memorias de los niños del exilio
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Bilbao’La Federación de Euskadi de Niños Evacuados el 37 ha de junio el 60 aniversario de la salida de cerca de 32.000 organizado diversos actos para conm em orar el próxim o 1 niños vascos hacia el exilio entre mayo y junio de 1937.
Memorias de los niños del exilioRoberto Ruíz de Huydobro
E^ STAMOS en 1937,
en plena guerra civil española. El bom-
J bardeo de Gernika y la caída de los primeros obuses sobre Bilbao alertan a cientos de familias vascas sobre el futuro de sus hijos. A nte la existencia de un peligro más que inminente, deciden mandar a sus niños hacia la seguridad que representaban el resto de países europeos. E ra preferible separarse de sus hijos antes que verles sufrir las calamidades de la contienda.
El encargado de organizar aquella evacuación fue el G obierno vasco, a través del departam ento de Asistencia Social, cuyo consejero era entonces Juan Gracia. Los niños vascos que tuvieron que abandonar su tierra natal para dirigirse hacia otros países europeos fueron alrededor de 32.000. Francia acogió a unos 22.500; G ran Bretaña a 4.000, Bélgica a 3.500, la entonces URSS a L500. Suiza a 250 y Dinamarca a 150.
La mayoría de aquellos niños exiliados, excepto los que llegaron a la URSS, regresaron a sus lugares de origen dos años después. O tra guerra, la segunda mundial, iniciada como contienda europea en 1939, aceleró el regreso, roeos no regresaron, pero hubieran sido mucho más si la segunda guerra mundial no estalla.
Bastantes años después, en agosto de 1986, se crea en Bilbao la Asociación de Niños Evacuados el 37. presentada públicamente el 31 de octubre de ese mismo año en un acto celebrado en la capital vizcaina
en el que estuvo presente José M.® Leizaola, que, siendo consejero de Cultura del Gobierno vasco en 1937, tomó parte activa en la organización de la evacuación. Esta asociación se gesta para impulsar la conmemoración del 50 aniversario de la evacuación de 1937, cuya celebración se produce el 24 de mayo de 198/ en Euba (Vizcaya) con la presencia de V. La- súen, delegado de la Consejería de Cultura del Gobierno vasco.
En un principio, esta asociación agrupa a evacuados vizcaínos, alaveses y guipuzcoa- nos. En 1990, los miembros alaveses crean su propia asociación para la provincia de Alava y los guipuzcoanos una asociación para Guipúzcoa. U n año
Niños evacuados en 1937
después nace la Federación de Euskadi de Niños Evacuados el 37 para agrupar a las tres asociaciones citadas. Los objetivos de los 1.023 socios integrados en esta federación son ios siguientes: escribir y difundir la historia de la evacuación de los niños vascos durante la guerra civil; organizar viajes colectivos que rem em oren la estancia de aquellos niños en los países anfitriones; hom enajear, como forma de agradecimiento, a las personas y a los países que trabajaron para ellos; y prom over el reencuentro de todos aquellos niños.
E ntre lo ya hecho para lograr estos objetivos está la edición de los libros «La generación del exilio», «Album histórico» y «Niños Vascos Evacuados a
G ran Bretaña 1937-40», escritos por Gregorio A rrien, la celebración de una fiesta anual conmemorativa y la organización de viajes a los países que acogieron a niños vascos.
Entre lo pensado para llevar a cabo en el futuro está la conmemoración el próximo 1 de junio del 60 aniversario de la evacuación de 1937. Las actividades que se han organizado para ello son las siguientes: una exposición de fotografías y documentos, entre el 20 y el 3 l de mayo en el Centro Cívico de la Bolsa; una excursión a Aranza- zu, donde se celebrará una m isa por quienes fueron niños evacuados y ya no viven; una fiesta a celebrar el 1 de junio en Loyola, en la que se hom enajeará a Rosa Trabanco, que
cumple cien años y fue auxiliar en la colonia francesa de Chan- tilly; viajes a La RocheUe, isla de Oleron, Burdeos y París; visitas al País Vasco de evacuados que actualmente residen en Gran Bretaña y Bélgica; y la edición de un libro sobre los niños evacuados a Francia y Bélgica, cuyo texto está siendo preparado por el historiador Jesús J. Alonso Carballés y que estará en las librerías a finales de este año.
