libro cantos con vosotros está
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PPrreesseennttaacciióónn
Los cantos que ofrecemos forman parte de la experiencia de fe vivida en los grupos de adultos y comunidades “Con Vosotros Está”. Muchos de ellos, compuestos por nosotros mismos, son fruto de experiencias vividas y reconocidas como palabra de Dios en los acontecimientos personales, sociales, comunitarios y eclesiales. Algunos proceden de experiencias eclesiales hermanas a la nuestra, como los cantos de la Asociación Comunidad de Ayala, de Madrid, que tanto nos ayudaron en los comienzos. Otros provienen de realidades eclesiales diferentes a la nuestra, y forman parte de nuestras celebraciones porque nos vemos reconocidos en ellos y expresan aquello que vivimos y sentimos como creyentes. Es una forma de vivir la comunión eclesial desde la necesaria pluralidad. Son cantos que hemos ido haciendo nuestros a lo largo de los caminos recorridos para anunciar la Buena Nueva de Jesús, en medio de una sociedad bautizada, pero insuficientemente evangelizada, y en medio de una Iglesia en la que -a pesar de todo- siguen faltando comunidades que vivan la experiencia de la fe con vitalidad y alegría, como al principio. Son cantos para orar y celebrar, de manera sencilla porque, en realidad, para vivir lo fundamental no hace falta mucho: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18,20). Son cantos que nos invitan a la renovación eclesial, a la necesaria reconstrucción del tejido comunitario de la Iglesia: se crea comunidad donde se vive la experiencia de las primeras comunidades. A reconocer la presencia del Señor en medio de la historia, acogiendo las señales que liberan.
Invitan, en fin, a escuchar su Palabra, que nos anima a construir la propia vida sobre la piedra angular que es Jesucristo y capacita a la comunidad, a la Iglesia, como luz de las gentes, para anunciar el Evangelio como fieles discípulos. El primer Pentecostés vuelve a hacerse realidad, cuando el don del Espíritu anima nuestra oración y nuestras celebraciones. Entonces proclamamos las maravillas de Dios, como María, como la Iglesia naciente: con gozo en el corazón, porque en cualquier situación -según el consejo de Pablo- podemos cantar “salmos, himnos y cánticos inspirados” (Ef 5,19).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
1
AABBAANNDDOONNOO
Inspirado en la oración de Carlos de Foucauld
Autor: José Manuel Montesinos
El canto nos ayuda a ponernos en manos de Dios con la
confianza absoluta de que, en eso que nos pasa, Dios está
manifestando su voluntad y su poder. En lo que nos mueva
a más amar a Dios y a sus criaturas reconocemos que eso
es la voluntad de Dios. De ahí nace la raíz de nuestro
amor, que nos permite arraigarnos firmemente a Cristo,
con la esperanza de dar un buen fruto. En nuestra entrega
confiada esperamos recibir la luz y la fuerza para seguir
adelante.
Padre mío, Tú haz
lo que quieras de mí,
me abandono a Ti,
de Ti me fío.
Padre mío, Tú haz
lo que quieras de mí,
me abandono a Ti,
y en Ti, Padre mío.
Lo que Tú hagas de mí
te lo agradezco,
estoy dispuesto a todo,
todo lo acepto,
con tal que tu voluntad
se realice en mí
y en todas tus criaturas,
con tal que tu voluntad
se realice en mí,
no deseo nada más.
Padre mío…
Pongo mi vida en tus manos,
te la confío;
todo mi amor te lo entrego
a Ti, Dios mío.
Es una necesidad
del que ama el amar
y entregarse sin medida,
es una necesidad
del que ama el amar
con confianza infinita.
Porque tú eres…
Padre mío…
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
2
¡¡AADDEELLAANNTTEE!!
Autor: José Manuel Montesinos
En la Asociación Pública “Con Vosotros Está”, que se ha
ido desarrollando, con sencillez y disponibilidad, entre
grupos y comunidades de Córdoba y Sevilla, tenemos como
principal finalidad la evangelización. Otros concretan su
pertenencia a la Iglesia Universal de múltiples maneras. Lo
importante es dar pasos adelante, con espíritu de
comunión. El Espíritu teje la trama de encuentros que nos
hacen crecer. Hemos de ir más allá del camino recorrido,
para abrirnos a los nuevos caminos que señala el Señor.
¡Adelante!
No se acuerden más de otros tiempos,
ya no sueñen en el pasado.
Hay caminos en el desierto.
Algo nuevo ya está brotando.
(Is 43, 18-19)
¡Adelante! ¡Adelante!
¡Adelante! ¡Adelante!
Olvidando lo que atrás dejo,
yo me lanzo hacia adelante,
y corriendo voy a la meta,
porque Cristo ya me dio alcance. (Flp 3, 12-13)
El que pone mano al arado
y hacia atrás aún vuelve la vista,
para el Reino de Dios no sirve,
porque Cristo tiene hoy prisa. (Lc 9, 62)
Jesús vino a encender un fuego
y quisiera ver cómo quema. (Lc 12, 49)
Ten tu lámpara encendida
cual sirviente esperando en vela.
(Lc 12, 35-37)
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
3
AALLEEGGRREE LLAA MMAAÑÑAANNAA
Autor: Juan Antonio Espinosa
Compuse esta canción cuando todavía estaban recientes las
largas deliberaciones del Concilio Vaticano II. Habíamos
experimentado fuertemente la presencia viva del Espíritu.
La Iglesia surgía con un nuevo rostro: Iglesia-Pueblo de
Dios al servicio del Reino. Y nació una Nueva Liturgia,
como la Celebración de la fe de todo ese Pueblo. Pero han
ido pasando los años y, para muchos, los ecos del Concilio
parecen ya perderse en el olvido. En estos tiempos… es
necesario que el Pueblo de Dios se sienta impulsado por el
Espíritu y exprese con fuerza su voz, su grito y su canción.
Canción para celebrar cada nuevo amanecer. Para
celebrar la cercanía caliente de un Dios que nos está
llamando a ser creadores con Él, modelando y
transformando nuestra tierra. Canción que nos invita a la
esperanza porque, a pesar de todo, el sepulcro de Cristo
está vacío; está vacío.
Alegre la mañana que nos habla de ti,
alegre la mañana (2).
En nombre del Dios Padre, del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche y estrenamos la aurora,
saludamos el gozo de la luz que nos llega,
resucitada y resucitadora.
Tu mano acerca el fuego a la sombría tierra
y el rostro de las cosas se alegra en tu presencia.
Silabeas el alba igual que una palabra.
Tú pronuncias el mar como sentencia.
Regresa, desde el sueño, el hombre a su memoria,
acude a su trabajo, madruga a sus dolores;
le confías la tierra, y a la tarde la encuentra
rica de pan y amarga de sudores.
Y Tú te regocijas, oh Dios, y Tú prolongas
en sus pequeñas manos tus manos poderosas.
Y están de cuerpo entero los dos así creando,
los dos así velando por las cosas.
Bendita la mañana que trae la gran noticia
de tu presencia joven, en gloria y poderío;
la serena certeza con que el día proclama
que el sepulcro de Cristo está vacío.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
4
AALLEEGGRRÍÍAA YY PPAAZZ,, HHEERRMMAANNOOSS
Adaptación: Miguel Manzano
Señor, que sepamos vivir, aquí y ahora, tu resurrección;
que te reconozcamos vivo en medio de nosotros y tu luz nos
inunde de paz y alegría.
Hoy el Señor resucitó
y de la muerte nos libró.
Alegría y paz, hermanos,
que el Señor resucitó.
Porque esperó, Dios le libró
y de la muerte le sacó.
El pueblo en Él vida encontró,
la esclavitud ya terminó.
La luz de Dios en Él brillo,
de nueva vida nos llenó.
Con gozo alzad el rostro a Dios,
que de Él nos llega salvación.
Letanía Necesito que tú me guíes. Necesito que tú muevas mi corazón. Necesito que mi alma se purifique por medio de tu oración. Necesito que robustezcas mi voluntad. Necesito que salves y transformes el mundo. Te necesito a ti para todos cuantos sufren, para todos cuantos padecen prisión, peligro o tribulación. Te necesito para todos cuantos han enloquecido. Necesito que tus manos sanadoras no dejen de actuar en mi vida. Necesito que hagas de mí, como hiciste de tu Hijo, un sanador, un consolador, un salvador.
Thomas Merton
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
5
AALLTTEERRNNAATTIIVVAA
Autor: Jesús López
Desde el acontecimiento decisivo de Jesús de Nazaret,
condenado a muerte por el sistema religioso imperante, se
hace inevitable, en cada momento histórico, la opción o
rechazo de la causa por la que murió Jesús: la denuncia y
sustitución del viejo templo, manchado y corrompido.
Desde entonces es preciso optar: la comunidad del
Resucitado o el viejo templo. El ser humano, en cada
época, necesita un templo vivo, donde sea posible afrontar
con garantía los tiempos que vendrán.
No es, no, la Roma atea,
que entre aras derrocadas
despide a carcajadas
los dioses que se van;
es la que humilde, rea,
desciende a catacumbas
y palpa entre las tumbas
los tiempos que vendrán (2).
No son, los que vendidos
al orden de Pilatos,
frecuentan muy beatos
el templo de Caifás;
son los que, perseguidos,
comparten por las casas,
con el Señor que pasa,
la mesa, el vino, el pan (2).
No es, no, la Iglesia inerte
que ve, con desaliento,
el desmoronamiento
del plan de cristiandad;
es la que se convierte
y vuelve hacia las fuentes
de la Iglesia naciente,
siendo comunidad (2).
No es, no, el templo de piedra,
de mármoles y exvotos,
que admiran los devotos,
el que subsistirá;
pues ved que un nuevo templo,
amplio como la historia,
con el resucitado
se reconstruye ya (2).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
6
AAPPRREENNDDEEDD AA CCOONNVVEERRSSAARR CCOONN DDIIOOSS
Basado en un texto de María Rivier
Autor: Luís Alfredo Díaz
Para conversar con Dios no necesitamos grandes
esfuerzos, sólo confiar y abrir nuestro corazón, poniendo
nuestra vida en sus manos, las manos de un Padre bueno
que nos ama.
Aprended a conversar con Dios,
aprended a conversar con Dios,
aprended a conversar con Dios,
en lo más profundo
de vuestro corazón (2).
Conversad con Dios,
conversad con Dios,
conversad con Dios,
en lo más profundo
de vuestro corazón.
AASSPPIIRRAACCIIÓÓNN
Inspirado en un texto de San Pedro Poveda
Autor: Luís Alfredo Díaz
Enséñame Señor cómo llegar hasta ti, yo no puedo
hacer otra cosa que desearlo… Cómo llegar hasta ti,
no lo sé. Inspírame tú, enséñame. Dime qué necesito
para este camino (San Agustín).
Que yo piense lo que tú quieres que piense,
que yo quiera lo que tú quieres que quiera,
que yo hable lo que tú quieres que hable,
que yo obre como tú quieres que obre (2).
Esa es mi única aspiración (3) Señor.
Que yo piense lo que tú quieres que piense,
que yo quiera lo que tú quieres que quiera,
que yo hable lo que tú quieres que hable,
que yo obre como tú quieres que obre.
Esa es mi única aspiración (3) Señor.
Esa es mi única aspiración (3) Señor.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
7
AAUUTTOORR DDEELL CCIIEELLOO
Himno de la Liturgia de las Horas (Laudes)
Señor, enriqueces nuestra vida con la luz de la fe y nos
ayudas a descubrir tus caminos con la claridad de tu
Palabra. Queremos vivir, con alegría, la austeridad y la
sencillez que nos acercan a los más pobres, lejos de
vanidades que nos separan de los valores del Evangelio.
Ayúdanos a buscar la Verdad para poder vivir en libertad.
Autor del cielo y el suelo,
que por dejarlas más claras,
las grandes aguas separas,
pones un límite al cielo.
Tú que das cauce al riachuelo
y alzas la nube a la altura;
tú que en cristal de frescura,
sueltas las aguas del río
sobre las tierras de estío,
sanando su quemadura (2).
Danos tu gracia, piadoso,
para que el viejo pecado
no lleve al hombre engañado
a sucumbir a su acoso.
Hazle en la fe luminoso,
alegre en la austeridad
y hágale tu claridad
salir de sus vanidades;
dale, Verdad de verdades,
el amor a tu verdad (2).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
8
AVE, MARÍA
María: Quédate con nosotros con el Espíritu que te
fecundaba en la carne y en el corazón. El mundo se ahoga
en el mar del ruido, y no es posible amar a los hermanos,
sin un corazón callado y atento. Haznos comprender que el
servicio sin silencio, es alienación, y que el silencio sin
entrega, es comodidad. Envuélvenos en el manto de tu
silencio y comunícanos la fuerza de la fe, la altura de tu
Esperanza y la profundidad de tu amor. (Pedro
Casaldáliga).
Dios te salve, María;
llena eres de gracia,
el Señor está contigo
y bendita tú eres,
salve, María (2)
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios (2)
ruega por nosotros,
pecadores (2),
ahora y en la hora
de nuestra muerte.
Amén, amén, amén.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
9
BBEELLLLOO EESS EELL RROOSSTTRROO
Himno de la Liturgia de las Horas (Laudes)
Señor, ayúdanos a comenzar cada día con un canto de
alabanza, a ver tu rostro luminoso en el mundo que has
creado, en las personas con las que nos encontramos, en la
ciudad que comienza a vivir. Ayúdanos a esperar y vivir en
tu presencia, en tu ternura y tu misericordia. Gracias,
Señor, por tantas maravillas, fruto de tu amor.
