nature and landscape in octavio pazs libertad bajo palabra
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ISSN: 2014-1130 vol. 18 | diciembre 2018 | 225-245 DOI: http://dx.doi.org/10.5565/rev/mitologias.574
Recibido: 18/06/2018 Aprobado: 12/11/2018
Revista de pensamiento, crítica LI estudios Literarios latinoamerk:anos@~logías
NATURALEZA Y PAISAJE EN LIBERTAD BAJO PALABRA
DE ÜCTAVIO PAZ
Nature and Landscape in Octavio Pazs Libertad bajo palabra
DANIEIA EVANGELINA CHAZARRETA UNNERSIDAD NACIONAL DE LA PIATA-CONICET (Argentina) dchazarreta@fahce.unlp.edu.ar
Resumen: en Más allá de cultura y naturaleza, Phillippe Descola considera
que la dicotomía naturaleza-cultura es propia de Occidente y que emerge
en los preludios de la modernidad. Su análisis nos ha permitido repensar
esta antítesis en Octavio Paz. A partir de esta premisa y teniendo en cuenta
las apreciaciones que se encuentran en El arco y la lira, revisamos las
vertientes que diseñan la categoría de naturaleza en Libertad bajo palabra y reflexionamos sobre los matices que adquieren tanto el jardín y el paisaje
como las estrategias que formulan estos espacios en cuanto recintos en
donde se intenta conciliar naturaleza y cultura.
Palabras clave: naturaleza, paisaje, jardín, poética del espacio, Octavio Paz
Abstraer: In Beyond nature and culture, Phillippe Descola considers that
the dichotomy nature-culture is distinctive of the West and that it emerges
at the beginnings of modernity. This statement allows us to rethink an
antithesis in Octavio Paz' s Libertad bajo palabra [Parole] in consonance
with the definitions about nature present in The Bow and the Lyre. This
paper also reflects on the significations of garden and landscape as
reconciliation spaces of nature and culture.
Keywords: N ature, Landscape, Garden, Space Poetics, Octavio Paz
Daniela Evangelina Chazarreta
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1
En Más allá de cultura y naturaleza (2012), Phillippe Descola considera que la
dicotomía naturaleza-cultura es propia de Occidente y que ella emerge en los
preludios de la modernidad. Su planteo nos ha permitido transitar y volver a
pensar esta antítesis que también está presente en Octavio Paz, por lo menos en
sus primeras obras. A partir de este principio y teniendo en cuenta las
apreciaciones sobre la naturaleza que se encuentran en El arco y la lira (1967
[1956]), examinamos, en la primera parte del artículo, las vertientes mediante las
cuales se diseña la categoría de naturaleza en Libertad bajo palabra (1935-1957). 1
En la segunda parte del ensayo, teniendo como premisa el marco teórico presente
en la primera sección, reflexionamos sobre los matices que adquieren dos
nociones fundamentales en la estética paciana: el jardín y el paisaje y las
estrategias que formulan estos espacios como recintos en donde se intenta
conciliar naturaleza y cultura; leemos estas categorías a partir de enfoques
actuales sobre el paisaje formulados en las últimas décadas en conjunto con la
concepción paciana sobre dicha noción.
Es importante tener presente, además, los siguientes criterios y objetivos
del presente artículo: el corpus, pues, se ciñe a Libertad bajo palabra, poemario en
el cual analizamos las significaciones del paisaje y de la naturaleza. El primero
como símbolo de la armonía y, por lo tanto, como derivado de la cosmovisión
analógica propia de la estética de Octavio Paz; la segunda, como una de las
instancias de la otredad en la poética paciana. Este último aspecto se considera a
partir de las teorizaciones presentes en El arco y la lira, en la medida que se tiene
en cuenta el lazo entre este ensayo y el poemario mencionado (Francisco Álvarez,
1998: 21) y, a partir de allí, se construye la primera parte del marco teórico;
correlato necesario para arribar a la segunda parte del análisis concentrada en dos
figuras de la naturaleza, a saber: el jardín y el paisaje.
