memoria palestina
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MEMORIA PALESTINA
Relatos periodísticos sobre el conflicto palestino-israelí basados en las narrativas de palestinos
inmigrantes refugiados en Bogotá.
INGRID NATALIA PERDIGÓN BELTRÁN
Trabajo de grado para optar por el título de Comunicador Social con énfasis en
Periodismo
Claudia Pilar García
Directora de Tesis
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Carrera de Comunicación Social
Bogotá, 2014.
ARTÍCULO 23
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de
grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo
no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar
la verdad y la justicia”.
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AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a todas las personas que por más de año y medio me escucharon quejarme de mi tesis.
Agradezco sobre todo a las personas que me motivaban a seguirla haciendo pese al interminable trabajo
que, en un principio, sugería el tema. El desarrollo del cual hubiera sido imposible sin la confianza que
me brindó mi querida directora, Pilar García, que creyó en mí y en el tema desde que le hablé sobre él.
Asimismo a la profesora Catalina Montoya, que me apoyó en las clases de Proyecto I y II, y quien ya no
nos acompaña en la Facultad de Comunicación de la PUJ.
En ese orden, esta investigación tampoco hubiera visto la luz sin la ayuda y disposición de los cuatro
palestinos protagonistas de los relatos: Haná, Said, Ramez y Maher, quienes me contaron sus vidas y me
permitieron trasmitirla al mundo a través de estas páginas. A la vez, nunca hubiera llegado a ellos sin la
colaboración de Felipe Medina, de la Unidad Colombo Palestina, que pese a su estadía en Egipto me
ayudó a contactarme con ellos. También al grupo de mujeres musulmanas de la mezquita Al-Qurtubi en
Bogotá, las que alguna vez me dijeron “que este periodismo sí les gusta”. Y al profesor Víctor de Currea,
de la Facultad de Relaciones Internacionales, por sus asesorías y por haber impulsado en 2013 la primera
Semana Árabe en la Javeriana.
Esta tesis hace mucho dejó de ser un requisito de grado y se convirtió en mi esperanza y en una suerte
de ayuda para que muchas personas conozcan la causa palestina y apoyen la creación de lo que siempre
ha tenido que ser un verdadero estado palestino.
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Un día volveremos, como el viento, a nuestras casas.
Mahmud Darwish
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TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................... 12
1. MARCO TEÓRICO .................................................................................................................................... 16
1.1. Narrativas .............................................................................................................................................. 16
1.2. Relatos ................................................................................................................................................... 19
1.2.1. Identidad narrativa ............................................................................................................................. 23
1.3. Comunicación ........................................................................................................................................ 25
1.4. Memoria ................................................................................................................................................ 26
1.5. Inmigrantes refugiados ......................................................................................................................... 28
1.5.1. Concepto de refugiado ....................................................................................................................... 29
1.5.2. Concepto de inmigrante ..................................................................................................................... 30
2. MARCO METODOLÓGICO ....................................................................................................................... 32
2.1. Modalidad de trabajo ............................................................................................................................ 32
2.2. Línea de investigación ........................................................................................................................... 32
2.3. Aproximación general ........................................................................................................................... 33
2.4. Tipo de enfoque .................................................................................................................................... 33
2.5. Métodos cualitativos ............................................................................................................................. 33
3. LOS RELATOS ........................................................................................................................................... 36
3.1 Prólogo: La cuestión palestina ............................................................................................................... 36
3.2 El relato de Said: Los Derechos Humanos existen para otras naciones, pero no para los palestinos ... 48
3.3 El relato de Ramez: No podemos llegar a Palestina por avión porque los judíos ni siquiera nos dejan
entrar ..................................................................................................................................................... 55
3.4 El relato de Hana: Una lluvia de balas ................................................................................................... 61
3.5 El relato de Maher: Y si muriera en mi propia causa, lo haría con orgullo ............................................ 65
4. HALLAZGOS Y CONCLUSIONES ............................................................................................................... 68
4.1. Hallazgos ............................................................................................................................................... 68
4.2. Conclusiones ......................................................................................................................................... 70
5. BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................................ 73
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INTRODUCCIÓN
La creación del Estado de Israel en 1948 se dio a través del despojo sistemático de las tierras del pueblo
palestino, la expulsión forzada de sus habitantes y la destrucción de sus aldeas. 66 años después el
panorama no ha cambiado y el conflicto parece no tener fin. La limpieza étnica de Palestina a manos del
Sionismo, el movimiento nacionalista judío, ha dejado más de seis millones de refugiados con escasas y
remotas posibilidades de volver a sus tierras, asentamientos ilegales de colonias judías que se convierten
día a día en crímenes de guerra, un problema no resuelto de las líneas de armisticio y un muro de más de
ocho metros de altura que acentúa la segregación. En noviembre de 2012, Gaza fue llamada por Noam
Chomsky “la cárcel al aire libre más grande del mundo” y la esencia del conflicto palestino-israelí no es
otra que la ocupación.
Uno de los principales puntos de la agenda palestina son los refugiados. Detrás del poder militar y
económico israelí, del apoyo del gobierno de Estados Unidos y de los intereses de una comunidad
internacional indiferente están las miles de víctimas de cada día y los sobrevivientes que se debaten
entre quedarse en sus tierras ancestrales, dejarlo todo para huir a los países árabes vecinos (también en
guerra) o emprender un camino incierto a cualquier lugar. De esta forma, el conflicto constituye el
problema de refugiados mayor y más prolongado del mundo.
Según los datos oficiales de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos) en
mayo de 2005 los refugiados palestinos eran exactamente 4.255.120. La escalofriante realidad palestina
ha llevado a que tres cuartas partes de su pueblo esté en condición de desplazamiento. Estas cifras,
proporcionadas por la publicación Forced Migration Review del Centro de Estudios sobre Refugiados del
Departamento de Desarrollo Internacional de Oxford, concluyen que aproximadamente uno de cada tres
refugiados en el mundo es palestino, más de cuatro millones de ellos en Oriente Medio y muchos otros
dispersos por el mundo. Una cuarta parte de los cuales se quedaron en Israel y se convirtieron en
“refugiados del interior”. Nur Masalha utiliza el término “los ausentes presentes” para referirse
actualmente a más de cuatro millones de personas en Gaza y en Cisjordania.
Las cifras otorgadas en 2010 por la Autoridad Nacional Palestina estiman que el número de palestinos en
el mundo es de 10’972.158, de los cuales 626.824 (5,7%) se encuentran en países extranjeros, diferentes
a Israel y a países árabes. De este porcentaje algunos llegaron a Colombia por diferentes motivos y
vieron en el país una tierra de oportunidades económicas y refugio contra el conflicto.
Con el tiempo, la guerra en Palestina se ha transformado y las personas que se establecieron en
Colombia continúan haciendo parte de los actores del conflicto, conservan su nacionalidad y reconocen
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su tierra. La gran mayoría no llegó al país bajo el estatuto de refugiados de la ONU y no son denominados
como tal por el ACNUR, pero los que pertenecen a la primera generación sí salieron de sus tierras a causa
de la violencia y no vuelven definitivamente a Palestina porque no pueden y porque las condiciones en
las que se encuentran aquí son relativamente mejores que las que se viven allá.
Como se justificará en el marco conceptual, ellos conformarán la categoría de inmigrantes refugiados.
Con suerte han podido regresar por periodos de tiempo para visitar a sus familias y darse cuenta de la
cronicidad del conflicto.
En cuanto a los palestinos de segunda generación, es decir los que nacieron aquí, han vivido en tierras
palestinas con el fin de conservar el idioma, la religión y la cultura. Sus narrativas, relatos y memoria
representan una parte importante dentro del entramado ya reconocido de los sucesos, y como
población constituyen el eje principal del presente trabajo de grado, que pretende revalorar las fuentes
subjetivas de la historia y convertirlas en un aporte que genere una reconstrucción del conflicto desde el
periodismo.
La realización de este trabajo se justifica a partir de su actualidad, originalidad y relevancia teórica y
aplicada. Esta investigación enlaza el recorrido histórico de 66 años de conflicto palestino-israelí con la
propuesta de una denominación para los palestinos residentes en Colombia bajo la categoría de
‘inmigrantes refugiados’, y además resalta la importancia de la memoria palestina a través de la
construcción de relatos sobre el conflicto. Por tanto, esta nueva perspectiva así propuesta se sustenta en
la idea de que el problema de los refugiados palestinos es uno de los centros de análisis después de la
ocupación israelí y es uno de los ejes principales dentro de la cronicidad del conflicto; en suma, en
Colombia no se ha desarrollado hasta ahora una investigación sobre la memoria de la comunidad
palestina y su papel como actores del conflicto. De hecho, es difícil estimar una cifra de palestinos en
América y mucho más en Colombia porque no todos han sido reconocidos como refugiados por los
organismos encargados, porque se les ha tomado como inmigrantes simplemente, y también porque el
país tiene un problema muy grande de desplazados internos que centra toda la atención de organismos
como el ACNUR.
El hecho de que no exista una propuesta que trabaje el conflicto palestino – israelí desde las víctimas que
por diversas razones se han establecido en un país tan apartado demuestra que realizar este proyecto de
grado desde esta parte del mundo y con los objetivos propuestos es un aporte interesante para el
periodismo. Todas las entrevistas realizadas, los testimonios conseguidos y la inmersión dentro de la
cultura musulmana y palestina en Bogotá van a generar un aporte al campo del periodismo y la
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comunicación pues el problema de la información es tan importante como el fracaso de la causa
palestina, y la reivindicación de mitos como ‘judío víctima – árabe terrorista’ solo se logra a través de la
construcción de información. El producto final busca reconstruir el conflicto palestino – israelí como un
proceso en el que las narraciones permiten identificar lo particular de cada experiencia. A través de su
marco de referencia de lo vivido y lo aprendido, esta población muestra la humanización del conflicto.
El cual es considerado de eterna actualidad. La coyuntura más próxima dentro de la política mundial data
del 29 de noviembre de 2012, cuando el territorio palestino fue reconocido como ‘Estado observador no
miembro’ de la Asamblea General de Naciones Unidas, después de las votaciones en las que 138 países
se pronunciaron a favor, nueve en contra y en donde hubo 41 abstenciones.
Esta resolución significa para Palestina el reconocimiento de la soberanía de sus territorios ancestrales,
ocupados por Israel desde 1967; también expresa una esperanza de que el Consejo de Seguridad de la
ONU la admita como Estado de pleno derecho, solicitud presentada en septiembre de 2011. La
legitimidad de la lucha palestina se renueva con esta decisión que refleja una comunidad internacional
preocupada por la situación de Oriente Medio y plantea la urgente necesidad de poner fin a estos
conflictos.
Con el estatus de Estado observador, Palestina podría formar parte de organizaciones y tratados
internacionales como la Corte Penal Internacional y denunciar a Israel por más de seis décadas de
ocupación.
Por esta razón, el lector encontrará capítulo a capítulo cómo se llegaron a construir relatos a partir de las
narrativas de los palestinos inmigrantes refugiados en Bogotá sobre el histórico conflicto por la
ocupación israelí.
Como primera aproximación, el lector encontrará desarrollados en el marco teórico los conceptos
ricoeurianos de narrativas y relatos, una mirada de la comunicación como mediadora de este proyecto
desde los postulados de Jesús Martín-Barbero, una aproximación al concepto de memoria y conflicto, y
la formulación de la categoría inmigrante refugiado, para designar así a los protagonistas de cada
narración.
El modus operandi es explicado en el segundo capítulo, que recoge en el marco metodológico cómo fue
la realización de esta monografía de producto, sus métodos de producción, las fuentes trabajadas, la
línea de investigación a la que pertenece de acuerdo a la Facultad de Comunicación de la PUJ, y cómo a
través de la entrevista como práctica profesional del periodismo se llevó a cabo este estudio.
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Los cinco relatos, resultado y propuesta del producto narrativo, conforman el tercer capítulo. El cual,
acompañado de una suerte de prólogo y de fotografías de los protagonistas, transportará al lector a la
realidad palestina revalorando así las fuentes subjetivas de la historia.
En definitiva, el capítulo 4, hallazgos y conclusiones, permite un abordaje local de la colonia palestina en
Bogotá y recoge los puntos más importantes que dejaron largos meses de trabajo de campo e
investigación. Toda esta soportada en las referencias del material bibliográfico citado en el capítulo final
del proyecto.
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1. MARCO TEÓRICO
Las categorías que se presentan a continuación desarrollan en el primer marco las bases conceptuales
para entender el producto final: los relatos palestinos. Narrativas y relatos, entendidos desde los
postulados del filósofo francés Paul Ricoeur y del estadounidense Hayden White, resaltan la importancia
narrativa de representar “lo que realmente sucedió” y su aura de historicidad.
La comunicación, que cuenta y da cuenta de lo que somos, es comprendida desde la óptica de Jesús
Martín-Barbero como mediadora de los procesos sociales, que en esta ocasión entran en juego con la
siguiente categoría del marco, la de memoria, que retoma los postulados de la sociología francesa y
centra toda su atención en Maurice Halbwachs.
Por último, el marco teórico concluye con el abordaje sobre los inmigrantes y los refugiados. Este par de
conceptos y sus diferencias de hecho son explicadas, para finalmente concluir que no se pueden
entender por separado.
1.1. Narrativas
La narrativa es una forma de discurso para representar acontecimientos históricos, sus objetivos
primarios pueden ser “describir una situación, analizar un proceso histórico o bien contar una historia”
(White, 1992, p. 42). En el desarrollo de este capítulo, me centraré en la historia contada en la narrativa
como mimesis de una historia vivida.
Para empezar hay que puntualizar en el verbo narrar, que es “decir quién ha hecho qué, por qué y cómo,
desplegando en el tiempo la conexión entre estos puntos de vista” (Ricoeur, 1996a, p. 146). Es
importante considerar la narración, en términos ricoeurianos, como el «guardián del tiempo», ya que no
existiría tiempo pensado si no fuera narrado.
Las narrativas históricas, a las que haré referencia, no solamente registran lo que sucedió, también
redescubren los acontecimientos pasados o presentes; no son solo la imagen de quien habla, son
además “un índice del tipo de acciones que producen el tipo de acontecimientos que deseamos
denominar históricos” (White, 1992, p.188). En las narraciones propuestas se describe a los
protagonistas, quienes hablan de su pasado y presente, y se explica el proceso histórico del conflicto, con
el fin de relatar toda una historia vivida y de redescubrir los sucesos.
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Para Ricoeur, lo que diferencia los acontecimientos históricos de los acontecimientos naturales es su
estructura narrativa, dicha estructura es la misma del discurso narrativo. Los acontecimientos históricos
son el resultado de querer dotar al mundo de significado y “pueden representarse de forma realista en el
discurso simbólico, porque estos acontecimientos son en sí mismos de naturaleza simbólica” (White,
1992, p.188).
Por su parte, el conflicto palestino-israelí cuenta con numerosos acontecimientos y, al igual que otros
hechos históricos, tiene una estructura narrativa. En esta ocasión, se trabajará únicamente con los
sucesos que permiten el entendimiento de los relatos, pues la historia de los hechos está supeditada a
las narraciones palestinas.
En cuanto a la narrativa histórica, ésta tiene como objeto inmediato los acontecimientos ya definidos
como históricos y va más allá de una somera descripción, pues lo que realiza es un acto de creación.
El discurso narrativo permite a las expresiones convertirse en acciones y transformar así la realidad o el
entorno. “Sólo este modo de discurso es adecuado para la representación de la experiencia de la
historicidad de una forma que es literal por cuanto informa de acontecimientos específicos, y figurativa
por cuanto sugiere sobre el significado de esta experiencia.” (White, 1992, p. 187) Es decir, que los
acontecimientos sucedieron en realidad y, que a la vez, sugieren una significación del tiempo y del
relato. En la investigación propuesta el discurso narrativo informa puntualmente sobre el conflicto y
sugiere a la vez lo que significa dentro de la memoria palestina.
White retoma a Ricoeur en su planteamiento sobre el discurso histórico, entendido como una
representación literal del contenido de un drama intemporal: el de la humanidad enfrentada a la
experiencia del tiempo. “El discurso histórico es una muestra privilegiada de la capacidad humana de
dotar de significado a la experiencia del tiempo, porque el referente inmediato (la Bedeutung) de este
discurso son acontecimientos reales en vez de imaginarios” (White, 1992, p. 183).
En nuestro caso y a diferencia de los relatos de ficción, no se pueden inventar los acontecimientos que
vivieron estos personajes en Palestina; se alude en cambio al otro sentido de la invención, se habla
entonces de «hallar» los acontecimientos o «descubrirlos», trabajo del historiador y también del
periodista. A través del discurso histórico no se busca simplemente registrar lo ocurrido pues éste
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“elabora el material dado en la percepción y la reflexión, lo moldea y crea algo nuevo” (White, 1992,
p.188): los relatos.
En el caso de los relatos que simplemente cuentan algo, es importante no confundirlos con las narrativas
históricas, pues estos “carecen de la «referencialidad secundaria» de las narrativas históricas, la
referencia indirecta a la «estructura de temporalidad» que da a los acontecimientos relacionados en el
relato el aura de «historicidad»” (White, 1992, p. 181, 182).
“La temporalidad es una estructura de la existencia –una forma de vida– que accede al lenguaje
mediante la narratividad, mientras que ésta es la estructura lingüística –el juego del lenguaje– que tiene
como último referente dicha temporalidad. La relación, por tanto, es recíproca.” (Ricoeur, 1999, p. 183).
En cuanto a su relación con la función narrativa, “no sólo contribuye a distinguir la intratemporalidad del
tiempo lineal, sino que participa en el movimiento de profundización que nos lleva del «estar en el
tiempo» a la historicidad.” (Ricoeur, 1999, p. 185).
