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EX PERIÓDICO DE ASTURIAS ^ a Director PEDRO PASCUAL
ingo, 4 de octubre de 1981 Precio: 25 pesetas
EL CARDENAL TARANCON, E N ALICANTE:
"CON UN GOBIERNO MENOS CATÓLICO,
ESPAÑA ESTARÍA MEJOR" Alicante, 3.—«Con un Gobierno menos católico España estaría mejor» — ha de
clarado en Alicante el cardenal monseñor Vicente Enrique y Tarancón, ex presidente de la conferencia episcopal española y arzobispo de Madrid-Alcalá.
El cardenal Tarancón puntualizó en rueda de prensa en Alicante esta frase como contrapunto a otra, nunca pronunciada por él —según ha precisado— que decía que España estaría mejor con un Gobierno de izquierdas.
Monseñor Tarancón se refirió a la Iglesia española diciendo que «ba creído en las orientaciones del Concilio Vaticano II, pero nos hemos quedado a la mitad del camino».
La Iglesia española —agregó— no tiene más remedio que aceptar el reto del cambio de cultura, costumbres y psicología operado de un tiempo a esta parte.» (Efe.)
PRIMER DISCURSO DEL PRINCIPE
"LLEVARE SIEMPRE A ASTURIAS EN LO MAS PRO DO DE ORAZON"
"LA FUNDACIÓN INICIA AHORA UNA LABOR IMPORTANTE Y QUE HA DE TENER UNA SIGNIFICACIÓN DESTACADA Y EFICAZ"
i- ¡II!,' .,
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lis qvsTiáts PÍ3S hs p-iKcra? pá?áñras en p^f;,--! ttue pronuncio en mi vida tenq:r<, precisarncníe como
.marco esie Principado tíe Asturias, cuyo título con tanta ibonor ostento.
Unas palabras para expresar Is saíisfatíón qvs Siento por encontrarme de nuevo en esta tierra a !a qi¡e estoy fisirBchamonia.vincuÍJdo, v prcsiíüfinib iTí'ibién por vsí punaiíd, ai füedetcir ia'h.ú:m-ñn GÜ mr.zdr'- ' m. sao tan .significativo como ti que eitamos celebrando.
Ali enhorsbííena a quienes han recffiido fos premios «¡ue «evan mi nombre y a los-náembros da.ios jurados que han tenido eS acierto de elegirlos.
Gradas a iodos. !os que,hsba!.' acudido hoy aquf para realzar esta cerciiíonia (¡¡je cor.tiene una qrar. esnsrari'a de Muro. - a -i -
Y por ultimo, mí feliciíacidn mas iincera, larnbísn a Is Fundaciot! que inicia ahora una labor irnporianío y ' que fia de tener una significdcióa desíacada y «finaz 'en fcenefitio .do esta Asturia;: querida, que Üevo y llevare sienpre en ío Tiíaj profundo de ral corazón.
Queria tísv.swréo e] acio de enír Principe tíe Asturias.
de los Pre¡ni03
( A m p l i a información en páginas 25, 26, 27, 28 y 29)
E! principe de Asturias pronunció ayer en Oviedo su primer discurso —en el acto ds entrega de los premios qué llevan su nombre-— en presencia de sus padres, Sus Majestades los Reyes, el presidente de! Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y los ministros de Cultura. Iñigo Cavero, y de la Presidencia, Matías Rodríguez Inciarte.
"Llevaré a A s t u r i a s siempre en lo más profundo de mi corazón", concluyó afirmando su alteza real el principe Felipe, con voz clara y serena, sin una sola vacilación.
"¿Fue muy duro para su alteza?", le preguntaría después una señora durante la recepción ofrecida en el hotel de la Reconquista. "No —fue su c o n t é stación—, Estuve muy tranquilo".
_ O — A la izquierda, discurso
del príncipe de Asturias, el primero que pronuncia en su vida y que leyó en la entrega de los premios que llevan su nombre. Y don Felipe de Borbón en un momento de su Intervención. Junto a estas lineas, el escenario del teatro Campoamor de. Oviedo con la p r e s idencia del acto.
(Fotos SANTIAGO)
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San Sebastián, 3.~ETA militar fia asumido la responsabilidad del atentado contra el destructor "I^ar-qués de la Ensenada" en llamada a diversos medios informativos.
Por otra parte, ei ministro del Interior, Juan José Rosón, ha declarado ¿ los periodistas a últimas horas de esta tarde en Pontevedra que "puede afirmar categóricamente por informaciones que me fueron facilitadas por la Dirección de Segundad del Estado que está comprobada la participación de ETA militar en el sabotaje del destructor "Marqués de !a Ensenada".
El ministro del Interior
ha añadido que el mando unificado antiterrorista posee algunos otros detalles de interés "que no puedo revelar por el momento".
OLIART, EN SANTANDER: "LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD QUE SE PODÍAN ADOPTAR SON LAS QUE
HEMOS ADOPTADO"
Santander, 3.—Ei ministro de Defensa, Alberto Oiiart, ha dicho esta tarde, poco después de llegar a Santander, que su
(Pasa a la pág. 4)
SCHOOL OVIEDO: San Francisco, X3. Teléfono 214306. GIJON: Plaza Seis de Agosto. Teléfono 344666
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Asturias, 22 . OVIEDO
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GENERAL MOLA. 32 GÜON
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AVISO A NUESTROS CORRESPONSALES ADMINISTRATIVOS, PUESTOS DE VENTA
Y LECTORES En eS día de lioy-se destiisa U^'A PEStX.A. por
ejemplar vendido al Montepío de Vendedores de Prensa de Asturias, sin que esta peseta se repercuta en el precio del diario, a pesar de estar autorizados para ello.
4=X-19»1 La Nueva España 25 •^p-SL&^Z^Jií,^^ ^ ^ ^ 3 . * ^ ? v ^ # • • * ^ ^ ^ * # í ^ ^ # % l i ^ t # # • # # # # # # # 4 # # # # • # # • t « ^ ^ ^ ^^ -S
WSa PRIMER DISCURSO DES. PRINCIPE, EN ASTURIAS
Asturias, promoción de la cultura hispánica la Fundación ha eomenzado su camino de manera firme, solemne y para un largo futuro
Ifaáa las diez ae ia ma-&aja, y en medio de una áitensa lluvia, llegó ai aeropuerto de Asturias Su Majestad el Rey, acompañado del presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo. Poco después llegarían Su Majestad la Reina y el príncipe de Asturias.
