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Área temática 2
2.25. ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LA FLECHA LITORAL DEL ROMPIDO ENTRE 1956 Y 2009 MEDIANTE DIGITAL SHORELINE ANALYSIS SYSTEM (DSAS) D. García1, L. M. Cáceres2 © 2012 Los autores. Prohibida su reproducción en cualquier medio sin mencionar su fuente o su utilización con objetivos comerciales sin la autorización previa por parte de sus autores. Los responsables de la presente publicación agradecen la desinteresada colaboración de los ponentes y de los asistentes al Congreso de Gestión Integrada de Áreas Litorales, GIAL 2012, celebrado en Cádiz (España) del 25 al 27 de enero de 2012. Grupo de Investigación en Gestión Integrada de Áreas Litorales, Universidad de Cádiz, España: www.gestioncostera.es También en el blog del Congreso, en www.gial2012.com Cualquier sugerencia u observación, rogamos la hagan llegar al Grupo a través de cualquiera de ambos canales telemáticos.
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2.25. ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LA FLECHA LITORAL DEL ROMPIDO ENTRE 1956 Y 2009 MEDIANTE DIGITAL SHORELINE ANALYSIS SYSTEM (DSAS)
D. García1, L. M. Cáceres2
1 Estudiante de Posgrado de Geografía, Universidad de Sevilla; c/ María de Padilla s/n.41004. Sevilla, España. digd.geografo@gmail.com 2 Departamento de Geodinámica y Paleontología, Universidad de Huelva, Avda. Tres de Marzo, s/n, 21071‐Huelva, España. mcaceres@uhu.es Palabras Clave: Costa de Huelva, Flecha del Rompido, GIS, DSAS.
RESUMEN
La flecha litoral del Rompido se encuentra ubicada al suroeste de la provincia de Huelva. Constituye un gran cuerpo arenoso que se extiende paralelo a la costa, separando y cerrando el estuario del río Piedras del océano Atlántico. Esta formación sedimentaria constituida a partir de antiguas islas barrera, se encuadra en un área de clima mediterráneo con marcada influencia oceánica. Respecto a los factores hidrodinámicos destaca por su papel en la configuración de la flecha, los vientos dominantes del Suroeste que originan un oleaje medio del tercer cuadrante, así como una deriva litoral resultante que discurre paralela a la costa en sentido oeste‐este. También hay que resaltar un régimen mareal definido como mesomareal semidiurno, con un rango medio en torno a los 2 m.
El conjunto de la flecha constituye un enclave de enorme valor paisajístico y ambiental, siendo único en todo el litoral andaluz, tanto por sus dimensiones (más de 10 km de longitud y entre 350‐750 m de anchura) como por su geodinámica y geomorfología peculiares. Estas características unida a la riqueza de su flora y fauna llevaron al conjunto (2.530 ha) a ser declarado Paraje Natural mediante la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. También es destacable, y ha sido parte del estudio, los cambios en los usos del suelo provocados por la intensa ocupación antrópica, fundamentalmente con fines turísticos, de este tramo del litoral.
El presente trabajo se ha realizado principalmente utilizando la extensión gratuita de ArcGis Digital Shoreline Analysis System (DSAS), la cual permite bajo un entorno GIS, el trazado de unos transectos sobre distintas líneas de costa y el cálculo de varios parámetros estadísticos sobre los cambios entre ellas. En este caso las líneas de costa analizadas han sido las correspondientes a 1956, 1977, 1998 y 2008, previamente digitalizadas a partir de las ortofotos disponibles vía wms en la Red de Información Ambiental de la Junta de Andalucía (REDIAM). Este análisis ha permitido distinguir distintos sectores según las tasas de cambio anual. Así, destaca sobremanera el extremo de la flecha (con valores de avance de hasta 31.1 m/año), mientras que en la cara de mar abierto se registran avances mucho más bajos (en la mayor parte de su extensión menos de 2 m/año) y en el lado estuarino incluso valores negativos (con retrogradación de hasta 2.15 m/año). Se han detectado también grandes diferencias en los periodos intermedios analizados (1956‐1977, 1977‐1998 y 1998‐2008), observándose en este caso una clara tendencia a un retroceso en el crecimiento de la flecha. Los valores de avance en el extremo de la flecha han pasado de 40.4 m/año en el periodo 1956‐1997, a 27.3 m/año en el periodo 1977‐1998 y 26.6 m/año en el periodo 1998‐2008. Estos valores pueden explicarse por las actuaciones antrópicas que han ido salpicando el litoral onubense, y que en resumen se traducen en un menor volumen de arena disponible, alterando el equilibrio y las tendencias naturales de las formaciones litorales.
