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UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL
UNIDAD AJUSCO
“EL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL COMO ESTRATEGIA DE LA GESTION ESCOLAR”
PROYECTO DE TESINA
PARA OBTENER EL TITULO DE
LICENCIADA EN PEDAGOGÍA
PRESENTA:
MARIA FELIX CHAGRE LOPEZ
ASESORA: GEORGINA RAMIRES DORANTES
MEXICO. D.F. MARZO AÑO 2007
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I. EL SISTEMA ESCOLAR EN LATINOAMÉRICA:
LA EDUCACIÓN BÁSICA
Debido a los grandes avances tecnológicos y científicos del mundo se derivan
inmensos retos para Latinoamérica debido a que nos encontramos en una
desigualdad muy grande ante otros países (potencias) que han desarrollando
estrategias que les han permitido obtener excelentes resultados en todos los
aspectos, generando consecuentemente, una mejor calidad de vida para sus
habitantes.
Y como es de esperarse lo que para algunos es un privilegio, para otros países ha
sido la causa de pobreza, desigualdad, discriminación, entre otros aspectos que
obstaculizan el desarrollo de un país; y entre estos se encuentra América Latina y
como menciona Inés Aguerrondo (1998) “El problema no radica esencialmente en la
aceleración del cambio propiamente, sino en la incapacidad de nuestras sociedades
para hacer frente a las transformaciones sin sufrir una crisis”1 esto es debido a que la
mayoría de las personas no nos encontramos preparados para asimilar todos estos
cambios o lo que es peor para poder ser parte y ser capaces de ser nosotros quienes
seamos los protagonistas de las innovaciones.
En la actualidad un gran reto que se está planteando en América Latina es mejorar el
ámbito de la educación pública, ya que es el motor de todo cambio que se quiere
implementar, por lo que se ha estado trabajando arduamente en este aspecto,
aunque todavía falta mucho camino por recorrer.
En los últimos años lo que se ha logrado ha sido la expansión de las matrículas
principalmente en el nivel preescolar, primaria y secundaria, Julio César Gómez
Torres en su artículo Construcción del pleno federalismo afirma lo siguiente con
respecto al incremento de escuelas de México “El resultado de un crecimiento de
1 AGUERRONDO, Inès. La escuela como organización inteligente, Editorial Troquel, Buenos Aires, 1998, pág. 13
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esta naturaleza fue un sistema educativo enorme y de calidad desigual”2 ya que
existen aproximadamente un millón 778 mil 918 niños que estudian la educación
básica en nuestro país, pero se tienen que tomar en cuenta las condiciones en que
lo están haciendo, ya que he podido constatar que existen escuelas que cuentan con
mesas y sillas viejas guardadas en bodegas y en contraste podemos encontrar que
hay centros escolares que no cuentan con este tipo de mobiliario ni con las
instalaciones adecuadas, por lo tanto se puede decir con mucha certeza que la
desigualdad sigue siendo alta.
Tomando en consideración lo que se indica en el párrafo previo, se indica que la
mayoría de los gobiernos en el mundo reconocen la necesidad de reformar los
procesos educativos y han empezado a abordar el problema de las brechas de
cobertura, equidad y calidad que existen en el campo, no obstante continúa en crisis
la educación debido a que se enfrenta a graves problemas como la deserción y la
reprobación por mencionar algunos ejemplos especialmente en América Latina.
Con relación al rezago escolar se puede hacer referencia a la prueba de pisa que
se realizó en 1995 donde México quedó en el penúltimo lugar. Continuando con los
ejemplos se indica que en el año 2000 se aplicó un instrumento de medición a 31
países que integran la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económico) y ésta evaluación comprendió materias como Matemáticas, Ciencias y
Comprensión Lectora donde nuevamente nos ubicamos en penúltimo lugar, por lo
que en nuestro país ( México) existe la gran preocupación por mejorar la calidad del
servicio educativo que se está brindando, para afrontar un mundo que exige un
mayor cúmulo de conocimientos habilidades y destrezas que crean un mundo laboral
donde la competencia pasa a ser global en vez de nacional, a medida que las
naciones se abren al mundo exterior (globalización) y con frecuencia se crean
nuevas tecnologías, las adaptan a las condiciones locales y necesitan quien pueda
aplicarlas exitosamente, por lo que se modifica la demanda para la educación.
También es necesario destacar que existen en los países latinoamericanos estadìos
diferentes de transición económica y demográfica, lo que lleva a que se cuente con
2 GOMEZ TORRES Julio César, Construcción del pleno federalismo, Revista Educación 2001, Febrero 2004, Pág 3
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diferentes prioridades del esfuerzo educativo dependiendo de las necesidades de
cada uno de ellos.
En lo personal considero que es necesario concentrarse en una educación que
forme individuos con una capacidad de pensar, ser analíticos, creativos, novedosos,
innovadores sin olvidar los valores necesarios para la convivencia, es decir, se
requiere una educación de calidad.
Tomando en consideración que cada país ha diseñado un sistema educativo de
acuerdo a sus intereses y prioridades, hay que indicar también que existen aspectos
que indudablemente forman parte solamente del quehacer educativo en América
Latina, y éstos se indicarán en la siguiente sección.
La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y la Cultura
(OEI) ha hecho una investigación, que plantea las similitudes de los sistemas
educativos en la mayoría de los países latinoamericanos, ya que comparten un
marco común donde el Estado es la instancia responsable de brindar una educación
pública de calidad a todos los ciudadanos, por lo que le corresponde dotar al sistema
educativo de recursos económicos, técnicos y materiales para cumplir con este
objetivo.
Este marco común conforma una serie de principios que forman parte de las políticas
educativas que en la actualidad se están aplicando en varios de ellos.
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1.1 Principios que rigen a los sistemas educativos en la educación básica
La mayoría de los países latinoamericanos comparten ciertas particularidades con
respecto a los principios fundamentales que rigen a los sistemas educativos
especialmente en el nivel básico.
♦ Uno de los principios es “El derecho a la educación”, que especifica que
todos los ciudadanos tienen derecho básico y fundamental de recibir
educación. El Estado tiene la responsabilidad y obligación de brindar en un
plano jurídico (ámbito legal que permite diseñar una estructura normativa de
educación) y material (medios económicos y bienes y servicios necesarios
para hacer efectiva dicha estructura). Pero cabe mencionar que la sociedad
también tiene parte de esta responsabilidad ya que los padres de familia
tienen la obligación de llevar a sus hijos a la escuela. Sin embargo, todavía
nos podemos encontrar con casos donde aún no se ha logrado integrar a
niños en edad escolar a las escuelas, debido a la escasez de recursos
económicos en zonas marginadas.
♦ Otro principio es la “Igualdad de oportunidades” y éste se encuentra muy
ligado al mencionado anteriormente, ya que es preciso que en términos
educativos las oportunidades sean las mismas para todos los ciudadanos, sin
discriminación y sin distinción de ninguna índole. Aunque desafortunadamente
existen lugares donde las escuelas se encuentran alejadas de las
comunidades se hace explícito que se dificulta el acceso de los niños a estos
centros educativos provocando que deserten y como consecuencia se
ocasiona el incumplimiento de este aspecto.
♦ La “Obligatoriedad educativa en los niveles básicos de enseñanza”
corresponde a otro de los principios que garantiza el derecho a educación en
igualdad de condiciones para todos.
♦ Principio de “Flexibilidad”: este principio tiene que ver con la existencia de una
variada gama de posibilidades educativas de acuerdo a las diferentes
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necesidades de educación de los ciudadanos dentro de una misma realidad
nacional.
♦ La “Atención a la diversidad” toma en cuenta la pluralidad cultural, las
peculiaridades de los diferentes grupos étnicos.
♦ El principio de la “Educación permanente y abierta” se entiende como una
experiencia continua de enseñanza-aprendizaje, se percibe a la educación
como un proceso que dura toda la vida.
♦ La “Conexión entre el sistema educativo y el sistema social” plantea que los
sistemas educativos deben responder a las demandas de las necesidades
laborales para que los ciudadanos puedan incorporarse a un trabajo digno y
contribuir al avance del conocimiento y el progreso técnico y científico.
Todos estos principios que se han señalado tienen un gran peso en el cambio de la
educación pero sabemos también que desde el sistema escolar se imponen límites a
lo que puede hacerse y se especifica cómo se debe actuar en determinadas
direcciones y no en otras posibles, por lo tanto también deben cambiarse las reglas y
normas que impone dicho sistema.
Debemos considerar entonces que “El conjunto del sistema educativo puede verse
como una serie de organizaciones que obstaculizan o bien que facilitan la provisión
de un servicio equitativo de calidad. Es en la institución escolar como “unidad de
servicio” donde se conjugan la calidad y la equidad de la oferta educativa”3; ya que
el sistema escolar en general está integrado de diversos sectores los cuales se
encuentran coordinados y cumplen con una tarea determinada tomando en cuenta
lograr los propósitos educativos. Por lo tanto podemos decir que escuela es la unidad
básica del sistema educativo donde recae la responsabilidad de hacer llegar a cada
alumno una educación integral, por lo que profesores, directivos, alumnos y padres
de familia comparten la responsabilidad de la enseñanza y el aprendizaje.