En el aeropuerto la familia real fue cumplimen-tsda por los ministros de Cidtura, Iñigo C a r e r o —que llegó a Oviedo en !a noche del viernes—, y de la Presidencia, Matías Rodríguez Inciarte q u e him el viaje desde Madrid ayer mismo en el avión de línea regular. También se encontraban presentes para necibir a Sus Majestades y al príncipe de Asturias las primeras autoridades regionales y e! presidente de la Fundación Príncipe de Asttrrias, Pedro Masaveu Petterson.
En c! hoíel de Ja Reconquista, de Oviedo —al que llegaron pasadas las diez y media de la mañana—, Sus Majestades los Reyes y S. A. R, el principe de Asturias fueron saludados por la Corporación municipal ovetense,, cuyo alcaldte hizo entrega a Su Majestad el Rey del bastón de mando de Ja ciudad.
ACTO ACADÉMICO EN F,L TpATRO CAMPOAMOR
sus Majestades k>s Re-jes y el príncipe de Asturias harían el recorrido entne e! hotel de !a Reconquista y el t e a t r o Campoamor —esceriario de la entrega de premios— escoltados por miles de personas y varios cientos de jóvenes componentes de grupos folklóricos llegados a Oviedo de toda la región. Fue mi recibimiento multitudinario y Heno de coioiido, que no c o n s j guió malograr la, fuerte lluvia caída durante las primeras horas de la mañana y que iueso cesó al mediocfia. Aunque en el programa del acto estaba previsto que fuese Su Majestad el Rey qtiíen dirigiera ílcsde la mesa presidencia! el turno de intervenciones, fue S. A. R. el príncipe de Asturias quien asumió e^te pape!, atendiendo u n a indicación que fe hizo su padre, ^a en el escenario.
Con Sus Majestades los Reyes y eS príncipe de Asturias se sentaron cl presidente del Gobierno, Jos ministros de Cultura y de la Presidencia y el presidente de !a Fundación.
Los Jateraics lueron ocupados por los premiado.s, tintos jurados que con-
, cedieron los p r e m i o s ' «Principo de .Asturias» v
diversas aiiloridades civ-!es, religiosas y militares. Entre el público asistente, una diversa y numí'-los presidentes de los disrosa representación de Li clase política y cultura!: p a r lamentarlos, consejeros regionales, diputados, la Corporación ovetense, alcaldes de todos los Municipios y personalidades t a n conocidas popularmente como Camilo .losé Cela, Migno! Deübes, Ltiis María Ansón, Carlos Luis Alvarcz, Tico Medina, Luis del Olmo, Martín Forra mi, etcétera. Los componentes de los, jurados —Lázaro Carreter, Laín Entralgo, Miguel Fisac, Emilio Atareos, López-Cuesta, Amando de Miguel, Ángel González, Antonio Gala, Juan Cueto, Antonio Garrigues, Federico Sopeña, Antonio Bonet. Juan Velarde, Jul i o Rodríguez Villamie-va...— ocuparon v a r i o s palcos. En otros, representantes diplomáticos de distintos países hi-spano americanos.
E! teatro, práclicamen-IB Heno ~-a excepción de aJguna zona del patio d*-
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MUY BIEN
Salvo algún ligero fallo del inefable locutor Eduardo Sancho, las imá.s;enes ofrecidas ayer a toda España por Televisión Española fueron perfectas y mostraron «n acto solemne, sobrio, de gran altura cultural y con el acento humano de un niño de trece años que pronunciaba el primer discurso de su vida para dirigirse a un público en el que Id casi totalidad eran importantísimas figuras de la vida intelectual y cultural. Oviedo, capital del Principado, fue ayer también capital de la cultura hispánica, del hermanamiento con América y de las Asturias y las Españas que hay por todo el mundo. La Fundación «Principado de Asturias» ha comenzado su andadura con paso sereno y seguro.
No pude ver la transmisión de TVE. Hablo por referencias solventes. Entre la primera y segunda parte del acto celebrado en el Campoamor, Televisión Española en Abttirías ofieció un programa, con textos de Faustino F Alvarcz y voz de Carlos Kodriguez, y unas imáge
nes precisas, poéticas, limpias de hojarasca, que mostraron a toda España una visión de esta tierra, real y auténtica, unas ppginas bien hechas. Un gozo el ver y oír lo que ofrecía Televisión Española en Asturias, ivada más acabar esa retransmisión, los teléfonos de TVE en Asturias sonaron sin parar y voces emocionadas, casi llorosas, de asturianos residentes en Madrid, Cataluña, Levante, Andalucía, Castilla, felicitaron a los autores y dieron las gracias por el nuevo aire de esta tierra que había entrado en sus hogares.
Pido con voz queda, a Televisión Española en Asturias y a Faustino F. Alvarez, que vuelvan a pasar esas imágenes. Quiero verlas, porque me parece que voy a sentii una parecida emoción a la que tuve cuando se acababa c! acto y se cantaban las últimas palabras del himno de Asturias.
Pedro PASCUAL
butacas—, ofréda un aspecto impresionante. En el escenario, junto a tas banderas de España y Asturias, las de todos los países de la comunidad de habla hispana.
El acto fue transmitido en directo por TVE y por todas las emisoras de la región, con conex iones constantes a los programas nacionales de las distintas cadenas. También filmaron la ceremonia Televisa y el Canal 13, de Méjico.
DISCURSO DE FERR-ATER MOR.
Tras declarar abierta la sesión académica S. A. R. e! príncipe de Asturias, intervino ~-en primer ítigar— el profesor Ferrater Mora, quien pronunció el siguiente discurso:
PALABRAS DE DON
JOSÉ FERRATER
MORA
Sus Majestades, los Reyes de España, Don Juan Car!os y Doña Sofía, su alteza real Felipe, principe de Asturias, doña Margarita López Portillo, hermana del ilustre presidente de Méjico, don José López Portillo, señor presidente del Gobierno y ministros, señor presidente de la Fundación Principado de Asturias, distinguidas personalidades premiadas y miembros de los jurados, autoridades civiles y tiniversi-tarias, asturianos, y españoles todos.
