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Duque Cardona, Natalia; Marín Londoño, Carolina.
Entramado de voces: tejiendo bibliotecas interculturales. Medellín:
Secretaría de Cultura Ciudadana: Fundación Taller de Letras
Jordi Sierra i Fabra: Grupo de Investigación Diverser, 2014.
53 p. : il
ISBN 978-95858593-3-3
1. Bibliotecas - 2. Interculturalidad - 3. Lectura - 4. Escritura
5. Oralidad
306.07
D946
Publicación apoyada por la Secretaría de Cultura
Ciudadana de la Alcaldía de Medellín, a través de su
Convocatoria Pública 2014 Arte y cultura para la vida,
en la modalidad de Apoyos Concertados.
Primera edición: noviembre de 2014
ISBN: 978-958-58593-3-3
© Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra, 2014
© Grupo de Investigación Diverser, 2014
Distribución gratuita
1000 ejemplares
Textos
Natalia Duque Cardona
Ilustraciones y diagramación
Carolina Marín Londoño
Colaboradores
Hilda Mar Rodríguez Gómez
Juan Pablo Hernández Carvajal
Impresión
InQprex – Marquillas S.A.
Impreso en Medellín - Colombia
Printed in Medellín - Colombia
Derivado del proyecto de investigación: Represen-
taciones sociales de la lectura-escritura-oralidad en
las voces afrofemeninas: horizontes de sentido para
prácticas bibliotecarias de educación lectora intercul-
turales. Elaborado por Natalia Duque Cardona en el
Marco de la Maestría en Educación de la Universidad
de Antioquia.
Esta publicación es realizada con fines educativos y su
distribución es gratuita.
Ley 23 de 1982, artículo 32
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra
sin autorización de los autores o editores.
Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra
tallerdeletras@une.net.co
www.fundaciontallerdeletras.org
Medellín - Colombia
Leonardo Manrique Gallego
Coordinación editorial
Susana Aristizábal Correa
Corrección de estilo
Grupo de Investigación Diverser
Dicen que las mujeres son unos de los seres más fuertes que existen,
que las afrodescendientes, no necesariamente de piel negra,
están cargadas de magia, fuerza y pureza.
Gracias a esas voces afrofemeninas,
a la sabía compañía, palabras amorosas y
apertura de Celmy, Llorleida, Eidys y Ana Lucía
que han permitido que las bibliotecas puedan pensarse en plural.
Para escuchar otras voces
Una creencia, una pasión y una trasgresión son el punto
de partida de este texto que usted tiene entre manos. La
creencia de que la lectura es una puerta, un portón, un lugar
para el acceso. Una pasión: la educación lectora, compartir
las letras y una mirada. Una trasgresión: la lectura como
medio de liberación, como forma de mirar del otro lado de la
realidad. Estos tres elementos están unidos por una acción: la
de leer; por una práctica: la educación; por una convicción: el
encuentro con otros y otras; por un deseo: la interculturalidad
como construcción.
Anudados estos elementos, tejidos en una idea, constituyen
el Programa de Educación Lectora Intercultural (PELI), que
propone que la interculturalidad, como experiencia, está en
todas partes, incluso en los libros; por ello hace un llamado a
la inclusión de libros con temática intercultural, y al desarrollo
de actividades de educación lectora, que permita a los parti-
cipantes en estos espacios a reconocer otras formas de ser,
romper el hechizo de la unicidad, de la uniformidad.
Así, los libros fungen como ventana, para asomarnos al
mundo, a otros mundos, para observar lo que ocurre en el
íntimo encuentro entre cultura y lectura. Al mismo tiempo,
los libros son espejos, para reconocer nuestro reflejo, percibir
lo que somos, mostrar lo que tenemos. Como ventana o
como espejo, la educación lectora es una invitación a entrar
en otras prácticas, como si fuera una guía o manual; pues
ella contiene las claves para visitar otros escenarios y países,
para pasar las fronteras de “la historia única”. La educación
lectora intercultural es una invitación a visitar otras culturas,
a conocer vivencias, prácticas. Es, entonces, una ruptura, un
quiebre, un corte. Pues muestra lo que hay del otro lado, al
lado, cerca de lo común. La educación lectora es, como dice
María Teresa Andruetto, una forma de develar el sentido de la
literatura. Pues, “la literatura busca lo particular, el palpitar de
la lengua, su permanente escurridizo movimiento” (2012).
Por ello, es conveniente decir que el Programa de Educa-
ción Lectora Intercultural (PELI) es un pase, un pasaporte, un
permiso para llegar a la zona de lectura, al borde mismo de las
letras y usarlas para caminar, correr, admirar, observar, descu-
brir la riqueza del lenguaje.
PELI es el rumor de las voces que cuentan, que cantan, que
dicen. PELI es, también, el vozarrón que despierta, despabi-
la, advierte, aturde. PELI es la señal que nos alerta sobre la
existencia de otras realidades y sus vivencias: colores, olores,
sabores, sonidos, particularidades, tal como lo señala la poeta
Mary Grueso
Qué maestra tan joría,
la que me ha tocaro a mí:
que risque no me he peinaro,
que no me siente así,
que una cosa que la otra,
que ya no puedo resistí.
Que por qué hablo tan feo,
que no pronuncie así,
que por qué grito tanto,
que debo saber reí. (Grueso, 2003: 88).
PELI, es entonces la lupa para develar otros sentidos de la
palabra: su riqueza, polifonía, multiplicidad. PELI es, también,
el parlante que amplifica las voces; y, por supuesto, es el terri-
torio para habitar, para llegar, para estar. PELI es una opción
para recorrer los caminos de la diversidad y, a través de la
interculturalidad, encontrarnos con otros y otras para mirar,
en el fondo de los ojos, la memoria ancestral que nos une a la
tierra, al ser humano, a las historias. PELI es una experiencia,
una sensación; es el encuentro del otro, de la otra; y con asom-
bro y alegría develar lo que somos.
Lo que propone PELI es convertirse en una brújula para
orientarnos en el mundo, para buscar la ruta de los hallazgos y
los descubrimientos, para identificar los puntos cardinales de
la diversidad, de los orígenes distintos que tiene el mundo; es
el murmullo que orienta las historias que tejen los hombres
y mujeres para hablar de su tierra. En esa medida PELI es
mapa, no solo como instrumento de orientación, sino como
descubridor de nuevos territorios; unos en los que la literatu-
ra, la educación, la lectura y la diversidad, habitan juntos, para
develar otros sentidos del mundo.
PELI es voz, es letra, es imagen, es recuerdo, es testimo-
nio, es origen. Seamos, nosotros, testigos de lo que la palabra
puede instaurar en los seres humanos.
Hilda Mar Rodríguez Gómez
Profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia.
Miembro del Grupo de Investigación Diverser.
Presentación
Una de las mejores posibilidades que nos ofrece la lectu-
ra es la de conocer otros lugares, otras culturas, otras perso-
nas y, con todo ello, la posibilidad de conocernos a nosotros
mismos. Es un viaje hacia afuera y hacia adentro, una aventu-
ra en doble sentido. Con la comprensión del mundo, del otro
y la otra, viene la comprensión de sí mismo. Esta es una de las
maravillas de leer.
El Programa de Educación Lectora Intercultural (PELI),
retoma este atributo de la palabra, a través de la lectura, la
escritura y la oralidad y, a través de un recorrido metafóri-
co que parte desde la Urdimbre, pasando por el Entramado
y finalizando en el Tejido, nos aventura en la historia del
universo afro, nos lleva a comprender su cultura, sus indivi-
duos y nos vincula con la diversidad como esencia de la vida
y del mundo.