3 Idem, pág. 16
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Coincido con Inés Aguerrondo cuando afirma que la escuela es la unidad de
transformación de la educación, porque es aquí donde se vive realmente la práctica
escolar y es el último eslabón del complejo Sistema Escolar donde se llevan a cabo
las distintas formas de trabajo para mejorar la educación, por lo que he considerado
importante enseguida hacer una mención sobre el significado de la escuela como el
lugar de cambio.
1.2 ¿Qué es la escuela?
La escuela puede verse desde diferentes perspectivas, como un edificio, una
organización, el lugar donde asisten unos cuantos o bien miles de alumnos, una
institución, un centro de trabajo, etc., pero no puede desprenderse de ser la
responsable de brindar un servicio educativo, por lo que se le debe dar la
importancia debida con respecto a ser la promotora del cambio social, ya que es aquí
donde se forman las generaciones que pueden ser el motor de toda transformación,
al capacitar personas con valores, que sean críticas, responsables y preocupadas
por mejorar la calidad de vida de los seres humanos.
Pero también son múltiples las razones que hacen que una escuela sea compleja.
En primer lugar, su objeto mismo: formar personas y el impacto que esto tiene en la
estructura social y económica.
El hecho de que a formación sea un proceso gradual y a largo plazo dificulta y hace
imprecisa la medición de sus efectos.
Otros de los factores que hacen que una institución educativa sea complicada lo
constituyen
- la diversidad de actores que a ella concurren: alumnos, docentes y familias,
- -así como el consecuente encuentro o desencuentro generacional;
- la heterogeneidad sociocultural y económica de los diversos contextos;
- las interacciones jerárquicas que se establecen con las distintas instancias
sectoriales involucradas,
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- y finalmente la diversidad de demandas que a ella concurren desde los
distintos ámbitos de la sociedad, salud, justicia, trabajo y de la propia
comunidad de la cual forma parte.
Es en este espacio-la escuela- donde recae la responsabilidad de hacer llegar a
cada alumno una educación que integre conocimientos, valores, destrezas, hábitos y
competencias útiles para su desarrollo humano es donde profesores, directivos y
padres de familia deben compartir la obligación y responsabilidad de la enseñanza y
el aprendizaje que se brinde.
Considerando los factores a los que se hace referencia previamente se indica lo
siguiente:
“La escuela tiene como misión fundamental contribuir a la mejora de la sociedad a
través de la formación de ciudadanos críticos, responsables y honrados”4 pero cabe
preguntarse si en verdad la escuela cumple con esta función, ya que podría ser que
en algunos casos si se lograran éstos objetivos, pero también hay que especificar
que hay barreras que han impedido tener una escuela que brinde apoyo a las
necesidades que día a día se van presentando.
Gimeno Sacristán y Pérez Gómez en su obra “Comprender y Transformar la
enseñanza” mencionan que “Todas las escuelas tienen condiciones genéricas que
paradójicamente las hacen peculiares:
-Son instituciones de reclutamiento forzoso,
-Están débilmente articuladas con fines ambiguos y contradictorios,
-Con una articulación jerárquica,
-Con fuerte dependencia externa,
-Con aparente neutralidad ideológica,
-Heterónoma en cuanto a fines,
-Sobre las que ejerce un control social.”5
4 Santos Guerra, Miguel Ángel La escuela que aprende Madrid , Morata 2000 Pág. 11 5 Sacristán, Gimeno y Pérez, Gómez, Comprender y transformar la enseñanza, España, Morata 2000 Pág. 43
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Donde la estructura y las normas diseñadas externamente dejan escasos márgenes
de autonomía para innovar, para desarrollar estrategias de tal manera que en estas
condiciones es imposible cumplir con la misión que cada escuela se plantea, porque
a pesar de que nos encontramos en el siglo de los grandes inventos, se siguen
reproduciendo modelos que en algún momento funcionaron pero que en la
actualidad son obsoletos; este tipo de barreras son las que se encuentran presentes
dentro de los centros educativos.
Podemos ver que en muchas escuelas tienen una estructura jerárquica organizada
mediante niveles de poder, constituidos por personal que dirige y otro que es
dirigido, además de estar sujeta a instancias de supervisión y control que llevan
consigo relaciones de sumisión, dependencia, subordinación y sometimiento ya que
estamos hablando que la escuela está organizada como una pirámide donde la
autoridades máximas diseñan estrategias “apropiadas” a las problemáticas de la
escuela en general, sin tomar en cuenta a quienes participan día a día en las
prácticas escolares y que conocen realmente las necesidades y carencias por que
viven con ellas día a día, generación tras generación.
Por lo tanto todos debemos ser conscientes que las escuelas se están enfrentando a
mayores exigencias ante un mundo de constantes cambios que nos obligan a estar
a la par con otros países que se encuentran por mucho en una gran ventaja frente a
nosotros, tal es el caso de Japón que ha desarrollado una economía fuerte y una
educación superior a la nuestra; sumando a esto las demandas de los diversos
sectores sociales que piden resultados con respecto a la mejor preparación de los
estudiantes no para estar calificados como mano de obra barata, sino como
emprendedores del cambio de las sociedades y especialmente de cada país. Por
estas razones se debe dar una nueva direccionalidad a las escuelas.
Frigerio afirma lo siguiente: “Hoy el malestar educativo es percibido e interpretado de
modos diversos por la sociedad y por los actores institucionales: crisis, anomia,
bancarrota, desintegración, fractura con la realidad, desconexión, ineficacia, son
algunos de los diversos términos a veces asociados a la educación”6 esto como
6 Frigerio, Graciela y. Poggi, Margarita “Las instituciones educativas cara y ceca” Buenos Aires, Argentina, Troquel, 1992. Pág. 21
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resultado de la poca importancia que se le ha dado a la educación, a las prácticas
escolares, a la necesidad de actualizar al magisterio, a los salarios, al presupuesto
etc., pero también a las grandes responsabilidades que se le están asignando,
cuando la educación es algo que incumbe a todos.
Conociendo todo lo que sucede dentro y fuera del contexto escolar podemos darnos
cuenta que la tarea de transformar las escuelas no es nada fácil, y que en el camino
nos podemos encontrar con innumerables problemas pero es muy valioso cualquier
intento que contribuya a frenar el desgaste generado por la descoordinación, los
conflictos y las barreras
Ante este escenario, la escuela se ve obligada, a la revisión de su estructura y
dirección, requiriendo nuevas redes de distribución de poder, colaboración y
autonomía; de otra manera la escuela seguirá siendo lo que es y nunca podrá
aspirar a la transformación, ya que el cambio se encuentra en las escuelas y no en
lo que otros sujetos le impongan.
Es necesario tomar entonces a la institución educativa como objeto de análisis para
saber cómo funciona y a partir de allí pensar por qué, para qué y cómo cambiarla. Es
indispensable reconstruir una escuela que ofrezca una educación de calidad con
equidad que permitirá abrir paso a los profundos cambios que requiere la sociedad.
Se tiene que replantear el funcionamiento de la estructura de las escuelas porque los
centros escolares son mucho más que un edificio, un grupo de individuos y recursos
materiales, reglamentos, normatividades, etc., establecidos en un lugar determinado,
son espacios que más allá de compartir una misma demarcación tienen un fin
común o una obligación que en muchas ocasiones se ha olvidado o no se ha
cumplido como debiera ser, son espacios destinados a ofrecer un servicio que ayude
a que la sociedad cuente con las herramientas necesarias para afrontar los
constantes cambios ya que la escuela por si sola no puede cumplir con lo que se le
ha propuesto, por lo que es necesaria la participación de toda la sociedad y se debe
crear conciencia de que hoy la educación de un individuo es resultado de múltiples
estímulos que recibe en diversos espacios de convivencia.
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Diversos autores como Inés Aguerrondo y Antonio Bolívar, argumentan que un
cambio en la educación tiene que ver con poner mayor atención a lo que pasa dentro
de las escuelas, ya que no basta con implementar políticas que pretendan su
transformación, sino conocer realmente las problemáticas que se encuentran dentro
de ellas. Es momento de que las autoridades, políticos, maestros, directivos
alumnos, padres de familia y demás personal involucrado en este ámbito contribuyan
al fortalecimiento y transformación de las mismas y una forma de llevarla a cabo
es, involucrarse más en este proceso.
En las actuales políticas educativas de países como México se reconoce que el
cambio de las escuelas está en su organización, gestión y en la planeación donde es
necesario revalorizar el sentido de los centros escolares y plantearse cuestiones
sobre su funcionamiento para que de aquí surjan alternativas creadas por los propios
docentes, directivos, padres de familia, alumnos y demás personal involucrado. Esta
es una alternativa que puede dar buenos resultados, si se pone en marcha como
debe ser.
En la actualidad pensar en la supervivencia del modelo escolar tradicional es
exponerse a un estado de lucha permanente y de frustración ya que fue utilizado a
partir de los años sesenta para las necesidades de esa época que pretendían una
organización de diversas instituciones. Actualmente se trata de imaginar la nueva
escuela de la mano de las interrogantes y de las respuestas donde es necesario
delimitar el camino para la construcción de nuevas formas de organización donde
todos puedan participar.
Evidentemente, muchos de los problemas impactan en la escuela y sola nunca
cambia una sociedad; pero al mismo tiempo, es uno de los pocos lugares en donde
las preguntas pueden ser formuladas críticamente. En este sentido, representa en
nuestros días una de las escasas esferas sociales en la que los actores tienen la
posibilidad de cuestionar las prácticas y brindar oportunidades de transformar, de
innovar. No se trata solamente de aprender a vivir en sociedad sino aprender a
cambiarla cuando sea necesario.