En consonancia con estos resultados, se han constatado otros 2 fenómenos: La apertura del ángulo de la flecha, que se ha ido abriendo progresivamente desde N 80º E en 1956 a 96º en 2008, en un desplazamiento hacia el SW como resultado de su tendencia a guardar una disposición paralela a
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la costa. Y finalmente la flecha presenta una evolución más reciente hacia una disminución en su anchura, aunque si bien en un primer momento creció en su eje central desde 437 m en 1956 hasta 571 m de anchura en 1977, descendió posteriormente hasta 507 m en 1998 y a 467 m en 2008. 1. INTRODUCCIÓN
La mega‐forma costera que es la flecha del Rompido presenta un crecimiento espectacular en el periodo 1956‐2009, con un valor máximo en su extremo de 31.09 m/año. Sin embargo este crecimiento de la flecha se ve contrarrestado por su tendencia a volverse más estrecha, de modo que la mayoría de los transectos realizados tienen valores retrogradantes.
Esta evolución general se ve matizada en el análisis por periodos, pasando el crecimiento máximo de 40.4 m/año entre 1956‐1977 a 27.3 m/año en el periodo 1977‐1998 y 26.6 m/año en el periodo 1998‐2008. Igualmente la tendencia a la retrogradación citada, parece verse reforzada según avanzan los años. Lo cual parece muy consecuente con el aumento en el número de embalses, espigones y otras actuaciones antrópicas que evitan y alteran la circulación de sedimentos al sistema costa/océano, y que no tienen más posibilidad que reflejarse en fenómenos como los que estamos comentando.
En el presente trabajo se ha realizado un estudio del conjunto de la flecha, de modo que junto con el llamativo y espectacular crecimiento del extremo, se tenga también constancia de lo que está sucediendo en el resto de la flecha. 2. ZONA DE ESTUDIO
La flecha litoral del Rompido se encuentra ubicada al suroeste de la provincia de Huelva (Fig. 1). Constituye un gran cuerpo arenoso que se extiende paralelo a la costa, separando y cerrando el estuario del río Piedras del océano Atlántico. Esta mega‐formación sedimentaria constituida a partir de antiguas islas‐barrera, se encuadra en un área de clima mediterráneo con marcada influencia oceánica.
El conjunto de la flecha constituye un enclave de enorme valor paisajístico y ambiental, siendo único en todo el litoral andaluz, tanto por sus dimensiones (más de 10 km de longitud y entre 350‐750 m de anchura) como por su geodinámica y geomorfología peculiares. Estas características unida a la riqueza de su flora y fauna llevaron al conjunto (2.530 ha) a ser declarado Paraje Natural mediante la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. También es destacable el cambio en los usos del suelo provocados por la intensa ocupación antrópica, fundamentalmente con fines turísticos, de este tramo del litoral.
Respecto a los factores hidrodinámicos destacan por su papel en la configuración de la flecha, los vientos dominantes del suroeste. Este régimen eólico origina un oleaje medio del tercer cuadrante con una frecuencia del 74% de los días (Borrego et al. 1992). Como consecuencia de este oleaje dominante, se genera una deriva litoral que discurre paralela a la costa en sentido oeste‐este y que según Peñas Olivas y Medina Villaverde (1992) citados por Vallejo (2007), genera un transporte potencial de aproximadamente 300.000 m3/año. Este movimiento es contrario a la propagación de la marea que viene subiendo en sentido sureste‐noroeste desde el Estrecho de Gibraltar, a partir del punto anfidrómico que se sitúa aproximadamente en las islas azores (Pendón 1999). En cuanto al régimen mareal se trata de una costa de régimen mesomareal semidiurno, con un rango medio en torno a los 2 m, que puede llegar hasta los 3.6 m en mareas vivas (Borrego y Pendón, 1989).
