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PACO COSTAS ENTREVISTA A AYRTON SENNA, EN 1988
En 1988, unos días antes de la proclamación de Ayrton Senna como
campeón del mundo en Japón por primera vez, tuve ocasión de mantener
una larga entrevista con el joven piloto brasileño. Han pasado 25 años
desde aquella fecha y 2o desde su trágica muerte en el circuito de Ímola.
Ahora, repasando publicaciones de entonces, aparece aquella entrevista
que publicó Diario 16, el 30 se octubre de aquel año.
Para aquellos admiradores del gran piloto, quizás tenga interés conocer
como era y cómo pensaba el que, sin duda fue, junto con Alain Prost,
Nigel Mansell, y Nelson Piquet, uno de los grandes protagonistas en
aquella emocionante, y para mí irrepetible, Fórmula 1 de finales de los
ochenta y principios de los noventa.
Para los que han seguido su trayectoria, comprobarán que toda la
entrevista gira en torno al campeonato del mundo de 1988, el primero
de los tres que logró Senna; pero en ella, también quedan reflejados
algunos de sus pensamientos, la fe que siempre tuvo en sí mismo, y la
determinación que demostró a lo largo de su vida deportiva para luchar
por la victoria.
AYRTON SENNA
El piloto Ayrton Senna da Silva nació el 31 de marzo de 1960 en Sao
Paulo, Brasil. Aquel mismo año, Lotus, escudería inglesa de Fórmula 1,
ganaba su primer campeonato del mundo, y el escocés Jim Clark hacía su
debut como piloto de Grand Prix.
Un tórrido día del verano de 1984, en la ciudad teja de Dallas, este
periodista preguntó al joven piloto, que por entonces empezaba su
carrera en la Fórmula 1, si se consideraba el sucesor de sus compatriotas
y campeones del mundo Emerson Fittipaldi y Nelson Piquet. La respuesta
del por entonces piloto de la escudería Toleman fue cautelosa, aunque,
en sus palabras, se notaba la firmeza de los que se han trazado un
camino y deciden seguirlo hasta el final:
“Me gustaría que tuviera usted razón en lo que dice; estoy aprendiendo,
pero le aseguro que lo intentaré”.
Al comenzar esta entrevista, nuestra primera pregunta fue referida a
aquel lejano día y a aquellos primeros momentos.
¿Qué ha cambiado en su vida desde entonces?
-Tengo cinco años más y estoy mucho más cansado que lo estaba en
aquel momento. La Fórmula 1 requiere una gran dosis de energía y
esfuerzo; el estrés, las presiones, los viajes, los cambios de horario y
dieta. Te pasas la vida yendo de un lado a otro; la vida se convierte en
algo realmente duro. En casi cinco años, desde 1984 en Dallas, han
ocurrido muchas cosas. Por supuesto, he adquirido experiencia y ahora
veo las competiciones desde otro punto de vista; aunque los objetivos
permanecen idénticos: ser competitivo, ganar carreras y como
consecuencia, ser campeón del mundo.
- Por lo que ha dicho, ¿tengo que entender que ya no le divierte tanto
conducir como entonces?
- Digamos…que lo veo un tanto diferente. Los objetivos permanecen sin
cambios, pero la forma de hacerlo y sentirlo es ligeramente distinta.
Quizás tengo un poco menos de entusiasmo. Cuando me subí las
primeras veces a un Fórmula 1, me fascinaba descubrir el mundo que
había a mi alrededor, el ambiente, la atmósfera, las cosas buenas y las
cosas malas. Ahora, desde casi cinco años, tienes que tomar en
consideración todos esos factores y las experiencias por las que te has
visto obligado a pasar y es entonces, debido posiblemente al estrés, la
presión y cierto desencanto unido a las buenas sensaciones, cuando
tiendes a ser un poco más frío y calculador.
- En 1985, el circuito de Estoril llovía a cantaros, Usted partía en la “pole
position” por primera vez y, al entrar al circuito con Jackie Stewart, le
pregunté que le parecía Senna bajo la lluvia, el primero de la parrilla y
con aquella jauría de notables detrás, la respuesta del gran campeón,
hoy, además de un acierto, fue una premonición de su futuro: “La
primera vez que hice la pole también gané la carrera” Cuando al final,
empapado, usted levanto sus brazos vencedor y loco de alegría, ¿pensó
en algún momento que llegaría a ser campeón del mundo?
