las niñas vienen en cinco colores: negro, blanco, rojo, amarillo y café, pero usted siempre...

Post on 15-Jan-2015

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Las niñas vienen en cinco colores:

negro, blanco, rojo, amarillo y

café, pero usted siempre obtiene

su color preferido al hacer el pedido…

…para ellas no existe la ley del precio, pues hay millones de niñas pequeñas, pero cada una es tan

valiosa como una finísima joya.

Cuando Dios las crea, se utiliza

parte de la materia prima de

muchas de las criaturas de la

naturaleza:

Del ruiseñor los cantos, de las mulitas

la terquedad, del mono las monerías,

los brincos del chapulín, la

curiosidad del gato y la mente

incomprensible y misteriosa de la mujer.

Ella puede ser la más cariñosa del mundo y

también la más majadera. Se le

encuentra: brincando, cantando y haciendo

toda clase de ruidos que le enojarán. Cuando le

llame la atención se quedará quietecita,

humilde y con ese brillo celestial en su mirada.

Ella es la inocencia jugando en la tierra, la belleza echando

maromas y también la más dulce

expresión del amor cuando asoma en su carita una sonrisa.

Una niña nace con un brillo angelical del que

siempre queda suficiente luz para

robarnos el corazón, aunque se siente en el

lodo, llore a todo volumen, haga una

rabieta o camine por la banqueta presumiendo

con la ropa y los zapatos de mamá.

Le encantan los zapatos nuevos, los

helados, los vestiditos domingueros, los

moños para adornarse el cabello, el kinder, los pajaritos, la niña

de la vecina, jugar a la casita, a la tiendita, los

libros, el polvo y el perfume.

No le gustan los perros

grandes, ni los niños, ni que le peinen el

cabello.

Es la más ruidosa cuando usted piensa en sus problemas, la más

bonita cuando le ha hecho desesperar, la

más ocupada a la hora de dormir, la más seria e

irresponsable cuando quiere lucirla a las visitas y la más coqueta cuando

ha resuelto que no volverá a salirse

con la suya…

…nadie le da mayor disgusto o alegría, o el más legítimo

orgullo que esta mezcla de

Caperucita Roja y Ratón

Miguelito.

Puede desarreglarle sus papeles de trabajo, el cabello y la cartera,

hacerle perder tiempo y dinero. Y precisamente en ese instante aparece

su aureola angelical, quitando por encanto,

el disgusto.

A veces le desesperarán sus gritos y alborotos; pero cuando usted

siente fallar al mundo en contra

suyo, sus anhelos y esperanzas más

distantes...

Ella, sola, le convierte a usted

en una reina cuando se sienta en su regazo, la

abraza tiernamente y le

dice muy quedito:

Te amo¡Mamá…!

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