronutrimentos que los niños. Así mismo la tabla 6 muestra el desglose respecto a
fibra y los tipos de grasa consumidos; podemos decir que de acuerdo a los
resultados que se muestran no hay diferencia estadísticamente significativa entre
niños y niñas en las diferentes variables medidas, a excepción de grasa total y grasa
poliinsaturada (p<0.05).
Tabla 6. Consumo promedio de energía y macronutrimentos de escolares de 11 años de Cajeme, Sonora.
Nutrimento Niños
n =123 Niñas
n = 140 Energía (kcal/d) 2020.86±784.43 1877.14±588.44 Carbohidratos (g/d) 260.97±116.71 250.17±89.16 Fibra (g/d) 22.89±13.18 20.57±11.19 Fibra soluble (g/d) 5.24±3.82 4.61±3.23 Fibra insoluble (g/d) 13.32±9.35 11.63±7.35 Proteína (g/d) 71.60±30.44 65.83±28.41 Grasa (g/d) 78.18±37.35a 69.91±29.47b Grasa saturada (g/d) 26.31±13.60 23.97±10.67 Grasa monoinsaturada (g/d) 29.60±16.60 26.38±13.11 Grasa poliinsaturada (g/d) 13.73±8.50a 11.87±7.03b
a, b Los superíndices diferentes por fila indican diferencia estadísticamente significativa por sexo (p<0.05).
En un estudio realizado en colegios escolares privados en Quito, Ecuador (Castro y
col., 2001), presentaron los siguientes resultados, hidratos de carbono 246,4 ±
123,87 g/d, con respecto a proteínas 68,7 ± 22,5 g/d, y en cuanto a grasa 54,34 ±
28,7 g/d; el consumo de hidratos de carbono es muy similar a los resultados
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
34
obtenidos en este; en cuanto a grasa y proteína Ecuador tuvo un consumo menor
que los niños escolares del municipio de Cajeme.
En la tabla 7 se presentan los resultados por sexo, respecto a los micronutrimentos
consumidos.
Se observó que en cuanto a colesterol, los niños tienen un consumo de
383.10±332.18 mg/d y las niñas 288.83±252.93 mg/d; en calcio un consumo de
875.01±435.73 mg/d y un consumo de 288.83±252.93 mg/d; hierro con un
12.92±5.68 mg/d y un 11.58±4.89 mg/d; potasio con un 1802.87±941.16 mg/d y un
1768.51±1089.36 mg/d; sodio con un 3260.11±1764.56 mg/d y un 2749.02± 1345.76
mg/d; en vitamina A con un 724.02±708.25 mg/d y un 605.63± 552.36 mg/d; en
vitamina C con un 61.95±65.48 mg/d y un 72.02±67.21 mg/d; en vitamina E con
un 6.86±7.13 mg/d y un 5.33±4.22 mg/d; folato con un 166.53±145.61μg/d y un
150.64±148.47μg/d; en zinc un consumo de 9.03±5.32 mg/d y un 8.36±4.87 mg/d
respectivamente. En colesterol, hierro, sodio y vitamina E, se encontraron diferencias
estadísticamente significativas en las diferentes variables medidas entre niños y
niñas (p<0.05).
Tabla 7. Consumo promedio de micronutrimentos de escolares de 11 años de Cajeme, Sonora.
Niños Ñiñas Nutrimento
n = 123 n = 140 Colesterol (mg/d) 383.10± 332.18a 288.83 ± 252.93b Calcio (mg/d) 875.01±435.73 826.93 ± 690.71 Hierro (mg/d) 12.92±5.68 a 11.58± 4.89 b Potasio (mg/d) 1802.87±941.16 1768.51±1089.36 Sodio (mg/d) 3260.11±1764.56 a 2749.02± 1345.76 b Vitamina A (μg/d) 724.02±708.25 605.63± 552.36 Vitamina C (mg/d) 61.95±65.48 72.02±67.21 Vitamina E (mg/d) 6.86±7.13 a 5.33±4.22 b Folato (μg/d) 166.53±145.61 150.64±148.47 Zinc (mg/d) 9.03±5.32 8.36±4.87
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
35
a, b Los superíndices diferentes por fila indican diferencia estadísticamente significativa por sexo (p<0.05).