- Creo que aquella fue mi primera gran ocasión de ganar un Gran Premio
además de la que ya había tenido el año anterior en Mónaco. Portugal
1985 fue mi primera gran oportunidad y la aproveché. El triunfo de aquel
día supuso para para mí la sensación más bonita que he sentido en mi
vida de piloto y conservo un gratísimo recuerdo. En cuanto a ser
campeón del mundo, uno debe creer siempre que puede llegar a serlo. Si
no lo crees, si no tienes esa idea fundamental, tampoco puedes tener la
motivación suficiente que te hace meterte en el coche y conducirlo. Si no
crees en tu propia capacidad de victoria y no encaminas tus actos en esa
dirección, dejas de ser competitivo y jamás alcanzas tus metas.
-Ya tiene un número elevado de victorias en su palmarés. El tercer piloto
del mundo en número de poles, su carrera ha sido meteórica. Cuando la
gente habla de usted dice: “Senna el Mágico” ¿Qué piensa un joven
como usted que, habiendo comenzado en el karting, ha llegado hasta
dónde está? ¿Es realmente el mundo en el que vive un mundo mágico?
-La única razón para estar en esta profesión es el éxito. Como he dicho
ya, hay que ser competitivo, cuando se dispone del coche para serlo. Tus
razones y tu fuerza son mayores. No contar con esos elementos se
convierte en una lucha dura y estéril. En los pocos años que llevo en la
Fórmula 1, aunque no he ganado aún el campeonatos del mundo, si he
ganado carreras, he obtenido poles y he sido líder durante muchas
vueltas; en una palabra, he sido competitivo. Esto me ha dado mucha
firmeza al comprobar una y otra vez que lo estoy haciendo bien.
Ahora, cuando hace algo, cuando mueve una mano, se sienta en el coche
, o dice algo, mucha gente está pendiente de sus actos. Un día tiene
éxito, otro día fracasa, no importa; la gente sigue observándole,
preguntándole, persiguiéndole, ¿cómo puede un piloto profesional
sustraerse a esa curiosidad para concentrarse en un trabajo tan
peligroso con el mundo a su alrededor?
-Acabas acostumbrándote hasta convertirse en parte de tu profesión.
Naturalmente esto no sucede de la noche al día. Es un proceso gradual al
que acabas adaptándote física y mentalmente, aunque a veces resulta
duro y difícil.
Existe la creencia de que Senna ha construido una muralla de piedra
entorno a su persona. Una especie de concha que le preserva ante la
gente. También se asegura que es frío y distante con todo lo que no sea
su profesión. ¿Es cierto, es parte de su verdadero carácter, o se trata de
una forma de defenderse de la presión de las carreras?
-Es una opinión y una verdad a medias. Hay ocasiones en que esa es la
mejor manera de mantenerte alejado y no dejar que nada influya en el
resultado de tu trabajo. En realidad es un estado de ánimo y parte de tu
personalidad, pero también puedo asegurarle que fuera de ese ambiente
soy completamente diferente.
-¿Quiere decir que esta entrevista sería distinta si la hubiésemos hecho
en un circuito o en el “motor-home” de Mclaren?
-Por supuesto. En cualquier otro lugar lejos de un circuito, los problemas
de la profesión están más lejos y te encuentras más relajado. Por otra
parte esto forma parte de mi trabajo y de la imagen que de mí tiene la
gente. Vosotros necesitáis información para realizar, vuestro trabajo,
vuestras historias, y ello puede ser positivo o negativo en la carrera de
un piloto; no solamente para los que ven la profesión desde fuera, sino
para los que estamos dentro. Esto que estamos haciendo es un trabajo y
yo nunca me tomo a broma mi trabajo.
-En 1984, en el Gran Premio de Holanda se anunció su compromiso con
Lotus, estaba entonces en Tóleman. El revuelo fue de los que hacen
época; sin embargo, en sus principios rechazó otras ofertas de equipos
de primera fila. ¿Era ya tan profesional que se permitía elegir y planear
su futuro?
-Empecé con lo que me pareció la mejor oportunidad en aquel momento.