Bello es el rostro de la luz, abierto
sobre el silencio de la tierra;
bello hasta cansar mi corazón, Dios mío.
Así mi voluntad, así mis ojos,
se levantan a ti; dame temprano
la potestad de comprender el día (2).
Un pájaro remueve la espesura
y, luego, lento, en el azul se eleva
y el canto le sostiene y pacifica.
Despiértame, Señor, cada mañana,
hasta que aprenda a amanecer, Dios mío,
en la gran luz de la misericordia.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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BBUUEENNAA NNOOTTIICCIIAA
Autor: José Manuel Montesinos
Alegre pregón de convocatoria e invitación al Evangelio,
nace de experiencia pascual y saborea la Buena Noticia:
los símbolos de las parábolas, la sal, la luz. Los testigos de
la fe, todos con una gran radicalidad en la escucha de la
Palabra: pobreza y sencillez, oración y contemplación,
discernimiento, servicio a los pobres y encarnación. Los
santos de hogar (ya que no de altar), personas queridas
que ya viven en el Señor, alimentan nuestra oración y
nuestra vida personal y comunitaria. Los no nacidos, para
desdramatizar la muerte y celebrar la Resurrección. La
invitación es para todos, pues hay un Dios papá que nos
ama por encima de todo. Todos podemos formar
comunidad y trabajar dentro del Cuerpo de Jesús, como
Iglesia comprometida.
¡Buena noticia!
¡Buena noticia!
Con vosotros está,
con nosotros está
Jesús, el Señor.
Pura delicia,
mi alma acaricia:
en vosotros está,
por nosotros vendrá
el Reino de Dios.
¿Quién quiere ser rayito del Gran Sol
y hasta aquí calentar;
llamita de la luz y el hogar iluminar;
una pizquita de sal para dar su Sabor;
semilla de bien, Pez bueno
cogido en la red?
¿Quién quiere ser un pobrecillo más
con Francisco de Asís;
en la cocina orar con Teresa de Jesús;
como poeta volar con Fray Juan de la Cruz;
con Iñigo de Loyola poder discernir?
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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¿Quién quiere ser testigo de la fe;
simple santo de hoy,
y con Juan XXIII ser un viejo muy jovial;
con Teresa de Calcuta ayudar a morir;
con Oscar Romero al pueblo
poder encarnar?
¿Quién quiere ser de los que ven a Dios;
nuestros santos de hogar,
con Basilio y Beatriz,
con Manolo y Rafael,
Teresa, Lola, David,
Angelines y Luís,
o bien mi bebé esperado
que no fue a nacer?
¿Quién quiere ser del Cuerpo de Jesús
amorosa unidad,
pie, mano o corazón,
construir comunidad,
hombro con hombro servir,
la Palabra escuchar,
gritar en un mismo Espíritu:
"¡Dios, nuestro papá!"?
Avanzar No, no te detengas. Comenzar bien es una gracia de Dios. Continuar por buen camino y no perder el ritmo... es una gracia todavía mayor. Pero la gracia de las gracias, está en no desfallecer, con fuerzas todavía o ya no pudiendo más, hecho trizas o añicos, seguir avanzando hasta el fin.
Helder Cámara
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
12
BBUUSSCCAA EENN TTUU CCOORRAAZZÓÓNN
Autor: José Manuel Montesinos
Anuncio dinámico del Reino de Dios, partiendo de las
parábolas y de la experiencia personal. En los tiempos que
corren todos hemos de ser testigos del Dios vivo. La fe se
transmite por “contagio”, “boca a boca”. La Iglesia no
será capaz de anunciar a Jesús si cada cristiano no lo hace
en su entorno, en su trabajo, colegio, familia, grupo de
amigos…
Si andas buscando
entrar al Reino de Dios (3),
no busques fuera,
busca en tu corazón (3).
Quiero que sepas
que he encontrado el tesoro
y tengo la perla
y allá mar adentro he echado mi red,
y es que he encontrado el tesoro
de amor y esperanza y fe.
Quiero que sepas
que han plantado semillas
en mi tierra buena
y el trigo y mostaza
los veo crecer,
y es que han plantado semillas
de paz y justicia y bien.
Quiero que sepas
que por su levadura
mi harina fermenta:
Jesús ha saciado
mi hambre y mi sed,
y es que por su levadura
cambió de sabor mi ser.
Quiero que sepas
que hago nuevas las cosas
pues sigo su senda,
y todo lo oculto
lo entiendo y lo sé,
y es que hago nuevas las cosas:
en Cristo resucité.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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CCAAMMIINNAANNTTEE
Autor: Jesús López
El Dios vivo que actúa en la historia, abre caminos donde
no existen. El Evangelio abre los ojos a una experiencia
inherente a la persona: su condición peregrina. Como dice
Machado: “lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos”.
Es una experiencia profundamente humana y creyente vivir
donde no sirven de nada los caminos trillados, donde en
realidad no hay camino:”se hace camino al andar”. El
Evangelio viene a preguntarnos a qué llamamos caminos.
La experiencia actual de Cristo Resucitado nos permite
descubrir lo esencial: “Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida” (Jn 14, 15). Sólo quien se ha visto perdido alguna
vez, puede valorar a fondo lo que significa encontrarse con
Cristo.
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
Al andar se hace camino y,
al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
¿Para qué llamar caminos
a los surcos del azar?
Todo el que camina anda,
como Cristo, sobre el mar.
Yo creo en aquel que dijo:
“Cielo y tierra pasarán,
cuando cielo y tierra pasen,
mi palabra quedará.”
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Romero, para ir a Roma,
lo que importa es caminar;
a Roma por todas partes,
por todas partes se va.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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CCAANNTTOO DDEE SSAANN FFRRAANNCCIISSCCOO
Inspirado en la oración de San Francisco de Asís
Señor, ayúdanos a entregarnos a los demás sin
condiciones, sin reservas, sin esperar nada a cambio, como
lo hiciste tú: sólo por amor.
Hazme instrumento de tu paz,
donde haya odio lleve yo tu amor,
donde haya injuria tu perdón, Señor,
donde haya duda, fe en ti.
Maestro, ayúdame a nunca buscar,
querer ser consolado como consolar,
ser entendido como entender,
ser amado como yo amar.
Hazme instrumento de tu paz,
que lleve tu esperanza por doquier,
donde haya oscuridad lleve tu luz,
donde haya pena, tu gozo, Señor.
Hazme instrumento de tu paz,
es perdonando que nos das perdón;
es dando a todos que tú nos das,
y muriendo es que volvemos a nacer.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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15
CCEELLEEBBRRAARR LLAA VVIIDDAA JJUUNNTTOO CCOOMM
Autor: José Manuel Montesinos
El canto surge como himno para las familias de la Granja-
Escuela Fuente Redonda, en la Convivencia Familiar de
junio de 2005. Es una mirada festiva y feliz, llena de humor
y de amor, a las fuentes de la alegría humana a lo largo de
los tiempos. Reconocemos que es la vida más alegre porque
aprendemos a celebrar con sencillez nuestro encuentro
vital con Jesús en comunión, y porque nos unimos como
hermanos en comunidad.
Los antiguos en sus cuevas
ya sabían celebrar
se ponían todos juntos
en un corro a brincar.
Si cazaban algún oso
de caverna o un mamut,
se reunían muy alegres
junto al fuego y a su luz.
A celebrar la vida junto COM,
a celebrar la vida junto COM.
Celebrar la vida, celebrar la vida
junto contigo, conmigo y con Dios.
Los judíos del desierto
ya sabían celebrar:
a la Tierra Prometida
iban por su libertad,
en su tiendas de campaña
tras un largo caminar
se reunían junto al Arca
y empezaban a danzar.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
16
Los cristianos que hubo en Roma
ya sabían celebrar:
no temían a las fieras
que querían merendar .
“Mira, que no tengo miedo .
¡Creo en la resurrección!”
Y cantaban muy alegres
y bailaban hasta el león.
Es la vida más alegre
si sabemos celebrar:
nos ponemos hoy de fiesta
dando gracias por amar.
Celebramos un banquete
con Jesús en comunión,
nos unimos como hermanos,
¡viva la celebración!
He encontrado en mis zapatos
que mis pies saben bailar
y he encontrado entre mis manos
otras manos para amar.
Te he mirado a los ojos
y me he puesto a sonreír.
No es que sean las cosquillas,
es que Dios me hace feliz.
El prójimo
El prójimo no es algo que ya existe. Prójimo es algo que uno se hace. Prójimo no es el que ya tiene conmigo relaciones de sangre, de raza, de negocios, de afinidad... Prójimo me hago yo cuando ante un ser humano, incluso ante el extranjero o el enemigo, decido dar un paso que me acerque, que me aproxime a él.
Carlo María Martini
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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CCOOMMOO MMAARRÍÍAA SSEENNTTAADDAA AA SSUUSS PPIIEESS
Autor: José Manuel Montesinos
¡Cómo cambia nuestra vida cuando podemos hacer un
descanso en el Señor! Acogerlo en nuestra casa y
escucharlo. Así, la comunidad, estará escogiendo la mejor
parte. Ya habrá tiempo, después, para trabajar y afrontar
las dificultades de la evangelización.
Si estás cansado de obrar sin pensar.
Si sólo sabes hacer por hacer…
Respira hondo, escucha a Jesús
como María sentada a sus pies.
Como María contempla al Señor.
Como en Betania proclama tu fe.
Es un perfume de nardo el amor,
que se derrama en nuestra oración.
Hoy escogimos la parte mejor,
como María sentada a sus pies
Si eres Marta, inquieta, sin paz,
siempre con quejas de hacer sin querer,
ponte en rodillas, atiende a Jesús,
como María llorando a sus pies.
Si eres Lázaro, enfermo en dolor
o si la muerte ha mordido en tu ser,
con tus hermanas hoy llora Jesús,
porque María se pone a sus pies.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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18
CCOOMMOO SSAALL YY LLUUZZ
Autor: Ixcís
¿Quién alentará ahora la chispita de esperanza que aún
humea en el corazón de los hombres? ¿Quién gritará lo
que Dios quiere en medio de tantos gritos que no quieren a
Dios? ¿Quién jurará a los sencillos y a los cansados que
tienen derecho a vivir porque son queridos desde el
principio del universo? (José Luís Cortés)
Como sal, como luz os envío por el mundo.
Como sal, como luz os envío por el mundo.
Como sal, como luz, como sal, como luz,
como sal y luz, como sal y luz (2).
Os envío.
¿Dónde te buscaré?
Señor, si no estás aquí, ¿dónde te buscaré estando ausente? Si estás por doquier, ¿cómo nos descubro tu presencia? Cierto es que habitas en una claridad inaccesible. Pero ¿dónde se halla esa inaccesible claridad? ¿Quién me conducirá hasta allí para verte en ella? Y luego, ¿con qué señales, bajo qué rasgos te buscaré? Nunca jamás te vi, Señor, Dios mío; no conozco tu rostro... Enséñame a buscarte y muéstrate a quien te busca, porque no puedo ir en tu busca, a menos que Tú me enseñes, y no puedo encontrarte si Tú no te manifiestas. Deseando te buscaré, te desearé buscando, amando te hallaré, y encontrándote te amaré.
San Anselmo
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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19
CCOOMMOO UUNNAA PPOOMMPPIITTAA DDEE JJAABBÓÓNN
Autor: José Manuel Montesinos
La mirada poética descubre, en la sencilla acción de lavar a
un bebé, toda la ternura de Dios, que cuida las rozaduras y
escoceduras, que mima la piel de sus hijitos. El Sagrado
Corazón de Jesús es el lugar donde podemos calmar nuestro
dolor y sufrimiento y curar nuestro pecado. Y como esos
niños en el baño… entonces podemos jugar con las pompitas
de jabón, que ascienden, simbólicamente, hacia lo alto,
reflejando toda la belleza de la luz amorosa. Ese deseo de
ascensión culmina con la explosión de la burbuja en las
alturas. Así se quiere expresar la unidad final del alma con el
Padre.
Señor, estrújame como una esponja
entre tus manos.
Señor, saca de mi todo lo sucio,
todo lo malo.
Señor, empápame en tu manantial
tan limpio y claro...
Y como una pompita de jabón
mi alma sube y va
brillando en tu arco iris
transparente de bondad,
prendida ya tan sólo en la luz
que tú me das
¡tira de mi! Que suba a ti.
Señor, desátame las ligaduras
que atan mis pasos.
Señor, ¡ay! Cúrame las rozaduras
de mis pecados.
Señor, alíviame en tu corazón
tan limpio y claro.
Y como una pompita de jabón...
hasta explotar.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
20
CONFIAD SIEMPRE EN DIOS
Autor: Juan Miguel Pastor
“Espíritu Santo, como en un soplo de silencio tú nos dices:
’No tengas miedo, que de tu futuro Dios se ocupará. Busca
y encontrarás’” (Hermano Roger de Taizé)
Confiad siempre en Dios,
confiad siempre en Dios;
es el camino recto.
A menudo nada sabes del mañana,
estás desorientado y lleno de cuidados,
nada ves, todo te parece estar sin salida,
pero tú sabes que el Señor te ayudará.
Tú ves a la gente llena de codicia,
trabajar tan solo para ganar oro,
tú también sientes ganas
de tener como ellos,
pero tú sabes que tu oro es el Señor.
Estás sin descanso hasta por la noche,
todo acobardado y te falta ánimo.
Siempre vas muy deprisa, siempre vas
como huyendo, pero tú solamente
hallas paz en Él.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
21
CCOONNMMIIGGOO PPUUEEDDEESS CCOONNTTAARR
Autor: Fernando San Romualdo
Seguir a Jesús es dar razón de nuestra fe y de nuestra
esperanza, ser conscientes de las necesidades que hay a
nuestro alrededor y estar dispuestos a trabajar con valentía
y decisión por un mundo más justo y mejor.