Si bien, desde nuestro humilde parecer, estos aspectos no han sido aún
considerados por la crítica, nuestra tesis emerge y dialoga oblicuamente con los
estudios que han examinado las derivaciones de la poética del espacio en Octavio
Paz, específicamente con: "¡Oh Mundo por Poblar, Hoja en Blanco! El espacio
y los espacios en la obra de Octavio Paz" (1971) deJean Franco, "Octavio Paz y
el lenguaje del espacio" (1983) de Hugo Verani, y "Man and the Natural System
in Two Poems of Ladera este" (1977) de Stephen Clinton. Los artículos
primeramente mencionados nos permitieron pensar -a partir de la categoría del
espacio y de la espacialidad textual- las diversas aristas que se desprendían de la
presencia heterogénea de lo tópico en la poética de Paz y, desde allí, la presencia
de la naturaleza, el paisaje y el jardín. El artículo de Clinton -sumamente
interesante y novedoso en sus aportes- avaló nuestra sospecha de que no sólo
Las ideas planteadas en este artículo han aparecido de modo preliminar en la ponencia
"Significaciones de la naturaleza en Libertad bajo palabra de Octavio Paz" leída en el Congreso Nacional "El huso de la palabra". Teoría y crítica de poesía latinoamericana, celebrado entre el 18
y el 19 de mayo de 2017. Asimismo, este trabajo deriva del proyecto de investigación "Poética
del espacio en Octavio Paz (1958-1968)", dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET).
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en Ladera este, sino también en Libertad bajo palabra, el reparo en la concepción
paciana de naturaleza enriquecería la lectura del poemario y lo distinguiría
incluso de los poemarios posteriores (también, por supuesto, de Ladera este). Finalmente, es importante además, tener presente que si bien el jardín ha sido
trabajado en Octavio Paz en '"Ríos en la noche: fluyen los jardines': Orientalism
in the Work of Octavio Paz" (1987) de Julia A. Kushigian y en "Dos jardines de
la modernidad: India en Octavio Paz" (2017) de Carlos Eduardo López Cafaggi,
el corpus allí analizado corresponde, como el texto de Clinton, a otra etapa (la
oriental, la de Ladera este) de la obra de Octavio Paz (Clara Román-Odio, 2006:
89) y no a la de Libertad bajo palabra; es relevante mencionar asimismo que en
estos artículos el tratamiento de este tópico no se considera desde los actuales
enfoques que abraza nuestro marco teórico.2
De vuelta a nuestra tesis, esclarecemos que en la mayor parte de sus
menciones, la naturaleza que se hace presente en Libertad bajo palabra constituye
un orbe apartado del ser humano. Sin embargo, la otredad o ajenidad del orbe
natural se diluye o intenta diluirse a partir de la configuración del paisaje que
consolida el anhelo o voluntad de analogía, imperante en la cosmovisión
paciana.3 En esta línea leemos el poemario a partir de los siguientes principios:
por una parte, se plantea una voluntad de analogía en la cual la mujer resulta ser
la intermediaria predilecta entre la otredad (la naturaleza) y el sujeto poético,
ambas instancias ampliamente fundamentadas y analizadas por la crítica; por otra
2 Aclaramos que hemos trabajado parte de esta temática en la ponencia "Significaciones de la
percepción en Ladera este de Octavio Paz (objetos y paisajes)" en el contexto del IV Simposio Internacional 'Texto, Imagen y Sociedad [artes en relación}', celebrado en San Carlos de Bariloche
(Argentina) el 25 de octubre de 2018, texto del cual estamos elaborando un artículo. En la
denominada etapa oriental de Octavio Paz el tópico del jardín adquiere consonancias diferentes
a las consideraciones del presente trabajo. 3 Carmen Ruiz Barrionuevo, por ejemplo, señala la cosmovisión analógica como uno de los ejes centrales en la estética de Paz (1984: 63). Maarten van Del den en "Octavio Paz: Literature,
Modernity, Institutions", por su parte, sitúa la analogía como una derivación del surrelismo;
contexto en el cual la poesía es el ámbito de conciliación de los contrarios y consenso de un
sentido pleno. La recurrencia a esta instancia poética se debería, según Delden, a contrariar
ciertos principios existencialistas sartreanos (2016: 285-286). También Rafael Jiménez Cataño
ha indagado sagazmente y en relación a sistemas filosóficos el decir poético de Octavio Paz sobre
la analogía en "Una noética para la poética de Octavio Paz" (1992: 88-93). Finalmente, Fredrik Sorstad en "El valor estético de El arco y la lira de Octavio Paz" (2018), relaciona la analogía con
la metáfora. Octavio Paz se ha referido amplia y extensamente a la cosmovisión analógica a lo
largo de su obra, de modo particular es uno de los ejes de Los hijos del limo (197 4) en donde aclara que es uno de los más preciosos legados de románticos y simbolistas. Finalmente, "Octavio
Paz: hacia una metapoética de la modernidad" de Francisco Álvarez indaga el lugar que la
analogía tiene en El arco y la lira en donde el ritmo sería una de sus derivaciones; en Los hijos del limo y La otra voz, la analogía junto con la ironía serían principios estructurantes de la lírica
moderna con un fuerte elemento ideológico, excluyente y elitista desde la mirada de Octavio Paz
(1992: 21 y 27). Hemos analizado algunas inflexiones de esta cosmovisión en "Rubén Daría en
'Traducción y metáfora': significaciones de la modernidad poética en Octavio Paz". Cristina
Fernández y Mónica Scarano (eds.). Recorridos darianos. Mar del Plata, EUDEM. Ebook. En
prensa.
