matemática de las elecciones guatemala

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LA MATEMÁTICA DE LAS ELECCIONES

[Esta información es de Urgencia Nacional. Distribuya este

mensaje entre todos sus contactos. Podría evitar un nuevo

desacierto en las urnas. Guatemala se lo agradecerá.]

He aquí los dos errores más

frecuentes a la hora de votar:

Error número 1: «Yo votaré en blanco/nulo». Error número 2: «Yo voy a la segura: voto

por el menos malo (en primera vuelta)».

¿Por qué se los considera «errores»? Veámoslo:

La Matemática de las Elecciones

«Votaré en blanco/nulo

».

Problema 1:

Para el cálculo de sufragios para

elegir al Presidente de la República, los votos blancos/nulos no son tomados en cuenta para el

cómputo final (Art. 201, Ley Electoral y de Partidos Políticos).

Veamos unos ejemplos:

Fundamento Legal

Primera Vuelta:

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Ejemplo 1:

Sobre una base de 100 votos brutos, imaginemos que, al final del escrutinio de la

Primera Vuelta, el resultado es éste:

Candidato A: 48 votos.Candidato B: 22 votos.Candidato C: 10 votos.Candidato D: 10 votos

Votos blancos y nulos: 10. votos.Total de votos: 100 (90 válidos y 10

nulos/blancos)

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Muchos pensarán así: «voté en blanco e hice saber mi inconformidad; además, esos 48 votos de A no le alcanzan para ser Presidente, porque necesitaba más de 50 para ganar. En resumen, tiene que haber segunda vuelta».

Este razonamiento, sin embargo, es ERRÓNEO.

¿Por qué? Vuelva a ver los resultados detenidamente:

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Candidato A: 48 votos.Candidato B: 22 votos.Candidato C: 10 votos.Candidato D: 10 votos

Votos blancos y nulos: 10. votos.Total de votos: 100 (90 válidos y

10 nulos/blancos)

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Los 48 votos del candidato A no representan para él el 48%, sino el 53,33 %, ya que los porcentajes asignados a cada candidato serán calculados sobre la base de los 90 votos (válidos) que hay y no sobre 100 (totales) que fueron emitidos. Los votos nulos/blancos no son tomados en cuenta para el cómputo de votos.

Los diez votos nulos/blancos, por tanto, son un total y absoluto desperdicio.

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Ahora, ¿qué sucedería si el candidato de su

preferencia no pasa a Segunda Vuelta, y tuviera usted que decidir entre uno malo y

otro pésimo?

¿Usted qué haría? ¿Votaría en blanco en la Segunda Vuelta?

Antes de responder, vea el siguiente ejemplo:

Un pequeño dilema:

Segunda Vuelta:

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Escenario ficticio (colores elegidos al azar):

Supongamos que toda la buena voluntad de la gente que sí votó razonadamente en la Primera Vuelta no fue suficiente para evitar el error colectivo, y la masa inocente acabó eligiendo a A y a B para una Segunda Vuelta (los candidatos malo y pésimo, respectivamente).

Muchísima gente, ante este desalentador escenario, ha resuelto mostrar su inconformidad para con los resultados de la Primera Vuelta, y decide votar en blanco o nulo en la Segunda Vuelta. Veamos qué sucedería:

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Imaginemos que, al final del escrutinio

de la Segunda Vuelta, y sobre una base de 100 votos totales, el

resultado es éste:

Candidato A: 4 votos.Candidato B: 5 votos.

Nulos/Blanco: 91 votos.

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Nueve de cada diez personas votaron en blanco/nulo para manifestar su inconformidad con los candidatos elegidos para disputar la Segunda Vuelta.

¡Nueve de cada diez! No es poca cosa.

Pero, ¿habrá servido esto de algo? Vea de nuevo los resultados detenidamente:

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Candidato A: 4 votos.Candidato B: 5 votos.

Nulos/Blanco: 91 votos.

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Estos 91 votos blancos/nulos, que son inmensa mayoría, ¿habrán servido de algo?