Somos ciudadanos de un mundo
que necesita el vuelo de una paloma,
que necesita corazones abiertos y está sediento de un agua nueva.
Por eso estamos aquí (laralará)
conmigo puedes contar (laralará)
y dejaré mi equipaje a un lado
para tener bien abiertas las manos
y el corazón lleno de sol (bis).
Somos ciudadanos de un mundo
que clama día y noche por su libertad,
que permanece en la oscura tiniebla
del hambre, el odio, la guerra.
Somos ciudadanos de un mundo
que fue creado como casa de todos,
como el hogar de una gran familia
donde todos vivamos en paz.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
22
CCOONN VVOOSSOOTTRROOSS EESSTTÁÁ
Autor: José Manuel Montesinos
El canto es un himno comunitario que canta la experiencia
comunitaria vivida radicalmente en el seno de nuestro
movimiento “Con Vosotros Está”, que no es sino un reflejo
concreto de la experiencia universal de la Iglesia. El Señor
nos convoca, nosotros nos reunimos en su nombre, vemos
las maravillas que ha hecho en nosotros y a través de
nosotros, sabemos de las necesidades del mundo y de las
exigencias que ello supone para los que intentamos ser
testigos de una experiencia viva, por eso podemos
proclamar con gozo ¡Con vosotros está Jesucristo el Señor!
¡Qué bien hoy todos unidos
alrededor del Señor!
Somos hermanos y amigos.
Hoy nos reúne el amor.
Hoy nos convoca la vida
con melodía y canción.
Hoy salta nuestra esperanza
en una danza con Dios.
¡”Con vosotros está”
proclamad a una voz!
¡Con vosotros está la Palabra de Dios!
¡Con vosotros está el Espíritu de amor!
¡Con vosotros está Jesucristo el Señor!
Del más pequeño al más grande
encuentra en su corazón
Que se ha sembrado el mensaje
y reconoce al Señor.
Hoy vemos las maravillas
con las que brilla el amor.
Por eso lanzamos un canto,
por el encanto de Dios.
Mas no es pequeña tarea
llevar la felicidad
a los que andan a ciegas
buscando un poco de paz,
dar de beber al sediento
y al que está enfermo calmar,
ser luz y sal cada día,
con la alegría de amar.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
23
DDAAMMEE LLAA MMAANNOO,, CCOOMMPPAAÑÑEERROO
Ante las dificultades de la vida y cuando el camino se hace
difícil, ayúdanos a no apartarnos de ti, Señor, y a cogernos
fuertemente de tu mano, para poder servir a los más
débiles.
Dame la mano, compañero;
ponte conmigo a caminar,
los avatares de la vida,
en vez de hacernos uno,
nos quieren separar.
Nunca debemos consentirlo,
oigamos su palabra,
que aliento nos dará.
Quiero oír tu voz,
tu palabra, Señor (2).
Mi voz ya la estás oyendo,
a tu hermano te mando comprender.
Da lo mismo si es sabio o ignorante,
cobarde o atrevido, hermano tuyo es.
Es tu hermano, tanto si te sonríe,
como si no lo hace; hermano tuyo es.
Si sufres, mucho yo he sufrido.
Nada difícil te será,
si en vez de oírte no te oyes,
y al hermano que sufre te pones a escuchar.
Tú te abandonas en el Padre,
y escuchas su palabra, que ella te enseñará.
No pienses que no te necesitan
los que más cerca están de ti,
aunque quizás no te lo digan,
su alma está sedienta de algo que te di,
para que así lo compartieras
y, al final de la vida, vengáis todos a mí.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
24
DDEESSCCAANNSSAARRÉÉ
Autor: Luís Alfredo Díaz
Señor, te ofrezco mi angustia, mi desaliento, mi tristeza. En
ti está mi reposo, mi descanso para encontrar la esperanza,
el amor y la paz.
Descansaré en tu presencia,
no dejaré que la inquietud
llene mi alma.
Descansaré en tus promesas
y esperaré en Ti.
Pacientemente esperé al Señor
y Él me oyó.
Me concedió
los deseos de mi corazón
en su fidelidad.
Descansaré en tu presencia,
no dejaré que la inquietud
llene mi alma.
Descansaré en tus promesas
y esperaré en Ti, mi Dios.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
25
DDIIOOSS EESS LLUUZZ
Autor: Luís Alfredo Díaz
“¿Qué nos puede pasar? Que caminemos hacia el Señor y
nos sumerjamos en su ternura. Dios es el gran
misericordioso y el gran perdonador” (Fr. Luc Dochier)
Dios es luz
y en Él no hay tinieblas (2).
El mensaje que recibimos de Él
y que os anunciamos,
el mensaje que recibimos de Él
y que os anunciamos,
es que Dios… (BIS) es luz.
DDIIOOSS MMEE EESSTTÁÁ MMIIRRAANNDDOO
Basado en un texto de Madre Isabel de Larrañaga
Autor: Luís Alfredo Díaz
Eres precioso a mis ojos, eres estimado y yo te amo…
Aquí estoy, Señor. Me sitúo ante tu presencia
acogedora. Ante tu mirada amorosa voy notando que
todo se serena: lo que está agitado, tembloroso o
turbio dentro de mí, se deposita, se libera. Quiero,
confiadamente, dejarme hacer. Espíritu Santo, ven.
Dios me está mirando (2),
Dios me mira,
Dios mi Dios,
Dios me está mirando (BIS)
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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26
DDOONNDDEE HHAAYY AAMMOORR
Antífona de la Iglesia Latina
Comunidad de Taizé
Antífona del Jueves Santo, para el momento del lavatorio
de los pies, signo visible del Mandato de Jesús: “Que os
améis los unos a los otros como yo os he amado”, que
transforma el corazón y la mirada. Mirar a los demás con
amor, poniéndote en su lugar y dándote. Es así como brilla
la luz de Dios, así como descubrimos su presencia.
Donde hay caridad y amor,
donde hay caridad
allí está Dios.
Ubi caritas et amor,
ubi caritas
Deus ibi est.
Donde hay caridad y amor,
donde hay caridad
allí está Dios.
Entrañas Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana. Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando. Que quienes te buscamos sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en fidelidad al Evangelio; que nos preocupemos de compartir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humanos, y así les mostremos tu camino De reconciliación, de perdón, de paz…
Plegaria eucarística
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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27
EELL AAGGUUAA NNOO TTIIEENNEE CCOOLLOORR
Autor: Juan Carlos Calderón
La Buena Noticia del Reino se dirige a todos por igual; no
establece diferencias de ninguna clase, ni por razón del
color de la piel, ni por el origen social, ni por la cultura. A
los ojos de Dios, todos somos iguales, porque somos fruto
de su amor.
Ya no hay razas, ya no hay color,
sólo hay trigo, sólo hay amor.
Y el mismo sol que vemos tú y yo
es de todos y es de Dios.
Cuando un hombre te dé de comer
y en sus manos agua a beber,
recíbelo, qué importa su piel,
te lo da de buena fe.
Todos comemos del mismo pan,
todos buscamos a Dios,
todos bebemos en un manantial
y el agua no tiene color.
Cuando el sol se asoma en el mar,
cuando el hombre empieza a sembrar,
te miro a ti, me miras tú a mí
y bebemos libertad.
Y si buscas techo y hogar,
algún hombre te lo dará;
recíbelo, qué importa su color
te lo da de corazón.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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EELL AALLFFAARREERROO
Autora: Marcela de la Garza
Tú, Señor, nos dices: “¿No podré, trataros como ese
alfarero? Como está el barro en manos del alfarero, así
estáis vosotros en mis manos" (Jr 18, 6). Ayúdanos a
abandonarnos en ti, como barro en manos del alfarero,
para que puedas modelarnos y no sea más “nuestra vida”,
sino “tu vida en nosotros” y así poder cumplir tu voluntad.
Gracias quiero darte por amarme,
gracias quiero darte yo a Ti, Señor.
Hoy soy feliz porque te conocí,
gracias por amarme a mi también.
Yo quiero ser, Señor, amado
como el barro en las manos del alfarero.
Toma mi vida, hazla de nuevo,
yo quiero ser, yo quiero ser
un vaso nuevo.
Te conocí y te amé,
te pedí perdón y me escuchaste.
Si te ofendí, perdóname Señor,
pues te amo y nunca te olvidaré.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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29
EELL AAMMOORR EESS MMÁÁSS FFUUEERRTTEE QQUUEE LLAA MMUUEERRTTEE
Autor: José Manuel Montesinos
No hay luto en el dolor; hay esperanza que florece como
ramo en flor y hace brotar un canto de alabanza a Dios.
Desde lo hondo del dolor
me brota una canción de amor.
Desde el fondo de este pozo
se eleva una canción
que llena el corazón de gozo.
¡Resucitó de entre los muertos!
¡Cristo, el Señor, resucitó!
Y Dios cambió mi luto en danza,
y hoy canto una canción de esperanza.
¡Resucitó de entre los muertos!
¡Ya no hay temor! ¡Resucitó!
¡Y el que durmió, en Cristo despierte!
Porque el amor es más fuerte,
es más fuerte el amor
que la muerte.
Desde el valle de la pena
me brota una oración serena.
En la calle de la angustia,
florece en mi balcón
un Ramo en Flor que no se mustia.
¡Resucitó…
(es más fuerte el amor,
es más fuerte el amor,
es más fuerte el amor…
que la muerte)
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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EELL PPEERREEGGRRIINNOO
Autor: Ricardo Cantalapiedra
Señor, apareces en medio de nosotros como un peregrino,
nos sorprendes con tu cercanía., con tu caricia, con tus
manos pacíficas y abiertas a los más necesitados, a los
pobres diciendo "Amigo soy…"
Un día, por las montañas,
apareció un peregrino (2). Se fue acercando a las gentes,
acariciando a los niños (2).
Y va diciendo por los caminos:
“Amigo soy, soy amigo”.
Sus manos no empuñan armas,
sus palabras son de vida (2). Y llora con los que lloran
y comparte la alegría (2).
Reparte el pan con los hombres,
a nadie niega su vino (2).
Y está junto a los que buscan
y consuela a los mendigos (2).
Y los hombres que lo vieron
contaban a sus vecinos (2): “Hay un hombre por las calles
que lleva la paz consigo (2)”.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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EELL SSEEÑÑOORR EESS MMII FFUUEERRZZAA
Autor: Juan Antonio Espinosa
La confianza en el Señor es la gran motivación para seguir
adelante. Él aleja de nosotros el temor a lo desconocido, al
fracaso, al futuro que está por venir y nos conduce en la
verdad y en la justicia, porque tenemos la certeza de que
siempre está con nosotros.
El Señor es mi fuerza,
mi roca y salvación (2).
Tú me guías por sendas de justicia,
me enseñas la verdad.
Tú me das valor para la lucha,
sin miedo avanzaré.
Iluminas las sombras de mi vida,
al mundo das la luz.
Aunque pase por valles de tinieblas,
yo nunca temeré.
Yo confío el destino de mi vida
al Dios de mi salud.
A los pobres enseñas el camino,
su escudo eres tú.
El Señor es la fuerza de su pueblo,
su gran libertador.
Tú le haces vivir en confianza,
seguro en tu poder.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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EENN MMII DDEEBBIILLIIDDAADD
Autor: Brotes de Olivo
No importa que seamos o nos sintamos débiles. Si
permanecemos junto a Dios, el profundo Amor que nos
tiene nos llenará de fortaleza y nos animará a seguir
adelante con esperanza.
En mi debilidad me haces fuerte,
en mi debilidad me haces fuerte.
Sólo en tu amor me haces fuerte,
sólo en tu vida me haces fuerte.
En mi debilidad, te haces fuerte en mí (2).
Sólo en tu amor me haces fuerte,
sólo en tu vida me haces fuerte.
En mi debilidad, te haces fuerte en mí.
La vida es
La vida es una oportunidad, aprovéchala. La vida es belleza, admírala. La vida es felicidad, siéntela. La vida es un sueño, hazlo realidad. La vida es un reto, acéptalo. La vida es un deber, cúmplelo. La vida es un juego, participa en él. La vida es valiosa, saboréala. La vida es riqueza, consérvala. La vida es amor, disfrútalo. La vida es misterio, desentráñalo La vida es una promesa, cúmplela. La vida es tristeza, supérala. La vida es una canción, cántala. La vida es lucha, acéptala. La vida es tragedia, arróstrala. La vida es aventura, atrévete. La vida es vida, consérvala. La vida es suerte búscala. La vida es demasiado preciosa, no la destruyas.
Teresa de Calcuta
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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EENNSSÉÉÑÑAAMMEE,, SSEEÑÑOORR
((IIss 5555,, 88--1111))
Autor: Jesús López
El creyente vive en su propia carne lo que dice el libro de
la Sabiduría: “Trabajosamente conjeturamos lo que hay
sobre la tierra y con fatiga hallamos lo que está a nuestro
alcance” /Sab 9, 16). Necesitamos descubrir cada día
dónde está la Sabiduría, la felicidad, la vida. Por ello, el
creyente pide en lo profundo de su corazón: Enséñame,
Señor, el camino a seguir.
Enséñame, Señor, el camino a seguir,
porque yo hacia ti, porque yo hacia ti,
levanto el corazón.
Tus caminos, Señor,
tus caminos, Señor,
no son nuestros caminos;
como dista el cielo de la tierra,
así distan, Señor,
así distan, Señor,
tus caminos de los nuestros.