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parte, la dicotomía naturaleza / cultura se resuelve a partir de la categoría del
paisaje (en la que incluimos la de jardín).
Naturaleza y alteridad
Libertad bajo palabra (1935-1957) es considerado por la crítica como el libro de
la formación poética del escritor mexicano Octavio Paz (1914-1998) (Enrico
Mario Santí, 2014: 17), sometido por el poeta a diversas revisiones y
correcciones. El poemario está, por cierto, marcado por un interesante periplo
que asume el matiz de itinerario transcultural: una beca Guggenheim lleva al
poeta a San Francisco y, luego, en busca de nuevos horizontes laborales, a Nueva
York (1944-1945); de allí marcha a París (1946-1951) como miembro del
servicio diplomático de México, cargo que también lo traslada a Nueva Delhi y
a Tokio (1951-1953) para volver, entonces, a la tierra azteca por un breve
período de seis años. De modo de arribar a la concepción de naturaleza presente
en el poemario presentamos, a continuación, el marco teórico que procede de El arco y la lira trazado junto con el análisis de algunos poemas de Libertad bajo palabra.
En El arco y la lira,4 el vocablo naturaleza es similar a la noción de phjsis proveniente de la cultura griega clásica en sus tres matices: en primer lugar,
significa el impulso constituyente de una entidad; en segundo lugar, es la fuente
del movimiento o del ser y, en tercer lugar, es todo cuanto hay (José Ferrater
Mora, 2004: 2779-2780). 5 Si bien tenemos en cuenta estas acepciones ponemos
especial interés en la siguiente cita en la cual se considera la naturaleza como una
4 Nuestro artículo se aboca a Libertad bajo palabra teniendo El arco y la lira como correlato
poético. Si se desea profundizar el estudio de este maravilloso y singular ensayo puede consultarse
un texto clásico en el tema: "Relectura de El arco y la lira" de Emir Rodríguez Monegal (1971).
También pueden considerarse abordajes más coetáneos que atienden de diversos modos este
ensayo sinodal enriqueciendo su lectura. Menciono a continuación aquellos que han sido
significativos en nuestras aproximaciones e intereses: "Prehistoria, recepción y lectura de un libro
insólito: El arco y la lira (1956)" (2015) de Anthony Stanton, quinto capítulo de su libro El río reflexivo. Poesía y ensayo en Octavio Paz (1931-1958), "Crítica y poética: El arco y la lira y el poeta crítico" (1997) de Enrico Mario Santí, en El acto de las palabras. Estudios y diálogos con Octavio Paz. Hemos, además, analizado algunos aspectos en "Tradición clásica en El arco y la lira de
Octavio Paz" (2017). Frederik Sorstad, en "El valor estético de El arco y la lira de Octavio Paz"
(2018), desde otra perspectiva muy diferente a la nuestra, considera los recursos estilísticos en
torno a la reflexión de la naturaleza del ensayo como texto literario. 5 A lo largo del ensayo, Octavio Paz deja muy claro que no sólo ha leído Paideia de Werner J aeger
(en su edición de 1962), sino también La teología de los primeros filósofos griegos (edición de 1952),
del mismo autor. En este último texto, Jaeger distingue con claridad la especificidad de la noción
de phjsis: "es una de esas palabras abstractas formadas con el sufijo -sis que se hicieron
sumamente frecuentes después del período de la última épica. Designa con toda claridad el acto
de ph nai, el proceso de surgir y desarrollarse; [ ... ], el origen y desarrollo de las cosas que encontramos en torno nuestro. Pero la palabra abarca también la fuente originaria de las cosas,
aquello a partir de lo cual se desarrollan y merced a lo cual se renueva constantemente su
desarrollo; en otras palabras, la realidad subyacente a las cosas de nuestra experiencia" Qaeger,
1952: 26).