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La nueva escuela deberá nacer de la autonomía creativa de las instituciones, de la
gestión de los equipos directivos, de la responsabilidad de los docentes vocacional y
profesionalmente comprometidos con su tarea y de la integración de la comunidad
en la resolución de problemáticas educativas. Se trata de establecer un real
compromiso sobre una base ética de todos los actores educativos que se
encuentran involucrados en el quehacer educativo para participar con claridad y
transparencia, crear y llevar a cabo programas de actualización docente y directiva,
crear espacios de discusión dentro de las escuelas así como el mejoramiento del
salario docente.
Un aspecto que es necesario tener presente es que la escuela que queremos y
necesitamos, no debe partir desde las especulaciones de los políticos que se
encargan de armar con perfección las políticas educativas sabiendo que nunca serán
los ejecutores y que no se responsabilizan de los resultados ni disfrutan de los logros
que se obtienen. Estarán presentes mientras no existan problemas que los afecten,
situaciones que los involucren, conflictos que los comprometan, nunca se convertirán
en protagonistas de sus propias decisiones. Por lo tanto los que deben trabajar
sobre esto son quiénes la viven y conocen el ambiente escolar; para dar paso a
pensamientos múltiples, abiertos, plurales con razonamiento y creatividad. Se trata
de confiar en las propias fuerzas institucionales, en las capacidades que se
encuentran presentes en algún lugar y que salen a relucir cuando se eliminan
rivalidades y se crean visiones compartidas en un clima de confianza y respeto así
como las barreras que se interponen para lograr los cambios pretendidos, pero
también no se debe olvidar que la escuela debe complementar su tarea con quienes
la rodean (comunidad) y forman parte de ella, de otra manera seguirá contando con
una administración arbitraria y selectiva, que llevará solo al retroceso o
estancamiento, al fracaso en otras palabras, de esta manera, pierde sus funciones,
su presencia y sentido como una organización educativa que brinda un servicio.
Tomando en cuenta la información previa, se hace referencia al hecho de que se
deben construir y adaptar las soluciones a situaciones específicas, se han de dejar
puertas abiertas al diálogo, porque en suma es importante saber en qué tipo de
escuela estamos trabajando y por qué tipo de escuela estamos dispuestos a trabajar.
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Principalmente se deben crear las condiciones necesarias para:
-Modificar actitudes,
-Formar hábitos,
- Rectificar conductas,
-Desarrollar virtudes,
-Desterrar vicios,
-Descubrir valores,
-Asegurar el ingreso al universo cultural
-y proyectarlo hacia el mundo laboral
La escuela se convierte en un ámbito de la diversidad y de la pluralidad para la
construcción de sociedades realmente democráticas y abiertas a la convivencia. Esto
es posible mediante un nuevo sentido ya través de la comunicación de toda la
comunidad educativa en búsqueda de un consenso, por lo que los nuevos
escenarios para esta nueva escuela deberán plantearse seriamente mediante el
diálogo y la participación, teniendo en mente que esto es algo que no se va a lograr
de la noche a la mañana, si no que es algo que se debe ir construyendo día a día
para empezar a ver los resultados deseables, donde la participación, la constancia y
la cooperación son algunos elementos esenciales, en el sentido de que todos
trabajen a un mismo ritmo con un mismo objetivo en mente, cumpliendo con la tarea
que les sea especificada. No se trata de decir cómo deben ser las cosas, sino
generar estrategias consensuadas que permitan encontrar soluciones viables y que
den los resultados que esperamos obtener, tomando en cuenta cuáles son los
aspectos que se quieren cambiar y determinar de qué manera es posible realizarlas.
La tarea del personal directivo es entonces la de crear un ambiente de confianza,
abierto a las opiniones de quienes conforman la escuela y no en un sentido
autoritario y administrativo que tenga que ver con el llenado de documentos.
El más grande desafío es, sin duda, mejorar la calidad del servicio educativo aunque
hay que tomar en cuenta que este concepto es muy complejo y que tiene diferentes
significados, dependiendo del uso que se le de, dentro de la ámbito educativo esta
temática no está resuelta, aunque si se puede hacer referencia a equidad y también
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se puede hacer referencia a la cobertura, quizás se puedan establecer parámetros
por cada institución que atiendan de manera adecuada a la diversidad de los
alumnos y que se obtengan logros significativos en el desarrollo de competencias.
Esto lleva a reflexionar sobre la conveniencia de dotar de mayor autonomía a las
escuelas para que decidan la manera de lograr las metas que se propongan, que
son, a fin de cuentas, los espacios donde se dan los procesos que, basados en el
compromiso con la calidad, resultan en el aprendizaje de los alumnos.
Un aspecto determinante es el funcionamiento y la dinámica de la escuela en su
interior, que implica el compromiso y la participación de los integrantes de la
comunidad escolar, quienes tienen en sus manos la oportunidad de reconstruir el
sentido y la dirección de cada escuela.
En este contexto es necesario avanzar en la construcción de nuevas prácticas que
permitan no sólo entender la dinámica de los actuales cambios que ocurren en el
mundo, sino también el diseño de nuevas acciones que favorezcan las prácticas
cotidianas en instituciones abocadas a la formación de futuras generaciones y como
menciona Santos Guerra “La escuela tiene que aprender para saber y para saber
enseñar, para saber quién enseña y dónde lo hace. Esta exigencia no depende de
la voluntad de cada uno de sus integrantes sino que exige unas estructuras que la
hagan viable, una dinámica que transforme los aprendizajes teóricos en
intervenciones eficaces”7, las escuelas deben tener la capacidad de decidir el rumbo
que debe tomar y optar por las decisiones necesarias de acuerdo a sus prioridades
y abrir espacios para trabajar en conjunto ya que no basta con implementar políticas
que pretendan la transformación, sin conocer realmente sus problemáticas.
Ver con otros ojos nuestras escuelas, cambiar nuestra actitud ante los conflictos y
ante el trabajo con los demás, permitirá sembrar los cimientos para hacer una
nueva escuela; es muy importante ir fomentando la participación de todos, que de
alguna manera va a ser posible tomando en cuenta que no va a ser al instante, sino
que es algo que va a darse poco a poco, pero este poco a poco con el tiempo
puede llegar a ser mucho y esto depende sólo de los integrantes de las comunidades
escolares y las autoridades educativas.
7 Santos Guerra Miguel Ángel Op. Cit. Pág. 13
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Al considerar a la escuela como unidad de cambio se favorece la autonomía escolar
ya que la institución tiene en sus manos la responsabilidad de los resultados y la
puesta en marcha de estrategias que respondan a sus intereses las cuales a su vez
buscan potenciar la capacidad de acción y decisión de las instituciones escolares y
de padres, docentes y alumnos, sin desconocer la importancia que tiene el Estado.
Ante esta situación pueden surgir dos vertientes. La primera es que las escuelas no
tienen la capacidad instalada para desarrollar un proyecto autónomo. Respecto de
esto cabe preguntarse ¿por qué confiar más en el modelo de gestión que nos llevó a
esta situación y no en los que día a día construyen a la escuela? ¿Por qué no confiar
en quienes cotidianamente educan a los alumnos? ¿Es posible construir un buen
sistema educativo sobre la base de la desconfianza, creer que nadie puede hacer
bien el trabajo o la tarea que le toca? Por qué no brindar a las escuelas los recursos
necesarios y la libertad de crear estrategias de cambio.
Con respecto al papel del Estado se especifica que en una propuesta de cambio de
este tipo el gobierno no debería dejar de cumplir una función central. Se trataría de asignarle nuevas funciones al Estado. Una de ellas debería consistir en participar
comprometidamente en procesos que permitan el fortalecimiento de capacidades de
gestión en el ámbito de las instituciones escolares: poner al servicio de una real
autonomía escolar los recursos legales y técnicos, financieros y profesionales con
que cuentan los altos órganos de conducción del sistema.
Los aspectos a los que se hace referencia en el párrafo previo, pueden influir
positivamente en la transformación de la educación y es importante reconocer que
las escuelas cuentan con personal que tiene la capacidad de crear estrategias que
permitan terminar con la brecha que se encuentra entre la escuela y la calidad
educativa. Por lo tanto, el papel del estado debe ser el de otorgar mayor autonomía a
los centros escolares brindando herramientas que le permitan superar la crisis
educativa a la que se están enfrentando.
Con el fin de afrontar la crisis en la institución es necesario precisar políticas de
acción integrales que trabajen con las escuelas, y no por sobre ellas. Confiemos en
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quienes construyen nuestro sistema educativo, y no sigamos sumando más crisis a
una crisis que ya tiene muchos años y que genera, día a día, más injusticia en
nuestro sistema escolar, y quizás con el tiempo lleguemos a contar con una escuela
que cuente con las siguientes características:
♦ Sea autónoma, ya que este aspecto brinda a las escuelas la alternativa de
toma de decisiones.
♦ Sea Cohesiva, busca la unidad de la comunidad educativa.
♦ Tenga identidad, donde todos se identifican con los proyectos realizados.
♦ Sea Flexible, y permita actuar libremente a toda la comunidad escolar.
♦ Sea Adaptable, ante cualquier situación, se tenga una respuesta.
