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Libros
Alain JQX&
Doctrina estratégica y guerra deintervención
A L A I N J O X E , de la Escuela Práctica de Altos Estudios (Sor-bonne) , es actualmente profesor investigador del Instituto deEstudios Internacionales de la Universidad de Chile. Durantevarios años fue investigador del Centre d'&tudes de PolitiqueEtrangére de París. Entre sus publicaciones está El ConflictoChino-Soviético en América Latina, Arca, Montevideo, 1367.
B.ES3PONSIBILITY AND RESPONSE. MaX-
well Taylor. New York, Harperand Row, 1967, 84 pp., índ.
ARMS AND INFLUENCE. Thomas Schell-ing. New York, Praeger, 1966, 222
' PP-
LE DISCOURS DE LA GUERRE. AndréGlucksmann, París, l'Herne, 1967,178 pp.
La doctrina estratégica americana, encuanto política gubernamental deuna administración determinada,emana de formas variadas de refle-xión que son: las tradiciones milita-res, la nueva estrategia de los "lógi-cos-estrategas" civiles y las guerras ocrisis concretas, es decir, el mundoexterior. Para defenderse de la domi-nación imperiosa, del conformismo ydel poder de convicción de los escri-tos americanos sobre la actualidad, esnecesario revisar a cada instante losantecedentes históricos deformadossistemáticamente y someter los con-ceptos más utilizados a una crítica sinconcesiones. Pero no captaremos el
movimiento real de los conceptos "es-tratégicos sino relacionando estudioscuyos enfoques son extremadamentediferentes,
Encontraremos aquí un libro polí-tico escrito por un militar; un libroestratégico esrato por un economis-ta, por último, un estudio de filosofíasobre las escuelas estratégicas actua-les.
La relación de estos trabajos estáen que ellos nos permiten compren-der, a través de ciertos rasgos perma-nentes del pensamiento y de la acciónmilitar de las principales potencias,el movimiento que orienta, especial-mente después de la crisis cubana de1962, la maquinaria material e inte-lectual organizada por Kennedy haciauna práctica, que llamaría johnsonia-na, de la utilización de los medios mi-litares. Esta práctica encarnada en laguerra del Víetnam se relaciona conciertos rasgos más antiguos de la tra-dición americana, organizándose almismo tiempo alrededor de una vo-luntad más consciente y más firme deleadership mundial.
Los dos primeros trabajos citados,
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Alain Joxe / Doctrina estratégica y guerra de intervención
Maxwell, Taylor,. Résponsibility andResponse y T. Schelling, Árms anaInfluence, pertenecen al mismo mo-mento histórico; aquel en que el equi-po kennediano deja de lado la ideade pensar ante tocio en la respuestaflexible para pensar en la utilizaciónlocal de la fuerza para obtener éxitospolíticos limitados. El general Taylores el prototipo del pensador militarpara quien plantear un problema esde por sí resolverlo. Schelling por elcontrario, es el -coleccionista de mati-ces y de modelos 'delicados que ya co-nocemos, es un estilista de la precau-ción. Sin embargo, ambos proponenuna reflexión destinada á permitir laintervención en el Vietnam con lasmejores posibilidades de éxito, y engeneral la intervención militar ameri-cana en el mundo convertido en mul-tipolar. En el momento que se da co-mienzo a las negociaciones de Paríssobre el Vietnam del Norte, es conve-niente volver a leer estos trabajos enlos que encontramos la llave de de-terminados comportamientos ameri-canos. El general Táylo'r, 'en misiónespecial en Vietnam durante el findel gobierno de Ngo Dinh Diem fue,como ya se sabe, el principal arqui-tecto militar de la doctrina Kennedyde la "respuesta flexible". En su im-portantísimo libro de 1959, The Un-certain Trumpet, mostraba qué noera ya razonable fundamentar la di-suasión en las represalias masivas enla nueva relación de fuerzas introdu-cida por el término del monopoliotermonuclear norteamericano y laaparición de los cohetes soviéticos, ypreconizaba la organización de uninstrumento militar que permitiera alPresidente elegir una réplica propor-cional a la amenaza. Estas reflexionesse ubicaban en el marco de la oposi-ción bipolar que prevalecía todavía
aparentemente en el sistema mundial,y que la doctrina Kennedy se esfor-zaba en mantener. Résponsibilityand Response es una recopilación deconferencias dadas en la primaverade 1966. El general Taylor fue mien-tras tanto consejero militar especialdel Presidente Kennedy, encargadode revisar la organización y la capaci-dad 'de ' Estados Unidos en planifi-cación paramilitar (actividades no-convencionales y de guerrillas); luego,fue Presidente del Estado Mayor In-ter-Armas de Kennedy y de Johnson,y el: 28 dé junio de 1964,- fue encarga-do de- la Embajada de -EstadosUnidos 'en Saigón. Muchas veces enmisión e'special de inspección en Viet-nam durante el gobierno de Diem yde Kanh, fue finalmente testigo y res-ponsable' local de la primera fase dela 'escalada de 1965; Es, pues; con cier-ta autoridad, que puede permitirseaboi'dar los" difíciles problemas plan-tead'o's a Estados Unidos" por ladespolarización del mundo y la elec-ción de los teatros y de los motivos deintervención que deben imponersep'or no poder intervenir en todas par-tes a la vez.