Esta iniciativa, que surge del proyecto de investigación
Representaciones sociales de la lectura-escritura-oralidad en las
voces afrofemeninas: horizontes de sentido para prácticas bibliote-
carias de educación lectora interculturales, liderado por Natalia
Duque Cardona y asesorado por el grupo de investigación
Diverser, de la Universidad de Antioquia, es apoyada por la
Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra y por la Secre-
taría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín, a través
de su Convocatoria Pública 2014 “Arte y cultura para la vida”,
en la modalidad de Apoyos Concertados.
Entramado de voces: tejiendo bibliotecas interculturales es una
apuesta por la formación de lectores y ciudadanos plurales,
conscientes de su esencia y de sus diferencias en un mundo
diverso que nos acoge a todos y todas.
Juan Pablo Hernández Carvajal
Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra
Las bibliotecas interculturales y el programa PELI
Las bibliotecas, al servir a intereses y comunidades diversas,
funcionan como centros de aprendizaje, culturales y de infor-
mación. Al tratar la diversidad cultural y lingüística, los servi-
cios bibliotecarios se rigen por su compromiso con los principios
de las libertades fundamentales y la igualdad en el acceso a la
información y al conocimiento para todos, en el respeto de la
identidad y los valores culturales.
(IFLA, 2006:1)
En los últimos años, hemos reflexionado constantemen-
te acerca de las bibliotecas, su labor social, su contri-
bución a una sociedad más equitativa y crítica, y sobre
todo lo hemos pensado en términos de las prácticas de lectura
y escritura, de las actividades de formación de lectores y escri-
tores que a diario se gestan y se viven en nuestras bibliotecas.
La propuesta de estas páginas es observar la biblioteca en
clave de quienes la habitan y de aquellos/as que aún no llegan
a ella, de sus lectores y lectoras, y de modo particular de la
diversidad cultural que en la biblioteca pueda existir. Esta
publicación, es una puerta abierta a ver la biblioteca como
un entramado de voces que de ser observado y escuchado
con atención puede generar significativos impactos sociales,
para esos sueños que nos incitan a seguir caminando y hacer
de la palabra en el entramado social una experiencia que nos
permita dialogar y construir en colectivo.
La diversidad en las bibliotecas
“La multiculturalidad no se constituye como una yuxtaposi-
ción de las culturas, mucho menos en el poder exacerbado de
una sobre las otras, sino en la libertad conquistada, en el de-
recho asegurado a moverse, cada cultura respecto a la otra,
corriendo libremente el riesgo de ser diferente, sin miedo de ser
diferente, de ser cada una “para sí”, único modo como se hace
posible que crezcan juntas, y no en la experiencia de la tensión
permanente provocada por el todopoderosísimo de una sobre
las demás, privadas de ser”
(Freire, 2005:188)
El lenguaje ha sido y será, desde el inicio de los tiempos,
magia pura. Recordemos alguna historia de aquellas que
nos contaban los abuelos, los maestros o nuestros amigos, o
quizá la melodía del arrullo con que nos acunaban unos tier-
nos brazos. La palabra, en todas sus manifestaciones, es una
posibilidad para crear, soñar y, sobre todo, para tejer mundos
posibles en esta realidad. Este entramado de palabras lo teje-
mos en lugares tan cotidianos como el hogar, la escuela o la
biblioteca.
En el mundo hay aproximadamente 187 países y algunos
de ellos no son reconocidos por organizaciones internacio-
nales. Hagamos el ejercicio de imaginar cuántas culturas,
lenguas, cantos, cuentos, cuántas historias podríamos encon-
trar en cada uno de estos territorios, ¿cómo sería escribir
en hiragana1 o con símbolos nsibidi?2 A grandes rasgos, nos
encontraríamos con un mundo bastante diverso, inasible
tanto con las manos como con la mente, un lugar vasto por
descubrir y que en ocasiones olvidamos explorar.
Podemos conocer un poco más este mundo si construimos
entornos para conservar la memoria, en donde las prácticas de
lectura y escritura, y especialmente las actividades de forma-
ción de lectores y escritores, se nutran de saberes milenarios y
de culturas ancestrales. Entornos donde la memoria no solo se
transmita mediante el lenguaje escrito, sino también a través de
aquellas manifestaciones culturales que trascienden las fronte-
ras del papel como los cantos, los ritmos, las señas y las danzas.
Tan solo en Colombia, el patrimonio cultural inmaterial,
herencia de aquellos que nos antecedieron, excede nuestra
imaginación. ¿Nos hemos detenido a escuchar la historia de
creación del mundo en una lengua diferente al español, o
cantada en un alabao3?, ¿hemos visto los tejidos de las comuni-
dades Emberá4?, ¿o quizá cómo la comunidad Waunana5 repre-
senta el mundo gráficamente?
1 El hiragana es uno de los dos silabarios empleados en la escritura japonesa.2 Los símbolos nsibidi son un sistema ideográmico de escritura del oeste de
África. El nombre nsibidi hace alusión a una teórica sociedad secreta reli-giosa creadora del sistema de escritura.
3 El nombre alabao “se deriva sin duda de una oración muy popularizada entre la población negra y mestiza de Colombia: “Bendito y alabado (sea) el Santísimo Sacramento del altar...” que los campesinos transformaron en sa-ludo para los amos: ‘Bendito y alabao, mi amo’, invocación que pierde su sen-tido religioso para adquirir un valor profano que denota la estratificación de las clases sociales.. Pardo Tovar, Andrés y Jesús Pinzón Urrea. “Rítmica y melódica del folclor chocoano: Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1961.http://www.lablaa.org/blaavirtual/letra-r/ritmica/capitiv.htm
4 Pueblo amerindio que habita algunas zonas del litoral pacífico y zonas ad-yacentes de Colombia, el este de Panamá y el noroeste de Ecuador.
5 Pueblo indígena que habita en la cuenca del bajo San Juan, municipios de Istmina y Pizarro; el río Curiche, municipio de Juradó, en Colombia, y en la Comarca Emberá-Wounaan, en Panamá.
Leer y escribir no son solo prácticas de una cultura
dominante, son prácticas universales que varían dependiendo
de la cultura que se habita. Por ejemplo, en Colombia,
las lenguas nativas condensan gran diversidad de nuestra
memoria: cosmovisiones, sabidurías, identidad y tradiciones
en 68 lenguas nativas, 65 indígenas de origen amerindio, 2
criollas (la palenquera y el creole) y la lengua romaní del pueblo
gitano. ¿Hemos imaginado cómo podrían ser los diversos
modos de leer y escribir de estas comunidades? Mucho antes
del “descubrimiento de América”, las comunidades que
habitaban estas regiones ya leían y escribían, información que
generalmente es ignorada.
Tantas incógnitas invitan a conocer y a descubrir las posi-
bilidades que nos brindan las bibliotecas como resguardos de
la memoria, como espacios posibles para albergar y divulgar
el patrimonio nacional, para salvaguardar la memoria intangi-
ble, esa que no encontramos en las páginas de un libro.
La diversidad cultural y lingüística son el patrimonio
común de la humanidad y deben ser conservadas y manteni-
das para el beneficio de todos y todas. Son una fuente de inter-
cambio, innovación, creatividad y coexistencia pacífica entre
los pueblos: “El respeto de la diversidad de las culturas, la tole-
rancia, el diálogo y la cooperación, en un clima de confianza y
de entendimiento mutuos, están entre los mejores garantes de
la paz y la seguridad internacionales. Por tanto, todos los tipos
de bibliotecas deben reflejar, apoyar y promover la diversidad
cultural y lingüística en los ámbitos locales, nacionales e inter-
nacionales, y de esta manera trabajar por el diálogo intercultu-
ral y una ciudadanía activa” (IFLA, 2006:1)
Las prácticas de formación de lectores y escritores en las
bibliotecas recurren generalmente a la palabra; sin embargo,
desde hace un tiempo, los mediadores de lectura y escritura
hemos puesto nuestra mirada en diversos textos, en las posi-
bilidades que da la ilustración, la oralidad, los cantos, en un
sinfín de historias que no solo reposan en el papel. Es por
eso que, al llegar a la biblioteca, podremos ver, además de las
actividades tradicionales como las horas del cuento, tertulias
y clubes de lectura, otras alternativas para hacer de las prácti-
cas de formación de lectores y escritores eventos que conver-
san con lo diverso.