Para entender la referencialidad secundaria de las narrativas históricas, se dice que es “la estructura de
temporalidad que da a los acontecimientos relacionados en el relato su aura de historicidad” (Corcuera,
1997, p. 342), es decir, su experiencia en el tiempo. “Por «referencialidad secundaria» Ricoeur designa la
doble naturaleza de todo acto simbólico, el hecho de que expresa literalmente una cosa y otra
figurativamente.” (White, 1992, p. 182)
En las historias narradas se evidencian dos clases de tiempo. “Por una parte una sucesión discreta,
abierta, y teóricamente indefinida de sucesos; [...] por otra parte, la historia narrada presenta otro
aspecto temporal caracterizado por la integración, la culminación y la clausura, gracias a la cual la
historia recibe una configuración.” (Ricoeur, 2006, p. 11) Ricoeur caracteriza la historia narrada como
una totalidad temporal y el acto poético como una mediación entre el tiempo como flujo y el tiempo
como duración, y puntualiza en este mismo ensayo que el tiempo es a la vez lo que pasa y escapa, y, por
otra parte, lo que dura y permanece.
En las historias que se narran en el producto hay una serie temporal de sucesos, definida por los
acontecimientos sociales y políticos que afectaron entonces y repercuten todavía en la vida de los
palestinos. Es así como se articulan dichos procesos con la configuración interna de cada relato,
desvelada por la trama.
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“El tiempo se hace tiempo humano en cuanto se articula de modo narrativo; a su vez, la narración es
significativa en la medida en que describe los rasgos de la experiencia temporal” (Ricoeur, 1995, p. 39). El
tiempo se significa al ser articulado en una narración.
Dentro de las líneas directrices de la teoría de la narración, concordancia y discordancia, Paul Ricoeur
explica la primera de estas como el principio de orden que rige la disposición de los hechos,
caracterizándola a través de la completud, la totalidad y la extensión apropiada. La completud, continúa
el autor, es la unidad de la composición, la interpretación de una parte que se subordina al todo. El
conjunto de la obra es aquello que tiene comienzo, medio y fin, en virtud de la composición poética; y la
extensión es la acción que tiene un contorno, un límite y una extensión en la trama que posibilita la
transición.
En su ensayo sobre la identidad narrativa, el filósofo señala que la extensión solo puede ser temporal
pues la transición necesita desarrollarse en el tiempo, el tiempo de la obra, no el tiempo de los
acontecimientos del mundo.
En cuanto a la discordancia aparece como un «giro», son “los trastocamientos de fortuna que hacen de
la trama una transformación regulada, desde una situación inicial hasta otra terminal” (Ricoeur, 1996a,
p. 139,140). Al hablar sobre la contingencia, ésta es entendida como la propiedad de un acontecimiento
de poder haber sido otro o incluso de no haber sido en modo alguno; y finaliza con la conceptualización
de la configuración, la cual se entiende como el arte de la composición que media entre la concordancia
y la discordancia y que regula la forma móvil de la trama (Ricoeur, 1999, p. 219, 220).
Hace algunas líneas se explicó la concordancia y la discordancia. Debido a la reunión de variados
componentes heterogéneos en una única historia, lo cual hace de la trama una totalidad, Ricoeur habla
de un tiempo concordante y discordante a la vez, y se refiere a éste como concordancia discordante, ya
que la concordancia no se da sin discordancia. Esta característica se condensa en el relato como la
síntesis de lo heterogéneo y es una particularidad de toda composición narrativa.
1.2. Relatos
El relato es la dimensión lingüística que se le proporciona a la dimensión temporal de la experiencia
humana determinado por la síntesis de lo heterogéneo. Un relato se caracteriza por “ser una narración
de los acontecimientos reales del pasado; por ocuparse de un tema central, con un comienzo bien
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diferenciado, un desarrollo, un final y una voz narrativa identificable; por manifestar un interés adecuado
por el tratamiento juicioso de las pruebas; y por un respeto a la secuencia cronológica en que se
sucedieron los acontecimientos” (Corcuera, 1997, p. 355).
Pese a esto, los acontecimientos del relato no necesariamente se registran en el orden cronológico en
que sucedieron, tienen que narrarse como sucesos dotados de estructura, creando así la significación de
la que carecer en un principio al ser solo secuencias.
El sentido del relato se encuentra en la combinación de sus elementos y se establece en forma de
narrativas, “consiste en que el conjunto del relato pueda integrar completamente las unidades
inferiores; inversamente, el sentido de un elemento consiste en su capacidad de relacionarse con otros y
con el conjunto de la obra” (Ricoeur, 1999, p. 71 y 72).
Para Ricoeur en su ensayo «La vida: un relato en busca de narrador», el significado del relato se da en la
intersección del mundo del texto con el mundo del lector. Toda obra literaria tiene la característica de
“abrir delante de sí un horizonte de experiencia posible, un mundo en el cual sería posible habitar. Un
texto no es una entidad cerrada sobre sí misma, es la proyección de un nuevo universo distinto de aquel
en el cual vivimos. [...] El resultado es que el lector pertenece a la vez al horizonte de experiencia de la
obra imaginativamente y al horizonte de su acción” (Ricoeur, 2006, p. 15).
El encadenamiento del relato se da a través de las respuestas sobre quién narra, qué narra o cómo narra.
El relato confiere al personaje “el poder de comenzar una serie de acontecimientos, sin que este
comienzo constituya un comienzo absoluto, un comienzo del tiempo, y, por otra parte, dando al
narrador en cuanto tal, el poder de determinar el comienzo, el medio y el fin de la acción” (Ricoeur,
1996a, p. 146). Los relatos están dotados de una trama (inicio, punto medio y fin discernibles) y su
objetivo es la experiencia humana del tiempo.
De igual forma, el relato se consolida como una representación válida que permite la explicación de los
acontecimientos históricos, “incluso el carácter temporal del relato más sencillo rompe con la
concepción vulgar del tiempo concebido como una sucesión de instantes a lo largo de una línea
abstracta orientada en una única dirección” (Ricoeur, 1999, p. 191). Manuel Maceiras en el prólogo de
‘Tiempo y Narración I’ sugiere a la narración como una condición identificadora de la existencia
temporal.
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El referente último de los relatos de este trabajo de grado es la estructura de temporalidad que
corresponde a sus respectivas vidas en Palestina y aquí en Colombia; por tanto, cada relato se acomoda
a la experiencia de cada personaje dentro del marco del conflicto.
Los relatos históricos tratan sobre acontecimientos reales y los relatos de ficción, sobre acontecimientos
imaginarios, pero su contenido final siempre serán las estructuras de tiempo humano. En el relato
histórico “los acontecimientos son reales no porque ocurriesen sino porque, primero, fueron recordados
y, segundo, porque son capaces de hallar un lugar en una secuencia cronológicamente ordenada”
(White, 1992, p. 34), pese a que no basta con que se registren en ese orden.
Estos textos cuentan con una significación más allá de su estructura lingüística. Desde la hermenéutica
ricoeuriana –la interpretación de la experiencia literaria– son concebidos a través de la referencialidad,
la comunicabilidad y la comprensión de sí. La primera la define Ricoeur como la mediación entre el
hombre y el mundo, la mediación entre el hombre y el hombre es la comunicabilidad, y la mediación
entre el hombre y sí mismo es la comprensión de sí.
La búsqueda para reconstruir un suceso “es la que eleva la huella a la dignidad de documento
significante y eleva al mismo pasado a la dignidad de hecho histórico. El documento no era documento
antes de que el historiador soñase con plantearle una cuestión; corresponde al historiador el mérito de
constituirlo en documento a partir de la observación.” (Corcuera, 1997, p. 344) En el caso palestino, hay
un esfuerzo humano por dotar a la vida de significado pues los relatos sobre Palestina exigen ser
contados.
“En todo relato, los personajes, los episodios y la diversidad temporal adquieren unidad de sentido al ser
superados los elementos dispares y heterogéneos mediante la integración sintética en la trama
narrativa.” (Corcuera, 1997, p. 347) El entramado de los relatos se caracteriza por tener un comienzo, un
punto medio y final discernible.
Ricoeur retiene de la Poética de Aristóteles su concepto central de construcción de la trama, que se dice
en griego mythos y que significa al mismo tiempo fábula en el sentido de historia imaginaria y trama en
el sentido de historia bien construida. “Entendemos por trama una estructura de relaciones por la que se
dota de significado a los elementos del relato al identificarlos como parte de un todo integrado” (White,
22
1992, p. 24). Los relatos discursivos propios de historias narrativas se caracterizan por su posesión de
tramas, y a la vez son éstas las que significan y configuran al relato. “La trama (también llamada motivo,
tema o argumento) es la disposición interna que resulta de cruzar y entrelazar los hilos que componen el
relato. La trama constituye el eje principal de la estructura narrativa” (Corcuera, 1997, p. 358).
Los acontecimientos no sólo se desarrollan cronológicamente pues pueden representarse como inicios,
transiciones y conclusiones manifestando la estructura de una trama. “La trama aporta a la noción de
“acontecimiento” su carácter histórico. Un acontecimiento es algo más que un suceso singular. Para ser
histórico ha de definirse conforme a su participación activa en el desarrollo de una trama” (Ricoeur,
1999, p. 192).
Ricoeur asegura que la lucha entre concordancia y discordancia es lo que constituye el relato. De esta
manera, la trama se construye a través de una síntesis de elementos heterogéneos, “síntesis entre los
acontecimientos o múltiples sucesos y la historia completa y singular. La trama tiene la virtud de obtener
una historia a partir de sucesos diversos o, si se prefiere, de transformar los múltiples sucesos en una
historia” (Ricoeur, 2006, p. 10).
Por su parte, White explica que las secuencias de acontecimientos, como sucesión de los nudos de la
acción, se configuran para representar simbólicamente lo que de otro modo sería inexpresable en el
lenguaje, es decir, la naturaleza aporética de la experiencia del tiempo. “Las aporías del tiempo consisten
en el hecho de que no podemos no pensar sobre nuestra experiencia del tiempo, y sin embargo nunca
podemos pensar sobre ella de forma racional y global” (White, 1992, p. 183).
White establece que hay cuatro modos de tramar para hacer significativo el relato y producir un efecto
explicativo. Estos son: romance, comedia, tragedia y sátira. Según esta clasificación es posible identificar
los relatos aquí propuestos en el modo trágico. Las historias trágicas sobrepasan las luchas o la muerte
del protagonista pues se desarrollan igualmente en torno a los sobrevivientes del conflicto, sus
peripecias y pequeños triunfos. Estas formas de tramar se organizan alrededor de dos diferentes ejes
narrativos: diacrónico y sincrónico. “La narrativas diacrónicas hacen hincapié en la evolución histórica;
esto es, en los cambios y en la sucesión temporal de los hechos; en cambio las sincrónicas conducen al
historiador a centrar su atención en el estudio de las estructuras” (Corcuera, 1999m p. 360).
23
Los relatos que componen al final el producto narrativo desarrollan ambas estructuras. Diacrónicamente
el conflicto ha tenido momentos álgidos que marcaron a la población refugiada o como en el caso de la
Nakba1, a toda la población. El eje sincrónico se detendrá en la identidad palestina y la vida en Colombia.
Los relatos producto de la presente investigación son, en términos ricoeurianos, vidas dignas de ser
objeto de relatos. “Una vida significativa es aquella que aspira a la coherencia de un relato tramado, esto
es, que aspira a ser relatada de manera histórica” (Corcuera, 1997, p. 343). Lo valioso de la investigación
es la acción de recordar al tiempo que se relata.
La propuesta es comprender la vida a través de lo que contamos sobre ella. Ricoeur dice una vida
examinada es una vida narrada. Explica sobre esta última: “una vida narrada es una vida en la cual
encontramos todas las estructuras fundamentales del relato y, sobre todo, el juego entre concordancia y
discordancia que nos pareció caracterizar el relato” (Ricoeur, 2006, p. 20). Los términos, explicados
anteriormente, concordancia y discordancia son los que permiten elaborar la trama.
“El relato construye la identidad del personaje, que podemos llamar su identidad narrativa, al construir
la de la historia narrada. Es la identidad de la historia la que hace la identidad del personaje” (Ricoeur,
1996a, p. 147) El relato construye su carácter duradero, es decir, su identidad narrativa, mientras que el
personaje conserva la identidad correlativa a la de la propia historia.
1.2.1. Identidad narrativa
En el primer volumen de Tiempo y Narración, Ricoeur concluye que hablar de la identidad de un
individuo o de una comunidad es plantearse la pregunta sobre el “¿quién?”, y la respuesta es: contar la
historia de una vida. La historia narrada es el quién de la acción. La identidad de ese sujeto se despliega
así como una identidad narrativa.
Idéntico tiene dos sentidos que corresponden a los términos latinos idem e ipse. “Idem quiere decir
extremadamente parecido (same en inglés) y, por tanto, inmutable, que no cambia a lo largo del tiempo.
En Ipse, idéntico quiere decir propio (proper en inglés) y su opuesto no es diferente, sino otro, extraño.”
La ipseidad guarda relación con la permanencia en el tiempo. (Ricoeur, 1999, p. 215,216)
1 La catástrofe, el éxodo palestino de 1948.
24
Las respuestas sobre ¿quién narra?, ¿qué narra? o ¿cómo narra? son el encadenamiento del relato.
“Para concebir narrativamente la identidad personal es necesario pasar de la configuración de acciones a
la adscripción de acciones a personajes, es decir pasar del ¿qué?, propio de la mismidad, al ¿quién? de la
ipseidad” (Prada, 2003, p. 5).
Para Paul Ricoeur, la identidad narrativa es considerada desde la noción de sí-mismo, es la identidad que
el sujeto humano alcanza por la mediación de la función narrativa. “Es en la historia narrada, con sus
características de unidad, de articulación interna y de totalidad, conferidos por la operación de
construcción de la trama, donde el personaje conserva, a lo largo de toda la historia, una identidad
correlativa a la de la historia misma” (Ricoeur, 1996a, p. 142). Es en el relato donde la identidad personal
del sujeto se constituye narrativamente. “La identidad narrativa del personaje sólo puede ser el estilo
unitario de las transformaciones subjetivas reguladas por las transformaciones objetivas que obedecen a
la regla de completud, de totalidad y de unidad de la trama” (Ricoeur, 1999, p. 221).
La narración conduce a la identificación subjetiva, es la narración la que identifica al sujeto. “Un sujeto se
reconoce en la historia que se cuenta a sí mismo sobre sí mismo” (Ricoeur, 1996b, p. 999).
La identidad narrativa no es una identidad estable. Erigida desde la ipseidad, “la identidad narrativa
puede incluir el cambio y la mutabilidad en la «cohesión de una vida» (concepto que el filósofo debe a
Heidegger). Con todo, el sujeto aparece entonces constituido a la vez como lector y como escritor de su
propia vida” (Néspolo, 2007, p. 7). La identidad es entendida en el sentido de un sí-mismo, identidad
mutable y cambiante.
Ricoeur afirma que el proceso de composición, de configuración, no se acaba en el texto, sino en el
lector, y bajo esta condición, hace posible la reconfiguración de la vida por el relato. En conformidad con
el análisis que presenta Ricoeur en Tiempo y Narración sobre Proust2, se constituye al sujeto como lector
y escritor de su propia vida. La historia de una vida, añade, “es refigurada constantemente por todas las
historias verídicas o de ficción que un sujeto cuenta sobre sí mismo. Esta refiguración hace de la propia
vida un tejido de historias narradas” (Ricoeur, 1996b, p. 998). El sí-mismo es reconstituido por las
configuraciones narrativas.
De esta manera, se comprende a la identidad narrativa como el lugar buscado entre historia y ficción.
Paul Ricoeur en su libro Sí mismo como otro se cuestiona “¿no consideramos las vidas humanas más
2 Ricoeur analiza la configuración del tiempo en el relato de ficción en “En busca del tiempo perdido” de Marcel
Proust.
25
legibles cuando son interpretadas en función de las historias que la gente cuenta a propósito de ellas?”
(Ricoeur, 1996a, p. 107). A partir de esta reflexión es que se ha venido justificando las narraciones de los
palestinos. En White se vio cómo la vida humana necesita y quiere ser narrada y cómo se devela la
legitimidad del relato para explicar los acontecimientos. Los relatos palestinos que acompañan esta
investigación buscan permear en el tiempo. Ésta es una invitación a vivir imaginariamente las historias
narradas a través de la lectura.
1.3. Comunicación
Esta tesis de pregrado tiene su base y justificación primaria en el campo de la comunicación ya que los
relatos que componen el producto y las narrativas explicadas en el apartado anterior parten del verbo
‘contar’, que significa narrar historias y que se compone de las propias dimensiones del comunicar.
Para profundizar en el concepto no hay mejor autor que Jesús Martín-Barbero, quien entiende la
comunicación a partir del estudio sobre cómo se comunican las personas y plantea la observación de los
procesos reales en los que la comunicación se produce. “Pensar los procesos de comunicación no desde
las disciplinas, sino desde los problemas y las operaciones del intercambio social, esto es desde las
matrices de identidad y los conflictos que articula la cultura” (Martín-Barbero, 1984, p. 80). Esta
propuesta del autor obliga a desplazar el concepto de comunicación al concepto antropológico de
cultura que se centra en los procesos de socialización, entendidos como los procesos a través de los
cuales una sociedad se reproduce.
Debido a que esta monografía se desarrolla en el contar historias (lo que son primariamente los relatos)
y su relación con lo que el autor colombo-español denomina “el contar para los otros” y “el ser tenido en
cuenta”, es que se halla en la comunicación el lugar estratégico para pensar las narrativas palestinas
sobre el conflicto, como uno de los procesos más densos de la sociedad. Y es, precisamente, “la
articulación de las prácticas de comunicación con las dinámicas culturales y los movimientos sociales”
(Martín-Barbero, 2005, p. 7 y 8), en términos del autor, pensar la comunicación desde las mediaciones.
En la realización de un proyecto de investigación como éste, dice Martín-Barbero, el comunicador debe
trabajar entre otros sentidos con la recuperación de la historia, “una historia de los procesos culturales
en cuanto articuladores de las prácticas comunicativas con los movimientos sociales, que es, a mi modo
de ver, como lo popular se inscribe constitutivamente en el análisis de los procesos históricos” (Martín-
Barbero, 1984, p.82).