Debemos constatar que los instru-mentos de análisis que emplea son su-mamente simplistas por no decir bur-dos. Al mismo tiempo que atribuyeesencialmente al-conflicto chino-sovié-tico y a la competencia entre dos cen-tros revolucionarios las causas de laagitación, deplora en el fondo estanueva complejidad de un mundo enel -cual en vez de haber dos bloqueshay 136 naciones. Los Estados Unidos,dice, deben ahora mantener una aten-ción constante en todas las direccio-nes y prever de antemano "la poten-cia de las fuerzas inamistosas con res-pecto a nuestros objetivos naciona-les"-. Para, esta vigilancia no concibe
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.más que una especie de reja analíticapuramente empírica repartiendo a lasnaciones en categorías según su "com-portamiento". El mundo se divide asíen 4 partes: 19 Los perturbadores(Trouble making power), la UniónSoviética, la China, el Vietnam delNorte, Cuba, pero también Indonesiay la RAU (notaríamos hoy día la elimi-nación de Indonesia después de lasmasacres de 1965 y el estatuto másperturbador de Corea del Norte). 29Las víctimas, alrededor de 90 nacionesjóvenes todavía débiles. El autor veen su "juventud" la causa de su ines-tabilidad política y de su pobreza.Clasifica aquí sin reservas, al lado delos países de África y de Asia recien-temente emancipados, los países deAmérica Latina cuya emancipación esapenas más reciente que la de losmismos Estados Unidos. El considera'que los "comunistas" se dirigen a estacategoría de países y aplican allí latécnica de la "guerra de liberación" ode la "guerra popular" sin tomar encuenta aparentemente, una diferenciaideológica entre soviéticos y chinos eneste asunto. 39 Los espectadores ("vie-jas naciones del hemisferio norte quecontribuyen muy poco a nuestros pro-blemas muí tipo lar es") son la terceraparte del mundo. 49 Los Estados Uni-dos mismos, constituyendo implícita-mente una cuarta p-arte del mundoque por un lapsus muy revelador, elautor se abstiene de mencionar. Esoes un rasgo típico del carácter centrí-peto de la visión norteamericana delmundo, y de la incapacidad de conte-bir a Estados Unidos como resul-tante de un sistema mundial y nosolamente como un actor autónomo yde buena fe en un universo desorde-nado.
Sería interesante comparar estacuadripartición del mundo con la
que proponen los chinos, basándoseen un análisis de las contradiccionesde clases (campo imperialista, revisio-nistas, campo socialista, primera zonaintermediaria: zona de las tempesta-des —las víctimas en la clasifica'ciónde Taylor; segunda zona intermedia-ria: los espectadores). Se constata en-tonces que una diferencia entre MaoTse-tung y el general Taylor radicaen que este último no menciona elcaso del "revisionismo" y no ve en elconflicto sino una división nacional;por otra parte, asimila en un sologrupo a los perturbadores del tiponasseríano, a los dos grandes comu-nistas y a los países de "primera lí-nea" (Cuba, Vietnam.del Norte) quese distinguen claramente en los aná-lisis comunistas (democracias nacio-nales en desarrollo, siendo diferentesdel campo socialista, pero formandoparte del campo antimperialista, Cu-ba y el Vietnam del Norte constitu-yendo lo que se comienza a llamar latercera posición en el campo socia-lista) .
La división del general Taylor esmucho menos sutil, pues responde auna preocupación ingenuamente mi-litar de designación del enemigo entérminos tradicionales. Esta visióndel mundo lo conduce fatalmente apostular contraverdades históricas co-mo la idea de que hubo "un ataqueguerrilla de Hanoi contra el Presiden-te Diem en 1959-60" (Responsibilityand Response, p. 8).