Interculturalidad en las bibliotecas
Algo seguro al visitar una biblioteca es encontrar cientos de
libros. Pero ¿alguna vez hemos pensado en cuántas personas la
habitan?, ¿en cómo son esas personas?, ¿en qué les gusta leer?, o
acaso ¿si les gusta escribir? Observar e interactuar con quienes
habitan la biblioteca nos permite descubrir el sinfín de posi-
bilidades que hay en un espacio para el tejido entre comuni-
dades. Por ello, tratar la diversidad cultural y lingüística desde
los servicios que ofrece la biblioteca, y más aún en prácticas
específicas como la formación de lectores y escritores, donde
el trabajo es permanente con la comunidad, puede posibilitar
transformaciones significativas en la biblioteca en relación con
las funciones sociales que esta posibilita. Actuar desde la diver-
sidad cultural y lingüística puede ser una oportunidad para que
las bibliotecas sean espacios vivos para soñar y construir ciudad.
Una opción para abordar desde la biblioteca el tema de la
diversidad podría ser que destinemos recursos para conser-
var expresiones y patrimonio, prestando especial atención al
patrimonio cultural intangible indígena o afrocolombiano, de
nuestros pueblos originarios. Así, desde la biblioteca es posible
proponer espacios que busquen divulgar y conservar el patri-
monio, por ejemplo las narraciones, cantos. De este modo la
biblioteca propiciaría otros espacios diversos además de los
que se tienen regularmente como el del día de la diversidad
cultural (21 de mayo), esta propuesta va en la vía de transfor-
mar las prácticas bibliotecarias. ¿Qué tal si echamos un vistazo
a las colecciones y servicios, y nos preguntamos a qué comuni-
dades representan estos materiales y actividades?, o aún mejor,
¿por qué no preguntarles a estas comunidades si se sienten
identificadas? Así que para vivir, crear y construir una biblio-
teca enfocada a la diversidad, la vía es trabajar con las comu-
nidades y no para las comunidades. Esto podrá darnos nuevas
ideas en el quehacer diario, en los proyectos y programas que
implementamos y vivimos en el espacio bibliotecario.
No solo desde el ámbito, pedagógico, bibliotecario y bibliote-
cológico nos hemos estado preguntando cómo hacer propues-
tas diversas. Las organizaciones culturales cuyo objeto social es
la promoción de la lectura y la escritura también lo hacemos, así
como los colectivos académicos que indagamos sobre el tema
de la formación de lectores y escritores. Como consecuencia de
estas indagaciones han surgido apuestas de ciudad que cada vez
toman mayor fuerza. Es el caso del “Programa de Educación
Lectora Intercultural” (PELI)6 que se realiza desde 2013 y que
en 2014 se llevó a cabo en diez espacios de ciudad. También la
propuesta “Leer en seña”7, y “Teatro en la oscuridad”8. Proyec-
tos que tienen algo en común, y es la pregunta por el otro, por
cómo llegar a comunidades que históricamente no han estado
presentes en la biblioteca, pues el que no hayan estado no es
sinónimo de que no puedan o quieran hacerlo.
¿Alguna vez hemos preguntado a quienes no visitan la biblio-
teca por qué no lo hacen? En el afán por formar lectores y escri-
tores hay un detalle de sumo cuidado que hemos olvidado, y es
el trabajar con el otro y no para el otro. Es decir, las propuestas
y programas de lectura y escritura no solo deben surgir de los
profesionales cualificados para ello, sino también de los deseos,
las necesidades y las pulsiones de las comunidades. Por eso, al
momento de pensar y diseñar propuestas podríamos pregun-
tarnos si lo hacemos teniendo en cuenta solamente nuestra
visión e intereses, o también dando lugar a la voz de los lecto-
res. Sin duda, esta aproximación podría animar, a quienes no
habitan la biblioteca, a integrarse y a disfrutarla.
Pensar en prácticas diversas en la biblioteca es sinónimo
de dar espacio a todas las voces, a las comunidades, a sus
6 PELI es un programa que busca contribuir con la recuperación de la memo-ria y la resignificación de lo afro en la ciudad de Medellín, a partir de las prácticas de educación lectora en diversos espacios culturales y educativos. Se realiza a partir de talleres de literatura e ilustración.
7 Actividad de animación a la lectura que propone una hora del cuento con pú-blico sordo y sus familiares oyentes, a partir de la lectura en voz alta con in-terpretación simultánea en Lengua de Señas Colombiana (LSC), esta acción de animación a la lectura favorece la apropiación cultural de la biblioteca como espacio de equidad social y como lugar vital para acceder a los libros y a la información necesaria para la vida. (Comfenalco Antioquia).
8 Lectura interpretada para invidentes. Espacio para compartir la lectura de obras dramáticas, en la voz de actrices, actores y voluntarios que caracteri-zan los personajes. La actividad se realiza con adultos invidentes y público general a quienes se les cubren los ojos.
prácticas culturales. Es hacer de la biblioteca un centro cultu-
ral, una apuesta donde convergen diversas formas de pensar,
creer, imaginar y concebir el mundo; donde la cultura escrita,
como cultura hegemónica existe, pero donde también habitan
las señas, el braille, los cantos, los mitos y la oralidad. En una
sola expresión: la palabra en todas sus posibles manifestaciones.
Inclusión en las bibliotecas
Para abordar propuestas de educación lectora para las
bibliotecas públicas con un enfoque intercultural que reco-
nozca la diversidad cultural, es importante pensar en el
concepto de inclusión, el cual va más allá de considerar que
los programas y servicios son para todos y todas. Es necesario
pensar en propuestas contextualizadas con las cosmovisiones
y filosofías de las comunidades, con el objetivo de generar
experiencias más significativas que permitan tejer diálogos
interculturales.
Un enfoque intercultural que reconozca la diversidad, en la
formación de lectores y escritores apunta entonces a:
1. Apoyar la inclusión y la participación de personas y gru-
pos de diversos orígenes culturales.
2. Reconocer e implementar “otros” modos de leer y escribir.
3. Resignificar la oralidad como correlato de la lectura y la
escritura.
4. Dar voz a las comunidades que son parte vital de la bi-
blioteca.
No obstante, si la biblioteca pública no comprende los
imaginarios de comunidades diversas en cuanto a la lectu-
ra-escritura-oralidad y su propia cultura, ¿cómo promover un
diálogo intercultural entre ambos? ¿Cómo proponer, desde las
bibliotecas, programas de formación de lectores y escritores
contextualizados a la dinámica diversa de nuestro entorno?
Aunque parezca que la interculturalidad no ha sido toma-
da en cuenta para la construcción de la biblioteca pública lati-
noamericana, lo que sucede es que el tipo de interculturalidad
que hemos tenido se ha ligado solo a un asunto relacional “la
que hace referencia de forma más básica y general al contacto
e intercambio entre culturas distintas, que podrían darse en
condiciones de desigualdad” (Walsh, 2010). Así la biblioteca
pública al ser pensada como un espacio abierto a las comuni-
dades ha sido un lugar físico donde diversidad de actores han
confluido, lo cual no implica que exista un reconocimiento
del “otro”, una comprensión y resignificación de lo que se
es, una re-existencia del “otro” y de sí mismo; hecho que se
evidencia cuando en actividades propuestas por la biblioteca
se piensa para la comunidad y no con la comunidad, lo que
ocasiona la ausencia de hombres y mujeres de algunas comu-
nidades en el espacio bibliotecario.