Tu palabra, Señor,
tu palabra, Señor,
es como el agua viva,
como lluvia que fecunda la tierra,
tu palabra, Señor,
tu palabra, Señor,
nos cala en lo más hondo.
Como tienda ante ti,
como tienda ante ti,
la anchura de los cielos;
como gota de agua las naciones,
como polvo ante ti,
como polvo ante ti,
es el peso de los montes.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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34
EEVVAANNGGEELLIIOO
Varios autores (Renovación Carismática)
Anunciar el Evangelio es la tarea primordial de la Iglesia
y, por tanto, de cada uno de nosotros. A menudo nos ocurre
que no sabemos muy bien qué es eso de anunciar el
Evangelio o en qué consiste. Este canto lo desmenuza, lo
hace calderilla, lo traduce a pie de calle.
Evangelio es decir amigo,
es decir hermano;
Evangelio es darte mi tiempo,
es darte mi mano;
Evangelio es mirarte a los ojos,
es reír contigo,
es compartir tu pena,
es llevarte a Cristo (2).
Evangelio es llevar la paz
siempre contigo;
Evangelio es amar de balde
hasta caer rendido;
Evangelio es decir “te amo”
a tu enemigo,
abandonar tu vida
en manos de Cristo (2).
Evangelio es vivir como un pobre
que todo lo espera;
Evangelio es mirar al cielo
con ojos de niño;
Evangelio es dar gracias al Padre
al nacer el día,
y continuar cantando
al hacer camino (2).
Evangelio es sembrar libertad,
es vivir unidos;
Evangelio es llevar la esperanza
a un mundo perdido;
Evangelio es romper cadenas,
es abrir sepulcros.
No le busques muerto,
que está entre los vivos (3).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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FFUUEENNTTEE PPEERREENNNNEE
Inspirado en un texto de San Pedro Poveda
Autor: Luís Alfredo Díaz
Mira a Jesucristo crucificado y aprende de Él todo lo que
te enseña desde la cruz. Tengamos siempre ante nosotros al
crucificado. Sin Él no se puede nada, absolutamente nada y
lo que se puede, por Él se puede (san Pedro Poveda)
Cristo crucificado
es para los que le aman
fuente perenne (2).
Fuente perenne, de paz.
Luz y fortaleza (2).
Cristo crucificado
es para los que le aman
fuente perenne.
Fuente perenne, de paz.
Luz y fortaleza (2).
HHÁÁBBLLAAMMEE
Autor: Kairoi
Señor, hablas y te haces presente en los “desiertos” y
encrucijadas de nuestra vida; a veces te buscamos y
nos cuesta encontrarte. Tú sales a nuestro encuentro
y, entonces, reconocemos con alegría que has estado
grande con nosotros y volvemos a caminar junto a ti.
Yo siento, Señor, que tú me amas;
yo siento, Señor, que te puedo amar.
Háblame, Señor, que tu siervo escucha,
háblame, ¿qué quieres de de mi?
Señor, tú has sido grande para mí,
en el desierto de mi vida, háblame.
Yo quiero estar dispuesto a todo,
toma mi ser, mi corazón es para ti.
Por eso canto tus maravillas,
por eso canto tu amor (2).
Te alabo, Jesús, por tu grandeza,
mil gracias te doy por tu gran amor.
Heme aquí, Señor, para acompañarte,
heme aquí, ¿qué quieres de mí?
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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HHAABBLLAA,, SSEEÑÑOORR
Autor: Joaquín Madruga
La necesidad de que el Señor nos hable, nace de la
necesidad de escucharle, de conocer cuál es su voluntad y
de saber qué necesita de cada uno de nosotros para que
pueda cumplirse.
Habla, Señor, que tu hijo escucha;
habla, Señor, que te quiero escuchar;
habla, Señor, danos tu mensaje;
habla, Señor, danos tu verdad (2).
Si puedo
Si puedo hacer, hoy, alguna cosa, si puedo realizar algún servicio, si puedo decir algo bien dicho, dime cómo hacerlo, Señor. Si puedo arreglar un fallo humano, si puedo dar fuerzas a mi prójimo, si puedo alegrarlo con mi canto, dime cómo hacerlo, Señor. Si puedo ayudar a un desgraciado, si puedo aliviar alguna carga, si puedo irradiar más alegría, Dime cómo hacerlo, Señor.
Grenville Kleiser
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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HHOOMMBBRREESS NNUUEEVVOOSS
Autor: Juan Antonio Espinosa
La historia de la humanidad siempre ha necesitado de
personas con corazón grande para AMAR y fuerte para
LUCHAR, profetas como Jeremías, que decía: "¡Ah, Señor!
Mira que no sé expresarme, que soy un muchacho” y el
Señor le contesta: " Adondequiera que yo te envíe irás, y
todo lo que te mande dirás. No les tengas miedo" (Jr 1, 6-8)
Danos un corazón grande para amar,
danos un corazón fuerte para luchar.
Hombres nuevos, creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos, que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
Hombres nuevos, luchando en esperanza,
caminantes sedientos de verdad.
Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.
Hombres nuevos, amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar.
Hombres nuevos, al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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IIDD YY EENNSSEEÑÑAADD
Autor: Cesáreo Gabarain
El Señor cuenta con nosotros para anunciar la Buena
Noticia, sacando lo mejor de nosotros mismos, todo lo
bueno que tenemos ¡Ánimo, es Jesús mismo quien nos
conduce y abre caminos!
Sois la semilla que ha de crecer.
Sois estrella que ha de brillar.
Sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que debe alumbrar.
Sois la mañana que vuelve a nacer.
Sois espiga que empieza a granar.
Sois aguijón y caricia a la vez,
testigos que voy a enviar.
Id, amigos, por el mundo,
anunciando el amor,
mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.
Sed, amigos, los testigos
de mi resurrección.
Id llevando mi presencia.
¡Con vosotros estoy!
Sois una llama que ha de encender
resplandores de fe y caridad.
Sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz.
Sois los amigos que quise escoger,
sois palabra que intenta gritar.
Sois Reino nuevo que empieza
a engendrar justicia, amor y verdad.
Sois fuego y sabia que vine a traer,
sois la ola que agita la mar.
La levadura pequeña de ayer
fermenta la masa del pan.
Una ciudad no se puede esconder,
ni los montes se han de ocultar.
En vuestras obras, que buscan el bien,
los hombres al Padre verán.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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IIGGLLEESSIIAA PPEERREEGGRRIINNAA
Autor: Cesáreo Gabarain
La Iglesia, obra del Espíritu, que se manifiesta en la
vivencia de los sacramentos, es consecuencia de la Pascua.
Somos un solo cuerpo, un pueblo ya constituido en
Pentecostés y siempre por construir. La Iglesia, quienes la
formamos, estamos en continuo peregrinar hasta alcanzar
la Pascua definitiva. En ella participaremos del Banquete
Eterno. Cada vez que cantamos “Iglesia peregrina”,
actualizamos nuestra responsabilidad de permanecer en
constante caminar, impulsados por el Espíritu.
Todos unidos, formando un solo cuerpo,
un pueblo que en la Pascua nació.
Miembros de Cristo, en sangre redimidos,
Iglesia peregrina de Dios.
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu
que el Hijo desde el Padre envió.
Él nos empuja, nos guía y alienta,
Iglesia peregrina de Dios.
Somos en la tierra
semilla de otro Reino,
somos testimonio de amor.
Paz para las guerras
y luz entre las sombras,
¡Iglesia peregrina de Dios! (2).
Rugen tormentas y, a veces, nuestra barca
parece que ha perdido el timón.
Miras con miedo, no tienes confianza,
Iglesia peregrina de Dios.
Una esperanza nos llena de alegría:
presencia que el Señor prometió.
Vamos cantando, Él viene con nosotros,
Iglesia peregrina de Dios.
Todos nacidos en un solo Bautismo,
unidos en la misma comunión.
Todos viviendo en una misma casa,
Iglesia peregrina de Dios.
Todos prendidos en una misma suerte,
ligados a la misma salvación.
Somos un cuerpo y Cristo es la cabeza,
Iglesia peregrina de Dios.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
40
JJEESSÚÚSS EESSTTÁÁ EENNTTRREE NNOOSSOOTTRROOSS
Autor: Kairoi
Este título expresa una certeza y una súplica, una acción de
gracias y una petición, una alabanza y un anhelo. Es el ya
pero todavía no. Es la vida misma del creyente que
transcurre entre la afirmación y la esperanza. Pero toda
duda se disipa cuando tenemos la experiencia real de que
Jesús está entre nosotros.
Jesús está entre nosotros,
Él vive hoy y su Espíritu a todos da.
Jesús, razón de nuestra vida,
es el Señor, nos reúne en pueblo de amor.
Cambia nuestras vidas con tu fuerza;
guárdanos por siempre en tu presencia.
Tú eres verdad, tú eres la paz.
Rompe las cadenas que nos atan;
llénanos de gracia en tu palabra.
Gracias, Señor; gracias, Salvador.
Nuestras existencias hoy te alaban;
nuestros corazones te dan gracias.
Tú eres amor, eres canción.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
41
LLAA LLUUZZ DDEELL MMUUNNDDOO
Musical Godspell
El faro que ha de guiar nuestros pasos es Jesús de Nazaret,
el Señor. Es la luz que ilumina nuestra vida; pero una
buena luz necesita un buen candil: “Lo que os digo al oído,
gritadlo sobre los tejados” (Mt 10, 27)
Tú eres del mundo la luz (2).
En una lumbre que no arde
no cocina ni mi madre.
Hay que iluminar
y ser del mundo la luz.
Hay que encender la lámpara,
hay que despertar,
para que el mundo tenga luz
y todos vivan en paz.
Tú eres del mundo la sal (2).
Pero una sal mojada
ya no sirve para nada.
Hay que ser la sal,
que nunca pierda sabor.
Tú eres la casa de Dios (2).
Pero a una casa en ruinas
nadie puede ir a vivir.
La casa de Dios es
el que es casa de sol.
Tú eres del mundo la luz (2).
Pero una buena luz
necesita un buen candil.
Hay que iluminar
y ser del mundo la luz.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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42
¿¿LLEE CCOONNOOCCÉÉIISS??
Música: Miguel Manzano
Letra: José Antonio Olivar
El Señor tiene muchos rostros humanos. Si miramos a
nuestro alrededor, podremos descubrirlo, sobre todo, en
los que sufren o están marginados. Cuando le
reconocemos, le amamos y cuando le amamos le seguimos.
Porque, como decía San Juan de la Cruz, "Al atardecer de
la vida te examinarán en el amor".
Con vosotros está y no le conocéis.
Con vosotros está,
su nombre es “El Señor”.
Su nombre es “El Señor” y pasa hambre,
y clama por la boca del hambriento,
y muchos que le ven pasan de largo,
acaso por llegar temprano al templo.
Su nombre es “El Señor” y sed soporta,
y está en quien de justicia va sediento,
y muchos que le ven pasan de largo,
a veces ocupados en sus rezos.
Su nombre es “El Señor” y está desnudo,
la ausencia del amor hiela sus huesos,
y muchos que le ven pasan de largo,
seguros y al calor de su dinero.
Su nombre es “El Señor” y enfermo vive,
y su agonía es la del enfermo,
y muchos que lo saben no hacen caso,
tal vez no frecuentaban mucho el templo.
Su nombre es “El Señor”
y está en la cárcel,
está en la soledad de cada preso,
y nadie le visita y hasta dicen:
“Tal vez ese no era de los nuestros”.
Su nombre es “El Señor”, el que sed tiene,
Él pide por la boca del hambriento,
está preso, está enfermo, está desnudo,
pero Él nos va a juzgar por todo eso.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
43
LLEEVVAANNTTAARRÉÉ LLAA TTIIEENNDDAA
Autor: Jesús López
Desde hace tiempo, la Iglesia padece una ausencia
alarmante de comunidades vivas. Es, por eso, la tienda de
David que está caída y hay que levantar (Hch 15, 16),
reconstruyendo su tejido comunitario. Sólo así se renueva
profundamente la Iglesia. Sólo así llega a ser lo que está
llamada a ser: luz de las gentes.
Levantaré, levantaré,
la tienda caída de David (2). (Am. 9, 11a)
Ensancha el espacio de tu tienda,
afirma las clavijas y las sogas,
no te detengas,
extiende las cortinas y las lonas. (Is. 54, 2)
El Pueblo de Israel anda diciendo
que todavía no llegó la hora.
¡Es el momento,
comiencen los derribos y las obras! (Ag. 1, 2-8)
El celo de tu casa me consume, (Sal. 69, 10)
ladrones hicieron de ella una cueva;
¡Fuera con ellos,
tiradles los dineros y las mesas! (Mt. 21, 12-13)
¿Recuerda, quizás, alguno entre vosotros,
la gloria de mi casa en sus comienzos?
¡Y es como nada
lo que hoy contempla en ella
el que está lejos! (Ag. 2, 3)
Por causa de Sión no he callar,
y por Jerusalén no he de estar quedo,
hasta que brille
su luz como una antorcha entre los pueblos.
No se te llamará la “Abandonada”,
ni tu tierra será la “Desolada”,
“Mi complacencia”,
te llamarán “Buscada” y “Desposada”.
Como se casa joven con doncella,
se casará contigo el que te salva; (Is. 62, 1-5)
quien te construye,
en tu mano te pone la alianza.