Don Graciano García —asturiano activo y eficaz— me llamó por teléfono hace exactamente cuatro días con el fin de invitarme a promm-ciar un breve disctirso en este acto de concesión de premios. Acababa yo do regresar de un viaje por los montes y ríos de Francia; y tuve la impresión, al sonar el teléfono, de que estaba ya muy entrada la noche, y hasta de qué se había iniciado la alborada, cuando me di cuenta de que se trataba, en rigor, de una hora muy razonable: la hora del final de una cena española. Acaso por confusión momentánea de tiempos y lugares, accedí de inmediato a su invitación sin darme cuenta del compromiso que representaba hablar, siquiera por quince mimitos, en una circunstancia no sólo s u p erlativamente brillante, sino, en verdad, única. Es, en efecto, la primera vez que se hace entrega de premios por parte de la Fundación Principado de Asturias, lo que representa el inicio de una etapa que ha de suscitar muy fundadas esperanzas: las'esperanzas —ya realizadas 011 anteriores ocasiones— de una cada vez más estrecha colaboración entre la Corona de España —en ei caso presente, su. digno heredero— y la vida intelectual española, y latinoamericana, en sus diversos aspectos.
No es un secreto para nadie —es más bien una demasiado bien conocida verdad histórica— que España ha sido a menudo algo así como una implacable maquine trituradora de sus valores intelectuales. Parece como si el país hubiese rebosado en genios científicos y artísticos, y hubiera sido necesario cortarles el aliento, adoptando al efecto procedimientos varios, entre ellos el de facturarlos periódicamente lA extranjero —donde, por cierto, muchos fructificaron. No liay duda de que ha habido excepciones en esta genera! política de despilfarro intelectual, pero creo que ha sido más normal y corriente el derroche que la prudente economía. En este respecto, la comparación de España con Francia puede rs-sultar instructiva. En Francia ha habido, y sigue habiendo, grandes bataholas intelectuales —no todas ellas, sea dicho de paso, dignae de mención, donde las facetónos opuestas hrcív.m encar-
(Pasa a la pds, s!¿'.t'-'cniL')
| - » - 4 T t « ^ # í » í j , * . * ^ . i j ^ , í » < | F f t . - S : A - ^ , & ^ 4 , # - » . ^ » J | ^ , j . 4 ^ _, ^
Domingo, 4-X-1981
PREMIOS CON EL NOMBRE DE ASTURIAS
Margnlta López Portillo Sois
Ortega Spottoino, en nombre de María Zambrano Pei^lfliá Gran
(Viené'de tapas- anterior) Bjzadamente. Pero a la hora áei hacer balance, cuando se trata de jiizgar a sus trabajadores intelectuales, el respeto ee impone: Pascal, que, según Valéry, perdía el tiempo cosiéndose plegarias en el hábito en vez de caportar a Francia la gloria del cálculo del infinito», sigue siendo, para Valéry y para todos ama cima del espíritu humano. Pero lo fue, asimismo, Voltaire. Pascal y Voltaire, Gaulois y Poiacaré, Céline y Proust. No es sorprendente que Francia sea el país donde el más distinguido y altanero de,sus adalides políticos en nuestro siglo, pudo escribir un día, con plena sinceridad, una carta a uno de sus más eminentes, pero a la par tino de sus más rebeldes pensadores, Jean-Paul Sartre, y encabezarla con estas palabras: «Mon cher mai-trs...». Algunos alegarán que se trata sólo de un gesto. Pero con esta clase de gestos —que son a la vez modelos— se escribe en gran parte la historia de un pueblo.
Por fortima, las cosas van cambiando en nuestro país, y el acto que tiene lugar en estos momentos y en el que tengo el honor de participar, es prueba fehaciente del cambio. No es un acto azaroso,
Jfosé Hierro
casual, aislado, irrepetible. Todo lo contrario: es un acto que va a reiterarse muta-tis mutandis año tras año, cuando algunos de nuestros mejores trabajadores en las ciencias y en las artes, van a ver recompensados sus esfuerzos. Un gran escritor y pensador coterráneo mío, cuyo centenario se celebra éstos días, Eugenio d'Ors, puso muchas veces de relieve cuan fundamental es para la vida de un país en general y para BU vida intelectual en particular, la continuidad. La continuidad: eso es lo que hoy vemos iniciarse feliz, a la vez que esplendorosamente, bajo los auspicios de la Fundación del Principado de Asturias. No el ramalazo súbito, el capricho arbitrario, del mecenazgo tradicional, sino la paciente y persistente labor que consiste en velar sin tregua por lo que aquel a veces denostado, pero a mi entender siempre admirable siglo de las luces llamaba «el progreso de las ciencias y de las artes». De las ciencias también, me permito subrayarlo, porque de ellas y de las técnicas estamos muy necesitados. Una vez reconocidos todos los males que la ciencia y la tecnología han producido, o hayan podido producir, seguirá siendo cierto que para esos males sólo
un cultivo más intenso, a la par que más responsable de ellas, puede traer remedio. La Fundación ha tenido, además, la excelente idea de recompensar los esfuerzos que se han realizado, y que se realizarán en el futuro, para el mejor y mayor entendimiento entre los pueblos de España y los de la A^^ric* latina —entendimiento que reposa ya en buena solera, pues si hay a veces rencillas entre nosotros hay que convenir en que son exclusivamente domésticas.
La verdad es que nada de ello me extraña mayormente en un país que renace, con una Corona que lo es por la gracia y la voltmtad democráticas de los pueblos de 'España y que es ella misma garantía suprema de tal gracia y tal voluntad. En estas condiciones, ¿por qué sorprenderse de que el príncipe de Asturias, acompañado de Sus Majestades, se encuentre hoy aquí —y, sobre todo, se comprometa a regresar— en medio de los premiados, los efectivamente presentes tanto como los contra su voluntad ausentes, t o d o s ellos egregios representantes de la intelectualidad de habla hispánica? ¿No es todo ello, por el contrario, cosa de suyo, cual corresponde a todo país para el cual sus inte
lectuales constituyan no un estorbo del cual haya que deshacerse —si se me permite una vivaz expresión usada en el país, los Estados U n i d o s de Norteamérica, donde desde hace tactos años vivo y laboro— at flie least provocation, sino más bien una partida importante y decisiva en el haber de un pueblo? No, todavía no renuncio a la idea, ilusión o sueño, de que algún día, por alguna razón, y a lo mejor sin ella, alguna personalidad de gran eminencia y poderío, me escriba una carta encabezada con los palabras: «Mi querido maestro...»