Sin embargo, la importancia histó-rica de la descripción del general Tay-lor no reside en la percepción delmundo, pero en la misión que le fueconfiada a su vuelta a Washingtonpor el Presidente Johnson de propo-ner la reorganización de los serviciosque permitan al Presidente tomar de-cisiones para intervenir en tal o cual
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Alain lox. / Doctrina estrategica y 'gllelTa de intervencion
teatro en el m undo. Sus cd tieas al sis· tema anterior y las propnsiciones que aneicipa y que flleron adoptadas constituyen Ia parte nuts interesante de su libra. Hacemos notal' que antes 'de la decisi6n del 4 de marzo de 1966 en "VlashingLOn, no existia Ia inEraestructura que permitiera al Elllbajador tener en SlI sede la [unci6n que Ie asignan diversos mensajes presidenciales de 1960, 61, 62. Encargado de la coordinaci6n de toclas las actividades de las agendas de Estados Unidos en illtramar (State Department, n .D.n.,
A.Ln., U.S.I.A., C.I.A.), eI Embajador no tiene sino el poder de un presidente de sesi6n durante el curso de las reuniones conjuntas de los jefes de estas diversas misiones alrededor de eI, no tielle el pocler cle con trol (en el sentic10 ingles) salvo si es pOl' su prestigio 0 autoridad personal. En efecto, los grancles departamentos federales, cuyas jerarquias pelmanecen paralelas, no tienen otro mediador que el Presidente en persona, aun para los asuntos locales, Ia politi"ca general se fija entonces en el momento de algun conflicto )' no como una doctrina que sirva de marco y no admitiendo ya conflictos posibles al men os a nivel de los gI'andes principios. El general Taylor no trata de ocultar que la agencia que 'cre6 mas c1ificultades en las sedes diploIl)aticas en que Ia intervenci6n almada de Estados Unidos esta a Ia orden del dia, es Ia C.I.A.
Encollcramos una indicaci6n sobre la autonomia de esta agencia en eI combate de Playa Gir6n (R. and R., p. 60), Y un infonne preciso sobre el peligro que una falta de coorclinaci6n central permanente pudo desempeiiar en 1a '''exp'eriencia' del Vietnam", haciendo sin dud a alusi6n a Ia caida de Diem (R. and R.; p. 63) .
EI National SecUJ:ity COllncil crea-
cIo en 19'17 para desem penal' este ,cargo fue Ull fracaso, a pesar de, la redac-ci6)1 sumamen te clara de sus atribuciones. Las re[ormas de Kennedy, aI elia siguiente cIe P1aya Gir6n, consis-tieron en disolver sus principales 61'ganos (Planning Board y Operation Coordinating Board) y en confiar directamente SllS atribllciones al Secretario cIe Estado. Pero como este ultimo no disponia de un 6rgano especial, era a la Qasa Blanca y en particular a i'vIcGeorge Bundy <I: quien lleg;tban los asuntos. Con la crisis de Cuba este metodo informal de los consejeros privados triunfa, pero con un caso poco significativo seglill el general Taylor: eI problema cubano era lIna operaci6n militaI', para ser pensada por un Estaclo Mayor acompai1oindose de una reflexi61l sobre decisiones secuenciales en lIna negociaci6~; perci no consistia en lIna coordinaci61l de la acci6n de jJ1"ogramas interclej)(Jn
dientes en un Iugar determinado , como en los palses en que los, Estados Unidos estin presentes. La ,decisi6n de marzo de 1966 cre6. lin nuevo 6rgano, el S.I.G. (Senior Interdepartamental Group) 'p-residido par el Subsecre,tario de Estado que lIeva entonces el titulo de seCl'etario ejecutivo del S.l.G.)
pues es el encargado de transar en caso de conflicto. El S.I.G. agrupa a los jeres de los principales c1epartamentos del State Department, al Secretario Adjunto de Ia De[ensa, al Administradol' de la A.I.D., al Di!'ector cie Ia c.r.A~: al jere del Estado i\<Iayor General y a1- Director de la U.S.r.A., asi como a lin representante de Ia Casa Blanc ca. En caso de Ul~ desacuerdo persistente, los miembras del S.T.G. pueden apelar ante el Presiden te, pero basandose en Ia decisi6n del presidente ejeen'tivo dei S.I.C., -i10 en plimera instancia. como enf el caso ,del Natiolial
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Security Council. El S.I.G. es asistidopor órganos regionales de las zonasrespectivas (África, Medio Oriente,Asia del Sur, América Latina, ExtremoOriente, Europa).