♦ Sea Heterodoxa, y se aleje de lo rutinario.
Tal vez sea muy pretenciosa esta idea de cambio de las escuelas, pero también es
cierto que ante los grandes cambios, debe evolucionar y está en manos y en la
voluntad de quienes formamos parte del quehacer educativo, considerando que la
escuela mantiene una cultura muy poderosa y arraigada que es preciso modificar y
que no se da de la noche a la mañana por que es un proceso lento, pero que puede
dar grandes resultados.
1.3 Cultura escolar
En todos los países latinoamericanos hay un gran número de escuelas de educación
básica con rasgos que las hacen distintas entre ellas; poseen una identidad y señas
particulares que son propios a estas y constituyen lo que se denomina cultura
escolar. La cultura escolar la crean los maestros, los alumnos, los directivos, los
padres de familia y el contexto del que forma parte el centro escolar y en la
institución educacional cuenta la comunidad escolar con diferentes aspectos como
diferencia de edad, sexo, nivel de preparación, origen social, experiencia laboral,
creencias así como el origen de las particularidades de la escuela: la ubicación del
establecimiento, las enseñanzas que se impartan, el estilo de dirección, las
características de los alumnos o de los profesores, etc.,
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La cultura escolar proporciona identidad a los miembros del centro educativo. Se
puede decir, en efecto, que gracias a esta cultura cada institución posee un conjunto
de rasgos que la diferencian de las demás. Por grandes que sean las semejanzas
entre las escuelas, siempre habrá algunas diferencias significativas que permitirán
hablar de idiosincrasia escolar. Lo cierto es que cada centro tiene su propia cultura,
debido a que la conforman distintos individuos que introducen un sello que la hace
original y diferente a las demás. Sintetizando entonces, una escuela cuenta con vida
propia y compleja, con procesos de toma de decisiones propios de cada situación y
de los sujetos que la componen.
A veces se ha interpretado que hay una cultura dentro de las escuelas, una
imposición o forma de control como menciona Beltrán Llavador y San Martín Alonso
“Existe pues, en toda organización una cultura dominante, pero nunca una sola
cultura”8 desde esta perspectiva, en la institución hay una pluralidad cultural, o una
diversidad de subculturas de la cual existe una que se encuentra fuertemente
arraigada.
Esta cultura escolar impone lentamente pero de manera tenaz, modos de conducta,
pensamiento y relaciones propios de la institución, como menciona Pérez Gómez:
“Los docentes y estudiantes, aún viviendo las contradicciones y los desajustes
evidentes de las prácticas escolares dominantes, acabamos reproduciendo las
rutinas que genera la cultura de la escuela” 9 esto debido a que no se cuestiona el
por qué son las cosas de una manera y no de otra, y cómo se puede mejorar,
simplemente uno se va por lo que ya está establecido.
Algunas de las características de esta cultura que podemos encontrar dentro de los
centros escolares se refieren a la práctica escolar de algunos profesores de las
cuales Hargreaves establece una tipología que es la siguiente:
♦ 1.- El individualismo. Son numerosos los docentes que trabajan en soledad,
sin contar con sus colegas, en el ambiente impenetrable de sus aulas. El
8 Beltrán, Llavador, San Martín, Alonso, Diseñar la coherencia escolar, Madrid, Morata, 2000 Pág 49 9 Pérez Gómez, Ángel, La cultura escolar en la sociedad neoliberal, Madrid, Morata, 2000 Pág. 10
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aislamiento garantiza un cierto grado de intimidad, pero impide obtener
información sobre el propio quehacer. La actividad cooperativa y colegiada en
la praxis profesoral es escasa si se compara con el elevado individualismo y
secretismo.
En este aspecto se puede ver al profesor que sólo está en su mundo, en su aula
donde sólo ellos pueden entrar y conocer lo que sucede en las mismas,
desconociendo el trabajo de los demás. En muchas ocasiones el docente se crea
una burbuja impenetrable donde diariamente realiza su práctica ( a su manera)
dedicándose a cumplir con su trabajo dentro del aula y olvida que existen alrededor
de él otros sujetos, así como otros factores donde se encuentra inmerso, y que es
una parte complementaria de una organización(escuela); no se toma tiempo para
dialogar, para expresar, contrastar opiniones, para reflexionar, muchas veces puede
ser debido a la falta de compromiso, al miedo a la crítica, a la falta de reflexión de su
práctica entre otros aspectos ya que no estamos acostumbrados a ver la crítica de
manera formativa sino como una desacreditación de las formas de trabajo. Con
respecto a este punto Fullan y Hargreaves -afirman que “el aislamiento de los
enseñantes limita el acceso a nuevas ideas y a soluciones mejores, alimenta y
acumula las tensiones internas, no reconoce ni alaba los éxitos y permite que la
incompetencia exista y persista en detrimento de los estudiantes” 10, aquí se pueden
ver tres modalidades:
a)Individualismo restringido, fruto de las limitaciones administrativas, arquitectónicas,
horarias o de otro tipo, que empujan a los docentes a trabajar solos;
b) individualismo estratégico, resultado de las presiones “productivas”. Con objeto de
alcanzar las previsiones de rendimiento los profesores optan por una estrategia
calculada que impide la comunicación con los colegas. Lejos, pues, de “malgastar el
tiempo” en encuentros hay que ponerse “manos a la obra” de acuerdo al plan
individual.
10 Fullan, Michael y Hargreaves, Andy, Hay algo por lo que merezca luchar en la escuela. Trabajar unidos para mejorar, Sevilla, Kikiriki Cooperación educativa, 1997 Pág. 26
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c) individualismo electivo, es el reflejo de una decisión personal. El profesor puede
elegir trabajar en soledad aunque haya oportunidades y estímulos para colaborar
con los compañeros. Conviene hacer mención que para Hargreaves, el
individualismo es un fenómeno social y cultural complejo que no tiene por qué ser
negativo.
♦ 2. - La colaboración. A menudo se habla sobre los beneficios de la
cooperación entre profesores: aprendizaje compartido y desarrollo profesional,
actitud más favorable hacia la experimentación, mayor compromiso con la
formación permanente, mejora de las relaciones interpersonales, etc. No es
extraño, por tanto, que la colaboración se asocie reiteradamente a la eficiencia
escolar. La mejora de la educación, el progreso del profesorado, el estilo de
liderazgo democrático depende, en gran medida, del establecimiento de la
“colegialidad”, considerada hoy con razón una de las claves del cambio
positivo de la cultura escolar.
La colaboración puede ser limitada, esto es, circunscrita a ciertos aspectos, pero
sea como sea, no está exenta de críticas. Algunas objeciones tienen que ver con la
dificultad de ponerla en práctica y con el hecho de que el grupo o equipo debe ser
colaborativo y han de trabajar al mismo nivel todos los integrantes
♦ 3. - La colegialidad artificial. Es una colaboración forzada y restringida. Sus
características son: reglamentada administrativamente; obligatoria; orientada
a la implementación de lo establecido por el director, o por las autoridades
educativas.
El hecho de que los docentes y directivos se reúnan en un espacio determinado, no
tiene ningún significado de colegialidad sino se lleva a cabo él dialogo para
confrontar ideas y crear estrategias para los problemas que pueda presentar una
escuela.
♦ 4. - La balcanización de la enseñanza. Un tipo de relación que divide, que da
lugar a subgrupos aislados y enfrentado en el seno de la institución escolar es
-
19
la “balcanización”. En muchas escuelas se han encontrado diversas
situaciones que conllevan a una cultura de grupos separados y competidores
que procuran conseguir la mejor posición y la supremacía lo cual se ve
reflejada en la indiferencia, falta de comunicación que genera disputas y
conflictos más que soluciones,
Esta modalidad cultural “balcanizada” se caracteriza por el trabajo en pequeños
grupos, permeabilidad reducida, permanencia duradera, “las culturas balcanizadas
constituyen una característica especial de la vida de las escuelas secundarias, sobre
todo a causa de su fuerte estructura departamental, pero también puede encontrarse
en escuelas primarias, en especial entre los departamentos de educación infantil y
de primer ciclo”11 donde se trabajan por intereses propios y se cierran ante las
situaciones de cambio, de mejora, de innovación.
Aunque hay que destacar que existe otro aspecto que forma parte de la cultura
dentro de la escuela es: la rutina, ya que en algunos centros educativos día con día
se repiten las mismas acciones, las mismas formas de trabajo, la misma
organización; aspectos que desafortunadamente impiden innovar y crear nuevas
formas de trabajo. Nada se cuestiona porque es más cómodo seguir con un modelo
establecido donde los docentes mecanizan sus prácticas, sus actitudes y sus
pensamientos, no se dan el tiempo y el espacio para generar nuevas propuestas de
trabajo o de organización, porque prefieren repetir las mismas acciones año con año.
Sin embargo, cuando las escuelas pretender cambiar se enfrentan a lo que Inés
Aguerrondo llama “un doble problema”12 que es en primer lugar la burocratización
existente dentro de las instituciones que genera problemas de rutina, resistencia al
cambio y la falta de flexibilidad. En segundo lugar es el ritmo de cambio lento para
transformar la cultura debido a que es un campo en donde las trasformaciones
llevan muchos años. Ya que desde el sistema se quiere promover un cambio
sustantivo en las escuelas creado estrategias para brindar autonomía, democracia a
las escuelas para que decida sobre el rumbo de la misma, sin embrago, también
hay obstáculos que impiden alcanzar dicho objetivo de la transformación.