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entidad ajena, una alteridad distante del sujeto6 que asoma a partir de la segunda
persona del plural:
Nuestra actitud ante el mundo natural posee una dialéctica análoga. Frente al mar o ante una montaña, perdidos entre los árboles de un bosque o a la entrada de un valle que se tiende a nuestros pies, nuestra primera sensación es la de extrañeza o separación. Nos sentimos distintos. El mundo natural se presenta como algo ajeno, dueño de una existencia propia. Este alejamiento se transforma pronto en hostilidad. Cada rama del árbol habla un lenguaje que no entendemos; en cada espesura nos espía un par de ojos; criaturas desconocidas nos amenazan o se burlan de nosotros. (1972: 153)
En el poema "Disonancia" de Libertad bajo palabra se subraya la plenitud
("dichosos de su estar") del orbe natural frente a la inestabilidad y finitud del ser
humano en línea con la cita precedente:
Los insectos atareados, los caballos color de sol, los burros color de nube, las nubes, rocas enormes que no pesan, los montes como cielos desplomados, la manada de árboles bebiendo en el arroyo, todos están ahí, dichosos de su estar, frente a nosotros que no estamos, comidos por la rabia, por el odio, por el amor comidos, por la muerte. (Paz, 1997: 144)7
En el poema se forjan dos ámbitos: el natural y el humano ("nosotros"). El
primer ámbito es autorreferencial pues las metáforas que los refieren también
provienen de la naturaleza ("los caballos color de sol/ los burros color de nube");
esta particularidad está subrayada por los paralelismos sintácticos que se van
complejizando a partir del cuarto verso. El paralelo se enfatiza, inclusive, por la
correspondencia entre el recinto terrestre y el celestial conjugados a partir de las
metáforas o símiles: de este modo, entonces, a los caballos situados en el primer
recinto les corresponde el sol; a los burros, la nube; a las nubes las rocas. Instancia
6 La concepción de alteridad es amplia en Paz y refiere a todo lo que no constituye al sujeto;
hablando del ritmo en El arco y la lira, la expresa en los siguientes términos: "Quiero decir: [el ritmo] es la manifestación más simple, permanente y antigua del hecho decisivo que nos hace ser
hombres: ser temporales, ser mortales y lanzados siempre hacia 'algo', hacia lo 'otro': la muerte,
Dios, la amada, nuestros semejantes" (1972: 60). Acerca de esta noción, puede consultarse
Álvarez (1998: 21-22) y Rafael Jiménez Cataño (1998: 76-80 y 103-11 l); este estudioso
considera la relación entre otredad y amor, incluso analiza la otredad en algunos poemas de
Libertad bajo palabra. 7 Todas las citas se han tomado de la siguiente edición: Paz, Octavio (19972 [1996)] / 20064
reimp.) Libertad bajo palabra en Obra poética I (1935-1970). Edición del autor. México: Círculo
de Lectores - Fondo de Cultura Económica. Obras completas, t. II, pp. 20-233.
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cuyo ciclo cierra en la correspondencia entre los montes y los cielos y el reflejo
de los árboles en el arroyo. La presencia de los elementos naturales se mueve,
además, desde lo pequeño ("insectos") hasta lo más grande ("montes"); su
plenitud integradora ("todos están ahí") se opone a la alienación y ajenidad del
"nosotros" que define el recinto humano subrayado por la enumeración:
"comidos por la rabia, por el odio, / por el amor comidos, por la muerte."