Gracias a la creación de esta nuevaestructura no solamente se aliviana eltrabajo del Presidente sino que ade-más se atribuye al State Departmentel poder para transar por lo menos enprimera instancia, eventualmentecontra la C.I.A., cuando la coordina-ción de varios programas presentaproblemas en el aspecto local. El Em-bajador se convierte en portador deconsignas ejecutorias que emanan delMinisterio del que él mismo dependey ante las cuales los dirigentes loca-les de las diversas agencias deben con-formarse sin poder apelar más allá delEmbajador, a una decisión presiden-cial, puesto que los dirigentes nacio-nales de las agencias están asociadosa ellas.
Esta obra que comienza como unamedita-ción sobre la evolución delmundo no termina en una problemá-tica política ni aun en una táctica, to-davía menos en una estrategia, peroen una reorganización de la admi-nistración. Siendo los medios milita-res, diplomáticos, económicos y de in-formación lo que son; suponiéndoseconocidas las metas de la políticanorteamericana, el reflejo de aconte-cimientos tan considerables como elconflicto chino-soviético o el aplasta-miento de los -comunistas indonesios(considerados como variaciones esta-
dísticas de las fuentes de posibles pro-blemas) , se reducen a reformas delsistema de control del ejecutivo.
La obra de Schelling señala que lasarmas nucleares hacen posible el ejer-
cicio de una violencia monstruosa so-bre el enemigo sin que sea necesariohaber obtenido previamente la vic-toria; se podría creer entonces que eladagio "es más fácil destruir quecrear", reemplaza en el contexto dela guerra de destrucción masiva elprincipio clausewitziano bien conoci-do de la superioridad de la defensasobre el ataque1.
Esta superioridad de la amenazade empleo de la violencia total envez de la búsqueda de la victoria mi-litar por la batalla que desarma alenemigo fundamenta para Schellingla disimetría en la polaridad disua-síón-persuasión que es propia de losconflictos —negociaciones de la épocaque él llama la "diplomacia de la vio-lencia" (Arms and Infiuence, p. 6).
Sin embargo, mediremos toda ladistancia recorrida por Schelling des-de su libro Strategy of conflicl (quees el equivalente, podríamos decir, ensu lenguaje, de Uncerlain trumpet delgeneral Taylor) cotejando dos pasajesreveladores: 19 Strategy of Conflict2:"Fuera de las guerras hipotéticas queperseguían la aniquilación recíprocatotal de los adversarios, hay siempreuna parte de cooperación que toma laforma de una reserva de fuerza no uti-lizada, o de una serie de daños nocometidos. 29 Arms and influence3:"un país ocupado bien dominadopuede ser un país donde la violencialatente sea utilizada con tanta habili-dad que no hay necesidad de ejercer
1('¿Guál es el objeto de la defensa? Con-servar. Es más fácil conservar que adqui-rir, de lo que Inmediatamente se desprendeque, los medios, supuestos iguales de amboslados, la defensa es más fácil que el ataque".(De la guerra. V. 1.2. Ventajas de la de-fensa) .
^Estrategia del conflicto, Ed. española(Madrid), p. 17.
sArms and Injhtence, p. 30.
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esta violencia en represalia: es la vio-léñela latente la que puede ser utili-zada para sacar -ventajas". Así, antesde la crisis de Cuba, es decir, antes deesta impresión de triunfo relativo quellevó a Estados Unidos a atribuira la retirada soviética toda la orienta-ción hacia la coexistencia pacífica(Taylor, R. and R., p. 4), Schelling
enfocaba la fuerza en reserva como lamedida de la cooperación. Después,hizo de ella, la medida de la coerción.A pesar de la formulación abstracta,no es la noción de fuerza de reservala que ha cambiado sino el adversarioal que se refiere implícitamente:
Antes de Cuba, la Unión Soviética,potencia respetable con la que hayque transigir. Después de Cuba (losrusos tratando de evitar toda confron-tación directa) se piensa en adversa-rios inferiores y en particular en elVietnam. La despolarización, es decir,el conflicto chino-soviético, mejor di-cho el ablandamiento soviético ha-bría transformado al mundo en unacolección de teatros de intervenciónvirtual, donde la superioridad ame-ricana puede cada vez ejercer unapresión que es superior, siempreque las necesidades de intervenciónno surgiesen todas en el mismo mo-mento (lo que es improbable). Eldiagnóstico subyacente de Schellingsería el equivalente de la tesis maoís-ta del tigre de papel (el imperialismoes el más fuerte tácticamente, un ver-dadero tigre, pero es más débil estra-tégicamente, un tigre de papel).Schelling insiste en la 'calidad de Ti-gre para no creer en la posibilidad devarios Vietnam, sin duda, pero sobretodo porque no tiene de la guerrapopular más que una visión estereoti-pada, heredada de los diagnósticosmaniqueanos elaborados durante laguerra fría y extendidos largamente
por ciertos especialistas francesesquienes no supieron analizar sus fra-casos tanto en Indochina como en Ar-gelia. El autor se ve obligado a pasarpor los viejos esquemas de la guerraantinsurreccional considerada 'como laoposición de dos campos activos (elgobierno y los insurgentes) que pe-lean para obtener la adhesión de untercer grupo pasivo, la mayor parte dela población, que es objeto de coer-ción y de "gratificaciones"; por lotanto cae fatalmente, en inexactitudeshistóricas tan importantes como lasdel general Taylor:
"El Vietnam, a comienzos del año60, dijo, era menos una guerra entreenemigos declarados que una luchacíe pandillas de gangsters, con dospandillas rivales tratando de "vender"protección a la población". (Armsand Influence, p, 200).