11 Fullan Michael y Hargreaves, Andy Op. Cit., Pág. 82 12 Aguerrondo Ines, Op. Cit., Pág., 29
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20
Ante esta situación los maestros se resignan ante la falta de credibilidad de las
reformas que se quieren implementar para mejorar los centros educativos, por lo que
se tiene que idealizar el rumbo de la educación pensado a nivel marco y micro
¿qué es la escuela? “Con frecuencia, las actividades de desarrollo del profesorado
no dependen de estrategias adecuadas para mejorar la calidad y la actuación
global de las escuelas, sino que se depende de presiones administrativas y políticas
para que se implanten rápidamente las innovaciones preferidas que a veces son las
que están de moda”.13 Y desafortunadamente en muchas ocasiones generan más
problemáticas.
Está claro que la mejora de una institución educativa exige necesariamente modificar
su cultura. Como señala Bolívar “aún cuando los cambios educativos se prescriban o
legislen, se quedarán en retórica o en mero maquillaje si no se acompañan de
modificaciones culturales”14 por lo que es necesario que las instituciones educativas
de nuestro tiempo avance hacia una cultura que enfatice el valor de la comunidad.
Aunque parezca una utopía, es necesario construir centros educativos presididos por
la comunicación, la colaboración, el respeto, las relaciones personales, etc., en las
que cada miembro sienta que se encuentra en su terreno y dejará de serlo cuando
quienes forman parte de la escuela, comprendan el valor de modificar actitudes por
que en la cultura escolar coexisten dos tendencias: a mantenerse y a cambiar, y son
los actores quienes tienen el poder de decisión. El proceso de cambio al que se
aspira proporciona un justo valor en la necesidad de aprender, de entender nuestra
realidad, de generar nuevos conocimientos, habilidades, actitudes y
comportamientos para poder ser altamente competitivos.
Dicha cultura debe estar formada por un sistema de creencias que definen una
misión general que sostiene un compromiso colectivo, con directrices con las que la
comunidad escolar pueda seleccionar actividades apropiadas y con significado
apropiado, esto debe ser inculcado y reforzado proporcionando oportunidades
13 Fullan, Micharl y Hergreaves Andy Op. Cit., Pág. 40 14 Bolívar, Antonio, Los centros educativos como organizaciones que aprenden, Madrid, La muralla, 1993 Pág. 68
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21
colectivas de expresión solidaria y de compromiso de aspiraciones y metas
comunes.
El potenciar una cultura de colaboración para construir lo deseable en las escuelas
tiene que ver con la capacidad para tomar decisiones colectivas, dialogar e
interactuar con los demás debatiendo y analizando sobre el análisis del trabajo
diario. Sin embargo, este reto no es fácil y se tiene que ir trabajando sobre ello para
crear lentamente una nueva cultura y dejar atrás las costumbres individualistas, ya
que es algo que puede irse construyendo con la voluntad de quienes consideran que
el cambio puede ser posible.
Y también debe potenciarse una cultura organizativa, el proceso de cambio en las
organizaciones proporciona un justo valor a la necesidad de aprender, de entender el
mundo de las escuelas donde la organización necesita crear y mantener una cultura
fuerte, entendiendo dicha cultura como la formación de creencias que definen una
misión general que sostiene un compromiso colectivo.
Esta modalidad de cambiar la cultura emerge en la comunidad cuando sus
miembros, conscientes de la pertenencia a una misma institución, fortalecen los
lazos interpersonales y se comprometen en la construcción de un proyecto formativo.
El ambiente sociocultural del centro educativo activa los pensamientos, sentimientos
y conductas compartidos hasta producirse una afinidad propia de una comunidad
que guarda relación con la dimensión del cambio.
El hacer una reflexión sobre el cambio de cultura nos lleva a pensar en el tipo de
escuela que queremos, dentro de ellas, se encuentran inmersos otros elementos que
posibilitan la transformación, estos forman parte del proceso institucional que es
preciso replantear para tener una escuela acorde a los cambios sociales. Estamos
hablando de la Organización, la Planeación y la Gestión como ejes fundamentales
del funcionamiento y cambio del Centro Escolar.
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22
1.4 ¿Cómo transformar nuestras escuelas?
Cambiar la cultura de una escuela está relacionada con el cambio en la
organización, la planeación y la gestión de la escuela, sin restar importancia a otros
elementos que se encuentran inmersos en el quehacer diario del centro escolar, pero
considero de gran importancia hacer mención de estos tres elementos ya que
pueden dar un giro radical en las escuela por ser aspectos clave en el buen o mal
funcionamiento de la misma, por que de ellos dependen en gran medida los
resultados que se obtienen en el trabajo diario. Por tal motivo considero hacer un
breve comentario sobre estos aspectos.
1.4.1 Organización escolar
La escuela está conformada por una estructura que año con año se va repitiendo y
que va creando pautas de comportamiento específicas de sus integrantes,
generando falta de colaboración, individualismo, desacuerdos de metas entre otras
cosas, que influyen de una manera determinante en el mal funcionamiento de una
escuela.
En diversas investigaciones con respecto a la organización escolar tales como ”Los
Centros Educativos Como Organizaciones que aprenden” de Antonio Bolivar,”
Organización y Gestión de los Centros educativos en Iberoamérica” de Egido
Inmaculada entre otros, plantean que la mejora de las escuelas tiene que ver con la
práctica, las relaciones y procesos que conforman su estructura organizativa, las
escuelas necesariamente necesitan cambiar estructuralmente, ya que de manera
tradicional es difícil conseguir actitudes comportamientos y hábitos que permitan una
democracia real. Las escuelas deben ser democráticas e incluir en sus principios la
justicia, la libertad, el respeto y la autonomía desde una actitud critico-reflexiva
comprometida y colaborativa de quienes forman parte de ella, de esta manera se
pueden crear estructuras acordes con las necesidades de la escuela, que dan paso
a organizaciones que aprenden. Como afirma Antonio Bolívar “En un contexto de
creciente crisis de la organización escolar heredada de nuestra modernidad. Las
organizaciones que aprenden se están presentando como la última teoría del cambio
-
23
educativo donde las escuelas -en lugar de determinados planes, objetivos y
estrategias para cambiar- puedan aprender de su propia experiencia,
proporcionando así una base de mejora continua”15. Ante esta situación es necesario
replantear su estructura que debe caracterizarse por la flexibilidad, por la resolución
de problemas, por el trabajo en equipo etc., que con el tiempo se configurarán en
alternativas para la transformación de nuestras escuelas.
Una organización que concentra todas las decisiones en la cabeza del grupo es
incapaz de responder con eficiencia y eficacia a los nuevos desafíos que se están
presentando. El cambio organizacional que se requiere está relacionado con el
trabajo en equipo, la capacidad de colaboración, la reflexión de los integrantes sobre
qué hacer y cómo hacer. De este modo las organizaciones tendrán la capacidad de
dar respuesta a los desafíos planteados por la sociedad y las situaciones que se
presenten.
Este cambio proporciona su justo valor en la necesidad de aprender, de entender el
complejo mundo que es la escuela, generando nuevos aprendizajes. Tomando en
cuenta que el aprender tiene que ser mayor al que poseen sus miembros porque
dentro de las instituciones se lleva a cabo una organización que puede reunir a los
profesores o separarlos, puede dar oportunidades para la interacción o crear
barreras para impedirla.
Tomando en consideración lo revisado anteriormente se debe hacer un cambio de la
estructura burocrática ya que no puede atender a los intereses y personas que
integran la escuela, por el contrario se debe desarrollar una cultura que asuma
valores como la justicia, la libertad, la autonomía ente otros aspectos básicos para
lograr el cambio escolar.
Actualmente se debe apostar a una nueva forma de organización, donde exista una
delegación de tareas, que todos participen en la toma de decisiones, que todos
trabajen en los problemas que presenta la escuela y aprendan de sus errores y
aciertos.
15 Bolivar, Antonio. Op. Cit Pag11
-
24
1.4.2 Planeación estratégica
La escuela tiene como fin brindar educación de calidad a quienes solicitan su
servicio, por lo tanto tiene la obligación de mejorar sus prácticas y la planificación es
un proceso que se encuentra inmerso, por lo tanto, también es un elemento que se
debe transformar para que la escuela cumpla con su cometido.
Planear significa diseñar un futuro compartido y deseado por los integrantes de la
institución escolar para diseñar las formas para lograrlo. Esto equivale a decidir lo
que se va a realizar y pensar la mejor manera de llevarlo a la práctica, como
menciona Filomena Requena “Planificar equivale a prepararse adecuadamente para
actuar en un determinado sentido” 16 por lo que nos lleva a pensar que es un proceso
que determina cómo se pueden conseguir los objetivos deseados, permitiendo
establecer qué medidas serán necesarias para lograrlos.
Todas las escuelas planean, no se puede hablar de que carecen de una planeación,
ya que de alguna manera la escuela aplica técnicas de planeación sobre lo que
ocurre en ella como lo afirma Inés Aguerrondo “Toda conducción institucional
planifica en el sentido de que se fija algún objetivo (así sea seguir con la rutina, y
así lo haga de manera explicita o no) y actúa de acuerdo con ello.”17 El problema
radica que muchas de las escuelas mantienen una planificación que no es la
adecuada a las circunstancias por las que atraviesa, y de esta manera se puede
perder el control de lo que pasa, y en muchas ocasiones son fuentes de conflicto que
lejos de beneficiar a la escuela acarrean más problemas. Ante esto es necesario
llevar a cabo la planificación desde otro sentido, debe contener los intereses del
colectivo escolar, los requerimientos de la escuela y de sus alumnos.