26
Más allá de una recuperación de la historia palestina, pretendo reconstruir las narrativas tanto históricas
como personales al respecto del conflicto palestino-israelí, que permite una articulación del proceso
cultural (además de político, histórico, social, etc.) con la realización de los relatos, como una importante
práctica comunicativa.
1.4 Memoria
Para responder al título de la presente investigación, Memoria palestina, es necesario sentar las bases
conceptuales sobre las que se ha entendido el concepto de memoria. Al igual que los conceptos de
narrativas y relatos, memoria es aprehendida desde la escuela francesa. La sociología de Maurice
Halbwachs establece tres categorías: memoria individual, memoria colectiva y memoria histórica.
Al encontrar el pasado dentro del presente, Halbwachs define la memoria. Los recuerdos son, entonces,
la reconstrucción de ese pasado que forma una secuencia significativa de eventos.
En la mente de las personas, hay dos formas para organizar los recuerdos, bien sea a través de una
persona definida o en el interior de una comunidad. De este modo, los individuos concurren en dos
formas de memoria: la individual y la colectiva. Esta última, pese a que agrupa a las memorias
individuales –dice Halbwachs– no se confunde entre ellas.
En la memoria como proceso colectivo, el pasado nunca es el mismo. Hay una significación común en los
diversos grupos, que hace que vuelvan al pasado de manera general. La memoria colectiva se entiende
como “el proceso social de reconstrucción del pasado vivido y experimentado por un determinado
grupo, comunidad o sociedad” (Aguilar, 2002, p. 2). De esta forma, los eventos que han constituido como
entidad, se dotan de significado.
La memoria colectiva, además, se consolida como “un intento por mostrar que el pasado permanece,
que nada ha cambiado dentro del grupo y, por ende, junto con el pasado, su identidad” (Aguilar, 2002, p.
2). Los relatos palestinos aquí propuestos confluirán en los tres tipos de memoria. En cuanto a la
individual será entendida como la memoria de Said, de Ramez, de Hana y de Maher.
27
Existen múltiples memorias colectivas, pero –explica el autor– la historia es solo una. Por su parte, la
historia es informativa, da cuenta de las transformaciones de la sociedad y se refiere principalmente a
fechas, a datos, a eventos registrados como hechos; indistintamente si alguien los vivió.
La gran convergencia entre esta categoría de memoria con el abordaje sobre la comunicación que
precede este apartado es poder concluir que la memoria es comunicativa, pues más que datos verídicos,
lo que busca son experiencias plausibles que puedan aportarle a la idea de pasado. La memoria colectiva
se apoya en el pensamiento y en la comunicación.
Los relatos que componen el producto narrativo de la tesis abordarán la memoria colectiva palestina,
como nación víctima del conflicto.
Ambos, pensamiento y comunicación, se estructuran en marcos. Halbwachs los instaura como los
marcos sociales de la memoria, que pueden ser temporales o espaciales.
Los primeros se componen de “fechas de festividades, nacimientos, defunciones, aniversarios, cambios
de estación, etcétera, que funcionan como puntos de referencia, como hitos a los cuales hay que recurrir
para encontrar los recuerdos” (Aguilar, 2002, p. 3). En cuanto a los marcos espaciales de la memoria
colectiva, estos se representan mediante los lugares, objetos, que en la cotidianidad han significado en la
memoria de los grupos. En el caso de los protagonistas palestinos de los relatos, ninguno de ellos ha
estado en Gaza, pero la ciudad como entidad y el muro construido por Israel que la encierra, les evocan
el recuerdo de la Nakba y la ocupación judía.
“Recordar, por consiguiente, no es un aspecto de reproducción sino de construcción” (Área de memoria
histórica, 2009, p.57). Los recuerdos están más en los marcos que en los pensamientos, “como cuando
uno se acuerda de una obligación porque se entera de que hoy es viernes. En el tiempo está depositada
la memoria, como si la memoria fuera un objeto y el tiempo fuera un lugar” (Aguilar, 2002, p. 3).
En cuanto a los relatos de memoria de la presente investigación, estos evidencian “la expresión, la
representación, la referenciación de la subjetividad. Es un sujeto el que recuerda condicionado por su
tiempo, pero también por su condición de individuo integrante de un orden social” (Paulinelli, 2007, p.
95). La enunciación de los relatos palestinos es escrita en primera persona y plasma el sentido de
subjetividad de quien recuerda.
28
Las narraciones que se desprender del recuerdo, no solo intentan reconciliar los eventos del pasado, sino
que permiten, en este caso, una reconciliación social a los protagonistas víctimas del conflicto. La
recuperación de los testimonios individuales de estas personas ha permitido una redefinición de la
historia palestina, a través de sus recuerdos teñidos en las narrativas del exilio.
El proyecto de reconstrucción nacional de Palestina va de la mano de lo que significa la memoria y la
identidad colectiva. Las historias personales permiten una reparación de los tejidos sociales, pues las
imágenes del pasado se resignifican a través de la oralidad.
La búsqueda de una memoria que no reviva el pasado, pero que lo reconstruya, es la propuesta de esta
investigación.
1.5 Inmigrantes y refugiados
El 1 de enero de 1951, se creó una organización de carácter apolítico y humanitario para proporcionar
protección internacional a los refugiados y buscar soluciones duraderas a sus problemas. El Alto
Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) fue fundado por la Asamblea General
de las Naciones Unidas para intervenir a favor de personas que viven en condiciones similares a las de un
refugiado fuera de su país de origen, pero que no están legalmente reconocidas como tal.
Los problemas antes y durante la huida llevaron al ACNUR a incluir “la persecución en forma de tortura,
acoso, violencia sexual, detención u otras violaciones de los derechos humanos como amenazas contra la
vida o la libertad de las personas; y el temor fundado en la persecución tanto en tiempo de conflicto
armado como en tiempo de ´paz´” (ACNUR, 2000, pág. 32), como parte de los motivos de las personas
para abandonar su hogar.
Según la revista Migraciones Forzadas, tres cuartos del pueblo palestino está desplazado y
aproximadamente uno de cada tres refugiados en el mundo es palestino. Pese a esto, no existe una
definición exhaustiva que los defina, pues la mayoría de conceptos al respecto establecen criterios de
asistencia, mas no puntualizan el estatus de refugiado o inmigrante.
29
Según las cifras del la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo
(UNRWA) en 2010 había 4,9 millones de refugiados palestinos en Oriente Medio; no obstante, estas
cifras excluyen a refugiados de 1948 que no se registraron o no satisfacían los requerimientos de
elegibilidad del organismo, a refugiados de 1967, aquellos desplazados después de 1967, desplazados
internos y refugiados a nivel internacional.
Además de la falta de claridad en cifras, se retoma el problema de la ausencia de una definición clara al
respecto. El problema trasciende a las esferas israelíes y palestinas en las que tampoco se ha podido
llegar un consenso sobre la definición de refugiado.
El problema de la definición se fundamenta en cuestiones políticas y de seguridad en los países
anfitriones como Jordania y el Líbano. “Temores sobre la repatriación al país de origen (Israel),
preocupación internacional sobre la capacidad de prestar servicios, el impacto en los presupuestos de
ayuda humanitaria y el volumen de solicitudes de asilo. Esto explica la vasta discrepancia en
estimaciones de la población palestina refugiada” (REMPEL, 2006, p. 7).
Los palestinos promueven una definición que incluya a sus familias, a los deportados, a quienes nunca
pudieron regresar, a los que no tienen el derecho de residencia en Israel, pero Israel solo contempla a
quienes salieron tras las guerras de 1948 y 1967.
El hecho de que estas negociaciones hayan sido dirigidas por las élites que gobiernan estos territorios sin
una participación mínima de la sociedad civil que reclama su derecho al retorno y la restitución de los
derechos de vivienda y propiedad, las hace insuficientes.
1.5.1. Concepto de refugiado
En el año 2000, el ACNUR publicó una guía de campo para las ONG sobre la protección del refugiado, la
cual desarrolla claramente los conceptos y términos clave sobre este tema. El concepto de refugiado es
entendido como:
30
Una persona se convierte en refugiado únicamente cuando cruza una frontera internacional, mientras
que un desplazado interno es alguien que permanece dentro de los límites de su país. Esta acepción es
pertinente en el tema ya que existe, dentro de las mismas fronteras de Israel, numerosa población
palestina en situación de vulnerabilidad frente al conflicto; sin embargo, este trabajo de grado se
pretende centrar en la comunidad palestina en Bogotá (que ha cruzado los límites internacionales).
Los refugiados de Palestina son personas cuyo lugar de residencia era Palestina entre junio de 1946 y
mayo de 1948, que perdieron sus casas y medios de sustento como resultado del conflicto de 1948 entre
árabes e israelíes. Los servicios de UNRWA son para todas aquellas personas que viven en su zona de
operaciones y que cumplen con esta definición, que estén registrados y necesiten asistencia. Los
descendientes de los refugiados palestinos también son elegibles para la inscripción.
1.5.2. Concepto de inmigrante
Después de la Segunda Guerra Mundial se genera un cambio en la problemática de los derechos
migratorios en respuesta a los crímenes raciales cometidos a los miles de desplazados europeos y a los
que no encontraban un trabajo para poder vivir. En el texto citado anteriormente del ACNUR, el
emigrante económico era entendido como la persona que abandona su país de origen por razones
meramente económicas o mejorar su nivel de vida, pero estas personas no están vinculadas con la
definición de refugiado, puesto que no cumplen con los criterios exigidos para dicha condición. La
confusión entre estos dos términos resulta fácil ya que ambos colectivos dejan su país de origen para
buscar una vida mejor y la miseria es una característica común.
“toda persona que está fuera de su país de origen y tiene fundados temores de ser perseguido por
motivos de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones
políticas; y no puede, o a causa de dichos temores, no quiere acogerse a la protección de ese país ni
regresar a él. A causa de agresión exterior, una ocupación o una dominación extranjera, o de
acontecimientos que perturben gravemente el orden público en una parte o en la totalidad de su
país de origen, o del país de su nacionalidad, porque su vida, seguridad o libertad han sido
amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos internos, la violación
masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden
público” (ACNUR, 2000, pág. 16).
31
El derecho internacional define los criterios para diferenciarlos y añade que el refugiado en muchos
casos no es un candidato a la emigración voluntaria. La condición del emigrante es igualmente precaria y
también merece los esfuerzos de la comunidad internacional para que su tratamiento sea más humano.
La protección de los refugiados también resulta difícil de tratar dado que en muchos casos, estos no son
un colectivo homogéneo o una comunidad constituida.
Debido a que en la práctica existen diferencias en la forma en la que cada Estado aplica la definición,
Amnistía Internacional aplica una regla en su trabajo con refugiados: “cualquiera de quien se pueda
suponer razonablemente que correrá peligro de ser encarcelado como preso de conciencia, o que pueda
ser torturado, ejecutado o hecho “desaparecer” en su país, no debe ser obligado a volver a él.”
(AMNISTÍA INTERNACIONAL, 1997, pág. 28)
Lo que significa que Amnistía reconoce a todos los solicitantes de asilo que huyen de la persecución y de
las violaciones de DDHH así no hayan sido reconocidos oficialmente como refugiados. Hace la acepción
de que una persona se convierte en refugiado en el momento en que pasa a estar en la situación
definida en la Convención, no cuando otro Estado ha reconocido oficialmente su condición de refugiado.
En general, se reconoce que hay una clase “más amplia” de refugiados quienes no encajan en el criterio
de dicha Convención o no han recibido este reconocimiento, pero que no pueden volver en condiciones
de seguridad a sus países. Estos son llamados "refugiados de hecho”.
“El ´temor´ es el elemento subjetivo que determina la credibilidad necesaria para que una persona
pueda considerarse como refugiado” (MÁRMORA, 2002, pág. 265). Por tanto, en el desarrollo de este
trabajo de grado, los palestinos serán entendidos como inmigrantes refugiados ya que en el problema de
la emigración forzosa, la persecución no es explícita pero está latente en la necesidad de huida, y el
carácter de refugiado está directamente relacionado con el conflicto.
32
2. MARCO METODOLÓGICO
2.1. Modalidad de trabajo
El presente trabajo de grado tiene como objetivo la realización de una monografía de producto3 que
relata las narrativas de los palestinos inmigrantes refugiados sobre el conflicto por la ocupación israelí. El
método de producción consta de un documento periodístico que satisface los lineamientos del campo
profesional. Las fuentes trabajadas incluyen el material bibliográfico referente al conflicto, los conceptos
de narrativas y relatos, comunicación y memoria, las categorías de inmigrante y refugiado, así como
también las experiencias de vida de este grupo de población. La producción de esta tesis permite un
abordaje periodístico y nacional sobre un tema del cual no existen referentes que describan
directamente la situación del conflicto y de las víctimas. El impacto social está marcado por el tipo de
población con la que se trabaja y la coyuntura de un tema que continúa siendo de eterna actualidad.
2.2. Línea de investigación
Esta tesis responde a la línea de investigación de la Facultad de Comunicación ‘Culturas y narrativas
mediáticas’4, que entiende a la comunicación desde la manera en que los palestinos inmigrantes
refugiados en Bogotá narran, representan y constituyen parte integral del conflicto. Sugiere una
propuesta de producción informativa en la que las agendas de información están mediadas por las
experiencias de las víctimas del conflicto como creadores de una historia de los hechos.
La comunicación, mediadora de procesos sociales complejos en cualquier conflicto, permite comprender
las relaciones de poder que se justifican a partir de la memoria y las prácticas de esta población frente al
conflicto histórico y latente en la realidad internacional. En este trabajo, la entrevista como práctica
profesional del periodismo aborda temas determinados por un importante factor sociopolítico: el
3 Monografía de producto: Trabajo cuyo objetivo es poner en práctica los métodos de producción de mensajes propios del
Campo Profesional. En la investigación deben incluir la consulta a expertos, consulta a archivos, experiencias similares, fuentes documentales y orales. Estos testimonios más la bibliografía conformarán el marco teórico, es decir, el material recogido en proyecto II y revisado. Las producciones deben ser relevantes, es decir, deben tener impacto social y un tema novedoso. Disponible en http://www.javeriana.edu.co/Facultades/comunicacion_lenguaje/DOCS/DirectricesTG.pdf 4 La línea indaga las lógicas de producción, circulación y consumo de las narrativas mediáticas desde sus dimensiones y
representaciones sociales, estéticas, políticas, económicas y tecnológicas. Más allá de las estructuras, géneros y formatos narrativos, esta línea busca comprender el horizonte de sentidos y significados desde los cuales se constituyen las culturas mediáticas, esto es, el análisis del contexto cultural desde el cual se producen y consumen los productos mediáticos. Departamento de Comunicación (2012) Lineas de investigación. Grupo de Comunicación y Cultura. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá.
33
conflicto palestino-israelí. Tiene como finalidad explorar estas narrativas como nueva fórmula expresiva
del conflicto.
2.3. Aproximación general
La investigación propuesta tiene la finalidad básica de explorar y conocer las narrativas de los palestinos
en Bogotá sobre el conflicto histórico con Israel. De esta manera, poder explicar y describir cómo se
reconstruye desde una óptica diferente el conflicto y cómo ellos crean imaginarios desde su perspectiva
de inmigrantes refugiados. El alcance temporal que tiene es de corte seccional, desarrollo de un tiempo
único, pues su temporalidad es una: todo el conflicto. Este alcance también está sujeto a la temporalidad
de la población palestina con la que se trabaja, pues corresponden a diferentes momentos del conflicto y
de su experiencia situada ahora en Colombia. De esta manera, permite estudiar la evolución del
fenómeno en el tiempo.
2.4. Tipo de enfoque
El tipo de enfoque propuesto es cualitativo-comprensivo y muestra de qué forma las narrativas de los
inmigrantes reconstruyen el conflicto. En este sentido, el fenómeno a comprender concierne a las
narraciones de determinada población sobre el conflicto como otro fenómeno social. El tipo de muestra
que aquí se desarrolla es no probabilística pues el objeto de estudio depende de la población palestina
en el país que tiene todavía o tuvo alguna relación directa con el conflicto con Israel. Este es el universo
de la investigación. La muestra corresponde a un subgrupo voluntario que fue de fácil acceso y que
mostraba una relación directa de acuerdo con los objetivos del trabajo de grado.
El lugar físico es el centro de Bogotá. La temporalidad corresponde al segundo semestre de 2013
dedicado al trabajo de campo de la tesis. El muestreo estuvo mediado por la información sobre los
palestinos otorgada por algunos integrantes de la Unidad Colombo Palestina y por la población
identificada que se agrupa en el centro de la ciudad, información obtenida como bola de nieve.
2.5. Métodos cualitativos
En el presente trabajo predomina el uso de los siguientes métodos cualitativos:
34
Método biográfico: denominado por Ruth Sautu (1999) y retomado por Ana Lía Kornblit (2007) se
entiende como “el conjunto de técnicas metodológicas basadas en la indagación no estructurada sobre
las historias de vida tal como son relatadas por los propios sujetos”. Asimismo, la autora hace énfasis en
los relatos de vida como “narraciones biográficas acotadas por lo general al objeto de estudio del
investigador” y añade “por regla general se realiza una entrevista a un número variable de personas que
han transitado por la misma experiencia”. El uso de los relatos de vida en la investigación social de este
trabajo de grado tiene especial interés en la fase de síntesis, es decir, como modo para mostrar
resultados. Se entiende la voz de quien habla como parte constitutiva del discurso sociológico; por tanto,
la investigación recoge estas palabras a través de técnicas cualitativas como la entrevista abierta, en la
que se tejen las preguntas a partir de la experiencia de vida. El encuentro en profundidad con dichas
personas permitió generar una aproximación de sus experiencias de vida en Colombia, su relación con
Palestina y con el conflicto.
Entrevistas informales e individuales en profundidad: En cuanto a las primeras, se hicieron con el
objetivo exploratorio de introducir la realidad palestina en el país. Posteriormente, las entrevistas
individuales en profundidad se realizaron en varias sesiones con la mismas personas para intentar así no
sesgar los primeros relatos. “Se considera, en tal sentido, que la propia estructura, con que la persona
entrevistada presenta su relato, es portadora en ella misma de ciertos significados que no deben
alterarse con una directividad muy alta.” (Sandoval, 1996) Esto explica las diferentes visitas y encuentros
que se tuvo con la muestra.