Finalmente junto a los factores de índole físico no hay que desdeñar el factor antrópico, que especialmente en los años de estudio ha modificado el territorio y alterado las condiciones naturales. Particularmente relevantes para este caso son la construcción de los numerosos espigones que encontramos en la costa de Huelva, así como las abundantes presas que cortan el flujo de los sedimentos hacia la costa, evitando su puesto en juego mediante la deriva litoral. Cronológicamente las actuaciones locales más relevantes han sido: La presa del Piedras (1968), el
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espigón Juan Carlos I en la desembocadura de la ría de Huelva (1981), el espigón del Guadiana (1982), el espigón de Punta Umbría (1987), las presas del sistema Chanza‐Andévalo (1989 y 2003) y la presa de Alqueba (2002).
Figura 1. Ubicación de la zona de estudio
3. METODOLOGÍA
El presente trabajo se ha realizado principalmente utilizando la extensión gratuita de ArcGis Digital Shoreline Analysis System (DSAS). Esta extensión constituye una herramienta muy práctica para llevar a cabo estudios de cambios en la línea de costa (Fig. 2), ya que a partir de una línea base o Baseline, genera una serie de transectos, con el intervalo espacial elegido, que cortan las diferentes líneas de costa digitalizadas o Shorelines. A partir de esa base, la herramienta ofrece 3 estadísticos fundamentales: • Shoreline Change Envelope (SCE): Muestra la distancia entre las líneas más alejadas entre sí para
cada transecto, indica el dinamismo de la línea de costa en ese transecto sin tener en cuenta las fechas.
• Net Shoreline Movement (NSM): Muestra la distancia entre las fechas más antigua y más reciente, sin tener en cuenta si coinciden o no con las líneas más distantes entre sí en el transecto.
• End Point Rate (EPR): Muestra el valor del NSM, dividido por el número de años transcurridos en cada periodo, de modo que es un índice o tasa anual de movimiento Obviamente el SCE y NSM son estadísticos que solo tienen sentido para un periodo de estudio
que a su vez se subdivida en otras fechas intermedias, mientras que el EPR puede generarse para cada uno de los sub‐periodos, siendo muy útil para estudiar distintas tendencias dentro de un periodo general de estudio.
Respecto a las fechas analizadas han sido las correspondientes a 1956, 1977, 1998 y 2009, previamente digitalizadas a partir de las ortofotos disponibles vía wms en la Red de Información Ambiental de la Junta de Andalucía1 (REDIAM). Estas fechas determinan 3 sub‐periodos de 21 años (1956/77), 21 años (1977/98) y 11 años (1998/2009).
La línea de costa empleada para la digitalización ha sido el wet/dry line o límite húmedo/seco. Esta línea marca el límite superior del foreshore y determina pues, el comienzo de la playa alta o
1 http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/site/rediam/portada/
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playa seca (Ojeda, 2000). Se ha optado por esta línea frente a otra más estable como es la línea de vegetación, dado el fuerte dinamismo que presenta la flecha y que hace que avance varias decenas de metros antes de que la vegetación tenga siquiera tiempo de asentarse, y por tanto de constituirse como criterio delimitador de unidades.
Figura 2. Ejemplo del funcionamiento de la herramienta DSAS.
La escala de digitalización de las líneas de costa sobre las ortofotos ha sido de 1:2000 y la distancia empleada entre cada transecto ha sido de 10 m, lo que da un total de 1415 transectos en el tramo de flecha analizado. De cara a una mayor comprensión de la evolución de la flecha se ha dividido la zona de estudio en 3 sectores (Fig. 3): • La parte más externa de la flecha, que abarcaría desde la punta de 2009 hasta 1 kilómetro al
interior (hacia el oeste) de la punta de 1956. Esta zona se extiende un total de 5.5 km repartidos a ambos lados de la flecha.