Anteriormente se hablaba de una planeación normativa que regulaba las conductas
de quienes forman parte de las escuelas: “El fracaso de la planificación normativa
en la escuela ha sido evidente, muchos intentos de planeamiento han quedado en el
papel, sin resultado o cumplimentados burocráticamente y otros sólo han podido
16 Garcìa, Requena, Filomena, Organización escolar y gestión de los centros educativos, Aljibe, Pág. 68 17 Aguerrondo, Inès Op. Cit. Pág. 139
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25
cumplirse en parte”18 otorgando una rigidez e inflexibilidad a los programas que no
permitía reconocer ni tomar en cuenta los cambios que sorpresivamente aparecían y
las dificultades que acontecían a lo largo del período de implementación. El fracaso
surge del deber ser, donde sus diagnósticos son descriptivos, sin referencias
causales y sin aspectos teóricos, por lo cuál fue preciso buscar alternativas que
dejaran de lado los modelos tradicionalistas de planeación para dar lugar a la puesta
en marcha de programas y proyectos flexibles.
En la actualidad ya no basta con una planificación de este tipo, sino una
planificación diferente que cumpla con los resultados esperados. Es por eso que
ante los cambios e innovaciones de todo tipo, la escuela debe ponerse al margen de
estas condiciones por lo que debe plantearse una nueva forma de planificar dentro
de las instituciones y no sólo las que tienen que ver con la educación, sino con
empresas que pretender mejorar sus procesos para estar al nivel de empresas
altamente competitivas por lo que se está adoptando una planeación estratégica.
La planeación estratégica permite obtener mejores resultados, ya que permite
identificar sistemáticamente las fortalezas y debilidades de la escuela permitiendo la
provisión de recursos y el uso debido de aquellos con los que cuenta la institución
permitiendo la comunicación y el intercambio de ideas.
Para que la escuela tome mejores decisiones en el presente, explote las
oportunidades y evite los peligros se deben establecer metas organizacionales,
definiendo estrategias y políticas para lograrlas conjuntamente, desarrollar planes
detallados para asegurar la implementación de las estrategias y así obtener los fines
buscados.
Por eso, este tipo de planeación es de gran utilidad para las escuelas debido a que
es un proceso para decidir qué debe hacerse, cuándo y cómo debe realizarse, quién
lo llevará a cabo, y qué se hará con los resultados. Por ser sistemática se organiza y
conduce con base en una realidad y es flexible por ser un proceso continuo apoyado
por acciones que pueden ser modificadas cuando sea necesario. De esta manera
18 Burgos, Noemí, El Proyecto Institucional. un puente entre la teoría y la práctica,, Buenos Aires Argentina, Colihue, 1997, Pág. 21
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26
deja de ser una experiencia que concluye en la estructura de un plan para ser un
proceso continuo de planeación integral que debe comprometer la responsabilidad y
la participación de todos permitiendo visualizar con precisión el cambio y el futuro de
la escuela ya que implica definir los problemas observados en las diferentes
dimensiones institucionales, elaborar objetivos en función de ellos que orientarán
las estrategias que permitirán futuros escenarios, para traducir la misión, visión y
estrategias en resultados tangibles, fomentando la participación y el compromiso.
Cuando se considere la planificación estratégica como instrumento imprescindible de
la escuela para favorecer el cambio y romper las barreras que limitan lo que la
escuela quiere, entonces se transformará porque se facilitará el logro de las metas
basándose en lo que es posible, o lo que puede lograrse, ya que no se encasilla en
el deber ser, ya que toma en cuenta los recursos y las posibilidades con las que la
escuela cuenta para lograr sus objetivos; conociendo la situación en la que se
encuentra (necesidades y problemas) se elaboran estrategias y se evalúa durante
todo el proceso ya sea para conocer cuáles dan resultado y cuales son necesario
cambiar. Pero un elemento base para lograrlo es la participación de todos los
actores educativos, que va conformando una imagen interior y exterior de la escuela
con la cuál han de identificarse quienes pertenecen a ella.
1.4.3 Gestión escolar
La necesidad de adquirir un modelo de gestión integral de calidad para los centros
escolares surge desde tres constataciones: del reconocimiento de la escuela como
una organización compleja; de la percepción de que el rol de la escuela ha
cambiado, sin que se observen señales profundas de su transformación; y de la
necesidad de concebir una gestión capaz de articular en forma sistémica las
innovaciones que impulsan los procesos de reforma educacional.
Por lo tanto, la gestión es un elemento determinante en el desempeño de las
escuelas, especialmente en la medida en que se incrementa la autonomía de los
centros escolares. La literatura y la investigación sobre escuelas efectivas subrayan
la importancia de una nueva gestión que combine un activo liderazgo del director con
-
27
la conjunta participación de los maestros para el éxito de los establecimientos; ya
que nos vemos confrontados al desafío de la mejora de la calidad educativa
La gestión escolar está integrada por los aspectos pedagógicos, organizativos,
administrativos, y comunitarios; y de alguna manera están relacionados, por ser
integrantes de un todo, y ese todo es el centro escolar pero, todavía es una forma
de trabajo que a las escuelas les ha costado implementar ya que en muchas
ocasiones se le da más importancia a unos aspectos más que a otros.
Tal como lo menciona Inés Aguerrondo “la gestión educativa ha sido
tradicionalmente un aspecto residual del quehacer institucional dentro de la
escuela, en la medida en que se ha restringido a los aspectos “administrativos” los
que, sin lugar a dudas, ocupaban en la teoría un lugar secundario, pero en la
práctica ocupa un lugar cada vez más central”.19 Esta es una práctica muy frecuente
en muchas escuelas ya que se está otorgando una parte importante del tiempo
escolar al llenado de papeleo por parte de maestros y directivos, por lo que es
importante tener dentro de las escuelas una gestión diferente, que incluye a todas
las dimensiones de la escuela donde la responsabilidad del funcionamiento de la
escuela es compartida.
La gestión requiere siempre un responsable y para que sea adecuada, el
responsable ha de tener capacidad de liderazgo el cual debe de estar vinculado con
el quehacer diario de la escuela; pero no es algo que se atribuye a una sola persona;
esto es algo a lo que hace referencia Sylvia Shmelkes cuando afirma “...la gestión
escolar no se reduce a la función del director, sino que pone ésta en relación con el
trabajo colegiado del personal y con las interrelaciones que se establecen entre los
diferentes actores de la comunidad educativa...”20 Por tanto, parece implicar, entre
otras cosas, el grado en que el director de la escuela es capaz de generar una
definición colectiva y dinámica en el trabajo educativo para lograr adecuadamente el
objetivo central de una escuela, pero también implica la participación del resto de la
19 Aguerrondo, Inés Op. Cit Pág. 23 20 SchmelkeS, Sylvia, El Proyecto Escolar como organizador del quehacer de la escuela. CINVESTAV-IPN, pág 13
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28
comunidad educativa que debe garantizar decisiones eficaces que conduzcan a la
escuela hacia los objetivos prefijados para el mejoramiento de la educación.
La escuela gestionada de una manera tradicional, respondiendo a los parámetros de
una sola persona ha quedado atrás, se requiere que participen todos, esto no quiere
decir que todos hagan lo mismo, sino que todos se comprometan y responsabilicen
de los resultados.
Las instituciones y la gestión directiva deberán instalar la revisión de sus prácticas
directivas e institucionales a través de diversas estrategias como la auto-
observación, la presencia de observadores externos, la opinión fundada de los
maestros, alumnos y padres de familia. De alguna manera la escuela se somete
progresivamente a procesos de evaluación y de certificación de sus propios logros.
La escuela de hoy debe llegar a sus destinatarios construyendo puentes
comunicativos que respondan a las exigencias de los alumnos y de los tiempos.
Por otra parte, la gestión denota acción, una acción de carácter creativo, y como tal
supone cierta intencionalidad y dirección de los sujetos implicados. Por eso la
gestión escolar está asociada con la planeación escolar, así como el quehacer
cotidiano en el que dicha planeación se va ejecutando.
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29
II. EL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL
En el capítulo I se ha hablado sobre cómo es posible realizar un cambio de cultura
dentro de las escuelas, pero para lograr dicha transformación, primeramente hay
que tomar en cuenta que un cambio de cultura es lento, no se debe querer cambiar
a las escuelas de la noche a la mañana, de lo contrario solo se logrará un intento
fallido de cambio o una mera simulación; por lo tanto se debe pensar muy
seriamente en el cambio de la cultura considerando que es un proceso que se
debe ir trabajando poco a poco por quienes son parte del sistema educativo a nivel
macro y micro.
A partir de una base como la anterior, se está en condiciones de que el Proyecto
Educativo Institucional pueda ser el detonante de un cambio cultural, ya que tiene
muchos elementos que podrían ser utilizados para empezar con el cambio de las
escuelas, ya que fomenta el trabajo colectivo por medio de una nueva organización
que involucra al equipo docente-autoridades y profesores y de ser posible a los
padres de familia, en la planeación y gestión de las escuelas.
