semilleros

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CENTRO DE INVESTIGACIONES – ASESORÍAS Y SERVICIOS

INVESTIGATIVOS

CIASI

SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN y

AULA VIVA, O AULA DE CONOCIMIENTO

Documento para Coordinadores de Área y Docentes

Elaborado por:

JORGE EDUARDO GRISALES LÓPEZ

Docente Investigador

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"La cantidad y calidad de la investigación, es un s íntoma o señal de la salud

académica de una institución".

INTRODUCCIÓN

Los Semilleros de Investigación se conciben como una estrategia pedagógica

extracurricular que tiene como finalidad fomentar la cultura investigativa en

estudiantes de pregrado que se agrupan para desarrollar, guiados por docentes,

actividades que propendan por la formación investigativa, la investigación

formativa y el trabajo en red y colaborativo.

Los estudiantes que participan de un semillero son aquellos quienes sienten en su

fuero interno, la chispa o necesidad de ver más allá de lo que está enfrente de sus

ojos, aquellos capaces de visualizar situaciones; problemas y oportunidades, en

donde para otros sólo existe un terreno yermo sin aportación ninguna al

conocimiento.

El debate, la reflexión, el análisis crítico de una realidad o problemática social, la

creatividad, la transferencia de conocimientos, el uso de las Tecnologías de

Información y Comunicación, la aplicación del método científico para hurgar e

indagar sobre un tema, la composición de textos científicos y la búsqueda de

información útil, son algunas de las competencias básicas que adquiere un

estudiante al hacer parte de un Semillero de Investigación.

Frente a lo descrito, es un hecho cierto que quien pertenece a un Semillero de

Investigación, es una persona con la suficiente capacidad para liderar procesos,

para emprender acciones, muchas de ellas audaces, en la búsqueda del

conocimiento. Es una persona “distinta ” a la mayoría en su percepción de la

realidad, porque posee información y datos que le permiten visualizar los hechos

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bajo parámetros holísticos teniendo en cuenta variables importantes que a primera

vista no significan nada para los demás.

1. ¿DÓNDE SE FORMA UN SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN?

El espacio natural para motivar la formación de un semillero es absolutamente en

el aula. Pero no cualquier aula. Es aquella que se conoce como Aula Viva o de

Conocimiento . Es decir, el lugar en donde el maestro, apelando a sus habilidades

pedagógicas, genera en el estudiante la motivación suficiente para confrontar una

realidad a partir del análisis razonado de causas y efectos que condicionan un

escenario en particular.

La motivación per se, no es suficiente para el logro del objetivo trazado. El docente

debe ser el referente en términos de ejemplo; en este caso, de generación de

investigación en sus diversos matices y temas. Es él, el modelo a seguir. El

discurso de un profesor sin acción o ejemplo, es sólo eso… discurso.

El semillero, entonces, debe surgir del aula y salir de ella. No tiene paredes ni

infraestructura. Es pura intuición, deducción, búsqueda o ganas de aprender. A él

llegan quienes han sido tocados por el bichito del buen juicio, de la investigación,

quienes rompen paradigmas y se atreven. José Saramago dice que la Agnosis es

la incapacidad del ser humano de ver lo que está enfrente de sus ojos. Los

miembros del semillero no se encuentran en este grupo.

Usualmente el semillero lo conforman jóvenes con características ya

manifestadas. Sus tutores (docentes); sin ser necesariamente de edades

similares, sí deben serlo en comprensión, en orientación, en uso de tecnologías,

en actitud que permita reducir la brecha de conocimiento entre ambos a efectos de

generar la confianza suficiente para emprender acciones y actividades

investigativas que den vida y engrandezcan el semillero, que lo integren con otros,

que formen redes y nodos, que adquiera identidad propia.

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Ante la inquietud sobre cuáles podrían ser las estrategias adecuadas para la

conformación de un semillero, huelga recordar que el "aula viva", se caracteriza

también porque en ella el lenguaje que la caracteriza se llama "investigación en

el aula "; es decir, las diversas temáticas propias del currículo se abordan con

enfoque científico, apegados en lo posible al mandato de su metodología.