Las bibliotecas interculturales
Pensar en espacios bibliotecarios interculturales es una
apuesta por generar espacios de diálogo para las diversas
comunidades que habitan la biblioteca y las que podrían ser
parte de ella. Tal vez a simple vista no se vea la importancia de
este hecho; sin embargo, en el proceso de configurar apuestas
diferenciadas, donde se resignifique lo propio y se dé lugar a lo
otro, la interculturalidad como enfoque en la biblioteca puede
contribuir a:
1. Animar la reflexión y toma de conciencia de la diversi-
dad cultural y promover el diálogo entre diversos acto-
res sociales.
2. Hacer de la biblioteca un resguardo para la tradición oral y
el patrimonio cultural intangible. De este modo, la cultura
oral y escrita podrán tejer otras posibilidades para formar
lectores con diversidad de textos, lecturas y escrituras.
3. Propiciar la biblioteca como centro cultural para la inclu-
sión y la participación de personas y grupos de diversos
orígenes culturales.
4. Promover la coexistencia de diversas voces en un lugar
donde se alberga la memoria.
“Los servicios bibliotecarios y de información en un contex-
to de diversidad cultural y lingüística incluyen tanto la oferta
de servicios a todo tipo de usuarios de la biblioteca, como la
oferta de servicios bibliotecarios dirigidos especialmente a
grupos culturales y lingüísticos tradicionalmente más desa-
tendidos. Se debería prestar especial atención a grupos que
a menudo sufren marginación en las sociedades con diversi-
dad cultural, como minorías, refugiados y solicitantes de asilo,
personas con permisos de residencia temporales, trabajadores
inmigrantes y comunidades indígenas IFLA” (2006:2). No es
una tarea fácil, y en ocasiones tener horizontes que guíen el
camino, como los tienen los marineros, pueden sernos útiles
para ir decidiendo el curso en alta mar. Por esto, proponemos
algunas nociones que pueden ayudarnos a pensar y configurar
un espacio intercultural en la biblioteca.
1. Favorecer el diálogo y la creación colectiva en la bi-
blioteca. Así, quien llegue podrá sentirse representado.
Un paso importante puede ser lograr que las colecciones
alberguen materiales diversos, tanto en formatos, como
en soportes, lenguas e incluso la tradición oral. Los ma-
teriales de lectura que pueden favorecer la formación de
lectores y escritores desde un enfoque intercultural son
todos aquellos que nos permitan conversar con los lec-
tores-actores de la diversidad en todas sus dimensiones:
creencias, poblaciones, géneros, diferencias e ideologías.
Debemos hacer la selección de material con cuidado y
mucho esmero, indagando en las temáticas que se quie-
ren abordar. Al final de esta publicación, compartimos
un listado de libros que, en la práctica, han funcionado
para el trabajo con diversas poblaciones y que pueden ser
útiles en la labor de formar lectores y escritores que dia-
loguen en y respeten la diversidad.
2. Propiciar espacios que involucren a diversas comunida-
des con las prácticas bibliotecarias. Así como se ha veni-
do realizando un trabajo fuerte con la comunidad sorda
y hemos aprendido un poco sobre su lengua, también
podríamos aprender un poco más sobre otras lenguas y
alfabetos cercanos a nuestra herencia histórica. Más que
una clase magistral, se trata de posibilitar espacios que
propicien y promuevan la conservación de la memoria
a partir de las prácticas de formación de lectores y escri-
tores en la biblioteca. Podríamos, por ejemplo, invitar a
un grupo de cantaoras a que hagan de la literatura una
voz viva, o aprender un poco más sobre lenguas nativas,
las historias que en estas se narran y los secretos que es-
conden. Articular las expresiones locales y regionales a la
biblioteca, así como propiciar las prácticas culturales en
este espacio, hace de la biblioteca un resguardo para la
vida y un lugar para el disfrute.
3. Promover prácticas bibliotecarias con un enfoque in-
tercultural. Pensar en la biblioteca como un lugar para
el diálogo y la construcción de un tejido colectivo, que
represente y visibilice a las comunidades, donde las di-
versas formas de pensar, ser y hacer no solo habiten sino
que conversen, se reconozcan y propicien espacios para
la vida y la resignificación del otro.
PELI es un claro ejemplo, un programa que aunque
piense lo afro desde la conservación de la memoria y la
resignificación de lo negro como afro, busca dar lugar
a las comunidades, visibilizar su herencia y su historia,
para generar un tejido con los otros. Así, los programas
no solo se piensan para comunidades particulares, sino
que se proyectan para todos y todas, con la posibilidad de
comprender las diferencias.
4. Reconocer diversos modos de leer y escribir. La oralidad
ha sido siempre un canal privilegiado de transmisión de
la memoria entre generaciones. De abuelos a nietos o de
padres a hijos, su papel ha sido fundamental para conser-
var y propagar valores éticos y estéticos. Así, además de
los libros podemos recurrir a otro tipo de textualidades.
Narrar historias, contar cuentos, cantar, recitar y hacer
de hombres y mujeres tesoros humanos vivos9 es la mejor
prueba para desmitificar que solo con los libros podemos
formar lectores y escritores. Además, contribuimos con
la transmisión y la conservación del patrimonio cultural
intangible, como la Unesco lo plantea en la Convención del
año 200310.
El trabajo con quienes habitan la biblioteca nos permi-
te resignificar no solo ideas acerca de las comunidades, sino
también las prácticas de formación de lectores y escritores
con estas, posibilitando un diálogo plural. Un ejemplo de esto
es el trabajo realizado con un grupo de mujeres afro durante
el 2013, en el marco de la investigación, donde se abordó el
cómo concebían ellas las prácticas de lectura-escritura-orali-
dad y cómo las vivían a partir de las prácticas de formación
de lectores y escritores en un espacio como el bibliotecario.
9 “Los tesoros humanos son exponentes de saberes, conocimientos y tecnologías, generalmente de data antigua, que la sociedad respectiva considera impor-tante resguardar por su valor artístico y cultural, y especialmente por su rai-gambre, que los identifica con un pueblo o sociedad” Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2012:11)
10 Según lo indicado por la Unesco en la Convención del año 2003, se en-tiende como patrimonio cultural inmaterial el conjunto de usos, representa-ciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades reconocen como parte esencial de su patrimonio. A este componente colectivo se suma su transmisión de generación en generación, su constante recreación en el tiempo y el espacio, su innegable valor simbólico y su constitución como uno de los referentes primordiales del respeto por la diversidad cultural.
Como resultado de este diálogo, una de ellas narra, a partir de
una “escritura de sí”, otros modos de leer y escribir:
Historias de cabellos
Yo nací en el Chocó, en Istmina. Allí donde yo vivía, las mujeres
no éramos dueñas de nuestro cuerpo. Mi historia está asociada
al cabello, pues aprendí que este da cuenta de lo libres o escla-
vas que somos al mundo. De niñas siempre es mamá o abuela
quien nos peina, y cada vez que lo hacen es un momento espe-
cial, pues se aprovecha para contar historias. Yo recuerdo mu-
cho una que me contó la abuela de los peinados y del porqué las
mujeres negras peinaban con trenzas a las niñas al momento
de enviarlas a las plantaciones donde los hombres trabajaban.