Observación no participante: Este tipo de metodología se realizó en las fases preliminares de la
investigación para poder ubicar la realidad sociocultural palestina entorno al conflicto con Israel. Se
realizó en los espacios de diálogo de la Unidad Colombo Palestina y en otros encuentros teóricos
realizados en Bogotá alrededor del conflicto. También en los momentos iniciales de observación de la
Comunidad Palestina en Colombia.
Observación participante: Después de la ejecución de la metodología anterior, surgió la necesidad de
realizar la observación desde “"adentro" de las realidades humanas que pretende abordar, en contraste
con la mirada "externalista", las de formas de observación no interactivas.” (Sandoval, 1996) Es decir,
cumplir un rol de entrevistador al plantear determinadas preguntas a la muestra, divididas en los
siguientes núcleos temáticos de acuerdo al marco conceptual del presente trabajo:
35
A) Concepto inmigrante – concepto refugiado: ¿cómo se entienden?, ¿Cómo los entienden?,
¿Cómo se reconocen?
B) Vida en Colombia: ¿cómo y hace cuánto fue su llegada?, ¿nacieron aquí?, ¿qué motivos los
llevaron a ellos o a sus familias a instalarse aquí?, ¿cómo es ahora su respectiva vida en
Colombia?, ¿qué ventajas o desventajas tiene?, ¿cómo se entiende la religión, las costumbres?
¿Cómo es Colombia en relación con Palestina?
C) Conflicto por la ocupación Israelí: ¿Cuál es la esencia del conflicto?, ¿Qué representa la nakba
(catástrofe) para ellos?, ¿qué se entiende por Sionismo? ¿qué pasó con los que no eran judíos
luego de la creación del Estado de Israel?, ¿se puede hablar de anti semitismo?, ¿Qué se sabe de
las Intifadas, de la Guerra de Yom Kippur, de la Guerra de los Seis Días, de la Masacre de Sabra y
Shatila, de los Acuerdos de Oslo, de la Guerra del Líbano? ¿Qué representan los asentamientos
judíos para los palestinos? ¿Qué pasa con Jerusalén?, ¿Qué es para ellos el Muro que separa
Palestina?, ¿Cisjordania es un territorio en disputa o un territorio ocupado? ¿Qué es la OPL?
¿Cuál podría ser el fin del conflicto? ¿Tiene éste alguna solución?
D) Cómo se ve a la ONU y a la Comunidad Internacional
36
3. LOS RELATOS
La cuestión palestina5
Mencionar a Palestina es un asunto de fe. Es el lugar de donde el profeta Mahoma viajó hacia los cielos
en El Viaje Nocturno que se narra en El Corán. Es la tierra sagrada.
La sura6 17 narra el recorrido del profeta desde la casa sagrada en La Meca, en dirección a Al-Aqsa en
Jerusalén; y desde allí, a través de los cielos. Para la tradición islámica Dios creó siete cielos en dos días,
como se explica en El Corán. El séptimo cielo simboliza un estado de felicidad máxima.
Se dice que el profeta vio una luz hacia esta región cuando dormía en la noche. Ascendió a los cielos
desde la roca que ahora está cubierta por el domo dorado en Al-Aqsa; y de allí, en compañía del Ángel
Gabriel, hacia las alturas de los cielos. Este fue un viaje físico y todos los eventos sucedieron en una sola
noche.
Al final de El Viaje Nocturno, el profeta Mahoma entró en la presencia de Dios, quien le impartió los
principios de oración y de adoración propios de la religión. El viaje se estableció como un milagro dentro
de la cultura musulmana y significaría entonces la mayor prueba de fe.
El Viaje Nocturno estructura, además, la unión entre las tierras sagradas de la Meca y la tierra sagrada en
Jerusalén. Toda una región que los musulmanes llaman el Sham o el Levante, que no solo es Palestina
sino que también comprende lo que hoy es Siria, Jordania y el Líbano.
De esta forma, Al-Aqsa se convertiría en una de las tres mezquitas sagradas para el Islam y sería la
primera dirección en rezo para los creyentes, quienes también consideran que en estas tierras tendrá
lugar lo que los cristianos llaman el ‘Armagedón’7. La gran importancia de su tradición profética.
5 El recorrido histórico necesario para comprender el trasfondo de los relatos se presenta a continuación como una
suerte de prólogo que se dirige a través de los principales escalones que alimentan el conflicto, que en esta
oportunidad, van en función de las historias de los protagonistas y no de otro modo. Las fuentes de todo lo
explicado se centran en el material bibliográfico de autores como Ilan Pappé, Edward Said, Víctor de Currea-Lugo,
Norman Finkelstein, Tanya Reinhart, Nur Masalha, Ignacio Álvarez-Ossorio, Noam Chomsky y la información
otorgada por Naciones Unidas; en suma a lo aprehendido en estos meses por la autora. 6 Cada uno de los capítulos en los que se divide el libro sagrado de El Corán.
7 En la tradición bíblica, el fin de los tiempos.
37
Los británicos, el Sionismo y la lógica de la tierra prometida:
La tierra palestina estuvo bajo dominio del Imperio Turco-Otomano casi hasta el final de la década de los
años XX del siglo pasado. Esta es la razón por la que a muchos de los árabes llegados a Colombia, se les
llamó erróneamente “turcos”.
A la par del dominio turco, el nacionalismo judío se gestaba en la zona de Europa central y del este como
resultado al hostigamiento que se vio fundamentalmente en el mundo ortodoxo y en el mundo
protestante, como una reacción a la persecución sistemática del cristianismo.
El sueño sionista de crear una patria judía, un hogar nacional para el pueblo judío, tomaría forma hasta
1896 cuando de la mano del periodista austríaco Theodor Herzl se realizó el Primer Congreso Sionista,
que conduciría a la formación del Movimiento Sionista Mundial, como una forma de controlar la
economía y la política del mundo. En el famoso congreso, se planteó que el hogar nacional para el
pueblo judío podría ser en Argentina, Polonia o en Uganda. En los documentos de la primera reunión no
hubo ninguna mención a Palestina.
Según la tradición, los judíos son hijos de Abraham, son primos de los palestinos, y la guerra desde
entonces no es más que una guerra entre hermanos. Pero Abraham no era de Palestina, era del sur de
Ur, al sur de Irák. De haber una “tierra para ellos”, sus raíces estarían allí.
En la época de la Primera Guerra Mundial, en 1916, Gran Bretaña y Francia decidieron dominar Oriente
Medio a través del acta Sykes Picot. La decisión de repartirse estas tierras estaba anclada a la
preocupación de que Mohammed Alí, el príncipe de Egipto, lograra unir su patria con Palestina, Siria y
Líbano como una misma unidad étnica y geográfica.
Con la caída del Imperio Turco-Otomano, Palestina pasaría a manos del Imperio Británico y el
pensamiento colonial se disfrazaría, al darle raíces al pensamiento teológico del Sionismo en estas
tierras.
Los ingleses, dirigidos entonces por el Ministro de Exteriores Lord Arthur Balfour, regalaron a los judíos
algo que ellos no tenían. A través de la Declaración de Balfour, el 2 de noviembre de 1917, los británicos
prometieron el apoyo de su gobierno al pueblo judío con la creación de su patria en Palestina, con la
condición de que “no lastimaran” los derechos de los nativos.
Así, empezaron las olas de migración judía de todo el mundo. En 1936, el pueblo palestino sin dirección
ni organización política tuvo que enfrentar a las fuerzas de ocupación inglesas y a las bandas sionistas
38
que empezaron a dirigir actividades de guerra en contra de los civiles palestinos, en ese entonces
desarmados.
Durante el periodo de la colonización por parte de las numerosas familias de judíos que llegaron de
todas partes del mundo, se usó un lema fundacional: “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”,
obviando la existencia histórica de los verdaderos habitantes.
Años después, las Naciones Unidas8 por primera vez en su historia decidieron la partición de una patria
en dos: menos de la mitad para los dueños legítimos y la mejor parte de la tierra para los que llegaron de
afuera. Los 600.000 habitantes judíos recibieron el 56 % de la tierra, y a los dos millones de palestinos,
les quedaría el restante.
El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la resolución 181 que
dispuso la creación de un Estado árabe y uno judío en Palestina. Un plan de partición que muestra que
las Naciones Unidas fueron, en parte, responsables del conflicto.
Mediante la consolidación del sueño sionista, sin lugar a duda una forma moderna de racismo, la propia
historia explicaría ¿qué pasó entonces con los que no eran judíos?
La ‘Nakba’, la catástrofe del pueblo palestino:
El estallido de violencia no se hizo esperar. Los bombardeos aéreos con objetivos civiles, las atrocidades
y actos de brutalidad al margen de los Derechos Humanos, las violaciones, la guerra de trincheras y
quema de pueblos a manos de soldados israelíes fuertemente armados hicieron parte de la campaña del
llamado “plan D”, el anteproyecto militar del sionismo, que tenía como primer objetivo tomar
sistemáticamente todo lo que iban dejando los británicos.
La “Nakba”, como se denominó a la catástrofe palestina, se desarrolló en tres fases, a partir de diciembre
de 1947. El terror de la población local se basaba en las amenazas de muerte o expulsión que hacía el
ejército judío, que buscaba destruir deliberadamente cualquier rastro de la población nativa; es decir,
consolidar una verdadera limpieza étnica9 en Palestina.
8 A quien Ilán Pappé en “Historia de la Palestina moderna”, pág. 177, llama “la policía internacional”.
9 Ilan Pappé en su libro “La limpieza étnica de Palestina”, pág. 20, aborda la definición de limpieza étnica como “la
expulsión mediante la fuerza con el fin de homogeneizar una población heterogénea [...] El propósito de la expulsión es causar la evacuación de tantos residentes como sea posible”.
39
El 14 de mayo de 1948, cuando las fuerzas inglesas se retiraron finalmente de estas tierras, ya habían
desaparecido 58 de las 370 aldeas palestinas10, a manos de los “héroes” que forjarían al día siguiente, el
futuro Estado de Israel.
Con David Ben-Gurión a la cabeza, el 15 de mayo fue anunciada la creación del Estado de Israel en los
territorios adjudicados en el Plan de Partición de la ONU.
Alrededor de 750.000 palestinos, en cifras de Naciones Unidas, huyeron como refugiados a
campamentos en situación infrahumana en el Líbano, Siria y Jordania. Más de la mitad de la población
palestina fue desterrada. Israel sostuvo y aún afirma que los refugiados huyeron sin haber sido
expulsados, pero entonces se negaron a autorizar su regreso.
El 11 de diciembre de 1948, la Asamblea General aprobó otra resolución, la 194 que encarnaba el
derecho al retorno de los refugiados palestinos. En dicha resolución también se pedía la desmilitarización
de Jerusalén y la extensión de los territorios. Sin embargo, nada de esto produjo resultados, y poco
después, el 11 de mayo de 1949, Israel se convirtió en Estado Miembro de las Naciones Unidas.
Palestina quedó reducida a ruinas y Ben-Gurión las aprovechó para cimentar en ellas su proyecto
sionista.
La “Nakba” uniría a los sobrevivientes palestinos en todo un movimiento de duelo nacional por la patria
perdida y a los judíos les dejaría el triunfalismo de haber vuelto a estas tierras tras dos mil años de exilio.
La lucha contra el negacionismo11 israelí, la incapacidad de las Naciones Unidas y el sufrimiento palestino
desencadenarían las siguientes fases del conflicto.
La Guerra de los Seis Días:
Tras su situación de vulnerabilidad y los sentimientos de impotencia, en 1965 el pueblo palestino decidió
librar una lucha armada popular para la liberación de la tierra palestina. Con ese objetivo se formó la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP), dirigida en aquel entonces por Ahmed Shukeiri y
patrocinada por la Liga Árabe.
10
En el mismo libro de la cita anterior, el autor se centra en la crónica de 64 de estas aldeas situadas entre las ciudades de Tel-Aviv y Haifa. 11
Negación de la existencia de un pueblo palestino, negación de la limpieza étnica, negación del derecho al retorno de los refugiados y negación de todas sus demás reivindicaciones. Véase: “Políticas de la negación”, Nur Masalha.
40
La guerra que comenzó el 5 de junio de 1967 fue impulsada por la tensa situación entre Egipto, que
desplazaba su ejército hacia la frontera, e Israel que “defendería a muerte su existencia nacional”12.
Israel con su fortín armamentístico digno de occidente no dejaba de lado sus ansias expansionistas y
terminaría entonces por ocupar la totalidad perteneciente al antiguo mandato británico. Cisjordania,
Gaza, Jerusalén Este, la Península del Sinaí de Egipto y los Altos del Golán de Siria se añadieron a la
fuerza al mandato judío.
Gran parte de los 500.000 palestinos refugiados que dejó esta guerra, vivieron el éxodo por segunda vez.
La Guerra de Yom Kippur:
En octubre de 1973, la guerra entre Israel y Egipto e Israel y Siria estalló de nuevo. La resolución 242 de
Naciones Unidas mostraba su “preocupación” por la grave situación en Medio Oriente y apelaba por una
“paz duradera”. No obstante, se tuvo que pedir la intervención de la Unión Soviética y de Estados Unidos
para poder acabar con la situación de beligerancia.
En este año, los ejércitos de Egipto y de Siria lanzaron la guerra del 6 de octubre que cambió la política
en la zona y que culminaría en 1979 con la firma de los acuerdos de paz entre Egipto e Israel,
permitiendo a este último poner más fuerza contra los palestinos en el Líbano. La ofensiva coincidió con
la festividad hebrea del Yom Kipur, la conmemoración judía del día del perdón y el arrepentimiento.
La Invasión del Líbano:
Durante la operación “Paz para Galilea”, Israel invadió el Líbano en 1982.
Tres años después de los Acuerdos de Camp David13, Israel lanzó su guerra contra la resistencia palestina,
el Movimiento Nacional Libanes en el Líbano, una agresión que duró más de dos meses y terminó con la
salida del comandante Yasser Arafat de las fuerzas de la revolución palestina a otro éxodo de nuevo.
12
Estas fueron algunas de las palabras de Abba Eban al respecto, como representante permanente en la Asamblea General de la ONU. 13
Firmados por el presidente egipcio Anwar el-Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin en septiembre de 1978, buscaban la paz por los conflictos territoriales entre ambos países.
41
Como en las guerras anteriores, los refugiados fueron las principales víctimas. En los campos de
refugiados de Sabra y Chatila, ubicados en el sur de Beirut, falangistas cristianos incitados por el ejército
israelí mataron a 3.000 palestinos.
En estos años, comenzó a gestarse Hezbollah, como fuerza integrista musulmana apoyada por Irán y
Siria.
La Primera Intifada y la “Independencia palestina”:
La primera sublevación palestina se dio en diciembre de 1987. La utilización de municiones de guerra por
parte del ejército israelí en contra de los manifestantes palestinos se dio desde el inicio del
levantamiento.
Alrededor de más de 1000 personas murieron, muchas otras resultaron heridas y decenas de palestinos
fueron detenidos en las prisiones israelíes. Las universidades y las escuelas sufrieron un cierre
prolongado a causa de la situación de guerra y de los toques de queda. La destrucción de cultivos, la
demolición de viviendas, la implantación de asentamientos judíos en los territorios de Cisjordania y la
Franja de Gaza y la política israelí de hechos consumados seguirían en aumento. La primera intifada dejó
unos 4.732 palestinos y 1.113 israelíes muertos.
El 15 de noviembre de 1988, el presidente Yasser Arafat declaró la independencia de Palestina. El
territorio palestino era un territorio ocupado y tenía toda la legalidad internacional para resistir al
ocupante en todas las formas posibles.
Los Acuerdos de Oslo:
En 1993, Arafat en compañía del entonces primer ministro israelí Isaac Rabin firmó un acuerdo, sin duda
alguna, histórico. Por primera vez palestinos e israelíes se sentaban a negociar y lograron acordar una
declaración de principios basada en una división de funciones.
La Autoridad Palestina solo controlaba algunas porciones del territorio ocupado por Israel. En un primer
momento solamente el 3 %, es decir, los principales núcleos urbanos: Jericó, Ramallah, Nablus y Tulkarm.
42
Los Acuerdos de Oslo no fueron un tratado de paz por el cual Israel se retirara del territorio ocupado,
sino una declaración de principios, por lo cual hubo una división funcional. Los palestinos empezarían a
asumir ciertas funciones, mientras que Israel mantendría el control de casi un 75 % de todo el territorio.
El acuerdo interino debería durar un periodo de cinco años, y en ese tiempo, se tendría que alcanzar un
acuerdo definitivo. A través de esta declaración se dio una autonomía parcial por zonas: el 7 % de control
total de Palestina, en el 72 % control israelí y en el 21 % restante estaba dividido el control.
La autonomía parcial se dio para la población palestina en los núcleos urbanos donde había mayor
población y en las áreas rurales, los palestinos asumían ciertas competencias de carácter administrativo,
pero Israel continuaba ejerciendo el control militar.
Arafat regresó a Ramallah en 1994. Allí empezaron la construcción de la infraestructura del Estado
palestino, pero el 5 de noviembre de 1996, un israelí de ultraderecha asesinó a Rabin en una plaza
pública de Tel Aviv. Las esperanzas de paz para la región también se irían a la tumba14.
21 años después de acuerdos, no se ha alcanzado ese compromiso. Las Resoluciones 242 y 338 que
abogaban por la retirada israelí del territorio ocupado, no son tenidas en cuenta. En ningún momento en
los Acuerdos de Oslo se mencionó que el futuro fuera un Estado palestino. La máxima de “paz por
territorios” se dejó en segundo plano por la política de hechos consumados.
Oslo remarcó las partes. La parte débil: Palestina, sin apoyo con excepción de algunos países árabes; y la
parte fuerte, Israel, que tiene el territorio ocupado, es una potencia militar, económica y cuenta con el
respaldo de EE.UU.