En la misma sección de este poema, "Piedras sueltas", nos encontramos con
otra inflexión significativa: "Analfabeto" configura la imagen del cielo como una
instancia predilecta para representar la obliteración entre hombres y trascendencia,
pues el cielo representa esa inaccesibilidad y distancia con el sujeto, propios, por
cierto, de la modernidad (Michael Hamburger, 1991: 33 y ss):
Alcé la cara al cielo, inmensa piedra de gastadas letras: nada me revelaron las estrellas. (Paz 1997: 144)
De este poema podemos desprender otro matiz sensible en la estética de Paz. El
orbe natural está también surcado por un nivel simbólico: la "piedra" sugiere en
este poemario justamente la inaccesibilidad o el límite connotado por su dureza
en consonancia con "cielo" (significación también presente en "Cielo" y en "Ni
el cielo ni la tierra"). Acerca de la piedra, Fernando Aliata y Graciela Silvestri
comentan que siempre representó "el límite por excelencia a la invasión de la
inestable naturaleza vegetal, que devoró a tantas ciudades centroamericanas"
(2001: 19). Acerca de la estética de Paz, Carmen Ruiz Barrionuevo aclara: "la
piedra suele simbolizar en la poesía de Paz lo que impide al hombre y al poeta
realizar su creación" (1984: 67).
A partir de su presencia en la conformación de símiles y metáforas, la
naturaleza repone relieves de sugerencia que en muchas instancias contiene la
certeza de la imposibilidad de aprehensión de la realidad exterior;8 "Mediodía"
explora, justamente, la impotencia del sujeto poético:
8 Esta concepción tiene para Octavio Paz dos inferencias que se vinculan entre sí: existe la
imposibilidad de que el lenguaje exprese algún tipo de conocimiento intelectual o algún tipo de experiencia de lo sagrado (véase los capítulos "La imagen", "La otra orilla" y "La inspiración" de
El arco y la lira). La poesía, a través de la imagen, tiene la misión de trascender esta instancia (Saúl Yurkievich, 2002). Así se refiere al primer aspecto en "La inspiración": "Desde Descartes
nuestra idea de la realidad exterior se ha transformado radicalmente. El subjetivismo moderno
afirma la existencia del mundo exterior solamente a partir de la conciencia. Una y otra vez esa
conciencia se postula como una conciencia trascendental y una y otra vez se enfrenta al
solipsismo. La conciencia no puede salir de sí y fundar el mundo. Mientras tanto, la naturaleza
se nos ha convertido en un nudo de objetos y relaciones. Dios ha desaparecido de nuestras
perspectivas vitales y las nociones de objeto, substancia y causa han entrado en crisis. Ahí donde
el idealismo no ha destruido la realidad exterior -por ejemplo, en la esfera de la ciencia- la ha
convertido en un objeto, en un 'campo de experiencias' y así la ha despojado de sus antiguos
atributos" (Paz, 1972: 161).
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En mi párpado late, traspasado, el resplandor del mundo y sus espinas me ciegan, paraíso clausurado. (Paz, 1997: 43)
Y en "Duermevela", por ejemplo, la última metáfora remite a sugerencias
inaprensibles ("eres una rama blanca"):
Amanece. El reloj canta. El mundo calla, vacío. Sonámbula te levantas y miras no sé qué sombras detrás de tu sombra: nada. Arrastrada por la noche eres una rama blanca. (Paz, 1997: 55)
La imposibilidad de aprehensión de la realidad exterior (en la que se incluye a la
naturaleza) se subraya en todos los niveles del poema enfatizado a partir del
difumino o visión indefinida, instancia proporcionada ya en el título
("Duermevela"): el nivel léxico ("El mundo calla, vacío", "no sé qué") se vincula
con el semántico ("sonámbula", "sombras", "nada") y con el fónico, pues hay
una reiteración sonora que relaciona "blanca" y "nada".
La imagen que conjuga estas significaciones en Libertad bajo palabra es
el espejo, símbolo de la subjetividad, mismidad o solipsismo en que el hombre
moderno está inmerso, y la dificultad de trascender hacia lo otro; otredad en la
que está incluida la naturaleza. Uno de los modos de trasvasar esta subjetividad
va a ser el paisaje, diálogo entre el espacio y el sujeto. Retomaremos
posteriormente esta afirmación.9
En la búsqueda del vínculo entre naturaleza y sujeto, la poesía obtiene un
lugar muy especial, como indica Anthony Stanton cuando se refiere a los
primeros ensayos de Paz, la poesía es la intermediaria entre sujeto y naturaleza:
"Ya se percibe aquí una idea de la poesía como una especie de puente entre
destino y libertad, entre naturaleza y cultura, entre necesidad inconsciente y
voluntad consciente [ ... ]" (2015: 35). De este modo, en Libertad bajo palabra, la naturaleza (en la mayor parte de los casos) representa el orbe de lo auténtico y
9 Véase al respecto la siguiente cita de El arco y la lira: "El gran mito faústico de Goethe es una suerte de inmenso monólogo del espíritu occidental reflejándose interminablemente en sus propias creaciones: todo es espejo. El poeta alemán luchó toda su vida contra ese subjetivismo [ ... ]" (1972: 217). En el poema "En la calzada" de Libertad bajo palabra, se refiere una idea similar: "Muros, objetos, cuerpos te repiten./ ¡Todo es espejo!/ Tu imagen te persigue" (1997: 112). Puede leerse en esta línea el poema "El sediento". Michael Hamburger considera que el solipsismo es una de las características de la poesía moderna que parece estar impulsada hacia un narcisismo insoslayable en el cual todo elemento ajeno tiende a ser una reflexión sobre el "yo" que asume diversas "máscaras" (1991: 68-87).