La abuela me contaba de los trocitos de oro y esmeraldas que
incrustaban en las trenzas y de los caminos de escape que tra-
zaban a partir del tejido hecho con sus propias manos, escribían
con nuestro cabello. Por eso desde que éramos niñas cuidaban
tanto nuestro cabello, ese que para algunos es muy malo, y que
pocas veces aprendemos a cuidarlo y quererlo como es. A mí me
costó mucho entenderlo.
Solo hasta que cumplimos quince años nos permiten decidir
sobre nuestro cabello y es allí cuando generalmente comenza-
mos a ser un poco más “libres”. Apenas cumplí los quince pedí
que me hicieran un alicé pero no me quedó como quería, toda-
vía se me veía el pelo malo. Así que ahorré unos meses y compré
el mejor alicé de todos, que obvio era el más fuerte, y cuando
me lo apliqué en la cabeza, ¡horror!, comencé a ver lo que es el
infierno. La cabeza me quemaba y yo corría con eso por todas
las calles de Istmina gritando despavorida y pidiendo perdón
por mi vanidad, una que había heredado de lo que escuchaba,
de lo que veía en los medios de comunicación. Solo hasta hoy
lo entiendo.
En ese entonces no entendía nada, solo quería dejar atrás el
pelo malo. Hoy, por ejemplo, sé de la importancia del cabello y
de su historia en las mujeres negras. Además, que el cabello es
uno de los principales rasgos que se conserva desde lo afro, así
que una mujer que tenga su cabello crespo conserva una de las
pocas señales de África, una que es imborrable, pues el color de
piel va cambiando, se va “aclarando”.
Hoy, por ejemplo, sé que el cabello guarda historias, muestra
rutas y nos permitía alcanzar la libertad. El lenguaje escla-
viza, pero también libera, y las lecturas que se hacen de cada
momento de la vida te permiten seguir caminando o detenerte.
Experiencias de este tipo nos muestran que es posible hacer
de la lectura-escritura-oralidad prácticas que correspondan con
los propósitos de la formación de lectores y escritores. Resul-
tados de este tipo están cargados de magia y de posibilidades.
Por esto, tanto se reitera a cerca de las funciones sociales de la
biblioteca desde los Planes de Lectura.
Por ejemplo, el Plan Municipal de Lectura “Medellín Lectura
Viva”, tiene como propósito:
Disponer las acciones y los escenarios para promover la lectura
y la escritura en Medellín, como prácticas para la formación,
el esparcimiento, el acceso a la información y la apropiación
de una cultura escrita, de tal manera que se potencie en la
comunidad el ejercicio de una ciudadanía solidaria, crítica
y participativa que contribuya al mejoramiento de la calidad
de vida (Acuerdo Municipal No. 79 de 2010).
Es una posibilidad que con reflexiones y experiencias como
la anterior, contribuyamos a alcanzar propósitos como los
formulados en los Planes de Lectura, en este caso, el propuesto
en nuestro Plan Municipal.
El Programa de Educación Lectora Intercultural
Memoria y olvido se relacionan e interactúan en la construc-
ción del presente y del relato histórico. Es en esa dicotomía que
los regímenes dictatoriales basan su intervención y domina-
ción, como una forma de modelar la identidad nacional. Aun
así, la memoria siempre sigue pugnando por reaparecer y trans-
formarse en verdad histórica; más tarde o más temprano, las
experiencias internalizadas y corporizadas salen a la luz para
ayudar a recordar, a no olvidar
Bossie (2009)
La biblioteca puede y debe convertirse en un lugar
para conservar la memoria, pues aunque no es su
única función, esta es una que tenemos olvidada.
Un ejemplo de apuesta dirigida a conservar la memoria
es el “Programa de Educación Lectora Intercultural” (PELI),
propuesta que propende por la recuperación de la memo-
ria y la resignificación de lo afro en la ciudad de Medellín, a
partir de las prácticas bibliotecarias de educación lectora que
se llevan a cabo en las bibliotecas públicas.
Para ello, al igual que un proyecto de promoción de lectura,
que posee funciones sociales (educativas, culturales y políticas),
se ha diseñado un tejido para abordar lo histórico, social e indi-
vidual de la comunidad afrocolombiana, a partir de estrategias
de promoción y animación a la lectura. Se piensa una apues-
ta de este tipo porque los espacios bibliotecarios y culturales
de ciudad carecen de prácticas de promoción de lectura que
propendan específicamente por la conservación de la memo-
ria, de la preservación y rescate cultural desde lo afro, hecho
evidenciado en la investigación que respalda la publicación. Es
evidente que las prácticas de educación lectora se han tornado
solo a lo leído y lo escrito, dejando de lado la oralidad como
elemento fundamental en el lenguaje.
La propuesta surge de la investigación “Representaciones
sociales de la lectura-escritura-oralidad en las voces femeninas
afrocolombianas: horizontes de sentido para prácticas de
educación lectora interculturales”, realizada en el marco de la
Maestría en Educación de la Universidad de Antioquia, asesorada
y avalada por el Grupo de Investigación Diverser de la misma
universidad. La realización del proyecto piloto contó con el
apoyo de la Fundación Taller de Letras en el 2013, y se llevó a
cabo con la comunidad afro del barrio Caicedo, en la ciudad de
Medellín, con la compañía de la Fundación Golondrinas.
El diseño del programa es una apuesta de construcción
colectiva en compañía de algunas voces afrofemeninas.
Mujeres que durante varios meses se reunieron para conver-
sar, soñar y encontrarse a partir de la palabra, y sus compren-
siones acerca de cómo se lleva a cabo en la ciudad las prácti-
cas de formación de lectores y escritores.
Para establecer un diálogo intercultural entre las comuni-
dades, la propuesta se articula al propósito de la catedra de
estudios afrocolombianos:
[…] conocer y exaltar los aportes histórico-culturales, ancestrales
y actuales de las comunidades afrocolombianas a la construc-
ción de la nación colombiana y aportar al debate pedagógico
nacional nuevos enfoques sobre las posibilidades conceptuales y
metodológicas de asumir la multiculturalidad e interculturali-
dad desde el quehacer educativo (Ministerio de Educación Na-
cional de Colombia, 2013).
Así comienza la travesía. La necesidad vital identificada es
la transformación de las prácticas de lectura y escritura en los
espacios culturales y educativos, desde un enfoque intercultu-
ral para la conservación de la memoria afro. Este propósito que
da lugar a estrategias de promoción y actividades de animación
de lectura que permiten reconocer y comprender la diversidad
cultural existente y contribuir a la conformación de una socie-
dad crítica y equitativa desde la formación de lectores.
PELI busca, entonces, generar un contexto de la cultura
afro y reconfigurar sus representaciones, a partir del conoci-
miento de su historia, partiendo de temas como la travesía,
los ancestros, los dioses y el palenque. El saber, por ejemplo,
que la esclavitud lleva un poco más de un siglo de ser abolida
en Colombia, puede ayudarnos a comprender el modo en que
se establecen las relaciones sociales en y con las comunidades
afro. Tan solo hasta el 21 de mayo de 1851 se dio la Ley de manu-
misión o libertad de esclavos, son solo 163 años de promulgada
y no solo con el hecho de su existencia terminó la esclavitud.
Aún quedan descendientes muy cercanos de esclavos libertos
y esto implica para ellos y ellas maneras otras de entender,
comprender y habitar el mundo.