Creo que siempre he tomado decisiones sin pensar en lo inmediato o en
el día siguiente. Para mí lo importante es lo que puede suceder en un año
y en el futuro: Tóleman era los más sensato en aquellas circunstancias.
- Y llegó 1988 y con él usted dispuso del mejor monoplaza que se había
construido en muchos años. Para algunos, la calidad del coche puede
parecer un periodo cómodo para el piloto. ¡¿Hasta qué punto ha sido
eso cierto?
- Desde luego Mclaren y Honda nos han dado a Alain Prost y a mí la
mejor herramienta y por eso hemos ganado tantas carreras. Los dos
hemos tenido que trabajar mucho para lograr esos resultados, pero no
ha sido sólo nuestro es fuerzo, no hubiera servido de nada sin la labor de
todo el equipo. Sólo si se trabaja en equipo y si todos establecen sus
metas en la misma dirección se alcanza el éxito.
- Gordon Murray, el responsable técnico de su equipo, nos dijo en una
reciente entrevista que Mclaren era el resultado de haber sabido reunir
el mejor presupuesto, la mejor organización, el mejor chasis, el mejor
motor y a los dos mejores pilotos. ¿Está de acuerdo con su definición?
-Ya añadiría a eso; la misma mentalidad, la misma determinación y el
mismo espíritu de victoria de todo un grupo de personas.
LUCHA CON PROST.-Pero junto a un buen coche, el destino deparó la
presencia del más fuerte rival dentro de su propio equipo. ¿Cómo son
sus relaciones con Alain Prost?
-Siempre ha habido una buena lucha entre Alain y yo. En ocasiones,
juntos, hemos tenido que enfrentarnos a los mismos problemas. En
algunas carreras fueron los motores atmosféricos los que se mostraron
difíciles de batir; en otras, Ferrari era el enemigo y tuvimos que
emplearnos al más alto nivel. La verdad es que nunca ha sido fácil.
Hungría, Silverstone bajo la lluvia, Canadá, fueron carreras difíciles,
aunque, en esta última, al final, la lucha quedó reducida a Alain y a mí.
Monza también es un mal recuerdo con Portugal y Jerez.
- En Mónaco estaban haciendo una bella carrera y u error, todo el
mundo lo creyó así, le costó el triunfo que tenía en el bolsillo. ¿Qué
ocurrió en aquella ocasión?
- Fue una equivocación cuando había llegado a un punto de la carrera
cuando lo más fácil era ganarla. Lo más difícil y todo el trabajo de un
Gran Premio, ya estaba hecho. La culpa fue toda mía y he tratado de
sacar una lección de ello, esa reacción me ha ayudado mucho. Después
de aquella carrera todo volvió a la normalidad y, aunque ha habido
algunos fracasos en las últimas carreras, mi situación es ahora más
fuerte que lo era antes de Montecarlo.
-¿Qué pasó en Monza? Le faltaban unos ocho kilómetros para ganar el
Gran Premio de Italia cuando sucedió algo estúpido entre usted y Jean
Louis Schlesser, y el triunfo se desvaneció con la pirueta que su coche
describió en el aire. ¿Es consciente de que aquello le puede costar el
campeonato?
-No sé que me reserva el futuro, son cosas que pasan y tiene que
asumirlas. Lo único que tienes que hacer después es tratar de superarte.
Estoy seguro de haber hecho lo mejor que pude en aquella carrera, pero,
debido a las circunstancias, todo se estropeó al final. Sin embargo, creo
que aquello fue muy distinto a lo que sucedió en Montecarlo. En Monza
yo no tuve la culpa. Pero de nuevo, el resultado final es el mismo: no
gané y lo mejor es dejar las conclusiones detrás de ti y mirar al futuro,
hacia adelante.
- En Brasil pudo ganar la carrera, en Mónaco fue un error tonto y
también en Monza. El caso es que a estas alturas, podría ya contar con
diez victorias con un total de catorce Grandes Premios. ¿No le parece
algo increíble?
-Sí, y puede que lo sea, pero lo cierto es que no he ganado las tres
carreras y me parece inútil hacer conjeturas. Las cosas primero hay que
conseguirlas y después puedes hablar de ellas.
