las dimensiones de la personalidad normal y anormal
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Las dimensiones de la personalidad normal y anormal:
Dilucidar DSM-IV Personalidad Trastorno Síntomas
en adolescentes
Noor B. Tromp y Hans M. Koot
VU University Amsterdam
RESUMEN El presente estudio tuvo como objetivo aclarar las dimensiones de lo normal
y trastorno de personalidad anormal personalidad subyacente DSM-IV (PD)
síntomas en 168 adolescentes que se refiere a los servicios de salud mental. Dimensiones
derivada de los cinco grandes de la personalidad normal y de Livesley de (2006)
conceptualización de la patología de la personalidad han retrocedido en interviewbased DSM-IV PD recuentos de síntomas. Cuando se examinaron de forma independiente, tanto
modelos demostraron niveles significativos de poder predictivo en la mayor
nivel de la orden. Sin embargo, cuando se añade a los pedidos de los Cinco Grandes dimensiones superiores,
Dimensiones de orden superior e inferior de Livesley reciban una complementaria
contribución a la comprensión de las características de disfuncionales
PD adolescente. Además, contribuyeron a una mejor diferenciación
entre los adolescentes PD. Los presentes hallazgos sugieren que los adolescentes PD
son más extremas, variantes desadaptativas de orden superior rasgos de personalidad normal. PD adolescentes parecen incluir características que pueden
ser más completamente cubierta por las dimensiones de la personalidad anormal. Se discuten los problemas del desarrollo y las implicaciones de los hallazgos.
Existe un creciente interés en los antecedentes evolutivos de adultos
patología de la personalidad. Las investigaciones indican cada vez más que patología de la personalidad no se limita a la edad adulta, el apoyo a su validez como
una construcción en la población adolescente clínicos y no clínicos
(Para una revisión, véase Johnson, Bromley, Bornstein, y Sneed, 2006).
Aún quedan preguntas sobre la mejor manera de conceptualizar la patología de la personalidad. La insatisfacción con la categórica utiliza actualmente
sistema de clasificación de trastorno de la personalidad (PD), el diagnóstico y
Manual Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV, la Asociación Psiquiátrica Americana [APA], 2000), se ha generalizado entre los investigadores y
La correspondencia relativa a este artículo debe dirigirse a HM Departamento de Psicología del Desarrollo Koot, VU University Amsterdam, Van der Boechorststraat 1, 1081 BT Amsterdam, Países Bajos. E-mail: hm.koot @ psy.vu.nl.
Journal of Personality 78:3, junio de 2010
r 2010, Derechos de Autor de los Autores
Compilación de r 2010, periódicos, Wiley, Inc.
DOI: 10.1111/j.1467-6494.2010.00635.x
inicians por igual (Bernstein, Iscan, y Maser, 2007). Se ha argumentado
en repetidas ocasiones que patología de la personalidad se conceptualiza mejor con un
modelo tridimensional (Clark, 2007; Trull y Durett, 2005).
Aunque el debate sobre las categorías en comparación con las dimensiones es sobre todo con-
multó a la psiquiatría de adultos, el enfoque dimensional también puede ser útil para la descripción de patología de la personalidad del adolescente. En primer lugar, relativamente
se sabe poco sobre la estructura de patología de la personalidad adolescente (pero
ver De Clercq, De Fruyt, Van Leeuwen, y Mervielde, 2006; Tromp y
Koot, 2008). Cuando se aplican los criterios y los umbrales del DSM para
poblaciones de adolescentes, preguntas de esta estructura siguen sin respuesta.
En segundo lugar, en la aplicación de las clasificaciones DSM a los adolescentes, la sintomatología es muy probable que no interpretarse en el contexto del desarrollo psicológico del adolescente. Por ejemplo, las conductas que se consideran
patológica en los adultos puede ser-al menos temporalmente-parte de la normalidad
el desarrollo de los adolescentes (por ejemplo, la timidez, problemas de identidad, emocional
inestabilidad). Por último, theDSMclassification ha sido frecuentemente criticado
por su incapacidad para clasificar los rasgos subumbral y síntomas. especialmente
para aquellos adolescentes que tengan una calificación inferior muy en criterios sintomáticos (pero
¿quién podría estar en riesgo de desarrollar la patología en toda regla), la relacionada
nivel subliminal de deterioro puede ser pasado por alto en la aplicación del
Criterios del DSM. Modelos tridimensionales retener información importante escondido en los niveles de síntomas subliminales (Trull y Durett, 2005).
Las dimensiones de la personalidad y de la personalidad normal Patología
Modelos tridimensionales que se han empleado con frecuencia en un intento de comprender la patología de personalidad son los cinco grandes (Juan,
Donahue, y Kentle, 1991) y el modelo de cinco factores (FFM) de
personalidad normal (Digman, 1990). Muchos estudios han demostrado que los
dimensiones normales de la personalidad (especialmente alto neuroticismo y
bajo Amabilidad y Responsabilidad) Se fundamenta en TP en
muestras de adultos clínicos y no clínicos (Widiger & Costa, 2002; Saulsman y Página, 2004), y unos pocos lo han hecho en los adolescentes no clínicos
muestras (De Clercq & De Fruyt, 2003; De Clercq, De Fruyt, y Van
Leeuwen, 2004). Cuando los datos de adolescentes y meta-analítica
(Saulsman y Página, 2004) sobre los patrones de correlación entre las dimensiones FFM y DSM-IV PDs se comparan, una diferencia notable
se puede observar. PD adolescentes parecen tener dimensiones más normales de personalidad en común de adultos PD, lo que sugiere que
trastornos de la adolescencia son menos diferenciadas que las de los adultos. Tal
más pequeños grados de diferenciación en trastorno de la personalidad adolescente posiblemente indican que patología de la personalidad, si está presente, se encuentra todavía en un
fase de desarrollo en esta edad. Esto puede sugerir que los rasgos de personalidad
en el rango normal puede contribuir sustancialmente a la descripción de los
trastorno de la personalidad en la adolescencia.
Además de investigar sus relaciones con DSM-definido PD,
Los estudios tienen las correspondientes dimensiones de personalidad normal a dimensiones
modelos de personalidad anormal. Los hallazgos en poblaciones adultas tienen
indicaron que las dimensiones de la personalidad normal y anormal son esencialmente congruentes a nivel de orden superior, lo que sugiere una sustancial
terreno común, con cuatro factores generales que se han etiquetado emocional (In) estabilidad, extraversión / introversión, (Dis) agradabilidad, y
Concienzudo / compulsividad (Clark & Livesley, 2002; Larstone,
Jang, Livesley, Vernon, y Wolf, 2002; Widiger y Simonsen, 2005).