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de la sencillez -tal como se expresa en "La vida sencilla" ("reír como el mar ríe,
el viento ríe, / sin que la risa suene a vidrios rotos")- y resulta ser, incluso, una
aspiración estética que manifiesta la voluntad de analogía, como se declara en
"Escrito con tinta verde": 10
La tinta verde crea jardines, selvas, prados, follajes donde cantan las letras, palabras que son árboles, frases que son verdes constelaciones. (Paz, 1997: 118)
Sin embargo, también en otras pocas oportunidades, la finitud del ser humano
se proyecta sobre el orbe natural, como en "Los novios", "Dos cuerpos", "El
sitiado", "La rama", que citamos a continuación:
Canta en la punta del pino un pájaro detenido, trémulo, sobre su trino.
Se yergue, flecha, en la rama, se desvanece entre alas y en música se derrama.
El pájaro es una astilla que canta y se quema viva en una nota amarilla. Alzo los ojos: no hay nada. Silencio sobre la rama, sobre la rama quebrada. (Paz, 1997: 58-59)
El paralelo entre las tres primeras estrofas que relatan la plenitud del pájaro y su
canto se quiebra en la última estrofa en la cual se contraponen canto / silencio y
presencia / ausencia.
"Duermevela" -analizado anteriormente- nos adelanta, además, a
partir del tópico de la mirada, la apropiación del espacio y cómo ello se traduce
en el poema. Como se sabe, la mirada (entendida como percepción,
contemplación o perspectiva) es una instancia fundamental de la construcción
del paisaje; esta construcción es subjetiva y amerita una relación entre sujeto y
espacio (Aliata y Silvestri, 1994; Collot, 201 O). En la siguiente cita, Paz explicita
esta relación dando cuenta de que hay "instantes" 11 en los que se concreta una
correspondencia entre sujeto y naturaleza otorgada por el ritmo:
10 Otros poemas en los que se expresan las mismas impresiones son "Primavera a la vista", "Vida
entrevista", "Elogio" y "Estrella interior". 11 Véase la siguiente frase proveniente de El arco y la lira: "la función más inmediata de la poesía,
lo que podría llamarse su función histórica, consiste en la consagración o trasmutación de un
instante, personal o colectivo, en arquetipo" (1972: 224).
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También puede ocurrir lo contrario: la naturaleza se repliega sobre sí
misma y el mar se enrolla y se desenrolla frente a nosotros, indiferente; las
rocas se vuelven aún más compactas e impenetrables; el desierto más vacío
e insondable. No somos nada frente a tanta existencia cerrada en sí misma.
Y de este sentirnos nada pasamos, si la contemplación se prolonga y el
pánico no nos embarga, al estado opuesto: el ritmo del mar se acompasa al
de nuestra sangre; el silencio de las piedras es nuestro propio silencio; andar
entre las arenas es caminar por la extensión de nuestra conciencia, ilimitada
como ellas; los ruidos del bosque nos aluden. Todos formamos parte de
todo. El ser emerge de la nada. Un mismo ritmo nos mueve, un mismo
silencio nos rodea. Los objetos mismos se animan [ ... ]. Ese instante revela
la unidad del ser. Todo está quieto y todo en movimiento. La muerte no es
algo aparte: es, de manera indecible, la vida. La revelación de nuestra nadería
nos lleva a la creación del ser. Lanzado a la nada, el hombre se crea frente a
ella. (1972: 153-154)
Esta correspondencia entre sujeto y naturaleza encuentra una denominación en
los nuevos enfoques paisajísticos: las nociones de jardín y paisaje. En la poética
paciana se trata de instancias separadas cuya distancia se intenta suturar a partir
de las categorías del paisaje y del jardín. Desde teorías actuales, dichas nociones
enriquecen la lectura de la poética del espacio paciana, en la que aspiran a
consolidar la voluntad de analogía propia de su estética.