Alégrese la estéril que está sola
y nunca conoció dolor de parto;
pues muchos hijos,
vendrán y no habrá sitio para tantos. (Is. 54, 1)
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
44
LLOO PPUUEEDDOO TTOODDOO EENN EELL AAMMOORR
Autor: José Manuel Montesinos
Mucho se habría “salvado” en la Iglesia, en la vida
comunitaria, en la evangelización, en la pastoral, si se
hubiera hecho con amor. ¡Cuántas personas se apartan de
la Iglesia porque la palabra de obispos, sacerdotes,
catequistas, cristianos… suenan y resuenan sin amor! En la
Iglesia no seremos testigos del Dios vivo si nos importa
más la “ley” que el Espíritu de Amor que la sustenta.
Podré sonar como campana,
si no hay amor, mi voz no es nada.
Mas con amor, cada silencio,
cada mirada es un ejemplo.
Lo puedo todo en el amor.
Todo lo puedo. Donde hay amor
con Dios me encuentro.
Podré saber el fundamento:
Si no hay amor, yo sé que miento.
Mas con amor, cada misterio
va revelando al Dios secreto.
Podré mover cada montaña:
Si no hay amor mi fe se engaña.
Mas con amor, a mí me muevo
y cara a cara a Dios contemplo.
Podré entregar todo el dinero.
Si no hay amor, mejor lo quemo.
Mas con amor, que espero y creo,
sin dar excusas, a mí me entrego.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
45
LLOO QQUUEE AAGGRRAADDAA AA DDIIOOSS
Basado en un texto de Santa Teresa de Lisieux
Autor: Luís Alfredo Díaz
A medida que crecemos en el seguimiento de Jesús y
maduramos nuestra experiencia de fe, más y mejor nos
conocemos y aceptamos, más podemos llenarnos de ti,
Señor, por tu amor y tu misericordia.
Lo que agrada a Dios
en mi pequeña alma,
es que ame mi pequeñez
y mi pobreza (2)
Es la esperanza ciega
que tengo en su misericordia (2)
LLOOSS VVEERRDDAADDEERROOSS DDIISSCCÍÍPPUULLOOSS
(Mt 7, 24.27)
Cuando escuchamos la Palabra de Dios, la acogemos
y la cumplimos, no hay lugar para el temor y nuestra
experiencia de fe se asienta sobre roca, porque
reconocemos la presencia del Señor y sentimos la
fuerza de su Espíritu.
El que escucha mi palabra y la cumple,
será semejante al hombre
que edificó su casa sobre roca (2). Cayó la lluvia, bajaron los torrentes,
soplaron los vientos ...
y como estaba edificada sobre roca,
no se hundió (2).
El que escucha mi palabra y no la cumple,
será semejante al hombre
que edificó su casa sobre arena (2). Cayó la lluvia, bajaron los torrentes,
soplaron los vientos ...
y como estaba edificada sobre arena,
se cayó (2).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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MMAAGGNNIIFFIICCAATT
“Con gozo en el corazón”
(Lc 1, 46-55)
Autor: Jesús López
En su humildad y pobreza María se encuentra con la buena
noticia y la canta: Proclama mi alma la grandeza del
Señor (Lc 1, 46). María es dócil a la Palabra. Su fe se
mantiene firme, incluso cuando camina sin comprender
todavía el plan de Dios que la desborda: En mí se cumpla,
Señor: Como los primeros discípulos, contamos también
con su presencia y oración (Hch 1, 14) y cantamos, con
ella, la buena noticia que llega a los pobres: Es Dios quien
nos liberó.
Con el oprobio a la espalda,
mas gozo en el corazón,
María marchó a la montaña,
cantando va una canción.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en mi Salvador (2).
Sin comprender todavía
el cómo y cuándo de Dios,
fue su palabra la mía:
“En mí se cumpla, Señor”.
No temas, llena de gracia,
está contigo el Señor,
en la sombra del Espíritu
se alzará un rayo de sol.
El desbancó al poderoso
y al rico le despidió,
él ha levantado al pobre
y hasta de mí se acordó.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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MMEE HHAASS SSEEDDUUCCIIDDOO,, SSEEÑÑOORR
Autor: Kairoi
Señor, enséñanos sólo a descubrir y entender cuál es tu
voluntad, para poder agradecerte todo lo que haces por
nosotros. Gracias, Señor, por sentirnos llamados y amados
por ti.
Señor, no soy nada.
¿Por qué me has llamado?
Has pasado por mi puerta y bien sabes
que soy pobre y soy débil.
¿Por qué te has fijado en mí?
Me has seducido, Señor,
con tu mirada,
me has hablado al corazón
y me has querido.
Es imposible conocerte y no amarte,
es imposible amarte y no seguirte.
Me has seducido, Señor.
Señor, yo te sigo,
y quiero darte lo que pides,
aunque hay veces que me cuesta darlo todo.
Tú lo sabes, yo soy tuyo.
Camina, Señor, junto a mí.
Señor, hoy tu nombre
es más que una palabra;
es tu voz que hoy resuena en mi interior,
y me habla, en el silencio.
¿Qué quieres que haga por ti?
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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MMIILL RRÍÍOOSS DDEE AAGGUUAA VVIIVVAA
Autor: José Manuel Montesinos
En la incorporación a la Iglesia está el don del Bautismo.
Muchos de nosotros se lo debemos al cariño de nuestros
padres. Sin embargo, la experiencia de conversión y de
seguimiento de Jesús ha de ser renovada cuando
alcanzamos la madurez. Cada vez son más las personas a
las que hay que hacer el primer anuncio de la fe, personas
sin bautizar y sin evangelizar. Mayor atención requieren
aquellos bautizados que se han alejado de la verdad del
Evangelio y de la experiencia viva de la fe.
Hoy Jesús te dice: “Ven,
que yo apagaré tu sed
y te muestro el don de Dios
si me pides de beber.”
Mil ríos de agua viva
en tu alma saltarán.
Mil ríos de agua viva,
eterno manantial.
Hoy Jesús te dice: “Ven,
ponte en pie y sigue detrás,
si la vida entregas tú
aún más vida alcanzarás.”
Hoy Jesús te dice: “Ven,
como un niño tú te harás,
porque en el Reino de Dios
lo pequeño importa más.”
Hoy Jesús te dice: “Ven,
que los muertos oyen ya
la voz del Hijo de Dios
y el que escucha vivirá.”
Hoy Jesús te dice: “Ven,
entra adentro en tu oración,
porque antes de pedir
ya lo sabe el Padre Dios.”
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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NNAACCIIMMOOSS PPAARRAA AAMMAARR
Autor: José Manuel Montesinos
No hay alegría más grande que la de sabernos hijos de
Dios, hermanos de Jesucristo, llamados a compartir
eternamente el Reino de Dios desde aquí mismo, desde lo
cotidiano. No tenemos un Dios de cartón-piedra, ni una
religión seca y vacía, sino que vivimos la experiencia del
abrazo amoroso del Padre, que percibimos a través de la
belleza de la creación y de la hermosura de los hermanos
que se quieren, que luchan por la paz y la justicia en medio
de los que sufren. Sabemos nuestra vocación, hemos nacido
para amar, para ser hijos de Dios.
Nacimos para ser hijos de Dios,
la boca se nos llena
de alegría y de canción.
Nacimos para ser hermanos de verdad,
Hasta las estrellas
nuestro gozo llegará.
Desde que amanece,
hasta que se pone el Sol,
Dios sabe mi nombre
y conoce mi ilusión.
Tengo suerte amigos
pues mi Dios no es de cartón,
vive entre nosotros, es Amor.
El vistió a las flores, a la espiga di calor,
música a las aves y luz al hermano sol.
Tengo suerte amigos...
Puso la alegría en el que buscaba la paz.
Él está en el beso de la madre a su chaval.
Tengo suerte amigos...
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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NNAADDAA TTEE TTUURRBBEE
Inspirado en la oración de Santa Teresa de Jesús
Comunidad de Taizé
Bien sabía Santa Teresa de Jesús que, teniendo al Señor,
nada nos debe preocupar, nada debemos temer. Dios llena
toda nuestra vida, porque siempre permanece fiel: “todo se
pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza”.
Nada te turbe, nada te espante,
quien a Dios tiene, nada le falta.
Nada te turbe, nada te espante,
sólo Dios basta.
Te seguimos, Señor Jesús Te seguimos, Señor Jesús, Pero para que te sigamos, llámanos, Porque sin ti nadie avanza. Que sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Recíbenos como un camino acogedor recibe. Aliéntanos como la verdad alienta. Vivifícanos, puesto que Tú eres la Vida.
San Agustín
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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NNAADDIIEE SSOOBBRRAA EENN EELL PPLLAANN DDEE DDIIOOSS
Autor: José Manuel Montesinos
El canto nos hace comprender el valor de la persona
humana, sea cual sea su condición, para poder colaborar
con los planes de Dios. Cada uno es llamado desde su
situación personal a construir el Reino de Dios que Jesús
plantea en su anuncio del Evangelio. Cada cual está
invitado. Así entre todos, aportando cada uno nuestros
valores y nuestras debilidades podremos ser una
comunidad cristiana viva, sin exclusiones, verdadero rostro
de la ternura entrañable de Dios Padre de Misericordia.
Si eres un niño que aprende a jugar
o bien un anciano que sueña el ayer,
si luchas de joven por tu libertad,
si estás ya en la meta o vas a correr…
Dios siempre te ama.
Jesús hoy te llama también.
Dios cuenta contigo
y espera, mi amigo,
que cuentes con Él.
Nadie sobra en el plan de Dios,
¡Queda tanto por hacer!
Nadie sobra en el plan de Dios,
anda, ven, sígueme tú también (2).
Si lloras con pena la ausencia de amor,
si ríes alegre porque eres feliz,
si no hallas remedio a los males de hoy,
si tienes un sueño para compartir…
Si esperas, enfermo, que cuiden de ti,
si cuidas con mimo ese cuerpo en dolor,
si ignoras los cauces para intervenir,
si sabes qué hacer por un mundo mejor…
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
52
NNOO LLEE BBUUSSQQUUEEIISS AALLLLÍÍ
(Lc 24, 5-35 * Jn 20, 13-29)
Autor: Jesús López
El mensaje de la resurrección es anunciado en medio de
situaciones infrahumanas: el llanto incontenible de la
Magdalena, la esperanza frustrada de los caminantes de
Emaús, la duda escéptica de Tomás. Para ellos todo ha
quedado enterrado en el sepulcro de Jesús. Y sin embargo,
no está allí (Lc 24, 6). Le podemos encontrar en cualquier
parte: por la tierra, por el mar, por los caminos.
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
No le busquéis allí, que allí no está;
buscadle por la tierra,
por el mar, por los caminos (2).
¿Por qué lloras, oh mujer.
A quién buscas por el huerto?
Se han llevado a mi Señor
y no sé dónde lo han puesto (2).
Caminantes de Emaús,
¿qué comentáis de camino?
Fracasó lo de Jesús
y fue horrible su destino (2).
¿Por qué dudas tú, Tomás,
y dudáis tantos amigos?
Dicen que resucitó,
nos parece desatino (2).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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NNOO QQUUIISSIISSTTEE SSAACCRRIIFFIICCIIOOSS
“Según Melquisedec - Salmo 110 (109)”
Autor: Jesús López
El sacerdocio de Cristo es nuevo, desconocido, distinto. No
hay precedentes en el pueblo de Israel, aunque sí fuera de
él: el sacerdote pagano Melquisedec, rey de Salem, que
generosamente percibe la acción de Dios en la historia a
favor de Abraham, se convierte en una celebración
universal, con señales de liberación en el corazón mismo
de la historia.
No quisiste sacrificios ni holocaustos,
heme aquí que vengo
para hacer tu voluntad (2).
Marginal de la sinagoga,
cual profeta laico, vestido normal;
habla contra el Templo,
va por los caminos,
anunciando al pueblo
que Dios reina ya (2).
El desierto se hace fértil,
ruinas seculares se levantan ya;
curan los enfermos, vuelven los cautivos,
cantan los que buscan pan y libertad (2).
Los poderes del abismo
siempre pretendieron hacerle callar;
Él es la Palabra que fue sofocada,
que resucitada viene ya a juzgar (2).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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NNOO TTEEMMAASS,, NNOO
Autor: Jesús López
A la misión evangelizadora se opone el miedo, la tentación.
Una música ajena a la Palabra de Dios amonesta sobre la
quiebra de las seguridades, introduce la sospecha del
engaño y la ilusión, aconseja sobre la eficacia
evangelizadora del poder. Pero al cristiano se le dice: No
temas, no.
No temas, no,
sigue hablando y no calles, no,
mi palabra resuena en tu voz,
un pueblo grande me preparo yo (2).
No puedo, no,
vivir ya solamente de pan,
mas si cumplo lo que dices tú,
no sé lo que me sucederá.
Tal vez serás
para mí una visión falaz,
un engaño, una ilusión sin más,
que es preciso llegar a olvidar.
Poder tendrás
y ante él te arrodillarás;
sin poder, tu evangelización
tal vez no resultará eficaz.
No sé, Señor,
por qué insistes en que vaya yo;
yo soy débil y ellos fuertes son,
en desierto clamará mi voz.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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PPAADDRREE,, MMEE PPOONNGGOO EENN TTUUSS MMAANNOOSS
Inspirado en la oración de Carlos de Foucauld
Autor: Kairoi
“Tan pronto como creí que había un Dios, me di cuenta de
que no podía hacer otra cosa que vivir sólo para Él”. Esta
experiencia lleva al “Hermano Universal” a vivir el
servicio a los más pobres en la total confianza en Dios y a
ser testigo de que “cuanto más se ama, mejor se reza”.
Padre, Padre, Padre, me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras, sea lo que sea,
te doy las gracias. Lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí,
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre,
no deseo nada más.