Esta estructura también se ha propuesto como una dimensión común
modelo para integrar las diferencias individuales adaptativos y desadaptativos en
la infancia y la adolescencia (Mervielde, De Clercq, De Fruyt, y Van
Leeuwen, 2005). La investigación ha puesto de manifiesto tanto la importancia de las dimensiones de personalidad normal en la descripción de patología de la personalidad,
a pesar de su dependencia exclusiva de los rasgos de personalidad adaptativos.
A pesar de esta evidencia, una cuestión importante debe ser dirigida a determinar si patología de la personalidad está suficientemente cubierta por las dimensiones normales de la personalidad. Además de definir las PD utilizando
implica inflexible y rasgos desadaptativos, la DSMalso requiere que
estas características hacen que'' malestar clínicamente significativo o deterioro social, la
áreas importantes de la actividad o de otro tipo de funcionamiento'' (APA, 2000,
p. 689). Angustia o disfunción es inherente a la noción de desorden.
The Big Five es un marco puramente descriptivo y estructural de los rasgos de personalidad se encuentran en el lenguaje natural, lo que indica la relación
presencia de cada rasgo. Aunque las puntuaciones extremas en estos rasgos normales
puede indicar la personalidad anormal, trastorno de la personalidad abarca más que la desviación estadística pura. Las puntuaciones extremas no necesariamente implican malestar o disfunción, requerido para los trastornos
personalidad. Un modelo complementario puede ser necesaria para capturar la
características disfuncionales inherentes a la personalidad desordenada.Teniendo en cuenta un suplemento: Modelo de Livesley
Una posible respuesta a esta cuestión puede encontrarse dentro de Livesley (2006)
conceptualización de la patología de la personalidad, que incluye explícitamente
referencia a la disfunción. Livesley y sus colegas proponen una definición
de la EP como la participación de la imposibilidad de lograr soluciones adaptativas a las principales
tareas de la vida relacionados con la identidad o auto (intrapersonal), la intimidad y
adjunto (interpersonal), y el comportamiento prosocial (Livesley, 2007;
Livesley y Jang, 2000; Livesley, Schroeder, Jackson, y Jang, 1994).
Se puede argumentar que la complejidad de la personalidad desordenada
es conceptualmente más completamente comprendidas en la definición de la EP Livesley y colegas ', posiblemente cuando se usa en adición a la normalidad
rasgos de personalidad. Por ejemplo, las características intrapersonales altamente
correspondiente a la personalidad desordenada, como problemas de identidad (Marcia,
2006) no están cubiertos por las dimensiones de la personalidad normal. en
Además, las características interpersonales, tales como trastornos en el apego y la autonomía reciben poca atención dentro de lo normal
rasgos de la personalidad, aunque deterioro interpersonal es un aspecto importante de trastorno de la personalidad (APA, 2000; Clark, Livesley,
Schroeder, y de Irlanda, 1996). Además, las características de comportamiento disfuncionales asociados con trastorno de la personalidad, tales como autolesiones
(Klonsky, Oltmanns, y Turkheimer, 2003) y la distorsión cognitiva
(Livesley y Schroeder, 1990), no están representados en los modelos de personalidad normal (Clark, Vorhies, y McEwen, 2002; Costa y McCrae,
1990; Schroeder, Wormworth, y Livesley, 2002).
Los estudios empíricos en poblaciones de adultos han apoyado la contribución adicional de los modelos de la personalidad anormal a una adecuada
Descripción de la disfunción asociada con trastorno de la personalidad.
Estos estudios han demostrado que las dimensiones de orden superior de
personalidad anormal proporcionado una contribución significativa incrementales
a la varianza explicada en el DSM-IV síntomas de la EP, más
más allá de la varianza explicada por los dominios de los Cinco Factores (Bagby,
Marshall, y Georgiades, 2005; Reynolds y Clark, 2001). En un reciente
estudio, Nestadt et al. (2008) concluyeron que la amplitud de la EP patología no está completamente capturado por los dominios FFM, aunque el
facetas inferiores orden de la FFM mejoraron la medida en que la FFM
explicado PD patología. Los autores concluyeron además que el material clínico adicional puede ser necesaria para describir PD patología,
proponer la evaluación dimensional de la personalidad Patología-
Cuestionario básico (DAPP-BQ, Livesley & Jackson, 2009), el Programa de personalidad no adaptativa y adaptable (SNAP, Clark, 1993),
o la Entrevista Estructurada para la FFM (SIFFM; Trull, Widiger, y
Burr, 2001) como posibles alternativas útiles. Desde el punto de vista de
estos problemas conceptuales y empíricos, el modelo más valioso para
la comprensión de la representación tridimensional de la personalidad desordenada puede ser uno que suplementos dimensiones de personalidad normal
con los de personalidad anormal.
La evidencia de que las dimensiones normales de la personalidad están subyacentes
PD en adolescentes no clínicos (De Clercq & De Fruyt, 2003; De
Clercq et al., 2004) ha, a nuestro conocimiento, no se ha replicado en un
muestra clínica del adolescente, ni tienen los modelos dimensionales de normal y
personalidad anormal sido investigado en paralelo en términos de su
las relaciones con los adolescentes PD. En vista del creciente interés en el
antecedentes de desarrollo de patología de la personalidad adulta y la
evidencia sustancial favoreciendo dimensional en los modelos categóricos, se
puede ser interesante para estudiar las relaciones de los modelos tridimensionales de
DSM-IV síntomas de la enfermedad en una muestra de adolescentes. Durante este período de edad, cuando patología de la personalidad puede estar todavía en desarrollo y por lo tanto
muestran una estructura más difusa que en la edad adulta, una dimensión
enfoque puede proporcionar diferenciación y comprensión, además
a la proporcionada por el sistema de clasificación del DSM categórica.