La investigación en el aula desarrolla, en unos casos, y fortalece, en otros, cada

una de las ocho competencias básicas que, según los europeos, caracterizan a un

profesional de primera categoría; estás son:

• Habilidad para la comunicación lingüística.

• Competencia Matemática elemental.

• Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.

• Tratamiento de la información y competencia digital.

• Competencia social y ciudadana.

• Competencia cultural y artística.

• Competencia para aprender a aprender y desaprender.

• Autonomía e iniciativa personal.

Cuando en el aula se pierde o soslaya la orientación pedagógica que provee los

procesos investigativos, suele entonces convertirse en la “clase tradicional”; es

decir, aquella en donde se cumplen los contenidos, alguien enseña y un sujeto

pasivo se “supone” que aprende.

Si el aprendizaje lleva intrínseco un cambio de actitud en el individuo, surge

entonces la inquietud sobre si en la clase tradicional, el sujeto si está aprendiendo

realmente, cuando no se tiene claro la importancia del desarrollo de las

competencias básicas ya referidas, que sí provee y sin lugar a dudas, el aula viva

o aula de conocimiento.

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2. ¿CÓMO SE DEBE CONFORMAR UN SEMILLERO DE INVESTIG ACIÓN?

Según el profesor Ulises Hernández Pino1, para la conformación y consolidación

de Semilleros de Investigación no existen fórmulas ni recetas establecidas porque

son múltiples los factores que pueden influir, verbigracia condiciones políticas y

sociales de la institución; relación de los diferentes estamentos dentro de ella,

influencia de corrientes de pensamiento internas o externas, sintonía entre

intereses personales y las expectativas que generan los semilleros; origen de la

idea; entre otras.

Probablemente lo que sí es acertado decir, es que en principio, es necesario partir

de una idea sencilla de asociatividad entre áreas institucionales, que permita ir

avanzando y creando las condiciones necesarias para constituir en una facultad o

programa específico un Semillero de Investigación que se convierta en ejemplo y

modelo a seguir.

Este proceso de consolidación depende de las circunstancias en términos de

madurez de la institución en lo que se relaciona con sus procesos investigativos,

depende también de quiénes lo lideren y de la visión que se construya en

colectivo. Particularmente esto último es esencial, pero a la vez lo más difícil de

lograr. No todos estarán de acuerdo y no todos reconocerán la importancia del

mismo en lo que atañe al proceso formativo de los estudiantes y que propicia en

ellos mayor autonomía, creatividad, emprendimiento y conciencia social.

La doble tarea a enfrentar es, de un lado definir una clara visión y meta

investigativa que permitan vislumbrar acciones concretas y efectivas, evitando el

desgaste que suele producir la incertidumbre por no estar acostumbrados a ella; y

de otro, plantear interrogantes e incertidumbres para que sean los integrantes del

1 Hernández Pino Ulises, Monografía. Disponible en Internet: http://revista.iered.org/v1n2/html/uhernandez.html, consultado el 28 de marzo de 2011

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colectivo quienes empiecen a tener voz, tomar decisiones y concertar visiones

respecto del sentido y carácter del grupo.

Aunque esta perspectiva para la conformación de Semilleros de Investigación

pareciera requerir del apoyo o coordinación de personas, grupos o dependencias

institucionales, lo cierto es que la necesidad o no de ello depende más de las

ganas, entusiasmo y convencimiento de quienes lideran la idea del semillero y de

las condiciones en las que éste surge, que de otras razones, incluso las

económicas.

Aunque no se puede negar que tener un apoyo institucional real posibilita su

consolidación, en ocasiones también trae desventajas que suelen estar

relacionadas con la pérdida de autonomía científica para decidir en qué y cómo se

trabaja.