INTERVENCIÓN DE GRACIANO GARCÍA
Seguidamente, S. A. R. el príncipe de Asturias concedió la palabra a Graciana Garcia, creador de la Fundación Principado de Asturias, de la que es director; quien en su intervención aludió, sin nombrarle a Sabino Fernández-Campo, secretario general d«, la Casa Real, «un asturiano bueno y ejemplar», que fue una de las personas que apoyó con todo entusiasmo la idea de la Fundación desde e] mismo momento de su planteamiento.
Estas fueron las palabras de Graciano García:
López Cobos
DISCURSO DE DON
GRACIANO G A R C Í A ,
DIRECTOR DE LA
FUNDACIÓN PRIN
CIPADO DE
ASTURIAS
Majestades, alteza:
El pasado día 24 de septiembre hizo un año que, en estas mismas tierras, fuisteis testigos principales del solemne acto por el que nada, llena de promesas, la Fundación Principado de Asturias. Al mismo tiempo, su alteza real don Felipe de Borbón y Grecia, príncipe de Asturias, heredero de la Corona de España, aceptaba la presidencia de honor. En aquella ocasión expresamos el deseo de que esta Fundación fuera la segunda casa de su alteza real, nuestro principe de Asturias,
Hoy, un año después, nos sentimos orgullosos de que muchas de aquellas promesas se hayan transformado en hechos, y por eso mismo os agradecemos vivamente vuestra presencia en la culmina
ción de nuestra primera andadura.
En aquella fecha memorable os manifestamos que la Fundación Principado de Asturias tenia por objeto "contribuir a la consolidación de los vínculos existentes entre el principe de Asturias y el principado de Asturias a través del fomento de la cultura". También expresamos la Idea de que el símbolo prioritario de esta Fundación fuesen los premios "Principe de Asturias' destinados a galardonar a aquellos hombres que, pertenecientes a la comunidad de lengua españoia. hubiesen contribuido de forma creadora y relevante al desarrollo de las ciencias, las artes, las letras y el pensamiento, así como al acercamiento entre los pueblos de lengua española.
A la tarea que los premios "Principe de Asturias" tuviesen, desde su primera convocatoria, la relevancia y resonancia a que nos obliga su denominación dedicamos toda n u e s t r a imaginación, todo nuestro trabajo, toda nuestra ilusión. Es cierto que encontramos muchas puertas abiertas, muchos ánimos dispuestos
a la colaboración. A mis compañeros da la prensa, de la radio y de la televisión y a las empresas en las que trabajaban les damos las gracias por lo mucho que nos ayudaron y por la atención que nos dedicaron desde el primer momento.
Como es natural, en contadas ocasiones encontramos dif ficultades. Pero éstas y otras diflctiltades fueron superadas porque la Fundación, desde el mismo instante del alumbramiento de la Idea, tuvo siempre un tutor: un asturiano bueno y ejemplar, cuyo nombre no vamos a mencionar porque sabemos que es lo único que su innata modestia no no» perdonarla.
Majestades, alteza:
Hoy, en este acto, la Fundación Principado de Asturlai hace entrega de los primeros galardones que han sido concedidos por un conjunto de jih rados formados por personal dades de máximo prestigio cultural y máxima Independencia de criterio, a los que la Fundación agradece püblicament» su honestidad e identificación con nuestros objetivos.
Honradamente creemos qu« los premios "Príncipe de Asturias" 1981 van a manos de personas Indiscutiblemente ejemplares, tanto humana como culturalmente. Ellos representan, por un lado, la maduroi de la obra de una vida y, por el otro, la realidad de un futuro aún más brillante.
Nada mejor que los nombres de estos galardonados para evidenciar nuestra firme e Irre-nuhciable voluntad de que los premios "Prfnci?e de Asturias" | se constituyan en los máximes galardones culturales de la comunidad de lengua española.
Sin olvidar en ningún momento este ambicioso objetivo, no m e n o s Irrenunciable es nuestro c o m premiso cultural con la comunidad asturlan». Ya estamos en condiciones d« anunciar el Inminente comienzo de un vasto plan de actividades culturales que vBr&n Is luz en estas tierras de Asturias.
Es verdad, como pensaba Platón, que no hay ningún viento favorable para quien n» sabe a dónde va. Nosotros vivimos intensamente el hoy, paro también estamos plisniflcan-do, como quedó dicho, una estrategia para el futuro. Esti estrategia debe basarse «i que la Fundación tenga, adamas de ideas, de ilusiones y (ta voluntad de trabajo, unos sólidos cimientos patrimoniales, de modo que. en el transcursí | de los años, la vida de estj institución esté asegurada. Este es un objetivo esencial qul se ha marcado nuestro presidente, don Pedro Masaveu. ií en alcanzarlo a corto plazo está volcando toda su gran cap» cidad, toda su enorme fuen» creadora.
Hoy la Fundación cuenta em dos pilares que han sido h-ventados por nuestro presidM-te: el Patronato Principe de Asturias, máximo órgano consultivo y honorífico, y los miembros protectores de la Fundación, otra vanguardia de apoyo a nuestra institución.
El Patronato Príncipe de Asturias está siendo formado p« personalidades e Institucionsí que prestan relevantes servicios y que contribuyen al era-cimiento del patrimonio de una forma también relevante.