Recientemente, se demostraron las cualidades psicométricas prometedores de una operacionalización adecuada a la edad del modelo de Livesley de la patología de la personalidad (DAPP-BQ para Adolescentes [DAPP-BQ-A])
para el uso en población adolescente (Tromp y Koot, 2008). Por otra parte,
en un informe anterior utilizando la misma muestra como el estudio actual
(Tromp y Koot, 2009), se demostró que la mayor y menor
dimensiones de orden del DAPP-BQ-A correlacionados como se predijo con
Síntomas de la EP evaluados con una entrevista semiestructurada. Además,
estas dimensiones predijeron específica PD sintomatología arriba y
más allá del género, la edad y co-produciendo síntomas de la EP. Abundando
en estos estudios anteriores, el presente estudio incluye una evaluación de
dimensiones de la personalidad normales, que han sido mostrados para relacionarse con
TP en adultos y adolescentes no clínicos (De Clercq & De Fruyt,
2003, De Clercq et al, 2004;. Saulsman y Página, 2004). Específicamente,
este es el primer estudio para dilucidar dimensiones derivadas de la Gran
Cinco y el modelo subyacente basado en entrevistas DSM-IV PD de Livesley
síntomas en los adolescentes que se refiere a los servicios de salud mental. Es
la hipótesis de que ambos modelos son dimensiones relevantes a la personalidad desordenada y capturan cantidades sustanciales de variación en
síntomas de la EP adolescentes. Está además la hipótesis de que la plena
complejidad de trastorno de la personalidad es capturado más completamente por
un modelo complementario incluyendo, además de la orden superior grande
Cinco dimensiones de personalidad normal, las dimensiones de anormal personalidad propuesto por el modelo de Livesley. Posteriormente, la presente
estudio investiga cuáles son las dimensiones de orden inferior dentro de Livesley
modelo puede proporcionar diferenciación de patología de la personalidad del adolescente por encima y más allá de las diferencias individuales valoradas por el
dimensiones de orden superior de la personalidad normal.
MÉTODO
Participantes
La muestra, como se ha descrito previamente por Tromp y Koot (2009), consistió
de 168 adolescentes (35% varones), con una edad media de 15,9 años (SD52.3;
rango 12-22 años), se refiere a los servicios de salud mental para los jóvenes en uno de los cuatro
centros colaboradores en el tratamiento ambulatorio y en los Países Bajos. Los adolescentes fueron remitidos por diversas razones, no específicamente
para la patología de la personalidad. Trastornos del Eje I, evaluados con el Structured
Clinical Interview para el DSM-IV Axis I Disorders (SCID-I; Primero, Spitzer,
Gibbon, y Williams, 1996) y el déficit de atención, módulos de trastorno negativista desafiante, y la conducta de oposición del Programa para Trastornos Afectivos y la Esquizofrenia para Niños de Edad Escolar Presente
y Version (Kaufman et al., 1997) Curso de la vida, estuvieron presentes en el 77% de
la muestra en el momento de la evaluación (Tromp y Koot, 2009). Las tasas de prevalencia de los trastornos del Eje I fueron: déficit de atención /
hiperactividad 7%, trastorno de oposición desafiante 9%, la conducta
trastorno de 7%, 49% trastorno de estado de ánimo, trastorno de ansiedad 39%, psicótico
trastorno del 15%, el consumo de sustancias trastorno 10%, trastorno somatomorfo 6%,
y trastornos de la alimentación 15%. Género se distribuye por igual en toda la hospitalización (n589) y submuestras ambulatorios (n579). En promedio, los pacientes ambulatorios fueron ligeramente mayores que los pacientes hospitalizados (Cohen d5.44). Pacientes hospitalizados
marcado significativamente mayor que los pacientes ambulatorios (po.05) en varias dimensiones de la personalidad normal y anormal y en todos menos uno (obsesivo-compulsivo) escalas de síntomas de Parkinson. Los pacientes ambulatorios puntuaron significativamente más alto
sólo en cinco grandes de la Cordialidad (BFI).
La proporción de diagnósticos de TP del DSM-IV, según la evaluación con la Entrevista Clínica Estructurada para los Trastornos de la Personalidad del DSM-IV (SCID-II;
En primer lugar, Spitzer, Gibbon, y Williams, 1997), en la muestra fueron los siguientes:
Paranoid 11%, 3% esquizoide, esquizotípico de 1%, Antisocial 14%, límite de 17%, 0% histriónico, narcisista 1%, 15% por evitación, dependiente
4%, Obsesivo-Compulsivo 8%, 20% depresivo y pasivo-agresivo
7%. La distribución del número de diagnósticos de TP en esta muestra era como
siguiente manera: el 58% no tenía el diagnóstico, el 18% tenía uno, 8% tienen dos, el 5% tenía tres,
6% tenían cuatro, 1% tienen cinco, 2% tenía seis años, y el 1% tenía siete diagnósticos de TP.
Por último, con respecto a la co-ocurrencia de Eje I y los trastornos del Eje II, el 17% de la muestra no califican para un diagnóstico en el Eje I o II, el 38% calificó para los diagnósticos, tanto en el Eje I y II, el 41% se clasificó para el diagnóstico en el Eje I pero no en el Eje II, y el 6% calificado para el diagnóstico en el Eje II, pero no en el Eje I (Tromp y Koot, 2009).
Medidas
Todos los participantes completaron el BFI (John et al, 1991.), Un instrumento diseñado para medir las Cinco Grandes dimensiones de orden superior de la personalidad normal: neuroticismo, extraversión, apertura / intelecto, Amabilidad y
Conciencia. Cada dimensión se evaluó por siete elementos. Los 35 artículos resultantes se califican en una escala tipo Likert, que van de 1 (desacuerdo
fuerte) a 5 (muy de acuerdo). El BFI 35 artículo es una versión ligeramente abreviada
de los holandeses BFI-44 para que las buenas propiedades psicométricas fueron recientemente
reportados, incluyendo la equivalencia factorial al original Inglés y otros
Traducciones BFI y la independencia relativa y la consistencia interna de la
cinco dimensiones (Denissen, Geenen, Van Aken, Gosling, y Potter, 2008).
El análisis de factores en una población holandesa (N5233) utilizando la versión de 35 ítems
replica la estructura original de cinco factores, y produjo coeficientes alfa
que van desde 0,48 a 0,81 para Amabilidad de neuroticismo (mean5.69; Eileen M. Donahue, comunicación personal, 3 de abril de 1995). Para el presente
estudio, la redacción de los artículos fue ligeramente modificado por los investigadores para
garantizar una evaluación apropiada a la edad. Palabras que se consideraban difíciles para
adolescentes (por ejemplo, la estética, eficiente y sofisticado) fueron reemplazados por otros más
redacción comprensibles, y todos los elementos fueron alterados en oraciones completas en
forma en primera persona. En la muestra actual, análisis de componentes principales con
rotación varimax extraer cinco factores arrojó una estructura que se asemeja mucho a la estructura original de cinco factores. Coeficientes de fiabilidad (Cronbach de
alfas) encontrados en el presente estudio fueron 0.87 para Neuroticismo, Extraversión 0.76 para, 0,70 de apertura / intelecto, 0,62 para Amabilidad y 0,55 para la Conciencia. La investigación ha demostrado que los artículos BFI capturaron la misma
cinco factores como el NEO-PI-R (Costa y McCrae, 1992), el predominante
medir de la FFM (Reynolds y Clark, 2001; véase también Goldberg, 1993).