Yo te ofrezco mi alma
y te la doy con todo el amor
de que soy capaz,
porque deseo darme, ponerme en tus manos,
sin medida, con infinita confianza,
porque tú eres mi Padre.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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PPEEQQUUEEÑÑAASS AACCLLAARRAACCIIOONNEESS
Música: Miguel Manzano
Letra: José Antonio Olivar
“Muchos quisieran que el pobre siempre dijera que es
"voluntad de Dios” vivir pobre. No es voluntad de Dios que
unos tengan todo y otros no tengan nada. No puede ser de
Dios. De Dios es la voluntad de que todos sus hijos sean
felices.”(Monseñor Óscar A. Romero)
Cuando el pobre nada tiene y aún reparte,
cuando un hombre pasa sed y agua nos da,
cuando el débil a su hermano fortalece,
va Dios mismo
en nuestro mismo caminar (2).
Cuando sufre un hombre y logra su consuelo,
cuando espera y no se cansa de esperar,
cuando amamos, aunque el odio nos rodee,
va Dios mismo
en nuestro mismo caminar (2).
Cuando crece la alegría y nos inunda,
cuando dicen nuestros labios la verdad,
cuando amamos el sentir de los sencillos,
va Dios mismo
en nuestro mismo caminar (2).
Cuando abunda el bien y llena los hogares,
cuando un hombre
donde hay guerra pone paz,
cuando hermano le llamamos al extraño,
va Dios mismo
en nuestro mismo caminar (2).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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PPIIEEDDRRAASS VVIIVVAASS
Autor: José Manuel Montesinos
La imagen del edificio vivo, construido con personas, es
propicia para alejarse del equívoco de la Iglesia como
templo. La levadura que fermenta la masa; el pan de
unidad, la Eucaristía, centro de la vida comunitaria; los
diferentes grupos y edades, como sarmientos de la vid; el
templo vivo de todos unidos y el SÍ de María; la sal que da
sabor y la luz que no se esconde; la catequesis y la oración
en la comunidad; los servicios pastorales y el cargar la
cruz y seguir a Jesús cada día.
Piedras vivas, piedras vivas,
construimos la comunidad.
Piedras vivas, piedras vivas:
Jesucristo la piedra angular (4).
Puso Jesús la levadura
que fermenta esta masa
como Pan de Unidad.
Es nuestra fuerza la Ternura:
el Amor todo lo alcanza
si es servicio a los demás.
Ya cada adulto, cada niño,
cada joven, cada anciano
son sarmientos de la Vid.
Ya se levanta un Templo Vivo,
enlazando nuestras manos,
en la entrega, al decir “Sí”.
Ya cada niño, cada adulto,
cada anciano, cada joven
somos sal y somos luz:
El Evangelio en cada grupo,
la atención a los más pobres...
Cada cual tome su cruz.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
58
PPOORR LLAA PPUUEERRTTAA EESSTTRREECCHHAA
(Lc 13, 22-33)
Autor: José Manuel Montesinos
“¿Es verdad que pocos hombres se salvarán?” Para
Jesús esta es una pregunta inútil. Más bien hay que
preguntarse si la comunidad, que se dice comprometida,
ha escuchado la llamada del Señor y toma realmente su
camino. “Vendrán de Oriente y de Poniente…” De todos
los pueblos vendrán a participar en el banquete del
Reino, mientras la comunidad acomodada, puede
quedarse fuera. El aviso es claro. Los últimos en acoger
la Buena Noticia, con su empuje, pueden ir delante de
esos cristianos, ya “viejos”, que habiendo tenido
hermosas experiencias de fe, no han sido capaces de
mostrarlas en obras, pues han enterrado sus talentos.
Por la puerta estrecha,
que por la ancha no.
Por la puerta estrecha
se va al Reino de Dios (2).
Hay que esforzarse por ir buscando
la puerta estrecha para pasar;
pues cuando el dueño cierre la casa,
quien quede fuera no podrá entrar:
Inútilmente golpeará.
De nada vale venir diciendo:
“Abre la puerta, Señor, Señor.
Comí contigo, bebí contigo,
más de mil veces oí tu lección,
arrellanado en mi sillón.”
Vendrán de oriente y de poniente,
vendrán del norte, del sur vendrán,
a celebrar el festín del Reino.
Irán delante los del final
y los primeros irán detrás.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
59
PPRREEPPAARRAADD EELL CCAAMMIINNOO
(Mt. 3, 3b)
"El Reino está ya misteriosamente presente en nuestra
tierra; cuando venga el Señor, se consumará su perfección.
Ésta es la esperanza que nos alienta a los cristianos.
Sabemos que todo esfuerzo por mejorar una sociedad,
sobre todo cuando está tan metida la injusticia y el pecado,
es un esfuerzo que Dios bendice, que Dios quiere, que Dios
nos exige.” (Monseñor Óscar A. Romero)
Preparad el camino al Señor,
y escuchad la palabra de Dios (2).
Voz que clama en el desierto,
preparad el camino al Señor.
Haced rectos sus senderos,
preparad el camino al Señor.
El Justo antes Dios
Señor, ¿quién puede habitar en tu presencia? Quien actúa con honradez y practica la justicia Quien tiene intenciones rectas y no calumnia con su palabra Quien no hace mal a su prójimo ni calumnia al vecino, quien es capaz de denunciar la injusticia y valorar la misericordia. Quien no explota a los otros, ni acepta sobornos contra el inocente Quien tiende su mano al que lo necesita quien se estremece ante el mal que destruye, mutila, excluye y abandona. Quien vive agradecido por las oportunidades y consciente de lo que puede hacer por tu reino en este mundo. Quien ama, sin límites… Quien así obra nunca fallará…
Adaptación del Salmo 15 (14)
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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QQUUÉÉDDAATTEE CCOONN NNOOSSOOTTRROOSS
Música: Juan Antonio Espinosa
Señor, te descubrimos vivo durante el día y, al llegar la
noche, no queremos perderte. En medio de las
incertidumbres y oscuridades de nuestra vida, te pedimos:
¡Quédate con nosotros!
Quédate con nosotros,
la tarde está cayendo, quédate.
¿Cómo te encontraremos al declinar el día,
si tu camino no es nuestro camino?
Detente con nosotros, la mesa está servida,
caliente el pan y envejecido el vino.
¿Cómo sabremos que eres
un hombre entre los hombres,
si no compartes nuestra mesa humilde?
Repártenos tu cuerpo y el gozo irá alejando
la oscuridad que pesa sobre el hombre.
Vimos romper el día sobre tu hermoso rostro
y al sol abrirse paso por tu frente.
Que el viento de la noche
no apague el fuego vivo
que nos dejó tu paso en la mañana.
Arroja en nuestras manos, tendidas en tu busca,
las ascuas encendidas del Espíritu.
Y limpia, en lo más hondo
del corazón del hombre,
tu imagen empañada por la culpa.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
61
QQUUÉÉ HHEERRMMOOSSOOSS SSOONN
“El mensajero”
Autor: Jesús López
En el proyecto original de Dios, el hombre es colocado en
un jardín (Gn 2, 8), en un mundo admirable que canta la
gloria de Dios (Sal 8, 2). Sin embargo, el hombre anda
como expulsado, extraño a su mundo, buscando como un
ciego, con la nostalgia profunda de un bien perdido o
jamás encontrado. Por ello, en cada momento de la historia
y en el seno de una creación que espera ansiosa su
liberación, ¡qué hermosos son sobre los montes los pies del
mensajero, que anuncia la paz, que trae buenas nuevas,
que dice a Sión: ya reina tu Dios (Is 52, 7).
¡Qué hermosos, son sobre los montes,
los pies del mensajero
que anuncia la paz! (2)
Dale acogida mujer,
que no hay en el mundo nada
como la pena de ser,
como la pena de ser,
ciego en Granada.
Donde os pongan leche y miel, decid
“la paz a esta casa”.
Donde no os reciban bien,
os sacudiréis los pies,
¡Todo se pasa!
Id, discípulos haced,
andad por la tierra entera,
con vosotros yo estaré,
con vosotros yo estaré,
el mundo espera.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
62
QQUUIIEENN SSEE AABBAANNDDOONNAA EENN DDIIOOSS
Basado en un texto de Emiliano Tardif
Autor: Luís Alfredo Díaz
Abandonarse en Dios es dejarse caer en sus rodillas,
echarse a sus pies con todo el peso de tu angustia y dejar
que Él te acaricie, sentir en lo más hondo de tu ser su amor
y su ternura.
Quien se abandona a Dios
recobra la paz
profunda que el mundo
no puede dar (2).
Abandónate,
abandónate a Dios.
Abandónate,
abandónate a Dios.
Recobra la paz,
recobra la paz
profunda que el mundo
no puede dar.
Instrumentos de tu paz Jesús compañero y amigo, haz de nosotros instrumentos de tu paz, donde hay odio, pongamos amor, donde hay ofensa, pongamos perdón, donde hay error, pongamos verdad, donde hay desesperación, pongamos esperanza, donde hay tinieblas, pongamos tu luz, donde hay tristeza, pongamos alegría, donde hay egoísmo, pongamos generosidad. Que no busquemos tanto ser consolados como consolar, ser comprendidos como comprender, ser amados como amar, ser ayudados como ayudar. Porque dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado, Muriendo se resucita a la vida eterna.
Francisco de Asís
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
63
RREESSUUCCIITTÓÓ
(1 Co 15, 55-57)
Autor: Francisco J. Gómez
“Mi cuerpo es para la tierra pero, por favor, ninguna
protección entre ella y yo. Mi corazón es para la vida pero,
por favor, nada de retoques entre ella y yo. Mis manos para
el trabajo, sencillamente se cruzarán. Pero el rostro, que
quede completamente desnudo para no impedir el beso.
Y la mirada, dejadla VER.” (Fr. Cristophe Lebreton)
Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!, resucitó.
La muerte, ¿dónde está la muerte?,
¿dónde está mi muerte?
¿dónde su victoria?
Gracias sean dadas al Padre,
que nos pasó a su Reino,
donde se vive de amor.
Alegría, alegría hermanos,
que si hoy nos queremos
es porque resucitó.
Si con Él morimos, con Él vivimos,
con Él cantamos ¡Aleluya!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Resucitó.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
64
SSAALLMMOO 2233 ((2222))
“El Buen Pastor”
Adaptación y música: Jesús López
Al ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas porque
estaban extenuadas y abatidas, “como ovejas que no tienen
pastor” (Mt 9, 36). También ahora las gentes andan
hambrientas, sedientas, errantes (Am 8, 11 ss); a pesar de
los ritos, doctrinas y normas, siguen buscando. Buscan
mesa, una copa, una luz en la noche y, además, encontrar
el camino. En definitiva, buscan la vida, una vida
abundante.
Yo voy con el buen pastor,
nada me falta, nada me falta.
Por prados de fresca hierba me apacienta,
hacia las aguas de reposo me conduce y conforta
mi alma y repara mis fuerzas (2).
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a aquellos que sin causa me odian;
tú me unges, tú levantas mi cabeza,
rebosante está mi copa.
Tú iluminas en la noche el abismo,
que se esconde ante mí como un lazo,
tú me guías, tú conduces mi destino,
por ti son firmes mis pasos.
Tú has venido para que quién te siga
tenga vida y una vida abundante;
tú conoces una a una a tus ovejas
y por ellas das tu sangre.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
65
SSAALLMMOO 2277 ((2266))
Adaptación y música: Miguel Marchán
Dios es nuestra roca, nuestro baluarte, nuestra fortaleza.
Una experiencia que vivimos en la vida cotidiana, en el
matrimonio, en el ámbito laboral y que nos permite
reconocer la presencia del Señor en nuestra vida y
anunciar con alegría que, junto a Él, no hay temor: “Me
susurras al oído en el silencio de la oración, en las
dificultades me das ánimo, para que mi corazón esté fuerte,
porque tú eres mi luz y salvación”.
El Señor es mi luz y salvación,
¿a quién temeré?
Dios es el refugio de mi vida,
¿ante quién temblaré?
Aunque un ejército acampe contra mí,
aunque una guerra estalle hoy cerca de mí,
en ti confiaré.
Me darás refugio en tu cabaña,
para poder vivir.
Escucha hoy, Señor, el clamor de mi voz,
deja ver tu rostro como la luz del sol,
¡ten piedad de mí, respóndeme!
Si mi padre y mi madre me abandonan,
tú, Señor, me acogerás.
No me dejes nunca, guíame, oh Dios;
dime cómo ver el camino, Señor,
Dios, mi salvador.
Gozaré de tu bondad, Señor,
esperando con firme corazón.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
66
SSAALLMMOO 3333 ((3322))
Adaptación y música: Miguel Marchán
Cada salmo es una experiencia vivida, escrita y cantada.
Hay que dejar a Dios que sea Dios. Él AMA, nos ama. Si
somos capaces de amar también a los demás, se generará
una corriente de esperanza, respeto, tolerancia, solidaridad
y alegría.
Sea tu amor, Señor, sobre nosotros,
como está en ti nuestra esperanza (2).
Alabad al Señor los justos,
de los rectos es propia la alabanza,
agradecidos cantad al Señor,
porque recta y verdadera es su palabra,
porque llena de su amor está la tierra,
porque forma el corazón de cada uno.
La mirada del Señor está
sobre aquellos que le aman,
sobre aquellos que esperan en su amor,
para salvar su vida de la muerte
y sostener su vida en la penuria (2).
Nuestra alma espera en el Señor,
Él es nuestro auxilio y escudo;
en Él se alegra nuestro corazón
y en su santo nombre confiamos,
porque en Él está la esperanza,
porque en Él está nuestra esperanza.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
67
SSAALLMMOO 9922 ((9911))
Nos invitas a orar, a pesar de nuestra debilidad y de que
muchas veces no sabemos escucharte, no sabemos acoger
tu Palabra de amor y de vida. Gracias, Señor, por estar
con nosotros, por llamarnos a cada uno por nuestro
nombre, por mostrarnos tu ternura y tu misericordia.
