sobre itaipu
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Material elaborado en el año 2008
“POR LA CONQUISTA DE NUESTRA SOBERANÍA
SOBRE ITAIPÚ”
Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Pyahurá
Asunción - Paraguay
Introducción
La historia de América Latina documenta ampliamente una clara política anexionista y
sub-imperialista del Brasil en el continente sudamericano; con nuestro país esta historia
no es una excepción: el genocidio del pueblo paraguayo realizado con la Guerra de la
Triple Alianza liderada por el Brasil, el desmembramiento de grandes extensiones
territoriales, y la disputa por la posesión de los Saltos del Guaira, entre otros,
demuestran suficientemente esta política, y anuncian lo que posteriormente sería el
injusto Tratado de Itaipú, firmado por los gobiernos militares autoritarios de ambos
países, carentes de toda legitimidad.
“Una victoria bien brasileña” sostenía sin empacho la revista Manchete, en su edición
No. 1.009, de mayo de 1973, en ocasión de la firma del Tratado. Recientemente, el
ministro de Energía del Brasil Edison Lobao ha expresado que el Tratado de Itaipú es
una “genialidad diplomática”, pretendiendo incluso legitimar a sus firmantes,
sosteniendo que el régimen del Gral. Mario Garrastazú de Médici, no fue una dictadura
militar, sino apenas un “estado de excepción autoritario” (ANSA, 15-10-08).
Igualmente, el canciller Celso Amorin y el director brasileño de Itaipú, Jorge Samek,
han dicho en varias oportunidades que el “tratado es perfecto” y que hay que cumplirlo,
negándose la posibilidad de renegociarlo y ofendiendo de este modo al pueblo
paraguayo.
La “genialidad” y la “perfección” del tratado se basan en la obligación de ceder al Brasil
a precio subsidiado, la energía perteneciente a Paraguay como socio binacional (50%), y
que no es consumida por este (95%). Paraguay recibe una “compensación” de 2,9
U$S/MWh, mientras que en el mercado brasileño esta misma energía es negociada a 62
U$S/MWh.
Este vasallaje y atentado contra nuestra soberanía no hubiera sido posible sin un
contubernio con el gobierno militar (stronista) del Paraguay y sus representantes en los
ámbitos de negociación, que quedarán en el recuerdo como corruptos y apátridas, que
han deshonrado la heroica historia de nuestro país y el nombre del Mcal. Francisco S.
López que justamente ha muerto en manos brasileñas al defender nuestra nación. El
tratado de Itaipú se firmó con numerosas concesiones realizadas por el Paraguay al
Brasil a espaldas y en contra de la voluntad del pueblo.
El Tratado de Itaipú, resultado de una política de ocupación e imposición
brasileña
La cronología de este proceso nos lleva al momento inmediato de la postguerra de la
Triple Alianza, en 1872, estando nuestro país ocupado militarmente por los brasileños,
se le impuso un desmembramiento territorial que llegaba hasta el Salto del Guairá en
virtud del interés del Brasil sobre el mismo.
En 1964, los gobiernos de Paraguay y Brasil concordaron en un comunicado oficial de
prensa realizar “el aprovechamiento conjunto del potencial hidroeléctrico del Salto del
Guairá…” iniciando los diferentes estudios para la construcción de una hidroeléctrica.
Lamentablemente, en ese mismo año cae el gobierno populista de Goulart, asumiendo el
gobierno el Gral. Castello Branco, que sin reparos instala sus tropas en el Salto del
Guairá. Ante la ocupación militar de los brasileños, se concierta en 1966, la venida del
Secretario de Estado Norteamericano Dean Rusck, con quien se consigue el retiro de las
tropas brasileñas, el reconocimiento del condominio sobre los saltos, y la posibilidad de
realizar los estudios para su aprovechamiento energético.