• La fachada estuarina, que se extiende durante 6.2 km desde el fin de la zona anterior hasta el comienzo de las marismas en la orilla sur del río Piedras.
• La fachada oceánica, que discurre paralelo a la zona anterior en la orilla atlántica de la flecha.
Figura 3. Delimitación de las zonas de estudio empleadas
Junto a estos estudios de evolución de la línea de costa, se han constatado otros 2 fenómenos: La
apertura del ángulo en el extremo de la flecha (Fig. 4), que se ha ido abriendo progresivamente desde 79º en 1956 hasta 95º en 2008, en un desplazamiento hacia el SW como resultado de su tendencia a guardar una disposición paralela a la costa, que presenta la misma inclinación hacia el SW; y la disminución en su anchura, aunque si bien en un primer momento creció en su eje central desde 437 m en 1956 hasta 571 m de anchura en 1977, descendió posteriormente hasta 507 m en 1998 y a 467 m en 2008.
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Figura 4. Esquema de la apertura del ángulo de la flecha
4. ANÁLISIS
A grandes rasgos se aprecian importantes diferencias, sobre todo entre el extremo de la flecha y las fachadas estuarina y oceánica, aunque también hay diferencias entre estas dos últimas. En la tabla 1 se exponen los valores principales de las 3 zonas para el periodo 1956‐2009. A continuación se hará un resumen de la evolución de cada zona detallando los valores obtenidos en los sub‐periodos 1956/77, 1977/98 y 1998/08.
Tabla 1. Estadísticos de cada zona para el periodo 1956‐2009 PERIODO 1956‐2008
Estadísticos EPR (tasa anual en
m/año)
SCE (metros entre las líneas más distantes entre
sí)
NSM (metros entre las fechas más distantes)
Zona
Punta de la
Flecha
Fachada Oceánic
a
Fachada Estuarin
a
Punta de la Flecha
Fachada Oceánic
a
Fachada Estuarin
a
Punta de la Flecha
Fachada Oceánic
a
Fachada Estuarin
a
Media 1.55 ‐0.09 ‐0.03 147.95 34.83 13.01 80.68 ‐4.86 ‐1.60
Mediana 1.23 ‐0.08 ‐0.05 100.08 34.90 11.58 64.03 ‐4.04 ‐2.64
Rango 33.23 2.13 1.41 1603.0
3 80.88 37.45
1727.75
111.00 73.69
Mínimo ‐2.14 ‐1.13 ‐0.68 13.68 5.20 0.70 ‐
111.04 ‐58.80 ‐35.54
Máximo 31.09 1.00 0.73 1616.7
1 86.08 38.15
1616.71
52.20 38.15
Percentiles
25
‐0.54 ‐0.54 ‐0.21 36.37 24.12 7.11 ‐27.86 ‐27.98 ‐10.71
50
1.23 ‐0.08 ‐0.05 100.08 34.90 11.58 64.03 ‐4.04 ‐2.64
75
2.00 0.34 0.15 159.88 43.61 17.43 103.94 17.53 7.65
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Como se observa en la Tabla 1, la única zona del conjunto de la flecha con valores progradantes ha sido el extremo de la flecha (1.55 m/año), el grueso del cuerpo de la flecha presenta valores retrogradantes, aunque con valores muy bajos (‐0.09 m/año en la fachada oceánica y ‐0.03 en la fachada estuarina). No obstante el estadístico NSM indica una retrogradación bastante más acusada en la fachada oceánica, con un valor medio de ‐4.86 m frente a los ‐1.6 m que presenta la fachada estuarina, la punta de la flecha presenta en este periodo un valor progradante de 80.68 m. El SCE que muestra el dinamismo de la costa presenta unas diferencias aún mayores, con un valor de 147.95 m en la punta, 34.83 m en la fachada oceánica y 13.01 m en la fachada estuarina.