Además, los participantes completaron el DAPP-BQ-A (Tromp y Koot,
2008), una puesta en marcha adecuada a la edad del modelo de la patología de la personalidad de Livesley. Este cuestionario de auto-informe evalúa cuatro dimensiones de orden superior, que se etiquetan desregulación emocional (170 artículos, con una media
interitem correlación [MIIC] 5,25, Cronbach una en el presente sample5.98),
Comportamiento disocial (64 artículos, MIIC5.20, a5.84), Inhibitedness (32 artículos,
MIIC5.08, a5.73) y compulsividad (16 artículos, MIIC5.29, a5.87). En
Además, el DAPP-BQ-A evalúa 18 dimensiones de orden inferior, con media
correlaciones interitem van desde 0,11 de expresión restringida a 0,72 por
Autolesiones (median5.33): Sumisión (a5.91), Distorsión Cognitiva
(A5.91), problemas de identidad (a5.78), inestabilidad afectiva (a5.90),
Oposicionalidad (a5.87), Ansiedad (a5.94), Prevención Social (a5.91), desconfianza (a5.88), el apego inseguro (a5.93), el narcisismo (a5.88),
Autolesiones (a5.97), busque un estímulo (a5.86), insensibilidad (a5.86), Rechazo (a5.87), Problemas de conducta (a5.89), expresión restringida
(A5.67), problemas de intimidad (a5.71) y compulsividad (a5.87). Cada uno de
las dimensiones de orden inferior se mide por 16 ítems, excepto las balanzas para SelfHarm y desconfianza, que contiene 12 artículos y 14, respectivamente.
Además, los ocho elementos se incluyen para medir la deseabilidad social. El 290
artículos se califican en una escala tipo Likert, que van desde 1 (muy a diferencia de mí) a 5
(Muy parecido a mí). El DAPP-BQ-A fue traducida y adaptada de su adulto
predecesor, el DAPP-BQ (Livesley & Jackson, 2009). La traducción
y los procedimientos de adaptación se presentan en más detalle en otra parte (Tromp y
Koot, 2008).
Posteriormente, todos los participantes fueron entrevistados utilizando la versión holandesa de la SCID-II (Weertman, Arntz, Dreessen, Van Velzen, y Vertommen, 2003; Weertman, Arntz, y Kerkhofs, 2000) por uno de los dos
psicólogos investigadores capacitados, que eran ciegos a los adolescentes BFI y
Puntajes DAPP-BQ-A. Aunque el SCID-II fue diseñado principalmente para
la evaluación de los trastornos de la personalidad en los adultos, los resultados empíricos sobre la fiabilidad y la
validez de entrevistas clínicas estructuradas en muestras de adolescentes sugieren
que el SCID-II es un instrumento útil en esta edad (Brent, Zelenak, Bukstein, y Brown, 1990; Brent y col, 1993;. Grilo, Becker, Edell, y McGlashan, 2001). PD recuentos de síntomas se obtuvieron mediante el cálculo para cada uno
PD el número total de criterios que se cumplieron. Los coeficientes de fiabilidad
para las escalas de 12 PD fueron 0,73 para paranoide, esquizoide de 0,59, 0,51 para
Esquizotípico, 0,78 para Antisocial, 0,84 de Borderline, 0,40 para histriónico, 0,53
para narcisista, 0,76 por evitación, 0,76 para Dependientes, 0,59 para obsesivo-compulsivo, 0,82 por depresivo, y 0,61 para pasivo-agresivo.
Procedimiento
Como se ha descrito anteriormente (Tromp y Koot, 2009), los participantes completaron los cuestionarios en casa o en el centro de salud mental en formato lápiz paperand (68%) oa través de Internet (32%). Estos grupos no hicieron
difieren en la edad o el género. Sin embargo, se observaron diferencias significativas en
la Cordialidad dimensión BFI (Cohen d5.54), lo que indica mayor
calificaciones de los adolescentes en el grupo de Internet, y en el DAPP-BQ-A
dimensiones comportamiento disocial (d5.37) y Inhibitedness (d5.35), indicando las puntuaciones más altas en el grupo con papel y lápiz. Estas diferencias
no parecía representar efectos metodológicos sistemáticos, como los análisis
de la varianza (ANOVA) mostró que los efectos eran atribuibles a
las puntuaciones de los pacientes hospitalizados, la gran mayoría de los cuales (87%) utiliza
formato de papel y lápiz. Sólo para el comportamiento disocial fue un pequeño pero
efecto de interacción significativa de Formato de Evaluación? Estado Referencia
encontrado (Z
2
5,03), lo que indica que el efecto de formato de evaluación era
sólo es importante para los pacientes hospitalizados. Posteriormente, la SCID-II se administra en el centro de salud mental. Además, los instrumentos para evaluar las características demográficas, los trastornos del Eje I, IQ y trauma infantil
se administraron pero no se utiliza para el presente estudio. Después de completar todas las
evaluaciones, los adolescentes recibieron un bono por valor de 15 euros como reconocimiento a su participación. Estudio de los procedimientos fueron aprobados de conformidad con las directrices nacionales holandeses apropiadas por el Banco Central
Comité para la Investigación en Seres Humanos.
Los análisis estadísticos
Debido a varias cruzadas cargas aparecieron en la estructura factorial de la
DAPP-BQ-A, puntuaciones de los factores se calcularon en cada dimensión de orden superior para cada participante sobre la base de la estructura de factores en una muestra de
1798 adolescentes clínicos y no clínicos (Tromp y Koot, 2008). Porque
algunas diferencias de edad en el número de síntomas de la EP considerable y de género y las puntuaciones en las dimensiones de la personalidad normal y anormal
Se observaron, todos los análisis controlados por género y edad. Las correlaciones parciales se calculan entre los cinco BFI y cuatro DAPP-BQ-A superior
dimensiones de orden. A continuación, tres series de regresiones múltiples jerárquicas
se llevaron a cabo siguiendo los procedimientos analíticos similares a los utilizados
previamente por Tromp y Koot (2009) que evaluó el incremento
varianza en PD recuentos de síntomas representó por las dimensiones DAPP-BQ-A por encima de género, la edad, y en general PD gravedad. Específicamente, en
la primera serie, después de entrar en el género y la edad en el modelo, las-A DAPPBQ dimensiones de orden superior se introdujeron como un bloque, seguido por el
BFI dimensiones de orden superior, a fin de determinar si este último explica una proporción incremental de la varianza en la EP cuenta los síntomas. En la segunda
serie, la secuencia de entrada se invierte para poner a prueba la contribución gradual de los-BQ-A DAPP dimensiones de orden superior. Sexo y edad fueron
entró primero, seguido de un bloque que incluye las dimensiones de orden superior BFI, que a su vez fue seguido por un bloque que incluye la DAPP-BQ-Un
dimensiones de orden superior. En la serie final de regresión múltiple jerárquica, después de entrar en el género y la edad en el modelo, el BFI superior
dimensiones de orden se introdujeron como un bloque, seguido de un bloque que incluye los-A DAPP-BQ menores dimensiones orden las que demostraron significativa
correlaciones univariadas con los recuentos de síntomas para cada respectiva
PD (cf. Tromp y Koot, 2009). Pesos beta individuales de la BFI y
Se evaluaron las dimensiones DAPP-BQ-A ver qué predictores única
(Po.05) contribuyó a los modelos de regresión.