En junio de 1966, los ministros de relaciones exteriores de Brasil Juracy Magalhaes y de
Paraguay Raul Sapena Pastor, firmaron el Acta de Foz de Yguazú, donde se acordó el
aprovechamiento del recurso hídrico y la potencialidad de los saltos, pertenecientes a
los dos países. Entonces, una de las clausulas del proyecto ya planteaba: Art. VI: “Se
acuerda establecer, que la energía eléctrica eventualmente producida por los desniveles
del Río Paraná, desde e inclusive el Salto del Guairá hasta la boca del Río Yguazú, será
dividida en partes iguales entre los dos países, siendo reconocido a cada uno de ellos el
derecho de preferencia para la adquisición de esta energía a precio justo, que será
oportunamente fijado por especialistas de los dos países, de cualquier cantidad que no
sea utilizada para la satisfacción de las necesidades del consumo del otro país”. Este es
el punto donde comienza a concretarse la situación de injusticia que hoy padece el
Paraguay.
En abril de 1973, el Gral. Mario Garrastazú de Médici y el Gral. Alfredo Stroesner
firmaron el Tratado de Itaipú. Los negociadores del Paraguay, en abierta violación a la
soberanía nacional y en contra de la protesta de estudiantes, opositores y la prensa
escrita, que se pudo realizar bajo el gobierno represivo stronista, aceptaron cambiar “el
derecho de preferencia sobre la energía excedente a precio justo”, por “el derecho
de adquisición de la energía excedente a precio de compensación”. Asimismo,
consintieron también que, aunque se creaba la entidad binacional “…en igualdad de
derechos y obligaciones…” la central hidroeléctrica sea dirigida, controlada y
administrada básicamente por el Brasil. Las direcciones ejecutivas General, Técnica y
Financiera, siempre estuvieron en manos de los brasileños (Hay que asumir que los
directores y consejeros puestos por los paraguayos, por razones políticas, no siempre
fueron de perfil adecuado para estas funciones). Otras partes del tratado son los Anexos:
A, B y C, modificados varias veces por el Brasil a través de las llamadas “Notas
Reversales”.
Nuestro país no se beneficia equitativamente por la producción de la
hidroeléctrica
El Tratado de Itaipú, con el cual se altera el Acta de Foz de Yguazú, no permite al
Paraguay la LIBRE DISPONIBILIDAD DE LA ENERGÍA y menos UN PRECIO
JUSTO, impidiendo la venta a terceros del 50% de la energía que le pertenece. Por esta
razón, el Paraguay tiene actualmente una limitación muy fuerte en sus ingresos
comparativamente a los valores de la energía en el mundo.
Precio promedio de la energía en el mercado del Brasil
UIA/ANDE, ABC 21-12-2008
Diferencia entre el costo de producción y el precio de mercado de la energía en
Brasil, 2008
1.Precio mercado Brasil 62,06 U$S/MWH
2.Costo Itaipú/Electrobras* 37,10 U$S/MWH
3.Costo de transporte 3,00 U$S/MWH
4.Diferencia 1 - (2+3) 21,93 U$S/MWH
*Precio de la energía pagado por Electrobras a la Itaipú, (UIA/ANDE, ABC 21-12-2008)
Diferencia entre la compensación actual (según tratado) y la compensación a
precios de mercado
Energía cedida
(Nov/2008)
Compensación unitaria
U$S/MWH
Compensación total al PY
U$S
36.474,5 GWH/año 2,9 U$S/MWH 107,3 Millones
36.474,5 GWH/año 21,9 U$S/MWH 799,9 Millones
Si multiplicamos el precio de mercado (62 U$S el MWH) por la cantidad de energía
cedida (36.474,5 GWH), significaría un ingreso bruto de alrededor de 2.200 millones de
0
20
40
60
80
2006 2007 2008
48,8 49,2 62,6
Precio U$S/MWH
Serie 1
dólares. Deducidos los costos de producción y distribución, el Paraguay estaría
obteniendo una ganancia de alrededor de 800 millones de dólares. Actualmente,
Paraguay recibe U$S 220 millones por Royaltíes y U$S 107 millones en compensación
por la energía cedida.