Jardín, paisaje y la búsqueda de la armonía universal
Paisaje es la naturaleza que se revela
estéticamente a quien la observa con
sentimiento
Joaquim Ritter
En primer lugar, es importante tener presente que la noción de paisaje es
interdisciplinaria y, en segundo lugar, y justamente por esta característica,
problemática en su disquisición ( Carlos Reboratti, 2016) .12 Sin embargo, existe
un punto importante de encuentro entre las diversas disciplinas que atraviesan la
definición de paisaje desde distintas perspectivas: el paisaje es concebido como
12 Si bien el paisaje es la relación entre los humanos y la naturaleza, "una práctica de diálogo" entre naturaleza y subjetividad, paisaje y naturaleza son, como se sabe, dos conceptos diferentes (David Hays, 2016: 45). Esta particularidad también se manifiesta en Octavio Paz, cuestión dirimida en el presente artículo. La bibliografía sobre paisaje es abundante; pueden consignarse, sin embargo, los siguientes textos para poder apreciar una síntesis de las tendencias (además de los que citamos en la bibliografía de este artículo): Berque, Augustin (2008), Le pensée paysagere. Paris, Archibooks (la traducción al español corresponde al año 2013: El pensamiento viajero. Madrid, Biblioteca Nueva); Cauquelin, Anne (2010), L'invention du paysage. Paris, PUF; Roger, Alain (1997), Court traité du paysage. Paris, Gallimard (hay traducción al español del año 2007: Breve tratado del paisaje. Madrid, Biblioteca Nueva).
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una construcción que involucra percepción, concepción y acción, instancias que
constituyen una estructura de sentido, una formulación cultural (Ida Ferreira
Alves y Marcia Miguel Feitosa, 2010: 7-8).
En cuanto al vínculo entre literatura y paisaje, existen dos líneas
abordadas por las estudiosas brasileras Ida Ferreira Alves y Marcia Miguel Feitosa
y por el francés Michel Collot; los teóricos mencionados revisan esta relación a
partir de la concepción de que los textos literarios son lugares donde se habita y reflexiona cultural, social y estéticamente. Este aporte no se reduce a aplicar
simplemente las categorías, sino que nos permite ahondar la línea de
problematización del paisaje como un proceso cultural, producto de un modo
de ver, constituir o destituir identidades y confrontar subjetividades a partir de
las tensiones entre adentro y afuera, mismidad y alteridad (Ferreira Alves y Miguel Feitosa 2010: 8). Los autores coinciden también en que el denominado
"giro espacial o geográfico" se debe, en parte, a la emergencia de diversos
problemas de índole ecológico. En este contexto, además, el valor del paisaje
consiste en que es tanto un patrimonio natural como social y cultural donde se
invisten (confieren) valores éticos, estéticos y simbólicos. Frente a una
uniformidad emergente de la globalización del planeta, se pone en valor, por lo
tanto, la escala local y regional, ámbito en el cual los paisajes aparecen como la
expresión de la diversidad natural y la garantía de las identidades culturales
amenazadas (Collot, 2011: 9-10). A partir de su multidimensionalidad, el paisaje
se exhibe como una esfera de interacción entre naturaleza y cultura, tiempo y
espacio, nivel económico y simbólico, sujeto y sociedad y, por ello, se trata de un
hecho de la civilización o una práctica cultural (Collot, 2011: 11, Aliata y Silvestri, 1994). Nos interesa revisar las categorías mencionadas en cuanto
enriquecen las lecturas que se desprenden de la presencia del paisaje (y dentro de
esta la del jardín) en la estética de Octavio Paz.