El PEI es una estrategia que se está poniendo en marcha en varios países y busca
implementar nuevas formas de organización en las escuelas, ya que fomenta
ampliar los espacios democráticos con la participación de todos los sujetos.
El hablar del PEI nos lleva a reconocer la importancia de saber
-¿Qué significa un proyecto?,
- ¿Cuáles son sus beneficios?
-y ¿Por qué debemos introducirlo dentro del ámbito educativo?;
Considerando lo anterior sobre el PEI a continuación mencionaré algunos elementos
que nos ayudarán a ampliar aún más el panorama sobre el mismo.
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30
2.1 ¿Qué es un proyecto?
Cuando hablamos acerca de realizar un proyecto, nos llega a la mente una
situación que deseamos realizar a futuro contemplando una serie de elementos que
nos permitirán obtener este fin, pero ¿Qué significado tiene la palabra Proyecto?
De acuerdo a diversos autores por proyecto podemos entender:
“La acción coordinada y organizada de un conjunto de personas en la prosecución
de una finalidad compartida”21
“En un sentido general, se puede afirmar que el término “proyecto” se refiere a las
ideas o definiciones, que una persona o grupo de personas establecen, para efectuar
cambios que se desea ocurran en la realidad”22
“....proyectar supone anticipar, imaginar, crear mundos y realidades posibles
previendo caminos para su concreción material”23
Con estas definiciones se puede considerar que un proyecto es una planeación con
un objetivo determinado y compartido por una serie de sujetos que buscan mejorar
sus prácticas.
En numerosas empresas se ponen en práctica diversos tipos de proyectos que
buscan mejorar la calidad de las acciones o productos dependiendo de la finalidad
de las mismas organizaciones, pero ¿En qué se basa un proyecto para lograr el
éxito deseado?
21Garcia huidobro Juan. “Alfabetización y Educación de Adultos en la región Andina ”UNESCO. REALL, CREFAL, México. Pág.301 22 Astudillo, Eduardo, “Proyecto Educativo Institucional y gestión Escolar en un contexto descentralizado. Pensamiento Educativo Vol. 16 19995 Pàg. 42 23 Rossi Mariana, Gringberg, Silvia. Proyecto Educativo Institucional. Acuerdos para hacer escuela Editorial Magisterio del Río de la Plata, Argentina 1999 Pág 25
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31
Para dar respuesta a esta cuestión Existen tres aspectos que reflejan la importancia
y la utilidad de aplicar proyectos que son:
1. Prever en función de las metas, propósitos u objetivos para evitar obstáculos o
proponer acciones para afrontarlos.
2. El segundo punto tiene que ver con llevar una lógica en el orden de las acciones
planeadas de acuerdo a los intereses de quienes requieran elaborar un proyecto.
3. El último y tercer punto consiste en evitar lo más posible gastos inútiles de
energía y tiempo.
Lo mencionado en líneas arriba nos lleva a considerar que:
“La elaboración y el diseño de proyectos es fundamental para todos los ámbitos de
la acción humana. Sobre todo cuando se llevan a cabo actividades que apuntan al
mejoramiento de la calidad de vida del hombre o a brindar productos o servicios
que benefician al hombre y a la sociedad”24
Es así como la utilidad de aplicar proyectos tiene que ver con:
♦ Satisfacer una necesidad relevante para un grupo humano o para una institución o persona, o bien, remover obstáculos que impidan la satisfacción de esa necesidad.
♦ Resolver un problema relevante y complejo, dentro de su contexto y de un
sistema determinado de valores.
♦ Introducir y orientar un proceso de cambio, que se considera necesario o
deseable, de acuerdo con ciertos valores. ♦ Aprovechar una oportunidad de desarrollo o de mejoramiento de una actividad
o servicio.
24 Palladito, Enrique, Como diseñar y elaborar proyectos. Espacio editorial, Buenos Aires. 1999 Pág. 27
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32
Estos puntos nos están dando la pauta para darnos cuenta sobre el significado del
trabajo bajo proyectos considerando que facilita el trabajo diario porque se lleva a
cabo una planificación previa que permitirá evitar errores, ya que por su flexibilidad
se adapta a cualquier situación; tomando en consideración que cada proyecto es
único, por lo que no hay una receta para diseñarlo, sin embargo, sí puede haber
elementos en común pero nunca idénticos porque cada uno se diseña
exclusivamente para un determinado caso.
2.2 ¿Qué es un Proyecto Educativo Institucional?
Ante los constantes cambios tanto económicos, políticos y sociales en los que nos
encontramos inmersos, vale la pena reflexionar sobre cómo impactan éstos dentro
del ámbito educativo ya que conllevan a la necesidad de buscar opciones que
permitan mejorar la calidad educativa. En la actualidad se presenta al PEI como una
alternativa que responde ante estas necesidades, pero para poder llevarlo a la
práctica es necesario saber:
-¿En qué consiste?,
- ¿Cuáles son los elementos que lo conforman?
- y ¿Cómo es posible aterrizarlo a la realidad para lograr los resultados que se
espera obtener?
El Proyecto Educativo Institucional, el Proyecto escolar, Proyecto de Mejoramiento
Educativo, Proyecto de Centro son los nombres con los que se ha denominado de
acuerdo a diferentes países donde se ha implementado. Pero independientemente
del nombre con el que se le denomine se puede decir que es una estrategia de la
gestión que pretende mejorar los procesos educativos en las escuelas, aspecto al
que hacen alusión Rossi Mariana y Silvia Grinberg en su obra Proyecto Educativo
Institucional: Acuerdos para hacer escuela “Más allá de los diversos nombres que
puedan dársele al Proyecto Educativo Institucional, importa analizar qué sentido se
-
33
le otorga a través de ese nombre a los procesos de elaboración y desarrollo la
realidad, al papel de los sujetos en ella”25.
Eduardo Astudillo C. En su articulo Proyecto Educativo Institucional y Gestión
Escolar en un Contexto Descentralizado menciona que “Un proyecto Educativo
(Institucional) es un instrumento de planeación basado en la pedagogía de proyecto
y, por lo tanto, hace uso de la metodología de proyectos, además de que cristaliza
un conjunto de elementos que dan forma a la intención educativa de una
comunidad escolar”.26
Entonces podemos decir que el PEI es un apoyo, y lo que importa es el proceso
mismo, y ya que es un instrumento, debe ser utilizado con flexibilidad, creatividad e
iniciativa. Lo que aquí se indica respecto de su uso debe ser considerado solamente
como un conjunto de sugerencias, que directores y docentes seguramente podrán
mejorar y enriquecer dándole un toque de originalidad ya que responderá a
necesidades particulares.
Ahora bien, el PEI es una estrategia para construir un proceso de cambio en el que
intervienen todos los miembros de la comunidad escolar. No se trata, por tanto, de
un documento que aborda el director o la directora de una escuela para entregar a
las autoridades educativas y cumplir con un requisito. Es por el contrario, el resultado
del trabajo conjunto, en una primera instancia, de todos los directivos y docentes de
un centro escolar y en una segunda instancia, de su discusión con la comunidad a la
que sirve la escuela, y sobre todo de alumnos y padres de familia.
El PEI es el proyecto de todos los que trabajamos en una escuela y representa
aquello en lo que estamos dispuestos a comprometernos, y puesto que estamos
hablando de un proyecto de cambio en la escuela, un PEI representa aquello que
entre todos y a nivel personal, estamos dispuestos a hacer de manera diferente.
Además este documento es un instrumento de planeación para combatir las causas
de los problemas que cada escuela tiene para lograr adecuadamente sus objetivos
25 Rossi Mariana, Gringberg Silvia, Op. Cit. Pàg 18 26 Astudillo, Eduardo Op. Cit. Pàg. 43
-
34
educativos. Es evidente que un Proyecto Educativo Institucional, que tiene vigencia
durante todo un ciclo escolar, no puede pretender resolver todos lo problemas a los
que se enfrenta una escuela que, como ya sabemos, son muchos y muy complejos.
No se pretende que un PEI incluya todos ellos. Sin embargo, lo que pretende es ir
resolviendo ciertos problemas, de modo que, en algún futuro la escuela
efectivamente esté logrando adecuadamente lo que se proponga y aquellos que la
misma, en consulta con la comunidad, pueda proponerse. Por eso, si bien el
Proyecto se refiere a lo que pensamos que podemos hacer en un ciclo escolar, esto
está en función de lo que queremos llegar a ser como escuela en el futuro. El
Proyecto Educativo Institucional se inscribe en una visión de futuro esto significa que,
represente el compromiso con el logro de una determinada finalidad de mediano o
largo plazo. Si las cosas van bien, esta visión de futuro, con la que se parte, se va a
ir perfilando cada vez con mayor calidad; se va a ir haciendo más realista, o más
ambicioso, o ambas cosas. En la medida en que la relación con la comunidad se
profundice y se vaya haciendo más fructífera, se aportarán mayores elementos para
la construcción de esta visión de futuro de la escuela (La visión de futuro de la
escuela no puede constituir un horizonte estático). No obstante, esa visión que se
puede construir entre todos es lo que da sentido a lo que se está comprometiendo a
realizar.
Por lo que un PEI se concibe como un proceso integrador de las condiciones
culturales, económicas, políticas, educativas etc. que se desarrolla en una escuela
donde se determina lo que pretende ser y hacer, para garantizar la adquisición de
los aprendizajes escolares de los alumnos y que logren así las habilidades
intelectuales y actitudes que constituyen los propósitos educativos.