Lo absurdo de esta historia es que Brasil le ha vendido a la Argentina energía de Itaipú
durante el invierno pasado a un costo de 120 U$S/MWH, mientras a Paraguay le paga
por esa misma energía una compensación de 2,9 U$S/MWH.
El pueblo paraguayo sufre una expoliación anual de 800 millones de dólares por el
Estado brasileño. Dicho de otro modo empobrece en 800 millones de dólares al año (7%
del PIB), pues se importa alrededor de 30.000 barriles de petróleo por un costo de 1.100
millones de dólares al año, y en cambio, se recibe 300 millones de dólares anuales por el
equivalente de 224.000 barriles de petróleo.
Es importante resaltar, que los beneficiados por este robo vergonzoso que el gobierno de
Brasil realiza al Paraguay no son el pueblo brasileño. Los que se quedan con las
enormes ganancias diferenciales son la Electrobras y principalmente las multinacionales
que compran y venden la energía que negocian con la Electrobras.1 Sabemos que las
privatizaciones llevadas adelante en el Brasil, afectaron principalmente al ámbito de la
energía eléctrica, que hoy resulta ser el sector más privatizado.2 Desde 1964, han
ingresado de forma permanente a la economía brasileña ingentes capitales extranjeros,
especialmente norteamericanos. Muchas empresas distribuidoras de electricidad, locales
o regionales, pasaron a manos del capital privado brasileño y principalmente extranjero,
con lo que un país pobre como el Paraguay termina subsidiando a las multinacionales
ricas del mundo.3 El lucro extraordinario de estas multinacionales es lo que defiende el
gobierno brasileño por alguna razón.
1 Electrobras, Telebras, Petrobras, etc., son grandes grupos empresariales de economía mixta (con capital
público y privado) Electrobras es una de las empresas más fuertes de la economía brasileña, con grandes
superávit anuales. Sus bonos son cotizados en la bolsa de valores de New York. Esta empresa otorgó el
préstamo de 50 millones de dólares para el capital inicial de la ANDE. Su negocio fundamental ha sido
justamente la de asegurar prácticamente el 100% de la energía de Itaipú a precios de costo, así como su
propia construcción y puesta en funcionamiento. 2 Principales privatizaciones previstas: Compañía Eléctrica de Pernambuco (CELPE), Centrales
Generadoras del Sur de Brasil (GERASUL), Elektro, Light, Cerj, CPFL, Escelsa, Coelba, Cemat, Enersul,
Norte-Nordeste, Centro-Oeste, Cosern, Energipe, Compañía Energética de Ceará, Copel, Procergs,
Coelba, Ccodde, Cemig, Cachoeira Dourada, Dinamis Energética, etc. (Gaceta Mercantil, enero y febrero
de 1998, en, Privatización, desregulación y creación de negocios locales y regionales,
www.industria.gov.ar) 3 Algunas empresas que son dueñas o partes de empresas distribuidoras de electricidad en el Brasil:
Iberdrola (España), Previ (Brasil), BB DTVM (Brasil), Banco Do Brasil (Brasil), Grupo Botoratim
(Brasil), Camargo (Brasil), Banco Bradesco (Brasil), AES Corp. (EE.UU.), Southern Electric (EE.UU.),
Banco Opportunity (Brasil), Endesa (Chile), Enersis (Chile), Chilectra (Chile), Endesa España (España),
Electricidade de Portugal (Portugal), entre otros. (Gaceta Mercantil, enero y febrero de 1998, en,
Privatización, desregulación y creación de negocios locales y regionales, www.industria.gov.ar)
La deuda de Itaipú: Un manejo desvergonzado y un mecanismo para la
apropiación definitiva de la represa
Desde 1986 y por una década la Itaipú Binacional vendió la energía producida a las
empresas compradoras (brasileñas) a un costo menor de la producción, lo que generó un
desequilibrio financiero en la entidad que tuvo que ser solventado con préstamos
provenientes de Electrobras. Este subsidio fue cargado a la binacional y por tanto
también a la otra parte contratante, es decir, al Paraguay. Los negociadores paraguayos
hasta hoy no pueden explicar semejante “error”.