Veámoslo:

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Aquí la respuesta:

Con apenas el 5% de los votos totales, el candidato vencedor, señores, es B. De

100 sufragios emitidos, sus «miserables» 5 votos representan el 55,55% de los votos

válidos, es decir, más de la mitad, y con ello el candidato B se ha convertido en el nuevo Presidente de la República de

Guatemala.

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Los 91 votos «inconformes» no sirvieron para

nada: Los votos blancos/nulos, son, matemáticamente, un cero a la izquierda.

A tomar en cuenta: En naciones altamente educadas, el voto blanco masivo es una muestra

espléndida de descontento ciudadano. Pero Guatemala no está para eso en este momento: la Nación está en uno de los períodos más negros

de su historia, y el voto blanco/nulo sólo facilitará la tragedia o el cataclismo.

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

Recuerde: una cosa es

que haya candidatos mediocres, y otra muy distinta que los haya malos y peligrosos.

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo»

«Votaré por el

menos malo (en Primera Vuelta)».

Problema 2:

Situación imaginaria:

Supongamos que buena parte de la Nación sabe perfectamente que es peligroso que gane el candidato B, pero también hay una buena parte a la que tampoco le gusta el candidato A. A pesar de que ambos candidatos son malos, A encabeza los sondeos, y B lo persigue muy de cerca.

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Aunque los sondeos indican que

hay mucha gente que sigue a A y a B, también es bien conocido

que los hay quienes prefieren, y por mucho, a C y a D. Y son muchos. Quizás tantos como

aquellos.

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

El escenario para los candidatos C y D, por lo visto, no es malo. Pero, desgraciadamente, la gente desconoce la matemática electoral, y los que simpatizan por C y D tienden a ser «realistas», según ellos, y razonan así:

«A mí me gusta/convence el candidato C (o el D, o cualquier otro), pero si voto por él desperdiciaré el sufragio, porque la mayoría votará por A o por B. Entre A y B, el que menos me gusta es B, entonces, aunque tampoco me guste A, mejor votaré por él pues, votando por A, al menos me aseguro de que B no gane».

Este razonamiento también es ERRÓNEO. Veamos por qué:

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Ejemplo 1:

Tuvo lugar la Primera Vuelta el 11 de septiembre, y hubo 100 votos emitidos. La gente, pues, fuertemente influenciada por la propaganda, los medios de comunicación irresponsables y algunos sondeos manipulados votó así:

Candidato A: 45 votos Candidato B: 20 votos Candidato C: 15 votosCandidato D: 15 votos.Resto de candidatos: 5 votos.Total: 100 votos.

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

¿Primera consecuencia?: C y D fuera de la

Segunda Vuelta.

Pero, luego de la elección, indagando con vecinos y amigos, resulta que 15 de los 45

que votaron por A preferían en realidad a C y a D. Y entonces, ¿por qué votaron por A?

Sencillo: esas 15 personas, mal aconsejadas, creyeron que dando su voto a A evitarían que B ganara; cuando, en realidad, habría dado

exactamente lo mismo que se lo dieran a sus candidatos originales: C y D.

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Aunque A y B encabecen los

sondeos, en la Primera Vuelta no necesariamente se debe votar por A para que B no gane; y esto es así porque en la contienda hay

más de dos candidatos.

Veamos un ejemplo:

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

¿Qué habría sucedido si toda la gente hubiese votado como habría querido, y no como pensó que sería «lo más práctico»? El resultado habría sido muy distinto:

Candidato A: 25 votosCandidato B: 20 votosCandidato C: 23 votosCandidato D: 22 votos

Resto de candidatos: 10 votosTotal: 100 votos

Entre este resultado hipotético (voto

natural) y el anterior (voto influenciado), ¿ve alguna diferencia en

la puntuación del candidato B?

Volvamos a ver a la diapositiva anterior, y comparemos los números:

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Voto influenciado:

Candidato A: 45 votos (45%)Candidato B: 20 votos (20%)Candidato C: 15 votos (15%)Candidato D: 15 votos (15%)

Resto de candidatos: 5 votos (5%)Total: 100 votos (100%. Todos válidos)

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Voto natural:

Candidato A: 25 votos (25%)Candidato B: 20 votos (20%)Candidato C: 23 votos (23%)Candidato D: 22 votos (22%)

Resto de candidatos: 5 votos (5%)Total: 100 votos (100%. Todos válidos)

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

¿Ve alguna diferencia?