La Segunda Intifada:
El 28 de septiembre del 2000, Ariel Sharon15 visitó el Monte del Templo de Jerusalén en compañía de
cientos de soldados. A la vez, un número más reducido de palestinos trató de impedírselo.
Este acto provocador realizado en una de las mezquitas sagradas para los musulmanes, en suma al
contexto de empobrecimiento, al incumplimiento de Israel de las resoluciones de Naciones Unidas y a
14
En 2004, murió Yasser Arafat. Según informó la cadena de televisión árabe Al Jazeera, los forenses suizos encontraron un nivel letal de polonio-210 en su cuerpo. Arafat habría sido envenenado. 15
Uno de los mayores líderes de la guerra contra los palestinos. Con tan solo 20 años hizo parte de las fuerzas militares que propiciaron la Nakba. Como primer ministro de Israel, fue el artífice de cientos de masacres a aldeas palestinas, quemas de casas y agresiones a la población civil. Murió en enero de este año, tras pasar ocho años en estado vegetativo.
43
fallidos planes de paz para acabar con el conflicto, desencadenaron en octubre del mismo año una
Segunda Intifada.
El arsenal militar de Israel se empleó indiscriminadamente contra los manifestantes civiles y las
multitudes palestinas, que en su segundo levantamiento, hicieron uso de las armas. La desigualdad de
fuerzas y la reacción desmedida de Israel, condenada incluso por Naciones Unidas en sus resoluciones,
fue brutalmente usada contra los manifestantes palestinos.
Con bombardeos nocturnos, tanques y misiles, el ejército israelí respondía a los ataques suicidas que
empezarían a implantar los civiles.
La agenda palestina:
La cuestión palestina es entendida por los teóricos al respecto mediante cuatro asuntos capitales:
Jerusalén, que ambas partes reivindican como su capital; la construcción del muro del Apartheid; los
asentamientos judíos; y los refugiados palestinos y su derecho al retorno.
El estatuto de Jerusalén: en el plan de partición basado en la resolución 181 de Naciones Unidas, se
establecía una ciudad desmilitarizada como entidad separada bajo un estatuto jurídico internacional.
Esta, como las demás resoluciones, no pudo ser aplicada y el 23 de enero de 1950, Israel declaró a
Jerusalén como su capital. En la guerra de 1967, su ejército logró ocupar Jerusalén Oriental y la
Ribera Occidental, y desde entonces ha seguido efectuando modificaciones geográficas. En 1980,
Israel adoptó medidas para establecer su capital en una Jerusalén unificada y la Asamblea General
consideró que esta actuación constituía una violación al derecho internacional, incluido el Cuarto
Convenio de Ginebra16.
El proyecto sionista busca que Jerusalén en su totalidad sea la capital de su Estado, pero este es un
callejón sin salida, pues la lucha palestina también la reivindica como su capital. Jerusalén es hoy una
ciudad sin estatuto, un territorio símbolo de las tres grandes religiones monoteístas17, el agravante
de su situación.
16
Relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra, 1949. Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Disponible en http://bit.ly/1ty7gkn. Recuperado el 20 de mayo de 2014. 17
Judaísmo, Cristianismo e Islam.
44
El muro: Mediante la expresión “for security reasons” (por motivos de seguridad), Israel ha
cometido numerosos hechos en contra de los palestinos y ha violado a la vez el Derecho
Internacional. En julio de 2001, el gobierno de Ariel Sharon aprobó un plan, ideado desde 1973, para
construir un muro de más de ocho metros de altura que una vez terminado tendría más de 700
kilómetros de longitud. El muro de separación modifica las fronteras oficiales de Israel y crea unas
nuevas dejando del lado israelí cerca de un 20 % del territorio más fértil y productivo de Palestina.
La llamada Línea Verde18, en teoría, referencia la construcción del muro. En la teoría del documento
del acuerdo, pues al parecer solo el 15 % del muro sigue su demarcación.
Mientras Israel se refiere a este como “valla de seguridad”, los teóricos del conflicto lo denominan
como “el muro del Apartheid”, que recuerda la época de la segregación sudafricana, pues el muro
ha fragmentado la tierra palestina. Entre otras consecuencias, ha generado la disminución del
territorio palestino, el encierro de los habitantes de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, la política de
asentamientos judíos y el control israelí de las fuentes de agua potable, la destrucción de casas, de
escuelas, de campos de olivos, el cierre de vías, y el aumento del número de refugiados.
Este muro hace cada vez más inviable un Estado palestino con continuidad territorial. El principal
propósito de Israel, que consolida su proyecto con esta edificación, contraria desde todos los puntos
de vista a la legalidad internacional.
Los asentamientos: Un asentamiento es un barrio construido por colonos israelíes en los territorios
palestinos. Son parte de la política del Estado de Israel para apropiarse de Palestina a través de la
colonización. . Hoy en día hay más de 500.000 colonos construyendo “el gran Israel”.
Dentro de los Convenios de Ginebra, los asentamientos se tipifican como crímenes. La resolución
446, del 22 de marzo de 1979, declaró que los asentamientos judíos en territorio palestino no
tenían validez legal, pero la política de hechos consumados que practica el sionismo, basada en la
expropiación del territorio palestino, en la construcción de asentamientos y en el desplazamiento de
colonos al territorio ocupado, perpetúa la ocupación. Los pobladores de estas zonas están
protegidos por el ejército israelí y son inmunes a cualquier castigo por sus actos de violencia contra
la población palestina.
18
La línea de armisticio promovida por Naciones Unidas entre Israel y los países árabes vecinos en 1949.
45
Esta, como las demás políticas israelíes, significa el desplazamiento palestino, la apropiación de sus
tierras, el control de su agua y el apoderamiento de sus vías de acceso, e impide la consolidación de
un futuro Estado palestino.
Refugiados: los refugiados componen más de la mitad de la población palestina. Cerca de cinco
millones y medio de personas son reconocidos como tal por la UNRWA, la agencia de Naciones
Unidas que se encarga de ellos; no obstante, hoy se cree que hay más de siete millones en estado
de vulnerabilidad, pues se estima que los registros parciales de la ONU excluyen a quienes no están
registrados para recibir ayuda, ya sea porque no cumplían los parámetros establecidos o porque
fueron desplazados a países donde la agencia no proveía ayuda.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el derecho al
retorno es la solución definitiva para el sufrimiento de los refugiados en el mundo. Pero como en
este caso Israel no acepta su responsabilidad en el origen de los refugiados, rechaza el derecho al
retorno.
La mayoría de los palestinos se convirtieron en refugiados como consecuencia de los crímenes de
guerra y de las graves violaciones de Derechos Humanos cometidos por Israel. Casi dos de cada
cinco refugiados en el mundo son palestinos19.
De la mano de las tres posibles soluciones que ha establecido la comunidad internacional
(repatriación, reasentamiento y acogida), la primera de ellas es la más deseable para un gran
porcentaje de los 10 millones de palestinos que se estima hay hoy en el mundo, todos ellos víctimas
de la limpieza étnica.
En Palestina, todos los días hay tipos diferentes de agresiones israelíes: la falta de respeto a la legalidad
internacional, la ocupación de más y más tierras palestinas, la construcción del muro del Apartheid o el
maltrato al pueblo palestino en las fronteras, cuando ellos necesitan entrar o salir.
Los campesinos palestinos ya no pueden llegar a sus tierras por el muro que construyeron, los niños
palestinos no pueden llegar a sus escuelas; a pesar de todo eso, Israel sigue construyendo asentamientos
19
Cifras del Centro de Recursos Badil para los Derechos de Residencia y de los Refugiados Palestinos, una organización independiente, de base comunitaria y sin fines de lucro, encargada de defender y promover los derechos de los refugiados y desplazados internos palestinos. Recuperado el 20 de mayo de 2014. Disponible en http://www.badil.org/
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en territorio palestino, sigue poniendo más condiciones para algún acuerdo con el pretexto de que la
solución final tiene que garantizar la seguridad de Israel.
Al mismo tiempo que diplomáticamente “quiere” negociar la existencia de un Estado palestino, no deja
sus planes colonialistas. Esa es la realidad palestina.
En 2006, tras las elecciones legislativas, el grupo islamista Hamás20 logró la mayoría absoluta al alzarse
con 76 escaños. Desde entonces, el problema de gobernabilidad va in crescendo. En lugares como la
Franja de Gaza, este tipo de grupos políticos tiene no solo el respaldo de la población civil, sino también
el control militar.
Por su parte, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y sus dirigentes a la cabeza de Mahmud Abbás de Al-
Fatah gobiernan transitoriamente, pues administran parte de los territorios ocupados.
El 5 de enero de 2013, Abbás promulgó un decreto que sustituyó el nombre de Autoridad Nacional
Palestina por el de Estado de Palestina. Meses después, el secretario de Estado norteamericano, John
Kerry, impulsó de nuevo unas negociaciones de paz entre ambas partes, que terminaron por claudicar a
finales del pasado mes de abril.
El gobierno de Israel y su primer ministro, Benjamín Netanyahu, culparon a la Autoridad Palestina de
este nuevo fracaso. Por su parte, la OLP acusó a Israel de haber ignorado sistemáticamente los tratos
que debían permitir el proceso. Y finalmente, un día después de que se anunciara la reconciliación de la
OLP con Hamás y su intención de formar un gobierno de unidad nacional, Netanyahu decidió suspender
“indefinidamente” las conversaciones de paz.
Ya que teorizando no se visualiza el conflicto y esta es la máxima universal del presente trabajo de grado,
me propongo dar a conocer al lector, a los protagonistas de los siguientes relatos, quienes hacen parte
de los millones de palestinos que están en la diáspora.
Said Makhluf tiene 78 años y tres almacenes de ropa en el centro de Bogotá, ubicados en la esquina de
la calle 11 con carrera novena, detrás del edificio de la Alcaldía. Nació en un pueblo que ya no existe en
Palestina y es refugiado de 1948. Nuestro primer encuentro se dio el día del Eid al-Adha, el 15 de octubre
de 2013. Este es un día sagrado para los musulmanes, quienes lo celebran mediante el sacrificio de un
animal, comúnmente un cordero, que ponen después de muerto en la puerta de sus casas. Esta
20
Este Movimiento de la Resistencia Islámica fue fundado en 1987 en la Franja de Gaza por el Shej Ahmed Yassin. Su ideología radical islamista se combina con el nacionalismo palestino. Hamás ha perpetuado numerosos ataques suicidas en Israel, pues para ellos la única forma de recuperar el territorio ocupado (todo Israel) es a través de la lucha armada. Hacen parte de la lista de grupos terroristas desplegada por EE.UU.
47
festividad religiosa también se vive a través de la peregrinación de los fieles al Monte Arafat. Por
desgracia y como es costumbre en estas fechas, el ejército israelí irrumpió en algunas casas en
Cisjordania agrediendo y dejando bajo arresto a varios palestinos.
Ramez Hussein nació en Bogotá en 1985, es palestino de segunda generación, trabaja en el restaurante
de su familia ubicado sobre la carrera novena con calle 11, en el centro de la ciudad. Él y su familia son
de Ras Karkar, un pueblo en cercanías a Ramallah. Ramez vivió en Palestina en los años de la Segunda
Intifada. Como gran parte de los jóvenes palestinos, ha sufrido las humillaciones a las que son sometidos
por los soldados en los llamados “check points” o puestos de control. Y a continuación nos cuenta su
experiencia.
La única mujer de los relatos es Hana Hamed, de 33 años. Hace poco más de 15 llegó a Bogotá. Es
originaria de Silwad, un pueblo a 15 minutos de Ramallah. Vive con sus cuatro hijos, su esposo y su
suegro en el barrio Nariño, en el sur de la ciudad. Profesa el Islam como toda su familia. En concordancia
y por mi condición de mujer, me recibió en su casa sin el hiyab21 puesto. Esa fue la primera vez que vi el
cabello de una mujer musulmana.
Finalmente, Maher Saleh de 27 años, también palestino de segunda generación, nos habla sobre el
Islam, del que es un gran creyente y practicante. En nuestro primer encuentro, se rehusó a darme la
mano como muestra de saludo, y a partir de ahí, se entretejió nuestra conversación guiada por la
importancia de la mujer en el Islam. En compañía de él, visité varias veces la mezquita Al-Qurtubi,
situada en el barrio Pablo VI en Bogotá.
Mediante sus experiencias y memoria pretendo completar la revisión del conflicto. La historia no
solamente se basa en fuentes académicas, pues también es revivida por los actores directos y su causa a
través de la historia de los hechos, que basa su proximidad en esta investigación en la legitimidad de la
lucha palestina.
21
El velo islámico utilizado por las mujeres para cubrir su cabello, orejas y cuello. Diferente de otros tipos de velo como la burka o el chador.
48
3.1. EL RELATO DE SAID
Los Derechos Humanos existen para otras naciones, pero no para los palestinos
Yo soy de Beit Nabala, un pueblo en la punta de la nariz del aeropuerto de Ben-Gurión en Tel Aviv, donde
aterrizan y vuelan los aviones. Esa tierra es de mi pueblo, pero ese pueblo ya no existe.
Nací el 15 de abril de 1937 y migré acá en el año 60. Llevo 54 años viviendo en Colombia. Soy refugiado
de 1948, cuando tomaron nuestros pueblos y nos sacaron al margen occidental del río Jordán; la otra
parte de la Franja de Gaza se la entregaron a Egipto. Mi familia y yo vivimos en campos de refugiados.
Tuvimos que salir del pueblo en el 48 cuando formaron el Estado de Israel en nuestra tierra porque no
había otra opción. La ONU repartió carpas para que viviera la gente, pero quedamos debajo del agua y
del frío, allá hay estaciones y el frío es muy fuerte. Duramos así mucho tiempo hasta que hicieron los
campamentos de refugiados. Uno tenía que buscar un lugar lejano para poder vivir.
A Israel lo formaron el 15 de mayo, dentro de lo que llaman ‘La línea verde’. Alcanzaron a quedar
algunos pueblos cerca del aeropuerto de Ben-Gurión, como Lod, quedaron muy pocos. Hay otra ciudad
también, se llama Ramla, otra Haifa. Hebrón queda al sur de Palestina. Yo no he ido a la Franja de Gaza
porque no hay paso.
En el año 60, las Naciones Unidas entregaron a cada palestino refugiado del 48 una cartilla para dar
alimento, a mí me quitaron esa cartilla y en cambio, me regalaron el pasaje. El viaje fue por Medio
Oriente: de Jordania a Siria, de Siria al Líbano, y del Líbano duré casi un mes hasta que llegué a
Cartagena. Era un barco italiano, un barco muy viejo. Yo tenía la idea de irme para Venezuela, pero no
conseguí la visa, lo que obtuve fue una visa de estudiante en el consulado colombiano en Beirut, el
Líbano, entonces me vine para acá. Aquí no conocía a nadie y tenía solamente 23 años.
El 5 de septiembre de 1960 pisé tierra colombiana, a las cuatro de la tarde me bajé del barco en
Cartagena. Mi familia se quedó en el campo de refugiados. Con los años, pude comprar un pedazo de
tierra en Ramallah y construimos una casita de 90mts donde vivieron mis padres hasta que fallecieron.
Yo tenía novia y mandé por ella. Hice una partida de matrimonio y con eso el consulado colombiano le
dio la visa, ella vino y nos casamos. Llegó en el 68, después tuvimos hijos. Aquí la religión, la cultura, el
idioma y las costumbres son muy diferentes, pero mi señora intentaba enseñarles a ellos todo lo que
49
más podía. Con el tiempo, me dijo que quería llevar a los niños a Palestina para educarlos y formarlos
allá y que no se perdieran las raíces. Viajaron el 17 de julio de 1982.
Cuando yo me vine ya estaba grande, ya sabía que mis padres eran musulmanes, que tenía que ser
musulmán. Estudié acá la primaria, hasta 5to grado, pero ya sabía qué religión tenían mis padres. Cada
cual nace y tiene que recorrer el camino de esa creencia.
He ido casi todos los años a Palestina, el único año que no viajé fue en el 2011, el año siguiente me
quedé cinco meses y medio, y en el 2013 viajé el 5 de julio y regresé el 17 de septiembre. El viaje lo hago
directamente a Tel Aviv, y de ahí cojo un carro hasta Ramallah, donde está la Autoridad Nacional
Palestina, el gobierno nacional de Palestina. Eso es una misión diplomática porque para que haya
embajada tiene que haber Estado conocido, soberano, independiente.
Cuando no tenía nacionalidad colombiana, no me dejaban entrar los israelitas. Ahora viajo con
pasaporte colombiano y en el aeropuerto me dan 90 días; si voy a estarme más, me toca ir a renovar la
visa, si no a la salida se ponen a preguntar por qué me quedé más tiempo, y de pronto también en el
próximo viaje pueden decirme y no es raro que eso pase: “usted no tiene derecho a entrar porque la
última vez se quedó más tiempo del que podía sin permiso de la autoridad israelí”. Cuando mi hijo llegó a
Tel Aviv, en el aeropuerto le dieron 90 días por ser ciudadano colombiano nacido acá; sin embargo,
cuando terminaron los 90 días él se quedó diez años más. En el 92, Israel le cobró una multa de mil
dólares para que pudiera salir del aeropuerto por estar esos diez años sin permiso. Tuvo que pagar esa
multa para poder regresarse.
Antes cuando llegué a Colombia, vine con un pasaporte jordano, pero ese pasaporte se acabó y no
quisieron renovarlo. Me dieron la nacionalidad colombiana en el 93 cuando el presidente era Gaviria, la
Ministra de Relaciones Exteriores era Nohemí Sanín, ella me dio la nacionalidad colombiana. Yo me
siento bien porque con el pasaporte colombiano viajo a donde quiera, me sirve más que un pasaporte
jordano. Yo no soy jordano, pero cuando llegué en el año 60, tenía el mando militar al margen occidental
del río Jordán el Rey Hussein de Jordania, por eso vine con pasaporte jordano. Ya no tengo pasaporte
palestino, no tengo cédula palestina, no tengo derecho ni siquiera a votar, acá sí tengo esa opción como
cualquier ciudadano.