Están ya incorporados a este Patronato don Joan MIrt —quien no solamente creó loi símbolos escultóricos de let premios, sino que en este momento está trabajando en m colosal escultura sobre el ml mo símbolo, que generosame» te va a donar a nuestra Fund» ción— V don Claudio SánclM Albornoz, quien ha donado t i Fundación una parte importante de su biblioteca. Están \m bien Incorporadas al Patrontíí Principe de Asturias personal" dades -e instituciones ligada al mundo financiero y a IH medios de comunicación t»
(Pasa a la pág. sieumlt
*ir.mf La fineta España 11
GRACIANO G A R C Í A
ORTEGA SPOTTORNO LEE LAS PALABRAS DE MARÍA ZAMBRANO
••{i.\ iTA lOPFZ PORTILLO ^'?SR'"«a?!*w<w^i'•<¥^*»í«^'*VAW^v•/»(*. ^ v"v.
JOSÉ HIERRO
PALABRAS DE GRATITUD EN UN DÍA PARA LA HISTORIA
WEmk^mz cuEVAf
(View de la pág. anterior)
cial. Estas instituciones y estos hombres son los pioneros de{ gran Patronato Príncipe de Asturias de! futuro. A estos pioneros r e n d irnos públicamente nuestro homenaje de gratitud, haciéndoio extensivo a nuestros miembros protectores que en años sucesivos y propagándose ,a través de todas las naciones de lengua española formarán la gran familia internacional de nuestra Fundación.
Y en el turno de sinceros agradecimientos son especiales los que expresamos a! presidente del Gobierno, a los ministros de Cultura y de la Presidencia, al presidente de la conferencia episcopal española y a todas las autoridades y personalidades que han llegado hasta el principado desde otros puntos de España y desde la otra orilla del Atlántico.
Majestades, alteza:
La Fundación Principado de Asturias no olvida vuestros gestos de apoyo hacia nuestra tarea. Os lo agradecemos con la llana sinceridad con que los asturianos siempre agradecen las nobles intenciones.
Pero que sean los.momentos de entrega de estos premios los que expresen por si solos los propósitos de la Fundación y ¡a emoción de todos nosotros.
Muchas gracias.
ENTREGA DE LOS PREMIOS
A continuación, isl secretario generad de la Fundación Principado de Asturias, José Ramón Fernández Cuevas, dio lectura a las actas, restunida-s, de concesión de los premios cPfínctpe ái Asturias», otorgados, como ya es sabido, a Alberto Sois García («Investigadora científica y técnica»); Román Pcrpiñá Grau («Ciencias sociales^); María Z a m b r a n o («Comunicación y humanidades»), José Hierro (Leti^as»), Jesús López Cobos («Artes»), y José López Portillo («Cooperación iberoamericana).
De todos ellos dos no pudieron desplazarse a Oviedo para recibir el galardón: el presidente de Méjico, López Portillo, que enviaría a su hermana, representándole, y María Zlambrano, cuyo delicado estado de salud la retuvo en Ginebra, donde reside desde hace años. Su premio lo recibió José Ortega Spottomo, no en calidad del jurado, sino como hijo de Ortega y Gassct, maestro de María Zambrano. Asi lo expresó la ensayista espa-ftoía en las cuartillas que envió para que fueran leídas en sa ausencia:
LA PRESENCIA DE MSRU ZMIBRXNO
PALABRAS DE GRATITUD DE
iVÍARIA ZAMBRANO
«Al lamentar la Imposibilidad en que mi deficiente estado de salud me pone de asistir personalmente al acto de entrega de los premios '-Príncipe de Asturias 1981» y de r e c i b i r por tanto de S. A. R. el príncipe de Asturias el que me fue otorgado —comunicación y humanidades— que en su momento y con toda espontaneidad me honré en aceptar, se me hace presente que mi ausencia puede ser un modo de presencia más intensa por la palabra. Puedo manifestar que lo recibo, en verdad, con alegría y honor de S. A. R. el principe de Asturias acompañado por sus padres los Reyes de España, a quienes dirijo mi sahrtación. Y se me hace más viva hoy esa suerte de claridad que se desprende de la figura histórica desde su aparición en modo creciente, que no podría proceder sólo de la nítida juventud de este príncipe, sino del encenderse en ella una luz en la que aletea una presencia donde se juntan lo joven y lo inédito, esperanza de una historia que se abre.
S é a m e permitido, ruego, expresar mi reconocimiento al Jurado que me discernid el premio, personificándote en
PRIMERAS AUTORIDADES ASTURIANAS
don José Ferrater Mora, ñ -lósofo de obra ingente y pensamiento sutil, y en el escritor Camilo José Cela, que, se-giSn tengo entendido, pidió el premio para mí.
Y muy vivamente he de agradecer al miembro de este jurado don José Ortega Spottomo que haya comprendido y aceptado mi ruego de ser él quien me represente en este acto por ser portador, con plena dignidad, del nombre de don José Ortega y Gasset, su padre y maestro mío, en cuya línea de pensamiento es esencial la expresa y reiterada fe en el hom-, bre nuevo, tallado a cincel, en el español nuevo, el de la aurora, me he dicho siempre.
Se me aparece, pues, que en la contextura del premio «Príncipe de Asturias» se manifiesta una clara seriedad de un nuevo estilo, que espero «ea de fecunda vida.
Agradezco, en fin, las atenciones de los, directivos de la Fundación Principado de Asturias, y en especial las de su presidente don Pedro Ma-saveu, que en todo momento ha querido hacer posible mj asistencia a este acto.
R e i t e r o , por último, a S. A. R. el príncipe de Asturias el testimonio de mi reconocimiento.»
Por su parte, Margarita López Portillo leyó el siguiente mensaje, escrito por su her-—«no, el Presidente mejicano:
MENSAJE DEL PRESIDENTE DE
MÉJICO
El señor presidente López Portillo me ha honrado con la distinción de representarle en este acto de singular trascendencia, que significa un motivo de orgullo para los mejicanos, empeñados en promover continuamente la a m i s t a d y la cooperación iberoamericanas. En este sentido quiero recordar las palabras del Presidente de Méjico:
«En la vasta hermandad de los pueblos de nuestra América encontramos en España <i lazo de unión que nos Hncula con el pasado y la Imaginación e r e adora que alienta la visión del pon?-enlr. Al recorrer senderos de libertad, tratamos de determinar los puntos cardinales de nuestros propios destinos.»
Consciente de ello, el Gobierno de Méjico ha venido desarrollando en los tíltimos años una intensa labor de cohesión y de mayor proyección económica y social entre nuestros países.