RESULTADOS
correlación Resultados
Las correlaciones entre el BFI y-A DAPP-BQ dimensiones de orden superior se presentan en la Tabla 1. Las correlaciones para conceptualmente
dimensiones relacionadas estaban en las direcciones previstas. En términos de (1988) los criterios de Cohen, una alta correlación (4 | 0.50 |) entre
BFI neuroticismo y DAPP-BQ-A desregulación emocional (0,69),
y medio (4 | 0.30 |) se encontraron correlaciones entre BFI Extraversión y DAPP-BQ-A Inhibitedness, BFI Amabilidad y (0.49?)
DAPP-BQ-un comportamiento disocial (? 0,39), y BFI Conciencia
y DAPP-BQ-A compulsividad (0,36). La Tabla 1 también muestra dos correlaciones medianas adicionales: BFI Afabilidad y DAPP-BQ-A Inhibitedness y BFI Escrupulosidad y DAPP-BQ-A (0,34?)
La desregulación emocional y la conducta disocial (ambos? 0.35). en
términos de criterios de Cohen, el resto de las correlaciones fueron pequeños (|? 0.30 |).
Resultados de la regresión
En primer lugar, los análisis de regresión se realizaron a nivel de orden superior.
Cuadro 2 informes (en la primera columna), la proporción de la variación en
PD recuentos de síntomas explicados por el modelo completo, incluyendo el género,
edad, y BFI y DAPP-BQ-A dimensiones de orden superior. A medida que el Estadísticas multicolinealidad arrojaron resultados no significativos (todos varianza
factores de inflación [VIF] o10, y la media de VIF51.87; Bowerman y
O'Connell, 1990; Myers, 1990), todas las dimensiones de orden superior se incluyeron como variables de predicción. En promedio, todos los predictores juntas
representaron un total de R ajustado
2
de 0,30 (rango de 0,07 para histriónico a
0.55 por depresivo).
La contribución incrementales de las dimensiones de orden superior BFI
más allá de las dimensiones de orden superior de la DAPP-BQ-A fue
examinado. Los-A DAPP-BQ dimensiones de orden superior representaron
una proporción significativa de la varianza en todos los PD, con un valor medio para los
ajustado R
2
cambio de 0,26 (rango de 0,07 a 0,44 para el esquizoide para depresivo). Las dimensiones de orden superior BFI proporcionado una contribución incremento significativo para 4 de los 12 PD. La media R ajustado
2
cambio fue 0,01, con incrementos significativos para esquizoide (0.03), por evitación (0,02), trastorno obsesivo-compulsivo (0,04) y depresión (0,04) DDP.
El examen de los pesos beta individuales de la BFI orden superior
dimensiones mostraron que únicamente neuroticismo (po.05) contribuyó
de varianza explicada en el trastorno obsesivo-compulsivo (b5.25) y PD (0,19), los síntomas depresivos, la extraversión de evitación (? 0,16), Conciencia de esquizoide (0,21) y el trastorno obsesivo-compulsivo (0,20), y
La apertura a la depresión (0,13).
Posteriormente, la secuencia de entrada se invirtió. La Tabla 2 muestra que
las dimensiones de orden superior BFI representan una proporción significativa de la varianza en todos menos 1 (histriónico) del 12 PD. La media
valor ajustado R
2
cambio fue 0,16 (rango de 0,01 a 0,32 histriónico
por depresivo). La Tabla 2 muestra además que el DAPP-BQ-A superior
dimensiones de orden proporcionado una contribución significativa para el incremento
todos menos uno PD (esquizoide). La media R ajustado
2
cambio era 0,11
(Rango de 0,02 a 0,25 para esquizoide de Antisocial). El examen de la
pesos beta individuales de los A-DAPP-BQ dimensiones de orden superior
mostró que la desregulación emocional única (po.05) contribuyó
de varianza explicada en Paranoid, esquizotípico, límite, por evitación, dependiente, depresivo y síntomas de la EP pasivo-agresivo;
Comportamiento disocial de antisocial, límite, histriónico, narcisista, trastorno obsesivo compulsivo y pasivo-agresivo; Inhibitedness a
Paranoid, Antisocial, evitación y depresivo, y compulsividad
al antisocial, límite, y depresivo (todo negativo).
La tercera serie de análisis de regresión incluyó DAPP-BQ-A
reducir las dimensiones de orden como variables predictoras. Como las estadísticas multicolinealidad arrojaron resultados no significativos (todos VIF O10 y significa VIF estuvo entre 3,10 y 3,74; Bowerman y O'Connell, 1990;
Myers, 1990), todas las dimensiones de orden inferior que mostraron significativa
correlaciones univariadas con los recuentos de síntomas de cada respectiva
PD (cf. Tromp y Koot, 2009) se incluyeron como variables predictoras.
El panel de la derecha de la Tabla 2 muestra que el DAPP-BQ-A de orden inferior
dimensiones proporcionan una contribución significativa a la variación de incremento en el recuento de los síntomas de todos menos uno PD (esquizoide). La media
ajustado R
2
cambio fue 0,15 (rango de 0,00 a 0,28 para el esquizoide antisocial). El examen de los pesos individuales de los beta-A DAPPBQ menores dimensiones orden demostró que Desconfianza única
(Po.05) contribuyó a la variación en el paranoide, esquizotípico y depresivo PD; Cognitive Distortion a esquizotípico, problemas de conducta
a Antisocial; insensibilidad a Antisocial e histriónico, autolesiones de
Límite, histriónico, narcisista, dependiente, evitación y depresivo; Estímulo Tratando de Borderline, sumisión al límite, histriónico y dependiente; Ansiedad de Borderline (negativamente);
El narcisismo histriónico y narcisista que, los problemas de identidad a narcisista (negativamente); Prevención Social de evitación y rechazo
al obsesivo-compulsivo.
