libro de los proverbios

Post on 24-May-2015

1.238 Views

Category:

Education

0 Downloads

Preview:

Click to see full reader

DESCRIPTION

Libro de los Proverbios, Sagradas Escrituras, Antiguo Testamento, Libro Sapiencial

TRANSCRIPT

El libro de los

Proverbios

Nombre del Libro

Como cualquier obra moderna, este libro lleva su propio título: mišle šelomoh, “Proverbios de Salomón”. La Vulgata (traducción al latín hecha por San Jerónimo) los llamó Liber proverbiorum.

Lugar en el canon

El libro de los Proverbios forma parte de la tercera parte del canon judío, los ketubim, “escritos”. Sin embargo, parece que el camino hacia su reconocimiento como libro inspirado fue algo borrascoso.

Podemos leer en el c. I de Abot de Rabbí Natán: “Al principio se decía que Proverbios, Cantar de los Cantares y Eclesiastés eran apócrifos, que hablaban metafóricamente y no formaban parte de las escrituras”.

Aparentes contradicciones, como la de 26,4-5, y textos como 7,7-20, que podían herir ciertas

sensibilidades, impidieron su entrada sin reservas en el canon.

El empujón definitivo lo recibió probablemente de la supuesta paternidad salomónica. Proverbios es citado unas veinte veces en el NT, lo que indica la gran estima que había alcanzado popular y oficialmente.

PRIMERAS IMPRESIONES

Cualquier lector mínimamente perspicaz y con cierto gusto por lo literario que lea detenidamente este libro, observará de inmediato la diferencia entre los nueve primeros capítulos y el resto de la obra.

Mientras en el primer bloque predomina la exposición temática en unidades de cierta

identidad, en los cc. 10-29 destaca el proverbio aislado. Es decir, que el libro es variopinto desde

el punto de vista formal.

Sorprenden también los datos de algunas cabeceras. La obra comienza con la mención de

Salomón como autor del libro, autoría que vuelve a repetirse en 10,1 y 25,1. Sin embargo,

en 22,17 se habla de “palabras de los sabios”. En 30,1 se mencionan los proverbios de un tal Agur;

y en 31,1 los de un tal Lemuel. Además, No es difícil percibir en Proverbios algunos duplicados.

Se pueden comparar, entre otros, 18,8 con 26,22; 19,24 con 26,15; 20,16 con 27,13.

ESTRUCTURA GENERAL

Las observaciones hechas hasta el momento nos facilitan la aproximación a

dos cuestiones de carácter general relacionadas con Proverbios: su

composición y su autoría.

Los datos relativos a la tensión entre las cabeceras de algunas partes del libro, al análisis interno y a la pluralidad de estilos y formas literarias nos permite concluir que el libro es una especie de recopilación de máximas, observaciones y discursos originalmente independientes, de la cual podemos distinguir las siguientes unidades literarias:

I. Título y propósito: 1,1-7II. Instrucciones y advertencias: 1,8 – 9,18III. Primera colección de “Proverbios de Salomón”: 10,1 -

22,16IV. Primera colección de “dichos de los sabios”: 22,17-

23,14V. Más instrucciones y advertencias: 23,15 – 24,22VI. Segunda colección de “Dichos de los sabios”: 24,23-34VII. Segunda colección de “Proverbios de Salomón”: 25,1

– 29,27VIII.Palabras de Agur: c. 30IX. Palabras de Lemuel: 31,1-9X. Poema de la mujer de valía: 31,10-31

FECHA DE COMPOSICIÓN

La cuestión de la fecha es complicada, teniendo además en cuenta que se trata de un libro compuesto. La respuesta tendría que abordar una triple pregunta: ¿Qué edad tienen los materiales más antiguos que usaron los hombres de escuela? ¿Cuál fue el período de actividad de éstos? ¿Cuándo unió alguien finalmente las partes?

Hay que tener en cuenta la existencia de material cananeo (sobre todo sentencias

agrícolas) esparcido por el libro y la probable relación de la Instrucción de

Amenemope con 22,17-23,14, lo cual hace pensar que parte del contenido debe

remontarse al II milenio a.C. Además, la nota editorial de 25,1, relativa a los

hombres de “Ezequías” relacionan parte del contenido con el período preexílico.

Respecto a cuándo comenzó el proceso de coleccionar, copiar, adaptar y ampliar el antiguo material, los encabezamientos pueden ofrecer ciertas claves. El editor

relacionó algunas colecciones directamente con Salomón, o con éste a

través de Ezequías. Es probable que el proceso fuese consolidado durante el

periodo monárquico tardío.

La fecha de los últimos estadios, cuando el libro estaba tomando forma, coincidiría

con la época en que los sabios enseñaban en Israel en academias, es decir, en el período postexílico. Proverbios estaría

ciertamente acabado antes de la época de Ben Sirá (190 a.C.), pues este autor alude a Prov 1,6 en 47,17, y desarrolla ciertas ideas

evidentes en Proverbios.

PROPÓSITO

“Sabio” y “sabiduría”, así como sus antónimos “necio” y “necedad”, y sus respectivos destinos, aparecen con persistencia a lo largo del libro. A una acción prudente corresponde un resultado favorable; a una acción irreflexiva, un resultado pernicioso. Se trata de la doctrina de la retribución (12,14). La sabiduría busca el momento oportuno para realizar la acción adecuada en el marco del orden creado y mantenido por Yahvé.

Los Proverbios enseñan al hombre el modo más “racional” de superar los escollos de la vida para llegar a una armonía interior y a una integración social sin traumas; a una vida feliz y a una existencia provechosa. Esta sabiduría práctica proporciona al aprendiz de sabio, a través de sentencias, exhortaciones e instrucciones, una visión del hombre y del mundo que le faciliten el camino de la realización personal, individual y social.

Pero la sabiduría de Proverbios no termina en el ámbito del desarrollo y la autorrealización personal. La alteridad constituye la mayoría de las veces una dimensión intrínseca de esta sabiduría, hasta tal punto que la conducta antisocial es duramente atacada en el libro.

Hay que observar, también, que la sabiduría, en Prov 1-9 se halla personificada. La sabiduría ya no es una enseñanza empírica neutral, transmitida por un maestro. La propia sabiduría, “Doña Sabiduría”, se dirige al hombre invitándole a caminar por la senda de la vida. El hombre es libre para escoger: quien se deja cortejar por ella recorrerá felizmente el camino de la vida (8,17-21); quien la rechaza es como un muerto en vida (9,18).

Existe un concepto importante para la comprensión de la sabiduría teológica: el temor del Señor. Temor que en sentido positivo implica reverencia y respeto, la disposición interior de la creatura ante el creador, condición indispensable para la adquisición de una sabiduría auténtica. No hay auténtica sabiduría sin una decidida apertura a la trascendencia; no basta que el hombre se quede inmerso en el orden cósmico y social, pues ambos son establecidos y mantenidos por Dios.

top related