Escamotea así, todo el problema dela reforma agraria, de la corrupcióndel sistema del Vietnam del Sur, dela unidad nacional histórica del Viet-nam; de este modo, la situación mili-tar "sumamente delicada"4 de EstadosUnidos en 1968 no podía preverse apesar de que Giap la había previstoperfectamente .. A La sutileza de lasreflexiones de Schelling sobre el artede la coacción en la negociación sesitúa en el nivel psicológico del terrorpuramente, y no toma estratégicamen-te en cuenta la permanencia de inte-reses vitales, a escala de una nacióncualquiera que sea su régimen.
^General Bcaufrc, "Ge qui a fait cederJohnson", Le Nonvel Obseruatcur, N? 179,17-23 avril, 1958, p. 5. Publicado en Chilepor la revista Plan, 30 de junio de 1968,No 26, año MI.
cCf., especialmente J. N., "La guerra delVietnam vista por el General Giap", Revuede la Déf cnsc Natíoita'.e, mayo de 1968,pp. 925-933, análisis crítico del General YoNguyen Giap, Big Viclory, Greal Tash, Pa!lMalí Press, London, 1958.
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Este "terrorismo intelectual" la-tente se expresa perfectamente a tra-vés .de.una-serie .de aforismos impac-tantes que suponen un "voluntaris-mo" extraordinario del pueblo ame-ricano o tal vez la existencia de unaopinión pública plástica e incapaz de.-controlar los leaders que ella mismase da: "combatir fuera del territorionacional, dice, es un acto militar, pe-10 persuadir a los enemigos, a los alia-dos que combatiríamos.en el exterioren circunstancias que implicarían ungran peligro o grandes gastos, paraeso se necesita algo más que una capa-cidad militar. Esto exige intencionesproyectantes, esto exige que se tengaesas -intenciones, aun que se adquie-ran deliberadamente y hacerlas saberde manera convincente para forzar alas otras naciones a actuar como se de-sea" (A. and I., p. 36).
Ppr otra parte, -constatamos que elesprii de finesse y de geometríe mez-clados felizmente que dominaban elpensamiento de Schelling de Strategyof conflictj obra de un economistamatemático, parece disminuir su im-portancia ante la necesidad de tratarlos temas dinámicos como HermánKahn. Cierta brutalidad de mecánicose mezcla a la sutileza de Schelling ytermina en una elaboración imperfec-ta y heterogénea de la "escalada". Sepuede decir que en su primer capítu-lo (el arte de compromiso} Schellinghabla del vocabulario de la "diploma-cia de la violencia", en su segundo ca-pítulo (manipulación del riesgo) desu sintaxis (definida como teoría dela agrupación de palabras) y en sutercer capítulo, el Idioma de la acciónmilitar, del lenguaje propiamente tal.La exposición que hace de este idio-ma, está construida ella misma en for-ma de una escala de "escalada". Reco-rre toda la gama del regateo tácito a
la manipulación de los "umbrales";posteriormente describe una serie detipos de guerra, desde las guerras li-mitadas al -campo de batalla/ las gue-rras de "riesgo" (Cuba, Vietnam den-tro de la misma clasificación) y lasguerras de coerción: es decir, que estaescalada lleva finalmente más haciaChina que a la Unión Soviética.