A veces da la impresión de que está obsesionado por los resultados, por
las estadísticas y los records, sin valorar en mucho su forma de
conseguirlos. En Mónaco y Monza hizo una carrera magistral, en Brasil,
su actuación fue aún mejor, si cabe, solamente en Francia, Portugal y
España, Prost consiguió ganarle de forma clara. ¿Qué tiene que decir a
eso?
-Bueno, si analiza carrera por carrera, puede encontrar momentos
interesantes. Ha habido ciertamente ocasiones en las que la victoria
parecía asegurada y de repente algo ha sucedido de forma inesperada
impidiéndolo. Por esa razón el campeonato no está decidido todavía. Si
no fuera por esas cosas que ocurren en las carreras, ya se sabría quien es
el nuevo campeón. Creo que lejos de preocuparnos, esto tiene que
hacernos felices, ya que mantiene vivo el interés.
-Será para usted una gran frustración, afectará a su vida profesional, si
no consigue ser campeón del mundo este año?
-Desde luego, prefiero ser el campeón a no serlo, pero no me gustaría
hacer ahora ese comentario. Estamos todavía luchando por conseguirlo.
Mi situación, en este momento, es mejor que lo era después de las cuatro
primeras carreras de la temporada. Si fui capaz de recuperarme
entonces, no veo por qué no puedo hacerlo ahora. Todavía tengo la
esperanza de conseguir el campeonato y no puedo pensar en otra cosa
que no sea eso.
-La primera vez que hablé con usted tuve la impresión de que dentro de
su mente estaba convencido de que llegaría a ser campeón del mundo,
de que, a no ser que algo inesperado sucediera con el talento que se
necesita para serlo, ¿Ha tenido siempre esa misma sensación?
-Creo que tengo las condiciones para ser campeón, pero al final vuelve
siempre a las mismas conclusiones. Para serlo tienes que intentarlo,
superarte a ti mismo, aprender y estar siempre ahí. Si no llegas, no
llegas. De ello hay que extraer una enseñanza y procurar hacerlo mejor a
la siguiente vez.
Ha renunciado a muchas cosas en su vida, su juventud y su deseo natural
de divertirse; está haciendo un gran esfuerzo. Para ser piloto de Grand
Prix, hoy, hay que ser un gran profesional, cuidarse y sacrificar muchas
cosas. ¿Qué puede ser el fracaso para un individuo que como usted
dispone de fortuna y de buena posición familiar?
-Estoy haciendo lo que me gusta. Tengo otras opciones y otras
posibilidades en mi vida. Las tuve y aún las tengo. Si soy piloto es porque
me gusta y creo que para mí es lo que prefiero por encima de otras
cosas. Así que si estoy haciendo algún sacrificio, si tengo que atravesar
dificultades, es porque quiero y el resultado final es positivo para mí. Por
tanto no estoy de acuerdo con lo que dice. Al final soy piloto porque así
lo he decidido y porque el serlo me hace feliz.
-¿Qué pintan el riesgo y el dinero en todo esto?
-Son parte del juego, obtienes algunos beneficios materiales cuando
llegas a ser un piloto de éxito y también arriesgas mucho tu salud y tu
vida, pero eso es algo que tú decides y tienes que vivir con ello.
- ¿Tiene muchos amigos de los que aparecen cuando eres popular para
darte golpecitos en la espalda?
-Eso es normal, es parte de la vida.
PARALELISMO CON LAUDA. –Si piensa ahora en su trayectoria después
de casi cinco años en la Fórmula 1, ¿no cree que es muy parecida a la de
Niki Lauda? Usted, igual que él, tiene fama de tener el cerebro como una
computadora, muy calculador, con la gran dedicación y la determinación
de un campeón. También se dice que, al igual que Lauda, es muy
meticuloso al poner su coche a punto. ¡No piensa que se parece mucho a
él?
-No, pero las comparaciones de ese estilo son inevitables. La gente tiene
siempre la tendencia a establecerlas, aunque no existan en absoluto.
Creo que los tiempos son diferentes, las condiciones son distintas y es
imposible comparar a dos personas. Tú tienes una personalidad y el otro
individuo tiene otra. Somos dos seres distintos, tenemos distintas
educaciones; a pesar de practicar la misma profesión no somos iguales.