Pensar en la formación de lectores desde un enfoque diver-
so brinda, a los mediadores que trabajan con la palabra en sus
diversas manifestaciones, la oportunidad de enriquecer sus
11 Esta es una propuesta del ecuatoriano Juan García quien relaciona cada adentro y casa afuera con los aprendizajes ligados a diversos territorios y contextos. En términos generales, casa adentro significa un proceso de auto reconocimiento como pueblo con valores propios, mientras que casa afuera es el diálogo que, desde ese reconocimiento, es posible sostener con el resto de la sociedad nacional y mundial
prácticas. Por ejemplo, en PELI, no solo se realizan activida-
des con la comunidad afro; también los mediadores de lectu-
ra trabajan casa adentro11 con todas las personas que habitan la
biblioteca, ya que pensar en la inclusión, en la diversidad y en el
trabajo con minorías (como hemos decidido llamarles política-
mente), implica partir desde lo más próximo, para luego ir casa
afuera y realizar otros procesos con la comunidad.
A continuación se presenta una narrativa autobiográfica,
que hizo parte de la investigación, de uno de los promotores
de lectura de la ciudad, quien expone su visión de inclusión:
[…] esa palabra de inclusión al momento de pensar en la comunidad
negra lo vivo de la manera más sentida posible. Es una aberración
tener que utilizar la palabra “incluir” para darle un lugar a los seres
humanos en las prácticas sociales, culturales, religiosas, económicas,
políticas... En mi quehacer, en mi vida, no hay estigmatización, no hay
una segmentación de población negra, de población judía. Hay perso-
nas, ciudadanos. Los guetos creados por la sociedad o por los mismos
grupos lo que hacen es ampliar una brecha humana que se vuelve insal-
vable. Para mí son ciudadanos, tienen los derechos que son propios a
todos y tenemos que negar que para que se respeten haya que hacer leyes
sobre las leyes para que sean reconocidos y valorados. Hago teatro con
personas, leo con personas, vivo con personas, no me preocupa el color
de la piel, la raza, la religión, el estrato social, el equipo de fútbol... me
abstengo de compartir con personas de las extremas izquierda o dere-
cha, con los violentos, los fanáticos de todos los campos, los que tienen
la verdad y los que difieren son sus enemigos, con los que abusan del
poder... y pueden ser de cualquier color de piel, cualquier raza, cual-
quier religión, cualquier estrato social, cualquier equipo de fútbol... me
alejo de estos seres porque son peligrosos. No puedo pensar que debo
incluir a un ser humano en las prácticas lectoras de la biblioteca y que
nos lo quieren hacer creer que está en otra margen del camino por su
color. Ya está incluido y solo debo hacer lo que he aprendido, compartir
el placer y el apasionamiento que los libros me brindan.
¿Sera posible entonces, desmitificar las segmentaciones que
hemos creado para lograr que casa adentro vaya casa afuera?
Detalles del Programa
El programa está diseñado en tres momentos, nombrados
a su vez a partir de tres metáforas: urdimbre, entramado y
tejido. En cada uno se aborda una dimensión social desde lo
histórico, lo social y lo individual, hasta generar un tejido de
lo afro. Cada momento es considerado como un espacio de
acuerdo con propósitos de contextualización, sensibilización
y apropiación, respectivamente. Así, pues, en cada momento
hay un objetivo, logros y temáticas por abordar, en relación
con el objetivo del programa.
A continuación se presenta el marco general del pro-
grama.
Para qué se realiza. Se espera que el programa genere
acciones desde la biblioteca como institución social, que
contribuyan con la recuperación de la memoria y la re-
significación de lo afro en la ciudad, es decir a deconstruir
las representaciones que tenemos respecto a lo afro y a
comprender a partir del conocimiento de una cultura e
identidad particular el mundo de lo afro. También busca
que en las bibliotecas se presenten prácticas sociales que
correspondan a lógicas culturales distintas, posibilitando
así la participación de comunidades diversas, otros modos
de leer, escribir, comprender y habitar el mundo. Adicio-
nalmente, brinda la oportunidad de aprovechar las tradi-
ciones, los saberes y las visiones de diversas comunidades,
con el fin de generar transferencia y trascendencia de
la memoria, a partir del reconocimiento y la resignifi-
cación del otro, aparte de dar lugar a otros horizontes
lingüísticos y culturales.
Cuáles son sus posibles beneficiarios. Se espera que la
población beneficiada del proyecto sea, en un primer mo-
mento, la comunidad afro de la ciudad de Medellín. Sin
embargo, el espacio es abierto a toda la ciudad, pensando
en el modelo de la cátedra de estudios afrocolombianos
donde es vital conocer la historia para comprender y re-
significar los estereotipos e ideas implantados en el ima-
ginario. Este programa puede realizarse con públicos de
diversas edades. No obstante, se recomienda que metodo-
lógicamente se defina un grupo particular para realizar su
12 La decolonialidad está asociado con la transformación de las estructuras sociales políticas y epistémicas de un orden dominante. La decolonialidad permite cuestionar un poder dominante, dando lugar a voces subalternas, al reconocimiento de la diferencia, de lo propio.
trabajo: primera infancia, segunda infancia, jóvenes, per-
sonas adultos/as, adultos/as mayores, mujeres. Dependien-
do del público se definen estrategias metodológicas para
abordar los contenidos propuestos.
Quién lo lleva a cabo. Es conveniente que los(as) for-
madores(as) del programa sean mediadores/as de lectura
y escritura con fundamentos pedagógicos, en particular
desde la pedagogía crítica e intercultural. Son aquellas
personas que reconocen la palabra en sus diversas ma-
nifestaciones, habladas, cantadas, escritas, ilustradas, que
viven la lectura y la escritura como prácticas sociales que
posibilitan resistir y re-existir.
Desde dónde se fundamenta. Desde dos áreas del saber:
la educación y la bibliotecología. La primera da cuenta de
unos cimientos pedagógicos y didácticos en relación con
los procesos de formación. Este componente está funda-
do desde la interculturalidad y la (de) colonialidad12. Desde
la bibliotecología, se toman los elementos asociados con
las prácticas de formación lectora en ambientes bibliote-
carios, recurriendo a los saberes generados en y desde la
disciplina en relación con la promoción de la lectura y
la animación a la lectura, además de generar elementos
conceptuales para sustentar la lectura y la escritura como
prácticas socioculturales y sociopolíticas.
Cómo se trabaja. A partir de la metáfora del tejido, el
primer momento se propone como una urdimbre para
contextualizar el espacio en lo pertinente a la historia y a
la diáspora africana en relación con el lugar que hoy ha-
bitamos. Este espacio espera producir un marco general
desde la historia que permita comprender lo afro desde
sus mitos, ritos y rituales y, por supuesto, la travesía tran-
soceánica que vivieron millones de seres humanos. Pos-
terior a esto se plantea un espacio desde lo social, donde
se busca sensibilizar lo afro a partir de la comprensión de
aspectos significativos de su cultura, esperando que este
momento permita resignificar tradiciones y costumbres
del pueblo afro. Una vez se está en contexto y se conoce
un poco acerca del entramado social que se genera al inte-
rior del pueblo afro, está el momento para ir al interior de
cada participante, pues lo trabajado en los dos apartados
anteriores no está desligado de la historia de vida de cada
quien, por lo cual en este último momento se busca resig-
nificar lo afro a partir de la propia historia de vida, con
la realidad cercana, la familia, los amigos y, por supuesto,
consigo mismo. De este modo, el programa busca per-
mitir un espacio para encontrarse con la herencia afro
que habita en cada quien, haciendo de la lectura, la escri-
tura y la oralidad prácticas dispuestas a generar encuen-
tros y desencuentros en pro de la resignificación y com-
prensión de lo afro, esperando que este sea un aporte a la
sociedad para que comprenda y dialogue con voces otras.
El plan de trabajo. A continuación se describe cada uno
de los momentos, sus componentes, objetivos, estrategias
y líneas temáticas.
• Componente histórico. Espacio de contextualización.