Una vez cuando no tenía nacionalidad colombiana, en el año 90, me fui de acá a Fráncfort y de allí a
Amán, la capital de Jordania. Al llegar crucé el puente del río Jordán para pasar a Jericó y entrar a visitar
a la familia. Tenía 2,000 dólares en el bolsillo. Una mujer de la autoridad israelí me dijo:
50
—Usted no puede entrar.
—¿Por qué? —le dije.
—Usted no tiene permiso para entrar. Además si va entrar, tiene derecho a llevar solamente mil
dólares, no más. —respondió.
En esta época se vivía la Primera Intifada, el levantamiento del pueblo contra la ocupación de Israel.
—Tiene que volver a Jordania. —Fue lo único que me dijo.
Me quedé esperando bajo una temperatura de más o menos 40° grados en Jericó, me metieron en el
último bus de la noche y me dijeron que tenía que volver a Amán. ¿Dónde está la justicia? Uno vive muy
amargado con lo que pasa allá en nuestra tierra, y nosotros prácticamente no tenemos derecho a nada,
todo el derecho es para Israel.
Hay más de 11.000, 12.000 palestinos presos en Israel, hay unos enfermos que se mueren en las
cárceles. También hay escasez de agua. Israel no está dando suficiente agua a los palestinos, prefiere
llevar el agua a los asentamientos judíos, a los colonos que están en esos territorios ocupados. Ni una
cuarta parte la dejan pasar para los palestinos. Muchos días no hay agua. ¿Dónde está la justicia?
¿Dónde están los Derechos Humanos? No lo entiendo. Yo creo que la próxima guerra va a ser por agua,
porque el agua es la vida de todos.
Antes del 48, cuando iniciaron el Estado de Israel en nuestra patria, Palestina era un solo Estado. Había
una colonia británica, pero cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña se alistó para salir
de Palestina y formar el Estado de Israel. Durante el mandato de Gran Bretaña, ellos abrieron la
migración, llegaron migrantes de todo el mundo. Todo el armamento que tenía Gran Bretaña cuando
salió de Palestina se lo entregó a los judíos, no había Israel, había haganás, que eran como partidos
políticos armados contra los palestinos matando a nuestros hermanos y ocupando nuestros pueblos.
Gran Bretaña sembró a los israelitas en esta tierra y ahora los apoya Estados Unidos.
Los judíos creen que esa tierra es de ellos. Es una tierra sagrada, nosotros la llamamos ‘Tierra Santa’. La
gente no se imagina cuántos miles de millones entran en turismo, cuánto dinero recibe actualmente esa
nación. Yo nací en Palestina, pero no tengo derecho a vivir ahí; en cambio, cualquier judío nacido en
cualquier parte del mundo sí tiene ese derecho, derecho de tomar la tierra, de hacer casas y vivir en un
lugar que no conocía. Traen hasta judíos de África. ¿Qué espera uno?
51
Ese es nuestro sistema, nosotros somos víctimas de Israel y de las naciones que lo apoyan. El 5 de junio
de 1967, Israel tomó el resto de Palestina, tomó la Franja de Gaza al lado de Egipto, el margen occidental
del Río Jordán hasta Jericó, donde bautizaron a Jesucristo. Yo estaba acá en Colombia, el gobierno
colombiano era el de Carlos Lleras Restrepo en esta época. Ahí cayó Palestina totalmente en las manos
de Israel. Tomaron hasta el Desierto del Sinaí, hasta el Canal del Suez.
Después en 1973, durante el presidente Anwar el-Sadat, Egipto hizo una pequeña guerra. Cruzaron el
Canal del Suez y tomaron una parte del desierto del Sinaí. Israel tuvo que entregarlo después por las
conversaciones que hubo, pero se quedó con la Franja de Gaza. Ahora están aburridos con este
territorio, tantos problemas, tantas matanzas. Es una población muy grande y un territorio muy
pequeño. Se han enfrentado muchas veces. La Franja de Gaza es prácticamente una cárcel, un embargo
de Israel. No entra ni sale gente. Ellos también son víctimas.
En 1982, sacaron a nuestro gobierno de Arafat bajo la bandera norteamericana y lo llevaron del Líbano a
Túnez. Estando allá hicieron conversaciones de paz con la autoridad israelí. Fueron a Oslo e hicieron un
acto de paz con Israel. Pero volvieron y entraron a Jericó y a la Franja de Gaza, y claro dicen: “tenemos
que reconocer un Estado Palestino en tanto tiempo”, pero es mentira. Hasta ahora nosotros no tenemos
absolutamente ningún Estado reconocido por Estados Unidos ni por Israel. Estamos debajo del dominio
de Israel. Nuestro gobierno de Palestina, de la Autoridad Nacional Palestina, si va a pasar de una parte a
otra, tiene que pedirle permiso a la autoridad israelí. ¿Dónde está la justicia? ¿Dónde está la justicia? No
existe la justicia.
La autoridad israelí entra a cualquier pueblo, a cualquier ciudad, a cualquier campo de refugiados.
Entraron hace poco, cuando estuve en agosto de 2013, a un campo de refugiados que se llama Kalandia,
mataron a dos o tres personas e hirieron a más de veinte en la madrugada. Israel no quiere la paz con los
palestinos. Si fuera cierto que quieren la paz y quieren entregar esa tierra que ocuparon en la Guerra de
Junio del 67, no harían cosas como esa.
Nosotros sí podemos vivir con Israel y podemos vivir como hermanos, podemos vivir todos juntos, pero
Israel no, Israel está dominando el mundo. En el congreso norteamericano la mayoría son de origen
judío, en la bolsa, ellos dominan todo. El único que pueden tener armamento moderno y nuclear
después de Norteamérica y la Comunidad Europea es Israel. Tiene más de trescientas cabezas nucleares
y nadie dice nada. A Israel no le conviene la paz en Medio Oriente porque tiene el apoyo actual de
Norteamérica, entonces no quiere dar absolutamente nada para los palestinos. Nosotros seguimos
siendo víctimas.
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Cuando estuvo en Medio Oriente el señor Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo a la
Autoridad Nacional Palestina y a Israel que durante nueve meses se tenía que solucionar ese problema,
tenía que haber un Estado palestino reconocido por Israel y por el resto del mundo, pero Israel no
cumple. Israel no cumple con esta solución porque quiere dominar a los árabes, está interesado en la
riqueza árabe, como la de los países del Golfo Pérsico, esos países son pozos de petróleo, son miles de
millones diarios.
Uno mira por ejemplo cómo están cayendo los gobernantes árabes: a Gadafi lo mataron; en Túnez, Zine
El Abidine Ben Ali se fue a vivir como refugiado a Arabia Saudita; el de Yemén, Ali Abdullah Saleh, se
largó y se puso a otro; en Siria, esto va para tres años que Al-Assad está matando a su pueblo y no quiere
bajarse. De igual forma, este señor está apoyado por la República Islámica de Irán, por Rusia y por China,
y también está luchando a favor de él, el Partido de Dios, el partido Hezbolláh del Líbano.
Yo escucho diariamente los canales árabes y todos los días hay matanzas. En Irák, Bush mató al
expresidente, alma bendita, que ahorcaron un día sagrado como hoy, ¿cómo puede ser eso? Estados
Unidos dice que tiene democracia, pero no, ¿nosotros los palestinos tenemos democracia? Mentiras.
¿Derechos Humanos? ¡Tampoco! Los Derechos Humanos existen para otras naciones, pero no para los
palestinos.
En nuestros países árabes falta la democracia, no hay democracia como a acá: cuatro años, se va uno y
viene otro. Allá tienen que gobernar toda la vida hasta que se mueran, y si hay alguien que pueda
reemplazar a esta persona, la reemplaza. Acá es muy diferente. Yo he estado en muchos gobiernos
colombianos, el único que estuvo dos veces en el tiempo que llevo en Colombia ha sido Uribe Vélez. Eso
es la democracia, los Derechos Humanos, la verdad. Un policía no puede ni pegarle a un gamín.
Allá no hay libertad. Muchas veces para pasar de una parte a otra, se encuentra un retén; si el
comandante es mala gente, lo deja ahí una hora, dos horas, hasta que él quiera que uno pase. No hay
justicia. Somos víctimas. No hay nadie que obligue a Israel a retirarse de esta tierra y a ligarse a las
fronteras de 1967, a entregarles la tierra a los palestinos, a reconocer un Estado palestino independiente
al lado del Estado de Israel. Yo personalmente pienso que eso nunca va a pasar.
La ciudad de Ramallah es una ciudad como París o como Nueva York, tantas construcciones, tantos
edificios, yo creo que ésta va a ser la capital porque Israel no va a soltar a Jerusalén como capital de los
palestinos. Yo no puedo creerlo. Los palestinos son muy débiles, armamento no tienen, ¿con qué van a
luchar? Todo el poder y el armamento están en las manos de Israel. Y la solución está actualmente en las
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manos de sus gobernantes. Yo tengo un hijo trabajando con la Autoridad Nacional Palestina, en una
época duraba un mes, un mes y medio, pero no tienen dinero para pagarles a los empleados del
gobierno.
Hay más de 138 naciones que reconocieron el Estado Palestino, pero ¿qué sacamos? Si Estados Unidos
dice que no, puede dictar el veto, y se acabó todo, ya no vale nada. Hoy es la fuerza la que habla. Una
persona débil no puede hacer absolutamente nada. La mayoría de los gobernantes árabes son cobardes,
yo no hablo a nivel pueblo, digo los gobernantes. El gobernante de Arabia Saudita, ¿qué es? Una puntilla
en el zapato de un gobernante norteamericano, o como Catar, como Bahrein, como Kuwait, esos países
no sirven para nada. Nunca apoyaron en el conflicto a los palestinos. Inclusive Catar tiene relaciones
diplomáticas con Israel. En África del norte, el Rey Hassan VI en Marruecos tiene la colonia judía más
grande, hay más de 15 mil personas viviendo allá y los judíos lo quieren más que al gobierno israelita.
Hacen hasta reuniones de la Casa Blanca.
Dicen que los palestinos son terroristas, pero los verdaderos terroristas son los judíos que entran a
nuestras mezquitas y matan a la gente. Ha pasado varias veces en esos templos de Dios. La religión
musulmana es una religión de paz, no es una religión terrorista como dicen ellos. ¿A alguien le gustaría
que otra persona viniera a ocuparle su hogar? ¿A alguien le gustaría que le hayan matado a su hermano?
Uno puede odiar a esas personas porque ellos nos están haciendo el mal a nosotros. Lo mismo que en
Afganistán. Allá los Talibanes están matando a los soldados norteamericanos y a los aliados, ¿por qué?
¿Por qué vienen a ocupar nuestro país? O como en Irak cuando Bush ocupó esta república, ¿cuántas
veces abusaron los soldados norteamericanos de las mujeres iraquíes? Los abusivos son ellos. Aquí
cuando vinieron a Cartagena con Obama, ¿no abusaron también de las colombianas? Y ellos dicen que
tienen democracia, ¿dónde existe eso?
En 1988, los israelíes fueron a Túnez y mataron a un dirigente palestino de alto rango, se llamaba Khalil
al-Wazir y era conocido como Abu Yihad, era el cofundador de la Organización para la Liberación de
Palestina, la OLP. En el 2010, fueron a Emiratos Árabes, entraron con pasaporte europeo –cada israelita
tiene más de dos nacionalidades porque tiene otra nación además de Israel y entran a cualquier país
árabe como ciudadano de otra raza– y mataron a otro dirigente en el hotel en Dubái, se llamaba
Mahmoud al-Mabhouh y era un importante oficial de Hamás. Lo envenenaron, lo torturaron y lo
electrocutaron. A Arafat también lo asesinaron los israelitas, y a la cabeza de los ellos están los altos
rangos de Norteamérica. Lo mataron lentamente porque él no murió de un día para otro. Lo sacaron de
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Ramallah a Jordania y de ahí a París, no duró mucho tiempo. En la muerte de Arafat están involucrados
los más cercanos a él, también palestinos.
Ahora el pueblo palestino no quiere a Abbás. Durante Arafat, él era el primer ministro y cuando se reunió
con Bush y con el primer ministro Sharon en Jordania, no habló muy bien de nosotros. Abbás vino en el
2011 a Colombia, se reunió con Clara López, la alcaldesa, y con Juan Manuel Santos al otro día. Pero el
presidente Santos es americano, está a favor de Israel y de Norteamérica, él le contestó a Abbás:
“cuando Israel reconozca el Estado palestino, nosotros lo reconoceremos”. Pero los palestinos
necesitamos el voto de Colombia. Si fuera otro el presidente, la cosa sería distinta. Israel vende
armamento a Colombia, ¿qué espera uno?
El partido de Hamás ganó las elecciones en el 2006 y ¿por qué Abbás no entregó el poder? Porque no le
conviene. Pasa lo mismo que en Egipto, es porque es un partido islámico, por eso no los querían. A
Estados Unidos no le conviene que gobierne un dirigente musulmán a un Estado soberano. Como pasa
en Irán que todos los gobernantes son islámicos, y dicen que esa república hay que destruirla porque
tiene armamento nuclear. Deberían destruir a Israel que también tiene armamento y puede destruir al
mundo. ¿Por qué no hablan de Israel? Porque Israel es el hijo preferido de Norteamérica y de la
Comunidad Europea.
Yo vine hace 53 años y me quedé aquí, me amañé. Me traje a mi señora, tuvo diez hijos colombianos,
siete hijas mujeres y tres hombres, formé mi hogar aquí en Colombia. Yo le digo a todo el mundo que
esta ciudad es muy hermosa, mucha gente me dice: “hombre, ¿usted qué hace en Colombia tantos
años?”, y yo digo: “Bogotá es el paraíso, es una ciudad muy hermosa”. El clima de Bogotá no lo
encuentra uno en ninguna parte del mundo. En Palestina uno también sufre por el calor. Yo amo
Colombia, Colombia me dio mucho, me dio la nacionalidad. Ahora estoy bien, tengo tres almacenes,
tengo un apartamento, ¿qué más puedo pedirle a la vida?
Nosotros no pedimos que Israel se divida, nosotros reclamamos nuestra tierra palestina que Israel tomó
en junio del 67. Los palestinos somos legítimos de esta tierra. La mayoría de los israelitas que viven en
esa tierra, ni siquiera nacieron ahí. Netanyahu es un criminal de guerra, que ni siquiera deber haber
nacido en Palestina.
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3.2. EL RELATO DE RAMEZ
No podemos llegar a Palestina por avión porque los judíos ni siquiera nos dejan entrar
A raíz de tantos problemas y guerras que hubo en los sesenta, el tío de mi padre decidió dejar Palestina.
Salían en barcos sin tener claro su destino. El sueño era irse a Estados Unidos, pero llegaron a Colombia.
Creo que fue en el 67, después de la guerra de los Seis Días en Medio Oriente, cuando el tío trajo al
hermano de mi padre –ahora mi tío– y en el 80 se vino mi papá, en el 84 se casó con mi mamá y ahora
vivimos todos aquí.
Nosotros somos de un pueblo cerca a la ciudad de Ramallah que se llama Ras Karkar. Yo siempre iba de
vacaciones y me quedaba tres meses con mi mamá y mis hermanos, pero del año 2000 al 2004, me fui a
vivir a Palestina. Mi mamá se quedó más de diez años. Cuando nos fuimos en el 2000, teníamos el
proyecto de irnos del todo, pero mi papá se había quedado acá porque en ese tiempo tenía sus negocios;
a pesar de nuestra idea, en el mismo año 2000, en septiembre, comenzó la Segunda Intifada. A raíz de
eso mi papá decidió no irse, no cerrar sus negocios y se quedó acá en Colombia. Entonces él iba y venía,
seis meses acá, seis meses allá.
Para ir a Ras Karkar hay que llegar en avión hasta Jordania y por tierra se pasa a Palestina. En Jordania
tenemos familia que debido a la guerra también ha salido, tenemos un tío y una tía que viven allá.
No podemos llegar a Palestina por avión porque los judíos no nos dejan entrar. El aeropuerto palestino
que había en Kalandia lo bombardearon, pero no era un aeropuerto internacional; el aeropuerto
internacional es el de Ben Gurión, en Tel Aviv. Los palestinos por tener pasaporte palestino no podemos
entrar ni salir, ninguno puede, a menos de que sea un palestino que haya perdido la nacionalidad, los
que han salieron hace mucho tiempo. En el caso de mi tío, él no tiene papeles palestinos porque salió
hace mucho y no se los devolvieron cuando regresó.
De Jordania a Palestina no es tanto la distancia sino los problemas que uno encuentra en el camino. La
frontera se divide en tres partes: primero la parte Jordana, entonces las autoridades jordanas requisan,
piden papeles, y después uno cambia de bus y pasa hasta la frontera de Israel, allá vuelven y requisan
nuevamente. En este punto es donde uno más se puede demorar, pueden ser seis, siete horas ahí; y si a
uno le va bien, se puede demorar dos horas en pasar. Más adelante se llega a donde están las
Autoridades Palestinas y allá es mucho más rápido, después lo que uno dure en llegar a su pueblo. En mi
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caso, de la ciudad que está en la frontera que es Jericó, la frontera dentro de Palestina ya hablando, de
ahí a Ramallah se llega en una hora, y de la ciudad a mi pueblo son 15 minutos más.
Una ciudad allá es como un pueblo pequeñito acá en Colombia. Toda Palestina, lo que es Palestina
histórica, lo que hoy se llama Israel, toda la parte que tienen ocupada y la que no, es más o menos del
tamaño de Cundinamarca. La ciudad que hoy en día es la supuesta capital de la Autoridad Nacional
Palestina es Ramallah y no tiene más de 25.000 habitantes. Creo que Fontibón o Kennedy tienen más.
No he tenido tantos problemas para entrar, pero sí los tuve estando allí. Cuando viví del 2000 al 2004, en
la época de la Segunda Intifada, para la gente joven era más complicado porque siempre lo fichaban a
uno de estar tirando piedras, nos ponían muchos problemas y hasta nos podían disparar. Pero eran ellos
los que venían a bombardear, venían con sus aviones y tanques.