Figura 5. EPR de la flecha para el periodo 1956‐2009
En la figura 5 se muestra el EPR del conjunto de la flecha, en tonos más oscuros se encuentran los
transectos que han presentado valores progradantes en dicho periodo, mientras que los tonos claros muestran los transectos en los que ha habido retrogradación.
El hecho de representar en la misma figura los valores del extremo de la flecha, que como se ha visto son muy superiores a los del resto de la flecha dificulta la creación de clases, ya que provoca una tendencia a la homogeneización del resto de la flecha. Así se ve como los 2 grupos extremos (< ‐1.5 m/año y > 1.5 m/año) solo se dan en la punta de la flecha2.
En el resto de la flecha vemos 2 grupos muy diferenciados con transectos retrogradantes de valores entre ‐1.5 m y 0 m/año y otro grupo progradante con valores entre 0 y 1.5 m/año. En principio llama la atención el hecho de que ambos grupos parecen adoptar una disposición complementaria en su lado de la flecha, ya que en la fachada oceánica los valores retrogradantes se dan en el tramo central de la flecha, mientras que en la fachada estuarina esos valores se dan sobre todo en el extremo más cercano a la desembocadura y en menor medida en el tramo más interno. 4.1. Evolución de la Punta de la Flecha
Del periodo completo 1956‐2009 se obtiene una tasa media de crecimiento o EPR para la punta de la flecha de 1.55 m/año. Se trata de un valor con una gran dispersión, ya que hay transectos en los que el valor supera los 1600 m de avance total (31.09 m/año), mientras que hay otros en los que se dan valores por debajo de los ‐2 m/año (el retroceso más importante de la línea de costa se da en esta zona, con un valor total de ‐111.04 m).
Es importante y muy clarificador el hecho de que el estadístico NSM, muestre como frecuencia dominante valores negativos, de hecho éste ha sido el caso de 89 de los 189 transectos que se han
2 Los valores más altos se dan lógicamente en la punta, mientras que los valores más bajos se dan en la zona que puede verse en la figura 4, debido al giro de la flecha hacia el SW ya comentado y que produjo un retroceso de más de 100 m en esa zona de la costa.
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generado en esta zona. La media del NSM en esos 89 transectos retrogradantes ha sido de ‐43 m/año, valor sin duda muy elevado.
En la figura 6 se aprecian en color blanco los transectos retrogradantes que se encuentran en la parte interna de esta zona, en tono gris claro se señalan los transectos del inicio de la punta de la flecha, que presentan valores medios progradantes para el periodo completo, y en tonos oscuros los transectos con valores de progradación más elevados, que se corresponden con el extremo de la flecha.
Figura 6. Transectos de la punta de la flecha
4.1.1. Sub‐Periodos
Para el análisis por periodos hay que recurrir al EPR como único estadístico válido para comparar periodos de distinta duración. El resultado confirma lo expuesto hasta ahora, quedando aún más patente la ralentización en el crecimiento de la flecha, de modo que podríamos hablar incluso de una retrogradación a nivel general, tal y como queda patente con los histogramas y los estadísticos de la Figura 7.
En el histograma del periodo 1956‐1977 vemos como, a pesar de que la frecuencia más repetida corresponde a los valores entre ‐2.5 y 0 m/año, hay una gran abundancia de valores positivos, especialmente abundan los valores entre 5 y 15 m/año. La media es de 4.67 m/año, el máximo es de 40.4 m/año (8 transectos con tasas por encima de los 30 m/año) y el mínimo de ‐3.91 m/año. Solo el primer cuartil es negativo.
En el histograma del periodo 1977‐1998 se observa como los valores negativos (retroceso de la línea de costa) se disparan, hasta llegar a casi 170 de los 189 transectos. La media de los transectos es negativa (‐0.72 m/año), el valor máximo es de 27.36 m/año y el mínimo de ‐3.52 m/año. Es también destacable el que todos los cuartiles presenten valores negativos.