• Objetivo. Propiciar un marco histórico general que per-
mita comprender lo afro desde sus mitos, ritos, rituales
y, por supuesto, a partir de la travesía transatlántica que
vivieron millones de seres humanos.
• Estrategias. Promoción de lectura, talleres literarios
basados en el juego y participación activa de los y las
asistentes. Animación a la lectura, lecturas en voz alta,
lecturas silenciosas, juegos de palabras, relatos orales,
narraciones, escritura, cuentería, entre otros.
• Líneas temáticas. Ancestros, dioses, travesía, palenque.
Así trabajamos el tema de la travesía en el Programa de
Educación Lectora Intercultural.
Lectura en voz alta
Travesía y palenque: la ruta del destierro
Canto negro Nicolás Guillén y Eduardo Carrasco
Oooooooo yambambó yambambó yambambé.
Repica el congo solongorepica el negro bien negrocongo solongo del songo
baila yambó sobre un pie.
Mamatombaserembe cuseremba.
Oooooooo yambambó yambambé.
El negro canta y se ajumael negro se ajuma y cantael negro canta y se ajuma
el negro canta y se va.
Acuememe serembóae
acuememe serembóaé
yambó ae, yambó ae, yambó.
Tambatamba del negro que tumbatumba del negro carambacar ba que el negro tumbayamba yambó yambambé
aeyamba yambó yambambé
ae yamba ae yambó aeyambambó ae yambambé ae...
Ir sobre los pasos de aquellos que nos antecedieron, cono-
cer las rutas que recorrieron y ver cómo llegaron a nuestra
América aún si querer hacerlo dejándonos como herencia
toda su cultura, sus cantos y ritmos, pero sobre todo su fuerza.
Por qué hacemos esta propuesta (objetivo)
Dicen que la literatura es una posibilidad para aventurarnos
en otros lugares, que es posible ir de viaje sin tomar un avión.
A partir de las historias conoceremos y reconoceremos cómo
se dio el proceso de migración de África a América, además de
cómo tejieron nuestros hermanos africanos espacios de resi-
tencia y rexistencia para sobrevivir.
Reconocer como se dio el proceso de destierro es vital para
comprender como vivimos ahora, el porqué de las formas de
organización de nuestras comunidades, de sus prácticas cultu-
rales, pero sobre todo una posibilidad para conocernos.
Cómo lo hacemos (metodología)
• ¿Qué tal sentarnos juntos mirando nuestros ojos? Un cír-
culo estaría muy bien.
• Lectura en voz alta (texto seleccionado por el mediador)
• Una vez realizamos la lectura en voz alta recurrimos a rea-
lizar preguntas motivadoras en relación con el tema. Así
recurrimos a los conocimientos previos de los lectores.
• Y nos remitimos a su propia historia de vida
¿Conocen historias de desplazamientos? ¿Alguna vez habían
escuchado el tema de la esclavitud? ¿En qué se parece esa historia a
sus propias vidas?
Una vez terminamos de conversar, que tal sería realizar un
viaje por el pasado. Podemos recurrir a mapas donde se tracen
las rutas realizadas por las naos. Repartimos imágenes a los parti-
cipantes que representen lugares importantes de la travesía y a
partir de la creación colectiva construimos historias que narra-
mos en voz alta sobre estos lugares. Algunas ideas de lugares:
• Gente de los ríos de Guinea
• Antiguo Reino del Congo
• Cartagena de Indias
• San Andrés, Providencia y Santa Catalina
• Palenque
Y después de rememorar, la invitación es a escribir una
carta aquellos que venían en las naos. ¿Qué les dirías tú? ¿Las
compartimos?
Entramado. Momento de sensibilización.
Componente social. Espacio de sensibilización.
Objetivo. Sensibilizar hacia lo afro a partir de la compren-
sión de aspectos significativos de su cultura, como las tradi-
ciones y costumbres del pueblo afrocolombiano.
Estrategias. Promoción de lectura, talleres literarios basa-
dos en el juego y participación activa de los y las asistentes.
Animación a la lectura, lecturas en voz alta, lecturas silenciosas,
juegos de palabras.
Líneas temáticas. Naturaleza, religión, música, comida.
Tejido. Momento de apropiación
Componente individual. Espacio de apropiación
Objetivo. Resignificar lo afro a partir de la propia historia
de vida, con la realidad cercana, la familia, los amigos y, por
supuesto, consigo mismo.
Estrategias. Promoción de lectura, talleres literarios basa-
dos en el juego y participación activa de los y las asistentes.
Animación a la lectura, lecturas en voz alta, lecturas silencio-
sas, juegos de palabras, relatos orales, narraciones, escritura,
cuentería, entre otros.
Líneas temáticas. El territorio, mi comunidad, mi familia,
yo afro.
Materiales recomendados
En los estantes de las bibliotecas descansan variedad de
materiales, aunque bien sabemos que muchos están
ausentes. Sin embargo, pensar en la multiplicidad de
posibilidades que da contar con materiales diversos es una
tarea permanente. Es importante pensar en los materiales
que podemos usar para los programas de formación de lecto-
res y escritores.
A continuación se recomiendan algunos materiales de
lectura a los que pueden remitirse los mediadores para reali-
zar propuestas con un enfoque diverso, estos han sido selec-
cionados de acuerdo a la experiencia de la Fundación con
talleres literarios y de ilustración desde un enfoque intercul-
tural. La selección es reducida, no obstante hay diversas posi-
bilidades por explorar y títulos que pueden fortalecer este
listado. Algunos de ellos pertenecen a la Literatura Infantil
y Juvenil –LIJ-; sin embargo, hay otros de literatura clásica y
poesía, escritos por creadores afrocolombianos, o la recopi-
lación de historias provenientes de comunidades indígenas
que también pueden consultarse.
Buitrago, J. y Yockteng, R. (2010). Jimmy el más grande.
Lumen: Bogotá. Hay muchos pueblos como el de Jimmy, y en
esos pueblos grandes fantasías. En la isla que sucede esta histo-
ria el sonido de las olas y la luz de las estrellas permanecen para
que los sueños sobrevivan a los años, sin importar el territorio
del que hagamos parte.
De Armellada, F. (1992). El cocuyo y la mora. Venezuela:
Ediciones Ekaré. ¿Cuánto desprecio puede ocasionar el amor?
Y más aún si se es diferente al amado. Aunque es probable que
lo disparejo nos muestre otras nuevas formas de amar.
Díaz. G. (2012). Óyeme con los ojos. Madrid: Anaya. El mundo
de Horacio es sereno y silencioso desde hace algún tiempo, un
universo muy diferente al tuyo y al mío. Es más, es muy proba-
ble que no sepamos cómo escribir y hablar en su lengua, así que
si hay algo que este chico pueda enseñarnos es a observar.
Buitrago, J. y Yockteng, R. (2009). Eloísa y los bichos. Babel:
Bogotá. ¿Te has sentido alguna vez cómo un bicho raro? ¿O
eres la ficha del rompecabezas que no encaja? Eloísa nos
muestra como podemos sentirnos un bicho raro, sin embargo
aprender que ser un escarabajo no está nada mal y vivir con
ellos puede llegar a ser toda una aventura.
El dueño de la luz. (1983) Cuento Arawao. Ediciones Ekaré.
En un principio no existían ni el día ni la noche, y los warao,
habitantes del Delta del Orinoco, vivían en tinieblas. Hasta que
un hombre envía a sus dos hijas hacia oriente, a la casa del
joven dueño de la luz. La mayor se distrae en el camino, pero
la hija menor conoce al joven y logra traer la luz de vuelta a su
pueblo. Un cuento warao sobre el origen del sol y de la luna,
con unas impactantes acuarelas que reflejan los míticos paisa-
jes de los caños del Delta
Kurusa. (1961). La calle es libre. Ediciones Ekaré: Venezuela.