Los tres capítulos (Diplomacia dela supervivencia última, Dinámica dela alarma mutua^ Diálogo sobre la ca-rrera armamentista) comprenden másreflexión bilateral y aborda temas co-nocidos de la "desescalada" y del re-gateo implícito de los niveles de ar-mamentos, reflexiones orientadas es-pecialmente hacia las relaciones conla Unión Soviética. Encontramos cier-tas ideas superadas ya aparentementecomo la de que los Estados Unidos lo-graron comunicar a los rusos, el inte-rés mutuo de abstenerse de entrar enla carrera de los cohetes anticohetes.Debemos constatar que Schelling a suvez, se consagra a las delicias de laconstrucción de "guiones". Destaca-remos en Artns and Influence una se-rie de "guiones" de intervención enultramar bastante significativas delespíritu ofensivo o contraofensivo queanima a la administración americanadespués de Cuba 1962 -o desde la su-bida al poder de Johnson (guión deintervención en China, pp. 184-185,guión de intervención en Irán, p. 160,guión de intervención en Yugoslaviaal morir Tito, p. 52). Más extrañatodavía es la siguiente afirmación queevoca la posibilidad de un enfrenta-miento en Europa.
Schelling, en principio, no consi-dera ya como más verosímil en esteteatro ninguna de las tres formas deenfrentamiento local que ha descrito(tipo coreano, tipo Cuba, tipo Viet-nam del Norte), pero agrega: "En
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-4/aí» Joxe ¡ Doctrina estratégica y guerra de intervención
cierto sentido debido a que este tea-tro depende mucho más de los arma-mentos nucleares, se podría acentuarmás la toma de riesgo (brinkrnanshíp)y los daños infligidos a los civiles te-niendo -como meta la coerción, que delas tácticas de campo de batalla. Laguerra del Vietnam sienta precedentepara reflexionar seriamente sobre es-ta hipótesis" (A. and I., p. 176).
Esta orientación de un autor (queno puede ser clasificado simplemen-te entre los "halcones") es probable-mente uno de los síntomas de la evo-lución de Johnson en el que se basael general Ailleret, en un artículo pu-blicado por la Revista de la DefensaNacional, para preconizar la defensa"hacía todos los azimutos"0.
*El libro de André Glucksmann es, amí juicio, una primera tentativa ori-ginal en la época nuclear para colocarun Fabrice"* filósofo al lado del Na-poleón de nuestro tiempo, es decir, elogro atómico. Napoleón no podía ha-cer nada sin sus mariscales, pero in-versamente, sin Napoleón, no hubie-ran existido los maríscales. Hastaahora, los Jominí o los Stendhal dela "estrategia-diplomada" modernadieron buenas descripciones de la ac-tuación de los maríscales del arma-mento nuclear (es decir, la escala deescalada, la flexible responsej o al con-trario la respuesta masiva), pero noexistía la teoría de la ausencia deuna teoría de la relación entre Napo-león y sus mariscales. Este lenguajeanalógico ilustra una proposición delmismo libro: para Glucksmann, el Al-ma del Mundo, el espíritu de la gue-
"Gencral P. Aillerct "deícnse tous Azi-miiths", Reaue de la Defeme Nalionale (dic.1967).
"Héroe de La Chastreuse de Parme, deStendhal (KOLR).
rra absoluta, de la lucha hasta lamuerte, concepto hegeliano, encuen-tra su equivalente en la maquinariaatómica. Napoleón seda "un esbozoanalógico del objeto absoluto que rea-liza el siglo xx con la bomba". Por otraparte, su libro no es sólo una relecturade Hegel sino también de la filiaciónMaquiavelo - ClausewiU - Lenin -Mao. Aparecen algunas contradiccio-nes en las ideas que estructuran suexposición hegeliana del poder de labomba, y sus ideas clausewitzianas so-bre el mismo, pero estas contradic-ciones se resuelven al final a favor dela tradición clausewitziana, en unabrillante exposición del pensamien-to estratégico maoísta.
La similitud Napoleón/bomba noexiste si se dejan ambos objetos en lahistoria; existen solamente si se tratade decir que los dos son instrumen-tos de muerte, que tendrían la mismafunción simbólica en un sistema derepresentación puramente religioso(ya sea del diablo o del anti-Cristo, ode un elemento de una trinidad: bes-tia del Apocalipsis, tribunal de Pila-tos o madera de la Vera Cruz). Gomoobjetos históricos, el primero no pre-para de ningún modo la llegada delsegundo, ni analógicamente ni en elplano de la historia de las ideas, por-que, para decir un truismo, la bombano es "homme a cheval" y no es tam-poco una máquina calculadora. Por lotanto, la bomba no puede ser-conside-rada como "Weltseele" ni como"Wellgeist". No tiene virtü_, en el sen-tido maquiavélico.