Cada uno de aquellos niños, que hoy superan los sesenta años, tendrían algo diferente que contar. Sirva el testimonio de A ntonio M untion. presidente de la Asociación, como muestra del recuerdo de un acontecimiento que marcó la vida de muchas personas. Según este bilbaino que en 1937 tenía 10 años, «siendo niño no sabes m uy bien lo que significa marcharte a otro país. Después, al rememorarlo, sí. Yo estuve en el pueblo belga de Eupen, en una casa particular. Un hermano mío, mayor dos años, salió de España conmigo y también fue a Eupen, pero no al mismo domicilio que yo. A l ver que nuestra vida había mejorado, lo asumimos bien, pero cuando la guerra europea se mascaba, en 1939, y cuando me dieron la posibilidad de volver, yo decidí regresar. M i hermano había muerto en un accidente de circulación y a m í me tiraba m ucho la añoranza de m i familia y de m i tierra. Pero yo no sabía las dificultades que iba a encontrar a la vuelta, y el cambio de bien a mal fue m uy triste».
La Federación de Euskadi de Niños Evacuados el 37 tiene su sede en la calle H urtado de Amézaga, n.°27, Su teléfono es el 4100944.
«La Guerra» de Otto DixAlicia Fernández
L
«Muerto en la zanja». Otto Dix
A exposición de la serie grabados «La G uerra» de O tto Dix
^ presentada en el G ernika M useoa se incluye dentro de los actos program ados para conm em orar el 60 Aniversario del Bom bardeo de G ernika celebrado en la villa el pasado día 26 de abril. La m uestra, comisariada por el catedrático de H istoria del A rte Kosme de Barañano, reúne el conjunto de 50 estampas del )intor alemán procedentes de a colección privada de A m e
llé I. Ziersch. M ediante el estupendo m ontaje expuesto el espectador tom a contacto d irecto con una de las obras geniales de ia gráfica del siglo XX, sólo comparable en calidad a «Los Desastres» de Francisco de Goya de los cua-
les se exponen cuatro ejem plos comparativos.
O tto Dix (1891-1969) publicó la serie en 1924 después de vivir personalm ente el horror del conflicto bélico. D urante cuatro años se alistó como voluntario en !a artillería de cam paña de la Prim era G uerra M undial recorriendo frentes y destinos. Fue un tiempo en el que el artista tom ó nota de cuantos episodios estreme- cedores ocurrían a su alrededor a través de apuntes y dibujos recogidos en las denom inadas por Hans Kinkel «Actas del infierno». Por ello, las imágenes registradas a pie de guerra constituyen un testimonio real y un dramático diario de tan nefasta experiencia que el artista logra trasladar a sus obras. La muerte, la crueldad y la sinrazón de la contienda se m uestran en cada grabado con
la máxima expresividad.Son las sombras de la bata
lla, las ruinas y la desolación que acompañan a la barbarie. Noches de fuego y metralla, alambradas y fosas comunes donde se am ontonan los cuerpos destrozados que componen los escenarios del miedo y el terror. Algo que G ernika sufrió en su propia piel cuando los bom barderos arrasaron to talm ente la villa foral. O tto Dix se adelanta a los sucesos con esta serie de grabados aunque su mensaje sobre la guerra, de entonces y de ahora, sigue vigente como reflexión sobre las causas que originan los continuos enfrentamientos y conducen a la aniquilación de los hombres. Es una lección moral tan real como actual que se siente próxima en la visión de la exposición.
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