Los niños del barrio San José son los mismos de muchos barrios
de América Latina, niños y niñas que quieren ser atendidos. Si
en alguna ocasión alguno logra ser escuchado es probable que
puedan construir sus sueños
Low, A. (2013). La jirafa gorda y el elefante flaco. Bogotá:
Ediciones B. ¿Habías visto alguna vez una jirafa gorda y un
elefante flaco? Es probable que los animales de esta historia no
lo hayan visto, pero a ellos no les preocupa ser diferentes al
resto del mundo. Es maravilloso ser único.
Machado, A. y Faria, R. (1994). Niña Bonita. Venezuela:
Ekaré. ¿Te pareces a alguien tu familia? Siempre heredamos
de los nuestros rasgos físicos o emocionales, hay unos que son
bastante especiales como es el caso de la niña bonita, quien ha
heredo un hermoso color de su abuela.
Mckee, D. (2005). Elmer el elefante. Bogotá: Norma. Elmer
no tiene un único color, su piel parece una colcha de retazos,
tiene todos los colores del mundo y a veces le da por irse a
buscar el color elefante, pues no entiende bien porque no es
igual a los demás.
Menena, C y Faría, R. (2008).El libro negro de los colo-
res. México: Tecolote. Dicen que el negro es la ausencia de
color, ¿cómo será el mundo entonces para una persona invi-
dente? El libro negro de los colores está repleto de colores,
pero sobre todo de magia para asombrarnos con cada nuevo
matiz, de cada nuevo olor.
Ministerio de Cultura de Colombia. (2010). Biblioteca de
Literatura afrocolombiana. Colombia: Ministerio de Cultura de
Colombia. 18 títulos. La Biblioteca de Literatura Afrocolombia-
na ha querido congregar un ancho y variado caudal de una
expresión literaria elaborada en nuestro país por una multi-
tud de voces, registros escritos y tonalidades sonoras que han
venido labrando su presencia en la cultura colombiana desde
hace más de doscientos años. Narrativa, ensayo, novela, poesía,
cuento en voces afrocolombianas están esperando para ser
leídas. Disponible en: http://www.banrepcultural.org/blaavir-
tual/biblioteca-afrocolombiana
Ministerio de Cultura de Colombia. (2010). Biblioteca
básica de los pueblos indígenas de Colombia. Colombia:
Ministerio de Cultura de Colombia. Es una literatura que más
que hablar pretende escuchar. Está hecha de oír e interpretar
lo que dicen los libros de la naturaleza. La Biblioteca Básica
de los Pueblos Indígenas de Colombia contiene dos antologías
de relatos y poesía pertenecientes a pueblos indígenas a todo
lo largo y ancho de Colombia, una colección de mitos uitotos,
textos y manifiestos del movimiento indígena del último
siglo, y la obra bilingüe de tres poetas jóvenes que escriben
respectivamente en wayuu, camëntsá, quechua y español (…).
Disponible en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/
biblioteca-indigena-colombia
Orejas de mariposa. (2008). Aguilar, L. y Neves, A. Andalu-
cía: Kalandraka. Si tienes los pies largos tal vez puedas correr
más rápido que el resto. Y si eres de baja estatura podrás esca-
bullirte por lugares que para otros serían imposibles de alcan-
zar. El ser muy alto no es un problema, solo es una posibilidad
para visualizar mejor el horizonte. ¿Y qué tal si tuvieras orejas
de mariposa? ¿Qué podrías hacer?
Pluma de ganso. (2012). Nilma Lacerda. Colombia: Babel.
Hace menos de un siglo en algún lugar de Latinoamérica Auro-
ra persiguió un sueño; ese que la llevo a ir tras los ritmos de las
palabras, buscar sus trazos y tratar de comprenderlos y apre-
henderlos. Esta narración es una posibilidad para reivindicar
el leer y el escribir, pero sobre todo la memoria y la magia de
ser mujer.
Prieto, I. (2007). Azúcar y sal. México: Océano. Todos y
todas somos muy diferentes, hay quienes disfrutan más de un
café dulce, sin embargo hay quienes prefieren tomarlo amargo.
Lo importante para compartir con los otros es darnos cuenta
que por más diferencias que existan siempre habrán puntos en
común que nos permiten construir una vida juntos.
Rey y rey. (2000). Linda de Haan y Stern Nijland. Serres.
Encontrar a esa persona con quien sueñas pasar el resto de
la vida es una tarea ardua, por eso Rey debe tener cuidado y
estar convencido de su decisión… y el ha encontrado la perso-
na perfecta.
Sapo enamorado. (1992). Max Velthuijs. Venezuela: Ekaré.
Seguro has escuchado decir que “el amor es universal” pero
lo que tal vez no sabías es que los sapos no solo son prínci-
pes encantados, también son animales que se enamoran y no
precisamente de una princesa, o de una rana.
Titiritesa. (2007). Xerardo, Q. OQO. Titiritesa y Wendolina
sienten cosquillas en el pensamiento cuando se miran, ellas
no son diferentes solo tienen gustos distintos, por eso buscan
el Sueño Azul que se esconde en el baúl.
Tito y pepita. (2011). Low, A. Colombia: Ediciones B. Tito
y Pepita son vecinos. Ellos no se conocen muy bien, pero han
decidido que no se la llevan bien; es por eso que han empeza-
do a enviarse cartas porque el uno no tolera al otro; pero el día
que se conocen el corazón se les agita.
Guillén, N. (1931). Sóngoro cosongo; poemas mulatos.
La Habana: Editorial Úcar García
International Federation of Library Associations and
Institutions (IFLA).(2006). Manifiesto IFLA/UNESCO
por la Biblioteca Multicutural. Disponible en: http://
www.ifla.org/files/assets/library-services-to-multicul-
tural-populations/publications/multicultural_library_
manifesto-es.pdf
Ministerio de Educación Nacional de Colombia. (2013).
Cátedra de Estudios Afrocolombianos. Disponible en:
http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-82805.html
UNESCO. (2003). Convención para la salvaguarda del
patrimonio cultural inmaterial. Paris. Disponible en: http://
unesdoc.unesco.org/images/0013/001325/132540s.pdf
Walsh, C; Tapia, L y Viaña, J. (2010). Construyendo In-
terculturalidad Crítica. Bolivia: Instituto Internacional de
Integración del Convenio Andrés Bello
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Premio Hans Christian Andersen. Disponible en http://
www.dondevivenloslibros.com/2012/08/discurso-de-ma-
ria-teresa-andruetto-al.html
Acuerdo Municipal No. 79 de 2010. Gaceta oficial de
Municipio de Medellín, Medellín, Colombia, 30 de no-
viembre de 2010.
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. (2012). Te-
soros Humanos Vivos. Chile. Disponible en: http://issuu.
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nos-vivos/7?e=0
Duque, C. (2013). Representaciones sociales de la lectu-
ra-escritura-oralidad en las voces femeninas afrocolom-
bianas: horizontes de sentido para prácticas bibliotecarias
de educación lectora interculturales. Tesis (Magíster en
Educación Énfasis en Estudios Interculturales). Medellín:
Universidad de Antioquia, Facultad de Educación.
Freire, P. (2005). Pedagogía de la esperanza. México: Si-
glo XXI Editores.
Grueso, Mary, 2003, El mar y tú. Buenaventura, Impre-
sora Feriva.
Las bibliotecas interculturales pueden parecer una utopía,
sin embargo son espacios posibles donde convergen las
diversas voces de las comunidades en relación con su propia
historia. Lugares donde la palabra esta presente en todas sus
manifestaciones. Espacios de encuentro y resignificación del
territorio. Posibilidades para conservar nuestra memoria.
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