La cooperación entre naciones que comparten las mismas raíces. Idioma y aspiraciones debe seguir siendo impulsada como el más eficaz medio para superar los conflictos que lamentablemente
están ocurriendo entre pueblos hermanos.
Esta distinción que hoy se confiere al Presidente de Méjico está inscrita en el contexto de las jóvenes pero felices relaciones que reencontraron a nuestros dos países hace ya casi un lustro.
El premio «Príncipe de Asturias» constituirá, sin duda, un significativo estímulo para la intensificación de la cooperación hispano-mejicana, hoy por hoy, ejemplo de colaboración en todos los órdenes.
El señor presidente López Portillo me ha pedido que, al manifestar su agradecimiento por tan elevada distinción, transmita en su nombre a Vuestras Majestades y a su alteza el príncipe heredero un saludo cordial, con los sentimientos de su m a y o r afecto y su más alta consideración.
Como se recordará, ios premios «Príncipe de Asturias» están dotados con sendos millones de pesetas v nnn estatua simbólica diseñada por Joan Miró, y un diploma conmemorativo, que fue entregado por S. A. R. a todos !cs premiados, en cuj'O nombre habló e! i)oeta José Hierro.
DISCURSO DE
JOSÉ HIERRO
Señor, Seííora, alteza real, excelentísimos e ilustrísimus señores, señoras y señores; me ha sido encomendada la honrosa tarea de agradecer, en nombre de los galardonados, la concesión de los premios «Príncipe de Asturias». Cualquiera de ellos hubiese podido representar, mucho mejor que yo, este papel. Y no lo digo, exclusivamente, en consideración a sus méritos, lo que sería, en sí misma, una razón suficiente, sino por otra causa. El poeta es, esencialmente, subjetivo. Si yo hablase en mi propio nombre, si yo no fuese el accidental portavoz de estas personal idades eminentes, no dudo que se me toleraría cierto grado de subjetividad, incluso ciertos guiños irónicos que no disonasen, que no perturbasen la solemnidad de este acto académico. Pero, a] hablar en nombre de los premiados, la cortesía y el respeto que les debo me obliga a adoptar un tono impersonal. Me obliga a ahorrarme expresiones u opiniones que no puedan suscribir mis distinguidos compañeros. Desde luego, no diré lo que no siento, pero diré lo que siento de una manera ligeramente distinta.
Voy al grano. Voy de lo particular y concreto a lo general. Sean las primeras palabras un acto de gratitud a los jurados que, en cada una de las secciones, han decidido que éramos nosotros las personas merecedoras del premio «Príncipe de Astu
rias». La categoría científica, artística y literaria de todos y cada uno de los componentes de los distintos jurados, es para nosotros un motii'o de satisfacción y de orgullo. Y no sólo por su relieve Intelectual. Está también —o, sobre todo— su independencia, su imparcialidad. Otros jurados, probablemente, hubieran tomado en consideración, además de los méritos intrínsecos de cada candidato a los premios, su mayor presencia en la vida pública española. Pero nuestros jurados no han caído en esa trampa.- Han actuado de acuerdo con su conciencia, hasta el punto —y permítanme que me erija en ejemplo— de elegir, entre tantos y tan importantes escritores y poetas como existen en la actualidad, a un poeta que lleva muchos años sin publicar.
Si es nuestro deber —gustoso deber— de bien nacidos agradecer a los jurados el honor que nos han concedido. no lo es menos hacer público nuestro reconocimiento a la institución que convocó y dotó los premios: la Fundación Principado de Asturias que —cito— (aspira a revitalizar lia vida científica, técnica y cultural de Asturias... a ser una palanca de desarrollo y de progreso... a crear un vínculo, a la altura del tiempo actual, entre la región asturiana y el heredero de la Corona española». Se trata, de una forma de mecenazgo semejante al que ejercieron los Reyes y grandes señores del pasado. Pero con ima ventaja sobre éstos: que no se limitan a patrocinar los trabajos de grandes artistas e investigadores, sino que apuntan al futuro: apuestan a nombres desconocidos, ayudándoles a desarrollar todas sus posibilidades, aún a riesgo de equivocarse. Estas fundaciones de concepción moderna como la Fundación Principado de Asturias, que acaba do cumplir un año, si algo tienen que ver con los mecenazgos antiguos, poco o nada tienen que ver con otro tipo de fundaciones nacidas nace un siglo, o menos aún. cuyo único fin consistía en utilizar el capital del fundador para mantener abierto al público colecciones privadas, a veces realmente absurdas. Su propósito, en fin de c-uentas, no era otro que demostrar a las gentes que existió un señor muy interesado por las artes o las letras o la ciencia. Pero ¿cuál era la utilidad real, su proyección hacia el futuro?
Los promotores de la idea de crear la Fundación Principado de Asturias —ello mismo lo dice— «son conscientes de que ' cíenles de que sólo podrán llevar sus propósitos a feliz término sí cuentan con la colaboración de los asturianos, tanto de los que viven en la región como de los que. han buscado en otro suelo el campo apropiado para m
aventura vital, aunque sia abandonar mmca el recuerdo de su tierra». Me parece que, en este aspecto, ¡a E'undaciów no ha de hallar obstáculos mayores. Desde luego, yo no soy quien para opinar acerca de la mentalidad y la sen-timentalidad del asturiano. Lo que pueda saber —intuir, sería mejor decir— procede de la literatura, que es más verdadera que la historia, aunque exagere y caricaturice la realidad, y también de la propia observación, de la compañía amistosa de que he disfrutado en mis fugaces visitas a estas tierras. Allá, en el fondo, está Jovellanos; im hombre del siglo XVIIÍ rodeado de gentes —las del norte peninsular— cuya cultura se ha detenido en e! gótico, cuando no en el románico. Gentes resignadas a vivir en la contemplación de una hermosísima tierra. Gentes pobres e hidalgas, ai-s-ladas del resto del país por ¡a cordillera. La relación del asturiano con su tierra es la del amante con la amada. Son —o han sido— como esas parejas de enamorados que se adoran, que no pueden vivir separados: incapaces de hacer otra cosa que no sea contemplarse constantemente Por eso, el remedía para romper el hechizo ftis alejarse de su tierra, camino de América. No se trataba de descubrir, do fundar, sino de buscar un lugar donde las grandes capacidades del asturiano pudieran desarrollarse. Pero siempre evo-cando la tierra materna, so-fiando con el retorno. Y muchos, los más desventurados o los más afortunados, volvían. Estos, los que la fortuna había sonreído eran los indianos: empleaban, t.o que habían ganado en tierras ajenas, en erigir iglesias o escuelas en la tierra propia. Eran testimonio de aquel amor y de aquella ausencia Y una manera de compensar a aquel niño que no tenía escuela, el que tuvo eme emigrar. Ellos fueron la prehistoria dp 1as fundaciones.
