las vértebras del rey como símbolo confesional - juan antonio aguilera mochón

Post on 06-Sep-2015

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Crítica laicista a la ofrenda real al 'apóstol Santiago'...

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  • Las vrtebras del rey como smbolo confesional

    Estos das se ataca duramente a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por retirar un busto de Juan Carlos I. Se aduce una falta al debido respeto que merecen los smbolos del Estado. Asumiendo la importancia de esos smbolos, me pregunto qu pasa cuando en el caso de los encarnados por personas son ellos mismos quienes les restan dignidad al agraviar a los ciudadanos a quienes se deben. Planteo la pregunta porque Felipe VI, como antes Juan Carlos I, exhibe a ttulo institucional, en cada ocasin que se le presenta, una actitud de sometimiento y humillacin ante los representantes de la Iglesia catlica, de fuerte valor simblico. No hay vez que se le ponga delante un obispo u otro miembro de la jerarqua eclesistica que no doble la cerviz; como no lleva la corona, lo que agacha es la coronilla cuando ve otra cubierta con solideo. Y muchos estamos hasta la nuestra de tanta muestra de vasallaje ante personas al servicio de un Estado extranjero, y ante el propio jefe de ese Estado que tiene cogido al nuestro, Concordato mediante, por sus partes (las que ms duelen, la econmica y la educativa). Estos das que se le ha visto ante Mas con orteguiana preocupacin por la vertebracin de Espaa, a m me ha preocupado la vertebradura real. Yo no s si Espaa tiene vrtebras, pero el rey seguro que s, e indigna ver que todas, y en especial las sacras, slo se le balancean ante mitras y casullas. Ignora el rey que Espaa es un Estado aconfesional? Seguro que no, de hecho tuvo algn gesto de avanzar en este sentido al comienzo de su reinado, y comprob que en general era muy aplaudido. Pero enseguida lo vimos monaguillear ante el papa en su primera visita oficial, felicitarnos en nochebuena con un belencico detrs, aparecer como un rey de capirote ms que de corona en la semana santa sevillana, y ofrendar al apstol Santiago. Hasta en este grotesco acto ha seguido los santurrones pasos de su padre; no alarma ver a quien representa la unidad del Estado pedirle con mucha confianza cosas, en nombre de todos los espaoles, a un hombre que muri hace unos dos mil aos? Ofende al aconfesionalismo y a la cordura. Deca Lope de Vega que el mejor alcalde, el rey, pero este ao al supuesto mejor alcalde le ha dado toda una leccin de respeto a la Constitucin y a la ciudadana el alcalde de Santiago, Martio Noriega, cuando se ha negado a representar al mejor en la ofrenda/ofensa, y a participar en los actos religiosos. En este sentido, el mejor rey, el alcalde (pero slo en ese sentido; ante la imperecedera alianza entre el trono y el altar y otras consideraciones, yo dira que el mejor rey, la igualdad ante la ley).

    La leccin de Noriega vale para Felipe VI, para el presidente de la Xunta que s lo represent, y para todos los cargos pblicos civiles y militares que mantienen hbitos institucionales nacionalcatlicos ante los hbitos eclesiales. Lo peor es que el asunto no se queda en aquellos malos hbitos, por desgracia; el servilismo simblico se acompaa de enormes y vergonzantes privilegios a la Iglesia catlica. Que por cierto, con el nuevo y aclamado papa, no slo contina dejndose querer, sino que sigue insaciable. En definitiva, quien quiere que se le respete su estatus de smbolo del Estado debe empezar por no denigrarlo l mismo al incumplir el mandato constitucional de aconfesionalidad y faltar al respeto a los ciudadanos a quienes debe servir. No le extrae al rey que muchos no comulguemos con l.

    Juan Antonio Aguilera Mochn, 25-7-2015

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