El proceso de conformación del Semillero de Investigación surge entonces en el

aula viva, allí donde el maestro es un motivador natural para su consolidación. Es

él quien con su pedagogía estimula y evidencia su importancia en la formación

integral de un profesional con las competencias requeridas para competir con éxito

en el mercado. Si el maestro no está sensibilizado al respecto, la posibilidad de

influir sobre los estudiantes al respecto del semillero, son escasas, por no decir

nulas y todo esfuerzo será en vano o aislado.

Finalmente conviene mencionar dos elementos esenciales a tener en cuenta para

la conformación de un Semillero de Investigación; éstos son: tener conciencia

clara de cuál es su propósito y qué se aspira con él, sin perder nunca de vista que

el semillero es un espacio de Formación temprana en Investigación, que

cualifica y engrandece el ejercicio de la docencia, le da vida a un aula y fortalece

las competencias básicas de sus integrantes.

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3. PROCEDIMIENTO PARA LA INVESTIGACIÓN EN EL AULA

Si como se ha mencionado es en el aula en donde se pare un Semillero y si es la

Investigación en el Aula uno de los caminos para su alumbramiento, conviene

entonces puntualizar algunos elementos de carácter metodológico que no deben

soslayarse durante el ejercicio docente. En el aula, para todo tipo de

investigaciones o consultas, por pequeñas que pudieran parecer, el estudiante

debe observar; ojalá todos, los siguientes pasos metodológicos aplicables a

cualquier disciplina del saber. Cada ítem debe ser desarrollado en forma concreta

y sin extenderse demasiado.

• Título del trabajo o investigación.

• Planteo de interrogantes: qué y por qué se va a observar, describir, caracterizar,

explicar o teorizar una situación, para qué se utilizarán los hallazgos, quién

utilizará la información, en qué época se está hablando.

• Formular un objetivo general y por lo menos tres específicos (diagnóstico,

análisis y propuesta).

• Realizar una breve reseña teórica sobre el tema estudiado. Debe ser construida

por el estudiante, sin copiar inoficiosamente lo que exponen los textos.

• Formulación de hipótesis. (Es deseable aunque no irrestrictamente necesario)

• Recopilación de la información. Describir brevemente las fuentes.

• Análisis de la información. (Puede usarse gráficos si se considera necesario)

• Interpretación. (Es una de las etapas más importantes, en donde se necesita el

apoyo crítico - constructivo del docente.

• Elaboración de conclusiones y Recomendaciones.

• Bibliografía. (Describir todo el material bibliográfico consultado).

En el cumplimiento de los pasos mencionados, el maestro debe ser el guía y

conductor del ejercicio académico, propendiendo siempre por generar en el

estudiante una adecuada capacidad de síntesis y facilitando en el aula el debate y

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la discusión razonada de los temas abordados. Este es el escenario propicio para

equivocarse y rectificar, para afianzar conceptos y forjar el profesional analítico y

crítico que un diálogo de saberes permite y que la sociedad y el mercado actual

demandan, es también el embrión natural de un Semillero de Investigación.

4. COMPETENCIAS DEL DOCENTE PARA LA INVESTIGACIÓN E N EL AULA

De la misma forma en que se reconoce que no todas las personas son

emprendedoras, ni líderes, de la misma manera se evidencia que no todos los

docentes consideran el proceso científico de investigación como uno de los

métodos más significativos para generar conocimiento.

Bajo el criterio manifestado, se está entonces en un escenario en el que unos

docentes son proclives a la investigación con su consecuente motivación al

estudiante y otros, a emplear diversas pedagogías para su ejercicio profesional.

Así, la formación de un Semillero responderá a iniciativas personales y no a una

política investigativa claramente definida por la universidad.

Lo anterior amerita; en primera instancia, una revisión conceptual del proceso de

selección docente y, en otro estadio, diseñar un programa de sensibilización

docente a efectos de que el “aula viva ” con su consecuente “investigación en el

aula” no sólo sea política institucional, sino también un trabajo transversal al

pensum de todas las carreras y programas que oferta la universidad. Es, en suma,

generar una “cultura investigativa” en la institución.