Qué bueno es alabarte, Señor,
y cantar a tu nombre (2).
Anunciar por la mañana tu misericordia,
tu fidelidad cada noche (2).
Alabar Si te has parado a contemplar el cielo, un bosque, un arroyo, que te han impresionado por algo que has llamado «belleza», si has sentido de pronto ganas de cantar, o de correr un buen trecho, por algo que has llamado «alegría», si te has preguntado asombrado cómo alguien cercano a ti te puede querer precisamente a ti... ¡puedes entender lo que significa alabar!
Carlo María Martini
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
68
SSAALLMMOO 111188 ((111177))
Música: Miguel Manzano
“Este es el día en que actuó el Señor.” El Salmo nos sitúa
en el “Día Eterno”, el “Hoy” del Señor. En él, el Señor ha
creado el mundo, he vencido el mal y, sobre todo, nos hace
participar de la Nueva Creación en su Pascua –su muerte y
resurrección- definitiva. Es, por tanto, el Salmo por
excelencia de la Pascua. Cada vez que celebramos la
Pascua, el Paso de Señor por nuestra vida, se realiza su
salvación, y nosotros podemos cantarlo con conciencia.
¡Aleluya!
Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
¡Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia!.
¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Que lo diga la casa de Israel:
es eterna su misericordia!
¡Que lo diga la casa de Aarón:
es eterna su misericordia!
¡Que lo digan los fieles del Señor:
es eterna su misericordia!
Escuchad, hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
“La diestra del Señor es poderosa,
es excelsa la diestra del Señor”(2).
¡Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor!
Esta es la puerta del Señor,
los vencedores entrarán por ella.
Yo no he de morir, yo viviré,
para contar las hazañas del Señor.
La piedra que el cantero desechó
es ahora la piedra angular;
es el Señor quien lo ha hecho,
esto ha sido un milagro patente.
Te doy gracias porque me escuchaste,
porque fuiste mi salvación.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
69
SSAALLMMOO 111199 ((111188))
“¿Qué otra cosa quiere la palabra de Dios sino la
conversión de todos para que nos sintamos hermanos?”
(Monseñor Óscar A. Romero)
Que tu palabra, Señor,
sea la luz para nuestros pasos (2).
SSAALLMMOO 112211 ((112200))
Música: Miguel Manzano
No sólo vela el ser humano, también vela Dios. La noche
del éxodo, no puede ser olvidada por ningún judío. Dios
veló sobre su pueblo. En la noche de cada éxodo, de cada
liberación, es fundamental el encuentro de las dos
vigilancias: la del pueblo creyente y la del guardián de
Israel.
Levanto mis ojos a los montes,
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra (2).
¡No permitirá que resbale tu pie!
¡Tu guardián no duerme!
No duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
el Señor está a tu derecha.
De día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
el Señor guarda tu alma.
Él guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
70
SSAALLMMOO 112277 ((112266))
Música: Miguel Manzano
Cuando ponemos nuestra confianza en el Señor y dejamos
que se ocupe de nuestros asuntos, descubrimos que
podemos ser felices, aún en la adversidad. Por mucho que
nos afanemos, es el Señor quien hace maravillas en
nosotros.
Que el Señor nos construya la casa,
que el Señor nos guarde la ciudad.
Que nos llene de su riqueza,
que nos guarde siempre del mal.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de la fatiga,
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia del Señor son los hijos,
su salario el fruto del vientre;
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con estas flechas su aljaba;
no será derrotado al litigar
con sus adversarios en la plaza.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
71
SSAALLMMOO 113333 ((113322))
“Salmo de la comunidad”
Autores: A. Alcalde y J. M. Mármol
La convivencia fraterna es fruto de la experiencia de fe
vivida en comunidad. La celebración de la vida, de la fe, es
ocasión propicia para intensificar los vínculos fraternos
entre los que formamos el Pueblo de Dios.
La fraternidad brota como don de Dios por profesar la
misma fe, que nos convierte en testigos de las maravillas
que Dios hace con nosotros.
Sentirnos elegidos por el Señor hace que sintamos su
cercanía y protección, una experiencia que forja la
fraternidad de los que compartimos una misma fe y la
esperanza de que esta fraternidad ha de alcanzar a todas
las personas de todos los pueblos.
Vivir la fraternidad en la comunidad está en que todos nos
amemos. Convivimos juntos, aprendemos a disentir unos de
otros, a conocernos unos a otros, a ser leales. Vamos
creando lazos fraternos por la fuerza de la Palabra de
Dios. La fragancia del ungüento y la frescura del rocío son
la suavidad y la nobleza de la vida en comunidad.
Señor, nos llamaste amigos y hermanos; que no
desaparezca nunca de entre nosotros el amor mutuo, signo
de tu presencia y tu bendición.
En el nombre del Señor,
nos hemos reunido (2).
¡Ved qué gozo
que los hermanos se quieran! (2)
¡Qué hermoso es vivir
unidos los hermanos! (2)
Cristo siempre está
en medio de nosotros (2).
Él es el perdón
y olvida nuestras culpas (2).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
72
SSAALLMMOO 113399 ((113388))
Autor: Kairoi
Cuando tenemos la certeza de que el Señor nos ha creado,
nos ama y no nos dejará jamás, nuestra vida cobra
sentido, se transforma, llenándose de confianza y
agradecimiento por su Amor.
Tú me sondeas y me conoces;
tú me hablas a mí, Señor (2).
Que aún en mi lengua no hay palabra
y ya tú la conoces entera (2).
¿Adónde iré yo sin tu espíritu,
dónde huir de tu rostro, Yahvé? (2).
Tú me proteges y me defiendes
y mi alma está viva por ti (2).
Tú me creaste para alabarte,
te doy gracias por siempre, Señor (2).
Entrañas Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella´ un motivo para seguir esperando. Que quienes te buscamos sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en fidelidad al Evangelio; que nos preocupemos de compartir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humanos, y así les mostremos tu camino de reconciliación, de perdón, de paz…
De las plegarias eucarísticas
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
73
SSAANNTTAA MMAARRIIAA DDEE LLAA EESSPPEERRAANNZZAA
Autor: Juan Antonio Espinosa
Cuando todo parece imposible y sin solución, cuando,
aparentemente, no hay salida, cuando el temor nos atenaza,
confiemos como María… ella que, esperando contra toda
esperanza, creyó, mantiene nuestra esperanza y nos
fortalece, perseverando en la oración, como a los
discípulos antes de Pentecostés.
Santa María de la esperanza,
mantén el ritmo de nuestra espera (2).
Nos diste al Esperado de los tiempos,
mil veces prometido en los profetas,
y nosotros de nuevo deseamos
que vuelva a repetirnos sus promesas.
Brillaste como aurora del gran día,
plantaba Dios su tienda en nuestro suelo.
Y nosotros soñamos con su vuelta,
queremos la llegada de su Reino.
Viviste con la cruz de la esperanza,
tensando en el amor la larga espera.
Y nosotros buscamos con los hombres
el nuevo amanecer de nuestra tierra.
Esperaste, cuando todos vacilaban,
el triunfo de Jesús sobre la muerte.
Y nosotros esperamos que su vida
anime nuestro mundo para siempre.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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SSII EELLSSEEÑÑOORR NNOO CCOONNSSTTRRUUYYEE
Inspirado en el Salmo 127 (126)
Autor: Luís Alfredo Díaz
¡Cuántas veces nos afanamos por sacar segundos al
minuto, horas al día! ¡Cuántas veces somos nosotros los
que no dejamos que Él coja las riendas de nuestro tiempo,
de nuestros sueños, de nuestra vida! Dejemos que el Señor
sea el constructor y nosotros su mano de obra.
Si el Señor no construye la casa (3),
en vano trabajan los constructores.
Si el Señor no guarda la ciudad (3),
en vano la guardan los centinelas.
En vano te levantas tan temprano
y te acuestas tan tarde
y en procurar el pan
tanto te afanas.
Cuando Él colma en el sueño
a sus amigos,
Él premia en el sueño
a sus amigos.
Si el Señor no construye la casa (3),
en vano trabajan los constructores.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
75
SSII MMEE FFAALLTTAA EELL AAMMOORR
Autor: Francisco Palazón
Aunque creamos tenerlo todo y dar lo mejor de nosotros
mismos, si no lo hacemos con amor, no tendrá valor; mas
con amor todo es más fácil.
Aunque yo dominara las lenguas arcanas,
y el lenguaje del cielo supiera expresar,
solamente sería una hueca campana,
si me falta el amor.
Si me falta el amor, no me sirve de nada.
Si me falta el amor, nada soy (2).
Aunque todos mis bienes dejase a los pobres
y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar,
todo aquello sería una inútil hazaña,
si me falta el amor.
Aunque yo desvelase los grandes misterios
y mi fe las montañas pudiera mover,
no tendría valor ni me sirve de nada,
si me falta el amor.
SSOOBBRREE LLAA TTIIEERRRRAA
Canto popular
Mi corazón, quieto y silencioso, es como un santuario
inmenso al que entro para encontrarme con mi Señor;
cruzo el umbral y me dejo invadir por el silencio que
susurran las paredes de la casa de Dios; arrodillo mi
alma, alzo los brazos de mi existencia y le digo: aquí
estoy para Ti, Señor
Sobre la Tierra,
tú eres el Señor
y ensalzado sobre todo dios (2).
Te ensalzo, te ensalzo,
te ensalzo, oh Señor (3).
Sobre mi vida,
tú eres el Señor
y ensalzado sobre todo Dios.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
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SSOOMMOOSS UUNN PPUUEEBBLLOO QQUUEE CCAAMMIINNAA
Música: Emilio Vicente
No es lo mismo caminar sin rumbo que conociendo el
destino. No es igual caminar en solitario que en grupo, con
conciencia de ser un pueblo. No es lo mismo dejarse llevar
que caminar construyendo el camino en favor de todos.
Cantar “Somos un pueblo que camina” exige el
compromiso de “hacer camino al andar”, de construir un
mundo mejor, de implicarse y esforzarse, y responder a la
vocación a la que hemos sido llamados.
Somos un pueblo que camina
y juntos, caminando, podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas,
ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo
buscando otra ciudad.
Somos errante peregrinos
en busca de un destino,
destino de unidad.
Siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba ...
Sufren los hombres, mis hermanos,
buscando entre las piedras
la parte de su pan.
Sufren los hombres oprimidos,
los hombres que no tienen
ni paz ni libertad.
Sufren los hombres, mis hermanos,
mas tú vienes con ellos y en ti alcanzarán
otra ciudad que no se acaba ...
Danos valor para la lucha,
valor en las tristezas,
valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu palabra,
que guie nuestros pasos en este caminar.
Marcha, Señor, junto a nosotros,
pues sólo en tu presencia
podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba ...
Dura se hace nuestra marcha,
andando entre las sombras de tanta oscuridad.
Todos los cuerpos desgastados, ya sienten el cansancio de tanto caminar.
Pero tenemos la esperanza
de que nuestras fatigas al fin alcanzarán
otra ciudad que no se acaba ...
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
77
TTEE EESSTTÁÁ CCAANNTTAANNDDOO EELL MMAARRTTIILLLLOO
Himno de la Liturgia de las Horas (Hora tercia)
Creemos en un Dios Creador y reCreador del Universo,
pero ayudado por el ser humano ("y verte necesitando del
hombre más cada día"). Todo canta a Dios, todo agradece
su bondad: ser humano, animales, plantas..., y hasta
objetos fabricados ("te está cantando el martillo").
Encontramos al Señor, más que en tabernáculos, más que
en cumbres de montañas, en la vida; y, misteriosa
Presencia, en la actividad del ser humano, que encarna en
nuestro tiempo el amor de Dios a sus creaturas. Dios está
presente donde un hombre trabaja. (Nicolás de la Carrera)
Te está cantando el martillo
y rueda en tu honor la rueda.
Puede que la luz no pueda
librar del humo su brillo.
¡Qué sudoroso y sencillo
te pones a mediodía,
Dios de esta dura porfía,
de estar sin pausa creando,
y verte necesitando
del hombre más cada día!
Te está cantando el martillo
y rueda en tu honor la rueda.
Puede que la luz no pueda
librar del humo su brillo.
Quien diga que Dios ha muerto
que salga a la luz y vea
si el mundo es o no tarea
de un Dios que sigue despierto.
Ya no es su sitio el desierto,
ni en la montaña se esconde;
decid, si preguntan dónde,
que Dios está, sin mortaja,
en donde un hombre trabaja
y un corazón le responde.
Quien diga que Dios ha muerto
que salga a la luz y vea
si el mundo es o no tarea
de un Dios que sigue despierto.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
78
TTEENNGGOO QQUUEE GGRRIITTAARR
Letra: Gilmer Torres
Música: Grupo Siembra
Del encuentro cierto y profundo con la Palabra de Dios
nace la experiencia de fe y de esta la vocación. El profeta
nace de un encuentro como este, de una calidad
insuperable, de una intensidad tal, que no puede callar
aunque ello le complique la existencia y hasta la misma
vida.
Tengo que gritar, tengo que arriesgar,
¡Ay de mí si no lo hago!
¿Cómo escapar de ti, cómo no hablar
si tu voz me quema dentro?
Tengo que andar, tengo que luchar,
¡Ay de mí si no lo hago!
¿Cómo escapar de ti, como no hablar,
si tu voz me quema dentro?