Un día estábamos con mis amigos caminando por las calles del pueblo. Antes de la intifada era todo muy
seguro y uno se podía quedar en la calle hasta el amanecer y no pasaba nada, pero estábamos en tiempo
de guerra. Íbamos con mis amigos caminando por la calle y hablando cuando pasaron unos jeeps
israelíes, pasaron, pero siguieron derecho. Cuando nosotros los escuchamos, nos escondimos porque
sabíamos que ellos iban era a buscar problemas, no iban a nada bueno. Entonces nos escondimos,
cuando ya pasaron, salimos a la calle principal del pueblo y se habían bajado los militares israelíes pese a
que los carros habían seguido; eso lo hacen para despistar a las personas que están en la calle.
En ese momento, los militares nos alzaron las armas, yo del miedo no vi cuántos eran, pero uno de ellos
me estaba siguiendo a mí. Estaban vestidos como militares, era de noche y yo le vi la antena del radio
que ellos cargan, me estaba apuntando y me dijo que parara. Yo salí corriendo y del temor me temblaba
todo, me caía al piso, volvía y me paraba, yo corría y corría, y pensaba que en cualquier momento me
dispararían. Cuando me di cuenta, ya no podía más, me tiré al piso y alcé las manos, esperé y miré hacia
atrás, ya no me seguía nadie y me encontraba en un sitio del pueblo al que nunca antes había llegado.
Había corrido tanto que no me di cuenta adónde había llegado. Eso fue en el 2005.
Algo que se vive a diario en Palestina es el problema de los recorridos. Para llegar de mi pueblo a
Ramallah son 15 minutos, pero en los tiempos de la intifada durábamos horas para llegar a alguno de los
dos lados. En el camino había dos puestos de control. Tocaba ir siempre en carros de servicio o buses
para poder pasar, no podía ir uno en su propio carro. Cuando se llegaba al puesto de control, había que
bajarse, ahí a uno lo requisaban, lo golpeaban. Varias veces me golpearon judíos que ni siquiera
nacieron en mi tierra. Lo coge a uno una persona que traen de Etiopía, no porque sea negro sino porque
no tiene el derecho sobre la tierra, o un ruso o un norteamericano que dice ser judío solamente por lo
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que le está dando el Estado de Israel: un buen sueldo, vivienda, estudio para sus hijos, les dan todo para
que digan ser judíos. Pero igual, uno pasa el puesto de control y sabe que esa tierra es suya, de sus
padres, de sus ancestros. Hay que pasar muchas experiencias difíciles.
Me pasó una vez que tenía una cadena con el mapa de Palestina y la tenía a la vista, me la había sacado,
se me había olvidado. Y en el puesto de control me dijo un militar israelí:
—¿Qué es eso?
—Es el mapa de Palestina. —le dije. Era un judío de Etiopía, ni siquiera era un judío de la tierra.
—Jaffa, Haifa, Tel Aviv, ¿todo eso es Palestina? —me preguntó.
—Eso es Palestina, eso era antes de que llegaran ustedes —le respondí desafiante. —Yo voy a
seguir con mi mapa porque es el país que yo quiero que sea algún día.
Se rió y decidió golpearme, después me dejaron seguir normalmente. Estábamos en verano, en julio del
2004. Llegué al segundo puesto de control, de la rabia que tenía porque me habían golpeado, no me
quise guardar la cadena, me la dejé afuera. Y me dijo otro militar:
—¿Qué es eso?
—El mapa de Palestina. —volví a responder.
—Jaffa, Haifa, Tel Aviv, ¿Palestina? —preguntaron igual que antes.
Pero en ese segundo puesto de control no me dejaron pasar, me pusieron esposas, yo temía que me
llevaran preso, estaba solo, me iba a encontrar con unos amigos en Ramallah. Me ataron las esposas, me
dejaron en el sol sin poderme sentar sobre las piedras ni en el piso, tuve que quedarme de pie. Pasaban
todos los palestinos y me preguntaban en qué me podían ayudar.
Por esa época reclutaban a todos los jóvenes de 14 a 25 años y los llevaban a las cárceles, esa es la edad
en que más se llevan a los palestinos presos. En ese tiempo, yo tenía más de la mitad de mis amigos en la
cárcel porque los habían acusado de tirar piedras, que podía ser en algunos casos cierto, en otros no,
pero por tirar una piedra para defenderse de un tanque de guerra o de los misiles de los aviones, un niño
palestino no puede estar pagando tres años, cinco años de cárcel. Los dejan mínimo un año detenidos.
Yo alguna vez lancé una piedra, pero mis amigos me dijeron que no lo volviera a hacer. Si lo ven a uno
lanzando piedras más de una vez, lo echan a la cárcel. Mi familia tampoco me dejaba. Yo estaba con mi
mamá y mis hermanos.
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Estando en el puesto de control, me dejaron casi seis horas de pie y debajo del sol, al final de la tarde me
preguntaron:
—¿De qué pueblo es usted?
—Ras Karkar. —dije.
—Ya no puede pasar a Ramallah. —me advirtieron.
—Igual ya no estoy interesado en pasar. —respondí.
—Devuélvase.
Me quitaron las esposas, pero no me dejaron seguir hasta Ramallah, yo igual ya me quería devolver a mi
casa. Yo iba a Ramallah porque necesitaba conseguir algunas cosas, en los pueblos no hay muchos
almacenes.
Hay ciudades claves en Palestina: Belén, Ramallah, Nablus, Jericó, Hebrón, a Jerusalén no la contamos
porque no podemos acceder a ella en cualquier momento. Esas son ciudades que tienen pueblos muy
cercanos a 10 o 15 minutos. En las ciudades es donde se mueve el comercio en Palestina. Yo tenía que ir
porque todo está centralizado en Ramallah.
De hecho, cuando empezó la Segunda Intifada yo estaba estudiando en Ramallah, duré tres meses más
estudiando allá y al final me tocó salirme porque mi mamá no me dejó ir más. Una vez me tocó
quedarme seis días en la ciudad porque no podía llegar a mi pueblo, estaban bloqueados todos los
caminos. Era muy fuerte la guerra en ese tiempo.
Ahora los judíos entran a donde quieran, a las ciudades palestinas, se llevan preso al que quieran, los
puestos de control los ponen, los quitan, a veces uno los encuentra, a veces no, pero en la Intifada sí
eran fijos.
Estaba una vez en el pueblo y mi abuela me había mandado a comprar unas cosas al supermercado, de
casualidad pasaron dos jeeps israelíes, parquearon en la puerta del lugar y entraron. Habíamos
solamente dos jóvenes, de resto eran personas de 50 años para arriba. A mí y al otro joven nos sacaron,
el padre del otro joven estaba ahí entonces no se lo llevaron, él habló con los militares y les dijo que él
era su hijo.
Pero a mí me montaron en el jeep, me iban a llevar preso en ese momento, cada vez que yo iba a hablar
no me dejaban. Por fortuna, no me dejaron hablar en ese momento, yo les iba a hablar en árabe y les iba
a decir que no había hecho nada, que estaba en el supermercado comprándole unas cosas a mi abuela.
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Igual me llevaron y cuando estábamos en un lugar muy desierto, un militar me preguntó por qué estaba
tirando piedras, me lo dijo en árabe, yo le entendí, pero en el camino ya había pensado una estrategia. A
los palestinos les dan la cédula a los 16 años, yo ya tenía la cédula palestina, pero pensé en no decirles
nada, le dije que no entendía árabe ni hebreo.
—¿Inglés?-, me preguntó.
—Muy poco —le dije. —Hablo español, yo soy de Colombia y vine a visitar a mi abuela, llevo una
semana en Palestina. —Pero él insistía en que me había visto tirando piedras y que yo me estaba
escondiendo en el supermercado.
—Usted está equivocado. —le respondí.
No podía decirle ‘mentiroso’ porque me metía en un problema, pero le volví a explicar lo que de verdad
estaba haciendo. Empezó a preguntarme que quién tiraba piedras en el pueblo, le dije que yo no conocía
a nadie, que sólo conocía a mis primos y que no los había visto tirando piedras. Estábamos hablando en
inglés. Le dije que había ido a visitar a mi familia, le repetí que sólo llevaba una semana. Pero yo vivía en
Palestina hacía más de dos años.
Al final, el militar les dijo a los otros en hebreo que me soltaran, ellos le reclamaban algo, pero yo no
entendí qué le decían. Se bajaron los dos de atrás y me golpearon, uno levantó su arma y me dijo que
corriera. Con temor pensaba que al salir a correr, me matarían. Pero igual corrí, no había más que hacer.
Gracias a Dios no pasó nada. Era un lugar muy desierto, yo no conocía nada, y por el camino se detuvo
un carro. Allá los carros de los palestinos tienen placa verde y los israelíes tienen placa amarilla. El carro
que paró tenía placa amarilla y yo me asusté más aún, porque me habían podido matar ahí en la calle.
Los civiles israelíes también andan armados, pero resultó siendo un palestino de los que vivió en la tierra
del 48. Los palestinos que no salieron de esas tierras tienen cédula israelí. El carro me acercó al pueblo,
ahí encontré a mi mamá llorando, yendo a buscarme a los puestos de control.
Cuando yo salí de Palestina el muro todavía no estaba. Volví en el 2006 y solo con ver eso me conmoví
tanto que me puse a llorar. Ver una casa palestina y al otro lado, la casa del hermano, pero ahora están
divididas por el muro, y ninguno puede visitar al otro. O el niño que iba al colegio ahora está detrás del
muro, y le toca buscar otro lugar donde estudiar que lo más probable es que esté en otro pueblo, muy
lejos. Ver esa injusticia es doloroso. Día a día estamos perdiendo más de lo nuestro. La última vez que
regresé fue en el 2008.
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En Palestina, hay una parte que se llama Aen Ayub, es un nacimiento de agua y dicen que de ahí bebía el
profeta Ayub. Como Palestina era la tierra de los profetas, todos estuvieron en allá. Ahí al lado de eso
hay casas palestinas que son de nuestro pueblo, de Ras Karkar. Allá van los colonos siempre a ensuciar el
agua, no nos dejan beber de ella y se meten a nadar; decían que el Profeta Ayub se bañaba en esa agua,
entonces ellos se meten a bañarse, pero también están orinando ahí y nosotros bebemos de esa agua,
¡cómo se van a bañar ahí si es la provisión de agua para nuestro pueblo! Si quieren tomar agua, que lo
hagan, pero que no se bañen ahí.
Hace poco nos contaron lo que le pasó a un conocido en su casa. En esa tierra donde ellos están es un
poquito alejada del pueblo, hay como tres o cuatro viviendas, queda a las afueras, en tierras donde antes
se podía sembrar, ya no, pero todavía quedan unas viviendas que tienen papeles y no las han dejado
tumbar. Los colonos no quieren que ellos sigan ahí para poder apoderarse de esos terrenos. Los colonos
judíos que están en nuestro pueblo atacan y queman los olivos de nuestra tierra, no los militares sino los
colonos de los asentamientos. Como es un pueblo pequeño, todos nos conocemos. Entonces estaba la
señora con sus hijos en su casa y llegaron a atacarla y a maltratarla, ella llamó a su esposo que estaba en
un matrimonio en un pueblo al lado de Ras Karkar, así que el esposo se fue con toda la gente que estaba
en la ceremonia y llamó también a la gente de nuestro pueblo. Se metió el ejército israelí disparándole a
la gente con balas de goma, les quemaron tres carros. Afortunadamente no pasó a mayores, pero hubo
ocho heridos en el pueblo. Ese es el pan de cada día.
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3.3. EL RELATO DE HANA
Una lluvia de balas
Mi suegro llegó aquí por la guerra de los judíos hace más de 55 años, cuando violaron la tierra palestina.
Como no había trabajo para los palestinos, él se vino, después trajo a la mujer y tuvieron hijos. Mi esposo
es árabe, palestino, pero nacido acá. Ahora está trabajando con el papá, pero nos conocimos en
Palestina. En mi familia somos seis hijos, tres hermanos y tres hermanas. Mis dos hermanas viven en
Estados Unidos y mis tres hermanos se quedaron allá.
Al principio me costó mucho aprender español. El primer año entendía lo que me estaban diciendo, el
segundo aprendí a responder, pero muy mal, confundía mucho las palabras. Venirme fue muy difícil
primero por el idioma, segundo por las costumbres que aquí son totalmente diferentes, pero ya con el
tiempo uno se comienza a adaptar, a aprender español, a acostumbrarse a vivir. He regresado dos veces
a Palestina a visitar a mi familia en el 2003 y en el 2008.
En uno de los viajes que hicimos, estábamos durmiendo en la casa de mis padres y era de mañana; de un
momento a otro, comenzaron a dispararle a la gente que estaba en la calle, supuestamente buscando a
unos muchachos que habían tirado piedras. Yo estaba durmiendo con los niños y eso parecía una lluvia
de balas, nos tocó escondernos en el baño, teníamos miedo de que entraran por la ventana. Los niños
empezaron a llorar porque mi familia vive al principio del pueblo, los que están adentro no lo sentían
tanto como los que estábamos a la entrada. Eso lo vivimos en carne propia.
Cuando estaba pequeña, muchas veces tuve que ver las balas, al amigo de mi hermano lo mataron
cuando tenía 11 años. Estaban caminando juntos y la bala le llegó al pecho. Como la gente ya conoce la
situación, hacen los colegios bien adentro del pueblo, en los lugares lejos de los judíos para que no
lastimen a los niños; pero en todo caso, amenazan a los niños pequeños y les muestran las armas.
Yo nunca he tenido ninguna relación con un judío, porque uno los mira a ellos y ya les siente rabia. Ellos
tampoco se contactan con nosotros porque les da miedo que les hagamos algo y a nosotros ellos
también nos dan miedo. Vivimos con miedo, pero todo el mundo los apoya, están a su favor porque
Estados Unidos está con ellos. Los judíos violaron nuestras tierras, esas tierras son de nosotros y ellos
nos las quieren quitar, pero hay que cuidarlas. Es nuestra tierra y es nuestro país. Pero nadie hace nada
por los palestinos.
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Las cosas van de mal en peor, cada vez están apretando mucho a los palestinos hasta quererlos ahorcar.
No dejan salir, no dejan entrar. Allá los niños no viven su niñez como acá, no están disfrutando, primero
por la situación económica, no hay buenos trabajos, la gente no gana bien, es muy poco lo que se puede
conseguir; y segundo, por la situación de guerra, hay unas partes más difíciles que otras, como la Franja
de Gaza.
Hay un problema nuevo en Palestina y es que están secuestrando a los niños para robarles los órganos,
hemos escuchado de varios niños que les hacen esto y los botan ocho o 15 días después. Llega un carro
extraño, no tiene placas, no tiene nada, lo botan al pie de la casa donde lo robaron y nadie responde.
Pese a todo, hay más seguridad que acá entre los propios palestinos.
Me casé muy joven, a los 17 años, allá no hay sexo sin matrimonio, no existen madres solteras. Los hijos
y el sexo son después del matrimonio. La hermana de mi esposo era amiga mía, así nos conocimos,
después nos comprometimos y nos casamos. Ahora tenemos cuatro hijos: Said, de 14; Mohamed, de 13;
Yazan, de 9; y Karim, de 8.
Mi esposo no tiene papeles palestinos, yo sí. Él los perdió por lo que estuvo acá y puede entrar a
Palestina por el lado de los judíos. Yo entro por otro lado: primero hay que llegar a Jordania, los jordanos
no molestan tanto como los judíos, con los judíos nos demoramos horas hasta que esculcan las maletas,
no entra nada, tampoco nos dejan llevar mucho dinero, es muy difícil la situación. Pero como él solo
tiene el pasaporte colombiano, llega por Tel Aviv y de ahí a Ramallah.
En cambio yo, bajo hasta Jordania con los niños porque ellos tienen cédula palestina, ellos también son
colombianos, pero quien tenga cédula palestina, tiene que entrar por otro lado, así fuera de Estados
Unidos. Es una tortura. Eso dura casi un día, hace mucho calor, da hambre, el cansancio es muy fuerte,
pobrecitos los niños. Si fueran las cosas normales, de Jordania a Ramallah se gasta hora y media, pero
por la situación dura lo que ellos quieran. A veces no dura nada, cuatro horas, pero a veces uno sale a las
cinco de la mañana y llega a las nueve de la noche, todo según el genio de ellos.
Nosotros vamos a llevar a los niños para que vivan al menos cinco años allá. Acá se está afectando la
cultura, el ambiente de los niños es muy difícil. Me parece mejor criarlos allá.
Aquí, por ejemplo, se ven niños de 13 años con novios, solo pensando en besos, en amores, en vez de
pensar en qué voy a estudiar, qué voy a hacer, voy a triunfar. Nosotros podemos tener amigos, pero no
pensar en más. La edad de los besos no es de 13, ni de 14, ni de 17, es de mayor de edad. A veces ellos
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llegan con ideas del colegio, pero nosotros les explicamos: “nosotros somos musulmanes, nosotros no
somos así”, pero al tiempo hay que respetar las ideas de la otra gente.
En Palestina algunos colegios son mixtos hasta 5to, pero la mayoría de los colegios son de niñas y de
niños, la universidad sí es mixta. Pero acá me da miedo dejarlos en un colegio solo de niños porque a los
niños acá les puede gustar otro niño, a mí eso me da miedo. En Palestina no existe ese pensamiento.
Aquí hay demasiada libertad, la palabra ‘gay’ es normal, hasta piden que legalicen el matrimonio
homosexual. Eso daña la cabeza de los niños.
La religión allá es más fuerte que acá, maneja nuestra vida. Al estar acá, ese tema para los niños es más
difícil, para mí no, yo hago mis oraciones en mi casa y puedo manejarlo, pero los niños no. Por eso los
llevamos el domingo a Al Qurtubi, la mezquita, para que aprendan. Nosotros también tratamos, pero
siempre hace falta más, porque estamos acá y el país es católico. Por eso los vamos a llevar el otro año
para que aprendan mejor el idioma, las costumbres, la religión.