Por su parte, el jardín constituye una sinécdoque de la concepción sobre
el paisaje al ser altamente significativo para revisar las vías de intelección del
mundo natural, es decir, condensa los valores depositados en formas de vida
ajenas al hombre (Aliara y Silvestri, 2001: 18). El jardín, como el paisaje, es una
figura de la naturaleza (Silvestri, 2011: 20) en tanto se diseña a partir de
convenciones de representación (Aliata y Silvestri, 2001: 20). Es en el siglo XVIII
cuando el jardín, de larga trayectoria occidental, comienza a concebirse como la
representación o imitación perfecta de la naturaleza, imagen imbuida de los
valores de armonía que durante siglos habían informado sólo a los lugares
humanos en oposición al caos de la materia informe. Estos valores, asimismo, se
trasladarán a lo que se definirá pocos decenios después como paisaje (Aliara y
Silvestri 1994: 7) y son ellos los que nos interesan de modo particular pues se
relacionan con la visión analógica que intenta construir Paz en sus propios
jardines literarios para contrarrestar la alienación y carácter efímero del sujeto
moderno. Además, por cierto, el tópico del jardín tiene una larga tradición
entramada en una serie heterogénea de significaciones. Sus prácticas y su
teorización se enlazan, como se sabe, con las disciplinas dedicadas al paisaje; a
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La visión de ambos novelistas no se apoya en el paisaje; el paisaje es el que
se sustenta en la visión poética. El espíritu sostiene a la piedra y no a la inversa. El paisaje no aparece como fondo o escenario; es algo vivo y que asume mil formas; es un símbolo y algo más que un símbolo: un interlocutor
y, en fin, el verdadero protagonista del relato. Un paisaje no es la descripción, más o menos acertada, de lo que ven nuestros ojos sino la revelación de lo que está atrás de las apariencias visuales. Un paisaje nunca está referido a sí mismo sino a otra cosa, a un más allá. Es una metafísica, una religión, una idell del hombre y el cosmos. (19676: 17; las cursivas son mías)
Con esta significación reaparece el páramo en algunos poemas de Libertad bajo palabra que retoma, además, un tema muy apreciado por Octavio Paz, el de la
soledad; por ejemplo, en "Cuerpo a la vista": "como la sombra del águila la
soledad del páramo" (1997: 116). En "El cántaro roto" asistimos nuevamente a la tensión entre la
naturaleza, que aparece a través de sus "jardines" ordenados y plenos, y la
experiencia de ajenidad y soledad del sujeto poético rodeado de sequía,
desacralización y secularización. Citamos sólo un fragmento como muestra:
Abrí los ojos, los alcé hasta el cielo y vi cómo la noche se cubría de estrellas.
¡Islas vivas, brazaletes de islas llameantes, piedras ardiendo, respirando, racimos de piedras vivas,
cuánta fuente, qué claridades, qué cabelleras sobre una espalda obscura, cuánto río arriba, y ese sonar remoto de agua junto al fuego, de luz contra
sombra! Harpas, jardines de arpas.
Pero a mi lado no había nadie. Sólo el llano: cactus, huizaches, piedras enormes que estallan bajo el sol. No caneaba el grillo, había un vago olor a cal y semillas quemadas, las calles del poblado eran arroyos secos y el aire se habría roto en mil pedazos si alguien hubiese gritado: ¿quién
vive?
Cerros pelados, volcán frío, piedra y jadeo bajo tanto esplendor, sequía, sabor de polvo,
rumor de pies descalzos sobre el polvo, ¡y el pirú en medio del llano como surtidor petrificado!
(Paz, 1997: 213-214)
Esta situación se revierte probablemente en "Piedra de sol", que retoma la idea
del poeta como fuente o manantial; aspiración presente, por ejemplo, en "La
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construye el sujeto poético vinculando, además, espacio y memoria. El paisaje se
presenta, por su parte, como el ámbito de la conciliación entre el "yo" y la
orredad pues es un símbolo o revelación del sujeto poético exhibido en la materialidad del espacio; entre el interior y el exterior. En el caso de Paz, el
páramo representa el silencio, una instancia de la creación poética (la anterior a
la inspiración) y la soledad.
La cosmovisión analógica tiñe, entonces, las configuraciones del jardín y
del paisaje pacianos intentando conciliar e impulsados a suturar la dicotomía
naturaleza-cultura, la separación entre el orbe natural y el hombre, entre sujeto
y otredad. El tratamiento del paisaje aporta, también, a la organicidad de la obra
de Octavio Paz al relacionarse con esta cosmovisión analógica. Sus lineamientos
y teorizaciones trazan en él (en el paisaje) el ámbito que, en exclusividad, intentan
la fatigosa tarea de reponer la perdida armonía en la modernidad (Aliata y
Silvestri, 1994). El emergente resulta ser una de las estéticas más escrupulosas,
sutiles y valiosas de la poesía hispanoamericana.
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