sol y las emociones

Academia Colón Curso de Diseño de Productos Gráficos

Director Creativo: Paco Rosco Texto: Elisa Naharro Valle

Diseño e Ilustración:Cristina Mansilla Gómez Guillermo Ramos CallejaOlga Moreno MonteroLourdes Aulina DuráDaniel Monge Arias María Pérez Perales

Envidia

Egoismo

Soberbia

Pereza

Sol, el oso viajero, llegó un buen día a un bosque desconocido. Allí vivían una serie de criaturas con las que pronto empezó a entablar conversación…

-¡Hola, ratón! Mi nombre es Sol. ¿Por qué tienes esa cara tan triste?-Porque jamás seré tan esbelta como el gallo, tan ágil como la ardilla, ni tendré tanta tranquilidad como la tortuga... -Amiga mía, ¿acaso no sabes que la envidia es el arma de los infelices?

-¡Hola, pavo real!-No me interrumpas, desconocido. ¿No ves que estoy muy ocupado acicalando mis plumas? Vete por donde has venido.-Me iré, pero no sin antes decirte que donde hay soberbia, habrá ignorancia, sin embargo donde hay humildad, habrá sabiduría.

-¡Hola, ardilla! Vengo de hacer un viaje muy largo, ¿me podrías dar una de tus bellotas? Tengo mucha hambre…-¿A ti? ¿Por qué tendría que darte una de mis nueces? ¡Ni pensarlo! -Amiga mía, ¡no hay verdadera felicidad en el egoísmo!

Al final del camino, Sol se encontró con una tortuga que estaba tumbada al sol y le preguntó: -Oye tortuga, ¿No te aburres todo el día sin hacer nada?-¿Para qué malgastar el tiempo haciendo algo mientras puedo estar aquí tumbada?-Amiga mía... ¿acaso no sabes que alguien con pereza es como un reloj sin cuerda?

Las palabras del oso Sol hicieron reflexionar a las criaturas, que decidieron reunirse una tarde en el bosque. Compartieron, jugaron, charlaron, rieron... ¡Y se dieron cuenta de que solucionar sus problemas no era tan difícil si lo hacían juntas!

Y al anochecer, Sol emprendió

satisfecho de nuevo su viaje.

Fin.