Glucksmann da de la no-virtii dela bomba una demostración teóricaquixás definitiva en su capítulo sobrela "descomposición de la escalada".Asimilando el concepto de viriü deMaquiavelo al concepto clausewitzia-
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ESTUDIOS INTERNACIONALES
no de "continuacion" (Ia guerra continuacion de Ia politi'ca pOl' otros medios ... ). Glucksmann muestra como a pesar 0 mas bien a causa de su cadeter de anna absoluta, Ia bomba no puede dar la certeza de una continuacion clausewitziana, 10 que se expresa pOl· la necesidad en la eual se eneuentran los estrategos americanos de proponer un tiempo y un espacio no continuo 1)0)" convenci6n (los "umbrales" dividen el tiempo de la escalada, cl con'cepto dc guerra limitada, 0 la escalada por extension del teatro de operacion 'local, divide al espacio). Pcro 10 que da fuerza ala eonvencion scria Ja existcncia de una escaIa de escalada "dominante". Desde luego, la estrategia uuclear cstadounidense no puede scr aeeptada como una teoria estrategica sino C01l10 una politica. No se pucde construir'a partir de la eseala eSlructurada por cJ intercambio nuclear mayor, una estrategia, sino ,unicamente taclicas, ya que la mUCrte nuclear no cs mas absoluta quc ' Ia que da cl cuchilJo de Ravaillae. Por 10 tanto, basandose ,cn su eapacidad especifica de dar muerte masiva, coleetiva, mas extendida que cuaIquier otra anna hasta Ia [echa, se puede mas facilmente re[o rzar sus atributos sagrados y haccrJa objeto de un tipo de rel igion. Ami jui'cio es 10 que hace Herman Kahn, ubicando el intercambio nuclear espasmodico en la cumbre dc un computo regresivo muy parecido a los grados de iniciacion de los misticos gnosticos par ser indiscutibles en su illdetelmillacion, trat:l.lldose cn su mayor parte de una "experfencia imaginari'a". Por otra parte, Ja escaIa de escaIada reproduce toda Ia his'toria guerrera de la humanidad, del mismo modo que la 'ontogenesis reproduce la filogeriesis. Se iratarla par lei tanto tambicn de lina religion
historicista pero de ti po adventista. Pero Glucksinann tambien parece aceptar sin mucha diseusion esta "regIa del juego del pensamiento estrategico-nuclear" aceptando una idea quizas ya desplazada por la experiencia del Vietnam: "[(/. ultim(/. l"atio de Ia violencia ext.1"ema es siempre deeisiva aunque no puede constituirse en decision" y "la hora de Ia verdacl (en cl duelo termonuclear) no es Ja guerra sino Ia crisis". La hora de Ia verdad siglle siendo la batalla decisiva en es. la guerra en Vietnam y eso no porque sea mas racional sino porque asl
La guerra de Vietnam, por supuesto, no es una batalla como las otras de los "buenos liempos". En el mundo es[crico de hoy, la aceion dedsiva ya no es Ia que era cuando armas, hombres, e ideas tenian que caminar a pie, en un espacio polltico geografico llllico y practicamente cn dos dimensiones. Las comunieaciones transforman una batalla perdida 0 ganada no en un progreso 0 una regresion, es decir, un balmlceo, sino en uri abanico o un paraguas de reacciones en cadena 'con feedback. Si no, tendrlambs que definir la guerra de Vietnam como una crisis, 10 que se puede quizas decir del periodo entre fin de 64 al I'Crai10 de 65 (durante el eual fue tomada la decision cdtica de la intervcndon masiva de las tropas norteamericanas), pero no de Ia guerra ' en conjunto.
Se trata por 10 tanto de una bata-1Ia deeisiva, 110 de una guerra limitada por el juego de una supue;ta regIa espedfiea del sistema termonuc1ear. Como dice muy bien Schelling, "Unlimited war is unpurFosed wal·". No hay gucrra no limitada, pero no se puede concluir que toda guerra limic
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Alaln Jaxe I Doctrina estratégica y guerra de intervención
lacla tiene sentido, sin definir quiénUmita las guerras limitadas. ¿Es el te-mor del enfrentamiento mayor o elpapel de los intereses regionales de lasfuerzas políticas limitadas sobre lasfuerzas políticas mundiales del líder,simbolizado por la fuerza termonu-•clear? Quedan ciertas ambigüedadesen el libro de Glucksmann. Me pareceque no es sólo porque Mao-Clausewit-zíano propone la guerra popular yque esta idea, "adoptada por las ma-sas se transforma en fuerza material",que la guerra y la batalla decisiva si-guen siendo importantísimas a pesarcíe la existencia de la bomba, sinotambién y más que todo porque"siempre hay que defenderse" aun sila bomba teóricamente arruinó la su-perioridad de la defensa, como mu-chos lo piensan, e inclusive Glucks-mann en algunos lugares de su libro,y mucho más aún si la estrategia nu-clear es una política más que una es-trategia, como Glucksmann lo de-muestra. La raíz tanto de la construc-ción de -cohetes anticohetes como dela guerra popular reside teóricamen-te siempre en la necesidad de la de-fensa, y ahora con la evolución pre-sente del conflicto vietnamita, se vemuy claramente que "el discurso nor-teamericano de la guerra" no vencerá,(si vence en Vietnam) en términos he-gelianos, por "aceptar más profunda-mente el riesgo absoluto, la muerte"(DC, p. 76) sino por tener una estra-tegia defensiva adaptada a la fase deofensiva del FNL. La muerte absolutadel mariscal Murat se tornó hoy díaen un concepto estadístico, objeto delcálculo de probabilidad y el generalya no tiene que enfrentarse a la muer-te, menos aún el Emperador. La caraoscura y absoluta del lenguaje de lamuerte ya no existe para las cabezasestratégicas (mucho menos que las
preocupaciones presupuestarias de lascomisiones del Senado) salvo si rin-den homenaje al pueblo movilizado yno al Arma (Mao), pero en este casola muerte no es absoluta.