DISCUSIÓN
El objetivo del presente estudio fue determinar las dimensiones derivadas de
dos modelos-los cinco grandes de la personalidad normal y conceptualización de la patología de la personalidad-underlyingDSM definido PD de Livesley
síntomas en una muestra clínica de los adolescentes referidos para pacientes hospitalizados y
servicios de salud mental para pacientes ambulatorios. En un informe anterior (Tromp y
Koot, 2009), se demostró que las dimensiones derivadas del modelo de Livesley mostraron relaciones significativas, sustancial y conceptualmente significativa al DSM-IV PD. El presente estudio amplía este enfoque
e incluye un examen paralelo de los cinco grandes y Livesley de
modelo, según lo evaluado por el BFI y DAPP-BQ-A, respectivamente. Los resultados mostraron que las dimensiones de orden superior de ambos modelos contribuyeron
significativamente a la variación en los adolescentes trastornos de la personalidad. Sin embargo, en la mayor
nivel de la orden, el modelo de Livesley produjo una mejora significativa y sustancial sobre los cinco grandes en la predicción de los síntomas de casi todos los trastornos de la personalidad.
Más interesante aún, las dimensiones de orden inferior en el modelo de Livesley
mostraron relaciones únicas y conceptualmente significativa para los adolescentes
Síntomas de la EP, más allá de los efectos de las dimensiones de orden superior
de personalidad normal. Los hallazgos sugieren que los trastornos de la adolescencia son
más extremas, variantes desadaptativas de orden superior rasgos de personalidad normal y abarcan características que pueden ser más completamente cubiertos por las dimensiones de la personalidad anormal.
Las relaciones entre las dimensiones de orden superior de la personalidad normal y anormal mostraron patrones significativos en gran medida con
las cuatro dimensiones de orden superior en la literatura (Mervielde
et al, 2005;. Widiger y Simonsen, 2005). Sin embargo, de acuerdo con
(1988) los criterios de Cohen, la mayoría de las correlaciones fueron moderadas, lo que sugiere
que cada modelo captura única variación sustancial no capturado por
el otro modelo. Sin embargo, los análisis de regresión no apoyaron esta
contención. Aunque el modelo de Livesley proporcionó adicional explicada
variación sobre los cinco grandes para casi todos los trastornos de la personalidad, a la inversa no se mantuvo,
con incrementos en la varianza explicada que ofrecen las cinco grandes dimensiones mínimas, tanto en número como en magnitud.
Las correlaciones entre las dimensiones de orden superior de la normalidad
y la personalidad anormal mostró un valor que merece especial atención. BFI neuroticismo y DAPP-BQ-A desregulación emocional
correlación 0,69, lo que parece sugerir que las construcciones se superponen considerablemente. Sin embargo, en los análisis de regresión, Emocional
La desregulación apareció como un predictor único, después de contar el
efectos de Neuroticismo y las otras dimensiones BFI, para los síntomas de
7 de cada 12 PD. Neuroticismo contribuyó únicamente a los síntomas de
sólo 2 PD. Por lo tanto, la desregulación emocional parece capturar núcleo
características del trastorno de la personalidad que no están incluidos en neuroticismo
o cualquiera de las otras dimensiones BFI. Esta conclusión está de acuerdo
con los resultados de un examen de la fenotípica y genética mayor
estructura de orden de la EP en los adultos, que también sugirió que Emocional
La desregulación, aunque similar, tiene una cobertura más amplia que
Neuroticismo (Livesley, Jang, y Vernon, 1998).
Al igual que en un estudio previo en adolescentes (De Clercq & De Fruyt,
2003) y los resultados de meta-análisis en los adultos (Saulsman y página,
2004), los análisis de regresión presentes dieron dos dimensiones importantes comunes en los adolescentes PD: alto BFI Neuroticismo / DAPPBQ-A la desregulación emocional y baja Amabilidad BFI / alta
DAPP-BQ-un comportamiento disocial. También en consonancia con los dos estudios anteriores es la falta de relación entre la personalidad normal
La apertura dimensión y los síntomas de cualquiera de los trastornos de la personalidad, con la excepción de depresivo PD, por la que se encontró Apertura a ser un
pequeña predictor positivo. El valor de BFI apertura como una dimensión
trastornos de la personalidad tanto, parece insignificante. La consistencia en los resultados entre los estudios previos (De Clercq & De Fruyt, 2003;
Saulsman y Página, 2004) y el presente estudio es particularmente notable
teniendo en cuenta las diferencias entre estos estudios en la muestra (no clínico vs clínica), la medida de las dimensiones normales de la personalidad (NEOPI-R y otros vs BFI), así como en el modelo explicativo (Big
Cinco contra el modelo de Livesley).
A pesar de la consistencia entre los resultados de meta-análisis reportados para adultos (Saulsman y Página, 2004) y los resultados actuales adolescentes, también había una diferencia. Los resultados de la
Los análisis de regresión mostraron que la baja extraversión BFI / alta DAPPBQ-A Inhibitedness era característica de varios trastornos de la personalidad, con la excepción de Antisocial PD. En contraste, los resultados de correlación adultos
mostraron direccionalmente relaciones mezcladas para Extraversión (por ejemplo, positivo
para histriónico y negativo para esquizoide PD). Curiosamente, el modelo actual se alinee con los hallazgos previos en adolescentes no clínicos, que también demostraron correlaciones consistentemente negativos de
PD con extraversión (De Clercq & De Fruyt, 2003; De Clercq
et al., 2004). En resumen, además de una alta Neuroticismo / Emocional
La desregulación y baja Amabilidad / alta comportamiento disocial, el
Para mayor dimensión extraversión baja / alta Inhibitedness era
común en muchos trastornos de la personalidad en adolescentes. A partir de un desarrollo
perspectiva, los resultados indican adolescentes menores grados de diferenciación y especialización de la personalidad desordenada en comparación con
poblaciones adultas. En un estudio comparativo dentro de la categoría de cohesión de criterios de PD y entre-categoría criterio superposición de PD
categorías en muestras pequeñas de pacientes adolescentes y adultos, Becker y sus colegas (1999) también concluyeron que los diagnósticos PD parecen
ser menor intensidad diferenciada entre los adolescentes. Como se indica en la
introducción, la estructura más difusa de la patología de la personalidad en
adolescencia puede deberse en parte a la posibilidad de que los trastornos
personalidad, si está presente, todavía está en una etapa de desarrollo a esta edad. Además,
algunas de las características de comportamiento que se consideran indicativos de concreto
tipo de patología en la edad adulta pueden reflejar el comportamiento normativo
en esta etapa de desarrollo (por ejemplo, problemas de identidad como una característica de
Borderline PD). La investigación de hecho ha demostrado que los síntomas de la EP puede
ser más numerosos durante la adolescencia que durante la edad adulta (Johnson et al., 2006). Niveles de síntomas de PD en general más altos pueden resultar en
superposición más altos de estos síntomas en los adolescentes.