Antes que te formaras
dentro del vientre de tu madre,
antes que tú nacieras
te conocía y te consagré.
Para ser mi profeta
en las naciones yo te escogí,
irás donde te envíe,
lo que te mande proclamarás.
No temas arriesgarte
porque contigo yo estaré,
no temas anunciarme
porque en tu boca yo hablaré.
Te encargo hoy mi pueblo
para arrancar y derribar, para edificar;
destruirás y plantarás.
Deja a tus hermanos,
deja a tu padre y a tu madre,
abandona tu casa,
porque la tierra gritando está.
Nada traigas contigo
porque a tu lado yo estaré;
es hora de luchar
porque mi pueblo sufriendo está.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
79
TTOOMMAA MMII VVIIDDAA
Autor: Carlos Altafulla
“Toma mi vida, mi ser, mis manos, mi voz…”: sentimos que
podemos decir, desde la propia experiencia de fe, que lo
que queremos y podemos dar es, simplemente, lo que tú,
Señor, nos has dado con generosidad: nuestro propio ser.
Toma mi vida, toma mi ser.
Haz un diamante de mi corazón.
Toma mis manos, toma mi voz.
Haz de mi canto una oración (2).
Tómalo todo en mi ser
llénalo todo con tu amor,
que tu vida sea mi vida
y mi fuente de salvación (2).
Manos Unidas Que seamos, Señor, manos unidas en oración y en el don. Unidas a tus Manos en las del Padre, unidas a las alas fecundas del Espíritu, unidas a las manos de los pobres. Manos del Evangelio, sembradoras de Vida, lámparas de Esperanza, vuelos de Paz. Unidas a tus Manos solidarias, partiendo el Pan de todos. Unidas a tus Manos traspasadas en las cruces del mundo. Unidas a tus Manos ya gloriosas de Pascua.
Pedro Casaldáliga
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
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80
TUS UMBRALES JERUSALEN
Autor: Jesús López
Procediendo de los cuatro puntos cardinales, los
peregrinos divisan ya Jerusalén. Grandes dificultades y
peligros quedaron atrás. A la vista de la ciudad santa,
donde cada uno se encuentra como en casa, los caminantes
–cada vez más cerca- dirigen una y otra vez su saludo a
Jerusalén, ciudad de paz (sal 122), madre de pueblos (Sal
87). De modo semejante, viniendo de la dispersión, muchos
hombres que buscan se encuentran con una comunidad
viva: el Señor les condujo por camino recto hasta llegar a
ciudad habitada (Sal 107, 7).
Tus umbrales, Jerusalén,
ya están pisando mis pies (2).
Ya están pisando también,
ya están pisando mis pies,
ya están pisando también
tus piedras, Jerusalén.
La fatiga del camino,
la marcha dura, la sed,
no me importan no, porque
ya están pisando mis pies
tus piedras, Jerusalén.
Jerusalén, construida
como compacta ciudad,
a donde suben las tribus,
por veredas y caminos,
buscando el juicio y la paz.
¡Qué estéril era la esposa,
cuando la quiso el Señor!
Y en madre se ha convertido,
madre de pueblos nacidos
por la palabra de Dios.
Por amor de mis amigos
y por el nuevo Israel,
déjame que yo te diga,
déjame que yo te cante,
¡La paz contigo y el bien!
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
81
VVEENN AAHHOORRAA
Autor: Josep Asunción
Ven ahora, Santo Espíritu, deseamos sentir tu presencia,
ven y habita en nosotros, llévanos al silencio, enséñanos a
orar y muéstranos el amor de Dios.
Ven ahora, Santo Espíritu,
ven y toma tu lugar (2).
Somos Sión, Tú eres Rey,
ven y úngenos, Señor.
Ven ahora, ven a mí (2).
Como Tomás
Como Tomás… también dudo y pido pruebas. También creo en lo que veo. Quiero gestos. Tengo miedo. Solicito garantías. Pongo mucha cabeza y poco corazón. Pregunto, aunque el corazón me dice: “Él vive” No me lanzo al camino sin saber a dónde va. Quítame el miedo y el cálculo. Quítame la zozobra y la lógica. Quítame el gesto y la exigencia. Dame tu espíritu, y que al descubrirte, en el rostro y el hermano, susurre, ya convertido: “Señor mío y Dios mío”.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
82
VVEENN DDEELL LLIIBBAANNOO
((CCaannttaarr ddee llooss CCaannttaarreess))
Autor: Francisco J. Gómez
Este canto es un pasaje del Cantar de los Cantares, del
Cantar por excelencia, de la excelencia del Amor, del amor
del matrimonio, del hombre y la mujer, de un amor
apasionado, entregado y fiel que hace de la vida del
hombre y la mujer una excelencia.
Ven del Líbano, esposa,
ven del Líbano, ven.
Tendrás por corona la cima de los montes,
la alta cumbre del Hermón.
Tú me has herido, herido el corazón.
Oh esposa, amada mía.
Ven del Líbano, esposa,
ven del Líbano, ven.
Busqué el amor del alma mía,
lo busqué sin encontrarlo.
Encontré el amor de mi vida,
lo he abrazado y no lo dejaré jamás.
Yo pertenezco a mi amado
y él es todo para mí.
Ven, salgamos a los campos,
nos perderemos por los pueblos.
Salgamos al alba a las viñas
y recogeremos de su fruto.
Yo pertenezco a mi amado.
Él es todo para mí.
Levántate deprisa, amada mía,
ven, paloma, ven.
Porque el invierno ya ha pasado,
el canto de la alondra ya se oye.
Las flores aparecen en la tierra,
el fuerte sol ha llegado.
Levántate deprisa, amada mía,
ven, paloma, ven.
Como un sello en el corazón,
como tatuaje en el brazo.
El amor es fuerte como la muerte
y las aguas no lo apagarán.
Dar por este amor todos los bienes de la casa,
sería despreciarlo.
Como un sello en el corazón,
como tatuaje en el brazo.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
83
VVEENN EESSPPÍÍRRIITTUU DDIIVVIINNOO
Secuencia de Pentecostés
Himno de la Liturgia de las Horas
Al Viento del Espíritu / que sopla en todas partes,
libre y haciendo libre a otros...
Al Viento del Espíritu / que penetró en Jesús
y lo envió a los pobres…
Al Viento del Espíritu / que reinó en Pentecostés
eliminando… el temor de los Apóstoles,
abriendo de par en par las puertas del cenáculo.
Al Viento del Espíritu
que siempre barre los miedos de la Iglesia…
y que purifica la Iglesia a través de la pobreza y el
martirio (Pedro Casaldáliga).
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don, en tus dones espléndido,
luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos,
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén, amén.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
84
VVEENN YY DDEESSCCAANNSSAA EENN ÉÉLL
Autor: Josep Asunción
Nuestra confianza plena está en ti, Dios Padre bueno, y en
ti encontramos reposo. Tú eres nuestra roca y contigo nos
sentimos en lugar seguro. Nos acoges con tus manos
amorosas y sentimos tu fuerza en la adversidad. Queremos
que tú estés en el centro de nuestro corazón, porque sólo
Tú colmas nuestras aspiraciones más profundas y aquietas
nuestras ansias. El camino que Tú nos muestras es el único
que lleva a la felicidad, porque caminamos bajo tu
protección y bendición.
Ven y descansa en Él,
ven y descansa en Dios, en Dios (2).
Y deja que Dios sea Dios,
deja que Dios sea Dios.
Tú sólo adórale (2).
VVEENN YY SSÍÍGGUUEEMMEE
La fe es seguimiento y relación personal con el Señor,
vivida y compartida en comunidad. A menudo,
podemos olvidar que es Él quien toma la iniciativa,
quien nos llama. Para escucharlo y seguirlo, es
necesario desprenderse de todo lo que nos ata.
Tú, Señor, me llamas;
tú, Señor, me dices:
“Ven y sígueme,
ven y sígueme”.
Señor, contigo iré;
Señor, contigo iré.
Dejaré en la orilla mis redes,
cogeré el arado contigo, Señor;
guardaré mi puesto en tu senda,
sembraré tu palabra en mi pueblo,
y brotará y crecerá.
Dejaré mi hacienda y mis bienes,
donaré a mis hermanos mi tiempo y mi afán;
por mis obras sabrán que tú vives,
con mi esfuerzo abriré nuevas sendas
de unidad y fraternidad.
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
85
VVOOSSOOTTRROOSS SSOOIISS LLAA LLUUZZ
((MMtt 55,, 1133--1166))
Autor: Jesús López
Nuestro mundo necesita la Buena Noticia del Evangelio.
Necesita de su luz para no andar en oscuridad. Necesita de
su sal para luchar contra la corrupción. Si los creyentes se
acomodan al mundo presente (Rm 12,2), se apaga la luz y
se desvirtúa la sal. Por el contrario, si habéis descubierto
que Cristo vive, si seguís su evangelio, si vivís en
comunidad, vosotros sois la luz, vosotros sois la sal (Mt 5,
13-14).
Vosotros sois la luz,
vosotros sois la sal (2).
Si la luz está apagada (2),
¿con qué iluminarán? (3).
Si la luz está apagada (2),
a ciegas andarán (3).
Si la sal se vuelve sosa (2),
¿con qué la salarán? (3).
Si la sal se vuelve sosa (2),
la tirarán (3).
Si está en lo alto la ciudad (2),
no se puede ocultar (3).
Si está en lo alto la ciudad (2),
las gentes la verán (3).
Si son buenas vuestra obras (2),
los hombres creerán (3).
Si son buenas vuestras obras (2),
a Dios alabarán (3).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
86
VVOOZZ QQUUEE CCLLAAMMAA
Autor: Jesús López
En tiempo de Jesús, la profecía no era corriente. Había
sido sustituida por las Escrituras y la cadena de tradiciones
interpretativas. Y en nuestro tiempo ¿qué pasa? El Concilio
ha recordado que la Iglesia tiene una misión profética y
que cualquiera de sus miembros puede participar de ella
(LG 35). En nuestro tiempo se necesitan voces que
proclamen como Pedro y los apóstoles: Hemos de
obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch 5, 29). O
como Pablo: ¡Ay de mí si no anuncio el evangelio! Si yo
lo hiciera por propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero
si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este
oficio (1 Co 9, 16-17).
Bendigo a aquel que cambia
el rumbo de la vida,
y surge en mi horizonte
como aparece el sol.
Llamado desde el seno,
pues no fue cosa mía,
de Cristo soy apóstol
por voluntad de Dios (2).
Yo no ambiciono puestos,
poder, dinero, fama,
más bien se me señala
el último lugar.
Prefiero en el desierto
ser sólo voz que clama,
con fuerza, como llama
que no puedo apagar (2).
Y cuando llegue el día
del último viaje
y esté al partir la nave
que pronto volverá,
me encontrareis a bordo,
ligero de equipaje,
casi desnudo, como
los hijos de la mar (2).
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
87
Índice por página
Abandono 1
Adelante 2
Alegre la mañana 3
Alegría y paz, hermanos 4
Alternativa 5
Aprended a conversar con Dios 6
Aspiración 6
Autor del cielo 7
Ave, María 8
Bello es el rostro 9
Buena Noticia 10
Busca en tu corazón 12
Caminante 13
Canto de San Francisco 14
Celebrar la vida junto COM. 15
Como María sentada a sus pies 17
Como sal y luz 18
Como una pompita de jabón 19
Confiad siempre en Dios 20
Conmigo puedes contar 21
Con vosotros está 22
Dame la mano, compañero 23
Descansaré 24
Dios es luz 25
Dios me está mirando 26
Donde hay amor 26
El agua no tiene color 27
El Alfarero 28
El amor es más fuerte 29
El peregrino 30
El Señor es mi fuerza 31
En mi debilidad 32
Enséñame, Señor 33
Evangelio 34
Fuente perenne 35
Háblame 35
Habla, Señor 36
Hombres nuevos 37
Id y enseñad 38
Iglesia peregrina 39
Jesús está entre nosotros 40
La luz del mundo 41
¿Le conocéis? 42
Levantaré la tienda 43
Lo puedo todo en el amor 44
Lo que agrada a Dios 45
Los verdaderos discípulos 45
Magnificat 46
Me has seducido, Señor 47
Mil ríos de agua viva 48
Nacimos para amar 49
CCaannttooss ppaarraa oorraarr yy cceelleebbrraarr
AAssoocciiaacciióónn PPúúbblliiccaa ““CCoonn VVoossoottrrooss EEssttáá””
88
Nada te turbe 50
Nadie sobra en el plan de Dios 51
No le busquéis allí 52
No quisiste sacrificios 53
No temas, no 54
Padre, me pongo en tus manos 55
Pequeñas aclaraciones 56
Piedras vivas 57
Por la puerta estrecha 58
Preparad el camino 59
Quédate con nosotros 60
¡Qué hermosos son! 61
Quien se abandona en Dios 62
Resucitó 63
Salmo 23 (22) 64
Salmo 27 (26) 65
Salmo 33 (32) 66
Salmo 92 (91) 67
Salmo 118 (117) 68
Salmo 119 (118) 69
Salmo 121 (120) 69
Salmo 127 (126) 70
Salmo 133 (132) 71
Salmo 139 (138) 72
Santa María de la esperanza 73
Si el Señor no construye la casa 74
Si me falta el amor 75
Sobre la tierra 75
Somos un pueblo que camina 76
Te está cantando el martillo 77
Tengo que gritar 78
Toma mi vida 79
Tus umbrales Jerusalén 80
Ven ahora 81
Ven del Líbano 82
Ven, Espíritu Divino 83
Ven y descansa en él 84
Ven y sígueme 84
Vosotros sois la luz 85
Voz que clama 86
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