Cuando en 1997, la empresa binacional reestructuró sus deudas, la mayor parte de ellas
contratadas con la Electrobras. A los 12.000 millones de dólares calculados entonces
como deuda, se sumaron unos 4.200 millones de dólares atribuidos a los subsidios a
favor del Brasil y por otras deudas no aclaradas suficientemente, a lo que se llamó la
“deuda espuria” o deuda bastarda o falsa.
El manejo de la deuda (por parte del Brasil) es una burla para el Paraguay y no tiene
otro objetivo que adueñarse definitivamente de la represa por parte de Electrobras.
Además de pagar intereses usurarios por las deudas contraídas mayoritariamente por la
Electrobras, también hasta hace poco se pagaba una doble indexación o doble interés.
Esto hizo que la deuda en vez de decrecer con los pagos puntualmente realizados,
siguiera aumentando, prácticamente en proporción geométrica. Sólo con esta doble
indexación se calcula que se adicionó 5.000 millones de dólares más. La deuda
reestructurada en 1997, de unos 16.200 millones de dólares supuestamente terminaría de
pagarse en el 2023, sin embargo, una década después y a pesar de desembolsarse
puntualmente más de 13.000 millones dólares, dicha deuda siguió aumentando. En el
año 2006 la deuda llegaba a los 20.000 millones de dólares. Las estimaciones realizadas
por los mismos brasileños alcanzan los 60.000 millones para el 2023. Las tasas de
interés pagadas llegaron en ciertos momentos al 13%, reduciéndose al 10% y luego al
7,5%, que sigue siendo usuraria.
Itaipú: Una gigantesca potencia instalada que no contribuye al
desarrollo nacional
Con el tratado se impuso que la energía sobrante sea derivada exclusivamente al Brasil.
Pero Brasil no solo se apropia del “excedente energético”, actualmente se ha apropiado
de lo que nuestro país necesita para su propio desarrollo, por la simple razón que el
Brasil ya tiene vendida la energía de Itaipú hasta el 2015 (la que le corresponde, el
“excedente paraguayo” y una parte de lo que el Paraguay necesita ahora para seguir
creciendo).
La demanda del consumo eléctrico nacional ya fue ampliamente rebasada. En el 2007
llegó a 1.521 MW de potencia en horas pico. Los cuatro transformadores de la
subestación seccionadora de la margen derecha disponen de una capacidad total de
1.350 MW de potencia. La ampliación de la subestación es responsabilidad de la Itaipú,
según el punto 10 del Anexo B del Tratado, pero hasta hoy no se ha realizado. Solo la
incompetencia y la corrupción de los directores, consejeros y autoridades paraguayas
explican esta situación que, sabiendo con bastante anticipación esta necesidad no han
actuado en consecuencia.
Desde hace unos años que los capitales interesados en invertir en nuestro país vienen
reclamando esta necesidad de mayor potencia de distribución. Hay una lista extensa de
empresas para su instalación y otras con pedido de ampliación, lo que no es posible por
esta limitación. De este modo, Itaipú, más que impulsar el crecimiento económico y por
ende el desarrollo nacional se ha vuelto inservible al no disponerse de la electricidad
producida. Dicho de otra manera, nuestro país de minúscula economía y grandes
carencias comparativas al Brasil, resulta subsidiando la economía brasileña y en
particular las ganancias de las multinacionales, en desmedro de nuestro crecimiento. La
situación no ha colapsado aun por una “solución parche” realizada por la propia Itaipú
que, en horas de mayor demanda o horas pico: 18:00 a 21:00 horas, entrega a la
Administración Nacional de Electricidad (ANDE) una pequeña porción para subsanar el
problema. En realidad la ANDE hace un “combo” para llegar a los 1.600 MW de
potencia que necesita. Suma lo poco que le toca de Itaipú y Yacyretá, más la
electricidad generada por Acaray y las producidas por pequeñas usinas locales para
defenderse de la creciente demanda. Esto es así porque la ANDE solo contrata de Itaipú
una tercera parte de lo que necesita para nuestro país, liberando el resto para el Brasil.