4.5 Relación de energía y macronutrimentos con respecto a su IMC. En la figura 5 muestra la relación del consumo de energía en kcal/d dada en relación
con el índice de masa corporal en niños y niñas.
niñas R2 = 0,0074
niños R2 = 0,0228
0
1000
2000
3000
4000
5000
6000
7000
10 12.5 15 17.5 20 22.5 25 27.5 30 32.5 35 37.5 40
IMC (kg/m2)
Ene
rgia
energia niñosenergia niñas
Figura 5. Consumo de energía de escolares de 11 años en relación con su IMC.
Se puede apreciar que en ambos sexos el valor de correlación se observa muy bajo,
por lo que no presentan relación entre el consumo de energía y el incremento del
IMC; esto indica que las variables no son proporcionales
La figura 6 muestra la relación del porcentaje de energía por hidratos de carbono en
relación con el IMC.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
36
niñas R2 = 0,0237
niños R2 = 0,043
0102030405060708090
10 12.5 15 17.5 20 22.5 25 27.5 30 32.5 35 37.5 40
IMC (kg/m2)
% d
e en
ergi
a po
r hi
drat
os d
e ca
rbon
o
% CHO niños% CHO niñas
Figura 6. Hidratos de carbono (% energía) consumidos por escolares de 11años en relación con su IMC.
Se observa en la figura 6 que la tendencia no es proporcional a la cantidad de
hidratos de carbono consumidos respecto al IMC, tanto en los niños como en las
niñas, la línea de tendencia en los niños y niñas marca una r2= 0.043 y r2= 0.0237,
respectivamente, lo cual quiere decir que no hay una relación entre las dos variables
analizadas, por lo que no hay una proporción entre los hidratos de carbono
consumidos y el IMC.
Con respecto al consumo de hidratos de carbono los niños presentaron una
distribución energética de 51.33±10.85% y en las niñas de 53.51±10.33% (tabla 6).
En un estudio realizado en niños preescolares y escolares mexicanos, usando datos
de la Encuesta Nacional de Nutrición, 1999 (Barquera y col., 2003) se encontró que
la mayor ingestión de hidratos de carbono fue observada en la región sur de México ,
mientras que la región norte se reportó un menor consumos de este
macronutrimento, por lo se puede corroborar los resultados del presente estudio, ya
que este fue realizado en la región norte de México y se observó una deficiencia de
este macronutrimento de acuerdo a la IDR, en los sujetos analizados.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
37
La figura 7 muestra la correlación del porcentaje de energía por grasa consumida en
relación con su IMC. Al llevar a cabo el análisis de correlación del IMC con el
consumo de grasa se encontró que aunque existe una correlación muy baja entre las
variables, tanto en los niños como en las niñas, si se observó una línea de tendencia
positiva; es decir que al incrementar el IMC se incrementa el consumo de grasa. Los
niños obtuvieron un valor de correlación de r2= 0.0359, con respecto a las niñas la
línea de tendencia marcó una r2= 0.0397. Esto muestra que al igual que los niños hay
una proporcionalidad entre la grasa consumida y su IMC.
Además se encontró en grasa un 34.73±8.62 % en niños y 33.24±8.67% (tabla 6) en
niñas por lo que podemos observar que se sobrepasa ligeramente los límites
recomendados para la ingesta de grasa en infantes. En un estudio realizado en niños
preescolares y escolares mexicanos, usando datos de la Encuesta Nacional de
Nutrición, 1999 (Barquera y col., 2003) registró que la mayor ingesta de grasa fue la
reportada en la región norte del país, por lo que existe concordancia entre el estudio
realizado por Barquera y la presente investigación.
niñosR2 = 0,0359
niñas R2 = 0,0397
0
10
20
30
40
50
60
10 12,5 15 17,5 20 22,5 25 27,5 30 32,5 35 37,5 40
IMC (kg/m2)
% d
e en
ergi
a po
r gra
sa
% grasa niños% grasa niñas
Figura 7. Grasa (% energía) consumida por escolares de 11 años en relación con su IMC.