El mdiano del siglo XIX era casi lo contrario del conquistador de! siglo XVL El conquistador iba para no volver. Se trasterraba. Ei ss~ turiano llevaba en su corazón estas montañas y estos valles que son como jardines, mosaicos verdes donde iodo es diminuto (al contrario que laá llanuras vastas da donde partieron los conquistadores), donde todo ss puede acariciar con los ojos. Donde todo está al alcance de la mano, a escala íntimamente huinana, empequeñecido, diminutivizado, como la arquitectura asturiana. Iba para contemplar a su tierra de origen empequeñecida pos-la distancia. Y la comparaba con su tierra de adopción. Y era ésta la que resultaba vencida en el cotejo. Perra cuando gentes llegadas de fuera comenzaron s manchar la pureza del paisaje —recuérdese el testimonio de Palacio Valdés— el asturiano emoezó a oprder aquel
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W La Nuevü España Domingo, 4-X-1985
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/(/0/£O POPULAR POR LAS CALLES DE OVIEDO (Viene ds ¡a pdg. anterior)
respeto casi sacro hacia su tierra y, sin dejar de amarla, supo que podía ser un terreao apto para desarrollar sus capacidades, económicas o culturales o industriales. El Casino de Vetusta, su biblioteca, sobre todo, pasó a ser una estampa amarillenta del pasado. Por eso —y pido perdón por la digresión— creo que la Fundación Principado de Asturias, contará —cuenta ya— con la colaboración de los asturianos.
Estas palabras mías se han alejado del propósito inicial. Decía al principio que tratarla de ser objetivo, puesto que yo no soy sino el portavoz de los favorecidos con e s t a importantísima distinción. El hombre propone y el d e m o n i o del subjetivismo dispone. MI discurso se ha convertido en una especie de muñeca rusa. En el interior, el jurado conteniendo al Jurado; l4 Fundación Principado de Asturias. Y acogiendo a la Fundación, la tierra, el paisaje y sus gentes. Y su cultura. O, si se me admite otro ejemplo, primero la cuerda; después, la caja de resonancia, y, por fin, el local, la sala de conciertos. Pero el sonido que emiten los que escriban, o hacen música, o investigan, no podría transmitirse sin el aire. Por lo que, después de dar las gracias al jurado, a la Fundación y a los hombres de una tierra que hacen posible una hermosa aventura cultural, se h a c e necesario dar las gracias al aire. El aire, apartándonos ya ( el resbaladizo terreno de las metáforas y las alegorías, se llama libertad, la libertad lireciosa de nuestro clásico: el aire que tenemos que respirar cuantos creamos. Y esté acto es un s i ^ o de que el aire ha empezado, hace poco tiempo, a llegar a nuestros pulmones.
Los premios, cuya concesión hoy agradecemos, llevan «n nombre: «Príncipe de Asturias». El de vuestra alteza. Ño soy tan Impertinente —ni taii sabio— como para permitirme dar lecciones. Quiero, nada más, llamar la atención sobre un acto que. ta! vez, cuando sea un descendiente vuestro quien ostente el título de príncipe de Asturias, quede desvahído en vuestra memoria. Este acto es significativo porque supone un reconocimiento de algo que no siempre los Gobiernos toman en cuenta: los valores de la niltura. Las dictaduras ponen la cultura —una sola, la suya— a su servicio, al servicio de su política. Las democracias se ponen al servicio de la cultura. la aceptan como es. En el fondo es una tarea inteligentemente política. Porque d e | la misma manera que constituía «na torpeza la pregunta de Stalln refiriéndose al Papa: «¿con cuántas divisiones cuenta?», resulta p o c o Inteligente preguntarse con cuántas divisiones cuenta un Investigador, un músico, un poeta. Para muchos, un poeta —que en la escala de valores utilitarios constituye el más bajo escalón— es, en el mejor de los casos, esa voluta que adorna el pináculo de un cdiñcio.
Pero ese objeto, considerado poco más que objeto decorativo, y al ^que se rompe i y arroja al sijelo despiada- i damente. puede causar enor- '
mes daños en su caída. Pon« gamos un nombre a esa voluta —Federico García Lor-ca— y sabremos, desde el punto de vista político, el daño que hizo al ser derribado.
Dije que no estoy en disposición de dar consejos. Excepto éste, que no considero excesivamente impertinente. Este aire de libertad que respiramos, el que nos permitirá continuar adelante en la tarea de lograr esa España que anhelamos, tiene una fecha: 24 de febrero. Es decir, vuestra alteza no tiene que prestar atención a mis palabras, sino que le basta con mirar alrededor. Señor: si el presente no empezase el 24 de febrero, sino que se llamase tarde del 23 de febrero, no estaríamos aquí. Hemos pasado tantos años oyendo palabras de elogios prefabricados que mucho me temo q u e alguien pueda pensar que son igualmente mecánicas estas palabras que, interpretando los sentlniientos de m u c h o s , os van dirigidas. Vuestra Majestad no pregunta cuántas divisiones puede movilizar un hombre de la cultura. Sabe que un libro o un cuadro, creados libremente, importan. Por eso recibe cada año a escritores y artistas. No necesita convertirlos en escritores o pintores de cámara; al respetarlos y admirarlos ha conquistado su respeto y admiración.
Por eso decía, alteza, que no son mis palabras, sino los ejemplos lo que importan. Tal vez un día comprenderéis la importancia que para España ha tenido esta actitud de vuestro augusto padre que no ha permitido avanzar un paso más hacia la tiranía. Ha ido hacia la tolerancia, ha ido hacia la democracia, que consiste en que don Santiago Carrillo pueda decir lo que antes no podía y don Blas Pinar pueda seguir diciendo lo mismo que decía.