La ropa no puede ser tan apretada, que no muestre el cuerpo de la mujer, lo hacemos por la religión
porque el cuerpo de la mujer no es para mostrarse a todo el mundo, es para mostrar a su esposo y a su
familia. El cabello también hay que taparlo cuando salimos o cuando llegan hombres extraños. Los únicos
que pueden ver el pelo de una mujer son el esposo, el papá, los tíos, los hermanos, los sobrinos y los
hijos. La belleza de la mujer es para el esposo, para la casa, no es para mostrarla a los demás. Aquí es un
poco diferente, empiezan a mirar y a preguntar por el velo, al principio me preguntaban si estaba
enferma, si no tenía cabello. La burka no es obligación, es una costumbre de algunos países, en Palestina
no.
Lo feo de Palestina es el conflicto. Para ir al centro son diez minutos, pero a veces tarda llegar dos o tres
horas porque los judíos tienen puestos de control y no dejan pasar porque no quieren, porque no
permiten. A veces dicen: “usted pasa, usted se queda”, al gusto de ellos. Por ejemplo, uno enfermo, no lo
dejan pasar; una ambulancia, no la dejan pasar. Los medicamentos a veces no llegan porque los judíos
no les permiten llegar a donde viven los palestinos.
Hay lugares en donde ellos no nos dejan vivir porque son cerca de sus viviendas. Las casas que ya
estaban, las destruyen. La casa de mis primos la tumbaron y nadie responde, ni por la casa, ni por la
plata, ni por la gente. Mi familia no sabía que no se podía, nunca avisaron que no se podía construir ahí,
llegaron de la noche a la mañana y les tumbaron la casa.
64
La situación se está poniendo peor porque son más estrictos, más duros, están apretando mucho a la
gente, robaron más tierra; como ellos tienen armas, son más poderosos. A los palestinos nadie les da
armas para defender la tierra.
El agua llega dos veces a la semana, a veces, solo una vez. Tenemos que tener muchos tanques. En
nuestro caso, como donde viven mis papás es un pueblo grande, a los que están a la entrada les llega el
agua fuerte y pueden llenar los tanques; pero en cambio a los que viven más adentro, les llega muy
bajita el agua y duran todo el día para poder llenarlo, y al final de la tarde se la quitan. Es muy difícil vivir
así.
A mí me gustaría devolverme, está mi familia, toda nuestra vida, mi idioma, mis amigas, aunque aquí
también tengo, pero allá tienen el nivel de pensamiento de uno, piensan como nosotros. Lo único feo de
vivir acá es la inseguridad, me da miedo cuando salgo a la calle. Palestina no es tan congestionada como
esta ciudad, aquí hay mucho trancón, allí también hay carros, pero es más tranquilo.
No me puedo regresar por el trabajo de mi esposo, allá la situación es muy difícil para vivir, los judíos no
permiten trabajar. Cuando se hace algo, lo tumban, lo sacan, hacen todo lo más posible para que la
gente se vaya, buscan la manera de que uno deje sus tierras o sus pertenencias. Pero los palestinos
hacemos hasta lo imposible para estar ahí, porque es nuestra tierra y no la pensamos dejar.
65
3.4. EL RELATO DE MAHER
Y si muriera en mi propia causa, lo haría con orgullo
Antes de entender el conflicto palestino, hay que entender qué es el Islam. De ahí también se basa el
conflicto, porque allí están las tres religiones. Al-Aqsa, la cúpula que está en Jerusalén, es la parte
religiosa de los palestinos y de los musulmanes, tiene historia hace 1400 años. Ese era nuestro primer
lugar de dirección de rezo.
Nosotros rezamos cinco veces al día con dirección a la Meca, anteriormente era Al-Aqsa, que estaba en
Palestina. En El Corán está escrito sobre los tres lugares sagrados del Islam: la Meca, Medina, y Al-Aqsa.
Entonces eso es tan importante no solo para los palestinos sino para todos los musulmanes, por eso
todos debemos luchar juntos.
Yo viví en Jordania, en Palestina no, pero he estado varias veces. Toda la familia de mi madre vive en
Jordania, viví tres años allá. Allí me casé y necesitaba hacer los papeles de mi esposa en el consulado de
Colombia para traerla acá. En Amán no hay consulado colombiano y tampoco en Palestina, entonces
tuve que ir hasta Israel para que ella pudiera venir. Me quedé muchas horas esperando en la frontera y
en ese momento me puse a pensar cuántos ancianos había, cuántos niños esperando igual o más tiempo
que yo, señoras embarazas, y los dejaban ahí como si fueran basura. Eso fue en el 2012. No hay sillas
donde sentarse. Dejan a la gente esperando para entrar a su propia tierra. Es como si alguien dijera:
“quiero entrar a mi casa, pero en la puerta hay una persona que la está ocupando en estos momentos, y
no puedo entrar porque tiene más fuerza que yo. Tiene el apoyo internacional. Tiene el apoyo de todos
mis vecinos que están a favor de él, y yo no puedo entrar, pero ésta es mi casa, ¿qué voy a hacer?”.
Me preguntaron cinco policías a qué iba, para qué quería entrar a Israel. Son casi interrogatorios para
criminales. ¿Qué viene a hacer acá? ¿Por qué se casó? ¿Qué hace en Colombia? Y yo respondí todo con
tranquilidad, no tengo nada que temer. Y si muriera en mi propia causa, lo haría con orgullo. Defender
mi tierra, eso también está en el Islam: uno nunca ataca, uno defiende lo que es de uno. Lo que dice la
gente sobre el yihad es una manipulación de occidente y de los medios de comunicación que dicen que
supuestamente es ‘guerra santa’, pasa también con el tema de la mujer, pero eso es totalmente erróneo.
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La palabra guerra santa no existe en el Islam, cualquiera puede leer el Corán y no va a hablar de eso.
Yihad es la ‘defensa’, no es ‘ataque’. El yihad es la lucha interna de uno mismo. Cualquier cosa que uno
haga es yihad: si sale en la mañana a trabajar para conseguir el pan para sus hijos, es yihad.
En cuanto a la mujer, el islam la tiene como prioridad, prioridad en el sentido de protección, de honor,
de orgullo del bueno. Para nosotros hay un relato del profeta Mohamed, que es el sello de los profetas,
el último de ellos. Nosotros creemos en todos los profetas desde Adán hasta Abraham, Jesús, Moisés, el
último de los profetas fue Mohamed, y le preguntaban a él:
—¿Qué es lo más importante para uno?
—Dios. —respondió.
—¿Y después? —le preguntaron de nuevo.
—Sus profetas que vinieron a dar su mensaje.
—Y después, ¿quién?
—Tu madre.
—Y después, ¿quién?
—Tu madre
—Y después, ¿quién?
—Tu madre
—Y después, ¿quién?
—Tu padre —concluyó.
Tres veces tu madre por encima de tu padre. Para el Islam, la mujer en general sin diferencia entre mujer
musulmana o cristiana, se merecen todo tipo de respeto. En el mundo musulmán, una mujer que no
conoce a un hombre, no lo saluda de mano, solo los más allegados a esa mujer lo hacen. Es cuestión de
respeto.
Yo soy un mujahid, es decir un yihadista, significa luchador. El yihad es un esfuerzo para la vida, no
significa que voy a matar a nadie. El Islam no hace eso, el palestino no hace eso. Es una defensa.
Defender la causa, la tierra, en estos momentos es un poco complicado allá, pero se puede hacer desde
acá, desde Colombia, haciendo que la gente sepa qué es el Islam, antes de lo que es ser un palestino. El
Islam significa paz y sumisión, el musulmán tiene que reflejar la buena actitud, el buen carácter.
67
Nosotros somos de una familia campesina, los palestinos en general somos campesinos. Mi padre salió
de Ras Karkar, quiso buscar su sustento, abrirse y mirar qué posibilidades tenía en el exterior. Se fue
primero a Estados Unidos pensando que podía trabajar, no le fue muy bien allá y entonces se fue a
Canadá, pero allá tampoco y cuando regresó a Estados Unidos, ya no lo dejaron entrar. Él había dejado
todo allá, simplemente se había ido a buscar si encontraba algo. Estando en el aeropuerto, se acordó de
su tío que estaba en Colombia, lo llamó y él le dijo que se viniera a ver qué podían hacer acá. Se vino,
empezó a trabajar vendiendo telas, corbatas, abrió su restaurante, se fue a Cúcuta y conoció a mi mamá,
mis abuelos tenían comercio allá, se casó. Él es el mayor, trajo después a su hermano, el padre de
Ramez, y acá estamos.
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4. HALLAZGOS Y CONCLUSIONES
4.1. Hallazgos
El principal hallazgo de esta investigación es haber logrado una conexión directa entre las categorías
teóricas y los relatos palestinos.
Las narrativas de los cuatro protagonistas palestinos resultaron siendo una forma coherente de
representar los acontecimientos históricos del conflicto. Las situaciones lograron ser descritas a
cabalidad analizando el proceso histórico de la guerra resumida en sus historias.
Mediante las narrativas históricas se logró redescubrir los acontecimientos del pasado, que pese a no
estar olvidados, no están presentes en el día. Esto se evidencia con las anécdotas de Hana cuando era
niña y mataron al amigo de su hermano, o de Said cuando tenía tan solo 23 años.
Para lograr un entendimiento en el marco del conflicto es plenamente valiosa la capacidad de narrar las
vivencias de la población durante la guerra, la memoria social del conflicto se ha redescubierto a través
del rol del periodista.
En este punto, he logrado reconciliar el periodismo como mi campo y mi profesión a través de la
escritura de relatos que comprenden características históricas, sociológicas y literarias en un solo trabajo
periodístico. Es decir, que hallé en la escritura periodística la mejor forma de contar estas historias de
guerra.
De esta forma, se ha podido ver cómo el conflicto está compuesto de relatos, cada hecho histórico tiene
sobrevivientes que lo reviven a través de su versión. Algo trascendente en estos casos es que no siempre
las víctimas se han narrado como tal. Este es el caso de Said, quien había podido quedarse en las tiendas
de refugiados del 48 en vez de venirse a probar suerte a Colombia. Su lucha se ha legitimado en su
actuar.
Los relatos de los cuatro protagonistas han dado cuenta de lo que son y han generado la dimensión de su
experiencia humana en el tiempo. Los acontecimientos reales se han ocupado de relatar el conflicto con
la voz narrativa de cada protagonista plenamente identificable.
Por medio de los relatos se han reflejado los escenarios personales de cada sujeto y lo más importante
inclusive es que se ha logrado también evidenciar el escenario histórico y político.
69
Para el lector y para cualquier persona medianamente sensata que reivindique la causa palestina, se ha
abierto el horizonte de experiencia vivida por los cuatro palestinos de esta tesis.
El encadenamiento del relato se obtuvo por medio de las narraciones de los cuatro personajes quienes
narraron su experiencia directa con el conflicto. El relato les permitió iniciar la serie de acontecimientos,
en cada caso particular, sin que ese comienzo constituyera el primer momento de la catástrofe palestina.
Es decir, la trama se construyó por los elementos dotados de significado para cada sujeto. Se pudo
evidenciar que los sucesos no solo se desarrollan cronológicamente, pues fueron representados como
transiciones dependiendo de cada trama.
Los relatos producto de la presente investigación son, en términos ricoeurianos, vidas dignas de ser
objeto de relatos, sus vidas pudieron ser relatadas de manera histórica. Los relatos de memoria lograron
referenciar cada época y han recuperado el tiempo y el espacio.
La teoría también resultó coherente con el ejercicio de investigación al enlazar el recorrido histórico de
66 años de conflicto con la propuesta de una denominación para los palestinos residentes en Colombia
bajo la categoría de ‘inmigrantes refugiados’.
Bajo las definiciones de los organismos encargados, dos de los protagonistas cumplen con las
características de refugiados: estar fuera de su país de origen y tener temores de volver a su tierra; los
dos restantes son palestinos de segunda generación y una de las grandes peticiones de los refugiados
palestinos es que se tenga en cuenta dentro de las reivindicaciones a su núcleo familiar.
Los palestinos de los relatos no se reconocen como refugiados pues no están bajo el estatuto que así los
determina, no tienen los beneficios de los organismos al respecto y se han constituido en Colombia
desde hace tiempo. En cuanto al concepto de inmigrantes es todavía más difícil su acepción pues cada
uno tiene un caso particular. Said tiene nacionalidad colombiana, Ramez y Maher nacieron aquí, y Hana
se encuentra en un limbo en el que sabe y se reconoce palestina, pero por su situación de vida tiene que
vivir en Colombia.
Pese a esta realidad, la propuesta de la investigación los seguirá entendiendo como inmigrantes
refugiados, ya que en el problema de la emigración forzosa, la persecución no es explícita, pero está
latente en la necesidad de huida, en la imposibilidad del regreso a casa. Su carácter de refugiados está
directamente relacionado con el conflicto.
70
4.2. Conclusiones
El objetivo de construir relatos a partir de las narrativas de los palestinos inmigrantes refugiados en
Bogotá sobre el histórico conflicto por la ocupación israelí, dejó en un año y medio de investigación
varias conclusiones finales:
El problema central de los palestinos es que viven en ocupación militar desde 1967. Así lo ha
definido el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia.
Adicionalmente, la agenda del conflicto palestino-israelí se ha resumido en cinco ejes: los
asentamientos, los refugiados, el estatuto de Jerusalén, las líneas de armisticio y el muro. En
1969, Golda Meir, exprimera ministra de Israel, declaró en el Sunday Times: “los palestinos no
existen”. No era para menos que su afirmación desatara un odio incontenible. Finalmente, la
Corte Penal Internacional declaró que ya no hay duda de que los palestinos existen pues
Palestina es una realidad geográfica. Según investigaciones de Ignacio Álvarez-Osorio, el asunto
demográfico podría beneficiar en un futuro a los palestinos, quienes hoy en día son mayoría en
los territorios de Israel y en la Palestina ocupada. Yo, sin haber hecho una investigación
cuantitativa, me uno con entusiasmo a su afirmación y abogo por la que fuera una Tercera
Intifada.
La cronicidad del conflicto ha hecho de la realidad de Palestina una constante: demoliciones de
casas, precariedad en los campos de refugiados, asentamientos y un muro que desplaza familias
enteras de su hogar ancestral. Lo más preocupante de esto es la indiferencia de la llamada
comunidad internacional, la complicidad de organismos como Naciones Unidas que más allá del
papel, poco o nada han hecho por la cuestión palestina. Un Estado de Israel armamentista y con
el apoyo estadounidense se ha pasado por alto las numerosas resoluciones del ente. La
manipulación de la información que llega a occidente y la impunidad de las atrocidades sionistas
desaniman a los que respaldamos un futuro Estado palestino.
A pesar del estado de Apartheid, del éxodo vivido hace 66 años y de los millones de víctimas que
ha dejado el conflicto, el pueblo palestino nunca ha visto su existencia amenazada. Tras los
atentados suicidas o el lanzamiento de cohetes a Israel desde el lado palestino, los portavoces
judíos se han pronunciado sobre “la amenaza” que esto representa a la existencia de su pueblo y
a la permanencia de su Estado. La solidez de las raíces árabes, de todo lo que significa
reconocerse palestino, independientemente del lugar en el que se viva, son envidiables. El
71
pueblo palestino nunca se ha visto amenazado, porque sin tener un Estado, son una verdadera
nación.
El eufemismo de la “patria judía” sigue en formación. La inteligencia israelí ha conseguido poblar
su territorio con ciudadanos judíos de todas partes del mundo. Una situación que resulta ser un
tipo de “importación”. Ya que de por sí, declarar al Estado de Israel como el “Estado judío” lleva
a un elemento de Apartheid con los que no tienen ese credo, “llenar” el país de creyentes de
otras partes solo por el hecho de construir más y más asentamientos resalta el poder insaciable
de sus mandatarios.
Por otro lado, Israel se ufana de ser un Estado sin constitución, una democracia en Oriente
Medio, pero cabe recordar que su Estado judío constituye una teocracia pues hace una
diferenciación entre creyentes y no creyentes.
La diferencia de sociedades en estos territorios es evidente. Tel Aviv constituye una de las
ciudades más modernas de Oriente y se alza como cualquier capital del primer mundo, mientras
que Gaza se ha sumido en la pobreza y en la indiferencia. El gobierno israelí da pocas garantías
para trabajar, y mantiene a sus habitantes bajo el ejército ocupante. Esta distinción es pertinente
pues el conflicto ha sobrepasado los límites de protección a la población civil, en desiguales
proporciones, pero desde ambos bandos.
Después del 11 de septiembre, el concepto de terrorismo generó cambios en el orden mundial.
Muchos grupos políticos y militares ahora son considerados terroristas. Un delito reprochable en
todas sus formas, pero que se ha sumado a través de la dicotomía judío víctima–árabe terrorista
como un agravante al conflicto. Es tiempo de acabar con tanto estereotipo. Son condenables
también los intentos por negar el holocausto, pero es importante recalcar en la diferenciación
del ‘antisionismo’ y el ‘antisemitismo’. El Sionismo es el movimiento nacionalista judío artífice de
la masacre palestina, y reconocerse antisemita en este caso, sería un completo acto de
ignorancia pues los palestinos también son semitas. Todo los que contribuya a generar cualquier
tipo de violencia cultural por raza o credo es inadmisible.
El fin de la ocupación en Palestina es lejano, por no decir improbable. No solo implica un respeto
varias veces pasado por alto de la legalidad internacional, sino también el desmantelamiento del
sistema de asentamientos y del muro, además de una reparación completa que incluya el
72
derecho al retorno y la restitución de propiedades. Después de seis décadas de ocupación, es
desolador no poder establecer un Estado palestino con continuidad territorial.
Los relatos de memoria, en los que se alcanzó la anhelada reconstrucción de los hechos, se han
visto cargados de un fuerte contenido político y del pensamiento hermético de algunos de los
protagonistas.
No obstante, en poco más de 800 palabras es imposible concluir todo lo que me dejó esta investigación y
todo lo que significa Palestina.
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