Considerando que de los resultados de la regresión a través de los TP
mostraron uniformidad, examen dentro de los TP proporcionó algunos
diferenciación entre PD, que muestra los patrones únicos de algo
asociaciones con BFI y-A DAPP-BQ dimensiones de orden superior.
Por ejemplo, mientras que los síntomas de la EP, tanto antisocial y el límite
mostrado una relación positiva con DAPP-BQ-A Comportamiento disocial y
una relación negativa con la compulsividad, Antisocial mostró un adicional
relación positiva con Inhibitedness y Borderline mostró una relación positiva adicional con la desregulación emocional. Sin embargo,
varios PDs que forman distintas categorías dentro del sistema DSM (y
incluso caer dentro de los diferentes grupos DSM) mostró similares BFI y
Perfiles DAPP-BQ-A. Por ejemplo, paranoico, obsesivo-compulsivo,
y el pasivo-agresivo PD se caracterizaron por una alta BFI neuroticismo y bajos Amabilidad. Del mismo modo, esquizotípico, evitación y
Depresivo PD se caracteriza por una alta DAPP-BQ-A Emocional
La desregulación y la alta Inhibitedness. Por lo tanto, en el nivel de orden superior
de los cinco grandes y el modelo de Livesley, parecía difícil diferenciar
entre los adolescentes PD.
Los análisis de regresión en el nivel de orden inferior del DAPP-BQ-A
arrojado resultados interesantes que podrían mejorar la diferenciación
y la comprensión de la patología de la personalidad del adolescente. Los análisis mostraron que las dimensiones específicas de la personalidad anormal son
única y de manera conceptualmente significativas en relación con los adolescentes
PD. De acuerdo con la definición de Livesley de PD, intrapersonal (por ejemplo,
Problemas de identidad) y las características interpersonales (por ejemplo, la sumisión), los rasgos que indica el comportamiento prosocial perturbado (por ejemplo, insensibilidad), así como los rasgos de comportamiento disfuncionales (por ejemplo, las autolesiones,
Cognitive Distortion) aparecieron como predictores únicas de los adolescentes
Síntomas de la EP, más allá de varianza explicados por normales
rasgos de personalidad. Como se ha indicado antes, DAPP-BQ-A desregulación emocional parecía captar las principales características de la personalidad desordenada
no capturado por BFI neuroticismo. Dimensiones de orden inferior en
esta DAPP-BQ-Una dimensión, como los problemas de identidad, la sumisión, la autolesión y la distorsión cognitiva, puede explicar la
valor adicional de la desregulación emocional. Autolesiones apareció
como un predictor significativo de los síntomas de trastornos de la personalidad de seis, lo que posiblemente
funcionando como un indicador más común de la gravedad de la patología de la personalidad. Sin embargo, las autolesiones siempre fue acompañado por
otras características más específicas que parecen ser indicadores de
rasgos disfuncionales específicos dentro de los TP (por ejemplo, evitación social
de evitación PD y la sumisión de Dependiente PD). Del mismo modo,
mientras que los trastornos de la personalidad tanto paranoico y obsesivo-compulsivo eran
caracterizado por un alto neuroticismo y bajos Amabilidad en el
Big Five, Paranoid se caracterizó por la dimensión Desconfianza y obsesivo-compulsivo de la dimensión de rechazo dentro
el nivel de orden más bajo del modelo de Livesley. Las dimensiones de orden inferior en el modelo de Livesley así parecen ofrecer un valioso complemento a la orden de los rasgos de personalidad normales superiores en el
diferenciación entre los adolescentes PD.
Limitaciones e implicaciones
Varias limitaciones pueden calificar los resultados reportados en este trabajo,
la mayoría de los cuales consideran la puesta en funcionamiento de la normalidad y
personalidad anormal. En primer lugar, el BFI con sus artículos 35 podría tener un
una desventaja psicométrica priori en comparación con el elemento de 290
DAPP-BQ-A. El limitado número de elementos puede resultar en la restricción de rango en una muestra clínica debido a las puntuaciones uniformemente altas o bajas.
Sin embargo, post hoc de Shapiro-Wilk pruebas de normalidad sólo mostró
asimetría negativa insignificante para Neuroticismo y Apertura. Por otra parte, la contribución incremental de la DAPP-BQ también ha sido
se muestra en relación con el artículo 240-NEO-PI-R, lo que sugiere que el
varianza explicada adicional no puede ser atribuido a un número mayor
de artículos (Bagby, Marshall, et al., 2005).
Otra limitación se refiere a las propiedades psicométricas de las versiones neerlandesa administrados del BFI y SCID-II. La moderada
Alfas de Cronbach de dos de las dimensiones BFI, Amabilidad
y Responsabilidad, puede calificar conclusiones sobre las diferencias en
poder de predicción entre el DAPP-BQ-A y el BFI. Además,
las consecuencias de las modificaciones aplicadas a los artículos a BFI
garantizar una evaluación apropiada para la edad no fueron investigados. Sin embargo,
hay que señalar que se han aplicado sólo ligeras modificaciones. Por otra parte, es de destacar que las relaciones entre el BFI
dimensiones y DSM-IV síntomas de la EP se han encontrado en la presente muestra fueron comparables a los encontrados previamente entre las dimensiones
de medidas FFM y DSM-IV síntomas de la EP en los adolescentes
(De Clercq & De Fruyt, 2003;. De Clercq et al, 2004). Con respecto
para la SCID-II, estimaciones de la fiabilidad interrater no estaban disponibles.
Tanto los psicólogos investigadores que administraron las entrevistas fueron
ampliamente capacitado por el mismo diagnosticador experimentado antes de la
recogida de datos de este estudio comenzó. Los primeros 20 entrevistas
fue evaluado conjuntamente por ambos entrevistadores para llegar a puntuaciones de consenso
en el nivel de los síntomas. Por desgracia, las puntuaciones por separado no fueron preservados para examinar la confiabilidad entre.