Todo lo anterior amerita el planteamiento de algunas; entre otras, de las siguientes

preguntas:

• ¿Cuáles son las expectativas que tiene el docente, respecto de la realización

de investigaciones formativas en su curso regular?

• ¿Qué piensa de un Semillero de Investigación?

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• ¿Los docentes escriben y materializan su saber?

• ¿Existe interés del profesorado por realizar investigación?

• ¿Cuáles son las facilidades e incentivos que se le brindan al profesorado para

realizar investigación?

• ¿Existe algún plan o programa de formación metodológico - estadístico, que

fomente y facilite la investigación entre el profesorado?

• ¿Los posgrados, están formando a nivel de investigación? o ¿son meros

repetidores teóricos? si es esto último, se necesita una revisión urgente de uno de

sus principales objetivos, como es la de capacitar profesionales con formación en

investigación.

• ¿Existe aún la creencia de que los que deben investigar son los

investigadores, y no todos los profesores que están en el ejercicio docente?

• ¿Exige la universidad investigación a sus docentes? Si así fuere..., ¿Se

respeta el tiempo para investigar, o están inmersos en tantas actividades

"curriculares", que el tiempo para investigar resulta marginal?

5. LOS SEMILLEROS DE INVESTIGACIÓN Y LA FUNDACIÓN

UNIVERSITARIA AUTÓNOMA DE LAS AMÉRICAS.

La Fundación Universitaria Autónoma de las Américas, a través del liderazgo del

CIASI y como resultado de su madurez institucional en investigación, posee no

sólo una Coordinación de Semilleros de Investigación con su respectivo

reglamento, sino también un Semillero en plenas funciones y dos más en

formación.

El objetivo de los Semilleros de Investigación fue formulado años atrás, de la

siguiente manera:

“Promover mediante actividades conjuntas de investigación, capacitación, asesoría, análisis e intercambio de expectativas y resultados, que estimulen el desarrollo de la cultura investigativa formativa en la Fundación Universitaria Autónoma de las Américas en los estudiantes, su participación de alumnos en calidad de auxiliares de investigación, en

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aquellos proyectos avalados y respaldados por el Centro de Investigaciones, Asesorías y Servicios Investigativos2”.

El proceso de sensibilización a los estudiantes para integrarse o conformar un

Semillero es realizado fundamentalmente desde el CIASI. Se promueve y motiva a

los estudiantes al inicio de cada semestre y desde los primeros cursos en todas

las carreras y se utiliza diversos métodos publicitarios para coadyuvar en dicha

gestión.

Existen estímulos económicos para los docentes que son tutores de trabajos

surgidos de un Semillero de Investigación, y académicos para los alumnos que

perteneciendo a un semillero, participan como coinvestigadores en dichos trabajos

investigativos. Estos estímulos se materializan en su proceso de grado.

Cuando ya se tiene un grupo “potencialmente” identificado para la conformación

de un Semillero de Investigación, la universidad les ofrece un programa de

sensibilización en cuatro fases, en las cuales se abordan las siguientes temáticas:

SESIÓN I

• Concepción de la investigación en la UAM

• Estrategias de acción en la UAM frente a la investigación

• Semilleros para estudiantes

SESIÓN II

• Que es investigar

• Necesidades investigativas

• El deseo investigativo

• IDEA

• Lluvia de Ideas

2 CIASI, Reglamento de Coordinación de Semilleros de Investigación, Medellín, 2004

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• SESIÓN III

• Pregunta de investigación

• ¿Qué quiero resolver?

• ¿Por qué lo quiero resolver?

• ¿Cómo lo voy a resolver?

• SESIÓN IV

• ¿Quiénes pueden participar en un proyecto?

• ¿Cómo inscribimos la idea?