En este caso en particular, no creo que nos parezcamos en nada, aunque
ambos hemos conseguido victorias y éxitos. No puedo compararme a él.
Sus éxitos son mucho más grandes que los míos hasta este momento.
-Sí, pero usted puede llegar en el futuro a donde él ha llegado.
Puede ser, pero sigo creyendo que no tenemos nada en común, aparte de
ser ambos pilotos. El es europeo, austriaco, yo soy brasileño. El tiene una
vida muy distinta a la mía y yo tengo otra edad, en otra época, en otra
era de la Fórmula 1.
-A menudo, cuando está sentado en su coche en l parrilla de salida, en
las tribunas hay muchos brasileños que agitan la bandera de Brasil y
gritan su nombre. Usted, sin embargo, no parece darse cuenta ede l que
está sucediendo a su alrededor. ¿Lo hace a propósito o es que realmente
no se da cuenta de nada?
-Me doy cuenta de todo y mis sentimientos son receptivos a todo lo que
rodea, pero esos impulsos deben ser controlados en un momento en el
que el único propósito ha de concentrase en la idea de vencer. Si lo que
ves te hace perder la concentración, pones en peligro la arrancada. Ante
lo que ven, aunque no guste, tengo que adoptar un estado mental, una
máscara, que me proteja de cualquier distracción.
- Esos gritos de aliento de sus seguidores , del público, ¿añaden fuerza a
sus propósitos o más adrenalina a su sangre?
-No, son sólo una agradable sensación que tienes que dejar para cuando
finaliza la carrera. Sólo entonces puedes abrirte, entre tanto, lo sen sato
es dedicarte a conducir.
-Usted es uno de los pocos pilotos que a menudo a empuñado la
bandera de su país al dar la vuelta triunfal. ¿Está orgulloso de ser
brasileño o lo hace por complacer a sus seguidores?
-Lo hago porque me siento brasileño y amo a mi país, me gusta estar allí,
y cuando puedo, después de las carreras, me vuelvo a casa y procuro
estar en ella el mayor tiempo posible. En ocasiones he tenido la
oportunidad de tomar mi bandera de las manos de algún espectador y la
he paseado después por el circuito como un gesto natural, como una
reacción espontánea. Lo hago gran sentimiento, no solamente por mí,
sino por los aficionados que van a verme y especialmente por los
brasileños.
-Usted es el tercer brasileño que puede llegar a ser campeón del mundo.
¿Cuál es la razón por la que en Brasil nazcan tan grandes pilotos?
-No lo sé
-Estoy muy interesado en conocer su opinión sobre el comportamiento
de Luis Pérez Sala en la pista. No me refiero a su calidad como piloto ¡ha
tenido problemas con él?
-Se trata de un piloto nuevo y supongo que estará teniendo muchas
dificultades en los circuitos que no le son familiares y también con el
ambiente: en general creo que lo está haciendo bien. Quizás en algunas
ocasiones, nos ha dado a Alain y a mí alguna guerra para adelantarle.
Esto se debe principalmente a que nuestros coches son mucho más
veloces que los Minardi y es normal que los doblemos en carrera. Pero
esto es natural y le habrá servido para aprender y para mejorar., en
conjunto, creo que lo está haciendo muy bien. Todo lo que necesita
ahora es mantenerse frío, controlado y trabajar duro por su futuro.
-Medio en broma o medio en serio. Tiene que comprender que su única
oportunidad de aparecer en la tele, por el momento, consiste en
permanecer a su lado el mayor tiempo posible cundo va a adelantarle.
-Está bien. Yo hacía lo mismo cuando empecé en Tóleman, mi situación
era la misma que él está atravesando este año, pero no importa. Lo
único que debe preocuparle ahora es aprender, trabajar y darse tiempo
hasta que las cosas cambien.
-Le he preguntado a Pérez Sala que es lo que piensa cuando le tiene a
usted o a Prost en los retrovisores. En un principio, Luis me dijo: “Bien,
ahí están. Y pensar que hace una año les hubiera pedido un autógrafo.
Entonces siento una sensación contradictoria dentro de mí, algo que es
como un sueño que de repente se ha hecho realidad.”