En tercer lugar, se puede sugerir que la contribución incremental de los
DAPP-BQ-A sobre las dimensiones BFI en la predicción de la EP
síntomas podrían ser atribuibles a la contaminación criterio. La investigación que condujo al desarrollo del DAPP-BQ fue originalmente
la intención de validar DSM PD. Sin embargo, el DAPP-BQ no era
diseñados para evaluar síndromes DSM, y sus elementos no se corresponden
a los criterios del DSM. Los criterios del DSM-III, argumentaron por Livesley (2006) para
se han desarrollado sobre la base de informal y no sistemática
muestreos de opinión clínica, más que descripciones sistemáticas de
diagnósticos, no se adoptaron pero sólo se utilizan para proporcionar un preliminar
taxonomía teórica. Una modificación del enfoque léxico, también
utiliza para explicar el Big Five, fue utilizado para desarrollar las definiciones de
entre PD y se incluyen extensos análisis de contenido de las entrevistas con
Pacientes con EP y la literatura clínica (Livesley, 2006).
Una cuarta limitación se refiere a la puesta en funcionamiento de la personalidad normal, que no permitía a los análisis con las dimensiones de orden inferior de la personalidad normal. La investigación ha demostrado que
análisis a nivel de orden inferior siempre aumento sustancial
especificidad y la discriminación entre los TP, así como una descripción más rica de las PD en comparación con los análisis a nivel de orden superior (Bagby, Costa, Widiger, Ryder, y Marshall, 2005; Reynolds y Clark,
2001). Esto puede ser particularmente cierto para los adolescentes PD, que muestran
algo menores grados de diferenciación que los adultos PD. Específico
PD caracteriza por el mismo patrón de dimensiones de la personalidad
(Por ejemplo, en la presente muestra, paranoico, obsesivo-compulsivo, y
Pasivo-Agresivo PD) puede ser discriminado más fácilmente sobre la base de
la composición de dimensiones de orden inferior. Se necesita más investigación para
investigar la relevancia de las dimensiones de orden inferior de anormal
personalidad, más allá de las dimensiones de orden inferior de la normalidad
personalidad. Si este tipo de investigación puede replicar las conclusiones de
el presente estudio, la conveniencia de Livesley de (2006) conceptualización de la patología de la personalidad para describir síntomas de la EP
se destacó aún más.
Una última limitación del presente estudio se refiere al criterio de
contra la cual el valor explicativo de los modelos dimensionales era
probado. PD descripciones DSM-IV-basados están cada vez más criticados
(Trull y Durett, 2005). La predicción de los síntomas de la EP DSM-definidos por tanto, no debería ser el objetivo final de dimensiones
modelos. Sin embargo, no hay buenas alternativas están disponibles actualmente, y
el sistema DSM todavía es la taxonomía más ampliamente utilizado en la investigación
y la práctica clínica.
A pesar de estas limitaciones, el presente estudio tiene varias importantes
implicaciones. Los resultados sugieren que un punto importante de la crítica en
el sistema DSM categórica en la edad adulta, es decir, la superposición de diagnóstico excesivas entre PD, es igualmente, posiblemente incluso más, aplicable en la adolescencia. Modelos dimensionales de la personalidad puede
proporcionar una solución a este problema al permitir que los rasgos para ser distribuidos continuamente y mediante la inclusión de evaluación sobre la base de rasgo continua en lugar de categorías de diagnóstico.
Otra implicación refiere teorías sobre las trayectorias de desarrollo del temperamento, la personalidad y la psicopatología. Limpiabotas
y Caspi (2003) presenta un modelo conceptual de las posibles formas en
que se asocian temperamento / personalidad y psicopatología. Su taxonomía del temperamento / personalidad en niños y
adolescentes, elaborado con más detalle en un artículo posterior (Caspi, Roberts, y Shiner, 2005), muestra clara correspondencia con los Cinco Grandes
dimensiones. Sin embargo, los presentes resultados sugieren que los esfuerzos por encontrar
apoyo empírico a las trayectorias de desarrollo en la psicopatología debe incorporar las dimensiones de la personalidad anormal.
Esto está en consonancia con la propuesta de Mervielde et al. (2005) que los rasgos de personalidad adaptativos y mala adaptación pueden integrarse en un modelo tridimensional común que se puede utilizar para aclarar las asociaciones
entre la personalidad y la psicopatología en niños y adolescentes. Debido al diseño de la sección transversal del presente estudio, el
hallazgos no proporcionan información sobre el curso del desarrollo de
trastorno de la personalidad del adolescente. Los estudios futuros utilizando diseños longitudinales y el examen de la personalidad normal y anormal
rasgos podrían ofrecer evidencia empírica de las vías de desarrollo
la personalidad desordenada. Parece probable que las dimensiones de personalidad normal son indicadores informativos de tarde de apariencia personalidad desordenada.
Desde el punto de vista de los hallazgos empíricos presentados en la
el presente trabajo, un modelo adicional para describir la personalidad desordenada adolescentes incluyendo las dimensiones de orden superior de la normalidad y
personalidad anormal parece redundante, ya que la adición de dimensiones
de la personalidad normal a los de personalidad anormal ofreció poca
valor explicativo adicional para el modelo. Una implicación práctica después de todo esto es que los procedimientos de diagnóstico para evaluar la personalidad
patología en la práctica clínica adolescentes podría limitarse a la evaluación de la personalidad anormal. Esto dará lugar a una carga más pequeña, especialmente valiosa para los pacientes de edades más jóvenes. Por otro
parte, puede ser útil desde un punto de vista clínico para incluir la evaluación de los rasgos de la personalidad normal para mejorar la comprensión de los puntos fuertes del paciente, más allá de las características de rasgos patológicos. como
Livesley y Jang (2000) declaró,'' una definición de trastorno de la personalidad
como una disfunción perjudiciales requiere una comprensión de la adaptación
funciones de la personalidad y cómo estas funciones están alteradas''
(p. 143). Evaluación de las dimensiones anormales dentro de Livesley
modelo, además de la evaluación de la personalidad normal, pueden mejorar los procedimientos de diagnóstico, así como proporcionar indicaciones específicas
de intervenciones de tratamiento a través de una descripción más completa de
las características anormales de patología de la personalidad del adolescente.
En conclusión, los presentes resultados sugieren que los trastornos de la adolescencia son
más de extremos, variantes mala adaptación de mayor orden normal
rasgos de personalidad y abarcar las características que pueden ser más
completamente cubierta por las dimensiones de la personalidad anormal. futuro
Los estudios se beneficiarían mediante la aplicación de diseños longitudinales para arrojar
la luz de las vías de desarrollo de la normalidad en la personalidad desordenada. Por último, los estudios futuros pueden tratar de ampliar el conocimiento sobre
personalidad adolescente patología mediante la investigación de métodos de evaluación más completos, incluida la evaluación independiente de la disfunción y el uso de múltiples informantes (cf. Clark, 2007).
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