En el histograma del periodo 1998‐2008 se aprecia un ligero repunte con respecto a los valores del periodo anterior. No obstante la media sigue siendo negativa (‐0.24 m/año) y el aumento en ella se debe a un gran número de transectos con valores de avance muy bajos, entre 0 y 2.5 m/año (la
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mayoría por debajo de 1 m/año). El valor máximo ha sido de 26.62 m/año y el mínimo, (que ha sido con diferencia el valor mínimo de los 3 periodos), de ‐11.92 m/año. Solo el último cuartil es positivo.
Figura 7. Histogramas y estadísticos por periodos
4.2. Evolución de las Fachadas Oceánica y Estuarina
Los valores para el periodo 1956‐2009 indican una tendencia estable o levemente retrogradante, con valores de ‐0.09 en el EPR, 34.83 m en el SCE y ‐4.86 m en el NSM en la fachada oceánica y de ‐0.03 de EPR, 13.01 de SCE y ‐1.6 de NSM en la fachada estuarina. Se trata de valores que en ambos casos (aún más en la fachada estuarina) muestran el poco dinamismo de estas 2 zonas.
La figura 8 ilustra otra de las características de estas fachadas, tanto para el periodo general 1956‐2009, como para los distintos sub‐periodos. Dicha característica es la existencia de cierta simetría en ambas fachadas costeras, con valores que tienden a contrarrestarse a cada lado de la flecha.
Las zonas de depósito se reparten sobre todo en la base y el extremo de la flecha en la fachada estuarina y en la parte más interna de la misma en la fachada estuarina, concentrándose aquí la erosión en la parte más próxima a la salida del Piedras
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4.2.2. Sub‐Periodos
El análisis de los sub‐periodos señala una tendencia similar a la ya vista en la punta de la flecha, donde tras un primer periodo de crecimiento (en este caso estabilidad), se genera un periodo muy erosivo (Tablas 2 y 3) al que sucede un periodo en el que hay una tendencia hacia los valores más naturales del primer periodo. De cualquier forma, los valores mínimos del tercer periodo son los más bajos de los tres, pero esto se ve contrarrestado por el menor número de transectos retrogradantes que existen en este periodo (51.3% en la punta de la flecha, 58.1% en la fachada estuarina y tan solo el 25.6% en la fachada oceánica).
Puede verse también a través del rango existente en los datos, como se ha producido una reactivación de la dinámica de la flecha, ya que se dan en el periodo más reciente valores muy próximos (incluso superiores en las fachadas oceánica y estuarina), a los que se dieron en el periodo 1956‐1977.
Tabla 2. Resumen de los valores del EPR (m/año) por periodos y zonas en las fachadas
oceánica y estuarinas
Periodo Estadístico Punta de la Flecha
Fachada Oceánica
Fachada Estuarina
1956‐1977
Media 4.67 0.003 0.39 Mínima ‐3.91 ‐1.6 ‐0.88 Máxima 40.4 4 1.52 Rango 44.32 5.7 2.4
1977‐1998
Media ‐0.72 ‐0.77 ‐0.57 Mínima ‐3.52 ‐2.2 ‐0.94 Máxima 27.36 0.56 0.85 Rango 30.89 2.8 1.7
1998‐2008
Media ‐0.24 1.02 ‐0.11
Mínima ‐11.92 ‐2.03 ‐2.4
Máxima 26.62 0.7 1.5
Rango 38.55 5.9 3.9
En general, lo que se aprecia en los datos es la transición entre una situación en estado próximo al natural, hacia un estado muy alterado en el que la mayoría de la línea de costa presenta retroceso (809 de los 1415 transectos del total de la flecha retrogradaron en el periodo 1977‐1998), el cual parece que tiende a recuperarse en los últimos años.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que a pesar de estar analizando una tasa anual, el último periodo abarca prácticamente la mitad de los otros 2 periodos, lo que podría estar ocultando cambios de las medias ante procesos meteorológicos concretos.
Tabla 3. Transectos retrogradantes por zona y periodo.