-Le comprendo muy bien, la sensación de estar metido en un Fórmula 1,
de conducirlo, es maravillosa; pero después, cuando pasa algún tiempo,
te tienes que meter dentro del coche con el propósito de ganar. Entonces
todo cambia y todo llega subiendo un escalón y luego otro.
- Cuatro años después de comenzar en la Fórmula 1,¿Quiénes han sido
sus consejeros? Su carrera parece trazada de forma inteligente, ¿Quiénes
han sido sus amigos tan bien informados?
-No han existido tales consejeros, mi carrera y mi vida han sido la
consecuencia de la educación recibida de mis padres y de las
oportunidades que he tenido.. En ocasiones tuve que tomar grandes
decisiones por mí mismo. He procurado también rodearme de personas
que he considerado con experiencia, inteligentes y con buenos
sentimientos hacia mi persona; pero al final, las decisiones graves las he
asumido yo solo. Yo era el que iba a conducir y no ellos: si me
equivocaba, sólo yo debía pagar las consecuencias. Pero uno necesita de
la buena gente alrededor y yo la he tenido. Armando, mi manager, y mi
padre han sido las personas con las que he discutido y valorado mis
planes y mi futuro del mejor modo posible.
-ELEGIR LO MEJOR. –Cuando veo ahora a Satoru Nakajima de segundón
en Lotus, sin futuro, me parece que su decisión de escoger para usted el
modesto equipo de Tóleman fue, a la larga, la mejor decisión de su vida.
¿Puede un buen piloto arruinar su carrera para siempre eligiendo un mal
equipo?
-Seguro, ya lo he dicho. Aquella fue la mejor oportunidad que tuva,
considerando las circunstancias de aquel momento y no sólo para aquel
año, sino también para el futuro.
-A partir de entonces fueron llegando los éxitos y también algunos
momentos amargos como el incidente con Mansell en Spa o el de este
año con Nelson Piquet. ¿Le han afectado mucho esas cosas?
-Esa es la cara fea de la Fórmula 1. Todo lo que tienes que hacer es evitar
que te ocurran, pero, si llega el momento, has de saber luchar contra ella
de la mejor manera posible y eso es lo que procuro hacer. Siempre obro
de la manera que a mí me parece la más correcta y profesional, pero,
cuando se destaca, no siempre se pueden evitar los problemas.
-Si tuviese que explicar a concha que envuelve a Senna, ¿qué clase de
tormenta podría descubrirse dentro de ella?
-Nada particularmente especial. Descubriría a un hombre dedicado a una
actividad muy concreta y la mayoría del tiempo ha perfeccionarse
tratando de tener muy claro hasta donde pretende llegar. Y no
encontrará más, nada oculto, sólo aquellas cosas que me pueden ayudar
a llegar donde quiero. No hay secretos ni enigmas en torno a mi persona,
soy, simplemente, un ser humano.
-¿Qué hubiera sido de no ser piloto?
-Hubiera trabajado en el negocio de mis padres. Ese era mi plan original,
creo que hubiera elegido una vida más fácil que la que hago ahora.
-¿Son entonces las carreras las que le han empujado a esa vida difícil?
Estoy completamente seguro. Ser piloto se convierte en una forma de
vida, porque todo está estructurado alrededor de tu profesión. Tienes
que viajar mucho e ir de un lado para otro como una persona sin hogar.
Estás siempre inmerso en un ambiente de lucha que no es precisamente
de los mejores, ni siquiera saludable. Tu vida es un desafío permanente
cuyo fin es vencer. Todo ello acaba convirtiéndose en un estado mental
por el que te ves forzado a pasar, aunque no te guste. En esas
condiciones, lo mejor es tratar de mantenerte firme para que tu
profesión no afecte a tu vida personal, tu educación o alguna de las
cosas que realmente te importan en la vida.
-¿Qué es entonces lo que le gusta de su profesión?
- Me gusta la sensación de estar compitiendo, la velocidad y el desafío
por luchar para encontrar los límites no solamente de mi coche, sino de
mí mismo. Y el reto de superarme una vez y otra, para ser veloz, más
veloz. Estas son las motivaciones que me permiten hacer lo que hago.
- Cuál fue la primera vez que sintió el vértigo de la velocidad?
La primera vez que me subí a un coche de carreras.
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