El PEI es la herramienta que tiene la institución escolar para explicitar su propuesta
general y debe entenderse como un proceso que siempre se está construyendo
colectivamente, donde la institución perdura fortaleciendo su identidad y no como la
formulación de un documento que exige la autoridad educativa.
Una característica de los Proyectos Educativos Institucionales es que brinda
autonomía a cada escuela para diseñar su propio proyecto tomando en cuenta las
necesidades y dificultades que presentan otorgando mayor poder a las instituciones
-
35
para decidir sobre las estrategias que se deben aplicar para dar solución a las
problemáticas que se puedan presentar.
El PEI tiene presente que la autonomía es el elemento dinamizador de los cambios
educativos, la clave está en asumir los niveles de autonomía individual y colectiva
de los involucrados con la escuela; por lo que será el producto de la construcción
colectiva y permanente de los actores del proceso educativo en cada institución.
Se puede decir que la elaboración de un PEI en una escuela, como símbolo de su
autonomía, representa la forma física del consenso, el compromiso, la
responsabilidad compartida, pues establece no sólo las metas y objetivos del plantel
en su totalidad, sino además, las actividades específicas en un tiempo determinado y
adicionalmente se especifica quién las llevará a cabo como responsable y quienes
como colaboradores.
Si se llevan a cabo en las escuelas de educación básica los pasos que se proponen
en párrafos anteriores, esto permitirá concebir y construir un nuevo concepto de
escuela; como una institución abierta al pensamiento, al conocimiento, a la
creatividad y a la participación, ya que todos estos aspectos son importantes por
que fortalecen la autonomía.
“Es evidente que las características de cada centro condicionan de manera muy
relevante la acción educativa que se puede desarrollar en su seno”27 por lo que
cada institución debe de tener la libertad para elaborar sus propias estrategias que
permitan mejorar los procesos educativos.
Un punto muy importante que es necesario mencionar es que al hablar del PEI
conlleva a hablar sobre:
-la gestión escolar,
-la planeación estratégica
- y la organización,
27 Alvarez, Manuel, El Proyecto educativo para la innovación educativa, editorial Laboratorio educativo,2000 Pág 11
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36
Ya que, en el marco de la innovación educativa, se hace referencia a una forma
diferente de gestión en las escuelas por medio de un conjunto de actuaciones
integradas para el logro de objetivos a cierto plazo, que va más allá de la simple
ejecución de instrucciones.
La idea de una nueva gestión es trabajar con un Proyecto Institucional que debe ser
una idea compartida por todos los agentes involucrados en la escuela y este PEI
debe ser manejado por medio de negociaciones para llegar a acuerdos donde todos
expresen su punto de vista.
“Cuando el centro no está estructurado y las partes consideran como una obligación
el PEI porque ha sido impuesto por instancias ajenas al mismo centro”28entonces
será muy difícil que se involucre el equipo docente y lleve a la práctica lo propuesto
en el documento PEI.
Visto de esta manera el Proyecto Institucional, cuando es elaborado entre todos los
involucrados, es un apoyo que se centra en la escuela y en las acciones realizadas
por los actores educativos, las cuales se orientan a la mejora por medio de la
colaboración y el compromiso por parte de los agentes educativos que tendrán una
gran responsabilidad en la toma de decisiones en forma cada vez más autónoma
transformando actitudes, desarrollando aptitudes y nuevos hábitos en la comunidad
participante pensando en un modelo de convivencia colectiva.
Continuando con la especificación sobre el PEI es posible indicar lo siguiente:
“El beneficio pedagógico y la transformación significativa deben propiciarse en un
ambiente acondicionado para el ejercicio de la libertad, donde los individuos y los
colectivos tengan la posibilidad de elegir y decidir por consenso en medio de varias
operaciones ofrecidas desde la expresión de la diferencia y la construcción
colectiva”29
28Idem, Pág. 11 29 Pulido M. Cristina Op. Cit. Pág. 35.
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El proyecto institucional, concebido de esta manera, se puede ver como un proceso
de gestión escolar participativa y democrática, pues al trabajar en él se compromete
a los distintos actores en un accionar colectivo, y esto significa responsabilidades y
compromisos de los participantes.
Sin embargo, “todo aquel que ha formado o forma parte de instituciones educativas
sabe lo difícil que resulta tomar decisiones e implementarlas de modo integrado,
procurado garantizar su permanencia a lo largo del tiempo y entre los distintos
miembros que transitan por ella”30 esto se debe a que trabajar de manera
colegiada representa un gran problema porque no existe un ambiente propicio para
el debate e intercambio de ideas, y por lo tanto es importante crear espacios para
reuniones donde se compartan experiencias resolviendo problemas y logrando
metas comunes. Pero para que se de esta situación es necesario que los
integrantes participen y se comprometan en un proceso que dé solución a
problemas, lo cual no se dará de la noche a la mañana, ya que los logros se van a
dar poco a poco y serán muy significativos en un futuro y el PEI puede ser el
detonante del cambio cultural.
Para poder identificar las dificultades y realizar la búsqueda de soluciones se
requiere entonces de nuevos modelos de organización escolar, implicando una
cultura de colaboración, participación y democratización.
“En síntesis, podemos decir que el Proyecto Educativo Institucional es una
herramienta planificada de gestión que permite compartir una finalidad y un quehacer
común que da sentido al proceso educativo desarrollado en las escuelas / liceos y
les otorga identidad” 31 claro está que para que el PEI realmente se aplique debe
haber una participación de todos y entre todos se ha de compartir un fin común.
El enfoque propuesto por el PEI sugiere que se realice mediante un proceso
participativo en el que cada escuela diseñe su propio proyecto educativo con la
intencionalidad de que se preparare para enfrentar los efectos de una sociedad en
30Rossi, Mariana, Grinberg Silvia Op Cit Pág 33 31 Astudillo Eduardo,Op. Cit. Pág 45
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constante cambio y pueda dar respuesta a las necesidades educativas de la
población que atiende.
Efectuar una planeación institucional bajo este enfoque implica impulsar una cultura
de trabajo que reclama en primera instancia acciones organizativas. Cualquier
proceso de innovación y cambio que se intente en los centros escolares lleva
implícito la búsqueda de nuevas formas de organización y administración.
Adicionalmente a la información que se ha aportado con anterioridad sobre el PEI se
indica que es necesario tener presente que en la elaboración de Proyectos
educativos institucionales los factores internos (maestros, directivos, alumnos) y
externos (padres de familia autoridades educativas, comunidad) de las instituciones
educativas son relevantes y se entrecruzan en la vida cotidiana escolar. El fin es
buscar alternativas y nuevas posibilidades de trabajo.
El modelo de gestión escolar, como una parte de la propuesta en las escuelas de
educación básica, busca incorporar a las escuelas una cultura de planeación que
permita prever las acciones que se tengan que realizar en un futuro de manera
sistemática. La planeación es la primera fase del proceso administrativo, la base del
funcionamiento de cualquier actividad, pues estableciendo lo que se hará y cómo se
hará, las actividades tienen un sentido, una dirección; sabemos hacia dónde
queremos ir.
El PEI cristaliza, en la escuela, las actividades de planeación y evaluación,
principalmente. Detrás de este documento existe todo un ejercicio de planeación
conjunta por parte de los involucrados en la escuela que, de realizarse en forma
correcta, dará solución a diversos problemas que se encuentran su alcance tanto
pedagógica como administrativamente.
El Proyecto Educativo Institucional es la articulación de actividades de carácter
pedagógico, así como organizacionales, comunitarias y administrativas, tomando
como base las capacidades del centro educativo, las cuales permitirán lograr las
metas y los objetivos planteados, propósitos que han sido consensuados y
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aceptados de manera colectiva por el equipo docente que involucra a las autoridades
y a los profesores.
Por lo tanto, el resultado del trabajo en equipo y la participación de todos los
integrantes del proceso educativo, llevarán a un PEI que guíe los movimientos de la
institución en su conjunto, regirá también las acciones y permitirá establecer
medidas acerca de la efectividad de la gestión en la solución de los problemas del
plantel.
El PEI es –como ya se ha especificado-un proceso continuo de construcción, el cual,
permitirá ir generando condiciones para la consecución de lo propuesto, “el Proyecto
Escolar es la propuesta integral con miras a coordinar las intencionalidades
educativas de cada establecimiento escolar y abarca todos los ámbitos y
dimensiones de las prácticas institucionales y a todos los actores que se
desempeñan en ella”32. Podemos percatarnos de la importancia de que los actores
educativos se sientan reflejados en el proyecto escolar, ya que si no se sienten
comprometidos con el rumbo por el que la escuela quiere transitar, difícilmente se
cumplirán los objetivos e intencionalidades propuestos; esto es cierto, ya que “para
planificar un proyecto debemos tener en claro qué se quiere hacer y por qué vamos a
hacerlo, de lo contrario, carecería de sentido formular las acciones posibles”33. El
proceso de trabajo inmerso en la lógica de PEI requiere la participación y lazos de
comunicación sólidos que generen un trabajo colegiado y participativo, en donde
también participen directivos, personal de apoyo y demás involucrados en el accionar
de la escuela. Todo el equipo deberá trabajar integrando las dimensiones o ámb
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