Transectos Retrogradantes
Zonas Punta de la Flecha
% del total de
transectos
Fachada Oceánica
% del total de
transectos
Fachada Estuarina
% del total de
transectos
Suma Periodo
% del total de
transectosPeriodos
1956‐1977 82 43.4 385 62.3 333 54.8 800 56.5
1977‐1998 165 87.3 529 85.6 325 53.5 1019 72.0
1998‐2009 97 51.3 158 25.6 353 58.1 608 43.0
Media Zona 115 60.7 357 57.8 337 55.4 809 57.2
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Figura 8. Evolución de las fachadas oceánica y estuarina
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5. CONCLUSIONES
La conclusión principal de este estudio es que, aunque no hay duda de que la flecha del Rompido presenta un crecimiento espectacular en su extremo, hay razones para hablar de que en el conjunto de esta forma costera se está produciendo una retrogradación, que además se está viendo agravada con el transcurrir de los años. Especialmente importante fue el retroceso visto en el periodo 1977‐1998, algo lógico teniendo en cuenta que se corresponde con la época en la que comenzaron a funcionar la mayoría de las actuaciones antrópicas citadas al principio de este trabajo.
Parece existir en el periodo más reciente una recuperación del ritmo de crecimiento, no obstante en 2 de las 3 zonas (punta de la flecha y fachada estuarina) los valores medios siguen siendo retrogradantes. Tan solo en la fachada oceánica se dan valores progradantes en este periodo, quizás influenciado por los efectos del dragado del canal del Piedras.
Otro factor a considerar es el “juego” o equilibrio que parece haber entre las fachadas estuarina y oceánica de la flecha, ya que tanto en los mapas como en los valores generales mostrados en las Tablas 2 y 3, se observa que parece existir una respuesta contraria en estas fachadas, tanto en los valores como en las zonas de erosión/depósito.
Otra conclusión importante es la necesidad de hacer un seguimiento con una escala temporal mucho más reducida, a ser posible anual, de modo que permita elaborar un modelo de comportamiento en función de las condiciones climáticas, que se han obviado en este trabajo.
Finalmente puede ser preocupante, en el contexto del Cambio Climático y posible subida del nivel del mar en el que nos encontramos, el hecho de que la mayoría de la flecha presente valores retrogradantes, más aun teniendo en cuenta la apertura del ángulo de la flecha ya visto, que parece conllevar también un estrechamiento. Estos fenómenos podrían tal vez concluir con la ruptura de la flecha, o cuando menos a hacerla más vulnerable, ante episodios de alta energía. BIBLIOGRAFÍA • Borrego J., Morales J.A. y Pendón J.G., 1992, Efectos derivados de las actuaciones antrópicas sobre los ritmos de crecimiento de la flecha litoral de El Rompido (Huelva). Geogaceta, 11, pp. 89‐92. • Ojeda Zújar, J., 2000, Métodos para el cálculo de la erosión costera. Revisión, tendencias y propuestas. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, nº 30, pp 103‐119. • Pendón J.G., 1999, La costa de Huelva. Ed. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Huelva, Huelva. • Peña Olivas, J.M. y Medina Valverde, J.M., 1992, Dinámica sedimentaria exterior del canal de Huelva. Ingeniería Civil, 85. pp 45‐50. • Rodríguez Ramírez A., Cáceres L. M., Rodríguez Vidal J., Flores E., Cantano M y Guerrero V., 1997, Cambios Morfológicos y tasas recientes de erosión‐depósito en la costa atlántica oriental de Huelva (España). Geogaceta, 21, pp. 187‐189. • Rodríguez Ramírez A., Cáceres Puro L.M., Rodríguez Vidal J. y Flores Hurtado E., 1999, Modificación Antropogénica de la dinámica marina en la costa de Mazagón (Huelva). Avances en el estudio del cuaternario español, pp. 43‐48. • Rodríguez Ramírez A., Cáceres L. M., Rodríguez Vidal J. y Cantano M., 2000, Relación entre clima y génesis de crestas/surcos de playa en los últimos 40 años (Huelva, Golfo de Cádiz). Rev. C. & G., 14 (3‐4), pp.109‐113. • Vallejo, I., 2007, Caracterización Geomorfológica y Análisis de la Evolución Reciente del Sistema de Dunas Activas del Parque Nacional de Doñana. Tesis Doctoral. Universidad de Sevilla.
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