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
38
En otros estudios se ha demostrado que los individuos obesos tienen mayor
consumo de grasas y menor de hidratos de carbono que los individuos de peso
normal (Ortega-Andrés, 1998), con respecto a estos datos la muestra estudiada
presenta un patrón similar de consumo de macronutrimentos donde el consumo de
grasa es elevado con respecto a lo recomendado.
La figura 8 muestra la relación del porcentaje de energía por proteínas consumidas
en relación con su IMC. Se puede apreciar en la figura 8 que la correlación no es
proporcional a la cantidad de proteínas consumidas respecto a su IMC, tanto en los
niños como en las niñas, como resultado en niños la r2= 0.0093, lo que marca
claramente que no hay una relación directa entre las variables, con respecto a las
niñas la r2= 0.0011 esto indica al igual que los niños no hay una proporcionalidad
entre las proteínas consumidas y su IMC.
niños R2 = 0,0093
niñas R2 = 0,0011
0
5
10
15
20
25
30
35
10 12.5 15 17.5 20 22.5 25 27.5 30 32.5 35 37.5 40
IMC (kg/m2)
% d
e en
ergi
a po
r pro
tein
as
% pro niños% pro niñas
Figura 8. Proteínas (% energía) consumida por escolares de 11años en relación con su IMC.
Según el mismo estudio realizado en niños escolares en la región norte del país de
México respecto al consumo de proteínas se registra de 13.8% (Barquera y col.,
2003), comparado con el estudio actual realizado los niños escolares se puede
CAPITULO IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
39
observar en los niños un resultado de 14.39±3.76% para los niñas 14.09±4.02% lo
cual se puede apreciar que específicamente en el municipio de Cajeme existe un
consumo mas elevado con respecto al área norte del país.
Finalmente se puede decir con los resultados observados que la correlación del IMC
de los escolares de 11 años de Cajeme, Sonora, evaluados en la presente
investigación con el consumo de energía total y la energía aportada por proteínas fue
muy baja, mientras que la línea de la pendiente de correlación con la energía
aportada por hidratos de carbono fue inversamente proporcional, aunque muestra
valor positivo. Así mismo, el consumo de lípidos si presentó una correlación mayor
con el índice de masa corporal tanto en niñas como en niños en comparación con los
demás macronutrimentos, aunque también fue baja.
CAPITULO V. CONCLUSIONES Y RECOMEDACIONES
CAPÍTULO V.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Según los resultados de la presente investigación, el 87% de los escolares
evaluados asisten a escuelas públicas mientras que el 13% pertenece a escuelas
privadas. Con respecto al índice de masa corporal, los niños presentaron muy
similar grado de obesidad con respecto a las niñas (24.39% y 25%,
respectivamente); en lo que comprende sobrepeso, las mujeres sobrepasaron a los
hombres con muy poca diferencia.
Con respecto al patrón de consumo de alimentos, los niños presentaron un mayor
consumo de refresco, ocupando éste el primer lugar de preferencia, y frituras como
tercer lugar; en cambio las niñas presentaron un porcentaje menor de consumo de
refresco, al igual que frituras y golosinas, ocupando estos alimentos los primeros
cinco lugares de preferencia del consumo diario en ambos sexos. De acuerdo a los
resultados anteriores se puede observar que los escolares han cambiado los
alimentos básicos por alimentos que no conllevan a una buena nutrición y por lo
tanto, esto se puede ver reflejado en el aumento de obesidad y una deficiencia del
desarrollo físico.
Con respecto al consumo de energía, el total de los escolares (ambos sexos)
presentaron un promedio de energía aproximado de 1949 kcal/d, lo cual es una
cantidad de kilocalorías adecuada para la edad en que se encuentran los escolares.
En cuanto a la distribución energética de los macronutrimentos se presentó un
consumo de energía proveniente de proteína adecuado, una ligera deficiencia en
cuanto al consumo de hidratos de carbono y finalmente un elevado consumo de
grasa en comparación con la IDR. Esto último se puede justificar ya que se presentó
dentro del patrón de consumo de alimentos las frituras y los alimentos altos en grasa.