PRIMER DISCURSO DEL PRINCIPE DE ASTURIAS
Por último, cerró el acto S. A. R. el principe de Asturias con unn breve discurso que es el primero que pronuncio, según subrayó él mismo. Su texto íntegro se publica en la primera página.
CONCIERTO CORAL
Concluida la intervención de
Coro del Centro Asturiano de Oviedo
POCO ANTES DE EMPRENDER VIAJE A MADRID
Visita del cortejo real a San Juan de Nieva y Amao
Pasadas las seis y media de la tarde de ayer, los Reyes de España y el príncipe de Asturias se dirigieron hacia San Juan de Nieva, donde, durante unos minutos, se Ih. teresaron por el estado del yate «Fortuna», propiedad <te Sus Majestades y que, en la factoría MEFASA será objeto de rparaclones, principalmente en sus sistemas de propulsión o distribución inte, rlor.
El cortejo real ccontinu6: viaje hala Arnao, donde, en «La Casona», propiedad de la familia Sitges, departió eon ésta unos momentt».
Hacia las siete y media de | la tarde, los Reyes de Espafta, i ei príncipe Felipe y séquiti) emprendieron viaje hacia ¿ aeropuerto de Asturias, en medio de impresionantes medidas de seguridad. En la terminal del aeropuerto el cor. | tejo reaj fue despedido por \ las primeras autoridades de | la provincia, emprendiendo a \ cocntinuación el via.le de re- i greso a Madrid.
José Hierro —cuj'as palabras finados., con alusión a nombres concretos, no gustó a ciertos sectores del público— se inició un breve descanso para dar paso después a la parte musical del acto, a la que Sus Majestades los Reyes y S. A. A. el príncipe de Asturias —así como con los demás autoridades qtie ocupaban sitios en !a presidencia— asistieron desde un palco.
Las dOs primeras interpretaciones del Coro Universitario de Oviedo («Os vos om-mes», de Tomás Luis Victoria), y df, la Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo» («Locus iste», de Bnickner), fueron dirigidas, excepcionahnente, por uno de los premiados: Jesús Cobos, que mostró su satisfacción, en una breve salutación, por este encuentro con la música coral, con la qu» inició su carrera musical.
El Coro Universitario, dirigido ya por su titular, Luis Gutiérrez Arias, cantaría después,
El Centro Asturiano homenajeó a María Zambrano en Ginebra
Ginebra, 3^—La escritora y filósofa María Zambrano. exiliada desde el año 1939. pasó hoy el día en su casa de Ginebra, ausente de la entrega, en Oviedo, de los premios «Príncipe de Asturias».
María Zambrano, andaluza natural de Vélez-Málaga, hubiese deseado volver, por primera vez a España, para recibir el premio, según coinciden sus allegados, pero no se lo permitieron la edad y sobre todo, la salud.
En su reducido grupo de amigos se decía hoy que «lleva un tiempo muy delicada. Está muy frágil a las emo
ciones e incluso viene a verla gente de España y no los puede recibir»,
Le ponían a su disposición un avión particular para que fuera junto eon José Ángel Valente, pero tuvo que delegar en Ortega Spottorno para recibir el premio.»
A primera hora de la tarde recibió, sin embargo, la visita de una delegación del Centro Asturiano de Ginebra que le entregó un ramo de flores y ima bandera asturiana, homenaje íntimo en el que estuvo presente Ángel Valente, poeta y amigo personal de María Zambrano, (Efe.)
con ia colaboración de! pianista Luis Vázquez de! Fresno, las canciones g i t a n a s de Brahms, compuestas sobre los poemas húngaros de Hugo Conrat
Por su parte, la Capilla Polifó nica «Ciudad de Oviedo» interpretó canciones,populares asturianas: «El baile» y «Como la flor», de Tomer; «No le daba el sol», d,, Leoncio Dié-guez, y «En toda la Quintana» y «Vite, vite», de Benito Lau-ret.
El concierto finalizó con el público en pie, mientras la Capilla Polifónica y tma representación del Coro Universitario cantaban el lAsturias, patria querida».
Una Banda de música interpretó al principio y al fina! del acto, desde la antesala del teatro, el himno nacional.
El público —que aplaudió todas las intervenciones con verdadero entusiasmo— ovacionó calurosamente a la familia real, tanto a su llegada al teatro Campoamor como en el momento de su marcha, hacia el hotel de la Reconquista. Durante el recorrido se reprodujeron las muestras de simpatía y afecto popular hacia la familia real, mientras los grupos folklóricos presentes en todo el trayecto expiiesaban su adhesión con el sonido de las castañuelas.
RECEPCIÓN Y ALMUERZO EN EL HOTEL DE LA
RECONQUISTA En el hotel de la Reconquis
ta se celebró ima recepción de SS.MM. los Reyes de España y S. A. R. el príncipe de Asturias a los premiados, jurados y demás personalidades invitadas.
Durante este acto —que estaba previsto se desarrollase en el llamado «patio de los gatos» y tuvo lugar, por el riesgo meteorológico, en el salón Covadonga— fueron numerosas las personas que se acercaron a saludar a SS.MM. y a S. A. R.; S. M. el Rey ssduda-ría con evidente afecto a dos
de sus amigos asturianos Pedro Carcía-Conde Oñal y Antonio Cores. También saludaría al actor cómico Zori, que se encontraba en el hotel, ya que estos días actúa al frente de su compañía en un teatro de la ciudad.
Durante la recepción, el presidente de ia Diputación presentó a los Reyes al {soeta Al-lonso Camin y su esposa, con quienes conversaron durante unos momentos.
ENTREGA DE UN RETRATO DEL PRINCIPE DE ASTURIAS, DE AMPARO CORES
Al final de ia comida, y en un acto íntimo, ta pintora Amparo Cores hizo entrega a S. A. R. de un retrato que le hizo hace un año y que fue utilizado como ilustración emblemática por la Fundación Principado cl« Asturias ccm motivo de su constitución. Fotos de SANTIAGO GARCÍA Alfonso Camín
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