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Voto influenciado:

Candidato A: 45 votos (45%)Candidato B: 20 votos (20%)Candidato C: 15 votos (15%)Candidato D: 15 votos (15%)

Resto de candidatos: 5 votos (5%)Total: 100 votos (100%. Todos válidos)

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Voto natural:

Candidato A: 25 votos (25%)Candidato B: 20 votos (20%)Candidato C: 23 votos (23%)Candidato D: 22 votos (22%)

Resto de candidatos: 5 votos (5%)Total: 100 votos (100%. Todos válidos)

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

No existe ninguna diferencia.

Aplicar la «teoría del menos malo», en Primera Vuelta, es y será siempre un absurdo. Y no sólo eso, el votar así trae consecuencias terribles:

1. Es totalmente inútil: no resta ni un sólo voto al candidato pésimo (B).

2. Impulsa peligrosamente al candidato malo (A), pudiendo hacerlo ganar en Primera Vuelta.

3. Les quita votos a los candidatos buenos/regulares (C y D), condenándolos directamente a la derrota y sacándolos de la contienda.

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

En la Primera Vuelta, los

únicos votos que hacen incrementar o disminuir el % del candidato pésimo (B) son

los de las personas que deciden votar directamente

por él. Y nada más.

Problema 2: «Iré a la segura: votaré por el menos malo (en

Primera Vuelta)»

Cuando se trata de evitar el arribo al poder de una persona indeseada, o peligrosa, matemáticamente da igual votar por uno u otro candidato en la primera vuelta (siempre que sea distinto al candidato no deseado). Cualquier voto, para cualquier candidato, resta posibilidades al indeseable, sin importar por quién se vote.

Si preferimos a C y D por sobre A y B, ¿por qué votar por A? En la Primera Vuelta no existe ni una sola razón, ni lógica, ni matemática, para votar por el menos malo. Ni una sola.

En la Primera Vuelta los % de todos los candidatos son independientes entre sí y no se afectan los unos a los otros. El único escenario en que se afectan es cuando sólo hay dos candidatos, es decir, en la Segunda Vuelta. Y es hasta entonces (hasta la Segunda Vuelta) cuando la teoría del menos malo no es sólo lícita, sino necesaria.

Id y enseñad a todos esto: En la primera vuelta no se pierde ningún voto

efectivamente sufragado. Las pérdidas provienen exclusivamente del abstencionismo y de los votos

nulos/blancos.

Primera Vuelta:

Vote por quien verdaderamente lo

convenza, incluso si es el candidato con menos

posibilidades.

Sugerencias Generales:

Segunda Vuelta:

Si ni aún votando correctamente en Primera Vuelta pudo evitar que el

candidato malo y el pésimo pasaran a la Segunda, pues en la Segunda Vuelta vote por el que usted considere menos malo. Y

vote por el menos malo sólo en la Segunda Vuelta, nunca en la Primera.

Sugerencias Generales:

En estas elecciones

2011, no vote en blanco ni vote nulo, ni en la Primera ni en la

Segunda Vuelta.

Sugerencias Generales:

Medite bien su elección. No

se deje influenciar por la propaganda masiva ni por los

medios de comunicación irresponsables, ni por los que concentran toda su cobertura

en los mismos candidatos.

Vote Conscientemente

Vote por quien

verdaderamente lo convenza, sin importar si

el candidato de su preferencia aparece

abajo en los sondeos.

Vote con Criterio Propio

No permita que otros decidan por usted.

Vote, por quien sea, pero vote.Piénselo.

Vote Inteligentemente

Ejerza su derecho ciudadano con honestidad, sinceridad,

convicción y amor por la Nación.

La República de Guatemala se lo agradecerá.

Vote con Responsabilidad

Gracias por su

tiempo.

La Matemática de las Elecciones

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