CAPITULO V. CONCLUSIONES Y RECOMEDACIONES
41
Según los datos presentados al analizar la relación entre el índice de masa corporal
con el porcentaje de la energía proveniente de macronutrimentos no se presentó
correlación adecuada en lo que respecta al consumo de energía como de proteínas y
carbohidratos, ya que los valores fueron bajos. Sin embargo, se obtuvo una línea de
tendencia positiva en cuanto al consumo de grasa y el incremento de IMC, aunque
también con un índice de correlación bajo.
A partir de la problemática encontrada como es la obesidad y sobrepeso, es
recomendable la educación nutricional, comenzando por las escuelas y el hogar.
Esta problemática se puede atacar de una manera preventiva, es decir fomentar más
el deporte por medio de programas preventivos, así como los buenos hábitos
alimenticios. Por otro lado, la falta de conocimiento de la población acerca de los
factores que influyen para el desarrollo de obesidad, así como los nuevos estilos de
vida donde los padres trabajan y tienen menos tiempo para preparar alimentos de
mayor calidad nutricional, hacen más difícil que se encuentren estrategias para
prevenir la propagación de estos problemas crónico-degenerativos.
Es también necesario dar a conocer, por medio de programas, la realidad de las
estrategias de la mercadotecnia con respecto a los alimentos chatarra y golosinas; es
decir, dar a conocer los efectos que el consumo de estos puede ocasionar en caso
de excederlos.
ANEXOS 50
ANEXO I
HOJA DE CONSENTIMIENTO
ANEXOS 51
ANEXO 2
PUNTOS DE CORTE PARA IMC EN NIÑOS Y ADOLESCENTES (FEMENINO Y MASCULINO)
Hombres edad Percentil 3 Percentil 75 Percentil 85 Percentil 97 6.5 13.5 16.4 17.2 19.8 7.5 13.6 16.8 17.6 20.6 8.5 13.6 17.3 18.2 21.8 9.5 13.9 17.9 18.9 23.1 10.5 14.1 18.6 19.8 24.3 11.5 14.4 19.3 20.6 25.4 12.5 14.9 20.0 21.4 26.5 13.5 15.4 20.8 22.2 27.4 14.5 15.9 21.6 23.0 28.2 15.5 16.5 22.3 23.8 28.9
Mujeres edad Percentil 3 Percentil 75 Percentil 85 Percentil 97 6.5 13.2 16.5 17.9 20.2 7.5 13.2 17.1 17.9 21.3 8.5 13.4 17.6 18.7 22.6 9.5 13.6 18.3 19.5 23.8
10.5 13.9 19.0 20.4 25.2 11.5 14.2 19.8 21.3 26.4 12.5 14.7 20.6 22.1 27.7 13.5 15.2 21.3 22.9 28.8 14.5 15.7 22.0 23.7 29.8 15.5 16.2 22.6 24.3 30.8
Tablas de referencia Centro Nacional de Estadísticas en Salud en colaboración con el Centro Nacional para la prevención de Enfermedades Crónicas y promoción de Salud (2000) http://www.cdc.gov/growthcharts Puntos de Corte Bajo peso: debajo del centil 3 Normal: valor igual o superior al centil 3 Valor igual o menor al centil 75 Sobrepeso: valor superior al centil 75 Obesidad: valor por arriba del centil 85 Obesidad grave: valor por arriba del centil 97
ANEXOS 52
ANEXO 3
INGESTA DE ALIMENTOS EN 24 HORAS Nombre __________________________________Sexo: __F __M Edad ___ Peso ____
Estatura_______ Nombre de la escuela___________________________________ Grado_____Grupo______
INGESTA DE ALIMENTOS Hora del
día Cantidad alimento observaciones
¿fue un día normal? ___si ___ no ¿por qué?______________________________________
¿lleva alguna dieta especial? ___________________________________________________
¿dónde comió? ____________________
¿toma algún suplemento? ___si ___no ¿cuál? _______________________________.
Encuestó _______________________________________
ANEXOS 53
ANEXO 4
Aplicación de recordatorio de 24 horas y medición de peso
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