Nuestro país no sólo tiene problema con las limitaciones de transformación de la
subestación. En el caso que aumentara la potencia contratada, también tendrá problema
de distribución. Actualmente, ya existe una sobrecarga de las líneas que unen
Itaipú/Acaray con Asunción. Para ello será necesaria una interconexión con la represa
de Yacyretá y fortalecer la red de distribución eléctrica existente, ya que esta se
encuentra sobrepasada y necesita de nuevas líneas de alta tensión.
Pero el Paraguay no sólo aprovecha limitadamente las potencialidades de Itaipú y
también de Yacyreta, sino que ha quedado sin la libre navegabilidad del Río Paraná.
Una de las políticas más antiguas defendidas por el Paraguay y que tiene nacimiento con
la misma independencia de nuestra patria es la libre navegabilidad de nuestros ríos.
Por la mediterraneidad de nuestro país, el Dr. José G. R. de Francia ya lo reclamaba
como una de las más importantes políticas de Estado. Pero la ironía de la política de
Estado de los gobiernos corruptos y apátridas de nuestro país ha hecho que se cercenara
esta posibilidad con dos enormes murallas, que aunque sus tratados binacionales prevén
la construcción de exclusas, estas no se han hecho por la entrega de nuestras
autoridades. No se han construido las exclusas porque sencillamente las mismas
benefician fundamentalmente al Paraguay, y aparentemente interesan muy poco al
Brasil.
Finalmente…
Itaipú siempre ha representado para el poder político en el Paraguay la posibilidad de
firmar contratos sobrefacturados y/o directamente adjudicados, así como de formar
clientelas políticas pensando en las siguientes elecciones. En Itaipú existen grupos con
mucho poder económico y político, algunos llamados elegantemente “barones”, por no
decir simple y llanamente ladrones, porque muchos son de alta alcurnia, frecuenta los
clubes sociales mas resonantes, sus familias colman las páginas sociales de los
periódicos y revistas, mostrándose con pomposidad y derroches. Algunos de estos
personajes han llegado a ser presidente de la república (J. C. Wasmosy y Cubas Grau), y
otros igualmente tienen en sus manos los hilos del poder. En Itaipú, muchos de estos
“señores” están bien “organizados y pertrechados”, copan las direcciones, manejan los
contratos, usan las asesorías, las oficinas y hasta los sindicatos para sus fechorías. Las
empresas que son contratadas son de ellos mismos, pero con testaferros, y aquellos que
no son propiamente políticos están protegidos por estos.
Muchos de ellos, que gozan de las enormes fortunas ilegalmente obtenidas con la venta
de nuestra soberanía, han dicho alguna vez y en consonancia con sus pares brasileños
que el Paraguay “sólo ha puesto el agua y nada más”, obviando que nuestro país viene
pagando, al igual que el Brasil, la deuda creciente y espuria de Itaipú, con el cual ya se
hubiera construido varias represas más del mismo porte.
La libre disponibilidad de la energía y su venta a un precio justo, planteadas por nuestro
país, son reivindicaciones justas e inapelables, ya que no es posible seguir subsidiando
una economía varias veces superior a la nuestra y menos las ganancias privadas de las
multinacionales, en desmedro de nuestro crecimiento, postergando indefinidamente la
satisfacción de muchas necesidades de la mayoría de la población y sacrificando nuestro
propio desarrollo.
Los paraguayos y las paraguayas, al igual que los hermanos brasileños y de la región,
estamos asumiendo una creciente conciencia sobre la injusticia al cual estamos
sometidos con el tratado de Itaipú. Sólo la organización y la movilización del pueblo
conquistarán este derecho inmoralmente arrebatado.
Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Pyahura-MPRPP
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