• Sistema y Modelo de trabajo

Como bien puede apreciarse, existe ya un camino importante recorrido. Se está en

una etapa de madurez institucional en lo que atañe al proceso investigativo en la

universidad, específicamente en su capítulo de conformación de Semilleros de

Investigación.

Falta mucho por hacer, es un hecho cierto, no obstante, el terreno está abonado y

en especial la función del docente en el corto y mediano plazo, será determinante

para la consolidación de más semilleros. Ellos; los Semilleros de Investigación,

son la expresión inequívoca de que en la Fundación Universitaria Autónoma de las

Américas, los estudiantes fortalecen día a día sus habilidades y competencias

humanas y profesionales, porque su proceso de formación se ha gestado en aulas

vivas , en aulas de conocimiento .

De otra parte, en el ámbito científico de la región y el país, el Semillero y su

gestión, es la evidencia clara de cumplimento de uno de los pilares fundamentales

del quehacer universitario; la investigación .

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6. CONCLUSIONES

• La gestión del docente en el aula, es determinante para coadyuvar en la

formación y consolidación de un Semillero de Investigación.

• La investigación en el aula, como estrategia pedagógica, debe ser transversal

a todo el proceso de formación de los estudiantes en sus diversas disciplinas.

• Las competencias básicas, necesarias para el éxito de los futuros

profesionales, se consolidan adecuadamente en aulas vivas o de conocimiento.

• La universidad debe socializar a todo el profesorado, su política de

investigación, en especial la que se refiere a la consolidación de los Semilleros de

Investigación.

• El trabajo en red, colaborativo e interdisciplinario entre facultades y áreas,

incluso entre semilleros, es fundamental para el crecimiento de ellos.

• Los Semilleros de investigación se forjan y consolidan en las “aulas vivas” o

“de conocimiento” y pero salen de ellas y no tienen paredes ni límites en su

quehacer investigativo.

• La motivación esencial para pertenecer a un semillero de investigación es la

búsqueda de conocimiento, de ahondar un poco más en una determinada temática

y de renunciar a la trivialidad de las cosas.

• Pertenecer a un Semillero de Investigación es un acto voluntario de ganas y

entusiasmo.

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7. BIBLIOGRAFÍA

CASTAÑEDA, Beatriz; GONZÁLES, Sandra y OQUENDO, Sergio. Semilleros de investigación: una emergencia en pos del conocimiento y la ciudadanía. Medellín, Colombia: Marín Vieco, Octubre de 2001. 110 p. CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN. Declaración de Principios: construir la sociedad de la información, un desafío global para el nuevo milenio [en línea]. Ginebra: CMSI, diciembre de 2003 [consultado en marzo de 2011]. 10 p. Disponible en Internet: http://www.itu.int/wsis/geneva/index-es.html FERNELLY, José. Los Semilleros de Investigación: eslabones primarios en la cadena alimenticia de la investigación científica [en línea]. Cali, Colombia: 2003 [Consultado en Marzo de 2011]. Disponible en Internet: http://www.cve.org.co/pdf/nuevos2003/semilleros.ppt JARAMILLO, Héctor. Los Semilleros de Investigadores. Popayán, Colombia: 2003. (Manuscrito sin publicar) GARCÍA, Carmen Alicia. Los semilleros de investigación: hacia la reflexión en la educación superior. Medellín, Colombia: Biogénesis, noviembre de 2003. 163 p. ISBN958-33-5510-0 GUTIÉRREZ, Elio Fabio. Boletín de la Red de Investigación en Currículo, Área de Currículo del Doctorado en Ciencias de la Educación de RUDECOLOMBIA. Popayán, Colombia No. 1, Septiembre de 2002. SERRANO, Carlos. Modelo Integral para el Profesional en Ingeniería [en línea]. Popayán (Colombia): Universidad del Cauca, 2002. Disponible en Internet: ftp://jano.ucauca.edu.co/proyectos/Ambientes_de_Desarrollo/Formacion_de_Profesionales_en_Ingenieria/

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