Se puede quizás decir que el pro-yecto de Gluclcsmann de comprenderla unidad del pensamiento estratégiconorteamericano revelándola a travésde su relación con el "Libro de la es-trategia clásica" (es decir Vom Kriegede Glausewitz) -con el modelo de lalucha hasta la muerte (Hegel) impli-ca una formulación filosófica que nose relaciona suficientemente con lahistoria y la crónica precisa en la cualeste pensamiento está envuelto en ca-da momento. No toma siempre encuenta la variación de la coyunturaestratégica en el sentido material y dela vinculación estrecha que hay entreesta variación y la variación de los es-critos. La incoherencia teórica delpensamiento de varios estrategas o cíeun estratega de un año a otro no sepuede explicar por la evolución deuna reflexión que se hace más fina.El factor tiempo no es de misma na-turaleza para Maquiavelo, Clausewitzo Mao ni para los estrategas norte-americanos. Mnquiavelo, teórico fra-casado de una unificación italianaque tendrá que realizarse tres siglosmás tarde, piensa fuera de la acción.Clausewitz piensa después de las ba-tallas napoleónicas, Mao durante unaguerra prolongada y popular, dentrode un campo de batalla que no varíaen función de los progresos de la fí-sica aplicada.
Schelling y Hermán K.ahn, al con-trario, son o fueron los consejeros in-fluyentes de un principe guerrero quecambia no al ritmo de la sociedad si-no de la física nuclear y de la electró-nica, de la metalurgia especial; rit-mos mucho más rápidos que los de
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ESTUDIOS INTERNACIONALES
los cambios eeon6mieos a sociales. Por eso no tienen tiempo para haeer la teoria de su propio pensamiento y ademas no 10 necesitan de ningun modo, si se toma en 'consideraei6n las cireunstancias hist6ricas y el papel del pensamiento estrategico en el proceso de las tomas de decisiones. La vinculaci6n ineluctable del pensamiento estrategico con la organizaci6n de investigaci6n y de producci6n industrial implica que su funci6n sea la siguiente: 19 Una t(~Cl1ica auxiliar de las decisianes de inversi6n, y nO' el pensamiento saberana que tendrfa que. considerar Ia dinamiea de las reIacianes entre sistemas de producci6n y .arientaci6n palitica de las decisianes de inversi6n (el calcula de costeffectiveness es aeeptado como suficiente en esta il1Stancia impartantisirna). 29 Un sistema de justificaci6n a sea de persuasi6n, hacia el interior; un Ienguaje nadanal, hacia el exte-
rior, no un pensamienta saberana que tendria que eonsiderar Ia dimimiea de las relacianes en tre sistemas de clestrucci6n con£rontadas.
Par estas razanes, si una busca dar una teorfa bien construida de las estrategias naneamericanas siempre existe el riesga de canslruir un sistema que nunca existi6 por ser el resultada de varias posicianes sucesivas que nuncn [ueron abiertamente incampatibles, par nO' haberse nunca encontrada en forma te6rica, pera que nunca tampaco trataran de ser consideradas coma campatibles. Habra que definir par 10' menas dO's teorias de Ia escalada, una anterior a Ia crisis de Cuba, otra anterior a la intervenci6n masiva en Vietnam, y considerarlas camo instrumentos de analisis utiles para el historiador antes de desarrallar una reflexi6n filas6fica definitiva sabre este mamen to del pensamien to estrategico.
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